Tesis Relaciones Laborales
Tesis Relaciones Laborales
Tesis Relaciones Laborales
Santiago Chile
2005
INDICE
PAG.
Presentacin 03
Introduccin 05
Problema de Estudio 05
Hiptesis 05
Objetivos 05
Apartado Metodolgico 06
PRESENTACION
Despus de esto, se realiza una descripcin de las Reformas Laborales impulsadas por los
Gobiernos de Patricio Aylwin y de Eduardo Frei, con los respectivos criterios de empresarios y
trabajadores en relacin a las respectivas reformas contenidas en los Gobiernos Concertacionistas.
Se incorpora adems, una presentacin del reciente proceso de reforma laboral acaecido en
los aos 2000 y 2001, que exige considerar no slo los aspectos jurdicos involucrados sino la
compleja realidad poltica, econmica y social que incidi sobre la evolucin y resultado de la
reforma.
Por eso, se considera en esta investigacin los objetivos que el Gobierno se propone
alcanzar con estas reformas, los criterios bsicos que las presiden, las instancias de discusin que
instituye y en general, las principales alternativas que sigue este proceso de discusin y sus trmites
legislativos, resumiendo sus principales contenidos. Tambin se incluyen las reacciones del
empresariado y de los trabajadores, en cuanto a sus posiciones a las reformas, sus principales
objeciones, temores o criterios negativos, as como sus posiciones respecto a las modificaciones que
introducen las reformas laborales en los temas bsicos de la Negociacin Colectiva, Contrato
Individual y Organizaciones Sindicales.
Se suma adems, una presentacin de las caractersticas de las Relaciones laborales
actuales.
A partir de esto, se intentar analizar si se han producido avances en materia de Relaciones
Laborales en el pas.
INTRODUCCION
Problema de Estudio:
Hiptesis:
Objetivos.
Objetivo General:
Identificar la influencia que han tenido las Reformas Laborales implementadas por los Gobiernos de
la Concertacin en el Sistema de Relaciones Laborales actuales.
Objetivos Especficos:
Revisar las Reformas Laborales que cada Gobierno desarroll.
Identificar los criterios del empresariado frente al proceso de Reformas Laborales.
Conocer los criterios de los trabajadores frente al proceso de Reformas Laborales.
Detectar la relacin directa de las Reformas Laborales en las Relaciones Laborales.
6
Apartado Metodolgico.
MARCO TERICO:
La Sociologa del trabajo en Chile.
Como las Polticas Laborales actan en el entorno de la relacin de trabajo entre el trabajador y
el empleador, e influyen en el marco y en las condiciones en que se realiza el trabajo, aqu se
presenta una caracterizacin de los estudios del trabajo en Chile, especialmente por aquellos que se
centran en el sindicalismo y el empresariado. Ambos actores adquieren relevancia en distintos
contextos y hoy parecen disponer de diferentes niveles de cohesin, capacidad de accin y
legitimidad social. Los estudios sobre los cambios y procesos del trabajo tambin se incorporan y se
relacionan fundamentalmente con la modernizacin y reestructuracin productiva, la flexibilidad
laboral, los cambios tecnolgicos y las nuevas formas de organizacin del trabajo.
Tambin se examina el fenmeno de la globalizacin y sus impactos en el mercado de trabajo,
especialmente en la dinmica del actor sindical y el neoliberalismo.
1
Javier Martnez y Eugenio Tironi: Clase Obrera y Modelo Econmico: un estudio del peso y la estructura
del proletariado en Chile 1973-1980. En la revista de Economa y Trabajo (PET), 2000.
8
heterogeneidad interna. Cecilia Montero, por su parte destac que la condicin obrera estaba
estrechamente ligada a condiciones de inseguridad, movilidad, desproteccin y condiciones
precarias de reproduccin.
La reduccin de la clase obrera (obrero industrial bsicamente)no es vista como un fenmeno
originado en el rgimen militar (aunque en ese periodo se agudiza esta tendencia), sino como un
proceso cuyos antecedentes explicativos residen en la evolucin de la estructura econmica y social
del pas desde las dcadas anteriores, y que es influido a su vez, por diversos factores, como la
urbanizacin, la terciarizacin, el cambio tecnolgico, los cambios jurdicos, entre otros. Todo esto,
en el marco de implantacin de un nuevo estilo de desarrollo. Estos cambios son los que
contribuyeron a crear una nueva estructura ocupacional y productiva caracterizada por una
disminucin de estas ltimas actividades (con particular impacto en la industria y la construccin) y
un incremento de las actividades de servicios.
El poder y el papel central de la clase obrera en la sociedad se hace ms dependiente de los
otros sectores de la economa, lo que conducira al movimiento sindical, segn Martnez y Tironi, a
la necesidad de funcionar sobre la base de alianzas.
El rgimen militar instauraba el modelo econmico neoliberal, eriga un sistema poltico
autoritario dirigido a aniquilar los movimientos sociales y propiciaba un nuevo esquema de
relaciones sociales basado en la iniciativa privada, el individualismo y el desarrollo del mercado
(conectado desde esos momentos a los circuitos comerciales y financieros internacionales). Esto se
reforzaba con la institucionalidad jurdica laboral de carcter represivo, ad hoc con la nueva
orientacin econmica y poltica que impactaba en la capacidad orgnica y en las acciones del
sindicalismo.
Las investigaciones que se abocaron al estudio del sindicalismo en este periodo tienen en
comn el referirse tanto a aspectos estructurales como a los componentes ms orgnicos que se
ponen en movimiento. Las diferencias parecen estar ms bien en los nfasis de sus estudios o en
ciertas dimensiones que cada uno de ellos incorpor en el anlisis de este actor. Las
transformaciones estructurales y sus efectos en la esfera social y del trabajo se presentan ms
explcitamente en Javier Martnez, Eugenio Tironi y Cecilia Montero. Guillermo Campero
(Campero, Cortzar, 1988) est ms preocupado por las orientaciones de la accin sindical en
diferentes contextos histricos, aunque no deja de mirar los cambios ms globales de la sociedad. A
Jaime Ruiz Tagle (Aravena, 2000) tambin le interesan estas materias, pero junto con esto,
incorpora en el debate permanentes consideraciones respecto a las caractersticas de la poltica
9
laboral y social que implementaba el gobierno lo que le permita ampliar la mirada de los problemas
y desafos del sindicalismo y los trabajadores.
Los estudios coinciden en sealar el estado de crisis del sindicalismo y la necesidad e
importancia que tena su reconstitucin como actor social. La crisis tena que ver con el contexto de
cambios que se haban producidos en la economa y la sociedad y se reflejaba tambin en la
ausencia de representacin poltica (por el quiebre del sistema poltico democrtico). Esta situacin
planteaba la necesidad de revisar los diferentes factores que facilitaban u obstaculizaban la accin
sindical. Entre ellos se contaban: la relacin del sindicalismo con el Estado y los partidos polticos,
relacin que se haba modificado sustancialmente respecto al periodo previo a 1973; la
desvalorizacin del discurso sindical como aglutinador de voluntades colectivas (que se explicaba
por la represin militar y la insuficiente comprensin de los cambios por parte del sindicalismo); la
base material de apoyo del sindicalismo (disminuida por los cambios productivos derivados de la
instauracin de un nuevo modelo econmico), el grado de unidad del sindicalismo y la vinculacin
entre las bases y las directivas sindicales. Es decir, los factores que Guillermo Campero
conceptualiz como las dimensiones poltica, ideolgica, estructural y organizacional de la crisis
sindical.
Frente a este panorama altamente complejo, los analistas muestran una firme conviccin en las
capacidades y potencialidades del actor sindical como agente convocante de los intereses colectivos
(nacionales). A veces, esta confianza parece excesiva considerando las innumerables debilidades
que sus mismos estudios constataban. Podran surgir formas sindicales gremialistas, corporativas o
ligadas a la lgica del sistema, pero stas nunca desplazaran o eliminaran el sindicalismo
comprometido con la transformacin social. Se deca que el sindicalismo ya no era un movimiento
social, sin embargo, se tena la certeza de que en l subyaca en importante medida la posibilidad de
rearticular la sociedad y de pensar en un ordenamiento sociopoltico distinto, democrtico.
De aqu, los estudios se ligaron bsicamente con el objetivo de cambio del sistema poltico.
Cambiando el marco institucional el sindicalismo podra recuperar las libertades polticas que le
haban permitido en las dcadas anteriores intervenir y cumplir un rol protagnico en la sociedad.
Este actor, inevitablemente deba estar vinculado con los problemas nacionales, con el Estado y los
partidos polticos. En el fortalecimiento de esos lazos radicaba su fuerza. Las orientaciones de la
accin sindical, segn Guillermo Campero, se modificaron en este contexto pasando desde la accin
defensiva (utilizada principalmente en los primeros aos de la dictadura) y la accin de resistencia
(que expresa una reaccin frente a la situacin de represin y desproteccin de los trabajadores)
hacia lgicas de reinclusin o reconstitucin, que traducen la lucha de recuperacin de la ciudadana
poltica y econmica.
10
2
Esta definicin, ha motivado precisamente las crticas de los diferentes sectores sindicales, polticos e
intelectuales. La concertacin social ha sido percibido por algunos como una instancia meramente formal y
escasamente representativa del mundo laboral y por otros, como una traicin de la dirigencia sindical a los
intereses y proyectos esenciales de los trabajadores y sus organizaciones.
12
obstculos del proceso se haca nfasis en los beneficios que implicaba este esfuerzo democrtico
de construccin nacional. Con distintos matices se refirieron a estas situaciones Guillermo
Campero, Jaime Ruiz Tagle, Mario Alburquerque y Rodolfo Fortunatti, entre otros.
En los primeros aos de los noventa algunos estudios sociolgicos mostraba las dudas y crticas
al proceso de concertacin por parte de dirigentes sindicales y de algunos estudiosos del tema. Se le
consideraba ms un mecanismo dirigido a la estabilidad del sistema que al mejoramiento de las
condiciones de existencia de los trabajadores y de las relaciones laborales en las empresas. Sin
embargo, estas crticas no invalidaron los argumentos de la concertacin sostenidos por otros
sectores intelectuales y ms bien pusieron en el centro de la discusin el debate sobre los
instrumentos y procedimientos tericos- metodolgicos utilizados en las ciencias sociales para
analizar estos fenmenos.
El modelo de accin sindical tradicional (que se suele vincular a aquel de carcter
confrontacional) es cuestionado y entra en revisin debido a los cambios que se producen en la
esfera econmica, poltica y laboral. Lo prioritario en este contexto de transformaciones, sera
buscar la creacin de espacios de acuerdo y dilogo social entre los actores del trabajo.3
Al mismo tiempo se hara necesario producir una revisin del papel y funcionamiento de las
instituciones que regulan el trabajo. Todo esto sustentado en procedimientos tcnicos, ms que
polticos que orienten la accin de los actores. Esta situacin es la que ha llevado a algunos a
considerar que la crisis actual del sindicalismo no es una crisis terminal, sino una crisis de
adaptacin. Una nueva poca requerira modificar las estrategias sindicales y las bases sobre las
cuales los actores adquieren legitimidad social.
La plataforma de lucha del sindicalismo debera ampliarse, ya que una visin homognea, de
tipo clasista histrica, no dara cuenta de las nuevas realidades y transformaciones en que est
inserto el pas. A la vez, no permitira enfrentar los nuevos problemas que afectan a los trabajadores
de los distintos sectores econmicos. Adquiere ms sentido, una perspectiva global que posibilite
que el sindicalismo negocie los cambios y participe en la gestin de los procesos de modernizacin.
Segn Campero (que proporciona esta perspectiva de anlisis), el puente que conectara la
diversidad de realidades y demandas que caracterizan al asalariado moderno debe ser ms bien una
visin global del tipo de desarrollo en que se est ingresando, que identifique la posicin y la
oportunidad de cada sector en el funcionamiento del mismo y que, sobre todo, establezca las
prioridades de una poltica de negociacin del cambio desde el punto de vista sindical que articule
3
Segn Jaime Ruiz Tagle (Revista De economa y Trabajo, Programa de economa del Trabajo PET) el
sindicalismo ha mostrado en los hechos una orientacin hacia la concertacin y el debate con empresarios y el
gobierno. Aceptando el modelo de desarrollo del pas lo que ha buscado es una mayor participacin en las
decisiones y mecanismos de proteccin para los trabajadores frente al esquema flexibilizador.
13
lo sectorial con lo nacionalEn este sentido, lo que dara coherencia a la accin sindical sera la
definicin del papel de los sindicatos y del movimiento sindical en el proceso de constitucin del
nuevo orden econmico y social (Campero, 1994).
En el mbito microsindical tambin se produciran modificaciones importantes, pues se
considera que el rol del sindicalismo ser ms relevante y tendr mayor acogida en los trabajadores
si se localiza al interior de las empresas. Adems de Guillermo Campero, los planteamientos de
Malva Espinoza y Patricio Fras (Fras, 2003) se ubican en ese sentido. El sindicalismo abandona,
en esta visin, la orientacin hacia la transformacin radical de la sociedad y se centra en las
acciones reivindicativas ms inmediatas o de corto plazo (capacitacin, organizacin y gestin de
trabajo, salarios, condiciones de trabajo, etc.) que se perciben como problemas ms urgentes para
los trabajadores. Estas acciones dan origen al sindicato moderno, acorde a las nuevas realidades y
cambios, con capacidad tcnica y abierto al dilogo y la colaboracin con los empleadores.
La crisis del sindicalismo, en la perspectiva de Malva Espinoza, se refiere a su dimensin
sociopoltica, sin embargo, en el campo ms corporativo este actor podra encontrar un fructfero
desarrollo. De hecho, sus estudios le indican que estas tendencias tienen sustentacin material,
objetiva. En algunos sindicatos se estara produciendo mayor actividad sindical, en el marco de
relaciones laborales corporativas y participativas, que respetan las negociaciones colectivas y las
acciones de los trabajadores. El sindicalismo de empresa logra legitimidad por parte de los
empleadores, establecindose un reconocimiento mutuo, condicin bsica para instaurar relaciones
laborales modernas. La principal observacin que se podra hacer a estas reflexiones tienen que ver
con el alcance limitado de sus conclusiones, acotadas a un nmero reducido de empresas. Pese a
ello, permiten observar dimensiones del comportamiento sindical no consideradas en otros estudios
que se ajustan principalmente a un marco de interpretacin ms totalizante.
En esta misma lnea de anlisis Patricio Fras ha valorado la accin sindical al interior de la
empresa, sin que ello implique necesariamente un menoscabo de la accin en el nivel nacional. Esta
nueva relacin con la empresa se reflejara en la aceptacin e interiorizacin de las exigencias de la
competitividad, eficacia y calidad de los productos, as como en el compromiso de los trabajadores
con la empresa. El sindicato se incorporara en la modernizacin productiva, no como enemigo del
empresario, sino como su aliado. Este proyecto sindical implica ganar espacios de concertacin,
pero a la vez requiere ampliar la mirada hacia los temas que ahora cobraran importancia. Como
dice el autor, Estas disposiciones, este escenario superior, abre una serie de perspectivas para la
consolidacin y el reforzamiento de la funcin y de la accin sindical. Ello exige que a partir de una
renovacin desde la propia base, muy ligada al mbito de la empresa, se vayan capacitando y
14
Los estudios del empresariado han destacado su actuacin social, poltica, econmica e
ideolgica en diferentes contextos histricos, as como los obstculos que ha debido sortear en el
proceso de su constitucin en un actor relevante en la sociedad. Adems se han especificado los
niveles en que materializa su calidad de actor social (dueo de empresa, grupos econmicos,
gremios o asociaciones de empresarios), las formas de accin y los mecanismos que utilizan para
aumentar su fuerza. Las tendencias que caracterizan su accin y la heterogeneidad interna son
rasgos que los distintos estudios recalcan, y que a la vez, les conducen a valorar la utilizacin del
anlisis multidimensional. En general, se conciben de forma crtica respecto a las visiones
homogeneizantes y totalizantes que advierten en los estudios del empresariado.
Lais Abramo (Aravena 2000), en una revisin de la literatura sobre el tema en Chile, llega a la
conclusin que existen cinco tipos de aproximaciones temticas o entradas a este campo de
investigacin. En primer lugar, los estudios que consideran principalmente la dimensin asociativa-
corporativa de la accin empresarial (Campero, Gmez) y privilegian el anlisis de la accin
poltica de la clase empresarial. En segundo lugar, los estudios de tipo morfolgico (Rozas y Marn;
Martnez y Tironi; Rodrguez y Venegas; Gmez y Echeique) que analizan la composicin de los
empresarios (origen social, origen y grado de concentracin del capital, ubicacin espacial,
conformacin sectorial, actitudes, estilos de vida, etc.). Tercero, los estudios que analizan al
empresario en tanto individuo, como dueos de la empresa (Cecilia Montero). En cuarto lugar, estn
los estudios preocupados por la relacin del empresario con el Estado y con las estrategias de
desarrollo nacional (Oscar Muoz). Por ltimo los que estudian las polticas de gestin empresarial
en el mbito de las unidades productivas (Alvaro Daz, Cecilia Montero).
El enfoque centrado en el componente poltico de la accin empresarial adquiri especial
notoriedad en el inicio del proceso de transicin democrtica. Los estudios que analizan la
evolucin del empresariado en esta dimensin valoran los cambios que ha experimentado y sus
aportes en las definiciones nacionales. Al revisar lo ocurrido en las ltimas dcadas estos estudios
sostienen que la accin organizada y unificada del empresariado tiene su origen en el periodo de la
Unidad Popular, cuando establecen lo que Guillermo Campero denomina un principio comn de
oposicin. La amenaza que percibieron para su reproduccin en el sistema (por la eliminacin de la
propiedad privada) les llevara a reaccionar (defensivamente) creando una estrategia de resistencia a
esta tendencia. Sin embargo, la ausencia de un proyecto socioeconmico y poltico comn habra
impedido su mayor cohesin y fuerza gremial, lo que facilita la cesin de la conduccin econmica
y poltica a los tecncratas del gobierno militar (Chicago Boys) y su accin en el plano ms
corporativo. La ideologa neoliberal, surge de este grupo de tcnicos especializados, que desarrollan
16
la economa de mercado, pero rpidamente es recepcionada y asimilada por gran parte del
empresariado en el pas.
Desde mediados de los ochenta este actor adopta una actitud ms ofensiva, que se pone a
prueba en el marco del plebiscito de 1988. El mayor desarrollo ideolgico, junto a su definicin
poltica (mayoritariamente pro gobierno militar) le otorgan consistencia a sus acciones. Crearon
diversas organizaciones acordes a sus objetivos y comenzaron a instalar en el discurso pblico
conceptos e ideas propias del empresario que perduran hasta hoy (progreso, modernizacin,
libertad, rol social del empresariado, etc.). No obstante, su imagen no se habra desprendido del
todo de la cara autoritaria y dictatorial del rgimen militar. En los noventa, el empresariado
consolida su posicin y relevancia en la sociedad, asumiendo el liderazgo en el crecimiento
econmico del pas y una mayor vinculacin con los asuntos pblicos en general. Es decir, el
poder del empresariado va mucho ms all del mundo econmico. Posee una visin clara del pas y
de s mismo, y cuenta con vastas redes para diseminar esa visin hacia todos los mbitos de la
sociedad (Tironi, 1999).
Lo importante de destacar es que estos estudios perciben que el empresariado ha
experimentado complejas y significativas transformaciones en las ltimas dcadas, las cuales
habran sido absorbidas como aprendizajes. Su participacin en el rgimen militar, los conflictos
econmicos experimentados en esos aos (crisis 1975, 1982-83), as como el actual contexto social
y poltico le llevaran a ubicarse en una posicin de fuerza significativa. Se valora su mayor
autonoma con relacin al Estado y al sistema poltico y el rol central que le cabe cumplir en una
sociedad democrtica, con una economa abierta a los mercados internacionales. Este actor estara
mostrando madurez y decisin para incorporarse aun esquema de desarrollo que intentara conjugar
crecimiento econmico con estabilidad y seguridad poltica y social. El empresariado tiene
presencia en las decisiones del pas, lo que se debe a que ha modificado sus relaciones tradicionales
con el Estado y el sistema poltico.
Adems, en los ltimos aos han surgido algunos estudios que consideran el anlisis de las
estrategias discursivas y prcticas que utilizan las empresas para adecuarse a los nuevos esquemas
productivos mundiales y a la lgica de la competitividad, eficiencia y eficacia que fija el mercado.
Observando las prcticas empresariales que afectan especialmente a los trabajadores se han
mencionado las siguientes: flexibilidad laboral, concentracin de la propiedad y desconcentracin
en la gestin, acuerdos empresariales en polticas de relaciones laborales, desincentivos ala
representacin colectiva de intereses, persecucin sindical y prcticas antisindicales, poltica de
acuerdos en sectores en declive, alianzas estratgicas. Este es un campo muy interesante de estudio
17
debido a los permanentes cambios que se producen en las estrategias de organizacin y gestin del
trabajo en la actualidad.
Los estudios del empresariado han proporcionado significativos aportes a la descripcin de
los cambios en el actor empresarial y su centralidad en el actual contexto, sin embargo, no se han
explorado suficientemente las transformaciones que dichos procesos estn generando en los
sindicatos y en las experiencias y percepciones de los trabajadores. No considerar esta dimensin de
anlisis puede llevar a reproducir miradas limitadas de la realidad laboral. En alguna medida la
sociologa del trabajo pierde parte de potencialidad, pues prescinde del anlisis de las relaciones
sociales y de las vivencias personales que se generan en el trabajo. Es decir, no se analiza el marco
ms cotidiano en el cual se constituyen los actores sociales.
Se requiere conocer adems, el contexto ms global en que acta la empresa, o sea dar
cuenta de lo que ocurre con el capitalismo o el modelo econmico. Es decir, considerar que la
empresa y los empresarios disponen de un escenario que posibilita sus acciones, y al mismo tiempo,
limita otras que no estn relacionadas con los criterios sistmicos imperantes. Esta preocupacin,
que ha sido valorada en el ltimo tiempo por algunos investigadores, no cuenta an con una
fundamentacin terica desde donde articularse.
Los procesos de modernizacin, en los estudios de la sociologa del trabajo, han estado
vinculados a los cambios en la estructura productiva y las formas de organizacin y gestin del
trabajo (externalizacin, desconcentracin de unidades productivas, etc.), los procesos de
racionalizacin y la incorporacin tecnolgica. Asimismo se ha establecido una estrecha relacin e
interdependencia entre dicho proceso y las diversas formas de flexibilidad laboral (salarial, jornada
de trabajo, entre otras). Estos cambios tendran por finalidad aumentar los niveles de productividad
de las empresas y permitir su insercin competitiva en los mercados internacionales. El precedente
de la realidad actual estara relacionado con el proyecto modernizador del rgimen militar y con
la reestructuracin econmica, productiva y organizacional que se produce en el mbito mundial.
La modernizacin es vista como una estrategia de las empresas tendiente a aumentar su
productividad, eficiencia y competitividad, en el marco de un modelo econmico neoliberal que
apunta a eliminar cualquier tipo de proteccin y regulacin en el trabajo. Pero en el rgimen
autoritario en que se despleg inicialmente algunos la ven como una prctica reactiva, casi como un
imperativo o condicin de sobrevivencia de las empresas. En cualquiera de estas situaciones se
reconoce que la participacin e influencia de los trabajadores ha sido escasa, sino es que nula.
18
Tendran sentido, en este contexto, las posiciones que conciben la democracia como el espacio en
que los actores logran mayor presencia en las decisiones de las empresas.
Sobre los efectos de estos cambios, los estudios coinciden en sealar, en trminos generales,
sus impactos negativos en las condiciones de trabajo y de organizacin de los trabajadores y en las
posibilidades de accin colectiva, identidad y conciencia tradicionales. Sin embargo, la
racionalizacin de las actividades productivas, las nuevas tecnologas y los mtodos de organizacin
predominantes, no se expresan homogneamente en todos los sectores econmicos. En los servicios
(financieros y bancarios), telecomunicaciones y comercio, los cambios son ms evidentes. En las
pequeas empresas la modernizacin sera ms precaria, lo que se ejemplifica en su escasa
incorporacin tecnolgica. Lo mismo se podra sealar para las labores de temporada en la
agricultura. Los estudios buscan identificar las caractersticas de los procesos, los sectores donde se
expresan, con mayor o menor intensidad, sus efectos en los trabajadores y sus tendencias o
proyecciones.
Segn algunas interpretaciones el rgimen militar no condujo a un proceso de
modernizacin, sino a una racionalidad autoritaria, cuya principal consecuencia ha sido la
desvalorizacin del factor trabajo. Se asistira a la constitucin de una modernizacin sin
modernidad, es decir, a una exacerbacin de los criterios de competitividad, rentabilidad y
eficiencia, sin introducir cambios sustantivos en las relaciones laborales que permitan la
participacin de los actores en la gestin del crecimiento. La modernizacin tal como ha sido
concebida, ha significado otorgar al mercado el rol de regulacin de la economa, sustituyendo roles
histricos del Estado. En este marco los desafos de la democracia seran los de instaurar nuevas
relaciones de poder entre los actores en la empresa. Segn Cecilia Montero con la
redemocratizacin surge el problema de cmo compatibilizar la dimensin econmica de la
modernizacin (competitividad, rentabilidad, etc.) con la dimensin poltica (acuerdos,
compromisos, consensos); la racionalidad instrumental (fines y metas funcionales) y la racionalidad
normativa (de fines y metas que tengan un sentido compartido).
La modernizacin en el mbito laboral, adems de los problemas que origina, hace surgir
nuevos temas que los actores deben abordar, como es el de la calificacin profesional, las formas de
contratacin y las actitudes o capacidades personales ms adecuadas con la actividad productiva
(compromiso, satisfaccin personal, etc.). Se hace nfasis en los nuevos rasgos que asume el
trabajo, as como en el tipo de relaciones ms apropiadas entre los actores que en l se
desenvuelven. La discusin sobre la incorporacin tecnolgica y la capacitacin de los trabajadores
para utilizarlas productivamente adquiere ms importancia, pero al mismo tiempo se convierte en
un tema difcil de analizar debido a los costos sociales que se suelen asociar a estos cambios.
19
empresa madre y de los entornos que se constituyen a partir de ellas. Estas transformaciones pueden
articularse a partir de lgicas cooperativas entre las empresas (dinmica virtuosa), sin embargo, la
experiencia de Amrica Latina y de Chile en particular, indicara que ella se ha llevado a efecto bajo
la modalidad de una flexibilidad espuria o precarizadora dirigida bsicamente a la reduccin de
costos de produccin.
Segn la caracterizacin de la autora la gran empresa se articula en redes de
subcontratacin que, a lo largo de los encadenamientos productivos, incluye desde las empresas
medianas formales y con un desarrollo tecnolgico cercano a la empresa madre, pasando por
empresas ms chicas, tecnolgicamente menos desarrolladas y con mayores grados de informalidad,
incorporando los talleres de diferentes dimensiones (y distinto grado de ilegalidad), hasta llegar
muchas veces, a la forma de trabajo a domicilio que se reproducen en esos contextos.
y trabajo son reas mutuamente imbricadas entre s (Montero, 1996). El cambio tecnolgico, segn
la mirada de esta autora, no tiene relacin slo con la incorporacin o modificacin de tecnologas
en los procesos productivos de las empresas, sino tambin con las formas de organizacin del
trabajo. De ah, entonces, que sea importante observar las caractersticas de las nuevas tecnologas
(informtica, microelectrnica) y la capacidad que existe en el pas para producirlas, pero tambin
mirar los comportamientos de los actores en el mercado laboral.
Los cambios que se han producido en el trabajo y en la relacin capital-trabajo a raz de la
incorporacin tecnolgica planteara desafos de distinta naturaleza, que complementa lo sealado
por Manuel Barrera. Se hace nfasis, en tal sentido, en la definicin de un sistema de inversin
tecnolgica; cambios institucionales; redefinicin de las polticas de empleo y de las ocupaciones,
en funcin de las exigencias tecnolgicas; sistema de promocin y salarios de la fuerza de trabajo;
formas de organizacin de los trabajadores, etc. A esto se debe agregar la situacin laboral de la
mujer a partir de la modernizacin tecnolgica. Pese a que estos cambios podran abrir espacios
para el trabajo femenino, hay una serie de dificultades (como la falta de capacitacin, la
discriminacin y la poca valoracin social de su trabajo) que obstaculizan el acceso a mayores
oportunidades en este mbito.
El panorama se hace ms difcil de abordar cuando se considera que existe un conjunto de
otros efectos del cambio tecnolgico que se pueden expresar en los distintos sectores laborales con
mayor o menor intensidad, tales como: desplazamiento de trabajadores al interior o entre empresas,
demandas por elevar la capacitacin de la mano de obra, reduccin de jornadas de trabajo, etc.
Desde una perspectiva ms global se debe observar que estos cambios tambin afectan la estructura
y la composicin del empleo, modificando la relevancia econmica y social de diversas profesiones
y ocupaciones. De ah la necesidad de realizar estudios nacionales y sectoriales que permitan
identificar las necesidades especficas de cada nivel.
En la perspectiva de Cecilia Montero uno de los problemas ms relevantes para el actor
sindical sera el de definir como adecuarse a estos cambios y limitar sus efectos perversos. Para
lograrlo se dice que el sindicalismo debera favorecer su tecnificacin y su capacidad propositiva.
Slo en ese plano hay posibilidad de influir en los procesos de incorporacin tecnolgica y en sus
efectos directos e indirectos sobre los trabajadores. Se requerira que el sindicalismo discuta sobre la
innovacin tecnolgica (con propuestas) pero tambin sobre calificacin profesional, productividad,
calidad y competitividad: que alcance consensos amplios en esas materias. O dicho de otra forma,
que se involucre en una modernizacin concertada junto a empresarios y gobiernos.
Los empresarios deberan cambiar sus comportamientos y facilitar la creacin de estos
espacios de dilogo, proporcionando informacin sobre sus estrategias tanto en materia de
23
incorporacin tecnolgica como de reorganizacin del trabajo. Y no slo esto, sino que adems
deberan aceptar que en los procesos de negociacin colectiva en las empresas se puedan definir
planes y programas (en materia de capacitacin, reconversin laboral, fijacin de condiciones de
trabajo, por ejemplo) en consideracin de los puntos de vista del sindicato. A partir de estos
elementos se podra pensar en crear una nueva cultura en el trabajo que respete el rol de cada actor
en la empresa.
No obstante, este un campo por explorar no exento de dificultades debido a las imgenes y
los impactos concretos que estos cambios han significado para los actores. De acuerdo a un estudio
de Enzo Faletto (Aravena, 2000) empresarios, ingenieros y tcnicos muestran una mayor
identificacin con los cambios tecnolgicos y los conciben como una expresin de la
modernizacin de la sociedad. Los trabajadores, si bien no la rechazan, muestran mayores dudas y
temores por las formas concretas que suele adquirir (desempleo, prdida de calificaciones
adquiridas, deterioro de condiciones de trabajo, aumento de los ritmos de trabajo, surgimiento de
nuevas enfermedades, etc.). Cada una de estas interpretaciones determina la forma en que los
actores asumen estos procesos se relacionan entre s.
Un tema que ha alcanzado cierta importancia en los ltimos aos a raz de los procesos de
incorporacin y cambio tecnolgico (entre otros factores), tiene que ver con la calidad del trabajo.
Para algunos, la incorporacin de tecnologas permite humanizar el trabajo en la medida que reduce
(en ciertas aplicaciones) los riesgos de accidente de trabajo o mejora las condiciones laborales. Para
otros, por el contrario, estos cambios tienen efectos nocivos o perjudiciales (deshumanizantes) ya
que propician el parcelamiento de la actividad laboral y el desempleo de muchos trabajadores.
Adems haran surgir nuevos problemas para la expresin colectiva de intereses.
La escasez de estudios en esta materia hace necesario revisar los impactos negativos y
positivos, actuales y futuros, de la incorporacin tecnolgica en el trabajo. Para ello, una
perspectiva no determinista ni causal, que establezca comparaciones entre los fenmenos, puede ser
de gran utilidad. La fuerza de estos procesos requiere conocer la forma en que se estructurar la
divisin del trabajo y las nuevas capacidades y destrezas laborales que se exigirn a los
trabajadores. El denominado desempleo tecnolgico debera ser estimado y diferenciado del
desempleo que se produce por efecto de la racionalizacin de las actividades, los nuevos modelos
de gestin, la apertura a mercados externos u otros procesos semejantes.
24
Ms all de las discusiones tericas (que pueden ser objeto de muchos otros matices
analticos)es evidente que las dinmicas de las sociedades han adquirido una mayor ligazn con los
procesos que se observan en el exterior, fuera de sus fronteras. Adems el ritmo de estas relaciones
y el nivel de los intercambios (de produccin, conocimiento, etc.) es cada vez ms intenso, lo que ha
determinado modificaciones en los diferentes actores (Estado, empresarios, trabajadores,
comunidades sociales o culturales, etc.). Muchas actividades productivas pasan a ser realizadas en
tiempo real a escala planetaria. Es decir el capital alcanza una capacidad de realizacin,
reproduccin y circulacin que no haba tenido antes. A estos fines son funcionales tanto la
revolucin que se produce en el mbito tecnolgico como en los sistemas de informacin.
Los estudios que desde la sociologa del trabajo analizan la globalizacin han considerado
estas interpretaciones, aunque han elaborado tambin sus propias definiciones y aproximaciones
tericas y prcticas. Se coincide en el hecho de percibir un escenario ms problemtico para la
actuacin de los sujetos, pero la forma de abordar las problemticas es diferente. La mayora se ha
preocupado de describir la notable complejidad del mercado del trabajo (movilidad internacional de
las empresas, facilidad para su (re)localizacin, reestructuracin global del proceso de produccin,
etc.). Junto con destacar la capacidad de las empresas (ahora transnacionales) para incorporarse en
el nuevo escenario, se pone en evidencia la mayor dificultad de adaptacin a las nuevas
circunstancias por parte de los trabajadores y del sindicalismo.
Fernando de Laire se acerca a estos planteamientos en la medida que pretende advertir
sobre los efectos que tienen las transformaciones en curso en el mbito laboral y en las estrategias y
acciones de los diferentes actores. La complejidad actual estara relacionada principalmente con la
revolucin tecnolgica, la indeterminacin del futuro (el factor riesgo) y la sensibilidad
posmoderna. Especial importancia le atribuye a las tecnologas de la informacin en la nueva
configuracin del trabajo. Al mismo tiempo es sugerente la forma en que vincula estos cambios con
temas ms especficos, como por ejemplo, lo relativo al clima laboral, las pautas de gestin, la
polivalencia, el manejo de informacin, la obsolescencia de ciertas competencias laborales, etc.
Particularmente interesante es la pregunta que se formula el autor sobre las condiciones de
reconstruccin del movimiento sindical en tanto movimiento social. Lo que propone en esos
trminos (como reas de una estrategia sindical) tiene relacin con definir distintas acciones para
posicionarse en la globalizacin. Entre ellas se encontraran la coordinacin en proceso (flexible),
una estrategia flexible en funcin de una escala de objetivos, la identificacin precisa de los puntos
sensibles o dbiles de la contraparte, la planeacin de escenarios racionales desde el punto de vista
de escalonamiento de la accin. Todo ello, en el marco de una mejor articulacin poltica y
26
discursiva que asuma las percepciones sociales y las condiciones reales de funcionamiento de los
actores.
Se observan en mayor cantidad que el enfoque anterior, estudios que consideran los
cambios y nuevos escenarios laborales en el marco de los procesos de integracin regional
(Mercosur y Nafta, por ejemplo). Lo que interesa en estos casos es observar el funcionamiento
poltico-institucional de estos espacios de integracin y constatar sus efectos en el trabajo. Se trata
de precisar ms especficamente en que medida se han superado (o se pueden superar) los
desequilibrios ocasionados por la internacionalizacin de la economa. Al mismo tiempo, son
motivos de atencin permanente la descripcin de los cambios que ha tenido es Estado, as como el
rol que asume el sindicalismo en estos espacios.
Una de las ideas centrales que se extrae es la necesidad que el sindicalismo se incorpore en
los procesos de integracin regional y busque la forma de reducir sus efectos negativos (sus costos
laborales o sindicales) ms que rechazarlos o criticarlos tajantemente. Para ello se dice que es
preferible impulsar y apoyar polticas dirigidas a resolver los problemas de empleo o capacitacin
(entre otros) y modificar la normativa laboral vigente en los pases miembros de estos bloques
regionales. En los hechos, una parte importante del sindicalismo ha adoptado estas orientaciones,
aunque ello no implica desconocer la existencia de sectores sindicales ms crticos4.
Teniendo como referencia al Mercosur hay estudios que han mirado los trastornos ocurridos
en el trabajo a raz de la globalizacin econmica, la reestructuracin productiva y las diversas
formas de flexibilidad laboral. Los procesos en curso haran necesaria una modificacin de actitud
en el movimiento sindical, que debera pasar desde lgicas defensivas o reactivas a otras ms
propositivas. Del mismo modo se sugiere la necesidad de fortalecer la capacidad de dilogo y de
negociacin de los actores. Estas seran las herramientas que le permitiran influir en la orientacin
que tienen los cambios, especialmente en el curso de la flexibilidad laboral, las relaciones entre los
actores y las situaciones diferenciadas de hombres y mujeres.
El actor sindical est inmerso en un problemtico contexto que plantea la necesidad de
elaborar nuevas estrategias y acciones. Muchos sectores (intelectuales y sindicales)han visto en los
contactos internacionales de diferentes organizaciones sindicales un signo de la globalizacin
sindical, sin embargo, no siempre esos contactos implican modificar las estrategias sindicales
preexistentes. Por esta razn se cree que el nuevo escenario que se ha constituido requiere de
cambios ms profundos que en ltima instancia permitan aumentar sustantivamente la capacidad de
negociacin y de presin sindical en este mundo globalizado.
4
Aravena, Antonio: La Sociologa del Trabajo en Chile: Contribuciones y temas de estudio. Revista de
economa y trabajo. Programa de economa del Trabajo PET.
27
Las Relaciones Laborales se entienden como un proceso integral y complejo que se realiza
entre empleadores y trabajadores, en un marco de relaciones institucionalizadas. Los actores se
reconocen mutuamente y son capaces de definir temas de inters comn y actuar en la resolucin de
eventuales conflictos de manera autnoma. Estas relaciones se dan entre la parte empresarial, a
travs de las estructuras propias de la empresa, destinadas al tratamiento de los recursos humanos y
a la gestin en general, y los sindicatos existentes en dichas empresas, como una instancia colectiva
de representacin de la parte laboral. (Espinoza, Malva; 1997)
El derecho del trabajo encuentra su origen y fundamento en la constatacin de un hecho: la
diferencia econmica y social entre el sujeto empleador y el trabajador, entre la empresa y el obrero.
Este hecho fundamental, si bien hoy no parece producir con igual magnitud los efectos inhumanos
que se le conocieron al comenzar la Revolucin Industrial, sigue siendo un tema sumamente
relevante. As, adquiere una renovada importancia en das, en que producto de cambios
paradigmticos en la economa, las comunicaciones y la forma de organizar la produccin, se
detectan efectos sociales, econmicos y laborales particularmente profundos en sus efectos, y
acelerados en su transformacin e implementacin. Estas transformaciones han afectado a la
sociedad, y las esferas sociales, polticas, ideolgicas e incluso personales se han visto fuertemente
afectadas en este proceso.
Estos cambios estructurales han tenido un impacto relevante en el mundo del trabajo,
alterando situaciones y criterios que se haban instaurado como victorias y derechos irrenunciables
de los trabajadores y preceptos incuestionables en el mundo del trabajo. En este marco, se presenta
el fenmeno de la precarizacin del trabajo. Precarizacin entendida como una transformacin en
las relaciones del trabajo, en sus caractersticas centrales, que se manifiesta en un deterioro de las
condiciones del empleo.
El fenmeno de la precarizacin de las condiciones de trabajo, encuentra su origen material
en los mismos cambios econmicos. Sin embargo, este fenmeno econmico no es la nica fuente
de la precarizacin. Las legislaciones, y en particular la legislacin laboral ha permitido, la
precarizacin laboral en el pas.
Por otra parte, las prcticas de las empresas, y en especial lo que se ha llamado
flexibilizacin productiva, ha sido otra fuente precarizadora de las condiciones de trabajo. Esta
29
5
La presentacin de los indicadores se basa en Montero y Morris (2000).
30
los trabajadores e inclin la balanza del poder hacia el sector empresarial. En un esquema de
apertura econmica a los mercados externos y clausura poltica interna, no haba lugar para tomar
en cuenta consideraciones referentes a las normativas internacionales del trabajo, que por esos aos
tampoco estaban plenamente desarrolladas.
Frente a esta herencia del rgimen militar, una de las prioridades que ha estado presente en
la agenda pblica de los gobiernos democrticos desde 1990 en adelante, ha sido la modernizacin
del sistema de relaciones laborales. Para ello se han impulsado diversas reformas que no han sido
del todo exitosas, y que tampoco han logrado alterar significativamente la situacin laboral
heredada. El marco legal existente sigue sin poder modificar la diferencia de poder entre las partes.
Entre tanto, diversos datos muestran que el ejercicio de los derechos de los trabajadores se
ha estancado. Si bien desde 1990 a la fecha han disminuido de manera consistente las tasas de
conflictividad laboral (de un promedio de 3,2 horas/hombre no trabajadas en 1991 se pas a cerca
de 1 hora/hombre en 1998) y se percibe la existencia de relaciones de cooperacin entre
trabajadores y empleadores en el mbito de las empresas, como lo muestran los resultados de la
Encuesta Laboral de la Direccin del Trabajo, Encla 99 (Direccin del Trabajo 2000), se observa
todava un grado significativo de atraso en la modernizacin de la gestin de Recursos Humanos de
las empresas.
