Psicología y Feminismo
Psicología y Feminismo
Psicología y Feminismo
12, No 2, 47-64
ISNN: 0211-3481
http://www.quadernsdepsicologia.cat/article/view/771
Resumen
En el artculo analizo las articulaciones entre la Psicologa, como disciplina y conocimiento
cientfico, y el Feminismo como teora crtica y movimiento social. Mi propsito es evaluar
hasta qu punto podemos hablar de "tiempos de igualdad" en la Psicologa, teniendo en
cuenta su pasado histrico y la situacin actual. Para ello, analizo la situacin de las mujeres en la psicologa -como sujetos y como objetos de conocimiento-, la cuestin de la psicologa en el feminismo (hasta qu punto los conocimientos psicolgicos han contribuido a la
opresin o liberalizacin de las mujeres y a fines polticos feministas) y la cuestin del feminismo en la psicologa (hasta qu punto los discursos y prcticas feministas han contribuido a la consecucin de una "mejor" psicologa, ms objetiva y justa socialmente). Vamos a
desplazarnos, as, de la psicologa construye lo femenino' y la mujer', al feminismo reconstruye a la psicologa, para terminar plantendonos las posibilidades de una psicologa feminista.
Palabras clave: Psicologa; Feminismo; Gnero; Mujeres
Abstract
In this article I analyse the articulations between Psychology, as discipline and scientific
knowledge, and Feminism, as critical theory and social movement. My aim is to evaluate to
what extent we can speak about "times of equality" in Psychology, bearing in mind its historical past and the current situation. In doing so, we analyse the situation of women in
psychology -as subjects and objects of knowledge-, the question of psychology in feminism
(how discourses from psychology, as a scientific knowledge, have contributed to the oppression or liberation of women and feminist political aims) and the question of feminism
in psychology (how feminist discourses and practices have contributed to a more objective
and socially fair scientific psychology). The journey we are going to follow is from psychology constructs "the female" and "the feminine", to feminism reconstructs psychology, and
finally we will think about the possibilities of a Feminist Psychology.
Keywords: Psychology; Feminism; Gender; Women
Recogiendo la temtica general de este monogrfico, lo que pretendo con este texto es
analizar las relaciones entre la Psicologa,
como disciplina acadmica institucionalizada
y como produccin y corpus de conocimiento
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2 Para un anlisis de la situacin de las pioneras psiclogas en Argentina y Chile, ver Winkler Mller (2007).
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Se construye como una aportacin de dudosa calidad, de inclusin forzada por una
identidad, y no como una forma de reparacin
de desigualdades histricas (2008, pp. 40-41).
Frente a esta postura, me gustara sealar varios proyectos de investigacin actualmente
en desarrollo sobre mujeres cientficas contemporneas en Espaa y Latinoamrica que
rompen precisamente con esta divisin artificial entre los valores externos e internos a la
ciencia. Uno, elaborado por el grupo de inves-
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tigacin GENCIANA de la Universidad de Zaragoza sobre Cientficas que dejan huella: interaccin entre la experiencia vital y la contribucin a la ciencia; el otro, una investigacin comparativa entre Mxico y Cuba sobre
Mujeres acadmicas: entre la ciencia y la vida
(Blzquez et al., 2008). Lo que me interesa
sealar de ambos, no es slo el ejercicio de
reconocimiento de cientficas y psiclogasespaolas y latinoamericanas en vida, construyendo modelos y genealoga, sino su intencin de analizar mediante entrevistas en profundidad e historias de vida la interaccin entre sus trayectorias vitales y sus contribuciones a la ciencia. Es ms, destacan el poder
transformador de estas entrevistas, no solo
para un posible pblico objetivo, sino para las
propias mujeres entrevistadas, que en el
ejercicio de retrospectiva vital toman conciencia de sus logros y en muchos casos conciencia de gnero y de las discriminaciones
que experimentaron (Blzquez, Bustos y Restrepo, 2010). Un ejercicio similar ha sido el
realizado por Amparo Moreno (2009) en Las
psiclogas hablan de Psicologa, un libro cuyo
ttulo reproduce su homnimo masculino escrito en 1977 por David Cohen donde psiclogos clsicos varones- hablaban de psicologa (pero a diferencia del libro de Moreno nadie se apercibi de su sexo). A travs de entrevistas a prestigiosas psiclogas espaolas,
se discuten cuestiones tericas y aplicadas de
la disciplina, pero esto no es bice para introducir tambin cuestiones personales, ticas y polticas, entre otras, la vinculacin entre el gnero y el desarrollo profesional. Este
ejercicio de reflexin sera igualmente recomendable para el caso de la subjetividad
masculina y sus relaciones con la objetividad
cientfica, tal y como ha sealado Evelyn Fox
Keller (1991).
