Preguntas y Respuestas
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J. STALIN
(OBRAS, TOMO VII, 1925)
.
Discurso en la Universidad Sverdlov, 9 de junio de 1925.
Me parece que las decisiones de la XIV Conferencia del Partido dan una
respuesta exhaustiva a esta pregunta. Esas decisiones dicen que la garanta
principal para el fortalecimiento de la ligazn es una poltica acertada respecto al
campesinado.
Quisiera fijar vuestra atencin en el problema del paso del impuesto agrcola
del presupuesto estatal a los presupuestos locales. Esto podr pareceros extrao.
Sin embargo, es un hecho que el impuesto agrcola adopta y seguir adoptando,
ms y ms, el carcter de impuesto local. Sabido es, por ejemplo, que antes, hace
un par de aos, el impuesto agrcola constitua la partida fundamental, o casi
fundamental, de ingresos de nuestro presupuesto estatal. Y ahora? Ahora
constituye una parte insignificante de l. El presupuesto estatal asciende ahora a
2.500 millones de rublos, mientras que el impuesto agrcola da, puede dar este
ao un mximo de 250 a 260 millones, 100 millones menos que el ao pasado.
Como veis, no es mucho. Y cuanto mayor sea el presupuesto estatal, tanto menor
ser en l la parte correspondiente a este impuesto. En segundo lugar, 100
millones de los 260 que corresponden al impuesto agrcola ingresan en los
presupuestos locales. Dicha suma es ms de un tercio de todo el impuesto. A
qu obedece eso? A que, de todos los impuestos existentes, el agrcola es el que
ms se aproxima a las condiciones locales, el ms adaptado para su inversin en
las necesidades locales. Difcilmente puede dudarse, de que los presupuestos
locales irn, en general, creciendo. Pero es tambin indudable que crecern, ante
todo, a cuenta del impuesto agrcola, que exige la adaptacin mxima a las
condiciones locales. Esto es tanto ms probable por cuanto el centro de gravedad
de los ingresos estatales se ha desplazado ya y seguir desplazndose a ingresos
de otro gnero, a los ingresos precedentes de las empresas del Estado, a los
impuestos indirectos, etc.
Por eso, el paso del impuesto agrcola del presupuesto estatal a los
presupuestos locales puede ser, con el tiempo, probable y muy conveniente desde
el punto de vista del reforzamiento de la ligazn.
Ante todo, en que el aparato estatal burgus est por encima de las masas,
en virtud de lo cual lo separa de la poblacin una barrera infranqueable, y, por
su propio espritu, es ajeno a las masas populares.
El aparato estatal sovitico, por el contrario, se funde con las masas, pues
no puede y no debe estar por encima de las masas si quiere mantenerse como
aparato estatal sovitico; pues no puede ser ajeno a estas masas si de veras
quiere abarcar a las masas de millones de trabajadores. Esa es una de las
diferencias de principio entre el aparato estatal sovitico y el aparato de Estado
burgus.
Tales son las medidas principales que hay que tomar, para fortalecer la
ligazn, en el terreno de la labor poltico-administrativa del Partido.
Indudablemente existen, como algo posible e incluso como algo real. Existen
independientemente de la estabilizacin. Esta nicamente los hace ms
palpables. Si tomamos los principales, yo creo que esos peligros son tres:
O lo uno, o lo otro.
1 Poslidnie Ivosti (Ultimas Noticias): diario de los demcratas constitucionalistas emigrados blancos; empez
a publicarse en abril de 1920, em Pars. Su director era el lder del partido demcrata constitucionalista P. N.
Miliukov.
Por eso, la lucha contra el peligro de liquidacionismo es una tarea inmediata
de nuestro Partido, particularmente ahora, particularmente en las condiciones de
estabilizacin temporal del capitalismo.
