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ndice
Primera Parte
Entre rumores y ejrcitos rebeldes.
La Independencia en San Luis Potos
Se oyen voces. Rumor y miedo en la ciudad
de San Luis Potos, 1808-1811
Graciela Bernal Ruiz
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Segunda Parte
Ansiedad impresa y representaciones picas.
La Revolucin en San Luis Potos
Balance historiogrfico sobre la Revolucin
Mexicana en San Luis Potos
Mara Isabel Monroy Castillo
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Presentacin
La nacin que hoy conocemos como Estados Unidos Mexicanos ha recorrido un largo trecho histrico para construirse y consolidarse. Desde
el proceso de Independencia gestado el 16 de septiembre de 1810, pasando por el inicio de la Revolucin un 20 de noviembre de 1910, hasta
el presente ao han transcurrido 200 aos en los que se han vivido mltiples procesos polticos, vaivenes econmicos, reclamos de reivindicacin
social, en fin, mltiples piezas de un mosaico cultural an desequilibrado, pero en constante transformacin.
Muchas han sido las luchas, los sinsabores, los dramas y las
tragedias. Pero tambin han sido innumerables los logros, los xitos
y las victorias alcanzadas por los Mexicanos. Hemos de reconocer que
pertenecemos a un pas que a pesar de las cadas ha sabido levantarse,
enfrentar los retos y salir airoso de ellos.
Estos aos han dejado tras de s una estela de acontecimientos,
algunos de ellos conocidos, otros an permanecen ocultos esperando
ser analizados por los historiadores. Esta historia de larga duracin de lo
poltico, econmico y social de Mxico brinda nuevos hallazgos, lo que
aunado a las conmemoraciones por el bicentenario de la Independencia
de Mxico y el Centenario de la Revolucin Mexicana exige una profunda reflexin sobre nuestro pasado, comprender nuestro presente y
construir el futuro que anhelamos como sociedad.
En ese tenor, es que la LIX Legislatura del H. Congreso del
Estado a travs de su Comisin Especial de Apoyo a los Festejos
del Bicentenario de la Independencia Nacional; y del Centenario de la
Revolucin Mexicana, El Colegio de San Luis A. C. y la Secretara de
Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potos se propusieron impulsar
la investigacin y difusin en torno a ambos acontecimientos en San
Luis Potos a travs de un proyecto editorial, del cual forma parte el
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Introduccin
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guan las estrategias de estudio y debate acadmico. En general muestran visiones sobre los doscientos aos del inicio formal del proceso de
Independencia de la monarqua espaola, que enriquecen la comprensin de un fenmeno particularmente complejo.
Graciela Bernal en su trabajo Se oyen voces. Rumor y miedo en
la ciudad de San Luis Potos, 1808-1811, hace un interesante planteamiento sobre la percepcin del movimiento independentista bajo el
anlisis del rumor y el miedo durante los primeros aos de la gesta en
San Luis Potos. Retoma supuestos tericos sobre su concepcin y las
causas que favorecieron su surgimiento y que acrecentaron su prctica;
tambin analiza los efectos del rumor y el miedo en los habitantes de
la ciudad de San Luis Potos. A lo largo del texto expone casos que
alteraron la cotidianidad de la capital potosina, la cual se vio afectada
de diversas formas, causando desgaste en la poblacin. En su trabajo,
Bernal afirma que los sentimientos y actitudes de los habitantes de la
ciudad iniciaron antes de 1810 y perduraron durante los aos de mayor
efervescencia y en un ambiente de inseguridad.
Juan Carlos Snchez Montiel presenta un texto titulado
Insurgencia, milicias, ayuntamientos y grupos de poder local en San
Luis Potos, 1810-1820, en el cual aborda aspectos generales de la insurgencia, que dio la oportunidad a los grupos de poder local que se
haban incorporados a las milicias, para tomar el control poltico y social.
A travs de un trabajo bien documentado en fuentes primarias, expone la
forma en que los grupos tuvieron notoriedad poltica a partir de su participacin en las milicias y en las juntas de seguridad organizadas en ese
decenio; de esa manera, los grupos intervinieron en la reestructuracin
poltica-administrativa. Por ejemplo, participaron activamente en la organizacin de las elecciones para los ayuntamientos, para diputados a las
cortes constitucionales y diputados para la integracin de las diputaciones
provinciales. Esa participacin les asegur un lugar dentro de los cambios
de orden poltico y social derivados del movimiento independentista.
David Eduardo Vzquez Salguero estudia el proceso de
Independencia desde un insumo bsico para la minera, actividad econmica de gran importancia en la Nueva Espaa: la sal. En su trabajo
En defensa de la sal para la minera. Fuerzas realistas en las Salinas del
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Moiss Gmez elabora un sinttico estudio sobre el contingente de trabajadores de la minera potosina titulado Y la bola sucedi: trabajadores mineros y metalrgicos durante la Revolucin en San
Luis Potos. Gmez muestra la situacin de los mineros y metalrgicos
durante los primeros aos del periodo revolucionario, centrado entre
1910 y 1913, que constituyen los aos ms lgidos en el sector minero.
Durante ese lapso, se estudian las estrategias de movilizacin en pos de
mejores condiciones de trabajo, as como la participacin de grupos de
trabajadores de la minera en la revuelta armada. Tambin se analizan
las respuestas y la relacin de las empresas y el Estado.
En La Revolucin sobre rieles. Una mirada de las lneas ferroviarias potosinas a travs de la prensa, 1910-1913, Amor Mildred
Escalante tambin realiza en estudio con el uso preferente de fuentes hemerogrficas, en este caso para exponer la importancia econmica, poltica y social de las lneas frreas en San Luis Potos desde su instalacin
hasta el movimiento armado de 1910. La autora muestra los arreglos
polticos en torno a la concesin de las lneas, el cambio de manos hasta
su formal establecimiento, as como la modernizacin de infraestructura tecnolgica y de estaciones, con lo cual sienta las bases para explicar
los desajustes, conflictos y afectaciones que padecieron los diversos espacios ferroviarios a consecuencia de las acciones revolucionarias.
Luz Carregha Lamadrid aborda un momento histrico estrechamente ligado al revolucionario por medio de un anlisis hemerogrfico en torno a la presencia de la mosca prieta que asedi Rioverde
hacia 1949. Carregha Lamadrid menciona que Rioverde fue escenario de diversos enfrentamientos derivados del movimiento armado de
1910, con lo cual su territorio qued incluido en el radio de accin
de grupos revolucionarios entre los que destac el dirigido por los hermanos Cedillo. La narracin sobre las campaas para acabar con la plaga
de la mosca prieta en Rioverde revelan las estrategias de las autoridades
federales y locales, en las que figur Gonzalo N. Santos, actor poltico
preponderante despus de la cada de Saturnino Cedillo.
La Revolucin Mexicana tambin es analizada desde el enfoque
literario, tarea realizada bajo la pluma de Mercedes Zavala Gmez del
Campo en Apuntes sobre el corrido pico revolucionario y su transformacin, quien a travs de una revisin de recursos estilsticos y
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Primera Parte
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Presentacin
A pesar de la distancia que separaba a los territorios de la monarqua espaola, los acontecimientos polticos que se sucedieron en la
Pennsula a raz de la ocupacin de las tropas napolenicas tuvieron
diversas repercusiones en lugares tan alejados como la Amrica hispnica. El temor por la invasin de los franceses fue algo comn luego
de que se tuviera noticia de la captura del rey, y esto propici que se
tomaran medidas de seguridad extraordinarias, sobre todo en las zonas
por donde se crea que pudieran llegar emisarios de Napolen. Pero
tambin se alert a las autoridades de las provincias para que tomaran
las providencias necesarias a fin de evitar que surgieran simpatizantes
de los enemigos del gobierno.
Respecto al peligro que se atribua a los franceses, y no obstante el temor de las autoridades porque surgieran simpatizantes de
Napolen, lo comn fue la adhesin al monarca, y esto fue acompaado de muestras pblicas de apoyo, as como de diversos donativos por parte de autoridades y de los habitantes en general, algo que
Marco Antonio Landavazo ha demostrado de manera puntual para
el caso de Nueva Espaa.2 La situacin fue distinta cuando dos aos
despus se presentaran los movimientos insurgentes. Esto resulta lgico en tanto se trat de un levantamiento armado que tuvo lugar en
los propios territorios americanos, y porque integrantes de todos los
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El ambiente de inseguridad
La noticia de que las tropas de Napolen Bonaparte haban ocupado la
pennsula y capturado a la familia real fue recibida en la ciudad de San
Luis Potos a principios de agosto de 1808. Como sucedi en las dems
provincias de la Nueva Espaa, las autoridades locales mostraron una
inmediata adhesin al monarca, e informaron al virrey que la poblacin
se manifestaba entusiasta por apresurarse a hacer el juramento de su
amado rey, pues haba visto
con horror y con un noble enojo los dbiles efugios de las forzadas renuncias de sus reyes con que quiso disfrazarse la ambicin cruel y maldita del Atila del siglo. [Pero, aseguraban,] ni
aun suplantando prfidamente al joven monarca en su trono,
poda aquel subyugar unos pueblos que detestan toda sujecin
que no sea la dulce y amable de su rey o la de sus legtimos
sucesores.4
El ayuntamiento indicaba que los habitantes de la ciudad haban ofrecido sus bienes, sus personas y vidas en defensa de la religin del rey
y de la patria, y algunos jvenes vecinos del comercio haban acudido
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AHESLP, Ayuntamiento, Actas de Cabildo, 30 de octubre de 1808, El ayuntamiento de
San Luis Potos informa al virrey sobre la jura al rey en la ciudad.
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todas las tribus, todos los rdenes del Potos unidos con el vnculo del amor y del ms noble inters formaron un pueblo colosal
erigido sobre las varas de la lealtad y de la religin en obsequio del
ms digno y del ms virtuoso de los soberanos del orbe.5
La proclamacin de los reyes era una celebracin comn en los territorios de la monarqua espaola, y en ella tomaba parte toda la poblacin, por lo cual estaba enterada de la sucesin de los monarcas; pero
ahora se trataba de circunstancias extraordinarias que debieron causar
impacto y confusin entre los diversos sectores sociales, derivando en
incertidumbre sobre lo que acontecera en lo sucesivo. En ese contexto,
el juramento de lealtad al soberano usurpado cobraba una importancia
fundamental para las autoridades; en primer lugar, porque el rey al que
se iba a jurar lealtad haba asumido el trono de manera efmera, y esto
haba sido por la abdicacin obligada y no, como normalmente ocurra,
por la muerte del predecesor (su padre) circunstancias que tambin
causaron confusin.6 En segundo lugar, porque los habitantes de los
territorios de la monarqua se enfrentaban a un enemigo cuyo poder
AHESLP, Ayuntamiento, Actas de Cabildo, 30 de octubre de 1808, El ayuntamiento de
San Luis Potos informa al virrey sobre la jura al rey en la ciudad.
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Esto se debe a que Carlos IV abdic a favor de su hijo Fernando VII, ste volvi a abdicar
en su padre quien, a su vez, lo hizo en Napolen Bonaparte.
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era de sobra conocido, por lo cual era necesario reforzar las acciones de
lealtad al rey. Por esta razn, a la par de las manifestaciones de apoyo,
las autoridades no cesaron en difundir una terrible imagen del enemigo
entre la poblacin e infundir temor para eliminar cualquier simpata
que pudiera surgir por l.
En estos momentos la adhesin al rey fue prcticamente automtica, no pareca posible que sucediera de otra forma. La ceremonia de juramento se prepar de manera cuidadosa durante casi dos
meses, y fue presidida por las autoridades civiles y eclesisticas de la
ciudad; tambin asistieron los gobernadores de Tlaxcala, Mezquitic,
Santa Mara, y comisarios de Santiago, as como de los dems pueblos
inmediatos y otras muchas personas de la nobleza. Posteriormente, se
atendi la orden del virrey Garibay que haba sustituido al depuesto
Iturrigaray de enviar donativos a la Pennsula para ayudar en la guerra contra los franceses, y en un primer llamado que se hizo a los principales personajes de la ciudad se colect la cantidad de 1410 pesos.7
Las muestras de lealtad hacia el monarca eran claras, pero los
temores de las autoridades por la llegada de enemigos que pudieran
influir en la poblacin estuvieron latentes desde que se recibieron las
noticias; se crea que los franceses eran capaces de emprender algunas
acciones en los territorios americanos. El ayuntamiento indicaba que al
ser San Luis Potos el paso de la tierra adentro, tena noticia de algunos
rumores de que por el lado del norte [el enemigo] pueda perturbar el
orden y corromperse la lealtad con que deseamos mantener esta ciudad
y su provincia, por ese motivo solicitaba la presencia de mayor nmero
de tropas en la ciudad.8
Los temores estaban fundados en la creencia de que pudiera
llevarse a cabo una invasin, pero no haba evidencia de un peligro real.
Esos temores se basaban en la noticia del desembarco de un francs
en el norte del virreinato que haba sido detenido por el gobierno de
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AHESLP, Ayuntamiento, Actas de Cabildo, 3 de octubre de 1808, El virrey solicita
donativos para enviar a la Pennsula para la guerra contra Francia, y 31 de octubre de 1808, El
ayuntamiento de San Luis Potos recibe donativos de personajes de la ciudad.
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AHESLP, Ayuntamiento, Actas de Cabildo, 3 de septiembre de 1808, El ayuntamiento
de SLP representa haber necesidad de tropa en aquella capital para defensa de la [provincia] y
para aquietar todo espritu de subversin.
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tanta importancia en 1821. Este ao se interrog a algunos otros peninsulares que aseguraban que Errazu haba actuado a favor de Napolen,
que los haba invitado a unirse a l pero ellos se negaron; sin embargo,
al no haber hecho la denuncia respectiva en 1810, se pone en duda su
testimonio.
Por otra parte, recordemos que una vez declarada la
Independencia, los peninsulares, ms que otros individuos, deban
mostrar su total adhesin al gobierno y estar libres de toda sospecha, lo
cual pudo influir en las declaraciones de los peninsulares que fueron llamados a testificar. En cuanto al otro de los testigos presentados, habra
que preguntarse por qu no hizo la denuncia de los supuestos hechos
ocurridos en 1810 Por qu fue fcil localizarlo en 1821? Mantena algn tipo de relacin con los otros espaoles mencionados? Hubo algn
acuerdo para denunciar a Errazu? o Es que en 1821, bajo las nuevas
circunstancias polticas en donde los peninsulares eran fcil centro de
ataques, resultaba factible tomar revancha de situaciones pasadas?
Ninguno de ellos aclara los motivos que los llevaron a no denunciar encubrir los supuestos hechos, aunque aseguraban que
todava en 1811 en una tienda de Saltillo se encontraron documentos
que nadie present que incriminaban a Errazu, pero ni an en
esos momentos hicieron la denuncia correspondiente. La situacin cobraba importancia en 1821 no solo por el hecho de que el espaol
Errazu se mostrara contra la Independencia, sino porque otros espaoles se negaban a jurar al nuevo gobierno y seguan promoviendo la
adhesin a la monarqua espaola.15
Pero ms all de las convicciones polticas, los comportamientos
de denunciantes y denunciados nos sealan la incertidumbre que se viva en momentos de coyuntura. En su afn por mantener la estabilidad,
las autoridades investigaban cualquier indicio que hiciera sospechar una
situacin peligrosa, mientras que la poblacin poda sentir algn temor
15
En el momento en que se llevaron a cabo las averiguaciones correspondientes, tambin
se atenda otro caso de algunos espaoles que se negaban a jurar la independencia, AGN,
Gobernacin, caja 9, exp. 28. Y unos aos ms tarde, en 1824 Manuel Berdeja, individuo que
supuestamente apoyara a Bonaparte en 1810, estuvo implicado en acciones contra el gobierno
independiente. AHESLP, Secretara General de Gobierno, leg. 1824 (diciembre), exp. s/n, Diligencias practicadas contra los espaoles Manuel Berdeja y Estaban Toscano.
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Se pretenda que todas esas medidas fuesen efectivas para evitar que en
la ciudad se extendiera la simpata hacia los insurgentes que se haba
empezado a manifestar en das previos mediante pasquines. Pero en esos
momentos ms que mostrar esas posibles simpatas, una de las prioridades de la poblacin fue mantener su seguridad y evitar ser acusado
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AHESLP, Intendencia 39, leg. 1811, exp. 8, 16, 17, 18 y leg. 1810-1811 (4), exp. 1.
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Consideraciones finales
La cita que presentamos al final, nos muestra los resultados de una
guerra que despus de cinco aos haba causado un gran desgaste en la
poblacin. En ese escenario, evidentemente, sta era la ms vulnerable,
pues adems de sufrir las medidas de seguridad que implementaron las
autoridades, se convirti en fuente de contribuciones para sostener los
gastos militares. Pero tambin fue blanco de ataque en tanto poda surtir
de vveres y de hombres a las tropas de ambos bandos. Respecto a esto,
queda pendiente la reflexin sobre actitudes de lealtad. stas resultaban
bastante endebles pues las circunstancias podan cambiar de manera rpida; aunque en este caso se evidencian dos generalidades. Por un lado,
la lealtad de la poblacin hacia el gobierno fue clara durante la coyuntura
poltica causada por la captura del rey, no as durante la insurgencia. Por
otro lado, estaba la lealtad entre la propia poblacin; aqu presentamos
casos que fueron denunciados y que nos hablan en cierto modo de la
efectividad de las medidas de seguridad implementadas por el gobierno,
en donde el miedo desempe un papel fundamental; pero no podemos
saber sobre los casos que, a pesar de ello y de la efectividad que poda
brindar el rumor ante cualquier sospecha, pudieron ocultarse debido,
justamente a sentimientos de lealtad.
Finalmente, debemos mencionar que no obstante las precauciones de las autoridades en turno, la inseguridad sigui siendo un problema, sobre todo en poblaciones alejadas, por el bandidaje que aprovech
la situacin; poder solucionar esto ltimo llevara tiempo, en tanto las
prioridades de las autoridades se centraban en otros puntos.
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AHESLP, Intendencia, leg. 1815-1818 (1), exp. 15, 17 de febrero de 1815, El vecindario del Valle de San Francisco, a travs del subdelegado representa el peligro de que est
expuesto ante los insurgentes.
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Fuentes
Archivo
Bibliogrficas
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Noyola, Inocencio, Insurgentes y realistas en la Provincia de San Luis
Potos: 1808-1821, Tesis Maestra en Estudios Regionales, Mxico, Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora, 2003.
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de Estudios Histricos, 1976.
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Pontificia Universidad Catlica del Per, 2005.
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Mxico, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2006.
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Insurgencia, milicias,
ayuntamientos y grupos de poder
local en San Luis Potos, 1810-1820
Juan Carlos Snchez Montiel
Universidad Autnoma de Ciudad Jurez
Introduccin
Aunque la insurgencia en San Luis Potos no logr consolidar su dominio debido a que despus de los primeros brotes de rebelin logr ser sofocada, sta insurreccin en la Intendencia brind a los grupos de poder
local incorporados en las milicias la oportunidad de tomar en sus manos
el control poltico y social, ya que solo a travs de ellos se garantizara la
permanencia de la estructura poltico-administrativa y la proteccin del
territorio frente a los ataques subversivos, adems de asegurar el flujo de
recursos y hombres para el resguardo de sus poblaciones.
