Bleger La Identidad Del Adolescente
Bleger La Identidad Del Adolescente
Bleger La Identidad Del Adolescente
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N 17 Invierno 2013
Jos Bleger
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organizaciones ms primitivas, de tal manera que el problema de la individuacin, de
la personificacin y de la identidad no consiste en cmo conectarse o relacionarse
con otras personas y con el medio sino en cmo desconectarse a partir de esa
fusin primitiva y organizar otro tipo de conexin o de relacin. Esa fusin o
estructura sincicial, caracterizada por la no discriminacin, persiste en parte durante
todo el curso de la vida y de su permanencia o no variacin depende la identidad,
as como ciertas alteraciones de esta ltima derivan de cambios o alteraciones en la
estructura sincicial.
Son los mecanismos esquizoides o disociativos los que a partir de la
estructura sincicial permiten la discriminacin y el establecimiento de las
identificaciones proyectivas e introyectivas y luego, de las proyecciones-
introyecciones a travs de las cuales se estructura gradualmente la parte ms
organizada, integrada e interiorizada de la personalidad as como, al mismo tiempo,
ellos son sus resultados. Aqu se sostiene que existe una etapa y posicin (en el
sentido kleiniano) pre-esquizoparanoide y que he denominado posicin Glischro-
crica, que no termina nunca de pasar en su totalidad a la discriminacin de la
posicin esquizoparanoide y que se mantiene durante toda la vida en las
condiciones de fusin o no discriminacin que la caracterizan, aunque con
alternativas variadas o diversas.
Slo parte de la estructura sincicial primitiva resulta sometida al proceso de
discriminacin por los mecanismos esquizoides; otra buena parte de la personalidad
no pasa jams a la discriminacin y se mantiene en aquellas condiciones de
sincretismo o de fusin primitiva que caracteriza la personalidad ms precoz; las
formas que tiene o adquiere en su persistencia resultan as de una relevancia de
primer orden para el problema de la identidad, porque sobre su permanencia y
estabilidad se construyen los niveles ms evolucionados y discriminados de la
personalidad. La crisis de la adolescencia es justamente una crisis en esa estructura
sincicial y por ello la crisis de la identidad en el adolescente alanza a ser tan
profunda y radical. Se podra decir que es una crisis de los basamentos sobre los
que se ha estructurado y sigue estructurada toda la personalidad.
Parte de esa estructura sincicial llega, en ciertos perodos de la vida, a
sufrir un encapsulamiento y aglutinacin y pasa entonces a funcionar como un
ncleo. La dinmica y la patologa de este ncleo aglutinado frente al yo es lo que he
denominado posicin Glischrocrica y constituye un captulo de la psicologa y de la
psicopatologa que no ser presentado aqu.
La identidad se halla entonces estructurada por tres niveles fundamentales
que interactan entre s: uno es el de las estructuras ms evolucionadas de la
personalidad que interviene en la sociabilidad caracterizada por la relacin
interpersonal y basada fundamentalmente sobre los mecanismos de proyeccin e
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introyeccin; otro nivel est dado por los mecanismos de identificacin proyectiva-
introyectiva; en tercer lugar se halla el nivel formado por la persistencia de la fusin o
la estructura sincicial primitiva que caracteriza la sociabilidad sincrtica.
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(conflictos), que coexisten con la ambigedad o se superponen a ella. De esta
manera, la identidad del adolescente se caracteriza paradjicamente por lo que
podra designarse como una poli-identidad o una identidad mltiple.
En esta situacin que llega a ser fcilmente catica, la identidad sexual
como parte de la problemtica- puede surgir como la figura de una Gestalt y
constituir el centro manifiesto y ms o menos explcito de la problemtica de la
identidad. En este sentido, la sexualidad acta como un organizador del complejo
panorama de la identidad del adolescente y por ese rol organizador o de figura de
la sexualidad, el problema global de la identidad queda reducido a un fondo de la
Gestalt. Ya conocemos cmo, con frecuencia, se subvierten a mi entender- las
relaciones entre fondo y figura, convirtindolas en una relacin causal en la que la
sexualidad se constituye en centro generador de toda la problemtica del
adolescente.
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identidad del adolescente y es en mucha menor proporcin una identidad
individualizada e interiorizada.
