Guerra y Revolucion Leon Trotsky
Guerra y Revolucion Leon Trotsky
Guerra y Revolucion Leon Trotsky
EL CAMINO HACIA L A G U E R R A
QU ES EL NACIONALSOCIALISMO?1
10 de junio de 1933
Len Trotsky
Los espritus ingenuos piensan que el ttulo de rey reside en el rey mismo,
en su capa de armio y en su corona, en su carne y en sus huesos. En realidad, el ttulo de rey es una interrelacin entre individuos. El rey es rey
slo porque los intereses y prejuicios de millones de personas se reflejan
a travs de su persona. Cuando el flujo del desarrollo barre esas interrelaciones, el rey parece ser solamente un hombre gastado, con un labio inferior flccido. Aquel que en otro tiempo se llam Alfonso XIII2 podra
hablarnos sobre esto en base a su experiencia reciente.
El jefe por la voluntad del pueblo se diferencia del jefe por la voluntad de
Dios en que el primero est obligado a despejarse el camino o, por lo menos,
a ayudar a las circunstancias para que se lo despejen. Sin embargo, el jefe
es siempre una relacin entre individuos, la oferta individual para satisfacer
la demanda colectiva. La controversia sobre la personalidad de Hitler* se
hace tanto ms agria cuanto ms se busca en l mismo el secreto de su triunfo. Entretanto, sera difcil encontrar otra figura poltica que sea, en la
misma medida, el punto de convergencia de fuerzas histricas annimas. No
todo pequeoburgus exasperado poda haberse convertido en Hitler, pero
en cada pequeoburgus exasperado hay una partcula de Hitler.
El rpido crecimiento del capitalismo alemn antes de la Primera Guerra
Mundial no signific de ningn modo la simple destruccin de las clases
medias. Aunque arruin algunas capas de la pequeoburguesa, cre otras
nuevas: alrededor de las fbricas, artesanos y tenderos; dentro de las fbri-
cas, tcnicos y ejecutivos. Pero aun cuando se mantenan e incluso crecan numricamente -la vieja y la nueva pequeoburguesa constituyen poco
menos de la mitad de la nacin alemana- las clases medias han perdido el
ltimo vestigio de independencia. Viven en la periferia de la gran industria y del sistema bancario, y viven de las migajas que caen de la mesa de
los monopolios y crtels, y de las limosnas espirituales de sus tericos y
polticos profesionales.
La derrota de 1918 levant un muro en el camino del imperialismo alemn. La dinmica exterior se convirti en dinmica interior. La guerra se
convirti en revolucin. La socialdemocracia, que ayud a los
Hohenzollern a llevar la guerra hasta su trgico final, no permiti al proletariado llevar la revolucin hasta el final. La democracia de Weimar
dedic catorce aos a justificar su propia existencia con interminables
excusas. El Partido Comunista llam a los obreros a una nueva revolucin,
pero se mostr incapaz de dirigirla. El proletariado alemn atraves el
ascenso y el hundimiento de la guerra, de la revolucin, del parlamentarismo y del seudobolchevismo. En el momento en que los antiguos partidos de la burguesa se haban agotado por completo, la fuerza dinmica de
la clase obrera tambin se encontr minada.
El caos de la postguerra golpe a los artesanos, comerciantes y funcionarios no menos cruelmente que a los obreros. La crisis econmica de la agricultura arruinaba al campesinado. La decadencia de los estratos medios no
significaba que se convirtieran en proletarios, tanto ms cuanto que el proletariado mismo estaba arrojando un ejrcito gigantesco de parados crnicos. La pauperizacin de la pequeoburguesa, apenas disimulada por las
corbatas y calcetines de seda sinttica, erosion todos los credos oficiales
y, ante todo, la doctrina del parlamentarismo democrtico.
La multiplicidad de partidos, la fiebre helada de las elecciones, los interminables cambios de gobierno agravaban la crisis social mediante un
caleidoscopio de combinaciones polticas estriles. En la atmsfera puesta al rojo vivo por la guerra, la derrota, las reparaciones, la inflacin, la
ocupacin del Ruhr, la crisis, la necesidad y la desesperanza, la pequeoburguesa se levant contra todos los viejos partidos que la haban embaucado. Las penurias de los pequeos propietarios siempre prximos a la
quiebra, de sus hijos universitarios sin empleos ni clientes, de sus hijas sin
dotes ni pretendientes, exigan orden y mano de hierro.
La bandera del nacionalsocialismo fue levantada desde el comienzo por
los cuadros medios y subalternos del antiguo ejrcito. Cubiertos de medallas por sus distinguidos servicios, los oficiales, en activo o retirados, no
podan entender que su herosmo y sus sufrimientos por la patria no slo
se hubieran malogrado, sino que tampoco les diera un derecho especial al
reconocimiento. De ah su odio a la revolucin y al proletariado. Al mismo
miento retorna de nuevo al reino de los absolutos. Einstein ha sido obligado a buscar refugio fuera de las fronteras de Alemania.
En el plano de la poltica, el racismo es una variedad superficial y altisonante de chovinismo asociado a la frenologa. As como la nobleza arruinada busca consuelo en la aristocracia de su sangre, la pequeoburguesa
pauperizada se embriaga con cuentos sobre las superioridades especiales
de su raza. Es digno de atencin el hecho de que los dirigentes del nacionalsocialismo no son nativos de Alemania, sino originarios de Austria,
como el mismo Hitler; de las antiguas provincias blticas del imperio del
zar, como Rosenberg; y de los pases coloniales, como Hess*, que es el
suplente actual de Hitler en la direccin del partido. Fue preciso un estrpito brbaro de nacionalismo en los lmites de la civilizacin para imbuir
en sus lderes las ideas que ms tarde hallaron respuesta en los corazones de las clases ms brbaras de Alemania.
La individualidad y la clase -el liberalismo y el marxismo- son el mal. La
nacin, el bien. Pero en el umbral de la propiedad privada, esta filosofa
se convierte en su opuesta. La salvacin reside slo en la propiedad privada individual. La idea de la propiedad nacional es el fruto del bolchevismo. Divinizando la nacin, la pequeoburguesa no quiere entregarle
nada. Por el contrario, espera que la nacin le regale la propiedad y le proteja del obrero y del alguacil. Desgraciadamente, el Tercer Reich no va a
regalar nada a la pequeoburguesa, excepto nuevos impuestos.
En la esfera de la economa moderna, internacional en sus lazos y annima en sus mtodos, el principio de la raza parece desenterrado de un
cementerio medieval. Los nazis realizan concesiones por adelantado; la
pureza de la raza, que tiene que ser certificada en el reino de espritu por
un pasaporte, tiene que ser demostrada en la esfera de la economa
mediante la eficacia. Bajo las condiciones actuales, esto significa la capacidad competitiva. Por la puerta trasera, el racismo vuelve al liberalismo
econmico, desprendido de las libertades polticas.
El nacionalismo en economa se reduce, en la prctica, a las explosiones impotentes aunque brutales del antisemitismo. Los nazis apartan
del sistema econmico moderno al usurero o al capital bancario porque
es el espritu del mal; y, como es bien sabido, es precisamente en esta
esfera donde la burguesa juda ocupa una posicin importante.
Inclinndose ante el capitalismo en su conjunto, la pequeoburguesa
declara la guerra contra el malvado espritu del lucro, el cual adopta la
forma del judo polaco, con un largo caftn, y por lo general sin un cntimo en su bolsillo. El progrom se vuelve la evidencia suprema de la
superioridad racial.
El programa con que el nacionalsocialismo lleg al poder recuerda mucho
-ay!- el almacn judo de una provincia retirada. Aqu encuentras todo lo
LA GUERRA Y LA IV INTERNACIONAL1
10 de junio de 1934
Len Trotsky
La catastrfica crisis comercial, industrial, agraria y financiera, la ruptura de los lazos econmicos internacionales, la decadencia de las fuerzas
productivas de la humanidad, la insostenible agudizacin de las contradicciones entre las clases y entre las naciones sealan el ocaso del capitalismo y confirman la caracterizacin leninista de que la nuestra es una era
de guerras y revoluciones.
La guerra de 1914 a 1918 fue el comienzo oficial de una nueva poca.
Hasta ahora sus acontecimientos polticos ms importantes fueron la conquista del poder por el proletariado ruso en 1917 y el aplastamiento del
proletariado alemn en 1933. Las terribles calamidades que sufrieron los
pueblos en todas partes del mundo, e incluso los peligros ms terribles
todava que nos acechan, son una consecuencia de que la revolucin de
1917 no se haya expandido con xito en la escena europea y mundial.
Dentro de cada uno de los pases, el callejn sin salida del capitalismo se expresa en el desempleo crnico, en la disminucin del nivel de
vida de los trabajadores, en la ruina del campesinado y la pequeoburguesa urbana, en la descomposicin y decadencia del estado parlamentario, en la monstruosa demagogia social y nacional que emponzoa al pueblo frente a la liquidacin de las reformas sociales, en el
marginamiento y sustitucin de hecho de los viejos partidos gobernantes
por un simple aparato militar-policial (el bonapartismo de la decadencia
capitalista), en el avance del fascismo, que conquista el poder y aplasta
a todas y cada una de las organizaciones proletarias.
1. Tomado de la versin publicada en Escritos de Len Trotsky (1929-1940), CD del CEIP
Len Trotsky, Bs. As., 2000, Libro 3. Firmado Secretariado Internacional, Liga Comunista
Internacional. En una introduccin del Secretariado Internacional, que haba aprobado las
tesis, se dice que en enero de 1934 se haba publicado un primer proyecto en francs destinado a la discusin. Segn The Case of Leon Trotsky fue escrito en mayo de 1934.
Oriente Rojo, no pudo soportar el impacto de las contradicciones imperialistas. Slo los socialpatriotas ms cnicos (Henderson*,
Vandervelde*, Jouhaux* y otros) intentan todava relacionar con la Liga
las perspectivas del desarme y del pacifismo. En realidad, la Liga de las
Naciones pas a ser una ficha secundaria en el tablero de ajedrez de las
combinaciones imperialistas. La tarea principal de la diplomacia, que
ahora se realiza con el respaldo de Ginebra, consiste en buscar aliados
militares, es decir, en preparar febrilmente la nueva carnicera. A la vez
crece constantemente la fabricacin de armamentos, a la que la Alemania
fascista le dio un nuevo y gigantesco impulso.
3. El desastre de la Liga de las Naciones est indisolublemente ligado
con el comienzo del colapso de la hegemona francesa en el continente europeo. Como era de esperar, la potencia demogrfica y econmica de Francia
demostr ser una base demasiado estrecha para el sistema de Versalles. El
imperialismo francs, armado hasta los dientes, pese a su carcter aparentemente defensivo, dado que se ve obligado a defender con acuerdos legales los frutos de sus saqueos y expoliaciones, sigue siendo esencialmente
uno de los factores ms importantes de una nueva guerra.
Impulsado por sus insostenibles contradicciones y por las consecuencias
de la derrota, el capitalismo alemn se vio obligado a sacarse el chaleco de
fuerza del pacifismo democrtico y ahora sale a la palestra como la principal
amenaza al sistema de Versalles. Los acuerdos entre los estados del continente europeo todava se orientan, en lo fundamental, segn el criterio de
vencedores y vencidos. Italia juega el papel de un intermediario traidor, dispuesto, en el momento decisivo, a vender su amistad al ms fuerte, como lo
hizo durante la ltima guerra. Inglaterra intenta mantener su independencia
-una mera sombra de su antiguo esplndido aislamiento- con la esperanza
de aprovechar los antagonismos europeos, las contradicciones entre Europa
y Norteamrica, los conflictos inminentes en el Lejano Oriente. Pero la
Inglaterra dominante no logra concretar sus proyectos. Aterrorizada por la
desintegracin de su imperio, por el movimiento revolucionario de la India,
por la inestabilidad de sus posiciones en China, la burguesa britnica oculta
tras la repugnante hipocresa de MacDonald* y Henderson su vida y cobarde poltica de esperar y maniobrar, que a su vez constituye una de las razones principales de la inestabilidad general de hoy y de las catstrofes de
maana.
4. El perodo de la guerra y la postguerra provoc grandes cambios en
la situacin interna e internacional de Estados Unidos. La gigantesca
superioridad econmica de Estados Unidos sobre Europa y por lo tanto
sobre el mundo entero permiti a la burguesa norteamericana aparecer en
la primera etapa de la postguerra como un desinteresado conciliador,
defensor de la libertad de los mares y de las puertas abiertas. Pero la
crisis industrial y comercial revel con fuerza terrible la ruptura del viejo
de las barreras estatales entre las naciones puede crear las condiciones
para un nuevo sistema econmico: la sociedad socialista.
11. La defensa del estado nacional, sobretodo en la que fue su cuna -la
balcanizada Europa-, es desde todo punto de vista un objetivo reaccionario. El estado nacional, con sus fronteras, pasaportes, sistema monetario,
mercancas y ejrcito para proteger sus mercancas, se transform en un
tremendo impedimento para el desarrollo cultural y econmico de la
humanidad. El objetivo del proletariado no es la defensa del estado nacional sino su liquidacin total y absoluta.
12. Si el estado nacional actual fuera un factor progresivo habra que
defenderlo sin tener en cuenta su forma poltica ni, por supuesto, quin
empez la guerra. Es absurdo confundir el problema de la funcin histrica del estado nacional con el de la culpa de determinado gobierno.
Es posible rehusarse a salvar una casa que se puede utilizar como vivienda porque el incendio comenz por descuido o mala intencin de su propietario? Pero en este caso la casa no sirve para vivir sino para morir en
ella. Para que los pueblos puedan vivir hay que eliminar de raz la estructura del estado nacional.
13. El socialista que predica la defensa del estado nacional es un
reaccionario pequeoburgus al servicio del capitalismo decadente. Slo
el partido que ya en poca de paz luch irreconciliablemente contra el
estado nacional puede no atarse a ste durante la guerra, puede seguir el
mapa de la lucha de clases y no el de las batallas blicas. La vanguardia
proletaria nicamente se volver invulnerable a toda suerte de patriotismo
nacional si comprende plenamente el rol objetivamente reaccionario del
estado imperialista. Esto significa que slo se puede romper con la ideologa y la poltica de la defensa nacional desde la perspectiva de la revolucin proletaria internacional.
La cuestin nacional y la guerra imperialista
14. A la clase obrera no le es indiferente su nacin. Por el contrario;
justamente porque la historia coloca el destino de la nacin en sus manos,
la clase obrera se niega a confiarle la conquista de la libertad y la independencia nacional al imperialismo, que salva a la nacin para someterla maana a nuevos peligros mortales en funcin de los intereses de una
insignificante minora de explotadores.
15. Aunque utiliz a la nacin para desarrollarse, en ningn lado, en ningn rincn del mundo, el capitalismo resolvi plenamente el problema nacional. Las fronteras de la Europa de Versalles se grabaron sobre el organismo
vivo de las naciones. La idea de volver a dividir la Europa capitalista para
que las fronteras estatales se correspondan con las nacionales es la mayor de
El centrismo y la guerra
30. La primera guerra imperialista liquid totalmente a la Segunda
Internacional como partido revolucionario, creando as la necesidad de
formar la Tercera Internacional y la posibilidad de hacerlo. Pero la
revolucin republicana en Alemania y en Austria-Hungra, la democratizacin del sufragio en una cantidad de pases, las concesiones que
durante los primeros aos de postguerra hizo la atemorizada burguesa
europea en el plano de la legislacin social, todo esto aunado con la
desastrosa poltica de los epgonos del leninismo, dieron a la Segunda
Internacional un respiro considerable. Pero ya no como partido revolucionario sino como partido obrero conservador-liberal partidario de las
reformas pacficas. Sin embargo, muy pronto -con el advenimiento de
la ltima crisis mundial- se demostraron agotadas todas las posibilidades de reforma. La burguesa pas a contraatacar. La socialdemocracia
traidoramente entreg una conquista tras otra. Estos ltimos aos todos
los tipos de reformismo -parlamentario, sindical, municipal, socialismo cooperativo- sufrieron bancarrotas y derrotas irreparables. Como
resultado de esto, la preparacin de la nueva guerra encuentra a la
Segunda Internacional con la espina dorsal rota. Los partidos socialdemcratas sufren un intenso proceso de decoloracin. El reformismo
consecuente cambia de color; se calla la boca o se divide. Su lugar lo
ocupan los distintos matices del centrismo, ya sea a travs de numerosas fracciones internas de los viejos partidos o de organizaciones independientes.
31. Sobre el problema de la defensa de la patria, los reformistas y centristas de derecha enmascarados (Len Blum*, Hendrik de Man7, Robert
Grimm, Martin Tranmael8, Otto Bauer* y otros) recurren cada vez ms a
formulaciones diplomticas, confusas y condicionales, calculadas para
pacificar a la burguesa y a la vez engaar a los trabajadores. Plantean
planes econmicos o reivindicaciones sociales y prometen defender a
la patria del fascismo exterior si la burguesa nacional apoya su programa. El objetivo de plantear as las cosas es obviar la cuestin del
carcter de clase del Estado, eludir el problema de la conquista del poder
y, bajo la cobertura de un plan socialista, reivindicar la defensa de la
patria capitalista.
7. Hendrik de Man (1885-1953): Dirigente del ala derecha del Partido Obrero Belga que
en 1933 ide un plan obrero para terminar con la depresin y promover la produccin, plan
que se gan el apoyo del movimiento obrero belga.
8. Tranmael, Martin (1879-1967): Dirigente del Partido Obrero noruego, seccin de la
Comintern hasta 1924. Luego se fusion con el PSD de Noruega en 1928.
mul una gran reserva de alimentos que bastar para la primera etapa del
conflicto. Por supuesto, los estados mayores imperialistas comprenden claramente que el Ejrcito Rojo ser un poderoso adversario, y que la lucha
contra l exigir mucho tiempo y un tremendo desgaste de fuerzas.
47. Pero precisamente el carcter prolongado de la guerra revelar
inevitablemente las contradicciones entre la economa transicional de la
URSS y su planificacin burocrtica. En muchos casos las gigantescas
empresas nuevas pueden demostrar no ser mas que un capital muerto. Por
influencia de la gran necesidad de provisiones que tendr el gobierno se
fortalecern considerablemente las tendencias individualistas de la economa campesina y las fuerzas centrfugas dentro de los koljoses11 crecern
mes a mes. El gobierno de la burocracia incontrolada se convertir en una
dictadura de guerra. La falta de un partido activo que haga de control y
regulador poltico llevar a una extrema agudizacin y acumulacin de las
contradicciones. Se puede prever que la caldeada atmsfera de la guerra
provocar profundos vuelcos hacia los principios individualistas en la
agricultura y en la industria artesanal, el capital extranjero y aliado ejercer su atraccin, se producirn brechas en el monopolio del comercio
exterior, se debilitar el control gubernamental sobre los trusts, se acrecentarn la competencia entre los trusts y sus conflictos con los obreros,
etctera. En el plano poltico estos procesos pueden aparejar la culminacin del bonapartismo, con los correspondientes cambios en las relaciones
de propiedad. En otras palabras, si la guerra es prolongada y va acompaada de la pasividad del proletariado mundial, podra y tendra que conducir a una contrarrevolucin burguesa bonapartista.
48. Las conclusiones polticas que de aqu se desprenden son obvias:
a) En el caso de una guerra prolongada, slo la revolucin proletaria
en Occidente puede salvar a la URSS como estado obrero.
b) Tanto en los pases amigos y aliados como en los enemigos
slo se podr preparar la revolucin proletaria si la vanguardia proletaria mundial es totalmente independiente de la burocracia sovitica.
c) El apoyo incondicional a la URSS contra los ejrcitos imperialistas
tiene que ir acompaado por la crtica marxista revolucionaria a la guerra y
a la poltica diplomtica del gobierno sovitico y por la formacin dentro de
la URSS de un verdadero partido revolucionario de bolcheviques leninistas.
12. La regin alemana del Saar: controlada por Francia despus de la Primera Guerra
Mundial. Vot por abrumadora mayora por el retorno a Alemania en un referndum realizado en 1935 que fue apoyado por el Partido Comunista alemn.
13. Mueller, Hermann (1876-1931): Fue de 1928 a 1930 el ltimo canciller socialdemcrata de la Alemania prenazi, lo sucedi Brening. Brening, Heinrich (1885-1970):
Dirigente alemn del Partido del Centro, catlico, fue nombrado canciller de Alemania en
marzo de 1930, tras el derrocamiento de Mueller. Gobern por decreto desde julio de 1930
hasta su cada en mayo de 1932.
16. Barbusse, Henri (1873-1935): Novelista pacifista que se afili al PC Francs, escribi biografas de Stalin y Cristo y apoy los amorfos congresos contra la guerra y contra el
fascismo con los que los stalinistas reemplazaban la lucha real. Muenzenberg, Will (18891940): fue uno de los organizadores de la Internacional Juvenil Comunista. Fue un leal stalinista y cre toda una cadena de propaganda con el dinero de la Comintern. Huy a Pars cuando los nazis tomaron el poder. Finalmente rompi con la Comintern en 1937. Cuando los alemanes invadieron Francia se encontr a Muenzenberg muerto en circunstancias misteriosas.
