Universidad de Quilmes Chiozza
Universidad de Quilmes Chiozza
Universidad de Quilmes Chiozza
ndice
Introduccin .........................................................................................................................4
Objetivos ..............................................................................................................................7
1. Espacio Geogrfico y Sociedades ..................................................................................8
1.1. Introduccin al Conocimiento Geogrfico ..................................................................10
1.1.1. El punto de partida: el conocimiento emprico ........................................................10
1.1.2.Viajes, descubrimientos y nuevas representaciones del Mundo ...............................10
1.1.3.Una representacin cada vez ms precisa ................................................................15
1.1.4. Geografa, ciencia humana, disciplina cientfica ....................................................17
1.2. Geografa o Geografas? ............................................................................................21
1.3. El Espacio Geogrfico y las Sociedades .....................................................................37
1.3.1. Epistemologa, gegrafos y espacio geogrfico ......................................................37
1.3.2. El Espacio Geogrfico ..............................................................................................40
1.3.3. Cules son las propiedades del espacio geogrfico? ............................................42
2.La Organizacin del Espacio Geogrfico ....................................................................53
2.1. Localizacin .................................................................................................................54
2.2. Escalas de anlisis y relaciones espaciales de poder ...................................................62
2.3. El Paisaje ......................................................................................................................66
2.3.1. El paisaje y la cultura ...............................................................................................66
2.3.2. El paisaje y lo aparente ............................................................................................68
2.3.3. Flujos, sistema, tiempo espacial y fricciones .......................................................77
2.4. La Organizacin del Espacio Geogrfico ....................................................................82
2.4.1. Poblacin, Sociedad y Territorio .............................................................................86
2.4.2. La distribucin de la poblacin ................................................................................91
2.4.3. Espacio geogrfico y espacio econmico: "los golpes de hacha"......................... 100
Introduccin
Una introduccin a la Geografa es, en verdad, una introduccin al conocimiento
del espacio geogrfico, entendido como la resultante de las relaciones que la sociedad
establece con la Tierra que habita.
Una Geografa que entiende el espacio geogrfico como la expresin de las
relaciones que las sociedades humanas establecen a lo largo del tiempo con los distintos
mbitos del planeta que habitan. Planeta que es, a la vez, su lugar de residencia, su fuente
de vida y tal vez debamos decir tambin su prisin. Ocurre que a pesar de los
extraordinarios avances que significan las inversiones en la exploracin del espacio
extraterrestre no se ha logrado todava la instalacin de una colonia humana en cualquier
otro lugar del universo.
Groseramente podra compararse al espacio geogrfico con una obra de arte, una
escultura, en la que la Naturaleza constituye la materia a modelar y la Sociedad es el
artista que concibe y realiza el modelo empleando las tcnicas e instrumentos adecuados.
Sin embargo, la analoga no es correcta, porque a diferencia de la obra de arte en la que el
artista slo se manifiesta por su genialidad, en el espacio geogrfico el artista es tambin
parte de la obra acondicionada para servirle de morada y de sustento.
Sintticamente podemos decir que el espacio geogrfico, objeto de estudio de la
Geografa, es Naturaleza modificada por la sociedad. En consecuencia, el espacio
geogrfico es una construccin social y la Geografa que lo estudia, una ciencia social.
Con esta Introduccin a la Geografa queremos presentarle una propuesta para
recorrer algunos de los aspectos que presenta el complejo anlisis de la actual realidad
social y territorial. Es nuestro propsito introducirlo al anlisis geogrfico y,
paralelamente, dotarle de herramientas conceptuales. Herramientas que, a partir de esta
experiencia, podr poner en juego en cada anlisis social de la realidad.
En funcin de nuestros propsitos, el mdulo est organizado en tres unidades en
las que se desarrollan diferentes aspectos y dimensiones que intervienen en
la
territoriales comparar los crculos sociales que estructuran la vida poltica, la vida
econmica y la vida cultural de los pueblos.
Aprovechamos para reiterar que esta propuesta lejos est de constituirse en un
sofisticado recetario de frmulas "aceptadas" sino que, por el contrario, es una
aproximacin a una particular interpretacin que intenta superar las descripciones
trilladas; tratando de exponer y ofrecer elementos y herramientas conceptuales que
contribuyan a la bsqueda de explicaciones de los fenmenos geogrficos. Es nuestra
intencin generar el debate y la reflexin, a travs de este material, al que llamaremos:
Introduccin a la Geografa, aunque pudo llamarse tambin, invitacin a la Geografa. La
puerta queda abierta...
Objetivos
a. Revisar los aportes y contribuciones de los conceptos centrales del saber geogrfico
realizados en el tiempo.
b. Analizar en el interjuego de escalas las relaciones entre sociedad, espacio geogrfico y
territorio.
c. Reflexionar sobre la construccin del conocimiento geogrfico como saber y su importancia para la
interpretacin de la realidad social.
Unidad 1
Espacio Geogrfico y Sociedades
Objetivos
1. Reconocer los aportes de la geografa al conocimiento cientfico de la realidad.
2. Analizar las caractersticas del espacio geogrfico.
3. Reflexionar sobre la complejidad del espacio geogrfico.
la NASA y constituyen el
14
el
enriquecimiento
de
la
cartografa
con
nuevos
datos.
La
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16
Actividad N1
Los conceptos analizados hasta aqu muestran el papel estratgico de las
representaciones del mundo y su evolucin en el tiempo. Detecte las ideas principales e
identifique y confeccione un listado con los conceptos centrales que se desarrollaron.
mismo que defini su especialidad, parece haber sido la causa de su flaqueza: ciencia que
debe acudir al aporte de todas las ciencias requiere, ms que otras, una razn general y
totalizadora como la que brind el romanticismo o el positivismo comtiano. La crisis del
universo que sustentaba al positivismo acarre la propia y con ella se alej la unidad del
saber cientfico sobre el hombre, que se fue dividiendo en ciencias especiales que, a su
vez, se pulverizaron en estudios ms y ms especializados, desarrollaron lenguajes
propios y racionalidades especficas. El proyecto de la geografa parece haber sufrido
entonces un triple proceso de deterioro: en primer lugar, su labor cientfica se dificulta
progresivamente porque los campos de donde debe asimilar materiales se alejan por
sendas ms apartadas; en segundo lugar, sus propios estudios se van especializando y
alejando de su proyecto original; en tercer lugar, porque la labor crecientemente
especializada y expansiva de otras ciencias (la historia, la sociologa, la economa, la
demografa, la ecologa) descubre e incorpora parte de su mbito y lo reivindica con,
aparentemente, el mismo derecho que el del gegrafo dedicado a estudiar el mismo
territorio. El cuarto motivo es compartido con otras ciencias del hombre, pero en la
geografa, que se encuentra vinculada tambin con las ciencias de la naturaleza, tiene
mayor vigencia: es la atraccin que ejerce el modelo epistemolgico de las ciencias
fsicas, que da lugar a desnaturalizaciones y desgarramientos.
Claro est que la especializacin cientificista, la prdida de vista de la unidad y del
sentido de la ciencia no es atribuible a la geografa, aunque en ella pese con ms fuerza.
En la versin escolar, el objeto propio de su estudio parece ser sistemtico cajn de sastre
de datos fsicos y humanos provenientes de los ms diversos mbitos y ordenados
competitivamente segn principios ms curiosos que racionales, y por otra parte el
reemplazo de la anquilosada ratio studiorum jesutica por proyectos no siempre
irracionales no parece haber mejorado la situacin. En la versin mercantil, el objeto que
se presenta como geografa suele ofrecer pintorescas descripciones del mundo, mezcla
ms o menos equilibrada de folleto turstico, historia natural del siglo XVIII, compendio
de curiosidades, gua Baedeker y almanaque del entresiglo.
Cuando hablamos de geografa no nos referimos a esas versiones populares pero
espurias, sino a lo que Pierre George caracteriza como:
Una ciencia que requiere conocer los mtodos y resultados de numerosas
ciencias asociadas; que se afirma como modo de expresin de valores que se aplican de
modo continuo al conjunto del espacio terrestre y a la que la variabilidad de sus
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orientaciones la hace aparecer como una ciencia muy sensible a la coyuntura, que
responde a una necesidad de conocimientos globales, inherente a preocupaciones
utilitarias y circunstanciales.
Segn George, la geografa parte de la descripcin para llegar a la explicacin a
travs de la observacin analtica, la deteccin de correlaciones y la bsqueda de
relaciones de causalidad. Una de sus originalidades consiste en estudiar relaciones
espaciales que se establecen entre hechos heterogneos y diacrnicos: en un lugar dado
la realidad geogrfica est constituida por la convergencia ocasional de procesos
evolutivos especficos, cada uno de los cuales se diferencia de los otros por su dimensin
y su ritmo tanto como por su naturaleza. En consecuencia, la geografa es una ciencia que
debe aplicar mtodos heterogneos, tanto de las ciencias de la naturaleza como de las del
hombre, para acceder al conocimiento analtico de los hechos que son objeto de su
sntesis. Esto, seala George, amenaza con fraccionar a la geografa y, ya que la
especializacin es inevitable, es preciso que se d en el mbito de una unidad de
pensamiento que debe basarse en la concepcin de la geografa como ciencia humana. Si
bien le parece razonable aprovechar la sistematizacin matemtica y modelstica, seala
el carcter solamente indicativo de los modelos, que no pueden ser ms que una base
sobre la que operar y no una imagen representativa de la realidad. La sensibilidad a la
coyuntura histrica y la voluntad de accin concreta son, segn George, los componentes
de la tercera caracterstica de la geografa: La geografa tiene como objeto el estudio de
las relaciones de hechos y de movimientos cuyo conocimiento propio forma parte del
dominio de otras ciencias. No puede hacerse cargo de un objeto en particular si no es
ubicando en medio de esas relaciones la inquietud por la existencia de los hombres. Los
centros de gravedad de su investigacin estarn, por lo tanto, determinados por la
coyuntura vital de la sociedad y la necesidad de actuar sobre ella".
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Actividad N 2
GUA DE LECTURA
Segn lo planteado en 1.1.4. :
1. Cules son los argumentos explicativos que utiliza R. Figueira
para plantear el deterioro de la disciplina?
2. Qu dice el autor sobre la versin escolar de la geografa?
3. Por qu la Geografa es una ciencia humana?
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21
5. Mapa de Tolomeo
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23
24
En lneas generales, se recoge como una constante en las obras de todos ellos el
reconocimiento de un trnsito de la bsqueda del conocimiento de la naturaleza terrestre,
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que dar origen a las hoy llamadas Ciencias de la Tierra, y abrir el paso hacia el inters
del conocimiento de las relaciones humanas con el planeta.
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27
Lectura recomendada
Se recomienda el anlisis que realiza Carlos Reboratti (1993) en La geografa
en la enseanza secundaria: De inventario intrascendente a herramienta de
comprensin, donde interpreta las caractersticas de la enseanza de la geografa en la
Argentina desde su institucionalizacin hasta la dcada de los noventa. Geografiks,
Ao 3, N 4. Bs.As.
Estas ideas, y en especial la idea de evolucin propuesta por Darwin y Lamarck,
se difundirn ampliamente en la disciplina. Un claro exponente de este perodo es la obra
de Friedrich Ratzel (1844-1904) quien recibir tempranamente el impacto de las ideas de
la seleccin natural de Darwin. Todo se conjuga, las ideas positivistas, el triunfo de la
biologa y la mxima meta de la ciencia, que es establecer con rigurosidad las causas de
los hechos y el descubrimiento de leyes. Todos estos elementos estarn en la corriente del
determinismo geogrfico, preocupado por la influencia del medio fsico y la bsqueda de
leyes que expliquen las relaciones entre los factores fsicos y humanos.
En esta lnea de ideas, Brisa Varela (1999, 54) sintetiza:
"El modelo positivista tuvo adems de los enfoques deterministas de la escuela
alemana -con fuerte arraigo en los gegrafos de los EE.UU.- otra importante vertiente
en la escuela francesa posibilista con Vidal de La Blache, que sign una nueva forma de
concebir el objeto de estudio, los problemas y los mtodos en Geografa. Desde su
ctedra de Geografa en la Sorbona y en la Escuela Normal Superior de Pars plantear
nuevos enfoques que podemos sistematizar en los siguientes aspectos centrales:
1.
mundo que evoluciona desde los organismos inferiores a los superiores con grados de
libertad progresivos que en el caso de las sociedades humanas les posibilita importantes
niveles de dominio sobre el medio natural, de modo que el medio condiciona a las
sociedades pero no las determina.
2.
decisiones sociales son, por otra parte, no un fruto del espontanesmo o del azar, sino
conscientemente decididas y concertadamente ejecutadas.
3.
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4.
descubrir las acciones sociales antes que la perpetuidad de las permanencias geolgicas
o los comportamientos de los fenmenos naturales. De este modo, el posibilismo de Vidal
hace que la geografa se articule fuertemente con las ciencias sociales y especialmente
con la Historia en la comprensin de los procesos sociales de construccin del espacio.
5.
29
Lecturas recomendadas
Capel, Horacio. Filosofa y ciencia en la geografa contempornea, Barcanova,
Barcelona, 1981.
Gmez Mendoza, J y otros. El pensamiento geogrfico, Alianza Editorial,
Madrid, 1982.
Diversas escuelas y modelos explicativos en geografa coexisten en la actualidad,
entre ellos podemos nombrar: la geografa cuantitativa, la geografa de la percepcin y
la geografa crtica. Nuevos centros de inters aparecen, en las ltimas dcadas, en la
produccin geogrfica como la problemtica ambiental o la del gnero entre otros.
La revolucin cuantitativa y la filosofa neopositivista dieron origen a lo que se
dio en llamar la geografa cuantitativa.
Dentro de la geografa cuantitativa, David Harvey busc la forma de expresar
las singularidades en un lenguaje que pueda ser universalmente interpretado. Y por ese
camino se aproxim a la formulacin de modelos, pero fue consciente de que los
modelos tienen que reflejar la teora que subyace.
Desde la dcada de los cuarenta y sobre todo despus de la Segunda Guerra
Mundial se formarn gegrafos que introducirn los modelos matemticos para el anlisis
del mundo, y con ello buscarn el descubrimiento de leyes y teoras que permitan explicar
y predecir los procesos de transformacin territorial. La obras de Haggett (1965), Harvey
(1969) y otros marcaron, al final de la dcada de los sesenta y al comienzo de los setenta,
el auge del llamado paradigma neopositivista de la "Nueva Geografa":
"La nueva concepcin enlaza con el empirismo, pero, al igual que el positivismo
decimonnico, no considera cientfica la mera recopilacin de observaciones. Los hechos
por s solos no indican nada, y para interpretarlos hacen falta teoras. El nfasis en la
teora y la influencia de la obra del filsofo Karl Popper conduce a la generalizacin de
mtodos deductivos (...) Los gegrafos neopositivistas aceptan que, al igual que en la
naturaleza fsica, existen en la sociedad regularidades que es posible descubrir. Se
intenta as construir una fsica social y se aplican al estudio de la realidad social teoras
y conceptos procedentes de la fsica y de la biologa, como el de ecosistema, el de
entropa, la teora de la gravitacin y otras. (Capel y Urteaga; 1984, 27).
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historicista, y en ello estos gegrafos coinciden con la otra gran rama del movimiento
radical, la llamada geografa humanista, que se basa ms directamente en el
existencialismo y en la fenomenologa. (Capel y Urteaga, 1984, 46).
Tres obras publicadas casi simultneamente, a comienzos de los aos setenta, son
acaso las ms representativas del movimiento que se conoci como la geografa radical o
crtica. El filsofo y socilogo Lefebvre (1974), el socilogo Castells (1972) y el
gegrafo Harvey (1973) fueron los autores que llevaron a la "espacializacin" del
marxismo, y a la "marxizacin" de la geografa. Algunos textos permiten realizar un
recorrido por estos paradigmas y sus discusiones implcitas.
Lecturas recomendadas
Haggett, Peter. Geografa. Una sntesis moderna, Edicin espaola, Ediciones
Omega S.A., Barcelona, 1983.
Santos, Milton. Por una geografa nueva, Espasa Calpe, Madrid, 1990.
La principal reflexin de este mosaico de enfoques, movimientos y corrientes de
pensamiento en geografa estn orientados epistemolgicamente por lo que Kuhn define
como el contexto de investigacin y el reemplazo de un paradigma por otro.
Sin embargo, la evolucin reciente del pensamiento geogrfico, por su diversidad
y complejidad, plantea dudas en cuanto a la validez absoluta de la propuesta de Kuhn.
Diversos gegrafos (y otros intelectuales) estn ms inclinados a aceptar la propuesta
elaborada por Lakatos (1977), que admite la coexistencia y la competencia entre
paradigmas explicativos diferentes.