La contingencia generada por la guerra insurgente abri a los
criollos de la Provincia de San Luis Potos la posibilidad de conquistar
notoriedad poltica a partir de su participacin en las milicias y en las
juntas de seguridad organizadas para la defensa contra los sediciosos,
pero esto tuvo an mayor trascendencia si tomamos en cuenta que esta
presencia en las milicias les allan el camino a una va institucional de acceso al poder abierta a partir de la aplicacin de la Constitucin de Cdiz
de 1812, bajo el sello de una reforma a la organizacin del gobierno
local y al sistema de representacin poltica, que acabara siendo un rgimen de transicin hacia el periodo independiente y el establecimiento
del rgimen republicano, lo que asegur a estos grupos su afianzamiento en la estructura de poder local que se fue creando en el paso de la
entidad de Provincia a estado. Al conservar su posicin social y poltica
como notables de la Provincia gracias a la participacin en las milicias,
estos grupos tuvieron la oportunidad de intervenir en la reestructuracin del gobierno local planteado por la carta gaditana, participaron en
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Insurgencia, milicias, ayuntamientos y grupos de poder local en San Luis Potos, 1810-1820 | 43
como capitn Jos Florencio Barragn, comerciante; en la primera compaa de Villa de Valles el cargo de capitn fue para Jos Domingo de
la Mora, criollo hacendado, el de teniente fue ocupado por Jos Ignacio
Enrquez, terrateniente, y el de alfrez por Onofre Altamirano; en la
segunda compaa de Aquismn el cargo principal qued en manos
de Ignacio Violet Ugarte; y en la tercera de Tampamoln y Coscatln
fungi como capitn el hacendado Jos Oyarbide.1
A San Luis Potos llegaron pronto las noticias del levantamiento del cura Miguel Hidalgo en el pueblo de Dolores, Guanajuato, el
da 18 de septiembre fue detenido Anacleto Moreno, quien haba presenciado la insurreccin de Hidalgo y haba sido comisionado por ste
para levantar a los pueblos de Tierra Nueva y otros. Ante estos informes en la ciudad de San Luis Potos una junta en la que se convoc a
algunos de los notables de esta capital, entre quienes figuraban el tesorero de Real Hacienda Cristbal Corbaln; el promotor de real fisco,
Francisco Gernimo Gordoa; el administrador de tabacos y alcabalas,
Manuel Palacios; el administrador de correos, Eugenio Tern; Miguel
Flores y Alfonso Nava, se tom la decisin de detener el correo que iba
dirigido a la ciudad de Mxico, por tenerse noticia de haber sido interceptados los correos que procedan de Mxico a San Luis, y no tenerse
noticias positivas sobre la insurreccin en San Miguel El Grande y el
pueblo de Dolores.2
Al inicio de la insurgencia en septiembre de 1810 el comandante
Flix Mara Calleja se encontraba en San Luis Potos, donde organiz
sus fuerzas para salir a combatir a los rebeldes, su ejrcito qued integrado por los dos regimientos provinciales de dragones de San Luis
y San Carlos, que en ese momento se hallaban de guarnicin en San
Luis, Charcas y Matehuala, y que fueron reunidos en las cercanas de la
capital potosina, junto con gente de las haciendas vecinas. A este grupo
reunido por Calleja se le unieron los provinciales de Rioverde y la cuarta
compaa del cuerpo de caballera de frontera bajo el mando de Roberto
Antonio Ortiz de Zrate, cuya familia tambin haba contribuido con
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dinero para sufragar los gastos de la campaa contra los facciosos. Cabe
destacar que Calleja tuvo tambin una buena respuesta de los terratenientes de la comarca, quienes lo aprovisionaron no slo de pertrechos,
sino tambin de hombres con los que pudo incrementar sus efectivos.3
La salida de Calleja de San Luis Potos en octubre de 1810 dej
a gran parte de la Intendencia sin proteccin, tanto en la capital como
en los partidos de Valles y Rioverde la amenaza de insurreccin era latente a causa de la partida de las tropas que haban estado a cargo de su
custodia y que haban ido tras los insurgentes. Para noviembre de 1810
iniciaron las primeras insurrecciones en los alrededores de la ciudad de
San Luis Potos, Rioverde y Valles. En el momento ms lgido de la insurreccin, entre finales de 1810 y los primeros meses del ao siguiente,
se perdi el control sobre la mayor parte del territorio de la Provincia,
la cual quedara a merced de las fuerzas rebeldes, ante la incapacidad de
los propietarios locales, trabajadores de las haciendas y algunos voluntarios criollos y mestizos que trataron de organizarse para la defensa.
En la capital potosina se vieron involucrados tanto religiosos
como miembros de las milicias en la conspiracin que condujo a una insurreccin en la madrugada del 11 de noviembre de 1810, entre los religiosos figuraban fray Juan Villeras, fray Luis Herrera y fray Gregorio de
la Concepcin, quienes en alianza con el oficial Francisco Lanzagorta, el
capitn de lanceros de San Carlos Joaqun Sevilla de Olmedo y el alfrez
Nicols Zapata, lograron tomar el control de la ciudad rpidamente. La
revuelta tom fuerza con la llegada de Jos Rafael de Iriarte el da 14,
quien acababa de conquistar Zacatecas para la insurgencia y se diriga
a Guanajuato en auxilio de Allende. La llegada de Iriarte y sus fuerzas
provoc nuevos saqueos a la ciudad, los rebeldes vaciaron las cajas reales
y asaltaron las casas de los particulares ms adinerados y algunas de las
haciendas prximas.4
Al norte de la Provincia las noticias de lo acontecido en la
capital provoc la huda de buena parte de las familias espaolas de
Catorce, Matehuala, Venado y Cedral. Una nueva afectacin insurgente
en esta regin ocurrira en mayo de 1811, cuando las fuerzas rebeldes
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Insurgencia y ayuntamientos
La insurgencia en San Luis Potos pronto fue controlada, despus de los
primeros brotes de insurreccin entre finales de 1810 y 1811 hubo algunos ataques que afectaron a buena parte de la Provincia, pero pronto
lograron ser dominados. El peligro de que algunos pueblos indgenas
que ya haban participado en actos subversivos volvieran a la insurreccin fue usado por las autoridades para oponerse a la instalacin de
ayuntamientos constitucionales durante el primer periodo gaditano; sin
embargo, para el momento en que se aplic la constitucin de Cdiz
casi todo el territorio de la Provincia ya haba sido pacificado, lo cual
hace pensar que el temor real de los subdelegados y las poblaciones ms
importantes a la instalacin de ayuntamientos en este tipo de pueblos
era la prdida de control sobre ellos.
En Rioverde con el argumento de evitar el peligro de que los
pueblos de mayora indgena se unieran a la insurgencia se fren la instalacin de ayuntamientos en los pueblos de la Sierra Gorda. Lo mismo
sucedi en algunos pueblos del partido de Valles ubicados al sur de la
Huasteca, como fue el caso de Tamazunchale, que por haber sufrido de
brotes de insurreccin qued excluido de la posibilidad de erigir ayuntamiento constitucional durante el primer periodo gaditano, a pesar
de ser la poblacin ms importante del extremo sur del partido. En el
partido de la capital, el pueblo de Mezquitic fue castigado por haber
participado en los disturbios de noviembre de 1810, se le quit la categora de repblica y el gobernador y los alcaldes fueron ejecutados,13
el castigo an pesaba sobre este pueblo en 1813, por lo cual no se le
permiti instalar ayuntamiento constitucional, y sus habitantes fueron
excluidos de los derechos de ciudadana.14
Pocos meses despus de sofocada la insurreccin en la capital de
San Luis Potos y sus alrededores, Mezquitic, a travs de su gobierno,
solicit a Calleja una fuerza de diez o doce soldados que vigilaran la paz
Ortiz, Guerra, 1997, pp. 104-105.
Noticia que remite el jefe poltico de San Luis Potos, Manuel Jacinto de Acevedo, al
virrey Flix Mara Calleja, sobre los ayuntamientos constitucionales establecidos en esta provincia, en: AHESLP, ISLP, leg. 1814.4, exp. 13.
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Conclusiones
La revisin de la trayectoria de algunos de los notables de la Provincia
de San Luis Potos en el periodo que va de la aparicin de la insurgencia
a la poca del Mxico independiente y la fundacin del estado de San
Luis Potos, nos muestra claramente una conexin entre su paso como
miembros de las milicias y de las juntas de seguridad establecidas en
las poblaciones principales para hacer frente a los embates de los insurgentes, y el papel protagnico que tuvieron en los cambios en el orden
poltico y de gobierno puesto en ejecucin a partir de la aplicacin de la
Constitucin de Cdiz de 1812.
La notoriedad poltica y social que alcanzaron estos hombres,
pertenecientes desde antes del inicio de la insurgencia a los grupos de
poder regionales, al tomar en sus manos la organizacin de la defensa
de sus ciudades y comarcas, fue una circunstancia que explica en gran
medida la destacada participacin que tuvieron en la celebracin de las
juntas electorales para elegir diputados a cortes, diputados provinciales
y ayuntamientos durante el periodo gaditano, pues haban conquistado
una notable influencia sobre sus localidades al hacerse responsables de
garantizar la seguridad de los habitantes y sus bienes frente a las incursiones rebeldes.
La aplicacin de la Constitucin de Cdiz y la reorganizacin
del gobierno local a partir del establecimiento de ayuntamientos constitucionales y la diputacin provincial, abrira una va institucional de acceso al poder a los vecinos principales de la Provincia de San Luis Potos,
que junto con el desempeo de sus oficios en las milicias y las juntas de
seguridad afianzara su posicin para tener una activa participacin en el
trnsito de Provincia a estado en San Luis Potos. En conclusin podemos afirmar que fue su participacin en la contrainsurgencia y en la recomposicin del orden poltico local impulsado por la carta gaditana lo
que explica en gran medida el protagonismo que llegaron a tener algunos
de ellos en la conformacin de la estructura poltica y de gobierno que
marcara el paso en la entidad de Provincia a estado de la federacin.
Hay an interrogantes que escapan a la brevedad del presente trabajo y mereceran un estudio ms profundo que nos ayude a
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Fuentes
Archivo
Bibliogrficas
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Las Salinas del Pen Blanco, localizadas en el altiplano potosino, proveyeron de sal a los reales mineros del noreste de Mxico desde mediados
del siglo xvi hasta finales del xix. Esta empresa, constituida como una regala de la Corona espaola jug un papel estratgico en la defensa de los
intereses del imperio durante el periodo de la Independencia de Mxico,
pues sus administradores formaron, aprovisionaron y mantuvieron un
ejrcito cuyas operaciones abarcaron ms all de la jurisdiccin administrativa que le corresponda, cubriendo una franja de norte a sur entre
los principales reales mineros de San Luis Potos y Zacatecas. De manera
complementaria a la defensa armada fue cavado un foso y construida
una muralla alrededor de la negociacin salinera, obra en la que participaron indios y arrieros. En el presente trabajo se da cuenta del proceso
de formacin del ejrcito realista, las principales acciones militares que
realizaron en defensa de la sal y la minera regional.
Un breve prembulo
Las Salinas del Pen Blanco, la principal empresa salinera del noreste
de Mxico, fue desde el siglo xvi y hasta finales del xix, la ms importante abastecedora de sal para la minera de la plata de los actuales estados de Zacatecas, San Luis Potos, Guanajuato y Aguascalientes. Como
es conocido entre los especialistas de la minera, la sal fue un ingrediente fundamental en el llamado proceso de amalgamacin o mtodo de
patio, el cual consista en triturar el mineral y apilarlo en montones
sobre un piso amplio de ah el nombre de patio, al que se agregaba
agua, sal, sulfatos de cobre, xidos de fierro y azogue (mercurio) hasta
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obtener un lodo espeso. La torta resultante era agitada hasta formar una
amalgama, desencadenndose una reaccin qumica que separaba la
plata del resto de los minerales. La masa se lavaba y exprima hasta obtener una pia que era destilada para separar la plata del azogue.1 Los
testimonios de los siglos xvi, xvii y primera mitad del xviii, se referan
al mtodo como beneficio de azogue; recibi el nombre de beneficio
de patio hasta mediados del siglo xviii.2
Entre el siglo xvi e inicios del xix las principales vicisitudes en
las Salinas giraron en torno al estado del tiempo los periodos de lluvias
y secas, la administracin de la empresa mano de obra, gastos y comprobacin de cuentas, y el abastecimiento de la minera regional. No
fue sino hasta finales de 1810 cuando su relativa vida sosegada se exalt
al grado de vislumbrar la necesidad de conformar un cuerpo militar.
Durante el movimiento de la insurgencia las Reales Salinas del Pen
Blanco, consideradas propiedad de la Corona espaola, eran administradas por la Real Hacienda. Sus clientes ms importantes provenan de
las intendencias de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potos. La principal preocupacin era el abasto de sal a la minera regional. No haba
necesidad de protegerse de amenazas armadas, hasta la llegada de los insurgentes que trastocara la vida de sus pobladores, de sus trabajadores,
de sus administradores y de sus clientes.
El inicio de la Independencia
El inicio del movimiento de Independencia tuvo lugar en el Bajo, una
de las regiones de mayor prosperidad de la nueva Espaa. Hacia finales
del siglo xviii esta regin albergaba un amplio e importante complejo minero, agrcola e industrial, cuyo corazn era el distrito minero
de Guanajuato, considerado en ese entonces como el mayor productor de plata de la Nueva Espaa. El Bajo contaba con una poblacin
preponderantemente mestiza y varias poblaciones dedicadas a la manufactura como lo eran Quertaro y San Miguel el Grande en donde
1
Lang, Monopolio, 1977, pp. 46-51; Castillo, Grandes, 2006, pp. 69-77; Bargall, La
minera, 1955, pp. 127-128.
2
De Gamboa, Comentarios, 1761, cap. ix.
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Las salinas del Pen Blanco y sus principales clientes a inicios del siglo xix
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se produca tela y lana; Celaya y Salamanca en donde se teja el algodn; y Len en donde se producan artculos de piel.3
En la regin mencionada se encontraba el pueblo de Dolores,
donde la noche del 15 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo
proclam la rebelin que dara inicio al movimiento independentista. Alrededor de veinticinco mil hombres avanzaron hacia la ciudad
de Guanajuato, en donde el ejrcito insurgente tom por asalto la
Alhndiga el 28 de septiembre, llevndose consigo la riqueza que el
intendente Juan Antonio Riao haba resguardado en el lugar. Las minas y haciendas de beneficio aledaas corrieron con semejante destino,
desestabilizndose el ramo de la minera.4 As comenz una debacle
que tardara tiempo en recuperarse, ya que tras la toma de Guanajuato
por parte de las fuerzas de Hidalgo las minas se fueron inundando,
el abastecimiento se desorganiz debido a la violencia y los caminos
fueron tomados.5 Al poco tiempo los insurgentes tomaron el control
de Zacatecas, considerado el segundo centro minero ms importante,
luego vino Real de Catorce en San Luis Potos, y as paulatinamente el
resto de los minerales medianos y pequeos.6
El movimiento insurgente son en San Luis Potos el 18 de
septiembre, apenas dos das despus de iniciado, cuando fue detenido
Anacleto Moreno quien haba sido comisionado por Miguel Hidalgo
para levantar los pueblos de Tierra Nueva y otros en San Luis Potos.7
En ese entonces el comandante realista Flix Mara Calleja se encontraba en San Luis Potos al mando de los regimientos provinciales
de Dragones de San Luis y San Carlos ubicados en las guarniciones de
San Luis, Charcas y Matehuala; y el Cuerpo de Caballera del Nuevo
Santander, localizado en Rioverde.8 Calleja aprovision su ejrcito con
apoyo de los terratenientes, hacendados y mineros de la regin de quienes recibi pertrechos y efectivos, y parti en defensa de la capital.
Brading, Mineros, 1975, pp. 302-303.
Alamn, Historia, 1985, vol. I, pp. 413-438.
5
Romero Sotelo, Minera, 1997, p. 63.
6
Elhyar, Memoria, 1883, p. 86.
7
Snchez Montiel, San Luis Potos, 2009, p. 123.
8
Monroy Castillo y Calvillo, Breve, 1997, p. 144.
3
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Hacia noviembre de 1810 comenzaron las primeras insurrecciones en los alrededores de la ciudad de San Luis Potos, Rioverde y
Valles. La capital de la Intendencia fue tomada la madrugada del 11 de
noviembre. El da 14 entr en la ciudad Jos Rafael de Iriarte, quien
acababa de tomar Zacatecas y se diriga a Guanajuato en auxilio de
Ignacio Allende. Mariano Jimnez en su camino hacia Saltillo procedente de Guadalajara pas por Charcas, Matehuala, Cedral y Real de
Catorce, cuyas familias espaolas haban abandonado el lugar tras el
estallido. La ciudad de San Luis Potos estuvo bajo el control de los insurrectos entre noviembre de 1810 y febrero de 1811. Calleja recuper
la capital potosina el 5 de marzo de 1811.9
Tras el inicio del movimiento, Flix Mara Calleja reforz su
ejrcito con la aportacin de los personajes ms relevantes en las estructuras del poder regional, y promovi que cada hacendado o minero
formara un cuerpo militar. En este contexto surgieron los Tamarindos
llamados as por el color de la gamuza de su uniforme, un batalln de infantera conformado por hombres de la Hacienda de Bocas y
del pueblo del Venado. Tambin se conform el Regimiento de Fieles del
Potos, integrado por escuadrones de caballera armados con lanzas.10
10
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Andrs Arstegui, un criollo originario de Guadalajara quien se desempeaba como contador interventor de las Reales Salinas del Pen
Blanco, cargo que le haba sido conferido desde 1799.12
Iriarte le ofreci a Arstegui dinero y mantenerle en el empleo a
cambio de su adhesin a la causa rebelde, pero ste se neg; entonces fue
aprehendido y trasladado a Zacatecas, pero al poco tiempo lo dejaron
libre.13 Cuando Miguel Hidalgo e Ignacio Allende pasaron por Salinas
entre febrero y marzo de 1811 tras la derrota de Puente Caldern ocurrida el 17 de enero del mismo ao, las autoridades y el cura de la
localidad se fueron a esconder a la Hacienda de Punteros quedndose
Arstegui a la suerte de los rebeldes quien, segn relatos de la poca,
no muri gracias a la prisa que llevaban los cabecillas huyendo hacia el
norte. A partir de entonces fue que se resolvi armar una tropa militar
para reforzar la seguridad de las Salinas.14
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Actividades militares
Andrs Arstegui, ya como capitn, se present el 30 de agosto de
1811 ante las rdenes del teniente coronel de caballera Jos Lpez y
Gonzlez, quien funga como comandante de Divisin de Provincias
Internas y de las Armas de la ciudad de Zacatecas y su Provincia, en la
hacienda de San Pedro Piedra Gorda, acompaado de 140 hombres para
AGN, Salinas, vol. 6, exp. 17, 1818.
AGN, Salinas, vol. 6, exp. 17, 1818.
19
AHSPB, Virreinato, Gobierno, Tropa, vol. 829, exp. 3348, 1814-1816.
20
AGN, Salinas, vol. 6, exp. 17, 1818.
21
AGN, Salinas, vol. 6, exp. 17, 1818.
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El foso y la muralla
El 22 de noviembre de 1815 Diego Martnez de Ibernn, entonces administrador de las Reales Salinas del Pen Blanco, comenz a construir
un foso y una muralla alrededor de las Casas Reales que funcionaron
como sede de la administracin de la negociacin salinera. Dentro residiran parte de la poblacin y la tropa que guarneca la empresa.30 Para la
construccin del foso que circundara a la negociacin salinera se trajeron
indios del Venado y la Hedionda, los que en algunos casos abandonaron
los trabajos por agotamiento o por heridas en las manos.31 Los obreros
eran rotados cada cierto tiempo, para lo cual el administrador de Salinas
solicitaba al subdelegado de Venado o la Hedionda el nmero de personas
necesarias. A su vez ste hacia la peticin a los gobernadores de los pueblos indios que eran los que seleccionaban a la gente y la enviaban a las
reales Salinas; en general se padeca escasez de mano de obra.32
28
Andrs Arstegui, capitn y administrador de las Salinas del Pen Blanco a Manuel
Jacinto de Acevedo, Intendente de San Luis Potos, 13 de junio de 1812, AHSPB, Virreinato,
Gobierno, Correspondencia, vol. 827, exp. 3334, libro copiador de cartas.
29
AHSPB, Virreinato, Gobierno, Tropa, vol. 829, exp. 3348, 1814-1816.
30
AGN, Salinas, vol. 6, exp. 15, 1816.
31
Rafael Salazar, subdelegado de los Pueblos del Venado a Diego Martnez de Ibernn,
administrador de las Salinas del Pen Blanco, 26 de julio de 1816, AHSPB, Virreinato, Gobierno, Correspondencia, vol. 828, exp. 3344.
32
Rafael Salazar, subdelegado de los Pueblos del Venado a Diego Martnez de Ibernn,
administrador de las Salinas del Pen Blanco, 27 de junio de 1816, AHSPB, Virreinato, Gobierno, Correspondencia, vol. 828, exp. 3343.
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Aunque esta fotografa corresponde a finales del siglo xix, muestra parte del foso cavado y la
muralla construida durante la Independencia de Mxico. Fuente: Hacienda Salinas, moat (ca.
1898), William Henry Jackson, Library of Congress Prints and Photographs Division,
Washington, LC-D418-8340, http://hdl.loc.gov/loc.pnp/det.4a27049.
