El Lenguaje en El Pensamiento y en La Accion - Samuel Ichiye Hayakawa PDF
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Samuel Ichiye Hayakawa
El lenguaje en el pensamiento y en la
accin
ePub r1.1
Titivillus 04.02.15
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Ttulo original: Language in Thought and Action
Samuel Ichiye Hayakawa, 1949
Traduccin: Andrs M. Mateo, 1967
Diseo/Retoque de cubierta: JeSsE
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TESTIMONIO DE GRATITUD
El autor desea expresar su agradecimiento a los distintos editores y poseedores de
derechos de autor que le han dado permiso para reproducir los textos siguientes:
Anderson & Ritchie: Fragmento de Words and Their Meanings, por Aldous
Huxley.
Appleton-Century-Crofts, Inc.: Fragmentos de The Illiteracy of the Literate, por
H. R. Huse, copyright, 1933, por D. Appleton-Century Company, Inc.; de Political
Ideals, por Bertrand Russell, copyright 1917, por la Century Company.
The Bell Syndicate, Inc.: Fragmento de la columna de Dorothy Dix, 15 dic.,
1948. Rcproducido con permiso especial de The Bell Syndicate, Inc., y del Sun-Times
de Chicago.
Brandt & Brandt: Fragmento de Rain after a Vaudeville Show, por Stephen
Vincent Bent. Copyright, 1918, 1920, 1923, 1925, 1929, 1930, 1931, por Stephen
Vincent Bcnt.
Jonathan Cape Limiten Naniing of Parts, de A Map of Verona and Other Poems,
por Henry Rced. Reimpreso con permiso de los editores.
Constable and Company Limited: Fragmento de August 1914, de Barbara
Tuchman (publicado en E. U. A. con el ttulo de The Guns of August).
Doubleday & Company, Inc.: Fragmentos de Literary Taste: How to Form It, por
Arnold Bennett; de Country Squire in the White House, por John T. Flynn; The
Bailad of East and West, por Rudyard Kipling.
ETC.: A Review of General Semantics: Fragmentos de obris de S. I. Hayakawa.
Faber and Faber, Ltd., Publishers: Poem, or Beauty Hurts Mr. Vinal, Selected
Poems, por E. E. Cummings.
Fawcett Publications, Inc.: Fragmentos de True Confessions, agosto de 1948.
Obsequio de True Confessions. Copyright 1948, Fawcett Publications, Inc.
Harcourt, Brace & World, Inc.: Fragmentos de T. S. Eliot; de The Meaning of
Meaning, 3a edicin, por C. K. Ogden y I. A. Richards; de The Childs Conception of
the World, de Jean Piaget; de Theory of Literature, de Rene Wellek y Austin Warren,
copyright, 1949, por Harcourt, Brace & World, Inc.; Naming of Parts, de A Map of
Verona and Other Poems, de Henry Reed, copyright, 1947, por Henry Reed; de
Modern Man in Search of a Soul, de Cari Jung; Poem, or Beauty Hurts Mr. Vinal,
copyright, 1926, por Horace Liveright; renovado, 1954, por E. E. Cummings,
reimpreso de Poems 1923-1954, por E. E. Cummings, con permiso de Harcourt,
Brace & World, Inc.
Harper & Row, Publishers, Incorporated: Fragmentos de People in Quandaries,
de Wendell Johnson; The Mind in the Making, de James Harvey Robinson; de Union
Now with Britain, de Clarence Streit; de Quo Vadimus?, de E. B.
White; Commuter, de The Lady Is Cold, de E. B. White, copyright 1929, por
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Harper & Row, Publishers, Incorporated, reproducido con su permiso.
Holt, Rinehart and Winston, Inc.: Fragmentos de Language, de Leonard
Bloomfield; Terence, This Is Stupid Stuff, de A Shropshire Lad edicin
autorizada de Complete Poems, de A. E. Housman, copyright 1959, de Holt,
Rinehart and Winston, Inc, reprod. autorizada de Holt, Rinehart and Winston, Inc.;
Happiness, de Chicago Poems, de Cari Sandburg, copyright 1916 por Holt,
Rinehart and Winston, Inc., copyright renovado en 1944, por Carl Sandburg, reprod.
con autorizacin de Holt, Rinehart and Winston, Inc.; editorial Forty nine Per Cent
Sympathy, de Forty Years on Main Street, de William Alien White, copyright 1937
por William Alien White, reprod. autorizada de Holt, Rinehart and Winston, Inc.
A. J. Liebling: Fragmentos de The Wayward Pressman.
Liveright Publishing Corporation: Fragmentos de: Lunacy Becomes Us, de
Adolfo Hitler y sus colaboradores, rec. por Clara Leiser. Con autorizacin de
Liveright, Publishers, N. Y. Copyright 1939, por Liveright Publishing Corp.
The Macmillan Company: The Snare, reimpreso con autorizacin del editor de
Collected Poems, de James Stephens, copyright 1915 por The Macmillan Company,
renovado en 1943 por James Stephens; fragmento reimpreso con permiso de The
Macmillan Company, de The Guns of August, de Barbara W. Tuchman, copyright
1962, por Barbara W. Tuchman.
Masses & Mainstream: Fragmento de The Cult of the Proper Word, de
Margaret Schlauch, New Masses, 15 de abril, 1947.
David McKay Company, Inc.: Fragmento de Pragmatism, de William James,
copyright, 1907.
Hughes Mearns: The Man Who Wasnt There. Reimpreso con permiso del
autor.
The Nation: Fragmento de The Nation, 26 de junio, 1948 (crtica de libros de
Rolfe Humphries, Jr.).
New Directions: Salutation, de Selected Poems, de Ezra Pound.
New Statesman & Nation: Fragmento de New Statesman & Nation, 5 de junio,
1948.
Pittsburgh Courierit Fragmento de un artculo de Rose Wilder Lane, publicado el
13 de mayo, 1944.
Political Science Quarterly: Fragmento de An American Dilemma, de Frank
Tannenbaum, Political Science Quarterly, septiembre de 1944.
Laurence Pollinger Limited: Fragmento de Morality and the Novel (en
Phoenix), de D. H. Lawrence, publicado en Inglaterra por William Heinemann Ltd.,
con autorizacin de Laurence Pollinger Limited y del Patrimonio de la fallecida
seora Frieda Lawrence; Happiness, de Chicago Poems, de Cari Sandburg,
publicada en Inglaterra por Jonathan Cape Limited.
Random House: Buick, de Karl Shapiro. Copyright 1941 por Karl Shapiro.
Reimpreso de Poems 1940-1953, por Karl Shapiro, autorizada por Random House,
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Inc.
The Reporter: Fragmento de The Case of the Orange Orange, de Marya
Mannes, The Reporter, 8 de marzo, 1956.
Routledge & Kegan Paul Ltd.: Fragmento de Modern Man in Search of a Soul,
por Cari G. Jung.
W. B. Saunders Company, Publishers: Fragmento de Principies of Dynamic
Psychiatry, de Jules Masserman.
Charles Scribners Sons: Invictus, de W. E. Henley; fragmentos de Haircut,
en Round Up, de Ring Lardner; de A Farewell to Arms de Ernest Hemingway.
Simon and Schuster, Inc.: Fragmento de Mathematics and the Imagination,
autorizada por Simon and Schuster, Publishers. Copyright, 1940, por Edward Kasner
y James Newman.
Sociedad de Autores: Terence, This Is Stupid Stuff, de A. E. Housman, con
permiso de la Sociedad de Autores, como representante literario del Patrimonio del
fenecido A. E. Housman y seores Jonathan Cape Ltd., editores de Collected Poems,
de A. E. Housman; extracto de The Listeners, de Walter de la Mare, con permiso de
los representantes literarios del mismo y de la Sociedad de Autores, como
representantes suyos.
St. Martins Press Incorporated: The Snare, de Collected Poems, de James
Stephens, publicada por Macmillan & Company Ltd. Reimpresa con autorizacin de
St. Martins Press Incorporated y la seora James Stephens.
Time: Fragmento de Time, 7 de octubre, 1929, 24 enero, 1949. Obsequio de Time,
Copyright Time Inc., 1929 y 1949.
The Viking Press, Inc.: Fragmento de Morality and the Novel (en Phoenix), de
D. H. Lawrence.
A. P. Watt & Son: Fragmento de The Ballad of East and West, de Rudyard
Kipling, de Barrack Room Ballads. Con autorizacin de la seora George
Bambridge, Macmillan Company of Canada Ltd., y seores Methuen & Co. Ltd.
E. B. White: Commuter, de The Lady Is Cold, de E. B. White.
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NOTA DEL TRADUCTOR
La traduccin de un libro de esta naturaleza tiene que ser forzosamente algo ms que
una mera versin literaria e ideolgica de su contenido: debe tener mucho de
interpretacin y, en algunas partes, no pocas, de adaptacin para el lector de habla
espaola.
EL LENGUAJE EN EL PENSAMIENTO Y EN LA ACCIN est escrito para un
pblico de habla inglesa y sobre la perspectiva de la cultura, literatura y sociologa
britnica y norteamericana, con un sentido del humor y un enfoque de los temas
completamente distinto en muchos casos del que adoptara un pensador o un escritor
de habla espaola. Esto se traduce principalmente en las Aplicaciones de cada
captulo, llenas de citas, fragmentos, poemas, discursos y dichos, chistes y hasta
expresiones paremiolgicas que, conservadas y traducidas tal como estn, no diran
gran cosa al lector y estudiante espaol o hispanoamericano.
Pues bien, como el libro es de ndole evidentemente didctica, y as lo manifiesta
explcitamente el doctor Hayakawa en una porcin de pasajes, como cuando dice, en
las Aplicaciones al Captulo 1, que uno de sus objetos es ayudar al lector a
entender ms claramente cmo funciona el lenguaje y a aplicar este entendimiento a
las situaciones prcticas de la vida, me he permitido modificar, en aras de la utilidad
para el lector, algunos matices expresivos de las ideas del libro, adaptndolas al
fondo y al contexto cultural en que se mueve y est formado el pblico al cual va
dirigida la obra. He sustituido las citas literarias, sobre todo los poemas, por otros
fragmentos de obras espaolas e hispanoamericanas, procurando conservar una
equivalencia, ms o menos lograda, en cuanto a tema, estilo y autor de cada una de
estas citas literarias. Digo ms o menos lograda, puesto que no puedo pretender que
la equivalencia sea perfecta, primero, porque, objetivamente, no existen en muchos
casos autores o fragmentos homlogos, y segundo, porque buscarlos en el ocano
inmenso de la literatura hispnica, y dar con rplicas o contrapartes exactas de los
autores de habla inglesa, requerira una seleccin crtica, a la que ya no podra
llamarse interpretacin ni adaptacin, sino verdadera colaboracin con el autor, cosa
que no es el objeto de esta presentacin sin pretensiones en castellano de la obra
original del pensador Hayakawa.
El lector comprender que hay un captulo, sobre todo el titulado Poesa y
publicidad, en que se han hecho particularmente necesarias esta adaptacin y estas
sustituciones: ni el estilo de los anuncios, ni su sentido del humor, ni el objeto o
artculo anunciado pueden ser iguales en las culturas norteamericana o britnica y
latinoamericana. En algunos casos, he respetado el criterio del autor con anuncios
reales de mercancas o especficos reales. Pero, en general, me ha parecido ms tico
y menos comprometido inventar los anuncios, que he llamado imaginarios.
En todo caso, he procurado ser fiel al que considero primer mandamiento
deontolgico del traductor: respetar completamente la idea del autor (aunque no se
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coincida con ella, como ocurre en algn pasaje de este libro) y procurar expresarla
con la energa, el colorido y la intencin con que la expresara l, de conocer el
castellano y escribir en la lengua de Cervantes[*].
A esto aado que en un libro sobre el lenguaje y la palabra, este respeto debe ser
particularmente esmerado, por lo trascendental del tema. En el mundo catico de hoy,
la paz y la serenidad tienen que venir de la Palabra, que es el Verbo, que es el Logos,
que es Dios.
A. M. M.
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PRLOGO
Pensar con mayor claridad, hablar y escribir con mayor exactitud, escuchar y leer con
mayor penetracin: he aqu los objetivos del estudio del lenguaje desde los tiempos
del trivium medieval hasta la secundaria, el bachillerato y los centros universitarios
de nuestros das. En este libro se intentan realizar estos objetivos tradicionales segn
los mtodos de la semntica moderna, es decir, por medio de la comprensin
biolgica y funcional de la misin que cumple el lenguaje en la vida humana, y del
entendimiento de los distintos usos del mismo: el lenguaje para persuadir y para
dirigir la conducta, el lenguaje propio para transmitir informaciones y noticias, para
crear y expresar la cohesin social, y el lenguaje de la poesa y de la imaginacin.
Palabras que no proporcionan noticia alguna pueden poner en movimiento vagones
de crema de afeitar o de pasteles, como vemos en los anuncios comerciales por
televisin. Las palabras pueden poner en marcha a una multitud por las calles, y
sublevar a otra para apedrear a los manifestantes. Palabras que no significan nada en
prosa pueden tener mucha profundidad en poesa. Palabras sencillas y claras para
unos pueden ser ambiguas y oscuras para otros. Con palabras disimulamos nuestros
motivos ms inconfesables y nuestra peor conducta, pero tambin con palabras
expresamos nuestros ideales y aspiraciones ms sublimes. Comprender cmo
funciona el lenguaje, qu defectos oculta, cules son sus posibilidades, es entender la
complicada esencia del negocio de vivir la vida de un ser humano. Ocuparse de la
relacin entre lenguaje y realidad, entre las palabras y lo que representan en los
pensamientos y emociones de quien las pronuncia o las escucha, es enfocar el estudio
del lenguaje, como disciplina intelectual y moral al mismo tiempo.
Acaso con un ejemplo expresemos mejor lo que queremos decir. Qu debe hacer
el maestro cuando oye decir a uno de sus alumnos en la clase: Las cenorias no van a
darse bien este ao? Tradicionalmente, los profesores de castellano y del arte de
hablar han credo que su deber era corregir la gramtica, pronunciacin o diccin
defectuosa del nio para educarlo lingstica y literariamente. Pero el maestro que
entienda de semntica preferir hacer otra cosa. Har al pequeo preguntas como
sta: A qu zanahorias te refieres? A las zanahorias de la finca de tu padre, o en
general a todas las del pueblo? Cmo lo sabes? Es observacin personal tuya? Se
lo has odo a gente que entiende de esto?. En una palabra: el maestro de semntica
inculcar a sus estudiantes un positivo inters, ante todo, por la verdad, la exactitud y
la objetividad de cualquier cosa que diga. Ocurre muchas veces que, cuando los
alumnos que estn ya aburridos de estudiar gramtica y componer frases, se interesan
por el contenido y los fines de la comunicacin entre los hombres, se acaba su
animosidad contra la instruccin lingstica, y se resuelven sus problemas de
correccin gramatical y sintctica.
Hoy la gente se hace cargo, quiz como nunca, del papel que desempea la
comunicacin en los asuntos humanos. Esto se debe en gran parte a las tensiones
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apremiantes que existen por todas partes entre nacin y nacin, clase y clase,
individuo e individuo, en este mundo en proceso de rpido cambio de reorganizacin.
Tambin se debe a los enormes poderes que laten en los grandes medios de difusin o
comunicacin la prensa, el cine, la radio y la televisin para bien y para mal,
como hasta el hombre ms superficial es capaz de comprender.
El tubo de vaco especialmente ha producido en el siglo XX una revolucin en la
comunicacin, ms profunda probablemente y de efectos ms vastos que la imprenta,
inventada en el Renacimiento. Las aspiraciones cada da mayores de los habitantes de
la Amrica Latina, de Asia y de Africa se deben a los adelantos de los transportes y
comunicaciones: el avin, el jeep y el helicptero, portadores de peridicos, revistas y
pelculas, y especialmente la radio. Discpulos mos africanos me dicen que, en
millares de aldeas remotas, la gente que antes no tena ms contactos culturales que el
villorrio vecino, hoy anda por todas partes con sus radios de bolsillo, operadas por
bateras, captando noticias de Londres, Nueva York, Tokio y Mosc, y empiezan a
sentir deseos de convertirse en ciudadanos de un mundo mayor que el que han
conocido hasta ahora.
La televisin est tambin contribuyendo a cambiar el mundo. As, por ejemplo,
la televisin comercial norteamericana invita a todo el mundo a gozar de los
beneficios de una cultura industrial y democrtica, comprando dentfricos,
detergentes y automviles, interesndose por los asuntos nacionales e internacionales,
y compartiendo las emociones, ilusiones, aspiraciones y valores descritos en sus
entretenidos programas. Lo que la televisin dice a los blancos, va dirigido
igualmente, acaso sin caer en la cuenta, a los negros, que constituyen una dcima
parte de la nacin. No es extrao, por tanto, que los negros busquen cada da con ms
inters, no slo mejores oportunidades de trabajo, sino la plenitud de sus derechos
como consumidores de alimentos, bebidas y artculos de vestir, gozando de todo esto
como cualquier otro norteamericano. Una revolucin en los tipos y tcnicas de
comunicacin siempre produce ms consecuencias de lo que uno se imagina cuando
se introducen las primeras innovaciones. La densidad creciente de los medios de
comunicacin en la nacin y en el mundo entero, consecuencia de los progresos
tecnolgicos, representa un ritmo acelerado de cambio social, y por tanto, una
necesidad mayor de preparacin semntica para todos los hombres.
El contenido original de este libro, publicado en 1941 con el ttulo de Language
in Action (El lenguaje en accin), constituy en muchos aspectos una reaccin contra
los peligros de la propaganda, evidenciados en el xito que tuvo Adolfo Hitler para
arrastrar a millones de seres humanos a sus ideas maniticas y destructivas. Su autor
estaba entonces convencido, y as sigue, de que todo el mundo debe adoptar una
actitud habitualmente crtica respecto al lenguaje suyo y al de los dems, por su
propio bien personal y para cumplir adecuadamente sus funciones de ciudadano. Ya
Hitler desapareci; pero, si bien la mayora de nuestros conciudadanos son ms
susceptibles a los lemas del miedo y del odio racial que a los de la convivencia
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pacfica y el respeto mutuo entre los seres humanos, nuestras libertades polticas
estn a merced de cualquier demagogo elocuente y sin escrpulos.
La semntica es el estudio de la interaccin humana a travs de la comunicacin.
Esta lleva a veces a la cooperacin, pero tambin al conflicto. El postulado tico de la
semntica, anlogo al mdico de que la salud es mejor que la enfermedad, es que la
cooperacin es preferible al conflicto. Este postulado, implcito en Language in
Action, qued explcitamente propuesto como tema central y unificador en El
lenguaje en el pensamiento y en la accin, ampliacin de la obra anterior, publicada
en 1949. Sigue siendo el tema central de la presente edicin revisada.
Los cambios principales que se le han introducido son de dos clases. En primer
lugar, se le ha aadido mucho original nuevo, con el ttulo de Aplicaciones, al fin
de cada captulo. Un libro de semntica no es algo que se lee y luego se olvida. Sus
principios deben ensayarse en el propio pensar, hablar, escribir y proceder, para que
produzcan frutos; hay que comprobarlos con la propia experiencia y observacin. Por
eso, las Aplicaciones tienen un doble fin: ofrecen al lector un procedimiento para
asimilar el punto de vista del semntico, emprendiendo investigaciones y ejercicios
de semntica por su cuenta adems de leer la teora respectiva. Constituyen tambin
un medio para que el lector no se atenga a la simple palabra del autor respecto a la
verdad de cuanto se contiene en este libro. (Es de esperar adems que las
Aplicaciones resulten amenas para el lector. Tenemos la suerte de que el mundo
est lleno de individuos que dicen y escriben absurdos maravillosos para el cuaderno
de apuntes del semntico).
En segundo lugar, esta edicin se ha revisado a fondo para aprovechar las ltimas
obras y progresos en el campo de la semntica. El estudio de la orientacin
dilemtica se ha aumentado y detallado de conformidad con las ideas actuales sobre
el tema, especialmente en el campo de la sicologa social. La exposicin de la
orientacin intencional se ha vuelto a escribir en aras de una mayor claridad. La
publicidad ha sido caracterstica saliente del medio semntico norteamericano, pero
ha cobrado an mayor importancia con el desarrollo de la televisin, por lo cual cala
ms hondo que nunca en nuestra vida. Se ha aadido un nuevo captulo sobre Poesa
y publicidad para estimular el estudio, literario y sicolgico, de la influencia exacta
que ejerce sobre nosotros el anuncio publicitario.
Merece mi reconocimiento ms profundo Alfred Korzybski, por su Semntica
General (sistema no aristotlico). Tambin he utilizado mucho las obras de otros
autores y elaboradores del pensamiento semntico, especialmente C. K. Ogden y I. A.
Richards, Thorstein Veblen, Edward Sapir, Leonard Bloomfield, Karl R. Popper,
Thurman Arnold, Jerome Frank, Jean Piaget, Charles Morris, Wendell Johnson,
Irving J. Lee, Ernst Cassirer, Anatol Rapoport, Stuart Chase. Tambin estoy
profundamente agradecido a numerosos siclogos y siquiatras, que en uno u otro
punto de vista importante se inspiraron en Sigmund Freud, entre los cuales cito a los
siguientes: Karl Menninger, Trigant Burrow, Carl Rogers, Kurt Lewin, N. R. F.
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Maier, Jurgen Ruesch, Gregory Bateson, Rudoph Dreikurs, Milton Rokeach. Tambin
me han valido mucho las obras de antroplogos culturales como Benjamn Lee
Whorf, Ruth Benedict, Clyde Kluckhohn, Leslie A. White, Margaret Mead, Weston
La Barre.
La penetracin en la conducta simblica humana y en la interaccin humana a
travs de mecanismos simblicos, procede de diversas disciplinas: no slo de la
lingstica, filosofa, sicologa y antropologa cultural, sino de las investigaciones
sobre las actitudes y la opinin pblica, de las nuevas tcnicas sicoterpicas, de la
fisiologa y neurologa, de la biologa matemtica y de la ciberntica. Cmo se
combinan y sintetizan todos estos puntos de vista heterogneos? Esta es una tarea que
no presumo haber realizado aqu, pero he estudiado el problema con el suficiente
detenimiento para llegar a la conclusin de que no puede hacerse sin algn conjunto
de principios amplios e informadores, como los de la Semntica General de
Korzybski.
Como una relacin, aun incompleta, de las fuentes hara interminables estas
pginas, en lugar de una documentacin detallada inserto al final de la obra una lista
de libros que me han parecido particularmente tiles. Pero ninguno de los autores que
he consultado es responsable de los errores o defectos de este libro ni de las libertades
que me he tomado en la nueva explicacin, aplicacin y modificacin de las teoras
existentes.
Los profesores Leo Hamalian y Geoffrey Wagner, del Departamento de Ingls del
City College de Nueva York, amigos y colaboradores mos en esta edicin, han ledo
la preparacin de cada una de estas pginas y aportado la mayor parte de las nuevas
Aplicaciones. Sus sugerencias e ideas, basadas en muchos aos de enseanza
acadmica de la semntica y en su vasta lectura y erudicin, han enriquecido todo
este volumen. Expreso tambin mi gratitud al fallecido profesor Basil H. Pillar, del
Colegio de Antioquia, que me asesor en la edicin de 1949, de El lenguaje en el
pensamiento y en la accin; muchas indicaciones y adiciones suyas forman todava
parte del contenido y la estructura de la edicin presente. Tambin mi reconocimiento
a muchos estudiosos; a numerosos colegas de mi profesin docente; a jefes de
empresas, directores de adiestramiento y publicistas; a amigos del campo de la
medicina, del derecho, de las relaciones laborales y del Gobierno (especialmente del
servicio diplomtico) cuyas crticas y observaciones me han ayudado a esclarecer y
ampliar mis puntos de vista.
S. I. H.
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LIBRO PRIMERO
PRLOGO
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Cuando se llega a un acuerdo o convenio en los asuntos humanos SE
LOGRA MERCED A PROCESOS LINGSTICOS, O NO SE LOGRA EN ABSOLUTO.
Una vez, hace mucho tiempo, decenas de milenios antes de que empezara la
historia, la gente se preocupaba por la condicin catica de su vida, como ha venido
ocurriendo tantas veces desde entonces. Porque, en aquellos tiempos, los hombres se
apoderaban por la fuerza de las mujeres que deseaban. No haba modo de detenerlos.
El que quera a una mujer, pero se enteraba de que ya era compaera de otro
hombre, no tena ms que matarlo y llevrsela a rastras a su casa. Naturalmente, otro
podra matarlo despus a garrotazos para arrebatrsela, pero haba que jugarse ese
albur si se quera a una mujer.
Por tanto, no haba gran cosa de lo que pudiera llamarse vida de familia. Los
hombres estaban constantemente acechndose a hurtadillas.
Y el tiempo que pudiera emplearse en pescar, cazar o elevar de cualquiera otra
manera el nivel general de vida, se gastaba en incesantes e inquietas medidas para
defender a la propia mujer.
Mucha gente comprenda que aquella no era forma de vida propia de seres
humanos. Por eso, se decan unos a otros:
La verdad es que somos criaturas extraas. En algunos aspectos, estamos
altamente civilizados. Ya no comemos carne cruda como nuestros salvajes
antepasados. Nuestros tcnicos han perfeccionado las cabezas de flecha de pedernal e
inventado poderosos arcos, de forma que podemos matar al ciervo ms rpido.
Nuestros brujos predicen qu peces van a llenar los ros, y nuestros curanderos
acaban con las enfermedades. En el Instituto de Estudios Avanzados de Notecnirp,
dicen que un grupo de jvenes de talento estn organizando una danza para hacer que
llueva. Poco a poco vamos dominando los secretos de la Naturaleza, y estamos en
condiciones de vivir como hombres civilizados y no como animales.
Sin embargo continuaban diciendo, no hemos logrado dominarnos a
nosotros mismos. Hay quienes siguen arrebatando por la fuerza a las mujeres, por lo
cual todos los hombres viven en constante temor de sus semejantes. La gente
comprende, claro est, que hay que acabar con toda esta matanza, pero nadie lo hace.
El problema fundamental de los problemas humanos, el de tener una pareja y criar a
sus hijos segn un sistema decente y de orden, sigue sin resolver. Mientras no
arbitremos una manera para que la relacin entre hombre y mujer se asiente en una
base decorosa y humana, carecen de sentido nuestras aspiraciones a la civilizacin.
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Durante muchas generaciones los hombres sensatos de la tribu estuvieron dando
vueltas al problema. Cmo podran los hombres y las mujeres vivir juntos en paz
con sus hijos, protegidos de los atropellos de unos cuantos, que mataban a troche y
moche para poseer a sus mujeres?
Paulatinamente, tras siglos de discusiones tentativas, dieron con una solucin.
Propusieron que los hombres y las mujeres decididos a vivir juntos con carcter
permanente se uniesen en virtud de un contrato, palabra que para ellos significaba
la pronunciacin de solemnes promesas ante los sacerdotes de la tribu, respecto a su
conducta futura. Este contrato se llam matrimonio. El hombre que lo contraa se
denominara marido, y la mujer, esposa.
Propusieron, adems, que este contrato fuese observado y respetado por todos los
individuos de la tribu. O sea, si, por ejemplo la mujer Caahejas era la esposa de
Cejas Negras, todos los miembros de la tribu tenan que estar de acuerdo en que no se
les poda molestar en sus relaciones domsticas. Propusieron tambin que si alguno
desdeaba este contrato y mataba a otro hombre para llevarse a su esposa, debera ser
castigado por la fuerza colectiva de la autoridad tribea.
Para poner por obra estas propuestas, se convoc a una gran asamblea de
delegados de todas las ramas de la tribu. Unos se presentaron muy alegres, con la
esperanza de que la humanidad iba a entrar en una nueva era. Otros llegaron
alicados, pesimistas, con pocas ilusiones sobre los resultados de la conferencia,
aunque convencidos de que por lo menos vala la pena hacer algo. Otros concurrieron
sencillamente porque haban sido designados delegados con todos los gastos pagados,
y estaban dispuestos a apoyar a la mayora.
Pero, durante toda la conferencia, un corpulento e inculto salvaje, apodado Ojo
Rojo, el Atavismo, tan descarado que siempre tena seguidores a pesar de su roma
personalidad, estuvo barbotando comentarios despectivos desde los extremos del
gento. Llamaba a los delegados visionarios, chalados, teorizantes imprcticos,
soadores despiertos, mentecatos y poco hombres. Entre risotadas, zumbaba
que muchos delegados haban sido antao ladrones de mujeres. (Desgraciadamente,
en esto tena razn).
Gritaba a Manos Velludas, uno de los delegados:
No creers que Patas Pardas va a dejar en paz a tu mujer porque haga una
promesa, verdad?
Y grit tambin a Patas Pardas:
No creers que Manos Velludas va a dejar en paz a tu mujer porque lo prometa,
verdad?
Y se mofaba de todos los delegados, diciendo que aquella discusin eran
paparruchas pedantes, porque quin haba odo hablar nunca de marido, mujer y
matrimonio, y todas aquellas majaderas elegantes en choctaw, dialecto de la tribu?
Luego Ojo Rojo, el Atavismo se volvi a sus seguidores, la turba de gente
timorata y pusilnime, que siempre se daba nimos con el tono destemplado de su
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voz, y berre:
Miren a estos delegados imbciles, mrenlos. Creen que van a poder cambiar
la naturaleza humana!
Al or esto, la turba de secuaces suyos estall en carcajadas y se puso a repetir:
Ah, ah! Se creen que pueden cambiar la naturaleza humana!
Con aquello se acab la conferencia. Pasaron otros dos mil aos antes de que el
matrimonio quedase establecido definitivamente en la tribu, dos mil aos durante los
cuales murieron innumerables hombres defendiendo a sus mujeres, y los que no
codiciaban las hembras de su prjimo se mataban unos a otros para evitar ser
muertos, dos mil aos durante los cuales languidecieron las artes de la paz, dos mil
aos que la gente pas desesperando del soado y remoto futuro en que el hombre
pudiera vivir con la mujer a quien quera, sin tener que armarse hasta los dientes y
montar guardia da y noche.
* * *
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1. LENGUAJE Y SUPERVIVENCIA
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empean en buscar sus modelos entre los animales, no pueden darle lecciones de
supervivencia sino las fieras rapaces?
No estara mal, por ejemplo, parar mientes en el conejo o en el corzo y cifrar la
aptitud de supervivencia en la rapidez de escapar de los enemigos. Pudiramos
fijarnos en la lombriz de tierra o en el topo, y cifrarla en la capacidad de esconderse y
escabullirse. O estudiar a la ostra y a la mosca casera, cuya capacidad de
supervivencia consiste en que se propagan con ms rapidez que la de sus enemigos en
devorarlas. De buscar a los animales por modelo, ah est el cerdo, al que muchos
seres humanos han querido emular desde el principio de los tiempos. (Recurdese que
Circe alent en la Odisea ingeniosa y prcticamente a quienes tenan esas
tendencias). Vemos, en el Brave New World de Aldous Huxley, un mundo obra de
quienes quieren modelar a los seres humanos como hormigas sociales. El mundo,
dirigido por un grupo de supercerebros, podra funcionar tan concorde y
ordenadamente y con la misma eficiencia que un hormiguero, y tambin tan sin ton ni
son, como indica Huxley. Basta con echar un vistazo al mundo de los animales, si en
ellos buscamos la capacidad de supervivencia, para ver que no hay limite a los
sistemas infrahumanos de conducta que pudieran imaginarse: podramos emular a las
langostas, a los perros, a los papagayos, a los gorriones, a las jirafas, a los zorrillos, y
hasta a las lombrices parsitas, porque no cabe duda que han sabido sobrevivir de una
u otra manera. Pero todava cabe preguntar si la supervivencia humana no girar en
torno a una capacidad especficamente distinta de la de los animales.
Como en general la gente cree que el perro devora al perro, la supervivencia de
los mejores en nuestro mundo es una filosofa que debe estudiarse a la luz de la
ciencia presente, aunque la bomba de hidrgeno ha abierto los ojos a algunos para
comprender la necesidad de un cambio de filosofa. Los bilogos distinguen dos tipos
de lucha por la vida. Primero, la lucha interespecfica, o sea, entre las distintas
especies animales, como zorras y venados, hombres y bacterias. Segundo, la
intraespecfica, entre los miembros de una misma especie, hombres contra hombres,
o ratas contra ratas. Hay muchos indicios en la biologa moderna de que las especies
que han desarrollado medios complicados de competencia intraespecfica,
frecuentemente no son aptos para la lucha interespecfica, por lo cual o ya han
perecido esas especies o estn en vas de extincin. Aunque la cola le valga al pavo
real para la competencia sexual con otros pavos reales, constituye un engorro para
abrirse camino en el medio ambiente o luchar con otras especies. Por eso, el pavo real
podra quedar eliminado de la noche a la maana merced a un cambio sbito en el
equilibrio ecolgico. Hay pruebas tambin de que el vigor y la fiereza para atacar y
matar a otros animales, lo mismo en la lucha interespecfica que en la intraespecfica,
nunca ha bastado por s solo para garantizar la supervivencia de la especie. Muchos
gigantescos reptiles, dotados de magnficas armas ofensivas y defensivas, dejaron de
arrastrarse por la tierra hace millones de aos[1].
Para hablar de la supervivencia humana, una de las primeras cosas que hay que
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hacer, aun suponiendo que los hombres tengan que luchar para vivir, es distinguir
entre las cualidades que les valen para defenderse del medio y de otras especies
(inundaciones, tormentas, al mismo tiempo que animales salvajes, insectos o
bacterias) y las que necesitan para luchar con otros hombres (como la agresividad).
El principio de que si no peleamos juntos seremos ahorcados por separado, fue
descubierto por la Naturaleza mucho antes que por los hombres. La cooperacin
dentro de la especie (y a veces, con otras especies) es esencial para la supervivencia
de la mayor parte de los seres vivos. Adems, el hombre es el animal que habla; y la
teora de su supervivencia que no tome en cuenta este hecho no es ms cientfica que
la de la supervivencia del castor, haciendo caso omiso de cmo usa este animal sus
dientes y su cola aplastada. Veamos lo que significa el habla, la comunicacin
humana.