51
cas que comenzaron a organizarse para provocar cambios legales que eliminaran las
prcticas de discriminacin sexual en los procesos de contratacin y salarios. Revistas como Science comenzaron a publicar diferentes
estudios que mostraban evidencia cientfica
sobre prejuicios y discriminaciones sexuales
en los sistemas de contratacin, sueldo y
promocin acadmicos. La American Psychologist publicaba en 1970 Empirical verification of sex discrimination in hiring practices
in Psychology de Linda Fidell (1970). Esta investigacin emprica conclua que los directores de departamento contrataran a varones
con mayor probabilidad que a mujeres con
iguales currculum vtae y que les ofreceran
mayores rangos con menores mritos.
En el marco de estos estudios pioneros de una
psicologa social de la ciencia y del gnero,
destacamos The psychology of tokenism: An
analysis publicado en el nmero inaugural de
Sex Roles en 1975. En dicho artculo, Judith
Laws analizaba lo que ms tarde se denominar el sndrome de la abeja reina: mujeres
excepcionales que han conseguido altos cargos y que han sido socializadas para creer que
el sexo es irrelevante en las interacciones
profesionales meritocrticas. Faye Crosby
(1984) analiz pocos aos despus un fenmeno relacionado: la conciencia selectiva o
negacin de la discriminacin personal en
personas que pertenecen a grupos oprimidos y
se perciben como excepciones. Estos fenmenos describen el difcil equilibrio identitario
de mujeres acadmicas que no estn dispuestas a arriesgar su legitimidad y reconocimiento entre compaeros al identificarse con otras
mujeres o con temas de mujeres, y actan
como si el sistema de sexo/gnero no marcara
diferencia alguna, pero sin desprenderse a su
vez de la mascarada femenina para no ser rechazadas (como ya describi la psicoanalista
Joan Rivire en 1929/2007). Se trata de un
doble vnculo: con la neutralidad masculina
cientfica que no permite adscripciones marcadas de gnero y con las normas sociales que
sancionan desviaciones genricas.
Tambin son importantes los anlisis sobre el
denominado efecto Matilda -en referencia
al efecto Mateo descrito por Merton (Rossiter,
1993)-:
el
olvido
generizado/generalizado de mujeres cientficas clebres, los sesgados mecanismos de seleccin
en los directorios cientficos o el desigual re-
52 Silvia Garca-Dauder
Se trata de trabajos pioneros sobre la organizacin social de los psiclogos pero que, a diferencia de los estudios mertonianos, incluan
las desigualdades de gnero en sus anlisis.
Iniciaron as una tradicin de investigacin,
continuada en dcadas posteriores, sobre los
mecanismos informales de discriminacin
territorial y jerrquica- en condiciones de
igualdad formal (Pion et al., 1996). Respecto a la discriminacin vertical y en el contexto espaol, las recientes investigaciones sobre
Personalidad,
Evaluacin y Tratamiento Psicol.
Mujeres Varones
Titulares
Catedrticos
Psicologa Social
Psicobiologa
Psicologa Bsica
Mujeres
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
Varones
165
120
92
104
72
63
107
140
143
108
14
35
45
11
14
44
19
44
Tabla 1. Distribucin por puesto y sexo en los departamentos de las facultades de Psicologa en Espaa (MEC, 2007)
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los
sesees-
tudio bibliomtrico pionero que realiz Concha Fernndez Villanueva (1982). Esta autora
identific los porcentajes diferenciales por
sexo de publicaciones en la American Psychologist, la Journal of Personality and Social
Psychology, la British Journal of Psychology y
la Revista de Psicologa General y Aplicada.
En esta ltima, por ejemplo, el porcentaje de
autores varones durante toda la dcada de los
70 era el 72,8% y el de autoras mujeres el
27,2%. Recientemente, la revista Psicothema
ha realizado un estudio bibliomtrico similar
sobre los porcentajes de autores varones y
53
inmutable (Lewin, 1984; Bem, 1993; Morawski, 1997). Recogiendo la herencia de las pioneras psiclogas, estos trabajos han criticado
teoras psicolgicas misginas y sexistas, con
esencialismos biologicistas aunque tambin de
otros tipos (Bosch, Ferrer y Gili, 1999; Garca
Dauder, 2005a)4. Junto a ello, se han descrito
los sesgos de gnero a lo largo del proceso de
investigacin; y el androcentrismo de la psicologa al olvidar determinadas experiencias
particulares de las mujeres o al mostrarlas
como deficiencias o patologas respecto a
la norma masculina considerada universal.
