Martinez Estrada
Martinez Estrada
Martinez Estrada
Tengo que contestarle el por qu con algo del cmo y del cundo. A indicacin de
Enrique Espinoza (Samuel Glusberg) a cuya invitacin debo haber escrito la obra,
estaba yo preparando un estudio sobre Sarmiento, del que La vida literaria, que
dirigamos juntos, public el artculo Sarmiento a los ciento veinte aos. Cumplirase
en febrero de 1931 el aniversario de su natalicio. Relea, pues, el Facundo, con asombro
de lo que hallaba en l de viviente y actual, no advertido antes, cuando acaeci la
asonada del 6 de septiembre de 1930. Espinoza y yo anduvimos recorriendo las calles
del centro, presenciando lo que yo vi como inundacin de aguas turbias y agitadas.
Tena recuerdo an fresco de las fiestas del Centenario, y de sbito tuve la impresin de
que me encontraba retrotrado a veinte aos atrs, como si ni yo ni lo que nos rodeaba
hubiesen cambiado. El tiempo era un sueo. Este schock o trauma, me revel una clave
de interpretacin, vlida para la relectura del Facundo y para el texto en relieve y para
el tacto, sistema Braille, que estaba presenciando. Mi impresin fue la de que reciba
una revelacin, como dicen los msticos, y que se me mostraba iluminado un pasado
cubierto de una mortaja pero no muerto ni sepultado. Le dije a Espinoza:
2. Cree usted, a veinticinco aos de la primera edicin del libro, que se mantienen en
nuestro pas las situaciones que usted indic entonces?
Sin duda, como en 1930 la de l910. Pronto ser esto tan palmario, esccheme bien, que
aterrorizar a quienes no vean que asistimos a un proceso histrico normal. Lo mismo
ocurri con el peronismo, que yo califiqu, en ms de trescientas pginas, como
fenmeno social genuinamente argentino, lo cual provoc un escndalo insolente que
todava me aturde. nicamente los profesores de historia, los pilotos de la nave del
Estado que se bambolea al garete y los beneficiarios del naufragio no ven lo que ya ve
el pobre pueblo acaudillado y cegado. Pero debo especificar que mi libro no se refiere a
situaciones, o sea, a circunstancias variables. He tratado de configurar un diagrama con
los invariantes histricos que cre hallar en el Facundo y adems en las Bases, Ojeada
retrospectiva y en los escritos doctrinarios de Moreno y Monteagudo. Las situaciones
cambiantes no alteran la estructura esencial que creo haber fijado en el diagrama,
susceptible, es claro, de progresivas rectificaciones. De ese diagrama puede deducirse
una funcin, entre mximas y mnimas, como del de una mquina su trabajo natural,
tomadas en cuenta tambin, las perturbaciones mecnicas de un orden previsible. Por
ese mtodo el pronstico es simple consecuencia de conocer el mecanismo, y la palabra
profeca es absolutamente impropia e injuriosa.
3. Aparte de Sarmiento, y particularmente el Facundo, qu otras obras han influido en
su libro?
SEGUNDA PARTE: Soledad. El poblador est solo en un mundo solitario. La madre de sus
hijos es de otra sangre. El ocano reduce a isla el continente. Tiene que hacer algo para
vivir, pero no piensa como Robinsn sino como un gran seor en la pobreza. Lo que va
construyendo no es un pas, no es un hogar donde vivir y morir, como hicieron los
ingleses en Norteamrica. Sigue aorando la patria perdida, que es la metrpoli que
ensea a los hijos como la Jerusaln de su destierro. La fundacin de sus manos es una
factora.
TERCERA PARTE: Las Fuerzas Primitivas. Las fuerzas terrestres elementales comienzan a
trabajar con el agua, la tierra y el viento para derruir sus construcciones precarias de
adobe y cuero, que ha levantado como aduares. La tierra trabaja con ms dignidad que
el hombre y corrige sus yerros.