Cooperacin
Cuando alguien nos grita, Cuidado!, y uno da un salto para evitar a duras penas ser
arrollado por un automvil, debemos nuestra salvacin al acto cooperativo
fundamental, merced al cual sobreviven los animales superiores, o sea, la
comunicacin por el sonido. No vimos venir al vehculo, pero alguien lo vio y emiti
ciertos sonidos para ponernos en guardia. En otras palabras: aunque nuestro sistema
nervioso no percibi el peligro, salimos indemnes porque otro sistema nervioso lo
capt. Nos beneficiamos de este otro sistema adems del nuestro.
De hecho, casi siempre que omos los ruidos que hace la gente, o vemos sobre el
papel las marcas negras que representan estos ruidos, estamos aprovechando las
experiencias de los dems para compensar lo que a nosotros se nos escap.
Evidentemente, cuanto ms pueda utilizar uno los sistemas nerviosos de los dems
para suplementar el propio, ms fcil le ser sobrevivir, y desde luego, cuantos ms
individuos haya en un grupo cooperativo de ruidos de uno a otro, mejor para todos,
dentro de los lmites, naturalmente, de los talentos organizadores del grupo en el
campo social. Las aves y los dems animales se unen con los de su especie y emiten
sus ruidos cuando encuentran alimento o se asustan por algo. En realidad, lo mismo
los animales que los hombres tienen que aliarse para sobrevivir y defenderse, uniendo
sus sistemas nerviosos ms todava que su fuerza fsica. Las sociedades animales y
humanas pudieran considerarse casi como enormes cooperativas de sistemas
nerviosos.
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Sin embargo, mientras los animales no utilizan ms que unos cuantos gritos, los
seres humanos emplean sistemas extraordinariamente complicados de farfullar, silbar,
gorgotear, cloquear y arrullar, que reciben el nombre comn de lenguaje, con el cual
expresan y comunican lo que pasa por sus sistemas nerviosos. Adems de
complicado, el lenguaje es extraordinariamente ms flexible que los gritos animales
de que deriva, hasta el punto de que no slo puede usarse para comunicar la inmensa
variedad de fenmenos que pasan por el sistema nervioso humano, sino para
comunicar estas comunicaciones. Es decir, cuando gae un animal, quiz haga gair
a otro, por imitacin o por susto; pero el segundo no gae sobre el gaido del
primero. En cambio, cuando un hombre dice, Veo un ro, y otro replica, Este dice
que ve un ro, tenemos una afirmacin sobre otra afirmacin. Respecto a sta pueden
hacerse otras, y otras ms. En una palabra, el lenguaje puede versar sobre el
lenguaje. En esto difieren fundamentalmente los sistemas humanos de sonido, de los
ritos animales.
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vecinos, amigos y parientes, que se la comunican por medio del lenguaje. Por tanto,
en lugar de padecer las limitaciones de su experiencia y saber, en lugar de tener que
descubrir lo que ya han descubierto otros y de explorar las sendas falsas que ellos
exploraron, repitiendo sus errores, puede arrancar de lo que dejaron los dems, y
continuar su trayectoria. Es decir, el lenguaje hace posible el progreso.
En realidad, la mayor parte de las caractersticas humanas, como las llamamos, de
nuestra especie se expresan y desarrollan gracias a nuestra capacidad de cooperar con
nuestros sistemas de ruidos significativos y de trazos expresivos sobre el papel. Aun
los miembros de culturas atrasadas, en las que no se haba inventado la escritura,
pueden intercambiar informacin y transmitir de generacin en generacin
considerables contingentes de saber tradicional. Pero, sin embargo, parece haber un
lmite tanto para el volumen como para lo exacto del saber que puede transmitirse
oralmente[2]. Pero cuando se inventa la escritura, se da un tremendo paso adelante.
Puede comprobarse una y otra vez, por las generaciones sucesivas de observadores, la
exactitud de los informes. Cesa de estar limitado el caudal del saber acumulado,
porque la gente puede recordar lo que se le ha dicho. La consecuencia es que, en
cualquier cultura de unos cuantos siglos, los seres humanos que sepan leer y escribir
acumulan vastos depsitos de saber, muy superiores a lo que un solo individuo de
dicha cultura es capaz de leer, cuanto ms de recordar, en toda su vida. Estos caudales
de saber, en constante aumento, quedan a disposicin de cuantos los deseen, a travs
de procedimientos mecnicos como la imprenta y de organismos distribuidores como
el mercado de libros, el peridico, la revista y los sistemas de bibliotecas. As, todos
los que podemos leer los principales idiomas europeos o asiticos estamos
potencialmente en contacto con los recursos intelectuales de siglos de actividad
humana en todo el mundo civilizado.
Un mdico, por ejemplo, que no sepa cmo curar a un paciente de alguna
enfermedad rara, puede consultar la dolencia en el Index Medicus, el cual a su vez lo
mandar a los diarios mdicos de todas las partes del mundo. En ellos encontrar
casos parecidos descritos por algn mdico de Rotterdam, Holanda, en 1913, o por
otro de Bangkok, Siam, en 1935, y varios de Kansas City en 1954. Una vez en
posesin de esos datos, puede bandearse mejor con su caso. Igualmente, si alguien
tiene un problema tico, no tiene por qu limitarse al consejo del pastor de la iglesia
baptista prxima; puede acudir a Confucio, Aristteles, Jess, Spinoza y tantos otros,
cuyas reflexiones sobre cuestiones ticas estn publicadas. Si le preocupa un caso
sentimental de amor, no slo puede consultrselo a su madre o a su amigo, sino a
Safo, Ovidio, Propercio, Shakespeare, Havelock Ellis, o a cualquiera de los millares
que supieron algo de eso y lo consignaron por escrito.
Es decir, el lenguaje es el mecanismo indispensable de la vida humana, de una
vida como la nuestra, formada, orientada, enriquecida y hecha posible gracias a las
experiencias pasadas de los miembros de nuestra especie. Que sepamos, los perros,
los gatos y los chimpancs no aumentan su sabidura, su informacin ni el control de
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su medio, de generacin en generacin. Pero los seres humanos, s. Los triunfos
culturales de las edades, el invento del cocinar, de las armas, de la escritura, de la
imprenta, de los mtodos de construccin, juegos, diversiones, medios de transporte y
los descubrimientos de las artes y de las ciencias, nos llegan como ddivas gratuitas
de los muertos. Aunque no hemos hecho nada por merecerlas, nos brindan no slo la
oportunidad de una vida superior a la de nuestros antepasados, sino la de aumentar la
suma de las realizaciones humanas con nuestras propias aportaciones, por modestas
que sean.
Por eso, saber leer y escribir es aprovechar y participar del logro mayor de la
humanidad, que hace posibles todos los dems, el depsito de nuestras experiencias
en los grandes archivos cooperativos del saber, a disposicin de todos, a excepcin de
los posibles privilegios, censuras o supresiones especiales que se opongan a ello.
Desde el grito de aviso del hombre primitivo hasta el ltimo documental flmico o la
ltima monografa cientfica, el lenguaje es social. La cooperacin cultural o
intelectual es el gran principio de la vida humana.
No es principio fcil de aceptar o comprender, ni mucho menos, pero nos gustara
creerlo como verdad piadosa, porque somos gente de buenas intenciones. Vivimos en
una sociedad caracterizada por un alto grado de competencia; cada cual trata de
superar a los dems en dinero, popularidad o prestigio social, vestido, grados
acadmicos o resultados de golf. Al leer nuestros diarios, siempre nos llegan noticias
de conflictos, ms bien que de cooperacin: conflictos entre obreros y patronos, entre
corporaciones o estrellas de cine rivales, entre partidos polticos y naciones
antagonistas. Sobre todos nosotros se cierne el pavor perpetuo de otra guerra ms
inconcebiblemente horrible que la ltima. Muchas veces se siente uno tentado a
afirmar que el conflicto, no la cooperacin, es el gran principio que regula la vida
humana.
Pero lo que pasa por alto esa filosofa, pese a toda la competencia superficial, es
que hay un enorme substrato de cooperacin que no se advierte siquiera, pero
mantiene en marcha al mundo. La coordinacin de las actividades de los ingenieros,
actores, msicos, camargrafos, compaas de valores, mecangrafas, directores de
programas, empresas publicitarias, escritores y mil ms, es necesaria para organizar
un solo programa de televisin. Centenares de millares de personas cooperan en la
produccin automovilstica, entre ellos, los abastecedores y proveedores de materias
primas de todas las partes del mundo. Cualquier actividad industrial organizada es un
acto de cooperacin complicada, en que cada trabajador aporta su granito de arena. El
paro y la huelga constituyen un retiro de la cooperacin: se dice que se vuelve a lo
normal cuando se restablece esa cooperacin. Quiz compitamos individualmente por
un empleo, pero en cuanto lo tenemos, nuestra funcin es contribuir a su tiempo y
lugar a la serie innumerable de actos cooperativos que con el tiempo se traducirn en
automviles manufacturados, en pasteles expuestos en los escaparates de las
confiteras, en tiendas de departamentos al servicio de sus clientes, en la salida a sus
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horas de trenes y aeroplanos. Pero lo que a nosotros nos importa aqu es que toda esta
coordinacin de esfuerzos necesaria para que funcione la sociedad, se logra a base
del lenguaje, o no se logra en absoluto.
Y de qu manera afecta todo esto al seor T. C. Mits[3]? Desde que abre la radio para
escuchar las primeras noticias matutinas hasta que cae dormido por la noche sobre
una novela o una revista, nada en un mar de palabras, como cuantos viven en las
condiciones civilizadas modernas. Directores de peridicos, polticos, agentes de
ventas, locutores de radio, columnistas, oradores de almuerzos de clubes, clrigos,
colegas suyos, amigos, parientes, su mujer y sus hijos, los informes del mercado, los
anuncios por correo, los libros y las carteleras, lo asaltan con sus palabras el da
entero. Y l, por su parte, contribuye tambin a ese Nigara verbal cada vez que
desencadena una campaa publicitaria, pronuncia un discurso, escribe una carta o
charla con su familia.
Cuando las cosas no marchan bien en su vida cuando est preocupado, perplejo
o nervioso; cuando los asuntos familiares, industriales o nacionales no van como l
quisiera; cuando le sale mal uno y otro negocio personal o financiero echa la culpa
de sus dificultades a una porcin de cosas. A veces, se mete con el tiempo; otras lo
achaca a su salud o al estado de sus nervios, o bien a sus glndulas; si el problema es
grave, quiz se lo reproche al medio, al sistema econmico en que vive, a alguna
nacin extranjera o a los valores culturales de su sociedad. Cuando piensa en las
dificultades de los dems, acaso las atribuya tambin a causas anlogas, y hasta aada
otra: la naturaleza humana. (No echa la culpa a su propia naturaleza humana,
como no sea que ande muy mal la cosa). Rara vez se le ocurre, si es que se le ocurre,
investigar, por ejemplo, la naturaleza y los elementos de ese Nigara diario de
palabras, como fuente posible de sus problemas.
De hecho, en muy pocas ocasiones piensa el seor Mits en el lenguaje. Se detiene
de cuando en cuando a cavilar sobre un punto gramatical. A veces, no queda
satisfecho con su expresin verbal y se pone a planear el mejoramiento de su
vocabulario. De cuando en cuando lee anuncios sobre la manera de mejorar su poder
de expresin, y cree que debera tomar medidas para adquirir ms capacidad
persuasiva, y hasta quiz compre un libro o tome un cursillo que lo tranquilizar por
una temporada. Ante el Nigara torrencial de palabras las revistas que no tiene
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tiempo de leer y los libros que le consta debera consultar se pone a cavilar si no le
convendra matricularse en un curso de lectura rpida.
No es raro el caso de que le extrae que algunas personas (entre las cuales nunca
se incluye, claro) tergiversen el significado de las palabras, especialmente durante
alguna discusin, con lo cual la terminologa se embrolla. De cuando en cuando
advierte, casi siempre exasperado, que las palabras significan cosas distintas para las
distintas personas. Esto, piensa, podra enmendarse con slo que la gente consultase
ms a menudo su diccionario y aprendiese la acepcin verdadera de las palabras.
Pero le consta que no lo van a hacer por lo menos, ms a menudo que l, quien por
cierto no maneja el diccionario muy frecuentemente, as que da carpetazo al
asunto, atribuyndolo tambin a la debilidad de la naturaleza humana.
Desgraciadamente, ste es ms o menos el lmite de las especulaciones
lingsticas del seor Mits; de ah no pasa. Y conste que est representando en esto no
slo al pblico en general, sino a muchos trabajadores cientficos, publicistas y
escritores. Como la mayor parte de la gente, se preocupa tanto por las palabras como
por el aire que respira, y las acepta y emplea sin ms ni ms. (Despus de todo, viene
hablando desde lo que alcanza a recordar). Su cuerpo se acomoda automticamente,
con sus limitaciones, claro, a los cambios climticos y atmosfricos, del fro al calor,
de la sequa a la humedad, del aire fresco al viciado; no necesita un esfuerzo
consciente para amoldarse. Sin embargo, no tiene inconveniente en reconocer el
efecto que el clima y el aire ejercen en su bienestar fsico, y toma las medidas
necesarias para protegerse del aire insano, retirndose a otra parte o creando sistemas
de aire acondicionado para purificarlo. Pero el seor Mits, como cualquiera de
nosotros, se ajusta tambin automticamente a los cambios en el clima verbal, de un
estilo a otro, de una terminologa a otra, alterando sus hbitos de escuchar segn las
distintas situaciones sociales, sin esfuerzo consciente. No obstante, tiene que
reconocer el efecto de su clima verbal para su salud y bienestar mental.
A pesar de todo, el seor Mits se arma un lo con las palabras que absorbe y
emplea cada da. Las que lee en el peridico le hacen descargar el puo contra la
mesa del desayuno. Las palabras que le hablan sus superiores lo llenan de orgullo, o
le hacen trabajar ms duro. Las que ha odo a espaldas suyas sobre su misma persona
lo asquean. Las que pronunciara hace unos aos ante un ministro eclesistico lo han
atado a una mujer para toda la vida. Palabras que escribiera en unas hojas de papel lo
aherrojan a su empleo, o bien son la causa de que le lleguen cada mes cuentas por
correo, que le obligan a pagar y pagar constantemente. Las escritas por otros
individuos, en cambio, los obliga a ellos a pagarle mes tras mes. Desempeando un
papel tan importante las palabras en casi todos los detalles de su vida, parece extrao
que el seor Mits piense tan poco en el tema del lenguaje.
Ha observado, adems, que cuando los gobiernos totalitarios, por ejemplo,
permiten a grandes masas de la poblacin or y leer nicamente palabras
cuidadosamente cribadas y seleccionadas, su conducta se hace tan extraa, que le
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parecen locos. Pero tambin he notado que algunos individuos de la misma cultura y
con la misma oportunidad para manejar las distintas fuentes de informacin de que l
dispone, estn igualmente locos. Escucha lo que dicen algunos vecinos suyos y no
puede menos de extraarse: Cmo podrn pensar tales cosas? Pero no ven con sus
ojos las mismas cosas que yo? Tienen que estar locos! Se deber esta insensatez
tambin a la fragilidad inevitable de la naturaleza humana? El seor Mits se hace
estas preguntas y, como buen norteamericano a quien no gusta lo imposible, no se
queda satisfecho con la conclusin de que no puede hacerse nada por remediarlo,
pero muchas veces no ve salida a esa situacin. En alguna ocasin se acerca
tmidamente a otra posibilidad: A lo mejor, tambin estoy loco. A lo mejor, todos
estamos chalados! Pero esto le da tantos quebraderos de cabeza, que pronto deja de
pensar en ello.
Uno de los motivos por los cuales el seor Mits no se ocupa ms del lenguaje, es
que cree, como tanta gente, que las palabras no tienen importancia; lo que interesan
son las ideas que expresan. Pero qu es una idea, sino la verbalizacin de una
vibracin cerebral? Pero esto apenas se la ha ocurrido jams al seor Mits. Que un
conjunto de palabras pueda conducir inevitablemente a callejones sin salida, y otros
no; que las asociaciones histricas o sentimentales de ciertas palabras hagan
imposible una discusin tranquila; que el lenguaje tenga una multitud de usos
distintos y se produzca una gran confusin al emplear una palabra por otra; que un
individuo hable un idioma de estructura totalmente distinta del ingls, como el
japons, el chino o el turco, quienes quiz ni piensen siquiera las mismas ideas que un
individuo de habla inglesa, son conceptos extraos para el seor Mits, quien siempre
ha dado por supuesto que lo interesante es pensar claro, con lo cual las palabras
saldrn espontneamente, sin preocuparse de ellas.
Pero, caiga en la cuenta o no, el seor Mits depende cada hora de su vida, no slo
de las palabras que oye y emplea, sino tambin de sus ideas inconscientes sobre el
lenguaje. Si, por ejemplo, le gusta el nombre Alberto y quisiera ponrselo a su hijo,
pero supersticiosamente lo rechaza porque conoci a un Alberto que se suicid, est
obrando, consciente o inconscientemente, de acuerdo con ciertas suposiciones sobre
la relacin del lenguaje con la realidad[4]. Estas suposiciones inconscientes
determinan el efecto que en l ejercen las palabras, el cual, a su vez, determina su
forma de proceder, sensata o atolondrada. Las palabras, tal como las emplea y como
las interpreta cuando las emplean los dems, contribuyen considerablemente a sus
convicciones, prejuicios, ideales y aspiraciones. Constituyen la atmsfera moral e
intelectual en que vive; en una palabra: su ambiente semntico.
Por eso este libro trata de las relaciones entre lenguaje, pensamiento y conducta.
Estudiaremos el lenguaje y los hbitos lingsticos de la gente, tal como se revelan en
su manera de pensar (y noventa por ciento, por lo menos, de ese pensar se manifiesta
en hablar consigo mismo), de conversar, escuchar, leer y escribir. Este libro se basa
en la idea fundamental de que la cooperacin intraespecfica general por medio del
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lenguaje es el mecanismo esencial para la supervivencia humana. Otra idea anloga
ser la de que, cuando el uso del lenguaje cristaliza, como ocurre tantas veces, en la
creacin o exacerbacin de las disensiones y los conflictos, es que se ha cometido
alguna equivocacin lingstica por parte del que habla, del que escucha o de los
dos. La capacidad de supervivencia humana supone saber hablar, escribir, escuchar
y leer, de manera que se amplen las posibilidades de vivir del hombre y de sobrevivir
con los miembros de su especie.
APLICACIONES
Como uno de los objetos de este libro es ayudar al lector a entender ms claramente
cmo funciona el lenguaje y a aplicar este entendimiento a las situaciones prcticas
de la vida, insertamos al final de cada captulo una seccin titulada Aplicaciones.
Algunas tienen por fin probar hasta qu punto ha entendido claramente el lector lo
que se expone en el captulo; otras proponen ciertas actividades u operaciones con las
cuales el mismo lector puede comprobar experimentalmente las ideas expuestas.
En las Aplicaciones en que se invita al lector a analizar ejemplos del lenguaje en
accin, debemos advertir que rara vez hay una sola respuesta acertada. Ms bien se
pretende que el lector comprenda lo que se est explicando: qu suposiciones tcitas
por parte del que habla o escribe, y por parte del que escucha o lee, parecen
encerrarse en un ejemplo determinado.
Si el lector discute sus anlisis o experimentos con otros lectores de este libro,
debe procurar evitar los bizantinismos verbales y las disputas sobre palabras. Est
bien explicar claramente las razones por las que se llega a determinado resultado,
pero se puede aprender mucho escuchando lo que hicieron los dems y qu razones
tuvieron para llegar a sus conclusiones.
Las ideas de este libro sern tiles al lector en tanto que las compruebe con su
experiencia real y decida por s mismo en qu grado le ayudan a pensar y a vivir. Las
Aplicaciones no son sino puntos de partida para lograr ese fin, pero es importante que
lo ledo aqu sea sometido a la prueba de la experiencia.
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I
Todos tendemos a suponer que sin gran dificultad hemos entendido lo que hemos
ledo. Pero no siempre ocurre as. Quiz interese al lector examinar y comprobar sus
procesos interpretativos (y quiz tambin la claridad con que se expresa el autor)
recorriendo la siguiente lista y notando con qu afirmaciones est de acuerdo, con
cules no y qu afirmaciones no tienen relacin con lo que se ha dicho en el captulo:
1. Los seres humanos deben estudiar todo el reino animal para averiguar qu
animales son ms dignos de ser imitados.
2. Los gentiles creen en la ley de la selva; los cristianos, no.
3. La llamada Batalla de la Saliente, decisiva en la segunda Guerra Mundial, es
ejemplo de lucha intraespecfica.
4. Los polvos contra las cucarachas y el DDT son armas de la lucha interespecfica.
5. La lucha interespecfica debe ser sustituida por la cooperacin, si se quiere que
la especie humana sobreviva.
6. Por lo que podemos observar, los animales no incrementan su acervo de
conocimientos de una generacin a otra.
7. Si se enamora usted, lea un buen libro.
8. Por medio del lenguaje, el hombre puede aprovecharse de las experiencias de los
muertos y no slo de los vivos de su especie.
9. Debera haber leyes que prohibieran las huelgas y los paros.
10. La cooperacin cultural e intelectual es el gran principio de la vida humana.
11. Sin embargo, pocas son las perspectivas de que la naturaleza humana cambie
hasta el punto de hacer posible la cooperacin en gran escala.
12. Como estamos bajo una inundacin torrencial de palabras, lo que debera hacer
todo el mundo es callar.
13. El hombre no puede controlar su medio ambiente semntico, o tiene escasos
medios para ello.
14. Siendo el lenguaje tan importante, la gente tiene que aprender a pensar ms
lgicamente para resolver sus problemas.
15. Dada la importancia del lenguaje, es bsico para la supervivencia humana
aprender las definiciones exactas de las palabras.
16. Lenguaje, pensamiento y conducta estn relacionados ntimamente entre s.
17. Cuando en una discusin crece el desacuerdo, es que algo va mal con los hbitos
lingsticos de una o ms de las personas que intervienen en ella.
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II
Pueden analizarse las siguientes ancdotas o situaciones a la luz del contenido de este
captulo.
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golpes. Una francesa se dirigi a un ruso en francs. l contest, como ocurre
casi siempre, en ruso, diciendo Nie ponimayu (que significa No entiendo).
Entonces sta se abalanza hecha una fiera contra el ruso, gritndole
furiosamente: Animal, ni-pou-ni-maille t. Afortunadamente, como yo
conozco el polaco y unos cuantos idiomas eslavos, pude evitar muchas trifulcas.
Pero sigue en pie el hecho de que el tono natural de algunos rusos y ucranianos
suena con ecos speros y desagradables en los odos franceses.
MICHELINE MAUREL, An Ordinary Camp
III
Puede hacerse el lector esta pregunta: Cul es mi Nigara diario de palabras? A
quin oye usted hablar todos los das? En casa? En el trabajo? En la iglesia? En
el casino? Quines de estos influyen en sus opiniones personales? Qu peridicos y
revistas lee usted? Qu programas de radio y televisin escucha? Cules son los
que absorben su atencin, y cules pone usted sin pensar, slo para pasar el rato?
Qu mensajes o comunicaciones le trae a usted el pasado? La Biblia? La
literatura clsica? La historia, la ciencia, la pera? En qu anuncios se fija usted
especialmente? En los de los peridicos y revistas, carteleras, comerciales de radio y
televisin? En los que le llegan por correo? Cmo escoge usted lo que debe
escuchar o leer cuidadosamente, entre los centenares de miles de palabras que le
llegan al da por todos los medios de difusin? Qu le revelan sobre su persona los
que usted prefiere?
IV
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1. La cuestin del origen del lenguaje ha interesado vivamente a la gente desde
hace mucho tiempo, y sigue interesndola. Nada puede probarse respecto a su
origen, porque el habla no deja huellas fsicas a la exploracin e interpretacin
del arquelogo. Si nos imaginamos que los primitivos anteriores al alfabeto,
hablaban o hablan una germana elemental e infrahumana de gruidos guturales,
estamos muy equivocados, porque los idiomas de todos los pueblos primitivos
estudiados hasta ahora muestran grandes complejidades gramaticales de
declinacin, conjugacin y sintaxis. No existen idiomas primitivos, si
entendemos por primitivos algo intermedio entre los aullidos animales y el
habla humana. De aqu que todava no se haya resuelto, y quiz no pueda
resolverse, el problema de cmo se desarroll el lenguaje desde sus orgenes
supuestamente simples hasta su complejidad actual.
He aqu algunas obras que tratan de esto: Margaret Schlauch, The Gift of
Tongues (1942), obra interesante sobre la relacin entre los idiomas y los
orgenes del lenguaje; Noah Jonathan Jacobs, Naming-Day in Eden (1959);
Joseph Vendryes, Language: A Linguistic Introduction to History, trad. de Paul
Radin (1951); C. F. Hockett, A Course in Modern Linguistic (1958),
especialmente pgs. 580-585; Weston La Barre, The Human Animal (1954),
especialmente Captulos 10, 11, 12.
2. Las relaciones entre lenguaje y pensamiento se estudian en Stuart Chace, Power
of Words (1954), especialmente el Captulo 10; fuentes importantes del tema
son: Alfred Korzybski, Science and Sanity: An Introduction to Non-Aristotelian
Systems and General Semantics, 4a ed. (1958), y John B. Carroll, rec.,
Language, Thought, and Reality: Selected Writings of Benjamin Lee Whorf
(1956).
3. Es el hombre pugnaz por naturaleza, o amistoso? Cul es la ley bsica de su
vida, el conflicto o la cooperacin? En la idea de este libro han influido
profundamente obras como las de Petr Kropotkin, Mutual Aid: A Factor of
Evolution, con prlogo de Ashley Montagu (1955), y W. C. Allee, Co-operation
Among Animals, with Human Implications (1938).
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2. LOS SMBOLOS
El proceso simblico
Los animales luchan entre s por el alimento y el mando, pero no por otras cosas que
representen estos fines, como los seres humanos: como nuestros smbolos del dinero
en papel (billetes, acciones, ttulos), las condecoraciones o insignias que se prenden
en la ropa, o las placas de licencia de bajo nmero, que suponen categora social en
algunas personas. Para los animales, no parece existir la relacin de representacin de
una cosa por otra, como no sea en forma muy rudimentaria[1].
Puede llamarse proceso simblico el que siguen los seres humanos para hacer que
unas cosas representen caprichosamente a otras. Siempre que dos o ms personas
hablan, pueden, de mutuo acuerdo, hacer que una cosa represente a otra. Aqu
tenemos, por ejemplo, dos smbolos:
X
Y
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por ejemplo: hacer que el smbolo M signifique todas las X del ejemplo anterior
(botones, Medias Blancas, Chaucar, Corea del Norte) y N todas las Y (arcos, Rojos de
Cincinnati, Shakespeare, Corea del Sur). Luego podemos formar otro smbolo, T, que
indique al M y al N, en cuyo caso tendramos un smbolo de smbolos de smbolos.
Esta libertad de crear smbolos de cualquier valor y smbolos de smbolos es esencial
en el proceso que llamamos simblico.
Adondequiera que volvamos los ojos, observamos procesos simblicos. Las
plumas en la cabeza o los galones en la manga pueden simbolizar la categora militar;
las conchas de moluscos, o los anillos de bronce, o ciertos pedazos de papel impreso,
pueden simbolizar la riqueza; dos bastones cruzados pueden representar un sistema
de creencias religiosas; los bolones, los dientes de alce, las cintas, los estilos
especiales de peinado ornamental o tatuaje, pueden designar artificiosamente
afiliaciones sociales. El proceso simblico invade a la vida humana, lo mismo en los
niveles ms primitivos que en los ms civilizados. Guerreros, brujos, policas,
porteros, enfermeras, cardenales y reyes llevan vestiduras que simbolizan sus
ocupaciones y rangos. Los indios norteamericanos coleccionaban cabelleras; los
estudiantes universitarios coleccionan llaves de sociedades honorficas a que
pertenecen, para simbolizar triunfos logrados en los distintos campos. Pocas son las
cosas que hagan o quieran hacer los hombres, que posean o deseen poseer, que no
tengan un valor simblico adems del biolgico o mecnico.
Todos los vestidos de moda, como ha observado Thorstein Veblen en su Theory of
the Leisure Class (1899), son altamente simblicos: sus materiales, corte y adornos
slo en mnimo grado obedecen a consideraciones de calor, comodidad o carcter
prctico. Cuanto ms finas sean nuestras prendas de vestir, ms restringimos nuestra
libertad de accin. Pero, con los finos bordados, los tejidos que se manchan con
cualquier mota, las camisas almidonadas, el tacn alto, las uas largas y puntiagudas,
y otros sacrificios de la comodidad por el estilo, las clases acaudaladas logran
simbolizar, entre otras cosas, el hecho de que no tienen que trabajar para vivir. Por su
parte, los que no estn en tan buena posicin simbolizan, al imitar estos smbolos de
fortuna, su conviccin de que son tan buenos como cualquiera, aunque tengan que
trabajar para vivir.
Con los cambios que han ocurrido en la vida norteamericana desde los tiempos de
Veblen, se ha modificado de muchas maneras nuestra forma de simbolizar la
categora social. A excepcin de cuando hay que vestirse de etiqueta para una reunin
social, hoy suelen llevarse ropas cmodas e informales en la calle, y sobre todo, se
prescinde de los convencionalismos de la vida de los negocios, por lo cual se usan
camisolas deportivas de colores llamativos para los hombres, y pantalones capri para
las mujeres.
En los tiempos de Veblen, la piel atezada indicaba que se viva y se trabajaba en
el campo, y las mujeres tenan por aquellos das mucho cuidado en protegerse del sol
con sombrillas, sombreros de alas anchas y mangas largas. En cambio, hoy la palidez
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de la tez indica que est uno confinado en oficinas y fbricas, y el bronceado del cutis
indica una vida deportiva, viajes a Florida, a Sun Valley y a Hawaii. De aqu que una
piel requemada por el sol, que antes se consideraba algo feo porque simbolizaba el
trabajo, hoy es hermosa porque simboliza descanso. De lo que se trata es de cobrar
un color dijo Slanton Delaplane en el Chronicle de San Francisco, que, de nacer
con l, le dificultara extraordinariamente a uno la entrada en los hoteles principales.
Y los individuos plidos de Nueva York, Chicago y Toronto, que no pueden hacer
viajes en pleno invierno a las Indias Occidentales, se consuelan broncendose con
tintes de farmacia.
Tambin el alimento es altamente simblico. Los catlicos, judos y musulmanes
observan sus reglamentos dietticos para simbolizar su adhesin al propio credo. En
casi todos los pases hay alimentos especficos que simbolizan determinados
festivales y solemnidades; por ejemplo: el pastel de cerezas se consume para
conmemorar el nacimiento de Washington, y el pavo, el Da de Accin de Gracias. El
acto de comer juntos ha sido altamente simblico a lo largo de toda la historia de la
humanidad: compaero significa una persona con quien se comparte el pan.
La actitud, a todas luces ilgica, del sureo blanco respecto a los negros puede
atribuirse tambin a motivos simblicos. A quienes no pertenecen a esa regin, les
resulta a veces difcil comprender que los sureos blancos acepten un contacto fsico
inmediato con sus criados negros, mientras les repugna la idea de sentarse junto a
individuos de color en los restaurantes y en los autobuses. Es que los sureos tienen
la idea de que los servicios de un criado negro aun los de carcter personal, como
los de cuidar a un enfermo suponen simblicamente desigualdad social, en tanto
que la admisin de los negros en los autobuses, restaurantes y escuelas integradas
presupone igualdad social.
Escogemos nuestro mobiliario para que simbolice visiblemente nuestro gusto,
fortuna y posicin social. Frecuentemente nos decidimos por una residencia, porque
es de buen tono tener una casa bonita. Sustituimos nuestros autos en perfecto
estado por modelos ms modernos, no siempre con objeto de tener un medio de
transporte mejor, sino para que la comunidad se entere de que podemos hacerlo[2].
Esta conducta complicada y evidentemente innecesaria hace que los filsofos, lo
mismo los aficionados que los profesionales, se pregunten una y otra vez: por qu no
podrn los seres humanos vivir con sencillez y naturalidad? La complejidad de la
vida humana nos impulsa a envidiar casi la existencia sin complicaciones de los
perros y de los gatos. Pero el proceso simblico que hace posible los absurdos de la
conducta humana tambin hace posible el lenguaje y, por tanto, todas las
realizaciones humanas que de l dependen. Que haya ms complicaciones en el
manejo de los automviles que en el de las carretas no es motivo para volver a stas.
De la misma manera, las complicadas extravagancias del proceso simblico no
justifican la vuelta a la vida canina o gatuna. Mejor ser comprender el proceso
simblico para, en lugar de ser sus vctimas, convertirnos ms o menos en sus
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rbitros.
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viscosa.
La palabra no es el objeto
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Pero los ejemplos presentados no son sino manifestaciones notables de actitudes
confusas hacia las palabras y los smbolos. Para nada valdra mencionarlos, si
siempre y uniformemente comprendisemos la independencia de los smbolos
respecto a las cosas simbolizadas, como pueden y deben hacerlo todos los seres
humanos, segn cree el autor de estas lneas. Pero no la comprendemos. La mayor
parte tenemos hbitos inexactos de valoracin de uno u otro campo de nuestro
pensamiento. Frecuentemente se echa la culpa de esto a la sociedad: muchas
sociedades fomentan sistemticamente la confusin habitual de smbolos y cosas
simbolizadas en relacin con ciertos temas. Por ejemplo: cuando se incendiaba una
escuela japonesa, era obligatorio, en los tiempos en que se adoraba al emperador,
hacer lo posible por salvar su retrato aun a riesgo de la propia vida (porque en todas
las escuelas haba un retrato suyo). Si se mora abrasado por las llamas, se le
concedan a uno honores pstumos. En nuestra sociedad, no importa incurrir en
deudas con tal de poder alardear de un nuevo y flamante automvil, como smbolo de
prosperidad. Y lo extrao es que, de hecho, la posesin de un automvil flamante
hace sentirse prspero y rico a su dueo. En toda sociedad civilizada (y
probablemente en muchas primitivas tambin), los smbolos de piedad, virtud cvica
o patriotismo suelen tenerse en mayor estima que estas mismas virtudes. Sea de ello
lo que fuere, todos somos como el alumno brillante que hace trampa en los exmenes
para conseguir su grado acadmico: damos mucha ms importancia al smbolo que a
lo simbolizado.
