Cómo Abrir Mentes Cerradas
Cómo Abrir Mentes Cerradas
Cómo Abrir Mentes Cerradas
INTRODUCCIN
Antes de iniciar cualquier sesin de trabajo con un grupo cuyos miembros tienen
conflictos de relacin o deben manejar informacin susceptible de producirlos,
suelo presentar a los participantes algunas tcnicas de comunicacin para
ayudarlos a enfrentar y superar los problemas que en ese campo se puedan
presentar entre ellos.
Aunque los mtodos que se explican han sido usados por el autor, principalmente
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Adaptado del artculo Manejo de Conflictos Interpersonales del mismo autor. Edicin original:
1981. Revisado en agosto de 1991 y en abril de 1996. Publicado por la Revista "Huellas" de la
Universidad del Norte, No. 3, Vol. 2 Junio 1981 con el ttulo "Interpretacin de los conflictos
interpersonales".
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Administrador de Negocios de EAFIT y Master en Administracin Industrial de la Universidad del
Valle. Consultor en el rea de Gestin Humana Corporativa con nfasis en Manejo de Conflictos.
Actualmente profesor catedrtico de la Facultad de Administracin de la Universidad de los Andes
y de la Divisin de Ciencias Econmicas de la Universidad del Norte.
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Los desacuerdos y los conflictos, son tambin convenientes pues nos ayudan a
entender y hacer frente en mejor forma a las situaciones que los originan y
avanzar como seres humanos en ese proceso.
Es posible que al comparar la conducta del otro con algn patrn externo a
l; por ejemplo, la conducta propia, tal comportamiento parezca irracional,
pero hay que tener en cuenta que para emitir ese juicio hemos comparado
el pensamiento o la conducta del interlocutor con una norma personal que
consideramos vlida, pero que no necesariamente lo es y que aunque lo
fuese, no es percibida como tal por el otro. Para su interlocutor lo racional
es lo que l piensa, siente y hace, y probablemente lo irracional es lo que
usted piensa, siente o hace.
Si alguien disiente de usted debe haber algo que origina el desacuerdo que usted
no entiende y que sera conveniente entender. l tiene una perspectiva, un marco
de referencia, un contexto, que usted necesita percibir. Por ello, en un
desacuerdo ambas partes tienden a estar en lo cierto en lo que afirman porque lo
hacen desde su racionalidad, pero equivocadas en lo que niegan, porque
tambin lo hacen desde su racionalidad desconociendo la del otro.
No basta, por otro lado, reconocer las muchas diferencias que nos separan del
pensamiento de los dems, sino que necesitamos ir ms all y comenzar a
reconocer las muchas similitudes que nos unen.
Es posible que en muchos casos nos demos cuenta de que estamos equivocados
y que, por lo tanto, debemos modificar nuestros pensamientos y conducta. Esto
puede ser terriblemente amenazador. Se tiende por ello a resistir este tipo de
comunicacin, evaluando al otro y descalificndolo para mantener estables
nuestras opiniones. Esta es, segn Carl Rogers, destacado psiclogo ya
fallecido, la principal barrera para la comunicacin: la tendencia a evaluar. Si no
se la reprime, si no tratamos de zambullirnos valerosamente en el mundo
cognoscitivo y afectivo del otro, suspendiendo el juicio, no lo podremos
comprender adecuadamente pues a quien juzga le es prcticamente imposible
comprender.
cabeza con las manos, etc. Cuando la comunicacin es autntica las tres formas
coinciden y percibimos de manera coherente a nuestro interlocutor.
Frecuentemente confundimos las opiniones con los hechos. Los hechos son
generalmente los mismos para cualquier observador. Las opiniones difieren
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Entre los mecanismos de defensa que usamos para no percibir aquello que de
hacerlo, nos perturbara, est el de responsabilizar a otros por lo que sentimos.
Me hiciste sentir celos, ira, ternura, etc. La realidad es que es uno y slo uno, el
responsable de lo que siente, los otros solo generan estmulos que producen en
uno determinadas emociones. Ambos, pensamientos y emociones, son nuestros.
Alguien puede proporcionarnos el motivo que engancha nuestros senti-
pensamientos, pero somos nosotros los responsables de los pensamientos y
emociones que tal hecho despierta en nosotros.
En sntesis: Nadie nos puede hace pensar, sentir o hacer algo sin nuestro
consentimiento.
NO GENERALIZAR.
Cada vez que una persona evala a otra est comparando el comportamiento de
un individuo nico e irrepetible con el de otro, tambin nico e irrepetible. Una
crtica, sobre todo si no es solicitada, produce generalmente en quien la recibe
una reaccin defensiva, por lo tanto su valor como instrumento de cambio
disminuye; no obstante como se vio anteriormente, a veces se necesita juzgar.
Qu hacer al respecto?
