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Horton Escucha Un Quién

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Horton escucha un Quin

El 15 de Mayo, en la jungla de Nool, al calor del da, al frescor de la piscina, Horton, el


elefante, chapoteaba disfrutando de las grandes alegras de la jungla... cuando escuch
un sonido pequeo.

Entonces, Horton dej de chapotear. Mir hacia el sonido. Eso es extrao, pens
Horton.

No hay nadie alrededor. Luego lo escuch de nuevo! Apenas un grito muy dbil
como si una persona pequeita llamara por ayuda. Te ayudar, dijo Horton. Pero,
quin eres? dnde?. Mir y mir. No pudo ver nada salvo por una pequea mota de
polvo que pasaba volando a travs del aire.

A ver! murmur Horton. Nunca he odo hablar de una pequea mota de polvo capaz
de gritar. Sabes qu pienso? Bueno, pienso que debe haber alguien sobre la pequea
mota de polvo. Algn tipo de criatura de un tamao muy pequeo, demasiado pequeo
para poder ser visto con los ojos de elefante. Y alguna pobre pequeita gente que
tiembla de miedo de que l la sople sobre la piscina. No hay manera de conducir! Debo
salvarlas. Porque, despus de todo, una persona es una persona, no importa cun
pequea sea.

Entonces, amablemente, y usando el mayor cuidado, el elefante estir su gran trompa


por el aire y levant la mota de polvo y la llev y coloc, segura, sobre un suave trbol.

Humpf! dijo una voz. Fue la canguro amargada. Y el canguro en su bolsa dijo
Humpf tambin. Esa mota es tan pequea como la cabeza de un alfiler Una persona
sobre eso?... Nunca la habra!

Creeme, dijo Horton. Te digo con sinceridad, mis orejas son bastante agudas y
escuch bastante claramente. S que hay una persona ahi abajo. Y, lo que es ms,
apuesto que hay dos. Incluso tres. Incluso cuatro. Muy probable... Una familia, por lo
que sabemos! Una familia con nios que apenas comienzan a crecer. As que, por
favor, dijo Horton, como un favor a m, trata de no molestarlos. Slo dejalos ser.
Pienso que eres un tonto!, ri la amargada canguro y el joven canguro en su bolsa
dijo Yo, tambin! Eres la mayor vergenza de la jungla de Nool. Y los canguros se
zambulleron en la fresca piscina.

Qu terrible zambullida! el elefante frunci el ceo. No puedo dejar que mis


personas pequeitas se ahoguen! Debo protegerlas. Soy ms grande que ellas". As,
arranc el trbol y se alej a los empujones.

La noticia se expandi rpidamente travs de las copas de los rboles de la jungla. "l
habla con una mota de polvo. Est fuera de s! Slo vanlo caminar con esa mota en
una flor." Y Horton camin, preocupndose, casi una hora. "Debera dejar esta mota en
el suelo?..." pens Horton alarmado. Si lo hago, estas pequeas personas podran sufrir
un gran dao. No puedo dejarla. Y no lo har! Despus de todo, una persona es una
persona no importa cun pequea sea".

Luego, Horton dej de caminar. La voz de la mota estaba hablando. La voz era tan dbil
que apenas poda escucharla. "Habla, por favor", dijo Horton. Puso su odo cerca de la
mota. "Mi amigo", dijo la voz, "eres un buen amigo. Nos has ayudado a todos los de
esta mota sin fin. Has salvado nuestras casas, nuestros techos y nuestros pisos. Has
salvado todas las iglesias y mercados"

Quieres decir jade atnito Horton, que tienen edificicios ah, tambin?
Oh, si, dijo un hilo de voz.
Sin duda lo s, llam la voz, Soy demasiado pequeo para ser visto pero soy el
Mayor de un pueblo amistoso y limpio. Nuestros edificios, a t te pareceran
terriblemente pequeos pero, para nosotros, que no somos grandes, nos parecen de una
altura maravillosa. Mi pueblo de llama La villa de los Quin, por lo que yo soy un
Quin y nosotros somos, los Quines, estamos todos agradecidos y en deuda contigo.
Y Horton llam nuevamente al Mayor del pueblo, Estn a salvo ahora. No se
preocupen. No los dejar en el suelo.