Fortalecimiento de la tropa
Hacia agosto de 1817 las Salinas del Pen Blanco, adems de ser cabecera de partido se haban convertido en comandancia militar, desarrollndose as una actividad mucho ms compleja, con oficiales, tropa,
artillera, caballera e infanteras rurales y urbanas. Diego Martnez de
Ibernn al mismo tiempo que era el administrador principal de las
Salinas tena el grado de capitn y comandante. En cambio Andrs
Arstegui, que haba dejado de ser el administrador de las Salinas para
retornar a su anterior cargo de contador interventor, se mantena con el
grado de capitn de la compaa primera de fieles realistas urbanos.40
La organizacin de las fuerzas militares estaba organizada en 4
miembros de la Plana Mayor, 26 efectivos en Artillera; 50 de la Primer
Gobierno, Correspondencia, vol. 828, exp. 3343.
40
AHSPB, Virreinato, Gobierno, Tropa, vol. 829, exp. 3349, 1817.
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Tropas realistas de las Salinas del Pen Blanco y su rea de operaciones, 1817-1818
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Reflexin final
La defensa de las Salinas por parte del ejrcito realista tuvo tres periodos
en trminos de la confrontacin con los insurgentes. El primero va de
finales de 1810 a 1812 cuando las Salinas fueron tomadas por los insurgentes, durante el paso de Hidalgo y la batalla de San Francisco; el segundo tuvo lugar entre 1815 y 1816 cuando se llev a cabo la excavacin
del foso que circund la negociacin y la construccin de la muralla
41
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un botn ms atractivo porque ah se concentraban los pagos que realizaban los mineros. Por tratarse de un insumo necesario para la minera resultaba de inters controlar su produccin y distribucin, de ah
que los insurgentes colocaran como administrador a uno de los suyos
a inicios del movimiento, pero que al final no perdur. A excepcin
de unos pocos meses, los insurgentes no mantuvieron el control de las
Salinas, pues tras la formacin del ejrcito a cargo de Andrs Arstegui
la empresa salinera fue adems una guarnicin militar que control las
operaciones entre Zacatecas y San Luis Potos. La sal, siendo un producto complicado para transportar y delicado para conservar no result
atractivo para los robos en las propias lagunas, pero s en los caminos
en donde los arrieros eran asaltados con la finalidad de contrabandear
con ella.
A partir de 1815-1816 se distingue un cambio importante en
el manejo de las tropas, pues fue precisamente entre esos aos cuando Andrs Arstegui fue destituido del cargo de administrador principal para retornar al anterior que tuvo de contador interventor de las
Salinas. En su lugar se nombr a Diego Martnez de Ibernn, quien
tuvo la iniciativa de cavar el foso que circundara al poblado y a la sede
administrativa con sus Casas Reales, y de construir una muralla para
proteccin. Arm las Salinas con caones, adquiri carabinas, fusiles,
lanzas, machetes y caballos. Increment el nmero de efectivos que en
ocasiones iba de 300 a 500 soldados distribuidos en compaas urbanas
y rurales.
La compaa urbana sostuvo operaciones en la propia ciudad
de Salinas, que tena la categora de subdelegacin y cabecera de partido, en tanto que las compaas rurales eran las que estaban asentadas en
la laguna filial de Santa Clara al norte, en Punteros al noroeste, en Ramos
al poniente, en la Hacienda del Carro al sur y en el Real de ngeles al
sureste, principalmente. Estas compaas rurales eran movibles, se trasladaban y asentaban en otros puntos de acuerdo a las circunstancias o
a los reportes que los subdelegados o intendentes de San Luis Potos
y Zacatecas hacan sobre el movimiento insurgente. Andrs Arstegui
mantuvo el grado de capitn, y estuvo al frente de la compaa urbana
de Salinas.
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Fuentes
Archivos
Bibliogrficas
Alamn, Lucas, Historia de Mjico, Mxico, Instituto Cultural Helnico / Fondo de Cultura Econmica, 5 vols., 1985.
lvarez Lpez, Juan, Monografa de Ojocaliente, Ojocaliente, Zacatecas, 1999.
Bargall, Modesto, La minera y la metalurgia en la Amrica Espaola
durante la poca Colonial, Mxico, Fondo de Cultura Econmica,
1955.
Brading, David, Mineros y comerciantes en el Mxico borbnico, 17631810, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1975.
Castillo, Manuel y Mervyn F. Lang, Grandes figuras de la minera y
metalurgia virreinal, Espaa, Universidad de Cdiz, 2006.
De Gamboa, Francisco Xavier, Comentarios a las Ordenanzas de Minas,
Madrid, 1761.
Elhyar, Fausto, Memoria sobre el influjo de la minera, Mxico, Tipografa Literaria de F. Mata, 1883.
Lang, Mervyn F., El monopolio estatal del mercurio en el Mxico colonial
(1550-1710), Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1977.
Monroy Castillo, Mara Isabel y Toms Calvillo, Breve Historia de
San Luis Potos, Mxico, El Colegio de Mxico / Fondo de Cultura
Econmica, 1997.
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Este captulo se centra en el anlisis del proceso histrico de la organizacin del territorio que ahora conocemos como San Luis Potos desde
el punto de vista de la administracin de justicia, durante la poca reconocida historiogrficamente como el primer federalismo mexicano.
Tal anlisis es relevante porque la organizacin y el funcionamiento del
sistema de imparticin de justicia federal y estatal representaron uno de
los primeros esfuerzos por consolidar un orden en la entonces recin
decretada Repblica Federal independiente.
Introduccin
El estudio de la organizacin del territorio es el resultado del anlisis
de la interaccin de procesos histricos. En este contexto es necesario
considerar, adems de una determinacin geogrfica como base esencial
y homognea, otros elementos, como por ejemplo de carcter poltico,
administrativo o judicial que influye en la organizacin de un espacio
a travs del tiempo. En este sentido, no hay un anlisis posible de la
historia de la organizacin del territorio de Mxico, y en especfico del
conocido como San Luis Potos, que deje de lado el estudio de su organizacin judicial.
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4
Burgoa, Derecho Constitucional, 1976; Esquivel, Apuntes para la historia, 1984,
t. 2; Pallares, Derecho Mercantil Mexicano, 1874; Tena, Leyes fundamentales, 2002.
Caedo et al., Cien aos de vida, 2000; Contreras, Configuracin simblica y codificacin,
2002; Monroy y Calvillo, Breve Historia de San Luis, 1997; Muro, Historia de San Luis Potos,
1973, t. II y III; Pedraza, Justicia. Punto de equilibrio, s/a; Pedraza, El Poder Judicial del Estado
2004; Rodrguez, Historia de San Luis Potos, 1969; SCJN, Historia de la Justicia, 2005, 2 t.;
Velsquez, Historia de San Luis Potos, 1982, t. III y IV.
5
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La Suprema Junta Central de Espaa y las Indias promulg un decreto en nombre de Fernando VII en el que se estipulaba que ya no deba pensarse en las colonias
de Amrica como tales, sino como partes integrales e iguales del Imperio. Por lo que
convocaba a representantes americanos a Cortes. La convocatoria promulgada en febrero de 1810 coincidi con la efervescencia poltica en Amrica, y el proceso de
independencia en Mxico. Benson, La Diputacin Provincial, 1994, p.15; Monroy y
Calvillo, Las apuestas de una regin, 2003, p. 319.
9
Dubln y Lozano, Legislacin mexicana, 1876.
8
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Sede de los
Tribunales de Circuito
Juzgados de
Distrito [21]
10
Campeche, Campeche
Campeche
Chiapas
Tabasco
Yucatn
Campeche
Ciudad Real, Chi.
San Juan Bautista, Tab.
Mrida. Yuc.
20
Tehuacn, Puebla
Oaxaca
Puebla
Veracruz
30
Distrito Federal
Distrito Federal
Estado de Mxico
Tlaxcala
Distrito Federal
[Jurisdiccin del juzgado del D.F.]
[Jurisdiccin del juzgado del D.F.]
40
Celaya, Guanajuato
Colima
Guanajuato
Michoacn
Quertaro
San Luis Potos
50
Guadalajara, Jalisco
Jalisco
Zacatecas
Guadalajara, Jal.
Zacatecas, Zac.
60
Culiacn, Sinaloa
Alta California
Baja California
Sinaloa
Sonora
Monterrey, B.C.
[Jurisdiccin del juzgado de Nogales, Son.]
[Jurisdiccin del juzgado de Nogales, Son.]
Nogales, Son.
70
Coahuila
Nuevo Len
Tamaulipas
Texas
80
Parral, Chihuahua
Chihuahua
Durango
Nuevo Mxico
Chihuahua, Chih.
Durango, Dgo.
[Jurisdiccin del juzgado de Chihuahua,
Chich.]
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Membrete del Gobierno del Estado de San Luis Potos en expediente judicial de 1824.
FUENTE: AHSCJN, Asuntos Econmicos, 1824: exp. 893988.
El esfuerzo legislativo encaminado al perfeccionamiento de la organizacin judicial del estado potosino se complet con la promulgacin de la
Constitucin Poltica del Estado de San Luis Potos en 1826.28 Pues en ella
se decret que el ejercicio de justicia residira en un Supremo Tribunal
de Justicia del Estado, que contara con facultades, competencias y jurisdiccin especficas.
Tambin se estableci que el gobierno del estado se dividira
en cuatro departamentos cuyas capitales seran: primera la del estado;
segunda, Rioverde; tercera, Tancanhuitz; cuarta, Venado. Al departamento de la Capital pertenecan los partidos de la misma, Guadalcazar
27
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alcabala, fraude, fuga, golpes, gritos sediciosos, heridas, homicidio, incesto, injurias, lesiones, maltrato a menores, pleitos, portacin de arma
prohibida, homicidio, incesto, ria y robo.32
En la prctica judicial, a pesar de que el delito se hubiera cometido en un sitio y de acuerdo con la legislacin vigente en esa poca
debiera ser sujeto a proceso en ese sitio, el procedimiento judicial muchas veces se resolva en otro. Un tipo de asuntos de controversia jurisdiccional entre juzgados del estado fue el contrabando de tabaco. Por
ejemplo, muy a pesar de que este delito fue cometido reiteradas veces
en una fbrica de cigarros en Xilitla, en la jurisdiccin del partido
judicial de Tancanhuitz, S. L. P., se enjuici en los juzgados primero y
segundo del partido judicial de Santa Mara del Ro33 .
En algunos casos de indulto de personas que estaban sujetas
a proceso judicial se constata que en la prctica jurdica no siempre
se observ en todo rigor la legislacin vigente en la poca, como,
por ejemplo, en el proceso judicial por robo seguido a Jos Mara
Arregun, en que se vieron involucrados muchos sujetos. Arregun
negoci su indulto a cambio de brindar los nombres de quienes aparentemente eran miembros de una banda de cuatreros encabezada por
el capitn Malagn.
El 21 de junio de 1830, el Congreso del Estado aprob el
indulto de Arregun con la sola condicin de que el reo comprobara
la complicidad de otros sospechosos. Con esta decisin se soslay la
instancia judicial que corresponda al Supremo Tribunal del Estado
de acuerdo con los ordenamientos decretados para ello, y resolvi la
instancia legislativa. En la Constitucin Poltica potosina de 1826 se
sealaba que las causas por delitos cometidos por alcaldes deban ser
promovidas en primera instancia ante el Supremo Tribunal de Justicia
del Estado. Sin embargo, en contradiccin a tal disposicin, en el proceso seguido ante el alcalde primero del Venado, Cesreo Rodrguez,
ste fue acusado por el reo Francisco Dominizan de dilatar el juicio
que se le segua en el juzgado donde Rodrguez funga como juez
primero. La causa en contra del Alcalde Rodrguez fue instruida en
32
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para proseguir con los beneficios del supremo poder ejecutivo. Pues era
necesario aplicar las mas eficaces y enrgicas medidas para el despacho
de aquellos negocios en los que la Federacin percibiera las cantidades
que se le adeudaban, pues el estado del erario era el ms angustiado y
comprometido.
En el tenor anterior, la interaccin entre autoridades judiciales
federales y estatales con el propsito de eficientar la recaudacin en ocasiones result en controversias jurisdiccionales, como la que se suscit
entre el juez de distrito y el alcalde primero constitucional, ambos en la
capital de San Luis Potos sobre el conocimiento de un expediente instruido por la suplantacin de las guas de la aduana martima de Tampico
a los cargamentos consignados a Jorge Brown y Enrique Crombie.54
El expediente fue promovido por el juez federal Juan
Nepomuceno Mier y Altamirano ante la Suprema Corte de Justicia de
la Nacin el 25 de junio de 1825. Cuando el asunto lleg a la Corte, ya
haba recorrido la primera y segunda instancia sin solucin. Pues como
expuso Mier y Altamirano, todo comenz cuando le gir a Francisco
Lara y Aguilar, Comisario General del Estado, un oficio dndole parte
del exceso y suplantacin de autoridad que hizo cuando conoci sobre dos cargamentos provenientes de la Aduana Martima de Tampico
consignados uno a Jorge Brown y otro a Enrique Crombie [sic.]. El
juez se vali entonces de los medios que le parecieron prudentes para
conservar la buena armona entre autoridades, pero fue infructuoso.
Por lo que se dirigi al Alcalde Primero Constitucional de la capital
potosina, Jos lvarez Sagastegui, quien haba tomado conocimiento
de ese contrabando.
A lo que dicho Alcalde respondi que insista en proceder y
conocer el asunto, bajo el concepto de que la fraccin V del artculo nmero 24 de las Bases para el Reglamento de la Suprema Corte de Justicia
del 14 de Febrero de 1826 estableca `en letra: La Suprema Corte conocer slo en tercera instancia: [] 5. En las causas de contrabandos,
almirantazgo y presas de mar y tierra.55 A lo que el Alcalde interpret
que la ley le conceda la jurisdiccin a los jueces de distrito para conocer
54
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Consideraciones finales
El propsito de este captulo es analizar el proceso histrico de la organizacin administrativa del territorio que ahora conocemos como San
AHSCJN, Seccin Penal, 1825: exp. 827340.
AHSCJN, Seccin Penal, 1825: exp. 827340.
58
AHSCJN, Seccin Penal, 1825: exp. 827340.
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Fuentes
Archivos
Hemerogrficas
Bibliogrficas
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Real Academia Espaola, Diccionario de Autoridades, Madrid, Espaa, Edicin Facsimilar de 1734, en www.buscon.rae.es, consultado
el 1 de diciembre de 2009.
Rodrguez Barragn, Nereo, Historia de San Luis Potos, Mxico, Sociedad Potosina de Estudios Histricos, 1969.
Snchez Santir, Ernest, Las alcabalas mexicanas 1821-1857. Los dilemas en la construccin de la Hacienda nacional, Mxico, Instituto
Mora, 2009.
Soberanes Fernndez, Jos Luis, El Poder Judicial Federal en el siglo
XIX: Notas para su estudio, Mxico, Instituto de Investigaciones Jurdicas / Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1992.
Speckman Guerra, Elisa, Crimen y castigo. Legislacin penal, interpretaciones de la criminalidad y administracin de justicia (Ciudad de
Mxico, 1872-1910), Mxico, El Colegio de Mxico, A. C. / Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2002.
Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Historia de la Justicia en
Mxico siglos XIX y XX, Mxico, Suprema Corte de Justicia de la
Nacin, 2 t., 2005.
Tena Ramrez, Felipe, Leyes fundamentales de Mxico 18082002,
Mxico, Editorial Porra, 2002.
Velzquez, Primo Feliciano, Historia de San Luis Potos, San Luis Potos, Archivo Histrico del Estado de San Luis Potos / Academia
de Historia Potosina, 4 t., 1982.
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Segunda Parte
Ansiedad impresa
y representaciones picas.
La Revolucin en San Luis Potos
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Presentacin
Para este trabajo he tomado en consideracin aquellos que se han escrito sobre la Revolucin Mexicana en San Luis Potos y abarcan el periodo que va de 1910 a 1929. El ao de inicio se considera como el del
estallido del movimiento armado que puso fin al rgimen de Porfirio
Daz; el balance se prolonga hasta 1929, debido a que si bien en 1917,
con la promulgacin de la Constitucin Poltica de los Estados Unidos
Mexicanos, se seala el fin del conflicto, considero que es hasta 1929,
con la conclusin de la guerra cristera, que en Mxico hay una paz que
permite una verdadera poltica de reconstruccin nacional y a partir del
cual surgen y se consolidan las instituciones que tenemos actualmente.
Las obras aqu consignadas son de muy diversa factura, sin
embargo es preciso leerlas situndolas en la dimensin espaciotemporal que es propia de cada una. Todas ellas tienen carcter propio,
plantean su propia intencionalidad, estructura, orden de ideas y sentido del pasado, que es necesario rescatar a fin de comprender a cabalidad cada obra.1
Es importante considerar la creciente profesionalizacin de
los historiadores a lo largo y ancho del pas y la fundacin de nuevos centros de investigacin orientados a las ciencias sociales y las
humanidades, as como facultades en las universidades pblicas y de
Rosa Camelo, La totalidad del texto, en Rosa Camelo y Miguel Pastrana Flores (eds.),
La experiencia historiogrfica. VIII Coloquio de Anlisis Historiogrfico, Mxico, Universidad
Nacional Autnoma de Mxico, 2009 (Instituto de Investigaciones Histricas. Serie Teora e
Historia de la Historiografa 7), pp. 1122.
1
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y Aguiaga con el propsito de reunir a las personas interesadas en investigar y escribir la historia regional de San Luis Potos. Entre ellos,
Alberto Alcocer Andaln, Jos Francisco Pedraza, Alejandro Espinosa
Pitman, Eugenio Verstegui, Sixto Garca Pacheco, Manuel Aguilera y
Miguel Armijo Ramos, se dieron a la tarea de publicar en pequeos
estudios accesibles a todo pblico los llamados Cuadernos de Historia
Potosina, diversos textos de historia regional. El exponente ms representativo de este grupo es el propio Montejano y Aguiaga, que con
una extensa bibliografa elaborada a lo largo de 50 aos con ms de 85
ttulos, encierra la experiencia del investigador, del escritor, del docente y del historiador. Montejano tambin fue miembro de la Academia
Mexicana de la Historia. Entre las obras que tratan sobre la Revolucin
Mexicana, vale la pena destacar El Valle del Maz, S.L.P.,5 un excelente
estudio de historia regional; asimismo son valiosos otros dos trabajos:
Biobibliografa de los escritores de San Luis Potos 6 y Nueva Hemerografa
Potosina, 18281978.7 La primera es parte de un proyecto del Instituto
de Investigaciones Bibliogrficas de la Universidad Nacional Autnoma
de Mxico, que busc documentar a los autores y sus obras en todo el
pas. Montejano se encarg de la elaboracin de la seccin correspondiente a San Luis Potos; en esta obra aparecen autores de muy diversa
naturaleza y est registrada la produccin desde 1550 hasta 1975. Es
un trabajo erudito y muy til. El otro trabajo, tambin exhaustivo y
de consulta obligada, fue coordinado por Montejano, con el auxilio de
varios miembros de la Academia de Historia Potosina, Alberto Alcocer
Andaln, Horacio Caballero Palacios, Alejandro Espinosa Pitman,
Octaviano Gmez Gutirrez, Antonio Kalixto Espinosa, Jos Francisco
Pedraza Montes y Eugenio Verstegui Gonzlez Obregn. En ella recogi todas las publicaciones peridicas del estado de San Luis Potos que
Hay dos ediciones. La primera publicada en San Luis Potos por la Academia de Historia Potosina en 1967 y la segunda publicada por el Archivo Histrico de San Luis Potos en
1989.
6
Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones Bibliogrficas, 1979, (Serie Bibliografas 6).
7
Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Instituto de Investigaciones Bibliogrficas, 1982, (Serie Hemerografias. Biblioteca de Historia Potosina. Serie Documentos
6).
5
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c) Hay un tercer grupo que se podra denominar de los investigadores nacionales, porque aunque son potosinos, su trabajo historiogrfico rebasa los lmites estatales. Entre ellos es importante destacar
a Joaqun Meade Trpaga, especialista en el noreste de Mxico, quien
fue miembro de la Academia Mexicana de la Historia y la Sociedad
Mexicana de Geografa y Estadstica. Meade public al menos trece
trabajos y dej al menos veinte sin publicar. Para el objeto de este trabajo conviene rescatar su Historia de Valles. Monografa de la Huasteca
Potosina,16 que si bien arranca desde la poca prehispnica, comprende
tambin los aos correspondientes a la Revolucin Mexicana, hasta la
dcada de los aos 60 del siglo XX.
