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Rondas Campesinas

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RONDA CAMPESINA

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Ronda campesina es el nombre que la poblacin dio al tipo de organizacin


comunal de defensa surgido de manera autnoma en las zonas rurales del Per
a mediados de los aos 70 en la zona norte del Per (departamentos de
Cajamarca y Piura). Posteriormente, durante los aos 80 este tipo de
organizaciones se extendieron en todo el territorio peruano, principalmente
para participar en la lucha antiterrorista que se libr en ese pas.

Surgieron como una respuesta a la carencia de proteccin estatal de los


derechos de las personas de la zona rural. Actualmente, en el Per, su
actividad est regulada por la Ley N 27908 y su reglamento, que les reconoce
el derecho a participar de la vida poltica del pas, capacidad conciliatoria, y
apoyo a la administracin de justicia en general.

Las rondas tienen por caractersticas principales el ser organizaciones


autnomas, diseadas para la proteccin de derechos en tiempos de paz, e
impera principios democrticos en su funcionamiento.

Existe confusin con los Comits de Autodefensa, cuyos miembros tambin se


hacen llamar ronderos, que fueron impulsados por las fuerzas del orden
durante la insurreccin del grupo Maosta, Sendero Luminoso, y por el
Movimiento Revolucionario Tpac Amaru, actuando, por tanto como
organizacin paramilitar, su vida orgnica est regulado por el Decreto Ley
741, dado por Alberto Fujimori.
Recogiendo la preocupacin de
algunos sectores de la poblaci
n, sobre todo de las grandes
ciudades del pas, donde la ola
de crimen y delincuencia es una
realidad que se vive cada da;
dentro del Acuerdo Nacional se
estableci como sptima Poltica
de Estado la .Erradicacin de
la violencia y el fortalecimiento
del Civismo y la Seguridad Ciu-

Las Rondas Campesinas


y la poltica de Seguridad
Ciudadana
La violencia en el Per constituye (en particular la
delincuencia
comn), para el Estado peruano, en la actualidad, un
problema
poltico y social de primer orden, que exige la necesidad de
implementar medidas concretas para ser disminuida. El
problema
de la delincuencia no slo es una realidad de las grandes
ciudades,
sino tambin de la poblacin rural.
dadana., crendose la Comisin
Nacional de Seguridad Ciudadana,
la misma que al terminar su
trabajo present su informe y
cuyas conclusiones sealan:
.la ausencia de una poltica integral
del Estado para tratar el
problema, cuya solucin no es
exclusivamente policial o judicial
por tanto sugiere la necesidad
de desarrollar con mucha
decisin polticas preventivas y
de control, metas en las que la
participacin ciudadana es fundamental,
faltando una adecuada
poltica multisectorial de
prevencin y control de la violencia
..
A partir de este informe, se dio
la Ley del Sistema Nacional de
Rondas Campesinas
3
Rondas Campesinas
Seguridad Ciudadana, Ley N 27933, y se cre el
CONASEC (Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana),
y los denominados Comits Distritales de
Seguridad Ciudadana. Estos ltimos son rganos
ejecutivos cuya tarea fundamental es coordinar y
articular esfuerzos y programas de Seguridad Ciudadana,
en la prevencin, lucha y control de la
delincuencia, en el mbito del distrito. Estos Comit
s Distritales de Seguridad Ciudadana estn
conformados por representantes de cada sector
(Estado y sociedad organizada), entre los que se
encuentra un representante de las Rondas Campesinas.
Qu entendemos por Seguridad Ciudadana?
Seguridad Ciudadana es la accin integrada que
desarrolla el Estado, con la participacin de la ciudadan
a, destinada a asegurar la convivencia pacifica,
la erradicacin de la violencia y, del mismo
modo, contribuir a la prevencin de que se cometan
delitos y faltas. Ahora, si bien es cierto que la
Ley otorga participacin a la ciudadana, esta participaci
n es limitada, por cuanto que la Ley slo
le da a la ciudadana la funcin de colaborar . Lo
cierto es que la ciudadana juega un papel importante
en prevencin, lucha y control de la delincuencia
comn, lo cual puede apreciarse, por
ejemplo, en las comunidades campesinas, donde
las Rondas Campesinas como Comits Especializados
juegan un rol muy activo en la prevencin,
lucha y control de la delincuencia comn dentro
de su espacio comunal, y lo mismo sucede si analizamos
las Rondas de segundo nivel (centrales
Zonales y Distritales).
Con la implementacin de los denominados Comit
s Distritales de Seguridad Ciudadana (rganos
ejecutivos), lo que se ha podido apreciar es que,
en algunas Comunidades donde existen Rondas
Campesinas; obedeciendo algunas directivas del
Ministerio del Interior, se ha tratado de introducir
Juntas Vecinales en las Comunidades, que a diferencia
de las Rondas Campesinas, no se crean en
las Comunidades Campesinas, sino ms bien obedecen
a una poltica centralista y desconocedora
de las realidades del pas, sobre todo de las Comunidades
Campesinas. Las Juntas Vecinales provienen
de una experiencia netamente urbana, con
funciones acordes a una realidad urbana, y slo
cumplen un rol de .Colaborador. (conforme dice
la Ley). En cambio, las Rondas Campesinas, por su
origen, son organizaciones que se han constituido
a iniciativa de las mismas Comunidades Campesinas,
atendiendo una necesidad de prevencin y
lucha contra la delincuencia, sobre todo del abigeato.
Las Rondas, aparte de asumir la funcin de
prevencin, lucha, y control de la delincuencia,
juegan un papel de apoyo en la funcin jurisdiccional
de las Comunidades Campesinas.
Nos parece poco coherente con la poltica de coordinar
y articular esfuerzos con organizamos del Estado
y con la sociedad organizada, el tratar de introducir
nuevos actores (Juntas Vecinales) en lugares
donde ya existen Rondas Campesinas. Con la
propuesta de introducir nuevas figuras dentro de la
comunidad, no slo se genera duplicidad y confusi
n en las funciones, sino que se vulnera la autonom
a de las Comunidades Campesinas, y se atenta
contra la autonoma de las Rondas Campesinas, no
habiendo as respeto por las organizaciones que han
sido constituidas a iniciativa de las mismas Comunidades
Campesinas. La voluntad poltica del Estado
para coordinar y articular debe ser clara, de
manera que no genere confusin en el terreno. Es
necesario empezar respetando la autonoma de las
Comunidades Campesinas, tomando en cuenta a las
organizaciones de origen comunal. No se puede entonces
convertir a las Rondas Campesinas en Juntas
Vecinales (lo cual se ha podido apreciar en algunos
lugares). Y no se trata de estar en contra de
la poltica de Seguridad Ciudadana, no, simplemente
que es fundamental y necesario que el Estado prevea
la realidad de la poblacin rural.
Juan de Dios Condori
Casa Campesina

QU SON LAS RONDAS CAMPESINAS?

Escrito por Administrator

Mircoles, 01 de Abril de 2009 16:03

Definicin Legal:

Reconcese personalidad jurdica a las Rondas Campesinas, como forma


autnoma y democrtica de organizacin comunal, pueden establecer
interlocucin con el Estado, apoyan el ejercicio de funciones jurisdiccionales de
las Comunidades Campesinas y Nativas, colaboran en la solucin de conflictos
y realizan funciones de conciliacin extrajudicial conforme a la Constitucin y a
la Ley, as como funciones relativas a la seguridad y a la paz comunal dentro
de su mbito territorial. Los derechos reconocidos a los pueblos indgenas y
comunidades campesinas y nativas se aplican a las Rondas Campesinas en lo
que les corresponda y favorezca.(El texto corresponde al artculo 1 de la Ley
N 27908).

Son Rondas Campesinas, las organizaciones sociales integradas por pobladores


rurales, as como las integradas por miembros de las comunidades
campesinas, dentro del mbito rural.

Son Rondas Comunales, las organizaciones sociales integradas por miembros


de las comunidades nativas.(El texto corresponde al artculo 2 del Reglamento
de la Ley de Rondas Campesinas (Decreto Supremo N 025 - 2003 - JUS).

Definicin Social o Autodefinicin:

Los miembros de las Rondas Campesinas son productores agropecuarios.


Nuestras organizaciones son de Frente nico (de Base y Supracomunal) y de
autogobierno comunal por ser creadoras de normas, operadoras de justicia y
promotoras de la seguridad y del desarrollo comunal. Somos sujetos activos en
la gestin de los gobiernos locales, tanto en la fiscalizacin de la cosa pblica
como en la participacin de los proyectos productivos y culturales. Nuestra
identidad nos da el carcter de ser organizaciones autnomas, democrticas,
patriticas, moralizadoras, justicieras, solidarias y de autoproteccin. Nos
autodefinimos como herederos de los Ayllus (pueblo inca) y como parte de los
Pueblos Indgenas. Nuestro objetivo central es el desarrollo humano. Nos
regimos por el Estatuto y Reglamento; tenemos reconocimiento constitucional,
legal y amparo del Convenio 169 de la OIT. Nuestras prcticas sociales
conforme al Derecho Consuetudinario y con referencia al Derecho Estatal han
permitido logros importantes que son buenos aportes para la construccin de
una sociedad plural y de un Estado pluricultural o plurinacional, democrtico y
soberano.(El texto corresponde al artculo 2 del Estatuto Marco de las Rondas
Campesinas y al Glosario Terminolgico respectivo, actualizado en los trminos
"herederas del pueblo incaico (Ayllus) y como parte de los Pueblos Indgenas,
dada su ratificacin como tales en el Taller sobre Organizaciones Indgenas,
convocado y organizado por el MIMDES y la OIT, realizado los das 12 y 13 de
noviembre de 2007). Respetamos los Derechos Humanos en el marco de la
interpretacin intercultural. Las sanciones por las infracciones o delitos estn
orientadas a la devolucin o reparacin del dao causado y de modo
complementario los sancionados deben hacer ejercicios fsicos o recibir
latigazos; hacer turnos de ronda en la noche y participar en las obras
comunitarias en el da cuando se impone la cadena o resguardo ronderil, en
cuyo caso estn garantizados sus derechos a alimentacin, hospedaje y visita
de sus familiares.

Nuestra educacin formativa garantiza que "SEAMOS BUENA GENTE PARA LA


UNIN Y BUEN GOBIERNO DE NUESTROS PUEBLOS". Esto es posible porque el
Derecho Consuetudinario defiende lo colectivo, mientras que el Derecho Estatal
prefiere lo individual. Es decir, el primero centra su atencin en la mano, el
segundo centra su atencin en el dedo. Esa es la diferencia fundamental entre
ambos sistemas normativos.

LEY DE RONDAS CAMPESINAS


LEY N 27908
Artculo 1.- Personalidad jurdica
Reconcese personalidad jurdica a las Rondas Campesinas, como forma
autnoma y democrtica de organizacin comunal, pueden establecer
interlocucin con el Estado, apoyan el ejercicio de funciones jurisdiccionales
de las Comunidades Campesinas y Nativas, colaboran en la solucin de
conflictos y realizan funciones de conciliacin extrajudicial conforme a la
Constitucin y a la Ley, as como funciones relativas a la seguridad y a la
paz comunal dentro de su mbito territorial. Los derechos reconocidos a los
pueblos indgenas y comunidades campesinas y nativas se aplican a las
Rondas Campesinas en lo que les corresponda y favorezca.
Artculo 2.- Rondas al interior de la comunidad campesina
En los lugares donde existan Comunidades Campesinas y Nativas, las
Rondas Campesinas o Rondas Comunales, se forman y sostienen a iniciativa
exclusiva de la propia Comunidad y se sujetan al Estatuto y a lo que
acuerden los rganos de Gobierno de la Comunidad a los que la Ronda
Campesina est subordinada.
Artculo 3.- Derechos y deberes de los miembros de las Rondas
Campesinas
Las Rondas Campesinas estn integradas por personas naturales
denominadas Ronderos y Ronderas, que se encuentren debidamente
acreditadas. Tienen los derechos y deberes que la presente Ley y dems
normas establezcan.
Las Rondas Campesinas promueven el ejercicio de los derechos y
participacin de la mujer en todo nivel. Igualmente, tienen consideracin
especial a los derechos del nio y del adolescente, las personas
discapacitadas y de los adultos mayores.
Artculo 4.- Derecho de no discriminacin
Bajo responsabilidad, las instituciones y autoridades del sector pblico no
pueden establecer formas o modalidades de discriminacin, directa o
indirecta, en el ejercicio de los derechos colectivos e individuales de los
miembros integrantes de las Rondas Campesinas.
Artculo 5.- Inscripcin de las Rondas
La Rondas Campesinas elaboran su Estatuto y se inscriben en los Registros
Pblicos. Asimismo proceder su inscripcin en la municipalidad de su
jurisdiccin
a fin de establecer relaciones de coordinacin. No podr existir ms de una
Ronda Campesina en el mismo mbito comunal.
Artculo 6.- Derecho de participacin, control y fiscalizacin
Las Rondas Campesinas tienen derecho de participacin, control y
fiscalizacin de los programas y proyectos de desarrollo que se
implementen en su jurisdiccin comunal de acuerdo a ley.
Artculo 7.- Actividades en beneficio de la paz comunal
Las Rondas Campesinas en uso de sus costumbres pueden intervenir en la
solucin pacfica de conflictos suscitados entre los miembros de la
comunidad u organizaciones de su jurisdiccin y otros externos siempre y
cuando la controversia tenga su origen en hechos ocurridos dentro de su
jurisdiccin comunal.
Artculo 8.- Coordinacin con autoridades y organizaciones sociales
Para el ejercicio de sus funciones las Rondas Campesinas coordinan en el
marco de la legislacin nacional con las autoridades polticas, policiales,
municipales, representantes de la Defensora del Pueblo y otras de la
Administracin Pblica. Asimismo, pueden establecer coordinaciones con
las organizaciones sociales rurales y entidades privadas dentro de su
mbito local, regional o nacional.
Artculo 9.- Coordinacin y apoyo con autoridades jurisdiccionales
Las autoridades de la jurisdiccin ordinaria establecern relaciones de
coordinacin con los dirigentes de las Rondas Campesinas respetando las
autonomas institucionales propias. Los dirigentes de las Rondas pueden
solicitar el apoyo de la fuerza pblica y dems autoridades del Estado.
DISPOSICIONES FINALES Y TRANSITORIAS
Primera.- Da de las Rondas Campesinas
Establcese el 29 de diciembre como el Da de las Rondas Campesinas y
declrase al casero de Cuyumalca del distrito y provincia de Chota,
departamento de Cajamarca, como cuna y patrimonio histrico de las
Rondas Campesinas del Per.
Segunda.- Plazo de reglamentacin
El Poder Ejecutivo reglamentar la presente Ley en el plazo de sesenta das.
Tercera.- Plazo de adecuacin
Otrgase el plazo de seis meses a partir de la aprobacin del Reglamento,
para que las Rondas Campesinas existentes se adecuen a la presente Ley.
Cuarta.- Derogacin de normas
Dergase la Ley N 24571 y dems normas que se opongan a la presente
Ley

HACIA UN RECONOCIMIENTO PLENO DE LAS RONDAS


CAMPESINAS Y EL PLURALISMO LEGAL

Publicado en: Revista Alpanchis: Justicia Comunitaria en los Andes. No 59-60


Edicin Especial, Vol. 1 (2002) Sicuani, Cusco: Instituto de Pastoral Andina
(pp.31-81)

Raquel Yrigoyen Fajardo [2]

raquelyf@alertanet.org

Introduccin[1]

El objetivo de este texto es explicar la naturaleza de institucin comunitaria


andina que tienen las rondas campesinas, a fin de sustentar sus demandas de
reconocimiento constitucional y legal. Este anlisis parte de una interpretacin
pluralista de la Carta constitucional de 1993 y del Convenio 169 de la OIT, con
el objeto de enriquecer el debate sobre la reforma constitucional en curso.

Las Rondas Campesinas constituyen una forma extendida de institucin


comunal andina que ejerce funciones de gobierno local, justicia, desarrollo
local, interlocucin con el Estado y articulacin supra-local. Las Rondas
demandan pleno reconocimiento constitucional y legal para el ejercicio de
funciones jurisdiccionales y de autoridad comunal local, en el marco de un
modelo de Estado pluricultural y democrtico. Estas demandas chocan contra
una interpretacin monista -que reduce la produccin del derecho a ciertos
rganos estatales- y restrictiva que interpreta de modo estrecho los derechos
culturales-. Sin embargo, cabe respaldarlas si se analizan las mismas desde
una perspectiva pluralista, que admite la co-existencia de diversos sistemas
culturales y legales en un mismo espacio geopoltico, articulados
democrticamente.
En el Per existe una situacin de pluralismo cultural, lingstico y legal[3],
como ahora lo reconoce la Constitucin poltica de 1993 y el Convenio 169 de
la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) ratificado por el Estado
peruano. Histricamente, la falta de respeto del pluralismo cultural y legal se
ha traducido en diversas formas de marginacin y represin de la diferencia,
incluyendo la ilegalizacin de los sistemas normativos indgenas y campesinos
y de otros colectivos, la criminalizacin de prcticas culturales distintas a los
referentes del derecho oficial, y la represin de autoridades indgenas y
comunales que administran justicia de acuerdo a sus normas, valores y
principios.

El reconocimiento constitucional de la diversidad cultural y el pluralismo legal


por la Carta de 1993 y el Convenio 169 de la OIT plantea nuevos retos tericos
y polticos. Tal reconocimiento cuestiona los binomios Estado-Nacin y Estado-
Derecho, obligando a un replanteamiento de la relacin Estado-derecho-
sociedad. Ello supone trabajar en el plano del desarrollo normativo, la
implementacin institucional y la cultura legal. Slo asumiendo plenamente
dicho reconocimiento se podr empezar a construir un modelo de Estado
Democrtico y Pluricultural de Derecho. Aqu anotamos algunos de tales retos,
mxime si se debate una nueva reforma constitucional.

I. Las Rondas Campesinas.

1. Sobre el Origen y funciones de las Rondas Campesinas[4]

Las Rondas Campesinas[5] surgen en la sierra norte del pas en la


segunda mitad de los setentas, pasada la reforma Agraria, en un contexto
social y cultural de poblacin andina pero sin propiedad comunal de la tierra.
En las provincias del centro de Cajamarca (Chota, Hualgayoc-Bambamarca,
Cutervo), algunos hacendados haban fragmentado las tierras con anterioridad
a la Reforma Agraria generando un patrn extendido de minifundio, por lo que
la Reforma slo reconoci algunas comunidades campesinas donde todava
quedaban haciendas y pudo expropiar dichas tierras. [6] Si se visita las zonas
donde surgieron las rondas o se lee los trabajos al respecto, se puede apreciar
la existencia de una identidad cultural propia con instituciones andinas[7] para
el matrimonio (robadita, servinacuy), las contraprestaciones de fuerza de
trabajo para la construccin de casas (pararaico), la produccin y el trabajo
comunal (ayni, minga), el pago a la tierra, las celebraciones rituales familiares
y colectivas. Como en otros lugares del pas, donde la poblacin andina ha
perdido la propiedad colectiva de la tierra, sin embargo, todava la
reproduccin de la vida social material y cultural estn marcadas por la lgica
de la reciprocidad andina.[8]

La Reforma Agraria produjo una transformacin del poder y la autoridad


en las zonas rurales. El poder tradicional de las haciendas fue quebrado y
sustituido por un importante funcionariado estatal y las autoridades
comunales, donde se reconocieron comunidades campesinas. Pero, pasado el
impulso de la Reforma Agraria se produjo tambin el abandono estatal del
campo y la agudizacin de la pobreza. En el norte, al abandono estatal, en
ausencia de las haciendas y escasez de autoridades comunales, le sigui la
agudizacin de los problemas de seguridad, como el robo por bandas
organizadas[9] y entre vecinos, que hizo evidente la necesidad de respuestas
de carcter supra-familiar entre la poblacin minifundista. Ante esa necesidad
colectiva de proteccin, surgi como respuesta una nueva forma organizativa,
las autodenominadas rondas campesinas. Al inicio llamaban rondas a los
grupos de vigilancia nocturna, pero luego las rondas se convirtieron en un
sistema de autoridad comunal propio. La poblacin de base cultural andina,
pero carente de un sistema de autoridad comunal propia, encontr en las
rondas la forma de organizarse comunalmente en torno a una asamblea en la
que participa toda la poblacin de la estancia o aldea y un comit directivo
elegido democrticamente.