Para profundizar sobre el marco epistemolgico y la produccin de conocimiento
cientfico le proponemos la lectura de un texto de Pilar Benejam.
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35
Actividad N 3
Primera parte
a-
ciencia no es neutra?
c-
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Oliver Dollfus;
-
en su paso por Buenos Aires con motivo del VI Encuentro de Gegrafos de Amrica
Latina;
-
de las tcnicas, en una palabra, de todo el tupido tejido histrico que constituye una
civilizacin". (Dollfus; 1982, 7)
B) "La discusin sobre el espacio es muy rica e interesante. Surgen muchas
cuestiones cruciales alrededor de esta discusin. La primera es que dentro de la geografa
tenemos que tener cuidado de no repetir siempre lo mismo pero con un nombre distinto.
En el mundo anglosajn la palabra regin no es muy usada, la Geografa regional no es
muy comn; pero el concepto de lugar se ha vuelto muy popular y surge una cuestin
interesante que es cuando los gegrafos hablan del lugar y la teora del lugar, se refieren
a conceptos bsicamente diferentes a lo que se entiende por regin, no le estn dando un
nuevo nombre a una misma cuestin. Y en tal caso, de qu servira usar un nombre
distinto si estamos hablando de lo mismo? En la geografa aparece ese tipo de planteos.
En mi caso, prefiero el concepto de lugar al de regin porque cuando trato de teorizar
acerca de la construccin social del espacio, la relacin entre espacio y lugar est
profundamente arraigada en el discurso filosfico e incluso en el matemtico, y todo eso
me permite comprender la forma en que el espacio puede ser fluido y cambiante; al
mismo tiempo, los lugares estn imbricados en esa fluidez y ese cambio. Creo que la
cuestin del espacio, en este sentido, est en peligro de estancarse porque el espacio ha
sido considerado tradicionalmente como una estructura en la que se lleva a cabo la accin
no como algo que puede ser transformado por las acciones que lo producen. Y es bastante
difcil trabajar con esta ltima concepcin porque no contamos con muchos trabajos que
estudien eso.
La segunda cuestin que reviste gran inters es que en la teora, el espacio y la
cartografa se usan como metforas por medio de las cuales se describe la realidad.
Cuando Edward Soja habla del giro o cambio espacial se refiere a la manera en que la
teora social trata de explicar las metforas y entender la realidad. Existen muchos libros
actualmente que se refieren a "cartografas".
Nuestro desafo como gegrafos es el siguiente: podemos usarlas como metforas,
pero lo que nos interesa es la realidad material que define el significado de esas
metforas. Han surgido interesantes debates acerca de la relacin entre el espacio como
una metfora idealista y el espacio como resultado de una construccin y produccin
material. Aqu aparece un dilogo muy interesante que no hace esttica a la discusin
sobre la espacialidad, sino muy dinmica, relacionada al espacio como una
representacin y al espacio como el producto de una actividad material".
38
(Harvey; 1997:88)
C) "Nuestra disciplina, en lo que va del siglo, se ha enfrascado en una
interminable y casi vaca discusin alrededor de la palabra geografa. Me parece que no
hay nada que reiterar de la continuacin de ese debate. El debate central, el debate que
permite un debate ontolgico, no es alrededor de un nombre de disciplina sino alrededor
de un problema que sea ontolgicamente trabajado. A mi juicio, ese tema es el tema del
espacio. Eso significa que hay que enfrentar, al mismo tiempo, lo que existe frente a
nuestros ojos como realidad actual y el tiempo. El tiempo debe ser datado de forma
emprica, si queremos que sea compatible con esa otra categora emprica que es el
espacio y que podra ser definido brutalmente como el conjunto de cosas, de ideas y de
relaciones fundadas en cosas e ideas. Pero no nicamente cosas e ideas de relaciones
existentes, sino cosas e ideas de relaciones posibles. En una poca dada, por qu no se
puede trabajar, enfrentar una situacin contra aquello que llambamos en el pasado "la
realidad" con enorme pretensin? Si no disponemos de conceptos, fabriqumolos. Que
esa fabricacin est de acuerdo con la sistematizacin de lo real del mundo. As
incorporamos la historia a nuestro raciocinio, y nos ponemos como gegrafos en el
mundo, frente al mundo. Hay que encontrar una definicin que permita hablar del
presente, del pasado y del futuro. Porque si mi definicin no es abarcativa de esas cuasi
dimensiones del acontecer no sabremos cmo tratar lo que pas, no sabremos cmo
enfrentar las situaciones y, por lo tanto, no estaremos en condiciones de proponer. Estoy
proponiendo, hace algunos aos, que el espacio sea definido como un conjunto
indisociable de sistemas de objetos y sistemas de acciones. Ni objetos separadamente, ni
acciones separadamente. Objetos y acciones conjuntamente.
Hay que hacer una definicin operacional y que al mismo tiempo incluya el
pasado, el presente y el futuro. Los objetos son creacin del hombre en todos los tiempos
y las acciones son algo que en todos los tiempos marcan la posicin de la historia hecha
sobre los objetos. Y significa que en esa definicin, que la complicamos despus en la
realidad del proceso de produccin terico, nos tomamos la libertad de proponer algo
sencillo. Lo trabajamos, complicndolo, y volvemos al proceso de simplificacin que
permite una primera discusin con nuestros interlocutores. Pero no hay que insistir en el
error fundamental de nuestra disciplina que es trabajar desde afuera y no enfrentar la
cuestin del espacio desde adentro. Esto, junto a otra idea que no debe detenerse porque
est en las calles, la gente pobre sabe de eso. El espacio no es slo un resultado de la
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produccin, sino un resultado de la produccin y de la vida. Esto nos permitir pensar que
una epistemologa que tenga en cuenta esa realidad supone ser una epistemologa
existencial. (...)
Las acciones de hoy estn enmarcadas por un fenmeno tcnico a su servicio
como hallamos en sus dos fases. La tcnica es la sociedad, la sociedad es la tcnica. Eso
significa que si en nuestras preocupaciones separamos tcnica y sociedad, y
frecuentemente hacemos cuadros de todo, la geografa es una ciencia que parece no poder
desprenderse de los dualismos asesinos de la produccin de un conocimiento utilizable.
Hay que liberarnos de esa herencia del iluminismo y de la modernidad como propone
Latourre, y, a partir de esos hbridos, a partir de esas mezclas, trabajar de otra forma, y la
tcnica nos permite esta operacin metodolgica si la consideramos como sociedad y si
consideramos a la sociedad como tcnica. El inters de este enfoque es exactamente ste:
suprimir las ambigedades, los dualismos, los enigmas que perturban el desarrollo de
nuestro trabajo. Objetividad vs. subjetividad, socialidad vs. individualidad, materialidad
vs. socialidad y, sobre todo, tiempo vs. espacio.
Tiempo-espacio que es, hasta hoy, el problema ms grande de nuestra disciplina.
(...) No se ha podido encontrar la solucin, primero porque no incluimos la cuestin de la
tcnica: La tcnica y el tiempo; La tcnica y el espacio. Las dos cosas. La manera como
definimos el acontecer en cada perodo histrico est relacionada generalmente con lo que
en cada perodo histrico es la tcnica. La construccin del espacio y la relacin del
hombre con la extensin es igualmente marcada en cada perodo histrico por la tcnica
correspondiente a ese perodo histrico. De ah que la casi totalidad, por no decir la
totalidad, de los estudios geogrficos sobre el tiempo no tuvieran xito, porque la
ausencia de la nocin de tcnica supone la imposibilidad de unir el tiempo y espacio,
aunque algunos gegrafos imaginen que han resuelto la cuestin". (Milton Santos; 1997,
81)
Actividad N 4
Le sugerimos que de los tres fragmentos seleccionados identifique los elementos
convergentes y los divergentes.
A partir de la interpretacin de sus resultados qu reflexiones aportara en
relacin con el concepto de espacio geogrfico?
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Lectura recomendada
Santos, M. "A noao de Espao", en: Milton Santos O Trabalho do Gegrafo
no Terceiro Mundo, Cuarta Edicin, Editora Hucitec, San Pablo, 1996, Captulo 9.
En el espacio geogrfico, sociedad y naturaleza estn en transformacin perpetua
e inevitable. Conocer sus dinmicas y tendencias a futuro es la ms delicada de las tareas
del gegrafo y la culminacin de su labor profesional, cuyos logros pueden ser tiles a
otros investigadores y a la sociedad en la que se inserte.
La dimensin temporal tiene diversas manifestaciones en el espacio geogrfico.
Por un lado, el tiempo que transcurre ajeno a la voluntad del hombre: la sucesin
alternada de los das y las noches, la sucesin de las estaciones y el ciclo anual, el tiempo
biolgico, etc. Por otro lado, el tiempo asociado a la distancia guarda relacin con los
medios y la velocidad en la que recorren reas y el lapso de tiempo-reloj que se emplea en
ello. La distancia mtrica se convierte en distancia geogrfica, ms o menos extensa
segn la velocidad del medio de circulacin que se emplee.
Pero hay otros tiempos que tienen que ver con las permanencias de los sistemas
sociales que interactan con el espacio geogrfico (naturaleza ms o menos modificada) y
permiten establecer periodizaciones: perodos de estabilizacin, de transformacin o de
sustitucin de un sistema socio-espacial por otro.
Ejemplos muy evidentes de la significacin espacial de los cambios del sistema
sociocultural nos ofrecen los espacios geogrficos surgidos de la colonizacin hispnica.
Si tomamos por caso el espacio pampeano indgena cuyos rasgos aparecen definidos por
una sociedad nmade de cazadores y recolectores que actan sobre una llanura de
abundantes pastos y animales silvestres. En funcin del uso de los recursos, se dibujan las
sendas que recorren, de aguada en aguada, sin establecer asentamientos permanentes, con
una tasa de reproduccin muy baja, controlada por la disponibilidad de alimentos. Con la
instalacin europea se consuma la extincin violenta de las culturas indgenas
acompaada por la aparicin de asentamientos estables (ciudades y pueblos) conectados
por un sistema social, con apropiacin y divisin de la tierra, introduccin de animales y
plantas cultivadas de origen forneo y sustitucin de la poblacin por otra con una
estructura social, econmica y poltica que mantiene su cohesin por la sujecin a los
valores, normas y conductas de la sociedad metropolitana. A lo largo de un extenso
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perodo de al menos dos siglos, este espacio se consolida y expande trabajosamente desde
el litoral hacia el interior repitiendo el modelado con variantes que hacen a las
condiciones de localizacin de diferentes lugares hasta que factores de largo alcance,
provenientes del exterior (es un sistema abierto), llevan a cambios estructurales polticos
y econmicos de la sociedad (apertura del puerto de Buenos Aires, creacin del Virreinato
del Ro de la Plata) que motivan la transicin hacia un nuevo perodo que a diferencia del
trnsito del perodo indgena al perodo colonial -que entra la sustitucin de la sociedad
y el espacio indgena por la sociedad y el espacio colonial- el que ahora se inicia
perfecciona, acenta y enriquece los rasgos del perodo anterior. Y as, podramos seguir
el anlisis a travs del tiempo histrico y descubrir como en un palimpsesto, los rasgos de
la escritura en el espacio a lo largo de cada perodo: las ciudades y los pueblos, las
chacras y colonias, los ferrocarriles y los puertos, los caminos carreteras y las autopistas,
los ramales clausurados, los pueblos abandonados, los complejos industriales, los clubes
de campo... todo est all y no podemos explicar por qu ah, si no identificamos a que
perodo histrico pertenece, perodo en el que esos elementos eran funcionales al espacio
geogrfico de la sociedad que lo model.
Sin una correcta lectura de los tiempos que se manifiesta en el espacio, no
podremos captar su esencia: qu es el centro de los negocios de una ciudad
metropolitana? La desolacin de las noches, el tedio y el silencio de los sbados y los
domingos? O el hacinamiento, el ruido, el trajinar de las gentes en las calles, la
congestin de vehculos en las rutas de entrada y salida de la ciudad a los llamados
"das hbiles". Qu nuevo significado dan al espacio el uso de Internet, el correo
electrnico y el trabajo a domicilio? Qu tipo de espacio est configurndose con estas
nuevas dimensiones del tiempo? Gegrafos, socilogos, historiadores, filsofos y
planificadores reflexionan sobre este tema; entre los que podemos citar a Milton Santos,
Marc Aug, Jacques Le Goff, Kevin Lynch, Ilya Prigogine, y otros.
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glaciaciones. Entre 8000 y 7300 aos atrs, el nivel del mar se estabiliz unos 2 metros
por debajo del nivel actual. En tierra firme domina la cultura mesoltica.
9. Delta del ro Ebro
Entre 5500 y 4800 aos atrs hasta nuestros das, el nivel desciende hasta unos 5
metros por debajo del nivel actual, en correspondencia con el dominio de la cultura
neoltica, y slo hace apenas unos 2500 aos que el nivel se consolida a una altura
semejante a la de la actualidad.
El descenso del nivel del mar Mediterrneo repercuti en la baja del nivel base de
la desembocadura del ro Ebro. Este suceso natural aumenta la pendiente y acrecienta su
capacidad erosiva y de transporte de sedimentos que van depositndose en el fondo
marino aos tras ao. Este nuevo descenso acenta la capacidad erosiva y aumenta el
volumen de los sedimentos que transformados en bancos primero, emergen despus como
islas, para que finalmente, el nivel se estabilice con ligeras oscilaciones en el nivel actual.
Amposta: puerto fluvial o puerto martimo?
En el siglo XII, el Delta se adentraba ya en el mar varios kilmetros desaguando
por tres bocas, en el siglo XVI los sedimentos al norte encierran el Port dels Alfacs; otras
acrecencias se producen entre el siglo XVIII y XIX.
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Actividad N 5
Primera Parte
Le recomendamos que construya un diccionario que contenga las definiciones
de los conceptos: sitio y posicin. Redacte algunos ejemplos aplicndolos a un espacio
geogrfico conocido por usted.
Segunda Parte
En primer trmino, le pedimos que lea atentamente el texto "Amposta, una
permanente bsqueda de nuevos equilibrios"
Seguidamente, le proponemos un cuestionario gua:
Cules fueron los factores y procesos que intervinieron en este caso?
Qu diferentes espacios geogrficos se dieron a travs del tiempo? Le
sugerimos que los identifique y los reconstruya a cada uno de ellos.
Qu conceptos trabajados en el captulo utiliz para resolver la pregunta
anterior?
Cules son sus conclusiones acerca del espacio geogrfico analizado?
Referencias bibliogrficas
-Aparicio, Francisco de y Horacio Difrieri, La Argentina. Suma de Geografa, Peuser,
Buenos Aires, 1958, Tomo I.
-Benejam, P. "El conocimiento cientfico y la didctica de las ciencias sociales", en:
Dcimo simposio de la didctica de las Ciencias Sociales. Universidad de La
Rioja "Un currculum de Ciencias Sociales del siglo XXI: qu contenidos y para
qu?,
-Asociacin Universitaria de Profesores de Didctica en Ciencias Sociales, La Rioja,
1999, pp. 15-25.
49
"La fuerza del lugar. Orden Universal. Orden local", en: Geographiks, Ao 7, N 8,
2do. Semestre 1997, pp. 77-84.
50
Bibliografa obligatoria
Sanchez, J. Espacio, economa y sociedad, Siglo XXI de Espaa Editories, Madrid, 1991,
Captulos 1 y 2, pp. 3-58.
Vil Valent, Joan. Introduccin al estudio terico de la Geografa, Editora Ariel,
Barcelona, 1983, Primera parte: Contenidos y objetivos de la Geografa, pp. 16129.
51
52
Unidad 2
La organizacin del espacio geogrfico
Objetivos
1. Reconocer y aplicar los conceptos de localizacin, escala, tiempo y paisaje en el
anlisis geogrfico.
2. Interpretar situaciones de espacios geogrficos diferenciados.
3. Valorar los aportes del anlisis geogrfico para la interpretacin de la organizacin
del espacio.
53
Son los recursos los que satisfacen las necesidades bsicas de alimentacin y
abrigo contra las inclemencias del tiempo, desde una simple mampara para protegerse del
viento o de la lluvia hasta la construccin de una vivienda y la confeccin de un vestido.
