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Bajo La Lluvia

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BAJO

LA
LLUVIA

IMAGEN DE LA LLUVIA

JUSTO WALBERTO ORTIZ SEVILLANO

EPGRAFE

El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se ensea. De la misma forma que nadie
puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar a un libro. Son cosas que
ocurren por razones misteriosas, pero de lo que s estoy convencido es que a cada uno de
nosotros hay un libro que nos espera. En algn lugar de la biblioteca hay una pgina que ha sido
escrita para nosotros.

Alberto Manguel (1948

BAJO
LA
LLUVIA

Breve, dos veces breve, mejor

JUSTO WALBERTO ORTIZ SEVILLANO


NOTA DEL AUTOR

Cuando se me propuse la idea realizar un nuevo texto mucho ms breve que el

anterior: Minirelatos del manglar, me sent muy atrado con la idea. Esta propuesta

me sumergi en el mundo de la narrativa en su perspectiva de la extensin.

La diversidad de elementos naturales que hall no se limita a cuestiones ambientales,

sino incluye una enorme variedad de recursos estilsticos, juego de palabras,

estructuras, emociones, entre muchos otros aspectos que me han maravillado desde

que vivo en una zona hmeda tropical. Es por ello que junto a cada texto he

incorporado vocablos regionales, con el propsito que no se pierda la seduccin al

desprevenido lector.

Espero que disfruten la lectura tanto como yo he disfrutado de la escritura.

Considero que la sencillez con la que se narran algunas reflexiones y vivencias le

permita al lector sin conocimientos especficos del tema comprenda sin mayores

dificultades los tpicos elegidos, que adems son diversos. Confo sea un material,

para continuar con estas historias inconclusas.


PRESENTACIN

Es texto, Bajo la lluvia, se desarrolla a travs de una sucesin de breves textos (ninguno

excede de ms de 12 lneas) donde el punto de vista no tiene sujeto definido. La voz del

narrador toma indistintamente el cuerpo de la naturaleza en cualquier contexto, y en toda

circunstancia. En ocasiones, el narrador es nada ms y nada menos- que una voz annima, una

voz que surge de la nada y se evapora. A veces, quien nos habla, transmite una mirada

evocadora y nostlgica, otras compasiva, tambin satrica y punzante, a menudo desamparada,

desposeda de afinidades con el mundo que recrea. Pero siempre sentimos prximos la

fecundidad de su palabra, el amplio campo donde arraigan sus races, el pleno desenlace de una

sensibilidad abierta a todas las perspectivas del horizonte, de un horizonte que es bruma y luz

al unsono, seda y garras, desorden y armona, misterio y revelacin, prodigio y banalidad,

angustia y esperanza, bsqueda incesante siempre.

La vida es corta pero a menudo parece durar demasiado; la piedad y el dolor y cito

ahora palabras del poeta valenciano Miguel Mas,- nos constituyen sin darnos sentido;

para algunos, levantarse de la cama es poder hacerlo, todava, de la tumba. Miedo y

actividad, son demasiado a menudo, trminos correlativos. Sin duda, nos hemos

ganado todas las excusas para decir aqu me quedo, me rindo, que no cuenten
conmigo quienes persiguen estrellas por el da. Afortunadamente, an quedan quienes

se abisman en las sombras para conservar la luz -esa luz sin la cual vivir es un ciego

encadenamiento de embestidas- Andando en todas y por todas partes con usted o

slo. Bajo la lluvia es la mejor prueba de ello.

1.- UNA OLA


Cuando dej aquel mar, mal llamado pacfico, una ola se adelant entre todas.

Era esbelta y ligera. A pesar de los gritos de las otras, que la detenan por el

vestido flotante, se colg de mi brazo y se fue conmigo saltando. No quise

decirle nada, porque me daba pena avergonzarla ante sus compaeras.

Adems, las miradas colricas de las mayores me paralizaron.