A partir del xito obtenido en el control del abigeato, las RC empezaron


a cumplir otras tareas. Las asambleas permitieron un espacio privilegiado para
presentar y discutir todo tipo de conflictos y problemas, y tomar decisiones
consensuadas.[10] Las rondas ampliaron sus funciones hacia tareas de
desarrollo comunal, gobierno local e interlocucin con el Estado. La prctica de
resolucin de conflictos y problemas va asambleas, el apoyo mutuo para
rondar y realizar obras comunitarias, la apertura de nuevos espacios de
comunicacin y reciprocidad, las celebraciones colectivas por los aniversarios
de rondas y la reinvencin de la identidad rondera sentaron las bases para la
recreacin de la comunalidad.[11] Las rondas se convirtieron as en una
nueva forma de autoridad comunal andina que ejerce su autoridad dentro de
su mbito territorial (comunidad, aldea, casero) en coordinacin con las rondas
vecinas de su zona, distrito o provincia, en los casos o problemas que lo
ameriten.

2. La Justicia Campesina

Las rondas pasaron de ver casos de seguridad a la resolucin de todo


tipo de conflictos y problemas, teniendo como trasfondo la lgica de la
reciprocidad andina y la bsqueda de la armona comunal. Casos que eran
ventilados durante aos y con mucho gasto de dinero y tiempo por parte los
campesinos en las instancias judiciales, con las rondas los resolvan en horas,
en el lugar de los hechos (especialmente si se trata de problemas de tierras),
con todas las partes involucradas y con presencia de la comunidad, garante del
cumplimiento de los acuerdos. Igualmente, las RC han visto problemas y
conflictos nunca atendidos por el Estado, como robos menores, demandas por
alimentos cuando no hay pruebas formales de filiacin, conflicto de familias,
maltrato de mujeres, denuncias por amenazas o daos de brujeras, entre
otros. En los problemas de familia, tierras y otros conflictos tratan de atender
los intereses de ambas partes con el objetivo de que las vctimas reciban
alguna forma de reparacin o compensacin y que los infractores se
reintegren a la comunidad. Siempre cierran los arreglos con una acta de
arreglo o acta de esclarecimiento del problema o acuerdo de algn tipo, en
el que estampan su firma o huella digital tanto las personas directamente
implicadas como sus familiares cercanos (como un mecanismo de prevencin
de conflictos) y las autoridades ronderas presentes. Cuando el problema es
grave e involucra varias estancias tambin estn presentes autoridades de las
mismas que igualmente ponen su firma y sello.

Las RC aplican una lgica restitutiva en los casos de robo, abigeato o


daos obligando a los abigeos o agentes dainos a devolver lo robado y
reparar el dao. A los infractores tanto de hechos dainos como a los que
incumplen acuerdos, aplican como sanciones trabajar durante el da en alguna
obra comunal y rondar durante la noche pasndolos de base en base cada 24
horas (como en Jan) o cada tres das (Huaraz). Entre las penas que aplican
tambin hay algunas formas de castigo fsico aprobadas en asambleas, que los
ronderos llaman hacer fsica (ejercicios como hacer ranas y otros) y
castigo de masas (alguna forma de castigo fsico aplicado por los familiares o
las mujeres) [12], que ha sido reemplazado cada vez ms por trabajo comunal
y ronda. Expresamente rechazan en sus reglamentos la tortura, la
desaparicin y pena de muerte.[13] El objetivo central de la justicia rondera
sigue siendo la reparacin de las vctimas y la reintegracin del ofensor, su
arrepentimiento por los daos causados, que comprenda su error y no
contine realizando daos: tiene que rondar para que vea como sufrimos de
noche rondando, para comprenda nuestro sacrificio, y l no siga en su error.
En casi todas las estancias las rondas se jactan de que los peores abigeos se
han convertido en los mejores ronderos.

Expansin de las Rondas

El efecto demostracin de la eficacia de las RC en el combate del robo y


la solucin de otros problemas comunales dio lugar a una rpida extensin del
modelo entre fines de los setenta y la dcada del ochenta, cubriendo muchos
departamentos del pas e involucrando unos 400 mil comits locales[14]. De
hecho, el movimiento rondero constituy el movimiento campesino ms
dinmico del pas entre mediados y fines de los ochenta. Al expandirse la forma
de organizacin rondera a lugares donde haba comunidades campesinas,
como Piura, Huaraz, y luego Cuzco, Puno, y regiones de la selva las RC se
constituyen en el rgano de justicia de las comunidades campesinas,
obligndolas a dinamizarse. Pero adems, la coordinacin de rondas de
diversas comunidades y estancias ha posibilitado la creacin de instancias
supracomunales de justicia. A inicios de los noventa el gobierno de Fujimori dio
decretos de militarizacin de las rondas aun en zonas donde no haba violencia
poltica, con la consiguiente represin de las rondas que no aceptaban
militarizarse. Al caer el rgimen de Fujimori empieza a haber una nueva
recuperacin.

La recreacin de una nueva identidad comunal andina.

La organizacin colectiva en general, pero particularmente la justicia


rondera ha permitido a la poblacin organizada en rondas crear una identidad
campesino-rondera y tener orgullo de ella, como no se vea antes: somos
campesinos de poncho y llanque, pero nuestra justicia es verdadera y no como
en la ciudad, que apoyan las malas injusticias y al inocente lo hacen caer
(dirigente rondero de Chota). Esta recreacin o reinvencin de la identidad se
basa en elementos andinos tpicos como la reciprocidad, la importancia de los
lazos familiares y comunitarios, ciertas instituciones y valores, as como en
elementos nuevos como la participacin democrtica universal, el concepto del
control de las masas, el asamblesmo. La cultura legal y poltica rondera
tiene como conceptos clave la discusin y votacin en asambleas, la eleccin
anual de cargos, la revocacin de corruptos en cualquier momento. Ah radica
la legitimidad y la fuerza de la organizacin rondera, las cuales se alimentan
recprocamente. Hacia afuera reclaman participacin y ser tenidos en cuenta,
sin subordinacin ya no tenemos que sacarnos el sombrero y agachar la
cabeza ante cada autoridad.

Relacin con autoridades estatales

En el mbito comunal (estancia, aldea), por lo general las Rondas han


integrado como parte de su estructura de autoridades al Teniente Gobernador,
quien es un campesino ms, pero nombrado como representante del Ejecutivo,
al agente municipal y al juez de paz. Cuando las RC son la autoridad comunal
(estancia, casero, aldea), todas las autoridades se someten a la asamblea
comunal, donde se toman las decisiones ms importantes. Por lo general, es la
asamblea la que elige a las autoridades locales mencionadas, designacin que
luego recibe formalizacin oficial.

Los problemas de las RC suelen empezar cuando se sale del mbito


comunal. En general, los jueces y fiscales consideran que la actuacin rondera
est fuera del marco legal y que no tienen competencia para administrar
justicia, detener a abigeos ni aplicar sanciones. En gran parte de casos, las
denuncias contra ronderos son hechas por los abigeos (o sus familiares) pero
las autoridades judiciales les dan curso por su cultura legal monista y por
sentirse amenazados por esta nueva forma de justicia que pone en tela de
juicio su actuacin. Cientos de dirigentes ronderos han sido perseguidos y
procesados por delito contra la libertad individual, secuestro, lesiones, delito
contra la administracin de justicia, entre otros, especialmente a inicios de los
noventa. Sumndose a ello la militarizacin de las rondas a partir del Decreto
002-93 de Fujimori.

Tipos de rondas
Actualmente hay tres fenmenos sociales que se autodenominan
Rondas Campesinas autnomas (RC): 1) En estancias o caseros donde no hay
comunidades campesinas as reconocidas, las RC constituyen la autoridad
comunal para el gobierno local, la administracin de justicia, el desarrollo local,
la representacin y la interlocucin con el Estado (funciones que cumplen las
comunidades campesinas), 2) donde hay comunidades campesinas (CC) o
nativas (CN), las RC son el rgano de seguridad y justicia de las mismas
(existiendo comunidades CC y CN que no tienen rondas), y 3) En el nivel zonal,
distrital o provincial, las RC son instancias u organizaciones supra-comunales
para atender problemas de justicia y organizacin.[15] No estoy incluyendo los
Comits de Autodefensa en tanto sus objetivos eran ms bien de carcter
transitorio, vinculado a la estrategia contrainsurgente y dependientes del
Ejrcito.

Las rondas de CC y CN, al ser rganos de las mismas no requieren de


reconocimiento constitucional ni legal especfico pues gozan de la personalidad
jurdica y reconocimiento de las mismas. Las rondas que requieren
reconocimiento legal son aquellas que constituyen la forma autoridad comunal
andina donde no hay propiedad colectiva de la tierra y por ende no se ha
reconocido comunidades campesinas, pero que sociologicamente tienen una
identidad colectiva andina.

3. La lucha por la legalidad

Luego de una dcada de existencia y mucha lucha, en 1986 se dio la


ley 24571 que reconoce a las Rondas campesinas pacficas, democrticas y
autnomas como organizaciones destinadas al servicio de la comunidad, el
desarrollo y la paz social, teniendo adems como objetivos la defensa de sus
tierras, el cuidado de su ganado y dems bienes. Y establece que su estatuto y
reglamento se rigen por las normas que establecen la Constitucin y el cdigo
civil para las comunidades campesinas. La ley 24571, al indicar que las rondas
deben regularse por las normas que rigen a las comunidades campesinas, si
bien no las convierte en comunidades campesinas, s reconoce la naturaleza
comunal de las rondas. La Constitucin, al referirse a las comunidades
campesinas, garantiza su autonoma organizativa.
La emisin de la ley 24571 permiti reducir en gran modo la represin
policial y judicial que sufran las autoridades ronderas. Sin embargo, dado que
menciona que las autoridades polticas deben acreditar a los miembros de las
RC, dichas autoridades, pertenecientes al partido de gobierno (APRA), slo
acreditaban a RC vinculadas al mismo, fomentando el divisionismo entre las
RC. En 1987, el Gobierno de Alan Garca emiti el Decreto Supremo 012, del
Sector Interior, buscando corporativizar y subordinar a las RC ante la polica.
Este decreto tuvo un rechazo unnime por parte de las RC, as como de los
Obispos de las regiones con mayor presencia rondera, Monseor Dammert y
Mons. Cantuarias de Cajamarca y Piura, respectivamente, y no pudo ser
aplicado. Inclusive algunas rondas interpusieron acciones de amparo contra
dicho decreto.[16]

Como la ley no otorga funciones jurisdiccionales expresas a las RC,


continuaron los casos de ronderos procesados por los presuntos delitos ya
mencionados (usurpacin de funciones, privacin de libertad, abuso de
autoridad, coacciones, etc.). Como ejemplo, entre 1992 y 1993 haba ms de
100 rdenes de captura contra dirigentes ronderos de Bambamarca,
Cajamarca. Y cuando se produjo una ola de secuestros en Lima, la capital, se
cambi la tipificacin y penalidad del delito de secuestro,
sobrecriminalizndolo. Ya no se requera el mvil econmico en el tipo, bastaba
alguna forma de restriccin de la libertad, y la pena de prisin fue elevada
drsticamente. En el caso particular de Bambamarca, para seguir con este
ejemplo, muchos dirigentes fueron detenidos, otros huyeron o se escondieron.
Ello, entre otros factores, acarre el debilitamiento de la organizacin.
Entonces naci la demanda de una reforma constitucional que expresamente
les dotara de funcin jurisdiccional. La represin de las rondas se agudiz con
el Decreto 002 de militarizacin de las rondas expedido por el Gobierno de
Fujimori a inicios de 1993, que las obligaba a someterse al reglamento de
organizacin y funciones de los Comits de Autodefensa, subordinados a los
mandos militares. Las Rondas que se resistieron a la militarizacin no fueron
reconocidas por los prefectos (como el caso de Bambamarca) y fueron
perseguidas judicialmente por terrorismo, usurpacin de funciones y otros
delitos (como en San Marcos, Cajamarca, o las Rondas del Callejn de Huaylas,
Huaraz). La demanda de reconocimiento constitucional fue expresada por
dirigentes ronderos en diferentes encuentros y su articulacin y difusin cont
con el apoyo de diversos sectores, entre ellos ONGs de derechos humanos, la
Iglesia Catlica y la Mesa de Pluralidad Jurdica y Derecho tnicos.[17]
II. Anlisis del modelo pluralista reconocido en la Constitucin de
1993 y el Convenio 169 de la OIT.

1. Contexto de la reforma:

En la ltima dcada del s. XX destacan dos tendencias tanto en el mbito


internacional como nacional. De una parte, surge un nuevo modelo de gestin
de la multiculturalidad que podramos llamar pluralista. Se da en el contexto
del cuestionamiento internacional a los Quinientos aos del Descubrimiento/
Invasin, la adopcin del Convenio 169 de la OIT, movimientos de
reivindicacin de derechos de los pueblos indgenas, y las reformas
constitucionales en ms de una quincena de pases en Latinoamrica.[18] Lo
central de estos cambios es que cuestionan los binomios Estado-Nacin y
Estado-derecho. Se quiebra la idea de que el Estado representa una nacin
homognea, y pasa a reconocerse la diversidad cultural, lingstica y legal. Al
cuestionarse el monopolio de la produccin jurdica por el Estado, se admiten
diversos grados de pluralismo legal, reconocindose a los Pueblos y
comunidades Indgenas/campesinas el derecho de tener su propio derecho,
autoridades, y formas de justicia.[19] La otra tendencia internacional es el
modelo socio-econmico llamado neoliberal que se basa en promover
mecanismos de desregulacin para facilitar las transacciones internacionales,
librndolas a las reglas de la competencia y el mercado. Se abandona la idea
de un estado proteccionista, de bienestar.

Ambas tendencias tienen un correlato en Per. La reforma del Cdigo Penal de


1991 (art. 15), algunos artculos de la Constitucin de 1993 (art. 2,19 y 149), y
la ratificacin del Convenio 169 de la OIT, reflejan dichos cambios y la adopcin
aunque contradictoria con otras normas- de derechos de los pueblos
indgenas, el reconocimiento de la diversidad cultural y el pluralismo legal.
Pero, simultneamente, el Gobierno introduce un modelo neoliberal en la
reforma constitucional y en las polticas socio-econmicas, as como
mecanismos autoritarios de manejo de la cosa pblica. En esa lnea, la
Constitucin abandona la nocin de territorios y elimina la inalienabilidad de
las tierras comunales, que todas las Constituciones haban reconocido desde
1920. Ello se dio para facilitar la compra de tierras por las empresas
transnacionales (interesadas en explotar nuevamente productos primarios) y
supuestamente para favorecer el acceso al crdito bancario a travs de la
hipoteca de la tierra[20].
Como las reformas legales se dan en un contexto polticamente autoritario y de
utilizacin de la poblacin indgena/campesina para el combate anti-terrorista,
el reconocimiento constitucional de los derechos indgenas, el pluralismo
cultural y legal, se queda en el papel, no se implementa institucionalmente, y
ni siquiera se difunde, a diferencia de las reformas neoliberales, que s tuvieron
eficacia instrumental.

No obstante la falta de implementacin de las reformas de carcter pluralista y


su co-existencia con normas contradictorias, ellas son parte de la normativa
nacional y tienen fuerza vinculante, como la ratificacin del Convenio 169 de la
OIT, el reconocimiento constitucional de la diversidad cultural y el pluralismo
legal. En un nuevo contexto democrtico requieren ser interpretadas y
aplicadas desde una perspectiva pluralista y progresiva. Ahora que se discute
una nueva reforma constitucional debe buscarse el afianzamiento de los
avances realizados y la superacin de las contradicciones y limitaciones
existentes.

2. Anlisis del Reconocimiento del Carcter Pluricultural de la Nacin

En una frmula inspirada en la Constitucin Colombiana de 1991, la


Constitucin de 1993, en su Art. 2,19, incorpora un punto de quiebre respecto
del concepto monocultural de Estado-Nacin mediante el cual el Estado
reconoce que la nacin tiene una composicin multicultural y multitnica. El
reconocimiento de los Pueblos Indgenas como sujetos polticos (y no como
meros objetos de polticas de asimilacin o integracin) que hace el Convenio
169 de la OIT, permite que se supere la visin de que el Estado slo representa
a un pueblo y una cultura.
Textualmente, el Art. 2,19 de la Constitucin, dice:

Toda persona tiene derecho: A su identidad tnica y cultural. El Estado


reconoce y protege la pluralidad tnica y cultural de la nacin.

La Constitucin instituye el derecho individual a la identidad


diferenciada, y el derecho colectivo de las diferentes culturas y grupos tnicos
a recibir respeto y proteccin del Estado. Como titulares del derecho colectivo
aparecen los grupos tnicos y otros colectivos culturales, al margen de su
estatuto legal.[21] Por los verbos utilizados, reconocer y proteger, el
Estado no slo admite que exista la diversidad tnica y cultural, sino que se
obliga a proteger la misma. Esta obligacin del Estado cubre funciones
negativas, como evitar la criminalizacin de la diferencia cultural, y funciones
proactivas destinadas al desarrollo de las diversas culturas y etnias. De este
marco se desprende una nueva configuracin institucional de carcter
pluricultural destinada al fomento de los diferentes grupos tnicos y culturales,
as como de sus propias expresiones culturales, lingsticas, formas de
organizacin, instituciones, costumbres, y sistemas normativos. En
correspondencia con el reconocimiento de la pluralidad cultural, la Constitucin
tambin oficializa los idiomas indgenas y reconoce derechos especficos a las
comunidades campesinas y nativas.[22] Igualmente, reconoce el derecho
consuetudinario y la jurisdiccin especial (justicia campesina e indgena).

Otra consecuencia del reconocimiento constitucional de la diversidad


cultural es que al estar garantizada como derecho carece de sustento legal el
uso del sistema penal para lograr la desaparicin de tal diversidad. Igualmente
carece de sustento legal la represin de las personas que no se integran a la
pauta cultural dominante. El respeto de la diversidad cultural tiene como efecto
directo la descriminalizacin de los hechos culturales que podran configurar
hechos punibles, como formas tempranas de unin conyugal, manejo ritual y
social de plantas que estn en la lista de sustancias psicoactivas, tratamiento
de la salud no convencional, aplicacin del derecho y la justicia
campesina/indgena, y hechos vinculados a la creencia en brujera y hechos
sobrenaturales. Esto se compatibiliza con el Art. 15 del Cdigo Penal de 1991.
Por la ratificacin del Convenio 169 de la OIT, el Estado adems
reconoce una serie de derechos a los Pueblos Indgenas (PI), a ser ejercidos en
el plano interno (autonoma interna) y en el plano externo (derechos de
consulta y participacin en los asuntos pblicos que les puedan afectar). De
ese modo, los PI dejar de ser objetos de polticas que dictan terceros y pasan a
ser sujetos polticos.

3. El reconocimiento del Pluralismo Legal en el Per

Las dos normas fundamentales que consagran un modelo de pluralismo


legal interno son la Carta Constitucional de 1993 y el Convenio 169 de la OIT,
las cuales deben interpretarse conjuntamente. Cabe anotar que como criterio
interpretativo debe utilizarse el Art. 35 del Convenio, el cual establece que
priman las normas (o incluso acuerdos nacionales polticos-) que otorgan ms
derechos o ventajas a los PI.

El Art. 149 de la Constitucin de 1993 seala:

Las autoridades de las Comunidades campesinas y Nativas con el apoyo de


las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de
su mbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario siempre
que no violen los derechos fundamentales de la persona. La ley establece las
formas de coordinacin de dicha jurisdiccin especial con los Juzgados de Paz y
con las dems instancias del Poder Judicial.
El Convenio 169 de la OIT establece, entre otras disposiciones:

Art. 8, 2: Dichos pueblos debern tener el derecho de conservar sus


costumbres e instituciones propias siempre que stas no sean incompatibles
con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurdico nacional ni
con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre que sea
necesario, debern establecerse procedimientos para solucionar los conflictos
que puedan surgir en la aplicacin de este principio.

Art.9,1: En la medida que ello sea compatible con el sistema jurdico nacional y
con los derechos humanos internacionalmente reconocidos, debern
respetarse los mtodos a los que los pueblos interesados recurren
tradicionalmente para la represin de los delitos cometidos por sus miembros.

Objeto de reconocimiento.

