Cuál Es Mi Propósito
Cuál Es Mi Propósito
Cuál Es Mi Propósito
Hoy vamos a iniciar el servicio con un chiste. Resulta ser que haba un hombre, que
fue contratado para transportar 50 pinginos a un zoolgico local. En camino al zoolgico,
el camin se le rompi.
Esto produjo que al hombre le cayera una gran preocupacin, y mientras estaba
arrimado al lado de la carretera examinando el motor del vehculo, pensaba que
seguramente que los pinginos todos moriran, y que l tendra que pagar el costo.
Levantando su vista del motor, y mirando a su alrededor, el hombre vio un camin
que se acercaba y lo paro. El hombre entonces hablando con el camionero y le dijo: te
doy 500 dlares para que me lleves a estos pinginos al zoolgico. El camionero pronto
accedi, recogi a los pinginos y se fue
Al otro da, el hombre fue al pueblo, y se llevo tremenda sorpresa al ver que el
camionero a quien l haba contratado iba cruzando la calle, y los 50 pinginos iban detrs
de l todos en fila.
Al ver esto, el hombre le dijo al camionero: no te di yo ayer 500 dlares para
que llevases a estos pinginos para el zoolgico? El hombre entonces respondi: si, y
los lleve, pero me sobr un poco de dinero, as que hoy nos vamos para el cine. Qu
cmico, verdad?
Sin duda alguna este camionero no entendi lo que el hombre haba pedido de l.
Igualmente, muchos creyentes hoy en da no entienden lo que Dios quiere en su vida.
En otras palabras, no logran entender el propsito principal de Dios para con ellos. Y
es por eso que hoy deseo que exploremos este tema; exploremos hoy el propsito principal
de Dios con nuestra vida.
Cuando examinamos las palabras de Pablo aqu, encontramos que l dice algo que
quizs no entendamos. Digo esto porque en el primer versculo que estamos usando hoy
encontramos que l dice: Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros. Como les
dije, esto es algo que quizs no entendamos; despus de todo, cmo es posible gozarse
en momentos difciles?
Dems est decir que una vez que esto sucede, en la mayora de las ocasiones nos
sentimos aislados; o sea el comienzo de un sufrimiento. Digo esto porque en la mayora de
las ocasiones, nuestras amistades, familiares, y casi todos los que nos rodean se alejan de
nosotros.
Se alejan porque cuando genuinamente nos entregamos a Cristo, entonces dejamos de
formar parte de muchas cosas que antes hacamos, pero que ahora por conviccin del
Espritu Santo no hacemos.
En otras palabras se alejan de nosotros porque hemos escogido hacer como nos dice
la Palabra en Efesios 5:11 cuando leemos: Y no participis en las obras
infructuosas de las tinieblas, sino ms bien reprendedlas
Y hacer esto en la mayora de las ocasiones causara que personas que estimamos o
amamos se alejen de nosotros; ya no existir la afinidad que una vez tenamos, y como les
dije esto puede producir un sufrimiento.
Para que entiendan bien el punto que les estoy haciendo debemos notar que cuando
Pablo escribi esta carta a la iglesia, l estaba encerrado en una prisin romana. Pablo
estaba sufriendo en las manos del imperio romano a causa de su fe Cristiana. Pero tambin
deseo que prestemos mucha atencin al hecho de que aunque estaba encerrado en esa
prisin, la prisin no lo detuvo de continuar obrando para Dios.
Las restricciones impuestas sobre Pablo por esa prisin no detuvieron su ministerio, y
yo dira que ni siquiera retardo su progreso (Pablo escribi la mayora de los libros del
Nuevo Testamento mientras sufra encarcelamiento).
La realidad es que es bien fcil confiar en Dios cuando no existe adversidad, pero en
el momento que algo malo nos sucede, o en el momento cuando las cosas no marchan de
la manera que nosotros deseamos, entonces comenzamos a sufrir. El problema no est en
que suframos.
El problema est en que cuando comenzamos a sufrir, en vez de orar y alabar a Dios,
la mayora de los creyentes tratan de resolver las situaciones por su propia fuerza y
voluntad, en vez de acudir a Dios. Esto en casi toda ocasin causa que nos enterremos ms
profundamente en el problema, y dems est decir que esto nos conduce a un mayor
sufrimiento.
Pablo aqu nos dice que se gozaba en lo que estaba padeciendo, esto es algo que
como dije es difcil de entender. Pero aunque difcil de entender, no es imposible hacer.
Y es por eso que en 1 Pedro 4:16 encontramos que se nos dice: pero si alguno
padece como cristiano, no se avergence, sino glorifique a Dios por ello Pero
esto es algo que algunos encuentran extremadamente difcil de hacer. Por qu? La razn
principal es la falta completa o la escasez de fe en la vida de muchos.
As que el sufrimiento va mano en mano con nuestra fe, pero aun en medio de
nuestro sufrimiento, cuando nos mantenemos fiel, el Seor nos bendecir. Esto es algo que
el Seor nos dice claramente en Lucas 6:22-23 cuando leemos: Bienaventurados seris
cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de s, y os vituperen, y desechen
vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. 23 Gozaos en aquel da, y
alegraos, porque he aqu vuestro galardn es grande en los cielos; porque as hacan sus
padres con los profetas La pregunta que ahora debemos hacernos es: estamos
dispuestos a sufrir?