Dentro del actual sistema de relaciones laborales, los derechos colectivos de los
trabajadores no estn plenamente asegurados. Los datos oficiales indican una informalizacin
creciente de las relaciones contractuales, acompaadas de un debilitamiento del actor sindical. Pese
a que el nmero absoluto de sindicatos ha ido creciendo, su tamao medio se ha ido reduciendo
(cerca del 80 por ciento de los sindicatos activos tiene menos de 100 socios), lo que explica que la
poblacin afiliada a sindicatos haya disminuido entre 1992 y 1999, de 724.065 a 579.996 personas
(Espinosa 1998). Adems, ha aumentado el nmero de organizaciones sindicales en receso,
llegando a representar en 1999 a ms del 40 por ciento de los sindicatos legalmente inscritos
(Morris 1998). Un sindicato cae en receso cuando, pese a tener existencia legal como persona
jurdica, la Direccin del Trabajo no registra ninguna seal de actividad real (asambleas de socios,
renovacin de directiva, pago de cuotas, etc.). Este fenmeno se da con especial fuerza en las
empresas pequeas y medianas. Tambin el derecho a la negociacin colectiva se halla debilitado.
Un estudio realizado por Montero y Morris (1999) y publicado por el Departamento de Estudios de
la Direccin del Trabajo (Asesoras Estratgicas Ltda. 2000) revela que hay una tendencia hacia una
mayor informalizacin de los mecanismos para establecer las condiciones laborales en las empresas,
reflejada en el aumento de los convenios colectivos en vez de los contratos. Mientras en 1989 el
37,4% de los instrumentos firmados fueron convenios colectivos no sujetos al procedimiento
31
reglado de negociacin, este porcentaje aument en la siguiente dcada a 40,8% en 1999, lo que
implica un debilitamiento del mecanismo formal reglado de negociacin.
Pero no solo en los derechos colectivos hay vacos. Los derechos individuales tampoco
estn plenamente garantizados para el conjunto de los trabajadores. Aunque el trabajador del sector
estructurado de la economa goza mayoritariamente de la proteccin legal que le confiere el
contrato individual de trabajo, hay un 24% de los asalariados que no cuenta con dicho instrumento
mnimo. Ello significa que cerca de 840 mil personas realizan labores en condiciones de
dependencia y sin disponer de un documento escrito que avale la defensa de sus derechos. Hay
tambin un porcentaje importante de la fuerza de trabajo que est excluido del sistema de seguridad
social. Entre 1989 y 1997 aument la relacin cotizantes/fuerza de trabajo desde 55,3% a 62,1%.
Sin embargo, hacia 1998, la cifra cay a 57,6 por ciento, como consecuencia de la crisis econmica.
Incluso obviando el efecto de la crisis, cerca de un 40% de los ocupados no cotiza en AFP (Fuente:
Superintendencia de Seguridad Social e Instituto Nacional de Normalizacin Previsional, INP).
Otra debilidad de nuestro sistema de relaciones laborales se revela en el bajo grado de
cumplimiento de las prestaciones garantizadas a la mujer trabajadora y la discriminacin de gnero
en materia de salarios. Segn datos del Instituto Nacional de Estadsticas (INE), el salario medio de
las mujeres corresponda solo al 61,8% del salario medio de los hombres. Por su parte, con respecto
al derecho a sala cuna, la Encla 99 muestra que el 73% de las empresas queda exento de la
obligacin de proporcionarla, puesto que contratan a 19 mujeres o menos. Dentro de las empresas
que s tienen la obligacin legal de proporcionar acceso a sala cuna, hay un 28% de empleadores
que reconocen no entregar tal beneficio ni de manera directa ni a travs de algn bono de
maternidad. De este modo, las mujeres que efectivamente hacen uso del derecho a la sala cuna para
sus hijos representan menos del 5% de todas las mujeres incorporadas al proceso productivo.
Por ltimo, los niveles de capacitacin observados en el pas son bajos. La tasa de retorno
de la inversin en capacitacin laboral alcanza a un 35%, lo que significa que los ingresos del
trabajador que se capacita aumentan en un tercio de su ingreso previo a la capacitacin (Bravo,
Contreras y Montero 2000). Sin embargo, la inversin en formacin de capital humano es
insuficiente, como se refleja en el bajo uso que hacen las empresas de la franquicia del Servicio
Nacional de Capacitacin y Empleo (Sence). Las cifras indican que solo un 10% de los ocupados
accede a programas de formacin para el trabajo (Fuente: Sence).
32
Las polticas econmicas promovidas por el Banco Mundial, y por el Fondo Monetario
Internacional han sido impuestas primero mediante la represin y la fuerza durante el rgimen
militar, y mantenidas sin cambios por los gobiernos civiles en el pas. Debido a esto estas polticas
han cambiado radicalmente la economa con lo cual lo que se ha provocado un debilitamiento de las
condiciones de vida de la mayora de la poblacin, en especial de los trabajadores.
Se ha difundido con amplitud la idea de que en Chile se puso en prctica un modelo
econmico singularmente exitoso, capaz de sostener una nueva dinmica de crecimiento y de cuidar
simultneamente los equilibrios macroeconmicos. Si bien se reconocen sus costos sociales, se le
atribuye el mrito de permitir un alto ritmo de crecimiento global, que permitira a su vez sustentar
las debidas compensaciones y recompensas por aquellos costos. (Vuskovic, 1996).
Sin embargo se lo ha rodeado de tal prestigio en el mbito internacional que los gobiernos
civiles lo han mantenido prcticamente inalterado como base de su poltica econmica. Es as, que
la confianza en el modelo es avalada por que Chile es caracterizado como uno de los pases con ms
bajos niveles de riesgos para los inversionistas, entonces se constituye como un ejemplo del camino
que otros pases tienen que seguir para avanzar por la senda del crecimiento econmico.
As, los indicadores de crecimiento y de inversin dan fe de las suculentas tasas de ganancia
que percibe el capital privado; pero, la otra cara es la de los hombres y mujeres que viven de su
trabajo los cuales no tienen motivos para tener fe en el modelo econmico actual. El Informe de
Desarrollo Humano en 1993, muestra que despus de Brasil, Chile tiene la peor distribucin del
ingreso de Amrica Latina: el 20 por ciento ms rico gana 17 veces lo que percibe el 20 por ciento
ms pobre (PNUD, 1993)
Esto demuestra que tras la fachada exitista y las altas cifras de crecimiento econmico, se
esconde la verdadera realidad de las condiciones de vida cotidiana de los trabajadores de este pas y
los costos sociales que han tenido las polticas neoliberales, es decir, se esconde la otra cara del
modelo.
Lo que en verdad ha ocurrido es que se ha impuesto una estrategia econmica gracias al
neoliberalismo que se caracteriza por concentrar todos los recursos disponibles en reas
determinadas del sistema econmico, impulsando en ella una modernizacin orientada
principalmente hacia las exportaciones, en un marco de amplia apertura externa, de vigencia plena
del mercado y de privatizaciones de empresas y servicios pblicos. Lo cual tiene como resultado
una acentuacin extrema de la desigualdad y la pobreza, hasta el punto de motivar una abierta
segregacin social.
33
El paso del rgimen militar a los de gobiernos civiles de la concertacin, implicaba una
delicada operacin poltica debido a que el gobierno entrante deba conciliar el apoyo al modelo de
desarrollo exportador conjuntamente con satisfacer las expectativas de una gran parte de la
poblacin ya que la concertacin deba dar amplias garantas al empresariado local, a las Fuerzas
Armadas y a los inversionistas nacionales y extranjeros, de que el cambio poltico no representara
una amenaza para sus intereses. Y por otra parte, se deba responder a las expectativas y
reivindicaciones largamente postergadas para la base social, o sea, la deuda social.
As, la disposicin de la Concertacin fue la de introducir cambios en la legislacin laboral,
pero slo aquellos que no fueran percibidos como amenaza por los empresarios y que afectaran
negativamente la competitividad o la inversin privada y extranjera. Esta opcin era viable
polticamente debido a la gran ascendencia que tena la coalicin de gobierno sobre los dirigentes
sindicales claves. (Cortzar, 1990).
De este modo la poltica laboral de la Concertacin combin el apoyo al modelo exportador
y a la legislacin laboral estructurada en torno al Cdigo del Trabajo de 1987. Esta combinacin
inevitablemente contradeca la postura que tena la concertacin en un principio, lo cual qued
demostrada por la naturaleza limitada de las reformas laborales impulsadas durante el periodo 1990-
1994, y tambin en el transcurso de los otros gobiernos de la concertacin donde existe un
convencimiento generalizado por parte de los trabajadores de que las orientaciones de la poltica
econmica imponen severas trabas a la superacin de la pobreza y de la equidad.
Se puede decir entonces, que las reformas y modificaciones a la legislacin laboral
introducidas hasta la fecha, no han modificado sustancialmente la institucionalidad laboral heredada
de la dictadura militar. La ausencia de cambios profundos se debe tanto a la fuerte oposicin del
empresariado a cualquier modificacin de fondo, as como a la falta de voluntad poltica de la
Concertacin que no quiere tener problemas con la oposicin.
34
6
Ermida, Oscar: Globalizacin y relaciones Laborales. 2001.
35
El descentramiento del trabajo. Que con la priorizacin del capital sobre el trabajo y la
sustitucin creciente de la mano de obra por tecnologa, es posible producir ms y mejor con menos
nmero de trabajadores. Las consecuencias son el aumento del desempleo y la exclusin social.
Aunque la sociedad contina basando la ciudadana y la inclusin social en el trabajo, ste es hoy
menos necesario.
En segundo lugar, la segmentacin de la mano de obra. La flexibilidad productiva
contribuye a la descentralizacin de la organizacin del trabajo, la que es facilitada por la
desregulacin o la flexibilizacin del Derecho Laboral. Las empresas tienden a organizarse sobre la
base de dos grupos bien diferenciados de trabajadores: a) un ncleo de trabajadores estables,
protegidos, con buenas remuneraciones y calificaciones y, b) una periferia inestable, precaria,
rotativa, terciarizada o informal. As, crecen la informalidad y la terciarizacin.
La inestabilidad en el empleo, no slo (y muy notoriamente) en el conjunto, que da cuenta
de la flexibilizacin o desregulacin de la contratacin laboral y del despido, as como de la mayor
sensibilidad de la empresa a los problemas de la competencia internacional.
La individualizacin, de las relaciones laborales. Por un lado, se produce una
individualizacin como resultado de la desregulacin o flexibilizacin del derecho del trabajo, que
ampla el mbito de la autonoma de la voluntad del empleador. Y por otro lado, la
individualizacin se produce, por cierto retroceso de las relaciones colectivas de trabajo, ya sea
cediendo espacio a relaciones propiamente individuales, o ya sea, en otros casos, descentralizando
relaciones colectivas tpicas, como tiende a suceder con la negociacin colectiva, a causa del mayor
poder del empleador en el actual contexto. En definitiva, la descentralizacin de la negociacin
colectiva apunta a la individualizacin de las relaciones laborales.
Como consecuencia de todo lo anterior est el abaratamiento del costo del trabajo. Si hay
menos empleos y ms desempleados, si el empleo tiende a precarizarse salvo para un ncleo
relativamente reducido, si no se toman en cuenta las medidas legislativas de proteccin y ellas no
son compensadas por la accin de un sindicato debilitado, la consecuencia es una reduccin del
salario real, una concentracin de la riqueza y un descenso de la participacin del salario en la renta
nacional.
Estos son instrumentos de flexibilizacin de la relacin de trabajo, son impulsados y
acentuados por la globalizacin. Por lo tanto tienen un efecto depresor en el empleo, ya que tienden
a optimizar el uso de la mano de obra por el empleador.
Se puede sostener entonces, que a partir de las profundas modificaciones introducidas al
sistema de proteccin jurdico y social desde mediados de los aos 70 y profundizadas en el
llamado Plan Laboral, o sea, cambios que responden al modelo econmico de mayor apertura que
36
requera flexibilizar el uso del factor trabajo, se produjo una profundizacin del proceso de
segmentacin de los trabajadores.
Entonces, ms que una poca participacin del Estado y una ausencia total de regulacin lo
que se implement desde fines de la dcada del 70 fue una nueva reglamentacin laboral que
aument el poder de los empleadores y debilit a las relaciones laborales, y especficamente al
movimiento sindical. Con la Democracia se introdujeron nuevas reformas que apuntaban a
reequilibrar nuevamente el poder de negociacin de los trabajadores, sin embargo, en lo esencial, el
poder de negociar colectivamente las condiciones de empleo y de trabajo sigue debilitado en los
trabajadores.
Al mismo tiempo se acentuado el proceso de segmentacin del mercado laboral al
producirse un mayor desarrollo de la flexibilidad determinada por las caractersticas de la relacin
establecida entre el empleador y el trabajador (empleo temporal, irregular o permanente).
Este aumento de la flexibilidad en la contratacin de la mano de obra, ha sido uno de los
factores que ha incidido en la modificacin del tipo de relaciones sociales del trabajo predominante
en los aos anteriores. Esto se ha traducido en la aparicin y desarrollo de formas diferenciadas de
empleo, es decir, contrato de duracin determinada, trabajo a domicilio, empleo a tiempo parcial,
subcontratacin, etc., en suma, una desvalorizacin del trabajo.
Frente a esto, se ha producido un reflujo del movimiento sindical; ste se manifiesta en una
mayor diversidad cultural, lo que ha resentido la visin comn que caracterizaba a los trabajadores
como actores determinantes en el proceso de trabajo.
Hoy, el discurso dominante caracteriza a Chile como un pas moderno y con un crecimiento
econmico exitoso, caracterizando esta mayor modernidad, por la reduccin del rol del Estado,
especializacin e internacionalizacin de la estructura productiva, liberalizacin, flexibilizacin del
mercado de trabajo. Pero por otro lado, con un sistema de relaciones laborales resentido y con una
alta desproteccin para los trabajadores frente al actual escenario econmico, poltico, social y
laboral.
37
7
Detalles del trabajo de esta Comisin y las normas incorporadas en el Texto del nuevo Cdigo del Trabajo
en Thayer y Rodrguez (1987).
8
Vase la serie de la publicacin Problemas Laborales, editada por el Departamento de Investigacin y
Accin Laboral del ILADES, Instituto vinculado a la Compaa de Jess.
39
9
Las indicaciones al Proyecto del Presidente Lagos encuentran un claro eje precisamente en la flexibilidad
normativa, en el sentido expuesto en este acuerdo.
40
pactada, dejando de lado los temas ms importantes de la negociacin colectiva. Sin embargo, este
proyecto fue objeto de duras crticas, tanto desde el sector empresarial como desde las
organizaciones de trabajadores. De esta forma, prontamente perdi el apoyo del propio gobierno,
quien se comprometi a presentar un nuevo proyecto (o a reformularlo), de modo de alcanzar
mayores consensos en torno a l.
Esta reformulacin se present en forma de indicacin del Ejecutivo al proyecto de ley
original. Esta indicacin tiene el carcter de sustitutivo total, de forma que se gener en la prctica
otro proyecto de ley que reemplaz al originalmente presentado.
10
Este fue el primer paso del intento por fortalecer un sistema de Concertacin Social en Chile. Para un
tratamiento detallado del proceso ver en Fortunatti (1991).
41
b) Centrales sindicales: el objetivo de este proyecto era proveer por primera vez de un estatuto
jurdico a las organizaciones superiores de trabajadores, reconociendo el derecho de todos los
trabajadores de constituir este tipo de asociaciones.
En lo relativo al qurum para constituir centrales, se estableci que stas deban representar a lo
menos al 5% del total de afiliados a sindicatos y organizaciones de funcionarios del Estado.
La ley que finalmente eman de esta discusin es en general mejor que la que exista anteriormente.
Sin embargo, producto de una negociacin poltica que desvirtu la idea original, la norma final
adolece de varios defectos serios, entre ellos: la figura del Sindicato ha quedado disminuida por el
hecho que ste no ha sido reconocido como la organizacin natural de los trabajadores, se ha
privilegiado la existencia de organizaciones temporales y consecuencia de lo anterior, varias
organizaciones sindicales carecen de las herramientas suficientes para poder salvaguardar los
intereses de sus asociados.
d) Negociacin Colectiva. Este fue lejos el proyecto que gener ms polmica y el ms debatido.
El tema de las relaciones colectivas de trabajo siempre ha sido vital en la estructuracin de un
modelo de relaciones laborales. Su intencin fundamental era otorgar a las partes de la relacin
colectiva un pie de igualdad bsico, ampliando el efecto de los contratos a todos los trabajadores de
una empresa y abrir la posibilidad de la negociacin por rama. La huelga pasaba a ser de plazo
ilimitado, eliminndose adems la posibilidad del empleador de contratar trabajadores
reemplazantes durante la huelga.
Conocidas son las diferencias entre el proyecto que ingres a tramitacin y el que vio la luz con la
forma de ley. Si bien en el modelo vigente despus de la reforma de la ley 19.069, la huelga recobr
su carcter indefinido, se mantuvo como un mecanismo ineficaz e impotente frente al
mantenimiento de facultades casi omnmodas de los empleadores durante el proceso.
La escasa eficacia respecto de los objetivos fundamentales que se perseguan queda a la vista
cuando se analizan bajo este escenario los resultados que presentan los procesos de negociacin
colectiva.
e) Junto a todas estas reformas en materias colectivas, durante 1993 entr en vigencia la ley 19.250,
que contiene fundamentalmente normas sobre contrato individual de trabajo y pretendi mejorar
algunas situaciones puntuales que se generaban por la aplicacin de las prcticas flexibles impuestas
por la dictadura.
As, se pretendi mejorar la condicin jurdica de los trabajadores subcontratados, a travs
de la responsabilidad subsidiaria del dueo de la obra y la posibilidad de interrumpir la prescripcin
respecto de l. Igualmente, se han incluido normas para mejorar la situacin de los trabajadores
contratados por la modalidad de plazo fijo a travs de contratos sucesivos. Otra modificacin
relevante fue la posibilidad de volver a los trabajadores a domicilio a la tutela de la legislacin
laboral. As tambin, se establecieron garantas mnimas para las condiciones de trabajo de los
trabajadores agrcolas.
43
11
Patricio Fras, Antonio Aravena, Cristin Gonzlez y Jorge Rojas: Trabajadores y empleo en el chile de los
noventa. Programa de Economa y Trabajo PET, 1999.
44
Las reformas de 1993 fueron bastante pacificas, en tanto no representaron una amenaza de cambio a
los principios orientadores de la normativa general. Los grandes enfrentamientos tuvieron lugar con
ocasin de la discusin de los proyectos del primer gobierno, aquel que inclua las materias relativas
a derechos colectivos.
En este primer periodo, la CUT estaba comprometida en una poltica de concertacin social.
Durante 1990 haba suscrito con la Confederacin de la Produccin y el Comercio (CPC), los
Acuerdos Marco, en un experimento cuyo objetivo declarado era sentar las bases de un nuevo
tipo de relaciones laborales, pero que en el fondo tambin pretenda darle una convivencia con paz
social al pas en tanto se consolidaba la transicin. Incluso en algn momento, al interior de la CUT
surgieron crticas al Gobierno de la poca por obstaculizar las conversaciones directas entre
trabajadores y empresarios, y optar por una serie de conversaciones bilaterales con cada una de los
actores.13
Una vez presentados los proyectos, la CUT hizo presente sus observaciones y comienza a
sostener una serie de conversaciones con las mesas de ambas ramas del Congreso, con el fin de
entregar de manera directa su posicin y comunicar sus aprensiones en relacin a las normas
propuestas.
La Central sostuvo un duro enfrentamiento con el Partido Renovacin Nacional, opuesta
desde un comienzo a las reformas, acusndola de estar comprometida con el Plan Laboral de
Pinochet, lo que le restaba calidad moral para participar del debate.
La Central presento su posicin frente a las reformas y anunci la decisin de sus bases de
iniciar un sostenido proceso de movilizacin. En octubre de 1990 desfilaron frente al Congreso
alrededor de 1500 trabajadores pidiendo la aprobacin del paquete de reformas impulsado por el
Gobierno, que a pesar de reconocerlo como insuficiente, expresaron que lo valoraban y respetaban,
entendiendo que el Gobierno debe legislar para todos los chilenos.
12
Un anlisis profundo de este proceso en Fras (1991) y Fortunatti (1991).
13
Fras (1991).
45
Este proyecto de ley tiene muchos elementos que le hacen particularmente importante. En
primer lugar, se constituye en el primer proyecto legislativo de la democracia post dictadura, que se
ocupa en forma ms o menos completa del tema colectivo del trabajo. En efecto, si bien durante el
primer gobierno de la transicin a la democracia se promulgaron algunas modificaciones a la
legislacin del trabajo en temas de organizaciones colectivas y reformas al proceso de negociacin
colectiva, estos fueron menores y tuvieron como objetivo principal el eliminar algunas
disposiciones abiertamente atentatorias contra el derecho de sindicalizacin, la negociacin
colectiva y la huelga.14
Por otra parte, las esperanzas depositadas por los trabajadores en este intento de reformar el
Cdigo del Trabajo eran muy importantes. As, centraron en l gran parte de sus esfuerzos
reivindicativos.15
Por ltimo, el alineamiento de los sectores de derecha y el empresariado en torno al rechazo
a estas reformas (dada la composicin del Senado) se vio como una imposibilidad de discutir estos
14
Durante este periodo las principales reformas laborales se centraron en la relacin individual de trabajo en
materias de despido.