La confusin habitual entre ambas cosas, lo mismo por parte de los individuos
como de las sociedades, es lo bastante grave en todos los niveles de la cultura para
crear un problema humano perpetuo[4]. Empero, la expansin de los sistemas
modernos de comunicacin da al problema una peculiar y apremiante urgencia. Nos
estn hablando constantemente maestros, predicadores, agentes de ventas, agentes de
relaciones pblicas, organismos gubernamentales y pelculas. Nos persiguen hasta la
paz de nuestro hogar, por radio y por televisin, los mercachifles de refrescos,
detergentes y laxantes, y conste que hay casas en que no se apagan los receptores de
la maana a la noche. El cartero nos trae anuncios por correo. Las carteleras nos
asedian desde los lados de la autopista, y por si esto fuera poco, nos llevamos a la
playa nuestras radios porttiles.
Vivimos en un medio formado y creado en gran parte por influencias semnticas
desconocidas hasta ahora: peridicos y revistas de enorme circulacin, que reflejan
los prejuicios y obsesiones extraas de sus redactores y dueos en numerossimos
casos; programas de radio, locales y nacionales, casi completamente inspirados en
motivos comerciales; agentes de relaciones pblicas que no son sino artesanos
pingemente pagados del arte de manipular y alterar nuestro medio semntico con tal
de atraer clientes. Es un medio interesantsimo, pero lleno de peligros: apenas puede
considerarse exagerada la afirmacin de que Hitler conquist Austria con la radio.
Hoy, los recursos de las agencias de anuncios y de relaciones pblicas, la radio, la
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televisin, las pelculas comerciales y los noticiarios se ponen en juego para influir
nuestras decisiones en las campaas electorales, sobre todo en los aos de elecciones
a la Presidencia.
Por tanto, los ciudadanos de la sociedad moderna necesitan ms que aquel
sentido comn ordinario que a uno le impulsaba a afirmar que la Tierra era plana,
segn dijo Stuart Chase. Necesitan comprender a fondo los poderes y limitaciones de
los smbolos, especialmente de las palabras, para evitar aturdirse totalmente con la
complejidad del medio semntico. El primer principio relativo a los smbolos es: El
smbolo no es lo simbolizado; la palabra no es la cosa representada por ella; el mapa
no es el territorio que describe.
Mapas y territorios
En cierto sentido, vivimos en dos mundos. Primero, en el de los hechos que
conocemos directamente. Este es un mundo extraordinariamente pequeo, consistente
nicamente en el conjunto de cosas que hemos visto, sentido u odo, en el fluir de los
hechos que pasan constantemente ante nuestros sentidos. Este mundo de experiencia
personal no incluira a Africa, Hispanoamrica, Asia, Washington, Nueva York o Los
Angeles si no hubiramos estado all. Si nos preguntamos qu es lo que directamente
conocemos, veremos que es muy poco.
La mayor parte de lo que sabemos, a travs de los padres, amigos, escuelas,
peridicos, libros, conversaciones, discursos y televisin, lo hemos adquirido
verbalmente. Todo nuestro conocimiento de la historia, por ejemplo, nos llega
principalmente por palabras. La prueba fundamental que tenemos de la Batalla de
Waterloo son los informes recibidos acerca de ella. Estos no siempre son de quienes
vieron el hecho, sino que se basan en otros testimonios: testimonios de testimonios de
testimonios, que se remontan al de quienes vieron directamente lo que pas. Por
tanto, la mayor parte de nuestro saber se debe a informes o testimonios, y a informes
de informes: informes sobre el Gobierno, sobre lo que pasa en Corea, sobre la
pelcula que se exhibe en tal o cual cine, y en realidad, sobre cuanto no conocemos
merced a una experiencia directa.
Llamaremos a este mundo que nos llega a travs de las palabras, mundo verbal,
para distinguirlo del que conocemos o somos capaces de conocer por propia
experiencia, al que denominaremos mundo extensional. (Ms tarde se comprender
por qu lo llamamos extensional). El ser humano comienza a conocer el mundo
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extensional como cualquiera otra criatura, desde la infancia. Pero, a diferencia de las
dems criaturas, en cuanto aprende a entender, recibe informes de informes de
informes y testimonios de testimonios de testimonios. Recibe adems deducciones de
ellos, deducciones de esas deducciones, etc. A los pocos aos, al conocer amigos en
la escuela, y en el centro de enseanza dominical, ha ido acumulando un caudal
considerable de informacin de segunda y tercera mano sobre tica, geografa,
historia, la Naturaleza, la gente y los juegos, que constituye su mundo verbal.
Pues bien; siguiendo la famosa metfora de Alfred Korzybski en Science and
Sanity (1933), este mundo verbal tiene que estar en relacin con el extensional, de la
misma manera que un mapa se relaciona con el territorio que representa. Si el nio
llega a la edad adulta con un mundo verbal en la cabeza que corresponde al
extensional que encuentra en torno suyo a travs de su experiencia cada da mayor,
est en ms o menos peligro de sentirse sorprendido o herido por lo que ve, porque su
mundo verbal le ha indicado aproximadamente lo que iba a venir. Est preparado para
la vida. Pero si va creciendo con un mapa falso en la cabeza es decir, lleno de
errores y supersticiones se topar con obstculos constantes, derrochar sus
esfuerzos y se conducir como un insensato. No estar ajustado al mundo tal como
es, y hasta podra terminar en un manicomio, si el desajuste fuese grave.
Algunas de las tonteras en que incurrimos por los falsos mapas que llevamos en
la cabeza son tan corrientes, que apenas paramos mientes en ellas. Hay quienes se
protegen contra los accidentes con una pata de conejo en el bolso. Otros no quieren
ocupar el piso 13 de un hotel, lo cual ha sido causa de que hasta los hoteles ms
suntuosos de capitales populosas de nuestra cultura cientfica no tengan piso 13.
Algunos hacen planes para su vida a base de las predicciones astrolgicas. Otros se
dejan guiar por sus sueos. Hay quienes esperan blanquear sus dientes cambiando de
pasta dentfrica. Todos estos individuos viven en mundos verbales que apenas tienen
alguna relacin con el mundo extensional.
Ahora bien; por hermoso que sea un mapa, de nada le vale al viajero si no indica
con exactitud la relacin de los lugares entre s, la estructura del territorio. Si, por
ejemplo, dibujamos una gran hondonada en forma y con los contornos de un lago, por
razones artsticas nada ms, para nada vale el mapa. Si pintamos mapas por capricho,
sin fijarnos en absoluto en la estructura de la regin, podremos dibujar cuantos
relejes, curvas y sinuosidades se nos antojen en caminos, lagos y ros. A nadie har
dao, mientras no planee un viaje a base de ese mapa.
De la misma manera, siguiendo los caprichos de nuestra imaginacin, o
basndonos en deducciones falsas de informes buenos, o informes falsos, o por mor
de dar suelta a la fantasa o de realizar ejercicios retricos, podemos manufacturar
con el lenguaje mapas sin relacin alguna con el mundo extensional. Tampoco
habra perjuicio para nadie, siempre que no se le ocurriera a alguien considerar esos
mapas como descripciones de territorios reales.
Todos heredamos un gran volumen de saber intil, de equivocaciones y errores
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(mapas que al principio se creyeron exactos), por lo cual siempre hay que descartar
muchas cosas que nos ensearon. Pero el patrimonio cultural que se nos ha
transmitido el depsito social comn de nuestros conocimientos cientficos y
humanos se ha valorado principalmente a base de los que nos han parecido mapas
exactos de experiencia. La analoga de los mundos verbales con los mapas es
importante, y a ella aludiremos frecuentemente en este libro. Pero debe observarse
que hay dos maneras de meternos en la cabeza mapas falsos del mundo: una,
recibindolos; otra, crendolos nosotros misinos cuando no leemos bien los mapas
exactos que recibimos.
APLICACIONES
El lector que quiera llevar a la prctica las ideas expuestas en esta obra, debera
adquirir un gran lbum para pegar recortes, o una carpeta archivadora, o un fichero de
cartulinas grandes. Luego sera conveniente que fuese coleccionando citas, recortes
de peridicos, editoriales, ancdotas, etc., que le sirviesen para observar de una u otra
manera la confusin reinante entre smbolos y cosas simbolizadas. En captulos
posteriores de este libro se indicarn otros confusionismos distintos. Bsquense
ejemplos en que la gente crea que hay relacin necesaria entre el smbolo y lo
simbolizado, entre las palabras y lo que significan.
Cuando lleve coleccionados y estudiados unos cuantos ejemplos as, el lector
podr reconocer que hay algo parecido en la manera de pensar de la gente que le
rodea, y hasta en s mismo.
I
Los siguientes ejemplos del lenguaje en accin, tomados de distintas procedencias, lo
ponen a uno en guardia contra errores parecidos. El lector deber analizar y explicar
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los supuestos tcitos e inconscientes que el protagonista de cada caso tuvo presentes
sobre la relacin de las palabras (mapas) con los objetos (territorios).
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6. El delegado de Ucrania acus a Grecia de motivos antidemocrticos al tratar
de desmilitarizar la frontera con Bulgaria. A lo que Philip Dragoumis,
subsecretario griego de Asuntos Exteriores, replic en tono adusto: Democracia
es palabra griega, y Grecia sabe interpretarla mejor que nadie.
Recorte de peridico no identificado
7. Ledo al revs, dice Naturaleza.
Anuncio de una patente mdica
8. Era muy grande para pensar en todo y en todas partes. Slo Dios era capaz de
hacerlo. Trat de imaginarse lo grande de aquel pensamiento, pero slo pudo
imaginarse a Dios. Dios era el nombre de Dios, como el suyo era Esteban. Dieu
era el nombre francs de Dios, quien tambin se llamaba as; y cuando uno
rezaba a Dios y deca Dieu, Dios conoca en seguida que era una persona
francesa la que rezaba. Pero, aunque los distintos idiomas del mundo tenan
nombres diferentes para Dios, y Dios saba lo que decan cuantos le rezaban en
sus distintas lenguas, segua siendo el mismo Dios, y el nombre verdadero de
Dios era Dios.
JAMES JOYCE, A Portrait of the Artist as a Young Man
9. Freud dijo en una conferencia que los hombres eran tan susceptibles a los
sntomas de la histeria como las mujeres. Al orlo, un clebre profesor viens se
sali airado de la sala.
Qu disparate! murmur. Susceptibles de histeria los hombres!
Pero si la palabra histeria se deriva de la que en griego quiere decir
tero!
Anatole Rapoport, Science and the Goals of Man
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El gato es hombre, Huck?
No.
Pos entonces, no hay po qu hable el gato como hombre. Y la vaca
es hombre? O es gato?
No, no es nada de eso.
Pos entonces, no ti po qu hablar como nenguno de ellos. El
francs es hombre?
Si.
Pos entonces! Mardita sea, po qu no habla como hombre! A ve
si me lo explicas t!
Mark Twain, Huckleberry Finn
11. Los ingleses adoptaron el color caqui para sus uniformes militares despus
de la guerra de los bers, y los alemanes se disponan a cambiar el azul prusiano
por un gris de campaa. Pero en 1912, los soldados franceses seguan llevando
las casacas azules y el quepis y los pantalones rojos que usaban desde 1830,
cuando el fuego de fusil no alcanzaba ms de doscientos pasos, y los ejrcitos no
necesitaban esconderse, porque combatan muy de cerca. Al visitar el frente de
los Balcanes en 1912, Messimy vio las ventajas del color desvado del uniforme
blgaro y volvi a su tierra, decidido a que el francs fuese menos visible. Su
plan de vestir a los soldados de un gris azulado o verdoso provoc vivas
protestas El Echo de Pars escribi que retirar cuanto da colorido y aspecto
animado al militar es llevar la contraria no slo al gusto francs, sino a la
funcin del Ejrcito. Messizny replic que eran cosas muy distintas, pero sus
adversarios no cejaron. Un exministro de la Guerra, M. Etienne, habl en
nombre de Francia en una sesin parlamentaria.
Eliminar los pantalones rojos! prorrumpi. Jams! Le pantaln rouge
c'est la France!
Aquel apego tozudo e imbcil a los colores ms visibles iba a acarrear
crueles consecuencias, escribi despus Messimy.
BARBARA W. TIICHMAN, The Guns of August
II
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Seleccinese una palabra cargada de fuerte contenido emocional (negativo o
positivo), como araa, pistola, matemtica, rubia o mexicano, y
explquense los sentimientos asociados con ella. De dnde proceden? Hasta qu
punto se basan en reacciones al mapa, o al territorio real?
III
Escoja una naranja o una manzana que no tenga peculiaridades especiales y
descrbala con unas doscientas palabras. Luego colquela entre otras frutas de la
misma clase, d su descripcin a un amigo y vea si la puede distinguir fcilmente de
las dems. Despus, que l escoja otra y la describa, y trate usted de identificarla a su
vez.
IV
En qu consiste un mapa bueno y un mapa malo? Si se tratase de un mapa de los
Estados Unidos y se situasen las siguientes ciudades de esta manera, a la izquierda
San Luis, en el centro Washington y a la derecha San Francisco, el mapa estara mal.
Qu ocurrira si quisiese uno orientarse por ese mapa? Qu habra que hacer para
que el mapa estuviese bien? Se reduce todo a colocar los nombres en su sitio?
Cmo sabemos cul es su sitio? El mapa no es el territorio, claro est, pero no
hay ciertas semejanzas entre un buen mapa y el territorio que representa? Describa
por escrito algunas de estas semejanzas y vea si pueden aplicarse a las palabras y a
los objetos que significan.
Puede estudiarse este tema en Alfred Korzybski, Science and Sanity (1933), pg.
750, o Wendell Johnson, People in Quandries (1946), pginas 131-133.
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V
No es fcil distinguir lo aprendido por experiencia directa de lo aprendido en lecturas.
Un reflexivo comentarista del periodismo contemporneo escribe:
VI
Comprobar la relacin entre mapas y territorios es una empresa que no tiene fin,
porque constantemente vemos en torno a nosotros los mapas ficticios que sustituyen a
la realidad. Qu pasara, por ejemplo, si tratase usted de tener su casa como la
presentan por televisin, al hacer los anuncios comerciales, con la aspiradora en su
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funda, los cacharros de la cocina blancos y resplandecientes, sin una sola mota de
comida o de dulce, porque la limpieza se haca en dos minutos escasos y sin esfuerzo
alguno? Piense tambin en las aspiraciones atlticas de un colegio universitario, con
sus lecciones de espritu deportivo, de formacin de carcter, etc., y en lo que pasa en
realidad en muchos colegios que aspiran a victorias olmpicas.
Las discrepancias entre los mapas y los territorios han sido objeto de stiras,
comedias y explosiones de indignacin moral a lo largo de la historia humana. He
aqu unos cuantos ejemplos de diversos libros, que lo demuestran:
Vilhjalmur Stefansson, The Standardization of Error (1927). Es una obra
ingeniosa y desconcertante, en que se explica cmo la gente parece preferir lo
absurdo a lo real.
Bergen Evans, The Natural History of Nonsense (1946). Divertido catlogo de
errores, supersticiones y patraas que cree la gente.
Martha Wolfenstein y Nathan Leites, Movies: A Psychological study (1950).
Estudio clsico sobre cmo las pelculas crean mapas falsos de la realidad en nuestra
cabeza.
Robert Lindner, The Fifty-Minute Hour (1955). Estudio de individuos que tienen
mapas de la realidad extraordinariamente deformados. Hay muchas otras obras
siquitricas y sicolgicas que presentan ejemplos de confeccin patolgica del mapa.
Albert D. Biderman, March to Calumny: The Story of American POWs in the
Korean War (1963). Se nos ha metido en la cabeza que fue vergonzosa la conducta de
los soldados norteamericanos hechos prisioneros en la guerra de Corea. Se nos ha
dicho que colaboraron completamente con sus aprehensores, que fueron demasiado
cobardes para resistir o escapar y demasiado indisciplinados para organizarse y
preparar su supervivencia. En este libro se refutan estas afirmaciones comnmente
aceptadas sobre los soldados norteamericanos en Corea.
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3. INFORMES, DEDUCCIONES, JUICIOS
En suma: los distintos sonidos del habla humana tienen significados diferentes.
Estudiar esta coordinacin de determinados sonidos con determinado significado es
estudiar el lenguaje. Dicha coordinacin permite al hombre interaccionar con
gran precisin. As, cuando, por ejemplo, decimos a alguien la direccin de una casa
que no ha visto, estamos haciendo algo que ningn animal puede hacer.
LEONARD BLOOMFIELD
Las formas vagas e insignificantes de hablar y el mal uso del lenguaje han
pasado desde hace tanto tiempo por misterios de la ciencia, y las palabras duras o
mal aplicadas, sin apenas sentido alguno, tienen, por prescripcin, tal derecho a que
se las tome por saber profundo y talento especulativo, que no va a ser fcil convencer
ni a los que las pronuncian ni a quienes las escuchan, de que slo son tapaderas de
la ignorancia y estorbos para el verdadero saber.
JOHN LOCKE
Posibilidad de comprobacin
Los informes deben ser comprobables. Quiz no siempre podamos comprobarlos
personalmente, porque no podemos estudiar las pruebas de cada detalle referido ni
podemos ir a la carretera en cuestin antes de que levanten los vehculos que han
chocado. Pero, si convenimos ms o menos en el significado de las palabras, en qu
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es un metro, un kilo o una fanega, etc., y en la medida del tiempo, es poco el peligro
de que no nos entendamos. Aun en el mundo de nuestros das, en que todos discuten
con todos, nos fiamos considerablemente de los informes recprocos. Preguntamos
por dnde se va a tal sitio a gente totalmente desconocida. Seguimos las direcciones y
seales de la carretera sin sospechar quines las pusieron all. Leemos libros de
ciencias, matemticas, automovilismo, viajes, geografa, la historia del vestido y
temas por el estilo, y siempre suponemos que el autor se ha tomado la molestia de
informamos lo mejor que pueda. Y la mayor parte de las veces, no nos equivocamos.
Dado el inters que ponemos en discutir la intencin partidista de peridicos,
propagandistas y, en general, de tantas comunicaciones como recibimos, tendemos a
olvidar que todava nos queda una enorme cantidad de informacin fidedigna, y que
las noticias deliberadamente falsas son, menos en tiempo de guerra, ms bien
excepcin que regla. El deseo de defenderse, que impuls a los hombres a establecer
un intercambio de informacin, tambin los lleva a considerar merecedora de
reproche la informacin falsa.
En su nivel ms alto, el lenguaje de los informes es el de la ciencia. Queremos
significar con el nivel ms alto la mayor utilidad general. Presbiterianos y
catlicos, obreros y capitalistas, alemanes del Este y del Oeste estn de acuerdo en el
significado de smbolos como 2x2 = 4, 100 C., H2O, 3:35 A. M., 1940 a. de J. C.,
1000 kilowatts, quercus agrifolia, etc. Pero se preguntar: cmo puede haber
acuerdo entre individuos de ideas distintas, sobre filosofa poltica, creencias
religiosas, tica y la supervivencia de mi negocio versus la supervivencia del suyo?
Es que las circunstancias obligan a los hombres a ponerse de acuerdo, les guste o no
les guste. Si, por ejemplo, hubiese en los Estados Unidos doce sectas religiosas, cada
una de las cuales se empease en marcar de manera diferente la hora del da y los das
del ao, se hara imposible la vida al tener que elaborar doce calendarios distintos,
doce tipos de relojes y doce horarios para los negocios, los trenes y los programas de
televisin, eso sin referimos al esfuerzo que se necesitara para explicar las diversas
nomenclaturas[1].
Por tanto, el lenguaje de los informes, incluso el ms exacto de los informes
cientficos, es un lenguaje de mapa, el cual, al presentarnos descripciones bastante
precisas del territorio, nos proporciona un buen conocimiento. Quiz sea un
lenguaje soso y sin inters a veces: no suelen leerse las tablas de logaritmos y los
directorios telefnicos por diversin, pero nos son imprescindibles. Muchas veces
tenemos que decir las cosas en nuestra conversacin y nuestros escritos corrientes, de
manera que todos lo entiendan bien y estn de acuerdo con lo que decimos.
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Deducciones
El lector comprender que escribiendo informes puede aumentar rpidamente su
saber lingstico. Es un ejercicio que le proporcionar ejemplos, los suyos propios, de
los principios del lenguaje y de la interpretacin que estamos estudiando. Esos
informes deben versar sobre experiencias directas, escenas que el lector ha visto con
sus propios ojos, reuniones y sucesos sociales en que ha tomado parte, personas a las
que conoce bien. Tienen que poder ser comprobados y aceptados. No podrn entrar
en el ejercicio las deducciones y los comentarios.
No es que no sean importantes (porque no slo en la vida diaria, sino en la
ciencia, tomamos como informes las deducciones as); en algunos campos del
pensamiento y la investigacin, como la geologa, la paleontologa y la fsica nuclear,
los informes son la base, pero las deducciones (y las deducciones de las deducciones)
constituyen el cuerpo principal de la ciencia. Deduccin, en el sentido en que
utilizamos nosotros la palabra, es una afirmacin sobre lo desconocido a base de lo
conocido (que ms bien debera llamarse induccin, segn la nomenclatura
dialctica). Podemos deducir cul es la fortuna o posicin social de una mujer a
juzgar por el gnero y el corte de su vestido; de la forma de las ruinas y su estado,
podemos deducir el origen del fuego que destruy el edificio; de las manos callosas
de un hombre, el tipo de su ocupacin o actividad; de la votacin de un senador a
favor o en contra de un proyecto de ley sobre armamentos, su actitud hacia Rusia; de
la estructura geolgica de la Tierra, el paso de un glaciar prehistrico; del halo de una
placa fotogrfica sin exponer, que ha estado junto a materiales radiactivos; del ruido
que hace una mquina, el estado de sus bielas. Las deducciones pueden ser burdas o
certeras. Pueden hacerse a base de una copiosa experiencia anterior, o sin la menor
experiencia previa. As, las deducciones de un buen mecnico sobre el estado interior
de un motor pueden fundarse en que ha escuchado atentamente sus ruidos, en tanto
que las de un aficionado obedecern a detalles ftiles. Pero la caracterstica comn a
las deducciones es que se refieren a cosas no conocidas directamente y a base de lo
que se ha observado.
La eliminacin de deducciones en el ejercicio que indicamos de redaccin de
informes significa que no deben hacerse conjeturas sobre lo que piensan otras
personas. Cuando decimos: Estaba enfadado, no informamos, sino que hacemos
una deduccin de hechos observables como el puetazo que dio en la mesa, la
interjeccin que solt y el directorio telefnico que tir a la mecangrafa. En este
caso concreto, la deduccin parece certera; pero debe tenerse presente, especialmente
a efectos de irse acostumbrando y adiestrando, qu es una deduccin. Expresiones
como pensaba mucho en s mismo, tena miedo a las mujeres, era vctima de un
complejo de inferioridad, formuladas a base de observacin social, son tan
considerablemente deductivas como las basadas en la lectura de los peridicos, por
ejemplo, lo que verdaderamente quiere Rusia es implantar una dictadura comunista
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mundial. Debemos pensar en su carcter deductivo o inferencial, y substituir esas
frases en los ejercicios que estamos indicando, por otras como: rara vez hablaba con
los subordinados de su fbrica, lo vi en una reunin social, y slo bail cuando se
lo pidi una muchacha. Nunca solicit una beca, aunque la habra conseguido
fcilmente, y la delegacin rusa en la ONU ha solicitado A, B y C. El ao pasado
votaron contra M y N, y a favor de X y Y. Ante hechos como stos, el peridico que
suelo leer deduce que lo que Rusia quiere realmente es implantar una dictadura
comunista en el mundo entero. Estoy de acuerdo.
A pesar de ejercitarnos en evitar las deducciones para slo declarar lo que hemos
visto y experimentado, todos propendemos a equivocarnos, porque el proceso de
sacar consecuencias es rpido y casi automtico. Cuando vemos un coche que va en
zigzag por una carretera, decimos sin querer: Mira ese conductor borracho, aunque
lo que vemos son nicamente los movimientos extraos del coche. El que esto
escribe vio una vez a un hombre dejar una propina de un dlar en el mostrador de una
cafetera y marcharse inmediatamente. Mientras pensaba en lo raro de una propina
tan generosa en establecimiento tan modesto, lleg la camarera, cogi el dlar,
registr en la caja noventa centavos y se meti los otros diez en el bolso. Resultaba
que me haba equivocado; no se trataba de la propina, sino de la cuenta entera.
Esto no quiere decir que nunca debamos hacer deducciones. La incapacidad de
hacerlas constituye un indicio de trastorno mental, As, escribe Laura L. Lee,
especialista en curar los trastornos del habla: La adulta afsica a la que estaba
tratando tena gran dificultad, debido a su lesin cerebral, para hacer deducciones
sobre la foto que le mostr. Me explicaba perfectamente lo que ocurra en la escena,
pero no era capaz de decirme lo que podra haber ocurrido inmediatamente antes o
despus de tomarse la foto[2]. Por eso, no se trata de que no hagamos deducciones,
sino de que comprendamos que son deducciones.
Juicios
Tambin deben excluirse los juicios del ejercicio que recomendamos. Entendemos
por juicios, todas las expresiones de aprobacin o desaprobacin de los hechos,
personas u objetos que describimos. Por ejemplo: en el informe escrito no podramos
decir: era un coche estupendo, sino algo por el estilo de esto: lleva rodando 80.000
kilmetros y no ha necesitado una sola reparacin. Igualmente, las afirmaciones
como Pedro nos enga deben eliminarse y substituirse por algo que pueda
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comprobarse: Pedro nos dijo que no tena las llaves de su coche, pero, al sacar el
pauelo unos minutos despus, se le cayeron unas cuantas. Tampoco podra decirse
en un informe: El senador era testarudo, cerrado y sin ganas de cooperar, o fue
valerosamente fiel a sus principios; sino que debe declararse: El voto del senador
fue el nico contrario al proyecto de ley.
Mucha gente considera como afirmaciones de hecho las siguientes: Pedro nos
enga, Juan es un ladrn, Gonzalo es inteligente. Sin embargo, en el sentido
corriente, eso de nos enga supone, primero, una deduccin (que deliberadamente
nos expuso hechos falsos), y segundo, un juicio (que quien lo dice reprueba lo que
hizo Pedro, segn sus deducciones). En los otros dos ejemplos, podramos cambiar
las expresiones por stas: Juan fue condenado por robo a dos aos de crcel, y
Gonzalo toca el violn, es el primero de su clase, y capitn del equipo de debates.
Represe en que decir que alguien es un ladrn es declarar una realidad: Ha robado
y volver a robar, lo cual tiene ms de prediccin que de informe. Hasta ha robado
constituye una deduccin (y al mismo tiempo, un juicio) sobre algo discutible,
inclusive para quienes estudiaron las pruebas del cargo. En cambio, decir que fue
condenado por robo es formular una declaracin comprobable en los archivos del
tribunal y de la crcel.
La posibilidad cientfica de comprobar algo estriba en la observacin externa de
los hechos, no en la emisin de juicio. Si alguien dice: Mario es un gandul, y otro
replica: As lo creo yo tambin, la afirmacin no ha sido comprobada. En los
tribunales suele haber enormes confusiones creadas por los testigos que no distinguen
sus juicios personales de los hechos objetivos en que se basan. Hay repreguntas por el
estilo de:
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se dice, naturalmente, pero de ello hablaremos detenidamente en otro captulo. En el
informe escrito de que nos ocupamos, deben evitarse estas palabras. En lugar de se
col, deber decirse entr sin hacer ruido; diputados o candidatos, por
polticos; cesante, en lugar de vago; autoridad centralizada, en lugar de
rgimen dictatorial; disidente, en lugar de picapleitos. Un reportero no podra
decir: Un tropel de pnfilos fue a escuchar ayer al candidato en ese rincn cursi que
desfigura el barrio sur de la ciudad. Sino que debera decir: Unas setenta y cinco u
ochenta personas escucharon su discurso en los jardines nuevos del barrio sur.
Palabras-gruidos y palabras-arrullos
Debemos tener muy presente que en este libro no estudiamos el lenguaje como
fenmeno aislado, sino en accin, en el contexto de hechos no lingsticos en que se
desarrolla. Los ruidos hechos con los rganos bucales constituyen una actividad
muscular, muchas veces involuntaria, como las dems actividades musculares.
Nuestras reacciones a los estmulos poderosos, como a las cosas que nos irritan, son
hechos musculares y fisiolgicos: la contraccin de los msculos para luchar, el
aumento de la presin sangunea, la alteracin en la qumica del cuerpo, el mesarse
los cabellos y la emisin de sonidos, como gruidos o bufidos. Quiz no lleguemos a
gruir como perros, pero s mascullamos palabrotas y barbotamos: Cochino
tramposo!, Marrano sinvergenza!, etc., entre ternos y maldiciones. Pero tambin
cuando algo nos produce placer, exclamamos: Es la nena ms bonita del mundo
entero!, aunque no ronroneemos como un gafo ni meneemos la cola.
Estas expresiones de aprobacin o reprobacin directa son juicios en su forma
ms rudimentaria, y podran considerarse como equivalentes humanos de los rugidos
y arrullos. Que la nena es la ms bonita del mundo no constituye una afirmacin, sino
un arrullo o un ronroneo. Esto parece de clavo pasado, pero, por extrao que parezca,
tanto el que lo emite como el que lo escucha creen que algo se ha dicho sobre la
muchacha en cuestin. As ocurre principalmente con los gorgoritos de oradores y
editorialistas, cuando se despachan contra los rojos, contra los insaciables
monopolistas, Wall Street, los radicales, las ideologas extranjeras, etc., o se deshacen
en repugnantes ditirambos acerca de nuestro modo de vida. A todas horas creemos
haber odo un juicio sobre algo, arrastrados por la catarata impresionante de la
verborrea, por lo sonoro de las frases y por los trucos retricos y eruditos. Pero si nos
detenemos un poco, veremos que lo nico que encierran estas exclamaciones son
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ideas poco ms o menos as: Lo que yo odio sean los rojos, Wall Street o lo que le
d a usted la gana lo aborrezco a fondo, y cuando algo me gusta nuestro modo
de vida me arrebata de contento. Llamaremos a estas explosiones verbales,
palabras-gruidos y palabras-arrullos. No tienen nada de informes sobre lo que
pasa en el mundo extensional.
El llamarlos as no quiere decir que no podamos formular este juicio en absoluto,
sino darle su valor preciso. Por ejemplo: al decir es la nia ms bonita del mundo,
debemos dar a la frase el valor de que es un estado mental de quien la pronuncia, no
una descripcin real de la muchacha. Si las palabras rojos o insaciables
monopolistas van acompaadas de informes comprobables (lo cual supondr adems
que ya sabemos a quines se refieren concretamente), estara justificada nuestra
indignacin, lo mismo que la de quien habla as. Si las palabras-arrullos sobre la
muchacha ms bonita del mundo van acompaadas de datos comprobables sobre su
aspecto, maneras y carcter, acaso tambin la admiremos nosotros. Pero, de no ser
as, la nica pregunta que provocaran esos gruidos y esos arrullos, sera: En
qu se basa usted para afirmarlo?
Generalmente no conduce a nada discutir si el Presidente tal o cual es un gran
estadista o slo un poltico maoso. Lo mismo ocurre con cuestiones como stas:
Es la msica de Wagner la mejor de todos los tiempos, o se reduce a estridencias
histricas?, Qu deporte es mejor, el tenis o el bisbol?, Podra Joe Louis haber
derrotado a Bob Fitzsimmons en sus mejores tiempos? Pronunciarse por la
afirmativa o la negativa de estos juicios es descender al nivel apasionado de los
fanticos. Pero preguntar a alguien por qu le gusta la poltica presidencial o Wagner,
o el tenis o Joe Louis, vale para enterarse de los puntos de vista de los dems. Cuando
ellos se hayan explicado, sabremos algo ms y podremos opinar sobre ello mucho
mejor que antes.
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conclusiones y se exponen objetivamente los hechos observados, los trabajos tendrn
la longitud requerida y hasta tendern a ser demasiado largos; porque, cuando se dice
a un individuo sin experiencia que consigne por escrito los hechos, suele aportar ms
de los que se precisan, porque no distingue entre lo importante y lo secundario.
Otra consecuencia de los juicios emitidos al comenzar el ejercicio escrito, es que
se cierra uno el camino para la exposicin ulterior, lo cual ocurre tambin con los
juicios precipitados que formulamos interiormente a cada momento. Si, por ejemplo,
empezamos diciendo que fulano fue todo un ejecutivo de negocios, o que fulanita era
una perfecta compaera, lo que escribamos despus ir condicionado por estos juicios
y no describir ya al ejecutivo o a la amiga en cuestin, sino que, prescindiendo de
los hechos observados, se ajustar sin querer a la idea que tenemos de un buen
ejecutivo o de una magnfica compaera, a base de las historias que hayamos ledo,
las pelculas o fotos que hayamos visto, etc. Es decir: el juicio prematuro nos impide
ver lo que tenemos delante, y nuestra descripcin se llena de estereotipos. Por eso,
aunque el escritor est seguro al comenzar su informe de que el hombre, el escenario
o la mujer a quien describe son de tal o cual manera, deber descartar
conscientemente esas opiniones, para no mermar objetividad a su exposicin ni
cerrarse a s mismo los ojos. No debe calificar a nadie de beatnik, palabra que hoy
est adquiriendo carta internacional de naturaleza y que, habindose aplicado
originalmente a los bohemios literarios y artsticos, ha sido bastardeada por el
periodismo sensacional y las pelculas, hasta crear un tipo casi completamente
fantasmagrico y desconcertante. Si un escritor aplica esta u otras palabras por el
estilo a cualquier ser viviente, tendr que derrochar raudales de energa para explicar
despus lo que no quiso decir con eso, por lo que le recomendamos que no la emplee
en absoluto.
