El Indianismo Katarista. Una Mirada Crítica
El Indianismo Katarista. Una Mirada Crítica
El Indianismo Katarista. Una Mirada Crítica
ndice
Presentacin............................................................................................................................................ 7
Introduccin............................................................................................................................................ 9
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx..............................................................................................................X
EL INDIANISMO KATARISTA
Pedro Portugal Mollinedo, Carlos Macusaya Cruz
FES
Editores:
Fundacin Friedrich Ebert (FES)
Av. Hernando Siles 5998, Obrajes
Telfono: 591-2-2750005
E-mail: info@fes-bol.org
www.fes-bolivia.org
Diseo: Percy Mendoza
Depsito Legal: XXXXXXXXXX
ISBN: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Impresin: Xxxxxxxxxxxxxxxxxx
La Paz, Bolivia
El
indianismo katarista
Presentacin
La representacin poltica de los pueblos indgenas en Bolivia es
una reivindicacin presente desde que comenz la colonizacin. La
expresin rebelde se plasm a lo largo de los siglos en un pensamiento poltico que dio lugar a movimientos y estructuras polticas
indgenas en el siglo XX: el katarismo y el indianismo. Cules son
sus demandas? Cules sus (o)posiciones? Cmo se relacionan con
la democracia existente, de races coloniales y republicanas? Cmo
se relacionan con la izquierda?
Los investigadores y activistas Pedro Portugal Mollinedo y
Carlos Macusaya Cruz han entrevistado a personajes clave y analizado documentos de los movimientos polticos histricos con el fin
de presentar una mirada a la historia ms all de mitos y memorias
personales. Fernando Molina, editor del texto, ha elaborado asimismo el prlogo, que, sobre la base del estudio, echa luz a la
relacin entre los movimientos y el pensamiento indgena y la
izquierda una alianza marcada por contradicciones, necesidades
y (diferentes) ideologas. En esta ocasin, quiero agradecer a los
tres tanto su compromiso acadmico como su pasin poltica.
Aprovechando del rico material que los dos autores han acumulado, la Fundacin Friedrich Ebert (FES) ha producido una seria de
microprogramas junto con Radio Erbol, as como dos videos didcticos en que se exponen las diferentes corrientes y hablan los propios actores (youtube Canal FES Amrica Latina: "Pensamiento pol-
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indianismo katarista
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Anja Dargatz
Representante de la FES en Bolivia
En los aos sesenta, cuando el indianismo boliviano comenzaba a
emerger del fracaso del nacionalismo revolucionario para integrar el
pas, as como de una determinada forma de radicalizacin poltica
mundial que describir ms adelante, la izquierda todava descenda
de la Revolucin Francesa y la Revolucin Rusa, y por tanto era
progresista, universalista y materialista, lo que significa que quera
liberar al ser humano, aunque fuera comenzando por la concrecin
de ste dentro de una nacin; quera hacerlo aplicando la ciencia a
la resolucin de los problemas humanos; quera hacerlo de forma
prctica, es decir, transformando lo que en su opinin eran las causas de problemas sociales tales como la pobreza, la desigualdad, las
crisis econmicas; y esto implicaba transformar los intereses materiales que estaban por detrs y que determinaban el comportamiento humano, e impedan la aparicin de una sociedad sin estas lacras.
Marx pensaba que la nica forma de alterar la conducta humana era
afectando los intereses que supuestamente la provocaban de manera objetiva. Sin un cambio de la base material, todo sacudimiento
en la superestructura sera engaoso, retrico, sin races: las ondas
que una piedra causa en el estanque, condenadas a desaparecer.
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Por esta razn la izquierda se representaba la sociedad en trminos de intereses materiales, esto es, de clases sociales.Los problemas especficos de los pases poscoloniales como Bolivia, entre los
cuales ocupaban un lugar fundamental la desventaja de la mayora
de la poblacin por su diferencia racial que no por biolgicamente inane era poco operativa polticamente, as como la opresin
cultural, eran para la izquierda superestructurales y por tanto secundarios; as que pretenda encasillarlos en el esquema prescrito por
Marx sobre la lucha de clases. Como se sabe, los pensadores marxistas crean que el problema del indio es el problema de la tierra,
lo que orient a los militantes de la izquierda durante el siglo XX,
incluso hasta los aos ochenta de este, pese a que el aserto haba
quedado desmentido por la reforma agraria de 1953, que entreg
propiedad, pero no proporcion igualdad a los indgenas del
campo, y menos an a los de las ciudades, que adems la izquierda
vea como obreros o artesanos puros, y no como indgenas.
El fracaso de la reforma agraria en el sentido antedicho probaba
que haba una tarea poltica y cultural que realizar, tan o ms importante que el cambio de la base que se haba hecho efectivo con
esta reforma y, hay que aadir aqu, aunque este no fuera un avance econmico, con el voto universal. Estos cambios pusieron los
fundamentos de la emancipacin indgena, pero no la consumaron,
tanto porque eran parciales, cuanto porque no se tradujeron en real
bienestar econmico y poltico. La reforma agraria no sac al indio
de la pobreza, ya que no permiti un desarrollo de la propiedad
agrcola, y tampoco pudo superar las limitaciones productivas de
vastas regiones del territorio boliviano, en particular en el occidente
del pas. El voto universal, por su parte, no se transform en el cumplimiento de la voluntad poltica indgena de la mayora de la
poblacin, porque esta voluntad sufri gravsimas dificultades una
vez ms: culturales y sociales para constituirse en una fuerza real.
Fue en este espacio de frustracin que puedo nacer y desarrollarse el indianismo boliviano, con la misin de reivindicar al indio
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El MRTK tambin comparti este talante fundamentalmente poltico que tenan sus aborrecidos adversarios del MITKA. La cualidad
diferencial del primer partido respecto del segundo estribaba en su
deseo de coordinar con la izquierda marxista de los aos setenta una
batalla que, por eso, sera simultneamente un combate contra el
capitalismo y el colonialismo. El MRTK mezclaba su denuncia de la
opresin que sufran los indgenas por el solo hecho de serlo, con el
anlisis marxista de la opresin econmica del campesino, que
encontrara su solucin en las medidas econmicas que realizara un
gobierno de obreros (a los que la teora materialista conceda el papel
preponderante) y de campesinos que, por el escaso alcance de sus
intereses, deban acompaar al sujeto protagnico de la revolucin.
El MRTK no tena problema de aliarse con, y de actuar junto, a
los partidos qaras de izquierda, pues se vea a s mismo como la
parte tnica de esta amplia corriente poltica. Uno de sus lderes
fue Jenaro Flores, dirigente clsico del sindicalismo campesino y
miembro de pleno derecho de las elites izquierdistas de los setenta
y ochenta. Otro, Vctor Hugo Crdenas, quien llevara su colaboracionismo con los qaras al punto de ser visto por estos como el
indgena letrado por excelencia, lo que le permiti ocupar la vicepresidencia del pas (1993-1997).
En los aos sesenta y setenta, el indianismo, en sus dos ramas,
vea la democracia de la misma manera instrumental
en la
que la vea la izquierda, esto es, como un medio para luchar contra
las dictaduras militares y de organizar bajo el rgimen colonial, en
un caso, y el rgimen burgus, en el otro, la revolucin india o
socialista que estas corrientes propugnaban.
En resumen, hasta los aos ochenta, tanto la izquierda como el
indianismo eras corrientes polticas que se atraan y repelan, pero
que en todo caso se parecan: ambas resultaban de alguna manera
tributarias de la visin occidental del Estado Nacin y de la necesidad de capturar el poder para aplicar de forma excluyente unas
ideas que fueran las correctas, porque se derivaban de valores
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una enorme cantidad de pases. Este ascenso fue paralelo al escepticismo que despertaba la pretensin de las viejas ideologas totalitarias de poseer el conocimiento de una ruta especfica para lograr
el progreso y el bienestar. Entonces, a falta de este conocimiento,
mltiples sociedades se adhirieron a la creencia de que la mejor
salida para ellas era la libre competencia entre proyectos sociales
que posibilita la democracia. Por supuesto, esta adhesin estuvo
influida por el principio predominante de la poca: la liberalizacin
de las fuerzas del mercado. Pero tambin se debi a la voluntad
forjada en el largo y sangriento proceso histrico de ascenso y cada
del socialismo real de encontrar medios polticos que erradicaran
la violencia como medio de sustitucin de los gobernantes y de
solucin de las controversias.
El posmodernismo empuj a la izquierda hacia la problemtica
indianista, hacia la preocupacin por lo superestructural, campo al
que esta comenz a reconocer un carcter autnomo, y hacia la
valoracin de la fuerza poltica y social que poseen las reivindicaciones culturales y nacionalistas (pues, finalmente, el indianismo es
un nacionalismo subnacional). En este contexto se comenz a comprender por qu lo mtico y lo simblico pueden llegar muchas
veces a tener ms importancia que el inters y la ambicin egosta.
En general, el posmodernismo revalor lo emocional en el ser
humano y as carg a la izquierda ideolgica que operaba en las
universidades de una ideologa irracionalista: as el gran autor dej
de ser Marx y pas a ser Heidegger.
Al mismo tiempo que la izquierda pasaba a ocupar el terreno
del indianismo, el espacio de las formas de dominio intergrupal
que no es posible atribuir directamente a la economa, el indianismo
mismo se despoj de la influencia positiva, a juicio de los autores
de este libro que la izquierda en su fase cientfica haba tenido
sobre l, y que lo haba impelido a analizar objetivamente la realidad que planteaba transformar, y a buscar por tanto un camino de
liberacin que fuera contrastable, verificable, discutible, porque
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Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz
Introduccin
Han pasado ya casi diez aos desde que el primer presidente indgena, Evo Morales Ayma, llegara al gobierno boliviano. La eleccin
de Morales como presidente de Bolivia, as como su asuncin y sus
dos gestiones ya cumplidas, han sido presentadas como la coronacin de una lucha histrica de los movimientos indgenas. Este rasgo
histrico se ha tratado de expresar y comprender a partir de un
sinfn de actos rituales, en los que los colores, tejidos, wiphalas,
sabios, grupos de msica autctona, polleras y ponchos, entre
otros, fueron los componentes principales. Se ha propiciado una
gran cantidad de ceremonias dirigidas a turistas, como si esto fuese
por lo que han luchado los indgenas, como si este fuera el contenido de su lucha.
En tal situacin, se ha vuelto algo evidente por s mismo y por
los prejuicios que existen el relacionar rituales y una lucha de 500
aos de esos seres llamados indgenas u originarios. Se ha vuelto
de sentido comn asumir que lo indgena es una cuestin de rituales,
de bsqueda de saberes ancestrales o de contemplacin de la naturaleza. En general, se supone que el indgena es la personificacin
de lo radicalmente opuesto al mundo occidental y a su cultura, que
ha pervivido desde la colonizacin hasta el presente. Segn tal forma
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de entender lo indgena en un gobierno indgena, no es de extraar que se hayan promovido una gran variedad de actos saturados de
exotismo y hechos al gusto de los occidentales, ni que la alusin a
la lucha histrica haya sido solo una frase hueca.
Si bien smbolos como la wiphala o los nombres de lderes aymaras como Tupak Katari llenan los actos y los discursos referidos a
los indios, la forma en que estos elementos son enarbolados en
medio de actos ancestrales nublan los procesos histricos de los
que emergieron. Smbolos como la wiphala o el nombre de Tupak
Katari como grito de guerra ya no estn ms ligados a la lucha histrica indgena. Paradoja ms que llamativa, que conlleva un riesgo:
brinda una idea ahistrica de los procesos de lucha que han logrado
forjar al indio como sujeto poltico que busca gobernar el pas, lo
que da pie a que se defiendan ficciones polticas, antes que los verdaderos objetivos de este.
En buena medida, la forma en que se ha presentado al indgena
en el proceso de cambio responde a una moda, acogida por
muchas personas que se identifican como indgenas y que ha
encontrado en ella su refugio identitario, por lo que la defienden
apasionadamente y a ciegas. En el presente trabajo no solo pretendemos tener una mirada distinta y a contrapelo de esta moda, sino
que trataremos de ubicar histricamente la formacin de los movimientos que dieron pie a la emergencia del indio como sujeto que
aspira y lucha no solo por gobernarse a s mismo, sino tambin por
gobernar el pas; asunto este ltimo relevante cuando tenemos a Evo
Morales y al MAS en el gobierno.
Si queremos dar cuenta de los procesos que dieron lugar al posicionamiento de la wiphala, o de la figura de Tupak Katari, o a la
iniciativa de organizarse en un partido propio y disputar espacios de
poder, no lograremos clarificar nada con sabios ni amautas, ni
encontraremos respuestas escritas en las piedras de Tiahuanaco o en
coca; tampoco los rituales para turistas revolucionarios nos sern
tiles. Si queremos dar cuenta de tales procesos debemos estudiar
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la formacin y trayectoria de los movimientos indianistas y kataristas. En este trabajo pretendemos, pues, analizar algunos de los
aspectos que consideramos ms notables de esos movimientos.
Por lo dicho, nuestro trabajo ha de concentrase en el surgimiento
y la trayectoria del indianismo y el katarismo en la segunda mitad del
siglo XX, y su importancia y repercusin en los inicios del siglo XXI.
Indudablemente, los procesos de trasformacin estatal llevados
adelante desde 1952 por el Estado nacionalista incidieron de modo
determinante en la formacin del indianismo y del katarismo, por lo
que un trabajo sobre estos movimientos nos remite a un contexto
condicionado por tales transformaciones. Ello es importante, pues
indica que estos movimientos representan no una continuidad disociada de los cambios que se producen en distintas dimisiones de la
sociedad, sean estas econmicas o polticas, sino que ms bien responden a la modificacin de las formas de diferenciacin racializada
a las que dio lugar el proyecto del MNR y de quienes le siguieron
en el poder. Podramos decir que el indianismo y el katarismo
expresan lo que no pudo lograr la revolucin nacional: la busca
de un ser realmente nacional.
Tanto el indianismo como el katarismo, aunque en formas diferentes, lograron forjar una conciencia poltica sobre la situacin
colonial que se vive en Bolivia, y se expresa en un orden racializado. Ambos movimientos fueron sentando las bases para la articulacin de los indios como sujetos polticos. Los unos cidamente y los
otros de manera ms moderada. En general, formaron discursos,
smbolos, acciones y organizaciones que horadaron el escabroso
terreno del racismo de este pas. Ello aport a la concienciacin, no
solo de los indios, sino tambin de los qaras.
El indianismo denunci crudamente el racismo y el ejercicio del
poder para mantener privilegios de casta, incluso por parte de los
grupos de izquierda. Asumi con claridad que, en el escenario inaugurado por la Revolucin Nacional, se deba actuar a travs de una
organizacin poltica y apuntar a convertir la mayora social en
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ac hemos de tratar. Cuando el tema del indianismo o del katarismo es puesto sobre el tapete, por lo general unos y otros salen al
paso con vagas alusiones. Muchos creen, incluso, que indianismo
y katarismo es lo mismo.
Solo para ilustrar la ligereza con que se toma ese asunto queremos citar a Felipe Quispe, quien refirindose a kataristas como
Jenaro Flores, Vctor Hugo Crdenas y otros, escribe: ellos nuestra
wiphala lo hacan quitar y romper2. Hoy muchos identifican a la
wiphala con el katarismo, pero ignoran que quienes originalmente
enarbolaron este smbolo eran los indianistas. Este pequeo detalle
expresa el proverbial desconocimiento que se tiene sobre estas
corrientes y su lucha.
Este desconocimiento se traduce tambin en prejuicios al
momento de referirse a indianistas y kataristas. Por lo general, se los
relaciona con el movimiento campesino, con algn tipo de expresin rural, como sucede tambin cuando se habla de los indgenas.
Hoy se asume ciegamente que indgena es sinnimo de ruralidad y
antnimo de urbe, pero entre indianistas y kataristas no exista esa
percepcin. Por solo citar un ejemplo: Juan Condori Uruchi vea a
los aymaras, no como hoy lo hacen muchos dirigentes campesinos
e intelectuales qaras, es decir solo como campesinos; Condori
Uruchi, en 1976, entenda que el aymara hoy es obrero, minero,
campesino, clase media e intelectual3.
La importancia del tema que desarrollamos est en que esclarece
las circunstancias en que se form el ideario de constituir un gobierno indio. Bsicamente, nos concentramos en las dos tendencias
polticas ms representativas profundizando ms en la vertiente
indianista, pues es la que menos atencin ha recibido, sus personajes ms destacados y sus ideas. El tiempo en el que se desarrollan
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Verushka Alvizuri, La construccin de la aymaridad. Una historia de la etnicidad en Bolivia (1952-2006), Editorial El Pas,
Santa Cruz, 2009, p. 33.
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Carlos Macusaya, Desde el sujeto racializado, Ediciones Minka, La Paz, 2014, 143.
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Ibid., p. 143-144.
Nicomedes Cejas, Katarismo y descolonizacin. La emergencia democrtica del indio, Imprenta Sigma, La Paz, 2014, p. 13.
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entrevistarlos. La revisin bibliogrfica, preliminar, nos permiti bosquejar algunas preguntas generales sobre nuestro tema, las mismas
que debamos luego plantear a quienes habamos identificado como
potenciales entrevistados.
Nuestros criterios para identificar a quienes podamos entrevistar
se basaron en el papel que jugaron en sus organizaciones y en la
relacin que tuvieron ellas con el indianismo y el katarismo. El trabajo para ubicarlos fue arduo y no se pudo entrevistar a todas las
personas que nos habamos propuesto, lo que limit parte de nuestro trabajo. Adems, solo pudimos entrevistar una vez a cada persona. Esto nos dej varias dudas por ser aclaradas, lo que hubiera
requerido un par de entrevistas ms.
Cabe resaltar que la informacin obtenida en esas entrevistas fue
usada como fuente de historia oral, lo que implican riesgos. Ante
todo, hay una distancia temporal entre lo hechos narrados y el tiempo en el que se los narra. Por otro lado, la informacin conservada
en la memoria es frgil y suele enredarse. Los entrevistados suelen
proyectar una imagen de cmo quieren ser recordados y tambin
tratan de instrumentalizar al entrevistador para formar una imagen
de sus rivales. A pesar de todo ello, hemos utilizado los elementos
que guardaban mayor coherencia y en la medida en que dicha informacin tena asidero en lo expuesto en otras fuentes documentales,
bibliogrficas, y tambin en lo retenido en la memoria de los autores, que fueron actores en muchos de los acontecimientos que se
narran en el libro.
Es necesario indicar, respecto a lo anterior, que este trabajo tiene
una importante base documental primaria, que no fue utilizada
nunca anteriormente y cuyas posibilidades para otros trabajos de
investigacin son todava plenas. Este acopio documental estuvo
sustentado en los propios archivos de los autores, como tambin en
los documentos facilitados por algunos militantes indianistas, entre
los cuales debemos expresar nuestro particular agradecimiento a
Nicols Calle y a Constantino Lima.
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As, si bien cuando naci la idea de realizar ese trabajo, asumamos que estara basado bsicamente en los testimonios de los militantes, la propia limitacin de tiempo de trabajo nos hizo descartar
esta opcin, pues hubiramos requerido de mayores periodos para
acumular horas de entrevistas, de sistematizacin y seleccin de
informacin.
Entonces, tratamos de armar la historia poltica de los movimientos indianistas y kataristas a partir de lo que algunos investigadores
y militantes expresaron en sus trabajos, articulando esos elementos
con los testimonios de quienes fueron entrevistados, y relacionndolos con los documentos que pudimos obtener. En las situaciones
que nos fueron posibles, pudimos contrastar versiones, mientras que
en otros casos solo contamos con una sola versin, ya sea de algn
investigador, militante o documento.
En este trabajo tratamos de mostrar cmo emergen el indianismo
y el katarismo en tanto movimientos polticos. Ello nos obliga a
hacer referencias previas a antecedentes histricos que tienen que
ver con la colonizacin y otros aspectos. Se trata de resaltar cmo
se dan ciertos movimientos y la importancia del indgena en ellos,
ya sea como actor principal o subordinado.
Teniendo en cuenta los antecedentes histricos y algunos elementos de relacin, pasamos a ver cmo el indianismo surge a
partir de las limitaciones y fracasos de la Revolucin Nacional y de
la consiguiente implantacin del proyecto del MNR, sin dejar de
lado que en el proceso que sigue a esta revolucin se forma un
gobierno aymara liderado por Laureano Machaca. Las limitaciones
del Estado del 52 dan pie a la formacin del primer partido indianista, el Partido Agrario Nacional, PAN, en 1960. Despus emergen
varias organizaciones, entre ellas la ms conocida por las referencias
que da Fausto Reinaga en uno de sus libros, el Partido Indio de
Aymaras y Keswas, PIAK. Tambin tratamos de esclarecer cul fue
el peso real de Reinaga en el indianismo, siendo l en la actualidad
el personaje ms conocido de esta corriente.
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PRIMERA PARTE
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Eugenio Chang Rodrguez, Jos Carlos Maritegui y la polmica del indigenismo, p. 113. Disponible en versin digital en:
http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/13375/1/ASN_13_14_13.pdf
El Segundo Congreso Indigenista Interamericano se realiz en La Paz, del 2 al 13 de agosto de 1954. Verushka Alvizuri
resalta que entre las conclusiones de este Congreso figura una en especial, pidiendo hacer dos placas conmemorativas,
una para Tupak Katari y otra para Atahuallpa. Verushka Alvizuri, op. cit., p. 80.
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11 Jos Carlos Maritegui, citado por Chang Rodrguez en op., cit. p. 115.
12 Johnny Amable Valles, Vida sin lucha, en: Ultima Hora, 3 de abril de 1978.
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natural y cultural y que, conscientes de su sabidura y de su fragilidad, luchan por la defensa de dichos entornos.14
Veremos posteriormente cmo en el discurso indianista se fueron
originando los estereotipos cosmovisionistas que hoy da conforman
lo que comnmente se conoce como pachamamismo. stos, empero, respondern a finalidades polticas especficas y tendrn contenidos diferentes a los que ahora se atribuyen a los indgenas.
La otra nota que nos interesa comentar para caracterizar el estado
de las ideas en ese momento y las rupturas que ocasion el indianismo es la que informa sobre la inauguracin del primer mercado
campesino en La Paz15. En ese artculo se da cuenta de la apertura
por el alcalde de entonces, Mario Mercado, del primer mercado
campesino, llamado as porque permitira a los productores principalmente de los Yungas, Ro Abajo y algunas zonas del altiplano
comercializar directamente sus productos con las amas de casa,
salvando a los intermediarios. Se pensaba que as se mantendra el
equilibrio de precios, despus que en las ltimas semanas se notaran elevaciones en muchos productos. Ese mercado campesino
funcion en el local de la ex aduana, Plaza Antofagasta, lugar donde
actualmente funciona la Terminal de Buses en La Paz, por tiempo
breve, menos de los seis meses experimentales que el alcalde anunci en su discurso de inauguracin.
La idea general en ese tiempo era bastante simple: se insista en la
perversidad de los intermediarios, que no eran agentes econmicos,
sino verdaderos parsitos que empobrecan tanto al productor como
al comprador, idea compartida tanto por la izquierda como por la
derecha. Dado que, por el ordenamiento racializado del trabajo, el
productor tiene ciertas peculiaridades fsicas y culturales, era evidente
que en aquel entonces el campesino era fundamentalmente indio.
Cualquier poltica de tratamiento del indio deba darse fundamental14 Jos Antonio Morn Varela, La construccin occidental de los mitos sobre el indgena. En: Pukara, ao 3, n 27, enerofebrero 2008, pgs. 6-8.
15 Fue inaugurado ayer primer mercado campesino en La Paz, en: Presencia, La Paz, 10 de junio de 1978.
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Si bien la idea de raza no responde a una determinacin biolgica, s funciona biologizando el cmo entendemos las relaciones
sociales, y ello condiciona nuestro comportamiento, gestos, actitudes, etc. Por ejemplo: no hay ningn impedimento, ninguna barrera
biolgica o racial para que una muchacha jaylona es decir, del
mundo social no indgena enamore y tenga hijos con un muchacho
aymara. Lo que impide que esto suceda no es un problema de raza.
No hay una muralla biolgica, sino social, entre estas dos personas.
La muchacha ve al muchacho como de raza inferior y l la ve a ella
como de buena familia, por lo tanto casi inalcanzable. Sus diferencias en estatus econmico, capital cultural, relaciones institucionales,
etc., se entienden de una manera tal que esas diferencias se asumen
como naturales. Las diferencias sociales son vistas como raciales y
por ello se racializa a quienes encarnan tales diferencias; pero, en
ltima instancia, es el indio quien es objeto de esta racializacin,
pues es la referencia de lo que no se desea ser: raza inferior. Es l
el sujeto racializado; la racializacin funciona en el grupo que las
esferas de poder consideran inferior.
A lo dicho hay que agregar que, por lo general, para evitar encarar este tema, tanto en el anlisis como en la accin poltica, se
recurre testarudamente a la idea de que todos somos mestizos o
se insiste en aquello de que no hay razas puras. Sin embargo, tales
alusiones evidencian la fe que se tiene en la existencia de razas, ya
sean puras o mezcladas, y a la vez demuestra que en lugar de buscar explicaciones sociales se trata de buscar una certeza biolgica
sobre la mezcla racial. Aun cuando se plantea la no existencia de
razas, la idea de raza opera constantemente, porque no depende de
una condicin biolgica sino de un orden social. El que se aluda a
la supuesta mezcla racial con la idea de que todos somos mestizos,
evidencia que los problemas coloniales han sido encubiertos ideolgicamente por una solucin que, en definitiva, es racial. Tal idea
solo encubre las jerarquas sociales colonialmente estructuradas,
presentndolas como un todo resultante de la mezcla de razas y
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19 Jos Carlos Maritegui, Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana, Biblioteca Amauta, Per, 1958, p. 40.
20 Luis E. Valcarcel, Tempestad en los Andes, Editorial Universo, Lima, 1972, p. 104.
21 Fausto Reinaga, Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, 1970, p. 125.
22 Estudio del problema de la discriminacin contra las poblaciones indgenas, informe presentado por el Relator Especial, Sr.
Jos R. Martnez Cobo, Comisin de derechos humanos, 28 perodo de sesiones, ONU, 17 de julio de 1975, p. 12
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palabra con la que habremos de liberarnos. Ese eslogan fue ampliamente utilizado por el MITKA y otros movimientos indianistas en
Bolivia. Esa idea es la misma que expresa el lder indio de la nacin
Lakota, Russell Means, cuando manifiesta: No me gusta nada el
trmino nativo americano: se nos esclaviz cuando ramos indios,
se nos coloniz cuando ramos indios y recobraremos nuestra libertad siendo indios y solamente entonces elegiremos el maldito nombre que nos d la gana.26
Pero, cmo definen al indio los indianistas? Diego Pacheco (pensando seguramente que indios son solamente los de la India) de
manera agresiva y sarcstica escribe: Qu es el indio? El indio no
existe. Equivocacin histrica. Los nicos indios son los indianistas
[las cursivas son nuestras]. Nombre impuesto por los qaras. Si con
el nombre de indio nos oprimieron, con el de indio nos vamos a
liberar. Respuestas contradictorias y complementarias.27
Diego Pacheco, aunque entiende mal el problema de la denominacin indio, s tiene razn (pero no por el razonamiento suyo) en
eso de que los nicos indios son los indianistas, en el sentido de
que, al ser indio una categora poltica, solo la utilizarn plenamente quienes asuman la ideologa que da sentido a ese trmino y, por
tanto, quienes tambin asuman la situacin socio-histrica para
subvertirla en que esa palabra funciona.
Si bien los indianistas no logran desarrollar una explicacin acabada de esta categora poltica, s definen al indio mediante razona26 Citado en: Charles C. Mann, Una nueva historia de las Amricas antes de Coln, traduccin de Miguel Martnez-Lage y
Federico Corriente, Ed. taurus, 2006. Se puede consultar en: https://es.scribd.com/doc/104519612/Mann-Charles-1491
27 Diego Pacheco, El indianismo y los indios contemporneos, Hisbol/MUSEF, La Paz, 1992, p. 17. Diego Pacheco fue asesor de
la Ministra de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente, Susana Rivero, en 2008. El ser menospreciador en los aos
90 con la lucha india, cuando escribi El indianismo y los indios contemporneos, no le impidi hacer carrera en el actual
gobierno del MAS. Ayar Quispe en su artculo Indianismo y antiindianismo, publicado en Pukara N 43, 2008, seala otra
afirmacin osada de Diego Pacheco. El escribi en otro artculo (El indianismo: Filosofa, poltica y religin, en Etnologa,
Boletn del Museo de Etnografa y Folklore, ao XIII, n 17-18, La Paz, 1989, p. 95) lo siguiente: Si con el nombre de indios
nos oprimieron, como indios nos vamos a liberar, smil de (voz actual): si como perros los oprimieron como perros se van
a liberar. Ese sentido despectivo respecto al indio, no le impidi luego ser parte del proceso de cambio del MAS y escribir
un libro con el atrayente ttulo de: Vivir Bien en armona y equilibrio con la Madre Tierra. Una propuesta para el cambio de
las relaciones globales entre los seres humanos y la naturaleza, Fundacin Universidad Cordillera, La Paz, 2013.
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Qara etimolgicamente proviene del vocablo aymara que significa pelado, en el sentido de despojado de, desposedo de aquello que
normalmente debera tener. Un diccionario aymara-castellano editado en el Per lo define de la siguiente manera: Pelado/da (despectivo para invasores occidentales). Sin vegetacin.35 Y otro, editado
en Bolivia, indica: Sin vegetacin, pelado. Fig. Nombre dado a los
criollos y mestizos.36
No es, pues, un vocablo inventado exclusivamente para denominar al espaol colonial o al criollo republicano, ni tiene antecedentes de inequvoco significado despreciativo o racista. Es un
trmino que designa aquello que tiene ausencia de algo; generalmente se refiere a suelos sin cubierta vegetal. Martha Gonzales
Cachi ilustra mejor el empleo de qara en idioma aymara: Se puede
decir, por ejemplo, qara anu cuando por accidente un perro ha
perdido su pelaje, qara ali cuando una planta carece de follaje,
qara qollu cuando un cerro carece de vegetacin (etimologa del
nombre de la actual poblacin de Caracollo). Aplicado a las personas suele indicar carencia material. Es comn que una madre
aymara reproche a su hija el estatus econmico de su novio dicindole: cmo vas a estar con ese jarap qara [costilla pelada]; en
este caso se refiere a alguien que no tiene nada material, ni casa,
ni auto, etc., con el que pueda formar una pareja seria. Sin
embargo, no solamente implica la ausencia de algo material (como
qara peqe, que significa ausencia de pelos en la cabeza, calvo)
sino la ausencia de aquello que, en sentido moral, caracteriza al
humano. As, qara ajanu no significa que a alguien le falte el rostro, o que tenga la cara pelada, sino la ausencia de humanidad en
esa persona: Una persona se considera sin cara cuando sta se
muestra inhumano/a.37
35 Saturnino Callo Ticona, Kamisaraki. Diccionario aymara-castellano, castellano-aymara, Tacna, julio 2007.
36 Flix Layme Pairumani, Diccionario bilinge aymara-castellano, tercera edicin, Consejo Educativo Aymara, La Paz, 2004.
37 Martha Gonzales Cochi, Y si la historia nos muestra Estado-Nacin del qara? O Estado Nacin del jaqi? Y el Suma
Qamaa?. En: Yanatn, Revista semestral de la Comunidad de Bolivia, ao 1, n 1, Cochabamba, 2010, pgs. 146, 147.
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Es pues el sentido de inhumanidad del colonizador, de estar desposedo de los valores humanos que normalmente debera tener, a lo
que se refiere este qara antagnico a indio. Esta nocin profundiza
la definicin que los indianistas dan de ese trmino, generalmente
poniendo acento en que, histricamente, el espaol habra venido a
nuestras tierras desnudo de todo elemento material, y que merced a
la explotacin y opresin del indio, se habra vestido de los bienes
que ahora posee, sentido que est desarrollado, por ejemplo, en la
explicacin que de ese trmino da Vctor Uriarte Riqueza: QARA es
el pelado, un agrupamiento humano que asienta su organizacin
socioeconmica en un territorio ajeno o en un espacio vital de otro; su
Estado descansa sobre la base de la sociedad poltica y jurdica de la
estructura sociocultural europea espaol; el inquilino establece su
familia y vive como en el paraso a costa del indio. Es un grupo humano que se apropia de dos elementos ajenos a ellos, ya sea del territorio
indio o de la poblacin india a las que explota sin misericordia. De
hombre pelado pas a cubrirse con la riqueza del indio, adems,
monopoliza el poder poltico y econmico [en cursivas en el original]38
As como el trmino indio denota una situacin de subordinacin, qara denota la situacin opuesta. Es pues un trmino que
indica poder econmico y poltico y que seala el cmo se lo ha
obtenido: despojando a otros. Esto es lo que busca remarcar el
indianismo al momento de usar tal palabra.
Puesto que como hemos visto la colonizacin necesariamente
racializa las relaciones sociales. Es inconcebible no utilizar los trminos que designan los elementos y relaciones de una situacin, si esa
situacin no ha cambiado. Es decir, mientras la situacin colonial
persista, tendrn razn y funcionalidad las categoras de indio y qara.
Alguien que tiene rasgos fsicos caracterizados como indios (y
que por ello vive y es tratado como indio), asume que quien no
38 Vctor Uriarte Riqueza, Movimientos sociales y la sociologa qara y el populismo qara seductor del indio, segunda edicin,
Ediciones Taipi, El Alto, 2010, p. 24.
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tiene cara de indio es mejor y por ello se porta de manera sumisa ante l. Esa lgica pervertida que se traduce en sumisin, se
expresar, no menos pervertidamente, en el proceso de emancipacin, en donde el qara, quien no tiene cara de indio, es el enemigo, y por ello debe portarse de manera agresiva ante l. Ambas
conductas son condicionadas por la situacin colonial y solamente
un mal tratamiento del hecho social, histrico, econmico y poltico
que es la colonizacin puede llevar a que las conductas se determinen por esa superficialidad y no por el cuestionamiento del fenmeno que las origina.