17. Giro de la Comintern de 1923-24 de cara al campesinado: hace referencia a la
orientacin poltica de la Comintern adoptada desde 1924, luego del retroceso de la revolucin alemana, que consideraba en el terreno interno la posibilidad de la organizacin de la
economa socialista en la URSS, aislada de las condiciones del mercado y el capitalismo
mundial; as en el plano interno las tendencias capitalistas en el campo y la ciudad que se
haban desarrollado a partir de la NEP se fortalecieron enormemente. En el terreno internacional llev a la confraternizacin con la Internacional Campesina, el partido campesino de
La Follete en EEUU.
18. Krestintern: formada por la Comintern en octubre de 1923, fue un experimento que
no tuvo mucho xito. Desapareci sin pena ni gloria ms o menos al comienzo de la Segunda
Guerra Mundial.
61. La guerra exige la paz civil. En las condiciones actuales, la burguesa slo puede lograrla por medio del fascismo. De ese modo, el fas-
taria comprenda con claridad que no podemos rehuir la tarea de la autodefensa. El partido revolucionario tiene que asumir la iniciativa del armamento de los destacamentos obreros de combate. Y para ello debe librarse primero de todo escepticismo, de toda indecisin y razonamiento pacifista respecto a este problema.
68. La consigna de las milicias obreras, o de los destacamentos de
autodefensa, es revolucionaria cuando se trata de milicias armadas; de
otro modo se la reduce a un despliegue teatral, a una farsa y, en consecuencia, a un autoengao. Por supuesto, al principio el armamento ser
primitivo. Los primeros destacamentos obreros no tendrn obuses ni tanques ni aeroplanos. Pero el 6 de febrero en Pars19, en el centro de un poderoso pas militarista, bandas armadas con revlveres y con palos incrustados con hojas de afeitar estuvieron cerca de tomar el palacio de Borbn y
provocaron la cada del gobierno. El da de maana, bandas como esas
pueden saquear las oficinas de los peridicos obreros o los locales sindicales. La fuerza del proletariado reside en su nmero. Hasta el arma ms
primitiva puede realizar milagros en manos de las masas. En condiciones
favorables pueden allanar el camino a un armamento ms perfeccionado.
69. La consigna del frente nico degenera en una frase centrista si en
la situacin actual no se la complementa con la propaganda y la aplicacin
prctica de los mtodos concretos de lucha contra el fascismo. El frente
nico es necesario, antes que nada, para la creacin de comits de defensa locales. Estos son necesarios para la creacin y unificacin de los destacamentos obreros. Estos destacamentos, desde el primer momento,
deben buscar y encontrar armas. Los destacamentos de autodefensa no son
ms que una etapa del armamento del proletariado. En general la revolucin no conoce otros caminos.
La poltica revolucionaria contra la guerra
70. El primer requisito para el xito es la educacin de los cuadros partidistas en la correcta comprensin de las condiciones de la guerra imperialista y de los procesos polticos que la acompaan. Ay del partido que
en este candente problema se queda en las frases generales y en las consignas abstractas! Los sangrientos acontecimientos caern sobre su cabeza y lo aplastarn.
19. 6 de febrero de 1934 en Pars: del 6 al 12 de febrero los fascistas y realistas franceses intentan derrocar al gobierno con una manifestacin frente a la Cmara de Diputados.
Como resultado de los disturbios, que duraron hasta la noche, hay 14 muertos y centenares
de heridos. Daladier cae al da siguiente y lo reemplaza Gastn Doumergue, un ex presidente retirado que forma un gabinete fuerte. El 12 de febrero el movimiento obrero realiza una
huelga general de un da y manifestaciones en todo el pas.
SESIN OCTAVA
GOLDMAN*: Qu distincin hace usted entre el rgimen burocrtico de Stalin y la Unin Sovitica?
TROTSKY: Nosotros defendemos a la Unin Sovitica; yo dira,
defendemos las adquisiciones de la revolucin de octubre, a pesar de la
burocracia de Stalin.
GOLDMAN: En otras palabras, al atacar a la burocracia de Stalin,
usted no est atacando a la Unin Sovitica; usted est atacando algo que
es como un cncer, segn sus palabras, en la Unin Sovitica?
TROTSKY: S.
GOLDMAN: En su opinin, qu efecto tiene la lucha contra las ideas
y la prctica de Stalin en lo que toca a la defensa de la Unin Sovitica
contra sus enemigos internos y externos?
TROTSKY: No le entiendo.
GOLDMAN: Estn aquellos que sostienen que al atacar a Stalin usted
debilita a la Unin Sovitica tanto contra sus enemigos internos como
externos. Qu tiene usted que decir acerca de eso?
TROTSKY: Toda la reaccin repite las mismas objeciones contra los crticos. En relacin a esto, yo cito el ejemplo de Clemenceau2, que desempea un gran papel en la acusacin.
1. Traduccin indita al espaol de The Case of Leon Trotsky, Merit Publishers, Nueva
York, 1968, pgs. 282-294, 299, 308-315. Este libro contiene el acta estenogrfica sobre las
audiencias frente a la Comisin Dewey acerca de las acusaciones formuladas contra Trotsky
en los Juicios de Mosc.
2. Clemenceau, Georges (1841-1929): Poltico francs. Primer ministro al final de la
Primera Guerra Mundial, aplast la revuelta del ejrcito e instig el bloqueo y la intervencin
en la Unin Sovitica. En junio de 1927, Trotsky seal que la Oposicin, en caso de una
eventual guerra contra la URSS, continuara con su lucha contra Stalin, al igual que
Clemenceau, que critic a los dirigentes de la burguesa francesa en plena guerra y pudo
tomar el mando y vencer.
3. Pravda (La verdad): a partir de 1912 peridico bolchevique oficial; en 1917 se convirti en diario. Despus de la muerte de Lenin fue el vocero del stalinismo.
contra el gobierno francs en el momento en que los alemanes se encontraban a ochenta kilmetros de Pars.
GOLDMAN: Eso es a lo que el seor Trotsky se refiere como la propia interpretacin de Vishinsky.
TROTSKY: Es una pequea falsificacin literaria dentro de una gran
acusacin fraudulenta.
GOLDMAN: Ahora bien, seor Trotsky, mantuvo usted alguna vez
alguna controversia con miembros de la Oposicin de Izquierda, o con
personas pertenecientes a otros grupos, sobre la cuestin de la defensa de
la Unin Sovitica?
TROTSKY: Muy frecuentemente. Yo dira que fue todo el tiempo. Mi
exilio est lleno de tales discusiones y conflictos, e incluso ahora, especialmente ahora, despus de los Juicios de Mosc8. Recibimos desde
Francia, de amigos jvenes en Francia... acusaciones de que incluso ahora
no renuncio a la idea de la necesidad de la defensa de la Unin Sovitica.
Psicolgicamente, es absolutamente entendible de gente joven, no suficientemente educada polticamente y sin experiencia suficiente en poltica; esto es...
STOLBERG9: Quijotesco.
TROTSKY: Extico?
INTRPRETE: Quijotesco.
TROTSKY: S, quijotesco. Est bien, saquemos la palabra. (risas)
Ellos dicen: l insiste con la defensa de la Unin Sovitica cuando son
posibles actos tan terribles. Pero nosotros defendemos la Unin
Sovitica, no para Stalin ni para Vishinky. La defendemos como el legado
de la revolucin de octubre, como una puerta abierta a una futuro mejor,
a pesar de Stalin y Vishinsky.
GOLDMAN: Puede usted nombrar a algunos de los miembros que
pertenecan a la Oposicin de Izquierda con quienes usted rompi sobre la
cuestin en disputa?
TROTSKY: No eran slo miembros sino organizaciones. En
Alemania estaba el Leninbund, una organizacin conectada con no8. Juicios de Mosc: Stalin orquest cuatro juicios clave entre 1936 y 1938. El primero fue el juicio de los diecisis, con Zinoviev, Kamenev, Smirnov y otros como acusados.
El segundo fue el juicio de los diecisiete, en enero de 1937, que incluy a Piatakov, Radek,
y otros. Luego vino el juicio secreto del Mariscal Tujachevsky y de un grupo de generales
del Ejrcito Rojo del ms alto rango en junio de 1937. Por ltimo, sobrevino el juicio de los
veintiuno (Rikov, Bujarin, Rakovsky, Yagoda y otros) en marzo de 1938. Los hombres llevados al banquillo de acusados incluan a todos los miembros del Bur Poltico de Lenin,
excepto Stalin. Aunque estaba ausente, Trotsky figur como el principal acusado. La mayora fue condenada a muerte; y varios miles fueron deportados, fusilados o encarcelados.
9. Stolberg, Benjamn (1891-1951): miembro de la Comisin Dewey, escritor y
periodista.
artculos, mis artculos contra l en esa ocasin. Cito de Izvestia15 de alrededor del 15 de marzo de 1933: La URSS es el nico Estado que no alimenta sentimientos hostiles hacia Alemania y eso, independientemente de
la forma y la composicin del gobierno del Reich. Fue Hitler quien lo
rechaz, no l. Slo entonces comenz a mirar en direccin a Francia, y
as sucesivamente. La primera mitad de 1933, yo era un agente de Francia,
de Estados Unidos y de Gran Bretaa. Cambi de profesin slo despus
de liquidar las esperanzas de Stalin de mantenerse como amigo de Hitler.
Puedo demostrarlo. Esto estaba en la Pravda. Yo era presentado como
Mister Trotsky. Yo soy Mister Trotsky a pesar de mi ingls. (risas) El
artculo se titula: Mister Trotsky al servicio de Lord Beaverbrook16. Yo
soy representado por Radek17 como un aliado de Lord Beaverbrook. No s
por qu especialmente de Beaverbrook. Yaroslavsky18 me nombra como
aliado de Winston Churchill*. Est en el mismo nmero, la misma copia
de Pravda.
FINERTY: Creo que nos gustara tener ese peridico como evidencia.
LAFOLLETTE: S.
GOLDMAN: Lo presentar como evidencia.
TROTSKY: S; yo les puedo dar la cita. Ustedes se darn cuenta, estoy
impresionado por la cantidad de evidencia tomada de la prensa. Tengo una
serie de citas tomadas de la prensa oficial donde soy presentado como el
aliado de Polonia, como el defensor de la Paz de Versalles; y Stalin estaba en contra de la Paz de Versalles. Slo que ahora l est a favor de ella
y yo estoy en contra. (risas)
FINERTY: Seor Goldman, yo creo que ayudara a la Comisin si evaluramos todas las diferencias en las acusaciones hechas por el gobierno
de Stalin contra el seor Trotsky.
GOLDMAN: S.
15. Izvestia: rgano diario de toda Rusia del Comit Central Ejecutivo de los Soviets
desde 1917.
16. Lord Beaverbrook (1879-1964): poltico y financista ingls. Fue Ministro de Estado
en 1941 y de Abastecimientos durante 1941-1942.
17. Radek, Karl (1885-1939): influyente revolucionario en los partidos socialdemcrata ruso, polaco y alemn, antes de 1917. Ingresa al bolchevismo en 1918. Miembro del CC
desde 1919 a 1924. Designado Secretario de la Comintern en 1920, tiene responsabilidad
particular sobre Alemania y China. Firmante de la Declaracin de los 46 en 1923. Miembro
de la Oposicin Unificada, fue lentamente separado de la direccin de la Comintern. Expulsado del partido en 1927 y deportado a Ishim. Capitul en 1929. Luego de ser nuevamente
expulsado en 1936, fue condenado a 10 aos de crcel en el segundo Juicio de Mosc. Fue
muerto en prisin.
18. Yaroslavsky, Emilian (1877-1943): bolchevique desde 1903. Comunista de izquierda en 1918. Miembro del Presidium de la Comisin Central de Control y coautor de los cargos oficiales vertidos contra Trotsky y la Oposicin Unificada.
***
GOLDMAN: Ahora bien, seor Trotsky, sus acusadores dicen que
usted quiere la derrota de la Unin Sovitica. Yo le pregunto esto: Qu
efecto tendra la derrota de la Unin Sovitica sobre la posibilidad de realizar las ideas del socialismo que usted defiende?
TROTSKY: Esto significara un tremendo retroceso histrico, porque
el derrocamiento del actual gobierno significara un caos econmico por
aos, probablemente por dcadas, si ste no es derrocado por la revolucin
***
15 de abril de 1937, a las diez de la maana.
SESIN NOVENA
GOLDMAN: Cul es su opinin sobre la conveniencia de la guerra
para impulsar los intereses del socialismo?
TROTSKY: Es casi lo mismo que si se me preguntara: Cul es su opinin sobre el clera y las epidemias para la civilizacin humana? (risas)
Cuando haba clera -haba en Rusia, y hay hoy en da de cuando en cuando- nosotros los revolucionarios buscbamos ayudar a los campesinos
mediante volantes ilegales. Denuncibamos al rgimen del zar. Ustedes
saben, es un paralelo interesante. Los Centurias Negras, nuestros reaccionarios especficamente rusos, nos acusaban de difundir los grmenes del clera. Haba pogromos contra los doctores, los estudiantes, la intelectualidad
radical, y los judos, como venganza por difundir el clera. Era la medida de
PRINCIPIOS Y TCTICAS
EN LA GUERRA1
Bruselas, diciembre de 1937
Rudolph Klement*
La resea del libro The Case of Len Trotsky en el primer nmero del
peridico Der Einzige Weg cita la siguiente declaracin interesante del
camarada Trotsky sobre las diferencias en las tareas del proletariado
durante una guerra entre Francia y la Unin Sovitica, y Alemania y Japn
(reproducido aqu en cierta forma de modo ms completo):
STOLBERG: Rusia y Francia ya tienen una alianza militar. Suponga
que estalla una guerra internacional. No me interesa lo que usted dice
sobre la clase obrera rusa en ese momento. Ya lo s. Qu le dira a la
clase obrera francesa en referencia a la defensa de la Unin Sovitica?
Cambien al gobierno burgus francs, eso les dira?
TROTSKY: Esta pregunta est ms o menos respondida en las tesis
La Guerra y la Cuarta Internacional, en este sentido: en Francia yo
permanecera en oposicin al gobierno y desarrollara sistemticamente
esta oposicin. En Alemania yo hara todo lo posible para sabotear la
maquinaria de guerra. Son dos cosas diferentes. En Alemania y Japn, yo
aplicara mtodos militares en la medida en que puede pelear, oponerme,
y daar a la maquinaria, la maquinaria militar de Japn, para desorganizarla, tanto en Alemania como en Japn. En Francia, es la oposicin
poltica contra la burguesa, y la preparacin de la revolucin proletaria.
Los dos son mtodos revolucionarios. Pero en Alemania y en Japn yo
tengo como mi objetivo inmediato la desorganizacin de la maquinaria
completa. En Francia, tengo el objetivo de la revolucin proletaria...
GOLDMAN: Suponga que usted tiene la oportunidad de tomar el
poder durante la guerra, en Francia, planteara esto si tuviera la mayora del proletariado?
1. Traduccin indita al espaol de The New International, volumen IV, nmero 5,
Nueva York, mayo de 1938.
***
La guerra no es ms que la continuacin de la poltica por otros medios.
De aqu que el proletariado debe continuar su lucha de clases en tiempos
de guerra, entre otras cosas con los nuevos medios que la burguesa pone a
su disposicin. El proletariado puede y debe utilizar el debilitamiento de su
propia burguesa en los pases imperialistas para preparar y para llevar
adelante de modo implacable su revolucin social en conexin con la
derrota militar engendrada por la guerra, y tomar el poder. Esta tctica,
conocida como derrotismo revolucionario y realizable internacionalmente, es una de las palancas ms fuertes de la revolucin proletaria mundial
en nuestra poca, y en consecuencia del progreso histrico.
Slo cuando la lucha es imperialista en un solo bando y es una guerra de
liberacin de naciones no imperialistas o de un pas socialista contra la amenaza de la opresin imperialista o la opresin real- en el otro bando, as
como en las guerras civiles entre las clases o entre la democracia y el fascismo, el proletariado internacional no puede y no debe aplicar la misma tctica hacia los dos bandos. Reconociendo el carcter progresivo de esta guerra
de liberacin, el proletariado internacional debe luchar decisivamente contra
el enemigo principal, el imperialismo reaccionario (o bien contra el campo
reaccionario, en el caso de una guerra civil), esto es, debe pelear por la vic-
tas, necesita tener, en esta situacin claramente contradictoria, una comprensin particularmente clara de estas tareas combinadas y de los mtodos para llevarlas a cabo.
En la aplicacin del derrotismo revolucionario contra la burguesa imperialista y su Estado, no puede haber ninguna diferencia fundamental, ms
all de si este ltimo es amigable u hostil hacia la causa apoyada por el
proletariado, ya sea que aqul se halle en una alianza traicionera- con los
aliados del proletariado (Stalin, la burguesa de los pases semi-coloniales,
los pueblos coloniales, el liberalismo anti-fascista), o que est librando una
guerra contra ellos. Los mtodos del derrotismo revolucionario no cambian
en absoluto: la propaganda revolucionaria, la oposicin irreconciliable al
rgimen, la lucha de clases desde su forma puramente econmica hasta su
forma poltica ms elevada (la insurreccin armada), la confraternizacin de
las tropas, la transformacin de la guerra en guerra civil.
La defensa internacional de los estados proletarios, de los pueblos
oprimidos que luchan por su libertad y el apoyo internacional a la guerra
civil armada antifascista debe, no obstante, tomar naturalmente diferentes
formas segn sea que la propia burguesa se ponga de su lado o los combata. Aparte de la preparacin poltica de la revolucin social, cuyos ritmos y mtodos no son de ninguna manera idnticos a los de la guerra, esta
defensa debe naturalmente tomar formas militares. Adems del apoyo
revolucionario, sta consiste, en consecuencia, en el apoyo militar hacia la
causa progresiva, as como tambin en el dao militar inflingido contra su
oponente imperialista.
El apoyo militar puede naturalmente adquirir un alcance decisivo slo
donde el proletariado mismo tiene las palancas del poder y de la economa en
sus manos (la URSS, y en cierta medida, Espaa en el verano de 1936). En
los pases imperialistas, que estn aliados con los pases que estn librando
guerras progresivas y revolucionarias, todo se reduce a esto: que el proletariado luche con medios revolucionarios por un apoyo militar directo, efectivo,
controlado por l, hacia la causa progresiva (Aviones para Espaa! gritaban los obreros franceses). En todo caso, el proletariado debe promover y controlar un apoyo militar directo realmente garantizado (el envo de armas,
municiones, alimentos, especialistas, etc.), incluso al costo de una excepcin de la lucha de clases directa.3 Deber quedar librado a la perspicacia y
el instinto revolucionario del proletariado, que es bien consciente de sus tare3. Se puede suponer con toda confianza que para la burguesa francesa durante la guerra, una huelga de los obreros portuarios de Marsella, que haga una excepcin con los envos de guerra hacia Rusia, en los cuales no tiene el ms mnimo inters, resultara particularmente humillante. Sera un sinsentido que, por ejemplo, en el curso de una huelga de obreros grficos, no se permitiera la aparicin de los peridicos obreros que son necesarios para
la lucha huelgustica misma. (Nota del autor).
As vemos cmo diferentes situaciones de guerra requieren que el proletariado revolucionario de los diferentes pases imperialistas, si desea
permanecer fiel a s mismo y a su meta, implemente diferentes formas de
lucha, las que pueden parecer a los espritus esquemticos desviaciones
del principio bsico del derrotismo revolucionario, pero que en realidad
resultan de la combinacin del derrotismo revolucionario con la defensa
de ciertos campos progresivos.
Todava ms, desde un punto de vista histrico ms elevado estas dos
tareas coinciden: en nuestra poca imperialista, la burguesa nacional de
los pases no imperialistas as como la burocracia sovitica- a causa de
su temor hacia la clase obrera que ha madurado a nivel internacional para
la revolucin socialista y la dictadura, no est en posicin de llevar adelante una lucha enrgica contra el imperialismo. No se atreven a apelar a
las fuerzas del proletariado y en una etapa particular de la lucha inevitablemente convocarn al imperialismo para que los ayude contra su propio proletariado. La completa liberacin nacional de los pases coloniales y semi-coloniales de la esclavitud imperialista, y de la Unin Sovitica
de la destruccin y la anarqua capitalista externa e interna, la revolucin
democrtico burguesa, la defensa del fascismo; todas estas tareas pueden
ser resueltas, nacional e internacionalmente, slo por el proletariado. Su
realizacin efectiva conduce naturalmente a la revolucin proletaria. La
guerra mundial venidera ser la explosin ms titnica y asesina de la historia, pero a causa de ello tambin har explotar todas las barreras tradicionales, y en sus llamas los movimientos de liberacin y revolucionarios
de todo el mundo se fundirn en un solo torrente centelleante.
Presentar claramente, incluso ahora, al proletariado los problemas de la
guerra venidera y sus tareas combinadas; esta tarea seria y dificultosa es una
de las ms urgentes de nuestro tiempo. Slo los bolcheviques leninistas han
tomado sobre s mismos la responsabilidad de armar al proletariado para su
lucha y de crear el instrumento con el cual ste ganar sus futuras victorias:
el programa, los mtodos y la organizacin de la Cuarta Internacional.