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Cuando se est en esta situacin se debe tratar de distinguir entre los actos de
un individuo: su conducta, y las caractersticas de su ser: su personalidad,
evitando generalizar. Lo primero puede ser ocasional, lo segundo ms
permanente.
Las conductas pueden ser descritas con facilidad, en cambio, cada vez que hay
una referencia a caractersticas de la personalidad se produce una
generalizacin. Ejemplos:
personalidad:
Careces de cultura.
La norma, por tanto, consiste en describir las propias reacciones ante los actos
que perturben del interlocutor sin generalizar, sin convertirlos en caractersticas
permanentes de su ser; es decir, de su personalidad. Criticar el comportamiento,
no a la persona.
Me siento ()
Ejemplos:
La informacin que se suministre, por otra parte, debe ser oportuna tanto desde
el punto de vista del estado de nimo del receptor de la crtica como de la
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Un mtodo muy til para lidiar con un interlocutor agresivo que usa como mtodo
todo lo contrario a lo sealado en este artculo es la de prescindir de lo que
puede apartar a una situacin de ser tratada racionalmente, sea ello una
expresin negativamente evaluativa o una reaccin emocional crtica. Para ello
puede emplearse el sistema de aceptar incondicionalmente el juicio o sentimiento
expresado por el otro sin analizarlo ni condicionarlo; o aceptarlo bajo ciertas
condiciones traducindolo a un lenguaje no generalizador en el que nuestro
contrincante asuma responsabilidad por sus senti-pensamientos.
T eres un desagradecido...
T me rechazas.
En toda situacin de dilogo bajo tensin emocional producida por juicios crticos
evaluativos o reacciones emocionales fuertes, la tendencia usual es de defensa a
travs del ataque. Conviene tomarse tiempo para calmar el nimo. Pocas veces
lamentamos haber dejado de decir algo estimulado por la ira, en cambio a
menudo nos pesa lo contrario. El viejo consejo de respirar hondo y contar
lentamente hasta diez es til en estas circunstancias.
La idea que est tras de todos estos mtodos es que la solucin de las
diferencias se encuentra en ltima instancia slo en el campo de la razn. La
emocin puede ayudar a superar transitoriamente los desacuerdos (un beso, un
abrazo, un clido apretn de manos, etc.), pero si no se trabaja a fondo usando el
intelecto, las diferencias volvern a aparecer una y otra vez perturbando la
relacin. Por ello, el esfuerzo en la comunicacin debe encaminarse hacia tratar
de dialogar constructivamente con el interlocutor estableciendo unas condiciones
que permitan llegar a eliminar o neutralizar las causas de las diferencias, o en
ltimas a determinar, en las relaciones de interdependencia, cmo convivir con
ellas.
Pensar con la gente en lugar de hacerlo por ella. Recordar que un dilogo
es una exploracin conjunta, no una confrontacin con ganadores y
perdedores.
Cuestionar los deberas que asumimos para nosotros y para los dems.
NO DESCALIFICAR.
Una forma es la lucha, en ella hay un ganador y un perdedor, vence quien posea
ms poder; es decir, quien tenga mayores posibilidades de limitarle las
alternativas al otro o hacerle muy desagradable algunas elecciones. El perdedor
reacciona con ira consciente o inconsciente - frustracin en situacin de
dependencia - y aunque el ganador logre lo que quiere, lo alcanza generalmente
a costa de la mala voluntad del perdedor, quien har lo mnimo posible para
satisfacer las demandas del ganador.
Cuando se conoce que ste va a ser el sistema para llegar a un acuerdo, las
partes piden ms u ofrecen menos de lo que consideran equitativo, con el anhelo
de que la negociacin los conduzca al punto ptimo deseado. Se produce as una
manipulacin mutua, un regateo, que precede al convenio final. Es un mtodo
largo y desgastador. Opera en l tambin el poder de las partes, estando siempre
presente la posibilidad de llegar a la lucha, con ganador y perdedor, si el acuerdo
no se alcanza. De hecho, es usual la demostracin de fuerza durante la
negociacin con el objeto de ablandar al otro y obtener mayores concesiones.
Se adopta una posicin dura frente al problema pero suave con las personas
involucradas.
CONCLUSION
en que los dems deben tratarnos para sentirnos bien. Aceptar lo que no
podamos, es en este sentido una buena recomendacin. De hecho aceptar una
persona, un hecho, una situacin, tiene poderes mgicos, no necesariamente
porque los dems se trasformen, sino porque nos transformamos nosotros y al
hacerlo cambia nuestra percepcin de la situacin.
B I B LI O G RAFIA
Rogers, Carl. "El proceso de convertirse en persona". Editorial Paids, Buenos
Aires, 2a. Edicin, 1974.
Dyer, Wayne. "Tus zonas errneas". Ediciones Grijalbo S.A., Barcelona, 6a.
Edicin, 1979.
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Smith, Manuel. "Cuando digo no, me siento culpable". Ediciones Grijalbo S.A.,
Espaa, 5a. Edicin, 1979.