Lo primero que se desprende del texto constitucional y el Convenio 169


de la OIT es que hay un reconocimiento de tres contenidos mnimos: a) el
derecho indgena/comunal, que la Constitucin y el Convenio llaman derecho
consuetudinario. No se trata del reconocimiento de un corpus fijo de normas,
sino de la potestad normativa o reguladora de los pueblos indgenas y
comunidades; b) la funcin jurisdiccional especial (JE), i.e., la potestad de
impartir o administrar justicia. Ello incluye la validez y eficacia de las
decisiones de la JE de modo autonmico, y c) el sistema institucional o de
autoridades, o la potestad de gobernarse con sus propias instituciones de
autogobierno, incluidos los mecanismos de designacin, cambio y legitimacin
de autoridades propias.

Antes de esta reforma constitucional slo se defina como ley a la


emanada por los rganos estatales, y lo dems era considerado como
costumbre. Las costumbres, como una fuente secundaria del derecho, slo
eran admisibles a falta de ley (estatal) y nunca en contra de ella (contra
legem), en cuyo caso podan constituir delito. Al reconocerse funciones
jurisdiccionales a los pueblos y comunidades indgenas/campesinas siguiendo
su propio derecho y aplicado por sus propias autoridades, se admite
explcitamente la existencia de rganos distintos al poder judicial, legislativo y
ejecutivo para la produccin del derecho y la violencia legtima. Se reconoce
entonces el llamado derecho consuetudinario no slo como fuente del derecho
(estatal), sino como un derecho propio que se aplica incluso contra la ley
estatal, slo bajo el techo de los derechos humanos. Este tema fue
explcitamente debatido en el Congreso Constituyente: que el reconocimiento
del pluralismo legal implicaba la aplicacin del derecho consuetudinario an en
contra de la ley, y por eso es que esta norma mereca estatuto constitucional y
no slo legal.[23]

En este sentido se pronuncian los constitucionalistas Bernales y Rubio.


El reconocimiento de la jurisdiccin especial permite el ejercicio de la funcin
jurisdiccional por un rgano u organizacin distintos al Poder Judicial,
limitndose el principio de la unidad y exclusividad del Poder Judicial para dicha
funcin, consagrado en el inc. 1 del Art. 139 (Bernales, 1999: 682). Por lo
tanto, cuando las autoridades indgenas o comunales ejercen estas funciones
jurisdiccionales los tribunales ordinarios deben inhibirse de intervenir, so pena
de actuar inconstitucionalmente, anota Rubio[24].

La Jurisdiccin Especial (JE), como sistema de resolucin de conflictos


indgena/comunal que acta de acuerdo a su propio derecho y marco cultural,
tiene las facultades y competencia que los pueblos y comunidades implicados
quieran otorgarle. El reconocimiento legal (va la Constitucin y el Convenio
169) de la JE tiene como objeto evitar la colisin que ocurra entre el derecho
estatal y los derechos indgenas/comunales. Por lo tanto, desde una mirada
externa, el reconocimiento de la JE, incluye mnimamente las potestades que
tiene cualquier jurisdiccin: Notio, Iudicium, Imperium o coercio. [25] Esto es, la
potestad para conocer los asuntos que le correspondan, incluyendo funciones
operativas para citar a las partes, recaudar pruebas (Notio); la potestad para
resolver los asuntos que conoce, siguiendo su propio derecho (Iudicium), y
finalmente, la potestad de usar la fuerza para hacer efectivas sus decisiones en
caso de ser necesario. Ello comprende acciones que pueden restringir derechos
como ejecutar detenciones, obligar a pagos, a realizar trabajos, etc. (Coercio o
Imperium).
Los actos de coercin personal derivados del ejercicio de la funcin
jurisdiccional especial (dentro de su territorio y siguiendo su propio derecho) no
constituyen, por definicin, usurpacin de funciones de la jurisdiccin ordinaria,
o delito de secuestro, privacin ilegal de la libertad ni ninguna otra forma
delictiva, como no lo son la captura, trabajo comunitario, prisin, embargo,
impedimento de salida que sufren las personas por orden legtima de la
jurisdiccin ordinaria. Se trata, por propio reconocimiento constitucional, del
ejercicio de un derecho, del derecho de los pueblos y comunidades de ejercer
funciones jurisdiccionales. El ejercicio de un derecho no puede constituir por
tanto la comisin de un delito pues no slo no est prohibido, sino que su
ejercicio est legitimado y protegido. En reiterada jurisprudencia la Corte
Constitucional de Colombia ha respaldado estas facultades de la jurisdiccin
especial.[26]. Ello incluye claramente no slo potestades coercitivas generales
sino tambin potestades punitivas especficas las cuales ya no estn en manos
de la jurisdiccin penal ordinaria sino de la jurisdiccin especial o tradicional
(San Martn, 1999, 90-91).

Sujeto titular del derecho

Interpretando sistemticamente el Convenio 169 y la Constitucin de


1993, los sujetos titulares del derecho de contar con una jurisdiccin especial
son los pueblos indgenas y las comunidades andinas y amaznicas.

La Constitucin menciona tres formas de organizacin comunal que


pueden ejercer funciones jurisdiccionales: las Comunidades Campesinas (CC),
las Comunidades Nativas (CN) y las Rondas Campesinas (RC). A las dos
primeras la Constitucin les reconoce adems personalidad jurdica, tierras
colectivas y una serie de derechos histricos. Dichas figuras jurdicas fueron
creadas por leyes de la Reforma Agraria a principios de los setenta. El trmino
Comunidades Campesinas reemplaz al de comunidades indgenas, utilizado
desde la Constitucin de 1920, y alude a los colectivos indgenas
fundamentalmente asentados en la serrana. Con el proceso de reforma agraria
se expropiaron haciendas y se constituyeron CC en muchas de ellas,
inicindose un registro masivo de CC. Con la ley de Comunidades Nativas se
buscaba proteger a los pueblos amaznicos, especialmente frente a la
creciente invasin de colonos. Las RC fueron constituidas por iniciativa propia
de los campesinos en la segunda mitad de los 70, justamente donde no se
haban constituido CC, cubriendo demandas de comunalidad: funciones de
seguridad y administracin de justicia, gobierno local, e interlocucin con el
Estado. La ley 24571 de 1986, les dio reconocimiento como organizaciones al
servicio de la comunidad y las homolog parcialmente a las CC. Por la
redaccin del artculo 149 (con apoyo de) se producen problemas
interpretativos sobre el alcance de las atribuciones de las RC. La ambigedad
en la redaccin del texto[27] y la falta de una interpretacin progresiva y
sistemtica ha generado la desproteccin de las RC.

El concepto de Pueblos Indgenas que utiliza el Convenio 169 de la


OIT es ms amplio que el de comunidades que utiliza la Constitucin y otorga
ms derechos y ventajas a dichos pueblos, debiendo interpretarse la
Constitucin a la luz del principio pro-indgena (art. 35 del Convenio 169). La
Constitucin otorga facultades jurisdiccionales a tres figuras legales
especficas, en cambio, el Convenio las otorga a los Pueblos Indgenas. Para la
definicin de los mismos ha de tenerse en cuenta la auto-identificacin, ms
all del estatuto legal del colectivo indgena en cuestin. [28] Ello implica, en
primer lugar, que pueden gozar de dicho derecho (a la jurisdiccin especial) no
slo los colectivos nominados por la carta constitucional, sino todos los
colectivos que se autodefinen como indgenas, con base en el derecho de
autodefinicin que consagra el Convenio 169 (Art. 1, inc. 2). Cabe recordar que
en el Per el trmino indgena fue exitosamente sustituido por el de
campesino. Este trmino es utilizado como un identificador socio-cultural y
no slo socio-econmico. En segundo lugar, con base en el concepto de
pueblos, debe considerarse que gozan de dicho derecho no slo instancias
comunales, sino tambin organizaciones de nivel supra-comunal (grupos
tnicos extensos, federaciones o los llamados pueblos no contactados). Las
propias Rondas Campesinas consideran que les es aplicable el Convenio 169 de
la OIT sobre Pueblos Indgenas.[29] En sntesis, gozan del derecho de tener una
jurisdiccin especial: adems de los entes comunales mencionados por la
Constitucin, otros entes comunales no mencionados por ella (o mencionados
deficientemente como en el caso de las Rondas Campesinas), y organizaciones
supracomunales.

Competencias.
Competencia territorial.

El texto constitucional tiene como eje de la Jurisdiccin Especial la


competencia territorial. Es decir, que la JE tiene competencia respecto de los
hechos o casos que se presentan dentro del mbito territorial de los pueblos
indgenas, comunidades campesinas, nativas o rondas campesinas.[30] Y la
eficacia de dichas decisiones es de alcance nacional.[31] Para dar contenido al
concepto de mbito territorial es importante utilizar el Convenio 169 de la
OIT que define el territorio como la totalidad del habitat de las regiones que
los pueblos ocupan o utilizan de alguna manera (Art. 13, 2) e incluye dentro
de los derechos territoriales inclusive las tierras que no estn exclusivamente
ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para
sus actividades tradicionales y de subsistencia (Art. 14, 1). El mbito territorial
no equivale entonces a tierras de propiedad legal del pueblo indgena,
comunidad o ronda, sino al espacio geofsico que utilizan de alguna manera.
Esto es importante porque en el Per no todas las comunidades tienen tierras
tituladas o perfectamente delimitadas, y actualmente la Constitucin permite
la venta de tierras comunales sin que por ello desaparezca la comunidad como
ente colectivo sujeto de derechos. Las rondas campesinas de estancias y
aldeas tampoco tienen tierras de propiedad comn pero si tienen espacios
delimitados de actuacin de acuerdo al lmite de la estancia, aldea o casero
(que es el espacio de las familias empadronadas y que participan en las
asambleas). Lo importante es que se trate del espacio sobre el cual interactan
de alguna manera y por ende es ah donde se aplica el derecho y la justicia
indgena/comunal/rondera. En este sentido se ha pronunciado la Corte
Constitucional de Colombia al establecer el precedente de que el trmino
territorio no solamente se refiere a la tierra de propiedad legalmente
reconocida, sino a la habitualmente ocupada por una comunidad indgena[32]
o a aquellas reas posedas por una parcialidad, comprendiendo en ellas no
slo las habitadas y explotadas sino tambin aquellas que constituyen el
mbito tradicional de sus actividades econmicas y culturales (Sentencia T-
384 de 1994).[33]

Competencia material.

Dentro del mbito territorial propio (del pueblo indgena, comunidad o


ronda), la jurisdiccin especial tiene competencia para conocer todas las
materias que juzgue conveniente, de acuerdo a su propio derecho, i.e. a su
potestad normativa. Ni la Constitucin ni el Convenio establecen un lmite en
cuanto a las materias o la gravedad de hechos que puede conocer el derecho
indgena. Y donde la ley no distingue, el intrprete no puede distinguir, recortar
o reducir. Esta amplitud es coherente con el hecho de que la jurisdiccin
especial se aplica de conformidad con el derecho consuetudinario, que tiene su
propio modo de clasificar y reconstruir los hechos sociales desde sus propios
valores y categoras, que no necesariamente corresponden a las categoras del
derecho oficial. Esta amplitud se condice con el Convenio 169, que
ilustrativamente menciona en sus diversos artculos materias referidas a la
propiedad y manejo de la tierra, los mtodos de persecucin de delitos, la
forma de organizacin social, poltica y econmica.

Antes del reconocimiento constitucional de la jurisdiccin especial,


formalmente, las faltas penales y los casos de menor cuanta civil eran de
competencia de los jueces de paz, y los delitos y casos de mayor cuanta civil
eran competencia de los jueces de instancia, de acuerdo a su especialidad. A
partir de la Carta del 93 y la ratificacin del Convenio 169, la jurisdiccin
especial es la competente para ver todo tipo de casos dentro del mbito
territorial comunal, estn o no tipificados por el derecho oficial, sean leves o
graves, o sean calificados como penales o civiles por el derecho oficial, ya que
dicha jurisdiccin especial no se rige por la ley estatal, sino por su propio
derecho. Si bien todava algunos autores consideran que las materias que
puede conocer la jurisdiccin especial no pueden interferir con las que son de
competencia de los jueces de paz y otras autoridades judiciales[34], una
lectura ms comprensiva del Art. 149 ha ganado terreno en la doctrina
nacional (Bernales, 1999, Rubio, 1999, San Martn 1999, Pea 1994, Yrigoyen
1994, 1995). Si la jurisdiccin especial slo pudiese conocer lo que no es de
competencia de la jurisdiccin ordinaria, entonces prcticamente no podra
conocer ninguna materia ya que cualquier asunto puede caer en la
competencia de los jueces de paz (faltas y casos no graves) o de los jueces de
instancia (delitos y casos de mayor cuanta). Esta era la situacin anterior a la
de la reforma del 93 y la ratificacin del Convenio 169, que pona en la
ilegalidad la justicia indgena y comunal. Justamente por ello es que se dio el
reconocimiento constitucional de la jurisdiccin especial, ya que de otro modo
sta no podra actuar sin violar la ley. El constitucionalista Marcial Rubio aclara
este punto al analizar el alcance del Art. 149 de la Constitucin de 1993, en
concordancia con la voluntad del legislador: "La funcin jurisdiccional ser
ejercida de conformidad con el derecho consuetudinario. Quiere decir esto que
aplicarn las costumbres del lugar (...). Podrn aplicar todo tipo de costumbre:
las que llenan los vacos de la ley y las que secundan la ley porque son
llamadas por ella (...) pero tambin las que van contra la ley (tradicionalmente
prohibidas en nuestro derecho), y que son precisamente aqullas para las que
sirve esta autorizacin. (Rubio, 1999: 200).
El penalista Csar San Martn tambin coincide con este punto de vista
al sealar que la jurisdiccin especial (a la que tambin llama tradicional)
constituye una excepcin a la jurisdiccin ordinaria, y en tal caso es la
jurisdiccin ordinaria la que no debe intervenir.[35] En este sentido se ha
pronunciado la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia,
reconociendo competencia a la JE inclusive en casos de homicidios (Snchez et.
al., 2000, p. 132). Una reduccin externa de las materias que pudiese conocer
la jurisdiccin especial ira en contra del reconocimiento constitucional y
afectara el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT. En todo caso, es la propia
jurisdiccin especial la que podra, si as lo viese conveniente, delegar materias
o casos para el conocimiento de la jurisdiccin ordinaria, o pedir el apoyo de la
fuerza pblica. La carencia de argumentos jurdicos para fundamentar una
posicin limitativa de las competencias jurisdiccionales de los pueblos
indgenas refleja la pervivencia de la concepcin colonial de que los indios slo
son competentes para conocer casos pequeos o marginales, sin afectar la ley
(estatal).

Competencia personal.

Para la definicin del mbito de competencia personal que est bajo la


jurisdiccin especial ha de tenerse en cuenta varios criterios. Los
pueblos/comunidades indgenas tienen derecho a tener su propia JE debido a
su identidad cultural diferenciada, y a su derecho a desarrollarse como
colectivo, con control de sus instituciones, dentro de su territorio. Sobre este
tema se hacen varias preguntas. En primer lugar, si todas las personas que
estn dentro del territorio de los pueblos/comunidades indgenas/campesinas
estn sometidas a la Jurisdiccin Especial o slo los indgenas. En segundo
lugar, si la JE tiene competencia personal extra-territorial respecto de
indgenas. En tercero, si la JE es voluntaria u obligatoria para los indgenas. En
cuarto, si hay excepciones en el caso de no indgenas.

En primer lugar, los pueblos/comunidades tienen el derecho de ejercer


la JE dentro de su territorio, comprendiendo a todas las personas que se
encuentren dentro del mismo. Esto es claro en el texto constitucional que
prioriza el criterio territorial como delimitador de la JE. Por ende todas las
personas que se encuentran dentro del territorio del pueblo/comunidad
indgena/campesina estn sometidas a dicha JE. Es obvio que habr materias
en las que el titular de la JE no considere intervenir (ejem. cuando los hechos
no afecten a una persona o un bien de proteccin pblica del colectivo),
aunque los hechos se realicen dentro de su territorio. Esta competencia del
ente colectivo sobre los sujetos que se encuentran dentro de su territorio es
coherente con la lgica de funcionamiento de cualquier sistema jurdico. Cabe
tener en cuenta, adems, que histricamente se ha mellado a los pueblos
indgenas al restarles poder frente a colonos o extraos, quienes causando
daos dentro de las comunidades han huido sin reparar los mismos. La
Constitucin no busca repetir, sino superar dicha situacin. Al tratarse de una
potestad de los pueblos/comunidades, compete a tal sujeto colectivo
determinar en qu casos va a intervenir o no; i.e. No se trata de una atribucin
de los individuos el elegir la jurisdiccin a la que quieren someterse en caso de
materias de inters pblico de dicha JE. Ello no significa, sin embargo, que
dicha jurisdiccin pueda cometer arbitrariedades, pues siempre queda el
recurso, para indgenas/comuneros como para no-indgenas, de cuestionar
actos de la JE que pudiesen atentar contra sus derechos humanos, pero no la
competencia jurisdiccional misma en tanto se encuentren dentro del territorio
indgena/comunal y la JE considere de su competencia intervenir.

El segundo fundamento es cultural. Es decir, las personas tienen


derecho a ser sometidas al sistema jurdico de cuyos supuestos culturales
participan. Esto est expresado por el Convenio 169 de la OIT en el art. 9,2,que
seala el derecho de los pueblos indgenas (PI) de aplicar sus propios mtodos
para la persecucin de delitos cometidos por sus miembros (Art. 9,2). De una
parte ello establece el derecho de los miembros de PI ante el Estado de ser
juzgados por sus propios mtodos y no por el derecho estatal. Este derecho
podra significar que la JE tenga una aplicacin extra-territorial para poder
encargarse de los miembros de PI que tuviesen conflictos an fuera de su
territorio, siempre que sea de inters de la JE intervenir y no afecte intereses
de terceros no indgenas (salvo que stos acepten someter el caso a la JE).

Ahora, dado que el ejercicio de la JE es una atribucin de los PI como


colectivos y no de los individuos, no es facultativo para las personas en tanto
individuos, y por lo tanto no estn en condiciones de huir de su sistema cuando
no les conviene reparar una falta, trabajar o cumplir una sancin. En todo
caso, al ser la jurisdiccin especial potestativa de los pueblos indgenas, tales
los pueblos- s estn en la facultad de considerar qu casos juzgan
directamente o, incluso, en cules piden colaboracin de la fuerza pblica o la
jurisdiccin ordinaria. La jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana
es consistente en este punto, al sostener que no son los individuos sino la
comunidad o pueblo el que tiene la potestad de jurisdiccin, fallando que sus
miembros no pueden escaparse de ella cuando les conviene (para huir de una
sancin). La JE incluso tiene el derecho de contar con el auxilio de la fuerza
pblica cuando algunas personas pretendan escaparse de la justicia indgena
sin reparar daos causados dentro de la misma[36].

Tambin con base en el criterio cultural, algunos no-indgenas podran


alegar no ser juzgados por el sistema indgena sino por el estatal, dado que no
participan de dicha cultura. Como he mencionado lneas arriba, en principio, la
competencia de la JE es sobre todas las personas que se encuentran en su
territorio si afectan bienes de inters de la JE. Ello no impide que la JE
desarrolle criterios para atender situaciones de personas extraas que no
conocen las normas de la comunidad as como formas de colaboracin con la
jurisdiccin ordinaria. Pero es una atribucin de la propia JE, no un motivo para
el extraamiento del sujeto de la JE.[37]

Sistematicidad

La inclusin de la Jurisdiccin Especial en la Constitucin de 1993 (Art.


149) no ha sido tan sistemtica como en su homloga colombiana. En la
Constitucin colombiana de 1991, fuente de la peruana, claramente se
establece dos tipos de jurisdiccin: a) la jurisdiccin ordinaria (a cargo de los
rganos de justicia del Estado) y b) la jurisdiccin especial (a cargo de los
pueblos indgenas). En la Constitucin peruana no se hace esa distincin
expresa, slo se denomina jurisdiccin especial a la de las comunidades
campesinas, nativas y rondas, debiendo asumirse por va interpretativa que la
jurisdiccin ordinaria sera la ejercida por el Poder Judicial. Igualmente, como se
ha dejado sin modificar el Art. 139 referido a las caractersticas de unidad y
exclusividad de la funcin jurisdiccional, habr que hacer una interpretacin
sistemtica y teleolgica. Cabe entender que dichas caractersticas (unidad y
exclusividad) se aplican a la jurisdiccin ordinaria, pero no obligan a la
jurisdiccin especial, la cual nicamente se rige por el principio de respeto de
su propio derecho consuetudinario y los derechos humanos, como seala Art.
149 de la Constitucin y el Convenio 169 de la OIT. Si la Constitucin hubiera
querido mantener la idea de una nica jurisdiccin centralizada en los
tribunales, el Art. 149 no tendra sentido o devendra vaco. [38] Tampoco se ha
concordado el reconocimiento de las funciones jurisdiccionales, normativas
(por el reconocimiento del derecho consuetudinario) y ejecutivas (por el
reconocimiento de la aplicacin de su derecho y justicia por sus propias
autoridades) con la redaccin de otros apartados de la Constitucin.
Igualmente falta adecuar normativamente el conjunto de derechos reconocidos
en el Convenio 169 de la OIT y que algunos sentidos amplan los mrgenes de
actuacin del derecho indgena y la JE.