QUINTA PARTE: Miedo. Un trauma inhibitorio de nuestra vida nacional. Toda la tesis es
de Sarmiento, que yo desarrollo. Los tpicos son: La Lucha, La Defensa y La Fuga. El
miedo y sus reacciones irracionales. Esta parte de la obra tiene hoy absoluta e inconcusa
actualidad.
SEXTA PARTE: Las Seudoestructuras. Lo que hemos construido sin cimientos en la tierra,
para sostener un edificio que es un laberinto de equvocos. La bsqueda de base firme,
en cuya angustiosa tarea estamos.
Basta leer los tres prrafos finales de Radiografa de la Pampa, este libro amargo y
saludable, escrito con lgrimas y pagado con el sacrificio ritual de mi vida. Se los
recordar, con lo cual completo la respuesta segunda de sus preguntas: Los baluartes
de la civilizacin haban sido invadidos por espectros que se crean aniquilados, y todo
un mundo, sometido a los hbitos y normas de la civilizacin, eran los nuevos aspectos
de lo cierto y de lo irremediable. Conforme esa obra y esa vida inmensas van cayendo
en el olvido, vuelve a nosotros la realidad profunda. Tenemos que aceptarla con valor,
para que deje de perturbarnos, traerla a la conciencia, para que se esfume y podamos
vivir unidos en la salud.
(1958)
[Leer y escribir. Mxico: Joaqun Mortiz, 1969, pgs. 131-136. Edicin digital de
Graciela N. V. Corvaln. Forma parte del estudio introductorio en forma de
hipertexto]
EL HOMBRE Y SU OBRA
Contribucin a la bio-bibliografa de
Ezequiel Martnez Estrada
Graciela N. V. Corvaln, Ph. D.
Webster University, St. Louis, Missouri, Julio - 2001
Fuera de algunos ensayos breves que publica entre l917 y 1919 en las revistas
Nosotros y Atenea, Martnez Estrada inicia su carrera literaria como poeta.
Entre l918 y 1929 publica seis volmenes de poesa, en los que es evidente la
influencia de Edgar Allan Poe, de Rubn Daro y, particularmente, de
Leopoldo Lugones.
Estos aos, entre l933 y l959, son de intensa actividad literaria y acadmica, de
viajes y conferencias, y numerosos escritos polmicos. En l933 Martnez
Estrada recibe el Premio Nacional de Literatura por su obra potica, en l937; el
Premio Nacional de Letras por Radiografa de la pampa; el Gran Premio de
Honor de la S. A. D. E. (Sociedad Argentina de Escritores) en l948, y en l949
esta sociedad lo propone como candidato al Premio Nobel por su contribucin
a las letras. De l933 a l934, y de l942 a l946 preside la S. A. D. E., y en l957 es
presidente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Entre los viajes
que realiza durante estos aos, cabe mencionar el que hace a los Estados
Unidos invitado por el Departamento de Estado entre julio y septiembre de
l942. Su diario de viaje no se publicar hasta mucho ms tarde, cuando con el
ttulo de Panorama de los Estados Unidos se edite en Buenos Aires en l985.
Este libro y su ensayo Juicio sinttico sobre los Estados Unidos (en Libertad
creadora, l943) han de ser algunos de los pocos textos en que bajo la influencia
del reciente viaje se exprese positivamente y an con admiracin de este pas.