W. ST.
EL PAPEL MUNDIAL
DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO1
Septiembre de 1938
Len Trotsky
2. Vargas, Getulio (1883-1954): Gobern en Brasil desde 1930 hasta 1945. Muy pronto declar ilegales las huelgas, clusur las publicaciones obreras y arrest a los dirigentes
sindicales. Su Constitucin de 1937 negaba a los obreros todos sus derechos como clase.
Volvi al poder en 1950.
3. Batista y Zaldvar, Fulgencio (1901-1973): Dictador cubano desde 1933 hasta 1940.
Militar de profesin encabez un golpe de Estado contra el presidente Carlos Manuel de
Cspedes en 1933 implantando una dictadura personal en Cuba hasta 1958. Su corrupto y
brutal rgimen le hizo perder apoyo social de la clase media y del ejrcito. En diciembre de
1958 fue derrocado por Castro, exilindose en la Repblica Dominicana.
sarias a los Aliados para destruir y agobiar a las potencias centrales, especialmente Alemania. Mientras que Inglaterra, Francia, Blgica e Italia eran
capaces, de este modo, de imponer el degradante tratado de Versalles a
Alemania, y de hacer de la Sociedad de las Naciones el gendarme que vigilaba sus conquistas, incluidas las antiguas colonias alemanas y los enormes
tributos de reparacin exigidos a Alemania, el vencedor real de esta guerra
fue EE.UU., quien se convirti en el principal centro econmico y financiero del mundo, exigiendo un tributo ms pesado an que el de los vencedores de Versalles, con forma de pago de deudas de guerra.
Seguidamente, con la derrota del proletariado alemn a fines de 1933,
EE.UU. apareci como un "pacificador" de Europa y la principal fuerza contrarrevolucionaria. En su papel de pacificador europeo, vigoriz nuevamente la dominacin capitalista en su punto ms dbil, Alemania, inyectndole
los millones de Dawes-Young4. Ayud as al renacimiento de las ilusiones
democrticas en Alemania, en Francia y en Inglaterra, y levant la reivindicacin de la limitacin de armamentos que impeda el pago de las deudas de
guerra a Wall Street. El desarme europeo (dada la superioridad industrial
de Amrica del Norte, que le permiti dominar rpidamente los armamentos
de cualquier pas) no era ms que la reivindicacin pacifista gracias a la cual
el imperialismo yanqui se esforzaba en reducir el mercado, ya reducido, que
segua estando a disposicin de los competidores europeos.
Finalmente, en la ltima etapa de su intervencin, el imperialismo norteamericano ha mostrado que no eliminaba ni moderaba los conflictos
entre las potencias europeas: por el contrario, sus propias necesidades
agravan los conflictos entre las diferentes potencias europeas. Todas estn
comprometidas en una nueva guerra mundial, unas para defender la parte
de la racin a la que EE.UU. redujo a Europa, otras en su lucha por aumentar sus ingresos para tratar de resolver sus contradicciones internas. En
apariencia, el ascenso del imperialismo norteamericano en Europa tuvo el
efecto de pacificar el continente; en los hechos, esto apresura una nueva
guerra mundial, marcada por la carrera armamentstica, la conquista de
Etiopa, la guerra civil en Espaa, la invasin japonesa en China. Esta
guerra no podr limitarse a Europa y todos los pases importantes de la tierra estarn inexorablemente comprometidos.
4. Plan Dawes-Young: llamado as por Owen D. Young (1874-1962): abogado de grandes empresas norteamericanas, estableca que una comisin formada de acuerdo a las resoluciones del Tratado de Versalles supervisara el pago de las reparaciones de guerra por
Alemania. Antes se haba aprobado el Plan Dawes, llamado as por el banquero y poltico
norteamericano Charles G. Dawes (1865-1951). Young administr ambos planes, que como
el Tratado de Versalles, obedecan a los contradictorios objetivos de subordinar la economa
alemana y frenar el alza revolucionaria de posguerra. El Plan Young perdi vigencia en 1931,
cuando se acept la moratoria sobre el pago de las deudas de guerra por Alemania propuesta por Hoover.
Todo esto mientras preserva su total independencia organizativa y poltica, reservndose y ejerciendo el derecho de organizar a la clase obrera en
un movimiento separado y de presentar su propio programa independiente contra el de los pequeo burgueses y los nacionalistas vacilantes y, a
menudo, traidores.
En EE.UU., los revolucionarios deben alzar a los obreros norteamericanos contra el envo de ejrcitos a Amrica Latina y el Pacfico
y por el retiro de estas fuerzas que operan como instrumento de la
opresin imperialista, contra toda otra forma de presin imperialista,
diplomtica o econmica, destinada a violar la independencia nacional
de un pas o a no permitirle alcanzarla. Los partidos de la IV
Internacional estn a favor de la independencia inmediata e incondicional de Puerto Rico, de las islas Vrgenes, de Filipinas, de las islas
de Hawai, Samoa y las otras colonias directas, dependencias y protectorados del imperialismo norteamericano.
La capitulacin de la burguesa nacional de Filipinas ante la dominacin norteamericana, al igual que el intento de algunos partidos de la burguesa de Amrica del Norte de utilizar el sentimiento de independencia
nacional a favor de sus propios objetivos, muestra que una direccin de
clase proletaria en los pases coloniales ser la nica garanta para que la
lucha por la verdadera independencia nacional sea llevada adelante con
fuerza y hasta el final.
Al mismo tiempo, los miembros de la IV Internacional subrayan que
ningn pas de Amrica Latina o del Pacfico, que ahora se encuentran
bajo algn grado de dominacin del imperialismo yanqui, puede alcanzar
su liberacin completa si sta se limita a sus propios esfuerzos.
Unicamente una unin de los pueblos de Amrica Latina, orientada hacia
una Amrica socialista vivificada, aliada al proletariado revolucionario de
EE.UU., ser lo bastante fuerte para expulsar con xito al imperialismo de
Amrica del Norte. De la misma manera, los pueblos del Viejo Mundo no
pueden resistir con xito la presin del coloso yanqui, que los empobrece
y los empuja hacia la guerra, ms que estableciendo los Estados Unidos
de Europa, bajo la direccin socialista del proletariado, los pueblos del
hemisferio oriental no pueden asegurar una plena independencia nacional,
posibilidades de desarrollo ilimitado y el fin de la explotacin de los tiranos extranjeros e indgenas ms que unindose en la Unin de las
Repblicas socialistas de Amrica.
Las secciones de la IV Internacional de Amrica del Sur deben hacer
conocer por todos los medios las luchas de los trabajadores y los movimientos revolucionarios americanos contra el enemigo comn. La seccin
de EE.UU. debe consagrar ms tiempo y energa en propagar la posicin
y las luchas de los movimientos obreros de Amrica Latina. Cada accin
del imperialismo norteamericano debe ser anunciada en la prensa y los
1. Artculo publicado en The New International, diciembre de 1938. Tomado de la versin publicada en Escritos de Len Trotsky (1929-1940), CD del CEIP Len Trotsky, Bs.
As, 2000, libro 6. El Pacto de Munich fue firmado el 30 de septiembre de 1938 por el Primer
Ministro Chamberlain y el Premier francs Daladier, Hitler y Mussolini. Este pacto permiti
a Alemania anexarse los Sudetes con el pretexto de la defensa de los derechos de su poblacin predominantemente alemana. Tambin represent el acuerdo de las potencias occidentales con los planes de Hitler de invadir y conquistar Checoslovaquia, tal como lo hizo en
marzo de 1939.
medias esta tarea, dejando casi intacta toda la escoria feudal y particularista8. Es cierto que la revolucin de 1918 aboli las dinastas alemanas (slo
porque la socialdemocracia fue impotente para salvarlas!) pero, traicionada por la socialdemocracia y en manos de los junkers, los banqueros, la
burocracia y los oficiales del ejrcito, la revolucin fue incapaz de garantizar una repblica alemana centralizada e incluso de centralizar burocrticamente la Alemania de los Hohenzollern. Hitler se hizo cargo de ambas
tareas. El dirigente del fascismo se transform, a su modo, en el continuador de Bismarck, quien a su vez concret las bancarrotas burguesas de
1848. Pero vindolo en perspectiva, ste es slo el aspecto superficial del
proceso. Su contenido social cambi radicalmente. El estado nacional, que
alguna vez fue un factor progresivo, se convirti en los pases avanzados
en un freno para el desarrollo de las fuerzas productivas. Diez millones ms
de alemanes dentro de las fronteras del pas no cambian el carcter
reaccionario del estado nacional. A su modo, los imperialistas lo entienden
muy bien. Para Hitler no se trata de hacer de la unificacin de Alemania
un objetivo en s mismo; es una manera de crearse en Europa una base ms
amplia para su futura expansin mundial. La crisis de los Sudetes alemanes, o mejor dicho de las montaas de los Sudetes, fue slo un episodio
ms en el camino hacia la lucha por conseguir colonias.
Una nueva particin del mundo est a la orden del da. El primer paso
en la educacin revolucionaria de los trabajadores debe consistir en desarrollar la habilidad para percibir los verdaderos apetitos, planes y clculos imperialistas tras las frmulas, consignas e hipcritas frases oficiales.
El cuarteto imperialista reemplaza al frente de las democracias
La docilidad carneril de las democracias europeas no es producto del
amor a la paz sino de la debilidad. La causa de esta debilidad no reside en
el rgimen democrtico como tal, sino en la desproporcin entre las bases
econmicas de los centros metropolitanos y las de los imperios coloniales
heredados del pasado. A esta desproporcin se agrega la lucha por la
liberacin de las colonias que, especialmente en pocas de guerra, amenaza estallar en una conflagracin revolucionaria. En estas condiciones, la
democracia decadente se convierte realmente en una fuente ms de
debilidad para las viejas potencias imperialistas.
La desembozada reaccin francesa se aprovecha, indudablemente, de
las capitulaciones del Frente Popular. Podemos suponer con certeza el
8. Bismark, Otto von (1815-1898): dirigente del gobierno prusiano desde 1862 y primer
canciller del imperio alemn. Llev a cabo una larga campaa por la unificacin de Alemania
bajo el mando de Prusia y los Hohenzollern.
9. Attlee, Clement (1883-1967): Dirigente del Partido Laborista ingls desde 1935;
miembro del gabinete de Churchill de 1940 a 1945. Primer ministro en 1945. Citrine, Walter
(sir) (1887-1983): secretario general de la Central Sindical Britnica (TUC), desde 1926
hasta 1946. Fue nombrado Caballero en 1935 por sus servicios a la Corona.
guerra mundial. Si el prximo ao o el siguiente el fascismo conquistara Francia y el Partido Laborista ganara en Inglaterra, estos cambios
polticos alteraran muy poco la disposicin de las piezas imperialistas
en el tablero mundial. La Francia fascista estara tan poco dispuesta
como la Francia del Frente Popular a entregarle Alsacia-Lorena a
Hitler o a compartir con l sus colonias. El Partido Laborista, impregnado del espritu imperialista, no podra mitigar el antagonismo de su
pas con Italia en el Mediterrneo, ni controlar en todo el mundo el desarrollo de los antagonismos entre los intereses alemanes y los britnicos. En estas condiciones, el acuerdo entre las Cuatro potencias, si
alguna vez se concreta, llevar a nuevas crisis que no se harn esperar
mucho tiempo. El imperialismo se encamina inevitable e irresistiblemente a una nueva divisin del mundo, ms adecuada al cambio en la
relacin de fuerzas. Para evitar la catstrofe, hay que estrangular al
imperialismo. Cualquier otro mtodo ser una ficcin, una ilusin, una
mentira.
El significado del giro gubernamental en Checoslovaquia
La negativa de Francia y Gran Bretaa de defender los intereses
imperialistas de la burguesa checa llev no slo al desmembramiento
de Checoslovaquia sino tambin al colapso de su rgimen poltico.
Esta experiencia demostr, de manera qumicamente pura, que la
democracia checoslovaca no fue una expresin de la voluntad popular sino simplemente un aparato a travs del cual el capitalismo
monopolista checo se adaptaba a los Estados que lo patrocinaban. Ni
bien desapareci la tutela militar, la maquinaria democrtica se demostr innecesaria y adems perniciosa, ya que amenazaba provocar roces
innecesarios con Hitler. Los dirigentes burgueses checos crearon
inmediatamente un aparato de adaptacin imperialista a travs de una
dictadura militar. Este cambio de rgimen se realiz sin la menor participacin del pueblo, sin nuevas elecciones e incluso sin consultar al
viejo parlamento. El presidente electo por el pueblo, el archidemcrata Benes*, convoc a los generales en actividad de la repblica
para que tomen el poder. Esta convocatoria al principio pareci algo
as como una concesin al pueblo, que se haba rebelado y protestaba,
haca manifestaciones y exiga que se resistiera a Hitler, armas en
mano. Quieren resistir? Aqu tienen un general para dirigir el pas!
Luego de hecho esto, el presidente se retir. Despus, el general, que
hasta entonces encabezaba las Fuerzas Armadas y que constitua, por
as decirlo, la resplandeciente espada de la democracia, anunci su
El comunismo chovinista
El monstruoso y rpido desarrollo del oportunismo sovitico se explica por causas anlogas a las que, en la generacin anterior, llevaron al florecimiento del oportunismo en los pases capitalistas: el parasitismo de la
burocracia laboral, que logr resolver su problema social en base al
aumento de las fuerzas productivas en la URSS. Pero como la burocracia
sovitica es incomparablemente ms poderosa que la burocracia laboral
de los pases capitalistas, y como el comedero de que dispone se caracteriza por su capacidad casi ilimitada, es natural que la variedad sovitica
del oportunismo haya asumido inmediatamente un carcter especialmente
prfido y vil.
En lo que se refiere a la ex Comintern, su base social, hablando con
propiedad, es de naturaleza doble. Por un lado, vive de los subsidios del
Kremlin, se somete a sus rdenes, y en este aspecto todo ex comunista
burcrata es un hermano menor y un subordinado del burcrata sovitico.
Por otra parte, los distintos aparatos de la ex Comintern abrevan de las
mismas fuentes que la socialdemocracia: las superganancias del imperialismo. El crecimiento de los partidos comunistas estos ltimos aos, su
infiltracin en las filas de la pequeoburguesa, su penetracin en el aparato estatal, en los sindicatos, los parlamentos, las municipalidades, etctera, reforzaron al extremo su subordinacin al imperialismo nacional a
expensas de su tradicional dependencia del Kremlin.
Hace diez aos se predijo que la teora del socialismo en un solo pas
llevara inevitablemente al surgimiento de tendencias nacionalistas en
las secciones de la Comintern. Esta previsin se transform en un hecho
evidente. Pero hasta hace poco el chovinismo de los partidos comunistas de Francia, Gran Bretaa, Blgica, Checoslovaquia, Estados Unidos
y otros pases pareca, y en cierta medida lo era, un reflejo de los intereses de la diplomacia sovitica (la defensa de la URSS). Hoy podemos afirmar con certeza que se entra en una nueva etapa. El crecimiento de los antagonismos imperialistas, la evidente proximidad del peligro
de guerra, el obvio aislamiento de la URSS tienen que fortalecer, inevitablemente, las tendencias nacionalistas centrfugas dentro de la
Comintern. Cada una de sus secciones comenzar a desarrollar por su
cuenta una lnea patritica. Stalin reconcili a los partidos comunistas de
las democracias imperialistas con sus burguesas nacionales. Ahora se
super esta etapa. El alcahuete bonapartista ya jug su rol. De aqu en
ms, los comunistas-chovinistas tendrn que preocuparse por sus propios pellejos, cuyos intereses de ninguna manera coinciden con la
defensa de la URSS.
Cuando el norteamericano Browder* consider conveniente declarar ante un comit senatorial que, en caso de guerra entre Estados
Len Trotsky
Oliver2, aun antes de que fuera aplastada por las bandas de Franco. La derrota de la revolucin espaola pospuso la perspectiva revolucionaria y puso a
la orden del da la guerra imperialista. Slo un ciego puede no verlo!
Por supuesto, cuanto ms enrgica y audazmente luchen ahora contra
el militarismo y el imperialismo los obreros avanzados de todos los pases, a despecho de las condiciones desfavorables, tanto ms rpidamente
podrn detener la guerra cuando haya comenzado y mayores sern las
esperanzas que tendr nuestra civilizacin de salvarse de la destruccin.
S, no dudo de que la nueva guerra mundial provocar, inevitablemente, la revolucin mundial y el colapso del sistema capitalista. Los gobiernos imperialistas estn haciendo todo lo posible para acelerar este colapso. Slo es necesario que el proletariado mundial no sea sorprendido nuevamente por los grandes acontecimientos.
Aprovecho para recordar que la tarea que se plantea la Cuarta
Internacional es precisamente la preparacin revolucionaria de la vanguardia. Es por eso que se llama Partido Mundial de la Revolucin
Socialista.
Pregunta: El mundo no est demasiado asustado de Hitler?
Respuesta: Los gobiernos democrticos contemplan a Hitler, que consigui liquidar la cuestin social, con admiracin y temor. La clase obrera, que durante un siglo y medio sacudi peridicamente con sus revueltas
a los pases civilizados de Europa, ha sido sbitamente silenciada en Italia
y Alemania. Los polticos oficiales atribuyen este xito a las virtudes
internas, cuasi msticas del fascismo y del nacionalsocialismo. En realidad,
la fuerza de Hitler no est en l, ni en su despreciable filosofa, sino en la
terrible decepcin de las masas trabajadoras, en su confusin y languidez.
Durante muchas dcadas el proletariado alemn construy una organizacin sindical y un partido socialdemcrata. Junto a la poderosa socialdemocracia apareci ms tarde un poderoso Partido Comunista. Y todas
estas organizaciones, que crecieron sobre los hombros del proletariado,
resultaron nulas en el momento crtico y se desmoronaron ante la ofensi-
2. Azaa y Daz, Manuel (1880-1940): Abogado, dirigente republicano que fuera jefe del
gobierno de izquierda en los inicios de la repblica. Largo Caballero, Francisco (18691946): dirigente del PSOE y de la UGT, antiguo moderado, convertido en jefe de la izquierda socialista y apelado el Lenn espaol, haba dirigido el gobierno del Frente Popular
durante la guerra civil, desde septiembre de 1936 hasta junio de 1937 y fue separado por presin de Mosc. Negrn Lpez, Juan (1889-1956): socialista moderado, ministro de Finanzas
en el gobierno de Largo Caballero. Garca Oliver, Jos (1901-1980): dirigente anarquista
espaol de derecha que colabor con los stalinistas para aplastar al ala revolucionaria de los
leales. Fue ministro de justicia en el gobierno de Largo Caballero.
PA R T E I
ESTA NO ES NUESTRA G U E R R A
LA URSS EN LA GUERRA1
Coyoacn, Mxico, 25 de septiembre de 1939
Len Trotsky
3. Esta idea ha sido expresada por Trotsky en 1933, despus que la poltica de Stalin
haba permitido el acceso de Hitler en Alemania.
cracia totalitaria como clase dirigente. Proponen que se considere la revolucin contra esta burocracia, no como poltica, sino como social. Si nosotros les acordramos esas concesiones terminolgicas, colocaramos a
nuestros crticos en una situacin extremadamente difcil ya que no sabran que hacer con su victoria, puramente verbal.
Verifiquemos una vez ms
Por ello sera un monstruoso absurdo romper con camaradas que, si
bien en la cuestin de la naturaleza sociolgica de la URSS, sostienen otra
opinin, son con nosotros solidarios en lo que hace a las tareas polticas.
Pero, por otra parte, sera ceguedad ignorar desacuerdos puramente tericos aun terminolgicos, si en la evolucin ulterior pueden revertirse de
carne y de sangre y conducir a conclusiones polticas absolutamente distintas, as como el ama de casa no tolera que se acumulen las telaraas y
el polvo, el Partido Revolucionario no puede soportar la falta de claridad,
la confusin, la ambigedad. Hay que tener la casa limpia!
Para ilustrar nuestro pensamiento, recordemos la cuestin de termidor.
Durante largo tiempo, afirmamos que el termidor slo se preparaba en la
URSS pero que no se haba realizado todava. En seguida, habiendo dado
a la analoga con el termidor un carcter ms preciso y ms cavilado, llegamos a la conclusin de que el termidor haba sido ya sobrepasado. Esta
correccin franca de nuestro error no provoc en nuestras filas el menor
trastorno. Por qu? Porque todos nosotros habamos apreciado del mismo
modo la esencia de los procesos que se desarrollaban en la Unin
Sovitica, al seguir en comn, da a da el crecimiento de la reaccin. Para
nosotros, slo se trataba de una precisin de la analoga histrica, no ms.
Espero que aun ahora, a pesar del intento de ciertos camaradas de fomentar divergencias en la cuestin de la defensa de la URSS -ya hablaremos
de ello adelante- lograremos, por medio de una sencilla precisin de nuestras ideas, mantenernos unnimes en el terreno del programa de la Cuarta
Internacional.
Tumor o nuevo rgano?