15
De esta manera, el rechazo del Senado a este proyecto se constituye en una de las causas externas de la
crisis del sindicalismo nacional vivido desde la mitad del periodo presidencial de Frei.
46
tema, slo abierta con la presin electoral siguiente. De esta forma, slo fue reinstalado en el debate
parlamentario y pblico, dentro de las estrategias para exponer al candidato presidencial de la
derecha en el periodo electoral siguiente.
El proyecto en pleno, separaba las normas relativas a sindicatos inter empresa y a los
sindicatos de trabajadores eventuales o transitorios. Ms all del procedimiento establecido destaca
el hecho de que, presentado el proyecto a dos o ms empresas, stas conservan el derecho opcional
de negociar en conjunto o negociar separadamente.
Este proyecto, si bien no pretendi modificar estructuralmente la normativa colectiva del
trabajo, contiene un conjunto de reformas que tienden a mejorar la normativa de las relaciones
colectivas de trabajo.
La primera caracterstica que destaca de este proyecto se refiere a que tiende a establecer
una modificacin amplia a la legislacin colectiva del trabajo. Si bien (ya que) en la mayora de los
temas que aborda slo intenta modificaciones parciales, el simple hecho de que se preocupe de una
gran variedad de temas es importante. Esto demuestra la concepcin de que para modificar las
relaciones colectivas de trabajo se requiere la revisin tanto del derecho de sindicalizacin, en su
sentido amplio, como de los mecanismos de negociacin colectiva.
Sin embargo, en cuanto al derecho de sindicalizacin, este proyecto de ley es dbil. Sus
modificaciones son tangenciales y no afectan el sistema general establecido por el actual Cdigo del
Trabajo. Sin embargo, muestra algunas innovaciones relevantes como la posibilidad de indemnizar
a los sindicatos por los perjuicios que sufren debido a las prcticas antisindicales de que son
vctimas. As, se sanciona la infraccin a la ley y se intenta reparar los daos que este accionar
ilegal produce a la organizacin.
Otra importante innovacin se refiere a que el derecho a la informacin se establece con
caracteres bastante ms amplios a los existentes. Debe resaltarse esto, por cuanto de ella se
desprende el principio bsico de que para poder negociar deben ponerse las cartas sobre la mesa.16
No es justa ni ecunime una negociacin en la cual no es clara la informacin del real
estado de las partes. Por otro lado, existen otras razones relevantes. Entre ellas destaca la
concepcin de que el futuro de un trabajador est ligado al futuro de la empresa (y viceversa), y por
tanto, para poder velar por l, debe conocer su estado, su evolucin, etc.
Sin embargo, no avanza sustancialmente en los temas de la autonoma sindical. Nuestra
actual legislacin es sumamente restrictiva en este tema.
16
Adems, importa una expresin del principio de la buena fe precontractual.
47
Es as, como el acuerdo Thayer-Arrate intent establecer que en sindicatos con ms de 100
trabajadores podran pactarse amplias facultades de flexibilidad productivas otorgadas al empleador.
Estas facultades consistan esencialmente que el trabajador puede suspender la relacin laboral por
hasta 6 meses, reducir la jornada laboral y proporcionalmente la remuneracin, establecer jornadas
especiales mensuales con lmite de 48 horas semanales. Se destaca que estas facultades, una vez
pactadas en el contrato colectivo, quedan al arbitrio del empleador, lo que lo diferencia
profundamente con los procesos de flexibilizacin pactada que se han presentado en Europa.
De esta forma, y como queda de manifiesto, el acuerdo Thayer-Arrate significa la
desnaturalizacin del proyecto presentado por el gobierno de Frei. Si bien este acuerdo fue
igualmente rechazado en el Senado (quien rehus la idea de legislar sobre la materia), su
importancia no es menor. En primer lugar (Ya que ), su contenido vino a inspirar la posicin de un
amplio sector de la derecha. Por otra parte, muchas de sus directrices sern incorporadas al debate
pblico, y en particular, en la posicin del gobierno siguiente.
Por otra parte, este acuerdo, y en particular su rechazo tuvo dos efectos de suma importancia.
En primer lugar, demostr una clara divisin en la derecha chilena, entre un sector ms conservador
que no estaba dispuesto a cambiar en nada la actual normativa laboral, y uno que si bien gustaba del
50
actual modelo, conceba que era necesario mejorarlo en algunos temas. Esta segunda posicin fue
finalmente derrotada en el Senado. Sin embargo, hoy en da constituye la posicin mayoritaria en
este sector.
Por otra parte, el rechazo de esta iniciativa se constituy en un hito, luego del cual era imposible
cualquier avance en estas materias, dada la composicin del Senado. Este hecho produjo una
enorme frustracin de las organizaciones sindicales, quienes se enfrentaban a un muro imposible de
salvar, lo que desperfil la lucha reivindicativa de la CUT.
17
Fras (1996).
51
Un criterio orientador del Gobierno respecto a estas materias, fue la constatacin que las
huelgas han ido disminuyendo y que el cuadro general de las relaciones laborales ha cambiado
significativamente. En efecto, el Gobierno reconoce que las empresas en las que se constata una
mayor satisfaccin laboral, en remuneracin y productividad, son precisamente aquellas en las que
hay tasas altas de sindicalizacin y donde podra haber huelgas porque los sindicatos son fuertes y
no hay posibilidad de reemplazo. Es decir, el fortalecimiento sindical redunda no en confrontacin
sino en mejoramiento de las relaciones laborales, y por ende, en mejoramiento de la satisfaccin en
el trabajo y en la productividad. All radica el crculo virtuoso que orienta la accin normativa de las
autoridades del Trabajo.
En cuanto a los temas de la negociacin colectiva ms all de la empresa y la imposibilidad de
reemplazar trabajadores durante la huelga (los denominados temas duros), las autoridades
haban decidido dejarlos para un segundo proyecto. Sin embargo se asuma que si se alcanzaban
amplios acuerdos durante el trmite legislativo del proyecto de reformas laborales, se podran
incorporar estos temas pendientes a travs de indicaciones.
18
Fras (2002). Direccin del Trabajo.
54
19
No obstante, estos cambios pasan tambin por desmantelar la visin obsoleta y posmoderna de muchos
empresarios y tambin de los sindicatos.
56
Por su parte, el Presidente Lagos insista en que las reformas buscan establecer condiciones
sociales mnimas para los trabajadores. Los proyectos legislativos contra la evasin tributaria y la
reforma laboral sern las principales iniciativas econmicas que debatir el Congreso durante el mes
siguiente.
Ya en el mes de marzo, el Gobierno envi las indicaciones sustitutivas al proyecto de
reforma laboral, las que junto con incorporar algunos temas conflictivos, fueron sin embargo,
suavizadas en vista a su pronta aprobacin. Respecto a las facultades de la Direccin del Trabajo (su
accin fiscalizadora, negociadora, reguladora y previsora) enfatizadas en las indicaciones
sustitutivas al proyecto de reforma laboral enviadas por el Gobierno, se suprimieron sus facultades
de calificar la relacin laboral y la de reintegrar a dirigentes sindicales a las empresas.
A pesar que la indicacin sustitutiva del proyecto de reforma laboral elimin las facultades
de la Direccin del Trabajo de calificar la relacin laboral y la de reintegrar a dirigentes sindicales a
las empresas, el Gobierno entreg 19 nuevas atribuciones que tendran impacto tanto en su gestin
como en el sector privado, aunque no todas fueron aprobadas.
Por otra parte, a inicios de marzo el Ministro del Trabajo seal que durante la primera
quincena de marzo se incorporara a la discusin en el Congreso, las indicaciones pendientes a la
negociacin colectiva y el reemplazo por huelga, precisando que en materia de negociacin
colectiva, las nuevas indicaciones buscarn reforzar las relaciones entre las empresas. Tambin
plantea que en el tema del reemplazo por huelga, lo que se propondr es el encarecimiento del
reemplazo de los trabajadores. Asimismo, se eliminaba el concepto legal de empresa en la
indicacin sustitutiva del proyecto en trmite.
Segn el Subsecretario del Trabajo se haba suprimido el concepto de empresa por dos
razones. En primer lugar, porque la estructura del sistema de relaciones laborales y del Cdigo del
Trabajo chileno se basa en el concepto de empleador y trabajador, y no en el de empresa. Y en
segundo lugar, la definicin de empresa es un concepto ajeno a lo que ha sido la historia de la
legislacin laboral del pas. Esto, porque desde 1931, cuando comienza la legislacin laboral hasta
1987 cuando se introdujo este concepto, nunca existi la definicin de empresa. Por lo tanto, no
tendra sentido ni es consistente con la legislacin definir el concepto de empresa. Por otra parte, en
innumerables situaciones los empleadores amparados en este concepto eluden sus obligaciones
laborales y previsionales con los trabajadores.
Es posible estimar que la decisin de introducir cambios a la reforma laboral se tom para
despejar incertidumbres y lograr consensos rpidos. Tambin pes la consideracin de aspectos
econmicos como el deprimido entorno internacional y el aumento del desempleo. Otro pilar de las
reformas laborales que el Gobierno est promoviendo es dar plena autonoma a los trabajadores
57
para formar sindicatos. Y bajo esta premisa, en las indicaciones sustitutivas se redujo el qurum
mnimo que se requiere para formar organizaciones sindicales. En este sentido, si antes las empresas
con 50 trabajadores requeran 25 empleados para formar sindicatos, con el nuevo proyecto se
requerirn slo 8 trabajadores. Si antes, en las empresas con 50 o ms trabajadores se requeran 25
trabajadores que representaran el 10% para formar sindicatos, ahora se requeriran 20 empleados
que representen el 10%. Del mismo modo, si antes en los establecimientos se requera un mnimo
de 25 trabajadores que representaran el 40% para constituir un sindicato, con el nuevo proyecto se
requerir un mnimo de 25 empleados que representen el 30%. Para los restantes sindicatos las
disposiciones se mantienen igual.
Luego, ya a fines de marzo de ese ao 2001, la Comisin de Trabajo del Senado aprob la
idea de legislar en torno a las reformas laborales y para esto cont con los tres votos de los
senadores oficialistas. Los dos senadores de la oposicin, en cambio, se abstuvieron.
Ya en la segunda semana de abril,, el da 11, finalmente el Senado aprob la idea de legislar
en torno al proyecto de reformas laborales por 24 votos a favor, 15 abstenciones y ninguno en
contra.
En el mes de mayo, en el Parlamento continu la discusin sobre las reformas laborales,
presentndose numerosas indicaciones. El Gobierno intentaba al respecto recomponer las
confianzas con el empresariado y abrir un margen de negociacin con la oposicin para acelerar la
tramitacin de la iniciativa. Sin embargo, todava en el mbito de los dirigentes empresariales, se
manifestaba una fuerte oposicin a las reformas laborales, que fue persistente en esta etapa.
Como expresin de la intensidad que estuvo asumiendo el debate sobre las reformas
laborales, se haban formulado en los primeros das de mayo un total de 493 indicaciones al
proyecto. Alrededor de un centenar de ellas corresponda a la oposicin y las restantes a senadores
de la Concertacin. Estas indicaciones reflejan con claridad las crticas que haba recibido el
proyecto por parte de los distintos sectores. Es decir, el mismo proyecto, que fue presentado por el
Ejecutivo en octubre del ao 2000 y reemplazado ntegramente con posterioridad, aprobndose
finalmente la idea de legislar en el senado con los votos a favor del oficialismo y la abstencin de la
oposicin.
su segundo trmite. Para esto, la comisin de trabajo program sesiones adicionales a las ordinarias,
con el objetivo de despachar lo ms pronto posible el texto a la Sala.
Tambin se aprob que slo los sindicatos puedan llevar a cabo una negociacin colectiva
no reglada, desestimando la posibilidad de que se conformara un grupo de trabajadores para tal
efecto, como se haba estipulado en indicaciones anteriores. En el caso de los temporeros se abri la
posibilidad de que estos sindicatos puedan negociar, antes de la temporada agrcola,
remuneraciones, modalidades de faena y futuras contrataciones. Tambin el proyecto agreg un
nuevo captulo al Cdigo para regular las empresas de trabajo temporal (ETT), definiendo
especficamente los deberes de la empresa matriz y de la empresa intermediaria y evitando que sean
coligadas, relacionadas o que pudieran tener un inters directo o indirecto con las usuarias.
Se mantuvieron entonces, posiciones y criterios adversos, pero tambin pesaba el hecho de
la proximidad de las elecciones parlamentarias de diciembre, que poda hacer fracasar el propsito
de legislar pronto. Sin embargo, esto ltimo ayud finalmente a superar las contradicciones,
logrndose el acuerdo. Existan deseos de despejar a la brevedad el tema laboral y despachar lo
antes posible la reforma.
A mediados del mes de junio, la Comisin de Trabajo del Senado despach la Reforma
Laboral, cuyo texto qued listo para ser votado en la sala para la semana siguiente. La Comisin
acord en forma unnime, entre otros aspecto, la reduccin de la jornada.
En sntesis, los principales temas aprobados por la Comisin de Trabajo del Senado fueron:
Concepto de Empresa. Se pone fin al concepto de individualidad legal del empleador, que
establece que la persona natural o jurdica es la frontera de la empresa.
Trabajadores en huelga. Se permite su reemplazo, pero ste se encarece con un bono de 4
UF por reemplazante, destinados a los empleados en huelga.
Jornada Laboral. Se redujo a 45 horas a contar de enero del 2005.
Despidos por necesidad de la empresa. Si un juez considera que un trabajador fue
despedido indebidamente puede ordenar su reincorporacin.
Mejor tipificacin de las prcticas antisindicales y el aumento de las multas.
Negociacin interempresa. Se declaran inadmisibles las indicaciones destinadas a
establecer su obligatoriedad. Pero, se aprob que en la negociacin de una empresa est
presente un representante del sindicato interempresas.
Fueros. Se aumentan tanto para la constitucin de los sindicatos, desde 10 das antes de su
formacin hasta 30 das despus, como para la negociacin colectiva, as como para los
sindicatos interempresas.
59
La Sala del senado acord votar el proyecto de reformas laborales entre el 3 y 4 de julio,
debido a que haba otros proyectos en tabla, como la iniciativa que reformaba el mercado de
capitales. De esta forma, la iniciativa que ingres a trmite legislativo inicialmente el 17 de
noviembre del 2000 y que posteriormente fue sustituida el 2 de marzo, qued pendiente hasta julio.
Mientras tanto, el Presidente Lagos se mostraba satisfecho por los acuerdos encontrados con
los dirigentes de la CPC respecto a la necesidad de la reforma laboral y la disminucin de impuestos
a las personas. En el segundo dilogo social efectuado en el mes, se revis la situacin econmica
del pas y los temas referentes a la coyuntura internacional. Se insisti, como fue habitual en esa
etapa, generar ms actividad y confianza en los consumidores; se trat igualmente la rebaja al
impuesto a las personas, planteando los empresarios su predisposicin a cooperar y solucionar este
tema a la brevedad. El otro punto tratado fue el de las reformas laborales, acordando el comit
ejecutivo de la CPC apoyar la iniciativa de bajar la jornada laboral de 48 horas laborales a 45, desde
el 1 de enero del 2005 2006.
Por otra parte, el Gobierno no tena considerado agregar cambios al proyecto de reformas
laborales que se encontraba en primer trmite en el Congreso. Con esto, se descartaba la posibilidad
de que la CUT incluyera en la iniciativa legal los denominados temas duros. Al respecto, el
ministro del Trabajo, sealara que esta reforma laboral que ha demorado tantos aos no resiste otro
proceso de politizacin intenso. Si bien en un comienzo la CUT era partidaria de incorporar los
temas duros, tras una reunin con el Presidente Lagos cobr fuerza la teora del consenso para
despejar a la brevedad este tema.
En este contexto, la CUT y la CPC decidieron que la comisin bipartita de reformas laborales
(gestada en los primeros das del mes de junio) iniciara un anlisis en profundidad del Cdigo del
60
Trabajo, de manera que en el plazo de unas dos semanas, pudieran entregar sus conclusiones y
propuestas de enmienda a las leyes laborales. La comisin de reforma laboral surgi con el
propsito de entregar al Parlamento y al Gobierno el punto de vista coincidente o discrepante de los
empresarios y trabajadores. Las materias que abordaron los trabajadores y empresarios fueron las
referidas al empleo, remuneraciones, productividad, formalizacin del trabajo, seguridad social y
reformas laborales.
Las reformas laborales, luego del impulso registrado en el mes de junio, siguieron un ritmo
lento, no exento de dificultades, tanto por parte de la oposicin como desde el interior de la
Concertacin, en un clima de contradicciones y recriminaciones. El Presidente Lagos esperaba que
las reformas fuesen despachadas antes del 18 de septiembre, y reponer algunos de los temas
rechazados en el Senado.
Por otra parte, la mesa de dilogo laboral que haba instalado la CPC y la CUT tampoco
avanzaba como se esperaba. Si bien debe destacarse el esfuerzo de reiniciar el dilogo, tras ocho
aos de distanciamiento entre empresarios y trabajadores, lo lgido de los temas en debate con
ocasin de las reformas laborales, no logr superar las diferencias que separaban las posiciones de
ambos sectores. Esto llev finalmente a un virtual congelamiento de las conversaciones a la espera
de lo que ocurriera con la tramitacin del proyecto en el Congreso.
En el mes de julio comenzaron a revisarse las indicaciones, muchas veces, en contra de las
posiciones defendidas por el Gobierno, pero tambin algunas veces apoyndolas. En efecto, el
Senado revirti parte de los acuerdos adoptados por su comisin de trabajo. Entre los aspectos ms
relevantes, 27 senadores rechazaron que se modificara la actual definicin de empresa que
contempla el Cdigo del Trabajo. Este acuerdo de la comisin fue revertido en la Sala por
parlamentarios del sector ms liberal de la Democracia Cristiana encabezados por el senador
institucional E. Boeninger, y por los integrantes de la Alianza por Chile quienes justificaron su
rechazo, sealando que la modificacin podra dar pie a la negociacin interempresa. Por el
contrario, la reduccin de la jornada laboral de 48 horas semanales a 45, fue respaldada por toda la
Cmara Alta, con el nico voto en contra del senador institucional J. Martnez Busch, quien propuso
42 horas semanales.
Con modificaciones importantes al texto propuesto por el Gobierno y que ya haba aprobado
la Comisin de Trabajo, el Senado termin por aprobar y despachar las reformas laborales el da 5
de julio. Slo restaba entonces, el segundo trmite en la Cmara de Diputados, donde el oficialismo
(dada su mayora) se aprestaba a reponer varias de las normas que haban sido rechazadas por los
senadores de la oposicin y la DC, ms algunos parlamentarios de la izquierda que se sumaron en
algunas materias.
61
El Ejecutivo, por su parte, ya haba fijado la suma urgencia a las reformas laborales con el
propsito de despachar lo ms rpido posible esta propuesta y zanjar esta larga discusin que slo
generaba controversias en distintos sectores. Esto significaba que los diputados tendran 10 das de
plazo para sacar adelante el proyecto. Luego, con la presentacin de indicaciones por parte del
Gobierno y parlamentarios, el proyecto de reformas laborales entr en su etapa final, sin que se
contemplaran los llamados cambios duros.
En las discusiones siguientes en el Parlamento, se aprob por unanimidad la rebaja de la jornada
laboral de 48 a 45 horas semanales, tal como lo haba incorporado el Senado. Tambin se mantuvo
el concepto de empresa en los mismos trminos en que est actualmente en el Cdigo del Trabajo.
Pero tambin se aprob una indicacin del Ejecutivo que sustituye el artculo 478 de dicho cuerpo
legal, para establecer drsticas sanciones en caso que dicho concepto sea utilizado para eludir
responsabilidades laborales y previsionales del empleador. La multa puede llegar hasta 150 UTM
(4.219.000 pesos). En el caso de contratacin de trabajadores a travs de terceros, se dispone que el
empleador y los terceros debern responder solidariamente por los derechos laborales y
previsionales de los trabajadores. Las dems indicaciones presentadas en la Comisin de Trabajo
fueron aquellas referidas a:
Flexibilidad de jornada.
Prcticas antisindicales.
Despido injustificado.
Pago de indemnizaciones al momento del despido.
Registro sindical de socios que deben llevar las organizaciones sindicales.
Extensin de beneficios en la negociacin colectiva.
Derecho a huelga y buenos oficios dentro del proceso de negociacin colectiva reglada.
A su vez, los diputados de oposicin presentaron 50 indicaciones, pero ms bien destinadas a
mejorar y a precisar algunas normas, por cuanto eran partidarios de mantener lo aprobado por el
Senado. Porco ms adelante, habindose acordado una agilizacin del proceso, el Gobierno retir el
carcter de suma urgencia al proyecto de reforma laboral. Con ello acogi tambin la peticin de los
diputados socialistas en ese sentido, as como la demanda de la CUT.
