Las Grandes Lineas de La Filosofia Moral
Las Grandes Lineas de La Filosofia Moral
Las Grandes Lineas de La Filosofia Moral
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V) JACQUES LECLERC~
\i BIBLIOTECA HISPNICA DE FILOSOFA
) DIRIGIDA POR NGEL GONZLEZ LVAREZ
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FILOSOFIA MORAL
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TERCERA EDICIN
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O Editorial Gredas. Snchcz Pachcco, 83. Madrid, 1956, para la versin cas,
te llana.
Ttulo original: Les gra11dcs lignes de lo phi10.~0J,/11c IIH)1t1'e, "Pnb!icalions 11ni-
PRIMERA PARTE
vcrsitaircs de Louvain", Louvain, 195,1.
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N." Registro: 2095,56
1 Dep:o;ito Legal: M. 8691-1960
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Gr;ificas Cndor. S. A. - S~nchcz Pachcco, 83. - Madrid-1 285)-66
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CAPTULO PRIMERO
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) EL HECHO MORAL
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) La reflexin moral puede arrancar de puntos de vista muy diversos.
) Vainas a considerar la n1oral como un _hecha."
!_ Ello no excluye que la mqral sea una teora, una nonna y una ver . .
dad. Pero la moral. en cuan~o _regla__y__v_erdad. es _aL.misJQo_tiempP __ un
)
hecho___humano: e. ,m _frc,~o que los hombres admiten una verdad
) . ~ Entre los hechos humanos existe uno que se llama moral. igual
que la fsica es un hecho y la matemtica y la filosofa y la religin; Por
encima de la cuestin de saber si tal o tal moral es verdadera, o de
saber cul es la verdad moral, la verdadera moral. un hecho se im-
pone: los hombres admiten_ una_..regla moral, creen en ...ella. poco_
importa que hayan o no reflexionado sobre ella. El hecho __ moral, es
) decir, el herho de creer en una regla mor).. es un hecho _h,u_mano.
Dondeq ui.era__ q ue __ encoI}J_ramos . ho_rnbre.s, los _enco_n_t_r~_m_9~~n__ p_~~i6n
)
de una moral, esto .es, creyendo en una~tnoral.,
Las investigaciones de L1 etnologa contempornea parecen decisivas
a este respecto. El fenmeno moral se encuentrJ incluso entre los mis
prin1itivos. Se pueden precisar los elementos esenci;i.les tales como
aparecen a primera vista?
)
El fenmeno moral est esencialmente constituido de aprobacin y
) censura. Ciertos actos despiertan un sentimiento de aprObaci~-:--de"esli,
tnJ, incluso de entusiasmo, al paso que otros suscitan la reprobacin, el
desprecio, la indignacin. El sentimiento moral no se aplica por regla
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) JO El hecho moral y la filosofa .oral El hecho moral 11
)
general ms que a los actos humanos, y aun siendo en ciertos aspectos
1,. ; hay que distinguirla de los o_tros hechos que se manifiestan de una
) independiente de b inten,cionalidad del acto, se halla ligado a esa inten, I manera anloga.
cionalid~d en cuanto Qa moralidad . carcter moral del acto depende
de que este se realice por un agente libre que obra voluntariamente con
una intencin, pero al mismo tiempo el valor moral no depende de la
libre voluntad de[ agente. El acto tiene un valor moral en s, indepen, El precepto social es _i11lj)uesto~l medio social: im__mne ciertas
diente de la libre voluntad del agente, bien que al propio tiempo su actit_11~s~guie11__9._1!_e_re__s_er aceptado en_ e.se medio. Se pueden tomar
carcter de moralidad provenga de que el autor sea un agente libr';} como ejemplo las reglas de cortesa: hay que saludar de tal manera,
Todo esto, que es bastante complicado, origina en las morales primiti, emplear tal frmula de saludo, encabezar y terminar una carta de tal
vas bastantes confusiones y suscita an problemas delicados en las manera.
n1ora}e5 reflexivas, construidas racionalmente. El Prec~PtO' .r_eligigso es impuesto por la divinidad: es la regla de
Al sentimiento de estima y censura, caracterstico del fenmeno me .. . nuestras relaciones con ella. Debemos someternos a ese precepto e.n-t'.
ral, corresponde el sentimiento de una constriccin interior que impulsa la medida en que deseamos es.tar en buenas relaciones con Dios ar.~
al respeto de la ley moral sin determinar, sin embargo, de la misma los dioses.
maner que las causas flsicas. Esta constriccin interior no determina ' (El precepto moral es de otra naturaleza);
' no corresponde ni a una
necesariamente el acto, pero entraa un sentimien.to de satisfaccin o presin social, ni a una presin divina. Puede armonizarse y concertarse
un sentimiento penoso segn se la obedezca o no. con una constriccin social o religiosa, como ms adelante veremos:
pero, e~ s m.ismo, se d.istingne de ellas{El _precllig moral coo;espoo.cle__
. a las ex!genc1as de la vida buena o recta, que cealiz:L.elple.no--e:lesauollo .,
humano) Mientras que el precepto social alcanza en sus relaciones con
1
. sus semejantes y eI ~recepto religioso en sus relaciones con .Dios,(el
, rece to moral se a ltca~al .hPJn.htUO.rn.a o n mismo. sin tener en
(La Illb~l se manifiest~: pues, por un. in1JJeratiVo que se expresa en ,.
C!Je.nt_a_.9tr:a_.<;.9.S~..sl,l.E; IJO .. S.ea
preceptos; este imperativo va acon1paado de una constriccin interior: Cada uno de estos preceptos se impone a ttulo distinto, pero se
debo hacer esto, debo evitar aquelloj) y experimento una presin inte, traduce en hechos de concienca que se parecen muchas veces al ex . .
rior qu; me inclina a conformar mi accin con el precepto. En otras : tremo de engendrar confusiones.
) palabras/ la moral es esencialmente normativa'l Un hombre comete una falta moral; ha robado o mentido; eUo le
)
Pero rio es la moral la nica que se manifiesta por un imperativo, acarrea un violento pesar, el pensamiento de su falta lC,ersigue, lo
por preceptos, por constriccin interior. El hombre experimenta muchas dara todo por no haberla cometido y querra borrarla mediante un
)
otras constricciones de las que algunas se manifiestan p'or signos que acto reparador. No se atreve ya a aparecer ante aquellos que fueron
guardan sorprendente parecido con la constriccin de la moral. Tales, testigos o vctimas de su falta: le domina la impresin de que todo el
por ejemplo, las constricciones sociales y religiosas. mundo conoce su perfidia y la condena.
[gua! que con los preceptos morales, el hombre se enfrenta tam, Otro comete una falta contra el cdigo de las conveniencias mun . .
bin con preceptos sociales y preceptos religiosos. Estos preceptos so, danas: un joven, al concurrir a una reunin en llna casa que gusta de
ciales y religiosos le aparecen asimismo como verdades y reglas impe, frecuentar, sufre al entrar una equivocacin y estrecha la mano al cria . .
'
rativas: y como la moral, la regla social y religiosa es un hecho al
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do. Al percatarse de su equivocacin, el joven se siente ridculo, enro . .
i mismo tiempo que una verdad. Para comprender lo que es la moral, jece de vergiienza, experimen~a un violento pesar: el tormento de su
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El hecho moral y la filosofa moral El hecho moral
)
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) humillacin no le abandona durante .toda la velada y le persigue incluso cablemente: en algunos, por el contrario, uno de estos imperativos
hasta su casa ; lo dara todo por no haberse equivocado; querra toma la delantera sobre los o.tras y a veces se desarrolla solo.
borrar su pifia con un acto reparador: tiene la impresin de que todo Algunos h~mbres se hallan ~atados de un sentido moral muy afi-
el mundo se burla de l. nado, pero estan desprovIStos d sentido religioso y de sentido social.
Los dos estados de espritu son tan parecidos que es difcil hallar Estos tales se muestran anhelosos de rectitud, de pureza; evitan con
entre ellos diferencias: la misma turbacin, el mismo sentimiento de cuidado lo que podra desacreditarlos a sus propios ojos; la ms pe,
pesar, la misma humillacin, el mismo deseo de reparacin, la misma quea mancha en la integridad de su yo les parece la peor de las
impresin de sentirse condenados por los que los rodean. Sin embargo cadas. El imperativo moral es para stos el imperativo categrico, el
el primero ha pecado contra la moral, el segundo contra las convenien, absoluto: y aceptaran todos los inconvenientes e incluso todos los
cas mundanas solamente; uno y otro tienen clara conciencia del ca .. sufrimientos antes que envilecerse con una falta.
rcter de su falta. El segundo sabe que no hay en su acto ninguna Por el contrario, las convenciones sociales les parecen desdeables.
falta moral; el primero no piensa siquiera en identificar la falta con Se da el caso que tales honlbres no creen en nada ni se sienten acucia,
su repercusin social. dos por ninguna necesidad religiosa. Se les llama hombres naturalmente
Lo mismo pasa con las faltas religiosas, s bien aqu es ms dificil morales y naturalmente virtuosos. Para stos el bien moral es el prime-
poner un ejemplo en nuestra sociedad impregnada de espritu cristiano, -...
,_
ro Y a veces el nico valor; la mancilla moral el nico mal.
porque ~l cristianismo, segn tendremos ocasin de ver, ha acercado Otros, por d contrario, tienen el sentido social desarrollado, pero
la moral a la religin hasta el extremo de que no se concibe la separa- carecen de sentido moral. Su nica regla de vida consiste en seguir los
) cin de una y otr~ sin una deformacin del sentido religioso. No nss, usos del medio; su argumento supremo es: "todo el mundo lo hace",
tiremos, pues, en la distincin entre lo moral y lo religioso. o "nadie lo hace". No les pasa por la mente oponer las exigencias de
)
Esta distincin 'se manifiesta en cambi con bastante nitidez en su conciencia al uso eXistente. -
la diferencia de las constricciones. (),a constriccin m.oral se expresa por Otros, en fin, tienen sentido religioso, pero les falta sentido moral.
la conciencia de una cada persona~ la constriccin social por el temor Esto parece sorprendente en la sociedad cristiana, pero no es infrecue11te
a perder el crdito ante los ojos de los dems; la constriccin religiosa entre los. malos cristianos. Los hay que no experimentan nillguna re ..
)
por el temor de desagradar a la divinidad. pugnancia espontnea ni ante el robo ni ante el adulterio ni ante la
mentira, pero que tienen miedo al infierno. Y as intentan evitar el
) infierno o incl~so agradar a Dios por medios religiosos no morales,
tratando, por eJemplo, de ganar indulgencias, o mandando decir misas,
)
. ~ 1
o practicando ellos mismos ejercicios piadosos, pero sm renunc,ar al
) La diferencia entre los estados de conciencia correspondientes a cada
.:--.. pecado ni al deseo de pecar.
J uno de estos imperativos nace de que el hombre se encuentra en ellos Unos buscan, pues, el bien de la conciencia recta: otros, et bie~
enfrentado a realidades diferentes. Estos estados de conciencia estn de la estim.aci?n hu'."ana; los ltimos, el bien de agradar a Dios; pero
desigualmente desarrollados, segn que las realidades correspondientes cada uno cns1dera un,camente el punto de VISta que tiene por absoluto.
se hallen ms o menos en. el primer plano de la conciencia. Se puede
hablar as de un sentido moral, de un sentido social y de un sentido
religioso, que consisten en una sensibilidad o facilidad de percepcin
ms o menos aguda con relacin a cada uno de los tres grupos de ( En la vida cotidiana los tres imperativos se hallan las ms veces
imperativos. En muchos, los tres imperativos se confunden casi inextri,. ent;emezclados.) y mucho, seran incapaces de decir a cul obedecen.
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:_6::____________ El hecho moral y la _filosof,a._moral El hecho moral
ta en la Iglesia catlica, que constituye por este motivo un punto de Los moralistas contemporneos han estudiado detenidamente el ca-
rcter especfico del fenmeno moral y la distincin de lo moral res,
observacin privilegiado.
En efecto, no slo la religin cristiana ordena el respeto a la mo- pecto a los otros estados de conciencia. Sus investigaciones se han
ral como medio por excelencia e incluso nico de agradar a Dios, sino desarrollado principalmente bajo el signo de las preocupaciones feno,
que las iglesias en general y la .Iglesia Catlica en partirnlar imponen menolgicas, que pretenden captar directamente lo real en los anlisis
prescripciones de carcter social. Estas prescripciones se hallan vincu-- de los estados de conciencia. La distincin entre lo moral, lo religioso
ladas, es cierto, a la moral y a la religin como medio de ob.servarlas; y lo esttico, ocupa 1111 sitio preferente en la filosofa alemana. Quiz
pero por otra parte poseen un carcter puramente social en cuanto el tenga1nos ocasin de volver sobre esto 1ns adelante. Por el momento
1notivo en cuya virtud tal o cual prescripcin concreta se impone al res-- contentmonos con las distinciones ya indicadas que nos permiten dar.-
peto de los fieles, se halla nicamente en el mandamiento de la nos cuenta de la peculiaridad del fenmeno moral.
autoridad social de la Iglesia. La mayora de los filsofos actuales estudian la cuestin desde un
Si la Iglesia impone a los fieles la obligacin de oir misa los do- punto de vista diferente: analizan los. estados de conciencia, indagan
mingos y comer de vigilia los viernes, ello es ciertamente en aplicacin en qu difieren unos de otros y si esta diferenciacin implica una di-
de la ley moral y religiosa que obliga a la oracin y la penitencia. Pero ferenciacin de los objetos. Su punto de partida es el estado de con,
la ley moral y religiosa no obliga como tal a estas prcticas concretas. ciencia. Por el contrario, en lo que llevo expuesto, la diferencia se
La Iglesia cree que, como autoridad social, debe concretar la obliga- refiere a la diferencia de objetos de que tenemos conciencia, a la fuente
cin moral en un acto 1nnin10 exigible a todos. Esta obligacin de de lo moral, lo social y lo religioso. Lo moral se diferencia de lo social
obediencia es una obligacin social; su carcter de obligatoriedad y lo religioso no en el sentido de que el hombre comprueba en s un
arranca de la disciplina social y se pierde cuando la disciplina social estado psquico diferente, sino en el sentido de que se percata habin-
deja de imponerlo. doselas con una realidad diferente. El estado de conciencia no puede
Ahora bien, la mayora de los catlicos mezclan aqu lo moral. lo analizarse ni coinprenderse sin tener en cuenta la realidad de que cob~a
social y lo religioso. Hay buenos cristianos, deseosos de cumplir ente-- el hombre conciencia.
ramente con su deber, que ponen todo su fervor religioso en comer de Cierto que, en uno y otro caso, se parte siempre de la conciencia.
vigilia los viernes, aun cuando la Iglesia les dispense de ello, pero que Y de dnde, si no? No se puede partir ms que de un objeto cono-
no piensan en hacer una penitencia voluntaria o espontne;1; o bien cido, y el objeto conocido slo puede ser estudiado en cuanto conoci-
Se muestran ms exigentes que la Iglesia en cuanto ;i la 1nisa de los do, Pero el punto de vista difiere, sin e1nbargo, segn que se considere
domingos, pero no asisten nunca a la misa los das de semana. Dan el objeto en cuanto conocido o el ac_to de conocimiento mediante el
un valor moral a la regla social y desatienden el punto de vista moral que se le conoce. En el primer caso, nos situamos directamente, me . .
propiamente dicho. Atribuyen un carcter moral a la vigilia de los diante el acto de conocimiento, frente a un objeto que concebimos
viernes, pero no a la de los otros das, siendo asi que esta especifica.- independientemente de nuestro conocimiento, bien que slo podamos
cin del da es propiamente ~ocia!; pierden completamente de vista conocerlo en cuanto conocido; en el segundo supuesto, nos detenemos
el precepto moral de la penitencia, mucho ms importante y obligatorio en el fenmeno del conocimiento y en el anlisis de este fenmeno.
en todo tiempo, que puede rnmplirse de mil maneras y que no se
identifica y mucho menos se limita al precepto de la abstinencia de
los viernes.
Filo.~offo moral. - 2
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El hecho moral y la filosofia moral
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..i El hecho moral
)
matar: _todos admiten tambin que se puede matar en ci~rt~s casos;
11 pero no estn de acuerdo en las aplicaciones. Estas difere~cias hacen
surgir as problemas de moral. Pero fo _todas partes aparece la regla
Tratemos de precisar la ~o~;6n de moq,[limitndonos a un anli- universal: hay que hacer el bien; hay que evitar el mal~el bien nos
sis del contenido inmediato de)la conciencia comnj del fenmeno mo- hace dignos de aprecio; el mal nos hace despreciables .. -
ral tal como aparece en el hombre corriente, desprovisto de form_aci_n
cientfica. Este punto de vista ofrece la ventaj_"._ de que la conciencia
mal desbastada del hombre sencillo y vulgar_ es ms espontnea que
;-c~~c,encia elaborada del hombre refinado. (De dnde brota el imperativo moral? . '.-
Ante todo, el anlisis de las diversas formas de imperativos mues-
A primera vista, parece na_cer del _med1~ social., S~~.emo~ q_ue d~b':\1:-""..;
tra que el imperativo 1noral se caracteriza por su gratuidad, esto es,
mos hacer o evi_tar tal cosa, porque as, se nos ha dicho.\ Y.,s~n~lj1:1]P~~.~f,, .
se impone sin consideracin de personas.\
Se trata de gratuidad en relacin con 1.el imperativo social. fte se
e! hombr~, tiefie la impresin de que el precepto moral, s~ mtp?t\l.~rr.
, , s, mismo, l>uede que yo sepa que no debo matar, porque as1 se :lnti.1 ,
impone en consideracin de los otros hombres; al enc~ntrar_se sol_os, ') ha dicho; y sin embargo tengo conciencia de que no es porque as sel"-
la mayora deja de preocuparse de las reglas -de la conv1venC1a sooal. me ha dicho por lo que no puedo hacerlo, sino que se me ha dicho ast \
Por su parte, el imperativo religioso se impone en consideracin de la porque no puedo hacerlo. -'
divinidad. El precepto moral se impone por s mismo; corresponde
al sentido de la rectitud de vida, de la sanidad de la accin. No tiene
el hombre ms que consultarse a s propio, sin tenerse en cuenta ms
que a s mismo, para que el precepto moral se imponga a su espritu.
Adems si el nio recibe dcilmente los preceptos de aquellos que
tienen a.u ~o;id,ad sobre. _l. y. sj ha Y. _asimismo persona;;t~
.. ~~~cu~a\t4: :,
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en la sabt~_J~ de.,qute!';~g-uye~,., e! desarroll_o_,, , e.nt190 ,. . . 1
pto' ,ci'I\ el mec\~ldl:a~fi.!I,. ,. i~f~ ,;
El imperativo moral se afirma en particular en oposicin con el
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Esto nos lleva a las condiciones de la moral. acuerdo en la determinacin de la sancin, pero todos estn acordes
Como hemos visto, la moral no se aplica ms que a los hombres, en la necesidad de una sancin.
porque se reconoce a stos rtiii.rincipio _de_ accin) extrao a las bes, Sin embargo, la experiencia no manifiesta la sancin. El sentido
ti'!_s_ y a las cosas.~! acto moral supone la /_autonom_a interiorique viene moral reacciona entonces con el escndalo. La suerte de los malvados
del espritu y hace un ser responsabli) y el infortunio de los justos constituye, el gran escndalo del mundo,
Responsable quiere decir que :gno_ responde de sus actos, o que escndalo permanente contra el que los hombres se han rebelado siem,
los actos son, en ltimo anlisis(~~ibuibles al sujeto que los ejecuta. pre. El sentido moral se manifiesta entonces negndose indignado a
Esta autonoma solamente es practicacla pr. el ser dotado de reflexin, aceptar el hecho. ,
capaz de volun_tad reflexiva.
,\
Como no se les reconoce este carcter a la actividad animal o a la
accin de los seres inanima_dos, !1 se les atribuye responsabilidad y se
I
les concepta .extraos al orden moral. O a veces se supone tras la
accin de la bestia o de la cosa un espritu que obra intencionadamen,
1 te. La piedra que cae es un espritu que hiere. En todo caso, no hay
/ moral ms que cuando hay intencionalidad. La intencionalidad entraa
1'
li_t>ert~~ __responsabilidad.
El dominio moral es, pues, aqul donde se ejerce la actividad de
los seres libres. J;;stos merecen alabanza o reprensin segn el carcter
de_ su accin(La nocin de responsabilidad implica la exigencia de la
sancin. J
!
[i.;~ ~an__t;_{n consiste en que un acto tiene.\ consecuencias_ propor--
cionadas a su valor. Cuando obra un ser libre, se juzga (inadmisible
que el acto no tenga consecuencias y que est-ts consecuencias n~ .guar--
den relaciqn con el valor moral del acto. Una accin buena debe pw,
curar un ventaja y una accin mala una desventaja a, segn el len,
guaje popular, una recompensa y un castigo. Tambin en este punto
estn de acuerdo todos los hombres: as lo testimonian todas las lite,
raturas del mundo; en la imaginacin popular, el bueno debe ser re,
compensado y el malo castigado
.\ Donde no hay acuerdo es en la naturaleza de la sancin. Cada
cual se imagina la sancin segn sus convicciones filosficas o religio,
sas o a tenor de sus propias aspiraciones. Para unos, la sancin est en
los bienes terr~nos como la salud y la riqueza; para otros, en el testi,
monio de una buena conciencia: para otros tambin, en la considera,
cin o el desprecio pblicos, en una recompensa eterna. No existe
--'- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
)
)
)
El hecho moral y la filosofa moral Moral religiosa y moral filosfica
mos y se comprende que la distincin entre una y otra resulte imper- el objeto de la actividad propiamente religiosa. As pues, la moral lleva
ceptible para quienes no las examinen muy .de cerca. a la religin aparte de toda religin positiva; y esto es, sin duda, lo
Sin embargo, en la prctica, las religiones inferiores reaparecen en que explica en parte que se encuentren siempre elementos de religin
las superiores en el sentido de que aquellos que se adhieren terica- de lo absoluto subyacentes en las religiones inferiores politestas.
mente a las religiones superiores las aplican con frecuencia seg1n el
espritu de las religiones inferiores. Las religiones ms elevadas impli-
can, en la realidad vivida, una parte de religin inferior, cuando los
11
fieles no ven en la religin ms que yn medio de agradar al Todopo-
deroso Y de atraerse su benevolencia para utilizar su proteccin en la
bsqueda de los bienes carnales que ansan. Si los profetas del An- Las religiones estn, pues, estrechamente vinculadas a la moral, y
tiguo Testamento, igual que los sabios indios y chinos, vuelven a in- las religiones superiores son esencialmente religiones morales. De esto
sistir una y otra vez en la idea expresada en el texto citado poco ha, no se sigue, sin embargo, que la moral brote de la religin.
ello obedece a que al pueblo le cuesta asimilrselo. El pueblo vuelve Las religiones como tales no ensean una moral totalmente hecha;
siempre invenciblemente a la idea de un Todopoderoso animado de to- no dan ni un sistema, ni un cdigo de moral; se limitan a imprimir
das las pasiones humanas, y se obstina en querer agradarle por medios ciertas orier:i,taciones a la vida y a dar especialmente una enseanza so--
distintos del bien moral. En otras palabras, el pueblo separa lo reli- bre las relaciones del hombre con Dios. Fuera de esto, la religin san-
gioso de lo moral. ciona una moral que existe, que trata como preexistente y que da por
Encontramos esta desviacin en el cristianismo vivido como en las conocida.
otras religiones. El folklore religioso cristiano abunda en estas tentati- Incluso cuando la religin promulga ciertos elementos de un cdigo
vas que conducen a la. supersticin. Y es que la nocin del Dios trans- moral, se trata frecuentemente de un llamamiento solemne, no de la
cendente no se integra en la vida ms que mediante una cierta pureza revelacin de principios que los hombres no conoceran.
moral. Muchos cristianos aceptan la doctrina sin reflexionar sobre ella, As el Declogo, carta magna de la moral juda y, en cierta medida,
sin desearla, sin que corresponda a nada suyo personal: la conducta de de la moral cristiana. Moiss lo recibe de Dios; pero la lectura del
tales cristianos desmiente el credo que pronuncian sus labios. Gnesis muestra que los principios del Declogo eran ya conocidos
Sin. embargo, se puede aadir que el sentido moral conduce al por los judos. El asesinato de Abe! a manos de Can es presentado
sentido r~ligioso por uno de sus aspectos fundamentales, pues el sen- como un crimen, aunque el Declogo no haba sido promulg~do, y
tido moral es sentido de un absoluto que se impone en la accin. Ahora cuando los hijos de No faltan al respeto a su padre, su hermano los
bien, lo absoluto en la accin, tal como se impone al espritu por el reprende, bien que no hubiera todava "cuarto mand~miento"; la im,
sentido moral, no es extrao al absoluto, tal como se impone al pen, pureza de los habitantes de Sodoma y Gomorra aparece igualmente es-
samiento especulativo como fundamento de lo real. El objeto de la tigmatizada. De dnde procedan estas reglas morales que no haban
moral es, pues, establecer las condiciones por las que el hombre se hace sido reveladas? Del juicio espontneo de la conciencia, del sentido mo-
digno de este absoluto y capaz de unirse a l o de realizarlo en su ral. Y los acontecimientos en que las vemos aplicadas dan testimonio de
vida, expresiones stas que acuden espontneamente a los labios, pero un juicio indiscutido, de una evidencia moral que no est vinculada
que deben precisarse por la reflexin ulterior. a una sntesis filosfica o religiosa, sino que presenta la mera! como un
dato que se impone a la conciencia.
Ahora bien, lo absoluto se realiza en el Ser supremo, y la bsqueda
Cristo se refiere tambin constantemente a la moral, sm preocu-
de lo absoluto en cuanto este absoluto se realiza en Dios, constituye
parse de ofrecemos un sistema, ni un cdigo de ella.
)
)
El hecho moral y la filosofa moral Moral religiosa y moral fi!osjica 27
Incluso en la.s religione,; m5 elevadas, moral y religin forman, dera o aparente de los preceptos de la moral corriente, al mismo tiem-
pues, dos corrientes di.stintas que pueden unir sus aguas p?r la a~tori- po que por el deseo de justificarlos. Por una parte, el filsofo se en-
dad de Dios, pero que permanecen siempre ms o menos d1Eerenc1adas. cuentra en presencia de una idea general; hay que hacer el bien: por
La moral sigue brotando de la conciencia moral, mientras que la reli- otra, se enfrenta con un conjunto de preceptos particulare,;: no se pue-
gin depende de las prescripciones divinas. Y si es cierto que la reli- de matar, robar, cometer adulterio; y, naturalmente, se pregunta en
) gin sanciona el juicio de conciencia y lo re,;ume hasta hacer de l qu consiste el bien y qu relacin guarda con el bien la multiplicidad
) un todo con la voluntad divina, tambin lo e,; que subsiste siempre una de los preceptos particulares. En la medida en que llega a dar del bien
distincin. En las religiones como el cristianismo, cuyo autor es un una nocin tal que se pueda reducir a ella toda la actividad del hom-
personaje histrico, el fundador se preocupa menos de establecer un bre y dirigirla de una manera perfectamente ordenada, el morali.sta
sistema de moral o un cdigo, que de dar un impulso general a la formula un sist.i:ma satisfactorio para el e,;pritu.
vida e indicar un camino. La religin como tal no resuelve todos los Pero la filosofa moral e,; inseparable y_dep_endien,~-.d~_la filosqf
problemas de la moral; al lado de la religin, subsiste la mo'.al con eral, es decir_, de la con~~pcin de conjunto de su_ autor acerca del
sus propia.s perspectivas; y, si se quiere precisar la mO'ral, umficarl~, ndo y del hombre. l!sta no depende de la filosofa moral: e,; la
)
reducirla a Dios, e,; decir, determinar de qu manera ha de subordi- ~lL.'lli_d~i,e-~de~d_e eQ~.INo se espera a haber hecho moral para
narse cada acto a la finalidad de toda vida, hay que realizar un esfuer- pronunciarse sobre el origen del hombre y del mundo, sobre la natu-
zo de reflexin. La reflexin moral mantiene su puesto en el marco raleza del hombre y la existencia de Dios. Por otra parte, la moral por
del cristianismo, igual que en el de las religiones tradicionale,; 1, como s misma no da la solucin de e,;tos problemas; la supone. Cuando el
la religin china o ind, igual que en el marco del pensamiento no moralista aborda la moral, tiene habitualmente sus convicciones forma-
religioso. das, y resuelve las cuestiones fundamentale,; de la moral en funcin de
sus opinione,; pree,;tablecidas. En otros trminos, la metafsica y la psi-
cologa preceden a la moral lgicamente y de hecho. El moralista, al
III hacer -moral, no pone en tela de juicio la solucin de los problemas
fundamentale,;
.,El moralista es materialista o espiritualista, monista, idealista o
G. f,l~sofa ~oral e,; reflexin sobre la acc10n en cuanto e,;t so- clcista, antes de hacer moralJ El materialista que hace moral construye
metida a regla.s. Tiene por fin unificar stas reducindolas a u_no_ o_ a
un siste~a q ~~.. concuerda la moral con su filosofa materiuta, y ;;-
algunos principios fundamentales, vinculados a su "ez a ~0~_1:nnc1p1os
mismo el espirituf1sta y el monista. Ninguno de ellos pon~-corriente-
fundamentales de explicacin del homb~eJ -
mente en duda su sist~ma por el hecho de reflexionar sobre la moral;
(Ll-fils'Ji;;-;;.;;ra n~ce ~~~a-reflexin filosfica y se la enrnentra
sta es entre las ciencias filosficas una rama de aplicacin; depende
a veces en el origen de la reflexin filosfica) sta puede nacer tan t_o
de la metafsicar'l>r esii no se puede comprender a un moralista, si ,
del deseo de fundamentar la accin humana como del deseo de expli-
car el mundo. Y se ve estimulada en moral por la incoherencia verda- no se conocen de algn modo los primer~_rj~ipj_oJ-~.q~:__~t/
!,u sistema.
Cierto que en los tiempos modernos cierto nmero de filsofos ha
1 Se deben distinguir aqu las religiones tradicionales, como la religi6n
china, hind o griega, que traen su ~rig~n de una tradici~n. que se pierde
intentado basar la filosofa en la moral. Los re,;ultados son engaosos:
en el pasado sin que se les. pueda atribuir autor, y las religiones revela_das, desembocan en filosofas del desastre o del sentimiento. Pero a la vez
como el cristianismo o el mahometismo, vinculadas a un fundador h1st6, sus esfuerzos constituyen la prueba de una actitud preestablecida Eren-
ricamente conocido, que se presenta como enviado de Dios.
)
)
28 El liec:l,o mor11l y la filosofa moral Moral religiosa y moral filosfica 29
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te al problema filosfico: actitud negativa, negadora de la posibilidad pone un dato que no depende de ella y que ella no modifica grande-
'
\
de llegar a una construccin racional del universo. Estos filsofos co- mente. Y as, la situacin del que reflexiona sobre la moral en el marco
rresponden a las fases de 9.!'presin ..en lahisto_i:_ia del pensamiento. de un pensamiento religioso no es muy diferente de la del pensador
\ Pero adems, si el moralista depende de su. fi~sofa gene.rai; no es que reflexiona fuera de todo pensamiento religioso. Uno y otro parten
menor su dependencia de la moral prctica. El pensador que comienza de un conjunto de concepcioues que no discuten en moral. Que estas
a hacer moral es un adulto a quien la vida ha impregnado ya prohm- concepciones les vengan de una tradicin religiosa annima, como en-
)
damente de juicios a priori, imponindole actitudes de toda clase. Es- tre los indios o en China; de una tradicin religiosa vinculada a un
) tos juicios, de los que el Declogo nos ofrece una lista clsica, se ba- fundador, como en el cristianismo, o que hayan llegado a ellas me-
) san en preceptos particulares reguladores de la conducta del hombre diante una reflexin suscitada u orientada por las mil influencias de las
en las circunstancias ordinarias. Se imponen al espritu tanto por el ideas de su tiempo y de los mastros cuyo ascendiente han sufrido,
influjo social como por el juicio espontneo del sentido moral, y no en todo caso, estas concepciones fundamentales constituyen una adqui-
)
esperamos a haber formulado un sistema de moral para aceptarlos. Al sicin sobre la que no disrnten ya.
) contrario, el moralista, se halla en general tan convencido de la exac, Hay que concluir de aqu que la filosofa moral es un juego de
) titud de estos juicios, que est, inconscientemente o conscientemente, espritu bastante vano y que no logra jams encontrar una verdad nue,
decidido a incorporarlos a su sntesis. As, pues, al comenzar a reflexio, va o modificar una postura de espritu? Es verdad que la filosofa mo-
)
nar sobre la moral, tiene ya preestablecidos los principios fundamen, ral, en manto tal, no es creadora.. de. sistemas. filosficos ni modifica la
tales sobre los que va a construir su moral y lo mismo cierto nmero conc.\'pcjn que nos.~~yaiai...h.e.sb.o de(mun.do. Pero, como- t~d-~~-
de conclusiones: unos y otras constituyen un dato que no pone en flexin, obra sobre el que reflexiona y le lleva a conside~;,-aspectos de
tela de juicio. lo real el}_ q11e. hasta entonces no haba r~parado. L~ reflexin, 1t,-J;,
Para la mayor parte de los moralistas, la reflexin moral tiene por qued.de la coordinacin de ls valores, nos llevan con frecuencia a
objeto relacionar y concordar las conclusiones con los principios: esto fijarnos en la importancia de un elemento de pensamiento o de vida
es, el sistema: se necesita una regla de vida que justifique los precep, en el que no habamos puesto atencin. De este modo, la moral ejerce
tos de la moral prctica. Si esa concordancia no llega a realizarse, la una influencia sobre el conjunto de las ideas: pero es una influencia
mayora sacrifica la lgica an.tes que sus conviccione~ preestablecidas que. resulta imposible reducir a frmula.
)
y palan su ilogismo con algn sofisma ingenioso: slo que la fuerza De olra parte, la moral prctica ordinaria es con frecuencia incohe-
de sus convicciones les impide con frecuencia darse cuenta de ello; y rente e imprecisa; a cada momento tropezamos con casos difciles cuya
as, en ms de un sistema clsico. tropeza1nos con ilogis,1nos que pare.- solucin es discutible. La sistematizacin de la moral permite iluminar
cen incomprensibles a quien no tenga presente la manera como trabajan esos casos) la moral modifica la importancia de ciertos datos y permite
los moralistas. No puede uno menos de preguntarse cmo hombres tan la solucin de problemas delicados: nos lleva a modificar ciertas pos-
inteligentes han podido adoptar posturas tan abiertamente irracionales; t~ras; modifica, sobre todo, como veremos, las orientaciones del esp-
la explicacin no est del lado de la inteligencia, sino del lado del apego ritu y, de esta manera, puede trastocar los relieves ms que cambiar
a convicciones vinculadas a su vez a la vida. las soluciones positivas.
,cuando se estudian los sistemas de filosofa moral, hay, pues, que En fin, en la reflexin moral, como en toda reflexin, interviene el
evitar considerarlos todos como autosuficientes. Un sistema de moral inters ,urnmente espernlativo, el deseo de saber por saber, que des-
{ no _es ms que la aplicacin de una concepcin general de vida, tribu, empea sin duda un papel menos exclusivo all donde se ventilan inte-
\ tana a su vez de todos los puntos de vista del espritu) La moral su- reses vitales, pero sin embargo subsiste.
.. --- - -- - --
30 El hecho mornl y la filosofa moral Moral religiosa y moral filosfica 31
,,,..
odo esto no desvirta lo que se ha dicho anteriormente. El mo- ( En una sociedad religiosa, el espritu de los miembros de esta so-
alista reflexiona bajo el imperio de sus ideas generales y de sus con- : ciedad sufre el influjo de la religin. Un Descartes, un Kant, un
vicciones prcticas. La reflexin moral consiste, primordialmente, en / Nietzsche, un Bergson, son inconcebibles sin el cristianismo. Cada uno
o ~ sistema en funcin de unas y otras. Pero toda reflexin ' reflexiona necesariamente dentro de un conjunto de ideas que toma de
reacciona sobre el espritu; el punto de vista en que el moralista se , su medio; y como la religin ferina parte de este conjunto, la filosofa
sita, le lleva a considerar otros aspectos de lo real y, por ende, modi- no puede definirse por su separacin de la religin.
fica en cierta medida el conjunto de sus concepciones. - La distincin establecida en el Renacimiento naci simplemente de
1
hna reaccin contra la tradicin cristiana de la Edad Media. Se crey
(encontrar en la filosofa griega un modelo de pensamiento desligado de
IV \prejuicios, y se intent reasumirla por encima de la Edad Media cristia-
f. P~ro hoy nos d~mos cuenta de que hay un lazo constante entre la
No se puede, pues, establecer una separacin rigurosa entre el pen- [ehg,on Y la filosofia griegas y que muchas tesis de los filsofos no se
samiento filosfico y el pensamiento religioso; hay, sin embargo, cierta explican ms que por las tradiciones religiosas del medio. Por esto,
oposicin, pues no se puede negar que los motivos por los que se ad- quienes niegan la existencia y la posibilidad de una filosofa china,
mite la verdad religiosa son diferentes, en principio, de aquellos por hind, cristiana, son hoy da cada vez ms raros y aparecen anticuados.
los que admitimos la verdad filosfica. Se presta adhesin a una reli- Cierto que en Grecia el carcter grosero de la religin mitolgica
gin porque se tiene confianza en el carcter sagrado de la tradicin llev a los filsofos a liberarse rpidamente de ella. Los pensadores
que la expresa o en el maestro que la anuncia, mientras que a una cristianos e hindes, encontrndose frente a una religin muy pura, ba- .
doctrina filosfica nos adherimos porque esta doctrina, tomada en s sada en la idea de un Dios trascendente, pudieron desarrollar una re-
misma, satisface el espritu./De aqut la incompatibilidad que se esta, flexin filosfica dentro de los lmites de su religin. Pero hoy da sa-
,bleci, en el Renacimiento, entre filosofa y religin, negando a los hemos que los filsofos griegos sufrieron el influjo de numerosas co
'.espritus religiosos la posibilidad de hacer filosofa, ya que prestan adhe; rrientes religiosas y sociales y se apartare~ de la religin mitolgica.
'sipn a doctrinas por motivos distintos de los motivos racionales'. Du- Esto que es verdad de la filosofa en general, lo es tambin de la
rante largo tiempo, no se ha querido admitir que hubiera filosofa hin moral ms que de ninguna o_tra de las disciplinas filosficas. La reper-
d o chira, pues el pensamiento hind y chino se desarrollan en el cusin de la moral sobre la vida implica repercusin de la vida sobre
marco de una tradicin religiosa, y muchos se negaban a aceptar que la moral, pues la vida precede a la reflexin moral, y el que no tiene
pudiera haber una filosofa cristiana. gana de cambiar su vida no la tiene tampoco de admitir proposiciones
Pero el desarrollo de los estudios histricos en nuestros das ha de- que le obligan a cambiarla. De otro lado, la imposibilidad de hacer
mostrado que este punto de vista es psicolgicamente falso, pues los moral sin tener ya puntos de vista fijos sobre los principios fundamen-
filsofos son todos tributarios de numerosas influencias no racionales. tales del pensamiento como sobre ciertos juicios de accin particulares,
Igual que el resto de los hmbres, sufren el impacto de los sentimien, ,, reduce a nada la imagen del moralista que no se deja llevar ms que
tos y de las ideas de su tiempo y de su pas, .,( cuando llegan a la por puntos de vista puramente racionales.
edad en que _se comienza a hacer_ filosofa, se h~han-ys~t~rados de I'. . Esto no impide reconocer una diferencia esencial entre el pensa-
juicis establecidos. La idea de Descartes de que se puede hacer tabla 'j ( miento filosfico Y el pensamiento religioso. El pensamiento filosfico
rasa d~ -do Ici que se sabe, de todo lo que se cree, de todo lo que se 1 justifica sus posiciones intelectuales sin recurrir a argumentos distintos
J___ --- -
ama, para edificar el pensamiento sin. ningn prejuicio, no pasa de ser ( .de los racionales. En este sentido, el procedimiento de la _tabla rasa de
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)
) El hec /,o moral y la filosofa moral
34 Filosofa moral y moral cristiana
)
35
- - Se entiende por ,;!,oral natural el conjunto de. reglas de accin de- El trmino "racional" constituye, por lo dems, una fuente cons-
rivadas dua natura!'ela deLhombre:1 Si la naturaleza impone coE1_er y tan te de confusiones.
beber, habr una regla del comer y del beber: si la naturaleza impone --As, por ejemplo, unos toman "racional" como sinnimo de uinte..
al hol!lbre reflexionar, existir una regla moral de la reflexin. lectual", y hablan de racional siempre que hay operacin de la inteli-
La nocin de moral natural es propia de la literatura cristiana, en gencia. Otros limitan lo racional a aquella parte de la actividad inte,
la que se opone a la moral revelada. de origen sobrenatural. Los no lectual que procede por razonamiemo.
)
cristianos no conocen ms moral que la moral natural; y as, no la es, De otra parte, una actividad racional ~ ms o menos exclusiva;
) pecilican, sino que hablan de moral a secas. Pero _co111.o ~_s__cristianos el razonamiento no se aplica nunca ms que a ciertos dominios de pen,
) pos~~una ri:.Y"laf.ill que les proporciona cier_to nmero d.i, reglas mo, sa1niento. As, el cristianisrno considera su fe "racional" en cuanto
rales basadas en otro fundamento, distinguen la moral natural de su concuerda con la razn y sta le dicta su adhesin: mas, por otra par,
mor'!!._religiosa, _revelada. .. . .. ---. .. . . -
te, cuando presta su adhesin a Cristo, cree cuanto Cristo ensea sin
--l:lallamos tambin el trmino de moral racional en un sentido muy exigir justificacin racional de cada uno de los puntos de la doctrina
prximo al de moral natural. ~moral racional es la moral elaborada tomados separadamente. Por el contrario, partiendo de vei:lades reve-
pqr la razn. l!sta debe basar su reflexin en la naturaleza. Moral ra, lM!a-~eologa razona acerca de estas . verdades vecae as en un
cional equivale, pues, a mor;iL.r.elkxiYa o moral conforme a la razn. "!~Ci@al.is.Q!Linitado a las verdades__deJa..le.
Ahora bien. moral conforme a la razn es tambin conforme a la na, La postura de los filsofos no es apenas diferente, segn vimos.
turakza. Cuando se habla de moral racional, se alude corrientemente ~~ _s~rven ~-~razn. .razonante'~ .. a pa(tr de cierto. punto,. que es __va ..
a la moral en cuanto reflexiva o racionalmente elaborada, mientras que riable. ,En la exposicin de los sistemas que har ms adelante, se ca-
moral natural se emplea en el sentido general de moral conforme a la lifica de "empricos" a los que parten de un hecho de experiencia.
naturale~a, espontnea o reflexiva, bmda o elaborada. Ahora bien, los filsofos del siglo XVIII, que procedan de esta ma-
~ Finalmente, filo.sofa moral se emplea tambin en el sentid_~_e-mo, nera, declaraban que slo recurran a las "luces de la razn", y opo,
( ral rtf:iva, de manera ms precisa en cuanto sta se aplica a los prin- nan esa actitud a la aceptacin de la revelacin cristiana. Pero los
cipios fundamentales de la moral. Pero trtase siempre de moral natural. wstianos creen que la razn les ordena someterse a la revelacin ...
isin embargo, en la ~oral religiosa, que es pa.ra ~.cristiano. u!'a Al encon.trar Y emplear las palabras "razn", "racional" y "racionalis,
m9.ral revelada, hay tambin una elaboracin racional. La t~ologa im, mo", es preciso tener presentes es.tas distinciones.
plica una reflexin racional aplicada a las verdades reveladas: La elabo,
racin racional no se realiza, pues, solamente en el plano natural. As,
se dir a veces de la filosofa moral que es una moral puramente ra,io,
na!, dando a entender con ello que la filosofa no recurre a ningn prin, Moral natural y moral revelada, ambas se imponen al cristiano.
cipio distinto de los que le proporciona la razn y que su espritu ela- La revelacin sanciona y sostiene con su autoridad la moral natural.
bora en un terreno estrictamente delimitado por las capacidades de la y la Iglesia de Cristo, cuya misin consiste en guiar a los hombres ha'.
razn abandonada a sus solas fuerzas. cia s~ etern.a salvacin, define la moral natural y la religin natural con
el m1smo,.~ulo que los datos de la revelacin . .J,Jloral natural y moral,
Es necesario precisar estas nociones para determinar de qu mane,
\r!'v_el~~"c~)inseparables': el abandono de la moral natural corrompera
ra estos asp<;ctos diferentes de la moral se encuentran y armonizan en
al crJ.lllil!ltsmo: la lglesta debe velar porque la moral .mantenga su pu-
el cri1\i_anismo.
reza, Y aade el peso de su autoridad a la inteligencia natural de los
problemas.
)
)
)
estaban consagrados a la enseanza, muchos fueron trasladados a pues- Si un precepto natural prohibe matar y al mismo tiempo Dios, en
tos de accin, en calidad de obispos o superiores de rdenes religiosas. su revelacin, promulga el mandamiento: "No matars", no es ms
Y todava hoy, al fomentar la renovacin de los estudios, lo que pre- bello y ms cristiano: yo no mato porque Dios lo prohibe, que decir:
El hecho moral y la filosofa m-0ral Filosofa moral y moral cristiana 41
yo no mato porque mi razn me dice que no debo matar? Siendo el racional. Si la enseanza de Cristo respecto a la castidad c.ontiene ele-
servicio divino, la unin con Dios el objetivo de toda la ley, no mentos propios del cristianismo, y esta enseanza propiamente cristiana
nos situamos de golpe en el centro mismo de la vida cristiana, refiriendo sobrepasa las exigencias y las posibilidades del orden natural, no se
a Dios todas nuestras acciones ms bien que pasando por el intermedio podr determinar esa enseanza ms que comenzando por establecer con
de la ley natural? Ante dos formas de argumentacin, de las que una, rigor la doctrina natural de la castidad: y esta determinacin es indis-
la racional, se inspira en el orden de la naturaleza y la otra se apoya en pensable, si queremos darnos cuenta hasta qu punto la prctica de la
la revelacin y la tradicin de la iglesia, no es una prueba de espritu castidad se halla vinculada a la vida sobrenatural. Limitarse a considerar
cristiano preferir la segunda? Y puesto que e.stamos seguros de hallarnos la castidad como un manda1niento divino, sin escudriar su razn, .sin
)
en la lnea recta de la tradicin cristiana, por qu recomenzar largos indagar el lugar que debe ocupar en nuestra vida, tanto natural como
) sobrenatural, es empequeecer la cuestin, y se corre peligro de hacer
trabajos de reflexin para reencontrar la misma verdad por la va de las
evidencias racionales? imposible una visin exacta del papel de la castidad en la vida.
Y con todo, por muy natural que sea esta forma de proceder, no El-hombre de accin est expuesto a un utilitarismo impaciente que
est exenta de peligro. La evidencia racional tiene un valor que Sllbsiste se enerva con una larga preparacin: no gusta de la discusin y, si es
incluso cuando Dios ha hablado: y existen numerosas razones que ha- jefe, desea que se le obedezca: si es subordinado, desea recibir consig,
cen deseable el que se la establezca. nas: lo que quiere es, no reflexionar, sino obrar. Siempre ha habido
Primeramente, la verdad racional tiene un poder en s de orden que recordar a los hombres de accin la necesidad de reflexin: pero
distinto del de la palabra revelada. Ver la verdad de una doctrina slo un corto nmero hace caso de ella.
en el plano racional da al espritu una seguridad de carcter distinto De ah el peligro del dogmatismo que encontramos en todas las
de la fe, porque la verdad racional indica la posicin concreta de esta sociedades organizadas con vistas a la accin y que tan frecuentemente
doctrina en medio de) conjunto de nuestros conocimientos, o, si se se le ha echado en cara a la Iglesia catlica particularmente. Este dog-
trata de una regla moral, nos hace comprender de qu manera se matismo no es en modo alguno privativo de la Iglesia: lo hemos visto
ajusta esta regla al imperativo moral conforme a las exigencias de en nuestros das aparec~r en la Rusia sovitica y en la Alemania nazi,
nuestra naturaleza. El conocimiento racional de la regla da as al espritu desde la instauracin de estos regmenes, con una violencia y estrechez
un apaciguamiento complementario del mandamiento divino. Difieren tales que sobrepasan cuanto jams se haya visto en el mundo cristiano.
uno de otro y no se excluyen uno a otro. A un espritu religioso o ple- El dogmatismo consiste en imponer doctrinas como ciertas a fin
namente 'desarrollado le gusta comprender que los mandamientos divi- de zanjar las discusiones que pueden entrabar la accin. En la Iglesia
nos forman un todo armnico: le gusta la sabidura divina en el orden catlica se manifiesta en el deseo de algunos telogos de encontrar
natural: los sabios adquirirn el sentido de lo divino escudriando la na en los textos inspirados tantas soluciones ciertas como sea posible y de
turaleza y descubriendo en las cosas una armona que el ojo no sospecha. forzar por consiguiente los textos, lo mismo que los decretos de la
No deja, pues, de entraar vulgaridad la actitud de quien se niega Iglesia, de manera que se supriman las discusiones. Se manifiesta tam
a las fatigas del anlisis y de la reflexin, desde el momento en que bin en el gusto por el argumento de autoridad, respondiendo a un
la voluntad es clara y cierta. Ello es excusable en los hombres de argumento racional con un argumento de autoridad divina.
accin, pero hay que aadir que los hombres de accin deben desear Hablamos aqu de gusto: se trata de una inclinacin afectiva, de
que otros, a su lado, se dediquen a los problemas especulativos. Tanto una preferencia. Que la autoridad eclesistica, encargada de la guarda
ms cuanto que, en gran nmero de casos, la verdad revelada no est de la fe, defina los dogmas, cuando se hace sentir su necesidad, y re-
clara o es slo parcial y necesita. ser aclarada por la verdad natural, y cuerde a los fieles la ley divina, no hace con ello ms que cumplir la
sta no podemos conocerla con precisin ms que mediante la relexin funcin que le ha sido encomendada por Cristo. El dogmatismo es una
)
El hecho moral y fo filosc,fia moral Filosofa moral y moral cristiana
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deformacin que exagera el papel de la Iglesia y se complace en el de una filosofa elaborada por catlicos, ~ fuera verdaderamente un
dogma, en parte por deseo de_ mostrarse deferente con las inspiraciones pensamiento racional, desarrollado en el marco del orden natural, sin
divinas, en parte por una especie de pereza que se rebela contra los recurrir a Ja revelacin.
rodeos de la reflexin y prefiere ir a su objetivo con menor esfuerzo, Aunque esta razn de oportunidad de la filosofa cristiana es mu-
puesto que se puede creer en una intervencin divina, en parte _por cho rnenos imperiosa en sl que la p"rimera razn expuesta ms arriba,
simplismo de hombre de accin que quiere llegar al resultado tangible causa por su naturaleza mayor impresin en aquellos que se preocupan
y a su vez se impacienta con las lentitudes de la reflexin. de las -exigencias de la accin. Si nos inspiramos solamente en esta
) ,__ Pero los resultados son nefastos. El dogmatismo lleva a descuidar . oportunidad, corremos peligro de dcselnbocar en__u~pensamiento mez-
) ~!
1
pensamiento racional y ahoga la reflexin. Cuando se est nicame_n\~. f quino, pero la preocupacin picta ~e-e~tr la oposicin-entre la
pre~upado por los_ argumentos de autoridad, no se detien~ uno a exa- I razn _Y la fe puede ser el _punto d~ partida cje nos lleve :;: comprender
"_'inar el alcance intrnseco de los problemas, y el pensamiento se ex- \ las exigenctas del pensamiento racional. -
.~ mgue. . .
__I,.a djecadencia del pensamiento religioso que _ se s1g_t1.i:_ de e~t.o Qr!:
gina inevitablemente una reaccin antirreligiosa_: algunos espritus ad- IV
quieren la impresin de que en nombre de la revelacin se les impone
--~.a reflexin filosfica es, pues, indispensable a los cristianos para
post~ras gratuitas no ordenadas ni por la razn ni por la revelacin.
el conocimiento pleno_ de _las__'lerdades naturales, incluso ..t.l!i!J)QQ. stas
Otros tienen la impresin de una separacin entre la razn y la revela-
estn unidas a la revelacin. Incluso cuanJ;- la Iglesia define ciertos
cin: y de la separacin se pasa fcilmente a la oposicin. Pues enton-
elementos de las verdades naturales, la reflexin filosfica sigue siendo
ces slo los espritus poco religiosos o irreligiosos se entregan a la
necesaria para una visin de conjunto que site estos elementos en el
teflxin racional :__ se apartan frecuentemente de la tradicin cristiana,
conjunto de los conocimientos humanos.
a veces se le oponen y a veces tambin esta oposicin es sistemtica y
Esta reflexin no puede desarrollarse plenamente ms que en el pla-
- procede a su vez de tendencias afectivas ms que de actitudes raciona-
no puramente racional, pues, en el plano teolgico, la atencin est ine-
les. En la medida en que el pensamiento cris_tiano adopta actitt1des dog-
vitablemente captada por los aspectos de la doctrina en relacin directa
--matzfflte.s~el -pcrisam_int~tjanO. parece sel' el nico que repre--
con la revelacin ; adems, el telogo 5e halla por profesin ms preo-
senta el P!"Samiento racional. As, a los ojos de los no iniciados, el
cupado del fundamento revelado de las doctrinas que de su articulacin
pensamiento religioso se opone al pensamiento racional o filosfico como
racional. Se precisan, pues, especialistas consagrados a reflexionar sobre
un contrario, lase como un contradictorio. '\' como este pensamiento
los problemas del espritu y de la vida en el plano racional; se necesi-
r_cional propone temas inconciliables con el cristiano, el pblico tie_ne tan filsofos cristianos.
la impresin d,,_ que la fe __,ide el ,acrificio_ de la razn, que es premo
I elegir entre las dos, que no se puede seguir una__y~tra.
.---.Se explica la actitud tomada por tantos filsofos en el Renacimiento,
Para llegar a saber lo que sobrepasa especficamente el orden natural
de la revelacin hay primeramente que escudriar el orden natural, re-
flexionar sobre l libremente, construir un pensamiento natural plena-
respecto a la incompatibilidad del pensamiento religioso y filosfico, si
mente desarrollado: el telogo podr despus reasumir este pensamien-
se piensa que la escolstica, representante del pensamiento catlico,
to racional y refundirlo en una sntesis nueva que lo integre en la
estaba en ese momento en decadencia; y se explica tambin que esta
-revelacin. Mas para que este ltimo trabajo pueda realizarse, sin error
actitud se haya acentuado _todava ms en los siglos XVlll y XIX. -Por
de perspectiva y de manera que proporcione un conocimiento cabal
el contrario, este aspecto de la cuestin explica tambin por qu hasta
del conjunto de los problemas humanos, hay que haber realizado el
hombres de accin han podido, finalmente, darse cuenta de la necesidad primer trabajo con plena independencia.
