Apuntes de La Revolucion Francesa
Apuntes de La Revolucion Francesa
Apuntes de La Revolucion Francesa
Aunque antes de la revolucin hubo mujeres que desde una posicin individual plantearon reivindicaciones en
pro de la igualdad femenina (un ejemplo es la ilustrada espaola Josefa Amar con sus libros Importancia de la
instruccin que conviene dar a las mujeres (1784) o el Discurso sobre la educacin fsica y moral de las
mujeres (1769)), hubo que esperar a la Revolucin Francesa para que la voz de las mujeres empezara a
expresarse de manera colectiva.
Entre los ilustrados franceses que elaboraron el programa ideolgico de la revolucin destaca la figura
de Condorcet (1743-1794), quien en su obra Bosquejo de una tabla histrica de los progresos del Espritu
Humano (1743) reclam el reconocimiento del papel social de la mujer. Condorcet comparaba la condicin
social de las mujeres de su poca con la de los esclavos.
Tras el triunfo de la revolucin en 1789 pronto surgi una contradiccin evidente: una revolucin que basaba
su justificacin en la idea universal de la igualdad natural y poltica de los seres humanos ("Libert, Egalit,
Fraternit"), negaba el acceso de las mujeres, la mitad de la poblacin, a los derechos polticos, lo que en
realidad significaba negar su libertad y su igualdad respecto al resto de los individuos.
"El hbito puede llegar a familiarizar a los hombres con la violacin de sus derechos naturales, hasta el
extremo de que no se encontrar a nadie de entre los que los han perdido que piense siquiera en reclamarlo,
ni crea haber sido objeto de una injusticia.
(...) Por ejemplo, no han violado todos ellos el principio de la igualdad de derechos al privar, con tanta
irreflexin a la mitad del gnero humano del de concurrir a la formacin de las leyes, es decir, excluyendo a
las mujeres del derecho de ciudadana? Puede existir una prueba ms evidente del poder que crea el hbito
incluso cerca de los hombres eruditos, que el de ver invocar el principio de la igualdad de derechos (...) y de
olvidarlo con respecto a doce millones de mujeres?"
Condorcet
"Essai sur ladmission des femmes au droit de cit", 1790
en PAULE-MARIE DUHET
Las Mujeres y la Revolucin
Barcelona, 1974 Ed. Pennsula
La autora teatral y activista revolucionaria Olimpia de Gouges (1748-1793) fue la protagonista de la
contestacin femenina. En 1791 public la Declaracin de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791)
que era, de hecho, un calco de la Declaracin de Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la
Asamblea Nacional en agosto de 1789.
La comparacin entre ambos textos es esclarecedora:
"Los representantes del pueblo francs, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la
ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las nicas causas de los males
pblicos y de la corrupcin de los gobiernos (...) reconocen y declaran (...) los siguientes derechos del
hombre y del ciudadano.
Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nacin, piden ser constituidas en Asamblea
Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las
nicas causas de las desgracias pblicas y de la corrupcin de los gobiernos, han resuelto exponer en
una solemne declaracin los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (...)"
Para ver el grfico seleccione la opcin "Descargar" del men superior
Parafraseando el gran documento programtico de la revolucin, Olimpia de Gouges denunciaba que la
revolucin hubiera olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador.
As afirmaba que la "mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos" y que "la Ley debe ser
la expresin de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o
por medio de sus representantes, a su formacin".
El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos polticos, especialmente el
derecho de voto, para las mujeres.
Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigan la revolucin, incluso
entre los ms radicales de ellos.
"Los enrags (faccin ms radical de los revolucionarios) no se haban atrado solamente a los ms
revolucionarios de los sans culottes parisinos, tambin se haban atrado a su rbita a las mujeres
ms revolucionarias.
En 1793 crearon la "Sociedad de las Republicanas Revolucionarias" (...) En su entusiasmo, unas
llegaron a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado y otras, el gorro frigio e, incluso, el pantaln
rojo. Pero la fuerza de sus enemigos fue tal que fracasaron en sus empeos. Uno de ellos, Chaumette,
misgino notorio, lleg a decir: Desde cuando le est permitido a las mujeres abjurar de su sexo y
convertirse en hombres? Desde cuando es decente ver a mujeres abandonar los cuidados devotos
de su familia, la cuna de sus hijos, para venir a la plaza pblica, a la tribuna de las arengas (...) a
realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hombres slamente?"