Poco a poco se fue logrando un cierto consenso, en la medida que las indicaciones van
asumiendo una postura inmediata entre las reformas duras que promovan los diputados de la DC
y del PS, y el proyecto ms liberal que despach el Senado con el respaldo del ala liberal de la DC.
Lo que le interesaba al Gobierno, en esta etapa, era consensuar el proyecto y evitar que ste
pasara a comisin mixta, de all el inters por disminuir las discrepancias, y la intencin de reforzar
las posturas unitarias en el seno de la Concertacin. Incluso, el propio timonel de la DC, P. Aylwin
63
20
Gobierno de Chile (2001). Ministerio Secretara General de Gobierno.
65
empresariales las reformas aprobadas favorecern un mayor equilibrio al interior de las unidades
productivas, y consecuentemente una mayor armona entre empleadores y trabajadores.
Con la presentacin de estas 15 indicaciones del Ejecutivo, aument la preocupacin de los
privados. Esto, porque no slo no se tocaron los temas de fondo, como la flexibilidad, que ellos
esperaban ver aprobadas, sino porque a su juicio los cambios reforzaban las atribuciones de las
autoridades en las relaciones laborales. El Gobierno respondi estos cuestionamientos asegurando
que las modificaciones introducidas contribuiran a mantener relaciones ms armnicas al interior
de las empresas, y que lejos de los temores empresariales las reformas aprobadas favorecern un
mayor equilibrio al interior de las unidades productivas.
Respecto a la flexibilidad laboral pactada entre empresarios y trabajadores, aprobada en el
Senado fue eliminada del proyecto, postergndose un tratamiento ms en profundidad del tema.
Del mismo modo, respecto a la negociacin interempresa si bien se establece que el
sindicato interempresa podr presentar proyecto de contrato colectivo conjuntamente a varias
empresas, sin embargo, cada empresa podr resolver voluntariamente si desea negociar o no. Estas
dos disposiciones fueron las dos grandes prdidas sufridas por el proyecto.21
A modo de sntesis, las reformas aprobadas en funcin de los tres grandes captulos
contemplados: Negociacin Colectiva, Contrato Individual y Organizaciones Sindicales.
Negociacin Colectiva.
Se otorg fuero para los trabajadores involucrados en una negociacin colectiva, desde los
10 das anteriores a la presentacin de un proyecto y hasta 30 das despus de la suscripcin
del mismo. Este fuero se extiende por 30 das adicionales desde la terminacin de la
negociacin, a los integrantes de la comisin negociadora que no gocen de fuero sindical.
Se establece el encarecimiento del reemplazo de trabajadores en huelga, fijando un bono de
4 UF por reemplazante a repartir entre huelguistas.
Extensin de beneficios a los trabajadores que habiendo sido contratados en la empresa con
posterioridad a la suscripcin del instrumento colectivo, pacten tales beneficios.
Luego de votada la huelga existe la posibilidad de hacer uso (con 48 horas de plazo) de los
buenos oficios del Inspector del Trabajo para que las propias partes puedan encontrar
soluciones sin tener que llegar a la huelga. Desde dicha solicitud el mediador tiene 5 das
hbiles para llevarla a cabo.
21
As lo seal el Subsecretario del Trabajo, Y. Ljubetic.
66
Contrato Individual.
Se aprobaron las indicaciones del Gobierno que buscan precisar el concepto de subterfugio
respecto de las sanciones que pueden recibir los empleadores que evadan derechos
laborales alterando la naturaleza jurdica de la empresa.
Se regula la facultad de la Direccin del Trabajo para autorizar jornadas especiales para
empresas en funcionamiento y para las que inicien sus operaciones, requiriendo el acuerdo
previo de los trabajadores en caso que los hubiere.
Se rebaj de 48 a 45 horas la jornada ordinaria de trabajo a contar del 1 de enero del 2005.
Las reformas contemplan cuatro modificaciones en el rea de las jornadas de trabajo y el
descanso dominical. Una de las ms importantes se refiere a que los trabajadores
exceptuados del descanso dominical tendrn derecho a dos domingos al mes. A ello se
suma que las jornadas de los trabajadores del transporte se rebajarn de 192 a 180 horas
mensuales (para equipararlas con la disminucin general de 48 a 45 horas), mientras que la
de los empleados gastronmicos ser desde 72 a 60 horas semanales. Adems los
empleados de transporte interurbano de carga sumarn los tiempos de espera a sus horas
trabajadas. Se establecen nuevos requisitos para trabajar horas extraordinarias.
Respecto al concepto de Empresa, se mantiene el mismo concepto anterior.
En materia de multas, se aprob un aumento cuando hay infracciones laborales y
previsionales, cuyo rango estar en directa relacin con el nmero de trabajadores que tiene
la empresa, y segn la materia sancionada.
Frente al despido injustificado o improcedente, se fijan incrementos significativos en las
indemnizaciones cuando el tribunal del trabajo establece la existencia de despido
injustificado, indebido o improcedente. Cuando la causal invocada injustificadamente es de
necesidades de la empresa (artculo 161) la indemnizacin aumentar a un 30%, si se aplica
injustificadamente la conclusin del trabajo o servicio, caso fortuito o fuerza mayor
(artculo 159) aumentar en un 50%, si se aduce indebidamente vas de hecho y en general
67
incumplimiento grave de las obligaciones del contrato (artculo 160), aumenta en un 80%, y
el aumento de la indemnizacin ser del 100% si el juez determina que el empleador careca
de motivo plausible para despedir al trabajador.
Otra de las indicaciones elimina como causal de despido las injurias entre trabajadores.
Pago de indemnizaciones, se mantiene la obligatoriedad del pago ntegro de estos dineros,
pero se establece que las partes puedan pactar ante el Inspector del Trabajo su cancelacin
en cuotas.
Trabajadores agrcolas de temporada, se explicit la obligacin del empleador de costear los
gastos de alimentacin, alojamiento y traslado de los trabajadores temporeros cuando
proceda su pago.
Controles y revisiones, deben ser aleatorios, generales e impersonales a fin de resguardar la
dignidad del trabajador, evitando persecuciones personales.
Nuevos contratos, el nuevo contrato de trabajo-formacin, incentiva el acceso al empleo de
jvenes entre 18 y 24 aos. El contrato por jornadas parciales hace compatible el trabajo
con el estudio o con el cuidado de los hijos.
Posibilidad de recurrir a la Inspeccin del Trabajo en caso de ofertas de trabajo
discriminatorias. La invalidez no es justa causa para poner trmino al contrato.
Presuncin a favor del trabajador a domicilio.
Posibilidad de pactar de ms de una funcin en el contrato de trabajo.
Adems se incorporaron al Cdigo del Trabajo los trabajadores de las notaras, archivos y
conservadores.
Organizaciones Sindicales.
Se establece el fuero para la constitucin del sindicato, desde los 10 das anteriores a la
asamblea constitutiva del sindicato y hasta los 30 das posteriores a su constitucin, con un
mximo de 40 das.
Se facult a la Direccin del Trabajo para que registre los fallos por prcticas antisindicales
y publique semestralmente la nmina de infractores.
Sindicalizacin y fueros, se reduce la cantidad de trabajadores para formar sindicatos y se
otorga un fuero a todos los trabajadores involucrados en la negociacin colectiva, de 30 das
despus de concluida la negociacin.
Se establece el reintegro de trabajadores por prcticas antisindicales, teniendo el trabajador
no aforado la opcin de escoger entre reintegrarse o recibir una indemnizacin mayor.
68
Gobierno dado su privilegio del consenso previo, como condicin para el envo de las reformas al
Parlamento, fue eliminando progresivamente las temticas que ms rechazo concitaban en el
empresariado. Esto permiti avances importantes pero a la vez, la presin de los trabajadores y de
diversos sectores de la Concertacin llev al Gobierno a reintroducir los temas ms decididamente
reivindicado por los trabajadores. Esta decisin suscit tensiones y contradicciones en el seno de la
Concertacin, lo que reforz las posiciones de la oposicin, incidiendo en el aplazamiento del envo
de las reformas.
normas que buscan un equilibrio en las relaciones laborales, como retardatarias y atentatorias contra
la autonoma empresarial, la libre competencia, etc.
Paralelamente, comenzar a generalizarse el rechazo a las reformas laborales en el seno de
importantes sectores del empresariado. As por ejemplo lo comprueba el sondeo realizado por Icare
en su VI Encuentro Financiero, realizado a fines de septiembre, donde el 91.4% de los consultados
consider que eventuales cambios en el campo laboral constituyen la principal incertidumbre a la
hora de hacer negocios en Chile. En cambio, slo un 3.5% estimaba que las reformas laborales
contribuyen a generar confianza.
En los primeros meses del 2001, exista un animo relativamente positivo en el empresariado
frente a las reformas. Ya haba funcionado una comisin tripartita. Los temas claves que se
acordaron revisar fueron: la definicin de mecanismos idneos de regulacin, relaciones colectivas
de trabajo, adaptabilidad a los procesos de cambio, el mejoramiento de las condiciones laborales y
el cumplimiento de la legislacin y los asuntos relativos al empleo. El empresariado mantendr en
estos primeros meses una relativa apertura frente a la legislacin laboral, especialmente en orden a
la ampliacin de la negociacin colectiva para la pequea empresa, aunque pretenden que se den
mayores incentivos al convenio colectivo, etc.
Sin embargo, la reintroduccin de los temas duros cambiar el panorama,
incrementndose las dimensiones del conflicto y el disenso por sobre el anterior clima de
colaboracin y de bsqueda de acuerdos. Esta disposicin llev al Gobierno, en un intento por
consensuar el controvertido proyecto de reforma laboral, a pensar en la reinstalacin del Consejo de
Dilogo Social. Incluso se anunci la instalacin de dicho consejo.
Incluso, dirigentes de tres sectores de la PYME, haban aceptado la propuestas de senadores
de la Concertacin, de ampliar la discusin de la reforma laboral y debatir todo su contenido. Sin
embargo, mantenan su oposicin a ampliar la negociacin colectiva, a fortalecer el poder
negociador de los sindicatos interempresa y a eliminar los reemplazos durante las huelgas legales.
Argumentos:22
9 La mantencin de la incertidumbre respecto al proyecto es una crtica constante,
considerando que las seales enviadas por el Gobierno han sido confusas en momentos en
que el empresariado pide claridad. Despus de una crisis econmica profunda, lo peor es
mantener una situacin de duda, una cierta amenaza para reestablecer una confianza, etc.
9 Las reformas no son buenas para el pas, particularmente para la reactivacin de la
economa, y para incentivar el empleo. Las reformas aumentarn el desempleo
22
Estos argumentos fueron planteados por el vicepresidente de ASEXMA, H. Venegas, el secretario general
de Conupia, Ch. Sufn, y fuentes de la Confederacin de Comercio Detallista.
73
9 Las nuevas regulaciones tendern a rigidizar la administracin del personal al interior de las
empresas lo que generar mayores conflictos, multas y litigios en los tribunales. Originar
una rigidizacin de las relaciones laborales, una excesiva intervencin de la autoridad
administrativa en stas, un aumento de la conflictividad en el trabajo, y una proliferacin de
juicios en esta materia.
9 Adems, eliminar la posibilidad de reemplazo de los huelguistas constituira un mecanismo
expropiatorio.
Costos Econmicos:23
Otro de los temas centrales para los dirigentes empresariales es el de los costos econmicos
de las reformas.
Se considera, en general, que los temas propuestos en la reforma no favoreceran una
economa moderna y globalizada, sino ms bien eran precedidos por criterios aejos. Incluso se
planteaba que estas modificaciones pueden destruir gradualmente, pero con fuerza los fundamentos
del sistema econmico. Esto, porque la manutencin de tasas de cesanta altas va a significar
muchas presiones sobre el gasto social y porque mientras el desempleo permanezca, es probable que
surjan demandas de los sectores polticos y sindicales para rigidizar an ms la legislacin laboral y
hacer que el despido sea ms caro. As se indica que no es cuestin de transar un poco y ceder con
tal de tener paz social, porque lo que va a ocurrir es que se abre el apetito por reformas peores. Es
tan grave el efecto porque abre cada vez ms el camino de reformas ms nefastas. Con la reforma
23
Planteados principalmente por los dirigentes empresariales sobre los costos econmicos que traera consigo
la reforma.
74
laboral que est promoviendo el Gobierno, en resumidas cuentas, se est generando una hipoteca
sobre el desarrollo del pas.
Para algunos empresarios, especialmente de los sectores no transables (bienes no
exportables ni importables) de la economa, lo que causaba ms aprensin era que las reformas
podan obstaculizar la gestin y la productividad de las empresas, buscando siempre, por ello la
autonoma de los agentes econmicos.
Esta preocupacin tambin alcanza a los pequeos y medianos empresarios quienes ven con
preocupacin el proceso de reformas sintindose ya bastante golpeados por la coyuntura econmica
recesiva. Ellos ven las reformas como un claro obstculo a la generacin de empleos. Por tratarse de
unidades pequeas y de carcter heterogneo, las pymes se veran complicadas con la falta de
flexibilidad laboral. Entre otros aspectos, se seal la jornada a plazo fijo, los contratos por obra o
faena.
En el sector de la pesca, se seal que el mayor impacto para las empresas radica en la
norma que ampla los descansos a bordo de las naves de 10 a 12 horas, esto obligara a contratar
ms trabajadores para suplir ese aumento, lo cual significa importantes recursos adicionales por la
va de nuevas contrataciones.
Los empresarios del comercio plantean que la nueva ley laboral tendr consecuencias
negativas para las exportaciones chilenas. La ley le restara eficiencia en trminos competitivos con
otras naciones que no tienen estas restricciones que se estn incorporando. El pas va a perder
competitividad, y eso significa perder espacios de mercados, volumen de exportaciones y en
consecuencia significar menos empleo y menos crecimiento.
Tambin plantean, que los mayores efectos de las nuevas normas estn en los incrementos,
en los costos que significan normas como los dos domingos libres al mes, la poca flexibilidad de la
jornada parcial y la rebaja de la jornada laboral.
Los empresarios del comercio y del turismo sealan que ellos sern los ms afectados por
las disposiciones de la ley laboral que modifican las jornadas de trabajo y rebajan las jornadas de los
transporte y gastronmicos.
Negociacin Colectiva.
Se rechaza el establecimiento de una serie de formalidades para efectuar un convenio
colectivo.
Del mismo modo, y con mayor fuerza se considera la negociacin interempresa como
totalmente contradictoria con el espritu general del libre mercado, que apunta a no generar
monopolios.
No se est de acuerdo con las condiciones para la existencia de un sindicato en una
compaa. Sobretodo si se considera que en muchos sectores, la mayora de las empresas
tienen menos de 8 trabajadores.
Establecer una prohibicin del reemplazo por huelga constituye para el empresariado un
retroceso.
Se rechaza el encarecimiento de los costos de contratar trabajadores en periodos de huelga
estableciendo un bono de reemplazo que asciende a 4 UF. En esta misma lnea el senador
B. Urenda present una reserva de constitucionalidad en contra de la reforma laboral, que
se tramitaba en la Cmara Alta, por estimar que una de sus normas vulnera los preceptos de
la Carta Fundamental: la disposicin de dicho bono de 4 UF, con el objetivo de encarecer a
las empresas el reemplazo de trabajadores en huelga. Se argument que se trata de un
impuesto destinado a un fin especfico (monto que se reparte entre los trabajadores en
huelga), pese a que ellos deben ir a las arcas fiscales.
Contrato Individual.
Sus principales preocupaciones al respecto eran las siguientes:
El Contrato de trabajo-formacin (el hecho que la capacitacin fuera de las horas de trabajo
sea cancelada como hora extraordinaria desalentara esta iniciativa).
Otro elemento que afectara la contratacin es que los beneficios que se concreten con un
sindicato se extienden a todos aquellos trabajadores que se incorporen al conglomerado
despus de la negociacin.
La extensin de los beneficios de la negociacin colectiva a nuevos trabajadores, tambin
incentiva la no contratacin. Pues si una empresa acord en aos anteriores determinados
beneficios que poda pagar, y hoy no puede hacerlo, no contratar a un trabajador hasta que
recupere su situacin, ya que el nuevo trabajador podra exigir los beneficios.
Para el trabajo en el domicilio, los empresarios pedan mantener la situacin actual. La
jornada de 12 horas en 5 das implicara reducir la jornada a 60 horas semanales, y se
76
Organizaciones Sindicales.
Los empresarios criticaron que el Gobierno proponga reducir los requisitos para ser
dirigente sindical, vaticinando que as aumentar la falta de profesionalismo y habr un
empeoramiento de la situacin de la contraparte en una negociacin colectiva.
Otro de los temores manifestados, era la posibilidad que se redujera el qurum exigido para
que los trabajadores formen sindicatos. Argumentaban al respecto, que esto significara
elevar los costos de produccin. Adems el proyecto de reformas incentiva artificialmente
la sindicalizacin.
Se rechaza el incremento de los tipos de sindicato, al reducir el nmero de trabajadores
necesarios para constituirlos y el qurum de los mismos, as como la obligacin de
77
ratificando la lnea inicial, intentar presionar por la derogacin de todas aquellas leyes que
contradijeran con las normas de la OIT, considerando que entraran a regir estos convenios. Se
ratific as, la decisin de no aceptar las reformas y planteando que el Gobierno incorporara en el
actual Cdigo del Trabajo los convenios indicados.
En estos primeros meses ya haba acuerdo entre la oposicin y el Gobierno en orden a
incluir en la reforma los derechos constitucionales al interior de la empresa, as como los temas
referidos a la negociacin colectiva, libertad sindical, etc.
Para los trabajadores, la preocupacin principal en este plano, y manifestada en el seno del
Consejo de Dilogo social, era las nuevas relaciones que deben existir entre el empresariado,
trabajadores y Gobierno. Para la CUT la continuacin del dilogo con el gobierno y los
empresarios, que se inici con el seguro de cesanta, era absolutamente necesario para abordar la
futura modificacin. As, los trabajadores sitan como un requisito previo la necesidad de un
dilogo entre los actores sociales. En esta lnea, los dirigentes sindicales participaban de los mismos
intereses que tena el Gobierno respecto a la necesidad de un diagnstico compartido en el seno del
Consejo de Dilogo Social. Ya a mediados de ese ao, el empresariado haba mostrado cules eran
sus reticencias ante el proyecto de reformas.
Para la CUT los principales aspectos positivos de las reformas estn resumidas en sus
propuestas presentadas a mediados de mayo del 2000, las que enfatizaban siete puntos principales:24
24
CUT (2000): Discurso del Presidente de la CUT, en la festividad del 01 de mayo. Santiago.
81
Como producto de la decisin de que las reformas se cian y adecuen a los convenios de la
OIT, ya en el mes de julio del 2000, la CUT pedir a la OIT una comisin de expertos que analice
las causas de la no incorporacin de los convenios 87 y 98 sobre libertad sindical y negociacin
colectiva al Cdigo laboral, encontrndose a ms de un ao de haber sido ratificados por el Estado
chileno. Con esto, la CUT comienza a presionar.
Del mismo modo, A. Martnez, a inicios de septiembre de ese ao, recin en funciones
como nuevo presidente de la CUT, inici su gestin mostrando una actitud cautelosa frente al retiro
de los temas conflictivos o duros. Incluso sealaba que dada la ausencia de discusin sobre estos
aspectos en el Consejo de Dilogo Social, no era el momento de mandar un proyecto de reforma
que incluyera la negociacin colectiva y el derecho a huelga. Segn el dirigente, por ahora el
proyecto slo debera limitarse a normar sobre la organizacin sindical y las prcticas
antisindicales. Luego, en una segunda etapa podra incluir la ampliacin del derecho a la
negociacin colectiva. Luego Martnez, asumira una actitud ms firme, siendo enftico en sealar
que el Gobierno pretenda con la nueva minuta acallar las voces de los empresarios, cediendo todo
lo que es contratacin flexible, el despido flexible y llevando a una desproteccin total de la mano
de obra.
A inicio del ao 2001, la CUT mantendr su fuerte crtica y oposicin a la no inclusin de
los temas duros de las reformas, punto que vino reivindicando con fuerza a lo largo de todo el ao
precedente.
Del mismo modo, en febrero del 2001, la CUT denunci el problema de los trabajadores de
temporada, otro de los puntos lgidos que se haba puesto de especial actualidad dada la profusin
de accidentes registrados en este estamento. Incluso la Central se haba hecho parte en varias de las
querellas presentadas.
Otro punto de bastante inters en esta temtica es la voluntad de la CUT en orden a que se
eliminara la posibilidad que tenan los empleadores en el sistema de AFP de declarar y no pagar las
cotizaciones. A esto se agregaba, su llamado al Gobierno a fiscalizar los despidos registrados en los
municipios controlados por la derecha.