La construccin de la vivienda implica prcticas sedentarias y, por otra parte, el uso del
vestido implica el dominio de las tcnicas del tejido. Estas nuevas prcticas exigen una
seleccin de los lugares para obtener la materia prima y para encontrar los asentamientos
adecuados, que dejan de tener un carcter aleatorio para transformarse en duraderos. De
este modo, se construyen una amplia diversidad de paisajes, los que estarn directamente
relacionados con la diversidad cultural y social de los grupos humanos protagnicos. Se
trata de una heterogeneidad en el contenido natural, y tambin, heterogeneidad en cuanto
a las formas de contacto entre los elementos que los constituyen, por ejemplo las costas,
contacto entre el mar y la tierra; los linderos entre la selva o el bosque y los pastizales,
etc. "La combinacin de formas, materiales y climas configura cada medio geogrfico
concreto y especfico con el cual se relaciona el hombre, dando lugar a innumerables
situaciones diferenciadas" (Snchez; 1992, 49)
Cada ecosistema constituye una oferta diferente para satisfacer las demandas de
espacio, espacio como soporte, espacio como conjunto de recursos, espacio como medio
de produccin, y tambin, espacio como medio para el establecimiento de un sistema
relacional a escala global: "El paisaje, la distribucin de las formas, el contacto entre
mbitos distintos, y posteriormente las propias actuaciones humanas, sern reflejo de esta
globalizacin, haciendo distinto y particular a cada lugar o situacin como medio o
mbito de la vida humana como un todo" (Snchez, 1992, 51)
Detrs del complejo proceso social de construccin y reconstruccin del espacio
geogrfico identificaremos algunos conceptos centrales que nos permitan encontrar las
claves para comprender la gnesis y/o evolucin de la organizacin del espacio. Por ello,
proponemos profundizar en la vinculacin entre los conceptos: espacio geogrfico,
escala, tiempo y paisaje con el objeto de aproximarnos a la comprensin de la dinmica
de la organizacin del espacio, circunstancia que nos llevar a apoyarnos en los enfoques
y herramientas conceptuales de la disciplina geogrfica.
2.1. Localizacin
Para algunos gegrafos, la Geografa es la ciencia de los lugares; como tal sera la
ciencia de lo singular, de lo nico, lo que estara reido con esa condicin de ciencia. Sin
54
llegar a esa postura extrema debemos reconocer que la Geografa no puede prescindir de
los lugares como no puede hacerlo de los paisajes, porque unos y otros son la expresin
concreta e irrepetible del juego de una serie de mltiples factores que contribuyen a su
localizacin y a su fisonoma en un momento dado.
Localizar significa seleccionar un lugar apto para satisfacer los objetivos que se
propone la sociedad que lo elige en ciertas circunstancias histricas. Al menos tres
componentes entran, de manera ms o menos consciente, en esa seleccin: ubicacin,
sitio y posicin
Comencemos con el primer concepto: la ubicacin. Est referido al sistema de
coordenadas terrestres (latitud y longitud) que permite distinguirlo del resto del planeta.
Esto fue posible despus que el descubrimiento de Amrica llev a la aceptacin de la
teora de la redondez de la Tierra. La precisin en la determinacin de las longitudes se
alcanza en el siglo XIX con la invencin del cronmetro y la transmisin radial del
servicio de la hora. Como un ejemplo de la significacin de este dato, recordemos todas
las vicisitudes sufridas por el trazado de la famosa lnea de Tordesillas, demarcatoria de
los dominios de Espaa y Portugal, y las consecuencias sobre nuestra propia geografa.
La ubicacin tiene inmediata relacin con la disponibilidad de energa solar,
duracin de los das y las noches, sucesin de las estaciones, posicin hemisfrica,
etctera. No slo nos ubica en una zona climtica; hoy, en el mundo de la simultaneidad
informtica, sino que nos informa sobre las desviaciones horarias de la apertura de los
mercados en diferentes lugares del mundo, que influyen sobre nuestra propia distribucin
del tiempo y sobre el conocimiento de las cotizaciones en mercados tan distintos como
Tokio y Nueva York.
Otro componente de la localizacin, de mayor envergadura a lo largo de la historia
de la humanidad, en el momento de seleccionar el lugar ha sido el sitio: el terreno
concreto sobre el que se asentar el objeto propuesto. El sitio rene una serie de
condiciones que satisfacen las expectativas de la sociedad que lo ocupa; los
requerimientos sern unos, si se trata de instalar una plaza fuerte inexpugnable como un
pucar, una fortaleza o un castillo, que se emplazarn en sitios elevados de muy difcil
acceso (existen muchos testimonios de esas construcciones en distintos lugares del
planeta). En pocas de paz, en cambio, se prefieren los sitios accesibles y con buenas
comunicaciones, y as podramos continuar enumerando poblaciones agrcolas,
industriales, tursticas, etc.
55
56
En la imagen se puede distinguir cuatro grandes unidades: (1) llanura aluvial del
ro Paran; (2) terraza anterior del ro Paran; (3) llanura santafesina, y (4) ambiente
ondulado enterriano.
A simple vista se observa el intenso color rojizo en toda la imagen, este color
seala el significativo desarrollo de cultivos implantados con fines diversos. La
vegetacin autctona de la zona ha desaparecido casi por completo por efecto de la
colonizacin agrcola y slo quedan (1980) relictos de la formacin espinal. Las
manchas ms claras, de inequvoca figura geomtrica, revelan cultivos en su estadio
final de desarrollo (por su baja actividad clorofiliana). Indudablemente uno de los
hechos ms representativos de esta imagen es la profunda distribucin parcelaria que
seala un intenso uso agrcola del suelo.
Por otro lado, podemos distinguir que la ciudad de Santa Fe se instala en el
borde de la llanura santafesina (3) caracterizada por su relieve predominantemente
plano. Enmarcada por el ro Salado y el sistema isleo del Paran se reconoce por su
color celeste la mancha urbana de Santa Fe. El crecimiento de la ciudad est limitado
por los cursos de agua y la zona de los bajos submeridionales, zona caracterizada por su
relieve deprimido e inundable.
Tanto al norte como al sur, las condiciones del marco natural son diferentes y,
por lo tanto, diferentes las actividades rurales. Ciendo el tejido urbano y mostrando
un atomizado parcelamiento en color rosa se encuentra el sector del cinturn
hortcola.
La ciudad de Paran se instala en el ambiente ondulado entrerriano (4).
Ambiente de topografa acentuada. Enfrentada directamente a la ciudad de Santa Fe se
ubica Paran, capital de la provincia de Entre Ros; en color casi blanco se distingue la
ruta que enlaza ambas capitales y tambin el acceso al tnel subfluvial Hernandarias.
Al igual que la ciudad gemela de Santa Fe, la ciudad de Paran contiene en sus
alrededores la actividad hortcola, pero a diferencia de Santa Fe, esta actividad no tiene
limitantes naturales.
Para finalizar, en los alrededores de la ciudad de Paran (ambiente ondulado
entrerriano), los cursos de agua corren encajonados y aparecen algo desdibujados como
consecuencia del patrn cultural y tambin del natural, con densa vegetacin riberea.
Los rasgos culturales son acentuados, pero la presencia de predios de color rojizo y
verde, de considerables dimensiones, seala un uso extensivo de los suelos.
57
traslado de la ciudad al lugar actual; una estrecha lomada cercada por el agua de la laguna
de Guadalupe, el valle del ro Salado y el propio ro Paran, un recinto estrecho en el que
se reimplant el mismo plano de la ciudad original, y los vecinos conservaron la misma
distribucin que tenan en la ciudad vieja. Cambi el sitio, pero no vari la posicin sobre
el Paran.
Actividad N 6
Primera parte
A continuacin se transcriben algunos fragmentos de (a) la Misin que se le
encomienda a Garay, y (b) del Acta de fundacin de la ciudad de Santa Fe:
Texto (a)
"Puedo por el mejor orden y forma que le pareciere sobre la ciudad y
disposicin de la tierra asentar y fundar el dicho puerto y pueblo, edificando ante todas
cosas iglesia en que se celebren los divinos oficios, y secundariamente casa fuerte en
que la presente pueda vivir y morar hasta tanto que halla disposicin para hacer casas
particulares y accesorias; y otros s comenzar a romper, labrar y cultivar las tierras para
sus labranzas y crianzas, pues, es cosa tan necesaria que se haga para sustentacin y
conservacin de sus vidas, puedo, as mismo dar y repartir a los dichos pobladores
solares para casas de sus moradas tierras, aguas y pastos, para sus labranzas y crianzas y
otros s, en nombre de su majestad [S.M.], y del dicho seor gobernador y mo en su
nombre pueda repartir y encomendar y encomiende a los vecinos pobladores del dicho
puerto pueblo todos los indios y generaciones a l comarcanas y en todo el distrito que
se tiene de costumbre por mandado de S.M. repartirlos y encomendarlo, para que sirvan
y contribuyan a todos los dichos vecinos y pobladores al tenor de las ordenanzas de en
esta ciudad, provincias que estn fechadas en nombre de S.M...
Texto b)
60
a.
b.
Considera usted (para este caso) que haber tomado contacto con estos
61
Tercera parte
Le sugerimos que revise los conceptos de sitio y posicin, definidos en el
captulo anterior. Mantienen el mismo significado? Por qu?
ltima parte
Como ltima etapa,
62
que sera adecuada para localizar en ella algn museo, o como pieza de arqueologa
industrial apta por ubicar un museo del ferrocarril, en la bsqueda de coherencia entre
su valor histrico regional y una funcin historicista que revalorice este patrimonio;
mientras que, a escala estatal, se la puede considerar como una estacin ms entre otras
ya existentes -y quizs no de las ms interesantes-, por lo que no merece la pena destinar
demasiados recursos a su conservacin, ya que slo sera fuente de gastos. Cada una de
estas propuestas sera lgica y coherente con los intereses desde la escala a la que han
sido formuladas, pero entre s son divergentes, y probablemente incompatibles. Tensin y
conflictos -escritos, manifestaciones, encierros u otras muestras de conflicto- pueden
derivarse de la transformacin de un espacio-territorio que ha devenido obsoleto y
disfuncional, y para el cual se busca una nueva funcin, que todo el mundo ve diferente,
pero que con probabilidad ser lgica para cada escala desde la que ha sido formulada.
Esto nos hace ver que la escala -y la posicin en el territorio-, no es objetiva y neutral
respecto a los hechos sociales y a la toma de decisiones, segn el espacio desde el que se
le considera. (...) La idea esencial que se desprende es la no-neutralidad de las escalas
en los procesos sociales, sino que ellas participan como configuradoras de modelos
psico-socio-territoriales.
Escalas relacionales
escala de la vida cotidiana
escala convivencial (barrio)
Escalas funcionales (desde la ptica poltica)
escala local o municipal (territorio bsico
administrativo)
escala funcional de gestin bsica territorial
escala metropolitana
escala comarcal
escala supracomarcal
escala regional econmica en el contexto europeo
Escalas polticas-ideolgicas
escala nacional-cultural
escala estatal
escala macro-nacional: MCE (funcional en el
inicio)
64
geogrfico)
65
a.
b.
sociales?
c.
d.
Segunda parte:
Le proponemos que revise las escalas propuestas por el autor (salvo los casos de
la escala comarcal y supracomarcal), y las utilice para analizar las diferentes escalas del
poder poltico administrativo de su lugar.
2.3. El paisaje
Qu significa comprender geogrficamente el mundo o parte de l? Como hemos
visto, en el captulo anterior, la Geografa se propone algo ms que describir paisajes,
pues la simple descripcin no nos da elementos suficientes para una comprensin global
de aquello que pretendemos conocer geogrficamente, la organizacin de los espacios.
Sin embargo, la fisonoma del espacio geogrfico puede ser de suma utilidad para el
anlisis geogrfico cuando se lo aborda superando lo aparente o lo anecdtico. Es decir,
superando la descripcin de sus rasgos a modo de una fotografa hablada, sino ir ms all
y preguntarnos acerca de las razones y factores que participaron en generar una
determinada apariencia. En este punto le proponemos introducirnos en un apasionante
tema: el anlisis del paisaje.
2.3.1. El paisaje y la cultura
El factor cultural es esencial para comprender la organizacin social y espacial del
territorio. Paul Claval (1999) ha resignificado el papel del paisaje en su obra Geografa
Cultural, sus aportes dan nueva luz e imponen la necesidad de asociar en el anlisis
66
espacial el papel de la cultura de las sociedades a travs de las huellas que siembra en el
paisaje, que sirve de matriz para su interpretacin.
"El mundo en el que viven los hombres est tan hecho de palabras y enunciados
como de agua, aire, piedra y fuego. El mundo se abre al discurso y se nutre de valores.
El ambiente en el cual las sociedades evolucionan es una construccin que se expresa en
el habla: la lgica que los hombres le otorgan proviene en parte de las normas que rigen
la composicin de sus discursos.
Las prcticas que moldean el espacio o aquellas que se despliegan para utilizarlo
unen estrechamente el acto, la representacin y el decir. Ellas apuntan a la vez al
ambiente material y al entorno social: actuamos para aquellos que nos miran, para
aquellos a quienes contaremos cuanto hemos hecho o para los que escucharn hablar de
ello.
La cultura est constituida de realidades y por los signos que han sido inventados
para describirlas, aprehenderlas y hablar de ellas. Tambin posee una dimensin
simblica. Al ser repetidos en pblico, algunos gestos se cargan de significaciones
sentimiento de comunidad compartida. En la medida en que el recuerdo de las acciones
colectivas se enlaza con los caprichos de la topografa, con las arquitecturas notables o
con los monumentos creados para sostener la memoria de todos, el espacio se convierte
en territorio (...) El paisaje lleva la huella de la actividad productiva de los hombres y de
sus esfuerzos para habitar el mundo adaptndolo a sus deseos. Est marcado por las
tcnicas materiales que la sociedad domina, y moldeado para responder a las
convicciones religiosas, a las pasiones ideolgicas o a los gustos estticos de los grupos.
Constituye por esta razn un documento clave para comprender las culturas, a menudo
el nico que nos queda de las sociedades del pasado.
Los nios asimilan conocimientos, actitudes y valores observando lo que se hace
en torno de ellos e imitndolo: las lecciones que les dan los adultos subrayan los
smbolos de los cuales los lugares son portadores. El paisaje se vuelve as una de las
matrices de la cultura.
Los paisajes constituyen un objeto de estudio fascinante para quien se interesa
por la geografa cultural, pero su interpretacin no es fcil: hablan de los hombres que
los moldean y que los habitan actualmente, y de aquellos que los precedieron; informan
sobre las necesidades y los sueos de hoy y tambin de un pasado a veces difcil de
datar." (Claval; 1999, pp 18-19)
67
68
Para ilustrar lo que estamos diciendo, vamos a considerar algunos paisajes muy
diferentes entre s.
Cualquier lector es capaz de distinguir que esta imagen se trata de un paisaje
urbano. La dominante de la escena es la estructura urbana. Esta foto captura una vista
area del sur de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires limitante con el tramo de la
desembocadura del Riachuelo.
Vista area del sur de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires (Adriana Pereyra,
1996).
El curso meandroso del Riachuelo corresponde a un ro de llanura, de escasa
pendiente, en el que la Vuelta de Rocha es el rasgo que mejor denota las caractersticas
naturales del curso fluvial que contrastan con el trazo rectilneo de la desembocadura.
Trazo que ha sido modificado por el hombre para mejorar su accesibilidad. En esta zona
prxima a la desembocadura se distinguen tambin los cuerpos de agua de forma
geomtrica correspondiente al Dock Sud y a las drsenas del puerto Madero.
La masa de la edificacin en la que predomina el clsico damero de la ciudad
hispnica disimula el escaso desnivel de la barranca que separa el Alto del Bajo, amplia
terraza fluvial del Riachuelo donde se alojan los barrios de la Boca y Barracas. En la zona
70
alta se asent el poblamiento original de la ciudad. La mancha oscura que enfrenta las
reas baldas de Casa Amarilla o el estadio del club Boca Juniors corresponde a la ms
clara manifestacin de la barranca "muerta", en el Parque Lezama. La vieja calle "larga de
Barracas", hoy Montes de Oca, que cruza diagonalmente el sector sudoeste (de la figura)
da acceso al puente Pueyrredn, el ms antiguo vnculo de la ciudad con la margen
opuesta. En tanto, hacia el barrio de la Boca, ms all de la Vuelta de Rocha se distinguen
el puente Nicols Avellaneda y la Autopista Buenos Aires-La Plata.
Por otro lado, el anlisis de la textura de la foto muestra el contraste entre el perfil
de casas bajas que bordean calles con un diseo regular y el perfil de rascacielos que se
acumula en el Centro sobre el sector este de la fotografa. Otro elemento que se destaca es
el complejo de trama desordenada que se extiende entre el Puerto Madero y la barranca
donde se asientan espacios recreativos, vas frreas y construcciones de diversa edad
vinculados a la actividad portuaria, ltimamente, destinados a otras funciones urbanas
(educativas, recreativas, administraciones de empresas, bancos, etctera) configurando un
nuevo barrio de la ciudad, apenas incipiente a la fecha de la fotografa.
