EL ORDEN CRIMINAL DEL MUNDO

El documental El orden criminal del mundo trata aspectos como quines son los
amos del mundo, las situaciones de miedo a las que estamos sometidos, la
destruccin de los derechos, la tragedia de la inmigracin y el capitalismo asesino,
y propone soluciones. Actualmente vivimos en un mundo regido por el
neoliberalismo ultra, dirigido por las grandes corporaciones y por gobiernos
preocupados nicamente por su economa. Con la actual crisis se aprovecha para
inyectar millonadas a los bancos, para que el sistema financiero no termine de
romperse, mientras que se recortan las ayudas a los denominados pases en vas
de desarrollo, y sin ir tan lejos, a los propios ciudadanos.
La mayora de neoliberales son economistas que, vinculados a la poltica, se
convierten en los amos del mundo. Y lo peor de todo es su doble moral: por un
lado recortan las polticas sociales a escondidas de los ciudadanos mientras que a
la cara dicen ampliarlas. Y eso lo hacen los mismos que se autodenominan
socialdemcratas...

Y cuando intentamos defendernos se nos trata de revolucionarios. Nos meten el

miedo en el cuerpo para que no nos quejemos. Pero casi es peor lo que hacen
con los pases pobres: cuando ejercen el patriotismo se les tacha de populistas y,
en el peor de los casos, de terroristas. Pero esos pases tienen derecho a
defenderse: son los ms ricos en recursos naturales y el Norte se los roba,
pagndoles con hambre y miseria. Como dice Eduardo Galeano, hay que aceptar
a los que ejercen el gobierno mundial sin defenderse.
Esos amos del mundo, dirigidos por unos pocos, son asesinos en serie, a los que
habra que meter presos, pero no se puede porque tienen las llaves de todas las
crceles. Esta metfora habla de la miseria extrema en muchos pases. Cuando
cay el Muro de Berln en 1991, la divisin econmica entre este y oeste pas a
ser una divisin entre el norte rico y el sur pobre. Ahora los muros son las
alambradas que encierran a los inmigrantes en los Centros de Internamiento, el
muro que divide la Franja de Gaza, las fronteras que separan las zonas ms ricas
de las zonas ms pobres.