---,-------- ------ ----------------------------------------------------
}
} Filosofa moral y moral cristiana
44 El hecl,o moral y la filosofa moral 45
}
Este trabajo filos6fico supone, pues, cierta libertad de proposici6n diciones de pensamiento de China y la India. Por falta de una visin
) exacta de lo que representa el Cristianismo en cuanto sabidura huma,
y, digmoslo, cierta libertad de error. El pensamiento no puede pros,
) perar m.s que si se admiten nuevas concepciones aun antes de haber na, nos privamos de entender completamente todo movimiento de
comprobado todas sus facetas. El pensamiento se comprueba en la ,_. pensamiento, sea el que sea, posterior a la era cristiana.
discusi6n; es la discusin la que hace aparecer los puntos dbiles o -.- La cuestin puede enfocarse, pues, desde tres puntos de vista. En
fuertes de una concepci6n nueva; la discusin supone tesis discutibles; la Iglesia, para los que tienen la fe, la reflexin filosfica y la sntesis
y cuando las ideas son nuevas son necesarios tiempo y controversias filosfica integral de lo que es orden natural en la moral cristiana, son
para distinguir las novedades fecundas de las parsitas. requisitos estrictos para la inteligencia del conjunto y la determinacin
Tambin aqu el dogmatismo ahoga el pensamiento. Preocupado exacta del papel de lo sobrenatural. Esta moral cristiana natural es ade-
)
por la seguridad doctrinal, no por la bsqueda o progreso de los cono- ms, segn creen los cristianos, la moral natural verdadera, la moral
cimientos, con_dena inmediatament~_lo que le parece contradecir las filosfica o natural que corresponde exactamente a las necesidades, a
concepciones admitic;!as hasta _.,11!\>nces. Cuando espritus dogmticos las aspiraciones y a la naturaleza del hombre. Si los cristianos estn
ocupan un puesto importante en la Iglesia. el pensamiento catlico cae convencidos de la verdad de la fe y si estn obligados a procurar ganar
en letargia. Pero el dogmatismo no representa la tradicin oficial de la para ella a todos sus hermanos. no es menor su obligacin de procurar
lgl!:$ia. Cuando se lee la historia ~e las_ controversias religiosas. queda ganar para las verdaderas perspectivas de la moral humana a aquellos
uno frecuentemente _sorpreruIKlo__dela mansedumbre Icon que la Igle- a quienes no logren ganar para la fe, pues si la moral humana del cris-
si;1__ha soportado largo tiempo herejas evidentes, de la paciencia con tianismo es slo una parte de la verdad moral, cuando menos es una
que ha esperado a que los emires se reabsorban por s mismos, del verdad y toda verdad debe imponerse a los hombres. En fin, en el
tiempo que ha tardado en _conde.!_l_arJo,s. plano de las morales comparadas y en el plano de la historia, la moral
J FJera de la cuestin de la revelacin, es decir, de la cuestin de humana del cristianismo, dentro de sus perspectivas exactas y en el
saber si Cristo es el enviado d~ Dios y con qu _ttulo habla en nombre lugar que ha ocupado y que ocupa todava en el pensamiento humano,
de Dios, la moral cristiana S" prese11t~ como una sabidura de vida de la debe_ ser_ colocada entre las dems; y si los cristianos que tienen plena
que podemos aceptar muchos tninos, sin que 1-:i- palabra de Cristo conciencia de ella no la proponen, quin la propondr? Sera imposi,
sea tenida por palabra de Dios. El ideal de la fr.aternida_rl __b_ll11lil_pa. que ble enumerar los equvocos y los errores que han brotado de la mala
est en la base de la _moral cri~;iana, ha sido aceptado por muchos inteligencia y de las perspectivas errneas de la moral cristiana y que
incrdulos. Para determinar lo que. en esta fraternidad, depende del son el resultado de no haber sido muy frecuentemente estudiada en
carcter divino del mensaje de Cristo y no puede realizarse ms que en cuanto moral humana ms que por pensadores extraos al espritu del
la adhesin a su divinidad, hay que comenzar por estudiarlo en el Cristianismo.
plano natural y en cuanto sabidura humana.
--Una filosofa mofil _cristiana es, pues, indispensable al_pensa-
miento c.ristiano para cobrar plena conciencia del mensaje de Cristo. Y _Pero qu_ ~uceder al moralista cristiano si tiene una impresin
no. lo es menos al pensamiento humano en general, tanto no cristiano de mcompat1b1hdad entre la enseanza de Cristo y las exigencias de la
como cristiano. a fin de situar el cristianismo y los valores morales pro- razn? Su postura no ser apenas diferente de la de los filsofos no
venientes del Cristianismo, en el conjunto del pensamiento humano. cristianos, pues hemos visto que nadie hace moral sin convicciones
Todos los pensadores occidentales son tributarios del pensamiento cris- ~reestablecidas: La ~e se impone al espritu del cristiano por un con-
tiano; y desde que el Occidente se ha puesto en contacto con el Extre- unto de conS1derac1ones extraas a la regla moral; no se somete a
mo Oriente, el pensamiento cristiano obra incluso sobre las antiguas tra- Cristo en razn de la moral que ~ste ensea, sino que acepta la moral
)
) El hecho moral y la filosofa moral
)
de Cristo p9.1:qu~~ree en !!!. Si tropieza con una opos1C1on aparente
entre el pensamiento racional y la enseanza de Cristo, la sabidura le
dir que suspenda su juicio y reemprenda el estudio de toda la sntesis.
Sin duda pasar por horas de angustia, pero si la fe sigue imponindose
a su pensamiento sin que l consiga conciliar las exigencias de la fe con
sus propias concepciones racionales, la nica conclusin lgica que cabe
deducir de aqu ser que no logra anudar su sistema en un todo.
De hecho, el ascetismo del renunciamiento a la explicacin, es tan
penoso para el pensador, que la mayora recurrir al procedimiento
)
que encontramos frecuentemen.te entre los pensadores no cristianos y
saldrn del paso gracias a un sofisma que no se atrevern, las ms veces,
a confesarse a s mismos. Este recurrir al sofisma constituye una esca-
patoria que atestigua simplemente la debilidad humana, debilidad mo,
SEGUNDA PARTE
r.al an ms que intelectual.
Pero es que el filsofo cristiano va a temer realmente este escollo?
La respuesta nos la dar el resto de este tratado. La nica resp11esta que
se puede dar desde ahora es que el autor de estas pginas, habiendo POSTURAS FUNDAMENTALES
hecho siempre cuanto estaba en su mano para practicar una perfecta
lealtad de pensamiento, jams ha _tenid_o con_c:_iencia_d~ !~tirse_<:,bstacu,
DE LAS MORALES HUMANAS
liz~d_o_><>~nj11gun:i_c:l~Ias_ doctrinas del Cris~a.!)ismo; antes ~l contra-
rio, ha hallado siem.Ere en la .. sabidura de Cristo y de la Iglesia una
plenitud racional que da satisfaccin a todas las necesidades del es-
pritu.
)
)
)
)
)
MilTODO DE EXPOSIC!N
)
5-:.:_ ________P_o_s_h_,~_ru____c/1mda,ne11tnlc:_!-..:..}s ,n01'n!'::'_ h11m,11u,s Mtodo de e:,;posicin
:::.:.:.:.::.::__::_..:.:::~:.::__~~~~~~~~~~~-----=~~'<,s~~-l1~__.,,~-
51 , ji
de las aspiraciones humanas, de las condiciones de existencia del hom- la sabidura cristiana que constituye a nuestro juicio el cor ID.l~c--'
bre y de la regla de accin, desatendidas hasta entonces, o al menos de las grandes orientaciones del pensamiento moral 1,
destaca ciertos elementos que no haban recibido en los sistemas ante- Esta exposicin de los sistemas no es, por otra parte, completa,
riores el lugar que les corresponda, y hace posibles as sistemas nuevos pues no es nuestro propsito hacer una historia sistemtica de la moral,
mejor articulados y mejor proporcionados. sino indicar las posturas ms caractersticas, a fin de encontrar en ellas
El escollo de este mwdo consisura en querer construir una espe materia de reflexin. sta es, pongo por caso, la razn de que la moral
cie de sincretismo en el que se pretendera hacer entrar a viva fuerza de Platn y de Aristtdes, de Santo Toms o de Descartes no figuren
todo lo que se encuentra en cada uno de los sistemas. En realidad, el aqu, y ello por dos motivos.
provecho del estudio de los sistemas, consiste simplemente en que nos El primero es que estos filsofos son ante todo metafsicos, y la
permite distinguir con relieve ms acusado cada una de las facetas del moral ocupa slo un puesto secundario en su obra: el segundo es .ue
problema moral y de la realidad humana de que depende su solucin. su moral es una moral de equilibrio que trata de conciliar los puntos
Un sistema verdadero debe respetar _todo estos datos. de vista. La historia revela una tradicin continua de moral de equili-
Mas para comprender los sis.temas es preciso separarlos de las esco- brio que reaparece entre todos los pueblos y cuyos modelos ms caba
rias que los recubren -torpezas en la presentacin de las ideas, equ- les se hallan sin duda en la moral china. Esta tradicin constituye el
vocos en los trminos, compromisos con metafsicas poco afortuna- elemento esencial del pensamiento moral: pero estos sistemas ponen
das-, de suerte que descubramos la intencin a que responden, el sin duda menos de relieve los aspectos particulares del pensamiento
aspecto de la realidad que valoran y, por tanto, la parte de verdad que moral. Por lo dems, se relacionan en sus grandes lneas con la moral
contienen. Sucede con muchos sistemas lo que con los obreros aqu expuesta y presentan por ello menos inters para nosotros como
trabajan en excavaciones y manejan la pala con sobrada rudeza: cuan- instrumento priinero de reflexin.
do. exhuman una obra de arte, la destrozan al mismo tiempo : y ha y
que poner despus un cuidado infinito en reunir los .trozos.
Un buen nmero de posturas inaceptables o de ilogismos de los
moralistas nace de las concepciones metafsicas que inspiran sus mo-
rales. Ya hicimos notar que no se puede co111prender_un_a__r.no_r~l~~_c~_:_
nocer la metafsica del autor. Tendremos, pues, que indicar, para cada Mas, de otra parte, es imposible juzgar los sistemas sin aplicar uno,
una de las posturas morales, la metafsica de que es tribtaria; pero no pues juzgar es comparar con un contraste de verdad.
nos detendremos a discutirla, pues las cuestiones de la metafsica no Esto es comn a toda encuesta filosfica. La encuesta filosfica su-
son de la competencia de un tratado de moral. Nos bastar con indicar pone al menos una visin pre-filosfica de la cuestin.
nuestra propia postura y subrayar el lazo de la metafsica y la moral En el caso presente, esta visin pre-filosfica est representada por
en cada caso. la "moral de las gentes de bien", que se sita de golpe en un cierto
El orden en que se exponen los sistemas no es un orden histrico. clima y nos permite emitir un juicio acerca de los sistemas, sin excluir
ste perjudica a las verdaderas perspectivas del pensamiento, ya que el rectificar despus lo que un anlisis ms profundo nos pida co-
en todas las pocas encontramos las mismas posturas fundamentales. rregir.
Hemos preferido seguir un orden lgico, clasificando los sistemas segn
que correspondan a un pensamiento ms matizado, comenzando por
I Se encontrar una hi5toria b;i.stante completa de la Filosofa Moral
los ms sencillos y elevndonos progresivamente hacia una visin ms
y robre todo una bibliografa completa en LE SENNE, T raiti de mora le
amplia de las exigencias de la moral, para .terminar con un esbozo de gnrale, Pars, 19;2.
) La negacin de la regla moral 53
)
la existencia de una verdad absoluta, cual<l!!i~ra ~ se3L constituye.
\ un fen6meno _de lasitud intelectual que no aparece ms que con las
) I civilizaciones envejecidas::J Se le encuentra en todas las civilizaciones'
antiguas, en China y la India, en Grecia y en nuestro tiempo. Sigue'
a perodos de_ef~.ry~sgn~ia.J!ltelectual y :de entusi3Sl11Q.raciooalista .en
)
que se crea que iba_~ ~---r~~lv_~r. Jodos los problemas con las solas Ju ..
) ces de la razn. Esta efervescencia intelectual se vierte en mltiples sis-
CAPfrULO PRIMERO temas que se oponen unos a otros, a veces con acrimonia, cada uno de
los cuales pretende dar la nica frmula exacta y completa de explica-
cin del universo. Tras un perodo de exaltacin, el desencanto sucede
LA NEGACiN DE LA REGLA MORAL al entusiasmo. Se comprueba ue las discusiones fracasan en su em,
peo de poner e acuerdo a los hombres y que no se logra una verdad
universalmente re~onQcida. Unos tienen la impresin de que todo el
mundo est de acuerdo y de que las discusiones versan slo sobre pa,
Antes de abordar las diferentes concepciones del bien, se plantea labras; otros creen que no se puede llegar a un acuerdo, que todos los
una cuestin preliminar: se puede dar una frmula del bien y hay sistemas tienen su valor, que se puede defender o impugnar cuanto
obligacin de buscu)a? Ha habido en todo tiempo filsofos que lo han uno quiera, y que toda filosofa resulta vana. ~-n__a:on_:~_a_erece d escep,
negado y en ciertas pocas esas filosofas cobran una importancia ms ~ticismo,que_ no es 111s_ t:_U':_d fruto del cansancio. El espritu renuncia
considerable. Tal fue el caso de los escpticos en la antigedad griega a la firmeza de la adhesin. Prefiere balancearse de una a otra doctrina,
y tal es, sobre todo, el caso de nuestro tiempo. comp~endeao todo sin elegir nada, y se tiene la impresin de ap~~~cer
La actitud de los escpticos en la antigedad no ofrece apenas ms -inteligente mostr:indose receptivo a toda doctrina, lo que equivale a
que un inters histrico, por lo que no vamos a detenernos en ellos; cerrarse a todas.
pero s conviene decir unas palabras de la actitud general de pensa- El esceeticismo no .s~ aplica_solamente _a la _111_0~"!,. E]_escep_ticismo
miento a la que responde el ~cepticisn,a pues esa actitud. constittye moral depende de un escepticismo ms general que se aplica a todo
un elem_ento pennanente, J.e:._ la filoso/la. \;., _ conociiniento. Se ha refutado muchas veces el escepticismo, demostran-
1La~cu.e~ti<>11_ de sabersi ex_~te un problema !!'!.!,: ~s decir, si existe -do que no -mantiene su lgica hasta el fin. que no se es mmca escptico
.una regla moral independien.te .del. hombre, a'\ la que ste debe some- ' ms que en cierta medida; pero estos argumentos hacen poca mella en
!~y-quedebe busca!_J>ara sometrsele, es lgc;;;,er,te -la prima \ los escpticos, porque_!'] escepticismo nace de tendencias afectivas tan,
.cuesti_n que_~e .. elantea al filsofo mando aborda la filosofa-de Ji.ac- ~ \o como racionales.
cin. En efecto, como el anlisis descriptivo revefa-UO-~b~Oraf . ZO - Las f~~111; d~l escepticismo son diversas. Vamos a estudiar la for-
ca.r<:t~J_ cl~_imper,1tiyo_..__p_are-.e..t _que_el. espritu debe inmediatamente pre .. ma que ha tomado en nuestros das y sus repercusiones sobre la filo-
_ .. gimta.r$~ .qu vale. esta experiencia y si responde a.una.. cralidad ...si
embargo, esta cuestin no aparece cronolgicamente hasta bastante tar-
,. sofa moral contempornea. Estas npercusiones son muy profundas, y
veremos que ese trabajo de disolucin de la moral no ha sido entera,
) de, pues los espritus sencillo~- n~"__~a_plant.ean .. Para el -~spritu sen- mente vano. De las discusiones acerca de la posibilidad de establecer
C:140, la existencia _de k mor:if es u11.~ evide!1.cia: podr disc,utir su una regla mo~al saldr quiz renovada la moral.
ontiido ..y sus princiios,
----- --- .. --------- --
nero no duda aue exista una .. La duda en
_ _ ,::_ _________ =-.....::i.,. __ . - . --~~----- -------
)
esta materia, como la 1:1cl_~ ~~erca de la ,osibilid.ad de la filosofa o de
-------------------------- ---
'
)
)
54.~________P_o_s_t_ur~as.:.._,f~u~n_d~a~m~e~n~tn=l=es::__:d=e:_::las:::___~m="~~l:es:'.....'.h:~1'1"'~,~,as La negacin de la regla moral 55
)
filosofa consiste en un curioso sincretism.o ..~\5. tendern;_ias evolucio-
' i '
) ,, 1~, ,.,,,.~.1'_1,_!,,.,,.:,0 1, l\{(t... ,,r',''';'!'ii' lcl'( ..i.
1
)
q11~faJ>er[,;.551?n .!~ .la mc,ral !1.?_~~riba c~!~.&:.!..~un sLStema exacta- ,
m~n~_pr_o <>~9onado a la naturaleza_ humana a licable a la totahdad
:>1 _La c:on,w.cin ,relativista impregna profu~damente to~o el pen~-
miento la literatura contem orneos se difunde a traves del no-
I dico, la novela y las dems vas de acc:5~~l?.s es~ritus. Se. insiste en
) ~~_los hombres! aun _.Fermitiendo a las diferencias in ivi ua e,-1nan1-
lo que diferencia a los hombres, nunca en _1c,__~1e os __a,~~'"~ Cada
)
i~l~~.!~ tri~ gu;" la per~ecci6n .de la. mQr!l )e enEit~a en la difer~-;;- cual debe seguir ,ui naturaleza ..Y.~~~- cualtieneEun_~ naturaleza dife-
EClon ~reciente de las morales hasta un trmino ideal que sera tener
rente: lo que es bueno para uno no debe serlo P..(. otrn: el matrimo-
(tntas _lllorales cuantos hombres existen: ~ (
- .;;o indi;ol~ble ~ la mejor forma de unin para ciertos tipos de hom-
"--ta enseanza de moral d;be pues, consistir en abrir los cspm-
bres: otros, en cambio, desplegarn y desarrollarn mejor su natura-
) ~ J!_",~'!,.c\L.ue cada '!!'.". busgu,1;5;:;mor,o:I. Las morales histricas son , leza o en la poligamia o en las uniones sucesivas a corto plazo: algunas
s1mples.e1emplos de adaptacin de la moral a las diversas aspiraciones
) sociedades protegen con grandes gastos la vida de los dbiles, nios
de l_os espritus. "En estas imgenes diferentes o, por mejor decir, con-
canijos, ancianos, incluso la vida de los anormales: y ello se justifica
trarias, de la verdad, cada uno deber buscar la que conviene a su vida,
habida cuenta de las condiciones en que tales sociedades se hallan: en
) a sus aspiraciones. El pesado privilegio de nue~tro _tiempo consiste. ':_n
cambio, otras condenan a muerte a los viejos y a los dbiles, y deben
ver__re11;i_cer y florecer ala _vez todas las doctrmas que sucesivamente
) hacerlo as si quieren vivir y prosperar. Una y otra prctica tiene, pues,
han tentado la curiosidad humana. Tod" lci_iii~ sej,~eclel;acr-.-r.,:
el mismo valor en s; su valor lo crean las circunstancias. Por otra par-
vor_de un es.erit11_ ~ven, perplejo ante la eleccin, es ay,;J;d;-;; ~~
te, los pueblos tienen, igual que los hombres ..m individualidad: el bien
) cono~i,r~e__y_tr~!~!!"_ e_I111_1_11bo _4el espritu humano" 1.
del alemn y el bien de Alemania no son el del francs o el del espa-
Una de las frmulas ms completasde-;sterelativismo moral fue
ol. El honor alemn es verdaderamente el honor alemn: pero ese
dada a finales del siglo XIX por Her]_ert Spcnce~(-!h.;,1903): cuya
honor puede ordenar actos que deshonraran a tm francs o a un ruso:
crno establectt' una inedia entre lo que conviene a un chino, a un
I DARLU, en BELOT, etc . l!tudes Jur la philo1ophie morale au X[Xe
.sie'cle, Pars, 1904. Introduccin.
negro y a un europeo? La historia, las ciencias sociales, el folklore, la
---------
)
Posturas fundamentales de las morales humanas La negacin de la regla moral 57
psicologa, son citados sucesivamente a dar testimonio de las diferencias abandonarse a los instintos, pues no ofrece ninguna lnea de resist_encia
ilimitadas que separan a los hombres. Se es como se es, y la vida debe al que opone como regla decisiva de su conducta moral: "Yo soy as;
plegarse a la naturaleza; la nocin misma de una norma moral um hay que tomarme como soy". Esto enclerra una parte de verdad, como
forme constituye un desafo a_la_realidad._ veremos, pero no es toda la verdad.
El __p~!P,ci'E.:1.o re.lativista se encue~ntra_ en nl1est:~_-.~~~-ast~ __en las--
morales ms slidamente construidas. En su Trait de morale gnrale,
R. Le Senne,' despus de exponer los principales sistemas, se pregunta
- - -Tendencia ms bien que doctrina, el relativismo impregna los es- qu provecho podemos sacar de ellos, y comienza por descartarlos to-
pritu, en proporcin variable; y a pesar del radicalismo de sus peti- dos: "Ninguno de los principios fundamentales d_~ l'! diversas mo-
ciones de principio, no sostiene nunca su lgica hasta el fin. Cuando se rales ni, por tanto, ninguna_ de las morales, pueden ser _considerados
habla con un relativista y se le dice: "Usted pretende no ver nada de como suficiellt_es". ~ cabe. pu~, elegir entre e.sos sistemas ni se puede
comn entre un chino y un blanco; pero cmo se explica usted que siquiera pensar en hacer un sistema de todos "para construir~n:,oral
un cirujano blanco, con slo sus estudios y sin haber operado nunca ms ms comprehensiva, l_a_,no_ral,_qu_e_ pondra a cada uno en su lugar ... ".
que a europeos, pueda abrir tranquilo y seguro el vientre de un chino Por el- contrario, ;~ _er~cis_c,_ _gua!_cl~rs~ de descar_t_a~ _njn_S"_l"IO _de_ los
y encontrar los rganos exactamente en el mismo lugar?", l responde: principios que las diversas morales ponen a nuestra disposicin" -si
"No es eso, evidentemente, lo que yo quiero decir", Si se le dice en no exis_te mor_al v_erdader_a, tampoco e:><is_te !llora\ falsa-, pues "cada
tonce.,: "Usted pretende no ver nada de comn entre un chino y un uno da al hombre un poder nuevo. Pero el hombre no_.ffi!.!;de atenerse
blanco: cmo explica usted entonces que un chino pueda aprender a estos principios ni a la totalidad d;- ellos. La unidad real no consiste
nuestra lengua, hacer estudios en nuestras escuelas y volver a China en la unidad sistemtica de nocionesqe formarian eriofo-ci-;-;;;-;--;i"un- .
. ensear a sus com,atriotas lo que ha aprendido entre nosotros?", do moral; consiste enli-unidad viva del espritu mismo,del que toda_
os volver a responder: "No es eso, evilentemente, lo que yo quiero objetividad es solo expresi6n o instrumento" (pgs. 520-523).
decir". Y si aadLS: " Cree usted que nada hay de comn entre la Estas frmulas no son muy C!iTcrentes, en el tenor de su letra, de
atraccin de un chino por una china y la atraccin. de un blanco por las que sirven de introduccin a nuestro estudio de los sistemas: se
una blanca? Cmo explica usted entonces que pueda incluso suceder distinguen solamente como las _dos vertientes de un tejado, que arran-
que un chino ame a una blanca y exprese sus sentimientos de manera can de la misn1a viga maestra, estn construidas con los mismos mate~
que toque los ,entimientos de sta?". l os responder de nuevo: "No riales y se oponen nicamente en el sentido de su cada.
e., eso. evidentemente, lo que yo quiero decir". __Lo gue el relativista ,, . .
quiere decir e.s, simplemente, qu~_ ~-"~te_'.',.,$!~ndes diferencias entre los ,
hmbres, que esas diEerencias s_on__l!l_ucho ms profundas de lo gue se
"t .' 1.
11
.. crea en. tiemp5>5_pasados,q_ue las morales __ antiguas y las antiguas ins-
tituciones no tenan suficientemente en cuenta tales diferencias. El re- . El relativismo impregna profundainente la filosofa moral del lti-.
lativismo se explica por una reaccin; y, como la mayora de las~ me siglo, aunque bajo este relativismo se haya propuesto ms de un
_2~nes, -~-r~11sfi"ere-~i fiinulas alisoli.ta,to-qllete-a.pafece en l )T~'!?, sistema;(a5;-C<l!1_Cepc(o~~S ~s, repre_sentativas se encuemr~n- en_ la CS
relativo, 1 cuela soc,ologrco.-pos1ti~!!_~.! ele una parte, y de otra, en ciertas apli ..
Pero si el relativismo nQ _resiste a los ejemplos prcticos, se expresa ccioriescl laJilosofa de los valores. 1
constantemente en frmulas abstractas que se presentan como absolu- Fundado oficiahne.Jlle por Allgusto Comte (1798-1857), el posi-
tas, y sirve de pretexto para todas las concesiones morales. Acarrea el . tivismo es fambi_ri_ ]!.~actitud ms que un sj_stem, y ..u el resultado
)
)
Posturas fundamentales de las mMales humanas La negacin de la regla moral 59
de numerosas corrientes de ideas y sentimientos que se desarrollan en Pero un sistema de moral es il)c_on_cel:,jb_l~_E!a.~l _e_Cl_~itivis!'!o. _No
el mundo intelectual mucho antes de que Comte formulase los prin, I admitiendo ni __ metafsica ni principios racionales, n,o.puede_Ql)lit}r ..
c1p1os. ,tampoco nada que fundamente una: reifa .. ,;~;-;_;;;;;.;, El'positivismo
(E'n la base _del positivismo aparece primeramente una conce cin . es un fenmeno muy representativo de la disposicjn intelectal que
,negativa de la filosofa :\es ilTlps,siblel lo que hasta entonces levaba e r_esulta del abuso de las especulaciones metafsicas y que trae consigo
nombre de filosofia, e~to es, un conocimiento racional basado en una el horror hacia__ el tr~b_ajo__r~~ion~. l,EI posjtjyj5ta cxprciroryH una ~-
\realidad discernible por el espritu, pero inapresable por los sentidos. ' p~_a_ncia casi instintiva hacia la metafsica_; tan pronJ_o__ ~o~..se ve
- - El espri!~..!iu!!J_ano_11o__Eue~~ e~n':~r~~l~ naturall'za nt~a J,_las_ca_u, s'gr en el hori~o~te del pensamiento una tendencia a i-ec1rrir a ~pr,ri;'
sas de lo real; las esencias le son inaccesil)fes. No conoce mas que el cipios o a u.n razon;mienta .. qur.. sobre~ lo que nos .d.n lo.1.. L~ul-
IeriOmcno, y las ~~~;tr~zcciones del espritu se iI;nitan a deducir de la tados .del~ ~x~riencia inm~diata, corta la discusin y s.--~gia en
observacin de los fenmenos las relaciones constantes llamadas leyes. una abstencin d;;~;;nfiad~~~~lar'andi' q~ 'Je -esta manera. iiosa\7en-
Todo lo que va m~s-l!Tcte- este trabajo es fantasia: :l__gJdl:ll duas.... turamos por .. un t,:rreno por ef qu' no se puede llegar a otra cosa ms
esencias es lo que_ Spen~~-~.!-~iscpulo de Colllte en este punto, llamar que a disputas verbalistas.
I "incognoscibl~". No_ afirmamos lo incognoscible, ni_ tampoco lo ne- ! Es, sobre to~dsilo XX cuando el positivismo i11vade la mo,
gamos: no escapa: no hay que ocuparse de l. \ral. La -obra d/{,_vy-BruljP (1857-1939), La morale et la science. des
Prcticamente, el f'.'sitivismo va ms lejos, pues la actitud que co~- moeurs (1903), ha Tcirr,"uiado y difundido la concepcin positivista de
siste en declarar que, 110 nos ocupamos _:le lo que sobrepasa los sent1- I la moral..
!dos, nos lleva a trata'rlO. como inexistente} Si existen esencias, si existe "CT El autor formula contra la moral normativa un conjunto de obje-
io racional. si lo racional nos introduce en un mundo espiritual, si co- cione.sqie corresponden a la concepcin positivista del conocimiento;
rresponde a una realidad, cabe la posibilidad de que modifique en algo juzgndola condenada al fracaso, prnpone_ reemplazarla por la ciencia
nuestros conocimientos positivos; y stos debern ajustarse a este ob- de las costumbres. f:sta consiste simpl_ementee~ estudiar el hecho mo-
jeto racional; y es harto probable que con ello la norma de nuestra . raT y-e: cclmprobar los jmcios usuales de bien y de mal. Este estudio
abstraccin de las realidades suprasensibles equivale a negarlas, so positivo pc3dra'carreai;1a- vei'esarrolfJost1IC~',fl~nt('.,__~_J;Qfil-
pena de detenerse en la construccin intelectual antes de haber llegado tm
t1tuc1n de ''arte moral r_acion~;;._ g_ue _seda_ la_vida moro que
a una frmula completa de vida. O bien e.l positivismo debe renunciar la medicina a la vida ffoica: el arte de "estar bien"'.
a formular una concepcin de conjunto cualquiera, o bien debe desem- ( Al lado de Lvy,Bruhl, . Durkheim (1859~1917), fundador de la
bocar en la negacin de lo suprasensible. En la prctica, se queda en \ Escuela Sociolgica Francesa, des.;.'rolla . en numeroso, estudios -ideas
esta segunda solucin. similares-: El problema de la moral tradicional. que consiste en buscar
E~sitivismo t}!!'JUfu una importancia reducida en la hist~ria de una norma directriz de la vida, no se plantea, El nico. obito-cient-
la .;et_affsjca,__puesto qu!n~ga la posibilidad de la metatis1ca: no se . fico de investigacin es el hecho moral. que difiere de sociedad a so-
as~octip,.;
oc:_up~. P:_es,i)e ell'!!..l:'...!~ITl_etafsicas apenas del posi~ l -9efl~d. ~O,_ se_ pue~e hallar otro criterio ~~l 'lalor mc,raf,ns que .!']
tvi,uno. Pero ste tiene una ran im:rtanc1a en el desarrollo contem- ,j 1 ]J.IQ_l es bueno en una sociedad dada lo que la mayora tiene por tl.
p;rneo !:l~~oncep~iones mor~~~:Pues se acuna mucho- ds [a c9!1-- o lo que hace la mayor parte: la excepcin nunca tiene razn.
lta humana.: sta c. onstituye incluso para. ~l _l?!_objeto fund?mental \ i i La moral se reduce, e_ues, y se limi.ta al hecho moral: y et hecho
de la ciencia, ;,.rn:.Ld.c.Jo_das las reatictadei que reputa cognosc1hks, d :, moral es pu~a;n~nte so~iaCPero mientras que para nosotros erl,clio
h.,;;,brc es la ms alta: y~"ZoM~iini:i,io cr.;n,o,'rc ~eprescnta P' 1 ', moral suscita el problema lnoral, ls iosfivista,-ie niegan aesiucliarlo.
l la cumbre y remate de iodo cnociin~e~to: . Y ~parecen poco cohere_nt~_cn siii..P!'oj,iaspoSturas, pu.es'eT"pcQ.::
I
l
U
) bi lo ue existe : se com rueba.
-La ciencia e ..tOH\I es estudia los. .hechos morales para de-
de la soci<J_lo_.g".-'a.'---
Por otra par~e. todo el desarrollo cientfico y todo el desarrollo de
terminar las leyes de su !'cimiento, de su crecimiento y de su muerte. las ideas desde hace un siglo no han cesado de llamar la atencin so-
Los.tcnicos de la moral cientfica nos informan sobre el desarrollo del bre la dependencia del hombre respecto de la sociedad. El hombre
he.1;--~~~~j y s~bre sus }~yes. Obse~an los comportamientos comu ,---!lace en un medio social cuyo influjo sufre desde todos los puntos de
--~de los hombres en sociedad y nos invitan a ajustarnos a estas leyes \ vista:. la sociedad le modela a su imagen: sus gustos, sus opiniones,
d~_ la vida socia~ Pero sta~, ~-'- SE[>llesto_. varan de una sociedad a \ sus hbitos, su_ formacin intelectual. incluso su c.omportamiento, todo
otra: si se puede hablar de leyes, es slo en_ ~n rea_ surna.ment,;__ !~--_ .proviene de la influencia social: todas la.s dif~~_.;;~ias ~ntre los hom-
t~i11g_ida. ~e .P'!l'de! por ejemplo, en una soedad dada, "e!iminar los bres, segn la poca, el pas, la clase, la familia/todo esto nace del in-
deberes arcaicos nacid0,5c deii:,stituciQnes anticadas, que ,:,,;tan f_ll~r:il de flujo del medio. La moral como todo lo dems.~
~"y (lU-;jh~~Qnvertido en impeclime11ta de la vida social" (Lvy, fi:.a -~oral se explica, JJII.~~ t\ni~a.mi;n~. el ii:ifu!R!.S!l: es un
Bruhl) .
... ComoJ<>s..h..\1mb.r~s. YiY~!l. en. s_o~iedad y depend.m ~st,red1amcnte de
I pr~cto del ;,,edio social: no hay que buscar en la mora bases ra-
I cionales: brota del mantillo que forma el medio y, para explicarla, no
sta.__!~ bu_~nas c_ostumbres_ ~011_!~ .'?~!umb~s \liabitual~s en una-~~--__ es necesario acudir a las teoras con las que se pretende justificarla:
~iedad dada yJas malas l~s n_o habituales. Como la-~o~iedad es necesa-
ria al.h21Ilhr.e.....y_t.Q.1]10 no es posi\>Ie_vivir en sociedad.ms que acep'. ......
I estas mismas teoras se explican tambin por el medio: es intil pesar
los argumentos con que estas teoras pretenden demostrarse: esos ar-
tanda sus usos, stos se imponen al hombre por una ..e,re;;J.11_i11t:._rna, gumentos se explican asimismo por el medio, y basta cambiar el medio
~.J!!:ir; q~-~lhombri;~e v'e ~n fa :,.~isct;d de seguir]~~ usos soc~a- social para que los argumentos pierdan su poder sobre los espritus.
l!;S :_ ah est la oblig~i!J:: ,Por ~1 ~oritrario,_el _necio o el imprudente As se explica que razonamientos que parecan perentorios a los grie-
que viola estos usos sufre consecuencias A~:'11!"!~~~les A toda~ cl=.scs,. gos nos parezcan ftiles, y que nuestros argumentos carezcan frecuen-
q;;- pued_en llo:gar _h_a.s_ia -hac~ri;1..-~;d~ im,osible: esto constituye la temente de eficacia para los orientales..
~~: ' ----,.-.i, La misma ide~ de moral brota de la sociedad. Un hombre aislado
' ~ As se_dcsvan~_e la antigua distincin entre el bien y el mal.' El ( nQ_kn_c!_ra idea de un p;~bk;;;; moral,. ~_e _u_11a obligacin~morn!,_c!e un
1 ; biey el mal no~orio\ra cosa. ms .9..\'!; 1lLW~J~ m.t.edi?J'Ulena o . bien moral. 'El problema moral nace de nuestro contacto con nuestro-;-
' prohib: "No hay que decir", escribe D_urkheim, "que un acto ~_iere la
' ci_;~I~n_cia ~omn porque es criminal, sino que es criminal porque hie-
s,:mejar:ites. Estas concepciones estn hoy ,ompieta;,,e~te difundidas y
se consideran frecuentemente como un postulado que no necesita si-
)
) 62 Posturas fundamentales de las morales humanas LA negacin de la regla moral
quiera demostracin"Li\ ~q_cj!'da,I_ et. 4-ce r:vela_ aLli.11_lllhri:.Jiu.w: . ---- Valor es un trmino de lenguaje corriente, empleado primero en
e~o. mtj<>r, lo que debe ser" (Loisy, La Morale humaine ). "Lunm- ecc,_n_oma_ _,ojtica con un sentido tcnico. El gran prestigio de la eco,
idad, en su naturaleza profunda, no es otra cosa que lo social mismo, noma en los siglos XIX y XX explica el que la palabra y la preocupa-
esellala--que coruiiiuye -el 3curd consciehfe-o-1m-5lcito ele tas jndi- - cin a que responde hayan pasado a las ciencias del espritu y hasta
v1diiospara.~om~ar sus_ actividadiJ' (Duprel, Trait de moral~). a la filosofa. En filosofa, el trmino valor se ha extendido a numero-
Este soc1olog1Smo moral impregna hasta a los_pensadores_m;u_ak,_ sos empleos; y hoy en da tiend_e_a_reemplazar el_ a;tiguo trmino de
jados-del positivismo. Seg6n Be~gsn, en un tratado de morn]qw:._u,_ ~i<n sin recubrirlo exactamente.
blic al- mcle- su vida Les tleux s911rces de la religion et de la 11wr:,1le ----Valor designa en primer lugar lo que hace que las cosas sean es-
(1932), la moral corriente, popula_r, 9_!!~ l califica_ d~_ ~tllil:a, moral ! timadas y deseadas; de aqu se pasa a un segundo sentido ligeramente
conservadora, _n_a_c_hl!,_ __cl_el~~!<?____ hs _r e ~establecida~, es de_ ori_gen " l diferente, a saber: lo que hace que las cosas merezcan ser deseadas
_exchrnvamen_te social, y el sentimiento de la obligacin b_r:ota exc!11si- o estimadas. Uno y otro pueden explicarse desde un punto de vista
vamente de la sociedad, de la resin social. in embargo, esto no subjetivo u objetivo, por el sujeto cognoscente o por el objeto cono-
agta, a su juicio. erhecho moral. Al_ lado de esta moral esttic~:tra- cido. Segn que una filosofa de los valores haga ms hincapi en el
diciona1, -puramente recibida, B.ergson descubre la existencia de otra _ primero o en el segundo, tendr un carcter ms subjetivo u objetivo,
moral que d_enomina dinmica.J! QlOral creadora, ~o~esi',';,_J!.llllYa- ms realista o ms centrado en lo absoluto.
dor de los ~ritu.1, ....f.sta trae su origen de personalidades recias, a El valor es, pues, lo que hace las cosas estimables o deseables; se-
las que Bergson caliij".r de hroes. Estos hroes se liberan del medio gn los motivos de estima, se distinguirn principalmente los valores
1
social reaccionrio ~cotra l, crean valores nuevos y se ven general.. , intelectuales, estticos, morale~ y religiosos. La filosofa de los valores
mente perseg,;;;~, porg__ue el_ medio social no acepta ms que la moral/ se consagra a analizar la. eseucia de esos valores ...
esttica~Ja que se halla-:-h;.bit~;.J;~-S6~;at~s, fess, Mili~~ .
L~tero. Es la fenomenolog; la- qt1e nos permite llegar a la esencia. La
estn~11tre_es1os__hroes. Cuando su pensamiento llega a trit1nfar en fenomenologa constituye un mtodo de reflexin por el que el espritu
un medio social, se im~~-~n la monlesttica y se convierte l mismo enfoca las percepciones ms primitivas, la experiencia inmediata de lo
en esttico, es decir, tradicional. real, que no es posible descubrir ms que mediante un trabajo de des-
; ' ' ~J ' ~ .
integracin de las sobreestructuras que la vida social y personal han
edificado sobre la experiencia primaria. La fenomenologa constituye
lII una reaccin contra lo artificial y lo convencional que muchos contem-
porneos echan en cara a las filosofas y morales antiguas. En el plano
Orgt,!!__ tnl!)' _distinto tiene un conjunto de concepC1ones morales del pensamiento puro, corresponde a la "vuelta a la naturaleza" en el
relacionadas con las filosofas del valor. plano de la accin, deseo de simplicidad, de contacto con lo real tal
: _ Las filosofas del valor no constituyen, propiamente hablando, l!!! como se experimenta, dando libre curso a la espontaneidad de las ten-
escuela. Se agrupan aqu filosofas correspondientes a todas las tenden- dencias. Como la vuelta a la naturaleza, la fenomenologa reacciona
cias del espritu, y no tienen en co1n1n ms que cierta manera de pre ..
. contra lo que una civilizacin muy refinada entraa de irreal y de ar-
sentar el problema filcsfico. Estrechamente emparentadas con la fe- tificial; y al propio tiempo, esta vuelta a la espontaneidad primitiva se
nomenologa, constituyen el resultado de toda la evolucin de la filoso- halla a su vez impregnada de un intelectualismo refinado. As como
fa desde hace dos siglos. Algunas de ellas participan del estado de la vuelta a la naturaleza acarrea la aparicin de una industria que ofre-
espritu relativista, mientras que otras trasplantan a temas nuevos las ce a lo~ excursionistas utensilios numerosos. variados, costosos y com~
antiguas tradiciones metafsicas. plicaclos, destinados a hacerle< agradable la vida sencilla. as tambin el
)
) La negacin de la regla moral
64 Posturas fundamentales de las morales l111tt1anas 65
----'-----------------
mtodo fenomenolgico de vuelta a la "sencillez primitiva" slo llega res, es la tentativa de construir una moral terica, intermedia entre la
a ella mediante largas y sutiles reflexiones, ininteligibles para quien no moral normativa y la ciencia de las costumbres.
tenga una formacin filosfi(a previa. El papel del moralista, dicen, no consiste en encontrar la moral
En lo que concierne a los vaj_o~~rnorales, los autores estn de ni en deducirla de principios abstractos; la__!!l!)ral n_o~ es dada por la
-acuerdo en reconocerles un carcter especfico que los dife!!'ncia de experienc! moral: el moralista reflexiona sobre el dato moral y la
todo otro valor, especialmente de los valores intelectuales, cifrados en coordina. Esta moral terica "no prescribe nada y no construye nada":
. el conocimiento como tal, y. de los. ~~lrue;-~-;Jtico~. Lo peculiar de formula "juicios puramente tericos comprobando, en una reflexin
'1 los valores morales radica en estar vincuhds a la accin y concebidos
- - - - - - - - ------ -- - - - ------------
posterior, los datos efectivamente vividos en la experiencia moral in-
' en__ y _po,_ la --~fin. Los valores morales pertenecen al dominio de la mediata, infinitamente variable" (Gourvitch, Morale tl,orique et scien-
emocin, dice Max Scheler (1874-1928), uno de los principales maes- ce des moeurs ). Estas ideas reaparecen con variantes, desde finales del
tros de la filosofa de los valores y de la fenomenologa. Un valor mo- pasado siglo, en autores como Wundt y Fouille, y ms tarde en Rauh,
ral se expresa por un quehacer", pero no se conoce plenan1ente un Bougl y otros.
quehacer ms que hacindolo; "el hombre no tiene que regular su La "moral terica" no deja de tener parecido con el "arte moral
conducta segn un modelo nmvil, primero contemplado y despus racional" de Lvy-Bruhl, pero enfoca el problema desde el extremo
reproducido. El, hombre ,:re_a_ llll_ rnod~Jo_c:,l,ra_n_do o, si lo ve primero, opuesto. La ciencia de las costumbres de los socilogos positivistas se
lo vivifica, lo recrea continuamente mediante su accin" (Rauh, L'Er- basa en el estudio del hecho moral estudiado bajo el ngulo de sus ma-
prience morale ). nifestaciones exteriores en la vida social; la moral terica de los feno-
Esto no significa que la inteligencia no tenga nada que ver en menlogo, encara el problema moral bajo el ngulo de la experiencia
moral; pero los filsofos del valor se oponen a un intelectuali,mo interna. Los dos puntos de vista se completan y pueden llevar al es-
abstracto que juzgan peligroso, pues "la moral es ms exigente que la tudio exhaustivo del hecho moral.
ciencia; no puede contentarse con comprobaciones abstractas cuya
utilidad sea eventualmente el producto; compromete la totalidad del
hombre y de su vida. Esto supuesto, aun cuando siga uno siendo inte-
lectualista por confianza en la inteligencia, ser preciso aceptar "auxi-
liares": _la experiencia, los sentimientos, el respeto del deber, aparte Qu podemos retener del relativismo?
del conocimiento puro" (Le Senne, Trait de morale). Estos autores --Hemos visto que no existe_relativista integral. Algunos autores lo
gustan de apoyarse en el dicho de Pascal : "El corazn tiene sus razo- reconocen de buen grado, como M. Duprel en su Trait de morale,
nes que Ja razn no conoce". la exposicin ms sinttica y ms coherente, al mismo tiempo que la
Los filsofos del valor se han entregado a anlisis del fenmeno ms radical, de lo que puede ser una moral positivuta sociolgica.
moral, contbuye_n~o con ello a precisa~ _llls_c:_aracteres del h_ech_o moral "Sin duda, escribe Duprel. hay una naturaleza humana, dato cons-
y su profunda originalidad frente a otras manifestaciones del espritu. tante de qe se deber tener m~ch~ c~e;.,t~. pe~o g v~riedad de los fe-
Estos anluis, como el conjunto de la actitud fenomenolgica, con- nmenos morales no puede e"l'licarse ni_RQr el fondo comn de carac-
cuerdan con las posturas filosficas ms diversas. Unos, creen encon- teres idnticos entre los hombres, ni por las diferencias que el azar pone
_trar en los juicios de valor juicios _ele realidad; otr_c,s, creen los juicios e_n c_asJa__ un_c,__de ellos" (pg. 273).
1 "------
de valor puramente s_ubjetivos, actitud que nos lleva al relativismo mo- -~El rela.tivisrno es un_a_!.eacci_n contra el ~~-~-~sj~~- tl_gor, real o apa ..
ral. La manifestacin ms interesant~_de ste, en la escuela de l_c,_s valo- . rente, de l~_s _mor_ale,s~t_r_ad_iC_i_<>nales, en particular contra el rigor de Ja
m_oral cristi_apa. Ya se trate de la mo-ral ,atlica, especialmente en ma-
f"iln<:offo ,nnrnl. - 5
- - - - -- - - - - - - -
)
\ 1
66 Posturas f,mdanientn/es de las mornles lnm,anas ,
_______ teria sexual, o de la mor~L,ro!i;,;_tante tal como se la predica en los el Discours sur )'origine et les fondements de l'inga!it, de~lara: "Co-
medios puritanos, la moral cristiana l~ar_ece exageradamente estre- me~~mos _por._descartar todos los hechos, pues no tocan en absoluto
cha y desprovista de flexibilidad. Muchos espritus que se separan del . l_a,_!'uest~n". Esta manera desenvuelta de tratar los hechos sorprende
dogma, re.tccionan contra estas formas rgidas cuy~-c-atcance exacto no al hombre de hoy, pero los lectores del siglo XVIII "estaban muy dis-
siempre comprenden. Las posturas de la moral cristiana trad,c,o?al, , puestos a hacer los mayores sacrificios para introducir claridad" en las
especialmente de la casustica catlica, son efectivamente muy matiza, ideas (Georges Sorel, Les ill11siom du progres ). A fin_ale.s._ de sigla la
das, y se necesita una iniciacin bastante prolongada para compren manifestacin ms resona'!_le ele es_t~ e,pjrjt!! ~e __eo.i;\ltlllr.L en la De-
derlas. Y as, Albert Bayet, en su obra La Casuistique chrtienne con clnfcin de los derecho_s _ckl h~n~b.!~-Ll~- misrJE__!endencia contina,
temporaine (1913). echa en car_a_ a Jas c~_u_sti.c_a,s_ _c:_at_li.c_a_s_ eLno ser dominando los medios ofici~I~J.-~tl.Eraoria 5ohre toda hasta rony en,.
lgicas consigo mismas, pues formulan principios absolutos y admiten trada ya la segunda mitaddel si~XIX. Contra esta tendocia se le-
despus excej>C:iones en la aplicacin. Formulan, _por ej~plo, como 1 vant el positivismo.
absoluto el principio: No matars, y despus admiten casos en que es ~--Desde entonces, los_ estudios de psicologa y de so~ologa _no han
lcito matar. cesado de poner de -relieve las diferencias_ entre los_hombres: y no cabe
--E~-;-;;lidad, esta crtica descan_s_a_~_u11_err_or respecto a lo que los dudar que tenemos hoy en da una conciencia de estas diferencias ms
moralistas cristianos llaman l~-~bsoluto de la moral, pues los tericos aguda que en ninguna poca anterior. Al llamar la atencin sobre este
de las morales absolutas no han excluido nunca cierta variabilidad de _asp. ect~ el .r~la.tiv ismo _l,_~_h.ech. o_',!_ n__g.r_a~-ir\'~io, .pero no modifica en. \ i
la moral prctica a tenor de las circunstancias. ~na cosa es la inmuta- nadatundamentalmente el problema humano: que las diferencias sean /
~ilidad de los principios y otra la va!~abilida~ de las aplicaciones: la ms o menos numerosas.TosnomoresnoCTeja-dO ser _un_g~ne~ijU
cueitin s'tf-en ver en qu medie!_~ debe!). variar.Jas aplicactO!l~~ mano, sometido a_ leye,s _com!Jn_es, :t. el problema de la moral es bus~ar
~ Es exacto, sin embargo, que :1os antiguos no te~~}!_~~a concepc1n las leyes de la accin humana libre. ..
tan amplia_ c:_~rn~l_:i_E._uestra cl_~_)as diferencias ~l)_t!:_e_.!o_s_ hs,mbres. En 'Fijar esas leyes- exige, por otra parte, llegar. por encima de- la- psi-
'particular, ~ partir de Descartes, l__fi10J_ofa_.c.i~1Ca ha estado obses10- ,cologa y la sociologa hasta los fundamentos de la naturaleza humana.
\nada par_ eLcl_~"?. de_ co!'~!~_uir la filo~ofa seg_n el _modelo _de las ma- Para conocer el bien del hombre, es indispensable el conocimiento de
,teiriticas; por va ~ra~ente deduct1va,,.l'~!endo. de uno ~ de algu- las presiones psicolgicas y sociales que obran sobre l, pero no po-
...- ~os ---principios__si_m2lcs_,__ de_ evidencia inmediata. Lo~k_c y Le1bn1tz, es- demos detenernos ah. Es preciso llegar hasta el estudio de su natura-
pecialmente, intentaron edificar una moral matemat,ca partiendo del leza, esto es, de las condiciones de su ser que explican esta presin
mwor n_nero posj!1]e.s!.L2'.!2.!".E .Y...<!e postulado_s__<!e una evidencia psicolgica y social, y determinar ,~r gu ciertas leyes se impon~n,
ta!__g_l!~_!!adj_~ p_ll,cl_iera centrad~. y dedi'.cir toda la mor:! de. e ~ , por qu, en particular, y en qu medida debemos obedec ;; 1;;_ presin
pri~eros _principios sin_rccur_rir a la exper1enc1~. Se ,oodr13 r~or.da.r. ' psicolgica y social a fin de realizarnos, es decir, a fin de realiza< la
' tambin la tica de S~inoza, en ]a que, caro? d,cc I cv}!~RrJJ?J. se ~ plenitud de nuestro ser. No se puede establecer esta d~trina ms que
visto durante mucho tiempo, a pesar de su_ titulo, u_n._~ __1ne_ta15!92!1as , reflexionando sobre la naturaleza del hombre, situndolo en el cosmos:
J:iie_J!_ que una moral. y esto slo es posible hacerlo incardinando al hombre en la explicacin
- "' i Este movimiento gan en el siglo XVII tod_as las capas del pensa- general del universo, objeto primario de la filosofa.
miento. Dio erigen a lo que s llama hoy Escueln do/ Drccho Natu,
I
rnl que es tambin una escuela de la moral natural. en la que derecho 1
y ~oral se basan en la naturaleza del hombre, naturaleza definida a Sll El serv1C10 prestado por el pos1t1v15mo consiste en l,nber llamndo
, vez sin recurrir para nada a la experiencia. Juan Jacobo Rousseall, en In atencin sobre el hecho mornl. Que_ la mQr_al_ _i;,;__un hecho a ~i~o
68 Post11ras fundamentales de las morales h11,na11a, La negacin de la regla moral 69
_\ tiempo qu_e_yna teora, es cosa que hemos recalcado desde la primera ha sentido inters por ninguna clase de rnus,ca, no se interesar ape-
)
, pgina de este libro; Y, PEece_tazona_ele,_ mando_ ~e i,stud_i:t_ la ITl~ral! nas por una filosofa de la msica; una vi ya _cl!riosjdacLi:lt _,i_ijw_qu
) 1. partir del h_e~h_o -~_?ral. ! . esJa_ belleza, slo puede surgir en aquellos qus__tie!J_gn la dicha .dLsen-
'--Tambin aqu cabe decir que el positivismo no ha inventado na_d_'l,._ I .
tila. Estol~!~111:-o--pa;a-con el sentimiento del bien.
q_ue se ha limitado a llamar insi,<te_rit':_~e!'t" la atencin sobre uri __ as-. _ j --~ La- m~ral es, pues, un dato. Pero qu suceder si el moralista tro-
pecto de la realida_d al~ se prestaba menor atencin en tiempos pa- pieza con una conciencia il!_quieta, esto es. una persona que tiene la
sados. Ya en el siglo XVII,_ el jesuita Lessius, prq,arando un tratado preocupacin de la moral, pero es incapaz de resolver los problemas
' ~ la justicia _conrnutatvai frecuent una temporada la Bolsa de Arn- que se plantean a su espritu? O bien, si se le presentan educadores
beres para iniciarse en la prctica de los negocios antes de hacer su pidindole consejo, ~uio debe_r uno dirigirse, si el moralista rehu,
propia teo~a. Podramos encontrar otros ejemplos en el pasado. Auto, sa responder?
res corno Aristteles y Santo Toms mezclan constantemente conside-
raciones de hecho en sus exposiciones de moral terica, si bien es
cierto que no piensan en hacer un estudio sistemtico del hecho 111__oral
en _s nisnio; sus oiideraciones de hecliQ s1111-m;s hien abservacio- Lo que impide sin duda a los positivistas encarar el problema ;o,)
-;;-es re~.;-gJ~s_l ~zar: J1Qr ..ru:e_cigs qu_c_sean~fil>_p.ueden_trorr el rigor cial es, adems de su repugnancia a la metafsica y su temor a verse.'
de una observacin metdica. Uria__ciencia de las cost_urnbres e~,_pues, enredados en eJla, su co_nviccin de que la 111o_r_al_e,s de origen sociaE
. JJnay<illar precioso de la mofa!. . - Nuestras convicciones moral~s d~nden.J. en este supuesto, no del va;
, - Pero es slo un auxiliar, pues hemos visto tambin que, si la moral lor de su fundamento, sino de las influencias sociales sue han obrado
es un hecho, un elemento de este hecho es ser una teora o "" proble- s~bre nosot~?-~ La morar-~~ _tieil~~<~p~~; que justi~carse: como tampa ..
ma. El hecho moral no consiste solamente en que los hombres siguen co una __ley: fsica; tiene solamente que explicarse, _y_ __se e~lica por el
una lnea de conducta, sino. en~-"-~ntan cuest}onesc.'__L..~E._!!estin re- m~qj9_~oc_il. Yivi_\'nc:!Q. hoy en tal sociedad. tengo necesarjmente tale.1 !
clama_ una respuesta_ _ R_clim
__ cia-ao_ menos, la. bu. s!lue. da_ d.e . l_ res-,'
>Ue~ta. N_o ~_!emos sab~r a JJ_ri_ori ~-~nco_ntra_r~~~.1"..I~11!l~Sta; pero
convicciones morales: disrntir el fundamento de esta rn~rai' es -~imple;
mente .,;,~~t-.-~ ~~ c~;.ct~-r y su ~~ige~ reales. '
debi:rnos---.!!fil-.)'_~n eso consiste el objeto de .la rno_ral. ~fil!;_ o_l,illo - Esta infl11encia de a sociedad es asimismo indiscutible, y los estu,
{_ es_.!l_qe el positivismo se niega a considerar, :_ dios sociolgicos contemporneos representan as en el conocimiento
.-;.- _El_ verd;idero _positivism.Q .. c~D,s.id~r_~l~_-1!1-9Iil como )ID d_;Jta inves, del hombre un progreso cuyo resultado constituye una adquisin in-
tig'},:ili,~influencias ~_farma y evoluciona este dato, pero no _ella-. dudablemente definitiva. Antes se estudiaba al hombre en s mismo,
int.;a su valor. La ciencia moral se ocupa en comprender, no en edifi- como si pudiera considerarse aparte de su medio: hoy da nos darnos ,
car, escribe M. Duprel. "Este libro (Trait de morale) quiere ser obra cuenta de que no se comprende perfectamente al hombre ms que en
de ciencia, no es un curso de moral prctica. El autor no pretende en- su medio. La influencia del medio se halla presente en tod~..J~_gue
sear los deberes del hombre honrado, ni demostrar que la virtud vale pensamos y hacemos: pero no es la totalidad del hombre.
ms que el vicio y que el que se somete a sus reglas no es vctima de - S i el hombre no se explica sin la sociedad, much,; :;jenos s~explica
sus preJUICIOS, la sociedad sin el hombre, pues est compuesta de hombres: no es rn:s
"Las pginas que siguen van slo destinadas a personas capaces de que "el nombre comn de las inluencias de otros sobre nosotros" (Le
interesarse en ellas, y esta capacidad no se da sin una conciencia rno .. Senne); toda inluencia social es influencia J<;_~i_n,.h':_s,_ de homl,_res_
ral previamente desarrollada. Es preciso conocer las reglas elementa- d~~asiad num_f:~~o~ . .'1!1!z.~___para gue~_...,12arte de cada 1100 pu~_er
les y estar convencido del valor de sus mandamiento~. El que nunca determinada con ls_medi~ ele_ investig_acin de q_ue disponemos., pero,
)
) pues al lado de las doctrinas sobre las que estn de acuerdo los hom-
bres, hay otras sobre las que discuten. Cuando se proponen varias 1n 0 .. 1nj~rn'!___~_i_vi1izilcin, las diferentes doctriQ-~__!!}ora1~_!}._0__q_~~!Qboquen en
rale_s c_u~I _e_lesir? Es _sta una cuestin a Ta gi.ie ria cl:i_"_'~_s_iiieSi et g':neral en preceptos tan se1nej~!!_~_~_nt_~~-s-~~--- co'!.l_~ __p?.co se"'!ejantes_
) , P_?.~1t1y1smo... son las teoras". Ya Schopenhauer lo haba hecho notar: "es diHcil
(Su concrpc:n supone que rcin;i el acuerdo rn rl 1nedio social, o I _ _ (undamentar -1~ moral: e, fcil predicarla". Por esto las _morales teOrc_"i
que no hay rns que ~lg1:1~0.s di~idente~ a ~uien bastar decir: haced _: tieil~i, p~-S~-i~.Jl-~~-~~-~Ii
~.-~I?!!li.11...Lnguiet~n- las con~-i~-~!j?:.~-
) 1
Hay en esto una parte de verdad que ya hemos puesto de relieve
como todos, no quera1s d1st1ngu1ros. efoctnna eminente111ente conser ..
) vadora. en el captulo precedente. Pero no hay que exagerar: ; ~ o j_e_ l~s _
_Pero qu actitud adoptar frente a una doctrina nueva que trata puntos de acuerdo exis_ten pu_ntos de __~.~~~~_e-~~o: _y" se cae en el error,
de imponerse a los espritus? El positivismo debe comenzar por con- si se descuida lo uno en detrimento de lo otro. Decir que la vida
) Prctica del ef'icreo y .d~l. ~-~~<?ico es exactamente la i:n~sma, c~nstitu}'~
denarla . ya que. esa nueva doctrina se opone a la opinin recibida. Si
) la doctrina se difunde y gana cierto nt'1mero de espritus, el positivista una exageracin maniiesta: y ya se _trate, en la Ed_ad_Me~ia, de la~-~
)
debe adoptar una actitud de expectativa hasta que el conlicto guede sicin _entre mani~eo Y c!isti-~Ilo~-:.i -~-11 Q!l~~r_q-;_--d.ii;;-d_~--l~--
QiO~Tcin
resuelto. La buena moral se juzga por el xito. Sin embargo, es ahora entre co1nu11).~;~ _Y.._~ristian~, no5 encontrilmos eu___pr~.tnt.ia....de.....o.pmicio.,
) cuando tengo que tomar posicin, y el acuerdo no se lograr quiz nes c:ue _ se __ \!..~P?!1:en al e~pJ.~!~-~! L.~!.<?.!l __a_!a_ yez __ !._~__rj_~!.!_.Y.__Q!"_s~icas.
) hasta dentro de 100 aos o puede que nunca. S. ~ler~~ que ~?das l~-~--~~~~~-1-~ ~~-~~u-~~?-~~IJ. . ~~~,rtos puntos: per~
El positivismo desemboca, pue.s, en la paradoja de que una verdad basta que se separen en uno solo, ba~~~~-e presenten las mismas re ..
mo_ral nueva es necesariamente el resultado de una sutna de er.rore.s y glas se~Jn 11n orden de importancia difere;,te, para q~e_Ta _ vid,--s-e
) actitudes culpables, pues no pasa a ser buena sino mediante 1a con- trani_or1_ne_r_se ,_!ante_~ _el roblema mo~----- ----
) quista de la unanimidad; pero los primeros que se le han adherido A_de,n_s_. ya lo hemos visto, o moral se opone bajo cierto punto de -- 1
)
. se engaaron Y obraron mal, pues que se opusieron a la moral recibida.
Adems, puede suceder que el acuerdo no se logre. Pues Junto
a los puntos de acuerdo se encuentran ,untos de desacuerdo, problernas
l vista a lo social. El sentido mora es esencialinente concie11c1'a de auto ..
~ ------
noma, y quien tiene el sentido moral ~do es un independiente. Su '
conciencia afron_~. ~1 s~n-~~ E?_'Ilt:i_.Y. s(de~ide""'"Sern-su conciencia, sin :
...
eternamente controvertidos sobre los que no se llega a e.stablecer el ...... preocuj!!!se de la opinin comn. El hombre mOral es ti~ no .. 5ory .._j
acuerdo. Cada cual debe tomar posicin; debe adoptar una postura formista. -- - --
)
sob~e la moral sexual o sobre el derecho de propiedad.! El positivista ... Sus convicciones brotan, 5in embargo, en gran parte, de la socie .. ,------.,
) dira: se adopta una postura hajo el inlujo de tal facto~-' Ex,lic,cin dad: pero en la medida tambin en C[l!_e __su personalidad moral se: '
) 1ntcrc..sante, pero que no evita que yo tenga que responder a quien me ~rma. don1ina_ la apo~ta_ciq.!l _s.QC.ial y a
recibe sino lo que quiere rec, .. ,
pregunta: gu postura .,doptar? Despus de todos los estudios del hir. Reducir la vida moral a una fonna de vida social es, pues, despojar.. /,
)
hecho moral, el problema moral sigue plantendose concretamente a la de lo que tiene de ms esencial. ....----
)
So /Josturct< fundamentales de las morales humanas
un~ moral que nose base en una concepc.i__ngeneral del hombre y del 1 ':
lugar que le corresponde en. el Universo, suficientemente precisa y cui, ',
dadosamente elaborada, ti_ene siempre algo de dbil. LAS MORALES EMPIRICAS
1
Los sistemas de _mor!l~_c!e~~irse en dos giu~s fundamen-
tales segn que se basen en una concepc16n del 'ru4o gue reconozca
A~ un p~i~cipi~_ ;uperior(J)hombre .y que_ se impone a su respeto.
(!JASi nada existe superior al hombre, s.t_e no puede buscar ms que
en s mismo el fin y .la moral de su accin~ A estas primeras mrales,
las ms sencillas y las ms elementales, s' las califica de morales em,
pJ!ic!Ji, porque pretenden fundarse sobre un hecho de experiencia, un
principio que el hombre encuentra en s por_J~. ~periencia de la
vida 1.
(z\ (_ Al co~tra,:i9, si. una realidad se impone_ 3.l__espritu, el problema
~ r resolver ser el de las relaciones entre el hombre y ~!_a__ realidad
superior; y tenemos las morales raciona1!!, que recurren no slo a la
experiencia, s_(n_c,_ taml,~ep a los datos percibidos p<Jr J.,__sol_a inteli-
r gwcta. 1
Vamos a comenzar con la exposicin de las morales empricas, agru,
: pndolas en tres series: morales utilitarias, morales altr!iista y mora,
'les de.la sspontane_id_ad.
l Cf. las observ,,ciones, c~p. III, I, sobre la p~labra "racional".
Fih>soa n1or.1l. - 6
)
) El utilitarismo
)
)
'n primer trmino al espritu de las gentes sencillas,\Se basa en la idea de una:Jeli~idad ..fu.tura. gue _nu11~a.-J!ega. En uno y otrO caso, lo que_
e ue el hombre trata de ser eli que ste es el fin de la vida. / ___- ~Jh;~c:,~ista busca es siei,,:ir~ _!; folj<:ida,!,__
En segundo lugar, esta moral estima que la_felicidad resjde en ei En un sentido bastante parecido se habla de sensualismo y utilita,
~lace(;} y se necesita, efectivamente un ensamiento
tmguir entre uno y otr3. El ],_~!'\bre bus~a e,;pg!!_tneamen1~_g_sa~isJ~s-:_
cin, y la felicidad se le _e_~~~n_ta como el ~_t;ic;IQ .en. que posrera todo -
LI
)
)
y, en nuestro tiempo, a Andr Gide, cuya obra Les Nourritures terres- (tras su lenguaje es genera\m~nte moderado: "El principio y la raz~
tres, constituye una violenta reaccin contra el finalismo cristiano y . _?e tod<> bienest~n en el :,lac~r del vienhe ... _N_'o ~1-r,-qu[ i_de for-
est consagrada por entero al _eJo_gi~_cj!'~ce del momento. \' marm_e !iel bien, si suprjmi_era. los pla.ceres d.el.hclu:..c..,i del cornee del
1
__odo y de la vista, _r_~u,laceres de V~" ------
) Esto parece llevar a un sensualismo grosero; pero pronto Epicuro
// I II comienza a refinar. Como muchos filsofos, parece haber sido corpo-
ralmente "muy poca cosa": y si pondera los placeres del vientre, pare-
- - El gran sistema utilitarista de la antigedad es el de Ji;(~ ce que su placer personal fue ms bien cerebral, pues su salud era
a~
(341-270 C.). delez!l_able, y si vivi largo tiempo, sufri enfermedades durante toda
.Como hombre, Epicuro encama el tipo de sabio que vive para la su veez.
sabidura, un maestro rodeado de discpulos que le veneran. -Tuvo, al f. Parajuzgar el laer, ha u..~- distinguir dos clases, el ' acer en l
parecer, una p.er~onaflad en extremo atrayente; ~n su vejez inspiraba i mov~~:rn,~to y e .. Jacer en ,eposo, cuya plena a 1zacin se encuentra \
un respeto casi religioso a cuantos le rodeaban. ~'Fue un dios, s, un en la ataraxia. El nico con1pleto es ."Lplacer!'..'.:'_~epgso, pues el plac~
dios", escribe Lucrecio, "el que primero descubri esta manera de nace de la s~sfaccin g~n deseo y el deseo proy~ne de uo mEri- ,
v!vir que lleva ahora el nombre de sabidura, el que con su arte nos miento. Ecieseo nace de que sufro por algu~a-cosil Deseo comer cuan-
h_1zo escapar de_ tales tempestades y salir de tan horrible noche para -----,rc, teng~ liaml:irtj en,.,;:;;.-;,-~-Sfrimento.Jil placer en lllci
situar nuestra vida en una morada tan tranquila y luminosa", miento es ~l placer del sufrimiento que se elimina: el q~e...!:_xperimeQtQ I
Desde el punto de vista filosfico, hoy da diramos que es rrys _al cc,mer; el placer en reposo es el del s~frim_iento_ eliminaao, c~ando _I
int~ic~onista qu~ racionalista. No se preocupa del sistema: y-e-~ la div quedo saciado. :J
pos1c1on de las ideas, ms que exponerse, se insina. Por otra parte, le i----= El' verdadero placer, el placer del r~poso es un placer tranquilo;
preocupa menos la sntesis que la vida. el ideal de la vida se halla en una se_r":_ni_~ad permanente, hecha de una
Cree en los dioses o, al menos, juzga no tener buenas razones para saciedad constante que no turba ni el sufrimiento ni el deseo .. Pero
1 la vida corporal no proporciona esa felicidad : los placeres corporales
negarlos, ya que todo el mundo admite su existencia. Pero le parece
i inconcebible que _los <li_oses se ocupen de los ho,~bres y del' m~~d~~ estn mezclados con efervescencia e in uietud; E icuro desconfa de
I El mund? se e~pl_ica solamente _por el azar: es ...t hecho de tomos q~;\ ellos, como a mayor parte e los filsofos e incluso los. intelectuales
I se combinan sm regla: el _111s_mo_hom_bre es una combinacin de \ ;j'general. Y as, . el verdadero lacer se saborea ms_ bien en el
\/ ~to!Il,QS, fruto__d_el__~,:_ar; y al _morir el horti:bre, -todo s~ disuelve. No \ , .-jilacide] esprifu, nis pro undo tambin, ms entero, porque e cuer-
hay, pues, que preocuparse de la vida futura, ni tam_poco de la muerte, ( po est completamente en la sensacin presente, mientras que el espritu
t pues, mientras todav.a exista1nos, la n1uerte no estl-Pres~i;; pero dice relacin al pasado y espera el futuro.
cuando la muerte esta prese.nte, entonces so1nos nosotros quienes ya , No es gue este placer del espritu sea ajeno al Cl!~t:112 Epicuro es
no existimos". - (piofundamente materialista. y las actividades ms intelectuales se re-
- - No ten_~!llQ.~_~..Q~!l.fil!!'()~ Jns que de esta vida. El_ pr_oblema ducen, a su juicio, a estados fsicos. E] objeto de\ placer de] e1pciw
es~~nias_arla lo m~s agradab~..!!)!e posj~. Dnde padramos en- igual que su -naiuraleza, se reduce al placer fsico, pues est, antes que
contrar el bien de la vida ms que en ~!....2kcer? "El placer es el..J2w nada, en el recuerdo del lacer ue se ha tenido en la es era del ue
primitivo e. .innato''. lus a sa I ura de Epicuro viene a parar as a un sabio clculo
Pero de dnclc_p_rocede el placer? De dnde podra venir ms d;J placer fsico con el fin de saborearlo lo ms puro posible, es. decir,
que_ del cuerpo? Epicuro es aqu muy categrico, hasta brutal, mien- ' lo menos mezclado de sinsabores, pues el placer puro es el placer sin
)
tenemos hambre en absoluto, no experimentamos placer ninguno en Despus de sufrir en la Edad Media un ecl~<;_ debido a la in-
comer. El epicreo mantendr, pues._su capacidad de goce no comiendo .. fluencia dominante del cristianismo, eJ utilitarismo renace ep el si .
nunca hasta_ saciar el ham!>I~.fQIJlO hacerrJ~_l,estias y lps hombre,, &l,o XVI y domina gran parte de la filosofa moral hasta el siglo XIX.
embrutecidos,. sino alirnentndose...s.iemp.a:._lo_.mficiente para no suir ,--La patria del moderno utilitarismo es _p_or excelenci;( Inglaterra._)
del hamb.i:_e. Y aplicar este mismo mtodo a todos los placeres fsicos, Existe, al parecer, una correspondencia_ espontfo~a.. .i:ntr:e . d:".npfrltu..
purificndolos hasta convertirlos en placeres del espritu, pero sin utilitario y el genio m;ls,
pasar de la bsqueda meramente personal del placer. Toda la atmsfera social de la isla dirase impregnada de utilita-
El epi~_r!_~arece, pues, a primera vist_a_j~_l!_n~--~c,ralidad bas- -~. rismo. No bien desembarcamos, nos sentimos ganados por un espritu
/tante elevada: esdueo de s:__ ~a:,:c,na sus act~s: no se deja llevar de de limpieza moral y de cordialidad que no se inspiran en ningn mo-
~~c_e~os__de la ca.me; desd.e.a Jos. .:,G.an:.s.ir2e_r_os. Pero cuando se _ tivo ms elevado que un inters bien entendid_o. La poblacin parece
ahonda en el anlisis, se ve que est cor~dg .J1Qr el materialismo_yjT obedecer en su conjunto a algunos preceptos sencillos y prcticos que
e,tb_J.Smo, quesu apareiiti:. cfesprendimiento recub-re tal cocentracin
> se podran formular poco ms o menos as: "Mantengamos nuestra
so re s mismo y su inters, que la .idea de un acto de generosidad, es I plabra, y seremos todos ms_[elices: seamo.,s__c_ordiales y se_rvjciales
decir, de un acto con un mvil distinto de su inters personal, carece
de sentido para l y no despierta en l el eco de ninguna experiencia,
de ninguna aspiracin que haya podido tener en su vida. Para el epi- -,
creo no ex_i~te nadie ms g ue l ; y_ -~_te l se reduce a su-- cuerpo. .-i
I unos con otros, mostremos siempre cara sonriente, y seremos todos ms
felices: ~.;;petemos los reglamentos, -dej_emo-; que nuestros semejantes
obren_c:c,_no quieran, y seremos todos ms felices". Esta conviccin de
que el respeto de las exigencias de la regla moral y especialmente de
Epicuro significa clramene. el . principio fundiineial de la doctrina, la buena arn10na e inteligencia constituye la condicin de la felicidad
cuando dice que la raz de todo bien se halla en el placer del vientre . ./ de todos y de cada uno, y de que por este motivo hay que respetar la
Este sensualismo intelectual en el que se llega a comprometer todo el moral, se transparenta a cada momento en mil detalles de la vida. Mo,
espritu, es mucho ms corruptor que el sensualismo grosero que se ral sta que no es muy elevada, que apenas se cubre con aspiraciones
abandona a los sentidos. El verdadero epicreo se halla inmerso en la idealistas, que ~e compagina con algunas formas a veces muy pronun-
carne por la _fuerza mism~ del-esprt: en lugar de erripli:ar.los re; ciadas de cinismo -el ingls, en ciertas circunstancias, no se recatar
cursos de su espritu en desprenderse de la animalidad, los dedica a de obrar con una inmoralidad brutal, cuando as lo exija un inters
hundirse en esa misma animalidad, a convertir el ser dotado de inte- suficientemente grave-, pero que, en la vida corriente, confiere a la
ligencia en un animal ms profundamente animal que el ser que vive vida pblica una atmsfera netamen_te superior a la de los otros pue-
solamente de sensibilidad, puesto que lo propio del animal consiste blos que hablan mJs de ideal. Sin aspirar a un idealismo inaccesible
en no vivir ms que para los placeres corporales, y _~.o.wel del esp- a_muchos, la moralida_d_ inglesa esa_l alcance di,_todos y_!jen!~n ca-
rit.!!__~ebe consistir C!Ldcsprendernos de Jas preocu.!'.c;_ion~Lc;.:uru.les rcter d~ sencillez, de franqueza y realismo que la hace muy humana
para elevarnos _a_ cosas ms altas. y simptica, a p~s'\l"_ cle_:s_llS deficiencias. Esta moralidad explica en
Pasturas fundamentales de las morales humanas El utilitarismo 91
buena parte el encanto de la vida inglesa y al mismo tiempo la dureza -.\~! primero es el gust_o_ P.!l~_3cci11. ~ ~opta frente al mun--
cruel de que da prueba a veces en circunstancias graves esle pueblo do una actitud un poco !_c_merosa: esta postura es comn a muchos sa.-
tan cordial. El tjlitarismo puede hacernos cordiales L pero es incaa;,:l bios antiguos. El sabio de la antigedad propende ;-inhibirse de las
de hacernos buenos. :J agitaciones del siglo para buscar la sabidura. Ve_ la__ accin principal-
Esto supuesto, no hay tampoco por qu admirarse de que Ingla- 1!1~!1_1~ !:,_ajQ__sus _aspectos menos favorables: como despertadora de las
terra haya sido la patria del utilitarismo filoslico e incluso el i'inico pasiones, turbadora del alma, oscure~edora del espritu. La sabidura
pas en que el utilitarismo ha dado origen a poderosos sistemas. En supone ante.< que nada la lucidez''del espritu, y sta exige la paz inte_:
Francia el utilitarismo cae muy pronto en un sensualismo grosero; ~l?r.~ Pero el crist.laO-COnfiri a ia accin tin v~l~-;--~_ober~no!._])~~~-!L
Alemania parece serle rigurosamente refractaria. cristianismo, religin de caridad, asigna como fin al hombre la accin
be11~fica, en cuya virtui se asocia a la o_b; rederitora Jewsto:-D_e_
0
s~ntimiento de superioridad, el p~ser dL_ilg_m!ll\O, .i:s-~wia de las d,; la felicidad general, que nadie, sea el que s"' podr hacer ~ r
iajs~es fuentes_.dr place<, . - .. lo contrario ...
El maestro del utilitarismo moderno es Bentham: nos detendremos Aparte este entusiasmo de resonancia tan anglosajona, el pensa-
sQ]amct~ en sil. sistema ---~~-- I miento de Bentham no presenta apenas originalidad profunda. Lo que
I ofrece de ms interesante es el esfuerzo de sistematizacin que Iormula
ao e _tltu o e antmtaca-nwraC. - - ---- ---~
IV __ Lo til lo que aumenta el placer y_Ajsmi~..!!.)'e el dolor. Puesto
que no ay-m~ ,en que el placer,~~intil invocar_ ll_ingn princjio
j_____Jeremas Bentham goz en su tiempo de una reputacin uni- superior al inte_rs. La moral e,s __UJ:!_si~~e.T..~.de inters b_ien entt,,:i_cl_!9.0L-
versal, y i desempeado un papel de profeta en el dominio de la
moral y de la legislacin. Como muchos moralistas modernos, su
preocupacin abraza tant<> _e_l _bien comn con.!_~"_l_b_ien _individ!'al;
J. y para evitar todo equvoco, para impedir las confusiones q~e resultan
de antiguos vocablos idealistas, Bentham hacey11_~- ~pc,log1~--"~~?5~
?.eLeg_oj;;mo. PerQ. cl eg_osmo bien -~!!~ndiil<?.. manda amar_ a nues~~os
es social _t~nto como moral, y no. separa lo -~,:i_o_ d~_l<>_o_t_r<J. En In- secantS y ;'.!_vir en buena armona ~On ellos, pues la benevolencta y
glaterra es jefe de escuela: la escuela utilitarista que fund contina la simpata son la fuente de placeres sm cuen\Q. El egoISmo reprobable _
durante todo el siglo XIX. Ej una escuela de moral la moral ocupa no es m~_gue un eK9smo inineli~. . ,
en la filosofa inglesa contempornea un lugar mucho ms prepon- -~-Pa-~; construir una moral sana, es necesario condenar sin piedad
derante que en la filosofa francesa y alemana. - - - .. todas las entidades ficticias que disimulan el valor nico del placer
--Como Epicuro, Bentham viyfa,.J:ll__f!!.e_dic:i_de_l!_n pequeo grupcuk_ y del dolor. Que no se nos hable ya de bien y de m_al, de_virtud __y de
_discpulos. llenos de veneracin: pero, a diferencia de Epicuro, es e_eber, yJU!!Cho menos de virtud del sacri~~~o. El hombre .que. ~e
ante todo escritor. Sus libros tra.tan di:. fa _moral y de las leyes: tienen llama ,v1Cioss1.\es simplemente u11 hombre que "ha~~__una es_t1111_~-1on.
.todos_por objetoJafelicidad de los hombres. Ii;;iham es un fll~ntr~ci- errnea de los placeres__y__d_e los dolor,;,. L_a tarea d.,l _mo~alista. ilustrado
a la moda del siglo xvm: el b~!! de sus semejantes constituye toda consiste. en demostrar que un acto inmo~al _es __ un_Jalso calculo del
su preocupacin. Pas ante sus contemporneos como una encarnolcin inters persona!" ... La nica regla moral es, pues,_J.a del inters; y el
. del sabio.
La regla de la utilidad fue la que le proporcion este principio
de la felcdad. "La-naturaleza ha coloqdo al hombr. e bajo el imperio ..
[ sacrificio,. ~--~~et~smo, el desinters son locur_as~.' ~~~. ~!!'uarte, son
tambin ilusiones, pues es tambin nuestro inters el que_ bus.~_al1!.0S
sin saberlo, cuando nos sacrificamos: "si de una 1nanera o de otra
del placer y del dolor; a stos debemos todas nuestras ideas: a stos
referi;;;o;-t.;Jo~ nuestros juicios, todas las. determn_~ciones de n_u_es,
~~;-;,~bre no sacase del~a~dii:~;;- ya ningn placer, no lo hara, no
podra hacerlo", Si Bentham hubiera vivido en nuestro tiempo, h~bra
tras vidas. El que pretende sustraerse a esta suecton no sabe lo cue calificado el ascetismo de psicosis, habra encontrado un signo de
dice: tiene por nico objeto buscar el placer,_ evitar el doI~r;7 el morbidez en el amor al sacrificio. T,
momento mismo ~-que se niega a los grandes placeres y en gue_a__br_a_za _____:fodo el problema moral consiste, pues, en calcular _bien_.5~j11ters ..""'
los m:s vivos dolores. Estos sentimientos eternos e irre.sistiblcs deben ' Es preciso pesar placeres y dolores, aumentar_ el placer, d1smmu1r_ el
constituir el gran estudio del moralista y del legislador. El >rinci,io de] dolor. La vida es un negocio: la moral _c_onsiste en hacer gan!!~'""-
la utilidad lo subordina todo a estos dos mviles". y queda reducida_~. una cuestin de_aritmtica: "el bien es el ingreso; _
Bentham se lanza a esta obra con el entusiasmo de un cruzado: el mal el gasto"
"Qu tengo que hacer?", escribe. "Demostrar con tanta evidencia ... l bjet,vo prctico del moralista es establecer las reglas _le esta__
que el.2_bjeto, el motivo, el fin de mis investigaciones es el aumento contabilidad moral. Para ello, Bentham se entrega a numer9sas clasjfi'.
)
s1dad, la duracin, la proximidad la ecund,dd es d 'd d La mayor felicidad del mayor nmero y mi mayor felicidad per
d ' , ec1r, a capac1 a
e da~, origen a Olros placeres, la pureza o ausencia de dolor y la sana! se identifican: no tenemos ms que buscar prcticamente sino
extens1on o alcance social. Clla.n_c:l.9._ 11ri _placer se nos pr ta, podemos li m.:!YOr felicidad del mayor nmero, el bi~n_ d_~Lg'!"ro .humano,. que )
'/' cdc1:1.la_r_su _v_a~~r _segn estas siete reglas de estimacin Wn placer pr, produc.,I' lo q11e llentham l~ma_ la ma:.imizacin de la felicidad '1"Al xj
x1mo vale mas. que ~n placer lejano :<.':tln placer s~g~ro ms que un escribir esta obra, dice Bentham, tenemos por obeto la felicidad de
pla~er problemauco ;,cllll placer duradero ms que un placer pasajero, la humanidad, tu felicidad, lector, y la de todos los hombres. La pri'.I
. etatera. El hombre moral se entrena en este clculo: cada uno de sus mera ley de la naturaleza es des~_ar,_n,estra _eropia felicidad. Las voces
actc,s u el fruto de una adicin. . reunidas de la prudencia y de la benevolencia se alzan para decirnos:
- - !l "'( esto es, el_dQlor, est' sancionado por .cuatro st111cio11c,:'~si~i
0
Buscad vuestra felicidad en la felicid~d.de los_ dems".
q.~~resulta 1dc~ -curso natural de las cosas, s~n intcrv~~ 1 ,:
.~.~.~ .. ~ El egosmo utilitarista viene a parar. pues, en el altrnismo ms
del hombre, 'fl\oral ~ soc~al_~ que re.5ulta de la reaccin espontnea del ( {., completo.'' Pero este altruis1,1_1o__~i;ue_. siend~ll~/ Bentham no se
m_ed'.o -se 9~ !!a.mara ,tam~1en sanc,n popular o sanciri_de la opinin I ~desdice: "Si cada hombre, obrando con conoc,m1ento de causa .en su
p~bhca-; j,.l.'t1ea Qjg:al, que viene de la intervencin de los ma- inters individual, obtuviese t, mxima suma de felicidad posible, la
gISt~ado~)'.__rehgj_~a, qu~ proviene de las amenazas de b religin. humanidad llegara a la suprema felicidad, y el fin de toda moral, la
;x ) . virtud _.eJ, pues, simplemente 1~/,ito de /,acer bien las cue , felicidad uni~isal, sera alcanzado". El sistema es lgico: "el amor
-~~~_pro~1ene de esfuerzos anteriores y hace ;;-gananciain,rs-G:
11
de s mismo puede servir de base a la benevolencia universal".
I
ciles. ~na_ vida conforme a la moral es una especulacin afortunada;
una vida mmoral. una especulacin infortunada.
, Esta moral ,difiere~Jl:e 1a_d~Jrp,cll!9) en los modos de expresin, --Los dg,-ill!..n.tos que merecen .r~ener la atencin en la.Jlloral de 1;1
mas que e_n el fondo del pensamiento. La diferencia principal reside Bentham- son, primero, .I/..lritmtica moral y,. despus, el"'rltruismo
~~ el altru15mo ben_tham1ano. Ena1.11orado del bien del Jnero humano, basado en el egosmo.
ntham es muy _d,fcrente del sabio griego que vive retirada del mun, La ;~tmtica mral supone que se pueden reducir todos los va-
do Y pone la sab1dur'.a en huir del trfago de los negocias. La mayor lores morales a un comn denominador. El mismo S_!t!a~~~l. discpu-
parte ~e su_ ob? est~ consagr~da a los principios del derecho y a la lo de Bentham y su continuador, refu~ esta concepcin. al observar
: filo~ofia soml: 0 hl. ~l~;. prmc1pa! de su __p_e_nsa!Tliento era preparar ls que al lado de la inten.sidad del placer o de su cantidad, es preciso te-
J~g1Slac1~nes, futuras q_ue.as_e_g_ll~ana11__el],1en de la humanidad. ner en menta su calidad, lo que expresa por la frmula sorprendente:
- - - Q~e ..v1~cula une este altruismo con eI i.iiTGt;~;~~;;u, ~nculo _ _"iY~ale ms..;~, ~ ho1.11.Qr~e_scontento que un cerdo _satisfecho: vale
de
_
la _s1mpat1a .: el hombre no es verdaderainente
-
,_,. '
~----1.ll.as.____q.u.e s1 ..vive ms ser un Scrates descontento que un imbcil satisfecho: si el
_en CQncordanc,a_con sus seme'antes
____ --- - _ .'
Y todav ',
1 es poco d-
a concor anc1a imbcil y el puerco piensan de distinta manera es porque no conocen
el hombre no es verdaderamente dichoso ms que si es amado: ia~ sino d lado de la cuestin que les afecta".
,
se; amado, n.os ocupamos de .los dems, !l~J1agm~J_envolos y be,
1
r Esto constituye una observacin psicolgica efectivamente inconts ..
neficos: nuestra fchc,dad _s~ acrecienta por el hecho __de_~:~;- r!)deados
table: el que ha gozadQ)aLal~g~ ..9~1..14prit,u..nq_pJJ.~~e satisf.ac;_eJe_
de g~t~ d1e!10sa, y la fel,c,dad del conjunto de los hombres ere~; po 1 con las de la carn<!_ :_ de unas a otras l.a dif;_,encia no es de intensidad
el hecho de ser yo dichoso. Se debe, pues, buscar a la vez su p'ropi; l ~ino de naturaleza. Los que desprecian las alegras del espritu son los
que no las conocen. En vano se esfuerzan los materialistas al estilo de
96 Posturas f1111d,m1entales de las morales humanas El utilitarismo
97
Epicuro por r~d_ucirgs aleg~as de los sentidos a _l_a_s___d_el espritu, i.ntere, h~y veintisiete men_tiras o catorce murmuraciones, ms que por deter,
sando el espritu en las alegras de los sentidos; el placer esttico, la m~nar la nnportanc1a respectiva y el carcter propio de cada uno. Lo
a\eg_ra moral, la que viene de la beneficencia, del servicio de un ideal, mas frecuente, no se tiene cuenta de la diferencia de importancia ms
de la bsqueda de la verdad, del amor, o tambin las alegras de la que cuando s.e pasa del pecado venial al pecado mortal; y todava
contemplacin y, por encima de todo, la alegra que nace de la paz se determinara, t~nto como sea posible, el pecado mortal segn los ele,
interior en el hombre que realiza la perfeccin moral, todas estas ale- tnentos cuant1ta.t1vos: el robo pasa a pecado n1ortaJ. se dir, a partir
gras no pueden medirse con el mismo rasero que las satisfacciones de tal suma.
"dd vientre'. _No es n~ce~ario reflexionar 1nucho para. darse cuenta de las preocu ..
ll$te hecho de experiencia basta para indicar que la aritmtica mo p~cto?e.s practicas a . las que responde esta e~quematizacin de aire
ral se basa en una visin extraamente simplista de la vida moral, y ar1tmetico. Pa.sa Io 1n1sn10 con los cuadros de regularidad y los cuadros
que desconoce lo, caracteres ms fundamentales de esa vida. Pero dicho de exn1enes de conciencia aconsejados por muchos autores espiritu,1 ..
esto, es preciso aadir que responcje tambin a una tendencia natural y ks: se va anotando da por da en qu medida se es fiel a sus resolu-
espontnea del espri.tu humano: el simpfomo muy _ext_endido, Y s) c1_ones .~ se anot~ el nmero de las infracciones. Estas prcticas hacen
Bentham lo ha sistema_tizado con mayor rigor que nmgun otro, esta h111.capie ene! numero y ~tll_ e_JCp~estas _a dar_ ~.i111presi~n _de _gue se
lejo.1 de tener .!U monopolio. ~S perfecto desde el momento en gue no se tiene falta qu~- anotar,
_ Benjamn Franklin (1706,1790) cuenta en sus Memorias que, de, c~ando la manera desempea un papel capital en la vida moral, y un
seoso de alcanzar la perfeccin, haba trazado en su juventud un cuadro d1a en que no ~engo falta positiva de pereza que reprocharme, puede
de las virtudes y que se ejercitaba en practicarlas anotando todos los que haya trabaado todo el tiempo con tal desgana que hubiera sido
das las infracciones cometidas. A esta gimnasia moral aada lo que preferible cometer una falta o dos, si en contrapartida hubiera sido
1
llamaba l mi.smo su lge1'J'.a__1_n_oral, que consista en que, cu,a_ndo tena activo el resto de la jornada.
que tomar___ una _decisin _g_rave, anotaba e~ dos columnas las ~az?nes Volveremos sobre estas nociones cuando analicemos la vida mora],
- - ~ (rfo y en contra y borraba las razones que se contrapesaban, sea
-------E.or el mamen.to content1nono.s con observar que cuando __se critica a
que una razn en pro valiese una, dos. t~es razones en contra, se~. . a Bentham por_l_<:>_!J!!_e___tjene -~__criticable, es l,~e~~~:;fiadJ~ q~; ~i hay
la inversa. Esto ocurra hacia 1735, medio siglo antes de la especulac1on er_ror en su doctrina .. ~t___ l<:J?~ _ de _~~ iinic~~E- i~c!!rrir en l. y que
de Bentham. De origen protestante, Franklin careca en este momento se, encuentran las m_1s~-~~---~~~-1t_udes, aunque menos radica.les. en gran
de religin. numero de maestros de Ja n1oral prctica.
El ejemplo de Franklin es interes.>nte porque parece haber descu-
bierto su mtodo por s mismo y se muestra muy orgulloso de l: por-
) que adems, su mtodo de vida moral, es puramente moral, ya que no
) descansa en ninguna conviccin religiosa. , Al ,,istema_ de Dentlian se aplican directamente los reproches que
En la Iglesia catlica, en que la educacin moral se ha estudiado Levy,llruhl _dmge a las morales tradicionales. Lvy-Bruhl, como se
1 ms y los valores morales se han investigado ms que en ninguna otra recuerda, estuna rue las fi!o.<efas m_O!ales_n_o_~~ven. >ara nada, pues no
) escuela o religin, se ha cultivado siempre bastante la tendencia a la se. oponen ms que en princip[os__tericos_ y se ;;-n;an todas en la
) aritmtica moral. Se aplica, sobre todo, al pecado: se cuentan los practica en lasmorale, corrientes ~e su n,~9;'='-~~~iaI.-r~T es, sin d~da,
pecados y, en la prctica moderna de la confesin, se aconseja a los el caso .de Bentham. f'.!o piensa en discutir la moral prctica admitida
penitentes que indiquen con la mxima r_recisin posible eJ n,_zme1~ en s~ tlempo._YJs an, no discute siquiera los principios fundamenta-
de pecados de cada especie que han cometido, Se vela por precisar si les: mcorpora la, preocupaciones religiosas a sus motivo., de accin y a
) Filo~ofa moral. - 7
)
)
.d mMales l,uma11as El utilitarismo 99
g8 Posturas f1111dm~a~s e Ias -
se hallan tanto menos dispuestos a modificarla cuanto que deben de,
. d ra que su utilitari.smo resulte aplicable a los que
sus sanciones, e inane d fenderse de la sospecha de inmoralidad. T_oda su moral -consiste, pues, -
. . . ual que a los emas. .
rofesan la f e cnst1ana ig . til predica su sistema en_.una. cierJ~l).!_~ner.a __ 4_~_ p_r!_se_~-~~~ J~ _ mo~l cor~~~l_l_t~. _y _~n _~nvencer
P . d est1mar 1a inora in ' , a lo_s hombres que les es provechoso seguirla. - - -- -. -
Sin embargo, l eJOS e d salvador del ~ero
. . Se cree una especie e .. Este punto de vista se encuentra en todas las escuelas de moral, s_in
con un entusiasmo irico. --- . . . de utilidad permitir
' ? Porque su prmc1p10 d . excluir la enseanza de la moral cristiana. F;I moralista prc!ico no
h_umano. Por que esto render lo bien fundada que est y con um
,ompre11der la moral, comp . d 1 morales antiguas cuyas apa tiene c;_omo fin criticar los preceptos recibidos en apli_ca_ci_~n de los~: ..
. 1 al contrario e as
as qmza a pracucar a,
. .
riencias arbitrarias apar
. 1
taban de llevar as a a
1 prctica. El ob1eto e
. uiere salvar los hombres, sal
d --,
J cipios fundamentales, si110 inducir a prJs_ti_c_arlos. A este fin, pone de
relieve los motivos que le parecen a propsito para hacer la ms fuerte
Bentham es completamente practlfcol.' 'dq d-- impresin. Y como la mayora de los hombres se hallan ante todo
varios de I a d esgrac1a
y hacer su e 1c1
1
fectivamente el nom re e
b d preocupados de s mismos, esto es, estn ante todo preocupados de su
. . . su mora men~ce e
Cab& preguntarse s1 ' b. . en presencia simplemente felicidad, los moralistas prcticos tienen una fuerte inclinacin a poner
ntrar1amos 1nas ten eL argumento de la felicidad en el primer plano de sus exposiciones.
sistema. N~ nos enco - 'todo pretende revelar e secreto
d~ un arte ntoral" que ensena un tne 1 y .-"bien que deter1ninar su Jjcrnos dicho anteriorinente que el epicures1no sufri un eclipse en
., dio de alcanzar a, mas d la__Edad Media, pero que Gassendi, al tratar de rehabilitarlo, pretende
de la perfecc1on, e me . 1 . a Bentham, pesar e su
- . este caso inc u1r 1 que es ms fcilmente conciliable con la doctrina cristiana que el
frmula;, Seria premo ~n bl " todos breves y fciles de a
. l'd d t los ,nnumera es m . . . aristotelismo. Efectivamente, el argumento de la felicidad no est au,
incredu l a , en re 1 l'teratura cn.st1ana presenta eJem
"
canzar la per fecc1on .!:.d los que a 1 sente de la predicacin cristiana; podramos incluso decir que se le en,
p tvis'a Adopta ' con alguna cuentra en ella por doquier. Cuando Cristo dice: "Venid a mi tQS
plos tan numerosos. , un pre os1 1 ' d
Bentham aparece as1 com 0 . que escribe la acutu ---los que estis cansados y os doblis bajo el peso, y y_c:,_~s .aliviar", no
Ita del uempo en ' . .,
diferencia de detalle que resu . . ar una "moral terica de ~ela al principio mismo del utilitarismo? Y despus se puede decir
del moralista de hoy que .se h~1ta a entr_eslaesc que en cierta manera la discusin del utilitarismo ocupa un puesto
1 ,cos y socia , . central, bajo diverso punto de vista, en la filosofa moral cristiana.
anlisis de los hechos ps1co og l de Scrates; la virtud es
. d s nueva; es ya a 11 . ' En la moral cristiana clsica, uno de los principios fundamentales es
Pero esta act1tu no e 11 . e5 cuando se -re cxtona,
. b st.a re ex1on.ar, pu . d .que el ho111hre buSC:\ necc~ariamente su bien, que no puede hacer el
ciencia t para ser virtuoso a . b y "bueno" quiere cc1r
d 1 virtud es ucna. h ben ms que como su bien, siendo su bien lo que le hace dichoso; y
se da uno. cuenta e. q~c u: es bueno par.a noso~_l~~-~--~s_Jq __~u_e !"!<?.~~-- .ace
bueno para nosotros, q
han tenido los sabios la 1mpres1on de
_1 no___sera difcil encontrar, desde Santo Toms a Bossuet y ms ac,
fell'ces y en nuestro t1empo, ~o , d ca Franklin v:f!iesen \as s_ien textos que suenan exactamente igual que el principio fundamental
un ? "Si--_
necio n1carns, e - d' "
que e1 pecad or es J.Ua>.-,-
t honrada por picar 1a dg Bentham. Gran nmero de moralistas cristianos, y no de los meno-
. d 1 virtud se tornanan gen. e . --- res, presentan del_iberacl.1mente la moral como la ciencia de la felicidad,
v4:!!.t~1~ .e ~ ... -- '
y pretenden que buscar otra concepcin en ella es andarse por las
V nubes.
tilitarismo consiste,__ pue~.,_.___en enC:o_n_~r~_r Ms an, 1_~ mor.al popular cristiana descansa casi exclusivamente en
El te_m_~_ funda111en'.al j_el-~-. . d 7Ccsfi.respec o, p1Cll o era un utilitarismo- que podramos lla'l'ar _!!l}__utili~ri1m_g_del otro mll.llilo.
--~- -------- stificar la v1rtu
un buen motivo P.~.JU . . tudes consideradas como vir consistente en valorar lo que Bentham llama la sanci1~ligiosa, temor
- -- -- --.------ hazaba ciertas ac 1, , \
ms especu1at1vo: rec I utilitaristas modernos cst.an 1 d~l jni_er110 y__cl_e~ec,__di,l~elo, comentando indeinidamente la f;;;;-~la
. Pero Bentham y os . . .
tuosas en su t1empo, 1 cin ,nora! del cmt1a01smo; y evanglica: "De qu sirve ganar el mundo, si se viene a perder el
. nados de a tra 1 \
completamente 1mpreg .
/
)
__L
)
103
102 Posturas fundamentales de las morales h11ma>Ja., El utilitarismo
corrien_te Y trata deju_s_tifigrla_por_eJ pri_ll_ci_:>i<>_cl_e la utilidad, hay que rais _9_!!e os hicieran, y an1ar a vuestro prji1no como a vosotros mis1nos,
concluir de aqu que_ !1_o_al_c'!._nza~11 fin. -- ----- c~;;-stit~y.;- la perfeccin ideal de la moral de la utilidad".
Estas ltimas lneas dan la explicacin ltima de la actitud de
Tambin aqu Stuart Mil! hace la crtica de Bentharn y, al tratar
los utilitaristas modernos en presencia del altruismo: _son __ crj~tjat).~
de conc_ordar el utilitarismo con las exigencias de la realidad, pone
de manifiesto su debilidad. descentrados. Habiendo abandonado este centro de la moral cristiana
que c., la doctrina del amor fundado en Dios mismo, y con .!a_i_~a~
, Be_ntham adn:'ita como evidente que el inters particular y el inte- Dios la de la vida futura, tratan de mantener los preceptos de la mo-
res _gener~l. co1nc1de~ .~e_c~sariame_nte, utopa bastante corriente en el .si.-
ral cristiana centrndolos en el hombre solo y en__:~l__:~~nd_~ s_~o'. El
glo XVlll : el bien comn, siendo el bien de todos, es el bien de cada
fracaso es estrepitoso.
uno; enco~tramos. en Rousseau -la mi~!TI doctrina.
Pe_ro es sta una abstraccin que no resiste el anlisis de los hechos.
St_ua_rt MiU lo. reconoce. _5in embargo, bajo el imperio de la tradicin
cristiana, admite como evidente que los hombres deben hallarse dis- \ Epi_c_uro.era lgico c~_!lsig_c, mism~: _frain~_n_te y s_iste111_tic~111ente\,
puestos a sacrificarse por la com'unidad. egosta, condena el altruismo. Los ut1htansta_ modernos, b1.Q__Ja pre- \
Cmo explicarse esto? Mil! recurre a un artificio que saca de la ley
'sin -d; ia- ,;d,cin cristian~: han querido -~~r el altruismo-en
-~~--r~ --~-- ' - - - --
1, -.r
- - - - ,- . . . - '
,.Como la simpata es la regla del bien, la moral_serfa im_posible s.i!l.---- papel de la vida comm y de las influencias sociales. Smith y los
: hubiera ~s que un hombre. en d mundo. El que_ estuvi_era s9lo, autores de la moral de la simpata son los precursores, por el camino
1,permanecera. en la ignoranci_a. del._~i".n___l'.,_del maJ. Estas palabras no
de la psicologa, de la escuela sociolgica moderna. Pero si la simpata
.'tendri~n sentido para l, pues no se preguntara nunca qu impresin desempea un gran papel, el egosmo, el inters, como deca Bentham,
i pueden producir sus acciones. . no desempean un papel tan importante? Y el instinto de conser-
El sentimiento de la obligacin se reduce al temor de hacerse anll- vacin? Y el instinto de dominio? Y el instinto sexual? Y el deseo
patICo; la sancin est en la alegra que se experimenta en ser sim- de goce o la ley del menor esfuerzo? Se puede hacer una lista bastante
ptico y el sufrimiento en ser antiptico. larga de las tendencias fundamentales; y como cada una aparece ms
Pero cmo juzgar nuestros actos secretos? Es preciso considera,-los o menos en todas nuestras acciones, podemos ;i nuestro gusto repre,
omo si no lo fueran y preguntarse qu impresin haran en un espec- sentar toda la vida como dependiente esencialmente de cada una.
tador. Cada uno de nosotros debe desdoblarse, en cierta manera, esta- En lo que concierne a la simpata, se ha observado con frecuencia
1,leciendo en s un "espectador imparcial" que juzgue sus propios actos la importancia de las apariencias exteriores en el despertar de la sim-
/como si fuera otro, de manera que nos apliquemos las reglas que pata. Hay pillastres simpticos y santos antipticos, bribones cuya
l _aplicamos a los otros. Uegada desarruga todos los rostros y hombres de bien que inspiran
fastidio. La simpata puede provenir del rostro y del timbre de la
voz tanto como de las cualidades morales. La moral del sentimiento
Como se ve, esta moral de la simpata tiene, como el utilitarismo, estaba vinculada al optimismo del siglo XVlll: pero no ha podido
una base psicolgica. Pretende reducir toda la vida moral a un elemento mantenerse por ms .tiempo.
simple, descubierto en la conciencia y considerado como el elemento
dominante.
Corresponde a la mentalidad del siglo XVIII; volvemos a encon-
trarla en Kant. El hombre del siglo XVIII cree que el ser humano es La moral ele la simpata ha dejado, sin embargo, huellas en la
simple y que basta con encontrar el principio de explicacin de sus moral inglesa hasta finales del siglo XIX. Hemos visto cmo Stuart Mili
actos para que todo quede claro. Est tambin muy seguro de la fuerza trata de salvar el altruismo. La concordancia del altruismo y del inters,
de la razn y transforma sus impresiones en certidumbres sin gran ne- la idea de que el hombre se satisface necesariamente practicando el
cesidad de comprobacin. Llama fcilmente razn a toda concepcin altruismo, es quiz difcilmente sostenible en lgica, pero parece estar
del espritu. singularmente de acuerdo con las aspiraciones espontneas del genio
Igual que la conviccin de Benthan1 respecto a la coincidencia del ingls. A finales del siglo XIX, Spencer defiende una concepcin en
bien particular y del bien general, as la de Smith respecto a la la que se puede ver un ,ltimo eco de la moral de la simpata.
simpata es representativa del generoso 0J1timismo que animaba enton- La filosofa de Spencer, como hemos visto, es una curiosa mezcla
ces el pensamiento. En realidad, el hombre no es tan simple: si es de positivismo y de evolucionismo biolgico. La seleccin natural, esta-
respecto a s una verdad segura, es al contrario que es diverso: se le bilizada por la herencia, le parece el principio de la evolucin humana.
podra Uamar conjunto de contrarios. Siendo esto as, toda doctrina que Principio e1ninente1ncnte optin1ista ta1nbin.
,quiera explicarlo, desde cualquier punto de vista que sea, por 1m ele- La seleccin natural se opera gracias a la lucha por la vida, en la
mento simple, dehe ser rechazada desde el principio. que los mejor dolados son los a!lmislas, pues los altruistas se agrupan
Seguramente, l., simpata desempea 1111 gran papel en la vid.1. El y ayudan mutuamente, lo que los hace fuertes. Los egostas, al quedar
siglo XIX ha amplir.cado an estas nociones, poniendo de relieve el aislados, son vencidos y eliminados.
108 Posturas fm,dnmentale.< de las morales l111mana., Las tnJOrales altruistas 109
----
En Francia, el positivismo trata de construir una "moral del ciuda,
El carcter altruista se fija despus por la herencia, y, de gene-
rac1on en generacin, los ms altruistas se sobreponen a los menos dano". Hemos visto que, para esta escuela, moral y sociedad son inse,
altruistas, con lo que la humanidad evoluciona necesariamente en el parables: "la moral comienza all donde comienza la vinculacin a un
sentido de un altruismo creciente. Al principio, los hombres son solita- grupo", escribe Durkheim. Y aunque la lgica positivista prohibe for-
rios y salvajes: no se unen ms que por inters; pero, poco a poco, mular sistemas de moral, las exigencias de la prctica, la necesidad de
formular una regla para el pueblo, llevan sin embargo a intentarlo.
bajo la influencia de la vida comn y por el mecanismo de la asocia,
cin de ideas, se habitan a la mutua ayuda, olvidan que su finalidad Pero esta moral, como la de Spencer, se presenta bajo este aspecto
era primitivamente puramente egos.ta, la toman por un deber y una particular, el de pretender basarse sobre los hechos sin recurrir a
necesidad; as, progresivamente, se desarrolla el altruismo. ningn principio. Esto no es muy nuevo, es cierto: Smith y Bentham
El bien es, pues, la evolucin moral que desarrolla el altruismo, no usaban apenas oiro lenguaje. Por el contrario, el hecho de que
pues esta evolucin perfecciona a la humanidad. El acto bueno es el se parte se piesenta de manera distinta en las morales sociolgicas, por-
acto til a esta evolucin, es decir, el que desarrolla el altruismo. que ese hecho no es ya psicolgico, sino social.
El ideal hacia el que se dirige el gnero humano es el ego-11/trnismo. Se han propuesto diversos ensayos de sntesis moral inspirados en
En este estado de perfeccin, el hombre estar de tal manera adaptado esta concepcin, sin que ningn maestro se haya impuesto. Aunque
al altruismo que buscar el bien de los otros sin que se le obligue a las preocupaciones morales hayan perseguido a Durkheim durante toda
ello, por placer, por instinto: se sacrificar igual que el ave hace su su vida, la tarea de reconstruir la evolucin de las ideas morales y de
::.frie:. Se ser altruista por egosmo, puesto que se encontrar la felici- deducir sus orgenes le absorbi demasiado para que pudiera fijar su
dad en hacer la felicidad de los otros. Pero se ser igualmente egosta atencin en una obra de sntesis; otro tanto pasa con la mayora de
por altruismo, pues, deseosos de agradar a los dems, se sabr que los socilogos. Cuando abordJn el problema moral, la preocupacin de
nada les puede agradar ms que su propia felicidad. Se buscar, pues, erigir y justificar la ciencia de los hechos morales les ocupa casi por
su felicidad para agradar a los dems, y la de los dems para agraciarse completo. Y as, el trabajo de sntesis inspirado en sus ideas es ms
a s mismo: ego-altruismo. bien el hecho de 011tsiders, de autores que en el plano de la filosofa
Esta teora merece ser registrada, pues constituye una muestra ad, semejan aficionados y cuyas preocupaciones miran ms a la prctica de
mirable del optimismo liberal. la enseanza que al trabajo cientfico.
Una de las figuras m,s representativas en este orden es la de
Len Bourgeois (1851-1925), hombre poltico, presidente de la Liga
11 de la Enseanza y por dos veces ministro de Instruccin Pblica. For,
mul un sistema de moral que l mismo llam moral de la solidaridad.
En el siglo XIX, la moral altruista trata de establecerse en el con, El sistema descansa en dos fundamentos. Primero: la necesidad
tinente, apoyndose en la realidad social; y se asiste a un desarrollo de de justicia. Es un hecho que "la necesidad de justicia existe en toda
teoras morales altruistas de un potencial fectivo muy elevado y de un
conciencia y reina en ella imperiosamente". Esta primera base de la
contenido ideolgico bastante dbil. Estas teoras se forman en Francia
moral "-' tambin psicolgica. Entre las necesidades o los instintos fun-
y Alemania; en Francia, bajo la influencia positivista, en Alemania, bajo
damentales del hombre, se elige ste porque sirve al sistema.
la influencia nacionalista. Las dos corrientes convergen en la prctica.
En segundo lugar, el lieclio de la solidaridad: el hombre depende
por entero de la sociedad; de ella viene la civilizacin que nos im-
pregna por todas partes; sin ella no somos nada. Tenemos, pues,
Las mcra!es altruistas 1t t
l l Postr,ras f11ncla111cntnlcs de las morales lmmaua.s
frente a ella una deuda, y esta deuda pesa sobre toda nuestra ac, la. Si otros admiten la existencia de Dios, es poco ms o menos a la
tividad. manera de Epicuro, con exclusin de toda intervencin eff la vida. Y
Y es que la solidaridad domina nuestra accin. Como el mundo as, todo lo que tiene un acento de novedad, todos los movimientos
fsi.co, .s el mundo de la actividad humana est sometido a la ley. de que tienden a un progreso inspirado en lo que se considera las condi-
sohdandad que expresa la dependencia universal de todo frente a todo. ciones modernas del gnero humano, se fundan en la importancia del
2'~?~-~~terdep~~~e ;, todo movimiento de un cuerpo ejerce una reper- hecho social y en el pensamiento de que el ideal de perfeccin del
cuS1on que]ega a la extremidad del universo; todo acto del homhre hombre radica en el servicio de la comunidad lmmana.
ejerce una influencia sobre todos los otros hombres; hasta nuestros Esta comunidad puede entenderse de maneras muy diversas. El
estados de alma interiores ejercen una influencia sobre nuestros seme- siglo XIX conoci un humanitarismo que se expres principalm~nte
jantes, porque obran sobre nuestra accin. en el ideal cientfico, englohando a toda la humanidad en sus aspiracio,
Apretados por esta solidaridad, deudores frente a la sociedad de nes a la mutua ayuda, y que despus ha cristalizado en un idealismo
una deuda que nunca lograremos saldar, debemos consagrarnos por poltico de armona universal. Pero este humanitarismo fue rechazado
entero al bien social: el bien moral se identifica con las exigencias de a ltimo plano en el siglo xx, primero por el internacionalismo socia-
la solidaridad. lista, universal tambin, pero que limita la mutua ayuda slo a los
. No se puede, pues, en esta moral, hablar de deberes para consigo proletarios y concibe la solidaridad como una solidaridad de guerra
mismo, y menos todava de deberes para con Dios; no hay ms que de los proletarios contra los capitalistas; despus, por el nacionalismo
deberes para con los otros, y estos deberes se expresan por la solidari- fascista y nazi, que limita la ayuda mutua a los miembros de una nacin
dad, que ordena tengamos siempre ante los ojos la repercusin de nues- o EstidO y, en reaccin contra lo que conceptl1a malsano en el interna.-
tros actos en la vida colectiva. cionalis1110, predica un egosmo nacional.
. Para Smith, el b(en es lo que despierta la simpata; para Spencer, La nocin de la comunidad vara pues, pero sea cual sea, todas
lo que desarrolla el altruismo; para Ilourgeois, lo que responde al estas concepciones de base poltica ms que moral, desembocan en
deber de solidaridad: frmulas muy semejantes unas a otras que coin- morales segn las que el individuo debe consagrarse enteramente al
ciden en la prctica al centrar la accin en la preocupacin por los bien de la comunidad.
dems. Lo que aade la tendencia de c.spritu sociolcrico es el hecho El internacionalismo humanitario del siglo XIX, que se mantiene
de la solidaridad o de la influencia social. . "' ms o 1nenos en los pases anglosajones, no tiene repercusiones n1uy
profundas sobre la moral; est de acuerdo con la .tradicin cristiana de
caridad. Pero er el ala avanzada del movimiento socialista, representa-
do por el socialismo revolucionario y absorbido a partir de 1917 por el
Pero estos sistemas estn lejos de explicar la amplitud del movi, comunis1no ruso, y en los 111ovin1ientos fascista y, .c;.obre todo, nazi, se
miento de ideas que centra la moral en el altruismo bajo una forma u desarrolla una concepcin segn la cual la moral no tiene ms regla
otra. Todos los movimientos idealistas del siglo tienen por base el al- que el bien de In comunidad. El individuo debe abdicar toda dignidad
truismo. La moral individual, moral de dignidad personal y de b,,s, personal en servicio de la comunidad, o ms bien la dignidad del indi,
queda de perfeccin personal. no es ms que una moral tradicional que viduo consiste en servir a la comunidad. Al servicio de la Internacional
repite temas del pasado; las morales que se centran en Dios de 1na de los trabajadores, o al servicio de su pueblo, es preciso estar dispuesto
manera operante, es decir, de manera que la idea de Dios cambia algo a lo que sea, y los enemigos de la comunidad carecen de derechos.
en la rcg,la moral. no son cstricta1ncntc 111s que inorales cristiana!li, y Ninguna 111entira, ninguna crueldad es condenabie cuando sirve a la
stas estn ms preocupadas de mantener la tradicin que de innovar, causa. La moral de los proletarios no entraa deberc.s ms que para
~------------------------------------------
)
) 112 l'osturas fundamentales de las morales hutnallas Las morales altruistas 113
)
con los proletarios, no frente a los capitalistas y sus auxiliares; la moral, tradicionalmente, consideraba al hombre primeramente aislado
) moral racista que predica el nazismo no crea deberes ms que frente y despus pasaba al examen de sus deberes para con los otros, lo que
) a los hermanos de raza. Ms an: cada uuo d.ebe estar dispuesto a explica que ms de una doctrina, como la doctrina neo-platnica o
) sacrificarse por la comunidad; dispuesto a .sacrificarse a s mismo, debe como las doctrinas indias, que estudiaremos ms adelante, hayan po,
estar dispuesto a sacrificar tambin a los otros si es preciso. dido concebir el ideal moral como un ideal estrictamente ad1vdual
)
El nico valor absoluto es la causa que se defiende, el bien ele la que hay que realizar haciendo abstraccin de la vida comn.
