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Folkcomunicación en América Latina

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Dinmica y rizomtica, la perspectiva folkcomunicacional no solo ha sobrevivido

a sus fundadores y especialistas brasileros, sino que ha dado muestras sistemticas


de diseminacin creativa, vigencia analtica y potencia crtica para entender una
contemporaneidad no ya lquida, sino gaseosa en cuanto a sus flujos comunicativos
y, de sobremanera, para redimensionar el lugar que le cabe, en esta voltil
realidad, a los agentes locales de comunicacin, otrora subestimados en su
microscopa por su artesana y horizontalidad.
Entendida, porosamente, como un sistema propio folk- de expresin cultural de
las clases subalternas o de colectivos marginados, el lector atento encontrar en esta
perspectiva -y sus resultados investigativos- un horizonte que sintetiza
preocupaciones disciplinarias, tpicas y conceptuales ms amplias, que se
intersectan y cualifican, por ejemplo, con la reflexividad etnogrfica o los estudios
culturales britnicos y latinoamericanos. Pero ms all, podr apreciar un esfuerzo
terico situado, escaso en nuestras comunidades cientficas, inscrito en una
prctica que invierte el camino para pensar y explicar los procesos de dominacin
y resistencia social, cultural, econmica o eco sistmica-, enfatizando las
polidricas modalidades comunicativas de los sujetos, entendidos siempre en su
dimensin incidente y nunca disciplinados por la verticalidad normativa de la
industria comunicacional.
Concebido diacrnica y coralmente, este libro antologa a travs de destacados
especialistas, el pasado y el presente de la Folkcomunicacin, constituyndose en
una obra de referencia que contribuir decididamente en la tarea de proyectar la
ms nuestra quizs- de las perspectivas tericas en comunicacin.

Yanko Gonzlez,
Antroplogo, Decano de la Facultad de Filosofa y Humanidades,
Universidad Austral de Chile

Folkcomunicacin en Amrica Latina: dilogos entre Chile y Brasil

Folkcomunicacin en Amrica Latina: dilogos entre Chile y Brasil


compendia dichas virtudes, puesto que pone en circulacin y activa -por vez
primera en nuestra lengua- una tradicin de investigacin y una teora
constitutiva de enorme poder generativo fundada por Luiz Beltro a mediados de
los aos 60.

Cristian Yez Aguilar et al.

Hay teoras que pueden ser vigorosas, metodologas que resultan tiles e
interpretaciones altamente comprehensivas. Cuando aparece una obra que rene
estas tres caractersticas, somos afortunados.

Cristian Yez Aguilar


Guilherme Moreira Fernandes
Rodrigo Browne Sartori
Vctor Hugo Valenzuela
Carlos Del Valle Rojas
Jos Marques de Melo (Eds.)

Folkcomunicacin en Amrica Latina:


dilogos entre Chile y Brasil

FOLKCOMUNICACIN EN
AMRICA LATINA: DILOGOS
ENTRE CHILE Y BRASIL

Ediciones Universidad de La Frontera


Temuco, Chile, 2016

FOLKCOMUNICACIN EN
AMRICA LATINA: DILOGOS
ENTRE CHILE Y BRASIL
Editores
Cristian Yez Aguilar
Guilherme Moreira Fernandes
Rodrigo Browne Sartori
Vctor Hugo Valenzuela
Carlos Del Valle Rojas
Jos Marques de Melo

Ediciones
Universidad de La Frontera

Apoyan
Escuela de Graduados, Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Austral de Chile
Rede de Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao REDEFOLKCOM

2016
Ediciones Universidad de La Frontera
Rector
Mg. Sergio Bravo Escobar
Vicerrector Acadmico
Dr. Rubn Leal Riquelme
Director de Extensin y Formacin Continua
Dr. Nelson Araneda Garcs
Coordinador de Ediciones
Sr. Luis Abarza Guzmn

COMIT CIENTFICO
Dr. Francisco Sierra Caballero - Universidad de Sevilla, Espaa/CIESPAL, Ecuador
Dra. Florencia Saintout - Universidad Nacional de la Plata, Argentina.
Dr. Evandro Vieira Ouriques - Universidad Federal de Ro de Janeiro, Brasil.
Dra. Maria Cristina Brando de Faria - Universidad Federal de Juiz de Fora, Brasil
Dr. Marcelo Pires de Oliveira - Universidad Estadual de Santa Cruz, Brasil
Dr. Joseph Straubhaar - University of Texas at Austin, Estados Unidos

Correccin de estilo: Ricardo Vega Neira


Imgenes de portada: Cristian Yez Aguilar
ISBN: 978-956-236-298-6
Registro de propiedad: 261720

Este libro est dedicado a Francisca Arriagada, joven constructora de la comunicacin y el periodismo para pensar
una sociedad mejor, pese a las aguas hegemnicas de un sistema desigual, excluyente y patriarcal. Directora de la
Revista Amarantas en su cuarta edicin, reportera y periodista en medios de comunicacin regionales y nacionales,
caminante y protagonista de esta mirada folkcomunicacional que hoy se plasma en este libro, pero por sobre todo,
una gran persona...de aquellas que esta sociedad necesita hoy ms que nunca..

ndice

Introduccin

11

Seccin I
Textos clsicos sobre folkcomunicacin
El sistema de la Folkcomunicacin

17

Luiz Beltro
La comunicacin de los marginalizados invade la aldea global: Folk comunicacin en la edad del internet
27
Jos Marques de Melo
La Teora de la Folkcomunicacin y el pionerismo de Luiz Beltro

47

Roberto Benjamin
Folkmedia: una nueva visin del Folclore y la Folkcomunicacin

57

Joseph M. Luyten
La Folkcomunicacin y los activistas mediticos

65

Osvaldo Meira Trigueiro


Discursos organizacionales y folkmarketing en el contexto de las Fiestas Juninas

75

Severino Alves de Lucena Filho.


Investigacin en folkcomunicacin: posibilidades y desafos
Antnio Carlos Hohlfeldt.

85

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Seccin II
Textos contemporneos sobre folkcomunicacin en Brasil
Ms all de Prometeo: elementos bsicos para una folkcomunicacin cientfica y tecnolgica aplicada al
desarrollo local
95
Betania Maciel.
Marcelo Sabbatini
Los procesos comunicativos de la sociedad contempornea como restauradores y fortalecedores de la
identidad caipira

107

Cristina Schmidt.
Escenarios comunicativos de la folkcomunicacin

117

Maria Cristina Gobbi


Reflexiones metodolgicas en la Investigacin en Folkcomunicacin

129

Guilherme Moreira Fernandes.


Jnior Pinheiro
Jnia Martins
Legado beltraniano: aspectos iniciales de la folkcomunicacin

141

Iury Parente Arago


Periodismo cultural y Folkcomunicacin:

149

Dilogos y con(tra)sensos en la produccin de la cultura

149

Karina Janz Woitowicz


Srgio Luiz Gadini
Comunicacin y cultura: las singularidades de la folkcomunicacin en Cuiab-MT y Natal-RN

159

Yuji Gushiken
Maria rica de Oliveira Lima
El sitio de la muerte: posibilidades significativas de las cruces en las autovas

171

lmano Ricarte de Azevdo Souza


Itamar de Morais Nobre
Fundamentos tericos de la Folkcomunicacin
Maria Isabel Amphilo

185

NDICE

Seccin III
Aproximaciones a la folkcomunicacin desde Chile
Folkmarketing social: Navegacin ancestral mapuche y el desplazamiento de manifestaciones
folkcomunicacionales por el discurso institucional

197

Nastassja Mancilla
Daniel Mura
El rap como narrativa de la marginalidad y espacio de abertura fsica e imaginativa. Un do hip hopero del
sur de Chile y su rol social activo
205
Rodrigo Cavieres Crdenas
Cristian Delgado Seplveda
Personajes y relatos mitolgicos de Chilo: la industria cultural y el mercado de la cultura

213

Claudio Ulloa Galindo


Movimiento Social por Aysn: Tu Problema es Mi Problema y los Agentes Folkcomunicacionales

221

Francisca Arriagada Osses


Pueblos, sociedades y grupos en movimiento: interpretacin dialctica de la praxis cultural y
socioambiental

229

Roberto Morales Urra


Folkcomunicacin y Medio Ambiente: Resignificacin de los Conflictos Ambientales a Travs de la
Msica Popular

245

Lorenzo Palma
Juan Carlos Skewes
Debbie Guerra
Folkcomunicacin y Performance: Dos aproximaciones convergentes para el anlisis de
manifestaciones culturales

257

Cristian Yez Aguilar

Sobre los autores

269

Introduccin
Folkcomunicacin en Amrica Latina: Dilogos entre Chile y Brasil constituye la materializacin de un
esfuerzo acadmico cuyo horizonte es pensar los procesos de comunicacin local desde una perspectiva
situada y contextual, sin por ello renunciar al pensamiento crtico y comprometido emanado desde otras
latitudes y situaciones. Sin embargo, las transformaciones econmicas y culturales, con sus consecuentes
efectos geopolticos en Amrica Latina, nos imponen una necesidad vital de re-visitar enfoques que
proponen una apertura a fenmenos sociales y manifestaciones culturales reivindicando la dimensin
poltica, muchas veces resistente y dinmica que hoy enfrentan diversos segmentos sociales histricamente
subalternizados por las estructuras sociales dominantes.
Se trata de un esfuerzo pionero en el sentido de poner a disposicin del pblico en espaol textos
fundamentales de la folkcomunicacin, teora que surge en Brasil en los aos sesenta de la mano de Luiz
Beltro, el primer Doctor en Comunicacin titulado en una universidad brasilea. Una teora que busca
pensar los flujos dinmicos de las manifestaciones y agentes locales de comunicacin y que hoy cobra vital
importancia en un contexto social donde la economa neoliberal parece permear los distintos aspectos de
la vida social, empero, la profundidad de las manifestaciones culturales como reivindicaciones polticas
continan erigindose como un espacio desde donde se resiste.
Como hemos mencionado, este libro tiene un carcter pionero en espaol porque pone en dilogo
textos fundantes de esta teora en Brasil con trabajos acadmicos de quienes en la actualidad continan
ampliando los alcances de esta perspectiva mediante nuevos y renovados objetos de estudio. Al mismo
tiempo, el libro presenta ensayos e investigaciones que desde Chile asumen la perspectiva
folkcomunicacional como una Teora de la Comunicacin1 (HOHLFELDT, 2012) apropiada para mirar
fenmenos locales.
En este sentido resulta clave mencionar un momento importante en los inicios de este dilogo entre
Chile y Brasil a travs de la folkcomunicacin. El ao 2011 la Direccin de Investigacin y Desarrollo de
la Universidad Austral de Chile financi un primer proyecto titulado "Emergencia de agentes
folkcomunicacionales en tres casos de conflicto ambiental" dirigido por el profesor del Instituto de
Comunicacin Social (ICOM) Vctor Hugo Valenzuela, donde participaron los acadmicos Roberto
Morales Urra del Instituto de Estudios Antropolgicos de la Universidad Austral de Chile y Cristian
Yez Aguilar del Instituto de Comunicacin Social de la UACh. Como resultado de esta investigacin se
escribieron 3 tesis de Licenciatura en Comunicacin Social y Periodismo de autores que hoy forman parte
de esta compilacin. Otro aspecto clave en la vinculacin con los investigadores de Brasil ha sido la
participacin de chilenos en congresos tales como los de la Asociacin Latinoamericana de Investigadores
en Comunicacin (ALAIC) en Bogot el ao 20102, cuando el GT todava era coordinado por el profesor
Roberto Benjamin, uno de los pilares fundamentales en la difusin de las
perspectivas
folkcomunicacionales, quien estudi directamente con Luiz Beltro y que falleci en octubre de 2013.
Dichos lazos continuaron fortalecindose mediante la participacin de chilenos en el congreso ALAIC
20123 realizado en la ciudad de Montevideo, Uruguay, y en la Conferncia Brasileira de Folkcomunicao 4
HOHLFELDT, Antnio. 2012. Pesquisa em Folkcomunicaco: Possibilidades e Desafios. En LOPES FILHO,
Boanerges; FERNANDES, Guilherme; COUTIINHO, Iluska; MENDES, Marise; OLIVEIRA, Mara Jos (Org.) A
Folkcomunicaco no limiar do sculo XXI. Editora UFJF, Juiz de Fora, p. 53-64.
2 YEZ AGUILAR, Cristian y VALENZUELA, Vctor Hugo. "Msica y gastronoma como resistencia: agentes
folkcomunicacionales a partir de un caso de conflicto ambiental". Ponencia presentada a GT Folkcomunicacin en el X
Congreso "Comunicacin en tiempos de crisis: dilogos entre lo global y lo local". Asociacin Latinoamericana de
Investigadores en Comunicacin (ALAIC). Universidad Javeriana de Bogot, 22 al 24 de septiembre de 2010.
3 SOTO, Dinelly, MANCILLA, Nastassja y VALENZUELA, Vctor Hugo. "Reactivacin estratgica del trafkintu:
curadores de semillas como actores folkcomunicacionales ante las amenazas de la soberana alimentaria" y CAVIRES
CRDENAS, Rodrigo y YEZ AGUILAR, Cristian. Responsabilidad Social o Folkmarketing? gauchos, cantores y
1

12

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

realizada en Juazeiro do Norte (Universidad Federal de Cariri), Brasil, el ao 2013. Este dilogo vuelve a
tener otro captulo en 2015 con la interaccin chileno-brasilea que se produjo en el II Encuentro
Internacional de Folkcomunicacin realizado en Sao Paulo y en la Conferncia Brasileira de
Folkcomunicao en la Universidad Federal de Mato Grosso en la ciudad de Cuiab. Tambin es
necesario destacar que desde hace algunos aos el mdulo Comunicacin y Cultura del Magster en
Comunicacin de la Universidad Austral de Chile incluye un submdulo denominado "Folkcomunicacin
y Cultura Popular". Varios autores chilenos que participan de esta publicacin han estado vinculados con
este programa de postgrado como acadmicos y/o estudiantes.
Dicho dilogo se materializa en el texto que hoy presentamos y que rene a un conjunto de editores y
autores brasileos y chilenos, entre los cuales se debe destacar la presencia del Dr. Jos Marques de Melo,
quien conoci y trabaj junto a Luiz Beltro y ha cumplido un rol fundamental en la internacionalizacin
de esta perspectiva terica. Del mismo modo, resulta clave la participacin de la Universidad Austral de
Chile y Universidad de La Frontera quienes han aunado esfuerzos para promover una perspectiva que, as
como en el concierto internacional surge desde el sur, en este caso tambin este libro emerge desde un
lugar territorial y simblico distinto a los del centro.
La primera etapa del libro se compone por artculos que denominamos "textos clsicos sobre
folkcomunicacin" pues se adscriben a una etapa fundacional de la disciplina y a los aportes conceptuales
que han servido de matriz en distintas reas de desarrollo de la teora. Como primer texto presentamos "El
sistema de la folkcomunicacin" del fundador de esa teora, Luiz Beltro; se trata de un fragmento de su
libro "Folkcomunicaco: a comunicao dos marginalizados" publicado en So Paulo el ao 1980, y donde
el autor revisita crticamente los planteamientos esbozados en su tesis doctoral de los aos sesenta. En
"La comunicacin de los marginalizados invade la aldea global: Folk Comunicacin en la edad de
internet" el Dr. Jos Marques de Melo ampla los alcances de esta perspectiva en el nuevo escenario
comunicativo global y el lugar de las culturas subalternizadas en dicho contexto. Por su parte, el profesor
Dr. Roberto Benjamin da cuenta de diversas instancias de apropiacin local de los medios industriales
con base en las anotaciones de Luiz Beltro y sus propias investigaciones en "La Teora de la
Folkcomunicacin y el pionerismo de Luiz Beltro". Un autor que fue reconocido como uno de los
mayores investigadores en Literatura de Cordel en Brasil fue sin duda el profesor Dr. Joseph Luyten, de
quien presentamos el artculo "FolkMedia: Una nueva visin del foclore y la folkcomunicacin", en el que
fundamenta la existencia de un rea de preocupaciones inmersa en el mbito de los estudios
folkcomunicacionales. Otra contribucin en el mbito de esta perspectiva terica es la nocin de "activista
meditico" que propone el Dr. Osvaldo Meira Trigueiro, nocin sobre la que reflexiona y da cuenta en el
artculo "La Folkcomunicacin y los activistas mediticos". Pero las contribuciones no slo se
circunscriben al mbito de los medios industriales en su vertiente tradicional, sino que tambin se amplan
a los campos del marketing, el turismo y la comunicacin organizacional. En ese mbito un aporte de
reciente desarrollo tiene su origen en las investigaciones de Severino Alves Lucena Filho, quien ha
contribuido a desarrollar la nocin de folkmarketing. En este ocasin nos presenta el artculo "Discursos
organizacionales y folkmarketing en el contexto de las Fiestas Juninas". Por ltimo, entre los autores
clsicos presentamos el artculo "Investigacin en Folkcomunicacin: posibilidades y desafos" del Dr.
Antonio Hohlfeldt, quien mediante una relectura crtica establece un conjunto de reflexiones importantes
para quienes en la actualidad se aproximan a este campo de estudios.
La segunda etapa se denomina "textos contemporneos sobre folkcomunicacin en Brasil" y se
compone por artculos que dan cuenta de las preocupaciones, reflexiones, investigaciones y actividades
acadmicas que continan trabajando en base a las reflexiones folkcomunicacionales. En este apartado se
presenta el artculo "Ms all de Prometeo: elementos bsicos para una folkcomunicacin cientfica y
artesanos en la publicidad empresarial de un proyecto en medio en un conflico ambiental. Ponencias presentadas en el
GT Comunicacin Intercultural y Folkcomunicacin en el XI Congreso ALAIC (Asociacin Latinoamericana de
Investigadores en Comunicacin) "La investigacin en Comunicacin en Amrica Latina: interdisciplina, pensamiento
crtico y compromiso social. Universidad de La Repblica, Uruguay, 9 al 11 de mayo de 2012.
4 YEZ AGUILAR, Cristian; DELGADO, Cristian; VALENZUELA, Vctor Hugo. "Las otras voces del desarrollo.
Aproximacin a agentes folkcomunicacionales en casos de conflicto socioambiental en Chile". XVI Conferencia Brasileira
de Folkcomunicaco. Arte e Cultura Popular para o Desenvolvimento Regional no contexto da Folkcomunicaco.
Universidad Federal de Cariri, Juazeiro do Norte, Brasil, 26 al 28 de junio de 2013.

INTRODUCCIN

13

tecnolgica aplicada al desarrollo local" de Betania Maciel y Marcelo Sabbatini, quienes reflexionan sobre
un campo que busca vincular los conocimientos locales con aquel complejo epistmico y tecnocientfico
sistema que opera desde espacios institucionalizados de poder cientfico y tecnolgico. "Los procesos
comunicativos de la sociedad contempornea como restauradores de la identidad caipira" de Cristina
Schmidt provee un conjunto de reflexiones que nos retornan hacia la nocin de subalternizacin de la que
da cuenta la folkcomunicacin y sus despliegues contemporneos con ciertos grupos sociales especficos
en Brasil. Por su parte, Mara Cristina Gobbi presenta su artculo "Escenarios comunicativos de la
folkcomunicacin" donde articula preocupaciones fundacionales y contemporneas de los fenmenos
plausibles de estudio desde esta perspectiva, promoviendo una necesaria historizacin reflexiva. Los
autores Guilherme Moreira Fernandes, Jnior Pinheiro y Jnia Martins presentan "Reflexiones
metodolgicas en la investigacin en Folkcomunicacin", una interesante propuesta que pone en dilogo
los planteamientos de esta perspectiva con otras miradas tericas con las cuales dialoga directa e
indirectamente tales como los Estudios Culturales, el marxismo, el funcionalismo y la fenomenologa. Por
su parte, Iury Parente escribe "Legado Beltraniano: aspectos iniciales de la folkcomunicacin" en el que
reflexiona sobre aspectos histricos y tericos presentes en los primeros aos en que se establece la
folkcomunicacin. Un aspecto seminal de la obra de Beltro es que buena parte de las observaciones que
luego sirvieron de base para elaborar su teora provienen de su experiencia como periodista. Esta relacin
es permanente en la actualidad tal como lo demuestran Karina Janz Woitowicz y Srgio Luiz Gadini a
travs de "Periodismo Cultural y Folkcomunicacin: Dilogos y con(tra)sensos en la produccin de la
cultura". Inmediatamente despus presentamos "Comunicacin y Cultura: las singularidades de la
folkcomunicacin en Cuiab-MT y Natal-RN" de Yuji Gushiken y Maria rica de Oliveira Lima, quienes
dan cuenta del proceso de institucionalizacin de la disciplina en dos centros acadmicos de Brasil
mediante investigaciones, programas de estudios y vnculo con otros centros de pensamiento donde
destaca, por ejemplo, la relacin de la folkcomunicacin con las perspectivas decoloniales. Un trabajo de
corte emprico es el que ofrecen lmano Ricarte de Azevdo Souza e Itamar de Morais Nobre en "El sitio
de la muerte: posibilidades significativas de las cruces en las autovas". Por ltimo, Isabel Amphilo
presenta "Fundamentos tericos de la folkcomunicacin".
La tercera etapa y final "aproximaciones a la folkcomunicacin desde Chile" presenta ensayos y
avances de investigacin de autores chilenos que, desde distintas reas se vinculan con los procesos
folkcomunicacionales. Entre los avances de investigacin destaca "Folkmarketing social: Navegacin
ancestral mapuche y el desplazamiento de manifestaciones folkcomunicacionales por el discurso
institucional", de los autores Nastassja Mancilla Ivaca y Daniel Mura Avils, una valiosa lectura que da
cuenta de las complejidades en los procesos de apropiacin de las manifestaciones por parte de actores
asociados al poder estatal y sus vnculos con las significaciones que stas tienen para los actores locales.
"El rap como narrativa de la marginalidad y espacio de apertura fsica e imaginativa. Un do hip hopero
del sur de Chile y su rol social activo" de Rodrigo Cavieres Crdenas y Cristian Delgado Seplveda,
muestra el dinamismo y las condiciones estructurales de exclusin e inclusin subordinada que se
relacionan con la emergencia de manifestaciones de comunicacin y resistencia mediante el hip hop. Con
un aparataje conceptual ligado a las aproximaciones de la Economa Poltica de la Comunicacin y la
Cultura, Claudio Ulloa Galindo de la Universidad de La Frontera presenta una interesante lectura en
"Personajes y relatos mitolgicos de Chilo: la industria cultural y el mercado de la cultura". Del mismo
modo, Francisca Arriagada Osses da cuenta de la emergencia de actores locales en "Movimiento Social
por Aysn: Tu Problema es mi Problema y los agentes folkcomunicacionales". Roberto Morales Urra
escribe "Pueblos, sociedades y grupos en movimiento: interpretacin dialctica de la praxis cultural y
socioambiental", donde trabaja desde uno de los aspectos claves en la interpretacin folkcomunicacional
de la sociedad y la cultura, la dialctica. Los autores Lorenzo Palma, Juan Carlos Skewes y Debbie Guerra
escriben "Folkcomunicacin y Medio Ambiente: Resignificacin de los Conflictos Ambientales a Travs
de la Msica Popular". Por ltimo, Cristian Yez Aguilar pone en dilogo la perspectiva
folkcomunicacional con las aproximaciones contemporneas de los Estudios Folclricos que se centran en
la comunicacin y la actuacin (performance) en un ensayo titulado "Comunicacin y Performance: dos
aproximaciones convergentes para el anlisis de manifestaciones culturales".
En definitiva, este libro es un peldao ms en la bsqueda de dilogo acadmico entre investigadores
de Brasil y Chile, cuyo objetivo es continuar avanzando en la generacin de redes de pensamiento situado,

14

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

crtico y comprometido con los procesos culturales y econmicos que afectan a las culturas locales en
Amrica Latina.

Seccin I

Textos clsicos sobre


Folkcomunicacin

El sistema de la Folkcomunicacin

Luiz Beltro
Universidad de Brasilia

La investigacin sobre la naturaleza, los elementos, la estructura de los agentes y usuarios del proceso,
modalidades y efectos de la folkcomunicacin es absolutamente necesaria, fundamentalmente en pases
como Brasil, de elevado ndice de analfabetos, diseminacin poblacional irregular, reconocida mala
distribucin de rentas y acentuado nivel de pauperizacin, caracterizado como consecuencia de estos y
otros factores por frecuentes crisis institucionales que conducen a una inevitable inestabilidad poltica.
La reduccin de esos males exige la colaboracin de todo el pueblo, y sorprende que se confe la
emisin de mensajes que se aspiran constructores de unidad de propsitos casi exclusivamente a la
comunicacin convencional a travs de los medios de masas, fuera del alcance de inmensas porciones de
audiencia, cuando no conocemos bien los medios que usamos cotidianamente en nuestros dilogos.

Naturaleza, estructura y proceso


Ms all de la existencia y utilizacin en ciertos casos de modalidades y canales indirectos e
industrializados (como emisiones deportivas por la TV, canciones grabadas en discos o mensajes impresos
en folletos y volantes), en el sistema de la folkcomunicacin las manifestaciones son fundamentalmente
resultado de una actividad artesanal del agente-comunicador, en que su proceso de difusin se desenvuelve
horizontalmente, tenindose en cuenta que los usuarios caractersticos reciben los mensajes a travs de un
intermediario propio en uno de los mltiples estadios de difusin. La recepcin, sin este intermediario,
slo ocurre cuando el destinatario domina su cdigo y su tcnica, teniendo la capacidad y posibilidad de
usarlo en respuesta a una emisin de los mensajes originales.
En otras palabras, la folkcomunicacin es, por naturaleza y estructura, un proceso artesanal y
horizontal, semejante en esencia a los tipos de comunicacin interpersonal ya que sus mensajes son
elaborados, codificados y transmitidos en lenguajes y canales familiares a la audiencia la que a su vez,
aunque dispersa, es conocida psicolgica y vivencialmente por el comunicador.
El caso de la radio, sin duda el ms usual de los medios de masas entre los segmentos populares
especialmente despus de la invencin del transistor, puede servir de ejemplo. La audiencia de folk, en su
mayora, recibe, interpreta y reconstruye los mensajes futbolsticos no slo gracias al conocimiento de las
reglas del juego sino tambin de los trminos y expresiones, al igual que las tcnicas empleadas por el
locutor, cuya sintaxis es la ms sencilla y conducida con entusiasmo, un tipo de elocuencia muy valorada
por las masas. Lo mismo se puede afirmar de programas religiosos de cultos afro brasileos y de msica
sertaneja6. Tambin los mensajes sobre asuntos econmicos, polticos o administrativos, las transmisiones
de msica erudita o los cursos de especializacin tcnica (excepto cuando emplean intermediarios como
en la radio educativa) que caen en el lugar comn de la incomprensin, lo mismo que cuando son
5 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian, de O sistema de Folkomunica Folkcomunicao. En BELTRO, Luiz.
Folkcomunicaco: a comunicao dos marginalizados, p. 27- 40, 1980. So Paulo: Cortez.
6 Gnero musical muy popular en Brasil. Su origen se remonta a los aos 20 en zonas rurales del pas y hoy es cultivado
por diversos artistas en distintos Estados (nota del traductor).

18

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

recibidos por grupos de oyentes interesados, como ocurre con las emisiones de Radio Rural del Ministerio
de Agricultura. Es curioso constatar que de esa incomprensin participan personas que por su nivel
educacional o por la posicin que ocupan en la comunidad, integran el sistema de comunicacin social:
atendiendo reclamos o pedidos musicales de los auditores, el periodista y locutor Meira Filho de Braslia,
uno de los portavoces del Informativo Nacional de Radio, y que produca en una de las emisoras locales
un programa matutino muy popular, nos cont que cierto domingo en que visitaba a un amigo concejal en
una ciudad prxima a la capital fue criticado por tener dos caras: de maana, correcto en su crtica al
gobierno; en la noche, un autntico pelotillero7. Por eso y por muchas otras razones es que Zita de Andrade,
en su manual Principios y Tcnica de Radioperiodismo edicin monogrfica de la revista Comunicao &
Problemas de ICINFORM en Brasilia, 1970 y en otras publicaciones defiende la tesis de la
regionalizacin de la radio como un camino para informar bien y formar audiencia.
La transposicin de mensajes de un sistema de comunicacin a otro ha sido analizada en las
investigaciones realizadas principalmente en Estados Unidos, que derivaban de las dudas ya aludidas sobre
la omnipotencia de los medios de comunicacin de masas. Estas ltimas surgirn con el fracaso o nfimo
rendimiento de campaas polticas y publicitarias en que se invertan millones de dlares y cuyos
resultados no eran favorables cuando se trataba de modificaciones radicales en el comportamiento de la
audiencia. Es cierto que haba alteraciones superficiales tales como cambio de marcas de cigarro o de
jabones, de modelos de electrodomsticos por otros ms perfeccionados. En sntesis, haba xito cuando
un tema abordado era completamente nuevo y sobre l una gran audiencia no tena una opinin formada.
Sin embargo, cuando se trataba de mensajes que atingan las convicciones profundas del receptor, se
operaba como si se tratara de negocios pblicos. Adems, en los pocos casos de aceptacin de las
soluciones presentadas por el comunicador, tal situacin obedeca antes al consejo de amigos, familiares o
grupos de estudio y trabajo a los cuales perteneca el receptor ms que a la orientacin del inabordable y
dogmtico monopolizador de la palabra en el micrfono o papel impreso.
Debido a su naturaleza dispersa y desorganizada, la influencia de los medios de comunicacin de masas
no se ejerce directamente, sino a travs de grupos comprendidos dentro de N receptores que constituyen
la audiencia. La raz de la confusin est exactamente en identificar un nmero X de receptores de un
mensaje masivo por ejemplo, el pblico presente en una sesin cinematogrfica con la totalidad de
aquellos a los cuales el mensaje va dirigido y tienen posibilidad de alcanzar, desde que es vehiculado por
un medio multiplicador y/o de alcance universal. El pblico receptor de mensajes masivos es heterogneo,
fundamentalmente en lo que dice relacin a la cultura, de modo que el contenido latente de la
comunicacin no es captado por una parte significativa de la audiencia que carece de aquella experiencia
comn, lo cual condiciona la sintonizacin entre comunicador y receptor. La diferencia del proceso de
dilogo interpersonal/grupal directo con la industrializacin del mensaje masivo es que este ltimo no
permite la inmediata correccin, reformulacin o adecuacin a la capacidad receptiva del individuo que la
consume. Es as como se desconoce un lenguaje y el sujeto de la audiencia se sita en un universo de discurso
distinto del comunicador, al procurar una conexin con l o los grupos con los que se encuentra
relacionado, ya sea familiar, ideolgico o profesional, para obtener claridad.
Esas consideraciones inspiran a Schramm (1964) para la construccin de un modelo de difusin de
comunicacin de masas, representado por una tuba en que un comunicador (editora, radio, tele-emisora,
productora cinematogrfica, etc.) enva mensajes idnticos a travs de un medio apropiado. Los receptores
son individuos cada uno decodificando, interpretando, retransmitiendo, discutiendo la informacin con
su grupo lo que resulta en una reinterpretacin y la produccin de una opinin de grupo y,
eventualmente, en una accin comunicacional de retorno (feedback) que alimentar el dilogo con el rgano
emisor:

Pelotero es un adulador de las personas que provienen de la poltica (nota del traductor).

EL SISTEMA DE LA FOLKCOMUNICACIN L. BELTRO

19

Imagen N 01. Modelo de Schramm


Ante la conclusin de que la principal influencia de la comunicacin de masas es secundaria, surge la
discusin sobre los mensajes en los grupos. Es as como llegarn figuras prominentes del campo de la
Teora de la Comunicacin como Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (1948) en investigaciones durante una
eleccin presidencial en Estados Unidos; por otro lado, Merton (1949), apreciando los tipos de influencia
interpersonal en las comunicaciones en una comunidad; Katz en compaa con Lazarsfeld (1958), en una
obra hoy clsica sobre la importancia de la influencia personal, adems de otros cientistas sociales como
Lerner, De Fleur, Dood, Coleman y Bryce, cuyas investigaciones en comunidades de varios pases
terminarn por consolidar un proceso denominado flujo de comunicacin en dos etapas, o sea, de los medios a
los lderes y de stos a sus amigos ms prximos.
De modo general se verifica que 1) la influencia de otras personas en decisiones especficas tienden a
ser ms frecuentes y ciertamente ms efectivas que la de los medios de comunicacin de masas; 2)
influenciadores e influenciados mantienen ntimas relaciones y, en consecuencia, tienden a compartir las
mismas caractersticas de situacin social: es muy raro que personas de alta situacin social influencien a
otras de baja condicin y viceversa; 3) individuos ntimamente relacionados tienden a tener opiniones y
actitudes comunes y resisten en abandonar un consenso de grupo, incluso los argumentos de los medios
de comunicacin de masas les parecen atractivos; 4) hay especializaciones en el liderazgo de opinin por
ejemplo: una mujer puede ser influyente en temas de compras, pero no por ello serlo en temas de moda;
5) aunque la influencia vaya de los ms a los menos interesados, estos ltimos deben tener suficiente
inters para ser susceptibles: no hay lderes sin partidarios y los partidarios exigen inters; finalmente, 6)
los lderes de opinin tienen mayor tendencia a exponerse ante los medios de comunicacin de masas,
particularmente los ms relevantes para sus esferas de influencias (KATZ & LAZARSFELD, 1958).

Los lderes comunicadores


Aunque las relaciones investigadas se acercan al sistema de comunicacin social, la identificacin del
lder de opinin como agente comunicador del sistema de folkcomunicacin fue punto de partida del
trabajo desarrollado por cuantos se dedicaron a la bsqueda y anlisis de agentes y usuarios del proceso, de
las modalidades y los efectos de la gran corriente paralela de mensajes que permite un conocimiento de
expresiones del pensamiento popular, de su intercambio de ideas y las tentativas de una convivencia,
cuando no de integracin, entre grupos tan distanciados.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Relatando las conclusiones de investigaciones en que participara, Lazarsfeld detect en los lderes de
opinin cuatro caractersticas principales:
1) personificaban intereses especficos -por ejemplo, jvenes solteras se tornaban lderes de moda por la
importancia que su grupo atribua al modo de vestirse; 2) ocupaban posiciones consideradas como
propiciatorias de alta competencia en el rea en cuestin: as, mujeres mayores con grandes familias eran
consideradas consejeras de compras por su mayor experiencia; 3) eran individuos accesibles y extrovertidos,
con muchas relaciones (...); 4) tenan acceso a informaciones relevantes provenientes de fuera de su crculos
inmediato...debido ya sea a visitas frecuentes a otras ciudades, atencin a los medios de comunicacin de
masas - diarios revistas y de radio (...) (teniendo) particular inclinacin para exponerse a los medios (...)
adecuados a sus esferas de influencia, fuese moda, cine, poltica, etc. (LAZARSFELD, s/d).

Adems, poltica e ideolgicamente, eran


los mayores defensores de las actitudes de sus facciones en todas las cuestiones posibles. Pertenecan tambin
a un mayor nmero de asociaciones; conocan colaboradores de su partido...) tenan mayor tendencia a
procurar consejo e informacin con otras personas (LAZARSFELD, s/d).

Correspondi al socilogo francs Dumazedier (1966) apreciar el papel del lder de opinin, trazar un
esquema bsico, mostrando la relacin entre el comunicador de masa y la audiencia a travs de los medios
mecnicos y electrnicos de difusin de mensajes, localizando al lder en el centro del dilogo.
Acentuando la incidencia de situaciones en que se produce la comunicacin directa del medio con el
pblico, fundamentalmente en reas relacionadas con el entretenimiento o en aspectos exteriores de
religin o de la poltica, Dumazedier coloca en su esquema otros medios de informacin, adems de los
masivos, de los que se vale el lder para informarse. Investigaciones ms recientes ampliarn la hiptesis
del flujo de comunicacin: no se trata slo de una difusin en dos estadios de los medios a travs de los
lderes para el pblico o sobre su influencia, sino de mltiples etapas que comprenden medios, lderes con su
grupo ms ntimo, lderes con otros lderes con una gran audiencia de folk.
La correlacin entre los dos sistemas podr ser apreciada en el diagrama que proponemos a
continuacin, en la cual un comunicador de masas figura bsica del proceso en el sistema de
comunicacin social surge como principal fuente de informacin. Su mensaje se encuentra diseminado
en una audiencia dispersa, un receptor especial, un comunicador de folk, un lder de opinin de los grupos
sociales a los cuales escapan el lenguaje y un significado ms profundo de la informacin transmitida.
Gracias a sus caractersticas de liderazgo y a su capacidad interpretativa de informacin, ese receptor
distinguido se transforma (muchas veces despus de consultar otras fuentes, lderes y medios) en
comunicador para una audiencia que l conoce y lo entiende, ya que impregna vehculos (medios de folk)
que, aunque sean masivos (como la radio o impresos de tipos de folletos y volantes), le son accesibles y
familiares.

EL SISTEMA DE LA FOLKCOMUNICACIN L. BELTRO

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Imagen N 02. Proceso de la Folkcomunicacin


Un ejemplo de ese proceso puede ser detectado con facilidad en la produccin de mensajes a travs
de la literatura de cordel. Un comunicador de folk fue uno de los incontables asistentes de una pelcula
cinematogrfica Farrapo Humano, producida en Hollywood, que focaliz el problema del alcoholismo.
Como su audiencia no frecuenta el cine, cuyo lenguaje por lo menos no le es familiar, l poeta del
pueblo transforma la historia en la trama de un folleto en verso, transformando los personajes en gentes
de su mundo y a veces editndolos en tipografas y prensas manuales. Y, no es raro, con la colaboracin
de xilograbadores populares felizmente todava existentes en el mundo del cordel brasileo.
Un comunicador folk tiene la personalidad caracterstica de los lderes de opinin identificados en l
tal vez ms agudizada en sus colegas del sistema de comunicacin social: 1) prestigio en la comunidad,
independientemente de la posicin social o de la situacin econmica, gracias al nivel de conocimientos
que posee sobre determinado(s) tema(s) y la aguda percepcin de sus reflejos en la vida y en las
costumbres de su gente; 2) exposicin a los mensajes del sistema de comunicacin social, participante de
la audiencia de los medios de masas aunque sometiendo los contenidos a la seleccin de ideas, principios y
normas de su grupo; 3) frecuente contacto con fuentes externas autorizadas de informacin, con las cuales
discute o complementa las informaciones recogidas; 4) movilidad, ponindose en contacto con diferentes
grupos, con los cuales intercambia conocimientos; finalmente, 5) arraigadas concepciones filosficas
base de sus creencias y costumbres tradicionales de la cultura del grupo al que pertenece, las cuales son
sometidas a ideas e innovaciones antes de acatarlas y difundirlas, abierta a alteraciones que considere
benficas al procedimiento existencial de su comunidad.
En relacin al sistema de comunicacin social, es muy frecuente la coincidencia entre los lderes de
opinin y las autoridades polticas, cientficas, artsticas o econmicas. En la folkcomunicacin hay mayor
elasticidad en su identificacin: aparentemente, los lderes agentes comunicadores de folk no siempre
son 'autoridades' reconocidas, pero poseen una especie de carisma, atrayendo lectores, oyentes,
admiradores y seguidores, alcanzando en general una posicin de consejeros u orientadores de la audiencia
sin una consciencia integral del papel que desempean. En una investigacin realizada en la ciudad de
Luziania (Gois, Brasil) en transicin de comunidad predominantemente rural a foco industrial, dada su
proximidad con Brasilia y adoptando la tcnica del bolo-de-nieve encontramos personas de posicin
muy humilde que se constituan en agentes influyentes de la opinin pblica. Caso curioso fue la citacin
del nombre de un seor de edad, identificado como consejero para cuestiones econmicas, problemas de
salud, relaciones sociales y situaciones familiares (educacin y futuro de los hijos) por la gran mayora de
las prostitutas locales. Buscamos identificarlo y entrevistarlo, constatando que se trataba de un ex delegado
de polica, entonces jubilado. Su prestigio no tena que ver con los rasgos que sobresalen entre quienes
tienen poder poltico, sino del hecho de que, cuando ocup funciones policiales, las trat como criaturas

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

humanas, sin castigarlas jams por excesos o contravenciones, sino procurando comprenderlas y ayudarlas
con orientacin. El lder de las meretrices, con todo, ni siquiera desconfiaba del papel que desempeaba
en un medio que, como honrado jefe de familia, jams frecuentaba, por renuencia. Ms adelante vamos a
presentar otros tipos de agentes comunicadores de folk en el anlisis de investigaciones realizadas para
este estudio.
En tanto, conviene aclarar desde ya que otros de esos lderes no solo tienen conciencia de su posicin,
sino que algunas veces la exacerban para mantenerla o aumentarla. Conscientemente y en un sentido
constructivo, desenvuelven y desenvolvern su capacidad de liderazgo predicadores como el Padre Ccero
o Fray Damin, cantadores y violeiros, poetas folletistas y glosadores compositores populares como Luiz
(Lua) Gonzaga y los sambistas de las favelas cariocas, periodistas y radialistas de pequeas emisoras
interiores. Al contrario, explotando la credulidad pblica y su espritu de 'lucha', an existen falsos
religiosos, medium, videntes, beatos y la enorme legin de expertos ejecutivos y demagogos polticos que,
con desventaja para las comunidades, sustituyeron en puestos de mando a los 'coroneles', cuya actuacin
poltica y social fue admirablemente representada en la ficcin y no menos estudiada por la sociologa
brasilea8.
La ascensin y liderazgo est ntimamente ligado a la credibilidad que el agente comunicador
adquiere en su ambiente y en su habilidad para codificar un mensaje al nivel de entendimiento de su
audiencia. En funcin de la estructura social discriminatoria mantenida en naciones como la nuestra, la
masa camponesa (campesina), las poblaciones marginalizadas urbanas y hasta las mismas extensas reas
proletarias o de sub empleados se comunican a travs de un vocabulario escaso y organizado en
significados funcionales propios dentro de los grupos. Cuando se pretende transmitir un mensaje de esos
individuos, y especialmente cuando su contenido inserta un nuevo sistema de valores y conceptos, como
en el caso de las campaas de cambio, es preciso traducir-les la idea, adecuando a los esquemas habituales de
valorizacin de los destinatarios. El ldercomunicador de folk es un traductor que no solamente debe
encontrar palabras y argumentos que sensibilizan las formas pre-lgicas que, segn Levy Bruhl (1910),
Bastide (1950), Malinowski (1949) y otros cientistas sociales, caracterizan el pensamiento y dictan las
conductas de aquellos grupos.

8 En la literatura conviene recordar los romances del ciclo caa-de-azcar de Jos Lins do Rego; do cacau de Jorge
Amado y O Coronel e o Lobisomem, de Jos Cndido de Carvalho, con algunas historias llevadas al cine y a la televisin.
En este ltimo canal, no se puede ignorar la figura del "coronel" Odorico, de Bem-Amado, adaptacin de pecas de Das
Gomes. En cuanto a los ensayos sobre el tema, se destaca el estudio de Marcos Vincius Vilaca y Roberto C. de
Alburquerque: Coronel, Coroneles, en una edicin de Tempo Brasileo, de Ro, datada en 1965, en que los autores analizan el
fenmeno, en todo el proceso de dominacin econmica, social y poltica, su desarrollo y declive a travs de la situacin de
cuatro famosos "coroneles" de Pernambuco. El libro es enriquecido con muchos documentos fotogrficos, mapas, cuadros
estadsticos y transcripcin de testimonios, volantes y cartas.

EL SISTEMA DE LA FOLKCOMUNICACIN L. BELTRO

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Imagen N 03

La audiencia de la folkcomunicacin
Hemos identificado los pblicos usuarios del sistema de folkcomunicacin como marginalizados, y
tanto las expresiones derivadas como los fenmenos de la marginalidad son susceptibles de significaciones
de las ms diversas connotaciones especficas en el uso comn y en las ciencias sociales. Perlmann (1977)
nos ofrece en su estudio sobre favelas y poltica en Ro de Janeiro una exposicin sucinta, ms clara y
ordenada de la teora de la marginalidad, discriminando los atributos marginales del migrante y favelano
urbano en sus dimensiones sociales, culturales, econmicas y polticas, construyendo un tipo ideal, un
paradigma que sirvi de base a su investigacin y sus conclusiones. Por otro lado, Paoli (1977), en un
trabajo de investigacin sociolgica, se ocupa del papel desempaado por la religin y por el mundo del
imaginario, largamente difundido por los medios de masas y muchas veces transpuesto a los medios de
folk, en la mantencin de las relaciones de dominacin impuestas por las elites a las camadas subalternas
de la sociedad, por la integracin simblica que esas experiencias mgicas provocan. En las obras citadas
encontramos principalmente los elementos bsicos de los cuales nos valemos para la caracterizacin de la
audiencia de folkcomunicacin.
La expresin marginal surge en la literatura cientfica por primera vez en 1928, en un artculo de Robert
Park publicado en el American Jounal of Sociology en el que aborda el tema de las migraciones humanas.
All el migrante es definido como un hbrido cultural, un marginal, que aunque comparte la vida y las
tradiciones culturales de dos pueblos, "jams se decide a romper, incluso si se le permitiera, con su pasado
y sus tradiciones, y nunca (es) aceptado completamente en la nueva sociedad en que procura encontrar su
lugar por causa de un preconcepto racial". Como es fcil constatar, el autor se refiere a la situacin del
migrante extranjero. Sin embargo, tanto la esencia de las caractersticas mencionadas (oposicin al
cambio/preconceptos) como la orientacin a seguir coinciden con nuestro objeto: "Es un individuo al
margen de dos culturas y de las dos sociedades que nunca se interpenetrarn y fundirn totalmente9".

Las marcas son nuestras (nota del autor).

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Posteriormente el trmino gan significado peyorativo, y un marginal se consider un elemento


peligroso, ligado al mundo del crimen, un fuera-de-ley, vagabundo, violento, hombre o mujer que vive de
la bebida alcohlica, de txicos, de la prostitucin y de los atentados a la propiedad. Por extensin fue
aplicado "a los pobres en general, desempleados, migrantes, miembros de otras subculturas, minoras
raciales, tnicas y descarriados de cualquier especie" (Perlmann, 1977). Entre los puntos importantes del
surgimiento y caracterizacin da la marginalidad y que particularmente nos interesa, el autor seala la
influencia de la invasin del exterior como ocurri en Amrica Latina donde "un proceso de colonizacin
implic no solo la conquista y la invasin, sino contacto cultural y manipulacin diaria de la poblacin
indgena", y que coloc a las culturas existentes en una situacin marginal ante la inexistencia del
fenmeno en sistemas tribales o feudales, ya que el primero "no implicaba concepto de superioridad" y en
el segundo "haba una aceptacin tcita de su posicin y de la naturaleza jerrquica de la sociedad".
El fenmeno de marginalidad se caracteriz despus de la revolucin burguesa con su ideologa, y se
agrav con la Revolucin Industrial, generatriz conceptual y formal de la sociedad de masas. A las
camadas superiores la elite del poder econmico y poltico que establecen los niveles de la civilizacin
y las metas de desarrollo, incluso socio-cultural, se contraponen individuos y grupos sin condiciones (o a
quienes siempre les son negadas las condiciones) de alcanzarlos, por su pobreza, sus culturas tradicionales,
el aislamiento geogrfico, rural o urbano, por el bajo nivel intelectual o por el inconformismo activo y
consciente con la filosofa y/o la estructura social dominante.
Del levantamiento y anlisis de esas condiciones a las que venimos dedicando nuestros estudios
result la identificacin y clasificacin de grupos de usuarios de folkcomunicacin, a travs de la cual se
entienden ya como excluidos, marginalizados (y no marginales, expresin que no utilizamos para evitar su
connotacin negativa) no slo del sistema poltico sino de la comunicacin social, ambos volcados a la
preservacin del statu quo, definido por la ideologa y por la accin planificada de los grupos dirigentes.
Sobre los criterios adoptados, distinguimos en la audiencia (usuarios) de folkcomunicacin tres
grandes grupos, a cuya presentacin dedicaremos como modelos de investigacin las siguientes partes de
este ensayo:
1 Los grupos rurales marginalizados, fundamentalmente debido a su aislamiento geogrfico, sus
penurias econmicas y bajo nivel intelectual.
2. Los grupos urbanos marginalizados, compuestos de individuos en los escalafones inferiores de
la sociedad y que constituyen las clases subalternas, desasistidas, sub informadas y con mnimas
condiciones de acceso.
3. Los grupos culturalmente marginalizados, urbanos o rurales que representan contingentes de
contestacin a los principios, la moral o la estructura social vigente.
Como en la folkcomunicacin, cada ambiente genera su propio vocabulario y su propia sintaxis, y
cada agentecomunicador impregna un canal a su alcance, el cual opera de tal modo que su pblico ve
reflejado en los mensajes su modo de vida, sus necesidades y aspiraciones; un encuadramiento de cualquier
parte de la comunidad en uno de esos grupos depende de una investigacin de los lenguajes especficos
utilizados por los individuos que la componen y de los medios de expresin que utilizan.
Se debe recordar que mientras los discursos de la comunicacin social son dirigidos al mundo, los de
la folkcomunicacin se destinan a un mundo en que palabras, signos grficos, gestos, actitudes, lneas y
formas mantienen relaciones muy tenues con el idioma, la danza, la escritura, los rituales, las artes
plsticas, el trabajo, el ocio y, en definitiva, con la conducta de las clases integradas a la sociedad.
Relaciones semejantes a las que ligan el latin con la lengua hablada en Brasil o la doctrina y la moral
catlica con el sincretismo y la tica umbandista. Sin embargo, como mostraremos, el rico sistema que
estudiamos contiene, posiblemente con ms vigor que en otro, un trazo de universalidad que proviene de
su fundamentacin en el folclore, en que la autntica cultura popular tiene races, tronco y ramas que estn

EL SISTEMA DE LA FOLKCOMUNICACIN L. BELTRO

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profundamente arraigadas en la naturaleza humana y que sus manifestaciones parecen provenir de una
nica simiente, independiente de razas y latitudes.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
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de

la

Comunicacin

Colectiva.

Quito:

CIESPAL,

1964.

La comunicacin de los marginalizados


invade la aldea global:
Folk comunicacin en la edad del internet
10

Jos Marques de Melo


Universidad Metodista de So Paulo
marquesmelo@uol.com.br

Introduccin
El signo de la globalizacin acelerada se presenta como jaln de la grandeza del camino recorrido por
la civilizacin en este inicio del siglo XXI. En la esfera poltico econmica, los encuentros anuales de
Davos y Porto Alegre ofrecen ntidas evidencias del proceso mundializador. En el norte, agentes de la
economa internacionalizada; en el sur, militantes polticos contrarios a la globalizacin. Las dos facciones
van a las calles a gritar sus tesis y anttesis. Entretanto las elites apenas incorporan esos eventos en su
imaginario. Frente a ellos, las camadas populares actan como meros espectadores.
Pero, este fenmeno afecta otra dimensin, no siempre perceptible. Repercute intensamente en las
conversaciones familiares, penetrando en los grupos de la vecindad. Por eso mismo son agregados al
universo simblico de las comunidades perifricas. Trtase de un mosaico cultural que los medios
globalizados exhiben diariamente, rompiendo con el aislamiento social en que los grupos aislados vivieron
hasta ayer. Costumbres, tradiciones, gestos y comportamientos de otros pueblos, cercanos o distantes,
circulan ampliamente en la aldea global. De la misma manera, patrones culturales que parecan sepultados
en la memoria nacional, regional y local resurgen profusamente. Ellos permiten el rescate de celebraciones,
ritos o fiestas, aparentemente condenadas al olvido, facilitando la interaccin entre generaciones
diferentes.
Se trata de un torbellino cultural que compara, distingue y mezcla smbolos de distintas naciones,
regiones, ciudades, barrios, pueblos (COCHRANE, 1995), constituyendo la expresin contumaz de
aquella riqueza del folclore mediatizado. Como evento singular, fue delineado en la teora folkcomunicacional
de Luiz BELTRO (1967). En verdad, este aporte brasileo corresponde a la secuencia de un episodio
histrico protagonizado pioneramente por Marshal McLuhan. Con la argucia y la astucia que le eran
tpicas, el pensador canadiense se dio cuenta de esa mutacin cultural y la rotul como folklore del hombre
industrial (McLuhan, 1951).
Hace medio siglo que, por tanto, el folclore de la sociedad industrial refleja la apropiacin de la cultura
popular por la poderosa cultura de masas. Procesando smbolos e imgenes enraizados en las tradiciones
nacionales de los pases hegemnicos, las industrias culturales las transforman en mercancas y las
10 Conferencia magistral dictada en la V Bienal Iberoamericana de Comunicacin, Mxico, Instituto Tecnolgico de
Monterrey, Campus del Estado de Mxico. 19-22 de septiembre de 2005.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

distribuyen para el consumo de las multitudes planetarias (BAUSINGER, 1961). De esta manera, el folklore
meditico, tpico de la sociedad post-industrial, se configur como amalgama de signos procedentes de
distintas geografas nacionales o regionales, buscando proyectar culturas seculares o emergentes en el
nuevo mapa del mundo.
Los espacios ocupados por las tradiciones populares en la agenda meditica contempornea pueden
traducir iniciativas destinadas a preservar identidades culturales amenazadas de exterminio o estagnacin,
cuando se encuentran confinadas en territorios pretendidamente indestructibles. Pero tambin pueden
funcionar como palanca para la renovacin de las maneras de hacer, pensar y sentir de grupos o naciones
que, empujados coyunturalmente hacia el aislamiento mundial, haban permanecido refractarios a la
incorporacin de novedades.
En ese sentido, el folclore mediatizado tiene doble faceta. De la misma manera que asimila ideas y
valores procedentes de otros pases, se preocupa de la proyeccin de las identidades nacionales,
exportando contenidos que explicitan las singularidades de los pueblos aspirantes a ocupar los nuevos
espacios creados en el panorama global.
Ramos (1952) plantea la tesis de que el Brasil, conocido como laboratorio de civilizacin, donde el
mestizaje se ha tornado paradigmtico, sigue brindando evidencias de un sincretismo cultural continuamente
renovado. Nuestra cultura nacional fue amalgamada por la conjuncin de smbolos oriundos de rublos
con mltiples facetas. El contingente lusitano nos ha ofrecido un legado hbrido de tradiciones eurolatinas, incorporando trazos de civilizacin asimilados en los territorios africanos. Esa matriz hegemnica
ha incorporado trazos inconfundibles de las poblaciones amerindias que habitaban nuestro litoral, en los
tiempos de la colonizacin y que fueran expulsadas de la faja atlntica, sobreviviendo aisladamente en la
selva amaznica y otros focos bravos. A ellas se juntarn las costumbres y expresiones de las
comunidades africanas, tradas obligatoriamente en los navos negreros para desempear funciones
productivas en las plantaciones azucareras, en la pecuaria extensiva o en los complexos aurferos.
De esa imbricacin simblica ha resultado una pujante cultura popular responsable en gran parte por la
naturaleza de la identidad nacional brasilea. Esta fue reproducida heterogneamente durante cinco siglos
en todos los cuadrantes de nuestra geografa. Sin embargo, los trazos explcitamente homogneos de la
llamada cultura brasilea son aquellos heredados de la cultura erudita euro-latina diseminados
sistemticamente por la red escolar, iglesia catlica y otras instituciones respaldadas por el aparato estatal.
Se trata del dualismo cultural que fue modificado, en el correr del siglo XX, por la penetracin de
patrones adecuados con la fisonoma polifactica de la emergente cultura de masas, importada de las
matrices inicialmente europeas y ltimamente de las industrias simblicas norteamericanas (MARQUES
DE MELO, 1970). Esa corriente ha tenido efectos significativos en la configuracin de nuestro perfil
cultural contemporneo, que deja de reflejar el archipilago cultural antes identificado por Manuel Digues
Junior (1960), proyectando aquella faceta que Renato Ortiz (1988) ha rotulado apropiadamente como la
moderna tradicin brasilea.
Estamos, por tanto, en pleno proceso de transmutacin de nuestra identidad cultural, compelidos a
continuar importando patrones oriundos de las matrices de la industria mundial de bienes simblicos, pero
tambin participando de ese mercado internacional respaldado por la cultura masiva (MARQUES MELO,
1998).

Presupuestos tericos y metodolgicos


El medilogo canadiense Marshal McLuhan ha debutado en el escenario intelectual norteamericano, a
mediados del siglo XX, con la publicacin del libro The Mechanical Bride (1951).
En ese libro ha cumplido la tarea de explicitar la gnesis de la cultura de masas, diseando cuando los
medios han configurado los sentidos de la sociedad norteamericana. Su investigacin ha tomado como
referencial los anuncios publicitarios y las piezas de entretenimiento (tebeos, cinema, televisin)
difundidos por los diarios y revistas peridicas.
Estaba implcita la idea de que el hombre industrial, viviendo en las periferias de las megalpolis, se
ubicaba en una cultura de masa anclada en las tradiciones populares. Este es innegablemente el secreto del xito

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

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alcanzado por la industria meditica de los EEUU. Sus races estn en el arsenal simblico de las
comunidades rurales edificadas por los antiguos colonizadores ingleses o en el legado cultural introducido
por los contingentes de inmigrantes. Estos formaran comunidades urbanas amalgamadas a la fuerte cultura
popular norteamericana, preservada por el aparato estatal y respaldada, al mismo tiempo, por las agencias
socializadoras que estn presentes en todo el territorio nacional.
Masificndose, esa cultura popular ha creado vnculos interactivos entre los yankees primitivos y los
adventicios. Preparaba, de esa manera, el terreno hacia su exportacin para todo el planeta,
consustanciando la aldea global.
En la misma coyuntura, en el norte de Amrica, Marshall McLuhan formulaba hiptesis
posteriormente confirmadas como realidades inequvocas; mientras en el sur del Ecuador, Luiz Beltro
diagnosticaba una situacin diametralmente inversa. El Brasil se perfilaba como una sociedad marcada por
la vigencia de un sistema meditico elitista, anclado en los valores de la cultura erudita. Donde la necesidad
de decodificacin de sus mensajes para que sean asimiladas por las camadas populares de nuestra
sociedad.
A este proceso de traduccin de los contenidos mediticos por los medios populares de informacin
de hechos y expresin de ideas, Beltro lo ha denominado Folk Comunicacin (1967). Su tesis de doctorado
ha sido dedicada a comprender las estrategias y los mecanismos adoptados por los agentes populares de
comunicacin en el sentido de tornar inteligibles hechos (informaciones), ideas (opiniones) y diversiones
(entretenimiento). A travs de investigaciones posteriores, Beltro (1980) ha comprobado que la prensa, la
radio, la televisin y el cine difunden mensajes que no logran la comprensin de vastos contingentes
poblacionales. Esos bolsones culturalmente marginalizados reaccionan de manera no siempre ostensiva,
robusteciendo un sistema meditico alternativo. Construyen y accionan vehculos artesanales o canales
rsticos, muchas veces estableciendo tambin una especie de feedback (retro-alimentacin) en relacin al
sistema hegemnico.
Las investigaciones desarrolladas por los discpulos contemporneos de Luz Beltro dan fe de la
riqueza de los procesos folkcomunicacionales en la base de nuestra sociedad. Sus resultados demuestran la
persistencia de aquellos contingentes marginalizados de la sociedad de consumo, que demandan la
decodificacin popular de los contenidos elitistas difundidos por los medios convencionales (BENJAMIN,
2000).
Hoy se evidencia tambin una corriente en el sentido opuesto, en torno a la incidencia de temas
populares en los medios masivos, reflejando la sensibilidad de los editores para corresponder a las
expectativas de los segmentos que se incorporan a su mercado consumidor, principalmente el de la prensa
diaria. Esos procesos folkmediticos (MARQUES DE MELO, 2004) empiezan a ser develados por la nueva
generacin que integra la Red Brasilea de Investigadores de Folk Comunicacin (Red FOLKCOM).
Cuando analizamos esta tendencia sudamericana, somos llevados a concluir que estaramos
reproduciendo, medio siglo despus, aquel mismo fenmeno que McLuhan identificara en el Norte
(Estados Unidos y Canad), dndole el rtulo de folclore del hombre industrial.

La disciplina
La Folk Comunicacin configura un segmento innovador de la investigacin latinoamericana en el
mbito de las Ciencias de la Comunicacin. Se dedica a los estudios de los agentes y los medios populares
de informacin de hechos y expresin de ideas (BELTRO, 1967).
El objeto de esta nueva disciplina se sita en la frontera entre en el Folklore (rescate e interpretacin
de la cultura popular) y la Comunicacin Masiva (difusin industrial de los smbolos a travs de medios
mecnicos o electrnicos destinados a audiencias amplias, annimas y heterogneas) (MARQUES DE
MELO, 2005).
Si el Folklore comprende formas grupales de manifestacin cultural protagonizadas por las clases subalternas, la
Folkcomunicacin caracterzase por la utilizacin de estrategias de difusin simblica capaces de expresar en
lenguaje popular mensajes previamente transmitidos por la industria cultural.
Luiz Beltro (1980) la comprenda como proceso de intermediacin entre la cultura de las elites
(erudita o masiva) y la cultura de las clases trabajadoras (rurales o urbanas).

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Dentro de esa perspectiva, fueron promovidas las primeras investigaciones del gnero, privilegiando
decodificaciones de la cultura de masa (o sus lecturas simplificadoras de la cultura erudita) hechas por
vehculos rudimentarios, en los cuales se abastecen simblicamente los segmentos populares de la
sociedad.
Sin embargo, para legitimar socialmente y para conquistar los mercados constituidos por los
ciudadanos que no asimilaran por completo la cultura alfabtica, la industria cultural brasilea necesita
retroalimentarse continuamente en la cultura popular. Muchos de sus productos tpicos, principalmente en
el sector del entretenimiento, rescatan smbolos populares, sometidos a los patrones de la fabricacin
masiva y seriada. Esas apropiaciones son ms comunes en los formatos de ficcin o musicales.
La Folk Comunicacin obtiene cada vez ms importancia, por su naturaleza de instancia mediadora
entre la cultura de masa y la cultura popular, protagonizando flujos bidireccionales y sedimentando
procesos de hibridacin simblica. Ella representa incontestablemente una estrategia contra hegemnica
de las clases subalternas (MARQUES DE MELO, 1980). Se trata de una negociacin a un solo tiempo,
sutil y astuta, en aquella acepcin creada por el italiano Antonio Gramsci (1979) y reinterpretada por el
brasileo Edison CARNEIRO (1965), que influenci decisivamente el planteamiento terico construido
por Luiz Beltro.

Los paradigmas
Luiz Beltro ha lanzado la plataforma de esa nueva disciplina en el mbito de las Ciencias de la
Comunicacin en el primer nmero de la revista Comunicao & Problemas (1965). En el artculo
sobre el exvoto, el autor haca una convocatoria a los investigadores de la comunicacin para cambiar su
mirada cognoscitiva. Era una invitacin para focalizar un tipo de objeto que ya vena siendo
competentemente estudiado por los antroplogos, socilogos y folcloristas, pero olvidado por los
comuniclogos (MARQUES DE MELO, 2003).
Su argumento implcito era que las manifestaciones populares, accionadas por los agentes de
informacin de hechos y expresiones de ideas, tenan tanta importancia comunicacional como aquellas
difundidas por los medios masivos. Por eso recurra al arsenal metodolgico ya probado y perfeccionado
en el estudio de las manifestaciones convencionales del periodismo industrial (fabricadas de acuerdo a los
canales postgutenbergianos), y las transportaba para analizar las ricas expresiones de aquello que sugera como
integrantes del Folk-Periodismo (transmitidas en canales pregutenbergianos o utilizando tecnologas tan
rudimentarias como la prensa de Mogncia).
En verdad, Beltro haba descubierto que los procesos modernos de comunicacin masiva coexistan,
en el espacio brasileo, con los fenmenos de la comunicacin premoderna. Eran reminiscencias del
perodo medieval europeo, transportadas por los colonizadores lusitanos, histricamente ubicadas en los
nuevos tiempos, aparentando una especie de continuum simblico. Aunque primitivos o artesanales, esos
vehculos de comunicacin popular, o de Folk-comunicacin, como l los prefiri denominar, actuaban como
meros retransmisores o decodificadores de mensajes desencadenados por la industria de la comunicacin
masiva (peridicos, revistas, radio, televisin).
Ms que eso: Beltro ha identificado una afinidad terica entre estos procesos y aquellos que
Lazarsfeld y sus discpulos haban observado en la sociedad norteamericana, descritos en el paradigma del
two-step-flow-of-communication (flujo de la comunicacin en dos etapas). Las tesis de Luiz Beltro
representaron, en verdad, un paso en relacin a los postulados de Paul Lazarsfeld y Eliu Katz. Mientras
dichos cientficos atribuyeron un carcter lineal e individualista al flujo de la comunicacin en dos etapas pues su perspectiva resultaba dependiente de la accin persuasiva de los lderes de opinin - el
investigador brasileo tuvo la premonicin de que el fenmeno es ms complejo. Beltro identifica que
ste se comporta como una interaccin bipolar (pues incluye el feedback protagonizado por los agentes
populares en el contacto con los agentes masivos) y revela una naturaleza eminentemente colectiva. La
reinterpretacin de los mensajes no se hace simplemente en funcin de la lectura individual y diferenciada
de los lderes de la comunidad, sino en sintona con las normas de conducta del grupo social. Ello traduce el
fuerte sentido de cohesin grupal. Al captar los signos de cambio social demuestra el perfil tpico de sociedades
que sufren las agruras del medio ambiente, necesitando transformarse para sobrevivir.

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

31

En cierto sentido, Luiz Beltro anticipaba observaciones empricas que seran posteriormente seran
profundizadas y compaginadas por la Teora de las Mediaciones Culturales, ncleo de la contribucin de
Jess Martn Barbero (1987) y de los culturalistas al pensamiento comunicacional latinoamericano.
De esa corriente, el mexicano Jorge Gonzalez (1990) ya haba hecho referencia explcita a los
primeros estudios del cientfico brasileo sobre las clases subalternas. Estos estudios pioneros seran
tambin reconocidos por el propio Martin Barbero (1999), en la ponencia sobre los aportes brasileos para
las Ciencias Sociales de Latinoamrica, que l ha presentado en el XX Congreso Brasileo de Ciencias de
la Comunicacin (Santos, 1997).
Beltro atribuye a los agentes folkcomunicacionales, actuantes en las sociedades rurales o perifricas,
un carcter ntidamente institucionalizado aunque informal, semejante a aquellos que Barbero identificara
ms tarde, de forma sistmica, en los agentes educativos, religiosos o polticos de las sociedades urbanas
metropolitanas.

La difusin
Como toda propuesta innovadora, la Folk Comunicacin de Luiz Beltro ha enfrentado obstculos
para legitimarse. Hubo doble resistencia: de los folkloristas conservadores, que pretendan defender la
cultura popular de las investidas mediticas modernizadoras, y de los comuniclogos radicales, que
pretendan hacer de la cultura popular el caballo de Troya de sus batallas polticas, en lugar de aprender en
esas manifestaciones genuinas el lmite de la resistencia posible de comunidades empobrecidas, cuya meta
es la superacin de la marginalidad social.
Pero la Historia tiene sus trampas imprevisibles. Lo que observamos hoy es justamente un
movimiento en sentido inverso. Las evidencias niegan aquellas reacciones que vaticinaran el fin de las
tradiciones rsticas. El objeto de estudio de la Folk Comunicacin podra haber sido sepultado si la espiral
de la postmodernidad las hubiera tragado. Al revs, la globalizacin permite vislumbrar el escenario de un
mundo polifactico y multicultural. l sugiere que cualquier insercin pro activa en su universo depende
bsicamente del capital simblico acumulado en las mega, macro o micro regiones (MARQUES DE
MELO, 2004), potencialmente convertibles en imgenes y sonidos capaces de sensibilizar la aldea global
por su carcter universal. En otras palabras: enraizados en la cultura popular, pero traducidos para el
lenguaje de la cultura de masa.
Esta es indudablemente la actualidad del pensamiento comunicacional de Luiz Beltro. Construyendo
un referencial terico consistente, ha pensado en la era de McLuhan, sobre las interacciones entre la
aldea local y la aldea global que ha lanzado puentes entre los folkmedia y los massmedia. Beltro ha
reconocido el universal que subsiste en la produccin simblica de los grupos populares, percibiendo al
mismo tiempo que los dos sistemas comunicacionales continuarn hasta articularse en una suerte de
feedback dialctico, continuo y creativo.
Su legado intelectual se ha diseminado en todo el territorio nacional, conquistando seguidores que han
llenado lagunas de sus ideas seminales, o que avanzarn en los senderos empricos por l abiertos
(MARQUES DE MELO, 2005).
Adems de los sucesores inmediatos como Roberto Benjamn (2000, 2004), Joseph Luyten (2000,
2001, 2004), Jos Maria Tenorio (1998, 2004), Oswaldo Trigueiro (2002, 2004) y Sebastio Breguez (2001,
2004), florece una segunda generacin de investigadores de los fenmenos folkcomunicacionales. Se
proyectan, entre ellos: Severino Lucena (1998, 2004), Antonio Teixeira Barros (2000, 2001, 2004) Marlei
Sigrist (2002, 2004, 2004b), Samantha Castelo Branco (1997, 2000, 2005), Cristina Schmidt (2000, 2001,
2004), Antonio Hohlfeldt (2002, 2002b 2004), Maria Cristina Gobbi (2004, 2005), Maria rica de Oliveira
(2000), Daniel Galindo (1999, 2000, 2001), Elizabeth Gonalves (1999, 2005), Rosa Nava (2001),
Waldemar Kunsch (1998, 2000), Maria das Graas Targino (2000), Sergio Gadini e Zeneida Assumpo
(1999, 2004), Karina Woitowicz (2001), Betnia Maciel (1998, 2005), , Mariana Mesquita (2000), Alfredo
d`Almeida (2002), Rosangela Marolla (2002), Orvio Campos Soares (2003, 2004) y Tamara Brando
(2004, 2005).
Sus ideas estn siendo rescatadas, actualizadas y profundizadas por la Red FOLKCOM Red
Brasilea de Folkcomuniacin - constituida con el apoyo de la Ctedra UNESCO/UMESP de

32

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Comunicacin para el Desarrollo Regional. Se trata de un colectivo de investigadores de las interfaces


entre comunicacin masiva y cultura popular que se rene anualmente en las Conferencias Brasileas de
Folkcomunicacin, hace ya una dcada. El acervo hoy constituido por centenas de estudios empricos y
reflexiones crticas fue producido para los encuentros de So Bernardo do Campo (1998), So Joo Del
Rei (1999), Joo Pessoa (2000), Campo Grande (2001), Santos (2002), Campos de Goytacazes (2003),
Lajeado (2004) y Teresina (2005). La memoria de esos eventos acaba de ser reunida y abierta, para
consulta pblica, en la Enciclopedia del Pensamiento Comunicacional en Latinoamrica, una iniciativa
lanzada por la Ctedra UNESCO de Comunicacin de Brasil11.
Agregando una centena de investigadores de todas las regiones brasileas, la Red FOLKCOM, en
vinculacin con la Universidad Estadual de Ponta Grossa, est editando tambin una publicacin
electrnica, denominada Revista Internacional de Folkcomunicacin, accesible en la red mundial a travs de la
direccin: <http://www.uepg.br/revistafolkcom>.
En plan latinoamericano, el pensamiento de Luiz Beltro ha inspirado las producciones cientficas del
Grupo de Estudios de Folk-Comunicacin, creado por ALAIC Asociacin Latinoamericana de
Investigadores de la Comunicacin coordinado por uno de sus discpulos ms actuantes, el Prof. Dr.
Roberto Emerson da Cmara Bejamin. El primer encuentro de los estudiosos latinoamericanos de
Folkcomunicacin ocurri en el 4 Congreso de ALAIC en la ciudad de Recife, ocasin en que se lanz
una obra colectiva sobre la vida y obra del maestro de Pernambuco Itinerrio de Luiz Beltro (Recife,
AIP/UNICAMP, 1998). Otros encuentros de este grupo fueron realizados en Santiago de Chile (2000),
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (2002) y en La Plata, Argentina (2004). Su prxima reunin est prevista en
la ciudad brasilea de So Leopoldo, en 2006.

Proyeccin en Internet
Si la disciplina acadmica viene experimentando tamaa expansin, ms significativa ha sido la
trayectoria de la Folk Comunicacin en los espacios propiciados por la Internet. Ese territorio se ha
mostrado frtil, principalmente para la germinacin y el cultivo de relatos sobre las actividades
desarrolladas por los agentes folkcomunicacionales, ampliando considerablemente sus mbitos de accin.
Adems de garantizar la continuacin de varios gneros o formatos de expresin popular, la web permite
multiplicar sus interlocutores, as como proporcionar la oportunidad para el intercambio entre grupos y
personas que poseen identidades comunes pero que estn distanciados por la geografa.
Buscando comprobar este tipo de asertiva, hicimos un rastreo de palabras clave en el banco de datos
mantenido por Google, lo que ha mostrado resultados inesperados.
Procuramos saber inicialmente cul es la amplitud de las fuentes disponibles en Internet sobre Folk
Comunicacin como disciplina acadmica. Encontramos 1.118 referencias, siendo 823 alusivas a la propia
disciplina y 295 a su fundador, Luiz Beltro.
Luego buscamos conocer el tamao del espacio ocupado por los fenmenos tpicamente
folkcomunicacionales, aquellos que sealizan los objetos de estudio de los investigadores acadmicos.
Experimentamos entonces una gran sorpresa al constatar que el universo emprico es casi mil veces
superior al campo terico. Encontramos 960.891 referencias que tienen por foco principal tipos de
Folk Comunicacin situados en diferentes aspectos de la vida cotidiana.
Trabajamos con una matriz taxonmica construida a partir del ejercicio clasificatorio de la Folk
Comunicacin (MARQUES DE MELO, 1979), sometida a la crtica de los participantes del Primer
Congreso Nacional de Ciencias de la Comunicacin (Santos, INTERCOM, 1978), y en ese entonces
acogida por el fundador de la disciplina. Tanto as es que, al elaborar el documento Indicador y Bibliografa
Sumaria para la Investigacin en Folkcomunicacin, Beltro remite el estudioso a la bibliografa reunida por
MARQUES DE MELO, en su ensayo sobre la disciplina Sistemas de Comunicacin no Brasil (BELTRO,
1980, p. 278).
Esa clasificacin contempla cuatro gneros folkcomunicacionales: escrito, oral, icnico y cintico. Al
revisarlos en esa coyuntura histrica, nos damos cuenta que ello puede ser til para reconocer la naturaleza
11

Disponible en <www.metodista.br/unesco/encipecom>.

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

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de los objetos folkcomunicacionales que, rompiendo la barrera del milenio, se proyectan en el futuro.
Todava creemos insuficiente el mbito contemplado para el gnero folkcomunicacin escrita, por lo que
decidimos ampliarlo bajo la denominacin de folkcomunicacin visual. La intencin es agrupar las expresiones
propiamente lingsticas de aquellas otras que implican representaciones pictricas y dems smbolos
visuales.
De esa manera, tratamos de identificar, en el cuerpo de cada gnero y de cada formato, cuales son los
tipos que poseen afinidades simblicas. A partir de los indicadores bibliogrficos disponibles en los ms
recientes estudios folkcomunicacionales (GOBBI, 2004), ampliamos el elenco original (MARQUES DE
MELO, 1979), justamente para dar cuenta de un sistema de comunicacin que ha adquirido mayor
complejidad en las interfaces que hace dinmicamente con el sistema hegemnico de la comunicacin masiva
(BELTRO & QUIRINO, 1986) y con el sistema histrico de la comunicacin erudita (BELTRO, 1972).
Los resultados obtenidos a travs del levantamiento de las palabras clave correspondientes a los tipos
folkcomunicacionales referenciadas por Google, a partir del stock de fuentes digitalizadas, permite constatar a las
siguientes evidencias:

Planilla 1
Referencias agrupadas segundo los gneros folkcomunicacionales*
Gneros folkcomunicacionales

N.A

Folkcomunicacin oral
Folkcomunicacin visual
Folkcomunicacin icnica
Folkcomunicacin cintica

146.389
351.972
10.757
451.773

15.2
36.7
1.1
47.0

Total

960.891

100.0

* Levantamiento realizado en el Google (junio, 2005)

Llama la atencin el volumen representado por el gnero cintico (casi la mitad del espacio total) y
por el gnero visual (33.9%). Juntos, ellos significan aproximadamente 8 de cada 10 referencias
acumuladas.
Verificamos, en los dos casos, el predominio de algunos formatos singulares, ostensivamente
desnivelados en relacin a la media de las manifestaciones congneres. Esta tendencia se confirma tambin
en el interior de los gneros minoritarios: el tipo que encabeza la lista de referencias en el interior de cada
gnero ocupa espacios que varan de dos tercios (caso del gnero icnico) a la mitad (casos de los gneros
oral y musical).
Cules son los tipos folkcomunicacionales que conquistan ms espacio en la Internet?
Este panorama puede ser esbozado con mayor nitidez a partir de la composicin de los tipos
mayoritarios con los minoritarios en las planillas complejas, anexadas al presente trabajo.

Planilla 2 - Gneros de la Folkcomunicacin oral


Principales tipos

Nmero de referencias

Leyenda
Canto de trabajo

36.400
30.400

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Trova
23.300
Llanto
21.100
Baio
8.920
Planilla 3 - Gnero de la Folkcomunicacin visual
Principales tipos
Tatuaje
Literatura de cordel
Estampas de propaganda
Xilograbado popular
Peticin colectiva

Nmero de referencias
327.000
10.300
1.440
1.290
1.270

Planilla 4 - Gnero de la Folkcomunicacin icnica


Principales tipos

Nmero de referencias

Ex-voto
Amuletos
Presepio
Mueco de barro
Juguete artesanal

7.940
799
788
388
375

Planilla 5 - Gnero de la Folkcomunicacin cintica


Principales tipos

Funk carioca
Rap paulista

Ferias de ganaderos
Forr nordestino
Mitin electoral

Nmero de referencias
143.000
57.200
52.600
25.700
24.000

Si las planillas anteriores muestran cmo los diversos tipos estn relacionados por orden de la grandeza
con sus congneres, dentro de cada gnero se torna indispensable sobrepasar esa ubicacin dentro de cada
categora para dar cuenta claramente de cules son los tipos que poseen mayor densidad en los acervos
documentales referenciados por la Internet.
A continuacin presentamos una pirmide de los tipos ms referenciados en cada gnero, retirando,
sin embargo, las fronteras que los separan temticamente.

Planilla 6 - Formatos ms referenciados en la Internet (por orden de relevancia


cuantitativa en el interior de cada gnero folkcomunicacional)
Tatuaje
Funk carioca
Rap paulista
Feria de ganaderos

327.000
143.000
57.200
52.600

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

Leyenda
Canto de trabajo
Forr nordestino
Mitin electoral
Llanto
Literatura de cordel

Baio
Ex-voto

Estampas de propaganda
Xilograbado popular
Peticin colectiva
Canturia
Amuletos
Prespio
Mueco de barro
Juguete artesanal

35

36.400
30.400
25.700
24.000
21.100
10.300
8.920
7.940
1.440
1.290
1.270
848
799
788
388
375

En ese cuadro comparativo impresiona la importancia cuantitativa que asumen los tipos ms
sintonizados con las demandas culturales de los jvenes (usuarios principales de la Internet). Se confirma,
de cierta manera, la tendencia ya esquematizada por Beltro (1980, p. 40), quien ha identificado como los
agentes/usuarios principales de la Folk Comunicacin - hacia fines del siglo pasado - a los grupos
culturalmente marginados de la sociedad, engrosando aquellos contingentes de contestacin a los
principios, a la moral o a la estructura social vigente (BELTRO, 1980, p. 40).
No es sin razn que tipos poco anclados en las races histricas de la cultura brasilea como los
tatuajes, el funk carioca o el rap paulista asumen la vanguardia folkcomunicacional en este nuevo
milenio. A ellos se agregan los tipos consubstanciados en aquellas aspiraciones de entretenimiento
colectivo, excitante y mdico a un solo tiempo como las ferias de ganaderos y el forr desfrutando
el sonido de ritmos mestizos, como el llanto y el baio.
Se destacan tambin los tipos que pueden traducir gritos de protesta o lamento de las camadas
segregadas por los prejuicios de las elites, como los mitines electorales, las peticiones coletivas, las
estampas de propaganda o los cantos de trabajo.
Se trata, en el conjunto, de tipos que reflejan innegablemente los trazos de aquella moderna tradicin a la
que se refera Renato Ortiz (1988), determinantes de la nueva fisonoma de la sociedad brasilea, hoy ms
influenciada por las corrientes culturales made in USA.
Persisten, sin embargo, diversos formatos y tipos folkcomunicacionales anclados en las tradiciones
latinas o ibricas, como las leyendas, la literatura de cordel, la canturia y el xilograbado popular. De
la misma manera, se mantienen vigentes modos de expresin legitimados por la religiosidad rstica, como
los exvotos, o los amuletos y los presepios. Aunque con menor intensidad, aparecen los formatos
ldicos como los muecos de barro y los juguetes artesanales.

La punta del iceberg


Los datos obtenidos a travs de esta investigacin exploratoria sugieren desdoblamientos empricos,
analticos y reflexivos. Ellos han sido tejidos justamente con la intencin de motivar a otros investigadores,
situados en distintos espacios geogrficos, a seguir este itinerario, dilucidando enigmas o interpretando
contrastes.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Reiteramos que, mientras exgetas apresados tengan en consideracin las nuevas tradiciones
populares, como residuos en extincin, en verdad el estudio de la Folk Comunicacin subsistir
ampliamente, perdurando y renovndose en este nuevo milenio.
Capaz de amplificar el acervo cognitivo y el bagaje cultural de los grupos marginalizados y de los
contingentes excluidos, la red mundial de computadoras propicia condiciones para la actualizacin
dinmica de esta nueva disciplina. Los gneros, formatos y tipos folkcomunicacionales fluyen
regularmente a travs de la web. Sin perder las identidades que les dan sentido histrico y vigor intelectual,
ellos ganan difusin ms all de las fronteras en que germinan y florecen.
Justamente en funcin de la transparencia, intensidad y diversidad adquiridas por los fenmenos
folkcomunicacionales, nuevos estudios son necesarios para comprender mejor su dinmica en la sociedad
digital. Se trata de un desafo que puede ser enfrentado por los jvenes investigadores, casi siempre
deseosos de explorar objetos an en fase de configuracin en el organismo social.
En esta corriente se destacan algunos investigadores brasileos. Rosngela Marola (2002) procura
comprender el modo en cmo los contadores de historias diseminan mitos y leyendas a travs de la Internet.
Aparecida Ribeiro dos Santos y Lana Cristina Nascimento dos Santos (2002) exploran los territorios
ocupados por las religiones populares. Por su parte, Daniel Galindo, Celeste Ribeiro y Vnia Braz de Oliveira
(2005) develan las estrategias utilizadas por los gobiernos locales al fomentar el turismo municipal,
seduciendo visitantes a travs del potencial folclrico de sus respectivas ciudades.
Sin embargo, slo a travs de diversos anlisis comparativos ser posible construir generalizaciones
susceptibles de credibilidad. Para finalizar invito a los participantes de la V Bienal Iberoamericana de
Comunicacin para que incluyan objetos fokcomunicacionales en sus agendas investigativas. Nuestra meta
es construir un mapa iberoamericano de estas formas de expresin popular.

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

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LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

Anexo 1
Tipos Folkcomunicacionales en la Internet (2005)

Folkcomunicacin oral

146.389

Aboio
Acalanto
Adivinacin
Chisme
Apodo
Baio
Bendito
Boato
Cantiga de mendigo
Canto de bebida
Canto de trabajo
Canturia
Chimarrete
Llanto
Chula
Cuento de hada
Conversa fiada
Conchavo
Dobrado
Embolada
Fofoca
Gria
Glosa
Leyenda
Lundu
Moda de viola
Palabrota
Parlenda
Prego
Provrbio
Samba de breque
Toada
Trova

170
390
471
386
4.660
8.920
1.390
675
24
1.420
30.400
848
4
21.100
680
826
172
50
416
3.070
850
623
213
36.400
435
2.140
543
81
617
474
122
619
23.300

Anexo 2
Tipos Folkcomunicacionales em la Internet (2005)

Folkcomunicacin visual
Adesivo

351.972
784

43

44

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Almanaque de cordel
Almanaque de farmcia
Carta annima
Carta devota
Cartaz de mercearia
Correio sentimental
Epitfio
Estampas de propaganda
Flmula
Folhinha
Grafito de banheiro/latrina
Legendas de caminho
Literatura de cordel
Literatura medinica
Orao milagrosa
Pasquim em verso
Peticin colectiva
Pichao de parede
Pintura medinica
Tatuaje
Volantes publicitrios
Xilograbado popular

688
450
644
103
42
371
870
1.440
51
636
28
943
10.300
1.100
147
51
1.270
78
853
327.000
283
1.290

Anexo 3
Tipos Folkcomunicacionales en la Internet (2005)

Folkcomunicao icnica
Adornos personales
Enfeites domsticos
Amuletos
Mueco de barro
Juguete artesanal
Ex-voto (promessa)
Figura de enfeite
Presepio

10.757
100
135
799
388
375
7.940
232
788

Anexo 4
Tipos Folkcomunicacionales em la Internet (2005)

Folkcomunicacin cintica
Afox
Amarelinha
Baian
Batuque
Bodas
Bloco carnavalesco
Bumba-meu-boi
Caboclinho

451.773
2.890
263
19
8.140
7.260
488
2.650
248

LA COMUNICACIN DE LOS MARGINADOS J. MARQUES DE MELO

Caiap
Candombl
Capoeira
Catira
Cavalhada
Ch-de-beb
Ch-de-cozinha
Chegana
Ciranda
Circo mambembe
Coco-de-roda
Comcio poltico
Congada
Cumpleaos
Cururu
Dana de moambique
Despedida-de-soltero
Escuela de samba
Fandango
Feria de ganaderos
Folia de reis
Forr
Frevo
Funeral
Funk carioca
Guerreiro
Juego de animales
Jongo
Maracatu
Marujada
Paradas cvicas
Pastoril navideo
Pelada de vrzea
Procesin
Quermesse
Rap paulista
Rodeo criollo
Quadrilla junina
Quema de Judas
Reisado
Romaria
Taieira
Ticumbi
Troa
Trote de calouros
Xaxado

101
2.270
23.200
514
349
1.370
1.610
423
1.040
1.740
2.170
24.000
549
323
1.010
1.350
668
18.200
2.180
52.600
2.180
25.700
11.900
512
143.000
3.490
3.270
499
10.200
395
388
99
25
2.250
231
57.200
8.570
501
332
989
1.150
327
172
116
22.200
494

45

La Teora de la Folkcomunicacin y el
pionerismo de Luiz Beltro
12

Roberto Benjamin
Universidad Federal Rural de Pernambuco

En 1959, despus que publiqu mis estudios sobre comunicacin periodstica efectuados a base de sus
manifestaciones convencionales, de sus vehculos consagrados - los peridicos, la radio, la televisin y el cine
- buscando aislar sus atributos esenciales y apreciar sus condiciones filosficas, me sent atrado por otros
aspectos de difusin de innovaciones y expresin de la opinin pblica, que escapaban a la actividad social a
que dedicara mis esfuerzos de indagacin cientfica (BELTRO, 1971, p. 11).

Luiz Beltro de Andrade Lima (Recife, 1918 Braslia, 1986), periodista y profesor pernambucano,
conceptualiz pioneramente la Folkcomunicacin: "folkcomunicacin es un procesos de intercambio de
informaciones y manifestaciones de opiniones, ideas y actitudes de masa a travs de agentes y medios
ligados directa o indirectamente al folclore". Hoy la Folkcomunicacin es concebida con el siguiente
alcance.

La comunicacin interpersonal y grupal ocurre en la cultura folk


Los medios acadmicos han centrado los estudios de comunicacin en funcin de los intereses
econmicos, nmero de receptores, efectos sociales y culturales etc. Esto corresponde, tambin, al hecho
de que las profesiones de comunicacin reconocidas por el Estado son, en su mayora, relacionadas con
las tcnicas y medios de comunicacin de masas. Es as como se ofrecen cursos de formacin a nivel de
segundo grado y universitario.
En tanto, es preciso reconocer la importancia de la comunicacin interpersonal y grupal -inclusive por
sus aspectos de mediacin- tanto entre la poblacin de cultura folk, como en los dems segmentos de la
sociedad.
En este campo est el estudio de agentes, medios de informacin, medios de expresin de ideas,
opiniones y actitudes referidos por Luiz Beltro (1967). Es un campo para el estudio del comunicador, del
mensaje, del canal, del receptor, de las intenciones y de los efectos -esto es, del proceso de comunicacin
interpersonal y grupal segn ocurre entre la poblacin de cultura folk.
En las ltimas dcadas las universidades brasileas han elaborado investigaciones desde la perspectiva
de la folkcomunicacin que se focalizan en todo el proceso de la comunicacin y, en ocasiones, en slo
algunos de sus elementos.

12 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian, de A teoria da Folkcomunicao e o pioneirismo de Luiz Beltro. En
SCHMIDT, Cristina (Org.). Folkcomunicao na Arena Global: Avanos Tericos e Metodolgicos, p. 50-61, 2006.
So Paulo: Ductor.

48

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

La mediacin de los canales folk para la recepcin de los mensajes de


masa
La idea de la existencia de una poblacin de cultura folk desvinculada de la cultura de la sociedad
donde est situada, alimentada por algunos estudios de folclore en el pasado, no encuentra sustento en la
investigacin de la cultura. La interaccin entre poblaciones de diferentes patrones culturales ha sido
permanente a travs de los tiempos y no podra ser diferente en relacin a la accin de los medios de
comunicacin de masas. Sin embargo, estos procesos estn sujetos a los criterios de la selectividad.
Estudios de psicologa de la comunicacin demuestran que la percepcin de contenidos de mensajes
est sujeta a los criterios de "exposicin selectiva". Las personas solo aceptan recibir mensajes que no sean
contrarios a sus ideas, preconceptos e intereses; "percepcin selectiva", las personas, al igual que cuando
no consiguen huir de la exposicin de mensajes indeseados que van en contra de sus intereses y puntos de
vista, solamente perciben lo que les es favorable; "retencin selectiva", las personas solamente retienen
aspectos de hechos, ideas, etc. que refuercen sus propios puntos de vista olvidando los que les son
desfavorables.
Por su naturaleza, los medios de comunicacin enfrentan dificultades para compatibilizar en sus
mensajes los diferentes patrones culturales e intereses, ideas y preconceptos de sus diferentes pblicos.
Los lderes de opinin ejercen un papel fundamental en la mediacin de las informaciones y opiniones
emitidas por los medios de comunicacin de masas y los pblicos receptores, reprocesando los mensajes y
adecundolos a los patrones culturales de los pblicos sobre los que ejercen una influencia personal,
reforzando el rechazo o facilitando su percepcin integral y aceptacin. La mediacin de los lderes de
opinin es explicada por la ya referida teora de la comunicacin en mltiples etapas.
En Folhetos populares: intermedirios no processo da comunicaco (BENJAMIN, 1970), primer estudio
monogrfico de folkcomunicacin publicado despus de la tesis de Luiz Beltro, focalizamos el papel de
los poetas populares como lderes de opinin y el folleto de cordel como un canal folk, utilizado para la
mediacin entre los canales masivos y un pblico especfico la poblacin nordestina de cultura folk.
Otros estudios sobre los poetas populares, como tambin sobre otros agentes de folkcomunicacin,
como los maestros de folguedo13, han llegado a la misma conclusin. Una relectura crtica sobre la cuestin
de la mediacin fue realizada por Osvaldo Trigueiro (2004), en su tesis de doctorado, a partir de la
investigacin de campo realizada en el municipio de So Jos de Espinharas (PB).

