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Influencia de La Cultura Popular en La Literatura

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REPBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIN


U.E.N.C. FRANCISCO DE MIRANDA
5TO AO SECCIN A
ENSAYO

PROF.: Evelyn
ALUMNO:
Luis Jcome

Caracas, Noviembre de 2016


INFLUENCIA DE LA CULTURA POPULAR EN LA LITERATURA
La especificidad de la cultura popular, y en particular de uno de sus
instrumentos de representacin simblica, como lo es la literatura popular,
constituy una preocupacin reiterada de diferentes corrientes tericas
desde el romanticismo hasta la posmodernidad. Los debates se llevaron a
cabo en estrecha relacin con el nacimiento y desarrollo de los estados
modernos y la competencia normativa del Estado Nacin en la regulacin de
los procesos culturales. En el seno de estas discusiones, tambin se
reflexion sobre las categoras de folklore, cultura tradicional, cultura de
masas, industria cultural y sobre el concepto de pueblo, desde variadas
perspectivas que incluyeron las polaridades de oralidad y escritura, mbitos
rural y urbano, educacin institucional y no institucional.
A lo largo del siglo XX los interrogantes sobre la cultura popular se
convirtieron en espacios matizados de tensin terica. Cabe mencionar el
anlisis relativista de las conexiones entre pueblo y literatura que plantean
Grignon y Passeron (1991), los recorridos de historiadores como Peter Burke
(1991), Carlo Ginsburg (1994) y Roger Chartier (1994, 1998, 1999) que
retrotraen la interrogacin sobre el tema a la gnesis de la Europa moderna,
los postulados de la filosofa poltica, desde Antonio Gramsci (1974), quien
esboza la reflexin en trminos de dominacin, reescribiendo la dicotoma
entre alta cultura y baja cultura con las categoras de clase dominante y
clases subalternas, hasta los trazos de la polmica entre los representantes
de la Escuela de Frankfurt, especialmente Theodor Adorno (1984) y Walter
Benjamin (1980). Finalmente, en una lista que no pretende ser exhaustiva, se
aaden los anlisis de antroplogos como Clifford Geertz (1991), su
definicin de cultura desde una postura integradora, Nstor Garca Canclini
(2001), a partir de su concepto de teatralidad; semilogos como Humberto

Eco (1990), con su caracterizacin de los grupos de apocalpticos o


integrados en correlacin con las posibilidades de recepcin de la cultura de
masas, o Mijail Bajtin (1987) con su visin de la parodia y el carnaval.
Con respecto al contenido ideolgico de la cultura popular, se puede
apreciar que algunos de estos enfoques adoptaron posiciones claramente
divergentes. Por un lado, se le atribuy a la cultura popular propiedades
altamente conservadoras, en tanto objeto de manipulacin preciado de las
ideologas populistas y producto de recepcin pasiva entre sus destinatarios,
quienes se limitaran a mimetizar las prcticas de la cultura dominante. Por
otro, se la consider el germen de conductas contestatarias que cuestionan
los mandatos del poder hegemnico. No es la intencin de estas pginas
dirimir una polmica de vasta trayectoria en la que diferentes disciplinas
intentaron resolver la complejidad del problema, sino simplemente sealar
que la mirada hacia los productos literarios de esta cultura siempre implica
un anclaje en una discusin terica an vigente y, en definitiva, la culta y
excluyente etiqueta de popular y su reticente acompaamiento de
calificativos como semipopular, popularizado, popularizante, etc. (Botrel,
1999: 49), corresponde en muchos casos a un reduccionismo acadmico.
Quienes formamos parte de la cultura acadmica, institucional, letrada,
podemos acceder a la cultura popular a travs de documentaciones que
renen objetos dismiles, los cuales dan cuenta de procesos de apropiacin
de prcticas cannicas y de tensiones interactivas entre los circuitos
denominados simplificadamente letrado y popular.
Una copiosa literatura popular impresa que irrumpi en el rea
rioplatense a fines del siglo XIX se convierte en materia incandescente para
reavivar los dilemas tericos enunciados en los prrafos anteriores, como un
fenmeno de dimensiones espectaculares que signar el desarrollo de la
literatura argentina de la primera mitad del siglo XX. El vendaval de
novedades que intervinieron en la conformacin de la cultura argentina
moderna ejerci influencia sobre esa literatura: en ella se plasmaron los

nuevos procesos de produccin industrial de los artefactos culturales, los


nuevos formatos, las nuevas modalidades de circulacin y los nuevos tipos
de recepcin y apropiacin.(1) El xito de esta abundante y heterognea
literatura que circulaba con fluidez por el cambiante escenario rioplatense fue
consecuencia del acceso progresivo de un conjunto variopinto de sujetos a la
lectoescritura. Mediante la experiencia de lectura, nativos, hijos de
extranjeros y extranjeros de diversas nacionalidades reclutados en las
ciudades de mayor densidad inauguraban un contacto directo con diferentes
gneros literarios, registros de escritura, narrativas y personajes. Toda esa
materia polimorfa llegaba a las manos de los nuevos lectores a travs de
hojas sueltas y cuadernillos que se adquiran en los sitios habituales de venta
de peridicos plazas, mercados, kioscos, tabaqueras, en las proximidades
de los accesos a circos y teatros, y en el interior mismo de eventos polticos y
fiestas populares, entre otros lugares. En ocasiones, su comercializacin
inclua la venta de objetos como abanicos para las damas y tirantes y
bastones para los caballeros, que reproducan imgenes o textos de una
obra.(2)
Los nuevos productos impresos reflejaban e interactuaban con los
cambios demogrficos y las tensiones sociales, los conflictos entre nativos y
extranjeros, urbanos y rurales, compadritos y provincianos. Este circuito
alterno de literatura, compartido con expresiones teatrales y canciones
populares, tematizaban las huelgas obreras, los problemas de vivienda, los
oficios, las conductas sociales de tipos como el gringo, el anarquista, el
compadre, el malevo y, muy especialmente, una galera de personajes
femeninos que iban desde la madre abnegada hasta la prostituta, a la par
que testimoniaban desde su eclecticismo la movilidad de la vida en las
ciudades.
La literatura popular en prosa y verso recogi la complejidad de la
situacin poltico- social y cultural, denunciando la injusticia, la sordidez y la
delincuencia,(3) a travs de modalidades lingsticas tambin innovadoras,

tales como el lunfardo, el cocoliche, o de la apropiacin de giros del habla


gauchesca y modismos regionales. Un vasto sector sociocultural suburbano
y semirrural de asalariados, obreros, artesanos, versificadores y cantores
produjo en el campo de la literatura, el teatro y la msica, manifestaciones
artsticas en principio marginadas que adquirieron fuerza y consistencia
desde la realidad (Rey de Guido y Guido, 1989). Las formas poticas
populares se desarrollaron paralelamente a la poesa ilustrada, la gauchesca,
la modernista y el lirismo social, a travs de manifestaciones que aportaron a
la literatura un espesor (Rama, 1984) dinamizante e intermitente de la
evolucin literaria lineal y progresiva en la medida en que posibilit la
convivencia de secuencias literarias diferentes.
En los folletos populares adquiere especial importancia la lectura no
tipogrfica a travs de narrativas iconogrficas que acompaan la letra
escrita y los carteles que pueden ser sealados como antecesores de las
historietas.(4) Por su parte, la lectura tipogrfica se convierte en
fragmentada, discontinua, y tambin en fingimiento de lectura de personas
analfabetas, quienes transforman el significante incomprendido en mltiples
significados virtuales que satisfacen los deseos del receptor. La lectura tiene
como objetivo primero la memorizacin, que permite devolver los textos al
circuito de la oralidad, ya sea como recitaciones o como letras de canciones
en las cuales las categoras de autor y propiedad intelectual pasan a un
segundo plano. Tal como ilustra el corpus editado en este libro, los cdigos
lingstico y musical estn entrelazados en esta vocalizacin de textos
procedentes de distintos contextos.
El carcter desechable de esta literatura se encuentra en su misma
esencia, ya que fue escrita para consumo inmediato a travs de la
memorizacin y no para ser resguardada en los estantes de un archivo o
biblioteca. Su fragilidad determina que se haya conservado slo en
colecciones reunidas por curiosidad literaria y antropolgica, y que an hoy la
mnemoteca de los consumidores sea la principal fuente de indagacin.(5)

La literatura popular, que mereci un espacio de reflexin terica nodal


en el siglo XX, cautiv al cientfico alemn residente en la ciudad de La Plata,
Robert Lehmann- Nitsche. De la fascinacin del fillogo y de nuestra
aproximacin crtica al tema damos cuenta en estas pginas. En el marco de
la discusin esbozada, abordamos uno de los ms significativos testimonios
que nos leg su tarea colectora: el manuscrito Folklore Argentino. Texte
argentinischer gesnge, phonographiert von Dr. Robert Lehmann- Nitsche.
La Plata 1905 (en adelante, Folklore argentino 1905), texto que resulta de
estimable inters para definir las caractersticas y funciones de la literatura
popular en la Argentina de entresiglos. Nuestro anlisis del manuscrito
requiere hacerse eco del conjunto de la perspectiva terico-metodolgica del
polgrafo alemn, para lo cual se vuelven indispensables las referencias a
otras investigaciones y fondos documentales del autor, tales como las
grabaciones de msicas criolla y aborigen, su Santos Vega, las mltiples
monografas que dedic al estudio de la literatura y la cultura rioplatense, la
Biblioteca criolla que coleccion entre 1880 y 1925, conservada en la
actualidad en el Instituto Ibero-Americano de Berln, y los Textos erticos del
Ro de la Plata, publicados con el pseudnimo de Vctor Borde en Liepzig en
1923.

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