2.- CALLE

El drama de aqul desencantado que se arroj a la calle de la Avenida del

Ferrocarril, desde el cuarto piso, era muy extrao; a medida que caa iba viendo

a travs de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeas tragedias

domsticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias

no haban llegado nunca hasta la escalera comn, de modo que en el instante de

reventarse contra el adoqun de la calle haba cambiado por completo su

concepcin del mundo, y haba llegado a la conclusin de que aquella vida que

abandonaba para siempre por la puerta falsa vala la pena de ser vivida.
3.- MUERTE

Lo ltimo que sent de ella fue su mano resbalarse de la ma. Lo ltimo que vi de ella

fueron aquellos lindos ojos inundados de lgrimas desvanecerse a travs de la oscura

penumbra de la montaa. Lo ltimo que escuche de ella fueron aquellas palabras por

las cuales hubiera matado por orlas antes de su muerte. Lo primero que pens fue

que sentirla, verla y escucharla no era lo ltimo

4.- YO

Yo, tambin te amo - Susurr, mientras a lo lejos se poda escuchar el perfecto tun

tun, de varios pasos acercndose hacia donde, en ese momento, solo yo me

encontraba

5.- CARCAJADAS
Los curiosos que haban escuchado todo, estallaron en carcajadas, mezcla de asombro

y burla. Un cruel sarcasmo que lapidaba la ltima esperanza de la mujer Ellos

desaparecieron tan igual como haban llegado, pero dejaron la irona de su burla en el

ambiente.

La puerta se cerr violentamente sobre la cara de Nen, dejndola nuevamente sola en

medio de la muchedumbre, con su locura y sus ilusiones aplastadas.

Mientras trataba de recomponer en su interior los fragmentos de su sombra,

nuevamente se hundi en el basural para recoger los mendrugos de siempre. Pero le

fue imposible restaurar el rompecabezas de su corazn. Le faltaba el pedazo

humanidad. Dicen que, desde entonces, le fue muy difcil volver a dormir. Se qued

sin sueos.

6.- SOBERBIA

Algunos curiosos, simulando no ver nada, se ubicaron estratgicamente para no

perder detalle de lo que estaba ocurriendo. Nen, cruz la calle como filmando sobre

una pasarela de un exclusivo desfile de modas y se par frente a la puerta de una casa

de citas. Del interior apareci una mujer ataviada con exageracin, quien pregunt con

soberbia.

7.-OJOS
La mir directo a los ojos. Era sorprendente como poda mantener la calma en un

momento como ese. Pero lo saba, pronto el pnico se apoderara de ella como a

cualquier otro individuo normal. Y as fue. Desvi su mirada de la ma y comenz a

llorar en silencio. Saba que eso haca, ya que poda sentir el movimiento que hacia su

cuerpo cada vez que acallaba un sollozo. Pero armndose de valor, inesperadamente

apart los brazos con violencia, estir los msculos de la cara con rabia, tens todo su

cuerpo para concentrar su ira en pocas palabras y llenando sus pulmones abri su

horrible boca como un portn oxidado de un ttrico castillo y lanz su protesta como

una extraa esperanza.

8.-SOLLOZO

Sent en todo mi esqueltico cuerpo su desgarrador llanto. Era admirable y

desproporcionado como poda mantener la pasmosa calma en un momento de

perturbacin. Sin embargo, pronto la sudoracin impregn todo su lozana piel; crey

seguro que me sumergira de cualquier modo y me apoderara de ella frenticamente,

hasta caer sin aliento. Fue algo furtivo. No hubo ms remedio que sollozar en mi

asombro. Su gemido acompa al silencio. Supo que recobraba la sensibilidad de su

cuerpo, finalmente apres su sollozo.

9.- TRISTEZA
El tiempo se haba agotado y yo solo poda observar como Serena se resbalaba de mi

mano. Me senta impotente. Comenc a entrar en pnico. Escuchar su voz me

sorprendi, y an ms cuando mir su rostro sonriente enmarcado por sus ojos y

lgrimas de tristeza.

10.-CONVERSACIN

Ella me mir sorprendida y, a pesar de que en ningn momento dejo de llorar, me

sigui en la conversacin.

11.- MORENA

Morena fue muy feliz esa Navidad, siempre recordaba el esperado encuentro, en enero

con su moreno, y tena presente que una buena accin tiene su premio.

12.- CUERPO
Cuando la vi, qued absorto y desconcertado; el flujo perfumado que dejaba a su paso

y la gruesa capa de limpieza que recubra su cuerpo, inund an ms todos mis

sentidos.

13.- MEDIANA EDAD

Cruzaba la calle con los pies envueltos con trapos y plstico a cuenta de zapatos.

