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Las Capillas Abiertas

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LAS CAPILLAS ABIERTAS

LA CAPILLA ABIERTA; CONCEPTO Y PROGRAMA


ARQUITECTONICO
Es en principio un simple presbiterio, es decir, el espacio necesario para que el
sacerdote oficie el sacrificio de la misa frente a un altar. Con el tiempo, estas
capillas abiertas fueron integrando, a sus lados, a otras dependencias: coro,
sacrista, bautisterio, e inclusive, en algunos casos, una celda para el fraile
guardin.

EVOLUCION Y DESARROLLO
Se ha dicho que, posiblemente una de las razones fundamentales del origen de la
capilla abierta en nueva Espaa, haya sido el hecho de la tradicin prehispnica
de los espacios abiertos. Si los prehispnicos estaban acostumbrados a
presenciar los ritos y ceremonias al aire libre, era importante mantener, al menos
al principio, el mismo tipo de espacio abierto para la celebracin del culto catlico.
Sabemos tambin que, ya muy entrado el siglo, fue costumbre utilizar la capilla
abierta en las festividades cristianas importantes debido a la gran cantidad de
gente que se congregaba, adems de que al efectuarse los oficios en el atrio, la
amplitud del espacio permita que las celebraciones fueran mucho mas lucidas y
espectaculares. Es importante advertir por ltimo, que muchas capillas abiertas
fueron transformadas, posteriormente, en templos cubiertos.

TIPOLOGIA DE LAS CAPILLAS ABIERTAS


Las hay exentas o integradas a alguno de los espacios arquitectnicos, convento o
templo. Cuando se integran al edificio del convento, suelen estar en el portal de
peregrinos o formando parte del clausiro alto, sobre el portal de peregrinos y
mirando al atrio a manera de balcn. Por eso a este tipo de capilla se le llama
capilla balcn. Toda capilla abierta funciona como un presbiterio que se abre al
atrio por medio de un simple arco o de varios que por sus proporciones permiten
una visibilidad absoluta desde el atrio; se encuentran siempre ms elevadas que el
atrio, es decir que para llegar al presbiterio hay que superar una serie de
escalones.
ORDENES RELIGIOSAS

Con el fin de evangelizar arribaron a la Nueva Espaa, las


rdenes religiosas de:

Franciscanos:
Los franciscanos se encargaban de fundar conventos a los cuales acudan los
indgenas, pero no todos.

Dominicanos:
Los dominicos fueron la otra orden importante que se estableci en el virreinato,
con poco tiempo de diferencia de los franciscanos. Llegaron hacia 1526 y
establecieron sus misiones en Oaxaca y Chiapas.

Agustinos:
Los agustinos fueron la tercera orden en importancia, llegada en 1534 y extendida
por la Mixteca y el Estado de Guerrero, pero ms tarde lograron su expansin por
la Huasteca de San Luis Potos y Veracruz, unos aos despus a Michoacn.

Jesuitas:
Los jesuitas (llamados tambin "La Compaa de Jess") fueron la orden religiosa
ms importante en la Nueva Espaa, ellos ejercan ministerios encaminados a la
enseanza informal, misma que se consolidaba a travs de la prdica, los
sermones, la confesin, los ejercicios espirituales, las visitas a crceles y
hospitales.

https://www.flickr.com/photos/loscolonosparga/6242341402

Juan de Zumrraga
(Durango, Vizcaya, 1476 - Mxico, 1548) Religioso franciscano espaol, primer
obispo de Mxico (1528). Ingres en la provincia franciscana de la Concepcin a
travs del convento del Abrojo, situado cerca de Valladolid, del que fue Guardin.
All le conoci el Emperador cuando se aloj en dicho Convento para asistir a las
Cortes de Valladolid del ao 1527.

Fruto de este encuentro fue un rpido ascenso del franciscano, elegido poco
despus Visitador de Navarra para actuar en un proceso sobre brujera (en
compaa de Fr. Andrs de Olmos, con el que pasara a Amrica) y su
presentacin para el obispado de la capital mexicana, que acababa de erigirse.
Juan de Zumrraga

Todo fue vertiginoso. Zumrraga fue elegido Obispo y Protector de Indios el 12 de


diciembre del mismo ao 1527 y parti para su destino sin consagrarse en enero
de 1528, junto con los miembros de la primera Audiencia de Mxico (presidida por
Nuo de Guzmn y los oidores Parada, Maldonado, Matienzo y Delgadillo) a los
que se confiaba establecer el orden jurdico contra el impuesto por los
conquistadores.