Lmite/Marco: Los Derechos Humanos

El Art. 149 de la Constitucin y el Art. 8,2 del Convenio slo establecen


como lmite de la JE la no violacin de derechos fundamentales ni humanos. De
este modo, quienes pretenden decir que la jurisdiccin especial debe estar
subordinada a la jurisdiccin ordinaria, o que no puede interferir con ella, o que
debe estar controlada o reducida, estn haciendo una interpretacin que no se
condice con el texto ni el espritu del Convenio 169, la Constitucin, ni los
principios de interpretacin sistemtica, teleolgica y progresiva.

Incluso en los casos de Colombia y Bolivia, en los que la frmula


constitucional limita el reconocimiento de la jurisdiccin especial (Colombia) o
justicia indgena (Bolivia) al respeto de la Constitucin y las leyes, no se espera
que la misma no interfiera con la justicia ordinaria o la ley, tal como
literalmente dice su Carta. La Corte Constitucional colombiana ha dejado
sentado que si la jurisdiccin especial tuviera que respetar toda la Constitucin
y las leyes, devendra vaca, de tal modo que slo debe respetar lo que ella
llama los mnimos fundamentales: el derecho a la vida (no matar), integridad
fsica (no torturar), libertad (no esclavizar) y ciertos principios del debido
proceso (previsibilidad), adecuados a su cultura.[39] Lneas arriba he
argumentado que el ejercicio de funciones jurisdiccionales, con las
restricciones de derechos que pueda implicar (detenciones, investigaciones,
sanciones, algunas formas de coercin personal, etc.), al ser legtimas y
legales, no implican la comisin de delitos o violacin de derechos humanos
per se. Si una medida es violatoria de derechos humanos debe ser analizada en
s misma, pero no lo es el mero hecho del ejercicio de la jurisdiccin especial
por las autoridades indgenas/comunitarias.
Interpretacin Intercultural de los derechos humanos.

Teniendo en cuenta que el Estado reconoce constitucionalmente el


carcter pluricultural de la Nacin con el correspondiente derecho a la
diversidad cultural (Art. 2,19) y, adems, el pluralismo legal (Art. 149) con el
correspondiente derecho a la jurisdiccin especial, la definicin e interpretacin
de los derechos humanos no puede quedar en manos de una sola orientacin
cultural ni un solo aparato institucional, sin peligro de violentar el derecho a la
diversidad y el reconocimiento del pluralismo. Los derechos humanos deben
ser definidos e interpretados con base en el dilogo intercultural. En primera
instancia cualquier presunta vulneracin de los mismos debe ser tratada al
interior de la JE. Y en ningn caso puede considerarse que el mero ejercicio de
la jurisdiccin especial, cuando ella corresponda, constituye una violacin de
DH -dado que su ejercicio constituye un derecho constitucional-.

En casos de presunto conflicto entre la JE y los derechos humanos no


existe ninguna disposicin legal que obligue que todo caso deba pasar a la
jurisdiccin ordinaria. El Convenio 169 de la OIT seala que debern
establecerse procedimientos adecuados para resolver posibles conflictos entre
derecho consuetudinario y derechos humanos (Art. 8,2). Estos procedimientos
an no existen, deben crearse en consulta con los pueblos indgenas (Art. 6 del
Convenio), y garantizar la interpretacin intercultural de los hechos y el
derecho mismo, para honrar el reconocimiento constitucional del derecho a la
diversidad (Art. 2,19 de la Carta). Una propuesta podra ser la conformacin de
tribunales mixtos o escabinados compuestos por jueces estatales y autoridades
comunitarias/indgenas/ronderas que resuelvan mediante reglas de equidad los
presuntos conflictos entre JE y derechos humanos (y no con base en un solo
derecho: el estatal o el derecho consuetudinario), tratando de entender las
diferentes posiciones (desde su propio marco cultural) y promover arreglos
para prevenir la violencia (atendiendo las demandas y necesidades de todas
las partes).[40] El objetivo es que los pueblos y las autoridades
indgenas/comunitarias no queden como simples espectadoras de un ejercicio
siempre ajeno del poder jurisdiccional y sometidas pasivamente a la
interpretacin de los jueces ordinarios, sino que se constituyan
verdaderamente en autoridades jurisdiccionales con todas las potestades que
la Constitucin les ha reconocido. La construccin de un Estado Pluricultural
debe partir del respeto a la igual dignidad de los diferentes y basarse en el
dilogo, la negociacin. En este sentido se pronuncia Will Kymlicka, uno de los
mximos exponentes de la teora de la ciudadana multicultural, al sostener
que en situaciones de multiculturalidad con presencia de pueblos indgenas,
minoras nacionales o culturas societales con un nivel de autogobierno, el
sometimiento de los mismos a un marco de derechos humanos no significa
necesariamente que deban responder a una ley nacional ni a sus tribunales,
sino que podran crearse tribunales con participacin equitativa tanto de la
jurisdiccin federal (nacional estatal) como de dichos pueblos indgenas.[41]

La Coordinacin

La Constitucin del 93 establece que debe haber una ley de


coordinacin entre la JE y los juzgados de paz y el sistema de justicia nacional.
[42] Esta frmula se inspira en la Constitucin de Colombia de 1991. Las
dems Constituciones que reconocen el derecho indgena/comunal tambin
incorporan frmulas semejantes (Bolivia 1994, Ecuador 1998, Venezuela 1999).
En primer lugar, se trata de una ley de coordinacin y no de
reglamentacin como algunos han entendido errneamente. Y la vigencia de
la jurisdiccin especial no est supeditada a esta ley, como lo sostienen varios
juristas (Rubio 1999, Bernales 1999, Yrigoyen 1994, 1995), y ha esclarecido
reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia, cuya
Constitucin es fuente de la peruana.[43] En segundo lugar, cabe subrayar que
la palabra que usa la Constitucin es coordinar, lo cual establece una relacin
horizontal y no de control, revisin o alguna forma de subordinacin.
Actualmente hay un modus operandi que pasa en algunos casos por la
subordinacin, la confrontacin y la violencia, y en otros por una suerte de
convivencia pactada de dejar hacer y pasar. Lo que se busca es establecer
un sistema de coordinacin para la relacin armnica y pacfica entre la JE y la
jurisdiccin ordinaria en condiciones democrticas y no de subordinacin. Entre
las necesidades de coordinacin se encuentran el establecimiento de reglas
que permitan resolver conflictos de competencia, mecanismos de cooperacin
y auxilio mutuo, entre otros. En tercer lugar, y dentro de una lgica
democrtica de dilogo intercultural, la ley tambin debera establecer los
procedimientos para resolver presuntos conflictos entre derechos humanos y
JE. Pero esta funcin de coordinacin no otorga por anticipado una potestad a
las autoridades de la jurisdiccin ordinaria de controlar o supervigilar a las
autoridades de la jurisdiccin especial, ni an bajo el argumento de supervigilar
que la JE respete los derechos humanos, pues constituira una interferencia
ilegal y una presuncin de culpabilidad.[44] En cuarto lugar, si bien la
Constitucin seala que la ley de coordinacin es entre la jurisdiccin especial
y la ordinaria (los juzgados de paz y las dems instancias del sistema nacional
de justicia) ello no necesariamente agota las relaciones de la JE. En este
sentido, la ley tambin tendra que regular mecanismos adecuados de
coordinacin directa con otros entes pblicos como la Polica, el Ministerio
Pblico, los gobiernos locales, los Registros Pblicos (por ejemplo para
registrar decisiones de la jurisdiccin especial que modifican registros de la
propiedad o el estado civil). En quinto lugar, la ley debe hacer una adecuacin
normativa entre la Constitucin, el Convenio 169 de la OIT (suscrito con
posterioridad) y el resto de la normativa nacional, as como desarrollar
aspectos que son deficientes o no claros en la Constitucin. Lo que de ninguna
manera puede hacer la ley es recortar o restringir derechos; s puede
ampliarlos o desarrollarlos. Por ejemplo, en la ley debera ampliarse los sujetos
titulares de ejercer la JE teniendo en Cuenta el Convenio 169, que en este caso
es ms amplio que la Constitucin.

III. Problemas de implementacin institucional

El reconocimiento constitucional de la justicia comunal/indgena todava


sigue siendo un discurso inaplicado, por varios motivos. Una razn fundamental
ha sido la poltica gubernamental durante la dcada pasada. El gobierno
implement un modelo de instrumentalizacin militar de los
pueblos/comunidades indgenas/campesinas dentro de la estrategia
contrainsurgente, por lo cual no poda, simultneamente, promover su
autonoma. Dentro de un modelo de control social total, el gobierno
deliberadamente estableci mecanismos de control de las organizaciones
indgenas/campesinas an en zonas donde no haba violencia poltica,
buscando acallar toda organizacin autonmica y las protestas contra su
poltica econmica. Por ende, tampoco estuvo interesado en difundir y menos
implementar los derechos indgenas consagrados en la Constitucin y el
Convenio 169. El gobierno consideraba peligroso el ejercicio de las funciones
jurisdiccionales autnomas, como ilustra la comunicacin del Vice-Ministro del
Interior, Edgardo Sols Cano, al Vice Ministro de Justicia, Hernn opo:
Conocemos el peligro que implica el ejercicio de la funcin jurisdiccional por
parte de Autoridades Comunales y Nativas, apoyados por Rondas Campesinas,
sin embargo es factible concederle atribuciones para ciertos actos privados y
algunas faltas leves codificadas en la ley.[45] (subrayado nuestro).

Otro motivo complementario es la resistencia de la cultura judicial monista. A


pesar de que la reforma constitucional tiene ms de 8 aos, al igual que la
ratificacin del Convenio 169 de la OIT, la judicatura no ha utilizado
prcticamente dichas normas para la proteccin de la actividad jurisdiccional
campesina/indgena. Hay un gran desconocimiento al respecto as como una
fuerte resistencia para aceptar el pluralismo legal. Durante la poca de la
violencia poltica se utiliz incluso la denuncia por terrorismo para perseguir la
justicia campesina.[46] En la mayor parte de casos los jueces simplemente no
aplican el precepto constitucional y menos el Convenio 169 de la OIT, [47] y en
otros han ensayado algunas argumentaciones para dicha inaplicacin (que se
necesita una ley reglamentaria, que la detencin de abigeos constituye
violacin del derecho humano a la libertad individual, que los
campesinos/ronderos slo pueden intervenir en casos menores y como apoyo a
la justicia, pero no pretender sustituirla, entre otros argumentos).

Como balance a la fecha, no slo la Judicatura no ha aplicado el art. 149 de la


Constitucin, tampoco el Parlamento ha emitido normas de desarrollo
Constitucional consultadas, en un marco caracterizado por la cooptacin de las
instituciones por el Ejecutivo (hasta la salida de Fujimori en el 2000).
Igualmente hubo una falta de articulacin de propuestas desde la sociedad
civil, y escaso desarrollo del tema desde la Academia. La cultura jurdica
dominante todava est fincada en el monismo legal y no ha sido capaz de
desarrollar una doctrina constitucional pluralista.

IV. Retos pendientes

La vigencia efectiva del pluralismo legal y el ejercicio autnomo de


funciones jurisdiccionales por las autoridades indgenas y campesinas,
requieren de adecuacin normativa, implementacin institucional, un desarrollo
terico del pluralismo, y profundos cambios en la cultura legal y poltica. Pero
estos cambios a su vez necesitan de un marco poltico democrtico, un modelo
de desarrollo social con participacin de los pueblos indgenas, y el destierro
del racismo y la ideologa de la inferioridad de los indios.

1. Sobre la adecuacin normativa


Tanto la Carta de 1993 (arts. 2,19 y 149), como el Convenio 169 de la OIT
sientan las bases jurdicas para el pleno reconocimiento del pluralismo legal en
el marco de un modelo de Estado pluricultural. Sin embargo, dichas normas no
estn exentas de contradicciones. Y, ms an, las normas secundarias (leyes,
cdigos, reglamentos), muchas de las cuales han sido emitidas antes de la
reforma constitucional o sin tenerla en cuenta. Aqu cabe, o reformas legales y
constitucionales para salvar las inconsistencias, o una interpretacin
sistemtica que aplique el principio de la unidad constitucional y el principio
pro-pueblos indgenas que consagra el Convenio 169 (art. 35).

En la Constitucin de 1993 se aprecian dos tipos de inconsistencias, una de


carcter poltico global y otra de carcter tcnico-jurdico. La primera se refiere
a la contradiccin entre el modelo pluralista (por el cual se reconoce la
diversidad cultural y, el derecho y la jurisdiccin indgena), de una parte, y de
otra, el modelo neoliberal de restriccin de derechos sociales (como la
negacin del derecho a territorios por parte de las comunidades, la
alienabilidad de las tierras comunales y su posible reversin al Estado bajo la
figura del abandono), un esquema centralista de gobierno, mrgenes estrechos
de participacin poltica, sin consideracin de la multiculturalidad, y restriccin
de garantas y ejercicio de derechos.

La otra inconsistencia est vinculada a la tcnica legislativa. El artculo 149 ha


sido introducido de manera asistemtica y pareciera estar en contradiccin con
otros artculos de la Carta, como los artculos 138, 139, 142, que deberan ser
revisados en una reforma constitucional. El art. 138 debera indicar que la
potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce a travs de la
jurisdiccin ordinaria, por el Poder Judicial, y a travs de la jurisdiccin especial,
por las autoridades indgenas y comunales, y no reducirlo a la primera
afirmacin pues de ese modo niega la jurisdiccin especial. El art. 139 debera
modificar el concepto de unidad y exclusividad de la funcin jurisdiccional y,
en todo caso, sujetar dichos principios a la jurisdiccin ordinaria. Tambin
debera modificar las excepciones. El llamado fuero militar propiamente es una
competencia especfica pero no una jurisdiccin, en tanto se somete en ltima
instancia a la jurisdiccin ordinaria, en cambio el arbitraje y los medios
alternativos, en tanto pueden no ser revisados por la jurisdiccin ordinaria s
constituyen una excepcin. Lo es tambin la jurisdiccin especial
indgena/comunal, la electoral y la del Tribunal Constitucional. El artculo 142
debe aadir, ex profeso, que no son revisables por la jurisdiccin ordinaria las
decisiones de la jurisdiccin especial. Y, en todo caso, debe aadirse un
procedimiento especial para resolver los posibles conflictos entre las
decisiones de la jurisdiccin especial y los derechos humanos. As mismo, todo
el sistema de garantas debe ser readecuado a la existencia de la jurisdiccin
especial, en tanto, por ejemplo, no slo los jueces de la jurisdiccin ordinaria
pueden ordenar detenciones sino tambin las autoridades de la jurisdiccin
especial.

De otra parte, dados los problemas de interpretacin que hay en materia de


rondas campesinas y su deficiente reconocimiento normativo, debera incluirse
claramente en la Constitucin el reconocimiento del ejercicio de funciones
jurisdiccionales a las rondas campesinas que constituyen la autoridad comunal
del lugar, donde no hay comunidades campesinas o nativas. Igualmente, dada
su naturaleza de institucin comunal andina, debera incluirse el
reconocimiento de los derechos que corresponden a las comunidades
campesinas y pueblos indgenas en lo que les sea aplicable, como lo demandan
las propias rondas en su propuesta de reconocimiento legal.

Debe haber una adecuacin normativa del Convenio 169 de la OIT tanto en el
nivel constitucional como en el de las normas secundarias. Este Convenio
reconoce derechos a los pueblos indgenas que no han sido suficientemente
constitucionalizados, como el derecho al territorio (arts. 13 y ss), la autonoma
interna (2,b), la consulta (art. 6) y la participacin en los planes y programas
nacionales que los puedan afectar (art. 7). El mismo concepto de Pueblos
Indgenas, que es ms amplio que el de comunidades, debe ser incorporado en
la Constitucin, que ahora slo reconoce personalidad jurdica a dos formas de
organizacin comunal (comunidades campesinas y nativas), dejando sin
reconocimiento a otras figuras comunales como las rondas campesinas, as
como a grupos tnicos extensos, pueblos no contactados, organizaciones
supracomunales, entre otras. Debe constitucionalizarse tambin, como
principio de interpretacin de normas, el principio pro-pueblos indgenas que
consagra el art. 35 del Convenio 169. Igualmente merecen ser
constitucionalizados otros derechos relacionados a la administracin de justicia
en caso de que los indgenas/campesinos estuviesen ante la la jurisdiccin
ordinaria. Entre ellos: a) el derecho de no ser perseguido por la prctica de la
propia cultural, ya normado en el art. 15 del Cdigo Penal. Ello, adems, es una
consecuencia del reconocimiento al derecho de la diversidad cultural (art.
2,19); b) el derecho a la propia jurisdiccin especial (a fin de que los jueces
reenven los casos a la jurisdiccin especial o no acepten procesos presentados
ante la jurisdiccin ordinaria de modo malicioso); y, en el supuesto de que
competa a la jurisdiccin ordinaria procesar a indgenas, c) el derecho de que
se tome en cuenta la cultura y costumbres de los mismos en los procesos
legales (art. 10,2), y d) el derecho de recibir penas alternativas a la prisin (art.
10,2 del Convenio 169).
En un segundo momento es necesario hacer la adecuacin normativa de la
legislacin secundaria para que quede plasmado el modelo pluralista en todo el
cuerpo legal (cdigos, leyes, reglamentos, etc.). Hay normas inconstitucionales
que deben ser derogadas, como las que militarizan las rondas campesinas y las
comunidades indgenas/campesinas. A su vez, faltan normas de desarrollo
constitucional que amplen y hagan efectivos estos nuevos derechos. El
derecho de autonoma interna obligara a modificaciones sustantivas en el
Cdigo Municipal, a fin de reconocer el gobierno interno de los
pueblos/comunidades indgenas/campesinas. La instrumentacin del derecho
de participacin obligara a modificaciones en normas sobre procesos
electorales, gobierno local, descentralizacin. Para todos estos efectos es
imprescindible la consulta a los propios pueblos indgenas, comunidades y
organizaciones campesinas, para que dejen de ser objetos de polticas y pasen
a ser sujetos polticos.