Marcaban pasos pausados que calculaban, quien sabe, la distancia que faltaba para

llegar a su destino. Su pelo, amasado con suciedad, pareca un casco de grasa

apelmazado en aos de abandono o quien sabe de revancha contra una desilusin, y

por qu no de una temprana locura. Resultaba imposible evadir al escalofro que

originaba mirar su rostro debajo de esa inmundicia. Apenas se adivinaba que era una

mujer de mediana edad.

14.- LA GENTE

La gente se alejaba rpidamente de su lado por la repulsin que originaba su cercana.

Belisario se detuvo para rascarse los hombros mientras retiraba con familiaridad

algunos piojos, luego reorient su camino. Hasta el aire evitaba mezclarse con el olor

nauseabundo que desprenda esa imitacin de mujer.


15.-SOBERBIA

Algunos curiosos, simulando no ver nada, se ubicaron estratgicamente para no

perder detalle de lo que estaba ocurriendo. Lizardo, cruz la calle como filmando

sobre una pasarela de un exclusivo desfile de modas y se par frente a la puerta de

una casa de citas. Del interior apareci una mujer ataviada con exageracin, quien

pregunt con soberbia.

16.- LA SEMILLA

La nia sembr las semillas, y al otro da cuando amaneci, sali como de costumbre a

recoger las rosas y se llev una gran sorpresa. De las semillas que le dio la anciana

brotaron unas rosas hermosas, ms hermosas que las que recoga todos los das, y en

abundancia. La nia empez a vender cada da ms y ms rosas, y sac a su familia de

la pobreza, y no se olvid de aquella anciana que aunque nunca la volvi a ver le

agradece todos los das por la bolsita de semillas.

17.- LA MOSCA

La mosca que tena en frente le miraba fijamente a los ojos en tanto ella permaneca

quieta, esperando atenta algn movimiento de su parte. De tras de ese insecto haba

un gran jarrn de cristal con hermosas rosas de distintos tonos de rojo, hmedas an,

como si recin hubiesen sido arrancadas para ser dejadas cuidadosamente en ese
lugar. Diminutas gotas de agua se arrastraban lentas sobre sus hojas y en la distancia,

parecan lgrimas cristalinas reflejando las ventanas luminosas de aquella habitacin.

18.- EL ESPEJO

Todo iba bien hasta que algo comenz a oscurecer el lugar y con pavor vio como un

gran objeto se abalanzaba sobre ese indefenso ser detrs de la barrera. Intent

advertirle agitando rpidamente las alas pero del otro lado ella tambin pareca

advertirle lo mismo. Entonces, un ruido sordo y violento acompa el golpe de las

hojas de un diario contra el espejo.

19.- SHELDON

El agente de propaganda mdica lleg aquella tarde al consultorio del Psiquiatra y

como de costumbre tuvo que esperar su turno como si fuera un paciente para ser

atendido. Tom asiento al lado de un hombre que sostena una mano con la otra para

detener el temblor. Hablaba solo, pero tan bajo que fue imposible entender lo que

deca. Su perrito, Sheldon se llevaba por delante las paredes.


20.-AGUACERO

El tintineo aguacero avisa que sigue un otro da, augura que ms instantes vendrn, el

pescador, acurrucado y friolento, adivinando el frenes que supone esperar el

bochorno que la orilla no le da. El estero atorado por las races de mangles est llena

de huecos oscuros que permanecen silenciosos hasta bien entrada la maana.

21.-EN CUCLILLAS

El anciano solitario, en cuclillas en los improvisados escalones del muelle de

Residencias, se deja empapar hasta los prominentes msculos. Hace das que comenz

a olvidar pedazos de su antigua poca aciaga de pescador y desde entonces siente que

va sin ton ni son, ensimismados, tras una desconsoladora esperanza, hacia una isla

que desconoce.

22.-DISTANCIA

Como viga, agazapado, tras la ventana construida de guaduas, con una ingenuidad

pasmosa, mira las delgadas gotas que a travs de la lmpara de mechero que proyecta

el poste que queda frente al granero. Aunque no lo ven, l sabe que est ah, esperando
el momento del desencuentro. Los temen que sus palabras es lo nico que los defiende

de la indescifrable distancia.

23.-NO PUEDE SER!

