Xavier Melloni, El Diálogo Interreligioso
Xavier Melloni, El Diálogo Interreligioso
Xavier Melloni, El Diálogo Interreligioso
No podemos separar el encuentro entre las religiones del contexto mundial en que
ste se da. La Aldea global no es un tpico, sino el nombre de algo emergente,
indito en la historia de la humanidad.
En los aos 50, el filsofo Karl Jaspers haca referencia al salto cualitativo que se
haba dado entre los siglos VIII-V a.C en la conciencia de la humanidad, constatando
la aparicin simultanea de grandes maestros de espiritualidad por todo el mundo, sin
que hubiera existido ningn contacto entre ellos: Confucio y Lao Tse en China;
Buda, Mahavira y los Upanishads en la India; Zoroastro en Persia; los grandes
profetas del Antiguo Testamento (Isaas, Jeremas, Ezequiel) en Israel; y los grandes
filsofos (Scrates, Platn, Aristteles) y dramaturgos (Sfocles, Eurpides...) en
Grecia. A esta confluencia humano-espiritual la llam el primer tiempo axial de la
humanidad. Pero todava dijo ms: vislumbraba una segunda etapa axial, una
maduracin espiritual de carcter colectivo propiciada por el desarrollo econmico y
tecnolgico, algo que hoy comienza a ser una realidad.
Se trata de una intuicin no lejana de la neumatosfera de Teilhard de Chardin: la
emergencia del espritu, despus de la aparicin de la conciencia en la tierra
(nooesfera).
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c) Etapa pluralista: Se trata del tiempo en el que nos encontramos, basado en la
interrelacionalidad (pluriculturalidad y plurirreligiosidad), lo que comporta una nueva
manera de relacionarse con el otro.
Si esto se puede decir de todo tipo de relacin con los otros, tanto ms se puede
aplicar tambin al dilogo interreligioso: podemos percibir la presencia de las otras
creencias como un estorbo o un absurdo, desplegando entonces mecanismos de
descalificacin, absorcin o exterminio, o bien podemos abrirnos a una realidad de
Dios, a la que no podramos acceder desde nuestra perspectiva. Entonces podemos
llegar a percibir las otras Tradiciones como una alteridad que nos complementa y
nos posibilita para descubrir nuevas facetas del misterio inabarcable de Dios. Slo
desde esta disposicin podremos llegar a comprenderlas, o al menos, a descubrir
desde qu profundidad nos hablan; profundidad a la que no tenemos acceso desde
fuera, si no es en la medida en que somos recibidos. Este esfuerzo hay que hacerlo
todos, en la confianza de que tambin lo har el otro.
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Dentro de la Iglesia existen tres posturas ante el dilogo interreligioso, que reflejan
tres actitudes ante la alteridad.
b) A partir del Concilio Vaticano II se inici una nueva actitud: el Inclusivismo. Para
salvarse no es necesario conocer explcitamente a Cristo, sino que toda persona
de buena voluntad que vive segn los valores del Evangelio participa de la salvacin
de Cristo aunque no lo sepa. Se trata de aquello que Karl Rahner llam los
cristianos annimos. Esta actitud es ms noble, porque no es absorcionista, sino
que nace del hecho de aplicar a los otros las propias categoras, ya que son las que
tenemos. Pero entonces hemos de estar dispuestos a que los otros lo hagan
tambin con nosotros. Hace cuatro aos, despus de tres semanas de huelga de
hambre encerrados en la iglesia del Pino de Barcelona, los lderes musulmanes que
la promovieron se despidieron con gran agradecimiento y emocin de Mn. Vidal
Auns, entonces rector de Santa Mara del Pi, dicindole: usted si que ha sido un
buen musulmn. Es el mejor elogio que le podan decir.
Religare significa crear lazos, establecer vnculos. Crear vnculos entre qu?
Pues, en primer lugar, con Dios o con lo que llamamos Realidad ltima y
Trascendente: en segundo lugar, con los seres humanos, y en tercer lugar, con el
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mundo y la naturaleza. A cada uno de estos mbitos le corresponde una
caracterstica: las creencias estn en relacin con Dios; los cdigos de
comportamiento se relacionan con el grupo humano, y los ritos nos ponen en
relacin con el mundo y la naturaleza, en tanto que nos sitan en las coordenadas
de tiempo y espacio. Cada religin ofrece una constelacin de creencias, criterios de
conducta y rituales para que las personas experimenten que no estn solas o
aisladas, sino que forman parte de un tejido de vnculos y relaciones que les hacen
entrar en comunin con el Todo, librndolas de la soledad, de la confusin o de la
incerteza. Cada religin ofrece el legado de una larga tradicin donde los diversos
elementos tienen coherencia en su conjunto.
El prefijo re- (re-ligio) indica que estos lazos no son estticos sino que estn en
movimiento, en la medida en que son capaces de adaptarse a las situaciones
cambiantes que se dan en cada generacin..
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Dios o de secuestro de lo Sagrado, est presente en todas las religiones. En este
sentido, el dilogo interreligioso favorece una experiencia de quedarse desnudo y de
xodo. Desnudos, podemos dejar que se nos manifiesten nuevas perspectivas de
Dios o de la Realidad ltima, nuevos horizontes que desde nuestro ngulo de
religacin no podramos alcanzar.
Esta distincin entre las mediaciones y el Absoluto permite diferenciar tambin las
dos partes del trmino cristian-ismo; como ismo, el cristianismo es una religin
condicionada histrica, geogrfica y culturalmente, y no puede abstraerse de su
particularidad. Como configuracin humana y cultural, depende de una imagen de
Dios que proviene de la tradicin hebrea; est condicionada por el lenguaje y la
filosofa griega en la formulacin de sus dogmas y est influenciada tambin por el
genio romano en su organizacin y jerarqua. Pero esto solo es el ismo del
Cristianismo, el que hace identificarnos como cristianos, pero eso no nos hace
necesariamente crsticos. Porque lo que origina y da fuerza, especificidad y sentido
a la fe es la identificacin con Cristo, que es el que nos hace crsticos.
Jess, el Cristo, en ningn momento quiso fundar una religin, sino que proclam la
venida del Reino de Dios. Su primera predicacin fue Convertos porque el Reino
de Dios ya esta aqu (Mc 1, 15). Conversin que quiere decir cambiar de
mentalidad. Desde dnde y hacia dnde hay que cambiar de mentalidad? Pues
desde nuestra auto-referencia, desde nuestra mentalidad egocntrica hacia la
alteridad de Dios y de los otros. El Reino de Dios es el Gran Shalom, el
cumplimiento de los anhelos de paz, de justicia, de fraternidad, en el corazn de
cada persona y de las naciones. La predicacin nace de la experiencia en el Jordn,
de que esta plenitud ya est al alcance, de que ya no hay que esperarla ms, de que
ya estamos en el ahora del Reino de Dios (Lc 4, 16-21 y 17,21).
Esto transforma la relacin de las personas con Dios y de las personas entre s. Ya
no hace falta que stas estn reguladas por el templo ni por la ley, sino por la
inmediatez de una Presencia, que se puede encontrar recogindose en la
profundidad y silencio del corazn (Mt 6,6) y por la autenticidad del amor a los otros
(Lc 10,27). De tal manera es as, que Jess relativiza los lugares de adoracin: ni
Jerusaln ni Samara, sino que Llegar un da en que los verdaderos adoradores
del Padre lo adorarn en espritu y en verdad (Jn 4, 23). Esta adoracin verdadera
se concreta en el rostro del hermano: cada vez que lo amamos, adoramos y damos
gloria a Dios, aunque no lo sepamos (Mt 25), porque Dios es amor (1Jn 4,7.16) y
donde hay amor, est Dios.
En este sentido, Jess desborda el marco del mismo Cristianismo y de toda religin.
Cuando Jess muere fuera del permetro de Jerusaln se rasga el velo del templo.
Esto significa que ninguna religin puede delimitar el espacio sagrado donde Dios se
manifiesta, sino que Dios sobrepasa todos los lugares que le asignamos. De igual
manera, Jess naci en la periferia de Beln, ms all de la ciudad donde se
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esperaba el nacimiento del Mesas. La esencia del cristianismo nace del
acontecimiento pascual; de la donacin hasta el extremo irrumpe la vida. Dios es
donacin y el ser humano tambin. Jess es el encuentro de estas dos donaciones
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En el encuentro con el otro hay dos fomas de inmadurez o de inautenticidd. En un
extremo, encontramos lo que se llama el atrincheramieto cognitivo, propio de los
fundamentalismos, y en el otro, la negacin cognitiva, donde se da la claudicacin
de la propia identidad.
Hemos de creer que todas las religiones son camino para llegar a la experiencia de
Dios, para humanizarse y para establecer lazos con el cosmos. Si el encuentro o el
estudio no se hacen desde este presupuesto, quedamos al margen de la otra
tradicin y nunca la podremos entender.
a) En primer lugar, caer en la cuenta del hecho universal del fenmeno religioso:
somos seres re-ligados. Por eso es importante ayudar a los jvenes a tomar
conciencia de ciertos elementos y comportamientos relacionados con lo religioso,
presentes en nuestra cultura secularizada: las salidas del viernes o sbados por la
tarde con sus rituales y cdigos de grupo; los psters que tenemos en la habitacin;
la mitificacin y los rituales en torno al deporte, la msica, el cine, etc, donde el yo
individual es trascendido por la fuerza del grupo, de la accin o del espectculo. La
cuestin a discernir es si es slo una descarga emocional o si permite construir algo
a partir de aqu.
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a) En la medida en que las religiones conducen a un triple des-centramiento (hacia
Dios o el Trascendente, hacia los otros y hacia la naturaleza), dar pautas para
abrirse a esta triple realidad, mostrando cmo cada religin tiene sus propios
medios, acentos y recursos para hacerlo.
Bibliografia recomendable