La apropiacin de las tecnologas de comunicacin de masa (y otras) y


el uso de canales masivos por portadores de cultura folk
Los medios son extensiones de los hombres.
Mashall McLuhan
La ms antigua de las tecnologas de la comunicacin apropiada por los portadores de la cultura folk
fue, sin duda, la imprenta.
A finales del siglo XIX diversos poetas populares cantadores como Silvino Pirau de Lima (Patos
PB, 1848 Recife PE, 1913), Joo Melchiades Ferreira da Silva (Bananeiras PB, 1869 Joo Pessoa
PB, 1933) y los glosadores como Leandro Gomes de Barros (Pombal PB, 1865 Recife PE, 1918) y
Joo Martins de Athayde (Ing PB, 1880 Limoeiro PE, 1959), comenzaron a publicar sus versos en
formas de folletos como los impresos en Portugal (y en otros pases de Europa) a principios del siglo XX,
valindose de grficas comerciales existentes en la ciudad de Recife. Despus, algunos poetas adquirieron
cajas de tipos e impresoras manuales, pasando ellos mismos a utilizar la tecnologa de la imprenta.
13 Folguedos son fiestas cuya principal caracterstica es la presencia de msica, danza y representacin teatral (Nota del
Traductor).

LA TEORA DE LA FOLKCOMUNICACIN R. BENJAMIN

49

En 1921 cuando adquiri los derechos de publicacin de la obra de Leandro Gomes de Barros, el
poeta Joo Martins de Athayde tena una oficina grfica y, al modo de las editoras capitalistas, actuaba
como editor incorporando inclusive los vicios de ese tipo de imprenta de la poca.
La radio comercial introducida en el pas en la dcada del veinte se fue interiorizando y
estableciendo en pequeas empresas en las ciudades de tamao medio. Un gran nmero de horas
mantenidas al aire vino a tornar disponible la tecnologa de la radio a los poetas populares, especialmente a
los cantadores de viola que de este modo recobraban la oralidad y ampliaban enormemente su pblico,
ganando prestigio y consagracin (SILVA, 1983).
El contacto con productores y artistas del medio radiofnico facilit un conocimiento y engranaje con
la industria fonogrfica. Fue as como de la radio los cantores pasaron al disco.
La popularizacin de los equipos de grabacin en cinta magntica (casete) vino a permitir un acceso
directo a esta tecnologa, propiciando a los productores populares realizar la edicin de su propia
produccin fonogrfica de forma independiente y sin la intermediacin de la industria. Hoy, gran parte de
los cantadores de viola, tiradores de coco de embolada14 y otros, ofrecen en sus presentaciones en vivo
cintas de video y compact-discs que documentan aquellas que son consideradas sus mejores producciones.
La tecnologa del DVD tampoco les es extraa.
La televisin, por la gran concentracin de su produccin, dificult el acceso de productores folk,
aunque existe semejanza con lo que ocurri con las cintas de cassette de audio. Tambin aparecen
portadores de cultura folk que en sus presentaciones en vivo ofrecen a la venta documentarios en videocassette de sus performances en congresos de violeiros y otras presentaciones.
En el Congreso de INTERCOM de 1997 realizado en Santos -SP, Clia Mara Cassiano de la
Universidad de Campinas present una comunicacin sobre la utilizacin de videocassete por grupos de
folia de reis (Fola de Reyes), que graban sus performances para uso en discusiones de grupo y
entrenamiento de nuevos miembros. La ms reciente apropiacin de tecnologa ocurre en relacin a la
informtica.
El poeta popular Jos Honrio produce sus versos en un computador. Su opcin por la informtica
nada tiene de romntica. Fue una eleccin tecnolgica y econmica. Las grficas existentes en la ciudad
donde reside (Timbaba PE), desde las primitivas cajas de tipo, las que operan off-set, solamente
reciben encomiendas de tiraje sobre las posibilidades de mercado para los cordeles del poeta. Utilizando
un computador, Jos Honrio imprime un nmero de folletos que considera posible vender de inmediato
y guarda los mismos en la memoria electrnica, realizando nuevos tirajes a medida que las pequeas
ediciones se agotan.
Otro poeta que sigui el ejemplo de Jos Honrio fue Joo Jos da Silva (Pombos PE, 1922
Recife PE, 1997), que haba sido un importante editor de literatura de cordel, con su Folheteria Luzeiro,
inviabilizada por causa de las crisis econmicas y problemas personales del poeta. Volvi a editar con el
uso del computador y lanz cerca de 30 folletos poco antes de su muerte. Sus familiares prosiguen
editando folletos con el uso del computador.

Trazos de cultura de masas absorbidos por la cultura folk


La interaccin permanente de la poblacin de cultura folk con los medios de comunicacin de masas
viene determinando la presencia de trazos de esta cultura en medio de las manifestaciones de la cultura
tradicional. Modismos en el lenguaje verbal, gestual, de vestuario y otros marcan la presencia de la cultura
de masas en la cultura popular tradicional.
La documentacin de presentaciones recientes de manifestaciones carnavalescas y de los festejos juninos,
especialmente la quadrilha15, en ciudades del nordeste como Recife Aracaju, Natal, Caruaru, Campina
14 En su Dicionrio do Folclore Brasileiro, Cmara Cascudo (1972) define Coco como una danza popular en el Nordeste de
Brasil, cantada en coro o refro que responde los versos del tirador de coco (o cantor de coco), tambin denominado de
coqueiro. Coco de embolada se refiere al proceso potico musical. Un Coco de embolada, o simplemente embolada, corresponde al
tipo de msica que cuenta en versos mtricos, rpidos e improvisados (Nota de los editores).
15 Danza tpica de los festejos juninos. De acuerdo con Severino Lucena Filho (2012) la quadrilha se destaca por ser uno
de los smbolos ms constantes en los eventos del ciclo junino. Esta danza, de origen europeo, lleg a Brasil con los

50

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Grande y Mossor, es considerada hoy da "descaracterizada" por los folkloristas tradicionalistas, en


funcin de la influencia de elementos culturales absorbidos especialmente de la televisin. No solo las
coreografas y el vestuario, tambin los entrechos dramticos del "casamento matuto", que integran el
folguedo, siguen hoy da la direccin de la obscenidad, tpica de algunos programas humorsticos de la
televisin.
En el pasado, la gran osada de los jvenes organizadores de quadrilha era la presentacin o la mera
insinuacin de la prctica sexual antes del casamiento, con el personaje de noiva-grvida (novia embarazada).
Hoy, gran parte de las quadrilhas presentan referencias libertinas u homosexuales, con uno o ms
personajes gays, en situaciones jocosas. Es tambin el caso de la artesana, cuyos objetos re-manejados,
reutilizados y re-funcionalizados retornan a la comunidad productora e influencia los patrones de
produccin y uso.

Apropiacin de elementos de la cultura folk por la cultura de masas y


por la cultura erudita
Se ha dicho que la creacin de un arte nacional solamente ocurre por el aprovechamiento de las
manifestaciones de la cultura folclrica.
Paulo Carvalho Neto (1977) denomina de "proyeccin folclrica" la utilizacin de manifestaciones
folclricas en la literatura, la msica y en las danzas eruditas. Ariano Suassuna en teatro y en romance,
Altimar Pimentel en cuento y en teatro, Hector Villa-Lobos en la msica, son ejemplos de proyeccin
folclrica en diferentes campos.
Es preciso recordar el aprovechamiento de narrativas folclricas, especialmente los cuentos de hadas,
por los productores de la literatura infantil, no slo en libros sino tambin en discos. El cine dirigido al
pblico infantil y especialmente los estudios de Walt Disney produjo diversas versiones
cinematogrficas de cuentos de hadas. Los cuentos, proverbios y aforismos, ms all de la msica y las
danzas folclricas, son usados en la publicidad.
Del mismo modo, la televisin viene recorriendo los temas, motivos y manifestaciones populares
tradicionales. En las novelas y seriados televisivos autores como Dias Gomes y Aguinaldo Silva 16
trabajaron material folclrico. Una parte de los programas de variedades humorsticos utiliza los
entremeses circenses y hasta los mismos artistas circenses, especialmente payasos, son incorporados a los
elencos televisivos.
La msica popular urbana constantemente ha recurrido a las fuentes folclricas. Hasta la misma
produccin musical de rock se viene alimentando de msica folclrica.
El creciente inters por el esoterismo y por las terapias alternativas como alopata, determin la
aparicin de programas radiofnicos como consultas de videntes, donde supersticiones y simpatas, al
igual que los recetarios de la medicina popular tradicional (sobre todo la fitoterapia), son apropiadas y
divulgadas por productores y locutores de medios de comunicacin.
El investigador Jawaharlal Handoo (1976), del Departamento de folclore del Instituto Central de
Lenguas Indianas, de Mysore ndia, escribe un artculo con el objetivo de alertar a los estudiosos de
folclore y de la semitica sobre las relaciones entre la creciente cultura de masas indiana y la cultura
popular tradicional de aquel pas. Denomina como "folklorismos" al proceso de apropiacin de temas,
metforas, motivos, ideas y creencias de la cultura popular tradicional en la produccin masiva industrial
comercial, mass media y otras formas modernas de comunicacin. Destaca especialmente los filmes
populares indianos, que son ms o menos cuentos de hadas modernos y, en los cuales, investigadores
colonizadores portugueses. Era una danza de elite, formada en los salones del lcio, despus, al ser apropiada en el mundo
popular, tiene varias modificaciones estticas, musicales y coreogrficas. La quadrilha es el baile de conmemoracin del
casamiento. (Nota del tradutor).
16 Dias Gomes escribi teleseries como Roque Santeiro, Saramandaia, O Bem amado, entre otras. Por su parte
Aguinaldo Silva ha trabajado en colaboracin con Dias en Roque Santeiro, y tambin es autor de Tieta (emitida en
Chile por MEGAVISIN en 1991 y CHILEVISIN el ao 2004), A Indomada, Pedra sobre Pedra, entre otras (Nota
del traductor).

LA TEORA DE LA FOLKCOMUNICACIN R. BENJAMIN

51

acadmicos reconocen la conservacin de los mismos patrones estructurales de los cuentos de hadas y
otros cuentos populares. Segn este investigador, lo mismo se puede decir de las novelas y series de la
televisin indiana.

La recepcin en la cultura folk de elementos de su propia cultura


reprocesados por la cultura de masas
La interaccin entre los portadores de cultura folk y la cultura de masas causa un efecto todava poco
analizado en los medios acadmicos. Al apropiarse de elementos de la cultura folk, los productores de la
cultura de masas proceden a una seleccin y reprocesamiento a fin de tornar compatibles tales elementos
con los patrones y el estilo de vida vigente de su medio.
Los portadores de la cultura folk toman conocimiento de este reprocesamiento sin que, la mayora de
las veces, entiendan las razones que los llevaron a escoger las reutilizaciones procedidas. Considerando el
carcter hegemnico de la cultura de masas, acaban tentados a reincorporar aquellos elementos con las
caractersticas masivas introducidas en sus manifestaciones. Esta ha sido un rea menos trabajada en los
nuevos alcances de la folkcomunicacin.
Las cantorias17, al igual que las realizadas en ambientes tradicionales, las llamadas cantorias de p-de-parede
- presentan hoy da modificaciones como consecuencia de su adaptacin a la radio, al disco y las cintas de
cassette, especialmente en relacin con el concepto de tiempo (SILVA, 1983).
La grabacin de msica folclrica con arreglos de cultura de masas y ejecutada por msicos
consagrados, tiene una influencia de retorno sobre la produccin popular. Un caso evidente es el papel
ejercido por Luiz Gonzaga. El baio, en la forma divulgada por el cantor, no era conocido por la cultura
folk ya que tena otra fisonoma el llamado baio-de-viola , o baiano ha sido sustituido por el ritmo
fijado por l y sus productores. Los instrumentos tradicionales de esta msica la viola, la rabeca y la banda
de pfanos cedern lugar a los conjuntos denominados "regionales" concertina18, zabumba (bombo),
caja y tringulo (o pandero). El xaxado19 que segn sabemos es cantado y bailado por los cangaceiros y ya
en desuso por las poblaciones sertanejas fue recreado por Luiz Gonzaga y otros compositores,
volviendo en esta forma a la cultura popular.
La presentacin de grupos parafolclricos20 de folguedos y danzas, vistas a travs de la televisin y
tambin en vivo, tienen influencia sobre los medios populares, llevando a la introduccin de cambios en el
vestuario, aderezos y hasta en la funcin y en la forma de presentacin de las manifestaciones folclricas
espontneas.
Otro caso es el de las narrativas populares, que merecieron versiones cinematogrficas, como La Bella
y la Bestia y la Cenicienta. Recopilaciones recientes documentan que estos cuentos ahora tienen variantes
influenciadas por las versiones cinematogrficas, que en algunos casos fueron la fuente inmediata de los
narradores (COSTA, 1995; OBDER DE BAUBETA, 1997; MIEDER & MIEDER, 1977).

Un poco de historia
En marzo de 1965 Luiz Beltro de Andrade Lima publica por primera vez en una revista cientfica sus
reflexiones sobre la folkcomunicacin. El artculo trataba del ex-voto como vehculo periodstico y fue
publicado en el primer nmero de la revista Comunicaces e Problemas (A1, N 1, 1965).
17 De acuerdo con Cmara Cascudo, cantoria es una disputa potica cantada, un desafo/improvisacin entre los cantadores
del nordeste brasileo.
18 Acorden de figura poligonal, de fuelle muy largo y teclados en ambas cubiertas
19 El xaxado es una danza exclusivamente masculina, originario del alto serto de Pernambuco y divulgado en el nordeste
brasileo a travs de Lampio y su grupo.
20 La utilizacin de esta calificacin por parte del autor evidencia una perspectiva segn la cual las manifestaciones
autnticamente folclricas tendran cabida en determinados grupos sociales mientras que aquellas prcticas que realizan
otros actores por fuera de los ambientes culturales de los grupos primarios perderan la calidad de folclrico propiamente
tal (nota del traductor).

52

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

A medida que avanzaba en sus investigaciones, Beltro iba verificando agentes comunicadores ajenos
al sistema convencional y que las modalidades adoptadas para la transmisin de sus mensajes eran de
caractersticas folclricas: "La vinculacin estrecha entre folclore y comunicacin popular, registrada en la
recoleccin de datos inspir al autor una nomenclatura de tipo cismtico de transmisin de noticias y
expresin de pensamiento y de las vindicaciones colectivas" (BELTRO, 1967).
Destac que muchas de las manifestaciones deberan ser entendidas como periodsticas y que la
identificacin de lderes de opinin en las figuras de agentes activos de la folkcomunicacin filiaba los
estudios de esa rea con la "teora de la comunicacin en mltiples etapas", propuesta originalmente por
Katz y Lazarsfeld (1964) como "teora de comunicacin en dos etapas", a partir de investigaciones
electorales en Estados Unidos y despus ampliada por Wilbur Scramm (1964), representada grficamente
por la clebre "tuba".
Estaba as definida una nueva rea para la investigacin y la reflexin terica de comunicacin en
Brasil, estableciendo un programa de trabajo y abra los primeros caminos.
La divulgacin de la teora fue perjudicada por la no publicacin en edicin grande de la tesis
defendida en la Universidad de Brasilia. Solamente en 1971 Beltro public Comunicacin & Folclore, que
presentaba ligeras alteraciones de redaccin en la segunda parte de la tesis de doctorado defendida en la
Universidad de Brasilia en 1967. La edicin de la obra, sin la edicin terica, fue retardada debido a
problemas polticos y personales que resultaron en el alejamiento de Luiz Beltro de la direccin de la
Facultad de Comunicacin de la Universidad de Brasilia.
En el II Congreso de la UCBC (Guaratinguet, 1974) Beltro volvera a divulgar las reflexiones sobre
folkcomunicacin cuando, rechazando las amarras de la conceptualizacin del folclore adoptada
oficiosamente en el pas, abri un abanico de manifestaciones incluidas en la folkcomunicacin.
Entonces tenamos en mira, apenas los grupos marginalizados cultural y geogrficamente. Hoy pensamos que
las investigaciones se deben extender a otros sectores excluidos, sin acceso a los mass media por su posicin
filosfica e ideolgica contraria a las normas culturales dominantes, sectores que se podran clasificar de
contraculturales (BELTRO, 1974).

Solamente con su obra Folkcomunicaco: la comunicaco dos marginalizados (1980), Beltro puede
transformar en libro su teora de la folkcomunicacin que introduce en Brasil, divulgando conjuntamente
la investigacin emprica en la cual se sustenta.
Despus de esta obra, Beltro public apenas tres estudios puntuales sobre la Folkcomunicacin, en
concordancia con sus otras actividades como profesor de tcnica de periodismo e investigador de
comunicacin de masas. Las publicaciones fueron: As piedosas recordaces (1982), estudio sobre los santinhos
que se acostumbran distribuir en misas del sptimo da, analizados desde el punto de vista de la
Folkcomunicacin; Videntes Volantes -presencia de fiestas ocultas en la folkcomunicacin (1982) en la cual analiza el
fenmeno de la creencia en la videncia en la sociedad contempornea y el uso de volantes para su
divulgacin; el Almanaque de cordel: vehculo de informacin y educacin para el pueblo (1982), en que focaliza los
almanaques editados por poetas populares vinculados a la literatura de cordel, los cuales divulgan en prosa
el calendario, horscopos, previsiones de tiempo y de condiciones favorables y la prctica de diversas
culturas agrcolas del Nordeste de Brasil.
En una conferencia dictada en 1977 en el Segundo Encuentro Cultural de Laranjeiras Sergipe,
Beltro discute el Folclore como manifestacin de comunicacin a partir de los presupuestos de la
semiologa. Este abordaje, sin embargo, solamente vino a ser impreso con la publicacin de la coleccin
Encuentro Cultural de Laranjeiras XX aos (Nascimento, 1994), ya pstumamente.
A pesar que la no publicacin inmediata de su tesis en edicin de amplia circulacin pudo haber
perjudicado la divulgacin de la teora, sus alumnos la retomaron en trabajos acadmicos. Las ideas y
conceptos tericos trabajados por Luiz Beltro, por su fidelidad a la vocacin del profesor, estn
proyectados hoy en la obra de sus alumnos Ya con ocasin de la introduccin de la reforma curricular de
1969, por la va de la Resolucin 11/69 del Consejo Federal de Educacin, que reestructur los cursos de
Comunicacin Social, algunas universidades (Catlica de Pernambuco y Federal de Juiz de Fora)
incluyeron la Folkcomunicacin entre las disciplinas complementarias obligatorias o entre las optativas,

LA TEORA DE LA FOLKCOMUNICACIN R. BENJAMIN

53

mientras otras, incluyeron su estudio como parte de la disciplina "Fundamentos Cientficos de la


Comunicacin". La Universidad Federal de Paraba cre una divisin de Folkcomunicacin (para
actividades de investigacin y extensin) en su Pro Rectora de Asuntos Comunitarios. Con el nuevo
currculum, la Folkcomunicacin se sita en el currculum mnimo en la disciplina "Sistemas de
Comunicacin". Tambin a nivel de post grado es estudiada en las universidades.
La Folkcomunicacin enseada e investigada en la universidad brasilea viene dando como resultado
la publicacin de estudios provenientes de trabajos de campo, reflexiones tericas y aplicaciones de
metodologas propias de la investigacin.

54

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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2004.

Folkmedia: una nueva visin del Folclore y


la Folkcomunicacin
21

Joseph M. Luyten
Universidade Metodista de So Paulo

Ntase cada vez con mayor frecuencia en los medios de estudios de Cultura Popular y medios de
Comunicacin Popular, una cierta impaciencia en lo que se refiere a los estudios tradicionales de Folclore.
Esta disciplina de conocimiento humano tuvo muchas dificultades desde su inicio, cuando en 1846 el
arquelogo ingls William John Thom cre la palabra Folk-lore, significando el saber tradicional del pueblo.
Esta nueva rea de conocimiento suscit innumerables y entusiastas estudios en el mundo entero,
inclusive en Brasil. Particularmente a partir de los aos treinta aparece un nuevo grupo encabezado por
Lus de Cmara Cascudo, Mrio de Andrade y seguido por Renato Almeida, Rossini Tavares de Lima,
Theo Brando y otros. Estos, en el afn de determinar sus acepciones de cuo cientfico, fueron muy
rigurosos en su determinacin acadmica.
Ms tarde, en la dcada de 1960, Luiz Beltro, partiendo de anlisis ligados al estudio del fenmeno de
la Comunicacin Social, cre la palabra Folkcomunicacin para significar los elementos de comunicacin a
partir de medios ligados al folclore. Este hecho puede ser considerado la mayor contribucin que un
brasileo ha entregado a los estudios de comunicacin en el mbito internacional.
A partir de los estudios de Beltro se fue suscitando un inters cada vez mayor por asuntos ligados a
la comunicacin del pueblo, que casi siempre se bata contra la intransigencia de los folcloristas de la vieja
escuela que terminaban por considerar folclore solamente aquello que necesariamente deba ser oriundo
del pueblo, aceptado atemporalmente por determinada sociedad y de produccin annima. Esos tres
elementos se fueron tornando de ms difcil aceptacin para los estudios en comunicacin, dada la
interpenetracin en varios niveles de cultura y comunicacin. Especialmente en Brasil, donde en medio
siglo ms de la mitad de la poblacin migr del campo a la ciudad, se torn muy difcil mantener los
antiguos cnones de lo que se conceba como legtimamente popular. Adems, un gran inters pas a
concentrarse en los medios de comunicacin de masas o Media (Midia) y stos pasaron a ser mediadores
de todas las consideraciones, incluso de los productores de la cultura Folk.
Se cre as un nuevo trmino: Folkmedia, significando la integracin entre la cultura de masas y la
popular. Esta palabra Folkmedia (o Folk media) ya fue usada en Inglaterra en 1972 y posteriormente en
Nueva Delhi; dos aos despus significaba algo as como 'los medios de comunicacin a partir de
elementos folclricos', muy parecido, por tanto, al trmino Folkcomunicacin. Era poca de los extensionistas
o sea, de quienes queran implantar nuevas ideas y tecnologas en segmentos populares ajenos al progreso
cientfico y social, a travs del uso de medios conformes con las tradiciones ya aceptadas por las personas
a quienes pretendan transformar. En Brasil, un gran estudioso de la cultura popular y seguidor de Luiz
21 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian, de Folkmdia: uma nova viso de folclore e de folkcomunicaco En
SCHMIDT, Cristina (Org.). Folkcomunicao na arena global: avanos tericos e metodolgicos, p. 50-61, 2006.
So Paulo: Ductor. Presentado en la V FOLKCOM V Conferencia Brasilea de Folkcomunicacin. Santos, So Paulo,
mayo de 2002.

58

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Beltro, el prof. Roberto Benjamin, continu usando el trmino Folkmedia y defiende sus posiciones en su
libro reciente Folkcomunicacin en contexto de masa (Joo Pessoa. Ed. Universitria, UFPB, 2000).
El trmino Folkmedia en esta acepcin es presentado ms como un sinnimo de folkcomunicacin.
Creemos que es mejor usarlo para una situacin que se torna cada vez ms frecuente en todo el mundo y
que consiste en la iniciacin entre los medios de comunicacin de masa y la folkcomunicacin; o sea, tanto
en el uso de elementos oriundos del folclore por los medios como la utilizacin de elementos de
comunicacin masiva por los comunicadores populares.

Luiz Beltro, un pionero de los estudios de Folkcomunicacin


Sin duda, una de las grandes contribuciones de los estudios de Comunicacin en Brasil fue el trabajo
de Luiz Beltro en la dcada del 60, cuando ali el papel del Lder de Opinin, descrito por Lazarsfeld, a
los sistemas de comunicacin observados entre los elementos del pueblo brasileo. Llam al fenmeno
folkcomunicacin y lo defini como "proceso de intercambio de informaciones y manifestaciones de
opiniones, ideas y actitudes de masa, a travs de agentes y medios ligados directa e indirectamente al
folclore". Relat sus primeras verificaciones a partir de los ex-votos, tan comunes en los lugares de
peregrinacin popular del Nordeste y hasta entonces poco explicados. Beltro not que la presencia de
determinados tipos de ex-voto demostraban perfectamente la situacin social de la regin, tales como
objetos recurrentes en esa rea que agradecen la cura ante determinados males, o fotos de novios felices,
bien representativos en una regin conocida por la evasin de jvenes prometidos.
Luiz Beltro presenta en 1967, el fruto completo de su trabajo pionero en su tesis de doctorado en la
Universidad de Brasilia. Este estudio vino a ser publicado parcialmente por la Editora Melhoramentos en
1971 con el ttulo de Comunicao e folclore. Ntese que ni la palabra Folkcomunicacin aparece ah. Mucho ms
tarde, recin en 2001, por insistencia de Jos Marques de Melo, la tesis de Beltro es publicada en su forma
ntegra por la editora PUC de Porto Alegre con el nombre de Folkcomunicaco - Um estudo dos agentes e dos
meios populares de informao de fatos e expresso de ideias. Luiz Beltro, ms all de numerosos artculos y
conferencias sobre el asunto, public, por la Cortez Ed. en 1980, una obra que se tornara famosa en el
pas y fuera de l. Se trata de Folkcomunicao - A comunicao dos marginalizados. En el prefacio, escrito por su
ex alumno y seguidor, Jos Marques de Melo, dice:
La senda abierta por Beltro encontr, sin embargo, algunos seguidores esparcidos por las diversas
universidades y centros de investigacin, que estn recuperando la memoria de la cultura popular brasilea no
solo como manifestaciones residuales que corresponden a los modos de estructuracin de la produccin
material y a las formas de organizacin social en vas de desarrollo, sino sobre todo como canales de
comunicacin de resistencia popular a la accin avasalladora del capitalismo, que viene imponiendo
alteraciones fundamentales al modus vivendis de masas trabajadoras. (MARQUES DE MELO, Cit. en
BELTRO, 1980)

En su obra Folkcomunicaco - A comunicao dos marginalizados, Luiz Beltro ya menciona la inevitable


relacin de sta con los Medios, aunque su preocupacin mayor todava est en posicionar debidamente el
concepto por l concebido. As tenemos que:
En el sistema de folkcomunicacin, aunque la existencia y utilizacin en ciertos casos, de modalidades y
canales indirectos e industrializados (como emisiones deportivas por la TV, canciones grabadas en disco o
mensajes impresos en folletos y volantes), las manifestaciones son sobre todo resultado de una actividad
artesanal del agente-comunicador, en cuanto su proceso de difusin se desenvuelve horizontalmente,
teniendo en cuenta que los usuarios caractersticos reciben los mensajes a travs de un intermediario propio
en uno de los mltiples estadios de difusin. La difusin sin este intermediario slo ocurre cuando el
destinatario domina su cdigo y su tcnica, teniendo capacidad y posibilidad de usarlo por su vez, en
respuesta o en la emisin de mensajes originales. En otras palabras, la folkcomunicacin es, por naturaleza y
estructura, un proceso artesanal y horizontal, semejante en esencia a los tipos de comunicacin interpersonal
ya que sus mensajes son elaborados en lenguajes y canales familiares a la vez que la audiencia es conocida
psicolgica y vivencialmente por el comunicador, an dispersa. (BELTRO, p. 27-8, 1980).

FOLKMEDIA: UNA NUEVA VISIN DEL FOLCLORE J. M. LUYTEN

59

Vemos, por tanto, que el propio Luiz Beltro desde el inicio de sus observaciones ya visualiza la
inevitable integracin entre los dos tipos de comunicacin: la popular a nivel de folclore y la de masa. Sin
embargo, su preocupacin radica en confirmar sus ideas pioneras de folkcomunicacin.
Entre los seguidores ms importantes de Luiz Beltro se cuentan los investigadores y profesores
universitarios Jos Marques de Melo y Roberto Benjamin. El primero, an en la dcada del 60, debido a la
situacin poltica, se dirige a So Paulo y se transforma en uno de los investigadores ms conocidos del
fenmeno de la comunicacin en Brasil y Amrica Latina. El segundo, continuando activo en Recife22, y
lleva adelante los principios del maestro Beltro, enriquecindolos con sus propias observaciones y
estudios.

Jos Marques de Melo y la difusin de las ideas de Luiz Beltro


En prcticamente todos sus escritos sobre Folkcomunicacin, Jos Marques de Melo se refiere a la
obra de su ex profesor, maestro y amigo Luiz Beltro. No descuid en proseguir estudios especficamente
a partir de los dictmenes de Beltro una vez que su preocupacin mayor siempre fue la de divulgar en el
mbito nacional e internacional la contribucin de ideas brasileas y latinoamericanas. Justamente debido a
su contribucin terica de orden ms universalista, Jos Marques de Melo muestra sus percepciones sobre
el fenmeno de interpenetracin de sistemas de comunicacin masiva con las de origen folclrico. Parti
de l la idea de crear un Curso de Maestra en Comunicacin Social en la Universidad Metodista de Sao
Paulo y la materia de Folkmedia, actualmente dictada por el autor de estas lneas.
Para este fin, consideramos muy importante sus observaciones publicadas en la revista Imprensa, con
el ttulo Mdia e cultura popular na era da globalizao
Cuando presentaba a la comunidad acadmica su teora sobre la Folkcomunicacin, el investigador brasileo
Luiz Beltro anticipaba los conceptos de hibridacin y mediacin, posteriormente elaborados por el
argentino/mexicano Nstor Garca Canclini y por el espaol/colombiano Jess Martn Barbero. (MARQUES
DE MELO, p. 82-3, 2001).

Su anlisis emprico de acciones comunicacionales por agentes de cultura situados en enclaves rurales
y en las periferias urbanas de Brasil evidenciaban la superacin de las fronteras entre cultura popular,
erudita y masiva. Al mismo tiempo, los fenmenos observados destacaban la interculturalidad peculiar
mediante su fisonoma espacial. A pesar de estar amparadas en territorios nacionales, regionales o locales,
ellas no rechazaban los conos provenientes de otros pueblos y naciones. Beltro explicaba tales
contingencias como resultado del flujo de contagio o conflicto cultural inherentes al proceso civilizatorio.

Masificacin y globalizacin
Las ideas de Luiz Beltro encontraron resistencias en dos polos intelectuales. Los folcloristas
conservadores consideraban inaceptable esa imbricacin entre la cultura del pueblo y los medios masivos
de comunicacin. Teman la destruccin de los valores genuinos de las manifestaciones tradicionales por
el contenido modernizante de las industrias mediticas. Por su parte, los socilogos vanguardistas
reaccionaban delante de la perspectiva de la masificacin patrocinada por las multinacionales de la cultura,
sofocando los signos nacionales y substituyndolos por una cultura eminentemente transnacional.
Treinta aos despus, las tesis esbozadas por el comuniclogo brasileo reflorecen vigorosamente en
una demostracin de que las casandras del apocalipsis estaban equivocadas, la derecha y la izquierda. Al
contrario de sus previsiones alarmistas, los medios vienen representando, en el plano nacional, un factor de
estmulo al fortalecimiento de la cultura popular, coexistiendo dinmicamente con la cultura erudita y la
cultura masiva.

22

El profesor Roberto Benjamin fallece el da 20 de octubre de 2013.

60

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

A modo de conclusin, podemos decir que slo falt en los textos del prof. Jos Marques de Melo la
palabra folkmedia.

Roberto Benjamin y la consolidacin de los estudios de Luiz Beltro


Fue el profesor Roberto Emerson da Cmara Benjamin, actual presidente de la Comisin Nacional de
Folclore, quien ms de cerca sigui las huellas de su tambin ex-profesor, maestro y amigo Luiz Beltro.
Desde la dcada del 60, Roberto Benjamin viene publicando artculos al respecto de temas envolviendo
folclore y comunicacin. Tambin fue l quien us por primera vez la expresin folkmedia en Brasil (o Folk
media como lo quieren ciertos comuniclogos) en el abordaje de la relacin entre la folkcomunicacin
propiamente dicha con la comunicacin masiva. En su importante obra Folkcomunicaco no contexto de massa
dedica varios captulos a este asunto. Hay, por lo tanto, una ligazn persistente con las preocupaciones
durante la dcada del 70 que se refiere al problema de la "comunicacin de nuevas ideas" en el sentido de
usar elementos y sistemas pertenecientes a la cultura folk para difundir en las camadas populares nuevos
aspectos tecnolgicos y de cuo social. Segn el propio Roberto Benjamin.
La preocupacin con los folk media y la posibilidad de sus utilizaciones en los programas de desarrollo es
antigua y viene creciendo en centros universitarios y agencias de desenvolvimiento de Europa y los Estados
Unidos (BENJAMIN, p. 101, 2000).

La discusin internacional
En noviembre de 1972 la Federacin Internacional de Planificacin Familiar con el patrocinio de
UNESCO reuni en Londres a expertos de varias regiones del mundo que venan trabajando sobre temas
de folkcomunicacin, con la finalidad de discutir un uso integrado de folk media y mass media en programas
de planificacin familiar.
Los objetivos del encuentro de Londres, publicados como Expert Group Meeting, IPPF/UNESCO
(London, 1972) en el N 12 del Instructional Technology Report, (Washington, 1975) fueron: a) identificar los
folk media posibles de utilizacin para el desarrollo social; b) estudiar los aspectos culturales, sociolgicos
y prcticos de uso de los folk media; c) analizar la posibilidad de extensin de canales populares a travs de
los mass media; d) discutir las formas de entrenamiento y orientacin para uso de los folk media;
finalmente, e) verificar la contribucin de los programas de educacin para la planificacin familiar a
travs de los folk media, en el desarrollo de la comunidad.
An en el mismo texto: dos aos despus un nuevo encuentro fue realizado en Nueva Delhi, con los
mismos objetivos, siendo entonces analizados programas en aplicacin, investigaciones concluidas y
manifestaciones folclricas indianas aprovechables para los programas de desarrollo (BENJAMIN, 2000).
En el Seminario de Nueva Delhi fueron establecidos diez principios:
1. Los folk media pueden ser una parte integrante de todos los programas para el desarrollo rural. A veces
pueden ser integrados con los mass media pero en todos los casos es vital su integracin con el trabajo de
extensionistas;
2. Los pre-requisitos para el uso de estos medios para proveer a la poblacin rural de reaccin para atraer su
atencin y su participacin en las actividades de desarrollo;
3. La utilizacin de los folk media en los programas de comunicacin debe ser vista desde una perspectiva de
desenvolvimiento cultural y no slo socioeconmica;
4. El folclore refleja los cambios de la sociedad y evoluciona manteniendo su inters en las poblaciones
rurales;
5. No todas las manifestaciones folclricas pueden ser usadas para la difusin de programas de desarrollo; es
preciso analizarlas desde el punto de vista del contenido y caracterizacin de su posible adaptacin para
vehicular los mensajes de desenvolvimiento;

FOLKMEDIA: UNA NUEVA VISIN DEL FOLCLORE J. M. LUYTEN

61

6. Las manifestaciones populares estn comprometidas con el medio ambiente social y narran las costumbres
de las comunidades locales;
7. Como los folk media tienen races socio-culturales, su utilizacin debe ser mantenida a nivel de eventos
locales y su funcin mayor est en la estrategia para comunicaciones localizadas a nivel de comunidades;
8. Se deben realizar esfuerzos para que se preserven las formas originales de cada manifestacin; las
adaptaciones no deben alterar o destruir las formas originales;
9. Para una efectiva estrategia de comunicacin se debe estimular el uso de los folk media y de los mass media
para obtener impacto ptimo y de feedback deseado;
10. La colaboracin entre los portadores de folclore y los comunicadores de los programas es esencial para el
suceso de integracin de los folk media y mass media
en las estrategias de comunicacin para el desarrollo
(INSTRUCTIONAL TECHNOLOGY REPORT, 1975).

El profesor Benjamin an discurre ampliamente al respecto del problema, citando inclusive a autores
como Juan Bordenave y Paulo Freire, cuando stos advierten sobre los posibles abusos que se puede
cometer al utilizar elementos comunicativos del pueblo para penetrar decisivamente en el medio cultural y
causar as, mutaciones de orden psicolgico (Benjamin, p. 108-9, 2000).
Lo que vale concluir ahora para nosotros en este estudio, es que para Roberto Benjamin, as como
para los extensionistas, el trmino folk media y aquello que Luiz Beltro llama folkcomunicacin se
equivalen perfectamente.

Folkmedia, una nueva acepcin de la palabra


Teniendo en consideracin que desde el principio del siglo XX los medios de comunicacin de masas
vienen aumentando su dominio y, consecuentemente, la necesidad de observacin y estudio, hay
necesidad de usar una nomenclatura adecuada para diversos fenmenos que este avance viene
conduciendo. Entre estos, la utilizacin de elementos de folkcomunicacin por los medios se viene
tornando objeto de estudio, especialmente en los espacios acadmicos. Una vez que la palabra midia
significa medios, esto es, sistemas de comunicacin de masas y folk (con k, como quera Luiz Beltro) y la
abreviacin posible de folkcomunicacin, juzgamos conveniente destacar el trmino folkmedia para significar la
utilizacin de elementos folkcomunicacionales por los sistemas de comunicacin de masas. Acreditamos
que de esta forma estamos colaborando a un entendimiento mejor de un fenmeno que se torna ms y
ms evidente de una poca como la nuestra, en que la interrelacin de varias formas de comunicacin se
va revistiendo de inters cada vez mayor de parte de estudiosos del fenmeno general que llamamos
Comunicacin Social.

62

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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Umesp.

La Folkcomunicacin y los activistas


mediticos
23

Osvaldo Meira Trigueiro


Universidade Federal da Paraba
meiratrigueiro@yahoo.com.br

Introduccin
En la era de la globalizacin, los estudios en comunicacin ya no se pueden desarrollar sin la
indisociabilidad de la cultura de los medios y la cultura popular. Comunicacin y cultura deben ser
estudiadas juntas porque representan realidades muy prximas, son campos multidimensionales e
integrativos. Un enfoque de investigacin es la comunicacin y la cultura en s misma, adems de cmo
stas se relacionan en los distintos sistemas de convivencia cotidiana de personas y grupos sociales. En
realidad, lo que interesa es saber cmo la sociedad contempornea hace uso de las mltiples formas de
comunicacin y de las culturas ofertadas por las redes mediticas y sus cruzamientos con las redes de
comunicacin interpersonales que operan en las prcticas de la vida cotidiana. Ya no es posible persistir en
comprender la influencia de los medios de comunicacin sin entender lo que las sociedades hacen con los
acontecimientos difundidos por los dispositivos mediticos, principalmente la radio y la televisin, o sea,
lo que los medios (midia) hacen con la sociedad y lo que la sociedad realiza con los bienes culturales
vehiculados por los medios.
En el mundo globalizado es innegable la importancia de las redes electrnicas de comunicacin y de la
informacin para la expansin de los grandes emprendimientos capitalistas; empero, para comprender su
expansin es necesario que se entiendan las mltiples conveniencias, los mltiples campos de
negociaciones existentes entre las redes mediticas y las redes de comunicacin cotidianas operadas entre
interlocutores locales que comparten los mismos espacios y repertorios culturales semejantes (ORTIZ,
1999).
Partiendo del presupuesto de que en la sociedad moderna la convivencia entre personas y
colectividades exige cada vez ms negociaciones entre las diferencias, las mediaciones pasarn a ser un
instrumento importante en la reconfiguracin de las interacciones comunicacionales y culturales. Cada
sujeto es un ser pensante que acta en sociedad y habla sobre realidades diversas entre los otros
constituyentes de la misma organizacin o del mundo externo. Por lo tanto, como afirma Freire:
Todo acto de pensar requiere un sujeto que piensa, un objeto pensado, que hace la mediacin entre un primer
sujeto y lo segundo, y la comunicacin entre los dos, que pasa a travs de los signos lingsticos. As que, el
mundo humano es un mundo de comunicacin. (FREIRE, 1977, p. 66).

23 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian, de Folkcomunicao, en MARQUES DE MELO, Jos; GOBBI, Maria
Cristina; Sathler, Luciano (Orgs.). Mdia Cidad: utopia brasileira, p. 127-38, 2006. So Bernardo do Campo-SP:
Umesp.

66

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

El concepto de mediacin, que es diferente de mediatizacin, no es unvoco, porque su mbito de


actuacin es amplio y complejo en la sociedad contempornea, con la globalizacin de la comunicacin y
la cultura. Mediacin es la operacin de negociacin entre dos o ms partes en el proceso de
comunicacin. Para ser efectuada convenientemente, necesita de diferentes niveles de interacciones
sociales. O sea:
Para inscribirse en un orden social, la mediacin precisa de bases materiales que se consubstancian en
instituciones o formas reguladoras de relacionamiento en sociedad. Los variados lenguajes y las muchas
instituciones mediadoras (familia, escuela, sindicato, partido, etc.) se envisten de valores (orientaciones
prcticas de conducta) movilizadores de consciencia individual y colectiva. Valores y normas
institucionalizados legitiman y otorgan sentido social a las mediaciones. (SODR, 2002, p. 21).

Son varias las zonas de mediaciones; sin embargo, los procesos de comunicacin y de la dinmica
cultural son acelerados por las redes comunicativas y recrean nuevas instancias de negociaciones entre la
produccin y la emisin de bienes simblicos. El campo de accin de la mediacin es amplio, mutifactico
y camina a travs de varios senderos comunicacionales y culturales. El problema mayor est en la
negociacin siempre tensa entre los movimientos promovidos por la nueva economa cultural global y la
economa de la economa cultural local. Los mediadores actan en las zonas de cruce de las interacciones
sociales y culturales promovidas por la nueva economa de la comunicacin global. En esas zonas de
interaccin de lo popular, lo masivo y de lo erudito, en las cuales los mediadores evolucionan con el
desarrollo de la industrializacin cultural en Amrica Latina, es que se realizan las negociaciones de
apropiacin de los medios sobre lo popular y de la apropiacin de lo popular por los medios (BOSI,
1977). La mediatizacin y la realizacin de las operaciones informacionales de las negociaciones de
mediaciones sociales, a travs de las organizaciones empresariales mediticas, implican una tipologa
especfica de interaccin que envuelve aspectos de intereses mercadolgicos y tecnolgicos (SODR,
2002).
Con la aceleracin de los medios de comunicacin y las consecuentes expansiones culturales, las
miradas sobre la investigacin de los medios masivos toman otro rumbo del hasta entonces orientado casi
exclusivamente a la produccin y los efectos de los medios sobre la audiencia. El problema ahora es
percibir cmo se dan las prcticas comunicativas y culturales negociadas a travs de interacciones
mediadas y lo que la audiencia hace con los bienes culturales mediticos en su vida cotidiana.

El Activismo Meditico del Sistema Folkcomunicacional


Cuando Luiz Beltro (1965) public su artculo O ex-voto como vehculo jornalstico, comienzan las
primeras reflexiones para la formulacin de un modelo de comunicacin comunitaria/horizontal necesario
para el contexto histrico y cultural de Amrica Latina que ms adelante vendra a ser denominado como
la Teora de la Folkcomunicacin. Al realizar sus estudios, Luiz Beltro percibe y llama la atencin sobre la
existencia de una amplia y densa red de comunicacin cotidiana, a travs de la cual los grupos productores
de culturas populares operan sus interacciones, mediadas casi siempre por negociadores activistas. Un
agente comunicador del sistema de folkcomunicacin, definido por el autor como comunicador de folk, goza
de cierto prestigio en su medio de referencia, independientemente de su posicin social y econmica: tiene
mayor acceso a otras fuentes de informacin, principalmente los medios masivos, est siempre en
contacto con diferentes grupos con los cuales mantiene nuevos intercambios y, al mismo tiempo, contina
vinculado con sus referencias culturales locales.
Los comunicadores folk son mediadores activistas en las negociaciones de la audiencia de los
mensajes mediticos que circulan en varios estadios de difusin en los grupos sociales de referencia locales
ligados por los sistemas interpersonales de comunicacin. Esas interacciones mediadas, cada vez ms
prximas, entre los productores de cultura popular/folclrica y los productores de cultura de los medios
masivos despiertan en el investigador un inters de estudiar las nuevas configuraciones culturales y
entender cmo operan los activistas mediticos de los sistemas folkcomunicacionales en esos nuevos
procesos de convivencia con las diversidades culturales de lo local y lo global.

LA FOLKCOMUNICACIN Y LOS ACTIVISTAS O. MEIRA TRIGUEIRO

67

Beltro afirma que en la transposicin de mensajes para la recepcin local, los activistas operadores de
ese nuevo modelo de comunicacin ejercen influencias importantes en los procedimientos de percepcin,
aceptacin y apropiacin, al igual que en determinadas situaciones dispersas y desorganizadas aunque
nunca pasivas y homogneas. Era necesaria la actuacin de un activista, comunicador folk, del mismo
grupo de referencia, para reorganizar las narrativas mediticas que, cada vez ms, llegan en volumen y
velocidad significativas al alcance de los grupos populares que no estaban preparados para recibir una
carga tan grande de informacin de los medios masivos. Con la globalizacin de la comunicacin y la
cultura, al contrario de lo que se piensa, dichos activistas de los sistemas de folkcomunicacin operan
intensamente como protagonistas encadenadores de temticas culturales, polticas y econmicas en el
interior de sus grupos sociales o comunitarios.
Cuando la poblacin brasilea pasa a tener mayor acceso a los medios de comunicacin social, los
constituyentes de su audiencia pasan a realizar diferentes estrategias de lectura de sus narrativas (bienes
simblicos) y tcticas de uso de sus productos (bienes materiales), que generan conflictos inherentes en las
negociaciones entre campos socioculturales de intereses opuestos entre lo local y lo global. El resultado de
ese sistema doble de uso de los productos culturales mediticos y populares es una hibridacin compleja
que estimula y desestimula su consumo.
En ese nuevo contexto folkcomunicacional es importante que se observen las prcticas explcitas e
implcitas de las dinmicas cotidianas de uso y consumo de los productos culturales mediticos y
populares, en varios lugares articulados de las mediaciones. Cuando se afirma que los constituyentes de la
audiencia son activos, no significa que todos acten con la misma intensidad sobre los contenidos
televisivos. Por lo tanto, es necesario hacer una distincin entre sujeto activo y activista. Activo es un
sujeto que ejerce una accin, que participa de actividad, que est siempre en movimiento; activista es un
militante que organiza, planea la participacin de otros en los movimientos, que se posiciona a favor o en
contra de determinada situacin, domina diversos conocimientos, da primaca a las acciones que
comportan diferentes grados de definiciones, es un propagador de ideas (BUARQUE, 1999). O sea, ver
televisin, escuchar radio, leer un libro y ejercer una actividad no es necesariamente ejercer activismo
cultural. Todos los constituyentes de la audiencia de los medios (mass)mediticos o folkmediticos son activos de
un modo o de otro; esto es, que ejercen algn tipo de actividad durante un momento en que estn
accediendo a sus contenidos y despus cada uno hace conforme a sus necesidades o habilidades para hacer
uso y consumo de sus contenidos en forma individual o en grupo.
Con los nuevos formatos de la sociedad contempornea, los activistas mediticos de la audiencia
emergen en las redes de comunicacin cotidiana folkmediticas como sujetos que salen de su
condicin de anonimato para ganar una condicin de visibilidad, de significacin entre los familiares,
amigos, instituciones pblicas, privadas e intensamente en el ncleo de sus grupos de referencia primario y
secundario.
El activista meditico del sistema folkcomunicacional aqu observado y analizado, es quien opera en
los grupos de referencia de la comunidad en los espacios rurales, urbanos y rurbanos24, en las diferentes
prcticas sociales, como encadenador de transformaciones culturales para un renovado orden social, en los
lugares donde se dan las interacciones mediadas de conveniencias entre lo local y lo global, en los espacios
de la casa y la calle. Es decir, en su ambiente de vida y de aprendizaje que potencia sus productos
culturales en los medios de comunicacin. El activista meditico acta motivado por sus intereses y los del
grupo social al cual pertenece, siempre en un proceso en construccin de las prcticas simblicas y
materiales de las culturas tradicionales y modernas para el uso de su vida cotidiana. Es un narrador de la
cotidianidad, guardin de la memoria y de la identidad local, reconocido como portavoz de su grupo
social. Transita entre las prcticas tradicionales y modernas, se apropia de las nuevas tecnologas de la
comunicacin para hacer circular las narrativas populares en las redes globales. Cuando usa sus propios
medios de comunicacin, ocupa un espacio conquistado y reconocido por su grupo social, pero cuando
usa los Medios (Midia), un espacio que es concedido en el transcurso de un tiempo social, casi siempre lo
24 El neologismo fue propuesto por Gilberto Freyre (1982) para definir una comunidad que habita un permetro
conceptualmente urbano, pero que en realidad contina manteniendo sus caractersticas culturales, econmicas y polticas
rurales. Son comunidades donde operan activistas mediticos anfibios que navegan en aguas y caminan en territorios
socioculturales rurales y urbanos.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

es sin el reconocimiento de sus propietarios. El activista meditico del sistema folkcomunicacional acta
como un animador cultural de su calle, su barrio, su ciudad, visibilizando el movimiento entre la realidad
de su mundo vivo y la escenificacin de la ficcin televisiva. Es un promotor de acontecimientos que
vincula la produccin cultural de grupos populares espontneos en instituciones como escuelas,
bibliotecas, novenarios, procesiones, quermeses e infinidades de actividades cvicas, militares y religiosas
realizadas en las proximidades de sus territorios de dominio social. El activista meditico puede operar en
las esferas informales de la produccin cultural popular y en las esferas institucionales, realizando las
conexiones entre las experiencias de su mundo y las de otros, especialmente en vivo, por la radio y por la
televisin. Sin embargo, permanece como un agente estratgico inserto en el contexto de su localidad
(MARTN BARBERO, 1997). La intercomunicacin entre actores sociales pertenecientes a los mismos
subsistemas socioculturales va tejiendo los vnculos locales como remolinos de burbujas en agua
hirviendo. En esos trenzados de las estructuras sociales sobresale el activista meditico del sistema
folkcomunicacional: existe la visibilidad de sus productos culturales en la mdula de la audiencia y acta
ostensivamente en su grupo de referencia como un participante interactivo. La actuacin del activista
meditico pasa de una zona de actividad a una zona de activismo, casi siempre fuera de la demarcacin formal
del Estado. Sus relaciones son establecidas con otros actores sociales que generan iniciativas, muchas
veces no vistas oficialmente con buenos ojos.

El Activismo Meditico y la produccin cultural folkmeditica


En un mundo globalizado no hay espacios para antagonismos entre las culturas locales y las globales.
Lo que existe son diferencias entre ambas esferas, movimientos y reconfiguraciones de una nueva realidad
como consecuencia de los avances de las nuevas tecnologas de las telecomunicaciones, especialmente de
la televisin en la red planetaria. Es as como en la estructura social actual de las comunidades que viven
en pequeos municipios apartados de los grandes centros urbanos brasileos son varios los medios de
comunicacin que navegan entre lo local y lo global, que estrechan los campos diferenciados que separan
la emisin de la audiencia donde el lder de opinin folk no es el que ejerce el papel decodificador que se
interpone entre los pocos que saben mucho y los muchos que saben poco sino que da paso al activista
meditico del sistema folkcomunicacional, quien acta como interlocutor entre los diferentes contextos
culturales. Va ms all del interlocutor intermediario que ocupaba los posibles espacios vacos de recepcin.
En la audiencia meditica o folkmeditica no existe un espacio vaco, no existe un sujeto ausente o sin
capacidad de decodificar un gran volumen de mensajes que llegan a travs de la comunicacin
hipermeditica. Lo que existe es un mayor o menor grado de compromiso de un sujeto constituyente de la
audiencia que demuestra capacidad de sancionar lo que interesa y lo que no interesa, que se apropia o
descarta los bienes culturales o modernos. Por lo tanto, el presupuesto levantado inicialmente en un
momento histrico, que justificaba la visin de que un sujeto de la audiencia no tena solo capacidad de
aceptar o rechazar la oferta de los medios masivos, por faltar aquella experiencia que significa una mejor
sintona entre la emisin y la recepcin, como afirmara el fundador de la teora de la folkcomunicacin, ya
no prevalece en los das actuales (BELTRO, 1980).
Lo que prevalece actualmente es la actuacin de los activistas mediticos como encadenadores de
modificaciones, actualizaciones para los propsitos de uso o no de consumo de bienes simblicos y
materiales en las redes de comunicacin cotidianas demandadas en los grupos populares. Son una red de
comunicacin cotidiana en que son definidas las formas y los contenidos mediticos, donde se producen
las culturas folkmediticas como estrategia de negociacin cada vez ms importante en el mundo
globalizado por los avances de las telecomunicaciones, operadas en una zona hbrida de mediacin entre
los productores de la cultura meditica y la cultura popular, que resulta en nuevos significados
folkcomunicacionales. Folkmeditico es un concepto reciente y fue creado con la intencin de comprender
mejor esas estrategias multidireccionales donde operan protagonistas de diferentes segmentos
socioculturales, o sea, de lo meditico y de la folkcomunicacin.
Ahora bien, con la globalizacin en la sociedad mediatizada, las redes de comunicacin llegan a casi
todos los lugares de la tierra en tiempo real, y la nocin de distancia adquiere otro sentido. Las
interacciones interpersonales cara a cara de las redes de comunicacin cotidiana -folkcomunicacionales- en

LA FOLKCOMUNICACIN Y LOS ACTIVISTAS O. MEIRA TRIGUEIRO

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la sociedad mediatizada estn imbricadas en las interacciones mediticas, una sobreponindose a la otra en
el proceso de hibridacin de la diversidad cultural.
En la sociedad mediatizada, en las ms complejas o en las ms simples localizadas en los remotos
municipios brasileos, existen varias escalas de interaccin de coexistencia que se refuerzan
simultneamente como sistemas de reorganizacin cultural, poltica y econmica, operadas con mayor o
menor intensidad en las redes de comunicacin cotidianas (interacciones, conversaciones directas) y con
las redes globales de comunicacin (interacciones dialgicas mediatizadas), provocadas notoriamente por
la televisin. Las interacciones de las redes de comunicacin cotidianas locales-folkcomunicacionalesestn cada vez ms imbricadas con las redes de comunicacin del sistema global que van constituyendo la
sociedad mediatizada (BRAGA, 2001). Esas interacciones cruzadas, a travs de las cuales las prcticas
sociales de la vida cotidiana se articulan con los medios de comunicacin social, van construyendo otras
atribuciones de la realidad y transformando sus procesos de produccin cultural tradicional en productos
folkmediticos.
En este inicio de siglo, el mundo tiene otras referencias, nuevos contextos histricos y culturales
globales. Lo latinoamericano, lo brasileo y lo nordestino de hoy es muy diferente respecto a las dcadas de 1960
y 1970, que sirvieron de escenario para las observaciones que ayudaron a Luiz Beltro en la formulacin
tipolgica del agente comunicador folk. En ese nuevo ambiente planetario, el agente intermediario, como
fue concebido en el modelo de la folkcomunicacin por Luiz Beltro, ya no tiene gran importancia en la
interceptacin de la codificacin y decodificacin de los mensajes mediticos para un mejor nivel de
comprensin e interpretacin de lo local. Un chofer de camin, un comerciante nmade prestamista, los
bicheiros25, gitanos, troperos, los barberos y los dentistas ambulantes no son portadores de novedades de los
grandes centros urbanos para los pequeos municipios nordestinos, como pareca acontecer cuando Luiz
Beltro realiz la mayora de sus investigaciones. Los moradores de pequeos y distantes municipios
brasileos, de reas urbanas, rurales y rurbanas ahora tienen acceso a la televisin va antena parablica, al
telfono fijo y celular con sistema DDD y DDI, a la radio, al fax, a Internet; escuchan msica en walkman
o CD player; no necesitan desmontar del caballo o de la carroza para llamar por telfono; basta usar el
telfono mvil. Un sujeto de la sociedad mediatizada est constantemente conectado a los muchos lugares
del mundo por diferentes redes electrnicas de comunicacin. En las comunidades rurbanas, con acceso a
casi todas esas parafernalias electrnicas, la informacin acta en gran parte en el cuerpo a cuerpo del
portador de credibilidad, de confianza, quien acta en la red de comunicacin cotidiana fuerte y firme
como prevea Luiz Beltro. En la sociedad globalizada las interacciones cara-a-cara, cuerpo a cuerpo, son
agregadas de valores culturales proporcionados por las interacciones mediticas. En ese juego dialctico de
interpretaciones de bienes culturales locales y globales emergen los productos culturales folkmediticos.
En realidad, los constituyentes de audiencia de los Medios (Mdia) son activos no slo por resistir, sino
porque estn siempre actualizndose en la medida en que son interactivos y sacan provecho de los
contenidos y de las formas, principalmente de radio y televisin para sus renovados aprendizajes. O sea,
los actores sociales que forman la audiencia tienen sus propias estrategias, sus prescripciones cognitivas
para saber lo que es relevante o irrelevante en las narrativas mediticas. Son movimientos rpidos o ms
lentos, de resistencia, de interpelacin o de complicidad de lo local en relacin a lo global (BRAGA, 2001.
p. 93).
En ese juego de intereses, lo ms importante para los activistas mediticos de los sistemas
folkcomunicacionales es el encadenamiento capilar de las interrelaciones culturales; su actuacin se da no
slo en un movimiento de resistencia, sino tambin en complicidad, dando cuenta de una astucia entre las
lgicas de las interacciones face to face, cuerpo a cuerpo y las lgicas de las interacciones mediticas. En el
caso aqu estudiado, el activista meditico es aquel sertanista en sentido de desbravador de nuevas ideas que
tienen dominio de diversos conocimientos; es sagaz, astuto, viene como quien no quiere nada, pero
termina consiguiendo casi todo; as un poco de Joo Grilo o de un Pedro Malasartes26. Esos protagonistas de
vez en cuando estn en los programas de Ratinhos, Gugus, Faustes, Cidades Alertas e Brasis Urgentes,
reclamando, solicitando apoyo o introduciendo su producto cultural en los medios.
25 Tambin denominado Jogo del Bicho (del animal) es un juego de apuestas ilegal en la mayor parte de los Estados de
Brasil pero con amplia difusin (Nota del traductor).
26 Pedro Urdemales.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Por lo tanto, el activista meditico opera en la red de comunicacin cotidiana como un emisor
creador cultural o como productor creador cultural (MORIN, 1972). Este nuevo negociador
interacta en los ncleos de sus grupos sociales como un operario de estrategias y tcticas capaces de
reconfigurar las dimensiones de los espacios excluyentes entre las culturas populares y las culturas
mediticas, posibilitando una mayor cantidad y cualidad de constituyentes de audiencia para situaciones de
usuarios y no la de meros consumidores (MARTN BARBERO, 2003). Como protagonista del
encadenamiento temtico de determinado contenido folkmeditico en las redes de comunicacin
cotidiana, se moviliza conforme a los hbitos especficos y costumbres dominantes de los grupos de
referencia (FAUSTO NETO, 2001). O sea, no es un actor social autnomo, su liderazgo es dado por el
conjunto de los individuos y juego de acuerdo con las reglas previamente determinadas por sus grupos de
referencia.
Al apoderarse de los dispositivos tcnicos de comunicacin reinventan modas y estilos de vida; son
productores y emisores de bienes simblicos y econmicos para el reconocimiento y uso de su grupo de
referencia. Ellos sobresalen de los dems de su grupo social por su produccin intelectual que es
apropiada, incorporada y convertida para el uso de prcticas de la vida cotidiana local. En otras palabras, el
activista meditico de los sistemas folkcomunicacionales, entre los muchos productores creadores
culturales de la red de comunicacin cotidiana, toma para s y usa el cordel, la cantoria, el teatro y las danzas
dramticas populares, el diario mural, los grafitis, la artesana, la culinaria entre otras tantas
manifestaciones del saber popular; potencia, da visibilidad a esos productos culturales, reinsertndolos en
las redes globales de comunicacin radio, televisin y el Internet como estrategia de inclusin social.
Pone a disposicin su creatividad, su originalidad y su carcter individual a los movimientos sociales,
polticos, educacionales, religiosos o a los acontecimientos festivos. Los productos culturales populares
vehiculados por canales propios de la comunicacin cotidiana de folkcomunicacin son
potencializados por los activistas mediticos, sistemticamente revigorizados e introducidos en las redes de
comunicacin de la sociedad mediatizada. Los medios reinventan nuevos espacios en su programacin
para abrir los procesos transformativos culturales sobre lo local y global, lo popular y masificado. La
inclusin de festejos juninos del Nordeste es un ejemplo evidente de los procesos transformativos usados
por los activistas mediticos para una programacin de prcticas tradicionales comunes en la
programacin de la radio, la televisin e Internet, por casi un mes completo (MARQUES DE MELO,
1998).

Los conflictos y las interacciones en la Sociedad Mediatizada


En el mundo globalizado es cada vez ms difcil estudiar la comunicacin disociada de la cultura. En
ese nuevo espacio, se reconoce la importancia de los activistas mediticos de los sistemas
folkcomunicacionales que actan en los movimientos participativos de la ciudadana como agentes
comunicadores vinculados a los movimientos culturales que utilizan estrategias que legitiman su
participacin como ciudadanos conscientes de su papel en la organizacin de la sociedad civil. Estos
actores sociales operan dispositivos de comunicacin de las redes de cooperacin y solidaridad entre
personas, grupos y comunidades de convivencia, prximos unos de otros, y que estn vinculados por lazos
de parentesco, por la vecindad, historia de vida, encontrando en la red de solidaridad una alternativa de
sobrevivencia social en regiones subdesarrolladas de la ruralidad nordestina brasilea, como la del
semirido. Los activistas mediticos operan en las instituciones locales y mucho ms en las estructuras
informales, espontneas en diversas situaciones, en los reclamos populares para suplir las deficiencias
burocrticas y la prestacin de servicios de los sectores pblicos a la mayora de los pequeos municipios
brasileos que, casi siempre, no atienden sus necesidades bsicas de educacin, salud, seguridad, cultura,
comunicacin, medio ambiente y tantas otras. Son estrategias que se movilizan en redes cruzadas de
comunicacin de lo local y global. La sociedad globalizada no neutraliza al activista meditico local
operador de productos folkmediticos; al contrario, despierta ms su atencin en la red de comunicacin
cotidiana, adecundose estratgicamente para el enfrentamiento de los ms diferentes y eficaces
dispositivos de comunicacin global. Por lo menos en las ciudades rurbanas, su papel contina siendo

LA FOLKCOMUNICACIN Y LOS ACTIVISTAS O. MEIRA TRIGUEIRO

71

valorizado por las opiniones de los familiares, los amigos, los vecinos y se ramifica en las diferentes
instancias sociales locales.
El activista meditico no elimina los nuevos conflictos, las luchas por las nuevas formas de poder. Su
papel es minimizar las divergencias a travs de los dilogos, generar situaciones que pueden viabilizar en la
estructura social de su grupo las interconexiones quirrgicas de los vasos comunicantes, restableciendo, en
la medida de lo posible, la comprensin y la solidaridad. En la sociedad humana moderna, la cultura es una
relacin constitutiva de la historia y lo que la caracteriza son las intersubjetividades y las comunicaciones
producidas por las diversas mediaciones (FREIRE, 1977). El activista meditico es un buen contador de
historias tradicionales y contemporneas, detentor de un amplio repertorio de culturas locales. Es en esa
militancia cultural quien gana ms espacio como articulador de las interacciones cara-a-cara, contaminadas
por las interacciones mediticas. Los procesos de apropiacin y uso de los productos mediticos legitiman
el placer de posesin y reproduccin de sentido modificado para sus propsitos. En ese campo
confrontado por el bien-estar de sujetos o grupos de audiencia en que el activista meditico dispara
dispositivos de encaje en los lugares donde las lgicas de negociacin posibilitan la apropiacin y
conversin de uso de bienes culturales mediticos y bienes culturales folkmediticos en la vida cotidiana
de una comunidad y hasta de una ciudad rurbana.

72

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
ALBUQUERQUE JNIOR, Durval Muniz. A inveno do Nordeste e outras artes. Recife:
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Editora Brasiliense, 1985.
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FAUSTO NETO, Antonio. Ensinando televiso: estratgias de recepo da TV escola. Joo
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LA FOLKCOMUNICACIN Y LOS ACTIVISTAS O. MEIRA TRIGUEIRO

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SODR, Muniz. Antropolgica do espelho: uma teoria da comunicao linear e em rede.
Petrpolis: Vozes, 2002.

Discursos organizacionales y folkmarketing


en el contexto de las Fiestas Juninas
Severino Alves de Lucena Filho.
Universidade Federal da Paraba. recifrevo@uol.com.br.

El trmino folk = pueblo, aliado a la palabra marketing, que tiene el significado de un conjunto de
medios de los cuales dispone una organizacin para vender sus productos y servicios, da como resultado la
expresin folkmarketing que, de acuerdo a una visin genrica, significa el conjunto de apropiaciones de las
culturas populares con objetivos comunicacionales, para hacer visible productos y servicios de una
organizacin para su consumidor final.
Las transformaciones consolidadas o emergentes en el escenario mercadolgico actual, en el universo
urbano, evidencian el folkmarketing como una modalidad de comunicacin en el contexto de la
comunicacin organizacional integrada, donde ocurre la apropiacin de las manifestaciones del folclore
regional con objetivos comunicacionales. En la comunicacin organizacional las estrategias comunicativas
no existen como una receta fija sino en proceso de construccin permanente. Se trata de un paradigma
que est en constante modificacin en funcin del ambiente cultural, poltico y particularmente del
escenario mercadolgico. En ese contexto, sern necesarias acciones de comunicacin especficas, del tipo
folkmarketing, con objetivos definidos, adems de la elaboracin de una estrategia para la situacin local,
pero sintonizada con las transformaciones de la sociedad industrial.
La dinmica con que fluyen los procesos comunicacionales en la sociedad industrial se presenta como
una alternativa para las culturas populares mediante la integracin en los escenarios de la sociedad del
espectculo. Las manifestaciones folclricas actan como elemento de mediacin/descodificacin en la
actualidad. La palabra folkmarketing aparece por primera vez registrada en el prefacio del libro Azulo do
Banpe: uma estratgia de comunicao organizacional, de Severino Lucena Filho, publicado por la CEP (Recife,
1998), libro patrocinado por el Banco do Estado de Pernambuco, BANDEPE, como resultado de la disertacin
de maestra del autor. Segn Santos:
Al continuar el estudio de una manifestacin de folkcomunicacin, abandonando el aspecto residual de las
culturas populares y valorizando lo que tienen de actual, de contemporneo, con la perspectiva de la
folkcomunicacin como estrategia de marketing institucional, el autor nos coloca delante de una nueva lnea de
estudios: el folkmarketing. (SANTOS, 1998).

Esa afirmacin fue hecha cuando Santos particip del Comit de Evaluacin en la defensa de la
disertacin de maestra del autor, en la Universidad Federal Rural de Pernambuco, en febrero de 1998.
Continuando aquella investigacin, cuatro aos despus en la Pontifcia Universidad Catlica no Ro Grande do
Sul, encontramos sus ecos para desarrollar el tema en estudio; es decir, el uso de las culturas populares
como estrategia de comunicacin organizacional en el contexto del folkmarketing. Explica Hohlfeldt que
La folkcomunicacin es el estudio de los procedimientos comunicacionales en que las manifestaciones de la
cultura popular o folclore se expanden, conviven con otras cadenas comunicacionales, sufren modificaciones
por la influencia de la comunicacin masificada o se modifican cuando son apropiadas por tales complejos
(HOHLFELDT, p. 877, 2013).

76

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Concordando con la perspectiva arriba mencionada, buscamos aplicarla al contexto del folkmarketing
que surge de los estudios generados por la nueva generacin de la Teora de la Folkcomunicacin en el
contexto de la sociedad actual, y que se encuentra en fase de constitucin. Nuestros estudios requieren de
la interdisciplinariedad y exigen la participacin de las diferentes reas de conocimiento, no slo de las
ciencias sociales, sino que necesitan entrar en dilogo con la sociologa, la antropologa, el folclore, la
comunicacin social, la lingstica, la literatura, la semitica y el turismo. En el estudio actual buscamos un
puente con la comunicacin organizacional integrada as como tambin aspectos conceptuales y
herramientas de la comunicacin mercadolgica y del marketing.
La Teora de la Folkcomunicacin dio cuenta histricamente de los flujos de difusin de mensajes
masivos y de la percepcin crtica por parte de las comunidades excluidas. De este modo, los seguidores
de los estudios de Beltro dieron nuevos alcances a su concepto fundador. En ese proceso evolutivo es
que presentamos el foco del folkmarketing como una modalidad de comunicacin en el segmento de la
industria masiva. Las fiestas populares, como el caso de la Festa Junina en Brasil, se convierten en
contenido de naturaleza mercadolgica e institucional a travs de la apropiacin del universo simblico de
la festividad como estrategia de comunicacin de las empresas patrocinadoras de los eventos culturales.
En la constitucin del proceso de comunicacin, el folkmarketing cataloga elementos singulares de las
identidades regionales que pasan a alimentar y movilizar los sentidos de valorizacin de las tradiciones y
los saberes del pueblo. Segn Pinto:
La comunicacin es abordada no como un fenmeno aislado. Como actividad humana es necesario
considerarla integrada a los procesos culturales; para conceptualizar no es necesario separarla de la cultura
(PINTO, p. 5, 1989).

La accin comunicacional del folkmarketing es una estrategia que podemos considerar integrada a los
procesos culturales de la regin. Para conceptualizarla es necesario que las marcas de los saberes de la
cultura popular sean movilizadas en apropiaciones para la generacin de discursos folkcomunicacionales.
Para Coelho:
la cultura, como actividad del ser humano (...) no slo se restringe a las tradiciones (literatura, pintura, cine etc.),
sino que se ampla a una red de significaciones, incluyendo tanto la cultura popular (carnaval) como la publicidad, la
moda, el comportamiento (o actitud), la fiesta, el consumo, o el estar juntos, etc. (COELHO, p. 103-4, 2000).

Las redes de significaciones en la fiesta junina del Mayor San Juan del mundo alimentan el proceso de
folkmarketing, modalidad comunicativa adoptada por las organizaciones pblicas y privadas para buscar
identificacin con sus consumidores, hablando el lenguaje que ellos quieren or y mostrando las imgenes
que ellos quieren ver. As hacen que ellas sean percibidas segn una semntica de valorizacin de las
culturas locales.
En los ltimos aos la evolucin de los mercados viene evidenciando la importancia de la
comunicacin integrada con nfasis en el marketing local. As, las instituciones pblicas y privadas
invierten grandes cantidades de recursos con el objetivo de alcanzar mayor visibilizacin en los mercados
locales, especialmente promoviendo una dinamizacin en la relacin con sus pblicos y conquistando
credibilidad y simpata en la vinculacin con sus marcas, productos y servicios. Esto ocurre en grandes
eventos culturales, como aquellos desarrollados durante las manifestaciones de los ciclos de las fiestas
populares de Natal, de San Juan y de Carnaval, siempre con objetivos mercadolgicos e institucionales.
Procuramos sintetizar ese nuevo mirar, en el contexto de la comunicacin mercadolgica, mediante
un recuadro conceptual a partir de principios expresados por profesores e investigadores del rea de la
Teora de la Comunicacin y profesionales del Marketing. El resultado est sintetizado en el recuadro
abajo:

DISCURSOS ORGANIZACIONALES Y FOLKMARKETING S.ALVES DE LUCENA FILHO

77

Recuadro 01: Esquena con visiones conceptuales sobre folkmarketing


ENUNCIADORES

INSTITUCIONES

VISIN CONCEPTUAL

Prof. Dr. Jos Marques de

USP UMESP/Ctedra

Las acciones de comunicacin del folkmarketing

Melo

UNESCO

constituyen apropiaciones de los canales, mensajes y


cdigos de la comunicacin popular tradicional por
los agentes mercadolgicos para vender productos,
ideas o imgenes institucionales.

Prof. Dr. SebastioBreguez

Universidade Federal de

(Coordinador del GT de Folkcomunicacin en la

Viosa, Minas Gerais

INTERCOM)
Folkmarketing es el conjunto de procedimientos para
la

creacin,

desenvolvimiento,

implementacin,

ejecucin y control de planeamientos de marketing


con inspiracin y/o utilizacin de elementos de la
cultura popular, del folclore en la comunicacin
organizacional. Esos procedimientos pueden ser
utilizados para el desarrollo de polticas culturales
relacionadas a la revitalizacin de las culturas locales y
regionales, as como tambin en el rea de turismo
cultural.
Prof. Dr. Osvaldo Meira

Universidade Federal da

Es una estrategia de negociacin cada vez ms

Trigueiro

Paraba

importante en el mundo globalizado por los avances


de las telecomunicaciones, operada en una zona
hbrida de mediacin entre los productores de la
cultura de masas y de la cultura popular, que resulta
en

nuevos

Folkmarketing

significados
es

una

de

folkcomunicacin.

estrategia

dialctica

de

produccin, circulacin y consumo de productos


culturales de folkcomunicacin.
Prof. Dr. Gilmar de Carvalho

Universidade Federal do

Folkmarketing

utiliza los principios del marketing

Cear

aplicados a los eventos que tienen las culturas


populares como punto de partida.

Estrategias

producidas por las camadas subalternas aprovechan a veces intuitivamente - las estrategias y los
planeamientos mercadolgicos para hacer valer sus

78

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

objetivos. Folkmarketing sera el trnsito entre la


tradicin y lo masivo. Desde el punto de vista del
marketing, es una herramienta que tambin envuelve a
la publicidad y se sita en el campo de la
comunicacin.
Prof. Dr. Francisco Laerte

Universidade Federal do

Folkmarketing se refiere al manejo de tcnicas

Magalhes

Piau

mercadolgicas

que

objetivan

la

insercin

de

productos populares o artesanales en el mercado y, al


mismo tiempo, diluye las fronteras que antes existan
entre una llamada cultura de elite, transformada en
masa,

una

denominada

cultura

de

raz.

Folkmarketing se caracteriza como un fenmeno de la


globalizacin, en que las fronteras son configuradas y
los conceptos especficos de la cultura se transmutan,
ocupando lugares que antes eran de oposicin.

Fuente: Investigacin del autor

Los datos que componen el esquema conceptual fueron recolectados en el periodo de julio y agosto
de 2004, a partir de cuestionarios enviados por e-mail a 30 entrevistados. Slo diez respondieron. En el
recuadro arriba expuesto, evidenciamos los cinco que presentaron mayor pertinencia con el tema en
cuestin.
En concordancia con las visiones conceptuales presentadas en el recuadro anterior es que buscamos
constituir la nuestra: folkmarketing es una modalidad de comunicacin, con base en las matrices tericas
de la teora de la folkcomunicacin y del marketing, estratgicamente adoptada por los gestores de
comunicacin de los mercados regionales y que se caracteriza por la apropiacin de las expresiones
simblicas de la cultura popular por parte de las instituciones pblicas y privadas con objetivos de
mercado.
Los discursos verbales por medio de los cuales empresas en campaas de comunicacin integrada
evidencian sus marcas en la participacin de la fiesta junina del Mayor San Juan del Mundo, estn resumidas en
el siguiente esquema. Primeramente exponemos las referencias generales y, despus, aquellas ms
particulares de empresas, marcas o productos.

Recuadro N 02: Marcas de los discursos de las empresas participantes del evento
EVIDENCIAS
Un buen negocio en el San Juan

FUENTES
Dirio de Borborena Campina Grande/PB
Acceso en 16 mayo 2002.

El mes de junio, en Campina Grande, es un periodo muy


propicio para quien desea aumentar el dinero de la familia y partir
para el comercio informal temporario. Segn Rosngela Arajo,
uno de los negocios que ms prosperan es el de ropas "juninas".
Caruaru y Campina Grande ganan con la fiesta de San Juan

http://www.timetour.com.brt/ultimas.htm?id=10

DISCURSOS ORGANIZACIONALES Y FOLKMARKETING S.ALVES DE LUCENA FILHO

79

55. Acceso en 17 jun. 2004.


La campaa surti efecto y la fiesta gan un nmero de
patrocinadores mayor que 2003. Marcas como Antrtica,
Montilla, Compreben, Banco do Brasil, Telenar, Governo do Estado,
Cnsul, Natura, Doriana, Batata Macken, Bradesco, Caixa
Econmica Federal, Sabo Ala, Primor, Nescaf, Rexona y Elma
Chips, hacen promociones durante las festividades. Los
inversiones de los patrocinadores excedi los R$ 2 millones, un
valor rcord en la historia de San Juan de Caruaru y Campina
Grande.
Clnica de ortodoncia se transforma en fiesta durante el San http://www.wscom.com.br. Acceso en 23 jun.
Juan de Campina Grande

2002.

Una clnica de ortodoncia es transformada en un "mini-arraial"


(fiesta) durante los festejos juninos del Mayor San Juan del Mundo.
Hace cinco aos, la pareja de dentistas AjalmarMaia y Rilvia
Cardoso dedican el amor por el gnero y la cultura del "forr",
razn por la que producen una decoracin que se torn una
atraccin turstica en Campina Grande. La idea recibi este ao
voto de aplauso de la Cmara Municipal y tambin una invitacin
del ayuntamiento para hacer parte del calendario oficial del
evento.

Agencias bancarias ganan ornamentacin de la fiesta junina Dirio da Borborena Campina Grande. Acceso
en Campina Grande

en 17 jun. 2004

Segn Luiza Leal, directora de marketing, "la decoracin de este


ao est atrayendo a los clientes. En la entrada del Banco fue
montada una mesa con muecos hechos de maz. Cuando el
cliente llega a nuestra agencia entra en el clima del Mayor San Juan
del mundo y todos se quedan encantados con la ornamentacin".
BCP patrocina San Juan 2000

Unio Caderno Cidade. Acceso en 25 jun.


2000.

"Prepar el sombrero de paja y la ropa de 'matuto' que la fiesta


promete mucho "forr" y animacin en ese San Juan 2000. Una de
las fiestas del nordeste ya est aconteciendo con fuerza total en
Campina grande. El evento, que tiene el patrocinio del Proyecto

80

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

BCP de Apoyo a la Cultura espera recibir ms de 80 mil personas


est ao".
Una presencia de las ms importantes en "San Juan" de Campina Correio da Paraba Columna Hermano Jos.
Grande fue la del Proyecto Montilla Cultura Nordestina, lanzado por Acceso en 02 jul. 2003.
la PernodRicard Brasil. "Con el Proyecto Montilla Cultura
Nordestina queremos retratar la cultura festiva, explosiva,
colorida y vibrante, tan caractersticas del pueblo nordestino",
resalta el manager de la marca Ron Montilla, Douglas Tsukimoto.
Por sus grandes eventos, las ciudades contempladas fueron
Campina Grande y Caruaru.
La cerveza Antarctica valoriza como ninguno la cultura http://www.confenar.com.br/noticias_ampliar.as
nordestina. Es patrocinadora oficial del "San Juan" de Campina p?cidigo=255. Acceso en 22 jul. 2004.
Grande y Caruaru, capitales de la fiesta en Brasil. Esa es una
forma de retribuir la fidelidad de los consumidores de Nordeste
por la Antarctica", afirma Flvia Rocha, manager de marketing de
la marca. "La marca acredita e invierte en la regin y en sus
principales manifestaciones culturales. Este ao fuimos los
patrocinadores oficiales del carnaval de Recife y Olinda, los ms
importantes del nordeste. La cerveza Antarctica lanz una lata
decorada con el tema alusivo a la fiesta de San Juan. En ella hay
dibujos de muecos de barro tpicos de Alto de Moura, uno de los
mayores centros de arte figurativo en Amrica Latina. En total
fueron distribuidas un milln de latas de 350 ml, en las ciudades
donde la cerveza patrocin las conmemoraciones de la fiesta
junina.
La marca de jabn en polvo Ace participa por segundo ao http://www.procter.com.br/pg/news/clipping/c
consecutivo con acciones en la fiesta junina. Con el tema "El uidados_lar/040504.html. Acceso en 27 jun. 2004.
Mayor Blanco del Mundo en

el Mayor San Juan", la marca est

patrocinando "La trilla del San Juan de la Tradicin" - programa


difundido en el que se informa a los espectadores sobre los
puntos de animacin y sus principales atracciones - y el "San Juan
Tradicin" - que rescata la cultura de las fiestas, mostrando sus
riquezas y manifestaciones. La campaa se realiza en distintos
puntos de venta de toda la regin nordestina, las cuales se
desarrollan para el periodo. En compaa con la Cnsul, la Ace
participa de la fiesta de Caruaru y de la fiesta de Campina
Grande.

DISCURSOS ORGANIZACIONALES Y FOLKMARKETING S.ALVES DE LUCENA FILHO

81

La capital del "forr" es tan autntica y genuinamente brasilea http://www.menoriadapropaganda.org.br/noticia


cuanto la marca Cnsul. Y el patrocinio es una manera de s/24/06/2004consul.html. Acceso en 31 jul.
aproximarse a la regin nordestina. Segn Ana Chaia, la Cnsul 2004.
es la marca preferida del nordeste y es lder. El consumidor
nordestino se identifica con los valores de la marca tales como
tradicin y confianza.
Fuente: Datos del investigador

En los mensajes registrados arriba observamos que las marcas nacionales o internacionales buscan
mediante discursos y acciones ligadas a la fiesta junina, desarrollar la modalidad de folkmarketing con las
siguientes caractersticas:
a) Aproximacin con el mercado regional y sus consumidores, debido a la visibilidad de sus productos
y servicios, durante los eventos en los mltiples escenarios de las fiestas populares.
b) Escenarios montados por empresas como agencias bancarias, clnicas odontolgicas, hoteles,
tiendas de comercio, mercados, bares, empresas y centros comerciales, usando smbolos, imgenes y mitos
de la fiesta junina como refuerzo del proceso de identidad y valorizacin de la cultura local.
c) Expresiones comunicativas, verbales y no verbales, mirando la cultura regional y local, como se
ejemplifica por el discurso de una empresa de bebida: La Antarctica entiende y valoriza como ninguno la cultura
nordestina.
d) Uso de expresiones ligadas a los saberes y prcticas de la cultura popular que buscan fortalecer la
identidad y la relacin de la marca con sus pblicos a nivel regional y local.
En todos los ejemplos, la modalidad de comunicacin de folkmarketing agrega este proceso de
apropiaciones a los mensajes y cdigos de la comunicacin popular de la fiesta junina. Esto ocurre en los
discursos verbales, en los elementos diferenciados y pautados por los valores culturales de la regin o
localidad. Este proceso de comunicacin moviliza y evidencia sentimientos de pertenencia, a travs de los
lenguajes que al consumidor le gustan escuchar o por los mensajes que se encuentran o se perciben y que
producen una enorme aproximacin entre el cliente y la empresa, sus productos o servicios.
Las fiestas juninas del nordeste de Brasil se convirtieron en acontecimiento folkmeditico de gran
expresin econmica y cultural para la regin, ya que se construyen grandes escenarios. Las tradiciones
son elaboradas y transformadas en productos culturales ofrecidos al mercado local y regional.
Representaciones que nacieron en las tradiciones populares rurales, se transformaron en performances
culturales dinmicas, en un contexto contemporneo masivo.
La fiesta junina del Mayor San Juan del Mundo, centro de las observaciones y de desenvolvimiento de la
accin de comunicacin de folkmarketing, es considerado un evento cultural cuya permanencia depende
de la adhesin de la comunidad y del apoyo de los medios de comunicacin masiva. Ellos constituyen un
mosaico de imgenes de la tradicin rural para seducir a mltiples personas.
En la siguiente figura presentamos la representacin resumida de un esquema de la modalidad
comunicacional de folkmarketing, con base en la materialidad de los elementos simblicos que integran el
actual estudio en anlisis.

82

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Imagen N1
En el esquema anterior se visualiza claramente la apropiacin de elementos de las fiestas juninas con un
objetivo comunicacional en el contexto del folkmarketing. Las organizaciones grandes, medianas y
pequeas que actan en el lugar de realizacin y conmemoracin de la festividad junina, usan los
elementos simblicos que integran las celebraciones del acontecimiento, adoptndolos en sus campaas
comunicativas, con objetivos mercadolgicos e institucionales. En este contexto, se movilizan diferentes
sentimientos de pertenencia, de fortalecimiento y de valoracin de la cultura local, en busca de la
sedimentacin de la identidad cultural.

DISCURSOS ORGANIZACIONALES Y FOLKMARKETING S.ALVES DE LUCENA FILHO

83

Bibliografa
COELHO, Teixeira. Guerras culturais. So Paulo: Iluminuras, 2000.
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Moreira (Orgs.). Metamorfose da Folkcomunicao: antologia brasileira, p. 876 883,
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PINTO, Virgilio Noya. Comunicao e cultura brasileira. So Paulo: Princpios, 1989.
SANTOS, Salett Tauk. Orelha. En: LUCENA FILHO, Severino Alves. Azulo do BANDEPE: uma
estratgia de comunicao organizacional. Recife: Ed. do Autor, 1998.

Investigacin en folkcomunicacin:
posibilidades y desafos
27

Antnio Carlos Hohlfeldt.


Pontifca Universidade Catlica do Ro Grande do Sul.
a_hohlfeldt@yahoo.com.br

Desde 1967, cuando Luiz Beltro defendi su tesis de doctorado, Folkcomunicao Um estudo dos
agentes populares de informao de fatos e expresso de ideias, presentada en la Universidad de Brasilia
(MARQUES DE MELO, 2008)28 y hasta los das de hoy, la folkcomunicacin ha enfrentado desafos, el
principal de los cuales es, sin duda, haber sobrevivido en cuanto material vivo para ser conocido,
discutido, aplicado y validado, terica y empricamente. En la prctica, viene evidenciando sus
potencialidades; dgase, sus posibilidades en cuanto una teora comunicacional, que es como debe ser vista,
estudiada y discutida (TRIGUEIRO, 2001, p. 56)29, producida a partir de una matriz tpicamente
diferenciada de aquellas norteamericanas o europeas, construyendo parte de lo que Jos Marques de Melo
pas a denominar ELACOM Escuela Latinoamericana de Comunicacin (MARANINI, 2007, p.49).

Algunas reflexiones previas


Sobre el concepto forjado por Luiz Beltro, escribe:
Folkcomunicacin es un proceso de intercambio de mensajes a travs de agentes y medios ligados directa o
indirectamente al folclore y, entre sus manifestaciones algunas poseen carcter y contenido periodstico,
constituyndose en vehculos adecuados a la promocin de la mudanza social. (BELTRO, 2001, p. 73).

Obsrvese que se puede registrar una amplitud menor en el concepto formulado por Beltro en el
ttulo de su tesis. Comparemos esas ideas con otras formulaciones suyas. La tesis, editada apenas en 2001,
es evidentemente anterior a otros textos que se seguirn, uno de los cuales es de 1980, en que profundiza
la idea original.
Folkcomunicacin es por su naturaleza y estructura, un proceso artesanal y horizontal, semejante en esencia a
los tipos de comunicacin interpersonal, ya que sus mensajes son elaborados, codificados y transmitidos en

27 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian de Pesquisa em Folkcomunicaco: Possibilidades e Desafios. En LOPES
FILHO, Boanerges; FERNANDES, Guilherme; COUTIINHO, Iluska; MENDES, Marise; OLIVEIRA, Mara Jos
(Orgs.) A Folkcomunicaco no limiar do sculo XXI, p. 53-64, 2012. Editora UFJF, Juiz de Fora. Presentada en la
Mesa 05 de la XIII Conferencia Brasileira de Folkcomunicacin, Universidad Federal de Juiz de Fora, 4 a 7 de maio de
2011.
28 Ver especialmente el captulo 8, "Cronologa factual".
29 Se trata de una teora multidisciplinar, que permite una aproximacin entre los procesos de comunicacin
industrializada y de masa, esto es, mediada, y la comunicacin popular, ms directa y artesanal.

86

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

lenguajes y canales familiares a la audiencia, a su vez conocida psicolgica y vivencialmente por el


comunicador, adems de dispersa. (BELTRO, 1980, p. 28).