No llueve hoy demasiado fuerte en mi ciudad hmeda y tropical, las gotas de lluvias

suspendidas se han vuelto finsimas pero persistentes. No es necesario, por tanto,

abrir el paraguas de dimensin extremadamente largo y de color negro. Ni siquiera

tendr que molestarme de ponerme la cachucha. Pero, he llegado a casa, en este

instante muy empapado. Mi abuela, ya me haba enseado que esa llovizna, Moja

bobo, es la que enferma; llegar a viejo si oigo consejo de los viejos.

24.-LLOVIZNAS

Vigiaba fijamente a travs de la ventana las ramas de los rboles jugando con el viento,

mientras lloviznaba ligeramente y casi se cerna la noche ya sobre aquella tarde, sin

duda, el otoo haba llegado de golpe y con l, el fro y la incertidumbre.

25-PREGUNTAS
Qu vida es esta? Es la vida de la tierra que siempre espera semilla, sol o lluvia, para

poder algo ms que ella misma, que ella sola. Todo se vuelve sombro antes que

oscurezca. Tintinea en mis odo un invisible crujir en la puerta. Sabes que se siente

realmente por alguien al or sus pasos de sin caminar; tocar su cuerpo sin acariciar;

escuchar sus latidos sin pronunciar palabras; olfatear su sudor sin oler su perfume;

mirar su expresin facial sin ver sus parpadeos?

26.-MALDICIONES

Caen profusamente las maldiciones a los intrpidos y endemoniados, ante una extraa

normalidad que me cercena con su significado. El mundo es invento errtico ms all

de la incompresibilidad. Slo nos deja que escapemos efmeramente, para luego

devorarnos en la infinitud de lo inexacto. Ya no me importan las maledicencias.

27.-OCASO

Entonces, los escombros de mi ocaso refulgente, se enardeci.

28.-ESCRIBIR
Fue sencillo decidirme no escribirte. Mis instintos desaforados gritaban intensamente

mis tonteras que cometa cada vez que las palabras trajinaban por las hojas en blanco.

Solo deseo que entiendas, que ser slo a ti a quien confiese todo lo que he escondido,

y esto poco a poco me ha deteriorado. He recobrado lo que sufrido haba dejado.

29.-ESCALERA

Todo estaba resbaladizo en las escaleras de cemento y no pareca que pudiera llegar a

ser de otra manera. El chiquillo recin llegado al puerto se paseaba por los distintos

muelles, observando el ruido ensordecedor que hacan aquellos destartalados y

oxidados barcos. Slo un embarcador en lontananzas los conectabas con la orilla.

30.-QU ES UN AGUACERO?

Qu es un aguacero? Es un cero sin agua. Sin duda, es el cmulo de agua sin cero.

31.-QU ES SER AH.


Arrecia la lluvia hoy presagiando que deparar el da siguiente, augurando horas y horas de
pies empapado y hambriento, adivinando el frentico delirio que supone esperar el
bochorno de que las callejuelas no te presta. El suelo est lleno de chambas turbias que
permanecen en silencio durante toda la madrugada.

32.-EL JUEGO DE LA MEMORIA


El Anacleto y solitario viejo, de pie en el malecn de Pealisa, de pie en la gradas, se deja
empapar hasta los doloridos huesos. Hace mes que comenz a olvidar pedazos de su
antigua poca de pescador de guaas y desde entonces siente que va a la deriva, nufrago
de s mismo tras una travesa, hacia algn pueblo cercano de donde parti al despuntar el
alba.

33.-URGIDO DE EMOCIONES
Sin darse cuenta estaba sentado al frente de su computador, la luz nostlgica de la pantalla
alumbraba su rostro, se senta vaco, sin poder expresar sus sentimientos a travs de la
escritura, el arrullo del goteo acompasado de la lluvia lo acobijaba, pues se senta
impotente, con ganas de abrirle su corazn; an no encuentra la destinataria.

34.-PARA TI, RENATA


Se me vino a la cabeza que no escampara entre tus sbanas cocidas a retazos. Me levanto y
sonro. Camino hacia la cocina y me tomo un buen desayuno; en la improvisada mesa ya
haba agua de panela, cancharina tiecita y un regernizante vaso de otaya. Tambin, le
preparo su comida preferida, del medio da. Cojo mi potrillo hasta la ltima parada. La
pienso por todo el camino y unos de estos pensamientos es, sacarles muchas cosquillas de
sus axilas, entre su espalda y sus caderas y, por ltimo, llegar sin cansancio, hasta las
plantillas de sus pies.