Tal densidad de ocupacin y yuxtaposicin de trazas slo puede explicarse si se
apela a la historia de la ciudad y a las diversas funciones que cada porcin del espacio ha
cumplido en las diversas pocas. Cabe destacar que el nico elemento del paisaje natural
que se rescata, aunque modificado, es el Riachuelo y el pequeo pen del Parque
Lezama, aunque su vegetacin corresponde a la poca de la apertura del trfico
internacional del puerto de Buenos Aires.
No hay dudas de que esta imagen, dada la densidad y extensin de la mancha
urbana, se trata de una metrpolis. Sin embargo, se pueden distinguir diferentes formas de
ocupacin. Dicho de otra manera, en este paisaje se pueden distinguir diferentes unidades
de paisaje. Destaquemos, en primer lugar, que el medio natural aparece oculto bajo este
tejido de edificacin. Por ello, se hace necesario mirar con detenimiento para leer que
las formas de relieve se asociarn a diferentes unidades de paisaje urbano: la primera
unidad corresponde a la zona ms alta de la ciudad (las barrancas) donde se disea una
compacta edificacin de altura que predomina al norte de la autopista 25 de mayo (eje que
cruza la imagen de oeste a este).
Otra unidad, es la correspondiente a Constitucin, el hospital Britnico, el Borda,
el hospital Rawson y otros nosocomios que tienen su origen con las rdenes religiosas de
la poca colonial.
71
Tomemos como ejemplo el Riachuelo, que est dentro del espacio analizado. En
primer lugar, el Riachuelo fue medio de comunicacin. Luego, el ro fue valorizado para
otros usos: se hicieron indispensables sus aguas tanto como recurso para la produccin
industrial como el principal depsito de desechos de los saladeros, y luego los
frigorficos, hasta el traslado o cierre de las grandes empresas, en su mayora creadas por
capitales extranjeros.
El ro fue testigo de la llegada de los inmigrantes europeos de fines del siglo XIX
y comienzos del siglo XX, quienes tambin tendrn un papel central en la zona las
curtiembres. Hoy es totalmente visible el conflicto ambiental del Riachuelo por no
soportar las cargas de materiales inorgnicos y orgnicos que an transporta, y desde las
ltimas dcadas, ya no puede usarse para la recreacin como lo hacan sus primeros
pobladores debido a la alta polucin (en la fotografa podemos distinguir la pluma de
contaminacin). Esta situacin en la actualidad se agrava no slo por la contaminacin
del Riachuelo, sino por el alto riesgo y vulnerabilidad del rea, producida por la
localizacin del complejo de destileras de hidrocarburos en la cercana de la ciudad.
No debemos olvidarnos de la insercin de Argentina en el modelo agroexportador
y, por ende, de la importancia de la actividad portuaria; poca que inmortaliza Quinquela
Martn con las imgenes de la vida cotidiana del barrio de la Boca. Sin embargo, en su
decadencia y por su insuficiente profundidad, el Riachuelo ya no podr responder con las
aptitudes fluviales necesarias para la navegacin, que son las condiciones indispensables
para el calado de las nuevas embarcaciones que incorporan mayor capacidad de carga
para el mercado internacional.
As podramos seguir buscando en el tiempo, en las racionalidades y en los
objetivos de una sociedad, la interpretacin de estos espacios densamente poblados, que
se manifiestan en este paisaje de la ciudad de Buenos Aires. En suma, es a travs de las
ideas que los hombres hacen los objetos y las cosas: en sus formas de vivir, de divertirse,
de creer y de crear. Es en sus movimientos o en sus productos donde encontraremos el
sentido de las dinmicas sociales detrs de los espacios geogrficos del presente.
Generalizando, podramos decir que hoy cuando hablamos de espacios
geogrficos, estamos siempre hablando de espacios producidos o apropiados por las ideas,
por el trabajo y por todos los tipos de movimientos realizados por la sociedad. Y esto vale
tanto para Buenos Aires como para las situaciones que analizaremos a continuacin.
Si nos dejramos llevar por la apariencia de estos paisajes podramos
equivocarnos y concluir que la dinmica social estara casi ausente, sobre todo, donde los
73
Paisaje de chacras de Taf del Valle, ubicado al oeste de San Miguel de Tucumn,
provincia de Tucumn. Enero de 1997. Altitud 1900 m.s.n.m. (Adriana Pereyra)
En esta imagen se distingue una dominante estructura agraria de pequea
propiedad. Se pueden observar los zanjones de las acequias; se distinguen mimbres,
sauces y parte del poblado (borde del pueblito), casas de fin de semana, como tambin
alguna vivienda tpicamente rural acompaadas por una vegetacin diferente.
En la parte superior de la fotografa se identifican las estribaciones de los cerros
Muoz y uorco (integrantes del macizo del Aconquija), que se ven envueltos en nubes
(recordemos que la formacin de niebla se explica por el factor geogrfico de la altura, la
74
que hace condensar la humedad atmosfrica). Por la latitud, aproximada, podramos decir
que estamos en presencia de la pampa (1900 m.s.n.m.), en el piso de los prados. Paisaje
que corresponde a las pampas caractersticas de las sierras Pampeanas. En sntesis, las
condiciones del relieve se distinguen a simple vista, as como los cursos de agua se
identifican por estar acompaados de una vegetacin diferente de tipo arbustivo.
La fisonoma del Valle de Taf aparece signada por la actividad agrcola con mano
de obra intensiva y no por la concentracin edilicia y la actividad portuaria como en el
caso de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires. En este espacio predominan las fuerzas y
acciones de una sociedad agraria de pequeos productores; supuesto que se basa por la
geometra, tamao y subdivisin de las parcelas. Los diversos tonos de verde amarillento
nos permiten distinguir los campos en barbecho, que contrastan con el verde intenso de
los cultivados, en tanto, en los relieves no dominables por el riego es dable esperar la
presencia de ganado, ya que generalmente los productores de la zona complementan la
actividad agrcola con algo de ganadera lechera: base de produccin artesanal de quesos
de renombrada calidad. Se observa una agricultura especializada en un solo cultivo, que
nos hace pensar que est destinada al mercado local o regional y no al consumo. Por la
fisonoma de las parcelas se puede inferir, adems, que se trata de una agricultura no
mecanizada, es decir, con mano de obra intensiva.
En el caso de nuestro tercer paisaje, nos impacta la inconfundible presencia de la
estepa patagnica. Como contraste del paisaje de Taf del Valle, se distingue una clara
estructura agraria de actividad mixta agrcola y ganadera como organizadora del espacio
rural, aqu se puede observar el funcionamiento de una sociedad exclusivamente pastoril.
All dominan las condiciones naturales, las caractersticas de sus pastos (de la estepa
graminosa) del sur de la provincia de Santa Cruz y las prcticas histricas que
caracterizan la regin: se dedican primordialmente a la cra del ganado ovino.
75
fricciones (o
rugosidades) han sido prolijamente analizadas en las numerosas obras del gegrafo
brasileo Milton Santos. Es, sin duda, quien expresa con mayor claridad el alcance de sus
significados e interrelaciones, que enriquecen el anlisis del espacio geogrfico (en
cualquiera de sus manifestaciones y escalas, e inclusive en la interpretacin del paisaje).
Es en este sentido que le proponemos una seleccin de ideas con el propsito de precisar
el alcance del concepto; muchos de los significados son planteados desde una visin
simplista o aparente del paisaje geogrfico. En esta parte, intentaremos mostrar cmo
estos cuatro conceptos nos abren un nuevo universo de anlisis geogrfico; elementos
que se fueron insinuando en el captulo anterior.
Hemos visto que el espacio geogrfico es considerado como una porcin
delimitada de territorio, y tambin como el teatro de las acciones de la sociedad local
influido por las decisiones externas, a veces, provenientes de otros territorios, cuyo peso
77
78
no se difundi todo al mismo tiempo; por eso cada lugar se distingue por una datacin
diferente de sus variables constitutivas. En cada continente, pas, regin o subespacio,
cada lugar representa la suma de acciones particulares inicialmente localizadas en
perodo diferentes. La presencia simultnea de variables con edades tan diversas da
como resultado que la combinacin caracterstica de cada lugar sea nica.
El lugar es, por lo tanto, el resultado de acciones multilaterales que se realizan
en tiempos desiguales sobre cada uno y en todos los puntos de la superficie terrestre.
sta es la base de una teora que si desea explicar las localizaciones especficas deber
tener en cuenta las acciones del presente y del pasado, locales y extralocales. El lugar
asegura as la unidad de lo continuo y lo discontinuo, lo que a la vez posibilita su
evolucin y tambin le asegura una estructura concreta inconfundible. En un punto
determinado del tiempo, las variables del espacio son asincrnicas desde un punto de
vista gentico, es decir, teniendo en cuenta las diferencias de edad que las caracterizan
en el polo del sistema y en otros puntos perifricos del espacio. Mientras tanto, las
variables funcionan sincrnicamente en cada lugar. Todas trabajan en el conjunto,
gracias a las relaciones de orden funcional que mantienen. Cada lugar es, en cada
momento, un sistema espacial, cualquiera que sea la edad de sus elementos y el orden
con que se instalarn. An siendo total, el espacio tambin es puntual. Dentro de cada
sistema histrico, las variables evolucionan asincrnicamente; pero el sistema
geogrfico cambia de forma sincrnica.
Un sistema espacial es sustituido por otro que recrea su coherencia interna, igual
que cada variable aislada mantiene una velocidad de cambio propia. As, la sincrona y
la asincrona no son de hecho opuestas, sino complementarias, en el contexto espaciotemporal, porque las variables son exactamente las mismas.
Teniendo en cuenta el desfasaje entre las variables y los pedazos de tiempo
correspondiente, se llega a explicar las diversidades de la organizacin del espacio entre
los pases, como lo que se acostumbra a llamar desigualdades regionales.
Volvamos una vez ms al tema de esta discusin. Los establecimientos humanos
se definen por una combinacin local de variables de las que obtienen su originalidad.
De entre estas variables, algunas resultan de flujos actuales, otras brotan de flujos
antiguos, ya transformados por el propio lugar. Esto tambin quiere decir que, en un
momento dado, momento con frecuencia breve, dichos establecimientos se podran
definir exclusivamente por las variables ya antiguas, cuya evolucin fue endgena
79
durante un corto perodo. Cuando los nuevos flujos se instalan, acarreando variables
nuevas o renovadas, stos sufren una deformacin debido a la accin de las variables
correspondientes a una nueva fase histrica.
Broek tiene razn al afirmar que las distribuciones geogrficas no estn
solamente determinadas por las posiciones en un sistema funcional como las posiciones
de los rubes en un reloj; stas son el resultado de los procesos histricos no
recurrentes. Boulding nos recuerda igualmente que si el crecimiento crea formas, las
formas limitan el crecimiento, las relaciones entre el crecimiento y la forma son la clave
esencial para la comprensin del crecimiento estructural. Los espacios, es decir, la
mezcla de estructuras que los caracterizan, estn en cada momento ms o menos
indefensos, ms o menos abiertos a las influencias nuevas. De este modo se produce una
receptividad especfica de los lugares, ocupados o vacos, hacia los flujos de
modernizacin o innovacin. (Santos; 1990,62 y 227- 228)
Actividad N 8
80
15. Vista area de la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia del Ro Negro.
(Adriana Pereyra)
Primera parte:
En primer lugar, le proponemos que realice una primera aproximacin a los
paisajes presentados en las imgenes de Misiones y de Bariloche (fotos 14 y 15).
Seleccione una de los dos y luego describa los elementos visibles del paisaje.
En segundo lugar, confeccione un listado de preguntas que orienten la
interpretacin causal de ese espacio geogrfico.
Y por ltimo, intente una explicacin que supere una visin de lo aparente
descubriendo las estructuras o factores ocultos.
Segunda parte:
Redacte un comentario acerca de la relacin que plantea Milton Santos entre el
espacio-paisaje y la escala del espacio.
Qu quiere decir Santos cuando expresa las siguientes ideas: (a) cada variable
hoy presente en la caracterizacin de un espacio aparece con fechas de instalacin
81
"La cuestin del papel que desempea la sociedad con respecto a la organizacin
del territorio en el cual admite varias visiones, obviamente interrelacionadas. Una es la
de la propia organizacin social del territorio (cmo y por qu los distintos individuos o
grupos de individuos se distribuyen en l); otra es la organizacin econmica del
territorio (cmo y para qu los individuos organizan su actividad productiva en forma
diferencial sobre el espacio que habitan) y otra finalmente es la organizacin poltica del
territorio (cmo y por qu el individuo y los grupos sociales se aduean del territorio)."
(1996, 155).
Por lo tanto, podemos considerar la organizacin espacial del territorio como
resultante: entendido como el espacio fsico o natural producto de la intervencin social
en un proceso histrico caracterizado por relaciones de produccin y relaciones de poder.
Lectura recomendada
El debate en geografa acerca de la vinculacin entre sociedad y medio ha sido
desarrollada por varios gegrafos. Al respecto, nos permite tener una idea acabada de la
evolucin de las teoras y de las posiciones cientficas en cada contexto la obra de Paul
Claval, Evolucin de la Geografa Humana, primera parte.
Cuando definimos al espacio geogrfico como el resultante de la Naturaleza
modificada por el Hombre en su condicin de habitante de la Tierra, llevamos a la
Naturaleza y al Hombre al nivel de mxima abstraccin. Que la Naturaleza es una y vara
en sus manifestaciones es asunto que ha venido siendo acreditado por la Geografa desde
sus orgenes y por las llamadas ciencias de la Tierra en nuestros tiempos. Lo mismo cabe
decir del Hombre: biolgicamente el Homo Sapiens es uno, pero sus manifestaciones son
diversas y esa diversidad se acenta cuando se lo considerada desde la faz socio-cultural,
faz que reviste para la Geografa un inters primordial.
Debe entenderse que cuando nombramos a "los hombres" no nos estamos
refiriendo slo a una pluralidad cuantitativa sino tambin a diversidades cualitativas.
83
Actividad N 9
La controversia hombre - medio ambiente
El debate histrico
Peter Haggett,
Anthropogeographie,
resolverlas.
84
A partir de ah, el libro contina ilustrando cmo los distintos medio ambientes
principales -ocanos y continentes, montaas y llanuras, climas clidos y climas froshan dado forma a la historia de los grupos humanos que los han ocupado.
Era inevitable que hubiera un movimiento de pndulo que se desplazase de los
puntos de vista tan extremados de la escuela de Ratzel y Semple. Esto se produjo en
1924 con la publicacin de la obra de Lucien Febvre La Terre et levolution humaine.
Historiador francs profundamente interesado por los problemas geogrficos, Febvre
argument una visin alternativa: consider al medio ambiente de la Tierra como algo
que presenta no necesidades, sino posibilidades. Citando ejemplos de desarrollos
humanos de carcter bastante distinto en los mismos tipos de medio ambiente, Febvre
fue capaz de desarrollar argumentos contrarios a los anteriores puntos de vista.
Sin embargo, el determinismo ambiental no careca de partidarios y en el
perodo de entreguerras se produjeron algunas aportaciones muy importantes.
Consciente de que Ratzel haba realizado sus escritos en un momento de muy escasa
informacin en el mbito mundial, el gegrafo de Yale, Ellsworth Huntington, se
dedic a restablecer algunas hiptesis utilizando mejores datos estadsticos. En
particular se dedic a medir con mayor precisin el modo en que el clima afecta la
capacidad de los seres humanos para trabajar, tanto al nivel fsico como mental.
Respald estos estudios realizando amplias investigaciones, particularmente en Asia
central, con el fin de poder establecer la importancia de los cambios climticos en la
determinacin de las migraciones ms importantes registradas en dicha zona.
Otra desafiante variacin en el tema ambiental fue introducida por el gegrafo
australiano Griffith Taylor. Sus estudios acerca de las reas despobladas en la Antrtida
y en Australia le sugirieron que las condiciones ambientales indicaban algunas
direcciones a lo largo de las cuales dirigir el desarrollo de una regin: los seres humanos
capaces de acelerar, aminorar o parar el proceso de desarrollo a lo largo de un sendero
en particular, pero no de cambiar el sendero. Taylor sugiri que los humanos actan
como los controladores del trfico de una gran ciudad, alterando la velocidad pero no la
direccin del progreso. En consecuencia a esta analoga, esta visin de las relaciones
hombre-medio ambiente a menudo se denomina determinismo de parada y arranque!.
85
a.
b.
c.
d.
hombre y el medio?
e.
2.4.1
modela. Y es en este contexto que los estudios de poblacin no pueden desdearse. Hay
que conocer su monto y distribucin pero, fundamentalmente, explicar por qu esa
cuanta y por qu en ese lugar. Para buscar estas respuestas el anlisis geogrfico no
pueden plantearse slo consideraciones demogrficas derivadas de tasas del crecimiento
vegetativo u otros indicadores relacionados con los aspectos cuantitativos de la poblacin.