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siglo XIX y los primeros aos del XX, que fueron publicados bajo el ttulo: San Luis Potos. Textos de su historia,49 este trabajo permite apreciar
el proceso de construccin de San Luis Potos durante los siglos XIX y
XX como un estado parte de la federacin y el desarrollo de sociedades
regionales en cambios continuos. Mrquez elabor una pequea introduccin para contextualizar los documentos, que resulta muy til al
lector para comprender la poca en la que se produjeron.
A su vez, Rosa Helia Villa de Mebius, public San Luis Potos.
Una historia compartida,50 en cuya cuarta y ltima parte aborda la
Revolucin Mexicana desde la perspectiva de San Luis Potos. Esta
autora tambin public Imagen y presencia de la mujer potosina,51 en
la cuarta parte, trata el siglo XX y la participacin femenina en la
Revolucin Mexicana.
Arnoldo Kaiser Schlitter public Biografas de San Luis Potos,52
texto en el que presentan las biografas de los personajes ms destacados en la historia del estado y entre ellos, los que participaron en la
Revolucin Mexicana.
Moiss Gmez public Unidad de clase y estrategias de resistencia
de los trabajadores en San Luis Potos, 18901917,53 es uno de los primeros trabajos especficos sobre la formacin de clase de los trabajadores
potosinos. Aborda especficamente los conflictos de los trabajadores ferrocarrileros, mineros y textileros. Public tambin Minas y fundidoras.
Mercado de trabajo en dos regiones de San Luis Potos, 1900-1913,54 en la
que aborda el trabajo minero en las regiones de San Luis Potos, Catorce
y Matehuala.
Cronolgicamente, dentro del siglo XX, pero an dentro del
rgimen porfirista, se inici la labor del ingeniero Octaviano Cabrera
Mxico, Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora, 1986.
Mxico, Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora, 1988.
51
El trabajo tiene dos ediciones, la primera publicada en San Luis Potos por el Instituto
de las Mujeres del Estado de San Luis Potos en 2003 y la segunda, aade al ttulo Un ensayo
histrico II, San Luis Potos, Gobierno del Estado de San Luis Potos, 2009.
52
San Luis Potos, Gobierno del Estado de San Luis Potos, Instituto de Cultura de San
Luis Potos / Archivo Histrico del Estado de San Luis Potos, 1997.
53
San Luis Potos, Editorial Ponciano Arriaga, 1997.
54
San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 1997 (Cuadernos del Centro).
49
50
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Hernndez, que culmin en la dcada de los aos 20 del siglo XX. Sobre
ella, Jess Victoriano Villar Rubio public un extenso estudio denominado El centro histrico de la ciudad de San Luis Potos y la obra del
ingeniero Octaviano Cabrera Hernndez,55 en el que aborda su trabajo
a partir del contexto de la poca, lo sita dentro de la corriente de la arquitectura y la ingeniera civil en Mxico y hace un minucioso y profuso
anlisis de su obra civil y religiosa tanto en la ciudad de San Luis Potos
como fuera de ella. El trabajo de Villar Rubio aporta elementos nuevos
para el conocimiento de esta etapa de San Luis Potos.
En un esfuerzo por escribir sobre la historia del Congreso del
Estado de San Luis Potos, se prepararon dos obras; la primera fue una
seleccin documental elaborada por Toms Calvillo Unna y Sergio
Alejandro Caedo Gamboa, denominada El Congreso del estado de San
Luis Potos y la nacin. Seleccin de documentos 1824-1923.56 La segunda
fue coordinada por Sergio Alejandro Caedo Gamboa y Moiss Gmez
y en ella intervinieron tambin Mara Teresa Quezada Torres y Jos
Antonio Rivera Villanueva. La obra se denomina: Cien aos de vida
legislativa. El Congreso del estado de San Luis Potos: 18241924.57 La
parte que abarca el periodo 19101924 fue elaborada por Jos Antonio
Rivera Villanueva.
El fenmeno de la emigracin de San Luis Potos a los Estados
Unidos de Norteamrica puede rastrearse desde fines del siglo XIX.
Fernando Sal Alans Enciso coordin una obra en la que diversos autores abordan el problema: La emigracin de San Luis Potos a Estados
Unidos. Pasado y Presente.58
Gabriela Torres Montero, en su obra El Instituto Cientfico y
Literario de San Luis Potos. Legado del Porfiriato (19001923),59 trata
sobre esta insigne institucin durante buena parte del periodo que nos
ocupa, analiza la calidad de la educacin, el papel que jugaron profesores
55
1998.
San Luis Potos, Universidad Autnoma de San Luis Potos, Facultad del Hbitat,
56
San Luis Potos. El Colegio de San Luis / H. Congreso del Estado. LV Legislatura, 1999
(Coleccin Documentos).
57
Mxico, El Colegio de San Luis / H. Congreso del Estado. LV Legislatura, 2000 (Coleccin Investigaciones).
58
Mxico, El Colegio de San Luis / Senado de la Repblica, 2001.
59
San Luis Potos, Editorial Ponciano Arriaga, 2000.
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Las tesis
Ahora bien, hay varias tesis que se han escrito con el tema objeto de
este trabajo, para defender diversos grados. Aqu aparece solamente
una seleccin; las he agrupado de acuerdo a la problemtica especfica
que tratan. As las que abordan personajes son las de: Ral Martnez
Franco, Rafael Nieto. El marco histrico. Su pensamiento poltico,
econmico y social.65 El autor aporta valiosos datos para comprender
el entorno de Nieto. Aurora Mnica Alcayaga Sasso. Librado Rivera en
el Movimiento Anarquista Mexicano: 1905 1932.66 El trabajo analiza el papel de Librado Rivera en el movimiento anarquista mexicano,
entre 1905 y 1932, desde su incorporacin al movimiento liberal, combinando la enseanza con la agitacin poltica, sus primeros problemas
con la poltica represiva del rgimen y su exilio en los Estados Unidos;
la creacin de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en
1905, la formulacin de su programa revolucionario, y la reedicin del
rgano de difusin oficial, el peridico Regeneracin.
Jess Alfaro Saldaa, En olor de santidad. Miguel M. de la
Mora (18741930), Biografa crtica y la conformacin de una devocin en el Mxico posrevolucionario.67 El estudio es una biografa crtica de un destacado obispo mexicano y la devocin popular que se forj
despus de su muerte. El mbito geogrfico que abarca la investigacin
incluye los estados de Jalisco, Zacatecas y San Luis Potos. Analiza cuidadosamente el marco histrico en el que se desarroll Miguel de la
Mora y destaca su actividad a partir de 1911, cuando asume la mitra
de Zacatecas y hasta su muerte. Uno de los varios aciertos del trabajo
es el anlisis que se realiza sobre las fuentes disponibles para historiar al
65
Tesis de Licenciatura en Economa, Mxico, Instituto Mexicano de Investigaciones Econmicas, Escuela de Economa, Universidad Autnoma de San Luis Potos, 1968 .
66
Tesis de Maestra en Historia, Mxico, Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad
Iztapalapa, Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Filosofarea de
Historia, 1990.
67
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2007.
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personaje, objeto del estudio. La biografa del obispo de la Mora es importante, porque muestra las diversas aristas del conflicto entre la iglesia
catlica y el estado mexicano a partir de la Constitucin de 1917, que
desemboc en la guerra cristera (19261929) y los vnculos y las estrategias que como jerarca de la iglesia catlica desarroll para hacer frente a esa confrontacin. As, explora los mecanismos desarrollados por
el Partido Comunista Mexicano, la Liga Nacional Campesina y finalmente el proyecto de educacin socialista que se oponan abiertamente
al papel que desempeaba la iglesia catlica en la sociedad mexicana.
Estudia tambin la respuesta de la iglesia catlica (incluida su feligresa)
frente a la represin del estado. De ella se deriva el surgimiento de construcciones socioreligiosas (devociones) en torno a mrtires y jerarcas
eclesisticos que de una u otra forma respondieron a las demandas de
diversos grupos sociales que estuvieron atrapados en el conflicto.
Las tesis que estudian diversas instituciones son las de:
Alejandro Gutirrez Hernndez. La ley del tribunal infantil en San
Luis Potos (1922). Una mirada al olvido.68 La investigacin se refiere
a la reconstruccin histrica del tratamiento a menores delincuentes
en Mxico. Aborda especficamente la creacin del Tribunal Infantil en
1922 a propuesta del gobernador Rafael Nieto y el primero de este tipo
en Mxico. Ofrece una observacin a los antecedentes legales e institucionales en Mxico y en otros pases y analiza los debates del Congreso
Legislativo en San Luis Potos sobre la Ley del Tribunal Infantil potosino. El trabajo contribuye a la historia jurdica y social en el estado de
San Luis Potos y aporta valiosas sugerencias para comprender en entorno social de las primeras dcadas del siglo XX. Enfatiza la atencin
a la infancia en el mbito penal, en una poca en que no se le otorgaba
mayor atencin.
Varinia Hernndez Cruz. La escuela de artes y oficios para seoritas en San Luis Potos, 1881 1917.69 Estudia las primeras dcadas de una institucin de educacin tcnica para mujeres en la ciudad
de San Luis Potos, que desde entonces no ha interrumpido sus labores.
La iniciativa se debi a Manuel Muro, presidente del ayuntamiento de
68
69
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2002.
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2002.
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Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2003.
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2004.
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Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2006.
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Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2009.
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2002.
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represent tanto para la Iglesia como para el Estado un elemento recurrente en los procesos de legitimacin y consolidacin del poder.
Retrata la pugna entre estas dos instituciones por el control poltico y
econmico del espacio social en particular en San Luis Potos, donde
el gobernador Rafael Nieto impuls la promulgacin en el estado del
derecho constitucional al voto femenino (1923) y la participacin de
las mujeres en el conflicto cristero (19261929) durante la presidencia
de Plutarco Elas Calles. El pacto de paz firmado entre el presidente
Portes Gil y la alta jerarqua eclesistica, oblig a las mujeres a replegarse a la esfera privada.
Leticia Jonguitud Aguilar. La mujer y el voto femenino en
San Luis Potos, 19211926.75 El trabajo contextualiza el derecho al
voto de las mujeres legislado en el mundo occidental durante la primera
mitad del siglo xx. Centra su atencin en el caso de San Luis Potos,
donde la iniciativa de reformas que propuso el voto femenino fue presentada por primera vez en mayo de 1921, por el gobernador Rafael
Nieto (19201923). La propuesta que consista en reconocer a la mujer
el voto activo y pasivo en las elecciones municipales y estatales, fue
rechazada por la xxvi Legislatura Constitucional bajo la consideracin
que las mujeres tenan un escaso nivel cultural, lo cual era un obstculo
para ejercer tal derecho, adems se supona que su apego al clero hara
que el conservadurismo y las ideas antirrevolucionarias se apropiaran de
los destinos del estado y finalmente consideraban su debilidad fsica y
biolgica que las haca depender de figuras masculinas que determinaran su voto. Nieto no se dio por vencido y al ao siguiente, en 1922,
volvi a presentar la iniciativa de reformas a la xxvii Legislatura. Hubo
un encendido debate entre los legisladores y en la prensa potosina hasta
enero de 1923 cuando fue aprobada despus de varias modificaciones.
Se reconoci el voto a las mujeres que supieran leer y escribir y que
no fueran religiosas, asiladas o educandas en instituciones religiosas.
El decreto entr en vigor a partir de julio de 1923 y fue derogado tres
aos ms tarde. La anulacin fue realizada por la siguiente legislatura en
octubre de 1926, debido a que en la prctica se haba visto la inutilidad
de otorgar el voto a las mujeres, pues desde que la disposicin entr
75
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2002.
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76
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Y por ltimo
Este trabajo muestra las obras que dan cuenta de diversos aspectos del
proceso histrico conocido como Revolucin Mexicana. En ellas no
slo es importante rescatar y conocer los datos que nos brindan sobre
el pasado, sino reconocer y comprender el discurso que producen sobre ese pasado.
Las pginas anteriores reflejan el aumento del trabajo historiogrfico en torno a la Revolucin Mexicana en San Luis Potos a lo
largo de las ltimas tres dcadas. Las obras aqu presentadas son de
diversa calidad y as encontramos desde pequeos estudios hasta obras
extensas y bien acabadas. Sin embargo, an hay temas pendientes de
78
Tesis de Maestra en Historia, San Luis Potos, El Colegio de San Luis, 2003.
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estudio. Esperamos ver en los prximos aos una historiografa regional cada vez ms especializada que d cuenta del pasado desde diversas
corrientes de pensamiento y distintos puntos de observacin y que
contribuya a un mejor conocimiento de la sociedad regional inserta en
un mundo globalizado, en el que a pesar de la tendencia uniformadora, surgen con fuerza las voces desde las regiones que sealan los
procesos que las distinguen, al tiempo que establecen un dilogo continuo con las diversas corrientes historiogrficas surgidas de distintas
tradiciones culturales.
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Introduccin
Al iniciar el siglo XX, la capital de San Luis Potos tena un rico medio
liberal que permiti la existencia de grupos enfocados a la discusin
intelectual. Jvenes potosinos se dieron a la tarea de criticar y oponerse
al gobierno porfirista. En 1900 Camilo Arriaga, Antonio Daz Soto y
Gama, Librado Rivera, Juan Sarabia, Humberto Macas Valds consideraron que era momento de pasar de la discusin a la accin y, con
una centena de personas, fundaron el club liberal Ponciano Arriaga,
como respuesta a los avances de la Iglesia durante la administracin
de Porfirio Daz. Pronto se fundaran ms clubes liberales por todo el
estado y en otras entidades; hacia finales de 1900 ya existan cincuenta
clubes en trece estados.1
La inicial defensa de los principios liberales ante la Iglesia fue
tornndose en crtica hacia otros puntos rspidos de la poltica nacional.
Ricardo Flores Magn en un artculo donde defenda los principios de
la revolucin de Tuxtepec, vea que Daz haba traicionado su bandera, convirtiendo su poltica en una farsa y clamaba por la defensa de
la libertad. Dicho artculo tuvo mucha influencia sobre los potosinos,
quienes se fueron radicalizando al grado de tener que dejar el estado
tras haber sido arrestados. Ya en la Ciudad de Mxico, el ncleo de San
Luis junto a los Flores Magn publican en diarios de oposicin como
El Demfilo y El hijo del Ahuizote; fundan nuevos peridicos, clubes y se
mantienen en una fuerte actividad poltica. La primera dcada del siglo
XX transcurre en medio de la algidez poltica de varios jvenes liberales
1
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Ansiedad impresa. El Estandarte frente al arribo maderista a la ciudad de San Luis Potos | 135
una de las etapas fue percibida de diferente manera por los editores; se
descubrir que el peridico fue cambiando su percepcin de los revolucionarios, como seguramente tambin lo hicieron los lectores.
Noticias alarmantes
Unos meses despus de iniciada la guerra contra el gobierno de Porfirio
Daz haba sed de informacin. Los peridicos publicaban todas las
noticias que llegaban hasta sus oficinas para mantener informados a
sus lectores sobre el desarrollo del movimiento. En el caso de San Luis
Potos, el peridico El Estandarte edit en cada nmero un apartado
especial donde haba este tipo de noticias. Dado que la revolucin an
no haba llegado a la capital potosina, haba que mostrar a travs del
impreso lo que significaba la guerra. Durante el porfiriato, la capital
potosina se haba mantenido una relativa calma,2 por lo que las nuevas
generaciones desconocan el temor de ser asaltados por fuerzas armadas.
Era necesario mostrar quines eran los hombres que se haba levantado,
que atacaban ciudades y poblados y cules eran los motivos que los orillaban a hacerlo. En los primeros nmeros de El Estandarte de 1911 se
observa una visin de temor y desconocimiento de los otros, de aquellos
que vivan fuera de la ley.
As, se observa que, aunque en dicho peridico no se encuentra
una posicin clara frente al movimiento, s hay una opinin velada. Por
lo general se refieren a los alzados de manera un tanto despectiva, como
sediciosos, asaltantes, revoltosos, insurrectos, gavilla de bandidos y en
muy contadas ocasiones, revolucionarios. Se les acusa de cometer tropelas y atropellos contra una sociedad civil que pareca estar a la disposicin de los caprichos de los rebeldes. Aquellos, fueron mostrados como
No haba violencia explcita, pero s mucho inters y participacin poltica. Los
primeros clubes liberales opositores al gobierno surgieron en la ciudad de San Luis
Potos. Por otra parte, es hasta el 1 de abril de 1911, en Las memorias de Mara
Asuncin, cuando se relata un hecho que nunca haba sucedido en San Luis: la explosin de una bomba de dinamita en el Palacio de Gobierno. Aunque no da ningn otro
dato, la alarma con la que escribi la noticia, indica que fue un hecho extraordinario,
porque la ciudad no haba experimentado este tipo de disturbios en varias dcadas.
Cabrera, La Lonja, 1955
2
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hombres con poco conocimiento del honor, pues eran capaces de traicionar, de mancillar sin mostrar arrepentimiento, como en el caso del
mote de Atila del Sur que se le dio a Zapata o del terror que inspiraban
las fuerzas de Francisco Villa en algunos poblados.
En El Estandarte se mencionan algunos ejemplos en el norte
del pas, como lo referente a los pueblos de Peinado y San Isidro de las
Cuevas, donde una banda de rebeldes parapetados en las montaas hicieron fuego sobre un pequeo grupo de rurales, quienes muy inferior
en nmero, tuvieron que retirarse.3 Lo que dicen los editores es que
aquella banda, atac al pequeo grupo de rurales, sin importar que no
tuvieran el mismo nmero de combatientes ni fuerzas para enfrentarse.
Olvidando que una guerra permite todo tipo de estrategias, los editores
juzgan a los revolucionarios por un hecho simple como este.
Entre las tropelas de que se les acusa estn, no slo los asesinatos
que ocurren con los enfrentamientos entre las diferentes facciones, sino
todo tipo de atropellos: robos a comercios, casas particulares, vagones
de tren; afectar el trfico de las lneas del tren, ciudades incomunicadas
por los destrozos en las vas telegrficas y en las del ferrocarril, asaltos a
los pasajeros de las diferentes lneas, como sucedi en el tren de Laredo
a San Luis Potos que fue detenido por los revoltosos. Es de creerse
que esta misma gavilla es la que ha venido visitando las haciendas potosinas en las colindancias de Coahuila y San Luis Potos.4Adems de
destruir puentes, engaar incautos para engancharlos en sus ejrcitos
maltrechos, como en el caso de la finca la Oaxaquea en el estado
de Oaxaca, donde ltimamente merodeaban los rebeldes intentando
poner libres a los jornaleros que ah trabajaban, para agregarlos a sus
fuerzas.5 Es decir, apenas iniciado el movimiento, los editores del peridico pensaban que la revolucin represent una inversin del orden,
un atentado contra la modernidad, pues entre sus filas estaban hombres
que no se detenan para tomar lo que necesitaran.
Por esto mismo, las derrotas a los revolucionarios deban festejarse en cualquier lugar donde ocurrieran. En Baquirichic, Sonora,
El Estandarte, 11 de enero de 1911.
El Estandarte, 22 de marzo de 1911.
5
El Estandarte, 22 de marzo de 1911.
3
4
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Ansiedad impresa. El Estandarte frente al arribo maderista a la ciudad de San Luis Potos | 137
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7
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ferrocarril, interrumpiendo el camino a Laredo.8 Para estos momentos, comenzaban a disminuir los adjetivos con cargas negativas en las
reseas periodsticas. A pesar que se siguen relatando los destrozos de la
guerra, ya no se habla de atropellos o tropelas cometidos por bandas o
gavillas de bandidos, sino de las acciones cometidas por ambos ejrcitos;
hay ms alusiones a los revolucionarios y se habla de ellos de manera
ms neutral, ya se incluye el trmino soldados para referirse a ellos.
Las noticias de revolucionarios en San Luis Potos consiguieron despertar el miedo de los potosinos. A lo que los editores respondieron tratando de calmar los nimos diciendo que eran temores
infundados, puesto que la ciudad es muy grande, por lo que requiere
una fuerte fuerza revolucionaria para que la asalte. Sabemos perfectamente que las fuerzas insurgentes que operan ms cerca de San Luis
no cuentan con ms de 150 hombres.9 A pesar de que se trataba de
tranquilizar a la poblacin, el nerviosismo estaba presente.
