Ensayo Eutanasia
Ensayo Eutanasia
Ensayo Eutanasia
Norbert Elias deca solo para los humanos es difcil morir1, haciendo
referencia directa a que, en todo el orden del reino animal, solo el ser humano se
preocupa y cuestiona respecto al hecho y fenmeno de morir. En su pequeo
ensayo titulado La soledad de los moribundos, realiza un profundo anlisis
1 Elias, Norbert, La Soledad de los moribundos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico D.F, 2009,
p. 10.
respecto a los procesos institucionalizados de la era moderna, que ha repercutido
en una asistencia aislada, mecnica, casi asptica del hecho de morir. Elias se
preguntaba cmo afrontamos el hecho de que vamos a morir?, y aunque la
respuesta se encuentra condicionada por factores religiosos, emocionales,
culturales, sociales y lamentablemente econmicos, de cada individuo, todo se
resume al tipo de asistencia que se brinda al moribundo. Pero he aqu dos factores
que inclina la balanza para cualquier cuestionamiento mdico entorno al problema
del suicidio asistido, como eufemsticamente ha tendido a denominarse a la
eutanasia, el dolor y la impotencia. El dolor, aquel dolor que roza la locura, que
empuja hacia el abismo y que implora la muerte, ese dolor tan temido para
occidente, que ha buscado en el desarrollo de la ciencia su panacea permanente.
El mundo occidental es una sociedad opiocntrica, adormecida en frmacos que
aminoran nuestra tolerancia al dolor, haciendo de este el mayor de nuestros
miedos. El dolor no entiende de pecado, ni tecnicismos legales, demanda ser
sentido y carcome al no ser escuchado. Del mismo modo, la impotencia de un
cuerpo que antes fue mvil y hoy es inerte, resulta indescriptible para nosotros, los
que hacemos nuestra vida con la totalidad de nuestros sentidos y motricidades.
Ejemplos para ello sobran, los accidentes con resultados de tetrapleja son
habituales en nuestra sociedad y han puesto en tapete la discusin respecto al
derecho de todo individuo de poner fin a su vida, debiendo obligatoriamente y a
muy su pesar, solicitar auxilio para aquello. El problema no es seguir con vida, sino
el tipo de vida que se est condenado a vivir. La impotencia de no ser
independiente, carga y lastre para la familia y sociedad, cuestiona nuestra actual
nocin de dignidad humana, coartndole la posibilidad individual de decisin sobre
nuestros cuerpos.
Ahora bien, si el Estado por medio del derecho nos cohbe de poder adoptar
esta decisin, la religin, organizada institucionalmente por medio de una iglesia,
ofrece el otro conjunto de razones que mantienen en la actualidad a la eutanasia
como motivo de polmica. Aunque no todos los credos, fe, ni religiones poseen la
misma postura respecto a este tema, abordemos de manera particular (y
obviamente por coyunturales, geogrficos e histricos) la cristiana, en todas sus
acepciones. Para la iglesia catlica cualesquiera que sean los motivos y los
medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas
disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable. Por tanto, una
accin o una omisin que, de suyo o en la intencin, provoca la muerte para
suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la
2 Palacios, Marcelo, Soy Mi Dignidad. Eutanasia y Suicidio Asistido, Libros en red, 2009, p. 82.
persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que
se puede haber cado de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida,
que se ha de rechazar y excluir siempre3. He aqu un componente clave, con
interesantes implicancias con la justicia penal. La eutanasia no es entendida como
suicidio asistido, por muy buenas intenciones que hubiese, sino al contrario, de
una solapada forma de homicidio, crimen no tan solo cometido contra la sociedad
en su conjunto, sino que adems, al mismo Dios, creador de la vida y nico
facultado para segarla. La idea de que por medio del sufrimiento y el sacrificio se
alcanza se labra el camino hacia el seor, esta presente a lo largo de todas las
escrituras, con diferencias de tonalidades e intensidad conforme se trate del
antiguo o nuevo testamento. No obstante aquello, la utilizacin de este recurso
ante una persona que sufre intensamente, pierde fuerza, ms aun cuando se
atestigua que los enfermos terminales que solicitan este tipo de prctica,
desarrollar una especie de misticismo propio, una sensacin de comunin con su
credo, que le permite tomar estas medidas radicales sin temor al castigo eterno, al
fin y al cabo, por sobre todas las cosas, el principal libro religioso del cristianismo,
resume la figura de Dios como absoluto amor, y ningn padre permanece ajeno al
dolor de un hijo.
BIBLIOGRAFA