Por ejemplo, el anlisis de la estructura de sexos y edades plantea cuestiones que deben
ser vinculadas con la etapa histrica del desarrollo de la comunidad de que se trate,
hechos indisociables de sus pautas culturales: el papel de la mujer, la condicin social y
econmica del grupo, su nivel educativo, las polticas demogrficas, las migraciones y las
guerras. Sin olvidarnos de que la estructura demogrfica revela tambin el tipo de
"energa humana" que la sociedad en su conjunto dispone para su relacin con el medio.
Pero sin duda, el conocimiento de la dinmica demogrfica-espacial permite
avizorar situaciones futuras. Al despuntar el siglo XXI, la sociedad afronta en este sentido
problemas de una magnitud nunca vista, con una aceleracin de su ritmo de crecimiento
que en muchos casos supera la capacidad de reaccin social para satisfacer las nuevas
necesidades: doscientos cincuenta millones de hombres sobre la Tierra en la poca de la
Antigedad clsica, unos quinientos millones al promediar el siglo XVII, mil millones en
86
1850... ocho mil millones antes del fin del siglo (estimacin a mediados de 1964: 3.300
millones).
La poblacin se ha duplicado en 2000 aos, entre la Antigedad y la poca
moderna; en dos siglos de 1650 a 1850; en menos de un siglo de 1850 a 1940; y
finalmente, en una generacin...
demogrfico.
"Pero la poblacin del mundo, an siendo una realidad aritmtica,
constantemente cambiante, es tanto una abstraccin geogrfica cuanto una abstraccin
econmica y social. Segn las condiciones, segn las posibilidades de vida en cada pas,
un nacimiento cobra una significacin particular. Abre unas perspectivas ms o menos
largas de vida; se inserta en un cuadro humano donde la edad media puede variar de un
nmero al doble, donde la esperanza de vida oscila entre treinta aos en Amrica
Central o en Surinam y ms de setenta aos en Suecia y los Pases Bajos. El infante
puede esperar disponer, cuando llegue a la edad adulta, de una cuota individual terica
de medios de existencia equivalentes a 300 francos en la India, a 600 francos en
Guatemala, a 1200 francos en los Estados Unidos. La ms ineluctable de las fuentes de
desigualdad entre los hombres es, hoy en da, su lugar de nacimiento. Al lado de las
diferenciaciones naturales, que implican para el pequeo Esquimal un universo distinto
del pequeo Indonesio, la disparidad entre la distribucin de la riqueza y la de los
hombres, las oposiciones violentas entre los pases donde crece el ingreso y aqullos
donde crecen las necesidades, hacen de la geografa de la poblacin uno de los
abordajes ms dramticos de la realidad humana de nuestros das."
George Pierre, Gographie de la population, Presses Universitaires de France,
Que sais-je? N 1187, Pars, 1965, pp. 5.
Agudo observador de la realidad mundial, George pinta en el breve discurso
introductorio a su Geografa de la poblacin un cuadro que al finalizar el siglo XX ha
profundizado los contrastes. Los mapas que ilustra el Atlas del Banco Mundial impreso
en marzo de 1999 confirman esos contrastes entre Estados Unidos, Japn, Corea del Sur,
Unin Europea, Australia y Nueva Zelandia por un lado, con economas de alto nivel de
desarrollo econmico y correlativos ndices de desarrollo social; y el resto del mundo, que
se sita en distintos niveles de desarrollo econmico ms bajos.
87
www.un.org
PNUD - Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
www.undp.org.ar
88
89
mortalidad infantil o
consideracin del hombre como ser biolgico y seala que, en consecuencia, es preciso
atender tambin a la dimensin temporal y a los cambios de su marco econmico, tcnico
y poltico, temas que desarrolla en otros cuatro volmenes de su obra publicada entre
1950 y 1956.
Es preciso destacar que Sorre, en cierto sentido, se adelant a las visiones de la
geografa crtica, ya que l haba llamado la atencin sobre el hecho de que algunos
espacios regionales, como los territoriales de Amrica del Sur que no han salido
enteramente de la condicin colonial, revelan la impronta de decisiones que toma la
poblacin local en funcin de "rdenes" que provienen de sociedades extrarregionales.
Es lo que l llama "espacios derivados", dependientes de los llamados "espacios
centrales", para los cuales los "espacios derivados" son funcionales como proveedores de
bienes de los que aqullos carecen, los que salen de los espacios derivados como materia
prima no elaborada o con escaso grado de transformacin.
2.4.2
La distribucin de la poblacin
En este punto, trabajaremos sobre la poblacin mundial desde el punto de vista de
Serie1
1000
500
0
1500
1600
1700
1800
1900
1950
Este grfico nos permite visualizar la evolucin de la poblacin, que para 1500
alcanzaba los 425 millones de habitantes. Al comienzo, el crecimiento de la poblacin
91
era relativamente gradual, pero entre 1950 y 1990 la poblacin del mundo se duplica. Se
proyecta que la poblacin, en 2020, aproximadamente, 8500 millones de habitantes, y que
el mayor crecimiento de la poblacin se dar en frica, Asia, Amrica Central y Amrica
del Sur.
Una mirada a vuelo de pjaro sobre el planeta muestra grandes heterogeneidades
en la distribucin de sus habitantes.
En primer lugar, se advierte el contraste entre tierras pobladas y mares
deshabitados y en segundo lugar, los continentes no muestran una homognea
distribucin de los seres humanos. Los contrastes son enormes y se hace evidente que la
organizacin del espacio geogrfico, que surge de la mera necesidad de alojar a
poblaciones con tan diferente grado de concentracin, ser muy distinto.
Aunque en la franja de climas templados se acumula la mayor proporcin de los
seres humanos, tambin en ella se muestra un gran contraste entre las mrgenes orientales
de los continentes y las mrgenes occidentales donde los grandes desiertos generan vacos
demogrficos. Una mirada ms detallada denota otros ajustes que ponen en juego
diferencias de relieve con su correlato climtico y de accesibilidad, como por ejemplo, la
Europa Atlntica sobre el margen occidental del continente beneficiada por la corriente
marina del Golfo o en las Sierras de Amrica Andina con amplios valles de altura de
clima templado-hmedo, densamente poblados, colindantes con la estrecha franja del
desierto de la Costa Pacfica. El estudio detallado de estas regiones nos mostrar tambin
cmo las civilizaciones agrcolas pudieron mediante la ingeniera de riego, crear espacios
propicios para su desarrollo en medio del desierto.
Desierto blanco o desierto rojo no lo son nunca en trminos absolutos, slo estn
como a la espera de que las sociedades humanas valoren sus recursos y dispongan de la
tecnologa adecuada para su aprovechamiento, para poder instalarse en esos mbitos.
El peso de las formas histricas de distribucin de la poblacin por pases ser
apenas alterado en los prximos aos, aunque no deben descontarse grandes migraciones
y conflictos y una acentuacin de la concentracin en las grandes ciudades.
Los mares carecen de poblacin permanente y aunque existan grandes navos
concebidos como verdaderas ciudades flotantes destinadas al placer o buques factora con
autonoma suficiente para permanecer durante varios meses en el mar, su destino es
volver siempre a tierra. No faltan sin embargo, ejemplos de casas flotantes adosadas a la
ribera de grandes focos de poblacin, tanto en Holanda como en China, aunque
92
0,1%
OCEANA
0,5%
6,7%
6,9%
10,4%
EUROPA
12,5%
AFRICA
63,0%
ASIA
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
Por ejemplo China (9.396.960 km2) y Estados Unidos (9.372.610 km2) con una
extensin similar sustentan una poblacin de magnitudes muy diferentes. Una
estimacin de 1994 daba a China 1.133.682.501 habitantes (el estado ms poblado del
globo) y a Estados Unidos 255.200.000 habitantes. La Federacin Rusa (217.075.400
km2), pese a ser el estado ms extenso, contaba apenas con 147.021.869 habitantes,
superado demogrficamente por Brasil (8.511.970 km2), el otro gigante, con
161.800.000 habitantes.
La Argentina (incluyendo la Antrtida y las Islas del Atlntico Sur) y la India,
con extensiones similares presentan volmenes de poblacin que casi no admiten
comparacin: 36.124.933 habitantes y 844.324.222 habitantes respectivamente
estimados para 1994.
93
94
o en su asociacin con ecosistemas naturales nos conducira a error. Por cuanto, si bien es
cierto que en la ms remota antigedad los pueblos cazadores y recolectores dependieron
para su subsistencia del marco bioclimtico en el que se encuadraba su supervivencia en
funcin de los recursos alimentarios disponibles, desde la aparicin de la agricultura y la
domesticacin de los animales, cobra significacin como factor explicativo la cultura y
los sistemas socioeconmicos y tecnolgicos de los que cada pueblo dispone a lo largo de
su historia.
Si bien las migraciones de pueblos han existido desde tiempos prehistricos, las de
alcance planetario se dan recin a fines del siglo XV con el descubrimiento de la ruta de
Asia por el sur de frica por parte de los portugueses, y con el descubrimiento de
Amrica protagonizado por Coln para la corona de Espaa. La importancia de esta
migracin europea trastoc totalmente el mapa de la distribucin y la composicin tnica
de la poblacin de Amrica y frica. Esta ltima, fue objeto de una "saca" de poblacin
trasladada compulsivamente a Amrica en condicin esclava. La situacin demogrfica y
la composicin tnica en el sur y este de Asia fueron apenas alteradas, aunque el proceso
colonial tuvo all tambin agudas manifestaciones.
El siglo XXI debuta con la expansin de la informtica que dar una nueva
dimensin a la relacin tiempo-distancia que, sumado a otros factores, acarrear, sin
duda, otras formas de distribucin de la poblacin.
Como la condicin social y econmica y el bagaje tcnico no son homogneos
para todas las sociedades, ni tienen una evolucin sincrnica, coexisten hoy sociedades de
cazadores y recolectores itinerantes compuestas por un centenar de miembros que ocupan
extensos territorio en la Amazonia, por ejemplo, y sociedades industriales concentradas
en megalpolis o verdaderas "regiones urbanas", con densidades que exceden los
1000hab/km, como en Hong Kong, Nueva York, Mxico, San Pablo, etc. ubicndose
entre ambas una muy variada gama de situaciones.
Lectura recomendada
Para profundizar sobre el espacio urbano, le sugerimos el trabajo de Brisa
Varela y Cristina Carballo, Estudiar la Ciudad. El espacio urbano como construccin
social, Ediciones PROCIENCIA, Ministerio de Cultura y Educacin de la Nacin,
Buenos Aires, 2000.
96
PRIMERA PARTE
Le proponemos que lea atentamente el artculo Un continente en la encrucijada.
Luego, en breves palabras, comente cul es el tema central que desarrolla Abel
Posse.
UN CONTINENTE EN LA ENCRUCIJADA
Por Abel Posse*
La Nacin, 25/2/00
La crisis ecuatoriana, con su solucin cosmtica y el antidemocrtico sacrificio
de esa extraordinaria figura tica que es el Presidente Mahuad, pone en evidencia la
grave inquietud y el desasosiego continental. Con distintas expresiones, se estn
produciendo quiebras y amenazas en la estabilidad poltica del subcontinente. La zona
de falla est en la base econmica.
Hay una deficiencia de sistema y, a la vez, una alargada insistencia en la
metafsica macroeconmica a la que nos hemos confiado con ingenuidad hipntica.
Ecuador, el caos de Colombia, el intento suprademocratizador de Venezuela,
Paraguay, la crisis cultural de Mxico, la pobreza masiva de "el otro Brasil", la
desilusin del economicismo apolneo (macroeconomicista) que en todas partes se
enfrenta con la realidad de las fuerzas de trabajo, con las debilitadas culturas autnticas
y con la aspiracin poco delineada y nunca asumida de crear formas regionales de un
proceso en relacin con la cultura y la calidad de vida comunitaria y nacional. Es
inslito que en un mundo donde comprendemos que la descentralizacin (regional,
municipal, etctera) es un valor democratizador indiscutible, al mismo tiempo vivamos
97
y de
"necesidades" es una falacia torpe, un ecumenismo soado por tenderos donde las
98
SEGUNDA PARTE
En esta parte de la actividad, le proponemos interpretar algunas de las estadsticas
que ofrece el Banco Mundial vinculadas con la poblacin.
a.
b.
100
argentino, entendiendo esta organizacin espacial como una forma de produccin que
floreci en el Chaco y Misiones durante las ltimas dcadas del siglo diecinueve y
primeras del siglo veinte, y que tuvo como ncleo el conjunto del obraje maderero y
yerbatero, aserradero y fbrica de tanino.
Seguidamente, le presentamos algunos fragmentos de su artculo en los que se
intenta plasmar su visin sobre la organizacin del espacio propuesto:
Los enclaves forestales de la regin chaqueo - misionera
La produccin de la pampa hmeda contribuy a otorgar a la Argentina la
imagen de una gran homogeneidad interna y a facilitar la precoz identificacin de la
regin pampeana con el espacio nacional, as como la de sus terratenientes con la
burguesa del pas. Ello sucedi a pesar de que la diversidad regional estaba en la base
de la historia nacional, tanto en trminos humanos y socioeconmicos como polticos.
Hasta cierto punto, se identific la historia regional pampeana con la Argentina y, en
materia econmica, tarde o temprano, directa o indirectamente, otras formas de
organizacin de la produccin resultaron dependientes de la Pampa hmeda.
La gnesis de los enclaves forestales chaqueo-misioneros estuvo subordinada
al desenvolvimiento de la estancia pampeana, lo que queda en evidencia si se analiza la
apropiacin y distribucin de la tierra, la implantacin de las redes ferroviarias y el
cometido que desempe la regin, parcialmente determinado por el funcionamiento de
la economa pampeana. La revisin de este proceso formativo, sin embargo, pone en
evidencia la diversidad regional y la existencia de estructuras econmicas que
divergieron substancialmente de las montadas por el capitalismo agrario pampeano en
su insercin perifrica en la economa mundial. (...)
La denominacin enclave, aplicada a los obrajes y fbricas chaqueas, tiene un
doble significado. En primer lugar, en su forma madura, se trat de ncleos de actividad
econmica controlados de manera directa desde fuera del pas. Tal era el caso de la
Forestal y de otras empresas tanineras asentadas en el Chaco, cuyos accionistas,
directorios y centros de decisin estaban en el extranjero, adonde se remitan las
utilidades que la compaa resolva distribuir. En segundo lugar, el trmino enclave
pone de manifiesto cierto aislamiento fsico o clausura espacial, originalmente
determinado por condiciones naturales, sociales e institucionales, como la presencia de
la selva y sus habitantes aborgenes y la incertidumbre sobre las condiciones legales
103
entre otras, la propiedad del recurso natural y las facultades de capital extranjero de
disponer de su producto (...)
Cuando hablamos de organizacin de la produccin, nos estamos refiriendo a un
conjunto relativamente homogneo de las relaciones tcnicas y sociales, que responde a
determinado patrn de divisin social y territorial del trabajo y que se inserta en un
esquema econmico ms amplio, de cuyas caractersticas constituye una especie
particular, ubicada en el tiempo y en el espacio. El entrelazamiento de formas de
organizacin de la produccin con elementos superestructurales de diverso orden define
los rasgos dominantes de una regin en cada etapa de su desarrollo. Recprocamente, en
cada etapa del desenvolvimiento de una sociedad y en cada porcin de su territorio,
alguna forma de organizacin de la produccin genera la conformacin espacial. En el
Chaco de las dcadas de fines y principios de siglo, primero el obraje maderero o
yerbatero [en Misiones] y, despus, la fbrica de tanino y el aserradero, fueron los
ncleos tpicos de la produccin organizada en la forma de enclave forestal, as como
los ordenadores del espacio (...)
No fue objeto de conquista y ocupacin durante el perodo colonial, excepto la
parte de Misiones en que se asentaron las reducciones de los guaranes de la Compaa
de Jess durante los siglos XVII y XVIII, que desaparecieron algunos aos despus de
la expulsin de esa sociedad religiosa, y unos pocos lugares donde hubo alguna otra
misin que tampoco perdur. Slo en el perodo republicano -a partir de 1880- tan vasto
territorio fue ocupado por el ejrcito nacional (...)
En este contexto se ubica el incipiente y primitivo proceso de desarrollo
econmico constituido por los primeros enclaves forestales, que tenan un carcter
inestable e itinerante, determinado por la calidad y estacionalidad de la explotacin
forestal, pues la tala del bosque no implicaba la propiedad de la tierra y estaba slo
condicionada por la precariedad de normas legales que bien podan no cumplirse. Eran
explotaciones depredadoras que, en el lenguaje de la primitiva ganadera pampeana,
podran haberse llamado una vaquera forestal (...)
Los asentamientos yerbateros y madereros estaban vinculados entre s y con el
resto del mundo, en la gran mayora de los casos, slo por va fluvial. (...) al principio,
estos establecimientos se ubicaron sobre ambas mrgenes del alto y medio Paran, el
alto Uruguay y el Paraguay. En algunos casos precedieron y causaron el avance de la
frontera, y se fueron alejando de los ros a medida que se afirmaba el proceso de
ocupacin de la tierra (...)
104
Actividad N 11
a.
b.
Por qu los autores sostienen que la produccin del espacio, en este caso,
c.
d.
e.
Cules son los vnculos de los conceptos trabajados entre este caso y los
f.
105
Referencias bibliogrficas
-Banco Mundial, World Bank Atlas. From the Worl Development Indicators 1999, The
World Bank, Washington D.C., 1999.
-Bitlloch, Eduardo y Horacio A. Sormani, Los enclaves forestales de la regin Chaqueo
Misionera, en: Ciencia Hoy, volumen 7, Nro. 37, Buenos Aires, 1997.
-Carballo, C. y Brisa Varela, Estudiar la Ciudad. El espacio urbano como construccin
social, Ediciones PROCIENCIA, Ministerio de Cultura y Educacin de la Nacin,
Buenos Aires, 2000.
-Chiozza, E y R. Figueira (directores) Atlas Total de la Repblica Argentina, Centro
Editor de Amrica Latina, Buenos Aires, 1981.
-Claval, Paul, La Geografa Cultural, Editorial Universitaria de Buenos Aires
(EUDEBA), Buenos Aires, 1999, Traducida al espaol por Lisandro A. de la
Fuente, pp.18-19
-Denis, Pierre, La valorizacin del pas. La Repblica Argentina 1920, Ediciones Solar,
Buenos Aires, 1987, traduccin y comentarios de Elena Chiozza, Captulo IV.
-Dollfus, Olivier, El anlisis geogrfico, Oikos Tau, Barcelona, 1978.
-George, Pierre. Gographie de la population, Presses Universitaires de France, Que
sais-je?, N 1187, Pars, 1965.
-Harvey, D. Teoras, leyes y modelos en geografa, Alianza Editorial, Madrid, 1983,
Captulo 10.
-Miranda, Guido, Tres ciclos chaqueos, Editorial Norte Argentino, Resistencia, Segunda
edicin, 1985.
106
Bibliografa obligatoria
Claval, P. "Los fundamentos tericos: el hombre, la sociedad, el espacio", en: Paul
Claval. La nueva geografa, Oikos Tau, Barcelona, 1979. pp. 51-70.
"Las tcnicas y el espacio", en: Paul Claval. La nueva geografa, Oikos Tau,
Barcelona, 1979, pp. 71-80.
107
108
109
flujo de la informacin viene a contribuir a una nueva configuracin del espacio en el que
aparecen simultneamente emisores y receptores, es decir, se configura la quinta
dimensin del espacio geogrfico que ya no puede medirse con las unidades
convencionales.
Manuel Castells y otros aseguran que estamos presenciando, en el final del siglo
XX, el origen de otra nueva configuracin espacial, en la que se consuma -en su mxima
expresin- el proceso de concentracin de poder en una sola nacin. Despus de la
fragmentacin y desaparicin de la escena internacional de la ex Unin Sovitica, el siglo
culmina en un proceso de globalizacin sin fronteras y en una reorganizacin del espacio.
Pero a pesar de esta globalizacin, todava compartimos un mundo donde coexisten
sociedades "autnomas", por su identificacin con un medio ecolgico, con las que
podramos llamar "sociedades de la informacin" por ser creadoras y consumidoras del
desarrollo tecnolgico de la informacin.
En esta ltima unidad, se abordar el anlisis del presente en el que las sociedades
y sus territorios sufren transformaciones que llevan, por un lado, a la globalizacin e
interdependencia; y por el otro, a la fragmentacin y dependencia. En sntesis,
intentaremos descifrar los elementos, factores y procesos que intervienen en la actual
Geografa de la dualidad.
En la unidad anterior se expusieron algunos temas centrales sobre la organizacin
espacial y la poblacin del mundo. En este marco, es interesante retomar estas pistas, que
son indispensables para el anlisis del presente. Como ejercicio exploratorio presentamos,
a continuacin, el trabajo Tendencias y perspectivas de la poblacin mundial de Shigemi
Kono. El propsito de esta actividad es reafirmar que los graves problemas que hoy
afrontan las sociedades deberan ser entendidos desde una perspectiva compleja: desde el
interjuego de escalas, desde las transformaciones territoriales, desde los cambios
productivos, desde sus rasgos culturales, histricos y polticos; es decir, desde la dinmica
del espacio geogrfico.
El contenido de esta nota ha sido extractado de un trabajo de Shigemi Kono. El
profesor es catedrtico en la Facultad de Economa Internacional de la Universidad
Reitaku, Japn. Asimismo, fue presidente del Comit de Poblacin de la ONU y Director
del Instituto de Problemas Poblacionales del Ministerio de Salud y Medio Ambiente de
Japn.
Tendencias y perspectivas de la poblacin mundial
111
Actividad N 12
1.
poblacin.
3.
114
4.
5.
familiares?
6.
Confeccione dos cuadros comparativos para 1995 y 2050 con los datos
tendencia que observa? Considera que afectara la organizacin del actual espacio
geogrfico? Fundamente. Qu relaciones podra establecer entre estos casos y lo
expresado en el artculo de Abel Posse que a continuacin se reproduce y que ha sido
trabajado en la Actividad N10?
Un continente en la encrucijada
115
Cunde la perplejidad. Estamos en un callejn sin salida, pero tenemos que salir.
La poltica est convocada a inventar nuevos caminos. Se agota el tiempo de
administrar la larga decadencia. Vivimos la paradoja de haber jugado al ms
despiadado mercantilismo y a la vuelta del nuevo siglo nos encontramos con un
116
y de
"necesidades" es una falacia torpe, un ecumenismo soado por tenderos donde las
estrellas y galaxias son gigantescas empresas annimas y transnacionales en una orga
de fagocitaciones y acoplamientos.
Todos estamos en la trampa y no queremos alternativas retricas o peligrosas.
Tenemos miedo de la historia (tal vez adivinndolo, Fukuyama pretende calmarnos con
su supuesto "Fin de la Historia").
Pero ya reclamamos de las clases polticas de esta Amrica un gran viraje. Los
argentinos fuimos el nio modelo del globalismo y ya no podemos disimular los
estragos sociales y culturales de la experiencia. Pasados diez aos nos damos cuenta de
que la esfera sigue teniendo su lado privilegiado y dominador. Nuestra economa est
profundamente herida hasta el punto que tenemos que reconquistar el peso de nuestro
empresariado nacional y retomar el comando de nuestro patrimonio y de nuestros
negocios ante fuerzas que por cierto no se mueven con el mandato de propiciar el "bien
comn" de los argentinos.
El salto tal vez sea difcil y muy riesgoso, pero la inmovilidad puede llevarnos a
crisis peores. De aquella convertibilidad ingenua y esperanzada de 1990, diez aos
despus nos encontramos en esta convertibilidad asustada, como conteniendo un
estornudo ante el castillo de naipes.
La Argentina es como una de esas admirables locomotoras de cincuenta aos
atrs, maravillosas arquitecturas de bronce y de acero, que nosotros pretendemos mover
117
Realidad incontenible
La Argentina tiene sobradamente asegurados los condicionantes bsicos de una
comunidad: seguridad energtica, hdrica, alimentaria, equilibrio demogrfico y
alianzas estratgicas viables y promisorias (la llamada "renta estratgica"). Pero somos
un pas alebrado, sin coraje, sin fantasas. Tenemos miedo de saltar pese a que en este
economicismo competitivo sentimos que poco podemos hacer con nuestra tremenda y
maravillosa "locomotora". Con nuestros sueldos y nuestra calidad de vida
primermundista somos tan "inviables" como Ecuador, aunque inventemos a la
"flexibilidad laboral" ms esclavizante.
Los problemas sociales, laborales y culturales son una realidad ya incontenible,
no dependen de la coyuntura ni de la mala fe (que es la eterna mala hierba de la
poltica). Trascienden a los partidos y exigen un proyecto nacional, impostergable.
(*) Embajador argentino en Per. Escritor, autor de Los papeles de Praga.
118
119
120
121
El gegrafo constata que al presente existe una gran diversidad sociocultural y que
esa diversidad entraa diferentes concepciones del mundo y de la vida, diferentes
valorizaciones de la relacin del hombre con la naturaleza y, por ende, la creacin de
distintos espacios geogrficos. Pero tambin diferentes concepciones de las relaciones de
los hombres entre s, rivalidades, oposiciones, conflicto y guerra, donde la diferencia
entre vencedores y vencidos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, la
apropiacin del espacio del pueblo derrotado y la creacin de una nueva geografa que tal
vez conserve los restos inertes de la antigua cultura, llmese Teotihuacn, Machu Pichu,
Quilmes o Tikal .
En realidad, toda tcnica es historia consumada a travs de los objetos, la tcnica
es historia, y refleja el momento de su creacin. Es decir, nos revela las condiciones
histricas econmicas, socioculturales, polticas y geogrficas en que fueron creadas,
instaladas y difundidas en cada lugar.
3.1.1
como lugares y grupos humanos. Estos primeros grupos humanos se servan y utilizaban,
principalmente, de las tcnicas del cuerpo. Tcnicas primitivas que se caracterizaban por
122
falta de medios de movilidad espacial y por depender cada grupo de las reas geogrficas
en las que estaban inscriptos, es decir, se valan de los recursos de su inteligencia y de los
recursos naturales locales que, combinados, les permitan encontrar diversos modos de
subsistencia. Vidal de la Blache llega a componer un mapa de la distribucin mundial de
este tipo de sociedades unidas a un medio especfico, sociedades que l denomin
"autnomas" por abastecerse para su desarrollo y reproduccin con los bienes naturales
locales. La idea es retomada por M. Sorre y sus discpulos. En esta lnea de
razonamientos encontramos oportunas las palabras de M. Santos:
"Cada punto habitado de la superficie terrestre constitua, entonces, un conjunto
coherente, formado por una fraccin del planeta, por una poblacin local, por las
tcnicas locales, un sistema poltico local y por un rgimen econmico local. Las
caractersticas de la sociedad y del espacio geogrfico, en un momento dado de su
evolucin, estn en relacin con un determinado estado de las tcnicas. De este modo, el
conocimiento de los sistemas tcnicos sucesivos es esencial para el entendimiento de las
diversas formas histricas de estructuracin, funcionamiento y articulacin de los
territorios, desde los albores de la historia hasta la poca actual. Cada perodo es
portador de un sentido atribuido por el espacio y por la sociedad, representativo de la
forma como la historia realiza las promesas de la tcnica." (Santos; 1996, 137)
La sociologa y la historia han realizado aportes importantes al sealarnos que el
hecho social es ante todo un hecho colectivo. Todo proceso histrico conlleva la accin
concertada colectiva y consciente de un grupo humano, clase o sector social. Por otro
lado, el concepto de imaginario social ayuda a comprender que la representacin de la
realidad que tienen las personas y/o grupos sociales, generalmente, dista de ser
homognea. No todas las culturas responden a las mismas escalas de valores, ni todos
participamos en igualdad de condiciones en las actividades de produccin, ni
compartimos los mismos intereses o creencias. Esto explica la diversidad de perspectivas
frente a los fenmenos que experimentamos. Cul fue el impacto territorial y la impronta
en el imaginario social que produjo la llegada del mundo europeo, acompaado del
caballo, el arcabuz, la rueda, el arado, la gripe o la viruela en las culturas indgenas?
Cul fue el imaginario del conquistador espaol en la bsqueda de El Dorado? Qu
signific el sincretismo religioso de las culturas prehispnicas con el cristianismo
europeo? Cul fue el efecto de la incorporacin de nuevas tcnicas, la expansin del
comercio europeo y las migraciones ultramarinas en la organizacin espacial de Amrica?
123
Historiadores como Silvio Zavala en Mxico y Alberto Salas en nuestro pas han escrito
pginas brillantes sobre estos temas.
El drama de la relacin tcnica - distancia - tiempo constituye uno de los ejes
sobre el que discurre el estudio de Pierre Chaunu sobre Sevilla y el Atlntico, uno de
cuyos mapas reproducimos y que sirve para demostrar cmo en la poca de la navegacin
a vela la distancia- tiempo poda variar segn las circunstancias climticas.
124
reduca a tan slo sesenta das. Esta relacin tiempo-distancia recin cambiar con la
aparicin de una nueva tcnica en la navegacin ultramarina, la mquina a vapor.
Las tcnicas son una medida del tiempo: el tiempo del proceso de trabajo y el
tiempo de cooperacin. El espacio est formado por objetos tcnicos. El espacio del
trabajo contiene tcnicas que en l permanecen como reglas para hacer esto o aquello,
de esta o aquella forma, en este o en otro ritmo, segn esta u otra sucesin: todo esto es
tiempo. El espacio-distancia es tambin modelado por las tcnicas que comandan la
tipologa y la funcionalidad de los desplazamientos. El trabajo supone un lugar, la
distancia supone la extensin; el proceso productivo directo est adecuado al lugar, la
circulacin est adecuada a la extensin. Estas manifestaciones del espacio geogrfico
se unen, a travs del uso del tiempo. Las tcnicas participan en la produccin de la
percepcin del espacio, y tambin de la percepcin del tiempo, tanto por su existencia
fsica, que marca las sensaciones de velocidad, como para el imaginario. Ese imaginario
tiene una fuerte base emprica. El espacio se impone a travs de las condiciones que l
ofrece para la produccin, para la circulacin, para la residencia, para la comunicacin,
para el ejercicio de la poltica, para el ejercicio de las creencias. Como medio
operacional, se presta a una validacin objetiva y como medio percibido est
subordinado a una validacin subjetiva. Pero el mismo espacio puede ser visto como el
terreno de las operaciones individuales y colectivas, o como realidad percibida. En
realidad, lo que hay son invasiones recprocas entre lo operacional y lo percibido.
Ambos tienen la tcnica como origen y por esa va nuestra validacin acaba por ser una
sntesis entre lo objetivo y lo subjetivo. La tcnica es, por lo tanto, un dato constitutivo
del espacio y del tiempo operacionales, y del espacio y del tiempo percibidos. (Santos;
1996, 45)
El tema de la tcnica en la constitucin del espacio urbano tambin puede
incluirse en este apartado.
125
Lectura recomendada
Para quienes interesa el tema de la tcnica en el anlisis urbano, se recomienda
el trabajo de Lewis Munford, quien analiza cmo la tcnica se refleja en la organizacin
interna del espacio urbano, en su clsico texto La cultura de las ciudades.
126
Actividad N13
A partir de la lectura del cmic del diario La Nacin, le proponemos que realice
una breve interpretacin de lo manifestado por los personajes. Para ello, utilice los
elementos y herramientas conceptuales hasta ahora desarrolladas en el captulo.
Proponga para la historieta un ttulo sugestivo que represente las ideas
redactadas en el punto anterior.
3.1.2
127
glaciaciones, y con ello, una alternancia de perodos de intenso fro glacial y perodos
interglaciales clidos. Se trata de la poca geolgica que conocemos con el nombre de
Pleistoceno, la que transcurri entre los doce y diez mil aos, para dar paso luego a la
poca actual, el Holoceno. Esta fluctuacin climtica tuvo impacto en las comunidades
vegetales del planeta: cuando las temperaturas bajaban abruptamente, las selvas
tropicales se fragmentaban y reducan o migraban a latitudes ms clidas, es decir,
hacia el ecuador. Por el contrario, en los perodos interglaciales, el proceso se inverta.
Richard Leakey y Roger Lewin han sintetizado un apasionante debate cientfico
sobre la desaparicin de los grandes mamferos del pleistoceno: impacto climtico o
impacto humano? Al respecto, comentan:
128
Actividad N 14
1.
5.
130
3.1.3
los mitos para explicar los orgenes de los pueblos o las aldeas, e inclusive tambin, para
explicar su conquista o desaparicin. Es decir, toda sociedad accede de alguna forma a la
formalizacin o institucionalizacin del territorio a travs de smbolos religiosos: hroes,
sacrificios, ritos, etc. En consecuencia, la institucionalizacin social del espacio implica
en pocas palabras trazar lmites, entre lo salvaje y lo civilizado, entre lo natural y
humanizado, entre lo deshabitado y lo habitado, entre lo sagrado y lo profano.
