Argentina - Cumbia Villera
Argentina - Cumbia Villera
Argentina - Cumbia Villera
RESEAS
Odalis C. Vargas B.
EDITORIAL
3
6 (2)
4
ARTCULO
RESUMEN. En momentos de crisis sociales los grupos excluidos pueden crear manifes-
taciones culturales no hipcritas, como el tango a fines del 1800 en la orilla bonae-
rense y la cumbia villera, esta ltima, manifestacin musical que surge en los barrios
pobres de la Argentina - a fines de los 90 en pleno auge del liberalismo. En este
artculo, que se presenta como introduccin al tema y a este monogrfico, nuestra
hiptesis terica es que la lengua del grupo es el instrumento ms importante para
imponer el valor de los signos. El anlisis del fenmeno de la cumbia villera muestra
adems de qu modo los individuos se mueven en redes sociales y buscan nuevas
identidades para aportar as evidencia a favor de la idea de cultura como dilogo
intercultural, aunque, el discurso dominante logr fagocitar un signo que le era con-
testatario ya que cuestionaba sus valores.
PALABRAS CLAVE: Cumbia villera, crisis sociales, cultura, dilogo intercultural, redes socia-
les, ideologa.
ABSTRACT. Excluded groups are able to create non hypocritical cultural manifesta-
tions in historical moments of social crisis as happened at the end of the XIX century
with the tango in Buenos Aires and with the cumbia villera at the end of the XX
century in the poor neighborhoods of Argentina when liberalism was most vigorous.
In this theoretical paper that not only introduces the subject but also this monograph
our hypothesis is that language constitutes the most important instrument to impose
the value of signs. The analysis of the musical manifestation cumbia villera also shows
how individuals move themselves in social networks and look for new identities, thus
giving evidence in favor of culture as intercultural dialogue. However, the dominant
discourse may reduce a sign that alters its status quo as it questions its values.
KEY WORDS: Cumbia villera, social crisis, culture, intercultural dialogue, social networks,
ideology.
PALAVRAS CHAVE: Cumbia villera, crise social, cultura, dilogo intercultural, redes sociais,
ideologa.
Introduccin
En la Argentina hemos sido partcipes de momentos histricos convul-
sionados y, a la vez, crticos en las diferentes manifestaciones que han tenido
lugar. De todas ellas, nos interesa comentar en este monogrfico la cumbia
villera. Resulta sumamente increble e interesante que en momentos de gran-
des crisis sociales, los grupos excluidos y que ms aislados estn de los benefi-
cios de la sociedad y del bienestar, puedan ser capaces de crear manifestaciones
culturales no hipcritas, como es el caso del tango a fines del 1800 en la orilla
bonaerense y de la cumbia villera, manifestacin musical que surge en las
villas miseria barrios muy pobres de la Argentina - a fines de los 90 en pleno
auge del liberalismo ms acrrimo. La cumbia villera nace como expresin de
la villa miseria y el tango aparece como un corolario del prostbulo.
A travs de estas manifestaciones los grupos excluidos y marginados no
slo se permiten en esos momentos tan crticos la diversin y el juego, sino
inclusive la denuncia y la muerte, la pugna por posicionarse y ser escuchados.
Y ahora tirado estoy / debajo de un puente voy / porque somos marginados
/en pelotas nos dejaron (100% villero, Yerba Brava). Tanto logran ser escu-
chadas que trascienden las fronteras y an se convierten en el impulso de
creacin de manifestaciones culturales similares en otros pases. Tanto logran
ser escuchadas que, como veremos seguidamente, el sistema necesita y la-
mentablemente lo logra- mercantilizarlas, y as extenderlas a todas las capas
sociales a fin de oscurecerlas y neutralizarlas - inteligente y perverso trabajo
ejercido por la ideologa dominante. De hecho, en el caso de la cumbia ville-
ra, slo Damas Gratis, Los Pibes Chorros1 y Yerba Brava son los tres nicos
conjuntos originales, todos los dems son nuevas formas puramente mercan-
tilistas de diferentes productores. Si bien la villa no acalla, ya que nuevas
formas siguen surgiendo como el rock chabn o el regetn.
La cumbia villera es una manifestacin sociocultural que nace o se ex-
pande desde la villa miseria en la Argentina, y de la que se apropia el discurso
dominante o la ideologa para mercantilizarla, ya que denuncia sus falencias,
denuncia la opresin que sta ejerce sobre los grupos menos favorecidos, ms
marginados:
6
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
7
6 (2)
8
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
9
6 (2)
10
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
11
6 (2)
redes sociales, o como dira Geertz, circuitos culturales. Como dice Luckman
(1970:317),
en lugar de ser miembro de tiempo completo de una total y nica sociedad, el
hombre moderno es un ciudadano de tiempo parcial en una variedad de sociedades
de tiempo parcial. En lugar de vivir en un sistema mundial significativo al cual l o
ella deben completa lealtad, l o ella ahora viven en muchos mundos estructurados
de modo diverso a los que deben solo lealtad parcial. La mayora de los mundos
existenciales del hombre moderno son comunidades de propsitos nicos.3
12
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
13
6 (2)
bancos/ somos estafadores piratas del asfalto/ todos nos conocen como los reyes
del afano... (Llegamo los Pibes Chorros, Pibes Chorros).
14
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
nos quieren correr, nos quieren correr/ nos tiran el rancho y el tuyo tambin /
Dicen que mi barrio est lleno de hampones/ que solo es un fuerte de drogas y
ladrones/ en solo una hora se llen de botones/ para titarlo abajo y levantar man-
siones/ y ahora tirado estoy debajo de un puente/ porque somos marginados y en
pelotas nos dejaron. (El pibito ladrn, Yerba Brava)
Larg esa bandera/ porque los pibes tenemos aguante/ y si vamos a los
guantes/ seguro cobrs (El pibe moco, Pibes Chorros) - las barras bravas
algunas hasta viven en las villas - y hasta con grupos de clase media. Confor-
man una suerte de background social con otros grupos marginados, en esta
arena viven inmersos hablando un dialecto propio.
15
6 (2)
Conclusiones
El recorrido que hemos propuesto en este trabajo intenta mostrar que
tanto la cumbia villera como otras manifestaciones por las que transitan los
grupos sociales -tango, rock, cantos de la cancha, creencias religiosas9, lunfar-
do tumbero (el lunfardo hablado en la tumba: crcel)- nos aporta evidencia
16
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
NOTAS
17
6 (2)
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ALTHUSSER, L. (1970/1988) Ideologa y aparatos ideolgicos del Estado. Buenos
Aires: Nueva Visin.
BARTHES, R. (1980) Mitologas. Mjico: Siglo XXI.
BAUDRILLARD, J. (1990) Revenge of the Cristal. London, Concord, Mass: Pluto
Press.
BEHARES, L. E., MASSONE, M. I. & CURIEL, M. (1990) El discurso
pedaggico de la educacin del sordo. Construcciones de saber y relaciones
de poder, en Cuadernos de Investigacin del Instituto de Ciencias de la
Educacin, Universidad de Buenos Aires 6: 41-68.
BENVENISTE, E. (1966) Problmes de linguistique gnrale. Paris: ditions
Gallimard.
BOURDIEU, P. (1999) Intelectuales, poltica y poder. Buenos Aires: Eudeba.
DURKHEIM, E. (1976) Educacin como socializacin. Salamanca: Sgueme.
FISHMAN, J. (1968) Nationality-Nationalism and Nation-Nationism, en J.
Fishman, Ch. Ferguson y J. Das Gupta (eds.) Language problems in developing
Nations. New York: John Wiley and Sons Inc.
GEERTZ, C. (1987) La interpretacin de las culturas. Barcelona: Gedisa.
18
Mara I. Massone, Virginia Buscaglia: La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso...
19
6 (2)
20
ARTCULO
MANUEL MASSONE
MARIANO DE FILIPPIS
Instituto Universitario Nacional del Arte
RESUMEN. En este trabajo se analiza el subgnero cumbia villera como estilo musical
cuyo rasgo principal es su notable simplicidad. Esta caracterstica nos llev a pensar
que la trascendencia que este fenmeno alcanz en la Argentina a fines del Siglo XX
dependa de factores extra-musicales, siendo la msica su poderoso vehculo de trans-
misin. Por ello es que analizamos los orgenes de la cumbia, sus evoluciones y los
acontecimientos sociales que contribuyeron a la construccin de la cumbia villera
como movimiento cultural de masas. A travs de entrevistas estructuradas, encuen-
tros y participaciones en grabaciones y programas de televisin fuimos diseando
nuestra investigacin centrada en la produccin musical de los dos conjuntos ms
importantes: Damas Gratis y Pibes Chorros. En el plano terico, siguiendo el marco
de las teoras del folklore de Augusto Ral Cortazar (1959, 1975) se estableci que en
este fenmeno se haba operado un proceso de arraigo transcultural.
PALABRAS CLAVES: Folk, base, subgnero, acordes, mercado, estilo.
ABSTRACT. The aim of this work is to analyze the musical style called cumbia villera
whose principal musical aspect is its outstanding simplicity. This characteristic lead
us to think that the transcendency that this phenomenon had in Argentina at the end
of the XX century depended on extramusical factors, the music being its powerful
vehicle of transmission. Therefore, we analyze the origins of the cumbia villera, its
evolution and the social aspects which contributed to the construction of this style as
a cultural movement of masses. Through structured interviews, meetings and partici-
pation in recording sessions and television programs we designed our research cente-
red in the musical aspects of two of the most important cumbia bands: Damas Gratis
y Pibes Chorros. Following the folklore theories of Augusto Ral Cortazar (1959,
1975) we considered that this phenomenon suffered a process of transcultural root.
KEY WORDS: Folk, base, subgenre, chords, trade market, style
RESUMO. Em este trabalho analiza-se o subgnero cumbia villera como estilo musical
cujo aspecto principal sua notvel simplicidade. Esta caracterstica levou-nos a pen-
sar que a importncia que este fenmeno teve na Argentina nos finais do Sculo XX
dependia de fatores extra-musicais, sendo a msica o seu poderoso veculo de trans-
misso. por isso que ns analizamos as origens da cumbia, a sua evoluo e os
acontecimentos sociais que contribuiram construo da cumbia villera como movi-
Introduccin
La intencin de este trabajo fue, en un primer momento, abordar la inves-
tigacin de la cumbia villera como estilo musical. Sin embargo, el anlisis mu-
sical propiamente dicho no explica por s solo la trascendencia que tuvo la
cumbia villera como fenmeno cultural desde los ltimos aos del Siglo XX en
la Argentina. Es por esto que, mediante un proceso etnogrfico, ahondaremos
en la historia de la cumbia como gnero musical, vinculado desde sus orgenes
a los momentos de exclusiva diversin de los ms desposedos. A partir de all
trazaremos el camino que llev a este gnero popular latinoamericano a espar-
cirse por todo el continente de habla hispana haciendo especial hincapi en los
subgneros que ms marcaron e influenciaron a la cumbia villera.
Dado que se trata de una investigacin exploratoria que realizamos como
musiclogos, pero desde una perspectiva sociolgica, discursiva y antropolgi-
ca, pedimos asesoramiento a las Doctoras Pardo y Massone, y al antroplogo
Jorge Micelli (cuyas tesis de magster y doctoral son sobre cumbia villera). A fin
de concretar este trabajo diseamos un cuestionario que apuntaba a dar una
idea general de los temas. Luego, realizamos seis entrevistas estructuradas a pro-
ductores, lderes y msicos de conjuntos de cumbia y de cumbia villera, docen-
tes de villas miserias y estudiantes e investigadores. Entrevistamos a Leonardo
Castillo de Rey Producciones, a Miguel Escalante, al conjunto Yerba Brava, a
Gonzalo Ferrer2, a Gabriel Adamo (profesor de Lenguaje Musical en la villa 31
de Retiro) y una entrevista telefnica a Anbal Kohan (lder del disuelto conjun-
to Santa Revuelta)3.
Tambin realizamos una serie de reuniones con los siguientes msicos e
investigadores: Luis Cardini, los msicos del conjunto Cinco Corazones, los
msicos de Elisa, Fideo de Supermerk2, El Polaco y sus msicos, y el antrop-
logo Jorge Micelli.
Consideramos tambin pertinente participar de distintas grabaciones y
programas de televisin. Estuvimos presentes en la grabacin de un disco del
conjunto Cinco Corazones, la grabacin de un disco de El Polaco, la grabacin
de un demo de Luis Cardini, la grabacin de un disco de La Estirpe Nortea y
en el backstage del programa de televisin Pasin Tropical. Algunas fuentes
sern resguardadas en este trabajo por pedido expreso de los entrevistados.
