Delitos Contra El Patrimonio Cultural en El Ecuador
Delitos Contra El Patrimonio Cultural en El Ecuador
Delitos Contra El Patrimonio Cultural en El Ecuador
CULTURAL EN EL ECUADOR
DR. RICARDO VACA ANDRADE
SUMARIO:
1. Introduccin
2. Disposiciones constitucionales
Art. 23.- Las personas tienen derecho a acceder y participar del espacio pblico
como mbito de deliberacin, intercambio cultural, cohesin social y promocin de
la igualdad en la diversidad. El derecho a difundir en el espacio pblico las propias
expresiones culturales se ejercer sin ms limitaciones que las que establezca la
ley, con sujecin a los principios constitucionales.
De otro lado, de manera especfica, aunque no excluyente, como hemos visto, por
disposicin de la Ley de Patrimonio Cultural, en su Art. 4-a, entre las funciones y
atribuciones del Instituto Patrimonio Cultural, se dispone que a l le corresponde:
Investigar, conservar, preservar, restaurar, exhibir y promocionar el Patrimonio
Cultural en el Ecuador; as como regular de acuerdo a la Ley todas las actividades
de esta naturaleza que se realicen en el pas, extendiendo la obligacin legal
tambin a Las personas naturales y jurdicas, la Fuerza Pblica, y el Servicio de
Vigilancia Aduanera estn obligados a prestar su colaboracin en la defensa y
conservacin del Patrimonio Cultural Ecuatoriano, de acuerdo al Art. 6 de la misma
ley.
Patrimonio, Qu es?
En la mayora de los diccionarios de la lengua castellana nos dicen que Patrimonio
es la herencia que legan los padres o los abuelos. Es decir, lo que recibimos de
nuestros padres o antecesores se llama Patrimonio y esta puede expresarse a
travs de la herencia de bienes que pueden ser materiales como los muebles, v.g.
los aperos, los instrumentos de labranza, los instrumentos de msica, las
mquinas, las mesas, las sillas, las camas, las ollas, los cuadros, las imgenes de
vestir, las vajillas, las colecciones de fotografas, los relojes, los libros, la ropa,
ornamentos, monedas, etc., o inmuebles como son por ejemplo un departamento,
una chacra, un terreno en una zona urbana, una finca, un establo y un depsito.
As mismo el Patrimonio tambin se puede expresar inmaterialmente, por ejemplo,
los consejos que nos dieron nuestros padres y que ahora se los damos a nuestro
hijos, la educacin recibida en casa, el idioma aprendido en nuestra infancia, la
instruccin que nos fue ofrecida (bsica, tcnica o cientfica), la msica, algunas
creencias religiosas a veces -, las leyendas y los recuerdos familiares, y las
tradiciones que se expresan de diferentes maneras de acuerdo a la familia y
sociedad a la que uno pertenezca.
Y qu es cultura?
Para muchos pueblos como el nuestro, que no han tenido escritura alguna (por lo
menos no hallado e investigado por el momento) la presencia de documentos est
ligada desde los inicios de la ocupacin colonial hasta hoy, y por ende de todo
aquello que est ligado a este actitud sincrtica. Este sincretismo es muy fuerte,
tan es as que muchas de nuestras antiguas costumbres (alimenticias,
comportamiento, vestidos, etc.) las hemos dejado de lado y usamos por ejemplo el
idioma de origen forneo como medio de comunicacin oficial como el idioma
empleado en el presente artculo. Pero no nicamente son los documentos y el
idioma lo que est ligado con nuestro proceso histrico, tambin son las
manifestaciones religiosas, como las procesiones y los ornamentos de los templos;
son las pinturas con motivos forneos y nativos; son los cajones de San Marcos;
son las representaciones de las imaginera; son los retablos, las imgenes y la
arquitectura que los contiene entre otros; son la arquitectura administrativa, como
las sedes de gobierno y las sedes de justicia; son las casas de los antiguos seores
que dirigan la economa de la colonia y posteriormente de la Repblica, en las que
se pueden observar instrumentos y menaje diverso; son las factoras e ingenios
que se ubicaban en antiguas haciendas, son las antiguas viviendas de la gente
comn y corriente, son los obrajes y otras cosas que sera muy largo enumerarlas
aqu.