No es lo mismo ver pasar las noticias con cierto asombro en
otros lugares, que comenzar a verlos en el propio territorio. Ya desde
febrero, se public que una gavilla de revoltoso merodeaba a 25 leguas de San Luis,10 teman los vecinos de villa de Arriaga un asalto
en cualquier momento proveniente de Guanajuato. En Soledad, hubo
vivas a Madero que asustaron a los vecinos por creer que, en cualquier
momento, se levantaran en armas. En Salinas pasaron revolucionarios
rumbo a Zacatecas atemorizando a los habitantes del lugar. La ciudad
de San Luis Potos esperaba preocupada, el arribo de los revolucionarios
y con encontrarlos dentro de su territorio. Escndalo en el rumbo de
las estaciones. Como a las seis de la tarde en la cantina El marinero,
un grupo de ebrios se dedic a lanzar vivas a Madero, escandalizando.
El gendarme lleg, pero los borrachos maderistas ya haban huido.11
La cosa par aqu, pero se puede sentir cierto temor de pensar que en
cualquier momento podran llegar los ejrcitos rebeldes. Da con da
haba noticias de la cercana de las tropas rebeldes a la capital del estado.
Quien pareca ms cercano, era el general Cndido Navarro.
Cabrera, La Lonja,1955, p. 292 y El Estandarte, abril de 1911.
El Estandarte, 4 de abril de 1911.
10
El Estandarte, 23 de febrero de 1911.
11
El Estandarte, 20 de mayo de 1911.
8
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del peridico deca Ansiedad en San Luis y se mencionaba que la versin de la aproximacin de los revolucionarios a San Luis lleg a tomar proporciones alarmantes, cuando los agentes diurnos, seguramente
por rdenes de los superiores, anduvieron avisando en muchas casas
que cerrasen temprano el da de ayer.14 Haba mucha incertidumbre,
no estaban seguros de que se dirigieran a San Luis, pues haba rumores
de que se pretenda tomar el pueblo de Rincn, aunque les pareca ms
veraz que avanzaran sobre la capital del estado que sobre un poblado
cualquiera. San Luis no estaba atrincherada, comerciantes y particulares
exhortaron al gobierno que entregaran la ciudad sin hacer resistencia,
para impedir se cometieran destrozos.
Como una medida para tranquilizar al pueblo, las autoridades
del estado pegaron en un pizarrn colocado a las puertas del palacio de
gobierno, un telegrama que Jorge Vera Estaol dirigi al gobernador
de San Luis, donde le explicaba que la paz haba sido firmada con los lderes revolucionarios, y que, por tanto, deban cesar las hostilidades. Al
mismo tiempo se informaba que las tropas del 33 batalln haban sido
acuarteladas, diciendo estar listas para tomar las alturas del Santuario de
Guadalupe. Adems, a los editorialistas les asustaba saber que Navarro
tena dinamita a su disposicin, aunque les tranquilizaba que no tuviera
artillera: Es verdad que el cabecilla guanajuatense carece de artillera;
pero tambin es cierto en cambio, que trae la cantidad necesaria de dinamita para hacer grandes destrozos en la ciudad, ciudad que no estaba
bien protegida pues la guarnicin efectiva era de apenas 450 hombres a
diferencia de los 900 que marchaban con Navarro.
El 24 de mayo de 1911 San Luis viva en total desesperacin
ante el inminente arribo de las fuerzas revolucionarias. En los comercios del centro haba filas de personas tratando de conseguir provisiones pues no saban en qu condiciones y qu solicitara el ejrcito de
Navarro. Como muestra de esto, en el Archivo Histrico del Estado
de San Luis Potos (AHESLP), se encuentra la Foto 1, donde puede
observarse cmo las mujeres esperaban para poder comprar pan en las
puertas de la Panadera Parisina. Los comercios del centro fueron los
nicos en permanecer abiertos, ya que por orden superior, las tiendas
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sus subordinados como hijos. Lo cual haca que todos sus soldados se
expresaran bien de l y estuviesen dispuestos a cumplir todas sus rdenes. A Navarro lo acompaaba un Estado Mayor heterogneo, pues a
su lado combatan mexicanos, extranjeros y mujeres: Pedro Pesqueira,
naci en Cuba de padres espaoles, educado en Oviedo, dueo de la
hacienda de Npoles en Guanajuato. Francisco Delgado, un joven rico
y educado que hablaba perfectamente ingls, el ingeniero Madrazo, joven del Colegio Militar, Juan Shepard, un ingls y Jos Ruiz, un turco otomano del que slo se sabe que era un maderista animoso. De
este ltimo deca Bustamante que era el ms valiente sargento que he
conocido. Se nos presentaron tambin tres seoritas muy simpticas y del Estado Mayor. Todas ellas tomaron parte activa en la campaa antireeleccionista, como miembros del club poltico de la seorita
Muro [Dolores Jimnez y Muro], ms tarde prisionera en la crcel de
Belem.17 El general le pidi a Bustamante que publicara un manifiesto
donde daba garantas al pueblo potosino y le puso como acompaantes
a su retorno a San Luis y como representantes suyos en comisin de
paz, a Shepard y Ruiz, ingls y turco.
En el AHESLP, (fotografa 2) encontr una fotografa que est
catalogada como familia de revolucionarios, presuntamente los Carrera
Torres. Sin embargo, despus de haber visto una fotografa del general Navarro y de haber expuesto cmo estuvo conformado su Estado
Mayor, me atrevo a afirmar que se trata de este general y no de los
Carrera Torres. Pensando en las motivaciones de la produccin de esta
fotografa, me parece muy probable que se haya querido dejar testimonio de los primeros revolucionarios que entraron en la ciudad de
San Luis, por lo que el contexto fue fundamental para decidirme por
Navarro y no por Carrera Torres.18
A pesar que no es una fotografa muy ntida, se puede notar el
parecido del general Navarro (fotografa 3) con el personaje sentado a
la derecha de la fotografa grupal del archivo; la estructura del rostro de
El Estandarte, 27 de mayo de 1911.
Aun sin haber rastreado la trayectoria de esta fotografa como lo sugieren Carneiro y Ferraz, s consider un anlisis morfolgico de uno de los personajes retratados. Carneiro y Ferraz,
Individuo, gnero, 2005, pp. 271-291.
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Cndido Navarro
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En las Memorias de Mara Asuncin la autora relata que, Jos Encarnacin Ipia, unos de los hombres ms ricos e influyentes de aquellos tiempos, una vez enterado del peligro que corra San Luis, entabl plticas
con el Jefe y aseguran que, mediante una gruesa suma que de su propio
peculio le entreg, logr evitar mayores males.20 Es decir, que gracias a
la entrega del dinero del particular, se convenci a los maderistas de no
saquear San Luis. Joaqun Meade confirma esto, pues afirma que, una
vez elegido gobernador provisional y preocupado por la falta de disciplina de los revolucionarios, Entabl plticas [con el general Navarro]
y mediante una gruesa suma, que de su propio peculio le entreg, evit
el saqueo que se esperaba en San Luis. Esto le vali el aplauso del pblico en general.21 Adems del dinero que se le pudo haber ofrecido,
Cndido Navarro deba obedecer las rdenes superiores de suspender la
violencia despus de haberse firmado la paz de Ciudad Jurez. No sera
bien visto que los maderistas iniciaran hostilidades en San Luis, cuando
haba un tratado de paz que respetar.
En apartados anteriores, he expuesto que los relatos del peridico haban mencionado suficientes poblados donde los revolucionarios
haban tomado por la fuerza los insumos que necesitaban haciendo uso
de la violencia. En el caso de San Luis, ciudad sin guarniciones suficientes, hubiese sido relativamente sencillo tomarla. Pero el general Navarro
tena en mente otros intereses y decidi mantener el orden y brindar a
los potosinos la garanta de que sus soldados no cometeran atropellos.
En primer lugar intent tranquilizar a los habitantes de la capital, explicando el motivo de su llegada para cubrir sus necesidades, no para
atacar a la poblacin. Reconoca adems que la ciudad era heroica
pues en ella, con los clubes liberales y con el Plan de San Luis, se haba
iniciado la gesta revolucionaria. Prometi que no habra violencia, que
no habra excesos por parte de su tropa, que no se liberaran presos y
que se respetara la propiedad y las vidas de todos los vecinos.
20
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como documentos para entender yo misma de mejor manera el proceso. En primer lugar, debemos comprender que el fotgrafo se vio
obligado a condensar acciones sucesivas en una sola imagen, generalmente en un momento clmax, y el espectador debe ser consciente de
esa condensacin.23 En esta fotografa, se muestra a los revolucionarios
cabalgando rumbo a un punto especfico; en esta parte del relato, nos
conviene sealar que ya se encontraban en la capital potosina, quiz
efectuando un rondn, o bien enfilndose despus de haberse bajado
del tren. La certeza del dato, no me resulta relevante, pues, con todo
y su vaguedad, me ayuda a imaginar cmo se dirigieron las fuerzas de
Navarro hacia su destino. En tanto que la Foto 5 me permite mostrar el
arribo de los maderistas a San Luis.
Muy cerca de la estacin del ferrocarril se encontraba el Hotel
del Comercio, era de segunda clase, pero cuando Navarro lleg a San
Luis, se hosped en l. Es muy probable que la fotografa 5 se trate
de los soldados de Navarro resguardando el sitio en que se encontraba
hospedado el general con su estado mayor, pues en el letrero del edificio
a la derecha puede leerse Hotel del Com Se observan adems, a
varios revolucionarios a caballo formados en lnea alrededor del hotel.
No slo Silva Herzog, con su entusiasmo juvenil se acerc a recibir a
los soldados, tambin lo hicieron otros potosinos, hablaron muchos
estudiantes y hombres del pueblo, y en seguida l les dirigi un discurso
hermossimo, siendo interrumpido numerosas veces por los aplausos.24
Los otrora nerviosos y preocupados potosinos, se acercaban contentos
a ver quines eran aquellos revolucionarios de los que tanto se haba
hablado en das anteriores.
Como a las ocho de la noche, el general Navarro acompaado
por Pesqueira, Jos Ruiz y algunas personas del pueblo, se dirigieron a
la casa del gobernador Jos Mara Espinosa y Cuevas, para solicitar su
renuncia. l respondi que esperaba que, una vez realizados los ideales
del pueblo, volvera a reinar la paz en la nacin. Todos aplaudimos al
funcionario porfirista que haba gobernado con moderacin y no era
mal querido por el pueblo. No creo que haya pasado algo semejante
23
24
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Consideracin final
Antes del arribo maderista a San Luis, el desconocimiento de los revolucionarios, el temor y la emocin estaban presentes en las reseas periodsticas de El Estandarte. Durante la convivencia de los potosinos con
los rebeldes fue posible disipar algunas dudas, mostrar su claro afecto o
rechazo y participar polticamente de algn modo, ya fuera asistiendo
a los discursos o vitoreando a los diferentes lderes. La intensidad del
momento se ve reflejada en las notas periodsticas y en las fotografas
analizadas.
Conforme avanzaban los meses, puede observarse que el peridico fue cambiando su discurso respecto de los maderistas. Al principio,
eran vistos con desconfianza, como bandidos, hasta que poco a poco se
les fue llamando revolucionarios, soldados del ejrcito libertador. Esto
me parece relevante, porque El Estandarte era un peridico conservador que tuvo que modificar su percepcin de los otros, no slo porque
los tenan cada vez ms cerca, sino porque se fueron dando cuenta que
no todos eran asesinos ni bandidos; fueron notando que haba personas
comprometidas con la lucha. De un discurso tendencioso, se fue construyendo uno mucho ms neutral de aquellos combatientes, incluso a
la salida de los maderistas, se observa en las notas periodsticas cierta
simpata hacia ellos. Adems, los alzados no lesionaron la ciudad, al contrario, su comportamiento ayud mucho a que ese cambio de discurso
se mantuviera.
A diferencia del peridico, las memorias que revis me dieron
la oportunidad de confrontar lo dicho en el diario con otras distintas
visiones. Por un lado, el joven Silva Herzog interesado en la poltica de
su pas y con afeccin por los maderistas, refiere un momento de alegra
entre los habitantes de la ciudad. En cambio, en las memorias de Mara
Asuncin se observa el temor de las clases altas ante el inminente caos
que penda sobre sus propiedades. Y en el caso de Santos, que lleg
despus, pero como revolucionario activo, muestra las fricciones entre
los diferentes grupos revolucionarios que, aunque del mismo bando,
tenan distintas formas de ver la poltica y la guerra.
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Fuentes
Archivo
Bibliogrficas
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219-241.
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Introduccin
En este texto reconstruyo la situacin de los trabajadores mineros en
San Luis Potos, durante el periodo revolucionario de 1910 a 1913,
particularmente las acciones de los metalrgicos de Morales, los mineros de Cerro de San Pedro y los mineros de Villa de la Paz, Real de
Catorce y Matehuala. Se estudian las estrategias de movilizacin en pos
de mejores condiciones de trabajo, su participacin en el movimiento
armado, la respuesta de los empresarios y del Estado ante los movimientos mineros, imbuidas en el contexto revolucionario.
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2001.
2
AHESLP, RPPC, Adalberto M. Vzquez, p LXII 1901, i 103, Concesin hecha por el
supremo gobierno del Estado para el establecimiento de una hacienda de fundicin o beneficio
de metales, 11 de junio de 1901.
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y la bola sucedi: trabajadores mineros y metalrgicos durante la Revolucin en San Luis Potos | 159
Los centros mineros concentraban a un contingente de trabajadores con experiencias asentadas en la vida minera, que migraban de
centro en centro minero. La relacin de orgenes se puede encontrar en
Guanajuato, Zacatecas, Coahuila e Hidalgo, entre otros. En el norte
minero, los trabajadores desencadenaron movilizaciones de relevancia
durante el periodo revolucionario. Los metalrgicos de Charcas mantuvieron correspondencia con las acciones desplegadas por los mineros
del norte, como ya expondr.
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las largas jornadas de trabajo y los bajos salarios, dos de las causas ms
importantes para la puesta en marcha de movilizaciones en demanda de
su mejoramiento.
Segn las estadsticas generales sobre los salarios, se seala que
hacia 1907 el minero potosino dedicado a la extraccin, ganaba 0.36
pesos diarios como mnimo y 3.56 como mximo. Cabe sealar que
la media del norte estaba en 0.85 diarios;5 es decir, el de San Luis
Potos representaba apenas el 42 por ciento de la media nortea. Por
su parte, frente al mximo tasado en 4.46, el de San Luis representaba
el 80 por ciento. En San Luis Potos se pagaban salarios mnimos ms
altos que en Zacatecas, pero ms bajos que en Coahuila, Chihuahua,
Tamaulipas y Nuevo Len. Respecto a los salarios mximos, se pagaba
ms que en Tamaulipas y Zacatecas, pero eran ms bajos que en los
dems mencionados. Por su cercana, es interesante compararlo con
los salarios pagados en Guanajuato, que hacia 1907 tena un salario
mnimo de 0.26 y un mximo de 3.66.
Los mineros y metalrgicos gozaban de salarios ms altos que
los trabajadores de la industria, pero trabajaban durante jornadas semejantes. Por ejemplo, los trabajadores de la industria textil tenan jornadas de hasta catorce horas diarias; su espacio laboral era desfavorable
para la salud, ya que no estaba acondicionado de un buen sistema de
ventilacin o de calefaccin.
Las condiciones de trabajo durante el periodo revolucionario
fueron diversas en cada parte del estado. En algunos casos podemos encontrar situaciones precarias, situacin intensificada por el movimiento armado. No obstante, en algunos espacios se haca presente cierto
tipo de acciones. Por ejemplo, algunas empresas mineras dedicadas con
mayor nfasis en la fundicin, construyeron casas dentro de sus instalaciones para el alojamiento de sus trabajadores. Hay que mencionar
que dichas construcciones eran sumamente austeras, sobre todo si se
compara con las edificadas para albergar a los empleados de origen extranjero, en los que se encontraban los ocupados en la administracin
y los denominados de confianza, como los capataces, encargados de
reas estratgicas y los ingenieros.
5
Estadsticas Econmicas del Porfiriato, pp. 151-152; Nava Oteo, Jornales, 1962, pp. 70-72.
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Algunas movilizaciones se iniciaron debido al sistema de retribucin del trabajo. Fueron concretamente dos formas de pago con las
cuales los trabajadores no estaban de acuerdo por el manejo que hacan
algunos empresarios industriales y comerciantes: la tienda de raya y los
vales. La primera de ellas es bastante conocida; ha sido interpretada de
diversas formas, encontrando la clsica leyenda negra que menciona
que era de carcter bizantino y de sujecin del trabajador al centro
de trabajo y la que menciona que ms bien favoreci o por lo menos
no perjudic al trabajador, ya que aseguraba los artculos de consumo
bsico frente a la gran disposicin del trabajador a gastarse su salario
en bebidas alcohlicas. Por otro lado, los vales se intercambiaban en
las tiendas por mercancas encarecidas y de mala calidad, lo que daba
un margen de mayor ganancia al comerciante y representaba al mismo
tiempo una disminucin del salario por la baja capacidad adquisitiva.
Las influencias ideolgicas se hicieron ms patentes durante
los primeros aos de la Revolucin, que motivaron movilizaciones en
diversos espacios mexicanos. En San Luis Potos sobresalieron lderes
del Partido Liberal Mexicano que reflejaron una carga ideolgica nutrida del anarquismo, socialismo y anarcosindicalismo.
Las estrategias empresariales para enfrentar las movilizaciones
laborales durante el periodo revolucionario no distaron mucho de las
desplegadas en el periodo histrico antecedente: la represin, la reduccin de salarios y los despidos injustificados. Por otro lado, mantuvieron una estrategia empresarial sustentada en el lock out, como una
forma de presin hacia las movilizaciones laborales, as como amenaza
contra el Estado.
Considerando lo anterior, es importante anotar que la historiografa ha propuesto que la Revolucin no fue una revolucin obrera, que su contribucin al movimiento armado fue limitada, que el
trabajador enfrent los eventos pero no los inici.6 En este sentido, se
expondrn los mviles de los mineros y metalrgicos durante el movimiento armado en San Luis Potos.
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14
Cndido Navarro era oriundo de Guanajuato. Fue de los primeros que se levant en armas en Guanajuato contra el gobierno de Victoriano Huerta. Enrquez
Perea, Jess, 1992, t. I, pp. 66-67; INEHRM, Diccionario, 1992, t. VI, p. 144.
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Los mineros del norte del estado iniciaron un periodo de mayor combatividad en junio de 1911, en las cercanas de Real de Catorce,
que se extendi en un radio de aproximadamente siete kilmetros que
inclua diversas minas localizadas en Real de Catorce, la fraccin de El
Refugio y la de El Potrero.
Los mineros demandaban aumento de jornales a los administradores de la Negociacin Minera de Santa Ana y Anexas, propiedad de
la Casa de la Maza, dirigida entonces por Pedro de la Maza. Ante la negativa por parte de Pedro, los mineros comenzaron a afectar fsicamente
algunas instalaciones, como fueron los salones de mquinas y otros espacios; de igual forma atacaron parte de la casa habitacin de la familia de
la Maza y algunas tiendas propiedad de comerciantes espaoles.
La accin se extendi hasta El Potrero, en donde utilizaron dinamita como arma de presin. La destruccin de parte de la infraestructura fsica no se hizo esperar. Los mineros de Real de Catorce, de
Potrero y de El Refugio se reunieron en el poblado de Real de Catorce,
donde fueron enfrentados por las fuerzas de batalln del Estado enviados
por el gobernador Rafael Cepeda, resultando muertos varios mineros.
Despus de das de encontronazos, las fuerzas maderistas del batalln
militar de Pedro Antonio Santos, a cargo de Pedro A. Rodrguez, intervinieron en la represin del conflicto. A los pocos das del sangriento
enfrentamiento, el mismo batalln militar se dirigi a Wadley con el fin
de pacificar otro pequeo motn.
De la anterior movilizacin sobresale el hecho de la solidaridad
y la cooperacin entre los mineros a pesar de trabajar en distintas minas
de distintas poblaciones, contrario a lo sucedido en las acciones de los
metalrgicos de la CMM.