"No hay sociedad sin un espacio que le sirva de soporte. La institucionalizacin de
la sociedad es entonces inseparable de la del espacio. Adopta formas variadas. Hablando
de las relaciones de los aborgenes australianos con el territorio, A. P. Elkin (1967)
percibe el rol de los grandes ancestros en esta institucionalizacin del espacio: La patria
de cada grupo local est surcada por caminos o senderos, habitualmente no indicados,
que jalonan un cierto nmero de sitios particulares en los lugares donde un hroe hizo
tal o cual cosa narrada en el mito [...] En otro lugar est sin duda el emplazamiento
donde finaliz su viaje, all donde su cuerpo fue transformado en piedra y donde su
espritu, despojado del estorbo de la materia, vio todo lo que sucedera inmediatamente,
a menos que sea la morada donde su alma espera la reencarnacin [...] del mismo
modo, por sus ritos y por las acciones, por el poder del que estaba dotado, transform
ciertos lugares en centros donde se encontraban los principios vitales y los espritus de
las especies naturales". (Claval, 1999, 177)
Los lugares en cada sociedad tienen un valor para la produccin, un valor para la
residencia y la vida cotidiana, un valor como espacio pblico, y un valor como residencia
del poder que a menudo se mezcla con el valor religioso, bajo la forma de tabes o de
castigos divinos para quienes invadan ese espacio sin tener la condicin social necesaria.
Romper las reglas, ms de una vez, pudo implicar la pena de muerte o el sacrificio
cruento.
En las civilizaciones maya y azteca la relevancia del lugar sagrado se mantiene
hasta hoy por debajo del manto de homogeneizacin cultural que signific la introduccin
de la cultura hispnica con su instauracin de otros lugares sagrados.
131
133
En esta comparacin se puede observar que hay estados que manifiestan un alto
grado de consolidacin territorial mientras que otros se encaminan a su disgregacin
134
135
autorizado por el derecho natural a dar los pasos necesarios para su supervivencia y
subsistencia. El hombre poda por lo tanto matar otras criaturas para su seguridad y
beneficio. (Rossi, 1992:204). Sin duda, la idea del progreso cientfico del siglo XVII -que
an est presente en la cultura del mundo contemporneo- tiene sus fuertes races en la
explosin del saber cientfico en Europa. Los viajeros de la poca moderna participan
activamente en este momento histrico al demostrar, por ejemplo, que haba un mundo
habitado debajo del Ecuador, como lo cita Rossi (1989: 64): Los navegantes comunes
de nuestros das estn haciendo verdaderas experiencias, conociendo, a pesar de las
opiniones contrarias de los filsofos. Se suma as la superioridad del conocimiento
experimental sobre el libresco.
Dicho de otra forma, el contacto con el nuevo mundo, es decir, el de los grandes
descubrimientos geogrficos, juntamente con las grandes invenciones tcnicas dejan
manifiestas las limitaciones de la sabidura de los antiguos. De esta forma, el
conocimiento geogrfico mantendr una relacin con las corrientes de la vida intelectual
de los siglos XVI y XVII; incluyendo la revolucin cientfica, la magia, y la religin. El
espacio no puede ser estudiado como si los objetos materiales que forman el paisaje
tuviesen una vida propia, pudiendo as explicarse por s mismos. Sin duda, las formas son
importantes. Esa materialidad sobrevive en los modos de produccin que le dieron origen
o los momentos de esos modos de produccin. La nica cosa que nos da cuenta de lo
real no son las estructuras coherentes a la tcnica, sino las modalidades de incidencia de
las prcticas sobre las tcnicas o, ms exactamente, las modalidades de obstruccin de las
tcnicas por las prcticas. Slo por su presencia, los objetos tcnicos no tienen otro
significado sino el paisajstico. Pero, a la vez, estn tambin en disponibilidad, a la espera
de un contenido social (...) A nuestro modo de ver la cuestin es la propia naturaleza del
espacio, formado, por un lado, por el resultado material acumulado de las acciones
humanas a travs del tiempo y, del otro, animado por las acciones actuales que hoy le
atribuyen un dinamismo y una funcionalidad. Paisaje y sociedad son variables
complementarias cuya sntesis, siempre por rehacerse, est dada por el espacio humano.
Los movimientos de la sociedad atribuyen nuevas funciones a las formas geogrficas,
transforman la organizacin del espacio, crean nuevas situaciones de equilibrio y al
mismo tiempo nuevos puntos de partida para un nuevo movimiento. Pudiendo adquirir
una vida, siempre renovada por el movimiento social de las formas, pueden participar de
una dialctica con la propia sociedad y as ser parte de la propia evolucin del espacio. Y
su carcter de palimpsesto, memoria viva de un pasado ya muerto, transforma el paisaje
138
en un precioso instrumento de trabajo, pues esa imagen inmovilizada de una vez por todas
permite rever las etapas del pasado en una perspectiva de conjunto." (Santos; op.cit., pp.
85-87)
Los lmites de la Cristiandad en 1415
Uno de los rasgos ms notables de la historia de los ltimos doscientos aos ha
sido la influencia dominante de los europeos fuera de Europa. La "expansin de
Europa" no fue, por supuesto, deliberadamente planeada, ni tampoco voluntariamente
aceptada por los no europeos, pero en los siglos XVIII y XIX resultaba irresistible; a tal
grado, que las naciones occidentales consagraron gran parte de su energa a disputarse
los despojos. Las bases del dominio europeo fueron preparadas en el siglo XV y
firmemente asentadas en los siglos XVI y XVII. Navegantes europeos exploraron casi
todo el mundo en esos siglos. Descubrieron y sometieron a muy diversas razas
primitivas. Hallaron tambin muchos pueblos para quienes ellos mismos eran brbaros;
pueblos ms ricos, ms poblados y, segn todas las apariencias, ms poderosos que los
invasores occidentales. Ninguno de estos pueblos se libr de la influencia europea, bien
social, religiosa, mercantil o tcnica (...) Cules fueron los motivos que indujeron a las
naciones europeas, desde el siglo XV en adelante, a emprender una carrera de
expansin ultramarina? Cules fueron los recursos sociales y tcnicos que dieron a esta
expansin tan sorprendente xito?
En muchos sentidos, el siglo XV no fue para la Europa occidental un perodo de
expansin, sino de contraccin. El Imperio chino era entonces, con gran ventaja, el
Estado ms poderoso y civilizado del mundo. Haba sido gobernado, en los tiempos de
la Edad Media europea, por una dinasta trtara cuyos dominios haba incluido no slo
la China propiamente dicha, sino Mongolia, Turquestn y parte de Rusia. En cierto
momento, esta dinasta trtara haba mostrado tolerancia y aun amistad hacia el orbe
cristiano. Algunos europeos haban visitado su corte y misioneros franciscanos haban
predicado dentro de sus dominios; sin embargo, el momento de la coyuntura cristiana,
haba pasado en la mitad del siglo XIV, cuando el rgimen de los Khanes trtaros haba
sido derribado por una dinasta nativa, la de los Ming. Otras dos grandes religiones, el
budismo y el islamismo, se repartieron al Asia Menor con exclusin del cristianismo, y
la comunicacin entre el lejano Oriente y el lejano Occidente ces. El sur de China, los
reinos de Indochina y las islas de la India oriental, de origen hind, cayeron
139
rpidamente, en el siglo XV, bajo la influencia del Islam (...) Ms prximas a Europa,
las comunidades mulsumanas del Cercano Oriente haban cado progresivamente bajo la
direccin militar de los turcos otomanos, fanticos guerreros seminmades, que estaban
a punto de engullir los restos del Imperio bizantino y de dominar todo el Mediterrneo
oriental. Tomaron Constantinopla en 1453; a principios del siglo siguiente conquistaran
el Egipto y Siria, y, despus de invadir los Balcanes, presionaron a lo largo del Danubio
hacia el corazn de Europa central. El Islam, y no la Cristiandad europea, fue la
colectividad ms evidentemente expansiva del siglo XV. (pp.7-9)
Los lmites de la Cristiandad en 1715
A principios del siglo XVIII, [se] haban fundado colonias permanentes en todos
los continentes del mundo, salvo en Australia y en la Antrtida. La naturaleza de estas
colonias era muy diversa, pero todas igualmente dependan de una madre patria
europea. Ninguna era autosuficiente; ninguna aspiraba an a la separacin del estado
fundador, aunque algunas haban cambiado de manos a consecuencia de las guerras
europeas, y muchas cambiaran de manos durante el XVIII. (...) En el Viejo Mundo, los
europeos haban concentrado sus esfuerzos en regiones conocidas para producir
artculos de valor, y su objetivo principal haba sido ms bien el monopolio comercial
armado que la dominacin. En el frica occidental, fuente de esclavos y de marfil, el
clima les impeda colonizar (...) Haban conseguido posiciones comerciales en muchas
regiones del Oriente mediante el desarrollo de sus ventajas tcnicas en marina y
armamento, la explotacin de las disensiones orientales y el empleo de la fuerza en unas
partes y de la diplomacia en otras; pero estuvieron lejos de dominar como soberanos
(...) Con todas estas atenuaciones, el panorama del poder mundial europeo era ya
impresionante. (...) Los pueblos colonizadores de la Europa occidental miraban al
mundo con confianza vida y ambiciosa. Su superioridad tcnica vital en navos y
caones se hallaba en aumento. (...) Tanto el arte de la navegacin como el diseo de
los instrumentos de los navegantes avanzaban rpidamente, con la progresiva aplicacin
de los conocimientos cientficos al desarrollo tcnico... Durante el XVIII, las naciones
colonizadoras extendieron su comercio, aumentaron su territorio y exportaron
emigrantes en proporcin cada vez mayor... En ningn otro siglo de la historia europea
hubo luchas ms constantes y encontradas por la posesin de territorios coloniales.
140
141
142
Actividad N 15
a.
Fundamente su respuesta.
b.
con la expansin del capitalismo para comprender la organizacin del espacio mundial?
143
e.
responden a la organizacin del espacio mundial de comienzos del siglo XIX. Realice
un breve comentario sobre los datos que se representan en los mapas.
Actividad N 16
A continuacin le presentamos las opiniones de Martin Wolf, economista
britnico,
perspectiva.
ao en el ao 800 a 125.000 toneladas hacia finales del siglo XI (un nivel que Inglaterra
no pudo lograr sino hasta comienzas del siglo XIX)
An as, la transformacin comercial de China fue vulnerable, debido en parte a
la continua amenaza de invasiones externas, una vulnerabilidad que culmin en una
catastrfica conquista por parte de los mongoles en el siglo XIII.
Otro motivo de debilidad fue que el crecimiento en China de una clase mercantil
rica e independiente se haca inaceptable para la elite dirigente de burcratas eruditos.
En el siglo XV, el gobierno lleg a detener por completo las grandes expediciones
chinas al extranjero.
Lo que no logr persistir en un extremo de Eurasia, logr triunfar en el otro. Los
comerciantes escaparon del control de estados predatorios durante el tiempo suficiente
como para transformar no slo a Europa, sino a todo el mundo. En ese proceso, las
relaciones de mercado y las actitudes de mercado -la racionalidad, la actitud pionera, el
antitradicionalismo- llegaron a permear las sociedades de casi todas partes.
Por qu los empresarios y financistas se volvieron tan poderosos agentes del
cambio en Europa? Hay dos explicaciones fundamentales para este fenmeno: los
intereses de la Iglesia Catlica Romana y la divisin interna del continente. En las otras
regiones de Eurasia surgieron lo que el profesor McNeill llama "Imperios de la
plvora". Pero en Europa se daba la competencia de distintos "estados de la plvora".
La Iglesia aport dos contribuciones fundamentales: en primer lugar, quit
poder a los potentados seculares al reclamar su soberana sobre todos ellos y, en
segundo lugar, promovi la capacidad de la gente de disponer libremente de su
propiedad. Hizo ambas cosas motivada por su propio inters, para protegerse a s misma
y asegurar su subsistencia. Pero lo que importan son las consecuencias, no las
intenciones.
Con el tiempo, Europa se dividi en estados -cada uno con una burocracia
modelada al estilo de la Iglesia- y unas fuerzas armadas que eran rplica moderna de los
antiguos modelos romanos. Esa divisin asegur que un Estado que expoliara a su
comercio, lo perda; que los intentos de suprimir las ideas molestas terminaran con la
emigracin de las ideas y de sus pensadores, y que los gobernantes dependieran del
avance tecnolgico como condicin para permanecer en carrera frente a sus rivales.
La base de la transformacin europea, pues, fue la competencia entre estados.
Los estados independientes que apoyaban el librepensamiento protegan la propiedad e
145
imponan impuestos mdicos, lograban un xito econmico que haca que los dems
temieran caer en el sopor del despotismo. Gran Bretaa se volvi el ms importante de
esos estados. Era una isla poderosa, a diferencia de sus predecesores, las ciudades de
Italia y el estado comercial de Holanda. Para asegurar su independencia, en lugar de un
enorme ejrcito, le alcanzaba con una armada fuerte. Pero tambin necesitaba mantener
dividido al continente. Y trabaj con ahnco para lograrlo, oponindose sucesivamente a
los intentos de Espaa, Francia y Alemania por conquistar la hegemona. En
consecuencia, Europa continu dividida y dinmica.
Adems, en el curso de los siglos XVII y XVIII, las personas ricas y que
pagaban impuestos, secuestraron el poder poltico de manos de la monarqua. Como
consecuencia, el Reino Unido fue un pas con un gobierno solvente, propiedad segura y
una creciente economa comercial. (...)
Un nuevo mundo moderno
Para decirlo resumidamente, entre 1600 y 1800, surgi el mundo moderno,
particularmente en Gran Bretaa: la libre investigacin cientfica, el parlamentarismo en
lugar del gobierno monrquico, la creciente libertad comercial y, finalmente, la
industrializacin. Esta ltima fue la exitosa respuesta britnica al aumento mundial de
la poblacin que ocurri en el siglo XVIII. Francia, segn el profesor McNeill, eligi de
hecho la revolucin y la guerra como respuesta a la inestabilidad creada por el aumento
poblacional. En cambio, Gran Bretaa empez la revolucin industrial que
transformara al mundo.
La industrializacin iba a ser el legado duradero de la transformacin comercial
britnica. Sin embargo, no lo sera el liberalismo. El triunfo poltico del laisser faire,
apoteosis de la revolucin comercial, demostr ser frgil e inseguro. Su triunfo, en los
comienzos del siglo XIX, no fue duradero.
A lo largo de ese siglo, surgi un conjunto de ideologas antiliberales,
especialmente el nacionalismo, el imperialismo y el socialismo. Esto contribuy al
restablecimiento de las estructuras jerrquicas de direccin y control que haban sido
moneda corriente en los estados agrcolas avanzados.
Para entonces, sin embargo, aquel viejo modelo tuvo que operar en un contexto
econmico y tecnolgico totalmente diferente. Felizmente, se demostr que el
146
147
148
149
de las fronteras emprendidas por estos agentes econmicos vara con la ubicacin y
tamao de los mercados, con las ventajas tecnolgicas y con otros tipos de economas
nacionales y con la apertura de los marcos institucionales. Los vnculos establecidos
mediante el comercio o las actividades de produccin pueden involucrar muchos
componentes, en particular, flujos de capital, mercancas, servicios, personal, tecnologa,
informacin e ideas. En otras palabras, el grado de integracin internacional depende
bsicamente de la extensin y la profundidad de estos vnculos a travs de las fronteras
nacionales.
Estas dimensiones abarcan diferentes espacios geogrficos: nacional, regional y
global. Segn este enfoque, la tendencia histrica de la economa mundial va estrechando
e integrando, cada vez ms, a todos estos espacios. Fuertes afinidades entre pases vecinos
a menudo proveen el contexto para vnculos iniciales a travs de las fronteras y un grado
ms alto de integracin internacional. Por extensin, para ellos, la globalizacin se refiere
literalmente al mximo alcance de la integracin internacional, producto de una creciente
interconexin de economas nacionales a travs de flujos de mercancas, servicios y
factores de produccin.
151
Lectura recomendada
Se recomienda para el lector que le interese la perspectiva propuesta por Hirsch,
el artculo Qu es la globalizacin?, en: Realidad Econmica, nmero 147, Buenos
Aires, 1997.
152
puede dejar de lado la importancia de los intereses polticos que subyacen en las
posiciones de los pases ms ricos y tambin en algunas naciones en desarrollo.
El comercio mundial es clave en la evolucin del ciclo econmico argentino: la
reduccin de su tasa de expansin es sntoma de enfriamiento y depresin, que
repercute sobre las regiones de menor desarrollo relativo, como ha venido ocurriendo
desde la crisis del sudeste asitico. Los pases industrializados erogan 250.000 millones
de dlares anuales en subsidios para la produccin agrcola y desplazan a las
exportaciones de los pases en desarrollo. (...) Debido a que el proteccionismo a secas
se ha tornado mala palabra, ahora se lo disfraza como seguridad alimentaria,
dumping social o con eufemismos supuestamente ambientalistas (...) Resulta curioso
observar las restricciones que aplican las economas desarrolladas a productos de pases
en desarrollo o economas emergentes, cuando a la vez la falta de sincronizacin de sus
polticas macroeconmicas lleva a causar una enorme inestabilidad en el sistema
financiero mundial, como lo est demostrando en estos das la preocupante evolucin de
la relacin yen-dlar-euro. La depreciacin de la divisa europea frente a la
estadounidense constituye una seria preocupacin para la Argentina, cuyo saldo
comercial con Europa es fuertemente deficitario. (...) Para los pases desarrollados, una
actitud positiva sera una reduccin programada, gradual pero constante, de las trabas de
comercio. Las naciones en desarrollo deberan inducir -sin incurrir en subsidiospolticas pro mercado en trminos de calidad, estndar de produccin y
comercializacin, con espacio para PyMEs. Para la comunidad internacional queda la
responsabilidad de adecuar los marcos jurdicos y las instituciones multilaterales para
contribuir a liberalizar el comercio."
