Autocuidado
Autocuidado
Autocuidado
Viviana Barria S.
Nimia Rosemberg M.
Pilar Uribe C.
INTRODUCCION
La salud tiene que ver con múltiples aspectos, la forma en que vivimos, trabajamos, nos
relacionamos pero también con lo que pensamos y sentimos y el valor que nos
otorgamos. Nuestro bienestar esta relacionado con nuestra forma de enfrentar los
acontecimientos de la vida, de afrontar las dificultades, de utilizar nuestros recursos y
capacidades. Sentirse una persona valiosa es una condición indispensable para
estimarse, cuidarse, es decir, todo esto es necesario para poder lograr y mantener una
salud integral.
El mundo que se percibe es el mundo que nos muestran quienes nos rodean y la
imagen que poco a poco construimos de uno mismo, dependerá de la visión y los
mensajes que nos trasmiten las personas más cercanas. En las primeras etapas de la
vida, los mensajes que recibimos nos llegan a través del cuerpo, según como somos
alimentados, cogidos, acariciados y cuidados. En la vida adulta el valor que nos
otorgamos, no depende tanto de la apreciación externa, como de la propia valoración
subjetiva, no obstante también podemos pasar por períodos de inestabilidad ante las
nuevas exigencias laborales, familiares, conflictos relacionales, así como tantos otros.
de afrontamiento que pueden implementar los sujetos para prevenir déficit, propiciar y
fortalecer su bienestar integral, todo lo cual, para evitar caer en un estado de desaliento
profesional o burnout.
Ubicados dentro del concepto de salud, entendida como un estado de bienestar que
integra procesos orgánicos, psicológicos, relaciones sociales y personajes necesarios
para el funcionamiento adecuado y disfrutar de una sobrevivencia digna. Es necesario,
promover un autocuidado dentro del marco del desarrollo humano, en el cual toda
persona para ser, tener, hacer y estar, necesita la satisfacción y potencialidad de
condiciones de equidad que le permitan la subsistencia, afecto, protección, justicia,
entendimiento, ocio, creación, libertad e identidad.
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DISCUSION
Considerando que los equipos de salud están conformados por personas de diferente
sexo, edades, ideologías, surgen una serie de factores que atenta e interfieren en el
autocuidado:
??Los motivos ideológicos que impulsan a elegir la profesión como el sentido de ayuda
a los demás.
??El trato diverso con pacientes y familiares, que plantea grandes demandas
emocionales.
??La escasa información sobre los objetivos últimos y la forma de alcanzarlos, tan
frecuente en el modelo biomédico.
??El insuficiente apoyo de los compañeros que cargan con sus propias frustraciones.
Para que las personas asuman el autocuidado como una práctica cotidiana de vida y
salud es necesario incluir distintas estrategias: Desarrollar autoestima y generar niveles
de fortalecimiento o empoderamiento como estrategias que reviertan la internalizacion
de la impotencia, favorezcan el sentido del control personal y desarrollo de
habilidades de movilización interna y colectivas para cambiar las condiciones
personales y sociales en pro de la salud.
Pasar muchas horas escuchando las dolencias de otros tiene un costo personal, que
a menudo se percibe como fatiga crónica, dolencias físicas, tales como lumbagos,
cefaleas, malestares estomacales de diferente magnitud, el personal de salud se
autoexige "estar bien" y cuando se reconoce algún proceso de enfermedad ligada a
su actividad laboral, también de alguna manera se trata de ocultar. Esta
autoexigencia, que también la puede ejercer el medio, atenta contra el autocuidado.
Dentro de la sociedad hay quienes evitan estar en contacto con personas que pasan a
ser los acompañantes principales, de quienes laboran en los establecimientos de salud,
es decir, el usuario externo, o paciente, que pide ser escuchado, pero el prestador de
salud "sólo escucha", no cuenta lo que le sucede, no le está permitido expresarse,
para no sobrepasar lo netamente profesional. De otra manera dejaría de ser una
relación técnica y se transformaría en igualitaria o de amistad, y no es lo que realmente
se espera, por lo general, en este tipo de atención, a pesar si que se hace necesario
tener empatía hacia quien se atiende. Por lo que una manera de hacer un aporte al
autocuidado, en esta situación, implica involucrarse pero no afectarse.
Los agentes de salud deben asumir el autocuidado como una vivencia cotidiana,
pues al vivir saludablemente la promoción del autocuidado sería el compartir de sus
propias vivencias. En la medida que el personal de salud viva con bienestar se
estará en condiciones de promocionar la salud de los demás. Debemos tener la
capacidad de reconocer las etapas personales, las vivencias, las enfermedades y el
cómo las enfrentamos y resolvemos.
Las practicas de recepción y devolución, en las que los terapeutas asumen una
responsabilidad ética por la identificación de las maneras en que estas conversaciones
terapéuticas moldean su trabajo y sus vidas, y en que ellos reconocen las
contribuciones de las personas que consultan.
CONCLUSIONES
3. Los integrantes de los equipos de salud no hemos sido formados con el concepto de
autocuidado como medida de protección para no producir, desgaste,
desmotivaciones o stress laboral.
RECOMENDACIONES
Este apoyo social debe ofrecer apoyo emocional, incluyendo también evaluaciones
periódicas de los usuarios internos y retroalimentación sobre el desarrollo de los roles.
Otras estrategias apuntan a crear espacios, tales como olvidar los problemas laborales
al finalizar la jornada de trabajo, tomar pequeños momentos de descanso durante el día
y proponerse objetivos reales y factibles de cumplir.
Preguntar a quienes nos conocen que es lo que les agrada de nosotros y que
aspectos positivos nos encuentran.
Afrontar los aspectos mejorables y los limites de la propia forma de pensar, sentir y
actuar, con una actitud constructiva y no a través del castigo que supone la auto
descalificación.
BIBLIOGRAFIA
3. Hay L. “El poder esta dentro de ti”. Ediciones Urbano S.A. Barcelona. 1995.
12. White Michael, “El enfoque narrativo en la experiencia de los terapeutas”, Editorial
Gedisa.