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GUENON RENE - Sobre Kabala Y Judaismo

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REN GUNON

SOBRE KBALA Y
JUDASMO
Nota del Moderador: No existe ninguna obra de Ren Gunon dedicada especficamente
a la Kbala; sin embargo, por ello mismo, nos ha parecido oportuno
reunir los diersos textos su!os ms o menos concernientes a dicho tema"

INDICE

1.- Algunas observaciones sobre el nombre Adam


2.- El Corazn del undo en la !"bala #ebrea
$.- %a Shekinah & Metatron
'.- Qabbalah
5.- Kbala y ciencia de los nmeros
(.- La Kabbale Juive de )aul *ulliaud
+.- El Siphra di Tzeniutha

-Rese,as de libros
Marcel Bulard, El escorpin, smbolo del pueblo judo
Len de Poncins, La guerra oculta
Lon de Poncins, La misteriosa Internacional juda
Charles Marston, La Biblia ha dicho la verdad
li!has L"y, La Clave de los Grandes misterios
#ion $ortune, La Cbala Mstica
%obert &mbelain, dam, dios rojo!
Los "rotocolos de los #abios ntiguos de #in
'. de (ries de 'ee)enlin*en, El orgullo judo

-Rese,as de Revisas

La $ita Italiana
%evue &uive
'ommes et Mondes
Cahiers d(Etudes Cathares

-/ragmenos de oras obras de Ren0 Gu0non

-Caras

(ADDENDUM)
1.
-ALGU
NAS BSERVACI
O ONES SO
BRE EL NO
MBR
E
*
ADAM

n nuestro estudio sobr e el +lu*ar de la tradicin atlante en el Manvantara+, diimos ue el


si*niicado literal del nombre dam /&dn0 es +roo+, y ue en ello cabe "er uno de los indicios
de la cone1in de la tradicin hebraica con la tradicin atlante, ue ue la de la ra2a roa. Por
otra !arte, nuestro cole*a &r*os, en su interesante crnica sobre +la san*re y al*unos de sus
misterios+, e1amina !ara el mismo nombre dam una deri"acin ue !uede !arecer dierente3
tras haber recordado la inter!retacin habitual se*n la cual si*niicar4a +sacado de la tierra+
/adamah0, se !re*unta si no "endr ms bien de la !alabra dam +san*re+ !ero la dierencia es
!oco menos ue a!arente, !ues todas estas !alabras, en realidad, no tienen sino una sola y
misma ra42.

Con"iene ad"ertir de entrada ue, desde el !unto de "ista lin*64stico, la etimolo*4a "ul*ar, ue
"iene a hacer deri"ar dam de adamah, ue se traduce !or +tierra+, es im!osible la deri"acin
in"ersa ser4a ms !lausible !ero, de hecho, los dos substanti"os !ro"ienen ambos de una
misma ra42 "erbal adam, ue si*niica +ser roo +. damah no es, al menos ori*inalmente, la
tierra en *eneral / erets0, ni el elemento tierra / iabashah !alabra cuyo sentido !rimero indica la
+seuedad+ como cualidad caracter4stica de este elemento0 es !ro!iamente +arcilla roa+, ue,
!or sus !ro!iedades !lsticas, es !articularmente a!ta !ara re!resentar cierta !otencialidad, una
ca!acidad de recibir ormas y el trabao del alarero se ha tomado a menudo como s4mbolo de
la !roduccin de los seres maniestados a !artir de la substancia !rimordial indierenciada. Por
el mismo moti"o, la +tierra roa+ !arece tener una im!ortancia es!ecial en el simbolismo
hermtico, en el ue !uede tomarse !or una de las i*uras de la +materia !rimera+, !ese a ue,
si se la tomase en sentido literal, no !odr4a desem!e7ar este !a!el ms ue de una manera muy
relati"a, !uesto ue ya est dotada de !ro!iedades deinidas. &*re*uemos ue el !arentesco
entre una desi*nacin de la tierra y el nombre dam, tomado como ti!o de la humanidad, se
encuentra bao otra orma en la len*ua latina, en la ue la !alabra humus +tierra+, tambin es
sin*ularmente !r1ima a homo y humanus! Por otra !arte, si se reiere ms es!ecialmente este
mismo nombre, dam, a la tradicin de la ra2a roa, sta est en corres!ondencia con la tierra
entre los elementos, como con el 8ccidente entre los !untos cardinales, y esta ltima
concordancia tambin "iene a ustiicar lo ue hab4amos dicho anteriormente.

n cuanto a la !alabra dam, +san*re+ /comn al hebreo y el rabe0, tambin se deri"a de la


misma ra42 adam)3 la san*re es !ro!iamente el l4uido roo, lo ue, en eecto, es su carcter
ms inmediatamente a!arente. l !arentesco entre esta desi*nacin de la san*re y el nombre
dam, es, !ues, indiscutible y de !or s4 se e1!lica !or la deri"acin de una ra42 comn !ero
esta deri"acin a!arece como direct a !ara ambos, y, a !art ir de la ra42 "erbal adam, no es

*
Publicado en +(oile d9:sis+, diciembre de ;<=;. %etomado en *ormes +raditionnelles et Ccles
Cosmi-ues!

1
l aleph inicial, ue e1iste en la ra42, desa!arece en el deri"ado, lo cual es un hecho e1ce!cional este
aleph no constituye en modo al*uno un !reio con si*niicado inde!endiente como !retende Latouche,
cuyas conce!ciones lin*64sticas demasiado a menudo son ima*inarias.
!osible !asar !or el intermedio de dam !ara lle*ar al nombre dam. Cabr4a, bien es "erdad,
enocar las cosas de otro modo, menos estrictamente lin*64stico, y decir ue si el hombre es
llamado +roo+ es a causa de su san*re !ero una e1!licacin tal es !oco satisactoria !orue el
hecho de tener san*re no es !ro!io del hombre, sino ue es comn con las es!ecies animales,
de manera ue no !uede ser"ir !ara caracteri2arlo realmente. #e hecho, el color roo, en el
simbolismo hermtico, es el del reino animal, como el "erde lo es del reino "e*etal, y el blanco
el del reino mineral > y esto, en lo ue concierne al color roo, !uede relacionarse !recisamente
con la san*re considerada como centro, o ms bien so!orte, de la "italidad animal !ro!iamente
dicha. Por otro lado, si "ol"emos a la relacin ms !articular del nombre dam con la ra2a roa,
sta, a !esar de su color, no !arece !oder !onerse en relacin con un !redominio de la san*re
en la constitucin or*nica, !ues el tem!eramento san*u4neo corres!onde al ue*o entre los
elementos, y no a la tierra y es la ra2a ne*ra la ue est en corres!ondencia con el elemento
ue*o, as4 como con el ?ur entre los !untos cardinales.

?e7alemos adems, entre los deri"ados de la ra42 adam, el nombre edom, ue si*niica +rubio+ y
ue, adems, no diiere del nombre dam sino !or los !untos "ocales en la Biblia, Edom es un
sobrenombre de sa, de donde el nombre de domitas dado a sus descendientes, y el de
:dumea al !a4s ue habitaban /y ue, en hebreo, tambin es Edom, !ero en emenino0. sto nos
recuerda a los +siete reyes de dom+ de ue se trata en el .ohar, y la estrecha semean2a de
Edom con dam !uede ser uno de los moti"os !or los ue ese nombre se toma au4 !ara
desi*nar las humanidades desa! arecidas, esto es, las de los !recedentes Manvantaras/.
@ambin se "e la relacin ue este ltimo !resenta con la cuestin de lo ue se ha dado en
llamar los +!readamitas+3 si se toma a &dn como ori*en de la ra2a roa y su tradicin !articular,
!uede
humanotratarse
actualsim!lemente de las
si, en un sentido otras
ms ra2as ue
e1tenso, se lo!recedieron
toma como a!rototi!o
auella en
de el curso
toda del ciclo
la !resente
humanidad, se tratar de esas humanidades anteriores a las ue !recisamente aluden los +siete
reyes de dom+. n todos los casos, las discusiones ue ha ori*inado esta cuestin !arecen
bastante "anas, !ues no tendr4a ue haber nin*una diicultad en ello de hecho, no la hay en la
tradicin islmica al menos, en la ue hay un hadith /dicho del Proeta0 ue dice ue +antes del
&dn ue conocemos, cre #ios cien mil &danes+ /es decir, un nmero indeter minado0, lo cual
es una airmacin tan clara como es !osible de la multi!licidad de los !er4odos c4clicos y las
humanidades corres!ondientes.

Aa ue hemos aludido a la san*re como so!orte de la "italidad, recordaremos ue, como hemos
tenido ya ocasin de e1!licar en una de nuestras obras', la san*re constituye
eecti"amente uno de los la2os del or*anismo cor!oral con el estado sutil del ser
"i"iente, ue es !ro!iamente el +alma+ / nefesh haiah de !"nesis)# es de$i%# en e sen&id'
e&i'i$'
/ai0asa +'% a(ania)# e hind#
&%adi$in +%in$i+i'
+'%aniad'% ' ,i,ifi$ad'%
ana'2a $'n &30as ' e de se%- Ese2ne'4
eeen&' es&ad'
5# s.&i es aad'
as2 $'' e
f.e'# en $.an&' a s.s $.aidades +%'+ias# se +'a%i6a en .6 5 $a'%# ese es&ad' s.&i es&7

8
(ase, sobre el simbolismo de estos tres colores, nuestro estudio L0Esot1risme de 2ante.

9
Le %oi du Monde, ca!. (: in 3ine!

:
L0'omme et son devenir selon le $4d5nta, ca!. :(. C. @ambinL(Erreur spirite, !. ;;-;;<.
iad' a es&ad' $'%+'%a de d's ane%as dis&in&as 5 $'+een&a%ias# +'% a san%e en $.an&'
a a $.aidad $a%i$a# 5 +'% e sis&ea ne%,i's' en $.an&' a a $.aidad .in'sa- De he$h'#
in$.s' desde e si+e +.n&' de ,is&a fisi'i$'# a san%e es e ,eh2$.' de $a'% aniad'%4
5 es&' e;+i$a a $'%%es+'nden$ia# <.e 7s a%%i=a he's indi$ad'# de &e+e%aen&'
san.2ne' $'n e eeen&' f.e'- >'% '&%a +a%&e# +.ede de$i%se <.e# en e f.e'# a .6
%e+%esen&a e as+e$&' s.+e%i'%# 5 e $a'% e as+e$&' infe%i'%? a &%adi$in is7i$a ense@a <.e
's 7nees f.e%'n $%ead's de f.e' di,in' (' de a .6 di,ina)# 5 <.e 's <.e se %e=ea%'n
si.iend' a I=is# +e%die%'n a .in'sidad de s. na&.%ae6a +a%a n' $'nse%,a% de ea 7s
<.e .n $a'% 's$.%' - C'' $'nse$.en$ia# se +.ede de$i% <.e a san%e es&7 en %ea$in
5

di%e$&a $'n+.es
aien&'# e ad' infe%i'% de
s. a=s'%$in es&ad'as.&i4
i+i$a de '5<.e
de ah2 ,iene%'se%'
de 7s a +%'hi=i$in
ha5 en ade,i&aidad
a san%eania#
$'' 5
<.e asii7nd'se 5 e6$7nd'se 2n&iaen&e $'n 's eeen&'s +s2<.i$'s de h'=%e# +.ede
&%ae% efe$&i,aen&e $'nse$.en$ias =as&an&e %a,es- De ah2 &a=i"n e e+e' f%e$.en&e de a
san%e en as +%7$&i$as de aia# 5 &a=i"n de =%.0e%2a (+'% $.an&' a&%ae a as en&idades
infe%naes +'% $'nf'%idad de na&. %ae6a)4 +e%'# +'% '&%' ad'# es&' es s.s$e+&i=e &a=i"n#
en $ie%&as $'ndi$i'nes# de .na &%ans+'si$in en .n '%den s.+e%i'%# de d'nde 's %i&'s#
%eii's's ' in$.s' ini$i7&i$'s ($'' e &a.%'='i' i&%2a$') <.e i+i$an sa$%ifi$i's
aniaes4 $'' a es&e %es+e$&' se ha a.did' a sa$%ifi$i' de A=e '+.es&' a de Ca2n# n'
san%ien&'# <.i67 ,',a's s'=%e es&e &i' +.n&' en .na +%;ia '$asin-

sto a!arece indicado en la relacin ue e1iste en rabe entre las !alabras n6r, Dlu2E, y n5r, Due*oE /en
el sentido de calor0.
*
2.
-ELCORAZ
N DELMUND
O EN LA BALA
K EBR
H EA

'emos hecho alusin !recedentemente /ebrero de ;<>, !. >>F0 a la uncin ue en la tradicin


hebrea, tanto como en todas las otras tradiciones, desem!e7a el simbolismo del cora2n, ue,
au4 como en las restantes, re!resenta esencialmente el DCentro del MundoE. &uello de lo ue
ueremos hablar es de lo ue se denomina la Kbala, !alabra ue, en hebreo, no si*niica otra
cosa ue DtradicinE,
en te1tos escritos enlaella,
doctrina transmitida
en eecto, oralmente
es donde !odemosdurante lar*os
encontrar si*los
datos antes de ser
interesantes iada
sobre la
cuestin de ue se trata.
n el #epher 7etsirh, se habla del D?anto PalacioE o DPalacio :nteriorE, ue es el Centro del
Mundo3 est en el centro de las seis direcciones del es!acio /lo alto, lo bao y los cuatro !untos
cardinales0 ue, con el centro mismo, orman el se!tenario. Las tres letras del nombre di"ino
&ehov ormado de cuatro letras, iod, h1, vau, h1 , !ero entre las cuales no hay ms ue tres
ue sean distintas, estando la h1 re!etida dos "eces0, !or su s1tu!le !ermutacin si*uiendo
esas seis direcciones, indican la inmanencia de #ios en el seno del Mundo, es decir, la
maniestacin del (erbo creador en el centro de todas las cosas, en el !unto !rimordial del cual
las e1tensiones indeinidas no son ms ue la e1!ansin o el desarrollo3 DGl orm del +ohu
/"ac4o0 al*o e hi2o de lo ue no e1ist4a al*o ue s4 e1iste. @all *randes columnas del ter
ina!rehensible;. Gl rele1ion, y la Palabra 8Memra0 !roduo todo obeto y todas las cosas !or su
Hombre unoE /#epher 7etsirh, :(, 50.

&ntes de ir ms leos, se7alaremos ue, en las doctrinas orientales, y en !articular en la doctrina


hind, se trata tambin recuentemente de las siete re*iones del es!acio, ue son los cuatro
!untos cardinales, ms el cenit y el nadir, y en in, el centro mismo. ?e !uede obser"ar ue la
re!resentacin de las seis direcciones, o!uestas dos a dos a !artir del centro, orma una cru2 de
tres dimensiones, tres dimetros rectan*ulares de una esera indeinida. ?e !uede notar
adems, a t4tulo de concordancia, la alusin ue hace ?an Pablo al simbolismo de las
direcciones o de las dimensiones del es!acio, cuando habla de la Dam!litud, la lon*itud, la altura
y la !roundidad del misterio del amor de Iess-CristoE / E3esios, :::, ;J0 !ero, au4, no hay ms
ue cuatro trminos enunciados distintamente en lu*ar de seis, !orue la am!litud y la lon*itud
corres!onden res!ecti"amente a los dos dimetros hori2ontales tomados en su totalidad,
mientras ue la altura y la !roundidad corres!onden a las dos mitades su!erior e inerior del
dimetro "ertical.

*
Publicado ori*inalmente en %egnabit, ulio-a*osto de ;<>. Ho retomado en nin*una otra reco!ilacin
!stuma.

1
?e trata de las DcolumnasE del &rbol seirtico3 columna del medio, columna de la derecha y columna de
la i2uierda /"anse nuestros art4culos de diciembre de ;<>5, !. ><>0.
Por otra !arte, en su im!ortante obra sobre la 9bala &uda:, Paul (ulliaud, a !ro!sito de los
!asaes del #epher 7etsirh ue acabamos de citar, a7ade esto3 DClemente de &leandr4a dice
ue de #ios, Cora2n del ni"erso, !arten las e1tensiones ininitas ue se diri*en, una hacia lo
alto, la otra hacia abao, sta a la derecha, auella a la i2uierda, una adelante y la otra hacia
atrs. #iri*iendo su mirada hacia esas seis e1tensiones como hacia un nmero siem!re i*ual, l
acab el mundo es el comien2o y el in /el ala y el ome*a0, en l se acaban las seis ases
ininitas del tiem!o, y es de l de donde reciben su e1tensin hacia el ininito tal es el secreto
del nmero E =. 'emos tenido ue re!roducir te1tualmente esta cita, de la ue lamentamos ue
su reerencia e1acta no sea indicada la !alabra DininitoE ue a!arece tres "eces, es im!ro!ia y
deber4a ser reem!la2ada !or DindeinidoE3 ?lo #ios es ininito, el es!acio y el tiem!o no !ueden
ser ms ue indeinidos. La analo*4a, !or no decir la identidad, con la doctrina )abal4stica, es de
las ms notables y hay ah4, como se "er lue*o, materia !ara otras com!araciones ue son
ms sor!rendentes toda"4a.

l !unto !rimordial, desde donde es !roerida la Palabra creadora, no se desarrolla solamente


en el es!acio, sino tambin en el tiem!o es el Centro del Mundo en todos los as!ectos, es decir,
ue es a la "e2 el centro de los es!acios y el centro de los tiem!os. so, entindase bien, no
concierne ms ue a nuestro mundo, el nico cuyas condiciones de e1istencia son directamente
e1!resables en len*uae humano es el mundo sensible el ue est sometido al es!acio y al
tiem!o, y ser4a !reciso, !ara !asar al orden su!rasensible /!ues se trata del Centro de todos los
mundos0, eectuar una es!ecie de trans!osicin anal*ica en la cual el es!acio y el tiem!o no
*uardar4an ya ms ue una si*niicacin !uramente simblica la cosa es adems !osible, !ero
no tenemos ue !reocu!arnos de ello au4, y !odemos limitarnos al !unto de "ista cosmo*nico
tal como se lo entiende habitualmente.

?e trata en Clemente de &leandr4a, de seis ases del tiem!o corres!ondientes a las seis
direcciones del es!acio3 son seis !er4odos c4clicos, subdi"isiones de otro !er4odo ms *eneral, y
a "eces re!resentados como seis milenios. l .ohar, lo mismo ue el +almud, di"ide en eecto
la duracin del tiem!o en !er4odos milenarios3 El mundo subsistir durante seis mil a7os a los
cuales aluden las seis !rimeras !alabras del nesis / #iphra di .eniutha; .ohar , ::, ; b0 y
esos seis milenios son anlo*os a los seis Dd4asE de la creacin /DMil a7os son como un d4a a los
oos del ?e7orE, dice la scritura. l s!timo milenio, como el s!timo Dd4aE, es el #abbath, es
decir, la ase de retorno al Princi!io, ue corres!onde naturalmente al centro, considerado como
s!tima re*in del es!acio. 'ay ah4 una suerte de cronolo*4a simblica, ue no debe sin duda
tomarse al !ie de la letra Ioseo / ntig<edades &udaicas, ;, N0 obser"a ue seis mil a7os hacen
die2 D*randes a7osE, siendo el D*ran a7oE de seis si*los /es el =aros de los Caldeos0 !ero, !or
otro lado, lo ue se desi*na !or esta misma e1!resin es un !er4odo mucho ms lar*o, die2 o
doce milhacer
trata de a7os entre los rie*os
coneturas sobre lay los Persas.
duracin realllo,
de !or lo dems,
nuestro mundo,nosino
im!orta au4, donde
solamente no se
de tomar
esas di"isiones con su "alor simblico3 !uede tratarse de seis ases indeinidas, lue*o de
duracin indeterminada, ms una s!tima ue corres!onde al acabamiento de todas las cosas y

8
> "ol. :n JO, Par4s, ;<>=. sta obra contiene *ran nmero de inormaciones interesantes, y utili2aremos
au4 al*unas se le !uede re!rochar el dar demasiado es!acio a discusiones cuya im!ortancia es muy
secundaria, no ir lo bastante al ondo de la doctrina, y de cierta alta de orden en la e1!osicin no es
menos cierto ue se trata de un trabao hecho muy seriamente y muy dierente en eso de la mayor !arte
de los otros libros ue han sido escritos !or los modernos al res!ecto.

9
La 9abbale juive, tomo :, !!. >;5->;.
a su restauracin en el estado !rimero /este ltimo milenio es sin duda asimilable al Dreino de
mil a7osE del ue habla el &!ocali!sis0.

&hora, considrese el Cora2n irradiante del mrmol astronmico de ?aint-#enis d98rues,


estudiado au4 !or L. Charbonneau-Lassay /ebrero de ;<>N0, y ue re!roducimos au4 de
nue"o. se Cora2n, est em!la2ado en el centro del c4rculo !lanetario y del c4rculo 2odiacal,
ue re!resentan res!ecti"amente la indeinidad de los es!acios y la de los tiem!os N Qno hay ah4
una similitud
es!acios y dela*rante con ely ue
los tiem!os, D?anto PalacioE de la Kbala,
es eecti"amente, situado
se*n los tambin
trminos en eldecentro
mismos de los
Clemente de
&leandr4a, el DCora2n del ni"ersoER Pero eso no es todo, y hay, en esta misma i*ura, al*o
ue es ui2 an ms e1tra7o, y ue diremos se*uidamente.

(ol"amos a la doctrina cosmo*nica del #epher 7et>irh3 Dse trata, dice Paul (ulliaud, del
desarrollo a !artir del Pensamiento hasta la modiicacin del ?onido /La (o20, de lo
im!enetrable a lo com!rehensible. ?e obser"ar ue estamos en !resencia de una e1!osicin
simblica del misterio ue tiene !or obeto la *nesis uni"ersal y ue se relaciona con el misterio
de la unidad. n otros !asaes, se trata del D!untoE ue se desarrolla !or l4neas en todos los
sentidos, y ue no de"iene com!rehensible ms ue !or el DPalacio :nteriorE. s en el
ina!rehensible ter 8vir0, donde se !roduce la concentracin, de donde emana la lu2 / or05. l
!unto es, como hemos ya dicho, /mayo de ;<>0 el s4mbolo de la unidad3 es el !rinci!io de la
e1tensin, ue no e1iste ms ue !or su irradiacin /no siendo el D"ac4oE anterior ms ue !ura
"irtualidad0,
es entonces !ero no de"iene
el centro. com!rehensible
La emanacin de la lu2,ms
ueue situndose
da su realidad en
a laesta e1tensin,
e1tensin, de la cual
Dhaciendo del
"ac4o al*o y de lo ue no e1ist4a lo ue e1isteE, es una e1!ansin ue sucede a la
concentracin son las dos ases de as!iracin y de e1!iracin de las ue se trata
recuentemente en la doctrina hind, y de las cuales la se*unda corres!onde a la !roduccin del
mundo maniestado y hemos ya notado la analo*4a ue e1iste tambin, a este res!ecto, con el
mo"imiento del cora2n y la circulacin de la san*re.

Pero !rosi*amos3 DLa lu2 8or0 brota del misterio del ter / vir0. l !unto oculto ue maniestado,
es decir, la letra iodE . sta letra re!resenta ero*l4icamente el Princi!io, y se dice tambin ue
de ella son ormadas todas las otras letras del alabeto hebreo. ?e dice tambin ue el !unto
!rimordial incom!rehensible, ue es el no no maniestado, orma tres ue son el Comien2o, el
Medio y el $in /como los tres elementos del monos4labo um en el simbolismo hind y en el
anti*uo simbolismo cristiano0, y ue esos tres !untos reunidos constituyen la letra iod, ue es as4

:
l ?r. Charbonneau nos ha mostrado un curioso documento ue ha encontrado desde la !ublicacin de
su art4culo es una medalla de &ntonino, acu7ada en *i!to, y en el re"erso de la cual i*ura I!iter-
?era!is, rodeado !arecidamente de los dos c4rculo s !lanetario y 2odiacal la similitud es di*na de
se7alarse.

#a Kabbale $uie# &'' I# +- 81-

Ibidem, !. >;J.
el no maniestado /o ms e1actamente airmado en tanto ue !rinci!io de la maniestacin
uni"ersal0, #ios hacindose Centro del Mundo !or su (erbo. Cuando esa iod ha sido !roducida,
dice el #epher 7etsirh, lo ue rest de ese misterio o del vir /ter0 oculto ue or /la lu20E y, en
eecto, si se uita la iod de la !alabra vir, resta or.

Paul (ulliaud cita, a este res!ecto, el comentario de Moiss de Len3 D@ras haber recordado ue
el santo, bendito sea, inco*noscible, no !uede ser a!rehendido ms ue se*n sus atributos,
/middoth0 !or los cuales
+horah; Bereshith Gl ha!or
/la !alabra creado loscomien2a
la cual mundos, comencemos
el G1nesis; !or la !rimera&nti*uos
in "rincipio0. !alabra de la
autores
nos han ense7ado con relacin a ese misterio ue est oculto en el *rado su!remo, el ter !uro
e im!al!able. ste *rado es la suma total de todos los es!eos !osteriores /es decir, e1teriores0,
ellos !roceden !or el misterio del !unto ue es l mismo un *rado oculto y emanando del
misterio del ter !uro y misterioso. l !rimer *rado, absolutamente oculto, no !uede ser
a!rehendido. :*ualmente, el misterio del !unto su!remo, aunue sea !roundamente oculto,
!uede ser a!rehendido en el misterio del Palacio interior. l +misterio de la Corona su!rema
/9ether, la !rimera de las die2 #e3iroth0, corres!onde al del !uro e ina!rehensible ter 8vir0. l
es la causa de todas las causas y el ori*en de todos los or4*enes. n ese misterio, ori*en
in"isible de todas las cosas, es donde el !unto oculto del cual todo !rocede, toma nacimiento.
Por eso se dice en el #epher 7etsirh3 D&ntes del no, Qu !uedes tener en cuentaRE s decir,
antes de ese !unto, Qu se !uede contar o com!renderR &ntes de ese !unto no hab4a nada,
e1ce!to ?n, es decir, el misterio del ter !uro e ina!rehensible, as4 nombrado /!or una sim!le
ne*acin0 a causa de su incom!rensibilidad. l comien2o a!rehensible de la e1istencia se
encuentra en el misterio del D!untoE su!remo. A !uesto ue ese !unto es el comien2o de todas
las cosas, esal D!untoE
corres!onde llamadooculto.
DPensamientoE / Mahasheba0.
n el Palacio l misterio
interior es donde del unido
el misterio Pensamiento
al D!untoEcreador
oculto
!uede ser com!rendido, !ues el !uro e ina!rehensible ter ueda siem!re misterioso. l D!untoE
es el ter tornado !al!able en el misterio del Palacio interior o ?anto de los ?antos. @odo, sin
e1ce!cin, ha sido !rimero concebido en el Pensamiento . A si al*uien diese3 D(ed S'ay al*uien
nue"o en el mundoTE, im!onedle silen cio, !ues ell o ue anteriormente conc ebido en el
Pensamiento. #el D!untoE oculto emana el ?anto Palacio interior . s el ?anto de los ?antos, el
uincua*simo a7o /alusin al &ubileo, ue re!resenta el retorno al estado !rimordial0, ue se
llama i*ualmente la (o2 ue emana del Pensamiento J. @odos los seres y todas las causas
emanan entonces !or la uer2a del D!untoE de lo alto. 'e au4 lo ue es relati"o a los misterios
de las tres #e3iroth su!remasE <. 'emos uerido dar este !asae entero, a !esar de su lon*itud,
!orue, adems de su inters !ro!io, tendremos sin duda ue reerirnos a l, en la continuacin
de estos estudios, !ara establecer com!araciones con otras doctrinas tradicionales.

s el (erbo en tanto ue :nteli*encia di"ina, ue es el Dlu*ar de los !osiblesE.

F
s tambin el (erbo, !ero en tanto ue Palabra di"ina3 es !rimero Pensamiento !uro, y des!us Palabra
en el e1terior, siendo la Palabra la maniestacin del Pensamiento /"ase nuestro art4culo de enero de
;<>0, y la !rimera !alabra !roerida es el Iehi or 8*iat Lu@A del nesis.

G
Citado en La 9abbale juive, tomo :, !!. NF5-NF
l simbolismo de la letra iod debe an retener nuestra atencin3 hemos recordado anteriormente
/ebrero de ;<>0 el hecho, ya se7alado !or el %. P. &ni2an, ue, en una im!ronta dibuada y
*rabada !or Callot !ara una tesis mantenida en ;>5, se "e al Cora2n de Cristo conteniendo
tres iod, ue !ueden considerarse como re!resentando la @rinidad. Por lo dems, antes hemos
"isto, la iod como ormada !or la reunin de tres !untos, es ya !or s4 misma una ima*en del
#ios tri-uno y sin duda las tres iod re!resentan muy bien las tres Personas de la @rinidad. Por
otra !arte, se ha hecho obser"ar a L. Charbonneau-Lassay ue, en el cora2n de ?aint-#enis d
98rues, la herida tiene la orma de una iod in"ertida Qes una semean2a !uramente accidental
o hay ue "er en esa orma al*o ueridoR Ho osar4amos airmar nada al res!ecto, y admitimos
incluso ue auel ue tra2a un s4mbolo no es necesariamente consciente de todo lo realmente
incluido en l sin embar*o, el Cartuo ue escul!i el mrmol astronmico ha dado !rueba !or
otra !arte de suiciente ciencia !ara ue no sea in"eros4mil ue haya habido ah4 una intencin
eecti"a !or su !arte y, en todo caso, esa iod, uerida o no, nos a!arece !lena de si*niicado.
:ncluso su !osicin in"ertida no carece de sentido3 !uede ser una alusin a la ncarnacin, o, de
modo ms *eneral, a la maniestacin del (erbo en el Mundo, considerada en cierto modo como
un DdescensoE /tal es el sentido e1acto del trmino snscrito avat5ra, ue desi*na toda
maniestacin di"ina 0. Por lo ue hace a la iod misma, tiene el sentido de D!rinci!ioE, como
hemos dicho antes, y tambin de D*ermenE /!alabra ue, di*moslo de !asada, es a!licada al
Cristo en di"ersos !asaes de la escritura03 la iod en el cora2n, es en cierto modo el *ermen
en"uelto en el ruto. s tambin la indicacin de una relacin muy estrecha entre el s4mbolo del
Cora2n y el del D'ue"o del MundoE, al cual ya hemos aludido tendremos ocasin de "ol"er
sobre ello, y nos e1!licaremos entonces ms am!liamente sobre este !unto, lo ue es bastante
im!ortante como !ara merecer tratarse a!arte no nos detendremos ms !or el momento.
'e au4 ahora esa cosa e1tra7a ue antes anuncibamos3 el cora2n de ?aint-#enis d98rues,
con su herida en orma de iod, irradia la lu2 / or0;F de tal modo ue tenemos au4 a la "e2 la iod
y el or, es decir, los dos trminos de la dierenciacin del vir !rimordial. &dems, esa iod y
ese or estn colocados res!ecti"amente en el interior y en el e1terior del Cora2n, as4 como
con"iene, !ues la !rimera !rocede de la concentracin y el se*undo de la e1!ansin, y es de
esta concentracin y de esta e1!ansin sucesi"as de donde nace la distincin misma del interior
y del e1terior. Por lo dems, no airmamos ue todo eso haya sido uerido e1!resamente !or el
escultor, !ues no tenemos nin*n medio !ara aduirir la certidumbre de ello !ero se con"endr
ue, si es in"oluntaria, hay ah4 un encuentro inconsciente con la doctrina )abal4stica, y eso es
an ms e1traordinario, ue el Cartuo haya su!lido la ciencia ue le altaba con una intuicin de
las ms sor!rendentes dearemos a cada uno la libertad de esco*er entre las dos hi!tesis.