El MITKA, si bien tuvo la perspicacia y el coraje de tomar en
cuenta la racializacin poltica, no pudo vislumbrar el tratamiento de
sus causas profundas; aun as, su aporte fue ms certero y determinante para la descolonizacin que el disimulo clasista de los kataristas, quienes, para no incomodar a sus aliados qaras, evitaban
todas alusin a la racializacin en la lucha en que estaban comprometidos.
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Mundo y comenzaron a redondear el planeta en trminos de relaciones polticas y econmicas, articulando diferentes lugares del
mundo. Ello se dio porque se impusieron militar y polticamente, es
decir, porque conquistaron pueblos y colonizaron sus territorios,
beneficindose de los recursos econmicos y humanos.
En estas tierras, los europeos se encontraron con una variedad
de grupos humanos de los cuales los que entonces haban logrado
forjar grandes estructuras estatales eran los aztecas e incas. El Estado
Inca, conocido como Tawantinsuyu, es la referencia estatal ms
importante en los Andes antes de la colonizacin espaola. Su
carcter y naturaleza han sido y son motivo de muchos debates.
La llegada de los conquistadores implica el problema de lo que
fue Amrica antes de la conquista, pues por mucho tiempo qued
la idea de que todo lo anterior era prehistoria, lo que origina un
simbolismo en el cual la identidad prehispnica es eliminada o reducida a su mnima expresin. Hasta el presente, cuando se hace referencia a la historia, muy en especial cuando se trata de la fundacin
de alguna ciudad, se dice: cuando llegaron los espaoles, quedando as las formaciones sociales que ocuparon anteriormente esos
espacios como de poca o ninguna importancia, salvo para decorar
folclricamente algn acto.
En los Andes el Estado Inca haba logrado articular diferentes
espacios geogrficos, organizando la vida econmica en una muy
amplia extensin territorial. Lamentablemente, no se tiene una versin de lo que fue la vida en Tawantinsuyu que sea propia y anterior
a la llegada espaola. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya
habido registros histricos antes de la colonizacin. Un cronista
espaol, Sarmiento de Gamboa, nos da una pista muy llamativa a
este respecto:
[H]aba, y an hay, particulares historiadores de estas naciones,
que era oficio que se heredaba de padre a hijo. Allegase a esto la
grandsima diligencia de Pachacuti Inga, el cual hizo llamamiento
general de todos los viejos historiadores de todas las provincias, que
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40 Citado por Carlos Mamani Condori en: Los aymaras frente a la historia: dos ensayos metodolgicos. Aruwiyiri, Chukiyawu,
1992, p. 7.
41 Wankar Reynaga, Tawa Inti Suyu, 5 siglos de guerra india. 6ta. edicin, La Paz, 2005, p. 8.
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tas para el acceso a los cargos pblicos, distinta funcin en la milicia, diferentes ocupaciones y trabajos, estaban organizadas a veces
en gremios distintos, tenan posibilidades diferentes para el acceso
a los establecimientos de enseanza, estaban sometidas a un rgimen distinto de tributacin.44
Pero, adems, la ocupacin del espacio fue fundamental en este
proceso. Los colonos llegados del Viejo Mundo se asentaban con
preferencia en areas costeras y las poblaciones indgenas que habitaban esos lugares o eran exterminadas o terminaban huyendo hacia las
montaas, arrinconados en los espacios ms ingratos. Por lo mismo, la
mayor concentracin de fuerza de trabajo india se congreg en los
Andes, y por ello, hasta hoy, las ms grandes poblaciones indgenas
son andinas. Los espaoles no podan exterminar una poblacin que
era usada para las distintas faenas coloniales y los Andes se convirtieron en el espacio de mayor densidad poblacional india.
El ordenamiento institucional que se fue desarrollando fue
variando pero con el sentido bsico de garantizar la explotacin de
los recursos naturales, bsicamente el oro primero y luego la plata,
y de que los indios puedan sostener la vida de los colonos. Las
reformas toledanas apuntaron a concentrar poblaciones en determinados lugares para poder ejercer mejor control sobre ellas y con ello
tratar de optimizar las recaudaciones tributarias.
Adems, el nuevo orden no se haca empezando de cero. Si bien
se desarticularon los niveles superiores de organizacin estatal inca,
otros niveles fueron subordinados al nuevo poder. As, el curaca que
relacionaba a una comunidad con el Inca y sus administradores, fue
convirtindose en quien relacionaba a los espaoles con la comunidad. Aquel que representaba a una comunidad ante el Inca fue
convirtindose en intermediario de los espaoles con la comunidad.
Cambios como este se fueron operando en otros mbitos como en
44 Citado por Ramiro Condarco Morales, Zarate el temible Willka. Historia de la rebelin indgena de 1899, Talleres Grficos
Bolivianos, La Paz, 1965, p. 25.
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indio era bsico, no solo para sacar el oro que se iba a Europa, sino
para mantener la vida de los nuevos seores. Semejante situacin
no poda ser vivida sin que se produjesen reacciones o se generasen
iniciativas que apuntasen a cambiar las relaciones de poder, lo que
necesariamente conducira a una trasformacin radical del orden
establecido. Ese fue el contenido de las revoluciones y revueltas
indias, a partir del siglo XVI hasta nuestros das: una lucha anticolonial de los agraviados por la prdida de la autonoma poltica y lacerada por la explotacin econmica, la discriminacin social y la
postergacin cultural. Este fue el contenido, la esencia. El aspecto
formal, el discurso coyuntural, vari de acuerdo las pocas y circunstancias y no hay que confundir ste con aqul. En ese marco, en
nuestro territorio la lucha ms importarme de carcter anticolonial
fue la que encabezaron Tupak Katari y Bartolina Sisa, en 1871, lucha
que fue reivindicada por los movimientos indianistas y kataristas.
La lucha anticolonial de aquellos aos tiene que ver con varios
problemas. La emergencia econmica de Inglaterra y Francia llev a
estos pases a buscar nuevos mercados para sus productos, los cuales circulaban y se abran paso gracias a las nuevas rutas martimas
que se consolidaban por la accin de sus corsarios, que en definitiva eran piratas. Por su parte, Espaa buscaba rehacerse econmicamente por medio de las reformas borbnicas, las que implicaron la
elevacin de impuestos y un control frreo sobre el comercio, que
acrecentaron la explotacin de los indios. Ello contribuy a generar
un ambiente insostenible en las colonias espaolas.
Sinclair Thomson hace notar que el movimiento que lider
Katari est relacionado con una amplia serie de movilizaciones,
desconectadas, y en algunos casos circunstanciales, que se dieron
desde las primeras dcadas del siglo XVIII. Estos antecedentes
condicionan de modo determinante aquel hecho. Se puede decir,
usando una ya conocida frase, que se trata de un periodo de acumulacin poltica, el cual desembocar en una lucha anticolonial
ms radical posteriormente.
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Muchas de aquellas revueltas tenan que ver con temas de tributacin y de abandono de las comunidades. Por entonces, los indios
eran clasificados en tres grupos bsicos: los originarios, que eran
nativos de la comunidad y posean tierras por herencia; los agregados, que tenan tierras pero cuyos vnculos con la comunidad eran
ms flexibles; y los forasteros, que era gente recin asentada en la
comunidad y venida de otras partes47.
Los indios originarios (quienes vivan en sus comunidades de
origen), a diferencia de los indios agregados y forasteros (quienes
se incluan a determinada comunidad o que estaban circunstancialmente en ella, por diferentes razones), estaban obligados a pagar
mayores tributos y a trabajar en la mita, lo que ocasion que
muchos escapasen de sus comunidades, disminuyendo as el volumen de los tributos, pues ste se hallaba en relacin directa con la
poblacin originaria. Este fenmeno afect a varias comunidades
y se fue dando desde tiempo atrs; as, por ejemplo, se puede mencionar que en la provincia Pakaxa, el nmero de tributarios originarios en 1701 estaba muy por debajo del nmero de forasteros48.
La propia diferencia en obligaciones tributarias entre indios originarios, agregados y forasteros implicaba modos distintos de resistir o
escapar a tales obligaciones, pero, en determinados momentos, los
distintos tipos de resistencia y confrontacin podan coincidir y articularse, como sucedera en 1781. Adems, en aquellos tiempos las
comunidades estaban regidas por la autoridad de los curacas (a
quienes los espaoles prefirieron denominar caciques), quienes
ejercan su cargo por derecho hereditario; la revolucin india en
47 Sinclair Thompson, Un esbozo de una historia del poder y de las transformaciones polticas en el altiplano aymara. En:
El Estado desde el horizonte histrico de nuestra Amrica. Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia y UNAMPosgrado en estudios latinoamericanos, La Paz, 2013. p. 116.
48 Roberto Choque Canqui, Los aymaras y la cuestin nacional. En: El Estado desde el horizonte de nuestra Amrica, Coedicin entre la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia y la UNAM-Posgrado en estudios latinoamericanos, La Paz,
2013, p. 127. En la pgina 129 del mismo trabajo el autor agrega: La ausencia de originarios significaba el abandono de
tierras de comunidad, lo cual a veces con la composicin ocasionaba la enajenacin de una o varias partes de la comunidad a favor de personas de origen espaol o criollo y de esta manera el territorio comunal se reduca.
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te esa gesta se contrapone a las interpretaciones, sobre todo posmodernas, que en la actualidad interpretan la descolonizacin como una
vuelta a un hipottico pasado glorioso que tuvimos, y que se formulan en propuestas tales como la reconstitucin de los ayllus o la recuperacin de los valores ancestrales.
El investigador Sinclair Thomson dice que: Mis hallazgos indican
que, virtualmente sin excepciones, los caciques o seores nativos no
participaron en dichas movilizaciones en La Paz.53 Adems, el ejrcito aymara pudo funcionar porque entre el lder y la masa movilizada haban mecanismo de relacionamiento: haban ms de una
veintena de cabildos. No se trata de una turba, sino de un movimiento en el que emergieron estrategias y formas de lucha que
permitieron la movilizacin de grandes contingentes humanos.
Las diferencias existentes entre el movimiento que lider Tupaj
Amaru y que tras su ejecucin fue dirigido por su primo Diego
Cristbal Tupaj Amaru y el liderado por Katari fueron motivo de preocupacin de la familia de Amaru, quienes ya estaban al mando del
ejrcito inca, por lo que trataron de controlar a Julin Apaza, de quien
desconfiaban por su violencia y radicalidad. Con ese objetivo, Andrs
Tupaj Amaru, sobrino de Condorcanqui, se dirigi a La Paz, pero en
el trayecto conoci a Gregoria Apaza, hermana de Katari. Con ella
entabl un romance, logr tomar Sorata y luego inund el pueblo.
Fue Gregoria Apaza la que jug un rol mediador entre los dos
ejrcitos, y al parecer logr evitar que las tensiones llegaran a la
confrontacin. Ella, adems de ser casada, era casi diez aos mayor
que Andrs, quien tena aproximadamente veinte aos. Gregoria
influy mucho en las decisiones poltico-militares del sobrino de
Tupaj Amaru, quien le escriba cartas expresndole su amor con
palabras como: su ms afecto, quien te ama de corazn. Inga.54
Andrs, antes de retirase de Sorata, dej como representante suyo a
53 Ibid.
54 Citado por Marina Ari, op cit., p. 5.
55 Ibid.
56 Vase Marina Ari, op. cit.
57 Marina Ari, op. cit. p. 7.
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58 Manuel Moreno, Vida y memorias de Mariano Moreno, Buenos Aires, 1918; citado en: Liborio Justo (Quebracho), Bolivia:
La revolucin derrotada, Rojas Araujo Editor, Cochabamba, 1967, p. 47.
59 J. C. Chaves, Castelli, adalid de Mayo, Buenos Aires, 1967; citado en: Liborio Justo, op. cit., p. 49.
60 Liborio Justo, op. cit., p. 50.
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do de Imilla Imilla, le escribiera a Pando desde Taraco, tal vez porque all realizaba alguna actividad particular.
Al ser Severo Fernndez presidente constitucional de Bolivia,
dispona de los recursos econmicos y logsticos para encarar la
confrontacin con los federalistas encabezados por Pando, por lo
que ste trato de obtener armamento por el lado peruano y, como
ello no era suficiente, busc el apoyo de Pablo Zarate Willka, a
quien ya conoca desde tiempo atrs. Al momento de ingresar en el
territorio dominado por los hombres de Willka, las tropas constitucionalistas mostraron su total desconocimiento del terreno, llegando
incluso a perderse; tambin cometieron abusos. Consecuencia de
ello fue la masacre de ms de veinte soldados sucrenses en Ayo Ayo,
que provoc el miedo en sectores de la casta dominarte; pero los
hechos de Mohosa, en los que ms de un centenar de soltados que
defendan la causa de Jos Manuel Pando quien se supona era
aliado de Willka perdieron la vida en una masacre ritual70, conmocion y espant a la Bolivia criolla en general y, claro est, al
propio Pando. En una carta suya dirigida a Severo Fernndez
Alonso, fechada el 3 de marzo de 1899, se lee lo siguiente: nadie
ignora los males que esta guerra interna est causando; a estos
males se puede aadir, como resultado inevitable, la guerra de
razas, que ahora viene desde el impulso de la raza indgena.71
La situacin lleg a tal punto que, por la masacre de Ayo Ayo,
Pando ya no vio como enemigo a Fernndez Alonso, sino a Zarate
Willka y, en general, a la raza indgena. El desarrollo de estos acontecimientos mostrara las aspiraciones de los aymaras movilizados.
En Peas, provincia Paria de Oruro, se dio un fenmeno que no
puede ser pasado por alto. En el mes de abril de 1899 se form un
gobierno aymara. El presidente fue Juan Lero, teniendo como miem70 Forrest Hylton, Tu tiempo se acab, ahora es el nuestro: Confederacin insurgente, guerra de razas, y formacin del
Estado liberal en la guerra federal de Bolivia. En: revista La Migraa, n 8, Vicepresidencia del Estado Plurinacional de
Bolivia, 2013, p. 40.
71 Citado por Forrest Hylton, op. cit.
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76 Esteban Ticona, Eduardo Leandro Nina Quispe: El emancipador, educador y poltico aymara. En: La Migraa, n 7, Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2013, p. 64
77 Ibid., p. 70.
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En todos estos procesos encontramos rasgos que deben ser resaltados. Por ejemplo, Tupak Katari es capturado porque lo traiciona
Tomas Inka Lipe o cuando Tupak Amaru est por tomar Cusco, se
enfrenta no a un ejecito espaol, sino a un ejrcito indio dirigido
por Mateo Pumacahua; el propio Zarate Willka casi cae preso y
pierde la vida en manos de comunarios de Umala. Es decir que en
las luchas que desarrollan los movimientos indios, por lo general
estos tambin se encuentran enfrentados con otros indios, quienes
defienden el poder establecido.
Por otra parte, es resaltable que, al igual que las gestas del ejrcito aymara de Zarate Willka, en las hazaas de Tupak Katari se
manifestaran tambin otras formas de lucha, algunas locales, otras
de alcance mayor. Tenemos as iniciativas como la de Chachawayna,
quien antes de que se extienda la ciudadana en Bolivia vea que la
superioridad demogrfica india poda convertirse en mayora poltica y as los indios podran llegar a gobernar mediante la fuerza del
voto mayoritario; o el caso de Nina Quispe, quien constat, como
muchos otros, la ventaja de que el indio empue el alfabeto.
Adems, la base social que dio cuerpo a las fuerzas militares en la
Guerra del Chaco muestra cmo se dispona de los indios. El propio Congreso Indigenal, siendo organizado por un gobierno nacionalista, evidencia que si alguien quiere realizar cualquier tipo de
cambio en este pas debe recurrir al indio. Casi siempre la relacin
de los gobiernos, o de quienes son factor de poder, con el indio, ha
implicado tratar a ste como masa manipulable; pero esto depende
tambin de quien, por fallas a ser remediadas por l mismo, todava
se deja manipular.
La historia de Bolivia sera inentendible sin el peso no solo
poblacional, y por lo mismo por la importancia de las contribuciones indgenas, sino tambin sin el papel poltico que juegan los
movimientos indios, unas veces apuntando al cambio, otras subordinados al poder establecido; a veces articulados y otras confrontados entre s.
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3. La Revolucin Nacional
de 1952 y Laureano Machaca
Cmo determinar cul es el origen del movimiento poltico indgena contemporneo?
Como vimos anteriormente la historia de Bolivia es plena en
interacciones con los movimientos indgenas: Levantamientos,
revueltas y guerras indgenas. A pesar de que el rasgo general de
este fenmeno es la lucha por la descolonizacin (lo que podra
hacer suponer una relacin exclusivamente antagnica e incompatible entre los indgenas y la sociedad boliviana), cada una de estas
manifestaciones indgenas est determinada, en su forma y en el
contenido especfico de sus reivindicaciones, por las condiciones
poltico-sociales por las que atraviesa la sociedad dominante, sea en
el perodo colonial o en el republicano.
Por tanto, a medida que se desenvuelve el tiempo histrico, la
descolonizacin indgena se amalgama cada vez ms con el destino
de la sociedad criolla. De la misma manera que en pocas anteriores
haba mutuas afectaciones entre los movimientos indgenas y no indgenas, esa interaccin ser cada vez ms importante respecto a la
iniciativa estatal boliviana en la medida en que el Estado criollo vaya
fortalecindose, al ir resolviendo sus contradicciones internas.
Debemos por tanto definir al movimiento indgena contemporneo como aquel que surge como reaccin al intento ms contundente por transformar las estructuras sociales en el siglo XX y que
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se lleva adelante con la instauracin del Estado nacionalista, despus y gracias a la Revolucin del 9 de abril de 1952. O, desde otro
punto de vista, se podra decir que el movimiento indgena contemporneo surge de las limitaciones del proyecto nacionalista instaurado a partir de la Revolucin Nacional; emerge de las imposibilidades inherentes de tal proyecto.
La Revolucin de 1952 dio pie a la trasformacin en las estructuras del poder poltico, a partir de la cual se intent modificar la
economa nacional mediante la nacionalizacin de las minas: El
Estado se convirti en el agente econmico dominante. Se trat de
resolver el problema del indio, convirtiendo a ste en ciudadano,
va su realizacin como productor agropecuario: La reforma agraria
deba ser la agente de esa transformacin. Sin embargo, adems de
las otras reformas importantes que realiz, como la educativa, el
objetivo final del MNR partido que supo posicionarse en la
Revolucin de 1952 y que administr el gobierno despus del 9 de
abril era lograr la integracin nacional; su objetivo era crear, finalmente, la Nacin y edificar un Estado que no fuera solamente aparente. Se trataba de modernizar el Estado. Por este objetivo tenan
sentido todas las dems reformas.
El eje transversal de toda esta poltica era el tema del indio, pues
para el imaginario poltico de entonces ste representaba el atraso
del pas. Por lo tanto, desarrollo implicaba transformar al sujeto
que retardaba a Bolivia. El MNR decidi tratar este asunto en dos
niveles: a travs de la reforma agraria y mediante una poltica de
reivindicacin del mestizaje como elemento articulador de la nacin.
La reforma agraria consista fundamentalmente en transformar al
siervo en propietario con derechos sobre la parcela que trabajaba,
buscando as convertir al indio en campesino, lo que se pensaba
sera el basamento material que exorcizara los riesgos ideolgicos
que conllevaba considerar al indio como un pueblo distinto, como
una cultura diferente y como otra raza. Simultneamente, implicaba la ciudadanizacin del campesino como propietario individual y
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nizadas (y agradecidas), prestas a defender al rgimen; pero pronto se constat que poda despertar contradicciones que se crean
superadas e incidir en formas nuevas de acceso al poder. As, el
sindicalismo se convirti al mismo tiempo en cerrojo y llave de la
emancipacin del indio.
En general, los cambios que se dieron desde 1952 fueron formando el terreno que dara lugar a la formacin de los movimientos
indianistas y kataristas. Pero un hecho mostrara que los cambios no
solo se operaban a nivel estatal o en la forma de instrumentalizacin
de los campesinos.
En 1956 el MNR se top con la sorpresa de que estuvo a punto
de sucumbir bajo un ejrcito indio que se haba organizado bajo el
mando de Laureano Machaca Khota, quien se aprestaba a dirigirse
hacia la sede de gobierno. Laureano Machaca era un aymara nacido
en 1928 en el ayllu Khupi, comunidad de Majalaya, provincia
Camacho del departamento de La Paz85. Inteligente y emprendedor,
fue uno de los iniciales frutos de la primera escuela adventista en
esa provincia: Caamuri86; logr ingresar al Colegio Militar del
Ejrcito, hecho inusitado sobre todo si tomamos en cuenta que hasta
nuestros da el acceso a esa institucin por parte de los indgenas es
todava dificultosa.
Pocos meses antes de la Revolucin de 1952 Laureano retorn
a su comunidad. Por razones todava no plenamente esclarecidas,
no volvi al Colegio Militar, sino que empez su ascenso como
dirigente sindical. Bajo el impulso del ambiente creado por esa
Revolucin en la cual se produjeron espontneas intervenciones
indgenas de las haciendas Laureano organiz a su comunidad,
primero, y luego a las vecinas, en comandos emenerristas, como
85 Pedro Callisaya, La vida de Lawreano Machaca (1928-1956). Tesis para la obtencin de grado, Carrera de Historia de
la UMSA, La Paz, 2012. Los datos sobre la fecha y lugar de nacimiento de Laureano Machaca que brinda Pedro Callisaya
parecen los ms slidos; anteriores trabajos informan que el lugar de nacimiento de Machaca fue la comunidad de Peqachi
(Picachi) y la fecha 1926, basados en los datos proporcionados en uno de los primeros libros sobre Laureano Machaca:
Alfonsina Paredes, El indio Laureano Machaca, Ediciones Isla, La Paz, 1977.
86 Pedro Callisaya, op. cit. p.
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era normal en ese entonces. Estos comandos eran grupos organizados de vecinos citadinos, comunarios rurales y obreros sindicalizados, que se comprometan a defender al rgimen, garantizando
una movilizacin rpida y efectiva a su favor. El gobierno los aprovisionaba de armas, lo que se vea favorecido por la desestructuracin del ejrcito en ese perodo.
Estos comandos, adems de servir de sostn al gobierno, utilizaban
su organizacin y sus recursos de fuerza para sus propios fines: los
comandos campesinos para avasallar las haciendas de los expatrones,
pues se hallaban exacerbados por la lentitud de la reforma agraria y
estaban acicateados por la posibilidad de saldar, de alguna manera,
cuentas con la centenaria opresin colonial; los comandos obreros
sobre todo los que estaban controlados por los partidos radicales de
izquierda para intervenir centros de trabajo y as radicalizar la
Revolucin Nacional de manera que se convirtiera en revolucin
social. Laureano tambin utiliz los comandos para sus propios objetivos, solo que stos eran mucho ms audaces y trascendentes: Quera
ser el primer presidente de una Repblica Aymara.
Machaca, comprendiendo las posibilidades que se haban abierto, pretenda utilizar al MNR de la manera en la que histricamente
el criollo haba utilizado al indio. Vea que los obreros y campesinos
que haban encumbrado a ese partido al poder a costa de esfuerzos
y de sangre, eran ahora relegados, mientras las autoridades blancoides y mestizas copaban los puestos de mando poltico y administrativo en el nuevo gobierno. Pregonaba a sus bases: As como nos
han utilizado, ahora nosotros los tenemos que usar87. Tena muy
claro que, en el juego poltico que se haba configurado, quienes
eran instrumentalizados tambin podan sacar provecho de esta
relacin, si cambiaban el rol que se les haba asignado.
Machaca, quien vesta siempre botas y capa militares, transform los comandos emenerristas en un verdadero ejrcito autno87 Pedro Callisaya, op. cit. p.
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98 A pesar de estar subyugado el sindicalismo campesino al poder oficial del gobierno del MNR, no cesaron las contradicciones internas que en algunos casos adquirieron tientes dramticos, como con la muerte de los dirigentes Facundo Olmos y
Pedro Rivera, asesinados por su posicin de independencia que tomaron en el Congreso de Cochabamba luego de abandonar el congreso campesino de Santa Cruz [1953] rechazando ser dirigidos por el oficialismo. Entrevista a Juan Lechn
Oquendo: Los campesinos han adquirido una gran conciencia poltica. En: Tupaj Katari, La Paz, noviembre 1978, p. 2.
SEGUNDA PARTE
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Este manifiesto ratifica los principios del acta de fundacin, desarrollando algunas ideas polticas nuevas. Entre las ms relevantes est
la afirmacin de que el PAN es sustentacin propia del campesinado
boliviano, el cual: Por la primera vez en la historia participar en la
escena y vida poltica de la Nacin debido al derecho por la autodeterminacin poltica de su clase. Esa autodeterminacin no es
realmente clasista campesina, pues el 98% de los artesanos son excampesinos, el 100% de obreros fabriles y mineros son ex-campesinos, finalmente Campesinos y pueblerinos han dado el 99% de los
mejores intelectuales en el pas. La palabra india o indio no parece
en el manifiesto y es reemplazada conceptualmente por el trmino
campesino. As, cuando el Manifiesto afirma que el PAN es la primera
expresin poltica del campesinado que aparece en Bolivia (Punto 1
del Manifiesto del Partido Agrario Nacional de Bolivia), se confirma
que ese partido fue la manifestacin poltica indianista primigenia en
este pas. El uso de la palabra campesino tambin nos remite a la
fuerza que tuvo el discurso del MNR respecto a los indios y a como
los fundadores del PAN estaban en los inicios de un cuestionamiento
al orden social y a las formas de ser nombrados.
El manifiesto indica tambin que una de las razones histricas de
su nacimiento fue el fracaso de los postulados de la Revolucin del
9 de abril de 1952, conducida por el MNR:
Que no obstante el triunfo de la revolucin del 9 de abril hecha
por los trabajadores fabriles y otros sectores de trabajadores y finalmente el triunfo hecha por los campesinos de Bolivia, hoy estamos
siendo pagados con ingratitudes, engaos y falta de garantas para los
dirigentes sindicales: del Campesinado, del Minero y de los Fabriles,
que son encarcelados y perseguidos por la polica de la nueva rosca
(punto 3 del Manifiesto del Partido Agrario Nacional de Bolivia).
Ese fracaso hace parte de una continuidad histrica que lleva
necesariamente a reflexionar sobre la naturaleza colonial de Bolivia:
De norma nos ha servido en este caso el fracaso de los gobierno:
GAMONALES (Aristcrata Feudal), de la Burguesa financiera y la
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to. Empero, la importancia de esta pregunta es grande, pues el contenido de tal documento evidencia que el redactor fue alguien que
saba de historia y tena fuerte influencia del indigenismo. Tambin
resalta el ordenamiento del documento, lo que hace ver que su
redactor era alguien con experiencia en la elaboracin de
documentos de esa ndole.
En su autobiografa, Fausto Reynaga se atribuye la autora del
documento fundador del PAN. Uno de los iniciadores de este partido
y firmante de sus documentos nacientes fue Jos Ticona. Fausto seala: Ticona se sinti con derechos para ser presidente de Bolivia. Con
este propsito busc y agrup a sus ex alumnos y amigos indios.
Acordaron fundar el Partido Agrario Nacional (PAN). El acta de fundacin yo lo redact en un castellano rimbombante y culterano, tal
cual exiga la misteriosa comisin que visit mi choza.107
Si esa afirmacin es exacta, confirmara que Reinaga fue ajeno a
la estructuracin del PAN y su participacin se habra restringido a
redactar alguno de sus documentos fundadores. Incluso esta ltima
aseveracin (Fausto Reinaga como redactor del Acta de Fundacin
del PAN) no puede ser enteramente admitida sin confrontarla con
otras fuentes, pues Fausto Reinaga en sus afirmaciones muestra un
particular concepto sobre la verdad de algunos acontecimientos, tal
como lo veremos en el captulo dedicado a su persona.
De todas maneras como veremos tambin posteriormente
ambas personas (Constantino Lima y Fausto Reinaga) influiran en
el futuro del movimiento indianista y katarista con una relacin
intensa en sus inicios, y calamitosa y de ruptura en sus postrimeras.
Otra reflexin a la que nos conduce la fundacin del PAN es la
relatividad de los datos que sobre l se tienen y lo que ello puede
significar.
La historia y sociologa boliviana son en gran manera reflejo de
las contradicciones que tensionan nuestra realidad social. En socie107 Fausto Reinaga, Mi vida, Fundacin Amatica Fausto Reinaga, La Paz, 2014.
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promovido por el MNR desde el Estado, ideario en el que se presenta tal lugar como cuna de la nacin y obra de la raza aymara.
Esta idea parece haber sido tomada muy en serio por quienes formaron el Partido Indio de Aymaras y Keswas. Es importante tener
en cuenta que hasta ahora se cuestiona el andino-centrismo en
Bolivia, pues la imagen que del pas se fue construyendo a travs
del discurso del nacionalismo revolucionario remita Bolivia al paisaje altiplnico, a los mitos andinos, a las ruinas de Tiwanaku, a la
imagen de algn indiecito vistiendo poncho y tocando quena, las
ms de las veces acompaado de una llama. En general, el indio y
su cultura fueron presentados como el glorioso pasado de la nacin
boliviana; una imagen de postal que fue profusamente exportada.
Sin embargo, este andino-centrismo no fue producido por los indios
que habitaban y habitan en los Andes. El hecho de que el PIAK se
funde en Tiwanaku parece retomar ese estereotipo ideolgico, pero
dndole legitimidad, al cambiar la imagen turstica del indio y sus
ruinas, por la del sujeto poltico que se organiza para luchar en lo
que se considera un lugar sagrado.
En los fragmentos que Reinaga ofrece del documento de fundacin del PIAK se encuentran asuntos muy llamativos: En Peas, a
horas doce del da quince de noviembre de mil novecientos sesenta
y dos, en el mismo sitio, en que hace 181 aos atrs (15 de noviembre
de 1781) fue descuartizado TUPAC KATARI; juramos vengar su sangre,
proseguir y ejecutar su obra: la liberacin de la raza india. Y con este
objeto y fin fundamos el PARTIDO INDIO DE AYMARAS Y KESWAS
(PIAK); instrumento ideolgico, poltico y blico que, derrotando a
nuestro enemigo secular: el cholaje har el milagro del renacimiento de la cultura kollainkaika, la que asimilando intususceptivamente
la heredad universal y humanista, abrir todas las posibilidades de la
ingnita potencia de nuestra sangre y de nuestro espritu, para el bien
de la patria del Kollasuyu, de Amrica y el mundo 111
111 Ibid.
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1 Que la Reforma Agraria para los indios debe y tiene que ser
la total liberacin de su raza;
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2 Ningn partido del cholaje boliviano tiene capacidad conciencia y voluntad para dar libertad al indio. La liberacin del
indio ser obra del mismo indio.115
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116 Ver Manifiesto del Partido Indio de Bolivia de Fausto Reinaga, p. 107.
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117 Diego Pacheco. El indianismo y los indios contemporneos en Bolivia, Hisbol/MUSEF, La Paz. 1989. pgs. 22, 23.
118 Pacheco indica tambin: El Partido Indio de Bolivia constituye histricamente la fraccin ms antigua del indianismo en
nuestro pas. (op. cit. p. 34). Cmo lo que origina puede ser fraccin de lo que es originado?
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incidentalmente, sobre el PIAK, y lo hace a travs de una nota aclaratoria de ese prrafo. En esa nota reproduce lo que sera el Acta de
la Fundacin del Partido, de la cual ya citamos varios fragmentos.
En el acta misma no se habla para nada del PIB y nicamente del
PIAK; adems, y esto no debe pasar inadvertido, no se indica los
nombres de los firmantes. Inmediatamente despus, Reinaga reproduce lo que sera la Frmula de juramento, en la que se aparece
la sigla PIB: Si as lo haces [si cumples el juramento] los Dioses de
la raza, el CEC del Partido te premien y si traicionas, el Inti y la
Pachamama, los Manes de los Mrtires y la Justicia del PIB te castiguen quitndote la vida. Amn.125 Es decir que el acta lleva el
nombre del PIAK, pero el juramento se lo hace con la sigla PIB, lo
que muestra cierta incoherencia en la historia del PIAK que Reinaga
presenta.
Para mayor sorpresa aun, en seguida se transcribe el primer
documento pblico del nuevo partido, de fecha 1 de enero de
1963, en el que nuevamente no hay nada de PIB y s de PIAK: El
PIAK no es un partido ms en la epidemia de las minifundizacin
poltica del pas, no. El PIAK es la marcha soberbia y grandiosa de
la raza india; el nico que lleva en el alma y la sangre a la Patria.126
El asunto al mismo tiempo se clarifica y se enturbia cuando leemos ms abajo que: En 1966 (8 de julio) el partido tom definitivamente el nombre de PARTIDO INDIO DE BOLIVIA (PIB).127 El que
se afirme que el partido tom definitivamente el nombre de PIB,
parece expresar que no haba estabilidad en la organizacin, por lo
menos en lo que a su nombre se refiere, aspecto muy importante
de cualquier partido. Es llamativo que Reinaga coloque la lista de la
nueva conformacin directiva del PIB, pero que cuando transcribe
parte del acta de fundacin del PIAK omita los nombres de los fun125 Fausto Reinaga, op. cit. p. 483
126 Documento del Comit Ejecutivo Central del PIAK (CEC). En: Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, ediciones PIB, enero
1970, p. 106. Firman ese documento Rosendo Condori y Tania Cruz.
127 Fausto Reinaga, op. cit. p. 484
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132 Ultima Hora (edicin especial Bodas de Oro), La Paz, abril de 1979, sin pgina.
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tambin relata una reunin del general Ovando, entonces presidente de Bolivia, con Raymundo Tambo, lo que parece indicar la importancia que ste tena.