Igualmente debe consultarse la Ley de Coordinacin (entre la jurisdiccin


especial, la ordinaria y otros entes del Estado). Si bien hay algunas prcticas de
coordinacin entre autoridades comunales y estatales, no se han
institucionalizado mecanismos basados en el una concepcin democrtica y
pluricultural. Como parte de un proceso de consulta nacional se debera
preguntar por los mecanismos y problemas actualmente existentes, as como
respecto de las propuestas que tienen los pueblos/comunidades
indgenas/campesinas y las autoridades estatales sobre esta materia. En
muchos casos, las autoridades comunales sealan que ellas mandan oficios o
muestran actas de arreglo a los jueces y fiscales y estos no las toman en
cuenta para archivar denuncias o procesos judiciales, por el contrario, las
utilizan para criminalizarlos (por secuestro, usurpacin de funciones, entre
otros delitos). De otra parte, en algunos casos la polica enva oficios
obligando a las autoridades ronderas a detener personas, pero cuando ellas
lo hacen por su cuenta las procesan por secuestro. Tampoco los registros
pblicos le dan la validez a una decisin tomada al interior de una comunidad
si no est notariada o no proviene de un juez de la jurisdiccin ordinaria. Es
decir, se requieren mecanismos claros de coordinacin y cooperacin
democrtica entre la jurisdiccin especial de una parte y, de otra, el sistema de
justicia nacional, la polica, la fiscala, los registros pblicos, las autoridades
municipales y el Ejecutivo.
Falta igualmente disear procedimientos consensuados para resolver casos de
presunta violacin de DH por parte de la jurisdiccin especial, tal como seala
el Convenio 169 de la OIT (8,2). No hay fundamento para pensar que esto le
corresponda de oficio a la jurisdiccin ordinaria porque no tiene supremaca
constitucional sobre la jurisdiccin especial. Adems, en tanto la Constitucin
garantiza el derecho a la diversidad cultural y el ejercicio de funciones
jurisdiccionales por parte de autoridades comunales, tales procedimientos
deben garantizar una interpretacin intercultural de los hechos y el derecho, y
la participacin de las autoridades indgenas/ comunales en la definicin e
interpretacin de los derechos humanos. De ello se desprende la necesidad de
construir un concepto intercultural de los derechos humanos porque no puede
ser slo una orientacin cultural la que que monopolice la interpretacin los
derechos humanos, en tanto todas las culturas tienen reconocimiento
constitucional (art. 2,19). Tampoco pueden ser slo los jueces de la jurisdiccin
ordinaria los que establezcan si se han violado o no los derechos humanos, ya
que los derechos humanos no son privativos de la justicia estatal ni de la
cultura occidental. Estos procedimientos deberan tratar de tender puentes
interculturales, y promover arreglos antes que la mera punicin. Dichos
procedimientos deberan garantizar que tome en cuenta las percepciones
culturales, y los derechos y necesidades de todas las partes a fin de poder
arribar a acuerdos que consideren estas distintas percepciones de la realidad y
derechos.[48]

No obstante la falta de estas normas, por los principios de interpretacin


mencionados (el principio de unidad constitucional y el principio pro-indigena
que consagra el art. 35 del Convenio 169), la judicatura y los funcionarios
pblicos estn obligados a interpretar las normas -an contradictorias o
incompletas- dando primaca a los derechos consagrados en la Constitucin y
los que ms favorezcan a los pueblos indgenas. La judicatura no puede dejar
de aplicar la justicia ante vacos o incoherencias de la legislacin.

2. Implementacin Institucional
An sin las normas de desarrollo constitucional, hay muchos derechos
consagrados en la Constitucin y el Convenio 169 que son de aplicacin
inmediata y requieren de implementacin institucional. Los funcionarios, de su
parte, deben aplicar el Convenio 169 y la Constitucin por encima de sus
reglamentos o las normas de menor rango que regulan sus funciones.

El derecho a la jurisdiccin especial puede hacerse efectivo sin necesidad de


reformas normativas incluso. Bastara la voluntad poltica de la judicatura y los
funcionarios pblicos. Aqu, el Ministerio Pblico debera instruir a los fiscales
para rechazar de plano denuncias contra autoridades de la jurisdiccin especial
por usurpacin de funciones, secuestro u otras basadas en el mero hecho del
ejercicio de la funcin jurisdiccional especial (y no en la violacin de derechos
humanos). Igualmente, la polica debera ser instruida para no ejercer la fuerza
contra autoridades comunitarias por el mismo motivo. La judicatura no debera
abrir procesos penales contra las referidas autoridades por los motivos
expuestos. Es ms, debera archivar todos los procesos en curso contra
autoridades indgenas/campesinas/ronderas referidas al mero ejercicio de la JE.
La Judicatura se debera inhibir cada vez que le presenta un caso que compete
a la JE y comunicar del mismo a la JE, para ver si sta manifiesta su intencin
de conocer dicho caso o si ya lo resolvi. Se debera facilitar el ejercicio del
derecho a la reparacin judicial en todos los casos de autoridades comunales
condenadas o detenidas por el slo hecho de haber administrado justicia, en
ejercicio de su atribucin constitucional.

Como en Colombia lo hizo la Corte Constitucional, en el Per la judicatura


podra desarrollar criterios interpretativos de la Constitucin que desarrollen el
derecho a la jurisdiccin especial, la diversidad cultural, la consulta, el uso de
los idiomas indgenas, entre otros.

En los casos de indgenas cuya competencia le tocase a la jurisdiccin


ordinaria, sta debera considerar la cultura y costumbres (art. 45 del Cdigo
Penal-CP), y eximir de pena cuando se trate de hechos punibles basados en la
cultura de los actores (art. 15 CP). As mismo, en cumplimiento del art. 2,19 de
la Constitucin y de los arts. 12 y 28 del Convenio 169, debera preguntar por
el idioma materno de los procesados y garantizar la presencia de un intrprete
y defensa profesional idnea. Para garantizar una comprensin adecuada de la
cultura, jueces y fiscales deberan convocar de oficio peritos antropolgicos y/o
miembros de las comunidades para que les expliquen sus costumbres, y no
esperar que lo haga la defensa. Finalmente, en el caso de condenar, los jueces
deberan aplicar preferentemente penas alternativas a la prisin como lo
establece el art. 10 del Convenio 169. Todos estos derechos son de aplicacin
inmediata.

Los abogados defensores deberan tener formacin respecto de la realidad y


derechos de los indgenas y ejercer esta defensa eficientemente.

La Defensora del Pueblo podra interponer acciones de garanta para proteger


la libertad de autoridades comunales detenidas o procesadas por el mero
hecho de administrar justicia segn el art. 149 de la Constitucin. Igualmente
podra interponer acciones de cumplimiento para que se efectivicen los
derechos consagrados en el Convenio 169 de la OIT y en la propia Constitucin
referidos al respeto del derecho indgena.

De otra parte, ninguna autoridad militar debera obligar o presionar a las


comunidades indgenas/campesinas y rondas campesinas para que se
militarizarse o subordine de alguna manera a la polica o fuerzas armadas, bajo
responsabilidad. Ninguna autoridad poltica debera aplicar normas de rango
inferior al constitucional. Durante el rgimen pasado, las autoridades polticas
se negaron a acreditar a las rondas campesinas autnomas, como lo ordenaba
la ley 24571, y por el contrario acataron una norma de rango inferior dada por
el gobierno de Fujimori, el DS 002 de 1993, que obligaba a las RC,
inconstitucional e ilegalmente, a adecuar su organizacin y funciones al
reglamento de los Comits de Autodefensa Civil. Y, en este caso las
instituciones de control deberan activarse, como la Defensora del Pueblo.
La administracin pblica en general y todas instancias vinculadas a la justicia
en particular (polica, crceles, registros pblicos) deberan procurar la
implementacin institucional del derecho de hablar en el propio idioma, ya sea
mediante la presencia de intrpretes o personal bilinge (art. 2,19 de la Carta).
Igualmente se debera garantizar el derecho de los pueblos/comunidades
indgenas/campesinas y sus miembros de contar con asesora legal eficiente y
por profesionales que conozcan los derechos indgenas, su cultura, y
preferentemente, hablen sus idiomas (art. 12 del Convenio 169 de la OIT).

Por la ratificacin del Convenio 169 el gobierno est obligado a desarrollar una
accin coordinada y sistemtica para la proteccin de los derechos indgenas,
con la participacin de los pueblos indgenas (art. 2,1). El ejecutivo podra
implementar este derecho mediante la creacin de una instancia en la que
participen representantes de dichos pueblos, en primer lugar, para disear un
modelo de consulta y someter el diseo mismo a una consulta amplia -que
pueda llegar no slo a los niveles de representacin de segundo nivel sino de
base-. Junto al proceso de democratizacin que vive el pas sera importante
desatar un proceso de Consulta Nacional sobre los derechos de consulta y
participacin, a fin de institucionalizar canales de participacin efectiva de la
poblacin indgena/campesina en todos los temas que les afecte. Entre stos,
la ley de coordinacin entre la jurisdiccin especial y la ordinaria.

3. Desarrollo terico y cambios en la cultura legal y poltica

Para la implementacin institucional de los derechos ya reconocidos o para la


proposicin de reformas normativas que signifiquen un verdadero desarrollo de
dichos derechos -y no una limitacin-, es necesario un profundo cambio en la
cultura legal y poltica.
En primer lugar, debe superarse el modelo poltico autoritario de tratar a los
pueblos y comunidades indgenas/campesinas como objetos de polticas antes
que como sujetos autnomos y a su vez partcipes en la vida nacional. Esta es
la cara paternalista o tutelar de una ideologa de la inferioridad indgena que
los presenta como incapaces de saber lo que ellos mismos quieren o de poder
determinarse y resolver los problemas y conflictos que se presenten dentro de
su territorio. Esta ideologa debe desaparecer. Un mecanismo efectivo para ello
sera la implementacin del derecho de consulta y participacin. Los
mecanismos para implementar este derecho, a su vez, deben ser consultados.

En segundo lugar, es necesario un impresionante esfuerzo terico y poltico


para desarrollar una doctrina legal pluralista que permee la enseanza
universitaria, la jurisprudencia y el quehacer poltico. Esta doctrina pluralista
debe hacer frente a la concepcin monista que sostiene que slo es posible un
derecho dentro de un Estado. Igualmente es urgente un desarrollo terico del
Estado pluricultural. Es necesario desterrar la identidad Estado-nacin basada
en la premisa de que hay una sola cultura y una sola concepcin de lo bueno y
lo moralmente aceptable en el pas. Falta desarrollar la fundamentacin del
derecho al uso y desarrollo de los idiomas indgenas, para fortalecer su propio
desarrollo cultural, y, de otro lado, el uso del castellano como un mecanismo
para garantizar la participacin en la vida nacional, no de integracin a la
cultura hegemnica.

Es necesario hacer un esfuerzo de desarrollo doctrinario sobre la jurisdiccin


especial, el derecho indgena o consuetudinario, los mecanismos de
articulacin democrticos en un modelo de justicia plural. A la fecha, muy
pocos constitucionalistas o penalistas se han pronunciado sobre el tema y no
hay trabajos profundos al respecto. Todava el sentido comn legal piensa en
clave de monismo jurdico y monoculturalidad. Es vital recuperar los aportes
propios de las diferentes formas de derecho y justicia indgenas/campesinas
para construir modelos tericos que den cuenta del pluralismo legal existente
en el pas.

Es necesario construir un modelo de Justicia Plural que articule la jurisdiccin


ordinaria, la jurisdiccin especial y los mecanismos alternativos de resolucin
de conflictos, dentro de un marco coherente, y sin somentimiento de la
jurisdiccin indgena a la ordinaria. Igualmente debe desarrollarse una
concepcin intercultural de los derechos humanos como marco del pluralismo
legal, antes que como lmite. Ello implica el abandono de la idea de
salvajes o peligrosos que se asigna a los indgenas/campesinos.

Tambin es necesario hacer un esfuerzo para construir categoras


interdisciplinarias que permitan el desarrollo del pluralismo y el derecho a la
diversidad. Algunos de estos temas estn vinculados al desarrollo terico de las
ciencias sociales en su conjunto. Un ejemplo es el tema de la identidad cultural
y la definicin de pueblo indgena. Estas definiciones tienen incidencia en las
reformas legales, las polticas institucionales y la interpretacin jurisprudencial.
El tema de la identidad cultural es importante porque es uno de los
fundamentos del pluralismo legal, aunque no el nico. Como dice Esther
Snchez (2000), el indgena es un ser en devenir. En cambio, el concepto
normativo de los pueblos indgenas, si bien acepta la autodefinicin, presupone
una suerte fijacin, continuidad histrica o conservacin -incluso parcial- de
estructuras del pasado. En el Per, por ejemplo, se debate si a quienes se
autodenominan campesinos -y no indgenas- les son aplicables los derechos
reconocidos a los pueblos indgenas. Como deca lenas arriba, hay colectivos
que se autodenominan campesinos, en algunos casos tnicamente mestizos,
pero que tienen una identidad diferenciada con su propia cultura legal e
instituciones, como es el caso de las Rondas Campesinas en algunas regiones.
Y si bien dichas organizaciones reclaman se les aplique el Convenio 169,
algunos acadmicos las descalifican de la aplicacin del Convenio 169 sobre
Indgenas porque no han conservado los rasgos de otras poblaciones
indgenas. Un ejemplo interesante de un encaramiento progresivo en esta
materia es el caso de los Mtis de Canad. Los Mtis son poblacin mestiza
pero con una identidad cultural propia, y ha logrado que se le reconozca, a
nivel constitucional, la aplicacin de los derechos que corresponden a los
pueblos indgenas. El legislador tuvo en cuenta el criterio de la
autoidentificacin como cultura distinta (no necesariamente aborigen, dadas
sus races mestizas) y la aceptacin por el grupo.[49]

Finalmente, un desafo insoslayable para la vigencia del pluralismo es el


destierro del racismo y la ideologa de la inferioridad indgena. Muchas
limitaciones que se ponen al ejercicio de la justicia indgena/comunal (y se
aprecian en la interpretacin judicial y los proyectos de ley) no tienen sustento
legal sino ideolgico: la idea de que los indgenas son incapaces para resolver
casos graves o complejos. Es por ello que se busca limitar la jurisdiccin
especial a casos intra-comunitarios, slo entre indgenas, de menor gravedad o
cuanta, y cuando se trata de situaciones conciliables, o que tocan bienes de
libre disposicin. Los indgenas/campesinos en el Per, como en otros pases,
han demostrado increble capacidad de resistencia y creatividad -a pesar de
su condicin subordinada- para resolver conflictos de diversas materias,
mbitos (trans-comunales, y no slo intra-comunales, entre propios y
extraos), y gravedad, mediante mecanismos consensuales pero tambin
coercitivos.

4. Condiciones macro del Pluralismo

Hay condiciones para la vigencia del pluralismo legal que van ms all del
plano jurdico y se engarzan con el marco poltico y social global. Un modelo
jurdico pluralista requiere de un modelo poltico democrtico donde se
respeten las diferentes formas de expresin social, cultural y jurdica. Ello
supone fortalecer dos frentes. De una parte, construir un modelo de autonoma
interna que permita el desarrollo de la propia cultura. Y de otra, el desarrollo de
mecanismos de participacin externa en los diferentes niveles de toma de
decisiones (regional, nacional), que permita la articulacin democrtica de los
diferentes pueblos, grupos y culturas.

Otra condicin clave para la vigencia de un modelo plural, es un modelo de


desarrollo econmico social que no convierta a los pueblos/comunidades
indgenas y sus miembros en ciudadanos de segunda clase, explotados
econmicamente, marginados polticamente y discriminados socialmente.
Mientras los pueblos y comunidades indgenas/campesinos sigan estando por
debajo del nivel de pobreza, sin acceso a la participacin en la vida poltica
nacional, instrumentalizados militarmente cada vez que hay un conflicto
interno o externo, y sometidos a la expoliacin de transnacionales, el desarrollo
integral de dichos pueblos estar seriamente comprometido. En ese caso, el
reconocimiento legal del pluralismo y el derecho a la diversidad cultural slo
tendrn un significado simblico, sin eficacia instrumental.
Aqu se ubican los desafos ms profundos del pluralismo, cmo hacer
coherente no slo el discurso legal al interior de la teora jurdica, sino tambin
con las polticas socio-econmicas, la prctica poltica y la cultura cotidiana.