En el nivel de la sociabilidad sincrtica el adolescente es su madre o su
familia. Y quiero subrayar que lo es por una estructura dada y no como resultado de
proyecciones. Esta pertenencia slo es pertenencia en el mismo sentido en que yo
soy mi cuerpo y sin embargo digo que mi cuerpo me pertenece. La simbiosis y la
lucha del adolescente con su familia es tan intrapsquica como externa o, mejor
dicho, es psicolgica, sin ser todava ni intra ni extrapsquica. En este sentido, su yo
no est an ni dentro ni fuera, ya que estas ltimas categoras no se han formado
todava para l.
Esta identidad de pertenencia es la prolongacin (ahora conflictuada) de la
simbiosis endogrupal del latente, pero puede ocurrir que esta simbiosis no se haya
configurado o establecido nunca, en cuyo caso la situacin es an ms grave porque
las adquisiciones propias o ms tpicas del perodo de latencia no se han logrado.
Esto ltimo puede fcilmente ocurrir por ejemplo- en casos con frecuentes
migraciones durante la niez y en los casos de abandono y/o de privacin sobre lo
cual existe ya abundante bibliografa, situaciones que no permiten la depositacin e
inmovilizacin adecuada de la estructura sincicial y por lo tanto no se forman las
necesarias relaciones simbiticas diversificadas. Estas situaciones prolongan en la
adolescencia las condiciones de una latencia atpica por falta de depositarios y
estructuran los comportamientos psicopticos, perversos, manacos, etc. (normales
en el curso del desarrollo).
Otro fenmeno u otra direccin es aquella en que la latencia se contina y
no hay crisis de la adolescencia, en cuyo caso la identidad del latente se prolonga
con su clivaje tpico entre dos niveles muy diferenciados y diferentes entre s, con las
fuertes limitaciones del yo, tpicos de la latencia.
Lo tpico de la identidad del adolescente es entonces la coexistencia y
pasaje de la estructura sincrtica a travs de la identidad funcional a una identidad
interiorizada; esto ltimo significa que la identidad no est dada por un ente sino por
las funciones que se cumplen, tal como lo ha sealado Leenhardt en sus estudios
antropolgicos con el siguiente esquema:
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Como se ve, no hay un crculo cerrado en el medio sino relaciones o
funciones que se cumplen con b, con c, con d, etc. Aunque cada funcin o relacin
se halla recortada su estructura interna sigue siendo sincrtica. Toda nuestra
cultura es cosista, alienada. Esta identidad funcional se distribuye en ejes de
pertenencia, dependencia, propiedad e identidad de oposicin que en el adolescente
no resultan totalmente delimitados entre s.
La identidad de oposicin es muy tpica del adolescente y est formada por
una polarizacin extrema en la estructura sincicial; se caracteriza por el hecho de
que el sujeto tiende a diferenciarse y adquirir una identidad de otro nivel en la
medida en que niega la identidad sincrtica, negando y oponindose a los dems.
La polarizacin extrema es el fermento que paulatinamente logra o permite el pasaje
desde la identidad sincrtica a la identidad interiorizada, o sea, el pasaje desde la
posicin Glischro-crica a la posicin esquizoparanoide, en la proporcin o monto en
que ello ocurre en cada sujeto. El mecanismo que opera en este pasaje es el de la
discriminacin. El conflicto edpico cumple, a mi entender, una funcin bsicamente
discriminadora y por ello lo cito aqu.
En nuestra cultura, la crisis de la adolescencia tiende al establecimiento de
una identidad interiorizada mediante la discriminacin entre sujeto y objeto, entre lo
interno y lo externo, a partir de una estructura de no diferenciacin o no
discriminacin. En este curso de su identidad el adolescente recupera o estructura
en forma de propio e interiorizado, parte de lo no discriminado de los otros, pero otra
parte perdura como tal durante toda la vida.
Aqu se ha tratado la identidad con un sentido didctico de la exposicin,
como aislada e independiente, pero debemos tener en cuenta que forma parte de
una sola totalidad de la cual ella es un captulo, a la par de otros como los de
esquema corporal, orientacin espacio-temporal, personalidad, relacin de objeto,
yo, etctera.
Queda pendiente el replanteo de la relacin sujeto-sociedad-cultura puesto
que ya no cabe hablar de una relacin yo-cultura como dos entidades autnomas e
independientes que van interactuando sino que, desde el punto de vista psicolgico,
lo que no est incluido en el yo es el no yo o yo sincrtico y que es tan psicolgico
como aquello que designamos como yo. En este orden de cosas creo muy necesario
revisar el problema en funcin del concepto de sociabilidad incontinente de Wallon.