Pero, en el momento que le habl al Mayor de la mota, tres grandes monos de la jungla
se treparon al cuello de Horton.
Los hermanos Wickersham vinieron gritando, Qu podredumbre! Este elefante est
hablando los Quin no son quin! No hay ningn Quin. Y no tienen un Mayor. Vamos
a parar con toda esta tontera. Ahora!

Arrebataron el trbol de Horton. Se lo llevaron a una guila de cola negra llamada Vlad
Vlad-i-Koff, una guila muy fuerte, de alas muy rpidas, y dijeron: "Tendra la
amabilidad de deshacerse de esta cosa?"

Y, antes que el pobre elefante pudiera hablar, el guila vol con la flor en su pico.

Esa tarde y ya entrando en la noche, el guila de cola negra bati sus alas en raudo
vuelo, mientras Horton que la persigui gimiendo sobre rocas que hacan pedazos las
uas de sus pies y maltrataban sus huesos, rog: "Por favor, no dae a las pequeas
personas que tienen tanto derecho a vivir como las personas grandes"

Pero adelante, mucho ms adelante, de l, el guila sigui aleteando y grit por sobre
sus hombros: "Ya deja de gemir. Volar la noche entera. Soy un ave. No me importa. Y
esconder esto maana, donde nunca lo encuentres"

Y a las 6:56 la maana siguiente, lo hizo. Seguro fue en un lugar terrible. Dej caer al
pequeo trbol en algn lugar de un gran manto de trboles de cien millas de ancho.
"Encuentra ESO!" se burl el ave. "Pero creo que fracasars"- Y se fue con un revolo
de su cola negra.

Lo encontrar! llor Horton. Lo encuentro o reviento. Debo encontrar a mis amigos


de la pequea mota de polvo." Y levant con cuidado trbol por trbol por trbol, y
busc en ellos, y llam: "Estn all?" Pero trbol por trbol, por trbol, descubri que
aquel al que susurrara, no estaba all. Y para el medioda, el pobre Horton, ms muerto
que vivo, haba recogido y buscado en nueve mil cinco trboles.

Luego, continu a lo largo de la tarde, hora tras hora... hasta que por fin los encontr...
En la tercer millionsima flor
Mis amigos! grit el elefante. Dganme! Digan! Estn a salvo? Tienen sonido?
Estn enteros? Estn bien?"

Del fondo de la mota vino lleg la voz del Mayor: "Realmente tuvimos problemas.
Mucho. Cuando el pjaro de cola negra nos solt y camos, aterrizamos tan duro que
nuestros relojes se pararon. Nuestras teteras se partieron. Nuestras mecedoras se
rompieron y las llantas de nuestras bicicletas explotaron cuando chocamos. As que,
Horton, por favor!", rog la voz del Mayor, "Podras quedarte con nosotros mientras
hacemos reparaciones?" "Por supuesto" respondi Horton. "Por supuesto me quedar.
Me quedar pegado a ustedes en lo fino y en lo grueso"

Humpf! dijo una voz Por casi dos das corriste salvaje e insistes en hablar con
personas que nunca existieron. Dejarse llevar as en nuestra pacfica jungla! Ya tuvimos
suficiente de tus bramidos chapuceros. Estoy aqu para declarar" , espet la canguro
mayor, "que tu juego tonto y sin sentido se acab". Y el joven canguro en su bolsa dijo
"Yo, tambin".

"Con la ayuda de los hermanos Wickersham y una docena de tos Wickersham y primos
Wickersham y parientes Wickersham por ley, cuya ayuda he comprometido, sers atado
con una cuerda. Y sers enjaulado. En cuanto a nuestra mota de polvo... Ah! La
herviremos una olla con aceite de beezle-nut caliente y humeante". (Nota: Receta
inventada por Dr. Seuss que lleva frutas y gelatina)

"Hervirla?" jade Horton. "Oh, eso no puedes hacerlo. Est llena de personas! te lo
probar!"