Como uiera ue sea, lo ue es incontestable, es ue el Cora2n mismo, en esta i*uracin tan


notable, se identiica al D?anto PalacioE de la Kbala es tambin ese mismo Cora2n, centro de
todas las cosas, al ue la doctrina hind, !or su lado, caliica de DCiudad di"inaE / Brahmapura0.
l
de D?anto
MoissPalacioE
de Lenesy,tambin denominado
en el @em!lo el D?anto
de Ierusaln, el de los ?antosE,
D?anto como hemos
de los ?antosE no era "isto en la ue
otra cosa cita
una i*ura del "erdadero DCentro del MundoE, i*ura muy real !or lo dems, !uesto ue era
tambin el lu*ar de la manies tacin di"ina, la morada de la #heinah, ue es la !resencia
eecti"a de la #i"inidad.
'ay ah4, en la tradicin hebrea, otro as!ecto del simbolismo del cora2n, !or otra !arte,
estrechamente li*ado al !recedente, y cuyo estudio ser obeto de nuestro !r1imo art4culo.

1F
Uui2s hay tambin una intencin simblica en la alternancia de los dos ti!os de rayos, rectos y
sinuosos, ue !ueden re!resentar dos mo"imientos dierentes en la !ro!a*acin de la lu2, o incluso dos
as!ectos secundarios de sta.
3
.- LA
SHEK
INAHY MET
ATRON

DCiertos es!4ritus timoratos, y cuya com!rehensin se halla e1tra7amente limitada !or ideas
!reconcebidas, se han asustado !or la desi*nacin misma de V%ey del MundoW, ue han
relacionado ense*uida con la del "rinceps hujus mundi, del cual se trata en el "an*elio. Cae
!or su !ro!io !eso ue tal asimilacin es com!letamente errnea y des!ro"ista de undamento
!odr4amos, !ara recha2arla, limitarnos a destacar sim!lemente ue este t4tulo de V%ey del
MundoW se a!lica corrientemente a #ios mismo en hebreo y en rabe ;X;Y. ?in embar*o, como
!uede dar !ie a al*unas obser"aciones interesantes, e1aminaremos a este !ro!sito las teor4as
de la Kbala hebraica concernientes a los Vintermediarios celestialesW las cuales, !or otra !arte,
tienen una relacin muy directa con el obeto !rinci!al del !resente estudio.
Los Vintermediarios celestialesW de los ue se trata son la #heinah y MetatronD y diremos antes
ue nada ue, en el sentido ms *eneral, la #heinah es la V!resencia realW de la #i"inidad.
'ay ue se7alar ue los !asaes de la scritura donde se la menciona muy es!ecialmente son
sobre todo auellos donde se trata de la institucin de un centro es!iritual3 la construccin del
@abernculo, la ediicacin de los tem!los de ?alomn y Zorobabel. n centro como ste,
constituido en condiciones re*ularmente deinidas, deb4a ser en eecto el lu*ar de la
maniestacin di"ina, re!resentado siem!re como VLu2W y es curioso se7alar ue la e1!resin
de Vlu*ar muy iluminado y muy re*ularW, ue la Masoner4a ha conser"ado, !arece ser un
recuerdo de la anti*ua ciencia sacerdotal ue re*4a la construccin de los tem!los y ue no era
e1clusi"a de los Iud4os ms tarde "ol"eremos sobr e ello. Ho tenemos ue entr ar en el
desarrollo de la teor4a de las Vinluencias es!iritualesW /!reerimos esta e1!resin a la !alabra
VbendicionesW !ara traducir la hebrea beraoth, tanto ms cuanto ah4 est el sentido ue ha
*uardado muy claramente en rabe la !alabra baraaAD !ero, incluso limitndose a "er las cosas
desde este nico !unto de "ista, ser4a !osible e1!licarse la !alabra de l4as Le"ita, ue Paul
(ulliaud cuenta en su obra sobre La 9bala &uda; VLos Maestros de la Kbala tienen en cuanto
a esto *randes secretosW.
La #heinah se !resenta bao as!ectos mlti!les, entre los cuales hay dos !rinci!ales, uno
interno y otro e1terno ahora bien, hay adems, en la tradicin cristiana, una rase ue desi*na
tan claramente como es !osible estos dos as!ectos3 Gloria in e1celsis #eo, et in terra "a@
hominibus bonae "oluntatisW. Las !alabras Gloria y "a@ se reieren, res!ecti"amente, al as!ecto
interno, con relacin al Princi!io, y al as!ecto e1terno, en consonancia con el mundo
maniestado y, si se consideran as4 estas !alabras, se !uede com!render inmediatamente !or
u son !ronunciadas !or los [n*eles 8MalaimA !ara anunciar el nacimiento del V#ios con
nosotrosW o Ven nosotrosW 8EmmanuelA! @ambin se !odr4a, !ara el !rimer as!ecto, recordar las
teor4as de los telo*os sobre la Vlu2 de *loriaW en y !or la cual se o!era la "isin beat4ica 8in
e@celsisAD y, en cuanto al se*undo, encontramos au4 la VPa2W, a la cual hicimos alusin
anteriormente, y ue en su sentido esotrico est indicada en todas !artes como uno de los
atributos undamentales de los centros es!irituales establecidos en este mundo 8in terraA! Por
otro lado, el trmino rab e #ainah, ue e"iden temente es idntico al hebreo #heinah, se
traduce !or Vran Pa2W, lo ue es el eui"alente e1acto de la "a@ "ro3unda de los %osa-Cru2
y, de ese modo, se !odr4a e1!licar, sin duda, lo ue stos entend4an !or el V@em!lo del s!4ritu
?antoW, i*ual ue se !odr4an inter!retar tambin, de una orma !recisa, los numerosos te1tos
e"an*licos en los ue se habla de la VPa2W >X>Y, tanto ms cuanto ue Vla tradicin secreta ue
concierne a la #heinah tendr4a al*una relacin con la lu2 del Mes4asW. Qs sin intencin como

1X;Y
'ay, adems, una *ran dierencia de sentido entre Vel MundoW y Veste mundoW, hasta tal !unto, ue en
ciertas len*uas e1isten !ara desi*narlos dos trminos com!letamente distintos3 as4, en rabe, el VMundoW
es el5lam, mientras ue Veste mundoW es eddun5!
P. (ulliaud, cuando da esta ltima indicacin =X=Y, dice ue se trata de la tradicin Vreser"ada a los
ue se*u4an el camino ue lle*aba al "ardesF, es decir, como lo "eremos ms tarde, al centro
es!iritual su!remoR
sto nos lle"a an a una obser"acin relacionada3 (ulliaud habla de un Vmisterio relati"o al
IubileoWNXNY, lo ue se relaciona en cierto sentido con la idea de VPa2W, y, a !ro!sito de esto,
cita el te1to del .ohar /:::, : bA; Vl r4o ue sale del dn lle"a el nombre de IobelF, as4 como el
de Ierem4as /(::, J03 VGl e1tender sus ra4ces hacia el r4oW, de donde resulta ue la Videa
central del Iubileo sea la remisin de todas las cosas a su estado ori*inalW. st claro ue se
trata
hemos detenido
esta "uelta al Vestado
la ocasin !rimordialW
de insistir un !ocoue consideran
en nuestro todas
estudio las tradiciones
sobre y endela2anteD
el Esoterismo cual y
cuando se a7ade ue Vel retorno de todas las cosas a su !rimer estado marcar la era
mesinicaW, los ue hayan le4do este estudio !odrn recordar lo ue all4 diimos sobre las
relaciones del VPara4so @errestreW y de la VIerusaln CelestialW. Por otro lado, a decir "erdad, lo
ue se trata en todo esto siem!re es, en distintas ases de la maniestacin c4clica, el "ardes, el
centro de este mundo, ue el simbolismo tradicional de todos los !ueblos com!ara con el
cora2n, centro del ser, y Vresidencia di"inaW 8Brahmapura en la tradicin hind0, as4 como el
@abernculo ue es su ima*en y ue, !or esta ra2n, es llama do en hebreo mishan o
Vhabitacin de #iosW, !alabra cuya ra42 es la misma ue la de #heinah!
#esde otro !unto de "ista, la #heinah es la s4ntesis de las #e3irothD ahora bien, en el rbol
seirtico, la Vcolumna de la derechaW es el lado de las Misericordia y la Vcolumna de la
i2uierdaW es el lado del %i*or 5X5Y !or consi*uiente, debemos reencontrar estos dos as!ectos en
la #heinah, y !odemos obser"ar inmediatamente, !ara relacionar esto con lo ue !recede, ue,
en cierto modo al menos, el %i*or se identiica con la Iusticia, y la Misericordia, con la Pa2XY.
V?i el hombre !eca y se alea de la #heinah, cae bao el !oder de las !otencias 8#5rimA ue
de!enden de la ?e"eridad, y entonces a la #heinah se le denomina Vmano de %i*orW XY, lo ue
8X>Y
st claramente e1!licitado, en el "an*elio mismo, ue de lo ue se trata no es de la Pa2 en el
sentido ue la entiende el mundo !roano 8#an &uan, :(, >0.

9X=Y
La 9abbale juive, tomo :, !. 5F=.

:XNY
Ibidem , tomo :, !*s. 5F-5F.

X5Y
n simbolismo com!arable est e1!resado en la i*ura medie"al del Vrbol de los "i"os y de los
muertosW, ue tiene, adems, una relacin muy clara con la idea de V!osteridad es!iritualW es !reciso
se7alar ue el rbol seirtico tambin est considerado como identiicado con Vel [rbol de la (idaW.

XY
?e*n el +almud, #ios tiene dos sedes, la de la Iusticia y la de la Misericordia estas dos sedes
corres!onden tambin al V@ronoW y a la V?illaW de la tradicin islmica. sto di"ide, !or otra !arte, los
nombres di"in os Hi35tiah, es decir, uienes e1!resan unos atributos !ro!iamente dichos de llah, en
Vnombres de maestadW 8jal5liahA y Vnombres de belle2aW 8jam5liahA, lo ue res!onde una "e2 ms a
una distincin del mismo orden.

XY
La 9abbale juive, t. ;, !. 5F!
recuerda inmediatamente al bien conocido s4mbolo de Vla mano de IusticiaW !or el contrario, si
el hombre se acerca a la #heinah se libera, y la #heinah es la Vmano derechaW de #ios, es
decir, ue la Vmano de IusticiaW se con"ierte !ues en la Vmano benditaW JXJY. ?on los misterios de
la VCasa de la IusticiaW 8Beith2inA, ue es una desi*nacin ms del centro es!iritual
su!remo<X<Y a!enas es necesario se7alar ue los dos lados ue acabamos de e1aminar son
auellos en los ue se re!arten los ele*idos y los condenados en las re!resentaciones cristianas
del VIuicio $inalW. :*ualmente se !odr4a establecer una com!aracin con las dos "4as ue los
Pita*ricos simboli2aban con la letra A, y ue re!resentaba de una orma e1otrica el mito de
'rcules entre la (irtud y el (icio con las dos !uertas celestial e inernal, ue entre los Latinos
estaban asociadas al simbolismo de &anusD con las dos ases c4clicas ascendente y
descendente;FX;FY ue, entre los 'inde s, se relacionan i*ualme nte con el simbolismo de
))))J
Gan4sha ! n in, es cil com!render de ese modo lo ue uieren decir "erdaderamente
e1!resiones como las de Vintencin rectaW ue "ol"eremos a encontrar a continuacin, y de
Vbuena "oluntadW /VPa1 hominibus bonae voluntatisF, y los ue tienen un conocimiento de los
distintos s4mbolos a los ue acabamos de hacer alusin "ern ue no es sin ra2n ue la iesta
de Ha"idad coincida con la !oca del solsticio de in"ierno0, cuando se tiene el cuidado de dear
de lado todas las inter!retaciones e1ternas, ilosicas y morales a las ue han dado lu*ar desde
los estoicos hasta Kant.
VLa Kbala da a la #heinah un !aredro ue !orta nombres idnticos a los suyos, ue !osee en
consecuencia los mismos caracteresW ;>X;>Y, y ue naturalmente tiene tantos as!ectos dierentes
como la misma #heinahD su nombre es Metatron, y este a!elati"o es numricamente
eui"alente al de #haddai)/)/J, Vel @odo!oderosoW /ue se dice ser la denominacin del #ios de
&braham0. La etimolo*4a de la !alabra Metatron es muy incierta, entre las di"ersas hi!tesis ue

FXJY
?e*n ?an &*ust4n y di"ersos otros Padres de la :*lesia, la mano derecha re!resenta del mismo modo
a la Misericordia o a la Bondad, mientras ue la mano i2uierda, en #ios sobre todo, es el s4mbolo de la
Iusticia. La Vmano de IusticiaW es uno de los atri butos corrient es de la reale2a la Vmano benditaW es un
si*no de la autoridad sacerdotal, y ha sido tomado a "eces como s4mbolo de Cristo. sta i*ura de la
Vmano ue bendiceW se halla en ciertas monedas *alas, del mismo modo ue la es"stica , a "eces con
bra2os cur"os.

GX<Y
ste centro, o uno cualuiera de los ue estn constituidos a su ima*en, !uede describirse
simblicamente a la "e2 como un tem!lo /as!ecto sacerdotal, corres!ondiente a la Pa20 y como un
!alacio y un tribunal /as!ecto re*io corres!ondiente a la Iusticia0.

1HX;FY
?e trata de las dos mitades del ciclo 2odiacal, ue se encuentra recue ntemente re!resentado en la
!ortada de las i*lesias de la dad Media con una dis!osicin ue le da maniiestamente el mismo
si*niicado.

11X;;Y
@odos los s4mbolos ue enumeramos au4 e1i*ir4an ser lar*amente e1!licados tal "e2 lo ha*amos
al*n d4a en otro estudio.

18X;>Y
La 9abbale juive, tomo :, !*s. N<-N<J.

19X;=Y
l nmero de cada uno de estos nombres, obtenido !or la suma de los "alores de las letras hebraicas
del ue est ormado, es =;N.
han sido lan2adas a este res!ecto una de las ms interesantes es la ue le hace deri"ar del
Mitra caldeo, ue si*niica llu"ia, y ue tambin tiene !or su ra42 cierta relaci n con la Vlu2W. ?i
esto es as4, no habr4a ue creer ue la similitud con el Mitra hind y 2oroastriano constituya una
ra2n suiciente !ara admitir ue haya ah4 un !rstamo tomado !or el Iuda4smo a doctrinas
e1traneras, !ues no es de una orma e1terna como con"iene e1aminar las relaciones ue
e1isten entre las distintas tradiciones y diremos otro tanto en lo ue concierne al !a!el atribuido
a la llu"ia en casi todas las tradiciones, en tanto ue s4mbolo del descenso de las Vinluencias
es!iritualesW del Cielo sobre la @ierra\. & !ro!sito de esto, se7alemos ue la doctrina hebraica
habla de un Vroc4o de Lu2W ue mana del V[rbol de la (idaW y !or el cual debe o!erarse la
resurreccin de los muertos, as4 como de una +eusin de roc4o+ ue re!resenta la inluencia
celestial comunicndose a todos los mundos, lo ue recuerda sin*ularmente el simbolismo
alu4mico y rosacruciano.
Vl trmino Metatron com!orta todas las ace!ciones de *uardin, de ?e7or, de en"iado, de
mediadorW es el Vautor de las teoan4as en el mundo sensibleW ;NX;NY es Vel [n*el de la $a2W y
tambin Vel Pr4nci!e del MundoW 8#5r haKlamA, y !or esta ltima desi*nacin !uede "erse ue
no nos hemos aleado mucho de nuestro tema. Para em!lear el simbolismo tradicional ue
!re"iamente hemos e1!licado, diremos de buena *ana ue, as4 como el ee de la eraru4a
inicitica es Vel Polo @errestreW, Metatron es el VPolo CelestialW y ste tiene un releo en aul,
con el cual est en relacin directa se*n el Ve del MundoW. V?u nombre es Miael, el ran
?acerdote ue es holocausto y oblacin ante #ios, y todo lo ue los israelitas hacen en la tierra
se reali2a se*n los !rototi!os de lo ue acontece en el mundo celestial. l ran Pont4ice au4
abao simboli2a a Miael, Pr4nci!e de la Clemencia... n todos los !asaes donde la scritura
habla de la a!aricin de Miael, se est tratando de la loria de la #heinahF))J! Lo ue au4
se ha dicho de los israelitas se !uede decir i*ualmente de todos los !ueblos !oseedores de una
tradicin "erdaderamente ortodo1a con mayor moti"o debe decirse de los re!resentantes de la
tradicin !rimordial de la ue las dems deri"an y a la ue estn subordinadas y esto se halla
en relacin con el simbolismo de la V@ierra ?antaW, ima*en del mundo celeste, al cual ya hemos
hecho alusin. Por otro lado, se*n lo ue hemos dicho anteriormente, Metatron no slo tiene el
as!ecto de la Clemencia, sino tambin el de la Iusticia no es slo el Vran ?acerdoteW 89ohen
hagadolA, sino tambin Vel ran Pr4nci!eW 8#5r hagadolA y el Vee de las milicias celestialesW,
es decir, ue en l est el !rinci!io del !oder real, tanto como el del !oder sacerdotal o
!ontiical, al cual corres!onde !ro!iamente la uncin de VmediadorW. s !reciso se7alar,
adems, ue Mele, V%eyW, y Malea, Vn*elW o Ven"iadoW, no son en realidad ms ue dos
ormas de una sola y misma !alabra adems, Malai, Vmi en"iadoW /es decir, el en"iado de
#ios, o +el n*el en el cual est #ios+, Malea haElohimA, es el ana*rama de Miael))J!

*
l !asae a !artir de Den tanto ue s4mbolo... D no a!arece en la ;] edicin en cambio, s4 i*ura el
"ocablo DorientalesE a*re*ado a DtradicionesE, el cual no a!arece en la >] edicin. H. del @.

1:X;NY
La 9abbale juive, tomo :, !*s. N<> y N<<.

1X;5Y
Ibid! , t. :, !*s. 5FF-5F;!

1X;Y
sta ltima obser"acin recuerda naturalmente estas !alabras3

VBenedictus ui "enit in nomine #ominiW stas son a!licadas al Cristo, ue el !astor de 'ermas asimila
!recisamente a Miael de una manera ue !uede !arecer bastante e1tra7a, !ero ue no debe e1tra7ar a
uienes com!renden la relacin ue e1iste entre el Mes4as y la #heinah! Cristo tambin es llamado
VPr4nci!e de Pa2W y es al mismo tiem!o +Iue2 de los "i"os y de los muertos+.
s con"eniente a7adir ue, si Miael se identiica con Metatron como acabamos de "er, no
re!resenta, sin embar*o, ms ue un as!ecto al lado de la cara luminosa hay una oscura, y
sta est re!resentada !or #amal, ue es llamado i*ualmente #5r haKlamD "ol"emos au4 al
!unto de !artida de estas consideraciones. n eecto, es este ltimo as!ecto, y l solamente, lo
ue es Vel *enio de este mundoW en un sentido inerior, el "rinceps hujus mundi del ue habla el
"an*elio y sus relaciones con Metatron, del cual es como la sombra, ustiican el uso de una
misma desi*nacin en un doble sentido, al mismo tiem!o ue hacen entender !or u ra2n el
nmero a!ocal4!tico , el VHmero de la BestiaW, es tambin un nmero solar ;X;Y. Por otra
!arte, se*n ?an 'i!lito ;JX;JY, Vl Mes4as y el &nticristoW tienen ambos !or emblema el VLenW,
ue es una "e2 ms un s4mbolo solar y !odr4a hacerse la misma obser"acin de la ser!iente ;<X;<Y
y de muchos otros s4mbolos desde el !unto de "ista )abal4stico es de las dos caras o!uestas de
Metatron de lo ue tratamos au4 no tenemos ue e1tendernos en las teor4as ue se !odr4an
ormular, de manera *eneral, sobre este doble sentido de los s4mbolos, !ero solamente diremos
ue la conusin entre el as!ecto luminoso y el tenebroso constituye !ro!iamente el
VsatanismoW y es esta conusin, !recisam ente, la ue cometen in"oluntariamente sin duda y
!or sim!le i*norancia /lo ue es una e1cusa y no una ustiicacin0 uienes cree n descubrir un
si*niicado inernal en la desi*nacin de V%ey del MundoW >FX>FYE

La #heinah Metatron, ca!4tulo ::: de El %e del Mundo

1X;Y
ste nmero se orma con el nombre de #orath, Vdemonio del ?olW, y como tal o!uesto al n*el
MiaelD ms adelante "eremos otro si*niicado.

1FX;JY
Citado !or P. (ul:iaud, La 9abbale juive, t. ::, !. ==.

1GX;<Y
Los dos as!ectos o!uestos estn i*urados es!ecialmente !or las dos ser!ientes del caduceo en la
icono*ra4a cristiana estn reunidas en la VamisbenaW, la ser!iente de dos cabe2as, re!resentando una a
Cristo y otra a ?atans.

8HX>FY
?e7alemos una "e2 ms ue el Vlobo del MundoW, ense7a del !oder :m!erial o de la monaru4a
uni"ersal, recuentemente se encuentra colocado en la mano de Cristo, lo ue muestra, adems, ue es el
emblema de la autoridad es!iritual tanto como del !oder tem!oral.
4.
-QABBALAH
*

l trm ino de -abbalah, en hebreo, no si*niica otra cosa ue +tradicin+, en el sentido ms


*eneral y, aunue las ms de las "eces desi*na la tradicin esotrica o inicitica cuando se
em!lea sin ms !recisin, tambin ocurre a "eces ue se a!lica a la tradicin e1otrica misma ;.
&s4 !ues, este trmino, de !or s4, es susce!tible de desi*nar la tradicin !ero como !ertenece a
la len*ua hebrea, es normal ue, como ya hemos hecho "er en ocasiones, cuando se utili2a otra
len*ua se lo reser"e !recisamente !ara la tradicin hebraica, o si se !reiere otra manera de
hablar, ui2 ms e1acta, !ara la orma es!ecialmente hebrea de la tradicin. ?i insistimos en
ello, es !orue hemos com!robado en al*unos la tendencia a darle otro sentido a esta !alabra, a
hacer de ella la denominacin de un ti!o es!ecial de conocimientos tradicionales, dondeuiera
ue se encuentren adems, y eso !orue creen descubrir en la !ro!ia !alabra todo ti!o de cosas
ms o menos e1traordinarias ue en realidad no hay en ella. Ho tenemos intencin de !erder
nuestro tiem!o se7alando inter!retaciones ima*inarias ms til es !recisar la "erdadera
si*niicacin ori*inal de la !alabra, lo cual basta !ara reducirlas a nada, y eso es cuanto nos
!ro!onemos au4.

La ra42 U B L, en hebreo y en rabe >, si*niica esencialmente la relacin de dos cosas ue


estn colocadas una rente a otra de ah4 !ro"ienen todos los di"ersos sentidos de las !alabras
ue se deri"an de ella, como, !or eem!lo, los de encuentro y an de o!osicin. #e esta relacin
resulta tambin
ideas como la idea
las de de aco*er
recibir, un !asoy de uno a e1!resadas
ace!tar, otro de los dos trminos
en ambas en !resencia,
len*uas de donde
!or el "erbo -abalD y
de ah4 deri"a directamente -abbalah, es decir, !ro!iamente +lo ue es recibido+ o transmitido /en
lat4n traditumA de uno a otro. Con esta idea de transmisin, "emos a!arecer au4 la de sucesin
!ero hay ue se7alar ue el sentido !rimero de la ra42 indica una relacin ue !uede ser tanto
simultnea como sucesi"a, tanto es!acial como tem!oral. sto e1!lica el doble sentido de la
!re!osicin -abal en hebreo y -abl en rabe, ue si*niica a la "e2 +ante+ /es decir +enrente+,
en el es!acio0 y +antes+ /en el tiem!o0 y el estrecho !arentesco de las dos !alabras +ante+ y
+antes+, incluso en nuestra len*ua, muestra bien ue siem!re se establece cierta analo*4a estas
dos modalidades dierentes, una en simultaneidad y la otra en sucesin. sto tambin !ermite
resol"er una a!arente contradiccin3 aunue la idea ms recuente, cuando se trata de una
relacin tem!oral, sea au4 la de anterioridad y, !or consi*uiente, se reiere al !asado, tambin
sucede, sin embar*o, ue deri"ados de la misma ra42 desi*nan el uturo /en rabe musta-bal,
es decir, literalmente auello ante lo cual se "a, de ista-bal, +ir hacia adelante++0!ero Qno se dice
tambin en nuestra len*ua ue el !asado est antes de nosotros y ue el uturo est ante
nosotros, lo cual es totalmente com!arableR n suma, basta en todos los casos ue uno de los
trminos considerados est +ante+ o +antes+ con res!ecto al otro, ya se trate, !or lo dems, de
una relacin es!acial o de una relacin tem!oral.

*
Publicado en +Le (oile d9:sis+, mayo de ;<==. %etomado en *ormes +raditionnelles et Ccles Cosmi-ues!

1
sto causa ciertos eu4"ocos3 as4, hemos "isto a al*unos !retender "incular el +almud a la Kabbala
entendida en sentido esotrico de hecho, el +almud es la +tradicin+, !ero !uramente e1otrica, reli*iosa y
le*al.

8
Llamamos la atencin sobre el hecho, no tenido suicientemente en cuenta, de ue estas dos len*uas, la
mayor4a de cuyas ra4ces es comn, a menudo !ueden aclararse la una !or la otra.
@odas estas obser"aciones se !ueden conirmar adems con el e1amen de otra ra42, i*ualmente
comn al hebreo y al rabe, y ue tiene si*niicados muy !r1imos a auellos, incluso !odr4a
decirse idnticos en *ran !arte, !ues, aunue el !unto de !artida sea claramente dierente, los
sentidos deri"ados lle*an a coincidir. s la ra42 U#M, ue en !rimer lu*ar e1!resa la idea de
+!receder+ 8-adamA, de donde todo lo ue se reiere, no slo a una anterioridad tem!oral, sino a
cualuier !rioridad de orden. &s4, !ara las !alabras ue !ro"ienen de esta ra42, a!arte los
sentidos de ori*en y anti*6edad 8-edem en hebreo, -idm o -idam en rabe0, se encuentra el de
!rimac4a o !recedencia, e incluso el de marcha, a"ance o !ro*resin /en rabe te-addumA/D y,
tambin au4, la !re!osicin -adam en hebreo y -odd5m en rabe tiene el doble sentido de
+ante+ y +antes+. Pero el sentido !rinci!al, au4, desi*na auello ue es !rimero, sea
erruicamente, sea cronol*icamente tambin, la idea ms recuentemente e1!resada es la
de ori*en o de !rimordialidad y, !or e1tensin, de anti*6edad cuando se trata del orden
tem!oral3 as4, -admKn en hebreo y -adim en rabe, si*niican +anti*uo+ en el uso corriente,
!ero, cuando se reieren al dominio de los !rinci!ios, han de traducirse !or +!rimordial+ N.
&n ha lu*ar, a !ro!sito de estas mismas !alabras, a se7alar otras consideraciones ue no
carecen de inters3 en hebreo, los deri"ados de la ra42 U#M sir"en tambin !ara desi*nar el
8riente, es decir, el lado del +ori*en+ en el sentido de ue es auel donde a!arece el sol le"ante
8oriens, de oriri, de dnde "iene tambin srco en lat4n0, el !unto de !artida del a"ance diurno
del sol y, al mismo tiem!o, tambin es el !unto ue se tiene ante s4 cuando uno se +orienta+
"ol"indose hacia el sol !or donde sale 5. &s4, -edem tambin si*ni ica +8riente+, y -admKn
+oriental+ !ero no habr4a ue uerer "er en estas desi*naciones la airmacin de una
!rimordialidad del 8riente desde el !unto de "ista de la historia de la humanidad terrestre,
!uesto ue, como hemos tenido ocasin de decir recuentemente, el ori*en !rimero de la
tradicin es nrdico, +!olar+ inclusi"e, no oriental ni occidental la e1!licacin ue acabamos de
indicar nos !arece adems !lenamente suiciente. & este res!ecto, a7adiremos ue estas
cuestiones de +orientacin+, de una manera *eneral, tienen una im!ortancia bastante *rande en
el simbolismo tradicional y en los ritos ue se basan en dicho simbolismo !or lo dems, son
ms com!leas de lo ue se !odr4a !ensar y !ueden causar al*unos errores, !ues, en ormas
tradicionales di"ersas, hay "arios modos de orientacin dierentes. Cuando se orienta uno hacia
el sol le"ante como se acaba de decir, el ?ur se desi*na como el +lado de la derechaE 8amNn o
amanD c. el sns crito dashina ue tiene mismo sentido0, y el Horte como el +lado de la
i2uierdaE 8shemKl en hebreo, shim5l en rabe0 !ero a "eces tambin ocurre ue la orientacin
se toma "ol"indose hacia el sol en el meridiano, y entonces el !unto ue se tiene ante s4 ya no
es el 8riente, sino el ?ur3 as4, en rabe, el lado ?ur, entre otras denominaciones, tiene tambin
la de -iblah, y el adeti" o -ibli si*niica +meridional+. stos ltimos trminos nos de"uel"en a la
ra42 U B L y sabido es ue la misma !alabra -iblah desi*na tambin, en el :slam, la orientacin
ritual en todos los casos es la direccin ue se tiene ante s4 y lo ue adems es bastante
curioso es ue la orto*ra4a de esta !alabra -iblah es e1actamente idntica a la del hebreo
-abbalah!