22
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
Las conclusiones son prioritariamente del campo musical aunque las he-
mos correlacionado con factores sociales, discursivos y antropolgicos como
mencionamos anteriormente. Estos ltimos constituyen un primer acerca-
miento multidisciplinar y, por lo tanto, deben ser tomados como un inci-
piente estudio del tema.
En el anlisis musical las palabras tcnicas en cursiva estn explicadas en
el glosario al final del trabajo. En el mismo se encontrar adems un prrafo
dedicado a la armona en el cual se explican algunos trminos y funciones.
23
6 (2)
La cumbia en la Argentina
Como consecuencia de este movimiento de transformacin de la cumbia
tnica a la cumbia comercial y su exportacin hacia otros pases de
Latinoamrica la cumbia llega a la Argentina hacia mediados de la dcada del
50. Los primeros conjuntos que la difunden en nuestro pas son el Cuarteto
Imperial, integrado exclusivamente por colombianos y Los Wawanco, quie-
nes acaban de cumplir 50 aos de actividad, integrado por 6 inmigrantes de
pases latinoamericanos que venan a estudiar en las universidades de nuestro
pas (3 colombianos, 1 peruano, 1 chileno y 1 costarricense). Ms tarde se
incorpora el pianista y compositor platense Miguel Loubet siendo el primer
integrante argentino.
La cumbia lleg a la Argentina para quedarse. En Santa Fe evolucion
hacia un estilo propio y existe hoy una tradicin de ms de tres dcadas de la
llamada cumbia santafesina. Su caracterstica principal es el uso del acorden
como instrumento meldico. Recientemente la Legislatura de la ciudad de
Santa Fe ha instaurado el 5 de noviembre como el da de la cumbia santafesi-
na. Conjuntos como Los Palmeras llevan 34 aos de actividad. Entrevista-
mos a algunos estudiantes santafesinos y entrerrianos de la ciudad de Paran
quienes se encuentran recibiendo una formacin musical acadmica en Bue-
nos Aires en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) quienes
24
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
25
6 (2)
26
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
27
6 (2)
nios de villas y sectores humildes una educacin musical que en poco tiem-
po los lleva a tocar (aunque precariamente al principio) en orquestas infanti-
les y juveniles. Este programa tiene un efecto importante en esos sectores
dado que es fcil inferir que darle un violn a un nio, ensearle a tocarlo e ir
llevndolo hacia un rgimen de clases y ensayos no es otra cosa que sacarlo de
la calle. En muchos casos estos mismos nios mejoran su rendimiento escolar
y tienen contacto con otras manifestaciones culturales. Incluso, en los lti-
mos aos, muchos de ellos se acercaron a los conservatorios oficiales de m-
sica para seguir adelante con sus estudios musicales. Este programa ha alcan-
zado un desarrollo impresionante en Venezuela donde en los aos 90 fue
creado el Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela por Jos Antonio Abreu.
En Paraguay existe un programa similar con el nombre de Los Sonidos de la
Tierra.
Gabriel Adamo, profesor de Lenguaje Musical de la villa 31 de Retiro
(Ciudad de Buenos Aires) nos relat que en las primeras clases no lograba que
los nios cantaran, hasta que transcribi algunas cumbias. De esta manera, la
cumbia fue utilizada como una herramienta para lograr un avance en un pro-
ceso de enseanza-aprendizaje.
En defensa de Gonzalo Ferrer es pertinente sealar que no se le debe
exigir a ninguna persona individual que reemplace el papel ineludible del
Estado, el cual el es de proveer medios y herramientas para mejorar las condi-
ciones materiales y culturales de los distintos miembros de la sociedad. Lo
que hizo el Estado con la cumbia villera fue prcticamente prohibirla a travs
de las pautas de evaluacin del COMFER- ver trabajo de Cecilia Serpa en
este volumen-, cuando en realidad, este subgnero surge como consecuencia
de la marginalidad que el propio Estado gener. Pablo Lescano es un hom-
bre-msico que naci y se cri en un mbito determinado y se form musi-
calmente en y para ese mbito.
Gonzalo Ferrer se transform, como vimos, en el lder de Amar Azul y
escribi varias cumbias testimoniales donde, por ejemplo, un condenado por
robo regresa luego de cumplir su sentencia y se muestra arrepentido y prome-
te no volver a equivocarse. Esta temtica va incluyndose paulatinamente en
la cumbia romntica, especialmente en Amar Azul, al mismo tiempo que
vastos sectores de la poblacin son expulsados de los medios de produccin
por efecto de la aplicacin del modelo neo-liberal mientras que el desempleo,
la pobreza y la indigencia crecen a valores inditos en la historia Argentina.
En 1997 1998 (Ferrer mismo menciona los dos aos en diferentes momen-
tos de la entrevista) Gonzalo Ferrer integra varios jvenes con habilidades
musicales de la villa La Cava de San Isidro (norte del gran Buenos Aires) y
funda, como productor y compositor, el grupo Guachin. La Argentina se
hallaba, por entonces, en los albores de la ms profunda crisis econmica de
su historia contempornea. Ferrer canaliza en Guachin su necesidad de trans-
mitir un mensaje testimonial describiendo una parte de la realidad social que
28
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
29
6 (2)
Anlisis musical
Al abordar el estudio de las caractersticas musicales de la cumbia villera,
nos encontramos con la necesidad de dar respuesta a un interrogante bsico:
Qu es la cumbia villera? Si quisiramos establecer las caractersticas de la
cumbia como gnero musical, deberamos trazar puntos comunes entre la
gran variedad de subgneros que la conforman: cumbia santafesina, colom-
biana, sonidera, peruana, nortea, romntica, meldica, clsica, internacio-
nal, Cumbia villera. Esta hiptesis, junto a la evolucin anteriormente men-
cionada, nos permite arribar a la primera y ms general de las respuestas: la
cumbia villera es un subgnero de la cumbia. Hecha esta categorizacin, el
interrogante bsico se torna ms especfico. Las respuestas presentan, en esta
instancia, diferentes grados de profundidad, ntimamente relacionados con el
proceso de consolidacin de la cumbia villera como estilo musical. La primera
de las caractersticas esenciales del subgnero, es la temtica que aborda en sus
letras y el lenguaje con que esas ideas se expresan. La segunda, es que introdujo
nuevas sonoridades. Este rasgo distintivo, quizs tomado de la cumbia sonidera
(de Mxico), surge de la exploracin de las posibilidades que ofrecen los ban-
cos de sonidos de los teclados electrnicos y de la utilizacin de sintetizadores
(ver Instrumentacin). Estas caractersticas se erigen como requerimientos
indispensables del estilo villero y todos los conjuntos musicales que cultivan el
subgnero los cumplen.
El surgimiento de un estilo musical es tambin el punto de fructificacin
de un proceso gradual de cambios: reconocemos antecedentes musicales e
ideolgicos en Guachn, sabemos que el hito fundacional del subgnero fue
el primer disco de Flor de Piedra, pero consideramos que la cumbia villera
se consolid como estilo musical con la obra de dos conjuntos en particular:
Damas Gratis y Pibes Chorros. Desde ellos analizaremos las principales
caractersticas musicales.
Ritmo
En este aspecto encontramos una caracterstica esencialmente inalterable,
que funciona como gua sobre la que se organiza la obra: la clula
30
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
Armona
Se trabaja generalmente sobre el modo menor, y es re menor la tonalidad
preferida. El tratamiento que se da a este aspecto presenta dos tendencias. La
primera: Damas Gratis, utiliza generalmente dos acordes, re menor (I m) y
Do Mayor (VII natural), y con menor frecuencia un tercero, sol menor (IV
m). El VII natural (Do Mayor) cumple la funcin de dominante pero al estar
ausente la sensible ascendente, no genera una necesidad de resolucin inmi-
nente ni una sensacin completa de movimiento. Esta caracterstica, adems,
nos remite a la armona modal.
31
6 (2)
Ejemplo III: Quiero vitamina (Damas Gratis). Esta obra est compuesta
ntegramente con dos acordes.
sol menor Fa Mayor
Del baile vengo
sol menor
ay qu pedo tengo
No puedo caminar
de tanto jalar
Estoy re-cantina
no tengo vitamina
Yo quiero tomar
vitamina
Fa Mayor
Me tomo una bolsa
sol menor
y estoy pila, pila
Ejemplo IV: Los dueos del pabelln (Damas Gratis). Esta obra tambin
est compuesta con dos acordes (re menor/ Do Mayor) pero incorpora, en la
ltima frase, un tercero (sol menor).
re menor sol menor
... Seor carcelero
re menor
djeme salir
Seor carcelero
djeme salir.
32
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
Ejemplo V: Mabel (Pibes Chorros). En esta obra, los tres acordes habituales.
mi menor
Mabel
la m. Si Mayor
se te ve arruinada
ser por el escabio
mi menor
por la yerba o por la pasta
Se te ve
con grandes ojeras
te levants tomando vino
y te acosts fumando yerba
mi menor
Mabel
la m. Si Mayor
par de tomar
mi menor
el alcohol te est matando
y te vas pa delante
Si Mayor
te vas para atrs, Mabel
mi menor
qu mal te est pegando.
Mabel
par de fumar
la yerba te est matando
y te vas pa delante
te vas para atrs, Mabel
que mal te est pegando.
Ejemplo VI: Llegamos los pibes chorros (Pibes Chorros). Utilizacin del
VII natural (Do Mayor).
re menor
Llegamos los pibes chorros
re m. Do M. re menor
queremos las manos de todos arriba
re menor sol menor La Mayor
porque al primero que se haga el ortiva
33
6 (2)
re menor
por pancho y careta le vamos a dar...
Todos los enlaces se hacen en forma directa y todos los acordes aparecen
como tradas, exceptuando al V y al VII que pueden aparecer, indistintamen-
te, como tradas o como cuatradas (con 7ma. menor).
No hay dominantes secundarias ni modulaciones. Excepcionalmente
puede aparecer un rasgo caracterstico de nuestro folklore, definido por Isabel
Aretz (1999), como bitonalidad o intercambio modal: la menor / Sol Ma-
yor / Do Mayor / Mi Mayor. Es para destacar el dato de que Ariel Salinas,
cantante de Pibes Chorros, antes de dedicarse a la cumbia villera, se dedica-
ba al folklore.
Ejemplo VII: El pibito ladrn (Pibes Chorros). En esta obra se produce un
intercambio modal entre la menor y Do Mayor (con sus dominantes: Mi Ma-
yor y Sol Mayor, respectivamente).
Sol Mayor Do Mayor
... Pero una noche muy fra
Sol Mayor Do Mayor
l tuvo un triste final
Mi Mayor la menor
porque acab con su vida
Mi Mayor la menor
una bala policial.
Meloda
Tanto las melodas instrumentales como las vocales, estn notablemente
construidas sobre las notas de los acordes que las armonizan. Se pueden en-
contrar frases enteras compuestas slo con notas reales (cada una de las tres
notas que forma el acorde). Los adornos que las enriquecen son las notas de
paso necesarias, algunas apoyaturas superiores e inferiores, algunos trinos
instrumentales, los mordentes superiores e inferiores. Las bordaduras ascen-
dentes, descendentes, y sucesivas son los adornos que se utilizan con mayor
frecuencia.
Otro recurso meldico posible, el cromatismo puede aparecer excepcio-
nalmente y siempre como nota de paso hacia los cierres de frases y soldaduras
instrumentales (denominamos as al motivo rtmico-meldico que se interca-
la entre dos lneas vocales).
34
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
Morfologa
Siendo la morfologa el estudio de la organizacin de las frases y seccio-
nes que integran una composicin musical sealaremos que lo ms sobresa-
liente en este aspecto es que la estructura resultante de la exposicin de las
ideas que hacen a la obra se reexpone ntegramente (misma msica, mismo
texto). Esta reexposicin puede ser idntica o variada. Habitualmente es idn-
tica, si es variada, dicha variacin se logra mediante el reordenamiento de
aquellas ideas. La forma es, entonces, binaria del tipo A-A A-A.
Dentro de la seccin expositiva no es posible establecer patrones forma-
les generales.
Debido a esta caracterstica formal, es comn que para el registro fono-
grfico, se ejecute la parte instrumental de la seccin expositiva (A); la repeti-
cin (A A) se logra mediante procedimientos mecnicos.
Instrumentacin
A continuacin detallamos en el cuadro los instrumentos que se utilizan
en este subgnero.
35
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
37
6 (2)
Reflexiones
La resultante auditiva concreta es de una simplicidad notable.
Es importante destacar que la cumbia villera, al igual que la mayora de la
msica popular, no est concebida desde la escritura, y que sus ejecutantes
son msicos intuitivos, de odo. Tambin es interesante el dato de que en la
cumbia, como gnero musical de nuestra movida tropical, no se desarrolla
la composicin de obras puramente instrumentales. (Hay algunas excepcio-
nes, como La Danza de Los Mirlos, anteriormente mencionada, que no
contradicen esta afirmacin).