Continuando con nuestro estudio leemos: de la cual fui hecho ministro, segn
la administracin de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie
cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que haba estado oculto desde
los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a
quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre
los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria
Aqu vemos claramente expuesto el propsito de Dios para con Pablo. El propsito de
Dios para con Pablo fue de anunciar el evangelio de Jesucristo, y este es el propsito
principal de Dios con cada uno de nosotros. Como he dicho en otras ocasiones, y es algo
que no me canso de repetir, no tenemos que ser pastores, diconos o ministros para
anunciar el evangelio, solo tenemos que ser Cristianos.
Muchos piensan que para poder anunciar el evangelio o ministrar se necesita un
titulo otorgado por una universidad o seminario, pero esto no es cierto. Claro est en que la
educacin formal nunca esta dems, pero la gran realidad es que no hay que ser un
erudito, no hay que ser un sabio, no hay que ser maestros en teologa; lo nico que se
necesita para anunciar el evangelio es un corazn dispuesto.
Lo que necesitamos es reconocer el propsito principal de Dios en nuestra vida, y
aceptar la responsabilidad que se nos ha encargado. Si lo oyeron bien, se nos ha encargado
una gran responsabilidad. Cuando decidimos caminar con Cristo, todos asumimos una gran
responsabilidad; asumimos la responsabilidad de anunciar el evangelio a las naciones.
Asumimos la responsabilidad de amonestar, y de ensear a todos aquellos que
quizs no conozcan a Dios, y a aquellos que se han apartado de l. La palabra aqu nos
dice: para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios
En otras palabras, el propsito principal es presentar la Palabra de Dios en toda
situacin, aun cuando esto no pueda ser lo ms popular o nos pueda causar un sufrimiento.
Como fieles creyentes tenemos que reconocer que no podemos escatimar en cumplir el
propsito principal de Dios con nosotros. Dile a la persona que tienes a tu lado: cumple el
propsito de Dios.
Fjense bien como Pablo dice aqu: para lo cual tambin trabajo, luchando
segn la potencia de l, la cual acta poderosamente en m Pablo trabajaba y
obraba para engrandecer el reino de Dios aqu en la tierra. Pablo luchaba contra los
poderes de ese entonces, l luchaba en contra de las religiones populares y establecidas de
ese entonces.
Pero quiero que notemos bien cuando dice: segn la potencia de l, la cual
acta poderosamente en m Quiero que notemos estas palabras aqu porque quiero
que nos demos cuenta de que Pablo no dependa de sus fuerzas; l no estaba dependiendo
de su sabidura.
Pablo estaba dependiendo del Espritu Santo que ahora moraba en l. Hermanos,
nosotros tenemos que hacer lo mismo. Si deseamos que el propsito principal de Dios se
cumpla en nuestra vida, entonces tenemos que aprender a depender menos de nuestra
habilidad y ms en el poder del Espritu Santo.
En otras palabras, tenemos que permitir que el Espritu Santo nos gue en todo
momento, que gue nuestros pensamientos, nuestras pisadas, y nuestras palabras. Pablo no
dependi de su propia fuerza para cumplir con el propsito principal de Dios en su vida.
Nosotros tampoco podemos depender de nuestra propia fuerza porque de hacer eso,
entonces nunca lograremos nada. Pero cuando nos dejamos guiar por el Espritu Santo,
entonces aprenderemos a confiar ms en Dios que en nuestras habilidades.
Aprenderemos que por mucho que nosotros podamos hacer, en realidad no
podremos obtener una victoria total sobre las situaciones, tribulaciones o dificultades por
nuestra propia fuerza.
Para concluir. Existen muchos que se han levantado clamando ser los poseedores de
la verdad; existen muchos que se han levantado clamando que solo a travs de su religin
o secta podr una persona ser salva u obtener vida eterna. Pero la salvacin y la vida
eterna no suceden porque pertenezcamos a una iglesia, o seamos miembros de un concilio
o denominacin. La salvacin es solo por obra y gracia de Dios.
No existe nada ni nadie en este mundo que nos pueda salvar. No existe institucin
que nos pueda garantizar vida eterna, solo existe uno que puede garantizar la vida eterna,
y su nombre es Jess. Es como nos dice la Palabra en Hechos 4:11-12 cuando leemos:
Este Jess es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha
venido a ser cabeza del ngulo. 12 Y en ningn otro hay salvacin; porque no hay
otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos
Pero a pesar de que estos versculos aqu estn bien claros, esto no ha detenido a
todos aquellos que predican un evangelio diferente; esto no ha detenido a todos aquellos
que tergiversan las escrituras para acomodarlas segn sus necesidades, y para cumplir con
sus propsitos.
En otras palabras, creyentes que estn dispuestos a cumplir con lo que Dios nos ha
encargado; creyentes dispuestos a cumplir con la responsabilidad que se nos ha entregado.
Por eso te digo hoy, deja de jugar a la iglesia y acepta tu responsabilidad; comprende tu
propsito.