El siglo XVIII fue testigo del surgimiento del afán de la burguesía de manifestar sus ideas por todos los medios, especialmente utilizando la literatura como arma política y filosófica y no para crear ficción. Francia se convirtió en el centro de este movimiento, especialmente París, donde los burgueses gozaban de poder económico y prestigio cultural y conspiraban para ganar poder político, hasta entonces en manos de la nobleza y el clero. El período termina con la Revolución Francesa, revolución burguesa que terminó triunfante pero que, tan pronto se aferró al poder, traicionó sus ideale
El siglo XVIII fue testigo del surgimiento del afán de la burguesía de manifestar sus ideas por todos los medios, especialmente utilizando la literatura como arma política y filosófica y no para crear ficción. Francia se convirtió en el centro de este movimiento, especialmente París, donde los burgueses gozaban de poder económico y prestigio cultural y conspiraban para ganar poder político, hasta entonces en manos de la nobleza y el clero. El período termina con la Revolución Francesa, revolución burguesa que terminó triunfante pero que, tan pronto se aferró al poder, traicionó sus ideale
El siglo XVIII fue testigo del surgimiento del afán de la burguesía de manifestar sus ideas por todos los medios, especialmente utilizando la literatura como arma política y filosófica y no para crear ficción. Francia se convirtió en el centro de este movimiento, especialmente París, donde los burgueses gozaban de poder económico y prestigio cultural y conspiraban para ganar poder político, hasta entonces en manos de la nobleza y el clero. El período termina con la Revolución Francesa, revolución burguesa que terminó triunfante pero que, tan pronto se aferró al poder, traicionó sus ideale
El siglo XVIII fue testigo del surgimiento del afán de la burguesía de manifestar sus ideas por todos los medios, especialmente utilizando la literatura como arma política y filosófica y no para crear ficción. Francia se convirtió en el centro de este movimiento, especialmente París, donde los burgueses gozaban de poder económico y prestigio cultural y conspiraban para ganar poder político, hasta entonces en manos de la nobleza y el clero. El período termina con la Revolución Francesa, revolución burguesa que terminó triunfante pero que, tan pronto se aferró al poder, traicionó sus ideale
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Cmo definir una macroetnia?
En antropologa se define a los diferentes grupos tnicos como: primero, una
poblacin que ocupa un determinado territorio; en segundo lugar, que se perpetua biolgicamente; el tercero, que comparte valores culturales fundamentales entre sus partes; y por ltimo, en cuarto lugar, que sus miembros se identifiquen entre s y tambin los otros los considera como una categora distinta. Hasta qu punto las macroetnias andinas cumplan con estos requisitos bsicos? Ante estas exigencias veremos primeramente los relatos de un origen comn, de los mitos y de adoracin colectiva a ciertas huacas. La segunda necesidad comprenda la unidad de idioma o de dialecto compartido por todo un conjunto de pueblos, y en tercera instancia una macroetnia se distingue por una unidad en el atuendo, sobre todo en los tocados. Todos estos factores se hallaban dentro de una unidad sociopoltica. La macro etnografa es la tcnica ayuda a focalizar el inters del estudio de una sociedad compleja, con mltiples comunidades e instituciones sociales. (Murillo y Martnez 2010) Siguiendo un generalizado patrn andino reproducido en todos los niveles de los grupos tnicos, las macroetnas estaban divididas en dos mitades, hanan y hurin, particin dual que se mantena incluso al otorgrselas como encomienda. (Urrutia, 1994) El otro bloque, que corresponde a las macroetnias, est constituido por los pueblos americanos que habiendo alcanzado, o aproximado, al nivel de altas civilizaciones, antes de la Conquista, alcanzaron por esta misma razn elevados contingentes demogrficos, y pudieron sobrevivir hasta hoy, como grandes bloques humanos. Tales son entre otros, los quechuas y los aymars del altiplano andino, calculados en ms de 10 millones; los grupos mayas de Guatemala que suman tal vez un milln y medio; los diversos grupos mexicanos con ms de 250.000 habitantes, que sumaran en total unos dos millones y medio; y estn an los mapuches de Chile que se acercan al milln. (Ribeiro, 2009) Durante el Intermedio Tardo, es decir antes de las conquistas incas, los territorios andinos se dividan en macroetnas ms o menos poderosas y con frecuencia en conflicto entre ellas. La costa central se compona de dos seoros mayores, el primero se situaba en el valle del Chilln y formaba la macroetna de Collec (Collique) que se extenda desde el mar hasta la zona de Quivi. El segundo seoro llamado Ichsma se situaba en las zonas bajas de las dos cuencas del Rmac y de Lurn creando un curacazgo teocrtico, llamado posteriormente Pachacamac por el Inca Tupac Yupanqui. Ambos contenan en sus dominios a numerosos pequeos cacicazgos supeditados a los jefes tnicos de mayor categora. (Journal de la socit des amricanistes, 2015) a) Unidad de origen y de creencias En las macroetnas se descubren los ncleos de las nacionalidades incipientes que se aglutinan en torno a ciertos factores. Uno de los valores ms saltantes de la diferenciacin entre etnias fue, a no dudarlo, sus mitos que aludan a un origen comn, esto significa que crean haber salido todos de tal o cual lugar. Los incas se decan haber procedido de una cueva, otros como los chanca haban emergido de dos lagunas, otros sealaban haber nacido del mar o de cerro, etc. Numerosos son los mitos de esta clase y no necesitan de mayor explicacin. Junto con la veneracin a sus pacarina o lugares de origen, se aada la adoracin a ciertas divinidades o huacas que podan pertenecer a todo un grupo, sin dejar de tener cada ayllu sus huacas menores. Adems los cuerpos momificados de los mallqui o antepasados mticos, representados a veces bajo forma ltica o piedra sacralizada, reunan en torno suyo a un mismo grupo. A travs de los documentos sobre la extirpacin de la idolatra entre los naturales, se descubre en los Andes la presencia de un mundo mgico religioso poblado por infinidad de huacas y seres mticos que muestran un ambiente muy distinto al presentado por los cronistas.
b) Unidad de lengua o de dialecto
En el Tahuantinsuyu se habl una variedad de idiomas, dialectos y modismos locales. Las relaciones geogrficas de indias (Jimnez de la Espada 1881 97) indican numerosas variantes regionales que seguramente correspondan a pequeos grupos de base. Lo idiomas andinos eran considerados por sus hablantes como el lenguaje del hombre, tal es el significado de runa simi o el de haque aro (aymara). Fueron los espaoles quienes bautizaron las lenguas nativas con nombres y tambin emplearon el termino general de lenguaje de indios en oposicin al espaol, idioma de los Viracocha. Indudablemente la variedad de lenguas es una ayuda para distinguir a unas etnias de otras pues las hablas diferentes creaban barrera entre los grupos sociales. Ante esta pluralidad idiomtica andina, los incas se vieron obligados a implantar un idioma oficial para sus estados a fin de facilitar la administracin cusquea. A este idioma los espaoles llamaron la lengua general del inca c) Unidad de atuendo La unidad de atuendo es la confirmacin de que los grupos de base se sentan distintos unos a otros y que reconocan sus diferencias. Una noticia importante es dada por Molina, el cusqueo, cuando manifestaba que cada nacin se vea y traa el tarje similar al que llevaba su huaca, esto quiere decir que el autntico no era una moda, sino que tena un profundo sentido religioso que integraba a los que veneraban a una misma divinidad. Cieza de Len es el cronista que proporciona mayores detalles sobre los modos de vestir en el Tahuantinsuyo. La crnica del Per es rica en esa informacin, tambin Guaman Poma en sus dibujos ilustra las diversas prendas y tocados que caracterizaban las regiones del Tahuantinsuyo igualmente Pedro Cieza dice que los naturales desde reino eran conocidos en los trajes, y tenan por afrenta traer trajes ajenos Acosta (1940) cuenta que era prohibido a la poblacin indgena modificar o alterar sus trajes. Esta informacin y la obligacin de mantener los vestidos y tocados regionales, demuestra la existencia de una diferenciacin de los grupos tnicos entre s. Es posible que en los norteos no solamente los tocados significaban distintas etnias, sino que tambin mostraban los oficios y el rango social de sus habitantes. d) Unidad sociopoltica En todo el mbito andino hallamos la presencia de grupos tnicos mayores gobernados por sus hatun curaca, seores de varias guaranga, es decir, que un jefe de elevada jerarqua aglutinaba bajo su mando a varios curacas subalternos sometidos a su hegemona. Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, ese fue el ms alto nivel de integracin alcanzado en los andes durante el intermedio tardo. El hatun runa un hombre del comn se reconoca y se agrupaba en torno a su jefe tnico, a sus huacas locales y a su terruo. A pesar de ser los incas los amos del Tahuantinsuyo, no llegaron a crear una integracin nacional y posiblemente ni siquiera la imaginaron. Al examinar la historia inca, concluimos que los soberanos cusqueos les intereso obtener de las macroetnias fuerza de trabajo, tierras para el estado y una sumisin total a sus designios polticos, pero no vieron la necesidad de abolir los hbitos, costumbres, ni tradiciones locales. Para una mejor comprensin conviene citar algunas macroetnias as como: La macroetnia de Huarochir comprenda en tiempos coloniales cinco guaranga de acuerdo con las reducciones introducidas por el corregidor Dvila Briceo. Sin embargo, en poca prehispnica a dicha macroetnia se integra otras guagarnga que le fueron posteriormente arrebatadas, como la de Jicamarca llamada tambin de Chaclla; adems de la de Carampoma y Casta, de la de Picoy de Matucana y la de Yaucha de San Mateo. Este es un ejemplo de los recortes territoriales que sufran algunas macroetnias en tiempos virreinales y que no corresponda a sus dimensiones prehispnicas. Para la costa central mencionaremos a la macroetnia de Collec, llamada Collique por los espaoles que, a la llegada de los ejrcitos de Tupac Yupanqui, se extendia en el valle de Chillon y sus lmites los constituan el mar por el oeste y por el oriente incluan al pequeo curacazgo de Quivi, cuyo nombre actual es Santa Rosa de Quives. Sin embargo, entre sus fronteras se hallaban distintos pequeos curacazgos que no representaban distintas etnias, sino el sistema organizativo andino. Este hecho es importante y queremos insistir sobre las estructuras sociopolticas indgenas. En el valle bajo, se situaban adems de los propios Collec, los Chiquitanta, Seuillay, Comas, Sutca y Carabayllo, mientras que rio arriba se encontraban en la margen izquierda Sapan, Guarauni y Missai. El seorio de Collec resulto dividido en varias encomiendas. Este hecho, junto con la tremenda baja demogrfica que sucedi a la invasin, hizo olvidar la propia existencia del curacazgo de Collique, que nosotros rescatamos gracias a numerosos documentos de archivos. Otro caso de la regin central, zona de muestras investigaciones, fue el seoro de Atavillos, rico curacazgo prehispnico que se componan de los atavillos propiamente dicho adems de los Piscas, Huamantanga, Socos y Canta. Para este ltimo tenemos noticias de su frontera a travs de dos visitas tempranas, la una de 1549 y la segunda de 1553. En aquel tiempo sus linderos no coincidan con la actual provincia, pues sus tierras se situaban slo en la margen izquierda del rio Chilln en forma alargada, comprendiendo dentro de sus lmites varios pisos ecolgicos. Sus fronteras se extendan desde el Chaupi Yunga del valle hasta la puna. En la gran altura se ampliaba sus territorios expandindose tras la cordillera de la Viuda hasta Caruacayan, por la cuenca del rio Chilln, hasta dar con la hacienda colonial de Corpacancha, en la actual provincia de Lima. En la costa norte, los curacazgos de Reque, Callanca y Monsef gozaban de sus seores particulares, pero estaban reunidos bajo la hegemona del seor de Callanca, seorio cuyo nombre preinca fue el de Chuspo. Despus de la invasin, en el reparto de encomiendas, Pizarro otorgo Callanca a Francisco Luis de Alcntara y Reque a Miguel de Velasco. Este es un ejemplo tpico de divisiones de macroetnias al iniciarse la era colonial. La mayor extencion territorial alcanzada en los Andes en tiempos inmediatamente anteriores a la formacin del Tahuantinsuyo fue, el gran seorio de Chimor, cuya hegemona abarcaba por el sur desde Huarmey y al norte a Tumbes y Piura. Dos son las informaciones de Chim muy distinta una de la otra, pero que ilustran los sistemas sociopolticas imperantes. A pesar de sus grandes dimensiones el seoro de Chim se rega por las mismas reglas de las macroetnias nombradas ms arriba. Sabemos que en valle de Santa Catalina, en Trujillo, existan varios pequeos caciques que gobernaban unos diminutos curacazgos, bajo la autoridad del seoro de Chan Chan, pero no significa que era etnias diferentes como a veces lo mencionan algunos estudios, sino que representaba las divisiones sociopolticas en uso en el mbito Andino. De ah el peligro de llamar a cada una de estas divisiones o seoros con el nombre de etnias, cuando se trabaja de un solo conjunto de curacas menores divididos para agilizar la administracin local. Gracias a un sonado litigio en Trujillo, de mediados del siglo XVI, entre los encomenderos Melchor Verdugo y Rodrigo Lozano, nos enteramos de la existencia de dos seoros pequeos. Uno de ellos se deca Chican o Chicamy cuyo pueblo principal era Changuco y se situaba en la margen izquierda del rio Moche. Se extenda desde el mar hasta ms arriba de la Huaca Grande. El segundo pueblo de este diminuto cacicazgo se apelaba Xacon a orillas del mar y era habitado por pescadores. El seor que gobernaba Changuco era Chiquiamanaque y era principal de hamaqueros del Chimu Capac. El segundo curacazgo en juicio era el de Guaman y el seoro se denominaba Chinchi, antes de la conquista inca. Su jefe, antes del inicio del juicio, era Guamonamo y el seoro se extenda en la banda derecha del rio Moche e iba hasta el mar. Su poblacin se compona en su mayora de pescadores. Este ejemplo nos permite suponer que las estructuras sociopolticas se manifestaban por una serie de pequeas unidades polticas agrupadas en torno a jefes de mayor categora y que fue una de las caractersticas andinas. Qu obligaciones unan los pequeos curacazgos a los seores de las macro etnias? Este es un tema difcil de esclareces por falta de mayor informacin. Sin embargo, gracias a un juicio de 1558 1570 entre los Canta, los Chaclla y los Quivi en el valle del rio Chilln podemos percibir algunas referencias de ello. Como sealamos mar arriba las macro etnias de Collec estaba compuesta por varios curacazgos subordinados al Colli Capac y el documento citado hace referencia a que el seoro subalterno de Quivi llevaba al Colli Capac coca, maz, aj y otras cosas y no sabemos si eso productos correspondan a las cosechas de las tierras posedas por el curaca del Collec en Quivi o si setrataba de un gesto de subordinacin o de reconocimiento de un inferior hacia su superior. Al parecer en la costa central los ejrcitos de Tupac Yupanqui, el seor de Collec decidio defenderse de los incas y en aquella oportunidad el curaca de Quivi acudi con su gente armada al socorro de su seor. Estas noticias permiten suponer que en ambos casos se trat de trminos de subordinacin entre jefes de distintas jerarquas, y estas noticias confieren cierta luz sobre de reciprocidad habituales en el mbito andino. A travs del mismo documento sabemos del conflicto surgido por tierras de coca entre los Canta y los Chaclla, y vender sus tierras a los Canta por el precio de 200 camlidos. Cuando el curaca de Chaclla se dio cuenta de los que significaba vender, l y sus sbditos entraron en gran desesperacin. Ahora bien, los Chaclla formaban parte de la macroetnia de Huarochir y l entonces hatun curaca llamado Ninavilca llam al jefe de Chaclla a que viniera explicar lo sucedido. Adems del seor de Huarochir amenazo con juntar a todos los Yauyos para marchar contra los Canta, pero los tiempos haban cambiado y era impensable ejecutar semejante represalia durante virreinato. Juntando noticias pequeas como aquellas diseminadas en la documentacin de archivo, podemos con paciencia y con tiempo, conocer mejor la composicin de las macroetnias, las obligaciones y lazos que unan entre s a sus miembros. Bibliografa ROSTWOROWSKI Mara, Peregrinaciones y procesiones rituales en los Andes, Journal de la socit des amricanistes [En ligne], 89-2 | 2003, mis en ligne le 05 juin 2008, consult le 16 aot 2015. URL: http:// jsa.revues.org/1504.
MURILLO Javier y MARTNEZ Chyntia, investigacin etnogrfica,
mtodos de Investigacin Educativa en Ed. Especial, 3 edicin 30 de noviembre 2010.
URRUTIA, Jaime La diversidad huamanguina: tres momentos en sus
orgenes, Lima: IEP, 1994. (Documento de Trabajo, 57. Serie Historia, 11). Etnias/historia/colonial/recursos naturales/economa/ economa regional/ industrial siglo XVIII XIX.
RIBEIRO Darcy, La nacin latinoamericana: nueva sociedad 62