Profesionales (Marcelo Bertuccio, 1995)
Profesionales (Marcelo Bertuccio, 1995)
Profesionales (Marcelo Bertuccio, 1995)
marcelobertuccio@gmail.com
Argentores (toda puesta en escena de este texto deber contar con su autorizacin)
info@argentores.org.ar
Profesionales
Marcelo Bertuccio
Uno.
Una mujer semidesnuda ofrece un vaso de vino a un hombre de traje.
La mujer es joven, morocha, cabello enrulado, est muy maquillada, pintarrajeada, los labios muy
rojos, pestaas postizas, ojerosa, cansada. Lleva el torso desnudo. Sus pechos son pequeos,
flcidos, feos. Una pollera corta, muy corta, de cuero negro. Medias de red, con algunos agujeros.
Se adivinan moretones en su piel morena. Y raspaduras. Picaduras. Zapatos negros de taco muy
alto. Viejos, deteriorados, sucios. Est de pie frente al hombre, con el brazo tendido ofrecindole un
vaso barato, de vidrio grueso, sucio desde hace mucho tiempo, con muchas manchas de rouge en su
borde, conteniendo un vino muy oscuro, espeso, maloliente. Ella, como el vino, apesta. El maquillaje grasoso, el spray de baja calidad, el perfume cido y alcohlico, el mal aliento. Supongo
que por eso l no la mira.
El hombre est sentado en un pequeo banco de madera, frente a una mesita con espejo. Se mira en
el espejo. Tambin est cansado. Ronda los cuarenta aos, esto aparece en su cara como si hubiese
estado sufriendo mucho durante todos esos aos. Est fumando un cigarrillo negro. Todo l huele a
tabaco negro y a sobretodo nuevo. Un sobretodo marrn claro que lleva sobre el impecable traje
azul francia. Ya no tiene la corbata; slo su camisa blanca, con los primeros botones
desabrochados. Su piel es muy blanca, sus ojos claros, su cabello rubio, lacio, corto. Zapatos
nuevos, clsicos, negros.
Hay poca luz, que proviene de una lamparita de baja intensidad colgada desprolijamente en el
techo. La habitacin es de color verde agua, pero sospecho que la pintura de las paredes oculta una
infinita variedad de colores superpuestos. El techo es azul, y probablemente siempre ha sido azul;
quiz toda la habitacin la primera vez, hace mucho tiempo, fue toda azul. La puerta, que es de
madera al igual que el piso, est cerrada. Slo hay all tres banquitos de madera, tres mesitas de
madera adosadas a la pared, cada una con su espejo en la pared. Un perchero con algunas prendas
de ella: boas de plumas, casacas largas, alguna vez brillosas, muchos pares de medias colgados de
una percha. Diseminados por aqu y por all, algunos zapatos sueltos, tambin viejos y decoloridos.
El piso est muy sucio, la madera es casi negra, se adivina la presencia de toda clase de insectos.
Slo una de las mesitas est ocupada con potes de maquillaje, barras de rouge, lpices, algodn
sucio, algodn ms o menos limpio, una botella de vino tinto sin etiquetas, un bolsito tejido con
piedritas de colores incrustadas.
Todo huele a l y a ella. Y tambin a humedad, a pis, a trapo viejo.
Desde afuera llega una msica extraa, de percusin africana, pero de jazz a la vez. Pareciera que
alguien ha olvidado apagar el aparato de msica. Y sta sigue, a todo volumen, interminablemente.
Ella.
No me dijiste que tenas sed?
l.
Ya no.
Ella.
Qu esperabas que te ofreciera? Champagne?
Silencio.
Todos esperan champagne. No entiendo.
l.
En mi imaginacin eras mucho ms linda.
Ella.
Aj.
l.
Alfonsina es un hermoso nombre. Corresponde a una mujer bella.
Ella.
Quers que me vista?
l.
No. Ya no.
Ella.
Entonces, me saco todo.
l.
No.
Ella.