Elaborado a partir de GURIN, D.
La lucha de clases en el apogeo de la Revolucin Francesa, 1793-1795
Madrid, 1974, Alianza Editorial
Temas de la rev francesa y debates de historiadoresa travs de ls aospero nos quefdamos con la idea
marxista que es la que usan los historiadores que era una revolucin burguesaaunque erik obsbawn
neomarxista prefiere no mencionarla como netamente burguesa sino como de clase media..
Albert Soboul (muerto en 1982), historiador marxista que fue catedrtico de la Universidad de
Sorbona,
escribi un libro muy significativo sobre la Revolucin francesa, que recoge la interpretacin ms
importante
de los ltimos autores. l entiende el proceso de la Revolucin francesa como un desajuste de
fuerzas
productivas y las relaciones de produccin, que llevan a una confusin que se resuelve mediante
una
revolucin social al tiempo que hace surgir un oponente social a la nobleza: la burguesa. Es en este
momento
cuando se acua el concepto de Antiguo Rgimen.
En los aos '50 hay una serie de historiadores que cuestiona el carcter burgus de la revolucin,
sobre todo
Cobban, Taylor y Palmer. Cobban escribe El mito de la Revolucin francesa donde explica que el
feudalismo en 1789 estaba prcticamente acabado y el capitalismo agrario estaba muy desarrollado;
para
Cobban los hechos revolucionarios no contribuyen a la Revolucin sino que la retrasan y supuso un
simple
cambio poltico de una monarqua absoluta a una monarqua liberal. A partir de este libro se
cuestiona el
carcter de la Revolucin francesa.
Se crean as dos formas de entender la Revolucin:
En los '60 el historiador Furet, adscrito a Annales, relanza la polmica sobre la Revolucin
francesa;
distingue tres revoluciones dentro de la misma:
Una revolucin de la elites.
Una revolucin de la burguesa.
Una revolucin de los sansculottes (sectores marginales del tercer estado).
En esta lnea dice que las revoluciones degeneran en la poca del Terror y que la Revolucin se
deba haber
cerrado antes y no haber llegado hasta esta fase. En 1978 el libro de Furet, Pensar la Revolucin
francesa, en
l propone un replanteamiento de la Revolucin francesa, fue muy bien visto en las universidades
americanas
y espaolas. Dice que la Revolucin francesa acelera un proceso que queda cortado por el Terror,
que invalida
el proceso. En la obra de Furet nunca se habla de lucha de clases, a pesar de las insistencias de los
marxistas
en ello.
En los aos '80, cerca del bicentenario de la Revolucin Francesa, se vuelve a recoger esta
tendencia. En 1986
en la revista Figaro magazine, un derechista, Pauwels, escribe un artculo donde ataca al historiador
marxista
antiguo portavoz de izquierdas Max Gallo. Pauwels se refiri a los marxistas como decrpitos.
Chaun, otra
historiadora conservadora, apoy a Pauwels en la crtica al marxismo y hace un estudio de las
muertos que
hay en la Convencin, poniendo en evidencia el Terror. Critica la brutalidad de la Revolucin
francesa.
Tambin en los '80 irrumpi Vovelle que arremete contra las interpretaciones de Chaun, porque
dice que las
ideas de igualdad, fraternidad y libertad son ideas vigentes en las clases de hoy, y son demandas que
siempre
reivindican las clases inferiores.
La postura de derechas o contrarrevolucionaria es ms hostil al mundo moderno, dice que la
Revolucin
francesa fue un atasco econmico en Francia, supone un proceso de antiindividualismo, y es
sinnimo de
terror y atraso (Couharreu). Frente a esta postura, los izquierdistas dicen que la Revolucin
francesa supuso
el triunfo del humanismo liberal y las ideas democrticas y la peticin de una mayor democracia por
parte del
cuarto estado.
En el bicentenario (1989) se exponen tres posturas claramente definidas:
Postura derechista. La Revolucin francesa fue un cmulo de asesinatos que se poda haber evitado
y
adems retras el progreso econmico. No sirvi para nada y acab con la Restauracin
monrquica.