9
#e ah4 la !alabra -adam, ue si*niica +!ie+, es decir, lo ue sir"e !ara la marcha.
:
El ins5nul -adNm, es decir, el +'ombre !rimordial+, es, en rabe, una de las denominaciones del
+'ombre uni"ersal+ /sinnimo de Elins5nulamNl, ue es literalmente el +'ombre !erecto+ o total+ es
e1actamente el dam OadmKn hebreo.

s curioso obser"ar ue Cristo es llamado, a "eces, PriensD esta denominacin !uede relacionarse sin
duda con el simbolismo del sol le"ante !ero, a causa del doble sentido ue au4 indicamos, es !osible
ue haya ue relacionarlo tambin, o incluso sobre todo, con el hebreo Elohi Oedem, o e1!resin ue
desi*na al "erbo como +&nciano de los #4as+, es decir, ue es antes de los d4as, o el Princi!io de los
ciclos de maniestacin, considerados simblicament e como +d4as+ !or di"ersas tradiciones /los +d4as de
Brahm5+ en la tradicin hind, los +d4as de la creacin+ en el nesis hebreo.
&hora, !odemos hacernos esta !re*unta3 Q!or u moti"o la tradicin, en hebreo, se desi*na
con una !alabra ue !ro"iene de la ra42 UBL, y no de la ra42 U#MR ?e !odr4a estar tentado de
decir, a este res!ecto, ue, como la tradicin hebrea no constituye sino una orma secundaria y
deri"ada, no !odr4a con"enirle una denominacin ue e"oue la idea de ori*en o de
!rimordialidad !ero esta ra2n no nos !arece esencial !ues, directa o indirectamente, toda
tradicin se "incula a los or4*enes y !rocede de la @radicin !rimordial, y nosotros mismos
hemos "isto en otra !arte ue toda len*ua sa*rada, incluidos el !ro!io hebreo y el rabe, se
considera ue re!resenta en cierta orma la len*ua !rimiti"a.

La "erdadera
la de ra2n, se*n
una transmisin !arece,
re*ular es ue la idea
e ininterrum!ida, ueue,
idea ha de
!or!onerse en e"idencia
lo dems, es tambinsobre todo es
la ue
e1!resa !ro!iamente la !alabra misma de +tradicin+, as4 como lo indicbamos al !rinci!io. sta
transmisin constituye la +cadena+ 8shelsheleth en hebreo, silsilah en rabe0 ue une el !resente
al !asado y ue ha de continuarse del !resente hacia el !or"enir3 es la +cadena de la tradicin+
8shelsheleth ha-abbalahA, o la +cadena inicitica+ de la ue hemos tenido ocasin de hablar
recientemente, y es tambin la determinacin de una +direccin+ /"ol"emos a encontrar au4 el
sentido del rabe -iblahA ue, a tra"s de la sucesin de los tiem!os, orienta al ciclo hacia su in
y une ste con su ori*en, y ue, e1tendindose incluso ms all de estos dos !untos e1tremos a
causa de ue su uente principial es intem!oral y +no humana+, lo enla2a armnicamente con los
dems ciclos, concurriendo a ormar con ellos una +cadena+ ms "asta, la ue ciertas
tradiciones orientales denominan la +cadena de los mundos+, donde se inte*ra, de eslabn en
eslabn, todo el orden de la maniestacin uni"ersal.
*
5.
-KBA
LA YCI
ENCI
A DE LO
S NU
MER
OS

'emos insistido a menudo sobre el hecho de ue las +ciencias sa*radas+ ue !ertenecen a una
orma tradicional dada orman realmente !arte inte*rante de ella, !or lo menos a t4tulo de
elementos secundarios y subordinados, leos de no re!resentar ms ue una es!ecie de
a7adiduras ad"enticias ue se habr4an "inculado a ella ms o menos mar*inalmente. s
indis!ensable
!oco ue sea,com!render
el "erdaderobien este !unto
es!4ritu de unay tradicin
no !erderlo nunca
llamar la de "ista sisobre
atencin se uiere !enetrar,
ello es !or
tanto ms
necesario cuanto ue bastante recuentemente en nuestros d4as, en uienes !retenden estudiar
las doctrinas tradicionales, se obser"a una tendencia a no tener en cuenta las ciencias de ue se
trata, ya sea a causa de las diicultades es!eciales !ara su asimilacin, o !orue, adems de la
im!osibilidad de hacerlas entrar en el marco de las clasiicaciones modernas, su !resencia es
!articularmente molesta !ara todo auel ue se esuer2a !or reducirlo todo a un !unto de "ista
e1otrico y !or inter!retar las doctrinas en trminos de +iloso4a+ o de +misticismo+. ?in uerer
e1tendernos otra "e2 sobre lo "ano de tales estudios +desde el e1terior+ y con intenciones
com!letamente !roanas, diremos, sin embar*o, una "e2 ms -!ues "emos lo o!ortuno de ello
cada d4a, !or decirlo as4- ue las conce!ciones deormadas a las ue ine"itable conducen, son
ciertamente !eores ue la sim!le y !ura i*norancia.
& "eces incluso sucede ue ciertas ciencias tradicionales desem!e7an un !a!el ms im!ortante
ue el ue acabamos de indicar, y ue, adems del "alor !ro!io ue !oseen de !or s4 en el
orden contin*ente, son tomadas como medios simblicos de e1!resin !ara la !arte su!erior y
esencial
se!ararlade
delaellas.
doctrina,
s lotanto
ue es
se as4 ue sta
!roduce se "uel"e totalmente
!articularmente, en lo ueininteli*ible
concierne sia se !retende
la Kbala
hebrea, con la +ciencia de los nmeros+, ue adems, en ella, se identiica en *ran !arte con la
+ciencia de las letras+, como ocurre en el esoterismo islmico, y ello en "irtud de la constitucin
misma de las len*uas hebraica y rabe, ue, como hac4amos obser"ar ltimamente, tan
cercanas estn una de otra en todos los as!ectos ;.
l !a!el !re!onderante de la ciencia de los nmeros en la Kbala, constituye un hecho tan
e"idente ue no !odr4a !asar inad"ertido ni al obser"ador ms su!ericial, y ue los +cr4ticos+
ms !lenos de !reuicios no !ueden ne*ar ni disimular. ?in embar*o, estos ltimos no dean de
dar de este hecho, como m4nimo, inter!retaciones errneas a in de hacerlo entrar mal ue bien
en el marco de sus ideas !reconcebidas au4 nos !ro!onemos, sobre todo, disi!ar esas
conusiones ms o menos ueridas, y debidas en !arte a los abusos del demasiado amoso
+mtodo histrico+, ue a toda costa uiere "er +!rstamos+ en cualuier !arte donde ad"ierta
ciertas semean2as. ?abido es ue, en los medios uni"ersitarios, est de moda el "incular la
Kbala con el neo!latonismo, de tal modo ue se disminuyen a la "e2 su anti*6edad y su
alcance
*rie*osR Qacaso no !or
n esto, se admite comose
des*racia, !rinci!io
ol"ida indiscutible,
ue el !ro!ioue neo!latonismo
nada !uede "enir ms ue
contiene de los
muchos
elementos ue nada tienen de es!ec4icamente *rie*o, y ue, en el ambiente aleandrino, el
Iuda4smo en !articular ten4a una im!ortancia ue distaba mucho de ser desde7able, tanto es as4
ue, si realmente un lado tom al*o del otro, bien !udiera ser ue hubiese sido en sentido
in"erso del ue se airma. sta hi!tesis ser4a mucho ms !robable incluso, !rimero !orue la
ado!cin de una doctrina e1tranera no es demasiado conciliable con el +!articularismo+ ue
*
Publicado en +Le (o ile d9:sis+ , mayo de ;<= =. %etomado en *ormes +raditionnelles et Ccles
Cosmi-ues!

1
(er el art4culo anterior3 Oabbalah remitimos a los lecto res al estudio sobre La Ciencia de las letras
/actualmente, ca!4tulo (: de #mboles de la #cience #acr1eA!
siem!re ue uno de los ras*os dominantes del es!4ritu udaico y, lue*o, !orue, se !iense lo ue
se !iense del neo!latonismo, ste no re!resenta en todo caso sino una doctrina relati"amente
e1otrica /aun si se basa en elementos de orden esotrico, no es sino una +e1teriori2acin+ de
stos0, y ue, como tal, no !udo eercer una inluencia real sobre una tradicin esencialmente
inicitica, e incluso muy +cerrada+, como es y siem!re ue la Kbala >. Por lo dems, no "emos
ue haya semean2as !articularmente sor!rendentes entre Kbala y neo!latonismo ni ue, en la
orma en ue este ltimo se e1!resa, desem!e7en los nmeros ese !a!el ue tan caracter4stico
es de la Kbala la len*ua *rie*a, !or lo dems, no hubiera dado demasiado !ie !ara ello,
mientras ue, re!etimos, hay en ello al*o inherente a la !ro!ia len*ua hebrea y ue, !or
consi*uiente, ha de haber estado li*ado desde el ori*en a la orma tradicional ue se e1!resa
!or medio de ella.

Haturalmente, no es ue se !ueda discutir ue haya entre los *rie*os una ciencia tradicional de
los nmeros como se sabe, incluso ue la base del Pita*orismo, ue no era una sim!le iloso4a,
sino ue tambin ten4a un carcter !ro!iamente inicitico, y de ah4 sac Platn, no slo la !arte
cosmol*ica de su doctrina, como la e1!one en el +imeo, sino incluso su +teor4 a de las ideas+,
ue en el ondo no es sino una trans !osicin, se*n una termin olo*4a dierente, de las
conce!ciones !ita*ricas sobre los nmeros considerados como !rinci!ios de las cosas. &s4
!ues, si realmente se uisiera encontrar entre los *rie*os un trmino de com!aracin con la
Kbala, habr4a ue remontarse al Pita*orismo !ero !recisamente ah4 es donde a!arece ms
claramente toda la inanidad de la tesis de los +!rstamos+3 nos encontramos "erdaderamente en
!resencia de dos doctrinas iniciticas ue de manera !arecida dan una im!ortancia ca!ital a la
ciencia de los nmeros !ero sta se encuentra !resentada en ormas radicalmen te dierentes
!or una y otra !arte.
&u4, no sern intiles al*unas consideraciones orden ms *eneral3 es !erectamente normal
ue una misma ciencia se encuentre en tradiciones di"ersas, !ues en nin*n mbito !uede la
"erdad ser mono!olio de una sola orma tradicional con e1clusin de las dems este hecho
!ues, no !uede ser causa de asombro, e1ce!tuando, sin duda, a los +cr4ticos+,^ ue no creen en
la "erdad e incluso lo contrario es lo ue, no slo ser4a asombroso, sino di4cilmente concebible.
Hada hay, en ello, ue im!liue una comunicacin ms o menos directa entre dos tradiciones
dierentes, aun en el caso ue una uese indiscutiblemente ms anti*ua ue la otra3 Qacaso no
se !uede reconocer determinada "erdad y e1!resarla inde!endientemente de los ue ya la han
e1!resado anteriormente, y, adems, no es esta inde!endencia tanto ms !robable cuanto ue
esa misma "erdad, de hecho, se e1!resar de otra ormaR Por lo dems, es bien necesario
ad"ertir ue esto no "a en modo al*uno contra el ori*en comn de todas las tradiciones !ero la
transmisin de los !rinci!ios, a !artir de un ori*en comn, no trae consi*o necesariamente, de
manera e1!l4cita, la de todos los desarrollos im!licados y todas las a!licaciones a ue !ueden
dar lu*ar todo lo ue es asunto de +ada!tacin+, en una !alabra, !uede considerarse ue
!ertenece en !ro!iedad
en otras !artes, es !oruea tal
deolos
cual orma tradicional
mismos !articular,
!rinci!ios deb4an y, si se
sacarse encuentra su
naturalmente laseui"alente
mismas
consecuencias, sea cual sea, !or otra !arte, la orma es!ecial con ue se las habr e1!resado
au4 o all /a reser"a, naturalmente, de ciertos modos simblicos de e1!resin ue, al ser los
mismos en todas !artes, se ha de considerar ue se remontan a la @radicin !rimordial0.
&dems, las dierencias de orma sern, en *eneral, tanto ms *randes cuanto ms nos
aleemos de los !rinci!ios !ara descender a un orden ms contin*ente y eso constituye una de
las !rinci!ales diicultades en la com!rensin de ciertas ciencias tradicionales.

8
ste ltimo moti"o, "ale tambin contra la !retensin de "incular el esoterismo al mismo neo!latonismo
en los rabes, slo la iloso4a es de ori*en *rie*o, como lo es !or lo dems, donde uiera ue se
encuentre, todo auello a lo ue se !uede a!licar !ro!iamente este nombre de +iloso4a+ /en rabe
3alsa3ah0, ue es como un si*no de ese mismo ori*en !ero au4 no se trata en absoluto de iloso4a.
stas consideraciones, como se com!render sin diicultad, uitan casi todo el inters en lo ue
concierne al ori*en de las tradiciones o la !rocedencia de los elementos ue estas encierran,
desde el !unto de "ista +histrico+, como se entiende en el mundo !roano, !uesto ue hacen
!erectamente intil la su!osicin de una iliacin direct a cualuiera y, all4 mismo donde se
obser"a una semean2a, !uede e1!licarse mucho menos !or +!rstamos+, a menudo
in"eros4miles, ue !or +ainidades+ debidas a un conunto de condiciones comunes o
semean2as /ra2a, ti!o de len*ua, modo de e1istencia, etctera0 en los !ueblos a los cuales se
diri*en res!ecti"amente esas ormas =. n cuanto a los casos de iliacin real, no han de
e1cluirse totalmente, !orue es e"idente ue no todas las ormas tradicionales !roceden
directamente de la @radicin !rimordial, sino ue, al*unas "eces, otras ormas han tenido ue
desem!e7ar el !a!el de intermediarias !ero, las ms de las "eces, estas ltimas son de las ue
han desa!arecido totalmente y, !or lo *eneral, esas transmisiones se remontan a !ocas
demasiado leanas !ara ue la historia corriente, cuyo cam!o de in"esti*acin es en suma harto
limitado, !ueda tener el menor conocimiento de ellas, sin contar con ue los medios !or los ue
se ha eectuado no son de los ue !uedan ser accesibles a sus mtodos de in"esti*acin.

@odo esto no nos alea de nuestro asunto ms ue en a!ariencia y, "ol"iendo a las relaciones de
la Kbala con el Pita*orismo, !odemos !lantearnos ahora esta cuestin3 si aulla no !uede
deri"arse directamente de ste, aun su!oniendo ue no le sea realmente anterior, y aunue slo
uese a causa de una dierencia de orma demasiado *rande, sobre la ue hemos de "ol"er
ense*uida de manera ms !recisa, Qno se !odr4a considerar al menos un ori*en comn a
ambos, ue, en o!inin de al*unos, ser4a :a tradicin de los anti*uos e*i!cios /lo cual, ni ue
decir tiene, nos trans!ortar4a esta "e2 muy leos del !er4odo aleandrino0R s esta, di*moslo de
inmediato, una!ese
es im!osible, teor4a de la ue
a ciertas mucho se
aserciones ha abusado
antsticas, y, en lo
descubrir enue
l laconcierne al Iuda4smo,
menor relacin con todonos
lo
ue de la tradicin e*i!cia !uede conocerse /nos reerimos a la orma, ue es lo nico ue hay
ue considerar en esto, !uesto ue, !or lo dems, el ondo es idntico necesariamente en todas
las tradiciones0 sin duda habr4a la2os ms reales con la tradicin caldea, ya sea !or deri"acin
o !or sim!le ainidad, y en la medida en ue es !osible ca!tar al*o de estas tradiciones
e1tin*uidas desde hace tantos si*los.
n cuanto al Pita*orismo, ui2 la cuestin es ms com!lea y los "iaes de Pit*oras, bien
haya ue tomarlos literalmente, o bien simblicamente, no im!lican necesariamente !rstamos
de las doctrinas de tal o cual !ueblo /al menos en cuanto a lo esencial, e inde!endientemente de
ciertos !untos de detalle0, sino ms bien el establecimiento o ortalecimiento de ciertos la2os
con iniciaciones ms o menos eui"alentes. Bien !arece, en eecto, ue el Pita*orismo ue
sobre todo la continuacin de al*o ue !ree1ist4a en la !ro!ia recia, y ue no hay moti"os !ara
ir a buscar su uente !rinci!al a otra !arte3 nos reerimos a los Misterios y, ms !articularmente,
al 8rismo, del cual, !robablemente, no ue sino una +reada!tacin+, en auella !oca si*lo (:
antes
"e2 endetradiciones
la era cristiana ue,
de casi !or los
todos un e1tra7o
!ueblos.sincronismo, "ioue
?uele decirse !roducirse
!ro!ios cambios
Misteriosde orma eran
*rie*os a la
de ori*en e*i!cio, !ero airmacin tan *eneral es demasiado +sim!lista+, y, si !uede ser "erdad
en ciertos casos, como el de los Misterios de leusis /en los cuales, lle*ado el caso, !arece

9
sto !uede a!licarse !articularmente a la semean2a de e1!resin ue ya hemos se7alado entre la
Kbala y el esoterismo islmico y en lo ue concierne a este ltimo, se !uede hacer a este res!ecto una
obser"acin bastante curiosa3 sus ad"ersarios +e1oteristas+, en el !ro!io :slam, han tratado a menudo de
uitarle "alor atribuyndole un ori*en e1tranero, y, con el !rete1to de ue muchos de los su4es ms
conocidos ueron !ersas, han uerido "er en l, !retendidos !rstamos hechos al Ma2de4smo,
e1tendiendo esta nocin incluso a la +ciencia de los nmeros+3 !ues bien, nin*una huella hay de nada
semeante en los anti*uos !ersas, mientras ue, !or el contrario, tal ciencia e1iste en el Iuda4smo en una
orma com!letamente com!arable, lo cual, !or lo dems, se e1!lica sim!lemente !or las +ainidades+ a las
ue alud4amos, sin hablar de la comunidad de ori*en ms leana, sobre la cual hemos de "ol"er !ero, al
menos, este hecho era el nico ue !udo dar al*n "iso de "erosimilitud a la idea de un !rstamo hecho a
una doctrina !reislmica y no rabe, y !arece haberles esca!ado totalmente.
!ensarse es!ecialmente, otros hay en los ue no ser4a sostenible en modo al*uno N. &hora bien,
ya se trate del !ro!io Pita*orismo o del 8rismo anterior, no es en leusis donde hay ue buscar
el +!unto de contacto+, sino en #elos, y el &!olo dlico no es en absoluto e*i!cio, sino
hi!erbreo, ori*en ue, de todas ormas, es im!osible de considerar !ara la tradicin hebrea 5
esto, adems, nos lle"a directamente al !unto ms im!ortante en lo ue concierne a la ciencia
de los nmeros y las ormas dierentes ue sta ha tomado.

n el Pita*orismo,
*eomtricas esta ciencia
y lo mismo de adems,
sucede, los nmeros a!areceuien,
en Platn, estrechamente li*ada aes
a este res!ecto, la de las ormas
!uramente
!ita*rico. Pudiera "erse, en ello, la e1!resin de un ras*o caracter4stico de la mentalidad
helnica, a!licada sobre todo a la consideracin de las ormas "isuales y sabido es ue, en
eecto, de las ciencias matemticas, la *eometr4a es la ue ms !articularmente desarrollaron
los rie*os . ?in embar*o, hay al*o ms, al menos en lo ue concierne a la +*eometr4a
sa*rada+, ue es de lo ue au4 se trata3 el #ios +*emetra+ de Pit*oras y Platn, entendido en
su si*niicacin ms !recisa y, di*amos, +tcnica+, no es otro ue &!olo. Ho !odemos, a este
res!ecto, entrar en desarrollos ue nos lle"ar4an demasiado leos, y "ol"eremos sobre este
asunto en otra ocasin ahora bien, hay ue hacer notar ue este hecho se o!one claramente a
la hi!tesis de un ori*en comn del Pita*orismo y de la Kbala, y ello en el !unto mismo en ue
sobre todo se ha tratado de relacionarlos, y ue, a decir "erdad, es el ue ha !odido dar idea de
tal relacin, esto es, la semean2a a!arente de las dos doctrinas en cuanto al !a!el ue la
ciencia de los nmeros desem!e7a en ellos.
n la Kbala, esta misma ciencia de los nmeros no se !resenta en modo al*uno como
"inculada
!ues estede la misma no
simbolismo orma concon"enirles
!od4a el simbolismo *eomtric
a unos o ynmadas
!ueblos es cil com!render ue sea lo
como, en !rinci!io, as4,
ueron esencialmente 'ebreos y &rabes. Por el contrario, encontramos all4 al*o ue no tiene su
eui"alente en los *rie*os3 la estrecha unin, incluso !odr4a decirse la identiicacin, en muchos
as!ectos, de la ciencia de los nmeros con la de las letras, a causa de las corres!ondencias
numricas de ellas es eso lo eminentemente caracter4stico de la Kbala J, y ue no se encuentra
en nin*una otra !arte, al menos en ese as!ecto y con ese desarrollo, si no es, como hemos
dicho ya, en el esoterismo islmico, es decir, en suma, en la tradicin rabe.

N
&!enas es menester decir ue ciertos relatos, en los ue se "e a Moiss y 8reo ue reciben al mismo
tiem!o la iniciacin en los tem!los de *i!to, no son sino antas4as ue no se basan en nada serio.

?e trata au4
consi*uiente, de las
todas la ormas
deri"acin direct a incluso
tradicionales si la @radicin
sin e1ce!cin !rimordial
se "inculan uea este
inalmente hi!erbrea, y si,casos,
ori*en, hay !or
como el de la @radicin hebrea, en los ue ello es harto indirectamente y a tra"s de una serie ms o
menos lar*a de intermediarios, ue, !or lo dems, ser4a bien di4cil reconstituir e1actamente.

l l*ebra, !or el contrario, es de ori*en indio y no ue introducida en 8ccidente sino mucho ms tarde,
!or intermedio de los &rabes, ue le dieron el nombre ue ha conser"ado / eljabr0.

?obre este !unto, "ase el ca!4tulo : del libro El %eino de la cantidad los signos de los tiempos,
titulado Can bel! Ho hay ue ol"idar ue, como indicbamos entonces, ?alomn, !ara la construccin
del @em!lo, hubo de recurrir a obreros e1traneros, hecho !articularmente si*niicati"o a causa de la
relacin 4ntima ue e1iste entre la *eometr4a y la aruitectura.
Pudiera !arecer asombroso, a !rimera "ista, ue las consideraciones de este orden
!ermaneciesen aenas a los rie*os <, !uesto ue tambin entre ellos tienen las letras un "alor
numrico /ue, !or lo dems, es el mismo ue en el alabeto hebreo y rabe !ara las ue tienen
eui"alente0, y ue incluso nunca tu"ieron otros si*nos de numeracin. La e1!licacin de este
hecho, sin embar*o, es bastante sencilla3 y es ue la escritura *rie*a, en realidad, no re!resenta
ms ue una im!ortacin e1tranera /ya sea +enicia+ como suele decirse, o bien + cadmea+ es
decir, +oriental+ sin es!eciicacin ms !recisa, y de ello dan e los !ro!ios nombres de las
letras0, y ue,
e1!resarse en su
as4, con simbolismo
la len*ua mismanumrico
;F o de otro
. Por el contrario, en ti!o, nunca
len*uas comoorm cuer!o,
el hebreo y el si cabeel
rabe,
si*niicado de las !alabras es inse!arable del simbolismo literal, y ser4a im!osible dar de ellas
una inter!retacin com!leta en cuanto a su sentido ms !roundo, el ue "erdaderamente
im!orta desde el !unto de "ista tradicional e inicitico /!ues no hay ue ol"idar ue se trata au4
esencialmente de +len*uas sa*radas+0, sin tener en cuenta el "alor numrico de las letras ue
las com!onen las relaciones ue e1isten entre !alabras numricamente eui"alentes y a las
ue a "eces dan lu*ar son, a este res!ecto, un eem!lo !articularmente claro ;;. 'ay, !ues, en
ello al*o ue, como dec4amos al comien2o, se debe esencialment e a la constitucin misma de
estas len*uas, ue est "inculada a ellas de una orma !ro!iamente +or*nica+, en "e2 haber
"enido a a7ad4rsele desde el e1terior y tiem!o des!us, como en el caso de la len*ua *rie*a y
como ese elemento se encuentra a la "e2 en el hebreo y en el rabe, !uede considerarse
le*4timamente ue !roceden de la uente comn de esas dos len*uas y de las dos tradiciones
ue stas e1!resan, es decir, lo ue se !uede llamar la tradicin +abrahmica+.
&hora, !ues, !odemos sacar de estas consideraciones las conclusiones ue se im!onen3 y es
ue, si consideramos
ormas la ciencia!or
dierentes, y undada, deuna
los !arte,
nmerosen en
un los rie*os *eomtrico,
simbolismo y los 'ebreos, la "emos
y, !or con
otra, en undos

F
%ecordemos, a este res!ecto, ue la !alabra gematria /ue, siendo de ori*en *rie*o, ha de haber sido
introducida, como cierto nmero de otros trminos de i*ual !rocedencia, en una !oca relati"amente
reciente, lo cual en modo al*uno uiere decir ue auello ue desi*na no e1istiese anteriormente0, no
deri"a de *eometr4a, como a menudo de !retende, sino de grammateisD &s4 !ues, se trata realmente de la
ciencia de las letras.

G
?lo con el Cristianismo !uede encontrarse al*o as4 en escritos de e1!resin *rie*a, y entonces se trata
maniiestamente de una trans!osicin de elementos undamentales cuyo ori*en es hebreo nos reerimos,
a este res!ecto, !rinci!almente al &!ocali!sis y !robablemente tambin !udieran se7alarse cosas del
mismo orden en lo ue ueda de los escritos ue se "inculan al nosticismo.

1F
Hi siuiera en la inter!retacin simblica de las !alabras /!or eem!lo3 el Cratilo de Platn0, inter"iene la
consideracin de las letras de ue se com!onen lo mismo ocurre, !or lo dems, con el niruta en lo ue
hace a la len*ua snscrita, y si bien, no obstante, en ciertos as!ectos de la @radicin e1iste un simbolismo
literal, incluso muy desarrollado, se basa en !rinci!ios totalmente distintos de auello de ue se trata au4.

1;
s esta una de las ra2ones !or las ue la idea de escribir el rabe en caracteres latinos, emitida !or
al*unos so !rete1to de +comodidad+, es totalmente inace!table e incluso absurda /esto sin !eruicio de
otras consideraciones ms contin*entes, como la de la im!osibilidad de establecer una transcri!cin
"erdaderamente e1acta, !recisamente !orue no todas las letras rabes tienen su eui"alente en el
alabeto latino0. Los "erdaderos moti"os !or los ue ciertos orientalistas se hacen !ro!a*adores de esta
idea son, !or lo dems, com!letamente distintos de los ue es*rimen, y han de buscarse en una intencin
+antitradicional+ en relacin con !reocu!aciones de orden !ol4tico !ero esta es otra historia...
simbolismo literal;>. Como consecuencia, no !uede tratarse de +!rstamos+, ni !or un lado ni !or
el otro, sino slo de eui"alencias como se las encuentra necesariamente entre todas las ormas
tradicionales !or lo dems, soslayamos totalmente toda cuestin de +!rioridad+, sin "erdadero
inters en estas condiciones, y ui2 insoluble, !udindose encontrar el !unto de !artida real
mucho ms de las !ocas !ara las ue es !osible establecer una cronolo*4a aunue sea !oco
ri*urosa. &dems, la !ro!ia tesis de un ori*en comn inmediato ha de descartarse i*ualmente,
!ues "emos cmo la tradicin de la ue esta ciencia orma !arte inte*rante se remonta, !or un
lado a una uente +a!ol4 nea+, esto es, direc tamente hi!erbrea y, !or otro, a una uent e
+abrahmica+, ue !robablemente se "incula sobre todo /como lo su*ieren, adems, los
nombres mismos de +hebreos+ y +rabes+0 a la corriente tradicional "enida de la +isla !erdida de
8ccidente+;=.

1>
#ecimos +basada+, !orue, eecti"amente, estos simbolismos constituyen, en ambos casos, el +so!orte+
sensible y como el +cuer!o+ de la ciencia de los nmeros.

