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Martinez Estrada

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En: Leer y escribir (l969)

"Sobre Radiografa de la Pampa


(preguntas y respuestas)"
1. Por qu escribi usted Radiografa de la Pampa?

Tengo que contestarle el por qu con algo del cmo y del cundo. A indicacin de
Enrique Espinoza (Samuel Glusberg) a cuya invitacin debo haber escrito la obra,
estaba yo preparando un estudio sobre Sarmiento, del que La vida literaria, que
dirigamos juntos, public el artculo Sarmiento a los ciento veinte aos. Cumplirase
en febrero de 1931 el aniversario de su natalicio. Relea, pues, el Facundo, con asombro
de lo que hallaba en l de viviente y actual, no advertido antes, cuando acaeci la
asonada del 6 de septiembre de 1930. Espinoza y yo anduvimos recorriendo las calles
del centro, presenciando lo que yo vi como inundacin de aguas turbias y agitadas.
Tena recuerdo an fresco de las fiestas del Centenario, y de sbito tuve la impresin de
que me encontraba retrotrado a veinte aos atrs, como si ni yo ni lo que nos rodeaba
hubiesen cambiado. El tiempo era un sueo. Este schock o trauma, me revel una clave
de interpretacin, vlida para la relectura del Facundo y para el texto en relieve y para
el tacto, sistema Braille, que estaba presenciando. Mi impresin fue la de que reciba
una revelacin, como dicen los msticos, y que se me mostraba iluminado un pasado
cubierto de una mortaja pero no muerto ni sepultado. Le dije a Espinoza:

Oiga usted: U-ri-buuu-ru; es lo mismo que I-ri-gooo-yen.

Exacto me respondi, escriba lo que est viendo.

Por eso escrib Radiografa de la Pampa.

2. Cree usted, a veinticinco aos de la primera edicin del libro, que se mantienen en
nuestro pas las situaciones que usted indic entonces?

Sin duda, como en 1930 la de l910. Pronto ser esto tan palmario, esccheme bien, que
aterrorizar a quienes no vean que asistimos a un proceso histrico normal. Lo mismo
ocurri con el peronismo, que yo califiqu, en ms de trescientas pginas, como
fenmeno social genuinamente argentino, lo cual provoc un escndalo insolente que
todava me aturde. nicamente los profesores de historia, los pilotos de la nave del
Estado que se bambolea al garete y los beneficiarios del naufragio no ven lo que ya ve
el pobre pueblo acaudillado y cegado. Pero debo especificar que mi libro no se refiere a
situaciones, o sea, a circunstancias variables. He tratado de configurar un diagrama con
los invariantes histricos que cre hallar en el Facundo y adems en las Bases, Ojeada
retrospectiva y en los escritos doctrinarios de Moreno y Monteagudo. Las situaciones
cambiantes no alteran la estructura esencial que creo haber fijado en el diagrama,
susceptible, es claro, de progresivas rectificaciones. De ese diagrama puede deducirse
una funcin, entre mximas y mnimas, como del de una mquina su trabajo natural,
tomadas en cuenta tambin, las perturbaciones mecnicas de un orden previsible. Por
ese mtodo el pronstico es simple consecuencia de conocer el mecanismo, y la palabra
profeca es absolutamente impropia e injuriosa.
3. Aparte de Sarmiento, y particularmente el Facundo, qu otras obras han influido en
su libro?