APRUEBAN REGLAMENTO DE LA LEY DE RONDAS CAMPESINAS


DECRETO SUPREMO N 025-2003-JUS
Artculo 1.- Aprobacin del Reglamento
Aprubese el Reglamento de la Ley de Rondas Campesinas - Ley N 27908,
que consta de tres (3) ttulos, veintitrs (23) artculos, tres (3) disposiciones
complementarias y una (1) disposicin transitoria.
Artculo 2.- Refrendo
El presente Decreto Supremo ser refrendado por el Presidente del Consejo
de Ministros, la Ministra de la Mujer y Desarrollo Social, el Ministro de
Justicia, el Ministro de Agricultura, el Ministro de Defensa y el Ministro del
Interior.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veintinueve das del mes de
diciembre del ao dos mil tres.
ALEJANDRO TOLEDO
Presidente Constitucional de la Repblica
CARLOS FERRERO COSTA
Presidente del Consejo de Ministros
ANA MARA ROMERO-LOZADA LAUEZZARI
Ministra de la Mujer y Desarrollo Social
FAUSTO ALVARADO DODERO
Ministro de Justicia
JOS LEN RIVERA
Ministro de Agricultura
ROBERTO ENRIQUE CHIABRA LEN
Ministro de Defensa
JAIME QUIJANDRA SALMN
Ministro de Economa y Finanzas
Encargado del Ministerio del Interior
REGLAMENTO DE LA LEY DE RONDAS CAMPESINAS
TTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
CAPTULO I
OBJETO Y FINALIDAD
Artculo 1.- Objeto
El presente Reglamento tiene por objeto establecer las normas y
procedimientos que deben regir la Organizacin y Funciones de las Rondas
Campesinas reconocidas por la Ley N 27908.
Artculo 2.- Definicin de Ronda Campesina o Comunal
Son Rondas Campesinas, las organizaciones sociales integradas por
pobladores rurales, as como las integradas por miembros de las
comunidades campesinas, dentro del mbito rural.
Son Rondas Comunales, las organizaciones sociales integradas por
miembros de las comunidades nativas.
Artculo 3.- Finalidad de la Ronda Campesina o Ronda Comunal
La Ronda Campesina o Ronda Comunal, tiene por finalidad contribuir al
desarrollo, la seguridad, la moral, la justicia y la paz social dentro de su
mbito territorial, sin discriminacin de ninguna ndole, conforme a la
Constitucin y a las leyes. Colaboran en la solucin de conflictos y realizan
funciones de conciliacin extrajudicial.
Las Rondas constituidas al interior de las Comunidades Campesinas o
Nativas, colaboran con stas en el desempeo de sus funciones
jurisdiccionales.
Artculo 4.- Respeto a las Costumbres y Normas Comunales
Los integrantes de las Rondas Campesinas o Rondas Comunales, en el
cumplimiento de sus deberes y funciones y en el ejercicio del derecho
consuetudinario, gozan del respeto de su cultura y sus costumbres, por
parte de la autoridad y de la sociedad, siempre que no violen los derechos
fundamentales de la persona consagrados en la Declaracin Universal de
los Derechos Humanos, en el Convenio OIT 169, en la Constitucin Poltica y
las leyes.
Artculo 5.- mbito de Accin
Las comunidades campesinas y las comunidades nativas, estn facultadas
a constituir dentro del mbito de su territorio, una sola Ronda Campesina o
Ronda Comunal, segn corresponda, la que se forma y sostiene a iniciativa
exclusiva de la propia comunidad y se sujeta a su Estatuto, y a lo que
acuerden los rganos de gobierno de la Comunidad, a la que la Ronda
Campesina o Ronda Comunal est subordinada.
Fuera del mbito territorial de las Comunidades Campesinas o Nativas, el
mbito territorial mnimo para la conformacin de una Ronda Campesina
ser el que corresponde al de un casero. Entindase por casero lo
dispuesto por el Decreto Supremo N 019-2003-PCM.
CAPTULO II
CONSTITUCIN Y ACREDITACIN DE LA RONDA CAMPESINA O
RONDA COMUNAL
Artculo 6.- De la Constitucin
En las comunidades campesinas o comunidades nativas, la Ronda
Campesina o Ronda Comunal se constituye por decisin del mximo rgano
de gobierno de la Comunidad Campesina o Comunidad Nativa, adoptado de
acuerdo a su Estatuto.
En los caseros u otros centros poblados, la Ronda Campesina se constituye
por decisin de los pobladores reunidos en asamblea general. El Juez de Paz
correspondiente da fe de esta asamblea.
Artculo 7.- Del Estatuto
La Ronda Campesina o Comunal, ejerciendo su autonoma, elabora su
Estatuto y lo aprueban en Asamblea General. De la misma forma se
proceder para la modificacin del Estatuto.
El Estatuto debe contener, como mnimo:
1.- La denominacin, duracin y domicilio de la Ronda Campesina.
2.- Los fines.
3.- La constitucin y funcionamiento de la asamblea general consejo
directivo y dems rganos.
4.- Las condiciones para la admisin, renuncia y exclusin de sus miembros.
5.- Los derechos y deberes de los ronderos y ronderas.
6.- Los requisitos para su modificacin.
7.- Las normas para la disolucin y liquidacin de la Ronda y las relativas al
destino final de sus bienes.
Artculo 8.- Del Empadronamiento
Los miembros de la Comunidad Campesina, Comunidad Nativa, as como
los pobladores de caseros u otros centros poblados, que decidan integrarse
como Ronderos o Ronderas, se inscriben en el Padrn de Ronderos y
Ronderas de la Comunidad Campesina, Comunidad Nativa, casero u otro
centro poblado a que pertenecen.
El empadronamiento se realiza cumpliendo los requisitos sealados en el
artculo 18 del presente Reglamento.
CAPTULO III
DE LA INSCRIPCIN REGISTRAL
Artculo 9.- De la inscripcin
Las Rondas Campesinas y Rondas Comunales se inscriben en el Libro de
Rondas Campesinas a cargo de la SUNARP.
La SUNARP dictar las medidas complementarias necesarias para su
implementacin y funcionamiento.
Artculo 10.- De la inscripcin Registro de Rondas Campesinas o
Rondas Comunales
Para su inscripcin en el Libro de Rondas Campesinas, la Ronda Campesina
o Comunal, presentar a la Oficina Registral correspondiente una solicitud
acompaando para el efecto:
1.- Copia certificada del Acta donde conste:
- La constitucin de la Ronda Campesina o Ronda Comunal.
- La aprobacin del Estatuto de la Ronda Campesina o Ronda Comunal as
como su texto ntegro.
- Designacin de la primera junta directiva.
2.- Copia certificada del Padrn de Ronderos y Ronderas.
3.- Plano Perimtrico de su radio de accin.
Artculo 11 .- Comunicacin con fines de coordinacin
La Ronda Campesina o Ronda Comunal, una vez inscrita en los Registros
Pblicos, comunica a la Municipalidad correspondiente, su constitucin
social, con fines de coordinacin.
CAPTULO IV
DE LAS FUNCIONES DE LA RONDA CAMPESINA Y RONDA COMUNAL
Artculo 12.- De las Funciones
Son funciones de la Ronda Campesina y Ronda Comunal, las siguientes:
a) Contribuir a la defensa de la integridad fsica, moral y cultural de los
miembros de la Comunidad Campesina, de la Comunidad Nativa, del
Casero u otro centro poblado, para mantener la paz y seguridad de la
poblacin, as como contribuir con el progreso de su pueblo.
b) Contribuir a garantizar el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de
los deberes de los miembros de la Comunidad Campesina, de la
Comunidad Nativa, del Casero u otro centro poblado al que pertenecen,
de conformidad con la Constitucin y las leyes.
c) Coordinar con las autoridades comunales en el ejercicio de las funciones
que ejercen en uso de sus costumbres, respetando los derechos
consagrados en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, el
Convenio OIT 169, la Constitucin y las leyes.
d) Intervenir en la solucin pacfica de los conflictos que se susciten entre
los miembros de la comunidad y otros externos, siempre y cuando la
controversia se origine en hechos ocurridos dentro de su mbito
comunal.
e) Actuar como interlocutor con el Estado.
f) Participar, controlar y fiscalizar los programas y proyectos de desarrollo
que se implementen dentro del territorio, as como denunciar la
inconducta funcional de cualquier autoridad, de acuerdo a ley.
g) Contribuir a la preservacin de su medio ambiente.
h) Coordinar en el marco de la legislacin nacional, con las autoridades
polticas, policiales, municipales, regionales, representantes de la
Defensora del Pueblo y otras de la Administracin Pblica.
i) Establecer relaciones de coordinacin con las organizaciones sociales
rurales y entidades privadas.
j) Promover el ejercicio de los derechos y la participacin equitativa de la
mujer en todo nivel; tener consideracin especial a los derechos del nio
y del adolescente, de las personas discapacitadas y de los adultos
mayores.
k) Prestar servicio de ronda. La organizacin de grupos, la eleccin de los
responsables, as como la asignacin de responsabilidades y frecuencia
de
atencin del servicio de ronda se regula por el Estatuto de cada Ronda
Campesina o Comunal.
Artculo 13.- Resolucin de Conflictos
La Ronda Campesina y Ronda Comunal, a base de las costumbres de la
comunidad campesina, comunidad nativa, casero u otro centro poblado al
que pertenecen, pueden intervenir en la solucin de conflictos que se
susciten entre miembros de la comunidad u otros externos, dentro de su
mbito territorial, mediante actuaciones que sern registradas en el libro de
ocurrencias que lleva para tal efecto, el mismo que ser legalizado por el
juez de paz de la jurisdiccin correspondiente. Los acuerdos adoptados
deben respetar los derechos consagrados en la Declaracin Universal de los
Derechos Humanos, el Convenio OIT 169, la Constitucin y las leyes.
Son materias conciliables nicamente las relacionadas con la posesin, el
usufructo de la propiedad comunal, bienes y el uso de los diversos recursos
comunales.
TTULO II
DE LA ORGANIZACIN DE LA RONDA CAMPESINA Y RONDA
COMUNAL
Artculo 14.- De la Organizacin
La Ronda Campesina y Ronda Comunal, se organiza dentro del marco de la
Ley N 27908, la Ley General de Comunidades Campesinas - Ley N 24656
y su reglamento, as como por su propio Estatuto, el que se adecuar a las
disposiciones establecidas para las Asociaciones en el Cdigo Civil.
Artculo 15.- Del perodo de la Junta Directiva
La Junta Directiva de la Ronda Campesina y Ronda Comunal, tiene un
mandato de dos (2) aos, pudiendo sus miembros ser reelegidos.
Artculo 16.- De la Participacin de las Mujeres
En la eleccin de la Junta Directiva de la Ronda Campesina y de la Ronda
Comunal, se promover la participacin de las mujeres en cargos directivos,
as como la participacin de otros miembros, sin discriminacin.
TTULO III
DE LOS RONDEROS Y RONDERAS
CAPTULO I
DE LOS INTEGRANTES DE LAS RONDAS CAMPESINAS
Artculo 17.- mbito de su Funcin
Los miembros de la Ronda Campesina y de la Ronda Comunal ejercen sus
funciones dentro del mbito de la Comunidad Campesina, de la Comunidad
Nativa, Casero u otro centro poblado al que pertenecen. Pueden coordinar
el ejercicio de sus funciones con otras Rondas Campesinas o Rondas
Comunales cuando las circunstancias lo requieran.
Artculo 18.- De los Requisitos para ser Rondero o Rondera
Para inscribirse como miembro de la Ronda Campesina o Ronda Comunal,
deben cumplirse los siguientes requisitos:
a) Ser miembro de la Comunidad Campesina, de la Comunidad Nativa,
Casero u otro centro poblado.
b) Haber cumplido 18 aos de edad, salvo que siendo menor, haya
constituido hogar de hecho o contrado matrimonio.
c) Tener plena capacidad de ejercicio de sus derechos civiles, de acuerdo a
lo indicado en el artculo 42 del Cdigo Civil.
CAPTULO II
DE LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS RONDEROS Y
RONDERAS
Artculo 19.- De los Derechos y Obligaciones
Son derechos y obligaciones de los ronderos y ronderas
a) Participar en las Asambleas Generales, con voz y voto.
b) Elegir y ser elegido para los cargos directivos de la Ronda Campesina o
Ronda Comunal.
c) Prestar Servicio de Ronda.
d) Observar buen trato y lealtad, garantizando el respeto, la unin y la
ayuda mutua entre los ronderos.
e) Respetar los usos y costumbres, en su caso, de la Comunidad
Campesina, Comunidad Nativas o Centro Poblado o Casero, de acuerdo
a la Constitucin y las leyes.
f) Observar buen trato y respeto hacia la poblacin, particularmente a los
nios, mujeres, y ancianos.
g) Auxiliar, en su caso, a los miembros de la Comunidad Campesina, de la
Comunidad Nativa o del Centro Poblado o Casero, en necesidad de
proteccin.
h) Otros derechos y obligaciones que se determinen en el Estatuto y se
acuerden en Asamblea General de la Ronda Campesina y Ronda
Comunal.
Artculo 20.- De las Prohibiciones de los Ronderos y Ronderas
Los ronderos y ronderas estn prohibidos de:
a) Realizar, en el marco de este reglamento y el correspondiente estatuto,
actividades no autorizadas o distintas a las funciones de la Ronda
Campesina o Ronda Comunal.
b) Realizar u omitir actos en beneficio de terceros en desmedro de los
intereses de la Comunidad Campesina, de la Comunidad Nativa, Casero
u otro centro poblado.
c) Realizar actividades de cualquier ndole que se orienten a dividir o
debilitar a la Ronda Campesina y Ronda Comunal.
CAPTULO III
DE LAS SANCIONES Y DE LA PRDIDA DE LA CONDICIN DE
RONDERO O RONDERA
Artculo 21.- De las Sanciones
La infraccin de las disposiciones de la Ley, del presente Reglamento y del
Estatuto de la Ronda Campesina y Ronda Comunal, da lugar a las siguientes
sanciones:
a) Amonestacin pblica.
b) Suspensin en el ejercicio de sus funciones.
c) Expulsin de la Ronda Campesina o Ronda Comunal.
El Estatuto de la Ronda Campesina o Ronda Comunal, establece los casos
de aplicacin de cada una de las sanciones antes enunciadas.
Artculo 22.- Del Registro de las Sanciones
Las sanciones que se impongan a los ronderos y ronderas son registradas
en el Padrn de Ronderos y Ronderas, sin perjuicio de la denuncia
correspondiente a la autoridad competente, si fuera el caso.
Artculo 23.- De la Prdida de la Condicin de Rondero o Rondera
La condicin de Rondero o Rondera, se pierde por las siguientes causales:
a) Muerte.
b) Por prdida de la condicin de miembro de la Comunidad Campesina o
Comunidad Nativa a la que pertenece.
c) Por emigrar del Casero u otro Centro Poblado al que pertenece.
d) Por expulsin acordada por la Asamblea General de Ronderos y
Ronderas.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
Primera.- Acceso a la Informacin.-
Las Rondas Campesinas o Rondas Comunales pueden solicitar la
informacin que requieran a las entidades del Sector Pblico, de
conformidad con la Ley N 27806 - Ley de Transparencia y Acceso a la
Informacin Pblica.
Segunda.- Respeto a las rondas Campesinas.-
Las autoridades del Estado, sin excepcin, deben respetar y tener en
cuenta las actuaciones de las rondas campesinas y comunales en el marco
de la Constitucin, la Ley y el presente reglamento. El incumplimiento de
esta disposicin ser considerado como una falta conforme a las normas
disciplinarias correspondientes.
Tercera.- Aplicacin de Normas Supletorias.-
Para las Rondas Campesinas o Comunales creadas por las Comunidades
Campesinas o Nativas en todo lo no previsto en el presente Reglamento,
ser de aplicacin lo establecido en el Estatuto de la Comunidad Campesina
o Comunidad Nativa que haya creado a la Ronda Campesina o Ronda
Comunal.
DISPOSICIN TRANSITORIA
nica.- Dentro del plazo de seis meses de publicado el presente
Reglamento, las Rondas Campesinas y Rondas Comunales se adecuarn a
las disposiciones de la Ley de Rondas Campesinas - Ley N 27908.
EL INICIO DE LAS RONDAS CAMPESINAS EN EL PER

1 Surgimiento de las Rondas Campesinas

As como los diversos poblados peruanos, Cajamarca desde la colonia estuvo


dominado por latifundios y haciendas, cuyos propietarios en el siglo XX
concentraron territorios por medio de la usurpacin de tierras a las
comunidades indgenas, pero entre 1960 y 1963 se desata una ola de
levantamientos e invasiones por parte de campesinos sin tierras provocando
en los hacendados la parcelacin y venta de tierras, que luego provocaron la
migracin de la poblacin hacia los valles costeos e invirtiendo en el sector
comercio e industrias .

Los levantamientos y protestas fueron expandindose por el resto del pas,


generando as la promulgacin de dos leyes sobre Reforma Agraria: Ley de
Reforma Agraria de 1964 y ms tarde la Ley de 1968, liberando as al
campesino del servilismo terrateniente.

Las comunidades campesinas de la sierra peruana que en el gobierno del


General Juan Velasco Alvarado no fueron afectados por la Reforma Agraria, se
convirtieron en lugares o espacios donde los comuneros organizan, administran
y cultivan sus tierras o bienes, de acuerdo a las costumbres y tradiciones
arraigados en el mundo andino.

Desarticuladas las haciendas, los espacios rurales se recomponen en una


nueva forma de organizacin social- territorial denominado: comunidad
campesina, casero, centro poblado, sector y distrito.

A estos acontecimientos se suman el crecimiento de las escuelas en el campo,


la participacin de los hijos de los campesinos en educacin secundaria y
superior (normales y universidades), el contacto con la CGTP, SUTEP, partidos
de izquierda, la modernizacin de vas y medios de comunicacin.

El crecimiento desmesurado del abigeato en la sierra norte del pas y la


inoperancia y escasa presencia del Estado en la administracin de justicia,
fueron condiciones que motivaron que la poblacin rural se organice y enfrente
esta situacin. Es as que el 29 de diciembre de 1976 se forma las Rondas
Campesinas en el casero de Cuyumalca, provincia de Chota y departamento
de Cajamarca, con el fin de combatir la delincuencia, abigeato y mala
administracin de justicia.

Los pobladores rurales encontraron en la Ronda Campesina el mecanismo para


autodefenderse, protegerse y brindarse seguridad entre ellos y cautelar sus
tierras y bienes, ejerciendo a travs de ella el control de las instituciones y
autoridades que generalmente obedecan a intereses de grupos de poder.
Por los constantes reclamos y acciones de incidencia poltica las rondas
consiguieron que el gobierno lo reconozca como organizacin, lo cual ha
facilitado para que sta se convierta en el eje articulador del trabajo de las
organizaciones e instituciones que promueven el desarrollo rural.

El 07 de noviembre de 1986 mediante la Ley N0 24571, Ley de Rondas


Campesinas, el Estado reconoce a la ronda como una organizacin que brinda
servicios a la comunidad, contribuye al desarrollo y a la paz social, sin fines
polticos partidarios cuyos integrantes deben estar debidamente acreditados
ante la autoridad poltica.

Con la conquista de la Ley de Rondas Campesinas N 27908 se consigue


ampliar las atribuciones de las rondas en la administracin de justicia,
resolucin de conflictos, vigilancia ciudadana y desarrollo rural.

Como se puede apreciar el reconocimiento legal estuvo ligado a las grandes


movilizaciones y acciones de incidencia poltica y; el reconocimiento social es
una estrategia y fuerza social- poltica que se fortalece constantemente por la
efectividad en la resolucin de problemas.
HISTORIA
Estas genuinas organizaciones son creacin heroica del campesinado peruano,
su formacin obedece al estado de descomposicin social, poltica, econmica
y moral de la sociedad peruana. Crisis estructural, corrupcin al ms alto nivel,
abuso de poder, un poder judicial al servicio de los poderosos. En esas
condiciones el campesinado ya no soportaba seguir viviendo. Fue entonces
que en Cuyumalca - Chota, provincia de resistencia heroica contra las bandas
abusivas del ejrcito Chileno, tierra del Guapo Benel, nacen las Rondas
Campesinas despus que en el centro educativo haban robado ms
de nueve veces. El primer paso de su organizacin ocurre de manera
espontnea el 29 de diciembre de 1976, los pobladores buscan una respuesta,
a lo que consideran una agresin al patrimonio comunal, prueba del desarrollo
de cualquier pueblo. Acompaan este primer paso las autoridades locales,
incluso un polica. El salto cualitativo ocurre recin el 29 de enero del 1977. o
sea un mes despus. El Partido Comunista del Per (Patria Roja), decide enviar
cuadros al campo, son estos creativos militantes, que logran condensar estas
nuevas y superiores organizaciones del campesinado. Patria Roja, junto a
militantes de izquierda y de otros partidos, contribuyen al surgimiento de las
Rondas, que se extienden rpidamente en Cajamarca, adquiriendo
protagonismo por sus luchas contra el abuso, la corrupcin, la injusticia y
contra los gamonales y ladrones que en contubernio con las autoridades
policiales y judiciales chantajeaban a los campesinos, los encarcelaban y los
delincuentes andaban tranquilos por las calles. Esta negra realidad, para
colmo de males no ha sido superada en el Per actual. Las Rondas
Campesinas sistematizan y superan la experiencia y tradicin de anteriores
organizaciones como: Las Guardias Rurales, Rondas Nocturnas y Guardias
campesinas que eran manipuladas por los hacendados y estaban a su servicio
e intereses.
Como hemos sealado, el surgimiento de las rondas campesinas, est
interrelacionado con el momento poltico que viva el pas en 1976. Gobernaba
el Dictador Francisco Morales Bermdez, aplicaba el programa econmico
fondomonetarista, mal llamado desarrollista. La primera asamblea de Rondas
tiene lugar en Cuyumalca el 27 de enero de 1977; los continuos robos (en la
escuela) obligaron a los campesinos a dar inicio al servicio de ronda. Es a partir
de este momento que los partidos polticos a travs de sus principales
dirigentes empiezan a dar criterios, sobre qu caractersticas deben tener
estas nuevas organizaciones. Quienes se han ocupado de escribir sobre la
historia de las Rondas, dan testimonio que estas se construyen en medio de
una fuerte disputa poltica. Si bien es cierto nace de un hecho anecdtico,
resulta ingenuo creer que por va espontnea adoptara las caractersticas que
posee. Las acciones de las masas toman los matices que sus lderes les
imprimen, bien son revolucionarias y transformadoras o se convierten en
reaccionarias para sostener el sistema imperante. Al revisar todos los
documentos escritos sobre Rondas, encontramos que la disyuntiva se present
Rondas autnomas y democrticas o Rondas paramilitares dependientes del
Estado?. El Partido aprista, Accin Popular siempre sustentaron que las rondas
deberan ser organizaciones auxiliares de la polica y dependientes del Estado y
para conseguirlo impulsaron campaas de divisin, en esto coinciden todos los
estudiosos del tema. Fue Patria Roja a travs de sus lderes campesinos el ms
firme defensor de la autonoma y la democracia en las Rondas Campesinas,
que muchos estudiosos por antipatriarojismo y por mezquindad poltica
pretenden desconocer, movidos hasta por intereses de otro tipo. Resulta
equivocado personalizar la creacin o fundacin de las Rondas Campesinas, las
masas producen con sus luchas logros colectivos y por mucho tiempo se ha
endiosado a ciertos individuos atribuyndoles las creacin o fundacin de las
Rondas, esta fueron creadas por iniciativa de los campesinos, pero a partir de
ah en adelante es la orientacin Poltica la que le da perspectiva, plataforma,
programa y hoy est demostrado que esta organizacin poltica es Patria Roja
que desde inicios de las rondas empieza a dar sus enfoques, a partir de la
realidad campesina. Destaca cuadros y forma militantes campesinos quienes
asumen la tarea de luchar contra la dictadura, los abusos y la injusticia de las
autoridades, y la transformacin Revolucionaria de la Sociedad. En sus
deliberaciones las rondas perfilan un nuevo poder, que ejercen con
democracia, autonoma e independencia; asumen el desarrollo local, la
propuesta agraria; ven que pueden saciar su sed de justicia, de vida nueva; su
prctica diaria enriquece la justicia campesina, se crean y recrean conceptos.
Quedando claro que en el Per deben existir o existen en la realidad dos tipos
de justicia: una urbana de las metrpolis y otra campesina, que crece
amparada en principios ancestrales consuetudinarios, que se sistematiza y
enriquece con los aportes que las sociedades y estados han dado al derecho.
Las Rondas fueron extendindose a lo largo y ancho del Per, gracias a su
eficacia y a la orientacin correcta de sus lderes y dirigentes. La dictadura
respondi con la persecucin a los dirigentes. Acusndolos de guerrilleros,
bandoleros, bandas armadas y otros eptetos que pretendieron
desprestigiar al movimiento, sin lograrlo. Su extensin y desarrollo fue posible
por el esfuerzo y sacrificio de militantes de Patria Roja y otros izquierdistas que
se trasladaron de un lugar a otro para constituir las nuevas organizaciones:
Daniel Idrogo, Agustn Snchez, Julio Cspedes, Oscar Snchez, Ulises
Gamonal, Dionisio Ramos, Armando LLamoctanta y otros, que luego
conformaran las Federaciones Ronderas. ( Orn Starin.1990 Con lo llanques
todo barro)
Las Rondas Campesinas desde su nacimiento, expresan en su organizacin y
esencia, contenidos nuevos, autogobierno y autodefensa, nueva democracia,
independencia poltica, frente nico, convicciones claras sobre nueva moral y
nueva sociedad; donde lo viejo sede a lo nuevo; se manifiesta una lucha
intensa entre lo caduco y el nuevo poder insurgente. La educacin campesina
se convierte en un torrente incontenible que hace temblar a los dominadores
de siempre.(Chota setiembre1985. I Congreso Departamental. Documentos)
Asimilan y dan continuidad a la cultura andina milenaria y sus leyes morales:
AMA SUA No seas ladrn AMA QUELLA No seas haragn, AMA LLULLA No seas
mentiroso, AMA MAQLLA No seas afeminado; AMA SIPIX No seas asesino.(Ulises
Gamonal 1988)
Las rondas campesinas surgen ante la incapacidad histrica del estado
burgus neo colonial, que no pudo articular y construir una sociedad sobre
bases democrticas y garantizar un mnimo de estabilidad, seguridad y justicia.
La desconfianza permanente de los campesinos en las autoridades en la
administracin de justicia es, en esencia, su desconfianza en el estado actual;
represivo, corrupto e inmoral. De ah su disposicin para actuar con iniciativa
propia, tomar las cosas en sus manos, hacerse justicia por sus propios medios
y a su manera; constituye un paso gigantesco, pues constituye la ruptura de
barreras ideolgicas que durante siglos los mantuvieron atados al poder
establecido. El reconocimiento de que slo confiando en sus propias fuerzas
estn en condiciones de encontrar una solucin a sus problemas. Se afirma
entonces como movimiento independiente, creativo, democrtico. Es decir
cargado de enormes potencialidades (Alberto Moreno 1990. Democracia
Directa)
Las rondas surgen como movimiento de protesta y propuesta, rompiendo el
esquema tradicional de los gremios agrarios, CNA, CCP y otros. Protesta porque
cuestionan el estado de cosas existente y propuesta porque dan inicio al
desarrollo local, aqu se encuentra la democracia participativa ms avanzada
que tres dcadas despus se trata de recoger en los llamados presupuestos
participativos, que en la prctica se han desnaturalizado, porque no se le
otorga el rol esencial a las organizaciones naturales del pueblo, sino se busca
controlarlas y slo cumplir ciertos parmetros por formalidad. La propuesta
rondera fue ms all de lo que muchos tericos y polticos pensaron. Es el
primer movimiento en defensa de los recursos naturales, el ecosistema y el
medio ambiente, los hechos histricos as lo demuestran. Que ONGs y otros no
los reconozcan es otro tema.
OPINIONES
Las Rondas Campesinas es el poder judicial del pueblo, que nace en las
enmaraadas de la regin andina del norte, crece y se desarrolla, da sus flores,
cuya fragancia agrada a todos, sus semillas de justicia y paz son esparcidas por
el viento, crecen fuertes y vigorosas en las estancias, caseros y comunidades
que es la admiracin de los propios y extraos de nuestra Patria. Segundo
Lozada M.
Las Rondas Campesinas surgen a fines de 1976, pasada la reforma agraria,
en una zona de caseros y estancias, donde antiguamente las haciendas haban
despojado de sus tierras a los antiguos pueblos originarios (...) Esto no signific
la desaparicin de la cultura andina. Desapareci la propiedad comunal de la
tierra, pero no las instituciones culturales andinas (...) muchos dicen, que las
rondas, por responder slo ante el abigeato, no tienen nada que ver con las
comunidades con los pueblos originarios, con los pueblos indgenas o con la
cultura andina. Eso es un gran error. (Raquel Irigoyen Fajardo.2002.Hacia una
Ley de Rondas)
HIMNO A LA RONDA