Vivimos con un injusto reparto de la riqueza. Se busca siempre el mximo

beneficio, la economa de mercado, y as se quiere unificar el mundo. El capital
financiero recorre el mundo durante las 24 horas del da, cuando no es una Bolsa
es otra.
Los que dirigen las entidades financieras son, en el mundo occidental, ex
miembros de gobiernos. As, no puede negarse que la poltica reciba influencia de
la economa. Y yo me planteo si debera aadirse el poder econmico como uno
ms de los poderes que existen en toda sociedad (legislativo, ejecutivo y judicial),
y aadirlo a la separacin de poderes. Manteniendo esos poderes juntos se
invaden, lo que perjudica a la mayora de la sociedad. Se defiende la
globalizacin, una economa unificada por todo el mundo para que todos disfruten
de las riquezas, de los progresos cientficos, de los progresos del comercio, de los
progresos de la libertad. Pero en realidad es una economa de archipilagos,
islotes muy ricos y continentes muy pobres.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organizacin Mundial del
Comercio son bomberos pirmanos. Y los que hablan de terminar con la pobreza
son los mismos que la fomentan. En frica la pobreza impera, los ms pobres
mueren de hambre y de enfermedades que llevan siglos erradicadas en el norte,
mientras que los ricos son cada vez ms ricos. No existe la mundializacin de la
riqueza, sino de la pobreza.
Un misionero de Nger lo explica bien: No se puede luchar contra la pobreza sin
luchar contra la riqueza. La mano invisible de Adam Smith decide quin vive y
quin muere en este planeta. Segn la FAO, 100.000 personas mueren de hambre
cada ao, y una de cada seis personas sufre malnutricin grave permanente. Pero
estos datos son sacados del documental, realizado cuando la situacin no era tan
grave. Ahora, con la crisis alimentaria la cifra aumenta cada da, y durante la
reunin de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria (enero de 2009) el dato haba
ascendido a que el hambre alcanza a 963 millones de personas. Segn el
misionero en Etiopa ngel Olaran, no es que les afecte la hambruna actual, sino
que lo suyo es hambruna crnica.
Los amos del mundo anuncian paquetes de medidas millonarias para arreglar el
capitalismo (Obama anunci uno en noviembre de 475.000 millones de dlares).
Pero el capitalismo es un sistema que ha fallado otras veces, y volver a fallar. Se
prefiere tirar as el dinero, en vez de invertirlo en solucionar los problemas de la
mitad del planeta: por ejemplo, se necesitaran 14.000 millones de euros para que
los 125.000 nios que viven sin agua pudieran acceder a l (y as evitar
enfermedades como el clera), o 5.000 millones de dlares al ao para acabar con
la malaria, la segunda enfermedad ms mortal en frica Subsahariana.
La verdad es que se gastan ingentes cantidades de dinero en conferencias donde
dicen lo que ya todos sabemos, en hoteles de cinco estrellas y en cenas de quince
platos mientras hablan del hambre en el mundo. Se habla de acabar con el
hambre, pero no hay voluntad de acabar con el hambre porque es el hambre lo
que alimenta nuestras economas depredadoras. Al igual de que se habla de
acabar con las guerras mientras se venden armas (Espaa condena la ofensiva de
Israel contra la
Franja de Gaza mientras que vende armas a Israel.)
Predomina la idea de que la pobreza es el justo castigo que la ineficiencia
merece. Esta idea neoliberal se traduce en que no se debe ayudar al que ha
perdido, para que aprenda. Pero la realidad es que la pobreza es la consecuencia
de robar sus recursos a los que no pueden defenderse. Se les ofrece dinero a los
gobiernos de los pases pobres para sus ciudadanos, pero de esas ayudas parte
se quedan en las uas de los intermediarios. Adems, mejor que darles limosnas
debera ensearles mtodos para salir de esa pobreza en que viven. Pero una vez
ms, no se quiere acabar con la pobreza, porque entonces nosotros no seramos
tan ricos.
La realidad es que el 52% del Producto Mundial Bruto de 2006 estaba
concentrado en manos de 500 multinacionales, preocupadas slo por la
maximizacin de beneficios mientras que los pueblos pagan sus gastos.
Y mientras se liberaliza la circulacin de mercancas, la libre circulacin de
personas es una utopa. Para el dinero no hay fronteras, slo las hay para las
personas. Pero como dice Amirata Traor, ex ministra de Cultura de Mal: Si
Europa es capaz de concentrar todo en unas cuantas multinacionales, de
privatizarlo todo y de dejar en la calle a sus propios ciudadanos, no tendr
escrpulos en hacerlo con los africanos. Y es cierto: en Espaa se inyecta dinero
a los bancos para que lo repartan entre las pequeas empresas y las familias,
pero stos no se lo dan a los que lo necesitan porque alegan que son insolventes