A finales de junio y principios de julio, aproximadamente 600
mineros de Charcas tambin realizaron una huelga en la Compaa Tiro
General, con duracin de ms de una semana.20 La empresa no accedi
a negociar con los barreteros y peones, quienes demandaban un 25 por
ciento de aumento en los salarios y la reduccin de la jornada de trabajo. Empleados extranjeros de la empresa declararon en la prensa que la
compaa no accedera a las peticiones, pues los mineros reciban 1.25
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El desempleo ocasionado por el cierre temporal de algunas empresas, encamin a trabajadores a tomar la causa revolucionaria y sumarse a los grupos en pugna; fue el caso de los 700 trabajadores de la
Compaa Azufrera de Guaxcam, que explotaba las minas de sulfuro
localizadas en Cerritos, quienes fueron despedidos en 1912, y muchos
de ellos se unieron a los rebeldes,24 lo que indica una mayor participacin de los mineros en el movimiento armado.
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diarias, se suprimieron las tiendas de raya, entre otras prebendas en materia laboral y se orden la creacin del Departamento del Trabajo, con
la finalidad de resolver los problemas de los trabajadores en las fincas
rsticas, minas e industrias de la transformacin.
Hay que recordar que durante el gobierno de Francisco I.
Madero se decret la creacin del Departamento del Trabajo (DT). Este
organismo institucionalizado en diciembre de 1911 qued dependiente
de la Secretara de Fomento, Industria y Colonizacin. No obstante,
el DT estuvo limitado en sus funciones, debido en buena medida a la
falta de claridad en el marco institucional, precisamente respecto a las
funciones y atribuciones de un organismo, que se presume, tendra la
capacidad mediadora en los conflictos obrero-patronales. En 1915, el
gobierno de Emiliano G. Saravia desarticul el DT.
Despus del establecimiento de esta ley, los trabajadores potosinos formaron organizaciones sindicales en San Luis Potos, que conglomeraron a trabajadores de diversos oficios. En cuanto al sector minero,
la accin organizativa en todo el pas se haba basado en la Unin Minera
Mexicana, creada en julio de 1911 en Coahuila. Esa organizacin, que
aos despus se reforz con la alianza de otras organizaciones mineras,
tuvo al inicio de sus actividades, diecisis afiliadas.29 Posteriormente se
unieron la filial de la Negociacin Minera de Santa Mara de la Paz y
Anexas, en Villa de la Paz, y la de la CMM de Morales, cuando en 1919
se cre el Sindicato de Obreros Metalrgicos de Morales.
El artculo 123 de la Constitucin de 1917 represent una esperanza para los trabajadores, quienes confiaban en que la carta magna sera un paliativo para sus malas condiciones de vida. No obstante, como
la mayora de las normas y leyes emitidas, haba un periodo de puesta
en marcha y real aplicacin de sus disposiciones, por lo que su vigor no
tuvo los impactos inmediatos. Adems, la legislacin fue adoptada y
adaptada a los marcos institucionales de cada estado de la Repblica.
Hacia 1918 las quejas sobre la diligencia del citado artculo de
la Constitucin, en cuanto a fijacin de horas de trabajo, las obligaciones del contrato, retribucin legal y clase de trabajo, tuvieron su
29
Carr, Movimiento, 1981, p. 45; Ruiz, Revolucin, 1978, p. 45; Besserer, Novelo y Sariego,
Sindicalismo, 1983, p. 24.
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Conclusiones
La Revolucin es un proceso histrico de diversos matices dependiendo del tiempo y del lugar que se estudie. Las movilizaciones mineras y
metalrgicas sirven para escudriar sobre las peculiaridades de dicho
proceso.
Las acciones y estrategias de los mineros y metalrgicos durante
el periodo revolucionario refleja una herencia derivada de su experiencia
como grupo demandante y cada vez ms organizado, con manifestaciones concretas, hilvanadas coherentemente, como las que protagonizaron en la etapa previa: el Porfiriato. En este sentido, se evidencia un
proceso en permanente transformacin, constituyendo el trnsito de
lucha obrera y reconfiguracin de una cultura minera y metalrgica.
Los levantamientos mineros y metalrgicos representan la acumulacin de experiencias y se instituyen en capital simblico, que tiene
detrs prcticas de impugnacin consistentes en movilizaciones de carcter pblico.
Las movilizaciones de los trabajadores mineros fueron desiguales durante el periodo porfirista y fueron heredadas al periodo revolucionario. La intensidad de las movilizaciones se hizo sentir en los primeros
aos de la Revolucin, precisamente durante el periodo maderista.
El ao de 1910 constituye un parte aguas para la historia social
de los trabajadores del sector minero, pues iniciaron una serie de acciones contendientes a la mejora de sus condiciones de vida. Se trat de
una lucha permanente por la defensa de sus derechos laborales, proceso
30
AGN, DT, caja 126, exp. 12, El Sr. Manuel P. Lpez, mecnico de la negociacin minera de Santa Mara de la Paz, expone demanda en contra de sus superiores por no percibir el
salario base, Matehuala, S.L.P., ene-feb de 1918.
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Fuentes
Archivo
Hemerogrficas
Bibliogrficas
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Introduccin
El objetivo de este artculo es mostrar la influencia que tuvo el establecimiento de las lneas frreas en el Estado de San Luis Potos durante los
primeros aos de la Revolucin Mexicana, ya que como muestra la cita
inicial, revolucion el transporte y fij normas de comportamiento al
viajero. Ello se har usando las fuentes hemerogrficas principalmente,
restringida a los aos de 1910 a 1913 por la existencia de peridicos
slo para esa poca.
Como introduccin se hablar de las concesiones y construccin de los ferrocarriles en el estado de San Luis y su consolidacin o
nacionalizacin en 1908, para entender el contexto en que se desarrollaron las lneas frreas que cruzan el Estado de San Luis Potos.
Enseguida se hablar de los cambios tecnolgicos, estructurales
e ideolgicos en los ferrocarrileros de los aos de 1910 a 1913, abordando cuestiones sobre los trabajadores y su organizacin en sindicatos. El siguiente apartado hablar de la modernizacin de los talleres y
1
El Estandarte, ao XXV, Segunda poca, nm. 5719, San Luis Potos, 6 de marzo de
1910, p. 3.
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convirtieron en ramales de la va a Laredo, comunicando a zonas mineras de importancia en el estado de San Luis Potos.15
La lnea del Nacional fue inaugurada en noviembre de 1888.16 Es
de resaltarse que el Ferrocarril Nacional no recibi ninguna subvencin
de parte del gobierno estatal, como lo hizo con el Central, por considerarse de mayor importancia la conexin con Tampico y no con el norte o la
capital del pas. An as se termin de construir ms rpido el Nacional.
Con las concesiones a los ferrocarriles Central y Nacional,
tom forma definitiva y seria la pretensin del capital norteamericano de desbordar sobre nuestro territorio su actividad ferrocarrilera []
Esas pretensiones, segn los hechos demostraron bien pronto, no emanaban, como muchas de las que en anteriores pocas llegaban a nuestros
gobiernos, de meros especuladores sino de grupos financieros capaces
de realizar la empresa a corto plazo.17 Esas empresas contaron con el
respaldo y subvenciones del gobierno federal para la pronta conclusin
de las lneas frreas.
De esa forma, entre 1880 y 1890 se construyeron las vas frreas
que cruzan el estado de San Luis Potos, considerado para el tendido de
las vas frreas por las compaas ms importantes del pas, por su localizacin geogrfica, ya que era un lugar de transito y trfico constante
y forzoso entre el Golfo y el interior del pas, as como un enlace entre
norte y sur del pas.18 A finales del Porfiriato, San Luis Potos contaba
con 1,237 kilmetros de va frrea, entre ellos algunos de particulares,
lo que equivala al 6 por ciento con respecto a las vas nacionales.19
Desde 1903, el gobierno mexicano plane la consolidacin y
creacin de los Ferrocarriles Nacionales de Mxico, proponiendo: 1)
adquirir una representacin preponderante en el seno de varias empresas ferroviarias tan importantes, que ello capacitase al gobierno para
ejercer sobre las dems una influencia igualmente benfica para todos;
2) evitar competencias ruinosas o fusiones no deseadas por el poder
Carregha, San Luis Potos, 2008, p. 159. Carregha, Un camino, 1999, pp. 58 y 196.
Carregha, Un camino, 1999, p. 98.
17
Pablo Macedo citado en Ortiz, Los ferrocarriles, 1974, p. 133.
18
Carregha, Un camino, 1999, p. 23.
15
16
19
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la Secretara de Hacienda form el proyecto de quitar de las manos extranjeras en que se hallaban, la propiedad y la explotacin
de dichas lneas (las principales), haciendo la concentracin en
condiciones tales que, sin que el Gobierno, que en general es mal
administrador, manejara los ferrocarriles, adquiriera sin embargo un predominio sobre todo ese sistema de lneas, asegurndose
as para siempre la independencia econmica de la Repblica,
una mejor distribucin de las vas frreas en el territorio nacional, grandes beneficios en el servicio de transportes, y por fin, la
verdadera nacionalizacin de las empresas.21
Con la formacin de los Ferrocarriles Nacionales de Mxico se pretendi quitar a los extranjeros el monopolio de los ferrocarriles: por
la necesidad de poner al pas a cubierto de una combinacin ideada
por los magnates americanos ferrocarrileros para fusionar en una sola
empresa nuestras principales lneas.22 El hecho de que las compaas
que construyeron los ferrocarriles fueran extranjeras y sobre todo de capital estadounidense, recordaba las intenciones de invasin de Estados
Unidos de 1847, por lo que la prensa, as como la poblacin en general, siempre estuvieron temerosos de que a travs de la insercin de
capitales, despus se quisiera o exigiera ms al gobierno de Mxico. A
diferencia del Central, Nacional e Interocenico, el ferrocarril del Istmo
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por los extranjeros representaba una amenaza para los mexicanos y una
posible invasin a travs de ellos y las lneas frreas que comunicaban
directamente con Estados Unidos, por ello Limantour peda la nacionalizacin de todos los trabajadores.
El gobierno federal abri tres escuelas tcnicas con la finalidad
de instruir a los mexicanos, lo que exasper a los estadounidenses, que
apelaron a la defensa de su monopolio, que adems se vio amenazado
con la imposicin de vigilancia por parte de inspectores mexicanos.
Una mayor atencin en los trabajadores extranjeros y nacionales y
el cuidado de los ingresos del ferrocarril que ellos manejaban, genero
mejoras en las lneas nacionales. Una de las causas de los dficits en
la contabilidad de las compaas se debi a las estafas que realizaron
los trabajadores ferroviarios, pues se tiene noticia de que en 1910 se
arrest a varios expendedores de boletos de San Luis Potos, Quertaro,
Monterrey y Lechera, por haber falsificado durante varios aos sus
cuentas de boletos vendidos, por sumas que an no se sabe su preciso
monto pero que son seguramente de importancia.34 El robo se haca
anotando menor cantidad de kilmetros recorridos, quedndose as con
la diferencia del precio. Ese tipo de robos hormiga, fueron mermando la
economa de las compaas norteamericanas, as como de los fusionados
Ferrocarriles Nacionales, quienes se preocuparon por supervisar de una
manera ms concienzuda, a travs de la polica secreta del ferrocarril,
a los trabajadores de vas. Ello conllev tambin un replanteamiento y
modernizacin de sus sistemas contables para evitar prdidas.
Otro de los problemas generados por los trabajadores extranjeros
cerca de 1910, fue que estuvieron agremiados con la Order of Railway
Conductors, que tena sus oficinas de accin en Estados Unidos. Ello
dio mayor respaldo a los conductores en caso de que la compaa de
los Ferrocarriles Nacionales los acusara de algn delito. Los conductores saban de la fuerza que podan ejercer sobre la empresa, pues si
iban a huelga, era difcil que los remplazaran y que la compaa con-
1910, p. 1.
34
El Estandarte, ao XXV, Segunda poca, nm. 5670, San Luis Potos, 4 de enero de
1910, p. 3.
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El acceso de los mexicanos a los puestos ms importantes fue ms efectivo, poltica que respaldaron los directivos, an cuando muchos de
ellos eran extranjeros. La huelga o renuncia de los maquinistas y conductores era inviable, pues no encontraran trabajo en otros ferrocarriles fuera de Mxico, ya que eran muchos y la mayora haban pasado
la edad reglamentaria de los ferrocarrileros de Estados Unidos. A San
Luis Potos, llegaron Curtis y Corrigan, jefes de los gremios de conductores y maquinistas, para hacer proselitismo entre los trabajadores
39
El Estandarte, ao XXV, Segunda poca, nm. 5692, San Luis Potos, 1 de febrero de
1910, p. 2.
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Aunado al crecimiento de los talleres, el Estado potosino trat de promover la construccin de otras lneas hacia las diversas entidades
de su territorio que an no estaban conectadas por vas frreas, otorgando
subvenciones de 8,000 pesos y exenciones de impuestos.56 Sin embargo,
no se realiz ningn proyecto debido a la situacin belicosa del pas.
alejados de los funestos apasionamientos polticos, sin ms antecedentes que una vida de consagracin en el trabajo, y libres
por lo mismo, de las ligas o compromisos personales, hemos observado con la fra imparcialidad de nuestros criterios, la marcha
desesperante de los acontecimientos patrios, tenemos derecho a
que se nos escuche en esta hora solemne y trascendental en que
nuestra Patria amada atraviesa por una de las situaciones ms crticas de su historia.57
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Durante los aos de la Revolucin, los ferrocarriles se encargaron de transportar a las fuerzas militares, llegando a los lugares donde
se entablaron las luchas y de regresar en muchas ocasiones a heridos y
muertos. Por lo anterior, podan ver con exactitud la magnitud de los
enfrentamientos que se dieron en diversos puntos de San Luis y del resto
del pas. La llegada de trenes militares trastocaba la calma de las ciudades
y pueblos por la llegada de los contingentes, a los cuales se deba abastecer y dar alojamiento; por otro lado, llenaban de anhelos a los pobladores
que esperaban la derrotara de las fuerzas insurrectas. La capital potosina
fue testigo de la movilizacin de las tropas en los primeros aos de las revueltas, pues no hubo importantes enfrentamientos en la ciudad, viendo
como partieron las fuerzas federales hacia diversos lugares de la Huasteca
y sobre todo hacia el norte del pas, donde se entablaron luchas ms
continuas. Tambin los trenes sirvieron para sacar a los habitantes de los
lugares donde se dieron los altercados, ya que mucha gente huy por la
inseguridad ocasionada por los levantamientos.59
Los ferrocarrileros estuvieron en estrecho contacto con el ejrcito federal, percibiendo sus precariedades y esfuerzos en la lucha. En marzo de 1912, los trabajadores de los talleres de mecnica, pailera, herrera
y casa redonda de San Luis Potos, apoyaban a los soldados en campaa
con cigarros, cerillos, pan, tortas compuestas, chorizo, etctera. Adems,
impidieron que los vendedores ambulantes les vendieran comestibles que
quintuplicaban los precios normales, el Coronel Juan de D. Arizmendi
les dio las gracias en nombre del personal del 10 Regimiento, tambin
el seor General Brigadier Blanquet les mostr su agradecimientos en
representacin del batalln de su mando. Al partir los trenes, muchos de
los soldados lanzaron vivas a San Luis y a los ferrocarrileros potosinos.60
Los mismos ferrocarrileros organizaron varios eventos, como una novillada, para recaudar fondos para las viudas y hurfanos de los federales
muertos en campaa o para los invlidos a causa de la guerra.61
El Estandarte, ao XXVII, Segunda poca, nm. 6313, San Luis Potos, 11 de marzo
de 1912, p. 1.
60
El Estandarte, ao XXVII, Segunda poca, nm. 6314, San Luis Potos, 12 de marzo
de 1912, p. 4.
61
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 104, San Luis Potos, 22 de abril de 1913, p. 4.
59
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todos los trabajadores estaban de acuerdo con el gobierno del momento, pero lo apoyaran para recuperar la paz del pas, pues sin ella no
tenan garantas de trabajo para sustentar a sus familias. La confianza
que tena el gobierno en los ferrocarrileros se demostraba con el nombramiento de Manuel G. Rosas y Ramn Gmez Tern, presidentes
de las sucursales de la Unin en San Luis Potos y Tampico respectivamente, a quienes se les nombr inspectores especiales del movimiento
de los trenes militares y encargados de la reparacin de puentes y vas
frreas y telegrficas, nombramiento otorgado por el gobierno federal y
ratificado por el estatal.
Sin embargo, la opinin de Manuel Muoz y Ramn Gmez
eran puntos de vista de los altos mandos de los ferrocarrileros, por lo
que no se poda asegurar que todos los ferrocarrileros fueran leales al
gobierno. De esa manera, siguieron las noticias sobre la simpata de los
empleados de la lneas Nacionales hacia los revolucionarios al mando
de Venustiano Carranza, Jos Mara Maytorena, Calixto Contreras y
Orestes Pereyra, lo cual se traduca en destruccin de vas, puentes, estaciones, locomotoras y trenes (no necesariamente por los ferrocarrileros,
sino que ellos dejaban que las destruyeran). Esas acusaciones fueron
sobre los empleados de las zonas de Chihuahua, Durango, Coahuila
y otros puntos, pero no de los de San Luis Potos.70 Incluso en marzo
de 1913, por disposicin de las autoridades militares, se aprendieron
a algunos ferrocarrileros que se dijo ayudaron en el levantamiento de
Venustiano Carranza, ya que manejaron los trenes en que se traslad en
Saltillo y paralizaron el trfico para Laredo y Mxico.71
Una prueba de que algunos ferrocarrileros s apoyaron el movimiento carrancista, se verific cuando el maquinista de un tren que
llevaba pertrechos de guerra, slo par en la estacin debida por poco
tiempo y no pudieron bajar todo, porque se puso en marcha, teniendo
que brincar ya en movimiento, un capitn y un soldado que estaban
encima. Inmediatamente se hicieron seales para que se detuviera,
pero como no lo hizo, se denunci ante al general Casso Lpez, en
70
71
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 103, San Luis Potos, 21 de abril de 1913, p. 1.
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 68, San Luis Potos, 17 de marzo de 1913, p. 4.
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3.
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 107, San Luis Potos, 25 de abril de 1913, p. 4.
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 110, San Luis Potos, 28 de abril de 1913, p. 1 y
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Otro tipo de robos se dieron en las mismas estaciones, donde estando ya el equipaje en los carros, era hurtado de ellos. Por ello
debi reforzarse la vigilancia en todo lugar, pues de por s, los asaltos
eran frecuentes en tiempos de calma, aumentando con mayor razn
con la inestabilidad poltica.79 Esos robos tambin fueron perpetrados
por revolucionarios, quienes cortaban la comunicacin telegrfica y
telefnica destruyendo los aparatos, prendan fuego a las estaciones
o a los carros de mercancas, ante lo cual, los trabajadores y pasajeros
salan huyendo. Los sediciosos tambin destruan o descarrilaban las
locomotoras para evitar el trfico, adems de robar las casas y poblados por donde pasaban.80 Esa interrupcin del trfico evitaba que los
carros de ayuda llegaran a tiempo para salvar a los heridos.
Para febrero de 1913 hubo una amenaza fuerte de que los
rebeldes queran apoderarse de la capital potosina, que hasta entonces
haba permanecido casi en calma. Hubo constantes movilizaciones de
tropas por los trenes para combatir a los revolucionarios que atacaban
Charcas y Catorce por esas fechas. La parte ms afectada por los destrozos a las vas fue entre Vanegas y Charcas, por lo que el trfico haca
el norte era por Tampico, los trenes del sur llegaban con retrasos, pero
sin ningn percance, sin embargo, el jefe de estacin no recibi carga
para sacar de la capital mientras hubiera levantamientos.81
Conforme se fue incrementando la intensidad de la Revolucin,
dejaron de correr los trenes de pasajeros entre Monterrey y Mxico
por haber mayores trastornos en el Norte. En ese escenario de aislamiento por falta de comunicaciones, todos los negocios se vieron
perjudicados, pero sobre todo los periodistas, decan ellos mismos,
pues dejaban de tener noticias de fuera para poder publicar en sus
peridicos, quedndonos sujetos ahora, solo al noticierismo local y a
ampliar ste consignando los mil y un rumores, algunos hartamente
descabellados que la fantasa popular ha creado y que corren por la
El Estandarte, ao XXVII, Segunda poca, nm. 6335, San Luis Potos, 9 de abril de
1912, p. 1.
80
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 36, San Luis Potos, 13 de febrero de 1913, p. 4.
81
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 36, San Luis Potos, 13 de febrero de 1913, p. 4.