Nuestros crticos han invocado, ms de una vez, el hecho de que la
actual burocracia sovitica se parece muy poco a la burocracia obrera o
burguesa de la sociedad capitalista; que, en una proporcin todava mayor
que la burocracia fascista, representa ella una nueva formacin social
extremadamente poderosa. Es absolutamente justo y jams hemos cerrado
nosotros a ese respecto. Pero si se reconoce que la burocracia sovitica es
automatismo burocrtico, es decir con el estrangulamiento de la iniciativa de la creacin. Pero mientras ms se elev la economa, ms complejas se tornaron sus exigencias y ms se convirti el rgimen burocrtico
en obstculo intolerable. Las contradicciones que se exacerban continuamente entre s, conducen a convulsiones polticas incesantes, al exterminio sistemtico de los elementos creadores mejor dotados de todos los
dominios de la actividad. As, antes de que la burocracia haya podido
secretar de s una clase dominante, ha cado en una contradiccin intolerable con las exigencias de la evolucin. Eso se explica precisamente
por el hecho de que la burocracia es, no el vehculo de nuestro sistema de
economa, que le sea propio, imposible sin ella, sino una excrecencia
parasitaria a un Estado obrero.
Condiciones del poder y de la decadencia de la burocracia
La oligarqua sovitica posee todos los vicios de las antiguas clases
dominantes, pero carece de la misin histrica de ellas. En la degeneracin
burocrtica de un Estado sovitico encuentran expresin, no las leyes generales de la sociedad contempornea en su paso del capitalismo al socialismo, sino una infraccin especial, excepcional y temporal de esas leyes, en
las condiciones del Estado atrasado del pas revolucionario y de su cerco
capitalista. La falta de bienes de consumo y la lucha general por su posesin
engendran un gendarme que toma sobre s funciones de reparto. La presin
hostil del exterior pone en manos del gendarme el papel de defensor del
pas, le otorga seguridad nacional y le permite pillar doblemente al pas.
Las dos condiciones del poder de la burocracia -el Estado atrasado del
pas y el cerco imperialista- tienen, sin embargo, un carcter temporal y
transitorio y deben desaparecer con la victoria de revolucin internacional. Los economistas burgueses mismos han calculado que con una economa planificada sera posible elevar rpidamente la renta nacional de
Estados Unidos a doscientos mil millones de dlares por ao y asegurar
as a toda la poblacin, no slo la satisfaccin de las necesidades fundamentales, sino tambin un verdadero confort. Por otra parte, la revolucin
internacional pondra trmino a todo peligro exterior, causas suplementarias de burocratizacin. La desaparicin de la necesidad de gastar una
parte enorme de la renta nacional en armamento elevara todava ms el
nivel de vida y cultura de las masas. Si estas dos condiciones se cumplieran, la necesidad del gran gendarme repartidor desaparecera por s
misma. La autoridad estatal seria muy rpidamente reemplazada por la
administracin de una gigantesca cooperativa. Para una nueva clase dominante y para un nuevo rgimen de explotacin situado entre capitalismo y
socialismo, no quedara sitio.
6. Urbahns Hugo (1890-1946): Miembro del Partido Socialista alemn que se sum al
Partido Comunista en 1920 tomando posiciones ultraizquierdistas; fue expulsado en 1926.
Ayud a formar el Leninbund en 1928 y expuls a los miembros de la Oposicin de
Izquierda en 1930. Teoriz que la URSS era una forma de capitalismo de estado. La polmica de Trotsky contra l se encuentra en La Cuarta Internacional y la URSS. La naturaleza de clase de la Unin sovitica, 1 de octubre de 1933. Escritos de Len Trotsky (19291940), CD del CEIP Len Trotsky, Bs. As., 2000, Libro 3.
7. Ciertamente en la ltima parte de su libro, que contiene contradicciones fantsticas,
Bruno R. refuta de modo enteramente consciente y puntual su propia teora del colectivismo burocrtico, expuesta en la primera parte del libro, y declara que stalinismo, fascismo y
nazismo son deformaciones transitorias y parasitarias, castigo histrico de la impotencia del
proletariado; en otros trminos, despus de haber sometido las concepciones de la Cuarta
Internacional a la ms viva crtica, Bruno R. vuelve sbitamente a sus concepciones, pero
slo para entrar en nueva serie de yerros. Ninguna razn tenemos para seguir paso a paso a
un escritor que ostensiblemente ha perdido el equilibrio. Lo que nos interesa son los argumentos con que intenta cimentar su concepcin de la burocracia como clase. [Nota de L.T.]
9. Russell, Bertrand (1872-1970): Clebre filsofo y matemtico ingls que haba sido
objeto de los ataques de Trotsky en el pasado debido a su pacifismo.
del proletariado para tomar el sitio de ellos. Los resultados de esta prueba
indudablemente tendrn una importancia decisiva para nuestra apreciacin de la poca contempornea en tanto que poca de la revolucin proletaria. Si, a despecho de todas las verosimilitudes, en el curso de la actual
guerra o inmediatamente despus de ella, la revolucin de octubre no
encontrara su continuacin en alguno de los pases avanzados; si, por el
contrario, el proletariado se encontrara por doquier arrojado hacia atrs,
entonces indudablemente tendramos que plantear la cuestin de revisar
nuestra concepcin de la poca actual y de sus fuerzas motrices. Por lo
dems, no se tratara de saber qu marbete escolar adosar a la URSS o a
la pandilla stalinista, sino cmo apreciar la perspectiva histrica mundial
de las prximas decenas de aos y aun siglos: Hemos entrado en la poca
de la revolucin social y de la sociedad socialista o en la poca de la sociedad declinante de la burocracia totalitaria?
El doble error de los esquematistas de la clase de Hugo Urbahns y de
Bruno R. consiste en que, primero, proclaman que este ltimo rgimen ha
llegado ya definidamente; segundo, declaran que l constituir una larga
situacin intermedia de la sociedad entre el capitalismo y el socialismo.
Sin embargo, es absolutamente evidente que si el proletariado internacional, como consecuencia de la experiencia de toda nuestra poca y de
la actual nueva guerra, se mostrara incapaz de convertirse en amo de la
sociedad, eso significara el hundimiento de todas las esperanzas de revolucin socialista, ya que es imposible esperar otras condiciones ms favorables para ella; en todo caso, nadie puede preverlas desde ahora, ni
caracterizarlas.
Los marxistas no poseen el menor derecho (si no se considera como
un derecho la decepcin y la fatiga) de sacar la conclusin de que el
proletariado ha usado sus posibilidades revolucionarias y debe renunciar
a pretender dominar la prxima poca. Veinte aos en la balanza de la
historia, cuando se trata del profundo cambio de sistemas econmicos y
de cultura, son menos que una hora en la vida de un hombre. Qu vale
el hombre que a causa de fracasos empricos durante una hora o un da,
renuncia a la finalidad que se ha propuesto a base de la experiencia y el
estudio de toda su vida anterior? Durante los aos de la sombra reaccin rusa (1907-1917) contbamos nosotros con las posibilidades revolucionarias que el proletariado ruso haba manifestado en 1905. En los
aos de la reaccin mundial, debemos contar con las posibilidades que
el proletariado ruso ha manifestado en 1917. No por casualidad se llama
la Cuarta Internacional partido mundial de la revolucin socialista.
Nuestra ruta queda inmutable, mantenemos la orientacin hacia la revolucin internacional y, por ello mismo, hacia la regeneracin de la URSS
en tanto que Estado Obrero.
lograrn no provocar confusin entre las masas, slo en el caso de que nosotros nos representemos claramente nuestras tareas.
Conclusiones
En este momento, no tenemos ninguna razn para cambiar nuestra
posicin principal acerca de la URSS
La guerra acelera los distintos procesos polticos. Puede acelerar el
proceso de regeneracin revolucionaria de la URSS Pero tambin puede
acelerar el proceso de su degeneracin definitiva. Por eso es necesario
seguir atentamente y sin prevencin las transformaciones que la guerra
introducir en la vida interna de la URSS, para darse cuenta de ello oportunamente.
Nuestras tareas en las provincias ocupadas son, en el fondo, las mismas que en la URSS; pero como los acontecimientos las plantean bajo
forma extremadamente aguda nos ayudan ellas tanto mejor a aclarar nuestras tareas generales en cuanto a la URSS
Es necesario formular nuestras consignas de tal modo que los obreros
perciban claramente lo que defendemos exactamente en la URSS (propiedad estatal y economa planificada) y contra qu luchamos implacablemente (burocracia parasitaria y su Comintern).
No hay que perder de vista ni por un momento que la cuestin del
derrocamiento de la burocracia sovitica esta para nosotros subordinada a
la cuestin del mantenimiento de la propiedad estatal de los medios de
produccin en la URSS; que la cuestin del mantenimiento de la propiedad estatal de los medios de produccin de la URSS est para no-sotros
subordinada a la cuestin de la revolucin proletaria internacional.
L. Trotsky
4 de diciembre de 1939
Len Trotsky
Surgida mucho despus que las potencias occidentales, la Alemania capitalista construy la industria ms avanzada y dinmica del continente
europeo; pero haba sido derrotada en la anterior divisin del mundo. Lo
dividiremos de nuevo, proclamaron los imperialistas alemanes en 1914.
Se equivocaron. La aristocracia mundial se uni contra ellos y triunf.
Ahora Hitler ansa repetir el experimento de 1914 en una escala ms grandiosa. No puede evitar este anhelo, el capitalismo alemn se sofoca dentro de los confines de sus fronteras. Sin embargo, el problema de Hitler es
insoluble. Incluso si gana la guerra no puede redividirse el mundo en favor
de Alemania. Esta lleg demasiado tarde. El capitalismo se ahoga en todas
partes. Las colonias ya no quieren ser colonias. La nueva guerra mundial
dar un tremendo y vigorizador impulso al movimiento por la independencia de las naciones oprimidas.
Hitler anuda amistades, cambia la caracterizacin de las naciones y los
gobiernos, rompe acuerdos y alianzas, engaa a amigos y enemigos, todo
ello impulsado por un solo objetivo: la redivisin del mundo. Alemania
no es en el presente una potencia mundial, escribi Hitler en su libro.
Pero, Alemania se transformar en una potencia mundial o dejar de
existir. Convertir a la Alemania unificada en una base para la dominacin
de Europa; convertir a la Europa unificada en una base de lucha por la
dominacin mundial, en consecuencia para arrinconar, debilitar y reducir
a Estados Unidos; este objetivo sigue inmutable en Hitler. Es la justificacin del rgimen totalitario que suprimi con mano de hierro las contradicciones de clase en el interior de la nacin alemana.
Rasgos completamente contradictorios caracterizan a la URSS. La Rusia
zarista dej una herencia de miseria y atraso. La misin del rgimen sovitico no es asegurar reas nuevas para el desarrollo de las fuerzas productivas, sino desarrollar las fuerzas productivas en las viejas reas. Los objetivos econmicos de la URSS no exigen la extensin de sus fronteras. El
nivel de sus fuerzas productivas no le permite encarar una gran guerra. Su
capacidad ofensiva no es considerable. Su capacidad defensiva est dada,
sobretodo, por sus vastas superficies.
Despus de los ltimos xitos del Kremlin se puso de moda comparar la
poltica actual de Mosc con la poltica tradicional de Gran Bretaa. Esta,
salvaguardando su neutralidad, mantena el equilibrio de poderes en
Europa y al mismo tiempo retena en sus manos la clave de este equilibrio.
Segn esta teora el Kremlin se puso del lado de Alemania, la potencia
ms dbil, slo para volcarse al campo enemigo en el caso de que los alemanes obtengan demasiados xitos. En esta teora se pone todo cabeza
abajo. La poltica tradicional de Gran Bretaa fue posible debido a su tremenda preponderancia econmica sobre los dems pases europeos. La
Unin Sovitica, por el contrario, es la ms dbil de todas las grandes
potencias en lo que respecta a la economa.
Stalin impuls la alianza con Hitler, para sorpresa de todos los rutinarios
de la diplomacia y los imbciles pacifistas, porque slo de l poda provenir el peligro de una guerra y porque, segn la evaluacin del Kremlin,
Alemania es ms poderosa que sus posibles enemigos. Las prolongadas
conferencias que se sostuvieron en Mosc con las delegaciones militares
de Francia e Inglaterra el verano pasado sirvieron no slo de camuflaje de
las negociaciones con Hitler sino tambin de espionaje directo para obtener informacin militar. El estado mayor general de Mosc se convenci,
evidentemente, de que los aliados estaban mal preparados para una gran
guerra. Una Alemania completamente militarizada es un enemigo formidable; slo se puede comprar su benevolencia cooperando con sus planes.
Fue esta conclusin lo que determin la decisin de Stalin. La alianza con
Hitler elimin por el momento el peligro de que la URSS se vea involucrada en la guerra y abri tambin la posibilidad de obtener ventajas estratgicas inmediatas. En el Lejano Oriente, Stalin se repleg una y otra vez
durante muchos aos para escapar de la guerra; en la frontera occidental
las circunstancias fueron tales que pudo escaparle corriendo... hacia adelante, no abandonando antiguas posiciones sino tomando otras nuevas.
La prensa aliada pinta la situacin como si Hitler fuera el prisionero de
Stalin y exagera los beneficios que obtuvo Mosc a expensas de
Alemania: la mitad de Polonia (de acuerdo al nmero de habitantes alrededor de un tercio), el dominio de la costa oriental del Mar Bltico, una
salida a los Balcanes, etctera. Indudablemente, las ventajas que logr
Mosc son considerables. Pero todava no se realiz la ltima rendicin
de cuentas. Hitler comenz la guerra a escala mundial. Alemania emerger de esta lucha duea de Europa y de todas las colonias europeas o se ir
a pique. Mantener a salvo en la guerra su flanco oriental es una cuestin
de vida o muerte para Hitler. Le pag al Kremlin con provincias del antiguo imperio zarista. Fue un precio demasiado alto?
El argumento de que Stalin enga a Hitler con su invasin a Polonia y su
presin sobre los pases blticos es totalmente absurdo. Es mucho ms
probable que el mismo Hitler haya sugerido a Stalin que ocupe Polonia
oriental y ponga las manos sobre los estados blticos. En tanto el nacionalsocialismo fue producto de una cruzada contra la Unin Sovitica,
Stalin naturalmente no poda depender de la palabra de honor de Hitler.
Las negociaciones se llevaron a cabo en un tono realista. Hitler le pregunt a Stalin: Usted me tiene miedo? Quiere garantas? Tmeselas.
Y Stalin se las tom. Pintar las cosas como si la nueva frontera occidental
de la URSS fuera una barrera permanente al avance de Hitler hacia el
Oriente va ms all de toda proporcin. Hitler resuelve sus objetivos por
etapas. Ahora est a la orden del da el aplastamiento de Gran Bretaa.
Para lograrlo se puede sacrificar cualquier cosa. La marcha hacia el este
supone la guerra entre Alemania y la URSS. Cuando llegue el momento
mantener un equilibrio adecuado entre los distintos sectores de la economa. Si el ritmo de crecimiento de algunos sectores industriales se reduce
en un ao o dos de un quince a un diez o cinco por ciento, y ms todava
si la produccin industrial se mantiene en el nivel del ao anterior, aparecer inmediatamente un excedente significativo de materia prima. El bloqueo absoluto del comercio exterior alemn, por otra parte, inevitablemente derivar a Rusia una cantidad considerable de exportaciones de ese
pas a cambio de las materias primas soviticas.
Ms aun, no debe olvidarse que la URSS acumul y sigue acumulando
todava inmensas reservas de materias primas y productos alimenticios
teniendo en cuenta sus propsitos militares defensivos. Una parte significativa de estas reservas representa una fuente potencial de provisiones
para Alemania. Adems, Mosc puede proporcionarle oro a Hitler; el oro,
pese a todos los esfuerzos por establecer una economa cerrada, sigue
siendo un vaso comunicante importante durante la guerra. Finalmente, la
amistosa neutralidad de Mosc facilita extraordinariamente a Alemania la
explotacin de los recursos de los pases del Bltico, Escandinavia y los
Balcanes. Junto con la Rusia sovitica -dice, no sin fundamento, el
Voelkischer Beobachter [El Observador del Pueblo], el peridico de
Hitler, el 2 de noviembre- dominamos las fuentes de materias primas y de
productos alimenticios de todo el Este.
Varios meses antes de la firma del pacto entre Mosc y Berln, Londres le
daba ms importancia que ahora a la ayuda econmica que la URSS le
poda otorgar a Hitler. Una investigacin semioficial conducida por el
Instituto Real de Asuntos Internacionales sobre los intereses polticos y
estratgicos del Reino Unido (la introduccin data de marzo de 1939)
declara, en relacin con la posibilidad de un acercamiento sovitico-alemn: El peligro que tal combinacin entraa para Gran Bretaa puede
ser muy grande. Es cuestionable -contina el autor colectivo- que Gran
Bretaa pueda lograr una victoria decisiva en cualquier lucha contra
Alemania si no se puede bloquear por tierra la frontera oriental alemana. Esta evaluacin es digna de la atencin ms cuidadosa. No es una
exageracin afirmar que la alianza con la URSS disminuye la efectividad
del bloqueo contra Alemania por lo menos en un veinticinco por ciento, y
tal vez en una proporcin considerablemente mayor.
Al apoyo material es necesario agregarle, si es que cabe la palabra, el apoyo
moral. Hasta fines de agosto la Comintern exiga la liberacin de Austria,
Checoslovaquia, Albania, Abisinia, y no deca nada sobre las colonias britnicas. Ahora la Comintern se calla acerca de Checoslovaquia, apoya la
divisin de Polonia, pero exige la liberacin de la India. El Pravda de
Mosc ataca la supresin de las libertades, pero silencia las sangrientas ejecuciones hitleristas de checos y las torturas a los judos polacos. Todo esto
significa que el Kremlin todava aprecia en mucho la fuerza de Alemania.
2. Ernst Thaelmann (1886-1944): fue dirigente del Partido Comunista Alemn su candidato presidencial, y partidario de la poltica del Kremlin que condujo a la victoria de Hitler.
Arrestado por los nazis en 1933, fue posteriormente ejecutado en Buckenwald en 1944.
4. Barn Konstantin von Neurath (1873-1956): ministro alemn de relaciones exteriores (1932-1938) y protector de Bohemia y Moravia (1939-1941). Fue condenado a quince
aos de prisin por el tribunal de crmenes de guerra de Nremberg
MANIFIESTO DE LA IV INTERNACIONAL
SOBRE LA GUERRA IMPERIALISTA
Y LA REVOLUCIN PROLETARIA MUNDIAL1
Mayo de 1940
Len Trotsky
2. Abisinia (Etiopa) y Albania haban sido ocupadas por Italia en 1935 y 1939 respectivamente, y China fue invadida por Japn, primero en 1931 y nuevamente en 1937.
3. Haba mucha resistencia en los Estados Unidos al recibimiento de los refugiados
europeos que huan frente al avance alemn. En primer lugar de los judos. Muchas organizaciones hacan campaa por lo que se llamaba la apertura de las puertas, pero las visas
llegaban en cuenta gotas a Europa.
nsticos y promesas que se hicieron entonces fueron sometidos a la prueba de los hechos. Se comprob que era una mentira el cuento de hadas de
la guerra para acabar con todas las guerras. La prediccin de Lenin se
convirti en una trgica verdad.
Las causas inmediatas de la guerra
La causa inmediata de la guerra actual es la rivalidad entre los viejos
imperios coloniales ricos, Gran Bretaa y Francia, y los ladrones imperialistas que llegaron retrasados, Alemania e Italia.
El siglo XIX fue la era de la hegemona indiscutida de la potencia
imperialista ms antigua, Gran Bretaa. Entre 1815 y 1914 rein, aunque
no sin explosiones militares aisladas, la paz britnica. La flota britnica, la ms poderosa del mundo, jug el rol de polica de los mares. Esta
era, sin embargo, es cosa del pasado. Ya a fines del siglo pasado,
Alemania, armada con una moderna tecnologa, comenz a avanzar hacia
el primer lugar en Europa. Allende el ocano surgi un pas aun ms poderoso, una antigua colonia britnica. La contradiccin econmica ms
importante que llev a la guerra de 1914-1918 fue la rivalidad entre Gran
Bretaa y Alemania. En cuanto a Estados Unidos, su participacin en la
guerra fue preventiva; no se poda permitir que Alemania sometiera el
continente europeo. La derrota arroj a Alemania a la impotencia total.
Desmembrada, rodeada de enemigos, en bancarrota por las indemnizaciones, debilitada por las convulsiones de la guerra civil, pareca haber quedado fuera de circulacin por mucho tiempo, sino para siempre. En el continente europeo el primer violn volvi temporalmente a las manos de
Francia. El balance de la victoriosa Inglaterra despus de la guerra result, en ltima instancia, deficitario: independencia creciente de los dominios, movimientos coloniales en favor de la liberacin, prdida de la hegemona naval, disminucin de la importancia de su armada por el gran desarrollo de la aviacin.
Por inercia, Inglaterra todava intent jugar un rol dirigente en la escena mundial durante los primeros aos que siguieron a la victoria. Sus conflictos con Estados Unidos comenzaron a volverse obviamente amenazantes. Pareca que la prxima guerra estallara entre los dos aspirantes
anglosajones a la dominacin del mundo. Sin embargo, Inglaterra pronto
tuvo que convencerse de que su fuerza econmica era insuficiente para
combatir con el coloso de allende el ocano. Su acuerdo con Estados
Unidos sobre la igualdad naval signific su renuncia formal a la hegemona naval, que en la actualidad ya ha perdido. Su vuelco del libre comercio a las tarifas aduaneras fue la admisin franca de la derrota de la industria britnica en el mercado mundial. Su renuncia a la poltica de espln-
4. La poltica del buen vecino, proclamada por el presidente de Estados Unidos Franklin
Roosevelt, planteaba que Estados Unidos no recurrira ms a las intervenciones armadas en
Latinoamrica y el Caribe sino que funcionara como un buen vecino.
5. Thomas, Norman (1884-1968): Antiguo pastor, era el jefe del Partido Socialista y el
ms conocido de los portavoces de la corriente pacifista.
6. Vende es una provincia del sudoeste de Francia que fue bastin del sentimiento contrarrevolucionario durante la Revolucin Francesa.
7. La ofensiva alemana de principios de mayo comenz con la violacin de la neutralidad de Blgica y de los Pases Bajos, de manera de rodear las lneas francesas y atacar desde
el Norte.
verdadero lenguaje de la raza y la sangre: el ladrido del perro y el gruido del cerdo. Por algo Engels llamaba al antisemitismo el socialismo
de los idiotas! El nico rasgo verdadero del fascismo es su voluntad de
poder, sometimiento y saqueo. El fascismo es la destilacin qumicamente pura de la cultura imperialista.
Los gobiernos democrticos, que en su momento saludaron en Hitler a
un cruzado contra el bolchevismo, ahora hacen de l una especie de Satn
inesperadamente escapado de las profundidades del infierno, que viola la
santidad de las fronteras, los tratados, los reglamentos y las leyes. Si no
fuera por Hitler el mundo capitalista florecera como un jardn. Qu mentira miserable! Este epilptico alemn con una mquina de calcular en el
cerebro y un poder ilimitado en las manos no cay del cielo ni ascendi
de los infiernos; no es ms que la personificacin de todas las fuerzas destructivas del imperialismo. Gengis Kan y Tamerlane se les aparecan a los
pueblos pastores ms dbiles como los destructores azotes de Dios, mientras que en realidad no expresaban otra cosa que la necesidad de ms tierras de pastoreo, que tenan todas las tribus, para lo cual saqueaban las
reas cultivadas. Del mismo modo Hitler, al conmover hasta sus fundamentos a las viejas potencias coloniales, no hace ms que ofrecer la expresin ms acabada de la voluntad imperialista de poder. Con Hitler, el capitalismo mundial, arrojado a la desesperacin por su propio impasse,
comenz a hundir en sus entraas una afilada daga.
Los carniceros de la segunda guerra imperialista no lograrn transformar a Hitler en el chivo emisario de sus propios pecados.
Todos los gobernantes actuales comparecern ante el tribunal del proletariado. Hitler no har ms que ocupar el primer puesto entre todos los
reos criminales.
La preponderancia de Alemania
Sea cual fuere el resultado de la guerra, la preponderancia de Alemania
ya qued claramente demostrada. Indudablemente Hitler no posee ninguna nueva arma secreta. Pero la perfeccin de todas las armas existentes
y la combinacin bien coordinada de estas armas (sobre la base de una
industria altamente racionalizada) confieren al militarismo alemn un
peso enorme. La dinmica militar est estrechamente ligada con los rasgos peculiares de todo rgimen totalitario; voluntad unificada, iniciativa
concentrada, preparativos secretos, ejecucin sbita. La paz de Versalles,
sin embargo, les rindi un flaco favor a los aliados. Despus de quince
aos de desarme alemn, Hitler se vio obligado a comenzar a construir de
la nada un ejrcito, y gracias a ello el ejrcito est libre de la rutina, la tcnica y los pertrechos obsoletos tradicionales. El entrenamiento tctico de
12. En enero de 1918 los soviets fineses, bajo la conduccin de los comunistas, intentaron tomar el poder, pero el gobierno fins llam a tropas alemanas para derrotarlos. El
gobierno sovitico no era lo suficientemente fuerte en ese tiempo como para suministrar a
los revolucionarios la ayuda necesaria.
13. Voroshilov, Klementi (1881-1969): Viejo bolchevique fue Comisario de Guerra
(1925-1940) y Presidente de la URSS (1953-1960). Se supona que l y Kalinin simpatizaban con algunas ideas de la Oposicin de Derecha, pero siguieron con Stalin, tal vez porque
ste dispona de informaciones que les hubieran resultado muy embarazosas de hacerse
pblicas. Era de una mediocridad reconocida y el jefe del Ejrcito Rojo en 1939.
14. Timoshenko, Semion K. (1895-1970): amigo de Stalin desde 1910, dirigi la ocupacin de Polonia Oriental en 1939 y parte de las operaciones contra Finlandia (1939-1940).
Se convirti en mariscal en 1940 y reemplaz a Voroshilov como comisario del pueblo de
defensa el mismo ao.
16. En junio de 1936 estall en Francia una ola masiva de huelga que abarcaron a por
lo menos siete millones de trabajadores a la vez, muchos de ellos participantes de huelgas de
brazos cados. Otra alza en la ola de huelgas tuvo lugar en julio de 1936.
17. Narodnikis (populistas): movimiento organizado de los intelectuales rusos que llevaron a cabo actividades entre el campesinado desde 1876 hasta 1879, cuando se dividieron
en dos partidos.
19. Trotsky hace aqu alusin a la poca en la que, en un frenes divisionista, las secciones de la IC acusaban a los partidos socialdemcratas de fascistizarse y no hablaban
ms de socialdemocracia sino de socialfascismo.
Centrismo y anarquismo
Al poner a prueba todo lo que existe y descartar todo lo que est
podrido, la guerra representa un peligro mortal para las Internacionales
que le sobreviven. Un sector considerable de la burocracia de la
Comintern, especialmente en el caso de que la Unin Sovitica sufra
algunos reveses, inevitablemente se volver hacia sus patrias imperialistas. Los obreros, por el contrario, irn cada vez ms hacia la izquierda.
En esa situacin son inevitables las divisiones y las rupturas. Hay una
cantidad de sntomas que indican la posibilidad de que tambin rompa el
ala izquierda de la Segunda Internacional. Surgirn grupos centristas
de distintos orgenes, se rompern, crearn nuevos frentes, bandos,
etctera. Nuestra poca descubrir, sin embargo, que no puede tolerar la
existencia del centrismo. El rol pattico y trgico que jug el POUM, la
ms seria y honesta de las organizaciones centristas, en la revolucin
espaola quedar siempre en la memoria del proletariado avanzado como
una terrible advertencia.
Pero a la historia le gustan las repeticiones. No est excluida la posibilidad de que haya nuevos intentos de construir una organizacin internacional del tipo de la Internacional Dos y Media22 o, esta vez, la
Internacional Tres y Un Cuarto. Esos balbuceos slo merecen atencin
como reflejos de procesos mucho ms profundos por los que atraviesan las
masas trabajadoras. Pero desde ya se puede afirmar con seguridad que los
frentes, bandos e Internacionales centristas, por carecer de
fundamentos tericos, tradicin revolucionaria y un programa acabado
slo sern efmeros. Los ayudaremos criticando implacablemente su indecisin y ambigedad.
Este esquema de la bancarrota de las viejas organizaciones de la clase
obrera quedara incompleto si no mencionramos al anarquismo. Su decadencia constituye el fenmeno ms irrefutable de nuestra poca. Ya antes
de la primera guerra imperialista los anarco-sindicalistas franceses lograron convertirse en los peores oportunistas y en los sirvientes directos de la
burguesa. La mayor parte de los dirigentes anarquistas internacionales se
hizo patriota en la ltima guerra. En el apogeo de la guerra civil en Espaa
los anarquistas ocuparon cargos de ministros de la burguesa. Los predicadores anarquistas niegan el estado en tanto ste no los necesita. En el
momento de peligro, igual que los socialdemcratas, se transforman en
agentes de la clase capitalista.
22. Tal era el sobrenombre que los comunistas dieron, a principios de los aos veinte a
la Unin de los Partidos Socialistas que reunan, alrededor de los socialdemcratas austracos, a los partidos que no queran ser miembros ni de la II ni de la III Internacionales.
La Cuarta Internacional
La vanguardia proletaria es el enemigo irreconciliable de la guerra
imperialista. Pero no teme a esta guerra. Acepta dar la batalla en el terreno elegido por el enemigo de clase. Entra a este terreno con sus banderas
flameando al viento.
La Cuarta Internacional es la nica organizacin que previ correctamente el curso general de los acontecimientos mundiales, que predijo la
inevitabilidad de una nueva catstrofe imperialista, que denunci los fraudes pacifistas de los demcratas burgueses y los aventureros pequeoburgueses de la escuela stalinista, que luch contra la poltica de colaboracin
de clases conocida como frente popular, que cuestion el rol traidor de
la Comintern y los anarquistas en Espaa, que critic irreconciliablemente las ilusiones centristas del POUM, que continu fortaleciendo incesantemente a sus cuadros en el espritu de la lucha de clases revolucionaria.
Nuestra poltica en la guerra es slo la continuacin concentrada de nuestra poltica en la paz.
La Cuarta Internacional construye su programa sobre los fundamentos
tericos del marxismo, slidos como el granito. Rechaza el despreciable
eclecticismo que predomina en las filas de la burocracia laboral oficial de
los distintos bandos, y que muy frecuentemente sirve de indicador de la
capitulacin ante la democracia burguesa. Nuestro programa est formulado en una serie de documentos accesibles a todo el mundo. Su eje se
puede resumir en tres palabras: dictadura del proletariado.
Nuestro programa, basado en el bolchevismo
La Cuarta Internacional se apoya completa y sinceramente sobre los
fundamentos de la tradicin revolucionaria del bolchevismo y sus mtodos organizativos. Que los radicales pequeoburgueses lloren contra el
centralismo. Un obrero que haya participado aunque sea una vez en una
huelga sabe que ninguna lucha es posible sin disciplina y una direccin
firme. Toda nuestra poca est imbuida del espritu del centralismo. El
capitalismo monopolista llev hasta sus ltimos lmites la centralizacin
econmica. El centralismo estatal en el marco del fascismo asumi un
carcter totalitario. Las democracias intentan cada vez ms emular este
ejemplo. La burocracia sindical defiende con ensaamiento su maquinaria
poderosa. La Segunda y la Tercera Internacional utilizan descaradamente
el aparato estatal en su lucha contra la revolucin.
En estas condiciones la garanta ms elemental de xito reside en la
contraposicin del centralismo revolucionario al centralismo de la reaccin. Es indispensable contar con una organizacin de la vanguardia pro-
GUERRA Y PAZ1
Mayo de 1940
Len Trotsky
3. Scheidemann, Philipp (1865-1939): socialdemcrata mayoritario, social chauvinista durante la guerra, haba sido jefe del gobierno alemn tras la eleccin presidencial de
Ebert, Friedrich (1871-1925): secretario del partido y dirigente de su aparato, quien haba
dirigido la represin contra los revolucionarios alemanes, en alianza con el estado mayor, en
1918-1919.
sobrevolando todo y soltando sus cargas a centenas de kilmetros alrededor. La presencia del genio humano frente a la barbarie aterradora: esa es
la imagen del mundo del maana. All tambin nuestro esquema rgido
se revel certero.
Lo importante en el pensamiento cientfico, sobretodo en las complejas cuestiones de poltica e historia, es distinguir lo fundamental de lo
secundario, lo esencial de lo accidental, es prever el movimiento de los
factores esenciales del desarrollo. Para esa gente cuyo pensamiento no va
ms all de hoy para el da siguiente, para aquellos que buscan tranquilizarse con todo tipo de hechos episdicos sin conectarlos con el todo, el
pensamiento cientfico que parte de factores fundamentales parece dogmtico: en poltica, se encuentra esta paradoja en todo momento.
Si el autor ha vaticinado correctamente una cierta cantidad de cosas,
esto no debe atribursele slo a l, sino al mtodo por l aplicado. En los
dems mbitos, la gente -o al menos aquellos que estn especialmente bien
formados- considera como esencial la aplicacin de un mtodo definido.
Esto es diferente en materia poltica. All domina la brujera. Gente con
educacin superior cree que, para una operacin poltica, basta la capacidad de observacin, la ojeada, una cierta dosis de sutileza y el sentido
comn. La ilusin de la libre voluntad engendra lo arbitrario subjetivo. En
Norteamrica, se tiene a menudo la concepcin del hombre poltico como
un ingeniero que toma materias primas y construye en funcin de sus
planes. No hay nada ms ingenuo y vaco que esto. Sin embargo, como en
toda filosofa, incluyendo la filosofa de la historia, existe una manera acertada de concebir las relaciones recprocas entre lo subjetivo y lo objetivo.
En ltima instancia, los factores objetivos prevalecen siempre sobre lo subjetivo. Por eso, una poltica acertada comienza siempre con un anlisis del
mundo real y un anlisis de las tendencias que lo atraviesan. Solo as se
puede llegar a una prediccin cientfica correcta en un proceso sobre la
base de esta prediccin. Cualquier otro enfoque provendra de la brujera.
Ahora bien, gente dotada de una mente vulgar, podra hacer alusin a
la derrota de la corriente poltica a la que perteneca y pertenece el autor
de este libro. Cmo es posible que el empirista Stalin haya vencido a la
fraccin que segua un mtodo cientfico? Esto no quiere decir acaso que
el sentido comn es superior al doctrinarismo? Todo brujo posee cierto
porcentaje de enfermos que se curan. Y todo doctor, un porcentaje de
enfermos que se mueren. A partir de esto, algunos tienden a preferir la brujera y no la medicina. Pero en realidad, la ciencia puede demostrar que en
un caso, el enfermo se cur a pesar de la intervencin del brujo y que en
otro caso, muri porque la ciencia mdica, al menos en su fase actual, no
poda vencer efectivamente a las fuerzas de destruccin del organismo; en
los dos casos, se puede determinar correctamente la relacin entre lo objetivo y lo subjetivo.
Len Trotsky
puede salvar del fascismo. Slo se la puede reemplazar por la democracia proletaria. Si la clase obrera ligara su suerte en esta guerra a la de la
democracia imperialista, ello slo le acarreara una nueva serie de derrotas.
Por la causa de la victoria Inglaterra ya se ha visto obligada a introducir mtodos dictatoriales, cuyo requisito bsico fue la renuncia del
Partido Laborista a toda poltica independiente. Si el proletariado internacional, a travs de todas sus organizaciones y tendencias, toma por el
mismo camino, se facilitar y apresurar la victoria a escala mundial del
rgimen totalitario. Con un proletariado mundial que renuncia a una poltica independiente, una alianza entre la Unin Sovitica y las democracias
imperialistas significara el aumento de la omnipotencia de la burocracia
de Mosc, su posterior transformacin en una agencia del imperialismo y
el inevitable otorgamiento de concesiones al imperialismo en la esfera
econmica. Seguramente, la posicin militar de los distintos pases imperialistas en la arena mundial cambiara consecuentemente; pero la situacin del proletariado internacional, desde el punto de vista de las tareas de
la revolucin socialista, cambiara muy poco.
Para crear una situacin revolucionaria, dicen los sofistas del socialpatriotismo, es necesario asestarle un golpe a Hitler. Para obtener una victoria sobre Hitler, es necesario apoyar a las democracias imperialistas. Pero
si por salvar a las democracias el proletariado renuncia a una poltica
revolucionaria independiente, quin utilizar la situacin revolucionaria
que surgir de la derrota de Hitler? No han faltado situaciones revolucionarias en el ltimo cuarto de siglo. Pero falt un partido revolucionario
capaz de utilizar esas situaciones revolucionarias. Renunciar a preparar un
partido revolucionario en razn de la necesidad de provocar una situacin
revolucionaria es conducir vendados a una masacre a los trabajadores.
Desde el punto de vista de una revolucin en el propio pas, la derrota
del propio gobierno imperialista es indudablemente un mal menor. Los
seudo internacionalistas, sin embargo, se niegan a aplicar este principio a
los pases democrticos derrotados. En cambio, interpretan la victoria de
Hitler, no como un obstculo relativo, sino como uno absoluto en la marcha de la revolucin en Alemania. Mienten en ambos casos.
En los pases derrotados la posicin de las masas empeorar extremadamente en forma inmediata. Sumada a la opresin social est la opresin
nacional, cuya carga principal tambin la sobrellevan los trabajadores. De
todas las formas de dictadura, la totalitaria de un conquistador extranjero
es la ms intolerable. Al mismo tiempo, en la medida en que los nazis traten de utilizar los recursos naturales y la maquinaria industrial de las
naciones que derrotaron, dependern inevitablemente de los trabajadores
y campesinos nativos. Es slo despus de la victoria cuando las dificultades econmicas siempre comienzan realmente. Es imposible apostar un
soldado con un rifle para cada obrero y campesino polaco, noruego, dans,
3. A quin se refiere Trotsky? No pueden ser camisas pardas que eran las SA decapitadas en 1934 ni tampoco a las SS de uniforme negro, en todo caso puede ser a las unidades llamadas de elite, los cuerpos pretorianos.(Nota de Escritos)
COMBATIR EL PACIFISMO1
13 de agosto de 1940
Queridos amigos:
En mi opinin, deberamos fortalecer y profundizar nuestra campaa
contra las tendencias pacifistas, los prejuicios y falsedades.
Los liberales y los demcratas dicen: Debemos ayudar a las democracias con todos los medios, excepto una intervencin militar directa en
Europa. Por qu esta estpida e hipcrita limitacin? Si se debe defender la democracia, hay que hacerlo tambin en suelo europeo, lo mejor
posible, ya que sta es la mejor forma de defender la democracia en
Norteamrica. Ayudar a Inglaterra -aplastando a Hitler- por todos los
medios, incluyendo la intervencin militar, significara la mejor forma de
defender la democracia norteamericana. La limitacin puramente geogrfica no tiene sentido poltico ni militar. Lo que a los trabajadores les
parece que vale la pena defender nosotros estamos listos para defenderlo
con medios militares, en Europa o en Estados Unidos. Es la nica posibilidad que tenemos de asegurar la defensa de las libertades civiles y otras
cosas buenas que existen en Norteamrica.
Pero nos rehusamos categricamente a defender las libertades civiles
y la democracia a la manera francesa; los trabajadores y campesinos dan
su sangre y su carne mientras que los capitalistas concentran el mando en
sus manos2. El experimento de Ptain* debera convertirse ahora en el eje
de nuestra propaganda. Es importante, por supuesto, explicar a los obreros avanzados que la lucha genuina contra el fascismo es la revolucin
socialista. Pero es ms urgente, ms imperativo, explicarles a los millones
de obreros yanquis que la defensa de su democracia no puede quedar en
manos de un mariscal Ptain yanqui, y hay muchos candidatos para ese
papel.
El artculo de Carl OShea3 en el Socialist Appeal del 10 de agosto es
muy bueno. Podemos, de esta forma, desarrollar una campaa muy efectiva contra William Green y contra John L. Lewis, quienes rechazan terminantemente la conscripcin apoyando un ejrcito esclavo voluntario.
El Instituto de la Opinin Pblica estableci que ms del setenta por
ciento de los trabajadores estn a favor de la conscripcin. Es un hecho
de tremenda importancia! Los trabajadores toman seriamente todas las
cuestiones. Si la patria debe ser defendida, entonces la defensa no puede
abandonarse a la voluntad arbitraria de los individuos. Debera tratarse de
una actitud comn. Esta concepcin realista muestra cunta razn tenamos al rechazar de antemano al pacifista puramente negativo o las actitudes semipacifistas. Nos colocamos en el mismo terreno que el setenta por
ciento de los trabajadores -contra Green y Lewis- y en base a esta premisa comenzamos a desarrollar una campaa con el fin de enfrentar a los trabajadores con sus explotadores en el campo militar. Ustedes, trabajadores,
quieren defender y mejorar la democracia. Nosotros, miembros de la
Cuarta Internacional, queremos ir ms all. Sin embargo, estamos listos
para defender la democracia con ustedes, slo con la condicin de que sea
una defensa real y no una traicin a la manera de Ptain.
Por este camino estoy seguro de que podemos progresar.
Fraternalmente,
L. Trotsky
PA R T E III
NO CAMBIAMOS NUESTRO RUMBO
MANIFIESTO:
FRANCIA BAJO HITLER Y PETAIN1
Noviembre de 1940
Comit Ejecutivo de la IV Internacional en Nueva York
6. En Dinamarca, en los Pases Bajos y en Blgica, la prensa comunista apareci, tambin, legalmente bajo ocupacin alemana durante algn tiempo.
bateras de cmaras, comentaristas radiales y oficiales de revista en la espaciosa Place de la Concorde. El mundo exterior estaba claramente sorprendido, pero no haba lugar para la sorpresa. La escena no fue ms que el ltimo acto de un drama sombro cuyo primer acto fue inaugurado en 1933.
La denominada Batalla de Francia fue, desde el punto de vista histrico, una simple operacin de pasar la escoba. La democracia francesa
ya haba perdido la guerra en tres batallas decisivas. Sus fechas: 1933,
1936, 1938. Los campos de batalla respectivos: Alemania, Espaa y
Francia; Francia misma inclusive. El principal organizador de las derrotas:
el capitalismo democrtico. El arma principal: el stalinismo.
La gnesis de las tropas de combate de Hitler
El totalitarismo de pacotilla
Una forma de caracterizar a esta legislacin es decir que con ella, la
clase dominante francesa, con su tpica mezquindad, trat de implementar
lo que podra denominarse un totalitarismo de pacotilla.