e) Las monedas, billetes, seas, medallas y todos los dems objetos realizados
dentro o fuera del pas y en cualquier poca de su Historia, que sean de inters
numismtico nacional;
f) Los sellos, estampillas y todos los dems objetos de inters filatlico nacional,
hayan sido producidos en el Pas o fuera de l y en cualquier poca;
El Captulo VII A que incluye los Delitos contra el Patrimonio Cultural forma parte
del Ttulo V DE LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD PBLICA. Este captulo fue
agregado por la Ley No. 49, publicada en Registro Oficial 2 de 25 de Enero del
2000.
Los delitos que se incluyen en este Ttulo lesionan o ponen en peligro bienes
jurdicos o intereses colectivos que pertenecen a la sociedad en general, a la
comunidad, poniendo en peligro el bienestar comn o seguridad pblica.
La seguridad pblica es el bien jurdico lesionado por los delitos que se incluyen en
el Ttulo V del Cdigo Penal ecuatoriano. Como afirma FONTN BALESTRA en su
Tratado de Derecho penal (T. VI, pg. 281) La Constitucin de un ttulo
independiente con esta clase de delitos es propio de las legislaciones modernas,
debido, precisamente, a la evolucin de la idea del bien jurdico tutelado. La
circunstancia de que estos delitos llevan consigo un dao privado y el hecho de
que, en cierta medida en cierto aspecto, todos los delitos lesionan la seguridad
comn, mantuvo las distintas figuras distribuidas en otros ttulos, atendiendo a lo
que CARRARA, denomin el dao inmediato particular efectivo.
Hay delitos contra la seguridad pblica que son de peligro como la conservacin
indebida de explosivos o la intimidacin o las asociaciones ilcitas en los que la
consumacin se da por la sola realizacin de la conducta descrita en el tipo, sin que
sea necesaria la produccin de un resultado; hay otros delitos en los que es
indispensable que se produzca un dao, una lesin al bien jurdico protegido, como
sera el caso de los delitos de dao o destruccin del patrimonio cultural, que
analizaremos a continuacin; y tambin hay otros delitos que siendo de peligro,
eventualmente, pueden llegar a ser delitos de dao. Y esto, como clarifica
Sebastin SOLER, (Derecho Penal Argentino, Vol. IV, pg. 480) porque la ley,
adems de acriminar, por razones genricas de seguridad, la violacin o
destruccin de ciertos bienes jurdicos, en algunos casos prohibir determinadas
acciones no ya en cuanto ellas importan la violacin o destruccin de esos bienes,
sino el peligro de que se pierda. En tales casos, podra decirse que el bien jurdico
final est defendido por una doble coraza. [...] Los delitos que ahora examinamos,
son de peligro comn, considerados desde el punto de vista de los bienes
materiales que pueden destruir; pero, son de lesin, en cuanto positivamente
vulneran el bien jurdico de la seguridad, que es protegido en s mismo y en forma
autnoma.
Ahora bien, teniendo presente esta precisa aproximacin del bien jurdico como
aquel que determina lo injusto y por lo tanto el delito; y para el caso de los delitos
contra el patrimonio histrico y arquitectnico nos lleva a la pregunta de cul es el
marco de relaciones que el ordenamiento jurdico selecciona y fija para estos casos.
Esta sntesis normativa comprende acaso los conceptos de memoria y tiempo
antes sealados? O se relaciona ms bien con una cuestin societaria y de
proteccin meramente patrimonial, cual si fuese una cara ms de la tutela del
derecho de propiedad, bajo el argumento del colectivo?
Aclaremos entonces, en forma sucinta los conceptos de bienes jurdicos difusos
colectivos. Veamos:
Los bienes jurdicos colectivos, de difcil conceptualizacin y motivo de polmicas
doctrinarias: A raz del surgimiento de los nuevos bienes jurdicos universales
principalmente de carcter socioeconmico. Polmica que recogemos a travs de
sus dos posturas ms enconadas.
1. Una de estas posturas considera que estos nuevos bienes jurdicos, de carcter
masivo y universal, aparecen a partir de las transformaciones del Estado moderno
actual al pasar a convertirse en un Estado social y democrtico de derecho. Orden
de cosas en que no podran tutelarse solo los bienes jurdicos individuales
tradicionales de origen liberal burgus, sino que se hace necesario la introduccin
de esta nueva categora para atender primordialmente la funcin asistencial, como
nueva modalidad de accin del Estado. En este sentido, BUSTOS seala que los
bienes jurdicos colectivos hay que definirlos a partir de una relacin social basada
en la satisfaccin de cada uno de los miembros de la sociedad o de un colectivo, y
en conformidad al funcionamiento del sistema social. BUSTOS seala el equvoco de
referirse a stos como bienes jurdicos supraindividuales, pues no suponen la
existencia de una razn superior al individuo, sino que estn en funcin de todos
los miembros de la sociedad, en consideracin de cada uno de ellos.
Desprendindose completamente de los bienes jurdicos individuales. Al decir de
SILVA FORN, en una relacin de complementariedad, razn por la cual, por
ninguna razn, al momento de estructurar y disear su proteccin, hay que
ponerlos en relacin con los bienes jurdicos individuales. Podrn reconocerse as
dos grupos de bienes jurdicos colectivos. Los que estn referidos a las bases y
condiciones de existencia del sistema (los bienes jurdicos individuales tradicionales,
de orden microsocial) y aquellos que estn en relacin con el funcionamiento del
sistema, referidos a los procesos que ste ha de cumplir para el aseguramiento
material de las relaciones macrosociales, reconocindose aqu tres subgrupos. Los
bienes jurdicos institucionales: referidos a determinadas instituciones bsicas para
el funcionamiento del sistema, que establecen vas para asegurar los bienes
jurdicos individuales. (vgr. Delitos contra la administracin de justicia, contra la fe
pblica.) Los bienes jurdicos colectivos: que surgen con relacin a la satisfaccin
de necesidades de carcter social y econmico, vinculados a la participacin
colectiva en el proceso de desarrollo socioeconmico; y los bienes jurdicos de
control: referidos a la organizacin de del aparato estatal para que este pueda
cumplir sus funciones con cierto margen de eficacia. (vgr. Delitos contra el orden y
la seguridad pblica.) 2. La otra postura (HASSEMER y MUOZ CONDE), parte de la
base que los bienes jurdicos universales slo son legtimos en tanto que sirven al
desarrollo personal del individuo. Estos autores estiman que la reflexin penal
deber orientarse en el sentido de que los intereses de la persona sean favorecidos
frente a los de la sociedad y del Estado, funcionalizando los intereses generales
desde le punto de vista de la persona y deduciendo los bienes sociales y estatales a
partir de los individuales. As, estos autores adhieren a la teora personal del bien
jurdico (responsabilidad del mismo Hassemer), nica legitimada en una concepcin
liberal de Estado, en el cual la accin del mismo est dirigida a partir del punto de
vista de la persona. Con este criterio aspiran y propugnan un derecho penal
vinculado a principios, que justifique y mide sus decisiones en funcin de si tutelan
intereses humanos dignos de proteccin; y aqu, su teora se conecta con las
teoras constitucionalistas, en cuanto entienden que el derecho penal slo puede
perseguir sus fines dentro de los lmites trazados por la Constitucin Poltica y por
la idea de Estado de Derecho. Vista la proteccin desde este punto de vista, resulta
que el bien jurdico patrimonio histrico, arquitectnico, o monumental, puede
enfrentarse desde alguna de estas teoras del bien jurdico colectivo. Ambas con un
fuerte sustrato constitucional y de garanta para los ciudadanos pero con una
importante diferencia. La primera con nfasis en la idea de la colectividad desde
una visin estructuralista-sistmica (definidos a partir de una relacin social
basada en la satisfaccin de cada uno de los miembros de la sociedad o de un
colectivo, y en conformidad al funcionamiento del sistema social), y la otra que
destaca la supremaca del individuo por sobre el Estado como pilar fundamental de
la concepcin del Estado democrtico de derecho. Ubicar entonces la naturaleza del
bien jurdico que analizamos, no pasa por una mera cuestin de abstraccin terica.
Pues la reflexin del acpite 1 de esta monografa decanta sobre la materialidad en
que se traduce este patrimonio. Siguiendo la terminologa de la Convencin de La
Haya de 1954, los bienes culturales que integran una categora general de
objetos patrimoniales, arquitectnicos o histricos deben ser objeto de la tutela
del derecho. Tutela que debe asumir el Estado, como sujeto de derecho
internacional pblico obligado ante la comunidad internacional, y adems como
entelequia jurdica de aquella colectividad a la que se refiere BUSTOS y ante la cual
los bienes culturales adquieren un contenido especfico y un marco relacional
definido. De esta manera, privilegiar la tesis estructuralista del profesor de la
Universidad de Chile ante la tesis personalista de los profesores Hassemer y Muoz
Conde significara reconocer un intervencionismo punitivo del Estado, dentro del
cual se propone una progresiva tutela de estos bienes jurdicos colectivos, en claro
desmedro de los principios de mnima intervencin, garantismo e igualdad. Sin
embargo, aun no tenemos claramente definido cual es el bien jurdico protegido en
este tipo delitos. Hemos intentando precisar su naturaleza y fundamento
basndonos en las tesis antes reseadas, pero Qu es lo que protegemos? Qu
legitima la proteccin de estos bienes culturales?. Es acaso la memoria de una
nacin o del planeta un bien jurdico susceptible de tutelar penalmente?. El
patrimonio cultural debe alcanzar esta categora al criminalizarse las conductas que
atenten contra l? Hablemos claro, en aquellas legislaciones en que se ha
criminalizado estas conductas se ha confundido el bien jurdico a proteger con el
objeto material en el cual recae la proteccin. Una cosa es un inmueble
representativo de una poca histrica o de un estilo arquitectnico; y otro su
carcter de continente cultural, ncleo o integrante de un sistema de relaciones
muy superior a su valor venal como inmueble, segn su precio al corriente de la
plaza.Tenemos as, a modo explicativo, tres categoras de valoracin. La primera
de una estimacin meramente dineraria del inmueble u objeto segn la tasacin
estatal o privada segn corresponda, luego una segunda valoracin en orden a su
carcter histrico, patrimonial o arquitectnico, y por ltimo su valor conforme al
sistema que genera, integra, complementa o diferencia. Plusvalas sucesivas que
recogen la dificultad ya anotada respecto a los bienes jurdicos colectivos. Materia
de este estudio es el tratamiento penal de las dos ltimas valoraciones, pues ellas
vienen en configurar, ya sea individual o colectivamente, la amplia definicin de
bienes culturales. As, sobre los inmuebles histricos de la ciudad de Valparaso
existen diversas protecciones de carcter administrativo y de ndole urbanstica,
cuestin que no se diferencia del caso de Madrid o Barcelona, pero para el caso de
las ciudades espaolas nos encontramos adems con una fuerte tutela penal
representada por el Ttulo XVI del Cdigo Penal Espaol vigente, que agrupa bajo
un mismo tipo penal los delitos contra la ordenacin urbanstica o territorial, el
medio ambiente y el patrimonio histrico. Lo que demuestra el hecho ya sealado.
Se ha confundido el objeto jurdico con el objeto material, disfrazando bajo el rtulo
de delitos sobre la ordenacin del territorio, figuras de prevaricacin en contra de
la administracin urbanstica; que adems, mezcla en forma impropia, bienes
jurdicos distintos en un mismo tipo penal de proteccin. Asunto nada prescindible
cuando constatamos que desde nuestra vulnerable y susceptible Amrica se
observa con atencin y se toman las experiencias europeas como referentes
autorizados.
El dao ser punible cuando no provenga del uso normal que debi haberse dado
al bien, segn su naturaleza y caractersticas.
La conducta punible est dada por los verbos destruir o daar. De las varias
acepciones que el diccionario de la lengua espaola, trae, extraemos las que mejor
describen la accin de destruir para el anlisis del tipo que estamos efectuando:
reducir a pedazos o a cenizas algo material u ocasionarle un grave dao;
deshacer, inutilizar algo no material. Daar, en cambio, significa, causar
detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia; maltratar o echar a perder
algo.
El Art. 73 del Reglamento General de la Ley de Patrimonio Cultural, prev una
multa de uno a diez salarios mnimos vitales y el decomiso de las herramientas,
semovientes, equipos, medios de transporte y dems instrumentos que se hubieren
utilizado en el cometimiento del ilcito, que se producira al daar, adulterar, o
atentar contra bienes que pertenezcan al Patrimonio Cultural de la Nacin, sin
perjuicio de la accin penal a que hubiere lugar. Adulterar o atentar, como verbos
rectores, se aadiran a los anteriores de destruir y daar. Adulteracin es la accin
y efecto de adulterar, es decir, de viciar, de falsificar alguna cosa. Corromper,
mezclar, segn el Diccionario de derecho penal y criminologa de Ral GOLDSTEIN;
en tanto que la accin de atentar, segn el mismo autor, hace referencia al ataque
dirigido contra una persona, sus derechos o bienes. Agresin. Amenaza. Abuso.
Exceso al ejecutar algo contra lo dispuesto en las leyes.
La conducta descrita en el tipo legal que ocupa nuestra atencin, daar o destruir,
puede darse mediante una accin, en el sentido de hacer, o dejando de hacer
aquello que se tiene la obligacin jurdica de hacer. Por tanto, el delito podra ser
de comisin o de comisin por omisin, como sera el caso, a manera de ejemplo,
de la destruccin de restos humanos pertenecientes a la poca prehispnica o
colonial que se produzca por falta de cuidado, atencin, gestin, indispensables
para evitar el deterioro irreparable de algo tan valioso para la cultura de la Nacin.
El resultado tan grave y perjudicial se producira por omisin en el cumplimiento de
obligaciones especficas de quien tiene a su cargo esos bienes, Director del Museo,
Curador, etc., de lo cual se desprenderan responsabilidades penales en los
trminos del Art. 12 del Cdigo Penal: No impedir un acontecimiento, cuando se
tiene la obligacin jurdica de impedirlo, equivale a ocasionarlo. Aunque en el
ejemplo propuesto resulta difcil de aceptar que un resultado daino en bienes tan
preciados se produzca por inaccin, descuido o negligencia, de quien por vocacin y
pasin est llamado a la preservacin de esos bienes, la responsabilidad, en todo
caso, sera a ttulo de culpa y no de dolo, ms aun cuando la justificacin de la que
siempre se echa mano es la falta de recursos econmicos del Estado o de los
organismos o entidades que tienen a su cargo la conservacin de estos bienes.
El objeto material, puede ser uno o varios bienes que formen parte del Patrimonio
Cultural de la Nacin, que, como hemos mencionado, hubieren sido declarados
bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nacin. Aunque podra pensarse
que el Art. 7 de la Ley de Patrimonio es taxativo, el legislador ha credo
conveniente, reiterar, en el inciso segundo del Art. 415 A, que los daos tambin
pueden producirse en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente,
gabinete cientfico, institucin anloga, o en yacimientos arqueolgicos o cualquier
bien perteneciente al patrimonio cultural, con lo cual volvemos a la misma
generalizacin e indeterminismo que podra afectar la tipicidad al momento de
adecuar una conducta al tipo. Si se daan archivos o libros que son parte de un
registro o de una biblioteca particular en el que se encuentren libros antiguos, de la
poca colonial, pero que no hubieren sido declarados como bienes pertenecientes al
Patrimonio Cultural, ni estuvieren inventariados como tales, resultara harto forzado
e ilegal, y hasta sera ilgico, pretender establecer responsabilidades penales con
miras a imponer las sanciones previstas en el Art. 415 A del Cdigo Penal al
particular que es dueo, nico propietario, de esos bienes y por ello cree que puede
disponer libremente y a su antojo de aquello que constituye parte de su patrimonio
individual.
El inciso segundo del Art. 415 A, de nuestro Cdigo Penal, ha sido copiado del
artculo 323 del Cdigo Penal espaol, que tiene el siguiente texto: Ser castigado
con la pena de prisin de uno a tres aos y multa de doce a veinticuatro meses el
que cause daos en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente,
gabinete cientfico, institucin anloga o en bienes de valor histrico, artstico,
cientfico, cultural o monumental, as como en yacimientos arqueolgicos.- En este
caso, los Jueces o Tribunales podrn ordenar, a cargo del autor del dao, la
adopcin de medidas encaminadas a restaurar, en lo posible, el bien daado.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Segn tiene manifestado nuestra jurisprudencia (cfr por todas, S.T.S.
19 5-1.999 el tipo delictivo del art. 325 del C.P. (anterior art. 347 bis) viene
configurado por la concurrencia de una accin tpica de carcter positivo,
consistente en un hacer de provocar o realizar. La accin positiva de provocar
o realizar se proyecta, directa o indirectamente, sobre una variedad de
conductas que se especifican en el texto legal como son emisiones, vertidos,
radiaciones, extracciones o excavaciones, aterramientos, ruidos, vibraciones,
inyecciones o depsitos. Otro elemento del tipo exige que la accin positiva de
realizar o provocar una o varias de aquellas conductas concretas, ha de efectuarse
contraviniendo las Leyes u otras disposiciones de carcter general protectoras del
medio ambiente, debindose significar que la inclusin de este elemento propio de
los llamados tipos penales en blanco, ha suscitado una cierta controversia doctrinal
sobre el alcance que debe otorgarse a la expresin disposiciones de carcter
general. Por lo dems, el precepto exige tambin que la conducta tpica se lleve a
cabo en alguno de los lugares que seala el precepto. A todo lo cual debe agregarse
el elemento subjetivo:
SEGUNDO.- Los hechos que se han declarado probados no integran este tipo penal.
A la sala, visto el resultado de las pruebas practicadas en la sesin del juicio oral,
no le cabe duda de que el acusado, al socaire del permiso de investigacin que
posea, extrajo piedra de la cantera en cuanta suficiente para su comercializacin.
Ahora bien, como la extralimitacin en que el acusado pudiera haber incurrido
respecto del permiso de investigacin que posea es una cuestin de tipo
administrativo, no es preciso detenerse ms tiempo en justificar detalladamente las
razones que nos llevan a estar convencidos de ello. Lo que s hay que poner de
relieve es que esa extralimitacin no es subsumible en el delito previsto en el
artculo 325 del C.P. pues la apertura de un carril, el destrozo parcial de la cumbre
del cerro o el impacto visual paisajstico escrito de acusacin del ministerio
pblico no comportan necesariamente, y otra cosa no se ha probado, un potencial
perjuicio para el equilibrio de los ecosistemas condiciones de vida animal o
vegetal de la zona -. Uno de los testigos, en concreto el Sr. T. C., nos habl de
encinas arrancadas en lo alto del cerro. Sin perjuicio, lgicamente, de otro tipo de
responsabilidades que, eventualmente, pudieran exigrsele al acusado, tampoco
sabemos si ello puso o no en peligro el equilibrio de algn ecosistema; no se ha
practicado prueba pericial al respecto que hubiese podido aclarar el nmero de
encinas que se arrancaron y si ello poda conllevar el riesgo de que el equilibrio de
las condiciones de vida vegetal de la zona pudiese resultar alterado. En
consecuencia, la acusacin por este tipo penal no prosperar.
Vistos los artculos 141, 142, 203, 239, 240, 741 y 742 de la L. E.Cr y dems
concordantes,
FALLO
El fallo trascripto nos permite aclarar que existira responsabilidad penal tan solo en
aquellos casos en los que el dao material que se produzca intencional o
culposamente sea irreparable o no subsanable, independientemente de aquellos
casos en los que el dao o destruccin es fruto de tareas cientficas o de
investigacin en los que es imprescindible proceder a la remocin de tierra, piedras
o escombros para poner al descubierto las ruinas o los bienes arqueolgicos,
histricos o culturales que se quiere rescatar y preservar.
El Art. 415 B del Cdigo Penal ecuatoriano sanciona este delito en el que
encontramos como sujeto activo del mismo al funcionario o empleado pblico que
actuando por s mismo o como miembro de un cuerpo colegiado, autorice o
permita, contra derecho, modificaciones, alteraciones o derrocamiento que causen
la destruccin o daen bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nacin;
as como al funcionario o empleado cuyo informe u opinin haya conducido al
mismo resultado.
En cambio el Art. 14, contiene una prohibicin expresa para esos entes pblicos y
los funcionarios de los mismos, en cuanto se expresa que: Las municipalidades y
los organismos estatales no pueden ordenar ni autorizar demoliciones,
restauraciones o reparaciones de los bienes inmuebles que pertenezcan al
Patrimonio Cultural del Estado sin previo permiso del Instituto, siendo responsable
de la infraccin el funcionario que dio la orden o extendi la autorizacin, quien
ser penado con la multa que seale la Ley.
En tanto que el Art. 78, del mismo Reglamento, dice que El funcionario de un
organismo estatal o seccional que haya ordenado o autorizado el derrocamiento,
reparacin, restauracin, de bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la
Nacin, sin estar debidamente autorizado para ello por el Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural ser sancionado con una multa de uno a diez salarios mnimos
vitales.- De persistir en su actitud, el Instituto podr solicitar la
destitucin del funcionario infractor a los organismos pertinentes.
El Art. 322 del Cdigo Penal espaol, al parecer, ha servido de modelo al Art. 415 B
del Cdigo Penal ecuatoriano. Sobre su aplicacin a casos concretos existen algunos
fallos de la Jurisprudencia espaola.
El delito est tipificado en el Art. 415 C del Cdigo Penal, ecuatoriano, que dice:
Art. 415 C.- Igual pena ser aplicable a quienes con violacin de las leyes y dems
disposiciones jurdicas sobre la materia, trafiquen, comercialicen o saquen fuera del
pas piezas u objetos arqueolgico, bienes de inters histrico o pertenecientes al
Patrimonio Cultural de la Nacin.
La descripcin de la conducta punible est dada por los verbos a los que recurre el
legislador: traficar, comercializar, sacar fuera del pas.
Traficar significa comerciar, negociar con el dinero y las mercaderas, trocando,
comprando o vendiendo, o con otros semejantes tratos.
Tambin se reprime el solo hecho de sacar fuera del pas, bienes del Patrimonio
Cultural, aunque fuere por parte del propio dueo y con evidente intencin de
traerlos de vuelta al pas, luego de un cierto tiempo.
Esta disposicin prev una sancin penal inclusive para la tentativa en la que se
ponga de manifiesto la intencin de sacar bienes culturales de la Nacin, aunque, si
de hecho, stos hubieren sido ya trasladados a otros pases, adems del decomiso
proceder la aplicacin de las penas privativas de la libertad. Dada la importancia
de evitar la perpetracin de estas infracciones antes que por fines persecutorios se
ha previsto un premio consistente en la entrega del 25% de la multa que se
impondra al infractor, destinada al denunciante.
Tanto en esta disposicin reglamentaria como en el texto del tipo legal que ocupa
nuestro estudio se sanciona el solo hecho de sacar fuera del pas o enviar fuera del
Ecuador, bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural, aunque quien realice la
conducta sea el particular dueo privado del bien y no exista la intencin de
traficar con ellos o comercializarlos en alguna forma; o, aun cuando la intencin,
desde un inicio, hubiere sido la de traerlos de vuelta a territorio ecuatoriano, luego
de un cierto tiempo, durante el cual se los hubiere exhibido o sometido a estudios o
anlisis en el extranjero.
La pena sealada para este delito, en el Art. 415 C, del CP, es la misma que para
los delitos anteriores, es decir, uno a tres aos, independientemente de las penas
adicionales, inclusive las de carcter indemnizatorio y reparador, que ya hemos
analizado en lneas precedentes. No creemos que la pena para la infraccin culposa,
de tres meses a un ao, se aplique a una conducta de trfico o comercializacin
imprudente o negligente, es decir, culposa, si consideramos que para una
enajenacin del bien a cualquier ttulo se requiere de una voluntad o intencin
dirigida a ese fin especfico, sin descartar que en no pocos casos, lamentablemente,
lo que exista sea desconocimiento de las normas que prohben el trfico o
comercializacin.
En momentos en que escribimos estas lneas, leemos en peridicos del Ecuador que
miembros de algunas comunidades indgenas que se dedican a buscar entierros o
huacas, y por ello son conocidos como huaqueros, comercializan abiertamente
objetos que obtienen de esa labor, como ollas y vasijas de barro de ms de mil
aos de antigedad, vendindolos especialmente a extranjeros que, al menos en
apariencia, se dedican a la investigacin antropolgica. Tenemos la absoluta certeza
de que estos ecuatorianos sobre quienes rigen las leyes ecuatorianas, desconocen
las normas que hemos analizado y que reprimen la venta de bienes tan preciados
para la nacin ecuatoriana. Aunque las leyes penales se suponen conocidas por
todos los destinatarios, dada la condicin personal de los infractores, los tribunales
penales deberan tomar en cuenta la rusticidad como circunstancia atenuante,
aplicando el Art. 29 No. 8 del CP, que dispone que la rusticidad del delincuente
disminuye la gravedad de la infraccin, si aquella revela que el acusado cometi el
acto punible por ignorancia.
En lo relativo al Iter Criminis habra que hacer una distincin, segn la conducta de
que se trate: si de trfico o comercializacin hablamos, habr delito consumado
cuando el bien materia de proteccin especial y que est fuera del comercio normal
hubiere pasado a manos de la persona que lo adquiere a cualquier ttulo,
ingresando a la esfera de su dominio ms que a su patrimonio, sea para
conservarlo, exhibirlo privadamente, someterlo a investigacin o anlisis. Por tanto,
es posible, que exista tentativa o delito frustrado, si la accin delictiva no llega a
consumarse pero se han practicado actos idneos conducentes de modo inequvoco
a la realizacin del delito. En cambio, si se pone de manifiesto la intencin de
sacarlos fuera del pas, habr tentativa hasta el momento en que se interrumpa la
actuacin delictiva en fase ejecutiva para sacarlos fuera del territorio ecuatoriano;
si ello ocurre, habr delito consumado. En igual condicin estara el que fuere
descubierto con el bien al reingresar a territorio ecuatoriano, luego de haberlo
llevado al extranjero por un tiempo, largo o corto, que para el caso no interesa.
9. Conclusin
Es posible que los tres tipos legales que hemos analizado sean suficientes para
tipificar las distintas conductas que podran afectar al Patrimonio Cultural de la
nacin ecuatoriana, pero siempre y cuando exista voluntad en las autoridades del
Instituto de Patrimonio Cultural, pero principalmente, de todos los habitantes del
territorio nacional, ecuatorianos o extranjeros, de promover las acciones penales
que fueren necesarias para que la Fiscala General del Estado, consciente de su
responsabilidad institucional, en representacin de la sociedad persiga a los
infractores. La reparacin de los bienes afectados en la mayora de los casos es
imposible, por lo tanto el dao que se puede causar al Patrimonio Cultural es
irreversible; y, si el dao es constante o permanente, iremos perdiendo, poco a
poco, la identidad como nacin, perdiendo nuestra visin de futuro al haber echado
a perder nuestras races y nuestro pasado.
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ecuador/