La reiterada crtica a la no introduccin de los temas duros (negociacin interempresa, no
reemplazo de trabajadores en huelga) se va haciendo ms fuerte a medida en que se iban entregando
las ltimas indicaciones del Gobierno que no las contemplaban. As, en abril del 2001, los
dirigentes de la CUT enfatizarn su oposicin al proyecto de Gobierno, sealando que estas
82
reformas, al contrario de los que se plante en un momento, estn intentando terminar con el
movimiento sindical.
Igualmente, respecto a la flexibilizacin laboral, la CUT por intermedio de su presidente
manifest que sta no hace ms que esclavizar a los trabajadores con jornadas horarias inhumanas
de doce horas por doce das seguidos.
Frente a la urgencia puesta al proyecto de reformas, la CUT manifest su descontento, sealando
que el actual proyecto no es la reforma que los trabajadores esperaban.25
9 Es inaceptable la utilizacin que ha hecho la derecha, los empresarios y algunos sectores de
la Concertacin, respecto del tema del desempleo para desmantelar las reformas laborales.
9 Se lamenta que el Gobierno haya puesto especial atencin en las demandas de los
empresarios, dejando de lado la de los trabajadores.
9 Se indica que el Parlamento tiene el poder poltico para realizar un debate en conciencia,
aprovechando la oportunidad de democratizar las relaciones laborales (Diario La
Nacin, 25 de marzo de 2001).
9 Se inform adems que estaban estudiando la presentacin de una denuncia ante la OIT en
la que plantearan que en Chile no se respetan los convenios suscritos (no respeto de la
jornada de 48 horas semanales, dado que el proyecto establece hasta 12 das seguidos con
jornadas de 12 horas).
9 Se insiste en la necesidad que se legisle sobre el artculo 161 del Cdigo del Trabajo, que
permite el despido por necesidades de la empresa sin especificar cuales son esas
necesidades.
En el mes de mayo la CUT har un llamado a establecer un proceso de dilogo que permita
acercar posiciones entre trabajadores y empresarios y dar una seal distinta al pas. Este perfil
distinto de las relaciones y disponibilidades de los actores sociales, se revela de especial
significacin frente a los importantes desafos y obstculos que an resta resolver para paliar y
superar las dificultades de la lenta reactivacin econmica. Igualmente, ante las carencias que ven
en el proyecto de reformas, la CUT decidir como estrategia combinar el dilogo con la
movilizacin, y a privilegiar ms el dilogo con el empresariado. A su vez, entreg un categrico
rechazo a la decisin del Gobierno de poner suma urgencia al proyecto de reformas laborales y
buscar su promulgacin como ley antes del 18 de septiembre. Ya que a juicio de la Central era
difcil en un plazo corto introducir cambios al proyecto que consideraban malo.
25
CUT (2001): Discurso del Presidente de la CUT a la Asamblea sindical del 10 de abril de 2001.
Santiago.
83
En este mes, la CUT ir endureciendo sus crticas al proyecto, esto en medio de una
situacin interna en la que se hacen patente diversas contradicciones entre sus tendencias, unas ms
inclinadas al dilogo y otras ms inclinadas a la movilizacin, sta ltima postura comienza a
prevalecer ante la constatacin de que el proyecto de reforma no consideraba los planteamientos
fundamentales de la Central.
Ms adelante estas orientaciones varan un tanto, a partir del encuentro del Presidente
Lagos con los dirigentes empresariales y con los dirigentes de la CUT, en los que se trataron temas
de la coyuntura internacional, de la reactivacin y las reformas laborales. Ello dio un impulso a la
lnea del dilogo conjunto, lo que se expres en las conversaciones establecidas entre la CPC y la
CUT, para valorar los puntos que los unan y buscar solucionar las divergencias, comprometindose
a establecer un plan de trabajo conjunto relacionado con la situacin econmica y social del pas.
La CUT, en esta lnea, acept la idea de hacer prevalecer el consenso a fin de agilizar la
aprobacin del proyecto de reformas. En esta forma se reestableci el dilogo entre la CUT y los
empresarios, que haba estado suspendido casi por ocho aos.
Por otra parte, en la 80 Conferencia Mundial de la OIT, a travs de su presidente, la CUT
entreg sus planteamientos frente al proyecto de reformas, y sus principales crticas. En dicha
conferencia, Martnez pidi que una comisin de expertos de ese organismo viajara a Chile a
supervigilar que la reforma laboral cumpliese con los convenios internacionales firmados por el
pas. Al respecto denunci que la legislacin laboral chilena permite que los trabajadores en huelga
sean reemplazados mientras dura la huelga, y seal que esto da pie a que las empresas mantengan
las huelgas durante largo tiempo hasta quebrarlas, as los trabajadores no tienen otra alternativa que
evitar el ingreso de rompehuelgas a sus lugares de trabajo, y entonces la empresa recurre a la polica
para su resguardo. A su vez, se quej que Chile se sum al grupo de naciones que ratifican los
convenios bsicos de la OIT, pero, sin embargo, despus no lo reglamentan y por lo tanto no se
cumplen. Igualmente mantuvo su posicin de que el Gobierno enve las indicaciones denominadas
duras.
A fines de junio del 2001, la CUT que fue constantemente partidaria de incorporar en las
indicaciones del Gobierno la negociacin interempresa y el no reemplazo de trabajadores en huelga,
tras la reunin con el Presidente Lagos, acept la idea de favorecer el consenso a fin de agilizar la
aprobacin de las reformas. Esto, no obstante, dando a conocer sus anhelos.
Siempre en relacin a los aspectos negativos evaluados por la CUT, la ratificacin del
Senado en orden a no considerar el reintegro del empleado despedido por prcticas antisindicales,
motiv duras crticas de la CUT a los senadores de la Concertacin que apoyaron esa idea. A ello se
84
uni la decisin de la Central de comenzar sus movilizaciones de protesta a partir de agosto, con el
fin de reponer aspectos cruciales para los trabajadores en el proyecto de reforma.
En el mes de agosto, los dirigentes de la CUT tenan puestas sus esperanzas de que en la
Cmara de Diputados, se lograra la inclusin de sus principales propuestas bsicas, reintroduciendo
las indicaciones rechazadas por el Senado.
A inicios de este mismo mes, la CUT pidi retirar la urgencia del proyecto de reformas para
que los parlamentarios tuvieran los espacios y el tiempo para acoger los planteamientos de la
Central. Igualmente plante sus demandas permanentes referidas a la modificacin del artculo 161
que permite despidos por necesidad de la empresa, el establecimiento de la negociacin colectiva
interempresa y la eliminacin del reemplazo de trabajadores en caso de huelga.
Otro aspecto negativamente evaluado por la CUT en el proyecto de reformas, es el relativo
a la modificacin del concepto de empresa. Como lo sealaba su presidente A. Martnez, el
Gobierno tendra un mal enfoque al tratar de evitar conflictos con el empresariado, sabiendo que
respecto al tema, existen muchos subterfugios para ocultar la verdadera identidad de la empresa
(Entrevista en El Diario, 13 de agosto del 2001).
85
que la causal de despido por necesidades de la empresa, aument en 3.3% sobre el total global en el
periodo sealado. Del mismo modo, respecto a los empresarios, la Central reforz su decisin de
entablar quejas ante la OIT por el no respeto de los Convenios 87 y 98 en diversas empresas, a s
como su propsito de presentar querellas por violaciones a los derechos sindicales.
Las principales temticas referidas a la negociacin colectiva, contratos individuales y
organizaciones sindicales:26
Negociacin Colectiva.
Respecto a esta temtica, la CUT propuso la eliminacin del exceso de disposiciones
requeridas para presentar los proyectos de negociacin y las huelgas. Segn los dirigentes
sindicales, para los trabajadores, resulta prioritario trasladar la negociacin colectiva desde
la empresa hacia todas las organizaciones sindicales junto con la eliminacin de los
convenios colectivos donde haya sindicato.
El reestablecimiento de la negociacin interempresa, ste constituye una de las
reivindicaciones ms permanentes de la CUT y enfticamente reiterada junto a su rechazo
al no reemplazo de los trabajadores durante la huelga. stas, las denominadas reformas
duras, han sido los principales caballos de batalla de la Central, la fuente y materia de sus
principales denuncias, as como uno de los principales argumentos para rechazar el
proyecto y para desconfiar de la constitucin de las mesas de dilogo, tanto bipartitas como
tripartitas. Respecto a estas materias, la CUT reivindicar con fuerza la vigencia de los
Convenios 87 y 98 suscritos por la OIT, sobre la libertad sindical y negociacin colectiva a
fin de poder negociar bajo la modalidad interempresas, estimando incluso que la CUT
pudiese negociar.
La sustitucin o supresin de los convenios colectivos donde la existencia de los sindicatos
permita una negociacin. sta es otra de sus principales demandas especialmente
vinculadas a la necesidad de fortalecer al sindicato y su poder de negociacin evitando los
paralelismos, as como las prcticas antisindicales que tienden a dividir a los trabajadores
de una empresa, favoreciendo a los que negocian al margen del sindicato.
De ello se desprende la necesidad de consagrar la titularidad de los sindicatos para
negociacin de empresa quedando expresamente prohibidos los grupos negociadores
excepto en aquellas empresas donde no hay sindicato.
26
CUT (s/d). Propuesta de la Central Unitaria de Trabajadores. Santiago.
87
Contrato individual.
Los dirigentes de la CUT consideraron necesario que se otorgara a la Direccin del Trabajo
la facultad de interpretar los contratos laborales, ya que los inspectores slo pueden conocer de las
infracciones viables, obligando al trabajador a recurrir a los Tribunales laborales. Es a partir de su
experiencia con los problemas presentados por sus bases que insisten en estas para la Direccin del
Trabajo. Del mismo modo, los trabajadores aspiran a que haya beneficios adicionales al
fortalecimiento de la actividad sindical, proteccin de los trabajadores, as como sancin a las
prcticas antisindicales, tal como plantea la propuesta del Ejecutivo.
Entre las principales propuestas de la CUT sobre este tema puede destacarse como las ms
importantes las siguientes:
La extensin de la negociacin colectiva.
El fin de los reemplazos durante la huelga.
La incorporacin de los Convenios 87 y 98 de la OIT.
La modificacin del artculo 161 que permite despidos por necesidad de la empresa.
La sustitucin de los convenios colectivos donde la existencia de sindicatos permita una
negociacin con un piso y por interempresa.
La necesidad de avanzar en la reforma de la judicatura laboral.
Regular toda la amplia temtica de las prcticas antisindicales.
La no discriminacin, como sera el pago de sueldos distintos, promociones arbitrarias,
contrataciones discriminatorias, etc.
88
Organizacin Sindical.
Uno de los aspectos fundamentales de la Reforma Laboral lo constituyen las normas para el
fortalecimiento de la sindicalizacin y la ampliacin de las alternativas de negociacin colectiva en
condiciones de equilibrio, las que han facilitado el avance hacia un mejoramiento de las relaciones
laborales en el pas.
91
sin atenerse a porcentajes. Adems, para los trabajadores de un mismo establecimiento se estableci
un mnimo de 25 de ellos que representen al menos el 30% de la dotacin total. Antes de la
Reforma se exiga el 40%.
El desincentivo a las prcticas antisindicales constituye uno de los tpicos en que con mayor
intensidad se manifiesta la proteccin y el potenciamiento de la libertad sindical. En la Reforma se
dise un procedimiento de tutela judicial rpido y eficaz y se otorg a la Direccin del Trabajo un
claro rol de defensora de la libertad sindical, que se expresa en la obligacin de este organismo a
denunciar al rgano jurisdiccional todas aquellas situaciones que tome como conocimiento en su
quehacer fiscalizador y que estime ser constitutivas de prcticas antisindicales. Asimismo, se
aumentaron a un mximo de 150 unidades tributarias mensuales (UTM) las multas por prcticas
antisindicales.
De forma novedosa se incorpor expresamente la figura del despido de un trabajador aforado
con motivaciones antisindicales. En estos casos, si el juez declara que el despido se debi a estas
prcticas, declara la nulidad del mismo y otorga al afectado el derecho de optar entre reintegrarse al
empleo o recibir una indemnizacin adicional fijada por el tribunal, que oscila entre tres y once
meses de su ltima remuneracin.
En cuanto a las normas sustantivas, se establecieron dos nuevas figuras constitutivas de
prcticas antisindicales: la negativa a proporcionar a la organizacin sindical la informacin
necesaria para preparar el proyecto de contrato colectivo y el no descuento y pago a la organizacin
sindical del 75% de la cuota sindical en el caso que haya existido extensin de beneficios.
Negociacin Colectiva.
La Reforma Laboral promovi que un mayor nmero de trabajadores pueda negociar
colectivamente al interior de sus empresas, que estos procesos sean ms tecnificados y que exista
una mejor distribucin de los frutos de los aumentos de la productividad.
Una de las normas ms importantes fue la incorporacin de un fuero para todos los
trabajadores que negocian, que regir desde los 10 das anteriores a la presentacin del proyecto
hasta 30 das despus de concluida la negociacin. Esto con la finalidad de evitar despidos
asociados a los problemas naturales que se generan en el clima laboral durante estos procesos.
Para promover una negociacin ms tecnificada, se dispuso que los sindicatos y los grupos
negociadores puedan requerir informacin financiera oficial de la empresa (balances y proyecciones
de mercado) con el fin de preparar el proyecto de contrato colectivo. En todo caso, se mantiene la
facultad del empleador para calificar como confidencial uno u otro antecedente de la empresa.
93
Tambin se establecieron garantas para los grupos de trabajadores que se unen para
negociar convenios colectivos con sus empleadores, sin atenerse a las reglas y requisitos del
procedimiento establecido en el Cdigo, mediante lo que se denomina negociacin colectiva
semiarreglada. Entre ellas qurum mnimo de constitucin, conformacin de la comisin
negociadora ante un ministro de fe y proteccin de los trabajadores que la integren mediante el
fuero laboral. Todo esto con la finalidad de asegurar la formacin de la voluntad colectiva y que el
convenio no les sea impuesto unilateral e individualmente.
En cuanto a la negociacin colectiva interempresa, se mantuvo su carcter voluntario, pero
se establece la posibilidad que el sindicato interempresa presente un proyecto de contrato colectivo
en representacin de sus afiliados (a lo menos cuatro de cada empresa) y de los trabajadores que
adhieran a ste, a los empleadores de los trabajadores que sean socios de tal organizacin. El
sindicato tiene la facultad de suscribir los respectivos contratos colectivos. Frente al rechazo del
empleador a negociar, se abre la posibilidad para los trabajadores de la empresa que estn afiliados
al sindicato interempresa, de presentar proyectos de contratos colectivos segn las reglas generales.
Se desincentiv el reemplazo de los trabajadores en huelga mediante el pago de un bono de
4UF por cada trabajador contratado como reemplazante, cuya suma total ser repartida a los
trabajadores que participaron en el conflicto cuando ste concluya. Tambin se aument de tres a
siete das el plazo existente entre la votacin y el inicio de la huelga, con la finalidad que en este
periodo cualquiera de las partes pueda solicitar que el Inspector del Trabajo interponga sus buenos
oficios con el fin de lograr una solucin al conflicto.
La reforma Laboral reconoci en sus disposiciones las nuevas formas de trabajo que han emergido
con el proceso de globalizacin y los consiguientes cambios en el mercado de trabajo, las cuales no
estaban normadas. Asimismo, contempl disposiciones que recogen algunas de las demandas de
mayor flexibilidad de las empresas, tanto para mejorar su competitividad, como para facilitar su
capacidad de adaptacin a los constantes cambios del mercado. As, se incentiva el acceso al
empleo de quienes no pueden trabajar jornadas completas, permitiendo que mujeres, jvenes y
estudiantes puedan compatibilizar su tiempo en el trabajo y el estudio o las responsabilidades
familiares.
Contrato de tiempo parcial: permite la contratacin de trabajadores por una jornada laboral,
que como tope mximo, sea equivalente a dos tercios de la jornada ordinaria (32 horas
94
semanales27), con pactos de horas extraordinarias que podrn variar semanalmente. Como regla
general se estableci el principio de igualdad de derechos con los contratos a tiempo completo,
salvo en lo relativo al pago de gratificaciones, en cuyo caso se aplica el principio de
proporcionalidad. Del mismo modo, se establece una novedosa forma de distribucin de la
jornada de trabajo, permitindose que las partes pacten distintas alternativas y el empleador, con
una antelacin mnima de una semana, disponga cual de ellas se aplicar para la semana o
periodo siguiente.
Por acuerdo entre las partes, este contrato podr transformarse a jornada completa y
viceversa, establecindose reglas especiales en relacin a la forma de calcular las
indemnizaciones por su trmino, con el fin de evitar la utilizacin de esta figura simplemente
como una forma de abaratar el despido.
El reconocimiento de estos contratos permite mejorar la situacin de precariedad en que se
encuentran quienes realizan estos trabajos, y a la vez, incentiva a las empresas a utilizar dicho
mecanismo sin recurrir directamente al despido cuando, por restricciones del mercado, cambios
en la demanda o fenmenos estacionales, el giro de su negocio es afectado temporalmente,
reduciendo las necesidades de mano de obra.
Contrato de promocin del empleo juvenil: con esta nueva modalidad se pretende fomentar
la contratacin juvenil y elevar los estndares laborales y de competencias de los jvenes, a
travs del fomento a la formacin profesional. Se incentiv la contratacin de jvenes entre 18
y 24 aos. Permitiendo que el empleador, con acuerdo del trabajador, descuente hasta 30 das
del pago de eventuales indemnizaciones, del costo de la capacitacin que haya otorgado a estos
trabajadores a travs de los mecanismos habituales del Servicio Nacional de Capacitacin y
Empleo (SENCE). Las horas que el trabajador destine a estas actividades se considerarn parte
de la jornada de trabajo y sern imputables a sta para su cmputo y pago. Todo esto contribuir
a la formacin de mano de obra ms calificada.
Teletrabajo: las nuevas tecnologas de la informacin han tenido un fuerte impacto en las
relaciones laborales modernas, surgiendo gracias a ellas nuevas modalidades de empleo que no
requieren de la presencia fsica del trabajador en la empresa ni la supervisin constante de su
trabajo. Se trata de una tendencia contempornea del mercado de trabajo, crecientemente
27
Compatibilizando las normas sobre reduccin de la jornada de trabajo a 45 horas a partir del 1 de enero del
2005, se desprende que desde esta fecha la jornada a tiempo parcial deber ser, como tope de 30 horas.
95
28
Esta insuficiencia normativa debi ser suplida por la labor interpretativa de la Direccin del Trabajo, que a
travs de dictmenes, estructur en los ltimos aos las bases doctrinarias para el reconocimiento y vigencia
de los derechos fundamentales de los trabajadores.
96
En este contexto, la reforma estableci que las ofertas de trabajo efectuadas por un empleador
directamente o a travs de terceros y por cualquier medio, que sealen como un requisito para
postular a ellas, condiciones que signifiquen exclusiones o preferencias basadas en motivos de raza,
color, sexo, edad, estado civil, sindicacin, religin, opinin poltica, nacionalidad, ascendencia
nacional u origen social, sern consideradas ilegales puesto que son contrarias a los principios de las
leyes laborales y constituyen una infraccin a las mismas. En consecuencia, ningn empleador
podr condicionar la contratacin de trabajadores a esas circunstancias, a menos que se trate del
requerimiento propio de la idoneidad o calificacin de las personas para desempear una funcin.
Para resguardar el ejercicio de derechos constitucionales del trabajador al interior de la empresa,
se instaur un verdadero habeas data en materia laboral, al establecerse la obligacin para el
empleador de mantener reserva de los datos privados del trabajador, protegiendo su intimidad y
dignidad. Con igual orientacin, se decidi que aquellas medidas de control empresarial (como
revisiones al trabajador) deben incorporarse en el reglamento interno; slo pueden llevarse a cabo
por medios idneos y concordantes con la naturaleza de la relacin laboral; y su aplicacin deber
ser general, garantizndose la impersonalidad de la medida.
contar con mejores herramientas de contencin de eventuales conductas ilcitas cuando lo que est
en juego es la fuente laboral del trabajador y, por ende, la subsistencia de su grupo familiar.
Sobre la base de estas consideraciones, se estableci un incremento de las indemnizaciones a
que tiene derecho el trabajador cuando el Tribunal del Trabajo comprueba la existencia de despido
injustificado, indebido o improcedente. El monto del recargo depende de la causal invocada
injustificadamente para despedir, oscilando entre un 30% y 80%.
Tambin se precis que la falta de adecuacin laboral o tcnica y la invalidez total o parcial no
constituyen causales de terminacin del contrato de trabajo. Asimismo, se restringi la causal de
falta de probidad, las vas de hecho y la conducta inmoral, circunscribindola slo a aquellas
conductas del trabajador que tengan una relacin directa con la prestacin de los servicios, sin que
pueda considerarse a stas su conducta extralaboral.
Aunque se mantuvo la obligatoriedad del pago ntegro de las indemnizaciones al momento del
despido, se determin que las partes pueden pactar ante el Inspector del Trabajo su cancelacin en
cuotas, con los intereses y reajustes pertinentes. El incumplimiento de este acuerdo har exigible
toda la deuda e implicar sanciones para el empleador.