) comunidad; el bien individual se mide slo en funcin del bien co, Que al reflexionar sobre el hombre se le encuentre en el punto de
) lectivo. partida de toda reflexin, ligado a la comunidad e impregnado de la
)
Hemos visto, al principio de esta obra, que el sentido moral aparece comunidad; que no se pueda, pues, hacer abstraccin de la comu,
ante todo como un sentido de dignidad personal, de rectitud de vida, nidad cuando se estudia al hombre; que su perfeccin no pueda reali,
) fundado en la concepcin espontnea de una exigencia de perfeccin. zarse sin que est de una u otra manera en contacto con sus seme ..
) Las morales altruistas de que hablamos en este momento abandonan jantes, parece sin duda una adquisicin del pensamiento modemo, y
) completamente este punto de vista, para subordinar al hombre total, esta adquisicin es la que traducen las morales altruistas.
mente a la comunidad. No queda ya ni fin personal ni fin individual: J-len1os visto que estas morales altruistas son cristianas en su origen.
1 el individuo se absorbe en la comunidad y ~e gloriar, llegado el caso, El cristianismo no es una doctrina ~ocia! y no da explicacin de la
) de envilecerse por la causa. Estas consecuencias se hallan ya virtual, vida colectiva: se limita a ensear una norma moral y ha hecho del
) mente contenidas en la moral de la solidaridad, pero sta no se des, precepto de amar a su prjimo como a ~ mismo una de las reglas
arrolla con la potencia pasional de las morales recientes vinculadas a fundamentales de la moral. Ha dado al amor del hombre hacia sus
)
causas polticas. semejantes un impulso prodigioso; ha hecho de este precepto una de
)
Subordinadas a la accin poltica, estas morales altruistas contem, las reglas fundamentales de la vida humana y hasta la seal por la que
) porneas no han dado moralistas dignos de nota. Sus pensadores, en la se reconoce la virtud. El cristiano debe amar a sus hermanos no porque
) medida en que los tienen estos movimientos, son pensadores polticos. dependen de la colectividad, sino porque son hijos del mismo Padre y
La literatura de propaganda es enorme; la construccin de sistemas, porque debeu unirse al amor con el que Cristo rescata a todos los hom,
)
pobre. Sola,nente se pone insistentcrnentc de relieve y .!'ie ensea auto .. bres. Pero su vida comn en Cristo crea entre ellos una solidaridad que
) ritariamente la idea fundamental del todo de la nacin o de la lnlerna, Loma cuerpo en la doclrina de la comunin de los santos, y sta
)
cional. prepara a comprender el hecho positivo, puesto de relieve por la socio,
Ill loga moderna, de la dependencia del medio, que es una dependencia
)
de los hombres mutuamente y de cada uno respecto de todos.
) De estas morales altruistas y del movimiento sociolgico en gcnr., Nacidas del amor cristiano, las morales altruistas evolucionaron en
) ral, retendremos que el hombre no se halla solo, que depende de la el sentido de la subordinacin total del individuo a la comunidad, y
comu11idad humana y que el ideal moral no puede, por tanto, expresar, en esto .se oponen al cristianismo. Y es que, en ste, otro punto de
)
se por una frmula de aislamiento, sino por una frmula de colabo, doctrina equilibra la doctrina del amor; y este principio es el de la
) rac.in. pureza, el principio Je la dignidad del alma, que se expresa en la
) Seguramente, se sabe desde siempre que el hombre vive en socie- frmula "de qu sirve ganar el mundo, si se pierde el alma?", Por
. dad. Entre los filsofos griegos, varios y de los m:s grandes, Platn, otra parte, uno y otro se apoyan en la dependencia del hombre res,
)
Aristteles, haban incluso . partido de un ideal de ciudadano y de pecto a Dios, ya que todo valor cobra sentido y jerarqua en funcin
) preocupaciones polticas en su especulacin filosfica. Sin embargo, la de Dios y de la voluntad divina.
)
Filusofla 1nor.1l. - 8
)
i
118 Posturas fundamentales de la., morale., humanas Las morales de !11 espontaneidad 119
!'!flexin a la moral prctica. fta se reduce a la vuelta a la naturaleza. dia y, posteriormente, en la exaltacin de todos los valore_s de vida
Elsafo se conteiacon ser l mismo; se libera de toda ligadura entre los humanistas del Renacimiento, bien que, par reaccin contra
~terior Y bsca en to_do I~ ms_ radicaL simplicidad. No ten_tlr nece- el ascetismo cristiano, estos ltimos no sigan a los cnicos en los aspectos
sidad de casa, si puede dormir en una plaz!-~_!,aj_~_ el__e_c5!tico de un de renunciamiento de su moral. Lo mismo pasa con los autores del
templo; ~e contentar con los manjares ms frugales, y Digenes arroja siglo XVIII que exaltan a su vez la "natural~za" y la vi~a segn ~
su escudilla despus de ver a un nio bebiendo en el hueco de su naturaleza. Diderot (171 3-1784) constituye sm duda el eiemplo mas
mano: llev~r Jo.L_Yestidos !tl~ vulgares y su Jenguaje llevar el sello relevante; como los cnicos, exalta a la vez la vida segn la naturaleza
de la ms perfecta simplicidad, con desprecio de toda convencin, in- y la alegra de vivir. Pero la reaccin de estos autores contra la ~radi-
cluso hasta la grosera. cin cristiana les lleva a identificar la vida natural con un sensuahsmo,
- ~ l cnico d~cl!'_aja_vida social y sus reglas, que complican la exis- O grosero o refinado; y de otra parte, la tr~dicin alt~uista dd cristiano,
tencia Y apartan al sabio de la conciencia de s mismo, en la que radica cuyas huellas sufren a pesar de todo, les mspira haC1a las d,vers~s _for-
la felicidad. Desprecia el matrimonio y satisface sus necesidades sexuales n1as de accin social una estin,a que no encontramos entre los c1n1cos.
a l ~ de los encuentros, sin darles import~ncia. Ms am que Epicmo, Todo esto es bastante poco coherente en el plano intelectual Y
se desentiende de la poltica. Se niega incluso a reconocerse ciudadano no vamos a detenernos en es~as concepciones que no aportan apenas
de una patria; n9 ti_.,ne m~.E!_tria_ que el mundo: si los hombres fue- elementos nuevos. Nos limitaremos a alguna que otra concepcin ms
ran sabios, no habra necesidad de formac~~nes polticas: los cnicos reciente y de un carcter ms siste1ntico.
son precursores de los modernos anarquistas.
Groseros y vulgares por sistema, practican ciertas formas de ,15cetis-
mo con un..!:jgc,r_.,xtremo. El d~~go que predican, e~i-ge ;ma gran
energa. As se opanen a Epicuro por su cult_o del esfuerzo. La bsque- A primera vista, el Esquisse d'une morale sans obligation m ~anc-
da del placer es el mal que hay que evitar a todo precio; exaltan el tion, de Jean-Marie Guyau (1854-1888), no presenta apenas semeJ~nza
esfuerzo y predican el trabajo. Su patrono, Hrcules, es el nico hroe con la moral cnica. Sin embargo, sus preocupaciones estn en la misma
griego "cuyas hazaas consisten en trabajos" (Michelet). direccin.
----Yiviendo de la_!tlendicidad, ostentando la suficiencia ele su clespren- Guyau vive en Jos comienzos del positivismo, en una poca en que
dimiento Y proclamando la alegra que se encuentra en la perfecta ste haba desarrollado ya entre sus adeptos el horror hacia la metaf-
libertad del alma, groseros y provocativos, los cnicos recorren el mun- sica y la preocupacin por atenerse a los hechos, pero en que no se
do antiguo com<>__!!,stoles, predicando el dcspre-;:;J..,;-;;;.,todetodos lo.s haban formulado an los principios de la ciencia de las costumbres. El
valores convencionales y el desprecio de lo artificial. Zeller los llama fqui.ise d'une moral .,ans obligation ni sanctio,1, es de 1885; Moral
los "capuchinos de la antigedad", Pe~o en nuestros das seran ms et Scie11ce des moeurs, de Lvy-Bruhl, es de 1903. As, aunque pasiti-
bie!L_nudistas, anarquistas y defensores del amor libre. vista, Guyau se preocupa dr. proponer una moral; pero sta ser una
moral sin metafsica.
Comienza por criticar las concepciones tradicionales. La moral hasta
11 entonces se haba apoyado en un doble fundamento: el bien en s
realizado en la naturaleza, o una ley positiva. Ahora bien, la naturaleza
Los cnicos son los representantes de una actitud de la que se pue- es evidentemente indiferente y no puede servir de fundamento a nin-
den de.scubrir ejemplos hasta en China, y cuya tradicin se prolonr,a, guna teora. Por otra parte, para demostrar que la naturaleza es buena,
en nuestra civilizacin, entre cierto nunero de herejes de la Edad Me- se acaba siempre por remitirse a Dios pero como Dios no existe, como
l.20
Posturas fundamentales de las morales l11m,mias Las morales de la espontaneidad 121
tampoco el alma es inmortal, el juicio de bien o de mal, basado en la les en las que el sacrificio de la vida puede convertirse en una expresin
naturaleza, no tiene ninguna justificacin. de la vida.
En cuanto a la ley moral, para aceptar una, sera preciso encontrar As desaparece la moral racional, resultante de una especulacin del
en alguna parte una moral estable y universal; pero no se encuentra. espritu, y la moral del deber, que ocupaba un lugar preponderante en
Es preciso, pues, abandonar estas concepciones periclitadas y cons- la filosofa moral desde Kant, para dar lugar a una moral que podra-
truir la moral partiendo del hecho mor.!. mos calificar en un sentido muy elevado de una moral del instinto.
Qu nos indica esto? Que el fin de nuestros actos, la tendencia Para ordenar su vida, el hombre no tiene que razonar, sino observar
ms profunda de nuestro ser, no es ni la utilidad, ni el placer, sino la sus tendencias profundas: la naturaleza le mostrar el camino.
vida, "la vida lo ms intensa y lo ms extensa posible", el desarrollo
de nuestra naturaleza fsica y moral. El "placer y la felicidad son conse- III
cuencias del desarrollo de la vida, no el fin. La vida tiene su fin en s De un aire completa1nente distinto, aunque en la misma direccin
misma. de pen.samiento, es la moral de Federico Nietzsche (1844-1900), cuya
. La vida tiene un doble aspecto que concilia el egosmo y el al- influencia ha sido considerable en todo el pensamiento contemporneo.
tru1Smo, r~~~esentados uno y ~tro por las _actividades fundamentale Con Nietzsche abordamos la filosofa alemana, pero bajo un ngulo
de la nutr1C1on y de la generac1on. Busca primeramente su propio de.l- muy particular. Sumamente apasionado y dotado de una_ pod~r.osa
arrollo - s el egosmo al que corresponde la nutricin-; en segundo fuerza de expresin, Nietzsche escribe de un modo poco mtematlco,
lugar, su expansin -es el altruismo al que corresponde la generacin. pero en extremo sugestivo. Es un encantador en quien el lirismo reem,
Todo esto en el plano del hecho comprobable. pl,za frecuentemente a la lgica, y cuyas obras se presentan con un
atuendo literario y, a veces, bajo una apariencia de fantasa a la que no
Como la moral se desarrolla en este plano, no es necesario ya hablar
del bien como de un valor que determina al espritu a ttulo de deber; nos tienen acostumbrados los filsofos.
Su existencia fue desgraciada: durante su vida fue un personaje
pero las exigencias fundamentales de la vida dan "eq1tivalcnt.es del
deber". Se puede enumerar cierto nmero de esos equivalentes. escandaloso que no lleg a imponerse, fracas en la carrera universita-
ria y acab por llevar una existencia de vagabundo. En reaccin contra
En primer lugar, la necesidad de fecundidad que, al engendr.,r la el medio social, las convenciones y los usos, su obra da muestras de
alegra de obrar, suscita el deseo de realizar una obra; simple impulso
una especie de exasperacin siempre estremecida, que desemboc en
natural, pero que reviste la apariencia de un deber, porque el espritu
1889 en un ataque de parlisis general. Su destino infortunado, su po,
se siente determinado a ello.
tencia pasional, su genio literario, recuerdan a Rousseau, cuyo carcter,
En segundo lugar, el deseo esttico, el deseo de disfrutar de la carrera e influencia, un siglo antes, presentah curiosas analogas con
belleza; el atractivo del riesgo, normal en un ser sano, porque desarro- la suya.
lla en el ms alto grado la conciencia de vivir; riesgo fsico que con- ' El problema central en torno al que gira el pensamiento de
siste en afrontar peligros hasta el punto de que a veces el sacrificio de fNietzsche es el del porvenir de 1'11tstr11 civitizaci11, lo que le lleva a
la vida puede considerarse como normal. y riesgo intelectual que se
manifiesta en las hiptesis cientficas o en las innovaciones filosfica, y
artsticas. Deseo de vida intensa tambin, que puede llevar el valor de
la vida a descender a cero en comparacin de la intensidad de vida
I
/
investigar los valores a los que est ligado el hombre de nuestro tiempo
y a formular una concepcin de conjunto del destino humano.
Su filosofa general es de base negativa. Cuando el hombre llega
I a desembarazarse del velo de l.s ilusiones en las que las generaciones se
contenida en un instante. Y todo esto explica el desinters, la abnega- 111.1.ntiencn celosamente, se da cuenta de que el universo no es ms
cin, el entusiasmo por una noble causa, las circunstanci;is excepciona~ ' que incoherencia. 11
Un caos en el que no hay ni ser, ni unidad, ni
)
\
122 Posturas fundamentales de las morales /11111ia11ru lAs morales de la espontaneidad 123
f orden, ni lgica, ni finalidad": un juego de fuerzas que entrechocan y Esta raza su,erior se caracteriu por los rasgos exactamente opues,
j se combinan ciegamente. Nada tiene sentido. No se puede, pues, ha, tos a la raza inferior. Son soli.tarios que. viven para s mislllos, sin ms
I blar ni de bien, ni de mal, ni de leyes, ni de reglas, ni de moral, ni finalidad que producir esta cosa rara y nica valiosa, una muestra
't'ucho menos de razn. perfecta de humanidad.
Este caos est hecho de fuerzas que se combaten. El princ1p10 de Para stos no existe regla. El poderoso es un ser nico que no co,
( la evolucin universal se encuentra en las voluntades de ,odcr con noce ms finalidad que el desarrollo de sit personalidad; no tiene debe,
\ que estn animadas estas fuerzas y cuya expresin es la vida. He ah res para con nadie y cultiva en s todo lo que puede engrandecerle. El
el hecho primario: las fuerzas existen; no tienen que justificarse, ni hombre-rebao le sirve de estribo y de escabel; lo utiliza a su gusto.
explicarse, y no hay que buscar su origen. Animadas por la voluntad No tiene que ser "bueno'', ni .. caritativo": su virtud estar hecha, por
de poder, tratan de dominarse unas a otras: toda fuerza tiende a la el contrario, de dureza; ning(,n obstculo podr detenerle en la afirma-
expansin, una expansin indefinida, con miras al dominio del universo cin de su personalidad.
entero. Pero como encuentran la misma voluntad de poder en las otras, Lo esencial de la obra de Nietzsche est consagrado al retrato del
las fuerzas se unen en.tre s segn sus afinidades para combatir a las "poderoso" con cuyo solo pensamiento se extasa el filsofo. El que
que les son opuestas: y el mundo es as el teatro de una guerra con ti, realiza el ideal, llega a ser un "s11per/1ombre", y el superhombre es
nua. El hombre es un "sistema de fuerzas"; la humanidad es otro. el valor supremo de la humanidad.
Los hombres son de dos tipos: 'el solitario y ~I poderoso, por un Este ideal de fuerza no es, por otra parte, un ideal de goce en el
lado: el hombre de rebao y el mediocre, por otro.' El drama de nues- sentido vulgar de la palabra. El poderoso, el superhombre, es un
. tra civilizacin modema es, segn Nietzsche, que tiende a hacer predo- ser duro para s mismo y para los otros: ama el peligro, el riesgo: se
minar al hombre-rebao. 1nide con el sufrintiento; "se i1npone privaciones, aventuras y peligros
La masa est constituida por los hombres-rebaiio, los dbiles, los afrontados con alegra de corazn, nicamente para probar y acrecentar
( mediocres. El mediocre no es capaz de vivir por s mismo; y as es su fuerza de sufrimiento"; todo tiende. hacia s mismo y no puede
social: necesita estar rodeado, sostenido tiende a la uniformidad en..
tener o.tro fin que l mismo; pero el hombre se realii- l"p~igr~-y
su ideal es un ideal de igualdad y de semejanza: todos iguales, una ei sufri1niento .. A los que 1ne interc.~an, por poco que sep", escribe
misma regla, usos uniformes, la nivelacin. El mediocre ama, pues, Nietzsche, "les deseo el sufrimiento, el aislamiento, la enfermedad, los
una reJigin comn a todos, una moraJ comn, uso~ co1nunes gusta malos tratos, el oprobio; deseo que conozcan por experiencia el profun-
del orden y la organizacin; tiene como ideal la abnegacin y el sacri- do desprecio de ~. la tortura y la desconfianza de s, las estrecheces
ficio; admira la humildad y la caridad. de la derrota; no siento compasin por ellos, porque. les deseo lo nico
Los mediocres son despreciables, aunque no enteramente, pues son que puede mostrarles si tienen o no valor: deseo que se mantengan
necesarios. La vida de la humanidad exige que sean realizadas muchas fir111e.s".
funciones inferiores a las que solamente los mediocres se doblegan, y El superhombre es, pues, profundamente "inmoral". Nietzsche mis,
. conviene mantenerlos en las concepciones religiosas y morales apro, mo se glora de ser "inmoralista", Admite, sin embargo, la moral para
piadas, ensendoles la abnegacin, la humildad, la alegra del sacrificio los dems, para la raza de los esclavos; y considera sta indispensable.
y otras concepciones envilecedoras que les inspiren el orgullo de su ba- No la destruye; la utiliza. Las dos razas deben subsistir; necesitan la
jeza. Sin embargo, los mediocres no son para el gnero humano ms una de la otra; es necesaria una moral de esclavo, basada en el rcmm-
que el mantillo para la planta; lo que constituye la riqueza, la grande- ciamiento, la humildad y la caridad: y es necesario el inmoralismo de
za y, propiamente, la razn de ser de la humanidad, son los fuertes, "la los poderosos que no conocen regla, que estn "ms all del bien y del
raza de los seores", los "poderosos". mal", ,egn el ttulo de una de las ltimas obras del filsofo.
)
\
Posl11ras fundmnentales de las mOTalcs humanas !,-
Duro y exigente, el superhombre ser, sin embargo, generoso y En efecto, negar toda regla es prohibirse hablar a una colectividad.
, bueno en cierto sentido, por superabundancia de vida. Hay un gnero Decir que el superhombre se conduce de tal o tal manera, decir que no
\de bondad que proviene del desprecio o de una indolencia de gran busca ms que la afirmacin de su personalidad, es ya formular una
!seor; y hay tambin una beneficencia que es afirmacin de snperio- regla. Si no hubiera ninguna regla aplicable a todos, sera imposible
\ ridad. Afirmar su personalidad constituye en todo caso el nico objetivo decir nada que fuese formulable para todos; habra que hablar de
del aristcrata que no puede admitir o concebir nada por encima de s. una manera totalmente diferente a cada uno. El mismo Nietzsche se
Este retrato est animado de una pasin que alimenta su reaccin limita a decir que la regla del superhombre, comn a todos, se aplica
contra el mundo que le rodea. El mayor peligro que corre nuestro a cada uno segn las diferencias propias de su personalidad. Reducida a
mundo radica, segn l, en que la raza de los seores tiende a extin- .: esta frmula y despojada del aparato pasional con que el filsofo la
guirse por el efecto nivelador de una civilizacin formadora. El cristia, reviste, la proposicin parece banal.
nismo en particular es el objeto de sus sarcasmos. La moral cristiana es El rasgo comn a estos filsofos es el de predicar la "vuelta a la
envilecedora, porque est totalmente orientada hacia los valores nega naturaleza". El hombre debe seguir su naturaleza; debe apartarse de lo
tivos de renunciamiento que destruyen la personalidad. De ah la insis- artificial y para no exorcizar los falsos principios que frenan su es
tencia con que hace hincapi en la dureza, virtud fundamental del su- pontaneidad. En ltimo trmino se encuentra la impresin de que la
perhombre, en oposicin a la dulzura y a la misericordia cristiana,, en moral, tal como se la ensea, es artificial y falsa. Y efectivamente,
el egosmo opuesto a la caridad, en el culto de lo carnal, de los valores la moral "social" da fcilmente esta impresin, porque, cuando una
de la tierra, en oposicin a la esperanza de la vida futura/ "Yo os con- moral se hace .tradicional, los espritus se habitan a ella, la mayora
: juro, hermanos mos, que permanezcis fieles a la tierra 'y no creis a la aceptan sin discutir' y sin reflexionar y se ponen a ensearla autori-
' aquellos que os hablan de esperanzas snpraterrestres". tariamente, sin tomarse el trabajo de justificarla. Se establece un cdigo,
frecuentemente complicado, previendo la aplicacin de las reglas de
moral a numerosos casos particulares y, como la justificacin exige un
IV esfuerzo, los que disponen de la auoridad prefieren ordenar a razonar,
Las morales de la espontaneidad son morales de reacC1on contra pues es ste un camino ms fcil. Pero poco. a poco se a~aba por perder
lo que Bergson llama la moral social, es decir, las tradiciones morales de vista el encadenamiento de las reglas y de los principios; no se
codificadas por los usos, que les parecen artificiales y sin fundamento, distingue ya lo que es puro uso social de lo que es regla permanente
o mal fundadas. Por otra parte, son tambin morales de reaccin contra y absoluta: uno se pone a defender usos a los que se est habituado,
la metafsica o la religin. No se explican, y sobre todo no se explica aunque hayan perdido su razn de ser y no sean ya ms que super
su violencia, ms que por esta doble reaccin, vivencias; se crea una confusin entre lo esencial y lo accesorio, lo
Estas morales desembocan en nuestro tiempo en la negacin de la permanente y lo ransitorio, lo absoluto y lo relativo; y las deficiencias
mOTal. Nietzsche, en particular, se proclama inmoralista, y ha sido se, de la enseanza provocan en los espritus jvenes, independientes f
guido en este camino por toda una generacin de espritus. Pero nadie vidos de verdad, una reacci11 que arrastra no slo las escorias, sino
est ms preocupado de moral que estos "inmoralistas"; estn de tal todo el edificio.
manera preocupados de ella que ninguna otra cosa les preocupa; estos Como estos defectos de la enseanza tradicional son defectos ine-
hombres que niegan toda regla moral no cesan de hablar de ella, no vitables, ms o menos acentuados segn las pocas, pero que se repro-
cesan de buscar una: y cuando Nietzsche proclama que pasa m, all ducen siempre, las morales de la espontaneidad son igualmente inevita-
del bien y del mal, todava entonces sigue buscando el bir.n, con rir,go bles, y se las ver renacer constantemente en todas las pocas de con-
simplemente de cambiar su frmula. vencionalismo moral y en todas las pocas de racionalismo exagerado.
)
126 PostuTas fundamentales de las moTales l1111na11as Las morales de la es,onlaneidad 127
Aunque excesivas, constituyen en cierta manera una reaccin sana, Las morales de la espontaneidad son deliberadamente arbitrarias, ya
la reaccin de la naturaleza; ponen de relieve la idea de que la regla que rechazan todo fundamento de la regla moral y, al menos en nues-
moral debe ser conforme a la naturaleza del hombre, que el fin de la tro tiempa, rechazan incluso la idea de regla, aunque inciden en ella
moral oo puede consistir en ahogar la personalidad, sino desarrollar, por va indirecta.
la: no puede ahogar la naturaleza, sino desenvolverla; que la perfec, El sistema de Nietzsche en particular pane de relieve meior que
cin moral debe ser perfeccin del hombre ; que la regla moral no otro alguno la necesidad de un principio superior al hombre. Para el
puede ser una regla arbitraria que se impone al hombre desde fuera y superhombre, Nietzsche no admite ninguna regla. Constituye en s
extraa a sus aspiraciones y a sus necesidades, sino que debe, por el mismo su fin y no puede guiarse ms que por su fantasa. A decir ver-
contrario, corresponder a ellas: que el bien moral no puede, pues, dad, si se quisiera un trmino ms abstracto, se dira que no puede
oponerse a la naturaleza, ni puede consistir en luchar contra la natura- tener otra regla ms que su bien personal, y se recaera entonces en los
leza, ni puede ser ante todo renunciatniento y 1nortificacin, sino que marcos tradicionales: pero no es esto lo que importa por el momento.
debe ser antes que nada desenvolvimiento, alegra, plenitud. El servicio que Nietzsche nos hace, es mostrar con su -suma evidencia
Todo esto es justo y debe ser destacado. Veremos que es uno que la regla moral exige que el hombre est subordinado a algo que
de los fundamentos de la regla moral. Es perfectamente verdadero que lo sobrepase, y que a falta de este "ms all", no depende ms que
demasiados moralistas lo olvidan, presentan la moral bajo una luz de- de s mismo y no puede tener ms regla que l mismo. Completa as
primente y olvidan propaner los renunciamientos de la moral como la leccin que nos han dado ya los moralistas del altruismo, y nos
simples medios de purificacin con vistas a un desarrollo ms perfecto. introduce en las doctrinas racionales, que a su vez buscan precisamente
Las morales de la espontaneidad no son en modo alguno morales de este principio superior.
facilidad. Los cnicos predican un ascetismo riguroso; Guyau exalta el
gusto del riesgo: Nietzsche enaltece el sufrimiento. Admiten que el
hombre tiene que luchar y luchar contra s mismo, pero rechazan con
violencia la idea de que la moral pueda ser empequeecedora.
Es verdad que todo el mundo rechaza esta idea: pero la reaccin
de los moralistas de quienes nos ocupamos en este momento, se explica
por el hecho de que la moral popular, tal como se ensea a veces -a
veces o frecuentemente segn los medios-, parece empequeecedora.
En lo que concierne a Nietzsche, por ejemplo, es sorprendente que
Nietzsche no ve de la moral cristiana ms que este aspecto y preconiza,
sin embargo, para su superhombre una buena parte de las formas de
renunciamiento que el cristianismo propone a sus adeptos, sin que esas
formas le parezcan empequeecedoras en su propia sntesis. Por el
contrario, toda la fuerza que puede haber en el cristianismo, todo el
empuje que desarrolla impulsando al hombre a sobrepasarse, le escapan
evidentemente.
CAPTULO V
\ Posturas fundamentales de las morales humanas La moral del deber de Kant 131
130
,_
'. nal constituido, lo que es inadmisible. _-,,1
_EJ punto de partida de.la moral debe, pues, est_a?Jecerse .silLjl.re- educacin se haba basado en el deber; ste se-hab~~~nvertido en
juz~~ nin_g~na_ doctri(!~__!!l_c.tafs~c_a ~i ningu_n_.1 -~e.f~~~1n del bien. una evidencia para l.
1
1
1 :
'
132 Posturas fundamentnles de las mort1fos lmmm1t1s La moral del deber de Kant 133
Pero esto es la explicacin psicolgica. Kant no habla evidentemen- r El imperativo moral debe ser categrico, y el imperativo categrico-
te de esto; no tiene por otra parte conciencia de ello. Justifica su con- ; no puede ser ms que puramente fonnal, entendindos e por ello_ que no;.
I
0
1
cepcin mediante anlisis de nuestros actos. \ puede recaer ms que sobre la forma de los actos. Como ,magmar,_ en
' . Primer~men~e v(e~e la distincin entre el im,ertrti':!'__c_a_~gri_c_o_y_ efecto, un imperativo categrico que recaiga sobre un acto material?
/ .. ti. ,mperatwo h,potetico.
-
..- ,1 i
El acto material est siempre subordinado a condiciones hipotticas, es
~-Un mismo acto puede tener mviles diversos. Podemos realizarlo 1 -' decir, no necesaria.,; es siempre particul:ir por la naturaleza misma del_
p<>rque nos_ est ma!ld_ado, sin ms -porque es preciso-. En este caso J objeto material. S<>lamente el imperativo ~orm_al lllede te_11er el _ca-
obedecemos a un imperativo categrico; la obligacin es_ absoluta. "No rcter de necesidad y de universalidad que exige la ley racio_!!,al. _
',matars; no robars". NC>___t~l!&._9.ll_~ preguntar ~qu; mi conciencia -~1 deber es, pues, una forma~ y el valor moral de los, actos \
'~dice: "Debes". -- 're.sulta de la apl_iacin !(e es.ta fonna. Un neto no es ,,.oral mas que
1
----Otros actos nC>___se nos_impone_n_"!~..9.ue de u_na_in~nera hipottica. ;cunndo se l,ace,' por deber] j . -
En el leQ&-fo cor_rie11te se les califica de obligaciones ..condrc,o..11a1es. ~ __ _j,ero un act~~er conforme a la moral, sin que se le realice
- .. "Debo trabajar para vivir": esto quiere decir que, si quiero o debo _J por _c!_eber: Kant lo concede, sin reconocerle sin embargo valor moral.
vivir, debo trabajar; si__gu_iero ir a Amrica, debo embarcar. Debo", 00
~Este acio es legnl; es conform_~~y; eso es todo. Carece de valor
no !!~!le actI -~! r11_is111<> __senti_~<>__q'!~. _attteriormente; est subordinado a moral, pues no est inspirado por la preocupacin moral; la__rnoral no
la hiptesis considerad~. Es un imperativo 1,ipottico. interviene en l. Si yo hago una limosna por compasin_ o_JJ<lr temor
El imperativo de la felicidad, por ejemplo, es un imperativo hipo- de ser criticado.~ obro moralmente; obro legalmente. Para obrar mo-
ttico: "s___<IJ_i~!<>... ~~r feliz, debo hacer tal cosa". Pero no debo, no ralmente, "no basta hacer su deber; es preciso adems hacerlo por
ht{ obligacin de querer ser feliz. - deber".
'\'El imperativo de_k__moral d'el,_e_ se_r:__11__n im_JJ_e_r:ativo categrico. No Este anlisis de la moralidad es lo que tiene de ms notable la mo-
puede ser hipottico, porque todo el valor del imperativo hipottico ral de Kant; ms adelante veremos con qu podemos quedarnos. Kant
deriva del objeto al que est subordinado. Un imperativo hipottico no es en extremo riguroso: parece a pri,nera vista sorprendente que nie,
se impone, pues, ms que si depende l mismo de- un imperativo ca- gue todo val<>r moral al acto realizado por abnegacin o por compa-
tegrico. sin. Pero es nece.sario reconocer .tambin que los elogios que se con-
ceden a los que hacen el bien bajo el imperio de un arrebato pasional,
; no miran nicamente al valor moral. Hacemos fiestas a un perro que
(" . acaba de salvar a un ahogado y nadie piensa sin embargo en reconocer
(El_ imperativo moral debe adems ser puramente form~. un valor moral a su acto.
Esto corresponde a una distincin que Kant, bajo la influencia
de la filosofa de su tiempo, reconoce entre la materia y la formn de
los actos. /La materia es el objeto del acto; la forma es el aspecto ----+>Pero este deber sin objeto, forma pura, en qu descansa?, no
bajQ_~l que E"!~~~ _al_ espritu.\ Yo puedo realizar un mismo acto es ms que un sentimiento?, y en este caso, cm_c,J1mdamenta la
por razones diversas: puedo trabajar para vivir, para satisfacer mi moral? Kant rechaza e<ta idea. La nocin del deber es puramente ra-
curiosidad. para satisfacer n1i..__1,ecesidad de actividad, para medrar, para cional: pero qu se entiende por ello?
salvar mi alma, y por mu chas otras razones ms. La materia del a~to Para comprenderlo, ha, que recurrir a la concepcin kantiana del
permanece la misma; s~ forma cambia. La fonna del acto en Kant es / conocimiento. Si Kant cree que no conocemos nada de la realidad del
poco ms o menos la_intencin del lenguaje corriente. I n1undo exterior, e~ porque cree haber descubierto que no conocemos
)
134 Post11ras fundamentales de lilS ,,,orales ,,,,,, 11 ,, 11, La moral del deber de Kant 135
----
n.ada ~~ trav.! de las /":?'' a priori. Estas_formas_ so_r,__~ri_<>ri por- las palabras: "Obra con la idea de tu voluntad como legisladora uni
que v!e~en de nues_tr_()__espmtu y lle, de_la_ exl'_eriencia, y lo_ real no es versal". La terera aade una precisin y sobrepasa el crculo cerrado
cognoscible por _no~o.tros ms que en cuanto fluy; en ;,t;; f-;:;;.~s. d~l espritu que trabaja sobre _s mismo.
Tales son el prmc1p10 de causalidad, el tiempo, el espacio. No los Coltlo el deber es propio del hombre y se encuentra en l la ex
e~contra~os en lo real, sometemos lo real a esas formas. L,as formas presin de la moralidad; como por otra. parte es u~iversal en cuanto
vien~n s?lo d~ nos_otros; ~-~nponen al e.sp~it,1_ y no hay qu~ bt1s~-ar- se aplica a todos los hombres, el imperativo mora_] tiende ! _desarrollo
les nmgun origen fuera deJ__.,spritu. -- de lo hllmano, y !, tercera frmllla del imperativo categorico puede
; . La.. formas a priori .dan origen a los iuicios sintticos a />rio;ri..m_e-) expres;irse co1no sigue: "Obra de manera qi~e trates siempre ~ !~
d1ante los ~uales el. ~p.mtu afirma las formas a priori y sus propieda- - humanidad, en ti y en los otros, como un fin y no como un medio ,
( des neces~nas. Los JUtc10:; snt~ico.s a priori constituyen el primr paso De estas tres frmulas cree Kant que deducir fcilmente t_oda_ la
\1.~ I~ _razon Y el punto de partida de todo conocimiento racional. Son -,, moral. Basta, a propsito d;- cualquier act, preguntarse si tratamos
..!!!_ltetK.Qs P?r?ue no parten del anlisl~ de otros conocimientos, s ~ : en~l al hombre como 1111 fin y si estaramos dispuestos a erigirlo en
que ~ec_aen un1eament~ sobre el objeto primero de conocimiento, y son ~ mxima universal. Por ejemplo, puedo mentir? Por qu se miente?
- ~ a pnon, porgue no vienen de la experiencia. --Por inters, .por placer. Mentir es tratar a la humanidad en s como
~hora bien, Kant estima, y cree haber encontrado en ello un pen- medio. Y adems, si se erigiera la mentira en regla universal, se llegara
sam1ento n~evo, que no _!,ay que admitir so~l!)e!llc formas a ,riori a la consecuencia absurda de que todo el mllndo mentira, lo que
~~....~-~ll!"~--~-tl_c_()_nc:,c1mu:nto_.tw~o. sino .. tambin nara _la hara la vida imposible desde todos los puntos de vista.
f .r_az~~ ~a_!=t1c_~._!,fta ~orma a priori deJ~razn prctica es el deber._ La Puedo matar? Toda la casustica del homicidio pu_ede deducirse
(oc1on del de.be~ deriva: nu~s, de. J~s.ley~ ~e
nues.tro. e~pritu y nQ h~y tambin del principio segm el cual se trata a la humanidad como un
, q_u~ _hacer. mas mdagac1ones. El JU1c10 smtet1co a Jmor, que deriva de - fin, y de aquel otro segn el cual no se tiene el derecho de hacer ms
a~t 1nmed1ata~ente es: "De?es hacer tu deber". Tiene el mis 1110 ca.- que lo que puede erigirse en mxima universal. . . .
racter de necesidad que el deber mismci. Kant hace aplicaciones bastante numerosas de sus pr1nc1p1os. En
n1s de un caso sus razonamientos parecen artificiales, porque, como
todos los moralistas, se encuentra en presencia de soluciones que le son
. Despus de haber encerrado tan cuidadosamente al espritu en s d.adas completamente hechas por su educacin ~ su ~edio, s~luciones
mismo, llegar Kant a construir una moral aplicable a la accin? Lo que, lejos de pensar en ponerlas en _duda, esta dectd~do a \u~uficar
procura Y encuentra el medio de hacerlo gracias a una, propiedad de -cueste lo que cueste. Si no logra mediante un razonamiento logtco, se
la forma a p_rjori, q_u~ _es_~~~ universal. Cu;i_ncl__o tel}em_QS::'tonricncia de contentar con un ,sofis1na en que sin duda no repara l mismo, tan
qn d_eber; ttf'emos al mismotie1npo-_c()_ilciencia de que _ese deber no se convencido se halla de la imposibilidad de que esta regla prctica no
nos 1mpon~_e_!.l]~D-~r.---_aJ_lli1raria y: oca:oi;ional, sino qllc sera el 1111Sh10 concuerde con sus principios! En ~-1 l]latr!monio, por ejemplo, los espo~
en to?o tiem.p<:>,~n to~o lu ~ra todo ho~bre cue _se _enc~_ntrara en sos tratan a la humanidad coll!C>_un fi!), mientras que en la unin libre
l,!,1__m_1s_111a_s___c_1rcunstancias. deb r~_onde, pues, a una le universal la tratan como un medio. Kant tiene la impresin de que el problema
.Y puedo dar una primera fr u a de l que responde a esta exigencia: es simple. El lector no comparte su impresin y hay muchos aspectos
-:"Ohri! siempre. d_e tal IT1_anera que la mxima_~__ tu,..~lu_n!>-d. pueda va- del problema de los que la exposicin de Kant no tiene cuenta. Pero
ler _como prmc1p10 de_ legislacin universal". no vamos a entrar aqu en estos detalles.
A esta primera frmula, K;n-t ;-5~-J"" inmedi;\tament~ otras dos que .,,,.J
la completan. La segunda no difiere apenas de la primera m:s que en
-------
136 Post1tras f1mdamentales de lru morales humnnru La moral del ieber de Kant 137
La moral de Kant termina en fin en una reconstruccin metafsica. Ipretende encontrar en la moral los fundamentos de la explicacin del
Habiend~ r~cluido al espiritu en s mismo por la crtica -;;r,;;noci- mundo y del hombre.
miento, Kant es_t, sin embargo, decidido a explicar el mundo. Cree Esta tendencia no se manifiesta inmediatamente despus de Kant;
encontrar en la moral el instrumento que le hace falta. el siglo siguiente se halla dominado por el idealismo crtico que "des-
--En efecto, conseguido el deber, no es difcil dars~ cuenta qy_g__110 emboca lgicamente en el culto solitario del pensamiento por el pensa-
hay deber ,si no hayiibertad. Debemos, pues, admitir la libertad.
Pero, adems, E razn prctica tiene__ ~~_1s leyes co1no la razn cspe.-
culativa. Estas leyes las expresa Kant por lo ue llama la dialctica dd
J miento" (Edouard Le Roy). Pero a finales del siglo XIX aparecen filo-
sofas nuevas llamadas filosofas de la accin, que pretenden encontrar
en la accin la fuente del conocimiento y el contacto con lo real. No
~pritu, un movimiento natural del espritu que correspon e a sus vamos a estudiar estas filosofas aqu; citemos solamente algunos nom-
_e_xigencias intern_a~. Como el hombre est dotado de sensibilidad y la brd: Maurice Blondel (1861-1949), Edouard Le Roy, en Francia:
satisfaccin de la sensibilidad se encuentra en la felicidad, la dialctica desde otro punto de vista, la escuela pragmtica americana que se agru-
del espritu exige que la virtud vaya acompaada del pleno desarrollo pa alrededor de William James (18,12-1930); y en Alemania, en cierta
del hombre; es, pues, necesario admitir que la virtud da felicidad. medida, los fenomenlogos de que ya hemos hablado. En nuestros das,
_!!t,_cs\~-'1:'~!:>,.d_<J__ ':' se_~ __que fcli~i~ad y vi_rtud coincidan siempre. este movimiento se ha integrado en el movimiento general de la Filo-
Para resolver la antinomia, es -:irio admitir -otro inundo en el que sofa y la mayor parte de los filsofos actuales, ms o menos impreg-
se realice el bien soberano, hecho del encuentro de la virtud y de la nados de fenomenologa y de existencialismo, consideran la accin
felicidad. Pero la vida futura supone la existencia de un alma inmortal - como una de las fuentes principales del conocimiento. En la accin, la
y la existencia de Dios; debemos, pues, creer en esto mediante una accin moral ocupa un puesto importante y, para muchos, primordial.
fe moral, fruto de los postulados de la razn prctica y distinta de la No van1os a exponer estas corrientes de pens.1miento que no ofre..
fe especulativa que resultara de una demostra.cin racional. cen apenas puntos de vista nuevos en lo que concieme a los fundamen-
j
1
Se llega as a la primaca tk In razn prctica. Nuestras conviccio tos de la moral. Es la metafsica lo que les preocupa y no se interesan
ncs, como nuestra vida, estn determinadas por las exigencias de la por la moral o la accin ms que porque creen desrnbrir en ella una
razn prctica. La razn pura se limita a mostrar que estos postulados va de acceso a lo real exterior hacia lo que el idealismo les haba ce-
de la, razn prctica no entraan ninguna contradiccin en s 1nismos. rrado las antiguas vas racionales. Estudian, pues, la moral y la accin
en general con vistas a discernir los elementos de conocimiento que la
moral implica, no para fundar la moral o para aplicarla. No interesan
11 al moralista ms que de una manera ocasional, en razn de las obser-
vaciones que este nuevo mtodo les lleva a hacer.
( La filosofa_ de ]:ant ha ejercido una influencia determinante sobre Sin embargo, el trabajo de pensamiento desarrollado en esta filo-
el pensamiento moderno bajo numerosos puntos de vista. Ha dado ori- sofa de la accin revalid una nocin de la que se pueden encontrar los
{ gen aiiclealismo del siglo XIX, que se inspira en la crtica d~azn orgenes lejanos, pero que no haba alcanzado nunca el relieve que tie-
, pura. Tambin ha dominado el pensamiento moral. ne en nuestros das, el valor de pensamiento de la accin. Los fils5!_fos
aQtiguos establecan una separacin r_'!_dical entre la inteligencia y la
v_oluntad, y trataban la voluntad como una farnltad ~~en s misma .
Admitan, sin embargo, ~que no hay voluntad mas que cuando hay in-
Primeramente 1, primaca de la raz__ll_e_rct~ca____origir_1a u_na__ con_c~,- 1
teligencia, puesto que la voluntad es el apetito racional; y que la vo-
-~i11___d_e_ la J'1los_ofj.1_ _que co(s,ca la m"ra_l :mtes d_e J~ __
n_1et~fsica y- _luntad no se determina ms que por mviles de accin presentados por
138 Post1t1'a., f1111dn1ne11t11/e.< de las mo1'nles l11,n,n11n.< La moral del deber de Kant 1 39
la inteligencia. Pero esta doctrina no les impeda, por procedimiento Ya se ha hecho alusin a esta actitud anteriormente (cf..cap, 1, 11).
metodolgico, tratar de la voluntad haciendo abs.traccin de la inteli- Estos filsofos se interesan bastante poco en precisar la regla de con-
gencia y considerndola por consiguiente como una facultad ciega. Y
es cierto qu~m_.t la voluntad es ciega, pero es igualmente cierto cue
Iducta. Sin duda reperctenen ellos !:is crticas de la escuela positivista
respcto a la vanidad de los sistemas de moral. Toda su atencin recae
existe solamente_ en seres dotados de inteligencia, que no puede existir en la definicin de !amoralidad, las caractersticas del acto moral como
de otra manera y que, en ;,.ts~p;;;sto, la voluntad en su ejercicio es tal, las diferencias entre el acto moral, el acto esttico, el acto social,
inconcebible sin operacin intelectual. el acto religioso y el puesto que la moral debe ocupar en la clasificacin
Esto explica por qu y cmo, en la psicologa y la moral prcticas, de las ciencias. La cuestin: qu manda la moral? no les inquieta;
los antigu_os, que separaban la voluntad de la inteligencia en sus estu- poseen una moral que han recibido de su medio, de su educacin, de
dios tericos, observan frecuentemente su dependencia mutua. La filo- sus convicciones religiosas, y encuentran ms interesante analizar el fe ..
sofa de la accin ,ubraya que todo acto de voluntad est saturado de n1neno moral, en sus car;ictcres e.speclficos, y buscar lo que este fen ..
conocimiento, que no hay accin sin conocimiento, que hay formas de meno entraa.
conocimiento que no se desarrollan ms que en la acci11 o a propsito Este punto de vista reaparece de una n1anera ms o menos exclusiva
de la accin, que hay otras que se alcanzan ms fcilmente en la en la mayora de los moralistas actuales no positivistas. Los positivistas
accin que en el conocimiento especulativo. Estas concepciones no eran a su vez se limitan a hacer ciencia de las costllmbres. vPor no citar
desconocidas de la antigua filo,ofa y en particular se encuentran nu- ms que algunos nombres de los ms recientes, la Etica, de Nicolai
merosas aplicaciones de ellas en la tradicin moral catlica; pero la '' Hartmann (Berln, 1916): la I!thiq11e, de Edgar de Bruyne (Bruse-
filosofa de la accin les ha dado un relieve completamente nuevo, y l-
1
la<, 1934-1936), y el Tr11il de mora/e gn.rale, ele Ren le Senne (Pa-
veremo. que tienen una importancia considerable para la inteligencia ! rs, 1942), son testimonios de esta tendencia.
de la vida moral. 1
Pero la in,:f;;~hcia ms inmediata y ms inmediatamente perceptible
de Kant sobr~--a moral se echa de ver en el lugar que el deber ha
La parte ms interesante de la crtica de la razn prctica d_e..!S.ant I ocupado dentro de la moral contempornea. ,
se eiicueirae-su anlisis de la moralid~d. Este punto de vista puede \ . --Kant vincula la moral al deber hasta el unto de e n ha mo- \
tarribin considerarse como- [ pu~to de partida del movimiento, bas- ' ralidad, segn l. smo uan o se obra or deber. lp,n este punto Kant
tante importante en la filosofa moral contempornea, que tiende a ha- ha sido cas.i..J!ni\'e a mente seguido, al menos por los JJ.ensa_dores que
cer de la definicin de ~moralidad el objeto principal de la moral. J' aceptan la nocin de una '1moral normatjy~'! Su xito_ fue tal_gue la
)
a La moral plantea(dos }problemas esenciales~ Qu es la moral?
Qu manda la 1~? Hasta Kant, el pri r problema no haba
preocupado mucho a los espritus y no constitua el objeto de investi-
cuestin no ha sido, por decirlo as, discutida. Todos los tratados de \
n1oral presentan la obligacin como la caracterstica del hecho moral
Para darse cuenta de la revolucin que e.sta postura representa, basta
J
) gaciones sistemticas. Se haca moral sin definirla o contentndose con recordar que los moralistas de_la. a_n_tigedad no hablan casi del deber;
)
una definicin rpidamente establecida. Los anlisis de Kant y el pues- que los autores de la Edad Media tampoco h_ablan mucho ms, y que
to central que ocupan en su filosofa llamaron la atencin, y hoy da, en la Etica de Aristteles, por ejemplo, o en la S11111a de Santo Toms,
buen nmero de moralistas, consideran que la tarea esencial de la para cita~ dos nombres_ entre los ms grandes, no se trata del deber
) filosofa moral es definir la moral, determinar exactamente su carcter ms que de manera casi epi,idica, y de ningn modo en el punto de
1 especfico y precisar en qu se distingue de toda otra casa. partida de la moral, sino muy avanzad., ya la exposicin.
)
)
) ,.
\
\
Postttras f,mdamentales de fos morales l1umat111S La moral del deber de Kant
' .
!,a nocin del deber est, adems, casi ausente de las morales em- 1. Desde el tiempo de Kant, su concepcin rgida de la moral ha sido '.
pricas que anteriormente hemos recorrido. Nos damos cuenta as de J objeto de vivas crticas. Segn l, no obramos moralmente ms que', ;
la revolucin operada por la filosofa de Kant. Sus anlisis compactos rnando obramos por deber. Encontrar placer en .el bien disminuye el
fueron un verdadero mazazo: todas las cabezas se doblaron. Estos valor moral del acto, Ahora bien, la mayora de las gentes ~~een q~e ~
anlisis sobrepasaban .tanto todo lo que se haba hecho anterior, cl placer que se encuentra en hacer el bien constituye precisamente un
mente, que parecieron decisivos y la rnestin se crey definitivamente signo de virtud. Para Kant, el hombre naturalmente virtuoso est pri
resuelta. vado de toda virtud; sera preciso no hacer el bien ms que a fuerza
de actos de voluntad l Ya Schiller le opona e.ita humorada: "me doy
111 cuenta que experimento placer en hacer bien a mi prjimo; esto me
inquieta enormemente acerca de mi moralidad".
El pensamiento de Kant ha ejercido, pues, sobre la filosofa moral Pero a Kant le retena en esta postura la lgica de su sistema, por,
contempornea una accin que sera difcil sobrestimar. Y, sin embargo, que la moral cjeba ser negocio puramente ra~ional, y el sentimiento no
no se ha seguido su construccin sistemtica como tal. Extraii.a suerte: poda1 por tanto intenreoir
las ideas del filsofo de Koenigsberg han transformado profundamente Bajo este aspecto, es por otra parte me_nos oriiinal de lo que
el pensamiento filosfico, en casi todos los puntos de vista: pero su parece. Y a _e_lll_!'e__ _lc,s_ estoicos encontraremos una _ac_t_itud -~a;;tante pare
sistema no le ha sobrevivido. Es indudable que tuvo cierto mmero de cida, y la cuestin no ha cesado de debatirse en las escuelas cristianas.
intuiciones geniales, en extremo nuevas: pero estaba por encima de los Pero la actitud kantiana se impone en el sistema, porque Kant recluye
recursos de un espritu humano asimilar de una sola vez estos pensa, al espritu en s mismo y suprime en el punto de partida todo elemento
mientos nuevos a lo que la herencia de la tradicin presentaba de objetivo. EJ..acto __111Eral es, pues, pura actitud del e~ritu, sin relacin
sano, para hacer un sistema equilibrado. Los sistemas equilibrados son ni con las tendencias afectivas hi con la materia del acto. Basta, por
.el. fruto de una tradicin. El de Kant es slo un punto de partida. otra parte, con algunos matices resultantes d~ un anlisis psicolgico
1 La construccin moral de Kant no ha resistido las crticas. Si su ms profundo para reducir esta teora, cuyo fondo es exacto, a sus
analisis de la moralidad es fecundo en ms de un aspecto, el puesto justas proporciones.
que asigna al deber y su nocin misma del deber parecen indefendibles.
--El deber, segn Kant, es _la_ fornt~ 111i_sma de la moralidad. Puesto
que se trata de una comprobacin psicolgica, de ~na no,}6n que Kant
J/
\ Por el contrario, Kant(est en lo cierto cuando estima que lo gue
estima universalmente admitida, es preciso discutirla en el mismo te, constituye el valor propiamente moral del acto es la buena voluntad. La
rreno. Ahora bien, no es evidente que el deber sea la expresin por buena o la mala voluntad, deberamos decir para precisar; dicho/de
y
excelencia ,nucl,o menos la expresin exclusiva de la conciencia mo- otra manera: la intencin. Esto equivale a la nocin, que podramos )...
ral. El problema moral se plantea ms bien como sigue: el hombre se llamar primitiva y que ya hemos sealado desde las primeras pginas,
halla en presencia de bienes. Entre estos bienes, los hay cuya bsqueda de que el orden moral es un orden humano, porque el orden moral
parece obligatoria. Para Kant, no hay moralidad ms que en este caso. no se aplica ms que al acto libre, es decir, al acto racional, puC$ li-
Pero esta solucin que le parece evidente no lo es para todo el mundo, bertad y razn son dos trminos correlativos, ya que la libertad es un
y tendremos que examinarla. La evidencia kantiana se explica por la atributo del ser dotado de razn. Pero el acto libre es un acto dirigido
educacin y los hbitos intelectuales del filsofo, no por una eviden, por una intencin. Decir que la moral no se aplica ms que a la
cia en ~t actividad libre o que el valor moral est ligado a la intencin, equivale
una vez ms a decir una sola y mis1na cosa .
Posturas fundamentales de las tn01'ales hu111a11as
Es, pues, verdad que el valor moral est ligado a la intervencin
de la razn en el sentido de que, tal como se presenta e11 los animales,
el acto se halla desj'rovisto de valor moral,_ cualquier; que sea, por
otra parte, su materia.
Adems, Kant sil!'plifica el problema de una mauera exagerada,
cuando parece concluir que l_a maeria del acto carece de importancia
d":'de el pu~to. de vista moral. Es verdad que n~ e~ 6te-su pensa, .
CAPTULO VI
~ment~. Se_ hm1ta a com~robar q,~ es la buena voluntad, dig.,mos la ',, :_
mtenc10nahdad, la que introduce el acto en la esfera de la moral. I
--- Pero )a mane_ra co~o proce_de, tratand_<> __ <!_eLv_alo_r__1:i,oral ~~p~1 ldas LAS MORALES MONISTAS,: -~w.1e.-:,>,,;
de toda cons1derac1on de bien, hlZ_O de su filosofa el cebo de las
~oral~~ubjetivas contemporneas, que nieg_an__toda ~bfetividad-del
bien_y_r_educen__ ~_rnoral y la sinceridad, estimando -bien. p;r~ ---~;da
uno lo que cada uno cree sinceramente tal, sin que la materialidad del J
acto pueda entrar en cuenta.
La cuestin de las relaciones entre la intencin y la materialidad
__ Las morales que ahora abordamos forman la contr~artida de las
1norales ~mpricas. ~~an, en efecto, nicamente en una-7~~~P"
I
cin del espritu con menosprecio de toda experiencia sensible. No son
del acto:. o en;re el. aspecto subjetivo y objetivo de la moral, es quiz
ni positivas ni psicolgicas; ~.9n llnicament_: _!.l]~t.afisica~:
la cu~~t10~ ma~ delicada de la filosofa moral. El subjetivismo es una Pero para comprender su posicin, es preciso primero decir unas pa,
soluc1on simple que procede Po! eliminacin de uno de los trminos;
labras de la actitud intelectual a la que responde el monismo.
es el procedimien.to m_s fcil. Reacciona contra un simplismo ;;,verso,
bastante extendido en las actitudes prcticas, que se desinteresa d~ la
intencin. Pero aqu, como en los dems terrenos, no se _mede llegar
1
a un~_ solucin exacta ms_~ue teniendo en cuenta todos }OS-efc,nerltos
del problema. - -
--Antes se empleaba ms la denominacin de __JJante[smo: hoy en
La exposicin y la critica de la moral kantiana lleva as a eanar da se prefiere la denominacin de monismo. En realidad los dos voca-
una conciencia ms precisa de la manera como se plantea el problema blos, pantesmo y monismo, COI).__ ~asi del mis1no tiempo, nacidos en
moral. Volveremos sobre estos datos en la parte constructiva de esta
el siglo xvm, el primero en lnglat_erra y el segundo en Alemania.
obra.
--1.ll ,antesme> se define : doctrina segn la cual todo ;s D1~s, no
formando el mundo y___Dios ms __qti_e__ una__sola _cosa. El-.,,,;;;;;;,.
se
define: doctrina que considera el_conjunto de las cosas como_ reductible
a la unidad (Lalande).
La voz monismo tiene, pues, un sentido ms general; he aqu par
qu se prefiere hoy en da, pues la palabra Dios evoca respecto al Ser
una concepcin determinada a la que. una doctrina monista no hace
necesariamente. referencia.
....
)
Posturas fundamentales de las morles liumanas Las morales racionales: el monismo 145
Cuando el hombre aborda la reflexin filosfica, llega muy pronto - Pero en el plano de lo inteligible, todo cambia: y es al contrario
a ver que h~ U!J_a_bs_olu~ slo uno, por tanto que lo Absolutc,_ es. Ve el mundo de la sensacin d que se toma difcil de explica~, el que se
que lo Absoluto es lo incondicionado, lo necesario, que e;-i~-finito, que hace oscuro y dudoso.
es todo fo que puede ser. Los filsofos llegan a esto por las vas ms
diversas; casi todos llegan a esto, excepto los escpticos y los empi-
ristas, cuyo sitio en la historia de las ideas hemos indicado ya. Lo ne.cesario se impone al espmtu: la tendencia espontnea del
--La evidencia de este Absoluto, que se llama Ser absoluto, Dios, o filsofo es afirmar lo necesario y negar lo contingente. Limitar el
Pensamiento absoluto, trascendental, se impone al espritu porque todo ser a lo necesario es la solucin ms fcil: todo se explica as fcil-
objeto de conocimiento hace referencia a l necesariamente. No se mente; no hay ya dificultad en que no cambie, en que nada lo limite,
puede explicar ms que refirindose a un primer principio que no tenga etctera.
a su vez necesidad de explicacin, y slo un Primer Absoluto, o un --Desgraciadamente, subsiste una dificultad y sta es insoluble: ~a
Ser en s. o un Pensamiento tra.scendcntal, cu1nple esta condicin. existencia _de _lo contingente. Cualesquiera que sean los errores de los
Pero entonces cmo explicar el mundo? Si se admite un ser per, sentidos, Jo contingente se impone a nuestro espritu. L~eriencia
fecto, es necesario admitirlo inmutable; de lo contrario podra ganar lojmpone a nuestro espritu __y es condicin de nuest_l'(l___pen!'!_mien!_o.
con el cambio y no sera perfecto; o podra perder, lo que sera tam, -Nuestro pensamiento mismo ~ cambiante ..2'..E... necesario; lo Absoluto
bin una falta de perfeccin. Pero cmo concebirlo inmutable, si hay no se impone a nuestro espritu ms que en y por lo contingente. En
fuera de l seres independientes de l? En otros trminos, cmo vano eli1ninamos lo contingente; reaparece sien1pre.
justificar cualquiera, si el ser perfecto existe? Cmo incluso admitir He aqu por qu el m_onismo absoluto es insostenible. Hay que
alguna cosa fuera de l, si es infinito? decir del monismo lo que dijimos del relativismo; existen ten_dencias
As, para el que reflexiona, el mundo se toma difcil de explicar; 1nonistas, filosofas 1ns o 1nenos n1onistas; n~ existe monismo ra4~~~.l,
y as se produce una vuelta del espritu: lo Absoluto se hace evidente pues el monismo radical no permitira siquiera hablar. Probablemente
y simple; el mundo, enigmfoco. donde ms lejos ha llegado el monismo es en la~ sabidura hind, y
entre los hindes, en el budismo. Pero tampoco lleg nunca a lo abso
------En efecto, el mundo es_ lo ,io-necesario, lo que pasa, la apariencia.
luto: el hombre parece incapaz de ello.
Ahora bien; que lo necesario existe, es de toda evidencia para el es,
pritu; pero lo no-necesario? Puesto que no es necesario, no debe
existir. Cmo puedo saber que existe? Por los sentidos? Los senti-
dos me engaan a cada instante. Para el que accede al mundo de la
Se distinguen tres actitudes fundamentales en el monismo.
reflexin, las evidencias racionales ofrecen ms garantas que las evi-
Primero el ,antesmo nc1turalista o materialista. Es la primera acti,
dencias de los sen_tidos. Esto supuesto, la dificultad que se presenta a
tud de espritus mal deshastados, que ven que lo Uno es necesario,
su espritu lleva una direccin exactamente opuesta a aquella con que
tropieza el hombre ordinario, pero que no habindose dado todava perfecta cuenta de la incompa
tibilidad del Uno y la materia, identifican a Dios y al mundo. Dios
Para ste, lo real es lo sensible, lo que ve, lo que oye y toca. La no es entonces ms que la suma de lo que existe; y el cambio lo
existencia de lo inmaterial, que slo conoce con el espritu, log.ra, sin
explican por diversos procedimientos que son, en realidad, fracasos.
duda, comprenderla; pero nunca constituye a sus ojos una realidad
Tropezamos con este pantesmo materialista en la aurora de la fi.
completa. "Jams se ha visto a Dios" le parece un argumento de peso.
losofa griega, en un Herclito, y pervive ms o menos en las escuelas
epicrea y estoica. En los tic1npos modernos no reaparece sino entre
Posturas fundamentnles de las mornles l111111a11a.<
los semifilsofos del tipo de Diderot o de D'Holbach. Es relativamente la sustancia dotada de una infinidad de atributos, cada uno de los
frecuente en Francia entre escritores que se dedican a pensar sin cuales expresa una esencia eterna e infinita". Causa universal, Dios
ser filsofos en el sentido estricto de la palabra. Se podra aln citar es causa inmanente, pues e., inconcebible que la causalidad sea paso
a Renn, en el siglo XIX. Pero este pantesmo materialista no resiste un de Dios a un ser exterior a !!l. Por consiguiente, la naturaleza es
anlisis un poco profundo de las condiciones de lo Necesario. tambin Dios. Lo que nosotros llamamos naturaleza, lo que llamamos
No vamos a detenemos en l; las morales que en l se inspiran mundo, no son ms que modos de los atributos divinos. Dios no
no pueden ser sino morales empricas, pues en un universo purarnente es, por tanto, diferente del mundo; Dios y la naturaleza es la .misma
dominado por la materia no hay nada que pueda imponerse el respeto cosa.
del hombre. Se llega a verdaderas morales racionales solamente con Y, por tanto, tambin el hombre. No hay en el hombre otra rea,
el monismo espiritualista, que se puede concebir optimista o pesi, lidad positiva que Dios. En qu puede consistir la moral, sino en
mista. .cobrar conciencia de la realidad y en conformar a esa realidad la vida?
, La moral de Spinoza es, ante todo, una moral contemplativa: es por
II ' el espritu como el hombre llega al conocimiento de Dios y de la
identidad profunda de las cosas en Dios. Debemos, pues, vivir por
- - - El pantesmo espiritualista es, pues, una doctrina segn la cual el espritu y, para ello, desligamos de las pasiones, de todo lo carnal,
todo es Dios. Como ya hemos dicho, no se encuentra en parte alguna lo sensible y lo imaginativo, para llegar a cobrar conciencia de que
u~~-~ltfs~o radical, sino que encontramos numerosas doctrinas 111.is no~otros so1nos Dios o Dios es nosotros, que nuestras acciones son
o menos impregnadas de tendencias pantestas. Desde el momento que acciones de Dios; y llegamos as a un amor de Dios que es partici,
se admite el acto puro, resulta difcil de explicar, ni siquiera concebir, pacin del amor que Dios se tiene a s. Darnos cuenta de que Dios
que pu~da existir ,o_.s~ alguna fuera 4_e__ l. Veremos ms adelante se ama en nosotros es la cumbre de la contemplacin spinozista, que
la so\!icin cristiana del problema, que es la que salvaguarda de la produce tambin una perfecta sumisin al orden natural, puesto que
manera ms satisfactoria la autonoma del Creador y de lo creado; el orden natural es tambin Dios.
pero, en realidad, esta solucin es tan difcil de mantener que gran La moral prctica de Spinoza no tiene nada de original; responde
nmero de autores cristianos, entre los que tenan en el ms alto grado a la tradicin que parte del estoicismo y pone en primer trmino la
el sentido de Dios -me refiero a los msticos-, se hicieron sospecho, mortificacin de los sentidos con vistas a la liberacin del espritu. Sin
sos de pantesmo, y la Iglesia .debe frenar constantemente . los -9.ue, de.spreciar ninguna de las actividades humanas, recalca la contempla,
para salvaguardar. la_,!f~c,,ndencia di_vina, propenden a sacrificarle la cin; pero esta contemplacin es profundamente intelectual. El pen,
autonoma de lo creado. samiento de Spinoza e.st centrado en la trascendencia divina y se
-L~ il~s;;;-q~;;--;e cita con ms frecuencia como el tipo del pan, opone e.n moral a todo lo que le parece atentar contra esta trascenden,
tesmo espiritualista es la filosofa de Spinoza. cia. En aras de ella, sacrifica, incluso, en las palabras, la existencia
Baruch Spinoza (1632,1677) era un judo de origen portugus autnoma del ser contingente. Por otra parte, niega la contingencia:
cuya familia haba emigrado a Holanda; su formacin estaba basada Dios es necesario y todo e., necesario en Dios. La contingencia es una
en la Biblia; en la Biblia haba bebido un sentido muy profundo de apariencia: el mundo forma parte de la necesidad de Dios; el hombre
la trascendencia divina. Por otra parte, haba sufrido la influencia del tambin. Pero este dctcr,ninismo no ejerce pr.icticamcnte ninguna in,
racionalismo cartesiano. fluencia en la regla de vida que ordena al hombre determinarse por
El principio fundamental de su filosofa es que todo se reduce la razn: libre o no, la regla permanece la misma.
a una sustancia nicn: Dios, "el ser absoluta1nente infinito, es decir,
- '
)
)
Posturas fundamenta/es de las morales lmmmuu
es dolor en la_vida: no hay que buscar en ella ningn gnero d_". feli, Pero sobre la indiferencia se pueden construir morales prcticas
ciclad. Y el origen del dolor "es la s~:__de la existencia que conduce de muy diversas. Bajo pretexto de vida segn el espritu, ciertas sectas
;e-nacimiento en renacimiento": sta es la s<;g~mda de las cuatro gran- de la Edad Media cristiana predicaron el abandonarse a las pasiones
des verdades. La supresin del dolor se obtiene, pues, por "la ex- carnales; como la carne no .tena importancia y el espritu no se ocu,
tincin de la sed de existencia mediante el aniquilam;ento con_,pleto del paba de ella, se dejaba libre la carne. El budismo no se orienta en
1;
deseo": sta .,; t;rcera de las grandes verdades. La cuarta i~dica los este sentido, sino en el de la pureza: el monje es puro de cuerpo y de
"ocho senderos de la virtud" por los que el sabio llega a la extincin espritu: practica la sobriedad, la castidad, la pobreza: el renuncia,
del deseo. miento espiritual hace de l, un ser dulce e insensible a los insultos,
---La extincin de todo deseo es el nirvana, que puede tr_aducirse devolviendo bien por mal, sin dejarse nunca arrebatar.
por extincin. El nirvana del budismo primivo parece s~r este ani- Muchos textos bdicos dan preceptos tan semejantes a los del Ser,
quilamiento que el sabio alcanza en el x_tasIS y que suprime la con- mn de la montaa que algunos crticos han credo que Jess haba
ciencia. Cuando recobra sus sentidos, tiene la impresin de despertar sufrido influencias bdicas.
de un estado de beatitud, pero, en s, sta es inconsciente. No se la Pero la lgica budista est en el sentido de un egocentrismo radi,
conoce ms que despus de pasada. El nirvana es, de manera perma- cal: no se ve en l que quede sitio para el amor, y hay que compararlo
nente, esta beatitud en la inconsciencia. Concepcin a primera vista ms bien con el utilitarismo. Qu motivo tendra el sabio para amar?
extraa para el espritu occidental, pero que no se aparta tanto, como En esta moral tendente al vaco, puede el perfecto practicar la bene,
podra creerse a primera vista, de la de ciertos misticos crist~a~os. volencia por otro motivo que el del propio desamor, ni la beneficencia
Cuando muere el sabio, liberado de todo deseo, queda red1m1do por motivo distinto del desapego de su propio bien?
de la cadena de las reencarnaciones, pues es el deseo el grmen de las Se da esto en el budismo; pero encontramos tambin en l el
nuevas vidas: y el sabio parte para no se sabe dnde. Los discpulos altruismo, un altruismo verdadero, espontneo, con su parte de irra-
preguntan a Buda si el perfecto, despus de la muerte, tendr todava cional, altruismo que brota de la gran ternura hind derramada sobre
una vida personal o si ser absorbido en Brahma, pero el maestro toda criatura, bestias y hombres. Pues la porcin de irracional es
rehusa responder: este conocimiento es intil y denota todava un grande en el budismo, como en .todas las doctrinas que se ligan a la
deseo. prctica ms que a la teora, que proceden, por tanto, por intuicin
Los ocho senderos de la virtud, comentados indefinidamente por ms que por razonamiento, que se inquietan poco de no poder anudar
los doctores budistas, constituyen la base de la moral prctica: pueden sus intuiciones entre s por medio de cadenas de razonamientos. Sakia
reducirse a dos grupos: pureza de la accin y pureza de la contem- Muni no es un solitario que huye de los hombres: es apostlico: se
placin. presenta como un salvador y trata de ganar a los hombres para su
Primero, la p11re1_a de la accin: la moral bdica es una moral de doctrina. Segn una frmula de hoy, tiene conciencia de tener un men-
renunciamiento, pero de un renunciamiento dulce, sin t1scesis violenta. saje que comunicar al mundo. Cmo se compagina esto con el prin-
Otras escuelas en la India practican los rigores de un desprendimiento cipio de la liberacin de todo deseo? No hay que indagarlo.
que procede por arrancamiento. El budista primitivo vive ms bien en Sin embargo, el espritu fundamental de la doctrina comunica al
la indiferencia sonriente del desasimiento perfecto. Toda pasin, cual- altruismo budista un colorido peculiar. La forma del altruismo budista
quiera que sea, entraa deseo: el perfecto carece de deseo. Si todo es por excelencia la compaJin, pues la compasin es un sentimiento
es ilusin, no hay ms razn para dar sus bienes que para guardarlos: altruista que se desarrolla espontneamente por encima de la liberacin
hay slo que saber que no existen. La virtud esencial del budista es la del deseo. A medida que el perfecto se libera del deseo, comprende
indiferencia. ms la miseria de los que .son presa del dolor porgue se dejan prender
Posturas f11t1damentales de las morales l111mat1as Las morales racionales: el monismo 159
en la sed de la. existencia, que los arrastra de renacin1iento en rena~ entre los que se cansan. Vivimos en perfecta alegra, nosotros que
cimiento. La compasin es, pues, una forma de altruismo que crece nada tenernos: la alegra es nuestro alimento corno el de los dioses
ms y ms segn se acen.ta el no.. deseo. radiantes".
Ms tarde, el altruismo se desarroll por s mismo en la moral
bdica del Gran Vehculo, al principio de la era cristiana. En ella, el
perfecto se hace Buda, y lo hace por el bien de los dems. "El simple Cuando se habla del pesimismo de la India o del pesimismo bu-
deseo del bien de los dems sobrepuja en mrito al culto mismo de los dista, hay que entenderse: pesimismo, s, en el sentido naturalista de
Budas.'' La vida de Sakia Muni pas a ser la leyenda de un salvador la polabra: es decir, que como el empuje de los instintos lleva a la
que encuentra y trae a los hombres la doctrina de salvacin al precio ilusin, el impulso de la naturaleza conduce slo al dolor; pero este
de mil "acciones difciles, realizadas en mil vidas, en el curso de las pesimismo no es total ni definitivo; no es irremediable, y el santo,
cuales, por ejemplo, aliment a un tigre hembra entregndole su propio el perfecto, lo vencen. La vida segn la razn hace renacer el opti-
cuerpo en alimento y se amput los miembros para arrojarlos a un mismo; el perfecto encuentra la alegra en el renunciamiento, y esta
buitre y salvar a una paloma" (De la Valle-Poussin). Pero se trata cada doctrina se halla menos alejada de las doctrinas occidentales en los he-
vez ms de una moral prctica en la que no hay que buscar sistema. chos que en las palabras: pues, en suma, cul es la moral que preco-
Despus, la moral budista es una moral de xtasis. El xtasis es niza el abandonarse a los sentidos? Algunas morales sensualistas cuya
la meta final de la vida, un xtasis que no es contemplacin en el importancia es casi nula en la historia del pensamiento.
sentido occidental, pues no est en contacto con una realidad inefable, De otra parte, para apreciar en su justo valor la liberacin me-
sino recogimiento negativo, el recogimiento de la cesacin de la sen- diante el vaco absoluto de la inteligencia y de los sentidos que nos
sacin y de la idea. El carcter negativo de la mstica hind en nm, ofrecen como ideal estas doctrinas orientales, hay que tener en cuenta
guna otra parte se llev ms lejos. El nirvana hacia el que tiende que estas filosofas y estas morales estn generalmente. expuestas en
la vida del monje es abolicin de toda conciencia. La abolicin, la lenguaje potico; la alegra y la plenitud de ser que nos prometen en
negacin, el no-querer y el no-pensar son buscados por s mismos. El el no~pensar y el no..-querer parecen indicar que se hacen eco de una
espritu se detiene en esta negacin. experiencia distinta de la del vaco completo, y que nos mv1tan a no
Se la ha llamado moral de desesperado,. Muchos occidentales .la tomar sus frmulas completamente a la letra.
han comprendido as; y, sin embargo, los que hablan del budismo
con conocimiento de causa no lo juzgan de esta manera. El sabio ca,
mina a la liberacin; sabe que la liberacin est al final de su esfuerzo V
de desintegracin, y la sabidura budista canta la alegra, como todas
las sabiduras. Pues casi todas las sabiduras son alegres, unas con ma, El Occidente conoci con Schopenhauer ( 1788-1860) una curiosa
yor dulzura, otras con mayor exaltacin, pero todas cantan la alegra adaptacin del budismo al neo-kantismo romntico.
de la liberacin. Schopenhauer se declara kantiano y al mismo tiempo afirma haber
El santo budista en nada recuerda a un resignado. Corno dice el encontrado en el budismo la ms alta sabidura de vida. Como Hegel
paema del Dl.a111111apada: "Aquel cuyos sentidos estn en reposo como y los neo-kantianos, aade a la crtica kantiana una construccin me-
caballos bien domados, aquel que se ha despojado de todo orgullo, que tafsica; pero al paso que los dems apoyan su construccin en el pen-
est libre de toda impureza, aquel que es tan perfecto, los mismos samiento, l basa la suya en la voluntad. El ttulo de su obra ms
dios.,s le tienen envidia ... Vivimos en perfecta alegra, sin enemigos clebre. El mundo cor110 voluntad y representacin, es por s mismo
en el mundo de la enemistad, sanos entre los enfermos, sin cansancio un programa.
----,--
)
J)osturas fundauientales de l,1s ttJ-orales lunn,n1as Las morales racionales: el momsmo 161
160
querer-vivir. El hombre que se suicida querra v1v1r; huye solamente
El pensamiento fundamental de Schopenhauer es que la voluntad
del dolor. Y as Schopenhauer, que se enrola en la concepcin oriental
constituye la realidad ms ntima de nuestro ser, anterior incluso a la
del harma, cree que el suicidado renacer. Adems, como somos una
inteligencia; pues conocemos solamente porque tendemos a conocer,
sola cosa y como la nica realidad es la voluntad universal, la supre-
y tendemos a conocer porque _.tendemos a vivir; pero tendencia, deseo,
sin del sufrimiento exige que sea abolida la voluntad como tal y no
implican voluntad. La voluntad es la esencia misma del ser. Lo es en
slo tal o tal hombre, simple fenmeno episdico en la historia dolo-
nosotros, y si lo comprobamos en nosotros, debemos suponerlo en
todas las cosas, pues slo conocemos la cosas a travs de nosotros rosa de la Voluntad.
mtsmos. Lo que preocupa a Schopenhauer no es el destino individual, sino
Establecida esta premisa, Schopenhauer explica el mundo como el destino del n111ndo. El nico medio de negar eficazmente la voluntad
los demis neo-kantianos. El universo es la expresin de un querer fun- es el no-querer vivir, que se manifiesta por la castidad. La castidad es
damental del que la personalidad que nos atribuimos es slo una mani- negacin de trasmitir la vida; es no-querer dar la vida; slo ella niega
festacin. Nuestra personalidad no es ms que una apariencia de la eficazmente la vida. La castidad universal tendra como efecto la des-
que debemos deshacemos, para encontrar la verdad en el querer uni- aparicin de la vida, mediante una forma de accin puramente negativa.
versal manifestado en nosotros. El nirvana preconizado por Schopenhauer es, pues, un nirvana co,
Hasta aqu el sistema podra sesgar hacia el optimismo igual que lectivo, que realiza el no-ser en el sentido estricto de la palabra, de una
hacia el pesimismo. Pero Schopenhauer interpreta la voluntad en un manera que el budismo no pareca haber previsto. El pesimismo de
sentido pesimista. En efecto, dice l, la voluntad tiende a la accin; lo Schopenhauer es un pesimismo absoluto, pues ninguna alegra puede
que entraba la accin es dolor, lo que la favorece es placer. Pero la desprenderse del aniquilamiento que preconiza. Si se apropia ciertas
voluntad no alcanza su fin ms que por el esfuerzo: y el esfuerzo, en frmulas del budismo, no se apropia su pensamiento: pues, como he-
cuanto no ha logrado su propsito, causa sufrimiento: cuando el es- mos visto, el nirvana budista no puede ser aniquilamiento completo,
fuerzo triunfa, se sabe que el placer no durar: de donde nueva nece- ya que est baado de alegra. Pero Schopenhauer transfiere a un pen,
sidad no satisfecha y nuevo dolor. "Querer es, pues, esencialmente samiento occidental lgico las intuiciones orientales expresadas en len-
dolor; y como vivir es querer, .toda vida es por esencia dolor... La guaje potico. De hecho, el nirvana budista est quiz ms cerca de la
vida del hombre no es ms que una lucha por la existencia con la unin mstica de los msticos catlicos que del aniquilamiento colectivo
certidumbre de ser vencido ... " La historia universal no es ms que imaginado por Schopenhauer.
"una especie de historia natural del dolor que se resume as: querer sin La influencia de Schopenhauer en Occidente ha sido considerable
motivo, luchar siempre, despus morir, y as siempre por los siglos de sobre un nmero limitado de espritus. Como es sabido, su concepcin
los siglos hasta que nuestro planeta salte en pequeos trozos". pesimista del mundo contribuy en amplia medida a la formacin de
Cmo librarse del dolor sino por el mtodo budista de la b,s- la filosofa general de Niet,.sche, cuya moral tom, sin embargo, una
queda del nirvana, extinguiendo en s el querer-vivir? Pero aqu Scho- orientacin muy diferente. Pero, adems, el pesimismo budista respecto
penhauer, que apela al budismo, se aparta de l sin darse cuenta, a la vida y a la accin se extendi en una parte del pensamiento occi-
porque l es alemn y metafsico, mientras que el budismo es indio y dental, dando origen, dentro de la moral contempornea:, a concepciones
pragmtico. No se realizar la extincin del querer mediante el sui- de vida desilusionadas, que mezclan la dulzura y la bondad con la
cidio? No es sta la afirmacin radical del no-querer vivir? No, res- indiferencia, en reaccin contra el espritu emprendedor de la caridad
ponde el filsofo alemn: el suicidio se limita a negar la vida y no el cristiana, contra las morales de accin, el espritu creador, el culto del
progreso y la fe en la organizacin social. Se encontrar, por ejemplo,
f'loo;ol,1. nulr:tl. - 11
)
una curiosa adaptacin del budismo al espritu y lenguaje de la Am, modalidades se explican por la poca y el medio. Queda una nota do,
rica del Norte hacia 1935 en la novela de Aldous Huxley, /ouvence . minante, comn a todos: el carcter absorbente del primer Uno, tan
pronto como se reconoce su existencia. -
Y es esto tambin lo que vamos a retener de estos sistemas. No
VI vamos a discutir aqu sus concepciones metafsicas; se ha indicado
brevemente la debilidad ele todo monismo, y hemos visto que estas
De las morales monistas se saca la impres,on general, tan pronto '':orales no -~ogran m~nt.enerse lgicas consigo mismas, porque la l,
como la idea de Dios interviene en moral, o, si se encuentra preferible g,ca ~ _lln sistema que _no admite la existencia del hombre paralizar
evitar la palabra Dios para no prejuzgar el carcter personal del Ser, todo drsrn.r~o. Volveremos a encontrar la idea de Dios en er dualismo
tan pronto como la idea del primer Uno interviene en moral, sta se ristiano. La con~epcin cristiana del mundo admite el t~do de Dios
toma de .tal manera absorbente que toda la moral debe construirse en cierto sentido, aunque admi.te tambin existe~cias fuera de [\re,
en funcin de ella. remos qu consecuencias se siguen de ello para :.;-;.orac-----
- -Estas morales monistas tienen todas -----------
carcter radical. No son mo,
rales de equilibrio. Entre las que hemos recorrido, la moral budista
es, sin duda, la_!!!js eguilibr.ada, porque es la menos racional; las
dem_s separan metdicam_e11t" de la vida todo lo que no es bsqueda
o unin con el primer Uno, Dios o Espritu. ------
Por otra parte, estas morales guardan la importancia de su autor
y de su tiempo. S,inoza es un especulativo que vive en una poca
de racionalismo individualista: su concepcin de la unin con Dios es
eminentemente intelectualista; no enfoca al individuo ms que frente
a Dios. H~!, por el~ntrario, vive en un mun_d<?__ d_ominad~ por las
preocupaciones sociales; su monismo desemboca en una moral social
que enlaza de manera curiosa con las especulaciones -~ociolgicas de
los positivistas. La India tambin es jndividuali5.ta; las preocupaciones
sociales no afloran en la especulacin moral ; incluso cuando se ama
a su semejante, se trata de un amor que va de hombre a hombre y en
el que la colectividad no tiene parte. Pero Schopenhauer, trasplantan,
do la doctrina del dolor al plano metafsico y considerando a los hom,
bres como elementos del todo, hace intervenir, de forma tambin cu,
riosa, una preocupacin colectiva que va a parar al ideal del suicidio de
la raza, ya que no puede extinguirse el querer en el hombre, si no se
extingue en la especie, o ms exactamente en el mundo. Todas estas
1
166 Posturas fundame1>tales ck las morales humanas Morales racionales: estoicismo
La combinacin de la materia y del pneuma se encuentran en todo, El bien moral reside nicamente en el juicio. No consiste en hacer
en el. hombre com_o en los d~ms seres. El alma es pneuma, soplo gneo, tal o tal cosa, sino en hacerla de acuerdo y en conformidad con el
el mismo que anuna el universo. El hombre no es ms que un ele, orden universal. El bien moral consiste en que el orden universal sea
mento del todo universal; forma una sola cosa con el mundo; su alma la razn de nuestras acciones. Lo que nos aparta de ello son nuestras
es Dios en l. pasiones; stas nos inducen, en un error de juicio, a creer que nuestro
bien no est de acuerdo con el orden universal. Las pasiones son cosa
Bajo este aspecto, no puede haber problema de libre arbitrio; el
de la inteligencia, no de la vida afectiva. Provienen de una desviacin
determinismo universal pesa sobre el hombre como sobre todas las
de la inteligencia. La virtud consiste, ante todo, en tener el espritu
cosas. Sin embargo, los estoicos admiten la libertad y se entregan, para
explicarla, a razonamientos harto laboriosos. Pero esta libertad radica alerta. Practicar la virtud es razo,,ar bien.
La perfeccin moral consiste en la apatheia. fsta es ausencia de
nicamente en el espritu: es slo libertad interior para aceptar o para
pasin. Este trmino origin la palabra francesa "apathie" (en espaol,
rebelarse contra el fatum, el destino ineluctable. La moral est estrecha,
"apata"), pero no es la apata del francs, pues sta implica una idea
mente vinculada a estas concepciones generales.
de debilidad, mientras que la at,atheia, por el contrario, es la virtud
de los fuertes.
La apatheia es el estado del que ha llegado a tal dominio de las
pasiones que no sufre ya su imperio en modo alguno. Est, pues,
La moral estoica arranca del mismo punto que todas las morales
- griegas: la bsqueda de la felicidad. Hace suya la nocin cnica de que
libre de toda desviacin, de toda rebelda; y como forma una sola
cosa con el orden universal, goza de una serenidad que nada puede
la felicidad est en la naturaleza; pero esta concepcin adquiere na
empaar. Ningi'.m dolor, ninguna desgracia pueden alcanzarle, puesto
amplitud distinta por el hecho de apoyarse en una metafsica coherente.
que ve en todo la expresin del orden y sabe que todo est bien. "Oh
El orden universal se nos impone; pero podemos rebelarnos y tratar
mundo, todo lo que te conviene me conviene"' (Marco Aurelio). Y
de eludirlo. Tentativa sin xito que no puede ms que hacernos des,
Epicteto: "no trates de hacer que lo que sucede suceda segn tu
graciados. La felicidad est en la aceptaci1>; entre aquellos estoicos a
deseo: al contrario, quiere lo que sucede. As gozars de la paz
quienes anima un soplo religioso, la aceptacin llega hasta la adoracin.
interior".
Pero por qu no bamos a aceptar? A causa de las />asiones.
Las pasiones, he ah el mal moral.
Y aqu una doctrina muy curiosa.
Para los estoicos, la vida moral discurre unicamente en espritu, El estoico es, pues, ante todo, un ser que acepta. En cierto sentido
en la vida racional. El estoico es esencialmente un razonador. En este es un resignado: pero, para aplicrsela, es preciso quitar a esta palabra
sentido es racionalista, eminentemente racionalista; tiene una confianza lo que entraa de tristeza. La pura lgica del materialismo primitivo
ciega en la razn. Ya se trate de las lneas generales del sistema o de deba poner el orden csmico en cierta manera "ms all del bien y del
la psicologa, tt!do se presenta en l en el plano racional. Los sentidos mal" y "ms all de la alegra o la tristeza", pues el orden no se
y todo lo que de ellos depende son extraos a la moral. discute; se impone. El estoicismo insiste en la necesidad. La palabra
Nuestros sent.dos no son nosotros; :;on fenmenos exteriores que "estoico", que ha legado al lenguaje corriente, expresa esta actitud:
nosotros comprobamos: comprobamos que tenemos calor o fro, pero el estoico no est ni alegre ni triste; comprueba la necesidad, com,
esto no depende de nosotros: es nuestro cuerpo quien tiene fro o prueba que es intil rehuirla: se conforma con ella; alegrarse no
calor; nosotros somos nuestra alma. tiene ms sentido que quejarse.
168 PoslttTas /ttndametales de las mOTales humanas MoTales Tacionales; estoicismo
Pero stas son concepciones modernas: los griegos son ms opti, cosas la realizacin de un orden que expresa la sabidura divina, de la
mistas, y el orden estoico se identifica con el bien. La apatheia es una que quiz no comprenda yo _todas las modalidades, pero s que es
postura de triunfo, El sabio ha vencido las pasiones: es libre y vive en perfecta). "Si el hombre de bien previese el porvenir, colaborara l
la alegra, porque se sabe una cosa con el mundo y con Dios. mis1no con sus enfermedades, con su muerte, con su mutilacin, porque
La apatheia es impasibilidad frente al dolor: es alegra en la unin se dira que es ste el lote que le toca en la distribucin del conjun,
con el orden. En la medida en que este orden aparece adorable, en la to ... " (Epicteto).
medida en que el orden llega a ser la expresin de un Dios personal Despus el estoico realiza la perfeccin mediante una altsima con-
y providencial, la serenidad filosfica gira hacia la contemplacin y ciencia de la dignidad lmmana. La naturaleza es buena: realizar mi
la alegra. naturaleza es ocupar mi puesto en el orden: y mi naturaleza es ser
Encontramos, pues, dos matices en el pensamiento estoico, segn razonable. La naturaleza exige que yo respete al hombre en m:
sea ste ms o menos religioso. Marco Aurelio representa la serenidad y el hombre es una partcula del mundo y de Dios. Frente a los su-
ms resignada que triunfante del que acepta, del que ha superado cesos, cualesquiera que sean, yo debo preguntarme qu exige la na,
la ilusin y encuentra la paz en la contemplacin de un orden csmico turaleza. Si exige la aceptacin de un sufrimiento, debo aceptar el i
impersonal. Epicteto, por el contrario, va ms all de las apariencias sufrimiento. Lo que importa no es la materia de los actos o de los !
para ver a Dios en las cosas: tiene acentos de una alegra religiosa: acontecimientos, sino que mi humanidad se realice, pues el orden
"Eres un fragmento de la divinidad: tienes en ti una parte de su ser ... natural es que yo sea hombre y siga mi naturaleza de hombre.
Si tuviramos el sentido recto, qu deberamos hacer ms que cantar
a Dios? No deberamos cantar el himno a Dios, al labrar la tierra,
al trabajar, al comer?".
Cmo alcanzar la apatheia? Primeramente practicando la ataraxia. - - Este sentido del orden natural da al estoico, frente a la vida, una
;.ta consiste en o dejaTSe tuTbaT por 11ada. Para esto basta darse actitud muy diferente de la del epil;(,reo.
cuenta que lo que sucede fuera de nuestra voluntad no depende de --Epicuro tiene un fondo de pesimis"!.o: su moral es, sobre todo,
nosotros: que nada podemos contra ello y que de nada sirve alegramos ne~tiva: evitar el sufrimiento. Al lado de esta moral de fuga y replie-
o afligimos por ello. Es preciso entrenarse en despreciar los altibajos gue, el estoicismo es vigoToso y optimista. Se encara con la vida: la
de la fortuna. Epicteto es esclavo: Marco Aurelio, emperador: cada acepta en toda su integridad.
uno permanece en el estado en que el fatum le ha colocado. Que la Su respeto de la naturaleza no es, como el de los cnicos, _reaccin
desgracia nos hiera, que se nos robe, que se nos golpee, que la enfer- contra lo racional. Racionalista en todo, identificando bien y razn,
medad nos maltrate, siempre pensaremos que se trata de accidentes que apoyndose en t,"n optimismo csmico, estima y acepta la vida social.
pueden sobrevenir: que sabamos ya que podan sobrevenir: que pue- Estima el mundo, la familia, la sociedad: ocupa su puesto entre los
den suceder a todo el mundo: que son tan naturales como su contra hombres, pue.s tal es el orden natural. Epicteto impulsa a sus discpulos
rio: que no pueden afectarnos, si conserva1nos la calma interior: que a mezclarse en la vida pblica y a hacerse cargo de sus responsabili,
nuestros bienes, nuestro cuerpo, todo esto no somos nosotros: que dades sociales.
permanecemos a travs de todo armonizados con el orden universal.
Teraputica moral en dos tiempos, uno negativo ( de qu sirve
~---Puesto que todo __ es divino, debemos respetar todo cuanto es ex,
presin de la naturaleza. El !}rnndo es Dios: nosotros somos partculas
turbarse? Llorar a un ser querido no lo resucitar: gemir pcir estar en, de Dios: los otros hombres le,_ son_tambin. Encontramos en todos
fermo o verme maltratado no me curar: aorar los bienes que nos la misma realidad que en nosotros. Debemos, pues, respetar a nuestros
han robado no nos los devolver): el otro positivo (ver en todas las semejantes: existe entre los hombres, en Dios, una ig1taldad prof1tnda;
Posturas fundamentales de las morales l111mm1as Morales racionales: estoicismo 171
el esclavo es ;an respetable como el hombre_libre, el brbaro como As pues, la felicidad no ocupa, entre los estoicos, el mismo lugar
el rQ_lll-_nO; poco importa que se sea .esto O aquello, puesto que en que en Aristteles, los cnicos y Epicuro. Ms tarde, los cmt1anos no
cada uno se realiza el orden csmico. Debemos comulgar con todos se engaarn en esto ; la moral estoica ser para ellos la doctrina de la
nuestros semejantes en esta divinidad que compartimos con ellos. El bsqueda por el bien mismo.
est<>_i_co es. buen ~oso, bJJen e~dre, buen c_i_udadario: e~ benvolo,
servicial, bi~nhe~hor. Algunos dichos de Sneca y de Epicteto hacen
presentir la caridad cristiana: "dondequiera _q_ue hay aun hombre, hay 11
sitio__para _un~ benefi_cio" (Sneca).
El estoico no practica un renunciamiento sistemtico. Acepta todas ~ S e les ha reprochado su orgullo; y el reproche no carece de fun-
las privaciones; practica ciertos renunciamientos con vistas a entre ..' damento. El sabio estoico no cesa de rendir homenaje a su propia per-
narse y, sobre todo, desprecia los bieneste_rres!res: no los busca: P~.!: feccin. Si, como Epicteto, habla de Dios y de su unidad con Dios,
lleva la vida normal que las circunstancias indican. Practica el desasi, es para encontrar en Dios la liberacin de todo _temor y de todo apego,
miento ms que el renunciamiento: se halla por encima de las con- y para al mismo tiempo exaltarse a s mismo.
tingencias: todo lo encuen,~a bueno: lo nico que ocupa su espritu De hecho, el estoico no se olvida nunca de s. Como todos los
es el orden del mundo. griegos, permanece centrado en s mismo y su propio bien sigue siendo
el polo de su pensamiento. Por otra parte, el olvido de s es la flor
ms rara de la moral, y cabe preguntarse si ha podido abrirse nunca
As, partiendo como todos los griegos en busca de la felicidad, llega en tierra no cristiana. Por ello, no hay que exagerar la tendencia del
por momentos a olvidarla. Mientras que el epicreo, replegado sobre estoicismo al bien en s. Es una inclinacn un umovimiento .. hacia":
1
s mismo, no piensa ms que en la felicidad y calcula sus actos con no es todava una doctrina razonada y sistemtica. Ms tarde, los auto-
vistas a encontrar en cada uno el mximo placer; el estoico, arrebatado res cristianos han reconocido en el estoicismo la moral del bien en s,
por el soplo ms amplio de su metafsica, se encara con el orden uni- pero porque ponan en l un sentimiento que tenan en s mismos.
versal y se pierde en su visin csmica. El estoicismo, en efecto, carece de amor, y es el amor el que lleva
No que no hable de la felicidad ni que no la busque: pero en al olvido de s. El Dios del estoicismo no es ms que un esbozo; no
la evolucin del pensamiento estoico la idea del 1,ien tiende a sustituir es una persona que obre y a,ne. De un lado, es el alma de un pantesmo
progresivamente la idea de la felicidad. La felicidad para el estoico se materialista: pero un pantesmo materialista no puede inspirar ms que
encuentra. sobre todo, en la libertad del hombre que no se liga ms una St11nisin sin amor. Cmo encontrar en esto nada que inspire
qne a lo que depende de l; por tanto, a lo que cae bajo el imperio de adoracin? Se adora al aire caliente? Si el mundo no es ms que
su voluntad, y que en todo lo dems, contingencias materiales, opinin un gran animal" (Marco Aurelio), qu cabe encontrar en l que
de los otros, buena o mala fortuna, practica la ms perfecta indiferen- inspire el don de s?
cia. Este hombre es "como un Dios" por su sinceridad, su honradez, Verdad es que Sneca y Epicteto son ms religiosos. Pero su Dios
su nobleza de corazn, su calma absoluta (Epicteto). Por otra parte, es t<>dava un Dios sobre todo filsofo, un Dios que habla al espritu
est unido al mundo; est unido a Dios: participa de su serenidad. Y ms que al corazn. Algunos textos aislados pueden inducir a los
en estas condiciones, qu es lo que podra turbarle? cristianos a atribuirles sentimientos semejantes a los suyos; pero de,
El placer no debe entrar en cuenta, pues el verdadero bien debe vueltos esos textos a su contexto, adquieren un colorido totalmente dis-
ser seguro y estable, y estas cualidades le faltan al placer. No queda tinto: para ellos Dios es, antes que nada, un medio de liberarse del
ms que "echarlo lejos del lugar de los verdaderos bienes" (Epicteto). mundo y de cobrar conciencia de su eminente dignidad. Por otra parte,
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El cristianismo al que Nietzsche prodiga sus sarcasmos no es el de la ---Primeramente, el cristiano descansa en la nocin de Dios tras-
teologa ni el de la espiritualidad. cendente, creador y provickncia.
Vamos a aventurarnos en es.te ddalo. Pero el cristianismo ocupa _ .--5i no fuera trasendente, se confundira fcilmente con el Uno
un puesto demasiado central en el pensamiento occidental, para que de los ;;ea-platnicos o el Brahma d-;-los hindes; pero su. cualidad
sea posible trazar un esquema de la filosofa moral sin hablar de l. de creador-providencia le confiere un carcter distinto.
Lo hemos encontrado a cada paso. E_n cierta manera, la filosofa de ~ 't La creacin es una nocin principalmente juslo-cris~~na, aunque
---Bentham, Smith, Kant y muchos ms, es filosofa cristiana. Por falta de nJ est ausente de otras religiones. La filosofa cristiana ha precisado
una visin clara de las caractersticas o de las concepciones propias de el concepto de creacin en el de causa total, lo que quiere decir que
la moral cristiana, se corre peligro de no comprender nada de su pen- clcreador no es solamente causa de que el ser creado sea lo .que es,
samiento. sino tambin de que sea o de que exista._El ser creado debe al creador
.Como hemos hecho para toda~ las escuelas, vamos a )im'1tarnos a ill!.. s<5l<!...el ser. sino tambin el ser. lo que es; se lo debe a cada instante:
subrayar las lneas esenciales, iratando de sealar las aristas; y para ----,la creacin es coi,tinya; nada de lo que es no es, y no es lo que es sin
ello, destacaremos, en el punto de partida, en el germen que. es el la accin creadora; de donde resulta que el creador es causa real de
--E~lio, las doctrinas y tendencias fundamentales; punto esencial todo; el ser de la criatura es slo por l, en su origen, en sus cambios,
11liL_conocido por muchos, porque los desarrollos histricos del cristia- en todos sus caracteres; la accin del creador es inmanenk a la criatu-
nismo velan su alma profunda, y porque los cristianos, y los malos ra; esta accin est en la criatura a cada instante, en todo lo que
cristianos, ocultan a la mirada superficial la realidad cristiana. le sucede; nada de la criatura escapa a esta impronta total; esta acC1n
_es presencia! pues _el ser est donde obra y esta presencia es ms esen-
cial a la criatura que su ser mismo en cuanto distinto del creador.
__ _L_a nocin de creador es~ as muy cerca del pantesmo; la dife-
rencia es slo de un principio, 11ero ste es esencial; pues, por estrecho
- El cristianismo descansa primeramente sobre cierto nmero de pre- q,ie sea el 1;,0- c~~ qu~ la creacin suelda la criatura con el creador,
supuestos, que se d~ignan en la tradicin catlica con el nombre ge- la creacin afirma siempre la distincin. La criatura depende totalmente
nrico de reli~i~__t'.!!lli!.4 los cuales se pueden calificar de cristianos ~ dd creador:. ste es causa total, pres.1;ni;i total; est en lo que es la
en el sentido de que es imposible ser cristiano si'n admitirlos, pero criatura y en todo lo que sta hacd pero! la criatura no es el creador.
que se pueden llamar tambin no cristianos o no especficamente cris- Totalmente dependiente, se definlin embargo, por su oposicin;
tianos, en cuanto uno los puede aclmitir sin! ser cristiano. la criatura es no-creador, es efecto.
~-Cristo, como sabemos, no_ha dado una enseanza metdic_a. Es un ~a creacin ~o suprime tod~ dificultad en la conciliacin de la
maestro y ~- un profesor; el _cristianismo no es un sistema cuyo autor ,;_xistencia de Dios y del mundo: subsiste un misterio: no se ve cmo
sea Cristo -y, por otra parte, hemos visto que, en el sistema _de un Dios puede ocuparse del mundo; no se ve qu_p_ueda ganar o perder
filsofo, no_~on obra suya ms que algunos elementos y la disposicin con el mundo; y, por otra parte, nuestros conceptos no se le aplican
de esos elementos-; pero Cristo. al presentarse en una. sociedad. que ms que de una manera deficiente. Pero nosotros comprobamos el mun-
admita un conjunto de ideas, tom este conjunto para int.egtar. en L ...... clo; Dios se impone a nuestro espritu:' el mundo no tiene su fJZQJl .
~u "bui:na.. nue.va", formulando sii:n11Jemente con sta algunas orienta, de ~er en _si_ 111ismo; o- p,;ede tenerla m~~ __que en Dios; la creacin
cienes fundamentales de vida correspondientes a la nueva vocacin del resuelve el problema de una manera profundamente satisfactoria; pero,
hombre rescatado, y e~seando de paso algunas. puntos doctrinales de ( para comj>r_encl_erlo todo en la creacin, sera preciso comprenderlo todo
los que depende esta vocacin cristiana. en Dios, lo que sobrepasa nuestro entendimiento.
1
l
.t
)
186 Posturas f11ndamc11tales de las morales hmiianas Morales racionales: cristianismo 187
_ La creac1on implica la providencia, pues_si __ Dios_ es causa total, y parece totalmente Cll;rue de importancia, y nos damos cuenta que
si todo por _consiguien_te ~ucede por su accin, D!os lo gobierna todo; nada ,ued_e afec:_tar a Dios. Pero cuando nos colocamos en el punto de
por su gobierno, todo se realiza __s_egl!_n su sabidura. La doctrina crea- vista del hombre, todo pasa como si Dios ganase algo en que el hom,
cionista lleva a una _visin prnfu_!!damente qptimista. dol mundo, a una ~re haga el bien: como si la gloria dada a Dios par el hombre aadiese
confianza absoluta en el destino. algo a los bienes de que Dios goza. Trataremos ms extensamente de
_-_- Esta c~nfo.-~za -~- ~- p-riori; se funda en lo que sabemos de_ Dios, la libertad ms adelante; por el momento, contentmonos con sealar
)
no en lo que se sabe de los acontecimientos del mundo, pues el hom, el pues,t<J_ que la liber_tad ocupa en la _c~n~epcin_!:'ristia11_a_ del_'1<Jm~re.
) bre no comprende casi nada de los acontecimientos. Criatura infinitesi-
mal, p_erdido en un rincn del universo'-~- tiene visin ~.e. conjunto de
nada y no puede apreciar el alcance de ningn hecho; pero sabe que
Di.os ~t presente en todas partes y que esta presencia total es garan-
La regla moral deriva inmediatamente de la doctrina; est centrada
ta de s;bidura absoluta en todo lo contingente.
en Dios. La n_ocin de creacin indica, por una parte, nuestra depen,
dencia respecto de Dios y, por otra, el sentido del mundo. El universo
lleva en s una intencin divina; el_or9~11___cl_e__la naturaleza se impone
a nuestra accin; pero no se trata de un orden ciego; el orden de la
-;---En segundo lugar, el cristianismo descansa en la creencia de la'
naturaleza es un oracn divino. -
'espiritualidad, la inmortali.dmt y la li/zertl/4 del ~lll_a. El hombre es -----
{e.x,nsable de lo que hace; por ello recibir rec_ompensa o castigo en ___ La moral-'-"- e_xpr_e_sa, _p.!_1es,__ ,9r dos actitudes fundamentales ;_ado-
la otra vida, y aunque la iillticia absoluta no se realiza en este mundo, rar r__scrvir. Adorar: colocarse en la actitud de la criat_ura respecto al
Creador; actitud de aniquilamiento que se expresa por la frmula
existe, sin _e_!llbargo!_L.todo concluir en ella. .
Cmo se concierta la !ib.~rtad del hombre ccnia _causalidad total del "todo" de Dios y de la "nada" de la criatura. Servir: ver en toda
-de la creacin? Filsofos y telogos lo han discutido hasta el infinito. la vida el servicio de Dios. y en todos los acontecimientos, .en toda la
En todo caso, la tradicin en la que se inserta la enseanza de Jess naturaleza, la___ind~acin de su voluntad.
afirma una y otra, y su enseanza las implica. Las dos nociones de !;!sta moral natural del cristianismo est muy cerca de la moral
creacin y de libertad se presentan en momentos diferentes del pensa- esto_ica; difiere de ella por su carcter ms religioso. Se halla todava
miento; la creacin como la explicacin del mundo; la liber_!~d_como m~s prxima a la moral tradicional china, completamente dominada,
explicacin del hombre; y la libertad no excluye la creacin, pues el a su vez, por la doctrina de la Providencia.
hombre no _!'_~Jibre ms que porque fue creado tal; b libertro. es tam- ---1.Jna gran parte del pueblo cristiano confunde ~sta moral natural
bin en cierta medida una ley; la medida de independenci~~te con la_ moral cristiana, cuand_()_aqulla es slo una condicin y el
goza el hon,6-re viene del creador, como todo lo que no es l. marro de sta. El cristianism_? ~~ inserta en esta doctrina y esta moral,
Esto no impide que en cierta medida la libertac!_i;_,,r:i_fiera al hombre a_las ettales cabe adherirse sin ser cris_tiano y las cuales, efectivamente,
una autono,na, incluso frente a Dios. Puesto que Dios es activo en el han penetgcio profundamente el pensamiento occidental, ms quiz
mundo, se siguen de ello entre Dios_..)'_E hom_!,~~elaciones que, bajo que las verdades propiamente cristianas. Un gran nmero de los que
ciertQ___p~l!_to de vista, tienen el carcter de relaciones de persona a se llaman cristianos no suean siquiera en aplicar otra cosa en lo que
persona, de relaciones e_ntre dos seres indepencl~s.-Cuando uno se creen ser la moral cristiana; y. sin embargo, para comprender el cris ..
sita~n el punto de vista del orden csmico, cuando se trata de com- tianismo, es indispensable distinguirlo cuidadosa~~!)te de_ est doc.tutCLioua.___
prender a Dios en s mismo y sus relaciones con el mundo, el hombre natural a la que se aade transfo~mndola.
)
)
Posturas fundamentales de las morales humtmas Morales racionales: cristmi.,mo
- - - Dentro del cristianismo, los movimientos de pensamiento SO!L nu-
merosos. Para a.tenemos a la filosofa m_oral, las escuelas se han mul-
tiplicado y se ha intentado sucesivamente adaptar al cristianismo las
posturas ms diversas. Hemos sealado al pasar las incidencias cristia,
nas del utilitarismo, del altruismo, del estoicismo, del neo-platonismo;
Kant, en su concepcin del deber, se halla estrechamente vinculado con
todo un aspecto de la tradicin cristiana; las relaciones del bien y de
la felicidad, del deber y de la perfeccin, se han discutido en las escue-
las cristianas, y particularmente entre los moralistas catlicos, ms que
en ninguna otra sociedad.
- - Es que la religin de Cristo puede compaginarse con varias filo-
sofas. El Nuevo Testamento indica el camino de la salvacin, pero
~o la definicin del bien o del deb~r; no formuI; si~tema alguno
sobre la manera como los preceptos de la moral deben reducirse a la
unidad. Desde el momento que se respetan los datos de la Escritura,
se pueden resolver las cuestiones de sistema como mejor se crea, y los
cristianos han usado ampliamente de esta libertad.
Filosofa moral. - l.J
)
I~
Posturas f u11damentales de las morales huma11as Puntos en que estn de acuerdo las morales 197
El acuerdo de las morales explica que cierto nmero_ de espritus, En el siglo XIX, esta orientacin de espritu reaparece en el espiri-
tanto __entre lo_s pensadores como _e_11 __!a__ masa, juzguen intil buscar tualismo eclctico francs, cuyo jefe es Vctor Cousin (1792-1867).
o discutir la_regla moral: "Todo el mundo sabe que no se debe matar Para stos, el problema moral reside menos en el establecimiento del
ni robar; de qu sirve discu~ir y buscar_ un sistema?". sistema que en el medio para conocer la le moral. La encontramcs
A esta actitud corresponde en filosofa la escuela llamada del mediante un an is1s ps!Co og1Co, un trabajo de introspeccin que mues-
sentido moral, escuela inglesa principalmente representada por Shaf- tra, grabados en nosotros, los principios fundamentales de la ley. El
tesbury (1671-1713) y Hutcheson (16g4-1747), cuya influencia ha sido papel de la filosofa consiste simplemente en e,:plicar por principios
considerable en el siglo XVIII. claros y conceptos definidos lo que la conciencia percibe espontnea-
. -Para es_tns autores, la moralidad no es el producto de la_reflexin; mente. La m1S16n de la tilosotia consiste no en constrwr: smo en ~
no es el razonamiento el.'l!!.~_E!E>ta el bien moral,_sino el c_or!'t.o_n. Un p~~ y ordenar. El .bie~ la blleza, 1;- verdad. se hallan grabados en
orazn "bien nacido" percibe espontneamente el bien moral; basta nuestra alma. ----.::i
que el hombre sea sano, que se desarrolle segn la 11aturaleza; el sen- -En-Al;mania, por esta misma poca,~,(1773-1843) imprima
tido moral es una forma de la salud del espritu. Las concepciones al kantismo una direccin de un sentido bastante semejante. No es ne-
~etafsicas, los sistemas, desert1J:>_ean U'!__epel meramente ac_c_esono, cesario, por lo dems, ahondar mucho en los postulados kantianos de
no sglo en. Iasm _moral. sino
_kmow. tambin en la
-~--------- ---percepci6n misma----
... -- .. ---- del- la razn prctica para llegar a una evidencia de los principios de accin
a los que el espritu no tiene sino darles forma. El papel de la filosofa
Este sentido moral se identifica, segn ellos, con el sentido esttico: se reduce as simplemente a aplicar al saber co_mn mtodos de an-
es a la vez sentido del orden y de la belleza; orden y belleza se ex- lisis y de comprobacin rigurosos. El punto de partida se en~;;~ntra
presan en el orden de la naturaleza, en el orden social y, finalmente, --Siempre en una observac111 interior.
determinan el espritu a elevarse a Dios. Para que el hombre conozca Fries ha tenido hasta nuestros das discpulos que forman la escuela
y practique la moral, basta reaccionar contra los desrdenes que nacen friesiana. El espiritualismo eclctico, por el contrario, despus de ha-
en l por el desarrollo de las pasiones y de las malas influencias socia- ber sido la escuela oficial impuesta en _todas las ctedras francesas
les, de manera que la naturaleza, que es buena, se desarrolle sin trabas. de filosofa dependientes del Estado, hasta la Tercera Repblica, su-
Esta moral del se11ti111ie11to responda demasiado a las tendencias cumbi a finales del siglo x1x bajo los golpes del positivismo.
intelectuales del siglo XVJII para no encontrar en esa poca profundas fte rechaza el anlisis interno por conceptuarlo infructuoso: nunca
repercusiones; toda una filosofa del sentimiento se desarrolla en reac- encuentran dos hombres la misma cosa en su conciencia: mediante
cin contra el racionalismo del siglo precedente. Hemos hablado ya de un juicio a priori es como declaramos sana una conciencia y deformada
las morales de la naturaleza en Diderot, Rousseau y otros ; algunos, otra. Los positivistas no admiten, pues, m~ gue el anlisis externo, el
como Hume y Smith, son una prolongacin directa de los filsofos del estudio, no de la conciencia moral, sino de las costumbres, fe~menos
sentido moral; incluso Kant ha sufrido su influencia, y su razn prc- exteriores.--~b-;-;~ables -;;;ediante un mtodo cientfico. ---
tica est muy cerca del sentido moral.
Par~ estos autores, las verdades_ck_accin _se perciben por_ s mis-
mas, d~sde el momento que el espritu est sanamente equilibrado, y
sin____fil!Lsea preciso el raionamiento. Rousseau en el Emilio trat de Por un curioso giro de las cosas, la actual filosofa de los valores
formular los principios de educacin que derivan de esta concepcin de vuelve en cierta manera a la concepcin del "sentido moral".
la moral. En efecto, estos autores insisten en la idea de que el fenmeno
moral o el carcter moral de un acto es el objeto de una percepcin .
pri11cipios del obrar, 1..o mismo que los primeros principios de la razn
11
1,
)
rg8 Posturas fundamentales de las morales humanas Puntos en que estn de acuerdo las morales 199
"
1:
\
\ de un carcter particular que califican, siguiendo a Kant, de "senti- especulativa le son dados al espritu por una evidencia inmediata, as
l' miento" y no se desarrolla ms que en la accin o en relacin con tambin, ensea Santo Toms, los principios de la accin deben semos
)
r,. la accin. El mayor esfuerzo de pensamiento que esta escuela haya dados con una evidencia semejante. La situacin es, pues, en el orden
\
1"ealizado .en .el dominio de la moral consiste, como hemos visto, en prctico, lo que el conocimiento de los primeros principios es en el
i!
determinar los caracteres del fenmeno moral, en definir y clasificar orden especulativo.
