Guerrilla Teoponte
Guerrilla Teoponte
Guerrilla Teoponte
La boliviana Anna Elena Recacoechea, compaera de luchas y madre de su primer hijo, narra
cmo lo capturaron, torturaron y asesinaron en la capital de su pas natal.
'El Inti que yo conoc fue uno de los hombres ms revolucionarios y ms grandes que ha tenido la
historia de Bolivia'. As comienza el testimonio de Anna Elena Harvey de Recacoechea, en su casa
del reparto capitalino de Baha, en La Habana del Este, donde radica el Comit de Defensa de la
Revolucin que lleva el nombre del mtico guerrillero.
'Inti muri cuando estaba preparando la segunda guerrilla en las selvas de mi tierra boliviana. Yo fui
una de sus compaeras de lucha en el seno del Partido, y lo recuerdo con la misma claridad que
cuando compartamos una reunin, cumplamos una tarea partidista, y sobre todo el amor que
senta por su hijo Peter Inti.
El se entreg en cuerpo y alma a organizar un nuevo frente guerrillero, tal como haba prometido,
luego de la dolorosa muerte del Che. Claro, lo hizo en la ms absoluta clandestinidad y eran muy
pocos los que saban dnde estaba cuando lo fueron a buscar'.
Dice Anna que le dieron un cuartico pequeo, en la parte de afuera de la edificacin donde se
encontraba, exactamente en el nmero 584 de la calle Santa Cruz, entre Isaac Tamayo y Max
Paredes, en La Paz.
Han transcurrido desde
entonces 41 aos de un
episodio que ha sido olvidado
por las historias oficiales, pero
que est vivo en la memoria de
quienes sobrevivieron y hoy
pueden brindarnos sus
testimonios, as como en la de
todos aquellos que
compartieron la utopa
socialista y de construccin del
hombre nuevo, que fue el
camino abierto por la lucha del
Che Guevara en ancahuaz.
La Guerrilla de Teoponte fue
sin duda un hecho poltico inscrito en su tiempo, la dcada de los setenta, en la que en Amrica
Latina y distintas partes del mundo miles de jvenes, hombres y mujeres, se rebelaron contra el
sistema capitalista, el colonialismo y distintas formas de opresin y optaron por la lucha armada
como nica opcin viable para transformar sus sociedades.
Fue tambin un acontecimiento que dej legados histricos para las generaciones futuras, como
la radicalizacin sin precedentes de las clases medias en especial universitarios e intelectuales, la
emergencia de sectores de la Iglesia Catlica comprometidos con las demandas sociales
populares, las relaciones de solidaridad entre distintos movimientos revolucionarios y, sobre todo,
la articulacin entre la teora y la prctica revolucionarias.
En Teoponte, como ocurri con otros movimientos de liberacin nacional y por la construccin
del socialismo, la represin estatal y gubernamental fue implacable, la que se apoy en la Doctrina
de Seguridad Nacional impuesta despus de estallada la Guerra Fra, as como en el abierto
intervencionismo norteamericano que quera impedir a toda costa que la experiencia cubana sea
reeditada.
A lo largo de toda la dcada, mujeres y hombres de todas las edades cayeron bajo el
accionar del terrorismo de estado, se sufri la tortura, la desaparicin forzosa, el asesinato y el
exilio, as como el intento de borrar de la historia de nuestros pueblos la memoria de una
generacin que en muchos casos entreg su vida en pos de sus ideales.
La guerrilla de Teoponte, compuesta por jvenes vinculados con la dirigencia de la
Confederacin Universitaria Boliviana (CUB), de las Federaciones Universitarias Locales (FULES),
as como por cristianos, miembros del Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) creado por el Che
Guevara, campesinos y militantes revolucionarios de Chile, Argentina y Per, y que cont con una
activa retaguardia en la que las mujeres jugaron un papel central, se inscribe en ese momento
heroico de la historia nacional y latinoamericana reciente.