79
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Conclusin
Despus de la nacionalizacin de los ferrocarriles, la compaa tuvo
que reorganizar muchos de los sectores para poder realizar un funcionamiento ms eficaz. Ello conllev evitar los pleitos entre los empleados, lo ms difcil fue hacer conciencia de los daos que ellos mismos
provocaron a la compaa con los robos, desajustes, falsificaciones,
etctera.
La participacin de los ferrocarriles en los inicios de la
Revolucin Mexicana fue vital, para la movilizacin del ejrcito federal
88
89
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 134, San Luis Potos, 2 de junio de 1913, p. 1.
Adelante, Segunda poca, t. II, nm. 136, San Luis Potos, 4 de junio de 1913, p. 1.
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Nmero de cajascajas
Gustavo R. Alemn
150
Amando Alvarado
450
Pedro Hernndez
1200
[sic]
J. Refugio Lpez
5 carros de FNM
Lucina R. vda. de R.
500
Jos Rocha
100
Manuel Verstegui
[sic]
Juan C. Rodrguez
100|
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En busca de un remedio
En el combate a la plaga se consideraron adems otras medidas menos
drsticas. En general se recurri al uso de soluciones qumicas, aunque
el alto costo que representaba su elaboracin y aplicacin, aunado a la
corta temporalidad de su accin, condujo a proponer otros remedios.
Algunos citricultores apelaron a una rara especie de avispa que al parecer haba dado buenos resultados en Estados Unidos, pues era enemigo
natural de la mosca prieta a la cual devoraba. En Mxico, dicho insecto
se conoca como avispa de Morelos o avispa colorada. Sin embargo, su
transporte a las zonas afectadas por la plaga requera de sumo cuidado y
resultaba costoso, pues [] solo se puede traer en las mismas ramas de
naranjo en que vive, encerrndose las ramas en bolsas de papel y por la
va area, nico medio que ha sido efectivo para el traslado.11 La avispa,
resistente a los insecticidas que se aplicaban para exterminar a la mosca
prieta, se aclimat fcilmente a la Huasteca potosina, aunque su accin
tampoco fue suficiente para acabar con ella.
En el estado de San Luis Potos se ensay tambin con una solucin preparada por cientficos locales a base de una planta conocida con
el nombre de hulitlo,12 que no produjo los resultados esperados, pues
como en otros casos, su costo de produccin era muy alto y los efectos
solo pasajeros.
Segn inform El Heraldo, los cientficos que trabajaban en
la bsqueda de remedios eficaces en el estado recomendaron tambin
El Heraldo, 17 de febrero de 1949.
El Heraldo, 28 de febrero de 1949.
12
El Heraldo, 17 de febrero de 1949.
10
11
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aparte de que se reconoce que el azufre tiene grandes propiedades desinfectantes. Al parecer, la sugerencia no tuvo eco en las autoridades.
Ante la poca eficacia de los mtodos para combatir la plaga y
los fracasos obtenidos en los estados afectados, que ya para mediados
de 1949 eran Nayarit, Nuevo Len, Morelos, Veracruz, Tamaulipas y
San Luis Potos, entre otros, las autoridades federales informaron que
[] se dar mayor importancia a la investigacin cientfica relacionada con el combate a la mosca con el objetivo de conseguir un insecticida
poderoso.17
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De acuerdo a estas cifras, la suma alcanzaba ya 364,000 pesos, sin embargo, estos recursos haban sido insuficientes, pues segn el peridico, nicamente en la zona Huasteca crecan alrededor de trescientos
cincuenta mil naranjos cuya aspersin representaba un costo de por lo
menos cinco millones de pesos.21
Durante los primeros meses de 1949 corri el rumor de que
las autoridades federales contemplaban la posibilidad de imponer una
contribucin extraordinaria para recaudar fondos que destinaran a la
campaa contra la plaga; as haba sucedido ya en Veracruz, donde al
parecer fueron los mismos citricultores quienes lo sugirieron.22 Cabe sealar que desde octubre del ao anterior se cobraba un impuesto federal
de diez centavos por naranjo, cuya recaudacin tambin estaba destinada al combate de la mosca prieta; dicha contribucin estuvo vigente
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En febrero de 1949, El Heraldo asegur a sus lectores que la plaga haba sido aniquilada en El Naranjo pocos das despus de haberse dado
la voz de alarma, gracias a la estrecha vigilancia que mantenan los
26
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productores de aquella zona, quienes descubrieron los primeros brotes cuando la mosca apenas haba comenzado a instalarse en algunos
rboles;27 aunque tambin indic que era necesario esperar algunos das
para que los inspectores federales confirmaran que efectivamente el insecto haba sido exterminado. Sin embargo, en abril, antes de que esa
parte del estado fuera declarada limpia de la plaga, se detectaron ah
nuevos brotes de mosca prieta.28
La situacin en el municipio huasteco de Ciudad Valles era
distinta. A mediados del mismo mes de febrero, el peridico afirm
que Perdura, pues, una situacin de naufragio para la citricultura
de la Huasteca.29 Esto pareci confirmarse semanas despus, cuando
se detect un nuevo brote en el municipio de Tanlajs,30 al sur de
Ciudad Valles.
Rioverde en cuarentena
El temor a que la mosca prieta llegara a Rioverde fue patente desde enero de 1949. De acuerdo a El Heraldo, la propagacin de la plaga en esa
zona representara un desastre para la agricultura del estado,31 afirmacin que no hizo cuando se refiri a otras partes del territorio potosino
amenazadas o afectadas por la mosca prieta, incluida la Huasteca. La
importancia de la zona rioverdense como productora agrcola tambin
puede deducirse a travs de varios anuncios comerciales publicados en
el diario, los cuales ofrecan en venta maquinaria de trabajo a los agricultores de Rioverde, lo que tampoco sucedi en el caso de productores
de otros lugares del estado:
Seor agricultor de la regin de Rioverde, S.L.P. Ya recibimos
nuevas existencias de tractores agrcolas en todos los modelos
John Deere. Siembre y cultive algodn eficientemente en la
El Heraldo, 1 de febrero de 1949; 9 de febrero de 1949.
El Heraldo, 12 de abril de 1949.
29
El Heraldo, 17 de febrero de 1949.
30
El Heraldo, 13 de marzo de 1949.
31
El Heraldo, 28 de enero de 1949.
27
28
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ubicadas en el municipio, las cuales producan repollo, lechuga y rbano, entre otros.33 Evidentemente las quejas de los propietarios de dichas
huertas no se hicieron esperar, en tanto la poblacin recurri incluso
a medios clandestinos para obtener distintas frutas que no crecan en
la zona, por ejemplo, manzanas, que ingresaban al municipio incluso
escondidas entre la ropa que vesta la persona.34
Sin embargo, la imposicin de cuarentena a productos vegetales
para evitar la propagacin de la plaga no era una medida nueva y se haba aplicado ya en otros puntos del pas. Incluso, en diversas ocasiones,
las autoridades solicitaron el apoyo de los consumidores para hacerla
efectiva, como se observa en el siguiente aviso:
Morelos es un estado infestado de mosca prieta. No lleve usted
frutos, ni plantas, ni flores de Morelos a otros lugares del pas
que no tienen la plaga. Ayudar usted a salvar su economa.
Secretara de Agricultura y Ganadera.35
A diferencia del caso anterior, en Rioverde fueron los mismos productores quienes propusieron la cuarentena y fueron tambin ellos quienes
se encargaron de vigilar que fuera respetada; incluso, de comn acuerdo con las autoridades locales, fue la Asociacin de Citricultores de
Rioverde fundada en 194236 la que se encarg de coordinar las acciones
en este sentido.
Aunado a lo anterior, los propietarios de naranjales en Rioverde
comenzaron a aplicar insecticidas a sus rboles [] como si fueran
plantos ya contaminados,37 cuando tuvieron noticia de que la plaga
estaba afectando El Naranjo y an sin haber encontrado evidencia en
sus propiedades de la mosca prieta. As, los productores rioverdenses
recurrieron a todas las medidas preventivas a su alcance para evitar que
el insecto afectara sus rboles.
El Heraldo, 17 de abril de 1949.
Alvarado, Apuntes, 1994, p. 208.
35
El Heraldo, 12 de abril de 1949.
36
Alvarado, Apuntes, 1994, p. 189.
37
El Heraldo, 18 de mayo de 1949.
33
34
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Cabe mencionar que en su afn por acabar con la plaga y evitar que
llegara a sus propiedades, los citricultores de Rioverde tambin haban
participado en las reuniones celebradas en Ciudad Valles a principios
de 1949 para conformar el Comit del Noreste para la lucha contra la
mosca prieta. En dichas ocasiones, tambin ofrecieron toda su colaboracin para que la campaa tuviera xito.40
A finales de ao, la Secretara de Agricultura y Ganadera puso
en marcha el plan de Defensa Agrcola en el estado potosino para evitar
la propagacin de plagas, especialmente la de mosca prieta. Con ese
fin, instal tres oficinas, cuya jefatura se ubic en Crdenas. Dichas
oficinas consistieron en el mismo nmero de casetas de madera para
albergar al personal encargado de inspeccionar los productos agrcolas que entraran o salieran de Crdenas y de su vecino Rayn, como
El Heraldo, 10 de junio de 1949; 23 de junio de 1949.
El Heraldo, 23 de junio de 1949.
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El Heraldo, 25 de junio de 1949.
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La medida tuvo tambin como fin ganar la simpata de los agricultores, pues la principal fuente de riqueza en Rioverde estaba entonces
en el campo. Por esta razn, cuando el nuevo ayuntamiento anunci
que durante su gestin proyectaba realizar diversas obras en la cabecera municipal, entre ellas, la construccin del drenaje y la dotacin de
agua, afirm tambin que no contaba con los recursos suficientes para
efectuarlas y necesariamente requera la cooperacin econmica de la
poblacin, especialmente la de los agricultores.51 Como respuesta, estos
ltimos manifestaron que difcilmente podran aportar recursos econmicos debido a la difcil situacin que atravesaba.
A la eliminacin del impuesto a la extraccin agrcola, se sumaron otras medidas que incluyeron la desaparicin de otras contribuciones municipales, adems de la regulacin del horario de los comercios y
la vigilancia de los precios de los productos bsicos. Con ellas, las nuevas autoridades lograron detener la escalada de precios y probablemente
evitaron un conflicto social que pudo poner en riesgo la estabilidad del
municipio.
Para concluir
Las notas publicadas en El Heraldo con el tema de la plaga de la mosca
prieta, que afect varios estados del pas en la dcada de los 40s, muestran que Mxico careca tanto de recursos econmicos como de la infraestructura tcnica y cientfica para combatir este insecto, y en sentido, el
estado de San Luis Potos no era la excepcin.
Por otro lado, es posible inferir que el combate de dicha plaga
fortaleci la presencia poltica de Gonzalo N. Santos en el pas, cuando
fue designado jefe del comit que coordin la campaa nacional puesta
en marcha a principios de 1949. Para entonces, el exterminio de la mosca prieta se haba convertido en una prioridad del gobierno federal por
las negativas consecuencias de su accin sobre la economa mexicana,
por lo que el nombramiento necesariamente tena alguna importancia.
Simultneamente, la designacin tambin mostr la vinculacin que
tena el mandatario estatal con las autoridades nacionales.
51 El Heraldo, 16 de diciembre de 1949.
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Fuentes
Archivo
Hemerogrficas
Bibliogrficas
lbum rioverdense. Coleccin de escritos, datos histricos y estadsticos recogidos y coleccionados por Adolfo B. Gonzlez (1902), Luz Carregha
estudio introductorio, San Luis Potos, El Colegio de San Luis
Ayuntamiento de Rioverde, 2002.
Alvarado, Jos J., Apuntes sobre los Cervantes Lucio y algunos datos de
Rioverde, Salinas de Hidalgo, 1994, (mecanografiado).
Ankerson, Dudley, El caudillo agrarista. Saturnino Cedillo y la Revolucin Mexicana en San Luis Potos, Mxico, Gobierno del estado de
San Luis Potos INEHRM Secretara de Gobernacin, 1994.
Santos, Gonzalo N., Memorias, Mxico, editorial Grijalbo, 1984.
Electrnicas
Ross Robertson y William F. Smith-Vaniz, Rotenona: Una herramienta esencial pero difamada para la evaluacin de la diversidad de los
peces marinos en Forum, BioScience, febrero 2008, vol. 58, nm.
2, en http://www.biosciencemag.org, consultado el 30 de marzo de
2010.
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La referencia al lugar y fecha de los hechos enunciada en los primeros versos se conserv
como rasgo caracterstico del corrido, aun cuando ms tarde su temtica fuera la novelesca, pues
tambin cumpla la funcin de reforzar el valor de verdad del relato. Recurdese, por ejemplo la
estrofa inicial de Rosita Alvrez, en la que se indican ao, lugar y acontecimiento.
6
Este verso funciona en dos niveles en el oyente, por un lado tiene el significado de la
fecha y por otro, en un nivel ms inconsciente, opera en relacin con el acervo tradicional del
pblico que reconoce en el da de San Juan, la posibilidad de un suceso extraordinario.
5
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Con el fin de sustentar la veracidad de lo cantado y proporcionar al auditorio la noticia completa, el narrador incorporaba mltiples
referencias concretas a lo largo de todo el corrido; desde los primeros
versos como los ejemplos anteriores hasta las ltimas estrofas. Esta
necesidad foment la extensin de las composiciones, pues el corridista
procuraba dar la mayor informacin posible y citaba nombres de los
distintos generales, estrategias de ataque, refugios, nombres de calles,
edificios y comercios.7
Robles les hizo una huda
saliendo por La Piedrera;
mand sus caballeras
all por la Polvorera.
Contreras hace otra huda,
saliendo por San Ignacio;
ngeles y Sandoval
tomaron Gmez Palacio
(La decena o toma de Torren)
Almacenes de Durango,
de La Alianza y La Suiza,
quedaron todos sus bienes
convertidos en ceniza.
(La toma de Durango)
Los nombres de generales y de lugares no aparecen a manera
de inventario; siempre tienen la funcin de comprobar y expresar, por
ejemplo, la organizacin del ejrcito revolucionario, as como distinguir
7
La revisin cuantitativa de nombres propios en estos corridos nos muestra claramente
el fenmeno: en los 84 versos de La toma de Durango, aparecen 26 nombres propios (de personajes y lugares) es decir ms de uno en cada estrofa; ms abundantes en La decena o toma de Torren que incluye 42 nombres en 80 versos y en las versiones 1 y 2 de La toma de Zacatecas que
incluyen 40 nombres en 80 versos y 52 en 116 versos. En estos ltimos corridos la recurrencia
es prcticamente de un nombre por cada dos versos. Esta caracterstica disminuye conforme el
corrido revolucionario pierde su carcter noticiero y su referencia al contexto blico.
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hacen constante el esfuerzo por mantener el valor de verdad y comprobar con precisin cada verso. Por eso, el narrador-compositor incluye,
con frecuencia, ancdotas verdicas al servicio de la caracterizacin del
hroe, por ejemplo:
Hablaron por el alambre,
entablan conversacin;
Villa le peda a Velasco:
la plaza o la rendicin.
Velasco niega la plaza,
aunque se den de balazos,
pues l se atena a Argumedo,
que era hombre de sus brazos.
(La decena o toma de Torren)
En trminos poticos, poco importa si la llamada telefnica
ocurri o no, lo importante es que se da como real y as se entiende.
El narrador inserta, as, el motivo de la advertencia y, aunque estilstcamente los versos son poco afortunados,10 mantiene su funcin: por
un lado, anuncia lo que va a suceder y, por otro, dignifica y justifica la
accin del personaje, ya que el protagonista avisa a su contrincante de
lo que puede sucederle y le brinda la oportunidad de evitarlo.
La reiterada presencia de una caracterstica permiti que se
convirtiera en rasgo definitorio del personaje; as Madero siempre
aparece como el bueno y justo; Villa como el valiente, arrojado y hasta
retador; de tal manera que decir maderistas o villistas significaba,
tambin, tener esos atributos.11
En conjunto, esta versin es poco afortunada. De hecho, en varios aspectos se aparta de
los rasgos ms tradicionales del corrido; por ejemplo, se distingue por la ausencia absoluta de
interlocuciones de los personajes y slo hay tres interlocuciones del narrador que ocupan sendas
estrofas de las veinte que forman el corrido. Hasta cierto punto, el narrador suple esta extraa
ausencia con el empleo del tiempo presente que no es tan comn en los versos narrativos del
corrido, pero es un recurso del narrador para lograr una especie de actualizacin dramtica.
11
Esta manera de caracterizar a uno u a otro grupo o caudillo propici el intercambio
entre distintos corridos; estrofas bien logradas viajaron a otros textos que hablaban d
10
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hroe, por ejemplo los versos en que Villa interpela al viejo borracho Huerta se escuchan,
tambin, en otros corridos.
12
As (La Aduana) se le llamaba al Palacio Federal que en ese momento serva, tambin,
como Jefatura de armas a los federales. Segn diversas fuentes, los huertistas tenan planificado
volar los principales edificios del centro de la ciudad pero, ya sitiados por Villa, slo lograron
hacerlo en este edificio. Si bien este referente funciona en el contexto local, sin la explicacin
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Actitud que el narrador subraya reiteradas veces hasta ridiculizar al enemigo mediante el motivo disfraz vergonzante:
Andaban los federales
que ya no hallaban qu hacer,
pidiendo enaguas prestadas
pa vestirse de mujer.
(La toma de Zacatecas, 1)13
El empleo de un motivo tradicional permite que la estrofa
tenga mayor carga significativa; no slo denigra al contrincante, sino
tambin subraya la cobarda al no dar la cara; no enfrentar sino huir.
Adems de encubrir, el disfraz revela la baja calidad humana de su
portador; se trata de un disfraz vergonzante. Generalmente, el disfraz
se emplea como una estrategia legtima y astuta; sin embargo, aqu, es
el narrador quien los disfraza y, as, los humilla: segn el corrido, el
federal prefiere considerarse mujer que morir en el campo de batalla.
La fuerza de la descalificacin del antagonista en esta estrofa queda
demostrada no slo por la conservacin de los versos en la mayora
de versiones (antiguas y modernas) del corrido, sino tambin por su
presencia en otros corridos y en su funcin si as se le puede llamar de referencia; pues al preguntar por La toma de Zacatecas, con
de documentos histricos es difcil entender de qu inmueble se trata, slo en versiones an
ms extensas se detalla que: Los sitiados, ya perdidos/ dieron una orden brutal;/de volar con
dinamita /el palacio federal. // Palacio que fue una joya /por su estilo colonial,/qued noms en
montones /de tierra madera y cal. // Esa finca de La Aduana/ era una finca bonita,/la volaron
los huertistas/ con plvora y dinamita. // Quemaron los federales/ varias cuadras de la plaza /
antes de ser derrotados,/ perdindose muchas casas. // El Palacio, los archivos, el Obispado
y Catedral, sufrieron daos muy graves/ por ese crimen bestial. Esta versin de La toma de
Zacatecas fue proporcionada a Cuauhtmoc Esparza Snchez por Arturo Almanza, 82 aos, el
18 de septiembre de 1958; el seor Almanza fungi como corridista entre las tropas de Villa y
se autoconsidera autor del texto (Esparza Snchez, El corrido, 1976, pp. 70-77).
13
sta es una de las estrofas de mayor arraigo en la tradicin corridstica; aparece en la
mayora de las versiones y es junto con la que alude a Victoriano Huerta emblemtica
del corrido La toma de Zacatecas. Con nfimas variantes la hallamos en las versiones 1 a 4 del
corpus; en las versiones publicadas por Esparza Snchez, Antonio Avitia, Vicente T. Mendoza
y en otras antologas.
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15
Se trata de uno de los corridos revolucionarios de mayor divulgacin fuera de la zona.
Aparece publicado en casi todas las antologas que incluyen corridos de esta temtica. Adems,
posee un buen nmero de estrofas estilsticamente afortunadas para calificar o descalificar a los
federales y elogiar a los revolucionarios que rpidamente fueron adaptadas para otros corridos
de la misma poca. De tal manera que el haber recogido cinco versiones del corrido no slo
obedece a que los hechos narrados ocurren dentro de la regin que trabajo sino a su difusin
y arraigo.