Volvamos al tema de Tupak Katari, el mximo lder aymara. El
testimonio que nos brinda Rengel presenta un contraste muy fuerte
con lo que dice Javier Hurtado, quien afirma al referirse a Tupak
Katari que: La fecha de la inmolacin y la sentencia del caudillo al
momento de morir qued grabada en la memoria colectiva del pueblo aymara143. Contrariamente, Teodomiro Rengel, quien fue parte
de los sindicatos campesinos a los pocos aos de la Revolucin
Nacional, dice que fue cuando Raymundo Tambo pidi un minuto
de silencio en honor a mximo lder aymara que es cuando por
vez primera se da un grito con el nombre de Katari en la provincia
Aroma, esa misma provincia que Hurtado la presenta como un lugar
donde: A diferencia de otras zonas aymaras los campesinos indios
de Aroma no han borrado de su memoria estas tradiciones que perviven como leyendas que los ancianos transmiten a los jvenes.144
Se confrontan dos visiones, una terica la de Hurtado, propensa
a crear una mitologa al servicio de una causa, y otra militante la
de Rengel, que ubica las historias en el marco real y concreto de
las luchas sociales en las que est involucrada: No necesita fabular,
pues ello puede ser perjudicial para el trabajo social en el que est
empeada. En contraste, Hurtado cree en el mito de la memoria
larga, sin buscar esclarecer quienes y para qu fines alargaron esa
memoria.
Sobre Jenaro Flores, Hurtado brinda informacin interesante.
Hemos visto cmo este conocido dirigente empez su carrera sindical trabajando con el Pacto Militar-Campesino. De qu manera
transit hacia el katarismo? Hurtado nos informa que su contagio
por las ideas kataristas se dio al parecer por su relacin con uno de
140 Ibid.
141 Ibid.
142 Ibid.
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de carcter estrictamente ideolgico y, el otro, de carcter polticosindical. El primero es la publicacin de un libro en 1970, La
Revolucin India, libro que ser y sigue siendo un referente muy
importante en la toma de conciencia indianista. Este trabajo debe ser
entendido como parte del proceso que empieza a inicios de los
aos 60 y en el que el autor, Fausto Reinaga, plasma ideas y problemticas que van a ser asumidas por otras generaciones. Este punto
lo tocaremos en el apartado dedicado a Fausto Reinaga.
El otro fenmeno, que es de carcter poltico-sindical, tiene como
mxima expresin la participacin de los principales personajes
indianistas de este periodo en el VI Congreso Nacional de la
Confederacin Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia
(CNTCB), que se realiz el 2 de agosto de 1971, en Potos, durante
el gobierno de Juan Jos Torres. En efecto, Constantino Lima, Fausto
Reinaga y Raymundo Tambo participaron en dicho evento. Tambin
es importante apuntar que en aquel Congreso estuvo presente
Felipe Quispe Huanca, quien en entonces no era militante indianista, pero s dirigente de su comunidad.
Este Congreso, segn se cuenta, fue dirigido por Raymundo
Tambo y en l Jenaro Flores fue electo como nuevo ejecutivo de la
Confederacin Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia
(CNTCB). Javier Hurtado menciona que el documento [del Congreso]
anunciaba incluso la inminencia de una revolucin india contra el
propio proletariado147. Hay que considerar algunos hechos anteriores a este evento para hacerse una idea de su importancia.
Recordemos que el general Ren Barrientos, personaje muy carismtico y que logr ganar la simpata de muchos sectores campesinos, lleg al gobierno mediante un golpe de Estado en 1964 y su
mandato de facto se extendi hasta 1969. A finales de los aos
sesenta, con el intento de imponer el Impuesto nico Agropecuario,
la dictadura militar encabezada por Barrientos, sin proponrselo,
147 Ibid, p. 51
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evidenci los lmites de la subordinacin campesina que haba inaugurado el MNR y que fuera la base para imponer el Pacto Militar
Campesino148. Por este impuesto, en 1968 Barrientos fue abucheado por los colonizadores del norte de Santa Cruz y, poco despus,
casi fue apedreado por los aymaras de Achacachi.149 Tambin es
importante mencionar que, en Oruro, en 1968 hubo un ampliado
en Toledo, capital de la provincia de Saucar, donde se desconoci
a los dirigentes oficialistas por su traicin con lo del Impuesto nico
y se conform un comit ad hoc encabezado por Macabeo Chila,
quien ms tarde sera katarista.150
En Bolivia se viva un periodo en el que el gobierno militar
comenzaba a agrietarse y las fisuras que se abran eran espacios
propicios para la articulacin de movimientos que luchaban contra
la dictadura. En ese escenario lleg al gobierno el General Alfredo
Ovando Candia, el 26 de septiembre de 1969, mediante un golpe de
Estado. La medida ms recordada de Ovando fue la nacionalizacin
de la Gulf Oil; esta ocasion que el gobierno enfrentara la reaccin
de los sectores ms conservadores del pas. En 1970 Alfredo Ovando
fue derribado por un golpe encabezado por una junta militar, ante
lo cual la Central Obrera Boliviana convoc a una huelga. En acto
poltico notable, [Juan Jos] Torres proclama la resistencia a esa
junta, convoca a los obreros y se hace presidente.151
El protagonismo de la COB en el ascenso del general J. J. Torres
al gobierno es bastante conocido, pero Javier Hurtado hace notar
que lo que se desconoce, empero, es que en el ascenso de Torres
estuvo tambin comprometida una movilizacin campesina, en la
provincia Aroma, dirigida por el katarismo [ojo que se refiere al
movimiento indianista que an no se haba dividido] y encabezada
148 El momentum del poder militar fue signado por el Pacto Militar Campesino. Ren Zavaleta, pp. 139
149 Esteban Ticona, op. cit., p. 40
150 Javier Hurtado, op. cit., p. 46
151 Ren Zavaleta, El poder dual, Los Amigos del Libro, Bolivia, 1987, p. 185 (nota 1).
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155 Op. cit., p. 38. As y desde entonces, la sigla de la federacin departamental es FDTCLP-TK (Tupaj Katari).
156 Entrevista a Teodomiro Rengel el 9 de septiembre de 2014.
157 Javier Hurtado, op. cit., p. 43.
158 Op. cit., p. 43.
159 Javier Hurtado, op. cit., p. 44.
160 El 27 de mayo de 1969 se form el Centro de Coordinacin y Promocin del Campesinado, MINKA. Esta misma organizacin
public, en 1978, tres mil ejemplares del libro Tawantinsuyu, cinco siglos de guerra contra Espaa de Ramiro Wankar
Reynaga, hijo de Fausto Reinaga.
161 pp. 38.
162 Javier Hurtado, op. cit., p. 54.
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campesina era la del BIC [Bloque Independiente Campesino], encabezada por viejos dirigentes lechinistas, demcratas cristianos y
marxistas que no tenan una representatividad real ni imponente.163
En tal situacin, el 1 de mayo del 1971, durante el gobierno militar de Juan Jos Torres, se instala la Asamblea Popular, a la que no
se permiti el ingreso de los indianistas. A decir de Zavaleta la
Asamblea Popular de Bolivia fue la ms avanzada experiencia estatal
de la clase obrera de Amrica Latina164. Cuando Zavaleta se refiere
a la participacin campesina en la Asamblea dice: se tuvo que trabajar sobre la realidad de la inercia conservadora de un campesinado atrasado y satisfecho con la tierra. No es pues la ausencia cuantitativa sino la ausencia cualitativa del campesinado lo que afecto el
poder de la Asamblea.165
Lo que no logr percibir Zavaleta es que entre el campesinado
atrasado haban quienes estaban insatisfechos y luchaban contra la
forma en la que estaban siendo subordinados; esto tampoco ser
percibi por quienes llevaban adelante la Asamblea Popular. Si la
izquierda, salvo excepcin, no supo diferenciar entre Barrientos,
Ovando y Torres, mucho menos poda haber percibido las diferencias inter-campesinas166. En la Asamblea, donde trataban de cambiar el pas, no se percataron de las disputas polticas que se daban
en el sindicalismo campesino, pues no conocan a ese pas que
pretendan cambiar. Tanto el PCML como el POR se opusieron
rotundamente a que ingresaran los kataristas.167
El 1 de mayo de 1971 se da un acto muy llamativo y que no se
puede dejar de lado. La Federacin Departamental de Trabajadores
Campesinos de La Paz-Tupaj Katari (FDTCLP-TK), con sus afiliados,
marchan por las calles de La Paz en homenaje al da del trabajador:
163 Op. cit., p. 42.
164 Ren Zavaleta, pp. 138.
165 Ren Zavaleta, p. 140.
166 Javier Hurtado, p. 43.
167 Javier Hurtado, p. 48.
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Ponchos, lluchus, zampoas y tarkas dieron un contenido autnticamente andino al evento internacionalista del proletariado.168 En
esta movilizacin campesina, el gobierno del General Torres
mand repartir afiches con imgenes de lderes del gobierno, pero
los afiches fueron ocultados bajo sus ponchos y en vez de ellos los
campesinos levantaron miles de coloridos afiches con los iconos de
Tupaj Katari y Bartolina Sisa.169 Para entonces, ya haba una efervescencia en torno a la identidad y a la figura histrica de Tupak
Katari y esto responde a la dcada anterior, al periodo formativo que
se da en los aos 60.
En ese ambiente se desarroll el VI Congreso de la Confederacin
Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CNTCB), el 2 de
agosto de 1971 en Potos, y cont con casi 600 participantes. Como
ya mencionamos, en tal evento estuvieron presentes Raymundo
Tambo, Constantino Lima, Fausto Reinaga, Jenaro Flores, etc. En este
Congreso la presencia de Fausto Reinaga no era bien vista por los
grupos marxistas. Felipe Quispe, quien estuvo presente ah, cuenta:
La delegacin de La Paz, estaba conformado por militantes del
Partido Indio de Bolivia (PIB), dirigido por el Amawta Fausto
Reinaga. De esa manera, fue el blanco de ataque, de amedrentamiento por parte de UCAPO [Unin de Campesinos Pobres, organizacin de tinte maoista] y hasta casi llegan a secuestrario de este
evento sindical. El craso error que cometi Reinaga fue la tesis de
contenido indianista que present al Congreso. Era un documento
histrico diferente a las tesis elaboradas por los marxlogos.170
El testimonio de Quispe es importante porque nos permite tener
una idea de cmo era visto Fausto Reinaga. Era alguien peligroso
por sus ideas indianistas, por lo que incluso trataron de secuestrarlo.
Ello evidencia que las ideas de Reinaga ya eran acogidas en muchos
168 Javier Hurtado, p. 48.
169 Javier Hurtado, p. 49. El autor nos aclara en la nota 20 que Los afiches fueron hechos en la imprenta Qelco de Oruro,
entonces propiedad del INDICEP. El pintor es Vargas Cuellar, p. 281.
170 Felipe Quispe, El indio en escena, pp. 24.
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sectores, por lo que se trat de evitar que Fausto siguiera influenciando a los campesinos. Empero, al final, el documento que sali
de este evento tiene una clara influencia indianista: el documento
anunciaba incluso la inminencia de una revolucin india contra el
propio proletariado.171
Otro asunto que nos relata Felipe Quispe se refiere a la influencia
del gobierno de Torres en tal Congreso: En el Congreso fue notoria
la presencia del gobierno militar, hasta el extremo de que el Ministro
de Asuntos Campesinos, Mario Candia Nava, entraba y sala del plenario, tratando de vigorizar a cualquier precio el Pacto Militar
Campesino.172 Se puede decir, de modo hipottico, que la presencia e influencia del gobierno en el Congreso obedeca a que el
general Torres buscaba poder controlar la CNTCB para poder hacer
frente, no solo a la Asamblea Popular, sino tambin para poder
enfrentar el golpe de Estado que ya se anunciaba desde Santa Cruz.
Adems, aun no queda esclarecida la relacin de Torres con Tambo
y Reynaga, y la importancia de esta relacin en el desarrollo del VI
Congreso de la CNTCB en el que Jenaro Flores fue electo ejecutivo
del ente sindical.
Luego del mencionado Congreso, el 12 de agosto de 1971,
Raymundo Tambo, junto a otras personas, formaron el Centro
Campesino Tupaj Katari (CCTK).
Ante los anuncios del golpe militar que se producan desde Santa
Cruz, la nueva dirigencia de la CNTCB llam a la formacin de un
ejrcito para defender al gobierno de Torres. El 21 de agosto de
1971, el entonces coronel Hugo Banzer Suarez ejecut un golpe de
Estado, inaugurando su dictadura que se extendera hasta 1978. En
aquel proceso, a decir de Ren Zavaleta Mercado, la izquierda mostr una gran inmadurez.173 Siendo que aquel golpe signific el fin
de un gobierno que haba dado ciertas concesiones, Zavaleta consi171 Javier Hurtado, op. cit., p. 51
172 Felipe Quispe, El indio en escena, pp. 24.
173 Ren Zavaleta, op. cit., p. 231.
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En 1964, Reinaga public El indio y el cholaje boliviano; es importante cmo se refiere Reinaga a este libro, pues cuando habla de l
lo hace en los siguientes trminos: cuando llegu a la plenitud de
mi conciencia indianista.186
Al parecer, en la segunda mitad de los aos 60, segn versin de
Reinaga, fue invitado por las Fuerzas Armadas para dar una charla:
mis ideas, mi palabra han resonado dentro del aula magna de la
ESCUELA DE LOS ALTOS ESTUDIOS MILITARES del Ejercito de
Bolivia.187 Fui invitado y dict (9-7-69) dos conferencias sobre el Indio
y su Revolucin188. Reinaga tambin asiste al VI Congreso de la
CNTCB (2 de agosto de 1971) y va perfilando la idea de Pacto Militar
Indio. Hasta al ao en que se realiz ese Congreso, l ya haba publicado La intelligentsia del cholaje boliviano (1967), El indio y los
escritores de Amrica (1968), La Revolucin India (1970), el Manifiesto
del Partido Indio de Bolivia (1970) y Tesis India (1971), siendo los tres
ltimos libros lo ms representativo de su pensamiento indianista.
En 1974 public Amrica india y Occidente, libro que fue traducido al francs y publicado en ese pas en 1979. En este libro ya se
perfila con nitidez su alejamiento del indianismo y la formulacin
de su pensamiento amutico. El 7 de septiembre de 1977 Reinaga
reuni en su choza de Villa Pabn a gente norteamericana, europea
y sudamericana y cre la CIM,189 Comunidad India Mundial. En
1980, Fausto Reinaga se distanci explcitamente del indianismo.
Una de las razones principales para este distanciamiento fue la rea186 Fausto Reinaga, Tesis India, Impresiones Wa-Gui, La Paz-Bolivia, 2006, p. 95.
187 El deseo de articular la Revolucin India con las Fuerzas Armadas fue una obsesin comn de Fausto Reinaga y de Guillermo Carnero, como lo demuestra su correspondencia. Guillermo Carnero fue el iniciador de esa obstinacin, al tratar de
involucrarse en el gobierno nacionalista de Velasco Alvarado (1968-1975). Reinaga, por su parte, indica a Carnero: No ves
acaso que el General Velasco ha enarbolado a Tupaj Amaru? No ves acaso que el General Ovando ha dicho en la Puerta
del Sol de Tiwanaku, que la historia debe rehacerse mirando este momento; desde aqu; y no desde Washington, Pars, ni
Mosc? Cf. Fabiola Escrzaga, op. cit., p. 112.
188 Fausto Reinaga, La Revolucin India, p. 202. En la revista Amauta n 1, en la pgina 8, se dice: En Peas, Reinaga funda el
PIB (Partido Indio de Bolivia), partido que con el presidente Torres llega al Paco Militar-Indio. Y en la Tesis India, Reinaga
dice: el indianismo se propone convertir al ejecito de Bolivia en un ejrcito Indio, p. 45.
189 Amauta, rgano de la Comunidad India Mundial, n 1, Impreso en Editora Urquizo, La Paz, 1979, p. 28.
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actitud crtica al marxismo inicia su rumbo hacia un indianismo radical; y la tercera etapa es la universalizacin de pensamiento
amutico indio como nica opcin para salvar a Bolivia y la humanidad del desastre total.195
Nosotros creemos que se puede hacer una divisin en la produccin intelectual de Reinaga en dos bloques generales: a) una
primera etapa en la que la preocupacin fundamental es lo nacional, el Estado y el imperialismo, que empieza con su primer libro
Mitayos y yanaconas y culmina con su Tesis India, y b) una segunda etapa en la que la preocupacin fundamental es el fin de la vida
en el mundo, por el peligro del calentamiento de la Guerra Fra,
que empieza con el libro Amrica india y Occidente (1974) y contina hasta su ltima obra: Pensamiento indio (1991); esta ltima
etapa, lo veremos despus, est determinada por la relacin de
Fausto con los movimientos indianistas. Por supuesto que esta
diferenciacin no debe ser entendida como si hubiera un muro
que separara a los periodos que proponemos, puesto que aspectos de cada uno se pueden encontrar en el otro, pero en situacin
diferente. Cabe mencionar que un rasgo general que marca el
pensamiento de Reinaga es la idealizacin indigenista que hace
del pasado indgena. El Indianismo surge como la fase culminante
de su primer perodo.
En sus apariciones pblicas, Hilda Reinaga suele afirmar que el
pensamiento amutico es la filosofa del indianismo, dando a entender que entre uno y otro no hay separacin, sino relacin. En la
clasificacin que hace la sobrina de Reinaga no toma en cuenta el
peso que el nacionalismo revolucionario y el indigenismo tienen en
las etapas que ella considera marxista indianista y de indianismo
radical; tampoco considera que a inicios de los aos ochenta,
Fausto Reinaga se desmarca explcitamente del indianismo e incluso
establece cuatro tramos en su pensamiento, con las siguientes pala195 Hilda Reinaga, nota a la segunda edicin de La Revolucin India.
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car en sus trabajos varias citas sobre cmo los blancos vean a los
indios, etc., causaron gran impacto entre sus lectores. Si bien
muchos aborrecan que alguien que se identificaba como indio
escribiera como lo haca, para otros era inspiradora la insurgencia
de un verbo que antes nadie se haba atrevido a utilizar; Reinaga,
con sus libros indianistas, logr desnaturalizar el orden social racializado y formar una conciencia poltica en las nuevas generaciones.
Hoy Reinaga es un autor que goza de mucha popularidad y prestigio. Sin embargo, lo mismo que en los tiempos que vivi, muchos
que estn en su mismo sendero de combate tienen alergia a considerar sus ideas, mientras que otros casi hacen un culto de su persona. Ese panorama conduce a que muchos (defendindolo o atacndolo) reduzcan el indianismo a Fausto Reinaga, sin mayores consideraciones, lo que evidencia el casi nulo conocimiento sobre este
movimiento y el papel que en l jugo Fausto. Por lo mismo, es
necesario problematizar, plantear algunas consideraciones que
apunten a esclarecer lo sucedido en la relacin entre Reinaga y los
movimientos indianistas, lo que tiene que ver con la formacin del
pensamiento amutico y lo que era la persona misma de Reinaga,
ms all de su produccin como escritor indianista.
Qu es lo que sucede para que Reinaga deje de pensar los
problemas de lo nacional y el Estado y pase a plantear eso de
pensamiento amutico? Sin pretender dar una respuesta definitiva,
este asunto tiene que ver con los problemas ideolgicos y prcticopolticos del indianismo en general.
Para entender este punto trataremos el tema de los antepasados
de Fausto Reinaga, tal como l lo presenta. Creemos que ello es
ilustrativo a este respecto, pues nos muestra cmo, entre los indios,
se vea l a s mismo.
Chavarra fue el segundo apellido de Fausto Reinaga y segn l es
la evidencia de su parentesco con Tomas Katari. En su libro La intelligentsia del cholaje boliviano dice: Despus de la Revolucin india
de 1780, en que murieron ajusticiados en el Alto Per, Tomas Katari
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238 Prensa Libre del 27 de mayo de 1964; citado en: Cesar Soto. Historia del Pacto Militar Campesino, Cochabamba, CERES,
1994. URL: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Bolivia/ceres/20120830025841/soto.pdf
239 Feliciano Flix Muruchi Poma et al., Minero con poder de dinamita. La vida de un activista boliviano, Editores Plural, La Paz,
2009, p. 69.
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quier razn, ejercen un poder real en su organizacin, siempre terminan mal. Es el caso de quien fuera dirigente minero y lder del
Partido Comunista Marxista-Leninista de Bolivia (PCML), Federico
Escobar.
El minero Feliciano Flix Muruchi Poma, en la obra antes citada,
indica que a inicio de los 60 decidi militar en un partido. Entre las
organizaciones de izquierda existentes se decidi por el PCML, no
solamente porque era un partido nuevo, sino porque tambin su
jefe era un minero, mientras que el Partido Comunista de Bolivia
(PCB), estaba dirigido por representantes de la clase media alta244.
Y escribe, recordando su encuentro con Escobar: De repente entra
Federico Escobar con dos jvenes ms. l parece un minero aymara
tpico bajo de estatura, pero corpulento.245. Sin embargo, la direccin de Escobar en el PCML durara poco:
En noviembre de 1966, despus de Todos Santos, escuchamos
por la radio, que siempre captbamos despus de despertar a las
cinco de la maana, que Federico Escobar haba fallecido en La Paz.
Todo el mundo deca que fue asesinado por el Gobierno. Por otro
lado, el PCB acus, a travs de unos volantes, a su sucesor en el
partido, Oscar Zamora Medinaceli, de ser el autor intelectual del
asesinato de Federico Escobar. Extraamente, cuando Zamora ya era
el primer secretario del partido, y ms tarde senador y presidente
del Parlamento, a fines de los aos 70, nunca investig lo que realmente pas246
Vemos pues que la izquierda marxista en ese perodo estaba lejos
del indio y, en el mejor de los casos, era cauta respecto a cualquier
trabajo poltico en su seno. No suceda lo mismo con otros actores
institucionales como las iglesias cristianas. Tanto la Iglesia Catlica
como diversas confesiones evanglicas (especialmente las autodenominadas histricas, para diferenciarse de las pentecostales, como
243 Wilson Cantoni. Informe sobre las relaciones de los grupos tnicos autctonos bolivianos con la sociedad nacional, preparado para la Divisin de Ciencias Sociales Aplicadas, Departamento de Ciencias Sociales de la UNESCO. Santiago de Chile,
febrero de 1972, mimeografiado, p. 12
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cional naciente y las organizaciones de estos pueblos; 2) nos permite evaluar sus resultados en la constitucin y en el mensaje de las
organizaciones indgenas; 2) nos permite entender, especficamente,
las circunstancias en que se desenvolvieron los principales fundadores del MITKA y entender su posterior actividad, especialmente a
nivel internacional.
Este parlamento, fue en realidad una reunin organizada por
el Proyecto Marand. El Proyecto Marand era un programa de
la Universidad Catlica de Asuncin y estaba patrocinado por la
Fundacin Interamericana. Gozaba asimismo del apoyo del Museo
Nacional de Copenhague y de la Organizacin Internacional del
Abate Pierre, con sede en Francia. El Proyecto Marand desarrollaba una actividad de instruccin, asistencia jurdica y mejoramiento de las condiciones de trabajo de las poblaciones indias en
ese pas.250
El Parlamento Indio de Amrica del Sur no puede entenderse sin
la influencia que en l ejerci el antroplogo Miguel Chase-Sardi,
quien era funcionario de ese proyecto en Asuncin. Chase-Sardi, ex
militar que estudi despus antropologa, se convirti en un militante de la causa indgena. l imprimi al Parlamento Indio caractersticas y lineamientos que eran fruto tanto de sus experiencias en
anteriores reuniones internacionales de antroplogos como de sus
profundas convicciones ideolgicas. Particip en la conocida reunin de Barbados I251, celebrada en 1971. Barbados I fue una reunin de 20 antroplogos que ocurri en la Universidad de las Indias
Occidentales de Bridgetown, Barbados, auspiciada por la Universidad
de Berna (Suiza) y por el Programa de Lucha contra el Racismo del
Concejo Mundial de Iglesias. De este simposio sali La Declaracin
de Barbados I, que se considera la gua ideolgica no solo de los
250 Marie Chantal Barre, Polticas indigenistas y reivindicaciones indias en Amrica Latina 1940-1980, trabajo para la reunin
de expertos sobre el etnodesarrollo y el etnocidio en Amrica Latina de la UNESCO, organizada en colaboracin con la
FLACSO, San Jos, Costa Rica, del 7 al 12 de diciembre de 1981.
251 Boletn N 10, julio noviembre 2010, Centro Unesco, Asuncin. http://www.corredordelasideas.org/unesco/doc/boletin_10.pdf
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ser moda obligada respecto a los indgenas. Se trataba de profesionales indgenas que reconocan la importancia del marco legal para
establecer relaciones tanto a nivel nacional como internacional.
Tambin resalta la afirmacin de que como organizacin estaba
dirigida por un Consejo de Amautas, lo cual parece ser un indicador de cmo la formacin de una identidad poltico-cultural, la cual
ya haba empezado en los aos sesenta, estaba relacionada con la
conformacin de rganos vistos como propios y ello se asuma
como rescate del pasado. Este rescate no se concentr en las
comunidades campesinas, sino que fueron profesionales campesinos o estudiantes los que, buscando afirmar una identidad, crearon
sus particularidades.
En MINKA trabajaron varios aymaras, procedentes principalmente de la provincia Aroma, del departamento de La Paz, entre otros
Mario Gabriel Aduviri (que era cuado de Jenaro Flores), Mauricio
Mamani y Teodomiro Rengel. La ONG contaba con el financiamiento de instituciones de ayuda al desarrollo europeas. En la nota del
peridico Collasuyo que citamos, tambin se encuentra referencias
sobre las actividades que desarrollaba esta institucin. La divisin
organizacional se hizo en cinco departamentos: 1) agropecuario, 2)
artesana y comercializacin, 3) salud rural, 4) mujer campesina y 5)
cultura y publicaciones.
La idea poltica que motivaba la accin de MINKA puede traslucirse del contenido de un panfleto mimeografiado, que fue distribuido al pblico en 1977. Esta hoja es una divulgacin de la figura
emblemtica de Tupak Katari. Se lo presenta como el hombre que:
En el supremo instante, cuando los hombres se definen a s
mismos, su inquebrantable contextura moral y su frrea voluntad,
no confes ningn pecado ante Dios ni revel ninguna complicacin poltica contra el Rey, ni mucho menos pact nada con los que
no vestan bayeta, poncho y lluchu, pero s antes de que le cercenen la lengua ret a sus verdugos ante la historia: A M SOLO ME
MATARIS; PERO MAANA, VOLVER Y SER MILLONES ()
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260 MINKA, Tupac Catari y el movimiento indianista de liberacin, Chuquiapu (La Paz), 1977. Hoja mimeografiada.
261 Vctor Hugo Crdenas, Quines somos?. En: Peridico Tupak Katari, Ao I, n 1, La Paz, noviembre de 1978.
262 Estudio del problema de la discriminacin contra las poblaciones indgenas, pg. 51.
263 MINKA, documento citado.
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Esta concentracin, en la que MINKA jug un papel preponderante, se realiz ms de un mes antes de que se instalara la huelga
de las mujeres mineras, la que se inici el 28 de diciembre de 1977
y es considerada el primer tramo del camino de retorno a la democracia. Esta huelga tuvo, entonces, un precedente indgena.
Teodomiro Rengel afirma: en esa reunin es que pedimos la renuncia de Banzer, la libertad, amnista.
Es en aquella concentracin, segn Rengel, que se perfila la formacin de los partidos polticos kataristas: Nosotros en ah hemos
decidido participar en poltica. Decimos vamos a participar y vamos
a organizar el Movimiento Revolucionario Tupaj Katari. Este hecho
tiene relacin con el papel del MINKA, pues fue en las oficinas de
esta institucin donde se fue gestando la conformacin tanto del
MRTK como del MITKA. Rengel lo cuenta:
Entonces en MINKA tenamos un pizarrn as grandote, hay,
compaeros aqu puedes elegir. Opciones: Movimiento
Revolucionario Tupaj Katari, Movimiento Indio Tupaj Katari,
Movimiento Indio Boliviano, era de don Fausto. Este (MITKA) era del
Constantino Entonces nuestros uhhh, dos tres, lejos pues; el MITKA
lleg hasta ah; el doctor (Fausto Reinaga) casi nadie (risas)
Entonces hemos decidi apoyar tanto a MRTK y a MITKA
Al parecer fue en MINKA donde tomaron cuerpo cada una de
las organizaciones polticas ms importantes del indianismo y el
katarismo. Por lo que cuenta Rengel, el MRTK tena mayor simpata,
pues tal organizacin uhhh, dos tres, lejos pues de los otros, el
MITKA solo hasta ah y Fausto Reinaga era apoyado por casi
nadie. Adems, asunto nada menor, la organizacin se inclina por
apoyar al MRTK y al MITKA, lo que en cierto modo se evidencia en
el peridico Collasuyo, rgano periodstico de MINKA.
En el N 1 del peridico Collasuyo (p. 4) se puede encontrar un
documento con el nombre de TESIS POLTICA DEL MOVIMINTO
INDIO TUPAJ KATARI y en el N 2 del mismo peridico (p. 3), se
halla una entrevista a Macabeo Chila, con un encabezado que dice:
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Otro centro cultural que en 1971 sirvi para acoger personas que
ms tarde jugaran roles polticos indianistas, fue el Centro
Campesino Tupac Katari. Es probable que se fundara en la localidad
Beln y su dirigente ms importante fuera Fidel Huanca.271 Los organizadores del Centro Campesino Tupac Katari procedan, en su
mayora, de la provincia Aroma del departamento de La Paz. Cuando
el Centro fue intervenido por el prefecto Waldo Cerruto en el ao
1971, el mismo se reorient hacia la radiodifusin, siendo uno de
los pioneros de las emisiones en aymara. En esa poca, Eusebio
Tapia Aruni, que desarroll activismo indianista en Alto Beni,
recuerda que el Centro Cultural Tupaj Katari era una tapadera detrs
de la cual se convocaba a las reuniones y se daba orientacin y
movilizaba a las bases campesinas en Alto Beni, en contra de los
coordinadores del Pacto Militar Campesino.272 Su trabajo radialista
lo haca a travs de la Radio Mndez, radio que se pretendi comprar mediante colecta pblica, sin que se sepa con certeza cul fue
el resultado final de este intento. Javier Hurtado afirma que el CCTK,
por el xito de sus programas radiales, logr que muchos campesinos aymaras pagaran 20 pesos anuales en dos cuotas: Se lograron
aportes de cerca de 85.000 amaras y un monto aproximado de
823.000 pesos (unos $US 41.150); con ese capital se adquirieron
acciones en Radio Progreso.273 Este Centro fue una de las organizaciones firmantes del Manifiesto de Tiwanaku.
Jaime Apaza aporta otros datos. Dice que un miembro de su
comunidad (comunidad Viscachani de la provincia Pacajes),
Edelmiro Apaza, fue presidente del Centro Campesino Tupak Katari
en sus inicios, luego del golpe de Estado de Hugo Banzer, en 1971.
Segn Apaza, otros miembros importantes fueron Jos Mrquez
Rivera, radialista aymara, y Fidel Huarachi Huanca, que han dejado
de existir. Trabajaba tambin en ese Centro Jos Faustino Condori,
268 Alex Goosen. La indianidad en Bolivia: Una frase hueca. Artculo manuscrito, s.f.e., s.l.e.
269 Alex Goosen, op. cit, p. 1.
270 Alex Goosen, op. cit, p. 3.
271 Eusebio Tapia Aruni, Historia del MITKA y el katarismo, ediciones Qhananchawi, Bolivia, 2012, p. 3
272 Eusebio Tapia Aruni, op. cit. p. 3.
273 Javier Hurtado, op. cit. p. 54.
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cin de Gregorio Iriarte, OMI. Otros sostienen que fue obra casi
exclusiva de Iriarte, quien a la sazn parece haber tenido mucha
influencia sobre el katarismo.281
En el simposio Indianismo-katarismo, izquierda y desafos polticos en Bolivia, evento realizado en La Paz, el 20 de julio de 2013,
coorganizado por la Fundacin Friedrich Ebert y la Fundacin
Pukara, el tema de la autora del manifiesto sali en medio de una
acalorada discusin. Fue Teodomiro Rengel quien a modo de respuesta a una intervencin crtica sobre el manifiesto, verti las
siguientes palabras: Nos deca Jos Luis Saavedra que el manifiesto
de Tiwanaku ha sido hecho por el padre Gregorio [Iriarte]; es verdad, pero fue iniciativa de nosotros282; aclarando que ese nosotros era Jenaro Flores y l mismo.
Si bien ya se rumoraba que Gregorio Iriarte fue el que haba
redactado dicho documento y de hecho se asuma que fue as es
interesante constatar que el propio Iriarte sola negar el asunto. Tal
negativa tena como razn no afectar la imagen que el manifiesto se
haba ganado como documento indgena. Cuestionar esa imagen
era revelar el papel que la iglesia haba tenido en algo que se presentaba como autnticamente indgena, lo que resultaba ms que
incomodo:
Por supuesto, la relacin entre la Teologa de la Liberacin y las
reivindicaciones indgenas no est reivindicada porque pondra en
duda la autenticidad indgena de tan clebre documento. Cuando le
pregunt al padre Gregorio Iriarte si l haba redactado el Manifiesto
de Tiwanaku, me respondi que no recordaba nada que pudiera
implicar a otras personas, quizs porque esto era la herencia que le
quedaba de las dictaduras y de la amenaza de la tortura.283
Verushka Alvizuri, a quien acabamos de citar, menciona que en
la conversacin que sostuvo con Iriarte, ste insista en no tener
281 Javier Hurtado, op. cit., p. 58.
282 Simposio indianismo-katarismo, izquierda y desafos polticos en Bolivia, Fundacin Friedrich Ebert, 2013, p. 31.
283 Verushka Alvizuri, La construccin de la aymaridad, p. 131.
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Por eso, segn relatara despus Rengel, le decan a Iriarte: de nosotros pues estamos haciendo Padre.
Pero tambin es de destacar que en la correccin que le hacan
al autor, el tema de cmo eran considerados los campesinos era
algo que deba quedar claro: la primera, segunda, tercera clase,
tambin, no es cierto, nos consideran. Adems de que en el documento se deba hablar en primera persona, se peda que se apunte
cmo se vea a los campesinos. Por lo que dice Rengel, los correctores apuntalaron dos aspectos en el documento: 1) que el autor
escribiera en primera persona, y 2) que en el documento sealara
la forma en que se consideraba al sector del que se supona provena el manifiesto.