Influyeron en m, ms que en mi libro, aparte el Facundo y las obras bsicas


doctrinarias de la nacionalidad republicana y democrtica que ya cit, Groussac, que me
auxili y alent muchsimo por su valenta honrada y sus slidos conocimientos de
nuestra historia, la oficializada y la indita. l me comunic la confianza moral de que
la religin de la verdad, aunque fea y desagradable, es siempre un bien infinitamente
mayor que la piadosa mentira. Adquirida la conciencia de un deber moral, slo hube de
aceptar las deducciones lgicas inevitables de tales premisas. La certidumbre de estar en
terreno firme, si bien poblado de peligros ocultos y de enemigos presentes, se robusteci
con la lectura de la bibliografa de exploradores, viajeros y testigos oculares fidedignos.
Para entonces conoca yo hasta sus entresijos, las obras de mi venerado Hudson, que
comentbamos muy a menudo con Lugones y Espinoza. Adems, tuve dos guas que me
ensearon a considerar la sociedad y la historia desde dos ngulos nuevos, cancelando
mi concepto ingenuo, de una concepcin esttica e iconogrfica de ellas: Spengler, de
quien aprend que la historia es la biografa cultural de los pueblos y que no es la
crnica militar y diplomtica. Concretamente esto: la historia es morfologa o anatoma
de los hechos, y puede estudirselos independientemente, por pases y pocas; mas
tambin la historia es fisiognmica de los hechos; revelan su sentido profundo, su alma
colectiva, ecumnica y tnica. Como un rostro as lo admiten Toynbee y los
gestaltistas, la historia tiene una faz fotognica, dir as, que puede fijarse en los
libros documentales como lo hacen los papirlogos; pero tambin tiene una expresin
viva, psquica, que slo puede interpretarse por intuicin, como hacemos con una
persona que nos habla. Lavater, descubridor de ese mtodo, el que inspir a Balzac, me
inspir a mi. La otra gua, la segunda tras Spengler, fue Freud. La lectura de sus obras,
particularmente Ttem y tab, que hice cuidadosamente aos antes de 1930, me haba
dado la certeza de que los mecanismos estudiados por l en la psicologa de
profundidad, podan proyectarse al plano horizontal de los hechos sociales y mticos, y a
sus fenmenos simblicos. Las claves de su mtodo: interpretacin de los sueos,
censuras, sublimaciones, inhibiciones, olvidos y errores, transferencias, tabes y noas,
etc., podan aplicarse lcitamente a las grandes civilizaciones como a las culturas
grafas. Largu por la borda mis respetados maestros de la juventud: Comte, Mill,
Tarde, Durkheim, Ward, Gumplowicz, Sighele, pero me qued con uno, mi maestro de
mtodo y de prosa: Jorge Simmel. Sobre todo su Sociologa, que utilic como libro de
control. Hasta el ms miope, no el ciego, hubiera podido percibir que la configuracin
sociolgica de Radiogralfa de la Pampa dbese a Spengler, con su lectura simblica
de los hechos; a Freud, con su examen de las perturbaciones de la psique social, y a
Simmel, con su mtodo configuracionista, palmariamente el de temas y variaciones, por
ejemplo: sobre el secreto, las sectas, el pobre, los crculos sociales, etctera. Yo no he
inventado nada, como tampoco ellos; todos hemos buscado el sentido del texto escrito
por el Creador en caracteres jeroglficos. Cada una de las, seis partes de Radiografa de
la Pampa integra un tema fundamental de psicoanlisis social, que yo intu veinte aos
antes de que se aceptase como mtodo cientfico de interpretacin. Hoy son numerosas
las obras del tipo de la reciente de Erich Fromm, Psicoanlisis de la sociedad
contempornea. En cuanto a la validez de las concepciones, que algunos calificaron de
mticas por motivos sectarios, estoy seguro de que contienen elementos perdurables que
quedarn definitivamente incorporados a los estudios de sociologa y de antropologa
culturales. Y ahora pemtame que le haga una exgesis sinttica de las seis partes en que
mi obra se divide.
PRIMERA PARTE: Trapalanda. Es el pas Ilusorio, el imperio de Jauja, que atrajo al
conquistador y al colono con su promesa de oro y especias que podra transportar a su
tierra natal, sin pensar, es claro, en que los piratas le abordarn el barco. La desilusin
de que en vez de Trapalanda pisaba una tierra agreste, que seria preciso labrar y
sembrar, regar con sudor y sangre. El intruso decepcionado concibe una
seudotrapalanda que en su frustracin no le recuerde la derrota. Quiere lo que no tiene,
y lo quiere como lo que quiso tener.