1=
m!leamos constantemente la e1!resin de +ciencia de los nmeros+ !ara e"itar cualuier conusin
con la aritmtica !roana ui2. sin embar*o, !udiera ado!tarse un trmino como el de +aritmolo*4a+
!ero hay ue recha2ar, a causa del +barbarismo+ de su com!osicin h4brida, el de +numerolo*4a+, de
reciente in"encin, y !or el cual, adems, al*unos !arecen uerer desi*nar sobre todo una es!ecie de
+arte adi"inatoria+ ue casi nin*una relacin tiene con la ciencia tradicional de los nmeros.
*
6.
-LA K
ABBA VEDE P
LE JUI AUL VU
LLI
AUD

'asta hoy, !ara el estudio de la Kbala, no e1ist4a nin*n trabao de conunto ue oreciese un
carcter "erdaderamente serio en eecto, el libro de &dol!he $ran), !ese a su re!utacin,
mostraba hasta u !unto su autor, lleno de !reuicios uni"ersitarios y ue, adems, i*noraba
totalmente el hebreo, era inca!a2 de entender el tema ue se esor2 !or tratar en cuanto a
ciertas com!ilaciones tan indi*estas como abuladoras, como la de Pa!us, ms "ale no hablar
de ellas. n ello, !ues, hab4a una lamentable la*una !or llenar, y nos !arec4a ue el im!ortante
trabao del se7or Paul (ulliaud ; habr4a debido estar destinado !recisamente a tal in !ero
aunue este trabao se haya hecho muy concien2udamente y !or mas ue conten*a muchas
cosas interesantes, hemos de reconocer ue al leerlo hemos e1!erimentado cierta dece!cin.

sta obra, cuya lectura nos habr4a *ustado !oder recomendar sin reser"as, no da lo ue !arec4a
!rometer su t4tulo muy *eneral, y el contenido del libro dista mucho de carecer de deectos.
& decir "erdad, el subt4tulo de +nsayo cr4tico+ ya hubiera !odido !onernos en *uardia con
res!ecto al es!4ritu con el cual se ha concebido el libro, !or cuanto demasiado bien sabemos
u hay ue entender !or la !alabra +cr4tica^^ cuando la em!lean los sabios ^^oiciales^^ !ero
como el se7or (ulliaud no !ertenece a tal cate*or4a, al !rinci!io tan slo nos asombr ue usara
una e1!resin susce! tible de tan enoosa inter!ret acin. Lue*o entendimos meor la intencin
ue el autor,
e1!resada !orclaramente
muy ese medio,en
hab4a
unauerido
nota enhacer entre"er
la ue declaratal intencin
haberse la hemos
asi*nado un encontrado
+doble in+3
^^@ratar de la Kbala y de su historia, y, lue*o, e1!oner al !ro!io tiem!o el mtodo cient4ico
se*n el cual trabaan autores en su mayor !arte bien "istos+ /tomo ::, !. >F0.
&s4 !ues, !ara l no se trataba de se*uir a los autores de ue se trata ni de ado!tar sus
!reuicios sino, !or contrario, de combatirlos, de lo cual slo !odemos elicitarle. ?lo ue ha
uerido combatirlos en su !ro!io terreno y en cierto sentido con sus !ro!ias armas, y !or eso se
ha con"ertido, !or decirlo as4, en cr4tico de los cr4ticos. n eecto, tambin : se sita en el !unto
de "ista de la !ura y sim!le erudicin !ero, !or ms ue lo ha hecho "oluntariamente, cabe
!re*untarse hasta u !unto tal actitud ha sido "erdaderamente hbil y "entaosa. (ulliaud se
deiende de ser )abalista, y se deiende con una insistencia ue nos ha sor!rendido y no
com!rendemos muy bien. Q?er, !ues, de esos ue se *lor4an de ser +!roanos+ y ue hasta
ahora hab4amos encontrado ms ue nada en los medios +oiciales+ y con res!ecto a los cuales
l ha dado !ruebas de usta se"eridadR Lle*a a caliicarse de +sim!le aicionado+ en eso
ueremos creer ue se calumnia a s4 mismo. QHo se !ri"a as4 de !arte de esa autoridad ue le
ser4a necesaria
considerar rente a desde
una doctrina autoresel cuyas
!unto aserciones discuteResto
de "ista +!roano+, Por es,
lo dems,
+desde ese !reuicionos
el e1terior+, de
!arece ue e1cluye toda !osibilidad de una com!rensin !rounda. A adems, incluso si tal
actitud slo es in*ida, no !or ello ser menos lamentable, !or cuanto, aunue haya alcan2ado
!or su !ro!ia cuenta dicha com!rensin, se obli*ar as4 a no dear a!arecer nada de ello, y el
inters de la !arte doctrinal se "er !or esto uertemente disminuido. n cuanto a la !arte
cr4tica, el autor ms bien ser considerado !olemista ue ue2 cualiicado, lo ue constituir una

*
La 9abbale juive, recensin a!arecida en la re"ista +:*nis,+ %oma, ;<>5, !. ;;, traducida del italiano !or
abriela Pirinoli. %etomado en *ormes +raditionnelles et Ccles Cosmi-ues!

1
La 9abbale juive; historie et doctrine, > "ol. in-JO de 5>F y NF !*inas. /Par4s, ;<>=0. /%eeditado en
ditions d^&uourd ^hui, Par4s,;<R. Hota del @.0
e"idente inerioridad !ara l. Por lo dems, dos ines !ara una sola obra, !robablemente sean
demasiados, y en el caso del ?r. (u:liaud, es bien lamentable ue el se*undo de estos ines, de
los ue antes se indican, le ha*a ol"idar demasiado a menudo al !rimero, ue sin embar*o era,
y con mucho, el ms im!ortante. Las discusiones y cr4ticas, en eecto, se si*uen de un e1tremo
al otro de su libro y aun en los ca!4tulos cuyo t4tulo !arecer4a anunciar ms bien un tema de
orden !uramente doctrinal de todo ello se saca cierta im!resin de desorden y conusin. Por
otra !arte, entre las cr4ticas del ?r. (u:liaud, si bien las hay sobradamente ustiicadas, !or
eem!lo las ue ata7en a %enn y $ran), as4 como a determinados ocultistas, y ue son las ms
numerosas, hay otras ms discutibles as4, en !articular las ue conciernen a $abre d^8li"et, con
res!ecto a uien (u:liaud !arece hacerse eco de ciertos odios rab4nicos /a no ser ue haya
heredado el odio del !ro!io Ha!olen !or el autor de La langue h1brai-ue restitu1e, !ero esta
se*unda hi!tesis es mucho menos !robable0. #e todas ormas y aun si se trata de las ms
le*4timas cr4ticas, ue !ueden contribuir tilmente a destruir re!utaciones usur!adas, Qno
hubiera sido !osible decir lo mismo ms bre"emente y, sobre todo, con ms seriedad y con un
tono menos a*resi"oR La obra hubiera *anado ciertamente, en !rimer lu*ar, !orue no hubiera
tenido la a!ariencia de una obra de !olmica, as!ecto ue !resenta demasiado a menudo y ue
al*unos malintencionados !odr4an utili2ar contra el autor y, lo ue es ms *ra"e, lo esencial se
hubiera sacriicado menos a consideraciones ue, en suma, no son sino accesorias y de inters
bastante relati"o. 'ay adems otros deectos lamentables3 las im!erecciones de orma a "eces
son molestas no nos reerimos tan slo a los errores de im!resin, e1tremadamente
numerosos, de los ue las erratas no rectiican ms ue una 4nima !arte, sino de las demasiado
recuentes incorrecciones ue, aun con una uerte dosis de buena "oluntad, es di4cil atribuir a la
ti!o*ra4a. &s4, hay distintos +la!sus+ "erdaderamente ino!ortuno s. 'emos ad"ertido cierto
nmero de ellos, y stos, cosa curiosa, se encuentran sobre todo en el se*undo "olumen, como
si ste hubiera sido escrito ms a!resuradamente. &s4, !or eem!lo, $ran) no ue +!roesor de
iloso4a en el Coll_*e ?tanislas+ /!. >N;0, sino en el Coll_*e de $rance, lo cual es muy distinto.
l ?r. (ulliaud escribe adems Ca!!elle y a "eces tambin Ca!ele, el nombre del hebra4sta
Louis Ca!!el, cuyo nombre e1acto !odemos restablecer con tanta ms se*uridad cuanto ue, al
escribir este art4culo tenemos ante nuestros oos su !ro!ia irma. QHo ser ue P. (ulliaud slo
ha "isto ese nombre en orma latini2adaR @odo esto no es *ran cosa, mas, !or el contrario, en la
!*. >, se trata de un nombre di"ino de > letras, y, ms adelante, se encuentra ue ese
mismo nombre tiene N> ese !asae es realmente incom!rensible, y nos !re*untamos si no hay
en l al*una omisin. :ndicaremos otra ne*li*encia del mismo orden !ero ue es tanto ms
*ra"e cuanto ue es moti"o de una "erdadera inusticia3 criticando a un redactor de la
Encclopedia britnica, el ?r. (ulliaud acaba con esta rase3 +Ho se !od4a es!erar una slida
l*ica !or !arte de un autor ue en el mismo art4culo estima ue se han subestimado demasiado
las doctrinas cabal4sticas 8absurdl overestimatedA y ue, al !ro!io tiem !o, el .ohar es un
3arrago o3 absurditQ /t. ::, !. N;J0. Las !alabras in*lesas han sido citadas !or el !ro!io (ulliaud
ahora bien, overestimated no uiere decir +subestimado+ /ue ser4a underestimatedA, sino,
muy al contrario, +sobreestimado+, ue es !recisamente lo contrario, y as4, sean cuales sean !or
lo dems los errores contenidos en el art4culo de ese autor, la contradiccin ue se le re!rocha,
en modo al*uno se encuentra all4 en realidad. Claro, estas cosas no son ms ue detalles, !ero
cuando uno se muestra tan se"ero !ara con los dems y siem!re dis!uesto a co*erles en alta,
Qno deber4a esor2arse !or ser irre!rochableR n la transcri!cin de las !alabras hebreas, hay
una alta de uniormidad "erdaderamente astidiosa bien sabemos ue nin*una transcri!cin
!uede ser !erectamente e1acta, !ero al menos, cuando se ha ado!tado una, sea cual sea,
ser4a !reerible atenerse a ella de orma constante. &dems hay trminos ue !arecen haberse
traducido demasiado a!resuradamente, y !ara los cuales no hubiera sido di4cil encontrar una
inter!retacin ms satisactoria daremos a continuacin un eem!lo bastante !reciso. n la
!*ina N< del tomo :: est re!resentada una ima*en de teraphim sobre la ue est inscrita, entre
otras, la !alabra lu> el ?r. (ulliaud ha re!roducido los dierentes sentidos del "erbo lu> dados
!or Bu1tor haciendo se*uir cada uno de ellos un si*no de interro*acin, hasta tal !unto le
!arec4an !oco a!licables, !ero no ha !ensado ue e1ist4 a tambin el substanti"o lu>, ue
si*niica !or lo *eneral +almendra+ o +hueso de ruto+ /y tambin +almendro+, !orue desi*na al
mismo tiem!o el rbol y su ruto0. Pues bien, este sustanti"o, en el len*uae rab4nico, es el
nombre de una !eue7a !arte cor!oral indestructible a la ue !ermanece li*ada el alma
des!us de la muerte /y es curioso ad"ertir ue esta tradicin hebraica muy !robablemente
ins!ir ciertas teor4as de Leibni20 este ltimo sentido es el ms !lausible y, !or otra !arte, lo
conirma, a nuestro entender, el !ro!io lu*ar ue la !alabra lu> ocu!a en la i*ura.
& "eces el autor hace mal en abordar incidentalmente temas sobre los cuales est
e"identemente mucho menos inormado ue sobre la Kbala, y de los ue muy bien hubiera
!odido dis!ensarse de hablar, cosa ue le habr4a e"itado ciertas eui"ocaciones ue, !or
discul!ables ue sean /dado ue no es a!enas !osible tener la misma com!etencia en todos los
cam!os0, slo !ueden !erudicar a un trabao serio. &s4, hemos encontrado /t. ::, !. =0 un
!asae en el ue se trata de una su!uesta +teoso4a china+ en la ue hemos tenido al*una
diicultad
!alabra, yen reconocer
cuyo resumen,al @ao4smo, ue no esno+@eoso4a+
hecho basndose sabemos se*n nin*una
demasiado biendeenlas ace!ciones
u de la
uente /!orue
au4 !recisamente alta la reerencia0, es eminentemente abulador. Por eem!lo +la naturale2a
acti"a, tien` cielo+, se !one en o!osici n a la +naturale2a !asi"a, uen ` tierra+ ahora bien,
9uen nunca ha si*niicado +la tierra+, y las e1!resiones +naturale2a acti"a+ y +naturale2a !asi"a+
hacen !ensar mucho menos en conce!tos del 1tremo 8riente ue en la +naturale2a naturante+
y la natura naturata de ?!ino2a. Con la mayor in*enuidad se conunden au4 dos cualidades
distintas, la de la +!ereccin acti"a+, 9hien, y la de la +!er eccin !asi"a+, 9uen /decimos
+!ereccin+ y no +naturale2a+0, y la del +cielo+, tien, y de la +tierra+, ti!

Puesto ue estamos hablando de las doctrinas orientales, haremos a este res!ecto otra
obser"acin3 des!us haber se7alado muy ustamente el desacuerdo reinante entre los
e*i!tlo*os y los dems +es!ecialistas+ del mismo *nero, lo ue hace ue sea im!osible iarse
de su o!inin, P. (ulliaud se7ala ue lo mismo ocurre entre los indianistas /t ::, !. ==0, lo ue
es
los e1acto
demsR!ero
n Qcmo
eecto, no ha "isto de
tratndose ue!ueblos
este ltimo caso
como los no era en *i!cios
anti*uos modo al*uno
y loscom!arable
&sirios, uecon
desa!arecieron sin dear sucesores le*4timos, no tenemos, e"identemente, nin*n medio de
control directo, y bien !uede uno e1!erimentar cierto esce!ticismo en lo ue ata7e al "alor de
determinadas reconstituciones ra*mentarias e hi!otticas, !ero, en cambio, !ara la :ndia o !ara
la China, cuyas ci"ili2aciones se han conti nuado hasta nuestros d4as y si*uen "i"as, es
!erectamente !osible saber a u atenerse lo ue im!orta no es tanto lo ue dicen los
indianistas, sino lo ue !iensan los !ro!ios hindes. l ?r. (ulliaud, ue se !reocu!a de no
recurrir ms ue a uentes hebreas !ara saber u es "erdaderamente la Kbala, en lo cual
tiene toda la ra2n, !uesto ue la Kbala es la !ro!ia tradicin hebraica, Qno !odr4a admitir ue
no se ha de actuar de otro modo cuando se trata de estudiar las dems tradi cionesR 'ay otras
cosas ue el ?r. (ulliaud no conoce mucho meor ue las doctrinas del 1tremo 8riente y ue,
sin embar*o, hubieran debido serle ms accesibles aunue slo uese !or el hecho de ue son
occidentales. &s4, !or eem!lo, el %osacrucismo, sobre el ue !arece no saber mucho ms ue
los historiadores +!roanos+ y +oiciales+ y cuyo carcter esencialmente hermtico !arece ue se
le ha esca!ado tan slo sabe ue se trata de al*o totalmente distinto de la Kbala /la idea
ocultista y moderna
a!oyar este aserto y de
no una %osa-Cru2
atenerse a una cabal4stica+, en eecto,
sim!le ne*acin, es ser4a
tambin !ura necesario
antas4a0, mas, !ara
demostrar
!recisamente ue la Kbala y el 'ermetismo son dos ormas tradicionales totalmente distintas.
?iem!re en lo ue concierne al %osacrucismo, no !ensamos ue sea !osible +^!rocurar una
!eue7a emocin a los di*natarios de la ciencia clsica+ recordando el hecho de ue #escartes
haya tratado de !onerse en relacin con los %osa-Cru2 durante su estancia en &lemania /t. ::, !.
>=50, !ues tal hecho es ms ue notorio !ero lo cierto es ue no !udo lo*rarlo, y el !ro!io
es!4ritu de sus obras, tan contrario como es !osible a todo esoterismo, es !rueba y e1!licacin a
un tiem!o de ese racaso. s sor!rendente "er citar, como indicio de una ailiacin de #escartes
a la $raternidad, una dedicator ia /la del +hesaurus mathematicus0 maniiestamente irnica y en
la ue, !or el contrario, se siente todo el des!recio de un hombre des!echado ue no hab4a
!odido obtener la ailiacin ue hab4a buscado. Lo ue toda"4a es ms sin*ular, son los errores
del ?r. (ulliaud en lo ue ata7e a la Masoner4a inmediatamente des!us de haberse burlado de
Eliphas L1vi, uien eecti"amente acumul conusiones cuando uiso hablar de la Kbala,
(ulliaud, a su "e2, al hablar de la Masoner4a, ormula tambin airmaciones no menos
di"ertidas. Citemos el si*uiente !asae destinado a establecer ue no hay nin*n "4nculo entre
la Kbala y la Masoner4a3 +'ay ue hacer una obser"acin sobre el hecho de limitar la
Masoner4a a las ronteras euro!eas. La Masoner4a es uni"ersal, mundial. Qes tan cabal4stica
entre los chinos y los ne*rosR+ /t.::, !. =;<0. Ciertamente, las sociedades secretas chinas y
aricanas /las se*undas se reieren ms es!ecialmente a las del Con*o0 no han tenido nin*una
relacin con la Kbala, !ero tam!oco la han tenido con la Masoner4a y si sta no est +limitada
a las ronteras euro!eas+, es nicamente !orue los euro!eos la han introducido en otras !artes
del mundo.

A esto, no menos curioso3 QCmo se e1!lica esta anomal4a /si se admite ue la Masoner4a es
de ins!iracin )abal4stica03 el rancmasn (oltaire, ue slo ten4a des!recio !or la ra2a ud4aR+
/!. =>N0. Q:*nora el ?r. (ulliaud ue (oltaire slo ue recibido en la lo*ia +Les Heu ?oeurs+ /DLas
Hue"e 'ermanasE0 a t4tulo !uramente honor4ico, y slo seis meses antes de morirR Por otra
!arte, aun tomando un eem!lo meor, eso tam!oco !robar4a nada, !or cuanto a muchos
masones, deber4amos decir la mayor !arte, incluso en los ms altos *rados, les es aeno todo
conocimiento real de la Masoner4a /y en ellos !odr4amos incluir ciertos di*natarios del ran
8riente de $rancia ue el ?r. (ulliaud, sin duda dendose im!resionar !or sus t4tulos, cita sin
nin*n moti"o como autoridades0. Meor ins!irado hubiera estado nuest ro autor in"ocando, en
a!oyo de su tesis, el hecho ue en &lemania y ?uecia e1isten or*ani2aciones masnicas de las
ue se e1cluye ri*urosamente a los ud4os hay ue creer ue lo i*noraba totalmente, !ues no
hace la menor alusin a ello. 'arto interesante resulta e1traer de la nota ue termina el mismo
ca!4tulo /!. =>J0 las l4neas si*uientes3 +#i"ersas !ersonas !odr4an re!rocharme el haber
ra2onado como si slo hubiese una orma de Masoner4a. Ho i*noramos los anatemas de la
Masoner4a es!iritualista contra el ran 8riente de $rancia, !ero, bien so!esado, consideramos
el conlicto como
masnicas+, una las
sino ue dis!uta de *ran
hay en amilia.+ 'aremos
nmero, y ueobser"ar
el ran ue no hay
8riente slo +dos
de $rancia, escuelas
como el de
:talia, no est reconocido !or las dems or*ani2aciones !orue nie*a determinados landmars o
!rinci!ios undamentales de la Masoner4a, lo ue, des!us de todo, constituye una +dis!uta+
bastante seria /mientras ue entre otras +escuelas+, las di"er*encias distan mucho de ser tan
!roundas0. n cuanto a la e1!resin de +Masoner4a es!iritualista+ no corres!onde
absolutamente a nada, !uesto ue no es ms ue una in"encin de ciertos ocultistas, de
auellos cuyas su*estiones, !or lo *eneral, menos ur*ido est el ?r. (u:liaud ace!tar. A, al*o
ms leos, "emos mencionados como eem!los de +Masoner4a es!iritualis ta+ el Ku-Klu1-Klan y
los 8ran*istas /su!onemos ue se trata del %oal Prder o3 Prange0, es decir, dos asociaciones
!uramente !rotestantes, ue sin duda !ueden contar con masones entre sus miembros, !ero
ue, en s4 mismas, no tienen ms relacin con la Masoner4a ue las sociedades del Con*o de
las ue nos hemos ocu!ado antes. Haturalmente, (u:liaud tiene derecho a i*norar todas estas
cosas y otras muchas ms y no !ensamos re!rochrselo !ero, una "e2 ms, Qu le obli*aba a
hablar de ello, dado ue estos asuntos estaban al mar*en de su tema y, !or otra !arte, sobre
ste l no !retend4a ser totalmente com!letoR #e todas ormas, si ten4a inters en hacerlo,
menos le habr4a costado, al menos en al*uno de estos e1tremos, reco*er inormaciones lo
bastante e1actas ue buscar una *ran cantidad de libros raros y desconocidos ue se com!lace
en citar con cierta ostentacin.

Por su!uesto, todas estas reser"as no nos im!iden reconocer los mritos "erdaderos de la obra,
ni rendir homenae al esuer2o considerable de ue da !rueba muy al contrario, si hemos
insistido tanto en sus deectos, es !orue estimamos ue es hacerle un a"or a un autor el
hacerle cr4ticas en e1tremos muy !recisos. &hora hemos de decir ue P. (ulliaud,
contrariamente a los autores modernos ue le discuten /y entre stos, cosa e1tra7a, hay muchos
israelitas0, ha establecido muy bien la anti*6edad de la Kbala, su carcter es!ec4icamente
udaico y estrictamente ortodo1o entre los cr4ticos +racionalistas+, en eecto, est de moda
o!oner la tradicin esotrica al rabinismo e1otrico, como si stos no uesen los dos as!ectos
com!lementarios de una sola y misma doctrina. &l !ro!io tiem!o, ha destruido buen nmero de
leyendas demasiado e1tendidas /!or estos mismos +racionalist as+0 y des!ro"istas de todo
undamento, como la ue uiere !oner en cone1in a la Kbala con las doctrinas neo!latnicas,
la ue atribuye el .ohar a Moiss de Len y hace as4 de l una obra ue slo data del si*lo :::,
la ue !retende hacer de ?!ino2a un )abalista, y al*unas otras ms o menos im!ortantes.
&dems ha deado !erectamente sentado ue la Kbala no es en modo al*uno un +!ante4smo+,
como han !retendido al*unos /sin duda !or el hecho de ue cree !oder "incularla con las teor4as
de ?!ino2a, las cuales son "erdaderamente +!ante4stas+0 y muy ustamente obser"a ue +se ha
hecho un e1tra7o abuso de este trmino+, ue a diestro y siniestro se a!lica a las ms "ariadas
conce!ciones con la nica intencin de +tratar de !roducir un eecto de es!anto+ /t. :, !. N><0, y
tambin, a*re*aremos nosotros, !orue as4 uienes lo hacen se creen dis!ensados de toda
discusin !osterior. sta absurda acusacin se renue"a *ratuita y muy recuentemente contra
todas las doctrinas orientales !ero siem!re !roduce eecto en al*unas mentalidades timoratas,
aunue la !alabra +!ante4smo+, a base de ser utili2ada abusi"amente termine !or no si*niicar
ya nada Qcundo se com!render, !ues, ue las denominaciones ue los sistemas ue la
iloso4a moderna ha in"entado slo son a!licables a stos e1clusi"amenteR l ?r. (ulliaud
muestra adems ue una !retendida +iloso4a m4stica+ de los ud4os, dierente de la Kbala, es
al*o ue nunca ha e1istido en realidad mas, !or el contrario, comete el error de utili2ar la
!alabra +misticismo+ !ara caliicar la Kbala. ?in duda, eso de!ende del sentido ue se d a
esta !alabra, y el ue l indica /ue la har4a a!ro1imadamente sinnima de +nosis+ o
conocimiento trascendente0 ser4a sostenible si no hubiera ue !reocu!arse ms ue de la
etimolo*4a, !ues es e1acto ue +misticismo+ y +misterio+ tienen i*ual ra42 /t. :, !*s. ;>N y ;=;-
;=>0 !ero hay ue tener muy en cuenta el uso establecido, ue ha modiicado y restrin*ido
considerablemente su si*niicado. Por otra !arte, en nin*uno de estos dos casos nos es !osible
ace!tar la airmacin de ue +el misticismo es un sistema ilosico+ /!.;>0 y si demasiado a
menudo en esta obra, toma la Kbala una a!ariencia +ilosica+ es sta una consecu encia del
!unto de "ista +e1terior+ en el ue ha uerido situarse. Para nosotros, la Kbala es mucho ms
una meta4sica ue una iloso4a, mucho ms inicitica ue m4stica al*n d4a, !or lo dems,
tendremos ocasi n de e1!oner las dierencias esenciales ue e1isten entre la "4a de los
iniciados y la de los m4sticos /ue, di*moslo de !aso, corres!onden res!ecti"amente a la +"4a
seca+ y la +"4a hmeda+ de los aluimistas. ?ea lo ue uere, los resultados "ariados ue hemos
se7alado, en lo sucesi"o !odr4an considerarse como deiniti"amente aduiridos si la
incom!rehensin de al*unos !retendidos sabios no "iniese siem!re a !onerlo todo en tela de
uicio, reirindose a un !unto de "ista histrico al ue P. (ulliaud ha concedido /estar4amos
tentado de decir ue des*raciadamente, sin !or ello desconocer su im!ortancia relati"a0
demasiado es!acio con res!ecto al !unto de "ista !ro!iamente doctrinal. & !ro!sito de este
ltimo, indicaremos como ms !articularmente interesantes, en el !rimer "olumen los
ca!4tulos ue conciernen a En #oph y las #e3iroth /ca!. L0, la #heinah y Metatrn /ca!. :l:0,
aunue hubiera sido deseable encontrar en ellos ms desarrollos y !recisiones, as4 como auel
en ue se e1!onen los !rocedimientos cabal4sticos /ca!. (0. n eecto, nos !re*untamos si
uienes no tienen nin*n conocimiento !re"io de la Kbala, se "ern suicien temente
esclarecidos !or su lectura.