Estos son tambin los aos que dedica a sus trabajos biogrfico-literarios el
Sarmiento arriba mencionado, Nietzsche (l947), El mundo maravilloso de
Guillermo Enrique Hudson (l951), El hermano Quiroga (l957), y Heraldos
de la verdad (l948), texto que contiene estudios sobre Montaigne, Nietzsche y
Balzac, los que en gran medida son esa autobiografa que Martnez Estrada
nunca escribi. Con Sarmiento comparte las categoras de civilizacin y
barbarie, aunque subvierta su valor y muestre el fracaso del proyecto
civilizador sarmientino. Guillermo Enrique Hudson le posibilita el regreso al
paraso perdido y su acercamiento a una vida en armona con el contorno
natural. Horacio Quiroga, ese hermano mayor cuya amistad lo lleva a
encontrarse consigo mismo, le abre los ojos a la mediocridad, las
desigualdades, las injusticias y a los efectos deshumanizantes de la civilizacin
tecnolgica. Sarmiento y Mart, a este ltimo dedicar tres volmenes (dos de
los cuales se han publicado pstumamente en Mxico y Cuba), representan al
hombre no slo como intrprete y crtico de la realidad sino como agente del
proceso histrico, papel que Martnez Estrada secretamente aora pero nunca
logra actualizar. Con ambos tambin comparte el oficio de escribir, la fidelidad
a la propia vocacin, la incomprensin por parte de ciertos sectores de la
crtica, y la amarga experiencia del destierro dentro y fuera de su pas.
A crticos como Adolfo Prieto, por ejemplo, les sorprende que Martnez
Estrada no comprenda que su obra de denuncia no reciba el asentimiento
general. Su resolucin de abandonar el pas se debe tanto a causas de orden
externo, tales como razones de tipo econmico y la incomprensin por parte de
la crtica, como a causas de orden interno o psicolgico dudas con respecto
a la efectividad de su labor al sentir que su prdica cae en el vaco. Juan Jos
Sebrelli y Csar Fernndez Moreno le dan importancia al cuento No me
olvides, de La tos y otros entretenimientos (l957). Lo consideran en gran
medida autobiogrfico y un claro ejemplo de su implacable autocrtica, la que
en este caso se refleja en la figura de un escritor, Eduardo Martnez, a quien se
le ha retirado el aprecio y nadie lee ni escucha. Ntese el juego de palabras:
Eduardo Martnez/ Martnez Estrada.
Irse, entonces, es tanto una respuesta vital a sus crticos como un modo de
continuar su trayectoria de lucha en un ambiente que promete ser solidario. Es
as que a mediados de l959 sale con destino a Chile para dictar un ciclo de
conferencias. Pasa luego a Viena para asistir al Congreso de la Paz, lugar
donde conoce a Nicols Guilln, poeta cubano al que ha de dedicar su libro La
poesa afrocubana de Nicols Guilln (l966). En septiembre de ese ao se
traslada a Mxico a invitacin del Fondo de Cultura Econmica, pas en el
permanece por un ao contratado por el Instituto de Ciencias Polticas de la
Universidad Autnoma de Mxico. Fruto de este ao de trabajo es su largo
ensayo titulado Diferencias y semejanzas entre los pases de Amrica Latina
(l962), libro escrito desde una perspectiva continental en el que, pese a lo
desmesurado y contradictorio de algunas de sus secciones, establece una
vinculacin orgnica entre Latinoamrica y los otros pases subdesarrollados
de Asia y frica. En este libro son evidentes su toma de posicin a favor de
Cuba y sus ataques al imperialismo internacional.
En febrero y marzo de l960 hace una breve visita a Cuba con motivo de recibir
el premio Casa de las Amricas por su ensayo Anlisis funcional de la cultura
(l960), y el 26 de septiembre del mismo ao regresa a Cuba como director del
Centro de Estudios Latinoamericano de Casa de las Amricas, donde
permanece trabajando hasta noviembre de l962.
De Cuba, Martnez Estrada sale por diversos motivos entre los que se
encuentran la necesidad de solucionar asuntos de orden econmico que se han
complicado con su ausencia, y sus problemas de salud. Su contrato con Casa
de las Amricas ha terminado as como su labor de investigacin sobre la
figura de Jos Mart. Por lo dems, parece que en Cuba se lo ha estimulado a
salir de la isla porque se cree que puede ser ms til a la revolucin desde
fuera que desde dentro. Hay que recordar que a principios de l962 Cuba es
expulsada de la O. E. A., y que la salida de Martnez Estrada coincide con la
crisis de octubre y el bloqueo a la isla.
* * *