Slo este conjunto de citaciones nos permitira un exhaustivo conjunto de reflexiones. Sin embargo,
quiero ceirme nicamente a algunas, y muy rpidamente, para situarnos con claridad en el campo en que
estamos y, enseguida, podremos eventualmente enfrentar los desafos y posibilidades de ese campo:

1. La folkcomunicacin es un proceso de intercambio de mensajes;


2. Sus agentes y medios estn directa o indirectamente vinculados al folclore;
3. La folkcomunicacin es un proceso artesanal y horizontal;
4. Es semejante a la comunicacin interpersonal;
5. Para audiencias dispersas.
Porque es un proceso de intercambio de mensajes, debemos, desde luego punto uno de nuestro rol
como afirm antes situar la folkcomunicacin como una teora comunicacional, porque la comunicacin se
caracteriza justamente por la existencia de un intercambio de mensajes, por una dialogia, un camino de ida
y vuelta que, en este caso punto 3 de los enunciados que escogimos , se da de manera horizontal,
proceso este ltimo que ya fuera valorizado por Paulo Freire, coterrneo y contemporneo de Luiz
Beltro, en relacin al proceso educacional. Pero Paulo Freire no saba exactamente cmo enfrentar la
cuestin de los medios de comunicacin de masa, problema que Beltro enfrent y resolvi, conforme
demostr ampliamente en un estudio reciente (HOHLFELDT, 2009, p. 94-102). En verdad, Beltro se da
cuenta que existen diferentes sistemas comunicacionales y que no son excluyentes, as como no lo son los
diferentes niveles culturales y de desenvolvimiento que la poblacin de una misma nacin experimenta,
muy especialmente en sociedades con clases sociales muy diferenciadas, como es el caso de Brasil.
Adems, fue este un gran mrito social y poltico de la teora de Luiz Beltro: ella torn posible estudiar
los sistemas comunicacionales no slo de las sociedades industrializadas, sino de todas las dems. Las
mismas en que los diferentes estadios de desarrollo y de industrializacin permiten la sobrevivencia de
sistemas arcaicos no ultrapasados conviviendo con sistemas altamente tecnolgicos.
La expresin del punto 4 semejante a la comunicacin interpersonal , bajo mi perspectiva, debe ser
tomada con cuidado. Se trata de una semejanza, nada ms. Beltro no est diciendo que la
folkcomunicacin se desenvuelve apenas entre dos individuos que eso es la comunicacin interpersonal,
la llamada comunicacin cara a cara , pero s que la folkcomunicacin es semejante a esta comunicacin
interpersonal, porque la proximidad, la confianza y la identidad entre emisor(es) y receptor(es) es grande,
que es como si ellos fueran slo dos personas, una de cada lado del proceso comunicacional. Por eso es
posible, porque se trata de un proceso horizontal, en que emisor y receptor se encuentran en un mismo nivel.
Justamente aquella reivindicacin que conceba Paulo Freire como un verdadero proceso de aprendizaje,
caracterizado por la comunicacin. Ahora, la comunicacin slo puede darse entre semejantes o entre
iguales. De ah esta formulacin de Beltro. Con todo esto, no nos engaemos: la folkcomunicacin es un
proceso eminentemente colectivo y/o colectivista, y de ah otro aspecto importante para las sociedades
con grandes desniveles culturales o sociales, como, por ejemplo, la brasilea. Es que los procesos
comunicacionales posibilitados por la folkcomunicacin permiten una aproximacin y una nivelacin
gradual, sin que el receptor pierda su propio lugar y posicin o se des-caracterice, renunciando a su identidad.
Es ms, en los procesos folkcomunicacionales hay una especie de adaptacin del mensaje original por
parte del emisor hasta que puede ser comprendido por el receptor, en el caso de la poblacin
marginalizada para retomar la antigua expresin beltraniana social, cultural y econmicamente.
Pero, cmo es que ocurre eso? Llegamos entonces al punto 2: sus agentes y medios estn directa o
indirectamente vinculados al folclore. Considrese como folclore aqu un concepto ms amplio, aquel
mismo que Luiz Beltro busc en Edison Carneiro, que no presupone un congelamiento, sino la
flexibilidad y adaptacin de los usos y de las prcticas al medio ambiente, al entorno, modificndose en las

INVESTIGACIN EN FOLKCOMUNICACIN A. C. HOHLFELDT

87

formas sin perder su esencia (BELTRO, 2006, p. 81; 2004, p. 67; 1994, p. 39-43). Ahora, el folclore debe
ser pensado aqu en cuanto conjunto de prcticas populares. De este modo, vamos a distinguir prcticas
comunicacionales original y totalmente populares, como cantigas de roda (cantos de rueda) o danzas
variadas, de aquellas que, aunque originadas a partir de comunicacin industrializada, de la comunicacin
de masa, incorporan prcticas y aspectos de la cultura popular para poder ser transmitidas. O bien, en el
camino inverso, prcticas populares que se adaptan a tecnologas industrializadas para ampliar su pblico,
como en el caso de los folletos de cordel: originalmente impresos con capas ilustradas por pequeos bates
de xilografa, y en prensas de tipos individualizados. Hoy circulan con grandes tirajes, en ciudades como
Ro de Janeiro y Sao Paulo, rodados de mquinas de alta tecnologa. Ahora podramos recordar, a medio
camino de estas reflexiones, cuando las prensas interiores del nordeste se apropiaban de las grabaduras en
metal imgenes de filmes extranjeros para ilustrar las capas de esos mismos folletos, etc., el aspecto
artesanal mencionado en el punto 3 , que hasta ahora no haba mencionado, queda as ilustrado.
Dicho lo anterior, pasemos a otra cuestin importante, como es la metodologa. Para que un campo
de conocimiento se constituya, es fundamental que posea metodologa propia. La folkcomunicacin,
como hemos mencionado, integra un gran campo de comunicacin. Debemos imaginar que se vale de las
mismas prcticas adoptadas por los propios estudios comunicacionales. Como bien observa Marcelo Pires
de Oliveira (2007, p. 92), eso significa, en principio, dos tcnicas: la observacin etnogrfica, cuando se va
al campo a observar determinadas prcticas y/o manifestaciones populares; y el anlisis de discurso,
cuando se analiza, posteriormente, el material recolectado, procurando observar sentidos explcitos o
amplios, que permitan comprender aquellos mensajes. Oliveira aade, en el transcurso de su artculo, la
tcnica de la entrevista, una metodologa oriunda de la Escuela de Chicago, como bien se sabe. Tambin
se podran agregar otras. En principio, todas aquellas que son utilizadas por las diferentes Ciencias
Sociales, Humanas y Aplicadas, a las cuales la Comunicacin Social se vincula, dependiendo del nfasis y
del foco que el estudio realizado vaya a tener.
Por ltimo una observacin terica fundamental: la folkcomunicacin es una prctica y una ciencia.
Es una prctica cuando la consideramos como aquel conjunto de usos, costumbres, juegos, actividades del
ms variado tipo que llevan a cabo las masas populares fuera o en dilogo con los procesos comunicacionales
industrializados. Pero es una ciencia porque implica aquel tipo de estudio volcado justamente hacia
aquellas prcticas. Por lo tanto, la folkcomunicacin tiene y debera tener, de hecho una base terica,
as como tambin necesita de metodologa(s) claramente descriptibles, tanto en la recoleccin de datos
como para el anlisis e interpretacin de los mismos, lo que implica aadir en nuestra lista la investigacin
cuantitativa cualitativa como base para los estudios folkcomunicacionales.

Las posibilidades y/o potencialidades de la Folkcomunciacin


Deben ser muchas ms, pero me he permitido aqu identificar cuatro posibilidades sobre las cuales
quiero reflexionar rpidamente:
La folkcomunicacin es una teora comunicacional adecuada a las sociedades cuya composicin es
muy diferenciada porque, justamente, permite estudiar los fenmenos comunicacionales sin aislarlos ni
jerarquizarlos. Distinguir no es valorizar, categorizar e identificar, permitiendo que las aproximaciones
sean hechas. Eso es lo que propone y practica la folkcomunicacin, en la medida en que, desarrollndose a
partir de investigaciones empricas, permite que el investigador observe, sin lentes de mediacin, la
realidad de su entorno, escapando a los preconceptos y prejuicios, cuando mucho buscando aproximar
fenmenos verificables en segmentos populares aquellos que se encuentran en segmentos urbanizados e
industrializados.
La folkcomuncacin es fundamentalmente el estudio de fenmenos comunicacionales colectivos,
porque partiendo de la cultura popular no estudia procesos individualizados, sino procesos
verdaderamente sociales, colectivizados, como brincadeiras o danzas capaces verdaderamente de traducir el
alma de aquella poblacin estudiada (MARQUES DE MELO, 2008, p. 89).
Como la sociedad brasilea cambi bastante desde los aos 70 hasta ahora, eso significa que la
folkcomunicacin existe como una disciplina dinmica y abierta a una constante reinterpretacin y
amplitud al concepto originalmente expuesto por Luiz Beltro, para permitir siempre el estudio

88

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

comprensivo e integrado entre cultura popular, cultura de masa y cultura erudita, como defienden, por
ejemplo, Roberto Benjamin (1982, p. 4; 2001, p. 31; 2007, p. 227) y Osvaldo Trigueiro (2007, p. 139). Eso
significa que se puede y se debe aplicar los principios de la folkcomunicacin, por ejemplo, a los estudios
en torno a las denominadas leyendas urbanas (TADEU, 2010), sean ellas transmitidas por internet o no.
Transformaciones de la teora original de folkcomunicacin para reas afines, como el folkmarketing,
la folkcomunicacin poltica, etc., como vienen haciendo, entre otros, Severino Alves de Lucena Filho
(2007) y tambin mi propio trabajo (HOHLFELDT, 2004, p. 59). Con eso evidenciamos la flexibilidad de
la teora, su alcance de aplicacin y, sobre todo, llamaremos la atencin para una teora ntidamente
nuestra, pero con capacidad para explicar fenmenos sociales de los ms variados tipos posibles.

Los desafos y las dificultades que debe enfrentarla folkcomunicacin


En cuanto a los desafos, tambin podemos relacionarlos con cuatro cuestiones bsicas:

La dificultad en el acceso a la bibliografa original de Luiz Beltro


A pesar de los esfuerzos que a lo largo de dcadas vienen desarrollando Jos Marques de Melo y los
dems discpulos de Luiz Beltro como Roberto Benjamin y Osvaldo Trigueiro publicando textos
originales de Luiz Beltro a travs de revistas de INTERCOM y de la Ctedra UNESCO , todava es
difcil tener acceso directo a los textos originales de Luiz Beltro. En la mayora de los casos, tales textos
vienen siendo reproducidos apenas en el circuito universitario en sentido estricto, como en el caso de la
propia tesis de Beltro que fue editada por la PUCRS en 2001. Felizmente, a partir del ao 2010, Jos
Marques de Melo alcanz una licencia universal de los descendientes de Luiz Beltro, liberando sus textos
para INTERCOM, los cuales se comienzan a publicar en el ao 2011; todos los textos editados y tambin
los inditos del autor pernambucano, adems de ponerlos a disposicin de manera gratuita a travs del
portal de INTERCOM.

Necesidad de pensar prctica y flexiblemente los principios tericos de la folkcomunicacin


Desarrollada en las dcadas de 1960 y 1970, la folkcomunicacin fue reflexionada por Luiz Beltro en
un contexto absolutamente distinto del que hoy vivimos, fundamentalmente con la emergencia de internet
y las dems Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin. Felizmente, Luiz Beltro era un pensador
siempre muy bien informado y gracias a su dominio de idiomas, como el francs, ingls y espaol, estuvo
actualizado respecto a la bibliografa internacional, como lo demuestran, por ejemplo, textos como aquel
respecto a Marshall Mc Luhan (BELTRO, 2006, p. 59). De cualquier modo, el concepto de
folkcomunicacin precisa ser constantemente ampliado y adaptado a las nuevas realidades de la sociedad
brasilea, aunque se debe tener cuidado en no perder aquellos principios orientadores de su pensamiento.
Al final permanece, a pesar de todo, la situacin que Paulo Rogrio Tarsitano sintetiz del siguiente modo:
"Beltro se intrigaba con cmo un individuo analfabeto poda informarse, si no iba al cine, si no tena
televisin. Cmo podra intercambiar opinin? (TARSITANO, 2007, p. 71). Actualizando esta cuestin,
hoy podemos indagar: cmo un individuo analfabeto puede informarse, si aparentemente no tiene dinero
para comprar celular o tener un computador? Conocemos varias respuestas: redes piratas, robo de
aparatos, uso de lan houses... pero lo ms importante no es eso, sino que es el aprendizaje de esos sujetos
con las nuevas tecnologas, sin dominar otras ms antiguas y anteriores. O, sin saber leer portugus, son
capaces de dominar expresiones inglesas, o conos permiten acceder y manipular los nuevos aparatos de
una tecnologa extremadamente compleja, a veces con mejor desempeo que los sujetos pretensiosamente
alfabetizados y escolarizados.

INVESTIGACIN EN FOLKCOMUNICACIN A. C. HOHLFELDT

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Sistematizacin de una metodologa y de tipologas para la investigacin en folkcomunicacin


Junto con el desarrollo de investigaciones empricas que han marcado buena parte de las
comunicaciones presentadas en congresos especializados, como este en que participamos, u otros en que
existen grupos de trabajo temticos dirigidos a la folkcomunicacin es fundamental que los
investigadores se preocupen por el desarrollo y profundizacin de cuestiones tericas, como las
metodologas, aplicabilidades y desdoblamiento de hiptesis de trabajo para las reflexiones en torno a las
folkcomunicaciones.

Recepcin de la folkcomunicacin como disciplina acadmica en cursos universitarios de comunicacin


Evidentemente esta cuestin es, de cierto modo, corolario de lo anterior. Los esfuerzos en el sentido
de una formalizacin e institucionalizacin de la folkcomunicacin (MARQUES DE MELO, 2006, p.
140) han ocurrido principalmente a partir de los discpulos directos de Luiz Beltro, como Jos Marques
de Melo, Roberto Benjamin y Osvaldo Trigueiro. Los jvenes investigadores prefieren aplicar
prcticamente lo que entienden como los principios tericos de la folkcomunicacin, a veces con una
comprensin equivocada, lo que dificulta esta legitimacin y genera desvos innecesarios. De cualquier
modo, como registra Jos Marques de Melo, ha sido importante el "rescate, y exgesis y la renovacin
folkcomunicacional hechos por la Rede Brasileira de Investigadores Brasileos en Folkcomunicacin,
constituida en 1998" (MARQUES DE MELO, 2008, p. 33), lo que evidencia "seales de madurez de esta
disciplina en el ltimo decenio", cuando algunos profesores e investigadores no slo comienzan a adoptar
e incluir una bibliografa especializada de sus alumnos, sino tambin a defender la existencia de una
disciplina cientfica en los grados curriculares de sus cursos.
En sntesis, se tema que con la muerte de Luiz Beltro la disciplina por l constituida desaparecera.
Gracias a un puado de discpulos, la folkcomunicacin no slo sobrevivi sino que evidencia una
dinmica adaptacin a una nueva realidad de comunicacin social y de tecnologas de comunicacin que
podran sorprender hasta a su propio idealizador; si no fuera Luiz Beltro un visionario y no estuviese
siempre preparado para acompaar los nuevos descubrimientos y las ms recientes reflexiones en torno al
fenmeno comunicacional y sus desdoblamientos. As se puede decir que, gradualmente, la
folkcomunicacin viene encontrando espacio en medio de los estudios comunicacionales brasileos,
alcanzando aproximaciones con estudios semejantes en la Amrica Hispnica y hasta en la Europa Ibrica,
lo que es garante no slo de sobrevivencia, sino tambin de posibilidades de dilogo, el insumo ms
importante para la vitalidad de toda y cualquier teora, en cualquier campo del conocimiento humano.

90

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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Federal de Paraba, 2008.

SECCIN II

TEXTOS CONTEMPORNEOS
SOBRE FOLKCOMUNICACIN EN
BRASIL

Ms all de Prometeo: elementos bsicos


para una folkcomunicacin cientfica y
tecnolgica aplicada al desarrollo local
30

Betania Maciel.
Universidade Federal Rural de Pernambuco
betaniamaciel@gmail.com.

Marcelo Sabbatini
Universidade Federal de Pernambuco
marcelo.sabbatini@pq.cnpq.br.

En busca del sentido de la divulgacin y de la cultura cientfica


Fetos acfalos, seguridad de construcciones urbanas, impacto ambiental de construcciones
hidroelctricas, movilidad urbana, una planta nuclear en medio del serto del Nordeste de Brasil... A
nivel global, nacional, regional o local; son muchas las situaciones en las cuales la sociedad se ve envuelta
con la ciencia y la tecnologa, ora por la necesidad de conocimiento, ora por sufrir directamente sus
impactos. Surge as un campo de polimorfismo de reflexin que, sobre denominaciones tan diversas como
"divulgacin cientfica", "alfabetizacin cientfica", "periodismo cientfico" y "comprensin pblica de la
ciencia", tiene como objetivo aproximar la ciencia a un pblico amplio. Sea cual sea el abordaje o formato,
otro elemento compartido por estas lneas es una constante e incesante bsqueda por una justificacin de
comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa (trmino que adoptaremos de aqu en adelante como
hipernimo de los anteriores). En relacin a sus funciones y objetivos, ello se lleva a cabo bajo mltiples
miradas.
Por ejemplo, ha sido concebido el deber de informar al pblico respecto de los riesgos del progreso
tecnolgico y la creacin de conciencia pblica sobre el valor de la ciencia (CALVO HERNANDO,
1997). Otras funciones son la creacin de una consciencia cientfica colectiva frente a los peligros de la
subordinacin de la ciencia al poder o vice-versa, colocando a disposicin de la sociedad los beneficios de
los avances de la ciencia y de la tecnologa y la complementacin de la enseanza con el objetivo de
llenar los vacos de la enseanza moderna (CALVO HERNANDO, 2000). De forma similar se puede
agregar la funcin de perro guardin, esto decir, la vigilancia sobre el desenvolvimiento de la ciencia y la
tecnologa, consecuencia de la necesidad de confianza mutua en la esfera pblica entre sociedad y
comunidad cientfica. En este sentido, sera la falta de confianza la que suscita el miedo y las actitudes
anticientficas, ms que la falta de conocimiento propiamente tal (GREGORY & MILLER, 1998).
Cualquier justificacin deber tomar en cuenta un sentido poltico de la comunicacin pblica de la
ciencia y la tecnologa y su situacin dentro de un contexto ms amplio. El problema de la divulgacin
30 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian. Presentado en el GT Folkcomunicao del XII Encontro dos Grupos de
Pesquisa em Comunicao XXXV Congresso Brasileiro de Cincias da Comunicao, 2012.

96

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

cientfica o, en otras palabras, del reparto del saber, gira alrededor de una contradiccin fundamental. Por un
lado, las estructuras de poder y sus jerarquas asociadas son justificadas en funcin de ciertas
competencias; para el mantenimiento de dicha jerarqua, las competencias deben ser transmitidas de una
generacin a otra, de forma controlada, sin que esta transferencia genere crticas a la estructura y al
dominio de estas competencias por parte de una lite. Se produce as una adquisicin controlada de
competencias mediante una ilusin de reparto democrtico, motivo por el cual esta comunicacin
cientfica asume tambin un significado socio-poltico. La superacin de esta contradiccin supone
modificar el "significado social de la competencia, as como las condiciones de su produccin, apropiacin
y reproduccin" (ROQUEPL, 1974).
La concepcin de comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa, por lo tanto, se organiza
alrededor de dos temas principales, primero, la alienacin, la falta de (in) formacin cientfica que
imposibilita al individuo comn comprender su ambiente y apropiarse de l, constituyendo una ruptura
del proceso de socializacin y de su propia percepcin de identidad. Aunque tambin supone una ruptura
cultural entre "sabios y profanos", al igual que entre los especialistas de distintas disciplinas. En ambos
casos la divulgacin desempea un papel de mediacin mirando la reconciliacin y reapropiacin de estos
saberes. Paradojalmente, tambin se produce un "efecto de escaparate: se muestra la sociedad y la ciencia,
sus actores y sus productos, aunque al mismo tiempo esta diferencia es realzada.
Volviendo a la cuestin sociopoltica, las certificaciones (diplomas y ttulos) constituyen un principio
de jerarquizacin social, pues las competencias individualmente adquiridas confieren determinados
derechos al ciudadano. Este dato se refleja en la retencin del saber, originando un problema de carcter
poltico fundamentado en la relacin saber-poder.
Entre las razones que influyen para que esta brecha de conocimiento se siga profundizando
encontramos las diferencias de aptitud en la recepcin de informacin, con distintas capacidades de lectura
y comprensin; del volumen de informacin memorizada previamente por el individuo, que mejora la
comprensin y aumenta los niveles de percepcin y atencin; de relaciones sociales adecuadas, pues
encontramos un mayor nivel de receptividad en los individuos ms activos e integrados en la sociedad. Por
ltimo, una mejor preparacin cultural tambin implica una selectividad en la exposicin a los medios de
comunicacin de masas (ROQUEPL, 1974).
Por eso, el objetivo poltico de la divulgacin es llegar a aquellas personas que no poseen de forma
espontnea ni el deseo, ni las posibilidades de aproximarse al conocimiento cientfico. Con todo ello,
histricamente percibimos que las tentativas de aproximacin no se dieron de una sola forma sino que han
seguido distintos modelos, como bien resea Lewenstein (2010): modelo de dficit lineal, contextualizado,
de participacin pblica y de diferencia. Paulatinamente, estos modelos ponen el foco de la comunicacin
de ciencia y tecnologa en la participacin del pblico en el proceso de toma de decisiones.
De esta forma, los esfuerzos en aproximar la ciencia al pblico tambin se justifican en funcin del
apoyo social necesario para que la primera se desenvuelva en una sociedad democrtica, apoyo avalado a
partir de diversos efectos negativos de la sociedad tcnico-industrial. De este modo, ciencia y tecnologa
generan, por lo menos en cierto grado, un desasosiego social, el cual aflora en la forma de mitos basados
en supersticiones y preconceptos irracionales. Estas proposiciones nos llevan a la necesidad de establecer
algunas bases de referencia sobre el papel a ser representado por ellas en el terreno de la percepcin
pblica, tanto en su vertiente conceptual como ante situaciones cotidianas (QUINTANILLA, 1989).
En la actualidad eclosionan otras propuestas y, ms que de divulgacin o periodismo cientfico, se
propone hablar de nivel de "cientificidad" de la cultura, esto es, en qu medida las instituciones cientficas
-con sus contenidos, prcticas, procesos y discursos- son reflejadas en la sociedad como un todo. Una vez
asumido el dato de que la ciencia y la tecnologa son partes de la sociedad, es necesario un mayor nivel de
integracin de estos conceptos para convertir la "cultura cientfica" en contenidos manifiestos de las
prcticas generales y presentes en el sentido comn. Por lo tanto, los criterios para un desarrollo de este
nivel de cientificidad son: el nivel de aplicacin de prcticas cientficas en actividades relevantes, un grado
de informacin cientfica circulando pblicamente, un grado de desarrollo de la cultura ciencia-tecnologasociedad y un grado de participacin ciudadana en las controversias cientfico-tecnolgicas (POLINO,
FAZIO & VACAREZZA, 2003).

MS ALL DE PROMETEO B. MACIEL et al.

97

Todava en Brasil y en Amrica Latina ha habido poco espacio y dedicacin a la ciencia y la tecnologa
en los medios de comunicacin en relacin a otros pases. Las posibles causas son la falta de sensibilidad
de los lectores y editores, el bajo nivel cultural general de la sociedad, la escasez de especialistas
mediadores y, fundamentalmente, la ausencia de un "clima" o conciencia crtica en un crculo vicioso.
Entretanto, este ambiente propicio debe ser creado con el auxilio de los medios de comunicacin y del
sistema educativo (CALVO HERNANDO, 1997).
A pesar de estas deficiencia (o por ellas), el gobierno brasileo asumi la incumbencia de aproximar la
ciencia a un gran pblico, siendo una de sus iniciativas destacadas la Semana Nacional de la Ciencia y la
Tecnologa establecida en 2004. El objetivo manifiesto de este evento es movilizar a la poblacin en favor
de la inclusin social, democratizando el acceso al conocimiento por parte de las clases menos favorecidas,
entendiendo la ciencia y la tecnologa como herramientas de promocin del desarrollo (SAMPSON &
MOREIRA, 2010).
Pese a esto, en qu medida este mayor nivel de conocimiento podra hacer viable un crecimiento de
la economa y la mejora de los ndices sociales? Para Souza (2008), la relacin entre comunicacin
cientfica y desarrollo regional de cierta forma ha eludido este debate, ms an cuando a pesar de la "fuerte
apelacin temtica", ste se muestra ambiguo. Es ms, existe ausencia de una definicin clara de los
modelos de desarrollo regional y de comunicacin que puedan estar envueltos en un proceso de
democratizacin del conocimiento cientfico y tecnolgico, en una perspectiva de apropiacin social que
permita la construccin de una "sociedad ambientalmente sustentable".
De cualquier forma, la comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa, como complemento de la
estructura de enseanza social, tambin tendr un papel fundamental en la conformacin de esta sociedad.
La idea de educacin para el desarrollo local est directamente vinculada (...) (a) la necesidad de formar
personas que maana puedan participar de forma activa de las iniciativas capaces de transformar su entorno y
de generar dinmicas constructivas. Hoy, cuando se intenta promover iniciativas de este tipo, se constata que
no slo los jvenes, sino tambin los adultos desconocen desde el origen del nombre de su propia calle hasta
los potenciales del subsuelo de la regin donde se criaron. Para ser ciudadana activa, tenemos que tener una
ciudadana informada y eso comienza muy temprano. La educacin no debe servir solo como trampoln para
una persona a que escape de su regin: debe darle los conocimientos necesarios para transformarla
(DOWBOR, 2006, p. 1-2).

Con esto se establece un vnculo prximo entre los ideales de la comunicacin pblica de la ciencia y
la tecnologa y una perspectiva de participacin popular que, en trminos de Paulo Freire, pasa por la toma
de conciencia de la importancia de estas temticas para la vida cotidiana. Sin embargo, esta participacin
slo tendr sentido si toma en cuenta las construcciones simblicas y culturales de las poblaciones y de los
grupos tradicionalmente excluidos.

Primeras aproximaciones a la cultura popular


Introducir un sesgo cultural a esta discusin implica reconocer conflictos y fracturas. En una sociedad
donde, reiteradamente, los conos del desarrollo son la ciencia y la tecnologa, la cultura popular es
apreciada como sinnimo de subdesarrollo. Muchas veces el progreso cientfico es temido como "no
natural", mientras que los crticos son considerados como "irracionales", y las preocupaciones populares
son rechazadas por el valor intensivamente neutro de los cientficos y por las posiciones positivistas
clsicas31.
Hoy, en un mundo marcado por contactos interculturales impuestos por los medios de comunicacin,
por migraciones, interdependencias econmicas y rpidas transformaciones, el dilogo entre culturas es
una exigencia de convivencia y supervivencia de diferentes proyectos de vida y lgicas culturales. As se
entiende la proposicin del modelo de comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa basado en la
31 Hay que destacar que los trminos divulgacin y vulgarization (el trmino utilizado en francs) contienen el vocablo
vulgo, significando pueblo, plebe, simbolizando lo popular, lo comn y asociando la idea de desprestigio en relacin a lo
puramente cientfico (CORACINI, 1992).

98

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

diferencia, con el reconocimiento de que un "conocimiento lego" o tradicional, activo e histricamente


construido por la comunidad y muchas veces confiable, proporciona mejores respuestas a los problemas
locales que los modelos idealizados de la ciencia. Pese a lo anterior, el dilogo es tambin una necesidad en
el interior de cada cultura, donde emergen conflictos entre tradicin e innovacin.
Entretanto, la modernidad sustituy las autoridades tradicionales por la autoridad de una supuesta
razn nica. Pero esta razn, que se desdobla en las culturas al igual que en las ciencias con voces
diferentes, no prescinde del dilogo. A travs de la democracia, la modernidad formaliz el dilogo
poltico, un dilogo permanentemente amenazado por las interferencias de un poder econmico que,
adems del lucro, no est ausente del discurso meditico:
Aunque se presente como un actor social con principios idealistas, comprometido con "la verdad", la
"pluralidad" y el "inters pblico", los Medios estn regidos por las mismas "variables interconectadas" de las
categoras de modernidad, industrialismo, mercado y tecnocracia que estn en la raz de la crisis ambiental
contempornea (...): depende fundamentalmente de publicidad, que estimula un individualismo y un
consumismo, en cuanto al desarrollo sustentable exige una revisin drstica de crecimiento sin lmites y de
consumismo desenfrenado (...); resiste los cambios radicales de valores culturales, comportamientos y
actitudes, estimulando los modismos que sustentan consumismo y las actitudes que refuerzan un sentido
comn o buscan construir consenso en torno a ideas y valores dominantes; su proyecto no es de
emancipacin humana sino de progreso material; valoriza solo las relaciones societarias y los procesos de
desarrollo no antagnicos al proyecto hegemnico del mercado, naturalizando la dependencia de lo local a lo
nacional y a lo global (AGUIAR, 2008, p. 168-169).

As, segn esta visin crtica de los medios de comunicacin en la actualidad, esta autora destaca que
pese a la reificacin del mercado promovida a travs de un juego estratgico que utiliza la percepcin de
neutralidad de la ciencia con objetivos especficos; emerge el "dilema de encontrar dentro del modus
operandi de los medios (...) las 'brechas' para una informacin esclarecedora (AGUIAR, 2008, p. 169). Al
mencionar las brechas que posibilitan un modo de actuacin comunicacional paralelo y alternativo al
hegemnico, nuestra mirada se vuelve inevitablemente a la Folkcomunicacin.

En busca del nexo folkcomunicacional


Ampliando los conceptos seminales de la teora de Luiz Beltro, la Folkcomunicacin es comprendida
en las diversas perspectivas establecidas por sus seguidores como una comunicacin de resistencia. Si
retomamos las preocupaciones iniciales que motivaron el desarrollo de la teora, nos encontramos con que
Beltro comparta las preocupaciones difusionistas que marcaban el desarrollo cientfico y tecnolgico en
Brasil en las dcadas de 1960 (especficamente en el medio rural), entendiendo la comunicacin de los
excluidos como parte del "desarrollo cultural econmico", como "punto de partida para nuestro camino al
progreso, y los medios populares como "vehculos adecuados para la promocin de cambio social". Esta
perspectiva de ampliacin del conocimiento de un determinado grupo visando su desarrollo, sera
retomada como la "comunicacin de nuevas ideas y utilizacin de elementos y de sistemas pertenecientes
al medio 'folk' en programas de desarrollo" (BENJAMIN, 2000).
La teora de Folkcomunicacin interpreta la comunicacin popular a partir de la percepcin de las
manifestaciones culturales, negando la Teora Difusionista donde esta comunicacin partira desde el punto
de vista del emisor. Como podemos conferir, en el modelo difusionista el consumo de informaciones sera un
indicador de desarrollo sociocultural de un pas. O sea, consideraba "positivas" las posibilidades educativas e
informacionales de los medios de comunicacin de masas en la conduccin de los pases subdesarrollados a
otros niveles de desarrollo econmico y social (QUEIROZ, et al, 2009, p. 7).

Ante la asociacin ciencia, tecnologa, conocimiento y desarrollo, la comunicacin - entendida no


como mero esquema lineal de transmisin- pasar ahora por la aproximacin entre cultura cientfica y

MS ALL DE PROMETEO B. MACIEL et al.

99

cultura erudita para que este mismo conocimiento pueda asumir contornos de transformacin socioeconmica:
Los folkmedia pueden ser una parte integrante de todos los programas para desarrollo rural (...) la utilizacin
de los folkmedia en los programas de comunicacin debe ser vista desde una perspectiva de desarrollo
cultural y no solo socio-econmico (...) Como los folkmedia tienen races socio-culturales, su utilizacin debe
ser mantenida a nivel de eventos locales y su mayor funcin est en la estrategia para comunicaciones
localizadas a nivel de comunidad (...) La colaboracin entre los portadores de folclore y los comunicadores de
los programas es esencial para la interaccin de los folkmedia y los mass media en las estrategias de
comunicacin para el desarrollo (NEW DELHI SEMINAR AND WORKSHOP ON FOLKMEDIA, 1975
apud LUYTEN, 2006, p. 45-46).

Retomando la perspectiva de la cultura cientfica en relacin a la cultura popular, algunas de las


investigaciones sobre percepcin pblica de la ciencia y/o innovaciones tecnolgicas presentan serios
lmites al avalar sus resultados en base a criterios exclusivamente tcnicos, despreciando muchas veces la
cultura local. Cuestiones fundamentales no son consideradas y no permiten el fomento de la participacin
pblica, pues presentan muy poco sobre los complejos mecanismos involucrados en la formacin de
opinin. En una investigacin de campo realizada con nios y profesores en una comunidad alejada de la
civilizacin industrial del litoral de Pernambuco, en el municipio de Rio Formoso, Maciel (2012) nota que
La percepcin pblica de la ciencia muestra un gran inters hacia la Ciencia por parte del grupo estudiado,
aunque pocos entienden lo que es divulgado y no hacen una relacin directa con su cotidiano, la economa o
la poltica nacional. Los medios de comunicacin de masas y las escuelas son responsables por la divulgacin
de investigaciones cientficas que deben presentar un discurso del cientfico como representacin de sus
formas de observacin cotidianas, representadas por la cultura popular. La percepcin pblica de la ciencia es
construida de forma singular, que slo es posible vislumbrar dentro de un contexto, a la luz de las races de
una realidad e identidad cultural (MACIEL, 2012, p. 10).

Estas evidencias sobre las races de una cultura cientfica en el seno de los grupos populares, tambin
fue percibida a travs del anlisis de leyendas urbanas transmitidas en comunidades locales y en Internet
(mensajes y cadenas de correo electrnico, mensajes en comunidades virtuales), mostrando la relacin de
cmo estos mitos (cultura del imaginario popular) se transforman y se mediatizan:

Por lo tanto, tenemos como temas de investigacin lo que las culturas populares producen en la forma de
leyendas urbanas en contraposicin a la cultura globalizada? Cul es el papel desempeado por las leyendas
urbanas y cmo afectan al desarrollo local en la medida en que inciden en el proceso comunicacional?
Especficamente, cmo las leyendas urbanas se relacionan con el conocimiento tecnolgico y cmo
obstaculizan/facilitan la comunicacin cientfica? (MACIEL & SABBATINI, 2010, p. 83).

Especficamente en lo que concierne al conocimiento cientfico y tecnolgico, para Gmez Ferri


(2007), en las leyendas urbanas predomina un componente emocional-afectivo sobre lo cognitivoreflexivo, evidenciando una "actitud latente y espontanea de desconfianza" no presente en otros discursos
sociales. As, los individuos del grupo no son "agentes sociales impermeables y refractarios al
conocimiento cientfico sino agentes que activamente construyen sus representaciones sociales" y que reinterpretan y asimilan el conocimiento cientfico de acuerdo con su realidad ms inmediata.
En este sentido, ms que atribuir el carcter pseudo, anti o pre-cientfico a estas emanaciones de la
mitologa moderna, el abordaje folkcomunicacional las entender como manifestaciones de
preocupaciones con el desarrollo del aparato cientfico y tecnolgico, estableciendo las bases para la
constitucin de un nuevo campo de anlisis en la Folkcomunicacin.

100

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Elementos de una Folkcomunicacin cientfica y tecnolgica


Antes de proponer una aproximacin ms sistemtica entre las comunidades de prctica e
investigacin de la comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa32 como un campo de la
Folkcomunicacin, cabe analizar en qu medida este, a partir de un punto de vista epistemolgico, sera
receptivo a esta contribucin. As,
En los estudios de Folkcomunicacin se evidencian las nuevas caractersticas resultantes del hibridismo y la
mediatizacin de la cultura. Las manifestaciones en sus nuevas configuraciones, los cdigos nuevos, los
elementos actualizados y su resignificacin son los que interesan al campo de la Folkcomunicacin. Las
comunidades al margen del contexto comunicacional hegemnico y globalizado se comunican de maneras
singulares, sin embargo, cada cierto tiempo van incluyendo elementos desterritorializados (SCHMIDT, 2007,
p. 36).

Al destacar la peculiaridad del proceso folkcomunicacional situado dentro de grupos de algn modo
excluidos socialmente, percibimos que en el desarrollo de la teora beltraniana no se cierran las
condiciones especficas en que operan los procedimientos de este sistema paralelo y alternativo de
comunicacin. De esta forma, al lado de la Folkcomunicacin religiosa, turstica, poltica, etc., podemos
pensar en la emergencia de una nueva rama.
Para ello tambin conviene rescatar algunos principios necesarios para el establecimiento de un rea
as, y sin profundizar en las diferencias entre disciplina y campo de investigacin, nuestra intencin general
es sealar elementos que puedan contribuir con un:
modo de disciplinar la reflexin y la observacin emprica para buscar las especificidades, para trabajar en la
constitucin colectiva de un rea de conocimiento, para ofrecer preguntas e hiptesis heursticas por las
cuales las CHS (Ciencias Humanas y Sociales) constituidas (demasiado ocupadas para poder reflexionar sobre
nuestras perspectivas) reciban nuestra contribucin en conocimiento y preposiciones al servicio de sus
ngulos peculiares de inters (BRAGA, 2010, p. 37).

Dicho esto, identificamos algunas tendencias que pueden contribuir con esta meta.

De cuadro terico
Ante el reconocido fracaso del modelo vertical de comunicacin y con la emergencia significativa de
una tendencia que privilegia la participacin de todos los actores sociales en el proceso de resolucin de
toma de decisiones y de soluciones de conflictos (SABBATINI, 2012), una Folkcomunicacin Cientfica y
Tecnolgica debe privilegiar una visin ms amplia en la bsqueda de comprensin de estas relaciones y
mediaciones.
Destacamos as el concepto de campo introducido por Pierre Bourdieu (2006); especficamente al
concebir que el campo cientfico como un todo es un "universo en el cual estn insertos los agentes y las
instituciones que producen, reproducen o difunden el arte, la literatura o la ciencia (p. 20), donde ocurren
"luchas por conservar o transformar el campo de fuerzas (p. 22-23), evidenciando el carcter sociopoltico de esta rea de actuacin:
32 Como desafo (y oportunidad) tambin el campo de la comunicacin pblica de la ciencia y la tecnologa es
relativamente nuevo, carece de un "corpus conceptual bsico de referencia" y sufre la "falta de acuerdo en torno a ciertas
nociones que constituyen la columna vertebral de la disciplina" y de la "demarcacin imprecisa del propio material de
trabajo de los comunicadores" (MONTAES, 2010, p. 4).

MS ALL DE PROMETEO B. MACIEL et al.

101

La defensa de la autonoma de los campos cientficos en especial y del campo de las ciencias sociales en
particular es de por s un acto poltico, especialmente en un momento en que las sociedades en las cuales los
hombres polticos y los dirigentes econmicos se arman sin cesar de ciencia -econmica principalmente- no
para gobernar, como lo quieren hacer creer, sino para legitimar una accin poltica inspirada en razones que
nada tienen de cientficas (BOURDIEU, 2006, p. 68).

Otro concepto significativo introducido por la "nueva sociologa de la ciencia" es el de actor-red de


Bruno Latour (2000), con el reconocimiento del conjunto de conexiones y articulaciones que dan
estructura al medio social y cultural, del cual el investigador forma parte33.

Del cuadro metodolgico


Como en cualquier otra rea de las Ciencias Sociales, son posibles mltiples abordajes, mtodos y
tcnicas de investigacin. Al constituirse por naturaleza como disciplina interdisciplinaria, la
Folkcomunicacin cientfica puede vincular recursos metodolgicos provenientes de diferentes reas de
origen como, por ejemplo, los estudios de anlisis de contenido, de recepcin, gatekeeping, etc. Sin
embargo, con la adopcin de un enfoque que privilegia lo "cultural", la tradicin metodolgica anclada en
el funcionalismo tan caracterstica de los estudios de percepcin pblica de la ciencia podr ser
cuestionada.
El predominio de tcnicas cuantitativas- principalmente de levantamiento-en el campo de la comprensin
pblica de la ciencia no es casual. Son ellas las que proporcionan datos generalizables sobre una determinada
poblacin. Ofrecen, adems, grados de validez y confiabilidad que otras tcnicas de investigacin no poseen.
Nos permiten conocer el nivel de error de nuestras estimaciones como, por otro lado, tambin reducen
enormemente la subjetividad en la interpretacin de los datos. En detrimento de ellas se pueden sealar varios
aspectos. El primero de ellos, meramente circunstancial, es no atribuible a la tcnica, en el hecho de estar
siendo subutilizada. El general se limita a una estadstica meramente descriptiva. En segundo lugar, si bien tal
tcnica nos proporciona una informacin extensiva sobre un tema y poblacin, no permite investigar las
cuestiones con demasiada profundidad. En tercer lugar, parece claro que muchas de las respuestas estn
influenciadas por la pregunta, como tambin por aquello que el investigador considera deseable. De este
modo, hay encuestas en que los individuos respondieron que les interesan ms los temas de ciencia y
descubrimientos (cientficos) que deportes, economa, polticos famosos y celebridades, en este orden.
Adems de eso, con la tcnica de levantamiento es difcil que afloren cuestiones que el investigador no previ
y que pueden ser significativas. Finalmente, y a modo de sntesis, podemos afirmar que no es simple acceder
con esta tcnica a las formas con las cuales las personas interpretan, sienten y viven el mundo que las rodea
(GMEZ FERRI, 2007, p. 4).

En este sentido, los mtodos cualitativos se distinguen por su capacidad de profundizacin en las
subjetividades de los individuos de un grupo y son ms propicios para su utilizacin en esta fase de
constitucin y desentraamiento de los problemas de esta rama.

De los objetos de investigacin


Evitando resbalar en una innecesaria delimitacin de esta incipiente rama de estudio e investigacin,
destacamos algunas temticas que se muestran propicias para la aplicacin de un anlisis de la
Folkcomunicacin Cientfica y Tecnolgica. Adems de la percepcin pblica de la ciencia y la tecnologa
en grupos folkcomunicacionales y de las leyendas urbanas, como apuntamos antes, tambin el folleto de
Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el embate agencia-estructura caractersticos de las Ciencias Sociales se
extiende a las proposiciones del actor-red y de campo, respectivamente, como se percibe en la crtica de Bourdieu a Latour
por muy versado que pueda ser en la 'gestin de redes' (...) las oportunidades de un agente singular de someter las fuerzas
del campo a sus deseos son proporcionales a su fuerza sobre el campo, esto es, a su capital de crdito cientfico, o ms
especficamente, a su posicin en la estructura de distribucin de capital (BOURDIEU, 2006, p. 25).
33

102

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

cordel, "peridico del pueblo" por excelencia, se ha destacado por abordar temas directamente
relacionados con la ciencia y la tecnologa, incluso las fantasas de los Carvanales, el cancionero popular, la
xilografa y los ex-votos tambin pueden abordar estos contenidos (MACIEL, 2011).
Finalmente, cabe considerar tambin otros elementos del proceso folkcomunicacional, ms all de los
mensajes y contenidos. En este sentido, los agentes mediadores, sea en la perspectiva del lder de opinin
o del activista meditico, asumen importancia en la medida en que "la recepcin con este intermediario
slo ocurre cuando el destinatario domina su cdigo y su tcnica, teniendo capacidad y posibilidad de
usarlo a su vez, en respuesta o en la emisin de mensajes originales" (BELTRO, 2001).
En la actualidad el reconocimiento de la diversidad de espacios para la comunicacin busca superar el
dilema de cientfico versus periodista, aunque existan relaciones conflictivas no superadas entre estos
colectivos; el concepto de comunicacin intercultural, rea de actuacin primaria de los
folkcomunicadores, podr auxiliar la descripcin de problemas relacionados con la transmisin de
significados, con la ausencia de un repositorio semntico compartido por las dos culturas, de estereotipos
de grupo con la percepcin distorsionada del comportamiento, llevando las denominadas "profecas autocumplidas" y en careo las diferentes convenciones, normas y papeles (PETERS, 1999).
Finalmente, el concepto de activista meditico elaborado por Osvaldo Trigueiro se destaca en los
procesos de seleccin y encuadramiento, en la medida en que estos representantes "folk" se insertan en
espacios mediticos de participacin/tensin/negociacin ofrecidos por el sistema hegemnico de
instituciones pblicas o privadas.

Consideraciones finales
Hubo un tiempo en que no solamente la ciencia fue considerada una actividad heroica, la ltima
aventura de la humanidad, sino tambin se heroiz a los responsables por divulgarla, como podemos
apreciar en esta mxima del periodista cientfico William Lawrence del New York Times: Verdaderos
descendientes de Prometeo34, los periodistas cientficos toman el fuego del Olimpo cientfico, de los
laboratorios y universidades y lo traen al pblico de abajo" (GREGORY & MILLER, 1998).
En la actualidad, la ciencia pasa por una revisin epistemolgica y tambin los modelos de su
comunicacin necesitan ser reconsiderados frente a los ideales de desarrollo, empoderamiento y
participacin que son caractersticos de las concepciones de desarrollo local. Pese a lo anterior, se
evidencia que posiblemente el principal desafo en relacin a los conflictos entre la ciencia y la sociedad se
relacione con el papel poltico de este proceso comunicativo, con el reconocimiento de una diversidad de
intereses y de relaciones de autoridad y poder existentes.
Establecer un nexo entre el desafo de alcanzar una cultura cientfica generalizada, ms all de los
lmites de clase socio econmica, de gnero o de etnias, entendida como una herramienta de promocin
de desarrollo local y la perspectiva de asimilacin de estos saberes ya no divididos (en el sentido de
fragmentados) es, desde nuestra mirada, el objeto de una Folkcomunicacin orientada al campo cientfico
y tecnolgico.

Un polmico analista de la sociedad tecnoindustrial, Ivan Illich, utiliza la metfora de Prometeo para criticar la
institucionalizacin del mundo, la comoditizacin, fechitizacin, deficiencia y la emergencia de un hombre "Epimeteo", capaz de
aliar razn y emocin con el uso conciente de la tecnologa. Cabe una aclaracin: en la mitologa griega, Epimeteo y
Prometeo eran dos hermanos. En contra de los consejos del primero, Prometeo se cas con Pandora, que luego dej
escapar todos los males del mundo en su fatdica caja, tal como hicieron los seres humanos con los efectos nocivos de la
ciencia y la tecnologa. En griego clsico, Epimeteo significa "mirar hacia atrs" y se torn sinnimo de bobo, medroso,
antagonista al coraje del hermano que despus rob el fuego de los dioses para dar a los hombres el control de la razn y la
naturaleza, adems de la posibilidad de organizar la sociedad en reglas e instituciones. En este sentido, Sabbatini (2012, p.
2) propone "cuestionar y comprender nuevos modelos de actuacin de la esfera cientfica-tecnolgica en relacin a la
sociedad: una perspectiva de participacin y de envolvimiento democrtico, que llamaremos de folkconvivial.
34

103

MS ALL DE PROMETEO B. MACIEL et al.

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2007.

Los procesos comunicativos de la sociedad


contempornea como restauradores y
fortalecedores de la identidad caipira
35

Cristina Schmidt.
Universidade de Mogi das Cruzes
cris_schmidt@uol.com.br.

Introduccin
En sus estudios iniciales sobre folkcomunicacin a partir de 1967 Luiz Beltro indaga muchas
manifestaciones de las personas del campo, particularmente de quienes estn al margen de los centros de
poder y decisin, que l llama marginalizados. Beltro se preocupa principalmente de los procesos que
esos hombres crean y establecen para comunicarse, transmitir sus valores, referencias, conocimientos y
sentimientos. Al estudiar esos procesos percibi que los grupos marginalizados reelaboran la sociedad y
sus relaciones, presentando una visin propia a su gente, a veces distinta y cuestionadora de la visin
dominante e institucionalizada.
Los procesos folkcomunicacionales no son realidades autnomas e independientes de la vida
econmica y social, ni meros refejos de sta. La folkcomunicacin es la posibilidad de un dilogo entre dos
Brasil, una mediacin de intereses en un contexto que demarca territorios que se diferencian por un largo
proceso histrico de descaracterizacin, resistencias, diferentes identidades y marcados liderazgos. En esa
historia, las prcticas comunicacionales siempre fueron resultado de manifestaciones culturales negociadas
interacciones mediadas identificando las dinmicas de comunicacin popular cotidianas de la
folkcomunicacin. Esas prcticas negociadas son consecuencia de lo que Canclini llama de reconversin
econmica y simblica
con que los migrantes campesinos adaptan sus saberes para vivir en la ciudad y sus artesanas para interesar a
los consumidores urbanos; cuando los trabajadores reformulan su proceso de trabajo frente a las nuevas
tecnologas productivas sin abandonar sus creencias antiguas (...). (CANCLINI, 2003, p. 14).

Al estudiar este proceso a la luz de la teora de la folkcomunicacin se abre el abanico de segmentos


que componen la sociedad priorizando los grupos marginalizados de los procesos hegemnicos ,
localizando a los hombres en sus procesos y relaciones. Una parte importante de la cultura es el folclore, y
lo que interesa particularmente aqu son los procesos comunicacionales. El estudio del folclore desde la
folkcomunicacin es el estudio del intercambio de informaciones en el mbito de la cultura.
En la historia se configura un hombre caipira que, muy lentamente, trae un posicionamiento, una clase
social muy marginalizada de los medios hegemnicos de comunicacin y poder, que rearticula sus formas
de comunicar, resistir y liderar. Un caipira que representa una de las partes que compone los dois Brasil,
35

Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian.

108

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

ubicado por Luiz Beltro (2001) como la parte que vive por mucho tiempo "sumergido casi en un
aislamiento y en la carencia de condiciones y predisposicin para aceptar nuevas ideas y efectuar un
cambio social en el corto plazo"; mientras que la otra parte pertenece a los centros altamente
industrializados, tienen sus "poblaciones sujetas a la influencia de la imprenta, de la radio, la televisin, del
cine y con mayores facilidades de elevacin de su nivel cultural". Dos Brasil que por muchos siglos se
diferencian por el grado de desarrollo cultural y econmico, pero que se identifican por "sus orgenes
tnicos, sus ideas filosficas y polticas, su espiritualismo y por el idioma comn, lo que les facilita un
entendimiento, toda vez que las elites culturales y dirigentes sepan usar los instrumentos y las tcnicas
adecuadas a una comunicacin positiva y eficaz (BELTRO, 2001, p. 256).

Postura metodolgica
Luiz Beltro inicia la teora de la folkcomunicacin a partir de su primera investigacin de campo,
usando como referencia terica la triloga de Gilberto Freyre Casa Grande e Senzala, Sobrados e Mocambos,
Ordem e Progresso y como recurso metodolgico las investigaciones de Alceu Maynard Arajo (Folclore
Nacional, 1964) y Luis Saya (Escultura popular Brasileira, 1944). Segn el profesor Jos Marques de Melo (cit.
en Beltro, 2001, p. 12-13) esos estudios fueron muy bien recibidos por el medio acadmico pues
identifican en el folclore de las manifestaciones populares rurales y urbanas formas de comunicacin no
ortodoxas como la radio, la prensa y la televisin refutando la idea dominante de la omnipotencia
meditica. Los medios de comunicacin no se hacan completamente eficientes en su papel persuasivo, pues
entre los medios masivos y las comunidades se verific la prensencia del lder de opinin.
A travs de la observacin participante, Beltro fue fundamentando sus investigaciones y esbozando
la metodologa de la folkcomunicacin. Esa misma observacin fue mapeando su recorrido, delimitando
sus tcnicas de recoleccin de datos y su postura de campo: reconstruccin histrica exhaustiva a travs de
la bibliografa y documentos, entrevistas informales y en profundidad con liderazgos y personas "mayores
y con experiencia" respecto de las manifestaciones. Tambin fue importante su trabajo delimitando casos a
ser estudiados mediante la profundizacin histrica y etnogrfica que cada manifestacin exiga. Es por
esto que los mtodos y las tcnicas adoptadas deben coincidir con esa postura de envolvimiento y
vivencia. Los procedimientos metodolgicos que llevan a una comprensin cualitativa del objeto permiten
un trabajo ms coincidente con ese tipo de posicin:
Una investigacin es un compromiso afectivo, un trabajo hombro a hombro con el sujeto de la investigacin.
Y ella ser tanto ms vlida si el observador no hace excursiones generales en la situacin de observacin sino
participa de su vida. La expresin 'observacin participante' puede dar origen a interpretaciones apresuradas.
No es suficiente la simpata (sentimiento fcil) por el objeto de la investigacin, es preciso que nazca una
comprensin sedimentada en el trabajo comn, en la convivencia, en las condiciones de vida. (BOSI, 1979, p.
2).

Las reflexiones que siguen fueron desarrolladas a lo largo de muchos aos de pensamiento,
participacin, observacin participante y compromiso con los grupos investigados.

Lo campesino, lo caipira y el estereotipo


Muchos documentos, obras literarias y medios de comunicacin contribuyeron en el registro del
inconsciente colectivo a un caipira desvinculado del universo campesino. Fueron imgenes, escenas y
conceptos que estigmatizaron al trabajador del campo. Son varias las referencias que presentan
caractersticas de ese hombre y corporifican un tipo diferente de trabajador de la tierra, participativo,
religioso y de famlia. Del cine de Mazzaropi36, la televisin37, los cantores sertanejos38, las historias en
36 Amcio Mazzaropi (So Paulo, 09 de abril de 1912 So Paulo, 13 de junio de 1981) fue un actor y cineasta
brasileo. Su primer filme fue producido en 1952 por la Companhia Cinematogrfica Vera Cruz, donde luego produjo otras dos
pelculas. Debido a las dificultades financieras de la compaa, Mazzaropi film, hasta 1958, ms de 5 pelculas con otras

LOS PROCESOS COMUNICATIVOS DE LA SOCIEDAD C. SCHMIDT

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quadrinhos39 con Chico Bento40 , la literatura con Jeca Tatu41. Son referencias del sentido comn las que
acaban prevaleciendo en la construccin de una imagen del hombre campesino, denominndolo caipira.
Cientficamente, el campesino/caipira es un grupo social ligado originalmente al campo, al trabajo y al
cotidiano rural. Pero en ese mismo medio fue juzgado como parte de una cultura extica, pintoresca y, por
eso, inferior.
Conceptualizado como hombre inferior y puesto al margen de cualquier historia, inclusive la propia,
pas a ser denominado como caipira hasta para distanciarlo de las relaciones de clase como trabajador de la
tierra. Ese campesino/caipira muchas veces fue despojado de su tierra, siendo forzado a migrar. Con sus
valores de hombre libre y simple, muchas veces analfabeto, migra de una hacienda a otra, de un lugar a
otro, hasta establecerse en una villa pequea o una ciudad.
Marcado por una vida nmade y hasta de miseria, el trabajador campesino se fue transformando en
trabajador caipira. Cuando no era expulsado por los grandes hacendados se someta a sus determinaciones
y terminaba por ser un empleado sin valor. Antnio Cndido afirma que, contrario al estereotipo de
hombre perezoso y cmodo por eso mismo marginal , el caipira fue subyugado durante todo el proceso
de economa agrcola y capitalista. Son diversos los estudios sociolgicos y antropolgicos que demuestran
su condicin de esclavitud permanente.
Otros relatos presentan un perfil que difiere de ste y porta una referencia de colonizacin. Por
ejemplo, Saint Hilaire en su Viagem provncia de So Paulo, a principios del siglo XIX, proporciona la
siguiente caracterizacin del caipira:

productoras. Entre 1959 y 1962 dirigi un programa de variedades en la TV Excelsior de So Paulo. En 1961 Mazzaropi
adquiere una hacienda donde inicia la construccin de su propio estudio de grabacin donde produjo su primera pelcula
en colores, Tristeza do Jeca, que tambin fue su primera pelcula transmitida en la televisin por Excelsior. En 1974 comienza
a construir en Taubat (So Paulo) un gran estudio cinematogrfico, una oficina para la escenografa y un hotel para los
actores y tcnicos. A partir de entonces produjo y distribuy ms de 5 filmes hasta el ao 1979. En 1994 este local fue
transformado en un museo. En total produjo 32 pelculas, siempre interpretando la figura de un caipira (Nota de los
organizadores).
37 La televisin brasilea, heredera cultural de la programacin radiofnica, siempre represent al caipira. En la
actualidad podemos destacar el programa Viola, minha viola, de la TV Cultura (en Brasil y otros pases de habla portuguesa
el instrumento que en el resto de iberoamrica se conoce como guitarra y sus variantes recibe el nombre genrico de
violo ), que hace 35 aos presenta la msica caipira. En el plano del humor, uno de los personajes ms recordados es Nerso
da Capitinga, interpretado por el actor Pedro Bismarck, que se hizo famoso al integrar el elenco de Escolinha do Professor
Raimundo, de Chico Anysio. Las telenovelas brasileas tambin han representado diversos personajes, con la dupla dupla
Pirilampo (Almir Sater) y Saracura (Srgio Reis) de O Rei do Gado (1996, TV Globo, Benedito Ruy Barbosa/ El Rey del
Ganado, 1997, Canal 13), otros personajes tambin fueron representados en otras telenovelas como: O Cravo e a Rosa
(2000, TV Globo, Walcyr Carrasco e Mrio Teixeira/ El Clavel y la Rosa, 2004, Canal 13), Chocolate com Pimenta (2003,
TV Globo, Walcyr Carrasco Chocolate con Pimienta, 2006, Canal 13), Cabocla (2004, TV Globo, Benedito Ruy Barbosa/
La Mestiza), Paraso (2008, TV Globo, Benedito Ruy Barbosa/ Ciudad Paraso, 2011, Canal 13), Morde e Assopra (2011,
TV Globo, Walcyr Carrasco/ Dinosaurios & Robots), entre otras. (Nota de los organizadores)
38 La msica sertaneja es un gnero musical de Brasil que se produce desde la dcada de 1910 por compositores rurales y
urbanos, otrora llamada genricamente 'de modas', emboladas o msica caipira. La msica sertaneja puede ser dividida en
cuatro fases que coexisten. La primera, llamada de raz, tiene en
Tonico & Tinoco a sus principales representantes. La segunda incorpora el acorden y entre los representantes destacan
Irms Galv y Milionrio e Jos Rico. La tercera fase incorpora la guitarra electrnica y fue famosa por dos como
Chitozinho e Xoror, Leandro e Leonardo y Zez di Camargo e Luciano. La cuarta es una mixtura entre el gnero forr p de serra
(grupo Falamansa) con el sertanejo universitario de Gusttavo Lima, Luan Santana, Michel Tel, entre otros. (Nota de los
organizadores).
39 Caricaturas (Nota del traductor)
40 Personaje creado por el caricaturista brasileo Maurcio de Sousa en 1961. Es el personaje principal de
Turma do Chico Bento, que cuenta con otros personajes como Rosinha (su novia), Z Lel, Dona Marocas
(profesora), Nh Lau, Anjo Gabriel, entre otros. El personaje anda descalzo, usa chapu de palha (sombrero de paja), le gusta
salir a pescar con su padre y utiliza un lenguaje caipira. Maurcio de Sousa se hizo famoso con la creacin de Turma da
Mnica (Nota de los organizadores).
41 Jeca Tatu es un personaje creado por Monteiro Lobato en su obra Urups, que contiene 14 historias basadas en el
trabajador rural del Estado de So Paulo. Simboliza la situacin del caipira brasileo (Nota de los organizadores).

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Sem dvida, encontrei mais de uma vez nessa estrada pessoas amveis e delicadas mas, de um modo geral, os
que moram a beira dela so pouco corteses. Suas maneiras so vulgares, eles tm uma expresso fria, estpida,
triste, aptica (...) So bem diferentes dos brancos das Minas Gerais, os quais pertencem a uma classe um
pouco mais elevada. De resto, se representa uma injustia pretender que todos os paulistas e mineiros sejam
iguais a esse pequeno nmero de homens que se vem forados, por assim dizer, a viver na multido de
tropeiros, de negros, de camaradas ignorantes, grosseiros e cheios de vcios (...). (SAINT-HILAIRE, 1972, p.
78).

Ese es apenas un prrafo del libro de Saint Hilaire, Conde de Luxemburgo, que as como muchos
naturalistas y cientistas europeos, visit Brasil durante los aos 1800 con el objetivo de registrar la flora, la
fauna, la cultura y las costumbres de la gente. En esos registros se describi al caipira con una mirada
proveniente de una cultura europea blanca y colonizadora. Luego, el caipira qued caracterizado como
hombre sin cultura.
Sin embargo, esa definicin no se queda slo en el siglo XIX. El Dicionrio Aurlio da Lngua
Portuguesa mantiene esa conceptualizacin hasta nuestros das. All dice:
Caipira, habitante do campo ou da roa, em geral de pouca instruo e de convvio e modos rsticos e
canhestros; (...) diz-se do caipira, biriba ou biriva, matuto, sertanejo. Pertencente ou relativo a, ou prprio de
caipira; biriba ou biriva, jeca, matuto, roceiro, sertanejo. Diz do indivduo sem traquejo social; cafona, cascagrossa. Diz-se das festas juninas e dos trajes tpicos usados nessas festas (FERREIRA: 2004, p. 361).

200 aos despus el diccionario trae esas definiciones sobre el hombre caipira y, como se mostr
anteriormente, Saint Hilaire tambin dice que es ignorante, grosero y otros atributos semejantes.
Y quin no vivenci situaciones en que un profesor, empresario o un administrador pblico uso
textos libros, propagandas, registros, expresiones colocando al caipira como smbolo de pereza,
enfermedad y atraso social? Monteiro Lobato, por ejemplo, es uno de los grandes responsables de
inmortalizar esa imagen equivocada del hombre de campo. Y, obviamente, todos saben de las dificultades
que Lobato tuvo con los campesinos en sus tierras. Fue a partir de su experiencia fracasada en la hacienda
Paraso, cuando lidi con los trabajadores ignorando sus conocimientos sobre la tierra, la agricultura y
negndoles un pago que consideraban justo que el abogado y escritor vi su plantacin incendiada.
Como en la regin haba un tipo de animal conocido como tat, debido a que vivan en cuevas, Lobato
denomin al trabajador de campo como Jeca Tatu: un ignorante, grosero que no sabe salir de sus
pequeos agujeros. Las caracteristicas de este personaje son conocidas hasta hoy. Lo de Lobato qued
como un registro estigmatizante y un desahogo:
No paga a pena. Todo o inconsciente filosofar do caboclo grulha nessa palavra atravessada de fatalismo e
modorra. Nada paga a pena. Nem culturas, nem comodidades. De qualquer jeito se vive. (LOBATO, 1983,
p. 26).

Tierra, trabajo y cultura mestiza


Para entender mejor esa historia es necesario localizar las formas de sociabilidad y las relaciones de
poder que comprenden la vida del hombre de campo. Comencemos por la cuestin de la tierra. Las
denominadas sesmaras fueron las mayores propiedades durante el perodo colonial, y eran concedidas
legalmente a quienes las requeran que, normalmente, eran personadas ligadas a la propia Corona,
capitanes, parientes y amigos. Los propietarios de estas sesmaras, a su vez determinaban la economa y la
poltica, las formas de trabajo y las posibilidades de desarrollo social. Eso significaba, ante los ojos de los
seores de la tierra, que solamente los hombres blancos e igualmente privilegiados tendran voz.
Beltro cita a Caio Prado Junior para explicar que "el poblamiento ocurri en ncleos con escaso
contacto y comunicaciones difciles, muchas veces imposibles". Poblamientos compuestos por personas
de nivel cultural muy bajo, que durante tres siglos tuvieron como preocupacin principal la colonizacin y

LOS PROCESOS COMUNICATIVOS DE LA SOCIEDAD C. SCHMIDT

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la conquista. Lo mismo aquellos nobles residentes en las localidades, que solamente vivan del recuerdo de
su tierra natal y la voluntad de explorar el mximo de riquezas locales para volver a su tierra de origen.
Los caipiras eran los trabajadores esclavos y libres; hombres diferentes, mestizos, sin lenguaje definido
y resultado de todo un proceso de confluencia tnica: negros con indios, blancos con negros o indios
hijos bastardos de los colonizadores portugueses . Ms tarde esa mixtura ocurri tambin con los
inmigrantes italianos y japoneses. Fue a travs del mestizaje que muchos negros conseguan la libertad. Ese
mestizaje fue fundamental para componer la comunidad brasilea paulista, minera, goiana y todas las
otras: Indivduos, em sua maioria, de origens e costumes semi-brbaros: mamelucos, pardos, cafuzos,
ndiosmansos, sem falar na multido de escravos, simples peas que no poderiam pesar na balana
(BELTRO, 2001, p. 120).
Al igual que los sujetos libres, terminaban en los alrededores de las haciendas y con la autorizacin de
propietarios trabajaban en el intercambio de alimentacin. Tambin tenan que ver con la produccin de
una cultura agrcola de subsistencia, que al someterse a los precios del mercado, muchas veces tornaban
inviable la continuidad de la produccin. Con eso, los pequeos agricultores terminaban contrayendo
deudas y aumentando sus dificultades de trabajo y sobrevivencia.
Otro factor que sofoc el trabajo campesino fue el econmico. Como el monocultivo de subsistencia
fue consumido por la produccin masiva, estos cultivos siempre estuvieron relacionados con los grandes
propietarios, es decir, al gran comercio y al poder. La agricultura de subsistencia, considerada inferior,
qued bajo la responsabilidad del pequeo caipira. Por ejemplo, en muchas regiones de So Paulo, la
produccin de alimentos se restringa al cultivo del maz y la mandioca, abandonando los dems cereales
como el trigo y el arroz. Todos los que podan adheran al monocultivo, lo que forzaba a una alimentacin
muy simplificada.
El monocultivo ocupaba las mejores tierras y, durante mucho tiempo, el trabajo esclavo. Los
trabajadores libres terminaban migrando formando grandes grupos nmades. Algunos se establecieron en
varias localidades y formaban un crculo de relaciones de trabajo y familia. Esas localidades fueron
denominadas Barrios y han sido analizados por Mara Izaura Pereira Queiroz, en su libro Bairros rurais
paulistas (1973). Segn seala, estn compuestos por ncleos de relaciones cercanas que van desde los
parientes legtimos (hijos, sobrinos, hermanos, tos), a otras familias que van estableciendo lazos a travs
de la convivencia, como el compadrazgo. Los barrios eran agrupamientos fundamentalmente caipiras y no
garantizaban estabilidad a pesar de los vnculos afectivos y hasta econmicos, y por eso eran forzados a
nuevas migraciones. Los barrios que prosperaron se urbanizaron hasta formar ciudades.
Pero las ciudades no fueron fundadas slo por caipiras nmades trabajadores de la tierra. Algunas
ciudades mineras como Mariana, Ouro Preto y Sabar, fueron originalmente campamentos de
exploradores dedicados a la caza de indgenas y oro. Como todo indica, fue Rodrigues Arzo, paulista
natural de Taubat, el primero en descubrir oro. Despus, otros paulistas hicieron lo mismo organizando
grupos de exploracin. Incluso, las exploraciones taubateanas fundaron una decena de ciudades al sur de
Minas Gerais. Esas expediciones no tenan como objetivo la colonizacin. Y a cada mina agotada,
inmediatamente pasaban a otro lugar y luego a otro.
El descubrimiento de las minas trajo distintos hombres a esas localidades, exploradores, cazadores,
aventureros, religiosos y criminales perseguidos por la justicia. Era una posibilidad de enriquecerse y entrar
en la disputa por el poder. Desde que se transform en ciudad Taubat no mantuvo buenas relaciones con
So Paulo en funcin del caf. Taubat se torn rival de esta ltima hasta finales del siglo XVIII. Algunos
de esos hombres aventureros y religiosos terminaban quedndose en estas localidades montando
comercio, alguna hospedera, despus pedan la concesin de la tierra y algunos migrantes se instalaban,
promoviendo paulatinamente la formacin de ciudades.
Alceu Maynard en su libro Cultura popular brasileira hace una divisin de la cultura brasilea por
"reas culturales". Para ello se basa en las tcnicas de subsistencia que forman parte del "paisaje geogrfico
que se compone de diversos elementos: lo natural ms aquellos donde hay una intervencin del hombre,
lo cultural, poblacin, habitacin, produccin, comunicaciones". Para l esa divisin es flexible y slo una
propuesta metodolgica para estudiar la diversidad brasilea. Se trata de hechos que son fenmenos de la
antropologa pero que van al encuentro de otros estudios, por ejemplo, el cultivo, la cosecha, y la propia
alimentacin como factor de generacin de datos folclricos. Segn sus tcnicas de sobrevivencia, las

112

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

reas culturales brasileas son: 1. De pesca, comprendiendo las regiones de ros y el mar; 2. Agrcola,
incorporando las regiones azucareras, cafcultoras y nuevas culturas; 3. Minera, que incluye las regiones
centrales del campo y agreste, y 4. Amaznica (ARAJO: 2007, p. 13-6).
Lo interesante en esa divisin es que al trazarlas y localizarlas geogrficamente, Maynard consider el
proceso de colonizacin por el cual Brasil se fue "modernizando", resultando en un hibridismo cultural,
"entre" el "intra" cruzamiento de culturas, desde las nativas hasta las de colonizacin. Adems de esto,
segn esa divisin son fcilmente identificables los cambios culturales del Vale do Paraba. Se trata de reas
de la cultura brasilea, o como dice Alfredo Bosi, gneros de las culturas brasileas. Como el propio autor
menciona, esa divisin es un punto de partida. La economa caracteriza una regin, sea ella de subsistencia
o no, y cuando es sustituida, deja en lo cotidiano las evidencias y marcas de la cultura que la mantiene.
Independiente de ser azcar, caf o ganado, las adecuaciones necesarias para la implementacin y
mantencin de cada uno de esos monocultivos son siempre otras e interfieren directamente en la
sobrevivencia de la cultura popular local. As se verifica en la historia del Vale do Paraba: la iglesia fue
literalmente a descubrir las tierras, explorar las riquezas y "catequizar" indgenas. Mientras, la minera se
lleva a cabo con los exploradores de tropas (tropeiros), cazando mano de obra indgena esclava y "oro",
fundando ciudades para la mantencin y composicin del patrimonio. El monocultivo azucarero desvasta
reas gigantescas y se construyen fbricas y casas con mano de obra negra esclava. De la misma forma
procede la caficultura, seguida por el ganado, que trajo pasto y leche pero que se llev tierra y gente. As
como la industrializacin. En cada momento las tcnicas y las referencias culturales ligadas a stas fueron
abandonadas, sustituidas por otras, a veces de forma abrupta, como en la industrializacin de Taubat.

Una identidad caipira


En las sociedades tradicionales la vida cotidiana estaba marcada por festividades y rituales sagrados y
profanos propios de cada comunidad. Los ritos y espectculos ocupaban un lugar importante en la vida
de las personas, por tener una relacin con los fines superiores de la existencia humana el pueblo
penetraba temporalmente en el reino utpico de la universalidad , libertad, igualdad y abundancia.
Las festividades siempre tuvieron una relacin con el tiempo natural, con el tiempo biolgico y con el
tiempo histrico. Las fiestas determinaban una cultura espontnea muy relacionada con las formas
artsticas y religiosas pero, antes de eso, la cultura espontnea se situaba en las fronteras entre el arte y la
vida. En realidad, era la propia vida presentada con los elementos caractersticos de lo cotidiano. A partir
de esta repeticin reconstruida de los rituales pasados, todo el pueblo renovaba sus creencias y fortaleca
su historia.
Independiente de poseer tierras o capital, la cultura espontnea mantena un vnculo con la naturaleza
para la mantencin de una economa de subsistencia, se someta a las estaciones del ao y las variaciones
climticas que ellas condicionan:
La sociedad caipira tradicional elabor tcnicas que permitieron estabilizar las relaciones del grupo como un
medio (aunque en nivel que hoy denominaramos como precario), mediante un conocimiento satisfactorio de
los recursos naturales, (...) todo relacionado a una vida social de tipo cerrado, con base en la economa de
subsistencia (QUEIROZ: 1989, p.83).

El modo de relacin hombre naturaleza contribuy mucho con el desempeo econmico y cultural
de sus comunidades. Un caipira, como tipo humano, siempre mantuvo relaciones sociales mnimas,
restringindose al universo familiar y, cuando ms, a los lazos de confiabilidad y simpata con otras
personas que se tornaban en compadres. Las relaciones econmicas, principalmente, son las que definen a la
comunidad caipira. Durante mucho tiempo, las condiciones materiales fueron determinadas por el mnimo
necesario para la sobrevivencia y, el excedente, resultaba en capital acumulado. Segn Jos de Souza
Martins y Antnio Cndido, esa cultura del excedente va a definir el perfil del caipira y sustentarlo incluso
en momentos de crisis del mercado. El excedente va a generar una flexibilidad de absorcin de crisis, por

LOS PROCESOS COMUNICATIVOS DE LA SOCIEDAD C. SCHMIDT

113

ser exactamente el que posibilita al caipira la acumulacin de capital, como si el excedente fuese una
subvencin natural.
La vida cotidiana del caipira, por lo tanto, cumpla un ciclo natural fuera de las estructuras oficiales de
la sociedad, regida por las determinaciones de la naturaleza y proporcionando una rutina determinada por
ella, lo que Jos de Souza Martins llama de "rutina ritualizada". Ese cotidiano ritualizado va a seguir
referencias bsicas: los ciclos de la naturaleza, con las estaciones del ao y las conmemoraciones litrgicas
del catolicismo, heredadas de la colonizacin portuguesa.
El dominio popular de los rituales, sean religiosos o profanos, atribuy al caipira una identidad cultural
propia que fue facilitada por el tipo de colonizacin que recibi la Amrica Portuguesa. En la condicin
de hombre esclavo y libre, poco a poco se fue constituyendo una comunidad mestiza y mulata que se
torn nmade e independiente, lo que cre un ciclo compuesto por perodos sucesivos de concentracin
de poblacin en las ciudades y en las villas cuando haba conmemoraciones y festividades religiosas. En
otros momentos, cuando haba dispersin, las familias se reunan en el interior de una propiedad rural o en
una iglesia.
Para estos hombres, lo natural y sobrenatural tiene una importancia fundamental, pues explican lo
cotidiano o justifican los hechos de manera complementaria. Por eso, un ritual es extremadamente
complejo y envuelve varias formas de manifestacin. Comprende desde la msica con letra, meloda,
ritmo, danza con vestimenta, pasos combinados y gestos; hasta las procesiones con rezos, visitas,
bendiciones y promesas. Unen lo sagrado y lo profano como partes de un mismo rito.
Es caracterstica de las manifestaciones de la religiosidad popular, por tanto, vincular lo sagrado y lo
profano en lo que se podra llamar las fiestas religiosas; y la unin de un ritual sagrado con las actividades de
festejo de manera que se complementan, naturalmente, durante el homenaje al Santo Patrono. En ese
perodo alegre y solemne se quebra la rutina dura de produccin y se mezclan las clases sociales,
disimulando la jerarqua de poder donde, desde propietarios de grandes tierras e industriales hasta caipiras e
inmigrantes explotados como campesinos, se renen para vivir das en un mismo culto en torno a un
mismo Santo.
Existen muchas fechas en el calendario de las comunidades caipiras ora religioso, ora natural que
ritualizan su cotidiano. Fuera de los rituales religiosos, tambin existen actividades festivas y culturales que
marcan un perfil caipira. Desvinculada de un ritual especfico, la msica es un marcador importante en ese
medio: canciones para el trabajo en forma de desafos, el cateret msica y danzas masculinas, originaria
del ritual religioso y el cururu msica repentista formulada espontneamente en la medida en que es
cantada . Estos dos ejemplos muestran que las manifestaciones culturales caipiras se caracterizan por tener
la funcin de estrechar y establecer relaciones sociales, de comunicar valores e ideas. Son procesos de
integracin, que Luiz Beltro defini como de folkcomunicacin.
Sin las fiestas, msicas u otras manifestaciones culturales, el cotidano caipira fatalmente atravesara una
crisis de dilogo horizontal para su reconocimiento e identificacin, "un desaparecimiento de la msica
como mediadora de las relaciones sociales y uno de los primeros sntomas de la crisis del barrio rural y de
su desestructuracin eminente", defiende Jos de Souza Martins. Las fiestas y rituales, por tanto,
componen procesos socializadores y humanizadores en la comunidad, son los procesos
folkcomunicacionales que posibilitan la conexin con la historia y el lugar. La repeticin de ellos
proporciona el establecimiento de nuevas relaciones sociales y hasta de posicionamientos en cuanto a
polticas establecidas en el medio rural.

El caipira y el proceso de industrializacin


El nuevo posicionamiento del caipira viene como resultado de un proceso que acenta su estereotipo a
partir de 1930, con el proceso de industrializacin en Brasil en ciudades y en el campo. En ese perodo la
cultura brasilea es direccionada por una "nueva" poltica de urbanizacin. Inicialmente fue en la dcada
de los aos 30 que el capitalismo brasileo incorpor su preocupacin por el desarrollo nacional,
sustentado por una poltica populista, sobre la cual se instal una creciente valorizacin de lo urbano
como mundo ideal, mejor y superior.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Esa ideologa de la urbanizacin ayud a reforzar la imagen de los trabajadores del campo como una
masa de ignorantes, donde el caipira se transform en smbolo de esa cultura inferior. Las nuevas
generaciones son persuadidas, pues la industria promete una vida mejor, ms saludable, ms culta, rica y
superior. La industria promete ascenso social. Estamos hablando de mediados del siglo XIX, el ao 30 se
inicia la industrializacin y ya en 1956 la produccin industrial supera la produccin agrcola.
La poltica nacional de desarrollo busca una homogenizacin de la poblacin, concibiendo al pueblo
como una masa en la construccin de una nacin. El nuevo sistema econmico redimension los patrones
de valores; la cultura de toda la sociedad fue masificada, transform el valor de uso de los bienes culturales y
econmicos en valor de cambio y transform las necesidades concretas en abstractas. Los bienes
simblicos y materiales fueron reificados, cosificados, transformados en mercancas y se fechitizaron falsas
necesidades.
Es en este perodo que surgen las agroindustrias y un personaje muy conocido, el Bia-Fria, un
trabajador campesino que lleva su comida cruda sin poder recalentarla. Tambin cambi la cultura caipira,
su religiosidad, sus historias, su folclore. Sus ropas, msicas y fiestas se transformaron en atraccin
turstica, y su lenguaje tambin vir en producto. El caipira se transform en personaje del cine, radio y
televisin. Se cre el concepto de caipira en la sociedad industrializada como un personaje reificado.
En ese contexto, los medios de comunicacin asumen un papel fundamental de vehiculacin y
convencimiento de la poblacin, de la masa. A travs de ellos la ideologa de la modernizacin se
incorpora a los rasgos cotidianos de la cultura en el pas. La economa industrial establece valores y los
medios de comunicacin se preocupan en vehicular nuevos parmetros de la cultura nacional. El caipira
contina como referencia negativa. Un caipira es desvergonzado, ignorante, enfermo, cmodo e inferior.
Vir a burla y a personaje en el cine, como experto en las pelculas de Mazzaropi, tambin del cmics con
Chico Bento; antes como el Jeca de Monteiro Lobato, y hoy como ecologista, que actualmente es uno de los
conceptos del caipira: un defensor de la naturaleza.
Pero cmo se identifica la cultura caipira con su gran elaboracin ritual y de comunicacin, bien como
su rica tradicin, en la ciudad y en las zonas rurales de ayer y que traen referencias hasta hoy? Parece
dudoso que valores culturales del pasado, con base en una economa de subsistencia y en una religiosidad,
puedan sobrevivir al impacto combinado del cambio econmico y de la sociedad de masas. Segn los
estudios de Antnio Cndido, este nuevo contexto supone una mutabilidad que lleva a la concentracin.
Ello refuerza la idea de que las manifestaciones forman su cotidianidad y en consecuencia su cultura es su
propia identidad. Tambin podramos decir su patrimonio que, de acuerdo con los trabajos de
folkcomunicacin, necesita ser estudiado como una forma de comunicacion de la estructura social caipira.
La urbanizacin de los barrios rurales los transforma poco a poco en ciudades, proceso que ocurre
antes de la industrializacin. Va dejando un vnculo directo con la naturaleza y creando nuevas referencias
a partir de ese contexto. Una cultura que estaba estructurada en el aislamiento, en la relacin directa con su
territorio, el trabajo domstico, el auxilio rural, las festividades y en el ocio, es sustituida por otra. El caipira
ha sido actualizado, existe en relacin con la economa mundial y sintonizado con las tecnologas. Muchos
de ellos se hacen representar en la estructura del poder poltico nacional e internacional, principalmente
colocando su modo de vida como un "objeto de deseo" de muchos profesionales, empresarios y
ciudadanos comunes.

Consideraciones finales
Con la urbanizacin del medio rural y con el impacto de la globalizacin en el campo surge un nuevo
caipira, que rompe el estigma de desvergonzado Jeca y pasa a liderar su medio rural y crear modelos,
inclusive para los centros urbanos. El fortalecimiento econmico del interior de So Paulo urbaniza el
campo y aproxima las caractersticas de la metrpolis a las del campo. Lo que antes era dicotmico ahora
pasa a ser complementario. Ser caipira pasa a ser un estilo de vida.
Los medios de comunicacin de masas capitalizan el cotidiano y crean un nuevo estereotipo del
caipira. Como la globalizacin fue en aumento, los medios de comunicacin globalizaron su cultura. Un
caipira ahora no es ms Jeca, pero tampoco es un campesino que se rearticul a partir de lo urbano. Ahora
es un emprendedor que descubre en sus huellas culturales elementos para su independencia. Pero

LOS PROCESOS COMUNICATIVOS DE LA SOCIEDAD C. SCHMIDT

115

recordemos un detalle: al principio fue citado a Saint Hilaire definiendo hombres blancos y ricos como
gentiles y educados. Aqu ocurre lo mismo. Los new caipiras son aquellos que ocupan una posicin social
privilegiada, mientras que los otros son los campesinos.
As como un caipira Jeca sali de su tierra para ser citadino, hoy acontece un proceso inverso. El
citadino va para el interior para ser un new caipira. El colapso de los grandes centros contribuye mucho a
esto: la violencia, el desempleo y la crisis de las viviendas. El interior ofrece mejores condiciones de vida.
La cultura como proceso de comunicacin es objeto de estudio de la folkcomunicacin, mediante la
cual se viene determinando una nueva identidad que no podemos decir propiamente caipira, pues no hay
un perfil claro del mismo. Existen resistencias en cuanto al rtulo de caipira, pues muchas veces prefieren
ser llamados del interior. Admiten incluso con irona decir que "ser caipira es una cuestin de espritu".
Muchos caipiras lideran un mercado econmico con sus emprendimientos agrarios, tursticos y culturales.
Muchos caipiras son los domesticadores de los medios de comunicacin en el interior del Estado; grandes
peridicos impresos, emisoras regionales de televisin y radios, mediante una comunicacin que es
rearticulada desde su cotidiano, en su fe, en las fiestas, danzas, en la msica y poticas de cada comunidad.
Es por los caminos instalados en la globalizacin y por una economa volcada hacia el Mercado
Mundial que los medios de comunicacin masivos presentan formatos direccionados a pblicos
especficos y con lenguajes especficos. Trabajan con los modos culturales de consumo, del espectculo, la
publicidad y la propaganda. La cultura cede espacio a los medios para protagonizar su reestructuracin.
Ocurre una circularidad entre lo que aparece en los medios y lo que se ve en las casa y en las calles,
subordinando la historia y el sentido pblico a una nueva configuracin (CANCLINI: 2003, p. 270).
Por otro lado, los estudios de folkcomunicacin han evidenciado las nuevas caractersticas resultantes
de ese nuevo caipira dentro del contexto globalizador. Es justamente el resultado de ese nuevo caipira sus
manifestaciones con nuevas configuraciones, nuevos cdigos, elementos actualizados y resignificados
que es de inters al campo de la folkcomunicacin. Las comunidades al margen del contexto
comunicacional hegemnico y globalizado se comunican de formas singulares. Sin embargo, cada cierto
tiempo van incluyendo elementos de otros territorios, tecnologas, formatos y lenguajes. Ellas van de lo
local a lo global y retornan en su originalidad para atender la nueva demanda, pues establecen
interacciones mediadas para la elaboracin de sus bienes culturales y sus intereses comunitarios. De esa
forma rompen con los constantes estereotipos, crean identidades y muchas veces protagonizan las
relaciones entre los dos Brasil.

116

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
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2007.

Escenarios comunicativos de la
folkcomunicacin
Maria Cristina Gobbi
Universidade Estadual Paulista.
mcgobbi@terra.com.br.

Comunicacin de mltiples fases


La cultura es dinmica, no porque constantemente est mutando, sino por permitir la interaccin y la
transformacin de comportamientos, capaces de disear escenarios educacionales, ciudadanos y ticos
enmarcados por el pueblo. Es un tipo de lenguaje comn, aunque conserve sus peculiaridades. Es una
forma de expresin, de lucha por la identidad, donde cada accin y cada objeto se constituyen en
momentos singulares de la vida cotidiana, y se disean en los ms variados espacios de la sociedad. El
resultado se sealiza mediante acciones que son capaces de recibir y "acomodar" la diversidad cultural
respetando las singularidades de esas heterogeneidades.
Una parte importante del conocimiento y la evolucin ocurridos en la regin de Amrica Latina es
resultado de productos que circulaban a travs de los medios masivos, vinculados directamente a las
creaciones de la cultura popular urbana, sumados al desarrollo de la industria cultural. El desafo es la
comprensin de mltiples posibilidades de comunicacin que se disean en el mbito de la cultura y las
formas de hacer con que estas manifestaciones populares puedan ocupar el importante palco de la
comunicacin.
En las manifestaciones de la cultura popular no existe preocupacin en exportar sus creaciones en
locales de prestigio pero s en testimoniar y contar un acontecimiento, en denunciar la injusticia o
simplemente evidenciar las mltiples formas de identidad de un pueblo. Eso es lo que hace singular,
aunque es de fundamental importancia que las experiencias puedan ser compartidas a travs de los
procesos comunicativos.
La inspiracin nace de episodios locales rutinarios. Las revelaciones son de las ms diversas. Las
cntigas, danzas, msicas, historias, trovas, manifestaciones de fe, imgenes, escenarios, creencias, poesas,
fiestas y tantas otras. Aunque lo que se percibe en la actualidad es la bsqueda, no siempre perceptible, de
acciones que evidencian costumbres, credos y otras configuraciones de participacin social que repercuten
inmensamente en las camadas ms populares. Son formas culturales de un orbe especfico y singular de
carcter social. Estas formas estn incorporadas al universo simblico de las comunidades perifricas,
diseando un mosaico de revelaciones particulares aunque no nicas, que rompe el aislamiento social a
que comunidades enteras son sometidas por parte de la denominada globalizacin. Esas manifestaciones
son enriquecidas por signos y significaciones y, muchas veces, permeadas por los medios de comunicacin
de masas. Son traducciones de una historia especfica, un ritmo propio, con peculiaridades mostradas en
los tiempos histricos y subjetivos. La complejidad de ritmos, formas, colores, valores, sabores y
manifestaciones configuran el patrimonio de una sociedad que llena de importancia peculiar garantiza
la preservacin del pasado, enriquece el presente y permite la construccin del futuro.
Se puede asegurar que la cultura, especialmente en nuestra regin, es resultado de fusiones y de
intercambios, de culturas antiguas como las indgenas, africanas, migrantes (japonesa, italiana, alemana,

118

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

etc.) y de la propia inmigracin de norte a sur, de este a oeste en este pas de dimensiones continentales.
Las manifestaciones culturales oriundas de esos cambios muestran las composiciones globales,
participativas e interactivas en los mltiples escenarios globalizados, evidenciando una identidad peculiar y
nica, aunque sin ser presa del individualismo. Los procesos de globalizacin por los cuales atraviesa el
mundo consolidan la priorizacin de lo regional en una constante bsqueda de mecanismos que
trascienden las cuestiones nacionales y/o globales. En este escenario es que las manifestaciones locales que permean las diferencias regionales- tienen una apertura con implicancias sociales, econmicas,
polticas y culturales, surgiendo as las manifestaciones de cultura nacional, como un producto derivado de
las diferencias histrico geogrficas culturales.
Por otro lado, la bsqueda de respuesta para cuestiones que abrigan las diferencias entre las
localidades y los constantes desafos para constituir un espacio ms o menos homogneo, amplan la
posibilidad de acciones conjuntas y complementarias no slo en las reas econmica y poltica sino
tambin cultural, tanto locales como regionales. El desafo de esta transformacin permite el traspaso de
las propias fronteras comunicativas y visualizar un conjunto global de actividades con predominio de
sentimientos de cooperacin y de integracin regional.
Los escenarios comunicativos son diversificados y permiten otras formas de dilogo, que colmados de
cultura, relatan las batallas iniciadas para poner fin a la forma ms perversa de dominacin (exclusin infocomunicacional). Junto a lo anterior tambin muestran ritmos, formas singulares de preservacin de
valores, religiosidad, libertad, identidad y costumbres, en los espacios de convivencia de las comunidades.
Cuando son apropiadas por los medios de masa, sufren adaptaciones aunque garantizan la preservacin.
Las evidencias muestran que los 'comunicadores folclricos' traducen los contenidos complejos de los
medios de masa y los interpretan y reinterpretan segn valores tradicionales, pero actuales en sus
comunidades. Tambin demuestran el respeto por las singularidades culturales, muchas veces cargadas de
los sesgos que asimilan el pasado y buscan reconstruir la propia identidad en el presente. As, estas
manifestaciones culturales llevan a cabo una lucha por la recuperacin del ethos y la identidad colectiva
local.

Folkcomunicacin: su interaccin en el espacio popular


El estudio sobre folkcomunicacin fue uno de los principales legados de Luiz Beltro en su trabajo
por entender las mltiples formas de comunicacin. Si por un lado la rapidez de la sociedad de la
informacin posibilita la creacin cotidiana de un mundo nuevo" de informaciones, una oferta cada vez
ms veloz de conocimiento exige, por otra parte, que los datos que circulan por las info vas
comunicacionales sean parte del cotidiano de las personas casi en tiempo real. Este ultimtum se inserta en
el mundo del trabajo, del ocio, de la economa, la poltica y la cultura, en una aparente cobranza de
insercin del individuo en ese contexto.
La relacin entre lo local y lo global es cada vez ms evidente. Los conceptos de nacin, nacionalismo,
espacio, lugar, frontera, identidad, entre otros, influenciaron la construccin de nuevos modos de pensar la
experiencia comunicacional. As se torn necesario organizar estrategias de interaccin entre lo antiguo y
lo nuevo, con personajes diversificados que se complementan dinmicamente sin que con todo lo
anterior pierdan la originalidad y la individualidad: "los grupos se encuentran, de este modo, vinculados a
un orden semejante de ideas y a un propsito comn adquirir sabidura y experiencia para sobrevivir y
perfeccionar la especie y la sociedad (...) que slo se consigue mediante la comunicacin (BELTRO,
2004, p. 27-8).
Pero la diversidad de figuras que forman la sociedad actual son amplias, heterogneas y dispersas,
haciendo que se busquen alternativas para ampliar el proceso comunicativo. Al final todos quieren
intercambiar informaciones, ver al otro, aprender y aparecer. Ese conocimiento y reconocimiento ha sido
fruto de una realidad cruzada por mltiples fenmenos, tradiciones y requerimientos culturales, anclados
en una variedad de modelos y paradigmas terico metodolgicos.
Los grupos organizados de la sociedad, afirma Beltro, necesitan conocer "los elementos,
instrumentos, procesos, tcnicas y efectos de la comunicacin colectiva (...) notoriamente cuando tales

ESCENARIOS COMUNICATIVOS M.C. GOBBI

119

grupos actan en un rea territorial de larga extensin y de diferenes estadios de desarrollo econmico y
cultural" (BELTRO, 2004, p.31), aunque tambin necesitan ser reconocidos en esos procesos.
Los distintos cambios ocurridos en los escenarios globalizados y aquellos en la estructura social de los
trabajadores de la ciudad y del campo permitirn entender las relaciones entre cultura, sociedad, poltica y
economa en contnuos intercambios donde participan todos los actores. Como productores o
consumidores, estos protagonistas utilizan los ms variados medios de comunicacin junto con mltiples
formas de manifestaciones culturales, resultado del intercambio y de sus significaciones para la comunidad,
muchas veces difciles de ser comprendidas (para los menos atentos).
Como seala Beltro, es imposible continuar acreditando que la [...] populao menos culta aceite
princpios e normas de mudana social, adote novas maneiras de trabalhar, de agir, de divertir-se, outro
modo de crer e decidir. Lo que hemos percibido es la lucha social por la preservacin de la cultura y sus
mltiples formas de manifestacin y aplicacin. Tambin es necesario analizar los escenarios, las formas,
los medios, las consecuencias y los actores sociales envueltos en todo el proceso: "nuestra elite, incluso la
intelectual, tiene un folk-way de las clases trabajadoras de las ciudades y del campo solo como objeto de
curiosidad, de anlisis ms o menos romntico y literario (BELTRO, 2004, p. 34). Es eso lo que
necesitamos modificar; es fundamental revisar conceptos, resignificar valores y buscar un entendimiento
de los escenarios, actores participantes de accin comunicativa y de las interacciones con la cultura y los
medios, en una mezcla de tradicin y actualidad.
Pero, que es verdaderamente la Folkcomunicacin? el periodista Beltro se incomodaba mucho con
la falta de comunicacin entre gobernantes y el pueblo, elite y masa. Desde sus primeras reflexiones y
acciones ya llamaba la atencin por el desamparo de parte de la lite dominante y el poder instituido con la
cultura que emana del pueblo.
Beltro (2004) analiza la capacidad adquisitiva y la distribucin demogrfica por el territorio nacional a
partir de sus investigaciones estadsticas sobre medios de comunicacin de masas, circulacin de diarios y
revistas, nmeros de oyentes y telespectadores o asistentes a las salas de cine, comparados con la
poblacin nacional y/o el nivel cultural. Los datos proporcionaron informaciones que generaron muchas
inquietudes para un periodista atento, lo que acreditaba la comunicacin como un proceso amplio y plural.
De este modo, el maestro se interrogaba:
Cmo se informaban las poblaciones groseras y atrasadas del interior de nuestro pas continental? Por
cules medios y vehculos manifestaban su pensamiento y su opinin? Qu especie de periodismo, qu
forma o formas atendera a su necesidad vital de comunicacin? Tendra esa especie de intercambio de
informaciones e ideas algo en comn con el periodismo, que pas a clasificar de 'ortodoxo'? Y no sera una
amenaza a la unidad nacional, a los programas desarrollistas, a nuestras ideas polticas y a la misma
sobrevivencia del hombre brasileo como tipo social definido, la alienacin en que nosotros, periodistas y
nuestros gobernantes mantenanos ante esta realidad enigmtica, que es la comunicacin subrepticia de
algunos millones de ciudadanos alienados del pensamiento de las elites dirigentes? (Beltro, 2004, p. 41)42.

El resultado al que lleg Beltro amparado por otras investigaciones realizadas en diferentes reas
del conocimiento como la sociologa, antropologa, los estudios polticos y econmicos es que
estbamos ante dos Brasil:
Uno en franco desarrollo cultural y econmico; otro, marginalizado, trabando los planos de progreso. Uno
respondiendo con mayor o menor inventiva a la apelacin de los medios de comunicacin colectiva; otro no
suceptible de esa influencia y, por consiguiente, alienado de los objetivos pretendidos por la elite. Uno
acreditando las metas desarrollistas y cambiando sus patrones de comportamiento al influjo de las ideas y de
las tcnicas nuevas, difundidas, sobre todo por los vehculos periodsticos; otro creyendo en sus "catimbos43
La cita original se encuentra en portugus (Nota del traductor).
En lineas generales puede ser definido como actividades mgico-religiosas, conocidas desde el siglo XVII, venidas del
nordeste brasileo y que resulta de la fusin entre las prcticas de magia provenientes de Europa y rituales indgenas de
[pajelana], que fueron incorporados al contexto de creencias del catolicismo. En algunos locales tambin son notorias
algunas influencias africanas en distintos tipos de ritos (Nota de la autora).
42
43

120

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

y rechazando hasta una argumentacin lgica, fundamentada en causas y efectos para aferrarse a sus
preconceptos, hbitos y costumbres tradicionales, y permaneciendo sordo a los mensajes periodsticos
convencionales (Beltro, 2007, p. 34-5).

Frente a este escenario el maestro Beltro busc en la literatura, en la historia, en los ritos, en las
fiestas populares, en la poblacin en general y en otros espacios comunicativos respuestas a sus
indagaciones. La primera constatacin es que aunque las manifestaciones populares posean origen en
espacios de tiempos remotos, ellas no expresan el pasado, sino los desahogos y sentimientos que estn
siendo vivenciados por las poblaciones marginalizadas: "Estn revestidos de actualidad y no de memoria".
Para Beltro, y amparado por la tesis del dinamismo del Folclore defendida por Edison Carneiro (1965, p.
2), sobre la presin de la vida social, el pueblo actualiza, reinterpreta y readapta constantemente sus
modos de sentir pensar y hacer en relacin a los datos culturales del tiempo". (Beltro, 2007).
De este modo, el resultado permiti a Beltro concluir que ocurre una adaptacin o una readecuacin
de los instrumentos utilizados por el pueblo para establecer la comunicacin. Es decir, hubo un
enriquecimiento de los formatos y los procesos en cuanto superan el hecho de que pocos tenan acceso a
los medios de masas, generando una armonizacin en el ingreso de la informacin a travs de otros
mecanismos comunicativos, especialmente para aquellos que estaban al margen del sistema. Igualmente, el
maestro observ que las formas de vivir y comunicarse de la poblacin marginalizada,
[...] se encuentran presentes en improvizaciones de los cantadores y en las novedades tradas y llevadas por los
viajeros de negocios y choferes de camin, el encantamieto de historias y leyendas, que transmitan en su
simbolismo las normas de conducta a clanes primitivos, [...] tambin es proporcionada en nuestros das por el
folleto impreso en imprentas manuales y difundido a travs de la literatura de cordel, por los almanaques
editados por laboratorios farmacuticos, por las revistas de poca largamente adquiridas en San Juan,
Navidad, Carnaval, en los novenarios y celebraciones de santos patronos (Beltro, 2007, p. 37-38)44

Despus de estas constataciones y vinculando no solamente las caractersticas del periodismo sino
tambin del investigador, Beltro pasa a explicar que ese tipo diferenciado de transmisin de noticias,
expresin de ideas y reivindicaciones sociales colectivas podran denominarse como una nueva forma de
entender los procesos comunicativos, ms all del acontecimiento en s y la mediacin necesaria de un
medio de comunicacin de masas. De esta forma naci el concepto inicial de Folkcomunicao. Para Beltro
la Folkcomunicao es "un proceso de intercambio de informaciones y manifestaciones de opiniones,
ideas y actitudes de masa, a travs de agentes y medios ligados directa o indirectamente al folclore"
(Beltro, 2007, p. 40).
Despus de la identificacin formal del nuevo proceso, el maestro afirm haber continuado sus
investigaciones objetivando no solamente la ampliacin y la profundizacin del concepto, sino que la
asimilacin de los atributos de esa identificacin. As fue posible comparar con aquellos del periodismo
convencional y erudito". Pero, advierte Beltro, no toda manifestacin folclrica es periodstica". Tal
recomendacin debe ser observada por los estudiosos, tanto en la seleccin de sus objetos y objetivos de
estudio, en la actualidad (BELTRO, 2004, p. 47). Las mltiples manifestaciones de cultura popular se
constituyen como un canal privilegiado para atenuar diferencias y conflictos de intereses, permitiendo que
se pueda verificar que, de forma general, estamos vinculados a un orden casi habitual de ideas y a un
propsito comn de bienestar.
Son varias las facetas de la cultura popular y las formas de manifestaciones presentes en la vida
cotidiana, sea por contornos festivos, por mantencin de tradiciones, por las brincadeiras de criana, por la
msica, canto, por los smbolos, por el cordel, por historias contadas de generacin en generacin, por los
mitos y leyendas o aquellas devociones permeadas por manifestaciones de fe y devocin, entre muchas
otras. Todo ello evidencia la manera como la folkcomunicacin ayuda en el entendimiento de varios
escenarios, de mltiples actores participantes de accin comunicativa, de diversos escenarios para
comunicar y de sus interacciones con la cultura, ofreciendo significados peculiares para la tradicin
popular. Son historias de un pueblo, expresadas en el pago de promesas, en las fiestas religiosas, en los
44

La cita original est en portugus (nota del traductor)

ESCENARIOS COMUNICATIVOS M.C. GOBBI

121

amuletos, en las leyendas, en rezos, ritmos, cantos de rueda, fantasias, etc., que retratan una parte
significativa de la cultura popular y de sus mltiples formas de manifestaciones.
Al mismo tiempo, cuando utiliza los canales de comunicacin, especialmente periodsticos y
publicitarios, permite conocer y reconocer los tonos de un pas, dejando claro no solamente las fiestas y
conmemoraciones, sino las dificultades e irritacin de la falta de estructura social en las ciudades, del
mismo modo en que demuestra la simplicidad de un pueblo que sobrevive amparado en la fuerza de la
cultura.
Las acciones comunicativas, sean mediadas o no por los medios de masa, han mostrado que en la
realidad brasilea los "comunicadores folclricos" exponen los valores tradicionales de pequeas
comunidades, evidenciando peculiaridades y significaciones que muchas veces son percibidas en la
observacin atenta de quien tiene la fuerza de hacer visible en las tradiciones populares singulares su
propia historia.
Trazado este panorama de posibilidades, vamos a tratar en lneas generales lo que puede ser entendido
como folkcomunicacin, preservando siempre la idea del maestro Beltro, aunque incorporando las
"innovaciones" de las tecnologas tan presentes en este perodo contemporneo.

Conceptos de Comunicacin: matices sobre la folkcomunicacin


Otro legado importante de los estudios de Luiz Beltro sobre la folkcomunicacin fue su batalla por
conscientizar a los estudiantes de periodismo respecto a la comunicacin colectiva y sus mltiples
desdoblamientos. La actualidad de la investigacin de ese pionero ha despertado el inters de diversos
grupos, no slo en Brasil sino tambin en Amrica Latina y en pases europeos.
La comunicacin en sus mltiples formas y posibilidades ha desafiado a los ms variados
investigadores para su comprensin, como bien afirmaba Beltro en 2004:
La comunicacin es un problema fundamental de la sociedad contempornea- sociedad compuesta de una
inmensa variedad de grupos que viven separados unos de otros por la heterogeneidad de la cultura, diferencia
de orgenes tnicos y por la propia distancia social y espacial. Los grupos constitutivos de la sociedad ora
estn organizados con una misin especfica a cumplir e intereses definidos a salvaguardar, como es el caso
del Estado, la Iglesia, el Sindicato o la Empresa; ora son informales, ligados apenas espiritualmente por ciertas
ideas filosficas, intereses generales y experiencias comunes a la especie humana- como la nacin, los
creyentes, los trabajadores, los consumidores. Hay, entre tanto, en la sociedad contempornea, independiente
de las caractersticas propias y los conflictos de intereses inmediatos de cada grupo, una unidad mental,
decurrente de la propia naturaleza humana de sus componentes y de un consenso universal. De este modo,
los grupos se encuentran vinculados a un orden semejante de ideas y a un propsito comn: adquirir
sabidura y experiencia para sobrevivir y perfeccionar la especie y la sociedad. Sabidura y experiencia,
sobrevivencia y perfeccionamiento que slo se consiguen mediante la comunicacin, -un proceso mnimo,
verbal y grfico por el cual los seres humanos intercambian sentimientos, informacin e ideas" (BELTRO,
2004, p. 27-8).

Las diversidades de medios, personajes y dilogos que forman la sociedad actual son amplios. Ello
hace que sea necesario determinar alternativas de ampliacin del proceso comunicativo, pues finalmente
todos queremos intercambiar informaciones, "ver al otro", aprender, ensear e influenciar. Aunque, como
afirma Luiz Beltro (2004)
Eso hace que aquel dilogo cara-a-cara, directo, personal sea limitado. Para la sociedad de masa se exige la
comunicacin, se exige la comunicacin masiva y colectiva que, utilizando diferentes instrumentos y tcnicas,
provee mensajes de acuerdo con la identidad de los valores de los grupos y, dando curso a diferentes puntos
de vista, fomenta intereses comunes, ora desintegrando, ora creando solidaridades sociales.
La comunicacin colectiva no se hace entre un individuo y otro como tal, sino en forma colegiada: un
comunicador es una institucin o una persona institucionalizada, que transmite su mensaje, no para alguien en
particular, sino para cuantos le desean prestar atencin.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Todava establecida a travs de una distancia de tiempo, espacio o espacio-tiempo entre las partes y,
aparentemente unilateral, desde que en regla, es hecha a travs de un medio tcnico construido de tal forma
que solamente un comunicador "habla", constituye un dilogo, tanto como la comunicacin personal.
En la comunicacin colectiva, por el contrario, el rgano comunicador solo ejerce una especie de actividad, la
comunicativa. Por lo tanto no hay interrupciones del circuito o prdida de contacto entre los dos elementos el agente y el paciente del proceso. De este modo, aunque la comunicacin colectiva sea, tcnicamente
unilateral, los receptores en verdad alimentan un dilogo utilizando otros medios mecnicos para manifestar
su reaccin, que no se expresa solamente en palabras. Porque la respuesta a mensajes en la comunicacin
colectiva no es discusin sino accin.
Simultneamente con la caracterizacin de la sociedad de masas y el establecimiento del imperio de los
smbolos que marcan el auge de la competicin individual y colectiva, reclaman como nunca cierto tipo de
consenso en la accin social verificando la revolucin tecnolgica en la comunicacin. Iniciada con la
publicacin de impresos y la institucin de correos, fue acelerada en este siglo45 con el cine, la radio y la
televisin (BELTRO, 2004, p. 28-9).

En el siglo XXI est ocurriendo una significativa ampliacin de los canales de comunicacin. A partir
del advenimiento de las tecnologas digitales se pas a exigir una mejor comprensin de los efectos
causados en los procesos comunicativos mediados por estos dispositivos. De este modo, se hace necesario
buscar otras y nuevas elecciones en los medios, canales, mtodos y tcnicas para tornar eficientes y
productivas las comunicaciones (BELTRO, 2004, p. 29). En las nuevas posibilidades producto de la
explosin del ciberespacio donde estn siendo creados negocios, profesiones y otras actividades, se
estimulan nuevas reas de conocimiento y se acelera la bsqueda de informaciones, conocimientos y otras
formas de expresin cultural.
Con Internet hay una vasta ampliacin de los canales de comunicacin. Los "hilos" de la gran red
mundial no tienen fronteras. Traspasan todos los lmites sin restriccin de cultura, lengua, posiciones
polticas y patrones de vida. No separa por sexo, color, raza o religin. No existe barrera capaz de detener
esa trama. Forma parte de la vida cotidiana de muchos. Esa aparente igualdad, posibilitada por el medio,
encuentra en los comunicadores y en los dems actores productivos la posibilidad de ejercer esa
semejanza, no en el sentido de producciones igualitarias, sino en la oportunidad para todos,
independientemente del status social, creencia, origen, credo, raza, color, religin o cualquier otra opcin
de valores que podamos distinguir.
Como afirma Beltro (2004, p. 30) el solo uso de datos estadsticos sobre la multiplicidad de medios y
canales de comunicacin son insuficientes para apurar los efectos de los mensajes y reaprovechar la
reaccin de los receptores para nuevas y actualizadas comunicaciones". Se torna necesario conocer el
comportamiento colectivo definido por Beltro como forma esencial para realizar la comunicacin
efectiva. As, en el proceso se debe considerar:
La personalidad de los grupos organizados a los cuales se dirige y de que se presume conocer la manera de ser
y hacer como unidad de liderazgo de la comunidad;
La situacin socioeconmica y cultura de la comunidad como un todo, teniendo en cuenta factores tnicos,
condiciones ecolgicas, ndice de desarrollo, nivel educacional, principios filosficos,
las directrices polticas y la influencia de las elites dirigentes sobre el todo, considerando el papel relevante de
los liderazgos polticos y los reflejos de su pensamiento y su actividad en la consciencia de la accin colectiva.
El cuadro psicolgico de actualidad universal, pues nuestra comunidad no vive aislada sino es parte del
mundo fsico y de la humanidad entera repercutiendo en ella y alterando las reacciones de todo cuanto afecta
al globo terrestre (la naturaleza) y la sociedad internacional (la especie humana).
El balance de los efectos de la comunicacin as realizado permite al rgano comunicador colectivo escoger el
contenido y hasta alterar la forma de sus nuevos mensajes. Ese trabajo de interaccin es lo nico realmente
vital en la comunicacin colectiva. Sin ello el mensaje estar irremediablemente condenado: el rgano
45

El profesor Luiz Beltro se refiere al siglo XX.

ESCENARIOS COMUNICATIVOS M.C. GOBBI

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comunicador pierde su energa y dinamismo, se aliena, silencia. Como en la comunicacin colectiva no se


permite interrupcin del circuito o prdida de contacto con la comunidad, el comunicador alienado est
extinto, lleg a su fin (Beltro, 2004, p. 30).

Beltro seala que los grupos organizados de la sociedad necesitan conocer:


Los elementos, instrumentos, procesos, tcnicas y efectos de la comunicacin colectiva fundamentalmente
cuando tales grupos actan en un rea territorial de larga extensin y de diferentes estadios de desarrollo
econmico y cultural.
Cuando para cada parte de la comunidad es necesario usar un lenguaje especial, adoptar un medio adecuado,
impregnar una tcnica distinta, sin la cual el dilogo no slo es difcil sino imposible. Los grupos organizados
no entrarn en comunicacin con las diversas camadas de la sociedad quedndose privadas de la plena
obtencin de sus fines, del cumplimiento satisfatorio de su misin y, en consecuencia, con sus intereses
definidos amenazados.
Los observadores estudiosos de la realidad y de la actualidad brasilea vienen identificando, como seal
marcante de la situacin nacional, la oposicin entre Estado y Nacin, entre elites dirigenes y masa urbana y
rural, entre los receptores frecuentes de mensajes periodsticos en los medios convencionales y los pblicos
ciegos y sordos a tales vehculos aparentemente mudos e inoperantes (Beltro, 2004, p. 31)

La actualidad de los estudios del maestro Beltro, al igual que sus reflexiones originales datadas de la
dcada de 1960, permiten observar que los distintos cambios ocurridos en los escenarios globalizados y
aquellos significativos en la estructura social de los trabajadores de la ciudad y del campo contienen la
relacin entre cultura, sociedad, poltica y economa, formando un conjunto de cambios, donde todos los
actores pueden participar como productores o como consumidores de los bienes culturales producidos
por la industria cultural o los canales alternativos. Esos protagonistas se pueden valer de los ms variados
medios de comunicacin, escenificando su cotidiano junto con mltiples formas de manifestaciones de
esos intercambios y de sus significaciones.
Para una mejor comprensin de los conceptos defendidos por Luiz Beltro y de sus implicaciones en
los procesos comunicativo-sociales, conviene recuperar sus primeras incursiones en el campo de la
comunicacin y la coronacin de sus esfuerzos comprensivos con la creacin de la Folkcomunicacin. En
ellas el maestro detalla las distintas facetas de la cultura y las mltiples manifestaciones populares presentes
en la vida cotidiana, estableciendo maneras de comprender el proceso comunicativo ms all de la simple
mediacin con los 'medios' masivos. Adems pone en evidencia el modo como la Folkcomunicacin
ayuda a la comprensin de varios escenarios, de mltiples actores participantes de la accin comunicativa y
de sus interacciones con la cultura y con los medios de masas.

Desafos para las nuevas generaciones


Cuando en los cursos de Teoras de la Comuniaccin se presenta la teora de la Folkcomunicacin
como la primera teoria brasilea, los estudiantes exponen cuestionamientos muy importantes como por
ejemplo cules ritos o fiestas? cul perodo? qu otras manifestaciones populares pueden ser estudiadas
dentro de los conceptos de la folkcomunicacin? La observacin debe ser hecha ms all de los objetos de
investigacin. Es necesario que no se contemple la manifestacin popular en s, sino los procesos
comunicativos que son readecuados, reinventados, recreados, incorporados, modificados o igualmente
asimilados y adaptados por la poblacin para establecer un proceso comunicativo. No debemos mirar
como el folclorista que va a estudiar con propiedad una manifestacin, sino atender al direccionamiento
del comuniclogo que va a investigar un proceso comunicativo utilizado para revelar las reivindicaciones
del pueblo, sean ellas permeadas por sus angustias y necesidades o simples manifestaciones de
preservacin de la identidad.
La sugerencia para los alumnos, especialmente aquellos que pretenden observar otras formas de
entender el proceso de comunicacin aliado con la prctica periodstica y publicitaria, es que lean la obra

124

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

del maestro Luiz Beltro. Sean sus estudios iniciales o actualizaciones realizadas por sus discpulos como
Roberto Benjamin y Jos Marques de Melo y por estudiosos como: Luitgarde Oliveira Cavalcanti Barros,
Antonio Hohlfeldt y Osvaldo Trigueiro, hasta relecturas realizadas por la nueva generacin de
investigadores como Cristina Schmidt, Betania Maciel, Guilherme Moreira Fernandes, Severino Alves de
Lucena Filho, Karina Janz Woitowicz, Iury Parente Arago, Yuji Gushiken, Fabio Rodrigues Corniani,
Maria Isabel Amphilo, Cristian Yez Aguilar, entre otros.
Constituyen espacios privilegiados de investigacin la Rede de Folkcomunicao, que desde 1998 viene
entregando contribuciones importantes para el entendimiento de este campo de estudios, los trabajos
presentados en los grupos de Intercom (Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da
Comunicao), ALAIC (Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin), junto con
otros ambientes de investigacin como el propio internet.
Es necesario actualizar los conceptos de Folkcomunicacin incorporando los matices de las redes
digitales, de los medios sociales, adems de los cambios en las formas y formatos de produccin,
transmisin y recepcin de informaciones. Existe un abanico de cuestiones que todava merecen ser
respondidas, no solamente en relacin con las intersecciones entre Folkcomunicacin y las carreras
especficas de la comunicacin como periodismo, publicidad, relaciones pblicas, etc., sino congregar otra
miradas, otros medios, otros escenarios. Es necesario conocer, ampliar y discutir los mtodos,
metodologas y tcnicas de investigacin en esa rea, como tambin retomar los estudios iniciales y
conocer la vida y la obra del maestro Beltro, adems de otras provocaciones.
El profesor Marques de Melo nos ha planteado desafos en forma constante para la ampliacin de las
investigaciones en Folkcomunicacin, especialmente aquellas capaces de aliar las posibilidades de la
prctica periodstica con los principios tericos de la Folkcomunicacin. Esto con el objetivo de
posibilitar la sistematizacin de metodologas y tipologas que atiendan las demandas del folk. Existe un
abanico de sugerencias dadas por l en muchas charlas y conferencias que ha venido suministrando sobre
el tema. Como una manera de compartir esos desafos, conquistando nuevos investigadores para el rea, se
pone a disposicin una lista de sugerencias y otras ms que pueden ser incorporadas. Se trata slo de
propuestas que pueden despertar desafos para la investigacin en el campo de la Folkcomunicacin de las
nuevas generaciones, ampliando as el grupo y sedimentando los conocimientos ya realizados.

Desafo / tema /
problema

Preguntas y sugerencias para ser investigadas y resueltas


Cules son las relaciones existentes entre los temas de sus
reportajes y los objetos de estudio que lo consagraran como
investigador acadmico?
En qu medida su prctica periodstica repercuti en el contenido
de su obra publicada (tesis o libros)?

Qu tipo de periodismo
practic Luiz Beltro?

Cmo el periodismo de su tiempo est reflejado en la literatura


que produjo?
Cules son las influencias intelectuales que recibi en su perodo
de formacin?
Qu dilogos intelectuales mantuvo con sus pares acadmicos?

Cmo transfiri su legado


intelectual a discpulos y
colaboradores?

Cmo asimil las corrientes intelectuales de su poca?


doctrina social de la Iglesia Catlica; marxismo-leninismo;
funcionalismo norteamericano; doctrina de seguridad nacional;
nuevo orden mundial de la comunicacin, etc.

ESCENARIOS COMUNICATIVOS M.C. GOBBI

125

Cul fue el precio que pag por no aliarse con las dos corrientes
en confrontacin en la coyuntura post 1964?
Cul fue el papel desempeado en la corriente de pensamiento
denominada Escuela Latino-americana de Comunicacin?
Relaciones intelectuales con
sus contemporneos

Permanencia y actualidad
del Pionerismo Beltraniano

Anibal Fernandes, Agamenon Magalhes, Gilberto Feyre, Cmara


Cascudo, Edison Carneiro, Alceu Maynard de Arajo, Francisco
Julio, Helder Cmara, Paulo Freire, Celso Kelly, Fernando
Segismundo, Freitas Nobre, Adisia S, Alberto Andr.
Teora del Periodismo;
Pedagoga de la Comunicacin;
Mediologa Comparada;
Folkmedia
Diario de Pernambuco;
Folha da Manh;
Asapress;
France Presse;
Rdio Clube de Pernambuco

Actuacin Periodstica

Itinerrio mundial

Liderazgo profesional:
Associao da Imprensa de Pernambuco;
Sindicato de Periodistas de Pernambuco;
Federao Nacional de Periodistas;
Unin Catlica Latino-americana de Prensa
Como periodista: Europa, China, Estados Unidos y Amrica
Latina.
Como acadmico: CIESPAL, UCIP, etc.

Recorrido literario

Incursin en las Relaciones


Pblicas

Contribuciones pedaggicas

Folkcomunicao en
internet

Estreia Pernambuco, aos 1950;


Maturidade Braslia, aos 1980
Recife aos 1950 e 1960;
Braslia aos 1970
Renovador de la enseanza del periodismo - Recife, Quito, aos
1960;
Dinamizador de la investigacin en comunicacin Braslia, So
Paulo, aos 1960-1970
Gneros:
Folkcomunicacin Oral;
Folkcomunicacin Visual;
Folkcomunicacin Icnica;
Folkcomunicacin Cintica;

126

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Nuevos estudios otros gneros o formatos?


Como viene afirmando el profesor Jos Marques de Melo en sus textos y conferencias sobre el tema,
es urgente y fundamental que los resultados de estas investigaciones puedan observar las tendencias
relevantes, mapeando comparativamente los fenmenos en tiempo y espacio, posibilitando la actualizacin
dinmica de la folkcomunicacin como disciplina acadmica. Queda entonces el desafo para todos
aquellos que estn o que desean contribuir en la fundamentacin de esta teora.

Luiz Beltro: breve perfil


Luiz Beltro de Andrade Lima, nacido el 8 de agosto de 1918, religioso fervoroso, cuando joven
soaba con ser sacerdote. Hijo de Francisco Beltro de Andrade Lima, cirujano dentista, y de Maria
Amlia de Andrade, de familia de clase media. Desde nio tuvo en la religiosidad una fuente de
inspiracin. En 1930 entr al Seminario de Olinda. Influenciado por el Padre Costa, director del
Seminario, Beltro descubre que su gran vocacin est fuera de sus paredes. Las diferencias entre el
mundo en que viva y lo que apareca, ayud a que Luiz Beltro encontrase en el periodismo un nuevo
horizonte.
En el Dirio de Pernambuco, en 1936, como revisor tuvo su primer contacto con su nueva profesin.
Su formacin humanstica contribuy a resaltar su habilidad de escribir, la sensibilidad de escritor, su
personalidad creativa, la inquietud de observador" (NAVA, 1998). Cualidades que lo llevaron a la
profesin de periodista, recibiendo su registro en 1940. Trabaj en radio, revistas, agencias y asesora de
prensa, acumulando experiencia que incluy pasajes por el DIP y la Presidencia de la Asociacin de Prensa
de Pernambuco as como su participacin en la creacin del Sindicato de Periodistas Profesionales.
Tambin trabaj en peridicos tales como Correio do Povo y Jornal Pequeno, en las agencias de noticias Asa
Press y France Press y en las revistas Tudo, Guanabara Press, So Paulo Press y Capibaribe. Ejerci la profesin
durante casi 30 aos.
El 24 de octubre de 1986 el pas pierde a uno de los ms brillantes cientistas sociales de ese siglo:
muere Luiz Beltro. l dej una importante produccin acadmica y literaria. Ms all de sus 20 libros,
diversos manuales y artculos, organiz los currculos de diversas facultades por todo Brasil, dirigi cursos
en las reas de Periodismo, Relaciones Pblicas, Opinin Pblica y Enseanza de la Comunicacin.
Dedic su vida a ensear, aprender y discutir periodismo, su gran pasin intelectual.

Consideraciones finales
Aunque Beltro sea recordado por su teora folkcomuniacional, considerada por muchos estudiosos
como la primera teora genuinamente brasilea, su legado trasciende ese universo. Fue el periodismo su
gran pasin. A travs de sus estudios fue posible conocer un hacer periodismo de forma coherente con la
realidad nacional, con el coraje suficiente para el descubrimiento de nuevos caminos.
Es importante que podamos entender las aproximaciones y las intersecciones entre la
Folkcomunicacin, Comunicacin, Folclore y las prcticas comunicativas, de forma que se pueda incluir
las intermediaciones culturales (erudita o masiva) y sus productores situados en las comunidades
perifricas de la sociedad. La instancia mediadora entre la cultura masiva y popular debe propiciar nuevas
miradas y desafos, haciendo que la Folkcomunicacin sea incorporada como disciplina en los cursos de
comunicacin de Brasil. Solamente as conseguiremos ampliar las investigaciones ofreciendo datos
fundamentales para que ella se torne una especialidad legitimada y reconocida por el campo de la
comunicacin.

ESCENARIOS COMUNICATIVOS M.C. GOBBI

127

Bibliografia
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: a comunicao dos marginalizados, So Paulo: Cortez, 1980.
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao Um estudo dos agentes e dos meios populares de informao de
fatos e expresso de ideias. Porto Alegre: Edipucrs, 2001.
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: teoria e metodologia. So Bernardo do Campo, Umesp, 2004.
BELTRO, Luiz. Teoria da Folkcomunicao. En HOHLFELDT, Antonio; GOBBI, Maria Cristina
(Orgs.). Teoria da Comunicao. Antologia de Pesquisadores Brasileiros. Rio Grande do Sul:
Sulina, 2004.
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: conceitos e definies. En GOBBI, Maria Cristina (Org.).
Folkcomunicao: a mdia dos excludos. Cadernos da Comunicao nr. 17 srie Estudos. Rio
de Janeiro: Prefeitura do Rio, 2007.
CARNEIRO, Edison. A dinmica do folclore. Rio de Janeiro: Civilizao Brasileira, 1965.
MARQUES DE MELO, Jos. O folclore miditico. En MARQUES DE MELO, Jos. A esfinge
miditica. So Paulo: Paulus, 2004.
MARQUES DE MELO, Jos. Mdia e cultura popular. Histria, taxionomia e metodologia da
folkcomunicao, So Paulo: Paulus. 2008.
NAVA, Rosa. Pensamento Comunicacional Latino-Americano: Luiz Beltro. Trabalho de curso,
apresentado para a disciplina Pensamento Comunicacional Latino-Americano, ministrada pelo
professor Jos Marques de Melo, no Programa de Ps-Graduao em Comunicao Social, da
Universidade Metodista de So Paulo, curso de doutorado, em 1998. Texto no publicado.

Reflexiones metodolgicas en la
Investigacin en Folkcomunicacin

46

Guilherme Moreira Fernandes.


Universidade Federal do Rio de Janeiro
gui_facom@hotmail.com.

Jnior Pinheiro
Universidade Federal da Paraba, Joo Pessoa,PB
juniorpinheiro@ymail.com.

Jnia Martins
Universidade Federal da Paraba, Joo Pessoa, PB
juniamartins@ymail.com.

Introduccin
Al iniciar su investigacin sobre el ex-voto como vehculo periodstico, Luiz Beltro percibi que
formas no ortodoxas de comunicacin eran utilizadas por los sectores populares que, o bien no tenan
acceso a los vehculos masivos/tradicionales o sus mensajes pasaban por dichos vehculos que
desconocan su realidad. La investigacin emprica realizada por Beltro en ese primer momento hoy
podemos decirlo as fue en verdad una investigacin periodstica.
Como un reportero en busca de noticias, Beltro fue percibiendo que gran parte de la poblacin,
especialmente la nordestina, llevaba a cabo su propia comunicacin. A partir de esta primera experiencia
con el ex-voto y con el fuerte incentivo para continuar este estudio (especialmente de Cmara Cascudo),
Beltro desenvolvi su gran investigacin (entre 1959 y 1967) y la present como tesis doctoral. En este
trabajo, Beltro acu el trmino folkcomunicacin.
El recurso metodolgico de Beltro, expuesto en el cuarto captulo de su tesis, deja claro que l no se
conformaba con la realidad brasilea descrita por los estudiosos de la poca que referia a los dos Brasil, uno
en franco desarrollo cultural y econmico y otro marginalizado que trababa el camino de progreso. Una
clara divisn binaria aunque no analizada como una posicin (o lucha de clase), pero s entre dos
geografas, dos culturas distintas.
Beltro tena un problema de investigacin y conoca exactamente lo que quera saber con dicha
investigacin. En sus propias palabras:
Cmo se informaban las poblaciones rudas y alejadas del interior de nuestro pas continental? Por qu
mdios y cules vehculos manifiestan su pensamiento, su opinin? Qu especie de periodismo y qu forma46 Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian. Presentado en el GT Folkcomunicao del XIII Encontro dos Grupos de
Pesquisa em Comunicao XXXVI Congresso Brasileiro de Cincias da Comunicao, 2013.

130

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

o formas- atendera su necesidad vital de comunicacin? Tendra esa especie de intercambio de


informaciones e ideas algo en comn con el periodismo que pas a clasificar de "ortodoxo"? Y no sera una
amenaza a la unidad nacional, a los programas desarrollistas, a los nuevos ideales polticos y a la misma
sobrevivencia del hombre brasileo como tipo social definido, una mirada en que nosotros, los periodistas, y
nuestros gobernantes nos mantenamos ante esa realidad enigmtica, que es la comunicacin subrepticia de
algunos millones de ciudadanos alienados del pensamiento de las elites dirigentes? (BELTRO, 2001, p. 74).

Partiendo de esas preguntas y pensando en esa realidad brasilea dividida en dos Brasil, Beltro se
adentra en el interior nordestino para poder observar y conversar con los agentes locales, de polticos a
bicheiros, pasando por todas las camadas sociales y culturales. El objetivo era identificar en esas personas a
los
agentes de comunicacin popular, los catimbozeiros; estudiar su lenguaje, situar en su mensaje
aparentemente distante del propsito informativo-opinativo - la mayor parte de las veces destinada
especficamente a contrarrestar el ocio, proporcionar mero entretenimento o hacer negcios situarle un
contenido rico en significados que producira en el oyente, en el lector o en el asistente el mismo efecto de
retrica periodstica entre los receptores del otro Brasil (BELTRO, 2001, p. 76-7).

Para llegar a esos agentes, Beltro se vali de las lecciones de Lazarsfeld, que haba dicho que los
lderes de opinin no se encuentran particularmente en las clases ms eruditas, al contrario, se distribuyen
de forma equilibrada por todas las clases y profesiones y tambin de la concepcin de la dinmica del
folclore de Edison Carneiro , especialmente en la reinterpretacin y actualizacin de una tradicin.
Carneiro estuvo ligado al Partido Comunista y, a pesar de no citar directamente los estudios de Karl
Marx (por razones de fuerza poltica), podemos decir que su investigacin se encuadra en la episteme de la
dialctica (materialista). Estas problemticas epistemolgicas fueron discutidas por Isabel Amphilo (2010). Con
ello, acreditamos que la investigacin folkcomunicacional puede ser desarrollada con mltiples
aproximaciones metodolgicas. Ese es el objetivo de este trabajo.

Una mirada sobre el mtodo


Un conjunto de procedimientos tcnicos e intelectuales impregnados sistemticamente en una
investigacin cientfica, en miras de alcanzar resultados y de llegar a un objetivo, tal como puede ser
definido preliminarmente, es el mtodo cientfico. Por otro lado, el modo de mirar un objeto en la
bsqueda de una respuesta objetiva, sin dejar de considerar las relaciones subjetivas del investigador en la
observacin e interpretacin de los resultados, es igualmente una afirmacin coherente cuando se trata de
la definicin de mtodo. Desde el punto de vista etimolgico, la raz griega methodos comprende el camino
recorrido en direccin a una finalidad, a algn lugar.
En este camino recorrido, algunos pasos son fundamentales en una investigacin de fundamento
cientfico, como la formulacin de hiptesis, la problematizacin, la observacin, experimentacin,
interpretacin y la conclusin. Todas estas etapas son especialmente obligatorias o predeterminantes para
el proceso investigativo y tienden a adecuarse a los diferentes tipos y campos de estudios, segn la
direccin pretendida por el autor. En este sentido, Trujillo Ferrari destaca el mtodo como
"procedimiento racional arbitrario de cmo lograr determinados resultados" (FERRARI, 1982, p. 19).
Agrega que "en la ciencia, los mtodos constituyen los instrumentos bsicos que ordenan desde el
principio el pensamiento en sistemas, trazan de modo ordenado la forma de proceder del cientista a lo
largo de un proceso para alcanzar un objetivo preestablecido (FERRARI, 1982, p. 19).
Histricamente, estudiosos como Charles Darwin, Ren Descartes, Isaac Newton, Francis Bacon,
Karl Popper, Thomas Kuhn, entre otros, fundamentaron experiencias esenciales para el avance de
consolidacin de los diferentes mtodos cientficos. Ya sea en las Ciencias Sociales o Naturales, el mtodo
es imprescindible; sin embargo, las Ciencias Sociales contemporneas tienden a formulaciones menos
cartesianas en la propuesta de una visin ms sistmica y menos positivista, como propone, por ejemplo,
el filsofo Edgar Morin.

REFLEXIONES METODOLGICAS G. MOREIRA FERNANDES

131

En el campo de las Ciencias Sociales Aplicadas, en el campo de la folkcomunicacin destacamos los


mtodos funcionalista, marxista (materialista/dialctica), fenomenolgico y culturalista; en la tentativa de
aproximar la disciplina a miradas metodolgicas posibles.

La investigacin funcionalista en folkcomunicacin


El funcionalismo sociolgico ha sido el modelo de investigacin dominante a nivel mundial y algunos
manuales de teora de la comunicacin todavan hablan como si dichos estudios estuvieran basados en el
modelo de estmulo respuesta. En verdad, est basado en los estudios seminales de mile Durkheim en
los cuales "el funcionalismo sociolgico parte del principio segn el cual todo elemento que compone lo
social es solidario de los dems y no puede ser comprendido fuera de la totalidad que l instituye y
constituye como parte (POLISTCHUK & TRINTA, 2003, p. 85). En el universo comunicacional, "el
funcionalismo supone que el desarrollo de los medios tenga correspondencia con las nuevas necesidades
sociales y, siendo ese el caso, a tales medios compete proporcionar satisfacciones a las expectativas de un
pblico (POLISTCHUK & TRINTA, 2003, p. 85).
Las investigaciones iniciales de este paradigma, como sabemos, fueron realizadas en Estados Unidos,
fundamentalmente con los estudios de Lasswell sobre la propaganda en el perodo de la Guerra. En el
campo filosfico, el paradigma tiene orientacin positivista, o sea, una concepcin disciplinar resultado de
un objeto y de un mtodo. El mtodo en cuestin tiene naturaleza emprica. De este modo, son cuatros
los focos principales de los estudios comunicacionales de cuo funcionalista: 1) un anlisis centrado en el
receptor; 2) el enfoque psicosociolgico; 3) la preocupacin con conceptos operacionales y, finalmente, 4)
el nivel descriptivo de estudio (LOPES, 1994, p. 45).
Las principales crticas al funcionalismo son de naturaleza marxista, especialmente por la ausencia del
concepto de clase social como principio explicativo de anlisis de la sociedad capitalista. El concepto de
cultura popular dentro del funcionalismo no tiene significado clasista recordemos que Beltro afirmaba
que la folkcomunicacin no es una comunicacin clasista sin embargo, la cultura popular en el
funcionalismo es vista como una modalidad atrasada de relaciones y representaciones populares, como
diagnostic la profesora Maria Immacolata Vassalo de Lopes. La concepcin normativa de cultura, como
sabemos, no logr eco en el pensamiento beltraniano.
Tomando como base el concepto de nova abrangncia da Folkcomunicao, presentado por el
profesor Roberto Benjamin (2000), percibimos que tres de los seis tpicos mencionados son claramente
funcionalistas, pues precisamente ese paradigma explica la organizacin social mediante el inventario de
funciones ejercidas por los seres humanos y las instituciones que crean. Es decir, la necesidad de los
comunicadores folk de buscar sus propios canales de comunicacin y las funciones que estos canales
ocupan en el sistema social.
Retomando los tpicos presentados por Benjamin, las investigaciones funcionalistas en
folkcomunicacin pueden ser divididas en: 1) La comunicacin (interpersonal y grupal) que ocurre en la
cultura folk; o sea, el estudio clsico ya presentado por Beltro: un estudio de los agentes, medios de
informacin, medios de expresin de ideas, opiniones y actitudes a travs de medios ligados directa o
indirectamente al folclore dinmico; 2) la mediacin de canales folk para la recepcin de la comunicacin
de masas. Ese punto, como sugiere el trmino mediacin, tambin puede ser estudiado por los caminos de
la corriente culturalista. El funcionalismo est preocupado por cmo los lderes de opinin transmiten a
sus influenciados las informaciones difundidas por los medios. Benjamin tambin describe la importancia de
los estudios de la psicologa de la comunicacin (comportamental) a travs de las denominaciones de
exposicin, percepcin y retencin selectiva (lo que de cierta forma va al encuentro de la codificacindecodificacin de Hall cara al culturalismo); 3) por ltimo, la apropiacin de las tecnologas de la
comunicacin de masa y el uso de los canales masivos por portadores de la cultura folk. Este punto lleva
en consideracin las nuevas tecnologas de la comunicacin y la informacin y muestra los canales
folkmediticos difundidos en masa.

132

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Folkcomunicacin y corrientes marxistas


Comprendida como una perspectiva de origen genuinamente brasileo, la folkcomunicacin viene
consolidando sus estudios, corroborados por investigacin en reas de formacin vinculadas con la
comunicacin, favoreciendo la gravitacin terica y la prctica que la sedimenta como disciplina de la
Comunicacin y las Ciencias Sociales Aplicadas. Exactamente por este dilogo y flexibilidad cientfica, se
recorren diversos caminos metodolgicos en los estudios de los objetos de la comunicacin popular que
sirven como soporte en las investigaciones y de auxilio en la localizacin de respuestas a las cuestiones
levantadas por la episteme de Beltro y sus discpulos.
Despus de su experiencia como periodista, donde convivi de cerca con distintas realidades, en un
Brasil con acentuados contrastes sociales, Beltro inici su investigacin cientfica en los aos 60 y
organiz su pensamiento acerca de la existencia de dos Brasil, uno estancado y otro en contnuo desarrollo,
pero que convivan en un mismo espacio social.
El escenario dicotmico y descompasado entre masa popular y elite, incit al investigador a pensar
que la problemtica de la desigualdad social pasara por la comunicacin. La elite, clase organizada y duea
de los medios de comunicacin de masas, colocara a las camadas populares en dependencia jerrquica.
As surgen los primeros indicios para la creacin de la Teora de la Folkcomunicacin y entre las
cuestiones epistemolgicas levantadas aparece incluida la pregunta: por cules medios y vehculos se
manifiesta el pensamiento y la opinin del pueblo? Se levanta la hiptesis de que, en las camadas
populares, el folclore establece una funcin no slo social sino comunicativa, teniendo actuacin
importante de lderes de opinin en sus grupos constitutivos, vertiente de pensamiento influenciada por el
anlisis funcionalista de Lazarsfeld.
Partiendo del supuesto funcionalista delineado por la Teora de la Folkcomunicacin donde se
considera la funcin social de cada fenmeno en los grupos sociales, y tambin percibe la sociedad y la
cultura como organismo integrado por funciones Beltro identifica que el folclore tiene una funcin
social comunicativa en las camadas populares y se vale de explicaciones vinculadas a los trminos
marxistas como superestrutura, marginalizados y alienados. Adems, recorre los estudios del socilogo Edison
Carneiro, quien desde una lnea neomarxista aborda la dinmica social del folclore desde una mirada
dialctica.
Es interesante resaltar que en los estudios sobre folkcomunicacin tienen cierta constancia autores
que dialogan con la teora marxista. Entre ellos podemos destacar al gegrafo Miltos Santos, con sus
contribuciones para el estudio del territorio y la pobreza; el ya mencionado abogado y folclorista Edison
Carneiro, neomarxista que dej su legado contra la explotacin de clases y el pre-concepto de color; el
historiador y gegrafo Caio Prado Jnior, utilizado por el propio Beltro en las referencias sobre la
formacin de Brasil; el socilogo y profesor Jorge Gonzlez, con influencia ntidamente marxista al
abordar vas entre comunicacin y clases populares; y por supuesto, el poltico y periodista Antonio
Gramsci, muy citado, inclusive por Gonzlez.
En la reactualizacin del marxismo clsico, las ideas gramscianas pregonaban el cambio social
mediante la transformacin del proletariado en fuerza poltica y cultural a travs de la conquista de los
instrumentos ideolgicos. El intelectual orgnico tendra un papel vital en esta conquista. Se trata de un
intelectual proveniente no de la burguesa, sino de la propia masa popular. En los estudios de
folkcomunicacin, es comn pasar por temas como hegemona de la cultura, cultura de los
pobres/marginalizados, cultura popular o iletrada, entre otros, teniendo los estudios de Gramsci como
respaldo.
Ciertamente no se debe confundir que la simple referencia de los autores mencionados, contenida en
los estudios de folkcomunicacin, fundamenten de lleno un carcter prximo al mtodo marxista. Antes,
se debe exigir la verificacin del contexto. Por otro lado, no se puede aseverar con precisin que la Teora
de la Folkcomunicacin utiliza nicamente el mtodo funcionalista. En la obra de Beltro, queda clara esta
laguna en cuanto al mtodo; lo que no disminuye la relevancia de su investigacin sino que abre brechas
para nuevas lecturas y discusiones en las veredas de la metodologa de la disciplina.
En la tentativa por comprender las complejas redes de mensajes de las camadas populares, se percibe
que Beltro desarroll su investigacin sobre la comunicacin en Brasil colonial, partiendo del

REFLEXIONES METODOLGICAS G. MOREIRA FERNANDES

133

materialismo histrico y dialctico, corrientes tericas y metodolgicas con intensa representacin en la


academia brasilea en el perodo en que el autor realiz sus estudios. Luiz Beltro estudi el ser histrico y
social para despus adentrarse en la identificacin de los grupos sociales y sus lderes de opinin y, al
hacerlo, se desvi de la lnea ideolgica difusionista/funcionalista.
Adems de estos autores y referencias marxistas, encontrados en los textos beltranianos, otros
tericos realizan estudios relacionados con la temtica de la folkcomunicacin, como el francs Pierre
Bourdieu y sus estudios sobre campos y capitales simblicos y culturales; los brasileos Renato Ortiz y sus
trabajos sobre la identidad nacional, tradicin y cultura, y Muniz Sodr, que trabaja cuestiones ligadas a la
presencia popular en los medios, identidad, minoras y distinciones sociales.
Existe una autora brasilea, Ecla Bosi, quien realiza una diferencia entre cultura erudita transmitida
por la escuela y cultura popular, una cultura de lo cotidiano creada y desarrollada por el pueblo y las
comunidades, que existe independientemente de su reconocimiento por la educacin formal y cuyo
potencial creativo "articula una concepcin de mundo y de la vida en contraposicin a los esquemas
oficiales" (BOSI, 1996, p. 63). Para la autora, al lado de la cultura del pueblo, existe tambin una cultura de
masa vehiculada por los medios y que "diferente al folclor, no tiene races en la vivencia cotidiana de los
hombres rurales. Ella produce modas (...) pero no fue capaz de crear nada" (BOSI, 1996, p. 77).
Otra contribucin a las investigaciones en Folkcomunicacin viene del autor alemn Hans Magnus
Enzensberger, uno de los principales nombres de la New Left. l sugiere un cambio de enfoque en los
estudios comunicacionales de la emisin hacia la recepcin y defiende que los medios de comunicacin
electrnicos poseen un potencial emancipador y una fuerza movilizadora, lo que lleva una participacin y
adhesin popular en cuanto a sus procesos comunicativos y sociales.
Los estudios del socilogo neomarxista italiano Antonio Gramsci sobre la cultura, los intelectuales
orgnicos y la hegemonia, aparecen como posibilidades reales de resistencia de las manifestaciones
culturales oriundas de las camadas ms pobres y la utilizacin de medios alternativos y populares de
comunicacin. Estas perspectivas influenciaron parte de los Estudios Culturales Latinoamerianos,
principalmente los que fueron realizados en la segunda fase de la Ciespal (Centro Internacional de
Estudios Superiores de Periodismo para Amrica Latina), cuando se intenta romper con la ideologa
dominante y cambia su lnea, enfatizando en los movimientos sociales, comunicacin popular y dando
espacio a tericos latinoamericanos.
Como hemos visto, la folkcomunicacin presenta un terreno frtil para el desarrollo de anlisis, sea
por la amplitud de su campo y posibilidades de objetos de estudio, como tambin por la versatilidad de
puntos de vista metodolgicos que ella permite. Fuera del pensamiento dicotmico
funcionalismo/marxismo, otros mtodos son posibles de utilizacin en la investigacin
folkcomunicacional.

Fenomenologa de la Folkcomunicacin
Adems de la perspectiva marxista, Antonio Hohlfeldt (2013) promueve la fenomenologa como un
punto de vista posible para la definicin de mtodo en la investigacin de Beltro. Para ello, esboza la
necesidad de la comunicacin de los seres humanos con las cosas y con los otros, que ms alla de estar en
el mundo, siguen en busca de una comprensin. Para la fenomenologa, esta comprensin pasa
obligatoriamente por la apariencia; antes de mirar sobre el mundo que existe, es validado aquel sobre el
mundo que es percibido. Percepcin, intuicin y efemeridad son palabras clave en la tentativa de enlace de
la fenomenologa con las manifestaciones folkcomunicacionales.
Antes de penetrar en la fenomenologa propiamente dicha, Hohlfeldt (2013) realiza una breve
trayectoria de Platn a Husserl, en la explicacin de conceptos que refieren a la percepcin del mundo. En
Platn, recuerda la definicin de las dos realidades - la sensible, mundo de imgenes y apariencia; y la
inteligible, compuestas por las cosas fsicamente verificables. El idealismo platnico logra la primera
simiente de la fenomenologa, pues concibe la idea como algo permanente a todo objeto; agudizando la
labor investigativa sobre la representacin y el devenir de todas las cosas, estimulando la complementaridad
entre razn y sensibilidad.

134

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Es a partir de los presupuestos platnicos que Aristteles discurre sobre la physis, considerando la
inteligencia humana como nica posibilidad de conocimiento de la verdad; nico medio de apreciar la
totalidad y la realidad del ente. Pese a lo anterior, esta apreciacin est dotada de intuicin. Tal proposicin
es actualizada en los estudios bergsonianos, que conciben la intuicin como principio para la explicacin
lgica.
As contina su repaso hasta llegar a Edmund Husserl, considerado padre de la fenomenologa.
Hohlfeldt repasa por la obra del filsofo empirista John Locke, y su realce de la importancia de los
sentidos para establecer las deducciones; y de Immanuel Kant, filsofo que concibe la existencia de otras
realidades en s mismas, independiente de la percepcin humana". El idealismo trascedental kantiano es
criterio analtico fundamental para el balizamiento fenomenolgico. La crtica a este criterio es hecha por
Husserl (1986), que considera la fenomenologa de Kant como incompleta, especialmente debido a la
ausencia de un mtodo bien elaborado y una construccin sistemtica, lo que le impedira el ser vista en el
cetro de la ciencia plena.
Como parte de la construccin de una via metodolgica, el principio de intencionalidad se considera como
una de las principales contribuciones de Husserl. Para l, la intencionalidad es un acto psquico, es siempre
la consciencia de alguna cosa. De este modo, no es obligatoriamente preciso que el objeto sea visto, o lo
mismo, que exista, para que individuo piense sobre l. Y siendo la intencionalidad un acto de consciencia,
no cabe la preocupacin si lo que es pensado corresponde al objeto externo; pues este puede ser un nico
cuerpo y puede ser moldeado de varias formas, de acuerdo a los ojos de quien mira.
La fenomenologa sugiere entonces una realidad construda socialmente y entendida como lo
percibido, interpretado y comunicado. Una realidad que no se muestra como nica o acabada: existen
tantas cuantas fueran sus interpretaciones y comunicaciones. Existe la desconfianza de todo lo que es
ordenamiento y estructuracin; siendo as el desorden y el caos, el movimiento muestra un "objeto vivo"
y, por lo tanto, rico para la investigacin. El concepto, como algo cerrado e incorruptible, no resulta
confortable delante de los mltiples lenguajes que mueven a los tantos grupos socioculturales.
La comunicacin tejida en la microsociologa de lo cotidiano, con base en la fenomenologa, se
presenta en un carcter multidimensaional, movida por variadas formas estticas. En este sentido, los
procesos comunicacionales tienden a revelar los lenguajes subterrneos por medio de sociabilidades
afloradas, formas sociales generadas sin obligacin de contacto, tal como las manifestaciones espontneas
de la cultura popular.
Es interesante percibir cmo los grupos delineados por Beltro fomentan objetos de estudio idnticos
a los de la fenomenologa contempornea, que considera la formacin de tribus por lazos afectivos en la
sociedad de masas, en encuentros puntuales de inters comn, en la intencin de re-vinculacin (religacin) con el sentidmiento del mundo (MAFFESOLI, 2010). Maffesoli (2004) exalta la comunicacin
como una realiance, como un cimiento social del mundo post-moderno. En paralelo, Luiz Beltro observa:
Los grupos constitutivos de la sociedad ora estn organizados con una misin especfica a cumplir e intereses
definidos a salvaguardar (...); ora son informales, ligados apenas espiritualmente por ciertas ideas filosficas,
intereses generales y experiencias comunes a la especie humana (...) Los grupos se encuentran, de este modo,
vinculados a un orden semejante de ideas y a un propsito comn: adquirir sabidura y experiencia para
sobrevivir y perfeccionar la especie y la sociedad. Sabidura y experiencia, sobrevivencia y perfeccionamiento
que slo consiguen mediante la comunicacin (BELTRO, 2001, p.53)

As como Beltro da importancia a la fuerza de la comunicacin de los pequeos grupos por medio de
expresiones aparentemente banales, Maffesoli, refirindose a las experiencias compartidas en el da-a-da,
las cuales llama de nada o casi nada, dice que "los rituales minsculos se invierten hasta tornarse base de
sociabilidad" (MAFFESOLI, 2010, p. 53). Son exactamente estos rituales los que dan una eficacia
simblica a la vida. El autor valora las manifestaciones externalizadas por los grupos perifricos en la
delimitacin de sus territorios, llegando a citar a Gilberto Freyre al tratar la perseverancia del pueblo en la
ocupacin de su espacio. Para Maffesoli (2010, p. 202), el pueblo es un genio del lugar, su vida en el dia-a-dia
asegura la ligacin entre el espacio y el tiempo. l es el guardan no-consciente de la sociabilidad.

REFLEXIONES METODOLGICAS G. MOREIRA FERNANDES

135

Con dilogos que parten del aprendizaje con su maestro Gilbert Durand a su vez alumno de
Bachelard y Jung , Michel Maffesoli piensa en una sociologa presa por la razn sensible, tpica de una
sociologa comprensiva. En esta via, sugiere una direccin de investigacin para "cmo el objeto se
presenta", en lugar de "lo que el objeto representa". De este modo, recurre al formismo con
reformulaciones de la sociologia propuestas por Simmel.
Por otro lado, al hablar sobre grupos perifricos urbanos, la fenomenologa tiende a no abordar
conflictos de clase o cambios estructurales. La descripcin de las apariencias moldea una mirada en
direccin al mundo y las cosas, la forma del objeto y sus trazos impresos en el inmediatismo que da la
percepcin del investigador. Lo presente, el ahora y el instante se muestran victoriosos ante los punteros
horarios y la tradicin - un presentismo se establece como uno de los instrumentos para la investigacin.
En este sentido, el historicismo es ignorado, en una crtica radical a Marx y Hegel, por ejemplo.
En el anlisis de Hohlfeldt se esbozan tres caminos orientadores de la Fenomenologa de la
Folkcomunicacin. Entre ellas se destaca la primera: "a) fuerte diferenciacin socioeconmica y, por
consiguiente, cultural, entre los distintos segmentos poblacionales de la sociedad brasilea". En ese
contexto sera posible indagar y tratar la diferencia socioeconmica/diferencia de clases sin pasar por
conceptos como hegemona cultural y superestructura? Sera posible lo anterior tomando en cuenta
solamente la descripcin o el carcter formal de las manifestaciones folkcomunicacionales ms all de las
apariencias, las complejidades semnticas e histricas de los grupos folclricos y de la comunicacion
popular teniendo como factor clave lo que es inmediato y superficial o simplemente cmo ellos se muestran?
De seguro, los hilos que pueden tejer la trama entre la fenomenologa y la folkcomunicacin tienen,
en este presentacin del texto de Antonio Hohlfeldt, un carcter fundamentalmente preliminar. Se trata de
deducciones rasas que deben ser develadas en investigaciones ms profundas. De cualquier modo, aunque
corran el riesgo de equvoco, siempre es una experiencia vlida para el estmulo de la apertura de nuevos
conflictos y sendas.

La investigacin culturalista en folkcomunicacin


Los Estudios Culturales surgieron en Birmingham en la Inglaterra al final de los aos 1950, por medio
de las investigaciones de Richard Hoggart, Edward Thompson y Raymond Williams. Ms tarde Stuart Hall
se integra al grupo. Su historia est ligada al Centre for Contemporary Cultural Studies, fundado en la
Universidad de Birmingham en 1964. En esa poca, los autores tenan una politizacin mayor, alindose a
la Nueva Izquierda inglesa y buscaban en Karl Marx grandes contribuciones.
Richard Johnson (2006) resalta tres contribuciones fundamentales de Marx a los Estudios Culturales:
1) los procesos culturales estn ntimamente vinculados con las relaciones sociales, especialmente con las
relaciones y las formaciones de clase, con las divisiones sexuales, con la estructuracin racial de las
relaciones sociales y con las expresiones de edad; 2) cultura envuelve poder, contribuyendo a producir
asimetras en las capacidades de los individuos y de los grupos sociales; finalmente, 3) cultura no es un
campo autnomo sino un espacio de diferencias y luchas sociales.
Tambin quisiramos recordar que los Estudios Culturales no poseen una metodologa propia, tal cual
la folkcomunicacin. Johnson apunta que las principales caractersticas de esa escuela son: apertura,
versatilidad terica, espritu reflexivo y, especialmente, la importancia de la crtica, entendida como "un
conjunto de procedimientos por los cuales otras tradiciones son abordadas tanto por lo que ellas pueden
contribuir y en cuanto a lo que ellas pueden inhibir (JOHNSON, 2006, p. 10). Pero no por la apertura de
los Estudios Culturales es que todas las investigaciones se puedan encuadrar en esa perspectiva terica.
Johnson (2006) tambin propone tres modelos de investigacin dentro de los Estudios Culturales:
estudios basados en la produccin, estudios basados en el texto y estudios basados en las culturas. Y como
base en esas tres concepciones es que buscaremos interfaces con las investigaciones desarrolladas
actualmente desde la folkcomunicacin. Respecto a los estudios basados en la produccin, Johnson
explica que ellos "implican una lucha por controlar o transformar los ms poderosos medios de

136

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

produccin cultural o para desenvolver medios alternativos por los cuales se podran buscar estrategias
contra-hegemnicas" (JOHNSON, 2006, p. 104).
El proceso folkcomunicacional, de acuerdo con Beltro (1980, 2001) y Benjamin (2000, 2004),
contempla las dos proposiciones de Johnson. En relacin a la transformacin de los medios de
comunicacin tal cual propone Trigueiro (2008), entendemos que los activistas mediticos son
responsables de transformar el sistema comunicacional. Ese activista puede buscar elementos de la
industria masiva o apoyarse en preceptos folclricos para garantizar el derecho a la comunicacin de sus
influenciados.
Tambin observamos en el proceso de folkmarketing, descrito por Lucena Filho (2007), un ejemplo
de transformacin. El autor explica que rganos pblicos y privados utilizan preceptos de la cultura
popular para divulgar (vender) su imagen a travs de estrategias de marketing y del proceso
folkcomunicacional. Luyten (2006), al defender el dilogo entre lo popular y lo masivo, dice que la cultura
popular puede estar presente en los vehculos masivos, bien como lo masivo en lo popular, ese proceso
deja explcito la idea de la transformacin, tanto de la cultura popular como la de masa. Otro ejemplo son
los folguedos populares como el Bumba-meu-boi (Maranho) y Boi Bumb (Amazona) que se transformaron en
eventos masivos al igual que el Carnaval, las Rodas de Samba y La Fiesta de San Juan. Benjamin (2004)
tambin narra que muchos grupos folclricos incorporaron elementos de la cultura de masa
(principalmente televisiva) en sus manifestaciones folclricas, sobre todo las que se encuadran en una
espectacularizacin folkcomunicacional. Sin entrar en la discusin sobre si esto ltimo es negativo o
positivo, es un hecho que esa interface gener una modificacin, transformndola en una cultura hbrida.
El segundo argumento (desarrollar medios alternativos) de Johnson tambin est previsto en las obras
de Beltro y Benjamin. Medios alternativos folkcomunicacionales son el cordel, almanaque, folhinhas,
mamulengos, folleto popular, ex-votos, entre otros. El cordel, por ejemplo, tiene como una de sus caractersticas la
informacin de acontecimientos tambin mediticos que se transforman en temas usados por los
cordelistas para informar y formar opinin de sus lectores. Adems de eso, podemos citar los diarios de
barrio que dan a los ciudadanos la posibilidad de verse, mirar una noticia y saber que ella les habla sobre y es
parte de su cultura. Una radio comunitaria autntica tambin cumple el papel de plaza pblica y puede ser
vista desde una ptica folkcomunicacional. Incluso la creacin de sitios en internet puede ser entendida
como medio alternativo para divulgar una determinada cultura y promover la ciudadana.
El segundo modelo dentro de la perspectiva culturalista propuesta por Johnson son estudios basados
en el texto que al focalizarse en las formas de los productos culturales, en general, se han preocupado por
las posibilidades de una prctica cultural transformativa (JOHNSON, 2006, p. 105). El autor ingls
explica que, sobre esta ptica, est la nocin de una autoproduccin discursiva de sujetos, especialmente
en la forma de historias y memorias (p. 95) y el carcter de los textos oral histricos (p. 122).
Los medios alternativos folkmediticos, adems de ser productos culturales, se preocupan de las
transformaciones culturales. Los folletos de cordel, por ejemplo, adems de guardar la memoria de una
comunidad, tambin adquieren funcin periodstica. En palabras de Roberto Benjamin:
Para los folhetos de actualidad los poetas actan como periodistas, algunos se titulan como poetas-reporteros.
En el caso de acontecimientos locales o regionales van a la escena del crimen o del accidente, hacen
observaciones directas y entrevistas testimoniales; para los hechos que no pueden observar en directo utilizan
como fuente los medios de comunicacin social y entonces funcionan como intermediarios entre stos y el
pblico (BENJAMIN, 1980, p. 110).

Aunque respecto de la literatura de cordel, Luyten (1987) explica que la participacin de los cordelistas
en los acontecimientos es directa, "ya se fue el tiempo en que el poeta popular se refera a las princesas y
caballeros andantes, el tiempo de bichos que hablaban y de cangaceiros47 arrepentidos (LUYTEN, 1987, p.
67). Actualmente los poetas populares viven en las grandes metrpolis y sienten los problemas de la ciudad
como los dems habitantes. Aunque Luyten comenta que "aunque siempre procure salvaguardar los
47 Nombre que se otorgaba a personas que vivan en bandas armadas al margen de la ley en el nordeste brasileo. Su
presencia est documentada entre mediados del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX (Nota del traductor).

REFLEXIONES METODOLGICAS G. MOREIRA FERNANDES

137

sentimientos de nacionalismo y dignidad humana, el poeta popular percibe que para vencer las dificultades
del momento es preciso mucha lucha. Y l, como portavoz de los dbiles, deber estar al frente
(LUYTEN, 1987, p. 67-68).
Ya los estudios basados en culturas vivas (tercer modelo de estudios) son presentados por Johnson
asociados con una poltica de representacin, "apoyando las formas vividas de los grupos sociales
subordinados y criticando las formas pblicas dominantes a la luz de sabiduras ocultas. Este trabajo puede
incluso aspirar a tornar hegemnicas culturas que comnmente son privatizadas, estigmatizadas o
silenciadas (JOHNSON, 2006, p. 105).
Las palabras del investigador britnico vienen al encuentro de los grupos marginalizados propuestos
por Beltro (1980). Beltro explica la existencia de tres grandes grupos marginalizados, los rurales, los
urbanos y los culturales. Cabe aqu una reflexin sobre los grupos culturalmente marginalizados. Beltro
subdividi en grupo en: mesinicos (seguidores de un lder carismtico que sigue una doctrina no
hegemnica), polticos-activistas (lderes que representan el orden local, siendo reconocidos por una
comunidad, detentan poder local pero no regional; pueden hacer uso de la fuerza para la mantencin del
poder) y ertico-pornogrficos (personas que van contra el orden moral y sexual vigente en la sociedad, es
decor, forman parte de este grupo las prostitutas, los homosexuales, las feministas, etc).
Al trabajar con los grupos culturalmente marginalizados de Beltro, necesariamente utilizaremos el
concepto de hegemona de Gramsci, tambin muy estudiado y evocado en los Estudios Culturales. El
individuo marginal, para Beltro, es aquel que est al margen de dos culturas, una hegemnica (dominante)
y otra contrahegemnica (folk). Podemos incluir las luchas de las minoras en este contexto, muchas
luchas por el reconocimiento y la reivindicacin de los mismos derechos (lo que incluye el derecho a la
comunicacin) de los grupos hegemnicos, tal cual prev Johnson.
El individuo marginal descrito por Beltro (1980) muchas veces se presenta dentro de las normas
socialmemte aceptadas, pues l teme ser rechazado por determinados grupos, pero cuando est junto a su
grupo folk, puede asumir su identidad dentro de ese grupo. Por ejemplo, es difcil para un homosexual
declararse gay en un ambiente de trabajo y/o escuela, pero cuando est junto a otros homosexuales l
(puede) no tener problemas en asumirse como tal, claro, una vez que ha pasado por el proceso de coming
out.

Consideraciones finales
Este trabajo no pretende ser conclusivo, tampoco limitar la folkcomunicacin a los mtodos aqu
descritos. Nuestro objetivo fue demostrar que otras perspectivas tambin pueden ser aprovechadas en los
estudios folkcomunicacionales. El mtodo funcionalista utilizado por Beltro en la concepcin de su tesis
sobre folkcomunicacin, se constituye en base a un anlisis interpretativo que enfatiza la funcin social de
un fenmeno y no su efecto. Es tambin conocido como teora de consenso debido a una visin
determinista. Tal mtodo considera la sociedad como una estructura funcional compleja, con funciones
desempeadas y manifestadas por cada grupo social que la integra.
Ya el mtodo marxista tiene como base filosfica el materialismo dialctico, que tiende a exaltar la
importancia de la prctica social y de las relaciones materiales entre las clases constitutivas de una
sociedad. La investigacin con lnea marxista incorpora factores como relaciones, modos y medios de
produccin, las fuerzas productivas y los sujetos como seres sociales. De este modo considera la
materialidad del mundo, la prctica y la conciencia social como factores elementales en el
desenvolvimiento de la investigacin.
La fenomenologa, a su vez circunscrita como una metodologa de comprensin, procura observar las
apariencias primeras de cada fenmeno. Normalmente se utiliza la descripcin del objeto observado y sus
manifestaciones. La aprehensin de lo que es visto, de lo que es notado, por lo tanto, se muestra como
uno de los instrumentos posibles para la investigacin. Intenta lograr la esencia de objeto y para eso,
considera la superficie del mismo, su forma y no su profundidad como elemento norteador de la
interpretacin.
Por ltimo, el mtodo culturolgico procura identificar la naturaleza de la cultura en las sociedades
contemporneas; partiendo de un anlisis de la Teora Crtica. Una apreciacin culturolgica concibe

138

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

normalmente la cultura como un producto fabricado por los mass media; luego imbuda de valores,
smbolos, mitos e imgenes que convergen en la construccin de una dimensin simblica.
Todos estos mtodos supracitados, relacionados con la Teora de la Folkcomunicacin, pretenden
situarse en este artculo como senderos posibles y no como caminos nicos. La intencin es traer
discusiones imprescindibles a todo el campo cientfico, en realce a sus matices y complejidades de
investigacin. En el caso de la folkcomunicacin, disciplina que alcanza su madurez acadmica y su
riqueza cultural y social, acreditamos que es importante la amplitud de miradas en la tentativa de alcanzar
otros vuelos metodolgicos.

REFLEXIONES METODOLGICAS G. MOREIRA FERNANDES

139

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Legado beltraniano: aspectos iniciales de la


folkcomunicacin
Iury Parente Arago
Universidad Metodista de So Paulo
iparagao@yahoo.com.br

Para entender el surgimiento de la Folkcomunicacin y su desarrollo en el perodo de actuacin


profesional de Luiz Beltro es necesario, primeramente, discurrir sobre el recorrido de su formacin
intelectual, para despus analizar sus reflexiones que resultaron en la elaboracin de teora en el campo de
la comunicacin, bien como de los meandros que la configuraron hasta 1986, ao de la muerte de este
investigador pernambucano.

Luiz Beltro
Luiz Beltro de Andrade Lima naci en Olinda (PE) el da 08 de agosto de 1918, hijo de Francisco
Beltro de Andrade Lima, cirujano dentista, y de Maria Amlia Themudo de Andrade Lima. Su formacin
siempre tuvo influencias religiosas, por ser de una familia catlica, de modo que la primera escuela que
frecuent fue el Externado So Jos, donde el lugar de la palmatoria fuera ocupado por una pequea repisa
sobre la cual, siempre ornamentada con flores, estaba la imagen del patrono, el carpintero de Nazaret, el
buen Jos de la cancin (BENJAMIN, s/d, p. 5).
A los doce aos, en 1930, se volvi seminarista, poca en que escribi un romance llamado O Aimor,
que trataba del amor entre una tupiniquim y un aimor, de cuya unin [...] haba surgido la tribu capixaba
de los Tupina (BELTRO, 1998, p. 162). El seminario era un ambiente ausente de noticias. Mas con la
llegada del padre Joo Porto Carrero Costa, eso cambio, pues l percibi cun distanciados estaban los
seminaristas olindenses de la realidad que palpitaba all afuera, de las ideas que se difundan en los campos
de la ciencia y de la fe, de los problemas agudos y angustiantes de un mundo agitado por una crisis
econmica y social sin precedentes (BENJAMIN, s/d, p. 12). Eso fue fundamental para Beltro, pues
pas a repensar su vocacin para el sacerdocio.
A los catorce aos dej la sotana y se fue a estudiar en la Escuela Pernambucana y, en seguida, a la
escuela de Derecho, en una poca en que los estudiantes que permanecan en Pernambuco tenan apenas
tres escuelas de nivel superior para escoger: Medicina, Derecho e Ingeniera. Beltro se decidi por el
Derecho.
Su carrera en las humanidades ya estaba siendo formada, pues un factor de mucha influencia en su
formacin fue la participacin en los Centros de Cultura, o Gremio Literarios:
Cada ciudad tena su Centro de Cultura como hoy casi toda ciudad tiene su Academia de Letras. Yo fui no
solamente socio fundador sino tambin presidente del llamado Centro de Cultura Humberto de Campos, en
Olinda. Este centro estaba naturalmente bajo la gida de un periodista, pues mi generacin fue influenciada

142

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

por Humberto de Campos como periodista y cronista. Fue en este Centro de Cultura que conoc algunas
personas que de cierto modo se destacaron en las letras brasileas o en la poltica. Fue ah que conoc, por
ejemplo, al famoso lder de las Ligas Campesinas, Francisco Julio. l fue mi compaero de adolescencia y le
tengo como amigo hasta hoy. All tambin Ledo Ivo, poeta y hombre de letras. Aquel Centro promova
debates con escritores, haba ah un inicio literario que me dio un buen inters por las letras. Ah yo entr a la
Facultad de Derecho, que mi entrevistador [Jos Marques de Melo] conoce bien, pues ah l tambin estudi.
(BELTRO, 1998, p. 163).

Beltro sali de la Facultad de Derecho en 1943. Sin embargo, ya era periodista desde 1936, habiendo
comenzado el da 15 de diciembre como revisor. Su primer reportaje, publicado el 18 de diciembre de
1936, ya indicaba sus intereses por la cultura popular, tratando de devociones y romeras a la Iglesia del
Monte, en Olinda, habitada por un viejo monje benedictino (BELTRO, 1998, p. 166).
En 1965, escribi un artculo denominado El exvoto como vehculo periodstico, publicado en la
revista Comunicaes e Problemas48, que indic las bases de la Folkcomunicacin, afirmando que uno de los
grandes canales de comunicacin colectiva es, sin duda, el folclor.
En el artculo antes citado, Beltro ya daba pistas de su investigacin que resultara en la
Folkcomunicacin. Antes de profundarse en las cuestiones especficas de los exvotos, el texto enumera
locales, actores y medios que tienen el poder de ser difusores de informacin: farmacia, barbera, chofer de
camin, representante comercial, cantante ambulante, versos de poetas, folletos, e indica que
es tiempo de no continuar apreciando en estas manifestaciones folclricas apenas sus aspectos artsticos, su
finalidad diversional, mas procurar entenderlas como el lenguaje del pueblo, la expresin de su pensar y de su
sentir tantas y tantas veces discordante y hasta opuesta al pensar y al sentir de las clases oficiales y dirigentes.
(BELTRO, 2004, p. 118).

En 1967, Beltro defendi su tesis de doctorado sobre Folkcomunicacin, abordando los medios
populares de comunicacin. El trabajo fue aprobado con la mxima calificacin, conforme el juzgamiento
de tesis de uno de los miembros de la banca, Juan Beneyto:
A juicio del abajo firmante, el estudio que se dictamina muestra desde luego valor cientfico sobrado para
aspirar a la mxima calificacin que el procedimiento acadmico autoriza, por lo que estima que es obra
merecedora de Distincin con Honor. Por otra parte, como tampoco se le oculta el valor poltico del
empeo, se une fervorosamente a que un Brasil de mayor cohesin en los medios convencionales y
populares contribuya a afirmar esa anhelada comunidad mundial que no se acaba de constituir. (En
BENJAMIN, p. 310-311, 1998).

En el ao de 1965, Luiz Beltro fue invitado por el secretario de Prensa del gobierno Castelo Branco,
Jos Wamberto Assuno, para reorganizar la Facultad de Comunicacin de Masas de la Universidad de
Brasilia (UnB) (MARANINI, 1999). Sin embargo, Beltro pas poco tiempo en la UnB ya que, por
motivos polticos, fue despedido por el propio rector que le invit.
Tras ser desvinculado de la UnB, pas a ensear en el Centro de Ensino Unificado de Brasilia (CEUB),
siempre buscando espacio para estudiar la comunicacin en los grupos marginalizados. Tambin encontr
abrigo con sus amigos conterrneos, que dirigan la recin creada Fundacin Nacional del Indio
(BENJAMIN, 1998, p. 80), donde pas a evaluar el comportamiento de la prensa de Brasil sobre las
cuestiones indgenas, resultando en la publicacin del libro O ndio, um mito brasileiro, en 1977, por la editora
Vozes.
En 1985, Beltro sufri un accidente vascular cerebral que lo dej paraltico. An enfermo, tuvo
fuerzas para escribir y lanzar el libro Subsdios para uma teoria da comunicao de massa, con Newton Quirino.
Luiz Beltro falleci en el Hospital de las Fuerzas Armadas en Brasilia, el da 24 de octubre de 1986, a los
68 aos.
48 BELTRO, Luiz. O ex-voto como veculo jornalstico. Comunicaes e Problemas. V. 1, N 1, p. 9-15, 1965.
Recife: ICINFORM.

LEGADO BELTRANIANO: ASPECTOS INICIALES I. PARENTE ARGO

143

Folkcomunicacin
En su tesis de doctorado, Luiz Beltro indica que en 1959, cuando investig los vehculos
consagrados de comunicacin (radio, televisin, cine y peridicos), surgieron las dudas de cmo se
informaban las poblaciones rsticas y tardas del interior de nuestro pas continental? Por cules medios y
vehculos manifestaban su pensamiento y su opinin? (BELTRO, 2001, p. 74). Entonces se puso a
realizar investigacin bibliogrfica en revistas, peridicos, libros antiguos, volantes, etc. y tambin parti al
campo, manteniendo conversaciones con los seores de ingenio, jefes polticos, seoras con casi cien aos y
testigos de transformaciones sociales, encontrando agentes comunicadores en los ms diversos ambientes
e individuos.
Para responder a las indagaciones que surgieron, el investigador pernambucano busc en Djacir de
Menezes la observacin de que los interioranos eran personas diferentes a las que vivan en los grandes
centros urbanos, pareciendo hablar otra lengua, que no comprendan los mensajes de los letrados, que
crean, apenas, en sus catimbs (BELTRO, 2004, p. 50). Visin corroborada por Pedro Calmon, que
tambin observ esta divisin.
Beltro vea el folclor no como algo esttico, sino que se adapta, se reinterpreta y se actualiza. Adopt
la idea de Edison Carneiro de que el folclor es dinmico. Cuando Carneiro escriba sobre la dinmica
intrnseca en el folclor, era una poca de debates entre los antroplogos y folcloristas sobre el
posicionamiento del campo de estudio. Pero, despus de muchas luchas, la perspectiva de que el folclor es
dinmico fue aceptada: no como sobrevivencia, no como tradicin, no como eco del pasado, mas como
fenmeno social y cultural vivo, actual, capaz de nacimiento, desenvolvimiento y muerte. (CARNEIRO,
2008, p. 91).
Es en esa perspectiva que el folclor se aproxima y puede ser visto como sinnimo de cultura popular,
como de hecho pas a ser observado por muchos investigadores en los ltimos veinte aos. La Carta do
Folclore Brasileiro, de 1995, sigue esta lnea, informando que:
1. Folclor es el conjunto de creaciones culturales de una comunidad, basado en sus tradiciones expresadas
individual o colectivamente, representativo de su identidad social. Se constituyen factores de identificacin de
la manifestacin folclrica: aceptacin colectiva, tradicionalidad, dinmica, funcionalidad. Resaltamos que
entendemos folclor y cultura popular como equivalentes, en sintona con lo que preconiza la UNESCO. La
expresin cultura popular va a mantenerse en el singular, aunque entendindose que existen tantas culturas
cuantos sean los grupos que las producen en contextos naturales y econmicos especficos.
2. Los estudios de folclor, como integrantes de las Ciencias Humanas y Sociales, deben ser realizados de
acuerdo con metodologas propias de esas ciencias.
3. Siendo parte integrante de la cultura nacional, las manifestaciones del folclor son equiparadas a las dems
formas de expresin cultural, bien como sus estudios a los dems ramos de las Humanidades.
Consecuentemente, debe tener el mismo acceso, de pleno derecho, a los incentivos pblicos y privados
concedidos a la cultura en general y a las actividades cientficas. (COMISSO NACIONAL DE
FOLCLORE, 1995).

Otro aporte terico que fundament los estudios de Folkcomunicacin fue el flujo de comunicacin
en dos niveles (two-step flow of communication), con la figura del lder de opinin, que es una persona con
funcin mediadora entre los mensajes de los medios de comunicacin masivos y los receptores. Este
agente social es un personaje casi siempre del mismo nivel social y de franca convivencia con los que se
dejaban influenciar, llevando sobre ellos una ventaja: estaba ms sujeto a los medios de comunicacin que
sus liderados (BELTRO, 2001, p.68). Esta referencia proviene de Paul Lazarsfeld, y ayud a rechazar la
idea de un medio omnipotente y omnipresente. Beltro explica el uso de esta teora afirmando que

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Podr a algunos menos avisados parecerles que or el testimonio de ciertos de estos individuos hubiera sido
prdida de tiempo. Y que no olvidara yo la leccin de Lazarsfeld de que los lderes de opinin no se
encuentran particularmente en las clases ms cultas o entre las personas de mayor prestigio de la comunidad,
pero se distribuyen de forma bastante equilibrada para todas las clases y profesiones (BELTRO, 2001,
p.76).

Uno de los motivos por el cual Luiz Beltro se ha visto, por algunos, como un funcionalista, se da,
tambin, por el uso de esas ideas de Lazarsfeld, quien era un socilogo de la comunicacin de orientacin
norteamericana. El funcionalismo tiene como principales pensadores en Estados Unidos a Robert K.
Merton y Talcott Parsons, este ltimo teniendo como su ms relevante publicacin el libro A Estrutura da
Ao Social (1937).
El funcionalismo tiene como uno de sus padres el antroplogo polaco Bronislaw Malinowski, autor
de Uma Teoria Cientfica da Cultura (1970), en la cual defiende el uso de la psicologa behaviorista de
estmulo y respuesta. Beltro (1980, p. 22) rechaz las nociones de que el receptor es pasivo y que el
medio de masa es omnipotente, indicando que investigaciones cientficas de carcter universitario,
realizadas en los EUA y en otros pases, destruyeron el mito de que los medios de masa eran
todopoderosos y ejercan influencia decisiva directa en la aceptacin de nuevas ideas. Fue en el sentido de
fuerza popular que Beltro pens la Folkcomunicacin, pues l crea que las clases marginalizadas creaban
y se comunicaban por medios alternativos; en la potencia que los medios de comunicacin del pueblo
haban de ser transmisores de ideas propias de sus culturas; de ser medios de protesta contra los males
vividos, y de que el pueblo aprenda y enseaba teniendo como espacio de mediacin
la plaza de la feria, la estufa, las ventas y pulperas, puertos fluviales y pequeos fondeaderos de la costa, el
patio de la iglesia, la farmacia y la barbera, la terraza de las casas grandes, donde las novedades son recibidas e
interpretadas, provocando la cristalizacin de opiniones capaces de, en determinado momento y bajo cierto
estmulo, llevar una masa aparentemente disociada y aptica a una accin uniforme y eficaz. (BELTRO,
1980).

El fragmento antes citado arremete al concepto de Centro de Informacin, el cual indica la fuerza de la
cultura en la produccin y en la difusin de conocimientos. En el transcurrir de su tesis son abordados
aspectos educativos y comunicativos, como, por ejemplo, en el perodo pr-cabralino, la orientacin de
dislocamiento en las selvas era realizada a travs de ramas quebradas y marcas en los troncos de los
rboles, o la indicacin de que un determinado lugar era bueno para pescar a travs de un dibujo de pez
en el margen del ro, etc.
En relacin a la tesis de doctorado de Luiz Beltro, la parte conclusiva de la obra indica caractersticas
fundamentales de la Folkcomunicacin: a) que hay un sistema especfico de comunicacin entre grupos
marginalizados; b) los lderes de opinin existen y desempean una importante funcin social, aunque,
algunas veces, no lo perciban; finalmente, c) los mensajes folkperiodsticos se adaptan al pblico, pues el
folkperiodista exagera, carga en las tintas, aumenta o reduce el acontecimiento, buscando mejor
sensibilizar a su pblico. No se trata, sin embargo, de un proceso de deformacin, sino de una forma de
adecuar la informacin a la mentalidad del receptor (BELTRO, 2001, p. 258).
Otra obra relevante para el rea de estudio en debate es Folkcomunicao: a comunicao dos marginalizados,
publicada en 1980 por la editorial Cortez. Est dividida en cinco captulos: Civilizacin y comunicacin, El
sistema de la Folkcomunicacin, Los grupos rurales marginalizados, Los grupos urbanos marginalizados y Los grupos
culturalmente marginalizados. En ella, el investigador pernambucano continu defendiendo la no
omnipresencia y la no omnipotencia de los medios de comunicacin ortodoxos; formas de comunicacin
surgen de acuerdo con los aspectos econmicos y culturales; que la caracterstica predominante en los
agentes comunicadores y en las modalidades de transmisin de los mensajes autnticamente populares era
folclrica (BELTRO, 1980, p. 24); y que la tesis de la dinmica del folclor de Edison Carneiro estaba
comprobada.

LEGADO BELTRANIANO: ASPECTOS INICIALES I. PARENTE ARGO

145

En este libro de 1980, la Folkcomunicacin tiene su sistema mejor explicado que en la tesis, y algunas
caractersticas fundamentales aparecen de manera ms clara:
las manifestaciones son sobre todo resultado de una actividad artesanal del agente comunicador, en cuanto
que el proceso de difusin se desarrolla horizontalmente, tenindose en cuenta que los usuarios caractersticos
reciben los mensajes a travs de un intermediario propio en uno de los mltiples periodos de su difusin.
(BELTRO, 1980, p. 27).

De ese fragmento se pueden observar cuatro aspectos bsicos de la Folkcomunicacin: actividad


artesanal, dispersin horizontal, presencia de intermediario(s) y comunicacin interpersonal. De tales
caractersticas podemos inferir que el pblico receptor del mensaje masivo es heterogneo y que el
receptor oye e interpreta conforme sus intereses: cuando se trataba de mensaje que atinga convicciones
profundas del receptor, ste haca odo de mercador, de modo especial si se tratase de negocios pblicos
(BELTRO, 1980, p. 29).
El sistema de la Folkcomunicacin est compuesto por una fuente de informacin principal,
normalmente el comunicador de masa y un receptor especial, el lder de opinin, que traduce el mensaje
recibido (usando un lenguaje y un medio eficaz), adecundolo a la audiencia de folk.

Imagen N1
Tambin fue verificado que el flujo de comunicacin en dos niveles pueda ser un flujo en mltiples
periodos comprendiendo medios y la relacin de lderes con su grupo ms ntimo, lderes con otros
lderes y, al final con la gran audiencia de folk (BELTRO, 1980, p. 32).
La audiencia de la Folkcomunicacin son los grupos marginalizados, que fueron divididos en tres
grandes conjuntos por Luiz Beltro:
1) Los grupos rurales marginalizados, sobre todo debido a su aislacionismo geogrfico, su penuria econmica
y bajo nivel intelectual. Poseen las siguientes caractersticas: habitantes de reas aisladas, subinformados,
desasistidos, en su mayora semianalfabetos o analfabetos, universo vocabulario reducido y/o particularsimo,
acceso restringido a los medios de masa, normalmente se valen de canales interpersonales directos
(BELTRO, 1980).

146

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

2) Los grupos urbanos marginalizados, compuestos de individuos situados en los escalones inferiores de la
sociedad, constituyendo las clases subalternas, desasistidas, subinformadas y con mnimas condiciones de
acceso. Tambin poseen las siguientes caractersticas: reducido poder adquisitivo y se concentran en
aglomerados de viviendas con poca seguridad e higiene (BELTRO, 1980).
3) Los grupos culturalmente marginalizados, urbanos o rurales, que representan contingentes de contestacin
a los principios, a la moral o a la estructura vigente. Altercan la cultura y la organizacin social establecida, en
razn de adoptar una filosofa contraria a las ideas y prcticas generalizadas de la comunidad. Conforme
Beltro (1980, p.103-104), esos grupos son divididos en tres:
A) Mesinico: que es compuesto de seguidores de un lder carismtico, cuyas ideas religiosas representan
falsificaciones, adulteraciones, exacerbaciones o interpretaciones personalsimas de dogmas y tradiciones
consagradas por las creencias y denominaciones religiosas establecidas y vigentes en el universo de la
comunicacin social;
B) Poltico-activista: el grupo activista tiene una ideologa que la comunidad, en su gran mayora, considera
extica o insoportable. Ellos son grupos que intentan mantener estructuras de dominacin y opresin
vigentes o revolucionar el orden poltico y social en que se fundamentan las relaciones entre los ciudadanos,
empleando fuerza como el arma principal para imponer sus directrices;
C) Ertico-pornogrfico: es compuesto por personas que no aceptan la moral y las costumbres que la
comunidad adopta como saludables, proponindose reformarlas en nombre de una libertad que conoce
lmites a la satisfaccin de los deseos sexuales y prcticas hednicas consideradas perniciosas por la tica
social en vigor (BELTRO, 1980). (En ARAGO, 2012, p. 42-3).

Para terminar este breve texto sobre las indicaciones iniciales de la Folkcomunicacin, ser destacado
observar la importancia del lenguaje49 y su diferenciacin de la lengua:
Hay una diferencia, por tanto, que no puede ser olvidada, entre lengua y lenguaje. En cuanto la lengua se
refiere exclusivamente al lenguaje verbal, lenguaje se refiere a cualquier tipo posible de produccin de
sentido, por ms ambiguo, vago e indefinido que sea ese sentido. Es as que la poesa es mucho ms lenguaje
que lengua y es as tambin que el cine y la msica, por ejemplo, son lenguajes sin ser lenguas (SANTAELLA,
1996, p. 313).

Fragmente que se corrobora con la siguiente citacin de Beltro:


El discurso folclrico, en toda su complejidad, no comprende apenas la palabra, sino tambin los medios
conductuales y expresiones no verbales y hasta mitos y ritos que, venidos de un pasado longincuo, asumen
significados nuevos y actuales, gracias a la dinmica de la Folkcomunicacin. (BELTRO, 2004, p. 72).

La Folkcomunicacin se revela como un rea de estudio ligada a las cuestiones del lenguaje, pues tiene
como fuente de datos la historia oral, la culinaria, la danza, el teatro, entre otros. Un ejemplo de lenguaje
es el exvoto, por el cual mensajes son transmitidos a los devotos y a los visitantes de las salas de milagros de
santos (cannicos o no cannicos). Una informacin puede ser pasada de una persona a otra por una
pieza o conjunto de piezas depositadas en locales de devocin. Beltro indica el anlisis del lenguaje, como
puede ser percibido en el libro Folkcomunicao: a comunicao dos marginalizados:
Como en la Folkcomunicacin cada ambiente genera su propio vocabulario y su propia sintaxis, y cada agente
comunicador emplea el canal que tiene a la mano y mejor sabe operar de modo que su pblico vea reflejados
en el mensaje su modo de vida, sus necesidades y aspiraciones, el encuadramiento de cualquier porcin de la
comunidad en uno de esos grupos depende, antes, de una investigacin de los lenguajes especficos utilizados
por los individuos que la componen y de los medios de expresin por l utilizados. (BELTRO, 1980, p. 40).
49 Para nosotros, lenguaje es cualquier sistema de signos empleados por los seres vivos del reino animal para la
expresin y/o el intercambio de informaciones (BELTRO, 1982, p. 65).

LEGADO BELTRANIANO: ASPECTOS INICIALES I. PARENTE ARGO

147

De esa manera, la Folkcomunicacin se abre para el anlisis de alimentos, disfraces, artesanas etc.,
como puede ser percibido en el texto El folclor como discurso50. La semiologa de Barthes es un camino para
esos anlisis, pues, de acuerdo con Beltro, Barthes ms osadamente encuentra una perspectiva
semiolgica en cualquier manifestacin de la vida social, todas ellas impregnadas de lenguaje y, por tanto,
de significaciones (BELTRO, 2004, p. 70).
As, algunos aspectos esenciales trazados por Beltro sobre la Folkcomunicacin fueron aqu
abordados. Esa teora contina siendo desarrollada por investigadores interesados en el rea, como Jos
Marques de Melo, Joseph Luyten, Roberto Benjamim y Osvaldo Trigueiro.
Una ltima indicacin es el libro Folkcomunicao: teoria e metodologa (2004), el cual trae entrevistas y
textos de Luiz Beltro, en los cuales es posible entender ms sobre el investigador pernambucano, la
Folkcomunicacin y su desarrollo hasta mediados de los aos 80.

Disponble en: BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: teoria e metodologia. So Bernardo do Campo:


UMESP, 2004, p. 67-72.
50

148

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
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cultura popular no caso do Motorista Gregrio, um santo do Piau. Dissertao (Mestrado em
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SANTAELLA, Lcia. Produo de linguagem e ideologia. 2.ed. So Paulo: Cortez, 1996.

Periodismo cultural y Folkcomunicacin:


Dilogos y con(tra)sensos en la produccin
de la cultura
Karina Janz Woitowicz
Universidade Estadual de Ponta Grossa
karinajw@gmail.com.

Srgio Luiz Gadini


Universidade Estadual de Ponta Grossa
sergiogadini@yahoo.com.br.

Torturar um corpo bem menos eficaz do que moldar um pensamento. Eis o motivo pelo qual a
comunicao a pedra de toque do poder. O pensamento coletivo (que no a soma dos pensamentos
individuais em interao, mas sim um pensamento que absorve tudo e difundido por toda a sociedade) se
elabora na comunicao. da comunicao que vm as imagens, as informaes, as opinies e por meio
desses mecanismos de comunicao que a experincia divulgada e transmitida ao coletivo/na coletividade.
(CASTELLS, 2006).

Consideraciones iniciales
En algunas reas o subcampos del conocimiento y en distintas situaciones, es preferible tener en
cuenta lo que no se conoce para luego, cuando sea posible, indicar pistas que permitan entender mejor un
concepto, objeto o problema de investigacin.
Salvando las proporciones, este parece ser el caso de la Folkcomunicacin. No porque no se tenga un
concepto o una orientacin para entender este enfoque, sino por la creciente confusin o generalidad que
la perspectiva disciplinaria sistematizada por Luiz Beltro (1980) sugiere.
Parte de esta mezcla deriva de la manera como se entiende el campo de la comunicacin en Brasil.
Puesto que las actividades de la prctica profesional en el rea comenzaron a ser reconocidas y legitimadas
gradualmente por sus respectivas especificidades. La idea de un no concepto parece superar otros
innumerables esfuerzos por indicar los lmites y las conexiones con otros campos del conocimiento.
Pero no todo puede ser entendido como un subcampo de la comunicacin. Las principales
actividades profesionales tales como el Periodismo, Relaciones Pblicas y Publicidad/Propaganda
tienen sus especificidades y mantienen un conjunto de directrices tcnicas, conceptuales u operativas
que se justifican y (auto) legitiman constantemente a travs de la forma de intervencin en la vida social.
Por lo tanto, no son meros temas o ejes del conocimiento. Como actividades con sus propias referencias,
se establecen con y por marcos conceptuales y metodolgicos, a la vez que dialogan con las reglas y
tcnicas de un hacer profesional socialmente reconocido en sus respectivos espacios de intervencin, y en
sus ms variados formatos, especificidades o segmentaciones.

150

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Sin embargo, vale prestar atencin al hecho de que dichas marcas de la legitimidad social en
comunicacin no se dan simplemente por el reconocimiento de los espacios y las relaciones de mercado.
Esto es porque las actividades profesionales se justifican, antes o simultneamente, por acciones y
demandas sociales. En el caso del periodismo, por las demandas de un tipo de informacin, lo cual es
sistematizado con un valor social en la forma de un modo de conocimiento (GENRO FILHO, 1987). En
la publicidad, la situacin es diferente, ya que dichos conocimientos en la produccin de una informacin
con valor socialmente reconocido no se procesan de modo tan espontneo y casual o incluso reivindicado
por los rastros de una genialidad creativa, como se sospechaba hasta el siglo XIX, an bajo la influencia de
una corriente del romanticismo germnico. Desde la perspectiva de la comunicacin organizacional o
relaciones pblicas es la misma lgica, aunque forjada por otras marcas especficas de un hacer profesional.
No se puede decir lo mismo sobre sectores de conocimiento que fueron surgiendo e integran el
campo de la Comunicacin Social, aunque tal vez las fisuras sean ms legitimadas en Brasil que en otros
pases del mundo, al menos hasta ahora. La Folkcomunicacin como tambin sucede con la Semitica y
la Educomunicacin, por nombrar solo unos pocos ejemplos no se ubica como subcampo y como
actividad profesional en el rea. Cmo recuerda Marques de Melo (2007), se debe entender la
Folkcomunicacin como una disciplina (conceptual) de la comunicacin.
Por lo tanto, se afirma que en la conexin de reas, la Folkcomunicacin 51 se deriva de un
entendimiento con sesgo interdisciplinario, situado entre las expresiones del campo cultural (con nfasis
en caractersticas populares), de la Comunicacin y del Folclore. Y, por el enfoque propuesto en este
ensayo, se justifica el debate y la relacin con el Periodismo Cultural.
Una pista para entender el concepto de campo cultural pensado desde las reflexiones de Pierre
Bourdieu (1990) es la sistematizacin realizada por John B. Thompson (2013):
Um campo cultural um espao estruturado de posies sociais, que pode ser ocupado por agentes e
organizaes e no qual a posio de qualquer agente ou organizao depende do tipo e da quantidade de
recursos ou capital que eles tm sua disposio. Qualquer rea social um setor de negcios, uma esfera
da educao, um departamento esportivo pode ser tratada como um campo, no qual agentes e organizaes
esto interligados em relaes de cooperao, competio e interdependncia. Os mercados so uma parte
importante de alguns campos; porm, os campos so sempre mais do que mercados. Eles se constituem de
agentes e organizaes de diferentes tipos e diferentes nveis de poder e recursos, de uma variedade de
prticas e de formas especficas de concorrncia, colaborao e recompensa (THOMPSON, 2013, p.10).

De este modo, se comprende como Periodismo Cultural a los ms variados productos y discursos de
los medios guiados por caractersticas editoriales del periodismo (por ejemplo, puntualidad, universalidad,
inters, proximidad, difusin, singularidad, pluralidad, adems de las mencionadas marcas estructurales de
presentacin, como la claridad, la dinmica, entre otras) que, al abordar cuestiones relacionadas con el
mbito cultural, establecen, reflejan y disean formas de ser, pensar y vivir de los receptores, haciendo as
una forma de produccin singular del conocimiento humano en el entorno social donde se produce,
circula y es consumido (GADINI, 2009, p. 81).
Desde este enfoque interesa situar los aportes de la teora de la Folkcomunicacin para entender las
dinmicas del campo cultural, con repercusiones y proyecciones en el periodismo. Este camino tiene como
objetivo establecer dilogos entre las manifestaciones culturales y el hacer periodstico, para indicar las
relaciones y las tensiones en la produccin de la cultura a partir de los procesos de produccin articulados
por el campo de los medios de comunicacin52.

51 Vale la pena sealar que la Conferencia Brasilea de la Folkcomunicacin, que se celebr en la Universidad Metodista
de So Paulo, So Bernardo do Campo / SP , entre el 12 y el 14 de agosto de 1998, caracteriz la folkcomunicacin como
"disciplina cientfica" .
52 Esta perspectiva es elaborada por el grupo de investigacin en Periodismo Cultural y Folkcomunicacin de la
Universidade Estadual de Ponta Grossa (UEPG/PR), que desarrolla estudios sobre el tema de la cultura en el periodismo
en Brasil.

PERIODISMO CULTURAL Y FOLKCOMUNICACIN K.J. WOITOWICZ et al.

151

En torno al concepto de cultura en la folkcomunicacin


A partir de Beltro (1980) se entiende que la Folkcomunicacin se sita puntualmente en la conexin
entre el folclore, la cultura popular y la comunicacin. A Folkcomunicao configura hoje um segmento
inovador de pesquisa latino-americana no mbito das cincias da comunicao, observa Marques de Melo
(2005), sealando que o objeto de pesquisa dessa nova disciplina situa-se na fronteira entre o Folclore
(resgate e interpretao da cultura popular) e a comunicao de massa (difuso industrial de smbolos
atravs de meios mecnicos ou eletrnicos destinados a audincias amplas, annimas e heterogneas)
(Marques de Melo, 2005).
Una de las contribuciones de los estudios en Folkcomunicacin es la valoracin de los diferentes
modos a travs de los cuales los grupos sociales se relacionan entre s y producen cultura, en medio de
tensiones entre los medios masivos y la comunicacin popular. Es comprensible, por lo tanto, que
reconocer la existencia de mltiples culturas e identidades es reivindicar el derecho a la diferencia y la
singularidad, sin embargo, se ha establecido el dilogo y la interaccin entre tradiciones y referencias
culturales diversas.
Luiz Beltro (1973) examin diversos procesos presentes en los sistemas de comunicacin social
(formado por un conjunto de mtodos, tcnicas y medios de transmisin y recepcin de informacin,
ideas y enseanzas, centrado en grupos sociales integrados) y Folkcomunicacin (expresin de los
mensajes a travs de los medios de comunicacin ligados al folclore, dirigido al pblico excluido), pero
tambin lleva en cuenta, en su teora de folkcomunicacin, que hay un intercambio entre la cultura de
masas y la cultura popular (y entre los medios masivos y los medios de comunicacin informales). Esta
interaccin, denominada folkmdia por Joseph Luyten (2002) se caracteriza por el uso tanto de elementos
oriundos do folclore pela mdia como a utilizao de elementos da comunicao massiva pelos
comunicadores populares (LUYTEN, cit. en AMPHILO, 2003).
En el contexto de este artculo, interesa discutir aspectos de la produccin cultural en el periodismo,
reconociendo la existencia de procesos simultneos de interaccin simblica que articulan la cultura
comercial, ampliamente difundida en los medios de comunicacin, y elementos de la cultura popular. Se
parte de la concepcin de la cultura popular elaborada por Beltro (2004), que consiste en las dinmicas
propias de la manifestacin de los grupos sociales, expresadas a travs de los vehculos de comunicacin
informal.
Segn Isabel Amphilo, Beltro afirma que os vrios grupos sociais brasileiros tm suas origens em
duas categorias: cultura e desigualdade social (AMPHILO, 2013, p. 95). Por lo tanto, la comunicacin era
entendida como questo de subsistncia social, econmica e cultural, que funciona junto a la
comunicacin institucionalizada.
En este sentido, se puede considerar la cultura popular como un espacio de elaboracin de
referenciales de identidad, que denota la pertenencia a un grupo social particular. La cultura popular
diseada en el espacio cultural de los medios revela evidencias del proceso de apropiacin y de
construccin de referenciales simblicos, que se encuentran inscritos y (re)significados por el periodismo.
Como resultado de esa mirada se indica el papel de los medios de comunicacin en la tematizacin de
la cultura, ya sea a travs del reconocimiento de lo local o del fortalecimiento de las identidades y de las
luchas de los grupos sociales especficos (HALL, 2000). Por lo tanto, se destaca la relevancia de la
Folkcomunicacin como un medio de la observacin de las prcticas que funcionan en el interior de la
cultura.
En el contexto de la cultura popular, se entiende que es caracterizada con base en una tradicin cuya
funcin es la conservacin de una identidad. Es decir, son elementos de una cultura en particular como
referencias histricas, productos y marcas que identifican los valores y costumbres locales que revelan
peculiaridades capaces de caracterizar un sentido de pertenencia. Este enfoque sigue la relacin de la
cultura con los procesos de identificacin, como sostiene Erica Maria de Oliveira (2010).
As culturas so feitas de prticas e de crenas educativas, religiosas, alimentares, artsticas, ldicas. Elas
concernem s regras de organizao da famlia, do parentesco e dos grupos polticos. As prticas e crenas

152

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

esto ligadas ao corpo e mente, e precisam de tempo para transmiti-las. A cultura identificadora (DE
OLIVEIRA, 2010, p. 47).

Se podra decir que mientras el periodismo es un mecanismo de construccin de la realidad social,


tambin proyecta la produccin de identidades y el reconocimiento de las diferencias. La
Folkcomunicacin incorpora un modo fundamental de la produccin de la cultura de los grupos, en el que
entran en conflicto e interaccin elementos que constituyen la singularidad de las diversas manifestaciones
culturales. Es en este sentido, al preservar sus caractersticas y valores, las expresiones
folkcomunicacionales de ciertos grupos e individuos revelan la diversidad de las expresiones culturales, la
tentativa de conservar ciertos puntos de referencia e incluso el proceso de intercambio y mestizaje
resultante del dilogo intercultural.
Es con base en este concepto de identidades y en una cultura que entiende la experiencia vivida de
grupos sociales, la cual se puede reflejar sobre las diferentes maneras con que los individuos y grupos
sociales desarrollan su cultura, apropindose de las referencias de los medios de comunicacin en los
contextos locales, nacionales y mundiales. Son estas interacciones marcadas por tensiones
contradictorias y jerarquas que las articulaciones entre Folkcomunicacin y Periodismo Cultural buscan
desentraar.
En este sentido, investigar el potencial de la produccin cultural constituye un enfoque que cumple
con los problemas actuales en el campo de la comunicacin, indicando posibles caminos para insertar las
manifestaciones populares en el escenario cultural.
La Folkcomunicacin, al basarse en la cultura y los medios de comunicacin popular, permite
profundizar en el debate sobre periodismo cultural y cultura popular, permitiendo reflexiones centradas en
la relacin entre los medios masivos de comunicacin y las manifestaciones que configuran la identidad de
los grupos y comunidades. La interfaz propuesta entre la Folkcomunicacin y el Periodismo Cultural se
sostiene, por lo tanto, en la investigacin sobre cmo el periodismo abre (o no) los espacios para la
expresin y la visibilidad de la diversidad cultural en las estrategias del mercado de consumo de medios.

Cultura, agenda y expresiones populares


Histricamente la cultura ha ocupado poco espacio temtico en los medios brasileos. Las razones de
esta situacin aunque la influencia econmica del mbito cultural registre un crecimiento en el pas
implican varios aspectos que forman parte de la historia de la nacin. Desde las marcas del dominio
colonial, pasando por la desigualdad social que atraviesa cotidianamente la poblacin, las tasas de
analfabetismo que en los ltimos 10 aos bajaron de un dgito porcentual y, finalmente, refieren a maneras
sobre cmo se comprende y experimenta la cultura y el arte en los espacios de la escuela.
Y, aqu, es apropiado considerar que en el periodismo brasileo, que tiene en el siglo XX el perodo
fuerte de la industrializacin (con las ventajas y limitaciones de la formacin de conglomerados de medios
de comunicacin), las expresiones culturales no siempre fueron bien recibidas por los editores o
profesionales del periodismo. Eso es porque, an en las repercusiones de un debate intelectual del siglo
XIX, la apreciacin de las artes y aqu se incluye bsicamente las referencias de siete artes clsicas
registra una hegemona hasta el perodo de posguerra, cuando la tendencia de la industrializacin tambin
alcanza las editoriales y programas ms intelectuales, reconfigurando el enfoque cultural, adems de las
artes tradicionales.
Tales cambios, que tienen su clmax en la cuadernizacin de los peridicos brasileos desde mediados de
los aos 50, pasan a considerar como producciones culturales tambin las expresiones artsticas, hasta
entonces restrictas, pero tratadas de forma ms segmentada, como el teatro, la literatura, la msica, la
pintura y el cine. La estandarizacin en cuadernos culturales que gana adhesin en peridicos de todo el
pas pasa a unir en un nico editorial temas que envuelven manifestaciones culturales en sus ms
diversas configuraciones, formatos, idiomas y soportes tcnicos.
El modelo hegemnico de los diarios brasileos se convierte as en la referencia para la forma de
organizar la cultura en trminos editoriales. Lo que puede parecer una limitacin por un lado, desde otro
ngulo es sin duda una contribucin en la medida que ampla el espacio de las expresiones culturales en el

PERIODISMO CULTURAL Y FOLKCOMUNICACIN K.J. WOITOWICZ et al.

153

producto peridico. Y, si se consideran los diarios, se registra un aumento significativo en comparacin


con las pginas hasta ahora dedicadas a segmentos artsticos o culturales. Por supuesto, al mismo tiempo,
se registra una mayor profesionalizacin de la cultura, que abre espacio para que las crecientes compaas que
operan en el rea tambin disputen el espacio editorial para mostrar o programar sus productos, servicios o
acciones culturales.
Como resultado, el fenmeno de la cuadernizacin tambin se fortalece en una creciente armona con la
agenda temtica de los medios. Es la lgica de agenda setting, desarrollada por Maxwell McCombs (2009), ya
en la dcada del 70 con el anlisis de la cobertura poltica en los Estados Unidos. Para este enfoque la
produccin periodstica de los cuadernos culturales tambin es cada vez ms guiada por la oferta de
servicios, eventos e iniciativas que conforman la agenda del campo cultural en la ciudad, estado o regin a
la cual el diario respectivo est dispuesto a cubrir en trminos editoriales.
Pero, la produccin periodstica de la cultura est restringida a los peridicos impresos? Esto es un
problema, aunque hasta ahora haya en los cuadernos de los diarios ms lugar para la expresin y visibilidad
temtica. Por diversas razones, la cultura histricamente ha tenido poco espacio en el medio radial. Tal
vez, con excepcin de la msica, que se fortalece por este medio de comunicacin, las producciones
culturales raramente ganan difusin en producciones brasileas. Eso, claro, sin entrar en los mritos de la
Era de la Radio (1935- 60 aos), que registra la fuerza de la cultura radial con programas en formato
auditorio, que se reforzaban mutuamente por actuaciones musicales, atrayendo a cientos o miles de
personas a los estudios abiertos en teatros o auditorios adaptados.
La aparicin de la televisin (en Brasil, septiembre de 1950) promete un fortalecimiento en el campo
artstico, en la medida en que el medio audiovisual adapta experiencias de teatro, de radio-auditorio, con la
produccin periodstica (de informacin), luego apostar por un concepto que marca la historia de la
televisin en el pas: la televisin se consolida y se ampla como (casi) sinnimo de entretenimiento
(electrnico). Y, as, las expresiones culturales interesan a los medios emergentes en la misma proporcin
en que se adaptan o ajustan a formatos de produccin de televisin.
Es slo con el aumento de internet comercial (que en Brasil ocurre desde 1994) que las producciones
culturales encuentran otros espacios de debate y difusin. Despus de eso, es una historia diferente,
aunque a veces tiende a seguir la lgica de la cultura hegemnica de formacin editorial de la cultura.
Fbio Gomes (2009) comparte las crticas dirigidas a la cobertura de noticias en el rea de la cultura y
cuestiona la crisis en el Periodismo Cultural, refirindose a la resistencia en el uso de internet como un
nuevo medio y a los lmites de la cobertura hecha por los vehculos. El autor subraya la ampliacin de
espacios para el tema de la cultura con el periodismo en la web.
O padro o veculo impresso integrar uma rede de comunicao multimdia incluindo rdio, TV, site,
gravadora , que muitas vezes se constitui em apenas um dos braos de um grupo empresarial com variados
interesses econmicos. Embora seja difcil determinar ao certo, podemos imaginar que estes mltiplos
interesses podem interferir na forma de abordagem de temas culturais, ou na escolha deste e no daquele
tema. Hoje, porm, o sujeito cultural da era da cibercultura dispe de uma larga oferta de sites e blogs de
jornalismo cultural, quase todos independentes - ou seja, sem ligao com grupos de comunicao e nessa
rea em franca expanso no se fala em crise. (GOMES, 2009).

Y qu tiene que ver esto con el sector de las expresiones artsticas y culturales que dialogan con
tradicin, folclore y manifestaciones populares? Lo que al parecer podra significar una facilitacin a las
expresiones populares, irnicamente, se traducir tambin en distancias de los espacios editoriales
destinados a la cultura. Y eso, en general, por la lgica de la agenda de los medios, que implica tensiones
de disputas por la oferta de servicios y productos lanzados al mercado. Y entonces, las estrategias de las
industrias que operan en el mbito cultural brasileo en nada difieren de los otros sectores de la economa
y de otros pases tampoco: ya sea en msica, cine o literatura, entre otros segmentos del campo cultural, la
fuerza de los medios, recursos y polticas que dichas empresas utilizan para sostener sus productos y
servicios en el mercado de los medios siguen, por regla general, las mismas prcticas y tcnicas de
comunicacin.

154

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

En paralelo, todo lo que se poda apostar en trminos de expansin de las condiciones de visibilidad a
las manifestaciones populares parece perderse en los lmites de la lgica del mercado de los medios de
comunicacin. Al final, una cierta manifestacin popular interesa, fundamentalmente, en la medida en que
asegura la vuelta, adhesin de lectura, acceso y audiencia. Y, para ello, supone una estructura tcnica,
profesional y condiciones financieras para entrar y permanecer en la agenda de los medios de
comunicacin.

Entre los vicios y abusos, la agenda es de la 'industria'


Un estudio sobre la situacin de la cultura en los principales diarios brasileos (GADINI, 2009),
realizada a principios de la ltima dcada (entre 2002 y 2004), revela que tales peridicos se aproximan, y
mucho, cuando se considera el contenido de las pginas de cultura. En trminos generales, la estructura de
los cuadernos incluyen 1) material periodstico (con noticias, reportajes, entrevistas directas, adems de
notas breves); 2) crtica cultural (incluye aqu espacio de articulista en la forma de nota o comentario o
breve ensayo; 3) columna social; 4) servicio o guin, con sinopsis de los ttulos de cine, direccin y
programacin, teatro, ruta de museos, centros culturales, pubs y otros espacios con actividades artsticas y
culturales; 5) programacin o guin de TV, que destaca las pelculas del da, series de pantalla e
informacin sobre actores de telenovela, en su mayora de estaciones de TV abierta; y 6) variedades.
Con respecto a la cobertura y amplitud, el retrato de los cuadernos culturales indica que
aproximadamente el 50% de las noticias abordan asuntos locales o, a lo sumo, regionales, considerando el
espacio dedicado diariamente por los editores de cultura de los peridicos. Sin embargo, la presencia de
materiales sobre temas de cultura popular, folclore y tradicin, est lejos o es casi desconocida por los
equipos de produccin periodstica. Si se compara con la presencia de los principales ejes temticos que
ms aparecen en los cuadernos, como la msica, el cine y los horarios de actividades culturales, tales temas
son insignificantes53.
Conclusin similar muestra el reciente estudio publicado por Ita Cultural (2013)54, que investig la
portada de los cuadernos culturales de 13 diarios en Brasil. Segn la encuesta, a msica hoje o assunto
preferido dos principais jornais brasileiros, respondendo por 26,59% ou 2.740 das matrias publicadas
nas capas de seus cadernos culturais. Tambin de acuerdo con el estudio,
As pautas de audiovisual (cinema e vdeo) apareceram na segunda posio na preferncia dos editores,
ocupando a capa dos cadernos em 1.869 edies (18,14% do total), seguidas por literatura (incluindo poesia,
prosa, fico, ensaio e crtica), com 1.505 capas (14,60%); artes visuais e/ou arte e tecnologia, com 1027
inseres (9,97%), e teatro, com 756 registros (7,34%) (SARON, 2013).

Por lo tanto, es en este sentido que la Folkcomunicacin se convierte en una perspectiva y, en ciertos
aspectos, en una luz en el tnel marcada por una constante oferta de servicios, productos o iniciativas que
difieren poco de la uniformidad predecible, basada en las tendencias y los vicios de lo que "es ms seguro
que vende" o "puede garantizar retorno" al escenario de los medios de comunicacin. La lgica de la
industria es la misma, ya sea en la cultura o en los medios de comunicacin.
No hay ninguna receta para esta situacin, pero en caso de duda conviene escuchar y leer aquellos que
siguen ms de cerca la produccin editorial del mercado cultural brasileo. En una entrevista al
suplemento literario MG, Srgio Augusto evala que para enfrentar a homogeneizao (cultural),
preciso, antes de mais nada, ter ousadia e condies para ser heterogneo (AUGUSTO, 2012, p. 7). Y se
podra pensar que quizs, una de las claves para enfrentar este desafo implica volver la mirada hacia las
riquezas y pluralidades de las expresiones culturales que existen en varias regiones y ciudades del pas.
Aunque sea difcil, esto no es una tarea solamente de los profesionales del Periodismo (editores y
53 En estudio sobre la presencia del rea de la cultura en sitios web periodsticos de Paran, en Brasil (WOITOWICZ,
2012), tambin se seala las limitaciones de la cobertura con respecto a las manifestaciones populares.
54 Disponible en <http://novo.itaucultural.org.br/revista/relatorio-caderno-de-cultura-itau-cultural> Acceso en 22
enero 2014.

PERIODISMO CULTURAL Y FOLKCOMUNICACIN K.J. WOITOWICZ et al.

155

reporteros), sino tambin de otros actores que integran los grupos sociales que interactan en el campo.
No por casualidad, es el propio Montesquieu quien ha sealado que la uniformidad es "uno de los peores
enemigos del gusto". (Cit. en FONSECA, 2012).
Adems de ampliar las condiciones de acceso a bienes y servicios culturales, tenemos que pensar en
maneras de discutir elementos capaces de reformular la formacin para la sensibilidad esttica. Esto es
porque el debate esttico es uno de los rasgos que involucra directamente al periodismo cultural.
O gosto tudo, e nada disso o desmerece ou desqualifica: datado, s faz sentido numa dada poca histrica,
de classe, individual, acadmico. Em sentido amplo, no existe um gosto geral, universal. No por
enquanto. Ainda bem: estamos num mundo ainda marcado pela diversidade e isso o torna interessante. No
quer dizer que um dado modo do gosto no possa apresentar-se como transhistrico, com ou sem razo
(COELHO, Cit. en FONSECA, 2012).

De todos modos, "escapar de la agenda" no equivale a ignorar la informacin y los servicios que estn
en pauta, pero tener en cuenta que las escenas y situaciones que marcan la vida cotidiana, y podran ser
descartadas por los criterios de inters periodstico, pueden tener importancia, universalidad, inters
pblico, pluralidad y tambin pueden entrar en juego en el circuito de relevancia social. Pero esto no es un
simple desafo, porque se trata de una revisin peridica de las estrategias de pauta y agenda editorial ms
all de la agenda factual, predecible y publicitada por los diferentes agentes del mbito cultural.
Segn el periodista Israel do Valle, de la forma como el camino an est siendo procesado, el
periodismo cultural brasileo se convirti en una modalidad de radar que llama la atencin por la
centralidad de la industria de la cultura: el actual modelo hegemnico entrega-se progressivamente ao
achatamento da inquietao e do potencial crtico e o aproxima da publicidade, como refm dos fluxos de
audincia (DO VALE, 2012, p. 28). La hiptesis parece lgica: el periodismo con caractersticas de
anunciante prioriza lo que ya se conoce y est cada vez ms alejado de la vida real, pues s enxerga o fato
quando a multido j o carrega nos ombros (DO VALE, 2012). Mientras tanto, de acuerdo con el mismo
autor, o jornalismo de erautoajuda consagrado pelas revistas semanais parece ter encontrado sua turma,
en varios casos que sirve como gua a los editores culturales de los diarios brasileos. De esta manera, a
lgica do momento falar o que as pessoas querem ouvir, e no o que seria importante dizer. Entre a
inclinao artstica (e jornalstica) mais questionadora e o talento para entreter (de preferncia, sem fazer
pensar), viceja o segundo. (DO VALE, 2012, p. 29).
Para pensar en este tema, vale la pena traer al debate una reflexin de Manuel Castells:
Embora o mundo afirme no ter mais confiana nos governos, nos dirigentes polticos e nos partidos, a
maioria da populao ainda insiste em acreditar que pode influenciar aqueles que a representam. Ela tambm
cr que pode agir no mundo atravs da sua fora de vontade e utilizando seus prprios meios. Talvez essa
maioria esteja comeando a introduzir, na comunicao, os avanos extraordinrios do que eu chamo de Mass
Self Communication (a intercomunicao individual). (CASTELLS, 2006).

En palabras del mismo autor, la Mass Self Communication est presente en internet, telfonos mviles y
otros dispositivos y medios.
A Mass Self Communication constitui certamente uma nova forma de comunicao em massa porm,
produzida, recebida e experienciada individualmente. Ela foi recuperada pelos movimentos sociais de todo o
mundo, mas eles no so os nicos a utilizar essa nova ferramenta de mobilizao e organizao. A mdia
tradicional tenta acompanhar esse movimento e, fazendo uso de seu poder comercial e miditico passou a se
envolver com o maior nmero possvel de blogs. Falta pouco para que, atravs da Mass Self Communication, os
movimentos sociais e os indivduos em rebelio crtica comecem a agir sobre a grande mdia, a controlar as
informaes, a desmenti-las e at mesmo a produzi-las. (CASTELLS, 2006).

156

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

En este contexto, parece que no hay solucin si no la apuesta en la reinvencin de los modos de
produccin editorial en cultura. hora de migrar do corporativismo para o cooperativismo, dijo Israel
do Vale (2012), en referencia al reto de creer en uma via de mo dupla que tira de foco o pblico-alvo e
traz tona o pblico-ativo. Y, en este sentido, es muy posible que las perspectivas folkcomunicacionales,
que mantienen dilogo entre la comunicacin y las expresiones de la cultura popular, puedan contribuir en
este desafo.

Algunas consideraciones
No hay duda que, en el escenario actual de la comunicacin, la produccin cultural presenta las
posibilidades de una mayor descentralizacin y ampliacin de los espacios que van ms all de los lmites
de la hegemona del mercado de los medios de comunicacin. Sin embargo, al mirar la agenda de la cultura
en el periodismo, en particular con respecto a los medios impresos, se puede identificar dificultades
significativas para cubrir temas relacionados con la cultura popular, debido al predominio de un abordaje
comercial en los medios de comunicacin.
Daniel Piza dice que el periodismo cultural tiene el papel simultneo de orientar e incomodar, de
trazer novos ngulos para a mentalidade do leitor-cidado (PIZA, 2009, p. 17). Sin embargo, la cobertura
de noticias de la cultura popular, como ejemplo de lo que registra en Brasil, no ha sido capaz de ampliar
los temas y enfoques que puedan contribuir a la valoracin y desarrollo de las culturas y las identidades de
los grupos sociales. Sin guiar y discutir se mantienen los vicios de un sesgo excluyente (elitista o
masificador).
Al mismo tiempo, la interaccin y el dilogo entre la cultura popular y la cultura de los medios,
presente en las calles y en las redes que forman la cultura digital, son reveladoras de las apropiaciones,
contrastes y tensiones que se manifiestan simultneamente en los canales de comunicacin
institucionalizada y de Folkcomunicacin.
Segn Rafael Conte Oroz, los medios de comunicacin deben desbordar los lmites mismos de la
informacin para constituirse en creacin cultural. La informacin debe asumir el riesgo de ser un dilogo
con la cultura, con la produccin de cultura (OROZ, 1979, p. 38). Es este el desafo que se presenta para
el periodismo cultural: apostar a la actividad periodstica como una forma de produccin cultural capaz de
contemplar la diversidad, la riqueza y los contrastes de las manifestaciones populares, estableciendo
dilogos interculturales.

157

PERIODISMO CULTURAL Y FOLKCOMUNICACIN K.J. WOITOWICZ et al.

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Comunicacin y cultura: las singularidades


de la folkcomunicacin en Cuiab-MT y
Natal-RN
55

Yuji Gushiken
Universidade Federal de Mato Grosso
yug@uol.com.br.

Maria rica de Oliveira Lima


Universidade Federal do Rio Grande do Norte
merical@uol.com.br.

Folkcomunicacin en la enseanza de licenciatura en Comunicacin


en la UFMT
El curso de Comunicacin Social de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), en Cuiab
(capital del Estado de Mato Grosso, Brasil), procurando seguir los parmetros nacionalmente difundidos
en la enseanza superior del rea, ofrece en los primeros semestres lo que se conoce genricamente como
un Tronco Comn: una serie de disciplinas que contemplan las interfaces de las Ciencias Sociales y
Humanas que dieron origen al campo de las Ciencias de la Comunicacin en Brasil. En la joven tradicin
de la enseanza superior en Comunicacin en el pas, donde los cursos de licenciatura en el rea son de
cuatro aos, los tpicos de los estudios de comunicacin se originaron en varios modelos tericos
desarrollados en reas de conocimiento afines. El investigador Venicio Artur de Lima sugiere la
organizacin de los modelos tericos en cuatro grandes vertientes: comunicacin como cultura,
comunicacin como lenguaje, comunicacin como ciencia crtica y comunicacin como ciencia del
comportamiento (LIMA, 2001).
Los modelos tericos sugeridos por Lima circulaban, en la dcada de 1980, en forma de papers
mimeografeados y reproducidos por docentes de teoras de la comunicacin junto a sus alumnos de
graduacin. Los datos compilados por Lima, publicados en libro recin en 2001, apuntan a una condicin
histrica de Brasil a partir de la cual los diversos campos de conocimiento pasaron a adoptar los
fenmenos de la comunicacin como temas centrales en sus indagaciones, principalmente, a lo largo del
siglo XX, perodo en que se desarroll lo que pas a ser denominado como medios de comunicacin de
masas. En el curso de Comunicacin Social de la UFMT que ofrece habilitaciones en Periodismo,
Radialismo y Publicidad & Propaganda , la disciplina Teora de la Comunicacin se dicta en dos
semestres consecutivos.

55

Trad. por YEZ AGUILAR, Cristian.

160

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

La folkcomunicacin es enseada como un tem constituyente de la disciplina de Teora de la


Comunicacin 1, en el primer semestre, para los estudiantes que recin ingresan a la educacin superior.
En relacin a cmo est concebida en esa disciplina, las clases incluyen una discusin sobre la historia de
formacin de este campo, partiendo enfticamente de la interface con las Ciencias Sociales y Humanas. Se
discute la formacin del campo a partir de las disciplinas originarias de la Sociologa de la Comunicacin y
de la Psicologa de la Comunicacin segn los parmetros fortalecidos a lo largo del siglo XX y a partir de
las demandas de organizaciones pblicas y privadas por informaciones respecto a las funciones de la
comunicacin en las audiencias de los ms variados medios de masas.
Mientras estos conocimientos de base funcional dan nfasis al curso de Publicidad & Propaganda, en
el que todava se trabaja bastante con el modelo de Comunicacin como Ciencia del Comportamiento, la
disciplina de Teora de la Comunicacin I se direcciona hacia un modelo de la Comunicacin como
Cultura. En este modelo terico, la comunicacin es pensada enfticamente a partir del dilogo
interdisciplinar con las Ciencias Sociales y Humanas, teniendo como principales bases de apoyo el
materialismo histrico y la antropologa.
En el curso de graduacin de la UFMT, la folkcomunicacin tiene una apelacin cientfica pero
tambin poltica, en la medida en que es ofrecida por al menos dos razones: 1) Porque se trata de una
teora de la comunicacin brasilea, planteada por el primer doctor en comunicacin con tesis defendida
en una universidad nacional y 2) por tratarse de un abordaje terico por el cual las manifestaciones
folclricas y populares incorporan una dinmica comunicacional al campo de la cultura. El contenido
sobre la folkcomunicacin se torn viable precisamente a partir del momento en que fue publicado el
libro Folkcomunicao: um estudos dos agentes e dos meios populares de informao de fatos e ideias (Edipucrs, 2001),
resultado de la tesis de doctorado defendida por el autor en 1967, y Folkcomunicao: Teoria e Metodologia
(Editora Umesp, 2004), con artculos de Luiz Beltro.
La realizacin constante de la Conferncia Nacional de Folkcomunicao, que en 2015 tuvo su
longeva 17 edicin en Cuiab, viene favoreciendo a una nueva generacin de investigadores la adopcin
del abordaje terico desarrollado por Luiz Beltro y la divulgacin con ms nfasis de las cuestiones
relacionadas a la interface entre comunicacin y folclore en sus transformaciones en la cultura popular. Se
publicaron libros que fueron organizados por los investigadores de la Rede Folkcom y las cuestiones
folkcomunicacionales pasaron a circular con una nueva dinmica por el circuito de enseanza superior en
Brasil. En el curso de graduacin en Comunicacin Social de la UFMT, la folkcomunicacin es enseada
como contenido de una disciplina que en general tiene 45 alumnos, quince de cada Habilitacin. Uno de
los aspectos importantes respeto al enfoque es que la UFMT est localizada en una ciudad casi
tricentenaria y en un estado que comprende tres de los ms importantes biomas del territorio brasileo: el
Cerrado, el Pantanal Mato-Grossense y la Amazona. Las prcticas de las culturas populares de carcter
tradicional constituyen, histricamente, modos de expresin de amplias capas de la socidad civil cuiabana
y mato-grossense, lo que implica la insercin de la folkcomunicacin como parte de los contenidos de la
Teora de la Comunicacin.
La idea es que las nuevas generaciones de estudiantes de Comunicacin Social, independiente del rea
en que actan, tengan una concepcin positiva y una actitud afirmativa en relacin a las manifestaciones
culturales populares, principalmente aquellas ligadas a los pueblos tradicionales. Esto, considerando que el
trabajo con las nuevas tecnologas es una experiencia de modernizacin constante que, en general, ha
llevado a los jvenes a considerar las tradiciones como residuos que no siguen la misma direccin de la
modernizacin que transforma a todo.
En los modos de difusin de la prensa local existe un sentido comn propio de las prcticas
periodsticas respecto a que las tradiciones enfrentan una crisis frente a las transformaciones del mundo
contemporneo, lo que tiende apenas a promover un distanciamiento simblico de la juventud en relacin
a las prcticas culturales en el mbito de las tradiciones populares. Sin embargo, las prcticas culturales en
la contemporaneidad evidencian exactamente lo contrario: no son las tradiciones que hoy dependen
enfticamente de los prodecimientos de la vida moderna lo que incluye las prcticas mediticas con las
nuevas tecnologas digitales, sino que son las prcticas comunicacionales de la vida moderna (organizacin
de eventos, turismo, propaganda, marketing, entre otras) que pasan a ser mediadas por la singularidad de

COMUNICACIN Y CULTURA: LAS SINGULARIDADES DE Y. GUSHIKEN et al.

161

los saberes tradicionales, en la medida que la globalizacin pasa a demandar la produccin de diferencias
culturales.
En el caso de Cuiab y del interior de Mato Grosso los ejemplos son visibles. En Cuiab, el Festival
de Cururu56 y Siriri57 se transform en una oportunidad de trabajo para profesionales de los ms diversos
campos de la comunicacin, lo que incluye asesora de prensa, marketing cultural, organizacin de
eventos, prcticas de comunicacin dirigida, diseo de iluminacin, relaciones comunitarias, entre otras
actividades propias de los currculum de Comunicacin Social. De modo discreto, los detentores de
saberes tradicionales, quienes participan invariablemente sin remuneracin en eventos de este tipo,
garantizan la posibilidad de trabajo para una nueva generacin de profesionales de la comunicacin. Por lo
tanto, los procesos folkcomunicacionales se vinculan directamente a otros temas hoy caros a los estudios
de comunicacin. El llamado trabajo inmaterial (LAZZARATO & NEGRI, 2001) constituye de modo
considerable la actual situacin de la globalizacin, en la cual los servicios comunicacionales engendran el
funcionamiento de amplios sectores de la economa. El detalle es que en el caso brasileo el trabajo
inmaterial est invariablemente ligado a un proceso de modernizacin que no prescinde de las
manifestaciones oriundas de las culturas tradicionales. En Cuiab y Mato Grosso esta relacin es evidente
en la promocin de eventos como las exposiciones agropecuarias, las fiestas de santo, los canavales de
Baixada Cuiabana, los festivales de pesca y las ms comunes prcticas de lo cotidiano relacionadas a la
gastronoma, los entretenimientos de las casas nocturnas y los bailes de lambado los fines de semana.

Folclore y cultura popular en la maestra de ECCO-UFMT


A partir del ao 2008, con la creacin de la Maestra en Estudios de Cultura Contempornea en el
Instituto de Lenguaje de la Universidad Federal de Mato Grosso (ECCO-UFMT), la folkcomunicacin
tambin pas a ser enseada en la disciplina de Teoras de la Comunicacin (ahora escrita en plural),
ofrecida en el programa de postgrado stricto sensu, con una diferencia: se aborda ms enfticamente el
concepto de tecnologa como experiencia de modernizacin y la disciplina se difunde entre estudiantes de
maestra oriundos de las ms diversas reas del conocimiento, pero que tienen a la comunicacin y la
cultura como asuntos primordiales en sus proyectos de investigacin. En la ECCO-UFMT la
folkcomunicacin gana una nueva dinmica en la medida en que llega a estudiantes de maestra que no
tuvieron la oportunidad de entrar en contacto con el abordaje terico de Luiz Beltro en la licenciatura, o
sea, los profesionales de reas de las Ciencias Sociales, Educacin, Letras, Filosofa, Geografa, Psicologa,
entre otras, que slo en el postgrado entran en contacto con las teoras de la comunicacin, lo hacen
especialmente con el abordaje folkcomunicacional.
Una mujer afrodescendiente y profesional de Educacin Fsica investiga el vocabulario corporal, de
difcil aprehensin, en la danza popular de lambado58 (FONTES, 2012). Una periodista sansei
(descendiente de japoneses de la tercera generacin) investiga la relacin entre consumo de manga y
aprendizaje de lengua japonesa por parte de alumnos no descendientes en Cuiab (UETA, 2013). Una
publicista tambin sansei investiga los usos de tecnologas digitales para la produccin de copias ilegales e
intercambio de informaciones entre seguidores de manga en escala global (HIRATA, 2012). Un publicista
de origen pantanero investiga cmo en Cuiab las lan houses, en determinado momento histrico, se
tornaron en el modo de acceso a internet por parte de la juventud de baja renta en las periferias de la
ciudad (SILVA, 2010). En alguna medida, estas y otras disertaciones presentan cmo los mrgenes sociales
y las tradiciones folclricas atraviesan y constituyen nuestra ms amplia subjetividad, tal cual se sugiere en
el abordaje folkcomunicacional.
56 Cururu corresponde a la tradicin de canto y danza pasada de padre para hijo hace al menos 200 aos. El nombre
cururu se estima que tiene origen en una danza llamada bacururu de los ndios bororos que vivan en las orillas del rio So
Loureno (ROCHA & CARVALHO, 2007).
57 Siriri corresponde a la danza de rueda o de fila animada por el sonido de la guitarra de cocho, do ganz y del mocho, con
versos mensajes que hablan de los santos de devocin, de trabajo, de amores y de lo cotidiano (ROCHA &
CARVALHO, 2007).
58 Gnero musical popular urbano producido y difundido en la Baixada Cuiabana, en Mato Grosso, y que tambin
produjo un vocabulrio de danza singular.

162

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Las consecuencias de la verticalizacin de la enseanza superior son visibles. Ex alumnos de ECCOUFMT, que comenzaron a defender disertaciones en 2010, tambin pasaron a poner en pauta los temas de
la folkcomunicacin en instituciones de enseanza superior en Cuiab y en el interior de Mato Grosso,
especialmente en la Universidad del Estado de Mato Grosso (Unemat), en el campus de Alto Araguaia
(este del estado), donde funciona uno de los pocos cursos de Comunicacin en el interior del estado. En
cierta medida, la enseanza de la Comunicacin, del modo como trabajamos con ella en los das de hoy,
tiene una fuerte demanda junto al desarrollo del sistema de post-grado stricto sensu en la UFMT en los
ltimos aos. Lo que se investiga a nivel de postgrado simultneamente es llevado al conocimiento de los
alumnos en el sistema de pregrado, acelerando de tal forma la difusin de lo que se debate en la maestra,
para lo cual debe haber una actualizacin en el mbito de los cursos de bachillerato. El circuito de pre y
postgrado se retroalimenta continuamente, de modo que los propios alumnos de maestra pasan a coorientar trabajos de monografa de pregrado, participar de comisiones de monografa, adems de producir
artculos en un trabajo cada vez ms colectivo en el cual se busca consolidar procesos colaborativos para la
produccin de conocimiento y de formacin de nuevos bachilleres, maestros y ahora doctores.
La folkcomunicacin entra en la Maestra en Estudios de Cultura Contempornea a travs de la Lnea
de Investigacin en Comunicacin y Mediaciones Culturales, observando las transformaciones del folclore en el
trabajo con las distintas prcticas de produccin de sentido. En el mbito del curso de maestra, el modelo
busca promover la formacin de los alumnos que todava tienen disciplinas ligadas directamente a los
parmetros de las Ciencias Sociales, recordando que la ECCO-UFMT es un programa que, aunque tenga
sede en el Instituto de Lenguaje (IL), cuenta con la participacin de docentes del Instituto de Ciencias
Humanas y Sociales (ICHS), tanto de sociologa como de antropologa y filosofa, quienes imprimen
tambin otros abordajes sobre las cuestiones de la cultura en la vida contempornea.

Doctorado en ECCO-UFMT/Cuiab
A fines del 2013 la Coordinacin de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Superior (Capes),
rgano del Ministerio de Educacin que autoriza y valida el funcionamiento de cursos de postgrado stricto
sensu en Brasil, elev el concepto del curso de maestra de ECCO-UFMT y autoriz tambin su
funcionamiento como Doctorado, el cual recibi su primera generacin en el primer semetre de 2014. La
formacin de doctores, en especial en la Lnea de Investigacin en Comunicacin y Mediaciones
Culturales, recrea nuevas condiciones de discusin en el campo comunicacional en la interface con las
cuestiones culturales. En la base de esa situacin de desarrollo de la formacin de recursos humanos para
la enseanza e investigacin en postgrado de ECCO-UFMT, la folkcomunicacin ciertamente tambin
pasar a constituir un tronco de las discusiones en la medida en que el foco del doctorado ser el
pensamiento crtico desarrollado en Amrica Latina y las relaciones invariablemente tensas con las
experiencias de la modernizacin en el modo de produccin capitalista.
La Lnea de Investigacin en Comunicacin y Mediaciones culturales, concebida de modo
interdisciplinar, mantiene fuertes relaciones con las otras dos lneas que constituyen el programa de
postgrado: Poticas Contemporneas, que considera otros modos de hacer, y Epistemes Contemporneas, cuyo
foco son otros modos de saber y de conocer. Las mediaciones culturales en la comunicacin consideran
las distintas formas de expresar y vincularse en el mundo contemporneo. La folkcomunicacin traspasa
las cuestiones sugeridas por las lneas de investigacin de ECCO-UFMT las relaciones entre
comunicacin y folclore en sus transformaciones en cultura popular , aunque no solamente ello. El
folclore y la cultura popular, en cuanto prcticas sociales significativas para amplios sectores de la sociedad
civil, envuelven distintos modos de hacer y saber en el mundo contemporneo y necesariamente generan
procesos de vinculacin social que tipifican la cuestin central del campo comunicacional.
En el ao 2013, grupos de estudios ligados a la Lnea de Investigacin en Comunicacin y
Mediaciones Culturales y la Lnea Epistemes Contemporneas de ECCO-UFMT iniciaron la formacin de
un convenio con el Centro de Estudios y Actualizacin en Pensamiento Poltico, Decolonialidad e
Interculturalidad (Ceapedi) de la Universidad Nacional de Comahue, en la ciudad de Neuqun, Argentina.
El convenio busca fortalecer el intercambio de informaciones entre ECCO-UFMT y el CeapediUniversidad de Neuqun para actualizar los debates sobre lo que viene siendo designado como decolonial

COMUNICACIN Y CULTURA: LAS SINGULARIDADES DE Y. GUSHIKEN et al.

163

en Amrica Latina. Mucho de lo que Ceapedi desenvuelve en el campo de las epistemes contemporneas
tiene relaciones muy prximas con los abordajes de la folkcomunicacin, principalmente en la relacin
entre comunicacin y la sociedad desarrollada por Luiz Beltro en su libro Folkcomunicao: Comunicao dos
marginalizados, en que no solamente se considera la marginalidad econmica sino tambin otras formas de
marginalizacin en el campo simblico. Para el pensamiento decolonial, distintas formas de
marginalizacin simblicas, que necesariamente pasan por la marginalidad racial y otras condiciones de
subjetivacin, que no se alejan de las consecuencias que delimitan las condiciones de clase social. Para la
folkcomunicacin, las condiciones de marginalizacin social atraviesan las condiciones de clase, pero
tambin raza, localizacin geogrfica, gnero, sexualidad y otras variables.
La profesora Eugenia Borsani, en visita de cooperacin a ECCO-UFMT, invitada por los profesores
Ludmila Brando (Ncleo de Estudos do Contemporneo/UFMT) y Jos Carlos Leite (Grupo de
Pesquisa Assinatura dos Corpos/UFMT), record que entre Neuqun y Cuiab hay algunas semejanzas
por la condicin geogrfica: son ciudades situadas imaginariamente en los espacios distantes de sus pases
(Patagonia en la Argentina y Pantanal Mato-Grossense, en Brasil), no son metrpolis como Buenos Aires
y So Paulo; las universidades donde estn ubicados el Ceapedi y la ECCO constituyen instituciones
jvenes de enseanza superior y tienen la responsabilidad de ser centros de referencia en la captura,
reelaboracin y difusin de saberes en sus geografas nacionales. En cierta medida, esta localizacin
geogrfica responde siempre a una especie de singularidad espacial que se constituye por la posicin que
cada conglomerado urbano tiene en la malla de la red urbana en cada estado-nacin. Luiz Beltro conceba
esta singularidad geogrfica como aquello que se caracteriza de no-urbano y, en lo urbano, aquello que no
entra en los mrgenes de los valores simblicos hegemnicos. En este sentido es que las relaciones entre el
pensamiento decolonial y la folkcomunicacin nos parecen muy prximas pero precisan ser construdas
por las cuestiones que pasan a colocar en pauta la interface entre comunicacin y cultura, considerando el
modelo de desarrollo socioeconmico y poltico de modo capitalista y sus experiencias de modernizacin.
Por lo tanto, la instalacin del doctorado acarrea la necesidad de reforzar y actualizar un conjunto de
modelos tericos a ser estudiados con alumnos oriundos de otras reas no solo de comunicacin social,
sino tambin de filosofa, artes escnicas, de la msica, educacin, historia, entre otras, que en alguna
medida pasan a tener la interface entre comunicacin y cultura como temas centrales de sus proyectos de
tesis. Cuando se trata de cuestiones pertinentes a las realidades, insondables y no siempre perceptibles
hasta para quienes vivimos en el espacio geogrfico de Amrica del Sur, se torna relevante que las
investigaciones en la interface entre comunicacin y cultura pasen a dar cuenta de lo que significa resistir y
vivir en los ambientes sociopolticos y culturales de los sertes, litorales, cerrados, pantanales, florestas y
espacios urbanos en esta regin del planeta. Como es sabido, nuestras bibliografas comunes narran un
pensamiento que tiene como referencia principal las experiencias europeas y americanas. La expectativa es
que el pensamiento decolonial y la folkcomunicacin, como abordajes tericocrticos, den cuenta y
puedan pautar, problematizar y responder a las demandas emergentes de la sociedad civil en el mbito de
estas geografas de Amrica Latina.
Al completar siete aos de funcionamiento en 2014 y a partir de este mismo ao el Programa de
Postgrado en Estudios de Cultura Contempornea (ECCO-UFMT) tiende a alterar su dinmica con el
objetivo de adaptarse a los rumbos delineados, debido a dos razones: 1) la llegada de alumnos
colombianos a la maestra y la alta demanda presentada por profesionales de otros pases de Amrica
Latina para estudiar en ECCO-UFMT, lo que indica la responsabilidad de la universidad brasilea en el
escenario sudamericano, y 2) por la implementacin del doctorado, en la medida que tambin pasa a
recibir los primeros doctores para estancias de postdoctorado, con bolsas financiadas por Capes/MEC y
se agregan los proyectos de docentes permanentes.
Con mayor nfasis comienzan a desarrollarse proyectos de investigacin que respondan por la
formacin de grupos de investigacin, lo que sugiere que la formacin y el desarrollo de un sistema que
torna indisociable las prcticas de investigacin, enseanza y extensin. En la mdula de esa condicin
histrica, la folkcomunicacin tiende a ser un elemento que agrega potencialidades para percibir las
tensiones entre la comunicacin y la cultura en la vida contempornea, aunque entendindose a partir del
territorio brasileo, para dialogar con las demandas ms amplias en nuestra tan prxima y extraa Amrica
Latina.

164

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

La presencia de la teora de la folkcomunicacin en el Programa de


Postgrado en Estudios de Media (PPgEM) de la UFRN
El Programa de Postgrado en Estudo da Mdia (PPgEM) de la Universidade Federal do Rio Grande do
Norte (UFRN) fue creado en 2009 en Natal, capital del Estado de Rio Grande do Norte, Brasil. Procura
desarrollar actividades de investigacin y estudio por medio de su rea de concentracin: la comunicacin
meditica abordada en el contexto de sus prcticas sociales y en la esfera de su produccin de sentido.
Para el Programa PPgEM,
la comunicacin meditica es, de este modo, tomada como objeto de estudio segn dos perspectivas: una de
ellas se enfoca en los medios como dispositivos de organizacin y articulacin de las prcticas de los campos
sociales; la otra considera la comunicacin meditica como instancia de produccin de sentido a partir de
manifestaciones de natutaleza tnico-discursiva. (www.cchla.ufrn.br/ppgem).

Los fundamentos tericometodolgicos estn vinculados a los fenmenos mediticos a partir de las
referencias de las Ciencias Sociales, las Ciencias de la Comunicacin y los Estudios del Lenguaje. Por lo
tanto, se parte de la premisa de que el objeto de la comunicacin meditica se especifica en dos aspectos:
relacin de los medios con las prcticas de otros campos sociales y el objeto de investigacin como la
propia actividad de produccin discursiva de los medios (midia). El rea de concentracin contempla las
dimensiones de interaccin y del lenguaje en sus dos lneas que conforman el plano de investigacin de la
maestra, Estudios de Medios y Prcticas Sociales y Estudios de Medios y Produccin de Sentido.
Siendo la folkcomunicacin una teora que permite analizar los fenomenos de los medios y la
comunicacin a partir de objetos vinculados a los campos de la cultura popular, la produccin meditica,
las manifestaciones folclricas y la comunicacin alternativa, el PPgEM-UFRN posee en su propuesta
curricular la disciplina optativa Folkcomunicao, Mdia e Cultura Popular, as como tambin Mdia, Comunicao
e Cultura, en la cual la teora de la folkcomunicacin se hace presente durante las discusiones tericas como
soporte para el anlisis de objetos empricos. Durante los cinco aos de funcionamiento de la maestra se
defendieron cinco disertaciones cuyos objetos empricos son reflexionados a la luz de la folkcomunicacin
y otras teoras.
Tabla N1
Disertacin/ao

Obtuvo la maestra

PPgEM

2011
Ttulo del trabajo: Prticas discursivas e
identidade folkcomunicacional na rede
social Orkut: um estudo da Comunidade
MPB
2012
Ttulo del trabajo: A mdia dos outros
somos ns: a experincia audiovisual do
Ponto de Cultura Cinema para Todos
2012
Ttulo del trabajo: Forr eletrnico:
Uma anlise sobre a representao da
figura feminina

Edwin dos Santos Carvalho

Lnea de Investigacin:
Estudios de Medios y
produccin del Sentido

Sonia Regina Soares da Cunha

Lnea de Investigacin:
Estudios de Medios y Prcticas
Sociales

Libny Silva Freire

Lnea de Investigacin:
Estudios de Medios y
produccin de sentido.

2014
Ttulo del trabajo: As Marcas Culturais
das Festas Populares do Ms de Junho no
Fotojornalismo dos Peridicos Correio da

lmano Ricarte de Azevedo


Souza

Lnea de Investigacin:
Estudios de Medios y
produccin de sentido.

COMUNICACIN Y CULTURA: LAS SINGULARIDADES DE Y. GUSHIKEN et al.

Manh e Tribuna do Norte.


2014
Ttulo del trabajo:
Folhetos de cordel entre realidade e fico
cotidiana: um estudo da mdia na
construo do personagem Seu Lunga

Maria Gislene Carvalho Fonseca

165

Lnea de Investigacin:
Estudios de Medios y
produccin de Sentido
Fuente: www.cchla.ufrn.br/ppgem

La Iniciacin Cientfica en el rea de Folkcomunicacin en DecomUFRN


Desde 2011-2012, en el mbito de Iniciacin Cientfica con apoyo de CNPq y de Pro-Rectora de
Investigacin de UFRN (Propesq), hemos desarrollado dos investigaciones en el Departamento de
Comunicacin (DECOM) de la Universidade Federal do Ro Grande do Norte. La primera consiste en un
anlisis cuantitativo de contenido de los vehculos de comunicacin que componen los medios impresos
en la ciudad de Natal-RN, buscando elementos folkcomunicacionales en materias relacionadas con la
gastronoma. Se analizaron nueve ediciones, siendo veinte materias publicadas en agosto del 2011. A partir
del lanzamiento en planillas de diversas informaciones de ediciones buscamos identificar las referencias
tnicas, los hbitos culturales, los valores religiosos y los aspectos folclricos relacionados a esos
elementos que se originaron en el saber y la cultura local y que estn presentes en la culinaria popular. Se
identificaron las de cuo comercial, volcadas a la publicidad de establecimientos gastronmicos en que las
materias culinarias tienen mayormente el propsito de recoger recursos para los peridicos que retratar
costumbres y hbitos de la poblacin. Lo anterior con el objetivo de discutir y percibir elementos de la
teora de la folkcomuncacin a partir de un abordaje consolidado en el rea de las Ciencias de la
Comunicacin, teniendo como base la teora creada por el brasileo Luiz Beltro en su tesis de doctorado
y que ha tenido un reconocimiento y actualizacin gracias a tericos como Cristina Schmidt, Severino
Lucena Filho, Osvaldo Trigueiro, Betania Maciel y los dems contemporneos de Beltro, como Jos
Marques de Melo y Roberto Benjamin. Tambin averiguamos los procesos mediticos que envuelven la
recodificacin de la cultura popular en los medios (folkmedia) y los usos de expresiones y objetos tpicos de
una determinada regin con fines mercadolgicos (folkmarketing) por las publicaciones de las materias en el
diario Tribuna do Norte en la ciudad de Natal. Verificamos la representacin de la gastronoma en un
anlisis del periodismo impreso local a partir de las referencias tnicas, culturales, valores religiosos y
hbitos de cotidianidad de cada regin/Estado, teniendo como mediador los medios de comunicacin,
que terminan apropindose de elementos de la cultura popular (incluso culinaria). Por ltimo revelamos
muchas de las estrategias orientadas al pblico lector como las materias de carcter comercial, noticiosas,
entretenimiento y/o prestacin de servicios.
A partir de las categoras para el anlisis de contenido, en esta investigacin cuantitativa definimos
varias hiptesis, sustentadas por la cuestin de la identidad cultural, regionalizacin y elementos
folkcomunicacionales. Por lo tanto, buscamos responder las preguntas de investigacin que de ellas
emergieron: las materias de gastronoma en el periodismo impreso de Natal representan, de alguna
manera, la identidad cultural local; la gastronoma popular regional tiene espacio en el periodismo impreso
de Natal; las materias de gastronoma presentan elementos folkcomunicacionales que remiten a la cultura
popular o a las manifestaciones folclricas. Tambin utilizamos la investigacin bibliogrfica, donde el
recorte de un corpus determin apenas la cantidad y visibilidad que el peridico dio al tema de la
gastronoma. Los resultados de la investigacin realizada en 2011 en Natal en el diario Tribuna do Norte
fueron publicados en revistas cientficas del rea de Comunicacin, como tambin presentadas en
congresos en el campo de la folkcomunicacin y en grupos de trabajo en los principales congresos de
Ciencias de la Comunicacin en Brasil, Portugal y Espaa.

166

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bsicamente los resultados fueron:


Tabla N2:
1) Hay un mediano
valor-noticia acerca de
la gastronomia, lo que
revela la existencia de
una presencia aunque
tmida y poco elaborada
ante la creatividad, la
innovacin
y
los
recursos periodsticos.

2) La presencia del
elemento folk est en
una
nica
materia
cuando se remite a
gastronoma
local,
destacando la tradicin
portiguar59 mediante las
recetas a base de maz,
teniendo un elemento
referencia
en
la
comunicacin oral y en
las manifestaciones de
los
festejos
juninos.
Curiosamente, pese a
que
cinco materias
comentan textualmente
la tradicin
potiguar,
cuatro de ellas no
remitieron a elementos
folkcomunicacionales
como
festividades,
manifestaciones
y
valores populares. La
tradicin portiguar se
localiz
en
la
gastronoma del litoral
sin ninguna mencin
folk.

3) De veinte materias
sobre
gastronoma
diecinueve
fueron
pagadas o patrocinadas
por los restaurantes,
establecimientos
comerciales
de
alimentos, hoteles, bares
y cafs. Solamente una
materia no fue pagada
por
difundir
una
muestra
culinaria
histrica y tradicional a
base de maz y sus
festividades asociadas.

4) Las fotografas utilizadas


se
limitan
a
platos
elaborados o ilustracin de
alimentos, imgenes de
personas de la sociedad
local, jefes, fachada de
restaurantes, cafs, bares y
hoteles. Finalmente, los
datos
de
anlisis
cuantitativos muestran que
el material periodstico tiene
poca expresividad cuando
se trata de gastronoma en
general. A pesar de ofrecer
un lugar destacado en sus
pginas internas, ellas se
remiten a su condicin
propagandstica
y
patrocinadora
de
la
informacin. Eso tambin
se expres en la llamada de
portada
en
que
prevalecieron lanzamientos
y
publicidad
de
la
gastronoma vinculada al
rea comercial. Respecto a
la cuestin de la tradicin,
observamos la no mencin
y/o poca referencia a la
cultura local. Sin embargo,
es curioso que observamos
cierto destaque de la
gastronoma global en la
ciudad, lo que nos da una
impresin de conexin con
el resto del mundo. Pero esa
misma idea de conexin no
se hace presente en el
intercambio cultural cuando
se busca una mayor
interaccin
entre
las
culturas.

La investigacin cientfica ha podido dar cuenta de que el vehculo, diario impreso Tribuna do Norte de
la ciudad de Natal, dedic muy poco al tema de la gastronoma. A diferencia de otros diarios del nordeste
que poseen cuadernos destinados slo a la gastronoma, las ediciones analizadas de Tribuna do Norte no
presentaron materias especializadas y tampoco alguna materia relacionada en los dems cuadernos o
sesiones de cultura, entrenimiento o variedades. El peridico estableci una importante relacin con la
59

Nacido en la Regin de Ro Grande del Norte en Brasil (nota de los autores).

COMUNICACIN Y CULTURA: LAS SINGULARIDADES DE Y. GUSHIKEN et al.

167

publicidad y la naturaleza de materias pagadas por parte de los patrocinadores y auspiciadores. En cuanto
a la tradicin potiguar, se present poca expresividad y visibilidad. La cuestin de la tradicin no fue
mencionada o utilizada por parte del periodico local. La cultura potiguar, sertaneja o del interior no tuvo
ninguna presencia expresiva, contrariando una de nuestras hiptesis respecto a que la cultura gastronmica
tendra un importante registro. Sin embargo, lo curioso es que observamos que se ha destacado
ligeramente la gastronoma global, lo que nos dio la impresin de una conexin con el resto del mundo.

Consideraciones finales
La folkcomunicacin, abordaje terico concebido por el brasileo Luiz Beltro, est presente en la
formacin de comunicadores en Cuiab y en Natal, teniendo como foco la investigacin cientfica
producida en la UFMT/Cuiab y en la UFRN/Natal, lo que se refleja en la enseanza de grado y
postgrado, y se entiende a travs de minicursos, eventos y publicaciones cientficas. En fin, la vocacin de
los cursos de Comunicacin Social, con habilitaciones en las reas de Periodismo, Publicidad &
Propaganda y Radialismo, incluye un abordaje terico sistematizado como teora comunicacional
singularmente brasilea, con potencial para pensar cuestiones relacionadas a los pases con idnticos
problemas socioeconmicos y culturales en Amrica Latina.
Las dos ciudades, en diferentes geografas en el extenso territorio brasileo, produjeron
histricamente singulares manifestaciones culturales, con sus ritmos, colores, sabores y olores. Dadas las
caractersticas de las manifestaciones culturales, en estas ciudades funcionan programas de postgrado en
estudios de cultura contempornea y de medios en los cuales se busca pensar los asuntos culturales y
comunicacionales. La apuesta en la interface entre comunicacin y cultura incluye, ciertamente y de modo
afirmativo, el abordaje terico de la folkcomunicacin. Se busca enfatizar los modos sobre cmo las
modernas profesiones de la comunicacin social se darn cuenta de ser propiamente modernas slo en la
medida en que produzcan una reflexin autocrtica sobre la dinmica de las culturas tradicionales, que en
el caso de Brasil y Amrica Latina, nos hablan enfticamente de las culturas de los trabajadores e
invariablemente de las poblaciones marginalizadas.
En Brasil, ms all de la Poltica Nacional en Ciencia y Educacin, ha sido posible insertar y
consolidar la folkcomunicacin como disciplina relevante en los cursos de grado y postgrado. Entre los
problemas ms visibles se encuentran los modos en que una idea sobre los estudios en los campos
culturales y comunicacionales/mediticos acaba por atribuir connotacin positiva, por lo general, a aquello
que se presenta como occidental y moderno y, por lo tanto, atribuye connotacin negativa a aquello que
resiste en dotarse de las singularidades y tambin suele ser visto como desvo de una modernizacin que
nunca se instala.
Una caracterstica de los espacios acadmicos en UFMT/Cuiab y en UFRN/Natal es la rutina
acadmica en que se busca guiar hacia la no-preconcepcin respecto a los objetos de investigacin ni
perspectivas tericas, aunque evidentemente los conflictos existan en el ambiente cientfico y precisen ser
considerados. Es relevante notar que Cuiab y Natal son apenas dos puntos en el ya extenso tejido de la
Rede de Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao (Rede Folkcom), que agrega los pares acadmicos en varias
instituciones de enseanza superior en diversas ciudades brasileas y vienen animando la prctica de
investigacin colectiva. En este sentido, la Rede Folkcom se propone hacer algo que no es del todo
comn en Brasil: investigacin propiamente en red, fomentando ms la colaboracin que la competicin
entre pares que trabajan en las diversas instituciones de enseanza e investigacin del pas, dada la
desproporcin en la prctica de investigacin en diversas regiones brasileas.
Brasil, con su extenso territorio, todava se presenta como un pas de amplias desigualdades
socioeconmicas, las que se reflejan en sus complejas distinciones culturales. Las relaciones entre folclore,
cultura popular y comunicacin presentan, necesariamente, las innumerables e insondables demandas de la
sociedad civil. Es en esa intrincada relacin que la investigacin en comunicacin y cultura, incluyendo la
folkcomunicacin, se presenta tambin con sus muchos aspectos indudablemente sin respuestas pero
que precisan ser constantemente puestos en pauta. En medio de las muchas cuestiones que se presentan,
es necesario preguntar: Qu es lo que la investigacin en comunicacin y cultura en Brasil tiene que decir
a Amrica Latina y qu es lo que Amrica Latina tiene que decir a los investigadores brasileos? A pesar de

168

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

que la respuesta todava est muda, existen mientras tanto, rumores de una conversacin que insiste en
instalarse en el tiempo.

COMUNICACIN Y CULTURA: LAS SINGULARIDADES DE Y. GUSHIKEN et al.

169

Bibliografa
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CUNHA, Sonia Regina Soares da. A mdia dos outros somos ns: A experincia do Ponto de Cultura
Cinema para Todos. Dissertao de Mestrado (Estudos da Mdia), Universidade Federal do Rio
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Dissertao de Mestrado defendida no Programa de Ps-Graduao em Estudos de Cultura
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HIRATA, Tatiane. Mang: Do Japo ao mundo pela prtica miditica do scanlation. Dissertao de
Mestrado (Estudos de Cultura Contempornea), Universidade Federal de Mato Grosso, 2012.
LAZZARATO, Maurizio; NEGRI, Antonio. Trabalho imaterial: Formas de vida e produo da
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UETA, Tas Marie. Mang em Cuiab: processos de mundializao e consumo. Dissertao de Mestrado
defendida no Programa de Ps-Graduao em Estudos de Cultura Contempornea da
Universidade Federal de Mato Grosso, 2013.

170

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Redes Acadmicas y Programas de Estudio


Centro de Estudios y Actualizacin en Pensamiento Poltico, Decolonialidad e Interculturalidad.
Universidad

Nacional

del

Comahue,

Neuqun,

Argentina.

Disponible

en:

<http://www.ceapedi.com.ar>.
Programa de Ps-Graduao em Estudos da Mdia da Universidade Federal do Rio Grande do Norte
(PPGEM-UFRN). Disponible en: <www.cchla.ufrn.br/ppgem>.
Programa de Ps-Graduao em Estudos de Cultura Contempornea da Universidade Federal de Mato
Grosso (ECCO-UFMT). Disponible en: <www.ufmt.br/ecco>.
Rede

de

Estudos

Pesquisa

em

Folkcomunicao

(Rede

Folkcom).

Disponible

en:

<www.redefolkcom.org>.
Revista

Internacional

de

Folkcomunicao

<http://www.revistas.uepg.br/index.php?journal=folkcom>.

(RIF).

Disponible

en:

El sitio de la muerte: posibilidades


significativas de las cruces en las autovas

60

lmano Ricarte de Azevdo Souza


Universidade Catlica Portuguesa (Portugal)
ricarteazevedo@gmail.com.

Itamar de Morais Nobre


Universidade Federal do Rio Grande do Norte
itanobre@gmail.com.

Introduccin
En esta investigacin presentamos un anlisis sobre los posibles significados de las cruces en las
autovas federales de Brasil, cuyas marcas son indicios de sitios de muerte ocurridos por accidentes
vehiculares mortales. Hemos observado las cruces en la BR-226, autova federal transversal brasilea que
hace la unin entre las ciudades de Natal, capital de Rio Grande do Norte (nordeste de Brasil), y
Walberlndia, en Tocantins (norte de Brasil), con un total de 1444 kms., pasando por 50 municipios y seis
provincias. Para este estudio, escogimos el trayecto entre las ciudades de Natal y Flornia (las dos en la
provincia de Rio Grande do Norte), con una extensin de 220 kms. sta es una de las rutas principales
para la regin central de la provincia, un camino de comercio entre la capital y el interior.
Con nuestra experiencia de viaje en autovas y nuestras observaciones sobre las cruces en los locales
de muerte, problematizamos: cules son los posibles significados de las cruces en las autovas del
nordeste de Brasil y cules son las prcticas sociales en su entorno?
En ese contexto hemos construido un mapa simblico, localizando estas cruces en la autova BR-226
en el trayecto escogido. Fueron dos viajes entre Natal / Flornia / Natal (exactamente, el da 10 con vuelta
el da 15 y da 20 con retorno el da 21 de julio de 2013).
Como metodologa optamos por el mtodo de la Fotocartografa Sociocultural (Nobre, 2011), que
utiliza la fotografa como mapa simblico, una herramienta que posibilita captar y revelar categoras de
modos de vida:
Defendemos que esa estrategia metodolgica ofrece relevancia a esta investigacin cualitativa, (...)
primeramente por favorecer el surgimiento de ideas de diferentes campos del conocimiento y por
proporcionar una visin ms alargada del cotidiano sociocultural con uso de imgenes (...) Traducindose en
esa direccin, como una tentativa del investigador conocer y revelar las relaciones socioculturales vividas por
las personas investigadas, en su territorio (Nobre, 2011, p. 53).

60

Trad. por DE AZEVDO SOUZA, lmano. Rev. por ROQUE HORMAZA, Rosa.

172

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

En el contexto de la investigacin se utiliza la misma tcnica de Nobre (2011). Adems, con la ayuda
de la fotografa documental, determinamos algunas categoras socioculturales para nuestra investigacin,
las cuales son religiosidad y conocimientos tradicionales, aunque elegimos una nueva categora, la
economa, para revelar las diferentes condiciones sociales en las marcas del sitio de la muerte. Nobre
(2011) describe y analiza aspectos socioculturales, modos de vida, actos polticosociales, saberes
tradicionales y aspectos ambientales de las comunidades en la Reserva de Desenvolvimento Sustentvel Estadual
Ponta do Tubaro en la provincia Rio Grande do Norte (nordeste brasileiro), usando la fotografa como un
mapa sociocultural, en defensa de la tradicin, de hbitos cotidianos, ambiente de sobrevivencia y
convivencia, que eran depredados por empresarios de la industria de gambas y de la red de hoteles.
La fotocartografa sociocultural une los conceptos de fotografa con la cartografa simblica,
resultando un mtodo, cuyo objetivo es mapear y analizar con el registro fotogrfico y con las tcnicas de
observacin, entrevistas, investigacin documental e investigacin bibliogrfica. Entrevistamos al profesor
y gegrafo, Jnior Galdino de Azevdo y a la profesora Ana Maria de Azevdo Souza, master en
Geografa. Ellos hablaron sobre las tradiciones y saberes populares locales, como tambin sobre algunas
particularidades en las cruces como informaciones sobre las personas que all tienen sus sitios de muerte.
Entonces, con la cartografa simblica, hicimos un mapa de los locales segn las ciudades y cruces como
describimos en el cuadro 01:

Cuadro N 01: Locales de muerte en la autova federal BR-226, entre las ciudades de Natal y
Flornia, en la provincia de Rio Grande do Norte (nordeste de Brasil)
Trecho de Natal a Flornia lado
Trecho de Flornia a Natal lado
derecho de la autova
derecho de la autova
Municipio
Nmero de cruces
Municipio
Nmero de Cruces
Natal
0 Flornia
6
Parnamirim
1 So Vicente
3
Macaba
9 Currais Novos
2
Bom Jesus
11 Santa Cruz
3
Serra Caiada
8 Tangar
6
Tangar
6 Serra Caiada
5
Santa Cruz
1 Bom Jesus
6
Currais Novos
3 Macaba
9
So Vicente
11 Parnamirim
0
Flornia
13 Natal
0
Total
de
marcas
93
encontradas
Registramos fotogrficamente 79 cruces, aunque todava este nmero no es exacto, porque muchas de
ellas se hallan lejos de la autova y algunas se encuentran escondidas en los desfiladeros de las sierras. En la
investigacin, an fue posible observar mquinas y hombres en actividad de reconstruccin y reparacin,
evidencia de que algunas marcas de la muerte fueron destruidas. Cada local de muerte fue marcado en un
papel con letrero inicial CZ (cruz) con un nmero para indicar su secuencia de registro (imagen N 01) y
catalogado en un cuadro con la correspondencia del sitio exacto.

EL SITIO DE LA MUERTE E. R. DE AZEVEDO SOUZA et al.

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Imagen N 01: Utilizacin de letrero para indicar el local y uso de un


cuadro para informaciones sobre la marca del sitio de la muerte

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Otras marcas como cruces de madera simples o de hierro, con o sin bases de concreto, capillas
pequeas o grandes pueden no haber sido fotografiadas, porque en ese preciso momento llova,
perjudicando la visibilidad y en algunos trechos haba riesgo para realizar el acto de fotocartografiar. Otras
tampoco fueron vistas porque se encontraban en subidas o declives muy peligrosos. En otros casos
tampoco fue posible visualizar debido a la gran vegetacin arbustiva. Algunas marcas pueden haber sido
destruidas por el Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) en su trabajo de
conservacin y mantencin vial o en trabajos de ampliacin de las autovas federales, sepultando a su vez
las memorias de aquellos que murieron all.
En el campo metodolgico, la folkcomunicacin (BELTRO, 1971, 1980, 2004) ayuda a comprender
estos elementos como instrumentos de comunicacin con posibles significados manifiestos en el artefacto
de la cruz en autovas.
Beltro describi las cruces indicando que desastres, homicidios, suicidios son marcados, en las
autovas brasileas, con cruces de madera tosca, despus cambiadas por piezas de piedra y cal, y en ciertos
casos, hasta por pequeas capillas (BELTRO, 2004, p. 120). Las marcas de los locales de muerte
pueden entonces contener significados para la investigacin en Comunicacin Social. Como es analizado a
continuacin, las cruces pueden indicar una referencia afectiva a la memoria del muerto por los familiares
y amigos. Pueden ser representaciones de los lugares peligrosos existentes en el camino. De manera
anloga, el exvoto, en su ingenua exageracin de milagros es, en verdad, un vehculo del lenguaje
popular, de los sentimientos. Agradecimiento a Dios y protesta contra los hombres del gobierno,
responsables por la situacin lamentable en que se encuentra la mayora del pueblo brasileo
(BELTRO, 1971, p. 148).
Segn Marques de Melo, las cruces pueden ser insertadas en la clasificacin de la Comunicacin
Social: en Gnero (forma de expresin determinada por la combinacin de canal y cdigo) y Formato
(estrategia de difusin simblica determinada por la combinacin de intenciones emisor y de
motivaciones receptor) y an como Folkcomunicacin Icnica, respectivamente, canal ptico/ tctil /
cdigos esttico/ funcional y devocional, diversiones, decorativo, nutritivo, blico, funerario, utilitario
(MARQUES DE MELO, 2008, p. 91)61.

Las cruces en las autovas


Los locales de muerte investigados, como muestra la imagen 02, son en gran parte sealizados por
cruces, siendo stas hechas de madera o de hierro. Cascudo (1983) afirma que es una tradicin de origen
61

Cursiva es nuestra.

174

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

ibrico, pero con expresin en todas partes del mundo. Como afirma Beltro (2004), esta costumbre sirve
como seal del local de la muerte en la autova por accidente mortal, pero es comn para otros tipos de
accidentes mortales, como ahogamiento.
Justamente en el local en que el cuerpo ha cado est puesta una cruz rstica, la que comunica el punto
exacto del fallecimiento.
Imagen N 02: Despus de lo ocurrido, la familia o amigos de la persona all muerta
tienen la costumbre de poner una cruz simple para su registro inicial

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


La imagen N 02, registrada entre las ciudades de So Vicente y Currais Novos, en la provincia del
Rio Grande do Norte (nordeste de Brasil), est en el primer monumento pstumo, colocado por la familia
y los amigos en el local de muerte. A los viajeros les queda la certeza de una remembranza, una memoria
de alguien. Posteriormente y en muchos casos es construida una nueva estructura, ms fuerte, con la
intencin de que dure ms tiempo. Puede ser un pedestal para la cruz o una pequea capilla (imagen N
03), en la cual es guardada la cruz y algunas informaciones sobre la persona muerta en el accidente.
Adems de las inscripciones del nombre, fecha de nacimiento y muerte, como en la cruz en la imagen N
02, la capilla puede traer una fotografa y ser an local de poner flores naturales o artificiales (imagen N
04) o algunas velas con la intencin de rogar por el alma del muerto.
Imagen N 03: local de muerte (CZ 09 - camino Flornia-Natal) de Maria Heloiza Cabral dos Santos,
nacida el da 04 de septiembre de 1985 y fallecida el 01 de abril del 2000

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.

EL SITIO DE LA MUERTE E. R. DE AZEVEDO SOUZA et al.

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En la imagen N 03, es posible observar la capilla hecha de mrmol cerca de la cruz. Adems hay un
rbol, el que mejor seala el lugar, debido a que tiene ms durabilidad y longevidad que el humano en el
medio-socio-ambiental-cultural. En otros casos puede ser vista como un abrigo contra el sol para los que
estn de viaje y paran en un local de muerte para hacer oraciones.
Imagen N 04: detalles del interior de la capilla (CZ 09 Flornia-Natal) con la inscripcin en la foto con
el mensaje de la familia: Eternas aoranzas de sus padres y familiares.

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


La marca CZ 18 (Natal-Flornia) entre los municipios de Santa Cruz y Currais Novos es ms que una
capilla, es un monumento con ms de dos metros de altura con trabajo detallado en mrmol, contiene
fotografa, nombre completo, fecha de nacimiento y fallecimiento, as como un mensaje de la familia
como muestra la secuencia de fotos en la imagen N 05.
Imagen N 05: secuencia de fotos de la marca CZ 18 (Natal-Flornia) entre los municipios de Santa Cruz
y Currais Novos con detalles e informacin sobre el fallecido.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


La marca CZ 11 (Flornia-Natal) entre las ciudades de Currais Novos y Santa Cruz tambin muestra
ornamento en mrmol, con la presencia de un pequeo jardn rudimental con rboles de pequeo y gran
tamao. Un detalle llama la atencin: la presencia de dos cruces para informar el local de muerte. En
principio, pensamos que eran de dos fallecidos con el mismo nombre, pero tenan las mismas fechas de
nacimiento y muerte. Entonces, las dos cruces, ubicadas a una distancia de seis metros una con la otra,
hacan referencia a una misma persona, siendo la cruz localizada a la derecha de la imagen N 06 la
primera marca y la segunda viene a ser su reconstruccin dispuesta a la izquierda.

Imagen N 06: secuencia de fotografas de la marca CZ 11 (Flornia-Natal) entre las ciudades de Currais
Novos y Santa Cruz, en la cual se observan dos cruces para comunicar el lugar de muerte de una misma
persona.

Autor de las fotos: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Una de las marcas que ms llama la atencin en esta investigacin es la CZ 07 (Flornia-Natal),
porque no es solamente una cruz o una capilla, sino un terreno con muro de ladrillo pintado con cal,
puerta de hierro en tinta azul, dos rboles, una gruta con pared de cuarzo de color rosa (con flores
artificiales cerca), cuyo interior contiene un local para velas, otro para flores naturales (an verdes como
signo de visita reciente), una placa informando el nombre de una persona, fecha de su nacimiento y
muerte y dos jarros con flores artificiales. Adems, en la parte exterior, existe una escalera tal como revela
la secuencia de fotografas en la imagen N 07. Por las entrevistas hemos sabido que el padre del fallecido
haba intentado comprar el terreno, pero el dueo se lo ha donado para la familia de la vctima del
accidente.

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Imagen N 07: secuencia de fotografas de marca CZ 07 (Flornia-Natal) entre las ciudades de Flornia y
So Vicente

Autor de las fotos: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Diferente de las marcas detalladas en las imgenes N 04 a N 07, la marca CZ 07 (Natal-Flornia)
(imagen N 08), localizada entre los municipios de Macaba y Bom Jesus, y la marca CZ 13 (FlorniaNatal) (imagen N 09), localizada en la comunidad de Cajazeiras, distrito de la ciudad de Macaba,
presentan un avanzado grado de deterioro.
Imagen N08: localizada entre los municipios de Macaba y Bom Jesus,
una pequea capilla, vaca y de color amarillo.

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Imagen N 09: marca CZ 13 (Flornia-Natal) localizada en la comunidad de Cajazeiras,


distrito de la ciudad de Macaba.

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Las marcas representadas por la fotocartografa sociocultural en las imgenes N 04 a N 09 traen
posibles significados en cuanto a la categora econmica. Son indicios de un poder adquisitivo ms grande
porque son construcciones sofisticadas. El contraste social queda en evidencia cuando miramos la imagen
N 10 con la marca CZ 25 (Natal-Flornia) en la entrada del municipio de Flornia. El monumento en
primer plano pertenece a un hombre adinerado, cuyo nombre popular es registrado en la marca como
Zequinha. En segundo plano la capilla recuerda a un joven pobre que hizo autostop desde la ciudad de So
Vicente para participar de los homenajes a Nuestra Seora de las Gracias, el da 26 de noviembre de 1996
en la ciudad de Flornia.
Imagen N 10: contraste social en sealar las marcas del
local de muerte en CZ 25 (Natal-Flornia).

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Tambin pueden revelar un mayor grado de cuidado con estas marcas de memoria de los seres
queridos que murieron en accidentes. En algunos encontramos una pintura de cal renovada, limpieza de la
vegetacin pequea cerca de la marca y an el reciente cambio de las flores por unas nuevas.
El local marcado puede reconstruir la historia de las personas que all fallecieron. Sus conquistas y
derrotas son mencionadas como un personaje de un cuento real, porque quiz sus historias no son publicadas

EL SITIO DE LA MUERTE E. R. DE AZEVEDO SOUZA et al.

179

en los medios tradicionales (televisin, prensa y radio). Las cruces son, entonces, una comunicacin
alternativa. Las marcas son instrumentos de informacin para aquellos que visitan o pasan en la autova.
Tras varios viajes fue posible ver personas, en sus coches de paseo o autobuses, refirindose a las marcas y
hablando sobre las personas muertas. Relataban o mencionaban historias sobre cada accidente de las
personas, porque las conocan desde hace mucho tiempo o por haber odo sus historias, algunas veces
incluyendo o fragmentando sus historias.
El indicio de muchas o pocas marcas en autova puede indicar la peligrosidad para que el conductor
preste ms atencin, una vez que la comunicacin popular informa los datos de una ruta peligrosa. As
mismo este acto comunicacional popular no logra que las autoridades responsables realicen movilizaciones
de concientizacin para la poblacin e investigaciones en las autovas que tienen ms accidentes mortales.
Solo hay movilizacin en tiempo de vacaciones como Carnaval, Pascua etc.
Adems de esas cuestiones citadas arriba, hay ms posibilidades de significado de las cruces en el
campo simblico, en las categoras de la religiosidad y an en los conocimientos tradicionales. Son varias
prcticas sociales en cuanto a esas marcas. Cascudo (1983) dice que las cruces son costumbres anteriores a
los caminos de los viajeros. Cada lugar de muerte sealado es convertido para conocidos, amigos y en
especial familiares, en un local de peregrinacin, sitio de oracin con ruegos para un buen camino para el
alma del fallecido en el mundo espiritual. La marca de la cruz es un local de intermediacin, posibilidad de
encuentro con su ser querido, con las memorias, rezos y pensamientos.
Imagen N 11: marca CZ 10 (Flornia-Natal) entre las ciudades de So Vicente y Currais Novos revela
una costumbre antigua en varias culturas alrededor del mundo.

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Como signo de visitas, registramos una antigua costumbre relacionada al depsito de piedras en el
sitio en el cual ha ocurrido la muerte como en la imagen N 11. Cascudo (1983) afirma que esta tradicin
existe en varias partes alrededor del mundo y llega hasta Brasil en la colonizacin portuguesa. Entre los
judos, la prctica es ms conocida desde los tiempos del antiguo testamento.
El monte de piedras siempre seal un acontecimiento que no pondra ser olvidado. Los altares y los
monumentos primitivos fueran esos montes de piedras sueltas, testigos de una muerte, altar de ofrenda,
punto de reconciliacin o acuerdos entre jefes militares o patriarcas, sepultura de soberanos o hroes
guerreros. En cualquier regin del Mundo y en la dimensin del tiempo esas piedras amontonadas van a tener
ese destino histrico y tradicional (Cascudo, 1983: 49).

180

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Registramos la presencia de otro elemento lleno de significado. Muchas de las marcas cerca del
municipio de Flornia y algunas en el trecho seleccionado para la investigacin tenan una botella con
agua. Es de conocimiento comn, en la Biologa y en la Qumica: agua como seal de vida.
Imagen N 12: secuencia de fotografas con la presencia del elemento qumico agua en algunas marcas
como en la CZ 03 (Flornia-Natal) en detalles para las botellas en la foto a la derecha.

Autor de la foto: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Con la sabidura local fue revelado que el agua depositada en las marcas de muerte, como en la imagen
N 12, puede significar el auxilio a la purificacin del espritu del fallecido despus del accidente en la
autova. En varios rituales, en las ms diversas religiones, el agua tambin es utilizada para purificar
espiritualmente ambientes o personas como en la limpieza de las escaleras de la Iglesia del Senhor do Bonfim,
en la ciudad de Salvador, provincia de Bahia (nordeste de Brasil), e incluso en los bautismos de las iglesias
cristianas. Los hindes se baan en el rio Ganges, en la India, Asia. Es posible comprender la intencin de
purificacin sobre este elemento de la naturaleza, porque el agua est en toda la superficie del Planeta
Tierra en varios estados (gaseoso, lquido slido) y an compone el 75% del cuerpo humano. Entonces, la
presencia de agua en marcas como CZ 03 (Flornia-Natal) (imagen N 12) puede comunicar que el
fallecido necesita de rezos de los amigos y de los dems familiares.
Otro aspecto revelado por la fotocartografa sociocultural de los locales de muerte investigados es el
indicio de la muerte colectiva. En el da 13 de mayo de 1974, la ciudad de Currais Novos celebraba el da
de homenajes a Nuestra Seora de Ftima, pero la procesin de devotos fue interrumpida cuando un
conductor de autobs perdi el control, matando 25 personas y dejando decenas heridas. En homenaje y
para perpetuar la memoria colectiva sobre el accidente, un monumento pblico fue construido en la plaza
Aproniano Pereira (imagen N 13). Son tres metros de una cruz de mrmol, cuya base tiene una placa en
bronce con los nombres de los muertos, la fecha del siniestro fatal y el mensaje: DO CU OLHAI POR
NS (Desde el cielo, miris por nosotros). Otras procesiones recorrieron la ciudad despus del
accidente, pasando inclusive por el sitio marcado, pero una precaucin fue adoptada: todos los vehculos
slo van delante de la procesin.

EL SITIO DE LA MUERTE E. R. DE AZEVEDO SOUZA et al.

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Imagen N 13: monumento pblico en la ciudad de Currais Novos marca el lugar de muerte y homenajea
la memoria de los fallecidos en un siniestro el 13 de mayo de 1974.

Autor de la: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Es importante recordar an que algunas marcas tienen partes de los vehculos cerca del local de
muerte. Son recogidos por los visitantes y puestos cerca de la marca, dejados con el propsito de informar
cul era el transporte utilizado en el instante de la muerte. Como en la marca CZ 09 (Natal-Flornia) en la
imagen N 14, la cual tiene pedazos de la parte frontal de una motocicleta de color rojo as como
pequeos pedazos de la luz de direccin de color naranja.
Imagen N 14: secuencia de fotografas de la marca CZ 09 (Natal-Flornia) la cual revela las partes del
vehculo utilizado en el momento de la muerte de la persona con las iniciales ASD en el da 25 de junio
de 2007.

Autor: lmano Ricarte de Azevdo Souza/ 2013.


Por ltimo, discutimos la infraestructura de la autova. Todo el trayecto, entre las ciudades de Currais
Novos y Flornia, es una autova federal administrada por el Departamento Nacional de Infraestructura y
Transporte (DNIT), y no tena un espacio adecuado ante una emergencia. Algunas partes posean una
vegetacin que imposibilitaba parar el coche sin que quede el conductor del vehculo completamente
seguro, por lo cual slo fue posible parar en la autova.
Algunas marcas de muerte revelan que algunos trayectos estn bien sealizados. Pero otras fueron
registradas en trayectos de curva acentuada, lo que ofrece informacin al conductor de peligro de
accidente por lo cual es necesario tener cuidado.

182

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Es importante decir que otras marcas no se relacionan con el trnsito vehicular, pero s con otros
momentos de pesar, como la marca CZ 24 en la cual determina el lugar de muerte de un joven que sala en
su bicicleta y fue alcanzado por un rayo en un da de lluvia fuerte.

Conclusiones Parciales
La muerte, a pesar de sus transformaciones en los siglos desde el inicio de la historia de la humanidad,
parece presentarse an como un misterio. Las dudas del raciocinio humano sobre el tema son despejadas
por los intentos que surgen al paso de las investigaciones cientficas. sta nos permite buscar los
significados posibles de las cruces, como locales de muerte, con los mtodos de la Fotocartografa
Sociocultural y de la Folkcomunicacin. Esos mtodos han colaborado en la realizacin de esta
investigacin, porque permiten identificar que, a partir de las categoras seleccionadas, las marcas de los
locales de muerte pueden revelar la voz de una familia o de amigos que velan por su ser querido. Su
manera de protestar sobre los peligros son las marcas dejadas en forma de cruz rudimental o en grandes
monumentos en homenajes pstumos. Quizs la pregunta que se oye en la autova federal BR-226 sea:
hasta cundo van ocurrir estas tragedias en las autovas brasileas?. Difcilmente la respuesta puede ser
hallada. En este tiempo de espera a una solucin al problema, y hasta que la respuesta llegue, la poblacin
hace su protesta silenciosa y alternativa con las cruces como una marca que comunica sus mensajes, las
historias de las personas all muertas.
Esta investigacin no concluye aqu con tales posibilidades de significado en el contexto de las marcas
estudiadas. Pretende que puedan estimular la mirada analtica para otras autovas en Brasil y otros pases,
poniendo en prctica los saberes tradicionales, la religiosidad etc., los modos de vida de una determinada
localidad y su perspectiva en dilogo global en el contexto de la interface entre la cultura popular y la
comunicacin social.
Notamos que las cruces en las vas pueden informar sobre la creencia de la perpetuacin de la
memoria, la relacin sentimental y afectiva con los muertos. Indican tambin la tradicin religiosa y la
obligatoriedad de la familia en hacer este acto de respeto y de no abandono de la memoria de su fallecido.
En el contexto de la demologa, la Fotocartografa Sociocultural puede aproximar al investigador a su
referente y al territorio con el cual est relacionado, haciendo de la localizacin una cuestin sociocultural.
A la vez promueve que exista y salga del silencio del cotidiano popular para emerger como una traduccin
comunicacional popular para el medio cientfico, en el contexto de las ausencias y de las emergencias. En
el mbito de la Folkcomunicacin, se ha atribuido un valor informacional y epistemolgico a las cruces,
como una marca cultural en el mbito de la comunicacin social del medio popular.

EL SITIO DE LA MUERTE E. R. DE AZEVEDO SOUZA et al.

183

Bibliografa
BELTRO, Luiz. Comunicao e Folclore. So Paulo: Melhoramentos, 1971.
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: comunicao dos marginalizados. So Paulo: Cortez, 1980.
BELTRO, Luiz. Folkcomunicao: Teoria e Metodologia. So Bernardo do Campo: UMESP, 2004.
CASCUDO, Lus da Cmara. Tradio, cincia do povo: pesquisas na cultura popular do Brasil. So
Paulo: Perspectiva, 1971.
CASCUDO, Lus da Cmara. Anubis e outros ensaios: mitologia e Folclore. 2da Ed. Natal:
Funarte/UFRN, 1983.
MARQUES DE MELO, Jos. Mdia e cultura popular: histria, taxonomia e metodologia da
Folkcomunicao. So Paulo: Paulus, 2008.
NOBRE, Itamar de Morais. Revelando os modos de vida da Ponta do Tubaro: a fotocartografia
sociocultural como proposta metodolgica. Natal: EDUFRN, 2011.

Fundamentos tericos de la
Folkcomunicacin
Maria Isabel Amphilo
Universidade Metodista de So Paulo
isabelamphilo@usp.br.

Marco epistmico de Luiz Beltro


La teora de la folkcomunicacin nace a partir de la mirada clnica de un investigador y reportero.
Algo llama la atencin a los ojos observadores de Luiz Beltro. Para el empirismo, la constatacin de una
realidad tiene sentido a partir de la observacin de un objeto. Beltro se da cuenta que algo estaba poniendo
trabas en los planos del progreso nacional y en las metas de desarrollo del gobierno. Haba dos Brasil (elite y
masa popular) descompasados: uno en franco desarrollo econmico y otro marginalizado que entrababa
los planes del progreso. Esa problemtica tena orgenes comunicacionales, antes de cualquier cosa:
Uno, creyendo en metas de desarrollo y cambiando sus padrones de comportamiento a los influjos de las
ideas y de las tcnicas nuevas, difundidas, sobre todo, por los vehculos periodsticos; otros, creyendo
solamente en los "catimbs" y rechazando hasta una argumentacin lgica, fundamentada en causas y efectos
para aferrarse a sus prejuicios, hbitos y costumbres tradicionales y permaneciendo sordo a los mensajes
periodsticas convencionales. (BELTRO, 2001, p. 74. Trad. y subrayado de la autora).

Aqu nos encontramos con el problema enfrentado por este acadmico brasileo y, por lo tanto,
latinoamericano. La gran masa de la poblacin no asimilaba, no absorba el contenido de los mensajes
periodsticos en virtud de los diversos factores percibidos por Beltro. La dificultad de la informacin
como una innovacin que llegue al pueblo, que tenga sus ideas afirmadas en el sentido comn, la
tradicin, el habitus, el ethos y su visin de mundo, as como sacramentada por la doxa, pasa
necesariamente por la subjetividad del receptor, que puede asimilar o no una innovacin. El carnaval, por
ejemplo, segn Leopoldi (Cit. en BELTRO, 1980, p. 93), sera un periodo de distencin social que causa un
ablandamiento social y, como consecuencia, proporciona un ambiente propicio a las relaciones sociales,
incentivando la integracin social de los grupos y compensando los desniveles sociales existentes en la
realidad. Es como si "el inconsciente colectivo de la sociedad reafirmara peridicamente la integracin
de todas las categoras sociales sobre las disensiones [sic] que la propia estructura conlleva
(BELTRO, 1980, p. 93).
As, Beltro propone la decodificacin de los mensajes del discurso carnavalesco, cargado de
simbolismo y representaciones sociales que son indubitablemente un discurso nacional de las capas ms
carentes de nuestra poblacin (BELTRO, 1980, p. 100). O sea, la folkcomunicacin analiza los
procesos comunicacionales populares y su mensaje crtico e ideolgico, averiguando el discurso de las
prcticas culturales y sus representaciones simblicas.
El problema levantado por Beltro, a ser pensado bajo el prisma comunicacional, es que la lite
pretende que el pueblo asimile el mensaje transmitido por los medios masivos de comunicacin, pero no
se interesa en saber nada sobre este pueblo. Los intelectuales no daban atencin al pueblo brasileo,

186

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

ajenos a su realidad y necesidades. A partir de esa situacin, emerge el marco epistmico de Beltro, o al
menos las preguntas epistemolgicas que dirigen a la folkcomunicacin.
El marco epistmico es el condicionador epistemolgico del discurso del investigador, en el cual se
puede identificar su cosmovisin. Para la definicin de marco epistmico, utilizaremos la tesis de Rolando
Garcia, quien lo entiende como:
() el conjunto de preguntas o interrogantes que un investigador se plantea con respecto al dominio de la
realidad que se ha propuesto estudiar. Dicho marco epistmico representa cierta concepcin del mundo y, en
muchas ocasiones, expresa la jerarqua de valores del investigador. Las categoras sociales bajo las que se
formula una pregunta inicial de investigacin, no constituyen un hecho emprico observable, sino una
construccin condicionada por el marco epistmico. (GARCIA, 2006, p. 35).

De esa manera, identificamos el marco sistmico de Beltro como las preguntas orientadoras de su
investigacin sobre folkcomunicacin (BELTRO, 2001, p. 74):

1. Cmo se informan las poblaciones rsticas y tardas del interior de nuestro pas
continental?
2. Por qu medios, por cuales vehculos manifiestan su pensamiento, su opinin?
3. Qu especie de periodismo, qu forma - o formas - atendera a su necesidad vital de
comunicacin?
4. Tendra esa especie de intercambio de informaciones algo en comn con el periodismo
que he clasificado de "ortodoxo"?
5. No sera una amenaza a la unidad nacional, a los programas de desarrollo, a nuestros
ideales polticos y a la misma sobrevivencia del hombre brasileo, como tipo social
definido, la enajenacin en que nosotros periodistas y nuestros gobernantes, nos
mantenamos delante de esa realidad enigmtica, que es la comunicacin subrepticia de
algunos millones de ciudadanos alienados del pensamiento de las elites dirigentes?
Son esas las preguntas que permean toda la investigacin de Beltro. Y es a partir de ese marco
epistmico (GONZLEZ, 2009), o mejor, de esas preguntas preguntables, que Beltro va a intentar
responder en sus investigaciones. Emergen, entonces, los problemas que van a ser resueltos.
Los medios de comunicacin que la ciencia y a tecnologa lanzan sucesivamente, buscando idealmente la
integracin de los sistemas, tropiezan en la realidad social contempornea de oposicin entre grupos
organizados -que constituyen lo que se convino llamar de elite - que detenta el poder econmico, ejercen la
dominacin cultural y el control poltico, y los grupos no-organizados, la masa - urbana o rural - de baja renta,
excluida de la cultura erudita y de las actividades polticas. Los primeros estn expuestos, captan y decodifican
los mensajes de los medios de comunicacin masivos, todos grandes emprendimientos econmicos, de que
son propietarios, patrocinadores y colaboradores conscientes; los ltimos, no expuestos o solamente
consumidores pasivos de tales medios que, como el libro, exigen "alfabetizacin" para que sus mensajes sean
entendidos, incluso en su significado latente. Por eso, sin poder decisorio, excluidos de una participacin
activa en el proceso civilizatorio, en una palabra, marginalizados (BELTRO, 1980, p. 2. Trad. de la autora).

Aqu nos encontramos con el problema sociopoltico e ideolgico de los desniveles sociales, abordado
por el intelectual italiano Alberto Cirese (1979) y la cuestin de la lucha por la hegemona. Hay una

FUNDAMENTOS TERICOS DE LA FOLKCOMUNICACIN M. I. AMPHILO

187

confrontacin entre dos Brasil: el de la gran masa de poblacin y el de los ideales de la clase dirigente, que
no son absorbidos y asimilados por las clases populares.
O sea, los mensajes eran inteligibles y atendan a los intereses sociopolticos y econmicos de este
pblico, dejando a la gran masa de la poblacin alienada respecto a todo ese proceso de construccin de la
realidad, de desarrollo del pas.

Un problema a resolverse
Beltro afirma que los distintos grupos brasileos se originan en dos categoras: cultura y desigualdad
social62. Regresemos un poco al periodo colonial para comprender problemas comunicacionales asociados
a las relaciones sociales que se establecan ya en la colonizacin del pas y a problemas decurrentes de
polticas econmicas que resultaron en una multitud de marginalizados sociales y culturales que buscaban
sobrevivir y, por lo tanto, necesitaban comunicarse. La comunicacin era cuestin de subsistencia social,
econmica y cultural.
Beltro percibi, por medio de su vivencia como periodista y despus por la investigacin
bibliogrfica y documental, que haba dos Brasil, dos pases que vivan en el mismo espacio social, pero en
desniveles sociales sobresalientes. Uno estaba en franco desarrollo y el otro no; un pas ideal soado por
las lites, y otro real, lejos de las grandes capitales; un pas fragmentado por las desigualdades sociales y por
la falta de concientizacin popular del valor del voto. El pueblo no tena conciencia del poder y de la
importancia del voto; era solamente una obligacin con el estado nombrar un poltico, representante de la
lite dominante, que, quin sabe, en algn momento se acordara de los hambrientos de la nacin en
alguna poltica pblica de beneficio popular. Para Beltro, ellos creen en sus catimbs, en su religiosidad,
pues cuando la realidad es demasiado dura, el pueblo se apega a Dios y a sus santos intercesores63.
La comunicacin aconteca de manera truncada; no flua en virtud de variables que influan los
procesos comunicacionales. Entre esas variables destacamos el ruido (semntico o tcnico); la doxa (filtro
con que percibimos el mundo); el habitus y el modus vivendi; por otro lado, el contexto (de produccin y
recepcin de los mensajes, que pueden tener su sentido alterado en contextos diferentes). Esas variables
pueden alterar el feedback.
El ruido semntico pasa en el mbito de la significacin y del sentido, visto que hay una distancia
considerable entre lo que se dice y lo que se quiso decir, lo que Carlos Vogt llama intervalo semntico (VOGT,
1977). Vogt admite una distancia entre el enunciado y la enunciacin, donde habita la subjetividad del
receptor, adems de considerarse el contexto de la produccin del discurso. Para Beltro, el lenguaje era
adems rebuscado para la gran masa de la poblacin en la poca, tornndose ininteligible y formando un
bloqueo comunicacional, lo que generaba una traba en relacin a otros procesos necesarios al desarrollo
del pas. De esa manera, para Beltro, es importante la actuacin del agente de folk, a travs de los Medios
de Comunicacin Folk (MCF) y su actuacin junto a los grupos.
Es en el intervalo entre lengua y habla, entre la competencia y la performance, entre el enunciado y la
enunciacin, que estos marcadores de subjetividad habitan, colocando en cheque la rigidez de estas
dicotomas y creando bajo la barra (/) del silencio lgico los tneles de pasaje de los murmullos de la historia.
(VOGT, 1977, p. 32. Trad. de la autora).

Otra cuestin identificada por Beltro es que el propio gobierno y las elites estaban de espaldas a la
gran masa de la poblacin y se negaban a or sus clamores, expresados a travs de sus tribunales
populares, principalmente utilizando las representaciones simblicas presentes en las prcticas culturales y
en los hechos folclricos, como las manifestaciones carnavalescas y la literatura de cordel.

62 Veremos ms adelante la proximidad de esa afirmacin de Beltro con la tesis de Cirese sobre los desniveles internos
de cultura.
63 Realidad retratada en la obra de Ariano Suassuna O auto da compadecida, adaptada para TV y Cine en 2000
(AMPHILO, 2003).

188

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Aqu est el problema prctico de Luiz Beltro. Problema prctico que segn Gonzlez es "una
situacin experimentada en el mundo, que no queremos que siga ocurriendo y cuyos costes materiales
consideramos negativos" (2009, p. 2). La multitud, alienada del pensamiento de las elites, entrababa el
progreso nacional porque no responda por medio de acciones, o sea del voto, a los mensajes transmitidos
por los medios de comunicacin colectiva. En realidad, el pueblo no reacciona a las innovaciones
polticas propuestas, no por oposicin poltica, sino por ignorar los beneficios que esas innovaciones
podran traerle (como ejemplo citamos la Revuelta de la Vacuna).
No se hace una revolucin sin el apoyo popular. En la historia de las revoluciones en el mundo hay
una fuerte participacin popular. Gramsci perdi las elecciones en Italia porque no tom en consideracin
la concepcin de mundo del campesino italiano, por eso escribi la obra Literatura e vida nacional
(GRAMSCI, 1968). El Partido Comunista de Gramsci fall al no conocer la fuerza de la comunicacin
popular, el folclore. Con eso, perdi las elecciones y acab en la prisin, de donde escribi los famosos
Cuadernos do Crcel (GONZLEZ, 2009). Ese es el teln de fondo de la folkcomunicacin, que trae un
gran problema prctico a ser resuelto por Beltro.
Beltro (2001, p. 61) identifica el mismo problema con el cual se encontr Antonio Gramsci, en el
sentido del gobierno que estaba de espaldas al pueblo y no consideraba sus cuestiones. Era necesario
volverse hacia el pueblo, considerar la opinin y la resistencia popular en determinadas situaciones.
Segn afirma Beltro, la gran masa de la poblacin se comunica por medios informales, relacionados
directa o indirectamente al folclore. En realidad, ella se expone, de manera irnica y sarcstica, en las
prcticas culturales como en las manifestaciones carnavalescas, en las "pinturas y dibujos pintados en
grafito en los muros" y, principalmente en la literatura de cordel; en la religin, por medio de la fe con sus
ex-votos, los que expresan una realidad vivida. En los movimientos sociales, al reivindicar sus derechos,
ella es organizada por un lder de opinin que emerge de su medio y se transforma en aqul que apunta el
camino:
Sera posible perfectamente indicar las molestias comunes en determinadas regiones, la insistencia regular de
ciertos males en un rea geogrfica delimitada, por el examen de los ex-votos, denunciadores nosolgicos y
teratolgicos. Siendo la mayora un trabajo y escultura artesanal, ruda, rstica, brava, con la intencin de
fidelidad expresionista, esos modelos testifican los noveles artsticos del pueblo en las capas ms profundas de
su conservacin esttica e impulsin recreadora. Ninguna, o casi ninguna interferencia de los padrones
moderadores ms altos, converge para el ex-voto autentico. Su fealdad es una credencial de legitimidad.
(CMARA CASCUDO, Cit. en BENJAMIN, 1998, p. 275. Trad. de la autora).

Para Cmara Cascudo, seria perfectamente posible saber cules son los mayores problemas populares
a partir de una investigacin sobre ex-votos populares. Sera posible, por ejemplo, reconocer las molestias
ms comunes en determinadas regiones. Las prcticas folclricas y populares reflexionan las necesidades
del pueblo. En ellas se expresan sus reivindicaciones. El desarrollo del pas, sin embargo, pasaba por otra
cuestin: requera una poltica econmica que fortaleciera el pas nacional e internacionalmente. O sea, la
solucin para los conflictos del pas pasaba, necesariamente, por la economa.
La investigacin de Beltro camina paralelamente al proceso de desarrollo del pas. Sus peculiaridades
y la implantacin de polticas pblicas, visando la integracin nacional con medidas para atender a las
reivindicaciones populares, siendo que, en la medida en que esas reivindicaciones son atendidas, el
gobierno recibe apoyo popular, lo que hoy puede ser medido por el Ibope. En realidad, nos parece que la
intencin de Beltro era persuadir al pueblo, la gran masa de la poblacin, a cambiar de opinin y actitud,
en trminos de voto popular, en favor del gobierno, apuntando a la implantacin de proyectos de
desarrollo para innovaciones en diversas reas, en ocasiones de difcil comprensin popular.

Un problema a investigar
Un problema de investigacin es un problema que es preciso investigar, pues el no saber puede
desencadenar otros procesos en la sociedad. O sea, la falta de este determinado conocimiento genera
costes a la sociedad. Siguiendo a Jorge Gonzalez, es "una situacin de conocimiento que nos falta y los

FUNDAMENTOS TERICOS DE LA FOLKCOMUNICACIN M. I. AMPHILO

189

costes de no saber sobre esa situacin (GONZALEZ, 2009, p. 2). El problema de investigacin relatado
por Beltro, tomado de Edison Carneiro:
No se busc investigar la manera por la cual el pueblo reacciona a las sugestiones que son hechas. Ni situar los medios de
que se puede disponer para hacer que la poblacin menos culta acepte principios y normas de cambio social,
adopte nuevas maneras de trabajar, de actuar, de divertirse, un otro modo de creer y decidir [...] las
costumbres de esas capas sociales, sus medios de informacin y de expresin siguen siendo ignorados en toda
su fuerza y verdad. Lo que imposibilita la comunicacin y la comunin entre Gobierno y pueblo, elite y masa. (BELTRO,
2001, p. 62. Subrayado de la autora).

Beltro va ms all: quiere el cambio y la armona social. Su objetivo es la transformacin social,


revelando su lnea difusionista. En realidad, esa es una investigacin propuesta por Beltro a partir de
Edison Carneiro. A pesar de no citarlo en ese trecho, esta afirmacin puede ser encontrada en A dinmica
do folclore (CARNEIRO, 1967) y adviene de Saintyves. As, Beltro, despus de darse cuenta de la realidad
vivida en su poca y de los problemas comunicacionales contextuales (como la formacin deficiente por
una serie de factores, entre ellos, la censura a los intelectuales, el acceso a la adquisicin del aparato de TV,
lenguaje periodstico rebuscado); decide investigar la propuesta de Edison Carneiro de estudiar los efectos
comunicacionales, en el contexto de la audiencia y recepcin, por medio de anlisis del discurso popular
expresado en las manifestaciones folclricas y en las prcticas culturales y religiosas, averiguando la
reaccin popular a lo que es vehiculado en los medios de comunicacin de masa as como tambin sus
reivindicaciones.
Beltro ve en los medios de comunicacin un mecanismo de transformacin social. Sin embargo,
constata que el pueblo no estaba reaccionando positivamente al estmulo de los medios masivos. Si el
pueblo no reacciona a las sugestiones que les son hechas hay dos posibilidades: el pueblo no comprendi
el mensaje y por eso no reaccion, o el mensaje no atiende a sus necesidades y reivindicaciones. Hay que
recordar que Beltro est preocupado en saber el porqu el pueblo no atiende a los mensajes del gobierno,
los que a su vez vehiculan los anhelos de la clase dominante de la poca para hacer que la poblacin
menos culta acepte principios y normas de cambio social, apuntando al progreso del pas.
Esos vehculos y muchos otros medios informales de comunicacin popular vienen hoy a contener el
pensamiento de masa, sin embargo, aquella explosin opinativa no consigue sensibilizar el punto ideal de
atencin de las elites dirigentes y culturales. Ni la oposicin efectiva a los programas de desarrollo nacional, oposicin que
antes que desconocimiento, incapacidad receptiva y carcter poltico, despierta nuestros liderazgos para el problema de la
comunicacin, como punto de partida de nuestro caminar hacia el progreso. (BELTRAO, 2001, p. 4. Subrayado de la
autora).

Beltro sigue el funcionalismo estadounidense al declarar su preocupacin con el cambio de actitud, o


sea, con la inversin en una comunicacin ms eficiente y eficaz. La investigacin ense que ms
importante que el cambio de actitud revertido en votos, era la experiencia en grupo en el proceso de
persuasin y consecuente decisin por el voto. El mensaje tiene una funcin, no tanto de cambiar, sino de
reforzar actitudes preexistentes; o sea, la fuerza persuasiva est en el grupo, cuyos lderes de opinin
actan como personas ms esclarecidas, que tienen acceso a otros mecanismos de difusin, siendo algunos
de ellos especialistas en determinados temas. Sin embargo, se debe promover un entendimiento entre los
grupos a favor de la paz social. As, Beltro, por medio de su investigacin, defenda que el progreso del
pas pasaba, necesariamente, por la comunicacin, por las relaciones entre la elite y el pueblo, por el
dilogo y entendimiento entre las clases en pro de las metas de desarrollo. O sea, Beltro se revela como
un positivista de cuo funcionalista.

Problemticas epistemolgicas
La folkcomunicacin parte del presupuesto funcionalista, con vistas al dilogo, al desarrollo, a la
integracin social, a las transformaciones sociales y la interrelacin, principalmente de los sistemas

190

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

comunicacionales formales e informales, haciendo fluir la informacin en el espacio social, venciendo la


incomunicacin, promoviendo la paz social e integrando al pas. Sin embargo, en el desarrollo de sus
investigaciones se refleja una contradiccin ideolgica al integrar, en la base de su investigacin, de cuo
funcionalista/difusionista, categoras marxistas, como superestructura, marginalizados, alienados, entre
otras, y el entusiasmo de Beltro al asimilar el proceso de recomposicin folclrica del socilogo Edison
Carneiro, de la lnea neo marxista, que aborda la dinmica social bajo el prisma de la dialctica.
Con el objetivo de vencer la incomunicacin y comprender los mensajes codificados y complejos de las
tribunas populares, Beltro crea un desvo ideolgico en su investigacin, generando cierto lo de orden
epistemolgico en su lnea investigativa. En su tesis de doctorado, realiz una investigacin bibliogrfica y
documental sobre la comunicacin en Brasil colonial, pero a partir del materialismo histrico y dialctico.
Comprendemos ese desvo de Beltro en la medida en que se dispone a estudiar los elementos del
proceso de comunicacin popular, considerndolos en su contexto, pero se pierde de la propuesta
difusionista de cambio de actitud, integracin nacional e inclusin social, apreciadas por Beneyto en el
juzgamiento de la tesis de doctorado de Luiz Beltro:
El trabajo culmina en una sntesis que lleva al autor a conclusiones del mayor empeo: la unidad de Brasil hay
que dejar de tener dos frentes, porque es urgente incorporar la atrasada Hinterland al progresivo litoral. Para
eso, es necesario atender a la existencia del tipo especfico de comunicacin que documenta en su
investigacin y que, como destaca el doctorante, de acuerdo con los criterios de los expertos en "mass
communication", presenta un carcter periodstico, por lo cual se deduce que la "folkcomunicacin" estudiada
por l debe ser equiparada a los otros "media" de informacin, de acontecimientos y de expresin de ideas.
Sin esta integracin - dice - la Nacin brasilea no podr asegurarse del liderazgo esperado, por las
condiciones de su desarrollo. (BENEYTO, Cit. en BENJAMIN, 1998) 64.

Para realizar un estudio sistemtico sobre la comunicacin popular en Brasil, Beltro juzga necesario
investigar, en primer lugar, el ser humano en su contexto histrico y social, para entonces identificar los
grupos sociales, sus lderes de opinin, sus mecanismos de persuasin, sus mensajes, sus lenguajes,
metalenguajes y discursos. As, Beltro se desva de la lnea ideolgica de su investigacin
funcionalista/difusionista trazada en la parte terica de su tesis y se siente desafiado a comprender la
mentalidad del hombre del pueblo y sus mensajes. El respaldo lo encuentra en los estudios sociolgicos y
antropolgicos de Gilberto Freyre, Arthur Ramos, Edison Carneiro y en folcloristas como Cmara
Cascudo.
La folkcomunicacin viene cerrar esa brecha terica y conceptual de una realidad del cotidiano que
antes era descartada por los investigadores, quienes se detenan en la comunicacin formal, que era
perceptible pero no explorada debidamente por antroplogos, socilogos y lingistas. Nos faltaba el
estudio de los grupos sociales y su poder persuasivo, lo que Beltro realiza en Folkcomunicao: a comunicao
dos marginalizados (1980), en donde estudia los grupos marginalizados. Es en el grupo que el ser humano
masificado retoma su identidad y puede tener su libertad de expresin rescatada:
No obstante, el valor cultural e histrico de los estudios sobre folkcomunicacin, es imposible esconder que
en ellos estn presentes algunas condiciones y ambigedades. La lectura de los textos indica que tales
problemas son percibidos, pero parece que la salida encontrada es la de no enfrentarlos. De ah la impresin
de ciertas impropiedades conceptuales que en verdad son marcas de identificacin ideolgica. Por ejemplo, al
proclamar la folkcomunicacin como un conjunto de formas de expresin de las capas marginalizadas de
nuestra sociedad, Beltro huye innegablemente la discusin sobre la cuestin de las clases sociales en Brasil y
deja de identificar tales manifestaciones aparentemente marginales como prcticas sociales y culturales que
traducen una accin poltica disimulada de las clases trabajadoras. Pero tambin Beltro no niega esa esencia.
Lo que se queda es, por lo tanto la idea de nebulosidad terica, que traduce una vacilacin ontolgica.
(MARQUES DE MELO, 2001, p. 26. Trad. de la autora).

64

Los errores del texto original se corrigieron para una mejor comprensin.

FUNDAMENTOS TERICOS DE LA FOLKCOMUNICACIN M. I. AMPHILO

191

Esta es una cuestin a ser discutida por los investigadores en folkcomunicacin, pues al mismo
tiempo en que Beltro utiliza categoras marxistas como por ejemplo, la de superestructura no discute
la formacin social brasilea, solamente lanza la cuestin. Tal vez esto puede ser explicado por motivos de
su poca. La tesis sobre la folkcomunicacin fue defendida en 1967, periodo en que el pas se encontraba
en pleno rgimen militar, con una censura intensa a ideas y formas de expresin. Haba una resistencia
ideolgica muy fuerte al socialismo y su tesis fue considerada subversiva. Por otro lado, Beltro afirma que
la folkcomunicacin no es una comunicacin clasista. Esto porque en una sociedad de masas el individuo
se hace hombre-masa (ORTEGA Y GASSET, 1956), perdiendo su identidad.

Consideraciones finales
Si bien Beltro hace uso de conceptos marxistas, a partir de Edison Carneiro y otros autores65, tiene
como lnea ideolgica de investigacin el funcionalismo y el difusionismo estadounidense, viendo que su
enfoque es la difusin de informaciones. Su objetivo es hacer fluir la informacin en el espacio social, incluso
con el objetivo de persuadir a la masa a aceptar las propuestas innovadoras del gobierno. Beltro entra en
el materialismo histrico cuando cita a Edison Carneiro, quien afirma, a partir de Marx, que "los ideales de
la clase dominante que algn da fueron los ideales de todo el pueblo, sin embargo, aparecen solamente en
el seno de los sectores polticamente ms atrasados" (CARNEIRO. Cit. en BELTRO, 2001, p. 60).
Estos conflictos son generados por los desniveles sociales que interfieren en el flujo de la informacin
en el pas y, consecuentemente, en el apoyo popular a las decisiones de desarrollo del gobierno, "lo que
imposibilita la comunicacin y la comunin entre Gobierno y pueblo, elite y masa (BELTRO, 2001, p.
62). Pero adems de la cuestin hegemnica, la clase dirigente tena otro problema: la implementacin de
cambios y transformaciones por el gobierno que, conforme a Beltro, presentaba resistencia social a su
implementacin. La cuestin es que esto deba obedecer a cuatro elementos: la innovacin, los canales de
comunicacin, el tiempo y el sistema social. Cuando esos elementos necesarios no son establecidos o
incluso infringidos, difcilmente se establece la difusin de una innovacin, pues sta debe ser compatible
con el sistema de valores y normas de un sistema social (ROGERS, 1995, p. 10-11).
Hay variantes, pero en este proceso comunicacional la primera necesidad es reconocer la doxa, el
filtro con que seleccionamos las informaciones que recibimos, a partir de la cual el conocimiento popular
est consolidado y reflexiona en las prcticas culturales y folclricas:
Estas redes de redes de correspondencia y de criterio de clasificacin operan como un enorme sistema de
informacin que tiene un trazo muy particular: nadie es directamente responsable por el establecimiento del
vnculo de sentido, del filtro con que percibimos el mundo, la gente y las cosas. (GONZLEZ, 2007, p. 38).

Sin embargo, Beltro afirma que testaruda, obstinadamente, el pueblo conserva su inteligencia y, a
travs de ella, pasan los episodios y hechos generales que juzgamos comunes e irresistibles (BELTRO,
2001, p. 62). l no da la direccin de esa citacin, pero es ella misma la que nos revela la presencia de la
mentalidad popular, y es aqu donde entra la categora del habitus (BOURDIEU, 2002). Es el habitus, esa
manera de pensar del pueblo, que va a influir en sus decisiones. Si la innovacin a ser implementada por el
gobierno enfrenta el habitus, difcilmente ser aceptada, pues confronta la doxa.
La preocupacin de Beltro est en el papel social de la prensa frente a la sociedad. Para l, la prensa
tiene la responsabilidad social de transmitir la informacin de manera inteligible a la gran masa de la
poblacin. Y ms, debe concientizar al pueblo a comprender las decisiones y articulaciones del gobierno.
En ese sentido, el periodismo interpretativo puede ser un aliado en el proceso de inteleccin del mensaje.
La eleccin de cdigos descifrables y la utilizacin de metalenguajes son fundamentales en ese proceso.
As, Beltro identifica en sus investigaciones dos caminos de investigacin en folkcomunicacin: una
lnea procesual, que busca verificar los procesos comunicacionales y los elementos de la comunicacin
popular, identificando al folkcomunicador; y una lnea interpretativa de la cultura, por el anlisis semitico
65 Hay varias citaciones de Beltro sin "direccin". Es cierto que Beltro tuvo acceso a obras marxistas y neo marxistas,
pero l no las cita en ningn momento evitando el rtulo ideolgico.

192

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

y el anlisis del discurso popular, traduciendo las ideas de gobierno al pueblo y viceversa, de manera que su
discurso no choque con el habitus social.
La importancia de la folkcomunicacin est en desatar nudos comunicacionales en trminos populares,
venciendo el fenmeno de la incomunicacin y ejerciendo su funcin periodstica, que es hacer circular la
informacin en el espacio social. Folkcomunicacin es comunicacin para el desarrollo, traduciendo ideas y
la importancia de la implementacin de determinados proyectos para el bien-estar social. Seguiremos esta
discusin en los prximos textos publicados.

193

FUNDAMENTOS TERICOS DE LA FOLKCOMUNICACIN M. I. AMPHILO

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SECCIN III

APROXIMACIONES A LA
FOLKCOMUNICACIN DESDE
CHILE

Folkmarketing social: Navegacin ancestral


mapuche y el desplazamiento de
manifestaciones folkcomunicacionales por el
discurso institucional
Nastassja Mancilla
Universidad Austral de Chile
natachamancilla@gmail.com

Daniel Mura
Universidad Austral de Chile
dimurua@gmail.com

Antecedentes de contexto
El desarrollo de Occidente se ha gestado en la relacin de extraccin y explotacin, hacia los pases
tercermundistas, que se resume en la idea de colonizadores-colonizados. El actual modelo econmico en
Latinoamrica, tiene su base en los recursos naturales y la creciente demanda de stos en el desarrollo de la
economa mundial. Segn Ortiz (1996), la fase actual de acumulacin capitalista 'flexible' est significando
una agudizacin de las presiones sobre los recursos naturales, provocando degradacin, escasez y
privaciones sociales, todos factores propicios para el desarrollo de conflictos (SABATINI Y
SEPLVEDA, 1997, p. 45).
La lgica de integracin mundial al modelo econmico para los pases ms pobres, se tradujo de esta
forma, en mayor produccin a menor costo, que atrae a empresas y capitales transnacionales creando un
apartheid ambiental a escala mundial (SHIVA, 2001), y una serie de conflictos socioambientales. La
competencia es muy desigual, no slo porque las empresas son mucho ms poderosas que los pobres,
sino porque las normas del libre comercio permiten a las empresas emplear la maquinaria de la nacinestado para arrebatar recursos a la poblacin, e impiden a la gente que reafirme y ejerza sus derechos
(SHIVA, 2001, p. 2).
En efecto, las presiones internacionales, como el Consenso de Washington (CASILDA BJAR,
2004), han significado al interior de los pases transformaciones tanto polticas como econmicas, que
repercutieron en la creacin de instituciones y legislaciones que funcionan en concordancia con el modelo
econmico neoliberal, como resulta ser el caso chileno. Por ende, no resulta extrao que los conflictos
socioambientales en el pas sean el producto de la apertura de la economa en el contexto de un mercado
desregularizado, y de la ausencia de instituciones y de un marco legal acordes a los procesos
econmicos/productivos que vivira el pas (SABATINI Y SEPLVEDA, 1997).
Por otro lado, las polticas aplicadas al amparo del Consenso de Washington, sentaron las bases
normativas y jurdicas que permitieron la expansin del modelo extractivista, garantizando 'seguridad

198

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

jurdica' para los capitales y una rentabilidad empresarial, que en lneas generales seran confirmadas con
sus variaciones especficas- durante la etapa de los commodities (SVAMPA, 2012, p. 22). La
investigadora Maristella Svampa plantea que en la etapa actual de acumulacin, se ha generado el pasaje
del Consenso de Washington al Consenso de los Commodities (SVAMPA, 2012, 2012b, 2013), que sera
la nueva cara del extractivismo y el neoliberalismo en la regin.
El resultado de esta lgica ha sido la consolidacin del desarrollo extractivista en la zona basado en la
sobrexplotacin de los recursos naturales (SVAMPA, 2012b), y una tercerizacin de la economa, que se
sustenta en el discurso del desarrollo y el progreso. Las prcticas que derivan de ste han dado por
resultado una oleada de conflictos socioambientales en toda la regin. Lo anterior emerge como producto
de situaciones de violencia, segregacin y la externalizacin de los costos negativos por parte de las
empresas que - amparadas en las legislaciones nacionales - afectan a comunidades, pueblos y ciudadanos.
El anlisis de estos escenarios nos lleva a plantear que este tipo de prcticas son propiciadas por la
estructura de los Estados Nacin en Latinoamrica. En estos ltimos la lgica del extractivismo se
visibiliza desde lo que Prada (2012) denomina fenmenos limtrofes; que son por un lado la explotacin
de los recursos, comunidades y deterioro de los ecosistemas; y por otro, el control efectivo de la
acumulacin que efectan estructuras del mercado internacional. En conclusin: el modelo extractivista
es un modelo colonial y, como tal, sostiene el proceso de acumulacin de capital mediante la explotacin
de los recursos naturales, el mtodo del despojamiento, que no es otro que la reiterada acumulacin
originaria del capital (PRADA, 2012, p. 178). En consecuencia, se mantiene un colonialismo interno
(RIVERA, 2010) en el funcionamiento de los Estados, cuya estructura poltica, econmica e institucional,
responde a reformas neoliberales de modernizacin y competitividad, manteniendo la lgica del
colonizador-colonizado.

Folkcomunicacn y resistencia
La Folkcomunicacin, surgida en Brasil hacia fines de la dcada del sesenta de la mano del profesor
Luiz Beltro, discute la posicin de la experiencia latinoamericana ante la hegemona de teoras de EEUU,
enfocadas principalmente en la Teora de Masas. De este modo, la Folkcomunicacin se define como el
proceso de intercambio de informaciones y manifestaciones de opiniones, ideas o actitudes de masas a
travs de agentes y medios ligados directa o indirectamente al folklore (MARQUES DE MELO, 1998, p.
49).
Luiz Beltro aclara que la Folkcomunicacin no es una comunicacin clasista (BELTRAO, 1987;
MARQUES DE MELO, 2002), sino que se centra en aquellos grupos populares en la medida que de ellos
emergen agentes y manifestaciones que, por un lado filtran la cultura de masas y, por la otra, se dirigen
hacia las esferas de Poder. De este modo se van configurando rituales o agentes que sirven como Lderes
de Opinin que operan con medios no formales de comunicacin () los grupos a los que me refiero
son los culturalmente marginalizados, contestan a la cultura dominante (BELTRAO, 1987, en
MARQUES DE MELO, 2002).
Beltro, parte de la hiptesis, segn la cual haba, metafricamente, una prctica periodstica y
opinativa en prcticas sociales de la cultura popular (GUSHIKEN, 2011, p. 6). En este sentido, la
cultura popular () es permeada de crtica social que, en grados diversos, sugiere una produccin de
opiniones de masas populares sobre acontecimientos polticos y situaciones econmicas que inciden
directamente en el cotidiano (GUSHIKEN, 2011, p. 7). Es necesario aclarar que la Folkcomunicacin
aparece como propuesta terica durante el proceso modernizador de Brasil. Es por ello que en ese
contexto, la lectura crtica de Beltro se centra en la aparicin de las manifestaciones culturales en un
contexto de modernizacin. El investigador Yuji Gushiken (2011) advierte que:
Beltrao se refiere a prcticas sociales de cantadores, artesanos, msicos, oradores y espacios de sociabilidad
como plazas y ferias donde los ms comunes de los mortales participan de sistemas de informacin no como
espectador, mas como actor social. Trtase, por tanto, de enfatizar sistemas de comunicacin interpersonal y
comunitario, o sea, no masivos, aunque los sistemas populares sean mediadores del discurso de medios
masivos, lo que es una de las caractersticas de los procesos folkcomunicacionales (GUSHIKEN, 2011, p. 10).

FOLKMARKETING SOCIAL N. MANCILLA

199

Las colectividades no son vistas slo como espectadores sino como productoras de informaciones,
creadoras de lenguajes, aunque considera que las manifestaciones folklricas, como sistemas de opinin y
crtica social, venan evidentemente atravesadas por la informacin de medios de masas (GUSHIKEN,
2011, p. 11). Se trataba de un proceso de intercambio entre dos medios socioculturales diferentes
formados por una elite de desempeo lingstico y una masa con desempeos semiticos de otros
lenguajes entre los que se cuentan, sonoras, visuales, aromticas, gestuales, coreogrficas, o sea, otros
saberes, otros epistemes (GUSHIKEN, 2011, p. 11). Gushiken agrega que, en el contexto de la
Folkcomunicacin, el folklore como mediador de lenguajes del mundo moderno, tiene el vigor de permitir
la inscripcin de un discurso popular en sus propios modos de reinventar el mundo en que se vive. De
este modo:
La cultura popular en general y el folklore en particular constituyen un ambiente simblico que permite
traducir, reproducir y reinventar las informaciones de otros estratos sociales no como deben ser
decodificadas literalmente sino como pueden ser recodificadas, conforme las virtualidades de intercambios
entre segmentos distintos de la sociedad (GUSHIKEN, 2011, p. 16).

La Ruta del Wampo


Un espacio en que se identifican este tipo de procesos es el caso de comunidades indgenas y
agrupaciones culturales de la comuna de Panguipulli en la Regin de Los Ros, Chile, que se ven
sumergidas en conflictos socioambientales por proyectos hidroelctricos extractivos de empresas
transnacionales en la zona. En el contexto de una institucionalidad ambiental que los excluye de la toma de
decisiones respecto a proyectos que impactan y/o intervienen los territorios. As, ante la degradacin y
prdida de su cultura y medio ambiente, el 2010 deciden hacerse parte de los proyectos del Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, en adelante CNCA66, para efectuar la patrimonializacin de una
embarcacin mapuche, conocida como wampo y de la navegacin ancestral en el territorio,
identificndose la puesta en marcha de una estrategia folkcomunicacional, materializada en el proyecto La
Ruta del Wampo.
El ao 2010 la dirigente del Parlamento de Koz Koz, Angela Loncoanco, junto a Nolberto Len y
Loreto Martnez de la agrupacin cultural Patio Azul de Panguipulli; la antroploga Marcela Gonzlez, y la
colaboracin bibliogrfica del arquelogo Nicols Lira, llevaron a cabo el Proyecto La Ruta del Wampo,
adjudicado a travs del Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura (FONDART) Regional,
perteneciente al CNCA del Gobierno de Chile. El objetivo de la iniciativa nace en funcin de reconstruir
la memoria local en torno al wampo, sus significados y valor simblico en relacin al uso de las aguas para
las comunidades mapuche, y la confeccin de tres embarcaciones que se ubican en la comunidad de
Chospe, en el lago Panguipulli, y en el lago Pellaifa a cargo de la familia Pirquiante.
La difusin de los resultados del proyecto se enfoc en el espacio del turismo, a travs de una
etnografa que se reparta en la Oficina de Turismo de Panguipulli, que visibiliz las rutas utilizadas en la
navegacin mapuche, ancestralmente, y diferentes prcticas culturales que de sta emanaba. La realizacin
del proyecto nace de forma estratgica y en l participaron chilenos y mapuche, que aparecen como
agentes folkcomunicacionales que ponen en valor elementos de la cultura indgena y un territorio como
parte del patrimonio cultural chileno, realizando un proceso de patrimonializacin cultural.
En la ejecucin de este tipo de proyectos, adems, se visibiliza la prdida de la soberana del paisaje
por parte de comunidades indgenas, por efecto del desarrollo industrial que trajo consigo consecuencias
La funcin que tiene El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, desde ahora en adelante CNCA, es disponer
polticas y procesos para el rescate del patrimonio cultural: Nuestra misin es promover un desarrollo cultural armnico, pluralista y
equitativo entre los habitantes del pas, a travs del fomento y difusin de la creacin artstica nacional. De este modo, diferentes
expresiones culturales, en esta concepcin, adquieren valor al ser institucionalizadas bajo el amparo del Estado por medio
de iniciativas para la preservacin, promocin y difusin del patrimonio cultural chileno, adoptando iniciativas pblicas que
estimulen una participacin activa de la ciudadana en el logro de tales fines (Revisado en CNCA. 2010. Quines somos. Web
Institucional Consejo Nacional de la Cultura y la Artes).
66

200

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

negativas para los habitantes mapuche de Panguipulli a principios del siglo XX. Los bosques pasan a ser
un recurso importante para el crecimiento econmico, y se comienza a invertir en la construccin de los
primeros aserraderos a vapor (RIVAS, 2006). Durante este proceso ocurre el despojo de tierras a la
poblacin Mapuche. EI pueblo indgena fue desplazado desde las llanuras centrales hacia el interior
precordillerano y sectores de la costa de difcil acceso, especialmente, desde la Provincia de Valdivia al sur
(RIVAS, 2006, p. 34). Seguidamente la llegada de la navegacin a vapor facilit el avance de las empresas
madereras.
De esta forma los ros pasan a ser un factor primordial para el desarrollo econmico, por lo que se
prohibi la navegacin para los indgenas el ao 1904 (DAZ, 1907), lo que trajo consigo la destruccin de
embarcaciones mapuche, decisin que fue impuesta por la compaa maderera que estableci un circuito
de navegacin entre Panguipulli y Choshuenco, de esta forma fue restringida la ocupacin de la zona para
los Pueblos Originarios y a la vez experimentaron las transformaciones en el territorio y de los espacios
que habitaban. Situaciones similares sucedieron en localidades de lagos cercanos, como el Calafqun,
Villarrica y el Ranco (CARABIAS ET. AL, 2010).
Un segundo episodio de esta negacin al paisaje, emerge de la presencia de diversos proyectos
extractivos en la zona de Panguipulli, como es el caso del Proyecto Hidroelctrico Neltume, de ENDESA
Enel, ingresado al Sistema de Evaluacin de Impacto Ambiental el ao 2010, que afectara directamente la
localidad de Lago Neltume. As, la estrategia folkcomuniacional es una manifestacin que recodifica lo
hegemnico utilizando mecanismos legtimos por la estructura oficial - para poner en valor los
elementos culturales amenazados.
En este sentido, como lo que est amenazado es inconmensurable para quien es ajeno al espacio
habitado por las comunidades, estas ltimas utilizan un mecanismo legitimado desde fuera y codifican a
travs de instrumentos que forman parte de la racionalidad dominante (el turismo y el patrimonio
entendido desde el Estado). Lo anterior se produce en un contexto en que las organizaciones comunitarias
se ven impactadas por actores del mundo empresarial. Una vuelta sobre la memoria de la cultura de la
zona lleva a los actores locales a resignificar y poner en valor el uso de las aguas en un contexto que las ha
privatizado y negado su carcter simblico, escenificando (BECK, 2008) costumbres perdidas en cambios
del paisaje que se remontan a anteriores colonizaciones.

De la folkcomunicacin al folkmarketing social


La folkcomunicacin es entendida como una forma de resistencia a la hegemona y racionalidad
dominantes a partir de las prcticas populares, costumbres previas al desplazamiento forzado por las
actividades productivas de los colonizadores y de las diversas manifestaciones locales que se entrelazan y
relacionan. Por otro lado, el folkmarketing debe entenderse como el resultado de las prcticas que
emplean tanto empresas como aparatos pblicos, los cuales vinculan la matriz folkcomunicacional con
lgicas del marketing, en una manera de apropiarse del espacio local/popular para conseguir sus fines
organizacionales, legitimar su imagen y validar sus acciones.
La forma en que operan instituciones pblicas y privadas, es por medio de la apropiacin del universo
simblico del territorio, mediante el patrocinio o la gestin y apoyo de actividades (LUCENA FILHO,
2011). En este sentido podemos pensar el folkmarketing como una forma de integrar e institucionalizar
prcticas y tradiciones, e incluso controlar manifestaciones de resistencia, volvindolas un recurso
econmico, as como tambin en un recurso comunicacional valioso respecto al posicionamiento de las
organizaciones a nivel local, nacional y global.
El siguiente caso pretende mostrar la prctica por parte de un organismo pblico en el desplazamiento
de una estrategia follcomunicacional y su apropiacin, como una herramienta para posicionarse y validarse
frente a los pblicos asistentes por medio del folkmarketing.
El proyecto La Ruta del Wampo, dio por resultado que la comunidad Inalafken, de Lago Neltume,
realice desde el ao 2011, una Navegacin Ancestral, en el contexto del conflicto socioambiental
provocado por la posible ejecucin del proyecto de ENDESA Enel. De esta forma, la recuperacin de
antiguas rutas de navegacin se posicion como una forma de visibilizar el paisaje a modo de resistencia,
que sera impactado por la iniciativa hidroelctrica, y rescatar parte de la cultura local. A partir del ao

FOLKMARKETING SOCIAL N. MANCILLA

201

2014, en la tercera versin de la Navegacin, la prctica resistente, recibe el apoyo de instituciones


gubernamentales, que funcionan por medio de la municipalidad de la comuna. Nos referimos al Programa
de Desarrollo Local (PRODESAL), y el Programa de Desarrollo Territorial Indgena (PDTI),
dependientes del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP), que se enfocan en la
modernizacin de las comunidades rurales campesinas e indgenas, en torno a sus procesos productivos 67,
y que funcionan en alianza con los municipios.
El apoyo a esta prctica resistente, sin embargo, se enmarc en la realizacin de una feria costumbrista
realizada entre el 14 y 16 de febrero, apoyada por el PRODESAL y PDTI. Entre los objetivos de la
instancia, se contempl la muestra de artesana y comida mapuche, que fue el resultado de capacitaciones
realizadas por los mismos programas. Esta situacin fue observada en diferentes territorios de la comuna,
donde este tipo de ferias contaban con el apoyo de estas instituciones. Esto se desprende de la visita
realizada a diferentes localidades de la comuna durante enero y febrero de 2014, finalizando con la
participacin en la feria de Lago Neltume. De esta forma, la Navegacin Ancestral como prctica
resistente es desplazada, y se recodifica en el uso que hace el discurso institucional para llevar a cabo un
folkmarketing social, en el espacio turstico de la feria, al realizar un control sobre las manifestaciones
propias de la comunidad local, respondiendo a elementos competitivos y modernizadores sobre los
actores locales y sus modos de vida.

Conclusiones
El caso descrito tiene por fin generar una serie de preguntas respecto al cmo tanto empresas privadas
y organismos pblicos se apropian de prcticas locales que emergen como resistencia ante problemticas
originadas precisamente desde la racionalidad que opera en lo privado y lo pblico. Prcticas locales de
resistencia que tienen como fin visibilizar un espacio y territorio ante conflictos de despojo, y del actual
modelo extractivo, y pasan a ser transformadas en encuentros costumbristas, donde el significado de la
accin es desplazado desde el vincular y hacer emptico a un "otro" con el conflicto.
Finalmente, los procesos de modernizacin y competitividad que impulsan los programas
gubernamentales, como es el caso de PRODESAL y PDTI, dan cuenta de la intervencin existente en los
territorios, y formas de control sobre los modos de vidas y las decisiones de las comunidades locales. Es
as, que prcticas que generan los actores locales para resistir al avance de proyectos extractivos, utilizando
estrategias folkcomunicacionales, son desplazadas e invisibilizadas por el discurso institucional, que por
medio de un folkmarketing busca generar una valoracin positiva por parte del pblico que atrae el
turismo en la zona, y mostrar el apoyo de los programas a las comunidades locales.

67 Entre los objetivos del PDTI y PRODESAL, se cuenta: Apoyar el desarrollo de inversiones productivas de los
beneficiarios orientadas a la capitalizacin y modernizacin de los procesos productivos y de negocios, contribuyendo de
esta manera al mejoramiento de sus ingresos econmicos y a la competitividad de sus negocios. Plan Estratgico 20102014 INDAP, p. 18. Disponible en <http://www.indap.gob.cl/extras/plan-estrateg-10-14/plan-estrategico-20102014.pdf>.

202

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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El rap como narrativa de la marginalidad y


espacio de abertura fsica e imaginativa. Un
do hip hopero del sur de Chile y su rol
social activo
68

Rodrigo Cavieres Crdenas


Universidad Austral de Chile
rcavieres.cardenas@gmail.com

Cristian Delgado Seplveda


Universidad Austral de Chile
cristiandelgadosep@gmail.com

Introduccin
Con el desarrollo acelerado de los medios de comunicacin de masas a partir de la segunda mitad del
siglo XX, el intercambio de culturas localizadas en diferentes territorios ha provocado que exista una
mezcla de sentimientos y sentidos en base a un movimiento cultural especfico (POSTALI, 2011, p. 20).
Este es el caso del Hip Hop, una manifestacin cultural que se podra disear y ajustar a cdigos
utilizados por otros grupos (POSTALI, 2011, p. 20) para as dar a conocer las problemticas concretas
que afectan dichos sectores mediante canciones y versos que producen mecanismos de expresin de las
voces locales (YEZ ET. AL, 2013, p. 32). Esto mediante la apropiacin de la cultura Hip Hop por
parte de jvenes que se identifican con su territorio.
Mediante una charla en la Universidad de Brown publicada en la web, Tricia Rose explica que en un
contexto de comunidades con diversidad identitaria, intercambiamos el mayor conocimiento cultural
acerca de las razas a travs de la cultura popular. Pensamos que nos conocemos a travs de ella69 (ROSE,
2008). La fcil accesibilidad a los medios de comunicacin masiva puede provocar efectos positivos o
negativos, como la recirculacin de estereotipos. El Hip Hop comercial de EU no se escapa de esta
situacin, donde hay un uso masivo de las representaciones del cafiche, el gnster y la puta en las personas de
descendencia afro70. Ms que hacer una apologa del Hip Hop, como la expresin artstica de protesta por
naturaleza, invitamos a mirar ms all del misticismo:

68 Trabajo realizado en el marco de la Investigacin DID-UACh "Emergencia de agentes folkcomunicacionales en tres


casos de conflicto socioambiental" dirigido por el Dr (c) Vctor Hugo Valenzuela.
69 Traduccin de los autores.
70 Tricia Rose (2008) no niega que a lo largo del Hip Hop de EEUU existan relatos misginos, aclamadores de la
violencia y el dinero por sus caractersticas de cultura callejera, sino tambin por ser parte de una sociedad discriminatoria.

206

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Si bien no fue la intencin inicial de la cultura hip hop de destacar las inequidades sociales, la necesidad de
comunicar varias luchas desarroll la accesibilidad y el poder de educar de la cultura del Hip Hop. De las
muchas influencias convergentes que formaron inicialmente la cultura hip hop, fue la injusticia social la que
prepar el terreno para que sta brote 71 (BISHOFF, 2012, p. 44).

Jay Smooth (2013) menciona que las reuniones surgieron de una necesidad humana para encontrar
espacios de expresin ante la adversidad, dndole la oportunidad a los outsider (los de afuera) y los underdogs
(eternos relegados) de reapropiarse de la tecnologa y recrear los espacios de sociabilizacin y tradiciones
musicales de descendencia afro y caribea (ROSE, 2008). Para algunos fueron en las fiestas de barrio al
aire libre (CODOCEDO, 2005, p. 8), para otros, la convivencia en las canchas de bsquetbol (ROSE,
2008).
Bajo la msica del Dj, surgen los B-boys (o breakdancer), que bailan los interludios de los quiebres
musicales. Por otro lado aparece el Mc o rapero, quien con el tiempo comienza a ganarse al pblico
vocalizando rimas simples que luego se complejizan al ritmo del Dj, quien otrora estuvo a cargo de recitar
frases cortas (POSTALI, 2011, p. 130). A estos elementos se incorporan los grafiteros, quienes pintan los
suburbios de la ciudad de Nueva York. Estas son las cuatro principales ramas del hip hop.
En pocos aos el Hip Hop logra notoriedad internacional. A Santiago de Chile llega en la dcada de
los 80, durante la dictadura militar de Pinochet, y su consolidacin en el resto del pas ocurre en la dcada
de los 90 y primera dcada del nuevo siglo, en el contexto de los gobiernos de la Concertacin. En
Iquique, se celebraron 20 aos de su llegada en junio de 2005 (MORAGA & SOLORZANO, 2005, p. 79)
y en 2008, hip hoperos de la regin de Aysn organizaron el primer encuentro regional de Hip Hop con
muchos exponentes locales e invitados de Chile y Argentina (EL DIVISADERO, 2013).
Con el tiempo, el rap se convierte en el elemento de mayor impacto meditico. En efecto, no toda la
msica Hip Hop es de protesta, pero s constituye una oportunidad para las personas de plasmar sus
experiencias y reflexiones en formato de rima. Asimismo, no todo Hip Hop es corporativo; hay grupos
comerciales independientes y grupos underground72. La posibilidad de crear espacios locales de encuentro de
sus cuatro ramas es uno de los aspectos ms importante de esta cultura (SMOOTH, 2013). Es a travs de
estos espacios local y temporalmente situados que pueden emerger agentes folkcomunicacionales.

Una agrupacin que intenta rescatar sus races histricas y


revalorizarlas
El ao 2000 en Coyhaique, capital de la regin de Aysn del General Carlos Ibez del Campo, surge
Herencia Verbal, por iniciativa de cuatro jvenes, con la finalidad de expresar el descontento, expresar
vida, cosas positivas o negativas, todo en base a rimas; en este caso a travs del Rap (HERENCIA
VERBAL, 2011). El grupo se denomina de este modo como un tributo a los primeros que llegaron a estas
tierras y se quedaron para tener familia y descendencia. Ellos lo explican sealando que buscaban
rescatar una herencia del verbo, de la palabra as tambin como nace tambin el Rap de cmo [los
habitantes de la comunidad] han ido adoptando la experiencia de los abuelos, tos, padres; de ir creciendo y
madurando en todo mbito de cosas. Entonces es una Herencia Verbal, una herencia que se va adquiriendo a
travs de la oratoria, de la conversacin, de lo humano, de relacionarse con la gente. (HERENCIA VERBAL,
2011).

En la actualidad, Herencia Verbal est compuesto por dos jvenes nacidos y criados en Coyhaique, por
lo que sus impresiones de vida y de la actualidad de la regin se ven reflejadas en la letra de las canciones.
Diego Calisto, alias Sate se dedica desde hace aproximadamente 10 aos de manera completa a la escritura
Traduccin de los autores.
En EEUU, los raperos con contenido social u otros tpicos fuera del tringulo del gnster-pimp-hoe, se les categoriza
como rap alternativo, consouce rap (rap conciente) o hip hop progresivo, ya sea de artistas identificados como underground,
indie o comerciales.
71
72

EL RAP COMO NARRATIVA DE LA MARGINALIDAD R. CAVIERES CRDENAS et al.

207

del Hip Hop. Adems se desempea en el rea audiovisual. Ral Huenteo, el segundo miembro del grupo,
es conocido como Duke. Es monitor social y realiza talleres en agrupaciones sociales con nios y jvenes
de sectores marginales. Sus canciones abordan temticas locales que identifican a la poblacin,
demostrando cercana con los habitantes de esta zona. Tambin cantan sobre temas polticos, como su
posicin en contra del proyecto Hidroaysn. Es en este sentido que mediante el Hip Hop se lleva a cabo
una accin donde se elaboran e interpretan mensajes de resistencia y se van apropiando de mecanismos
propios de las industrias culturales con el fin de visibilizar las denuncias y las demandas locales (YEZ
ET. AL, 2013, p. 33).
Otro ejemplo de la accin de Herencia Verbal es el homenaje cultural, como el contenido en el ttulo
del disco La Kancha (2002). Aqu se rescatan diversos aspectos del antiguo nombre de Coyhaique73: Era
puro campo y la gente guardaba sus caballos. Era como un gran recinto que se llamaba la cancha
(HERENCIA VERBAL, 2011).
Los encuentros tambin son importantes para este grupo, especialmente a travs de la realizacin de
talleres en formatos denominados entrete ducativos. Parte de sus experiencias han sido documentadas por
ellos mismos, quienes han subido material audiovisual a su pgina de YouTube. Asimismo, han
participado en talleres de educacin sexual en colegios, actividades en la Penitenciaria de Coyhaique y
tambin en poblaciones.

Agentes folkcomunicacionales en espacios poltica y socialmente


marginalizados e invisibilizados
La folkcomunicacin, segn el pionero de esta corriente terica, Luiz Beltro, es el procedimiento
de intercambio de informaciones y manifestaciones de opiniones, ideas y actitudes de las masas por
intermedio de agentes y medios ligados directa o indirectamente al folklore (MARQUES DE MELO,
2002, p. 49). Esta primera definicin presenta algunas revisiones por parte de autores que siguieron esta
lnea de investigacin y que, de algn modo, contribuyeron a actualizar los planteamientos fundacionales.
En este contexto Antonio Hohlfeldt agrega que
La folkcomunicacin no es, pues, el estudio de la cultura popular o del folclore () es el estudio de los
procedimientos comunicacionales a travs de los cuales las manifestaciones de la cultura popular o del
folclore se expanden, se sociabilizan, conviven con otras cadenas comunicacionales, sufren modificaciones
por la influencia de la comunicacin masificada e industrializada. (HOHLFELDT cit. en JUSTINO, 2013, p.
22).

Luiz Beltro y los investigadores posteriores de la folkcomunicacin se dedicaron a buscar las


apropiaciones de la cultura de masas por parte de los sectores sociales subalternos rurales y urbanos a
travs del folclore (MARQUES DE MELO, 2004, p. 11). Entendemos subalterno o marginado desde las
clasificaciones de clase, gnero, etnia, raza o identidad cultural, orientacin sexual, migracin y lugar de
residencia, entre otras (ROSE, 2014). No todos sufren las mismas injusticias y discriminaciones a nivel
personal y/o sistmico, categoras detallada por la ONG Racial Justice en su informe Moving the Racial
Conversation Forward, Part 1. (2014, p. 3). Asimismo, la marginalidad o la periferia no slo se da a nivel
interpersonal y estructural, sino que tambin puede ser espacial: en las ciudades; entre metrpolis urbanas
y espacios rurales, entre regiones y dentro de ellas y entre pases. Para Bell Hooks (1989) el margen puede
ser un lugar desolador y lleno de nihilismo; mientras que el centro, para aquellas personas que vienen de la
periferia y les inquieta las barreras de gnero, raza y clase, puede ser aislador. Por esto propone que
independiente de si se est en el margen o en el centro, es importante pensar desde la marginalidad, en
bsqueda de creatividades artsticas, literarias y comunitarias, para abrir espacios de abertura radical,
73 Este proyecto colectivo fue financiado por una ONG alemana, con la cual tambin se produjo un documental sobre el
Hip Hop, puntualmente de Aysn y Coyhaique.

208

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

como parte de una poltica de localizacin (HOOKS, 1989, p. 206). Ese espacio puede ser: tanto fsico,
lugar donde vivimos y nos recreamos; o imaginario, como las memorias y recuerdos, el lenguaje y/o la
ficcin que utilizamos como mapa. Un espacio de autorretrato, de resistencias e imaginacin de
alternativas, donde se diga no al opresor. Para Hooks, ese espacio est en el margen.
Desde esta perspectiva consideramos a los integrantes de Herencia Verbal como agentes
folkcomunicacionales, ya que la agrupacin surge desde grupos populares que son culturalmente
marginados, y desde ellos emergen manifestaciones que, por un lado filtran la cultura de masas y, por
otro, se dirigen hacia las esferas dominantes de poder (YEZ & VALENZUELA, 2011, p. 8).
Los integrantes de Herencia Verbal se identifican con los inicios de la cultura Hip Hop, especficamente
con el Rap, ya que esta manifestacin nace de una propuesta del pueblo, de la gente negra que viva en
los ghettos (HERENCIA VERBAL, 2011), por lo cual el grupo la asocia con la invisibilizacin que
sufren como regin por parte de un Estado que para ellos es ausente74.
Al igual que otros agentes folk, pero que emplean sus discursos con otras manifestaciones culturales,
Herencia Verbal propone en sus canciones elementos vitales de su paisaje, lo que entrega desde el punto
de vista de las significaciones () una construccin anclada en lo cultural y lo social (YEZ Y
DELGADO, 2013, p. 21), destacando espacios como la Piedra del Indio, o la forma en que los colonos
llegaron a esas tierras para as establecerse y hacer patria (HERENCIA VERBAL, 2011).
Sin duda estos grupos culturalmente marginalizados se pueden clasificar como grupos polticos
activistas, debido a que a travs de sus letras y actos influencian el comportamiento de centenares ()
de personas llevndolas a asumir posiciones ahora contrarias al orden poltico y social vigente
(BELTRAO, 1980, p. 163). De esta manera en sus letras manifiestan situaciones de corrupcin poltica,
entre otras.

Desde canciones generalizadas hasta letras con contenido crtico y de


denuncia
Si bien Herencia Verbal adopta la cultura musical del Hip Hop, el discurso que se desarrolla en sus
letras es distinto al que se cantaba en un principio en los Estados Unidos. En aquella cultura los cantos
surgieron inicialmente del contexto de injusticia social en Nueva York, la alta tasa de suicidios, la falta de
empleo, etc. Actualmente el Hip Hop es adoptado libremente por quien se sienta identificado con l,
como bien es el caso coyhaiquino, con temticas que son contingentes a su realidad, como la crisis del
medio ambiente. En esta materia los integrantes del grupo se refieren a que ahora la colonizacin no es
con flechas ni caballos sino que con dinero y ciencia (HERENCIA VERBAL, 2011).
Dentro de los mensajes que entrega Herencia Verbal se presenta la marginalidad de quienes viven en
sectores alejados, quienes pueden llegar a ser vulnerables a las drogas y la delincuencia si es que no
comprenden cmo se debe actuar en este nuevo escenario: la calle.
Fragmento de rap El Juego de la Vida (2002):
Mil voces se escuchan en las calles
lloran nios sometidos al maltrato
de malos hombres y pequeos hurfanos
ahora jvenes adictos
llevando el mal camino
decayendo en el abismo
y no hagas que me calle
74 Gran parte de las movilizaciones de la regin de Aysn a inicios del 2012 tienen el carcter de marginalizacin por
parte del Estado, con respecto a otras regiones del pas, en temas relacionados con la educacin, la accesibilidad, el alto
costo por energa domiciliaria y vehicular, la calefaccin y la propiedad del agua. Durante el ao anterior, las protestas
haban girado en torno a la aprobacin regional de HidroAysn, no slo en la regin, sino tambin en otras regiones del
pas, como la capital, Santiago, con masivas marchas.

EL RAP COMO NARRATIVA DE LA MARGINALIDAD R. CAVIERES CRDENAS et al.

209

porque siento que la calle es la otra escuela que ensea


con una sola ley
la ley del rey guerrero
la ley del fuerte o la falta de experiencia
si en la selva de cemento vai a caer/ si no eres el maestro del dinero
ahora sin aquello
en esta calle con detalle
aprendes todo o nada a su tiempo
me lamento
as es el mundo callejero ()

Situacin destacable de los relatos que realizan Duke y Sate en sus canciones es el tema medio
ambiental, al cual conciben en directa relacin con lo social. Por lo mismo comentan que el impacto que
puede provocar es un choque fuerte de dos culturas diferentes, porque as lo vemos los que hemos crecido
y nacido ac (HERENCIA VERBAL, 2011). As se manifiesta en el tema Paren la Mano, cancin que va
en contra de la instalacin de represas en la regin; principalmente el proyecto hidroelctrico Hidroaysn
de Endesa. El tema tambin realiza una crtica a polticos y habitantes de la comuna que slo se
conforman con lo que les entregan los medios, sin hacer un mayor esfuerzo por defender el paisaje natural
de la comuna, sino ms bien conceden todos los beneficios para que estos megaproyectos se realicen.
Fragmento Paren la Mano (2009):
Porque han sacado de casilla
a los que en su silla
quedan criticando
hablando
inhalando las toxinas
las mentiras
que en su retina han metido los de Hidroaysn
mrate al espejo
que ves?
que te han violado
consensuado y gemidos y quejidos
te has entregado y vendido ()

El tema comienza con un discurso de Salvador Allende, quien seala, entre otras cosas, que la
revolucin pasa por las grandes masas. La cancin manifiesta el descontento de los autores debido a las prcticas
de Endesa con los habitantes de la regin, con mentiras y avisos publicitarios en los medios locales
informando slo lo conveniente para el megaproyecto. Tambin expresa la situacin diaria que deben vivir
los habitantes de la regin, debido a la informacin modificada que entrega la empresa.
Debemos tener en consideracin que el Rap de Herencia Verbal se diferencia profundamente del estilo
de rap comercial de EEUU. Duke y Sate utilizan la improvisacin, la escritura, y la produccin instrumental
como instrumentos de divulgacin de ideas, experiencias y problemas que suceden en la regin y en el
pas. Otros temas importantes del grupo son Cacera de inocencia (2002), sobre el maltrato infantil; Jazzhora
(2011), sobre la construccin con material alternativo ms econmico; Mal edukados (2011), sobre la crisis
educacional en Chile. Tambin destaca su participacin con el grupo Koi Aiken (2011) en Subterrap, Oda a
la Regin de Aysn; entre otros.

Conclusiones
El grupo de Hip Hop fundado en el sur de Chile, Herencia Verbal, plantea como cualidad principal la
perspectiva narrativa de sus canciones, as como la completa identificacin con la cultura coyhaiquina y
patagnica, rescatando su patrimonio, costumbres y el no renegar de su gente. En sus discos se ven
reflejados sucesivos cambios de temticas, ya que si bien en un principio cantan sobre la contingencia

210

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

nacional desde una perspectiva local, como la delincuencia o la corrupcin en la poltica, con el tiempo
van desarrollando un protagonismo regional, haciendo sentir en sus letras que no pasan por alto temas tan
relevantes como las hidroelctricas. Llaman la atencin de la comunidad para que no se dejen llevar por
avisos comerciales y sofisticada publicidad que slo confirmara la diferencia e invisibilizacin en la que
vive la regin.
Tambin se rescata el modo de emplear la cultura del Hip Hop en un aspecto positivo, ya que en
muchas ocasiones esta manifestacin cultural es estigmatizada como una tendencia que lleva
ineludiblemente a las drogas y a la delincuencia, estereotipos propios hacia los espacios del margen. Los
integrantes del grupo son conscientes de que la gente de Coyhaique tiene un estilo de vida diferente,
donde sus habitantes llevan un ritmo de vida ms tranquilo y menos acelerado en relacin a lo que
necesita el sistema neoliberal (HERENCIA VERBAL, 2011).
De esta manera, Duke y Sate observan completamente fuera de contexto el que se imponga a los
habitantes de la regin un sistema de vida que no los beneficia, que perjudica no slo el presente sino
tambin el futuro de hijos, nietos y las familias que esperan dejar un legado a su descendencia.
En este sentido, sugerimos que es posible analizar el trabajo de produccin y circulacin de la msica
del grupo Herencia Verbal desde una perspectiva folkcomunicacional, pues no slo se apropian de la
tecnologa y de una cultura mediatizada y ya globalizada para expresar sus vidas, ideas y sentimientos, sino
que tambin narran diferentes relatos regionales, asumiendo un rol crtico. Asimismo, su trabajo en
diversos tipos de talleres es importante, pues en ellos tambin se concretiza un espacio de agenciamiento.
Si estos talleres involucran a la cultura Hip Hop, podran mirarse desde la perspectiva de la
folkcomunicacin.
Desde la perspectiva de Smooth (2013), Rose (2008) y Hooks (1989), la creacin de espacios es
importante. Espacios tanto fsicos, como lugares de reunin, o imaginarios, como la diversidad narrativa,
no slo ayudan a crear un espacio de abertura radical (HOOKS, 1989), o sea de resistencia contra el
poder hegemnico, sino que tambin crean diferentes lazos interpersonales y comunitarios que fortalecen
las relaciones sociales y las experiencias compartidas. Dichos espacios y sus exponentes no tienen que ser
idealizados, es posible que generen relaciones de discriminacin, pues no todos tienen las mismas
experiencias de gnero, orientacin sexual, etnia, clase social, migracin, o raza, como destaca Rose (2008).
El anlisis folkcomunicativo, es una herramienta acadmica para poner en valor los procesos de
agencias, reapropiacin y resignificacin sobre algo que los actores sociales ya realizan con un alto
componente afectivo, de forma independiente y sin permiso y aprobacin externa.
El rol de agencia no es esttico en el tiempo, sino dinmico. Quin asumi en un momento el desafo
de levantar la voz para su comunidad, puede ser retomado por otra persona, incorporando otros
elementos.
Finalmente, el Hip Hop es una prctica artstica que afecta de diferentes formas los conceptos de
frontera y resistencia. Fronteras por las migraciones intra e internacionales; las relaciones interculturales en
los barrios y las influencias de sus prcticas, los cambios generacionales, la marginalizacin y, por
supuesto, la globalizacin. Tambin de resistencia, no slo en un sentido poltico de protesta o denuncia,
sino tambin como (re) definicin significacin, (re) valorizacin apropiacin, introversin
extroversin, agencia emergencia (de emerger) y como sentido de creatividad individual y comunitaria.

EL RAP COMO NARRATIVA DE LA MARGINALIDAD R. CAVIERES CRDENAS et al.

211

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HERENCIA VERBAL. Cazera de inocencia. Ice-End: Batalla MC, 2002.
HERENCIA VERBAL. Mal edukados. Disponible en:
<http://www.youtube.com/user/laherenciaverbal> Acceso en 14 mar. 2014.
HERENCIA VERBAL. Jazzhora. Disponible en:
<http://www.youtube.com/user/laherenciaverbal> Acceso en 14 mar. 2014.
HERENCIA VERBAL. Paren la Mano, Entrevista 2011. Disponible en:
<https://myspace.com/herenciaverbal/music/songs> Acceso en 14 mar 2014.
HERENCIA VERBAL. Koi Aiken. Colaboracin a Subterrap, 2011.
HERENCIA VERBAL. Discografa completa. Disponible en:
<http://reibeatndikar.blogspot.com.br/p/descarga-y-difusion.html>

Acceso

en

14

mar

2014.

Personajes y relatos mitolgicos de Chilo: la


industria cultural y el mercado de la cultura
Claudio Ulloa Galindo
Universidad de La Frontera
culloa@ufro.cl

Un panorama general
A partir de las construcciones discursivas y la recreacin de ellas en tipos de relatos y personajes
particulares, a travs de la historia de conformacin de las relaciones de contactos interculturales que han
conformado las particularidades de la cultura que se desarrolla y ha desarrollado en la isla grande de Chilo
y su archipilago, emerge la fauna mitolgica de Chilo como uno de los elementos culturales de mayor
impacto en esta construccin cultural. Este elemento cultural ha nacido a travs de las relaciones de poder,
dominacin y sincretismo entre la tradicin de las antiguas religiones de los habitantes indgenas
originarios de Chilo (huilliches y chonos) y las mitologas y supersticiones, especialmente celtas, tradas
por los espaoles y otros europeos, que hicieron de Chilo el ltimo enclave de la corona espaola en
Latinoamrica. En palabras del investigador insular Renato Crdenas, tenemos con esto que la raz
fundamental del mito chilote es mapuche. Pero fuertemente determinado por la ideologa del cristianismo
de las culturas occidentales (CRDENAS, 1998, p. 5).
De esta manera se ha configurado e instalado en esta geografa insular un relato mtico que se ha
traspasado, desde su gnesis, por generaciones a travs del relato oral ancestral; que desde un principio
tena como protagonistas a los mayores de una comunidad (abuelos, ancianos) como transmisores de los
elementos que componen la cultura hacia quienes ingresan en sta (nios, jvenes); esto, vinculado a las
historias de fogn75, y que a travs de los aos ha aportado a la conformacin de una identidad
comn, reforzada en gran medida por la insularidad que presenta su entorno.
As, se articularon en esta geografa relatos mitolgicos, que si bien, algunos son parte de las relaciones
de sincretismo y dominacin entre las culturas que han ocupado este territorio a travs de su historia,
adquirieron un sello particular en concordancia con el ambiente que rodea al habitante de la isla. Estos
relatos que hablan de mitologa han sido incorporados por todos quienes se autodefinen como chilotes y
que pueden provenir de distintas tradiciones que se han incorporado a la conformacin de una cultura de
lo chilote a travs de los aos:
La magia y el mito nos llevan a la intimidad del mundo mapuche-veliche. Empero, esta realidad no es solo
india. El europeo colonial y la sociedad chilota naciente de estos encuentros y desencuentros se introdujeron a
estas estructuras de pensamiento. En algunos casos las incorporaron como propias y cuando esto no ocurre
las influyen profundamente con sus creencias religiosas, mgicas y mticas acarreadas desde Europa
(CRDENAS, 1998, p.5).
75 El fogn chilote es caracterstico de esta cultura de sincretismo, su arquitectura es marcadamente reconocible y el
origen de este lugar es la vivienda veliche, que adopt desde un principio la cocina como eje de vida. Aqu se cocinaba, se
coma, se haca vida familiar, se preparaba la comida para los animales y adems se dorma. En resumen era el lugar donde
se concentraba la vida puertas adentro y se generaba el traspaso de la cultura.

214

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

A partir de la creciente globalizacin econmica, poltica y cultural impulsada por el modelo capitalista
y los medios de comunicacin masivos que han actuado en pos de una globalizacin general, lo que por
supuesto ha impactado en Chilo y su archipilago en las ltimas cuatro dcadas, existe una introduccin
de estos relatos y representaciones mitolgicas en formatos tecnolgicos de comunicacin (cine,
televisin, Internet, industria editorial, etc.) y lgicas de mercado que fueron definidos por Max
Horkheimer y Theodor Adorno en Dialctica del iluminismo (1944) como Industria Cultural. De este modo
se ha producido una nueva escenificacin de estos relatos mticos, lo que ha trado consigo nuevos
significados acerca de la percepcin, produccin y uso de ellos; nuevos significados que representan en s
mismos los modos y lgicas que el mercado requiere.
Dentro de la Industria Cultural cabe destacar una premisa fundamental que ofrecen en principio los
tericos de Frankfurt, que apunta a que el mundo entero es pasado por el cedazo de la industria cultural
() La industria cultural sigue siendo la industria de la diversin (HORKHEIMER & ADORNO, 2002).
En palabras de Jess Martn Barbero, en una mirada posterior al fenmeno de industria cultural la
degradacin de la cultura en industria de la diversin (MARTN BARBERO, 1987), considerando a
todos estos mecanismos y soportes mass-mediticos como elementos de despojo y reestructuracin de
una forma cultural especfica. En este sentido, el concepto de Industria Cultural nos abre la puerta para
poder hablar acerca del nuevo significado que adquiere la mitologa chilota al ser tomada como elemento
de la industria cultural y resemantizada en trminos de su propia existencia, lo que sin duda transforma la
visin original y la referencia cultural existente hacia estos mitos.
En cierto sentido y remitindonos al patrimonio cultural de Chilo y el amplio campo de su mitologa,
se ha comenzado a generar una discusin en torno a este plano de nuevos significados. Esta discusin
apunta a la conservacin de la identidad cultural de Chilo; discusin motivada, en gran medida, por el
creciente impacto que ha trado la arremetida de nuevas formas de comunicacin en sectores
histricamente aislados, observndose progresivas transformaciones socioculturales en la Isla Grande y su
archipilago, las que vienen aconteciendo desde la segunda mitad del siglo veinte y que se han agudizado
progresivamente y de forma casi dramtica con la irrupcin de empresas transnacionales en el mbito
marino y forestal. De este modo se est instalando la conviccin de que en las islas se est viviendo un
momento crtico de su historia cultural, a tal punto que, como nunca, corren el riesgo de que su espesor
cultural desaparezca ante la arremetida de la cultura meditica de las relaciones de produccin capitalista
(MANSILLA, 2006).
Por otra parte, se debe considerar que Chilo se ha convertido en un poderoso polo de atraccin
turstica, a partir de la explotacin y construccin de una imagen performativa y estereotipada de un
Chilo natural, mgico y mitolgico:
() presumiblemente anclado todava en una ruralidad que en muchos aspectos pareciera ser premoderna, y
que, a juzgar por el creciente flujo turstico, estara satisfaciendo las necesidades de exotismo de un visitante
de origen urbano que busca la diferencia y la autenticidad cultural y natural, como si en las islas estuviera
aquello otro que su entorno urbano, sobresaturado de modernidad, ha reprimido u olvidado (MANSILLA,
2006).

Esto podemos verlo claramente ejemplificado a partir de la noticia que Chilo y su archipilago
ocupan el tercer lugar en el mundo como uno de los destinos para vacacionar en el ao 2009, segn lo
publicado por la gua turstica inglesa Lonely Planet76 (Ciertamente esa imagen tan difundida en el pas y
el extranjero de un Chilo mgico y mitolgico tiene una raz profunda en los habitantes de la isla grande y
su archipilago, que viven y conviven diariamente con su construccin mitolgica, la cual es parte rutilante
de su quehacer y observacin del mundo). Asimismo, en libreras y en ferias de Chilo se puede hallar un
sinnmero de folletos y cuadernillos sobre mitologa chilota, adems de esculturas, pinturas, msica, etc.
que representan a los seres mitolgicos; la mayora de los cuales no pasan de ser descripciones
estereotipadas hechas objetivamente para turistas bajo la concepcin anglo de merchandising, que para
La informacin hace alusin a un artculo publicado en el peridico La estrella de Chilo el da viernes 17
de octubre de 2008, pg. 7, en el cual se toma parte de lo publicado en la gua turstica inglesa y se presenta como
noticia.
76

PERSONAJES Y RELATOS MITOLGICOS DE CHILO C.ULLOA GALINDO

215

efectos del turista opera con el trmino francs souvenir. Esto muestra la preponderancia que tiene el
elemento de mercado en la transformacin y adaptacin de la mitologa chilota, para ser resignificado y
concebido en un nuevo espacio de intercambio marcado por la competencia y la innovacin contnua.

Mitologa de Chilo
Es necesario precisar que la mitologa de la isla de Chilo y su archipilago ha sido fruto de la
configuracin de los elementos del territorio, los primeros habitantes indgenas y el contacto de estos con
los europeos que llegaron en la conquista de este espacio geogrfico. En palabras de Renato Crdenas,
por enclaves histricos los europeos y los originarios de estas tierras debieron habitar un espacio
geogrfico comn y compartir los recursos que este medio les prodigaba (CRDENAS, R., 1998, p. 5).
Evidentemente, esos recursos a los cuales se refiere el autor tienen que ver tanto con el medio fsico como
con las relaciones de comunicacin que en trminos culturales crearon pautas comunes.
Crdenas sostiene lo anterior en el sentido que:
La vida se orden a partir de las perspectivas de mundo y los proyectos de sociedad del conquistador, pero
tambin incorporando parte importante de la cosmovisin Mapuche Veliche del sector. En algunos casos hay
sincretismo de ambas culturas; en otros, es la voz espaola la que predomina, como el lenguaje, la msica y la
religin (CRDENAS, 1998, p.5).

Sin duda en la fauna de la mitologa chilota se ocultan las relaciones de sincretismo y dominacin de
las culturas que han compuesto este elemento cultural, y que han configurado toda la complejidad de
elementos que componen una cultura de lo chilote. As se configura su concepcin y devenir como una
cultura compuesta por mltiples tradiciones.
En cuanto a las relaciones interculturales que se han proyectado en Chilo, esta se basa en la
comunicacin intercultural, ya que de cierta forma en ella se sustenta el carcter mvil que las culturas
tienen, en el sentido de que un segundo nivel nos llevara a plantearnos que en la cultura con la que nos
identificamos tambin hay diferencias. Por un lado, ha evolucionado a lo largo de la historia integrando
elementos de culturas inicialmente forneas. As nos damos cuenta del carcter mestizo de nuestra
cultura (RODRIGO, 1999, p. 14). Esto muestra cmo la configuracin de dilogos de caractersticas
interculturales ha sido la base de esta concepcin de cultura, y en especfico, de la configuracin de relatos
mitolgicos y personajes que componen este elemento cultural en Chilo y su archipilago.
A partir de lo anterior es posible ubicar la gnesis de la mitologa de Chilo en las leyendas y mitos
araucanos, americanos, y europeos, especialmente celtas. Los relatos son compartidos por todos quienes
los han conformado. Para Crdenas esto implica que
La magia y el mito nos llevan a la intimidad del mundo Mapuche-Veliche. Sin embargo, esta realidad no es
solo indgena. El europeo colonial y la sociedad chilota naciente de estos encuentros y desencuentros, se
introdujeron a estas estructuras de pensamiento. En algunos casos las incorporaron como propias y cuando
esto no ocurre las influyen profundamente con sus creencias religiosas, mgicas y mticas, acarreadas desde
Europa (CRDENAS, 1998, p.5).

Cultura, industria cultural y mercantilizacin de la cultura


La introduccin de los mitos de la isla de Chilo en los formatos y lgicas econmico polticas que
la industria cultural promueve y manifiesta est acompasada principalmente de un fenmeno de
globalizacin enorme. Lgicamente no estamos hablando de arte en un sentido estricto, como fue la
primera conceptualizacin realizada en esta lnea terica a partir de los trabajos de Walter Benjamin y
Theodor Adorno, sino la que llamamos como cultura artstica, y por otro lado la cultura social, entendida

216

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

como las peculiaridades de cada cultura o grupo (como es el caso de la cultura de Chilo), las que se
funden en una sola estructura.
Para los efectos del presente trabajo es necesario observar la dimensin de la industria cultural en el
mbito de la cultura social, la cual proyecta un modo particular de vivir con rasgos caractersticos y
distintos a otras culturas. Adems es importante revisar cmo los mitos de Chilo han pasado a una etapa
enmarcada por la mercantilizacin de la cultura a nivel poltico y terico; o ms bien dicho, la
transformacin de aspectos y actividades propias y caractersticas de una cultura especfica en un producto
atractivo y comercializable, que es sacado de su cultura para entrar en una sucesin de compra venta que
lo aleja cada vez ms de su raz cultural con el fin de universalizar esa particularidad cultural. Observando
este aspecto debemos reconocer tambin que las industrias culturales son una rama importante de la
economa (WARNIER, 2002, p. 71). Las polticas pblicas fijan sus ojos en sus propios patrimonios
culturales para reproducirlos a modo de mercanca comercializable. Esto se demuestra en una gran
variedad de formas en que el patrimonio cultural, representados por museos, monumentos, sitios
histricos, paisajes, es ciertamente una dimensin de la identidad, pero tambin es un recurso turstico, a
menudo importante (WARNIER, 2002, p. 71) sobre el cual el poder de la economa ha centrado sus
esfuerzos por capturar de cierta forma, estos elementos. Esa absorcin que la lgica poltica econmica
dominante realiza por sobre un elemento perteneciente a una cultura lo transforma, y esta transformacin
se realiza en el sentido que el mercado necesita valorizar. Podemos considerar el ejemplo que Nestor
Garca Canclini menciona en Culturas Populares en el Capitalismo en relacin a la artesana popular:
La llegada de las artesanas a las ciudades medianas y grandes reubic las misiones que se le atribuan
representar tradiciones populares y nacionales, ofrecer experiencias estticas alternativas a la homogeneidad
industrial- en beneficio de funciones decorativas y prcticas (GARCA CANCLINI, 2002, p. 20).

Con este atingente ejemplo es observable la transformacin, por lo menos en el caso de la artesana
popular de una cultura, de un objeto que se menciona como artesanal pero creado a partir de las
necesidades que los consumidores requieren. As, la artesana elaborada en una primera etapa para recrear
o representar a la cultura es modificada para cumplir las exigencias de sus consumidores.
Quizs al momento de hablar de una industrializacin cultural en un grupo o cultura especfica, que
fija sus propias pautas y creencias, uno de los productos desarrollados a mayor escala y de mayor xito en
el mercado es la artesana tpica. sta se convierte en un bien codiciado por el visitante forneo, lo que en
s mismo trae una parte del proceso de globalizacin, dado que los procesos de globalizacin,
espacialmente materiales y ligados a la economa, valorizan la cultura como bien de cambio y como un
recurso (etnoturismo y venta en serie de artesana) (DEL VALLE, 2004, p. 138). Con tal valorizacin las
lgicas y formas de la globalizacin poltica, econmica y cultural entra de lleno en un entorno especfico,
como lo es la isla de Chilo y su cultura, con lo cual las transformaciones en la cultura se agudizan. Dicho
de otra forma, las nuevas dinmicas de globalizacin econmica de la cultura se introducen en las
comunidades e, incluso, las transforman (DEL VALLE, 2004, p. 139), con lo cual podemos inferir que
globalizacin y los procesos de industrializacin cultural van de la mano.
Siguiendo este recorrido no podemos dejar de lado el papel central que los medios de comunicacin
cumplen en este juego de cultura industria cultural globalizacin, ya que en la misma concepcin de
industria de la cultura se sostienen tambin los formatos y plataformas de los medios de comunicacin.
Para el terico cataln colombiano Jess Martn-Barbero lo que sucede en Latinoamrica en y por los
medios no puede ser comprendido al margen de discontinuidades culturales, que median la significacin
de los discursos masivos y el sentido de sus usos sociales. Los procesos y las prcticas de comunicacin
colectiva que ponen en juego no son nicamente desplazamientos del capital e innovaciones tecnolgicas,
sino profundas transformaciones en la cultura cotidiana de las mayoras: cambios que sacan a flote estratos
profundos de la memoria colectiva, al tiempo que movilizan imaginarios fragmentadores y
deshistorizadores de la experiencia: la acelerada desterritorializacin de las demarcaciones culturales
moderno/tradicional, noble/vulgar, culto/popular/ masivo, propio/ajeno y desconcertantes
hibridaciones en las identidades. (MARTN-BARBERO, 1993).

PERSONAJES Y RELATOS MITOLGICOS DE CHILO C.ULLOA GALINDO

217

Hoy en da, la evolucin tecnolgica y el crecimiento de la sociedad de la informacin como base de


una industria que apunta a la continua globalizacin de los modos de produccin y productos industriales
y culturales implica una radical transformacin de las bases econmicas y polticas sobre las que se
sustenta la produccin cultural y comunicativa. Del mismo modo, implica un cambio de la forma en que
sta se vincula con los procesos sociales fundamentales: poder, identidad, desarrollo, etc.
La diferenciacin y ordenacin ms clara de las industrias culturales es posible hacerla partiendo de la
produccin, es decir, desde los procesos productivos y los productos creativos o informativos especficos.
Efectivamente, han sido las formas dominantes de trabajo creativo y de valorizacin (rentabilizacin) del
capital las que han marcado histricamente las diferencias entre unas y otras industrias culturales,
implicando adems una prctica social diferenciada para cada tipo de producto cultural:
Todo ello producto, proceso productivo, valorizacin y uso social- ha permitido clasificar tanto a las
industrias (edicin impresa, fonografa, cine, prensa, radio, televisin, publicidad) como a los subsectores
(edicin discontinua, edicin continua, emisin continua) o a las industrias o segmentos sin autonoma, como
la publicidad, el diseo, o la videoproduccin (MARTN-BARBERO, 1993).

Mitologa Chilota, Industria Cultural y globalizacin


En cuanto a la mitologa de Chilo, los modos de propagacin y produccin son replanteados al
ingresar a las lgicas del mercado y remitificados, ya que son transformados desde su espacio y esencia
tradicional y son conocidos desde una segunda ptica al compararlo con su origen cultural. De esta
manera, los mitos son moldeados por el mercado bajo los intereses que el capitalismo aplica a sus modos
de producir e intercambiar productos, perdiendo en cierto sentido la concepcin cultural ms pura que el
objeto tiene en la representacin de una cultura. Esto lo podemos ver en la pronta aparicin de una
pelcula filmada en Chilo, pero financiada con capitales norteamericanos, que remitifica y resignifica el
mito del Caleuche, observndolo y retransmitindolo como una historia de terror, no valorando la
explicacin o su funcin cultural y la importancia que este elemento cultural tiene para el entorno
especfico de la isla de Chilo, lo que sustenta su pertenencia e identidad.
La anterior situacin conduce lgicamente al aislamiento de la mitologa de Chilo de su realidad
cultural. El mito chilote se desplaza deshistorizado y fragmentado bajo la manipulacin, en algunos casos
radical, de los nuevos transmisores de este elemento cultural. Observamos as que se cumple la lgica
existente en la crtica de Horkheimer y Adorno en torno a la propiedad del desarraigamiento del elemento
objeto de la industria cultural. En este caso, la industria cultural, traducida en los medios de comunicacin,
acta sustrayendo el relato y el personaje mtico de Chilo de su propio mundo mtico y lo individualiza,
otorgndole nuevas propiedades, las cuales no necesariamente se relacionan con el entorno directo o
primigenio que el relato mtico tena. Se observa que
La gran mayora (de los mitos chilotes) opera hoy como comparsa de una comedia sin argumento, lo que
avalara la opinin de algunos que sostienen que (...) no seran otra cosa que los escombros de una
demolicin ideolgica (BLUME, 2003).

Constatamos aqu un desapego de la realidad cultural en los procesos de resignificacin que el mito
protagoniza en una etapa de mediatizacin, ya que si bien es de perogrullo reconocer que evidentemente el
mito de Chilo al ser partcipe y protagonista de la cultura se encuentra en una movilidad de
transformacin y resignificacin constante, aqu nos interesa rescatar que ante la sucesin de mediacin
comunicacional, lo que ocurre en el plano de la mitologa de Chilo introducida en estos formatos
tecnologizados de comunicacin es una radical resignificacin. En otras palabras, si bien los mitos siempre
se encontrarn en sucesiones de interpretacin y produccin que se irn transformando en el entorno
social-cultural, lo que ocurre bajo la lgica dominante de las industrias culturales es una etapa aguda y
radical de transformacin y resignificacin del elemento mitolgico. Etapa que afecta al mito en su
totalidad, ya que lo que las industrias culturales realizan en este aspecto es afectar y transformar tanto la
produccin (creacin) como el consumo (uso-interpretacin) de la mitologa de la isla de Chilo. Esta

218

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

transformacin parte desde la fragmentacin y descomposicin del relato mitolgico, alejndolo de su


entorno natural, lo cual lgicamente crea un nuevo plano de significacin e interpretacin a partir de ellos.
Por otro lado, es posible observar que las expresiones culturales se han convertido en la punta de
lanza invisible de la globalizacin, porque ellas ofrecen las imgenes y valores con los que la gente
construye una nueva visin del mundo. Estas expresiones culturales como la mitologa de un sector
especfico la mitologa de Chilo se reestructuran y convierten en el espacio de globalizacin mercantil,
mermndose su valor cultural e imponindose un valor comercial.
Siguiendo a Garca Canclini, damos cuenta de que la modernizacin econmica tecnolgica reubica
el arte y el folclor, el saber acadmico y la cultura industrializada, bajo condiciones relativamente
semejantes:
El trabajo del artista y del artesano se aproximan, cuando cada uno experimenta que el orden simblico
especfico en que se nutra es redefinido por la lgica del mercado. Cada vez pueden sustraerse menos a la
informacin y a las iconografas modernas, al desencantamiento de sus mundos autocentrados y al
reencantamiento que propicia la espectacularizacin de los medios (GARCA CANCLINI, 1989).

La propagacin de lo que las industrias culturales promueven es ambivalente: por un lado expande
los mercados, hace posible un mejor conocimiento virtual entre los pases de la regin como en el caso de
Latinoamrica y aporta valor aadido a los contenidos de los mensajes y obras generados en cada
sociedad (GARCA CANCLINI, 2001). Bajo la lgica neoliberal, genera desafos y conflictos, creando
nuevas disputas por los usos del patrimonio cultural de cada pueblo y por los derechos de autor
individuales y colectivos: tiende a acentuar la subordinacin de los pases dbiles y a privilegiar los
derechos comerciales de las megaempresas transnacionales.
Como escribi Martn Hopenhayn, las industrias culturales implican muchas dimensiones de la vida
social: las grandes inversiones editoriales, los programas culturales en la televisin abierta, las redes de
lectores en Internet, las transmisiones no comerciales en radios comunitarias, la proliferacin de revistas
especializadas en las ms variadas artes y tendencias, y otras tantas combinaciones en un universo de
circulacin cada vez ms verstil (cit. en GARCA CANCLINI, 2001). Esta convergencia entre variados
actores culturales, educativos, empresariales y sociales corresponde al modo en que hoy se potencian
mutuamente las telecomunicaciones, las tecnologas de la informacin con las de entretenimiento.
Damos cuenta entonces de que los modos culturales han comenzado a revestir cada vez ms las
formas del mercado y la produccin industrial, pasando de actores espectadores a productores
consumidores. Esta lgica de mercado y su dinmica es, en la generalidad de los casos, la que establece esa
oferta objetiva. Todo objeto cultural es concebido como un producto, por lo que tiene un valor monetario
adems de un valor esttico o moral, y es en funcin de aquel que el mercado selecciona la oferta objetiva
de productos culturales, as como tambin la posibilidad de producirlos.

Cultura, globalizacin y economa


Se evidencia que las transformaciones que se dan en la cultura a partir de las polticas capitalistas, las
cuales nacen bajo la concepcin de globalidad en todos sus aspectos, ejercen notorios cambios en la
sociedad que compone la cultura, ya que es posible afirmar que la cultura es al mismo tiempo el producto
y el elemento articulador de la propia sociedad (ZALLO, 1994, p. 3), observndose as la transformacin
social que la industria de la cultura promueve a travs de su desarrollo. Esto justifica y facilita
enormemente la posibilidad de hablar de elementos de poltica ideolgica o economa poltica dentro
de estos procesos, ya que evidentemente son elementos que se construyen y producen en la sociedad en
sus diferentes momentos.
Por otra parte, a la hora de identificar los procesos de transformacin que la sociedad cultura
enfrenta introducimos el concepto de globalizacin, queriendo identificar con esto que tales
transformaciones se posibilitan en una atmsfera de homogeneizacin de las particularidades culturales y
de totalizacin de lo global desde una potencializacin de lo econmico: todo es global, y todo, de cierta

PERSONAJES Y RELATOS MITOLGICOS DE CHILO C.ULLOA GALINDO

219

forma, es globalizado. Lo mismo ocurre con la mundializacin o la totalizacin de aspectos a escala


mundial. No obstante, debemos tomar en cuenta que estos fenmenos funcionan alrededor de unos
pocos centros motores y en crculos concntricos de influencia (ZALLO cit. en BOLAO &
MASTRINI, 2005, p. 230).
De esta manera se observa que globalizacin y mundializacin se desarrollan no como fenmenos
horizontales de globalidad o de mundialidad, sino que existe un sector que compone la sociedad y por
consiguiente la cultura que observa y escoge cules son las particularidades que pueden ser globalizadas
o mundializadas en una cultura. Para el caso de este trabajo se hace evidente que la mitologa de la isla de
Chilo es uno de los aspectos que cobra gran atractivo para ser desarrollado como una actividad comercial
y, de acuerdo a esto, uno de los aspectos ms expuestos a ser parte de la globalidad. .

220

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
BLUME, Jaime. Chilo y sus mitos. En Intramuros, N 11, p. 9-13, 2003.
BOLAO, Csar; MASTRINI, Guillermo; SIERRA, Francisco. Economa poltica, comunicacin y
conocimiento: Una perspectiva crtica Latinoamericana. Buenos Aires: La Crujia, 2005.
CRDENAS ALVAREZ, Renato. El libro de la mitologa. Historias, leyendas y creencias mgicas
obtenidas de la tradicin oral. Punta Arenas: Atel y Ca. Ltda, 1998.
DEL VALLE, Carlos. Espacio y tiempo en la produccin econmica de la cultura: rito, diferencia y
conflicto. En Lengua y Literatura Mapuche N 11: 137-145, 2004.
GARCA CANCLINI, Nstor. Culturas hbridas. Mxico: Grijalbo, 1989.
GARCA CANCLINI, Nstor. Las industrias culturales y el desarrollo de los pases americanos.
Organizacin de los Estados Americanos, 2002.
GARCA CANCLINI, Nstor. Culturas populares en el capitalismo. Mxico, Grijalbo, 2002.
HORKHEIMER, Max.; ADORNO, Theodor. Dialctica del iluminismo. Madrid: Editora Nacional,
2002.
LA ESTRELLA DE CHILO. Chilo entre los mejores destinos para el 2009. 17 de Octubre de
2008.
MARTIN-BARBERO, Jess. De los medios a las mediaciones. Comunicacin, cultura y
hegemona. Barcelona: Gustavo Gilli, 1987.
MARTN BARBERO, Jess. Para pensar la comunicacin en Latinoamrica (comunicacin,
cultura y sociedad). Mxico: Universidad Iberoamericana de Len. Coleccin Apuntes, 1993.
MANSILLA TORRES, Sergio. Chilo y los dilemas de su identidad cultural ante el modelo neoliberal
chileno: la visin de los artistas e intelectuales. En Revista ALPHA, N 23, p. 9-36, Dic. 2006.
RODRIGO ALSINA, Miquel. La comunicacin intercultural. Barcelona: Anthropos, 1999.
WARNIER, Jean-Pierre. La mundializacin de la cultura. Barcelona: Gedisa, 2002.
ZALLO, Ramn. El mercado de la cultura, estructura econmica y poltica de la comunicacin.
Navarra: Garkoa, 2002.

Movimiento Social por Aysn: Tu Problema es


Mi Problema y los Agentes
Folkcomunicacionales
Francisca Arriagada Osses
Universidad Austral de Chile
pancha.nicole01@gmail.com.

Aspectos introductorios
La XI Regin de Aysn del General Carlos Ibez del Campo es una de las quince regiones de Chile.
Sus lmites son: al norte con la Regin de Los Lagos, al sur con la Regin de Magallanes y de la Antrtica
Chilena, al este con la Repblica Argentina y al oeste con el ocano Pacfico77. Ubicada en la Patagonia
occidental, cuenta con una superficie de 108.494,4 km y es la tercera regin ms extensa del territorio
nacional. Su poblacin estimada en el censo de 2010 es de 104.843 habitantes, siendo la regin con menor
densidad poblacional78.
En la distribucin geogrfica cuenta con cuatro provincias: Aysn, Coyhaique, General Carrera,
Capitn Prat, y diez comunas: Guaitecas, Cisnes, Aysn, Lago Verde, Coyhaique, Ro Ibez, Chile Chico,
Cochrane, Tortel y Villa OHiggins79.

Origen de la movilizacin
La regin comenz a conformarse hacia 1880 por colonos que transformaron amplias capas de zonas
geogrficas inhabitadas en espacios poblados, es decir, se trata de una zona de pioneros que sin ayuda del
aparato administrativo estatal, llegaron al lejano territorio, construyendo una rica cultura que incorpora
tradiciones chilenas y argentinas.
Los pioneros de la Patagonia chilena debieron resistir a diversos intentos de explotacin industrial a
travs de la historia. Desde 2005, en el contexto de un Chile con un sistema econmico social neoliberal
impuesto por la dictadura militar, se han visto amenazados por la empresa transnacional Endesa y Colbn
y su proyecto Hidroaysn, el cual intenta construir cinco mega represas en los ros Baker y Pascua,
inundando un territorio de 5.910 hectreas, destruyendo flora y fauna, afectando recursos naturales,
cultura y sociedad, con el objetivo de aportar energa a grandes mineras del pas. De acuerdo a esto, se
sostiene que el modelo econmico neoliberal ha acentuado la presin sobre los recursos naturales y
desencadenando procesos de degradacin ambiental severos; que las comunidades que se han visto
afectadas han tomado conciencia de los perjuicios que estos daos ambientales acarrean (FOLCHI, 2001,
p. 80).
77Ministerio

del Interior, Decreto con fuerza de ley 1 Determina los lmites especficos de las regiones del pas.
2010, Instituto Nacional de Estadstica, INE.
79Atlas de la Regin de Aysn, Gobierno Regional de Aysn, GORE.
78Censo

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

El proyecto Hidroaysn de la empresa espaola, que actualmente tiene capitales chilenos e italianos,
gener concientizacin ciudadana en la Regin de Aysn, producto del conflicto ambiental que se gener
al tensionar el apego que ayseninos y ayseninas tienen respecto a la tierra y el cuidado por la naturaleza,
an prstina, contrario a lo que seala Folchi: En estos conflictos, ninguno de los involucrados asume,
necesariamente, la postura tica de defender el medio ambiente porque eso sea justo, noble o bueno. Lo
que reivindica es el bienestar material (o conveniencia) de cada parte (FOLCHI, 2001, p. 91).
Adems, es necesario recordar los ofrecimientos (millones de pesos) por parte de Hidroaysn a
familias que viven en cercanas de los ros, de los cuales varios han rechazado el dinero. Es el caso de
Abraham Figueroa de 76 aos, habitante de Cochrane. Tambin se han rechazado los 5.000 puestos de
trabajo que ofreca la empresa si se llevara a cabo la construccin de las represas.
En consecuencia, lo acontecido en la Patagonia refleja algo distinto a lo que han planteado diversos
autores que abordan la emergencia de conflictos ambientales. Los conflictos de contenido ambiental son
simplemente, luchas por el medio ambiente habitado; luchas por la propia subsistencia (en un sentido
amplio), y no necesariamente luchas valricas, ni ideolgicas (FOLCHI, 2001, p. 93).
Aysn es una de las regiones australes ms alejadas del pas, con baja conectividad, un clima crudo y
hostil, costo elevado de vida producto de una escasa actividad econmica y problemas en reas sociales
como salud, transporte, vivienda y educacin. Estos problemas y una percepcin local histrica de
desamparo por parte de las estructuras institucionales del Estado dieron a paso a que, en febrero de 2012,
se decidiera comenzar una de las movilizaciones ms emblemticas de la historia contempornea chilena,
mediante el establecimiento de un movimiento denominado Aysn: Tu problema es Mi problema, que
demostr ser una lucha de valores, solidaridad e ideas para vivir de una forma ms igualitaria y justa.
El 7 y 13 de febrero, pescadores artesanales se tomaron el Puente Presidente Ibez de Aysn y el
aerdromo de Melinka sintetizando sus demandas laborales en la siguiente declaracin:
Se incumpli con la zona continua, no se han dado las platas para reformar y abastecer al sector pesquero
artesanal, este sector no ha avanzado, no han bajado la cuota y han cerrado las pesqueras para nuestros hijos
y familias. Estamos solicitando slo un punto, no fueron capaces de hacerlo, hoy se plegaron muchos puntos
ms (RADIO SANTA MARA, febrero de 2012).

El 14 de febrero, luego de que se concentrara la primera manifestacin de ciudadanos en el polmico


puente de Aysn y que fue dispersada por Carabineros, Alejandro Huala, actual Alcalde de la capital
regional y dirigente social en el movimiento, realiz el siguiente llamado a la comunidad frente a la
Intendencia de Coyhaique:
Porque sabemos y confiamos en la fuerza de los aiseninos, quedan invitados a sumarse a esta lucha todos
juntos. Crearemos un frente tan grande que haremos historia y al final conseguiremos dejarles a nuestros hijos
una mejor calidad de vida. En la conciencia y en las manos de cada uno de ustedes queda el xito de este
movimiento social (HUALA, Alejandro. Radio Santa Mara, febrero de 2012).

As, hombres y mujeres, levantaron banderas negras, unificaron fuerzas y comenzaron a formar parte
de la manifestacin que da tras da sum ms adherentes, a quienes no dej indiferentes un petitorio que
inclua 11 puntos en reas bsicas como la educacin, salud y trabajo.

Organizacin
El movimiento social fue resultado de una fuerte articulacin popular espontnea de gente que no
se conoca entre s, y donde los gestos de solidaridad, compaerismo y confianza dieron paso a una
comunidad organizada en la cual cada uno ocup un rol dentro de la movilizacin. Las mujeres se
empoderaron de la lucha y se situaron como un agente transformador esencial para el xito de la
organizacin: cortaron caminos y rutas, prendieron barricadas, organizaron actos culturales y marchas por
toda la ciudad, levantaron ollas comunes para poblaciones enteras, entre otras actividades.

MOVIMIENTO SOCIAL POR AYSN F. ARRAIGADA OSSES

223

Se olvid la televisin, no haba combustible para dirigirse al trabajo, los cortes de luz eran reiterados, la calle
volvi a ser de todos y todas, no haban autos ni ruidos comnmente reinantes en una ciudad, los nios y
nias jugaban libremente, las sesiones de conversaciones y organizacin poltico y social se acompaaban de
mate amargo y truco, tradiciones de la Patagonia chilena y argentina (TORRES, Claudia. Entrevista personal.
2014).

Los ayseninos y ayseninas volvieron a ser comunidad, a depender del sujeto de al lado, olvidaron y
rompieron las diferencias de clases sociales y trataron de dejar atrs la desigualdad, no haba pobres ni
ricos.

Desabastecimiento
El corte de caminos a las principales localidades de la Regin de Aysn y paralizacin de puertos,
limit la llegada de combustibles como la bencina, petrleo y gas porque quedaron sin acceso los camiones
abastecedores. Las ambulancias y generadores del Hospital Regional funcionan a petrleo y se agot, no
tenemos vveres (LEMUS, Ivn. Radio Santa Mara, 2012), destac el Director del Servicio de Salud de
Aysn.
Conjuntamente, los camiones con alimentos no podan acceder a sus puntos de destino, ni ningn
otro material de cualquier clase. No haba calefaccin para hospitales, ni casas, tampoco locomocin para
personas que quisieran salir o entrar a la regin desde otras ciudades del pas o el extranjero justo en un
mes caracterizado por el retiro de cientos de estudiantes que se dirigen a sus respectivas Casas de
Estudios, ya que en la regin hay una limitada oferta de educacin superior. La comida se agotaba en los
hogares y el comercio tampoco ofreca gran variedad de productos. El desabastecimiento comenz a
afectar la calidad de vida de los ayseninos y ayseninas que continuaban realizando actividades y
enfrentndose a las Fuerzas Especiales y Carabineros.
Emblemtico fue lo ocurrido el 23 de febrero, cuando el Ministro de Salud de ese perodo, Jaime
Maalich, denunci pblicamente que debido al corte de carreteras, una ambulancia no habra logrado
buscar a Ramn Maao, persona enferma en Puerto Aysn, que falleci por no recibir atencin inmediata
(LA NACIN, 24 de febrero de 2012). Situacin desmentida inmediatamente por familiares, los cuales
sealaron que a causa de su enfermedad terminal habra fallecido antes incluso de haber sido llamada la
ambulancia.

La violencia como medida de represin


Los enfrentamientos entre manifestantes y el contingente policial fueron cada da peores en las tomas
del puente que conecta Aysn. Personal de Fuerzas Especiales sala a las calles fuertemente protegido,
adems de poseer escopetas con balines, perdigones, lacrimgenas, carros lanza gases y agua.
Los llamados de diversos ciudadanos y ciudadanas al programa especial sobre el movimiento que
emita Radio Santa Mara no cesaban a altas horas de la madrugada:
Hay un joven herido en la mandbula, Carabineros dispar a menos de tres metros, hay testigos en el lugar ()
Tenemos derecho a manifestarnos, la orden de represin viene de la Intendencia y el Ministerio de Interior ()
Hay fallos de la Corte Suprema donde se reconoce que carabineros detiene de forma ilegal, haciendo uso excesivo de la fuerza y
uso excesivo de bombas lacrimgenas provocando un gran impacto ()
Nos parece aberrante que Carabineros se metan a las casas a tirar bombas lacrimgenas y el humo entre afectando a nuestros
nios (...) (RADIO SANTA MARA, febrero de 2012).

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

La represin aument. Llegaron piquetes de agentes policiales provenientes de Santiago. Las bombas
de gases repletaban las calles. Hombres y mujeres de todas las edades vivieron los golpes y abusos que
fueron constatados por Observadores de Derechos Humanos, testigos y antecedentes en el Servicio de
Salud. Tal es el caso de Tefilo Haro, uno entre los 16 casos de personas que perdieron parcial o
totalmente la visin, quien al dirigirse a casa de su madre, perdi la visin de un ojo luego de los disparos a
menos de dos metros de distancia que le propin el Coronel de Carabineros Vctor Follert, segn
informacin publicada en esa fecha por Radio Universidad de Chile (12 de diciembre de 2012).
Bruno Daz, dirigente social de Aysn, llam a una toma simblica a la 1era Comisaria de Carabineros
de Coyhaique, acompaado de un grupo de personas, y con el objetivo de que la represin disminuya:
estamos solidarizando y rechazando la represin gigantesca que se ha efectuado en la regin, adems de
rechazar la militarizacin, nos llaman a dialogar y nos llenan de represin. Tu problema es Mi problema refleja
que es un movimiento transversal. (DIAZ, Bruno. Radio Santa Mara, febrero de 2012).

Agentes folkcomunicacionales en la movilizacin: Radio Santa Mara y


el msico Nicasio Luna
En febrero de 2012 la Radio Santa Mara de Coyhaique difunda diversos programas informativos,
educativos, culturales, franjas musicales, religiosos y de entretencin. Fue una programacin dirigida a un
pblico de todas las edades y sectores, reprodujo desde noticias, comentarios de anlisis poltico sociales
hasta rancheras y milongas - msica de alta popularidad en la regin. Sin embargo, una vez iniciadas las
primeras manifestaciones en Puerto Aysn por parte de los pescadores y el comienzo de la adhesin
comunitaria, el medio de comunicacin regional decidi aprovechar el espacio de las transmisiones
nocturnas para comunicar a la poblacin lo que ocurra en las movilizaciones y colaborar con la unidad del
movimiento.
Las transmisiones comenzaron y la comunicadora que informaba a la regin, al resto del pas y al
mundo mediante las seales en internet y otros medios fue Claudia Torres, quien adems cont con la
ayuda de otros comunicadores locales, tales como Elas Muoz, Csar lvarez y Vctor Hugo Gmez. Los
llamados no cesaban, las denuncias, discursos, llantos, discusiones, palabras de aliento o recados se emitan
mediante ese canal sonoro. La locutora Claudia Torres explica cmo la ciudadana se adue y utiliz el
recurso comunicacional:
La gente tom un medio de comunicacin como un elemento ms en la lucha, su medio, su radio, sus
programas. La radio los resguardaba, los cuidaba, daba informacin y defenda sus demandas, su movimiento.
Los mejores discursos sobre lo que es ser un patagn salieron en la radio, en ese momento () En Santa
Mara percib que la gente se senta segura, cuanto ms personas se incorporaban a la red y supieran lo que
nos estaban haciendo, ms nos sentamos protegidos y al Gobierno se les escapaba de las manos, no pudieron
seguir ocultando lo que estaba pasando (TORRES, Claudia. Entrevista Personal 2014).

La comunicadora y dirigente social recalc que presentaron slo informacin de primera fuente de
la ciudadana para la ciudadana , dando paso a un medio de comunicacin transformador de la realidad
social donde las propias personas se comunicaban entre s, dejando atrs oficialismos de otros medios de
comunicacin chilenos, alindose con radios comunitarias de otras regiones de Chile y pases
latinoamericanos.
La radio tambin se articul con otras radios, radios comunitarias. Hubo un antes y un despus en
radioemisoras locales y la prensa canalla tuvo que poner oreja a la Radio Santa Mara porque saban que era
informacin de primera fuente, el cerco informativo se pudo derribar, con ayuda y mucha colaboracin
(TORRES, Claudia. Entrevista Personal 2014).

MOVIMIENTO SOCIAL POR AYSN F. ARRAIGADA OSSES

225

Ya con un escenario de sectores organizados en contra de la destruccin de la Patagonia, emergi este


movimiento social como un signo de denuncia ante dcadas de mala calidad de vida y de rechazo por la
posible destruccin de la naturaleza, cultura y tejido social por parte de Hidroaysn:
Segn Beltro, en los espacios populares existen sujetos y manifestaciones socioculturales ligadas directa o
indirectamente al folklore que sirven para conectar significados con los espacios dominantes y tambin para
recodificar aquellos que se producen desde los medios hegemnicos. Junto con recuperar las voces populares,
la Folkcomunicacin pone nfasis en mecanismos informales de comunicacin por su relacin con la cultura
que los moviliza (YEZ, 2012, p. 3).

El programa que conduca Claudia Torres durante las noches de enfrentamientos estuvo acompaado
de msica regional que expresaba la identidad de los patagones, letras que calaban hondo en las
conciencias ayseninas:
Disculpen si soy tan franco,
pero quisiera aclarar,
ni a mi gente ni a mi tierra,
me la pasan a llevar.
Yo exijo el debido respeto
por este hermoso lugar,
que no me vengan con plata
las conciencias a comprar,
la memoria honorable
del pionero
no me la pueden pisotear () (LUNA, Nicasio, Seores yo soy del Baker).

De este modo se posiciona Nicasio Luna, joven msico, oriundo de Cochrane y criado a metros del
Ro Baker, que con su guitarra, milongas y letras contestatarias representa a una comunidad descontenta
con la autoridad y el Estado Chileno. El contexto en el que se encontraba la Regin de Aysn lo
respaldaba. La intencin de su msica, empata y unin estaban representados en la definicin de
Folkcomunicacin, que es, el proceso de intercambio de informaciones y manifestaciones de opiniones,
ideas o actitudes de masas a travs de agentes y medios ligados directa o indirectamente al folklore
(MARQUES DE MELO, 2002, p. 49).
Claudia Torres record la participacin de Nicasio en un concierto realizado por artistas locales y
nacionales en el Parque Las Lumas, ubicado en Coyhaique, y actual Parque Vctor Jara, donde se registr
una de las concentraciones ms grandes de personas en la movilizacin, contando con 4.000 ciudadanos
reunidos. La manifestacin comenz con una marcha en varios sectores de la ciudad y una de sus causas
fue reunir alimentos para revertir de alguna forma el desabastecimiento reinante en la zona. Magdalena
Rosas, Alonso Nez y Richard Seplveda, entre otros, fueron los organizadores de la actividad poltico
cultural, mientras que el llamado a asistir y la difusin en general la realiz Claudia Torres en el programa
nocturno de Radio Santa Mara la noche anterior:
Nicasio tiene importantes temas contestatarios respecto de su identidad, pidiendo respeto a los que invaden a
la gente patagona, era importante que l estuviera ah y moviera e inspirar a todos los aiseninos, no poda
faltar. Realic varios llamados a que la gente fuera porque iba a estar l, adems ver y escuchar a nuestros
artistas y estar ansiosa esperando la reaccin de la gente fue increble. Nicasio tiene un talento tremendo, no
slo en la msica, sino en sus letras (TORRES, Claudia. Entrevista Personal 2014).

Luego del concierto el apoyo lleg inmediatamente de otras bandas musicales tanto a nivel nacional
como internacional, adems de la participacin de Nicasio Luna en un concierto realizado en el estadio
Caupolicn, en Santiago de Chile, donde cant Seores yo soy del Baker, por primera vez ante un pblico
multitudinario: vengo de all de la Regin de Aysn, soy de Cochrane, ro Baker, donde est el gaucho

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

chileno. Estoy muy nervioso, muchas gracias por estar ac apoyando a mi regin, dijo un emocionado
Nicasio, entre aplausos del pblico y gritos con consignas en apoyo a la regin.
A travs del conflicto se observ un proceso de apropiacin local de las demandas, el cual se vio
fuertemente reflejado a travs de las demandas del movimiento Aysn: Tu problema es Mi problema de una
forma transversal. Abarc incluso a otras zonas del pas, ya que diversos actores sociales confluyeron por
el sentir de la dignidad patagnica.
El olvido en que vivan los pobladores de Aysn, Coyhaique y todas sus localidades se registra hace
dcadas sin mostrar avance en igualdad ni oportunidades, lo que alimenta la percepcin local de que el
Estado hace odo sordos respecto a quienes viven en la Zona Austral que es, igualmente, chilena.
Es as como en la regin con menor densidad de poblacin y menor nmero de votantes se
constituy un ejercicio de movilizacin social que tuvo efectos inmediatos, y donde la accin
comunicacional expresada a travs de la radio y mediante el canto popular fue fundamental:
Los patagones y patagonas dieron todo, protegieron a su gente, tuvieron organizacin y defensa con todas sus
fuerzas para el pueblo. Carabineros defendi el supuesto orden pblico. No hubo Gobierno en Aysn, era un
orden que convena y las personas que defendieron esto, a todo o nada adems de ser personas annimas que
jams recibirn medallas o distinciones en la televisin. El apoyo fue tan fuerte que aument el sentimiento de
seguir, despus de 2 aos el resto de regiones se dio cuenta que pasaba lo mismo, muchas ciudades, comunas
o pueblos postergados y olvidados y no es un tema de cercana, es un tema de centralismo de poder, de
dinero, de oportunidades. Muchas regiones comenzaron a articularse y a tener un ejercicio de aprendizaje
como la Patagonia (...) Tambin hay que rescatar lo grande que fuimos, valientes frente un Gobierno
avergonzado que jams repunt. Fuimos unidos y si se hiciera otra vez ya est el ejemplo de la articulacin y
obviamente, un medio de comunicacin es vital para un movimiento y para cambios estructurales en Chile,
con gente comprometida en el periodismo y que no trabajen por plata, eso no sirve (TORRES, Claudia.
Entrevista Personal 2014).

Conclusiones
Los pescadores de la regin ms austral del pas, levantaron barricadas en la autopista de acceso a Punta
Arenas y aislaron durante tres horas la capital regional. Exigan que la autoridad pesquera no les redujera la
cuota histrica de capturas (la que tenan en 1995) () Qu tienen en comn todas estas luchas adems de
estar protagonizadas por pescadores pobres? Simplemente, que son luchas por conservar el acceso a los
medios de subsistencia que les proporciona el medio ambiente, no importando si stos tengan que ser
arrebatados a las grandes pesqueras extranjeras, a otros pescadores artesanales o a subsistencia futura
(FOLCHI, 2001, p. 98).

Las movilizaciones y ejercicios de unin entre sectores datan en la Patagonia desde el 2005, con el
conflicto que ha causado Hidroaysn. Posterior a esto se suma el Movimiento Social de Aysn, sentado en las
bases de un contexto en que desde la regin se buscaba reivindicar derechos ciudadanos, tales como la
proteccin de la calidad de vida de todos sus habitantes y medioambiente.
En el 2014, la ciudadana continu movilizada en contra del proyecto de Hidroaysn. Finalmente, las
luchas sociales que han tenido lugar en la Regin de Aysn no slo constatan un ejercicio de articulacin
social, sino que conjuntamente ayudaron a emerger importantes agentes folkcomunicacionales que
hicieron de sta una manifestacin comunicativa de resistencia, la cual sirvi para mostrar a otros rincones
del pas y del mundo las condiciones de desamparo de la Regin de Aysn. En este contexto es que el
msico Nicasio Luna y sus milongas de resistencia, adems del trabajo de radialistas locales
comprometidos, se transformaron en un ejercicio de agenciamiento movilizado desde y para mejorar las
condiciones de vida de los actores locales.

MOVIMIENTO SOCIAL POR AYSN F. ARRAIGADA OSSES

227

Bibliografa
FOLCHI, Mauricio. Conflicto de contenido ambiental y ecologismo de los pobres: no siempre pobres, ni
siempre ecologistas. En Ecologa Poltica, N 22, p. 79-100, 2001.
MARQUES DE MELO, Jos. Cultura de Masa y Folkcomunicacin, conceptos de Morn y Beltro
en Teora de la Comunicacin. Petrpolis: Paradigmas Latinoamericanos, 1998.
YEZ, Cristian. Continuidades en el contenido poltico de la poesa popular en Chile: Un anlisis
preliminar. En Revista Internacional de folkcomunicao Rede Folkcom, V. 10, N 21, p. 31
48, 2012.

Pueblos, sociedades y grupos en


movimiento: interpretacin dialctica de la
praxis cultural y socioambiental
80

Roberto Morales Urra


Universidad Austral de Chile
robertomorales@uach.cl

Desde el sustrato y contexto de las ciencias ha surgido como categora explicativa la cultura, con el
propsito de dar cuenta de un mbito reconocible en el comportamiento de los humanos, resultante de las
relaciones con otros humanos y con el entorno ambiental. Adems, busca sealar las particularidades de su
configuracin, generndose variantes en su formulacin como asimismo constituyendo teoras y modelos
conceptuales especficos.
Al tratarse del comportamiento humano, aunque no exclusivamente, lo cultural es entendido en s
mismo como constituyente de la identidad de los colectivos y agrupaciones que los humanos generamos.
Al asumirla como mbito y dispositivo, su apropiacin cognoscitiva se hace especialmente difcil
desde los postulados en los cuales las ciencias se han sustentado, que han condicionado el conocimiento
con requerimientos de objetivacin y definicin de determinantes controlables desde estrategias
metodolgicas ya sea inductivas o hipottico deductivas.
Si entendemos que existimos en movimiento, tanto espacialmente cuando nos desplazamos
territorialmente o virtualmente, (viajes, exilios, traslados, rutas, navegaciones en redes) como en la
continuidad de nuestra existencia (reproduccin, transmisin, difusin, comunicacin) se nos dificulta
entonces fijar lo que es constitutivo de lo cultural. Sentimos que se nos estn escapando, diluyendo o
difuminando las claves explicativas del comportamiento. Podemos sostener que nosotros nos estamos
moviendo, que estamos siendo.
Y si nos situamos en diversas circunstancias y contextos, reconocemos que los grupos humanos
existimos en y por las relaciones, y nuestras contrapartes y otredades tienen sus propias dinmicas
configuradoras, las que deben ser incorporadas tambin como factores de influencia y construccin. Es
decir, lo dems y los dems se mueven, se desplazan y cambian incesantemente. Podemos suponer que lo
otro y los otros se estn moviendo, que estn siendo.
Una estrategia cognoscitiva ha sido congelar o fijar el movimiento, en la declarada certeza que nos
permitira una mejor aproximacin con refinadas tcticas metodolgicas y as descubrir y alcanzar lo que
se quiere conocer. Con satisfaccin inicial y frustrante derivacin, hemos podido constatar que en las
sociedades modernas la concentracin poblacional, la fijacin de lmites territoriales, los asentamientos
humanos, la habitabilidad de los espacios, daran cuenta de una tendencia a justamente, echar races,
80Artculo basado en el estudio realizado en los aos 2010 y 2011, en el marco del Proyecto: Emergencia de agentes
folkcomunicacionales en tres casos de conflicto ambiental, financiado por la Direccin de Investigacin y Desarrollo de la
U. Austral de Chile, cuyo investigador responsable fue Vctor H. Valenzuela, del Instituto de Comunicacin Social y los coinvestigadores Cristian Yez Aguilar y quien suscribe este artculo.

230

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

definir identidades estables, modelar la existencia. Por lo cual, parecera que la estrategia para conocer ha
sido coincidente con la manera de producir la vida (y la muerte).
Segn lo anterior, la categora de la cultura ha podido ser definida desde lo que permanece estable,
desde lo que puede demostrarse como continuidad espacial y temporal, desde componentes determinados
que se pueden perder y rescatar. Incluso algunos rasgos y expresiones culturales se pueden patrimonializar
(acto poltico que se explica y justifica por el respeto a la identidad cultural). La cultura entonces, que se
construye desde la materialidad e inmaterialidad del ser, puede cambiar... y tambin puede destruirse.
Puede re-construirse indefinidamente, mientras mantenga algunos rasgos propios de la identidad de los
constructores. No es tautolgico el argumento? Y sin embargo... se mueve (al parecer esta constatacin
ha sido reiterada en varias circunstancias del devenir humano).
La cultura como categora tambin se mueve, desde las ciencias a la poltica, de la poltica a las
comunicaciones, de las comunicaciones a los sentires, es casi como un objeto que an cuando se desplaza
no es transferible. Al parecer, la lgica basada en el razonamiento cientfico nos ha llevado a un callejn
sin salida o a un laberinto cuya perspectiva para la salida la hemos perdido, supimos entrar y no sabemos
como salir. Cmo explicamos la diversidad en contextos similares? Cmo damos cuenta de la similitud
en condiciones tan diversas?
Un sujeto entre fornteras tnicas y culturales, el chicano Rosaldo nos responde
la reconstruccin del anlisis social requiere de un concepto de cultura con capacidad suficiente como para
abarcar tanto el trabajo guiado por las normas clsicas, como a los proyectos que se excluyeron antes o que se
pronuncian como marginales () los estudios que buscan heterogeneidad, cambio rpido y el prestar y pedir
intercultural. () Los inmigrantes e individuos con movimiento social se presentan como de cultura invisible,
porque ya no son lo que fueron y todava no son lo que pueden ser (ROSALDO, 1991, p. 191-192).

Para construir una categora dialctica de la cultura, propongo que vayamos hacia las experiencias de
los grupos humanos en los cuales el movimiento los constituye, ya sea como desplazamientos estacionales
y configuraciones territoriales sin lmites definidos ni definitivos; ya sea como navegadores en un maritorio
cambiante o transhumantes domesticadores de animales; ya sea en la experiencia colectiva del exilio
poltico de sectores expulsados temporal o definitivamente de sus sociedades de referencia. Desde ellos,
podemos construir conocimiento para dar un sentido dinmico, relacional, cambiante, a la categora de
cultura, sin que se disuelva en este esfuerzo.
Presento aqu una particular mundo-visin antropolgica en torno a las dinmicas, espacios y tiempos
de la identidad cultural, ayudado y nutrido por los resultados de nveles investigadoras y un investigador
(casi todas/os antroplogas/os).
Enfrentado al desafo de proponer una ampliacin de la categora de cultura, pero principalmente al
de responder al compromiso de construir maneras colectivas de comprender y de producir las vidas; es
que me he fundamentado principalmente en los procesos formativos de los cuales he sido parte,
especficamente en los resultados de algunas investigaciones que, como tesis de pregrado en la
Universidad Austral de Chile, han validado acadmicamente la condicin de antroplogas/os.
No destacar aqu los referentes tericos que sustentan tales investigaciones, y que fueron
seleccionados por ser hegemnicos o por su singularidad, ya que no constituyen novedad al ser
compartidos por las universidades, Consejos de Ciencia de los Estados y redes internacionales de
publicaciones indexadas, la mayora escritos e inscritos en ingls, aunque predomine el castellano o
portugus en los centros universitarios; por lo que no encontrarn aqu ni citas ni referencias de autores
conocidos, con la excepcin que me permito de citar algunas ideas formuladas por el antroplogo chicano
Renato Rosaldo (ROSALDO, 1989).
Lo que s hago es destacar aquellas reflexiones conclusivas y/o propositivas de los propios tesistas,
hoy colegas, acerca de la construccin dinmica de lo cultural como un proceso constante y no
esencialista. As, espero desde el reconocimiento a estos trabajos, contribuir a la construccin de
identidades locales en el propio campo del conocimiento cientfico.

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

231

Todo aqu es viaje, vuelo y traslado; desplazamiento permanente de sujetos que son los inevitables
protagonistas de lo que se ha ido transformando en un dispositivo de sentido social, en un configurador
de la cultura: el viaje migratorio forzado por las circunstancias.
El fenmeno integral de migrar es parte constitutiva de la realidad de los seres humanos, as es como
para el ao 2000 los organismos internacionales estimaron en 180 millones de personas que vivan en
pases donde no haban nacido, aproximadamente el 3% de la poblacin mundial. En Sudamrica y el
Caribe, los 25 millones de personas migrantes representaban el 4% de la poblacin en el 2005, y cada ao
se acrecienta con un milln de personas, o sea, que hoy podemos afirmar que corresponde a ms del 5%
(MORALES, 2007:15-25).
La migracin entendida como un proceso hecho posible por el viaje, realizada como experiencia e
incorporada como una posibilidad siempre abierta, donde los lmites son acuosos y ampliables por la
navegacin, por el desplazamiento planificado que hace de la vida errante una prctica imaginario
cultural en una continua lucha contra las propias fronteras. Se trata de una memoria social construida
desde el movimiento, desde el estar siendo de las personas, el ambiente y las cosas.
Me permito hacer el anlisis identificando a los pueblos entre aquellos navegantes que cambian por las
modificaciones del entorno y los viajes principalmente; y aquellos que cambian en acciones de resistencia.
Entre los primeros, pueblos originarios como los Mapuche actuales, los pueblos Chono y Kaweskhar
(alacaluf), los campesinos de Chilo y las comunidades costeras australes. Entre los segundos, el pueblo
Rom, los grupos constituidos por los pastores cordilleranos y desde la condicin de exiliados.

A. Los pueblos navegantes


La cultura de los viajes y retornos del trabajador de Chilo
En el estudio realizado por Mancilla y Rebheim (2007), se presentan antecedentes acerca del
imaginario de la vida errante, desde la isla ms grande del archipilago de Chilo en el sur de Chile:
Durante la primera mitad del siglo XX, Chilo se caracteriz por un intenso proceso emigratorio[] Los
destinos elegidos eran principalmente los puertos de Antofagasta, Valparaso, Talcahuano y Puerto Montt por
el norte, sin embargo, los lugares preferidos de los chilotes eran Punta Arenas, Coyhaique, Aysn y las
provincias de la patagonia argentina []la emigracin como fenmeno social en la isla de Chilo, ha sido
comprendida principalmente a partir de una serie de conceptualizaciones ligadas a los aspectos econmicos
como principales causales (MANCILLA & REBHEIN, 2007, p. 5).

Puede afirmarse que la motivacin por el viaje expresada en la constante que el chilote emigraba, no
pudo ser contenida por la instalacin en su territorio de la explotacin de oro:
El perodo que va desde 1900 a 1940 es el de mayor flujo emigratorio, sin embargo, coincide con otra
situacin de gran importancia en la historia de Chilo: el establecimiento de compaas de explotacin
aurfera en la zona de Cucao. Estas compaas si bien, tenan el potencial de proporcionar gran cantidad de
puestos de trabajo y as absorber un nmero fuerte de trabajadores chilotes activos, coexistieron espacial y
temporalmente con uno de los procesos de ms alta taza de emigracin de la poblacin islea (MANCILLA
& REBHEIN, 2007, p. 5-6).

Estamos frente al fenmeno social del desplazamiento planificado, por parte de grupos de familias
que hacen de la vida errante una prctica imaginario cultural, en una continua lucha contra las propias
fronteras:
la vida errante, considerada como una prctica cultural, est conformada por un complejo sistema simblico
de interpretacin, en que dicha interpretacin, se efectuara por medio de un esquema de representaciones
individuales y colectivas, mediados por la cultura a la que pertenece el individuo o grupo social. () la nocin

232

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

de vida errante, ms que una generalidad respecto al fenmeno de la movilidad humana en Chilo,
corresponde a una fuente de significados que estructuran la vida social del trabajador chilote de la primera
mitad del siglo XX (MANCILLA & REBHEIN, 2007, p. 6-7).

Las caractersticas del contexto ambiental permiten articular el imaginario acerca del mar con el
sentido que adquiere el viaje. De este modo, la cultura es constituida desde una prctica de vida errante de
los asalariados, quienes luchando por la produccin y reproduccin de sus vidas, superan los lmites
espaciales y simblicos de sus antecesores, llevndolos consigo en sus viajes:
Esta remota relacin simbitica entre el mar y el chilote, no slo implica una relacin de dependencia
ecolgica, sino que encarna una constante lucha del chilote contra sus propias fronteras. Es la disputa
constante por la trasgresin de los lmites impuestos por los tabes culturales contenidos en las figuras mticas
que lo habitan, y que obligan a los chilotes a mirar hacia s mismos. El mar constituye adems, el ltimo lugar
de reposo de los chilotes, representa el lugar de la vida eterna. El balseo de las almas de la zona de Cucao, y el
Caleuche, buque en el cual se inmortalizan las almas de los chilotes que navegan por siempre en los mares del
mundo, llevando consigo la carga de la eterna errancia, son ejemplos de esta forma de re- presentacin. Y es
precisamente este acto, la navegacin, lo que les permite la comunin con este elemento. La navegacin, al
igual que la representacin del mar, conforma el espacio de inmortalizacin a la manera pica a travs de la
realizacin de hazaas y aventuras que alimentan la imaginacin de los nios, quienes crecen escuchando este
tipo de relatos contados alrededor de los fogones del Chilo de la primera mitad del siglo XX (MANCILLA
& REBHEIN, 2007, p. 103-4).

Se establece as una dialctica no slo por el movimiento, sino adems por la relacin de
contradiccin entre la condicin de arraigo y el desplazamiento que el viaje implica, la que es resuelta
temporalmente por el retorno.
el sentido del viaje y el imaginario del mar se expresan en una forma dual, una relacin dialctica entre el viaje
y el arraigo, ya que por un lado, el chilote anhela el viaje para dar curso al deseo de evasin y la
materializacin de la aventura, caractersticas de su imaginario primigenio, y por otro lado, la necesidad de
sustento y la manifestacin de diversos smbolos que detonan la nostalgia por los seres queridos. Los
esfuerzos y sacrificios del trabajo en un medio que les era hostil, en la mayora de las ocasiones, traa de vuelta
a los viajeros al final de cada temporada (MANCILLA & REHBEIN, 2007, p. 112).

La herencia cultural de Chilo y del Pueblo Mapuche-Williche


Los resultados de la investigacin acerca de los conocimientos y significados de la naturaleza en las
localidades de Melinka y Repollal, litoral norte de la Regin de Aysn en Chile, le permitieron a
Marticorena (2009) identificar que el transportarse y surcar tierras y aguas, terri-torio y mari-torio, se
convierte en lo habitual, en donde todos los componentes del entorno son cambiantes y dinmicos:
El territorio posee un patrimonio arqueolgico, expresado en numerosos conchales asociados a antiguas
poblaciones canoeras. Adems representa una zona de trnsito y poblamiento de herencia cultural chilotahuilliche y donde la explotacin/sobreexplotacin de recursos de importancia econmica internacional,
tanto marinos como terrestres, ha sido constante desde el siglo XIX. Actualmente es un centro de
investigacin y conservacin marina asociado a la existencia de especies carismticas mundiales.
(MARTICORENA, 2009, p. 30).

En tales condiciones de vida, afirma la autora, se constituye una geografa de la memoria, la que puede
ser reconocida y cartografiada desde las prcticas y los significados transmitidos en la oralidad de sus
habitantes:

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

233

es posible hablar de una geografa de la memoria, al ser los canales e islas del archipilago de Los Chonos y
Guaitecas descritos en distintos momentos histricos y desde diversas visiones culturales, permaneciendo an
en la oralidad los relatos de los primeros viajes, de quienes exploraron la zona o bien los que posteriormente
se asentaron (MARTICORENA, 2009, p. 66).

Lo que hace posible el desplazamiento en la navegacin marina, es el conocimiento de las


transformaciones del entorno, es decir, la cultura va navegando y las rutas deben ser actualizadas en cada
viaje, lo que asegura la vida y la continuidad del grupo:
La percepcin del espacio, en este caso la geografa de islas y canales, est influenciada por el reconocimiento
de animales, plantas y detalles del paisaje los cuales sirven para relacionar cada isla en un sistema de
archipilago (Ingold 1991 en Rival 2004). As existen islas que son denominadas a partir de la observacin de
aves, rboles de caractersticas distintivas, algas predominantes, playas, puntillas y la misma forma de las islas
en relacin a los canales. () islas y canales, no son vistos como la suma de elementos sino como la
interaccin entre stos. Desde la historia local surgen otros elementos para la distincin de Puertos e Islas, as
hay sitios que recuerdan personajes carismticos de Chilo u otras zonas. (MARTICORENA, 2009, p. 95).

La estrecha interrelacin entre las dinmicas cambiantes de los elementos del entorno y los grupos
humanos, se manifiestan en los aspectos centrales de la experiencia de los espacios de la vida cotidiana y
en la disposicin a enfrentar los cambios:
la navegacin y los conocimientos para sta, en los canales y fiordos, son los elementos fundamentales para
entender la forma en que los/as habitantes recorren y otorgan significados a la geografa. Las mareas, su
relacin con la luna, y las corrientes son protagonistas en la experiencia social del espacio y de lo no humano.
La vinculacin, de algunos elementos con las fases de la luna, se enlaza, por ejemplo, con las prcticas de
cultivo familiar y preparacin de la tierra para ste (MARTICORENA, 2009, p. 108).

Del mismo modo que los sujetos se estn constituyendo en una relacin de interdependencia con el
espacio, tambin va marcando el ritmo de sus tiempos, hacindolos itinerantes entre corrientes y mareas:
As existen concepciones ms profundas que plantean la integracin de los diferentes espacios del territorio y
sus caractersticas. Los itinerarios constantes por el archipilago permiten que la relacin con la geografa se
construya en cada experiencia de vida y vaya alimentndose dialcticamente la relacin entre sujeto y espacio
(MARTICORENA, 2009, p. 108).

Dialctica que est presente en las teoras de los navegantes que sealan que lo existente en el mundo
marino tiene su correlato en el terrestre.
As el sentido del tiempo tradicional descrito condicionaba el ritmo de las prcticas de extraccin, dando
cuenta de la forma en que se entenda la naturaleza y se observaban sus procesos, la cual es totalmente
distinta de la nueva tecnologa de la pesca y el cultivo intensivo de salmones basado en la intervencin y el
manejo tcnico (MARTICORENA, 2009, p. 108).

La construccin de conocimientos acerca de las significaciones que localmente se asignan a las


relaciones de interdependencia entre humanos y dems componentes, solo es posible a travs de la
comprensin de las experiencias.
La comprensin del paisaje y los sitios de memoria se lleva a cabo a travs de la experiencia donde el
conocimiento prctico se renueva constantemente. [...] Las teoras locales acerca de las relaciones en el
ecosistema son cercanas a concepciones integradoras de los distintos elementos naturales. Hombres y mujeres
adultos convergen en la idea de que todo lo que existe en el mar, existe tambin en el bosque o monte,
funcionando como espejos en que el reflejo es el mismo (MARTICORENA, 2009, p. 142).

234

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Desde los pueblos Chono y Kaweskhar (alacaluf) a las comunidades costeras actuales
La aproximacin antropolgica de Navarro (2008) a las localidades del Archipilago de los Chonos,
XI Regin de Chile, la realiza considerando el patrimonio natural y cultural, tomando como referencias
iniciales a los habitantes canoeros transitando en sus embarcaciones, y a otros grupos que recorrieron y
habitaron islas y canales:
El extenso territorio, que comprende el litoral aysenino, estuvo habitado desde pocas prehistricas por
grupos humanos denominados canoeros. () determinar la existencia y el estilo de vida de al menos dos
grupos indgenas: los chonos y los kaweshkar. Los primeros, habitaron los canales e islas comprendidas
entre el archipilago de los Chonos y la pennsula de Taitao. Los kaweshkar o alacalufes, por su parte,
poblaron y recorrieron los maritorios desde el sur del Golfo de Penas hasta el Estrecho de Magallanes.
(EMPERAIRE, 1963; NAVARRO, 2008, p. 34-35).
Considerada un rea de trnsito martimo, numerosas oleadas migratorias que obedecan principalmente a
tempranas empresas extractivas (Saavedra, 2007) se hicieron parte del paisaje natural y cultural de la zona.
Sin embargo, sus actividades caracterizadas por un continuo ir y venir, no permitieron, durante estas
primeras oleadas, un arraigo poblacional de modo estable y permanente (NAVARRO, 2008, p. 36)

El acercamiento a las comunidades actuales, permiten establecer que el conocer es un derivado de la


experiencia, la que se registra y comunica, por lo que la cultura es al mismo tiempo un cdigo a
desentraar, un mapa a construir y una ruta a explorar, todo en convivencia con los habitantes marinos y
terrestres, y en especial con las ballenas alfaguara:
Para el rea podemos afirmar que las comunidades de Melinka y Repollal han mantenido fuertes
vinculaciones socioeconmicas y socioculturales con el medio ambiente marino y sus especies. De l se
desprenden, las actividades pesqueras como elementos dominantes y determinantes de relaciones sociales
particulares manifestadas de manera diferente en otras sociedades o grupos como las urbanas o agrarias (DE
LA CRUZ Y ARGUELLO. 2006; NAVARRO, 2008, p. 15). Entenderemos la cultura como un cdigo, mapa
y ruta, que intermediada por la experiencia; como el vehculo que permite abrirse camino en cada situacin de
la realidad cotidiana; proporciona significados, sentidos y orientaciones en las relaciones con la naturaleza,
con el medio ambiente (RECASENS, 2005, p. 169). (NAVARRO, 2008, p. 13).

El enfoque permite sostener la nocin de ecosistema de trnsito, en el cual sedimentan modelos


adaptativos de habitalibidad de este espacio transicional:
Considerar el rea entre Chilo y Patagonia Austral (Magallanes), como un ecosistema de trnsito significa (...)
pensar las formas contemporneas de habitar este espacio transicional, como una sedimentacin de diferentes
modelos adaptativos presentes a lo largo de la historia. Los contactos entre estos grupos adquieren un
carcter histrico y recurrente. Lo anterior, establece la predominancia de modelos culturales asociados a los
usos, del espacio y especies marinas, revelando un alto impacto en las pautas y costumbres culturales
manifestadas por estos pueblos costeros. La mantencin de contactos espordicos entre estos grupos, articula
patrones comunes de habitabilidad de la ruta costera patagnica, convirtindose en una posible fuente de
transmisin de prcticas, conocimientos y aprovechamiento acerca de las especies presentes en l, como los
grupos de ballenas (NAVARRO, 2008, p. 62).

Los protagonistas construyen su cultura en intensas y dependientes relaciones con el medio, en


condiciones de vida que implican el trnsito y la transicin derivadas de las relaciones establecidas entre
ellas, donde la referencia a la localidad y la relacin con las especies son determinantes, y que actualmente
sus propias experiencias y saberes se cruzan con el conocimiento que portan los grupos cientficos que
provienen de la sociedad dominante:

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

235

Entender desde lo local las valoraciones que adquieren los conceptos de conservacin o desarrollo del rea,
permite articularlos a la historia de los sujetos y construir puentes de apoyo entre el conocimiento cientfico y
el conocimiento local presente en estos paisajes marinos. Lo anterior es fundamental al momento de abordar
las construcciones culturales, la relacin ser humano- cultura- naturaleza, que las comunidades desarrollan a
partir de la presencia de estas especies en sus costas. La historia de estos centros poblados con el medio
ambiente marino, ha sido construida en contextos histricos, sociales y naturales determinados, si stos son
considerados y validados, al momento de plantear una intervencin, la realidad local y las nuevas iniciativas
adquirirn significados eficaces tanto en las comunidades como en espacios ajenos a ellas. Surge entonces la
necesidad de articular estrategias de participacin comunitaria en los procesos de desarrollo y conocimiento
de los ecosistemas que habitamos, siendo trascendental esto ltimo para alcanzar objetivos de
patrimonializacin de la naturaleza, y por lo tanto empoderamiento de la realidad cultural y natural que
intentamos preservar (NAVARRO, 2008, p. 107).

B. Los Pueblos y Grupos que cambian en Resistencia


La resistencia tnico-nacional del Pueblo Rom a la asimilacin cultural
El estudio de la tensin tnica y resistencia de los gitanos sedentarizados y su relacin con la
educacin formal en Chile, llev a establecer a Alarcn (2007) que se trata de una variante de nomadismo
a travs de territorios y pueblos distintos, para resistir el dominio predominante y la condicin de
subordinacin, incorporando la experiencia de educarse en el idioma y la numeracin de esos otros, en los
tiempos y los lugares que les resultan ajenos y contradictorios:
Entre los gitanos, la negacin para llevar a cabo una educacin formal completa arranca del temor a perder la
verdad existencial de su identidad tnica, es decir, el temor a aculturarse. No obstante, la traba que de manera
importante embaraza la solucin al conflicto gitano-educativo formal, est dada por tratarse de un grupo
tnico cuyo sentido es atravesado por el nomadismo (ALARCN, 2007,p. 20) al caso de los gitanos en la
escuela () en su decisin de abandonarla tras haber tomado de la educacin formal los conocimientos que
les son ms beneficiosos matemticas y lecto-escritura , manifiesta que este modo de escolarizacin
corresponde a un acto de resistencia hacia la dominacin de los capitales culturales legtimos, obligados e
impuestos en la escuela, por sobre el propio. Porque, en caso contrario, en la medida en que perdure este tipo
de estructura y funcin educacional formal, llevara finalmente a la transformacin significativa y prdida de la
cultura gitana (ALARCN, 2007, p. 22-3).

Son las redes establecidas entre los que habitan distintos lugares, las que posibilitan mantener la
modalidad del desplazamiento y la unidad, desde lo cual se establecen las frgiles relaciones con las
sociedades que dominan y controlan los territorios y su habitabilidad:
en la medida en que la caracterstica y elemento identitario crucial de los gitanos sea el nomadismo an en
aquellos gitanos sedentarizados -, adems de la lengua verncula, el Rroman, continuar siendo difcil pensar
en la reestructuracin de la escuela a corto plazo para beneficiar a tal poblacin (ALARCN, Alarcn, 2007,
p. 24). En la certeza que entre los gitanos la familia extensa es la base social y econmica, y al estar los linajes
ampliamente esparcidos a travs de todo el mundo, el nomadismo se ha conformado como un fuerte
mecanismo de cohesin grupal desde el cual simultneamente han regulado y condicionado las relaciones con
el otro dominante, actualmente representados por los Estados Nacionales. Estos ltimos por su parte, habida
cuenta de su incapacidad para asimilarlos, han tendido a excluirlos de todos sus procesos sociales. Frente a
esta situacin de marginalidad, los gitanos en pro de mantener la propia cultura, han aprendido a vivir en la
autoinvisibilizacin sobre la invisibilizacin impuesta. (ALARCN, 2007, p. 27).

Tanto la exclusin por lo que estn siendo -nmades- y por lo que no son: indgena con races; as
como sus historias particulares, los hacen quizs auto excluirse, generando una cohesin entre s cuando
establecen las relaciones con la sociedad ajena. Parecieran sostener el punto de vista que mientras menos
se vinculen con la sociedad mayoritaria cuyo costo de seguro implicara diluir su particularidad , y

236

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

aunque hayan tomado elementos culturales de aquella, optan por la seguridad que obtienen en la
mantencin y perpetuacin del pueblo propio (ALARCN, 2007, p. 34).
En particular, el espacio y ciclo escolar establecido, es apropiado y controlado desde las familias:
el ciclo escolar, como parte de un proceso social ms amplio al que se contrapone el ciclo de vida de los
gitanos el que no separa la custodia de los/las menores de la permanente educacin en las tantas
obligaciones socioeconmicas, polticas y socioculturales, atravesada por la prctica nmada . [] Los
nios/as gitanos/as, pareciendo estar a prstamo en la escuela, nunca se separan completamente de su ncleo
cultural y, tras abandonar la escuela, se vuelven completamente a su vida gitana (ALARCN, 2007, p. 119120).

La resistencia se manifiesta en el uso que hacen del espacio escolar formal, hasta obtener lo que
necesitan para relacionarse desde su condicin de nmades:
Los nios/as gitanos/as ingresan a la escuela como desadaptados (mayora de edad, sin educacin preescolar,
sin preparacin para reconocer los cdigos culturales escolares ni para asumir una escolarizacin de largo
aliento) y salen de ella bajo la misma condicin. Y es que los gitanos no necesitan de la escuela como los
payos: escolarizarse para ellos no es una obligacin social. [] buscan en la escuela la posibilidad de obtener
conocimientos tiles que podran ser aprovechados a travs de su economa, para mejorar sus condiciones de
vida. Al mismo tiempo tales conocimientos suponen tambin la posibilidad de seguir siendo gitanos y
perpetuarse como tales (ALARCN, 2007, p. 151-2).

La experiencia no se constituye en una modalidad de relacin inter cultural, sino funcional, ya que sus
particularidades no tienen cabida en este mundo actual, adems de las derivadas de su idioma,
nacionalidad, historia, est presente la contradiccin con los principios de socializacin:
considerando las transformaciones que algunos gitanos han hecho de su nomadismo pasando por diversos
procesos de sedentarizacin los semi-nmades y los sedentarizados , a pesar de encontrarse inmersos en
poblaciones de las grandes ciudades del pas (...), mantienen caractersticas similares al de sus pares gitanos
completamente nmades: estn fuera del quehacer, de derechos y deberes, de la vida en sociedad. Dentro
pero afuera. (ALARCN, 2007, p. 83).

La resistencia econmico- cultural de los Pastores en los Andes a la mercantilizacin


La investigacin acerca de las familias cabreras, como trashumancia y resistencia cultural en el Valle del
Choapa en los Andes chilenos, realizada por Vergara, le ha permitido entender su modo de vida como la
continuidad en el movimiento, para dar sustentabilidad y para resistir a la mercantilizacin de la cultura en
espacios virtuales transfronterizos.
Se trata de la ocupacin temporal del territorio, que tiene antecedentes ancestrales y que actualmente,
como prctica y saber mestizo, ha permitido contraponerse a la hegemona del capital como mercado.
La singularidad con la que se construyen los imaginarios en los parajes cordilleranos por los que deambulan
los cabreros, responde a un pasado marcado por una movilidad permanente en busca de los recursos,
interceptado por un mestizaje que da origen al inquilino-campesino de los criadores de cabras y las histricas
dificultades de su cultura para acceder a la propiedad de la tierra y el agua, explicando en parte la dependencia
productiva de la trashumancia para sobrevivir (VERGARA, 2011, p. 9) .
La presencia de fundos en la hacienda del Choapa, requiri para su funcionamiento agrcola y ganadero una
cantidad considerable de mano de obra esclava, los indgenas locales eran una poblacin minoritaria, entonces

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

237

hubo que cubrir gran parte de esta demanda con indgenas provenientes de otras regiones (encomiendas) y
esclavos negros para las labores domsticas en el fundo. []quedando arraigada la cultura en las nuevas
identidades que se han configurado en los sectores rurales: el pen, el inquilino y en la posterioridad el
campesino. [] el ideario de la tierra es para quien la trabaja, recorre todos los rincones del campesinado
latinoamericano, alcanzando la hacienda del Choapa. Muchos de los inquilinos emigraban a las salitreras en
busca de mejoras laborales que les permitieran ofrecer una vida ms digna a sus familias en el Choapa. La
presencia de sindicatos de obreros y los idearios de polticos que se difuminan en las salitreras impregnan a
los inquilinos-obreros del Choapa en un ir y venir de ideas desde el norte (VERGARA, 2011, p. 10-11).

Conocer los senderos de la cordillera de los Andes, permite transitar con los animales y hacer uso de
los lugares de asentamiento, todo presente en la cartografa mental de los cabreros; constituyndose una
particular cultura, marcada por los ciclos de presencia y ausencia de agua:
La trashumancia cordillerana en las veranadas recorre senderos que nicamente pueden ser conocido por las
familias de crianceros y vaqueros, pequeas sendas (huellas) en las cuales trasmigra el ganado y sus pastores.
Estas rutas son caractersticas de los faldeos cordilleranos (), son rutas alternativas a los caminos (), cada
sendero conduce a una postura de arriero, lugar de asentamiento conocido dentro de la iconografa de los
crianceros por sus nombres particulares y en donde son depositadas las majadas de animales. Las posturas
() se encuentran cercanas a sitios de pasto y agua, all se instalan los campamentos de los crianceros
(VERGARA, 2011, p. 20) .
La prctica trashumante de las familias de cabreros responde a una necesidad adaptativa de los sectores del
norte chico. El marcado contraste cultural de los habitantes a partir del acceso, distribucin de la tierra y
acceso al agua es significativo, (...) las personas que habitan sobre la cota del canal a lo largo del valle, sector
conocido como de secano, dedicadas principalmente a la pequea produccin caprina y con un escaso acceso
a los recursos hdricos, deben ajustarse a las condiciones ambientales extremas, alternando la relacin de la
naturaleza y la cultura en precisa condicin de sobrevivencia. La trashumancia en el territorio cordillerano
responde a la situacin histrica de ciclos de sequa, involucrando a los habitantes del secano y en espacial a
los pequeos productores caprinos a una dependencia constante de esta prctica para alimentar al ganado.
Las veranadas se lleva el ganado a la cordillera a pastar el ganado, en las invernadas los crianceros
arriendan sectores con parrones para alimentar el ganado (VERGARA, 2011, p. 21-22).

Desde sus prcticas pueden generar una contracultura, contradiciendo las relaciones de poder
dominantes, al organizarse y tomar decisiones en colectivos con amplia participacin directa,
sobrepasando las normativas y las fronteras impuestas por los Estados Nacionales Capitalistas de Chile y
Argentina, desarrollando sus actividades en espacios transfronterizos:
El espacio poltico que genera la contracultura cabrera, entendida desde su resistencia cultural a los cnones
productivos que establece el mercado-estado a travs de la implementacin de la tecnologa, sita a los
cabreros desde su discurso oculto a poner al estado al servicio de sus problemticas, a travs de los bonos y
subsidios. La capacidad de establecer una demanda colectiva en el discurso desde una organizacin
democrtica, asamblesta es caracterstica teniendo una organizacin comunal []una asociacin provincial
[] y la Asociacin regional caprina. (VERGARA, 2011, p. 47-48).
La actividad productiva de los cabreros de la cuarta regin se desarrolla en los lmites de la frontera entre
Chile y Argentina. [...] Los tratados de integracin econmica han logrado un tipo de emplazamiento de las
fronteras facilitados 'por las legislaciones tanto de Chile como en Argentina estableciendo un espacio virtual
de circulacin de bienes y mercancas incluidos recursos no renovables como el agua de ambas naciones
(VERGARA, 2011, p. 48-49).
El caso de los cabreros es emblemtico, ellos constituyen un sistema econmico de subsistencia familiar que
convive con una produccin minera brutal, las cabras se adecuan a la escasez hdrica ya que es una
problemtica cclica vivida en las cordilleras de la cuarta regin. La posibilidad de desaparecer como forma de
vida est condicionada exclusivamente a la capacidad de resistir como identidad dentro de un contexto
neoliberal, eso sin duda en la medida que su actividad productiva contine manifestando sus vnculos de
solidaridad y capacidad de que el estado permanezca al servicio de sus problemticas. La baja escolaridad de
los crianceros de edad adulta ante un recambio laboral, el mercado les ofrece cubrir la demanda de mano de

238

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

obra no calificada, con la consecuente baja remuneracin e inestabilidad laboral (). (VERGARA, 201, p.
50).

La movilidad estacional del pueblo Mapuche: tierra y territorio


La prolongada e intensa vinculacin con diversos espacios de vida del Pueblo Mapuche en Chile, ha
permitido establecer una condicin de movilidad estacional en los territorios. Su dimensin sociocultural
est dada por constituir una unidad en torno a las relaciones de consanguinidad y de afinidad, desde las
cuales se establecen y se reproducen las relaciones de alianza y de intercambio de bienes materiales y
simblicos. El entorno natural constituye y es constituido desde la identidad tnica, basada en el
reconocimiento de referencia histrica al lugar y en las relaciones culturales de asociacin y participacin, y
no slo de dominio y usufructo.
Es tambin identificable la asociacin entre actividades econmicas y los ceremoniales, rituales y
creencias. El territorio y parentesco aparecen como articuladores de un doble proceso desencadenado en
los ltimos aos que permite correlacionarlos, a saber: nuclearizacin de la familia y fraccionamiento de la
tierra.
La identidad del grupo, se constituye en un detallado conocimiento de cmo manejar los elementos
naturales disponibles en la zona. Saberes que son transmitidos de diversas formas y vas, como son las de
generacin a generacin, as como entre especialistas (curanderos, machi, lonko).
Las capacidades de re-elaboracin prctica y simblica de los hechos y relaciones internas y externas,
permite explicarnos su integridad social y cultural, a pesar del extenso e intenso perodo de sometimiento a
presiones asimilatorias.
La identidad de los mapuche, est siendo construida y dinamizada a partir de los elementos que
evidencian una visin y prctica de ser parte indisolubles de su entorno ambiental: desde la
autoidentificacin; de ser parte de un grupo amplio; desde la identificacin de su espacio territorial y la
asignacin de significados culturalmente relevantes para sus componentes: ros, volcanes, bosques,
montaas, cuevas, bosques, flora y fauna, aire, vientos, nubes, luz, sol, lluvias, nieve; desde la delimitacin
de propiedades familiares y comunitarias; desde el sistema econmico basado en las relaciones de
parentesco y de cooperacin; desde las diversas vas ritualizadas de la transmisin oral del conocimiento
tradicional; epeu, pentukun, weupin, perimontun, peuma; desde el ejercicio del poder grupal en el que se articulan
los jefes tradicionales lonko y los nuevos lderes, para establecer conexiones con los diversos
organismos pblicos y privados que intervienen en el rea (MORALES, 2009).
En el imaginario del chileno han habitado los mapuche como amenaza indeterminada y permanente,
ante la cual ha predominado la proteccin y el control. El temor que los sectores de poder en la sociedad
chilena tienen de los mapuche, ha sido instalado como un contenido de la lgica cultural, por lo cual, la
mera existencia de los Mapuche como un pueblo, se constituye como factor de riesgo a la unidad nacional, al
Estado de Derecho, a la propiedad privada, al desarrollo.
La estrategia de los mapuches ha sido llevar a cabo acciones colectivas que podran cuestionar el
poder establecido desde adentro, la que est permanentemente tensionada por la contradiccin interna que
la hace posible, y que se transforma en conflictos con los Estados nacionales capitalistas de Chile y
Argentina, dada la tendencia de stos a integrarlos a la sociedad, ya que esta integracin en las condiciones
estructurales que se realiza provoca acciones desintegradoras y disolutivas de los que permite la
construccin identitaria del pueblo mapuche, convirtindose entonces en una asimilacin econmica,
poltica y cultural (MORALES, 2010).
Compartimos las conclusiones a las que arriba Aravena (2007) en sus estudios acerca de la
reconfiguracin tnica de mapuche migrantes a la ciudad, en particular a Santiago, la principal urbe de
Chile, cuando seala que la etnicidad no es nicamente una cuestin de eleccin individual y subjetiva,
sino tambin una obligacin relativa a la que deben enfrentarse los individuos clasificados, a veces contra
su propio deseo, en una categora tnica determinada. Es un proceso de identificacin a distintos niveles

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

239

con el pueblo de referencia. La afirmacin de la identidad se produce desde la experiencia colectiva del
migrante con el residente no migrante, establecindose "la retribalizacin de los individuos".
La identidad cristaliza en aquellos lugares en los que se actualiza la memoria y la conciencia de la
alteridad, como la familia, las organizaciones y la religin en sus espacios rituales, actuando como espacios
de configuracin de las identidades sociales. En especfico, las organizaciones emergen como espacios de
reivindicacin poltica y tnica de donde surgen los dirigentes polticos indgenas.
Estamos ante un grupo tnico en situacin histrica de dominacin y de discriminacin, que se
organiza en las ciudades en torno a su memoria histrica y cultural, logrando tanto la cooperacin intraorganizacional de sus miembros frente a los problemas cotidianos, como la conformacin de un medio de
apoyo y de legitimacin a sus reivindicaciones polticas y de atraccin de recursos pblicos y privados.
Se trata de una identidad que emerge en un conjunto de relaciones conflictivas con el Estado y la
sociedad chilena, en el contexto de un discurso de reivindicaciones histricas y demandas no satisfechas"
(ARAVENA, 2007, p. 43-58).

Las tramas del recuerdo de los exiliados polticos


Los elementos que han construido la cultura de los grupos que han experimentado el exilio poltico,
han sido el resultado del viaje forzado, derivado de la confrontacin con las ideas y prcticas de la poltica
de dominacin, disolvindose en las nuevas experiencias los anteriores lmites de referencia, y
constituyndose el proceso de construccin social de memoria como un espacio central desde donde se
articula la vida social.
La memoria es un proceso y un producto eminentemente social () como una prctica relacional () de las
personas () las acciones mismas de recordar. [] La fuerza simblica de la memoria es enorme en la
medida en que contribuye a producir realidades, relaciones e imaginarios sociales. Ese mismo poder la
convierte en potencial fuente de resistencias, inestabilidades y transformaciones (PIPER, 2005, p. 13-14).
La memoria se constituye as en un centro articulador de la vida social () en diversos sentidos: constructor
del pasado, explicacin del presente, sostn identitario, y eje articulador de prcticas polticas. (PIPER, 2005,
p. 13).
Los recuerdos de las violentas salidas del pas, del dolor del exilio y de las dificultades del retorno, se
constituyen en el centro de los relatos que distingue la manera de vivir la dictadura de aquellos/as que se
quedaron (PIPER, 2005, p. 95).
Las narraciones del exilio marcan tres momentos del proceso: la salida, la permanencia en el (o los) pases de
acogida y el retorno [] La salida est marcada por el miedo y la confusin; el exilio y el retorno por el
desarraigo, la desadaptacin y la falta de referentes a los cuales pertenecer (PIPER, 2005, p. 96).
Los discursos sobre si mismos/as contribuye a construir la identidad de los jvenes retornados a partir de lo
que no son () Lo que no son les impide pertenecer e insertarse en su sociedad de la manera que quisieran,
sintindose obligados a vivir en la marginalidad, en un segundo exilio esta vez en su propio pas (PIPER,
2005, p. 97).

La investigacin doctoral de Piper (2005) acerca de la presencia de la Dictadura Militar Chilena como
Obstinaciones de la Memoria en las tramas del recuerdo de sus vctimas, permite identificar como un eje
constructor del sentido de la experiencia de los grupos exiliados, la propia condicin de vctima, la que
transferida por stos a diversas condiciones y circunstancias como posibilidad para la continuidad de su
existencia, ha producido una fijacin de tal condicin, esencializndola e imposibilitando su potencialidad
como sujeto poltico de transformacin.

240

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

La identidad de vctima ha funcionado como eje articulador de diversos procesos () aunque () en cierto
contextos polticos ha cumplido una funcin estratgica, () ha ido conformando una categora esencialista
y acarreando con ello () la exclusin de posibles articulaciones con movimientos polticos de
transformacin basados en otras categoras de sujeto () y la reafirmacin del carcter daado del sujeto, y
de dificultar su liberacin (PIPER, 2005, p. 186).
Cuestionar la fijacin de la categora de vctima y sus identidades, permite abrirse a ese tipo de cuestiones
redefiniendo el rango de posibilidades de articulacin para acciones polticas de transformacin social
(PIPER 2005, p. 190).
No deberamos pensar en cmo corregir los acontecimientos del pasado sino en cmo transformar la
sociedad en que vivimos. La historia es nuestra, la hacemos nosotros, y somos quienes tenemos el poder y el
deber de transformarla (PIPER, 2005, p. 234).

Superar la contradiccin que implica la condicin de vctima, que anula al sujeto poltico, supone dar
continuidad a acciones de subversin del orden impuesto, para proyectarse en la construccin de la vida
cotidiana.

Conclusiones en construccin
De lo expuesto anteriormente se pueden extraer algunos configuradores de la cultura de estos grupos
humanos que comparten la condicin del desplazamiento en los espacios y tiempos:
a) La cultura se constituye en las relaciones establecidas con otros grupos, siendo stas de carcter
tanto abiertas como cerradas, en general flexibles de acuerdo a las circunstancias e intereses, y desde la
subordinacin a un sistema ms amplio de dominio y poder en el cual estn insertos, y con el cual se
tensionan en prcticas de potencialidad emancipatoria.
b) La cultura est siendo actualizada permanentemente, segn sean las relaciones con el ambiente
natural, que pueden establecerse ya sea desde el uso, de la posesin o de propiedad, teniendo como
soporte las relaciones de alianza y de reproduccin de los grupos, en prcticas que regulan la continuidad y
conservacin de la existencia.
c) La cultura se manifiesta en el mbito de la organizacin social y poltica, caracterizndose como
surgida desde lo colectivo, en el establecimiento de diferenciaciones jerrquicas que son flexibles, y que
requieren y aseguran la participacin y el protagonismo de los integrantes de los grupos.
d) Las culturas de estos grupos, configuradas segn estos componentes, resultan contrastantes con las
predominantes en las sociedades estatales capitalistas, incompatibles con la racionalidad productivista de la
mercadocracia y con serias contradicciones con el modelo del desarrollo modernizante, que tiene como eje
y propsito el crecimiento econmico, basado en la explotacin de las personas y los dems componentes
de la naturaleza.
Constatamos que lo problemtico no est en que los grupos cambiemos de hecho la dinmica de
transformaciones es parte del crecimiento , sino que la fragmentacin y rompimiento se producen
cuando no controlamos directamente esos cambios, cuando nos son impuestos o somos monitoreados
por otros grupos.
Aquellos que construyen indicadores de identidades culturales distanciados de las dinmicas histricas
y sociales, a travs de la negacin de la historicidad y del otro como sujeto productor de conocimientos
vlidos, habilitan las condiciones para la destruccin de la politicidad de tales sujetos.
En un contexto de dominacin, los dominados pueden constituirse en sujetos polticos en tanto sean
capaces de resolver la dialctica de la diferencia y la semejanza, en una accin colectiva que subvierte el

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

241

sistema desde adentro, tanto con el viaje hacia la libertad, cuanto con la produccin de la vida y del
conocimiento. Se trata entonces de asumir la libertad colectiva de los sujetos sociales para determinar y
decidir acerca de sus modos de producir la vida, de construir conocimiento, de tomar decisiones81.
Como bien escribe en el eplogo de uno de sus libros, el antroplogo Renato Rosaldo:
la batalla actual sobre cun bien hay que preparar a los estudiantes para la vida en el siglo veintiuno, gira
alrededor de cuestiones de grado e importancia de las diferencias humanas, ya que el cambio o el
estancamiento es el estado natural de la sociedad, y a qu grado la lucha prolongada moldea el curso de los
sucesos humanos (ROSALDO, 1991, p. 204).

81

Ver MORALES, 2010.

242

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Bibliografa
ALARCN, Soledad. Gitanos sedentarizados y educacin formal: tensin tnica y resistencia. Tesis
Antropologa. Valdivia: Universidad Austral de Chile, 2007.
ARAVENA, Andrea. Identidades indgenas urbanas en el tercer milenio: identidades tnicas, identidades
polticas de los mapuche-warriache en Santiago de Chile. En IIDH Migraciones Indgenas en
las Amricas, p. 43-58, 2007. San Jos, Costa Rica.
MANCILLA, Claudia.; REBHEIM, Rodrigo. De viajes y retornos: Una aproximacin al estudio del
imaginario de la vida errante en el Chilo de la primera mitad del siglo XX. Tesis
Antropologa. Valdivia: Universidad Austral de Chile, 2007.
MARTICORENA, Francisca. A pura memoria: conocimientos y significados de la naturaleza en las
localidades de Melinka y Repollal, litoral norte de la Regin de Aysn. Tesis Antropologa.
Valdivia: Universidad Austral de Chile, 2009.
MORALES, Abelardo. Migraciones, tendencias recientes y su relacin con la crisis de ciudadana en
Amrica Latina y el Caribe. En IIDH Migraciones Indgenas en las Amricas, p. 15-25, 2007.
San Jos, Costa Rica.
MORALES, Roberto. Resonancias Polticas de una Protesta Centenaria: Koyautun Mapunche Williche,
Koz Koz Mapu Kuifi Kie Pataka Tripantu. En Revista Austral Ciencias Sociales, N 17, p.
25-40, 2009. Valdivia: Universidad Austral de Chile.
MORALES, Roberto. Mapuchmetros o la Cultura sin Sujeto Social. En Actas del 6 Congreso Chileno
de Antropologa. Tomo II, p. 1555-1562, 2010. Colegio de Antroplogos, Santiago de Chile.
MORALES, Roberto. Indgenas, transhumantes y exiliados: La construccin de la identidad social
en el movimiento relacional y espacial. Ponencia del Encuentro Iberoamericano sobre
Migracin y Patrimonio: Patrimonio en Movimiento 2011. Punta del Este, Uruguay, 2011.
MORALES, Roberto. La praxis cultural de pueblos configurndose en movimiento. En Actas del Tercer
Congreso Latinoamericano de Antropologa ALA. Santiago de Chile, 2012.
NAVARRO, Magdalena. Comunidades humanas y poblaciones de grandes ballenas: una
aproximacin desde la antropologa al patrimonio natural y cultural de las localidades del
Archipilago de los Chonos, XI Regin, Chile. Tesis Antropologa. Valdivia: Universidad
Austral de Chile, 2008.
PIPER, Isabel. Obstinaciones de la Memoria: la Dictadura Militar Chilena en las tramas del
recuerdo. Tesis doctoral. Barcelona: Departamento de Psicologa Social. Universidad Autnoma
de Barcelona, 2005.
ROGEL, Luis Alberto; TOLEDO, Vctor Hugo; ZIGA, Hernn. El ltimo vuelo del Halcn Rojo:
Proa a la libertad, 2012. Prlogo de MORALES, Roberto.
ROSALDO, Renato. Cultura y Verdad. Nueva propuesta de anlisis social. Mxico DF: Grijalbo,
1991 (1989).

PUEBLOS, SOCIEDADES Y GRUPOS EN MOVIMIENTO R. MORALES URRA

243

VERGARA, Nanette. A Las Cabras las Cuida el Diablo. Metfora en los Andes: Trashumancia y
Resistencia Cultural en el Valle del Choapa. Tesis de Antropologa, Valdivia: Universidad
Austral de Chile, 2011.

Folkcomunicacin y Medio Ambiente:


Resignificacin de los Conflictos
Ambientales a Travs de la Msica Popular

82

Lorenzo Palma
Universidad Austral de Chile
lorenzopalma.morales@gmail.com

Juan Carlos Skewes


Universidad Alberto Hurtado
jskewes@uahurtado.cl

Debbie Guerra
Universidad Austral de Chile
dguerra@uach.cl

En el tiempo que estamos falta conciencia,


desaparecen los bosques, llegan las represas.
Cueca No a las represas
Grupo Folclrico Tripahue Antu83.

Introduccin
El grupo Tripahue Antu abre la jornada para conversar acerca de rboles y bosques, en la localidad de
Coaripe, al sur del Parque Nacional de Villarrica84. Un espacio originalmente concebido para servir de
puente a las poblaciones chilena y mapuche en torno a la proteccin del bosque nativo se constituye en
escenario para una actuacin musical que escapa a los cnones con que suelen ambientarse las actividades
de vocacin ecolgica. En este caso, las expresiones etnomusicales y las diversas variantes de la msica
popular contestataria son desplazadas por la expresin folclrica que, en su apariencia, representa el
sentido ms tradicionalista de la msica popular. La figura del huaso y su traje, la china y sus polleras, la
guitarra y las cajas, recrean la cueca en un contexto inusitado: el de la protesta ambiental por la presencia

Este captulo se inscribe dentro de los resultados del proyecto de investigacin FONDECYT N 1140598
ANTROPOLOGA DEL BOSQUE: Horizontes para una proteccin socialmente inclusiva de los bosques esclerfilos y
templados de Chile.
83 Contacto: <tripahue.antu2012@gmail.com>.
84 Seminario Conversando sobre rboles y Bosques, Coaripe, 13 de diciembre de 2014. A travs de esta y otras
iniciativas similares, el proyecto: Antropologa del Bosque tiene el propsito de identificar aquellas formas y prcticas de
vida que favorecen la conservacin de los bosques en Chile sin excluir a las poblaciones humanas.
82

246

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

de empresas hidroelctricas que invaden el territorio, procurando apropiarse de las aguas para la
construccin de generadoras de paso.
La presencia de un grupo de folclore tradicional en un evento de carcter reflexivo y crtico invita a
una discusin ms precisa de los papeles que, en un contexto de globalizacin extractivista, los
componentes tradicionales de las culturas populares pasan a desempear.
La situacin se complejiza an ms por el hecho de situarse el ejercicio performativo en un espacio
multicultural que histricamente ha estado marcado, en lo cotidiano, por tensiones entre colonos y
habitantes originarios. Desplegar el repertorio ms decimonnico de la cultura chilena en un contexto de
conversacin con el pueblo mapuche plantea la existencia de nuevas relaciones interculturales a nivel local.
El anlisis y reflexin acerca de la constitucin del grupo Tripahue Antu y su expresin artstica en el
territorio de Coaripe viene a problematizar el nuevo escenario histrico que se asocia a la reorganizacin
territorial a partir de las intervenciones de grandes intereses de capital en su relacin con las comunidades
y actores locales. Esta expresin artstica permite comprender las formas como se reinterpretan los
procesos locales, a la luz de los nuevos desafos, resignificando los contenidos de la historia cultural de la
que son portadores, en este caso, los grupos colonos. Finalmente, la discusin acerca de estas formas
resignificadas de expresin folclrica abren preguntas que merecen investigaciones a futuro y que aqu
quedan planteadas. La expresin artstica popular difundida a travs del folkcomunicador, estimula los
procesos de la interculturalidad o, ms bien, plantea de un modo renovado las diferencias entre los grupos
locales?
El captulo que sigue incluye, en primer lugar, una breve referencia al punto de vista terico que se ha
asumido el de la folkcomunicacin y que resulta especialmente inspirador para los fines de la
comprensin del fenmeno estudiado. Posteriormente se da cuenta del contexto histrico y geogrfico en
el que surge la expresin musical que se analiza, prestando especial atencin tanto a las relaciones
interculturales como a las tensiones introducidas por la presencia de las empresas hidroelctricas. En
tercer lugar, se alude a la metodologa empleada para conocer, documentar y analizar el ejercicio musical
del grupo Tripahue Antu, para, a continuacin, dar cuenta de su origen y trayectoria. Posteriormente se
analiza parte de la produccin de este grupo, ponindola en relacin con su contexto cultural y ambiental.
A partir de estas relaciones se reflexiona acerca de las transformaciones socioambientales y culturales en
que se inscriben estas nuevas formas de expresin artstica, los significados y alcances que puedan tener en
un contexto ms amplio.

La folkcomunicacin
Para situar el lugar que ocupan las expresiones folclrico populares en contextos de transformacin
social, cultural y ambiental, la teora de la folkcomunicacin entrega importantes claves interpretativas. La
visin decimonnica del folclore como expresin de prcticas tradicionales cuya realizacin permite la
conservacin de la cultura ha sido sustituida por una visin que permite insertar tales prcticas en procesos
de transformacin, conflictividad y disputa que estn continuamente demandando la resignificacin de los
hitos culturales a travs de los que los diversos grupos procuran articular sus identidades (BARTH, 1976).
La teora de la folkcomunicacin se inscribe en la frontera de las prcticas folklricas y populares y la
comunicacin de masas a travs de las que se difunden smbolos por medios electrnicos o mecnicos y
cuyo destino se radica en audiencias amplias, annimas y heterogneas. La folkcomunicacin se caracteriza
por la utilizacin de mecanismos artesanales de difusin simblica para expresar en lenguaje popular
mensajes previamente vinculados por la industria cultural (MARQUES DE MELO, 2002; BELTRO,
1997).
En este sentido, la folkcomunicacin representa procesos de intermediacin entre las culturas de elites
(eruditas o masivas) y las culturas de las clases trabajadoras, rurales y urbanas (BELTRO, 1997). El
concepto enmarca todos aquellos procesos donde se intercambia informacin y opiniones, ideas o
actitudes de masas a travs de agentes y medios que se relacionan directa o indirectamente con el folclore,

FOLKCOMUNICACIN Y MEDIO AMBIENTE L. PALMA et al.

247

donde quienes comunican pueden ser pblicos marginalizados tanto urbanos como rurales (MARQUES
DE MELO, 2002; RABACA & BARBOZA, 1987).
Los folkcomunicadores, toda vez que articulan el repertorio cultural propio (BONFIL, 1987) con
expresiones de una cultura de masas globalizada, son creadores de nuevas prcticas y discursos a travs de
los que las comunidades pueden establecer no solo sus identidades sino que tambin sus demandas en
contextos de exclusin o amenaza. Los actores locales se movilizan en torno a sus hitos identitarios a fin
de contrarrestar las prcticas y los discursos dominantes. Es importante comprender que por medio de los
discursos se promueven cambios segn intereses polticos y econmicos, lo que finalmente puede
transformar las formas de vida de las comunidades que se han organizado en funcin de sus propias
prcticas (GUERRA ET. AL, 2010).
La expresin artstica, la msica, y el uso de los medios ligados al folclore, tal como Yez y
Valenzuela (2011) sugieren, se presenta como un espacio privilegiado para observar la emergencia de
agentes folkcomunicacionales que resisten los conflictos ambientales85. El folclore, se debe recordar, se
inscribe en el marco del comportamiento social y de la tradicin oral, permaneciendo almacenado en la
memoria de aquellos que lo crean, transforman y reproducen. El folclore, no obstante, est sujeto a la
continua variacin y reinvencin (ARVALO, 2009). En los conflictos ambientales, la expresin folclrica
moviliza este capital frente a la apropiacin de la naturaleza por un discurso neoliberal que busca
capitalizar la naturaleza para el beneficio de los grupos dominantes (LEFF, 2006). La racionalidad
ambiental entra as en disputa con distintas formas de comprensin del mundo y con las diferentes
maneras en que las comunidades se relacionan con ese mundo, modos que recoge y difunde el
folkcomunicador.
La msica histricamente se ha constituido en parte del repertorio de los movimientos sociales en el
despliegue de sus demandas (EYERMAN & JAMISON, 1998) y, en forma muy particular, el canto
popular en Chile encarna aquella tradicin en que el folclore es puesto al servicio de las causas populares
(SANDOVAL, 1998). Sin embargo, la visin idealizada de los grupos populares est en revisin. Lo
popular es conflictivo, ambiguo y contradictorio: en las prcticas de los grupos subalternos se despliegan
estrategias adaptativas que no solo contradicen sino tambin afirman y, las ms de las veces, utilizan los
medios culturales controlados por los grupos hegemnicos, los que combinan con aquellos que estn
radicados en sus propias trayectorias sociales (MARTN BARBERO, 1987). La discusin y anlisis de
estos movimientos y su relacin con el canto requiere abrirse a la complejidad que supone la existencia
social en el mbito de estados que crean condiciones adversas a los grupos subalternos.

Contexto histrico, ambiental y sociocultural


Coaripe es un enclave chileno en el corazn de lo que fuera el bosque fro templado lluvioso. Su
origen est directamente asociado a la explotacin maderera, actividad que trajo consigo a una poblacin
chilena de origen campesino, la que se concentr en el pueblo (INOSTROZA, 1970; ZIGA, 2011). La
zona de Coaripe y las localidades cercanas, como Liquie, Neltume, Pucura, entre otras, fueron reas de
gran explotacin forestal de inmensos bosques nativos. El relato de los ex trabajadores forestales del rea
da cuenta, por ejemplo, que la actual plaza de Coaripe fue un inmenso montculo de aserrn y restos de
maderas de la fuerte explotacin forestal.
La localidad se ubica en la rivera del lago Calafqun y forma parte de la comuna de Panguipulli, en la
regin de Los Ros. Actualmente, Coaripe tiene ms de 1400 habitantes permanentes en una comuna de
33 mil habitantes, el 80% de quienes viven en localidades rurales, incluidos 10 mil de origen mapuche
(INE, 2002). Segn los estudios realizados por el Observatorio Ciudadano (2009), Coaripe y Liquie
85 Ya se observ, por ejemplo, con Francisco Manquecheo en Tralcao, regin de Los Ros, en la defensa del Santuario de
la Naturaleza Carlos Anwandter frente a la contaminacin producida por una planta de celulosa, con Nicasio Luna y Jorge
Contreras de la regin de Aysn en la lucha contra las hidroelctricas y con Alejandro Gallardo, El Churcalino, quien canta
desde el valle de San Flix, regin de Atacama, contra Pascua Lama (YEZ Y VALENZUELA, 2011; YEZ Y
DELGADO, 2012; YEZ ET AL, 2013; YEZ Y VALENZUELA, 2014).

248

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

suman ms de 6.500 habitantes (Censo, 2002). La comuna de Panguipulli tiene un 34,4% de poblacin
bajo la lnea de pobreza (Censo 2002).
Coaripe representa una encrucijada donde tendencias contradictorias se tensionan en funcin de las
cambiantes condiciones del entorno ambiental, econmico y cultural. Si bien el pasado estuvo marcado
por la impronta maderera y la usurpacin de tierras a las comunidades indgenas (ZIGA, 2011), hoy el
territorio se enfrenta a desafos divergentes que se asocian tanto a las posibilidades de explotacin
hidroelctrica como a la promocin del turismo y la defensa y proteccin del bosque nativo. Ello se da en
un contexto en el que las comunidades indgenas han obtenido un reconocimiento, aun modesto, del que
el Estado las priv en buena parte de los dos siglos anteriores.
Los residentes de Coaripe han reorientado buena parte de su quehacer a la actividad turstica. En las
calles y alrededores es posible observar a simple vista las viviendas que ofrecen arrendamientos, piezas y
cabaas, no slo para verano, sino tambin en temporada de invierno, para aquellos visitantes que
disfrutan de aguas termales de la zona. A ellos se han sumado nuevos actores econmicos del rubro
hotelero y turstico y los programas gubernamentales que han identificado en este mbito las posibilidades
para el desarrollo de las comunidades indgenas, a las que se ha motivado a la creacin de micro
emprendimientos sea en artesana, gastronoma, hotelera, visitas guiadas y creacin de senderos.
La fuerte divisoria que, en el pasado, se impuso entre pueblo y cerro, colono e indgena, se ha
debilitado en los ltimos aos. La presencia de una amenaza poderosa, como lo es la instalacin de
represas de paso en la zona, como las dependencias recprocas que promueve el turismo, hacen que
quienes se vieron separados en el pasado puedan al menos dialogar acerca de sus posibilidades de futuro.
En este sentido, hay algunos indicios de un trnsito desde un escenario de separaciones entre grupos
culturales diversos hacia los esbozos de interculturalidad, los cuales se pueden advertir en la situacin
actual. Se debe recordar que la multiculturalidad corresponde ms bien al reconocimiento de diversos
grupos culturales, aceptando las diferencias entre ellos cada grupo (KYMLICKA, 1996; TAYLOR, 1993).
La interculturalidad, en cambio, corresponde a un proyecto poltico, social y epistemolgico construido
socialmente. Surge en el contexto de conflictos de poder donde se confrontan procesos y prcticas de
diferenciacin y subalternizacin de los pueblos indgenas y procesos y prcticas de resistencia (DIEZ,
2004, p. 195-196).
Este es el contexto en que cobra vida el grupo Tripahue Antu, cuya msica de orientacin folclrica y
popular encuentra un espacio de expresin, teniendo como trasfondo, por una parte, las transformaciones
del paisaje local y, particularmente, del bosque, y, por la otra, un escenario de interculturalidad cuyos
alcances, posibilidades y limitaciones corresponde pasar revista en lo que sigue.

Un ejercicio de conversacin
Para los fines de la indagacin propuesta, la posibilidad de integrarse los autores de este captulo a una
instancia de dilogo con la participacin de actores locales resulta crucial. En colaboracin con el Comit
de Aguas de Coaripe, de la radio Nueva Comuna y del Cuerpo de Bomberos de la localidad, el equipo de
investigacin convoc a un conversatorio acerca de los rboles y el bosque, instancia a la que concurri un
pblico representativo no slo de los diversos orgenes culturales presentes en la comunidad y territorios
aledaos sino que tambin de las generaciones y gnero. Al conversatorio se convoc a travs de medios
locales, promovidos por organizaciones locales y dirigidas a las personas en general, a fin de compartir sus
experiencias, memoria, expectativas y proyectos asociados con el bosque.
La actividad se inscribi en el marco de la investigacin accin participativa teniendo como
contenidos principales de la conversacin los tpicos levantados por los concurrentes y compartidos en
grupos pequeos de discusion y a travs de las sesiones plenarias. En una actividad como el
Conversatorio, se cre el espacio para sentarse a socializar, a dialogar, aprender de los otros y de uno
mismo, a travs de las diferencias.
El dilogo propuesto se aleja de las formas positivistas de concebir el conocimiento cientfico, donde
se disocia al investigador como sujeto cognoscente de conocimientos de las personas a quienes se define
como un objeto del conocimiento. En el Conversatorio, se valor la posibilidad de creacin de
conocimientos en el mundo rural y mapuche por parte de personas que, adems, son acosadas por un

FOLKCOMUNICACIN Y MEDIO AMBIENTE L. PALMA et al.

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creciente nmero de intervenciones cientficas (SANTOS, NUNES & MENESES, 2007. Cit. en
SANTOS, 2010). A este espacio concurre el grupo folclrico Tripahue Antu, cuya participacin no se
limita a la apertura y cierre del evento sino que incluye la integracin de sus miembros en las discusiones
grupales86.
El conversatorio, entre las muchas puertas que abre para la investigacin, permite identificar un tema
que hasta entonces haba escapado a la atencin del equipo de investigacin: el papel de los agentes
folkcomunicacionales en la creacin de condiciones subjetivas para la vinculacin de actores locales entre
s para la defensa de su territorio y, paralelamente, de una posible interculturalidad en el tratamiento de los
temas locales.
A fin de encarar en esta arista de la investigacin, se profundiz el trabajo a travs de la entrevista a
cada uno de los integrantes del grupo, complementada con las conversaciones sostenidas con otros
actores relevantes de la comunidad y con un anlisis de los contenidos de las canciones creadas por el
grupo.

Trayectoria de Tripahue Antu


El grupo Tripahue Antu es un conjunto folclrico de la localidad de Coaripe y como se seala en el
sitio que tiene en Facebook Nuestro conjunto fue fundado en Coaripe el 15 de agosto 2012 con el
propsito de recuperar nuestras races y costumbres folclricas87. Este momento es slo una parte de la
trayectoria de sus integrantes. Ellos y ellas provienen de familias con vocacin musical, cuyos abuelos y
padres les han transmitido la pasin por la msica y en especial por el folclore.
Los integrantes del grupo se relacionaron con instrumentos musicales, ensayos y festividades desde
que eran nios. Las hacamos dormir con guitarra, seala uno de los integrantes refirindose a sus hijas
que son parte del grupo. La pasin por la msica la viven tanto en el escenario como fuera de l, en los
ensayos semanales que realizan en sus casas. Llevan ms de treinta aos presentndose a travs de
diversos conjuntos folclricos, siendo las cuecas y las rancheras sus principales estilos. En el ao 2012
deciden junto a su familia y amigos cercanos formar Tripahue Antu, nombre que en mapuzungun significa
sol naciente o donde nace el sol, a pesar de que ellos no son mapuche sino colonos chilenos.
Su primera presentacin como grupo folclrico fue el 18 de septiembre del ao 2012. sta no pas
desapercibida al marcar la diferencia con otros grupos folclricos por sus letras, muy distintas a las cuecas
tradicionales, que expresaban algunas de ellas cuestionamientos a la instalacin de represas en la zona.
La mayora de los asistentes respondi con aplausos y baile, pero el estreno no estuvo exento de crticas.
Personas influyentes de la comunidad les dijeron: Aqu la embarraron eligiendo la cancin de las
represas y les advirtieron: Aqu se metieron en problemas. Sin embargo, segn cuentan los integrantes,
una de estas personas se vio influida por el entusiasmo local: Yo estaba en contra de esto y hoy da estoy
pensando distinto, les dijo, y hoy en da es partidario de nuestra causa.
La presencia del grupo en la comunidad es significativa, considerndose su participacin para todos
los eventos que se llevan a cabo en Coaripe y en la comuna. En su corta trayectoria el grupo cuenta con
un disco compacto titulado: Todo cambia por tu amor, el cual fue grabado y mezclado el ao 2014 en
Audios Portales Estudios. Este trabajo cont con aportes de vecinos y vecinas de Coaripe y el Comit de
Agua Potable de la localidad.
Tripahue Antu se rene todos los sbados a ensayar, y a diferencia de muchos grupos que se han
formado en Coaripe, ellos ensayan todo el ao y no slo para el mes de septiembre. De esta manera,
esperan publicar este ao un segundo disco, el cual incorporar nuevas canciones dando a conocer

Es importante sealar, que como agentes Folkomunicacionales, el grupo Tripahue Antu se organiz y present su
repertorio musical de manera voluntaria y gratuita en el Conversatorio de rboles y Bosques, queriendo compartir de
manera principal la cancin No a las represas, la cual expresa su preocupacin por la prdida de bosques derivada de
construccin de centrales de paso para la generacin hidroelctrica.
87 Los integrantes del grupo son: Carlos Iturra (Acorden); Fernanda Ramrez (Bajo); Camila Ramrez (Voz y percusin);
Jaqueline Contreras (Voz y percusin); Margarita Valenzuela (Voz); Rigoberto Contreras (Voz y guitarra); Temstocles
Contreras (Voz y guitarra).
86

250

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

problemticas del bosque y el agua. Uno de sus integrantes afirma que, de enfrentar Coaripe algn
problema ambiental, ellos estremecern a la comunidad con una buena cancin.

Agentes folkcomunicacionales y sus relaciones socioambientales e


interculturales
La cueca de las represas, como se la conoce localmente, plantea el reclamo popular frente a la invasin de
empresas que, apropindose de la naturaleza, privan en sus posibilidades de crecimiento a las y los
habitantes del territorio.
La letra de la cancin dice:
Hoy da vivo contento, contemplando tanta belleza, pero tambin me pongo triste al contemplar tanta
represa (Recitado)
En el tiempo que estamos falta conciencia,
desaparecen los bosques, llegan las represas
Desaparecen los bosques, llegan las represas
las represas ay s, son necesarias,
hay otras alternativas, para reemplazarlas
nuestros bosques se ahogan y nadie los para
beneficia a unos pocos y al resto no da`na
el alma me est doliendo, que nadie haga na`da
se escapan nuestros bosques,
frente a nuestra mira`da
ya no queremos sorpresas, no ms represas.
Dicen que el agua es vida, tambin es pura belleza, ojal que en el sur de Chile no nos pongan tanta represa.
(Recitado)

El vocalista y guitarrista del grupo seala que, con la cancin de las represas, la gente valor las otras
canciones que tocan, logrando pasar de un canto a transmitir mensajes: todos los temas deben dejar un
mensaje, seala. Cuando se difundi el tema en la radio Nueva Comuna de Coaripe, los auditores
comenzaron a llamar para pedirlo.
Sobre la importancia de comunicar problemticas sociales por medio de la msica, el mismo
entrevistado comenta:
No hay que tener miedo a denunciar, porque de verdad el capitalismo se est apoderando de todo, y como
dice la cancin, beneficia a algunos pocos y nos daa al resto y esos pocos sabemos quines son y no hay que
tener miedo a enfrentarlos, pero sumndose a la causa comn, haciendo fuerza para que esta gente aprenda a
tomar conciencia de nuestro bosqueque crezca el bosque y no el bolsillo.

La preocupacin por perder los bosques nativos, adems tiene una base de proteccin de aquellos
rboles que no fueron talados en la expansin del sector maderero del sector, ya sea por la calidad de la
madera o por el difcil acceso a ellos, lo que los ha mantenido en pie hasta los das de hoy. Antiguamente,
era tal la explotacin maderera en la zona que se venda madera por cuadras, marcando en los rboles los
lmites y voltendolos para obtener madera. Lo que no era comprado como madera, qued botado en los
montes y an se pueden ver restos de grandes rboles que se pudren lentamente con el paso del tiempo.
Es importante sealar en este punto el cambio significativo encarnado por las familias que dan vida a
esta agrupacin artstica: sus races se centran en la actividad maderera y el giro actual de sus
preocupaciones apuntan en sentido contrario:
Porque yo desciendo de un pap que siempre trabaj en la madera, l tena aserradero. Entonces somos
responsables de casi todo el bosque que est en el suelo. Porque yo desciendo de esa generacin. Mi pap a

FOLKCOMUNICACIN Y MEDIO AMBIENTE L. PALMA et al.

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nosotros nos cri aserrando madera, en ese trabajo. Entonces, despus yo vi mi diploma por participacin 88
puta decaahora soycmo fue que dijesoy culpable de todo este bosque que est en el suelo, pero
qu era lo que se poda hacer antes?

S, yo me ensa con los palos, aserrando madera, es la confesin de quien fue formado para el
oficio. Esta afirmacin es una radicalidad sustantiva en la visin de mundo de grupo que se desplaza de
una cultura donde el rbol es tenido como madera (palo, se suele decir en la zona) al rbol tenido como
vida. Tal es un hito generacional en el que se constituye esta nueva preocupacin y, junto a ella, el
folkcomunicador transmite igual inquietud respecto del agua.
La escasez de agua, la contaminacin ambiental en general, que est en Temuco no ms, eso es lo que ya
viene, y vamos a seguir ahondando lo que es parte de las represas porque da para mucho ms todava y lo
ms importante, vamos a llegar a lo mismo, la no tala siempre, la no tala siempre, siempre se va llegar a eso.

Las transformaciones generacionales se asocian a los cambios en la percepcin que las mujeres
manifiestan respecto de su medio: si bien en el perodo maderero lo fundamental fue asegurar el ingreso
hoy la preocupacin se vierte en la calidad de vida y en las perspectivas para los hijos. Dos de las tres
mujeres del grupo son hermanas y se encuentran cursando el cuarto medio. Ambas aseguran que las letras
de No a las Represas son un pensamiento y preocupacin que comparten como grupo:
En realidad s, porque nosotros hemos visto en las noticias el efecto que han causado las represas; la gente
cuando se junta hacen marchas para que esto no suceda, por ejemplo en Neltume, es lo que est sucediendo
ahora. Entonces igual la idea es que cuando nosotros queramos tener hijos, queramos tener nietos, no es la
idea que ellos tengan otro tipo de ambiente, que se cren en el mismo ambiente que nos estamos criando
ahora, sera lo ideal y si siguen haciendo eso no se va a poder.

La otra hermana, bajista del conjunto, comparte lo expresado, pero adems agrega la reflexin crtica
respecto a los cambios negativos de los ecosistemas y de quienes son los perjudicados de stos:
Si nosotros nos criamos con todo esto y vamos creciendo y viendo como desaparece igual es penca
[malo] Entonces la idea es que conservemos esto para el futuro, porque si no vamos a salir perdiendo
nosotros y los que vienen adelante.

En cierto modo, como una de ellas lo verbaliza, el esfuerzo de la mujer se orienta ms a traer al
bosque a su propia esfera de vida: una hace su bosque, porque yo tengo mis arbolitos. Tanto desde un
punto de vista generacional como de gnero hay desplazamientos importantes en el contenido de las
comunicaciones pero no se advierte un cambio igualmente sustantivo en las relaciones sociales y divisin
de papeles.
En el escenario del conflicto, los msicos se reconocen como portadores de un mensaje que quieren
compartir para, con ello, mitigar o neutralizar las intervenciones realizadas por las empresas. Ellos
barrieron con todo lo que era montaa aqu, compraron todo lo que era madera, trajeron camiones y
camiones, motosierras, compraron todo a la gente. Al tiempo, al pueblo se tiene como indefenso. Se
fiscaliza al ms dbil. Yo tengo conocimiento que el fundo de los Luksic, de los Puire, claro, hay unas
tremendas explotaciones, cortando cada raulicito de 30 a 40 centmetros (muestra con las manos) por
cantidades y cantidades, Cmo se autoriza eso? Y al ms chico, hace una carreta de lea (Viento)
porque est reforestado en la entrada es puro pino, cortan el raul y ponen puro pino. De ah surge la
resistencia frente a los actores hegemnicos (SCOTT, 1985. Cit. en GUERRA ET. AL, 2010) para avanzar
en los propios intereses, los que encuentran el respaldo de la gente que los escucha y que bailan al ritmo de
las cuecas de Tripahue Antu y sus presentaciones.
88

Se refiere al diploma recibido en la jornada de conversacin sobre bosques y rboles.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Los actores comunitarios se constituyen, de este modo, en agentes folkcomunicacionales que


apropindose de elementos musicales y estticos del repertorio folclrico nacional y, valindose de dichos
elementos, introducen reflexiones locales que hablan de los procesos y problemticas locales que en la
actualidad se relacionan con un modelo de desarrollo que les excluye y que les niega la posibilidad de
acceder al buen vivir. El modelo neoliberal, con su estrategia extractivista en Chile, crea las condiciones
polticas y econmicas necesarias para extraer, desde el mar a la cordillera, los recursos naturales,
independientemente del dao que puedan sufrir las personas y la naturaleza.
Tripahue Antu no es un conjunto de protesta ni msicos marginalizados. Son cultores del folclore
tradicional que, en algunas de sus canciones, incorporan letras de denuncia y cuestionamiento. Lo hacen
en base a los procesos de los que son testigos. Su herramienta el folclore les permite acceder a la
comunidad y trascender las limitaciones propias de un medio rural donde el acceso a las tecnologas y los
de medios de comunicacin son an limitados. El gran canal de comunicacin aqu es el folclore
(MARQUES DE MELO, 2002). Pero no es el nico. Los integrantes reconocen su propio inters de
hacerse parte de un mercado musical a travs de la grabacin de un segundo disco compacto: El sueo
de grabar uno, ya en una disquera ms profesional como una Tequila Records, pero dentro del ao
tenemos que ver esa parte, afirma uno de ellos.
Tripahue Antu cumple el papel de un agente folkcomunicacional dentro de la localidad de Coaripe, y
su participacin en diversas actividades regionales permite movilizar sus representaciones y valoraciones
sobre la importancia del bosque y la problemtica y amenaza de las represas. Es importante rescatar y
comprender su aporte a las distintas organizaciones, relaciones y concepciones de mundo que movilizan
contra la cultura y paradigmas hegemnicos. La folkcomunicacin, a travs de la msica folclrica busca
evitar la adopcin pasiva de la concepcin del mundo del grupo dominante (MATHEUS, 2003, p. 92. Cit.
en GUERRA ET. AL, 2010). El canto es una herramienta de reflexin y crtica para una comunidad que
se siente amenazada.

Reflexiones
finales:
interculturalidad

Folkcomunicacin,

resignificacin

La produccin musical del grupo Tripahue Antu se ubica en el marco ms amplio de la zona
fronteriza entre las tensiones generadas por el capitalismo en nivel local. Se inscribe, pues, en un marco de
transformaciones donde los discursos y prcticas del pasado reclaman su adecuacin. Los agentes
folkcomunicacionales se nutren de estas tensiones: por una parte, se hacen eco de la sensibilidad local de
una comunidad avasallada por la intrusin externa, y, por la otra, procuran acceder a una audiencia que no
necesariamente participa de dicha sensibilidad. La msica popular latinoamericana, principalmente el
corrido mexicano, provee las claves argumentales para resolver a travs de la letra de algunas de sus
canciones esa contradiccin: la presencia de un acto injusto, proveniente de un sujeto poderoso, motiva el
gesto heroico de quien se rebela para el beneficio del pueblo (SIMONETT, 2001). Lo que cambia en este
contexto son las circunstancias y los protagonistas de la historia. El pueblo es el agraviado por la gran
empresa que le priva de sus aguas y, a la espera del hroe, entona el himno de su rebelda: No a las represas.
En esta clave argumental se constata que las relaciones interculturales contra lo esperado no
encuentran un espacio claro de expresin. La sensibilidad potica y la performatividad folclrica
resignifican de modo importante el acervo de recursos culturales de la tradicin criolla pero, hasta donde
se ha podido observar, no incorporan la perspectiva indgena. Podra afirmarse, pues, que el agente
folkcomunicacional contribuye al rediseo y adecuacin de un patrimonio cultural a circunstancias
cambiantes en el contexto de su cultura y que, al menos en el caso estudiado, falta an la presencia de
agentes que eventualmente pudiesen tender puentes entre las experiencias territoriales relativas al mismo
contexto histrico ambiental. La presencia del bosque nativo, su destruccin y los esfuerzos actuales por
su recuperacin, provee un marco de referencia comn pero las miradas indgena y chilena persisten en
sus diferencias.
En el ejercicio de constituirse en un agente folkcomunicacional, el grupo Tripahue Antu se apoya en
el marco noticioso contingente que da cuenta de las movilizaciones regionales y nacionales en contra de

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este tipo de inversiones. Pero, sealan con el tema de las represas, porque mal que mal fue un tema
noticia, y como noticia la llevaba metida, no era all por la zona del Bio Bio, nos toc aqu, en Liquie y
Neltume, nos quieren meter las represas.
El campo, sin embargo, dista de estar abonado para el cambio. Las audiencias locales buscan, ms all
de la protesta social, la diversin que encuentran en las presentaciones del grupo. La sntesis que de ello
resulta es todava incierta, pero claramente no se trata ni del mero conservadurismo ni de la pura protesta:
se trata de una resignificacin de los procesos de co-evolucin de las culturas con sus naturalezas, con sus
territorios y sus mundos de vida, a decir de Enrique Leff (2007). Lo que se presencia a nivel local y
aquello de lo que da cuenta el grupo son procesos de transformacin cultural donde se articulan los
cambios ambientales (especialmente la revalorizacin del bosque y de las aguas), las relaciones de poder e
identidad locales y la esttica popular que da forma expresiva a este nuevo escenario.

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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Folkcomunicacin y Performance :
Dos aproximaciones convergentes para el
anlisis de manifestaciones culturales
89

90

Cristian Yez Aguilar


Universidad Austral de Chile
cyanezaguilar@gmail.com.

Aspectos introductorios
En el presente trabajo se exponen nociones bsicas y se vinculan dos perspectivas tericometodolgicas que provienen de reas disciplinarias distintas pero que se relacionan directa o
indirectamente con los estudios folclricos91 y se aproximan al estudio de las manifestaciones culturales
desde la comunicacin. Por un lado, abordamos la folkcomunicacin que proviene de los estudios de
comunicacin en Amrica Latina y que en su gnesis discute a la vez que incorpora concepciones vinculadas
al funcionalismo norteamericano para estudiar las expresiones de comunicacin popular, vinculadas
directa o indirectamente al folclore; por otra parte, la actuacin (performance) segn Richard Bauman,
proveniente de los Estudios Folclricos, herramienta terico-metodolgica que problematiza los estudios
textualistas de las manifestaciones culturales y se centra en el estudio situado y "actuado" en contextos
especficos de enunciacin.
Se exponen aspectos generales de las dos perspectivas y se sostiene como hiptesis que ambas
corrientes son convergentes, debido a que analizan las manifestaciones culturales desde la comunicacin.
Esta ltima, planteamos, incorpora un elemento dinamizador, contextualizado y situado para la
comprensin de manifestaciones en instancias sociales y culturales especficas. Un aspecto
complementario pero importante de subrayar es que ambas perspectivas colaboran directa o indirectamente
en la superacin de las concepciones folclricas conservadoras y apriorsticas, a la vez que permiten
tensionar el medio y el tecnocentrismo que ha caracterizado a los denominados estudios "de comunicacin".

Conservadores, romnticos y textualistas


Con el famoso artculo publicado en la Revista Ateneum por el anticuario y arquelogo William Thoms
en 1846, surge un campo que hasta la fecha reconocemos como folclore, aunque si seguimos las
89 Una versin de este trabajo fue presentada en el Primer Congreso Nacional de Investigadores de la Comunicacin INCOM Chile- los das 23 y 24 de octubre del ao 2014 en la sede Pucn de la Universidad de La Frontera, Chile.
90 El presente artculo incorpora los avances de la propuesta terico-conceptual que gua el proyecto "Voces de la
Potica Local" del Fondo de Fomento de la Msica Nacional, Lnea Investigacin, financiado por el Consejo Nacional de
la Cultura y Las Artes" (CNCA), ao 2015.
91 Para el siguiente trabajo utilizaremos la acepcin folclore. Sin embargo, se mantendr la acepcin original (con k) en el
caso de referir a la folklorstica y tambin cuando las citas directas utilicen esta forma. Para el caso de la folkcomunicacin
mantendremos la escritura con k tal como propone Luiz Beltro, fundador de la teora.

258

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

interpretaciones que nos ofrecen autores como Renato Ortiz (1989) y Peter Burke (1991) su aparicin se
vincula fuertemente con movimientos anteriores, tales como el romanticismo y los anticuarios ingleses.
Sin profundizar del todo en la deriva cronolgica de estos estudios por cuestiones de espacio y objetivos
del presente trabajo, consideramos apropiado recordar algunos aspectos importantes en relacin a la lnea
argumental de este ensayo.
Un elemento clave respecto a estos estudios consiste en reconocer la filiacin histrica de los
folcloristas con los romnticos de los siglos XVIII y principios del XIX, as como con las visiones
positivistas dominantes en las Ciencias Sociales decimonnicas. Burke habla del "descubrimiento de la
cultura popular" (1991) por parte de los romnticos en distintos espacios de Europa, quienes influenciados
por los trabajos de Herder y los Hermanos Grimm se volcaron a la bsqueda de un "alma del pueblo"
(BARBERO, 1987) que encontraron en los cuentos, leyendas y canciones de la denominada cultura popular.
Para Renato Ortiz, es a partir del siglo XIX que los estudiosos de la cultura popular pasan a denominarse
folcloristas:
El propio trmino, un neologismo ingls, es acuado tardamente, sin embargo lo que se esconde detrs de la
terminologa es un nuevo espritu que procura definir el estudio de las tradiciones populares. No es casualidad
que la palabra folclor fue escogida para denominar esta nueva disciplina, y que en el espacio de pocos aos
ella fuera aceptada universalmente. Su suerte est vinculada al suceso de la Folklore Society obtiene ante el
pblico ingls e internacional. Fundada en 1878 (...) cuando Andrew Lang, uno de los miembros ms activos
de la Sociedad, escribe el prefacio del Volumen II de la revista, por primera vez se habla de una "ciencia del
folclor" (ORTIZ, 1989).

Estas corrientes se ubican en un contexto dominado por el positivismo que "cree fervientemente" en
la posibilidad de lograr idnticos resultados que las Ciencias Naturales en el mbito del conocimiento
social de las manifestaciones culturales. Trminos como Tradiciones Populares o demopsicologa (PITR)
fueron reemplazados por Folclore, siguiendo un modelo ingls que se afianz dominante. Ortiz tambin
recuerda la influencia de la obra Primitive Culture de Tylor quien, a grandes rasgos, plantea que aunque la
mente es nica las distintas culturas se ajustan a los distintos niveles de la evolucin social. Renato Ortiz
plantea que este evolucionismo influir en los tericos del folclore, quienes sobre todo en la tradicin
europea se dedicaron a investigar lo que consideraban primitivo en su propio continente. Asimismo,
muchos de sus postulados evidenciarn una filiacin romntica que se relaciona con las construcciones
decimonnicas de nacin.
Ya durante el siglo XX y en relacin al desarrollo de la folklorstica se observan diversas corrientes que
se caracterizarn por un estudio de las narrativas culturales con un nfasis fuertemente textualista. En
primer lugar destaca la denominada Escuela Finesa de Tipos y Motivos, y posteriormente el formalismo de
Vladimir Propp, quien a partir de su Morfologa del Cuento Folclrico plantear ciertas recurrencias presentes
en las narraciones.
Por otra parte, al referirnos al campo de reflexin social en torno al folclore, resulta necesario
reconocer los aportes que ste ha recibido desde las Ciencias Sociales y que han servido para replantear
ciertas construcciones ideolgicas que guiaban y modelaron incluso en la actualidad debido a ciertos
usos comunes de uso generalizado la reflexin pero fundamentalmente cierta retrica sobre lo folclrico de
modo acrtico. A partir de la segunda mitad del siglo XX, los planteos constructivistas permitirn
desnaturalizar conceptos de nacin y entender las tradiciones, sobre todo las oficiales, desde una
perspectiva histrica. En este sentido se consideran como relevantes los aportes de Eric Hobsbawm en
torno a la Invencin de la Tradicin y Benedict Anderson, mediante la concepcin de nacin de este ltimo
como una comunidad polticamente imaginada como inherentemente limitada y soberana
(ANDERSON, 1993, p.23).
A partir de los aos setenta una corriente importante de los Estudios Folclricos se centrar en la
comunicacin, concibindola no slo como una funcin entre otras, sino como un elemento clave para
entender el despliegue de las manifestaciones incorporando la potica de las mismas. En este sentido, fue
importante el trabajo reflexivo y musical de Amrico Paredes, quien desde su propia experiencia chicana

FOLKCOMUNICACIN Y PERFORMANCE C. YAEZ AGUILAR

259

concibe el dinamismo en la cultura. Del mismo modo y en relacin al anlisis de los gneros tnicos, Dan
Ben Amos, desde los aos setenta viene planteando la importancia de analizarlos considerando la
perspectiva de los actores locales, cuestin relevante para una folklorstica muchas veces anclada en las
modernas lgicas clasificatorias que desde la reflexin filosfica el propio Michel Foucault (1968) ha
criticado a partir de su anlisis de las Ciencias Humanas. Estas consideraciones ms otros planteamientos
que por razones de espacio no se abordarn en detalle han permitido una re-consideracin de ciertos
rasgos que por muchos aos caracterizaron los estudios y la retrica en torno al folclore.
Por otra parte, la influencia de la sociologa funcionalista norteamericana a lo largo del siglo XX
colabor en reducir lo folclrico en lo masivo y esto ltimo a su concepcin de lo popular (BARBERO,
1987), lo que ha influido en la construccin de dicotomas tales como folclrico versus popular,
definiciones que adquieren complejidad tras las transformaciones ocurridas con posterioridad a los aos
setenta en las Ciencias Sociales. Esto ltimo, como veremos a continuacin desde un plano conceptual, se
relaciona con la reticencia que gener entre los folcloristas ortodoxos principalmente de Brasil los planteos
de la folkcomunicacin que vinculan las manifestaciones culturales con los as denominados medios de
masas. Como advierte Luyten en un texto que precisamente forma parte de este libro:
Los folcloristas conservadores consideraban inaceptable esa imbricacin entre la cultura del pueblo y los
medios masivos de comunicacin. Ellos teman la destruccin de los valores genuinos de manifestaciones
tradicionales por el contenido modernizante de las industrias mediticas. A su vez los socilogos
vanguardistas reaccionaban delante de la perspectiva de la masificacin patrocinada por las multinacionales
de cultura, sofocando los signos nacionales y substituyndolos por una cultura eminentemente transnacional92
(LUYTEN, 2006, p.44).

Como veremos a continuacin, tanto la obra de Luiz Beltro en Brasil desde los estudios de
comunicacin, como los trabajos de Bauman, Briggs y Paredes en Estados Unidos desde los estudios folclricos
de la actuacin (performance), colaboran en la superacin de las visiones conservadoras del folclore al
menos en algunos aspectos que se consideraban acrticamente tales como, por ejemplo, la existencia de
niveles de autenticidad de las manifestaciones, un traspaso exclusivamente oral, su desconexin de los
dispositivos tecnolgicos que conforman las industrias culturales as como el supuesto antagonismo con
cualquier expresin de la modernidad (DUPEY, 2008; LUYTEN, 2006).

Agentes folkcomunicacionales
La folkcomunicacin se inscribe en los estudios que denominaremos de comunicacin en Amrica
Latina93. Estos estudios comienzan a institucionalizarse (WALLESTEIN, 2006) en Brasil durante el siglo
XX con las transformaciones socioeconmicas que dan como resultado la aparicin de un complejo
tecnolgico centrado principalmente en la radio y la televisin (VASALLO DE LOPES, 2003). En este
contexto los estudios de comunicacin surgen influenciados por el funcionalismo norteamericano a travs de
la Mass Communication Research como tendencia dominante (VASALLO DE LOPES 2003; MATTELART
92 Luyten recuerda que los folcloristas de la vieja escuela eran intransigentes en considerar que el folclore necesariamente
tena que ser, "oriundo del pueblo, aceptado atemporalmente por determinada sociedad y de produccin annima"
(LUYTEN, 2006, p.40). Dupey agrega que tanto en el momento fundacional del Folclore como a principios del siglo XX
las manifestaciones folclricas fueron caracterizadas a priori como "tradicionales (porque en ellas se hace prevalecer el
pasado por sobre el presente), anacrnicas, son despojadas de la actualidad,-primariamente orales- se resalta el predominio
del uso de un canal blando de comunicacin como la comunicacin verbal interpersonal -y rsticas por hallarse vinculadas
al trabajo corporal y manual del campesino. Adems de colectivas (creadas y recreadas en forma colectiva por todos los
miembros de la comunidad) y vernculas arraigadas a la tierra. La rusticidad y la marca telrica rural, en particular, se
constituan en seas de la esttica de las manifestaciones folklricas, que no slo confirmaban el atraso y la premodernidad
de los grupos folk sino que, por contraste, afirmaban las caractersticas de sofisticacin, innovasin, originalidad, relevancia
del autor del arte en la sociedad moderna" (DUPEY, 2008, pgs 9-10).
93 Jos Marques de Melo sita a la Folkcomunicacin como parte de la Escuela Latino-Americana de Investigacin en
Comunicacin (MARQUES DE MELO, 2008) mientras que Antonio Hohlfeldt seala que la folkcomunicacin debe
entenderse y estudiarse como una teora de la comunicacin (HOHLFELDT, 2012).

260

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

& MATTELART, 1997). Esta situacin de hegemona de unas perspectivas tericas en contextos
histricos y geogrficos como Amrica Latina ha recibido la atencin de diversos investigadores e
investigadoras y puede ser ledo como parte de un problema de Economa Poltica muy bien denunciado
para las Ciencias Sociales en el caso boliviano, por ejemplo, por Silvia Rivera Cusicanqui (2010). Lo cierto
es que por aquella poca el funcionalismo dominante pensaba la sociedad como sistemas que deban
integrarse y con ello fortalecer el programa poltico y econmico de la democracia segn la lgica
estadounidense de la Guerra Fra. En el momento en que Beltro propone su perspectiva est en boga el
modelo sobre flujo de comunicacin en dos etapas que le sirve de base. Estas perspectivas reivindican la
denominada "investigacin administrativa" en desmedro de la "investigacin crtica" (VASALLO DE
LOPES, 2003) y, como advierte Mattelart (1997), se alejan de los ideales seguidos por los miembros de la
Escuela de Chicago, cuya terminologa, recordemos, tambin es tomada en consideracin por Beltro
cuando define folkcomunicacin como la comunicacin de los marginalizados. Recordemos tambin, y en
esto seguimos a Coller, que la investigacin funcionalista que constituy una avanzada de las universidades
del este de Estados Unidos, termin por minar la importancia que a principios del siglo XX tuvo la
investigacin social de la Escuela de Chicago y posicionar como dominantes las metodologas
cuantitativas.
El flujo de comunicacin en dos etapas o en varias etapas como admiten los propios funcionalistas
posteriormente (BELTRO, 2004) constituye un punto intermedio entre el punto inicial y final del
proceso de comunicacin abordado en Personal Influence: The part played by people in the Flow of Mass
Communication publicado por Lazarsfeld y Elihu Katz en un estudio que se centr en el comportamiento de
consumidores de moda y ocio en la eleccin de pelculas (MATTELART & MATTELART, 1997, p. 34).
Otro elemento clave en este sentido fue el estudio de los procesos de formacin de decisin en contextos
electorales. De all la importancia de estas perspectivas y su pertinencia en los procesos de adquisicin de
innovaciones "ya sea la adopcin de una mquina o un fertilizante por parte de los agricultores" (Ibd.).
Estas construcciones tericas tienen como teln de fondo las perspectivas de la modernizacin que llev a
cabo Estados Unidos despus de la Segunda Guerra Mundial (WALLERSTEIN, 2006) en que la
sociologa funcionalista de los medios de comunicacin de masas se constituy como una herramienta
clave que vincul los avances econmicos con los acadmico-investigativos. Como sealan Mattelart y
Mattelart citando a Pollak (1979), "Lazarfeld ejerci una influencia considerable en el extranjero.
Consider sus relaciones con la comunidad internacional como una 'multinacional cientfica' (cit. en
MATTELART y MATTELART, 1997, p. 34).
Jos Marques de Melo (2008) recuerda las reas de formacin en el momento de institucionalizacin
acadmica de los estudios de comunicacin en Brasil (Periodismo, Publicidad, Marketing y Relaciones
Pblicas). En esas circunstancias comienzan a abrirse programas de Doctorado en reas de las Ciencias
Sociales y Humanidades en ese pas por iniciativa de Darcy Ribeiro. Luiz Beltro se haba interesado en las
manifestaciones populares durante su trabajo como periodista en el nordeste brasileo y realiza sus
estudios de doctorado en la Universidad de Brasilia, convirtindose en 1967 en el primer Doctor en
Comunicacin con su investigacin sobre la folkcomunicacin, o agentes y medios populares de
informacin de datos y expresin de ideas.
A diferencia del carcter pasivo que el funcionalismo de la poca otorga al receptor, la
folkcomunicacin analiza cmo en los distintos sectores marginalizados94 de una sociedad perifrica como
la brasilea las manifestaciones culturales tienen una importante dimensin comunicativa mediante las
cuales se evidencia cmo desde las propias culturas locales se adaptan mecanismos de los medios
industriales para llevar a cabo comunicacin de informaciones, opiniones e ideas, etc., recuperando a la
vez una nocin de agenciamiento social desde estos espacios. Esto ltimo es relevante porque, siguiendo
la interpretacin de Vasallo de Lopes para los estudios de comunicacin, incluso la investigacin crtica
influenciada por la Escuela de Franfort mediante su vnculo con el estructuralismo, se centr en develar los
mecanismos ideolgicos connotados en los mensajes (mediante el anlisis de productos comunicacionales) y
94 La obra que se publica en los aos 80 se denomina Folkcomunicacin: la comunicacin de los marginalizados. Editora
Cortez. Al respecto conviene recordar que la nocin de marginalizado proviene de La Escuela de Chicago. Antonio
Holhfeldt (2009) en este mismo texto destaca que la condicin de marginalizado se caracteriza por ser una condicin
impuesta desde afuera. Por ende, agregamos, se relaciona directamente con una estructura social.

FOLKCOMUNICACIN Y PERFORMANCE C. YAEZ AGUILAR

261

vio a los receptores como sujetos enajenados y pasivos. La folkcomunicacin, en cambio, analiza la
comunicacin como proceso activo desde los actores:
El objeto de ese segmento innovador de la investigacin latino-americana en el mbito de las ciencias de la
comunicacin se encuentra en la frontera entre Folclore (rescate e interpretacin de la cultura popular) y la
Comunicacin de Masa (difusin industrial de smbolos por medios mecnicos o electrnicos destinados a
audiencias amplias, annimas y heterogneas). Si el Folclore comprende formas interpersonales o grupales de
manifestacin cultural protagonizadas por las clases subalternas, la Folkcomunicacin caracteriza-se por la
utilizacin de mecanismos artesanales de difusin simblica para expresar, en lenguaje popular, mensajes
previamente vehiculados por la industria cultural (MARQUES DE MELO, 2008, p.17)

Partiendo del planteamiento funcionalista, pero tambin de una lectura de los segmentos culturales
brasileos en dilogo con aproximaciones marxistas, los anlisis de Beltro se centran en dos procesos
importantes: Por un lado, la recodificacin popular de mensajes vehiculados por los medios de
comunicacin de masas y, por otro, los procesos inversos en que desde las industrias culturales se
produce una apropiacin de las manifestaciones culturales. Lo relevante de su trabajo es que sita su
propuesta en y desde Brasil, que al igual que el resto de los pases latinoamericanos, comparte las
desigualdades sociales y la generacin de una modernidad con amplias capas de exclusin, o, en el
contexto ms reciente, de una inclusin subordinada, como ha planteado desde el mundo indgena en
Bolivia Silvia Rivera Cusicanqui (2010).
Beltro sostiene que las clases populares tienen sus medios propios de expresin y solamente a travs
de ellos es que pueden hacerse entender95 (REGINA ET. AL 2009). En este contexto, las teoras de la
folkcomunicacin proponen que las comunidades poseen maneras particulares de comunicarse. Es a
travs de esos medios populares que las camadas populares expresan sus sentimientos. El medio por la
cual esa comunicacin se expresa, se da a travs de manifestaciones cotidianas (Ibd.).
Beltro habla de la comunicacin de los marginalizados, y para ello se vale del concepto acuado por la
Escuela de Chicago en los inicios del siglo XX. Yuji Gushiken agrega que en la catalogacin hecha por
Beltro, los sistemas de produccin de opinin se producen a nivel comunitario e individual:
se refiere a prcticas sociales de cantadores, artesanos, msicos, oradores y espacios de sociabilidad como
plazas y ferias donde los ms comunes de los mortales participan de sistemas de informacin no como
espectadores sino como actores sociales. Trtase, por tanto, de enfatizar sistemas de comunicacin
interpersonal y comunitario, o sea, no masivos, aunque los sistemas populares, sean mediadores del discurso
de medios masivos, lo que es una de las caractersticas de los procesos folkcomunicacionales (GUSHIKEN,
2011)

Los primeros trabajos de Beltro fueron resultado del registro de ex-votos en lugares de peregrinacin
popular en el territorio del nordeste de Brasil. All se dio cuenta de la presencia de determinados tipos de
ex-votos que demostraban la situacin social de la regin. Es as como uno de los planteamientos bsicos
aparecen en el artculo seminal Ex-voto como vehculo jornalstico. Ah reconoce que uno de los canales de
comunicacin colectiva ms importantes es el folclore, entendido en sentido dinmico a partir de la
influencia de Edison Carneiro. Recordemos que para buena parte de las corrientes conservadoras, los
medios de comunicacin son vistos como una amenaza para una supuesta autenticidad de las
manifestaciones folclricas. La perspectiva de Beltro, en cambio, permite estudiar cmo las prcticas se
van refuncionalizando en el proceso modernizador de Brasil (GUSHIKEN, 2011) de tal manera que
aquellos elementos que, mas menos de forma acrtica, se consideraban como inherentes a cualquier
fenmeno folclrico, esto es, annimo, preferentemente oral, de carcter tradicional y telrico (LUYTEN,
2006; DUPEY, 2008), "se fueron tornando de aceptacin ms difcil para los estudiosos de la
comunicacin dada la interpenetracin de varios niveles de cultura y comunicacin" (LUYTEN, 2006, p.
40). La migracin urbano-rural de ese perodo fue otro factor que obligaba a repensar las categoras

95

Traduccin propia.

262

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

comunes hasta esa poca de los Estudios Folclricos de corte conservador y los de comunicacin cuyo sesgo
tecno-centrista pasaba por alto las condiciones socio-culturales del pas.
Los trabajos en folkcomunicacin analizan cmo los sujetos influyen y son influenciados por los
sistemas dominantes (GUSHIKEN, 2011) sin que por ello dejen de ser agentes sociales con capacidad de
ejecutar prcticas sociales y culturales96. Esto ltimo puede entrar en dilogo con los planteamientos que
desde el mundo andino sostiene Silvia Rivera Cusicanqui cuando reivindica las identidades mezcladas, y
desde all, una reivindicacin de lo indgena incluso cuando coexisten los contrarios sin una sntesis
conciliadora pero manteniendo el derecho a la diferencia (RIVERA, 2010).
En los estudios de folkcomunicacin son importantes los procesos de comunicacin de los agentes
populares y mecanismos mediante los cuales se apropian de elementos dominantes para llevar a cabo
acciones locales. La comunicacin sin duda supone un elemento dinamizador. En consecuencia, los
procesos de apropiacin y generacin de mensajes y opiniones no presuponen la autenticidad de las
manifestaciones sino que stas tengan valor para los grupos sociales que las llevan a cabo. De este modo la
comunicacin recupera la capacidad de agenciamiento social de los actores e introduce un componente
poltico importante que dialoga con perspectivas crticas del folclore tales como las de Antonio Gramsci,
Lombardi Satriani y, por supuesto, Edison Carneiro en Brasil. En definitiva, si bien la folkcomunicacin se
enmarca en los denominados estudios de comunicacin, permite visibilizar y analizar las manifestaciones
culturales de los grupos sociales marginalizados tanto a nivel intra-grupal como tambin desde lo local
hacia los segmentos hegemnicos de la sociedad incorporando las relaciones entre distintos segmentos de
la sociedad y, al mismo tiempo, una lectura estructural que permite estudiar desde una mirada situada y
latinoamericana, las manifestaciones de segmentos marginalizados de sociedades perifricas. Ahora bien,
un aspecto siempre subrayado por los investigadores en folkcomunicacin es que esta teora es el estudio
de la comunicacin de los sectores subalternos y no del folclore ni de la llamada cultura popular, sin
embargo, las premisas que configuraban como campos autnomos los estudios de cultura popular y folclore
hoy resultan porosas y superadas. Por otra parte qu significa que desde los aos setenta las denominadas
Nuevas Perspectivas del Folclore se hayan centrado en el estudio de las manifestaciones culturales como
procesos de comunicacin potica?

La 'actuacin' (performance) como proceso comunicativo


Como mencionamos antes, durante el siglo XX hubo aproximaciones muy importantes que se
dedicaron principalmente a la clasificacin y anlisis de los denominados gneros folclricos97. Es as
como entre las principales corrientes que mencionaremos en este trabajo para seguir la lnea argumental,
est la ya aludida Escuela Finesa de Tipos y Motivos. En trminos muy amplios, desde esta perspectiva se
concibe los motivos como las unidades temticas mnimas mientras que:
una combinacin ms o menos estable de 'motivos' conforma un 'tipo' narrativo folklrico comn a los
relatos de las ms variadas latitudes y de los perodos histricos ms diversos. As, por ejemplo, un 'motivo' es
el de la 'prdida del zapatito' y un 'tipo', el de 'Cenicienta'. Tipos y motivos estn clasificados en los
denominados 'ndices Universales de Tipos y Motivos' (PALLEIRO & FISCHMAN, 2009, p. 22).

Las definiciones ms conocidas en esta lnea provienen de Stith Thompson y Aarne. El primero
entiende el motivo como el elemento temtico ms reducido de un relato o cuento con capacidad para
permanecer en la tradicin y el tipo como cualquier relato tradicional que tiene independencia en sentido y
significado y que para ello no depende de otra unidad mayor. Aarne y Thompson clasifican los tipos de
cuentos folclricos mediante un sistema numrico que comprende: 1) cuentos de animales (N 1 al 299),
96 Se van generando distintas instancias de anlisis y dilogo. Es as como en Brasil encontramos el trabajo en torno a la
Folkmedia (Folkmidia) significando la interaccin entre la Cultura de Masas y La Popular (LUYTEN, 2006, p. 40). Este
ltimo haba sido utilizado ya en pases como Inglaterra e India en relacin al estudio de los "medios de comunicacin a
partir de elementos folclricos".
97 Respecto de la lgica clasificatoria en los estudios folclricos resulta importante reconocer los aportes -absolutamente
extrapolables aunque provengan de otras reas disciplinarias- de autores como Foucault (1968), respecto a cmo las
construcciones cientficas colaboraron en establecer una relacin social epistemolgica que facilit instancias de
saber/poder respecto a los cientficos y los 'objetos'/'sujetos' de estudio.

FOLKCOMUNICACIN Y PERFORMANCE C. YAEZ AGUILAR

263

2) cuentos maravillosos (N 300 a 749), 3) cuentos religiosos (N 750 a 849), 4) cuentos novelescos (N
850 a 999), 5) cuentos del 'ogro tonto' (N 1000 a 1199), 6) chistes e historietas (N 1200 a 1999) y 7)
cuentos de "frmula" (N 2000 a 2300). Este tipo de anlisis an contina siendo utilizado por numerosos
folcloristas a nivel mundial y sus resultados se expresan fundamentalmente en la constitucin de ndices
con una gran variedad de versiones sobre un conjunto de narraciones.
Poco despus y desde otra perspectiva, Vladimir Propp busca el ncleo textual de los relatos y
establece un conjunto de funciones que se encontraran estructuralmente en cualquier relato. De este
modo establece sus famosas 31 funciones del cuento folclrico98. Sin embargo, a partir de la segunda
mitad del siglo XX estas nociones textualistas de los gneros como categora para analizar y clasificar la
narrativa folclrica sern puestas en tensin. Mijail Bajtin plantear que existen tantos gneros como
situaciones comunicativas. De esta manera, los gneros dejan de entenderse como criterios cerrados y ms
bien se les comienza a comprender como tipos temticos, compositivos y estilsticos, que conjugan
regularidades de forma, contenido y elaboracin retrica (Cit. en PALLEIRO & FISCHMAN, 2009, p.
24).
Es as como la propuesta centrada en las manifestaciones culturales como comunicacin llegar de la
mano de autores como Richard Bauman, Amrico Paredes y Charles Briggs, entre otros, quienes
provienen de los Estudios Folclricos en trabajos influenciados por la Etnografa del Habla de Hymes, las
aproximaciones de la pragmtica y los aportes sociolgicos de Goffman, entre otros. Con Bajtn se
incorporar la intertextualidad genrica como un elemento relevante a la hora de estudiar el discurso en
trminos histricos o sociales99.
En esta lnea, desde la perspectiva de Bauman se entiende la actuacin (performance) como un modo
de comunicacin estticamente marcado y realzado, enmarcado de una manera especial y puesto en
exhibicin para un pblico (BAUMAN, 1992). La actuacin instaura o representa un marco interpretativo
especfico dentro del cual debe entenderse el acto de comunicacin (BAUMAN, 1992).
Bajo esta perspectiva se concibe la comunicacin como un fenmeno que trasciende la dimensin
referencial y se inspira en la nocin de funcin potica de Jacobson, de tal manera que forma y contenido
son elementos importantes. Tambin es relevante el marco interpretativo en tanto la actuacin instaura una
manera de interpretar y actuar segn la situacin contextual. Igualmente resulta clave la audiencia que
evala la actuacin (performance).
Por otra parte, creatividad y capacidad de tradicionalizacin son elementos presentes en cualquier
manifestacin. Es as como mediante una actuacin se despliegan procesos de intertextualidad genrica,
entextualizacin y recontextualizacin, es decir, fragmentos de discursos anteriores son convertidos en textos
que se ejecutan en nuevos contextos y situaciones concretas de enunciacin. Lo anterior produce una
brecha intertextual entre textos de un contexto anterior y la recontextualizacin presente en la actuacin.
Dicha distancia puede ser mayor o menor, lo cual supone un proceso de decisin poltica mediante el cual
98 1) Alejamiento del hroe de su casa natal (funcin a), 2) prohibicin impuesta al hroe, que a veces se manifiesta
tambin bajo la forma de orden o invitacin (funcin p), 3) transgresin de la prohibicin (funcin f), 4) pedido de
informacin por parte del antagonista (funcin d), 5) suministro de esta informacin pedida (funcin n), 6) engao del
antagonista a la vctima (funcin e), 7) complicidad involuntaria de la vctima, que se deja engaar (funcin c), 8) dao
provocado por el antagonista a la vctima. Este dao puede presentarse tambin como carencia (funcin X), 9) pedido de
mediacin efectuado al hroe (funcin Y), 10) decisin del hroe de intervenir (funcin W), 11) partida del hroe (funcin),
12) puesta a prueba del hroe (funcin D), 13) reaccin-positiva o negativa-del hroe frente a la prueba (funcin H), 14)
obtencin de un objeto mgico (funcin Z), 15) traslado del hroe (funcin R), 16) lucha entre el hroe y el antagonista
(funcin L), 17) el hroe es marcado con una seal -anillo, etc.- (funcin M), 18) victoria del hroe (funcin V), 19)
reparacin del dao inicial (funcin E), 20) regreso del hroe a su lugar de origen (funcin -), 21) persecucin del hroe por
parte del antagonista (funcin P), 22) huida y salvacin del hroe (funcin S), 23) llegada del hroe, de incgnito, a otro
lugar (funcin ), 24) impostura de un falso hroe, que pretende obtener la gloria del vencedor (funcin F), 25) imposicin,
al hroe, de una tarea difcil (funcin T), 26) cumplimiento de la tarea (funcin C), 27) Reconocimiento o identificacin del
hroe, por una marca o seal (funcin I), 28) desenmascaramiento del antagonista (funcin Ds), 29) transfiguracin del
hroe, que adquiere una nueva apariencia (funcin Tr), 30) castigo del antagonista (funcin Ca), y 31) casamiento del hroe
(funcin N) (Citado en PALLEIRO y FISCHMAN, 2009, p. 23).
99 Comentando las aproximaciones a los gneros de Bajtin, los autores Briggs y Bauman sostienen que los gneros
tienen arraigadas conexiones histricas. Ejemplifican con que, as como los proverbios y cuentos de hadas llevan la marca
del pasado tradicional los correos electrnicos estn asociados con los avances ultramodernos. De este modo sostienen que
los tipos genricos desarrollan conexiones sociales e ideolgicas (BAUMAN y BRIGGS, 1996)

264

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

los actores manifiestan de forma explcita o implcita que tienen capacidad y poder para tomar fragmentos
anteriores de discurso y ejecutarlos en un nuevo contexto, es decir, operan como agentes sociales. Briggs y
Bauman sugieren que las remisiones al gnero presuponen la (re) construccin de clases de textos. Se
seleccionan y abstraen determinados rasgos para montar en escena un proceso de descontextualizacin
(BAUMAN & BRIGGS, 1996). Este proceso supone la descontextualizacin, entextualizacin,
recontextualizacin y puede conllevar conexiones histricas, econmicas, indexicales, etc:
Es as como, en el momento de remitirse a un gnero particular, los sujetos productores del discurso estn
sosteniendo (de modo tcito o explcito) que poseen la autoridad necesaria para descontextualizar el discurso
que conlleva las mencionadas conexiones histricas y sociales, y para recontextualizarlo en la escena
discursiva actual (BRIGGS y BAUMAN, 1996, p. 91).

Se conjugan aqu procesos de creatividad y tambin de tradicionalizacin y retradicionalizacin como


ha estudiado Fernando Fischman. Langdon, por su parte, caracteriza los principales elementos que
caracterizan la performance en esta perspectiva:
1. Display o exhibicin de comportamiento frente a otro 2. La responsabilidad de competencia asumida por
los actores. Estos deben exhibir un talento o la tcnica de hablar y hacer de maneras apropiadas. 3. La
validacin por parte de los participantes. Si fue una buena performance o no. 4. Experiencia en relevo -las
cualidades expresivas, emotivas y sensoriales se constituyen en experiencia emergente. As, los datos de
expresin son percibidos con una intensidad especial, donde las emociones y los placeres suscitados por la
performance son esenciales para la experiencia. 5. Keying o sealizacin como metacomunicacin -actos
performativos son rupturas del flujo normal de comunicacin, son momentos sealizados (o keyed) para
establecer el evento o performance, para llamar la atencin de los participantes de la performance"
(LANGDON, 2006, p. 169).

Llama la atencin que uno de los aspectos que han destacado autores como Briggs y Bauman, es la
necesidad de analizar las manifestaciones en forma situada. De all que su inters est puesto en la potica
de las manifestaciones, es decir, aquellos rasgos que conforman procesos de actuacin donde importa la
recurrencia pero tambin la creatividad y que muchas veces escapan a las regularidades que tanto
lingistas como antroplogos han puesto como foco de atencin al centrarse en sistemas sociales o
lingsticos, como tambin al etnocentrismo que caracteriza muchas de las miradas provenientes de la
semntica e incluso de la pragmtica.

Reflexiones finales
La relacin folclore y comunicacin es foco principal de la folkcomunicacin aunque en las nuevas
generaciones de investigadores los anlisis se han ampliado como lo exigen los nuevos escenarios
econmicos y culturales (HOHLFELDT, 2012) principalmente en Brasil pero cada vez con mayor eco en
otros pases. En el caso de los estudios folclricos de la actuacin (performance), en Latinoamrica esta
perspectiva ha sido trabajada con nfasis en Argentina a partir de los trabajos de Martha Blache en la
Universidad de Buenos Aires y desde estas perspectivas contemporneas tambin se ha abordado la
relacin de las narrativas culturales con los medios de comunicacin masiva (BLACHE, 1994), con lo cual
las distancias entre ambos enfoques se simplifican y las posibilidades de dilogo se expanden.
Tanto la folkcomunicacin como la actuacin analizan las manifestaciones culturales como procesos
comunicativos aunque ambas provienen de mbitos diferentes: de los estudios "de comunicacin" la
primera, y de la antropologa lingstica y los estudios folclricos la segunda. Esto ltimo es de profunda
relevancia ya que cualquier proceso comunicativo supone una dimensin procesual, expresiva y dinmica
que -al estar en el centro del anlisis- se relaciona directamente con la cultura y debiese contribuir a la
superacin de nociones esencialistas. Desde ambas perspectivas es posible discutir y actualizar los lmites y
rasgos histricamente adscritos de forma acrtica a lo folclrico ms all de las caractersticas que han
alejado a este mbito del inters de los cientistas sociales.

FOLKCOMUNICACIN Y PERFORMANCE C. YAEZ AGUILAR

265

Del mismo modo, vuelven a estar en el centro del anlisis las manifestaciones expresivas que las
personas realizan (cantos, bailes, cuentos, canto a lo humano, estrategias verbales para la venta en ferias,
cantos de rueda, etc.) como expresiones culturales con un amplio sentido tanto cultural, poltico y hasta
epistmico. Desde nuestra perspectiva, esto cobra sentido en el actual mapa de globalizacin que
reproduce lgicas de dominacin Norte Sur (SANTOS, 2008) y de recolonizacin econmica y cultural
(RIVERA, 2010) en que ms all de la pura exclusin moderna, como bien observ Beltrao hacia los aos
sesenta en Brasil, nos encontramos con que las culturas locales se enfrentan a una inclusin subordinada y
desigual que muchas veces se expresa en fiestas y otras expresiones expresivas y musicales como hemos
descrito en trabajos anteriores (YEZ & DEL VALLE, 2015; YEZ & DELGADO, 2013; YEZ
& VALENZUELA, 2011). De all que la recuperacin de las manifestaciones desde la comunicacin
posee un valor social importante y est en lnea con lo que plantea Gushiken (2011) cuando, retomando a
Lima, sugiere el estudio de la comunicacin como un estudio de la cultura. Esto ltimo supone la
reivindicacin de un carcter situado en un doble nivel, tanto de la investigacin misma como de las
manifestaciones. Ambas perspectivas, por lo tanto, ponen el acento en una comprensin de lo
comunicativo como un proceso que, desde las propias manifestaciones, conecta con los aspectos
culturales, sociales, econmicos, discursivos, indexicales, mediticos, etc. (BRIGGS & BAUMAN, 1996;
BELTRO, 1980, 2004).
Una alternativa de abordaje complementario de las dos perspectivas est en la dimensin estructural
en que los planteos folkcomunicacionales pueden contribuir de forma relevante, mientras que la
perspectiva de la actuacin (performance) provee una importante herramienta terico-metodolgica para
analizar las manifestaciones actuadas y los fragmentos expresivos que los actores van vehiculando en
instancias especficas de enunciacin. En nuestro caso, slo lo enunciaremos con un fin ejemplificatorio,
el proyecto de investigacin que actualmente llevamos a cabo tiene que ver con el anlisis de festividades
tradicionales y contemporneas que se adscriben al formato costumbrista o del tipo de las muestras culturales
en contextos de conflicto socioambiental. Es as como mediante el Estudio de Casos hemos observado
que en las festividades tanto actuales como tradicionales mediadas por conflictos socioambientales100,
emergen agentes folkcomunicacionales que llevan a cabo apropiaciones culturales, entextualizaciones y
recontextualizaciones expresivas mediante las cuales reivindican la enunciacin local y ejecutan una
comunicacin de resistencia a las invaciones empresariales y estatales (institucionales) que desde las lgicas
del capitalismo y el mercado buscan modificar las formas locales de habitar y expresarse.
En definitiva, la comunicacin se vincula directamente con procesos dinamizadores que facilitan una
comprensin desde la potica, lo creativo y lo tradicional y en ltima instancia- con los aspectos situados
de manifestaciones que se deben comprender como actuales, contemporneas, coetneas, y en directa
relacin con los problemas que hoy configuran pero a la vez influencian el rol activo de diversas
comunidades locales en nuestras sociedades perifricas. En base a lo anterior, la folkcomunicacin y las
perspectivas de la actuacin (performance) constituyen herramientas terico-conceptuales con las cuales se
puede hacer investigacin situada - sin caer en recetas nicas- para el abordaje de manifestaciones
expresivas en nuestras latitudes.

100 Categora construida con nimo terico-metodolgico para dar cuenta de festividades que manteniendo los
principales ejes articuladores est dotada de una larga densidad histrica.

266

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

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El autor dedica este texto a Alicia Hernndez (QEPD), valiosa mujer de Chilo que con brazos maternos lo
acompa cuando apenas comenzaba su ruta por las manifestaciones expresivas.
101

FOLKCOMUNICACIN Y PERFORMANCE C. YAEZ AGUILAR

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Tecnolgico de Monterrey. 2011.

Sobre los autores

Editores
Cristian Yez Aguilar
Doctorando en Ciencias Humanas, mencin Discurso y Cultura, Universidad Austral de Chile.
Becario CONICYT. Pasanta Doctoral Universidad de Buenos Aires para estudios de folclore y
performance (Becario AUIP). Acadmico en el Instituto de Comunicacin Social de la UACh. Miembro
de la Rede Folkcom, AssiBERCOM e INCOMChile. Diploma de ingreso al Colegio dos Brasilianistas da
Comunicao por la Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicao (Intercom). Autor y co autor
de una veintena de artculos sobre comunicacin y cultura en revistas acadmicas y captulos de libro en
Chile y Amrica Latina. Recientemente public "Quehui: memorias de una isla del sur" (Editorial
Textocontexto, 2015) y es correalizador del documental "La Cruz de Mayo en Los Chacayes". Correo
electrnico: cyanezaguilar@gmail.com

Guilherme Moreira Fernandes


Periodista y mestre en Comunicacin por la Universidad Federal de Juiz de Fora, Minas Gerais, Brasil
(UFJF). Actualmente es profesor de UFJF y doctorando en Comunicacin y Cultura por la Universidad
Federal do Rio de Janeiro (UFRJ). Es director administrativo de la Rede de Estudos e Pesquisa em
Folkcomunicao (Rede Folkcom). Public, entre otros, los libros: Folkcomunicao no Limiar do
sculo XXI (2012), Metamorfose da Folkcomunicao y Pensamento Comunicacional Brasileiro: o
legado das Cincias Humanas (2014). Correo electrnico: gui_facom@hotmail.com.

Rodrigo Browne Sartori


Doctor en Comunicacin. Actualmente ejerce como Director de Estudios de Postgrado de la
Universidad Austral de Chile (Valdivia). Ha publicado No al canibalismo. Anatoma al poder euroccidental
(Temuco-Ediciones UFRO-2013), De la comunicacin disciplinaria a los controles de la comunicacin. La
antropofagia como transgresin cultural (Sevilla-Alfar-2009) y, junto a Vctor Silva Echeto, Antropofagias. Las
indisciplinas de la comunicacin (Madrid-Biblioteca Nueva-2007) y Escrituras hbridas y rizomticas. Pasajes
intersticiales, pensamiento del entre, cultura y comunicacin (Sevilla-Arcibel-2004). Correo electrnico:
rbrowne@uach.cl

Vctor Hugo Valenzuela


Magster en Comunicacin, Licenciado en Comunicacin Social y Periodista, Universidad Austral de
Chile. Acadmico Instituto de Comunicacin Social de la UACh acadmico invitado en el Programa de
Magster en Ciencias de la Comunicacin de la Universidad de La Frontera y acadmico del Magster en
Comunicacin en la Universidad Austral de Chile. Autor de artculos en revistas especializadas y captulos
de libro en Chile y Amrica Latina. Correo electrnico: victorhugo.valenzuela@gmail.com

270

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Carlos Del Valle Rojas


Periodista. Licenciado y Magster en Comunicacin por la Universidad de La Frontera,
Chile. Doctor en Comunicacin por la Universidad de Sevilla, Espaa. Postdoctorado en el Programa
Avanzado de Cultura Contempornea de la Universidad Federal de Ro de Janeiro, Brasil. Con una
investigacin Posdoctoral en Comunicacin por la Universidad de Oklahoma, Estados Unidos. Investiga
en comunicacin y mediaciones, educacin y alfabetizacin meditica, discurso de los medios e
interculturalidad. Es autor de cerca de 150 publicaciones, ms de 30 en revistas ISI WoS, Scopus y
SciELO. Investigador acreditado en CONICYT de Chile, CNPq de Brasil y SICA de
Espaa. Investigador en unos 40 proyectos, 13 de los cuales son FONDECYT, siendo Investigador
Responsable en 4 de ellos. Profesor de Doctorado en las Universidades Austral de Chile, Nacional de La
Plata en Argentina, de Sevilla en
Espaa y de La Frontera en Chile. Correo
electrnico: carlos.delvalle@ufrontera.cl

Jos Marques de Melo


Nacido en Palmeira dos ndios, Alagoas (Brasil), estudi en la Universidad de Pernambuco. En 1959
comenz a trabajar como periodista en los diarios locales de Alagoas y, ms tarde, en peridicos de So
Paulo y otras ciudades. Inici su carrera acadmica en 1966, en el Instituto de Ciencias de la Informacin
de la Universidad Catlica de Pernambuco, donde trabaj junto a Luiz Beltro. En 1967 fund el Centro
de Pesquisas da Comunicaao Social de la Facultad de Periodismo Csper Lbero, en So Paulo. Fundador
y docente de la Escola de Comunicaoes e Artes de la Universidad de So Paulo (ECA-USP), donde se
doctor (1973), realiz estudios de postgrado y estancias acadmicas en universidades norteamericanas,
latinoamericanas y espaolas. Entre sus obras: Estudos de Jornalismo Comparado (1972), Sociologia
da imprensa brasileira (1973), Comunicao e modernidades (1991), Fontes para o estudo da
Comunicao (1995), Teora da Comunicao: Paradigmas latino-americanos (1998), A esfinge
miditica (2004), Brazilian Research in Communication (2005), Teoria do Jornalismo (2006), Mdia
e Cultura Popular (2008) e Histria Poltica das Cincias da Comunicao (2008). E-mail:
marquesmelo@uol.com.br

Autores
Antonio Hohlfeldt
Doctor en Letras por la Pontificia Universidad Catlica del Rio Grande do Sul, Brasil (PUC-RS),
Coordinador del Programa de Pos-Graduacin en Comunicacin Social por la PUCRS, autor de diferente
ensayos y textos de ficcin para nios y adolescentes e libros de teora de la comunicacin. Correo
electrnico: a_hohlfeldt@yahoo.com.br

Betania Maciel
Doctora en Comunicacin Social por la Universidad Metodista de Sao Paulo, Brasil, Mestre en
Comunicacin Rural por la Universidad Rural Federal de Pernambuco, Mster en Ciencia, Tecnologa y
Sociedad: Comunicacin y Cultura. Profesora de POSMEX - Programa de Ps-Graduao em Extenso
Rural e Desenvolvimento Local (UFRPE). Correo electrnico: betaniamaciel@gmail.com.

SOBRE LOS AUTORES

271

Claudio Ulloa Galindo


Es investigador y acadmico de grado y postgrado del Departamento de Lenguas, Literatura y
Comunicacin de la Universidad de La Frontera (Temuco-Chile). Doctorando en el Programa en
Comunicacin de la Universidad Nacional de La Plata - Argentina, Magster en Ciencias de la
Comunicacin, Licenciado en comunicacin social y Periodista por la Universidad de La Frontera. Centra
sus lneas de investigacin en el campo de la comunicacin y la cultura, dirigiendo y participando de
proyectos de investigacin en esta rea. Correo electrnico: claudio.ulloa@ufro.cl

Cristian Delgado Seplveda


Licenciado en Comunicacin Social y Periodista titulado en la Universidad Austral de Chile. Bachiller
en Humanidades y Ciencias Sociales de la UACh. Actualmente cursa el Programa de Magister en
Comunicacin en la UACh. Se desempe como tesista del proyecto DID-UACh Emergencia de agentes
folkcomunicacionales en conflictos socioambientales de Chile. Recientemente ha publicado en co autora
Las otras voces del desarrollo: aproximacin a agentes folkcomunicacionales en tres casos de conflicto
socioambiental en Chile en Revista Internacional de Folkcomunicacin Volumen 11 n 24 (2013) y,
tambin en co autora, Payas por la tierra de El Churcalino, aproximacin a un caso de resistencia
desde la folkcomunicacin en Revista EXTRAPRENSA, Volumen 1 n 2, (2013), Universidad de Sao
Paulo, Brasil. Correo electrnico: cristiandelgadosep@gmail.com

Cristian Yez Aguilar


(ver en seccin editores)
Cristina Schmidt
Doctora en Comunicacin y Semitica por la PUC-SP, maestra en Comunicacin y Periodista por la
Universidad Metodista de Sao Paulo, investigadora y profesora en Maestrado en Polticas Pblicas de la
Universidadede Mogi das Cruzes, investigadora de la Ctedra Unesco/Metodista, profesora y
coordinadora del curso de ADM en la Faculdade Bertioga SP. Correo electrnico:
cris_schmidt@uol.com.br.

Daniel Ignacio Mura Avils


Periodista y Licenciado en Comunicacin Social por la Universidad Austral de Chile, actualmente
cursa el Magister en Comunicacin Social de esta universidad. Particip del proyecto Make It Possible en
la Universidad de Antioquia, Medelln, Colombia, donde realiz labores como ejecutor de talleres sobre
los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidad. Particip en el Nodo de Turismo
Comunitario de la Zona de Amortiguacin del Parque Nacional Villarrica y Reserva Nacional Mocho
Choswenko. Sus temas de investigacin trata sobre el estudio de medios de comunicacin, imaginarios
sociales, representaciones sociales, hegemona y contrahegemona, en este sentido, actualmente participa
como co-investigador en el proyecto "El Discursos Contrahegemnico y la demanda de una nueva
sociedad en las revistas estudiantiles Claridad (1920)y Bello Publico (2011)" financiado por la Direccin de
Investigacin y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile a travs del Concurso de Proyectos Internos
DID 2014. Ha participado como expositor en diferentes congresos tanto en el rea de la ciencias sociales,
como de la comunicacin a nivel nacional como internacional. Correo electrnico: dimurua@gmail.com

272

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Debbie Guerra
Antroploga, Universidad de Chile, Licenciada en Historia y Profesora de Estado en Historia y
Geografa, Universidad de Santiago. Candidata al Doctorado en Ciencias Humanas, Universidad Austral
de Chile. Investigadora en la lnea de estudios de gnero, antropologa y medio ambiente. Ex-Presidenta
del Colegio de Antroplogos de Chile. Dirige el Programa de Honor Ambiente, Sociedad y Cambio
Climtico PHAS de la Universidad Austral de Chile. Publicaciones recientes: Las aas del Maguen kie
mapu. Valdivia: Serindigena (2014). Patrimonio Y Paisaje: Dos Formas De Ensamblar Naturaleza Y Cultura
En La Cuenca Del Ro Valdivia, Sur De Chile. Chungar. Revista Chilena de Antropologa 46, 4: 651-668
(2014; co-autora) Los paisajes del agua: Naturaleza e identidad en la cuenca del ro Valdivia. Chungara,
Revista de Antropologa Chilena. 44(2): 299-312. (2012; co-autora). Reconocimiento labor de Extensin
Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile (2010). Profesora Visitante Univerisad South
Alabama, Estados Unidos (Primer Semestre 2004, Beca Fulbright). 1999 Beca Programa de Estudios
Norteamericanos del Servicio Informativo y Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de
Amrica para la realizacin del Seminario "Mujeres de Color en Estados Unidos".1998 Beca Programa
de Insercin de Cientficos Chilenos, Fundacin Andes. Correo electrnico: dguerra@uach.cl

Francisca Arriagada
Se desempea como estudiante de Periodismo en la Universidad Austral de Chile. Directora de la
Revista de Periodismo Interpretativo Amarantas, edicin 2014. Ayudante en las asignaturas Periodismo
Interpretativo I y II. Cuenta con experiencia en medios de comunicacin tales como Santa Mara de
Coyhaique tanto en radio como en Televisin cumpliendo labores como reportera en el departamento de
prensa y encargada de portal web www.radiosantamaria.cl durante diciembre 2011- febrero 2012/enero
2014 y febrero 2014. Correo electrnico: pancha.nicole01@gmail.com

Guilherme Moreira Fernandes


(ver en seccin editores)
Itamar de Morais Nobre
Con beca de CAPES - Coordinacin de Apoyo de Persnoal de Enseaza Superior (BEX 1673/14-9)
(Affiliation: CAPES Foundation, Ministry of Education of Brazil, Braslia - DF 70040-020, Brazil) en
post-doctorado en el Centro de Estudios Sociales (Universidade de Coimbra). Docente e investigador del
Sector de Comunicacin Social y del Programa de Postgrado en Estudios de los Medios (PPgEM), de
UFRN - Universidad Federal de Rio Grande do Norte. Investigador en el Grupo de Investigacin
PRAGMA - Pragmtica de la Comunicacin y de Medios: teoras, lenguajes, industria cultural y
ciudadana. Integrante del OBES - Observatrio Boa-Ventura de Estudos Sociais - CCHLA/UFRN
(Brasil) y CES/Univ.Coimbra (Portugal). Miembro del Ncleo de Investigacin: Fotografa, de
INTERCOM Sociedad Brasileira de Estudios Interdisciplinares de Comunicacin. Miembro de la RED
FOLKCOM Red de Estudios e investigacin en Folkcomunicacin. Correo
electrnico:itanobre@gmail.com.

Iury Parente Arago


Doctorando y mestre (2012) en Comunicacin por la Universidad Metodista de So Paulo, aprobado
con honores y su disertacin fue aprobada para publicacin. Graduado en Periodismo por el Centro de
Ensino Unificado de Teresina (2009) y graduado en Educacin Fsica por la Universidade Federal do Piau

SOBRE LOS AUTORES

273

(2009). Es director financiero de la Rede de Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao. Correo electrnico:


iuryaragao@gmail.com

Jos Marques de Melo


(ver en seccin editores)
Joseph M. Luyten
Trabaj como periodista y profesor en varias universidades brasileas (USP, Objetivo, Csper Lbero,
ESPM etc). Holands de nacimiento, realiza doctorado en Ciencias de la Comunicacin por la ECA-USP.
Fue discpulo de Luiz Beltro. Autor, entre otros, del libro LA NOTICIA COMO LITERATURA DE
CORDEL. Fue idealizador de la Coleccin Biblioteca de Cordel de Editora Hedra (SP) con ms de 15
volmenes publicador. Investigador de Cordel, colabor en la constitucin del acervo Raymond Cantel de
Literatura de Cordel del Museo Nacional de Etnologa de Japn, en la ciudad de Osaka. Fue uno de los
creadores de FOLKOM, Rede Brasilea de Estudios e Investigacin en Folkcomunicacin. Falleci en el
invierno de 2006 y dej una contribucin importante para la actualizacin de Folkcomunicacin.

Juan Carlos Skewes


Licenciado en Antropologa y antroplogo, Universidad de Chile, Doctor en Antropologa de la
Universidad de Minnesota. Docente y Director del Departamento de Antropologa de la Universidad
Alberto Hurtado. Investigador en el rea de la Antropologa del Ambiente. Miembro del Grupo de
Estudios de Antropologa y Arqueologa de FONDECYT, miembro del Comit de Ciencias Sociales y
Polticas de la Comisin Nacional de Acreditacin. Entre sus publicaciones recientes se cuentan: Campus en
el Centro Histrico. La Universidad Alberto Hurtado y sus casas patrimoniales. Santiago: Ediciones Alberto
Hurtado (2013), Patrimonio Y Paisaje: Dos Formas De Ensamblar Naturaleza Y Cultura En La Cuenca
Del Ro Valdivia, Sur De Chile. Chungar (co-autor). Revista Chilena de Antropologa 46, 4: 651-668 (coautor; 2014) y Poblaciones Agredidas, Disputas Urbanas y Escenarios Posibles: la Produccin De La
Ciudad desde las Periferias. Revista INVI 81, 29: 9-17 (2014). Becario Fulbright y de la MacArthur
Foundation (1990-1994). Correo electrnico: jskewes@uahurtado.cl

Jnia Martins
Mestre en Comunicacin y Culturas Mediticas (Universidade Federal da Paraba - UFPB),
especialista en Lectura (Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia - UESB), bachiller en Comunicacin
Social - Radio y TV (UESC-BA). Experiencia en asesora y coordinacin de Ponto de Cultura (Programa
Cultura Viva - MinC), asesoras en comunicacin y proyectos socioculturales. Miembro de Intercom y de
la Rede Folkcom, de la cual es directora-secretaria. Investigadora del Grupecj (Grupo de Pesquisa em
Cotidiano e Jornalismo - UFPB) y de COMUNI (Ncleo de Estudos de Comunicao Comunitria e
Local - Umesp). Sus campos de investigacin son la comunicacin comunitaria, la folkcomunicacin,
cultura popular, lo cotidiano y Pontos de Cultura. Correo electrnico: juniamartins@ymail.com

Jnior Pinheiro
Periodista por la Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia (UESB), especialista en Lectura
(UESB), mestrando en Comunicacin y Culturas Mediticas por la Universidade Federal da Paraba
(UFPB). Desde el 2010 se desempea en el mercado profesional audiovisual, principalmente en canales
pblicos de TV. Es investigador de culturas populares y etnogrficas en sus relaciones con los medios,
especficamente con el video y la televisin. Hoy, es coordinador de la TV UFPB y colabora con revistas
especializadas en cine y video. Miembro de Intercom y de la Rede Folkcom, labora en oficinas orientadas
a la Comunicacin Comunitaria, Popular y Alternatova en universidades, ONGs y Puntos de Cultura en

274

FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

todo Brasil. Investigador integrante del Grupo de Estudios Comuni - Ncleo de Estudios en
Comunicacin Comunitaria y Local (Umesp) y del Grupo de Investigacin Imaginrio! Humor,
Quadrinhos, Fanzines y Games (UFPB). Correo electrnico: videologias@gmail.com

Karina Janz Woitowicz


Graduada en Periodismo por la Universidad Estadual de Ponta Grossa (1999), mestrado en Ciencias
de la Comunicacin por la Universidade do Vale do Rio dos Sinos (2002) y Doctora en Ciencias
Humanas por la Universidade Federal de Santa Catarina (2010), y curs pasanta doctoral en el Programa
Doutorado junto Universidad de Chile (Santiago), con apoyo de Capes. Se desempea como profesora
en la Universidad Estadual de Ponta Grossa (UEPG/PR), donde coordina proyectos de investigacin y
extensin y desenvuelve investigaciones sobre los siguientes temas: medios alternativos, estudios de
gnero, periodismo cultural y folkcomunicacin. Es investigadora del Centro Folkcom de Investigaciones
y del Grupo de Estudios de Gnero y Medios de la UEPG y coordinadora del sitio de periodismo cultural
Cultura Plural. Es vice-presidenta de la Rede de Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao (Rede
Folkcom), editora de la Revista Internacional de Folkcomunicao (RIF) y coordenadora del GP de
Folkcomunicacin en Intercom (Sociedad Brasilea de estudios interdisciplinarios en Comunicacin).
Correo electrnico: karinajw@gmail.com.

Lorenzo Palma
Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Austral de Chile, Licenciado en
Comunicacin Social y Periodista, Universidad Austral de Chile. Candidato a Magster en Desarrollo
Rural, Universidad Austral de Chile. Becario Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR) 2 y Becario
CONICYT 2013-2015. Colaborador en la Fundacin Centro de los Bosques Nativos FORECOS.
Premio Jorge Torres 2011, de la Coordinacin de Extensin de la Facultad de Filosofa y Humanidades
UACh; Premio 2do Concurso de Tesis de Inters Ciudadano 2012. Destaca su trabajo en distintos
proyectos de investigacin en procesos de comunicacin social, difusin, transferencia y educacin
ambiental.Correo electrnico: lorenzopalma.morales@gmail.com.

Luiz Beltro de Andrade Lima


Pionero en la investigacin acadmica de fenmenos comunicativos en universidades brasileas.
Fundador del Instituto de Ciencias de la Informacin -ICINFORM, primer centro acadmico nacional de
estudios mediticos, y de la primera Revista de Ciencias de la Comunicacin que se public en Brasil
denominada Comunicaes & Problemas. Se gradu como el primer Doctor en Comunicacin en Brasil en la
Universidad de Brasilia el ao 1967. Fundador de la Teora de la Folkcomunicacin, realiz numerosas
publicaciones tambin en los mbitos de la Comunicacin Masiva y la Teora del Periodismo. Naci en
Olinda, Pernambuco, el 8 de agosto de 1918 y falleci en Brasilia en 1986.

Marcelo Sabbatini
Doctor en Teora e Historia de la Comunicacin, Mestre em Comunicao Social, Mster en Ciencia,
Tecnologa y Sociedad: Comunicaci y Culura. Profesor del Centro de Edufacin y del Programa de
Postgrado en Educacin Matemtica y Tecnolgica EDUMATEC (UFPE). Correo electrnico:
marcelo.sabbatini@pq.cnpq.br

Maria Cristina Gobbi


Investigadora, pos.doctora por el Programa de Integracin de Amrica Latina (Prolam) y la
Universidad de So Paulo (USP); docente del Departamento de Comunicao Social de la Faculdade de
Arquitetura, Artes e Comunicao (FAAC) de la Universidade Estadual Paulista Jlio de Mesquita Filho

SOBRE LOS AUTORES

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(UNESP); docente permanente del Programa de Ps-Graduao em Comunicao; actual vicecoordinadora y profesora del cuadro permanente en el Programa de Ps-Graduao en Televiso Digital,
tambin en la UNESP; coordenadora del Grupo de Investigacin Pensamento Comunicacional LatinoAmericano del Conselho Nacional de Desenvolvimento Cientfico e Tecnolgico (CNPq); directora
administrativa de la Federao Brasileira das Associaes Cientficas e Acadmicas de Comunicao (Socicom) y
representante de la Rede Folkcom en ese espacio. Correo electrnico: mcgobbi@terra.com.br.

Maria rica de Oliveira Lima


Graduada en Comunicacin Social (Periodismo) PUC-Campinas, mestrado en Comunicacin,
Universidade Metodista de So Paulo (Umesp) y Doctora en Comunicacin Social (Umesp) con sandwich
en Universidade Fernando Pessoa (UFP), Porto (2004-2005), con becaria del Programa AlBan. Visiting
Scholar and Visiting Researcher The University of Texas at Austin, a travs del Teresa Lozano Long
Institute Latin America Studies. Se desempea como investigadora en Comunicacin y Periodismo, con
nfasis en Industrias y Estudios Culturales, Media local y regional, Folkcomunicao, Estrategias polticas
y econmicas de grupos mediticos, Historia y prticas del Periodismo. Profesora Adjunta del
Departamento de Comunicao Social (UFRN) y del Programa de Ps-Graduao (Mestrado) Estudos da
Mdia. Presidenta de la Rede de Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao. Ha publicado ms de media
centena de artculos en revistas especializadas brasileas, extranjeras y captulos de libro. Public Mdia
Regional: indstria, mercado e cultura (UFRN, 2010). Correo electrnico: merical@uol.com.br.

Maria Isabel Amphilo


Teloga, Doctora en Comunicacin Social por Universidade Metodista de So Paulo, Pos-Doctorada
en Periodismo por Universidade de So Paulo. Becaria Fapesp de Pos Doctorado en la Universidad de
Sao Paulo. Acta en el grupo de investigacin Pensamiento Comunicacional Latinoamericano, en UNESP.
Correo electrnico: isabelamphilo@hotmail.com.

Nastassja Nicole Mancilla Ivaca


Periodista y Licenciada en Comunicacin Magster (c) en Comunicacin. Investiga temas sobre
conflictos socioambientales, extractivismo, discursos, poder y neoliberalismo. Fue Becaria CONICYT
desde el 2013 a julio de 2014. Cuenta con diferentes publicaciones en revistas acadmicas y captulos de
libros,entre las que destacan: La asimilacin chilena del Convenio N 169 de la OIT: Mejorando el
ejercicio del poder y control. En Discurso y Poder (2012), que editan conjuntamente la Universidad de La
Frontera y la Universidad Nacional de Crdoba, cuyo editor es el Dr. Carlos Del Valle Rojas;
Reconstruccin del wampo: el reflote de los significados mapuche como prctica resistente. Revista
Perspectivas de la Comunicacin. Vol. 5, n 2. (2012) pp.23-36. Coautora de artculos como: Entre la
empresarizacin y las resistencias: reflexiones sobre fiestas costumbristas desde un enfoque
folkcomunicacional (2015) y Trafkintu: curadoras de semillas defendiendo la soberana alimentaria (2014).
Es miembro del Comit Editorial del libro del V Congreso Internacional de Estudiantes de Postgrado
Conocimientos y saberes para quin? Conflictos sociales y universidad (2015). Ha participado en
diferentes congresos de ciencias sociales a nivel nacional e internacional presentando resultados de su
investigacin. Actualmente forma parte de la Editorial y Consultora TextoContexto, que se enfoca en la
comunicacin de la ciencia y medio ambiente. Correo electrnico: natachamancilla@gmail.com.

Osvaldo Meira Trigueiro


Graduado en Periodismo por la Universidade Catlica de Pernambuco (1975), mestrado en
Administracin Rural y Comunicacin Rural por la Universidade Federal Rural de Pernambuco (1987) y
doctorado en Ciencias de la Comunicacin por la Universidade do Vale do Rio dos Sinos (2004).

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FOLKCOMUNICACIN EN AMRICA LATINA: DILOGOS ENTRE CHILE Y BRASIL

Actualmente es Profesor Asociado de la Universidade Federal da Paraba (aposentado). Folclorista


Emrito Brasileiro, ttulo concedido por la Comisso Nacional de Folclore CNF. autor, entre otros,
del libro Folkcomunicao & Ativismo Miditico (Ed. UFPB, 2008). Correo electrnico:
meiratrigueiro@yahoo.com.br.

Roberto Benjamin
Bachiller en Periodismo y Derecho. Especialista en Comunicacin en CIESPAL (Ecuador) Libredocente en Ciencia Poltica por la Universidad Federal Rural de Pernambuco. Profesor-adjunto y ex
director del Departamento de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Federal Rural de
Pernambuco. Ex-profesor titular y ex-jefe del Departamento de Comunicacin Social de la Universidad
Catlica de Pernambuco. Dirigi el Departamento de Cultura de la Secretara de Educacin y Cultura de
Pernambuco. Ex-presidente de la Comisin Nacional d Folclore y presidente de la Comisin
Pernambucana de Folclore. Coordinador del Sub-proyecto Pernambuco de investigacin "Cuento
Popular y Tradicin Oral en el mundo de Lengua Portuguesa". Libros publicados: "La Fiesta de Rosario
de Pombal", "Folkcomunicacin en contexto de masa", "Arte-Educacin en Pernambuco", "Folguedos y
Danzasde Pernambuco", "Carnaval-cortejos e improvisos", este es en coautora con Mara Alice Amorim,
"Cuentos Populares Brasileos-Pernambuco", "El habla y el gesto: ensayo de folkcomunicacin sobre
narrativas orales", "Pequeo diccionario de Natal", "frica est entre nosotros", en dos volmenes, por la
editora Grafset. Falleci en 20 de octubre de 2013.

Roberto Morales Urra


Licenciado Antropologa, Temuco, Pontificia U. Catlica de Chile, 1978. Magster Integracin de
Amrica Latina Sociologa-, 2004. U. de So Paulo. Doctorado Antropologa Social, U. de So Paulo.
2000. Diplomado Participacin Ciudadana y Gestin Ambiental, Universidad de La Frontera, Temuco,
2001. 1996 y 2002, investigacin, docencia y extensin, Instituto Estudios Indgenas, Universidad de La
Frontera. Desde 2003, acadmico Instituto Estudios Antropolgicos, Universidad Austral de Chile,
Valdivia, Director Escuela Antropologa, perodos 2004-2007 y 2007-2010. Socio Sindicato de Docentes,
integrante Directiva 2011 y 2014.Tesis acadmicas, artculos, captulos de libros, libros, columnas en
peridicos. Ponencias en congresos, charlas, conferencias, programas radiales, cursos y capacitaciones.
Invitado docencia y evaluacin por Universidades estatales y privadas en Chile, Cuba y Suiza. Evaluador
proyectos y becas en Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa. Evaluador de proyectos en Consejo de la
Cultura y de las Artes. Socio del Colegio de Antroplogos desde su fundacin en 1984, integrante
Directorio Nacional 2001-2014, organizador y participante de los 8 Congresos realizados. Perito
Antropolgico en la Defensora Penal Pblica. Correo electrnico: rmorales@uach.cl

Rodrigo Cavieres Crdenas


Egresado de Periodismo y Licenciatura en Comunicacin social por la Universidad Austral de Chile.
Se ha desempeado en medios de comunicacin escrita y electrnica de Chile. Particip como tesista del
Proyecto DID-UACh Emergencia de agentes folkcomunicacionales en conflictos socioambientales en
Chile. Recientemente ha publicado en co- autora el artculo Folkmarketing en la publicidad de un
proyecto en medio de un conflicto socioambiental en la edicin n 19 (2013) de la Revista
Latinoamericana
de
Ciencias
de
la
Comunicacin,
Brasil.
Correo
electrnico:
rcavieres.cardenas@gmail.com

Srgio Luiz Gadini


Graduado en Comunicacin Social- Periodismo por la Universidade Federal de Santa Maria (1990) y
Doctor en Ciencias de la Comunicacin por la Universidade do Vale do Rio dos Sinos (2004). Curs el
Programa Doutorado sanduche (por sistema brasileo Capes) en la Universidade Nova de Lisboa, em

SOBRE LOS AUTORES

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Portugal. Actualmente es profesor adjunto en la Universidad Estadual de Ponta Grossa. Fue presidente
del Frum Nacional de Professores de Jornalismo (FNPJ, 2010/2012). Es profesor del curso de
Periodismo en la Universidade Estadual de Ponta Grossa, en el curso de post-grado (latu sensu) en Mdia,
Poltica e Atores Sociais en la UEPG y tambin integra el Programa de Mestrado em Jornalismo da
UEPG. Entre sus obras podemos mencionar el libro Interesses cruzados - a produo da cultura no
Jornalismo Brasileiro (Ed. Paulus, 2009) y la organizacin de Noes bsicas de Folkcomunicao:
Uma introduo aos principais termos, conceitos e expresses (Ed. UEPG, 2007; con Karina
Woitowicz). Correo electrnico: sergiogadini@yahoo.com.br.

Severino Alves de Lucena Filho


Graduado en Agronoma por la Universidad Federal Rural de Pernambuco (1983), graduado en
Comunicacin - Habilitacin en Relaciones Pblicas por la Escola Superior de Relaes Pblicas de
Pernambuco (1979), mestrado em Administrao Rural e Comunicao Rural por la Universidade Federal
Rural de Pernambuco (1998), Doctorado en Comunicao Social por la Pontifcia Universidade Catlica
do Rio Grande do Sul (2005) y Post Doctorado en el Departamento de Lnguas e Culturas da
Universidade de Aveiro-Portugal (2010). Su libro ms reciente es Festa Junina em Portugal: Marcas
Culturais no Contexto de Folkmarketing (Ed. UFPB, 2012). Correo electrnico: recifrevo@uol.com.br

Yuji Gushiken
Doctor (2004) y mestre (1998) en Comunicacin y Cultura por la Universidade Federal do Rio de
Janeiro (UFRJ). Graduado en Comunicacin Social: Relaciones Pblicas por la Universidade do Estado
do Rio de Janeiro (UERJ), en 1995, y Periodismo por la Universidade Estadual de Londrina (UEL), en
1991. Fue profesor del Programa de Mestrado en Estudos de Linguagem de la Universidade Federal de
Mato Grosso (MeEL-UFMT), actuando en el rea de Estudios Culturales. Es profesor e investigador y
uno de los creadores del Mestrado em Estudos de Cultura Contempornea de la Universidade Federal de
Mato Grosso (ECCO-UFMT), en Cuiab, Mato Grosso, Brasil. Es director cientfico de la Rede de
Estudos e Pesquisa em Folkcomunicao. Correo electrnico: yug@uol.com.br

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