No se puede dejar de considerar la diferencia entre el redactor,
su formacin clerical y acadmica, adems de su posicin poltica,
y aquellos que le solicitaron que elaborara el documento, personas
que carecan de las armas que el redactor s tena. El empleo del
lenguaje, de los conceptos y la sola capacidad de escribir fluidamente eran grandes ventajas que ponan a Iriarte no solo en situacin
de director de la obra, sino de ejecutor de la misma. No queremos
decir que esto invalide al manifiesto; solo que evidencia la difcil
situacin de quienes buscaban expresarse por medio de un documento y no podan hacerlo sino recurriendo a otros, quienes de
ese modo podan direccionar su discurso.
Recordemos que la autora del documento del PAN es algo que
queda por ser esclarecido, y que en una reunin en la que Constantino
Lima junto a otras personas presentaron un documento, Fausto
Reinaga lo descalific por ser escolar. Para los movimientos indianistas, con la excepcin de Reinaga, escribir fue algo as como un reto,
dadas las condiciones histricas en que se viva en aquellos aos.
Cabe an otra reflexin sobre el acta de fundacin del PAN.
Reinaga se equipara a Iriarte (o al revs) en el hecho de haber redactado documentos a pedido de otros. Se diferencian, sin embargo, en
el hecho de que Reinaga resalta su autora, tratando de soslayar a
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las protestas populares. Los partidos de izquierda y la COB bregaban por una Asamblea Popular que lograra el cogobierno y preparara la transicin al socialismo. Torres trataba de neutralizar esta
amenaza, buscando una alianza con el sector campesino. Los militares tomaron contacto con Reinaga, quien no entendi la complejidad del momento y crey que lo estn invitando a tomar el
poder!301 Como parte de esa poltica de acercamiento al sector
campesino, el presidente Torres estuvo presente, el 15 de noviembre
de 1970, en el descubrimiento en Ayo Ayo de un monumento a
Tupaj Katari, en un acto organizado por MINKA.
El mismo ao de 1970 se public la primera edicin de La
Revolucin India, libro que ya estaba elaborado a finales de 1969;
tambin este ao se consum la ruptura entre Fausto Reinaga y el
naciente movimiento poltico indianista. La relacin entre los indios
polticos y el terico haba sido siempre tensa y frgil; a partir de
1970 seguiran caminos separados, lo que culminara en el aislamiento de Fausto Reinaga, quien reemplaz sus ideas indianistas
por el amautismo. Comienza por decepcionarse del socialismo
real, sigue por decepcionarse del indio real, y culmina, finalmente, en la elaboracin conceptual de un indio ideal. Sobre el aspecto formal de la ruptura de Reinaga con los militantes indianistas,
en una carta a Guillermo Carnero Hoke aparece lo siguiente:
301 Fausto Reinaga, Qu hacer? La Paz: Comunidad Amutica Mundial (CAM), La Paz, 1980, pgs. 180,181.
Segn Reinaga, en esa poca el PIB tom la CNTCB. En realidad, en ese Congreso, del 2 de agosto de 1971, Reinaga slo
fue asesor de la Comisin Poltica, invitado por el Ministro de Asuntos Campesinos; Raymundo Tambo (afn al PIB) fue presidente del Congreso, pero Jenaro Flores fue elegido secretario general de la nueva Confederacin. Adems, en esa poca
el distanciamiento entre Reinaga y Tambo era ya irreversible. Reinaga pretende que las FF.AA. firmaron con l un pacto para
llevar a cabo la Revolucin India el 21 de septiembre de 1971. Se armaran a cinco mil campesinos-indios reservistas
(en una carta a Bonfil del 9 de noviembre de 1977, Reinaga rebaja esa cantidad a mil reservistas), Torres continuara como
presidente y habra cinco ministros militares y cinco ministros indios. Ese proyecto fue frustrado por el golpe derechista del
21 de agosto. No se tiene constancia de la veracidad de lo que afirma Reinaga, pero si nos atenemos al texto de una carta
a Guillermo Carnero Hoke del 1 de julio de 1971, se trat ms de expectativas que de certezas. l escribe: As es. Debemos
hablar con el Gral. Torres. Debemos apoderarnos del Gral. Torres. Contigo es posible. Pero yo solo no puedo. Se me odia
mucho. Hay prevencin contra m. Contigo cambia la cosa. Ven, ven Guillermo; aunque no te llegara la invitacin [para el
Congreso en Potos de la CNTCB], pero ven, el momento es nico en este pas para nuestra Revolucin. Imagnate lo que no
puedo decirte por este papel. No tardes; ven. Y no te pesar.
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y bondad con que me trataba; nunca me dio maltrato ni me humill con discriminaciones raciales.307
Las experiencias ms lacerantes las experiment Luciano en ese
perodo de vida urbana, de tal manera que: En el tiempo que estuve fuera de la comunidad, sin darme cuenta, haba sufrido una
aculturacin, a tal punto que no poda pronunciar una sola palabra
en aymara308.
De regreso a La Paz, Luciano trabaj como pen de albail y, posteriormente, como minero en la Chojlla. Hizo su servicio militar donde
se distingui especialmente por su buena memoria, aunque tena
insuficiencia en lectura y escritura. En la revista general sobresali en
la parte terica respecto al telmetro en la precisin de tiro. El examinador, un General, le pregunt si era estudiante, Luciano respondi
que no. Su comandante le dira que deba haberle dicho que era
estudiante, y quizs me hubiera recomendado para un ascenso.309
De retorno a Qallirpa, donde su padre estaba conversando para desposarlo, Luciano rechaz la eleccin paterna porque la elegida era
una mujer de familia acomodada, pues alguien y de alguna manera
me haba inculcado el horror a la familia de las mujeres pudientes,
adems de que, quizs por mis sufrimientos de niez, tena reacciones
sicolgicas que me hacan ver a toda persona pudiente como mis
enemigos.310 Finalmente, Luciano se cas con otra mujer de la comunidad, pobre y de familia humilde. Despus del matrimonio vendra
la poca que Luciano llama de dolorosa recuperacin de su identidad cultural. En 1945, y por las dificultades econmicas que sufra el
campo, Luciano fue a trabajar como minero en Corocoro, donde le
cost adaptarse a las nuevas costumbre, como la bebida abundante
en ocasin de las challas. En ocasin de un accidente en el interior
de la mina, Tapia descubri la solidaridad obrera y la indolencia de
307 Luciano Tapia, op. cit., p. 120.
308 Luciano Tapia, op. cit., p. 127.
309 Luciano Tapia, op. cit., p. 164.
310 Luciano Tapia, op. cit., p. 177.
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militantes que fueron ingresando progresivamente a la nueva organizacin: Jaime Apaza, Jos Aramayo y Felipe Quispe, entre los principales.
El 4 de noviembre de 1977 saldra, por iniciativa de los responsables provinciales del MITKA, uno de los primeros documentos
pblicos de esa organizacin. Fue redactado para homenajear a
Tupak Katari en un aniversario ms de su inmolacin y, al mismo
tiempo, para hacer un anlisis de la situacin poltica en Bolivia.
Segn Felipe Quispe, este documento fue difundido por l en Peas,
y en Ayo Ayo por Jaime Apaza, en actos conmemorativos de Tupaj
Katari, el 14 de noviembre de 1977.
Ese documento titulaba: El MOVIMIENTO INDIO TUPAJ KATARI
se dirige a sus hermanos indios, a los obreros, mineros, estudiantes,
intelectuales, soldados y clases de nuestro pas.339 Los considerandos de este documento tratan sobre la discriminacin racial, la opresin cotidiana desde la llegada de los espaoles, el avasallamiento
de los valores ancestrales y de la cultura milenaria, la traicin de la
minora gobernante al desmembrar el territorio y entregar las riquezas naturales, los planes del gobierno boliviano de traer 150 mil
colonos racistas de Namibia, Rhodesia y frica del Sur, los gobiernos
de turno que asesinan y masacran por el solo hecho de reclamar
derechos socio-econmicos, la expresin putrefacta que son los
coordinadores campesinos y laborales. Hasta ah nada ajeno al
discurso indianista que se iba desenvolviendo a partir de los aos
60. Sin embargo, llaman la atencin dos prrafos:
Que la dominacin de esta minora es dirigida por el imperialismo yanqui y el capitalismo internacional, cuyos bastardos intereses
descansan sobre la miseria, el saqueo, la explotacin, la represin y
el aplastamiento de todo un pueblo(.)
Que esta poltica de inmigracin [los 150.000 colonos racistas]
persigue formar un centro de apoyo poltico militar a su rgimen
racista, por un lado y, por el otro, constituir un enclave reaccionario
339 Para el anlisis de ese documento empleamos el texto transcrito en: Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, pgs. 18, 19.
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y fascista en el centro de Amrica Latina con vista a actuar en cualquier pas que intente liberarse del yugo y opresin capitalista e
imperialista.
Esos prrafos comparten el enfoque tradicional de la izquierda
en ese momento. Llama la atencin que esa terminologa y redaccin haga parte de un documento oficial del MITKA. Tanto
Constantino Lima como Luciano Tapia se esforzaban en implantar
un discurso nuevo que se diferenciara del clsico de la izquierda
latinoamericana. Lima, porque senta una obsesin casi compulsiva
por equiparar la derecha con la izquierda, y censurarlas a ambas;
Tapia, porque a pesar de tener sensibilidad de izquierda, senta que
sta estaba subsumida en un todo colonial que obligaba al indio a
crear un discurso propio, sin que ello significara ser de derecha o
estar por encima de la contradiccin entre esas dos tendencias.340
Ese texto se explica, sin embargo, cuando tomamos en cuenta
quines fueron sus redactores. Felipe Quispe indica que quienes se
reunieron para elaborar el documento fueron: Jaime Apaza
Chuquimia, Jos Aramayo Tancara, Nicols Calle Mamani, Fidel Jarro
Espinal y Felipe Quispe, representando a cuatro provincias de La
Paz: Pacajes, Camacho, Manco Capac y Omasuyos. No estaban ni
Constantino Lima ni Luciano Tapia. Pero estaba presente otro delegado, Alejandro Rodrguez, que Felipe Quispe cita como delegado
mapuche de Chile.341 Alejandro Rodrguez fue quien daba la lnea
que se expres en los prrafos que comentamos.
Alejandro Rodrguez, llamado tambin Miguel, seguramente no
era un delegado mapuche, sino un militante chileno de la izquierda
340 Para Luciano Tapia el sistema capitalista ha manejado el pas desde la fundacin de Bolivia sin poder dar solucin a
ningn problema. Por el contrario, siempre ha sido un factor negativo y ha causado las mutilaciones territoriales; ha sido
incapaz de levantar siquiera una fbrica de clavos de calidad (p. 452). Su rechazo al comunismo era por la conducta
cargosa de su gente y de sus activistas, porque en todas las reuniones sindicales en que participaban siempre se los vea
actuar como agitadores; pero en los momentos de hacer frente a la represin siempre estaban atrs (p. 341), y por la
actitud discriminadora de sus principales dirigentes: A pesar de ser l [Marcelo Quiroga Santa Cruz] un dirigente poltico
de posicin socialista, y por lo tanto se puede pensar popular, en su conducta personal no era as con relacin al indio; se
mantena dentro de esos resabios de racismo en los que vive mucha gente en Bolivia (p. 406). Luciano Tapia, op. cit.
341 Felipe Quispe Huanca, op. cit. p. 17.
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patada en el trasero. Un nio, el hijo de esa india, observa, pasmado, lo que sucede.349
Sin poder borrar esa imagen de su cerebro, Constantino, ya en
su comunidad, corre a pedir una explicacin a su padre. Este, como
es profesor, rene a sus hijos y dibujando en el pizarrn los mapas
de los continentes europeo y americano, les explica que los mestizos provienen de Europa y los indios de Amrica. Les indica que a
pesar de que el indio es dueo de casa, ha sido invadido y ahora
est como esclavo; por ello, quienes vinieron de afuera se sienten
patrones y los tratan mal. Lima indica:
Eso es lo que nunca me ha salido de mi mente hasta el da de
hoy. Ellos son cualquier cosa, venidos, jawsallas (llamados), o inquilinos a la fuerza; nosotros no hemos llamado a nadie, ni siquiera
ellos nos han solicitado, nada. El arranque ideolgico que tuve es a
la edad de esos 7 a 8 aos; la rebelda me entr prcticamente y yo
no poda soportar esa injusticia de los qaras.350
En 1954, a sus 21 aos, estudi un tiempo en Cochabamba, en
un colegio secundario adventista. Constantino, como su familia, era
miembro de esa iglesia cristiana. All, el incipiente indianismo de
Constantino hiri la sensibilidad de alumnos y profesores qaras,
quienes en una ocasin lo agredieron verbalmente. Fue gracias a la
intervencin de alumnos de origen indgena que la agresin no
degener en pelea abierta. En 1957, sin haber terminado los estudios secundarios, ejerci de profesor rural en Mollebamba. Termin
luego sus estudios secundario en La Paz, en el colegio Germn
Busch y luego en el colegio nocturno Sucre.
Su primer intento de participar en actividades polticas ocurri en
1960: Me acerqu a Zenn Barrientos Mamani, que era del MNR;
tambin a Fulgencio Maldonado, tambin del MNR. Ellos me felicitaban por mi manera de pensar, pero solo me invitaban a ingresar
349 Pedro Portugal Mollinedo, Constantino Lima: Memorias de un luchador indianista. En: Pukara ao 3, n 32, del 7 de junio
al 7 de julio de 2008, La Paz, p. 6.
350 Pablo Mamani, op. cit. pgs. 132, 133.
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Ollantaytambo, Per. Constantino Lima, de alterno, transit a desarrollar un rol principal en la visin de lo indio a nivel internacional y
en la influencia de esto en la poltica interna en Bolivia.
La importancia de la Primera Conferencia Internacional de
Pueblos Indgenas que se realiz en Port Alberni bajo la iniciativa
de la Hermandad India del Canad, radica en la constitucin del
Consejo Mundial de los Pueblos Indgenas, organismo que deseaba
articular toda la representacin indgena a nivel mundial y que particip en la iniciativa de conformar, en 1980, el Consejo Indio de
Sudamrica. Estuvieron representados en la Conferencia de Port
Alberni los siguientes pases: Argentina, Australia, Bolivia, Canad,
Colombia, Ecuador, Finlandia, Groenlandia, Guatemala, Mxico,
Nueva Zelandia, Nicaragua, Noruega, Panam, Paraguay, Per,
Suecia y Estados Unidos de Amrica.
Constantino Lima estuvo tambin presente en la Segunda
Asamblea General del CMPI, que organiz el Comit Ejecutivo de
ese consejo. Esta se celebr en Kiruna, Samilandia, Suecia, del 24 al
27 de agosto de 1977. En esa oportunidad la participacin de
Constantino Lima fue ms propositiva. En ella lanz varias de las
que despus seran propuestas suyas permanentes en todo foro
internacional en el que participara: Declarar el 15 de noviembre
como Da Internacional de los Pueblos Indios; demandar a Espaa
una indemnizacin por la invasin a tierras americanas y su explotacin hasta nuestros das; exigir que los organismo internacionales
financiaran una universidad internacional india en Bolivia; proponer
la utilizacin del nombre de Abya Yala para denominar a todo el
continente americano.
Esta ltima propuesta es quizs la nica que recibi aceptacin
general. En el presente, Abya Yala es una palabra que hace parte del
lenguaje poltico, no solo de los movimientos indgenas, sin que se
reconozca la iniciativa de Constantino Lima en este planteamiento y
en la difusin inicial de tal nombre. Generalmente, la reaccin a las
diferentes propuestas de Lima por parte de las fuerzas polticas de
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derecha e izquierda, de intelectuales y personeros de ONG y organismo internacionales, era burlona, escptica y de menosprecio. En
sus inicios el planteamiento de nombrar Abya Yala a todo el continente no escap a ese tipo de reacciones: fue tambin motivo de
burla. Sin embargo, cuando el indianismo y Constantino Lima ya no
eran fuerzas polticas peligrosas, cuando ya no amenazaban con
ser encendedores de una confrontacin tnica, el nombre de Abya
Yala se populariz en textos, fundaciones, casas editoras, etc.
Sobre cmo Constantino asumi la tarea de divulgar este nombre,
l indica que regresando de la conferencia en Port Alberni en la que
se constituy el CMPI, en 1975, se detuvo a visitar a los pueblos indgenas de Panam. All se enter de que se nombraba al continente
con el nombre de Abya Yala: Fue un da inolvidable, porque despus
de 500 aos [de estar] separados artificialmente, lleg la ocasin en
que me vi con los hermanos CUNAS, llegu a la isla de USTUPO, una
de las 300 islas de San Blas, repblica de Panam; s pues era un
solemne encuentro, mientras nos abrazbamos, los corazones tambin
parecan estar conversando, porque el distole y sstole parecan saltar
cual fin de carrera de competencia. Los saylas [depositarios de la
sabidura tradicional] fueron los primeros en recibirme con los rigores
y costumbres del indio decente. Entre tantas cosas llegamos al
nombre continental. Fue un sayla de 76 aos acompaado de otros,
quien narr la historia trada verbalmente de generacin en
generacin, y que no poda seguir callando ante un hermano que
llega de tan lejanas tierras.358
Sobre si ese nombre sera restrictivo para uso de los cunas y
sobre su significado, Lima indica: Preguntado [al sayla] si ese nombre era para solo el llamado Centro Amrica, exclam, NO: el nombre de toda la masa territorial, es decir de a todo lo que dicen;
Norte, Centro y Su Amrica; ABYA-YALA es todo ello; interpretado
en idioma continental ABYA significa tierra como algo de Pachamama
358 Constantino Lima Ch., Abya-Yala: el verdadero nombre de nuestra Amrica. En: Indgena, vol 3, n 1, 1977, p.3.
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361 Estudio del problema de la discriminacin contra las poblaciones indgenas, p. 30.
362 Op. cit. Anexo III, p. 7.
363 Marie Chantal Barre, Polticas indigenistas y reivindicaciones indias en Amrica Latina 1940-1980.
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so, y suficiente para que l las presentara luego como una forma de
respaldo internacional. Esa interpretacin de las resoluciones internacionales para su uso en la poltica domstica no indica ingenuidad, sino ms bien bastante perspicacia poltica.
En el anexo IV, D, del informe de Conclusiones de esa
Conferencia, se reproducen la totalidad de esas mociones:
Propuestas presentadas por el Frente de Liberacin del Tahuantinsuyo:
1. Debera darse apoyo a la lucha de los pueblos indgenas de
Amrica del Sur, en la reconstitucin de la Nacin del
Tahuantinsuyo, con territorio, poblacin y gobierno propio.
2. Las Naciones Unidas deberan admitir que un representante
del Tahuantinsuyo presentara este asunto ante la Organizacin
de Naciones Unidas.
3. Debera lograrse un acuerdo internacional para la creacin de
una Universidad Internacional para los Pueblos Indios, con
sede en Kollasuyo (Bolivia).
4. En lugar del nombre impuesto de Amrica, que recibi de sus
invasores, el continente del Hemisferio Occidental debera ser
correctamente llamado ABYA-YALA.
5. Debera condenarse y exigirse que se ponga fin en el territorio
de Kollasuyo (Bolivia) a la invasin de hombres blancos racistas provenientes de Rhodesia y otros pases.
6. El 12 de octubre debera ser reconocido como Da de Duelo
Internacional conmemorativo del exterminio, saqueo y
comercio de esclavos practicado durante un perodo de 500
aos, hechos por los que ya se exige compensacin.
7. El 15 de noviembre debera ser reconocido como Da
Internacional de los Pueblos Indios, en conmemoracin del
sdico y feroz descuartizamiento por cuatro caballos, de Julin
Apaza, Tpac Katari.365
365 Declaraciones y documentos finales. Conferencia Internacional de las Organizaciones no Gubernamentales sobre Discriminacin contra las Poblaciones Indgenas en las Amricas, 20-23 septiembre 1977, Ginebra, Suiza, p. 25.
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de legitimidad indgena. A medida que esa tendencia iba imponindose, en favor de una moda que dura hasta nuestros das, bajaba
correlativamente la calidad e importancia del anlisis poltico y econmico en el discurso de estos indgenas.
El aspecto incidental y superficial de estas manifestaciones identitarias para los indgenas de Latinoamrica se demuestra en su nula
incidencia en el discurso de los delegados, el momento en que se
discutan los temas definitorios de dicha conferencia. En la seccin
Apartes de intervenciones hechas ante sesiones plenarias y comisiones de las Declaraciones y documentos finales de esa
Conferencia,370 un anlisis de los textos de dichas intervenciones
muestra que trminos como madre tierra, sagrada madre tierra,
Gran Espritu y otros similares, es exclusiva y privativa de los indgenas de Norteamrica. Esos trminos no son mencionados por los
delegados indgenas de Centro y Sudamrica. La nica excepcin en
cuanto a la utilizacin de trminos hasta entonces particulares de los
indgenas del Norte, es lo dicho por Juan Condori Uruchi, representante de MINKA, en la sesin de cierre de la Conferencia: No
hemos venido aqu a desenterrar nuestra hacha guerrera.371
Volviendo a Constantino Lima, la dimensin internacional de su
actividad poltica fue de gran influencia en el curso de los acontecimientos que promovi en Bolivia. Esta actividad internacional tuvo
caractersticas enfticas y a veces espectaculares, dadas la personalidad de Lima y la novedad y fuerza de sus denuncias y argumentos.
Entonces, ms que ahora, la mayora de las representaciones indgenas fueron monitoreadas por personas o instituciones allegadas
a los indgenas, pero no integrantes de esos grupos, lo que converta a los indgenas en cajas de resonancia de discursos que no eran
suyos. Constantino Lima rompa esa norma. Pero, si bien sus presentaciones internacionales provocaban inmediata resonancia, no ejer370 Declaraciones y documentos finales. Conferencia Internacional de las Organizaciones no Gubernamentales sobre Discriminacin contra las Poblaciones Indgenas en las Amricas, op. cit. pgs. 36-51.
371 Op. cit. p. 45.
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379 Jaime Apaza precisa que en sus documentos dice otra cosa, pero que esa es la fecha y el lugar exactos de su nacimiento.
Jaime Apaza, entrevista el jueves 4 de septiembre de 2014.
380 Jaime Apaza, entrevista realizada el jueves 4 de septiembre de 2014.
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Con ese motivo, entre Jaime Apaza y Felipe Quispe se desarrollara una amistad intensa y una aguda complicidad poltica. De
hecho, Quispe indica: Con Jaime, de verdad, nos hemos acostumbrado bastante, hasta llegar a ser consustancialmente como carne y
ua.384 Esta relacin se quebrara aos despus, debido a razones
polticas. Sin embargo, en ese entonces ambos compartan visiones
y modelos comunes: la idealizacin de Tupak Katari, la esperanza
en una organizacin poltica nueva, indianista, y un pasado comn
de simpata por la izquierda marxista.385
Por el ao 1977, mientras Jaime Apaza trabajaba an en las
radionovelas, con Felipe Quispe se dieron a la tarea de hacer trabajo poltico encubierto de trabajo radial: Tenamos intrnsecamente
un camuflaje como radialistas. De esta manera, se realizaba grabaciones magnetofnicas de los conjuntos autctonos y entrevistas a
los comunarios sobre su triste situacin socioeconmica. En las
noches se convocaba a toda la comunidad, con el propsito de discursar en nuestra lengua materna sobre la cuestin poltica-econmica-social del indio y del pas.386
La influencia de ambos personajes, frecuentemente concatenada,
fue perceptible en los momentos de pugna por la definicin ideolgica del MITKA y en el periodo de rupturas internas. Habra viaje
comn a Cuba para proyectar la continuidad del MITKA, esta vez en
los marcos definidos de la lucha armada.
En los inicios de la organizacin indianista, las personalidades de
ambos indianistas fueron percibidas de forma diferente por Luciano
Tapia, quien sera primero aliado de Apaza y Quispe y despus su
acendrado enemigo poltico. Sobre Jaime Apaza escribe:
Vale la pena mencionar la participacin de Jaime Apaza. En el
momento en que nosotros hacamos los trabajos de organizacin, en
384 Ibid., p. 14.
385 Segn Jaime Apaza en la entrevista referida, Felipe Quispe haba sido militante de una de las fracciones del trotskista
Partido Obrero Revolucionario, quizs por la influencia de una amiga suya quien aos despus dej de existir.
386 Felipe Quispe, op. cit., p. 14.
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los comienzos, Jaime Apaza fue un elemento muy valioso. Mi persona y l constituamos los ejes principales para poder hacer el
trabajo de organizacin indianista () Discutamos con l lo que
poda llamarse ideologa, plan de gobierno y una estructura de
organizacin.387
Esa opinin laudatoria cambia, sin embargo, cuando Tapia evala
la actividad de Jaime Apaza en 1979, una vez consumada la primera
divisin del MITKA:
Jaime no tuvo la suficiente capacidad para conducir la organizacin como jefe nacional del MITKA. No s por qu razn sera,
pero un hombre que haba trabajado bastante como hombre de
contacto, en la jefatura se anul completamente. Pareca que no
comprenda la gravedad del cargo que estaba sobre l; segua
actuando como un dirigente de segunda lnea, dispuesto solamente
a hacer observaciones, como fiscalizador, pero sin hacer propiamente una direccin.388
Respecto a Felipe Quispe, Luciano Tapia lo evoca muy poco. Por
ejemplo, cuando precisa que la campaa electoral de 1978 la realizaron Luciano Tapia y Jaime Apaza acompaados por otros, en
especial Felipe Quispe y Jos Aramayo. Se refiere tambin a Quispe
cuando Apaza asumi la direccin del MITKA. Segn Luciano, el
apocamiento de Jaime se deba a que aparece ya una especie de
antipata entre Felipe y Jaime Apaza. Felipe poco a poco va ascendiendo y se muestra mucho ms activo que Jaime Apaza.389
Sin embargo, lo mismo que con Jaime, su opinin sobre Felipe
Quispe cambia cuando este se muestra como adversario poltico:
Yo tena mis reservas [a la idea de Quispe de que Tapia entregue
el monto de sus dietas de parlamentario a la organizacin], porque
saba que Felipe estaba cada vez ms en contacto con organizaciones de izquierda que no compartan nuestra ideologa. Lo vea visi387 Luciano Tapia, op. cit. p. 359.
388 Luciano Tapia, op. cit., p. 423.
389 Luciano Tapia, op. cit., p. 423.
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tar en el Parlamento a un diputado que tena antecedentes guerrilleros y saba que l participaba en los desbordes que haba entonces
contra el gobierno de la UDP, andaba en las manifestaciones agarrado de un palo por las calles, como un loco, y no con el nombre de
MITKA, sino como colaborador de los grupos de izquierda390.
El uso de vestimenta tradicional como distintivo de identidad
tnica fue sobre todo influencia de los indios de Amrica del Norte,
principalmente a travs del encuentro que se tuvo en la Conferencia
Internacional de las Organizaciones no Gubernamentales sobre
Discriminacin contra las Poblaciones Indgenas en las Amricas
que se efectu del 20 al 23 de septiembre de 1977 en Ginebra, Suiza.
El uso de vestimenta tradicional por parte de los indios de Amrica
del Sur es muy reciente.
En la foto: Dirigentes indios de Amrica se renen para darle tratamiento comn a los problemas comunes. De izq. A der. Philips
Deer, Jefe espiritual de la Nacin Dakota; Jos Navarro, Kolla (Argentina); Julio Tumiri Apaza, aymara, Kollasuyu (Bolivia) Coordinador General del CISA [1981]; Simen Jimenez, yecuana (Venezuela) y Constantino Lima, aymara, Kollasuyu.
Fuente: Revista Pueblo Indio, Ao I, Nmero 1, septiembre-octubre 1981, Lima, Per, p. 13.
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MITKA, y empecinado en impedirlo, instit en la propuesta de unidad a cambio de que se alterara la sigla MITKA. Mientras estaban
reunidos Luciano Tapia, Jaime Apaza y otros dirigentes, entr en la
sala, muy ufano, Constantino Lima, quien dijo que se haba conseguido la unificacin:
Yo le increp y le dije cmo poda l comprometerse sin el consentimiento de nosotros; adems de que l mismo haba firmado ya
la convocatoria oficial. No se poda aceptar el cambio de nuestra sigla;
eso era hacerse la burla de nuestra militancia. Francamente lo criticamos y hasta cierto punto le hicimos una reconvencin y le obligamos
a que inmediatamente se constituyera a hablar con ese grupo para
decirles que nosotros aceptbamos la unificacin pero que no aceptbamos el cambio de la sigla, porque ya habamos lanzado la convocatoria. Es as que Constantino tuvo que ir a deshacer el compromiso en el que se haba metido de una manera arbitraria.418
Es difcil creer en la existencia de esta tercera reunin, al menos
en los trminos que relata Luciano Tapia, si tomamos en cuenta los
resultados de las primeras y el carcter de Constantino Lima.
En todo caso, los primeros intentos de unidad concluyeron. A
partir de ah, el MITKA fue definindose, mientras que de la
Confederacin Campesina surgi el katarismo, que se cristaliz en
la organizacin del Movimiento Revolucionario Tupaj Katari (MRTK).
La diferencia entre el MITKA y el MRTK, simblicamente, era la
segunda letra de las siglas, lo que sealaba las dos interpretaciones
de la naturaleza de la lucha indgena: la nacional y la clasista. Como
la nacional implicaba un cuestionamiento profundo a la realidad
boliviana, a su sentido racializado, era incmoda para todas las fracciones de la sociedad boliviana; mientras que la referencia clasista
s se aceptaba, porque despus de todo significaba la reivindicacin
de una parte de una sociedad integrada y total, pero con diferencias
socioeconmicas internas. Sera, en consecuencia, la interferencia
poltica de los mecanismos de la sociedad dominante la que profundizara las diferencias entre kataristas e indianistas, al considerar a
los primeros como los buenos indgenas con los que se poda discutir, pues entendan la verdadera naturaleza reivindicativa de su
lucha; y al juzgar a los otros como intratables, racistas y utpicos.
Si bien exista en el MITKA claridad sobre los principios esenciales
de la lucha india, este movimiento navegaba en una nebulosa en cuanto a la formulacin precisa de estos, como tambin respecto a la forma
de operar en funcin de estos principios generales. Se trataba en
buena medida de ideas fuerza e intuiciones que no haban sido desarrolladas tericamente, sino principalmente enarboladas como esloganes. Por otro lado, los enfrentamientos con otros grupos campesinos y
con el sistema de partidos imperante entonces, al colocar al MITKA en
una situacin de vctima, favoreca el estilo y las ideas de Constantino
Lima, en desmedro de la de los otros miembros de la direccin, en
particular de Luciano Tapia, quien estara cada vez ms disminuido, en
el terreno de la definicin ideolgica, en relacin a Lima.
Esta preeminencia de Constantino la comprobamos analizando el
documento de Convocatoria al Congreso en la Ciudad de las
Piedras, en el que se constata la inspiracin y el puo de Constantino
Lima. En esa Convocatoria (como veremos ms abajo en el punto 6
del acpite A del temario), esa preeminencia se trasluce en extremos
como la recomendacin de su libro gua para definir las lneas
polticas a seguir.
Los considerandos de dicho documento419 establecen, principalmente: a) que los nativos llamados indios son del 85 o 95% de
la poblacin total, lo que indica una legitimidad cuantitativa; b) que
los indios tienen su referencia nacional en el Tawantinsuyu y no en
la artificial divisin impuesta por la invasin, lo que define un proyecto nacional; c) que ningn partido poltico formado o dirigido
por blancos o blanco mestizos puede representarlos o dirigirlos, lo
419 Convocatoria al primer e histrico Congreso del Qullasuyu (Bolivia), mimeografiado, 4 pginas, 1978.
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13. La eleccin de la plana mayor de Mallkus, de ninguna manera ser por aclamacin; ya que de una u otra manera suele
ser negativo. Las elecciones sern por voto directo individual
y secreto.
14. Horario general: 8.00-12.00 a.m.; 12.00-18.00 p.m. y 20.00
adelante, reuniones de plenaria e intercalamiento, pero que
estar sujeto a posibles cambios.
15. La noche que llegarn los amautas se proceder a la solemne
inauguracin del Histrico Congreso, se nombrar un Presidente
y relatores.421
Es importante notar que algunos de esos puntos no se cumplieron,
como el 4 que determina la vestimenta de los congresales. Las
fotos que disponemos de ese Congreso nos muestran una vestimenta variopinta. En general, ms que la idea de cmo deba ser
ese Congreso, lo importante es cmo realmente se desarroll, lo
que veremos ms abajo. Sin embargo, considerar los diversos
puntos de la Convocatoria nos ilustra, por lo menos, sobre el
estado de nimo, los principios y valores de quienes lo convocaron,
lo que necesariamente tiene influencia en el desarrollo mismo del
acontecimiento.
Volviendo al tema de la vestimenta: la prohibicin de llevar corbata nos remite al rechazo a la misma, que se constata en varios
momentos histricos. Adems, nos pone ante un tema importante en
poltica: como el uno se representa al otro. En este caso, podemos
ver que el indianismo apunta a un elemento vestimentario como
identificacin simblica del orden racializado. En el perodo de los
aos 2000 al 2003, cuando las movilizaciones campesinas de la
CSUTCB liderada por Felipe Quispe, era comn que los marchistas,
cuando ingresaban a la ciudad de La Paz, se detuvieran ante citadinos que portaban corbata para obligarles a sacrselas, bajo amenaza
421 Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, p.11.
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de chicotazos en caso de renuencia. Convocar a un Congreso precisando que est estrictamente prohibido llevar corbata pues esta es
verdadero smbolo de sojuzgamiento blanco, indica un proceso de
identificacin de elementos simblicos como representativos del
orden social que se quera cambiar. As como fueron los indianistas
quienes introdujeron en el lenguaje poltico las figuras de Tupak
Katari, Bartolina Sisa, Zarate Willka, o enarbolaron la wiphala, tambin contribuyeron a identificar simblicamente la dominacin
racializada a travs de ciertos elementos estticos.
Otro aspecto que llama la atencin es la ausencia de todo aquello que hoy da cae bajo la denominacin de pachamamismo: No
hay ceremonias rituales inaugurales, invocaciones a deidades, cosmovisionismos o artificial realce de particularismos. Todo el marco
diferenciador cultural est circunscrito al campo sociolgico del
enfrentamiento poltico. Es el caso de la vestimenta, que evocamos
antes. Lo mismo respecto a los amautas: no son estos sabios, sino
alternativa de poder poltico, de la misma manera que el
Tawantinsuyu-Qollasuyu no es evocacin mstica del pasado, sino
referencia para una nueva estructuracin estatal contempornea; es
un referente poltico que acta como gua que direcciona las acciones y que les da sentido. Este aspecto queda refrendado con lo
indicado en el punto 13 de la convocatoria, en el cual se desestima
la aclamacin para la eleccin de mallkus (aclamacin que se vincula ms a las formas tradicionales de poder que a la occidental
moderna) porque se considera que de una manera u otra suele ser
negativo, reivindicando ms bien la eleccin por voto directo, individual y secreto.
En general, esta convocatoria es reveladora de las caractersticas
del MITKA en ese momento: Sin una vida orgnica plena, con
contradicciones internas y con un proceso de elaboracin ideolgico cortocircuitado por los anteriores elementos. Tal parece que
a pesar de existir un fondo de pensamiento comn, cada quien
puede oficializar un documento o una iniciativa, sin preocuparse
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422 Convocatoria al I Congreso Poltico Provincial del Movimiento Indio Tupak Katari., mimeografiado, Santiago de Llallagua,
mayo de 1978.
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para justificar una ausencia. Como fuere, lo cierto es que Jenaro Flores
estaba al tanto de que el Congreso se realizara.
La aceptacin de los miembros de las comisiones fue motivo para
que se manifestaran diferencias entre Constantino Lima y Luciano
Tapia. En La Paz, cuando la delegacin se aprestaba a trasladarse al
lugar del Congreso, Luciano se extra de la presencia de un elemento al que yo no conoca ni haba visto hasta entonces; era una
persona que no era de extraccin campesina, no era indio, era mestizo, blanco-mestizo, pero al parecer muy entusiasmado con nuestra
organizacin.431 Se trataba de Mario Urdininea, chuquisaqueo, abogado y dueo del hotel Torino. Urdininea estaba all seguramente por
invitacin personal de Constantino, pues ambos militaban en el
MNTK. Mario Urdininea no era alguien que recin se hubiera interesado en los asuntos polticos indios. Ya en 1970 aparece citado en una
carta de Fausto Reinaga a Carnero Hoke, en la que indica que
Urdininea le ofrece alojamiento y comida para 20 personas, las cuales
deban acompaar a Fausto a un Foro Universitario organizado en la
ciudad de Cochabamba. Aparentemente Mario Urdininea colaboraba
con Fausto Reinaga en ese tipo de gastos, pues en otra carta, fechada
el 25 de febrero de 1970, Fausto escribe: Ayer estuvo en esta ciudad
nuestro hermano Mario Urdininea, vino de Cochabamba. Hasta fines
de esta semana o principios de la prxima debo ir yo por Cochabamba;
tal como te anunci a tomar baos termales.432
Parece seguro que hasta el da en que la delegacin de La Paz se
trasladara al lugar del Congreso, Urdininea no haba participado en
ninguna reunin del MITKA y que su vnculo se haba dado solo por
medio de Constantino Lima, por el hecho de haber sido parte del
MNTK. La inclusin de Mario Urdininea en la delegacin de La Paz
contrari seriamente a Tapia, pues ste lo desacredita utilizando
para ello palabras de Constantino Lima: Cuando yo le pregunt
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[quin era esa persona] me dijo que era una persona que estaba
siempre activo, entusiasta; pero que era de una orientacin que
Constantino defina como fascista.433
Este altercado entre Tapia y Lima sobre la presencia de Urdininea
en la delegacin pacea muestra las deficiencias en la coordinacin
del Congreso y en la designacin de los congresistas: Si Tapia se
sorprende de que Urdininea participara, quiere decir que no haba
coordinacin en la acreditacin de los participantes. Pero, adems,
si Constantino Lima fue quien introdujo a Mario Urdininea, es probable que ya hubieran tenido una reunin anterior para perfilar
cmo deba realizarse el Congreso o la organizacin poltica que iba
a nacer oficialmente. De cualquier forma, se evidencia la poca coordinacin entre los organizadores y la informalidad de Lima.
El da previo al Congreso, el 25 de abril, se hizo un rito de wilancha (sacrificar un animal para asperjar la tierra con su sangre). Este
acto adquiere relativa importancia pues generalmente, en textos y
entrevistas, es resaltado solamente por Felipe Quispe para contraponer ese rito a las iniciativas de uno de los organizadores del
Congreso, Luciano Tapia.
Es necesario indicar que el libro en el que Quispe relata esta
wilancha fue escrito explcitamente para dar respuesta a la autobiografa de Luciano Tapia Quisbert.434 Es decir, la esencia de ese libro
estriba en demostrar que Tapia no tena las cualidades para dirigir y
definir lo que fue el MITKA.
Previamente conviene indicar que este ritual no tuvo las caractersticas de las ceremonias andinas reinventadas por el pachamamismo,
sino que se dio en la lgica del ritual de juramento que relatamos en
el captulo 13. Por otro lado, la wilancha como tal no es un rito restringido al rea andina, sino que es prctica comn en muchos pueblos, que se basa en la creencia de la sangre, fruto de la muerte
433 Luciano Tapia, op. cit. p. 367.
434 Felipe Quispe, op. cit., p. 7.
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libar para tener ese nimo y alto moral combativo, los presentes
se enojan y protestan contra los organizadores, pues el animal sacrificado era una vaca y no as una llama, el animal adecuado para ese
tipo de ceremonia; un sacrificio de vaca, segn Felipe, trae mala
suerte y descarro en la vida y adems tena un feto hembra.
Este suceso nos parece revelador. Primero, indica que el significado del ritual tradicional no parece tan importante y de sentido
homogneo para todos, pues el uso estricto de una llama para la
wilancha no se respeta y se sacrifica en lugar a una vaca, lo que es
criticado por unos, pero aceptado por otros. El hecho de que el
sacrificador haya accedido a ejecutar el rito en una vaca, significa
que ello no era un inconveniente. No existe, por tanto, una ritualidad especfica en los Andes, como algunos pretenden. Sabemos que
por definicin el rito es algo que se resiste al cambio y que ms bien
mantiene un orden establecido, es siguiendo el significado del
sanscrito rita lo que es conforme al orden. Si en los Andes existiese una mentalidad tradicionalista, sta se expresara sobre todo en
los ritos religiosos. Sin embargo, los participantes en la wilancha
llevan adelante el sacrificio de la vaca. La protesta viene despus y
no por la modificacin en s misma (cambiar la llama por la vaca),
sino por los resultados de la wilancha. El animal sacrificado era
hembra y estaba preada, lo que significa mal agero (lo que es por
dems expresivo sobre como se valora a la hembra). Incluso este
significado mediatiza una intencin poltica; as, la wilancha de la
vaca es el significante con un significado que rebasa lo religioso o
cosmovisionista. Se trata de un asunto poltico y no religioso. Hay
una distincin poltica de los elementos validos o no para un sacrificio y esta distincin est condicionada por el sentido que se le
quiere dar a la organizacin poltica.
Felipe Quispe mismo nos ubica en esa pista cuando afirma que
para la wilancha se debe utilizar solamente la llama porque nuestros abuelos saban despreciar a la vaca, chancho y dems animales
que han llegado junto con los espaoles. Es decir, el criterio de
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tomamos en cuenta que Felipe, en el texto que citamos, no disimula su menosprecio y antagonismo hacia Tapia y su aproximacin
hacia Lima437. Comentando las reacciones sobre el mal augurio del
feto hembra, Felipe escribe:
En esta mala hora de la maana altiplnica, dicho feto nos
haba predecido a los congresistas, que todo sacrificio era vano para
tener un instrumento poltico. Aunque en esa instancia no crean a
este presagio develado los ms occidentalizados y evangelizados
como: Constantino Lima, Luciano Tapia y otros. Tampoco daban
importancia. Nadie de ellos saba que significaba mala suerte.438
Recordemos que Quispe consideraba que la realizacin del
Congreso no fue un regalo de las Pachas, ni milagro de las providencias Wakas. Por tanto, nos ha costado sacrificio y dolor forjar el
MITKA como la histrica organizacin poltica de las Nacin India.
Sin embargo, cuando habla del sacrificio de la vaca parece olvidar
el mrito del sacrificio y dolor y dar mayor crdito a la obra de
divinidades en el xito o fracaso de las empresas polticas. Qu
importancia tena esa toma de posicin cultural o era una psima
manera de encarar la definicin de orientaciones polticas bsicas?
Verushka Alvizuri capta el fondo poltico doctrinal de ese incidente, aun cuando no saca en nuestra opinin todas las conclusiones pertinentes del mismo:
La protesta de Quispe no es injustificada. En la autobiografa de
Luciano Tapia, quien haba comprado la vaca, queda retratada la imagen de un hombre pragmtico. La verdadera guardiana de la tradicin era su difunta esposa. Ella conoca los rituales y manejaba todos
los cdigos de la diplomacia y sutileza, principalmente en la comunicacin con sus mayores (padres, suegros). Pero Tapia deja entender
que no tena tiempo para cultivar esas tradiciones, pues viva ocupado
intentando resolver la subsistencia cotidiana, mucho ms urgente.
437 Felipe indicar textualmente: Yo andaba muy pegado al Constantino Lima cuando llega de Canad. Entrevista a Felipe
Quispe, el 23 de agosto de 2014.
438 Felipe Quispe, op. cit., p. 37.
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que por lo general llega a desembocar en el caudillismo. La referencia doctrinal en el MITKA era el comunitarismo de ayllus y sus
autoridades se llamaban como se designa a las autoridades mximas
en este sistema: mallkus. Y no solamente eran referencias culturales,
sino que exista la motivacin sincera de reproducir en la organizacin poltica el tipo de organizacin que la mayora de los militantes
haba vivido en sus propias comunidades. Pero se revel difcil
estructurar una organizacin india en un ambiente altamente racista,
en el que los desafos de estructuracin y la necesidad funcional
despedazaron por completo los ideales organizativos.
La motivacin, bien intencionada e inocente a la vez, de usar
como marco de referencia el ayllu, la comunidad, tuvo como resultado el fiasco, quedando el comunitarismo como un discurso vaco
de contenido ante la evidencia de rencillas, enfrentamientos, enemistades polticas y artilugios demaggicos tan grandes que empequeecan las peores actitudes de los partidos qaras. Muchos de
quienes se decan comunitaristas, eran quienes mayor personalismo
demostraban en sus prcticas. As, el comunitarismo de ayllus era
solo una frase retorica en las apasionadas alocuciones de los dirigentes. La razn puede obedecer a la evidencia de que el ayllu
responde a una situacin social y econmica determinada, que ya
no era la misma en el siglo XX (y menos ahora, en el siglo XXI);
sobre todo, en las ciudades del pas, pues quienes vivan antes en
comunidades haban adquirido mayor relacin con circuitos comerciales desconocidos en sus lugares de origen. Adems, especificidad
social y econmica del ayllu era administrada como una autonoma
poltica, que mucho tiempo atrs haba sido conculcada al indio.
Los idelogos y activistas del naciente MITKA no pudieron sacar
las conclusiones de esta constatacin y se entramparon en la red
misma que deban desestructurar: el esquema colonial boliviano.
Ello es en cierto modo explicable. En su gran mayora, los militantes
del MITKA eran personas que no posean las herramientas acadmicas de la investigacin, as que su lucha poltica careca del esclare-
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Cuando lleg a Europa la noticia de la participacin en las elecciones de 1978 de un candidato indgena por el MITKA, poco despus de formarse oficialmente el movimiento, la emocin solidaria
de esas organizaciones lleg a su extremo. Fue un momento de
mucho regocijo y de emocin, pues se vea, desde la distancia, la
emergencia de la primera organizacin poltica india en Bolivia
presta a terciar en las elecciones nacionales para disputar la presidencia. La coordinacin europea de esos pequeos comits de
apoyo abarcaba en esos aos Francia, Blgica y Alemania, teniendo
al primero de estos pases como su centro irradiador. Para sensibilizar a la opinin pblica sobre las luchas indias, el 12 de octubre de
cada ao se realizaba una jornada internacional de carcter pblico,
en la que se invitaba a delegados y representantes de organizaciones indias. Para la actividad de 1979 se decidi invitar, entre otros
lderes del continente, al candidato a la presidencia por el MITKA,
Luciano Tapia, al acto principal que tendra lugar en Bruselas,
Blgica, y a otro secundario en el Centro Pompidou de Pars,
Francia. La idea era poder tener presente al primer candidato indio
a la presidencia en Bolivia y as or de viva voz las palabras y experiencias de la lucha que haba emprendido el MITKA.
Grande fue la sorpresa de los organizadores cuando la respuesta
de Constantino Lima fue evasiva, proponiendo que viaje l u otro
delegado del MITKA, pero sin dar razones sobre la imposibilidad del
viaje de Luciano Tapia. Por alguna razn, desconocida para quienes
invitaban, Lima quera evitar el viaje de Tapia. Finalmente, por insistencia de esos comits, se decidi en La Paz el viaje de Luciano. Los
organizadores del 12 de octubre en Europa estaban lejos de imaginar la serie de acontecimientos que originara su invitacin solidaria,
pues el caso era que en Bolivia el antagonismo Lima-Tapia haba
alcanzado el paroxismo.
Unos das despus de arribado Tapia a Paris, se present sorpresivamente Constantino Lima en la casa en que el primero estaba
alojado. Lima increp duramente a Tapia, llegando casi a enfrentar-
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QUINTA PARTE
Una imagen de los participantes en el Congreso de la Ciudad de las Piedras. Agarrando la wiphala, Constantino Lima. Es una
wiphala a franjas; tambin se enarbol en esa ocasin la wiphala ajedrezada.
Foto: Nicols Calle
Participantes en el Congreso de la Ciudad de las Piedras. En la cima del cerro se ve el cuadro de Tupaj Katari que fue emblemtico
de este grupo poltico.
Foto: Nicols Calle.
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ciones; sin embargo, apenas era un inicio y quienes haban dado ese
paso inicial desconocan casi completamente la hermenutica de la
prctica partidaria y de los enfrentamientos electorales.
En efecto, la forma en que se llev adelante el Congreso, quienes
podan usar la palabra o quien estaba autorizado para dar la palabra, entre otros elementos, mostraban un grupo con gran entusiasmo, pero con poca claridad en el mbito de la prctica poltica real.
Se trataba de un grupo que estaba haciendo sus primeras armas en
poltica y lo haca del modo ms autnomo posible. En tales circunstancias, no debe extraar que pronto se hubiera expresado la inmadurez de esta organizacin. Los casi novatos no podan sino cometer
errores, puesto que buscaban no tener relacin y menos estar bajo
la tutela de algn partido o grupo qara, los nicos que tenan experiencia acumulada familiarmente en estas lides. Los miembros del
MITKA no tenan experiencia poltica previa, salvo en los escalones
ms bajos de algunos partidos de izquierda. El poder no era patrimonio familiar suyo, como ocurra con los dirigentes polticos criollos. Por ello, no les quedaba ms que aprender equivocndose.
Su inmadurez como organizacin se notaba, especialmente, en su
relacin con la prensa. Siendo fundamental el espacio meditico en
la disputa poltica, los indianistas estaban en gran desventaja. No exista una comprensin cabal del papel de los medios de comunicacin
en la lucha poltico-electoral ni haba en el MITKA personas encargadas del relacionamiento con la prensa. Los medio de comunicacin
no se comprendan en su dimensin poltica y la cobertura meditica
no era percibida como visibilizacin del partido; por lo mismo no
se entenda la necesidad de que hubieran personas encargadas de
trabajar en este mbito. Ello hizo que se desperdiciara un importante
recurso de informacin y comunicacin para llegar a la poblacin y
conquistar su adhesin a los postulados mitkistas. Peor todava, una
organizacin a la defensiva por el ambiente hostil de la racializacin
discriminatoria que exista, no se dio cuenta de que por ello mismo
la insurgencia de un partido de los discriminados era una noticia que
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MITKA; y el segundo, porque es el documento oficial de esa organizacin en el periodo electoral que nos ocupa.
Previamente, es interesante constatar la diferencia en el ttulo de
la organizacin en ambos documentos. El uno escribe Tupak con k
y el otro Tupaj, con j. Podra parecer un simple caso de disfuncin
ortogrfica, lo cual en s tambin sera significativo, al constatarse la
ausencia de una normalizacin de nombre de la organizacin y de
ah certificar la fragilidad de la organizacin poltica. Pero el asunto
nos parece que denota algo ms que eso.
Si observamos los documentos de 1960 hasta la fecha, vemos que
en una primera instancia el nombre del hroe aymara se escriba de
preferencia Tupac, es decir con c final. Despus se escribira con
j o con k final. Es posible que el paso de la c final a las otras
consonantes significara una mayor afirmacin tnica, pues el fonema c no existe en aymara y quechua, y s los fonemas j y k. Se
dejara de utilizar la c al final, pues dara a la pronunciacin del
nombre del hroe un sentido castellano que, justamente, la causa
indianista busca evitar en el campo reivindicativo poltico. Eso no
sucede con los fonemas j y k, que tienen uso en aymara y quechua.
Sin embargo, la pronunciacin de ambas es diferente, siendo la j
ms suave y la k ms dura (la j es fricativa y la k oclusiva). Indicara
el uso preferencial de la j o de la k una diferencia en la orientacin
ideolgica y poltica, posiciones ms o menos suaves o ms o
menos radicales? Algunas constataciones nos inducen a pensar que
puede existir alguna relacin entre el uso de esos fonemas y la
orientacin doctrinal de quienes los utilizan. As, el MRTK us con
preferencia Tupaj, mientras que los ms importantes dirigentes del
MITKA Constantino Lima, Luciano Tapia y Felipe Quispe emplearon generalmente Tupak.
El primer documento que comentaremos, el Manifiesto del
Movimiento Indio Tupak Katari MITKA, es un texto mimeografiado
de 13 pginas que consta de dos partes: la primera, el manifiesto
propiamente dicho (12 pginas) y la segunda, la Declaracin de
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459 Manifiesto del Movimiento Indio Tupak Katari MITKA, Kollasuyu Marka, 1978, p. 1. Se puede consultar ese documento en
el Anexo I del presente trabajo.
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adems, se reitera la idea de comunitarismo, algo que ya se sealaba en la primera parte. Como ya se dijo, los indianistas fueron quienes
posicionaron y plantearon este tema; sin embargo, ellos no eran precisamente comunitarios. Se trata ms bien de un ideal inspirado en
algunos rasgos de la vida rural del indio. Siendo que cualquier afirmacin poltica busca marcar diferencias con los contendores, lo
comunitario as como otros aspectos culturales y simblicos sern
ms bien usados como indicadores de diferencia poltica.
El documento concluye con el detalle de los principios fundamentales del MITKA, que transcribimos ntegramente:
1.La persona humana, sea cual fuere su raza y condicin, es lo
primero y fundamental dentro de la creacin de la naturaleza.
2. La sociedad humanista y comunitaria, es la razn del individuo
y del Estado.
3. El derecho a la vida, la libertad, la justicia, el trabajo, la felicidad, son atributos inalienables y sagrados de la persona.
4. El Ama Sua, Ama Llulla, Ama Kella, son principios morales
filosficos de organizacin social y perfeccin humana.470
Si bien los indianistas hacan nfasis en el sometimiento racial, en
el punto 1 se evidencia que se entiende a la persona humana, sin
importar su raza y condicin como lo primero y fundamental, lo
que parece estar inspirado en ideales liberales. Pero, adems, en el
punto 2 se plantea la idea de sociedad humanista y comunitaria
como razn del individuo y del Estado. Pareciera que se trata de
pensar al Estado, al individuo y a la comunidad poltica, relacionando esta ltima a lo que se percibe como propio del indio. Pero
tambin parece tener que ver con un ideal que apunta a que no
haya gente segregada en la prctica para conducir al pas. Remarcar
lo comunitario parece una forma de decir: nosotros no gobernarnos
como ustedes que lo han hecho, solo en familia. No est dems
470 Documento citado, p. 13.
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recalcar que se pone nfasis en la persona humana como lo primero y fundamental dentro de la creacin de la naturaleza, lo que
muestra la distancia del pensamiento poltico indianista histrico
con las actuales poses pachamamistas que colocan al ser humano
como un componentes ms de la naturaleza; adems, como el
menos importante. El punto 4 termina con las ya muy conocidas
frases: Ama Sua, Ama Llulla, Ama Kella, rasgos particulares y propios
que ya formaba parte de los documentos indianistas, desde el PAN.
El segundo documento que consideramos importante analizar, es
Expone: Movimiento Indio Tupaj Katari-MITKA. Luciano Tapia se
refiere as a ese documento:
Tuvimos que ocuparnos luego de hacer una exposicin poltica
y fue, despus del Congreso de la Ciudad de las Piedras, el primer
documento poltico por parte de MITKA que sali a la opinin
pblica, con el ttulo Expone MITKA. Era una exposicin ideolgica
y enunciados para un plan de gobierno que tenamos que hacer
para cumplir con los requisitos que exiga la Corte Nacional
Electoral. Entonces hicimos, Urdininea y mi persona, una consideracin previa; cul deba ser el carcter, el enfoque de ese documento. Yo hice un delineamiento inicial al que Urdininea le dio pulido.
Y as se present el documento, firmado por el Secretario de
Propaganda, que entonces era nuestro hermano Isidoro Copa.471
La anterior cita revela imprecisiones por parte de Luciano Tapia,
quien parece conocer mal el origen del documento y, a pesar de
ello, busca atribuirse la paternidad del mismo. Ante todo, el ttulo
Expone MITKA no parece ser su ttulo original; es el encabezado
que le puso la redaccin del peridico Presencia de la ciudad La
Paz, cuando public el mismo, tal como lo haca con documentos
de otros partidos dentro de su funcin informativa en ese perodo
electoral. El ttulo original del documento parece haber sido
Principios polticos y doctrinales del Movimiento Indio Tupaj
471 Luciano Tapia, Ukamawa Jakawisaxa (As es nuestra vida), p. 376.
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ble que esos documentos perfilan se ir obscureciendo progresivamente en los documentos posteriores. En este movimiento se dio un
proceso contrario al de otras agrupaciones polticas, en el sentido de
que ordinariamente conforme pasa el tiempo y se enriquece la organizacin poltica con la prctica y la experiencia militante, se van
afinando sus planteamientos ideolgicos y doctrinales; mientras que
en el MITKA el tiempo no conlleva un mejoramiento de las ideas
expuestas en sus primeros documentos. Por el contrario, luego de ese
breve perodo estelar ideolgico y programtico, el MITKA se sumi
en la banalidad y la mediocridad de las denuncias, los ataques a la
disidencia, las victimizaciones y las expulsiones recprocas.
El documento empieza con una afirmacin importante: El
Movimiento Indio Tupak473 Katari se fund porque, a lo largo de la
vida republicana, no ha habido un ente poltico que expresara y
representara los intereses y anhelos de las nacionalidades nativas.474
Es caracterstico del indianismo marcar la importancia de su irrupcin en un escenario en el que los indios tenan un lugar subordinado. Constituye un mode de legitimar su fundacin y participacin
en las elecciones, que apela tambin a la descolonizacin. Esto es
ms claro cuando lneas abajo indica:
Desde nuestro punto de vista, la Repblica de Bolivia es una
prolongacin de la Colnia Espaola con otro ropaje jurdico-poltico-administrativo que escamote la victoria de la guerra de la
Independencia. Los realistas de anti ayer se convirtieron en los republicanos de ayer y sentaron las bases de una explotacin y opresin
ms despiadada y sin los frenos de la Corona Espaola.475
El documento resalta que ese hecho colonial y de colonialismo
interno ha originado una estructura racista y alienante del Estado
473 Ntese que en el documento se escribe mayormente el nombre de Katari, Tupak con k y tambin Tupaj con j. El ttulo,
que parece haber sido redactado por los editores, lo hace con j.
474 Tribuna poltica. Expone: Movimiento Indio Tupaj Katari-MITKA. En: Peridico Presencia, La Paz, 23 de mayo de 1978. Se
puede consultar ese documento en el Anexo II del presente trabajo.
475 Documento citado.
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gran distancia que hay entre el indianismo histrico y su degeneracin actual, conocida como pachamamismo. El documento aade:
En efecto, la arqueologa, la antropologa, la psicologa social, la
lingstica, la historiografa, etc., han estudiado este continente y, al
hacerlo, han desenterrado templos, palacios, desentraando misterios, interpretando acontecimientos, y as han hecho aflorar una
conciencia histrica y un pensamiento milenario que ahora tratamos
de restaurar con criterio prctico y visin futurista.
Cuando se haca pblico este Manifiesto, eran momentos en que
el pensamiento de Fausto Reinaga se embarcaba resueltamente en
rumbos amaticos, despotricando contra todo lo que era Occidente.
Esa caracterstica iba a alimentar una desviacin en la interpretacin
de lo indio, que redundara inevitablemente en la postergacin de
sus derechos histricos. El momento de la participacin electoral del
MIKA, el indianismo muestra una ideologa diferente a la de Reinaga.
Es por ello que el documento precisa: Pedimos a la opinin pblica no confundir indianismo con reinaguismo porque sera tan burdo
como confundir arte con comercializacin del arte.476
A pesar de que el Manifiesto no desmerece el aporte racional y
cientfico en el indianismo, los autores indican que ste no es solo
un pensamiento sino tambin un sentimiento y hasta un instinto: No
rechazamos el pensamiento ni la conceptualizacin, pero afirmamos
ms la vida. La vida en comunin con la naturaleza como forma de
civilizacin y cultura. El documento toca as un aspecto que es objeto de mucho debate en la actualidad, y que consiste en la relacin
entre identidad y globalizacin. Lastimosamente, el pensamiento
esbozado en ese manifiesto no pudo desarrollarse ms ampliamente,
lo que habra significado aportes valiosos para el debate. La implosin
del MITKA facilit, en este sentido, el escamoteo del pensamiento
indgena por parte de las disquisiciones posmodernas y culturalistas.
476 En el captulo 6, relativo a Fausto Reinaga, desarrollamos ms las implicaciones de ese manifiesto en la evolucin de la
conducta y pensamiento de este.
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El motivo de esa huelga era el reclamo por la liberacin de los dirigentes mineros presos y por la amnista poltica. Esa huelga tuvo
amplia cobertura meditica, y muchas personas de las ciudades se
sumaran a ella. Esto produjo una presin social, nacional e internacional, que forz al presidente Hugo Banzer a conceder la amnista
y convocar a elecciones libres.
Domitila Chungara, como todos los hombres y mujeres en los
centros mineros, era de extraccin indgena. Sin embargo, esa
identidad estaba generalmente enmascarada o se asuma como
algo vergonzoso (como apreciamos en el testimonio del minero
Feliciano Flix Muruchi Poma en el captulo 1 de este trabajo). Sin
embargo, era susceptible de aflorar en cuanto nuevos condicionamientos lo permitieran.
Domitila naci en el campamento minero de Siglo XX, Potos, en
1937. En 1963 ingres al Comit de Amas de Casa de Siglo XX. Esos
comits eran, en su inicio, organizaciones alentadas por las parroquias
catlicas para facilitar la instruccin de las amas de casa en conocimientos tiles, en cuanto a la atencin de la casa y el cuidado de los
nios. Posteriormente, se trat de realizar cursillos sobre conocimientos adecuados para generar ingresos econmicos. Finalmente, esos
comits llegaron a ser ncleos de concientizacin y de activismo, que
buscaban resolver los problemas que se vivan en las minas a travs
de la transformacin social en su sentido ms amplio.
La huelga de mujeres mineras que lider Chungara est inscrita
en ese ltimo perodo de los comits de amas de casa y no tuvo
ningn cariz indgena porque estaba dentro de los parmetros sociales y polticos prevalentes entonces. Fue en el exterior, como indicamos ms arriba, que el componente indgena se desenvolvi
ampliamente en el discurso y accionar de Domitila. Sin embargo, el
hecho de que el activismo de unas mujeres mineras hubiera podido
influir tan notablemente en el acontecer poltico nacional, acicate
a las mujeres de otros sectores sociales, y motivo as otra iniciativa
en el sector campesino.
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482 Meja de Morales, Lucila et al. Las hijas de Bartolina Sisa, HISBOL, La Paz, 1985.
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490 Candidatos propios. En: Collasuyo, ao 1, n 2, La Paz, junio de 1978, pgs. 6,7.
491 Editorial: Las elecciones vista por los campesinos. En: Collasuyo, ao 1, n 2, La Paz, junio de 1978, p. 3.
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asegurar la presencia de esas papeletas en todos los recintos electorales, tarea que en esa poca incumba a los partidos que competan
en las elecciones. Tampoco, y por las mismas razones, no pudieron
impedir ni contrarrestar la tarea sucia que hacan delegados de otros
partidos, consistente en hacer desaparecer de los recintos las papeletas de los contrincantes, para que el votante solamente tenga acceso a los de su organizacin poltica. Segn admite Luciano Tapia en
su autobiografa, el trabajo de control en las mesas electorales el da
de los comicios se lo realiz solo en La Paz, y ni siquiera en todo el
departamento de La Paz.
Los resultados de esas elecciones dieron al MITKA solo 12.207
votos.492 Luciano Tapia escribir: Con todo, ocupamos un lugar a la
misma altura que otros partidos mestizos que entonces tambin
intervenan, como por ejemplo, el Partido Socialista de Quiroga
Santa Cruz. El PS-1, segn las publicaciones de prensa, estaba en
una posicin ms o menos igual que el nuestro en cuanto al nmero de votos se refiere.493 Resultado pobre pero esperanzador para
un movimiento que empezaba y del que sus militantes pensaban
estaba destinado a lograr un gobierno indio para Bolivia. El tiempo
dira cun acertadas estaban esas esperanzas.
492 Wilhelm Hofmeister y Sascha Bamberger, Bolivia, documento electrnico. Se puede consultar en: biblio.juridicas.unam.mx/
libros/5/2052/9.pdf. Javier Hurtado apunta que fueron 13.281 votos los que obtuvo MITKA, igual al 0,71%. Javier Hurtado,
op. cit., p. 265.
493 Luciano Tapia, op. cit., p. 390. El PS-1 sac en esa eleccin 8.323 votos, casi un tercio menos que la votacin del MITKA.
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Despus que l se fue, Constantino me indic que yo estaba designado para ir a Suiza.494
Ese relato de Tapia pone de relieve algunos asuntos importantes.
Primero, el papel director que ocupaba Constantino dentro del
MITKA y, correlativamente, el rol relativamente subordinado de
Tapia. Segundo, el desconocimiento confeso de parte de Tapia
sobre el asunto y sus antecedentes.
Esa ignorancia, como veremos a continuacin, alcanza incluso
niveles patticos en el relato de Luciano, cuando narra su estada en
Europa y los contactos que all estableci.
Pero, primordialmente, llama la atencin el hecho de que sea
Constantino quien haya comunicado esa invitacin a Tapia, y tambin
quien haya dispuesto que sea l quien viaje, cuando sabemos la tirantez que haba en sus relaciones y el papel que en el simbolismo del
poder significaba manejar los contactos en el exterior. Tambin es
interesante el hecho de que Lima designara a quin viajara, al parecer, sin ningn tipo de discusin o consulta a algn consejo formado
por dirigentes del partido o algo parecido. Es posible que haya pasado entonces lo mismo que sucedi respecto a la invitacin de los
comits de exilados indios que haba en Europa: quienes invitaban
insistieron en tener al candidato a la presidencia por el MITKA y no
a otra persona, por el simbolismo de su candidatura en ese momento
en particular. En ese caso, la decisin sobre quin viajara habra escapado a la voluntad de Constantino. Sin embargo, que Constantino
aceptara el viaje de Luciano, no signific que se hubiera modificado
la naturaleza de las relaciones que ambos mantenan, pues Luciano
viaj sin tener conocimiento de los contactos que tena Lima en
Europa, en especial de los comits de exilados. Estos ltimos desbordaban de entusiasmo y tenan tambin posibilidades en cuanto a
contactos y relaciones, ventajas que hubiesen contribuido a hacer
menos penoso el viaje de Luciano y a que tuviera resultados concre-
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haba formado, cules eran sus objetivos, sobre la situacin del indio,
todo eso. Pareca que a los invitados especiales no les agradaba y me
llegaron a advertir que no dijera esas cosas porque aquella era gente
reaccionaria. Realmente hasta ahora no entiendo cmo era esa
Conferencia: por un lado haba delegados que venan a hablar hasta
de las situaciones de guerras como el caso de la SWAPO y luego vena
una gente reaccionaria a clausurar la Conferencia. Pero de todas
maneras habl contra todo lo que ellos queran hacerme callar. A m
ya no me importaba; les guste o no les guste.498
Sin todava entender exactamente de qu se trataba, Luciano
indica que le llamaron a una reunin reservada con el obispo Jos
Chipenda, que tena algo de raza negra y era el principal hombre,
el que manejaba todo. Ese dato nos permite inferir que Luciano
particip en alguna conferencia contra el racismo patrocinada por el
Consejo Mundial de Iglesias, organizacin ecumnica de activa
intervencin en los temas de descolonizacin, pues Jos Belo
Chipenda, obispo de la Iglesia Evanglica Congregacional de
Angola, fue responsable del Programa de Lucha contra el Racismo
de este Consejo, cuya sede estaba en Ginebra, Suiza.499
En su conversacin con Chipenda, Luciano expone con miedo
lo que le haban encargado en Bolivia que solicitara: ayuda econmica para el MITKA. Tapia indica que cuando en Bolivia le dieron
ese encargo, l pensaba que le pareca mucho dinero. Sin embargo,
all se da cuenta que es una pichanga, pues lo que yo estaba
planteando era una cosa insignificante porque ah se hablaba de
asistencia financiera para una guerra en el frica que costaba sumas
increbles en armamento y vitualles. Era una cosa para quedarse con
la boca abierta.500 Las aspiraciones de ayuda econmica que l
498 Op. cit., p. 398.
499 El CMI financi a varias organizaciones y congresos indgenas, entre ellos el de CISA en Ollantaytambo en 1980. En el
Informe de Ramiro Reynaga sobre su gira en Europa en 1980 como coordinador del CISA, se seala que el lunes 9 de junio
de 1980 visitamos en Ginebra a Jos Belo Chipenda del Programa de Lucha contra el Racismo de este Consejo y logramos
el Visto Bueno.
500 Op. cit., p. 399.
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resto sirvi tambin para el sostenimiento de las personas que estaban trabajando ntegramente en el terreno poltico. Tapia precisa
que esas personas eran l mismo, Constantino Lima y Julio Tumiri.
No menciona cmo se lleg a definir a esas personas para que se
hicieran cargo ntegramente del trabajo poltico. Otros militantes
que tambin dedicaban la mayor parte de su tiempo al trabajo poltico no fueron considerados en este selecto grupo; en palabras de
Quispe, no eran parte de la rosca indianista.
El tema del dinero y de su administracin fue siempre una cuestin muy espinosa en la historia de la constitucin y funcionamiento de los rganos polticos indianistas. En la campaa de 1979, esta
deficiencia caus jugarretas colindantes con lo tragicmico. Tapia
relata que para la campaa se mandaron a hacer afiches, pero cuando estos fueron entregados nadie quera pagar por los mismos. El
candidato indicaba que ello era responsabilidad del jefe de partido
y este aseguraba que era obligacin del que postulaba a presidente:
ninguno de ellos quera asumir la responsabilidad. La imprenta tuvo
que amenazar a Luciano con remitir el caso a la polica para que,
finalmente, esos afiches fueran pagados por el militante Samuel
Coronel, que destin a ello su sueldo del mes como maestro. Tapia
asuma el ser candidato sin tomar responsabilidades econmicas;
Lima era el jefe del partido, pero crea que su jefatura no involucraba obligaciones econmicas. Los militantes del MITKA tenan la
mejor voluntad para encarar las elecciones, pero la realidad les
mostraba que la poltica requera ms que eso.
Las deficiencias financieras tambin afectaban la propaganda
mural callejera. En su autobiografa, Tapia recuerda cmo, al no
tener dinero para comprar pintura, muchos militantes del MITKA se
enrolaban para pintar la propaganda de otros partidos. Esta actividad era retribuida con dinero. Al mismo tiempo que esos militantes
ganaban algo de dinero, guardaban tambin restos de pintura, que
la utilizaban luego para pintar con ella la propaganda del MITKA.
Como la propaganda mural en esos tiempos era bsicamente el pin-
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509 Aun es motivo de debate si los incas fueron quechuas, aymaras o pukinas. Fue el Estado peruano quien mejor logr dar una
imagen quechua a los incas, como el Estado boliviano dio una imagen aymara a Tiwanaku.
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deseaban participar en las elecciones deban acreditar una condicin econmica privilegiada.510 Marcelo Quiroga Santa Cruz, lder
del PS-1, impugn tal determinacin anunciando el inicio de una
huelga de hambre hasta que la misma fuera retirada. Se sumaron
a esa medida Filemn Escobar, de Vanguardia Obrera, y Luciano
Tapia, del MITKA, representantes de organizaciones que se sentan
particularmente afectadas. De esta experiencia Tapia recuerda que
la prensa privilegiaba entrevistar a Quiroga Santa Cruz que era de
la clase burguesa, a pesar de su posicin socialista, mientras que
l pasaba totalmente desapercibido e ignorado por la prensa. La
actitud de los periodistas no sorprende, pues era natural que
quienes dominaban el ambiente poltico en aquellos aos fuera
gente de tez clara, que no tuviera cara de indio. Un huelguista
indio, candidato a la presidencia por el primer partido indio que
terciaba en elecciones, era algo sin importancia para la prensa.
Una persona considerada inferior, aunque fuera candidato a la
presidencia, no poda merecer la atencin de los periodistas, quienes preferan hablar con gente de buena familia como Marcelo
Quiroga. Luciano Tapia puntualiza: A m ni siquiera me hicieron
una pregunta ni me dirigieron la palabra.
Pero no solamente le dola a Luciano Tapia la actitud de la prensa, sino tambin la de su compaero de huelga de hambre, Quiroga
Santa Cruz. Si bien en la actualidad se presenta a Marcelo Quiroga
casi como alguien que luch por los indgenas, lo cierto es que esa
no fue una de sus preocupaciones ni algo que haya guiado su accionar poltico. Tapia recuerda cmo se portaba con l el socialista
Marcelo Quiroga:
A pesar de que l era un dirigente poltico de posicin socialista, y por tanto se puede pensar popular, en su conducta personal
no era as con relacin al indio; se mantena dentro esos resabios de
510 Los partidos deban demostrar solvencia para devolver los gastos que le correspondan en caso de no tener una votacin
mnima. Citado en: Hugo Rodas Morales, Marcelo Quiroga Santa Cruz 1978-1980, Plural Editores, La Paz, 2010, p. 201.
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del ao 1978. Tuvo ms delegados en las mesas de votacin y mejor el control de papeletas. Sin embargo, aun as le faltaba gente y
muchos de sus delegados eran ms bien apocados y teman reclamar abiertamente las irregularidades que detectaban: resultado de
la opresin de tantos aos, reflexiona Tapia.
Para un indio que deba defender los votos del MITKA debi
ser muy difcil atreverse a hablar o reclamar ante delegados de
otras organizaciones que no eran de su origen y que representaban al poder de casta en Bolivia. No solo era ya un gran reto que
los indios presentaran un candidato a la presidencia a travs de un
partido propio, con todos los contratiempos y dificultades que
relatamos, sino que el hecho de actuar en las instancias de votacin era un desafo an mayor, pues supona la adecuada preparacin de los representantes y el superar los complejos de inferioridad interiorizados a lo largo de una vida. No solamente el sistema
ignoraba al candidato indio, sino que ms fcilmente tambin
ignoraban a los representantes del MITKA en los lugares de conteo, pues ellos mismos callaban y preferan pasar inadvertidos. A
pesar de ello, el MITKA tuvo la ayuda inesperada de muchas personas criollas, qaras. Tapia relata uno de esos acontecimientos.
Una seora se les acerc diciendo: Cmo es posible, les estn
engaando los votos. La aceptaron inmediatamente como militante del MITKA aunque ella era una seora blanca. Tapia la evoca
de la siguiente manera:
Despus supimos que era una persona muy conocida, su nombre era Rosa Lema, y era encargada de una organizacin Agramont
que tena muchos bienes y hasta ahora los tiene. Mucho antes parece que ella era del MNR, yo no s. Si vino por curiosidad o vino con
sinceridad, no sabemos. Lo cierto es que la recuerdo muy bien porque me endilg una figura quijotesca al llamarme el caballero
andante del altiplano.512
512 Luciano Tapia, op. cit., p. 408.
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realizado en Sucre, por su abierta parcializacin poltica y la intromisin de agentes del extremismo internacional y declara mantener en
vigencia el Pacto Militar Campesino hasta la realizacin del prximo
Congreso Nacional Campesino. El documento es firmado por Javier
Aguilar E., Clemente Alarcn A., Jess Eguez y varias otras personas.516 Das despus, la prensa public otra solicitada de la
Confederacin, que tuvo su Congreso en Sucre, que finaliza indicando: hacemos pblico nuestro apoyo moral y material al Gobierno de
la Honorable Junta Militar, que preside el dignsimo Gral. de Divisin
Don David Padilla Arancibia, por su devocin democrtica en aras de
la unidad del pueblo boliviano. Esa solicitada est firmada por Miguel
Trigo, Willy Romn, Toms Rodas y varias otras personas ms.517
Evidentemente, esa solicitada refleja la posicin de los campesinos oficialistas, cada vez ms a la defensiva. Sin embargo, en el
campo opositor se constata tambin una situacin de crecimiento
del clientelismo y las formas de subordinacin y de corrupcin del
campesinado. Una revisin rpida de la prensa de esos momentos
nos confirma esa apreciacin. As, el mes de junio, una solicitada del
Movimiento de la Federacin de Campesinos de las cinco provincias del norte de Potos seala que la UDP ha marginado a los
legtimos representantes de esas provincias, en particular al dirigente Florencio Gabriel, secretario ejecutivo, por, seguramente, la
accin de algunos oportunistas metidos en la direccin de la
UDP.518 Das despus otra solicitada, bajo el ttulo Por la unificacin
y el fortalecimiento del Tupaj Katarismo, indica: Ratificar el reingreso de nuestra organizacin poltica al seno del Frente de Unidad
Democrtica Popular, porque el MRTK es fundador de dicho frente; ratificar la unificacin y fusin del movimiento nacional
Tupaj Katari y el Movimiento Revolucionario Tupaj Katari (MRTK),
por constituir este hecho un paso importante en el proceso de uni516 Peridico Presencia, 6 de junio de 1979, p. 22.
517 Peridico Presencia, 8 de junio de 1979, p. 10.
518 Peridico Presencia, 7 de junio de 1979, p. 7.
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tra as que el MITKA no logr integrar a todos los indianistas histricos, pero tambin que era cierta su aprensin, manifestada desde
los primeros intentos de unificar a kataristas e indianistas, en sentido
de que ese llamado a la unidad no era para crear un frente nico
indianista katarista para enfrentar a los partidos qaras, sino un
recurso instrumental de los kataristas para negociar su inclusin en
alguno de los frentes polticos qaras. El desarrollo histrico confirma esa interpretacin: Primero, el MRTK estuvo siempre ligado
estructuralmente a la poltica qara: a la UDP cuando era MRTK y al
MNR cuando se convierti en MRTKL520.
Es tambin importante hacer notar que los indianistas del MNTK
que firman esa solicitada no hicieron despus carrera poltica en ese
movimiento o en otra agrupacin poltica, parece que fueron la carnada en el anzuelo destinado a atraer al MITKA, para despus pasar
al olvido poltico. Es decir, la fusin entre el MRTK y el MNTK fue
algo circunstancial, en la que los miembros del MNTK no tenan
mayor funcin que la de ser exhibidos ante el MITKA como una
seal. En lo sucesivo el MRTK girara exclusivamente alrededor de
dos figuras: Jenaro Flores y Vctor Hugo Crdenas.
La relacin entre indianistas y kataristas fue siempre conflictiva.
Para entender la dificultad de tal relacin es necesario detenernos
en lo que fue el MRTK.
Los orgenes de esta organizacin estn ntimamente ligados al
sindicalismo campesino. Vimos cmo en sus inicios este fue correa
de transmisin del partido gobernante, el MNR. Tambin indicamos
el rol del sindicalismo en el Pacto Militar-Campesino y en el apoyo
a las dictaduras. Esta funcin sumisa del sindicalismo campesino
empez a modificarse a partir de 1971. Este ao, el 2 de agosto (en
ese entonces Da del Indio), se realiz el VI Congreso de la CNTCB
en Potos. El Congreso, que fue presidido por Raymundo Tambo,
520 Aunque entre los kataristas hay quienes afirman que la relacin del MRTKL y el MNR solo se dio con una fraccin de esta
organizacin, encabezada por Vctor Hugo Crdenas, y no responde a una postura general del MRTKL (entrevistas con
Moiss Gutirrez y Walter Reynaga).
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tiene importancia porque a partir de entonces se dio el distanciamiento del sindicalismo respecto al patronaje poltico del poder,
propiciado por el pensamiento indianista.
Recordemos que ya desde 1960 Raymundo Tambo estaba en la
tarea de organizar un partido. Lo que lo lleva a formar el PAN, y
despus a ser parte del PIAK y el PIB; en la UMSA form el MUJA.
Su carrera sindical tambin se dio desde mediados de los aos 60.
En 1970, en un Congreso realizado en Patacamaya, provincia
Aroma, Tambo disput la cartera ejecutiva con Jenaro Flores, quien
tena el respaldo del Pacto Militar Campesino, como nos lo cont
Teodomiro Rengel, quien estuvo en el lugar. Como hemos dicho,
viendo la postura crtica de Tambo frente al Pacto Militar
Campesino, Rengel lo apoy en la votacin, pero Flores se impuso
por el respaldo que haba logrado a travs de Dionisio Osco. Sin
embargo, Rengel se vincul a Tambo y trat de que tenga un acercamiento con Flores. Ya para el Congreso en Potos, Rengel haba
logrado que Tambo y Flores trabajaran polticamente juntos, aunque Rengel recuerda: me ha costado mucho hacer juntar521 a
ambos, pues Jenaro estaba con el Pacto. As, la corriente indianista encabezada por Raymundo Tambo perfil un horizonte de lucha
dentro de la CNTCB, el cual apuntaba a un sindicalismo campesino
independiente del gobierno.
En el Congreso que se realiz en Potos se enfrentaron dos posiciones, por un lado la de la izquierda, en la que jug un papel
importante la Unin de Campesinos Pobres (UCAPO), y la tesis
indianista que fue redactada por Fausto Reinaga.
UCAPO era una organizacin vinculada al Partido Comunista
Marxista Leninista, de orientacin pro-china, que fue protagonista de
la intervencin de tierras en el oriente delpas, prefigurando lo que
despus sera el Movimiento Sin Tierra. Se atribua a UCAPO el querer iniciar una guerra popular prolongada, al estilo de la guerra
521 Entrevista con Teodomiro Rengel.
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que Mao dirigi en China. En todo caso, en esa poca era un grupo
agitador bastante belicoso. Felipe Quispe narra cmo desde la clandestinidad lanzaba comunicados denunciando al Congreso de estar
manejado desde los cuarteles con el propsito de mantener firmemente el Pacto Militar Campesino, y cmo aparecieron leyendas
pintadas en los muros de la ciudad de Potos contrarias al Congreso
de la CNTCB. UCAPO focaliz su ataque contra Fausto Reinaga,
quien fue el blanco de ataque, de amedrentamiento por parte de
UCAPO y hasta casi llegan a secuestrarlo de este evento sindical.522
Lo paradjico de esta situacin es que el Congreso de Potos fue
el inicio de la ruptura con el Pacto Militar Campesino, cuando lo que
Reinaga quera era establecer una nueva alianza entre militares y
campesinos. Se inici un desmarque del sindicalismo respecto del
poder, en contra de la voluntad de quien buscaba ms bien una
nueva aproximacin del indio al poder uniformado. Quispe seala
que el oficialismo pretenda a toda costa reeditar el Pacto Militar
Campesino, y que el Ministro de Asuntos Campesinos de entonces,
Mario Candia Nava, entraba y sala libremente de las reuniones del
Congreso. Lo que Felipe no saba era que Fausto Reinaga estaba
comprometido con ese intento oficialista. En una carta fechada el 13
de julio de 1971, Reinaga indica a Carnero Hoke: TESIS INDIA sali
semanas antes a la inauguracin de la Asamblea Popular. Entregu
personalmente a los Jefes de las FF. AA. de este pas, aadiendo
lneas abajo: La semana pasada recib una invitacin del Ministerio
de Asuntos Campesinos para asesorar la Comisin Poltica de la
Confederacin Campesina de Bolivia que debe realizar su Congreso
en Potos el 2 a 4 de agosto prximo.523
Felipe Quispe ve en los sucesos del Congreso de Potos un triunfo indianista, al ser aprobada la tesis redactada por Reinaga, al que
califica de Amawta: documento histrico diferente a las tesis ela522 Felipe Quispe, op. cit., p. 24.
523 Fabiola Escrzag, op. cit., p. 172.
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razones ideolgicas: Para ellos pensar en aymara, hablar de la cultura poltica india, era una aberracin irracional y satnica.529
El VII Congreso se realiz bajo la presidencia de Vctor Hugo
Crdenas, que funga en esa poca como chofer de Marcial
Canaviri.530 De acuerdo a Felipe Quispe, Crdenas manej el
Congreso de tal manera que en ninguna plenaria los indianistas
tuvieron derecho a la palabra: las personas que iban a intervenir
tenan que llevar un trozo de papel blanco en la mano izquierda.
Era una seal que demuestra la pertenencia a su grupo poltico y
as poda exponer tranquilamente; los otros podan esperar por
horas un turno que nunca vena. Sin ningn tipo de oposicin, en
ese Congreso Jenaro Flores fue reelegido como secretario general.
En este Congreso surgi como agrupacin poltica el MRTK, en base
a una anterior organizacin llamada Movimiento Revolucionario
Campesino Tupak Katari, MRCTK, que estaba dirigida por Toms
Santos y Faustino Condori.
A fines del ao 1978, el 4 de diciembre, se conform en las oficinas del Ministerio de Asuntos Campesinos un Comit Unificador
del Movimiento Sindical Campesino que estaba dividido en la oficialista CNTCB y la opositora CNTCB-TK. Jenaro Flores firm un
documento a favor de un autntico nacionalismo junto a Clemente
Alarcn, Pascual Gamn, Miguel Trigo y otros.
El 1 de mayo de 1979 tuvo lugar el V Congreso Nacional de la
Central Obrera Boliviana. Una de sus resoluciones es propiciar un
congreso de unidad campesina, pues existan varias confederaciones
que solicitaban su reconocimiento por parte suya. En 1979 el movimiento sindical campesino no oficialista estaba dividido en tres
confederaciones: El Bloque Independiente Campesino, de Casiano
Amurrio; la Confederacin de Campesinos Julin Apaza de ngel
Vera, Zenn Barrientos y Juvenal Castro, y la Confederacin Nacional
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ms larga dictadura de mi vida, las esperanzas en el potencial transformador de la democracia no podan sino ser excesivas, pues pens
que las diversas corrientes kataristas e indianistas se uniran para
construir juntas un proyecto poltico viable, donde las mayoras
gobernaran a las minoras y no a la inversa, y donde la sociabilidad
de todos los y las bolivianas pudiera organizarse conforme a otras
ticas, ms acordes con el paisaje y con las fuerzas profundas de la
naturaleza, que las sociedades; indgenas conocieron y con las que
dialogaron de t a t desde hace milenios. Muy pronto, esas esperanzas se vieron frustradas. La democracia result convertida en
escenario de la reconstitucin de la vieja casta encomendera en
palabras de Ren Zavaleta, mientras que la cooptacin clientelar y
el divisionismo de la CSUTCB engendr frutos de desaliento, prebendalizacin y abandono de los mecanismos de control social
comunitario en el ejercicio de la autoridad, lo cual a la larga reprodujo el problema de la disociacin entre lderes y bases, que
Oprimidos... analiza con algn detenimiento en el contexto de la
crisis del Estado del 52.535
Volviendo al tema de Los Locos, lo que indicamos no se basa
solamente en el testimonio, sin duda valioso, de Felipe Quispe.
Tambin Walter Reynaga nos cuenta cmo era la relacin de Flores
y otros militantes kataristas y el papel que jugaban los matones del
Jenaro536, lo que viene a confirmar las afirmaciones de Quispe: Los
vimos en accin a esos cuates, eran realmente jodidos. Al Vctor
Hugo Crdenas lo hacan bailar las veces que les daba la gana en
plena calle, a patadas537.
Puede decirse que el katarismo se fue perfilando despus del
golpe de Banzer, pero que tena un importante antecedente en la
relacin que Rengel logr entre Raymundo Tambo, uno de los primeros indianistas, con Jenaro Flores. Despus de ese golpe militar,
535 Prefacio de la autora, octubre del 2003. En: Silvia Rivera Cusicanqui, op. cit., p. 17,18.
536 Entrevista con Walter Reynaga, el 11 de septiembre de 2014.
537 Entrevista citada.
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SEXTA PARTE
Una concentracin indianista en la Garita de Lima, La Paz. Dirigiendo la palabra a la asistencia, Nicols Calle.
Foto: Nicols Calle.
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Subsahariana. En la lucha contra el apartheid financi a grupos guerrilleros negros, lo que tambin generara controversia despus de
la desaparicin de la Unin Sovitica.
En lo que respecta a los pueblos indgenas de las Amricas, el
CMI tena un inters particular en su seguimiento y apoyo, y trat
de vincularlos con otros movimientos de descolonizacin particularmente activos, sobre todo en frica austral (ya lo hemos visto cuando analizamos el viaje de Luciano Tapia a Suiza). Sin embargo, a
pesar de su alianza internacional con la izquierda, el CMI parece
haber manifestado un inters especial en los pueblos indgenas, de
manera tal que su actividad en ese sector pudiera ser preferente. De
ah la serie de hechos e iniciativas que concluyeron en el apoyo que
este Consejo dio a la constitucin del CMPI y de los consejos regionales que ese Consejo Mundial estableci primero en Amrica
Central y luego en Amrica del Sur.
El Primer Congreso Internacional Indgena de Amrica Central,
auspiciado por el CMPI y en el que el CMI particip como uno de
los financiadores, se celebr del 24 al 28 de enero de 1977 en
Panam. En l participaron representantes de Mxico, Guatemala,
Panam, Honduras. Nicaragua, El Salvador y Costa Rica.
Esta reunin decidi la constitucin de una federacin indgena
centroamericana: el Consejo Regional de los Pueblos Indgenas de
Amrica Central (CORPI) donde estn representados los pases mencionados () En el curso de la Reunin de las Organizaciones
Indgenas Independientes de Mxico, Amrica Central y el Caribe,
que tuvo lugar en la comunidad de Purepecha de Chern Asticurin
(Estado de Michoacn, Mxico) del 3 al 8 de marzo de 1981, el
CORPI, que era quien organizaba esta reunin, anunci que en adelante su sigla significara: Coordinadora Regional de Pueblos Indios.541
El CMIP decidi tambin que era necesaria una coordinadora que
representara a los indgenas de Amrica del Sur. En las oficinas del
541 Marie Chantal Barre, Polticas indigenistas y reivindicaciones indias en Amrica Latina 1940-1980.
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CMPI trabajaban algunos indgenas de esta parte del continente, algunos de ellos ya haban participado en anteriores reuniones y congresos indgenas y tenan cierta representatividad en sus lugares de origen. Uno de ellos era Nilo Cayuqeo, mapuche de Argentina, representante de la Asociacin Indgena de la Repblica Argentina (AIRA).
Cayuqeo ser el principal articulador con el CMPI y otras organizaciones internacionales la creacin del Consejo Indio de Amrica del Sur.
Para la creacin de un rgano regional en Sudamrica era necesario encontrar organizaciones en Amrica del Sur que pudieran cumplir el oficio de bases sobre las cuales edificar el Consejo. Llama la
atencin que el CMPI, en estrecha relacin con sus financiadores,
entre los que resaltaba el CMI, que tena amplio conocimiento y contacto con organizaciones de izquierda en Amrica del Sur, no hubiera
recurrido a ninguna de las organizaciones en las que esta tendencia
era dominante o tena influencia notable, como la Confederacin de
Campesinos del Per (CCP), la CNTCB-TK en Bolivia, o el Consejo
Regional de Indgenas del Cauca (CRIC), en Colombia, por solo citar
algunos de ellos. En vez de ello buscaron contacto con el Movimiento
Indio Peruano (MIP), organizacin que diriga Guillermo Carnero
Hoke, quien estaba en estrecha relacin con Fausto Reinaga en
Bolivia. Ello lleva a suponer cierta distribucin de trabajo entre los
grupos afines de izquierda y el CMI, dejando a este ltimo el trabajo
con los grupos indgenas ms etnizados y menos clasistas.
En ausencia de documentos que puedan explicar por qu el
CMPI se aproxim al MIP, solo podemos especular. Es posible que
tanto el CMI como el CMPI hubieran quedado impactados por el
discurso del MIP, que planteaba lo indio como un camino propio,
distinto al de Occidente, y con radical autonoma de pensamiento y
de conocimiento. El MIP se presentaba como una organizacin sin
vinculacin con la izquierda mundial, tal vez por ello fue vista como
autentica y disponible en el esquema internacional de relaciones.
Eso al CMPI y al CMI les pudo significar una oportunidad de influencia, y quizs de control, sobre una organizacin a la que su propia
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debido a la constatacin de que, a pesar de la claridad de las conclusiones polticas a las que llegaba, estaba imposibilitado de ser l
el protagonista pleno de la causa que vislumbraba a causa de su
origen racial. Sus rasgos somticos eran una desventaja. Guillermo
era blanco542, un criollo que adems tena ascendencia irlandesa
por el lado materno.
El cuerpo ideolgico en el que Carnero Hoke desemboc como
el de Fausto Reinaga; de ah la amistad que les una no poda ms
que concluir en un elogio desmesurado de los pueblos indios. l
escribi:
Lograron estas culturas amerindias alcanzar el Estado-tico
gobernado solo por leyes morales al amparo del Consejo de los
Ancianos. Sus habitantes se guiaban por un trptico moral: no mentirs, no robars, no sers ocioso y saban que las cosas de la Tierra
eran de todos y para todos, tal como el aire y el sol. Vivieron en un
mundo feliz y sus descendientes nuestros indios de hoy son la
ms grande reserva moral del mundo del maana.543
Ntese que escribe nuestros indios y que ellos (Carnero Hoke
no se incluye en un nosotros) son la reserva moral de la humanidad. Ese distanciamiento fue efecto de su propio razonamiento.
Elogios simpticos y desmesurados hacia el indio son comunes,
sobre todo entre los escritos de los romnticos y los telricos en
Bolivia, en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, en ese
entonces el indio todava no era un sujeto social con la misma
importancia y contundencia que en la segunda mitad del mismo
siglo. Antes, el indigenismo era un discurso vaco que el indio
soportaba sin entenderlo. En Bolivia, despus de la Revolucin de
1952 y particularmente en la dcada de los setenta y ochenta, no
542 Fabiola Escrzaga indica que Guillermo Carnero Hoke no era indio, sino mestizo y casi criollo, pues su madre era irlandesa.
Op. cit., p. 16. Luciano Tapia narra as el encuentro de Nicols Calle con Guillermo Carnero: Aprovechando un seminario
de su iglesia Calle era entonces protestante se puso en contacto con Carnero Hoke en Lima y me inform que lo haba
conocido personalmente. Indic que haba hablado con l, pero que no era indio sino un mestizo o un blanco, y que hablaba
igual que Reynaga. (Luciano Tapia, op. cit., p. 332).
543 Guillermo Carnero Hoke, Nueva teora para la insurgencia, Editorial Amerindia, Lima, 1968.
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puede haber un discurso sobre el indio sin que este sea percibido
y estimado por ste mismo. El discurso encomistico sobre el indio
y su sociedad deja de ser distraccin lrica, o metfora poltica, para
llegar a ser una descripcin. Por muy falsa que sea esa descripcin,
si es elogiosa es asumida como verdadera por el indio que desea
gratificar as los sinsabores cotidianos de una sociedad racializada.
Empero, por el mismo hecho de vivir en una sociedad racializada y
estar el indio cada vez ms consciente de ello, es fcil que a la larga
la superchera de un discurso engaoso resulte desenmascarada.
A los indios militantes les resultaba, en consecuencia, curioso que
un discurso halageo sobre ellos y que buscaba concluir en una
transformacin social, fuera proferido por alguien que racialmente
no poda ser catalogado como indio. La exuberncia discursiva y la
radicalidad poltica le jugaban as una mala pasada a Carnero Hoke.
La racializacin imperante indicaba a los indios que por ser exteriormente indios eran explotados, discriminados y marginados. Por
tanto, quien originaba una teora para la insurgencia de los indios,
deba ser l tambin indio.
Esa contrariedad existencial en la vida de Carnero Hoke le conducira a desarrollar ideas sobre el indio que no se convirtieran en
su propio fretro. De ah su empeo en probar que indio no equivale a un color de la piel, y que depende del pensamiento que se
tiene, idea que logr inculcar a Fausto Reinaga y con la cual impregnar al MIP y al CISA que naceran despus.
Guillermo Carnero Hoke naci en Piura en 1917544; su infancia la
pas en Talara, donde trabajaba su padre, regin que era el bastin
del partido Alianza Popular Revolucionaria (APRA). Milit primeramente en el APRA, a los 14 aos; luego pas a la Juventud
Comunista. Hasta 1939 fue miembro de la Clula Universitaria
Comunista, luego reingres al APRA. Como miembro del Comando
de Estudiantes Apristas de la Universidad de San Marcos (donde, sin
544 Los datos biogrficos han sido extrados de Fabiola Escrzaga, op. cit., p. 16-23.
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547 Aun as, uno de los ataques que frecuentemente se le hace a Fausto Reinaga (ataque generado y condicionado por las ideas
que l desarroll) es que no fue indio, sino mestizo.
548 Fabiola Escrzaga, op. cit., p. 74.
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Para el efecto hemos suscrito un documento con el representante del CMPI, Nilo Cayuqueo, en el que nos comprometemos mutuamente para llevar adelante el Certamen. En breve te remitir las
bases, el Temario y todo aquello que coadyuve a sus mejores fines.
Se nos presenta la mejor ocasin de preparar el cuerpo ideolgico y filosfico del indianismo para que se eleve a mensaje y oriente a la sociedad terrestre. Est al alcance de nuestras condiciones y
nos habremos de probar en una estatura de siglos.
Se ha recolectado 20 mil dlares para el evento y sobre esa base
se podra conseguir ms. Asistiran, todos los representantes de los
Movimientos Indios de Amrica del Sur. O sea entre treinta y cuarenta delegados, si son tres los asistentes por cada pas. Habr invitados de otros lugares, etc.556
Fausto Reinaga le contesta el 18 de junio. Su respuesta comienza
con esta muy significativa expresin: Me ha sorprendido tu carta
ltima557, puesto que ese convenio lo lleva adelante Carnero sin
consultar con Reinaga. La sorpresa de este no es solamente porque
Guillermo Carnero le escribe despus de varios meses de silencio,
sino porque Reinaga se entera sbitamente de la concrecin de algo
que llevaban aos planeando juntos, pero de cuyo desenlace se le
haba mantenido en la ms supina ignorancia.
Sin embargo, el 16 de marzo de 1978 (ms de un ao antes de
la carta que arriba comentamos) Carnero ya haba informado a
Reinaga sobre los avances de sus contactos con Europa. Le indica el
rompimiento con Angelika Schreirber y con un tal Dr. Mark Mnzel,
quienes haban presentado objeciones al proyecto de Carnero. Estas
objeciones se referan, una a que vean a la ideologa indianista
como imposicin andina a los pueblos de la selva, y otra, a la ausencia de relaciones del MIP con la clase obrera o las organizaciones
citadinas conformadas por indios.558 Carnero interpreta esas obje556 Op. cit., p. 315, 316.
557 Op. cit., p. 316.
558 Op. cit., p. 265.
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de clase media. No significbamos pues un desafo para desorganizar al APRA. No tenamos ni fuerza sindical ni campesina ni mucho
menos fuerza o base econmica.568
La fantasa que los organizadores tenan sobre el indio los llev
a pensar en cosas que rayan en la ms pattica inocencia. Pare ellos
no era una ficcin que pudiese haber aportes indios a sus organizaciones, o que los ms favorecidos pudiesen adquirir bonos de solidaridad para financiar ese y otros eventos lo crean sinceramente
o de otra manera no hubiesen publicitado la direccin a la cual
hacer llegar esos aportes, que no era sino la del domicilio de
Guillermo Carnero Hoke.
Desde que se constituy al ao siguiente el CISA, hasta su definitivo colapso, el fantasma del dinero corri, asust y desvaneci cualquier posibilidad de constituir una organizacin representativa india.
Recin terminado el Congreso preparatorio circularon rumores sobre
malversaciones y robos, y se acus directamente a Carnero Hoke de
ello. Se puso como prueba ese inocente documento de convocatoria
a la reunin preliminar que exiga que el dinero de los indios fuera
entregado directamente a su persona y en su propio domicilio.
No se sabe si realmente hubo organizaciones que hicieron llegar
alguna suma de dinero (nos referimos a las organizaciones indias
invitadas, no a quien financiaba el evento, el CMPI), pero el hecho
de poner la direccin del propio Carnero Hoke dio pie a que se
especulara mucho sobre el tema, lo que lo llev al descredito. As,
la idea que Carnero tena sobre el indio y su bondad econmica,
termin aplastada por la realidad de las reacciones polticas que
tuvieron los indios contra l.
El pachamamismo sepult a uno de sus constructores. Porque fue
all donde naci esa corriente de pensamiento, alejada del ideario
poltico e ideolgico de los movimientos indios histricos, y fundamentada en el supuesto de la existencia de una racionalidad india
568 Fabiola Escrzaga, op. cit., p. 23.
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zatorias del MIP; es un documento concreto sobre aspectos ideolgicos, de poltica estructural y de orden jurdico internacional. Si
bien este documento no tiene la profundidad sociolgica de los
manifiestos del MITKA analizados en captulo anterior, y muestra
ms bien las preocupaciones especficas de Constantino Lima (quien
no firma el documento pero cuya autora es fcilmente discernible),
es importante porque indica los reales ejes de preocupacin de esta
organizacin en este momento especfico.
En los puntos de las Sugerencias previas ese documento indica, principalmente:
1. Los indios del continente tenemos consciencia de ser un pueblo invadido, por lo que nuestras luchas son de reivindicaciones totales de lo perdido hace 500 aos.
2. Somos pueblos en mayora de indios, gobernadas por una
minora blanca, como son los casos del Kllasuyu-Bolivia, Per
y Ecuador. Las bases y sus explicaciones de los hermanos
indios en minora, estn tipificadas en nuestras ponencias.
3. La nica forma en que el Congreso tenga resultados realmente
positivos, ser en base a conclusiones polticas, ya que los
indios sufrimos sojuzgamientos sistematizados en base a
gobiernos polticamente organizados.
4. Finalmente y en punto aparte; sugerimos que los temarios a
analizarse se adecuen tambin a la presente declaracin:572
Esa declaracin est sistematizada en tres apartados. El primero
toca el terreno de la poltica ideolgica:
A.- ORDEN POLTICO IDEOLGICO
1. Revitalizacin histrica del Tahuantinsuyu (Kllasuyu, Antisuyu,
Chichasuyu y Contisuyu).
2. Anlisis de las ideologas internacionales.
572 Documento: Al Congreso Regional Sud Abya-Yala de Pueblos Indios con sede en Cusco 15 de noviembre 1979, copia a
carbn del original escrito en mquina de escribir.