"Sr. Mayor! Sr. Mayor! llam Horton. Sr. Mayor! Debe probar ahora que ustedes de
verdad estn all. Llame a una gran reunin. Que asistan todos. Haga que todos los
Quin griten. Haga que todos los Quin vociferen. Haga que todos los Quin chillen. Si
no lo hace, todos los Quin acabarn en un estofado de beezle-nut. "

Y, abajo en la mota de polvo, el asustado Mayor llam a una gran reunin en la plaza de
la villa de los Quin. Y su gente grit muy fuerte: "Estamos aqu, estamos aqu,
estamos aqu, estamos aqu!".
El elefante sonri: "Eso fue claro como una campana. Ustedes, canguros, seguramente
lo escucharon bien"

"Todo lo que escuch", espet el canguro grande, "fue la brisa y el dbil sonido del
viento a travs de los rboles distantes. No escuch vocecitas. Y t tampoco". Y el joven
canguro en su bolsa dijo "Yo, tampoco".

Atrapenlo! gritaron. Y enjaulen a este gran tonto! Aten su estmago con diez
millas de soga! Anuden tan fuerte que nunca pueda aflojarse si se sacude, Luego,
arrojen esa tonta mota en el jugo de beezle-nut

Horton pele con gran vigor y empuje pero los de la pandilla Wickersham eran
demasiados para l. Lo vencieron. Lo atacaron con rudeza. Comenzaron a arrastrarlo a
la jaula. Pero l se las arregl para llamar al Mayor: "No se rinda. Creo en todos
ustedes. Una persona es una persona no importa cun pequea sea. Y ustedes, personas
muy pequeas, no habrn de morir si se hacen escuchar. Por eso, vamos!, ahora!,
INTNTENLO!"

El Mayor tom un tambor y comenz a golpearlo. Y en toda la villa de los Quin,


aullaron haciendo barullo. Hicieron sonar latas. Batieron ollas, tachos de basura y viejas
latas de arndanos. Soplaron en bazucas y dieron grandes toques en clarinetes,
trombones y trompetas y flautas.

Grandes rfagas de barullo sonaron alto por el aire y sacudieron todo el cielo. Y el
Mayor llam a travs del huracanado jaleo: "Hey, Horton. Cmo est esto? Est
llegando nuestro sonido?"

Y Horton respondi: "Los escucho bien. Pero las orejas de los canguros no son tan
fuertes como las mas. No escuchan nada". Est seguro de que todos sus muchachos
estn haciendo lo mejor que pueden? Estn TODOS haciendo ruido?. Est seguro de
que cada Quin all en la villa est trabajando? Rpido, recorra su pueblo. Hay alguien
holgazaneando?"
El Mayor se apresur a travs del pueblo de este a oeste. Pero todos parecan estar
dando lo mejor de s. Cada quin pareca estar ladrando y aullando. Todos parecan pitar
y chiflar.

Pero todo este alboroto y estruendo no era suficiente. TENA que encontrar alguien que
lo ayude a hacer ms. Corri por los edificios. Busc en cada piso. Y, justo cuando
pens no llegara a ninguna parte, justo cuando estaba por darse por vencido en
desesperanza, el Mayor atraves violentamente una puerta y descubri al holgazn.
Bien escondido en los departamentos Fairfax (departamento 12-J) un holgazn muy
pero muy pequeo llamado Jo-jo estaba de pie rebotando un Yo-Yo. No emita sonido!
Ni un pitido. Ni un po. Y el Mayor se apresur adentro y tom al joven tonto. Y trep
con el muchacho a la torre Eiffelberg. "Esta," grit el Mayor", "es la hora ms oscura de
tu pueblo. El tiempo de que todos los Quin que tengan sangre roja vengan a la ayuda
de este pas", dijo, "Tenemos que hacer ruido en grandes cantidades. As que, abre tu
boca, muchacho. Porque cada voz cuenta". As habl mientras trepaban. Cuando
llegaron a la cima, el muchacho se aclar la garganta y grit: Yopp!

Y ese Yopp Ese pequeo Yopp extra lo logr. Finalmente, por fin, se escucharon las
voces de la mota en el trbol. Sonaron claras y limpias. "Y el elefante sonri. "Ves lo
que quiero decir?... Demostraron que SON personas, no importa cun pequeas sean. Y
el mundo entero fue salvado por el ms pequeo de TODOS! Cunta verdad! S,
cunta verdad, dijo el canguro grande. Y, desde ahora en adelante, sabes qu planeo
hacer?... De ahora en ms, voy a protegerlos contigo! Y el joven canguro dentro de su
bolsa dijoYO, TAMBIN! Del sol en el verano. De la lluvia cuando sea otoo.
Los proteger. No importa cun pequeos sean"".

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