Ellen Herman (1995) ha analizado el curioso
cortejo de la psicologa y el feminismo durante la dcada de los 70. Por un lado, el recelo de las feministas frente a la psicologa y
los expertos psiclogos que tras la guerra haban convertido a las madres especialmente
las madres masculinas que trabajaban- en
chivos expiatorios responsables tanto de
neurosis de soldados como de desastres sociales5. A los ojos de muchas feministas, la
psicologa era poco ms que sexismo disfrazado de ciencia (Herman, 1995, p. 279). Pero
segn esta autora, si bien la psicologa ayud
a construir la feminidad, tambin -y en
respuesta a ello- provoc en parte la nueva
ola del feminismo que, a su vez, se vali de
conceptos psicolgicos que ayudaban a explicar los aspectos subjetivos no solo los materiales- de la opresin patriarcal. En su crtica
a Erikson, Kate Millett (1969/1995) utiliz el
concepto de identidad para enfatizar la dimensin social de la experiencia subjetiva y
lo asoci con los procesos de socializacin de
gnero como base ideolgica del poder patriarcal recogiendo el lema de Beauvoir la
mujer no nace se hace-. Millett critic los
escasos trabajos desde la psicologa sobre las
repercusiones psicosociales de la supremaca
masculina. Otro ejemplo fueron las tesis humanistas de Betty Friedan (1963/1974) sobre
el problema que no tiene nombre en las
mujeres estadounidenses blancas de clase
media, producto del sacrificio de su autorrealizacin al servicio de los dems; o los presu4 Un buen ejercicio para relativizar la autoridad de psiclogos clsicos como Watson, Hall, Titchener, o en Espaa,
Ortega y Gasset, es analizar sus teoras sobre la inferioridad de las mujeres y ver cmo sus facultades crticas y
objetivas de vean mermadas cuando abordaban la cuestin femenina.
5 En este sentido, ver el excelente trabajo crtico de Erica Burman (1998b) sobre la psicologa evolutiva.
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A partir del texto de Weisstein algunas psiclogas se decidieron a reconstruir la psicologa de la mujer, del gnero o de las diferencias sexuales, y en la dcada de los 70 y comienzos de los 80 se publicaron una serie de
artculos revisando de forma crtica los estudios psicolgicos sobre el tema. De especial
inters fueron los recogidos en una de las revistas ms prestigiosas de teora feminista,
Signs: Review Essay: Psychology y Psychology and Women: Review Essay de Mary Parlee (1975,1979), Review Essay. Psychology
de Reesa Vaughter (1976) y Psychology and
Gender de Nancy Henley (1985). Junto a estas revisiones, comienzan a escribirse libros
sobre psicologa de las mujeres firmados
por mujeres no en todos los casos necesariamente feministas- y recopilaciones sobre psicologa de las diferencias sexuales (Maccoby y
Jacklin, 1974; Sherman y Denmark, 1978).
Junto con los artculos de Weisstein, quiero
destacar especialmente tres artculos crticos
de 1979 y un libro de 1978, por la importancia
que tuvieron en la poca y por la vigencia actual de sus aportaciones. Dos artculos tienen
la firma de Carolyn Sherif, What every intelligent person should know about Psychology
and Women (1979) y Ethnocentrism, Androcentism, and Sexist Bias in Psychology(1979/1987), donde de forma irnica nos
presentaba su breve curso sobre cmo perpetuar un mito social sobre diferencias sexuales. El otro artculo es el clsico de Rhoda
Unger Toward a redefinition of sex and gender (1979) donde introdujo el concepto de
gnero en una de las revistas ms prestigio-
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clogos y psiquiatras varones haban construido la locura y la feminidad de forma especular. El feminismo en alianza con la antipsiquiatra denunci la autoridad del poder
mdico sobre los cuerpos y vidas de las mujeres, y la patologizacin y psicologizacin de
problemas y conflictos sociales producto de la
dominacin masculina y heterosexual. En diferentes pases, a finales de los 60 se organizaron protestas y boicots de grupos feministas
y de gays y lesbianas en convenciones de asociaciones psiquitricas y psicolgicas, denunciando la construccin social de enfermedades mentales a travs de prejuicios sexistas,
racistas, polticos y homfobos. Estos colectivos exigan proteccin legal frente a prcticas
abusivas de clnicos, pero tambin libertad
para prisioneros polticos y de gays y lesbianas
internados en instituciones mentales. Se iniciaban as las bases de las terapias nosexistas y terapias feministas que abordan
malestares desde el anlisis social de las relaciones de poder sin patologizar a las mujeres
(Sez Buenaventura, 1988; Burin, 1990; Hyde,
1995).