En los andes del norte peruano


Se alza el grito de la libertad,
Expresados por hombres y mujeres
Campesinos dispuesto a luchar.

Los ronderos del norte peruano


Expresamos nuestra lealtad,
a los hijos de Amrica Latina
con ejemplo por siempre luchar

Ya es tiempo que el monstruo tirano


Del sistema neoliberal,
Con honor, dignidad y coraje
Los ronderos sabremos derrotar

CORO

Lucharemos, lucharemos
Los ronderos sabremos luchar,
Lucharemos , lucharemos
Lucharemos por nuestra libertad.

En la sierra, la costa y la selva


Vigorosas las rondas estn,
Cual celosos vigilantes guardianes
de la vida y su propiedad.

Son los hombres , mujeres y nios


Todos juntos las rondas forjar,
Generando la paz con justicia
Patria libre el Per lo ser.

Autor: Prof. Segundo Lozada Mondragon

ESTATUTOS Y REGLAMENTO

CONTINUAR LA OBRA LIBERADORA DE CRISTO, DE NUESTRO MRTIRES

RONDEROS, AFIRMANDO LA UNIDAD MAS AMPLIA DEL CAMPESINADO EN LAS


RONDAS CAMPESINAS Y URBANAS DEL PERU.

POR UNA AUTENTICA DEMOCRACIA

PRESENTACIN.- Cumpliendo un deber patritico y fraterno hemos asumido la


tarea de est publicacin de los ESTATUTOS de la FEDERACION SUBREGIONAL
DE RONDAS CAMPESINAS DE JAEN, expresamos nuestros saludos fraternos a
todos los ronderos y ronderas del Nor Oriente Peruano, reafirmamos nuestro
compromiso de seguir firmes en nuestros principios y en las luchas del
campesinado hasta lograr sus ms precarias reinvindicaciones.
Deseamos que el presente documento sirva para contribuir al
mejoramiento de la administracin de Justicia as como mantener los principios
y fines de las Rondas Campesinas y elevar el conocimiento intelectual y toma
de conciencia de toda la poblacin Rondera.

Por una patria nueva, una democracia autntica


La liberacin empieza por desobedecer al opresor
VIVA LAS RONDAS CAMPESINAS DEL PERU

ESTATUTO DE RONDAS CAMPESINAS Y URBANAS

TTULO I.
CAPTULO I: DENOMINACIN, NOMBRE, DURACIN Y DOMICILIO.
ARTCULO 1.- La asociacin se denomina FEDERACIN SUB REGIONAL DE
RONDAS CAMPESINAS Y URBANAS SEDE JAEN y para efectos del presente
estatuto se le denomina LAS RONDAS CAMPESINAS.

ARTCULO 2.- El domicilio de las rondas campesinas se encuentra ubicado en la


cuidad de Jan. Av. Nor-Oriente 401-sector Monte Grande.

ARTCULO 3.- Las rondas campesinas tienen una duracin indeterminada.

CAPTULO II: DEFINICIN OBJETIVOS, FINES, CARCTER Y TAREAS.


ARTCULO4.- Las rondas campesinas es una organizacin popular y natural de
las masas rurales y urbanas, de las comunidades campesinas, caseros, centros
poblados , comunidades nativas y sectores urbanos, de la jurisdiccin de la
Sub-Regin de Jan; con capacidad, administrativa, ejecutiva legislativa, nica
y autogestionaria son creadas y reconocidas por las masas, adems tienen
amparo constitucional (art.149), legal (ley.27908) y se rigen por el presente
estatuto y el derecho de costumbre. As como los Estatutos Regionales.

ARTCULO 5.- Las rondas campesinas tienen como objetivos, velar:Por el


bienestar ciudadano, erradicando la delincuencia (chicos y delincuentes
grandes de cuello y corbata), la violencia y los delitos callejeros, disturbios,
entre otros , garantizar la verdadera Democracia, luchar por el progreso
sustentable, por la defensa de nuestro medio ambiente y todo lo que se
relacione con la proteccin de los derechos humanos. As mismo elevar la
conciencia cvica, democrtica, patritica de la poblacin Rondera , luchar por
una patria nueva donde el pueblo se autogobierne garantizando la paz con
fruto de la justicia social, la soberana, independencia e identidad cultural y
nacional.

ARTCULO 6.- Las caractersticas principales de las rondas campesinas es: la


independencia y su autonoma, la democracia, la autoproteccin, el
patriotismo, el frente nico, la solidaridad, la moralidad, el auto-sostenimiento
econmico y la autogestin.
Las rondas campesinas es patrimonio del pueblo, surgido por su necesidad y
libre determinacin de las masas. No son dependientes de ninguna institucin
estatal, mantienen sus relaciones con entidades polticas, religiosas y
culturales del campo popular en trminos de fraternidad e igualdad, de
respeto, de solidaridad y beneficio mutuo. Garantizan el orden interno, la
armona y cautela la seguridad en su jurisdiccin. Las rondas campesinas
aspira y lucha por una patria nueva, soberana, justa y prspera, por eso, en el
seno de las Rondas Campesinas se agrupan sin distincin de filiacin poltica,
de factores religiosos, raciales o culturales. Todos son libres de actuar y de
opinar, siempre y cuando no afecten los intereses da las mayoras y de la
Patria.

CAPTULO III: SOBRE LOS MANDAMIENTOS DEL RONDERO.

ARTCULO 7.- Los mandamientos son para el rondero como el cordel para el
albail, rige todas sus acciones. Son principios normativos basados en una
moral nueva, al servicio de las masas y en procura de forjar una sociedad con
una nueva democracia.
Estos son los Diez Mandamientos a saber:
1. Continuar la obra liberadora de Cristo, Tupac Amaru, Micaela Bastidas y de
Jos Carlos Maritegui para hacer de nuestro Per una sociedad para las
mayoras, donde el pueblo se autogobierne y garantice la paz, como fruto de la
justicia social, democracia, progreso, soberana nacional e integridad territorial.
2. Nada bueno esperar de los gobiernos de los opresores. Toda confianza y
apoyo a las masas y las rondas campesinas y urbanas.
3. La justicia no se mendiga a los opresores; se conquista con la accin
organizada de las masas.
4. Los campesinos unidos haremos mucho; aliados con la poblacin urbana,
conquistaremos todo.
5. Los ronderos debemos amar al campesinado y al pueblo ms que a nosotros
mismos y debemos trabajar con ellos sin esperar recompensa.
6. Los ronderos debemos ser los primeros en la lucha y los ltimos en el
beneficio; los dirigentes debemos predicar con el ejemplo.
7. No robar una aguja, ni un manojo de hierba, ser laboriosos, no mentir y
respetar la cultura comunal.
8. Combatir la corrupcin y el soborno sancionando con firmeza a los
participantes.
9. Hacer todo con las masas, nada sin ellas y afirmar la igualdad de derechos
entre el hombre y la mujer.
10.Todo rondero se somete a los acuerdos de su base, las minoras a las
mayoras, los organismos inferiores a los superiores y toda la organizacin a la
direccin nacional entre encuentro y encuentro.

TTULO II.

CAPTULO I: LOS RONDEROS y RONDERAS.

ARTCULO 8.- Los deberes de todo rondero y rondera son:


A. Cumplir y hacer cumplir el presente estatuto y las resoluciones de los
rganos de direccin.
B. Defender y respetar los bienes de las comunidades, contra los robos y
abusos.
C. Defender los derechos de toda la familia rondera sobre todos de los
nios, nias, de los ancianos, viudas e invlidos.
D. Los ronderos e instituciones que posean grandes propiedades o se ocupen
en actividades de lucro, aportaran con una cuota especial determinada por la
Asamblea General.
E. Practicar la ayuda mutua y la solidaridad con las personas mas
necesitadas o que estn en desgracia, sean ronderos o no.
F. Participar activamente en las Asambleas Generales en las escuelas
ronderas, congresos, medidas de lucha y en la realizacin de trabajos
comunales. Asistir a las asambleas y asumir las tareas.
G. Auxiliar en cualquier momento, con recursos econmicos, materiales y
humanos a los ronderos y ronderas, que se encuentran en peligro o desgracia.
H. Jams faltar a la palabra empeada y devolver todo lo prestado.
I. Fomentar el prestigio de las rondas campesinas, combatir y denunciar
todo tipo de errores y abusos.
J. Respetar y apoyar a los dirigentes, proporcionales las condiciones
necesarias para el cumplimiento de sus tareas.
K. Todo rondero debe reconocer sus errores, aceptar la sancin y orientacin
que se le da, y comprometerse a superarlos en la prctica. La crtica y la
autocrtica debe tener carcter educativo.
L. Constituir los comits femeninos de las rondas, coordinar con los
profesores para la constitucin de las rondas escolares.
M. Toda familia rondera abonara ordinariamente una cuota de dinero en
especial para gastos institucionales.
N. Si una persona tiene propiedades en dos o ms sectores debe ser servicio
obligatorio de ronda en el sector donde mas vive y colaborar en los otros.
O. Toda persona que reside en la ciudad y tiene sus
Propiedades en el campo debe participar con un
Reemplazante, lo mismo harn los comerciantes cuando estn de viaje.

ARTCULO 9.- Los derechos de todo rondero son:


A. Toda familia rondera debe ser protegida y defendida.
B. Todo los ronderos tienen derecho a la defensa de su vida y su propiedad
en caso de peligro, provocacin o enfrentamiento por parte de los enemigos
del progreso y de la justicia.
C. Tener voz y voto en las Asambleas Generales. elegir o ser elegido a
cualquier cargo o comisin de trabajo.
D. Nadie debe ser marginado u oprimido por razones de sus ideas polticas o
creencias religiosas. cada uno es libre de hacerlo, siempre y cuando no afecten
a los intereses del pueblo y de la patria. no se aceptan privilegios por razones
de cargos o poder econmico.
E. Toda persona que haya cometido un error por desconocimiento y otra
razn, tiene derecho a ser escuchado y a rectificarse.
F. Los abigeos y amarillos reeducados tiene derecho a ser considerado
como todo rondero.
G. En las festividades religiosas, sociales, deportivas, culturales, etc. de la
comunidad, quedan prohibidos los escndalos y peleas. El comit de rondas
definir los mecanismos para garantizar la seguridad y el orden interno.
H. Todo rondero o rondera tiene derecho a una credencial para identificarse
como tales.
I. Las personas que incumplan reiteradamente su servicio de ronda, las
tareas asignadas y no colaboran econmicamente pierden sus derechos.

ARTCULO 10.- Las rondas campesinas estn formadas por todos los miembros
de la familia rondera (hombres, mujeres, nios y nias, jvenes y ancianos) de
los caseros y comunidades campesinas, nativas y urbanas. Unidos forjan un
nuevo ordenamiento social, defienden sus intereses en forman permanente y
organizada.

ARTCULO 11.-Realizan servicios de ronda, obligatoriamente los varones de 17


a 60 aos de edad, fsica y mentalmente hbiles, lo mismo que los varones
emancipados.
Los menores de 17 y mayores de 60 aos de edad, as como las mujeres son
reserva permanentes de las rondas y pueden hacer este servicio en forma
voluntaria.

ARTCULO 12.- De las funciones y atribuciones del grupo de rondas: Cada grupo
esta integrado de acuerdo a la cantidad del personal activo de cada base y
segn las necesidades de cada jurisdiccin. Generalmente est constituido de
6 a 8 miembros, con un responsable denominado jefe, elegido por la
Asamblea General de ronda. Su servicio es ordinario una vez a la semana de 8
p.m. a 4 a.m. pudiendo ampliarse en caso de emergencia y permaneciendo en
plena vigilancia diurna en el sector bajo responsabilidad. Las funciones y
atribuciones del grupo de ronda en servicio son:
A. Velar por los bienes comunales, pblicos y particulares como de la
integridad del vecindario y de sus dirigentes tanto en el da como en la noche.
B. Ir a firmar el cuaderno de control o diario de la ronda en la casa del
delegado o Sub delegado. Se cumple esta obligacin al entrar y salir del
servicio.
C. Realizar vigilancia activa en cada sector sin perturbar a los moradores.
D. Deben auxiliar a las familias ronderas que afrontan algn problema o
sufran algn peligro, ayudar a los forasteros y peregrinos identificados y
detener a los sospechosos, delincuentes o gente de mal vivir.
E. Las rondas harn uso de la autoproteccin cuando hay peligro o
enfrentamiento por parte de los enemigos del campesinado y del pueblo.
F. En coordinacin con la secretara de autodefensa y las alarmas
convenidas deben movilizarse todas las masas para ser frente a cualquier
agresin que sufra la comunidad.
G. Capturar a cualquier infractor y ponerlo a disposicin del Consejo Directivo
y de la Asamblea General, nicas que pueden determinar sanciones.
H. Los jefes de grupo de los sectores de la misma comunidad estn
facultados para coordinar mecanismos que garanticen la vigilancia colectiva,
con el santo y sea y las normas de seguridad durante los servicios de ronda.
I. Cuando sucede un robo procede el rastreo y seguimiento inmediato por
una comisin de la estancia o barrio afectado y de otros cercanos.
J. Para entrar a otra comunidad, a realizar investigaciones, recuperar
prdidas o capturar delincuentes, se har de conocimiento al consejo directivo
de la respectiva jurisdiccin y se solicitar su colaboracin.
K. Cuidar la disciplina y el orden en cualquier actividad de ronda.
L. El grupo de ronda debe coordinar con los Consejos Directivos y comits
femeninos para realizar redadas y capturar a los amarillos morosos,
soplones, vagos, etc. a fin de que cumplan su servicio de ronda y las sanciones
aprobadas.
M. El jefe de grupo debe informar en las Asambleas Generales sobre el
comportamiento de su personal y la labor realizada.
TTULO III
CAPTULO I: BIENES QUE INTEGRAN EL PATRIMONIO DE LAS BASES.
ARTCULO 13.- Integra el patrimonio de las rondas campesinas, el capital que
arroje sus balances y su patrimonio se basa en el principio de auto-
sostenimiento econmico, es decir se apoya en sus propios esfuerzos para
cubrir los gastos que demanda la marcha institucional mediante una economa
independiente y colectiva; mediante donaciones de terceros, entre otros. Las
rondas campesinas no persiguen fines de lucro.

TTULO IV

CAPTULO I.- DE LOS ORGANOS DE GOBIERNO:


1. La Asamblea General de las rondas campesinas.
2. Consejo Directivo.

ARTCUL0 14.- La Asamblea General de las Rondas campesinas es la instancia


fundamental donde tambin se pone en prctica la libertad, la solidaridad y la
justicia. All se toman los acuerdos y decisiones para la conduccin de la
organizacin. La Asamblea General es la reunin de todos los ronderos. La
Asamblea General tiene las siguientes atribuciones:
A. Ventilar y solucionar todo tipo de litigios y problemas de sus miembros y a la
luz del presente estatuto.
Las decisiones de la asamblea es ley obligatoria para todos por constituir un
mandato popular.
B. Es la instancia que elige a los dirigentes y autoridades de la comunidad. Los
fiscaliza, evala, critica, sanciona o estimula a los ronderos.
C. La Asamblea General se constituye en el tribunal popular y da el mandato
de la juramentacin de los consejos directivos y de autoridades de la
comunidad o casero.
D. Solo la Asamblea General tiene la potestad de dictar y aplicar
sanciones a las personas que delinquen y a los enemigos de las rondas
campesinas y urbanas.
E. La Asamblea General ordinaria se realiza en forma obligatoria para todos
sus miembros.
F. La Asamblea General es quien controla mensualmente el servicio de ronda
y da las sanciones pertinentes.
G. La Asamblea General de aniversario se denomina: Asamblea de Honor
Ronderil en el que, luego del himno patrio se dar cuenta de la memoria anual,
se entregarn estmulos a los ronderos y ronderas que han sobresalido en el
ao, se entregarn instrumentos de autoproteccin a los ronderos integrantes,
entre otros puntos de este acto solemne.
H. Aprobar el plan de trabajo que el Consejo Directivo someta a su
consideracin o las iniciativas que propongan la masa ronderil.
I. Todos los dems asuntos que hubiesen sido materia de la convocatoria.

ARTCULO 15.- La asamblea general extraordinaria se reunir conforme a las


necesidades de las rondas campesinas .
Podr reunirse la Asamblea General en reuniones extraordinarias para resolver
sobre las modificaciones del estatuto, la disolucin de la asociacin y cualquier
otro objeto relacionado o necesario en el desarrollo de las rondas campesinas,
siempre que no sea competencia de otros rganos.

ARTCULO 16.- Son atribuciones general de la Asamblea General extraordinaria:


A. Modificar el estatuto de las rondas campesinas.
B. Aprobar y modificar reglamentos internos.
C. Disponer auditorias, balances e investigaciones.
D. Adquirir, transferir, comprar y vender o gravar bienes muebles o inmuebles
o derechos sobre ellos; hipotecar, dar prenda y solicitar garantas, aval o
fianzas.
E. Aprobar operaciones de prstamo y crditos con garantas o que
comprometan el patrimonio institucional.
F. Los dems anuncios que hubiesen sido materia de agenda especfica.

ARTCULO 17.- Para la validez de las reuniones de la Asamblea General se


requiere, en primera convocatoria, la concurrencia ms de la mitad de
asociados. En segunda convocatoria, basta la presencia de cualquier de
pluralidad de asociados.

ARTCULO 18.- Para modificar el estatuto o disolver las rondas campesinas se


requiere, en primera convocatoria, la asistencia ms de la mitad de asociados.
En segunda convocatoria los acuerdos que adoptan con la pluralidad de
asociados que asistan.

