La Noche de La Viuda Burlona - Carter Dickson
La Noche de La Viuda Burlona - Carter Dickson
La Noche de La Viuda Burlona - Carter Dickson
La noche de la
viuda burlona
Henry Merrivale # 20
ePub r1.0
Akhenaton 09.07.14
Ttulo original: Night at The the Mocking
Widow
Carter Dickson, 1950
Traduccin: Clara de la Rosa
Selecciones del Sptimo Crculo n 48
Coleccin creada por Jorge Luis Borges y
Adolfo Bioy Casares
Dirigida por Carlos V. Fras
entonces no le descubrir
todava. Pero nuestro cmico mundo
ofrece pocos espectculos ms risibles
que un clrigo convertido en un
Casanova, aunque la costumbre es
antigua y, en su caso, seor, la
costumbre es perfecta.
Su afectsima amiga.
La Viuda.
Mi querida Joan:
Considero que deberamos
conocemos mejor. Por lo tanto, me
propongo visitarte en tu dormitorio el
domingo, poco antes de medianoche.
No importa, por supuesto, que ests
custodiada.
T aspirante a afectsima amiga,
La Viuda.
10
S irsusurr
Henry Merrivale?
una voz de mujer en la
penumbra de la puerta de entrada.
Soy yo.
Cuando indic una puerta a la
izquierda, la mujer pareci encorvarse
como una siniestra bruja marchita.
Entre all, por favor.
La casa de Stella Lacey, cuya
situacin en el lado sur del parque
corresponda a la del coronel Bailey al
norte, no era absolutamente victoriana.
Unos cien aos atrs se llamaba la Casa
de la Viuda porque, al casarse, un joven
squire desaloj a su madre de la
residencia y ella tuvo que ir a vivir all.
El exterior era muy pintoresco, de
piedra con vigas negras, mas por dentro
no lo era tanto. Un ama de llaves, con
aspecto de bruja, hizo pasar al exterior a
Henry Merrivale y le indic la sala de la
izquierda.
Esta sala, en la que esperaban Stella
Lacey y el doctor Johann Schiller
Schmidt, era una habitacin larga, de
techo bajo, con paredes pintadas de
verde plido. De ellas colgaban tres
cuadros: dos manchas coloreadas cuyos
temas slo deba conocerlos el autor, y
el tercero recordaba vagamente a una
mujer, con un ojo colorado, acurrucada
misteriosamente en el aire.
En la pared frente a la puerta se
hallaba situada la escalera. Contra la
otra, una estantera de libros que se
asemejaba a una escalera de peldaos
desiguales. Sobre un gran piano se haba
extendido una tela plateada sujeta por
una estatua pequea y muy pesada: un
cilindro con una oreja a un lado y un ala
al otro.
Pero, si en aquel dormitorio
Victoriano exista hbito sobrenatural,
en cambio la atmsfera de esta sala
estaba cargada de temor, dolor y de
miseria humana. Los ojuelos de Henry
Merrivale miraron a su alrededor.
Vine aqu tan pronto como pude,
mistress Lacey su voz gruesa baj de
tono. Qu ocurre?
El doctor Schmidt, con los brazos
cruzados y aire severo, se hallaba de
pie, de espaldas a la chimenea apagada
sobre la que colgaba el desnudo
indefinido con el ojo colorado. Mistress
Lacey, con la cabeza baja y el pelo rubio
ceniza cado hacia delante, estaba
sentada en un divn de forma extraa;
tena sus delgadas manos entrelazadas y
la vista fija en el suelo.
Sir Henry empez tragando
saliva, yo
Un momento, por favor dijo
el doctor Schmidt.
Aunque era evidente que la situacin
no era del agrado del doctor Schmidt,
ste recordaba que siempre deba
reflejar alegra y buena voluntad. Su
regocijo pareca terrible en medio del
temor que reinaba en la habitacin. Al
vibrar su cuerpo rechoncho, brillaban
los gruesos aros de sus gafas, cuyos
cristales le agrandaban los ojos.
Tenga en cuenta que no he pedido
una consulta dijo. Sin embargo, uno
siempre se siente feliz con sus colegas,
no?
Por favor, doctor Schmidt!
Permtame explicarlo a mi manera
observ Stella con rigidez.
El mdico, impasible, hizo un
ademn de asentimiento.
Stella levant la vista, sus ojos
grises estaban hmedos y enrojecidos
por las lgrimas y su bonita cara
demacrada. Henry Merrivale retrocedi
hasta una mesa en la que vio otra
estatuita fantasmagrica y una bandeja.
Sir Henry le pregunt Stella,
juntando y separando las manos, no
s si conoce a mi hija Pamela?
La vi en la calle, mistress. Lacey.
Y la he vuelto a ver un par de veces. Es
una nia muy bonita. Me gusta.
Gracias dijo Stella. Anoche
le pregunt a usted, no, fue al
coronel es lo mismo! Pregunt si
usted haba visto su librito de poesas.
Lo ha escrito repetidas veces hasta
perfeccionarlo y ella misma lo ha
encuadernado con papel especial.
Espere!
Stella se levant y se dirigi al
estante de libros. Pestaeando
continuamente para retener las lgrimas,
slo consigui llorar an ms. Del final
de una pila de libros, tom un ejemplar
encuadernado y forrado de papel gris,
con el nombre Pamela Lacey escrito en
la tapa en las letras grandes.
Aqu, sir Henry. Por favor, lea la
tercera poesa yo yo dira la serie
de versos de este opsculo. El doctor
Schmidt la ha marcado.
Ach, as es! dijo rebosante de
alegra el mdico y se cruz de brazos.
Debera explicar previamente que
existe una cancin francesa que
entusiasm a Pamela dijo Stella casi
histrica. Si se traduce la primera
parte significa: Llueve, llueve, pastora,
junta tus ovejas. Se refiere a Mara
Antonieta y a su corte cuando jugaban,
en Versalles, a que eran pastoras y
campesinas.
Creo comprender, seora. Bien.
Henry Merrivale tom el libro
encuadernado y lo abri por la tercera
pgina. Estaba escrita con letra clara y
grande pero algo infantil y poco
formada. Se titulaba Chansonnette, y
deca: