Recuperando A La Mujer Prohibida
Recuperando A La Mujer Prohibida
Recuperando A La Mujer Prohibida
Segn la cultura falocrtica del sexo nico, el orgasmo femenino tiene que
ser vaginal o clitoridiano; sin embargo, la psicoanalista y sexloga francesa
Maryse de Choisy (2), despus de diez aos de trabajo con cuestionario,
afirma que aunque segn sus investigaciones puede hablarse de cinco tipos
de orgasmos (el clitoridiano, el vaginal, el cloacal, sin acm o sin
paroxismo y el crvico-uterino), el orgasmo femenino ms autntico es el
Por ello la mujer empieza a taparse con velos y a andar tiesa como un palo.
La higiene se convierte en una asepsia que elimina el olor de nuestros
flujos, que es un factor especfico de atraccin sexual (por ejemplo la mujer
lactante atrae al beb). Y los hbitos cotidianos de las posturas se rectifican;
dejamos de sentarnos en cuclillas y se generaliza el uso de la silla; se va
educando el movimiento del cuerpo con el objetivo de paralizar todo lo que
se pueda los msculos plvicos y los uterinos, para que nuestro vientre no
se estremezca ni palpite y no aparezca la pulsin sexual.
India visualizan los ptalos de la flor de loto abrindose para abrir el canal
del nacimiento, un abrir suave, sin violencia alguna; claro que no se les
ocurre ponerse a parir en decbito supino, en medio de focos, entregadas a
las rdenes de las autoridades mdicas. En zonas de Arabia Saudita las
mujeres bailan la danza del vientre entorno a la parturienta hiponotizndola
con sus movimientos rtmicos ondulantes para que tambin ella se mueva a
favor del cuerpo en lugar de moverse contra l (8).
Hablar del placer de parir suena a marciano, pero es tan real como difcil
para la mujer socializada en el imperio falocrtico. A pesar de todo, hay
algo muy importante que debe saberse: inmediatamente despus del parto,
incluso aunque ste haya sido doloroso y violento para la madre y la
criatura, hay una oportunidad de recuperar la autorregulacin del proceso
sexual de la maternidad. Son las dos tres horas inmediatas despus de la
salida de la criatura. En ese lapso de tiempo se producen las mayores
descargas de oxitocina de toda nuestra vida sexual (7), as como de otras
sustancias opiceas como las endorfinas. Si nos dejan un poco en paz, nos
sentiremos invadidas de oleadas de placer y de felicidad al sentir a la
criatura recien salida en nuestro vientre y succionando el pezn. Este
fenmeno fisilogico est filognticamente establecido para organizar el
acoplamiento o simbiosis de la exterogestacin y se le conoce con el
nombre de 'impronta'. La extero-gestacin (que dura ms o menos un ao,
pero que es muy intensa los dos primeros meses) es el nico periodo
realmente simbitico de nuestra vida. La atraccin libidinal, como dice
Michael Balint (9) entre madre y beb produce y mantiene el estado de
simbiosis, es una atraccin mutua de ndole sexual que corresponde a un
nuevo estado sexual de la mujer y de la criatura, tan placentero y
gratificante para la mujer como para el beb. Dice Balint que se trata de la
carga (o catexia) libidinal mayor de toda la vida humana, porque debe
mantener la atraccin mutua de la simbiosis, confirmando lo que ya dice el
indicador hormonal. Y aunque ahora podamos sobrevivir con leche y calor
artificial, el contacto piel con piel que corresponde a la produccin libidinal
sigue siendo necesario no slo psquicamente, sino tambin orgnicamente,
para la formacin de las sinapsis neuronales, la coordinacin
neuromuscular, el sistema inmunologico, etc. Se ha demostrado que de la
emocin dependen la produccin de ciertas enzimas y otros moduladores
La sumisin inconsciente
Los padres de nuestra civilizacin descubrieron lo que hay que hacer para
convertir un toro en un buey y poder utilizar su fuerza sumisa para tirar de
la carreta o labrar los campos: castrarlo cuando es muy pequeo; entonces
inventaron la ganadera, tener un montn de vacas, de ovejas o de lo que
sea, reproduciendo lo que interesa; se trata de dominar a la especie en
cuestin para reducir su vitalidad sin matarla del todo para poder explotar
la produccin de esas vidas mutiladas. Este arte de la dominacin, de la
devatacin y de la explotacin lo aplicaron a la sociedad humana, para
conseguir ejrcitos para las guerras de conquista, y esclavos para el trabajo
forzado. En la especie humana, haba que manipular la capacidad
reproductora de la mujer para manipular las criaturas nada ms nacer y
criarlas en la carencia, en la represin y en el miedo, para ir formando el
acorazamiento psicosomtico necesario tanto para la crueldad y la
competitividad del guerrero como para la resignacin del esclavo; en este
proceso, como dice Amparo Moreno (10), es imprescindible que la madre
amante y enamorada de su criatura se transforme en madre patriarcal capaz
de reprimirla en lugar de complacerla, capaz de anteponer los objetivos de
su promocin social a su bienestar inmediato; por eso haba que eliminar el
latido del vientre de la mujer, la pulsin del deseo sexual que impulsa la
reproduccin, acabar con la pasin de la madre amante; por eso la
prohibicin de la expansin de la sexualidad femenina desde la niez; la
prohibicin de la sexualidad compartida de las mujeres, el quitarlas sus
costumbres y su espacio vital donde el tero palpitaba; y la implantacin de
un status social de inferioridad que posibilitase todo el sometimiento.
En cuarto lugar, las dos mitades de la naranja nos las presentan como dos
mitades homlogas, mismo volumen, mismo peso, etc. Esto esconde la
relacin de Poder del gnero masculino sobre el femenino. Aunque no sea
una ley escrita (hoy supuestamente la ley reconoce igualdad de derechos
etc. etc.), el Poder del sexo masculino est inscrito en el inconsciente
colectivo, desde que el colectivo hegemnico de varones invent el sistema
de otorgar a cada hombre, por ser hombre, una cuota de la potestad de la
patria sobre la vida y la muerte de sus mujeres, de la descendencia de sus
mujeres y de sus sierv@s (y no es casualidad que la figura jurdica de la
patria potestas siga conservando este nombre en nuestros cdigos civiles), y
esto lleva milenios de puesta en prctica, de elaboracin concreta y de
rodaje, y por eso el machismo y la pre-potencia masculina siguen estando
plenamente vigentes. Y por eso cuando los hombres entran en situaciones
lmites de desesperacin pegan, violan y matan a sus mujeres, para
Bibliografia
(1) Freud, Sigmond (1931) Sobre la sexualidad femenina Tomo III Obras
Completas Ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1968
(5) Segn la antroploga Martha Moia (El no de las nias laSal ed. de les
dones, Barcelona 1981) el primer vnculo social estable de la especie
humana no fue la pareja heterosexual... sino el conjunto de lazos que unen
a la mujer con la criatura que da a luz... (que) se expande al agregarse otras
mujeres... El ginecogrupo (y no la pareja heterosexual) es la primera forma
de organizacin humana original y universal... que se estructura a partir de
exigencias ... culturales y no instintivas.. no es un resto de una forma de
organizacin entre varias posibles, sino la original a partir de la cual se
derivarn todas las variables conocidas. Esto lo corrobora J.J. Bachofen
(Mitologa arcaica y derecho materno ed. Anthropos, Barcelona ) en su
estudio basado en la literatura griega antigua, segn la cual la organizacin
social se vertebraba desde 'lo maternal' (muttertum); sin embargo la
incorrecta traduccin de 'muterlich' (maternal) y 'mutertum' (lo materno)
que casi por norma han sido traducidas por 'matriarcal' en todas las
versiones en castellano, oscurece este estudio.
(12) Irigaray, Luce: El cuerpo a cuerpo con la madre la Sal ed. de les dones
Barcelona 1985
(13) Ver nota (5): adems del concepto de 'ginecogrupo' de Moia, hay
muchsimos datos que suministra la antropologa sobre el carcter colectivo
de la funcin femenina, como las 'tbula' de Malinowsky (The sexual life
of savages in North-Western Melanesia. Beacon Press, Boston 1987). En
cuanto a la condicin masculina, los 'polipteres' de Bachofen tambin es
muy significativa. Segn este autor, en la sociedad prepatriarcal cada ni@
tena muchos 'padres' que l@s cuidaban: este trmino de 'polipteres'
responde al enfoque patricntrico y a la incapacidad de Bachofen de salirse
de la perspectiva patriarcal, pero su significado no deja dudas en cuanto al
carcter colectivo de la funcin masculina.