Era tericamente posible que el capitalismo francs agrupara a los
obreros y los campesinos a su alrededor en grado suficiente como para
enfrentar a Alemania, transformando a la democracia de una palabra
hueca usada en la retrica de celebracin del Da de la Bastilla, en algo
real y tangible, en dinero contante y sonante destinado a los salarios obreros y los subsidios para los granjeros, en un no menos importante y genuino aumento de las libertades civiles y del poder del pueblo para mantener
un control genuino sobre el gobierno. Pero en la prctica eso hubiera significado compartir, en un caso, su riqueza; en el otro, su poder, con sus
compatriotas. El capitalismo francs no mostr falta de voluntad, sino que
era incapaz de hacer cualquiera de estas cosas. Con su creciente degeneracin econmica, la cada de sus ganancias, sus crisis insolubles, el capitalismo francs no poda darse el lujo de compartir la riqueza; de hecho,
para sobrevivir meramente, se vio forzado, en medida creciente, a apoderarse de las pocas conquistas que las masas francesas le haban arrancado.
Luego de la leccin de 1936, tampoco se atrevi a permitir ningn incremento de la democracia poltica, la cual, cada vez que empezaba a funcionar genuinamente, mostraba que llevaba en forma directa hacia una
revolucin que arrojara por la borda la pesadilla asfixiante de un capitalismo perimido, conduciendo a la nacin francesa al socialismo.
La otra alternativa era el fascismo. Los obreros norteamericanos deben
despejar su mente de cualquier confusin peligrosa (creada por los stalinistas durante el perodo del Frente Popular) entre el fascismo y la reaccin
clsica. La reaccin clsica, como la de la Rusia zarista o la Francia de
Ptain, depende sobretodo de la polica mercenaria, mientras que el fascismo se apoya primordialmente en una base de masas genuina de partidarios
convencidos y frecuentemente fanticos. Ha habido, por ejemplo, un considerable malentendido acerca del papel del coronel de la Rocque y su
Croix-de-Feu4, que ms tarde se llam el Parti Social Franais. La Croixde-Feu se pareca, en comparacin con los partidos alemanes, no a los
nacionalsocialistas de Hitler, sino a los nacionalistas de Hugenberg. La
Croix-de-Feu no haca ninguna alharaca demaggica de anti-capitalismo,
ninguna fingida poltica pro-obrera para ganarse a las masas impotentes y
a la juventud desesperada para su causa, y al representar nada ms que un
5. Jacques Doriot (1848-1945): obrero francs, miembro de la JC, despus de la direccin del PC, excluido en 1934, se pasa al fascismo y funda el PPF que ser uno de los partidos de la colaboracin en Francia.
abiertamente reaccionarios, parlamentarios, extraparlamentarios, recurriendo incluso a los "socialistas" de la Segunda Internacional cuando las
circunstancias lo requeran.
No estando dispuesto, y no siendo capaz de pagar el duro precio de
expandir la democracia o bien recurrir al genuino fascismo, como de obtener alguna base de masas entre su pueblo, cada vez ms indignado, el
capitalismo francs prob con un "totalitarismo barato". El capitalismo
francs trat de obtener las ventajas totalitarias del fascismo sin pagar el
costo correspondiente, que en el caso del capitalismo alemn se haba
demostrado como algo necesario. No hara ningn sacrificio, ya fuera subsidiar a un movimiento de masas, o el de someterse a la disciplina econmica de la racionalizacin. Sencillamente incorpor aquello que le gustaba del totalitarismo alemn a la Ley de Julio.
El 30 de noviembre de 1938, la CGT (Confederacin General del
Trabajo), sometida a una desesperada presin desde abajo, llam a regaadientes a una huelga general para defender los ltimos vestigios de las
conquistas de 1936. Es difcil decir qu fue ms criminal: si la forma en
la cual la huelga fue anunciada y discutida, a favor y en contra, con tanta
anticipacin que la burguesa pudo tomarse el tiempo necesario para
exterminarla, o la miserable falta de preparacin de la huelga misma.
Daladier vio su oportunidad y lanz el golpe. Raramente ha sido una huelga reprimida con un salvajismo tan artero, seguida de represalias tan
funestas. La huelga fue un fracaso casi total; y las represalias que siguieron contra los obreros, los empleados del gobierno, e incluso los maestros
-todos los huelguistas fueron vueltos a contratar en forma individual, perdiendo la antigedad, y todos los activistas fueron despedidos, incluso a
costa de reducir la produccin de la fbrica a la mitad- realmente le quebraron la espalda al movimiento obrero francs.
Daladier anunci orgullosamente que Francia era por fin "una nacin
unida". Esta fue una de las declaraciones ms tontas realizadas jams por
una figura poltica. La prensa burguesa del mundo lo aclamaba. Mediante
una salvaje represin, y de una desmoralizada apata, Francia estaba unida
detrs de una fachada hueca y podrida, lista para derrumbarse al menor
empujn. As la democracia francesa se haba dado el toque final: despus de ayudar a su enemigo mortal a acceder al poder, luego de contribuir a destruir a la nica fuerza que podra haber barrido a ese enemigo del
poder, destruy hasta tal punto toda genuina democracia en su seno, que
en sus horas de necesidad no cont con ningn defensor convencido.
El autor de esta nota fue uno de los seis investigadores enviados por
los distritos obreros de Pars por un periodista burgus, para tomar el
pulso del pblico, sentir el tono de la moral francesa en el invierno de
1939-1940. Algunos otros, segn entendamos nosotros, estaban entrevistando a soldados que haban venido desde el frente en su da de franco.
***
Mientras tanto, en los crculos de la burguesa, haba una profunda
divisin.
El impasse de la burguesa
El totalitarismo barato era el programa de la burguesa unida. Estaban
unidos, tambin junto a sus lacayos socialistas, trabajando incansablemente para provocar su guerra ideal: hacer virar a Alemania en direccin al este,
La leccin fundamental
Slo el bolchevismo se mantiene en pie
3. En la poca del militarismo los grandes problemas slo pueden ser
decididos por medios militares; sta es la leccin fundamental que arrojan
los acontecimientos de la guerra actual.
Los agentes y los apologistas del imperialismo democrtico, los socialdemcratas, los centristas, los reformistas de los sindicatos y los pacifistas, llenan el aire con lamentaciones acerca de las demoledoras victorias
militares de Hitler y difunden sentimientos de pesimismo y de postracin.
Nosotros los cuartainternacionalistas empujamos a un lado a estos traidores y predicadores del pnico con odio y desprecio. Nuestra tarea es
evaluar lo que ha sido destruido y lo que ha sido demostrado por los terribles eventos en Europa y extraer las conclusiones necesarias para las
luchas futuras.
El reformismo no puede vivir hoy en da
En primer lugar las victorias de la maquinaria de guerra fascista de
Hitler han destruido cualquier base posible para las ilusiones de que se
puede librar una lucha seria contra el fascismo bajo la direccin del rgimen democrtico burgus. La guerra en Europa, como ya sucediera previamente con el ensayo espaol, ha demostrado la falsedad, la podredumbre y la despreciable cobarda y voracidad de todo el estrato dominante de
los demcratas burgueses. No estn dispuestos a sacrificar nada, a excepcin de las vidas de las masas engaadas. Para salvar sus propias vidas y
sus propiedades estuvieron dispuestos a capitular ante el fascismo en un
pas tras otro, para buscar la proteccin de ste contra la ira de su propio
pueblo.
No menos completa y devastadora ha sido la destruccin del movimiento obrero reformista tradicional. Como mucho, este movimiento tradicional los partidos y los sindicatos- era de naturaleza pacifista. Esto
es, estaba concebido para la paz, no para la guerra. Los partidos que se
3. Doctrina Monroe: esta doctrina fue proclamada en un discurso del presidente norteamericano James Monroe ante el congreso el 2 de diciembre de 1823. En l adverta a las
potencias europeas que no deban entrometerse en el hemisferio occidental y ni extender su
poder en el continente americano. Aunque esta declaracin fue en gran medida ignorada
durante la mayor parte del siglo XIX, un periodo de debilidad militar norteamericana signado por preocupaciones internas, se transform en la piedra de toque de la poltica exterior
bajo Theodore Roosevelt, con el ascenso de Estados Unidos como gran potencia mundial.
4. Hoover, Herbert (1874-1964): Presidente republicano de Estados Unidos de 1929 a
1933, ao en que fue derrotado por F. Roosevelt.
9. Tratado Roca-Runciman: pacto firmado por el gobierno argentino con Gran Bretaa
en la dcada del 30, considerado smbolo de la dcada infame ya que para asegurar el
comercio con Inglaterra, Argentina ofreca grandes concesiones, reforzando su dependencia
con aquel pas.
10. Alessandri, Arturo (1868-1950): poltico chileno. Fue presidente de la Repblica de
1920 a 1924, ao en que fue depuesto por un golpe de Estado; unos meses despus de 1925,
perodo en que promulg una Constitucin de corte presidencialista; y por fin, desde 1932 a
1938, en momentos de grave crisis del pas.
an: se enfrentan a la perspectiva de que se cierre la totalidad del mercado europeo si Hitler ocupa Inglaterra. Y si la guerra mundial se extiende
hacia el Lejano Oriente, muy probablemente cese el comercio con Japn.
Estados Unidos quedara como el amo absoluto del comercio sudamericano. Estas son las perspectivas reales a las cuales nos llevan.
Los yanquis refuerzan sus reclamos
De cara a tales contingencias y posibilidades, Estados Unidos est preparndose para explotar la situacin y lograr su viejo anhelo de la dominacin completa y exclusiva de Amrica Latina y de todo el hemisferio
occidental. Como un nuevo paso en esa direccin, Estados Unidos recientemente decret que las posesiones europeas en este continente no pueden
cambiar de dueo, es decir, si los dueos actuales ya no gobiernan, slo
Estados Unidos puede hacerse cargo de dichas posesiones. Cualquier otro
sustituto que pueda adoptarse para disimular este hecho, como el establecimiento de mandatos panamericanos, de los cuales se habl ltimamente, no sern ms que intentos para enmascarar la posesin real de
dichos territorios por Estados Unidos.
Incluso aunque Hitler fuera derrotado y las potencias coloniales europeas reconquistaran su antigua posicin, sin duda alguna Estados Unidos
continuara quedndose con sus posesiones en este hemisferio, ya sea
como resultado de una compra o como pago por deudas de guerra. El
mismo destino corrern los intereses britnicos, belgas, franceses, holandeses y escandinavos en nuestros pases.
La decadencia de Inglaterra es particularmente rpida y todo indica
que, ya sea que gane o pierda la presente guerra, Gran Bretaa desaparecer completamente como un factor decisivo en las luchas interimperialistas en Latinoamrica. No obstante, Gran Bretaa an no se ha rendido
y su influencia persiste en la zona del Ro de la Plata, aunque decrece diariamente y la burguesa argentina est cada vez ms dispuesta a sumar su
destino al de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
Aunque la Alemania hitlerista en este momento tiene las relaciones
cortadas con Sudamrica, mantiene grupos y organizaciones, que en
algunos pases tienen importancia real, las llamadas quintacolumnas,
que esperan circunstancias favorables en el desarrollo de los eventos
europeos que les permitirn disputar con Estados Unidos la dominacin
del continente.
En el intern, Estados Unidos utiliza activamente la presente situacin
para incrementar su dominacin econmica, poltica y militar sobre
Amrica Latina. Por medio de esquemas que en parte fueron presentados
en la conferencia de La Habana, como la creacin de un Banco
RESOLUCION:
LA INTERVENCION NORTEAMERICANA EN CHINA1
31 de marzo de 1941
PA R T E IV
L A G U E R R A COMO PARTERA
DE REVOLUCIONES
Hoy, si la URSS es precipitada a la ms terrible de las guerras, si su existencia misma est amenazada, la responsabilidad recae principalmente
sobre Stalin. La segunda guerra imperialista y el ataque contra la URSS
solo fueron posibles despus de la desorganizacin de las fuerzas revolucionarias del proletariado mundial, y ante todo, del europeo, por la
Comintern stalinizada. La URSS sufri una derrota cuando la revolucin
china de 1927 fue estrangulada por Chang Kai Shek, protegido de Stalin;
cuando la burocracia sovitica aplast a la Oposicin de Izquierda, deportando y exterminando a la flor y nata del partido bolchevique; cuando
Hitler lleg al poder en Alemania gracias a la funesta poltica del Partido
Comunista Alemn, directamente inspirada por Stalin. La URSS sufri
una derrota cuando Stalin vendi al proletariado francs a la burguesa,
por el precio de un pacto militar; cuando la heroica revolucin espaola
fue conducida a la derrota por los agentes de Stalin, en nombre del mantenimiento de la propiedad privada de la tierra y de las fbricas; cuando
los innobles procesos de Mosc, ejecutados por Stalin, alejaron la simpata de los trabajadores hacia la URSS. El ataque actual a la Unin
Sovitica de parte de Hitler es el ltimo eslabn de una larga fila de derrotas de las fuerzas obreras en todo el mundo, y la gran responsable de estas
derrotas es la Comintern dirigida por la burocracia sovitica. Hitler mismo
es el producto de la decadencia de la revolucin proletaria, provocada por
ese gran saboteador llamado Stalin. Lo hemos dicho reiteradamente: sin
Stalin no hay Hitler! Sobre la decadencia actual de Europa, con sus innumerables miserias para las masas trabajadoras y la prdida de grandes
esperanzas, planea la sombra negra de Stalin, el gran organizador de las
derrotas proletarias!
La URSS permanece aislada a causa de la traicin a los intereses revolucionarios del proletariado de la Comintern. Frente a los obreros, los dirigentes burcratas intentaron separar las consecuencias de sus crmenes
por el artificio de combinaciones diplomticas con los imperialismos. Con
el fondo del aplastamiento de las fuerzas proletarias, no podan ms que ir
de fracaso en fracaso. El desconcierto del Kremlin frente a los resultados
de su propia poltica nunca fue ms evidente que al alba de ese 22 de
junio, cuando Hitler inici su campaa contra la URSS. La poltica exterior de Stalin en los ltimos aos en nada fue superior de la de
Chamberlain. Y por la misma razn: ambas fueron polticas de debilidad.
Despus del acuerdo de Munich, Chamberlain le prometi al mundo una
nueva era de paz. Esta era dur menos de un ao. Luego del acuerdo
germano-sovitico, Molotov se felicit por esa alianza de los dos pueblos ruso y alemn que le asegurara a la URSS una paz indefinida.
Despus del aplastamiento militar de Francia, y con la intrusin alemana
en los Balcanes, Stalin se vio obligado a hacerle a Hitler una serie de
nes, en nombre del nacionalismo ruso; es incapaz de abrirles una perspectiva revolucionaria. Identifica sus objetivos de guerra con los de ChurchillRoosevelt, por esto, no hace ms que reforzar el nacionalismo alemn y, a
fin de cuentas, servir a Hitler. Llama a los obreros ingleses y norteamericanos a apoyar a su propio imperialismo y por eso liga tambin a los obreros alemanes con sus dirigentes. La sofocacin de la lucha revolucionaria
en un campo la hace ms difcil en el otro. La burocracia lleva la guerra con
mtodos que le son propios. Son los de una casta de advenedizos, profundamente conservadora, que creci y se alimenta de la decadencia de la
revolucin. Los dirigentes del Kremlin varias veces han intentado justificar la larga serie de traiciones a las luchas proletarias en inters de la defensa de la URSS. En realidad, gracias a la Comintern stalinizada, el proletariado fue derrotado, y la Unin Sovitica est ms aislada que nunca. Hoy,
los resultados estn aqu. Hasta ayer, el Kremlin adulaba servilmente a la
Alemania de Hitler, y ahora se engancha con Churchill y Roosevelt. Para
qu ha servido todo esto? Adnde conduce?
El balance de la poltica stalinista se salda con un pasivo enorme. La
catstrofe actual no es ms que la bancarrota de toda esta poltica. Pero
si bien, en el momento decisivo, los dirigentes del Kremlin no hicieron
ms que manifestar su desconcierto, las masas soviticas supieron mostrar su coraje y su intrepidez. Las primeras semanas de guerra han demostrado la abnegacin y el espritu de sacrificio de las tropas soviticas.
Hasta ahora, este es el hecho fundamental de la campaa. Los soldados
rojos supieron oponer la audacia y la iniciativa a los mtodos terrorficos
del militarismo alemn. No combaten por Stalin, por los odiados burcratas que los oprimen, pero saben apreciar la diferencia entre Stalin y
Hitler. Saben bien que si Hitler ha emprendido esta fabulosa campaa, no
es para liberar el pas de la burocracia parasitaria, sino para terminar el
trabajo de sta, para derrotar definitivamente una revolucin que ya est
profundamente herida. Con su encarnizada lucha, el pueblo sovitico le
ha mostrado al mundo que le quedaba algo por defender y que quera
defenderlo hasta el final. A pesar de todos los crmenes de la burocracia,
la revolucin de Octubre, que despert a una nueva vida a todos los pueblos de Rusia, an no est muerta. El obrero y el campesino del koljos
saben bien lo que significara la victoria de Hitler: sera el dominio de la
economa a manos de los trusts y los cartels alemanes, la transformacin
del pas en colonia, el fin de la primera experiencia de economa planificada fuera del sistema de ganancia capitalista, la ruina de todas las esperanzas. Ellos no van a permitir esto.
Lo que el trabajador sovitico discierne con su instinto de clase, es lo
que la IV Internacional no ha dejado de proclamar: por la defensa incon-
A corto o mediano plazo, el rgimen burocrtico, que vive de un compromiso entre el proletariado y el imperialismo, no puede sobrevivir a la
guerra. An en caso de victoria, los das de la pandilla stalinista estn contados. Una victoria, an en forma de larga resistencia, sacudira la apata
acumulada por aos de derrotas. Los obreros y los campesinos del koljos
toleraran cada vez menos la arbitrariedad de los burcratas. Adems de
esto, el fracaso del ejrcito alemn producira infaliblemente lo que Stalin
ms teme: insurrecciones proletarias a lo largo de toda Europa.
Tropezando con el clido sol de la revolucin, Stalin seguira a Hitler
hacia el abismo.
El estrpito de la guerra suena hoy en toda la tierra. Todos los imperialismos trabajan febrilmente para la aniquilacin de la humanidad. Una
impresionante oleada de reaccin barre con todas las libertades y todas las
conquistas de ayer. Hitler, Churchill y Roosevelt rivalizan en este terrible
juego. Stalin no hace ms que adaptarse a estos bandidos democrticos
y su mayor temor es el de pronunciar una palabra revolucionaria. En cuanto a nosotros, podemos ser optimistas. En las profundidades de las masas
madura una revuelta que nadie podr detener. La primer guerra imperialista de 1914-1918 aparece ahora como una simple repeticin de la guerra
actual, y la tormenta revolucionaria que saldr de esta guerra har olvidar
las crisis revolucionarias de 1917-1920. La resistencia de las masas soviticas al avance alemn no har ms que precipitar la explosin. Por esto,
todos los pueblos de la tierra deben apoyarlas, cada uno con los diversos
medios que hemos indicado.
Defiendan a la URSS y se defendern a ustedes mismos, acelerarn el
momento de vuestra liberacin!
Por la defensa de la URSS!
Viva la revolucin socialista mundial!
Marc Loris
cual el partido fascista se encontraba situado directamente en el poder despus de la invasin. Y es tambin el pas en el cual la dominacin alemana ha encontrado las mayores dificultades. El jefe de la Gestapo Himler2,
recientemente se ha dado cuenta que el partido de Quisling3 por el hecho
de su creciente impopularidad, estaba lejos de ser un instrumento con la
flexibilidad necesaria para la dominacin alemana y en consecuencia ha
reducido sus poderes.
Podemos observar el mismo proceso en todos los pases invadidos: el
estancamiento o la desintegracin de los grupos fascistas nacionales. El
partido pro-alemn de los Sudetes cae hecho pedazos. En Bohemia, aquellos que han aplaudido la llegada de Hitler, se mantienen ahora lejos de
todo lo que es alemn. El partido nacional-socialista de Dinamarca se ha
dividido en un gran nmero de cliques que se disputan los favores de las
autoridades alemanas. El partido fascista de Mussert4 en Holanda se estanca y los invasores no les dan ninguna confianza. Los intelectuales flamencos, en quienes Hitler haba colocado sus esperanzas, lo han decepcionado. En Francia, Doriot ha reunido alrededor de l un cierto nmero
de antiguos jefes stalinistas, pero su partido no progresa.
Rumania es uno de los ejemplos ms impresionantes. Durante aos en
este pas ha existido un poderoso partido nazi5, salvajemente antibritnico. La entrada de tropas alemanas en este pas semi-aliado, semi-conquistado, ha sido inmediatamente seguida de una desintegracin violenta del
partido fascista. Su ala ms extremista ha publicado un manifiesto proclamando que slo una victoria britnica podra liberar a Rumania. Este partido ha sido ahogado en sangre. El gobierno actual del gral. Antonescu5 no
reposa sobre un fascismo autctono, sino que es simplemente un bonapartismo sostenido por el ejrcito alemn.