Al preguntarnos el por qu de la sencillez del estilo, nos estamos pregun-
tando, tambin, en qu reside la sencillez de algo. Cada mbito esttico se
expresa a su manera, en su tiempo y espacio. A la cumbia villera, como estilo
musical, no le interesa la ornamentacin. Desde su simplicidad es genuina y
coherente y nos obliga a or ms all de su forma concreta de expresin.
Conclusiones
La crisis econmica sin precedentes que se vivi en la Argentina en los
ltimos aos del Siglo XX puede rastrearse hasta mediados de la dcada del
70, donde comenz a implementarse un modelo neo-liberal que se profundi-
38
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
39
6 (2)
hay detrs de ella un aparato poltico o social que busque un cambio del
sistema. La idea de imperfeccin requiere un prrafo aparte. Desde muchos
sectores de la izquierda se critic a la cumbia villera por no poseer un mensaje
revolucionario o de cambio social. Esto es totalmente cierto, en ella no hay
mencin a la fbrica, al sindicato o a las huelgas. Anbal Kohan, quien fuera
lder del conjunto de cumbia piquetera Santa Revuelta, critic legtima-
mente a la cumbia villera por poseer un mensaje inconducente desde una
ptica revolucionaria. No ocurri lo mismo en Chile donde, en los ltimos
aos, se est desarrollando un hip hop que intenta crear accin y trabajo
comunitario en poblaciones (villas, en Chile) de Santiago como La Legua o
Jos Mara Caro. Hacia el ao 2001 surge la organizacin Hiphoploga cuyo
lema fue Del Mensaje a la Accin. En ella confluyen grupos como Legua
York, Guerrillerookulto y M-16 con un discurso revolucionario y una
propuesta de lucha y de organizacin que va ms all de la mera denuncia,
igual que la ms reciente Red de HipHop Activista. Sus lricas polticas
buscan igualmente diferenciarse, por oposicin, del hip hop de base gansta,
del reggeatn y de la cumbia villera por no tener propuestas de reflexin y
cambio social (Pealoza Castillo, 2006).
Una vez ms consideramos que la cumbia villera, a pesar de su imper-
feccin en el mensaje y de no haber evolucionado hacia circunstancias como
las descritas en Chile, cumpli la funcin de hacer evidente y llevar a la super-
ficie condiciones de vida y situaciones subjetivas y sociales que la sociedad
quera esconder. Adems, la gran repercusin del gnero musical hizo impo-
sible que la intencin de invisibilizar a todo un sector social fuera consumada
en silencio. La ausencia de una temtica combativa es probable que la vuelva
estril pero, por otro lado, no la deslegitimiza como manifestacin cultural
de un sector social. Esta legitimacin est dada por la construccin de una
identidad que contrasta deliberadamente con la del modelo que oper la ex-
pulsin. Cuando Pablo Lescano arenga: las palmas de todos los negros arri-
ba no hace otra cosa que aceptar la adjetivacin con la cual, velada y
peyorativamente, la sociedad los designaba y reformularla con orgullo iden-
titario.
Hoy en da las condiciones socio-econmicas de la Argentina han co-
menzado a cambiar y la cumbia villera dej su lugar a otras evoluciones del
gnero como la cumbia base que retoma la temtica romntica. Sin embargo,
despus de la cumbia villera nada puede volver a ser como era antes de ella.
Este estilo, en su gnesis, corri el velo de fantasa que cubra a la cumbia
tradicional, les habl a sus oyentes tal como ellos hablaban y les cant sus
vivencias cotidianas. As se oper la renovacin del gnero en sus temticas y
en su forma exterior de expresin. Gran parte del lxico introducido por el
estilo villero ha quedado en la nueva cumbia y la gran simplificacin que se
oper en lo musical influye a los nuevos estilos. Hablando en trminos estric-
tamente musicales la cumbia villera no se edific sobre el desarrollo de un
40
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
NOTAS
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ARETZ, I. (1999) El folklore musical argentino. Buenos Aires: Ricordi Americana.
CORTAZAR, A. R. (1975) Los fenmenos folklricos y su contexto humano y
cultural, en Teoras del folklore en Amrica Latina. Caracas: INIDEF.
CORTAZAR, A. R. (1959) Esquema del folklore. Conceptos y mtodos. Buenos Aires:
Editorial Columba.
41
6 (2)
DE GORI, E. (2005) Notas sociolgicas sobre la cumbia villera. Lectura del drama
social urbano, Convergencia, Revista de Ciencias Sociales, 38: 353-372.
KROEPFL, F. & AGUILAR M. del C. (1989) Propuesta para una metodologa de
anlisis rtmico. Buenos Aires: Edicin del CCCBA.
LIST, G. (1994) Msica y poesa en un pueblo colombiano. Una herencia tri-cultural.
Bogot: Colegio Mximo de las Academias Colombianas, Patronato
Colombiano de Artes y Ciencias, Junta Nacional de Folclor.
PACINI HERNNDEZ, D. (1992) Review Untitled, en Ethnomusicology, 36(2):
288-296.
PEALOZA CASTILLO, CH. (2006) Msicas en los barrios marginados de Santiago
de Chile: de villeras, hip hop y flaites, Primer Coloquio Internacional de la Red
Latinoamericana de Estudios del Discurso, Centro de Investigaciones en
Antropologa Filosfica y Cultural, Buenos Aires.
ZAPATA OLIVELLA, D. (1962) La cumbia: sntesis musical de la Nacin
colombiana, resea histrica y coreogrfica, Revista Colombiana de Folclor
3(7): 189-204.
42
Manuel Massone, Mariano De Filippis: Las palmas de todos los negros arriba
43
6 (2)
44
ARTCULO
RESUMEN. En este trabajo, desde el marco terico del Anlisis Crtico del Discurso y
mediante una metodologa cualitativa (Fairclough y Wodak, 1997), analizo lingsti-
camente el perodo de surgimiento y madurez del tango. Se profundizan las operacio-
nes de asignacin de sentido relacionadas con la temtica amorosa y con el sesgo
sentimental, elementos sustanciales de la identidad del gnero. El objetivo es obser-
var cmo lo textual revela aspectos del sistema de creencias de los sujetos y de las
prcticas sociales de Argentina durante el ltimo perodo del siglo XIX y la primera
dcada del XX. El anlisis lingstico manifest que el sesgo sentimental se construye
sobre la base de la representacin dicotmica del signo mujer en relacin con una
estructura temporal tridica. Finalmente, se vincula este anlisis con la situacin his-
trico-social de la poca, puesto que el hermetismo de dicha situacin gener la nece-
sidad de canalizar y representar esa incomprensin en smbolos.
PALABRAS CLAVE: tango, anlisis crtico del discurso, sistema de creencias, situacin histrico-social.
ABSTRACT. In this paper, from the theoretical framework of Critical Discourse Analy-
sis and through a qualitative methodology (Fairclough and Wodak, 1997), I examine
linguistically the period of emergence and maturity of tango. The operations of allo-
cation of meaning related to the love theme and sentimental bias are explored as
substantial elements of the tango genre. The aim is to see how these elements reveal
aspects of the belief systems of the subjects and the social practices during the last
period of the nineteenth century and the first decade of the twentieth. The linguistic
analysis shows that the sentimental bias is built on the basis of the dichotomous
representation of the sign woman in connection with a temporary triadic structure.
Finally, the analysis focuses on the historical and social situation of the time because
it was this situation that generated the need to channel and represent this hermetism
in terms of symbols.
KEY WORDS: Tango, critical discourse analysis, belief system, socio-historic situation
base da representao dicotmica do signo mulher com relao a uma estrutura tem-
poral tridica. Finalmente, esta anlise vincula-se com a situao histrico-social da
poca, devido a que o hermetismo de essa situao gerou a necessidade de canalizar e
representar essa incompreenso em smbolos.
PALAVRAS CHAVE: tango, anlise crtica do discurso, sistema de crenas, situao histrico-social.
Introduccin
En la historia de la humanidad, el arte ha sido un modo de canalizar el
sentir de los hombres. Cada perodo histrico ha generado sus propias mani-
festaciones culturales y a travs de sus huellas es posible reconstruir el universo
social de significaciones de una poca. En este trabajo, mediante el anlisis
lingstico de un corpus de letras de tango, veremos cmo lo textual puede
iluminar aspectos de las prcticas sociales en las que surgi este gnero como
manifestacin artstica y cultural. Siguiendo a Bajtn (1979), entendemos el
concepto de gneros discursivos como tipos temticos, composicionales y
estilsticos de enunciados determinados y relativamente estables. Veremos, en
primer lugar, cules son las caractersticas que definen al tango como tal. Lue-
go, a partir del anlisis lingstico, profundizaremos la temtica amorosa y la
tipologa de la mujer en relacin con el sesgo sentimental sobre el que hablan
varios autores y el que se transform, por alguna razn, en un elemento sus-
tancial para definir el gnero. Finalmente, expondremos algunas ideas que
vinculan las caractersticas del tango con las prcticas sociales dentro de las
cuales se gest y alcanz su madurez.
46
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
Si bien Russo & Marpegn (1999) indican que el gnero fue hiperrealis-
ta, universal en sus temticas y que transita el amplio espectro de las pasiones
47
6 (2)
48
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
49
6 (2)
cin. Segn Penas, las letras de tango han servido de punto de partida para un
estudio sociolgico de nuestra ciudad e incluso de la realidad socioeconmica del
pas (Penas, 1998: 187). Dentro de este universo nos interesa profundizar
lingsticamente en la temtica amorosa y en la tipologa de la mujer en rela-
cin con ese sesgo sentimental del que hablan los autores y que se transform,
por alguna razn, en un elemento sustancial del gnero. Como menciona
Himschoot, entre otros autores que exponen ideas similares:
Lo cierto es que el tango nace aparentemente en la mitad del siglo pasado hace
sus pininos a fines de siglo con Dame la lata y tantos otros que se han
perdido en el olvido.
Luego, poco a poco se va afianzando con Don Juan, El porteito, El cho-
clo hasta llegar el ao 1917 en el que Contursi inicia una temtica que se
afianzara en el tango, la de la mujer que abandona al hombre. (Himschoot,
2000: 8)
Corpus
Seguimos los siguientes criterios para circunscribir el corpus. En primer
lugar, como mencionan Russo & Marpegan (1999) en el prlogo de su anto-
loga, estamos frente a un gnero que ya pas las treinta mil obras registradas
y sigue dando frutos en el presente, razones que hacen que sea imposible rea-
lizar una seleccin desapasionada, objetiva y total. Por esto, trabajamos con
tres antologas: Las letras del tango de Eduardo Romano publicada en 1995
por la editorial Fudacin Ross, Letras de tango de Juan ngel Russo y Santiago
D. Marpegn publicada en 1999 por la editorial Basilico y Antologa de tangos
lunfardos de Marcelo Oliveri publicada en 2006 por Ediciones del Libertador.
Tambin, se realiz una bsqueda en internet a partir de los criterios de bs-
queda descritos abajo.
Del material mencionado se seleccionaron tangos en los que aparecen
vinculados la traicin de la mujer y el tema amoroso como temas centrales, y
en los que el sujeto que enuncia corresponde al gnero masculino. Estos tan-
gos nos permiten analizar cmo se construye el significado de los signos mu-
jer y traicin, y a su vez observar cmo se vinculan estos signos con otros,
dado que los signos entran en micro-universos de relaciones a partir de las
cuales se constituyen como tales.
Se incluyeron tambin letras en las que la temtica de la traicin de la
mujer no aparece en forma central en la superficie textual, sino como tema
secundario. La inclusin de estos tangos nos permite analizar la aparicin de
la mujer y de la traicin en relacin con otros temas.
La fecha lmite para la inclusin de tangos en el corpus es 1950. Inclu-
yendo as, respecto de los temas mencionados, el anlisis comparativo del
perodo de surgimiento del tango y su madurez como gnero. No se incluyen
en el corpus letras posteriores ya que, segn Romano, el ao 1950 representa
50
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
Si bien dentro del perodo que abarca el corpus varios autores incluiran
subperodos, con Juan Jos Saer entendemos que:
el valor potico de las letras es independiente de la retrica que emplean, ya
sea criollista, lunfarda o cultista. Esto significa que sus logros poticos no se obtie-
nen por medios diferentes a los de cualquier clase de poesa. Lo que es potico en
las letras de tango lo es segn las reglas generales del lenguaje potico, de modo
que los cambios de retrica, del criollismo al lunfardo y del lunfardo al cultismo,
no reducen ni agregan posibilidades en cuanto a su eficacia potica. es de hacer
notar que una importante mayora de las letras de tango, sea cual fuere su retri-
ca, tiene una estructura esencialmente narrativa que, sobre el fondo mtico de
un lugar, Buenos Aires, y de una poca, la primera mitad del siglo XX cristaliza
en un sistema de representacin imaginario y autnomo. El tango tiene ms de
ciclo o de saga que de cancionero. Este innegable carcter narrativo, que a mi
juicio no ha sido todava bien estudiado, impone ciertas reglas al elemento poti-
co del tango (Saer, 2001).
Metodologa
La metodologa aplicada es eminentemente cualitativa y sigue los
lineamientos propuestos por Fairclough y Wodak (1997) para el Anlisis Cr-
tico del Discurso. Por lo tanto, se adhiere a la idea de que toda instancia
51
6 (2)
52
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
53
6 (2)
54
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
55
6 (2)
56
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
Si bien consideramos que esta idea es vlida, sostenemos que ese cambio
se relaciona a razones ms arraigadas en el imaginario de los sujetos sociales
de la poca y que la definicin del gnero asociada al sesgo sentimental y al
amor perdido no podra comprenderse sin tener en cuenta la realidad social
del ltimo perodo del siglo XIX y de la primera dcada del siglo XX. Es
decir, la realidad de aquellos inmigrantes que haban abandonado a sus fami-
lias y esposas en busca de nuevas oportunidades y que es la clase social criolla-
inmigratoria en la que se desarrolla este gnero. Partiendo de la base de que
los sistemas de creencias de una sociedad se transcriben en los discursos que
circulan en ella y siguiendo una lnea analtica similar a la propuesta por
Moffat (1984) en el captulo Cultura Criolla del libro Psicoterapia del oprimi-
do, entendemos que el tango se afianza como gnero en la bsqueda de
manifestar una situacin econmico-social en un momento histrico. As, el
tango tematiza simblicamente la realidad de la exclusin sufrida por la clase
que surge como tal a partir de los procesos inmigratorios del perodo mencio-
nado. La traicin de la mujer (la mujer-traicin) esconde otra traicin que es
netamente econmico-social. La mujer-traicin representa la realidad vivida
por la clase inmigrante en Argentina, en donde el sueo de hacer la Amrica
se convirti en una realidad de pobreza, hacinamiento, prostitucin y delin-
cuencia, productos de la explotacin. No se debe dejar de lado el hecho de
que, mayoritariamente, los inmigrantes fueron recibidos en esta nacin con
apertura y beneplcito (Pardo, 2003). Como indica Ditella (1988), entre 1880
y 1914 un gran porcentaje de la poblacin de Argentina era inmigrante. Y
debemos agregar que los inmigrantes que se asentaron en Buenos Aires perte-
necan, en su mayora, a la clase obrera. Desde 1880, la clase dirigente puso
en marcha un proceso para homogeneizar a esa poblacin, ejemplos de ese
proceso son la famosa ley de educacin 1420 sancionada en 1884 y el servicio
militar obligatorio establecido a partir de 1901. Finalmente, siguiendo a Par-
do (2003), podemos decir que la bsqueda de la identidad nacional, en la
Argentina de ese perodo, fue un proceso de reconocimiento interno y de
posicionamiento.
Ahora bien, por un lado, todo intento de homogenizacin provoca crisis
identitarias y, como dijimos, el sueo de progreso se convirti en realidad
slo para unos pocos. Esta traicin se vivencia constantemente en el presente
textual y genera, en ese presente, la aoranza de un tiempo original (ante-
rior al engao y a la traicin) que estara representado por la mujer-madre: la
patria deseada como algo idealizado, como una regresin al perodo de de-
pendencia y cuidado materno (idealizado porque podra decirse que la pri-
mera expulsin sufrida por el inmigrante es la de su propia patria). Este sera
57
6 (2)
el sufrimiento y la queja que esconden las letras y la msica del tango. Esta
queja se proyecta primero en el espacio, de la periferia al centro y, luego, en
forma de eco en el tiempo permaneciendo an en la actualidad. Es decir, la
traicin que se cuenta en el tango simboliza otra traicin ms oculta y latente:
la traicin social.
El hermetismo de la situacin social, la pregunta sin respuesta asociada a
la entonacin apelativa, se simboliza a travs del hermetismo de la mujer.
Citando nuevamente a Octavio Paz: el hermetismo femenino tentativa
desesperada para obtener una respuesta de un cuerpo que tememos insensible.
Porque, como dice, Luis Cernuda, el deseo es una pregunta cuya respuesta no
existe (Paz, 1959: 60)
As, el tango funcionara como una herramienta teraputica que permite
decir/narrar/cantar/contar/bailar la desilusin. Tal vez, intentado expulsar ese
fantasma. Y, de este modo, como un elemento que actu en la construccin
de la identidad de esa clase, identidad marcada por la traicin y el anhelo de
aquello que se tuvo (as sea una ilusin) y se perdi.
El tango sale del cuerpo, va de los pies a los labios, en un movimiento de
expulsin. Su aparicin permiti simbolizar/vehiculizar/canalizar la angustia
de la prdida y de la traicin. Porque cuando un sujeto no puede decir, dice
de otra manera, dice con el cuerpo o con el arte. En vez de hablar la traicin
se la canta y se la baila. No olvidemos que la quebrada, figura de la danza en
la que se quiebra el cuerpo, y que el lunfardo que quiebra las reglas del len-
guaje y la materialidad del lenguaje mismo tambin son parte de esta compo-
sicin semntica, meldica y rtmica producto de sujetos-sociales quebrados
a los que, como dice un tango, se les rob toda ilusin.
Conclusiones
El anlisis lingstico del corpus sobre los temas de la mujer, la traicin y
el sesgo sentimental demostr que:
- El signo mujer se construye a partir de la dicotoma: mujer-traicin y
mujer madre. La primera es sujeto de acciones verbales como abando-
nar y traicionar y aparece relacionada con las personas gramaticales
tercera y segunda y a verbos en pretrito del modo indicativo: la que
traicion, vos que me traicionaste. La segunda se asocia a la tercera
persona y tambin a verbos en pretrito: la que abandon, en estos
casos el que narra suele ser sujeto de la accin en relacin con el
abandono, el no escuchar los consejos, etc.
- En la construccin del sujeto que enuncia observamos que, a travs de
los pronombres personales en funcin de objeto (me y lo), se presen-
ta, predominantemente, como afectado por la traicin. Su figura se
construye con verbos en presente del indicativo y verbos en los mo-
58
Mariana Carolina Marchese: Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo
NOTAS
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ADELSTEIN, A. (1996) Enunciacin y crnica periodstica. Buenos Aires: Ars.
BAJTN, M. (1979) Esttica de la creacin verbal. Mxico: Siglo XXI.
DI TELLA, T.S. (1988) Sociologa de los procesos polticos. Buenos Aires: Eudeba.
FAIRCLOUGH, N. &WODAK, R. (1997) Critical Discourse Analysis, en T.A.
van Dijk (ed.), Discourse as social interaction, vol. 2, pp. 258-284. London:
Sage.
HIMSCHOOT, O. B. (2000) El tango: la pasin del 2 x 4. Buenos Aires: Editorial
Policial.
LAVANDERA, B. (1985) Decir y aludir: una propuesta metodolgica, Filologa
19 (2): 21-31.
LERNER, I. (2001) La clase es un tango, Barcelona: Facultad de Filologa.
MOFFAT, A. (1984) Psicoterapia del oprimido. Buenos Aires: Alternativas.
OLIVERI, M. (2006) Antologa de tangos lunfardos. Buenos Aires: Ediciones
Libertador.
PARDO, M. L. (2003) La representacin discursiva de la identidad nacional durante
la dcada del 20: inmigracin y nacionalismo en la Argentina. En Ortiz, T.
Pardo, M. L. y Noblia, V. (Coords) Origen y transformacin del Estado argentino
en perodos de globalizacin, (pp. 73-94). Buenos Aires: Biblos.
PAZ, O. (1959) El laberinto de la soledad. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
PENAS, A. (1998) Recopilacin para una sociologa tanguera. Buenos Aires:
Ediciones Corregidor.
ROMANO, E. (1995) Las Letras del Tango. Antologa Cronolgica 1900-1980.
Rosario: Fundacin Ross.
59
6 (2)
60
ARTCULO
CECILIA SERPA
Universidad de Buenos Aires
RESUMEN. Este trabajo tiene como objetivo analizar las Pautas de evaluacin para los conte-
nidos de la cumbia villera (COMFER1, 2001) desde la perspectiva de la Sociologa del
Lenguaje (Calvet, 1997; Cooper, 1997) a fin de identificar la actitud (Baker, 1992) y las
representaciones sociolingsticas (Boyer, 1991) del Estado con respecto a este gnero
musical. Partiendo de la afirmacin de que el anlisis de los instrumentos, que permiten la
intervencin de los estados en materia de poltica y planificacin lingstica, pone en
evidencia las relaciones de poder que se juegan en el seno de una sociedad particular en un
momento dado (Calvet, 1997), se probar que las Pautas pretenden intervenir imperati-
vamente sobre el lenguaje a fin de regular su forma y su uso y defender lo que reconoce
como lengua legtima.
PALABRAS CLAVE: cumbia villera, sociologa del lenguaje, representacin, actitud, poltica
lingstica, planificacin lingstica.
ABSTRACT. This study aims to analyze Pautas de evaluacin para los contenidos de la cumbia
villera (COMFER, 2001) from the perspective of the Sociology of Language (Calvet,
1997; Cooper, 1997) to identify the attitude (Baker, 1992) and the sociolinguistic repre-
sentations (Boyer, 1991) of the state with respect to this genre. Based on the assumption
that the tools of analysis, which allow the intervention of state policy and language
planning reveal the power relationships that are played within a particular society at a
given moment (Calvet , 1997), it will be shown that the Pautas are intended to intervene
the language in order to regulate its use and its form and defend what they recognize as
legitimate language.
RESUMO. Este trabalho tem como objetivo analizar as Pautas de avaliao para os contedos
da cumbia villera (COMFER, 2001) desde a perspectiva da Sociologia da Linguagem
(Calvet, 1997; Cooper, 1997) visando identificar a atitude (Baker, 1992) e as represen-
taes socio-lingsticas (Boyer, 1991) do Estado no que diz respeito de este gnero musi-
cal. Partindo da afirmao de que a anlise dos instrumentos, que permitem a interveno
dos estados no tocante poltica e ao planejamento lingstico, evidencia as relaes de
poder presentes no interior de uma sociedade particular em um momento determinado
(Calvet, 1997), provar-se- que as Pautas pretendem intervir imperativamente sobre a
linguagem, com o propsito de regular sua forma e seu uso e defender o que reconhece
como lngua legtima.
Introduccin
Se ha sealado ya que la cumbia villera es simultneamente un fenmeno
artstico o cultural, social, comercial, meditico y lingstico, entre otros as-
pectos, por lo que su estudio puede focalizarse en una o ms de tales perspec-
tivas. Podemos, por ejemplo, proponernos hacer un anlisis del contexto so-
cial, poltico y econmico que hizo posible su aparicin; estudiar de qu modo
los medios masivos incidieron en la produccin, circulacin y recepcin de la
cumbia villera; develar qu influencias musicales subyacen a este gnero; o
igualmente encarar una investigacin sobre el uso particular del lenguaje que
se opera en las letras de sus canciones. Todas estas aproximaciones al fenme-
no son igualmente legtimas en tanto se justifican desde el interior mismo de
la disciplina que funciona como marco terico para su abordaje. A su vez,
cada rea del conocimiento provee a los investigadores de distintos modos de
aproximacin al objeto, por lo que no podemos limitarnos a decir que un
anlisis es, por ejemplo, lingstico, sino que debemos profundizar en esta
cuestin y especificar desde qu perspectiva lingstica se produce un deter-
minado estudio concreto.