Hace 40 aos, un da como hoy 18 julio (1970), 67 jvenes emprendieron marcha hacia las selvas
del norte de La Paz, hacia la localidad de Teoponte, para continuar el ideal y la guerrilla liderada
por Ernesto Che Guevara y que fue abortada en 1967, en ancahuaz. Pero estos ideales fueron
aplacados en slo 100 das por el Ejrcito, el hambre y las inclemencias de la naturaleza, durante
el Gobierno de facto de Alfredo Ovando Candia, inscribiendo una de las historias ms trgicas de
Bolivia, poco recordada y an no cerrada.
La expedicin de Teoponte dur casi tres meses, desde el 19 de julio hasta el 1 de noviembre de
1970. Fue diezmada por el hambre, las enfermedades raras contradas en la selva por jvenes
citadinos, las delaciones campesinas y las naturales deserciones en un proyecto aislado del pueblo
y del campesinado, sin ninguna perspectiva de xito.
A cuatro dcadas de ese suceso, al menos una veintena de los restos de los 67 jvenes que no
sobrevivieron a Teoponte, entre bolivianos, chilenos, argentinos y peruanos, estn todava
desaparecidos. El pasado ao se inici la bsqueda de los restos de los combatientes de esta
guerrilla con el apoyo de expertos argentinos y bolivianos y la cooperacin de Dinamarca. En
septiembre del ao pasado se hallaron los restos de nueve de ellos, de los cuales cuatro fueron
identificados.
En febrero pasado, los restos de Delfn Mrida Vargas, Eloy Mollo Mamani, Francisco Imaca Rivera
y Rafael Dimaz Antezana Eguez, todos integrantes del desaparecido Ejrcito de Liberacin
Nacional (ELN), fueron devueltos a sus familiares. El actual Gobierno se ha comprometido a seguir
adelante con la bsqueda hasta encontrar los cuerpos an desaparecidos.
Para el historiador Gustavo Rodrguez Ostria, quien con una investigacin de seis aos sobre la
guerrilla de Teoponte, los mapas que hall y la memoria de los campesinos del lugar (los que estn
en su libro) contribuy a la localizacin de los restos de los jvenes guerrilleros, considera que el
hallazgo y la exhumacin de esos restos, 40 aos despus, no slo reabre lo que fue este episodio
para su esclarecimiento, sino que reconoce el derecho de los familiares a saber cul fue el destino
de su familiar, dnde esta enterrado y luego darle una sepultura.
Cada segundo de los seis aos que me llev la investigacin considero que valieron la pena por
ese momento del reencuentro de esas familias, despus de 40 aos de espera e incertidumbre, as
sean con los restos de sus seres queridos, expres Rodrguez, al recordar las palabras de
despedida y el llanto de los hijos en el entierro de Francisco Imaca, dirigente de la central
campesina del Morro, cuyos restos fueron hallados en Teoponte.
Creo que hallar los restos es una instancia de reparacin del dao, ms all de las circunstancias
de la muerte. El ciclo de la muerte slo se cierra con el entierro, que es una especie de conjura, de
despedida. Y mientras eso no suceda, las familias viven como en un limbo, en situacin de
desesperacin. Saben y estn conscientes de que murieron hace 40 aos, pero no terminan de
asumirlo mientras no se produzca el encuentro con sus restos y puedan despedirlo, rezarle o
hablarle, manifest Rodrguez.
En caso de Teoponte, pese a que sucedi exactamente lo mismo, quiz por su naturaleza ms
local, su rpido desbande, el hecho que hubiesen sido jvenes sin muchos vnculos externos
contribuy a su rpido desgaste y a su salida de escena. Adems que despus de Teoponte la
lucha poltica adquiri otros caminos y otras caractersticas. No fue ya por la va de lucha armada,
sino la clase media, el MIR, el Partido Socialista-1 recogen esa experiencia y comienzan a trabajar
en la organizacin de partidos, y eso les lleva a transitar por un camino diverso,