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zumarraga.htm

APARICIONES DEL TEPEYAC


Diez aos despus de la conquista de Mxico, el da 9 de diciembre de 1531, Juan
Diego iba rumbo al Convento de tlatelolco para or misa. Al amanecer lleg al pie
del tepeyac. De repente oy msica que pareca el gorjeo de miles de pjaros.
Muy sorprendido se par, alz su vista a la cima del cerro y vio que estaba
iluminado con una luz extraa. Ces la msica y en seguida oy una dulce voz
procedente de lo alto de la colina, llamndole: "Juanito; querido Juan Dieguito".
Juan subi presurosamente y al llegar a la cumbre vio a la Santsima Virgen Mara
en medio de un arco iris, ataviada con esplendor celestial. Su hermosura y mirada
bondadosa llenaron su corazn de gozo infinito mientras escuch las palabras
tiernas que ella le dirigi a l. Ella habl en azteca. Le dijo que ella era la
Inmaculada Virgen Mara, Madre del Verdadero Dios. Le revel cmo era su
deseo ms vehemente tener un templo all en el llano donde, como madre
piadosa, mostrara todo su amor y misericordia a l y a los suyos y a cuantos
solicitaren su amparo. "Y para realizar lo que mi clemencia pretende, irs a la casa
del Obispo de Mxico y le dirs que yo te envo a manifestarle lo que mucho
deseo; que aqu en el llano me edifique un templo. Le contars cuanto has visto y
admirado, y lo que has odo. Ten por seguro que le agradecer bien y lo pagar,
porque te har feliz y merecers que yo te recompense el trabajo y fatiga con que
vas a procurar lo que te encomiendo. Ya has odo mi mandato, hijo mo, el ms
pequeo: anda y pon todo tu esfuerzo".

Juan se inclin ante ella y le dijo: "Seora ma: ya voy a cumplir tu mandato; me
despido de ti, yo, tu humilde siervo".

Cuando Juan lleg a la casa del Obispo Zumrraga y fue llevado a su presencia,
le dijo todo lo que la Madre de Dios le haba dicho. Pero el Obispo pareca dudar
de sus palabras, pidindole volver otro da para escucharle ms despacio.

Ese mismo da regres a la cumbre de la colina y encontr a la Santsima Virgen


que le estaba esperando. Con lgrimas de tristeza le cont cmo haba fracasado
su empresa. Ella le pidi volver a ver al Sr. Obispo el da siguiente. Juan Diego
cumpli con el mandato de la Santsima Virgen. Esta vez tuvo mejor xito; el Sr.
Obispo pidi una seal.

Juan regres a la colina, dio el recado a Mara Santsima y ella prometi darle una
seal al siguiente da en la maana. Pero Juan Diego no poda cumplir este
encargo porque un to suyo, llamado Juan Bernardino haba enfermado
gravemente.

Dos das ms tarde, el da doce de diciembre, Juan Bernardino estaba moribundo


y Juan Diego se apresur a traerle un sacerdote de Tlaltelolco. Lleg a la ladera
del cerro y opt ir por el lado oriente para evitar que la Virgen Santsima le viera
pasar. Primero quera atender a su to. Con grande sorpresa la vio bajar y salir a
su encuentro. Juan le dio su disculpa por no haber venido el da anterior. Despus
de or las palabras de Juan Diego, ella le respondi: "Oye y ten entendido, hijo mo
el ms pequeo, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazn, no
temas, esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. Acaso no estoy aqu yo, que
soy tu madre? No ests bajo mi sombra? No soy tu salud? Qu ms te falta?
No te aflija la enfermedad de tu to, que no morir ahora de ella; est seguro de
que ya san".

Cuando Juan Diego oy estas palabras se sinti contento. Le rog que le


despachara a ver al Seor Obispo para llevarle alguna seal y prueba a fin de que
le creyera. Ella le dijo:

"Sube, hijo mo el ms pequeo, a la cumbre donde me viste y te di rdenes,


hallars que hay diferentes flores; crtalas, recgelas y en seguida baja y trelas a
mi presencia".

Juan Diego subi y cuando lleg a la cumbre, se asombr mucho de que hubieran
brotado tan hermosas flores. En sus corolas fragantes, el roco de la noche
semejaba perlas preciosas. Presto empez a crtalas, las ech en su regazo y las
llev ante la Virgen. Ella tom las flores en sus manos, las arregl en la tilma y
dijo: "Hijo mo el ms pequeo, aqu tienes la seal que debes llevar al Seor
Obispo. Le dirs en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que l tiene que
cumplirla. T eres mi embajador muy digno de confianza. Rigurosamente te
ordeno que slo delante del Obispo despliegues tu tilma y descubras lo que
llevas".

Cuando Juan Diego estuvo ante el Obispo Fray Juan de Zumrraga, y le cont los
detalles de la cuarta aparicin de la Santsima Virgen, abri su tilma para
mostrarle las flores, las cuales cayeron al suelo. En este instante, ante la inmensa
sorpresa del Seor Obispo y sus compaeros, apareci la imagen de la Santsima
Virgen Mara maravillosamente pintada con los ms hermosos colores sobre la
burda tela de su manto.

http://www.devocionario.com/maria/guadalupe_3.html

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