SEGUNDA PARTE: Soledad. El poblador est solo en un mundo solitario. La madre de sus
hijos es de otra sangre. El ocano reduce a isla el continente. Tiene que hacer algo para
vivir, pero no piensa como Robinsn sino como un gran seor en la pobreza. Lo que va
construyendo no es un pas, no es un hogar donde vivir y morir, como hicieron los
ingleses en Norteamrica. Sigue aorando la patria perdida, que es la metrpoli que
ensea a los hijos como la Jerusaln de su destierro. La fundacin de sus manos es una
factora.

TERCERA PARTE: Las Fuerzas Primitivas. Las fuerzas terrestres elementales comienzan a
trabajar con el agua, la tierra y el viento para derruir sus construcciones precarias de
adobe y cuero, que ha levantado como aduares. La tierra trabaja con ms dignidad que
el hombre y corrige sus yerros.

CUARTA PARTE: Buenos Aires. En el centro es la llave de bveda de la obra. Ahora


Buenos Aires es Espaa, la Metrpoli. Nuestra enemiga en casa. Absorbe, devora,
dilapida, corrompe. Es un foco de infeccin. El interior, el territorio, la nacin y el
pueblo, le queda sometido: ella lo esquilma y lo embauca. El pas es la colonia a la que
tiene que mantener sometida y embrutecida, para evitar que se le venga otra vez encima
con los caudillos a caballo.

QUINTA PARTE: Miedo. Un trauma inhibitorio de nuestra vida nacional. Toda la tesis es
de Sarmiento, que yo desarrollo. Los tpicos son: La Lucha, La Defensa y La Fuga. El
miedo y sus reacciones irracionales. Esta parte de la obra tiene hoy absoluta e inconcusa
actualidad.

SEXTA PARTE: Las Seudoestructuras. Lo que hemos construido sin cimientos en la tierra,
para sostener un edificio que es un laberinto de equvocos. La bsqueda de base firme,
en cuya angustiosa tarea estamos.

Basta leer los tres prrafos finales de Radiografa de la Pampa, este libro amargo y
saludable, escrito con lgrimas y pagado con el sacrificio ritual de mi vida. Se los
recordar, con lo cual completo la respuesta segunda de sus preguntas: Los baluartes
de la civilizacin haban sido invadidos por espectros que se crean aniquilados, y todo
un mundo, sometido a los hbitos y normas de la civilizacin, eran los nuevos aspectos
de lo cierto y de lo irremediable. Conforme esa obra y esa vida inmensas van cayendo
en el olvido, vuelve a nosotros la realidad profunda. Tenemos que aceptarla con valor,
para que deje de perturbarnos, traerla a la conciencia, para que se esfume y podamos
vivir unidos en la salud.

(1958)
[Leer y escribir. Mxico: Joaqun Mortiz, 1969, pgs. 131-136. Edicin digital de
Graciela N. V. Corvaln. Forma parte del estudio introductorio en forma de
hipertexto]

EL HOMBRE Y SU OBRA
Contribucin a la bio-bibliografa de
Ezequiel Martnez Estrada
Graciela N. V. Corvaln, Ph. D.
Webster University, St. Louis, Missouri, Julio - 2001

Ezequiel Martnez Estrada nace el 14 de septiembre de l895 en San Jos de


la Esquina, un pueblo de la provincia de Santa Fe, Argentina. Siendo nio su
familia se traslada a Goyena, pueblo ubicado al sur de la provincia de Buenos
Aires, donde su padre abre un almacn de ramos generales. Tena dos
hermanos, Carlos y Emilio, siendo l el mayor de los tres. En la Carta
autobiogrfica que en l945 le dirige a Victoria Ocampo, le dice que hasta los
12 aos vivi en pueblos de provincia de los que guarda recuerdos llenos de
acontecimientos prodigiosos. Ser en Goyena, precisamente, donde ha de
comprar en l937 un campo con el dinero que recibe en uno de sus premios de
literatura.

Don Ezequiel, como muchos lo llamaban, es un hombre pdico y poco dado a


las confesiones. Fuera de la Carta a Victoria Ocampo, no ha dejado ninguna
autobiografa en sentido estricto y, en consecuencia, poco se sabe de su
infancia y adolescencia, de sus hermanos ni de sus padres. Hacia l907, ao en
que sus padres se separan, Martnez Estrada viaja a Buenos Aires, donde vive
son su ta Elisa y estudia en el Colegio Avellanda. Pareciera que debido a la
precaria situacin econmica de la familia, Martnez Estrada se ve obligado a
abandonar sus estudios y empezar a trabajar. En l914 lo encontramos
trabajando en el Correo Central de Buenos Aires, donde permanecer hasta
que se jubile en l946.

Fuera de algunos ensayos breves que publica entre l917 y 1919 en las revistas
Nosotros y Atenea, Martnez Estrada inicia su carrera literaria como poeta.
Entre l918 y 1929 publica seis volmenes de poesa, en los que es evidente la
influencia de Edgar Allan Poe, de Rubn Daro y, particularmente, de
Leopoldo Lugones.

En l921 contrae matrimonio con la pintora y escultora Agustina Morriconi,


con quien compartir el resto de su vida. Ella inspirar muchos de sus poemas,
y ella lo acompaar en todos sus viajes y las largas estadas fuera del pas.

Entre l924 y l945, ao de la llegada de Juan Domingo Pern y Eva Pern al


poder, ensea literatura en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de
La Plata. Fruto de estas clases es su libro Panorama de las literaturas,
publicado en l946.

Aunque Martnez Estrada ha de escribir poesa a lo largo de su vida Poesa,


compilacin de l947, Coplas del ciego y Otras coplas del ciego, de l959, y
Tres poemas del anochecer, de l964 con la publicacin de Radiografa de
la pampa en l933, se cierra una primera etapa de su vida dedicada a las letras.
Este largo ensayo, posiblemente el ms conocido de este autor, es uno de los
primeros experimentos serios de hacer psicologa social en Amrica Latina.
Radiografa de la pampa es, sin duda, tambin una respuesta al golpe militar
de Uriburu en l930, situacin que lo estimula a examinar la historia nacional
para traer a luz la autntica y problemtica realidad que vive su pas. A esta
obra le siguen una serie de trabajos histrico-sociolgicos La cabeza de
Goliath (l940), Sarmiento (l946), Los invariantes histricos en el Facundo
(l947), Muerte y transfiguracin de Martn Fierro (l948) que continan su
apasionado examen de la realidad social, poltica y cultural de la Argentina,
pas con el que ha de mantener una ambivalente y simbitica relacin.

Estos aos, entre l933 y l959, son de intensa actividad literaria y acadmica, de
viajes y conferencias, y numerosos escritos polmicos. En l933 Martnez
Estrada recibe el Premio Nacional de Literatura por su obra potica, en l937; el
Premio Nacional de Letras por Radiografa de la pampa; el Gran Premio de
Honor de la S. A. D. E. (Sociedad Argentina de Escritores) en l948, y en l949
esta sociedad lo propone como candidato al Premio Nobel por su contribucin
a las letras. De l933 a l934, y de l942 a l946 preside la S. A. D. E., y en l957 es
presidente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Entre los viajes
que realiza durante estos aos, cabe mencionar el que hace a los Estados
Unidos invitado por el Departamento de Estado entre julio y septiembre de
l942. Su diario de viaje no se publicar hasta mucho ms tarde, cuando con el
ttulo de Panorama de los Estados Unidos se edite en Buenos Aires en l985.
Este libro y su ensayo Juicio sinttico sobre los Estados Unidos (en Libertad
creadora, l943) han de ser algunos de los pocos textos en que bajo la influencia
del reciente viaje se exprese positivamente y an con admiracin de este pas.

En l946 Martnez Estrada inicia su larga y fructfera colaboracin con la


revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo, y en esos aos publica tambin dos
colecciones de obras de teatro y varias de cuentos y novelas cortas. Roberto
Yahni ha de preparar y editar en l975 sus cuentos bajo el ttulo de Cuentos
completos. Sus obra narrativa, como muchos de sus ensayos, se basa en
dilemas que no admiten solucin. La influencia de Kafka es innegable.

En l949 se radica en Baha Blanca, en la casa de la Avenida Alem, hoy sede de


la Fundacin Ezequiel Martnez Estrada. Con la cada del peronismo en l956
se reintegra a la docencia con carcter interino en el Colegio Nacional de La
Plata y, al ao siguiente, es nombrado profesor extraordinario en la
Universidad Nacional del Sur, en Baha Blanca.

Estos son tambin los aos que dedica a sus trabajos biogrfico-literarios el
Sarmiento arriba mencionado, Nietzsche (l947), El mundo maravilloso de
Guillermo Enrique Hudson (l951), El hermano Quiroga (l957), y Heraldos
de la verdad (l948), texto que contiene estudios sobre Montaigne, Nietzsche y
Balzac, los que en gran medida son esa autobiografa que Martnez Estrada
nunca escribi. Con Sarmiento comparte las categoras de civilizacin y
barbarie, aunque subvierta su valor y muestre el fracaso del proyecto
civilizador sarmientino. Guillermo Enrique Hudson le posibilita el regreso al
paraso perdido y su acercamiento a una vida en armona con el contorno
natural. Horacio Quiroga, ese hermano mayor cuya amistad lo lleva a
encontrarse consigo mismo, le abre los ojos a la mediocridad, las
desigualdades, las injusticias y a los efectos deshumanizantes de la civilizacin
tecnolgica. Sarmiento y Mart, a este ltimo dedicar tres volmenes (dos de
los cuales se han publicado pstumamente en Mxico y Cuba), representan al
hombre no slo como intrprete y crtico de la realidad sino como agente del
proceso histrico, papel que Martnez Estrada secretamente aora pero nunca
logra actualizar. Con ambos tambin comparte el oficio de escribir, la fidelidad
a la propia vocacin, la incomprensin por parte de ciertos sectores de la
crtica, y la amarga experiencia del destierro dentro y fuera de su pas.

Tanto en sus libros biogrfico-literarios como en ensayos ms breves que


dedica a figuras como Kafka, Heine, Simone Weil, Dostoievski, Tolstoi, entre
otros, Martnez Estrada asume el discurso del otro como propio y se identifica
profundamente con sus hroes y mentores. En este juego de descubrir y
proyectar, l busca corroborar y legitimar su propia lectura, su propia visin de
la realidad y la vida.

Ya se ha mencionado la relacin ambivalente y simbitica que ha de mantener


con su pas a lo largo de la vida. Precisamente durante los aos del peronismo,
Martnez Estrada sufre una enfermedad de la piel que los mdicos
diagnosticaron de neurodermitis melnica, enfermedad de tipo
psicosomtico. As como el peronismo es la enfermedad que padece la
Argentina, la suya, aunque la califique de menos grave, lo ha de tener postrado
casi cinco aos (entre l951 y l955), y deambulando de hospital en hospital.

Liberado de su enfermedad despus de la cada del peronismo en l955,


Martnez Estrada procura influir en polticos y educadores, en crticos y
escritores, en los jvenes y en la sociedad en general ofreciendo consejos,
prdicas, crticas y ataques, que l ha de llamar sus catilinarias. Cuadrante
del pampero (l956), Qu es esto? (l956), Exhortaciones (l957) y Las 40
(l957) son algunos de los textos representativos de esta poca.

A crticos como Adolfo Prieto, por ejemplo, les sorprende que Martnez
Estrada no comprenda que su obra de denuncia no reciba el asentimiento
general. Su resolucin de abandonar el pas se debe tanto a causas de orden
externo, tales como razones de tipo econmico y la incomprensin por parte de
la crtica, como a causas de orden interno o psicolgico dudas con respecto
a la efectividad de su labor al sentir que su prdica cae en el vaco. Juan Jos
Sebrelli y Csar Fernndez Moreno le dan importancia al cuento No me
olvides, de La tos y otros entretenimientos (l957). Lo consideran en gran
medida autobiogrfico y un claro ejemplo de su implacable autocrtica, la que
en este caso se refleja en la figura de un escritor, Eduardo Martnez, a quien se
le ha retirado el aprecio y nadie lee ni escucha. Ntese el juego de palabras:
Eduardo Martnez/ Martnez Estrada.

Irse, entonces, es tanto una respuesta vital a sus crticos como un modo de
continuar su trayectoria de lucha en un ambiente que promete ser solidario. Es
as que a mediados de l959 sale con destino a Chile para dictar un ciclo de
conferencias. Pasa luego a Viena para asistir al Congreso de la Paz, lugar
donde conoce a Nicols Guilln, poeta cubano al que ha de dedicar su libro La
poesa afrocubana de Nicols Guilln (l966). En septiembre de ese ao se
traslada a Mxico a invitacin del Fondo de Cultura Econmica, pas en el
permanece por un ao contratado por el Instituto de Ciencias Polticas de la
Universidad Autnoma de Mxico. Fruto de este ao de trabajo es su largo
ensayo titulado Diferencias y semejanzas entre los pases de Amrica Latina
(l962), libro escrito desde una perspectiva continental en el que, pese a lo
desmesurado y contradictorio de algunas de sus secciones, establece una
vinculacin orgnica entre Latinoamrica y los otros pases subdesarrollados
de Asia y frica. En este libro son evidentes su toma de posicin a favor de
Cuba y sus ataques al imperialismo internacional.

En febrero y marzo de l960 hace una breve visita a Cuba con motivo de recibir
el premio Casa de las Amricas por su ensayo Anlisis funcional de la cultura
(l960), y el 26 de septiembre del mismo ao regresa a Cuba como director del
Centro de Estudios Latinoamericano de Casa de las Amricas, donde
permanece trabajando hasta noviembre de l962.

La vida y obra de Martnez Estrada quedaran incompletas sin esta ltima


etapa, los trabajos que realiza en Cuba y su acercamiento a la revolucin
cubana. Su labor educadora, es decir, su deseo de incidir sobre la realidad y
transformarla despertando en hombres y mujeres la conciencia de los valores y
el ansia de realizarlos se revitaliza desde esta nueva perspectiva.

Durante su estada en Cuba, Martnez Estrada tiene numerosas ocupaciones,


tales como organizar seminarios de investigacin, dar conferencias y, sobre
todo, estudiar la obra y vida de Jos Mart. Resultado de estas investigaciones
son sus libros Mart revolucionario, publicado por Casa de las Amricas en
l967, y Mart: el hroe y su accin revolucionaria, publicado en Mxico en
l966. Hay un tercer libro sobre Mart titulado La doctrina, el apstol, que
an no ha sido publicado. Segn Martnez Estrada, en Cuba tambin habra
editado dos volmenes de discursos de Fidel Castro, los cuales tampoco se han
publicado. Escribi adems numerosos trabajos breves, algunos de los cuales
se inclinan fuertemente a lo propagandstico y panfletario, que han quedado
incluidos en Cuba y al servicio de la revolucin cubana, (La Habana en l963).
Dentro de la misma tnica est su mordaz crtica a los Estados Unidos titulada
El verdadero cuento del to Sam (La Habana, l963), con textos en espaol,
ingls y francs, e ilustraciones de Sin. Adems del libro ya mencionado
sobre la poesa de Nicols Guilln, Martnez Estrada escribe un largo ensayo
titulado El nuevo mundo, la isla de Utopa y la isla de Cuba, que se publica
en Cuadernos americanos (Mxico, mar.- abr. 1963). El propsito de Martnez
Estrada, no obstante la rigurosa estructuracin del texto y el cuidado con que
presenta su tesis y adjunta pruebas, sobrepasa en intencin los lmites de lo
estrictamente acadmico y erudito. Segn este autor, hay un destino
manifiesto que enlaza a los tanos cubanos con los amaurotos de la Utopa
de Toms Moro, con la Cuba ideal de Jos Mart y con el propsito de Fidel
Castro en el siglo XX.

Que la revolucin cubana y Jos Mart coincidan en este momento de la vida


de Martnez Estrada no es arbitrario. En Cuba es testigo de los primeros pasos
de una revolucin que se le ofrece como posible, y su encuentro con la
figura de Mart representa el final de un largo proceso de bsqueda del
paradigma humano. Se trata, adems, de un momento psicolgicamente
importante para entender el desarrollo emocional e ideolgico de este escritor.
Su posicin en Cuba no es la del inconforme porque all se siente en armona
con el medio, rejuvenecido a pesar de sus 65 aos, y con fuerzas para seguir
trabajando.

De Cuba, Martnez Estrada sale por diversos motivos entre los que se
encuentran la necesidad de solucionar asuntos de orden econmico que se han
complicado con su ausencia, y sus problemas de salud. Su contrato con Casa
de las Amricas ha terminado as como su labor de investigacin sobre la
figura de Jos Mart. Por lo dems, parece que en Cuba se lo ha estimulado a
salir de la isla porque se cree que puede ser ms til a la revolucin desde
fuera que desde dentro. Hay que recordar que a principios de l962 Cuba es
expulsada de la O. E. A., y que la salida de Martnez Estrada coincide con la
crisis de octubre y el bloqueo a la isla.

Por Mxico, retorna a la Argentina el 21 de noviembre de l962. Una vez en su


pas e instalado en Baha Blanca, Martnez Estrada retoma su posicin
perifrica. El permanente estado de crisis social y poltica de la Argentina le
confirma su opinin de que la situacin del pas no ha variado en 136 aos, es
decir, desde las guerras civiles del s. XIX y la subsiguiente dictadura de Juan
Manuel de Rosas. Por lo dems, ya haba vaticinado en l955 que habra
preperonismo, peronismo y postperonismo por unos cien aos ms. El
retorno de Pern en l973, su muerte al ao siguiente, el catico gobierno de
Isabel Pern, el golpe militar de l976 y los aos de la llamada guerra sucia,
la desastrosa guerra de Malvinas en l982, los aos de hiperinflacin e
inestabilidad del gobierno radical, la vuelta del Partido Justicialista con Carlos
Menem, la actual crisis econmica y poltica (2001 y ...?) y el alto nivel de
corrupcin que vive el pas, parecen darle la razn a Martnez Estrada.

A juicio de algunos crticos sus ltimos aos estaran llenos de amarguras y


desilusiones. Sin embargo, son tambien aos de intensa actividad. En su casa
de Baha Blanca termina sus libros sobre Jos Mart, algunas de cuyas pginas
le han de costar lgrimas, segn le escribe a su amigo cubano Samuel Feijoo.
Prepara tambin la edicin de Realidad y fantasa en Balzac, obra que se
publica en l964, y escribe los ltimos poemas que la revista Sur dar a conocer
sus Tres poemas del anochecer. Arnaldo Orfila Reynal, del Fondo de
Cultura Econmica en Mxico, lo convence de que seleccione y ordene los
textos para la Antologa, cuyo Prlogo intil debe haber sido lo ltimo que
Don Ezequiel habra de escribir.

Ezequiel Martnez Estrada es un hombre difcil de conformar porque sus


estrictos estndares ticos conllevan paralelas exigencias. En contra de Cuba y
la revolucin cubana no se pronuncia nunca en forma directa. Al contrario, con
insistencia habla de un prximo viaje que por sus problemas de salud se va
posponiendo y, al final, no se realiza. Sin embargo, en cartas y conversaciones
con amigos y colegas de Argentina, Mxico y Cuba, se ha de quejar de que de
Casa de las Amricas nadie le informe sobre asuntos relacionados a sus
trabajos ni le hagan llegar los libros y artculos que se van publicando. Ser
con respecto Mart, particularmente en una carta que le dirige a Feijoo estando
todava en Cuba, y otra que le dirige a su amigo Carlos Adam en l963, que sus
palabras adquieran un tono apasionado al indicar sus profundas disidencias
con otros estudiosos martianos. El hecho de que sus recopilaciones sobre los
discursos de Fidel Castro siguieran arrumbadas y el que uno de sus amigos
fuera detenido por sospechoso al producirse la invasin de Playa Girn en
abril de l961, episodio que mencionan Manuel Pedro Gonzlez y el crtico
estadounidense Peter G. Earle, motivan que Martnez Estrada se exprese, en
ocasiones, con desencanto.

Ezequiel Martnez Estrada fallece en Baha Blanca el 4 de noviembre de l964,


a las 0 horas. Sus restos yacen en el cementerio de la ciudad de Baha Blanca.

Pstumamente se han publicado varias colecciones de cuentos y ensayos tales


como Cuatro Novelas (l968), Cuentos completos, edicin ya mencionada, En
torno a Kafka y otros ensayos (l967), Para una revisin de las letras
argentinas (l967) y Leer y escribir (l969), compilaciones de Enrique Espinosa,
su ensayo y testimonio titulado Leopoldo Lugones: retrato sin retocar (l968),
Meditaciones sarmientinas (l968), Poesa de Ezequiel Martnez Estrada
(l966), y dos textos arriba mencionados: el libro que le dedica a Nicols
Guilln y Panorama de los Estados Unidos. La Dra. Nidia Burgos, presidenta
de la Fundacin Ezequiel Martnez Estrada y profesora de la Universidad
Nacional del Sur, est trabajando en un volumen que rene la correspondencia
que durante aos mantuvieron Martnez Estrada y Victoria Ocampo, y tambin
sobre las cartas que l y su esposa intercambiaron desde el noviazgo.

En el Prlogo intil a la Antologa, pide que su obra se lea y juzgue como


la produccin de un artista y un pensador, un artista de la lengua que se vale
del mito y la alegora all donde la razn no alcanza, y un pensador, un
estudioso de la biografa cultural de los pueblos y de la obra y vida de seres del
presente y el pasado que, a su juicio, encarnan el ideal.

Ezequiel Martnez Estrada ha sido un hombre difcil un individualista, un


humanista de viejo cuo, un idealista exigente y romntico que, ciertamente,
est muy poco dispuesto a negociar sus posiciones con quienes considera
enemigos de la humanidad. A Martnez Estrada se le podra aplicar la frmula
de Jos Vasconcelos pesimismo de la realidad y optimismo del ideal
porque su mirada crtica hacia la realidad y la historia humana tiene su
fundamento en una perspectiva tica para la cual los valores absolutos y
eternos existen.

* * *

[Estudio, textos de los enlaces y edicin digital de Graciela N. V. Corvaln,


Ph. D. (Webster University, St. Louis, Missouri). Preparacin del hipertexto
en html de Jos Luis Gmez-Martnez]

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