Una de las condiciones indispensables para la eficacia de las normas laborales es contar con un
sistema de Inspeccin del Trabajo que responda a las necesidades reales del pas. Por ello, la
Reforma fortaleci el actuar de los servicios fiscalizadores, aumentando en 300 fiscalizadores y 143
funcionarios la dotacin de personal de la Direccin del Trabajo.
Respecto de las infracciones, se establecieron sanciones para quien simule la contratacin de
trabajadores a travs de terceros y a los empleadores que utilicen cualquier subterfugio para ocultar
o alterar su individualidad o patrimonio, con el efecto de eludir el cumplimiento de las leyes
laborales o previsionales.
Tambin hubo cambios en las multas por infracciones laborales. Por regla general, las
infracciones al Cdigo y a sus leyes complementarias sern con multas de 1 a 20 UTM, segn la
gravedad, pero se incorpora un incremento de las multas en relacin al nmero de trabajadores de la
empresa infractora. Tambin se establecen sanciones ms graves para las multas especiales que
establece el Cdigo, como por ejemplo por infraccin a la proteccin a la maternidad o al fuero
sindical. En el caso de pequeas empresas de hasta 9 trabajadores, las multas podrn sustituirse (a
solicitud del afectado y si el Inspector del Trabajo lo estima pertinente) por un curso de capacitacin
sobre normativa laboral y previsional.
100
29
Algunos resultados vistos desde la Inspeccin del Trabajo. 2003.
30
Direccin del Trabajo, ENCLA 2002, datos preliminares.
101
Aunque los nmeros son an pequeos, entre otras cosas porque el desconocimiento de la
norma por parte de los trabajadores hace que lleguen muy pocas denuncias a las Inspecciones del
Trabajo, es preciso destacar el hecho histrico que en el ao 2002 se hayan cursado 4 multas a
empleadores por no respetar las garantas constitucionales.
Antes de la reforma el nico derecho fundamental reconocido a los trabajadores era el de no
discriminacin (Art 2), el cual por si solo era de difcil aplicacin. La reforma introdujo una
disposicin que seala que "el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al empleador, tiene
como lmite el respeto a las garantas constitucionales de los trabajadores, en especial cuando
pudieran afectar la intimidad, la vida privada o la honra de stos." (Art. 5 nm.1).
Con esta disposicin, adems de las precisiones en el derecho a la no discriminacin (que se
tradujeron en 40 multas aplicadas en el 2002), la obligacin de reserva respecto a los datos privados
del trabajadores y la regulacin de las medidas de control empresarial, la legislacin chilena dispone
por primera vez de herramientas de promocin y garanta de los derechos fundamentales de los
trabajadores.
Contratos de Trabajo
Los registros de las fiscalizaciones que lleva a cabo los inspectores del trabajo permiten
incorporar las caractersticas del contrato cuando es esa la materia que se investiga, pero no es una
informacin que pueda ser utilizada para fines de anlisis dado que en ello se refleja muy
sesgadamente la realidad (de 78.617 fiscalizaciones realizadas el ao 2002, hubo 55.989 a solicitud
de los propios trabajadores afectados).31
En la discusin acerca de las caractersticas que asume en la actualidad la relacin laboral se
pone el nfasis (considerndolo como virtud o como defecto segn si el asunto se mira desde el
ngulo de los empleadores o de los trabajadores) en el trmino de una relacin laboral "de por vida"
o altamente estable.
31
A menos que se indique otra cosa, la fuente de las cifras que se presentan es la estadstica de su actividad
elaborada por los diversos departamentos de la Direccin del Trabajo.
102
En las tres versiones de la ENCLA los datos han sido bastante similares, segn se observa en el
cuadro siguiente:
Descanso semanal
Otra de las reformas en lo que respecta a jornada fue asegurar a los trabajadores que al
menos dos veces al mes el descanso semanal sea otorgado en domingo.
Al respecto se dispone de dos tipos de informacin.
Por una parte, segn la ENCLA, el porcentaje de empresas en las que se trabaja en das
domingos crece paulatinamente. De un 22,8% de las empresas que declar trabajar en domingo el
ao 1998 se aument a 23% en 1999 y a 25,3% en el 2002. En las grandes empresas, el trabajo en
103
da domingo alcanza casi a la mitad de ellas (45,5%). Ello cuantifica la extensin del fenmeno
pero no proporciona luces sobre los efectos de la reforma.
Por otra parte, en las denuncias por infraccin a la legislacin laboral registradas en la
Direccin del Trabajo, entre el ao 2001 y el 2002 se advierte una reduccin significativa, del 37%,
en la denuncia de infraccin a la norma que obliga a otorgar correctamente los descansos
semanales. Esto estara indicando que la reforma estara produciendo efectos y habra sido al
parecer aceptada.
Jornadas excepcionales
empresas muy alejadas de localidades urbanas. La reforma que se introdujo, modific esto,
estableciendo como causal genrica el que "lo dispuesto en este artculo (el 38 que excepta del
descanso dominical) no pudiere aplicarse, atendidas las especiales caractersticas de la prestacin de
servicios y se hubiere constatado, mediante fiscalizacin, que las condiciones de higiene y
seguridad son compatibles con el referido sistema".
As entre 2001 y 2002 la industria pasa del 7% al 13% de las solicitudes registradas y el
transporte del 3% al 8% de las mismas.
En todo caso, aunque el fenmeno aparece de gran importancia slo involucra a un nmero
reducido de trabajadores especializados y, al parecer, con remuneraciones superiores al promedio.
El mximo de trabajadores involucrados en este sistema excepcional parece haberse alcanzado el
ao 2000, con alrededor de 23 mil trabajadores (poco ms de 15 mil para el ao 2002).
La cantidad de solicitudes ha oscilado con fuerza de un ao al otro, y parece seguir ms
bien las variaciones del ciclo econmico que las transformaciones en la legislacin: 338 el ao
1999, 535 el ao 2000, 311 el ao 2001 y 391 el ao 2002.
En lo que se refiere al tratamiento de las solicitudes de jornada excepcional, cabe sealar
que se aprueba poco ms de un 70 por ciento de ellas, mientras que alrededor de una dcima parte
est conformado por solicitudes que no corresponden, pues la jornada por la cual se est solicitando
autorizacin corresponde a algn tipo autorizado por el Cdigo del Trabajo (jornadas bisemanales,
por ejemplo). En ello no se advierte mayor diferencia entre el periodo anterior a la reforma y la
vigencia de la misma.
En general, el mayor impacto de la reforma en este mbito ha sido que ha posibilitado una
mayor presencia de la industria y el transporte en el uso de las jornadas excepcionales, como ya se
ha sealado.
106
32
Para el ao 1999, si se considera que los 55.215 para los que no se especifica artculo corresponden a
finiquitos ratificados en terreno, lo cual se hace con trminos masivos de faena, casi el 60% de los finiquitos
ratificados son por estas causales.
108
Actividad de Conciliacin
Nmero de reclamos 109.305 93.628 89.104 102.190
Nmero de Trabajadores involucrados en los
reclamos 112.621
Nmero de empresas reclamadas 54.434
El anlisis de las variaciones en la tasa de conciliacin a travs del tiempo muestra que sta
no slo es dependiente de la conducta de las partes sino tambin de la forma en que el funcionario
del trabajo que desempea la funcin de conciliador o comparendista desarrolla su tarea.
Por ello, y con vistas a mejorar los resultados de la conciliacin individual, la Direccin del
Trabajo adopt medidas de carcter administrativo y de formacin de los conciliadores. As, a partir
del 17 de diciembre de 2002 se puso en funcionamiento en Santiago el Primer Centro de Mediacin
y Conciliacin de la Direccin del Trabajo, en el cual se atender, entre otros, a los reclamos
presentados a las inspecciones del rea cntrica de Santiago.
110
Se busca con ello deslindar las distintas reas de actuacin de la Direccin del Trabajo,
separando aquellas tareas asociadas a la fiscalizacin de aquellas destinadas a la solucin autnoma
de los problemas por las propias partes involucradas. Y se estima que en el ao 2003, este centro
deber atender alrededor de 14 mil conciliaciones individuales.
En este mbito la reforma otorg un fuero temporal a los constituyentes del sindicato,
disminuy los qurum y porcentaje de representatividad requeridos, aument los delegados
sindicales, disminuy los requisitos para la constitucin de federaciones, al mismo tiempo aument
los instrumentos a disposicin de la autoridad para enfrentar y sancionar las prcticas antisindicales,
estableciendo la nulidad del despido antisindical y la publicidad del fallo condenatorio.
Uno de los objetivos principales de la reforma fue promover la creacin de sindicatos dando
mayor proteccin a los trabajadores que se organizan, mayor libertad para que los trabajadores
decidan cmo organizarse y normas para promover la afiliacin sindical en empresas pequeas. En
111
el ao 2002 se constituyeron 1.042 nuevos sindicatos, una cantidad cercana a la suma de los dos
aos anteriores (578 el ao 2000 y 518 el ao 2001), con un total de 36.992 trabajadores afiliados.
El crecimiento de la afiliacin sindical se produce especialmente en sindicatos de empresa,
al punto que a fines del 2002 haba 749 sindicatos de empresa ms que un ao antes. Podra caber la
pregunta acerca de si estos nuevos sindicatos corresponden efectivamente a una expansin del
sindicalismo o una fragmentacin de los sindicatos ya existentes, pero segn los registros de las
Inspecciones del Trabajo ms de dos tercios de los nuevos sindicatos de empresa se crean en
empresas en las que no haba previamente organizacin; es decir, aunque la constitucin de
sindicatos incluye un elemento de fragmentacin corresponde mayoritariamente a una expansin del
sindicalismo.
Segn los mismos antecedentes esta expansin se produce precisamente en aquellos
sectores ms dbiles. As, ms de una cuarta parte de los nuevos sindicatos (281) utiliz la norma
promocional que rebaj el qurum de constitucin; por otra parte, mientras en el ao 2000 slo un
20,5% de los asociados a los nuevos sindicatos eran mujeres, en el 2002 ellas representaron un
27,6% de los socios de los sindicatos creados en el ao.
112
se eleva a un 56%, lo que muestra un buen aprendizaje de los trabajadores en la utilizacin de estas
disposiciones.
Por otra parte, se puede sealar33 que: (a) la prctica antisindical o desleal con mayor
frecuencia de denuncia est referida a separacin ilegal de dirigentes con indicios de que su origen
proviene de actividad sindical dirigida a la formacin y constitucin de nuevos sindicatos; (b) Otras
prcticas antisindicales o desleales con denuncias de alta recurrencia consisten, en orden decreciente
de importancia relativa, No cumplir con obligaciones cuota sindical, Discriminar indebidamente
entre trabajadores y Obstaculizar la formacin o funcionamiento de una organizacin sindical; y
(c) La mayora de materias denunciadas relativas a prcticas antisindicales o desleales proceden de
empresas pertenecientes a los sectores de Industria, Servicios Sociales, Comercio y
Transporte y Almacenamiento.
33
Salinero (2003), Denuncias por prcticas antisindicales o desleales.
114
Huelga y mediacin
Por otra parte, la Reforma desincentiv el reemplazo de trabajadores en huelga mediante el
pago de un bono por reemplazo y abri condiciones para que antes de materializarse la huelga, se
pueda solicitar los buenos oficios del Inspector del Trabajo para lograr una solucin al conflicto.
El resultado de esos buenos oficios se ha traducido en una disminucin del porcentaje de
huelgas aprobadas que se lleva a cabo. En el ao 2002 slo un 32% de las huelgas aprobadas se hizo
efectivo, mientras que en los aos anteriores la proporcin era de ms de un tercio (oscilando varios
puntos alrededor del 40%).
De las 117 huelgas realizadas el ao 2002, en slo 28 hubo reemplazo de trabajadores
(afectando a menos del 7% de los huelguistas), lo que comprueba la eficiencia del mecanismo que
desincentiva el uso de esta alternativa.
115
Caractersticas instrumento
Reajustes reales iniciales promedio 0,6% 0,9% 0,6% 0,6%
Reajustabilidad futura (en % del IPC) 100,2% 98,4% 99,6% 100,0%
Periodicidad de reajustabilidad futura (meses) 6 6 7 7
Vigencia pactada promedio (meses) 29 30 31 29
DESARROLLO DE LA HIPTESIS.
convencimiento generalizado por parte de ellos de que las orientaciones de la poltica econmica
imponan severas trabas al mejoramiento de las relaciones laborales y a la superacin de la pobreza
y la equidad.
El proyecto de Gobierno de Frei tena como objetivo ocuparse en forma ms o menos
completa del tema colectivo del trabajo, es por eso que las esperanzas depositadas por los
trabajadores en este intento por reformar el Cdigo del Trabajo eran muy importantes. Es por eso
que se centraron en este proyecto gran parte de sus esfuerzos reivindicativos. Pero el alineamiento
de los sectores de derecha y del empresariado en torno al rechazo a estas reformas (dada la
composicin del Senado) se vio como una imposibilidad de hacerlo efectivo. Por este motivo, el
proyecto de reformas entraba al Senado con un rechazo anticipado de los senadores de derecha; es
por esto, que se fragu el acuerdo Thayer-Arrate que propona una serie de modificaciones al
proyecto de gobierno, que igualmente fue rechazado, pese a los esfuerzos polticos. Lo que produjo
una enorme frustracin de las organizaciones sindicales y de la lucha reivindicativa de la CUT.
Para los empresarios, las reformas propuestas por el Gobierno eran inconstitucionales,
particularmente en la obligacin de entregar informacin de la empresa, y la imposibilidad de
contratar trabajadores reemplazantes. Es as, que durante toda la tramitacin parlamentaria, los
empresarios alternaron su poder de convencimiento y la presin sobre los sectores polticos de
derecha representados en el Congreso.
Con las reformas laborales del Gobierno de Ricardo Lagos, qued demostrado la necesidad
del gobierno de satisfacer las demandas de los trabajadores en cuanto a las expectativas de mejorar
el sistema de relaciones laborales, y por otro lado dejar tranquilos a las organizaciones y dirigentes
empresariales en relacin a que estas reformas no afectaran el sistema econmico.
Como qued demostrado, el arduo proceso que sigui esta reforma laboral estuvo marcado
porque progresivamente el empresariado y la oposicin fueron endureciendo sus posiciones,
dejando un espacio muy acotado para la implementacin de las reformas, ante esto, el Gobierno fue
eliminando progresivamente las temticas que ms rechazo concitaban en el empresariado. Pero a la
vez, logr la presin de los trabajadores y de diversos sectores de la Concertacin, lo que llev al
Gobierno a reintroducir los temas ms decididamente reivindicados por los trabajadores. Esta
decisin suscit tensiones y contradicciones en el seno de la Concertacin, lo que reforz las
posiciones de la oposicin, incidiendo en la aprobacin de la reforma. Es as, que el Gobierno
intentaba mantener a trabajadores y empresarios satisfechos en cuanto a sus demandas, pero el
empresariado abogando por no afectar el crecimiento y desarrollo econmico, termin incidiendo en
las reformas. La CUT por su parte, si bien apreci el mejoramiento que ellas implicaban,
encontraron que la nueva legislacin no satisfaca sus expectativas ni representaba sus aspiraciones.
118
DATOS
TOTAL NACIONAL
Ao Nmero de Diferencia %
Sindicatos Ao Anterior
1990 8.861 24,5%
1991 9.858 11,3%
1992 10.756 9,1%
1993 11.389 5,9%
1994 12.109 6,3%
1995 12.715 5,0%
1996 13.258 4,3%
1997 13.795 4,1%
1998 14.276 3,5%
1999 14.652 2,6%
2000 14.724 0,5%
2001 15.192 3,2%
2002 16.310 7,4%
2003 16.987 4,2%
TOTAL NACIONAL
Ao Poblacin Diferencia %
Afiliada Ao Anterior
1990 606.812 19,5%
1991 701.355 15,6%
1992 724.065 3,2%
1993 684.361 -5,5%
1994 661.966 -3,3%
1995 637.570 -3,7%
1996 655.597 2,8%
1997 617.761 -5,8%
1998 611.535 -1,0%
1999 579.996 -5,2%
2000 595.495 2,7%
2001 599.610 0,7%
2002 618.930 3,2%
2003 669.507 8,2%
FUENTE: Departamento de Relaciones de Estudios.
Direccin del Trabajo.
119
ACTIVIDAD ECONONICA 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
AGRICULTURA 70.859 70.492 63.065 60.308 62.365 62.812 56.474 58.803 55.712 65.281 66.447 60.874
MINAS 64.867 62.262 55.360 50.787 43.753 42.754 39.738 37.232 34.185 34.584 34.090 33.110
IND.MANUFACTURERA 179.192 185.366 181.018 175.945 153.581 153.207 146.427 139.202 122.656 114.292 105.575 103.916
ELECTRICIDAD 16.685 15.885 16.549 16.249 14.711 15.464 14.041 13.830 11.197 12.083 10.470 9.908
CONSTRUCCION 50.662 53.720 44.056 36.127 40.310 42.546 41.102 43.296 46.160 36.336 54.198 54.453
COMERCIO 94.292 100.143 99.012 96.433 95.381 98.904 93.595 93.949 87.717 90.632 92.236 91.970
TRANSPORTE 101.636 105.779 99.403 101.135 92.467 97.403 90.614 95.651 93.024 96.699 84.833 92.274
EST.FINAN. 32.429 34.416 33.765 33.839 34.533 34.214 30.179 29.546 28.564 28.692 32.118 32.631
SERVICIOS 87.689 92.592 89.268 89.009 85.762 89.415 85.199 86.984 86.496 103.826 107.226 105.628
OTROS 3.044 3.420 2.865 2.134 14.707 18.878 20.392 13.042 14.285 13.070 12.417 34.166
TOTAL NACIONAL 701.355 724.075 684.361 661.966 637.570 655.597 617.761 611.535 579.996 595.495 599.610 618.930
ACTIVIDAD ECONONICA 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
AGRICULTURA 1.379 1.509 1.626 1.731 1.814 1.877 1.954 2.031 2.011 2.107 2.174 2.164
MINAS 392 411 425 441 448 454 468 473 480 473 485 479
IND.MANUFACTURERA 2.948 3.147 3.261 3.364 3.449 3.518 3.602 3.668 3.730 3.603 3.537 3.678
ELECTRICIDAD 102 108 114 119 123 127 129 135 134 141 151 151
CONSTRUCCION 332 365 393 426 439 450 475 495 506 513 557 587
COMERCIO 1.467 1.664 1.820 1.934 2.030 2.126 2.208 2.302 2.364 2.338 2.475 2.528
TRANSPORTE 1.437 1.560 1.655 1.893 2.003 2.119 2.255 2.370 2.453 2.468 2.542 2.595
EST.FINAN. 279 312 331 355 369 394 418 439 456 431 497 580
SERVICIOS 1.479 1.635 1.709 1.781 1.839 1.888 1.944 1.983 2.019 2.266 2.394 2.530
OTROS 43 45 55 65 204 305 342 380 499 384 380 1.018
TOTAL NACIONAL 9.858 10.756 11.389 12.109 12.718 13.258 13.795 14.276 14.652 14.724 15.192 16.310
120
1990 5.822 25,0% 676 8,3% 2.039 31,0% 324 15,3% - - 8.861 24,5% 192,8%
1991 6.462 11,0% 746 10,4% 2.314 13,5% 336 3,7% - - 9.858 11,3% 214,4%
1992 7.037 8,9% 813 9,0% 2.560 10,6% 346 3,0% - - 10.756 9,1% 234,0%
1993 7.408 5,3% 861 5,9% 2.762 8,0% 358 3,5% - - 11.389 5,9% 247,7%
1994 7.760 4,8% 909 5,6% 3.070 11,2% 370 3,4% - - 12.109 6,3% 263,4%
1995 8.083 4,2% 949 4,0% 3.307 7,7% 376 1,6% - - 12.715 5,0% 276,6%
1996 8.401 3,9% 975 2,7% 3.499 5,8% 383 1,9% - - 13.258 4,3% 288,4%
1997 8.693 3,5% 1.004 3,0% 3.705 5,9% 393 2,6% - - 13.795 4,1% 300,0%
1998 8.923 6,2% 1.018 4,4% 3.927 12,2% 408 6,5% - - 14.276 7,7% 317,5%
1999 9.118 4,9% 1.042 3,8% 4.077 10,0% 415 5,6% - - 14.652 6,2% 318,7%
2000 9.024 -1,0% 1.017 -0,1% 4.246 8,1% 437 7,1% - - 14.724 3,1% 320,3%
2001 9.219 2,2% 1.050 0,8% 4.445 9,0% 478 15,2% - - 15.192 3,7% 330,5%
2002 9.968 8,1% 1.105 5,2% 4.685 5,4% 552 15,5% - - 16.310 7,4% 354,8%
2003 10.371 4,0% 1.170 5,9% 4.876 4,1% 570 3,3% 3 _ 16.987 4,2% 369,5%
NOTA: El presente cuadro excluye cifras de Asociaciones de funcionarios del sector pblico.
Los datos de poblacin son calculados del total de afiliados de los sindicatos vigentes
activos.