1! los fenmenos morales, sin que estos autores parezcan ver un problema
) El conocimiento de estos primeros principios es cosa muy di.stinta
grave en lo que respecta al contenido de la moral. Aunque no expresan de un sistema. Estos principios permanecen evidentes en s mismos,
apenas esta idea de manera explcita, parecen de acuerdo con los po-- aun cuando se llegue a relacionarlos con un conjunto. Y los autores
11
\. stivistas en estimar que cada uno tiene su morat independientemente antiguos no preci.san apenas el objeto de estos primeros principios. Pa-
ffll .,
)
de la filosofa, que la moral es un hecho sobre el que la filosofa recen limitarse a algunas reglas generales, bastante difciles de formular
i !' no tiene que volver, que sta no tiene, pues, que dar una moral a los de manera precisa a causa de su misma generalidad.
i hombres, sino solamente estudiar la moral existente para expresar en
11 1 Apenas cabe percibir en esto ms que un principio primero, pura-
t1minos cientficos lo que la mayora de los espritus perciben de
11 1 manera confusa.
mente formal, como dira Kant, que podemos formular de maneras
muy diversas: "haz el bien, evita el mal", regla practicable slo me-
Aunque el pensamiento contemporneo no manifiesta ya el opti- diante una determinacin de lo que son el bien y el mal; "respeta el
mi.smo que caracteriza al siglo xvm, la filosofa de los valores entronca orden universal", frmula de los estoicos que a su vez no es practicable
con la filosofa del sentido moral por su oposicin a una filosofa pura- sino mediante una determinacin de este orden; "obra .conforme a tu
mente deductiva y por su punto de vista humano; para conocer y naturaleza", frmula de las morales de la espontaneidad, que exige a
comprender la moral, es preciso analizar lo_que el hombre lleva en su su vez que se determine la naturaleza; "haz tu deber", frmula kan-
~ concencia : la moral .corresponde a un .sentimiento o visin de la tiana que no tiene alcance prctico s no se precisa el objeto del deber;
)nteligencia en correlacin con La accin, un juicio de la razn pr~tica; respeta la justicia" o "realiza tu fin", "tu misin de hombre", fnnu-
y si cierto nmero de filsofos de los valores se limitan ~ tomar stos las todas que se reducen unas a otras.
como punto de partida pa.ra recurrir en seguida a la metafsica, esos A esto se aaden algunas reglas de moral aplicada, de las que en-
filsofos siguen ms preocupados de sistematizar, de explicar, de fun- contramos una lista clsica en el Declogo. Aparte algunos espritus
dar algo que les parece una ~alidad preexistente, un hecho, que de paradjicos, todo el mundo est de acuerdo en reconocer la verdad del
proponer una doctrina, de dar una moral. Declogo; y no faltan autores carentes de toda creencia positiva y, con
mayor razn, extraos a la ideologa juda o cristiana, que ven, sn
1
1 embargo, en el Declogo el cdigo fundamental de la moral humana :
no matar, no robar, no cometer adulterio; el acuerdo se consigue fi . .
Esta manera de comprender el problema moral contiene una parte cilmente.
de verdad, que se reduce, a lo que parece, bastante exactamente a la Dentro de estos lmites, parece que se puede admitir la teora del
concepcin antigua de la sindresis, que encontramos ya entre los grie.- sentido moral. Pero entonces sirve todava la filosofa moral de algo
gos y que pas a la filosofa de la Edad Media. o, al menos, puede aspirar a guiar al gnero humano?
_ __,_,a sindresis es una propiedad del espritu y consiste en conocer
de manera evidente los primeros principios de la ley moral o primeros
principios del obrar. Lo mismo que los primeros principios de la razn
)
)
200 Posturas frmdamentale., de las morales h111na11as Puntos en que estn de acuerd-0 !as morales 201
)
se llama filosofa mora!, es decir, las obras de pensadores que han
)
II formulado explcitamente un sistema de moral con carcter de pensa,
1niento racional, representa una cima, cierto nmero de muestras en el
Llegado a este punto, el problema planteado por Lvy,Bruhl surge estado puro de realizaciones ms acabadas de datos que se encuentran
con una agudeza nueva. No es la moral simplemente un producto en la conciencia comn en estado informe, mezclados con otros mil
de la sociedad? Y las filosofas morales tienen una accin sobre la elementos y juicios de valor. El trabajo del moralista se parece al del
vida? qumico que desprende y asla un cuerpo simple que no se encuentra
) Los sistemas que hemos recorrido permiten, a lo que parece, dar tal cual en la naturaleza: pero a esto se aade que el objeto sobre el
) una respuesta. Cierto nmero de entre ellos, como hemos visto a pro, que versa la investigacin del moralista no es un hecho que uno se
psito de Bentham, no pretenden siquiera cambiar la moral recibida, limite a registrar, es un p-rece,to de accin; y en la medida en que el
)
sino que tratan simplemente de dar una exposicin ms clara o de moralista descubre preceptos nuevos o modifica el alcance de preceptos
) apoyarla en motivos ms persuasivos. En este caso, el papel de la anteriormente conocidos, por el lugar que les asigna en el conjunto, el
filosofa moral se limita a una accin de estmulo o impulso. Pero no moralista es realmente creador de valores de accin nuevos. Todava
todos los sistemas se limitan a este punto de vista. Los sistemas anti, este trmino c:1;- c;;;Jor est tomado en un sentido muy impropio,
guos van ms all: epicreos, estoicos, neoplatnicos, se oponen unos pues el moralista crea al comprobar, el valor que descubre es un valor
a otros; y estas morales dan origen a tipos de sabios netamente dife, .---<ue l comprueba, no lo crea: el valor exista, pero los hombres no
renciados. Hemos visto que estas actitudes reaparecen en los tiempos lo conocan. La diferencia con la qumica no es grande.
modernos; y hemos encontrado ms de una moral moderna que obra
sobre la vida. La rnoral del deber de- Kant da a la conducta un colorido
propio muy parecido a la del tipo estoico; la moral de la simpata de
Smith presenta un aire diferente; y ms cerca de nosotros, nadie podr
Pero est todo el mundo de acuerdo sobre el Declogo? No se
pretender que la filosofa _de Nietzsche no provoque la aparicin de
puede ni matar ni robar. No recaen las oposiciones de sistemas ni,
un tipo humano caracterstico.
camente sobre principios abstractos y no carecen de importancia.
Es ~erdad que un anlisis sociolgico mostrar en cada una de
puesto que en la prctica todos coinciden?
estas morales el juego de influencias del medio, lo mismo que un
anlisis psicolgico mostrar una interferencia de las doctrinas y del Lvy,Bruhl formulaba esta objecin, que pareca impresionante a
carcter de su autor; pero estas influencias no impiden que, dentro primera vista; pero, despus de haber echado una ojeada a las grandes
de la misma sociedad, morales opuestas choquen y que un mismo hom, orientaciones de la moral, no es un poco elemental el argumento? Es
. _ cierto que estoicos, epicreos, contemplativos, kantianos o partidarios
bre, habiendo practicado largo tiempo una moral, no pueda convertirse
de la moral de la solidaridad estn de acuerdo en que no se puede
a un nuevo sistema bajo la influencia de un filsofo.
matar ni robar: y, sin embargo, la ~oncepcin de vida que corresponde
a cada una de estas morales es muy diferente de las otras. Es tambin
Es verdad tambin que la filosofa moral tiene slo una influencia tan importante el puesto del Declogo,- como cree el comn de los
)
restringida sobre la vida moral del gnero humano, que el papel de hombres?
ls religiones y de las tradiciones sociales es ms importante. Pero No entraa la .ley moral otros problemas y otros conceptos tan
hemos visto que es un error aislar la filosofa moral. La filosofa mo- importantes o ms? A juzgar por lo que separa las morales, el pro,
ral reaparece en las religiones y en las influencias sociales. Lo que blema moral se planteara en un plano distinto que el del Declogo. j
)
)
202 Posturas fundamentales de las mo~ales humanas
)
)
)
1
ENFOQUE DE LA CUESTlN
ya se comprende, es ms matizada. Seguramente el renacimiento de tras das en los moralistas catlicos, ello se debe a que el sistema cuyo
la escolstica, a finales del siglo XIX, fue el punto de partida de un in- enunciado sigue a continuacin se inspira en esta tradicin, y no
menso trabajo de erudicin, que todava se halla lejos de haberse ter- es indispensable para nuestro designio subrayar lo que se conserva
minado, a fin de reconstruir en toda su originalidad el pensamiento y lo que se ha abandonado de las tesis de cada autor, como tampoco
de la Edad Media; por otra parte, los comentarios a Santo Toms han establecer las relaciones de cada uno. No faltan obras especiales sobre
sufrido un nuevo impulso con vistas a captar el pensamiento del Doc, este tema.
tor Anglico con todos sus matices. Pero, adems de esto, el pensa, Se encontrar, pues, aqu la exposicin de un sistema de moral,
miento de la Iglesia no ha sido nunca, no hace falta decirlo, ahog! la fruto de una reflexin que arranca de los datos de la tradicin esco,
reflexin personal ni la investigacin. La Iglesia ,ide simplemente que lstica y que la prolonga en los problemas especficos de la conciencia
0
/ el pensamiento de Santo Toms sirva de marco a la enseanza de la moderna. Siendo sta una obra de iniciacin, no me ha parecido til
I filosofa y de punto de partida de la rellex,n. ------ multiplicar en ella las referencias; pero aquellos que tengan algunos
La Iglesia recomienda basarse en la escuela de Santo Toms. Ahora conocimientos histricos reconocern fcilmente el origen de la mayor
bien, el Doctor Anglico mismo da el ejemplo de independencia de parte de _las ideas y de la estructura misma del sistema.
pensamiento unida al respeto ck la tradicin. Teniendo en cuenta todas
las opiniones emitidas antes de l, elige entre ellas, tomando los ma-
teriales que le parecen tiles en San Agustn igual que en Aristteles,
e incluso en todos los pensadores que conoce. Se muestra reacio al
argumento de autoridad que, siguiendo a su maestro Alberto Magno,
declara infirmissimus en materi.,. filosfica.
,_____J-loy da, el tomismo es una filosofa tradici011aJ; pero antes de
llegar a serlo, le profundamente innovador. Hablando de Santo To-
ms y de San Alberto Magno, Gifso~-declara que, situndose en su
poca, "no_puede uno menos de cuedar_est'!Pefacto _de la osada deque
han dado pruebas los dos dominicos y del xito que deba coronar
finalmente sus esfuerzos", y llega a decir que, "situada en el conjunto
del pensamiento catlico, se puede decir que la filosofa albertino-to-
mista constituye la nica tentativa de modernismo que jams haya
triunfado".
De donde hay que concluir que es ser infiel al pensamiento del
Maestro negarse a tomar el bien dondequiera que se le encuentre. Se
ha repetido frecuentemente que Santo Toms no es un lmite, sino un
faro. Su ejemplo y su pensamiento no nos invitan a replegarnos al
siglo XIII, sino a seguir avanzando hacia todos los horizontes del pen,
samiento.
Con esta orientacin fue concebida la presente obra. Si no hemos
credo que debamos desarrollar las concepciones morales de la tra-
dicin que va de Scrate. a Santo Toms, y que contina hasta nues-
)
)
Del bien en general
)
' 210
Los fundamentos de la moral Del bien en general 211
, ----11na buena tierra es, por ejeriplo, una tierra que produce con abun . --Pero qu es correr bien, escribir bien? .Para apreci~~ el bien, el
dancia una vegetacin til al hombre; se la llama buena porque se hombre se forma la nocin de un tipo ideal.que sera la e.os~ perfecta. "
considera que el destino de esta tierra, su razn de ser, sy__ .. ~n'', e.s La perfe~_ci_n es la realizacin ntegra del bien: un lpiz p~rfetoes J
producir lo que el hombre necesi.ta. De la misma manera, califico de un lpiz que escribe completamente bien, y "completamente bien" sig,
bueno el pan que me produce una sensacin agradabl': o. que h~ce nifica simplemente que realiza todo lo que un lpiz, segn nuestra idea,
bien a mi salud. El pan est hecho para ser comido; el JUICIO de bien debera realizar.
que se le aplica depende de este des.tino; si _se imaginase un pan hec.ho - - - La perfeccin es, .pues, simplemente el hien .. comt,leto,.__ el__estado \
con otro fin, para ser mirado, por e1em,lo, mmed1atamente camb,anan de un ser q~e posee todo el b.iefl que__est( destinado -.a poseer o que - J
las condiciones del bien, pues,un pan excelente para la salu~ puede realiza pleilamente su hn. . . _ - ,1
no ser bello para la mirada; pero lo que est hecho para ser mirado es tste se expresa por un tipo ideal que corresponde a lo que nosotros
bueno en la medida en que es agradable a la vista. -. estimarnos que tal ser debe o "iede realizar. Si .. el fi_n ..del<:aballo es
- - En otros trminos: un juicio de bien im lica un u1c10 u1a.-_ 1
C~[rer, \ID caballo perfec_to es aquel que corre tan _bi~11 c_on_,o)c, exige su
lidad. Decir "tal cosa es uena" equivale a _decir: tal cosa, hech~ naturaleza de ca6allo. La naturaleza del caballo iio "exige que corr cieit
para prestar tal servicio o para realiur t_al fin, lo realiza efectivamente. kilmetros por hora: el animal que corriera con esa velocidad no sera
Si, en mi espritu, un caballo est hecho para correr o para arrastrar ya un caballo. -
cargas, ser bueno en la medida en que corre veloz o en !
medida La palabra_naturalez.,'esigna aqu el conjunto de los caracteres que
en que arrastra eficazmente. El bien del caballo no es el mismo s, se determinan unser-en s mismo, de suerte que, si le faltase unO de estos
trata de un caballo de carreras o de un '!'bailo de tiro. Digo que un c~racteres, cesara de ser el mismo ser: son, pu~s, stos los caracteres
0
lpiz es bueno cuando traz;~~sgos fuertes, porque en mi idea el lpiz c1ecesario, del .~;::-k,-q~;e en e\ lenguaje dela1ilosofa tradicionai .. s;
est hecho para escribir; y el reloj es bueno cuando seala exactame.nte , llama la esecia. , - --
la hora, porque en mi pensamiento un reloj est hecho para md,car Para determi~ar cundo un caballo es perfecto -o un reloj, o un
hombre-, es preciso formarse_llna idea de su fin; y el ser que realiza-
b De
~ esto resulta __ que /soy_ incapaz de
emitir un juici.o.4;,Jie!l ..".". l ra plenamente este fin es el tipo ideal con el que se relacionan todos los
presencia de !!lLQbjet~ ~l_lY.. d_estmo ,g?<;>ro. Cuando se encuentran seres existentes, y segn el cual se formula el juicio de bien. Si el tipo
en las -exi:ivic,OCs- utensilios desconoc,dos, no se puede formular ideal del caballo implica que tenga tal tallao_E~o, tal pelo, tal apeti-
opinin sobre ellos hasta__cue no se ha d~s.cubierto d_u,50 . que estaban to, que corra a tal velocidad y que arrastre tal peso, el caballo ser cali,
destinados. Otro tanto ocurre cuando, VlSltando una fabrica, en_gentro ficado de m~jor o menos bueno, segn que se aproxime ms o menos a
__una mquina cuyo fin y funcionamiento desconozco . t:Jo.hay. bien m~ 1 este tipo. Decir que es ms o menos bueno, vale tanto como d~~ir que
que cuando hay_finalidad, y no puedo formular un JUICIO ~e bien mas \ .es ms o menos perfecto. Perfeccin y bi.en expresan la misma idea; la
que relacionando el objeto que juzgo con el fin a que ~.sta_d~11nado. J ~erfeccin no es ms que_e_l __ b_i~n plena.men_t~_~a_lizado.".Un ser perfecto
no es ms q,ue un ser completamente bueno, sin ninguna mezcla de
nada que no sea bueno; por tanto, sin mezcla de mal.
( --~ b ..r
- - Pero hay, adems, :!1 jgargue;snaelP-'-.~.it up _o 1c.t.a-.se :''e { Cuando se enunci;t un juicio de bie-;,, se trata el objeto como si
ms -o-IJ'leilos bueno segn gue rea}tce COJ.!_.:~:Ilj}'_2:~ O 1nen2,t cxa.<;JJtn? hubiera en l una tendencia, como si tratara de obtener un resultado,
su finahdad. s, el l:iplZ est hecho pa_ra .e.scribir, el pan para ser com1 ~"'\'. la realizacin de su t_ipo id';al fuera un fin que persiguiera ...fil. -\
do y el caballo para correr, los calificamos de ms o. menos buenos~ (~1~1c10 ~e bien E tiene sentido mas que con relacin a un ser gue
segn que realicen ms o n1e_no_s eX<!_\:tamentc este destino. i I tiende a algo, por tanto, un ser dotado de voluntad; y la volyntad es el _)
)
)
) 212 Los f1111da111entos de lll moral Del bien en general 213
) atributo _deJos seres dotado~ de inteligencia. Todo juicio de bien su-] hombre; pero no es el bien perfecto, sin ms; es un bien perfecto,
pone implcitamente intervencin del espritu y confrontacin de una absoluto en su orden, pero no en el orden universal de los seres.
situacin de hecho o de un idea con un absoluto concebido como
perfeccin .
Volve;emos a encontrar estas nociones ms adelante. Por el mo .
mento, contentmonos con observar que la perfeccin no es sino el f' Pero todo ser_ realiza, en cierta medida, su tipo ideal. Todo ser~
) bie.n_~na!lle11t_e__realiza90. Este punto es importante para la moral, realiza, pues,( en-cierta n1eclicta.j su perfeccii:\n ..
pues es sabido que, en ciertas escuelas, se distingue el bien de la per Por el hecho de que 'un caballo (es')tm caballo, un hombre un
feccin. Ahora bien, aqu ve1nos que esta distincin no se encuentra en hombre, nros:il-n-rosal, poseen algunos de los rasgos correspon
el juicio habitual de bien. dientes al tipo ideal con el que se 'les relaciona: realizan;. en cierta
---Por o.tra parte, eri:_la E'"ctica, la palabra perfecto se emplea co medida, el fin del caballo, del hombre, del rosal. Si no lo realizaran
rrientemente en un sentido completamen.te relativo o se identifica con de manera ninguna, no seran ya un caballo, un hombre. un rosal;
muy bueno. Se llama perfecta una ~~- mejor que las que tenemos s_erf_~n otro ser, lo mismo que el mulo no es ni caballo ni asno, sino
) otro ser, y en cuanto mulo realiza, en cierta medida, el tipo ideal de
costumbre de ver: se dice de un caballo, de un reloj, de un lpiz,
que son perfectos si son sensiblemente mejores que aquellos que este ser nuevo, es decir, su fin.
solemos ver. Pero, hablando est6ctamente, _pe_rfecto implica una idea Por consiguiente, todo ser Tealiza su fin o su tipo ideal, correspon-
Lde absoluto, de un ser al que no falta nada. Al que no falta nada para_ diente ~ su razn de ser, por el hecho de ser ~! rni~m_o; un_ ser_que no
ser rmismo, lo- que da un absoluo todava relativo. Un caballo per, respondiera a un tipo ideal cualquiera ~-ll. r~~li~a,a __ningn fin es.
fecto es u~- ~aballo al que no falta nada para realizar el tipo ideal del j~c_oriccbib:le.;. se piiecte reaTir-Sl,lin-i,;,perfectamente: todos los se-
caballo: posee de una manera absoluta la perfeccin del caballo. Abso res que conocemos son imperfectos, pero por el hecho de ser lo que
luto es, a su vez, aqu sinnimo de perfecto, que significa bueno, ente son, es decir, por el hecho de que al relacionarlos con tal categora
ramente bueno, una bondad que es slo bondad, una bondad per de seres, hombre, caballo, abeto, lpiz, expresamos algo verdadero,
fecta. esos seres son buenos en la medida en que son lo que afirmamos de
Y as damos vueltas dentro de las nociones de bueno, absoluto, per- ellos, es decir, en la medida en que corresponden al tipo ideal que evo-
fecto; todas estas nociones se reducen unas a otras, i1nplicando l!na ca su nombre, en la medida en que merecen su nombre. Y si no lo
nocin fundamental, inconsciente en muchos que no Teflexionan: la merecen, "!erecen otro, y todava sern buenos en razn del otro J
)
nocin de un bien absoluto que sea el Bien, bien en s, bien total, per ser [!lle seran en este ca.so.
) feccin, no ya de un ser particular, caballo, hombre, tierra, sino la \Esto nos lleva a decir que todo ser tomado en s mismo es bueno.\
) perfeccin, el bien en s, tal que toda nocin particular de bien se Es bueno de una manera absoluta, o absolutamente bueno, en el senj
comprenda y se determine con relacin a ella. tido de q'.ie ~ay qu~ llamarlo bueno desde el m,oment~ que se le_~~nsi
)
Ser absoluta111ente perfecto es, pues, ser puMmettte y si111plcmentc der~ en st m1s~o, sin tener ~~ cuen.ta n~d.a mas que e ~ misma
) perfecto. Ser perfecto equivale a ser absolutamente bueno; y ser abso -----uzon. como b,en y perfeceton se ,denttfican, podemos llamarlo per
) lutamente bueno vale tanto como ser pura y simplemente bueno. No fecto: ~ bueno y es perfecto en la medida en gu~. craliza s,, fin, su
)
se es verdaderamente perfecto ms que si se es absolutamente perfecto. tipo ideal, que no e.s otro que su perfeccin o su bien total. T.odo ser
Un caballo perfecto, un hombre perfecto, es, pues, absolutamente es fundamentalmente bueno, ya que todo ser es-un ser, y. ser bueno
)
bueno en su orden, es decir, que realiza absolutamente o perfectamen l no es ms que ser s mismo, lo que se debe ser para corresponder
) te el bien que exi11,e su naturaleza o su tipo ideal de caballo o de a .c;u fin o razn de ser.
)
hombre, al fin del hombre, al tipo ideal del hombre. No tenemos, por Todo ser es, pues, bueno en s mismo en la medida en que es
otra parte, que discutir aqu si seres de esta clase son verdaderamente lo que es, es decir, en la medida en que realiza su fm, ;u perfeccin, su
)
hombres, sino comprobar simplemente que si poseen los rasgos esen, tipo idea~
) ciales por los que se reconocen los hombres, se les debe llamar buenos Pero, en la mayor parte de los ejemplos citados ms arriba, el
! por este motivo y en esta medida. Si no son hombres, todava sern del caballo, el lpiz, el reloj, el bien no se afirma del objeto sino en
) buenos en cuanto realizan un tipo de Ser dife~te. funcin de los servicios que presta al hombre. Por qu se califica
_--\ Se llega as a la tesis tradicional de que ekbien es una f,rn,ied"d ':b_') de bueno al caballo que corre veloz o tira fuertemente, si no es porque
) . trascendental d~J ser_ Tock,_ier es_buenQ__por el hecho de ser, o, ms son stos los servicios que los hombres esperan de l? Aparece aqu
) exactamente, el bien no es otra cosa que\el se-;. co~sideradn l,aio el otra nocin de bien que e~ instrionentlll;' es bueno lo que presta el
)
punto de vist~'.".'Jen cuanto realiza una perfeccin. La idea de .i' serv1c10 que se espera de l. En la tradicin, se llama a este bien el
l
1
)
) ..
\
&';';n
iti!J se le o one 'al del ser tomado en s, dando a este ltimo tuvieran las cualidades que debe tener un OJO: no prestaran los ser-
erioe en honesto. vicios que los ojos deben prestar. ,
El bien til pn-e-nf pl~ralidad de seres de los que unos estn ----lEloRlm consiste en tener los rganos y los miembros e~s~ sitio i/
a. rv1c10 otros. Calificar de buena una bestia, una planta, un en er cuerpo y /proporcio11acfos al cuerpo: es un mal tener un est~
cuerpo mineral, segm que presten servicio al hombre, es considerar demasiado grande o demasiado pequeo, porque es una desproporcin:
. estos ~eres con relacin a otro. Lo mismo o,urre con un ser compuesto de la misma manera, teper piernas o brazos demasiado largos o dema
cuyas partes se consideran con relacin al odo. Se dice de un hombre siado cortos; los escultores han fijado un canon de la proporcin de
que tiene buenos pulmones o buen estmago, cuando sus pulmones o las partes del cuerpo: esta proporcin entr_;-~n el bien til al conjunto,
su estmago estn constituidos de manera que le presten el servicio cuyo bien es bien honesto con relacin a sus partes. A su vez, el bien
que de ellos se espera. del cuerpo es _bien til con relacin al hombre: y, acto seguido, se
EL bien til es, pues, un bien __!!tbq,:40afo cuyo valor depende de plantea la cuestin de saber si el hombre mismo es bien til con rela-
otro bien que a su vez es. ~ien h,mesto o l,en en s. E! hombre es cin a otra cosa.
nmca
bien ~onesto con relacin a sus 6'razos y piernas, que son bienes itiles
para l. De manera general, nuestros juicios de bien acerca de los seres
que nos rodean hacen referencia a la utilidad de estos seres para nos-
~en til no puede, pues, determinarse considerando un
ser en si misn10; en s mismo, el ser no exige ms que el bien honesto:
n11entr.1s no se le considere :ns que en s msmo, su bien es un abso..
J
otros. luto, un en s: es fin ltimo. La nocin de bien til aparece cuando
La nocin de bien til supone, pues, un conjunto de bienes coordi- se sita el ser en un conjunto y se le reconoce subordinado. Los
nados q1e forman un todo :''todo bien til ~one_ o~rn_ para _qui~11. estoicos tenan muy vivo el sentido de la dependencia del hombre
sea til,__ ____, frente al mundo: el bien del hombre era para ellos un bien til al
. Aqu surge la nocin de [Or<len] El orden se define unidad en la mundo. Para Nietzsche, por el contrario, el superhombre era bien
multiplicidad; comiste en que varas objetos sean. recl!'t:icl~s a la unz- honesto: no dependa de nadie y no tena que buscar ms que su bien,
dad (jior su finalidad comn, sea que estos objetos formen un todo y sin uenta ningn otro.
que e.s~. todo-tenga'~-i~alidad propia qtJe cada una de las ,arte., El bien lt. ,_ecae, plles, ms o menos sobre lo misrn_o que eii111:
deba buscar, como en un ej_rcito en el clle todos, soldados y oficialc.s, E_er.:.!"'C'. __ ~e_ottici de_ )(a!_lt._ "Si _qttio ,amer:ciebo ganar dinero.. :
estn al servicio de las operaciones que el ejrcito debe realizar, sea ganar dinero es un bien til para otra cosa, que es vivir. El im_perativo
que algunos de estos objetos estn al servicio de otros, como en un categrico corresponde a~ bie~_ }:t_onesto: sel!_ busc~___.Eor s mismo:
piso donde los muebles estn al serv_icio de los hombres que lo habi- y cuando se le considera, no hay que tener cuenta_ de ninguna cosa
tan; en todos los casos, el orden supone una unidad que sea principio ms.
el bien para los elementos de este orden. Podemos, pues, decir que 1el bien b011esta es el bien a~,oluto )' el /.
T\fl.Y~;;r\de! bi_~n-~til depende, por tanto,. no slo delSu estructura-\ bien til el bien relativo, ya Que un bien nunca es nil ms 1!'e gR
propia, smo dtl_"Jt_!g_ar l!Jue ocupa en el conJtmto. No asta que un - J .rela~in a otra. cosa. Todo ser es bueno en s: el bien honesto es
so ddo sea va eroso:-q~e un -~~cial sea competente; es preciso tan, .. universal: los seres subordinado., son tiles: no hay bien til ms que
bin que o~t!jl_en el puesto y desempeen_ el papel que tienen asigndo 1 cuando hay subordinacin : un ser independiente de todo otro no
en. el ejrcito. El tipo ideal del hombre exige que teng dos ojos, dos
Qrejas, una nariz. Pero estos rganos deb~ -~ms__t1allarse en ll[!_
" pu\:d~_~r bien_ t_i(?ios escapa a la categora de lo ,til; es slo bien
honest~:._
sitio determinado: ojos de los que uno se encontrara en el pecho y
otro en la espalda seran malos, incluso si. tomados en s mismos,
)
)
mos un utensilio humano, hay que esperar, para juzgarlo, has_ta_ saber I preexistan a la accin humana, el hombre no los ha creado: si tienen
el liso a 'l'le es~ba d~tinado. \ un fin en s mismos'. este fin es ir.dependiente del hombre.
)
Todo esto depende del hombre, y se tiene la impresin de que \, La cuestin de la obietividad del bien consiste, pues, en ltimo
) hay todava otra realidad en el bien. Espontneamente el espritu su- anlisis, en saber si hay un_es,ritu creador; y espritu creador_ no _pue.de
pone que los seres tienen en s una finalidad propia, independiente de haber ms que Dios. Slo la accin propiamente creadora, la causalidad
)
nuestro espritu. Cuando se trata de conocer cientficamente los seres de total que no se limita a hacer que una cosa sea tal o tal, reloj, silla,
) rbol o carnero, sino que sea callsa. de que alg"" cosa ezista, slo
la naturaleza, cuando se estudia una planta o una bestia, cuando se
) estudia al hombre, se comprueba en ellos un conjunto de caractersticas esta causalidad puede hacer que los seres tengan un fin objetivo, que
haga cuerpo con su ser. f ; .. ,.,
que declaramos corresponder al estado de salud. Los rumiantes tienen
la mandbula, el .tubo digestivo, construidos de tal manera; los carnvo- Dios creador dcl,e -tener, al crear, una intencin; hace del universo
ros lo ti_enend~ n1anera distinta; cada uno tiene as una estructura que -~01 ~rJe~1, .in:ipri1~e a cada ~os ;u fi?i~- -~ la co~a existe para realizar
le permite realizar su fin, fin de rumiantes o fin de carnvoros. Cuando tal fin, este fin es una realidad, y no nos engaiamo; al juzgar que esa
decimos ~ue un hombre tiene un buen estmago, buenos pulmones o realidad se i1npone a n_uestro espritu.
buenos OJOS, no formula1nos un~si1nple juicio de conveniencia; creen1 os
Aunque el bien no depende de nuestrn espritu, sigue siendo verdad
comprobar una realidadf Creemcs que, independientemente de lo que que depende del espritu. No hay bien, propiedad trascendental del
ser, 1ns que si el ser es, ante todo, espritu y si todo viene del espritu.
nos _agrada, e! estmago est hecho para digerir, los pulmones para
respirar, los oo; para ver; que es ste su fin y que son buenos en la Cuando el hombre cree percibir una finalidad en las cosas, cuando
medida en que realizan este fin. Pero es verdad todo esto? trata de determinar esta finalidad, afirr,!a implcitamente la e:,;istencia
de Dios; pues no hayfinali~ad_, '! hay_natui:_aleza, no hay tipos i~eales
msqu~ si.t,ay__ \In espritu creador__que_!,;,....b;i __ hcc_ho__ ser en virtud de
una intencin,o de un fin que quiere realizar. Sin Dios, tod;b -~,ccia
_se derrnmba, porque la ciencia descansa en la idea implcita de qu.e las
Es claro que no hay ni fin, !_li bien, ni orden\ sin inteligencia. No
cosas tienen una naturaleza, que hay un. orden__ ~n el_ univ~~~~-Y _gue
puede, pues, haber_\!i~.n objet!vo'. es decir, bien qtie sea una realidad en
las_f!lsa~ i_nc!ependientemente cl_e __Qt1es_t[j5pfriiu, 1ns que si este bien I el hombre puede t_ratar de conccer este orden. Sin espritu creadr, el
depende de otro. espritu del cual dependen estas cosas. El estmago no mundo es un caos y el orden aparente es slo el prcducto de un azar
puede estar hecho para digerir, ni el ojo para ver, ms que si dependen del que no se sabe si volver a 1eproducirse.
Es verdad que muchos espritus se detienen en la idea de una fina-
de un espritu que los ha hecho con este fin. En s mismos, el estmago
lidad de las cosas, por tanto, de un bien objetivo, fundamento mismo
o el ojo no tienen intencin ninguna, ninguna finalidad, no tratan de
de toda ciencia, sin concluir en la existencia del Dios creador. No va-
realizar un tipo.
mos a examinar aqu las causas de este ilogismo: stas son de orden
Pero, adem;s, en la finalidad hi!)'_gue distinguir la finalidad orde-
1adora. y la finalidad ~~e-adora. La ac~i~n del hombre es siempr~ ,;;era- psicolgico e histrico, no racional. Lgicamente, si no existe Dios crea-
dor, es preciso replegarse dentro de la concepcin nietzscheana -de un
mente ordenadora. Cuando el hombre fabrica un reloj, una silla, cons-
inundo incoherente en el que fuerzas ciegas se mezclan en un caos sin
truye una casa, se limj!_a a buscar materi_ales preexistentes, y si imprime
medida y donde un ser en particular, el hombre por tanto, no tiene
un fin al objeto, si este fin se seiala en la disposicin de los materiale.s,
ms regla que buscar que la de su fantasa.
el hombre, sin embargo, carece de accin sobre el fin propio de los
Esto no quiere decir que nos sea .siempre posible d;,tern,inar la fina-
materiales en s mismos. El reloj es de acero, d~ pla_ta_ _o de oro: la
lidad de las cosas. Explicar el orden del mundo sohrepasa las capacida-
silla, de mad_era_Q_metal: la casa, de piedra o ladrillo; estos materiales
)
)
ll4 Los fundamentos de la moral Del bien en genernl
)
) des de nuestro espritu. El orden interno de los seres es frecuentemente fundamentalmente verdadero. Lo mismo que el bien supone un espritu
bastante claro; se ve que el organismo vivo est modelado para vivir, que relae1one el ser con un fin, la verdad supone un espritu que co-
los ojos para ver, los instintos para asegurar la vida; pero la finalidad nozca. La verdad es el ser conocido o cognoscible; si se trata de nos-
e:den,a nos escapa la mayora de las veces. Por qu animales que co- otros solamente: s1mplc~ente conocido, si se trata de Dios. Suponer
men hierba y otros que comen a los primeros? Por qu el sol quema un ser que Dios no conoc1era, es un sinsentido; toda verdad descansa
a veces las mieses y la lluvia las ahoga? Por qu los volcanes y los pues, en el conocimie~to divino, como todo ser no necesario existe po;
'.em_blores de tierra? En o.tras tiempos se ha credo con frecuencia poder el acto creador de D,os, como odo bien deriva de la finalidad crea,
ust1ficar el papel de cada ser y de cada fenmeno en el conjunto. Nos- dora. .
otros nos hemos hecho ms modestos y nos damos cuenta de que el ~-.Todo ser, por el hecho de existir, es, pues, cognoscible o inteligible.
orden del mundo sobrepasa la capacidad de nuestro ~ritu. Pero si La _verdad e~ simplemente eso; no difiere a su vez del ser ms que
muchos elementos de este orden nos escapan, basta constatar una fina- ~egu~ la ~azon: la verdad es el ser en cuanto est en relacin con la
lidad, ~ualquiera que sea, as sea en el dominio ms restringido, para 111tcligenc1a cognoscente, relacin efecti,a o relacin posible.
concluir que :5e necesita _ui::,.____ es.P!_ritu__ creador~ sea causa de dicha
fmalidad.
De esto se sigue que, co1no todo .ser es bueno, todo ser es tambin
verdadero. La verdad es simplemente el ser: conocer la verdad es cono,
III cer las cosas como son: v_erdad y realidad se identifican.
)
Los fundamentos de la moral Del bien en general
)
Se habla de ~onumentos de falso mrmol: estos monumentos son ser comp11csto, como el mal, y consiste en una falta de armona, una
)
de verdadera madera, pintada con apariencia de mrmol; la nica falta de unidad entre los componentes: lo feo es la nota falsa, la nota
) falsedad est en ~alificar este monumento de mrmol. Todos los errores que desentona en el cQnjunto.
) del espritu o de los sentidos son as simples juicios iemerarios hechos El espritu experimenta un goce en presencia de toda verdad y de
)
sobre actos de conocimiento exacto. todo bien, es decir, en presencia de todo ser. No existe fealdad en s,
)
(, g;,:i_ que el mal es un desorden, la fals_edad lo-"' pues, tambin: sino solamente en un conjunto i y, si calificamos ciertas cosas de feas,
es un desorden d_el espritu; lo mismo que el mal no se enrnentra en si tenemos la impresin de que hay objetos feos en s mismos, es por
)
las cosas tomadas en s mis1nas, sino sola1ncnte en las relac1ones, en el una impresin completamente relativa, semejante a la que nos hace
plano de lo til, de la misma manera la falsedad no se encuen'.r~ ~n calificar de malas ciertas cosas. Calificamos de feos los objetos menos
las cosas, ni siquiera en el conocimiento, sino sola1nente en el 1u1c10, bellos que los que estamos habituados a ver. En una casa de cuyas
es decir, en la relacin que el espritu establece entre el objeto de su paredes cuelgan cuadros mediocres admiramos el que sobrepuja a los
conocimiento y las nociones que l lleva en s. dems: esta misma tela no causa impresin ninguna en medio de las
Hemos visto que el bien, para un !iCr, consiste en realizar !ill fin obras maestras de un museo; y si estamos habituados a un teatro de
) o su tipo ideal, es decir, en desarrollarse conforme a su naturaleza. patronato, encontramos bien representada una obra que el habituado
Pero su fin, su tipo ideal, su naturaleza son realidades; por tanto, a las grandes salas estima mal representada. De igual manera, una
)
verdades. El bien en cuanto conocido es una verdad, igual que la verdad m0.sica m_ediocre, ejecutada por una sociedad popular, satisface al p-
en cudnto fin petra la accin es un bien. E_ntre la verdad y el bien no blico campesino, mientras que el que sigue los grandes conciertos halla
es posible contradiccin a)&!!.na. que es una __~sic_c!__~aj_~.
Retengamos este principio para la moral: volveremos a encontrarlo Esto explica tambin que los que tienen el sentido de lo bello en-
y tendr que insertarse en la sntesis de vida. cuentran la belleza en todas partes, porque toda cosa encierra una be-
lleza: una piedra, una brizna de hierba, un sonido, un pensamiento,
una palabra. El sentido de lo bello no es ms que el sentido de la per,
)
feccin del ser; todo ser es testigo de una perfeccin; todo ser, en la
misma medida, es bello.
)
La belleza es tambin e_l_.s_er, pero en cuanto fuente de goce ,ara d Pero la belleza suscita cierto nmero de problemas que interesan
esprit11. Para oponerlo al goce sensible, se califica este placer de esttico. a la moral y que es til examinar desde ahora, para apartar algunas
El goce esttico resulta de la visin de la perfeccin del ser; Y la dificultades.
belleza es una propiedad trascendental del ser con igual razn que la ---En el lenguaje .corriente, se habla de belleza sol~mente a propsito
I
verdad y el bien. La verdad es el ser en cuan.to conocido, el bien en de ~iertas cosas. Se habla de bellezas de la naturaleza: nadie pone di,
cuanto fin, la belleza en cuanto objeto de goce. Quod viswn placet, ficultad en que se califique de bello u~isaje, un animal, una planta,
dice Santo Toms, lo qt1e agrada a la vista. una piedra, un.Jombre. Se habla tambin de belleza cuando se trata
Toda perfeccin, todo bien, agrada a quien lo conoce, por tanto, de obras de arte: y a propsito de stas en particular, hablamos de
toda verdad. Todo ser es bello, como es verdadero, como es bueno en goce esttico. Lo esttico se ha desarrollado y convertido e~ cie~~ia, y
s mismo. Hay una belleza en todo ser, y esta belleza est proporciona- se hace una filosofa de lo esttico que se contrae casi exclusivamente
da a su perfoccin. a la belleza en cuanto sta se manifiesta en las obras del hombre. Pero
Existe, pues, tambin lo feo, como el mal y la falsedad : lo feo es lo que se llaman las obras de arte no miran ms que a ciertas obras
relativo, reside en un desorden. Lo feo no se concibe ms que en 11n del hombre.
128 Los fundamentos de la moral Del bien e11 general
)
Cuando se habla de belleza o de goce esttico, se excluyen general- en presencia de la imagen los apetitos fsicos se despiertan con menor
mente las formas de goce sensible que captan muy vivamente los senti- viveza que en presencia de los objetos mismos. '
\ dos. Se habla de belleza cuando se trata de sonidos -la msica, el len- El sentido de la belleu es, pues, un sentido e.,,irit11al; es la facultad
guaje--, cuando se trata de forma y de colores, de placeres de la vista de ver en las cosa.s el "e.,,lendor del ser", la perfecci_n del ser, e!'bien:
y del odo, no cuando se trata del gusto, del olfato, del tacto. En estos en s, toda cosa es beUa, toda sensacn. todo movimiento de' un ser,
)
ltimos caso.,, se habla de bien: hablamos de un buen olor, un buen todo acto de vida. Captar ese sentido de la belleza es un aspecto del
gusto: para el tacto, se habla de un tacto agradable: una tela es de un desarrollo espiritual.
tacto agradable, no bello.
Generalmente no se habla tam,oco de belleza a prpsito de la
Por qu? Porque la mayora de los hombres estn tan sometidos
) verdad y del bien, es decir, a propsito de los objetos de conocimiento
a k>s sentidos en el terreno del_ gusto, d~I_olfato r____<!el tact;-qu-e les
)
estrictamente i11telectual o a propsito de los valares_ de accin. Ello se
parece imposible elevarse en estas cosas a un goce espiritual. El sentido
debe nicamente a que la belleza, como la verdad y como el bien,
) del gusto, en particular, e~t tan vinculado al apetito fsico del hambre
y de la sed, que parece ridculo a la mayor parte buscar en l un goce
es un punto de vista enel ser, y a que. con relacin a ciertos objetos,
nos situamos generalmente en el punto de visia de la verdad o del
del espritu. Y, sin embargo, el espritu puede disfrutar de la perfeccin
bien. Pero ~I no poder unir todos los puntos 'de vista constituye sim-
de estas sensaciones como de la de la vista o del odo. 1
Se califica con frecuencia el goce esttico d-~-d~snteresado. Hemos
visto ya. el sentido especial de esta palabra. Este trmino significa aqu
simplemente goce del es,rit11. La palabra desinteresado evoca una pu
1
plemente un signo de la debilidad de la inteli.gencia humana. En efecto,
todn v<rdad es beUa y todo bien es bellp;' lo mismo que toda belleza
es una verdad y un bien. ,:
reza moral que se juzga incompatible con la grosera de placeres pura El entusiasmo que se apodera de un filsofo en presencia de un
mente ca males. He aqu por qui:..ll.9 ~..li.fica,n"LQ-~ f>lacer desinterc.sado belJo sistema, de un mateintico en Presencia de un bello razonamiento,
el placer de comer y de beber, mientras que damos est~ .califi~ativo al es de naturaleza completamente esttica, El profano puede encontrarlo
placer de ver <>_de oir_ bellas_ obras, simples usos verbales que corres- irrisorio, porque no tiene el espritu sulicientemente desarrollado para
ponden a los juicios de la opinin comn. En realidad, en uno y otro 1 degustar la belleza en puras abstracciones; pero la bellez, est presente
caso, el hombre busca la satisfaccin de su ser. t en J; perfeccin del rawnamiento y en la armona del sistema. Por otra
El gastrnomo es el que ve la belleza en lo que agrada o gusta. parte, la palabra "bellott acude espontneamente a los labios en este
Ahora bien, uno de los adagios de la ciencia del "ben comer" dice terreno, igual que en las materias artstica.s. Y todo especia1ista capaz
que, para degustar un buen plato, hay que tener un poo de hambre, de percibir la perfeccin del ser en las materias de su competencia
11
pero no dema_siada. Por qu? Porque el comer y la sed son necesarios experimenta este goce: el cirujano se extasla ante ttn bello caso", ante
para apreciar lo__que halaga el apetito, pero un hambre y una s;d vio, un !,ello cOTazn o unos bd!o., riiion, igual que 'el tablaiero admira
lentas o~~~I!'!<;~ri el espf{tu; desarrollan apetitos carnales tan violentos, una hermosa carne, y el ;b;cero se llena de admiracin al deslizar bajo
que el espfritu no es ya capaz de hacer su obra y el hombre viene a ser sus dedos !,ellas granos de arroz: toda perfeccin despierta el goce es,
como una. bestia y no disfruta ya ms que de manera puramente fsica, ttico, porq\1e lo bello no es ms que la perfeccin del ser en cuanto
Esto explica que encontremos natural que un pintor haga t,n _gfllo conocido,- qrioJ vi.<mn plncet, en cuanto despierta en el espritu la efer
cuadro pintando .. naturalezas muertas", carnes, frutas, legumbres, jarras vescenci; goz.osa de la admiracin. .
de vino, mientras que la mayor parte no son capac!!S de ver la belleza Ms an, un hombre de negocios te11dr la misma admiracin ante
en los objetos que el pintor-2inta, si los ven al natural: es porque el un be[[o contrato, bien pensado, bien formulado, que da plena satisfac,
pintor ha sabido captar b belleza que esos objetos contienen y porque ;
1
cin a las dos rartes; y
un abogado ante un bello caso.
231
230 Los fundamentos de l, moral De! bien en general
La cuestin es sencilla: los moralistas no gustan que nos ocupemos
La vida moral despierta sentimientos de admiracin completamente
del amor carnal; querran que se hablase lo menos posible de l, que
semejantes. Una bella accin, el e.spectculo de una bella vida, produ-
ni siquiera se pe11:sase en l; inuchos artistas, en cambio. ven en l
cen una impresin muy parecida a la de una bella obra de arte. El sen-
timiento que suscitan en nosotros los hroes de Plutarco o los santos el tema privilegiado que permite las obras ms bellas. .
del_ cristianismo, las hazaas de un explorador o de un misionero, la
El desnudo, que ocupa un lugar tan destacado en la pintura Y b
escultura. no tiene importancia para la moral ms que .-en cua~to_ exc1t~
caridad de las Hermanas de San Vicente de Pal, la bella vida llena de
la pasin carnal. De igual for1na, en literatura, el confitcto se hm1ta cast
sabidura de un Toms Moro, todo esto produce la impresin de una
a la descripcin del amor pasional extraconyugal. El amor conyugal
armona, de una perfeccin frente a la cual se impone al espritu el
trmino de belleza. Y, por otra parte, estos temas"influyen en las obras no ha planteado nunca problema.
E! amor p,iona!, ligado a su vez al amor carnal, plantea el. caso
de arte que los reproducen: es ms fcil escribir un bello libro sobre
ms representativo de la dificultad del goce esttico en presencia de
San Francisco de Ass que sobre un burgus egosta y satisfecho: un
bello asunto hace ms fcil la belleza de la obra, y el asunto de una valores que excitan e\ apetito carnal, pues es verdad que hay, que debe
haber en el amor humano una belleza muy perfecta y que el ser huma-
vida es an'.e tocio su valor moral. Si_ un personaje no presenta n.obleza
no es la ms perfecta de las criaturas de este mundo. A la belleza fsica
nmg~na, SI es repugnante desde todos Is puntos de vista y si no hayl
se junta en el hombre el destello de la inteligencia que reobra sobre
medio_ de despertar hacia l la estima, se dir que constituye un\
toda su persona. Un hombre perfecto, de cuerpo perfecto, ?imad? de
tema mgrttto.
una vida que manifiesta la inteligencia y del que irradia al mismo ~1;m-
~a belleza no tiene, pues, solamente la misma universalidad que
po un poder afectivo que la vida intelectual transfigura con relac,.on a
el bien Y la verdad: la belleza es la verdad y el bien; la belleza no es J
los instintos animales, tran5l11ce una belleza que en vano se buscarta en
. ms que la perfeccin del ser en cuanto resplandece ante el espritu.
otros seres, y no e.s de ad1nirar que el ser hzo11a110, el ser humano e~
--.~Una vida buena es u11a vida bella; una buena accin es una bella accin
su nudez, es decir, el ser humano en el estado puro. sin aadido arti-
y una bella accin es una buena accin. El lenguaje popular tiene razn
ficial, haya sido siempre para los artistas objeto predilecto de la obra
al emplear casi indiferentemente los trminos de bueno y bello. El sen,
timiento de admiracin, propio del goce esttico, se despierta a prop- de arte.
De otro lado, el amor mediante el cual dos seres humanos se entre-
sito de toda perfeccin.
gan uno a otro es evidentemente _la fuente. de riquezas espir~tuales sin
cuento. Si el ser humano es la rnatura mas perfecta, la umon de dos
Sin embargo, se habla corrientemente de conflicto entre el arte y la seres humanos, en el sentimiento de donacin ms completo, debe
moral. Los espri.tus particularmente preocupados de perfeccin moral producir un desarrollo de sus personalidades que los enriquezca bajo
raramente estn preocupados de esttica; y frecuentemente se lamenta todos los puntos de vista. Si el ser humano realiza una pedeccin que
la falta de gusto de los virtuosos. En cambio, los artistas pasan Erernen, no conoce ninguna otra criatur;i, y si el cuerpo sirve para expresar las
temente por gentes de dbil moralidad. Pero aqu invadimos ya el riquezas del alma, hay que encontrar en el amor humano completo, a
dominio de la moral; y ya que nos hemos enfrentado con ella, es pre- la vez carnal y espiritual, riquezas de ser, una perfeccin, una belleza,
ferible zanjar la cuestin. un bien, que no se encuentran en. la simple contemplacin de un pai-
El conflicto e11tre el arte y !a moral es una expresin de apariencia saje ~ en las ideas abstractas. Se comprende as que la pintura del
a1nor aparezca a los artistas como la materia 1ns rica de cuantas ex,
gen.eral que no cubre de hecho ms que un caso, pero que podra
cubrir otros, corno vcre1nos. Se tr:ita sie1nprc del n1nor cnrnnl, o al 1ne.- presan la belleza.
nos del amor extra-conyugal.
232 Los f1111damentos de la moral Del bien en general 2 33
Pero, por otra parte, el amor est ligado a toda la vida del hombre. basta observar que el acto de amor, el testimonio de amor, es en s el
El amor es uno de los puntos cardinales de la existencia; depende de 1nisn10 en el matrimonio y fuera del matTimonio. En un cuadro o una
tantos factores psquicos, fsicos, sociales, morales, y reobra tan pode- escultura que representa a un. hombre o a una mujer entregndose a
rosamente sobre toda la vida, despierta, por otra parte, pasiones tan testimonios de amor, nada indica si estn casados o no. Aslese una
vivas y de tan difcil control, que se desva ms fcilmente que nin- escena de amor en una novela o una obra de teatro: esta escena se
guna otra pasin y, fuente .f!eJ~ms grandes bellezas, origina tambin aplica por igual a esposos que a amantes: las palabras y los testimo-
los peores desrdenes. nios de amor son los mismos. U.n.J1.o_mbre hace una declaraci!Lil. una
Es, pues, menester abordarlo y tratarlo con extrema Jm,dencia. No 1nujer: amor adltero, s.i la rnujer est casada: amor puro, s1 se trata
se le puede aislar de la vida; no se desarrolla de manera perfectamente de jvenes que quieran prometerse. Lo_~hace culpable el amor no
sana, en armona con todos los valores a los que se halla vinculado, ms es el amor en s, sino laJ circuastancias en las que se manifiesta; ocurre
que cuando acepta la disciplina del matrimonio. El ideal del matrimo, con el amor como con todo bien y toda belleza; el mal, la fealdad.
nio es el de un hombre y una mujer que se unen tan profund,unente, no existen ms que en el plano de lo til, son un desorden.
tan ntimamente, tan totalmente, como es posible concebirlo, uniendo EQ __tl amor a__4lteroL E. m.".I y la fealdad n;ic1,rl cle_..9_u_e_ es_e._ amo,
sus vidas enteras de manera que todo les llegue a ser comn; que sus de~hace un hogar ~_arando a la esposa _del e~oso; nacen de que apar-
dos personalidades no formen ms que una sola cosa en toda la me- tan al amante o a la an1ante de la cons;igracin total a su cnyuge y a
dida en que dos seres humanos pueden unificarse uno en otro, y for- sus hijos, que es lo que hace la grandeza del amor; no se podr juzgar
mando con su unin un hogar donde vengan al mundo los hijos, enri- el amor considerndolo en s mismo, separndolo de las contingencias
queciendo a sus padres con sus nuevas personalidades, expresin de la a las que se halla vinculado.
unidad de los esposos. Si los moralistas se muestran poco favorables a la descripcin viva
El amor carnal es 1111 elemento de este conjunto, elemento impor- del amor, ello obedece, en primer lugar, a que frecuentemente se le
tante, pero elemento solamente. El amor fsico es 11n bien ,til: es asla, en el arte, y se le false.a al aislarle; o bien, con mayor frecuencia
perfecto en un conjunto perfecto, en un amor espiritual que une a los todava, a que se exaltan formas de amor bajo las que en realidad no
padres durante toda su vida y en toda su personalidad y que se extien- realiza su perfeccin. Lo que se llama en moral el amor ilegitimo es
de y abraza a los hijos, frutos del amor. Separar el amor carnal del un amor al que falta cierto nmero de elementos de belleza, porque las
amor total es falsearlo; separar el amor de la procreacin, que es su condiciones de legitimidad del amor tienen precisamente por fin per-
fruto y su consagracin ~uprema, lo falsea tambin y lo empequeece. mitir el desarrollo sin reserva de toda la perfeccin y, por ende, de
Pero en este conjunto perfecto del amor pleno, el amor carnal. que es todas las bellezas del amor.
la manifestacin decisiva del amor humano, que es as en cierta manera El conflicto entre el amor y la moral respecto al amcr presenta to-
su sello, y que es el instrumento del acrecimiento de la familia, repre- dava otro aspecto. El am,or camal despierta, en efecto, una pasin tan
senta en su sitio una perfeccin tambin y una belleza. viva, que la, mayor parte J>ierden la cabeza tan ,ronto como son.~bjeto
As como el cuerpo 'humano, por estar animado por el alma, es la de un requerimiento bastante directo. De ah una tradicin que encon-
belleza ms perfecta en el orden material, as tambin el amor carnal, tramos entre todos los pueblos,~ cual aconseja no hablar del amor
en s, es una elevada perfeccin de una elevada belleza. Pero, en d carnal ms que en trminos encubiertos, y prohibe testimoniarse el
plano del bien til, exige que se le coloque en su lugar en este conjunto amor fera de la estricta intimidad. Esta tradicin se apoya en la expe-
sumamente rico que es el amo~ humano. riencia universal. Describir el amor carnal de manera directa y explcita
- - Todo el mundo comprende sin dificultad que el amor es bello excita la pasin con tal violencia, que la mayora de los hombres son
cuando se manifiesta dentro del orden. Para comprender Sll helleza, incapaces de encontrar en l un goce espiritual ni, por tanto, de ver en
Los [11nda,11entos de la mor11I Del bien en general
235
l belleza ninguna incluso los relatos a:norosos escritos en una bella Al conflicto bien conocido entre el arte y la moral va unido tam,
lengua y de un gran valor literario, son buscados en realidad ms por bin el conflicto menos discutido entre el arte y la verdad. Como la
su sabor ertico que por su encanto literario. - - verdad, la_fil_!Lea y el bien se identifican, toda belleza debe ser verdad
Esto es un hecho psicolgico que no es difcil comprobar. Cuando tambin, y una falta de verdad se identifica con una falta de belleza.
un escrito que trata de a1nor carnal en trmins bastante precisos se Toda falta. de verdad es una falta de belleza; una obra que des-
publica, so color de estudio cientfico, social o literario, la clase de arrolla una tes1S falsa, carece de belleza en la medida en que se aparta
xito que encuentra, el gnero de p{1blico que se interesa por l. de la verdad.
manifiestan sin equvocos lo que la mayora de los lectores buscan en Tambin esto parece sorprendente a primera vista, porque muchos
l. De ah esta regla del arte verdadero que consiste en evocar el amor de los ms grandes escritores han sostenido las teoras ms extraas;
en trminos s11/iciente,nente abstractos para que las pasiones carnales pero estas teoras son parcialmente falsas solamente; contienen eleme11-
no se despierten, siendo, sin e1nhargo. lo su/ciente111c11te ,recisos para tos de verdad; y la ... belleza literaria, adems, es ya por s sola una
deducir de ellos el valor, es decir, el bien y la belleza. L;!s formas fo[ma de verd~d, pues consiste en una adecuacin de la palabra al pen-
de expresin.JU!!:.....d_i:,scri\ign_el :,_m.Qr __i:<Lmal co!'cretamente constituyen samiento, gracias a la cual el escritor comunica al lector de manera
lo que se llama l!_J>~!llQgr_~fa; y las publicaciones pornogrficas se exacta ? slo su pensamiento, sin? tambin los s;~i;ientos que ~te
presentan con frecuencia bajo las ~ariencias de ediciones de arte. pensa1111ento despierta.