Postura marxista. Los ideales no acaban con la Restauracin sino que calan en Europa y son
germen derevoluciones posteriores
Revolucin Francesa, desde 1789 cuando el pueblo de Pars toma la fortaleza
de la Bastilla en medio de su lucha contra la monarqua de Luis XVI, hasta
cuando colapsa 1808. Los ideales de la lista oficial de la Revolucin son:
libertad, igualdad y fraternidad. Pero a estos se agreg de hecho la
racionalidad. En efecto, este ideal era el fundamental, pues se conceba que
una vida racional en una sociedad racionalmente organizada resultara en que
los hombres fuesen libres e iguales y se comportaran como hermanos, pero se
observar a travs de la novela la continua ejecucin de hechos irracionales
como por ejemplo llevar a la guillotina a muchos escritores por el solo hecho de
haber escrito un libro.
Revolucin Democrtica/Francesa
La Revolucin Francesa de 1789, es la primera revolucin ideolgica de la historia de Occidente.
Representa la ruptura con el Antiguo Rgimen y concreta la unidad nacional. La revolucin fue
tambin campesina y popular, que dio origen al pensamiento y a la accin revolucionaria
contempornea.
La revolucin tuvo influencia en el pensamiento europeo en la sociologa, en la historiografa, la
filosofa, la ciencia poltica y la jurisprudencia.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la burguesa francesa hallaba barreras infranqueables en
lo que se denomin el Antiguo Rgimen. Las formas feudales subsistan. La sociedad estaba
dividida, por un lado, por el clero y la nobleza, ambos tenan acceso a privilegios polticos y
judiciales, y por otro lado, el Tercer Estado, que agrupaba a la poblacin sin privilegios, como
burgueses ricos, artesanos, trabajadores urbanos, campesinos sujetos al servilismo. La monarqua
estaba a la cabeza del Antiguo Rgimen. La tierra segua considerndose la nica forma de
riqueza social, y en consecuencia, de poder.
En el siglo XVIII, la burguesa manejaba las finanzas, la industria, y el comercio; provea a la
monarqua de tcnicos y de recursos para el mantenimiento del Estado. Sin embargo, el poder
segua en manos de la aristocracia. El desarrollo de la economa capitalista estaba frenado por la
estructura feudal de la sociedad. Lo que reclamaba la burguesa era libertad poltica y econmica.
El campesinado, la clase trabajadora (jornaleros no industriales) y los sans-culottes (trabajadores
pobres, artesanos, operarios, pequeos empresarios), fueron la fuerza de choque de la revolucin.
La Declaracin de los Derechos del Hombre afirmaba que la nacin es la fuente de toda
soberana. La ley es la expresin de la voluntad general.
Se abolieron los gremios y corporaciones, afirmando la libertad del trabajo.
La familia tambin sufri importantes cambios. Una ley de 1792 designaba al matrimonio como
contrato civil y autorizaba el divorcio.Conceban a la familia como una pequea repblica, limitando
la autoridad paterna, que cesaba con la mayora de edad legal de los hijos a los 21 aos. En 1793,
se decret la inclusin de los hijos ilegtimos en la herencia familiar. Con las nuevas medidas de la
revolucin, el padre estaba obligado a legar partes iguales de la propiedad a sus hijos. El gobierno
ser el responsable de la educacin, desplazando de ese rol a la familia y a la iglesia. La
educacin pasa a ser, adems de un derecho, un deber poltico de los ciudadanos.
Por otro lado, la Asamblea suprimi todos los votos monsticos permanentes y todas las
rdenes religiosas. Adems de quitarles su rol de educadores, los obispos y prrocos deban ser
elegidos igual que los funcionarios comunes y declarar su fidelidad al estado. La confiscacin de
las propiedades de la iglesia fue la medida ms contundente.
Se crean los Estados-Nacin. El hombre es sujeto poseedor de derecho, por el mero hecho de
nacer en un territorio con los mismos. El Estado es el instaurador del orden, y es quien otorga
derechos y libertades, como la libertad de trabajo, de contrato, de opnin, etc.
Los tres pilares de la Revolucin Francesa, de Jean Jacques Rousseau, fueron libertad, igualdad y
fraternidad.
Fue la nica revolucin social de masas de la poca. Se mantuvo burguesa y democrtica. El
Estado pasa a ocupar el lugar de la iglesia. En la Revolucin Francesa, la razn asume un carcter
formal. Se utiliza a la razn para construir un nuevo ordenamiento normativo del orden social.