122
Instrumentos Colectivos 2.788 3.040 2.753 2.839 2.562 2.701 2.188 2.321 2.097 2.285 1.880 1.913
A.- Contratos 1.839 2.048 1.769 1.978 1.611 1.783 1.380 1.436 1.302 1.294 1.421 1.411
Trabajadores Involucrados 157.735 175.685 159.900 147.947 152.723 121.287 136.934 97.470 119.388 89.878 115.385 94.563
B.- Convenios 949 992 983 861 951 918 808 885 794 991 459 502
Trabajadores Involucrados 68.857 80.511 76.344 66.629 68.878 72.042 69.296 64.364 62.917 70.319 60.467 42.787
C.- Fallos Arbitrales - - 1 - - - 1
Trabajadores Involucrados - - 41 - - - 487
Instrumentos Sindicatos 1.713 1.808 1.670 1.697 1.561 1.648 1.396 1.375 1296 1.285 1.455 1.435
Trabajadores Involucrados Sindicatos 178.084 206.080 187.647 163.710 168.198 147.241 151.062 118.069 123.675 104.561 145.323 115.758
Instrumentos Grupos 1.075 1.232 1.083 1.142 1.001 1.053 792 946 801 1.000 425 478
Trabajadores Involucrado sGrupos 48.508 50.116 48.638 50.866 53.403 46.088 55.168 43.765 59.117 55.636 30.529 21.592
Trabajadores Negociaron Cada Ao 226.592 256.196 236.285 214.576 221.601 193.329 206.230 161.834 182.792 160.197 175.852 137.350
(involucrados)
Reajustes Reales Iniciales Promedio 2,59% 2,25% 1,71% 1,68% 1,43% 1,44% 0,96% 0,55% 0,85% 0,64% 0,62% 0,95%
Reajustabilidad Futura (% IPC) 99,65% 99,90% 99,78% 99,78% 99,84% 99,92% 99,80% 100,20% 98,40% 99,6% 100,00% 100,1%
Periodo de Reajustabilidad Futura (Meses) 5,90 6,01 6,13 5,88 5,69 6,03 5,93 6,25 6,40 6,5 6,9 7,2
Vigencia Pactada Promedio en Meses 26 27 26 27 28 29 30 29 30 31 29 29
Trabajadores Cubiertos 844.365 482.788 492.481 450.861 436.177 414.930 399.559 368.064 344.626 342.989 336.049 313.202
Variacin Trabajadores Cubiertos 91,1% -42,8% 2,0% -8,5% -3,3% -4,9% -3,7% -7,9% -6,4% -0,5% -2,0% -6,8%
Trabajadores Cubiertos por Contrato 358.217 333.420 335.585 307.847 300.670 274.010 258.221 234.404 216.858 209.266 205.263 209.948
Variacin trabajadores cubiertos por contratos 5,7% -6,9% 0,6% -8,3% -2,3% -8,9% -5,8% -9,2% -7,5% -3,5% -1,9% 2,3%
Trabajadores Cubiertos por Convenio 124.668 149.368 156.855 142.973 135.507 140.920 141.338 133.660 127.281 133.236 130.786 103.254
Variacin trabajadores cubiertos por convenios 20,6% 19,8% 5,0% -8,9% -5,2% 4,0% 0,3% -5,4% -4,8% 4,7% -1,8% -21,1%
Trabajadores Cubiertos Sindicato 390.356 384.164 393.727 351.357 331.908 315.439 298.303 269.131 241.744 228.236 249.884 261.081
Variacin trabajadores cubiertos sindicatos 9,9% -1,6% 2,5% -10,8% -5,5% -5,0% -5,4% -9,8% -10,2% -5,6% 9,5% 4,5%
Trabajadores Cubiertos Grupos 94.009 98.624 98.754 99.504 104.269 99.491 101.256 98.933 102.882 114.753 86.165 52.121
Variacin trabajadores cubiertos grupos 6,0% 4,9% 0,1% 0,8% 4,8% -4,6% 1,8% -2,3% 4,0% 11,5% -24,9% -39,5%
Total Fuerza Trabajo Ocupada (Oct. Dic. de 4.877.430 5.109.290 5.122.760 5.174.410 5.298.680 5.380.190 5.432.400 5.404.480 5.381.500 5.479.390 5.449.160 5.675.130
Cada ao)
Trabaj..Involucrados/Fuerza Trab.Ocupada Anual 4,6% 5,0% 4,6% 4,1% 4,2% 3,6% 3,8% 3,0% 3,4% 2,9% 3,2% 2,4%
Total Fuerza de Trabajo Ocupada Promedio 2 4.754.050 4.993.360 5.116.025 5.148.585 5.236.545 5.339.435 5.406.295 5.418.440 5.392.990 5.430.445 5.464.275 5.562.145
aos
Trabaj.Involucr.2 aos/Fuerz.Trab.Ocup.Prom. 10,2% 9,7% 9,6% 8,8% 8,3% 7,8% 7,4% 6,8% 6,4% 6,3% 6,1% 5,6%
Variacin Tasa Negociacin Ocupados 5,06% -5,21% -0,44% -9,03% -4,88% -6,70% -4,90% -8,09% -5,93% -1,16% -2,63% -8,44%
(Involuc./FTO)
Total Fuerza Trabajo Asalariada 3.295.400 3.472.500 3.422.700 3.482.610 3.713.090 3.787.620 3.758.590 3.740.110 3.735.950 3.759.320 3.786.660 3.872.630
Trabaj.Involucr/Fuerza Trab. Asalariada 6,9% 7,4% 6,9% 6,2% 6,0% 5,1% 5,5% 4,3% 4,9% 4,3% 4,6% 3,5%
Total Fuerza de Trabajo Asalariada Promedio 2 3.215.000 3.383.950 3.447.600 3.452.655 3.597.850 3.750.355 3.773.105 3.749.350 3.738.030 3.747.635 3.772.990 3.829.645
aos
Trabaj.Involuc.2 aos/Fuerz. Traba.Asal.Prom.* 15,1% 14,3% 14,3% 13,1% 12,1% 11,1% 10,6% 9,8% 9,2% 9,2% 8,9% 8,2%
Variacin Tasa Negociacin Asalariados 5,16% -5,52% 0,12% -8,59% -7,16% -8,74% -4,29% -7,30% -6,08% -0,73% -2,68% -8,18%
(Invol./FTA)
FUENTE: INE. (*) proyeccin en base a datos del tercer trimestre acumulado del 2002 y FdeT y asalariada
ercer trimestre movil sept-nov.
Departamento Relaciones de Estudios. Direccin del Trabajo.
124
A O S 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
INDICE DE PARTICIPACION (T.Huelgas/T.Contratos) 18% 23% 17% 14% 10% 17% 16% 16% 11% 11%
Huelgas/Contratos 11% 11% 13% 11% 11% 10% 11% 10% 11% 8%
CANTIDAD DE HUELGAS 176 224 247 224 196 187 183 179 121 108
CANTIDAD CONTRATOS 1.569 1.970 1.849 2.055 1.740 1.945 1.609 1.754 1099 1434
TRABAJADORES INVOLUCRADOS CON CONTRATOS 138.478 200.482 157.944 175.965 156.125 145.958 157.565 119.628 112.829 97.461
TRABAJADORES EN HUELGA NC 25.010 46.215 26.962 25.098 16.209 24.724 25.776 19.278 12.608 10.667
TRABAJADORES PROMEDIOS POR HUELGA 142 206 109 112 83 132 141 108 104 99
DIAS DE DURACION 2.643 2.759 2.975 2.578 2.640 2.324 1795 1.850 1.204 1308
DURACION PROMEDIO POR HUELGA 15 12 12 12 13 12 10 10 10 12
DIAS HOMBRE HUELGA 245.192 733.794 334.708 311.979 229.428 350.124 234.566 214.485 123.507 103.232
DIAS HOMBRE HUELGA PROMEDIO POR HUELGA 1.393 3.276 1.355 1.393 1.171 1.872 1282 1.196 1.021 956
INDICE DE PARTICIPACION TRAB. 15% 21% 20% 16% 12% 14% 17% 16% 14% 11%
HUELGA/TRAB.CONTRATOS (2 AOS)
TRABAJADORES CON CONTRATOS (2 AOS) 278.904 338.960 358.426 333.909 332.090 302.083 303.523 277.193 232.457 210.290
TRABAJADORES EN HUELGA NC (2 AOS) 42.867 71.225 73.177 52.060 41.307 40.933 50.500 45.054 31.886 23.275
DIAS DURACION (2 AOS) 4.263 5.402 5.734 5.553 5.218 4.964 4119 3.645 3.054 2512
DIAS-HOMBRE (2 AOS) 543.753 978.986 1.068.502 646.687 541.407 579.552 584.690 449.051 337.992 226.739
FUENTE: Departamento de Relaciones Laborales. Direccin del Trabajo.
125
CONCLUSIONES.
Algunos estudios consideran que la crisis actual del sindicalismo no es una crisis terminal,
sino que es una crisis de adaptacin. Es decir, un proceso lento de adaptacin producido por las
dificultades que han encontrado las organizaciones de los trabajadores para retomar su accionar y su
funcin propia en el contexto econmico, social y poltico que est viviendo hoy el pas. Es as, que
Fortunatti, plantea que el movimiento sindical necesita la consolidacin de la concertacin social, la
reconciliacin de las relaciones laborales, la democratizacin de las estructuras de poder de la
sociedad. La estrategia de la concertacin social sera un avance del sindicalismo ya que le permite
incorporarse en el debate nacional recuperando su calidad de actor social. Campero plantea que lo
que dara coherencia a la accin sindical sera la definicin del papel de los sindicatos y del
movimiento sindical en el proceso de constitucin del nuevo orden econmico y social.
En cuanto al empresariado, la accin del empresariado acta como un principio comn de
oposicin, como lo denomina Campero, debido a la amenaza que percibieron para su reproduccin
en el sistema (por la eliminacin de la propiedad privada) que les llevara a reaccionar
(defensivamente) creando una estrategia de resistencia a la accin sindical. Pero, como seala
Tironi, el poder del empresariado va mucho ms all del mundo econmico. Posee una visin clara
del pas y de s mismo, y cuenta con vastas redes para diseminar esa visin hacia todos los mbitos
de la sociedad.
Es por esto, que por lo general, empresarios y trabajadores constituyen polos opuestos en
cuanto opiniones, objetivos y acciones concretas. Los primeros, privilegian el mercado laboral
flexible (con una mano de obra tambin flexible y dctil a las necesidades productivas); los
segundos por el contrario buscan mayores seguridades (salariales, de jornada laboral, etc.) que se
traducen en claros impedimentos para establecer buenas relaciones entre las partes, ms justas y
equilibradas.
Pero, la creacin de espacios de concertacin social no debe ser considerada la nica
prctica sindical, debido a la complejidad intrnseca de las relaciones laborales. Por lo tanto, esta
estrategia no debe ser valorada slo por el acto o ejercicio de colocar a dos partes (trabajadores y
empresarios) en el mismo espacio de conversacin o negociacin o de una instancia meramente
formal, sino como un espacio de bsqueda de acuerdos y confianzas sociales entre los actores.
Las discrepancias entre trabajadores y empresarios se enfatizan debido a las caractersticas
de las relaciones sociales actuales las que estn directamente influenciadas por el sistema
econmico imperante y que conlleva a una individualizacin de stas.
127
Por ejemplo, los datos presentados demuestran que desde 1990 a 2003, el nmero de
sindicatos ha crecido, pero este aumento no es considerable en cuanto a los sindicatos que se forman
anualmente.
La poblacin afiliada a sindicatos tampoco crece considerablemente de un ao a otro. Desde
1990 a 1991 la poblacin aument en casi 100 personas, pero existan menos sindicatos. Desde
1993 a 1998 la poblacin sindicalizada fluctu entre 684.361 en 1993 a 611.535 en 1998; es decir
una diferencia de porcentaje negativa cada ao anterior. Luego en 1999 la cifra baj a 579.996
afiliados, cifra que se mantuvo pareja hasta el 2001. Para luego aumentar en el 2002 a 618.930, cifra
que se mantiene cercana en el 2003.
En cuanto a los sindicatos por rama, todas las ramas de actividad econmica experimentan
una cada de la poblacin afiliada desde 1993 hasta 2002. Aunque del 2002 al 2003 se percibe un
aumento de la poblacin, excepto la rama de electricidad y las ramas de actividad que no son
especificadas y que han disminuido notablemente en el 2002 y 2003.
En relacin a la evolucin de la poblacin sindicalizada segn el tipo de sindicato, se puede
decir que la poblacin disminuye desde 1990 a 2003 afiliadas a sindicatos de empresa e
interempresa; y se mantiene un aumento relativamente parejo de los afiliados a los sindicatos
independientes y transitorios en el mismo periodo.
Con respecto a la evolucin del nmero de organizaciones segn el tipo de sindicato, desde
1990 al 2003 los sindicatos de empresa, interempresa, independientes y transitorios han mantenido
un crecimiento bastante parejo, aunque en 1999 a 2003 los sindicatos de empresa e interempresa
experimentaron una cada en el nmero de organizaciones. Y hasta la fecha no han registrado un
aumento considerable de las organizaciones y de la poblacin sindicalizada.
Por otra parte, en todas las ramas de actividad econmica, dentro de todos los tipos de
sindicatos vigentes, slo la mitad son sindicatos activos, ya que la otra mitad est en receso. Es
decir, a nivel nacional slo la mitad de los sindicatos de empresa vigentes estn activos, lo mismo
sucede con los sindicatos independientes. En cambio de los 1.170 sindicatos interempresa vigentes,
ms de la mitad est en receso (628) en el 2003; lo que significa que slo unos pocos sindicatos
estn activos.
De lo anterior se desprende, que el debilitamiento del sindicalismo se puede deber a varias
razones. Por ejemplo, el planteamiento recurrente del sector empresarial es que ya no es necesario
que los trabajadores se organicen para conseguir mejores remuneraciones y condiciones de trabajo,
sino que stas se obtienen en forma mucho ms efectiva, pacfica y fluida mediante la negociacin
individual y directa de cada trabajador con su empleador, de esta forma no sera necesaria la
129
intermediacin de una organizacin como el sindicato, ya que para los empresarios constituiran un
impedimento para lograr buenas relaciones en la empresa.
La existencia de sindicatos pequeos, con pocos afiliados, reducidos al mbito empresarial,
la existencia de la atomizacin y la falta de unidad, la existencia de gran nmero de sindicatos en
receso, demuestran que el sindicalismo ha perdido fuerza en el contexto social del pas; ya que si se
compara con dcadas de su desarrollo histrico, se puede dar cuenta de que est pasando
efectivamente por una situacin difcil en cuanto a su capacidad de representacin de los
trabajadores y a la calidad que debera tener como elemento de poder e influencia en la sociedad.
Existe adems, una falta de inters de parte de los trabajadores, debido a la falta de
propuestas atractivas del movimiento sindical. Un desinters de los trabajadores es como
consecuencia de la incapacidad de la dirigencia sindical de atraer a las bases. Desinters de los
trabajadores, con respecto a que stos prefieren una relacin directa con su empleador sin
intermediarios (sin sindicato), ya que ste es asumido ms como un costo personal (que le puede
costar el empleo) que como un beneficio. Y por ende, el temor a las consecuencias en el empleo.
Se puede decir adems, que los cambios en las estructuras productivas tambin afectara al
sindicalismo, ya que modifica el campo de accin sindical. Por ejemplo, la disminucin de tamao
de las empresas, su fragmentacin y divisin, llevara a la atomizacin de los sindicatos fuertes y
grandes.
Por otra parte, en cuanto a las negociaciones colectivas se puede decir, que los trabajadores
involucrados con contrato y con convenio varan cada ao, es decir, si un ao aumentan los
trabajadores involucrados, el ao siguiente disminuyen. Lo mismo ocurre con los instrumentos.
Los trabajadores cubiertos disminuyen desde 1990 a 2003.los trabajadores cubiertos por
contrato y por sindicato disminuyen todos los aos de estudio, no as los trabajadores cubiertos por
convenio cuya disminucin no se da en forma regular. Y los trabajadores cubiertos por grupo
quienes disminuyen slo en algunos aos.
Entre el 2002 y el 2003 los instrumentos aumentan de 1.880 a 1.913, donde los contratos
disminuyen de 1.421 a 1.411; y los convenios aumentan de 459 a 502; pero los trabajadores
involucrados con estos instrumentos disminuyen entre estos aos. En este mismo periodo (2002-
2003) disminuyen los trabajadores involucrados con sindicato y con grupos. As como los
trabajadores cubiertos, pero dentro de stos disminuyen los trabajadores cubiertos por convenio y
por grupos. Y aumentan en este mismo periodo los trabajadores cubiertos por contrato y sindicato.
Con respecto a las huelgas, se puede sealar, que la cantidad de stas ha variado a travs de
los aos 1990 a 2003. Los trabajadores involucrados con contrato y trabajadores con negociacin
colectiva tambin han variado durante este mismo periodo. Se debe decir que en el 2002 hay un
130
Esto queda demostrado con las denuncias de prcticas antisindicales, que si bien han
disminuido, an existen; es decir, an se estn vulnerando los derechos fundamentales, a pesar de la
aprobacin e instauracin de la Reforma Laboral.
132
Comentarios Finales.
conviccin que existe en las autoridades econmicas y polticas sobre la necesidad de no retroceder
en el proceso de flexibilizacin laboral que ha emprendido Chile.
Lo que los gobiernos de la Concertacin estn tratando de hacer es transitar por una
Flexibilidad normada, lo que significa la necesidad de adecuar el funcionamiento del mercado de
trabajo a las condiciones cambiantes y altamente competitivas de la economa actual, con la
intencin de no descuidar el componente de equidad que debera tener la poltica laboral.
De acuerdo a todo lo sealado, se puede sostener que el mercado laboral y las relaciones
laborales estn supeditados al modelo neoliberal instaurado en el antiguo rgimen lo cual ha
provocado grandes transformaciones a los trabajadores, sobre todo al actor sindical que ya no posee
las mismas caractersticas de antao, donde ya no prima lo colectivo sino lo individual, es decir, hay
ms inters para negociar individualmente con el empleador. Como consecuencia, relaciones
laborales individualizadas, autonoma de los actores al momento de pactar condiciones de trabajo,
etc.
Al Estado por su parte, le corresponde un rol fundamental, no para intervenir en la relacin
de los actores laborales, sino para generar un marco de igualdad de oportunidades, que asegure un
desarrollo autnomo y equilibrado de las partes. Debe asegurar la prctica de concertacin social,
donde prime el dilogo, los acuerdos y los entendimientos de las contrapartes sociales. Por otro
lado, el Estado debe lograr el perfeccionamiento de un marco legal que asegure los derechos
fundamentales de los trabajadores, ya que forman parte del mercado laboral y de la relacin laboral,
y especialmente porque son sujetos de derecho por el simple hecho de ser personas y ciudadanos de
un Estado democrtico.
134
BIBLIOGRAFIA
AGUILAR, OMAR: Tendencias y Visiones sobre la crisis del Trabajo. Debates y reflexiones.
Aportes para la investigacin social. Programa de Estudios Desarrollo y Sociedad PREDES.
Universidad de Chile, documento N4. Santiago. Septiembre, 2001.
DIEZ DE MEDINA, RAFAEL: El trabajo de los jvenes en el Mercosur y Chile en el fin de siglo.
Equipo Tcnico Multidisciplinario de Santiago, Oficina Internacional del Trabajo, OIT, 2001.
DIRECCION DEL TRABAJO: Memoria 2000. Ediciones LOM. Santiago, 2002.
ENCLA 2002: Relaciones de Trabajo y Empleo en Chile. Informe de la Tercera Encuesta Laboral.
135
ERMIDA, OSCAR: Globalizacin y relaciones Laborales. Instituto del Mundo del Trabajo, Revista
Pistas N3, febrero 2001.
FRAS, PATRICIO: Las Reformas Laborales y su impacto en las Relaciones Laborales en Chile:
2000-2001. Editorial La Pirmide, octubre 2003.
MONTERO, CECILIA: Las relaciones Laborales Un asunto pblico?. En Presente y futuro de las
relaciones entre el sector pblico y el sector privado en Chile. Flacso, Santiago, 2000.
OIT: La organizacin Internacional del Trabajo y el fomento del Empleo Pleno, Productivo y
libremente elegido. Consulta Internacional acerca del seguimiento de la Cumbre Mundial sobre el
desarrollo social. 1999.
OIT: Chile: Crecimiento, Empleo y el Desafo de la Justicia Social. Informe de las Naciones Unidas
en Chile coordinado por la Oficina Internacional del Trabajo OIT, 1998.
SAEZ, REINALDO: Las Polticas Pblicas. Texto preparado como apunte para el Magster en
Ciencias Sociales con mencin en Sociologa del Desarrollo. 2002.
137
VIAL, JOAQUN: La Estrategia de Desarrollo: Crecimiento con Equidad. II Parte del libro Chile en
los noventa de Cristin Toloza y Eugenio Lahera. Direccin de Estudios de la Presidencia de la
Repblica. 1998.