Basta esto para ha.;er sospech~.r d~ un arte que se presta a tamaas Toda doctrina ":' bella en la medida en que es verdadera. Lo que
confusiones. se llama una doctrina falsa, es una doctrina en la que la parte de
--.1.I.a.a descripcin del placer carnal n<>~s. pues, hablando propiamente, error parece mayor que la parte de verdad, en la que las verdades son
inmoral, sino simplemente pe_li&!_osa. No es directmentc inmoral ms "verdades hechas locas", es decir, desorbitadas, salidas del marco en
cue la prohibicin de la inmoralidad : mostrar malas costumbres puede que encue~tran, no solamente su valor intrnseco, sino tambin el lugar
servir para combatirlas; pero el medio ~ pelig!:').<(),_a__~a11sa de Jas en un c?ntmto que las sita con relacin a la verdad general.
pasiones que este objeto enciende. Y algunos artistas pueden estar de - Nadie en nuestro tiempo admite ya las teoras de fuan Jacobo
buena fe en s11 apego exclusivo a la belleza del amor; pero la expenen- Rousseau sobre la bondad del hombre; pe_ro .i,Lxito que esas teoras
cia muestra que para la generalidad de los hombres, el pl.,cer del encontraron e~ su tiempo, no viene del alma de verdad que oculta-
espritu es imposible en medio de las solicitacion~s del apeti'.~ _carnaL ban, en reacc1on contra otras concepciones errneas. y de lo que haba
Lo que observamos aqu acerca del amor, no es smo la repet'l(lon, con de sa~o en es_ta reaccin? Y no vena tambin de la forma, del genio
una' intensidad mayor, de lo que vimos anteriormente a propsito de literario del auto~, que le permite expresar sus ide~s con una riqueza
otras formas del apetito carnal. Y un pockr afeq,vo que despiertan en el lector un estado afectivo co-
En cambio. no hay que admirarse de que una descripcin del amor rres?':'~die~t.e a la _idea y que permite no solamente comprenderla .sino
suficientemente abstracta para evitar que se despierten los sentidos Y t~mb1en v1v1~la? Sin embargo, quin osara decir que Rousseau, escri . .
suficientemente precisa para que manifieste su belleza, una descripcin b1endo _la m,sma lengua y no desarrollando ms que ideas perfecta-
que evoque, sobre todo, el sentimiento del amor, d origen a obras mente Justas, no hubiera hecho obra ms bella todava?
maestras de las ms perfectas. Habl_ar del amor conciliando la de~ca-; , Lo que hace la belleza de una obra de pensamiento es, pues, sm
deza y la franqueza, encontrar el _tono justo que evoque las bellezas del',\ genero de duda, la verdad. El error es 11n11 fealdad. Un pensamiento
anior sin .~urbar los sentidos, es por s slo una obra maest_r:i de I exacto _mal .ru-esentado puede ser feo por la forma, no es feo el pen
equilibrio humano. sa1n1ento, smo. la forma en que se ha vertido; pero la forma perfecta,
puesta al serv1c10 de un pensamiento dbil o falseado, no puede des
Los fundamentos de la moral
Del bien en general
:t37
embocar en una obra perfecta; esa obra no es bella ms que en la
medida en que es verdadera, y ello parque, en esa medida, realiza Y resulta de todo esto que se pueden transponer a voluntad los
trminos de bello y de bien. No se puede construir toda una moral
una perfeccin de ser. . . . J,
sin hablar de bien, hablando nicamente de belleza: acciones bellas
Para concluir, no tenemos sino volver sobre los prmC1p1os. La ver, /K
y feas. vida bella. bellos sentimientos, pensamie9tos bellos. De la
d!!_~bien,J~. belleza se_ i.d!l_l_!ifican. Una obra es b~la en la medida I
1nisma 1nanera, se pueden emplear en esttica solamente los trminos
en que es. verdadera y en la medida en ~ue_ es buena; es buena, por
de bueno y de malo: hablar de buenas y malas telas, de msica buena
otra parte, en la medida en que es verdadera. Para,_apreciar.Ja belleza
y mala. Es verdad que cierto nt'1111cro de filsofos de nuestro tiempo
de una obra, cualquiera que sea, basta buscar los elementos de verdad
oponen la belleza y el bien, la esttica y la moral. Al tratar de la obli-
o dt bien, es decir, de__ perfeccin, que contiene. Tal novela ~ llamada
gacin, veremos cmo se explica esta concepcin que arranca de Kant.
in~o_r:_aj, pero contiene caracteres analizados con exactitud; . ~e ven
vivir en ella hombres reales; es una verdad y es una perfeccrnn, por B.stenos, por el t~oniento, deiar se11tado que bien y belleza se identi-
fican en el objeto' y no corresponden ms que a una perspectiva dife-
tanto, 1111 bien: el autor ha expresado sentimientos en una lengua que
rente del espritu sobre la misma realidad.
hace vivir esos sentimientos en nosotros; adecuacin de la lengua y de
valores humanos: verdad, perfeccin, bien. Por otra parte, el autor
despierta la_ simpata .\:!el le~tc,r_hacia <1n adltero, un bandido: falta
de verdad, carencia _de_pnfeccin en la medida en que se desp1.:_rta esta
simpata hcia lo J1.1!e, bajo todos respectos, es malo. _Un ladrn o un
asesino, un adltero, pueden tener facetas de generosidad por las que
merecen la simpata; tienen otras por las que no la merecen, Y son
estos ltimos aspectos los que califican la denominacin de adltero,
asesino y ladrn. Todo esto es complejo; pero la regla sigue en_p1ey su
aplicacin explica toda belleza y toda fealdad; es preciso, para cada
aspecto de la obra, preguntarse si es verdadero, si expresa una perfec,
cin de ser; as es como se explica la belleza.
----El prc3unto conflicto entre el arte y la 1noral. proviene si111plc1ncntc
de una falta ele fo.rma_c_in doctrinal. Muchos tienen de la moral un_a
concepcin-~strecha, reduci_ndola c~siexclusivamente a la moral fami-
liar. No ve~e toda perfeccin es un bien y que una obr~~ndenable
desde el punto de vista de la mor_al fam1har puede tener otras perfec-
ciones. Por otra parte, artistas que ven la belleza del cuerpo _humano
y del amor no se dan cuenta que esta belleza no pu~de apreC1arse por
el hombre tal como es, sino mediante ciertas precauC1ones; Y creyendo
ellos tambin que la moral se limita casi por entero a la moral familia'.
reaccionan contra ella oponindole la belleza. Todo esto no es mas
que ignorancia.
) de desgracias ms hondas; entonces se lamentan : "No conocamos La felicidad es el es~do del 91.!. ee su bien: para poner un
nuestra felicidad". Esto muestra bien la relatividad de estos juicios y ( ejemplo sencillo, desde el punto de t_a fs co, la felicidad se identifica
):
justifica lo que .se ha ledo ms arriba sobre el predominio de la fe!i. con la salud; el gue est_p,erfestamen ueno y sano, el que realiza la
cidad en la vida. perfeccin de la vida fsica, goza de esta plenitud de vida; y la felici-
Todos los moralistas se han dado cuenta de que ciertos sufrimientos dad no es sino este goce. Para el hombre, este goce constituye la feli-
..E
son generadores de felicidad. Ya lo observ picuro : alg~nos placeres, cidad, porque el hombre no queda enteramente satisfecho con los
deca, acarrean sufrimentos, como cuando se come demasiado; algunos bienes del cuerpo, pero en la medida en que se puede hablar de feli,
dolores acarrean placer, como cuando se sigue un tratamiento penoso. cida4 fsica, no hay que buscarla ms que en la salud perfecta. ,./
~ No se llega a la felicidad buscando slo el placer inmediato; y las Y la salud perfecta supone que los miembros y los rganos tienen
morales del plac:c desembocan en doctrinas de ascesis o de privacin todos exactamente la forma, la estructura y las dimensiones que con,
de placer, igual que las dems. . vi~nen al equilibrio general del organismo. Pero esto implica belleza
Todo el mundo se da cuenta tambin de que el hombre se rebaa perfecta. Volvemos a encontrar la identidad del bien y de lo bello, de
al colocar su felicidad en objetos que le son inferiores y por tanto indig, los que la felicidad es la consecuencia.
nos de . D~C que ~xperimenta placer excesivo al comer y disfruta ex- Sin embargo, fa palabra felicidad evoca para el hombre ms que
cesivamente con una buena comida, decimos despectivamente: "Mi ... el bienestar fsico. La felicidad humana en un estado de conciencia;
radle; es dichoso; encuentra su felicidad. en comer I ". supone. que el hombre goza de su felicidad en esphtu, es decir, que
Esto explica tambin que un place~ puede ser malo y un sufrim~nto tiene conciencia de ella y que goza de saberse dichoso. En cierto modo,
bueno. El placer puede ser malo no en s mismo, sino el conunto el hombre no es verdaderamente dichoso ms que cuando sabe que
de la vida, porque constituye un deso-rden. Tomado en s. mismo, el lo es, cuando tiene conciencia de haber alcanzado su bien.
placer es necesariamente un bien para la_ facultad que satisface: _un
El bien aparece, pues, al hombre como lo que puede hacerle di,
pescado sabroso satisface al paladar y constituye un bien para el sentido
choso. Esta coincidencia necesaria entre el bien y la felicidad explica
del gusto tomado aisladamente, aunque dae el organismo. Es un pla-
que tantos moralistas hayan credo poder fundar la moral en la bs-
cer desordenado, bien en s mismo, pero mal en cuanto desorden. Y lo
queda de la felicidad. esta, bien entendida, debe necesariamente llevar
mismo un sufrimiento puede ser bueno -no en s mismo: en cuanto
al bien. Es ms o menos el razonamiento de Bentham : admite una
sufrimiento, es malo, parque va contra el bien de la facultad que hace
regla moral tradicional y se pregunta cmo hacerla aplicar: puesto que
sufrir-; pero puede ser un bien para el conjunto de la persona: un
los hombres desean ser felices, no hay sino mostrarles que la observan,
medicamento puede ser amargo, un tratamiento doloroso, pero son
cia de la regla moral es el medio ms seguro de llegar a la felicidad.
bienes tiles, bienes para la persona que toma el uno o sufre el otro.
En cambio, la felicidad est insepa~ab!emente unida al bien y la Esta actitud descansa en una comprobacin de psicologa vulgar:
I
desgracia al mal. Y sta es la razn _de que una desgracia en s, una los hombres son, en general, ms sensibles al atractivo de la felicidad
desgracia total, de todo el ser, un estado de desgracia__q_ue no sea ms que al del bien. Esto puede parecer extrao a primera vista, puesto que
que desgracia, es_inco11cebible. Otra vez ms nuestra filosofa es op- 1a felicidad resulta del bien y el bien es lo que hace dichoso. Pero si las
timista. ideas de bien y de felicidad tienen por objeto la misma realidad, la
enfocan, sin embargo, desde puntos de vista diferentes, y el punto de
- - La felicidad no se encuentra ms que en el bien ; se identifican vista de la felicidad que es subjetiva excita ms vivamente el deseo. La
por su objeto: pero la fe!ic-idad es subjetiva, mientras que el bien es felicidad considerada en s misma, haciendo abstraccin del bien, excita
objetivo.
~li,,
244 Los fundamentos de La moral Las condiciones de La moral 245
la pasin. Mientras que el bien considerado en s mismo, hecha abstrae, . Desde el punto de vista ,rctico, la moral de la felicidad es m<<
ciri de la felicidad, habla solamen.te a la razn. De ah viene, como difcil de aplicar que la moral del bien, porque la felicidad, despertando
hemos dicho, que la moral popular sea siempre utilitarista. el deseo, no deja el espritu tan libre como el bien. ~c,_stumbrar el es,
Sin embargo, la moral utilitarista parece difcil de reducir al espritu pritu a medir todas las cosas con la vara de la felicidad es ..arrostrar el
mismo de la moral, pues, como vimos al analizar los datos primarios peligio J;,r.rsearli porque la flcidd ~~ confunde fcilmente con el
del sentido moral, uno de los caracteres de la moral consiste en gran, e!:accr, y p;;;:que, d;sd~el punto ele vista propio ele! atractivo subet1vo
jear la estima a quien la respeta: el bien moral hace digno de alaban, de lis bienes, resulta difcil la distincin. Y una vez ms, tericamente,
za; el mal moral, digno de desprecio. No se ve por qu se debera siendo el bien la nica fuente de la felicida. la -bsq-uecta-l:i1en ente:
honrar, y menos todava recompensar, al que ha seguido simplemente did; de la felicidad nos lleva al bien: pero suborclrnar el 01en a la
la regla del inters bien entendido. O, si se le honra, ser por su inteli, E<,icici;;r-irata,-clberi'comosi-rio fuera el fin, sino l medio._le
gencia; pero, en la conciencia cornn, el n,flto, nocin completa1nente ii~g.,r ~ j; f~i;c:dad, .;. invertir el orden de los valores; y sia.)eis de
moral, es cosa distinta de la simple inteligencia. El utilitarismo, en ilu111iriill'-cl "CSpil')l:u, io- cnt~1rbia. . .
suma, no responde a la concepcin co1nn de la n1oral: el epicreo es t odo_"e_sto ;.- prcisar. rnecliante el anlisis de la accin libre. _L._'.'
un amoral o un inmoral: ste puede ser un virtuoso de la felicidad; moral, lo hemos visto tambin, est ligada a la libertad. No hay valor
pero la moral es cosa distinta; y en cuanto a la concepcin utilitarista "ior;r ms que donde interviene-Ta Tih.rta. Re"engamos por el mo-
moderna, parte de una moral considerada como adquirida y su objeto mento que slo el bien es fin: la felicidad es un resultado: El orden
es ms bien buscar el medio ms eficaz de llevar el-comn de los lgico del pensamiento y de la accin radica, pues, en vincularse al
hombres a practicarla, y as coincide en amplia medida con la moral bien. En la medida en que se consiga esto, seguir la felicidad.
popular enseada en los medios cristianos.
Ms an. el sentido moral se caracteriza por un amor del bien que
llega hasta el desprecio de la felicidad. En todos los pueblos se exalta
.-los hr~es que sacrifican la felicidad al deber o (1~cen el bien~.=....:'.!:-' Desde ahora, podemos concluir que la felicidad no se encuentra
manera desinteresada, sin_ buscar recon1pensa. En todas partes los li~ fuera del bien, siendo el bien de que aqu h;b1a;;;o; el bien obetiyc,, la
roes de la moral protest~~~~ntra la idea de que hayan hecho el bien p~ifccin dcl-,,. El hombre, como los dems seres, no puede ri~
con la esperanza de una recompensa ... Desinteres~d-0" quiere decir aqu contrar su felicidad ms que en la perfeccin de su ser, y su bien no
sin mis recompensa que la satisfaccin de la conciencia; es el bien por puede tampoco hallarse en otra parte.
elbie:""Los esficoscom-e:iaron a destacar este pensamiento en Gre, ~ Desde ahora, podemos tambin prever que <;IJ,_ien moral no puede
eta, pero se le encuentra ya mucho antes entre los hindes y los estar en contradiccin con el bien. objetiv~.) hl
el bi~;.;_ ~~r~f-p;~e~~
chinos; y Kan.t, como vimos, hizo de l, bajo la formalidad del deber, frcc,ient;rnente en oposicin con la felicidad; esto debe resultar, sea de
el carcter especfico de la moral. una falsa concepcin del bien, sea de una falsa concepcin de la fe,
Para tener de la moral una nocin conforme a la opinin comn licidad.
es, pues, necesario ver en elltla ciencia dd bien. El fin del acto moral
es el bien. La felicidad sigueal bien. Y esto puede ser 111, estmulo l!
para darse cuenta de que no se lleg.,-la fcli~idd ms que por el
b2en; pero un estlrnufo no es unlin.~LatclicidO:d es :o,~?
el cok: La distincin del bien y de la felicidad no permite todava plantear
una cosa que se obtiene como un s.ibproducto de la fabncacton de otra el problema moral, pues no hay moral donde l)O hay libertad. Para un
cosa" (Huxley). ser tendente necesariame~te a su bien y a su felicidad no hay problema
Los f1111dame11tos de la moral Las condiciones de la moral
moral; no hay ningn problema de vida. El animal satisface sus ins-
ejemplo, tiene una metafsica que exige el determinismo; esto no cam-
tintos a medida que se despiertan, ~ello encuentra riola-felciclad
bia nada en su moral.
humana, sino la leliciclaa ammal;-que se identifica con a-satishCcin de
sw deseos. ------ ----.--- La sabj_g~,a para el moralista. parece_.hallaE~ en)a ast~a ..d_e
Santo Toms, quien consd.era la libertad como 1111 {ckto 'ma ' ~e .
E) punto de partida de la moral radica en que la vida plantea al I
~() es_~~~() ~~~~strar) ~a iibertaci es 11n pri~ci~_ de autono";'a ~
hombre problemas, porqueelnomlire no es puramente mstint1vo, sino ~ que viene de la razn y carac~:!!.J>Or tanto, al ser dotado de raz?n J
quegobi1:_ma Sii accin:------------.. ------- .... .
ESta 'fi.aifilct",mporta an7.wTapara-aarse cuenta de la man.era como
. <;1u se quier_<:_ decjr ~1- afirmar que el hombre gobierna su accin?] obra sobre la accin, y este anlisis pondr de relieve las condiciones
-:-n!maJ _t~~bi__n Ja gClbj~r~a; J; gobie~na_ 1ncl1J~~L~-~~cterta:m~nera, de la vida moral.
me1or que el_ ~'!'_~r<;, pues sus actos estn generalmente mejor pro-
porcionados al fin que persigue. El hombre no llega apenas a una
seguridad en la accin comparable a la de un felino que salta sobre su La libertad del hombre resulta de la confrontacin de su tendencia
presa; y entre los hombres, aquellos cuya accin es la ms segura, son necesaria con el bien, es decir, con su bien, y de su naturaleza racional.
los que se parecen ms a los animales, es decir, los que obedecen ms El hombre quiere necesariamente su bien y su felici.?ad; bien Y
inmediatamente al instinto. La intervencin de la razn se manifiesta f~a~_:orresp~ndei;.-sU-jui5~a !:,lena sats~a.ccin. ?e sus te~
f~ntemente por la vacilacin :ticsms mielectuales son, co' fr- dencias; pero mientras que el animal bu!_c_a_ es~a sat1sfac':1on espo~_ta
cuencia, los ~nclecsos e' l' a:iii:- - .. . -- ---- .. . ... .. ..... .. neaine"rlte~5nrenex1on~nst1nt1vamente, el hombre reHex1ona, esto es, -
-- c~andci. se-dice gu ~ -h-orribregobierna sus actos, se quiere decir-] tiene con~iencia de algo que es su ;,en, bientotal;-Tinultiio,peffec-_
que los gobierna por la razn. La razoff_e.i_ I f,len_te .de ia lifirtad. suser~-y-veqi.1es.s-
Ciil-de.. ac'tOSeSt~n" en rel3c16n con este fin~
vida le aparece unificada frente a un fin global, su bie_ll:_~s!. n~ puede ...
hall;-~,;. misq;;~ ~n-este fin glolial; -_;,;. ~i-5:~s-~_ctos son l!_lliiples, deben
;siai_:f.cros-porT,-iiidad ele es_tef~n ;~b".":?n".~rge_r hacia la_!~":
I:i:,icin de estauidd de vida; debe haber, entre ellos, un orcten cuya
La existencia y definicin de la libertad constituye, desde hace tiem- ~~id~d. ~tr hecha clel .bien 'final o total, el nico bien puramente y
po, un tema de discusin entre filsofos. Desde el punto de vista de la simplemente del hombre.
moral, esta discusin parece de bastante escaso inters, pues, cuando se As pasa, al menos, con los actos humanos. As se califican los actos
trata de considerar la regla de vida, los filsofos deterministas no se
especficos del hombre por los cuales se distingue de los dems seres.
expresan de manera distinta que los partidarios del libre arbitrio. Des- Cierto nmero de actos del hombre se realizan sin intervencin de la
pus de haber concluido tericamente contra la libertad, tratan al r~n, ba1oelmipulsoclelmst1nto:ComoloS.:1e-los.;;,in,TeS:O,iilso
.hombre en In prctica como si fuera dueo de sus actos y buscan la de~ mnera-pliiillie'tevegiiativa. como-ras-fncioiii ~gni~~: ests
regla de accin, como si se pudiese cambiar algo en su vida. ai:'tos son sin duda actos del ho,nbre; puesto que son realizados ;or
Los filsofos griegos se expresan slo de manera confusa en esta ----'- -- --' ---~-.--~-.-- --------r:--:----- .
el hombre, pero no son, hablan_d_o__1:r_op[~~~t':_,_,:ctos numanos.
materia. Aristteles es oscuro: Epicuro tiene una metafsica cuya lgica "Efnombre-tiene:pues-, conciencia de un fin (glbiihjue busca, que
debera conducir al determinismo, y los estoicos igual. En lo que es su bien y en el que encontrar su felicidad: este fin global el hom
concierne a estos ltimos, hemos visto cun equvoca es su actitud en
bre lo desea y ni siquiera piensa en no desearlo. En realidad, no puede
teora, aunque est en la prctica centrada en la autonoma del ser
menos de desearlo; la naturaleza le determina. Este bien total el hom:
humano. En los modernos, la situacin sigue la misma. Spinoza, por bre lo desea rno toda--lli....S.er; nada es ms cl;~o; de nad;-ti~-~;-una
)
)
:)_, '" . Le ...
'.: ,'o~~-\
r-.
Los fu11damentos de la m01'al Las condiciones de la rno~al
El problema de la acc1on hll_rna_11a__":__~!1 _i!:.oblema__ de. orden en el \ El hombre no debera, pues, ser libre frente a bienes que se vincu,
sentido de que se trata de reducir a la unidad una multiplicidad de. lan ~1en general por uf.-Jazo necesa~IO, _sea pos1t1vo,__ sea_n-gaiivo.
actos que miran cad,!_ uo--~-;~- partk!ilar. Estos bienes p~rticulares Perola prct1ca no es tan sencilla. .
hay que reducirlos al bien general, de manera que concurran a realizar -- Heri10s-visto- cj-ue eihombre no tiene sino una 110,in confusa de
ste; Y el valor d~- i,s~'?!.J?.ie_ll':,' .E~icula!es 110_ es esencia_lm_ent":._!U su bien general. Pero para tener una visin evidente del lazo que une
valo.1:._EPio1,.__::~su valor rela~ivo, ~ll_ v-~~~E.._d_~--~!de~-~~ va_!a.r til_. .., los bienes particulares con el bien general, debera primeramente te-
Suenos en SI mos, pueaen ser buenos adems en el plano de lo ner de ste una visin igualmente evidente. Puede ver el bien necesa,
til. Pero en este plano pueden tambin ser malos: ,Ltr.~bajo __que ago~ rio que une un bien particular con el bien general, sin que esta per
1jta, el alimento que envenena, el vestido que fomenta la vanidad. cepcin tenga la fuerza de la evidencia que le incitara a obrar. Veo
( Entre estos bienes _particulares, ... 1:1.nos __ estn_~;;-~~~c5~ . ~ecesaria ~ ; que comer y dormir son bienes necesarios, pero no veo que comer en
\on el bien general, otros no lo estn. - - tal momento lo sea: e incluso, si lo veo, puedo verlo como la conclu,
- - - - -------7"-=:"-sc--
n el bien general los bienes sin los sin de un razonamiento que no obra sobre mi espritu .con la fuerza
cuaJes--:n:-:o:-::p:-:o:T.e::m=o's-r::e-:'at,:,z"'ar""'o-."l'l'.a:'rc:a--:-ar:Cc:a-::nzarn1 i""biin;-dct)() V iv"'i"r : para de la evidencia inmediata.
VIVJr, debo comer y Cotiir. Cc,mer--y-dormir "sn bienes necesarios. He aqu por qu, en primer lugar, una de nuestras primeras preo.:_ \
En caiGio, puecfo-..;.,..;.,r comiendo- cmie;Jguilireso-paii: ii~- U~() cupaciones debe ser te"erUrii_ v.sion
a;.ra a~.,n!!E. trn~fui11.&.eneraL~
ifo estos,....:.limentos es un bien para m, puesto que puede alimentarme; ae1 lm ,\!timo." Pero la dificultad que tienen los filsofos __en __ precisar
~ o de entre ellos es necesario, puesto que puedo prescindir de esta v1S1n {su desac1;1_erdo--perman.nt~- muestran que la claridad no e~.
l. De ,gua! manera puedo dorm1rsobre una tabla, en un lecho, sobre fcil en este terr.;-110.
un colchn de pluma, de lana, sobre un colchn de muelles: son, to- Acteis, cuando llegamos por el razonamiento o, como 5Ucede con
.dos stos, bienes, pero ninguno de ellos es un bien necesario. ms frecuencia, por nuestras convicciones religiosas a una nocin pre ..
Queriendo incondicionalmente su bien general. el hombre es pri- cisa del bien general de nuestro ser, todava ste no obra sobre el esp-
meramente libre para elegir entre los bie11es particulares que no son ritu a la manera del bien general, hacia el que tendemos necesariamen-
necesarios. Ve que son bienes y bienes para s. es decir, lnstru111entos te. Y esto resulta de los diferentes planos de co11ocimiento del hombre.
del bien total, pero que el bien total puede alcanzarse con uno lo mis- Slo la\. ividCn-fi'ci:I,i,ne~!,itJ nos determina necesariamente. La evi ..
mo que con otro. Necesitado por el bien total, el hombre no lo est dencia inmediata es una forma de conocimiento que pone en con_tacto ~
por estos bienes particulares. J;stos son -bienes, el hombre puede desear- con un objeto, de manera._sue Sil reahdaa se .impone. sin que nosotrO-S
los: pero no se identifican con el bien total, que puede realizarse sin 12odamos duda:.. de_clk: es una p~esencia ~ea! del objeto en nosotros
uno u otro de ellos. El hombre__ _p_1~ed~ _es_t~r _necesitado a_ elegi_r _uno_ por medio del conocimiento.
de entre ellos, no a elegir:-un.; ms bien que otro. Muy distinto es el ,onocimitnt a s rae o, fruto dd razonamiento
o de una enseanza. Cuan o por e ec_to de un razonam,ento llegamos
. - Otr.;; bienes- son necesarios para la. realizacin del bien total o es-
tn ~-;~~;~di~~16-con- ir: ~~tos. -itim~S son males. a concluir que algo existe, esta existencia no puede tener para nosotros
la misma realidad que la de la experiencia inmediata, porque el esp-
Cuando vemos con toda evide11ci~_q11_e_~l!'_.b~en_p_arJ_icular est_ ne.- ritu no llega por el razonamiento al contacto directo de la cosa. Y lo
c_esaria"1<nte ligacloa- nuestro li,_;;-to_t~l. !! podemos menos de qne- misn10 ocurre con la enseianza que descansa sobre un razonamiento
reC!o-:11oso;;,os-b.es respt; ~-l. ~__ bien total pjd~~'" Y:' dc_scan- implcito. S que el Polo Norte existe porque hombres fidedignos me
se: -o est en mi itiano la eleccin dcT lecho: debo tom,r el que
t~0-,;;.nc;:- o 1&,,
tal_i!i~-.~!-~~!i~~e dao, ,i puedo tomarlo.
lo aseguran: pero este conocimiento es totalmente diferente del que
tendra si yo hubiese c.stado all. Cualquiera que sea la _cert~za que
/ ' "- \... {>""~'
1t.~~,\( ' ,\.,.~.(. (' ..,... 1\,
'f'"'(\( . 5 ',.,V . ' \'
J~l,1)\ri~ r}t c......-(, i,,t..-0. "~-'' ... ~ \,,,\t,' ~\,,tl<',Ui,. (;c. ,J,lf',(!1.,,1.i"
)
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) Las co11diciones de la moral
154 Los f undamcntos de la moral 155
un bien particular, y puede, por tanto, entrar en competencia- con otros que sea un bien para m perder tiempo conversando con uno de mis se-
bienes particulares. Y los cristianos que llegan a una fe suficientemente mejantes, cuando desde mi punto de vista personal, si no me considero
viv~ activa para ~lafel;aaa,racieli;-Jes-parica 'fcti;;~~;:;te ms que a m mismo, esto es un mal. En e~ta inmensa confusin de los
e bien-perfcfo;' sii"in:squ ' r;d~~id~ .;-~-~-roi ... actos particulares, como cada uno de ellos est ligado al bien general
Asi:-Uiae-las-priirasregl:is-d' l" vida- moral-~ tratar de hacer de varias maneras, es difcil ver con la certidumbre de la evidencia in-
)
la nocin del bien total lo ms viva posible. Hacerla viva es acercarla
a la evidencia inmediata. El ejercicio de la presencia de Dios, que es
t
j
'
mediata la relacin dominante, decisiva, del acto y del bien total.
La volunad permanente, pues, indeterminada en un gran nmero
uno de los ejercicio~ fundamentales de la espiritualidad cristiana, no de casos, no solamente cuando no hay lazo necesario entre el bien ge,
busca otra cosa. En la medida en que Dios es para nosotros una reali-
~~-~~~creta, su ~~lidad _<!.,__tiie~-:-fotars :iiecisa y i-eSuli:a-is dificil ~ neral y el bien particular, sino incluso cuando hay un lazo necesario,
sea que el espritu no percibe este lazo, sea que no lo percibe con la
.,~
obrar encoiii:i"a de l. Es ste uno-clelos'm.Otivcii-quelatradici6. c~;s, foerza determinante de la evidencia inmediata. El acto tiene aspectos
iianaas1gna-ala- E~c_a__J'!la~in: "No podamo,-sgiii al. hombre que diversos; es bueno en s mismo; es tambin bueno en el plano del bien
~~!lemas ante. los ojos.,. dice San Agllst1~uY.-tenii1noS que imitar a til bajo ciertos puntos de vista; es malo bajo otros aspectos. Tengo
Dios-:a-quien 'rii podamos ver: a fin, pues, d;-dar al hombre un mo, oportunidad de prestar un servicio a alguien: es.te acto tiene un valor
)
)
delo que pucliese_ver_ y_;,egtir, Dios-seh,ionombre".---- -- .. --
. ----. . .. ---------- -----------------.
11 de caridad: me granjear mrito, me valdr la gratitud del favorecido;
d_esarrollar mi sentido del altruismo; por otra parte,e har perder
.r tiempo, dmero, y me expone al peligro de la vanidad~ espritu pue-
1 de fiarse en la consideracin de uno u otro de estos aspectos: ninguno
( El conocimiento imperfecto del bien total ~.:' m:s que una_ pri,_ es determinante. E incluso si _tengo conciencia de que el acto, global-
mera dificultad. A sta se aade la extrema complejidad de la vida, de , mente, previa consideracin de odos sus elementos, es bueno, todava
I ticulares entre s y los vinculan al bien general.
1
los bienes particulares y de las relaciones que unen estos bienes par-
...,'
en este caso, este bien no determina por s mismo como el bien general,
en tanto que ste responde a la tendencia necesaria del ser. Encontrn,
1 El hombre e~. en efecto, un ser compuesto; la vida es un equili- dose entre varios bienes particulares que se presentan todos como bie-
brio entre una multiplicidad de tendencias. Debemos satisfacer un nes para l, y entre los cuales puede, por tanto, buscar su bien, no
conjunto de necesidades, responder a un conjunto de aspiraciones he- pudiendo, por otra parte, decidirse por todos a la vez, el hombre debe
terogneas, establecer el equilibrio entre el cuerpo y el alma, anudar elegir, y esta eleccin depende de su autonomia interio;. La libertad es
en un todo las actividades sumamente diferentes que se nos imponen '.l.n:fruto i(e la razn: _e:. l~ ra~naQ.~-=~q_TR~ loj:l;i~!'es que se nos
o se nos proponen: y un ac!o puede estar en relacin con el bien total resentan los . one en relac,on con el bien total que deseamos mcon-
bajo numerosos puntos de vista. Debo instruirme, y sin embargo no ~i.c_1on~ ment~~. s,- riinguno de estos -1enes-aI)aruecown una ev1denc1a
puedo sacrificar a mi deseo de instruccin las necesidades de mi cuer- mmedtata como nuestro nico bien, somos libres para elegir.
po. estas, por otra parte, pueden ser satisfechas ms o menos; y puede Podemos trazar. el __'::'quema__ de la libertad de la manera siguiente:
.
ocurrir que -r.deba reprimir tal deseo sensible para trabajar ms tran- :'1 1) Quiero mi bien absoluto.
- - ' .-
l.
3) Veo con a e m1 en el senu o de que me aparta de mi Jen no ha considerado el valor de su acto, que no ha reflexionado, que no
ticular es 1111 ,nal para ' .b ha comparado ese acto con el acto contrario: que no ha puesto un
- d quererlo. No soy 1' re. b"
absoluto: no pue o . -e- T que se excluyen son. ,enes acto libre?
) Veo qe varios b,enes partic~.!..5 ... ... -- . .... Adems, para que un acto me sea posible, es necesario que yo vea
4
para ml: so hbre. . . t' necesariamente ligado ~-~ en l un bien; es preciso que este acto, en este mo1nento, de manera
5 Veo que tal b,w particular es -r:-;-,e--i;,eViilc~;;-in111e- prctica, me aparezca coino. bueno fiara ni, descle cierto punto de vis ..
- con .l:.~ ~E~~--- - - --
1
aosoluto, pero. yo '1 o.....lo-veo
bien --r:-:: - - -- -
ta al menos. Muchos actos que son tericamente lihrcs para realizar
diata sayl,bre. I pero no lo veo no son prcticamente posibles para nosotros, porque en tales circuns
6 I) fue:~.
V -q~e tal bien particular "5..~''-"' . pa~a _lll~, -
de la evidenJa i11maiat'::.. s_.Y Jib~e,
tancias, en tal momento, nos parecen evidcnlcmentc 1nalos. En teora,
c~a ____ --------------- soy libre para matar a todos aquellos que encuentre en la calle; en la
prctica, no lo soy, porque no soy prcticamente libre para matar a
alguien ms que si tengo una razn para hacerlo, una razn, sea la que
' ue ' sea, pero una rJZn que 111c parezca buena, aunque sea como la del
.. des rende de esta expos,c1on es q '
La primera conclus1on que se p 1b e todos s11S actos. La ; hroe de Gide, para probarme a m mismo que soy libre. Matar a al
. r
la libertad no 1mp ,ca que
el hombre se-a I re n
~ .
--- '
te. la pos,liilad de ohrar guien sin razn es un absurdo evidente: no soy libre para realizar un
.,.b t d o el 11bre arbitrio entrana---------------
sunp emen - -- .. ------- ... - acto evidentemente absurdo.
ll er a
libremente. d" . de la vida moral, examinare P;L.'L!!alizar un acto_~~r!_"5 P.~~~J,..P.1:'~ qu.e !a :az_n_jntervell-
. d t d"emos las con ,c1ones 1 ..
Cuan o es u '
, d
d 1 1b t d Por el momento, ,m,temo,
l ampa e a I er a , . .B!: . .~~_!!_~~j_t_!..9.~~!-e_l__~~~?. a~~r~~,-~ ~ !!e~2_qJ __p_~~~!!~<l;.e.!!!_i~~ '9 u.~._u~
mos mas e cerca e e l"bre ms que en c,ertas enfrentemos, por tanto, con una alternativa, que haya eleccin. La ma,
nos a comprobar que el acto humano no es ' yor"~de I~; ho.,;bre; creen realizar actos libres, en ridad no es
.. . b 1
cond1CJones. d
e a ev,.dente como el u111co ue, , as1: se imagitlan que pueden matar a los que encuetren, cuandOSOn
rece
e nian r ,-.,~.....-----
Cuando un acto me apa
- d .
'~t
do esle acto, en es e m '
L-ome.nto
me aparece !
:
0
lo repiten a porfa. Cuando se lo comprende, sigue siendo difcil de ter moral ms que cuando es obligatorio y porque es obligatorio, cuan--
practicar, pero cmo practicarlo si no se lo comprende? Tendiendo do se obra por deber. Reaccion,,ndo contra esta concepcin, no tenien,
necesariamente a su bien, cmo practicar el hombre el bien moral, do ms sistema ccnstructivo en el que apoyar el deber, creen encontrar
si est convencido de que su bien se diferencia de l? La m,mcra de en la gratuidad del sentimiento esttico un fundamento que no encuen,
e[!searse la moral es una de las causas de la inmoralidad, no la nica, tran ya en el bien; y no saben rue, al hacer esto, vuelven simplemen-
ciertamente, pero una causa activa. te a la antigua concepcin de 'las propiedades trascendentales del ser.
La filosofa de Kant y la de muchos de sus continuadores se halla Pero, para evitar todo equivoco, es necesario precisar algunas dis~
impregnada de esta concepcin arbitraria de la moral. La sola idea de tinciones en materia de esttica.
1
tratar la moral haciendo abstraccin del bien, de tratar, pues, la obli, La belleza, como hemos visto, es el ser en cuanto objeto de goce
) gacin antes de hablar de su objeto, indica que la moral no le parece, para el espritu. La esttica estudia las condiciones de la belleza en s
ante todo, corresponder al desarrollo real del ser humano. Tan pronto misma, es decir, las condiciones de perfeccin del ser, preferentemente,
como unQ...~J1m;;1_ta _ele q~e el deber supone el bien, s_t__ _da .f.~..!'.n__t__a_ __ como vimos, en la obra de arte en cuanto lo bello resulta de la activi,
tambin de que, descansando la moral en el bien en cuanto conocido dad creadora del hombre. La esttica estudia, pues, la obra de arte
i desedo, es imposible h~blar de mor';;:f a~ty__de bab dete:roioaclo
---
bajo un punto de vista objetivo, y no la actividad que la produce.
el bien. Como la moral est unida al bien, estudia la actividad h11rna11a en
cuanto sta realiza b perfeccin, y se sita en el punto de vista espe-
cial de la actividad libre del hombre.
- );.a moral del deber ha producido en la filosofa contempornea una Bajo el punto de vista esttico, importa poco que Fidias o Miguel
reacci6qe-encoritr SU_QUnto'di_iariida eri Aleniailj0firicipalnie~:- ngel hayan obrado libremente al crear sus obras maestras. Existe, por
te con Nietzsche, y se extendi desde entonces por los dems pases. tanto, un punto de vista de la belleza que no es moral. Pero pasa lo
Esta reacci~n __ tit!_nde _a sustituir la moral po~ la_ ~tti~a. - mismo que con el bien, pues existe bien tambin en las cosas en s
--La. 'c'ii;,idad ~tt~ca p:i.ece-a esis-filsofos sueerior a la actividad mismas, independientemente de la accin del hombre. La identidad
moral;-porque -esesencialmente grat11ita. El artist; crea sin obligacin, del bien y de la belleza no acarrea, pues, identidad entre la moral y
simplemente para 'hacer obra Eella, p;i_i:a sat,sfacer su mstmto creador: la esttica.
ymaenfaalegrfa, porque la creacin-~--,;:mente-des6o-rda',Iliento Cuando se examina ta accin humana bajo el punto de vista est-
de vida; en cambio, el ~~b~Laplasta_.tl____h_ombre y lo ahoga. Hay que tico, ste coincide con el punto de vista moral. Una bella accin no
s__l!gi;.uiLii_m-qi:aCpor_un_a__rte_cle _g!'_St;:;--LJlda. El ho~ibre no-- puede ser sino buena, y una buena accin no puede ser sino bella.
puede hacer, pues, nada ms noble que desarrollarse a s mismo, Nietzsche, es cierto, cree que, sustituyendo el bien por la belleza, po-
desarrollar su personalidad sin ms fin que el goce: la alegra de dr justificar la accin humana sin recurrir a la libertad: pero, en la
ser l mismo. prctica, lo mismo que todos los dems, habla inmediatamente de la
9! __s!l__~s,~_ct~__ g_en"E_a_l, como ya lo he observado, esta concepcin accin humana de Ja misma manera que si creyera libre al hombre.
no tiene nada en que no podamos estar de arnerdo; creyendo oponer- En suma, este movimiento de pensamiento hace hincapi en que
~.~- la ._mr~i.-sisato;~d~n-_;,~~las:0,-n,-proct1pacin ;;,or;l la moral, es decir, la ciencia de la accin humana, no puede desarro-
ancinante. P~ro reaccina-cntra la tradici6n.kantiari;qll-di;i,i;b llarse plena y libremente ms que si trasciende la nocin del deber
la fil;;;~; de su tiempo, y, creyendo que la moral es lo que Kant dice, para vincularse al bien. La accin buena tiene todo su valor indepen-
se creen obligados a reaccionar contra la moral, porque reaccionan con- dientemente de la obligacin. Es el deseo y el aliciente del bien, la vo-
tra esta concepcin de la moral. Segm ellos, un acto no tendra carc- luntad de realizar el bien, lo que constituye la moralidad.
)
266 Los fundamentos de la moral Las condiciones de la moral
)
.; \. ..
) lica con la perfeccin, Pero bien y perfeccin son propiedades tras-
IV
cendentales del ser; es decir, que bien y perfeccin son un absoluto.
Sin ernbargo, el bien 1noral est sealado con _un carct.cr con1, En el bien, el hombre encuentra la verdad y la belleza ; realiza lo ab-
pletamente particular, entraando esta. forma peculia: de estuna q~e soluto del ser. Lo realiza en la primera de las propiedades _trascen-
llamamos mrito y culpabilidad. La estuna que expenmentamos hacia dentales, de la que no he hablado apenas aqu, el uno.
) un acto de virtud, la que se siente por un santo, es de una cualidad En el bien, el hombre realiza la plena unidad de su ser, y la uni-
) diferente de la que experimentamos hacia un general o un artista. Es dad es condicin de la verdad y del bien, como de la belleza. Pues
el sentimiento de la pureza del bien ,nora] el que hace que los que no puede existir unidad en el mal, ya que el mal es desorden y toda
)
tienen sentido moral protesten cuando se insina que s~brepasa todo unidad de una multiplicidad es orden. El mal es necesariamente rup_.
1 placer o inters; tiene valor para que se le busque por si mism?. tura de unidad, como el error, como la fealdad. En otros trminos,
) Y, sin embargo, en cierto ,nodo, no pode111os buscarlo n1~s que una vida no puede ser lgica ms que en el bien; pues lgico quiere
porque encontramos en l nuestro bien: parece,_ pues, que es s1e~prc decir tambin uno; lgico quiere decir reducido a la unidad de un
el inters bien entendido. El que llega a determinar claramente donde pensamiento. El mal es necesariamente ilgico.
se encuentra su bien total y logra coordinar en l todas sus a_cc1ones, Es imposible, por ejemplo, ser lgico en la mentira. El hombre no
realiza su bien, encuentra su felicidad, da pruebas de intd1gencia; me- podra decir siempre lo contrario de su pensamiento; y las relaciones
rece nuestros plcemes; pero por qu esta forma part1~ular de _pre- entre los hombres no podran organizarse sobre el principio de que
cio y de admiracin inseparables de la virtud? Por que este caracter cada uno dice siempre lo contrario de lo que piensa. Esta convencin
sagrado del bien y del deber que hace que el hombre, do'.ado de un misma establecera una regla de la verdad. El mentiroso exige siem-
sentido moral bastante acusado, prefiera sacrificarlo todo mas bien qu~ pre que los dems sean sinceros para con l, y l mismo se las da de
ser. sincero.
atentar contra su ser cometiendo un acto que le envilece? Por_ q_ue
esta impresin. de la que el mal moral envilece de manera muy distm- La estima particular del bien moral parece, pues, obedecer prime-
ta y en fonna mucho peor que otro mal; esta impresin de que un acto ramCnte a que se persigue ms o menos confusamente en el bien una
contrario a la dignidad del hombre tiene una gravedad completamente e_e_rfeccin que ms.~.-~inguna otra confina con lo absoluto, y agu.
distinta que perder un brazo o una pierna, o perder los bienes, de far-~ en la_~rh.i:c;Q!l_ moral, el hombre alcanza lo absoluto tanto como est
tuna? El bien moral tiene un carcter ele absoluto y un car.1eter de en-il, una cualid;d de ser q~e sobrepasa lo ~arna!, que ~~brep..;a in-
sagrado; tiene al mismo tiempo un carcter de pureza que le es propio. cfso lo intelectual puro, que constituye una especie de plenitud de
Cmo se explica todo esto? ser propiamente inefable. De ah ese carcter de sagrado que corres,
ponde a lo que sobrepuja nuestro pensamiento, y ese carcter de pu-
reza correspondiente a lo que se halla desligado de lo sensible y de
Parece que estos caracteres se explican por dos el~mentos. la busca de satisfacciones. El bien aparece a quien sufre su atractivo
Consiste el primero en que .i;l_bi_e_':__i11or~ es _el_ bien del h~(!l~re. como m,s all de la felicidad, aunque se encuentre en l la felicidad;
Nocin muy confusa en la mayora, pero se desprende en la med1d_a pero esta felicidad, en la medida en que se pueden expresar estas co-
en que el sentido moral se desarrolla. El sentido moral consiste preci- sas, est ms all de la felicidad, si se entiende sta al modo habitual
samente en la perfeccin de esta idea tan sunple. . . comci un estado que se busca por s mismo. El bien es fin en. s y el
1
Decir que el bien moral es e_l_ bien del hombre, equi~al_e_a d_em. ! hombre en presencia del bien se olvida, lo que hace que no piense ya
q,;e la iierfeccin del hombre est~_e,_el bien ~'?ral. El sen_t1do moral es \
en su felicidad.
una orient;cin del espritu que lleva a pembir que el bien se 1dent1, ' Todo esto es confuso y no puede aclararse ms que por una doc-
)
)
h--~ .
O
que al menos la accin libre es la fuente de los valores J,ropia11ie11te el poder.
Y si el deber aparece particularmente sagrado, imperativo, categ-
La estima en que se tiene al general o al artista nace d~ su intch-
gencia y de sus dones naturales; para el hombre de gen~~ tenemos
admiracin, pero esta admiracin recae sobre una perfecc1on que se
halla en l y que no viene de l. Decir que su genio es un don n~t'.1ral,
." .
rico, es nicamente en cuanto participa de esta trascendencia del bien.
, ... ,\
) . J ':.
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'
)
) El bien del hombre
Los fuudnmcntos de la moral 273
)
facultades de conocumento; y, sin embargo, no han cambiado de El ser Y las modalidades de ser, el uno, la verdad, el .bien, la belle-
)
lugar; han quedado tal como estaban cuando yo no los vea ni oa. za, objetos de conocimiento intelectual, no coinciden con los datos de
) Mediante el acto de conocimiento, lo conocido est, pues, en cierta los sentidos. La inteligencia los conoce en cuanto objetos de pensa-
) manera, en el cognoscente, que goza o sufre con ello como si este miento; en cuanto conocidos por la inteligencia, corresponden a ideas.
ser conocido fuera una par.te del cognoscente mismo. El conocimiento Los filsofos discuten la naturaleza de la idea; sin entrar en estas di.s-
)
es comparable a la asimilacin fsica: por otra parte, se dice asimilar cusiones, bstenos decir aqu que la idea o el objeto del conocimiento
) conocimientos; pero con la diferencia ele que el ser conocido contina intelectual se opone a los datos sensibles por el doble carcter de la
subsistiendo en s. universalidad y de la inmaterialidad.
)
Pero esta capacidad de conocer transforma incomparablemente las Primero, universalidad. La percepcin sensible es ella misma, y
condiciones de existencia. Para el ser que no conoce, nada existe; se nada ms. Un sonido es un sonido, un color un color, hecho externo o
)
halla limitado en s y se ignora a s mismo. El ser cognoscente, por el repercusin en nosotros del hecho externo. La idea, en cambio, no es
) contrario, existe para s y adems el mundo despliega ante l su es- nada en s misma, y se aplica a todo, "presencia interior de los objetos,
) plendor tan lejos como llegue su capacidad de conocer. "El alma", dice en razn de la cual stos nos aparecen ... despojados de las condiciones
Aristtele.s, "es, en cier~a manera, ~odas las cosas". Los sere.s que no individuales, por tanto fuera del tiempo, del nmero y de la materia"
conocen", d.ice Santo Toms, "estn limitados en s mis1nos; el ser (Sertillanges). .
cognoscente puede tener, en s, la forma de las dems cosas". La idea de caballo no se encuentra, en parte alguna, como tal; pero
todos los caballos la realizan; ningn caballo, ni siquera todos los
caballos juntos, agotan su riqueza, pues podemos siempre suponer otros
) en nmero indefinido. Universal, la idea sobrepasa toda capacidad de
)
realizacin de seres particulares; es de una naturaleza distinta; se
) El hombre comparte con .los animales la facultad de conocm11wto cierne en un empreo donde no alcanza lo particular. Entre lo universal
) sensible; pero a ste aade el conocimiento intelectual que le es propio. que representa la idea y lo particular que representa lo sensible, media
El conocimiento sensible resulta de que ciertos fenmenos fsicos, un abismo que slo puede franquear el espritu. Nunca lo particular
)
al obrar sobre nuestro organismo, provocan en l una reaccin por la ll~gar all; el nmero no puede realizar la idea, por grande que el
) que el ser cognoscente cobra conciencia del fenmeno conocido. Este numero sea; se pueden aadir indefinidamente las unidades a las uni-
) conocimiento sensible se produce por el intermedio de rganos que se dades, pero nunca se acercarn a la idea; pero basta con una sola cosa
llaman rganos de los sentidos y de los que cada uno transmite ciertas para que el espritu conciba lo universal. Decir: esto es un caballo, es
)
sensaciones determinadas. reducir el ser individual que tengo ante m, lo nico que mi.s sentidos
) El conocimiento intelectual es muy diferente. nicamente el hom- percibe_n, a un universal que el espri.tu desprende de lo particular.
) bre es capaz de este conocimiento aqu abajo; y este conocimiento le Universal, la idea es adems inmaterial; y debe serlo, porque el
introduce en un mundo al que no acceden los sentidos. Lo que conoce mun_do en el que nos introducen los sentidos, no da ms que seres
el espritu no son fenmenos, sonidos, colores, gusto; es el ser. Conoce particulares totalmente externos unos a otros. Los sentidos muestran
lo que es en cuanto es; este conocimiento es facultad del ser, como la sere.5 individuales; la idea de ser sobrepasa estos seres particulares
vi.sta es facultad del color, el odo facultad del sonido. Conociendo las haciendo conocer qu es ser, prescindiendo de todo modo de ser la
)
)
cosas, reconoce en ellas este rasgo comn de ser. Todas son seres. Lo
que caracteriza al hombre entre los animales es que, para l, esta
idea hace conocer los modos de ser, haciendo abstraccin de los s;res
pnrtiwlares que los realizan. El caballo nos aparece primero como un j
palabra ser tiene un sentido: el hombre es "el animal metafsico". ser; despus como un ser de tal especie, u11 caballo. La nocin de ser
Filosof;i mnrnl. - 18
.,
;
..
)
' 274 Los fundamentos de la moro! El bien del hombre 275
)
1
\ u trascendente con relacin a todos los seres particulares; la nocin de sensibles y apetito intelectual o voluntad. Como el trmino apetito
caballo lo es con relacin a los caballos individuales existentes en la lo indica, son stas facultades de accin pr Lis que tendemos hacia
natu~aleza. La idea, objeto del conocimiento intelectual, no se encuen- nuestro bien. En cuanto los sentidos muestran en un' objeto un ser
tra, pues, en el mundo material; es el espritu el que la formula con capaz de perfeccionar nuestra naturaleza, los apetitos sensibles impulsan
ocasin de los actos de conocimiento sensible. La llamamos inmaterial, a tomar posesin de este objeto, a hacerlo nuestro: y tan pronto como
y supone en eJ ser que la concibe un principio de conocin1iento, in .. el espritu ve que un ser es bueno como trmino de actividad, la vo-
material tambin, que se llama comnmente espritu o alma. luntad se dirige hacia este ser.
Es el espritu el que concibe las ideas. Pero el espritu, en el hom- Pero, entre los apetitos sensibles y el apetito intelectual de la vo,
bre, no es un puro espritu: se halla hundido en un organismo animal Juntad, hay la misma diferencia cue entre el conocimiento sensible y el
y su actividad no se manifiesta ms que entre las manifestaciones de conocimiento intelectual. El apetito sensible est estrictamente limitado
la vida vegetativa y sensitiva. Adems, esta actividad se halla tan es, a los bienes que perciben los sentidos, y no tiende hacia ellos ms
trechamente ligada con la de los sentidos, que la divisoria entre ellos q11e en la medida en que estos bienes son proporcionados al ser cognos
es frecuentemente imposible: el espritu cesa de obrar cuando se atro- ce:nte:. Pngase un perro sediento frente a una escudilla de agua, y se
fian los sentidos: su actividad se robustece cuando el organismo ani, arrojar sobre ella: pasada la sed, no experimenta ya atractivo algu
mal se desarrolla; y, sin embargo, en este cuerpo material, en el que no; y pngasele, a la hora que se quiera, frente al paisaje ms bello,
parece no existir sitio alguno para l. el espritu se manifiesta en toda y no manifestar emocin ninguna.
ocasin, elevndose del hecho particular a la idea general, buscando, Toda cosa, por el contrario, es apta para despertar el deseo del
gracias a sta, la explicacin de las cosas y viviendo su vida en el hombre, porque, teniendo el hombre la facultad del ser, es capaz de
mundo ideal del ser. ver el bien en toda cosa: y dondequiera que ve un bien, se despierta el
El ser humano, cuerpo y alma, es, pues, uno. Su actividad es una, deseo. El hombre desea conocerlo todo y sometrselo todo: si un;
fsico-espiritual. Todo el homb~e se halla comprometido en cada uno montaa es inaccesible, trata de escalar la cima: parte a reconocer Jo
de sus actos; los actos de conocimiento sensible estn saturados de que ocultan los hielos del Polo o las selvas de los trpicos; clava
espritu y l~s actos del espritu se acompaan de modificaciones fsicas en todas partes su bandera para indicar que ha tomado posesin. Si
y de percepciones sensibles. El hombre es incapaz de un acto d.e mt~- pudiera, se lanzara a la conq11ista de las estrellas; y para comenzar,
ligencia pura, si se entiende por esto un acto en el que la mtehgencia trata de conocerlas. Estas preocupaciones no turban la quietud de los
actuara sin reaccin sensible: y es en extremo difcil determinar un animales. Susceptible de ser tentado por todo, el hombre desea siempre
fenmeno de percepcin 'sensible en el que no est comprometido el ms de lo que tiene; la felicidad se halla siempre para l en el porve,
espritu y al qii'e no' modifiqu~. . nir, en la posesin de bienes nuevos.
La moral deber, 'pues, tener cuenta de esto. 51 el hombre debe De ah resulta que el hombre es un perpetuo insatisfecho. Los ani-
desarrollarse segm su naturaleza, debe perfeccionar sus facultades es, males no estn insatisfechos por naturaleza: cuando el perro ha co
pirtuales y sensibles ar,noni;nddl<ts, mido y bebido y, tendido al sol, digiere cmodamente, nada le falta.
. . .
En cambio, es un carcter comn entre los hombres querer cosas dis-
'
1 tintas de las que tienen.
' La causa de esto se halla en la inteligencia, facultad del ser, que ve
El ser dotado d.e conocimiento no se limita a conocer; el conoci- el bien en las cosas, desea todo bien y no puede satisfacerse m; que
miento es un punto' de partid~. Al lado de sus facultades de conoci, en el bien sin lmite. Pero el bien absoluto no puede encontrarse ms
miento, el hombre .~osee, facultades que se llaman apet,tivas, apet,tos \ que en el ser absoluto.
1
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)
i para ti, Seor, y nuestro corazn est inquieto hasta que descanse en
ti" (San Agustn).
de reproducirlo. La posesin es el dominio de la voluntad sobre ,m
o/,jeto conocido. El dominio de la voluntad es, por otra parte, impo-
sible sin conocimiento y es proporcionado a ste. El conocimiento es la
\ raz de la posesin.
I[ Por otra parte, todo conocimiento es ya una cierta posesin, pues
el 5er conocido est, en cierto modo, en el cognoscente y, siendo l.
1 Entre los bienes de la tierra, no hay bien mayor que el hombre es suyo. Pero esto no es 1ns que en cierto modo, pues de otra manera.
mismo. Ahora bien, el hombre est rodeado de otros hombres; vive el ser conocido permanece independiente del cognoscente; y por esto
con ellos; su bien est ligado al de ellos, y no encuentra su perfeccin la posesin que engendra el conocimiento no tiene nada de exclusivo.
ms que con ellos y por ellos. Puedo poseer toda la belleza de una meloda y pueden poseerla tambin
otros; ninguna de estas posesiones impedir que otros en nmero inde ..
linido puedan, a su vez, poseerla.
-- }
Los fundamentos de la moral El bien del hombre
La posesin es completa en la medida en que el objeto conocido mente a lo largo de estas pginas, significa aqu el deseo de conocer.
deviene algo mo. Gustar la belleza es un primer paso: asimilrsela, de Tenemos, naturalmente, el deseo de conocer a nuestros semejantes, de
manera que esta belleza reaparezca en mi accin, es el trmino: oir una saber lo que hacen, lo que sienten. Basta vivir en una ciudad para
msica y comprenderla es el comienzo: poder reproducirla e interpre- ver hasta qu punto se ocupan los hombres unos de otros, e incluso
tarla de manera que haya en ella algo mo es una penetracin mayor hasta qu punto les es imposible vivir sin ocuparse de lo que hacen
de la belleza: crear a mi vez armonas en las que utilice las que co, y piensan los dems.
nozco, pero en las que aparezcan de manera que sean slo mas, es el Pero este deseo de conocer est ntimamente ligado al deseo de
remate y coronamiento. ocuparse de los dems, de obrar sobre ellos, de obrar con ellos y, para
Pero sin conocimiento no hay posesin verdadera. El que posee un emplear una expresin popular, de .. mezclarse en sus asuntos".
fongrafo, y lo hace girar sin comprender los discos, no posee sino Hay de todo en esta necesidad: amor, instinto de dominio, deseo
el objeto material de que dispone; la belleza de los trozos musicales de unin. El hombre sufre de estar solo: tiene necesidad de estar ro-
le sigue siendo extraa; lo mismo que la piedra preciosa que yace deado de sus semejantes y. segn que sus tendencias sean ms o menos
en su armario sin que lo sepa o sin que conozca su valor. pmas, reduce esta necesidad a su persona o se sobrepasa.