&cerca de lo ue !odr4an llamarse a!licaciones de la Kbala, ue aunue secundarias con


res!ecto a la doctrina !ura, no son ciertamente de desde7ar, mencionaremos, en el se*undo
"olumen, los ca!4tulos dedicados al ritual /ca!. :(0, los dedicados a los amuletos /ca!. (0 y a
las ideas mesinicas /ca!. (l0 contienen cosas "erdaderamente nue"as o al menos bastante
!oco conocidas en !articular, en el ca!4tulo (:, !ueden hallarse numerosas inormaciones
sobre el as!ecto social y !ol4tico ue en buena !arte contribuye a dar a la tradicin cabal4stica
su carcter clara y !ro!iamente udaico. @al cual se !resenta en su conunto, la obra de (u:liaud
nos !arece sobre todo ca!a2 de rectiicar *ran nmero de ideas alsas, lo ue ciertamente es
al*o e incluso mucho, !ero ui2 no es suiciente !ara obra tan im!ortante y ue uiere ser ms
ue una sim!le introduccin. ?i al*n d4a da el autor una nue"a edicin, ser4a de desear ue
se!arase tan com!letamente como sea !osible la !arte doctrinal, disminuya sensiblemente la
!rimera !arte, y d ms e1tensin a la se*unda, aun si actuando as4 corre el ries*o de no !asar
ya !or el +sim!le aicionado+ al ue demasiado ha uerido limitarse.
Para terminar este e1amen del libro del ?r. (ulliaud, ormularemos al*unas obser"aciones ms
a !ro!sito de un asunto ue merece !articular atencin, y ue tiene cierta relacin con las
consideraciones ue ya tu"imos ocasin de e1!oner, es!ecialmente en nuestro estudio sobre Le
%oi du Monde, nos reerimos al ue ata7e a la #heinah y Metatrn. n su sentido ms *eneral,
la #heinah es la +!resencia real+ de la #i"inidad lo !rimero ue hemos de hacer obser"ar es
ue los !asaes de la scritura en ue se la menciona es!ecialmente son sobre todo auellos en
ue se trata de la institucin de un centro es!ir itual3 la construccin del @abernculo, la
ediicacin de los @em!los de ?alomn y Zorobabel. n centro tal, constituido en condiciones
re*ularmente deinidas, hab4a de ser, en eecto, el lu*ar de la maniestacin di"ina, siem!re
re!resentada como una +Lu2+ y, !or ms ue el ?r. (ulliaud nie*a toda relacin entre la Kbala
y la Masoner4a /aunue reconociendo, no obstante, ue el s4mbolo del +ran &ruitecto+ es una
metora habitual en los rabinos0, la e1!resin de +lu*ar muy iluminado y muy re*ular+ ue la
ltima ha conser"ado, !arece realmente ser un recuerdo de la anti*ua ciencia sacerdotal ue
re*4a la construccin de los tem!los y ue, !or lo dems, no era !articular de los ud4os. :ntil es
ue abordemos au4 la teor4a de las +inluencias es!irituales+ /!reerimos esta e1!resin a la de
+bendiciones+ !ara traducir el hebreo beraoth, tanto ms cuanto ue es el sentido ue
clar4simamente ha conser"ado en rabe la !alabra Baraah0 !ero aun considerando las cosas
desde este nico !unto de "ista, ser4a !osible e1!licar la rase de l4as Le"ita ue el ?r. (ulliaud
reiere3 +%es!ecto a eso, los Maestros de la Kbala tienen *randes secretos.+ &hora, el asunto
es tanto ms com!leo cuanto ue la #heinah se !resenta bao as!ectos mlti!les3 tiene dos
!rinci!ales3 uno interior y otro e1terior /t. :, !. N<50 !ero au4, el ?r. (ulliaud hubiera !odido un
!oco ms claramente de lo ue lo hace, tanto ms cuanto ue, !ese a su intencin de no tratar
sino de la +Kbala ud4a+, ha se7alado !recisamente +las relaciones entre las teolo*4as ud4a y
cristiana acerca de la #heinah+ /!. N<=0. Pues bien, !recisam ente en la tradicin cristiana hay
una rase ue desi*na con el m1imo de clarid ad los dos as!e ctos de ue habla3 Gloria in
e@celsis 2eo, et in terra "a@ hominibus bonae voluntatis! Las !alabras Gloria "a@ se reieren
res!ecti"amente al as!ecto interno, con res!ecto al Princi!io, y al e1terno, con res!ecto al
mundo maniestado y si se consideran ambas !alabras de esta manera, !uede com!renderse
inmediatamente !or u moti"o son !ronunciadas !or los n*eles 8MalaimA !ara anunciar el
nacimiento del +#ios con nosotros+ o +en nosotros+ 8EmmanuelA! @ambin ser4a !osible, !ara el
!rimer as!ecto, recordar la teor4a de los telo*os sobre la +Lu2 de loria+ en la cual y !or la cual
se eecta la "isin beat4ica 8In e@celsisAD y !ara el se*undo as!ecto diremos adems ue la
+Pa2+ , en su sentido esotrico, se indica en todas !artes como atributo es!iritual de los centros
es!irituales establecidos en este mundo 8terraA! Por otra !arte la !alabra rabe #ainah, ue a
todas luces es idntica a la !alabra hebrea, se traduce !or +ran Pa2+, ue es el eui"alente
e1acto de la Q"a@ "ro3undaQ de los %osa-Cru2 y, de esta orma, sin duda ser4a !osible e1!licar lo
ue stos entend4an !or el +@em!lo del s!4ritu ?anto+. :*ualmente, !odr4an inter!retarse de
manera !recisa cierto nmero de te1tos e"an*licos, tanto ms cuanto ue +la tradicin secreta
concerniente a la #heinah tendr4a al*una relacin con la lu2 del Mes4as+ /!. R/A! Q?er sin
intencin, !ues, cmo el ?r. (ulliaud, al dar esta ltima indicacin, dice ue se trata de la
tradicin +reser"ada a auellos ue si*uen el camino ue lle"a al "ardesQ, es decir, como hemos
e1!licado en otro lu*ar, al Centro es!iritual su!remoR sto nos conduce ahora a otra
obser"acin un !oco mas adelante, se trata de un +misterio relati"o al ubileo+ /!. RA en cierto
sentido est en cone1in con la idea de +Pa2+ y, a este res!ecto, se cita este te1to del .ohar /:::,
+l r4o ue sale del dn lle"a el nombre de &oel, como el de Ierem4as /(::, J03 +1tender
sus ra4ces hacia el r4o+, de dnde resulta ue la idea central del Iubileo es el re*reso de todas
las cosas a su estado !rimiti"o.+ st claro ue au4 se trata del re*reso al +estado !rimordial+
considerado !or todas las tradiciones y del ue tu"imos ue ocu!arnos en nuestro estudio sobre
#ante y, cuando se a*re*a ue +el re*reso de todas las cosas a su !rimer estado anunciar la
era mesinica+ /!. RSA, los ue hayan le4do dicho estudio !odrn recordar lo ue diimos a
!ro!sito de las relaciones entre el +Para4so terrenal+ y la +Ierusaln celestial+. Por otra !arte, de
lo ue se trata au4, siem!re y en todas !artes, en las di"ersas ases de la maniestacin c4clica,
es del "ardes, el centro de este mundo, ue el simbolismo tradicional de todos los !ueblos
com!ara con el Cora2n, centro del ser y +residencia di"ina+ 8Brahmapura en la doctrina hind0,
como el tabernculo ue es su ima*en y ue, !or este moti"o, es llamado en hebreo mishan o
+habitculo de #ios+ /!. N<=0, !alabra ue tiene la misma ra42 ue la !alabra #heinah! #esde
otro !unto de "ista, la #heinah es la s4ntesis de las #e3irothD !ues bien, en el rbol seirtico, la
+columna de la derecha+ es el lado de la Misericordia, y la +columna de la i2uierda+ es el del
%i*or as4 !ues, tambin hemos de encontrarlos en la #heinah! n eecto, +si el hombre !eca y
se alea de la #heinah, cae en !oder de las !otencias 8#5rimA ue de!enden del %i*or+ /!.
RSA, y entonces la #heinah es llamada +mano del ri*or+, lo ue inmediatamente recuerda el
s4mbolo bien conocido de la +mano de la usticia+. Mas, !or el contrario, si el hombre se acerca a
la #heinah, se libera, y la #heinah es +la mano derecha+ de #ios, es decir, ue la +mano de la
usticia+ se con"ierte entonces en +mano bendecidora+. ?on estos los misterios de la +Casa de
Iusticia+ 8Beith2inA, ue es tambin otra desi*nacin del centro es!iritual su!remo a!enas es
necesario hacer notar ue los dos lados ue hemos considerado son auellos en ue se re!arten
ele*idos condenados en las re!resentaciones cristianas del +Iuicio inal+. :*ualmente !odr4a
establecerse una relacin con las dos "4as ue los Pita*ricos re!resentaban !or la letra A, y ue
en orma e1otrica estaban simboli2 adas !or el mito de 'rcules entre la (irtud y el (icio con
las dos !uertas, celestial e inernal, ue entre los Latinos se asociaban al simbolismo de Iano y
con las dos ases c4clicas ascendente y descendente ue, entre los hindes, se "inculaban
!arecidamente con el simbolismo de anesha. n in, es cil com!render, as4, lo ue
"erdaderamente si*niican e1!resiones como +intencin derecha+ y +buena "oluntad+ / "a@
hominibus bonae voluntatis, y uienes cono2can los numerosos s4mbolos a ue hemos aludido
au4, "ern ue no sin moti"o coincide la iesta de Ha"idad con el solsticio de in"ierno0, cuando
se cuida de dear a un lado todas las inter!retaciones e1teriores ilosicas y morales ue se le
han dado desde los estoicos hasta Kant.

+La Kbala le da a la #heinah un Paredro, ue !orta nombres idnticos a los suyos y ue, !or
consi*uiente, !osee los mismos caracteres+ /!*inas. N<-N<J0, y ue naturalmente tiene tantos
as!ectos di"inos
numricamente como la aldicha
eui"alente #heinah
de #haddai su nombre es
, el +@odo!oderoso+ se dice es yel nombre
ue Metatrn, tal nombre es
del #ios
de &braham+. La etimolo*4a de la !alabra Metatrn es harto incierta a este res!ecto, P. (ulliaud
reiere "arias hi!tesis, una de ellas lo hace deri"ar del caldeo Mitra, ue si*niica +llu"ia+ y ue,
adems, !or su ra42 tiene cierta relacin con la +lu2+. ?i as4 es, !or otra !arte, la semean2a con
el Mitra hind y con el 2orostrico no constituye moti"o suiciente !ara admitir ue el Iuda4smo
haya tomado nada de doctrinas e1tra7as, como tam!oco es un !la*io el !a!el atribuido a la
llu"ia en las distintas tradiciones orientales, y a este res!ecto se7alaremos ue la tradicin ud4a
habla de un +roc4o de lu2+ ue emana del +&rbol de la "ida+, !or medio del cual se eectuar la
resurreccin de los muertos /!. <<0, as4 como de una +eusin de roc4o+, ue re!resenta la
inluencia celestial ue se comunica a todos los mundos /!. N50, y ue recuerda sin*ularmente
al simbolismo alu4mico y rosacru2.
+l trmino Metatrn incluye todas las ace!ciones de *uardin, ?e7or, en"iado y mediador+ /!.
N<<0 l es el +&n*el de la $a2+ y tambin +el Pr4nci!e del Mundo+ / #5r ha-Klam0 l es +el autor
de las teoan4as, las maniestaciones di"inas en el mundo sensible+ /!. N<>0. #e buena *ana
dir4amos
ue est ue es el +Polo
en relacin celestial+
directa se*n y,
el dado uemundo+,
+ee del ste tiene
Qnosuser
releo
!or en
eseelmoti"o
+Polo terrenal+,
!or lo uecon
se el
dice ue el !ro!io Metatrn ue el instructor de MoissR Citemos adems estas l4neas3 +?u
nombre es Mi)ael, el ?umo ?acerdote ue es holocausto y oblacin ante #ios. A todo cuanto
hacen los israelitas sobre la tierra es lle"ado a cabo de conormidad con lo ue sucede en el
celestial. l ran Pont4ice, en este bao mundo, simboli2a a Miael, !r4nci!e de la Clemencia...
n todos !asaes en ue la scritura habla de la a!aricin de Miael, se trata de la *loria de la
#heinah+ /!*s. 5FF-5F;0. Lo au4 dicho de los israelitas !uede decirse de todos los !ueblos
ue !oseen una tradicin "erdaderamente ortodo1a con mayor ra2n ha de decirse de los
re!resentantes de la tradicin !rimordial, de la ue deri"an todas las dems y a la ue todas
estn subordinadas. Por otra !arte, Metatrn no tiene solamente el as!ecto de Clemencia, sino
el de Iusticia en el mundo celestial es no slo el ?acerdote+ /9ohen ha-gadol0, sino tambin el
Pr4nci!e+ / #5r hagadol0, lo ue eui"ale a decir ue el !rinci!io del !oder real se encuentra
tanto en l como el del !oder sacerdotal o !ontiical, al ue corres!onde i*ualmente la uncin
de +mediador+. 'ay ue obser"ar asimismo ue Mele, +rey+, y Malea, +n*el+ o +en"iado+ no
son en realidad sino dos ormas de una sola y misma !alabra, adems, Malai, +mi en"iado+
/esto es, el en"iado de #ios o +el n*el en el ue #ios est+, Malea haElohim0 es el ana*rama
de Miael. s con"eniente a7adir ue, si bien Miael se identiica con Metatrn, como hemos
"isto, sin embar*o no re!resenta de l ms ue un as!ecto unto a la cara luminosa tambin
hay una cara obscura, y tocamos au4 otros misterios. n eecto, !uede !arecer e1tra7o ue
?amael se llame tambi n #5r haKlam , y nos asombra un !oco ue el ?r. (ulliaud se haya
limitado a mencionar este hecho sin el menor comentario /!. 5;>0. s este ltimo as!ecto, y slo
ste, el ue, en un sentido inerior, es +el *enio de este mundo+, el "rinceps hujus mundi de ue
se trata en el "an*elio y esta relacin con Metatrn, del ue es como una sombra, ustiica el
em!leo de una misma desi*nacin en un doble sentido, y hace com!render al mismo tiem!o !or
u el nmero a!ocal4!tico es tambin un nmero solar /est ormado en !articular !or el
nombre #orath, demonio del ?ol, y o!uesto en cuanto tal al n*el Miael0. Por lo dems, el ?r.
(ulliaud obser"a ue se*n ?an 'i!lito, +el Mes4as y el &nticristo tienen ambos !or emblema el
len+ /t. ::, !. ==0, ue es i*ualmente un s4mbolo solar y la misma obser"acin !odr4a hacerse
!ara la ser!iente y muchos otros s4mbolos. #esde el !unto de "ista cabal4stico, se trata tambin
de las dos caras o!uestas de Metatrn de manera ms *eneral, sobre este asunto del doble
sentido de los s4mbolos, ser4a o!ortuno desarrollar toda una teor4a ue toda"4a no !arece
haberse e1!uesto claramente. Ho insistiremos, al menos !or ahora, en este as!ecto del asunto,
ue ui2 sea uno de los ue, !ara e1!licarlo, mayores diicultades !resente.

Pero "ol" amos de nue "o a la #heinah3 sta est re!resentada en el mundo inerior !or la
ltima de las #e3iroth, ue es llamada Maluth, es decir el +%eino+, desi*nacin bastante di*na
de obser"acin desde el !unto de "ista en ue nos situamos /tanto como la de +sede, +l
Iusto+, ue a "eces es su sinnima0 y Maluth es el de!sito al ue aluyen las a*uas ue
"ienen del r4oen
ella derrama deabundancia+
arriba, es decir, todas
/t. :, !. lasse
5F<0. emanaciones /*racias
+r4o de arriba+ y las oa*uas
inluencias
ue dees!irituales0
l luyen nosue
recuerdan e1tra7amente el !a!el atribuido al r4o celestial Gang5 en la tradicin hind, y tambin
se !odr4a hacer obser"ar ue la #hati, de la ue Gang5 es un as!ecto, no carece de cierta
analo*4a con la #heinah, aunue no uese mas ue a causa de la uncin +!ro"idencial+ ue les
es comn. ?abemos bien ue el e1clusi"ismo habitual de las conce!ciones udaicas no se
encuentra muy cmodo con tales com!araciones, !ero no !or ello son menos reales y, !ara
nosotros, ue no acostumbramos a dearnos inluir !or ciertos !reuicios, orece enorme inters
el hacerlas constar, !or cuanto es una conirmacin de la unidad doctrinal esencial ue se
esconde tras la a!arente di"ersidad de las ormas e1teriores.
Haturalmente, el de!sito de las a*uas celestiales es idntico al centro es!iritual de nuestro
mundo de all4 brota n los cuatro r4os del "ardes, diri*indose a los cuatro !untos cardinales.
Para los hebreos, ese centro es!iritual es el Monte ?anto de ?in, al ue dan la denominacin
de +cora2n del mundo+, y ue de esta orma se con"ierte ellos en el eui"alente del M4ru de
los hindes o del lborj de los !ersas. +l @abernculo de la ?antidad de la residencia de la

Ierusaln, es
#heinah, e l la
como ?anta ?in es eles
#anctasanctorum, el cora2n
centro del @em!lo,
de la @ierra uecomo
de :srael, es a lasu@ierra
"e2 eldecentro
:srael de
es el
centro del mundo, /!. 5F<0.

@ambin de esta manera !resenta #ante a Ierusaln como el +Polo es!iritual+, como hemos
tenido ocasin de e1!licar, !ero cuando uno sale del !unto de "ista !ro!iamente ud4o, esto se
torna sobre todo simblico y no constituye ya una locali2acin en el sentido estricto de la
!alabra. @odos los centros es!irituales secundarios, constituidos con "istas a las dierentes
ada!taciones de la tradicin !rimordial a unas condiciones determinadas, son im*enes del
centro su!remo ?in !uede no ser en realidad ms ue uno de tales centros secundarios y,
!ese a ello, identiicarse simblicamente con el centro su!remo en "irtud de esta analo*4a, y lo
ue ya hemos dicho en otro lu*ar acerca de la +@ierra ?anta+, ue no es tan slo la @ierra de
:srael, !ermitir com!renderlo ms cilmente. 8tra e1!resin notabi l4sima, como sinnimo de
+@ierra ?anta+, es la de +@ierra de los (i"ientes+ se dice ue +la @ierra de los (i"ientes
com!rende siete tierras+, y el ?r. (ulliaud se7ala a este res!ecto ue +esa tierra es Canan, en
la ue hab4a siete !ueblos+ /t. ::, !. ;;0.
?in duda, esto es e1acto en sentido literal !ero, simblicamente, Qno corres!onder4an esas siete
tierras a los siete dTNpas ue, se*n la tradicin hind, tienen al M4ru !or centro comnR A, si
as4 es, cuando los mundos anti*uos o las creaciones anteriores a la nuestra se re!resentan !or
los +siete reyes de dom+ /el nmero est au4 en relacin con los siete +d4as+ del nesis0, Qno
hay ah4 una semean2a, demasiado uertemente acentuada como !ara ser accidental, con las
eras de los siete ManUes, contados desde el !rinci!io del 9alpa hasta la !oca actualR #amos
estas !ocas
los datos rele1iones
contenidos entan slo como
la obra eem!lo
de Paul de des*raciadamente,
(ulliaud las consecuencias ue cabededes!render
es muy temer uede
mayor !arte de los lectores no !uedan !ercatarse de ello y sacar las consecuencias !or sus
!ro!ios medios. Pero, al hacer ue a la !arte cr4tica de nuestra e1!osicin si*a una !arte
doctrinal, hemos hecho un !oco, en los l4mites a los ue or2osamente hemos tenido ue
limitarnos, lo ue hubisemos deseado hallar en la obra del ?r. (ulliaud.
7.
- EL
*
SI
FRA DI TZ
ENI
UTH
A

l ?r. Paul (ulliaud acaba de !ublicar, a modo de comien2o de una serie de +te1tos
undamentales de la Kbala+, una traduccin del #i3ra di+>eniutha, !recedida de una lar*a
introduccin, mucho ms lar*a ue la !ro!ia traduccin, e incluso ue las dos traducciones,
!ues en este "olumen hay en realidad dos "ersiones sucesi"as del te1to, una literal y otra
!araraseada.
.ohar de Ieansta introduccin
de Pauly, !arece
tal trabao sobre
distaba todo destinada
mucho a mostrar
de ser intil !or ello,ue, aun
en su des!us
mayor !artedel
est
consa*rada a una rese7a histrica detallada de dicha traduccin rancesa del .ohar, ue, se*n
!arece, contiene a!ro1imadamente todo cuanto es !osible saber de la "ida del traductor mismo,
!ersonae harto eni*mtico en "erdad, y cuyos or4*enes no estn an deiniti"amente aclarados.
@oda esta historia es muy curiosa, y !ara e1!licarse las la*unas e im!erecciones de auella
obra, no es indierente saber en u condiciones se reali2 y u e1tra7as diicultades tu"o el
editor con el desaortunado Iean de Pauly, un tanto aueado de man4a !ersecutoria. ?in
embar*o, nos !ermitiremos o!inar ue estos detalles ocu!an au4 demasiado es!acio !or !oco,
al leerlos, se !ondr4a uno a lamentar ue P. (ulliaud no se haya dedicado a lo ue !odr4an
llamarse los as!ectos menores de la historia, !ues sin duda hubiera a!ortado a ello un "erbo
!oco corriente !ero los estudios )abalistas hubieran !erdido enormemente.
?obre el estado actual de stos, la misma introduccin contiene consideraciones *enerales a lo
lar*o de las cuales el ?r. (ulliaud ataca, como l sabe hacerlo, a los +#octores+, es decir, los
+oiciales+, a uienes ya hab4a dicho duras "erdades en su 9abbale juive, lue*o a un esuita, el
P. Bonsir"en, en
incom!arable a uien !arece
materia ue al*unos
de Iuda4smo. stase em!e7an
ocasin ahora
da !ie en !resentar
a buen nmero decomo autoridad
obser"aciones
harto interesantes, !articularmente sobre los !rocedimientos de los )abalistas y la orma en ue
stos citan los te1tos escriturarios, +!asmosa+ se*n los cr4ticos y (ulliaud a*re*a acerca de
ello3 +La e1*esis contem!ornea se ha mostrado !articularmente inca!a2 de anali2ar
con"enientemente las +citas+ de los "an*elios, !orue se ha resuelto a i*norar los
!rocedimientos de la hermenutica ud4a hay ue trans!ortarse a Palestina, !or cuanto la obra
e"an*lica se elabor en auella re*in+. sto !arece concordar, al menos en la tendencia, con
los trabaos de un esuita, el P. Marcel Iousse y es una lstima ue a ste no se le mencione,
!ues habr4a sido curioso !onerlo as4 rente a su cole*a... Por otra !arte, P. (ulliaud se7ala
ustamente ue los catlicos ue hacen burla de las rmulas m*icas, o su!uestamente tales,
contenidas en las obras )abal4sticas, y ue se a!resuran a tildarlas de +su!ersticiosas+, debieran
iarse bien en ue sus !ro!ios rituales estn llenos de cosas del mismo *nero. :*ualmente, en
lo ue ata7e a la acusacin de +erotismo+ y +obscenidad+ eectuada contra cierto ti!o de
simbolismo3 +Los cr4ticos !erten ecientes al Catolicismo deber4an rele1ionar , antes de unir sus
"oces a las de los ud4os y !rotestantes racionalistas, ue la teolo*4a catlica, como la Kbala,
es susce!tible de ser tomada a broma cilmente acerca de lo ue nos ocu!a.+ Bueno es ue
estas cosas las di*a un escritor ue hace !roesin de Catolicismo y, muy es!ecialmente,
al*unos antiud4os y antimasones anticos deber4an sacar !ro"echo de esta e1celente leccin.
'abr4a, adems, otras muchas cosas ue se7alar en la introduccin, !articularmente sobre la
inter!retacin cristiana del .ohar; el ?r. (ulliaud hace ustas reser"as sobre ciertas
com!araciones ms bien or2adas establecidas !or #rach y ace!tadas !or Iean de Pauly.
@ambin "uel"e a hablar del asunto de la anti*6edad del .ohar, ue los ad"ersarios de la Kbala
se obstinan en discutir con bien tor!es ra2ones. Pero hay otra cosa ue tenemos mucho *usto
en subrayar3 el ?r. (ulliaud declara ue D!ara traducir con"enientemente ciertos !asaes
esenciales, es necesario estar iniciado en los misterios del soterismo ud4o+, y ue +de Pauly
abord la "ersin del .ohar sin !oseer tal iniciacin+ ms adelante, obser"a ue el "an*elio
de ?an Iuan, as4 como el &!ocali!sis, +se diri*4an a iniciados+ y !odr4amos se7alar tambin

*
Publicado ori*inalmente en +Le (oile d9:sis+, diciembre de ;<=F. %etomado en *ormes +raditionnelles et
Ccles Cosmi-ues!
otras similares. &s4 !ues, en (ulliaud hay cierto cambio de actitud, !or el ue no !odemos sino
elicitarle, !ues, hasta ahora, !arec4a e1!erimentar un e1tra7o escr!ulo de !ronunciar la
!alabra +iniciacin+, o al menos, si lo hac4a, era !oco menos ue !ara burlarse de ciertos +ini-
ciados+ a los ue, !ara e"itar toda conusin enoosa, hubiera debido caliicar ms bien de
+!seudoiniciados+. Lo ue ahora escribe es la e1acta "erdad3 se trata realmente de +iniciacin+
en el sentido !ro!io de la !alabra, en lo ue res!ecta a la Kbala as4 como a cualuier otro
esoterismo "erdaderamente di*no de tal nombre y hemos de a7adir ue eso "a mucho ms all
del desciramiento de una es!ecie de cri!to*ra4a, ue es lo ue sobre todo !arece tener
!resente el ?r. (u:liaud cuando habla como acabamos de "er. so tambin e1iste, sin duda,
!ero si*ue siendo tan slo un asunto de orma e1terior, ue, !or lo dems, dista mucho de ser
des!reciable, ya ue hay ue !asar !or ello !ara lle*ar a la com!rensin de la doctrina !ero no
habr4a ue conundir los medios con el in, ni !onerlos en el mismo !lano ue ste.
?ea lo ue uere, bien cierto es ue las ms de las "eces, los )abalistas !ueden estar hablando
de al*o muy distinto de lo ue !arecen estar hablando y estos !rocedimientos no son e1clusi"os
de ellos, ni mucho menos, !ues tambin en la dad Media occidental se los encuentra tu"imos
ocasin de "erlo a !ro!sito de #ante y los +$ieles de &mor+, e indicamos entonces los
!rinci!ales moti"os !ara ello, ue no todos son de sim!le !rudencia como !ueden estar tentados
a creer los +!roanos+. Lo mismo e1iste tambin en el esoterismo islmico, y desarrollado hasta
un !unto ue nadie en el mundo occidental, creemos, !uede sos!echar adems, la len*ua
rabe, como la hebrea, se !resta a ello admirablemente. &u4, no slo se encuentra auel
simbolismo -el ms habitual- ue Lui*i (alli, en la obra de la ue hemos hablado, mostr ue era
comn a ?u4es y +$ieles de &mor+ hay al*o mucho meor toda"4a3 Qes concebible, !ara mentes
occidentales ue un sim!le tratado de *ramtica, o de *eo*ra4a, incluso de comercio, !osea al
mismo tiem!o otro sentido ue hace de l una obra inicitica de alto alcanceR A sin embar*o as4
es, y no son eem!los dados al a2ar estos casos son los de tres libros ue e1isten realmente y
ahora mismo tenemos entre las manos.

sto nos lle"a a ormular una li*era cr4tica en lo ue concierne a la traduccin ue (ulliaud da
del !ro!io t4tulo del #i3ra di+>eniutha; escribe +Libro secreto+, +Libro del secreto+, y los moti"os
ue da de ello nos !arecen !oco concluyentes. s ciertamente !ueril ima*inar, como al*unos
han hecho, ue +este t4tulo recordaba la huida de ?imen ben Aohai, en el transcurso de la cual
dicho rab4 habr4a com!uesto en secreto este o!sculo+ !ero no es en absoluto eso lo ue uiere
decir +Libro del secreto+, ue en reali dad tiene un si*niicad o mucho ms ele"ado y !roundo
ue el de +Libro secreto+. stamos aludiendo al !a!el im!ortante ue, en determinadas
tradiciones iniciticas, auellas mismas ue ahora nos ocu!an, desem!e7a la nocin de un
+secreto+ 8sKd en hebreo, sirr en rabe0 ue nada tiene ue "er con la discrecin o el disimulo,
sino ue es tal !or la naturale2a misma de las cosas Qdebemos recordar a este res!ecto ue,
en los !rimeros tiem!os, la !ro!ia :*lesia cristiana ten4a una +disci!lina del secreto+, y ue, en su
sentido ori*inal, la !alabra +misterio+ desi*na !ro!iamente lo ine1!resableR
n cuanto a la traduccin misma, ya hemos dicho ue hay dos "ersiones, y no son una
re!eticin intil, !ues la "ersin literal, !or til ue sea !ara uienes uieran remitirse al te1to y
se*uirla detalladamente, es ininteli*ible a menudo. A adems, como hemos dicho en muchas
ocasiones, siem!re es as4 cuando se trata de los Libros sa*rados u otros escritos tradicionales, y
si una traduccin tu"iese ue ser necesariamente +al !ie de la letra+ a la manera escolar y
uni"ersitaria, habr4a ue declararlos "erdaderamente intraducibles. n realidad, !ara nosotros,
ue nos situamos en un !unto de "ista totalmente distinto ue el de los lin*6istas, es la "ersin
!araraseada y comentada lo ue constituye el sentido del te1to y !ermite com!renderlo, all4
donde la "ersin literal hace el eecto de una es!ecie de +lo*o*rio+, como dice (u:liaud, o de
di"a*acin incoherente. @an slo lamentamos ue el comentario no sea ms e1tenso y e1!l4cito
las notas, aunue numerosas y harto interesantes, no siem!re son +luminosas+, si as4 !uede
decirse, y es de temer ue no !uedan ser entendidas ms ue !or auellos ue ten*an un
conocimiento ms ue elemental de la Kbala !ero sin duda hay ue es!erar la continuacin de
estos +te1tos undamentales+, ue, es!ermoslo, com!letar eli2mente este !rimer "olumen. l
?r. (ulliaud nos debe, y tambin se lo debe a s4 mismo, el !ro!orcionar ahora un trabao similar
en lo ue ata7e al Iddra %abba y el Iddra .uta, ue, con el #3ra di+>eniutha, como l mismo
dice, en "e2 de ser sim!lemente +ane1os o a!ndices+ del .ohar, +son, al contrario, sus !artes
centrales+, las ue encierran, en cierto modo, en la orma ms concentrada, todo lo esencial de
la doctrina.
RESEAS DE LIBROS

arcel ulard Le Scorpion, symbole du peuple jui dans l!art reli"ieu# des $%&'$&e , $&%e
si(cles! 8. de Boccard, Par4s.0

l autor, !artiendo del e1amen de !inturas de la ca!illa ?aint-?bastien de Lans-le-(illard, en


?aboya, ha reco*ido todos los documentos similares ue ha !odido descubrir, y hace de ellos un
estudio detallado, acom!a7ado de numerosas re!roducciones. ?e trata de i*uraciones del
escor!in, sea en el estandarte lle"ado !or la ?ina*o*a !ersoniicada, sea, ms
recuentemente, en la re!resentacin de determinadas escenas de la Pasin en este ltimo
caso, el estandarte con escor!in se asocia *eneralmente a estandartes ue !ortan otros
emblemas y sobre todo las letras ?PU%, maniiestamente !ara indicar a un tiem!o la
!artici!acin de los Iud4os y la de los %omanos hay al*o curioso y ue !arece habrsele
esca!ado al autor, tambin !odr4a se7alarse ue estas mismas letras, dis!uestas en otro orden
/? U % P0, e"ocan onticamente el nombre mismo del escor!in. n cuanto a la inter!retacin
de este s4mbolo, el autor, a!oyndose en los +Bestiarios+, as4 como en la !oes4a dramtica de
inales de la dad Media, muestra ue si*niica sobre todo alsedad y !eridia, y se7ala
adems, lo cual es totalmente usto, ue en la !oca de ue se trata, el simbolismo, de
+do*mtico+ ue era anteriormente, hab4a !asado a ser !rinci!almente +moral+, lo ue, en suma,
eui"ale a decir ue estaba !r1imo a de*enerar en sim!le +ale*or4a+, consecuencia directa e
ine"itable del debilitamiento del es!4ritu tradicional. ?ea lo ue uere, !ensamos no obstante
ue, al menos ori*inariamente, tu"o ue haber otra cosa ms, ui2 una alusin al si*no
2odiacal de scor!in, al ue se "incula la idea de muerte acerca de esto !odemos decir
adems ue, sin tal alusin, el !ro!io !asae del "an*elio en ue el escor!in es !uesto en
o!osicin con el hue"o /?an Lucas, :, ;;-;>0, !ermanece !erectamente incom!rensible. 8tro
!unto interesante y eni*mtico es la atribucin de s4mbolos comunes, !articularmente el
escor!in y el basilisco, a la ?ina*o*a y a la #ialctica au4, las a!licaciones consideradas,
como la re!utacin de habilidad dialctica ue los ud4os ten4an, nos !arecen "erdaderamente
insuicientes !ara dar cuenta de tal asociacin y no !odemos menos de !ensar en una tradicin
se*n la cual las obras de &ristteles, considerado el maestro de la #ialctica, encerrar4an un
sentido oculto ue no !odr !enetrar y a!licar ms ue el &nticristo, del cual, !or otra se dice
ue ha de ser de descendencia ud4a Qno !odr4a haber al*o ue buscar !or este ladoR

Publicada en Etudes +raditionnelles, ulio de ;<=. %etomada en *ormes +raditionnelles et Ccles


Cosmi-ues!

Emmanuel al&nsi & %0on de )oncins3 La )uerre occulte *La )uerra oculta+ /abriel
Beauchesne, Par4s0. -&u4, como en las anteriores obras de Lon de Poncins de las ue ya
hemos tenido ocasin de hablar, hay, en todo lo ue se reiere a la cr4tica del mundo moderno,
muchas consideraciones muy ustas los autores, ue con ra2n denuncian errores comunes,
como el ue consiste en creer ue las re"oluciones son +mo"imientos es!ontneos+, son de los
ue !iensan ue la des"iacin moderna, de la ue ms es!ecialmente estudian las eta!as en el
curso del si*lo :, debe res!onder necesariamente a un +!lan+ bien estructurado, consciente al
menos en uienes diri*en esta +*uerra oculta+ contra todo lo ue !rese nta un carcter
tradicional, intelectual o socialmente. Pero, cuando se trata de in"esti*ar +res!onsabilidades+,
tenemos muchas reser"as ue hacer el asunto no es !or otra !arte tan sim!le ni tan cil, es
!reciso reconocerlo, ya ue, !or deinicin, auello de lo ue se trata no se muestra al e1terior, y
los !seudo-diri*entes a!arentes no son ms ue instrumentos ms o menos inconscientes. n
todo caso, hay una tendencia a e1a*erar considerablemente el !a!el atribuido a los ud4os,
hasta lle*ar a su!oner ue son ellos solos los ue en deiniti"a ri*en el mundo, sin hacer a este
res!ecto ciertas distinciones necesarias Qcmo no se dan cuenta de ue, !or eem!lo, uienes
toman una !arte acti"a en ciertos acontecimientos no son sino ud4os enteramente
des"inculados de su !ro!ia tradicin, y ue, como siem!re ocurre en semeante caso, a!enas
han mantenido sino los deectos de su ra2a y los as!ectos ne*ati"os de su !articular
mentalidadR 'ay sin embar*o !asaes /es!ecialmente las !*inas ;F5-;;F0 ue tocan de cerca
al*unas "erdades ue conciernen a la +contra-iniciacin+3 es e1acto ue no se trata au4 de
+intereses+ cualesuiera, ue no !ueden ser"ir ms ue !ara mo"er "ul*ares instrumentos, sino
de una +e+ ue constituye +un misterio meta4sico insondable siuiera !ara la inteli*encia del
hombre ordinario+ no es menos e1acto ue +hay una corriente de satanismo en la historia+
Pero esta corriente no solamente est diri*ida contra el Cristianismo /y ui2 esta manera
demasiado restrin*ida de considerar las cosas es causa de muchos +errores de !tica+0 lo est
tambin, al mismo t4tulo, contra toda tradicin, sea de 8riente o de 8ccidente, sin e1ce!tuar al
Iuda4smo. n cuanto a la Masoner4a, e1tra7ar4amos ui2 mucho a los autores si decimos ue
la iniltracin de las ideas modernas, en detrimento del es!4ritu inicitico, ha hecho de ella, no
uno de los a*entes de la +cons!iracin+, sino, !or el contrario, una de sus !rimeras "4ctimas y,
sin embar*o, rele1ionando en ciertos esuer2os actuales de +democrati2acin+ del !ro!io
Catolicismo, ue ciertamente no se les han esca!ado, deber4an lle*ar, !or analo* 4a, a
com!render u es lo ue entendemos con ello Q8saremos a7adir ue una cierta "oluntad de
des"iar las in"esti*aciones, suscitando y manteniendo di"ersas +obsesiones+ /!oco im!orta ue
sea la de la Masoner4a, la de los ud4os, la de los esuitas, la del +!eli*ro amarillo+, o cualuier
otra0, orma tambin !recisamente !arte inte*rante del +!lan+ ue se !ro!onen denunciar, y ue
las +intimidades+ reales de ciertos desatinos antimasnicos son !articularmente instructi"os a
este res!ectoR #emasiado bien sabemos ue, insistiendo en ello, se corre el ries*o de no
a*radar a nadie, sea del lado ue sea !ero, Qes sta una ra2n suiciente !ara no decir la
"erdadR

n Etudes +raditionnelles, ulio de ;<=. %eco!ilada en Etudes sur la *rancmaHonnerie I!

%0on de )oncin s3 La mystrieuse %nternationale juive *La misteriosa %nternacional jud-a 4


/abriel Beauchesne, Par4s0. -Lo ue diimos ltimamente au4 a !ro!sito de La Guerre
occulte, de la ue Lon de Poncins es tambin uno de los autores, en cuanto a ciertas
e1a*eraciones ue conciernen al !a!el de los ud4os en el mundo, y en cuanto a la necesidad de
hacer en todo caso al*unas distinciones, se a!lica tambin a este nue"o "olumen. ?in duda hay
muchas cosas ciertas en lo ue se e1!one con res!ecto a dos +:nternacionales+, una
re"olucionaria y la otra inanciera, ue sin duda se o!onen realmente mucho menos de lo ue
!odr4a creer un obser"ador su!ericial !ero todo ello, ue, !or lo dems, orma !arte de un
conunto mucho ms "asto, Qse halla "erdaderamente bao la direccin de los ud4os /ser4a
meor decir de al*unos ud4os0, o es en realidad utili2ado !or +al*o+ ue les su!eraR Cabr4a
hacer, !ensamos, un estudio serio sobre las ra2ones !or las ue el ud4o, cuando es iniel a su
tradicin, se con"ierte ms cilmente ue otro en instrumento de las +inluencias+ ue !residen
la des"iacin moderna ser4a esto, en todo caso, lo contrario de la +misin de los ud4os+, y ello
!odr4a ser lle"ado bastante leos l autor tiene toda la ra2n en hablar de una +cons!iracin
de silencio+ con res!ecto a al*unas cuestiones !ero, Qu ocurrir4a si se decidiera a tocar
asuntos "erdaderamente mucho ms +misteriosos+ an, y de los cuales, di*moslo de !aso, las
!ublicaciones +anti-udeomasnicas+ son las !rimeras en *uardarse de hacer ams la menor
alusinR

n Etudes +raditionnelles, octubre de ;<=. %eco!ilada en Etudes sur la *rancmaHonnerie :.

C#arles arson3 La .ible a dit vrai! (ersin rancesa de Luce Clarence /Librairie Plon, Par4s0.

ste libro contiene ante todo, si cabe e1!resarse as4, una e1celente cr4tica de la +cr4tica+ b4blica,
ue hace resaltar !erectamente todo cuanto de !arcial hay en sus mtodos y de errneo en sus
conclusiones. Parece adems ue la !osicin de tal cr4tica , ue tan se*ura de s4 misma se
cre4a, est hoy seriamente com!rometida se*n el !arecer de muchos, !ues todos los
descubrimientos arueol*icos recientes no hacen ms ue desmentirla ui2 es la !rimera "e2
ue tales descubrimientos sir"en al in !ara al*o cuyo alcance sobre!asa al de la sim!le
erudicin... Hi ue decir tiene, !or lo dems, ue uienes "erdaderamente saben lo ue es la
tradicin, nunca han tenido nin*una necesidad de este ti!o de !ruebas !ero hay ue reconocer
ue, al basarse en hechos en cierto modo +materiales+ y tan*ibles, son !articularmente
a!ro!iadas !ara im!resionar a la mentalidad moderna, ue no es sensible ms ue a las cosas
de este orden. 8bser"aremos es!ecialmente ue los resultados aduiridos "an directamente en
contra de todas las teor4as +e"olucionistas+ y muestran el +monote4smo+ en los or4*enes mismos,
y no como resultado de una lar*a elaboracin a !artir de un su!uesto +animismo+ !rimiti"o. 8tro
!unto interesante es la !rueba de la e1istencia de la escritura alabtica en la !oca de Moiss e
incluso anteriormente y te1tos casi contem!orneos de ste describen ritos semeantes a los
del Pentateuco, ue los +cr4ticos+ !retend4an ue eran de institucin +tard4a+ inalmente,
numerosos hechos histricos reeridos en la Biblia y cuya autenticidad se discut4a, se encuentran
desde ahora enteramente conirmados. Haturalmente, unto a esto, uedan toda"4a muchos
e1tremos ms o menos dudosos y lo ue nos !arece de temer es ue se uiera ir demasiado
leos el sentido de un +literalismo+ estrecho y e1clusi"o, ue, di*a lo ue se di*a, nada en
absoluto tiene de tradicional en el "erdadero sentido de la !alabra. s discutible ue !ueda
hablarse de +cronolo*4a b4blica+ cuando nos remontamos ms all de Moiss la !oca de
&braham bien !odr4a estar ms distante de lo ue se su!one y, !or lo ue se reiere al #ilu"io,
la echa ue se le uiere asi*nar obli*ar4a a reducir su im!ortancia a la de catstroe local y muy
secundaria, com!arable a los dilu"ios de #eucalin y 8*y*es. @ambin, cuando se trata de los
or4*enes de la humanidad, habr4a ue desconiar de la obsesin !or el Cucaso y !or
Meso!otamia, la cual tam!oco tiene nada de tradicional y ue ha nacido nicamente de
inter!retaciones ormuladas cuando determinadas cosas ya no se entend4an en su "erdadero
sentido. Ho !odemos detenernos demasiado sobre ciertos !untos ms !articulares
se7alaremos, sin embar*o esto3 Qcmo, mientras se reconoce ue +Meluisedec ha sido tenido
!or un !ersonae muy misterioso+ en toda la tradicin, se !uede intentar hacer de l
sim!lemente el rey de una !eue7a ciudad cualuiera, ue adems no se llamaba ?alem sino
IebusR A, adems, si se uiere situar el !a4s de Madin ms all del *olo de &)abah, Qu se
hace con la tradicin se*n la cual el em!la2amiento de la Zar2a ardiente se encuentra en la
cri!ta del monasterio de ?anta Catalina, al !ie mismo del ?ina4R Pero, naturalmente, todo ello
no disminuye en nada el "alor de los descubrimientos realmente im!ortantes, ue sin duda irn
multi!licndose toda"4a, tanto ms ue, a in de cuentas, su comien2o se remonta tan slo a
unos die2 a7os y no !odemos menos ue aconsear la lectura de esta e1!osicin clara y
concien2uda a todos auellos ue desean hallar ar*umentos la +cr4tica+ destructi"a y
antitradicional. Para terminar, solamente hemos de ormular una +ad"ertencia+ desde otro !unto
de "ista3 el autor !arece contar con la +meta!s4uica+ moderna !ara e1!licar o al menos !ara
admitir los mila*ros, el don de !roec4a, y en *eneral las relaciones con lo ue bastante
malhadadamente denomina lo +:n"isible+ /una !alabra de la ue sobradamente han hecho uso y
abuso los ocultistas de toda laya adems no es el nico ue se encuentra en este caso,
recientemente hemos obser"ado otros eem!los de una tendencia !arecida se trata de una
enadosa ilusin, y !or este lado hay un !eli*ro tanto mayor cuanto se tiene menos conciencia
de l no habr4a ue ol"idar ue las +artima7as diablicas+ toman todas las ormas, se*n las
circunstancias, Sy dan !rueba de recursos casi ina*otablesT

Publicada ori*inalmente
+raditionnelles en Etudes +raditionnelles, diciembre de ;<=. %etomada en
et Ccles Cosmi-ues! *ormes

% /rotocolli dei Savi Anziani di Sion0 (ersione italiana con a!!endice e introdu2ione 8La $ita
Italiana, %oma0. La traduccin italiana de los amo sos "rotocolos de los #abios de #in ,
!ublicada en ;<>; !or el #r. io"anni Pre2iosi, director de la +(ita :taliana+, acaba de ser
reeditada con una introduccin de Iulius "ola, uien intenta !oner un !oco de orden en las
interminables discusiones a las cuales este +te1to+ ha dado y si*ue dando lu*ar, distin *uiendo
dos cuestiones dierentes y ue no necesariamente son solidarias, la de su +autenticidad+ y la de
su +"eracidad+, y esta ltima ser4a, se*n l, la ms im!ortante en realidad. ?u autenticidad
a!enas es sostenible, y ello !or mlti!les ra2ones ue no e1aminaremos au4 a este res!ecto,
solamente llamaremos la atencin sobre un !unto ue !arece no haber sido suicientemente
tomado en consideracin, y ue no obstante es ui2 el ms decisi"o3 y es ue una or*ani2acin
"erdadera y seriamente secreta, sea cual sea !or otra !arte su naturale2a, ams dea tras de s4
documentos escritos.
Por otra !arte, se han indicado las +uentes+ de las cuales han sido obtenidos casi
te1tualmente numerosos !asa es de los "rotocolos3 el 2ialogue au@ En3ers entre Machiavel et
Montes-uieu, de Maurice Ioly, !anleto diri*ido contra Ha!olen ::: y !ublicado en Bruselas en
;J5, y el discurso atribuido a un rabino de Pra*a en la no"ela Biarrit>, !ublicada en ;JJ !or el
escritor alemn 'ermann oedsche bao el seudnimo de sir Iohn %etclie. @oda"4a e1iste otra
+uente+ ue, se*n se!amos, ams ha sido se7alada3 la no"ela titulada Le Baron &1hova, de
?idney (i*neau1, !ublicada en Par4s en ;JJ y dedicada, lo cual es bastante curioso, +al muy
*entilhombre &. de obineau, autor del Essai sur l0in1galit1 des races humaines, entrado en el
alhalla el ;= de octubre de ;JJ>+. s de se7alar tambin ue, se*n una indicacin dada en
las M1moires d0une ali1n1e de la ?rta. 'ersilie %ouy, !ublic adas !or . Le Hormant des
(arannes /Par4s, ;JJ, !!. =FJ-=F<0, ?idney (i*neau1 era, as4 como este ltimo, un ami*o del
#r. 'enri $a"re, del cual hemos hablado anteriormente se trata de una e1tra7a historia en la
ue i*ualmente a!are ce el nombre de Iules $a"re, uien !or lo dems se encuent ra me2clado
en tantos asuntos del mismo *nero ue es di4cil "er en ello una sim!le coincidencia... ?e
!uede leer en Le Baron &1hova /!!. 5< a J0 un su!uesto +@estamento de Abar2abal+ ue
!resenta similitudes absolutamente notables con los "rotocolos, !ero con la im!ortante
!articularidad de ue los ud4os a!arecen solamente como el instrumento de eecucin de un
!lan ue no ha sido ni concebido ni deseado !or ellos. ?e ad"ierten adems al*unos ras*os
semeantes en la introduccin al &oseph Balsamo de &le1andre #umas, aunue no se trate au4
en absoluto de los ud4os, sino de una ima*inaria asamblea masnica a7adiremos ue esta
asamblea no dea de tener cierta relacin con el +Parlamento+ !seudo-rosacruciano descrito,
casi e1actamente en la misma echa, !or el escritor americano eor*e Li!!ar d en +Paul
&rdenheim, the Mon) o the issahic)on+, e1tracto re!roducido !or el #r. ?inburne Clymer en
+he %osicrucian *raternit in merica. st claro ue todos estos escritos, en su orma ms o
menos +no"elada+, e1traen en suma su ins!iraci n *eneral de una misma +corriente + de ideas,
a!rueben !or otra !arte o no sus autores estas ideas, y ue, adems, se*n sus tendencias o
sus !articulares !re"enciones, atribuyen siem!re su ori*en a los ud4os, a los masones o a uien
sea lo esencial de todo ello, en deiniti"a, y lo ue constituye, !odr4a decirse, su elemento de
+"eracidad+, es la airmacin de ue toda la orientacin del mundo moderno res!onde a un
+!lan+ establecido e im!uesto !or al*una or*ani2acin misteriosa bien se sabe lo ue nosotros
!ensamos a este res!ecto, y a menudo nos hemos e1!licado ya acerca del !a!el de la +contra-
iniciacin+ como !ara no tener necesidad de insistir de nue"o. & decir "erdad, no era en absoluto
necesario ser un +!roeta+ !ara darse cuenta de estas cosas en la !oca en ue ueron
redactados los "rotocolos, !robablemente en ;<F;, ni tam!oco en auella a la ue se remontan
la mayor !arte de las dems obras a las ue hemos aludido, es decir, hacia la mitad del si*lo
: ya entonces, aunue uese n menos a!arentes ue hoy en d4a, era suiciente una
obser"acin un !oco !ers!ica2 !ero ahora debemos hacer una indicacin ue no hace honor a
la inteli*encia de nuestros contem!orneos3 si al*uien se limita a e1!oner +honestamente+ lo
ue com!rueba y lo ue l*icamente deduce de ello, nadie le cree o ni siuiera le !resta
atencin si, !or el contrario, !resenta las mismas cosas como emanando de una or*ani2acin
ima*inaria, estas ado!tan r!idamente un as!ecto +documental+, y todo el mundo se !one en
mo"imiento3 e1tra7o eecto de las su!ersticiones inculcadas en los modernos !or el demasiado
amoso +mtodo histrico+ y ue orman !arte, ellas tambin, de las indis!ensables su*estiones
con "istas al cum!limiento del +!lan+ en cuestin. #ebemos an indicar ue, se*n la
+abulacin+ de los !ro!ios "rotocolos, la or*ani2acin ue in"enta y !ro!a*a las ideas
modernas, !ara alcan2ar sus ines de dominacin mundial, es !erectamente consciente de la
alsedad de sus ideas es e"idente ue, en eecto, debe ser realmente as4, !ues demasiado bien
sabe a u atenerse !ero entonces !arece ue la ado!cin de tal mentira no !ueda ser, en s4
misma, el "erdadero y nico obeti"o ue se !ro!one, y esto nos conduce a considerar otro
!unto ue, indicado !or "ola en su introduccin, ha sido retomado y desarrollado en el nmero
de no"iembre de la +(ita :taliana+, en un art4culo irmado !or +&rthos+ y titulado + +rans3orma>ioni
del %egnum +. n eecto, no solamente se encuentra en los "rotocolos la e1!osicin de una
+tctica+ destinada a la destruccin del mundo tradicional, lo ue constituye su as!ecto ms
ne*ati"o y corres!onde a la ase actual de los acontecimientos tambin se halla la idea del
carcter sim!lemente transitorio de esta ase y del !osterior establecimiento de un + %egnum+
su!ranacional, idea ue !uede ser considerada como una deormacin de la del +?acro :m!erio+
y de otras conce!ciones tradicionales anlo*as ue, como recuerda el autor del art4culo, han
sido e1!uestas !or nosotros en Le %oi du Monde. Para e1!licar este hecho, +&rthos+ a!ela a las
des"iaciones ue, constituyndose incluso en una "erdadera +sub"ersin+, !ueden surir ciertos
elementos, autnticamente tradicionales en su ori*en, ue se sobre"i"en en cierto modo a s4
mismos, cuando el +es!4ritu+ se ha retirado de ellos y cita, en a!oyo de esta tesis, lo ue
nosotros hemos dicho recientemente au4 con res!ecto a los +residuos !s4uicos+ !or otra !arte,
las consideraciones ue a!orta sobre las ases sucesi"as de la des"iacin moderna y sobre la
!osible constitucin, en tanto ue ltimo trmino de sta, de una "erdadera +contra-tradicin+, de
la ue el +%egnum+ ser4a !recisamente su e1!resin en el orden social, !odrn ui2 contribuir a
elucidar ms com!letamente este as!ecto de la cuestin ue, incluso totalmente a!arte del caso
es!ecial de los "rotocolos, no est ciertamente des!ro"isto de inters.

n Etudes +raditionnelles, enero de ;<=J. %etomada en Le +h1osophisme!

1ion 2ortune0 La 3abale Mysti4ue . @raduit de l9an*lais !ar abriel @rarieu1 d9*mont.
/ditions &dyar, Paris0. l untar las dos !alabras ue orman el t4tulo de este *rueso "olumen
re!resenta al*o bastante contradictorio3 a decir "erdad, !or otra !arte, auello de ue se trata no
es ms m4stico ue inicitico es sobre todo m*ico, lo ue es al*o muy dierente. n eecto, es
cuestin continuamente de D!oderesE, de D"isionesE, de De"ocacionesE, de D!royecciones en
astralE, cosas todas a la "e2 !eli*rosas, incluso cuando de hecho se reducen a una sim!le
autosu*estin, y bastante insi*niicantes, incluso cuando corres!onden- al contrario- a al*unos
resultados reales. #e una manera ms !recisa, es de Dma*ia ceremonialE de lo ue au4 se trata
y se !uede "er una buena conirmacin en l de lo ue hemos dicho sobre el asunto hace al*n
tiem!o3 es interesante subrayar !rimero a este res!ecto, la recuencia con la cual la !alabra
DceremoniasE a!arece en este libro, mientras ue la !alabra DritosE slo a!arece muy raramente
a continuacin, la conesin e1!l4cita de ue Del ceremonial es !ura !sicolo*4aE, y ue est
esencialmente destinado a Dactuar sobre la ima*inacin del o!eradorE esa es tambin nuestra
o!inin, !uesto ue ustamente en ello diiere de los ritos "erdaderos, !ero es e"idente ue
nuestra a!reciacin sobre el "alor de semeantes !roc edimientos diiere enteramente de la del
autor. La sin*ular idea de desi*nar como Dobeti"oE y Dsubeti"oE lo ue es res!ecti"amente
DmacrocsmicoE y DmicrocsmicoE es tambin bastante si*niicati"a en el mismo as!ecto3 si los
resultados obtenidos !or un ser, en lo ue concierne a su !roi!io desarrollo, no deben ser ms
ue Dsubeti"osE, Ses tanto como decir ue son ine1istentesT ?e a!ela constantemente a la
ima*inacin, y tambin, lo ue es ms inuietante, al DsubconscienteE, hasta tal !unto ue alaba
no !oco las amosas teor4as de $reud he au4, ciertamente, a la Kbala ca4da muy bao... en el
ondo, todo eso no !odr4a sor!rendernos desde el momento ue sabemos ue la autora ha
!ertenecido a la olden #an antes de undar su !ro!ia escuela con el nombre de D$raternidad
de la Lu2 :nteriorE, y ue la "emos citar como DautoridadesE !rinci!ales a Macre*or Mathers,
y... &leister Croley, a los cuales se a7aden accesoriamente di"ersos otros escritores teosoistas
y ocultistas. ?i la DKbala cristianaE ue se orm ya en la !oca del %enacimiento, estaba ya
muy leos de la autntica Kbala hebrea, u decir de la DKbala ocultistaE ue "io la lu2 en el
si*lo : y donde los escasos datos tradicionales ue han subsistido a !esar de todo, estn
aho*ados bao un amasio de elementos heterclitos y de !ro"eniencia a "eces muy incierta, de
corres!ondencias embrolladas mucho menos intencionalmente ue !or eecto de una i*norancia
maniiesta, todo reunido en un DsincretismoE ue, di*an lo ue di*an los !romotores de la
sedicente Dtradicin occidentalE, nada tiene absolutamente en comn con una s4ntesisR

Publicada en Etudes +raditionnelles, ;<=. %etomada en Comptes %endus!


Enel A Messa"e rom the Sphin#.


/...0

DLa se*unda !arte est dedicada a la Kbala lo cual !odr4a sor!render, de no


conocer las ideas del autor a este res!ecto3 !ara l, en eecto, la tradicin sali
directamente de la tradicin e*i!cia, +son como dos eslabones consecuti"os de
una misma cadena+. 'emos dicho ya lo ue de ello !ensamos, !ero
!recisaremos un !oco ms3 el autor tiene ra2n indudablemente al admitir ue
la tradicin e*i!cia se deri" de la &tlntida /ue, !or lo dems, y !odemos
airmarlo ms claramente de lo ue l lo hace, no !or ello ue sede de la
tradicin !rimordial0 !ero no ue la nica, y lo mismo !arece ser cierto !articu-
larmente de la tradicin caldea la ense7an2a rabe sobre los +tres 'ermes+, de
la ue hemos hablado en otra ocasin, indica con bastante claridad ese
!arentesco !ero si la uente !rinci!al es as4 la misma, la dierencia de estas
ormas !robablemente
corrientes, una ue "en4ala determin sobre
del ?ur !ara todoyelotra
*i!to, encuentro con
del Horte otras
!ara Caldea.
&hora bien, la tradicin hebrea es esencialmente +abrahmica+, lue*o de ori*en
caldeo la +reada!tacin+ reali2ada !or Moiss !udo sin duda, a consecuencia
de las circunstancias de lu*ar, "alerse accesoriamente de elementos e*i!cios,
sobre todo en lo ue concierne a al*unas ciencias tradicionales ms o menos
secundarias !ero en modo al*uno !uede haber tenido !or resultado el hacer
salir a dicha tradicin de su linae !ro!io !ara trans!ortarla a otro linae e1tra7o
al !ueblo al ue estaba e1!resamente destinada y en cuya len*ua hab4a de ser
ormulada. &dems, desde el momento ue se reconoce la comunidad de ori*en
y ondo de todas las doctrinas tradicion ales, la obser"acin de ciertas
semean2as no im!lica de modo al*uno la e1istencia de una iliacin directa3 as4
ocurre, !or eem!lo, con relaciones como las ue el autor uiere establecer

entre las
ltima #e3irot yaun
instancia, la +nada+ e*i!cia,
si se estima ue seadmitiendo ue estn ustiicadas
trata de semean2as y, ena
ue se reieren
!untos demasiado !articulares !ara remontarse a la tradicin !rimordial, el
!arentesco de las tradiciones e*i!cia y caldea bastar4a en todo caso
sobradamente !ara dar cuenta de ellas. n cuanto a !retender ue la escritura
hebraica !rimiti"a se sac de los ero*l4icos, es una hi!tesis del todo *ratuita,
ya ue, de hecho, nadie sabe e1actamente u era auella escritura todos los
indicios ue !ueden encontrarse a este res!ecto tienden, con mucho, a hacer
!ensar ms bien lo contrario y, adems, no se "e en absoluto cmo la
asociacin de los nmeros con las letras, esencial en lo ue al hebreo ata7e,
hubiera !odido tomarse del sistema ero*l4ico. Por lo dems las estrechas
semean2as ue hay entre hebreo y rabe, y a las ue no se alude au4
m4nimamente, tambin contradicen maniiestamente esta hi!tesis, !ues a
!esar de todo, Sser4a muy di4cil de sostener seriamente ue tambin la tradicin
rabe tu"o ue salir de *i!toT Pasaremos r!idamente sobre la tercera !arte,
en la ue se encuentran en !rimer lu*ar o!iniones sobre el arte ue, si bien a
!esar de todo contienen cosas ustas, no dean !or ello de !artir de una
airmacin ms ue discutible no es !osible decir, al menos sin !recisar ms,
ue +no hay ms ue un arte+, !ues es e"ident4simo ue la unidad de ondo, o
sea, de las ideas e1!resadas simblicamente, no e1cluye de nin*n modo la
multi!licidad de ormas. n los ca!4tulos si*uientes, el autor da una idea, no de
las ciencias
ms o menostradicionales
deormadoscomo hubiera
ue de sidosubsistido
ellas han de desear,hasta
sino nuestra
de los !ocos restos
!oca,
sobre todo en el as!ecto +adi"inatorio+ la inluencia ue sobre l eercen las
conce!ciones +ocultistas+ se muestra au4 de orma !articularmente lamentable.
&*re*uemos adems ue es totalmente ine1acto decir ue al*unas de las
ciencias ense7adas en los tem!los anti*uos eui"al4an !ura y sim!lemente a
las ciencias modernas y +uni"ersitarias+ en realidad, incluso all4 donde !uede
haber una a!arente semean2a de obeto, el !unto de "ista no dea !or ello de
ser totalmente dierente, y hay siem!re un "erdadero abismo entre las ciencias
tradicionales y las !roanas. $inalmente, no !odemos dis!ensarnos de se7alar
al*unos errores de detalle, !ues los hay realmente asombrosos3 as4, la ima*en
bien conocida del +batir el mar+ se hace !asar !or la de cierto +dios ?amudra
Mutu /sic0. Pero tal "e2 esto sea ms e1cusable ue los errores ue conciernen
a cosas ue debieran serle al autor ms amiliares ue la tradicin hind,
es!ecialmente la len*ua hebraica. Ho hablamos de lo ue slo es asunto de
transcri!cin, aunue esta se encuentra tremendamente +descuidada+ !ero
Qcmo !uede llamarse constantemente in Bear lo ue en realidad es i-
Bear /sistema cri!to*rico tan conocido en rabe como en hebreo, en el ue
!odr4a "erse el !rototi!o de los alabetos masnicos0, conundir adems, en
cuanto a sus "alores numricos, la orma inal de la a3 con la de la n6n, e
incluso mencionar !or a7adidura un +same inal+ ue nunca ha e1istido y no es
otra cosa ue una memR Qcmo !uede ase*urarse ue los traductores del
nesis han "ertido thehKm !or las +a*uas+, en un lu*ar en el ue la + in #o3
si*niica literalmente el &nti*uo de los &7os+, cuando la traduccin estrictamente
literal de esta !alabra es +sin l4mite+R letsirah es +$ormacin+ y no +Creacin+
/ue se dice Beriah0 Zohar no si*niica +Carro celestial+ /conusin e"idente con
la Merabah0, sino +s!lendor+ y el autor !arece i*norar com!letamente lo ue
es el +almud,ue
la Gematria, siendo as4 ue
adems lo considera
no son ormado
+libros+ como dicedel =otarion,
l, Ssino la +emurah
mtodos de y
inter!retacin cabal4sticaT Hos detendremos au4 !ero ser con"eniente ue
semeantes errores no em!uen a ace!tar a cie*as las airmaciones del autor
sobre e1tremos tan di4ciles de "eriicar, ni conceder conian2a sin reser"as a
sus teor4as e*i!tol*icas...

nel3 Message 3rom the #phin@. /%ider and Co, London0. %ese7a !ublicada en Etudes +raditionnelles,
no"iembre de ;<=. %eco!ilada en *ormes +raditionnelles et Ccles cosmi-ues!

5. de *ries de 5eeelingen. L!5r"ueil Jui0 /%e"ue :nternationale des ?ocits ?ecr_tes,


Paris0. ste libro es de un carcter demasiado D!ol4ticoE !ara ue sea !osible hablar
lar*amente de l, y debemos limitarnos a ormular, a su res!ecto, una obser"acin de alcance
mucho msal*o
re!resente *eneral3 y es ue locomo
tan e1ce!cional ue se
au4 se llama
uiere decirelenDor*ullo ud4oE
el ondo, no nos
la actitud de !arece uerente
los Iud4os
a los Goim Qes muy dierente de la ue era, !or eem!lo, la de los rie*os rente a los
BrbarosR n !rinci!io, !or lo dems, todos los casos de este *nero !uede n muy bien
e1!licarse !or la necesidad, !ara e"itar toda me2cla ile*4tima entre ormas tradicionales
di"ersas, de dar uertemente a los adherentes de cada una de ellas el sentimiento de una
dierencia entre ellos y los otros hombr es siend o la naturale2a humana lo ue es, esta
dierencia es naturalmente tomada !or una su!erior idad, al menos !ara el "ul*o ue no !uede
conocer su "erdadera ra2n !rounda, lo ue im!ulsa or2osamente, en ste, a la de*eneracin
de ese sentimiento en una es!ecie de or*ullo y es incluso com!rensible ue ello se !rodu2ca,
sobre todo cuando de trata de una colecti"idad ri*urosamente DcerradaE, como auella a la cual
est destinada la tradicin udaica... Pero, de hecho, QQ!or u no se habla del Dor*ullo
euro!eoE, ue es muy ciertamente el ms insolente de todos y ue, no !odr4a encontrar ni la
sombra de una ustiicacin o de una e1cusa en consideraciones de orden tradicionalR
a7adiremos solamente una obser"acin sobre un !unto de detalle3 el autor cree
eui"ocadamente /Sy no es ciertamente l nicoT0 ue el D?ello de ?alomnE0 /llamado tambin
Descudo de #a"idE, !ero no Dsello de #a"idE como l dice0 es un s4mbolo es!ec4icamente ud4o,
mientras ue, en realidad, !ertenece tanto al :slamismo y al hermetismo cristiano como al
Iuda4smo. Gl se7ala, al res!ecto, ue, en las armas de la ciudad de Pri"as, tres lores de lys
habr4an sido reem!la2adas recientemente !or Dtres estrellas ud4asE / sic0 de seis !untasE no
sabemos si el hecho es e1acto, !ero, en todo caso, auello de lo ue sin duda est muy leos de
sos!echar y ue torna la cosa "erdaderamente di"ertida, es ue los dos s4mbolos son casi
eui"alentes, estando construidos uno y otro, lo mismo ue el Crismn, sobre un mismo y solo
esuema *eomtrico, el de la rueda de seis radios y ello muestra una "e2 ms ue har4a bien
abstenindose de tocar ciertas cuestionesScuando no se !oseen al menos al*unas nociones
elementales de simbolismoT

Publicado en Etudes +raditionnelles# n',ie=%e de 1G9F- Re&'ad' en %omptes Rendus"

Eli6#as %0vi. La 3le des )rands myst(res0 /ditions Hiclaus, Paris0. Huestros lectores saben
cules reser"as hemos de hacer sobre las obras de li!has L"i, con"iene, !or otra !arte, no
tomar lo ue ellas contienen ms ue como la e1!resin de D"isiones !ersonalesE, !ues el autor
mismo no ha ams !retendido rei"indicar nin*una iliacin tradicional ha incluso declarado
siem!re no deber nada ms ue a sus !ro!ias in"esti*aciones, y las airmaciones contrarias no
son sin duda ms ue leyendas debidas a sus admiradores demasiado entusiastas. n el
!resente libro, lo ue hay ui2 de ms interesante son los detalles "erdaderamente curiosos
ue da sobre ciertos DentresiosE de la !oca en la cual ue escrito aunue no uese ms ue a
causa de ello, merecer4a ser reedi tado. n otro orden, hay ue se7alar al*unos de los
documentos ue se aduntan en a!ndice, es!ecialmente las i*uras hermticas de Hicols
$lamel, de las ue se !uede sin embar*o !re*untar hasta ue !unto si no han sido Darre*ladasE
y la traduccin del sch Me>areph del Iud4o &braham !ara esta ltima, es muy de lamentar ue
la !ro"eniencia de los ra*mentos ue se dan se!aradamente como com!lementos de los ocho
ca!4tulos, no sea indicada e1!resamente, lo ue hubiese sido *arant4a de su autenticidad la
reconstitucin del conunto del tratado no es, !or lo dems !resentada ms ue como
Dhi!otticaE, !ero es bien di4cil saber en u medida los co!istas ueE lo habr4an troceado !ara
tornarlo ininteli*ibleE son en ello res!onsables y cul es ustamente la !arte de li!has L"i
mismo.

Publicada en Etudes +raditionnelles, ebrero de ;<NF. %etomada en Comptes %endus.

Rober Ambelain3 Adam, 1ieu rou"e0 ditions Hiclaus, Paris. -l t4tulo de este libro es
bastante e1tra7o, y tanto ms cuanto ue no se encuentra en suma nada ue e1!liue o
ustiiue la +di"inidad+ as4 atribuida a &dn !ero lo ue toda"4a es ui2 ms sin*ular es ue el
ca!4tulo !or el ue comien2a est netamente en contradiccin con los si*uientes, ste !rimer
ca!4tulo, en eecto, no es ms ue una e1!osicin de las o!iniones ms disol"entes de la +cr4tica
moderna concerniendo al nesis, sin la menor rele1in ue !udiese hacer su!oner al menos
ue el autor no las ado!ta enteramente ahora bien es e"idente ue esas o!iniones im!lican
necesariamente la ne*acin ormal de todo esoterismo en la Biblia, mientras ue, a
continuacin, l airma al contrario la e1istencia de este esoterismo, cualuiera ue sea !or otra
!arte la conce!cin ue de l se hace y la calidad de lo ue !resente como tal. Podr4a
!re*untarse si no hay ah4 el eecto de cierto +mimet ismo+ ue !ermite al autor e1!oner
indierentemente no im!orta u como si se tratara de sus !ro!ias ideas si uera as4, ello
!robar4a en todo caso ue no tiene con"icciones muy arrai*adas... como uiera ue sea, el
esoterismo ue au4 enoca es sobre todo el ue atribuye a los 8itas !ero, como no se sabe en
suma nada muy !reciso sobre stos, no ms !or otra !arte ue sobre la mayor !arte de las otras
sectas denominadas +*nsticas+, ello le !ermite hablar un !oco de todo a este res!ecto3 Kbala,
hermetismo y muchas otras cosas an, y tambin !retender relacionarlos directa o
indirectamente
esotrico, desdecon
lostodo lo ue,
senios en los
hasta el mundo udeo-cristiano,
%osa-Cru2T se !resenta
Ho intentaremos con al*n
ciertamente carcter
desembrollar
este caos, lo ue de l se des!rende ms claramente, es ue en el !ensamiento del autor, se
trata de una +doctrina lucierina+, ue concibe a!arentemente como un dualismo, !ues l airma
es!ecialmente ue +la creencia en dos dioses ad"ersos !rocede de un esoterismo real+ da !or
otro lado como +lucierinos+ a s4mbolos ue no tienen de nin*n modo tal carcter. ?er4a muy
di4cil adi"inar cuales han !odido ser e1actamente sus intenciones !ero lo menos ue se !uede
decir es ue atesti*ua un *usto muy !ronunciado !or la heterodo1ia, e incluso !or las !eores
ormas de sta, !uesto ue lle*a hasta a esor2arse !or encontrarlas all mismo donde no hay
de ellas la menor huella. n la ltima !arte, ue se dice dedicada a la +doctrina rosacruciana+ no
hay en realidad nada de es!ec4icamente rosacruciano !ero la idea misma de uerer establecer
un la2o entre el %osacrucismo y la doctrina +lucierina+ nos !arece e1tremadamente
sos!echoso, as4 como ciertas rele1iones sobre la Masoner4a, o la recuente asociacin de las
!alabras +lucierino+ e +inicitico+, o tal rase sobre el :slam donde reencontramos esta bi2arra
obsesin !or el color "erde ue ya hemos tenido ocasi n de se7alar, den !resencia de
semeantes cosas no se !odr4a ser sin duda demasiado desconiado...
Etudes +raditionnelles, octubre-no"iembre de ;<N. %eco!ilada en Comptes %endus.


RE7E8A7 9E RE*:7;A7

6n la &ita %taliana, /nO de unio0, un art4culo de M. herardo Maei, sobre las relaciones del
Iuda4smo y de la Masoner4a, testimonia una actitud com!arable a la ue se airmaba ya en el
art4culo de M. I. "ola de la ue hemos hablado anteriormente. l autor remarca muy
ustamente ue, en lo ue concierne al ori*en de la Masoner4a, la !resencia de numerosos
elementos hebreos en su simbolismo no !rueba nada, tanto ms ue, al lado de ellos, se
encuentran muchos otros "inculados a tradiciones muy dierentes adems, esos elementos
hebreos se relacionan con una "ertiente esotrica ue sin duda no tiene nada ue "er con los
as!ectos !ol4ticos u otros ue enocan los ue combaten al Iuda4smo actual, y de los cuales
muchos !retenden asociarlo estrechamente con la Masoner4a. Haturalmente, todo eso carece de
relacin con la cuestin de las inluencias ue, en eecto, !ueden eercerse en nuestra !oca en
la Masoner4a tanto como en otras !artes, !ero es !recisamente esta distincin la ue, !or
i*norancia o !or !reuicio, se ol"ida demasiado recuentemente y a7adiremos ms claramente
an, !or nuestra !arte, ue la accin de los Masones e incluso de las or*ani2aciones masnicas,
en toda la medida ue est en desacuerdo con los !rinci!ios iniciticos, no !odr4a de nin*n
modo ser atribuida a la Masoner4a como tal.E

n Etudes +raditionnelles, se!tiembre de ;<=. %eco!ilado en Etudes sur la *rancmaHonnerie I!

6n la 7evue Juive de )inebra /nO de diciembre0, el ?r. Paul (ulliaud dedica un art4culo al
misticismo ud4o como l dice, se ha contestado recuentemente ue e1ista al*o a lo ue
!udiese a!licarse tal desi*nacin, y, en eecto, eso de!ende de los ue se entienda !or
DmisticismoE nos !arece ue l mismo toma esta !alabra en un sentido ms bien am!lio e
insuicientemente deinido ui2s !odr4a admitirse ue con"iene en cierta medida al 'asidismo,
!ero, enD!ietistaE
!alabra todo caso,
es la Kbalaun
tambin eseem!lo
sin duda
delde!eli*ro
otro orden, esotenrico
ue hay e inicitico.
trasladar ciertos l em!leodedeuna
trminos la
doctrina a otra !ara la cual no han sido hechos3 el D!ietismoE es !ro!iamente una de las
numerosas "ariedades del !rotestantismo, y es casi sinnimo de DmoralismoE esa es cosa
totalmente e1tra7a, !or no decir o!uesta, no solamente a todo esoterismo, sino incluso al sim!le
misticismo. &l inal de su art4culo, P. (ulliaud !rotesta muy ustamente contra la o!inin
DracionalistaE /y EmodernistaE, a7adiremos0 se*n la cual la Kbala constituir4a una Dheterodo1iaE
en el Iuda4smo, y contra la incom!rehensin de los Dcr4ticosE imbuidos del es!4ritu y de los
mtodos uni"ersitarios Sy ue lle*an hasta caliicar al .ohar de obra incoherenteT

Publicada en Etudes +raditionnelles, ebrero de ;<=<. %eco!ilada en Comptes %endus.


6n 8ommes et Mondes <n= de >ebrero de 1?'+@ , el ?r. 'enri ?erouya da sobre la Kbala un
estudio bastante sim!liicado y De1teriorE, y en el ue hay des*raciadamente muchas
conusiones3 as4, habla indierentemente de DiniciadosE y de Dm4sticosE, como si ueran !ara l la
misma cosa admite la inter!retacin D!ante4staE de ciertos modernos, sin !ercatarse de su
incom!atibilidad con el carcter meta4sico ue l reconoce !or otra !arte a la Kbala, y lle*a
incluso
no "e mshasta decir
ue ue D#ios"oluntarioE
un Ddisimulo es el releoy de todoE, lo ue es
D!rocedimientos una e1tra7a
artiicialesE en in"ersin
la maneradecomo
la "erdad
los
Kabalistas comentan las scrituras, y desconoce e"identemente la !luralidad de sentidos de
stas y la constitucin misma de las len*uas sa*radas, as4 como la naturale2a real de las
relaciones del e1oterismo y del esoterismo !arece encontrar sor!rendente ue Ensoph, de lo
ue se hace adems una conce!cin Ds!ino2istaE, no sea el #ios creadorE, como si los as!ectos
di"inos se e1cluyeran unos a otros, como si el D?u!remoE y el DHo-?u!remoE se situaran en el
mismo ni"el da del rbol seirtico un esuema ue nada tiene de tradicional y donde alta
es!ecialmente la indicacin de la Dcolumna del medioE conunde el DembrionadoE con la
Dmetem!sicosisE y, citando a Lao-@s hacia el inal, le atribuye, no sabemos se*n u DuenteE,
Sun libro titulado El doctrinalV Por otra !arte, es muy di4cil darse cuenta e1actamente de lo ue
l !iensa de todo eso en el ondo, y es muy de temer ue no "ea otra cosa ue Dideas
ilosicasE o Des!eculaciones abstractasE de un *nero un !oco es!ecial en cuanto a las
ra2ones !or las cuales se ha interesado !or el tema, !arecen ser de un orden muy contin*ente y
ms sentimentales ue intelectuales Qsentir4a incluso al*una atraccin an !or la Kbala si
com!rendiera ue nada tiene en comn con el misticismoR

n Etudes +raditionnelles, unio de ;<N. %eco!ilada en Comptes %endus.

-'emos recibido el !rimer nO /enero-mar2o de ;<N<0 de los 3ahiers d!6tudes 3athares


!ublicados !or el Institut d(Etudes Pccitanes de @oulouse y diri*ido !or el ?r. #odat %och.
ste es el autor de los !rinci!ales art4culos, uno sobre los Cuentos leendas del Catarismo,
entre los cuales hace adems i*urar cuentos *ascones cuya relacin con el Catarismo ui2 no
es tan e"idente como lo !iensa, y otro sobre Los documentos ctaros, el ori*en maniueo y las
!rinci!ales escuelas del Catarismo, donde reencontramos al*unas de las ideas ya e1!resadas
en su libro del ue hicimos rese7a ltimamente /nO de abril-mayo de ;<N<0. Lo ue es ms
e1traordinario, es la inluencia eercida sobre l !or las conce!ciones de %udol ?teiner, a uien
llama Del undador de una ciencia es!iritual modernaE, y del ue dice haber Ddescrito de manera
!rousa la e"olucin es!iritual de la humanidadE otra marca de la misma inluencia es la
re!roduccin de un art4culo sobre Bardesanes a!arecido en la re"ista del Goetheanum de
#ornach. l ?r. %en Helli, en un art4culo sobre los +rovadores el Catarismo, reconoce ue
Dlas alusiones !recisas a los &lbi*enses y a sus costumbres son bastante raras en la !oes4a de
los @ro"adores no ha !odido encontrar ms ue muy !ocas huellas de una inluencia ctara, y
toda"4a la mayor !arte son bastante "a*as. @ambin !iensa l ue D han "i"ido al mar*en del
Catarismo, otra here4af ms sua"e, meor ada!tada a la sociedad !ara la cual cantabanE !or
nuestra !arte, dir4amos ms bien ue !ertenecen a otra DcorrienteE ue en realidad no era en
absoluto hertica, sino !ro!iamente esotrica, y ue no era otra ue la de los D$ieles de &morE
-n estudio sobre Los orgenes el desarrolllo de la 9bala juda se*n al*unos trabaos
recientes, !or el ?r. . (ada, no nos hace a!enas salir del DhistoricismoE3 !arece ue au4 el
*ran asunto sea sobre todo determinar en u !oca tal trmino o tal rmula se encuentra !or
!rimera "e2 en un documento escrito, lo ue ciertamente no tiene el alcance ue se le !retende
atribuir entindase bien, no se uiere "er en la Kbala ms ue el !roducto de una elaboracin
debida a una serie de autores indi"iduales, !uesto ue, en todos los trabaos !roanos de este
*nero, la cuestin de la e1istencia e un elemento Dno-humanoE no es incluso !lanteado ams,
lo ue "iene a decir ue su ne*acin im!l4cita es en realidad uno de sus !ostulados
undamentales. Ho insistiremos ms, !ero no !odemos dis!ensarnos de se7alar ue rea!arece
tambin au4 una conusin constante entre esoterismo y misticismo ello tambin !arece !ues
tender cada "e2 ms a con"ertirse en una de las cosas ue se ha con"enido admitir
comnmente sin otro e1amen y como si uera e"idente, Stan *rande es la i*norancia de nuestros
contem!orneos res!ecto a las nociones tradicionales ms elementalesT

n Etudes +raditionnelles, ulio-a*osto de ;<N<. %eco!ilada en Comptes %endus.


27A)M69T5S 16 5T7AS 5.7AS 16 769: );:959

Dn eecto, la conce!cin hebraica de la constitucin del hombre concuerda !erectamente


con todas las dems y, sir"indonos, !ara hacernos com!render meor sobre este !unto, de
corres!ondencias tomadas al len*uae aristotlico, diremos ue no solamente el ob no es el
Ves!4rituW o el Valma racionalW /neshamah0, sino ue no es tam!oco el Valma sensiti"aW
/ruahh0, ni tam!oco el Valma "e*etati"aW /nephesh0. ?in duda, la tradicin udaica !arece
indicar, como una de las ra2ones de la !rohibicin de e"ocar el ob, ue subsiste cierta relacin
entre este ob y los !rinci!ios su!eriores, y habr4a ue e1aminar este !unto ms de cerca
teniendo en cuenta la manera bastante !articular en ue esta tradicin considera los estados
!stumos del hombre !ero, en todo caso, no es al es!4ritu a lo ue el ob !ermanece li*ado
directa e inmediatamente, es al contrario al cuer!o, y !or eso la len*ua rab4nica lo llama habal
de garmin o Vso!lo de las osamentasW /A no Vcuer!o de la resurreccinW, como lo ha traducido
el ocultista alemn Carl "on Leinin*en /comunicacin hecha a la ?ociedad Psicol*ica de
Munich, el 5 de mar2o de ;JJ0E.

n L(Erreur spirite

- D?e*n la tradicin )abal4stica, entre auellos ue !enetraron en el "ard1s 8)A hubo al*unos
ue Dde"astaron el ard4nE, y se dice ue esta de"astacin consisti ms !recisamente en Dcortar
las ra4ces de las !lantasE. Para com!render lo ue esto si*niica, es menester reerirse ante todo
al simbolismo del rbol in"ertido, del cual ya hemos hablado en otras ocasiones3 las ra4ces estn
en alto, es decir, en el Princi!io mismo cortar estas ra4ces es, !ues, considerar las +!lantas+ o
los seres simboli2ados !or ellas como dotadas en cierto modo de una e1istencia y realidad
inde!endientes del Princi!io. n el caso de ue se trata, esos seres son !rinci!almente los
n*eles, !ues estocules
cil com!render se reiere naturalmente
!ueden ser las aconsecuencias,
*rados de e1istencia de orden!ara
en !articular su!rahumano
lo ue se y ha
es
con"enido en llamar la +Kbala !rctica+. n eecto, la in"ocacin de los n*eles as4 encarados,
no como los +intermediarios celestes+ ue son desde el !unto de "ista de la ortodo1ia
tradicional, sino como "erdaderas !otencias inde!endientes, constituye !ro!iamente la
+asociacin+ /rabe3 shirA en el sentido ue da a este trmino la tradicin islmica, !ues
entonces tales !otencias a!arecen ine"itablemente como +asociadas+ /a t4tulo de i*ualdad0 a la
Potencia di"ina misma, en lu*ar de sim!lemente deri"adas de ella. stas consecuencias se
encuentran tambin, y con mayor ra2n, en las a!licaciones ineriores !ertenecientes al dominio
de la ma*ia, dominio donde, !or lo dems, se encuentr an necesariamente encerrados tarde o
tem!rano uienes cometen tal error, !ues, !or eso mismo, en su caso toda !osibilidad real de
+ter*ia+ est e1cluida, ya ue se hace im!osible toda comunicacin eecti"a con el Princi!io
una "e2 ue +las ra4ce s estn cortadas+. &*re*aremos ue las mismas consecuencias se
e1tienden hasta a las ormas ms de*enerada s de la ma*ia, como la +ma*ia ceremonia l+ slo
ue en este ltimo caso, si el error es siem!re esencialmente el mismo, los !eli*ros eecti"os
estn !or lo menos atenuados a causa de la insi*niicancia misma de los resultados
alcan2ablesE.
/...0

Por ltimo, con"iene se7alar ue esto da inmediatamente la e1!licacin de !or lo menos uno de
los sentidos en ue el ori*en de tales des"iaciones se atribuye a "eces a los +n*eles ca4dos+
los n*eles,
modo, ensu
!ues de eecto, son realeny el
!artici!acin "erdaderamente +ca4dos+
Princi!io obtienen cuandotodo
en realidad se lo
losue
considera de su
constituye eseser,
de modo ue, cuando esa !artici!acin se desconoce, no resta sino un as!ecto !uramente
ne*ati"o, como una es!ecie de sombra in"ertida con res!ecto a ese ser mismo.

(1)- l "ard1s, i*urado simblicamente como un Dard4nE, debe considerarse au4 como re!resentacin
del dominio del conocimiento su!erior y reser"ado3 las cuatro letras P % # ?, !uestas en relacin con los
cuatro r4os del dn, desi*nan entonces res!ecti"amente los dierentes sentidos contenidos en las
scrituras sa*radas, a los cuales corres!onden otros tantos *rados de conocimiento "a de suyo ue
uienes Dde"astaron el ard4nE no hab4an lle*ado eecti"amente sino a un *rado en ue an es !osible el
e1tra"iarse.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 Las races de las plantas

Dl mismo nmero es tambin, se*n la Kbala hebrea, el nmero de la creacin /la +obra de los
seis d4as+ del G1nesis, en relacin con las seis direcciones del es!acio y a este res!ecto,
adems, la atribucin de su s4mbolo al (erbo se ustiica i*ualmente bien3 es, en suma, como
una es!ecie de traduccin *rica del omnia per ipsum 3acta sunt del "an*elio de ?an IuanE.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 Los smbolos de la analoga

DLa +ciencia de las letras+ tiene, !or lo dems, una im!ortancia a!ro1imadamente i*ual en la
Kbala hebrea ue en el esoterismo islmicoE.
#e #mboles de la #cience #acr1e3 La ciencia de las letras

Dsta letra / od0, la !rimera del nombre tetra*ramtico y auella a !artir de la cual se orman
todas las dems letras del alabeto hebreo, ya est sola !ara re!resentar la nidad di"ina, ya
est re!etida tres "eces con si*niicacin +trinitaria+, es siem!re esencialmente la ima*en del
Princi!io. l od en el cora2n es, !ues, el Princi!io residente en el centro, ya sea, desde el
!unto de "ista +macrocsmico+, en el +Centro del Mundo+ ue es el +?anto Palacio+ de la
Kbala, ya sea, desde el !unto de "ista +microcsmico+ y "irtualmente !or lo menos, en el
centro de todo ser, centro simboli2ado siem!re !or el cora2n en las dierentes doctrinas
tradicionales y ue constituye el !unto ms interior, el !unto de contacto con lo #i"ino. ?e*n la
Kbala, la #hejinah o +Presencia di"ina+, ue se ident iica con la +Lu2 del Mes4as+, habita
/shajn0 a la "e2 en el tabernculo, llamado !or eso mishn, y en el cora2n de los ieles y
e1iste estrech4sima relacin entre esta doctrina y el si*niicado del nombre Emmanuel, a!licado
al Mes4as e inter!retado como +#ios en nosotros+. Pero hay tambin a este res!ecto muchas
otras consideraciones ue desarr ollar, !artiendo sobre todo de ue el od, a la "e2 ue el
sentido de +!rinci!io+, tiene tambin el de +*ermen+3 el od en el cora2n es, !ues, en cierto
modo, el *ermen en"uelto en el ruto hay en esto la indicacin de una identidad, !or lo menos
en cierto res!ecto, entre el simbolismo del cora2n y el del +'ue"o del Mundo+, y !uede
com!renderse as4 ue el nombre de +*ermen+ se a!liue al Mes4as en di"ersos !asaes de la
Biblia.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 El grano de mosta>a

D?abido es, adems, ue la salida de Ions del seno de la ballena se ha considerado siem!re
como s4mbolo de resurreccin, y !or ende de !aso a un estado nue"o y esto debe !onerse en
relacin, !or otro lado, con el sentido de +nacimiento+ ue, en la Kbala hebrea es!ecialmente,
se "incula con la letra n6n debe entenderse en sentido es!iritual, como un +nue"o nacimiento+,
es decir, como una re*eneracin del ser indi"idual o csmico.
s lo ue indica muy claramente la orma de la letra rabe n6n; esta letra est constituida !or la
mitad inerior de una circunerencia y !or un !unto ue es el centro de ella. &hora bien, la
semicircunerencia inerior es tambin la i*ura del &rca ue lota sobre las a*uas, y el !unto
ue se encuentra en su interior re!resenta el *ermen contenido o encerrado all4 la !osicin cen-
tral del !unto muestra, !or lo dems, ue se trata en realidad del +*ermen de inmortalidad+, del
+ncleo+ indestructible ue esca!a a todas las disoluciones e1terioresE.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 Los misterios de la letra ngn

D#e la misma manera, en la Kbala hebrea, aunue ya no se trate !ro!iamente de sacriicio ni


de asesinato, sino ms bien de una suerte de +desinte*racin+ -cuyas consecuencias, !or lo
dems, son las mismas-, de la ra*mentacin del cuer!o del dam OadmWn ue ormado el
ni"erso con todos los seres ue contiene, de modo ue stos son como !arcelas de ese
cuer!o, y la +reinte*racin+ de ellos a la unidad a!arece como la reconstitucin misma del dam
OadmWnX! Gste es el D'ombre ni"ersal E, y "Urusha, se*n uno de los sentidos del trmino, es
tambin el D'ombreE !or e1celencia se trata en todo eso, !ues, e1actamente de la misma cosa.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 %eunir lo disperso

'ay ms an3 una de las desi* naciones ms diund idas del rbol a1ial, en las di"ers as
tradiciones, es la de D[rbol de (idaE y sabida es la relacin inmediata establecida !or las
doctrinas tradicionales entre la D(idaE y la DLu2E no insistiremos ms sobre este !unto, !ues es
una cuestin
nuestro tema, ue layaKbala
hemos tratado
hebrea une recordaremos solamente,
las dos nociones con reerencia
en el simbolismo del Droc4oinmediata a
de lu2E ue
emana del D[rbo l de (idaE. &dems, en otros !asa es del .har ue Coomarasamy cita
tambin en su estudio sobre el Drbol in"ertidoE, y donde se trata de dos rboles, uno su!erior y
otro inerior y !or lo tanto en cierto sentido su!er!uestos, esos dos rboles se desi*nan
res!ecti"amente como D[rbol de (idaE y D[rbol de MuerteE. sto, ue recuerda, !or lo dems, el
!a!el de los dos rboles simblicos del Para4so terrestre, es tambin !articularmente
si*niicati"o !ara com!letar la cone1in a ue nos reerimos, !ues esas si*niicaciones de D"idaE
y DmuerteE estn eecti"amente "inculadas tambin con el doble as!ecto del rayo, re!resentado
!or las dos direcciones o!uestas del vajra, se*n lo hemos e1!licado con anterioridad. Como
dec4amos entonces, se trata en realidad, en el sentido ms *ener al, del doble !oder de
!roduccin y destruccin, del cual la "ida y la muerte son la e1!resin en nuestro mundo, y ue
est en relacin con las dos ases, el De1!irE y el Das!irE, de la maniestacin uni"ersal y la
corres!ondencia de estas dos ases est claramente indicada tambin en uno de los te1tos del
.har a los cuales alud4amos, !ues los dos rboles se re!resentan all4 como ascendente y
descendente, de modo ue tome cada uno el lu*ar del otro, se*n la alternancia del d4a y la
noche3 Qno hace ello ms !lenamente e"idente an la !erecta coherencia de todo este
simbolismoR

#e #mboles de la #cience #acr1e3 El Yrbol el $ajra

Dn la corres!ondencia an*lica ue acabamos de mencionar, esa centsima cuenta deb4a


reerirse al +[n*el de la $a2+ /ue es, en realidad, ms ue un n*el03 Metatrn Xen la Kbala
hebreaY o er%6h Xen la tradicin islmicaYE.

#e #mboles de la #cience #acr1e3 La cadena de los mundos

VCuando l sale del tem!lo, dice 8ssendos)i, el +%ey del Mundo+ irradia lu2 di"ina.W La Biblia
hebrea dice e1actamente lo mismo de Moiss cuando descend4a del ?ina4 /;0, y hay ue
se7alar, a !ro!sito de esta com!aracin, ue la tradicin islmica "e a Moiss como habiendo
sido el VPoloW 8ElOutbA de su !oca Qno ser4a, !or esta ra2n, !or la ue la Kbala dice ue
ue inst ruido !or el mismo MetatronZ na "e2 ms con"endr4a distin*uir au4 entre el centro
es!iritual !rinci!al de nuestro mundo y los centros secundarios ue !ueden estarle
subordinados, y ue lo re!resentan solamente con relacin a tradiciones !articulares ada!tadas
ms es!ecialmente a unos !ueblos determinados. ?in e1tendernos sobre este !unto, haremos
notar ue la uncin de Vle*isladorW /en rabe ras6lA, ue es la de Moiss, su!one
necesariamente una dele*acin de !oder ue re!resenta el nombre de ManUD y, !or otra !arte,
uno de los si*niicados contenidos en este nombre de ManU indica !recisamente la rele1in de
la Lu2 #i"inaE.

