Entrega 2 - Resumen Unitatis Redintegratio

Ecumenismo Entrega 2
PABLO SANCHIS CANO
TRABAJOS DE CLASE
DECRETO UNITATIS REDINTEGRATIO. SOBRE EL

ECUMENISMO
El decreto est compuesto por tres captulos, el proemio y la conclusin.
En el primer captulo se exponen los principios catlicos sobre el
ecumenismo, en el segundo cmo llevar a la prctica el ecumenismo y en el
tercero una reflexin acerca de las Iglesias y las Comunidades Eclesiales
separadas de la Sede Apostlica Romana, estableciendo distintas
consideraciones para las Iglesias Orientales y las Comunidades
Eclesisticas de occidente surgidas de la Reforma.
1. Proemio
La divisin entre los discpulos del Seor, que actualmente siguen
caminos diferentes, repugna la voluntad de Cristo, es piedra de escndalo
para el mundo y obstculo para la evangelizacin. El Concilio Vaticano II
tiene entre sus fines promover la vuelta a la unidad.
Este movimiento que apareci en la Iglesia con el anhelo de restaurar la
unidad es llamado ecumnico y comprende a todos aquellos que creen en el
Dios Trino y confiesan a Jess como Seor y salvador.
2. Captulo primero
Principios catlicos sobre el Ecumenismo
La Iglesia ha sido querida por Cristo una y nica, y esa unidad se realiza
en la Eucarista y por la accin del Espritu Sano desde sus orgenes.
As la Iglesia qued establecida sobre los apstoles con Pedro a la
cabeza y custodia del Evangelio y los sacramentos mediante el gobierno en
la caridad. Hoy, los obispos aparecen como sucesores de los apstoles con
el sucesor de Pedro a la cabeza guardando la unidad de la Iglesia que tiene
como modelo al Dios uno y Trino.
Desde el principio las separaciones han sido condenadas, sin embargo,
con el paso del tiempo, algunas comunidades se han separado de la plena
comunin y la responsabilidad recae en ambas partes. Los que ahora nacen
en ellas y ah viven la fe no son responsables de tal separacin ya que, por
el bautismo, estn en comunin con la Iglesia aunque no sea completa: son
cristianos, hermanos en el Seor.
Los obstculos que el movimiento ecumenista trata de superar respecto a
la doctrina, disciplina y estructura, se ponen frente a los bienes que
reconocemos fuera de la Iglesia Catlica (la Palabra de Dios, la vida de la
gracia, la fe, la esperanza y la caridad, los dones del Espritu Santo) aunque
slo en ella se hallen la plenitud de los medios salvficos. Al nico Cuerpo
de Cristo en la tierra constituido por un nico colegio apostlico presidido
por Pedro es al que tienen que incorporarse los que ya pertenecen al Pueblo
de Dios.
El movimiento ecumnico consiste en toda oracin, palabra o accin
ordenada en favor de la unidad de los cristiano. Esto compete a los fieles
bajo la gua de los pastores, con la esperanza de llegar a la celebracin de
una nica Eucarista en la nica Iglesia, fundada por Cristo, que subsiste en
la Iglesia Catlica.
As, los fieles debern reconocer aquello que cabe corregir en la Iglesia
Catlica, ya que aunque posea toda la verdad sus miembros no la viven con
la fidelidad requerida, as como reconocer los tesoros que poseen los
hermanos separados.
La divisin impide reconocer la unidad de la Iglesia e incluso explicar la
catolicidad de la misma Iglesia Catlica.
3. Captulo segundo
La prctica del Ecumenismo

El empeo del ecumenismo corresponde a la Iglesia entera, cuya reforma
consiste en el aumento de la fidelidad a su vocacin. Esta reforma, como el
ecumenismo, requiere de la conversin del corazn para, por la accin del
Espritu Santo, vivir en la humidad y la mansedumbre. As, la Iglesia pide
perdn a Dios y a los hermanos separados a quienes tambin perdona por
las ofensas recprocas.
Esta conversin, junto con las oraciones pblicas y privadas a las que el
concilio anima (no as la comunicacin de las funciones sagradas), son el
alma del ecumenismo.
Hay que unir a estas acciones una formacin ecumenista en toda la
enseanza de la teologa que permita el conocimiento de la disposicin, la
doctrina y la historia espiritual y cultural de los hermanos separados. Esto
deber ir acompaado de una adecuada exposicin de la fe que, en el
dilogo, proceda con amor a la verdad con caridad y con humildad,
reconociendo la jerarqua de verdades de la doctrina catlica para ir a lo
fundamental.
No olvida destacar los elementos en que ya se da la unidad, a saber la fe
en el Dios uno y trino y la accin social comn de todos los cristianos en
muchos lugares y campos.
4. Captulo tercero
Las Iglesias y las Comunidades Eclesiales separadas de la Sede

Apostlica Romana
Hay dos categoras principales en las separaciones: la de Oriente,
comenzada tras los concilios de feso y Calcedonia que deriv en la
ruptura de la comunidad eclesistica entre los patriarcas orientales y Roma,
y las de Occidente, como consecuencia de la reforma, entre las cuales, por
conservar las tradiciones y estructura catlicas se destaca la comunin
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anglicana. En el caso de Occidente hay diferencias marcadas entre las
distintas iglesias.
4.1.Consideracin Particular de las Iglesias Orientales

Muchas cosas en la Liturgia, en la tradicin espiritual y en el
ordenamiento jurdico, as como en los dogmas fundamentales de la fe
cristiana (la Trinidad, el Hijo de Dios hecho carne de la Virgen mara
Madre de Dios) tienen su origen en la tradicin y concilios de Oriente. La
accin ecumenista en esta direccin deber considerar la especial condicin
de estas Iglesias, as como el tipo de relaciones que existan con la Sede
Romana antes de la separacin.
En cuanto a la tradicin litrgica y espiritual, estas iglesias tienen
verdaderos sacramentos, la sucesin apostlica, el sacerdocio y la
Eucarista de manera que existen vnculos tan estrechos que se aconseja la
comunicacin en las funciones sagradas en determinados momentos.
Respecto al derecho, se reconoce a las Iglesias Orientales el derecho y la
obligacin de regirse segn sus propias ordenaciones.
En cuanto a la exposicin de la fe, no hay que extraarse de las
diferencias y distintas frmulas teolgicas. En cada cuestin unos pueden
hacer una mejor exposicin de los misterios que los otros.
En definitiva, se espera una pronta unidad.
4.2.Las Iglesias y Comunidades Eclesiales separadas en Occidente

Entre estas Iglesias y Comunidades (que no son un grupo homogneo) y
la Iglesia Catlica hay discrepancias importantes que ataen a la
interpretacin de la verdad revelada.
Los puntos que deben ser fundamento y estmulo para el dilogo
ecumnico son:
- La confesin de Cristo, como fuente y centro de la comunin
eclesistica (aunque se reconozcan diferentes notables respecto a la
doctrina o el papel de Mara en la redencin.)
- El estudio de la Sagrada Escritura a la luz del Espritu Santo (aunque
no se reconozca la autoridad del magisterio para una autntica
interpretacin.)
- La vida sacramental, fundamentalmente el bautismo, que es
considerado como el punto de partida del camino que nos lleve a una
plena unidad que permita la celebracin conjunta de la Eucarista.
- La vida de la gracia (oracin privada, meditacin bblica, culto de
alabanza) con un culto que guarda muchos elementos de la antigua
Liturgia comn y cuya fe en Cristo produce frutos de alabanza y de
accin de gracias por los beneficios recibidos de Dios, un sentimiento
de justicia y una sincera caridad con el prjimo.
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5. Conclusin
El concilio exhorta a todos los fieles a evitar cualquier actitud que
pudiera perjudicar el camino a la unidad, reconociendo tambin que tal
empresa es superior a las fuerzas humanas y que, por tanto ha devenir de
Dios por la accin del Espritu Santo.

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DECRETO UNITATIS REDINTEGRATIO. SOBRE EL

La prctica del Ecumenismo

Las Iglesias y las Comunidades Eclesiales separadas de la Sede

4.1.Consideracin Particular de las Iglesias Orientales

4.2.Las Iglesias y Comunidades Eclesiales separadas en Occidente

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