35.-UN PUEBLO
En medio del lodazal, un muchacho juega con su pelota de trapo por las calles de barro. Los
vecinos pueden estar tranquilo, porque lo atraparon al negro chiquillo. Tumbado en su catre
el cansado anciano, respir profundamente ya que no romperan ms sus ventanas con la
pelota. Aunque, refunfua de vez en cuando, su mujer no lo oye, ella sale a cada rato a ver
al muchacho.

36.-EVOCACIN SIN LMITES


Es esa sensacin que nos enternece. Es el recuerdo que no se agota, que no termina de
arrastrar el concho de otros sentimientos. No hay nada ms resistente que el polvo
caudaloso que se desprende de los cuerpos de dos amantes. Sin darnos cuenta, fue lo que
nos pas cuando estuvimos aqu, tu y yo, y, porque secretamente juntos nos encontramos
sin buscarnos.

37.-INEVITABLE,
Nada se nos escapa de lo inevitable. Como el destino, la esperanza, el orgullo, los das de la
semana o el zancudo que revolotea, a la hora siempre indicada, por todo nuestro estropeado
cuerpo a causa del tiempo. Indescifrable, tambin es el da que nos acaricia y en el que veo
reflejada tu sonrisa. Te entregaste en el fro de la madrugada, por eso puede llegar raudos a
tu ocaso sin parpadeos.

38.-RECORDARME
S, as es. Jams me han gustados los sobresaltos. El golpeteo incesante de las gotas de
agua, y su toque magistral que refleja tu mirada, me encalambra mi tartamudez. Ha pasado
mucho tiempo, quiz no recuerdo, ser posible? Fue al llegar a casa, un da ms a la
misma hora de siempre; senta que ya era distinto.

39.-ESPERA
La existencia de nuestras vidas es un largo remanso de das, horas y semanas. Cuento los
das, las horas y las semanas y trato de acumularlos. Tenemos la esperanza que vuelven sin
que los estemos esperando y nos damos cuenta que es lo correcto.

40.-TORMENTA EN TODAS PARTE

Mientras que en los esteros cubiertos de mangles, como toda nuestra azarada vida, los

cirrocmulos cubren llorosos sobre las playas mojadas. Cuentan que la cosa est muy mal;

se presagia una devastadora tormenta. As deber ser todo de una vez para sacar de raz

otros males de la administracin pblica.


41.-DEL CIERO CLARO A UN VERANO SECO

Los sortilegios de recuerdos atiborran mi corazn cada instante. Recuerdos de julio de

verano fro y el enero clido, cuando la brisa desnuda desprendidas del cielo de Monserrate,

arropa la sombra de dos cuerpos bajo las sbanas de color blanco y perfume a heliotropo

nos inundan. Volveremos por ah, no s cundo ni en dnde, es cuestin de empezar.

42.-LAS CALLES

Avizoro la desolacin de las calles, es el reflejo de una limpia clara maana. El crepsculo

de una tarde que se cuela por la montaa de arena y la salvaje vegetacin del manglar. Las

desvencijadas casas rodeadas por los montculos maltrechos adoquines. Los peatones sin

ajetreo aoran llegar apresuradamente antes que la negrura de la menguante, penetre

hondamente en su destino inevitable.

43.-PALANGANAS

Inexistentes a las consideraciones, e ignoradas en los dinteles de la puerta de Felipa y

Marciano, miles de palanganas revoletean casi imperceptibles desde las seis de la tarde,

cuando amain la lluvia; con el paso de las horas entran raudas hacer parte de las

conversaciones; ya no son ajenas, siempre estarn acompandolos.


44.-TREGUA

Por qu ha de pasar? Simplemente pasa sin el ms mnimo temor, por eso no avanza lo

suficiente rpido; le da pavor que el final llegue antes que el comienzo, se dio cuenta, que

todo se mueve. Tambin se dio cuenta que el tiempo no da tregua, pero no importa, cada

uno vive su propia tempestad interior.

45.-DISTANCIA CERCANA

Desde la cercana sin distancia, veo con ganas de jugar a Sheldon con su protectora tan

especial que est distante de m fsicamente, leja de su cuerpo, separada por cordilleras,

valles, ocanos y pases que me gustara conocer; sin embargo mi mente viaja imaginando

cosas hermosos, lugares exticos; finalmente, pude llegar, y gozo sin afn, de su

reconfortante compaa.

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