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suyas a manos indias el volante del tractor; las mismas que imprimieron sin ningn contratiempo el ritmo del surco; que con tan leve
esfuerzo abra la entraa terrgena en tanta profundidad como
anchura... los 45.000 corazones queran destrozar lo 45.000 pechos,
con furiosos latidos de gozo infinito los indios lloraban, rean, cantaban, bailaban enloquecidos de un frenes sublime.. Al Presidente
Villarroel que casi queran despedazarlo no s si de veneracin, de
amor o gratitud...574
Reinaga relata una experiencia suya, en su estilo literario preindianista, un suceso que tiene que ver con la modernizacin por
medio de los tractores y el indio. Es sabido que la popularidad de
Felipe Quispe, el Mallku, en la dcada de los 2000 se debi en gran
parte a la importacin de 1.000 tractores modernos a ser distribuidos
en el campo; una iniciativa a todas luces modernizante, pero enraizada en la tradicin comunitaria andina. Felipe Quispe mostr el carcter racializado de la sociedad boliviana y, al mismo tiempo, las aspiraciones a la modernizacin de los sectores aymaras rurales. Silvia
Rivera Cusicanqui escribe: La misma concepcin de modernidad
rural [que la de Felipe Quispe] abrigaba Jenaro Flores en los aos 80,
cuando conduca la presencia de la CSUTCB en las marchas de la
COB montado en un tractor.575 Rivera Cusicanqui, con rastros de
posmodernismo, aade que eso s Jenaro para subir al tractor se
vesta con el atuendo y los smbolos de mando de las autoridades
tnicas aymaras Como si eso diera contenido o significacin al hecho
modernizante! Pero, adems, para ella las aspiraciones de modernidad
son de Quispe y de Flores, cuando en realidad son de las bases. El
hecho es que los dirigentes asumen dicha aspiracin, porque solamente de esa manera son aceptados por las bases. Actualmente, el
presidente Evo Morales ha continuado la poltica de distribucin de
tractores en el campo, adems de aplicar nuevas polticas moderni574 Fausto Reinaga, Tierra y libertad, 1953. Edicin electrnica. p.21. Se puede descargar en: www.faustoreinaga.org.bo
575 Silvia Rivera Cusicanqui, Oprimidos pero no vencidos, p. 23.
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Los diversos puntos del inciso C son una repeticin casi completa
de los puntos planteados por Constantino Lima en la Conferencia de
Ginebra el ao 1977 y que detallamos en el captulo 12 de este trabajo. Se incluyen en el documento para la Reunin de Cusco el
punto b, respeto a la triloga Ama Llula, Ama Sua y Ama Quella; el
punto e, sobre indemnizaciones o compensaciones econmicas; el
punto h, sobre adjudicacin de pasaportes propios y el punto i,
sobre restauracin de smbolos. En contrapartida, en el documento
para el Encuentro del Cusco, no se citan dos puntos planteados en
Ginebra: que debera darse apoyo a la lucha de los pueblos indgenas de Amrica del Sur, en la reconstitucin de la Nacin del
Tahuantinsuyo, con territorio, poblacin y gobierno propio, y que
las Naciones Unidas deberan admitir que un representante del
Tahuantinsuyo presentara este asunto ante ella. Vemos tambin
cmo nuevamente sale a relucir la sigla FLITKO, de la que hablamos
en el captulo 6. Vale la pena hacer notar que an no se usaba el
trmino Abya Yala en aquellos aos y que Lima segua empeado
en que fuera usado. De hecho, la organizacin que naci posteriormente, el Consejo Indio de Sud Amrica, muestra en su denominacin que la propuesta de Lima no era aun plenamente aceptada.
El conjunto de los planteamientos de este inciso nos muestran al
mismo tiempo una persistencia en los temas obsesivos de
Constantino y una fragilidad de su memoria, pues no puede recordar exactamente los puntos por l planteados en Ginebra. Reiteramos
tambin una consideracin que ya hicimos anteriormente:
Constantino confunde la presentacin de una propuesta con la
aceptacin de la misma. Solicita una ratificacin de anteriores
Resoluciones Internacionales, que en realidad no fueron tales.
Este es el panorama de la reunin de preparacin para lo que
ser el Congreso de Ollantaytambo, Per, en 1980.
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boliviana tuvo que tomar partido en el enfrentamiento pachamamismo versus marxismo, lo que le hizo perder especificidad.
Preparando el Congreso del CISA, y seguro del apoyo del CMPI
para este evento, Carnero Hoke se preocup en establecer las bases
ideolgicas que marcaran las discusiones y que Carnero esperaba
delinearan ideolgicamente el futuro del movimiento indio. Lo hizo
a travs de la profusa circulacin de los Cuadernos Indios, folletos
doctrinales que, con apoyo econmico asegurado, ahora poda
publicar y difundir. Uno de ellos es particularmente ilustrativo. Se
trata del n 4. En ese nmero, dedicado a la Filosofa de la
Indianidad, Gal Carnero, que figura como autor, no presenta nada
nuevo, sino una serie de escritos de su padre, Guillermo Carnero
Hoke. Los ttulos de los diversos captulos de este folleto son un
compendio del pensamiento pachamamista: El Universo como
Padre del Hombre, Occidente se divorci de la Tierra, El Cosmos
genera Dioses Materialistas y Profeca que nos aguarda.
Reproduzcamos algunas afirmaciones publicadas en este folleto:
La Madre Naturaleza, es decir la Pachamama, hizo al ser humano.
Ahora lo nutre y lo inspirar, de por siempre. Cuando el ser piensa
no hace otra cosa que recabar la dialctica de su tierra hecha
hombre.583 Los instintos y sentimientos, fundados en nuestro ser,
no son ms que expresiones de fuerza energtica en lo que vamos
inmersos.584 Cuando el hombre solo fue un dependiente nato de
las leyes naturales, era libre y sin complejos. Solo cuando el hombre
imit mal a la naturaleza cre las mquinas que lo han esclavizado,
hasta automatizarlo.585 Nosotros somos una parte del pensamiento
general del Cosmos. Como no hemos inventado ese pensamiento,
sino que nos es congnito, no es caprichoso el decir que en el
Cosmos estn nuestras potencias.586 En verdad no se avanza y se
583 Gaul Carnero Medina, Filosofa de la indianidad. Los dioses comunistas, en: Cuadernos Indios N 4, s.f., s.e. p.4.
584 Op. cit., p. 4.
585 Op. cit., p. 7.
586 Op. cit., p. 12.
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retrocede en los lmites del Cosmos. Solo se est. Pensar en direcciones es ya subjetivizar la marcha del Cosmos en el hombre. Por
eso el indio no mora, como en el concepto esttico del Occidente,
ni se iba tampoco. El estaba de por siempre en el Cosmos, disfrutando del Todo, metido en el Todo587
En Guillermo Carnero Hoke est todo el pachamamismo Sin
embargo, actualmente ningn pachamamista lo cita, ningn sabio
indgena tiene idea de que lo que repite tan pomposamente es
herencia de un abuelo de ascendencia no inca ni aymara o de otro
grupo tnico que no sea el hispano y el irlands. A partir de esos
aos, las ideas de Carnero seran asumidas y difundidas, pero sin
nombrarlo. El pensamiento de Carnero es ahora comn, lo cual no
implica que sea verdadero. La impronta del posmodernismo, la
moda del culturalismo y el desconcierto marxista despus de la
cada del Muro de Berln, contribuyeron a imponer esa concepcin
como si fuese la de los indios. Hemos demostrado que no es as.
En esos aos (an exista el socialismo real y la izquierda latinoamericana tena todava alientos revolucionarios) el esquema de anlisis marxista era todo lo contrario de lo que el pachamamismo
anunciaba. Los revolucionarios socialistas eran progresistas, cientifistas, lineales y modernos; pero tenan un problema: no podan encarar ni terica ni polticamente el ordenamiento racializado. De
hecho, su propia situacin social en tal orden les impeda ver con
la claridad necesaria sus propios actos racistas; por ello, cuando
emergieron los indianistas, entendieron que ellos, los indios, eran
los racistas. Cuando el muro de Berln se cay, tambin se cayeron
las certezas ideolgicas de la izquierda. En Bolivia, ese acontecimiento estuvo precedido por la implantacin del modelo neoliberal,
que fue el inicio de la prdida total de sentido de orientacin en la
izquierda en Bolivia y que allan el terreno para que luego se refugiara en las ideas que antes haba combatido. Claro que eso suce587 Op. cit., p. 13.
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como descendientes de nuestros abuelos indios, a plantear soluciones en base a su pensamiento e ideologa csmicas; infelices seramos, si en lugar de Mensaje liberador, diramos el triste espectculo
de chacales devorndonos a nosotros mismos.593
Esta nota evidencia que los problemas se vean venir, aunque los
organizadores aun no se imaginaban la dimensin que tendran los
mismos; solo perciban diferencias pequeas y aldeanas. Lo pattico es que tambin esperaban que esas diferencias fueran superadas o por lo menos dejadas a un lado merced al insuperable mensaje de nuestros abuelos indios, lo que no sucedi. Los delegados
fueron sordos a los mensajes de los ancestros; no estaban en la
misma sintona que Carnero y los dems organizadores; se mostraron demasiado terrenales y nada csmicos: El Congreso de
Ollantaytambo fue el teatro de severos enfrentamientos entre tendencias entonces opuestas: la marxista y la pachamamista.
En este enfrentamiento poltico, el discurso pachamamista encubri el discurso indianista histrico. El pachamamismo, que poda
haber sido solamente decoracin ornamental, irrelevante polticamente para la discusin, se sobrepuso a quienes pensaban que la
liberacin del indio pasaba por asumir la condicin de racializacin
que haba impuesto la dominacin colonial y, a partir de tal condicin, que implica a varias clases sociales, forjar un movimiento poltico dirigido por quienes eran los sujetos racializados, es decir, por
los indios. Esta lnea poltica se someti durante las discusiones al
tenor de la lnea pachamamista, cuyas lucubraciones se asumieron
para contestar la pretensin marxista de que lo indio solo poda ser
entendido en el marco ideolgico de la lucha de clases y que el
carcter internacional del capitalismo volva insignificante cualquier
reivindicacin cultural.
Dado que el miembro ms relevante de la delegacin de Bolivia
era Ramiro Reynaga, hijo de Fausto Reinaga, ello permiti por la
593 Carta a los delegados del Congreso Indio de Cusco Invocacin Comunera. S.f. Escrita a mquina, copia a carbn.
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En los debates finales el pachamamismo del MIP no logr la aceptacin de todas las delgacionaes, ni tampoco las posiciones marxistas. Por ello, el Congreso decidi apoyar una aproximacin indianis598 Propuesta hecha por el Coordinador General por Sudamrica del Consejo Mundial de Pueblos Indgenas: Nilo Cayuqueo,
mimeografiado, p. 2.
599 Conclusiones del I Congreso de Movimientos Indios de Sudamrica en Ollantaytambo, 27 de febrero-3 de marzo 1980.
Cusco, mimeografiado, p. 15.
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ta para el futuro del CISA. El indianismo hubiese logrado una victoria ms concluyente si no hubiese diluido muchos de sus principios
en las aguas ideolgicamente turbias del pachamamismo enarbolado por los organizadores.
Por la importancia que tiene para definir la ideologa triunfante
en ese Congreso, transcribimos la parte resolutiva de la Comisin
Ideologa y Filosofa Indianista, documento firmado por Camila
Llanquinao, coordinadora; Bernardo Fernndez, secretario y Marco
Barahona, relator:
POR LO TANTO LOS INDIOS NOS DEFINIMOS:
1. Los pueblos autctonos de este continente nos llamamos
indios porque con este nombre nos han sojuzgado por 5 siglos
y con este nombre hemos de liberarnos. Ser indio es nuestro
orgullo y el Indianismo es nuestra bandera de lucha y una
consigna de liberacin continental.
Los pueblos indios somos descendientes de los primeros
pobladores de este continente; tenemos una historia comn,
una personalidad tnica propia, una concepcin csmica de
la vida y el universo y como herederos de una cultura milenaria, al cabo de 5 siglos de separacin estamos nuevamente
unidos para propiciar nuestra liberacin del sistema colonialista occidental.
2. Adoptamos el INDIANISMO que es la categora central de
nuestra ideologa, porque su filosofa humanista, dignifica a
nuestros pueblos, propugna la autodeterminacin poltica y la
autogestin econmica.
Desde el punto de vista de dos realidades que se dan en cualquiera de los pases:
a) Cuando el pueblo indio es mayora, su finalidad inmediata
ser la toma del poder.
b) Cuando el pueblo indio es minora, deber lograr una autonoma, reservndose el derecho de decidir su accin inme-
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brasileo por su poltica genocida, establecimiento de lazos permanentes entre las organizaciones indias, denuncia de los atropellos
cometidos por el Gobierno de Guatemala contra los indios, lucha
por la tierra, la autonoma, la cultura y los valores tradicionales.
Otros intereses movan al MIP. Esta organizacin, en palabras del
ms importante de sus lderes, Carnero Hoke, se define como un
estado de conciencia que le declara la guerra poltica, cultural y
filosfica a Occidente Por eso decimos nada de procesos electorales! Y por eso no somos partidarios de las huelgas laborales. De
manera que, en el Per en vas de un proceso electoral, el MIP al
sostener nada con los procesos electorales! buscaba despolitizar e
inmovilizar a indios y campesinos que se dejaron sorprender.
Consecuentemente, la coordinacin del evento en manos del
MIP tena un claro contenido poltico y de all tambin la responsabilidad de organizaciones como IWGIA, que le dieron aval.
En las pocas discusiones que se pudieron llevar a cabo (un da
entre seis) se distinguieron dos posiciones opuestas: Venezuela que
plante la necesidad de vincular el movimiento indio a otros sectores explotados de la sociedad en una lucha contra las clases dominantes y el imperialismo; y Bolivia que sostena la lucha contra
Occidente; contra los blancos y mestizos para lograr instaurar el
Tawantinsuyo que cubrir toda Amrica.
El MIP arrogndose la representatividad india en el Per no
convoc a las organizaciones nativas ni campesinas, que indudablemente habran incomodado por sus posiciones de luchas a este
grupo de bien financiados indios: Carnero Hoke y Virgilio Roel del
Movimiento Indio Peruano.601
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601 Congreso Indio?. En: Boletn COPAL- Solidaridad con los grupos nativos. Fotocopia, s.f.
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De la misma manera, la situacin al interior del CISA era de fuerte confrontacin, lo que resalta en la segunda parte del informe de
Ramiro Reynaga. Relatando lo discutido en esa reunin que dur
cuatro das, Reinaga escribe:
Pens que en esos cuatro das resolveramos los varios asuntos
urgentes de la planificacin del trabajo futuro, que hallaramos la
mejor manera de usar la ayuda financiera y maquinarias conseguidas en Europa en nuestro viaje.
Infelizmente no fue as. Esta reunin fue la ms deprimente que
asist. De los cuatro das, tres y medio se habl de dinero. Y no del
dinero como instrumento de trabajo, organizacin y lucha liberadora, sino de sueldos, es decir como puro beneficio personal.
A lo largo de toda la reunin prevaleci la tensin y el antagonismo. Y aqu viene lo ms importante. La causa del desacuerdo no
fue ideolgica, poltica ni relacionada con el estilo de trabajo. Fue
nada ms ni nada menos que dinero, sobre todo sueldos.615
Reynaga afirma tambin estar rodeado de incapaces, ambiciosos,
rateros y oportunistas:
Marco Barahona, elegido Secretario del CISA en el Congreso del
Cusco fue encargado de anotarlas [las actas de la reunin]. A lo largo
de los cuatro das fue evidente su falta de inters en cumplir su tarea
a cabalidad.616
Otro caso. Nilo Cayuqueo es el mejor ejemplo del parsito aferrado al nacimiento indio para chuparle y debilitarlo. Su habilidad para
ello, debo reconocerlo, es sobresaliente. Pudo haberla heredado.
Otro caso. Salvador Palomino. Al finalizar el Congreso del Cusco
recibi de Virgilio Roel 4.500 dlares para el CISA. Entonces no
haba ninguna diferencia de opinin ni sentimiento conmigo. Sin
embargo no me comunic de esta recepcin. Lo supe meses despus en forma accidental, por carta ()
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las mquinas y otros; b) Al CISA con las mismas caractersticas habidas y por haber. T sabes mejor que yo qu cosas ms hay que
informar, hazlo.
Para la informacin en La Paz en forma escrita pero explicando a
la vez, ser suficiente Lucho T. [Lus Ticona] en su caso mejor si se
encuentra a Zenobio A. [Zenobio Ayala] Por otra parte debo insinuar
que a m tambin me mandes una copia que puede ser por IWGIA.620
Esa carta de aceptacin de la renuncia parece ser una reaccin a
los trminos del informe de Ramiro Reynaga (la carta est fechada
el 11 de noviembre y el informe de Reynaga el 1 del mismo mes).
Pero, al mismo tiempo, el informe de Reynaga parece ser una reaccin a conflictos anteriores, pues la carta indica que Ramiro Reynaga
renunci el 20 de octubre. Si es as, muchos de los trminos de ese
informe se explican por no ser propiamente un informe, sino un
documento de expresin de sentimientos, luego de una renuncia ya
hecha pero que no se haba aceptado.
As, se cierra un importante captulo internacional de MITKA-1 y
se desvanecen las proyecciones de Ramiro Reynaga, que eran
importantes si tomamos en cuenta uno de sus proyectos, contenido
en dicho informe:
Finalmente puedo informar que comenc a tantear el ambiente
para plantear en la Asamblea Mundial de abril 1981, el cambio de la
sede del CMPI desde Canad hasta La Paz, Bolivia, basado sobre
todo en el hecho de ser el Kollasuyu, o Bolivia, el pas donde la
poblacin india alcanza el 85 por ciento de la poblacin total. 621
Pero retornemos ahora a Bolivia, para entender de qu manera
MITKA lleg a ser tambin MITKA-1.
620 Carta de Constantino Lima a Ramiro Reynaga, de fecha 19 de noviembre de 1980, original, manuscrita.
621 Informe de Ramiro Reynaga, p. 8.
Portada del Reglamento General del Primer Congreso de Movimientos Indios de Sudamrica, del 27 de febrero al 3 de marzo de
1980, Ollantaytambo, Per.
SPTIMA PARTE
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Hay pues en Bolivia hoy, aparte del MITKA indio, original, otro
el MITKA trotskista.623
En ese trabajo el hijo de Fausto Reinaga presenta al MITKA condicionado por presiones y amenazas, las cuales son vencidas, por
lo que los jefes marxistas buscan penetrar en la organizacin indianista para dividirla. El POR Combate es el grupo identificado y el
que habra operado a travs de maestros rurales que nunca militaron
en el MITKA. El resultado sera un MITKA indio y otro trotskista. En
esta versin, Constantino Lima no es difamado, sino casi ensalzado,
al liderar el MITKA indio y no en el trotskista.
En una carta a Mario Gutirrez, fechada el 15 de noviembre de
1979, Wankar anuncia ya esta versin, aportando nuevos elementos
para entender su posicin. Escribe: Mitka es an salvable. Apenas deje
de ser posibilidad liberadora sobrar mi presencia all. Ya habemos
bastantes indios para agruparnos tras nuestras propias banderas.624
A finales de 1979 Reynaga entiende que Mitka es an salvable
lo que justifica su presencia all, pues l entenda ser el salvador.
Ramiro Reynaga parece compartir rasgos del carcter y del enfoque
de su padre, Fausto Reinaga, lo que le ocasionara los mismos problemas que este tuvo antes en las organizaciones indianistas. Fausto
Reinaga se senta naturalmente destinado, por herencia sangunea (deca ser descendiente de Toms Katari), a dirigir a los indianistas hasta el da de su muerte; Ramiro se senta predestinado a
salvar al MITKA y el obstculo para ello seran los infiltrados
trotskistas. En realidad, no eran infiltrados, sino militantes probados
y ms antiguos que Ramiro en la organizacin.
La idea de ser el predestinado se confirma con lo sealado en la
citada carta: A esta altura te debo una explicacin sobre mi actual
militancia en Mitka. Este movimiento no es homogneo ni compacto.
Contiene dos bandos en franca pugna diaria. El primer grupo busca
623 Independencia poltica clave para la victoria india, documento presentado por Wankar (Ramiro Reynaga Burgoa), mimeografiado, p. 12
624 Carta de Ramiro Reynaga a Mario (Gutirrez), 15 de noviembre de 1979. Copia papel carbn, mquina de escribir.
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la liberacin india total, guiada por nuestra ideologa propia, independiente de toda influencia colonizante europea, sea derechista o
izquierdista. El segundo bando es la quintacolumna trotskista que nos
ha infiltrado y que busca amarrarnos a la cola de este partido internacional, cuyo cuartel general me dicen est en Francia encabezado
por un Mendel. La sucursal boliviana se llama Por Combate. Este
partido blancoide procura mantenernos como pongos sin cerebro
propio. Tiene a su disposicin la organizacin supranacional.
La pelea interna es violenta y sin cuartel. Bordea a menudo la
pelea fsica. No veo transaccin posible y presiento inminente, y
hasta necesaria, la ruptura. De ser as habrn dos Mitkas: uno indio
y otro trotskista.
Constantino pertenece al primer bando (Luciano al segundo),
pero por su odio viceral (sic) a Fausto (sentimiento recproco por
cierto), ataca a todo lo conectado con l, no por razones ideolgicas
sino personalistas. Comprendern cun incmodo me siento a
menudo, sin embargo creo mi deber permanecer en Mitka por: 1. Si
salgo ser un regalo al Por Combate. Se tragarn como bocado fcil
al Mitka. 2. Lo considero an puerta viable hacia la juventud india a
la cual quiero llegar con nuestras ideas. 3. Pese a la infiltracin trotskista sigue siendo dentro de Bolivia el movimiento ms nativo. Es
una guagua de dos aos. Si puede sobrevivir su primera purga inminente, tiene gran potencialidad organizativa. 4. A pesar de su enfermedad trotskista Mitka es til.625
El contenido de esa carta es esclarecedor en varios aspectos. Por
el momento valga notar solo dos de ellos: La inclusin de Ramiro
Reynaga en el MITKA parece ser muy reciente y, la carta de ste a
Mario asemeja ms bien un informe, pues su redaccin explica y
justifica las razones de la militancia del Ramiro en esa organizacin.
Considerando ambos aspectos, el verdadero infiltrado podra haber
sido Reynaga, y no los trotskistas que desde mucho ms antes eran
625 Documento citado.
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ingenuo y malicioso a la vez, buscaba fundamentar el descabezamiento de Lima a partir de lo que haba escuchado en Europa. xxx
En realidad, Constantino Lima nunca recibi dinero en las cantidades y frecuencias con que fantasmeaban sus impugnadores, quienes ajenos a las dinmicas que se daban en Europa entre los comits de apoyo, dejaban volar su imaginacin. La influencia que l
tuvo en Europa y su impacto fue ms bien ideolgico, lo que, paradjicamente, le ocasion un fracaso real en sus intentos por vincularse con importantes fuentes de financiamiento, ya que stas, dirigidas generalmente por organizaciones y personas vinculadas a las
iglesias y a la izquierda internacional, eran reacias a considerar las
ideas de Lima. El gran capital que Lima logr en Europa fue simblico y fundamentalmente entre grupos de indgenas exiliados. Por
el contrario, su propia postura le impeda ser alguien tratable para
los organismos que brindaban apoyo econmico. Lima era una gran
figura, importante entre quienes no disponan de grandes recursos,
pero sus ideas espantaban a las entidades financiadoras.
Para colmo de males, de la misma manera que el discurso de
Constantino repela a la izquierda, contradeca tambin a la derecha.
Ni en uno ni en otro extremo poltico encontraba acogida. Lima era
un fracasado en Europa, desde el punto de vista del financiamiento.
Quizs una de sus pocas referencias eran esos pequeos comits de
exilados, donde logr formar un prestigio que aliment su ego. Sin
embargo, el apoyo econmico que stos alguna vez le dieron no
tena ninguna comparacin con las quimeras que de ello se hacan
algunos indios en Bolivia.
El conflicto que anidaba dentro del MITKA era poltico, pero ello
no se trat en el congreso de Tolata. Contradictoria y curiosamente,
se atacaba a Lima porque supuestamente reciba dinero de Europa,
presentando a sus supuestos financiadores como comunistas y
miristas; sin embargo, esos eran tambin los argumentos de los
partidarios de Lima para atacar a Tapia y sus adherentes (adems de
tildarlos de trotskistas). Unos y otros se acusaban mutuamente de
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personalista no poda ver hasta qu punto haba logrado adhesiones, lo que Quispe s pudo percibir.
Despus de consumada oficialmente la ruptura, sigui entre
ambos bandos una guerra de declaraciones y de comunicados,
cada una reivindicndose como el verdadero MITKA e insultando
y difamando al contrario. Ambos bandos utilizaron el mismo nombre y sigla, lo que durara hasta las vsperas de las elecciones de
1980, cuando Constantino Lima refund su organizacin con el
nombre de MITKA-1.
Las diferencias polticas subyacentes en la ruptura y camufladas
en esos debates, surgiran explcitamente despus. En un documento de fecha 14 de enero de 1980, que lleva como autor al Consejo
Nacional de Mallkus: Luciano Tapia Q, Mallku de Relaciones; Jaime
Apaza Ch., Mallku Ejecutivo Nacional; Favio Herrera, Mallku 1er.
Secretario General y Eufronio Vlez, Mallku 2do Secretario General,
se lee lo siguiente:
En un pas de estructura capitalista como Bolivia, la burguesa
deba haber desempeado su papel histrico, en este y otros campos de la actividad, la ausencia de esta accin, demuestra que en
Bolivia, no ha existido nunca burguesa nacional propiamente dicha,
los grupos de poder del pas, constituyen la sustancia y presencia
de grupos forneos, que en ltima instancia, se desempean como
agentes directos del imperialismo capitalista occidental. As se explica la naturaleza y caractersticas tradicionales de estos grupos de
explotacin y saqueo nacional.
Como necesidad fundamental de dominacin colonialista, surgen
teoras y partidos polticos de derecha e izquierda, con la naturaleza
de lobos de una misma madriguera, que invariablemente operan en
servicio incondicional de los designios de sus amos forneos. Creemos
que nuestros hermanos estn sacando conclusiones de las iniquidades de los partidos tradicionales, que en este momento se exhibe.646
646 Pronunciamiento del Movimiento Indio Tupac Katari MITKA, fotocopia, 4 pginas, p. 3.
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El documento tiene un sentido claramente identificable: el discurso de la izquierda de esos tiempos que buscaba, de manera tosca,
interpretar la realidad india con los clsicos parmetros marxistas.
No se trataba de una creacin original ni de un esfuerzo terico
innovador, aunque fuera en base a consideraciones clsicas. Se
podra creer que la angustia por encontrar apoyo material haca que
los del MITKA de Tapia acentuaran su aproximacin caricatural y
dogmtica a los principios de la izquierda marxista. Era una especie
de coqueteo dirigido a atraer algn apoyo financiero. Intento vano,
pues a nivel nacional e internacional la izquierda ya apoyaba a la
CNTCB y al MRTK que, por lo menos, eran ms originales en sus
enunciados; adems que sus conflictos internos (que tambin los
tenan) eran menos escabrosos.
Por el lado de Constantino Lima, ste tambin haca pblico su
pensamiento, ya sin la molestia de sus detractores internos. Ese pensamiento, sin embargo, no contiene disquisiciones de filosofa poltica al estilo de Carnero Hoke, sino que busca atraer la adhesin de
los indios presentando al MITKA-1 como el baluarte de su identidad
poltica, mientras sus enemigos optaron por rendirse ante el enemigo qara. En posteriores documentos se percibira en algo la influencia del cosmovisionismo de Carnero Hoke, que seguramente lleg a
travs de Ramiro Reynaga, pero estara diluido en las tesis histricas
del indianismo. El discurso plenamente pachamamista en Bolivia,
como voz de las organizaciones indias, se construira despus, como
veremos en el prximo captulo. El documento de Constantino
empieza de la siguiente manera:
El presente documento ser para conocimiento de nuestros hermanos indios del campo, minas, fbricas, constructores, kjateras,
varitas, carabineros, comerciantes, estudiantes, profesionales y toda
la mano de obra en general, ms el mundo lector; aquellos que an
confan en los engaosos que siguen usurpando nuestros derechos
desde la invasin de 1492. Hay hermanos que todava creen en la
mentira de los blancoides, que formando la simple minora, cam-
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654 Citado en: Juan Manuel Poma Laura, Fausto Reynaga o la frustracin del programa indio, Ed. Textos Marxistas, Bolivia, 2011,
pgs. 230, 231, 232.
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Quizs ese alzar la voz disimulaba sus limitaciones, aunque atreverse a gritarles en la cara a los qaras en aquellos tiempos fue un
hecho importante, si bien a todas luces insuficiente. En el parlamento, Tapia y Lima fueron dos expresiones de las limitaciones de los
movimientos indianistas. La forma en que ejercieron el cargo de
diputados los fue alejando de sus bases, lo que fue agravando los
problemas internos en el MITKA y el MITKA-1.
Sin embargo, aunque en la trayectoria de Lima y Tapia, as como
de los militantes indianistas en general, resaltan ms las insuficiencias, ello se debe a que la poblacin y la clase poltica esperaban
ms. Un discurso grandilocuente y provocador deba ir acompaado
de propuestas claras e iniciativas transformadoras concretas. Sin
embargo, esto solo poda ser producto de un trabajo orgnico que
ni el MITKA ni el MITKA-1 lograron tener; as como del desarrollo
de una ideologa, lo que tempranamente se frustr.
A pesar de ello, estas organizaciones abrieron caminos nuevos en
la lucha poltica, al constituir organizaciones propias y, a partir de
ello, perforar elPparlamento blancoide, y al inagurar un nuevo enfoque terico sobre la descolonizacin en Bolivia. Con todo y sus
contradicciones, limitaciones y problemas, tuvieron la virtud de
hacer el trabajo ms duro: preparar el terreno para las nuevas generaciones. El caso de Lima es destacable, pues como parlamentario
pronunciaba sus discursos con gran agresividad y entusiasmo, y
enteramente en idioma aymara. Los parlamentarios no entendan lo
que deca, pues ellos no hablaban el idioma; el mismo hecho de
hacer un discurso de esa naturaleza fue para su tiempo un verdadero acto rebelda.
Lima y Tapia trataron de impulsar sus organizaciones desde el
Parlamento. Sin embargo, el MITKA y el MITKA-1 estaban ya en la
pendiente que los conducira al eclipsamiento y, con ellos, al de la
corriente poltica indianista.
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Los comits de exilados indianistas en Europa jugaron un rol de apoyo importante. En la foto el primer nmero del rgano periodstico de la Coordinadora de Indios de las Amricas residentes en Europa. En la foto se distinguen, de izquierda a derecha, a
Pedro Portugal Mollinedo, Constantino Lima, Andrs Sihuay, Fernando Untoja, Nolasco Mamani y un representante del Ecuador.
Fuente: Chitakolla
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Rufino Paxi, personaje que a pedido de los jvenes indianistas dirigi las primeras ceremonias del ao nuevo aymara y que hoy es
considero un sabio indgena662.
Germn Choque Condori jug tambin un papel preponderante
en la creacin de un Consejo de Amautas en Tiwanaku, Consejo
conocido principalmente por su funcin en los festejos del Ao
Nuevo Andino Amaznico. Este Consejo, al igual que los sabios
andinos, son creaciones de esos jvenes indianistas, quienes buscaban recrear un mundo imaginado amautizando a algunos yatiris,
pero a partir de referencias que dio el MITKA.
Felipe Quispe escribe sobre Choque Condori:
[D]entro de ellos haba hombres honestos y de extraordinaria
capacidad intelectual como Germn Choquehuanca, que no se hizo
influir con la falsa prdica indianista. Choquehuanca, es el autor que
desenterr las wiphalas de multicolor y multinacin.663
Ese criterio de Felipe Quispe contiene mucha verdad, pero
corresponde a un momento en que ambos eran compaeros en la
CSUTCB (y despus lo seran en el Movimiento Indio Pachakuti).
Luego, siguiendo la fatalidad indianista, ambos terminaran siendo
acrrimos rivales.
El acta de fundacin del PI, firmada por Sebastin Mamani Nina,
Ramn Conde Mamani, Kara Chukiwanka [Germn Choque Condori],
Zenn Quispe C, Juan Quispe Alejo, Juan Quispe M., Martn Poma L.,
Macario Alejandro Quispe, Aurora Conde, Benedicta Mamani Apaza,
Rigoberto Atahuichi y varios otros, indica especialmente:
662 El ao 1977 el Centro de Investigaciones y Promocin del Campesinado (CIPCA) organiz un concurso de poesa. Felipe
Quispe, quien ya trabajaba en la consolidacin del MITKA, cuenta: En este concurso particip con un pequeo poema y
gan el premio de una miserable picota para mi trabajo agrcola (Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, Ed. Pachakuti,
La Paz, 1999, p. 20), lo que muestra el valor que para los organizadores tena un indio poeta. Pero, adems, los mitkistas
que trabajaban entonces en CIPCA vieron ese concurso como una oportunidad para reclutar militantes. Convocaron a una
reunin a varios que haban participado en ese concurso y los pusieron al tanto del MITKA y de que dicha organizacin haba
nacido para reivindicar, los innumerables problemas socioeconmicos y polticos (bidid., p. 22). Los poetas concursantes
que asistieron a tal reunin fueron, entre otros: Ascencio Bautista, Celestino Choquehuanca, Fermn Apaza, Manuel Mamani,
Adolfo Chambi y Rufino Paxsi (quien tiempo despus sera transformado en amauta). Fue as que Rufino Paxi empez su
relacin con los indianistas y el camino que lo conducira a ser sabio indgena.
663 Felipe Quispe Huanca, El indio en escena, p.50.
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670 Boletn FLITKA, febrero 1990; citado en: Diego Pacheco, op. cit., p. 55, 56.
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perversa que les impide afrontar las condiciones y retos de la situacin contempornea; que el ideario poltico de una organizacin
indianista debe ser el anlisis de las situaciones histricas y las sociolgicas concretas, para poder proponer alternativas que justifiquen
una lucha por el poder, y no el regodeo de un retrica que justifica
la ausencia de una ideologa con esas caractersticas, y que la reempleza con frases ampulosas y justificaciones etreas, de las cuales el
actual pachamamismo es su mejor exponente.
Sebastin Mamani fue el ejemplo de un dirigente que tenda a lo
anterior, pero que por la mediocridad de su entorno y las difciles
condiciones en que se desenvolvi, termin enterrado polticamente. Al encontrase en la soledad y hurfano de militancia671, esboz
salidas cada vez ms penosas, hasta terminar en un autoexilio en
Canad, donde vive actualmente.