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de elementos de ndole novelesca; es decir aquellos elementos relacionados con las pasiones humanas como los celos, la venganza, el odio, la
envidia, el miedo y el amor, entre otros, aunque no posean una carga
determinante y sean apenas perceptibles dentro del contexto pico. As,
valores como valenta, honradez, sacrificio, lealtad pueden fcilmente
verse desde una perspectiva novelesca y continan su desarrollo aun
cuando el contexto pico ha desaparecido, ya que no dejan de ser valores humanos reconocidos por la comunidad. Este proceso de evolucin
del corrido pico no es un caso aparte; por el contrario, obedece a la
evolucin y tendencia general del cantar pico. As lo sealaba Ramn
Menndez Pidal respecto del paso de la epopeya al romance:
En la transmisin oral de un relato originalmente pico, lo histrico est constantemente socavado por lo novelesco: los nombres de
los personajes famosos no importan y se desfiguran o se suprimen; las
masas, los ejrcitos que van con los protagonistas desaparecen, o si se
mencionan quedan inactivos para dejar slo dos individuos frente a
frente; la hazaa se convierte en aventura; el ambiente de poca se enrarece o se esfuma; a los impulsos sociales y polticos que mueven la epopeya, se prefieren los sentimientos individuales ntimos, y sobre todos
ellos, la pasin amorosa.16
Esta transformacin se advierte en los corridos que se centran en
las hazaas de un hroe, por ejemplo: Benjamn Argumedo, Fusilamiento
de Felipe ngeles, Toms Domnguez y Valentn de la Sierra. Si bien el
personaje sigue representando a los grupos revolucionarios, lo que se
destaca en estos corridos no son sus hazaas blicas ni un rasgo pico
especfico, sino aspectos ms relacionados con el hombre comn: el
momento cercano a la muerte, los sentimientos, la fortaleza, las debilidades, entre otros. Aunque la importancia de la funcin noticiera as
como de los sucesos blicos disminuyen notablemente, estos corridos
mantienen un alto valor de verdad pues el protagonista queda plasmado en los versos como un hroe, representante de los ideales de la
comunidad y, tambin, como un hombre real, de carne y hueso que,
como los oyentes y transmisores, presentan elementos relacionados con
la debilidad, el orgullo, la valenta, el miedo o indiferencia a la muerte y
16
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un tema. Sino ms bien apuntan diversos temas como pueden ser la injusticia, la maldad, el abuso de poder, la justicia, la generosidad, la valenta, la honradez, sin profundizar realmente en ellos debido a que su
funcin primordial es la de dar cuenta de los hechos. As eran, tambin,
los textos del Romancero vulgar o los romances de ciego decimonnicos que relataban, a veces con pormenores, accidentes, catstrofes o
tragedias; empleandocasi siempreun estilo tremendista con buena
cantidad de elementos lricos y subrayando los sentimientos de la comunidad o de los allegados al protagonista.
En el corrido actual, se contina con el empleo de los recursos
y frmulas que refuerzan la veracidad de la noticia; el narrador suele dedicar uno o ms versos para expresarla: Voy a dar declaracin /de todo
lo acontecido (Accidente de El Vencedor); Voy a cantar unos versos,/
la verdad yo se las digo (Corrido de San Jos de Races); adems de que,
generalmente, estos corridos tienen por s mismos valor de verdad ya
que estn enunciados desde el lugar de los hechos por una voz vinculada
estrechamente al acontecimiento, a las vctimas y al auditorio.
Tambin aparece el empleo de la moraleja, especialmente en aquellos corridos que delatan un suceso inaceptable por la sociedad y, como
es caracterstico del gnero, se expresan en la estrofa de despedida:
Ah les va la despedida,
se las digo con esmero:
es muy bonito y muy hermoso
ese dios que es el dinero,
pero es de un amigo negro
que dice:all los espero.
(Asalto a los bancos de Matehuala)
Dentro de estos corridos de factura local se hallan, tambin,
aquellos que si bien su intencin es informativa, estn dedicados a una
persona en particular; en estos casos se refuerzan los elementos lricos
que expresan sentimientos de tristeza, aoranza o compasin que recuerdan el tono sentimentalista de algunos textos decimonnicos. Sirven de
ejemplo los corridos Martn Garca y Leonel Gutirrez. La muerte de los
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Fuentes
Informantes:
La Toma de Durango
Inform: Manuel V. Valdez, 93 aos, cantante y compositor callejero ciego, Jerez, Zacatecas. Recogi: MZGC. 7 de agosto de 1993.
La Decena o Toma de Torren
Inform: Manuel V. Valdez, 93 aos, cantante y compositor
callejero ciego, Jerez, Zacatecas.
Recogi: MZGC. 7 de agosto de 1993.
La Toma de Zacatecas
Versin 1, Inform: Anastasio Vidales, 90 aos, Ahualulco, San
Luis Potos. Recogi: MZGC. 26 de octubre de 1986.
Versin 2, Inform: Manuel V. Valdez, 93 aos, cantante y
compositor callejero ciego, Jerez, Zacatecas. Recogi: MZGC. 8 de
agosto de 1993.
Versin 3, Inform: Juan Garca Garca, 70 aos, vendedor ambulante. Zacatecas, Zacatecas. Recogi: MZGC, 8 de agosto de 1993.
Versin 4, Informaron: Antonio Castillo Sandoval, 51 aos y
Pascual Sandoval Martnez, 45 aos; campesinos, Ejido San Francisco,
Saltillo, Coahuila. Recogi: MZGC. 4 de junio de 1994.
Versin 5, Informaron: lvaro Garca Arvizu, 31 aos, campesino y Jess Garca Pinales, 28 aos, mecnico, San Tiburcio, Mazapil.
Zacatecas. Recogi: MZGC. 30 de julio de 1994.
Fusilamiento de Felipe ngeles.
Informaron: Ral Reyes Hernndez, 38 aos y Jos Luis Reyes
Hernndez, 34 aos; campesinos, San Jos de Races, Galeana, Nuevo
Len. Recogi: MZGC. 7 de abril de 1994.
Benjamn Argumedo.
Inform: Toms Snchez Corts, 83 aos, pastor, La Labor de la
Cruz, Charcas, San Luis Potos. Recogi: MZGC. 27 de agosto de 1994.
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Valentn de la Sierra.
Informaron: Juan Gonzlez Herrera, 37 aos, Amado Gonzlez
Prieto, 43 aos y Jess Lpez Guerrero, 35 aos; campesinos y msicos aficionados Cerritos de Bernal, Santo Domingo, San Luis Potos.
Recogi: MZGC. 28 de agosto de 1994).
Accidente de El Vencedor
Inform: Hermelindo Gonzlez, 68 aos, Crucero de Aquismn,
San Luis Potos. Recogi: MZGC. 27 de diciembre de 1987.
El asalto a los bancos de Matehuala
Inform: Eustasio Rojas, 64 aos, campesino. Cedral, San Luis
Potos. Recogi: MZGC, 30 de julio de 1994.
Corrido de San Jos de Races
Informaron: Ral Reyes Hernndez, 38 aos y Los Luis Reyes
Hernndez, 34 aos, campesinos, San Jos de Races, Galeana, Nuevo
Len. Recogi: MZGC, 7 de abril de 1994.
Leonel Gutirrez
Informaron: Alvaro Garca Arvizu, 31 aos, campesino y Jess
Garca Pinales, 28 aos, mecnico, San Tiburcio, Mazapil, Zacatecas.
Recogi: MZGC, 30 de julio de 1994.
Martn Garca
Informaron: Alvaro Garca Arvizu, 31 aos, campesino y Jess
Garca Pinales, 28 aos, mecnico, San Tiburcio, Mazapil, Zacatecas.
Recogi: MZGC, 30 de julio de 1994.
Bibliogrficas
Esparza Snchez, Cuauhtmoc, El corrido zacatecano, Mxico, INAHUniversidad Autnoma de Zacatecas, 1976.
Mendoza, Vicente T., El corrido mexicano. Antologa, Mxico, Fondo
de Cultura Econmica, 1954.
Menndez Pidal, Ramn, Romancero hispnico. Obras completas de
Menndez Pidal IX y X, Madrid, Espasa Calpe, 1968, 2 tomos.
Ong, Walter, Oralidad y escritura. Tecnologas de la palabra, trad. de
Anglica Sherp, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1987.
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Apuntes en el bicentenario de la
Independencia y el centenario de
la Revolucin en Mxico:
Una ocasin para conmemorar la
exitosa lucha de un pas en contra
de sus individuos
Patricio Rubio Ortiz
El Colegio de San Luis
El sistema poltico que surgi despus del movimiento armado que inici en 1910 privilegi el uso discursivo y poltico de las reivindicaciones
que la Revolucin trajo consigo, antes que preservar los derechos que
se haban establecido en la propia Constitucin en beneficio de los individuos. De forma posterior, el proceso de diferenciacin estructural
debilit el rol ordenador del Estado sobre otras esferas de accin social.
Frente a esta realidad es necesario discutir el rumbo de los derechos de
los ciudadanos en el pas, y una alternativa tiene que ver con la idea del
desarrollo humano, que coloca en el centro de atencin la capacidad de
decisin de las personas y su autonoma.
Introduccin
La relacin de los gobiernos con los individuos es uno de los temas
privilegiados de la teora y de la ciencia poltica. Quines tienen
derechos a mandar a otros qu cosas y bajo qu argumentos? es sin
duda una de las preguntas capitales al aproximarse al estudio de cualquier sistema poltico. Creo que vale la pena analizar algunas de las
respuestas a ese planteamiento que se han puesto en marcha en nuestro pas, teniendo siempre como preocupacin principal la relacin de
las libertades de los individuos con respecto a los intereses y acciones
gestados desde el poder.
Bajo ninguna circunstancia pretendo en este texto hacer un recuento preciso de los derechos de las personas o de las prerrogativas de
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La poltica y el individuo
Empezara considerando a la Revolucin Mexicana como el hecho
poltico decisivo de las primeras dcadas del siglo anterior. Como resultado de ella encontramos la existencia de una serie muy amplia de
expectativas que el movimiento armado gener en amplios sectores
de la sociedad. Apoyados en ellas, los gobiernos surgidos de la Revolucin
contaron con una amplia base de legitimidad que los habilit para sostener el argumento de que a pesar de las dificultades del momento, las
1
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En los hechos, en las dcadas posteriores a la Revolucin encontramos un notable rechazo a las normas ms elementales de la convivencia democrtica por parte del gobierno mexicano. Se ha dicho ya
que en los aos de conformacin y consolidacin del sistema poltico
mexicano, el rgimen combati exitosamente las reivindicaciones del
pluralismo poltico.8 An estando prevista en el cdigo de la materia, la
democracia electoral se encontraba muy alejada de la experiencia cotidiana que conocieron los mexicanos de entonces. La posibilidad de que
los individuos tuvieran a su disposicin una serie de ofertas polticas
para optar por la que mejor conviniera a sus intereses al momento de
las elecciones, estuvo largamente obturada en el Mxico de la posrevolucin. No es nuevo afirmar que en este sentido, los derechos de los
individuos fueron hechos a un lado en el nombre de la legitimidad del
credo revolucionario y de los intereses de sus intrpretes y practicantes.
Si bien lo anterior parece hoy en da estar fuera de toda sospecha, no debemos dejar de lado que en oposicin a quienes triunfaron
en la Revolucin y encabezaron la construccin del rgimen que conducira al pas en las dcadas posteriores, con frecuencia se encontraban
grupos polticos con credenciales todava ms antidemocrticas ah
donde las haya que las del Partido Nacional Revolucionario (PNR) o
de sus sucesores. Ya fuera provenientes de la izquierda o de la derecha,
existieron proyectos polticos abiertamente antiindividualistas. Con sinarquistas de un lado y comunistas por el otro, por ejemplo, el individuo difcilmente encontr un asidero desde el cual pudiera emprender
la defensa de sus derechos y apetitos al margen de quienes reivindicaban
para s la representacin de intereses de carcter colectivo. Tambin el
Partido Accin Nacional (PAN) fue dejando de lado su origen liberal
para ir cediendo terreno a posiciones crecientemente confesionales.
Otra vez en estos casos se cerr el crculo antiliberal alrededor de las
personas, el mismo que en muchos casos limit la posibilidad de que
stas enderezaran exitosamente decisiones de carcter autnomo frente
a posiciones e imposiciones que privilegiaron el bienestar del grupo o la
pureza de la causa, antes que el reconocimiento concreto de las prerrogativas de la libertad personal.
8
Entre una vasta literatura puede verse a Loaeza, Partido, 2000, y Gonzlez, Elecciones, 1993.
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Desde luego no discutir aqu la naturaleza del Zeitgeist del siglo XX, solo me interesa puntualizar que durante buena parte del siglo
pasado observamos una gran influencia en ocasiones aplastante de
ideas de corte comunitarista sobre la sociedad, no solo en nuestro pas,
sino en muchas otras latitudes del orbe, tal y como fue denunciado en
su da por distintos autores.9 Y eso importa en razn de la posposicin
que eso supone en relacin con la defensa y promocin de los intereses de los individuos en lo particular. La vida poltica del siglo XX en
muchos sitios y momentos atestigu la suspensin de los derechos asociados a la autonoma individual en nombre de causas polticas de muy
triste memoria. Desde la izquierda y de la derecha -otra vez- se gestaron
las ms grandes amenazas a la libertad humana.10 As, uno de los hechos
polticos decisivos del siglo pasado la irrupcin de las masas en la
poltica en no pocas ocasiones estuvo acompaado de fuertes restricciones legales y polticas que limitaron de forma grave las capacidades
auto expresivas de las personas.
En nuestro pas encontramos varios efectos de este fenmeno en
la posicin del gobierno mexicano frente a la diferencia poltica. No es
difcil advertir que el trato que recibieron quienes no adscribieron a los
postulados y prcticas del rgimen de la posrevolucin, dist mucho de
ser el que podra esperarse bajo los cnones de cualquier democracia liberal. Quiero decir que el disenso en nuestro pas durante mucho tiempo
no conform un elemento del cual un ciudadano podra haber echado
mano para establecer pblicamente su posicin frente a lo que ocurra
en la arena poltica de su tiempo. Estar en desacuerdo pblicamente con
un gobierno es desde hace siglos una de las prerrogativas ms preciadas de todo individuo. Sin embargo las restricciones sobre la libertad de
expresin, asociacin y prensa que cruzaron la vida poltica de nuestro
pas, lo mismo que el trato hostil o abiertamente represivo frente a las
organizaciones que plantearon una oposicin al rgimen, as como el uso
si no indiscriminado, s selectivo de la eliminacin fsica, contribuyeron
a configurar el rostro de las relaciones en lo poltico del individuo con el
gobierno durante una buena parte del siglo pasado en nuestro pas.
9
10
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institucionales de estas entidades tienen que ver con todo menos con lo
que se espera de ellas en un rgimen democrtico.
La pregunta es Hasta dnde podemos hablar que los derechos
civiles entre los que por cierto se encuentra el de preservar la propia
existencia estn plenamente protegidos en nuestro pas en nuestros
das? En la actualidad las amenazas no necesariamente vienen del mbito
poltico, pero es sencillo advertir que una fuente importante de peligro
proviene del crimen organizado y comn que se enseorea ante la falta
de eficacia de los instrumentos del estado para combatirlo.16 Los miles
de homicidios violentos en los aos previos al bicentenario interrogan,
junto con muchos otros sucesos, la celebracin de los derechos civiles
en nuestro pas a doscientos aos del inicio de su Independencia.
Otro ejemplo. El campesino en el Mxico del siglo XX tena
ciertos derechos que poda ejercer pero el catlogo de esos derechos
tambin estuvo constreido por intereses de orden poltico, que no en
pocas ocasiones evitaron que lo que se estableca en la Constitucin
tuviera verificativo en la realidad. Pero adems de ello el derecho de
los campesinos a ciertas prerrogativas estuvo marcado en los hechos
por su adscripcin poltica como tal y no en razn de sus decisiones
personales. Lo mismo podemos decir de las prohibiciones que existieron y de otras que perduran durante dcadas para la disposicin
del patrimonio propio en el campo. En este sentido, la importancia de
las reivindicaciones campesinas para el sistema poltico del siglo pasado trajo consecuencias no siempre favorables para las decisiones de los
individuos en algo tan central para el desarrollo de la vida cotidiana
como el control sobre el patrimonio. El acceso a cierto tipo de derechos
estuvo apoyado en una membresa corporativa que primigeniamente se
orient a satisfacer intereses de orden poltico. Esto es, que la forma en
la que se construy la figura del campesinado en Mxico estuvo en muy
buena medida asociada a las expectativas y proyectos concretos que se
configuraron desde el poder surgido de la posrevolucin. Y en este sentido es que los individuos vieron pospuesto el acceso a ciertos derechos
que ya haban sido establecidos en los pliegos constitucionales de otras
latitudes muchas dcadas atrs. Quiero decir que la ruta marshalliana
16
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21
Tal argumento forma parte de los resultados ms importantes que arroj un estudio que
incluy 81 sociedades que incluyen 85 por ciento de la poblacin mundial, cuyo anlisis puede
verse en Inglehart y Welzel, Modernization, 2007.
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La modernizacin trae consigo un arsenal importante de recursos materiales, sociales y cognitivos para la gente que ayudan a
combatir restricciones sobre la calidad de la existencia. Contribuye
a enfrentar de mejor modo los riesgos de la superviviencia y al mismo
tiempo ayuda a expandir el campo de la eleccin humana. Los hechos
nos muestran que eso se traduce en una ampliacin de las demandas
pblicas en favor de viejas y nuevas libertades.
En una palabra, la historia de las ltimas dcadas en nuestro
pas tiene que incluir los cambios que han ido de la mano con la modernizacin. En los ltimos lustros podemos registrar un incremento
en las capacidades de los individuos para tomar un mayor nmero de
decisiones que en el pasado. Aunque tengan que enfrentarse a resistencias de corte institucional o poltico en ese proceso. Se ha avanzado
en la construccin de una zona ms amplia para que las personas desarrollen su vida apoyados en un nmero mayor de decisiones autnomas. Y esa realidad supone tambin que los individuos estn ms
dispuestos a defender y ensanchar esa capacidad de eleccin. Junto
con ello, son las instituciones de corte democrtico las que consolidan
y garantizan el que efectivamente las personas puedan elegir con libertad. Hay aqu una vena analtica que bien puede y debe explorarse
con mayor profundidad.
Creo que en este sentido la investigacin futura tendra que
desarrollarse tema por tema. Hay que tejer ms fino para poder desvelar las particularidades de la libertad de los mexicanos tratndose
de cada uno de los derechos en juego, as como del alcance de los
propios derechos quines pueden acceder a ellos y quines no y
de las diferencias de orden regional que podemos encontrar respecto
a su ejercicio.
En nuestro pas encontramos una diversidad de entendimientos sobre el alcance de la libertad individual. No es posible hablar de
una sola racionalidad que prime de forma inequvoca en el ejercicio
del libre juicio de las personas y en la posibilidad de materializarlo en
acciones concretas.
Hoy diramos que una persona es ms libre con dependencia
del lugar que habita y eso es algo que nos debe importar, en razn
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Conclusin
El siglo XX conoci colectivismos de muy diverso estilo y orientacin
poltica a lo largo del mundo. Mxico no fue la excepcin. Uno de corte
nacionalista y con reivindicaciones de corte social se estableci en nuestro pas al trmino del conflicto armado que comenz en 1910.
Por nuestra parte argumentamos que tal realidad a lo largo
de los aos limit la situacin de los derechos del individuo frente
al Estado. De forma muy sucinta mencionamos algunos mbitos en
los que el ejercicio de los derechos estuvo constreido de forma muy
importante.
Del mismo modo, establecimos que la diferenciacin estructural en nuestro pas trajo como consecuencia la disminucin del peso
del Estado sobre otras esferas de accin social. Ello ha modificado la
situacin de los derechos en los aos recientes. A partir de entonces
encontramos un regreso del individuo en el centro de la atencin de
la discusin sobre el tema, pero tambin hemos observado amplias
franjas de continuidad y en algunas ocasiones francos retrocesos en la
relacin de los derechos del individuo frente al poder pblico.
La prdida de eficacia de los relatos posrevolucionarios de corte
colectivista abri la oportunidad para que otros entendimientos sobre
los derechos ocuparan un lugar importante en la mesa de discusin.
Las transformaciones en las prcticas polticas y sociales impulsaron
el arribo del pluralismo como una nota decisiva de la vida pblica de
nuestro pas.
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Fuentes
Hemerogrficas
Bibliogrficas
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Electrnicas
http://www.latinobarometro.org, consultada el 9 de marzo de 2010.
http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=22&country=7661
&year=2009, consultada el 9 de marzo de 2010.
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