Existen indicios de corrientes en la pequeoburguesa de la ciudad y
del campo. En todos los pases invadidos Hitler ha encontrado gente para
entonar sus coros. A su llegada, los generales alemanes han exigido un
cierto nmero de caballos, de cabezas de ganado, de puercos, de polticos
y de periodistas. Pero como movimiento de masas, los fascistas nacionales estn condenados al fracaso. Todos los das el nuevo orden de Hitler
2. Himmler, Heinrich (1900-1945): adherente desde muy joven al partido nazi, jefe de
las SS, despus de la Gestapo, era el polica en jefe del III Reich.
3. Quisling, Vidkum (1887-1945): oficial al servicio de los Blancos en Rusia, fundador
de un partido nacionalista, primer ministro noruego en 1942.
4. Mussert, Anton (1894-1946): ingeniero, fundador del partido nazi holands, nombrado jefe del pueblo holands por el Alto Comisariado alemn en 1942.
5. Antonescu, Jon (1892-1946): oficial rumano, mariscal, dictador en Rumania de 1940
a 1944.
Y ms abajo:
Hitler significa una Europa dirigida, colonizada y aplastada por la
bota militar para beneficio del capital financiero alemn. Una liberacin anglo-norteamericana sera el dominio militar abierto de los vencedores en provecho de Wall Street... Para los obreros de todos los pases,
en consecuencia, la tarea es preparar la revolucin socialista proletaria
en el transcurso de la crisis militar.
La cuestin de la defensa de la URSS juega un gran papel en el movimiento obrero europeo. Cualquier grupo que permita o tolere la menor
equivocacin sobre este tema se condena al suicidio poltico. La resolucin
de nuestros camaradas franceses responde claramente a esta cuestin:
En el conflicto entre Alemania y la URSS, todos los obreros del
mundo estn con el pueblo sovitico y cooperan con l. Con sus mtodos
de clase, toman parte en la lucha contra las fuerzas de la reaccin [...].
La URSS puede contar nada ms que con ellos. Sus aliados imperialistas tratarn de llegar a un arreglo con sus rivales a expensas de la URSS
y los pueblos oprimidos tan pronto como la situacin se torne directamente amenazadora.
La resolucin caracteriza as al gobierno de Vichy:
Francia es la encrucijada de todas las rivalidades imperialistas. El
gobierno de Vichy es una camarilla miserable cuya existencia se justifica
slo por la relacin de fuerzas existentes; un equilibrio entre dos bloques
imperialistas; un equilibrio entre los clanes rivales del imperialismo francs, un equilibrio entre las clases que son momentneamente incapaces de
promover sus soluciones histricas (fascismo o socialismo). Surgido de
este equilibrio extremadamente frgil, el gobierno de Vichy lleva una existencia compuesta de vacilaciones e impotencia perpetuas.
En las colonias, los trotskistas franceses ofrecen su solucin, que es
opuesta a las soluciones de los dos campos imperialistas:
La nica base real de Vichy es el Imperio Francs, Vichy trata por
todos los medios de preservarlo frente a sus imperialismos rivales, as
como tambin contra los reclamos de las poblaciones coloniales. Pero la
extrema debilidad de Vichy hace la dislocacin del imperio inevitable. El
actual perodo es favorable para el desarrollo de movimientos de liberacin nacional en las colonias. Liberacin de las colonias del yugo del
imperialismo francs es una de las consignas esenciales de un partido
revolucionario en Francia.
La resolucin seala el ascenso del movimiento de resistencia nacional:
La expresin ms inmediata de descontento popular es el movimiento de resistencia nacional a la opresin. Esta es la primera expresin pequeo burguesa espontnea de la marea revolucionaria ascendente. En la medida en que la dependencia econmica francesa y las difi-
***
I. El peso del terror fascista se abate sobre Europa
La poltica de conciliacin entre el conquistador fascista y los pueblos
colonizados, inaugurada bajo los auspicios de la colaboracin continen-
tal a travs de los Laval, los Quisling y los Hacha2, ha colapsado bajo el
impacto de la guerra en Rusia. Hoy los nazis imponen su voluntad solamente por la fuerza. El argumento de la unidad europea, poco atractivo
para las masas, ha tenido que ceder su lugar al argumento de los pelotones de fusilamiento. Las llamaradas de resistencia en todos los pases ocupados conducen a una represin que se vuelve cada vez ms severa.
La integracin ms o menos pacfica de la Francia conquistada al sistema del imperialismo alemn est definitivamente muerta. De la repatriacin de cenizas de LAiglon hemos llegado en unos pocos meses a las
ejecuciones de masas de Nantes y Burdeos3. Los colaboracionistas, con su
Legin Anti-bolchevique, estn completamente desenmascarados y aparecen como los valets de Hitler.
Las dificultades alemanas en la URSS -ya que a pesar del avance hasta
las afueras de Leningrado y Mosc los objetivos esenciales an no se han
cumplido- son la fuente inmediata de una creciente resistencia, la cual
representa socialmente un movimiento popular, polticamente un movimiento nacional.
Mientras en la zona libre el descontento general sigue estando dentro
de los lmites de una oposicin insidiosa -sin manifestacin externa y sin
movimiento social- en la zona ocupada por otro lado, donde la amenaza
de hambre es ms seria, las fuerzas stalinistas ms concentradas, y la opresin nazi ms directa, la atmsfera poltica est cargada con los truenos
premonitorios de la revuelta abierta. Desde las huelgas en el norte de
Francia hasta las movilizaciones en Pars, para no hablar de los numerosos actos de sabotaje y de terrorismo individual, uno encuentra todas las
formas de resistencia del fascismo alemn.
La cuestin nacional domina hoy en da todos los otros problemas
sociales y polticos. Incluso la defensa de la URSS, una consigna de
accin de clase por excelencia, es presentada por el Partido Comunista
meramente como una tarea nacional.
fueran una sola masa reaccionaria. Nuestra tctica hacia ellos debe estar
determinada por su estructura social. Pero nuestra propaganda siempre
ser anti-gaullista porque sta ser siempre internacionalista y revolucionaria. En el patriotismo de los oprimidos hay elementos que reflejan su
devocin a lo que consideran sus propios intereses y debemos ser capaces
de apoderarnos de estos y extraer conclusiones revolucionarias de ellos.
(Programa de Transicin de la IV Internacional).
Todo el problema de la accin comn entre el proletariado y la pequeoburguesa es planteado por la existencia del gaullismo. Participamos en
cada accin de las masas que luchan contra la opresin nacional, pero participamos para alejarla de los canales chovinistas. Las ayudamos no para
hacer seguidismo al patriotismo desembozado sino para agitar las imperativas conclusiones socialistas.
Buscamos establecer la unidad de accin con todos los grupos obreros
y todos los grupos con una tendencia socialista, un frente nico basado en
un programa preciso y con objetivos claramente determinados.
El trabajo sobre los soldados alemanes no es una tarea que consideremos menor en los meses venideros. ste depende en forma ntima y directa del carcter internacionalista que podamos impartirle a las manifestaciones nacionalistas. No tenemos nada por ganar sumndonos a una movilizacin de estudiantes de la monrquica Accin Francesa contra los
boches, si no somos lo suficientemente fuertes como para oponer a estas
consignas las de confraternizacin con los trabajadores alemanes en uniforme. Debe admitirse que nuestra tctica en el plano nacional no es simple y exige mucha flexibilidad. Pero aquellos que por temor a cometer
errores se rehsan a tomar parte en forma genuina en cualquier movimiento que no es puramente proletario no han entendido nada de la poltica leninista. Pregonan el abstencionismo, la indiferencia del proletariado
hacia la libertad nacional. Le oponen a las exigencias de liberacin nacional un internacionalismo abstracto, que termina en una completa negacin
del problema de la opresin nacional. Esta poltica de los puristas de la
revolucin proletaria le escapa al peligro renunciando a la lucha. La
intensificacin de la opresin nacional en el perodo del imperialismo
impulsa a los socialistas a no renunciar a la lucha, que los burgueses llaman utpica, por la autodeterminacin de las naciones, sino que por el
contrario los obliga a utilizar intensamente todos los conflictos que surgen en este terreno para conducir acciones de masas y la lucha en forma
revolucionaria contra la burguesa. (Lenin)
Conducida audazmente, la lucha nacional puede ser un terreno de
entrenamiento para demostrar la necesidad del socialismo. Una nacin
bajo el puo de hierro del invasor es extremadamente sensible a la verdad
de las palabras de Marx: Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede
ser libre. En el arsenal de consignas del movimiento revolucionario, a la
***
al fascismo en su propio territorio y amenazaba a aquellos que se atrevieran a asomar sus narices en el jardn sovitico, Stalin se prepara ahora
para la defensa detrs de los Urales, una defensa realmente precaria si uno
piensa en las pinzas que podran repentinamente cerrarse con un ataque
japons contra Vladivostok.
La experiencia de cinco meses de guerra germano-rusa pone en relieve dos hechos esenciales: el pueblo ruso y el Ejrcito Rojo estn peleando con un herosmo sin parangn; por otro lado, sta muestra que Stalin
no es capaz de conducir una guerra revolucionaria. Si hacemos a un lado
las explicaciones de los fabricantes de mitos y de los comentaristas prostituidos (el alma eslava, el misticismo ruso, el temor hacia los comisarios polticos), podemos entonces explicar por qu el pueblo ruso
defiende a su pas con tanta tenacidad, por qu sucede que la burocracia
stalinista organiza una resistencia salvaje contra el aliado de ayer.
Puede alguien imaginarse a un pueblo viviendo bajo penosas condiciones materiales, privado de todo derecho poltico, obligado a tolerar un
rgimen que les ha sido impuesto, puede uno imaginarse a este pueblo
librando una guerra a muerte sin pensar en utilizar la primera crisis, las
primeras dificultades y reveses militares, para liberarse del opresor? En
principio, no. Pero entonces, debemos explicar un doble fenmeno: la
cohesin del ejrcito alemn, y la solidaridad interna del Ejrcito Rojo.
Como todos los ejrcitos de masas, el Reichswehr est compuesto de
obreros y campesinos. Refleja la fuerza concentrada del imperialismo alemn que ha sido capaz de soldar a sus componentes antagnicos, por un
lado atizando el odio nacional contra el Tratado de Versalles, y por otro
lado eliminando a la oposicin mediante el terror. Pero tengamos esto en
mente: el ejrcito alemn hasta ahora ha librado combates a la ofensiva.
Es especialmente la generacin joven, incluyendo las tropas de choque,
quienes son la punta de lanza de la batalla. El cuerpo de oficiales del ejrcito, extrado de las filas de la burguesa y de la pequeo burguesa, est
compuesto por los elementos ms estables del rgimen. Todo esto combinado con una maquinaria de guerra nica y con un enorme potencial
industrial. Finalmente no debemos olvidar que el nazismo fue capaz de
mejorar temporalmente la situacin econmica de las masas alemanas, y
de reabsorber a los desocupados transformando las riquezas acumuladas
de Alemania en instrumentos de guerra y practicando dumping en los
mercados externos. Este hecho, por supuesto, impuls al nazismo a la guerra, como el nico medio de salvar al edificio que construy. No obstante, esta euforia econmica ha servido para neutralizar a amplias capas de
obreros y para permitirle al nazismo arrojarlos al conflicto.
En Rusia sucede exactamente lo contrario. El marco de la resistencia,
las tropas de choque, no provienen de los crculos burgueses o pequeo
burgueses especialmente entrenados en el arte de la guerra durante
5. Legin de los Coroneles polacos: los aliados propusieron la creacin de destacamentos polacos en el territorio ruso en 1941. Asimismo, se formaron destacamentos polacos
que cooperaron con los Aliados en los distintos frentes de la guerra. Legin checa de Benes:
Churchill y Roosevelt propusieron la creacin de ejrcitos compuestos de checos en Rusia
en 1941.
6. Kutuzov, Prncipe Mijail I. (1745-1812): Junto al general Alexander V. Suvorov fue
fundador de la ciencia militar rusa y en cuyo nombre se crearon rdenes despus de la
Segunda Guerra Mundial.
7. Suvorov, Alexander (1729-1800): mariscal de campo ruso que escribi La ciencia de
la victoria, publicado en 1806. Es la obra conocida ms antigua sobre el arte de la guerra,
dirigida no slo para los oficiales sino escrita en un lenguaje accesible para el soldado
comn. Fue un innovador ya que fue el primero que rompi con las estrategias convencionales del siglo XVIII. Se anticip a Napolen en aportar movilidad al arte de la guerra.
9. LHumanit: peridico fundado en 1904 por Jean Jaurs, fue el rgano oficial del
Partido Socialista francs hasta 1920. Estuvo controlado por la mayora chauvinista durante
la Primera Guerra Mundial, y luego por los centristas. Cachin fue su editor en jefe desde
1918 hasta 1958; a partir de 1921 se convirti en el rgano oficial del Partido Comunista
francs.
contra el enemigo, contra los boches. Aqu tenemos resumida casi toda
la ideologa actual de la Internacional ex-Comunista.
De este modo la Comintern se ha convertido al peor nacionalismo antialemn. La poltica del Partido Comunista pierde todo carcter de clase.
Quizs incluso el nombre de comunista, tan embarazoso para ellos, ser
cambiado por el nombre de anti-fascista ya que es menos ofensivo (ya
el N 4 de julio de Rouge Midi habla del Partido Anti-fascista de
Liberacin). Pronto Stalin proceder quizs a liquidar a la Internacional
Comunista a cambio de unas pocas decenas de aviones.
Todo esto no revestira mayor importancia si las masas obreras no
siguieran al Partido Comunista. Pero lo siguen, sin duda alguna. El poder
de atraccin de la Internacional Comunista emana de la existencia misma
de la Unin Sovitica y la necesidad de defenderla, y cuanto ms amenazadora se vuelve la contrarrevolucin, ms tenaz es la adhesin del proletariado hacia el pas que, a su juicio, es la realizacin de la voluntada socialista de la clase obrera.
El Partido Comunista conserva su influencia sobre los obreros franceses no slo mediante la usurpacin de la bandera leninista, sino tambin
por su actividad combativa, que seduce especialmente a la joven generacin de obreros de entre 20 y 30 aos, que no conocen por experiencia
propia los das heroicos de la Internacional Comunista y creen as que los
giros de los stalinistas son las tcticas revolucionarias. Agreguemos a esto
la represin policial, que va dirigida sobretodo contra el Partido
Comunista, y que provoca no slo temor sino tambin actitudes de desafo; y entonces comprenderemos los factores principales de la continuidad del stalinismo, que todava influencia a los sectores ms honestos y
ms sacrificados de la clase obrera. Esta es la tragedia del proletariado
europeo, ver su vigor desgastado por el sepulturero Stalin mediante una
poltica que va en contra de la revolucin. Y hoy en da, con la consigna
de sabotaje, ms sabotaje, y nada ms que sabotaje, la Internacional
Comunista condena a sus partidos a nuevas catstrofes. Las ganancias
militares que se obtienen con semejante poltica son extremadamente
pequeas. Slo un movimiento de masas puede destruir al fascismo.
La poltica del Partido Comunista no brinda ninguna salida al presente caos. Con el actual aumento de las dificultades en la URSS, las convulsiones del stalinismo pronto llegarn al paroxismo. Estamos cerca del
momento en el cual Stalin habr perdido su aura de gran lder de la clase
obrera. Debemos ser capaces entonces de transformar la desilusin de los
obreros con el stalinismo en un programa proletario por la positiva.
Bajo condiciones de ilegalidad, el aparato del Partido Comunista no
puede controlar directamente a los grupos de base. As, se nos abren
grandes oportunidades para el frente nico con ellos. La plataforma
DECLARACIN SOBRE LA
ENTRADA DE ESTADOS UNIDOS EN LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL1
22 de diciembre de 1941
James P. Cannon*
Obreros y campesinos de la India, la IV Internacional, el partido mundial de la revolucin socialista, est a su lado en la lucha por la liberacin
nacional de la India. Las secciones de la IV Internacional en todo el
mundo, llaman a la defensa de la lucha contra los imperialistas que intentan baarla en sangre.
Nosotros hemos instado a movilizar a los obreros y campesinos de
todos los continentes para ayudar a las masas indias a conquistar su libertad. Mientras que la II y la III Internacional, los reformistas y los stalinistas, van detrs de Churchill, al condenar la lucha que se desarrolla actualmente en India, la IV Internacional brinda el ms firme apoyo a los indios
que combaten por su liberacin. Denunciamos a todo dirigente obrero que
se oponga a la lucha de la India por su independencia como un agente del
imperialismo.
La India y la IV Internacional
Todos los trabajadores deben ser solidarios con las luchas por la independencia que se desarrollan en la India, en China y en todos los pases
semicoloniales del continente asitico.
As como est escrito en nuestras tesis, La Guerra y la IV
Internacional (1934), la lucha en las colonias es indiscutiblemente
progresista: el hecho de arrancar a los pueblos del atraso del asiatismo, del regionalismo, de la sumisin al extranjero, significa un golpe
severo al imperialismo.2
En la Conferencia de fundacin de la IV Internacional en 1938, nosotros expresamos en nuestro programa: Algunos pases coloniales o
semi coloniales intentarn, sin ninguna duda, utilizar la guerra para
rechazar el yugo de la esclavitud. En este caso, la guerra no ser imperialista, sino emancipadora3.
Esta caracterizacin se aplica plenamente a la India y a China.
Durante el primer perodo de la guerra actual, la Conferencia extraordinaria de la IV Internacional, en su Manifiesto sobre la Guerra
Imperialista y la Revolucin Proletaria Mundial (mayo 1940), declaraba:
Al crear dificultades y peligros enormes en los centros metropolitanos de
los imperialismos, la guerra abre vastas posibilidades a los pueblos oprimidos. El gruido del can en Europa anuncia que la hora de su liberacin se aproxima4. En el mismo Manifiesto, tomando nota de la declaracin de Gandhi que se negaba a crearle dificultades a Gran Bretaa durante la profunda crisis que tena, decamos: Como si los oprimidos nunca
hubieran sido capaces, en cualquier lugar y cualquier tiempo que sea, de
liberarse sin explotar las dificultades de sus opresores!5
Desde entonces, Gandhi y una fraccin de la burguesa india han sido
obligados, por los eventos y bajo presin de las masas indias, a lanzar una
campaa de desobediencia civil. Len Trotsky, fundador de la IV
Internacional, haba examinado esta eventualidad cuando escribi, en vsperas de la guerra, en su Carta Abierta a los Trabajadores de la India
(julio 1939): En el caso en que la burguesa de la India se encuentre obligada a dar el ms mnimo paso en el camino de la lucha contra la dominacin arbitraria de Gran Bretaa, el proletariado apoyar naturalmente este paso. Pero lo apoyar con sus propios mtodos: mitines de masas,
consignas audaces, huelgas, demostraciones y acciones de combate ms
decisivas, dependiendo de la relacin de fuerzas y de las circunstancias.
Precisamente, para hacer esto, el proletariado necesita tener las manos
libres. Para el proletariado, es indispensable la independencia completa
respecto de la burguesa, sobretodo para que pueda ejercer influencia
sobre el campesinado, la masa predominante en la poblacin de la India.
Slo el proletariado es capaz de llevar adelante un audaz programa agrario revolucionario, de levantar y reunir a las decenas de millones de cam-
en ese continente (Gran Bretaa, EE.UU., Francia, Portugal y Japn) estaban unidas para preservar el orden. La burguesa india y el Congreso
pan-indio han apoyado la guerra, en lugar de sacar partido de las dificultades de Gran Bretaa en Europa; Gandhi, el pacifista, ha ayudado a ese
pas a reclutar soldados indios y hacer suscribir los emprstitos de guerra;
cientos de miles de soldados indios han sido masacrados en Gallipoli9 y en
otras campaas donde han servido de carne de can a los britnicos.
Gracias a la paz en Asia y a la ayuda servil de la burguesa india, Gran
Bretaa ha salido de la Primera Guerra mundial sin conocer graves dificultades en India.
Cun diferente es la situacin esta vez, cun favorable es para la revolucin india! Desde el comienzo de la guerra, las masas indias han obligado a los ministros del congreso a dimitir en seal de protesta. Hoy, los
obreros y campesinos indios obligan al Congreso a lanzar una campaa de
desobediencia civil. Durante este tiempo, los imperialistas se enfrentan en
Asia, sin que tengan en vista una salida a su guerra. Ahora es el momento para que la India conquiste su independencia! Rompan el eslabn ms
dbil de la cadena imperialista y los pueblos del mundo entero los seguirn y se unirn a la lucha!
El nuevo aire de los obreros britnicos
No tienen que temer que los soldados britnicos constituyan un obstculo insuperable al derribamiento del imperialismo. Un nuevo aire se
propaga entre los trabajadores y los soldados britnicos! El gobierno britnico intenta esconderlo pero el hecho est all y es mortal para el imperialismo britnico.
Hoy, en Inglaterra, la aplastante mayora de los obreros no confan ms
en el gobierno de Churchill. Los capitalistas de ese pas no podran gobernar si no reciben el apoyo de los dirigentes del Partido Laborista. Sin
embargo, tras dos aos de coalicin gubernamental laborista-capitalista,
los obreros no solamente estn descontentos con los ministros burgueses,
sino tambin con los ministros laboristas. A pesar de las leyes antihuelgas y los encarcelamientos, a pesar de los llamados frenticos a los dirigentes laboristas, los obreros, en Inglaterra, recurren ms y ms a la huelga, entrando as directamente en conflicto con el gobierno. Las derrotas
9. Gallipoli, campaa de: ofensiva militar britnica contra los turcos en la Primera
Guerra Mundial. Tropas australianas, neozelandesas y de otras provincias del Imperio (entre
ellas indias) participaron de la ofensiva, que culmin en una debacle britnica. Cuando se dio
la orden de evacuacin, en 1916, alrededor de 36.000 soldados aliados (8.500 de ellos australianos) haban muerto, y otros 82.000 haban resultado heridos o hechos prisioneros.