No obstante las alianzas anteriores, la mayor
parte de la psicologa de las mujeres o psicologa feminista ha reproducido a su vez la exclusin de otras diferentes diferencias, siendo
predominantemente una psicologa de y para
mujeres blancas, anglosajonas, heterosexuales y de clase media-alta. Psiclogas feministas lesbianas, negras o no-occidentales, y que
adems quieran dedicarse al estudio sobre los
grupos que representan, se encuentran en situaciones de mayor marginalizacin y exclusin, a veces desde la propia psicologa de
las mujeres y psicologa feminista (Brown,
1989; Squire, 1989; Comas-Daz, 1991; Hall,
1997). La APA no estableci una Sociedad para el Estudio psicolgico sobre cuestiones de
minoras tnicas hasta 1987 -doce aos despus de que se creara la dfivisin de Psicologa de las mujeres-. En 1975 la APA vot
prohibir la discriminacin frente a psiclogos
gays y lesbianas que hasta dos aos antes
1973- estaban etiquetados como enfermos
mentales en el DSM por sus propios compaeros de profesin (Morin, 1977; Herman, 1994).
En 1985 se establece la Sociedad para el Estudio psicolgico sobre cuestiones de gays y
lesbianas. No obstante, estos avances han
tenido un efecto ms bien escaso sobre la
tendencia general de la psicologa, incluida la
psicologa de las mujeres, que representan
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lo blanco y lo heterosexual como normaneutra-generalizable, construyendo las diferencias como inferiores, invisibilizndolas o
guetizndolas en epgrafes marginales.
Desde la constatacin estadstica de la creciente obsolescencia de una psicologa que
no reconoce las diferencias tanto de sus sujetos practicantes como de sus objetos de estudio-, se han elaborado varios trabajos advirtiendo sobre las consecuencias negativas de
estas exclusiones y proponiendo una mayor
inclusividad democrtica y una revisin de
los contenidos- en la investigacin, enseanza
y prctica (Hall, 1997; Landrine, 1995).
Junto a los estudios que criticaban el sexismo
terico, desde posiciones empiristas feministas se han venido denunciando diferentes
sesgos de gnero a lo largo de todo el proceso de investigacin psicolgica: (1) modelos
tericos o lenguajes sesgados; (2) sesgos en la
formulacin de preguntas planteando determinadas cuestiones y no otras a consecuencia
de estereotipos de gnero; (3) sesgos en la seleccin de las muestras: o bien utilizando con
mayor frecuencia a varones que a mujeres
las teoras sobre la motivacin de logro de
McClelland, el desarrollo moral de Kohlberg
o la categorizacin social de Tajfel se desarrollaron inicialmente a partir de estudios con
muestras exclusivamente masculinas-, o bien
realizando la seleccin en funcin de estereotipos -por ejemplo, los estudios sobre agresin se han realizado con muestras mayoritariamente masculinas-; (4) sesgos de gnero
derivados de los efectos del experimentador;
(5) sesgos en las interpretaciones o en la publicacin exclusivamente de resultados significativos -slo nos enteramos cuando difieren
varones y mujeres y no cuando no lo hacen,
descuidndose las semejanzas, etc10. En este
sentido, varios trabajos han presentado un
conjunto de orientaciones gua para evitar el
sexismo en la investigacin psicolgica (Denmark, Russo, Frieze y Sechzer, 1988; McHugh,
Koeske y Frieze, 1986) y han propuesto tcnicas metodolgicas como el meta-anlisis
con el objetivo de contrarrestar afirmaciones
sobre la diferencia-inferioridad femenina
(Hyde, 1994a).
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15 Ver estas posiciones en la compilacin de Erica Burman (1990) Feminists and Psychological Practice.
ciones que implica la posicin de psiclogasfeministas (Unger, 1998; Fine y Gordon, 1989;
Wilkinson, 1991).