Adalberto Rodriguez Giavarini. Ministro de Relaciones Exteriores.
Diario Clarn, 14 de diciembre de 1999.
Texto B
"La reunin de la Organizacin Mundial del comercio de Saettle es crucial para
determinar si en el siglo XXI proseguir la expansin del mercado mundial iniciada en
la segunda mitad del siglo XX o si, por el contrario, se regresa al enfrentamiento de
bloques comerciales de la primera mitad del siglo pasado. El orden poltico y
econmico de posguerra, construido deliberadamente por varios estadistas para asegurar
el libre comercio y, como consecuencia, disminuir las posibilidades de una
153
conflagracin, tuvo xito. Se logr un amplio consenso sobre la funcin del Estado en la
provisin de empleo para todos, en la estabilidad de precios y en el establecimiento de
redes de seguridad social. Se desarrollaron economas nacionales diferenciadas con
Estados capaces de controlar los negocios entre sus ciudadanos y de manejar los
controles fronterizos.
El mundo actual es muy diferente. Las redes productivas y financieras se han
librado de las barreras nacionales y son universales. No obstante, el resto del sistema
qued rezagado. Los estados-naciones y las instituciones que los representan no pueden
seguir dictando los trminos del intercambio internacional por el simple comercio de
unos con otros. La vida econmica ya no est incrustada en un amplio marco de valores
compartidos y prcticas institucionalizadas. La economa es ahora global, pero la
poltica sigue siendo esencialmente local.
No hay que sorprenderse de que los pases en desarrollo desconfen de quienes
afirman que los estn ayudando cuando introducen condiciones comerciales nuevas o
restricciones al comercio. Les han repetido, una y otra vez, que el libre comercio es un
beneficio para ellos, que deben abrir sus economas. Y ellos lo han hecho, a veces con
un costo muy alto. Tal vez no han hecho lo suficiente, ya que muchos conservan
barreras muy altas en forma de tarifas que restringen la competencia e impiden
importaciones fundamentales para sus propios productores. De esta manera retardan el
crecimiento. Sin embargo, la verdad es que los pases ricos han reducido sus tarifas
menos que los pases pobres. Parece que se sienten felices exportndose mutuamente
productos manufacturados, pero rechazan los productos terminados de los pases en
desarrollo y slo les compran materias primas. Como consecuencia, el promedio de las
tarifas que les imponen a los productos manufacturados procedentes de los pases en
desarrollo es cuatro veces ms alto que el impuesto a los productos que llegan de otros
pases industrializados. (...) No debemos suponer que la marcha progresiva del libre
comercio y el imperio de la globalizacin se producen de manera espontnea. El
comercio es mejor que la ayuda. Si los pases industrializados hacen un mayor esfuerzo
para abrir sus mercados, los pases en desarrollo pueden llegar a exportar miles de
millones de dlares anuales, y esto es mucho ms de lo que actualmente reciben de
ayuda. Para una cantidad incalculable de millones de personas esto representar la
diferencia entre su miseria actual y una vida decente y, sin embargo, el costo para los
pases ricos ser insignificante."
Kofi A. Annan. Secretario general de las Naciones Unidas.
154
155
del pasado. Buena parte de los conflictos actuales son reacciones instintivas de
comunidades e individuos contra esta revolucin que est acabando con la cultura de la
tribu y creando un mundo de individualidades libradas a s mismas sin Dios ni patria,
pero s con ley (...) En esta mundializacin de la vida hay que buscar las razones de esa
violencia colectiva que, en efecto, crece de manera dramtica. Yo pienso que ella tiene
que ver, en buena parte, con la universalizacin de las comunicaciones que hace
saber, cada da, cada hora, a los pobres del mundo lo que no tienen, todo aquello de lo
que estn privados y que otros disfrutan. Ello crea impaciencia, desasosiego,
frustracin, desesperacin, y los demagogos polticos y religiosos saben aprovechar ese
caldo de cultivo para sus propuestas demenciales. Pero esa insatisfaccin y disgusto de
los pobres con su pobreza es tambin una energa formidable que, bien canalizada,
puede convertirse en un extraordinario motor de desarrollo"
Mario Vargas Llosa, escritor.
Diario La Nacin 18 de marzo de 1995.
b-
157
En la actualidad, esta
adaptarse. Por ello, ser preciso que en su proceso de penetracin, las nuevas tecnologas
se apliquen bajo formas distintas para alcanzar la adecuacin del principio general a cada
lugar o territorio como espacio social concreto y particular."
d) "El desarrollo tcnico. As pues, no slo es importante el control de los
recursos humanos, de los recursos fsicos y de los de capital, sino que, cada vez ms, es
importante el control sobre los recursos tcnicos. Con ello tambin el control sobre su
difusin."
Para ejemplificar lo dicho anteriormente, basta con observar qu sucede hoy en el
mundo con las patentes. Tema de relevancia internacional cuando se analiza la magnitud
del reclutamiento de las inteligencias que realizan los pases desarrollados, las inversiones
y las prioridades en las agendas cientficas; los que por cierto no dejan ningn resquicio o
situacin al azar. En la actualidad, se instala un debate muy intenso en torno al genoma
humano que, entre otras cosas, ha desatado una guerra cientfica entre las sociedades del
primer mundo. El propsito y las intencionalidades de estas inversiones y el control de
los avances biotecnolgicos, en este caso, son slo cientficas?
e) Efectos espaciales directos, derivados e indirectos. Junto a los efectos directos
deberemos prestar una gran atencin analtica a los efectos derivados ligados a la propia
tecnologa, o a los efectos indirectos que se producirn como consecuencia de los
derivados, en la medida en que stos pueden ser efectos no previstos, con repercusiones
fuera de control y cuyas consecuencias habr que analizar. Lo que estamos apuntando es
al proceso, en cierta medida, autnomo, de interdependencia entren los efectos concretos
sobre el espacio y los condicionantes subsiguientes que ofrecer el propio territorio. No se
trata, por tanto, de un feedback o realimentacin en sentido estricto, en el que el sistema
se adecua y produce a sus propios resultados adaptando esas nuevas tecnologas,
necesidades espaciales que exige esta incorporacin y readecuacin del sistema, lo que
generar el proceso sistmico de adecuacin social y territorial."
Esta ltima idea, desarrollada en el prrafo anterior, se podra ejemplificar
tomando el caso de la tecnologa del ferrocarril y sus vinculaciones con los cambiantes
efectos espaciales. La incorporacin del ferrocarril, en nuestro pas, como medio de
transporte signific no slo un cambio en la relacin tiempo-distancia, no slo una
159
160
Actividad N18
El futuro de la ciencia en la Argentina es un debate contemporneo que se
desat por cambios anunciados por Dante Caputo -Titular de la Secretara para la
Tecnologa, la Ciencia y la Innovacin Productiva, dependiente de la Presidencia de la
Nacin- tema publicado en el diario La Nacin el 29 de marzo de 2000. A continuacin
seleccionamos algunos prrafos de las ideas que se discuten en torno al desarrollo
cientfico en nuestro pas.
Texto A
El progreso no se encuentra en Internet
Propias lgicas de aplicacin y desarrollo tecnolgico
"La globalizacin, como tendencia dominante en la aldea humana, parece haber
impactado duro en la Secretara para la Tecnologa, la Ciencia y la Innovacin
Productiva. De acuerdo con la informacin periodstica, originada en esa misma
secretara de Estado, ha surgido un conflicto en lo que hara al futuro de la ciencia y la
informtica en los estamentos oficiales. Este conflicto se desat a partir de una
propuesta del doctor Dante Caputo de modificar la estructura de la secretara a su cargo
y darle al rea cientfica un rango inferior al de la que manejara el desarrollo de
Internet. Adems, se comparan las condiciones de la ciencia y la tecnologa en la
Argentina con las correspondientes a los Estados Unidos, como si el ancestro de cada
uno de estos pases pudiera ser comparable. La verborragia de los polticos nativos hace
ms evidente an la dicotoma entre ciencia y poltica, caracterstica destacada de los
pases en vas de desarrollo. Ante el fracaso de sus acciones por hallar la solucin para
un desarrollo sostenible, no encuentran otra manera que la simple comparacin con un
gigante del aprovechamiento de los recursos materiales y humanos del mundo, para
poner el futuro del conocimiento cientfico nacional en manos de una potencia que ya
domina otros quehaceres de la vida argentina. Valga en este comentario el hecho
comprobado del desprecio que muestran particularmente algunas instituciones y
muchos cientficos de pases desarrollados por los esfuerzos de nuestros mal pagados
especialistas. Ellos muchas veces no disponen siquiera de los fondos para cancelar los
relativamente abultados cnones, con los que se tasan las publicaciones de artculos y
trabajos en revistas de tirada internacional.
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(...) Quienes han pasado parte de sus vidas profesionales en pases desarrollados,
de ese Primer Mundo en el que algunos quieren ingresar urgentemente, saben que la
pretensin en la Web es absolutamente errnea. Saben, tambin, de las falencias en el
pas del Norte, donde, desde antiguo, se han reemplazado las carencias locales con la
contratacin y asimilacin de cientficos y tecnlogos de todo origen, entre los cuales
los argentinos no son pocos. Claro est que la Argentina no puede adquirir capacidades
como las que le son necesarias, debe desarrollarlas. Como pas en vas de desarrollo,
debe promover tecnologas y mtodos de campo no disponibles en el mercado mundial.
No le es posible, como dijo un ministro de Economa, comprar lo necesario para nuestro
desarrollo. Sin entrar en detalles, es bien conocido que la excelencia no se vende en el
mercado, debe ser desarrollada de manera progresiva y continua, puesto que sin ella
slo se puede adquirir basura cientfica y tecnologa obsoleta. Que ejemplos los hay en
el desarrollo poltico y econmico de la Argentina... La ex Secretara de Ciencia y
Tecnologa y el Conicet tienen buenas bases: limpiemos aquello que no sirve o no
funciona, pero no destruyamos nuestro ancestro, simplemente para dar prioridad a un
sistema informtico que depende total y absolutamente de todo lo que provee la
investigacin y el desarrollo. Pretender que la Web nos proveer de la informacin
necesaria para el desarrollo nacional es como querer hacer nuestro alimento sin
ingrediente alguno..."
Dr.
Osvaldo
F.
Canziani,
climatlogo
Copresidente
del
Panel
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163
164
Cundo vendr un gobierno que comprenda que hace falta saber mucho ms
para salir del atraso, aunque slo sea porque parte del subdesarrollo es la ignorancia?
Y cundo comprendern los mandatarios que quienes entienden de ciencia son los
cientficos, y no los funcionarios?."
Mario Bunge, fsico y filsofo argentino radicado en Canad.
a.
b.
estratgico para los estados desarrollados? y qu sucede con los pases en desarrollo?
c.
recursos locales, las civilizaciones dejan de ser autnomas -en el sentido expresado por V.
de la Blache- porque pueden acceder a los recursos de otras reas geogrficas, pero esto
aumenta su dependencia a escala planetaria lo que acicatea su inters de dominacin.
Esto, como se dijo anteriormente, es la esencia del desarrollo del siglo XX. La
organizacin planetaria del espacio tiene sus antecedentes en los imperios martimos del
siglo XVI-XVII, que involucraron al mundo entero en la medida en que pudieron acceder
a un mayor desarrollo tecnolgico. En este sentido, en el mundo global de hoy ya no
importa tanto la dominacin poltica del espacio como la dominacin econmica ejercida
a travs de empresas multinacionales, que no se hacen cargo ni se responsabilizan de las
revoluciones o conflictos polticos, o de las crecientes desigualdades sociales, cuya
solucin queda a cargo de los gobiernos locales, con escasos medios econmicos para
remediarlas.
Hoy, ms que nunca, todas las partes de la Tierra se relacionan; el aislamiento es
una anomala. Ya no alcanza con comprender las condiciones del sitio y la posicin de un
lugar, hoy hay que prestar mucha atencin y mirar conjuntamente las sociedades y sus
territorios, insertos en la realidad planetaria, imaginando futuros escenarios.
Sea como fuere, este mapa de los Estados territoriales est en vas de
transformacin por otros factores. La tendencia es que, a pesar de que se mantengan las
fronteras nacionales y la soberana territorial, stas se van a ir desdibujando como
consecuencia de la constitucin de uniones regionales en las que un grupo de Estados de
comn acuerdo adopte polticas que tienen una inmediata repercusin sobre el tratamiento
del espacio en cada uno de los Estados nacionales. Ya no se trata de reuniones efmeras
para la guerra, sino de uniones que se espera puedan garantizar la paz de los Estados.
Otras organizaciones ms ambiciosas pretenden una actuacin a escala mundial como la
Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) o a escala continental como la Organizacin
de los Estados Americanos (OEA), entre otras. El ejemplo ms acabado de este proceso
es el caso de la Unin Europea (UE) que comenz siendo la comunidad del carbn y del
acero hace 40 aos para ser luego la Comunidad Econmica Europea y finalmente, esta
unin adopt una moneda comn, y una serie de medidas que condicionan a la sociedad
en su conjunto. Hay otros, como la Organizacin de Pases Exportadores de Petrleo
(OPEP), en la que tambin un acuerdo -que abarca los pases afroasiticos- repercute
sobre los dems.
166
Urbanizacin creciente
Otro fenmeno de escala planetaria, adems del crecimiento de la poblacin y su
distribucin desigual, es la tendencia a la urbanizacin.
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complaciente est el Estado criminal; ste se deja comprar por empresas, y detrs de la
fachada de un mundo estructurado en estados, lo que se ve es una estructura en redes.
Esta estructura no se crea ante nuestros ojos. En esta estructura en red los poderes
econmicos no dudan en recurrir directa o indirectamente a la violencia. Algunos
estados que no tienen recursos y con necesidades reales de desarrollo, estados que estn
minados por la ausencia de unidad de su poblacin, ya no son capaces de garantizar la
seguridad de los bienes y de las personas. Los estados permiten a las empresas obtener
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beneficios importantes. Por lo tanto, las empresas no dudan en hacer all sus
operaciones. Son obligadas a crear ellas mismas su polica o a recurrir a mafias. Esto ha
establecido un cuadro dramtico."
Claval, 1997: 50
Ms all de estas organizaciones que surgen de una voluntad poltica en que los
protagonistas son los Estados, existen otros agentes de organizacin del espacio a escala
mundial que son las llamadas empresas multinacionales, que deciden la localizacin
planetaria, la magnitud y la intensidad de sus inversiones, que ya no se concentran en un
rubro determinado, sino que abarcan una multitud de actividades a travs de las cuales
determinan la suerte de los espacios seleccionados para su localizacin, de manera que la
explicacin de las caractersticas de un espacio dado no se puede entender sin estudiar el
papel que les cabe a estas empresas y la direccin en que fluye y se acumula el monto de
sus ganancias.
Actividad N19
Para finalizar nuestro recorrido, le proponemos que realice un informe escrito en
el que incluya un anlisis de la gnesis, evolucin y tendencia de su lugar (ciudad,
pueblo, comunidad rural, metrpolis). En este ejercicio deber aplicar las herramientas
conceptuales que se fueron desarrollando durante el curso: caracterizaciones del sitio y
la posicin, la evolucin de las tcnicas y sus efectos, y transformaciones del espacio y
la sociedad y sus nuevas funciones. Incorpore las escalas de anlisis necesarias para
entender el lugar y las tendencias futuras.
la reflexin, que permita entender cada uno de nuestros lugares, nuestras sociedades y
nuestro tiempo analizado desde el interjuego de escalas. Una vez ms, reafirmamos la
unicidad del hecho geogrfico, el lugar y la necesidad de sostener esta visin totalizadora
que brinda la escala planetaria. Para finalizar, tengamos presente, que estas aceleradas
transformaciones de la tecnologa, y su vinculacin entre la sociedad y el espacio, son las
que hoy hacen posible que a travs de Internet y otros medios, iniciemos esta aventura de
participar en esta materia de la Universidad Virtual de Quilmes.
La puerta sigue abierta...
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Referencias bibliogrficas
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Bibliografa obligatoria
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