10. Terratenientes.
cionarios. Ellos son lo que han sido siempre. No es suficiente para las
masas continuar con los mtodos de la direccin del Congreso. Estos
deben ser reemplazados por mtodos revolucionarios, por un proyecto
revolucionario y una direccin revolucionaria.
Liberacin nacional para la revolucin agraria!
La liberacin nacional slo puede ser conquistada por una revolucin
agraria. La gran fuerza motriz de la revolucin india, as como de la revolucin rusa, es la crisis agraria. La gran masa campesina se esfuerza sin
cesar por rechazar la triple opresin que constituyen el gobierno con el
impuesto, el propietario con el alquiler y el usurero con la usura. La abolicin de la gran propiedad rural y la liquidacin del endeudamiento agrcola, son las consignas que pueden reunir a los campesinos para aplastar
al imperialismo y sus agentes indgenas. Pero el campesinado, si bien es
numricamente enorme, est disperso en el campo. La historia muestra
que los levantamientos campesinos no pueden triunfar si no estn apoyados y dirigidos por una clase poderosa en las ciudades.
Esta clase no puede ser la burguesa que tiene estrechos lazos sociales
y econmicos con los zamindars. Y el Congreso es el partido de la burguesa. La direccin del Congreso, cuando reprendi a los campesinos por
haber dejado de pagar los alquileres en el curso de la campaa de desobediencia civil de 1930-1934, mostr su carcter burgus y zamindar. Esta
vez adems, el comit ejecutivo del Congreso ha lanzado, el 15 de julio,
una resolucin llamando a la desobediencia civil, sin hacer una sola proposicin de reduccin del alquiler y del peso de la usura soportada por los
campesinos no hablemos de la abolicin de la propiedad rural!
Es entonces claro que slo el proletariado industrial puede dirigir al
campesinado en la revolucin. Como escribi Trotsky en 1939 a los obreros indios: La alianza de los trabajadores y de los campesinos pobres es
la nica alianza honesta y digna de confianza que puede asegurar la victoria final de la revolucin de la India12.
La clase obrera india es plenamente capaz de asumir la direccin de la
revolucin. El peso especfico del proletariado indio super en mucho el de
la burguesa india y, adems, se beneficia con una experiencia muy rica de
lucha poltica y sindical desde 1917. El proletariado indio aborda la revolucin con la formidable ventaja que representa la revolucin rusa; sta ha sido
dirigida tambin por el proletariado en un pas predominantemente agrcola.
YUGOSLAVIA1
Agosto de 1942
El movimiento serbio nos muestra, an a escala limitada, las implicancias revolucionarias del movimiento de resistencia contra los nazis en
los pases ocupados. Como lucha puramente nacional, no tiene ningn
valor en el marco de la batalla entre gigantes imperialistas. Pero desempea su papel, segn las palabras de Lenin en 1916, con respecto a los
movimientos nacionales de esos tiempos, como uno de los fermentos,
uno de los bacilos que ayudan a emerger a la real fuerza opuesta al imperialismo, a saber: al proletariado socialista.
3. Kuruzu, Samuro (1888-1954): diplomtico japons que visit EE.UU. para tranquilizarlo sobre las intenciones pacficas de su pas en vsperas del ataque de Pearl Harbor.
formula su conocida tesis de que sta, aunque tiene sus propias leyes, no
es ms que la continuacin de la poltica por otros medios.
Chiang Kai Shek: (1887-1975): dirigente militar del Kuomintang durante la revolucin de 1925-1927, y miembro de su ala derecha. Hasta abril
de 1927, cuando dirigi una sangrienta masacre de los comunistas y sindicalistas de Shanghai, los stalinistas lo consideraron como un gran revolucionario. Gobern en China hasta que fue derrocado por el PC chino en
1949.
Chamberlain, Neville (1869-1940): hermano de Austen Chamberlain.
Fue ministro conservador de 1937 a 1940 y se le conoce por su poltica de
paz hacia Alemania.
Churchill, Winston (1874-1965): poltico conservador britnico; primer
ministro durante la guerra (1940-1945) y uno de los principales dirigentes
del bando aliado. En 1918 estuvo al frente del Ministerio de la Guerra y
del Aire, y luego se desempe como secretario para las Colonias (19211922). Era un anticomunista ferviente, y se opuso frreamente a conceder
autonoma para la India y defendi la necesidad del rearme ingls contra
Alemania. Cuando estall la guerra fue nombrado para la cartera de
Marina del gabinete de guerra de Neville Chamberlain, formado en septiembre de 1939. En mayo de 1940 fue nombrado primer ministro y
Ministro de Defensa del gobierno de coalicin entre conservadores, liberales y laboristas. Luego de la victoria aliada en 1945, fue derrotado en las
elecciones por el candidato laborista
Daladier, Edouard (1884-1970): poltico radical, ministro de Defensa en
1936-37, presidente del Consejo en 1940. Instaur en Francia al comienzo de la guerra un rgimen policaco.
Darlan, Franois (1881-1942): almirante francs. Ministro de marina y
vicepresidente del Consejo en el gobierno de Vichy, entre 1940 y 1942.
Como representante de este rgimen en el norte de Africa, fue un colaborador comprometido con los nazis. Firm un acuerdo con los norteamericanos el 22 de noviembre de 1942 segn el cual cambiaba de bando
(es decir, apoyaba la causa de los Aliados), a cambio de que los Aliados
respetaran su autoridad en el norte de Africa y equiparan a sus fuerzas
militares.
De Gaulle, Charles (1890-1970): general y poltico imperialista francs.
Particip en la guerra de los polacos contra la Rusia bolchevique (1919-
Wels, Otto (1873-1939): uno de los principales dirigentes de la socialdemocracia alemana; en 1919, desde su cargo de comandante militar en
Berln, aplast la insurreccin espartaquista; encabez la delegacin de
su partido al Reichstag hasta que Hitler se apoder totalmente del poder
en 1933.
CRONOLOGIA
1933
Enero
Las fuerzas armadas japonesas toman la provincia china de Jehol; posteriormente, la anexan a Manchukuo, su rgimen ttere de Manchuria.
En Alemania el presidente Hindenburg nombra canciller a Hitler.
Febrero
Entre el 4 y el 8 se rene en Pars la preconferencia de la Oposicin de
Izquierda Internacional, que aprob el documento redactado por Trotsky:
Tareas y mtodos de la Oposicin de Izquierda Internacional.
Marzo
Hitler comienza a destruir a la oposicin. Ni el Partido Socialista ni el
Comunista oponen una resistencia seria. Los nazis obtienen el 44% de los sufragios en las elecciones. El Reichstag le otorga a Hitler poderes dictatoriales.
Trotsky llama a la Oposicin de Izquierda a iniciar la construccin de un
nuevo partido alemn. Trotsky escribe: Partido Comunista Alemn o partido nuevo?.
Roosevelt ocupa la presidencia de EE.UU. en medio de una grave crisis financiera.
El gabinete austraco, presidido por el canciller Dollfuss, suspende derechos
democrticos y laborales.
Abril
El Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista, reunido en Mosc, aprueba la poltica del Partido Comunista Alemn.
Junio
Los stalinistas y sus aliados pacifistas celebran en Pars un congreso antifascista.
Los representantes de Inglaterra, Francia, Alemania e Italia se renen en
Roma para firmar un pacto de paz.
Julio
Trotsky insta a la Oposicin de Izquierda a abandonar los intentos de reformar la Comintern. Escribe: Es necesario construir partidos comunistas y una
nueva internacional.
El 25 Trotsky fija su residencia en Francia.
Agosto
El Secretariado Internacional de la Oposicin de Izquierda Internacional vota
un llamado a la creacin de una nueva Internacional.
En Francia cae el gabinete encabezado por Daladier y lo sucede un gabinete
dirigido por Sarraut.
Noviembre
En Francia cae el gabinete Sarraut y lo sucede un gabinete encabezado por
Chautemps.
Diciembre
El Comit Ejecutivo de la Internacional Comunista ratifica la teora stalinista
del social-fascismo.
1934
Enero
En Francia cae el gabinete Chautemps y lo sucede un gabinete encabezado
por Daladier.
Febrero
En Francia, del 6 al 12 tiene lugar un intento de golpe de estado reaccionario.
Daladier cae y lo reemplaza Doumergue. El 12 el movimiento obrero realiza
una huelga general de un da y manifestaciones en todo el pas.
El gobierno austraco recrudece la represin. Se llama a la huelga general y
los obreros de Viena combaten heroicamente. Queda aplastada la socialdemocracia.
Marzo
La Liga Comunista Internacional (nuevo nombre de la Oposicin de
Izquierda) publica un manifiesto escrito por Trotsky: Francia es ahora la
clave de la situacin. Un llamado a la accin y al reagrupamiento despus de
los acontecimientos franceses y austracos.
Mayo
Del 20 al 23 se rene el congreso nacional del Partido Socialista francs, se
vota en contra de seguir las coaliciones gubernamentales con los radicales.
Junio
Se publica La guerra y la IV Internacional, escrito por Trotsky y aprobado
por el Secretariado Internacional de la Liga Comunista Internacional.
Agosto
En su conferencia nacional la Liga Comunista vota en favor del giro francs. Sus integrantes comienzan a afiliarse al Partido Socialista, dentro del
cual forman el Grupo Bolchevique Leninista.
Septiembre
La Asamblea General de la Liga de las Naciones, reunida en Ginebra, vota la
admisin de la Unin Sovitica y le otorga una banca permanente en su Consejo.
Octubre
Comienza en Espaa una huelga general conducida por el Partido Socialista
que es aplastada. Del 6 al 13 tiene lugar la Comuna de Asturias.
Maurice Thorez manifiesta que el Partido Comunista Francs est dispuesto a
establecer una alianza con el burgus Partido Radical.
Trotsky completa su folleto Adnde va Francia? condensando las lecciones
del ascenso revolucionario en ese pas.
Noviembre
Los radicales franceses retiran su apoyo al gobierno de Doumergue que cae y
es reemplazado por Flandin.
Mosc anuncia que ciento treinta mil miembros del Partido Comunista de la
Unin Sovitica han sido expulsados y otros noventa mil estn a prueba.
Diciembre
Es asesinado Serguei Kirov, dirigente stalinista. En el curso de pocas semanas
se anuncia la ejecucin de ciento diecisiete personas acusadas de complicidad
en el atentado.
A mediados de diciembre la Juventud Socialista espaola lanza un llamado en
pro de la creacin de una nueva internacional.
1935
Enero
Del 15 al 17 Zinoviev, Kamenev y otros diecisiete detenidos son acusados de
complot para asesinar dirigentes soviticos.
Mayo
El 2 se anuncia en Mosc la firma del pacto de no agresin entre Francia y la
Unin Sovitica. El 15 Stalin declara pblicamente que comprende y aprueba por completo la poltica de rearme del gobierno francs.
Febrero
Se produce el triunfo electoral del Frente Popular espaol.
Abril -mayo
Entre el 26 de abril y el 3 de mayo tiene lugar el triunfo electoral del Frente
Popular francs. Se inicia una oleada de huelgas masivas en Francia.
Junio
El 4 el gobierno del Frente Popular francs asume el poder encabezado por el
socialista Len Blum.
Junio
El 7 se forma un nuevo gobierno francs encabezado por Pierre Laval.
Julio
El 17 el levantamiento fascista de Franco inicia la Guerra Civil Espaola.
Agosto
El gobierno de Blum aprueba la poltica de no intervencin en Espaa.
Entre el 19 y el 24 finaliza el primer gran juicio de Mosc: el tribunal pronuncia la sentencia de muerte contra los diecisis acusados, entre otros
Zinoviev, Kamenev, Smirnov.
Trotsky termina La revolucin traicionada condensando sus anlisis acerca
de la URSS y la perspectiva de la revolucin poltica.
Septiembre
Asume el gobierno del socialista Largo Caballero en Espaa con participacin comunista.
Octubre
Los deportados trotskistas de Vorkuta inician una huelga de hambre que dura
cuatro meses.
Octubre
El ejrcito italiano invade Etiopa.
Los conservadores britnicos triunfan en las elecciones.
Creacin del CIO en EE.UU. en el marco de la oleada de huelgas previas.
1936
Enero
Trotsky aprueba la propuesta de los trotskistas norteamericanos de iniciar el
entrismo en el Partido Socialista.
Noviembre
Tiene lugar la batalla de Madrid con participacin de las brigadas internacionales.
Diciembre
El gobierno noruego obliga a Trotsky a embarcarse rumbo a Mxico.
El 7 Pravda anuncia la depuracin de los trotskistas y anarco-sindicalistas
catalanes en Espaa.
1937
Enero
El 9 Trotsky llega a Mxico.
Noviembre
Trotsky escribe: Es hora de lanzar una ofensiva mundial contra el stalinismo.
Una carta abierta a todas las organizaciones obreras.
Trotsky escribe sobre el carcter de clase del estado sovitico, como contribucin a la discusin que precede a la convencin de fundacin del SWP norteamericano: Ni un Estado Obrero ni un Estado Burgus?.
Febrero-marzo
El 9 y el 14 se realizan en Nueva York y Chicago grandes asambleas de protesta por los juicios de Mosc. Se desarrolla en EE.UU., un proceso de auge
de las huelgas.
Diciembre
La Comisin de investigacin Dewey creada para investigar los cargos contra
Trotsky y Len Sedov en los Juicios de Mosc, hace pblico su veredicto:
absolucin.
Mayo
La insurreccin de Barcelona lleva la Guerra Civil espaola a su apogeo, tras
lo cual el gobierno y los stalinistas reprimen al ala izquierda.
Negrn sustituye a Largo Caballero. Se inicia la represin contra los anarquistas y miembros del POUM.
1938
Junio
Cae el primer gobierno del Frente Popular francs.
Febrero
El 16 Len Sedov muere en circunstancias misteriosas en un hospital de Pars.
Trotsky escribe Len Sedov, hijo, amigo, luchador. Su muerte fue obra de
un agente provocador de la GPU.
Marzo
El 11 Hitler anexa a Austria (Anschlus).
Julio
Estalla la guerra chino-japonesa.
Agosto
Los trotskistas norteamericanos son expulsados del Partido Socialista y lanzan Socialist Appeal, su primer peridico pblico.
Abril
Trotsky escribe La agona mortal del capitalismo y las tareas de la IV
Internacional, el Programa de Transicin para presentarlo a la conferencia
de fundacin de la IV Internacional.
Mayo
Trotsky insiste en la fundacin de la IV Internacional durante la prxima conferencia internacional: Pro IV Internacional? No! La IV Internacional!.
Septiembre
La GPU asesina en Suiza a Ignace Reiss, ex alto funcionario de la GPU que
haba denunciado al stalinismo y adherido a la Cuarta Internacional y a Erwin
Wolf, miembro del Secretariado Internacional y secretario de Trotsky.
Julio
El 13 Rudolf Klement, uno de los secretarios de Trotsky, es secuestrado por
agentes stalinistas en Pars, su cuerpo es hallado unos pocos das antes de la
conferencia de fundacin de la IV Internacional.
Octubre
Segundo Congreso del POI francs reunido en Pars del 30 de octubre al 1 de
noviembre, adopt una serie de resoluciones sobre los importantes problemas
de la seccin francesa.
Septiembre
El 3 se funda la Cuarta Internacional en una conferencia en Pars. Se aprueba
el Programa de Transicin. Se adopta la resolucin: La lucha de clases y la
guerra en Extremo Oriente.
1939
Enero
El 26 se produce la cada de Barcelona.
Agosto
El 22 Alemania y la Unin Sovitica firman un pacto de no agresin.
Septiembre
El 1 comienza la Segunda Guerra Mundial cuando Alemania invade Polonia
por el oeste.
El 3 Inglaterra y Francia declaran la guerra a Alemania.
El 17 tropas soviticas invaden Polonia por el este. Reparto de Polonia entre
la URSS y Alemania.
Burnham, del SWP norteamericano, plantea que la URSS no puede ser considerada ya como un Estado obrero. Shachtman se pone al frente de la
Oposicin. Trotsky escribe La URSS en la guerra.
Con el estallido de la guerra, la Sede Central de la IV Internacional es transferida de Pars a Nueva York.
Febrero
El 15 el ejrcito alemn ocupa Checoslovaquia.
Octubre
El 4 el New York Times, publica Estados Unidos participar en la guerra, de
Trotsky.
Febrero-marzo
Trotsky escribe sobre el prximo fin de la Guerra Civil espaola.
Noviembre
El Congreso de los EE.UU. levanta el embargo de armas a Europa.
1940
Abril
El 9 Alemania invade Noruega y Dinamarca.
Entre el 5 y el 9 un congreso nacional del SWP rechaza las propuestas de la
minora que sigue a Shachtman-Burnham, que luego rompe con el partido y
la IV Internacional.
Septiembre
El 27 Alemania, Italia y Japn firman el Pacto Tripartito.
Mayo
El 10 Churchill sucede a Chamberlain como primer ministro de Inglaterra.
Noviembre
La IV Internacional publica el manifiesto Francia bajo Hitler y Petain, escrito por Jean van Heijenoort, examinando las circunstancias que rodearon la cada
de Francia y la colaboracin resultante de la burguesa francesa con los nazis.
1941
Enero
El 21 los ingleses invaden Eritrea, Etiopa y la Somala italiana.
Marzo
El 2 ejrcito alemn entra en Bulgaria.
El 31 de marzo, la IV Internacional aprob una declaracin sobre La intervencin norteamericana en China.
Abril
El 5 de abril se firma el pacto ruso-yugoslavo.
En Minnepolis, militantes del SWP, incluido el dirigente Cannon, son llevados a juicio. Los acusaron por denunciar la guerra y la poltica del gobierno
norteamericano.
Julio
El Ejrcito Rojo ocupa Besarabia y Bukavina.
El 10 Alemania comienza el bombardeo de Gran Bretaa.
El 14 la Unin Sovitica se anexa Estonia, Letonia y Lituania.
Agosto
El 20 Trotsky es herido de muerte por un asesino stalinista y muere el 21. El
22 un cortejo de unas 250 mil personas acompaa el cuerpo de Trotsky.en
Mxico.
Junio
El 8 de junio los ingleses y los franceses entran en Siria.
Agosto
El 14 Roosevelt y Churchill firman la Carta del Atlntico, donde se plantean
la destruccin de la tirana nazi.
Junio
El 2 es arrestada la direccin trotskista en el sur de Francia. Se suspenden as
los contactos sostenidos a travs de Marsella.
Graves reveses del Ejrcito Rojo y avance relmpago del ejrcito alemn.
Septiembre-noviembre
Los alemanes inician el asedio de Leningrado. El 16 comienza la batalla de
Mosc. Cae Kiev.
Diciembre
El 5 los alemanes ven detenido su avance ante las puertas de Mosc.
El 7 Japn ataca Pearl Harbor en Hawai, afectando la flota norteamericana en
el Pacfico.
El 11 Estados Unidos entra en la guerra.
1942
Enero
Una delegacin de trotskistas franceses se rene en Bruselas con sus camaradas belgas. Poco despus otra reunin en una granja en las Ardenas belgas estableci el primer Secretariado Europeo de la IV Internacional con
sede en Pars. Buscaba coordinar las actividades de los distintos grupos
trotskistas en los pases bajo ocupacin nazi. Publica las Tesis sobre la
cuestin nacional.
Manila (Filipinas) y Singapur caen en poder de los japoneses.
Febrero
Abraham Len, miembro del Secretariado Europeo de la IV Internacional da
a conocer el documento: Las tareas de la IV Internacional en Europa.
Abril
Estados Unidos bombardea Japn.
Mayo
Se funda el Partido Bolchevique de India, Birmania y Ceiln, con la ayuda de
militantes del Lanka Sama Samaja Party de Ceiln.
Entre mayo y junio EE.UU. vence a los japoneses en el Mar de los Corales y
frente a las Midway, deteniendo el avance japons.
Agosto
Los norteamericanos inician la conquista de Guadalcanal finalizada a principios de 1943.
En India se produce un movimiento huelgustico duramente reprimido por los
britnicos y condenado por el PC indio como muestra de fidelidad a los
aliados anglo-norteamericanos.
Septiembre
El 4 se inicia la batalla de Stalingrado.
El 26 la IV Internacional publica el manifiesto A los obreros y campesinos
de la India.
Noviembre
Entre el 7 y el 8 los aliados desembarcan en Africa del Norte, pactan con el
colaboracionista Darlan, a travs del cual logran la adhesin de las colonias
francesas. Ocupacin de toda Francia por Alemania.
El 19 un milln de soldados soviticos rodean a los alemanes en Stalingrado,
en uno de los momentos ms lgidos de la heroica resistencia del pueblo
sovitico iniciada desde comienzos de la ofensiva alemana. Los alemanes se
rendirn a comienzos de 1943.
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