ARTCULO 19.- Las convocatorias a reuniones de Asamblea General podr


hacerse mediante esquema o aviso de convocatoria remitido al domicilio
respectivo, registrado en el libro de padrn de socios. Para la primera
convocatoria, entre la recepcin de la citacin y la celebracin de la misma
debern mediar diez das naturales, cuando se trate de reunin ordinaria; y
tres das naturales para la reunin extraordinaria.

ARTCULO 20.- No ser necesaria convocatoria alguna, si se encuentran


presentes la totalidad de los miembros de las rondas campesinas, si estos
dejan constancia en el acta respectiva su deseo de reunirse en Asamblea.

ARTCULO 21.- Consejo Directivo es la base o cimiento sobre el que se edifica o


desarrolla la ronda campesina y urbana. Entre sus miembros se deben afecto,
solidaridad, respeto y fidelidad. Los grupos de rondas son los ojos y odos de
las comunidades, caseros o barrios populares.

ARTCULO 22.- El Consejo Directivo tiene los siguientes cargos: Presidente, Vice
Presidente, Secretario de Actas y Prensa, Tesorero, Secretario de Organizacin,
Secretario de Educacin, Secretario de Derechos Humanos, Secretario de
Justicia y Disciplina, Secretario de Asuntos Femeninos, Secretario de Rondas
Urbanas; y su plazo de duracin es de dos aos cada uno.

ARTCULO 23.- El Consejo Directivo se reunir cada cuatro meses o cuando el


caso lo requiera y sus acuerdos debern constar en un libro de actas.

ARTCULO 24.- Son atribuciones del Consejo Directivo las siguientes:


A. Establecer las directivas de las rondas campesinas.
B. Considerar el informe anual sobre la marcha y ejecucin de los proyectos
de las rondas campesinas.
C. Proponer a la Asamblea General las reformas y modificaciones del
presente estatuto.
D. Cualquier otra atribucin que no sea privativa de la Asamblea General.

ARTCULO 25.- El presidente es el responsable de la direccin y conduccin ,


representante legal de las rondas campesinas, ejercer representacin
especial, desempeara la administracin social, la representacin judicial,
comercial y administrativa, es elegido democrticamente en asamblea general,
debe reunir requisitos morales y de ejemplo en la comunidad, puede ser
revocado cuando incumpla el Estatuto o las tareas aprobadas; que gozar para
el desempeo de sus funciones de las siguientes facultades a sola firma:
A. Representar a las rondas campesinas, para la ejecucin de toda clase de
actos y contratos que constituyan su objeto social.
B. Dirigir las operaciones administrativas y de ejecucin de las obras que se
programen. Otorga las escrituras pblicas correspondientes a actos jurdicos y
contratos que hayan sido aprobados.
C. Representar a las rondas campesinas, ante toda clase de autoridades,
sean polticas, civiles, administrativas, de trabajo, municipales y judiciales,
gozando para efecto de las facultades sealadas en los artculos 74 y 75 del
cdigo procesal civil; representando ante las autoridades y juzgados civiles,
penales, de trabajo, en los procedimientos judiciales y administrativos en
general, de relaciones colectivas e individuales de trabajo, arbitraje laboral,
procedimiento de cese individual o colectivo de trabajadores.
Podr decidir el inicio, formacin y continuacin de procedimientos judiciales
y/o administrativos, iniciar y contestar toda clase de acciones y procesos
contenciosos y no contenciosos; prueba anticipada, intervencin con terceros
en juicio, entablar reconsideraciones , solicitar medidas cautelares y ofrecer
cautela contra juratoria, desistirse del proceso, de actos procsales o de
algunas pretensiones, allanarse a la pretensin, reconocer la demanda,
conciliar o transigir la causa; solicitar la entrega de consignaciones judiciales;
siendo de aplicacin estas facultades a toda clase de acciones civiles,
laborales, penales y de cualquier otra naturaleza, entendindose todas estas
facultades sin lmites, ni ser tachados de insuficientes.

Podr delegar este poder la representacin judicial total o parcialmente, instruir


sus facultades de representacin en juicios y procedimientos administrativos,
con las facultades del mandato y las especiales que considere necesarias, a
favor de terceros, revocando dichas sustituciones y reasumiendo sus facultades
cuantas veces lo cree conveniente.
D. Nombrar, contratar, fiscalizar, suspender, reemplazar, separar a
trabajadores, asesores, consultores, obras y servicios, igualmente podr fijar
honorarios, remuneraciones, beneficios y condiciones de trabajo.
E. Ordenar cobros y pagos. Cobrar y hacer efectiva deudas y obligaciones de
terceros a favor de las rondas campesinas. Los recibos y las cancelaciones
correspondientes, sea por documento privado o escritura pblica.
F. Intervenir como representante en los actos y contratos que la asociacin
celebre, en especial de compra - venta, alquiler de inmueble y arrendamiento
financiero.
G. Celebrar todo tipo de contrato a nombre de las rondas campesinas, incluso
los que impliquen disposicin de bienes que constituyen su activo fijo.
H. Celebrar contratos de comodato y/o arrendamiento activo o pasivamente,
de bienes muebles e inmuebles o derechos sobre indeterminado, fijando en
cada caso las estipulaciones pendientes: cobrar judicial o extrajudicialmente
los arrendamientos o derechos y seguir los juicios de aviso de despedida y/o
desahucio y dems que fueren necesario.
I. Podr solicitar, acordar, contratar y verificar las operaciones de prstamo
y crditos con o sin garanta.
Podr abrir, transferir y cerrar cuentas corrientes bancarias y solicitar
sobregiros o crditos en cuenta corriente; girar, endosar, protestar, ejecutar y
cobrar cheques de cualquier ndole; girar, aceptar, avalar, descontar, negociar
y cobrar letras de cambio, vales, pagares, giros y cualquier otro ttulo valor o
documento de crdito.
J. Asumir las dems facultades que se le otorgue mediante Junta General de
Ronderos.

ARTCULO 26.- El vicepresidente: har las veces de el Presidente cuando este


se encuentre ausente sea cual fuere la circunstancias o cuando se le delegue
dicha facultad. Adems apoya a las secretaras en el cumplimiento de su
trabajo, debe tener una estrecha relacin con el presidente y compartir las
responsabilidades.

ARTCULO 27.- El Secretario de Actas y de Prensa: se encarga de redactar,


llevar y cuidar los libros de actas de las rondas campesinas, acompaando su
firma a la del Presidente, as mismo se encarga de difundir todos los acuerdos
tomados a los dems ronderos y ronderas.

ARTCULO 28.- El Tesorero: har una estricta, clara y detallada contabilidad de


los fondos ronderiles. Todos los ingresos deben estar estrictamente
documentados.
Mensualmente y cuando la Asamblea General lo solicite deber rendir cuentas
y a fin de cada ao debe realizar un balance y lo publicar.

ARTCULO 29.- Secretario de Organizacin: se encarga de tener actualizado los


padrones de ronderos y ronderas, tiene el control de los grupos de ronda,
deber coordinar con el gobierno local, sobre los presupuestos participativos y
planes estratgicos que son temas nuevos y de importancia. Su obligacin de
preparar y organizar al pueblo en la participacin activa de la comunidad,
ponen la disciplinas en las asambleas, movilizaciones, trabajos comunales, etc.
Tambin apoyan a los grupos de rondas para capturar a amarillos, arrestar
delincuentes y aplicar la disciplina de masas.

ARTCULO 30.- Secretario de Educacin: se encargar de impulsar y desarrollar


la auto educacin campesina y popular al servicio de la transformacin integral
de nuestra patria y de la Regin.
ARTCULO 31.- Secretario de Derechos Humanos: se encargar de contribuir a
la defensa irrestricta de los derechos humanos de la persona y los intereses del
pueblo.

ARTCULO 32.- Secretario de Justicia y Disciplina: es el encargado de la justicia


rondera, popular Y democrtica, basados exclusivamente en los ESTATUTOS, en
el derecho consuetudinario , con la prctica aquel que comete el error es
llevado a la ronda para ser corregido y reeducarlo para ser til a la sociedad,
est autorizado para que en coordinacin con el presidente de la base, soliciten
previa informacin al inicio del proyecto , durante el desarrollo y al finalizar
dicho proyecto, coordinar con los comits de vaso de leche, comedores y club
de madres a fin de efectivizar su trabajo que beneficie en forma colectiva y
razonable.

ARTCULO 33.- Secretario de Rondas Urbanas: se encarga de consolidar las


rondas campesinas y urbanas en la ciudad de Jan; impulsar la organizacin de
las rondas urbanas en todos los barrios de las ciudades de la Sub Regin.

ARTIULO 34.- Secretaria de defensa de la mujer, del nio y adolescentes: se


encargar de impulsar la ms amplia participacin de las mujeres porque a
mayor participacin de las mismas menor responsabilidad individual; mayor
seguridad para el cumplimiento de los valores morales en la familia,
propiciando una cultura de paz y armona.

CAPITULO II. DE LA ELECCIN DE LOS ORGANOS DE GOBIERNO.

ARTICULO: 35.- Para elegir el consejo directivo de cualquiera de sus niveles, se


llevar a cabo mediante un proceso de seleccin y plena participacin
democrtica activa y directa, siguiendo el proceso siguiente:

A.- Para elegir al consejo directivo del comit de base de rondas campesinas,
cada grupo de ronda har llegar a la asamblea general sus propuestas de 2 0 3
precandidatos, dispuestos asumir la responsabilidad que la asamblea le asigne
dentro del consejo directivo.
B.- Para la eleccin del consejo directivo del comit sectorial de rondas
campesinas ( CC.ZZ), cada comit de base en asamblea general elegirn 2 0 3
precandidatos que tenga experiencia ronderil de cuatro aos como mnimo.
Para la seleccin de candidaturas debe considerarse un perfil de rondero: que
tenga solvencia moral y voluntad de servicio, haber demostrado
ejemplarmente su trabajo activo y capacidad para dirigir, conducir y resolver
conflictos, y otros que acuerde la asamblea general. Para la eleccin deber
aplicarse el principio de equidad y equilibrio de fuerzas, cada bases deber
asistir con la misma cantidad de delegados plenos con derecho a elegir y ser
elegidos incluyendo los precandidatos.

C.- Para la eleccin de la junta directiva y/o consejo directivo de las


Federaciones Distritales de las rondas campesinas y urbanas, se llevar el
mismo procedimiento, donde cada comit sectorial en asamblea general
elegir sus precandidatos necesarios, con experiencia ronderil de 4 aos de
rondero activo y haber desempeado cargos directivos en su base o sectorial,
se presentar al congreso distrital de rondas campesinas y as elegir los
miembros directivos del consejo directivo de la Federacin Distrital; de igual
forma se llevar el mismo proceso para elegir los consejos directivos de las
Federaciones Provinciales y dems organismos jerrquicos de las Rondas
Campesinas de la Regin, teniendo en cuenta experiencia de dirigencia y
tiempo de servicio de rondero activo con conducta moral ante las masas.

TTULO IV.

CAPTULO I. DE LA MODIFICACIN DEL ESTATUTO.

ARTCULO 36.- Cualquier modificacin del estatuto ser aprobada en la


Asamblea general.

CAPTULO IV. DE LA DISOLUCIN Y LIQUIDACIN DE LAS RONDAS.

ARTCULO 38.- Las rondas campesinas se disuelven de pleno derecho, cuando


no pueda funcionar de acuerdo a las normas del presente estatuto.

ARTCULO 39.- En los casos de extincin, disolucin o liquidacin de las rondas


campesinas, sus bienes y patrimonios pasarn a otra identidad de los mismos
fines y condiciones.
ARTCULO 40.- En todo lo no previsto por el presente estatuto, regirn las
disposiciones contenidas en el cdigo civil y leyes conexas.

DISPOSICIN DE TRANSITORIA:

PRIMERO.- El lema de las rondas campesinas por paz con justicia, democracia,
autonoma, desarrollo regional y soberana nacional.

SEGUNDO.- El smbolo de las rondas campesinas y estar constituido por los


rostros de Jesucristo, Tpac Amaru y Jos Carlos Mariategui.

TERCERO.- El Consejo Directivo de una base, sectorial est integrada de la


siguiente manera:
Presidente.
Vice presidente.
Secretario de Actas.
Secretario de Economa.
Secretario de Organizacin.
Secretario de Disciplina.
Secretario de Justicia Campesina.
Secretario de Derechos Humanos.
Secretaria de defensa de la mujer
Secretario de Prensa, Recreacin y Cultura.
Secretara de Ecologa y Medio Ambiente.

REGLAMENTO DE LA LEY DE RONDAS CAMPESINAs


DECRETO SUPREMO No 25-2003-JUS.
EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA:

CONSIDERANDO:

Que, mediante Ley No 27908 se promulg la Ley de las Rondas Campesinas,


la que reconoce personalidad jurdica a las Rondas Campesinas como Forma
AUTONOMA Y DEMOCRATICA de organizacin Comunal;

Que, a fin de cumplir con lo dispuesto en la referida Ley, el Poder Ejecutivo


conform una comisin Multisectorial encargada de elaborar el proyecto del
Reglamento de la Ley de Rondas Campesinas, el que fue sometido a consulta
ciudadana mediante su prepublicacin en el Diario Oficial El Peruano dispuesta
mediante Resolucin Ministerial No 362-2003-JUS de fecha 29 de diciembre del
20003, cuyo plazo fue ampliado mediante Resolucin Ministerial No 380-2003-
JUS de fecha 22 de octubre del 2003.

Que, como resultado de la prepublicacin se han recibido sugerencias de


diversas entidades pblicas y privadas, las mismas que han sido consideradas
para la elaboracin del proyecto de Reglamento;

De conformidad con lo dispuesto en el inciso del artculo 118 de la


Constitucin Poltica y la ley No 2790-ley de Rondas Campesinas:

DECRETA:

Art. 1.- Aprobacin del Reglamento: Aprubese el Reglamento de la ley de las


Rondas Campesinas-ley 27908, que consta de tres (3) ttulos, veintitrs
(23)artculos, tres(3) disposiciones complementarias y una (1) disposicin
transitoria .

Art. 2.- Refrendo: El presente Decreto Supremo ser refrendado por el


Presidente del Consejo de Ministros , la Ministra de la Mujer y Desarrollo SOCAL,
el Ministro de Justicia, el Ministro de Agricultura, el Ministro de Defensa y el
Ministro del Interior.

TITULO I

DISPOSICIONES GENERALES

CAPITULO 1:

OBJETO Y FINALIDAD

Articulo 1.- OBJETO: El presente Reglamento tiene por objeto establecer las
normas y procedimientos que deben regir la Organizacin y Funciones de las
Rondas Campesinas reconocidas por ley 27908.

Artculo 2.- Definicin de Rondas Campesinas o Comunal: Son Rondas


Campesinas, las organizaciones sociales integradas por pobladores rurales, as
como las integradas por miembros de las comunidades, dentro del mbito
rural. Son Rondas Comunales, las organizaciones sociales integradas por
miembros de las Comunidades nativas.

Artculo 3.- Finalidad de la Ronda Campesina o Ronda Comunal: La Ronda


Campesina o Ronda Comunal, tiene por finalidad contribuir al desarrollo, la
seguridad, la moral, la justicia y la paz social dentro de su mbito territorial, sin
discriminacin de ninguna ndole, conforme a la Constitucin y a las leyes.
Colaboran en la solucin de conflictos y realizan funciones de conciliacin
extrajudicial.

Las Rondas constituidas al interior de las Comunidades Campesinas o Nativas,


colaboran con estas en el desempeo de sus funciones jurisdiccionales.

Artculo 4.- Respeto a las Costumbres y Normas Comunales: Los integrantes de


las Rondas Campesinas o Randas comunales, en el cumplimiento de sus
deberes y funciones y en el ejercicio del derecho Consuetudinario, gozan del
respeto de su cultura y sus costumbres, por parte de la autoridad y de la
sociedad, siempre que no violen los derechos fundamentales de la persona
consagrados en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, en el
Convenio OIT 169, EN LA constitucin poltica y las leyes.

Artculo 5.- mbito de Accin: Las Comunidades Campesinas y Comunidades


Nativas, estn facultadas a constituir dentro del mbito de su territorio, una
sola Ronda Campesina o Rondas Comunal, segn corresponda, la que forma y
sostiene a iniciativa exclusiva de la propia comunidad y se sujetas a su
Estatuto, y a lo que la Ronda Campesina o Ronda Comunal est subordinada.

Fuera del mbito territorial de las Comunidades Campesinas o Nativa, el


mbito territorial mnimo para la conformacin de una Ronda Campesina ser
el que corresponde al de un casero. Entindase por casero lo dispuesto por el
DS. No 019-2003-PCM.

CAPITULO II

CONSTITUCION Y ACREDITACION DE LA RONDA CAMPESINA O RONDA


COMUNAL.

Artculo 6.- De la Constitucin: En las Comunidades Campesinas o


Comunidades Nativas, la Ronda Campesina o Ronda Comunal se constituye por
decisin del mximo rgano de gobierno de la Comunidad Campesinas o
Comunidad Nativa, adoptado de acuerdo a su Estatuto.

En los caseros u otros centros poblados, la Ronda Campesina se constituye


por decisin de los pobladores reunidos en asamblea general. El juez de paz
correspondiente da fe de esta asamblea.

Artculo 7.- Del Estatuto: La Ronda Campesina o Ronda Comunal, ejerciendo su


Autonoma, elabora su Estatuto y lo aprueba en Asamblea General. De la
misma forma se proceder para la modificacin del Estatuto.
El Estatuto debe contener , como mnimo:

1.-La Denominacin , duracin y domicilio de la Ronda Campesina.


2.-Los fines.
3.-La constitucin y funcionamiento de la asamblea general consejo directivo y
dems rganos.
4.-Las condiciones para la admisin, renuncia y exclusin de sus miembros.
5.-Los derechos y deberes de los ronderos y ronderas.
6.-Los requisitos para su modificacin.
7.-Las normas para la disolucin y liquidacin de la Ronda y las relativas al
destino final de sus bienes.

Artculo 8.- Del Empadronamiento: Los miembros de la Comunidad Campesina,


Comunidad Nativa, as como los pobladores de caseros u otros centros
poblados, que decidan integrarse como Ronderos y Ronderas la Comunidad
Campesina o Comunidad Nativa, casero u otro centro poblado a que
pertenecen.

El empadronamiento se realiza cumpliendo los requisitos sealados en el


Artculo18 del presente Reglamento.

CAPITULO III.

DE LA INSCRIPCIN REGISTRAL

Artculo 9.- De la inscripcin: Las Rondas Campesinas o Rondas Comunales


se escriben en el Libro de Rondas Campesinas a cargo de la SUNARP.

La SUNARP decidir las medidas complementarias necesarias para su


implementacin y funcionamiento.

Artculo 10.- De la inscripcin Registro de Rondas Campesinas o Rondas


Comunales: Para su inscripcin en el libro de Rondas Campesinas, la Ronda
Campesina o Ronda Comunal, presentar a la oficina Registral correspondiente
una solicitud acompaado para el efecto:

1. Copia certificada del Acta donde conste:

La constitucin de la Ronda Campesina o Ronda Comunal.


La aprobacin del ESTATUTO de la Ronda Campesina o Ronda Comunal as
como su texto ntegro.

. Designacin de la primera Junta Directiva.

2. Copia certificada del Padrn de Ronderos y Ronderas.

3. Plano Perimtrico de su radio de accin.


Artculo 11.- Comunicacin con fines de Coordinacin: La Ronda Campesina o
Ronda Comunal, una vez inscrita en Registros Pblicos, comunica a la
Municipalidad correspondiente, su constitucin social, con fines de
coordinacin.

CAPITULO IV

DE LAS FUNCIONES DE LA RONDA CAMPESINA Y RONDA COMUNAL

Artculo 12.- De las funciones: Son funciones de la Ronda campesina y Ronda


Comunal, las siguientes:

a) Contribuir a la defensa de la integridad fsica, moral y cultural de los


miembros de la Comunidad Campesina, de la Comunidad Nativa, del casero u
otro centro poblado, para mantener la paz y seguridad de la poblacin, as
como contribuir con el progreso de su pueblo.
b) Contribuir a garantizar el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de
los deberes de los miembros de la comunidad Campesina, de la Comunidad
Nativa, del casero u otro centro poblado al que pertenecen, de conformidad
dela Constitucin y las leyes.

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