Por otra parte, est claro que slo sobre la base del internacionalismo
consecuente, slo sobre la base de la poltica exterior de la Revolucin de
Octubre, puede el primer pas triunfante seguir desempeando el papel de
abanderado del movimiento revolucionario mundial; que la va de la menor
resistencia y del nacionalismo en la poltica exterior es la va del aislamiento y la
descomposicin del primer pas triunfante.
Primero. Han cambiado las clases a dirigir. Los obreros y los campesinos no
son ahora los del perodo del comunismo de guerra. Antes, la clase obrera estaba
desclasada y dispersa, al campesinado lo dominaba el miedo a que, en caso de
derrota en la guerra civil, volvieran los terratenientes, mientras que el Partido era
en aquel perodo la nica fuerza concentrada, que diriga el pas a la manera
militar. Ahora, la situacin es otra. No hay guerra. No existe, por consiguiente, el
peligro militar, que agrupaba a las masas trabajadoras en torno al Partido. El
proletariado se ha recuperado y elevado, tanto en el aspecto cultural como en el
material. Tambin se han elevado y desarrollado los campesinos. La actividad
poltica de ambas clases crece y seguir creciendo. Ahora ya no se puede dirigir a
la manera militar. Es necesaria, en primer lugar, la mxima flexibilidad en la
direccin. Es necesaria, en segundo lugar, una extraordinaria sensibilidad en
cuanto a las demandas y las necesidades de los obreros y los campesinos. Es
necesaria, en tercer lugar, la capacidad de nutrir las filas del Partido con los
mejores obreros y campesinos que se hayan destacado gracias al desarrollo de la
actividad poltica de estas clases. Pero estas condiciones y estas virtudes, como es
sabido, no se dan de golpe. De ah la falta de correspondencia entre lo que se pide
al Partido y las posibilidades que ste tiene en el momento dado. De ah el peligro
de que se debilite el papel rector del Partido, el peligro de que el Partido pierda
dicho papel.
Tales son, en lneas generales, los motivos de que el peligro de prdida del
papel dirigente del Partido conduzca a la descomposicin y la degeneracin del
Partido.
Por eso, la lucha enrgica contra este peligro es una tarea inmediata de
nuestro Partido.
Pasemos a la tercera.
Creo que la pregunta es confusa y que, por eso, est mal planteada. De qu
lucha de clases se trata? Si se trata de la lucha de clases en el campo, em
general, el proletariado no la mantiene slo contra los kulaks. Y las
contradicciones entre el proletariado y el campesinado en su conjunto, no son
acaso lucha de clases, aunque se manifieste en una forma bastante desusada?
No es, acaso, cierto que el proletariado y el campesinado constituyen
actualmente las dos clases fundamentales de nuestra sociedad y que entre estas
dos clases existen contradicciones - cierto que solubles y, en fin de cuentas,
superables, pero contradicciones, con todo que originan la lucha entre estas dos
clases?
Creo que la lucha de clases en nuestro pas, si nos referimos a las relaciones
entre la ciudad y el campo, entre el proletariado y el campesinado, tiene tres
frentes principales:
c) el frente de lucha entre los pobres del campo, en primer trmino los
braceros, y los kulaks.
Ya veis que estos tres frentes no pueden ser idnticos ni por su peso
especfico ni por el carcter de la lucha que en ellos se desarrolla. Por eso
tambin debe ser distinta, diferente, nuestra actitud hacia las formas de la lucha
de clases en esos frentes.
Tercer frente. Los personajes en accin son aqu dos fuerzas: los campesinos
pobres y, en primer trmino, los braceros, de una parte, y los kulaks, de otra.
Formalmente, el Estado se mantiene al margen. Este frente, ya lo veis, no es tan
amplio como los anteriores. Por otro lado, la lucha de clases se desarrolla en l de
manera completamente clara y abierta, mientras que en los frentes anteriores se
desarrolla en forma oculta, ms o menos enmascarada.
Por qu?
Pasemos a la quinta.
S, la ampliamos.