Como quieras. Pero, qu vamos a hacer? Vamos a charlar, no? Me vas a contar la tragedia de tu
vida? Sos casado, no? Y con tu mujer, nada, no? Aprovech, entonces, tontito. Ac estoy yo,
toda para vos. No siempre nos podemos quedar toda la noche. Aprovech hoy. A lo mejor no se
repite. O te doy asco? Me imaginabas linda y te doy asco.
l.
No es eso. Disculpame.
Largo silencio. Ella se sirve ms vino y bebe. l apaga su cigarrillo y enciende otro.
A qu hora nos vienen a abrir?
Ella.
A las siete.
l.
Qu hora es?
Ella.
Cmo? No tens reloj?
l.
Me lo olvid. Me lo olvid en la casa de mi mam.
Ella.
As que fuiste a ver a tu mam antes de visitar a la puta? Y? Te dio permiso? O no le contaste a
dnde ibas a ir despus? Supongo que habrs comido una rica comidita. Y un excelente vino. Ya
veo por qu se te fue la sed tan rpido. Pero sos un tonto. A m me gusta este vino. Me encanta este
vino. Me fascina este vino. Me vuelve loca este vino.
Toma la botella y bebe desenfrenadamente del pico. El vino se derrama sobre su pecho. Deja la
botella y se pasa el lquido por los pechos con las manos.
Y a m me lo da mi pap el vino. Mi pap. Me os? Mi pap. Maricn.
Ella recuperndose.
Te dije que no s, pelotudo.
Largo silencio. Ella se aburre. Hace repiquetear los dedos sobre la mesa. Busca una gota de vino
en la botella vaca. Tararea la msica que viene de afuera. Se rasca una pierna. Camina de un
lado a otro. l fuma. No la mira. Ella saca un balde de entre las ropas colgadas. Se baja la
pollera. Se sienta en el balde. l la mira.
Disculpame, pero tanto vino. Me cans de pedir un bao. Nadie me da bola ac adentro. Pods
pedir y pedir hasta que te sangre la lengua que. Aunque slo fuese una piletita. Me podra lavar las
manos, la cara. Y para el pis, con subirme un poco a un banquito. Pero no. Ni pelota. l tiene de
todo. En su bao, digo. De todo. Inodoro, claro. Y adems, una baera enorme, con chorros de
agua que salen de adentro y te hacen masajes. Y te pajean, a veces. Del olor no me quejo. Ya no
huelo nada.
Se levanta, se sube la pollera y guarda el balde.
Me das un cigarrillo?
l le da uno. Prende otro, y luego le da fuego a Ella.
"Me das un cigarrillo?" Me hace acordar a la calle. (RIE) Las horas que me pasaba con l
practicando. "Me das un cigarrillo?" No, as no, ms puta. "Me das un cigarrillo?" No, boluda,
as te lo dan y se van. "Me das un?"
l.
Callate, por favor. Y que apaguen esa msica.
Ella.
No hay nadie, pelotudo. Hasta las siete no hay nadie.
Se pasea con impaciencia. Fuma con avidez.
No vamos a empezar nunca?
l.
Esperemos un poco ms, por favor.
Ella.
S, claro, tenemos toda la noche.
l.
Tengo sed.
Ella.
No hay ms del vino de mi pap. Te hubieras acordado antes.
l.
Agua?
Ella re y no contesta.
Un poco de agua?
Ella.
A no ser que te guste el pis.
l se levanta violentamente. Ella se asusta un poco y retrocede. l toma uno de los lpices labiales
de la mesita, se sienta en el banco de Ella y ensaya pintarse un labio. Arroja el lpiz contra el espejo, se quita la pintura con la mano. La enfrenta.
l.
No estudi. Entends? No estudi.
Ella, tratando de contener su furia, apaga el cigarrillo en el piso, se coloca una de las batas y se
dirige a la puerta.
No te enojes, por favor.
Ella lo mira con mucha severidad.
Decile que te pague la noche entera.
Ella.
Nos vemos maana?
l.
No s. Tendras que llamarte Alfonsina y ser un poco ms linda.
Ella va a decirle algo pero se arrepiente. Sale y cierra la puerta. l apaga el cigarrillo. Saca del
perchero toda la ropa. Se acuesta en un rincn del cuarto. Se tapa totalmente con la ropa.