Los sans culottes posean una conciencia igualitarista Esta conciencia los
conduca a un odio intransigente contra la aristocracia. En este punto es
importante resaltar que para los sans culottes la aristocracia no era slo la
tradicional, es decir la nobleza y el clero, sino que tambin la identificaban con
los grandes burgueses. En ese sentido, varias de las medidas econmicas que
reclamaran ante la Asamblea iban en contra del enriquecimiento de este
sector. El hecho de estar integrado tanto por propietarios como no propietarios
llev a que los sans culottes no llegaran a cuestionar totalmente la propiedad
privada, pero s aspiraron a limitarla de tal manera que permitiera la
construccin de una sociedad de rasgos igualitarios, donde los derechos
bsicos estuvieran garantizados (Soboul, 1987). En el marco de la diversidad
social que compona el movimiento sans culottes, eran los pequeos
propietarios los que le daban una mayor definicin ideolgica, influyendo sobre
los dems componentes en especial sobre los cuales tenan una ascendencia
laboral, como es el caso de los oficiales de los talleres. En el plano poltico,
fueron firmes defensores de la soberana popular, que deba materializarse en
poder concreto para el pueblo y no quedar slo en una abstraccin. La
democracia directa, llevada a la prctica a medida que avanzaba el proceso,
con cada vez mayor profundidad en las secciones y sociedades populares, era
la principal herramienta de los sans culottes. Este punto, como se ver ms
adelante, generar una contradiccin que resquebrajar el frente
revolucionario que mantenan con el movimiento jacobino. La soberana
popular, para los sans culottes, deba expresarse tambin en el derecho a
ejercer la justicia. El pueblo era para ellos tambin juez soberano, es decir,
tena los atributos para juzgar y castigar a aquellos que entorpecieran el cause
de la revolucin. Siguiendo en la misma lnea, el derecho a armarse era
entendido como requisito esencial para que realmente el pueblo sea soberano.
La pica se convirti en smbolo del pueblo en armas y del orden nuevo. Con el
avance de la revolucin, los sans culottes fueron conquistando mayor poder
militar a partir de la leva en masa y la confirmacin de los ejrcitos
revolucionarios con lo que garantizaban en la prctica las conquistas en el
terreno legislativo. Pero este elemento tan importante ser tambin uno de los
puntos que generarn en la crisis del ao II contradicciones con el gobierno
revolucionario. El progresivo desarme al que se ver sometido el movimiento
sans culottes redundar en una menor capacidad de influencia en el proceso.
La aplicacin del terror como mtodo para ir destruyendo los pilares de la
contrarrevolucin y para profundizar el proceso revolucionario en su
orientacin igualitarista.
Nobles voluntarios, algunos procedentes del antiguo ejrcito real, emigrados fuera de
Francia.
El cambio poltico en 1792 es absolutamente radical, mientras que en 178 es una revolucin
polticamente moderada porque establece un rgimen constitucional pero aun monrquico, en
1792 rompe completamente con la monarqua fundando oficialmente la recuplica decapitando
al rey.
Resea. O de que trata el libro de erik obsbawn..ecos de la marsellesa, La
marcelleza es el himno nacional de francia, un himno de guerra...
Este libro del historiador marxista britnico Eric J. Hobsbawm versa sobre la recepcin y la
interpretacin de la Revolucin Francesa. La Revolucin Francesa hizo comenzar una nueva
poca en la Historia Universal. Los valores polticos de la Revolucin Francesa son una herencia
valiosa que merece la pena conservar.
Con motivo del bicentenario de la Revolucin Francesa (1989) se publicaron muchos libros
sobre tal evento histrico. Lo ms importante de todo esto en los ltimos aos segn Hobsbawm es
el revisionismo histrico sobre el significado, alcance y repercusin de la Revolucin Francesa.
Hobsbawm afirma que la nueva literatura sobre la Revolucin francesa, especialmente en su pas
de origen, es extraordinariamente sesgada. La combinacin de la ideologa, la moda y el poder de
los medios publicitarios permiti que el bicentenario estuviera ampliamente dominado por quienes,
para decirlo simplemente, no gustan de la Revolucin francesa y su herencia. (pg. 9.) As pues,
El presente ensayo es una defensa, as como una explicacin de la vieja tradicin. (pg. 11.) La
vieja tradicin es la que habla de una revolucin burguesa que instaura el Estado de derecho, las
libertades pblicas y civiles y la nueva sociedad contempornea burguesa y que adems considera
tales novedades como altamente positivas y por ende la Revolucin misma que las dio a luz.
La segunda nocin sobre la Revolucin universalmente aceptada, al menos hasta hace muy
poco, es en cierto modo ms importante: la Revolucin fue un episodio de una profunda
importancia sin precedentes en la historia de todo el mundo moderno, prescindiendo de qu es
exactamente lo que consideramos importante. (pg. 20.) Esto tambin parece que todo el mundo
aceptar sin discusin en principio. Esta es la nocin heredada que se nos ha inculcado a todos en
los libros de texto. Por consiguiente, podemos dar por sentado que la gente del siglo XIX, o al
menos la seccin culta de la misma, consideraba que la Revolucin francesa era extremadamente
importante; como un acontecimiento o una serie de acontecimientos de un tamao, escala e
impacto sin precedentes. (pg. 21.) Pero ocurre en el caso del revisionismo histrico tan en boga
en nuestro tiempo entre el mundo de la historiografa acadmica que las cosas no son vistas como
las ve Hobsbawm. Actualmente, no slo est pasado de moda ver la Revolucin francesa como
una revolucin burguesa, sino que muchos historiadores excelentes consideraran que esa
interpretacin de la Revolucin es refutable e insostenible. (pg. 23.)
Tambin ataca Hobsbawm a los historiadores marxistas porque no han aportado nada
importante, ms bien se han servido de la historiografa burguesa para hacer poltica en la
historiografa. En resumen, los marxistas, ms que contribuir a la historiografa republicana de la
Revolucin, se sirvieron de ella. Sin embargo, no cabe duda de que hicieron su propia
historiografa, asegurndose as de que un ataque al marxismo tambin sera un ataque contra la
misma. (pg. 130.)
Los revisionistas sostienen que si fue una revolucin burguesa, Entonces por qu no se
desarrollaron con fuerza las fuerzas productivas capitalistas? Aqu parece que no se da una
respuesta satisfactoria por parte de Hobsbawm a mi juicio. Uno de los principales argumentos
revisionistas contrario a considerar que la Revolucin francesa fue una revolucin burguesa es que
dicha revolucin, segn los supuestos marxistas, debera haber impulsado el capitalismo en
Francia, mientras es evidente que la economa francesa no fue muy boyante durante ni despus de
la era revolucionaria. (pg. 135.) Parece que aqu el materialismo histrico no logra dar una
respuesta satisfactoria.
Parece que las sucesivas interpretaciones de la Revolucin Francesa han tenido que ver con
las coyunturas polticas e histricas por las que los historiadores han pasado y con los momentos
histricos habidos desde 1789. En resumen, todo el mundo tuvo su Revolucin francesa, y lo que
se celebraba, condenaba o rechazaba de la misma no dependa tanto de la poltica y la ideologa
de 1789 como de la propia situacin del comentarista en el espacio y el tiempo. (pg. 103.) As, el
revisionismo coincidira con la crisis del marxismo y del socialismo real y con el creciente
predominio de la ideologa liberal en los pases capitalistas occidentales avanzados.
Por eso insisten los revisionistas en que el reformismo hubiera ahorrado muchos sufrimientos
y se hubiera pagado as un precio ms razonable. De ah, en resumen, la lnea general de los
argumentos a favor de las reformas graduales y del cambio y la directriz del argumento especfico
segn el cual la Revolucin francesa no supuso una gran diferencia para la evolucin de Francia y
que cualquier diferencia que hubiese introducido podra haberse alcanzado pagando un precio
mucho ms razonable. (pg. 140.)
Esto lo considera Hobsbawm muy endeble. Es historia ficcin. Estas son consideraciones
arbitrarias y subjetivas. De hecho, considerar que la Revolucin francesa no logr nada si se tiene
en cuenta el coste es el tpico de las historias escritas a modo de denuncias polticas
contemporneas, como el bestseller excepcionalmente elocuente de Simon Schama Citicens, que
permite al autor concentrarse en lo que presenta como horrores y sufrimientos gratuitos. (pg.
140.)
Erik obsbawn era neomarxista, muri hace dos aos mas o menos..pertenecia a la corriente
neomarxista..el no mqueria llamar netamente a la rev francesa como burgusa porque considero
que fue hecha por la clase media
Perru Anderso.recontra neomarxista como erikeste tambien te pidi la otra vez, Susana
sanchez no habla de la revolucin francesa.