En nuestro caso particular, el anlisis que presentamos ms abajo sigue
los lineamientos de la Sociologa del Lenguaje, un rea de la lingstica que se
ocupa del estudio del lenguaje en funcin de las relaciones de poder. Seguire-
mos, en este sentido, las propuestas de Calvet (1997) y Cooper (1997), quie-
nes proponen el estudio de las polticas lingsticas como un modo de acce-
der a las relaciones de fuerza entre los actores sociales que se juegan en torno
a las lenguas. Es por eso que nos proponemos analizar de qu modo se posi-
ciona el Estado argentino frente a la cumbia villera, cul es su actitud ante este
fenmeno y qu representaciones son las que subyacen a sus acciones. Para
ello, tomaremos como objeto de nuestro trabajo un documento elaborado en
julio de 2001 por el Grupo de Investigacin en Sustancias Txicas integra-
do por Andrea Wolf, Vernica Salerno y Paola Ramrez Barahona del
62
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
63
6 (2)
64
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
65
6 (2)
Anlisis
UNA LECTURA POSIBLE
66
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
67
6 (2)
te: se lo representa como un sujeto vulnerable al que hay que proteger de las
malas influencias. En este caso, podramos incluso afirmar que se trata de un
estereotipo, si lo entendemos como una creencia, una opinin, una represen-
tacin relativa a un grupo y sus miembros (Amossy & Herschberg Pierrot,
2001: 39), en tanto la cultura occidental contempornea comparte simult-
neamente dos imgenes estereotipadas contrapuestas de los adolescentes: por
un lado, la idea de sujeto indefenso y vulnerable, que adolece de; y, por el
otro, el adolescente aparece como una amenaza a partir de su carcter trans-
gresor, irrespetuoso con respecto al mundo adulto. Siguiendo el texto de las
Pautas, el COMFER evidencia aqu cierta actitud maternal para con el p-
blico joven, actitud que en ltima instancia no es ms que un acto de censura
justificado a partir de cierta preocupacin por el bienestar de los jvenes.
Transcribimos el fragmento textual donde se explicita lo dicho:
Con frecuencia se observa, en las transmisiones en vivo de programas de msica
tropical, la presencia de un importante nmero de preadolescentes y adolescen-
tes, siendo estos segmentos considerados los de mayor riesgo y vulnerabilidad,
frente a la temtica en cuestin. (COMFER, 2001: 2)
68
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
En relacin con este aspecto particular, sealamos por ltimo que la cues-
tin merecera un debate respecto de si es esta la manera ms adecuada de
prevenir y educar a los ciudadanos en lo que respecta al uso, abuso y de-
pendencia de sustancias psicoactivas y si las verdaderas races del problema
se encuentran en la difusin de un gnero musical particular.
Las referencias al aspecto lxico y la punicin que implica su uso se
introducen a partir del contenido, entendido como el significado lxico, to-
mando como ejes principales para su evaluacin su coincidencia/divergencia
respecto de lo estipulado por la RAE y su utilizacin en espacios sociales
restringidos/amplios.
Las lricas de las canciones de estos grupos constan de trminos aceptados y recono-
cidos por la Real Academia Espaola y, tambin, cuentan con expresiones que, en
primera instancia, constituyeron un cdigo de uso exclusivo de determinados secto-
res. Sin embargo, el espacio de circulacin de estas manifestaciones ha trascendido
69
6 (2)
Uno de los temas principales del anlisis tal como se anuncia en las pri-
meras lneas del documento (COMFER, 2001: 3) es el empleo y la contex-
tualizacin (sin aclarar qu se entiende por contextualizacin) de expresio-
nes asociadas a la jerga de la droga, siempre, como se dijo antes, focalizando en
la preservacin de los sectores sociales caracterizados como ajenos: se privile-
gia este aspecto del lxico porque el conocimiento de dichas expresiones, en la
actualidad, ha trascendido los sectores en los cuales estas se han generado para
pasar a ser de dominio pblico (COMFER, 2001: 3).
Para justificar la tesis sobre la que se apoyan las Pautas, la popularizacin
de la mencionada jerga, es decir, el cambio diacrnico que ha experimentado
la recepcin del lxico asociado al mbito de la droga, se contrastan dos mo-
mentos alejados entre s por el paso de diez aos: un estudio estadstico llevado
a cabo entre 1985 y 1988 acerca del lenguaje usado en los escenarios de la
droga en el que se demuestra que los adultos de los sectores econmicos me-
dios estaran ms familiarizados con dicho lenguaje frente a sus pares pertene-
cientes a sectores econmicos bajos, relacin que se invierte entre los adolescen-
tes (ms familiarizados en los sectores bajos que en los medios); y una campaa
publicitaria llevada a cabo en 1998 por el Consejo Publicitario Argentino en la
cual se evidencia la popularizacin de los trminos lnea en referencia al
modo de distribuir la cocana para su posterior inhalacin y duro efecto de
rigidez muscular que produce su consumo (COMFER, 2001: 3-4). Este dato
sirve como argumento para concluir que dichas expresiones, dentro de una
trama discursiva, perderan su carcter polismico y adquiriran un sentido
unvoco, directo, sin mediaciones retricas. En la cuestin que nos atae, este
ser uno de los aspectos a tener en cuenta en el anlisis de contenido de las
composiciones de la cumbia villera (2001: 4). La advertencia del COMFER
est relacionada con el modo inequvoco en que son interpretados los trminos
relacionados con el consumo de psicofrmacos. El eje del problema se desplaza
entonces desde la posible apologa del consumo de drogas que realizara el gne-
ro musical, hacia el hecho de que la misma sea efectiva y correctamente inter-
pretada por quienes no son sus destinatarios originales. Dicho ms claramente,
la preocupacin del COMFER no es tanto la incitacin a conductas considera-
das nocivas y moralmente condenables, sino ms bien que dicha incitacin
resulte comprensible para los adolescentes de los sectores medios y altos, e in-
cluso que stos adopten tales conductas. Encontramos entonces que el COMFER
adopta una actitud que, desde su propio punto de vista, tendera a la proteccin
del pblico a partir del momento en que considera que cierto sector de la socie-
dad est en peligro, pero que se mantiene pasivo mientras el peligro se limite a
los sectores que defini como marginales. Por lo tanto, el COMFER no acta
por el bien de todos, sino de algunos.
70
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
71
6 (2)
72
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
gen tal del lenguaje que el significado se define pura y exclusivamente como el
contenido lxico de los trminos.
Recapitulacin
Para concluir, nos limitaremos a ordenar la informacin que brinda el
anlisis de las Pautas en relacin con los conceptos tericos expuestos en la
introduccin de este trabajo.
En primer lugar, estamos en condiciones de afirmar que el COMFER
como organismo gubernamental pretende incidir de modo imperativo (dado
que establece los casos de infraccin/no-infraccin en cuanto a la difusin de
la cumbia villera) (Calvet, 1997) mediante las Pautas, pero no establece de
manera clara cules son las sanciones que acarrea la infraccin. Adems, es
contradictorio en s mismo dado que simultneamente explicita que las Pau-
tas tienen ms bien una funcin orientadora.
En segundo lugar, las Pautas forman parte de la planificacin lingstica
llevada a cabo por el Estado argentino y actan sobre las tres reas potenciales
que reconoce Calvet (1997): la forma de la lengua (en particular, el significa-
do lxico de los trminos), su uso (determinando los contextos de produc-
cin y circulacin de cada discurso, y vedando el acceso de la cumbia villera a
ciertos contextos particulares) y la defensa de lo que se considera como len-
gua legtima, en cuyo caso lo estipulado por la RAE funciona como parme-
tro. Observamos, por lo tanto, cierta actitud purista por parte del COMFER,
junto con una postura reduccionista ante problemas sociales profundos como
la drogodependencia y la marginacin social.
Asimismo, en cuanto de la taxonoma de las funciones del lenguaje pro-
puesta por Cooper (1997; con base en Stewart, 1968), encontramos que la
actitud purista antes mencionada obedece a un intento por preservar lo que
se considera lengua oficial la variante culta del espaol rioplatense que se
defiende es la misma que se usa en la redaccin del informe, funcin que
aparece superpuesta con la de comunicacin comunitaria en tanto el mbito
de competencia del COMFER son los medios audiovisuales. Simultnea-
mente, las Pautas se apoyan en la funcin grupal del lenguaje como premisa
necesaria para sostener que las letras de la cumbia villera se relacionan directa-
mente con un grupo social particular, y que por lo tanto no debera formar
parte de ni ser comprendida por otros sectores sociales (a riesgo de que estos
ltimos sean integrados). Este es tal vez el aspecto ms objetable de las Pautas.
Sealamos, por otra parte, que para entender este documento resulta
imprescindible incluirlo dentro de la serie que forma junto a las leyes, decre-
tos y publicaciones en general del mismo organismo. En este sentido, los
estudios realizados hasta el momento5 muestran cierta inestabilidad en la ac-
titud del Estado frente a la(s) lengua(s) en relacin con los medios masivos de
difusin, variacin ligada a la ideologa del gobierno que decide actuar o
73
6 (2)
74
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
NOTAS
1 Organismo del Estado argentino que se ocupa de supervisar los contenidos de los
medios.
2 En relacin con los jvenes como sujetos de consumo y los modos en que stos
en trminos de la autora han sido visibilizados a la largo del ltimo siglo,
recomendamos la consulta de Reguillo Cruz (2000), a quien seguimos en nuestra
exposicin.
3 A fin de acotar nuestro anlisis, dejamos de lado el estudio de la normativa citada
en el documento que nos compete.
4 Aclaremos que el COMFER toma como fuentes para la elaboracin de dicho
glosario algunas publicaciones periodsticas de circulacin masiva (Clarn, domingo
1 de abril de 2001; La Prensa, 27 de junio de 2001) junto con los aportes de su
propia investigacin.
5 Podemos nombrar, por ejemplo: Arnoux, Vzquez Villanueva, Vitale (s/f ): Regu-
lacin del lenguaje y control de la moral y el civismo en la normativa estatal sobre
la radiodifusin; Vzquez Villanueva (2000): La(s) lengua(s) en la legislacin
argentina sobre radiodifusin, en www.comfer.gov.ar; Vzquez Villanueva, Vitale
(2000): Las leyes argentinas de Radiodifusin: polticas culturales y homogenei-
zacin lingstica, en http://biblio.fcedu.uner.edu.ar/v_jornadas/ponencias/
Area02/Vazquez_Vitale.html, entre otros.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
ALVARADO, M. (1994) Paratexto. Buenos Aires: Eudeba Coleccin Enciclopedia
Semiolgica.
AMOSSY & HERSCHBERG PIERROT. (2001) Estereotipos y clichs. Buenos
Aires: Eudeba.
BAKER, C. (1992) Attitudes and language. Clevedon: Multilingual Matters.
BOYER, H. (1991) Langues en conflit. Paris: LHarmattan.
CALVET, L. J. (1997) Las polticas lingsticas. Buenos Aires: EDICIAL
COOPER, R. L. (1997) La planificacin lingstica y el cambio social. Madrid:
Cambridge University Press.
COMFER. (2001) Pautas de evaluacin para los contenidos de la cumbia villera.
Documento oficial del gobierno argentino disponible en: http://
www.comfer.gov.ar/documentos/pdf/villera.pdf.
NINYOLES, R. L. (1972) Idioma y poder social. Madrid: Tecnos.
REGUILLO CRUZ, R. (2000) Pensar los jvenes. Un debate necesario, en
Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto. Buenos Aires: Norma.
STEWART, W. A. (1968) A sociolinguistic typology for describing national
multilingualism, en J. Fishman (ed.) Readings in the Sociology of Language.
Mouton: La Haya.
75
6 (2)
76
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
Anexo
COMFER
Comit Federal de Radiodifusin
REPBLICA ARGENTINA
77
6 (2)
78
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
posea un manejo algo mayor de ciertos trminos empleados que los de nivel
socioeconmico bajo. Mientras que, como hecho inverso, los adolescentes del
estrato socioeconmico bajo tenan un vocabulario mucho ms amplio acerca
de la droga que los de clase media.
La informacin brindada en torno a la problemtica de las drogas por
instituciones escolares, la familia y los medios masivos de comunicacin, en-
tre otros, produce que los cdigos empleados por determinados grupos tras-
ciendan al decir popular. Tal es as que en 1998, el Consejo Publicitario Ar-
gentino utiliz para la campaa habl con tus hijos acerca de las drogas una
pieza grfica y dos spots televisivos que apelan al consumo de cocana a travs
de una estatua que se va rompiendo entre tanto avanzan los mensajes una
lnea te divide y vos duro, qu penss hacer?. Ello demuestra la populari-
zacin de la mencionada jerga pues el trmino lnea hace referencia al modo
de distribuir la sustancia para su posterior inhalacin y el vocablo duro hace
referencia al efecto de rigidez muscular que su consumo produce, a nivel
corporal y postural (duro como una estatua).
A partir de ello se considera que dichas expresiones, dentro de una trama
discursiva, perderan su carcter polismico y adquiriran un sentido unvo-
co, directo, sin mediaciones retricas. En la cuestin que nos atae, ste ser
uno de los aspectos a tener en cuenta en el anlisis de contenido de las com-
posiciones de la cumbia villera.
El consumo de sustancias txicas ocasiona severos daos en la salud ps-
quica y fsica de quien las emplea como tambin en su entorno mediato e
inmediato. Por esto, desde el mbito jurdico y sanitario, entre otros, se busca
establecer dispositivos que impidan y/o disminuyan el consumo de las mis-
mas. Dichos dispositivos se generan a fin de implementar la prevencin pri-
maria, secundaria y terciaria en lo referente al uso, abuso y dependencia de
sustancias psicoactivas.
El COMFER tambin intenta establecer mecanismos tendientes a la pre-
vencin del consumo de drogas y procura hacerlo a partir de una de las fun-
ciones que le competen. Es decir, como organismo de control de la progra-
macin audiovisual buscar PROTEGER la salud y formacin de la audien-
cia en general y de los menores de edad en particular. Por ello decide no
quedar al margen de una problemtica tan actual y preocupante como lo es el
uso, abuso y dependencia de sustancias psicoactivas. Tan actual que, la mis-
ma, es incorporada en los medios masivos de comunicacin de distintos mo-
dos, siendo uno de ellos las composiciones de la denominada cumbia villera.
Antes de efectuar la enumeracin de las pautas de evaluacin, considera-
mos de fundamental relevancia reflexionar sobre algunas cuestiones acerca de
este proceso y la consiguiente definicin de conclusiones.
Atendiendo a la complejidad del tema en cuestin, al cual sabemos atra-
vesado por numerosas dimensiones, corresponde destacar que su anlisis com-
prender la observacin de los contenidos visuales y auditivos del material
79
6 (2)
80
Cecilia Serpa: Estado argentino y cumbia villera
81
6 (2)
82
ARTCULO
RESUMEN. El discurso de las personas sin techo nos abre las puertas a una realidad que
cada da se espectaculariza ms (Debord, 1990) de diferentes formas. Una de ellas es
la de una supuesta manifestacin cultural que reivindicara un sistema de creencias
propio de las personas que viven en esta situacin: la cumbia villera. El objetivo
general de este trabajo es ahondar en la relacin que esta manifestacin cultural tiene
con el fenmeno de la posmodernidad, entendiendo esta como una corriente de pen-
samiento que privilegia el relato mnimo, la historia de vida, la espectacularizacin,
un cambio en la idea de la heroicidad, la fragmentacin y una suerte de estetizacin
de la pobreza. El marco terico es el del Anlisis Crtico del Discurso (Fairclough,
2002) y mediante una metodologa cualitativa (Wodak y Meyer, 2003), analizo los
recursos y estrategias lingsticas (cf. Pardo, 1996) en 105 letras de cumbia villlera.
PALABRAS CLAVE: Anlisis crtico del discurso, cumbia villera, pobreza, posmodernismo,
neoliberalismo, Argentina.
ABSTRACT. The discourse of destitute people puts forward a reality that every day is
spectacularized more and more in different forms (Debord, 1990). One of them is
that of a supposed cultural manifestation that reinforces the system of beliefs of the
people who live in this situation: the cumbia villera. The general aim of this research
is to go deeply into the relation that this cultural manifestation has with the pheno-
menon of the postmodern era, understanding this as a current of thought that
favours the minimal statement, the life stories, the spectacularization, a change in the
idea of heroism, the fragmentation and the aesthetization of poverty. The theoretical
frame is that of Critical Discourse Analysis (Fairclough, 2002). I analyze the resour-
ces and linguistic strategies (cf. Pardo, 1996) of the lyrics by means of a qualitative
methodology (Wodak and Meyer, 2003).
KEY WORDS: Critical discourse anlisis, cumbia villera, poverty, posmodernism, neolibe-
ralism, Argentina.
RESUMO. O discurso das pessoas sem tecto abre-nos as portas para uma realidade que
cada dia mais espetacularizada (Debord, 1990) de diferentes formas. Uma delas a
de uma suposta manifestao cultural que reivindicaria um sistema de crenas pr-
prio das pessoas que vivem a situao da cumbia villera. O objetivo geral de esta
investigao aprofundar na relao que esta manifestao cultural tem com o fen-
meno da ps-modernidade, percebendo-a como uma corrente de pensamento que
privilegia o relato mnimo, a histria de vida, a espetacularizao, uma mudana na
idia da heroicidade, a fragmentao e uma espcie de estetizao da pobreza. O
Recibido: 18 de marzo de 2006 Aceptado: 16 de agosto de 2006.
Introduccin
Un estudio de la pobreza o de su discurso no puede estar ajeno a manifes-
taciones que son consideradas por la sociedad como expresiones culturales de
un grupo: La cultura se comprende mejor como complejos esquemas concre-
tos de conducta costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hbitos- pla-
nes, recetas, frmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computa-
cin llaman programas)- que gobiernan la conducta, (Geertz, 1989).
En mi trabajo del 2007:117, sostena que:
La cumbia villera es una manifestacin cultural de sectores populares, marginales
de la Provincia de Buenos Aires. Surge a fines de la dcada de los 90 y su
comercializacin provoca que este gnero musical sea escuchado por diferentes
clases sociales y se extienda a otros pases. Sus letras obscenas, su reivindicacin de
las drogas y el alcohol han hecho que se vea como un fenmeno peculiar. (Pardo,
2007: 117)
84
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
Sin duda, esto explicara algo que se percibe claramente: no todas las
personas que viven en la villa se sienten representadas por la cumbia villera
aunque esta puede cruzar fcilmente las clases sociales y escucharse en todas
ellas. Y es que su nacimiento es ya una muestra de una dicotoma tanto eco-
nmica como cultural.
El objetivo de este trabajo es dar cuenta desde la lrica, del fenmeno de
la relacin entre esta manifestacin cultural y ciertos rasgos de la posmoder-
nidad (Glusberg, 1993; Forster, 2002), como: el relato mnimo, la historia de
vida, la espectacularizacin, la ausencia de futuro, un cambio conceptual en
la idea de la heroicidad, el uso discursivo y de imagen de la fragmentacin y
una suerte de estetizacin de la pobreza.
A fin de lograr este objetivo, desde el marco terico del Anlisis Crtico
del Discurso (Fairclough, 2002) y mediante una metodologa cualitativa
(Wodak, 2000; Wodak & Meyer, 2003; Glaser & Strauss, 1967), analizo los
recursos y estrategias lingsticas (cf. Pardo, 1996) de las letras de diferentes
grupos de cumbia villera. Para esto he conformado un corpus de 105 (ciento
cinco) letras de canciones de cumbia villera argentinas.
85
6 (2)
mnimo, en el que deben ser los ciudadanos los que se autogeneren su felici-
dad (de all el trmino). Este hecho pone fin al pacto social que exista entre
Estado y ciudadana. Termina as el compromiso por parte del Estado de
brindar igualdad de oportunidades para todos y socializar los servicios mni-
mos que requiere un ser humano: agua, luz, gas, jubilacin, salud, educacin,
etc. (Figueroa Ibarra, 2002; Hobsbawm, 2000). Todos los beneficios alcanza-
dos, despus de aos de lucha, fueron aniquilados en menos de 10 aos, el
tiempo que dur el gobierno de Menem, el cual privatiz la mayora de estos
servicios dejando as a una ciudadana desprotegida.
Es durante esos aos que cambia el valor de persona: hoy el que tiene
dinero es, existe, tiene la oportunidad. Esta mercantilizacin del ser, tal como
la denominan Chiapello & Fairclough (2002) definir a la cultura neoliberal.
Esta va de la mano de la espectacularizacin (la necesidad de exponer a lo
pblico (principalmente frente a los Medios de Comunicacin Social (MCS))
lo privado) tal como lo advirti Debord (1990). Pero a este modelo de
gran riqueza y supuesto avance econmico se le opone la realidad de que el
neoliberalismo cuenta con el record histrico de pobres, con ms del 54 por
ciento de la poblacin mundial bajo la lnea de pobreza. A esto debemos
sumarle la brecha ms radical entre ricos y pobres, lo que ha llevado a la casi
desaparicin de la clase media.
La globalizacin, en cualquier poca, implica un movimiento de homo-
geneizacin ideolgica, cultural, econmica, poltica y social. Esto genera, a
su vez, y paradjicamente, que resurjan los regionalismos y los nacionalis-
mos, as como todo proceso de defensa identitaria o de reafirmacin cultural
(Pardo, 2003; Pardo et al 2002; Nobla, 2003).
En cambio, la presencia de fenmenos como los de la cumbia villera
encuentran un espacio ideal para crecer y consolidarse a fines de los aos 90,
en plena decadencia del gobierno menemista. Estos grupos marginales vieron
la oportunidad de preservar su identidad mediante la msica y su espectacu-
larizacin De esta forma, ponen en evidencia ante la sociedad un modo de
vida opuesto al lujo y a la opulencia de toda esa dcada, dejando al descubier-
to la contrapartida de esa realidad: una vida en la miseria, el delito y la deses-
peracin. Pero esta misma exposicin pblica es la que llevara a la cumbia
villera a su propia destruccin.
86
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
87
6 (2)
88
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
Fue a pedir ayuda Argumento que se justifica por los datos anteriores
Nadie se hizo ver Dato 5
Sus amigos la ignoran Justificacin C Dato 5
89
6 (2)
Estribillo
Y sale a la calle Dato 10
A ganarse la vida Argumento justificado por todo lo anterior
Y aunque la gente diga, GARANTA QUE SOLO SE ENTIENDE SI SE ACEPTA QUE
sos una perdida LOS DATOS 6, 7, 8 Y 9 PUEDEN SER TOMADOS COMO
ARREGLOS PROPIOS DE UNA PROSTITUTA Y SI SE CUM-
PLE EL CONTEXTO DE QUE LA PERSONA EN CUES-
TIN SEA POBRE
Y sale a la calle Dato 11
Ah vestida de flor Dato 12
Y vuelve contenta Argumento que se justifica con el Argumen-
Con unas monedas, to siguiente
gracias a dios ARGUMENTO QUE JUSTIFICA Y HACE EXPLCITA LA
GARANTA. SI VIENE CON DINERO ES PORQUE ES
PROSTITUTA.
Forster tambin insiste en que estos hroes posmodernos viven una vida
sin grandes tragedias, evitando el dolor, alejados de reclamos morales, y que
lo nico que buscan es transitar la vida del modo menos sufrido, sin expecta-
tivas y sin nada que los saque de su sosiego.
8. los otros
Los grupos cumbieros villeros, a partir de sus letras, se tornan famosos,
pero continuamente necesitan reafirmar su identidad. Esto se observa, espe-
90
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
91
6 (2)
Polica, Polica
que amargado se te ve
cuando vos ests patrullando
me la como a tu mujer...
Los pibes Chorros (Poliguampa)
A modo de conclusin:
Son muchos los rasgos lingsticos y las representaciones discursivas que
se construyen en las letras de la cumbia villera, pero me parece interesante para
alcanzar una mejor comprensin del fenmeno, narrar a modo de cierre la
historia de un hroe posmoderno como el Frente Vital. El Frente, Vctor, era
un delincuente que hoy tiene un santuario en medio de la villa. Un santuario
al que puede accederse desde Internet a travs de la web de los Pibes Chorros.
Vctor tena 17 aos. Desde los trece haba empezado con pequeos robos,
luego realiz otros ms importantes que le dieron prestigio en su barrio. Un
da en otro de sus asaltos, la polica lleg a su casa de la villa y no tuvo salida.
Algunos dicen que quiso entregarse, pero que los policas lo mataron sin que
pudiera defenderse.
Dice Hugo Presman:
La tumba de Vctor El Frente Vital est colmada de presentes y pedidos. Chicas
de la villa que le piden que les arregle sus conflictos amorosos, o pibes chorros que
le ruegan que los balazos de la yuta no los alcancen. Juan Manuel Mansilla, que
tiene 15 aos, dice que se cur de una dolencia cardaca rezndole al Frente.
(http://www.elortiba.org/cumbiavi.html#Vctor_Frente_Vital_)
92
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
BRITTAN, S. (2001) Happiness is not enough. Templeton Lecture. Institute of
Economics Affairs, 22-11-2001. http://www.samuelbrittan.uk/spee22_p.html
CASTORIADIS, C. (1983) La institucin imaginaria de la sociedad. Barcelona:
Tusquets.
CHIAPELLO, E. & FAIRCLOUGH, N. (2002) Understanding the new
management ideology: a transdisciplinary contribution from critical
discourse analysis and new sociology of capitalism, en N. Fairclough,
Language in New Capitalism, Discourse & Society, 13 (2).
DEBORD, G. (1990) Comments on the society of the spectacle. London: Verso.
FAIRCLOUGH, N. (2002) (guest editor) Language in New Capitalism, Discourse
& Society, 13 (2).
FIGUEROA IBARRA, C. (2002) Violencia, neoliberalismo y protesta popular
en Amrica Latina, en Rebelin. La izquierda a debate: mayo, 2002.
FINK, A. (2000) La globalizacin y su historia. en M.L. Pardo & V. Nobla
(Eds.). Globalizacin y nuevas tecnologas. Buenos Aires: Biblos.
FORSTER, R. (2002) Crtica y sospecha. Buenos Aires: Paids.
GEERTZ, C. (1989) La interpretacin de las culturas. Barcelona: Gedisa.
GLASER, B. & STRAUSS, A. (1967) The discovery of grounded theory: strategies
of qualitative research. London: Weidenfeld & Nicolson.
GLUSBERG, J. (1993) Moderno, posmoderno. De Nietzsche al arte global. Buenos
Aires: Emec.
GRAHAM. P. (2002) Hypercapitalism: language, new media and social
perceptions of value, en N. Fairclough, Language in New Capitalism,
Discourse & Society, 13 (2).
HELLER, A. (1987) Sociologa de la vida cotidiana. Barcelona: Editorial Pennsula.
HOBSBAWM, E. (2000) La izquierda y la poltica de la identidad, New Left
Review. Nmero 0, pp. 114-125. Madrid: Ediciones Akal.
NOBLA, V. (2003) La privatizacin de la desocupacin y la pobreza. El rol del
Estado y de la empresa social en las representaciones sociales de la indigencia,
en T. Ortiz, M. L. Pardo, V. Nobla (Cordinadores). Origen y transformacin
del Estado argentino en perodos de globalizacin. Buenos Aires: Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
93
6 (2)
94
Mara Laura Pardo: Cumbia villera en Argentina: un anlisis crtico del discurso...
95
RESEAS
97
6 (2)
98
Reseas
el propsito del autor, las razones que lo motivaron a escribir ese discurso, su
interrelacin con otros discursos y, como lector, qu postura se asume frente
a ese texto, si se est de acuerdo o no y las razones para ello, entre otros
aspectos. Este ltimo tipo de comprensin es lo que l llama literacidad crti-
ca.
En los captulos siguientes repasa algunas investigaciones sobre la litera-
cidad crtica, entre los cuales destacan los estudios de la Escuela de Frankfurt
acerca de la Teora crtica; las ideas de Freire (1987) sobre la literacidad crtica
como herramienta para la liberacin de los oprimidos; Foucault (1999) con
sus nociones sobre poder, conocimiento y discurso; el Anlisis Crtico del
Discurso (Fairclough, 1992, 1995 y Van Dijk, 1993, 1999) que estudia el
discurso para descubrir los intentos de las clases dominantes para mantener
las estructuras sociales; y, por ltimo, los trabajos de la Psicologa de la Com-
prensin (Brown y Yule, 1983 y Len, 2003) sobre los tipos de inferencias.
A partir de esa aproximacin histrica, Cassany (2006:93) seala que la
comprensin crtica es aquella que asume que el discurso no refleja la realidad
total tal cual es, sino que constituye un punto de vista particular. El lector
crtico es, entonces, aqul que es capaz de analizar ese discurso a partir de la
elaboracin de inferencias que requieren una conciencia crtica enmarcando
su interpretacin desde su comunidad y su cultura. Por lo que propone una
serie de recursos para propiciar la comprensin crtica a partir del anlisis de
los propsitos del autor, de la comunidad discursiva a la cual ste pertenece,
del gnero discursivo, la relacin de ese gnero con otros discursos, las inter-
pretaciones del lector a partir de sus propsitos de lectura y su postura frente
a ese discurso en particular.
La segunda parte del libro Cassany (2006) la introduce bajo el nombre
de Leer en otras lenguas. Los dos captulos de esta seccin introducen al lector
a la complejidad de leer en otra lengua que no sea la lengua materna, ya que,
como se seal antes, para comprender un texto hay que comprender tam-
bin la cultura de la cual ste emerge. Hoy en da, producto de los avances
tecnolgicos, existe lo que este autor denomina globalizacin lectora (Cassany,
2006: 141), en el sentido de que estamos permanentemente en contacto con
discursos escritos en una lengua diferente a la nuestra, lo que implica distin-
tas prcticas discursivas.
Cassany (2006), entonces, establece una diferencia entre lo que denomi-
na lectura intracultural y la lectura intercultural. La primera de ellas ocurre
cuando el escritor y el lector comparten una misma lengua y, por ende, una
misma cultura. En ese caso el autor presupone una cantidad de referentes
histricos y culturales en sus lectores, razn por la cual el discurso puede ser
interpretado sin problema alguno. En el caso de la lectura intracultural, tanto
el autor como el lector pertenecen a culturas diferentes y la lectura ocurre,
bien porque el lector conoce la lengua en la que est escrito el texto, bien
porque lee una traduccin a su lengua. En ambos casos ni el lector ni el
99
6 (2)
escritor saben con certeza las presuposiciones sobre lo que cada uno cree que
el otro conoce. Estas diferencias culturales tambin se evidencian incluso si
hablamos la misma lengua pero pertenecemos a culturas distintas, como el
caso de el espaol hablado en Espaa, Mxico o Venezuela. Siempre habr
diferencias culturales que incidan en la comprensin de los textos; sin embar-
go, tal como seala el autor eso ser siempre mejor que nada: mejor que no
poder acceder a nada. Debemos ser ms humildes al valorar nuestra capaci-
dad para comprender discursos de otras lenguas, y ms tolerantes al juzgar la
capacidad que muestran otros para comprender nuestros textos (Cassany,
2006: 166)
Sin embargo, la dinmica social nos lleva inevitablemente a otro tipo de
literacidad llamada por el autor multilectura o multiliteracidad (Cassany, 2006:
151), entendida como el uso de varias lenguas, registros, gneros discursivos,
entre otros aspectos, de forma simultnea cuando consultamos Internet, res-
pondemos un correo electrnico o nos informamos de algn destino turstico
a travs de una pgina web. En sntesis, a pesar de las diferencias culturales
que inciden en la comprensin, la multiliteracidad se ha convertido en una
prctica social propia de este siglo.
La tercera parte del libro ya nos introduce a la lectura a travs de la com-
putadora, o como llama el autor a esta seccin Leer en la pantalla. Aqu nue-
vamente Cassany (2006: 173) nos habla de literacidad, pero asociada a nue-
vas prcticas y estrategias de lectura, la denomina literacidad electrnica. En
palabras del autor:
Surgen nuevas prcticas comunicativas, con nuevos gneros (correo electrnico,
conversacin o chat, pgina o sitio), estructuras (hipertexto, intertextualidad),
registros (tecleado, coloquial) y formas lingsticas. A partir de estas prcticas,
tambin evolucionan los procesos cognitivos implicados en la lectura y la escritu-
ra. Se aventuran cambios significativos en la cultura y las formas de pensamiento
de las sociedades. (p. 173-174)
En los cuatro captulos referidos a este tema, Cassany (2006) nos aproxi-
ma a las diversas investigaciones que se han realizado en este campo desde la
ptica del anlisis del discurso (Herring, 2001; Yus (2001); Crystal, 2001) y
desde el mbito educativo (Ferreiro, 1999 y 2001; Hawisher y Selfe, 1998;
Leu, 1992; Warschauer, 1999), para sealar la existencia de tres niveles de
literacidad: la literacidad bsica que tiene que ver con la decodificacin de las
palabras; la literacidad funcional y social referida a la comprensin de los
textos a partir del conocimiento cultural y la literacidad electrnica en la que
converge el conocimiento de los nuevos gneros discursivos de carcter elec-
trnico, as como de la capacidad de navegar en la red. Esta ltima literacidad
es la que ha favorecido la aparicin del texto multimodal, el texto en el cual
convergen no slo palabras escritas, sino tambin videos, fotos, sonidos, etc.
100
Reseas
101
6 (2)
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
102
Reseas
Cristina DAvolio
cdavolio@gmail.com
103
6 (2)
104
Reseas
105
6 (2)
tilos) que sustentem tais estratgias (esses conceitos so discutidos com mais
pomenores em Fairclough, 2003). A vantagem de relacionar a ADC EPC,
para Fairclough, a garantia do foco no discurso como uma faceta da globa-
lizao, um momento das prticas sociais nos termos de Chouliaraki & Fair-
clough (1999), sem perder de vista a dialtica entre o momento discursivo e
outros momentos no-semiticos dos processos de globalizao.
Tendo esclarecido sua abordagem globalizao e a relevncia do estudo
de processos de globalizao no mbito da ADC, no Captulo 3 Fairclough
analisa estratgias de globalizao utilizadas por agncias pblicas, governa-
mentais e no-governamentais, e os discursos a elas associados. O foco funda-
mental do captulo, o que se observa nos exemplos apresentados e analisados,
o discurso globalista acerca da globalizao. O principal exemplo explorado
o excerto de um discurso proferido pelo sub-secretrio de Estado dos Esta-
dos Unidos da Amrica em 1999, Stuart Eizenstat, sobre o colapso econmi-
co que se iniciou na sia nos anos de 1990. O globalismo entendido como
um discurso especfico acerca da globalizao baseado em seis asseres bsi-
cas: 1. A globalizao um processo de liberalizao e integrao de mercados
em nvel global; 2. A globalizao e inevitvel e irreversvel; 3. Ningum
responsvel pela globalizao; 4. A globalizao traz benefcios universais; 5.
A globalizao fortalece a democracia no mundo; 6. A globalizao requer
uma guerra contra o terrorismo. Fairclough procede a uma anlise de excer-
tos do texto de Eizenstat, demonstrando sua vinculao ao discurso globalista
da globalizao. O objetivo da anlise mostrar que a fora do discurso glo-
balista reside em sua capacidade de se sustentar por meio de mudanas no
conjunto de discursos a que se filia em resposta a circunstncias, desafios e
crises. Isso inclui a construo do discurso da economia baseada no conheci-
mento e estratgias articuladas para sua instalao ao redor do mundo. Ainda
no Captulo 3, Fairclough apresenta alternativas ao globalismo no seio de
agncias governamentais e no governamentais. Um texto de Mahathir bin
Mohamad, ex-primeiro ministro da Malsia, tambm sobre a crise econmi-
ca na sia na dcada de 1990, ilustra um discurso de resistncia ao globalis-
mo no mbito de agncias governamentais, e um texto do Manifesto Make
Poverty History, organizado pela Christian Aid, prov exemplo de alternativa
ao globalismo em agncias no-governamentais.
O Captulo 4 dedicado a uma anlise da transformao de escalas e da
relao entre escalas na globalizao, que no vista apenas como a criao de
uma escala global, mas tambm como a criao de novas relaes entre a
escala global e outras escalas (local, regional, macro-regional). O foco espec-
fico da anlise apresentada a re-escala no nvel de um Estado-Nao, a Rom-
nia, no contexto de sua adequao para integrar a Unio Europia e das con-
tradies das reformas exigidas para essa transio e o contexto do ps-
comunismo. Para discutir uma escala como um espao em que relaes econ-
micas, polticas e sociais so articuladas, Fairclough recorre obra do gegra-
106
Reseas
107
6 (2)
108
Reseas
109
6 (2)
110
Reseas
gum se trata de leitura indicada a iniciantes, os quais fazem bem em ler pri-
meiro o livro de 2003, pelo menos.
REFERNCIAS BIBLIOGRFICAS
111
6 (2)
112
Reseas
tipo de situaciones a travs del silencio (ya que no poseen un discurso abier-
tamente racista) y mediante la omisin de acciones para detener la violencia.
No obstante, existen tambin grupos minoritarios de colectivos organizados,
como la Asociacin de Mujeres Progresistas de El Ejido, que rechazan la dis-
criminacin e identifican claramente el componente racista de este tipo de
ataques.
En este trabajo, van Dijk se centra en resaltar la influencia fundamental
del racismo de lite sobre los estratos medios y bajos de la poblacin. En
Espaa, si algn poltico emite algn comentario abiertamente racista, los
dems marcan distancia rpidamente porque actitudes conservadoras suelen
asociarse con la influencia histrica del partido falangista de Franco. No obs-
tante, la izquierda poltica, supuestamente ms democrtica, no ha mejora-
do de manera notable la condicin de los inmigrantes; incluso puede llegar a
manejar un discurso sutilmente racista bajo la asociacin entre inmigracin
ilegal y delincuencia.
Entre los mbitos de manifestacin del racismo de lite se encuentra la
poltica y, dentro de ella, el autor seala la importante influencia de los nacio-
nalismos locales de las regiones autonmicas que rechazan de forma contun-
dente la multiculturalidad por considerarla una amenaza a sus valores identi-
tarios regionales. El inmigrante es visto en este caso como un agente del
caos2 que puede generar la desunin y la confusin ante los valores de la
identidad del grupo mayoritario. No es extrao, entonces, que sea comn
encontrar ejemplos de discurso racista en regiones como Catalua, Galicia y
Pas Vasco, incluso contra otros inmigrantes del interior de Espaa. Van Dijk
critica tanto esta posicin como el nacionalismo unificador que niega estas
identidades locales, puesto que ambos procedimientos excluyen la construc-
cin dinmica de la identidad.
Estudios como el de Ribas (2000) son citados por van Dijk para demos-
trar la gradacin desde las posturas ms radicales contra los inmigrantes hasta
las formas ms moderadas de aceptacin. Esta aceptacin aparece mayorita-
riamente condicionada por la exigencia de asimilacin de los valores socio-
culturales espaoles en detrimento de la identidad del inmigrante. Por otro
lado, hay quienes defienden a los inmigrantes asumiendo posturas paternalis-
tas que, finalmente, tambin constituyen una manifestacin de racismo.
Los medios de comunicacin constituyen otro mbito de expresin y
reproduccin del racismo con tendencias similares a la poltica. En Espaa
no existen peridicos con una lnea abiertamente racista, pero igualmente se
asocia a los inmigrantes con la ilegalidad. Repetidamente se presentan esta-
dsticas sobre los crmenes y se enfatiza el componente racial cuando se trata
de extranjeros. Adicionalmente, van Dijk tambin seala que hay muy pocos
periodistas pertenecientes a las minoras que tengan voz en los medios. No
obstante, el autor tambin rescata el hecho de que existan agrupaciones de
113
6 (2)
114
Reseas
115
6 (2)
116
Reseas
117
6 (2)
118
Reseas
119
6 (2)
NOTAS
1 Para el captulo de Amrica Latina, se ha escogido el mbito para analizar por pas.
2 El trmino es mo.
3 En el sentido de que se compensan unas cifras con otras. Por ejemplo: hay un
marcado rechazo hacia el matrimonio mixto con musulmanes, africanos y moros,
pero tienen escasa aceptacin los grupos abiertamente racistas como los cabezas
rapadas o las posiciones extremas de prohibir la entrada de nuevos inmigrantes al
pas.
4 El nfasis es mo.
5 Aunque por motivos de espacio no se hayan mencionado detalladamente aqu,
sino slo las conclusiones a las que llega van Dijk.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Luisana Bisbe
luisanalbisbeb@yahoo.com
120
FORO
121
6 (2)
122
FORO
123
6 (2)
124
ga de la informacin actual constituye claramente un reduccionismo, que se
suma a las falacias y al olvido.
Y pienso que recin entonces podemos comenzar a resolver las siguientes
preguntas: si desaparecieran las expresiones clasistas en la prensa, desapare-
cera el clasismo?; si los pobres no fueran estigmatizados por los medios, ten-
dran mayores oportunidades en la sociedad?
Pedro Santander Molina
pedro.santander@ucv.cl
125
LIBROS RECIBIDOS
LIBROS RECIBIDOS
Dante A. J. Peralta & Marta Urtasun (2004) La crnica periodstica. Lectura crtica y
redaccin. Buenos Aires: La Cruja ediciones.
Lidia Rodrguez Alfano (2004) La polifona en la argumentacin. Mxico: Instituto
Nacional de Antropologa e Historia.
Daniel Cassany (2006) Tras las lneas. Sobre la lectura contempornea. Barcelona:
Editorial Anagrama.
Ingedore Villaa Koch & Vanda Maria Elias (2006) Leer e comprender os sentidos do
texto. So Paulo: Contexto.
Mireya Cisneros Estupin (2006) Lectura y escritura en la universidad. Una
investigacin diagnstica. Pereira (Colombia): Universidad Tecnolgica de
Pererira.
Sandra Soler Castillo (2004) Discurso y gnero en historias de vida. Una investigacin
de relatos de hombres y mujeres en Bogot. Bogot: Publicaciones del Instituto
Caro y Cuervo.
Viviane de Melo Resende & Viviane rmalo (2006) Anlise de discurso crtica. So
Paulo: Contexto.
127
6 (2)
Indice acumulado
Reseas
Teun van Dijk (comp.), El discurso como estructura y proceso. Estudios del discurso:
Introduccin multidisciplinaria, reseado por Guillermo Soto, 103-125.
Giovanni Parodi Sweis (comp.), Relaciones entre lectura y escritura: una perspectiva
cognitiva discursiva. Bases tericas y antecedentes empricos, reseado por Rebeca
Beke, 127-130.
Helena Calsamiglia Blancaflor y Amparo Tusn Vals, Las cosas del decir. Manual de
anlisis del discurso, reseado por Antonio Nez, 133-137.
Reseas
Bob Hodge y Kam Louis, The politics of Chinese language and culture. The art of
reading dragons, reseado por Irene Fonte, 111-114.
Susan Hunston y Geoff Thompson (eds.), Evaluation in text: Authorial Stance and the
Construction of Discourse, reseado por Nora Kaplan, 115-121.
Ingedore Grunfeld Villaa Koch, Desvendando os segredos do texto, reseado por Lenita
Vieira, 122-126.
128
Indice acumulado
Reseas
Leda Berardi (comp.), Anlisis crtico del discurso. Perspectivas latinoamericanas, reseado
por Luisa Martn Rojo, 93-96.
Luisa Martn Rojo (dir.), Ester Alcal Recuerda, Aitana Gari Prez, Laura Mijares,
Inmaculada Sierra Rodrigo y M ngeles Rodrguez, Asimilar o integrar?
Dilemas ante el multilingsmo en las aulas, reseado por Dalia Ruiz vila, 97-
101.
Analia Brandoln y Mara Eugenia Rosboch, Transformaciones al aire: radio, medios
y poder, reseado por Pedro Santander Molina, 102-107.
Reseas
Patrick Charaudeau. El discurso de la informacin. La construccin del espejo social,
reseado por Mara Jess Nieto Nieto y Otero, 103-104.
Dalia Ruiz vila. Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y prctica discursiva,
reseado por Irania Malaver, 105-107.
Deborah Schiffrin, Deborah Tannen y Heidi E. Hamilton, (Comps.) The handbook
of discourse analysis, reseado por Nora Kaplan, 108-114.
129
6 (2)
Reseas
Gladys Acosta y Jorge Snchez, Construccin de Identidad y Funcin Poltica en el discurso
del director de comunicaciones, reseado por Olga Beatriz Muoz, 115-119.
Michel Meyer (Ed.), Perelman. Le renouveau de la rhtorique, reseado por Frances
D. de Erlich, 120-126.
Teun A. van Dijk, Racismo y discurso de las lites, reseado por Leda Berardi, 127-133.
Reseas
Marianne Peronard y Ximena Gmez Garca (Eds) El hombre y su palabra, reseado
por Juana Marinkovich, 113-115.
Anamara Harvey (comp.) En torno al discurso. Contribuciones de Amrica Latina,
reseado por Marianne Peronard Thierry, 121-125.
Giovanni Parodi (ed), Discurso especializado e instituciones formadoras, reseado por
Carmen Lpez Ferrero, 116-120.
130
Indice acumulado
131
Instrucciones para las reseas
La resea tendr como encabezado el autor (o editor), el ao, el ttulo, el nmero
de pginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseada.
En la introduccin se identificar el tema y el problema central.
Se describir la estructura de la obra (en captulos, y partes, existencia de glosarios,
apndices, etc.) y se har una sntesis completa del contenido. Asimismo, se
especificar quines son los lectores potenciales del libro reseado.
El texto de la resea ser evaluativo y expresar la posicin del autor frente a la obra
reseada.
El libro reseado se pondr en relacin con otros trabajos sobre el mismo tema y/
o del mismo autor y se situar en el contexto del momento y lugar en que aparece
publicado.
Se seguirn las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribuciones
a la revista de la ALED.
El texto de la resea tendr un lmite mximo de 3.000 palabras (aproximadamente
diez cuartillas).
Enviar dos copias en papel tamao carta y una en disquete en formato de documento
Word (o compatible) a: Martha Shiro. Apartado 6339. Caracas 1010-A. Venezuela.
E-mail: mshiro@reacciun.ve
132
Instrues para os autores
Poltica Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originais
e inditos dos membros pesquisadores da Associao. Os trabalhos recebidos so submetidos
arbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestgio. O Comit Editorial reserva-se o
direito de sugerir aos autores modificaes formais aos artculos que forem aceitos, assim como
public-los no nmero que considerar mais conveniente.
Instrues para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista Latino-
americana de Estudios del Discurso, devero seguir as seguintes instrues:
1. Enviar seus trabalhos em disquete baixo o formato Microsoft Word 7 (ou inferior) e trs (3)
cpias do manuscrito ao seguinte endereo postal:
Adriana Bolvar
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Os trabalhos tambm podem ser enviados em attachment s seguintes direes eletrnicas:
Revistaaled2004@yahoo.es
aled_edicion2006@yahoo.es
2. Os artculos devero ser escritos em papel tamanho carta, com espao duplo, de um s lado e ter
uma extenso mxima de 10.000 palavras ou 25 laudas, incluindo notas e bibliografia.
3. O texto do artculo deve ser precedido por um resumo em espanhol, portugus (resumo) e
ingls (abstract) de no mais de 150 palavras. Incluir-se-o at seis palavras chave. Os ttulos
gerais e de sees devem ser breves e explcitos.
4. Todo artculo deve estar acompanhado por uma breve informao biogrfica em numa extenso
entre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituio onde
trabalha, telefone, fax e correio eletrnico. Do mesmo modo, dever-se- proporcionar, de forma
clara e completa, o endereo postal mais seguro para receber a correspondncia.
5. As citaes textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm de
cada lado. Sua referncia far-se- segundo o sistema autor-data. Ao final da citao, escreve-
se entre parntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicao e o nmero de
pgina. Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25)
6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes das
Referncias Bibliogrficas.
7. Todas as referncias bibliogrficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, e
como se ver a seguir: Livros: Ruz vila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros.
Identidad y prctica discursiva. Mxico: Fomento Editorial. Captulo de libro: Wodak, R.
(2003) De qu trata el anlisis crtico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus
conceptos fundamentales y sus desarrollos, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Mtodos de
Anlisis crtico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artculos: Chumaceiro, I. (2004)
Las metforas polticas en el discurso de dos lderes venezolanos, Revista Latinoamericana
de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras a, b, c, anexadas data de publicao,
podem ser usadas para referenciar trabalhos de um mesmo autor publicados no mesmo ano.
133
Revista Lationamericana de Estudios del Discurso
Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso
Instrucciones para los autores
Poltica Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e
inditos de los investigadores miembros de la Asociacin. Los trabajos recibidos sern sometidos a
arbitraje por parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comit Editorial
se reserva el derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artculos que sean
aceptados, as como publicarlos en el nmero que considere ms conveniente.
Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la Revista
Latinoamericana de Estudios del Discurso, debern seguir las siguientes instrucciones:
1. Enviar sus trabajos en diskette bajo el formato Microsoft Word 7 (o inferior) y cuatro (4) copias
del manuscrito a la siguiente direccin postal:
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Adriana Bolvar
Editora.
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Los trabajos tambin pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrnicas:
revistaaled2004@yahoo.com
aled_edicion2006@yahoo.es
2. Los artculos debern ser escritos en papel tamao carta, a doble espacio, por una sola cara y
tener una extensin mxima de 10.000 palabras o 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografa.
3. El texto del artculo debe ir precedido por un resumen en espaol, portugus (resumo) e ingls
(abstract) de no ms de 150 palabras. Se incluirn hasta seis palabras clave. Los ttulos generales
y de secciones deben ser breves y explcitos.
4. Todo artculo debe estar acompaado por una breve informacin biogrfica y acadmica escrita
en una extensin entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo
del o los autores, nombre y direccin de la institucin donde labora, telfono, fax y correo
electrnico. Asimismo, aparte se deber proporcionar de forma clara y completa la direccin
postal ms segura para recibir correspondencia.
5. Las citas textuales de ms de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangra de 1cm a cada
lado. Su referencia se har segn el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribe entre
parntesis el apellido del o los autores, el ao de publicacin y el nmero de pgina. Ejemplo:
(Romano y Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003).
6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las
Referencias Bibliogrficas.
7. Todas las referencias bibliogrficas deben ser ordenadas alfabticamente despus de las notas, y
como se muestra a continuacin: Libros: Ruz vila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen
sombreros. Identidad y prctica discursiva. Mxico: Fomento Editorial; Acosta, G. & Snchez, J.
(2004) Construccin de identidad y funcin poltica en el director de comunicaciones. Colombia:
Sello Editorial Universidad de Medelln. Artculos: Chumaceiro, I. (2004) Las metforas
polticas en el discurso de dos lderes venezolanos. ALED. Revista Latinoamericana de Estudios
del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fecha de publicacin, pueden ser
usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en el mismo ao.
8. Cada autor recibir 2 ejemplares del nmero de la revista donde aparece su trabajo.
Adriana Bolvar
Editora de la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Apartado 47075, Los Chaguaramos
Caracas 1041-A, Venezuela
Email: revistaaled2004@yahoo.es
Vanessa Courleander
Asistente de edicin
Email: vcourleander@unimet.edu.ve