Comprometidas con la prctica feminista somos
excluidas de la categora de psiclogas. Practicando como psiclogas dejamos de actuar como
feministas (...) El hbrido psicologa feminista
puede ser conceptualmente coherente o bien a
travs de una politizacin de la psicologa, o bien
a travs de una despolitizacin del feminismo.
(Kitzinger, 1990, p. 124,132).
Segn estas autoras, bajo los criterios empiristas de objetividad y neutralidad parece que
una buena investigacin psicolgica solo
puede ser realizada a expensas de una buena
teora feminista, evitando mencionar y problematizar el poder y el contexto social, la
existencia de mecanismos de opresin o hablar de patriarcado (Fine y Gordon, 1989; Nicolson, 1995). La marginalidad de publicaciones sobre mujeres -realizadas por y sobre un
grupo no normativo e infravalorado por la disciplina- se torna ilegitimidad si adems se utilizan mtodos o teoras feministas no ortodoxos: los estndares cientfico-acadmicos en
psicologa canalizan una psicologa de la mujer o psicologa del gnero basada en estudios experimentales o estudios empricos
cuantitativos. Por otro lado, la ambivalencia
con la que se encuentran las psiclogas feministas empiristas es que su trabajo es devaluado por la teora feminista por su devocin
por los datos y paradjicamente devaluado
por la psicologa debido a su conexin con la
ideologa feminista (Unger, 1998). Para algunas, la emergencia del paradigma socioconstruccionista en psicologa social ha abierto
nuevos espacios menos malabarsticos para
una psicologa feminista (Gergen, 2001; Burman, 1998a). Partiendo de las crticas al positivismo, al individualismo y al esencialismo,
los problemas surgen ahora ante posibles disoluciones polticas en relativismos paralizantes (Weisstein, 1993); la urgencia poltica de
datos empricos en una sociedad que todava
basa los cambios sociales en hechos cientficos (Kitzinger, 1999); y la importancia de
cambios individuales mientras se espera la
revolucin (Brown, 1992).
En tiempos de igualdad, treinta aos despus de que Rhoda Unger introdujera el concepto de gnero en la psicologa dominante
para diferenciarlo de sexo, psiclogos y psiclogas siguen todava confundiendo los conceptos, es ms se ha producido una co-
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bruja, 2005); o, con influencias del psicoanlisis, anlisis sobre mecanismos subjetivos del
poder, de sujecin y resistencia, que atienden
a dimensiones emocionales e inconscientes
(Amigot y Pujal, 2006, 2009). Sigue pendiente, no obstante, la problematizacin del sexo
como variable dicotmica y excluyente, lo
que supondra admitir una variabilidad de
cuerpos sexuados equivalente a la asumida
para el gnero. Un ejercicio que autoras que
han analizado la intersexualidad ya estn realizando (Garca Dauder, 2006; Garca Dauder y
Gregori, 2009; Bonilla, 2009).
En tiempos de igualdad, nos movemos en
un momento paradjico en el que, mientras
se deconstruye y problematiza tanto el objeto
de estudio de la psicologa de las mujeres o
de gnero, como el sujeto de conocimiento
de la psicologa feminista -su dualidad y su
homogeneizacin interna que excluye diferentes diferencias-, sigue siendo necesario nombrarlo y recuperarlo para abordar desigualdades. Y siguen siendo necesarias las comillas.
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SILVIA GARCA-DAUDER
Doctora en Psicologa y profesora de Psicologa Social en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Ha
participado en diversos proyectos de investigacin sobre Ciencia, Tecnologa y Gnero. Ha publicado
varios artculos sobre las relaciones entre la Psicologa y el Feminismo y sobre las pioneras psiclogas y
cientficas sociales. Es autora de Psicologa y Feminismo. Historia olvidada de mujeres pioneras en
Psicologa (2005, ed. Narcea) y co-editora de El eje del mal es heterosexual. Figuraciones, movimientos y prcticas feministas queer (2005, ed. Traficantes de sueos).
DIRECCIN DE CONTACTO
silvia.dauder@urjc.es
FORMATO DE CITACIN
Garca-Dauder, Silvia (2010). Las relaciones entre la Psicologa y el Feminismo en tiempos de igualdad. Quaderns de Psicologia, 12 (2), 47-64. Extraido el [da] de [mes] del [ao], de
http://www.quadernsdepsicologia.cat/article/view/771
HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 15/06/2010
Aceptado: 17/09/2010
http://quadernsdepsicologia.cat