Hasta ahora ocurra que en numerosos distritos las aldeas las gobernaban
pequeos grupos de personas, ms ligadas con la administracin de los distritos
y de las provincias que con la poblacin rural. Esta circunstancia llevaba a que
las autoridades rurales mirasen ms hacia arriba, hacia el distrito, y menos hacia
abajo, hacia la poblacin rural; a que no se sintieran responsables ante la aldea,
ante los electores, sino ante la administracin del distrito y de la provincia, sin
comprender evidentemente que arriba y abajo no forman sino una misma
cadena y que, si la cadena se rompe, por abajo, toda ella se desploma. Resultado
de esto era de una parte, la falta de control, la arbitrariedad de los dirigentes, y,
de otra parte, el descontento y las protestas sordas en el campo. Ahora se pone
fin de manera enrgica y definitiva a esa situacin en el campo.
Hasta ahora ocurra que, en numerosos distritos, las elecciones a los Soviets
en el campo no eran en realidad elecciones, sino un simple trmite oficinesco
para sacar diputados mediante numerosas artimaas y la presin de un
reducido grupo de dirigentes temerosos de perder el poder. Resultado de ello era
que los Soviets, organismos afines y entraables a las masas, corran el riesgo de
convertirse en organismos ajenos a las masas, y la direccin del campesinado por
parte de los obreros - base y fortaleza de la dictadura del proletariado corra el
riesgo de quedar colgando en el vaco. Vosotros sabis que, en vista de ello, el
Partido se vio obligado a hacer que se celebrasen nuevas elecciones de los
Soviets; por cierto, estas elecciones han mostrado que el viejo procedimiento de
celebrar las consultas electorales en numerosas zonas es una supervivencia del
comunismo de guerra, supervivencia que debe ser suprimida como algo nocivo y
podrido hasta la mdula. Ahora se pone fin a ese procedimiento de celebrar las
elecciones en el campo.
Los lmites de esas concesiones han sido fijados por la XIV Conferencia del
P.C.(b) de Rusia y por el III Congreso de los Soviets de la URSS 2. Ya sabis que no
son muy amplios y que se reducen al marco de que acabo de hablar. Pero eso no
significa que sean algo inmutable para siempre. Al contrario, se ensancharn, sin
duda, a medida que se desarrolle nuestra economa nacional, a medida que se
fortalezca el podero econmico y poltico del proletariado, a medida que se
desarrolle el movimiento revolucionario en el Occidente y el Oriente, a medida
que se refuercen las posiciones internacionales del Estado Sovitico. Lenin habl,
en 1918, de la necesidad de extender la Constitucin sovitica, a medida que
vaya decreciendo la resistencia de los explotadores, a toda la poblacin (v. t.
XXII, pg. 372). Aqu se trata, como podis ver, de extender la Constitucin a
toda la poblacin, comprendida la burguesa. Eso fue dicho en marzo de 1918. De
entonces a la muerte de Lenin pasaron ms de cinco aos, pero Lenin no dijo en
todo ese perodo nada acerca de la conveniencia de llevar a la prctica esta tesis.
Por qu? Porque no haba llegado todava el momento de esa extensin. Pero de
que llegar alguna vez, cuando la posicin interior e internacional del Estado
Sovitico se fortalezca definitivamente, de eso no puede caber duda.
2 El III Congreso de los Soviets de la U.R.S.S. se celebr en Mosc del 13 al 20 de mayo de 1925. El Congreso
examin, entre otras, las cuestiones siguientes: ingreso de las Repblicas Socialistas Soviticas de Turkmenia y
Uzbekia en la U.R.S.S., informe del gobierno de la U.R.S.S., situacin de la industria de la U.R.S.S., cuestiones de
la edificacin sovitica, medidas para la elevacin y el fortalecimiento de la economa campesina y acerca del
Ejrcito Rojo. El informe sobre cuestiones de la edificacin sovitica lo hizo M. I. Kalinin.
Cambian esas concesiones el carcter del Poderen el pas?
No, no lo cambian.
No tienen razn los camaradas que afirman que el concepto de dictadura del
proletariado encierra nicamente la idea de la violencia. La dictadura del
proletariado no es slo violencia; tambin es direccin de las masas trabajadoras
de las clases no proletarias y edificacin de la economa socialista, de tipo
superior a la economa capitalista y con un mayor rendimiento del trabajo. La
dictadura del proletariado es: 1) violencia, no limitada por la ley, con relacin a
los capitalistas y los terratenientes, 2) direccin del proletariado con relacin al
campesinado, 3) edificacin del socialismo con relacin a toda la sociedad. No
puede prescindirse de ninguno de estos tres aspectos de la dictadura sin correr el
riesgo de adulterar la idea de la dictadura del proletariado. Slo estos tres
aspectos, juntos, nos dan una idea completa y acabada de la dictadura del
proletariado.
Pasemos a la sexta.
3 Se tiene presente el V Pleno ampliado del Comit Ejecutivo de la I.C., celebrado en Mosc del 21 de marzo al 6 de
abril de 1925. (V. el discurso de J. V. Stalin acerca del Partido Comunista de Checoslovaquia ante la Comisin
Checoslovaca del V Pleno ampliado del C.E. de la I.C. en el tomo presente.).
resolucin sobre la bolchevizacin y comprenderis sin esfuerzo que el blanco
principal de la I.C. eran los elementos derechistas en el comunismo.
Pasemos a la sptima.
S, ese peligro existe. Difcilmente puede ponerse en duda que las elecciones
a los Soviets bajo la consigna de vivificacin de los Soviets significan la libertad
de propaganda electoral en las localidades. Huelga decir que los elementos
antisoviticos no dejarn escapar ocasin tan propicia para deslizarse por la
rendija abierta y para cometer alguna nueva vileza contra el Poder Sovitico. De
ah el peligro de que aumente y cobre formas definidas la agitacin antisovitica
en el campo. Lo ocurrido durante las ltimas elecciones en el Kubn, en Siberia y
en Ucrania lo evidencia elocuentemente. Es indudable que la debilidad de
nuestras organizaciones rurales en muchas zonas acenta este peligro. Es
indudable tambin que los apetitos intervencionistas de las potencias
imperialistas son, a su vez, un impulso para incrementarlo.
De qu se nutre ese peligro?, dnde estn sus fuentes?
Sus fuentes son, por lo menos, dos. En primer lugar, los elementos
antisoviticos perciben que en la aldea se ha operado ltimamente cierto
desplazamiento en favor del kulak, que en varias zonas el campesino medio ha
virado hacia el kulak. Esto poda suponerse antes de las elecciones. Despus de
las elecciones, la suposicin se ha convertido en hecho indiscutible. Ese es el
motivo primero y principal del peligro de que cobre forma ideolgica definida la
agitacin antisovitica en el campo.
Pasemos a la octava.
Pasemos a la novena.
O bien se refiere a una ayuda inmediata al Estado Sovitico por los Estados
capitalistas en forma de crditos, como condicin ineludible para el desarrollo de
la industria sovitica, y entonces podra responderse de acuerdo con este
planteamiento de la cuestin.
Tal es la va por la que nuestro pas ha entrado ya y que debe recorrer para
desarrollar su gran industria y convertirse en un poderoso Estado industrial del
proletariado.
Por eso, las relaciones entre la industria y la agricultura, las relaciones entre
el proletariado y el campesinado constituyen el problema principal de la
edificacin de la economa socialista.
Pasemos a la ltima.
10. Seale las mayores dificultades con que tropezar la labor de edificacin
que realizan el Partido y los Soviets, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones
entre el Partido y la clase obrera y la clase obrera y el campesinado, con motivo de
la estabilizacin y dado el retraso de la revolucin mundial.