Otro tanto ocurre con los puros productos de pensamiento. Cun- En la medida en que trata simplemente de dominar a otro, de
do poseemos un razonamiento, un teoren1a de geometra, un siste1na hacer de l un instrumento de su bien, rebaja a sus semejantes a
filosfico? Primeramente cuando los rnmprendemos: despus cuando no ser sus semejantes, les trata como cosas. Y cuando tratamos a
los hemos asimilado de manera que podamos reproducirlos; en fin, seres humanos como cosas, nos cerramos sus almas. Es lo que sucede
cuando la asimilacin llega a poder servirnos de ellos para hacer una en la esclavitud: el amo posee al esclavo en el sentido de que lo so-
obra de pensamiento personal en la que el objeto conocido se encuentra mete fsicamente, pero la esclavitud no entraa comunicacin ninguna
transformado en el pensamiento propio del autor. de las almas.
La verdadera unin entre seres humanos supone que cada uno, vien-
do en el otro a su igual, le ayuda a desenvolverse segn su naturaleza,
Y se enriquece por la comunicacin de los valores espirituales del amado.
Pero cuando la idea de posesin se aplica al hombre, todo se enri- Es lo que realiza la ami,tad, que es libre comunicacin de los senti-
q.uece an ms. mientos y de los pensamientos, vida en comn de los espritus ms que
El ser humano es una persona, con el pensamiento, la sensibilidad, de los cuerpos.
la accin propia que la palabra "persona" sugiere. No se posee a un El amor del hombre y de la mujer realiza la unin ms profunda,
ser humano como se posee una .cosa. La posesin de un ser h111nano cuando ese amor trasciende el placer fsico, la pasin sensible, para
es penetracin de un espritu en otro, de una voluntad en otra. llegar a la unin de dos vidas y de dos almas. Los elementos materiales
El hombre encuentra en derredor de s otros seres humanos; per- del amor son entonces alimentos que suscitan y mantienen la unin de
cibe en ellos recursos, capacidades de ser sin igual en el mundo. En las almas.
presencia de sus semejantes se despierta en l el deseo, ms poderoso Como la dignidad del hombre radica en el pensamiento y en la
que en presencia de ningn otro bien, y es un deseo de rnnocer, un accin libre, slo hay verdadera posesin humana en la unin que res-
deseo de poseer, un deseo de unin. peta esta grandeza. Pero esta posesin no es ya dominio; es 1m1011 en
Primeramente un deseo de conocer. El hombre es, de todos los pie de igualdad en la que cada uno se beneficia de los valores que
seres del mundo, el ms interesante. Decir que es interesante es decir estn en el otro.
que despierta el inters. La palabra inters, que aparece tan frecuente,
) Los f11ndamentos de la moral El bien del hombre
)
La experiencia ,nuestra que las pasiones carnales constituyen con Poetas y cuemistas han cantado en todo tiempo el amor perfecto
frecuencia un obstculo para esta uni~n hurnana; sta es la razn de que no se encuentra en la realidad; pero incluso el amor imperfecto,
que tantos moralistas desconfen del amor en el que las pasiones entre seres in1per[1::ctos, con10 son los hombres, seres quC se aman im ..
carnales tienen demasiada parte y prefieran la amistad, ms espiritual. perfectamente segn ~u capacidad de amar -pues para amar perfecta,
Pero la grandeza de la unin de amor entre el hombre y la mujer nace mente sera preciso ser perfecto--, incluso el amor imperfecto es de
precisamente de que esta unin es la ms total que pueda realizarse una riqueza que sobrepasa a toda otra, pues la riqueza de ser de que
entre seres humanos, la que abraza ms ntegramente a todo el hombre, da prueba el hombre ms simple sobrepuja a todo valor del mundo.
en toda su vida material y espiritual, en la accin como en el pen, No existe aqu abajo bien que valga lo que el hombre: nada vale
san1iento; y nace tan1bin de que, cuando se realiza plenatncnte, lo que el contacto de un espritu humano. En el espritu humano en,
puede alcanzar una intensidad sin igual. contramos el pensan1iento; nada vale, para cada uno :Je nosotros, lo
Y sta es tambin la razn de que, en el amor humano, los hombres que el contacto de un pensamiento diferente del nuestro, de un pensa-
hayan tan frecuentemente buscado lo absoluto. Sin embargo, un ser miento traducido a la accin, con las riquezas y los matices que le
humano, por perfecto que sea, no es .todava lo absoluto y deja el aaden los valores afectivos.
1 corazn insatisfecho si la unin de an1or se detiene en los valores Y nada manifiesta mejor que esta necesidad de amor la tendencia
l humanos. del hombre a dilatar su alma hacia lo infinito. La posesin espiritual,
Al amor de matrimonio se aade el amor paternal y maternal, el que no es plena ms que cuando es recproca, si es donacin al mismo
amor filial, el amor fraternal, que se prolonga en todos los lazos de la tiempo que posesin, es como una proyeccin del alma fuera de s. El
sangre, y la a1nistad. que tiene de comn con el an1or de matrin1.onio hombre encerrado en .s vive en estrechez; se ahoga, debe explayarse:
el ser amor de eleccin. En todo sentimiento que une as a los seres Y al propio tiempo tiene hambre, necesita dilatarse. No encuentra su
humanos, la pureza del sentimiento reside en el don mutuo por el que perfeccin ms que en dar y en recibir.
cada uno se encuentra en el otro, acrecentndose con lo que el otro La posesin espiritual, en la unin de amor, implica, por otra parte.
le da. modalidades diversas. Cuando los amantes son iguales, la igualdad se
refleja en la unin, dando cada uno tanto como recibe. Pero esta igual,
dad es pura teora: los hombres son todos diferentes y no puede esta-
blecerse clculo alguno cuantitativo entre lo que cada uno da y lo que -
La perfeccin de la un1on de amor entre los hombres es funcin recibe. Cada uno da siempre cosa distinta de lo que recibe: no se
de la perfeccn de los amantes. El ideal es el de dos amantes de los puede comparar el afecto que la mujer da al marido y el sostn que
que cada uno realice la ms alta perfeccin humana y cuya unin sea el marido da a la mujer: cada uno da lo que hay en l, y stos son
tan completa que nada de lo de uno escape al otro. valores sin medida comn. Igual que en otras relaciones a las que no
Esta unin se constituye a base de igualdad perfecta, y la unin se aplica palabra amor, aunque engendran una unin a veces tan
del hombre y de la mujer es su realizacin ms ntegra a causa de las profunda, las relaciones ele maestro con discpulo, por ejemplo, la doc-
diferencias mismas que distinguen los sexos y los hacen complementa, trina comunicada por el maestro no tiene medida comn con el afecto,
rios uno de otro. Tanto 1ns cuanto que ninguna an1istad sella entre la admiracin, el respeto que recibe de su discpulo: son valores de
los amigos un lazo comparable a la obra del matrimonio, en el que los rdenes diferentes: no hay que compararlos, sino slo preguntarse si
esposos, unificando sus vidas, realizan esta unidad en los hijos, que cada uno recibe del otro lo que puede esperar de l y si lo que recibe
son del uno como del otro, hasta el punto de que no se puede distinguir es para l un enriquecimiento humano.
el padre de la madre en el hijo.
r
)
Los fw,damentos de la moral El bien del hombre
)
) Despus el hombre se encuentra en las com1111idades, comunidades obra colectiva es lo que ~e llama la civilizacin; y gracias a ella la
de hombres a las que se une por los valores que se desprenden de ellas, humanidad progresa en el conocimiento y el dominio del mundo. El
fuera de las relaciones personales con ste o aqul conocidos personal, objeto propio de la civilizacin es desarrollar la humanidad en el hom-
mente. bre, liberarlo de la materia esclavizando sta, permitirle vivir cada vez
) No hay rotura de los lazos personales con la comunidad; el lazo ms por el espritu y, de esa maneo, ahondar en l el sentido de lo
) personal conduce a la comunidad por simple multiplicacin. As es como infinito. La reflexin moral de que da pruebas es.te libro es posible por
el sentimiento familiar, cuando pasa de la unin conyugal y de las ]os siglos de civilizacin que Je preceden.
relaciones de paternidd y de filiacin a la solidaridad de la sangre, El hombre no se desarrolla ms que ,o,- l comunidad humana, y
da un orgullo familiar. Nos sentimos enriquecidos con ser de su sangre sta no se desarrolla ms que ,or la a,ortacin de los hombres. El que
y este lazo une a todos los de la misma sangre, mclmo s1 son comprende esto se da cuenta de que la bsqueda de la perfeccin debe
desconocidos. desarrollarse en el marco de la comunidad, que, recibiendo, debe dar,
La comunidad .se expresa por los r;isgos de una civilizacin, las que recibe al dar y da al recibir, porque es imposible aislarse en la
virtudes de una nacin, el patrimonio intelectual y artstico del grupo, comunidad de la que depende bajo todos conceptos, en la cual est
representado a su vez por obras que emanan de i_ndividuos deter1~~i- inserto hasta el punto de que su actividad no cobra su significacin
nados; y, sin embargo, estas obras son, al mismo tiempo'. la expres1o_n ms que en la economa general de la actividad humana.
de la nacin. Moliere, Racine forman parte del patr1mo010 de Francia En presencia de las comunidades humanas, el hombre tiene la im
con la misma razn que Shakespeare y Milton del de Inglaterra, Goethe presin de uno "mayor que l", de algo que podra ser lo absoluto, y
y Schiller del de Alemania. . tiende hacia esas comunidades en su bsqueda de lo absoluto, igual que
El hombre siente vivamente la impresin de deber a las comumda, ha tendido hacia el amor. Pero todo esto no da an lo absoluto: se
des a que pertenece una gran parte y frecuentemente la mayor _de lo sigue en lo relativo, en un relativo, un limitado, un contingente, mis
que vale. De otro lado, estas comunidades le aparecen comd entidades rico, _sin duda, que el ho1nbre solo y, sin en1bargo, todava un contin ..
que lo dominan, realidades superiores de las que l es slo un elemento, gente.
a las cuales debe aportar todos los recursos de su accin. De ah la
tendencia a deificar a las comunidades, la divinizacin de la familia en
tantos pueblos, relacionando la familia con dioses lares o con antepasa En lo humano es todava lo absoluto lo que el hombre busca, el
dos divinos; la divinizacin de la nacin ms importante todava; Y bien absoluto, el talismn que dar toda pureza y toda felicidad; pero
esta tendencia se prolonga en nuest-ros das, como vimos, en las mo no es ya solamente, como en las fuerzas naturales, la bsqueda de lo
rales nacionalistas o solidaristas de toda especie. absoluto del conocimiento y de la accin; es tambin la bsqueda del
ser de un valor absoluto que cree encontrar en el amado o en la comu-
nidad y al lado del cual, al contacto del cual, participara a su vez del
Valor en si.
La comunidad abraza al hombre por todas partes. El deseo del conq11istador que quiere someter a los hombres para
El hombre no desarrolla sus conocimientos, no domina el mundo tener el imperio de la tierra, el del amante que quiere tener todas las
material ms que con los otros hombres. El desarrollo hu'."a~o es obra mujeres para probarse que es irresistible, no son ms que dos mani-
colectiva; lo que un hombre aislado puede conocer por si mismo y _l~s festaciones groseras de este deseo de infinito. Este deseo se expresa
fuerzas de la naturaleza que puede dominar, es poco en co'."parac1on mucho ms intensamente por el amor ingenuo del que adorna el objeto
con lo que realiza la colectividad humana en el curso de los siglos. Esta amado con todas las perfecciones y cree que a su contacto va a partici-
1
) Los fundamentos de la mo,al El bien del hombre
1
)
1 par l mismo de esta humanidad mejor en que le introduce el amado, :,nin. La unin supone un lazo recproco, dos seres que en cierto
o por el patriotismo apasionado del que juzga a su pas por encima de modo no forman ms que 11110, beneficindose cada 11110 de lo que per-
) todo y se i1nagina que, consagrndose sin reserva a su servicio, no tenece al otro. Para que haya unin entre el hombre y Uios, para que el
teniendo en s ya nada que no sea del pas, se absorber en cierto ho1nbre, por cons1gu1entc. posea" la perfeccin divina de man~ra que
)
sentido en lo absoluto. descanse en ella como en s11 bien, es preciso que intervenga Dios para
) darle acceso a s. .
Pero lo absoluto no est en todo esto, y el hombre vuelve a
) encontrar todava su corazn mqu1eto. Lo absoluto no se halla ms Por otra parte, el don de s del hombre a Dios ofrece dificultad,
) que en Dios. pues Dios no tiene ninguna necesidad del hombre, y este don del hom-
bre para que se establezca un lazo entre el hombre y Dios debera ser
)
recibido Y aceptado por Dios. Pero el Dios impasible de Aristoteles, el
III Ser mcfable de los hindes, el Uno indeterminado de los neo-platnicos,
) c,no se preocupara, c1no se dara incluso cuenta de esta infinita.
Lo absoluto est slo en Dios, y slo en Dios encuentra el hombre pequeez que es el hombre?
)
su bien. El hombre no puede, pues, encontrar su bien m.s que en . .se planLc~n, pues, dos problen1as: el priniero, en qu puede con ..
) Dios: pero cmo es Dios el bien del homb.e? s1st1r una urnn del hombre y de Dios, desde el punto de vista del
) Pues se trata del bien del homb,e, por consiguiente, del bien que hombre? El segundo, cmo puede concebirse esta unin desde el
confiere al hombre su pe,feccin. El hombre encuentra su bien en el punto de vista de Dios?
)
conocimiento y la posesin de objetos que acrecientan el poder de su
)
espritu y de su accin: lo encuentra, adems, en la unin con otros
) seres humanos que le enriquecen con la comunicacin de los valores que El hombre puede, primeramente, conocer a Dios en cuanto Dios
) en s tienen: pero y Dios? es el autor de todo. Puede llegar a comprcnc!e, que el orden del mundo
El hombre no conoce a Dios sino imperfectamente y lo conoce Y ~u naturaleza. propia son la expresin de la sabidura divina, y puede
trascendente, es decir, inaccesible. No hay medida comn entre Dios as1 adorar a Dios en sus criatlir....s; puede conformar su pensamiento
y el hombre. No tenemos de Dios ningn conocimiento directo: cmo Y."' accin con el orden establecido por Dios y, aplicndose a ver a
) nos sera posible unimos a l como a otro hombre? Para que Dios lle- Dios en el n1.undo, es decir, a ver en las co:;as la expresin de la volun,
) gue a ser el bien del hombre, es preciso que de alguna manera llegue tad divina, identificarse con sta conforn1.ando su pensa1niento y su vo ..
el hombre a formar una sola cosa con Dios, de suerte que Dios sea Juntad con el pensamiento y voluntad de Dios. En esta medida el
)
algo del hombre: pero esto supone franquear el abismo de la tras- pensamiento divino se hace su pensamiento, la voluntad divina su vo-
) cendencia. luntad, y su ser armoniza con el orden universal, relcjo creado del Ser
) Fuera de Dios, el hombre no encuentra, en parte alguna, su bien perfecto.
absoluto y Dios parece inaccesible. Esta necesidad de Dios y esta im- Llegamos as, poco 1ns o menos, a la moral estoica : conocimiento
)
potencia para alcanzar a Dios, constituye el drama fundamental de la de_ ~ios en cuanto Di.os se manifiesta en la creacin, y perfecta 511 ,
) nus,on a este orden d1vmo. En l.a .medida en que el hombre llega a
vida humana cuya expresin encontramos en toda la literatura, pero,
) mejor que en parte alguna, en la filosofa moral. reconocer en todo la voluntad divina, en la medida tambin en que
) De qu manera puede, pues, el hombre hallar su bien en Dios? llega a la plena conoenc1a de la accin divina en el mundo, el hombre
Si Dios existe, se comprende que el hombre pueda ponerse al disfruta de una gran paz. En cierto sentido, todas las cosas devienen
)
servicio de Dios; pero la idea de servicio es diferente de la idea de para l lo. absoluto divino gue se manifiesta en ellas; las cosas cesan
)
)
)
Los fundamentos de la moral El bien del hombro
de no ser ms que ellas mismas para ser al mismo tiempo accin divina,
La revelacin d? Cris'.o nos ensea de qu manera ha escogido Dios
y la accin del hombre en armona con la voluntad divina conocida y
real1Zar esta. un ton, y esta sobrepasa todas las aspiraciones del hombre;
amada nos sumerge en lo absoluto divino.
pero que D'.os sea un _Padre, que cree por amor, que quiera responder
a las asp1rac1ones que el m1srno ha puesto en nosotros, son datos accesi ..
bles a la razn y se imponen al espritu desde que la revelacin cristiana
ha levantado los velos bajo los que se ocultaba la trascendencia divina.
Pero esta unin, que es slo sumisin, deja al hombre en lo finito.
No es una unin en el sentido estricto, como hay unin entre personas
humanas. Sin embargo, aspirando a toda perfeccin y sabiendo que
Dios es el Perfecto, el hombre aspira a verle, a conocerle tal como es;
aspira a que Dios le desvele sus perfecciones y le invite a gustar del Hay, pues, en el hombre, un llamamiento de Dios y una respuesta
fruto de ~u bien indecible. La sabid1.1Ta hind, la sabidura neo-plat- de Dios. Uno Y otra se expresan por la voluntad significada de Dios
nica, son testimonios de este deseo fuera del cristianismo, con otras ~n 1~ creacin, al mis1no tiempo que, de manera ms velada, en el
escuelas de las que no se ha hablado aqu. Pero para llegar a ello mte'.tor del alma. Por ello, la aceptacin del orden creado cobra un
sera preciso que Dios hablase: el hombre no puede penetrar en la sentido que sobre.pasa la simple sumisin del estoico. Hemos visto que
intimidad divina m.s que si Dios mismo le introduce en ella. Y se traslucen ciertos fulgores de esta doctrina en algunos estoicos;
Pasa ya as con la unin entre seres humanos. No tenemos acceso al pero la doctrina cobra todo su valor en la concepcin cristiana del
alma de otro si l no nos da acceso. Pero qu pasar con el Inefable? mundo; Y, como hemos visto. tamhin encontramos resonancias de
Aqu es donde el cristianisn,o surge entre las enseanzas humanas, esta doctrina cristiana incluso en. pensadores no cristianos.
pues se presenta como la respuesta de Dios a estas aspiraciones del En e~; vida, sin embargo, el hombre no llega a la plena luz. La
hombre. Cristo nos ensea que Dios es Padre, que vive en nosotros, plen.a umon de amor con Dios no es realizable ms que en otro mundo;
que quiere vivir en noso.tros una vida que sea intercambio amoroso. la v~da en este mundo no es ms que un camino; pero la vida es un
El objeto de la revelacin cristiana es ensear de qu manera se opera camino y est, completamente iluminada por el fin hacia el que tiende.
este misterio de amor divino. La vocac1on del hombre consiste, pues, en cumplir en este mundo
Ya las tendencias msticas de ciertas escuelas 'aIJ.teriores manifcsta.- la obra a la que Dios le llama. Hecha abstraccin del orden revelado
ban el presentimiento de que Dios se comunica, y que ser introducido el hombre descifra su vocacin por el conocimiento del orden natura
en el "Sancta Sanctorum" donde Dios se manifiesta, constituye la ms Y por las. c.ircunstancias que determinan su propia orientacin. Todo
alta maravilla de la vida. Por esto esas doctrinas orientan la moral ha- esto es d,vmo y todo esto realiza, bien tomado, la obra de Dios en
cia la bsqueda del xtasis. Pero el cristianismo aporta a la filosofa nosotros.
datos ms precisos.
Ahondando la nocin de perfeccin divina, el pensamiento cristiano
llega a comprender que Dios no puede obrar ms que ,or amor: si IV
crea, su accin creadora debe ser un acto de amor ; y no puede crear,
- - E l hombre no se realiza ms q;,e mperndose. Pues su bien consiste
. por tanto, sino para crear felicidad. Crea al hombre para que ste
en ,e,.dcrsc en el Bien, o perderse en Dios.
realice la perfeccin que hay en l y encuentre en esta perfeccin la
Perderse. en Dios consiste en tener puesta .la mira solamente en la
felicidad a la que aspira su naturaleza. Dios no ha, pues, podido poner
en nosotros la aspiracin a conocerle y a am.1rle, sino para satisfacerla.
obr. de Dios, en que Dios est presente al espritu en todas las
amones, en que la bsqueda de todo bien sea bt'1sq11eda de Dios y en
Fi!o~ufr:t mor:tl. - 19
)
Los fundamentos de la moral
que Dios comunique su valor trascendente a lo~ bienes cre_ados entre
; los que fluye la vida. Esto supuesto, todos los bienes, los bienes de la
\
ciencia y los bienes de la accin, y los amores humanos, todos cobran
aspecto divino, todos participan del bien divino, todos se tornan instru-
mentos de unin del hombre con Dios.
--Esto confiere un nuevo relieve al principio de ~ el objeto de la
moral es el bien, no la felicidad. Pues la felicidad repliega a uno sobre
s; el bien le libera de s.
CAPTULO ]V
E] que busca la felicidad y piensa en la felicidad, piensa necesaria-
mente en s mismo; pero la felicidad est en el bien, Y. el biel}_del
hombre consiste en olvidarse para absorberse en Dios, para no pensar LA SANCiN
sino en la obra de Dios, que debe hace~sepo~-iLNo se llega a la felici-
dad ms que en la medida en que no se la busca; realizamos n11cstro
bien en la medida en que nos olvidan;os de nosotros mismCJs.
---.1'1 as, toda moral basada en la bsqueda de la felicidad se haJla
Hemos visto que desde el primer anlisis del sentimiento moral se
vic_iada en__[! __ >un_to ~li,,_partida. Esta moral estrecha el horizonte del
encuentra en l la exigencia de la sancin. esta se identifica con el
hombre a sus propias dimensiones en lugar de ensancharlo hasta la
fin ltimo: la sancin consiste en que el fin, en el sentido no de blanco,
dimensin de lo absoluto. No puede conducir al hombre a perderse
sino de trmino, se halle en relacin con el acto; que el acto bueno
para encontrarse, pues uno no se pierde ms que olvidndose, y la
tenga buenos efectos y malos efectos el acto malo, y que en ,ltim~
preocupacin por la felicidad impide que nos olvidemos de nosotros
anlisis la vida buena haga dichoso y la vida culpable desgraciado. He-
mismos.
mos observado ya que la desgracia de los buenos y la felicidad de los
"Si el grano no muere", dice el Evangelio, "no puede rendir fruto":
malos constituye un escndalo contra el que se rebela la opinin. Pero
morir
-~
en el sentido. moral de la_,alabra, es olvidarse.
----- - - ------------------- como este escndalo es permanente y no se logra eliminarlo, el argu-
mento de la sancin inclina a muchos espritus a ercer en una vida
futura en la que se cumple toda justicia.
Por otra parte, la rnestin de la sancin tiene dos aspectos : un
~pecto de justicia, que los buenos sean recompensados y los malos cas-
tigados; y un aspecto de ideal, que los hombres lleguen a realizar el
bien a que aspiran.
)
dems, y esta felicidad se acrecienta profundamente en aquellos rnya
vida se halla dominada por el deseo de la vi.rtud. 'fados los sabios dan
)
testimonio de esta felicidad, tanto en la sociedad cristiana, en la que la Por esto, estas sanciones terrestres no satisfacen a los hombres. Pri-
) sabidura se expresa por la santidad, como en las sociedades no cris- meramente, porque son siempre parcialmente injustas. No totalmente
tianas. injustas, como se complacen en afirmar los despreciadores del mundo,
Esta felicidad que da virtud es, al propio tiempo, uno de los datos sino parcialmente. El verdadero mrito no se halla siempre recompen-
experimentales ms netos de la vida social y una de las verdades ms sado: lo est a veces, incluso con frecuencia; y en la mayora de los
difciles de hacer admitir al pueblo, porque el comn de los hombres casos, cuando un hombre no triunfa en la vida, una observacin atenta
es en extremo carnal y no concibe la felicidad sino en los placeres descubre debilidades morales que lo explican. Es. quiz, pereza u orgu-
materiales o en las ventajas sociales. En vano se comprueba que "la llo, pretensin injustificada, egosmo, imprudencia, ligereza; las defi,
riqueza no hace la felicidad" y que los poderosos del siglo se ven ciencias morales son de todas clases, y para emitir un juicio completo
rodos de preocupaciones: la opinin comn no se aprovecha nunca no hay que descuidar ningn elemento. Pero, habida cuenta de todos
de la experiencia y se obstina en creer que la felicidad se encuentra los elementos de la accin y de la vida, sigue en pie que el verdadero
all donde no est; los padres contin,an buscando para sus hijos, ante mrito no es siempre recompensado y que no recibe siempre una re-
todo, la riqueza y los honores: deseamos riquezas y honores a nuestros compensa proporcionada a su valor.
amigos y los buscamos anhelosamente para nosotros mismos. La fl,ula De otro lado, los accidentes naturales y los movimientos sociales
) del Zapatero remendn y del rentista sigue siendo siempre verrladera generales alcanzan a unos igual que a los otros. La enfermed.1d se rlebe,
) y siempre incomprendida. con frecuencia, a deficiencias morales, a la imprudenci.1 o a l.1 l,isquerl.1
) No insistiremos en este tema, que es uno de los ms habituales de de.sordenada de satisfacciones 111aleriale.s; pero, en 1111; epidc111i.,. d
)
la moral prctica. Basta para nuestro propsito sealar los hechos. ,.1hio puede .ser ak,rnz.1dfl i:11.1! 'I"" lo.1 d111J.s; y ,I v.dor 11111r.1I p111d1
i11d11so .ser fuente: rlc: i111ir11d,nri.1: d 1.1/,in, l"'r ./n,m n ,/,, ,11 fllffJi''
)
descuidar las prtc.111cio11c,; dc1n;1\,1do ;,l,.,01h1r1f1, o ,11,f;1r. 1or rii1ri~
) T odilS e5t.U sanciones terrestres son .sanciones parciales, que corres.- lll de abnegacin a los rnfcr1110., contagio.so.,. 1Je i:11,il n1a11era, .,i 11n
) panden a lo que hemos llamado anteriormente bienes particulares. No
pueblo queda arruinado por una guerra, los buenos s11frirn como los
s~ aaden nece~ariamente unas a otras, y cada una no satisface ms que
) malos, a veces ms, porque no se resignarn a concesiones o simulacio~
Ciertas tendenCJas de nuestro ser. La ms importante es, evidentemente
)
nes que podran reportarles ventajas. En un ejrcito, son frecuentemente
la sancin interior de la buena conciencia, pues la felicidad es un estad~
los ms valientes los que quedan muertos o mutilados. El terremoto o
) interior, un estado de conciencia: y, ~in embargo, el que goza de la
el naufragio no establecen diferencia entre buenos y malos.
)
paz interi?r en_ la '~?ciencia de una vida ordenada no posee la felicidad La salud, el bienestar, la seguridad, son, sin embargo, verdaderos
perfecta SI la s1tuaC1on que se le crea entre los hombres se halla en dis-
) bienes humanos, y hay algo de verdad en la opinin comn que se es
cordancia con la realidad moral de su existencia. De igual manera, la en-
candaliza de ver a los buenos sufrir azotes y plagas igual que a los
1 ) fermedad o la pobreza son males reales gue no oponen quiz obstculo
dems. La vida es injusta, se dice; y es verdad, si se espera la injusticia
1 ) decisivo a la felicidad interior, pero que sin embargo son privaciones.
de esta vida. La vida puede ser justa, si no es ms que una prueba en
Y as, la tradicin califica con justo motivo todas estas sanciones de
) la que el hombre est invitado a demostrar su valor; pero si el hombre
)
f--- )
1
Lo., fundamentos de la moral La sancin
) 297
no ha de buscar su bien ms que en esta vida terrena, la vida es injusta. sobrepasa la justicia: la realizacin de las aspiraciones que Dios mismo
) De ah esta moral de relleno de los estoicos, que aconsejan la indife- ha puesto en el hombre y que no puede haber puesto ms que para
rencia respecto a todo lo que no depende de nosotros y ensalzan la satisfacerlas. Ya nos situemos en un punto de vista o en otro, el espritu
)
felicidad del que se obliga solamente al ejercicio del libre arbitrio. se encuentra orientado hacia la consideracin de la vida futura sin la
)
Pero incluso la satisfaccin interior. de la buena conciencia est cual no se puede concebir sancin perfecta.
) en realidad poco proporcionada al valor moral real, pues hay que tener La existencia de la vida futura depende de realidades, la de Dios
) en cuenta otros muchos elementos adems de la pureza moral. y la del alma, que la filosofa general establece y que no vamos a pro-
Un hombre honrado, dotado de una naturaleza generosa y vaci- bar aqu. Pero la economa de la 1noral nos invita a preguntrnos cmo
)
lante, puede sentirse atormentado de escrpulos y envenenado de aio- debe comprenderse esta vida futura.
) ranzas, aunque pase su vida consagrado a sacrificarse y prestar servicios
) a los dems, al paso que alegres pillastres se sienten dichosos con la
conciencia de su virtud, cuando en realidad slo mal hacen. Tropezamos JI
)
con egostas satisfechos y con gentes caritativas atormentadas. "Ms
) vale ser Scrates desgraciado que un cerdo satisfecho", deca Stuart Todas las especulaciones sobre la vida futura dependen de tradicio-
) Mili; pero se encuentran quienes en realidad parecen dichosos en la nes religiosas. Fuera de stas, los filsofos parecen muy desprovistos de
) posicin de un puerco satisfecho, y hombres de bien que se corroen argumentos decisivos. No llegan siquiera a formarse una nc,~in segura
de preocupaciones y se doblan bajo el haz de sus desgracias. Estos del carcter ,ersonal de la vida futura. En la tradicin aristotlica, entre
)
ltimos no aceptaran, es cierto, vivir como puercos; pero no se les otras, se la ha discutido mucho, y la mayora de los moralistas no
) puede llamar felices, y todava menos sostener que reciben la justa religiosos lin1itan, en su1na, sus teoras morales a esta vida terrena .. Los
) recompensa de su virtud. Evitando toda exageracin y sin caer en el est~ic?~, con:io he1!Ws . visto;_~ a1rpi.teri_ ..~.n ,. principi_o .)a .stip~~~Y!!.~~,ia, :.-.-> :. f,
prejuicio de quienes se complacen en denigrar la vida, hay que reco- porque aceptan los dats religiciscis c:rrientes en sU poca;' pera ;. ,.;;'' . ..
nocer que no todo es justicia aqu abajo, y que si hay mu; cierta jwticia, flexin moral se limita a esta vida terre~a; y pasa lo n1isrno con casi
) si en conjunto los que viven segn, la moral son incucstionablc1ncntc todos los filsofos modernos.
) ms felices que los dems, esta justicia, sin ctnbargo, sufre 111n1011era...
bles e:,;cepciones y no es nunca exacta. Si hay una justicia. debe, pues
realizarse en el ms all.
Las tradiciones religiosas, en lo que concierne a la supervivencia,
se reducen a dos grupos principales: el grupo occidental, del que la
doctrina cristiana representa la concepcin ms precisa, segn la cual
Esas consideraciones cobran un relieve 1nuy acusado si se tiene esta vida es una prneba decisiva tras de la que el hombre ser recom-
en cuenta que el hombre no aspira solamente a la justicia, sino al ideal, pensado o castigado por una eternidad feliz o desgraciada; y el grupo
es decir, que tiende no slo a recibr tina recompensa exact:unente oriental, cuyo elemento principal es la tradicin hind, segn la cual
proporcionada a su mrito, sino a realizar el /,ien absoluto, y que no esta vida es recompensada o castigada con una reencarnacin propor,
encuentra su bien perfecto fuera de este absoluto. Hemos visto que el cionada a los rnritos, encadenndose sin fin las reencarnaciones, a me,
anlisis de la tendencia del hombre al bien nos lleva a concluir que no nos que se logre escapar de ellas alcanzando el nirvaJJa.
puede encontrar su felicidad integral ms que en la unin con Dios. La llajo el punto de vista filosfico, podemos de111ostrar una de estas
sancin perfecta implica, pues, a la vez, una justicia perfecta y algo que concepciones? La demostracin supone que se puede probar que Dios
)
Los fundamentos de la moral l.A sancin
debe elegir una u otra, que la naturaleza del hombre es inconciliable, en gran parte, a la do.ctrina de la reencarnacin y que lo que parece
sea en la eternidad que sanciona una sola vida, sea con la doctrina de reconfortante a los occ,dentales de hoy parece desesperante a los orien-
la reencarnacin.
No parece que esta de1;1ostracin sea posible. La doctrina cmt1ana
a
tales. El esfuerzo esencial del pensamiento indio tiende liberarse de la
reencarnacin, hacia la q ne se inclina el pensamiento occidental como
ensea que la vida es un prueba nica y decisiva, pero no se ve que hacia una hiptesis consoladora.
Dios no h11biera podido obrar de otra manera; el carcter decisivo
de la vida es, pues, el resultado de una libre eleccin de Dios.
Pero, al lado de una necesidad rigurosa, mo(ivos de conveniencia
pueden inclinar el espritu a una solucin ms bien que a la otra. . Cierto es que hay desproporcin entre una vida de algunos aos,
Prescindiendo de las certidumbres que vienen de la revelacin. puede cincuenta o sesenta todo lo ms, y la eternidad; y esta desproporcin
uno preguntarse lo que parece ms conforme con la situacin del hom, es doble_= en cuanto a la duracin de la vida, primero; en cuanto
bre tal como lo conocemos. a la ace1on humana, despus.
~)
parece excesivo sancionar esta existencia nliserable y vacilante con una los aos; "largo tiempo" puede alargarse indefinidamente sin desem-
1
eniidad de b:en o de mal. La vida no es, hablando propiamente, ~ocar e~ ' siempre", y cuando se tiene necesidad de ,.sien1pre", ningl1n
1ns que un esbozo, un aprendizaje una sancin definitiva no guarda largo t1en1po" parece largo.
') proporcin con ella; es ms razonable ad1niti1 como sancin otra vida Por :5to, a.adir. una vida a sta no cambia nada en el problema:
que r.epresente un bien proporcionado al que esa vida sanciona, encade, se tendrn la m15ma Impresin de brevedad despus de la seaunda vida;
nndose as las vidas hasta que, de grado en grado, se haya liberado Y aadir otras diez, cien, mil, no cambiar nunca nada. La"teora de la
el hombre de su debilidad. reencarnacin no es ms que una manera de eludir la dificultad ope-
El dogma cristiano de la eternidad hace pesar sobre el ser humano rando sobre la imaginacin: retrasar el problema no es resolverlo. Des-
un terror paralizante, porque da al ms pequeo acto una importancia pus de mil vidas, el hombre encontrar siempre el tiempo breve.
absoluta, desproporcionada a la realidad confusa de la vida del esp, L~ reencarnacin no resuelve la desproporcin entre la vida y la
)
ritn. La doctrina de las reencarnacions, al ensear que nada se ha eternidad, porque esta desproporcin no es cuantitativa; es una dife,
) rene1a de naturaleza, El hombre en la tierra est en el tiempo: en el
perdido, incluso si hacemos el mal. que el castigo ser proporcionado
) al mal y que podremos siempre reparar, es consoladora y estimulante. otro mundo, est fuera del tiempo. Jams un tiempo, sea el que sea,
La tradicin cristiana es, pues, rechazada en parte como una doctrina puede por s1 mismo valer la eternidad.
)
)
desesperante. Y es curioso comprobar que el pesimismo hind se debe,
)
)
'j
)
)
300
Los fr111da111e11to., de la_ moral LA sancin
Pero la desproporcin entre la vida y la eternidad no es solamente La cuestin no consiste, pues, en saber si el libre albedro est a
bajo el punto de vista cuantitativo, sino tambin bajo el punt.o de veces o frecuentemente obnubilado, sino en saber si el hombre posee el
)
vista del valor de los actos. El hombre obra con tan poco dommro de libre arbitrio y si ste mede ejercerse. En este caso, la naturaleza del
)
s mismo en esta vida, se dice, discierne tan mal el alcance de sus actos, hombre implica que se compromete por actos libres, y comf,rometerse
la reflexin es tan dbil y tan intermitente en l, que atribuir a sus quiere decir adoptar una postura que no se deba ms que a nosotros
actos un alcance de eternidad es exagerado. Que sea recompensado con mismos, una postura de la que seamos responsables y con cuyas
una vida un poco mejor, si ha obrado bien; un poco menos buena," consecuencias carg11e1nos.
si ha obrado mal, pase. Pero la eternidad! . .
Tampoco esta vez la reencarnacin remelve nada, pue, SI el hom-
bre, en esta vida, tiene poco discerni1niento, no lo tendr tnayor en una
vida ulterior, y las reencarnaciones no podrn, pues, detenerse nunca. Sin embargo, la desproporcin subsiste. No se ve que en sentido
Es cjerto que en nuestra civilizacin moderna no fal~aran cspritu_s a estricto el hombre merezca la eternidad, y menos todava que merezca
)
quienes alegraran hiptesis sc1ncjantcs: pero es en virtud de una 1~11 .. divina sin la que, como hen1os visto, no se realiza su
cst;i respl1esta
sin propiamente materialista, pues si el hombre est hecho Jiara el bren perfeccin. As, pues, depende de la libre eleccin de Dios tanto la
absoluto, si est hecho para realizar en Dios un bien perfecto y una eternidad del hombre como que esta eternidad le colme de una feli-
felicidad hacia la que no puede menos de tender en esta vida, la _solu- cidad que supera sus capacidades finitas. Pero si es Dics quien ha
cin que consiste en tender siempre sin llegar jams, es poco satrsfac- puesto en l la aspiracin a lo absoluto en el bien, no hay de qu
toria; y si el hombre supiese que no llegara jams, se inclinara, como admirarse que Dios responda a la aspiracin de que ti mismo es autor.
los indios, a un pesimismo desesperado. El valor de vivir nace de la Sin embargo, si existe desproporcin entre la eternidad y la vida,
esperanza de una. vida mejor, y las doctrinas occidentales que rechazan se puede admitir el infiemo? Pues Dios, al dotar al hombre de una
la idea de vida futura no escapan a la desesperacin ms que prome- felicidad que sobrepasa lo que merece e incluso lo que puede concebir,
tiendo el paraso en la tierra. . . se muestra bueno y amante; esta actitud es conforme a la perfeccin
Pero corno el paraso en la tierra es sic1nprc un paraso fallido, st que rcconoccn1os en 111; pero no ocurre lo mismo con el castigo: al
el gnero hun1ano renunciase dclibcradan1cntc al paraso del otro 1nun, castigar al hombre mis de lo que ste merece, Dios se mostrar injusto
do, no tardara en replegarse en la an1argura. . y malo.
La concepcin cristiana de la vida eterna est basada en la ld,ertad. Lo que conocemos del infierno es negativo: el infierno consiste
Segn esta concepcin, cuando el hombre realiza un acto hbre, se en estar privado del bien absoluto al que tiende el hombre y en
compromete; un solo acto libre basta _para orientar fa voluntad _hacia tener plena concie11cia de esa privacin. Dejando de lado las descrip-
el bien como hacia el mal, y el acto hbre, por consrgu1ente, esta car ciones metafricas a las que recurre la predicacin popular para impre-
gado con un peso de absoluto. Lo que pasa en ~] momento de la sionar el sentimiento, lo que se sabe del infierno se reduce a esta
muerte no es sino la fijacin de la voluntad en el bren o el mal, en el doctrina negativa; y si el hombre llega a un estado en que tenga plena
que se ha detenido cuando se ha cr.tinguido la vida. . conciencia de haber marrado su fin de manera definitiva, hay que
Pero qu pasa con esta confusin en la que, se d1Ce, se d~bate admitir que este estado es doloroso por esencia.
el hombre a tcdo lo largo de su vida? Examinaremos la cuest1on al Pero si se admite la libertad, si se admite que el hombre de una
hablar del campo de accin del libre albedro. Hemos visto ya que los manera plena1nente autnoma puede orientar su voluntad hacia o con,
actos del hombre no son todos librts; pero basta que liaya algunos tra el bien, es decir, hacia o contra Dios, si se admite adems el carcter
libres par., que estos actos sean J,ortatl'ores de a/,.wluto. decisivo de esta postura, y se la admite desde el momento en que se
302 Los fundamentos de la moral
acepta como razonable que el hombre pueda alcanzar aquello para
que est hecho y hacia lo que .tiende, es necesario admitir tambin que
el hombre puede sustraerse a su vocacin y que en este caso no alcanza
) su bien. La posibilidad del infierno es, pues, la contrapartida necesaria
de la libertad humana y de la vocacin de eternidad.
En cuanto al nmero de los que van al infierno, es una cuestin
)
de hecho sobre la que la filosoEa no puede arrojar ninguna luz. Sobre
) las situaciones de hecho relativas al otro mundo, ningn dato experi-
mental nos informa tampoco. Slo Dios podra revelar lo que estima
til que sepamos; pero esto escapa al plano de la filosofa .
Estos argumentos .no impiden, sin embargo, que Dios hubiera po- CUARTA PARTE
dido establecer la reencarnacin y no conducir al hombre a lo absoluto
de la eternidad ms que despus de cierto nmero de vidas. Fuera de
la enseanza cristiana, que nos asegura de lo contrario, no nos infor;
)
ma sobre el par.ticular ningn indicio positivo?
LA VIDA MORAL
Si la transmigracin existiese, cabra esperar que se manifieste algo
de ella, que el hombre tenga cierto recuerdo de sus vidas anteriores,
que la continuidad del mismo ser en cuerpos diferentes se patentice.
Ahora bien, nada de esto se transparenta: la ausencia de todo signo
concuerda mejor con la hiptesis de la eternidad inmediata, puesto que,
segn sta, el hombre sale definitivamente de este mundo a su muerte
y pierde .todo contacto con l.
' 1 Sin que se pueda demostrar la eternidad de la recompensa y del
1 castigo despus de una vida nica, esta hiptesis aparece, pues, como
la m, plausible. Pero lo esencial, bajo el punto de vista filosfico que
nos ocupa aqu, es que la eternidad del ms all sea la contrapartida
necesaria de la aspiracin del hombre a lo infinito. Este ms all el
hombre no puede alcanzarlo ms que si Dios se lo da; pero siendo el
hombre lo que es, tiende a ese ms all necesariamente, y si tiende es
porque Dios lo ha hecho tal. Que Dios, que le ha dado su naturaleza,
le penmita la realizacin de esta naturaleza, es cosa racional. El ciclo
de la vida no se cerrara sin la eternidad.
El hombre est en el mundo. No es un ser aislado que se desarrolla
segn ~u ley propia sin tener que ocuparse de nada ms que de s
mismo: est en el mundo, depende del mundo; tiene una obra que
realizar, y esta obra es tambin en el mundo donde ha de realizarla, en
el mundo y por el mundo, sirvindose del mundo. Depende, pues, del
mundo y al propio tiempo se sirve del mundo. El mundo le propor-
) ciona la materia de su obra propia; debe aceptar las leyes del universo
) que es incapaz de cambiar, y entre estas leyes se encuentra la d su
propio ser; pero el mundo le est sometido en cuanto el hombre puede
conocerlo y utilizarlo,
En este universo que le rodea y le domina al mismo tiempo que le
) sirve, el hombre debe desarrollarse segn su naturaleza y ocupar su
puesto en el orden universal. Todo ~er, como hemos visto, tiende a su
)
perfeccin, el hombre como los dems; s11 perfeccin corresponde a
sr, naturaleza; es en el orden de si, naturaleza y en el orden universal
de la naturaleza donde el hombre debe realizar su destino.
)
En cierta manera, el hombre realiza necesariamente el orden de la
naturaleza en cuanto las leyes de la naturaleza obran en l. Realiza
)
necesariamente las leyes fsicas y fi.siolgicas, las de la gravedad y las
) del fro y el calor. Si la temperatura inferior del cuerpo sobrepasa o no
) alcanza cierto grado de calor, el hombre no puede continuar viviendo.
Y no ocurre de otra manera con las leyes psicolgicas: el cerebro y la
)
imaginacin creadora no funcionan sino en condiciones que no est en
nuestra mano modificar.
Filn~".'lff:i mor:1.I. - 20
)
)
La vida moral La vida moral
Pero de otro 1nodo el ho111brc se desal'rolla por s iuis1110 en cuanto Juntad divina, vuelve a Dios y le responde. Si faltase el hombre al
es libre, y estas leyes naturales, que no est en su mano modificar, mundo, ste perdera su sentido.
las utiliza. As, obra sobre las leyes naturales en el sentido de que mo- Esta filosofa es tambin profundamente optimista. La obra a que
difica sus efectos espontneos. El hombre no modifica la ley de la el hombre est llamado es una obra de perfeccin y de belleza. La
gravedad, pero hace volar en virtud de esta ley aparatos que no vola- perfeccin, que es el bien, no e.s, por otra parte, otra ,asa ms que
.i ran sin l ; no modifica las leyes de la combustin, pero hace arder ma, la belleza, y sta no se encuentra sino en la verdad. El hombre est
terias que no arderan sin l, y uiiliza esta combustin para mil usos. llamado a de.sarrollarse para realizar en s mismo una obra de perfec-
cin gracias a la cual alcanza un desarrollo y expansin de s que le
procuran la felicidad perfecta en la plena posesin de s; y esta per-
feccin se manifiesta en la obra que realiza. Slo el hombre, entre los
Toda la grandeza del hombre viene de esta libertad. . seres que conocemos, est llamado a aadir al orden de la creacin
Es una grandeza nica. Hay en la naturaleza algo que viene del algo que viene autnticamente de l. Incluso la posibilidad de hacer
hombre, que viene slo del hombre, que es fruto de su autonoma; el mal aparece como un elemento de enriquecimiento -no el mal rea,
realidades respecto de la.< cuales el hombre no es slo causa instru, !izado, sino la posibilidad de hacer el mal-, como contrapartida de esta
mental, sino causa eficiente y, en cierto sentido, causa pritnera, causa autonoma gracias a la cual el bien realizado por el hombre viene real,
prmera en el orden de lo finito: cosas que han sido concebidas por mente de l. Y aunque no podamos sondear hasta el fondo estos
el hombre, creadas en cierto sentido por l; no que todo en ellas misterios, lo que comprendemos de ellos basta para manifestar en
sea del hombre -el hombre trabaja sobre una materia preexistente-, esta filosofa una concepcin del hombre que suscita el entusiasmo. La
pero algo al menos, difcil de determinar, porq.ue .no podemos aislarlo, - misin del hombre es la ms alta que existe y que puede existir. Nos
pero, sin embargo, algo, una realidad nace autentica:nente ~e .la facu!- hallamos en los antpodas de las filosofas pesimistas.
tad inventora, creadora del hombre, de su autonomia. En ultimo ana-
lisis, cuando se ha agotado en la explicacin de la obra todo lo que
sta tiene de la multiplicidad de los determinismos, queda algo que no
vien~ ms que del hombre y en este algo radica la grandeza de ste. As se determinan los problemas de la vida moral: el hombre, para
El pensamiento, que es el instrumento al mismo tiempo que la alcanzar su fin, debe deS<irrollarse -lo que da la moral individual-;
r condicin de la libertad, es, pues, la grandeza suprema de la creacin. y ocuJ,ar ru puesto en el orden universal, realizar su obra en el mun-
Es posible, como deca Henri Poincar, que el pensamiento no sea ms do -lo que da la moral respecto a los dems.
que un relmpago entre dos infinitos, o, como deca Pascal, que no sea Aqu nos ocuparemos, sobre todo, de la moral individual. Hay que
ms que una nonada entre dos inmensidades: pero este rdmpago, esta comenzar por aqu: y la moral individual desemboca en la moral para
nonada, vale incomparablemente ms que todos los mfimtos o todas las con los dems, porque lleva al deber de realizar una obra que sobrepasa
inmensidades, porque el pensamiento los conoce y ellos no se conocen al yo aislado. Pero cuando se llega a los detalles sobre los deberes
y no conocen al pensamiento y porque slo el pensamiento est dotado para con los dems, se pasa inmediatamente a la moral especial de los
de iniciativa. diferentes aspectos de la vida. Haremos alusin ocasionlmente a estos
Esta concepcin del mundo le da un carcter netamente antro- aspectos a propsito de las exigencias del desarrollo humano.
poclntrica. El hombre es el ser por el que se e:cpresa el. mundo, por . Queda; pues, ente~dido, qu; el bien moral no es ms que el
el que en cierta manera el mundo responde a Dws expresandose por la bien en s1 tomado baio cierto angulo, el de la accin libre; que el
creacin. Por el hombre, el mundo que viene de Dios y expresa la va, bien moral del arquitecto consiste en edificar casas slidas, hermosas
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La vida moral El problema del orden
nuestro carcter. Para que reine el orden en mi vida, debo ser dueo de ca, cada uno tiene una naturaleza indivit!ual, rasgos, necesidades que le
m: para ello, es preciso que mi sistema nervioso est habitualmente son propios y constituyen necesidades de su ser particular. Semejantes
sosegado, y esto supone que descanso, que hago ejercicio fsico, que por su naturaleza especfica, los hombres son todos diferentes por su
duermo cierto nmero de horas por da. naturaleza individual. .
Todas las tendencias naturales, como sabemos, son buenas en s Tenemos todos necesidad de comer y de beber para vivir, pero
mismas y deben ser satisfechas dentro dol orden, es decir, en la medida no tenemos todos necesidad de beber y de comer en la misma canti-
en que el bien del conjunto lo exige. Se habla, sin embargo, de tenden- dad. La naturaleza i,ndividual de cada uno le ordena comer, dormir
cias malas, de defectos, la glotonera, el egosmo, la pereza; se les llama de tal o tal manera. U no puede contentarse con seis horas de sueo,
males porque arrastran al hombre al mal. Pero estos defectos no son a otro le hacen falta nueve. De la misma manera, todo hombre tiene
sino desviaciones de pendencias buenas, tendencias buenas descentradas necesidad de poner en su vida reflexin, pero sta se presenta de
y por ende desordenadas. manera muy distinta segn los sujetos. Uno tiene el gusto por el
La glotonera, por ejemplo, es una desviacin del apetito: y el gusto estudio y las capacidades correspondientes, otro el gusto y las capa-
o deseo de comer, el placer de comer, es indispensable al hombre, que cidades de la accin; uno sobresale en los trabajos manuales, otro
no podra hallarse sano sin l. Jgualmente, la lujuria es una desviacin tiene un temperamento de organizador.
del instinto sexual que escapa al control de la razn: el egosmo es la Cada cual debe, por consiguiente, conocerse para encontrar el g-
desviacin del amor necesario y legtimo de s mismo. Todas estas nero de vida y de trabajo que le convienen. Uno debe hacerse profesor
tendencias son indispensables para el desarrollo del hombre y todas o mdico, el otro campesino. La perfeccin de cada uno est en la
pueden desviarse, porque pueden tratar de satisfacerse fuera del orden. lnea de su naturaleza.
Todas, hasta las ms elevadas y las ms espirituales. Hay quienes
buscan en la oracin satisfacciones sentimentales puramente egostas o
hacen desviar la bsqueda cientfica hacia a preocupacin exclusiva Despus de las exigencias de la naturaleza se encuentran las que
de su reputacin. Y, sin embargo, son necesarias al hombre ciertas sa- resultan de la eleccin. Las exigencias de la naturaleza son siempre
tisfacciones sensibles: y una cierta preocupacin de su reputacin es parciales; dejan un margen a la eleccin. Debo hacer ejercicio, pero
un deber; pero todo e.sto dentro del orden. Ningn bien particular puedo hacerlo ms o menos dentro de ciertos lmites, y puedo hacerlo
puede ser considerado nicamente en s mismo; todo es bueno en s, de diversas maneras. Tengo tendencias intelectuales, pero se abren ante
pero todo debe entrar en un conjun.to: el mal es ms exactamente lo m diversas carreras y puedo hacer, con igual xito, estudios de Dere-
malsano; es malsano lo que no es proporcionado: tener treinta o cho o de Letras. Aspiro a la perfeccin, pero puedo buscar la perfec-
cuarenta grados de temperatura interior es malsano para el hombre, cin en el matrimonio lo mismo que en la vida religiosa. Si me decido
porque es desproporcionado con su equilibrio orgnico. Lo mismo por el matrimonio, puedo encontrar varias personas con las que podra
pasa con una preocupacin de s mismo abusiva o deficiente: el hom- ser feliz; y si elijo la vida religiosa, puedo elegir, entre diversas rde-
bre debe preocuparse de s en una medida determinada por las exigen- nes religiosas que me dan todas, segn diferentes concepciones, iguales
cias generales de su equilibrio vital dentro del orden: y la preocupa- condiciones de perfeccin.
cin de s que sale del orden se convierte en malsana. Puedo, pues, elegir y debo incluso elegir, pues en gran nmero
de casos no puedo realizar mi condicin de hombre sino mediante una
eleccin, pues las exigencias de la naturaleza, de la naturaleza espec-
Hay, pues, que tener cuenta con la naturaleza humana, co1nn fica y de la naturaleza individual, no desembocan en una accin indivi-
a todos, la naturaleza especfica. Pero, al lado de la naturaleza especfi- dualmente determinada.
) l.A vida moral El problema del orden
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\ ,er. La vocacin del hombre radica en llegar a una perfeccin; no llega
Para realizar mi destino de hombre, ocupar mi puesto en el orden,
se me piden, pues, opciones, elecciones libres y necesarias a la vez, a ella sino por la detem1iniu:i11 de las opciones. .
en el sentido de que estoy obligado a hacer uso de mi libertad de Por otra parte, creer que uno salvaguarda la libertad permaneciendo
eleccin. sin elegir es hacerse ilusin sobre la esencia misma de la libertad. tsta
Y cuando he elegido, mi eleccin me determina, pues me crea no consiste en poder hacer cualquier cosa, como creen los que buscan
obligaciones y fija mi vida. la pura gratitud del acto, pues esta actitud se destruye a s misma, ya
que, en el acto mediante el que me niego a elegir por temor de perder
Hacer estudios de Derecho me impide hacerme mdico y hace al
esta supuesta libertad, me ligo a esta misma negacin o a esta supuesta
menos difcil que llegue a ser labrador. Segn la carrera por la que me
disponibilidad que me hace indisponible.
decida, debo desarrollarme diferentemente; y a medida que me adentro
La libertad es poder de organizar un recorrido que debe necesaria,
en la carrera, me especializo y me beneficio del esfuerzo realizado y
mente recorrerse, pero quiz por caminos diferentes. Lo que importa
al mismo tiempo me fijo en el gnero de vida adoptado.
no es poder elegir cualquier cosa, sino que la eleccin no dependa ms
La vocacin religiosa hace imposible el matrimonio, y el matrimonio que de m, que yo la asuma enteramente. Incluso ante una sola
hace imposible la vida religiosa. Uno y otra crean deberes. va hay todava libertad de rehusar.
De las opciones libres resultan as deberes. Mdico, juez, comer-
ciante, ingeniero, sacerdote, contraigo obligaciones de hecho de la
carrera libremente elegida, y estas obligaciones se acrecientan a medida
que, al correr de la vida, se multiplican las opciones y a medida que se
determina la lnea de mi desarrollo. A medida que se avanza, el n,mero
de elecciones necesarias disminuye y el nmero de deberes aumenta,
puesto que las opciones precedentes han engendrado deberes.
La edad decisiva de las grandes opciones es, en general, la adoles-
cencia. Ese !llomento en que el espritu llega a un desarrollo suficiente
para que el hombre disponga de s y en que est uno todava disponible
ante la vida. Es la edad de las vocaciones. El adolescente se orienta
entonces por sus opciones, y en adelante stas le ligan.
Algunos tiene" miedo de perder su libertad y, para seguir dueos
de su vida, evitan elegir. Pero consiguen slo hacer sus vidas estriles,
porque la opcin es condicin de la accin. No se puede obrar, no
puede uno desarrollarse ms que si se hace algo; y no se puede hacer
algo ms que si se hace 11na cosa, si se renuncia a -hacer otra cosa,
si se renuncia a seguir libre para hacer otra cosa. No querer elegir !
para no enajenar su libertad es no querer vivir; la libertad sirve slo
para la eleccin; no se usa de la libertad ms que destruyndola por
la determinacin que la opcin implica; ceso de ser libre cuando he
usado de mi libertad para determinarme. El camino de nuestra per,
feccin est en esta deter1ninacin, que es construccin de nuestro
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