y que no podrn devolverlo. Quizs deberan tomar ejemplo de Muhammad
Yunus, el banquero de los pobres, el precursor de los microcrditos a los que
menos tienen. Cuando empez le tacharon de loco, pero a diferencia de los
banqueros convencionales, ayuda a quien lo necesita, y no tiene en cuenta a los
que no pueden devolverle el dinero.
Ahora sufrimos la invasin de los invadidos.
Despus de las guerras coloniales la gente se ve con la necesidad de emigrar,
esperan que se les trate como se trata el dinero: para el dinero no hay fronteras,
para las personas s. Se les deja morir en el Estrecho mientras se les quitan todos
sus recursos. Y se dejan todo lo que tienen en el camino, y sufren asaltos,
violaciones, y cuando llegan aqu, si llegan vivos, se les encierra por haber
cometido el delito de querer una vida mejor. Como el inmigrante de Camern que
ha pedido asilo por ser lesbiana y se le ha denegado porque lleg embarazada.
En Camern la homosexualidad es un delito. Y el Ministerio del Interior alega que
como lleg embarazada es imposible que sea lesbiana. Ella explica que tuvo que
prostituirse, pero sigue encerrada, esperando que la deporten. Como dice Jean
Ziegler, el neoliberalismo ya no es una actividad humana. El hombre ya no es el
sujeto de la historia. Se niegan los derechos.
Tenemos dos opciones: o nos sometemos a los amos del mundo y sus leyes
supuestamente naturales de los beneficios o defendemos los valores (la
solidaridad, los derechos del hombre, la autodeterminacin, etc.) a travs del
restablecimiento del Estado nacional y de la normativa internacional. Con la
primera opcin la jungla se instalar en Europa y desaparecer la civilizacin
democrtica. Parece ser que hemos escogido la primera opcin, estamos
perdiendo los derechos, la solidaridad no existe... Vivimos un orden criminal del
mundo que slo podra cambiarse mediante una revolucin, pero hemos escogido
perder derechos y someternos a esos amos del mundo, por lo tanto, pocos se
plantean la idea de que viviramos mejor siendo libres. Perdemos nuestra
dignidad, tratan de hacernos creer que estamos en peligro y que ellos son
nuestros protectores. Pero en realidad son ellos los que nos ponen en peligro: por
ejemplo, los terrorismos provienen en su mayora de pases invadidos por estos
amos del mundo, son gente que no tiene nada que perder, y de ah los atentados
suicidas, que ya llegaron hasta nuestras ciudades. Con el miedo ya no podemos
ser libres, si no somos libres no podemos ser dignos.
Siguiendo con el ejemplo del terrorismo, despus del 11-S en EEUU hubo una
destruccin de derechos brutal, una prdida de derechos civiles de la que adems
se sentan orgullosos. Y esta destruccin de derechos se traslada a otros pases.
Por ejemplo, en toda Europa (y concretamente en Espaa) se permitan, conocan
y apoyaban los vuelos de la CIA que trasladaban detenidos sin inculpar a los que
se llevaba de un campo de torturas a otro. Y esos vuelos provenan de la mayor
potencia militar y econmica del mundo, que mientras se jactaba de estar violando
los Derechos Humanos presuma de tener la democracia ms antigua del mundo.
Pero una democracia que no se cumple no sirve de nada.
Como dice Baltasar Garzn sobre lo que ocurre en los campos de detenidos: son
crmenes de guerra, incluso podran alcanzar el calificativo de crmenes de lesa
humanidad. Deberan juzgarse como tal. Qu hay de la presuncin de inocencia?
A base de torturas cualquiera puede confesar lo que sea, slo para que paren, y
de ah argumentan la culpabilidad. Ni siquiera se les juzga. En palabras de
Eduardo Galeano, se usa la tortura para prevenir el delito de la dignidad. Por otra
parte, ya no llamamos por su nombre a las cosas: lo que antes era imperialismo
ahora es globalizacin, a los pases que son vctimas de ese imperialismo ahora
se les llama pases en vas de desarrollo, al capitalismo se le llama economa de
mercado.

No hay que dejarse engaar, no hay que ver los problemas como normales, tienen
solucin, o al menos, hay que intentarlo. Estos amos del mundo intentan controlar
las conciencias, la prensa y el debate pblico. En ese sentido tambin son
totalitarios. Hay que rechazar la destruccin de nuestros semejantes por este
orden criminal y mortfero del mundo. No hay que ver las cosas como buenas
intenciones imposibles de llevar a cabo, no tenemos que dejar que nos rijan por la
ideologa
de la impotencia nacida del miedo. Como los sistemas totalitarios, nos meten el
miedo en el cuerpo todo el tiempo.
Nos da miedo decir lo que pensamos por si los dems no estn de acuerdo con
nosotros, nos da miedo quedarnos sin trabajo y por eso aguantamos la
explotacin. Tenemos pnico a los demonios que se inventan para asustarnos.
Los derechos laborales cada vez retroceden ms en vez de avanzar, pero no
protestamos por miedo.