Seleccin deliberada
Al escribir las experiencias personales, se nos escaparn algunos juicios, a pesar de
todo el empeo que pongamos en eliminarlos. As, por ejemplo, al describir a
alguien, quiz quede as el texto: Estaba claro que no se haba afeitado desde haca
unos das, y tena sucias las manos y la cara. Su calzado estaba destrozado, y tena la
chaqueta, demasiado pequea para l, salpicada de cazcarrias resecas. Pues bien;
aunque no se ha formulado explcitamente ningn juicio, hay uno que se deja caer por
su propio peso. Comparemos esta descripcin con otra del mismo sujeto: Aunque
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tena la barba crecida y su apariencia era desaliada, haba claridad en sus ojos y
miraba fijamente a lo lejos mientras descenda a paso rpido por el camino. Pareca
muy alto; esta impresin acaso se debiese a que la chaqueta era demasiado pequea
para l. Llevaba un libro bajo el brazo izquierdo, y un gozquecillo corra pegado a sus
talones. En este ejemplo se da una descripcin considerablemente distinta del mismo
individuo, con slo incluir nuevos detalles y pasar a un segundo plano los
desfavorables. No hay juicios explcitos en el texto, pero s implcitos.
Cmo podremos, entonces, redactar un informe imparcial? No conseguiremos
imparcialidad completa empleando el lenguaje cotidiano. La tarea es a veces difcil,
inclusive en el estilo altamente impersonal de la ciencia. Pero s podemos, siempre
que caigamos en la cuenta de la impresin favorable o desfavorable que algunas
palabras y hechos pueden producir, lograr suficiente imparcialidad a efectos
prcticos. El caer en la cuenta de esa impresin favorable o desfavorable nos har
equilibrar las palabras y expresiones. Para aprender a hacerlo, sera bueno que
escribisemos dos informes sobre el mismo tema, uno al lado del otro, ambos en un
plan de estricta objetividad: el primero consignara los hechos y detalles que
probablemente produciran impresin favorable al lector, y el segundo los que
pudieran producirle una impresin desfavorable. Por ejemplo:
A FAVOR EN CONTRA
Tena los dientes blancos. Sus dientes eran desiguales.
Tena ojos azules, pelo rubio y
Rara vez miraba a uno directamente a los ojos.
abundante.
Llevaba una camisa blanca limpia. Su camisa estaba tazada por los puos.
Hablaba con finura. Tena voz chillona.
Su casero deca que se atrasaban el pago del
Su jefe hablaba con encomio de l.
alquiler.
Le gustaban los perros. Le molestaban los nios.
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Dominando los prejuicios
Pero hay que andar con mucho cuidado en esto. Cuando, por ejemplo, un peridico
publica cierta noticia en forma que nos desagrada, porque omite detalles importantes
y deforma y altera otros, tendemos a exclamar: Qu manera de cambiar las cosas!
Al decir esto, estamos haciendo una deduccin, claro est, sobre el redactor de la
noticia. Suponemos que lo que juzgamos nosotros importante lo es igualmente para
l, por lo cual inferimos que dio un sesgo deliberadamente torcido al reportazgo. Pero
ocurre as siempre? Puede el lector desde fuera asegurar que el redactor deform
deliberadamente la noticia, o vio ste los hechos as?
El caso es que, en virtud del proceso de seleccin y abstraccin que nos imponen
nuestras preferencias y nuestra situacin, la experiencia siempre nos llega a todos,
incluso a los reporteros, con un prejuicio. Si es usted obrerista, o catlico ferviente,
o fantico de las carreras, su idea de lo que es importante o no lo es variar
forzosamente respecto a la de una persona indiferente a su causa. Por tanto, cuando
algunos peridicos parecen ponerse del lado de la gran industria en cuanto a
problemas de inters pblico, no se trata tanto de deformacin deliberada como de
algo natural por parte de la prensa, que, muchas veces, pertenece tambin a grandes
empresas y suele estar asociada con otras industrias de envergadura en sus
actividades y en su vida social. No obstante, los mejores peridicos, aunque sean
propiedad de grandes hombres de empresa, tratan de informarnos lo mejor posible de
lo que pasa en el mundo, porque estn dirigidos por periodistas que cumplen con su
deber profesional de presentar objetivamente los puntos de vista contrarios en
cuestiones discutibles. Estos periodistas son verdaderos informadores.
Quien no tenga prejuicios evitar el estilo intencionado, salvo cuando trate de
lograr efectos literarios especiales. Pero es algo ms que mera imparcialidad y
objetividad: se trata de algo ms importante, de levantar buenos mapas del territorio
de la experiencia. El individuo lleno de prejuicios no puede dibujar buenos mapas,
porque slo ve al enemigo como enemigo, o al amigo como amigo, y no de otra
manera. En cambio, el escritor autntico, el hombre de imaginacin e intuicin,
puede enfocar el mismo asunto desde muchos puntos de vista. He aqu unos cuantos
ejemplos de descripciones slidas y logradas de este tipo:
Adn se volvi hacia l. Era casi como si lo viese por primera vez. Tena ante sus
ojos los fuertes y negros hombros bajo el calic de cuadros rojos, los largos brazos
colgando sobre las rodillas, las manos fuertes, nervudas y callosas, empuando las
riendas. Le mir a la cara. Su mandbula se proyectaba poderosamente hacia adelante,
pero sus labios eran gruesos y cados, y en su comisura haba una paja, sujeta a los
dientes. Tena los prpados pndulos, ligeramente abultados, y los ojos
sanguinolentos. Adn saba que aquellos ojos podan clavarse penetrantes y
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dominadores. Pero ahora, al contemplar aquella faz soolienta y flccida, apenas
poda creerlo.
ROBERT PENN WARREN, Wilderness
Este que veis aqu de rostro aguileno, de cabello castao, frente lisa y
desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva aunque bien proporcionada, las
barbas de plata que no ha veinte aos fueron de oro, los bigotes grandes, la boca
pequea, los dientes no crecidos, porque no tiene sino seis, y esos mal
acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los
otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeo, la color viva, antes blanca
que morena, algo cargado de espalda y no muy ligero de pies; ste digo que es el
rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha y del que hizo el Viaje
del Parnaso, llmase comnmente Miguel de Cervantes Saavedra; fue soldado
muchos aos, y cinco y medio cautivo, donde aprendi a tener paciencia en las
adversidades; perdi en la batalla naval de Lepanto, la mano izquierda de un
arcabuzazo; herida que, aunque parece fea, l la tiene por hermosa, por haberla
cobrado en la ms memorable y alta ocasin que vieron los pasados siglos, ni esperan
ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la
guerra Carlos V, de felice memoria.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, Autorretrato
APLICACIONES
I
A continuacin publicamos una serie de frases y descripciones, que el lector deber
clasificar como juicios, deducciones o informes. Como no siempre se distinguen
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claramente, con una sola palabra no bastar, y en algunos casos habr informe y
deduccin o juicio a la vez. Recurdese que no nos interesa su verdad o falsedad, sino
la ndole de las afirmaciones; as, por ejemplo, la proposicin, el agua se congela a
los 10 centgrados, aunque errnea, es un informe.
12. Tena Adn ciento treinta aos cuando engendr un hijo a su imagen y
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semejanza, y le llam Seth. Y fueron los das de Adn despus de engendrar a
Seth, ochocientos aos, y engendr hijos e hijas. Fueron todos los das de la vida
de Adn novecientos treinta aos, y muri.
Gnesis 5:3-5
13. Los chocolates de esta casa no necesitan anunciarse. Se derriten en los
labios de puro sabrosos, y el mejor anuncio sern los herretes de su beb, que se
relamer de gusto.
Anuncio imaginario
14. William Jameson es un hombrecillo flacucho, contrahecho y tuberculoso,
que no pesa 60 kilos y tiene poco ms de metro y medio de estatura. Pero, hasta
el ltimo gramo y el ltimo centmetro, es un criminal redomado, incorregible,
peligroso.
World-Telegram & Sun, Nueva York
15. Los investigadores han demostrado que, lavndose los dientes con el nuevo
Ipana despus de cada comida, se reducen las bacterias de la boca, incluso las de
la caries y del mal aliento, en un 84%.
Anuncio de dentfrico
16. Cest Magnifique! Une maison Ranch trs orignale avec 8 habitaciones, 2
baos y medio garaje para 2 Cadillacs 21.990 dlares. Los veteranos no
tienen que pagar al contado.
Anuncio de un fraccionamiento en Long Island
17. Nuestro vergonzoso sistema de jueces de paz permite a muchos ignorantes
en cuestiones legales, ms interesados en vaciarnos los bolsillos que en defender
nuestros derechos, administrar justicia en los distritos rurales.
Readers Digest
18. Pero los delegados no saban a qu carta quedarse. El Presidente pronunci
un buen discurso, dijo uno de ellos despus, pero los hechos son ms
elocuentes que las palabras. Nada de lo que dijo aqu esta maana fue suficiente
para que se olvidase lo que hizo contra la industria siderrgica. El mundo de los
negocios tena motivos para estar preocupado. El Presidente no se opone
tericamente a la industria del acero; probablemente crea que la est
protegiendo. Pero el caso es que, como hijo de un millonario sin experiencia en
otra cosa que la poltica, Kennedy ha estado protegido en su vida econmica y
no parece comprender muy bien a la industria ni a sus hombres de empresa.
Time
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II
Adems de los ejercicios indicados en este captulo, excluyendo sus juicios y
deducciones, el lector puede escribir: a) informes fuertemente intencionados contra
personas u organizaciones de su preferencia, y b) a favor de personas u
organizaciones que no le gusten. Por ejemplo: imagnese que su club es una
organizacin subversiva, y relate sus actividades o hable de sus miembros en sentido
que pudiera tomarse como desfavorable; o bien imagine que uno de sus vecinos ms
antipticos ha recibido la oferta de un cargo a tres mil kilmetros, y escriba una carta
objetiva de recomendacin para que se lo den.
Tambin resulta divertido e instructivo escribir parodias de artculos llenos de
prejuicios, forzando tanto la nota que los ponga en ridculo. Un artculo lleno de
prejuicios es el que est hecho a base de noticias deformadas y juicios sin
fundamento. He aqu una cita de la revista Mad, en que se describe a los Boy Scouts
tal como supuestamente los ve el diario comunista Pravda:
Despus de tres aos de servidumbre en los Cub Scouts, los muchachos, ahora
adolescentes rufianes, son obligados a incorporarse al grado superior y ms corrupto
de los Boy Scouts. Son arrebatados a sus familias y llevados a selvas primitivas,
donde tienen que vivir en tiendas sin calefaccin.
El ritual ms embustero es la vergonzosa Corte de Honor, en que se condecora
a los jvenes guerreros con las llamadas medallas de mrito. Aqu es donde reciben
los premios por su comportamiento en deportes tan odiosos como natacin
(demolicin y sabotaje bajo el agua), qumica (guerra de grmenes y gases
venenosos), seguir rastros (contraespionaje) y actividades precursoras
(explotacin de las naciones subdesarrolladas).
III
A primeras horas de la maana murieron un nio y un hombre maduro, y salieron
gravemente heridos tres adolescentes, en dos accidentes automovilsticos.
Redctese:
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2. Un informe intencionado para un peridico que desencadena una campaa
contra la delincuencia juvenil. (No se citen ms que casos concretos, para que el
lector saque consecuencias y formule sus juicios.)
3. Otro informe intencionado para un peridico que est atacando enrgicamente a
la administracin local. (Atngase tambin a los hechos nicamente.)
IV
Analice cmo utiliza la deduccin Sherlock Holmes en el siguiente prrafo de Conan
Doyle. Se parecen a las explicadas en este captulo? Comente el valor y el carcter
comprobable de las consecuencias a que llega Holmes:
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V
Harry Thompson visit a Rusia en 1958; Rex Davis es millonario; Betty
Armstrong no cree en Dios; el doctor Baxter no est de acuerdo con la poltica de
la American Medical Association. Dando por ciertos estos hechos, escriba un par de
hojas de deducciones infundadas, y de deducciones de otras deducciones sobre ellos.
Claro que no sabe usted quines son estos personajes, pero eso no importa; formule
sus deducciones.
Este ejercicio es divertido e instructivo adems para grupos de discusin, al
turnarse los grupos para sacar consecuencias.
VI
Elija un tema sobre el cual tenga poca informacin pero muchos prejuicios; por
ejemplo: La Integracin Latinoamericana, Beneficios de la Alianza para el
Progreso, Sistema Multilateral de pagos en el comercio de Hispanoamrica,
Sindicalismo y cultura, o Industrializacin y alfabetismo, y escriba un ensayo de
unas mil palabras, a base de grandes generalizaciones, juicios valoradores y
deducciones sin fundamento. Emplee muchas palabras rimbombantes. Marque con
cinco puntos (de un total posible de 100) cada hecho comprobable utilizado. Si llega
a una puntuacin de 95 en todos estos temas u otros por el estilo, y su gramtica y
ortografa son impecables, deje su empleo actual. O abandone la escuela. Porque
tiene usted en la mano fama y fortuna.
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4. LOS CONTEXTOS
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empleo peculiar de un vocablo comn, de sus numerosos empleos corrientes y de
frases en que aparece. O sea, se toma nota del contexto de cada palabra, no slo de la
palabra aislada. Para redactar un diccionario verdaderamente detallado, como el de la
Academia Espaola (o un buen Diccionario Enciclopdico, debidamente
documentado), se necesitan millones de fichas, y la tarea de componerlo dura
decenios (y est en constante actividad). Las fichas se clasifican por orden, alfabtico.
Terminada la clasificacin, para cada palabra podr haber dos, tres o varios
centenares de ejemplos y citas, cada uno en ficha aparte.
As, pues, para definir una palabra se estudia el conjunto de fichas sobre ella;
cada una representa el empleo de la palabra en cuestin por un autor de algn
prestigio en el campo de la literatura o de la historia. Se leen las fichas
cuidadosamente, se descartan algunas de ellas, vuelven a leerse las que quedan y se
clasifican segn las diversas acepciones de la palabra. Finalmente, se redacta la
definicin a base de la regla rigurosa de respetar el significado que se deduce de las
citas diversas. No puede el autor del diccionario, ni sus diversos colaboradores,
dejarse influir por lo que l cree que deberan significar las palabras. Tiene que
atenerse a las fichas o abandonar la tarea.
Por tanto, la preparacin de un diccionario no consiste en formular declaraciones
autorizadas sobre el verdadero significado de las palabras, sino en tomar nota de lo
que han significado para los escritores antiguos y modernos. El autor de un
diccionario es un historiador, no un legislador. Si, por ejemplo, escribisemos un
diccionario en 1890, y hasta 1919, podramos decir que la palabra radiar
significaba despedir o arrojar rayos de luz o calor, no estaramos en condiciones de
decretar que, a partir del ao 1921, ese verbo iba a significar la transmisin de
mensajes o msica por radio. As, pues, la autoridad del diccionario no consiste en
imposibles carismas profticos. Al elegir las palabras que hablamos o escribimos, nos
orienta histricamente el diccionario, pero no estamos esclavizados a l, porque las
nuevas situaciones, experiencias, inventos e ideas nos obligan a dar nuevos sentidos a
las antiguas y a crear constantemente nuevas palabras[1].
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escuchamos la siguiente conversacin:
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Captulo 10 se explica detalladamente lo que es un alto nivel de abstraccin). Por eso,
es otra gran equivocacin creer que el diccionario nos dice en una definicin cuanto
hay sobre determinada palabra.
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Los vocablos y expresiones pueden tener, naturalmente, significado extensional e
intencional. Si no tienen este ltimo, es decir, si no inspiran ideas aunque les demos
vueltas en la cabeza, son sonidos sin sentido, como las palabras de un idioma
desconocido. Al contrario, puede haber expresiones que no tengan significado
extensional, aunque puedan despertarnos ideas. La frase, los ngeles velan mi sueo
por la noche, tiene sentido intencional, pero no extensional. Eso no quiere decir que
no me velen. Con esto significamos que no los podemos ver, tocar, retratar ni
descubrir cientficamente su presencia. Por eso, si surge la discusin de si los ngeles
me velan o no, es imposible dejar satisfechos a quienes la entablan, cristianos y no
cristianos, creyentes y agnsticos, msticos y cientficos. As, pues, creamos o no
creamos en los ngeles, lo mejor ser que no nos enzarcemos en una polmica sobre
el tema.
En cambio, cuando se trata de afirmaciones extensionales, por ejemplo, esta
habitacin tiene cinco metros de largo, las discusiones pueden terminar
convincentemente, porque, sean cuales fueren las conjeturas sobre sus dimensiones,
el asunto se termina en cuanto uno saca un metro. Esta es, pues, la diferencia
principal entre significado extensional e intencional: las discusiones sobre algo
extensional pueden terminarse a satisfaccin; pero si versan sobre algo intencional
exclusivamente, la diferencia de opiniones puede durar eternidades y acabar en
conflicto: quiz lleguen a romperse las amistades y, en sociedad, provocan la ruptura
de las organizaciones en grupos enconados. En el campo internacional, pueden
agravar hasta tal punto las tensiones, que constituyan verdaderos obstculos para el
arreglo pacfico de las disputas.
Este tipo de discusiones carece de sentido, porque de sus palabras no puede
deducirse sentido alguno. Que ponga el lector algunos ejemplos de pleitos as. Hasta
el ejemplo de los ngeles puede ofender a alguien, aunque ni se niega ni se afirma su
existencia. Pueden imaginarse las protestas a que dara lugar la serie de ejemplos que
pudieran exponerse de teologa, poltica, derecho, economa, crtica literaria y otros
ramos del saber, en que no suele distinguirse entre lo absurdo y lo que hace sentido.
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El error de un solo significado para cada palabra
Quienquiera que se haya puesto a pensar sobre el significado de las palabras habr
notado que estn cambiando constantemente de sentido. La gente suele creer que esto
es una desgracia, porque le vuelve a uno tarumba, y se presta a confusiones
mentales. Para poner remedio a esto, acaso pretendan que todos nos pongamos de
acuerdo sobre el significado nico que debe tener cada palabra, y emplearla slo en
esa acepcin. Luego vern que no es posible hacer coincidir a la gente, aunque
nombrsemos a un dictador de mano de hierro, rodeado de una legin de
lexicgrafos, que designasen censores en todas las redacciones periodsticas y en
todos los micrfonos domsticos. Por tanto, hay que desistir de la empresa.
Pero todo esto puede evitarse, partiendo de un principio totalmente nuevo, en el
que se basan las modernas ideas lingsticas a saber: que no hay palabra que tenga
dos veces el mismo significado exacto. Podemos demostrarlo de distintas maneras.
Primero, si aceptamos que el contexto de una expresin determina su significado,
como no hay dos contextos exactamente iguales, tampoco podr haber dos
significados exactamente iguales. Ni siquiera podemos fijar el significado de la
expresin creer en cuando la utilizamos en frases como esta:
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ser pronunciada, es un disparate. Slo podemos saberlo aproximadamente. Despus
de pronunciada, interpretamos lo dicho en funcin de sus contextos verbales y fsicos,
y obramos de conformidad. El estudio del contexto verbal y de la misma expresin
nos lleva a sus significados intencionales; el del contexto fsico nos indica sus
sentidos extensionales. Cuando Juan dice a Pedro: Quieres darme ese libro?,
Pedro mira en direccin adonde apunta Juan (contexto fsico), recuerda lo que
hablaron anteriormente (contexto verbal) y deduce a qu libro se refiere.
Por tanto, la interpretacin debe basarse en la totalidad de contextos. De otra
manera, no podramos contar con que la gente nos entendiese si dejamos de utilizar la
palabra precisa en algunas ocasiones. Por ejemplo:
Los contextos indican muchas veces qu es lo que queremos decir, que no hagan
falta explicaciones para entendernos.
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gran admirador de Lincoln. Sin embargo, el peridico local, prescindiendo del
contexto, expuso las cosas de tal manera que pareca como si el orador hubiera
llamado embustero a Lincoln, y desencaden una campaa contra el pobre maestro. A
sus disculpas, replic el director del peridico: No me importa qu fue lo que dijo
usted adems. Usted afirm que la alocucin de Gettysburg era propaganda, no? Y
esto significaba para l que Lincoln haba sido denigrado y que el conferenciante
deba ser destituido de su cargo universitario. Algo parecido ocurre en los anuncios.
En las solapas de un libro puede decirse que le falta poco para ser una obra
extraordinaria, pero alguien puede citarlo fragmentariamente y decir slo una obra
extraordinaria. Y no faltar quien salga en defensa de lo que pas, diciendo: Pero
all se emplean las palabras una obra extraordinaria, no es verdad?
En el decurso de una polmica suelen quejarse ambas partes de que las mismas
palabras significan cosas distintas para diversas personas. En lugar de lamentarse, lo
que deben hacer es aceptar esas diferencias. Si la palabra justicia, por ejemplo,
significase lo mismo para todos los magistrados de la Suprema Corte, las sentencias
seran siempre por unanimidad. Ms extrao sera todava que la palabra justicia
significase lo mismo para Kennedy que para Krhushchev. Si nos metemos bien
metido en la cabeza el principio de que una palabra no significa dos veces lo mismo,
nos formaremos el hbito de estudiar automticamente los contextos, con lo cual
entenderemos mejor lo que dicen los dems. Sin embargo, propendemos a creer que
entendemos algo, siempre que conozcamos las palabras; pero no lo entendemos.
Estamos atribuyendo a alguien cosas que nunca quiso decir. Luego viene el derroche
intil de energas de acusar airadamente a la gente de falta de honradez intelectual
o abuso de palabras, cuando lo nico que han hecho es darles una acepcin distinta
de la que nosotros les reconocemos, cosa que es natural, sobre todo si su cultura y
pasado son distintos de los nuestros. Claro que hay casos de falta de honradez
intelectual y de abuso del lenguaje, pero no siempre ocurren donde la gente cree.
Los contextos tienen particular importancia para el estudio de la historia de las
culturas. Que no hubiese agua corriente o electricidad en una casa inglesa del siglo
XVI no tiene importancia alguna, pero seria una falta imperdonable en una vivienda de
Chicago en 1963. Igualmente, para comprender la Constitucin de los Estados
Unidos no basta, como nos dicen nuestros historiadores, consultar las palabras en el
diccionario y leer las interpretaciones escritas por los magistrados de la Suprema
Corte. Hay que considerarla en su contexto histrico: en las condiciones de vida, el
estado artstico, industrial y de las comunicaciones de aquel tiempo, las ideas
imperantes entonces, etc., todo lo cual contribuir a fijar el significado de las palabras
de la Constitucin. Despus de todo, la misma expresin Estados Unidos de
Amrica era el nombre de una nacin completamente distinta en volumen y cultura
por el ao 1790, de lo que es hoy. Cuando se trata de asuntos de grandes
proporciones, el contexto que hay que examinar verbal, social e histrico puede
ser tambin muy vasto.
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Adems, los que prescinden del contexto sicolgico en las relaciones personales
cometen frecuentemente el error de interpretar como insultos lo que no pretenda ser
ms que bromas.
APLICACIONES
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I
Suponga usted que est preparando un diccionario y que slo tiene las siguientes citas
en que figura la palabra shrdlu. Qu definicin redactara de ella? No se contente
con indicar un sinnimo, sino escriba una definicin de diez a veinte palabras.
II
Hemos introducido en este captulo un neologismo, extensional, y hemos empleado
un adjetivo, intencional, en un sentido que difiere un tanto del corriente, pero que
se basa en la palabra intencin, como de extensin hemos derivado el
neologismo extensional. Preferimos hacerlo as a utilizar el adjetivo extensivo,
que, segn el diccionario, significa algo que puede extenderse.
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III
Hay palabras que unas veces significan determinada accin, y otras, los resultados de
la misma. As ocurre con la palabra construccin en los siguientes ejemplos:
IV
Explique en qu contextos pueden surgir las cuestiones siguientes, y cules de ellas
carecen de sentido. Explique por qu.
1. Ha fracasado la democracia?
EJEMPLO DE ANLISIS: Si no se determina primero el sentido extensional de las
palabras democracia y fracasar, la discusin probablemente no conduzca a
nada. Podra subdividirse en otras cuestiones ms pequeas. Por ejemplo:
Suponiendo que la democracia triunfa si vota por lo menos 60% de los
electores, qu proporcin de ellos vot en las elecciones presidenciales de
1956, 1960 y 1964?. Si se supone que ha triunfado la democracia cuando a los
nios inteligentes, pero sin medios econmicos, se les da oportunidad para
terminar su instruccin, qu porcentaje de alumnos de cuarto grado con C.I. de
ms de 125 terminaron la secundaria?. Pero si hablamos en trminos
intencionales de las palabras democracia y fracasar, lo ms probable es que
la discusin cobre tonos molestos. En muchos contextos en que se plante la
discusin, result carente de sentido.
2. Escribi Lincoln la Alocucin de Gettysburg?
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3. Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratis as,
qu delito comet
contra vosotros, naciendo.
CALDERN DE LA BARCA, La Vida es Sueo
13. QUERIDA DOROTHY DIX: Cmo puede saber una mujer si la quiere su marido?
Llevo casada diez aos y mi marido y yo discutimos a todas horas. Me pega y
me llena de improperios, y luego viene a decirme que me ama, y se arrepiente de
todo entre lgrimas. Quisiera dejarlo y volver con mi familia, pero no me deja.
Dice que no puede vivir separado de m. Por favor, aconsjeme qu debo hacer.
Cree usted que me quiere de verdad?
UNA ESPOSA DESVENTURADA, Surt-Times, de Chicago
V
Tome nota de alguna discusin que haya presenciado usted en las ltimas veinticuatro
horas, siguiendo estas preguntas:
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De qu se discute?
Es una cuestin sin sentido? O podra solucionarse analizando los hechos
discutidos?
Se pusieron de acuerdo los discutidores? Totalmente? Si no llegaron a un
acuerdo, se le ocurre algo que pudiera haber contribuido a la conciliacin de
sus puntos de vista?
VI
En cualquier buen diccionario se definen las palabras en funcin de sus reas de
significado, y la mayor parte de las palabras tienen reas de significado distintas.
Trate de buscar reas distintas de significado en las siguientes palabras:
EJEMPLO: corte.
El leador hizo un corte en el tronco.
El corte superior del libro est por pulir.
La Suprema Corte dict su fallo.
El orador es elocuente; no creo que se corte.
Es un traje de buen corte.
Son cortesanos, nobles de la corte real.
Corte usted por donde quiera.
VII
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Sintese en una silla y diga mi silla, apuntando a ella. Trasldese a otra silla, y
repita las mismas palabras, apuntando a ella igualmente. Es igual todava el
significado extensional de las palabras? Sigue siendo el mismo su significado
intencional?
Escriba en una hoja de papel su nombre media docena de veces. Ante usted tiene
seis ejemplos del significado extensional de las palabras mi firma. Comprelos con
cuidado. Hay algn grupo de dos que sean exactamente iguales? Son iguales sus
significados extensionales? Seran lo mismo si estuviesen impresas las firmas?
Saque de su funda de papel un pedazo de goma de mascar y examnelo con
cuidado. Mastquelo un poco y examnelo de nuevo. Ha cambiado el significado
intencional de esta goma de mascar? Y su significado extensional?
VIII
A continuacin van unas cuantas frases sencillas, cuyos contextos colocamos debajo
de cada una, entre corchetes y cursiva. Antes de leer el contexto, escriba su reaccin
inmediata a la frase. Por ejemplo:
FRASE: Ni siquiera sabe cuntos son uno y uno.
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5. EL LENGUAJE DE LA COMUNICACIN SOCIAL
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alegra, etc. En estos casos, el lenguaje se emplea de manera presimblica. Estos usos
presimblicos del lenguaje coexisten con los simblicos, de forma que nuestra
conversacin corriente es simblica y presimblica a la vez.
En realidad, los factores presimblicos de nuestro lenguaje corriente abundan en
las expresiones de profundo sentimiento. Cuando viene un coche por la curva que
estamos tomando, lo mismo da que alguien grite: Cuidado! o Kiwotsuke! o
Hey! o Prends garde!, o bien que se limite a vocear, para llamarnos la atencin.
El temor que va en el grito y en su tono, es el que provoca las sensaciones necesarias,
no las palabras. Igualmente, las rdenes dadas en tono brusco e iracundo suelen
producir resultados ms rpidos que si se dan en tono ms mesurado. Es decir, la
cualidad misma de la voz puede expresar sentimiento, independientemente de los
smbolos que se empleen. Podemos decir: Esperamos volverlo a ver, en una
entonacin que indica claramente nuestro deseo de qu no vuelva el visitante. O
tambin, cuando la joven con quien paseamos exclama: Qu hermosa est la Luna
esta noche!, distinguimos por su tono si hace una observacin meteorolgica o desea
que la besemos.
Los nenes entienden desde muy pequeos, y antes de distinguir el valor d las
palabras, el amor, el mimo o la irritacin que hay en la voz de su madre. La mayor
parte de los nios conservan esta sensibilidad a los elementos presimblicos del
lenguaje, y hasta algunos adultos, a quienes se atribuye intuicin o delicadeza
extraordinaria. Su talento consiste en que saben interpretar los tonos de voz, los
gestos, expresiones y otros sntomas del estado interno del que habla: no slo
escuchan lo que se dice, sino cmo se dice. En cambio, quienes han dedicado la
mayor parte de su vida a estudiar los smbolos escritos (cientficos, intelectuales,
investigadores) tienden a ser relativamente insensibles a cuanto no sea sentido
exterior d las palabras. Una mujer de este tipo, tendr que decir con todas las
palabras a su novio que la bese, si tal es su deseo.
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En estos casos, nada importa el significado de las palabras. Podemos expresar, por
ejemplo, con las palabras ms lgubres nuestra tristeza por un amor perdido, cuando
en realidad no hemos estado jams enamorados.
Lo que llamamos conversacin social tiene tambin carcter presimblico en gran
parte. En un t o en una cena, hablamos de cuanto hay: del tiempo, de la ltima
pelcula de Natalie Wood, de la moda prxima o de la ltima novela de Menganito.
Rara vez, como no sea entre amigos ntimos, estas conversaciones tienen valor
informativo. Sin embargo, es de poca educacin no hablar. Y hasta constituye un
error social no saludar o despedirse con frases como buenos das, mucho gusto en
haberlo conocido, qu tal est su familia?, ha sido una fiesta deliciosa etc.
En numerosas situaciones de cada da hablamos simplemente porque sera descortesa
no hacerlo. En cada grupo social hay su estilo peculiar y arte de conversacin, o sus
bromitas y chacotas[1]. Por eso, puede afirmarse en general que ya es de por s
funcin importante del lenguaje evitar los silencios, y que es completamente
imposible en nuestra sociedad hablar slo cuando hay algo qu decir.
Esta charla presimblica por charlar es una forma de actividad parecida a los
gritos de los animales. Sin hablar de nada en concreto, trabamos amistades. El objeto
de hablar no es llevar una noticia, como parecen indicar los smbolos empleados (
Qu da ms bonito!), sino establecer comunicacin con los dems. Hay muchas
formas de establecerla entre los seres humanos: comer juntos, jugar juntos, trabajar
juntos. Pero la ms fcil de todas es hablar. Por eso, el factor ms importante del trato
social es la conversacin; sobre qu versa tiene un valor secundario.
As, pues, la seleccin del tema obedece a ciertos motivos. Como el objeto es
establecer comunicacin, procuramos hablar de algo en que estemos de acuerdo de
momento. Obsrvese, por ejemplo, lo que ocurre cuando dos desconocidos sienten la
necesidad o el deseo de hablar:
Por tanto, aqu ya no hay slo comunicacin en el hablar, sino en las opiniones
expresadas. Tras el acuerdo sobre el tiempo, se puede tratar de coincidir en otros
puntos: Qu bello paisaje, qu manera tan escandalosa de subir los precios, la
ciudad es interesante cuando se est de visita, pero se vive mucho mejor aqu, en el
campo, etc A cada nueva coincidencia, por tonta que parezca, va rompindose el
hielo y aumentando la posibilidad de trabar amistad. Esta surge cuando, en el decurso
de la conversacin, nos enteramos de que tenemos amigos, ideas polticas, gustos
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artsticos o aficiones comunes. Comienza la comunicacin y cooperacin autntica.
He aqu un ejemplo de intercambio conversacional entre gente joven:
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Tras otros dos o tres comentarios por mi parte, me pregunt:
No quisiera que se molestara usted, pero es japons, verdad? Cree usted que
los japoneses tienen probabilidades de ganar la guerra?
Pues ver respond; no tengo motivo especial para opinar. Slo s lo que
leo en los peridicos. (Y era verdad). Pero, tal como, veo las cosas, no creo que los
japoneses, con su penuria de carbn, acero y gasolina, y con su limitada capacidad
industrial, puedan derrotar a una nacin tan poderosamente industrializada como los
Estados Unidos.
Reconozco que mi observacin ni era original ni obedeca a una buena
informacin. Centenares de locutores de radio y editorialistas venan diciendo
exactamente lo mismo durante varias semanas. Pero, precisamente por eso, mi
comentario sonaba a algo familiar y puesto en razn, por lo cual era fcil coincidir
con l, cosa que hizo el hombre, visiblemente como si se le quitase un peso de
encima. Hasta qu punto se haba derretido el hielo de la sospecha fue algo que
indic su pregunta siguiente:
Bueno, supongo que su familia no estar por all mientras dura la guerra, eh?
Pues s, all estn mi padre, mi madre y dos hermanitas.
Tiene usted noticias de ellos?
Cmo me pueden llegar?
Quiere usted decir que ni va a poderlos ver ni a saber de ellos hasta que
termine la guerra?
Tanto l como su esposa parecieron entonces positivamente preocupados e
interesados por m.
La conversacin continu, pero con slo aquellos diez minutos ya haban invitado
al autor de estas lneas a visitarlos en su ciudad y a cenar con ellos en su casa. Y las
dems personas que estaban en la estacin, al verlo en conversacin animada con
gente que no pareca sospechosa, dejaron de mirarlo y volvieron a sus peridicos y a
clavar los ojos aburridos en el techo[2].
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militares en el frente charlan de cualquier cosa aunque no haya mensajes oficiales que
transmitir. Lo mismo pasa con los vecinos de una casa o un barrio o los compaeros
de una oficina. El objeto es, en parte, matar el aburrimiento, pero tambin mantener
abiertas las lneas de comunicacin, lo cual es ms importante.
He aqu una situacin corriente entre marido y mujer:
Claro est que el marido tiene razn por su parte. Con hechos est demostrando
extensionalmente que la quiere. Los hechos son ms elocuentes que las palabras. Pero
tambin ella tiene razn por otros motivos. Cmo saber que estn abiertas las lneas
de comunicacin si no se ejercitan? Cuando un ingeniero de sonido dice por el
micrfono: Uno dos tres cuatro probando , no dice gran cosa, pero es
muy importante que cuente.
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insignias masnicas, condecoraciones de sociedades patriticas, etc.), celebrar
banquetes, sacar de las vitrinas las banderas, gallardetes o emblemas del grupo y
desfilar solemnemente. Parte de estas actividades rituales es siempre una serie de
discursos, de tipo general o particularmente pergeados para la ocasin, cuya funcin
principal no es comunicar alguna nueva al auditorio ni provocar en l nuevos
sentimientos, sino algo totalmente distinto.
En el Captulo 7, El lenguaje del control social, analizaremos detenidamente
qu es este algo. Pero ahora podemos estudiar un aspecto del lenguaje de esas
alocuciones rituales. Veamos lo que ocurre, ms o menos, antes de un partido de
ftbol entre dos equipos universitarios rivales. Cada uno de ellos es presentado a sus
partidarios, quienes ya los conocen de sobra. Se invita a algn jugador a que diga
algo. El farfulla unas cuantas frases incoherentes, muchas veces sin gramtica, que
son recibidas con frenticos aplausos. Los directivos hacen entonces promesas
fantsticas de convertir en picadillo a los adversarios. La turba de fanticos
prorrumpe en vtores, que casi nunca son ms que berridos animales, emitidos en
ritmos extraordinariamente primitivos. Nadie se ha enterado de nada nuevo.
Las ceremonias religiosas son hasta cierto punto igualmente desconcertantes a
primera vista. El ministro o sacerdote pronuncia su alocucin, generalmente en un
estilo no comprensible para la congregacin (en hebreo, si se trata de sinagogas
judas ortodoxas; en snscrito, si la solemnidad se celebra en templos chinos o
japoneses), con lo cual casi nunca llega al auditorio idea o informacin nueva alguna.
Considerando estos hechos lingsticos desde un ngulo imparcial, y estudiando
nuestras propias reacciones cuando nos dejamos llevar por el espritu de estas
celebraciones, es indudable que, sea cual fuere el significado de las palabras
utilizadas en ellas, pocas veces pensamos en su contenido durante la solemnidad
ritual. Casi todos hemos repetido, por ejemplo, el Padre Nuestro o las estrofas del
himno nacional sin parar mientes en lo que decimos. De nios, se nos meten en la
cabeza estas palabras sin entender lo que significan, y seguimos repitindolas
rutinariamente toda la vida, sin pensar en su sentido. Slo el hombre superficial se
limitar a decir que esto no es sino una prueba ms de lo atolondrados que somos los
seres humanos. Pero no podemos considerar sin sentido esas palabras, porque ejercen
un efecto positivo sobre nosotros. Salimos de la iglesia sin acordarnos quiz del tema
del sermn, pero con la sensacin imponderable de que el servicio religioso nos ha
hecho bien.
Cul es ese bien? La reafirmacin de la cohesin social: el cristiano se siente
ms prjimo de sus prjimos, y el norteamericano y el francs salen ms
norteamericanos y ms franceses de la funcin o reunin. Las sociedades se coadunan
y aprietan ms con estas reacciones comunes a los estmulos lingsticos.
Por eso, los textos rituales, ya estn expresados en palabras de significado
simblico corriente, ya en idiomas extranjeros o antiguos, o en antfonas
ininteligibles, utilizan en gran parte un lenguaje presimblico; es decir: de conjuntos
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rutinarios de sonidos sin particular carcter informativo, pero s emocional
(frecuentemente cargados de emocionalismo de grupo). Rara vez dicen nada
gramaticalmente a los miembros de la congregacin. El galimatas de una tenida
masnica puede parecer absurdo a quien no est iniciado. Es decir: cuando el
lenguaje se hace ritual, su efecto se independiza considerablemente del significado
gramatical de las palabras.
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que la democracia es una utopa, puesto que la gente tiene tan poca cabeza. Casi
ninguna de estas pesimistas conclusiones es justificable por esos motivos, porque se
han aplicado las normas del lenguaje simblico a hechos lingsticos que, parcial o
totalmente, son de carcter presimblico.
Con otro ejemplo se entender esto mejor. Supongamos que estamos al lado de la
carretera, afanados en cambiar un neumtico reventado. Un fulano de tosca
apariencia se acerca y nos pregunta en tono amistoso e inocente: Se les ha bajado
una llanta?. Si tomamos las palabras al pie de la letra, veremos que ha sido una
necedad, y nos vienen ganas de contestarle: Pero no ve usted, zoquete, lo que
pasa?. Pero si en lugar de atender a la letra de las palabras nos fijamos en su
intencin, responderemos a su tono amistoso con una observacin de buen humor, y
quiz hasta nos ayude el hombre a cambiar la rueda[3]. As hay muchas situaciones en
la vida, en que no debemos prestar atencin a las palabras, porque su intencin es
muchas veces ms inteligente e inteligible que ellas. Nuestro pesimismo sobre el
mundo, la humanidad, la democracia, etc., se debe quiz en gran parte a que
inconscientemente aplicamos las normas del lenguaje simblico a expresiones
presimblicas.
APLICACIONES
I
Pruebe este juego con sus amigos. En una reunin o fiesta social, proponga que
durante un rato no se pronuncie ms que esta palabra absurda e inexistente: Urglu.
Puede pronunciarse en cuantos tonos y tesituras sean necesarios para expresar
distintas situaciones. Pero, eso s, no se permitir en absoluto, so pena de una multa,
emplear el lenguaje ordinario. Observe todo lo que puede expresarse con slo este
voquible, acompaado de cuantos gestos, muecas o expresiones faciales hagan falta.
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(Y a propsito: a qu se debe que cualquiera de estos juegos sociales resulte tan
inspido y tonto al ser descrito, aunque sea divertido en accin?)
II
En la reunin siguiente de su club o de su comit, tome nota de: las veces en que se
utilice el lenguaje presimblico. En qu momentos de la reunin parece ser til al
grupo? Hay otras ocasiones en que estorbe la discusin?
O bien, observe cmo se conduce el presidente de un banquete, el animador de
una merienda al aire libre o el maestro de ceremonias de un club nocturno. No sea
demasiado objetivo en la prctica de este ejercicio, no se siente como una estatua o
como un etnlogo de una civilizacin distinta, que se pone a tomar notas sobre las
costumbres nativas. Entre ms bien en el espritu de la fiesta, observe sus reacciones
personales y las de los dems a las expresiones sin sentido que caracterizan estas
reuniones; Al da siguiente podr adoptar una actitud objetiva y distante, al escribir
sus observaciones, las peroratas, las reacciones del pblico y las suyas propias.
III
Fjese un da en la cantidad de veces que los miembros de una reunin hacen
comentarios sobre el tiempo al llegar a ella. A qu se deber que el tiempo es un
tpico tan manido y tan fcil para entablar conversacin? Claro que a las mujeres les
gusta ms empezar a charlar con algn elogio al aspecto o vestido de la recin
llegada: Qu sombrero tan bonito!. Dnde compraste esa preciosidad de
vestido?. Se pregunta: Tendrn los hombres temas peculiares de su preferencia para
trabar conversacin con otros hombres?
Tengo para m que los nios no suelen desarrollar lenguaje alguno presimblico
para iniciar su trato con los dems. Observe con particular atencin cmo entran en
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conversacin un nio y un adulto que no se conocen.
Qu significa en realidad cmo est usted? Sera de ver la sorpresa de quien se
lo pregunta por la maana, si usted le contestase: pues tengo una temperatura de
36.7o. Est en realidad tan encantado como dice, el francs que empieza su
conversacin con la exclamacin de Enchant? Reflexione un poco sobre la
frmula corts y caballeresca espaola de beso a usted los pies, o que besa sus
pies, al terminar una carta, y el sufijo japons kun con que un japons llama a
otro (Hayakawa-kun, Yamada-kun), que antiguamente signific prncipe.
IV
Advierta las diferencias de las expresiones presimblicas caractersticas de las
distintas clases sociales, grupos tnicos y pases. El lector que conozca ms de una
clase social o ms de una nacin puede establecer comparaciones y contrastes en
cuanto a esto entre ellos. El autor de estas lneas estima que hay acusadas diferencias
de estilo y expresiones presimblicas entre la cultura general de la clase media
norteamericana y las de los grupos de inmigrantes que conservan sus costumbres del
mundo antiguo: Los labradores escandinavos del Medio Oeste, los holandeses de
Pensilvania, los judos neoyorquinos del distrito de las modas y vestidos, los
italianos, los poloneses, los alemanes del noroeste de Chicago, etc. Tambin hay
diferencias de clase y ocupacin: costumbres sociales entre la gente de teatro,
camioneros, clubes de mujeres, artistas y escritores de los barrios bohemios urbanos y
los oficiales navales. Hay un estilo particularmente gracioso y ceremonioso en las
reuniones de los negros norteamericanos de la clase media inferior.
Describa las diferencias presimblicas entre dos o ms grupos sociales, en un
ensayo de 1000 a 1500 palabras.
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En los Estados Unidos se publican muchos libros sobre cmo perfeccionar el
silencio. As, en los libros de educacin social, se aconseja a las jvenes a hacer
preguntas banales a sus parejas para que hablen. Hay cursos completos de
conversacin y exposiciones sobre el poder de las palabras para los adultos:
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6. DOBLE MISIN DEL LENGUAJE
Han pasado decenas de milenios desde que nos cortamos la cola, pero seguimos
hablando gracias a un medio que arbitraron los aborgenes para satisfacer sus
necesidades Quiz nos sonriamos de las ilusiones lingsticas del hombre
primitivo; pero podremos olvidar que la maquinaria verbal de la cual hacemos
tanto uso, y con la cual nuestros metafsicos siguen todava sondeando la naturaleza
de la existencia, fue creada por l, y acaso sean responsables de otras
fantasmagoras no menos absurdas ni ms fcilmente desarraigables?
C. K. OGDEN Y I. A. RICHARDS
Las connotaciones
Como hemos visto, el lenguaje informativo es de ndole instrumental en cuanto que
contribuye a hacer algo; pero tambin hemos visto que se emplea adems para
expresar directamente los sentimientos del que habla. Estudiando el lenguaje desde el
punto de vista de quien escucha, podemos decir que el informativo nos transmite
algo, pero que el expresivo (los juicios y las que hemos llamado funciones
presimblicas) nos afecta; es decir: afecta a nuestros sentimientos. Cuando el
lenguaje es afectivo tiene algo de fuerza[1]. Un insulto, por ejemplo, provoca otro en
contestacin, lo mismo que una bofetada provoca otra; una orden en voz alta y el
tono autoritario empuja, como si en efecto fuese un empujn; hablando y gritando se
gasta energa, como golpendose el pecho.
Y el primer elemento afectivo del habla es, como hemos visto, el tono de voz, su
reciedumbre o suavidad, su agrado o desagrado, sus cambios de volumen y
entonacin mientras se emiten las palabras.
Otro elemento afectivo del lenguaje es el ritmo. Entendemos por ritmo el efecto
producido por la repeticin de los estmulos acsticos (o anestsicos) a intervalos ms
o menos regulares. Desde el bumbum de un tamboril de nio hasta las sutiles
armonas de la poesa y de la msica, hay un desarrollo y refinamiento
ininterrumpido de la reactividad humana al ritmo y a la cadencia. Producirlos es
atraerse la atencin y el inters; tan afectivo es el ritmo, que se apodera de nuestra
atencin aunque no queremos distraernos. El ritmo y la aliteracin son, como se
sabe, modos de acrecentar la cadencia del lenguaje, repitiendo sonidos parecidos a
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intervalos regulares. Los pasquines polticos y los anuncios buscan, por eso, ritmos y
aliteraciones especiales: Mejor mejora Mejoral, Bueno, Bonito y Barato, recuerde
las tres BBB, Mscaras, ms caro el pan, ms caro lo mascarn, Si no prueba, no
aprueba Muchas de estas frases son absurdas desde el punto de vista informativo,
pero se meten en la cabeza a base de su ritmo, y es difcil quitrselas de encima.
Adems de la voz y el ritmo, otro factor afectivo del lenguaje,
extraordinariamente importante, es el aura de sentimientos agradables o
desagradables que rodea a casi todas las palabras. Recurdese la distincin que
hicimos en el Captulo 4 entre denotaciones (o significado extensional) de las cosas, y
connotaciones (o significado intencional), que constan de ideas, nociones, conceptos
y sentimientos sugeridos en la mente. Estas connotaciones pueden ser informativas y
afectivas.
Connotaciones informativas
Las connotaciones informativas de una palabra son los significados impersonales que
socialmente se le han adjudicado, en tanto puedan explicarse con otras palabras. Por
ejemplo: podemos hablar de un cerdo, pero no podemos expresar el significado
extensional de este vocablo si no hay un cerdo real que indicar. Pero podemos dar sus
connotaciones informativas: Cerdo es un cuadrpedo mamfero domstico, como los
que cran en los ranchos para sacar de l jamn, tocino, manteca
Las connotaciones informativas pueden ser la definicin de una palabra (el cerdo
es un mamfero domstico) y su denotacin (este, ese o aquel cerdo). Pero hay
palabras con definicin y sin denotacin: as ocurre con sirena, que se define: una
criatura mitad mujer y mitad pez, pero que no tiene denotacin, porque no hay
sirenas extensionales. Lo mismo cabe decir de los trminos matemticos, que tienen
existencia lgica sin referencia extensional y connotaciones informativas, pero no
denotacin.
Quiz se crea que las denotaciones presentan pocos problemas de interpretacin,
porque aqu tratamos de palabras destacadas de los sentimientos personales que
puedan producir. Pero no es as, porque la misma palabra puede denotar cosas
distintas para individuos de ocupaciones diferentes o en distintas partes del mundo
que hablan el mismo idioma. Ejemplo interesante de la confusin en las denotaciones
son los nombres de las aves y dems animales y plantas. La vbora es un animal
sumamente venenoso; sin embargo, en muchas partes suele llamarse vbora a
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cualquier culebra o reptil inofensivo. Entre distintos idiomas, las palabras
procedentes del mismo origen pueden tener significados totalmente distintos: el gato
es un animal domstico, pequeo y normalmente de hbitos apacibles; pero cat en
ingls puede denotar un felino tan peligroso, voluminoso y fiero como el tigre o la
pantera. Y ambas palabras proceden del latn cattus. Puede formarse una lista
largusima de palabras inglesas mal interpretadas del latn, que tienen acepciones
equvocas y pueden desorientar al traductor o al lector de habla castellana: actual,
apparently, versatile, temperamental, etc., estn en este caso.
A estas diferencias de la terminologa popular y regional se debe, entre otros
motivos, que se establezca una nomenclatura cientfica para plantas y animales, que
es aceptada y empleada en toda la comunidad internacional de las ciencias.
Connotaciones afectivas
En cambio, las connotaciones afectivas de las palabras son el conjunto de
sentimientos personales que provocan, como la palabra cerdo: Uf!, qu animales
tan inmundos y apestosos, etc. Aunque no todos estn de acuerdo con las mismas
reacciones hay gente a quien gustan los cerdos, la existencia de estos
sentimientos nos permite emplear las palabras, en determinadas circunstancias, slo
por sus connotaciones afectivas, sin dar importancia a las informativas. Es decir:
cuando estamos considerablemente emocionados, expresamos nuestros sentimientos
por medio de connotaciones afectivas nada ms. As, en un momento de ira,
llamamos a la gente zorras, mulas, ratas, o bien, angelito, bomboncito, mi
sol, etc. En todas las expresiones verbales de sentimientos hay ms o menos
connotaciones afectivas.
Todas las palabras tienen carcter afectivo, segn como se empleen, y algunas
tienen menos valor informativo que afectivo; por ejemplo: podemos decir: ese
hombre, ese caballero, ese sujeto, ese individuo, ese pajarraco o ese
bribn, refirindonos a la misma persona, pero con diversas intenciones y
sentimientos. Se llama a algunos restaurantes u hoteles, mesn, hostera, u
Hostal del Rey Noble, para darles cierto regosto de antigedad. Lo mismo ocurre
con los nombres de las calles y de los jardines: Calle del Hombre de Palo (Toledo),
Paseo de los Enamorados (Coimbra) o de los Filsofos (Mxico). Los
productores de perfumes buscan frenticamente el romanticismo, en esencias como
Mon Dsir, Ramillete de Novia, Flor de Blasn, etc. Obsrvense las
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diferencias entre las siguientes expresiones:
Sabrossimo filete de
Carne de vaca superior.
primera.
El Poli aplasta al
Politcnico 5, Universidad 2.
Universidad.
Durante la guerra de los Bers, la prensa inglesa los describa como tramposos y
cobardes, que se escondan tras las rocas y arbustos. Cuando los ingleses
aprendieron sus tcticas astutas, decan que se estaban aprovechando hbilmente de
las irregularidades del terreno.
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Ms o menos, pasa lo mismo en todos los idiomas. De aqu que se busquen
eufemismos para los lugares, acciones y chistes sobre estos temas: lavabos,
tocadores, quiere usted lavarse las manos?, hacer el amor, etc. El lector puede
hacer la lista a su gusto.
El dinero es otro tema de que no puede hablarse sin ciertas limitaciones: puede
aludirse a sumas de dinero, a diez mil dlares, o dos pesos cincuenta centavos; pero
se considera de mal gusto inquirir directamente el estado financiero de los dems,
aunque es verdaderamente necesario en la vida de los negocios. Cuando los
acreedores mandan sus facturas, no suelen mencionar la palabra dinero, aunque ese es
el nico motivo de su correspondencia. Emplean circunloquios como: Quisiramos
que repare en su involuntario descuido, o le rogamos preste atencin a este punto,
o podemos esperar su amable envo?
En vista de la lamentable y general confusin de los smbolos con las cosas
simbolizadas, mucha gente huye de la palabra muerte y de cuanto tenga que ver
con ella. Prefieren decir funesto desenlace, se nos fue, o se extingui, de gusto
muy discutible en el periodismo, aunque no tan reprobable como la desgraciada frase,
tan a la orden del da en muchos peridicos, dej de existir. Para los creyentes, eso
es un error filosfico y religioso imperdonable.
Las palabras relativas a anatoma y sexo, aunque slo vagamente hagan referencia
a ello, son tabs en la cultura norteamericana por sus notables connotaciones
afectivas. Las damas del siglo pasado, y hoy persiste en muchos medios sociales, no
podan pronunciar las palabras pecho o pierna ni aun refirindose a estas partes
del pollo, por lo cual inventaron los febles eufemismos de carne blanca y carne
negra. Tambin era de mal tono hablar de ir a la cama, y se substitua por
retirarse. La palabra toro se substituye en los medios rurales norteamericanos por
derivados de vaca; es decir: dando rodeos en torno a esta palabra, como vaca
macho, y hasta vaca caballero (male cow, gentleman cow, he cow). D. H.
Lawrence fue criticado vehementemente en casi todos los medios por haber empleado
(en un contexto sin intencin) la palabra garan, en su primera novela, The White
Peacock (1911). Hubo que cambiar la frase nuestros corazones estn alegres, y
nuestros vientres llenos, por nuestros corazones estn alegres, y nosotros llenos,
en la representacin de la obra musical de Rodgers y Hammerstein, Carousel, en
1962, ante la familia real inglesa. Como se ve, no son solo los norteamericanos
quienes gustan de estas delicadezas.
Estos tabs verbales, aunque a veces divertidos, crean problemas serios, porque
estorban la libre discusin de los asuntos sexuales. Los trabajadores sociales con
quienes habl de este punto el autor de las presentes lneas, dicen que las jvenes de
las secundarias que contraen enfermedades venreas, o salen embarazadas antes de
casarse, pasando por tremendos problemas de este tipo, casi siempre ignoran los
hechos ms rudimentarios sobre el sexo y la procreacin. Por lo visto, su ignorancia
se debe a que ni ellos ni sus padres tienen un vocabulario sobre estas cosas: las
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palabras corrientes relativas al sexo les resultan demasiado toscas y repelentes, y el
vocabulario tcnico y mdico les es totalmente desconocido. Por eso, los trabajadores
sociales creen que el primer paso que debe darse para ayudar a la gente joven suele
ser lingstico: hay que ensearles una nomenclatura con que expliquen sus
problemas, para poder ayudarlos.
Pero los tabs verbales ms fuertes tienen un positivo valor social. Cuando
montamos en clera y se nos va la lengua, la liberacin de estas palabras prohibidas
nos proporciona una vlvula de escape verbal para no tirar los platos al suelo ni hacer
cisco los muebles.
No es fcil explicar a qu se debe el que algunas palabras tengan connotaciones
afectivas tan fuertes, mientras que otras con las mismas connotaciones informativas
carecen de ellas. Algunas de nuestras reticencias o retrucanos verbales,
especialmente si tienen carcter religioso, van sancionados con la autoridad de la
Biblia: No tomes en vano el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh no juzgar
inocente a quien tome en vano su nombre (Exodo 20:7). Rediez, estoy como don
Diego, diantre, Pedro Botero, etc., son retrucanos castellanos para evitar la
palabra Dios, diablo, Satans, etc. En ingls hay numerosas e ingenuas
interjecciones para evitar la palabra Jess. En todas las culturas, lo mismo en las
modernas que en las primitivas, hay cierto respeto a los nombres de los dioses y de
los espritus malignos, que no es bueno mencionar a la ligera.
La confusin primitiva de la palabra con el objeto, del smbolo con lo
simbolizado, hace que, en algunas partes del mundo, el nombre de la persona se tome
como parte de la misma. Por eso, conocer el nombre de alguien equivale a tener
poder sobre l. A eso se debe el que, en algunos pueblos, se ponga a los recin
nacidos un nombre autntico, que slo conocen los padres y nunca se menciona, al
mismo tiempo que un apodo o nombre pblico. As, el nio no caer bajo el poder de
nadie. El cuento alemn de Rumpelstiltskin es un buen ejemplo de la creencia en el
poder de los nombres.
Thomas Mann explica dramticamente el poder de los nombres, segn la antigua
creencia juda, en Jos y sus Hermanos:
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el terror no me habra privado del sentido ni me habra hecho palidecer ante su
confusin. Te llamas Sanguinario?, le hubiera preguntado, rindome de l. O
Asesino Saltarn? Pero me sentara erguido frente a l y le gritara: Len! S, t eres
el Len, por tu naturaleza y por su especie, y tu enigma se descubre ante m, lo
conozco, y pronuncio tu nombre y me ro de l, cara a cara. Y l se habra puesto a
parpadear al or su nombre, y huira mansamente ante aquella palabra, sin poder para
contestarme. Porque es muy torpe y no sabe nada de instrumentos de escritura.
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conducta tradicional a las personas a quienes se aplican. Cuando la gente se enter de
lo que tenan que hacer con los gamberros o golfos o pillastres juveniles, se los
meti a la crcel y se les zurraba la badana. Pero, en la crcel, aquellos pillastres
mostraron una tendencia positiva a hacerse delincuentes redomados y hampones de
verdad. Entonces, la gente reflexion sobre el problema y decidi emplear una
terminologa distinta. Cmo calificar a estos jovenzuelos inquietos y peligrosos?
Los llamaremos tarados o personalidades sicopticas? O bien, inadaptados o
neurticos? Desheredados, frustrados, o socialmente desplazados?
Aquejados por problemas de identidad? Hay que internarlos, castigarlos,
tratarlos, educarlos o rehabilitarlos? Gracias al estudio de numerosos trminos
y expresiones como stas, se han logrado descubrir y arbitrar nuevos modos de
enfocar mejor el problema.
Como hemos observado, el significado de las palabras cambia segn quien las
pronuncie y segn el contexto. Jap, nigger y Yankee son palabras que suelen
tener acepcin malintencionada e insultante en ingls, algo as como las palabras
indio o desgraciado en algunos pases de habla espaola, particularmente en
Amrica Latina. En s, no tienen significado alguno vejatorio, pero la significacin no
est en la palabra, sino en la intencin. Etimolgicamente, desgraciado significa
sin gracia. Indio no tiene por qu ser insultante sino en la connotacin afectiva
que se le d y el contexto en que se emplee, as como la persona que la pronuncie o a
quien vaya dirigida. Nigger se toma como un insulto en ingls, y en cambio
negro es palabra exenta de posibles torcidas interpretaciones.
Debemos observar otro hecho curioso respecto a las palabras empleadas en los
enconados debates sobre raza, religin y poltica. Todos conocemos a alguien que se
ufana de llamar al pan pan y al vino vino y cantarle las cuarenta a cualquiera, o
no tener pelos en la lengua. En general, esto quiere decir que son capaces de llamar
a las cosas, y aun a las personas, con los nombres que tienen connotaciones afectivas
ms desagradables y ms fuertes. El autor de estas lneas nunca se ha explicado esta
jactancia de supuesta franqueza, cuando en realidad es descaro. A veces es
necesario violar los tabs verbales para darse a entender mejor y para pensar ms
claro; pero llamar al pan pan y al vino vino es un hbito que propende a rebajar
frecuentemente nuestro pensamiento y nuestro vocabulario, traducindose en
manifestaciones reprobables de valoracin y conducta.
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Como se ve, el lenguaje diario difiere de los informes estudiados en el Captulo 3.
Lo mismo que en ellos, tenemos que poner mucho cuidado para elegir las palabras
que lleven las connotaciones informativas que deseemos; de otra manera, el lector o
quien nos escuche no sabr de qu estamos hablando. Pero, adems, debemos darles
las connotaciones afectivas precisas para que se interese o emocione con lo que
estamos diciendo y sienta respecto a las cosas igual que nosotros. Tenemos que
procurar ambas cosas lo mismo en la conversacin ordinaria que en un discurso, en
un escrito persuasivo o en la literatura. Pero esto se logra en gran parte
intuitivamente; sin caer en la cuenta, adoptamos el tono de voz, el ritmo y las
connotaciones afectivas condicentes con lo que hablamos. Sobre las connotaciones
informativas ejercemos un control algo ms consciente. Nuestros progresos para
entender el lenguaje y para usarlo dependen, por tanto, no slo de afinar nuestro
sentido de las connotaciones informativas verbales, sino de aquilatar nuestra
comprensin de los elementos afectivos del lenguaje por medio de la experiencia
social, del contacto con individuos y situaciones de toda ndole, y del estudio de la
literatura.
Vamos a explicar unos cuantos casos de lo que puede ocurrir en cualquier
conversacin a cualquiera:
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recrear el espritu del lector:
Otra razn puede ser planear algo para lo futuro: Supongamos que hay un puente
al otro extremo de esta calle; la congestionada circulacin podra tener una salida por
l, y se despejara el movimiento excesivo de las tiendas. Con esta perspectiva,
podemos recomendar ese proyecto a nuestro interlocutor, o disuadirlo de l. En el
captulo siguiente trataremos de la relacin de las palabras con acontecimientos
futuros.
APLICACIONES
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I
Lea cuidadosamente el siguiente suelto periodstico y redacte un ensayo (bastara con
1000 palabras) sobre el problema o problemas a que hace referencia, y repita el
ejercicio con otros casos de su experiencia personal:
II
En un programa de radio de la British Broadcasting Company (BBC), titulado
Brains Trust, Bertrand Russell conjug de la siguiente manera el verbo ser, como
paradigma de un verbo irregular:
Yo soy firme.
T eres terco.
A base de este modelo, el New Stalesman and Nation ofreci diversos premios a
los lectores que presentasen los mejores verbos irregulares por el estilo. He aqu
unos cuantos de los presentados:
1. Yo soy esbelto.
2. Tengo unos cuantos kilos de ms.
3. No bailo muy bien.
4. Naturalmente, me maquillo un poco.
5. Colecciono objetos raros y antiguos de arte.
6. No me gusta jugar al bridge con gente que lo toma muy en serio.
7. No pretendo saberlo todo.
8. Creo en el liberalismo a la antigua del laissez-faire.
9. Necesito dormir mucho.
10. Soy una mujer chapada a la antigua.
11. No me importan gran cosa las teoras: soy hombre prctico.
12. Creo en la sinceridad de la gente.
13. Tengo poco tiempo para leer libros.
III
Ahora supongamos que el lector tiene un punto de vista totalmente distinto del
crtico, que le desagradan las obras de Lawrence y quienes las admiran, y no
comprende el mrito de la investigacin literaria. Basndose en los mismos datos,
podra escribir una crtica contraria por el estilo de la que va a continuacin:
Esta crtica no tiene por objeto echar por tierra la de Humphries, claro est, ni
entra en los mritos del profesor Tedlock o de D. H. Lawrence. Lo nico que se
propone es cumplir con la doble misin de un crtico de libros: aportar datos sobre l
y expresar su opinin personal. En la crtica y en la contracrtica hay algo de ambas
funciones, ms de la primera que de la segunda, en la resea de Humphries.
Quien lea ambas deducir indudablemente la informacin bsica comn a las dos:
que el libro del profesor Tedlock es concienzudamente detallista en su revisin de los
manuscritos de Lawrence, que tanto el hombre como sus obras le inspiran simpata,
que el libro puede ser til a sus admiradores, etc. Para desarrollar la capacidad de
extraer esta informacin bsica, prescindiendo de los colores con que la adorne el
autor, recomendamos a nuestros lectores intentar contracrticas de este tipo. Las
reseas de libros se prestan especialmente para ello. Se ver cmo algunos crticos
dicen muy poco del libro y mucho de sus gustos personales. Otros se limitan a dar la
noticia, describiendo ms o menos el libro, sin expresar sus gustos y preferencias.
Tambin sirven para esto las pginas deportivas de los diarios, en que no slo se dice
lo que ocurri, sino que se expresa una actitud personal hacia los hechos y los
individuos. Imagine el lector que encuentra en el peridico un artculo por el estilo de
ste:
IV
Reflexione sobre los dos siguientes pasajes y, si se siente emocionado, escriba una
pgina en que llame a las cosas por su nombre, sin que le importe un comino lo que
haya dicho el autor o el periodista al respecto:
2. Forest Lawn es un cementerio en que nadie llama al pan pan y al vino vino,
Aqu, morir se dice abandonarnos, al cadver se le denomina el amado o la
arcilla querida, los muertos son gente que se pierde de vista. Milln y medio
de visitantes anuales pueden pasear por sus sendas, seguros de que no van a ver
una sola tumba; los sepulcros, sealados nicamente con lpidas de bronce,
estn a ras de tierra, escondidos en parajes tan amenos como la Loma del
Amanecer, el Bosque del Ensueo, el Puerto del Reposo, las Dulces Memorias,
el Amor Inmarcesible. A los nios se los sepulta en Nenilandia, jardn en forma
de un corazn de madre, y en Nenilandia; sobre sus sepulturas se colocan
juguetes y rboles de Navidad. Durante todo el da brota una leda msica
sinfnica de los megfonos ocultos entre los arbustos; el novelista Vaugh lleg a
decir que haba odo gorjeos de pjaros, y la Llamada India de Amor, en cinta
magnetofnica.
Time
V
La organizacin que antes se llamara Artificial Limb Manufacturers Association lleva
ahora el ttulo de American Orthotics and Prosthetics Association. La Sociedad
Internacional para el Bienestar de los Imposibilitados cambi su nombre por el de
Sociedad Internacional para la Rehabilitacin de los Impedidos, en 1960. El Hospital
de la Sociedad para el alivio de los imposibilitados y lesionados, de Nueva York, se
denomina ahora Hospital de Ciruga especial. El hospital de Lincoln, Nebraska, para
imposibilitados y deformados como antes se llamara, es el actual Hospital
Ortopdico de Nebraska.
La Sociedad Nacional de Nios y Adultos imposibilitados tiene gran inters en
dar con la palabra debida para designar a los que pueden ser objeto de programas de
rehabilitacin. Por lo visto, el vocablo imposibilitado desanima a veces aun a
Nunca se ha estudiado como es debido el efecto que produce una serie de frases
sonoras en la conducta humana
THURMAN W. ARNOLD
1. Casi siempre ese lenguaje est redactado con palabras que tienen connotaciones
afectivas, para que el pueblo quede respetuosamente impresionado. Se emplea
un vocabulario arcaico y anticuado o bien un estilo solemne, que se sale del
corriente. Por ejemplo: Acepta usted, Juan, por palabras de presente a esta
mujer como legitima esposa? A diecisis del mes de julio del ao del Seor de
mil novecientos tres, los firmantes de este contrato, Fulano de Tal y Mengano de
Cual, que en el texto de este instrumento legal se denominarn de aqu en
adelante respectivamente VENDEDOR y COMPRADOR, de acuerdo con las
clusulas y convenios infrascritos, y en virtud de cuantas leyes, disposiciones,
documentos y escrituras legales se comprometen a
2. Estas expresiones directivas van frecuentemente acompaadas de invocaciones
de derechos sobrenaturales, en virtud de los cuales quedamos obligados a
cumplir nuestras promesas, so pena de castigos superiores y ultraterrenos. Por
ejemplo: los juramentos solan terminar antiguamente con expresiones parecidas
a esta: Si cumpls, que Dios os lo premie, y si no, que os lo demande. En casi
todas las culturas, desde las ms primitivas a las ms civilizadas, hay plegarias o
invocaciones que acompaan a la profesin de votos o a la formulacin de
promesas importantes. Contribuyen a grabar esos votos en lo ms hondo de
nuestra mente.
3. Tambin se invoca el temor del castigo directo. Si Dios no nos castiga por
incumplir nuestros convenios, se estipula clara o implcitamente que lo harn los
hombres. Todos sabemos que podemos ser privados de la libertad por abandono
de familia o por bigamia; procesados por incumplimiento de contrato;
degradados por conducta contraria a los deberes militares o eclesisticos;
Directrices y desencanto
Debemos hacer unas cuantas advertencias antes de abandonar el tema del lenguaje
directivo. En primer lugar, hay que tener presente que como las palabras no pueden
decirlo todo, las promesas implcitas en el lenguaje directivo nunca son ms que
mapas generales de territorios no existentes todava. El porvenir ir cubriendo
esos mapas, muchas veces de forma inesperada. Quiz no tenga el futuro relacin
alguna con nuestros mapas, pese a todos los esfuerzos por provocar los hechos
esperados. Siempre juramos ser buenos ciudadanos, cumplir con nuestro deber, etc.,
pero ni lo somos ni lo cumplimos en todos los momentos de nuestra vida.
Comprendiendo que las directrices no pueden imponer absolutamente el futuro, nos
evitamos ilusiones imposibles y, por tanto, desengaos innecesarios.
En segundo lugar, debe distinguirse entre lenguaje directivo e informativo, que
frecuentemente se parecen. Afirmar que un deportista es caballeroso y valiente, o que
los policas son defensores de los dbiles, es establecer metas, no siempre describir la
situacin presente. Esto es sumamente importante, porque la gente suele tomar estas
declaraciones como descriptivas, y se desencantan cuando ven a un deportista brutal
o a un polica prevaricador. Entonces deciden no tener nunca que ver con deportistas
ni policas, lo cual es un disparate. Lo que ha pasado es que han tomado por
declaracin informativa lo que no es sino una directriz muy genrica.
Otro motivo de desencanto por no entender debidamente el lenguaje directivo, es
encontrar en l promesas que no hay. En este error suelen incurrir quienes, al leer
anuncios mdicos de antispticos, creen que prometen la cura radical o que evitan los
APLICACIONES
I
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Las siguientes frases constituyen directrices en el contexto en que suelen encontrarse.
Cules de ellas tienen sancin colectiva? Qu recompensas se prometen a quienes
las siguen, y qu castigos a quienes las desacatan? O no se prometen premios ni
castigos? Qu probabilidades hay de que se cumplan esas promesas?
5. A unas rosas
Estas que fueron pompa y alegra
despertando al albor de la maana,
a la tarde sern lstima vana
durmiendo en brazos de la noche fra.
Este matiz que al cielo desafa,
iris listado de oro, nieve y grana,
ser escarmiento de la vida humana:
tanto se emprende en trmino de un da!
A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botn hallaron.
7. Aprended, flores, de m
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y hoy sombra ma no soy.
La Aurora ayer me dio cuna,
la noche atad me dio;
sin luz muriera, s no
me la prestara la Luna.
Pues de vosotras ninguna
deja de acabar as.
Aprended, flores, de m etc.
Consuelo dulce el clavel
es a la breve edad ma,
pues quien me concedi un da,
dos apenas le dio a l;
Efmeras del vergel,
yo crdena, el carmes.
Aprended, flores, de m etc.
Flor es el jazmn, si bella,
no de las ms vividoras,
pues dura pocas ms horas
1. Ese es un antinorteamericano.
EJEMPLO DE ANLISIS: Ordinariamente esta afirmacin supone un juicio muy
severo una palabra-gruido que expresa reprobacin de las ideas de una
persona. Este juicio suele tener consecuencias graves directivas: Que lo
expulsen! o No voten por l! En contextos especiales, en que el que habla y
el que escucha han decidido dar un significado concreto y comprobable al
adjetivo antinorteamericano, la afirmacin puede ser un informe nada ms.
Pero estos contextos son raros.
2. El marqus y su mujer
contentos quedan los dos:
ella se fue a ver a Dios
y a l lo vino Dios a ver.
Epigrama annimo
10. Hacemos tantas tonteras por los falsos mapas que llevamos en la cabeza,
que ya ni les damos importancia. Hay quienes tratan de protegerse contra los
accidentes, llevando una pata de conejo. Otros no quieren dormir en el piso 13
de los hoteles.
S. I. HAYAKAWA, Language in Thought and Action
IV
V
En uno de los captulos anteriores dijimos que el escritor o autor de un diccionario es
un historiador, no un legislador. Despus de leer los siete captulos que van del libro,
probablemente ponga usted en duda muchas cosas, inclusive esta afirmacin. Por
ejemplo: hasta qu punto es el historiador un hombre que dirige adems nuestro
VI
A continuacin va una pequea lista de libros sobre el tema tratado en este captulo.
Redacte una crtica de uno o ms de ellos, fijndose especialmente en sus directrices
explcitas e implcitas:
The Informed Heart (1960), de Bruno Bettelheim. Este eminente siclogo deduce
las normas para sobrevivir de sus experiencias en Dachau y Buchcnwald. Despus de
pasar revista a los mtodos nazis empleados en estos campos de concentracin,
explica las condiciones que hicieron posible la vida y aplica las tcnicas de
resistencia a la existencia en nuestras sociedades de masas.
Law and the Modern Mind (1930), de Jerome Frank. Estudio interesantsimo de la
semntica del derecho, realizado por un precursor de la aplicacin de las ideas
sicolgicas y sicoanalticas al estudio de las reacciones de abogados y jueces.
Survival Through Design (1954), de Richard Neutra, famoso arquitecto que
considera el diseo como factor coordinador de la arquitectura y como la nica
defensa del hombre contra el ambiente hostil que le espera.
The Folklore of Capitalism (1938), de Thurman Arnold. Este ameno y clebre
libro, escrito por el fiscal general auxiliar, jefe de la Divisin Antimonopolstica del
Gobierno de Roosevelt, es un estudio clsico de cmo ciertas directrices polticas y
econmicas muy arraigadas impiden a las sociedades comprender y solucionar sus
problemas.
La bsqueda contempornea de soluciones prcticas al dilema de guerra o
rendicin ha cristalizado en una porcin de libros que presentan ideas constructivas
para una nueva poltica exterior y la interrupcin de la carrera de armamentos. Entre
ellos estn: The Peace Race (1962), de Seymour Melman; In Place of Folly (1961),
de Norman Cousins; May Man Prevail? (1961), de Erich Fromm; The Limits of
Defense (1962), de Arthur Waskow; An Alternative to War or Surrender (1963), de
Charles Osgood.
La propaganda es una de las directrices ms poderosas; hay muchos libros sobre
el control del pensamiento. El de Leonard Doob, Public Opinin and Propaganda
Hay que saber y reconocer no slo el poder directo, sino el poder secreto de la
palabra.
KNUT HAMSUN
El lenguaje de los informes sirve para realizar el trabajo necesario en la vida, pero
no nos dice cmo es la sensacin de vivir. Podemos comunicar datos cientficos a los
dems, sin preocuparnos por sus sentimientos; pero para que se establezcan el amor,
la amistad y la comunidad entre los hombres, a fin de que deseemos cooperar y
convertimos en sociedad, tiene que haber entre ellos, como hemos visto, simpata
recproca. Esta surge gracias a los usos afectivos del lenguaje. En medio de todo, casi
nunca nos gusta guardarnos los sentimientos, sino que tenemos deseos de expresarlos
plenamente. Estudiemos, pues, otras formas afectivas del lenguaje.
El hipnotismo verbal
Elementos ms afectivos
Ya hemos aludido al poder afectivo de la repeticin de palabras anlogas, en forma de
letana o de ttulos y lemas pegadizos. Pertenecen a una categora ligeramente
superior las estructuras gramaticales, como:
Primero en la guerra,
primero en la paz,
Estas frases resultan extraas desde el ngulo del informe cientfico; pero sin su
tono, la gente no las asimilara. Lincoln pudo haberse limitado a decir
informativamente, gobierno del, por y para el pueblo, o ms sencillamente,
gobierno del pueblo o popular. Pero no se propona escribir una monografa
cientfica. Nos machaca tres veces la palabra pueblo, y con esa repeticin, al
parecer innecesaria, aade ms y ms profundas connotaciones afectivas a la palabra.
No es este lugar a propsito para entrar en detalles sobre las complejidades de las
calidades afectivas que tiene de por s el fonema, pero debemos tener presente que el
ritmo, la aliteracin, la asonancia, la cadencia interior y las sutilezas de la rima
poseen excelencias literarias y oratorias, nicamente por su valor fontico. Todos
estos efectos de sonido contribuyen a reforzar los otros valores afectivos.
El hablar directamente a un individuo o a un lector tiene tambin virtualidad
afectiva considerable. Por ejemplo: Salga del csped! A usted se lo digo! Otro
ejemplo lamentable es la falsa intimidad con que el anunciador de los comerciales por
televisin habla personalmente a millones de oyentes. Pero esta comunicacin
directa no es sola caracterstica del anunciador por televisin ni del pasqun pegado a
la pared. Humaniza un poco la impersonalidad de los discursos solemnes, por lo cual
el orador o el escritor apela frecuentemente a este estilo, lo mismo en la retrica ms
preciosista que en la ms sencilla. Placiendo uso de este lenguaje directo, que muchas
veces se convierte en apostrofe, el profesor dice, por ejemplo, en la clase: Ya
recordarn ustedes lo que dice Kropotkin en su obra Ayuda mutua: Factor de la
evolucin, aunque sabe muy bien que el seor Prez, aquel alumno del fondo de la
clase, arrellanado en su silla, no ha odo hablar jams de Kropotkin.
Tan comn como el trato de t, vosotros o ustedes, es el lenguaje en
primera persona de plural, nosotros. En este caso, el autor se identifica con el lector
o el oyente: Pongamos, por ejemplo Ahora vamos a estudiar Nuestra
obligacin es As hablan casi siempre los predicadores y maestros en sus plticas
exhortativas, y as lo hacemos en el libro presente. Tambin emplean este estilo las
maestras de kindergarten y los profesores de enseanza elemental para clorar sus
reprensiones: Bueno, Pepito, bueno; Paquito, no vamos a pelearnos ahora y a
insultamos. Verdad que lo que tenemos que hacer es volver a ser amigos? (Los
nios suelen creer que cooperar significa obedecer).
En el llamado perodo retrico se altera el hiprbaton por motivos afectivos. En
l se retrasa la terminacin del pensamiento y del prrafo para lograr el efecto
dramtico de tener en suspenso al lector o al oyente. Del mismo tipo es la anttesis,
Metforas y comparaciones
Como hemos repetido, las palabras tienen connotaciones afectivas aparte de su valor
afirmativo, como se aprecia en frases como estas: Llevo esperndote desde hace un
siglo: vienes una hora ms tarde! Est fardado de dinero!. Estoy muerto de
cansancio; son expresiones que, aunque absurdas en su sentido literal, tienen un
sentido positivo. Lo imperfecto o inexacto de nuestro lenguaje informativo muchas
veces importa poco desde el punto de vista de la comunicacin afectiva. As,
podemos llamar a la Luna rebanada de queso, dama o hada, gndola de
plata, etc., para que estas palabras provoquen los sentimientos que queremos en
quien nos escucha o nos lee. Por eso, dicho sea de paso, es tan difcil traducir
literatura de un idioma a otro: la traduccin de las connotaciones informativas
falsificar frecuentemente las afectivas, y viceversa, de manera que los lectores que
conozcan los dos idiomas quedarn descontentos casi siempre, porque se ha
sacrificado el espritu del original, o bien, porque la traduccin est llena de
inexactitudes.
Hay otro problema, adems, en las traducciones: es que la metfora corriente en
una cultura puede tener significado totalmente distinto en otra o en otras. La ONU
present en cierta ocasin una pelcula corta, en que una lechuza significaba la
sabidura. Esto produjo efectos totalmente contrarios en algunos pases asiticos, y
hubo que cambiar el texto. Por qu? Porque, segn se averigu, en esos pases la
lechuza era dechado de estupidez y objeto de hilaridad.
Durante la larga poca en que la metfora y la comparacin eran consideradas
como ornamentos del lenguaje algo as como bordados o galas que embellecen
las telas sin aumentar en nada su utilidad se desde la sicologa de estos modos de
comunicacin. Tendemos a creer como explicaremos detenidamente en captulos
posteriores que las cosas que nos producen las mismas reacciones son idnticas. Si,
por ejemplo, nos repugna la forma de comer del vecino y slo hemos experimentado
esa sensacin de asco al ver atragantarse a los cerdos en su comedero, nuestra
La comparacin
Sin embargo, aun en las etapas rudimentarias de la valoracin, se ve claramente que
al llamar cerdo a un hombre no se toman en cuenta debidamente las diferencias que
hay entre uno y otro. Pensndolo mejor, lo sustituira uno por la frase: es como un
cerdo. A esto se llama comparacin, o indicacin de las semejanzas que vemos entre
la persona y el cerdo. Por tanto, es algo intermedio entre la expresin directa e
irreflexiva y el informe, aunque, naturalmente, ms cerca de la primera que del
segundo.
No se ha pensado suficientemente en que los que llamamos vulgarismos se rigen
por los mismos principios que la poesa. As, empleamos constantemente la metfora
y la comparacin en nuestro lenguaje corriente; por ejemplo: aguz el odo o estir
la oreja, es ms largo que la Cuaresma, no le llegaba la camisa al cuerpo, el
hlito de la primavera, etc.
Ya en el ltimo ejemplo puede verse cmo el proceso imaginativo es igual en la
poesa, donde se ven las cosas desde un ngulo cientficamente disparatado, pero
Albor. El horizonte
entreabre sus pestaas
y empieza a ver.
JORGE GUILLEN, Los nombres
An los valses del cielo no haban desposado al jazmn y la nieve, ni los aires
pensado en la posible msica de tus cabellos, ni decretado el rey que la violeta se
enterrara en un libro.
RAFAEL ALBERTI, Tres recuerdos del cielo
Capullito, capullito,
ya te vas volviendo rosa,
ya te va llegando el tiempo
de decirte alguna cosa.
Cantar popular
Las que llamamos frases hechas o dichos vulgares pueden considerarse, por tanto,
como poesa popular, porque vienen a desempear la misma funcin que la poesa:
expresan vividamente el pensar y sentir del pueblo sobre las cosas de la vida.
La metfora muerta
La metfora, la comparacin y la personificacin estn entre nuestras figuras
comunicativas de diccin ms tiles, porque tienen un poder afectivo que hace
innecesarias las palabras nuevas para expresar cosas o sentimientos nuevos. Tan
comnmente las empleamos, que casi ni caemos en la cuenta. Por ejemplo: hablamos
de la cabeza de un alfiler, la cola de un piano, las entraas del volcn, un
brazo de mar, las manecillas del reloj, la falda de una montaa, etc. Todas ellas
son metforas. Se agarra la ocasin por los pelos, se retuerce un argumento, se
desangra al pueblo con los impuestos. Hasta en el lenguaje prosaico de la banca y
de las finanzas, hay metforas: se liquidan los depsitos, se inundan los
mercados, se estrangula la libre empresa, se queman los precios, se paraliza el
mercado, hay reacciones mercantiles en cadena y tiendas en cadena, etc.
La alusin
Otro medio afectivo de expresin es la alusin. Si, acodados en la borda de nuestro
trasatlntico en una noche de luna, recitamos:
Tan poderosa fue esa fuerza 3a, que ella produjo el CRISTIANISMO.
Ya de por s era una pesadilla decrselo a la Sra. Jenks y a la Sra. Peters, viendo la
consternacin que las abata, pero lo peor era contrselo a Edie. Estaba cerrada en un
silencio helado, con los ojos dilatados de horror y duda, y con la cara
empalidecindosele ms y ms.
Hice lo posible por salvarlos! exclam. Fue un accidente, un accidente
inevitable.
Pero en los ojos de Edie haba una llama acusadora cuando prorrumpi,
ahogndose:
Accidente! Si no se hubiese usted empeado en llevrselos, No habra
habido accidente! Las lgrimas rodaban por su rostro arrugado, mientras gritaba
histricamente: No quiero volver a verlo en mi vida! Asesino!
Me qued mirndola unos momentos de horror, que me parecieron tan largos
como una vida entera, y, dando la vuelta, me retir, mientras un milln de demonios
vociferaban desgarradamente en mi odo: Tiene razn!
Eres un asesino! Asesino!
El veredicto forense calific de trgico error de juicio haber cargado
excesivamente la barca Pero nada era capaz de quitarme aquel peso de
remordimiento del corazn ni de acallar el eco de la voz acusadora de Edie:
Asesino! Repercuta en mis odos da y noche, impidindome trabajar, y ms
todava, dormir. Hasta que busqu refugio en el olvido de la nica manera posible:
emborrachndome
* * *
Jim era fuerte y corpulento, de anchos hombros y con un gran penacho de pelo
La experiencia simblica
Por tanto, puede decirse con toda verdad que los que han ledo buena literatura han
vivido ms que quienes no saben o no quieren leer. Leyendo los Viajes de Gulliver, se
asquea uno con Jonathan Swift del proceder de los humanos; leyendo Huckleberry
Finn se siente uno navegando a la deriva, ro Misisip abajo, en una balsa; la inmortal
novela de Cervantes nos hace sentir la gallarda de los ideales quijotescos y el
prosasmo sensato de Sancho; Byron nos transporta en alas de su rebelda neurtica
contra una sociedad decadente Este es el efecto principal de la comunicacin
afectiva: sentimos al unsono con los dems respecto a la vida, aunque vivan a miles
de kilmetros y de aos. No es cierto que slo se viva una vida; sabiendo leer,
vivimos cuantas existencias queramos.
El lector pudiera objetar a eso de vivir otras existencias distintas de la propia.
Hasta cierto punto, tiene razn, porque la palabra vida significa dos cosas distintas
al referirse a los libros y a la existencia personal. Pero se vive a ms de un nivel:
moramos en el mundo extensional y en el de las palabras (y otros smbolos). Vivir
las vidas de otros en los libros es una experiencia simblica, a veces llamada
vicaria.
La ciencia y la literatura
APLICACIONES
I
Para hacer la crtica literaria de lo que dice un autor y de lo que intenta decir, hace
falta conocer los principios expuestos en este capitulo. Su aplicacin slo es posible
en una lectura abundante y cuidadosa, y previo el desarrollo del gusto por medio de la
conciencia de lo que pasa en cada pieza literaria que se lee, folletn de revista,
cuento, novela o drama.
Es un buen ejercicio, aun para el lector experimentado, estudiar pasajes breves de
prosa y de verso sobre todo los que uno conoce bien desde hace tiempo e
investigar cuidadosamente: a) lo que el autor trata de decir; b) los elementos afectivos
que lo ayudan a ello; c) los que oscurecen su exposicin, si los hay; d) si el autor
logra llevar sus ideas y sentimientos a la mente del lector y en qu grado, y e) lo
adecuado de sus metforas para el tema que trata. He aqu unos cuantos pasajes que
pudieran servir para este tipo de anlisis:
3. Nunca como ahora las telas transparentes han invadido el campo de la moda;
vienen de chiffon, muselina, organzas y telas extraordinarias de nuevas mezclas
sintticas con hilos de oro y plata, tan resistentes que parece que por arte de
magia sostienen el peso de los suntuosos bordados que adornan los trajes para
las grandes ocasiones.
Los dibujos son tambin inusitados. Igual vemos enormes gotas de tamao
de un plato sopero sobre un fondo de color que destaque, como listas, flores de
todos tamaos o dibujos abstractos que fascinan.
Las listas de todos anchos y con una variedad de colores increble se trabajan
por lo general horizontalmente; en muchos trajes, el dibujo se hace
especialmente para el corte del traje y de un gran crculo van saliendo las rfagas
1. Desocupado lector, sin juramento me podrs creer que quisiera que este
libro, como hijo del entendimiento, fuera el ms hermoso, el ms gallardo y ms
discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir a la orden de
naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y asi, qu poda
engendrar el estril y mal cultivado ingenio mo si no la historia de un hijo seco,
avellanado, antojadizo, y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de
otro alguno, bien como quien se engendr en una crcel, donde toda
incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitacin? El
sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos,
el murmurar de las fuentes, la quietud del espritu, son grande parte para que las
musas ms estriles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le
colmen de maravilla y de contento.
CERVANTES, Prlogo de Don Quijote de la Mancha
IV
Este ejercicio supone que el lector no es aficionado a la literatura folletinesca y va a
realizarlo desde fuera, sin que sienta la novela emotivamente. Luego proceder a
analizar otra obra cuento, novela o comedia que le interese e intrigue de verdad.
Deber hacerse preguntas como sta: Qu fue lo que reaccion en m a los
V
Hay una coleccin de artculos recopilados por Bernard Rosenberg y David Manning
White, bajo el ttulo de Mass Culture (1957), que constituye un tesoro de estudios de
la realizacin de los deseos en la cultura popular, terreno excelente, y el mejor, para
estudiar este fenmeno. Vemos a nuestros tipos nacionales en pelculas, libros
cmicos, historietas grficas, operetas y canciones populares y anuncios. Tmese
cualquier seccin de este libro, lanse sus cuatro o cinco artculos y redctese una
crtica de 500 palabras, ms o menos, a base de comentarios personales. Parecida es
la obra, Hollywood, the Dream Factory, de Hortense Powdermaker. Puede consultare
tambin, Movies: A Psychological Study de Martha Wolfenstein y Nathan Leites
(1950).
VI
Lase detenidamente la siguiente seleccin. Luego lea todos los textos de literatura de
ficcin que se contengan en una revista de amplia circulacin, para mujeres o para
lectores heterogneos. Luego redacte un ensayo sobre todo ello, de conformidad con
las directrices trazadas por Marya Mannes; debe tener unas 700 palabras:
Hablaba yo con una escritora de ficcin que acababa de vender un cuento a una
publicacin canadiense, despus de que el semanario norteamericano que sola
comprarle sus originales lo rechaz de mala gana.
Era un cuento feliz me deca, pero en l se mencionaba la muerte, y los
Tolerando lo intolerable
Los animales conocen su medio slo gracias a la experiencia directa; el hombre
cristaliza su saber y sus sentimientos en representaciones fonticas simblicas; con
smbolos escritos toma nota de lo que va aprendiendo y transmite su saber a otras
generaciones. Los animales comen donde encuentran alimento; pero el hombre,
coordinando sus esfuerzos con los de los dems por medios lingsticos, come
abundantemente un alimento preparado por cien manos y trado desde muy lejos. Los
animales slo ejercen control limitado sobre los otros animales; pero el hombre, a
base de smbolos tambin, establece leyes y sistemas tnicos, que son procedimientos
lingsticos para imponer el orden y las normas de la conducta humana. La
adquisicin del saber o del alimento y el establecimiento del orden social son
actividades importantes para el bilogo, porque contribuyen a la supervivencia. Para
los seres humanos tienen una dimensin simblica, imposible de captar por los
animales.
Trataremos de explicar las funciones de la literatura en trminos cientficamente
comprobables, o sea, en trminos de su valor biolgico para la supervivencia. Aunque
es una tarea difcil en la etapa actual de la ciencia sicolgica, tenemos que intentarlo,
porque la mayor parte de las explicaciones sobre la necesidad o el valor de la
literatura (y de las dems artes) se limitan a palabras-arrullo, que ni son
explicaciones ni son nada. As, Wordsworth dice que la poesa es el hlito y espritu
APLICACIONES
I
Establzcase la comparacin o el contraste de las ideas expresadas en este captulo
II
Teniendo presentes los dos ltimos prrafos de Equipo para vivir, haga un
comentario sobre el siguiente artculo, bien sea en forma de ensayo breve de 200
palabras, bien verbalmente, leyndoselo a algn grupo de amigos o en una clase,
como tema de discusin y de intercambio de ideas:
NUEVA YORK, 29 de marzo. No importa que el drama televisado termine con una
moraleja sana; o sea: que triunfe la virtud. El nio podr ver y reconocer la moraleja,
pero el dao est hecho con slo seguir all sentado, en un ambiente cmodo, viendo
lo que traman los criminales o los maleantes.
Esta combinacin del ambiente cmodo con la accin criminal acabar tarde o
temprano con la conciencia del muchacho. Y eso es precisamente lo que los padres
estn tratando constantemente de imbuirle: una conciencia firme
As piensa el profesor ingls H. J. Eysenck, del Instituto de Siquiatra de la
Universidad de Londres. Sostiene que al castigar los padres a los pequeos por ser
malos y al premiarlos por ser buenos, crean las reacciones condicionadas que
llamamos conciencia. De ser esto cierto, la violencia que presencian los nios en el
televisor puede descondicionar esas conciencias que tanto tiempo ha llevado a sus
padres crear
As, ocurre que el pequeo, calentito y a su gusto, quiz con una taza de chocolate
en la mano, no encuentra desagradable una pelea a puetazo limpio o un asesinato.
Su conciencia va perdiendo paulatinamente la sensibilidad
Y como la televisin llega a la niez en masa toda la de una nacin puede
III
A la luz de lo tratado en este captulo, estdiense los siguientes poemas, para ver:
* * *
* * *
Lenguaje y pensamiento
El estudiante de poltica debe tener cuidado tambin con las palabras antiguas,
porque las palabras persisten cuando la realidad que representan ha cambiado. Es
caracterstico de nuestra actividad intelectual tratar de aprisionar la realidad en la
descripcin que hacemos de ella. No tardamos en ser nosotros los cautivos de la
descripcin antes de lo que nos imaginamos. Desde entonces, nuestras ideas
empiezan a degenerar en una especie de folklore que nos transmitimos, creyendo que
seguimos hablando de la realidad que nos rodea.
As, hablamos de libre empresa, sociedad capitalista, derecho de asociacin, o
gobierno parlamentario, como si estas palabras significasen lo mismo que antes. Las
instituciones sociales son lo que hacen, no siempre lo que nosotros decimos que
hacen. El verbo es lo que importa, no el nombre.
Si esto no se comprende, nos convertimos en adoradores de smbolos. Las
categoras que desarrollamos antao y que fueron las herramientas de nuestra
comunicacin con la realidad, se embotan sin remedio. Entonces, las realidades
sociales y polticas a que creamos enfrentarnos cambian y se reforman
independientemente del efecto colectivo de nuestras ideas. Nos convertimos en
criaturas de las realidades sociales, dejando de ser sus socios. Al manipular
categoras anticuadas, se desangra nuestra vitalidad poltica y vamos dando tumbos
de situacin en situacin, sin mapa, sin brjula y con el timn apuntando a un
derrotero que ya no seguimos.
Este es el verdadero momento de peligro para un partido poltico y para los
lderes y pensadores que lo sostienen. Porque, si ellos se han despegado de la
realidad, las masas no.
ANEURIN BEVAN, In Place of Fear
PRLOGO
Hubo una vez, iba diciendo el maestro, dos pequeas comunidades, distanciadas
considerablemente en lo espiritual y en lo geogrfico. Pero ambas tenan en comn
que eran vctimas de una recesin econmica que haba dejado sin trabajo a un
centenar de familias en cada una de ellas.
Los padres de la ciudad A eran hombres de negocios sensatos y slidos. Los
desempleados trataron de encontrar trabajo por todos los medios, con el afn de todo
desocupado; pero la situacin no mejoraba. Les haban inculcado la creencia de que
siempre hay trabajo, con tal de que se busque tesoneramente. Fiados de esto, los
padres de la ciudad podan haberse encogido de hombros sin dar mayor importancia
al problema; pero eran hombres de buen corazn. No podan soportar ver morirse de
hambre a los desempleados, a sus mujeres y a sus hijos, y pensaban en
proporcionarles algunos medios de vida. Pero, segn sus principios, dar algo por nada
los iba a desmoralizar, y esto les produca ms dolores de cabeza porque, o los
dejaban morirse de hambre o destruan su carcter moral.
Por fin, tras muchas discusiones y meditaciones, dieron con esta solucin: pasar a
las familias sin trabajo subsidios mensuales por valor de doscientos dlares; pero para
que no los recibiesen como si tal cosa, decidieron acompaar al subsidio una leccin
moral; a saber: hacer tan difcil, humillante y desagradable la obtencin del subsidio,
que nadie sintiese tentaciones de percibirlo si no lo necesitaba imprescindiblemente;
seran el blanco de toda la comunidad, y terminara por prescindir de aquel beneficio
para reconquistar su dignidad. Algunos llegaron a proponer que se les negase el
derecho a votar, para que la leccin moral se les grabase ms profundamente. Otros
optaban por publicar sus nombres peridicamente en los diarios. Los padres de la
ciudad tenan bastante fe en la bondad de la naturaleza humana para suponer que los
beneficiados lo agradeciesen, porque obtenan algo por nada, sin haber trabajado para
ganarlo.
Pero ocurri que, una vez puesto el plan en funcionamiento, los subsidiados
resultaron ser desagradecidos y de mal corazn. Les molestaban los interrogatorios e
inspecciones, porque los encargados de ellas fisgoneaban, segn decan, hasta el
ltimo detalle de su vida privada. A pesar de los editoriales de La Tribuna, en que se
los exhortaba a ser agradecidos, los recibientes no asimilaban la leccin moral, y se
jactaban de ser tan buenos como cualquiera. Iban, por ejemplo, al cine,
permitindose ese raro lujo, y sus vecinos los miraban con ojos torvos como
diciendo: Yo estoy sudando la gota gorda y pagando mis impuestos para apoyar a
gandules como t, que se dan la gran vida,. Esta actitud los enconaba ms todava,
de modo que se mostraban cada da ms ingratos y constantemente estaban esperando
* * *
La vaca Palmira
El universo est en perpetuo movimiento. Las estrellas crecen, se enfran, explotan
constantemente. La Tierra est sometida al mismo proceso: erosinanse las montaas,
desvase el cauce de los ros, hcense ms hondos los valles. Toda la vida cambia a
travs de sus fases de nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte. Hasta lo que
llamamos materia inerte las sillas, las mesas, las piedras, vista
submicroscpicamente, es un vrtice de electrones. Si la mesa parece como era ayer,
o como fue hace cien aos, no es que no haya cambiado, sino que sus cambios son
demasiado minsculos para nuestra tosca percepcin. La. ciencia moderna no
reconoce materia slida. A nosotros nos lo parece, porque el movimiento de sus
elementos es muy rpido y microscpico para ser percibido. Tiene tanto de solidez
como de blancura un disco giratorio con todos los colores, o como de inmovilidad
una peonza en rotacin. Nuestros sentidos son sumamente limitados, por lo cual
usamos constantemente microscopios, telescopios, velocmetros, estetoscopios y
sismgrafos, entre otros muchos instrumentos, para captar lo que nuestros sentidos no
son capaces de percibir directamente. La forma en que vemos y sentimos las cosas es
resultado del funcionamiento peculiar de nuestro sistema nervioso. Hay objetos
visibles que no podemos ver y sonidos que no podemos or. Por tanto, es absurdo
creer que percibimos algo tal como es.
Pero aunque nuestros sentidos son limitados, nos revelan muchas cosas con la
ayuda de los instrumentos. Los microorganismos descubiertos por el microscopio nos
han permitido dominar la invasin de las bacterias; ni vemos ni omos ni sentimos las
ondas electromagnticas, pero podemos producirlas y transformarlas a nuestro
albedro. La mayor parte de la conquista del mundo exterior por la ingeniera, la
El proceso de abstraccin
Por tanto, el objeto de nuestra experiencia no es la cosa en s misma, sino la
interaccin entre nuestro sistema nervioso (con todas sus imperfecciones) y algo
extrnseco a l. Palmira es algo nico; no hay en el mundo nada exactamente igual a
ella. Pero nosotros abstraemos o seleccionamos automticamente de ella los
elementos en que se parece a otros animales, como forma, funciones y hbitos, y la
clasificamos como vaca.
Definiciones operativas
As, pues, como explica Anatol Rapoport, definicin operativa es la que indica
qu hay que hacer y observar para traer al campo de la experiencia el objeto definido
o sus efectos. Pone este sencillo ejemplo de definicin de peso: vaya usted a una
estacin de ferrocarril o a una farmacia, busque una bscula, sbase a ella, meta una
moneda por la ranura y lea el nmero que indica la aguja al detenerse; ese es su peso.
Pero si la cifra no es igual en bsculas distintas? Pues entonces, su peso estar, por
ejemplo, entre 70 o 75 kilos, segn lo que marque cada bscula. Pero no hay peso que
constituya una propiedad separada de las operaciones para medirlo. Si la nica
manera que tenemos para averiguar el peso es la bscula, la definicin del peso tendr
que hacerse en funcin de sta, dice Rapoport[3].
Este es el punto de vista cientfico sobre las definiciones operativas: excluye
absolutamente las declaraciones no extensionales y sin sentido. Lo mismo ocurre en
los problemas diarios de la vida y del pensamiento. De la misma manera que no hay
longitud ni peso fuera de las operaciones que lo miden, no hay democracia fuera de
la suma total de prcticas democrticas, como el sufragio universal, la libertad de
expresin, la igualdad ante la ley, etc.; ni hermandad ni caridad, separadas de las
acciones fraternales o caritativas.
Los ejemplos mejores de definiciones operativas corrientes, son las frmulas de
los libros de cocina en que se describen las operaciones por medio de las cuales
puede experimentarse extensionalmente la entidad definida. He aqu una muestra:
Las alcachofas bien lavadas se colocan en la olla exprs sobre la parrilla de la
misma. Previamente se habr puesto media taza de agua en la olla No estara nada
mal que los escritores y oradores leyesen de cuando en cuando algn libro de cocina
para aclarar y precisar sus definiciones.
Claro est que se puede hablar sabiamente sobre democracia, como hablaron
Jefferson y Lincoln, como habla Frederick Jackson Turner en The Frontier in
American History (1950), Karl R. Popper en The Open Society and Its Enemies
(1950), T. V. Smith y Eduard Lindeman en The Democratic Way of Life (1939), para
no citar ms que unos cuantos ejemplos. Cuando un orador no se apea de los niveles
superiores de abstraccin, el auditorio no sabe a qu se refiere, y l mismo pierde su
capacidad discriminatoria. Al no posar los pies sobre la tierra, se pierde en crculos
viciosos verbales, sin caer en la cuenta de que est profiriendo sonidos carentes de
significado.
Esto no quiere decir que nunca podamos emitir fonemas sin significacin
extensional. Muchas veces los proferimos en el lenguaje directivo, al hablar sobre el
futuro, en los rituales y en la conversacin social. No debe olvidarse que nuestros
altos poderes discursivos e imaginativos derivan de que los smbolos son
independientes de las cosas simbolizadas, de modo que no slo podemos pasar
rpidamente de unos niveles bajos de abstraccin a otros sumamente altos (de las
zanahorias a su riego, de este a la prosperidad nacional, y de sta a mejores
generaciones humanas para el futuro) y a smbolos de cosas que no existen (Si todos
los camiones de carga existentes en el pas se pusiesen en fila), sino que podemos
manufacturar smbolos a capricho, aunque slo representen abstracciones de
abstracciones, sin contacto con el mundo extensional. Por ejemplo: los matemticos
hacen juegos malabares con smbolos sin contenido extensional, para averiguar nada
ms qu puede hacerse con ellos: a esto se llama matemticas puras, que no son
mero pasatiempo intil, porque, aunque los sistemas matemticos se elaboren sin
pensar en sus aplicaciones extensionales, suelen resultar despus aplicables de forma
til e imprevista. Pero generalmente los matemticos saben lo que hacen al manipular
smbolos no extensionales. Tambin nosotros tenemos que saberlo.
(Hablaron una vez al autor de estas lneas, de cierto curso de esttica, dado en una
gran universidad del Oeste Medio, en que durante todo un semestre se daban clases
de arte, de belleza y de los principios en que se basaban. Pues bien; el profesor se
resisti tenazmente, aunque se lo pedan los estudiantes, a citar cuadros, sinfonas,
esculturas u objetos bellos concretos, que acreditasen sus principios. Responda
invariablemente: A nosotros slo nos interesan los principios, no los casos
concretos).
Hay tambin aspectos siquitricos en la abstraccin muerta en los niveles
superiores, porque, cuando proliferan exageradamente los mapas sin referencia a
territorio alguno, el efecto es el engao. Pero en cualquier nivel, la abstraccin
muerta siempre se queda a mitad de camino y es inexpresiva:
Por tanto, el buen hablar y el buen escribir, lo mismo que el pensamiento claro y
APLICACIONES
II
Segn lo explicado en este captulo, sobre todo respecto a las definiciones
operativas, aplique las palabras cuya lista va a continuacin, a hechos del mundo
extensional; es decir: vaya bajando por la escala de la abstraccin e indique qu hay
que hacer y observar para traer al campo de la experiencia la cosa definida o sus
efectos. Si puede traducir en definiciones operativas las frases que acompaan a las
palabras de la lista, hgalo. Si no, construya las definiciones operativas que se le
ocurran.
9. NOBLEZA: El campen boxe durante todos los asaltos con la nobleza que le
caracteriza.
10. LIBERTAD: La libertad es uno de los ms preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos.
CERVANTES, Don Quijote de la Mancha Parte II, Cap. 58
Fichero comercial
4. Muy bien le dije; explqueme qu entiende usted por recurrencia
Slo vivimos esta vida y luego desaparecemos, o todo se repite una y otra vez,
quiz infinitamente, aunque nosotros no lo sepamos ni lo recordemos?
Esta idea de la repeticin replic Gurdjieff no es la verdad plena y
absoluta, sino lo que ms se aproxima a ella. En este caso, la verdad no puede
expresarse con palabras. Pero lo que usted dice se acerca mucho a ella. Y si
comprende por qu no hablo de esto, se acercar ms todava. De qu vale que
el hombre sepa lo que es recurrencia si no es consciente de ello y no cambia?
Podra inclusive decirse que, si el hombre no cambia, la repeticin no existe para
l. Hblele de repeticin, y lo nico que lograr con ello es que duerma mejor.
A qu viene esforzarse hoy cuando hay por delante tanto tiempo y tantas
posibilidades la eternidad entera? A qu molestarse hoy? Por eso es por lo
que el sistema [del pensamiento, de Gurdjieff] no dice nada de repeticin y slo
toma en cuenta esta vida que conocemos. El sistema no tiene sentido ni razn de
ser sin esforzarse en el propio cambio. Y ese esfuerzo tiene que empezar hoy,
inmediatamente. Todas las leyes pueden verse en una vida. El saber a travs de
la repeticin de vidas no aadir nada al caudal del hombre si no ve cmo todo
se repite en una vida, o sea, en esta vida, y si no se esfuerza por cambiar para
escapar de esta repeticin. Pero si cambia algo esencial suyo, es decir, si logra
algo, no puede perderse.
P.D. OUSPENSKY, In Search of the Miraculous
5. Y Sem vivi despus de engendrar a Arfacsad quinientos aos, y engendr
hijas e hijas. Vivi Arfacsad cincuenta aos, y engendr a Sale; vivi despus de
IV
Alfred Korzybski dice, en Science and Sanity (1933), que la conciencia de abstraer
nos permite, entre otras cosas, enterarnos de lo que ocurre cuando, con una sola
palabra, pasamos de los inferiores a los superiores niveles de abstraccin. Por
ejemplo: preocuparse porque uno se preocupa o tener miedo al miedo puede conducir
a reacciones morbosas; pero, con otro grupo de palabras, el nivel superior de
abstraccin cambia o anula los efectos del nivel inferior, como en el odio al odio.
Examine las reacciones que pueden producirse cuando usted
Sabemos que cada palabra es una abstraccin, pero se nos olvida. Sabemos que
toda palabra es una palabra de clase, que slo abstrae (escoge del objeto nombrado)
las semejanzas de la clase a la que pertenece el objeto, y prescinde de las diferencias.
Pero se nos olvida.
BESS SONDEL, The Humanity of Words
Escriba una nota de trescientas palabras con los ejemplos que recuerde de este
olvido en su experiencia personal. Cules fueron las consecuencias prcticas de esa
falta de memoria?
Todo el mundo sabe que el hombre ordinario no ve las cosas tal como son, sino
slo ciertos tipos fijos El seor Walter Sickert suele repetir a sus discpulos que no
son capaces de dibujar un brazo concreto, porgue lo consideran como un brazo; y
como lo consideran as, se imaginan saber cmo tiene que ser.
T. E. HULMK
Los judos
Pero pongamos un ejemplo, lleno de prejuicios para mucha gente: El seor Toledano
es judo. Al or este gentilicio, algunos cristianos reaccionan en el acto hostilmente,
ponindose en guardia contra sus tramposos manejos financieros, reales o supuestos.
Este cristiano confunde sus altos niveles de abstraccin sobre la palabra judo
con el Toledano extensional, con el cual se comporta como si fuese idntico a su
abstraccin. La de judo es una de las muchsimas abstracciones que pudieran
aplicarse al seor Toledano, como, por ejemplo, padre, zurdo, jugador de golf,
maestro de historia, etc. Pero el hombre lleno de prejuicios se concentra en slo
una abstraccin, judo, que acaso sea la menos importante de todas.
Adems, da la casualidad de que la palabra judo es la ms difcil de situar en la
escala de la abstraccin. Se refiere a una raza, a una religin, a una nacionalidad, a
un tipo fsico, a un estado mental o a una casta? Si no entra en ninguna de estas
clasificaciones, cul es la que le corresponde? En muchas conferencias y congresos
de judos norteamericanos, celebrados ltimamente, ha habido sesiones para dilucidar
qu quiere decir ser judo. El primer ministro de Israel y la mayor parte de los
miembros de su gabinete no ponen el pie en una sinagoga ms que en contadas
ocasiones de tipo poltico o patritico. Son judos? Qu decir de la fantica secta de
Jerusaln, Neturai Karta, que adems de tres servicios religiosos diarios recita una
plegaria de medianoche y celebra una vigilia por la venida del Mesas, y se niega a
reconocer al Estado judo y empuar las armas por l? El Gobierno de Israel, ante la
inundacin de refugiados judos de muchas partes de Europa, Oriente Medio y
Asia, desisti hace mucho tiempo de definir el adjetivo judo; hoy, la regla general
es que quien se llame as lo es, definicin operativa difcil de mejorar.
Pero esta palabra tiene poderosas connotaciones afectivas en la cultura cristiana
por los numerosos accidentes histricos que han asociado a los judos con el dinero.
As, lleva una connotacin peyorativa: Tiene uas de judo, es ms tacao que un
X. X., el Criminal
He aqu otro ejemplo de confusin abstractiva. Supongamos que nos presentan a X.
X. como individuo que acaba de salir de la crcel donde ha estado tres aos. Ya de
por s, esto pertenece a un nivel bastante elevado de abstraccin, pero es un informe
Sin embargo, mucha gente pasa inmediata e inconscientemente a niveles ms altos de
abstraccin: Si es un licenciado de presidio, es un criminal! Ahora bien, la palabra
criminal no slo est mucho ms alta en la escala abstractiva que el hombre que
pas tres aos en la crcel, sino que, como vimos en el Captulo 3, constituye un
juicio, en el cual va implcita la deduccin: Ha cometido un crimen antes, pues
cometer ms despus. En consecuencia, si X. X. solicita un empleo y tiene que
declarar que ha pasado tres aos en la crcel, sus futuros jefes, confundiendo
automticamente los niveles abstractivos, acaso digan, sin molestarse en hacer ms
averiguaciones: Cmo voy a dar trabajo a criminales!
Y el caso es que, a lo mejor, el hombre estuvo en la crcel por una injusticia o, si
fue justa su sentencia, ha podido reformarse. Intil. Al no encontrar trabajo, acaso se
diga, desesperado: Puesto que todos me tratan como a un criminal, voy a hacerme
un criminal de verdad, y se entrega al robo y a la delincuencia. La culpa no ha sido
totalmente suya.
Todos conocemos cmo corren los rumores, exagerndose cada vez ms, al
ascender en la escala de la abstraccin de deducciones a juicio y al confundir,
por si esto fuera poco, los niveles. He aqu cmo suele razonarse en estos casos:
Mundos engaosos
El hbito de la abstraccin nos pone en guardia respecto a las cosas que parecen
iguales y no lo son, a las que llevan el mismo nombre, pero no son lo mismo, y a los
juicios basados en informes, pero que no son estos informes. En una palabra: nos
impide hacer el tonto. Sin el hbito de abstraer, o mejor dicho, de frenar nuestras
reacciones, que es la consecuencia de no confundir el ver con el creer, estamos
completamente impreparados para distinguir las rosas autnticas de las de papel, el
judo apriorstico del Toledano extensional, el supuesto criminal del X. X. concreto.
Moderar estas reacciones es seal de madurez. Pero, por nuestra mala educacin
o instruccin, por experiencias que nos asustaron en la niez, por las creencias
tradicionales, la propaganda y otros factores que influyen en nuestra vida, todos
tenemos reas de insanidad o, mejor quiz, reas de infantilismo, en que estamos
a merced de reacciones semnticas equivocadas y profundamente arraigadas en
nosotros. Por algn susto que le dieron de nio, fulano se atemoriza
irremediablemente al ver a un guardia, el que sea: el polica que lleva en la cabeza,
es el guardia del mundo extensional exterior, quien, probablemente, es el hombre
mejor del mundo. Algunos palidecen a la vista de una araa, del tipo que sea, aunque
est metida dentro de un frasco. Otros reaccionan automticamente en plan hostil al
or las palabras comunista, rojo, conservador, beaturrn, etc.
El doctor G. Brock Chisholm, exdirector general de la Organizacin Mundial de
la Salud (1948-1953) y presidente de la Federacin Mundial para la Salud Mental, ha
comentado con elocuencia la tirana de las palabras preadas de prejuicios:
Desde luego, el doctor Chisholm no quiere decir que no debamos aprender nada
de nuestros mayores. Aprendemos dos cosas de nuestros maestros: un cuerpo de ideas
y creencias, y la manera de sostenerlas y utilizarlas. Si las acompaa la conciencia
abstractiva, pueden cambiarse cuando son inexactas o errneas. En otro caso o sea,
si confundimos nuestros mapas mentales con el territorio objetivo son prejuicios.
Como maestros y padres, no podemos menos de transmitir algn error informativo a
los pequeos, por mucho cuidado que pongamos. Pero, si les enseamos adems a ser
habitualmente conscientes del proceso abstractivo, les daremos los medios para
liberarse de cualquiera idea errnea que les hayamos sugerido. Por tanto, nuestros
esfuerzos pedaggicos no los aherrojarn a un pasado miserable, sino los ayudarn
a crecer al aumentar los aos y la experiencia.
La imagen de la realidad que nos formamos al faltarnos la conciencia abstractiva
no es mapa de territorio alguno existente. Es un mundo falaz. En esa tierra ilusoria,
todos los judos tratan de engaarle a uno, todos los capitalistas son obesos tiranos
que fuman puros caros y ensean los dientes a los sindicatos; todas las culebras son
venenosas; los automviles, punibles a golpes de barra, y los extranjeros, espas
comunistas. Algunos de los que se pasan demasiado tiempo en estos mundos
engaosos, terminan en el manicomio; pero, claro, ni son todos los que estn ni
estn todos los que son.
Cmo reducir estas reas mentales de infantilismo? En primer lugar, llegando a
la conviccin profunda de que no hay relacin necesaria entre las palabras y lo que
significan. Por este motivo, el estudio de un idioma extranjero siempre es til, aparte
de otras ventajas. Ya hemos indicado otros medios: conocer el proceso abstractivo y
comprender de verdad que las palabras nunca dicen todo sobre las cosas. La escala
de abstraccin, adaptacin de un diagrama de Alfred Korzybski para presentar
APLICACIONES
I
Indicamos al fin del Captulo 2 que deban recogerse ejemplos del lenguaje en un
libro de recortes o en fichas. Ya hemos estudiado suficientes principios generales
sobre la relacin entre lenguaje y conducta para aumentar la coleccin. He aqu unos
ttulos orientadores:
Informes escuetos.
Artculos con deducciones e inferencias explcitas.
Artculos con deducciones que puedan tomarse por informes.
Reacciones a los juicios como si fuesen informes.
Cambios de sentido a consecuencia de cambios de contexto.
Palabras-gruidos y palabras-arrullos tomadas por informes.
Indirectas,
Discusiones sobre temas absurdos.
Conversacin social.
Reacciones excesivas a las connotaciones afectivas.
Directrices tomadas por informes.
Desencanto por directrices imperfectamente entendidas.
Abstraccin en un nivel muerto.
Uso sin sentido de abstracciones de alto nivel.
Abstracciones de niveles superiores e inferiores bien relacionadas.
Ver y creer.
II
Es cierto que algunas personas castigan a los nios que sueltan palabrotas,
hacindoles lavarse la boca con jabn? Comntense las reacciones semnticas o los
procesos mentales de quienes quieren corregir as el lenguaje de sus hijos.
III
Los acadmicos de Lagado, en los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, hablan por
el siguiente procedimiento, conscientes quiz de las deficiencias del lenguaje:
Como las palabras slo son los nombres de las cosas, estiman conveniente
que todos lleven consigo los objetos necesarios para expresar el asunto
particular que quieren tratar Varias veces he observado a dos de estos
sabios, derrengados casi bajo el peso de sus bultos, como quincalleros de los
nuestros; cuando se encuentran en la calle, dejan sus fardos, abren los sacos y
Antes de rerse de los filsofos de Lagado, piense en los casos en que resulta
conveniente ensear objetos en lugar de hablar, para comunicar algo. Puede usted
sealar, utilizando los niveles de abstraccin expuestos en este y el anterior captulo,
qu es lo que est equivocado en l plan de dichos filsofos?
IV
Publicamos un fragmento del ensayo de John Kenneth Galbraith, titulado La Edad
del Hecho Verbal (The Age of the Wordfact). Redacte un comentario de 500 palabras
sobre el hecho verbal, con ejemplos de su experiencia o lecturas personales.
V
Defnanse las siguientes palabras:
Aplique a cada palabra uno o todos los tipos de definiciones que van a
continuacin. (Para mayor claridad, puede consultarse Science and the Goals of Man,
de Anatol Rapoport, 1950, Gap. 7) :
Como se ve, la pregunta de cul debe ser el nombre apropiado carece de sentido,
es decir, no puede contestarse. Slo habiendo una relacin necesaria entre los
smbolos y los objetos simbolizados relacin que ya sabemos que no existe
habra nombres apropiados. La lnea que tracemos entre las cosas que juzgamos
distintas depende de nuestro inters y de los fines de la clasificacin. As, por
ejemplo, los animales se clasifican de una manera por la industria de la carne, y de
otra u otras por las del cuero o de la piel, o por el bilogo. Ninguna de estas
clasificaciones es definitiva; slo sirven cada una a su propsito.
Y lo mismo debe decirse de cuanto percibimos. Una mesa es mesa, porque
comprendemos su relacin con nuestra conducta e intereses; comemos, trabajamos y
ponemos objetos sobre ella. Pero para una persona que viva en alguna cultura donde
no se usan mesas, puede significar un asiento muy grande, una plataforma pequea o
una estructura caprichosa. Es decir, si nuestra cultura y nuestra educacin fuesen
distintas, nuestro mundo no nos parecera el mismo.
Muchos, por ejemplo, no distinguimos verbalmente entre salmones, siluros,
bonitos, meros, guachinangos, robalos, etc.; decimos: son pescados, y a m no me
gusta el pescado. Pero, para un conocedor, estas palabras significan la diferencia que
hay entre una buena y una mala comida.
El zologo estima muy importantes otras distinciones ms complicadas, porque
tiene diferentes puntos de vista. Cuando se nos dice que este pescado es un
pmpano, trachinotus carolinus, lo aceptamos como cierto, no porque sea su
nombre apropiado, sino porque as lo clasifican en su sistema completo y ms
genrico quienes tienen profundo inters en los peces.
As, pues, cuando ponemos nombre a algo, lo estamos clasificando. Un objeto o
un hecho no tienen nombre por s ni pertenecen a una clase hasta que lo incluimos en
ella. Supongamos que vamos a dar significado extensional a la palabra coreano.
Comprenderamos a todos los coreanos existentes en un momento determinado y
La mente bloqueada
Pero lo malo es que la gente no siempre cae en la cuenta de cmo llega a sus
clasificaciones. Sin descender ms a detalles, dice la palabra definitiva sobre el seor
Toledano cuando exclama: Bueno, un judo es un judo! No hay que darle
vueltas!
No es ste lugar para ocuparnos de las injusticias que se han cometido en virtud
de estos juicios precipitados, contra judos, catlicos, rojos, coristas, ricachones,
sureos, maestrillos, etc. Pensando ms sensatamente, se habran evitado; aunque
quiz no sea este el remedio, porque hay gente que piensa cachazudamente y no se
corrige. Lo que nos interesa es cmo dificultamos nuestro desarrollo mental con estas
reacciones irreflexivas.
En el ejemplo que hemos puesto, la gente confunde su judo mental con el
extensional. Podra recordrsele que ha habido judos gloriosos, pero ellos dirn que
son excepciones. Y exclamarn en tono de triunfo: Pero, claro, la excepcin
confirma la regla[1]!, manera muy bonita de decir que los hechos no interesan.
El autor de estas lneas, que vive en el condado californiano de Marn, asisti en
cierta ocasin a las sesiones del tribunal del condado, donde se trataba de un proyecto
de prohibicin de discriminacin racial para la venta y alquiler de viviendas. (El
objeto de esta discriminacin en Marn es principalmente el negro). Me impresion
que la mayora de los que hablaron se pronunciasen a favor del proyecto de
ordenanza, pero no dej de impresionarme igualmente que bastantes con amigos
negros, a quienes queran e inclusive admiraban, atacasen una ley que iba a
permitirles vivir en cualquier parte del condado: seran excepciones, y su
estereotipo mental del negro segua en su cabeza, pese a su experiencia personal.
Esta gente es refractaria, indudablemente, a una nueva informacin. Siguen
votando por la candidatura de su partido, por muchos errores que haya cometido, y
oponindose a los socialistas aunque hagan maravillas, y considerando sagradas a
las madres, sin distinguir entre unas y otras. Un comit estudi el caso de internar en
una casa de salud a una mujer, considerada loca sin esperanzas por mdicos y
siquiatras. De pronto se levant un sujeto que, con el mayor respeto y reverencia,
dijo: Seores, tengan ustedes presente que, despus de todo, esta mujer es una
APLICACIONES
I
Detngase a estudiar un poco la pgina de chistes de cualquier revista popular, y los
que encuentre en un espectculo de variedad, en una comedia o en una pelcula, y
analice los casos en que el humorismo depende de cambios sbitos e inesperados de
1. Ocurri en una pequea ciudad del sur de los Estados Unidos. Entraron en
una fuente de sodas dos mozalbetes blancos y uno negro. Se treparon a los
taburetes y pidieron sendos helados. El dueo los observa tras el mostrador y les
dice de repente:
Lo siento, muchachos, pero ya saben que aqu hay segregacin racial.
S contest el ms decidido de los dos muchachos blancos, pero ya le
tenemos segregado a ste. No ve que lo hemos sentado entre los dos?
Readers Digest
2. Mir por la ventana y dijo a su mujer:
Ah va sa de quien est enamorado nuestro vecino.
Ella dej sobre la musita la taza de caf y se abalanz hacia el cristal,
estirando bien el cuello.
Dnde? pregunt, nerviosa.
Ah la tienes le indic l, esa que est en la esquina, de vestido azul.
Eres tonto repuso ella. Si es su esposa
Ya lo s dijo l.
Wall Street Journal
3. Khrushchev entrega un cohete a un general ruso, en una caricatura,
dicindole:
Y no lo olvide; los nuestros se llaman factores de paz; los suyos,
instrumentos de agresin.
Settimana (Roma)
4. Un sordo se encuentra con otro sordo que lleva utensilios de pesca, y entre
ellos se cruza esta breve conversacin:
Qu, vas de pesca?
No; voy de pesca.
Ah, cre que ibas de pesca.
5. El gitano condenado a muerte est en capilla. Va a ser ejecutado al amanecer.
Se le acerca el director del penal y le dice:
Ya sabe el sentenciado que tiene derecho a pedir lo que quiera en esta
ltima noche de su vida. Qu es lo que desea?
Aprender ingls, se director.
III
Hay una prueba sicolgica que puede convertirse en la base de un ejercicio
interesante en su propia casa, sobre todo si hay nios. Tire sobre una mesa una serie
de objetos heterogneos: un martillo, un destornillador, una manguera, algo de equipo
de cocina, cucharas de metal, cucharas de plstico, piezas elctricas, juguetes, tijeras,
equipo de pesca o deportivo hasta veinticinco objetos, o ms. Diga a sus amigos
que hagan con ellos dos grupos segn distintos sistemas de clasificacin, y que lo
repitan por lo menos cinco veces, cambiando de sistema, por iniciativa propia sin
indicacin alguna por parte de usted. Tome nota de esos sistemas y del orden en que
son utilizados (por ejemplo: pintados y sin pintar; de metal y de otras substancias;
juguetes y no juguetes). Observe tambin dnde hubo indecisin por parte de los que
realizan la clasificacin (pertenecen los martillos de juguete a las herramientas? es
de plstico un objeto de goma dura?) y qu objetos parecen no clasificables. Si no
entiende usted alguna clasificacin, pregnteselo. Si quieren hacer ms de dos
categoras, formando una tercera o cuarta pila, tome nota de las razones que alegan.
Escriba los resultados y deduzca las conclusiones que se le ocurran.
Salvatore Russo y Howard Jaques son autores de un trabajo titulado Semantic
Play Therapy[4], acerca de un muchacho de once aos con trastornos emocionales,
que se aferr tan rgidamente a sus categoras que qued esclavizado por ellas
Cuando su uso obstinado le resultaba molesto y hasta doloroso, tena crisis de
depresin, llanto o clera. Los autores del trabajo explican el tratamiento a que se le
someti: se reduca casi a dejarle jugar con montones de objetos diversos. Este
trabajo es instructivo para esta aplicacin.
1. Cul puede ser la intencin del individuo que dice: Lo que la gente llama
conejos con liebres, y lo que llama liebres son conejos?
2. Cuando se llama persona legal a una corporacin, qu caractersticas personales
se le atribuyen, y cules se omiten?
3. En qu circunstancias se puede llamar fruta a los tomates, y en qu
circunstancias, hortaliza? De qu otra manera pueden clasificarse?
4. Cundo es amateur un atleta? Investigue las normas del amateurismo en
tres o cuatro deportes (ftbol, boxeo, tenis, etc.) y las compensaciones
econmicas que perciben. En Inglaterra, hasta 1962 se distingua entre
gentlemen (amateurs) y jugadores (profesionales); se vestan en diferentes
cabinas y coman en diferentes mesas, aunque jugasen en el mismo equipo de
cricket. A qu se deba esta diferencia, y por qu se aboli? Por qu no se paga
a los atletas universitarios norteamericanos un salario de profesionales, o, por lo
contrario, no se les considera completamente amateurs, sin compensacin
econmica alguna?
5. Es la maternidad un acto de Dios? Esto hara pensar a cualquiera, por
culto que fuese, con sus honduras metafsicas, religiosas y fisiolgicas. La
contestacin afirmativa no sera admitida por ateos ni por agnsticos. La
negativa sentara mal a la gente de creencias. Hace una semana se puso sobre el
tapete el problema, cuya solucin esperaba el pblico.
La actriz Helen Hayes, esposa del comedigrafo Charles MacArthur, se
retir hace poco de la representacin de Coquetle, porque iba a tener un nio.
El productor Jed Harris dio rdenes de que se diese por terminada la
representacin sin previo aviso. Cinco miembros de la compaa solicitaron
sueldo extra, alegando que se haban violado las ordenanzas de la Actors Equity
Association. Se discuta la clusula del contrato que deca: La administracin
no responde de incendios, huelgas o de un acto de Dios. Y Harris dijo que lo
del nio era, sin duda alguna, un acto de Dios. Los actores sostenan que no.
Entonces, se reunieron los consultores de la Equity a discutir a Dios y sus
actos. Abrumados por las dimensiones csmicas del problema, disolvieron la
asamblea, sin saber qu decir.
Time (1929)
Qu aconsejara usted a los consultores de la Equity?
VI
Segn un autor por lo menos, los nmeros-ndice de que hemos hablado en este
captulo no tienen la importancia que les atribuimos, sino que son un engorro para la
accin social. Hgase un comentario sobre esta opinin, atacada enrgicamente en el
siguiente pasaje:
Los que han pasado por la universidad, dijo el estudiante, saben ms y, por tanto,
son mejores jueces del pueblo. Pero no est usted dando por supuesto, le pregunt,
que la universidad no slo ensea lo que solemos llamar saber, sino adems lo
que entendemos por discrecin o prudencia? Oh, replic, usted cree que de
nada vale estudiar en un centro universitario.
FRANGS P. CHISHOLM
Cuando decimos: Hay que escuchar a las dos partes, suponemos, sin ms, que
en toda cuestin hay dos partes, y slo dos. Tendemos a pensar en plan de trminos
opuestos: lo que no es bueno tiene que ser forzosamente malo, y lo que no es malo es
bueno. De nios, siempre preguntbamos si el rey tal o cual era bueno o malo. Las
masas polticas consideran al mundo dividido entre buenos y malos, como en las
pelculas del Oeste; entre derechistas o izquierdistas, rojos o conservadores. Otro
tanto ocurre con los que no quieren creer en las naciones neutralistas: a la fuerza
han de estar con nosotros o con los rusos. A esta propensin simplista a repartir el
mundo en dos mitades opuestas, sin posicin inedia alguna, la llamamos orientacin
dilemtica.
En una situacin de lucha fsica, esta orientacin es inevitable y necesaria: todo se
reduce, en el ardor del combate, a dos objetos: yo y el enemigo. Ayuda a esta actitud
a rajatabla del mundo, la hipertensin cardiaca, la aceleracin de la circulacin
sangunea, la mayor tensin muscular y la descarga de hormonas de las glndulas
suprarrenales en nuestra sangre, contrayendo nuestras arterias y haciendo ms lento el
fluir de la corriente sangunea en caso de dao corporal. Esta capacidad para
movilizar todos los recursos mentales y fsicos individuales ante el peligro que el
fisilogo Walter B. Cannon llam mecanismo de lucha o huida ha sido necesaria
para la supervivencia de la raza humana a lo largo de la mayor parte de su historia, y
probablemente sigue sindolo.
Sin embargo, no valen para la vida en un alto nivel de desarrollo cultural los
recursos primitivos del temor, del odio y de la ira. Aunque alguna vez sintamos
deseos de arremeter contra nuestros contrincantes, y hasta de matarlos, casi siempre
tenemos que contentarnos con ataques verbales: ponerles motes, criticarlos, acusarlos
al jefe, elevar quejas y hasta, en casos raros, entablarles pleitos legales. Los insultos
Tiene que cesar absolutamente la discusin de los asuntos que afectan a nuestra
existencia y a la de la nacin. El que ose poner en tela de juicio la legalidad del
nacional-socialismo ser considerado traidor.
HERR SAUCKEL, gobernador nazi de Turingia, 20 de junio de 1933
Quien no emplee el saludo Heil Hitler, o lo emplee rara vez y de mala gana, es
enemigo del Fhrer El nico saludo del pueblo alemn es Heil Hitler. Al que no
lo emplee se le considerar extrao a la comunidad de la nacin alemana.
Los jefes del Frente del Trabajo en Sajonia, 5 de diciembre de 1937
Encarecemos que cada gallina ponga de 130 a 140 huevos al ao. Este aumento
no podr conseguirse con las gallinas bastardas (no arias) que pueblan actualmente
los corrales alemanes. Maten a estas indeseables y substityanlas
Agencia Informativa del Partido Nazi, 3 de abril de 1937
Podemos asegurar que el conejo no es un animal alemn, aunque slo sea por su
ridicula timidez. Es un inmigrante que goza de los privilegios de un husped. En
cambio, se observan indiscutiblemente en el len caractersticas fundamentales
alemanas. Por eso, puede considerrsele como un alemn en el extranjero.
GENERAL LUDENDORFF, en Am Quell Deutscher Kraft
No existe el saber por el saber. La ciencia slo puede ser el adiestramiento militar
de nuestra mente en servicio de la nacin. La universidad tiene que ser el campo de
batalla para la organizacin del intelecto. Heil Adolfo Hitler y su Reich eterno!
El rector de la Universidad de Jena
La lgica dilemtica
La expresin orientacin dilemtica se debe a Alfred Korzybski, a quien
principalmente interesaban las orientaciones que determinan la cordura o el trastorno
mental de las reacciones semnticas humanas. Aunque afirm que la orientacin
dilemtica era caracterstica de un intelecto primitivo p emocionalmente trastornado,
no se pronunci contra la lgica dilemtica. La lgica corriente, por ejemplo, la que
empleamos en aritmtica, es rigurosamente dilemtica. En el plano de la aritmtica
ordinaria, dos ms dos son cuatro. Esta es la verdad, y cualquiera otra frmula est
equivocada. Muchas demostraciones geomtricas se basan en la llamada prueba
indirecta; es decir: para demostrar algo, se supone lo contrario, hasta que, en el
desarrollo del teorema, se advierte una contradiccin evidente: sta resulta falsa, con
lo cual se considera verdadera la proposicin original. Aqu tambin se aplica la
lgica dilemtica. Korzybski no se meta con la aritmtica ni con la geometra;
tampoco el autor de este libro.
La lgica es un conjunto de normas que regulan la armona o el acuerdo en el uso
del lenguaje. Cuando hablamos lgicamente, nuestras frases estn de acuerdo y en
armona entre s; sern mapas exactos o no de territorios reales, pero esto cae fuera
del campo de la lgica. La lgica es el lenguaje sobre el lenguaje, no sobre las cosas o
los hechos. Dos y dos son cuatro, aunque se trate de cosas distintas, porque lo nico
que se dice con esa proporcin es que cuatro es el nombre de la suma de dos ms
dos. Sobre ella, puede preguntarse dilemticamente: Es verdadera o falsa? Es
decir: Est o no en armona con el resto de nuestro sistema? Si decimos que s, no
A es A (ley de identidad);
Todo es A o no A (ley del medio excluido);
Nada es A y no A (ley de no contradiccin).
APLICACIONES
I
Es muy importante distinguir entre frases dilemticas y orientacin dilemtica. Casi
II
Esta orientacin existe acusada o dbilmente, fina o violentamente, en los fragmentos
que reproducimos a continuacin. Analcelos con cuidado, reflexionando: Hasta
qu punto puedo fiarme del criterio del autor? O no puedo fiarme en absoluto? Es
una orientacin dilemtica meramente literaria y esttica?
* * *
* * *
* * *
* * *
El uso de estos sellos es una forma fcil y barata de apoyarnos y ser tomados
en cuenta. A nadie hace dao ms que a los comunistas, antianticomunistas,
traidores, siervos de dos seores, compaeros de viaje, defensores de un mundo
unificado, papanatas crdulos (entre ellos, los educadores y los eclesisticos,
varones y mujeres), expertos y contemporizadores por profesin
SAQUEMOS A LOS EE. UU. DE LA ONU, Y A LA ONU DE LOS EE. UU.
7. Misisip sigue sin las palabras que fomentan el amor y la compasin de los
hombres y la claridad de su pensamiento. Pero no tiene por qu ser as. Acab la
conspiracin del silencio que imperara antao en todo el sur. Los sureos se han
pronunciado a millares contra la segregacin, porque es un modo de vida
intolerable e injurioso para negros y blancos. Millones ms de sureos han dado
un paso gigantesco hacia la realidad, aferrndose a la roca inconmovible de su
lealtad principal: el pas y sus leyes. O somos norteamericanos o no lo somos: no
hay trminos medios en que se acepten los privilegios y se pasen por alto las
obligaciones.
LILIAN SMITH, Life
8. Es intil, seor, andarse con paos calientes. Gritarn los caballeros paz, paz,
pero no hay paz. La guerra ya ha empezado. El prximo huracn que se
desencadene desde el norte traer a nuestros odos el retumbar de las armas.
Nuestros hermanos estn ya en el campo de batalla. Por qu nos quedamos
aqu de brazos cruzados? Qu quieren los caballeros? Qu desean? Es tan
dulce la vida o tan deliciosa la paz, que no importa comprarla a costa de cadenas
y esclavitud? No lo permitas, Dios Todopoderoso! No s lo que otros querrn,
pero a m, dame la libertad o dame la muerte!
PATRICK HENRY, en la Segunda Convencin Revolucionaria, Richmond,
Virginia
Cuestin de grados
El lenguaje cotidiano se caracteriza, salvo en las discusiones y controversias
violentas, por la que pudiera llamarse orientacin multilateral o polifactica. Tenemos
nuestras escalas de juicios: no basta el bueno y el malo, sino que adems tenemos
el muy malo, no est mal, regular, muy bueno, sobresaliente,
excepcional; adems formulamos juicios mixtos: tal o cual cosa es en parte buena y
en parte mala. En lugar de cuerdo y loco, hay grados apreciativos de
completamente cuerdo, bastante equilibrado, ligeramente neurtico, cuerdo
en la mayor parte de los casos y temas, neurtico, sumamente neurtico,
sictico. Cuanto ms distingamos, ms acciones posibles se presentan ante
nosotros. Esto quiere decir que se intensifica nuestra capacidad para reaccionar
debidamente a las mltiples situaciones complejas de la vida. El mdico no establece
dos categoras de sanos y enfermos, en que quepan todos, sino que distingue
numerosos estados que pueden calificarse de enfermedad, y aplica un nmero
indefinido de tratamientos o combinaciones de tratamientos.
La orientacin dilemtica se basa, como hemos visto, en slo un inters. Pero a
los seres humanos les interesan muchas cosas: comer, dormir, tener amigos, publicar
libros, vender fincas, construir puentes, or msica, mantener la paz, dominar la
enfermedad Algunos de estos deseos son ms fuertes que los otros, y la vida
presenta el problema perpetuo de comparar un conjunto de deseos con otro y de
tomar decisiones: Deseara quedarme con el dinero, pero me parece que es mejor
I
Considere las ventajas de la orientacin dilemtica y polifactica en las siguientes
situaciones, exponiendo sus razones en cada caso:
Arte y vida
Como vimos en el Captulo 8, para que el lector disfrute de la literatura y del teatro
tiene que identificarse con sus situaciones y personajes. El mismo principio vale,
naturalmente, para la poesa y la publicidad. Al leer versos, nos identificamos con los
paisajes exteriores o interiores creados por el poeta, o con l mismo. El anunciador
nos invita tambin a beber su refresco, a probar su aceite en un sabroso pollo frito, o a
sentarnos al volante del ltimo modelo de automvil.
La identificacin potica supone en el lector gran atencin y poder imaginativo;
no todos logran identificarse con el protagonista de Platero y yo, de Juan Ramn
Jimnez, o con el enamorado de Teresa, de Espronceda. En cambio, la identificacin
con el anuncio es fcil y agradable: le entran a uno ganas de ponerse aquella flamante
camisa o de adornar su cuello con aquellas perlas maravillosas. Dejndose llevar por
el clima de los anuncios, la vida es alegre, llena de venturas Goce la vida a
sorbos de esta cerveza!
Poesa y publicidad se apoderan de nuestra imaginacin y contribuyen a que nos
formemos las ideas que van a determinar en gran parte nuestra conducta. Como dijo
Oscar Wilde, la vida es una imitacin del arte. Igual pasa con la poesa y la
publicidad: por eso son verdaderamente creadoras las dos. Los profanos en el
campo de la publicidad suelen extraarse, y a veces bromear, al enterarse de que se
llaman departamentos creadores a aquellos en que se confeccionan los anuncios, y
su jefe recibe el ttulo de director de creaciones. Pero, pensndolo bien, el ttulo es
adecuado, aunque a uno no le guste lo que all se crea.
Llamemos poesa a esta magia (o treta) verbal, puesto que se propone dar una
dimensin imaginativa, simblica o ideal a la vida y a cuanto hay en ella. Si
Muchos antes de l, en la Edad Media, cuando los monarcas tenan sus cronistas,
y despus de l, Cervantes, por ejemplo, protegido del duque de Sessa, entre otros
poetas ilustres que pudiramos citar, honraron la literatura espaola, sin vender su
musa. Los trabajos de Persiles y Sigismunda, novela de Cervantes, fue dedicada, por
su autor al conde de Lemos cuatro das antes de morir.
A veces, el pendn patrio o las glorias nacionales dan pie tambin a anuncios d
tipo comercial, como el de la compaa de seguros, publicado en los peridicos de
Boston y en las revistas nacionales norteamericanos, tras un solemne epitafio al
Soldado Desconocido de la segunda Guerra Mundial. Helo aqu:
Nuestros smbolos
Repitmoslo: la publicidad es una actividad de manejo de smbolos. Se utilizan los de
la moda y la esttica para anunciar prendas de vestir y perfumes; los de la alegra
juvenil para meter por los ojos los refrescos y los dulces; los de la aventura y el
deporte para promover la venta de cigarrillos y licores; los del amor maternal para
vender paales, leches y alimentos infantiles. La publicidad es una creadora y
APLICACIONES
I
Hasta qu punto confirman los siguientes anuncios nuestra idea de que, cualquiera
que sea el objeto cuya venta se propone, el publicista debe darle, como hace el poeta,
un significado simblico de algo superior a l? Desde luego, es evidente la falta de
informacin que hay en los anuncios y el diluvio de connotaciones afectivas que los
inunda. Sin embargo, es muy conveniente analizar a fondo ejemplos como los que
exponemos a continuacin, separando la informacin comprobable sobre el producto
de sus significados afectivos y simblicos. De qu se hacen simblicos los productos
de estos anuncios? Recomendamos al lector que consigne en sendas columnas
separadas los valores informativos, por una parte, y afectivos y simblicos, por otra:
Valores informativos:
El jugo de tomate se hace de tomates.
1. Quiere usted ver a sus pequeuelos con rosetones de salud en las mejillas?
Quiere que sus msculos sean fuertes, su mirada clara, su pensamiento noble,
su conducta de hombre de verdad?
Pues alimntelos con PAN, con PAN DE TRIGO En el PAN, el alimento ms
completo del hombre, y el ms antiguo desde que pas de la cultura de la caza a
la del pastoreo y la agricultura, se contienen el calcio, las protenas, las fculas y
las vitaminas que necesitan los huesos de sus hijos, los tejidos todos de su
cuerpo y mente sana en cuerpo sano fue el lema de los antiguos y deber
volver a ser el de las generaciones futuras.
ALIMENTE CON PAN A SUS HIJOS!
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2. CONSERVE LIMPIA NUESTRA CIUDAD! La limpieza del cuerpo es trasunto de la
limpieza del alma y del pensamiento. Un cuerpo limpio necesita una casa limpia.
Una casa limpia necesita una calle limpia. La limpieza de la calle es la limpieza
de la ciudad. Aydenos a conservar limpia nuestra ciudad! Es la morada de
todos! En una ciudad limpia, el ciudadano se siente ms limpio, el crimen no
encuentra arraigo, la delincuencia desaparece y la salud vuelve por sus fueros en
jardines, plazas y vas de comunicacin! No arroje en ellos desperdicios ni
basura, ni siquiera este volante que acabamos de poner en su mano.
CONSERVE LIMPIA NUESTRA CIUDAD!
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3. VACNESE! Un nio enfermo es una pesadilla para el porvenir de su hogar, de
su localidad, de su nacin, del mundo entero. Un nio sano es garanta de
triunfo y felicidad para su hogar, para su localidad, para su nacin y para el
mundo entero!
VACNESE Y VACUNE CONSIGO A TODOS SUS HIJOS!
No le cuesta NADA.
Es un servicio gratis de nuestra CRUZADA CONTRA LA ENFERMEDAD Y LA
MISERIA.
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La orientacin intencional
En captulos anteriores hemos analizado ciertos tipos de valoracin equivocada, que
podemos sintetizar aqu con la expresin de orientacin intencional, o sea, el hbito
de guiarnos nicamente por las palabras, no por los hechos a que debieran
conducirnos las palabras. Sin querer, damos por supuesto que cuando hay profesores,
escritores, polticos u otros individuos indudablemente responsables que abren la
boca, es para decir algo interesante. Y cuando somos nosotros quienes la abrimos, lo
La verborrea
La gente llama beaturrn al que reza mucho y va mucho a la iglesia. Sin embargo,
intencionalmente esta palabra significa una cosa muy distinta de sus connotaciones
extensionales. Quiere decir hombre que reza mucho y es aficionado a ir a la iglesia,
pero no indica que sean un buen cristiano, que cumpla con los deberes de fidelidad a
su esposa y a su hogar, siendo bueno con sus hijos, honrado en los negocios, sobrio
en su vida, etc. En cambio, si por beaturrn entendemos buen cristiano, hablamos
dilemticamente: los que no lo sean no tendrn estas cualidades.
Por tanto, podemos crear verbalmente con nuestras orientaciones intencionales
todo un sistema de valores, clasificando a los hombres en ovejas y cabritos, segn la
parbola de Jess, unos a la derecha y otros a la izquierda. Es decir: de connotacin
en connotacin podemos seguir hasta el infinito. Como el mapa es independiente de
todo territorio, podemos aadirle montaas y ms montaas, ros y ms ros,
enhebrando sermones, prdicas, ensayos, libros y hasta sistemas filosficos en torno a
una sola palabra.
No hay manera de detener el proceso, porque una palabra tira de la otra en
1. Este es un caso excepcional. Con lo cual quiere decirse que no por eso debe
cambiarse la idea que uno tenga de los que rezan mucho, los cuales seguirn
siendo buenas personas, por muchas excepciones que haya.
2. Bueno, no es un hombre tan perverso. No puede serlo! Es decir: se niegan los
hechos para no tener que admitir sus consecuencias.
3. Ya no se puede creer en nada. No voy a fiarme ms en mi vida de ningn
beaturrn!
En este pintoresco pasaje, lo nico que dice el autor es que, en toda organizacin
formal, los miembros desarrollan distintas actividades; que a veces la gente se entrega
tan exclusivamente a sus tareas especiales, que estorba la realizacin de los fines
generales de la misma; y por tanto, que sta tiene que frenarlos en aras de los fines
generales. Lo nico que est claro en este prrafo es que su autor es un pozo de
ciencia tan hondo que ni le importa ser entendido. Y los pobres estudiantes tienen que
hacer frente a lo abstruso de sus ideas y a la maraa de su exposicin confusa.
Pero, por lo menos, puede descifrarse lo que intenta decir. En cambio, hay autores
cuyos conceptos el estudiante casi no puede desentraar, por lo menos con visos de
acierto. Por ejemplo:
Hemos puesto dos ejemplos nada ms entre los numerosos que podran
seleccionarse, del tipo de obras abstrusas que tiene que estudiar todos los das el
alumno universitario, principalmente. A veces, el mismo profesor, quien suponemos
est versado en las tareas que asigna a sus discpulos, habla en los mismos elevados
planos de abstraccin en sus clases, y el estudiante se queda a la luna de Valencia,
aun despus de terminado el curso. Qu consecuencia saca en limpio? Pues, sin duda
alguna, se queda con la impresin de que la sencillez y claridad de estilo no lo
llevarn a ninguna parte en su vida intelectual, y que la idea ms chabacana adquirir
bordoncillos acadmicos si se expresa en un galimatas verbal incomprensible.
Quiz el estudiante confunda los smbolos de la cultura o de la sabidura, es decir,
la terminologa grrula, con la sabidura misma, incurriendo en el error que tanto
hemos tratado de desarraigar en este libro. Y al no ser capaz de entender los libros
que estudia, y echndose de ello la culpa, aprende de carretilla las tareas que se le
asignan hasta familiarizarse con la jerga cientfica, porque, sin contenido, ya no
puede llamarse vocabulario, y da gallarda muestra de su bachillera verborreica en el
examen escrito final. Si el maestro no es muy avisado, a lo mejor se traga el anzuelo
y aprueba al charlatn.
I
Como este captulo se presta a interpretaciones errneas, no estara mal que el lector
calificase las afirmaciones siguientes de verdaderas o falsas, entendiendo por
verdaderas las que deja asentadas el autor en este captulo, y por falsas las que no
estn en este caso. (Ver [contestacin])
1. Orientacin intencional quiere decir que el que habla est lleno de buenas
intenciones.
2. La poblacin de los pases comunistas no es feliz porque est gobernada por
comunistas.
3. Para ser simptico y hacer amigos, es muy importante saber conversar
fcilmente sobre cualquier tema.
4. Lo ms seguro es comprar siempre productos y marcas bien conocidos.
5. Los anuncios de marcas comerciales deberan ser prohibidos por la ley, y todas
las mercancas deberan ser clasificadas por el Gobierno.
6. No hay que fiarse de los que rezan mucho, si est de por medio la mujer o el
dinero del prjimo.
7. No son compatibles los propsitos de la publicidad y los de la educacin.
II
En los anuncios modernos no suele haber ya los errores y exageraciones de bulto,
caractersticos de la publicidad de otros tiempos. Pero es muy comn la que pretende
dar informacin sobre un producto, sin darla de hecho. Ejemplo de ello es la que
III
Redacte en lenguaje acadmico las siguientes sentencias:
IV
Los reactores que producen, por ejemplo, cinco millones de kilovatios son
demasiado grandes para nuestras actuales unidades econmicas y polticas. La
escala de la nueva fuente de energa determinada por la lgica de la economa y por
la ndole de la tcnica, es mayor que la determinada por nuestras fragmentadas
estructuras polticas y econmicas tradicionales. Pero no es slo la energa nuclear
para fines pacficos la que hace anticuado nuestro dividido mundo. Como indic
John von Neumann hace unos diez aos, la bomba nuclear y los proyectiles
intercontinentales contribuyen a dejar anticuadas tambin nuestras fronteras
geogrficas. El imperativo unificador, resultante del volumen enorme de la
tecnologa moderna, no se limita a la energa nuclear. Nuestros sistemas de
comunicaciones y transportes, la posibilidad de utilizar cables de gran capacidad
para la transmisin elctrica, y otros muchos progresos tcnicos, sealan
acusadamente la desproporcin entre la magnitud de nuestras unidades polticas o
econmicas y nuestras tcnicas. Creo que cuantos en ellas estamos interesados slo
podemos esperar que, antes de que nos destruyan, nuestros instrumentos polticos se
acomoden a la lgica del volumen, y que el fruto principal de esas nuevas tcnicas
sea un mundo unificado y en paz.
ALVIN M. WEINBERG
Problemas insolubles
N. R. F. Maier, profesor de la Universidad de Michigan, realiz hace unos aos una
serie de experimentos en torno de la induccin de la neurosis en las ratas. Primero se
las ensea a saltar desde el borde de una plataforma a dos puertas. Saltando a la de la
derecha, se cierra fuertemente, y el animal cae de nariz en una red; saltando a la de la
izquierda, se abre y la rata se encuentra con un plato lleno de comida. Una vez
adiestradas las ratas en esta reaccin, se cambia la situacin: colcase la comida tras
la otra puerta, por lo cual tienen ahora que saltar hacia la derecha. (Pueden
introducirse otros cambios, como marcar de manera distinta las dos puertas). Si el
animal tarda en aprender el nuevo sistema y no sabe si le espera la comida o el golpe
a cada salto, desiste y ya no brinca ms. Muchas ratas prefieren morir de hambre a
decidirse por una de las puertas, dice el doctor Maier.
El rezago cultural
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La razn principal de los problemas insolubles de nuestra sociedad, es la que
pudiera llamarse inercia institucional. Institucin, en el sentido sociolgico, es un
tipo organizado de conducta de grupo, arraigado y aceptado como parte fundamental
de una cultura (American College Dictionary). Los seres humanos estn constituidos
de tal manera que inevitablemente organizan sus energas y actividades en tipos de
conducta ms o menos uniformes en todo grupo social. Por eso, los individuos
identificados con las instituciones tienen su manera peculiar de ver las cosas: la
poblacin de una sociedad comunista o capitalista acepta y perpeta los hbitos
comunistas o capitalistas de conducta econmica; el soldado mira al mundo con ojos
de soldado y abstrae de l lo que se ha enseado al soldado a abstraer; igual es el caso
del banquero, del lder sindicalista o del agente de cambios y bolsa. Y a fuerza de ver
as el mundo, tienden a creer que sus abstracciones de la realidad, sus mapas de los
distintos territorios, son realidad: la defensa es defensa; el dficit es dficit; la huelga
es huelga.
De ah deriva el hecho peculiar de que, una vez habituado el hombre a las
instituciones, llega a creer que son las nicas que hacen bien las cosas. La institucin
de la esclavitud y el sistema de castas de la India se creyeron ordenados
divinamente, y los ataques de que fueron objeto se consideraban ataques a la ley
natural, a la razn y a la voluntad de Dios. Y viceversa: los que tenan instituciones
contrarias crean que su sistema de trabajo libre estaba divinamente ordenado, y
que la esclavitud iba contra la ley natural, contra la razn y contra la voluntad de
Dios. Hoy ocurre lo mismo: los que creen en la empresa capitalista la consideran
como la nica manera de organizar la distribucin de bienes, en tanto que los
comunistas se aforran con apasionamiento a sus convicciones. Se comprende esta
lealtad a las instituciones propias; casi todos piensan que son los fundamentos nicos
de una vida razonable, y la amenaza a esas instituciones constituye un peligro para
toda existencia ordenada.
En consecuencia, las instituciones sociales tienden a cambiar lentamente; ms
an: tienden a continuar existiendo aun despus de no ser necesarias, y a veces,
aunque constituyan un estorbo y un peligro. Esto no quiere decir, naturalmente, que
todas las instituciones contemporneas estn anticuadas. Muchas cambian con la
rapidez necesaria para amoldarse a los cambios de las circunstancias. Pero otras
muchas, no. A esto, a la continuacin de hbitos y formas institucionales
trasnochadas, llaman los socilogos rezago cultural.
El enfoque extensional
Cualquier problema pblico que requiera un amplio debate los cambios en las
leyes laborales o en los mtodos para distribuir la atencin mdica, la unificacin de
los servicios armados bajo un solo mando, el establecimiento de normas nuevas para
resolver los conflictos internacionales se reduce, por tanto, a una cuestin de
adaptacin institucional. Si nos empeamos en seguir discutiendo nuestros sistemas
sociales en funcin de la lucha de la justicia contra la injusticia, de la ley natural, de
la razn y de la voluntad de Dios contra las hordas de la anarqua y el caos, las
reacciones de miedo y clera se generalizan en ambos bandos, paralizando las mentes
e imposibilitando una decisin inteligente. Para escapar a esta cerrazn dilemtica,
La actitud cientfica
APLICACIONES
II
Suponga usted que dos amigos suyos, no muy bien informados, pero apasionados,
uno a favor y otro en contra de la medicina socializada (entendida a su manera),
van a ir esta noche a su casa para sostener una conversacin sobre el tema. Prepare
algunos comentarios y preguntas que les hagan ver el problema de la atencin mdica
como una cuestin de ajuste institucional (sin emplear expresiones tan altisonantes
como esta), con lo cual la discusin tomar un sesgo mas extensional. Una cosa le
advierto: no empiece por hacerles definir lo que es medicina socializada, y recuerde
lo que en el Captulo 10 dijimos sobre las definiciones.
III
Los xitos cientficos del laboratorio se han debido en parte a que los sabios tienen
orientaciones extensionales y sumamente multilaterales, sin las trabas de los dogmas
fijos de otras personas. Debe adoptar el Gobierno federal norteamericano una actitud
dilemtica en los problemas de la integracin escolar en el Sur? Cules seran las
ventajas de dicha actitud y cules las de una orientacin multilateral? No convendra
que el Gobierno adoptase una actitud dilemtica para algunas cosas (donde haya una
resistencia tenaz a la ley) y multilateral en otras (donde la integracin se va
realizando pacficamente)? En este ltimo caso, la actitud gubernamental se
IV
Supongamos que va a haber elecciones y son cuatro los candidatos. Todos sienten
sinceramente los intereses nacionales, todos creen en la justicia social y en la
democracia, aunque difieren en cuanto a los medios para realizar los ideales
democrticos. Supongamos que usted no quiere votar ni con la etiqueta de liberal ni
con la de conservador, sino, sencillamente, a favor del candidato que sea ms realista
y extensional, porque ser quien mejor reconozca los aspectos reales de la situacin y,
por tanto, quien mejor va a servir a sus ideales.
A continuacin van fragmentos de los discursos pronunciados por los cuatro
candidatos. A base exclusivamente de su contenido, establezca un orden de
preferencia entre ellos, exponiendo las razones y sin dejarse influir por los nombres
de los candidatos, claro est.
Candidato 1
Por tanto, el socialismo no es para mi nicamente la doctrina econmica mejor,
sino el credo fundamental que profeso con mi cerebro y con mi corazn. Laboro por
la independencia hind, porque el nacionalista que late en m no puede tolerar el yugo
extranjero; ms an: porque es el paso inevitable para nuestro cambio social y
econmico. Quisiera que el Congreso se transformase en organizacin socialista y se
incorporase a las dems fuerzas del inundo que trabajan en pro de la nueva
civilizacin. Pero comprendo que acaso no est preparada la mayora del Congreso,
tal como hoy est constituido, para ir tan lejos. Somos una organizacin nacionalista
y pensamos y obramos en el plano nacionalista
Por vehementes que sean mis deseos de que el socialismo prospere en este pas,
no quiero obligar ni condicionar al Congreso, porque creara dificultades para la
lucha que tenemos entablada por nuestra independencia. Estoy dispuesto a cooperar
de mil amores y con cuantas fuerzas tengo, con cuantos laboran por nuestra
independencia, aunque no estn de acuerdo con la solucin socialista. Pero lo har,
defendiendo francamente mi posicin y esperando convencer de ella, con el tiempo,
al Congreso y a la nacin, porque slo as creo que pueda lograr su independencia.
Tenemos que apretar nuestras filas cuantos creemos en la independencia, aunque
Candidato 2
Opino que el comunismo debera ensearse en el sistema educativo, pero con una
orientacin moral, de la misma manera que se ensea al estudiante de medicina que el
cncer y la tuberculosis son enfermedades que hay que desarraigar y extirpar. Creo
que sin una orientacin moral, la enseanza del comunismo puede ser sumamente
peligrosa. En cambio, ensendolo con una orientacin moral, se estudiaran a fondo
los fundamentos bsicos de la civilizacin norteamericana, desenmascarando al
enemigo que amenaza destruirla y exponiendo las ideas errneas que impulsan a los
comunistas a tratar de destruir la libertad, los mtodos que para ello proponen, y lo
que debe hacerse para contrarrestarlos. Si esto se explica sin direccin moral, slo
parecer un sistema econmico ms con algunas virtudes superiores. As se ha hecho
frecuentemente en pocas anteriores, y en lugar de combatir el comunismo, tiende a
hacer proslitos para el comunismo.
Creo que el pueblo norteamericano tiene ante s un gran problema: imprimir a la
educacin una dinmica moral que presente al comunismo como programa de
asesinato, mentira y destruccin de la libertad. Es totalmente inmoral, y hay que
levantar en las mentes juveniles barreras mentales y emocionales contra l.
DR. FREDERICK SCHWARZ, en su testimonio ante el Comit de Actividades
Antiamericanas del Congreso, 29 de mayo de 1957
Candidato 3
La exposicin de los conflictos e injusticias raciales es importante en un estudio
que verse sobre la posicin del negro y el estado de la cultura norteamericana. Pero
las fricciones son un indicio sano. Indican un contacto de mltiples aspectos entre las
dos razas. Las fricciones son seal de que el negro y el blanco viven en la misma
comunidad y pugnan por los mismos valores. Mientras las dos razas se afanen y
disientan respecto a los mltiples problemas de la convivencia en la misma cultura,
estn pasando por el doloroso proceso de su acomodacin recproca y con el mundo.
El verdadero peligro sera que el negro viviese en un vaco donde no hubiese friccin
alguna con sus vecinos blancos; entonces s que se correra el peligro grave de
desarrollar un sistema perpetuo de castas Es conveniente que nada haya esttico
hasta que los problemas planteados por la friccin hayan dejado de inquietar y
molestar a los blancos o a los negros. Aspirar a la paz, cuando los contrastes son tan
Candidato 4
Algunos miran las constituciones con reverencia religiosa y las consideran como
el Arca de la Alianza, demasiado sagradas para poderlas tocar. Atribuyen una
sabidura sobrehumana a los hombres de tiempos anteriores, y creen que lo que
hicieron est por encima de toda enmienda Indudablemente, no me inclino a
introducir cambios frecuentes y no probados antes, en las leyes y en las
constituciones Pero tambin s que las leyes y las instituciones deben ir a la par
con el progreso de la mente humana A medida que se realizan nuevos
descubrimientos, que se descubren nuevas verdades y cambian las opiniones y los
modos de pensar al cambiar las circunstancias, tambin deben avanzar las
instituciones para amoldarse al ritmo de los tiempos. Retener a la sociedad civilizada
sometida al rgimen de sus incultos antepasados sera como obligar a un hombre a
llevar siempre la chaqueta que le vena bien de chico Cada generacin tiene
derecho a procurarse la forma de gobierno que considere ms conducente a su
felicidad.
THOMAS JEFFERSON
Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablaren los hombres, darn
razn en el da del juicio. Porque por tus palabras sers absuelto como justo y por
tus palabras sers condenado.
Mateo, 12:36-37
Me gusta el pescado.
Fue pescado por la polica.
Concete a ti mismo
Hay otro campo en que necesitamos la conciencia abstractiva: en lo que nos decimos
de nosotros mismos. Somos mucho ms complejos que la vaca Palmira, y cambiamos
constantemente mucho ms que ella (Captulo 10). Adems, todos nos describimos
con determinado lenguaje, cuadros mentales, idealizaciones o imgenes. Vienen
a ser de este tenor, ms o menos claros: Soy amante del hogar, Soy hermosa, O
terriblemente fea, Creo en lo prctico, Soy de buen corazn no me entran en la
cabeza las matemticas tengo talento natural para la msica amo a los
oprimidos no soy ese tipo de mujer etctera. Todos estos juicios son mapas ms
o menos exactos del territorio de nuestra persona. Unos saben levantar esos mapas
internos mejor que otros. Entonces decimos que se se conoce a s mismo, que cae
en la cuenta de sus defectos y virtudes, de sus facultades y carencias emotivas. El
siclogo Carl R. Rogers llama a este mapa idea de s mismo, la cual puede ser
realista o carente de realidad. Lo que hacemos, la forma en que nos vestimos, nuestro
estilo, las empresas que iniciamos o descartamos, la sociedad que buscamos, etc., son
valores que estn menos determinados por nuestras limitaciones y facultades reales
que por la idea que tenemos de ella[2].
Cuanto hemos dicho en este libro sobre mapas y territorios se aplica de manera
particular a la idea que tenemos de nosotros mismos. El mapa no es el territorio,
repetimos: la idea que tenemos de nosotros mismos no somos nosotros. Un mapa no
representa todo el territorio: la idea de nosotros mismos omite una enorme cantidad
de datos personales; nunca nos conocemos completamente. Podemos hacer mapas de
mapas de mapas de nosotros mismos y deducir numerosas inferencias y
generalizaciones en ms altos niveles de abstraccin. Pero corremos el mismo peligro
de equivocarnos en nuestra propia valoracin que cuando tratamos de valorar a otros
individuos o cualquier hecho exterior. En realidad, cuanto mejor nos conozcamos a
nosotros mismos, ms probable es que conozcamos y valoremos mejor a lo extrnseco
a nosotros. Qu clase de mapas elaboramos de nosotros mismos?
Hay individuos que tienen ideas completamente desprovistas de realidad sobre su
Soy chofer. (Algunos creen que es vergonzoso ser un simple chofer. Tengo yo
que pensar tambin de esa manera?)
Me arruin. (Pero eso fue hace diez aos! Desde entonces he adquirido mucha
ms experiencia en los negocios. Por qu va a volverme a ocurrir si monto otro
Actitudes institucionalizadas
Otra forma de adquirir mayor orientacin extensional, es distinguir entre actitudes
adoptadas institucional y extensionalmente. Como vimos en el captulo anterior,
todos somos miembros de instituciones y nos asimilamos determinadas actitudes
exigidas por ellas. Si somos demcratas, apoyaremos a todos los candidatos
demcratas. Si somos montescos, adoptaremos una actitud hostil a los capuletos.
El error valorador que suponen esas actitudes estriba en que se generaliza a un
alto nivel de abstraccin, cuando las cosas ocurren en un plano extensional. Muchas
personas, por inseguridad emocional y por falta de orientacin extensional, no pueden
desviarse de las actitudes institucionales, adoptan su punto de vista oficial y sus ideas
y emociones corrientes. Se creen en la obligacin de sentir al unsono con su partido
recuerdan todas las seales y detalles de una jornada de hasta centenares de millas, o
repiten al pie de la letra consejas y leyendas populares, que se necesitaran das para
recitar. En cambio, los pueblos cultos, que manejan cuadernos de apuntes y libros de
consulta, tienen relativamente mala memoria. <<
se puso el nombre de John Glenn al da siguiente de haber dado la vuelta al globo este
astronauta? Y de quienes ponen a sus hijos nombres ficticios de nobleza, como
Duque, Barn y Seor? <<
desde haca ocho aos. Un mecnico, amigo mo, que conoca el estado del vehculo,
insista en que lo cambiase por un nuevo modelo. Pero por qu? le pregunt.
Si est todava en magnficas condiciones. A lo que replic l despectivamente: Ya;
pero qu diablo! lo nico que tiene usted es un medio de transporte.
La expresin auto de transporte ha empezado a aparecer hace poco en los anuncios;
por ejemplo: Dodge del 48. Funciona perfectamente; auto de transporte. Me voy,
tengo que venderlo. 100 dlares. (Seccin clasificada del Pali Press, Kaliua,
Hawaii). Por lo visto, eso significa que el vehculo no tiene valor simblico ni
prestigio y slo es bueno para ir y volver adonde uno quiero: Qu automvil tan
miserable! <<
este captulo en aquel episodio. Fue despus cuando ca en la cuenta. Lo nico que
me propona, como hubiera hecho cualquier otro, era romper el hielo y acabar con lo
tirante de la situacin. <<
los aspectos emocionales y los aspectos intelectuales del lenguaje, deben evitarse
en lo posible. Lo emocional siempre sugiere sentimientos muy fuertes. En cambio,
la palabra afectivo, en expresiones como los usos afectivos del lenguaje, no slo
indica la manera en que ste puede despertar sentimientos fuertes, sino reacciones
sumamente delicadas y a veces inconscientes. Adems, el epteto afectivo tiene la
ventaja de no distinguir indebidamente entre reacciones fsicas y mentales.<<
individuo con los personajes o las situaciones literarias? El autor de estas lneas se
inclina a creer, a base de una observacin muy limitada, que comienza a los dos aos,
o antes. Lase, por ejemplo, a una nenita el cuento de los Tres Osos, o de Caperucita
Roja, y ver cmo comienza a identificarse con el Osito, o Caperucita. <<
12. LA CLASIFICACIN
(1939), recopilacin de frases de Hitler y sus secuaces, por Clara Leiser. <<
dudas que las mujeres son ms seguras conduciendo vehculos que los hombres. Las
compaas aseguradoras no aumentan las primas a las familias con hijas en edad de
manejar, sino a las que tienen hijos en esa edad. <<
(sin direccin), titulado Your Bread and Butter: A Salesmans Handbook on the
Subject of Brand Names, se dice que la mayor parte de las mujeres pertenecientes a
organizaciones femeninas del movimiento de consumo estn dedicadas de verdad a
resolver los problemas eternos de las compras con sentido comn, pero que se han
convertido en portavoces de todas, unas cuantas que quieren normalizar la mayor
parte de los bienes de consumo, eliminar las marcas en competencia de los anuncios,
extender los controles gubernamentales a la produccin, distribucin y ganancias.
Estn convencidas de las ventajas de una economa planeada, en que un monopolio
gubernamental de cerebros corra con la responsabilidad de toda la planificacin. <<
arras Hiroshima, tendra la altura del Empire State Building, y una bomba de 20
megatones alcanzara la altura de la rbita del Sputnik I. Despus de que Harrison
Brown y James Real escribieron esto en su folleto, Community of Fear (1960), el
Gobierno de Khrushchev ha alardeado de tener una bomba de 100 megatones. En la
reunin de la Asociacin Norteamericana para el Progreso de la Ciencia, de
diciembre de 1960, el doctor Ralph E. Lapp calcul que Estados Unidos tena
entonces un volumen igual a 50.000 bombas del tipo de la de Hiroshima, y que en
tres aos habra fabricado otras 30.000, o su equivalente. Esto significa, claro est,
que la URSS est tambin almacenando un nmero parecido de armas atmicas y
termonucleares. <<
<<
raro que el cientfico se alegre cuando se le demuestra que est equivocado, y que el
progreso humano siempre ha dependido de nuevas preguntas, mas bien que de
nuevas respuestas a antiguas preguntas. <<
haber sido. De no haber tendido a confundir las deducciones con los hechos, habran
vivido ambos un poco ms. <<