Una de esas salidas desesperadas fue la constitucin de dos organizaciones, fruto solamente de la honesta desesperacin y la su
iniciativa solitaria de Sebastin, pero que perfilaron caminos que
ms tarde otros transitaran, entre ellos Felipe Quispe. Se trata de
Sendero Indianista y del Ejrcito de Liberacin Indio. Sendero
Indianista (SI), surgi en la poca en que era noticia la actividad de
Sendero Luminoso en el Per. Sebastin Mamani se imaginaba una
organizacin que uniendo lo poltico con lo militar, y teniendo al
indio como grupo dirigente y militante al mismo tiempo, pudiese
desarrollar en Bolivia la lucha armada para purgar y exorcizar los
males que sufre esta sociedad. El fracaso de la experiencia de organizacin poltica y los sinsabores que le hicieron experimentar los
mismos indios con los cuales quera constituir el PI, eran los materiales que justificaban sus ensueos sobre el SI.
De su otra iniciativa, el Ejrcito de Liberacin Indio, solo qued
algn pintado de paredes y un Comunicado N 1, en el cual se indica que hoy el indio contina sufriendo la misma cruel opresin y
explotacin racial que fue iniciada hace quinientos aos; que se intent a sangre, fuego e ideologa eliminar al indio; que ese sentimiento
es el mismo actualmente, cuando adems se viven intentos de exterminio cultural; que el indio es el verdadero productor o generador de
riqueza nacional Ese documento concluye con los siguientes puntos:
5.- Tambin es cierto que con nuestros sudor se compra armamentos como tambin que los cuarteles se nutren de tropa india y
para colmo los oficiales y generales siempre han sido y son blancos
y ni un general indio y si los hay solamente tienen el rostro blanqueado pero indio con el cerebro ms blanco que el propio opresor
y lo ms lgico sera o tiene que ser y cumplirse el siguiente lema:
PARA TROPA INDIA OFICIALES INDIOS.
6.- Que para poner fin a todo lo anteriormente enunciado y para
conseguir la real y verdadera Liberacin de la nacin Quechua
Aymara y para que nosotros mismos nos gobernemos y hagamos
hondear nuestra sagrada Bandera cual es la Wiphala y un da no
muy lejano por cierto estemos entonando nuestro propio himno del
Tawantinsuyu y en vista de que lo anterior no se ha de conseguir
por la va pacfica, menos electorera. El E.L.I. DECLARA: Guerra a
MUERTE! a las minoras blancas y burguesas y a su perro guardin
las Fuerzas Armadas Racistas y asesinas de la Nacin India hasta su
total destruccin y aniquilamiento y despus una vez conseguido la
victoria total del que estamos seguros, porque somos millones y
millones para construir una sociedad justa y digna y sin racismos,
donde todos los hombres seamos iguales.
VICTORIA INDIA O MUERTE 672
Sebastin Mamani reproduce el anlisis indianista sobre la estructura racializada del Ejrcito boliviano y sobre la necesidad de formar
un gobierno propio. Pero, su planteamiento de guerra a muerte a
las minoras blancas y burguesas (una especia de lectura etnomarxista, por lo menos en este punto), lleva a pensar que sus plan-
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estoy haciendo turismo, no soy turista para viajar al exterior y conocer y volver aqu y no hacer nada.682
La respuesta de Omar a la recriminacin de Felipe fue la que lo
encauzara en la creacin de una organizacin de guerrilla especficamente india. El negro Omar (cuyo nombre es Jorge Reyes Paz) le
indic que l vena socialmente de arriba, que su familia era burguesa: Vctor Paz era su to, Jaime Paz, su primo, y el Motete Zamora
otro pariente suyo, todos personajes polticos de distinta filiacin.
Siendo as, Omar declar que es a Felipe Quispe a quien, como
explotado, le corresponde liberarse: Entonces trabajen, entonces
trabajen, librense porque vos eres discriminado explotado. Te toca
hacer el trabajo. No a nosotros. Felipe Quispe recuerda: Esa palabra nos ha dolido mucho, nos ha golpeado hasta el tutano, porque
dice: trabajen porque ustedes son explotados discriminados. Tena
razn, porque no podamos estar manejados por un burgus.683
Cuando Felipe Quispe dice a Omar que yo no he ido, yo no estoy
haciendo turismo, no soy turista para viajar al exterior y conocer y
volver aqu y no hacer nada, se refiere a un viaje previo a Cuba junto
a Jaime Apaza y otra personas, en total alrededor de cincuenta personas. Jaime Apaza, por sus roces internacionales (probablemente a
travs de Demetrio Barrientos, que en esa poca era lder mximo de
los colonizadores en Bolivia), fue quien gestion ese viaje.
Si bien viajaron juntos, regresaron desunidos. Al retorno del viaje
a Cuba Jaime Apaza se distanci de sus antiguas relaciones y rompi
con Felipe Quispe. No est claro qu motiv esta ruptura. Segn
Apaza, la idea de contactar a los cubanos le surgi despus del
golpe de Garca Meza. Estuvo, indica, ocho meses en la isla:
Ha sido [un] amigo que nos ha abierto la puerta para que podamos ir a Cuba; a Felipe mismo lo he reclutado no? Haba otro de
Aroma, primero mi to Apaza y muchos de mi comunidad tambin
les he dicho vamos, por ejemplo a Ricardo Montevilla. Despus ellos
682 Entrevista citada.
683 Entrevista citada.
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to en el que ba tambin combatientes de extraccin qara. Se integr a ese proyecto un grupo dirigido por lvaro Garca Linera.
Ayar Quispe indica que: Sobre esta base empieza a funcionar al
unsono dos corrientes ideolgicas contradictorias y diferentes: el
tupakatarismo revolucionario y el marxismo.687 Sin embargo, es
legtimo preguntarse si alguna vez el pensamiento y accin indianista de Felipe Quispe se disoci realmente del marxismo. Es tambin plausible suponer que el marxismo le dio nuevos insumos
para renovar el indianismo. Existen elementos que pesan sobre
esta reflexin: las claras referencias marxistas en los documentos
del MITKA en los que intervino Felipe Quispe; las relaciones con
el amigo Miguel, con Omar; el viaje a Cuba; el fondo ideolgico
de la ruptura entre el MITKA y el MITKA-1 Es posible que el
prurito de que el indianista no puede ser al mismo tiempo marxista se deba a la influencia de Fausto Reinaga y su frase: Sacar a
Marx y a Cristo de la cabeza del indio. Adems de este rechazo
ideolgico, pero no vivencial, del marxismo, sucede algo parecido
respecto al cristianismo. El vehemente rechazo al cristianismo se
encuentra en gran cantidad de lderes indgenas, pero justamente
se descubre en aquellos que tenan procedencia cristiana!; en
especial y en lo que concierne al MITKA, procedencia adventista.
No hay que olvidar que Constantino Lima fue, incluso, pastor de
la iglesia evanglica cristiana.
Por otro lado, en una entrevista publicada en la red mundial,
Felipe Quispe indica:
Nosotros salimos de la escuela marxista. Estaban hablando de
Marx, de Lenin, de la lucha armada, de la lucha de clases, y nuestra
gente no entenda nada, entenda cero, ni jota, las orejas totalmente
metidas. Pero pronto nosotros hemos cambiado de discurso, hemos
empezado a hablar de nuestros incas, de nuestros antepasados, de
Tupaj Amaru, de Tupaj Katari, del ayllu comunitario, y la gente
687 Ayar Quispe, op. cit., p. 42.
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1984, en ocasin del aniversario de la muerte de Tupak Katari, conmemorado en la comunidad de Jenaro, en la provincia Aroma, lo
encontr en su vehculo, al lado de su chofer. Flores le sirvi cerveza a Reynaga y le dijo a su chofer: Walter Reynaga, l va a ser
nuestro jefe. Walter reflexiona: Aos despus me di cuenta que ese
tipo de expresiones son tiles para manipular y utilizar a la gente y
nuestros lderes, nuestros dirigentes tienen esas habilidades () La
mentira, la manipulacin se ha hecho un mtodo de liderazgo.696
Reynaga relata que en septiembre de 1985, luego de posesionarse
como diputado, recibi una llamada telefnica de un amigo del partido, Javier Medina, quien le inform que le estaba buscando un holands de la organizacin CEBEMO. As que se reunieron en la casa de
Medina el holands, Simn Yampara y Walter Reynaga. El holands les
dijo: ustedes son lo nico rescatable de la izquierda en las ltimas
elecciones, queremos apoyarles, pero no podemos apoyarles como a
partido, est prohibido por reglamento, consganse una ONG y les
vamos a dar apoyo.697 Aos antes Reynaga fund con Romn Crespo
el Centro Marka, a travs del cual se canalizara una ayuda de 30.000
dlares para formacin poltica. Parece ser que la ejecucin de ese
proyecto caus disgusto a Jenaro, por la manera en que se llev a cabo.
Sin embargo, al poco tiempo Jenaro hizo llamar a Walter y le indic
que haba conseguido un proyecto y que quera el aval del Centro
Marca, pues no podan darle el dinero a l personalmente. Se trataba
de un financiamiento de 21.000 dlares para la compra de un jeep
Toyota, destinado al uso de Jenaro en tanto ejecutivo de la CSUTCB.
Ese financiamiento provena de la organizacin Pan para el
Mundo, cuyo responsable en Bolivia era el sacerdote belga Eric de
Wasseige, a quien ya evocamos con el asunto de la redaccin del
Manifiesto de Tiahuanaco. Despus de algunos meses de esa reunin,
Eric de Wasseige entreg el cheque en las oficinas del Centro Marca.
Walter le pregunt cules era sus obligaciones como Centro respecto
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Evidentemente en ese Congreso estuvieron varia figuras importantes e histricas adems de Constantino Lima, como Zenobio
Ayala, Jess Colque, Alejandro Bedoya, Claudio Paye, Sabino
Navarro, Vctor Fernndez y Marcos Marn. Sin embargo, el impulso
estaba quebrado y pronto surgieron nuevas disidencias.
Del 10 al 13 de septiembre de 1984 se llev a cabo el Primer
Congreso Nacional Extraordinario del MITKA-1, como un ltimo
intento para encaminar esa fuerza poltica. Despus de varias disputadas sesiones se eligi a Nicols Calle como Mallku Nacional. Fue
el ltimo ejecutivo del MITKA-1.
Para participar en las elecciones de 1985 y ante el veto de la
Corte Electoral al MITKA y al MITKA-1, los hermanos enemigos
Constantino Lima y Luciano Tapia decidieron unirse y formar el
MITKA Unido, pero la Corte no acepto ese recurso y definitivamente el MITKA nunca ms se present en elecciones en Bolivia.
Los MITKA y MRTK abandonaron lentamente el terreno poltico.
Se perfilaban en el horizonte otras iniciativas, que ya hacan su prueba en la CSUTCB, antagonizando con Felipe Quispe. Evo Morales y
el MAS asomaban con una incgnita: seran culminacin o solucin
de continuidad en la tarea que asumi el indianismo katarista?
En diciembre del 2005, Evo Morales Ayma gan las elecciones
presidenciales con ms del 50% de los votos. Fue electo como el
primer presidente indgena en Bolivia. El hecho fue noticia mundial.
El 2006 empez la gestin del nuevo gobierno con una fuerte campaa meditica destinada a promover la imagen indgena del presidente y del gobierno. En enero se realizaron dos actos de posesin, uno,
ancestral, en Tiahuanaco, y otro, occidental, en la ciudad de La Paz.
La eleccin y posesin de un indio como presidente tuvo fuerte
implicacin simblica: Haba un contraste fuerte entre la imagen de
Evo Morales y los rasgos fsicos de los que hasta ese entonces
haban ejercido el cargo de presidente en este pas. El poder haba
tenido hasta entonces un color, unos rasgos, una cara, que no eran
los de la mayora de la poblacin en Bolivia; Evo no tena ni esa
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cara ni ese color ni esos rasgos no provena de la casta dominante. Su eleccin como presidente de Bolivia fue un terremoto simblico cuyos preludios se dieron en los aos 60, cuando la emergencia
de los movimientos indianistas y kataristas empezaron a trabajar el
terreno para que un indio gobernara este pas.
Esta identidad fsica, epidrmica, de Evo con los indios jug,
indudablemente, un papel importante en su victoria electoral. Pedro
Portugal recuerda:
De las comunidades ubicadas en las alturas de la Segunda Seccin
de la Provincia Murillo del Departamento de La Paz, bajaba ms gente
que de costumbre en acontecimientos similares. Era el domingo 18 de
diciembre, en la maana, y se trataba de las elecciones presidenciales
de 2005. Un grupo pasa cerca de m. Son, evidentemente, de la misma
familia. Dos adultos sostienen al centro una anciana de caminar endeble y pausado. Por quin van a votar?, les pregunto. Por Evo
Morales, me responden. Y por qu por l?, insisto. Porque es como
nosotros, contestan, mientras, paso a paso, se alejan.703
En MAS se esforz por aplicar los efectos de esa imagen indgena. Los rasgos fsicos, la trayectoria sindical, la vida en general del
nuevo presidente fue algo muy bien explotado mediticamente,
para dar tambin una imagen indgena al gobierno.
Si bien la utilizacin de la figura del lder es central e irremplazable, cosa tan comn en la poltica del pas, el gobierno desarroll
tambin otros elementos para reforzar esa imagen indgena: se impuso como poltica transversal la descolonizacin, por ejemplo. Pero el
MAS, en esa trayectoria, no se insert en la historia del movimiento
indianista y katarista ni tampoco pudo desarrollar un discurso original
sobre la descolonizacin. Las referencias para el discurso masista estuvieron en el pachamamismo y en el culturalismo que fue poltica de
Estado ya durante el ltimo gobierno de Snchez de Lozada.
703 Pedro Portugal M., Descolonizacin y multiculturalismo en Bolivia: Perspectivas y riesgos. En: Esther del Campo (ed.),
Interculturalidad, democracia y desarrollo en Bolivia, Catarata, Madrid, 2012.
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piel que tenan las personas vctimas de las agresiones les recordaban al padre o la madre, los llevaban a contemplarse ellos mismos.
As, al ratificar a Evo en el referndum revocatorio, mucha gente
expres su indignacin por los actos racistas de la oposicin.
En su segunda gestin, el MAS no encontr una oposicin, sino
varias. Atomizada y sin capacidad de articulacin, la oposicin solo
poda hacer berrinches ante las medidas del gobierno. Sin un rival
fuerte al frente y despus de deshacerse de su aliado (el Movimiento
Sin Miedo, MSM), surgieron otro tipo de problemas. Ello se evidenci
en dos hechos: la promulgacin del decreto que nivelaba los precios
de los carburantes en Bolivia al precio internacional, el 26 de diciembre del 2010, y el tema de la construccin de la carretera por el
TIPNIS. El primer problema lleg en plena fiesta de fin de ao, y el
gobierno tuvo que retroceder. El otro, el de la carretera, estall en
el rostro del gobierno de los movimientos sociales en un momento
en el que la oposicin no saba qu hacer, sino tratar de asumir el
discurso indigenista ambientalista que antes criticaba al gobierno.
La poltica de los territorios indgenas fue diseada en el primer
gobierno de Snchez de Lozada, con trazos liberales, culturalistas y
posmodernos. El gobierno del MAS la asumi entusiasta. Ese diseo
interpreta al indgena como complementario con el paisaje natural.
El MAS adhiri a ese discurso en su desconocimiento de los antecedentes indianistas y kataristas. Al fracasar, en ese sentido, el pachamamismo como proyecto poltico, los intelectuales promotores del
buen salvaje se desvincularon del gobierno.
El MAS, al no ser consciente de los procesos reales de la lucha
india y al pasar por alto las experiencias concretas que posibilitaron
incluso su llegada al gobierno, se entramp en la moda intelectual
sobre el indgena. Los ministros indgenas, como David Choquehuanca,
Abel Mamani y Flix Patzi, fueron parte de ese entrampamiento.
Choquehuanca, junto a su asesor Fernando Huanacuni, elaboraron la
sinfona cosmovisionista que Mamani y Patzi se ocuparon de desmentir: los dos ltimos salieron del gobierno, en distintas circunstancias,
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706 lvaro GarcaLinera,Biografa poltica e intelectual. Conversaciones con Pablo Stefanoni, Franklin Ramrez y Mariestella
Svampa, Le Monde Diplomatique-edicin boliviana, La Paz, 2009. p 19.
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22. Conclusiones
El proceso de dominacin colonial dio origen a un orden social
donde las diferenciaciones jerrquicas estaban condicionadas por la
distincin entre colonizador y colonizado. En el lenguaje de aquellos aos, al colonizado se lo denominaba indio; por lo mismo, ese
trmino tiene un sentido fundamentalmente poltico. La divisin
jerrquica colonial tena un elemento ideolgico importante: la
racializacin. Tal orden no fue vivido con resignacin, sino que ocasion movimientos de resistencia y de emancipacin. Siendo que
esas relaciones racializadas no fueran trastocadas en lo sustancial ni
por la Independencia ni por Revolucin Nacional, esos movimientos de resistencia y de emancipacin se manifestaron a todo lo largo
de la historia de Bolivia.
El indianismo y el katarismo son las formas que adquieren estos
movimientos de resistencia y de emancipacin en el perodo que va
desde la Revolucin de 1952, hasta el ao 2005. Emergen como
consecuencia de las limitaciones del Estado del 52. Por el efecto
de las trasformaciones sociales ocurridas entonces, se forma una
nueva generacin de aymaras que vive las frustraciones de la
Revolucin Nacional. A menos de 10 aos de aquel hecho histrico, conforman el primer partido indianista, el Partido Agrario
Nacional, Juan Rosendo Condori, Jos Ticona, Raymundo Tambo y
Constantino Lima, entre otros. Fueron ellos quienes dieron inicio al
movimiento indianista, logrando atraer a Fausto Reinaga, quien en
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y promueve una imagen del indgena como un ser ajeno a la modernidad, lo que le trae problemas en su segunda gestin y ocasiona el
alejamiento del gobierno de varios personajes que hasta ese
momento lo apoyaban. Mientras el gobierno promueve la idea de
que el problema indgena es un tema cultural, la Nacin Camba le
muestra que la cosa no es as, sino que se trata fundamentalmente
de un problema de poder.
Por su lado, el katarismo alcanza su mximo esplendor como
MRTKL, cuando Vctor Hugo Crdenas llega a ser vicepresidente de
Bolivia, como compaero de frmula del candidato del MNR,
Gonzalo Snchez de Lozada, en 1993.
Si bien es prematuro hacer un balance del gobierno del MAS,
pues an tiene una gestin por cumplir, se pueden emitir algunas
consideraciones sobre lo que ha hecho hasta ahora en relacin al
tema que lo idntifica a nivel mundial y que tiene que ver con los
movimientos indianistas y kataristas: lo indgena.
El MAS se benefici de una lucha que se inici en los aos 60 y
que permiti abrir la posibilidad de la formacin de un gobierno
presidido por un indio. Los elementos simblicos y discursivos de
los movimientos indianistas y kataristas fueron asumidos por el
gobierno, pero a partir de las premisas pachamamistas, lo que hizo
que, en el tema indgena, se perdiera en acciones espectaculares y
simblicas. Al no tener claridad sobre este tema (lo que hubiera
requerido un acercamiento mnimo a las experiencias que en este
trabajo hemos esbozado), termin perjudicndose y perjudicando a
los indgenas. Sus discordancias y contorsiones sobre el conocido
tema del TIPNIS son, a este respecto, sumamente ilustrativas.
Es resaltable que en el ltimo tiempo los discursos oficiales tengan cada vez menos toques pachamamistas y estn centrados en
aspectos ms terrenales y mundanos. Se habla, por ejemplo, de
becas para que los mejores estudiantes puedan salir del pas con
destino a universidades extranjeras. La preocupacin por la educacin es ejemplar respecto a las derivas del gobierno, originadas en
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su falta de claridad sobre la problemtica indgena. En su afn descolonizador, el gobierno estableci universidades indgenas en las
que se pretende dar una educacin basada en los valores y la cosmovisin indgena, que en gran parte es invento y en otra improvisacin pura. Ello da por resultado una formacin mediocre e insuficiente. Por ello, es sintomtico que la hija del presidente Evo
Morales no haya sido matriculada en ninguna de esas universidades,
sino que estudie en la Universidad Catlica San Pablo de la ciudad
de La Paz. La eleccin de Evo Morales para la educacin de su hija
es la misma que hara cualquier aymara con posibilidades de elegir
el tipo de educacin que brindar a sus hijos. Y en esto no tiene
papel ninguna esencia aymara, sino las condiciones histricas de
dominacin que conducen a encarar de manera individual esta y
otras definiciones.
La descolonizacin educativa debera haber consistido en hacer
que las universidades pblicas, que estn llenas de hijos de indgenas, tengan alta calidad en la formacin que imparten. Es diferente
entender a las culturas indgenas como parte de una diversidad, que
considerar a esas diversidades como esenciales y, por tanto, distintas
de los criterios globales. Solamente as los alumnos indgenas que
estudian en cualquier universidad podrn ser competitivos para las
becas que ahora ofrece el gobierno. Este es un tema an pendiente,
como otros.
El discurso pachamamista ha provocado, en el tema de la educacin y en general en todos los mbitos, ilusiones y falsedades. Por
tocar solamente un caso: la recurrencia al concepto del chacha
warmi ha encubierto situaciones horrendas de desigualdad y postracin de la mujer india.
En el movimiento indianista y katarista haba tambin falencias
en cuanto a la igualdad de gnero, pero no estaba disimulada por
un discurso encubridor. En el MITKA fue grande la ausencia de
mujeres. La percepcin que tenan los militantes de esa organizacin
sobre la participacin de la mujer, la proyectaba como soporte y
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mente podemos hablar de muchos hombres y mujeres que ofrendaron su vida, han sido pares han trabajado los dos al mismo, marido y
mujer tiempo ya han arriesgado sus vidas.709
La idea del chacha warmi es distinta en el indianismo y en el
pachamamismo. El indianismo acepta la existencia del machismo en
el mundo andino y ve en el chacha warmi una posibilidad de solucionarlo. El pachamamismo cree que no existe el machismo entre los
indios, que no hace parte de su cosmovisin y que no se manifiesta en la vida social. Una falacia entera. Una investigadora aymara
contempornea anota en uno de sus trabajos: Un mallku me dijo un
da: la mujer originaria es como un animalito: sirve solo para el sexo,
las wawas y la cocina [el subrayado es de la autora], por eso no saben
nada y por eso es difcil que participen.710 Esa visin es la de un
mallku de San Pedro de Totora, Oruro, uno de los lugares que los
pachamamistas consideran emblemtico para las autonomas indgenas, el thaki, el muyu y otras disquisiciones del mismo calibre.
Incluso la propuesta indianista sobre el chacha warmi puede no
ser adecuada si sta no es formulada, previa crtica, desde el lado de
la mujer; esto, por la connotacin negativa que tiene el polo femenino en la simbologa andina, como lo vimos en el caso del feto hembra, en el ritual de antes del Congreso de la Ciudad de las Piedras.
En la vertiente katarista el machismo era igual de duro. Walter
Reynaga indica cmo Jenaro Flores era el tpico lder macho: prepotente y autoritario, que tena a las mujeres que trabajaban en la
CSUTCB y en el MRTKL como sus peonas, a su plena disposicin.711
Al igual que con el chacha warmi, el pachamamismo ha obnubilado las relacin del indianismo y del katarismo con las ideologas
de Occidente, forjando una falsa realidad de antagonismo visceral
709 Entrevista citada.
710 Lucila Choque Huarn, Las mujeres en Bolivia y sus movilizaciones por Vivir Bien. En: Fabiola Escrzaga et al. (coordinadores), Movimiento Indgena en Amrica Latina: Resistencia y transformacin social, Vol. III, III Jornadas Andino Mesoamericanas, CEAM, Mxico, p. 430.
711 Entrevista con Walter Reynaga, 11 de septiembre de 2014.
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los que fueron determinantes para que un indio llegara a ser presidente en Bolivia. Sin embargo, la forma en que el gobierno encar
el tema indgena, hasta el momento, deja el problema medio irresuelto, lo que en trminos polticos puede ser catastrfico.
En cierto modo, el MAS ha cerrado el ciclo de los movimientos
indianistas y kataristas. Histricamente, cada manifestacin emancipadora y de empoderamiento indio, ha estado condicionada como
no puede ser de otra manera por las circunstancias histricas,
sociales y polticas en que se origin y a las que cuestion. Antes
de 1952, estaba vigente la forma simblica de la ciudadana cvica,
que dio sentido a eventos tales como el Primer Congreso Indigenal
de 1945. La Revolucin Nacional instaur en la agenda el problema de la ciudadana poltica que no poda hacerse efectiva. Es en
ese marco en el que se desarrollaron los movimientos indianistas y
kataristas que estudiamos en este trabao. El MAS propugn la ciudadana plurinacional, que por sus interferencias culturalistas y
pachamamistas parece encaminada tambin al fracaso. Ello crea
nuevas condiciones que deben ser tomadas en cuenta. El ejercicio
del poder por el MAS ha provocado transformaciones, aun cuando
no sean plenamente exitosas, que modifican las referencias del
movimiento descolonizador de emancipacin. Son estas modificaciones las que darn forma a la emergencia de nuevas expresiones
de la liberacin india, si es que el actual gobierno no logra eliminar
radicalmente la perversidad de la colonia y favorece la emergencia
de un pas con plena libertad e igualdad para todos.
Es para contribuir en esa reflexin que hemos trabajado en la
exposicin del tema del presente trabajo.
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Anexo 2
Peridico Presencia, La Paz 23 de mayo de 1978
TRIBUNA POLTICA
EXPONE: MOVIMIENTO INDIO TUPAJ KATARI-MITKA
El Movimiento Indio Tupak Katari se fund porque, a lo largo de la
vida republicana, no ha habido un ente poltico que expresara y
representara los intereses y anhelos de las nacionalidades nativas.
Desde nuestro punto de vista la Repblica de Bolivia es una prolongacin de la Colonia Espaola con otro ropaje jurdico-polticoadministrativo que escamote la victoria de la guerra de la
Independencia. Los realistas de anti ayer se convirtieron en los
republicanos de ayer y sentaron las bases de una explotacin y
opresin ms despiadada y sin los frenos de la Corona Espaola.
Los caudillos polticos civiles y militares, letrados o iletrados y los
partidos que les suceden en el ejercicio del poder son la sombra y
proyeccin de la imagen de Pizarro y Almagro que impulsados por
la misma ambicin y codicia fueron ensangrentando nuestro territorio. Las ideologas enarboladas no era otra cosa que velos mentales
e ideaciones que cubran y encubran la misma pasin y motivacin.
El cristianismo, el liberalismo, el nacionalismo y todo otro ismo fueron palabras sistematizadas que han apuntalado el feudalismo
como expresin republicana del Repartimiento y las Encomiendas
coloniales.
En realidad nuestro Movimiento constituye la institucionalizacin
poltica moderna de un movimiento antiguo iniciado desde el asesinato del Inca Atahuallpa. La rebelin y la resistencia continu y
contina desde entonces para liberar a los pueblos de las naciones
subyugadas porque se les arrebat su independencia y soberana. A
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NACIONALISMO Y COLONIAJE
Esta estructura racista y alienante del Estado boliviano ha generado
con el tiempo una ciudadana enferma de racismo, clasismo, regionalismo, partidismo y caudillismo. Estos rasgos caracterolgicos, temperamentales y actitudinales del boliviano medio, han hecho imposible
una sociedad solidaria, fraternal y comunitaria, unida y fuerte. Por eso
Bolivia no pudo ni puede resistir los embates blicos, ideolgicos y
econmicos que le han causado el cercenamiento, el enclaustramiento, la frustracin y la miseria. Esa misma estructura constitucional
descorri el teln de un escenario poltico donde se mueven las caretas ideolgicas de los mismos personajes que ofrecen espectculos
tragicmicos. Se los ha escuchado y aun se los escucha hablar de
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El nacionalismo colonialista es el comn denominador de partidos de larga y corta trayectoria. En consecuencia, todos adolecen de
estas limitaciones y condicionamientos mentales que maravillan a
propios y extraos por la admirable contradiccin entre postulados
y resultados.
Despus de cuatro siglos de nacionalismo en el poder, todava
no estamos muy seguros a qu nacionalismo se refiere ese nacionalismo porque lo nico que prospera y disfruta en el sistema son las
colonias extranjeras.
ASPECTOS DOCTRINALES
Adecundose a la limitacin de espacio diremos que el Movimiento
Indio Tupaj Katari tiene el indianismo como base ideolgica. El
indianismo es una ideologa constituida por el aporte de centenares
de cientficos de toda nacionalidad que desde diferentes ramas del
saber y a travs de sus investigaciones han aportado al esclarecimiento de la realidad humana e histrica. En efecto, la arqueologa,
la antropologa, la psicologa social, la lingstica, la historiografa,
etc., han estudiado este continente y, al hacerlo, han desenterrado
templos, palacios, desentraando misterios, interpretando acontecimientos y as han hecho aflorar una conciencia histrica y un pensamiento milenario que ahora tratamos de restaurar con criterio
prctico y visin futurista. Pedimos a la opinin pblica no confundir indianismo con reinaguismo porque sera tan burdo como confundir arte con comercializacin del arte.
Hay un aspecto especial del indianismo. No es slo un pensamiento sino tambin un sentimiento y hasta un instinto.
Se parece a la diablada. No se ensea en los colegios ni en las
academias ni en las universidades. Emergi en las entraas de la
tierra y se expres a travs de un pueblo soterrado. Sin embargo, es
una manifestacin coreogrfica que atrae la admiracin por su vita-
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PROGRAMA DE ACCION
Generalmente los programas de gobierno son letra muerta. Las
cosas se hacen porque hay necesidades inmediatas e intereses de
clase y de partido no confesados por inconfesables. Ya nadie cree
en los planes visibles y todos se preguntan por los planes no publicados. Nosotros nos limitamos por ahora a anunciar una revolucin
agrcola que ser el eje de transformaciones socio-econmicas,
poltico-administrativa en funcin de objetivos bsicos de fortalecimiento nacional de todos los pueblos de Bolivia. Sin improvisacin,
pero con previsin llevaremos adelante una revolucin tecnolgica,
administrativa, social y econmica que nos habilite frente a los desafos de un mundo en crisis.
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NUESTRA VISION
No obstante que el 80 por ciento de la economa est en manos del
Estado, aqu no hay ni socialismo de Estado ni capitalismo de
Estado. Entonces qu hay?. La estructura real del sistema vigente
es del Estatismo Burocrtico, secante y paralizante basado y alentado por un burocratismo parasitario y presupuestvoro que cual
mafias pizarristas y almagristas se han repartido el botn de la administracin pblica para servirse del pueblo, exprimirlo y oprimirlo
con toda clase de tributos, multas, exacciones, despojos, depredaciones, confiscaciones, incautaciones. Estas mafias constituyen las
mafias burocrticas nacionalistas de todo cuo que manejan con la
mayor impunidad los ingresos y los gastos pblicos. Ese burocratismo parasitario es la epidemia de todas nuestras Instituciones. El
ejrcito, la administracin pblica y todos los entes sociales estn
afectados de esta lepra que amenaza dejar en huesos Bolivia.
Corresponde rescatar a nuestras instituciones de ese mal antes de
que sea tarde. Los pueblos nativos, el pueblo indio es la victima que
gime, suda y sangra bajo este sistema, alimentando el trapiche social
que la burguesa entreguista y servil se encarga de convertir en dinero, poder y placer. El pueblo aymara, quechua, guaran, camba, chapaco, guarayo, movima y todos los pueblos nativos son las vctimas
del Estado Estatista Burocrtico. En su variante campesina, minera,
obrera: como constructor, agricultor, artesano, el pueblo indio ha subvencionado el costo y el estndar de vida de la clase opresora.
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Pukara, Ao 4, N 49, del 15 de enero al 14 de febrero de 2010:
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Elizabeth Shesko, Hijos del inca y de la patria. Representaciones del
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Esteban Ticona: Pueblos indgenas y Estado boliviano; La larga historia de conflictos. http://red.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/
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Fuentes
Boletines, revistas, peridicos y agencias de informacin
Agencia Boliviana de Informacin, ABI.
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Ofensiva Roja Tupakatarista.
Peridico Collasuyo, La Paz.
Peridico El Diario, La Paz.
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Peridico Pukara, La Paz.
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Pueblo Indio. Revista del CISA.
Revista Equis X.
Revista la Migraa.
Revista Pachamama.
Revista Willka.
Winaymarca. rgano del MITKA.
Yanatn. Revista semestral de la Comunidad de Bolivia.
Entrevistas
Entrevista a Felipe Quispe, el sbado 23 de agosto de 2014.
Entrevista a Nicols Calle, mircoles 3 de septiembre de 2014.
Entrevista a Jaime Apaza, jueves 4 de septiembre de 2014.
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2014.
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Documentos
S.f.: Constantino Lima, Abya-Yala, fotocopia.
S.f.: Alex Goosen. La indianidad en Bolivia: Una frase hueca.
Artculo manuscrito.
Agosto de 1971: Carta del Sindicato espontneo agrario El Palmar
Suapi, Alto Beni, dirigida al seor Jos Sanches C., Comandante del
batalln de ingenieros Caranavi, Alto Beni, fotocopia.
Septiembre de 1971: Carta del Tcnl/DIM, Jos Snchez Caldern a
los seores representantes de las colonias del Alto Beni-Sector
Belem y Junta de Vecinos del cantn Belem.
Septiembre de 1971: Comando de Ingeniera del Ejrcito, Batalln
Gral. Romn 2 de Ing., Caranavi-Bolivia. Comunicado a los colonizadores honestos del Alto Beni (Km. 73).
Febrero de 1972: Wilson Cantoni. Informe sobre las relaciones de los
grupos tnicos autctonos bolivianos con la sociedad nacional, preparado para la Divisin de Ciencias Sociales Aplicadas, Departamento
de Ciencias Sociales de la UNESCO. Santiago de Chile, mimeografiado.
Junio de 1972: Estudio del Problema de la Discriminacin contra las
Poblaciones Indgenas, informe preliminar del Relator Especial, Sr.
Jos R. Martnez Cobo, Consejo Econmico y Social, Organismo de
las Naciones Unidas.
Julio de 1975: Estudio del problema de la discriminacin contra las
poblaciones indgenas, informe presentado por el Relator Especial,
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