/;0. ?e ha dicho tambin ue Moiss debi cubrir su cara con un "elo !ara hablar al !ueblo, ue no !od4a
so!ortar el res!la ndor 8[@odo >N3 :\/AD en un sentido simblico esto indica la necesidad de una
ada!tacin e1otrica !ara la multitud. %ecordemos, a !ro!sito de esto, el doble si*niicado de la !alabra
Vre"elarW, ue !uede si*niicar Va!artar el "eloW, !ero tambin Vrecubrir con un "eloW as4 es como la
!alabra maniiesta y "ela a la "e2 el !ensamiento ue e1!resa.

#e Las tres 3unciones supremas, ca!. :( de Le %oi du Monde


Dn hebreo, las !alabras ia?n /"ino0 y sod /misterio0 son intercambiables entre ellas como tenien-
do el mismo nmero / l nmero de cada una de las dos !alabras es F0.

/ ... 0
Dl nombre de Meluisedec, o ms e1actamente Meli+sede-, no es otra cosa ue el nombre
bao el cual la uncin misma del V%ey del MundoW se halla desi*nada e1!resamente en la
tradicin udeo-cristiana. 'emos dudado un !oco en ormular este hecho, ue com!orta la
e1!licacin de uno de los ms eni*mticos !asaes de la Biblia hebrea, !ero desde el momento
ue nos decidimos a tratar esta cuestin del V%ey del MundoW nos era "erdaderamente
im!osible no hablar de ello. Podr4amos retomar au4 la !alabra !ronunciada !or ?an Pablo
res!ecto a esto3 V&cerca de esto tenemos mucho ue decir, y cosas di4ciles de e1!licar, !orue
sois lentos en entender /;0 W.
'e au4 en !rimer lu*ar el te1to mismo del !asae b4blico de ue se trata3 Vy Meli+sede-, rey
de #alem,
bram hi2o traerVBendito
8:A, diciendo3 el !an y sea
el "ino y era
&bram !or sacerdote del #ios
el #ios &lt4simo, &lt4sde
due7o imolos8El
Cielos y bendio
[lionyA de a
la @ierra
y bendito sea el #ios &lt4simo ue te ha entre*ado a tus enemi*os en tu mano. A &bram le dio el
die2mo de todo lo ue hab4a tomado /=0 W.
Meli+sede-, es !ues rey y sacerdote a la "e2 su nombre si*niica V%ey de IusticiaW y es al
mismo tiem!o rey de #alem, es decir, de la VPa2W reencontramos !ues au4, ante todo, la
Iusticia y la Pa2, es decir, !recisamente los dos atributos undamentales del V%ey del MundoW.
'ay ue obser"ar ue la !alabra #alem, contrariamente a la o!inin *eneral, no ha desi*nado
nunca en realidad una ciudad, !ero ue si se la toma !or el nombre simblico de la residencia
de Meli+sede-, !uede "erse como un eui"alente del trmino garttha! n todo caso es un
error "er en ello el nombre !rimit i"o de Ierusaln, !ues est e nombre era &1bus, o sea, al
contrario si el nombre de Ierusaln se dio a esta ciudad cuando se estableci all4 un tem!lo
es!iritual !or los 'ebreos, es !ara indicar ue era desde entonces como una ima*en "isible de
la "erdadera #alemD y hay ue notar ue el @em!lo ue ediicado !or ?alomn, cuyo nombre
8#hlomohA tambin deri"a de #alem, ue si*niica el VPac4icoW /N0E

D&hora bien, Mel-uisedec es re!resentado como su!erior a &braham, ya ue le bendio, y Vsin


discusin al*una es el inerior el ue resulta ser bendecido !or el su!erior /50 W y, !or su !arte,
&braham reconoci esta su!erioridad, ya ue le dio el die2mo, lo ue es se7al de su
de!endencia. 'ay en ello una "erdadera +in"estidura+ casi en el sentido eudal de esta !alabra,
!ero con la dierencia de ue se trata de una in"estidura es!iritual y !odemos a7adir ue ah4 se
halla el !unto de unin de la tradicin hebrea con la *ran tradicin !rimordial. La VbendicinW de
la ue se habla es !ro!iamente la comunicacin de una Vinluencia es!iritualW en la ue
&braham "a a !artici!ar de ahora en adelante y se !uede obser"ar ue la rmula em!leada
!one a &braham en relacin con el V#ios &lt4simoW, ue el mismo &braham in"oca lue*o
identiicndolo con &ehovh 8A! ?i Meli+sede- es as4 su!erior a &braham, es ue el
V&lt4simoW 8[lionA, ue es el #ios de Meli+sede-, es l mismo su!erior al +@odo!oderoso+
8#haddaiA, ue es el #ios de &braham, o, en otras !alabras, ue el !rimero de estos nombres
re!resenta un as!ecto di"ino ms ele"ado ue el se*undoE.

/ ... 0

D?i ahora
del V%ey detomamos el nombre
IusticiaW de Meli+sede-
son la balan2a y la es!adaeny su sentido
estos msson
atributos estricto, los los
tambin atributos
de !ro!ios
Miael,
considerado como el V[n*el del IuicioW /0. stos dos emblemas re!resentan, res!ecti"amente,
en el orden social, las dos unciones administrati"a y militar, ue !ertenecen !ro!iamente a los
9shatrias, y ue son los dos elementos constituti"os del !oder real, como tambin
ero*l4icamente los dos caracteres ue orman la ra42 hebrea y rabe ha- y ue si*niica a la
"e2 +Iusticia+ y +(erdad+ /J0 y ue entre di"ersos !ueblos anti*uos ha ser"ido !ara desi*nar a la
reale2a /<0. 'a- es la !otencia ue hace reinar la Iusticia, es decir, el euilibrio simboli2ado !or
la balan2a, mientras ue la !otencia misma lo es !or la es!ada /;F0, y ella es lo ue caracteri2a
la uncin esencial del !oder real y, !or otra !arte, es tambin, en el orden es!iritual, la uer2a
de la (erdad. &dems, es !reciso a7adir ue e1iste tambin una orma sua"i2ada de esta ra42
ha-, obtenida !or la sustitucin del si*no de la uer2a material !or el de la de la uer2a es!iritual
y esta orma ha desi*na con !ro!iedad la V?abidur4aW /en hebreo homahA, de manera ue
con"iene ms es!ecialmente a la autoridad sacerdotal, como la otra al !oder real. sto est
conirmado una "e2 ms !or el hecho de ue las dos ormas corres!ondientes se reencuentran,
con sentidos simila res, en la ra42 an, ue, en len*uas muy di"ersas, si*niica V!oderW o
V!otenciaW
idntico a lay V?abidur4aW
tambin Vconocimiento W /;;03 en
/de donde ohen, es sobre
anhebreo, todo el !oder
VsacerdoteW0, es!iritual
y -an o intelectual,
es el !oder material
/de donde dierentes !alabr as ue e1!resan la idea de V!osesinW y es!ecialmente el nombre
de Ca4n /;>0! stas ra4ces y sus deri"adas !odr4an sin duda dar lu*ar otra "e2 a muchas ms
consideraciones !ero debem os limitarnos a lo ue ms directamente se relaciona con el tema
del !resente estudio.
Para com!letar lo ue !recede, "ol"eremos a lo ue la Kbala hebrea dice de la #heinah; sta
est re!resentada en el Vmundo ineriorW !or la ltima de las die2 #ephiroths, llamada Maluth,
es decir, Vel %einoW, desi*nacin ue es bastante di*na de mencin desde el !unto de "ista en
ue nos colocamos au4 !ero an hay ms, entre los sinnimos ue a "eces se dan a Maluth
se encuentra +sede-, el VIustoW /;=0. sta com!ar acin de Maluth y d e +sede-, o de la
%eale2a /el *obierno del Mundo0 y de la Iusticia, se encuentra !recisamente en el nombre de
Meli+sede-! &u4, se trata de la usticia distributi"a y !ro!iamente euilibrante, en Vla columna
del medioW del [rbol seirtico hay ue distin*uirla de la Iusticia o!uesta a la Misericordia e
identiicada con el %i*or, en la Vcolumna i2uierdaW, !ues son dos as!ectos dierentes /y
adems, en hebreo
2inA! l !rimero hay dos
de estos !alabras
as!ectos es !ara desi*narlos3
la Iusticia la !rimera
en su sentido msesestricto
+seda-ah, y la se*unda
y el ms com!letoes
a
la "e2, ue esencialmente im!lica la idea de euilibrio o armon4a, y li*ada indisolublemente a la
Pa2. Maluth es el Vreci!iente donde se renen las a*uas ue "ienen del r4o de arriba, es decir,
todas las emanaciones /*raci as o inluencias es!irituales0 ue derraman abundanc ia /;N0. Las
a*uas ue descienden de este Vr4o de arribaW recuerdan e1tra7amente el !a!el atribuido al r4o
celestial Gang5 en la tradicin hind, y !odr4amos tambin subrayar ue #hati, del ue Gang5
es un as!ecto, no dea de orecer ciertas analo*4as con la #heinah, aunue no uera ms ue
en ra2n de la uncin V!ro"idencialW ue les es comn. l reci!iente de las a*uas celestes es
idntico al centro es!iritual de nuestro mundo3 de ah4 !arten los cuatro r4os del "ardes, ue se
diri*en hacia los cuatro !untos cardinales. Para los Iud4os este centro es!iritual se identiica con
el monte de ?in, al cual dan el nombre de VCora2n del MundoW, !or otro lado comn a todas
las V@ierras ?antasW, y ue, !ara ellos, se con"ierte as4 en cierto modo en el eui"alente del
M4ru de los 'indes o del lborj de los Persas /;50. Vl @abernculo de la ?antidad de &ehovh,
la %esidencia de la #heinah, es el ?anto de los ?antos ue es el cora2n del tem!lo, ue es l
mismo el centro de ?in /Ierusaln0, como la ?anta ?in es el centro de la @ierra de :srael, tal
como la @ierra de :srael es el centro del mundoW /;0. &n se !ueden lle"ar las cosas ms leos
no slo en todo lo ue se ha enumerado au4, tomndolo en el orden in"erso, sino tambin tras
el @abernculo en el @em!lo, el &rca de la &lian2a en el @abernculo y, en el &rca de la &lian2a
misma, el lu*ar de la maniestacin de la #heinah /entre los dos 9erubimA, re!resentan como
otras tantas a!ro1imaciones sucesi"as del VPolo es!iritualW.E s tambin de esta orma como
#ante !resenta !recisamente a Ierusaln como el VPolo es!iritualW, tal como hemos tenido la
ocasin de e1!licarlo en otro lu*ar /;0 !ero esto, cuando se sale del !unto de "ista !ro-
!iamente udaico, se torna ante todo simblico y ya no es una locali2acin en el sentido estricto
de esta !alabra. @odos los centros es!irituales secundarios, constituidos como ada!taciones de
la tradicin !rimordial a condiciones determinadas, son, como ya lo hemos indicado, im*enes
del centro su!remo ?in !uede no ser en realidad ms ue uno de esos centros secundarios, y
sin embar*o identiicarse simblicamente con el centro su!remo en "irtud de esta similitud.
Ierusalem es eecti"amente, como su nombre indica, una ima*en de la "erdadera #alemD lo ue
hemos dicho y lo ue diremos toda"4a de la V@ierra ?antaW, ue no es slo la @ierra de :srael,
!ermitir com!renderlo sin diicultad.
& !ro!sito de esto, otra e1!resin muy im!ortante como sinnimo de V@ierra ?antaW, es la de
V@ierra de los (i"ientesW3 desi*na maniiestamente a la Vmorada de inmortalidadW, de manera
ue en su sentido !ro!io y ri*uroso se a!lica al Para4so terrenal o a sus eui"alentes simblicos,
!ero esta denominacin tambin ha sido a!licada a las V@ierras ?antasW secundarias y es-
!ecialmente a la @ierra de :srael. ?e dice ue Vla @ierra de los (i"os com!rende siete tierrasW, y
P. (u:liaud se7ala res!ecto a esto ue Vesta tierra es Canan en la ue hab4a siete !ueblosW
/;J0. ?in duda, es e1acto en un sentido literal3 !ero, simblicamente estas siete tierras !odr4an
muy bien, tal como las ue se tratan !or otro lado en la tradicin islmica, corres!onder a los
siete dTNpas ue, se*n la tradicin hind, tienen a M4ru !or centro comn, y sobre los cuales
"ol"eremos ms adelante. #el mismo modo ue cuando los anti*uos mundos, o las creaciones
anteriores a la nuestra, son simboli2ados !or los Vsiete reyes de domW /el nmero se!tenario
se encuentra au4 en relacin con los siete Vd4asW del nesis0, hay en ello una semean2a
mucho ms chocante !ara no ser ms ue accid ental, con las eras de los siete ManUes
contadas desde el comien2o del alpa hasta la !oca actual /;<0.

H8@&?3

;
Epstola a los 'ebreos, 5,;;.

>
l nombre de bram an no hab4a cambiado !or el de brahamD al mismo tiem!o 8G1nesis (::0, el
nombre de su es!osa #ara?, se cambi !or el de #arah, de manera ue la suma de los nmeros de estos
dos nombres ued i*ual.

=
G1nesis, ;N,;<->F. /La edicin ;] cita ;J->F. H del @.0

N
'ay ue se7alar tambin ue la misma ra42 se halla en las !alabras Islam y moslem /musulmn0 la
Vsumisin a la "oluntad di"ina /ste es el sent ido de la !alabra IslamA es la condicin necesaria de la
!a2W la idea ue au4 se e1!resa ha de relacionarse con la del 2harma hind.

5
Ibidem! , .

G1nesis, ;N, >>.

n la icono*ra4a cristiana el n*el Mi*uel i*ura con estos dos atributos en las re!resentaciones del
VIuicio $inalW.

J
:*ualmente, !ara los anti*uos e*i!cios, M5 o Ma5t, era al mismo tiem!o la VIusticiaW y la V(erdadW. ?e
la "e simboli2ada
ero*l4ico en uno
del cora2n. n de los !latillos
hebreo, de la balan2a
ho- si*niica del Iuicio, mientras ue en la otra es un "aso,
VdecretoW.

<
sta !alabra 'a- tiene como "alor numrico ;FJ, ue es uno de los nmeros c4clicos undamentales. n
la :ndia, el rosario de ?hi"a est com!uesto !or ;FJ cuentas y el si*niicado !rimero del rosario simboli2a
la Vcadena de los mundosW, es decir, el encadenamiento causal de los ciclos o de los estados de
e1istencia.

;F
ste si*niicado !odr4a resumirse en esta rmula3 Vla uer2a al ser"icio del derechoW, si los modernos
no hubiesen abusado demasiado de esto, tomndolo en un sentido e1terno.

;;
(ase L0[sot1risme de 2ante, ed. ;<5, !. 5J. /La edicin ;] dice !*ina 5. H. del @.0

;>
La !alabra 9han, t4tulo dado a los ees !or los !ueblos de &sia Central, se relaciona ui2 con la misma
ra42.

;=
+sede- es tambin el nombre del !laneta I!iter, !or lo ue se le llama al ngel +sad-uielMeleD la
semean2a con el nombre de Meli+sede- /al ue slo se le a7ade El, como nombre di"ino ue orma la
terminacin comn de todos los nombres an*licos0 es au4 demasiado e"ide nte, !or lo ue no ha lu*ar
de insistir en ello. n la :ndia, el mismo !laneta lle"a el nombr e de Brihaspati, ue i*ualmente es el
Pont4ice Celeste. 8tro sinnim o de Maluth es #abbath, del cual el sentido de descanso se reiere
"isiblemente a la idea de VPa2W, tanto ms cuanto esta nocin e1!resa, como se ha "isto anteriormente,
el as!ecto e1terno de la #heinah, !or lo cual se comunica con el +mundo inerior+.

;N
P. (ulliaud,La 9abbale juive, tomo :, !. 5F<.

;5
ntre los ?amaritanos, es el monte Gar>im el ue ue*a el mismo !a!el y el ue recibe las mismas
denominaciones3 es Vla Monta7a BenditaW, Vla Colina ternaW, Vel Monte de la 'erenciaW, Vla Casa de
#iosW, y el @abernculo de sus [n*eles, la morada de la #heinahD incluso se le identiica con la VMonta7a
PrimordialW 8'ar OadimA, donde estu"o el Ed1n, y ue no ue sumer*ido !or las a*uas del dilu"io.

1
P. (ulliaud, La 9abbale juive, tomo :, !. 5F<.

;
L0[sot1risme de 2ante, ed. ;<5, !. N. /La edicin ;] dice !*ina JN. H. del @.0
;J
La 9abbale juive, tomo ::, !. ;;.

;<
n 9alpa com!rende catorce ManvantarasD $aivasTata, el actual ManU, es el s!timo de este 9alpa,
llamado #hrN#hT4ta$ar5ha9alpa o Vra del Iabal4 blancoW otra obser"acin curiosa es sta los Iud4os
dan a %oma el a!elati"o de dom ahora bien, la tradicin habla tambin de siete reyes de %oma y el
se*undo de estos reyes, =uma, ue est considerado como el le*islador de la ciudad, lle"a un nombre
ue es el *iro silbico e1acto del de ManU, y ue !uede al mismo tiem!o estar relacionado con la !alabra
*rie*a nomos, VleyW. 'ay !or consi*uiente ra2n !ara !ensar ue estos siete reyes de %oma no son otra
cosa ue, desde
determinada, del cierto
mismo!unto
mododeue"ista,
los una
sietere!resentacin !articular
sabios de recia son !ordeotro
los siete
lado, ManUs de unacondiciones,
en similares ci"ili2acin
una re!resentacin de los siete %ishis, en lo ue se sinteti2a la sabidur4a del ciclo inmediatamente anterior
al nuestro.

#e Meli+sede-, ca!. (: de Le %oi du Monde

- Dntre las tradiciones a las cuales hac4amos alusin anteriormente, hay una ue !resenta un
inters !articular3 se encuentra en el Iuda4smo y se reiere a una ciudad misteriosa llamada Lu>
8)A. 8ri*inalmente este nombre era el lu*ar donde Iacob tu"o el sue7o y !or eso lo llam Beth
EI, o sea, Casa de #ios />0 ms adelante "ol"eremos sobre este tema. ?e dice ue el Vn*el de
la muerteW no !uede !enetrar en esta ciudad y !or eso no tiene all4 nin*n !oder y, !or una
com!aracin bastante sin*ular, !ero muy si*niicati"a, la sitan al*unos cerca de lborj, ue es
!ara los Persas i*ualmente Vla morada de la inmortalidadW.
Cerca de Lu> hay, se dice, un almendro /tambin llamado lu> en hebreo0, en la base del cual
e1iste un hueco !or el ue se !enetra a un subterrneo /=0, el cual conduce a la misma ciudad,
ue est com!let amente escondida. La !alabra lu>, en sus di"ersas ace!ciones, !arece
deri"ada, !or otra !arte, de una ra42 ue desi*na todo lo ue est escondido, cubierto, en"uelto,
silencioso, secreto3 y hay ue se7alar ue las !alabras ue desi*nan al Cielo !rimiti"amente
tienen el mismo si*niicadoE
/... 0

(ol"amos a la !alabra hebr ea lu>, cuyos di"ersos si*niicados son di*nos de atencin3 esta
!alabra tiene corrientemente el sentido de ValmendraW /y tambin de +almendro+, desi*nando
!or e1tensin tanto al rbol como a su ruto0 o de VhuesoW ahora bien, el hueso es lo ue est
en el interior y adems escondido, y est com!letamente cerrado, de ah4 la idea de
Vin"iolabilidadW /N0 /ue se encuentra en el nombre de gartthaA! La misma !alabra lu> es
tambin el nombre dado a una !art4cula cor!oral indestructible, re!resentada simblicamente
como un hueso muy duro, y a la cual el alma !ermanece unida tras la muerte y hasta la
resurreccin /50. @al como el hueso contiene la semilla y la mdula, este lu> abarca los
elementos "irtuales necesarios !ara la restauracin del ser y esta restauracin se o!erar bao
la inluencia de ese roc4o celestial, re"i"iicando las osamentas desecadas es a lo ue hace
alusin, de la orma ms clara, estas !alabras de ?an Pablo3 Vsembrado en corru!cin,
resucitar en *loria /0W. &u4, como siem!re, la V*loriaW se reiere a la #heinah, considerada
en el mundo su!erior, y con la cual el Vroc4o celestialW tiene una estrecha relacin, as4 como
hemos !odido dar cuenta anteriormente de ello. l lu>, siendo im!erecedero /0, es en el ser
humano el VncleoW de inmortalidad, as4 como el lu*ar ue es desi*n ado !or el mismo nom bre
es la Vmorada de inmortalidadW3 ah4 se detiene, en ambos casos, el !oder del n*el de la
muerte. s en cierta manera el hue"o o el embrin del :nmortal /J0 !uede com!ararse tambin
a la crislida de donde ha de salir la mari!osa /<0, com!aracin ue traduce e1actamente su
!a!el con relacin a la resurreccin.
?e sita el lu> hacia la e1tremidad inerior de la columna "ertebral esto !uede !arecer bastante
e1tra7o, !ero se aclara !or una com!aracin con lo ue la tradicin hind dice de la uer2a
llamada 9undalini 8)RA, ue es una orma de #hati considerada como inmanente al ser humano
/;;0. sta uer2a est re!resentada bao la i*ura de una ser!iente enrollada sobre s4 misma en
una re*in del or*anismo sutil, corres!on diendo !recisamente tambin a la e1tremidad inerior
de la columna "ertebral ocurre as4 al menos en el hombre corriente !ero, !or eecto de
!rcticas tales como el 'atha 7oga, se des!ierta, se des!lie*a y se ele"a a tra"s de las
VruedasW 8charasA o VlotosW 8amalasA ue corres!onden a los di"ersos !le1os, !ara alcan2ar
la re*in corres!ondiente al Vtercer ooW, es decir, al oo rontal de #hiva! ste estadio
re!resenta la restitucin del Vestado !rimordialW, donde recobra el hombre el Vsentido de la
eternidadW y, de ese modo obtiene lo ue hemos dado en llamar en otro lu*ar la Vinmortalidad
"irtualW. 'asta ah4, toda"4 a estamos en el estado humano en una ase ulterior, la 9undalini
alcan2a inalmente la corona de la cabe2a /;>0, y esta ltima ase hace reerencia a la conuista
eecti"a de los estados su!eriores del ser. Lo ue !arece resultar de esta com!aracin es ue la
locali2acin de lu> en la !arte inerior del or*anismo se reiere slo a la condicin de Vhombre
ca4doW y, !ara la humanidad terrena "ista en su conunto, ocurre lo mismo con la locali2acin
del centro es!iritual su!remo en el +mundo subterrneo+ /;=0.

H8@&?3

/;0. Las inormaciones ue utili2amos au4 estn sacadas en !arte de la &eTish Encclopedia /(:::, >;<0.

/>0. G1nesis, >J,;<.

/=0. n las tradiciones de ciertos !ueblos de &mrica del Horte, tambin se trata de un rbol !or el ue
hombres ue !rimiti"amente "i"4an en el interior de la @ierra saldr4an a la su!ericie, mientras ue otros de
la misma ra2a !ermanecer4an en el mundo subterrneo. s "eros4mil ue Buler-Lytton se haya ins!irado
en estas tradicione s en La %a>a *utura 8+he Coming %aceA! na nue"a edicin lle"a el titulo de La ra>a
-ue nos e@terminar! /sta ltima edicin no es citada en la ;] edicin del !resente libro. H. del @.0

/N0. s !or lo ue el almendro ha sido tomado como s4mbolo de la (ir*en.

/50. s curioso notar ue esta tradicin udaica !robablemente ha ins!irado ciertas teor4as de Leibnit2
sobre el VanimalW /es decir, el ser "i"o0, subsistiendo !er!etuamente con un cuer!o, !ero +reducido a
!eue7o+, tras la muerte.
/0. "rimera Epstola a los Corintios, ;53N>. 'ay en estas !alabras una a!licacin estricta de la ley de
analo*4a3 Vlo ue es arriba es como lo ue es abao, !ero en sentido in"ersoW.

/0. n snscrito, la !alabra ashara si*niica VindisolubleW, y !or e1tensin Vim!erecederoW o


VindestructibleW desi*na la s4laba, elemento !rimario y *ermen de len*uae, y se a!lica !or e1celencia al
monos4labo Pm, ue se dice contener en el mismo la esencia del tri!le $4da!

/J0. l eui"alente lo encontramos, bao otra orma, en las distintas tradiciones, y en !articular, con muy
im!ortantes desarrollos en el @ao4smo. n este sentido, es anlo*o en el orden VmicrocsmicoW, a lo ue
es el V'ue"o del MundoW en el orden VMacrocsmicoW, !ues encierra las !osibilidades del Vciclo uturoW
/la vita venturi seculi del credo catlico.

/<0. Podemos reerirnos au4 al simbolismo *rie*o de "si-u1, ue re!osa en *ran !arte en esta similitud
/"ase "si-ue, !or $. Pron0.

/;F0. La !alab ra undalN /en eme nino undalinNA si*niica enrollado en orma de anillo o es!iral este
enrollamiento simboli2a el estado embrionario y Vno desarrolladoW.

/;;0. s el Brahmarandhra u oriicio de Brahma, !unto de contacto de la sushumn5 o Varteria coronariaW


con el Vrayo solarW hemos e1!ue sto com!letamen te este simbolismo en el 'omme et son devenir selon
le $4d5nta!

/;>0. n este sentido, y en cierta relacin, su morada se identiica tambin con la ca"idad del cora2n ya
hemos hecho alusin a una relacin e1istente entre la #hati hind y la #heinah hebrea.

/;=0. @odo esto tiene una relacin muy estrecha con el si*niicado real de esta bien conocida rase
hermtica3 V$isita in3eriora terrae, recti3icando invenies ocultum lapidem, veram medicinamW ue da como
acrstico la !alabra $itriolum! La V!iedra ilosoalW es al mismo tiem!o, desde otro as!ecto, Vla "erdadera
medicinaW, es decir, Vel eli1ir de lar*a "idaW, ue no es otra cosa ue Vla bebida de la inmortalidadW. &
"eces se escribe interiora en lu*ar de in3eriora, !ero el sentido *eneral no cambia, y siem!re hay la misma
alusin maniiesta al Vmundo subterrneoW.

#e Lu>, ca!. (:: de Le %oi du Monde


Dste mismo !unto es tambin, en la Kbala hebrea, auel donde est sus!endida la balan2a de
la ue se trata en el #iphra di+seniutha, !ues sobre el !olo re!osa el euilibrio del mundo y
este !unto es desi*nado como +un lu*ar ue no e1iste+, es decir, como lo +no-maniestado+, lo
ue corres!onde, en la tradicin e1tremo-oriental, a la asimilacin de la strella !olar, en tanto
ue +hecha de Cielo+, al lu*ar del Princi!io mismo esto est i*ualmente en relacin con lo ue
hemos dicho antes de la balan2a a !ro!sito de la 8sa Mayor. Los dos !latillos de la balan2a,
con su mo"imiento alternati"o de subida y de baada, se reieren naturalmente a las "icisitudes
del in y del ang la corres!ondencia con el in de un lado y el ang del otro "ale adems, de
manera *eneral !ara todos los s4mbolos dobles ue !resentan una simetr4a a1ialE.

Hota en La Grande +riade3 DLa Ciudad de los ?aucesE

- Dste simbolismo tambin lo encontramos en la Kbala hebraica, ue nos habla del V?anto
PalacioW o VPalacio interiorW como situado en el centro de las seis direcciones del es!acio. Las
tres letras del Hombr e di"ino &ehovah /;0, !or su s1tu!le !ermutacin si*uiendo estas seis
direcciones, indican la inmanencia de #ios en el seno del Mundo, es decir, la maniestacin del
Logos en el centro de todas las cosas, en el !unto !rimordial del ue las e1tensiones indeinidas
no son ms ue su e1!ansin y desarrollo3 V$orm del +hohu /"ac4o0 una cosa e hi2o lo ue es
de lo ue no era. @all unas *randes columnas del ter inaseuible />0. %ele1ion, y la Palabra
/Memra0 !roduo todo obeto y toda cosa !or su Hombre noW /=0. ste !unto !rimordial desde
donde se !roiere la Palabra di"ina no se desarrolla tan slo en el es!acio como acabamos de
decir, sino tambin en el tiem!o3 es el VCentro del MundoW en todos los as!ectos, es decir, se
encuentra a la "e2 en el Centro de los es!acios y en el centro de los tiem!os. sto, bien
entendido, si se toma en sentido literal, slo concierne a nuestro mundo, el nico en ue, las
condiciones de e1istencia son directamente e1!resables en len*uae humano /N0 slo el mundo
sensible est sometido al es!acio y al tiem!o !ero, como en realidad se trata del Centro de
todos los mundos, se !uede !asar al orden su!rasensible eectuando una trans!osicin
anal*ica en la ue es!acio y tiem!o slo conser"en un si*niicado !uramente simblico.

n Clemente de &leandr4a, hemos "isto ue se trata de seis ases del tiem!o corres!ondientes
res!ecti"amente a las seis direcciones del es!acio3 son, tal como diimos, seis !er4odos c4clicos,
subdi"isiones, de otro !er4odo ms *eneral, y a "eces re!resentados como seis milenios. l
.ohar, as4 como el +almud, tambin di"ide la duracin del mundo en !er4odos milenarios. Vl
mundo subsistir durante seis mil a7os, a los ue aluden las seis !rimeras !alabras del
G1nesisW /50 estos seis milenios son anlo*os a los seis Vd4asW de la creacin. l s!timo
milenio, as4 como el s!timo Vd4aW corres !onden al #abbath, es decir, la ase de retorno al
Princi!io, ue corres!onde, como es natural, al centro, considerado como s!tima re*in del
es!acio. 'ay au4 una es!ecie de cronolo*4a simblica ue, e"identemente, no se debe tomar al
!ie de la letra, tal y como ocurre con las ue se encuentran en otras tradiciones Ioseo /0
indica ue seis mil a7os constituyen die2 V*randes a7osW, con lo ue el V*ran a7oW consta de
seis si*los /el =aros de los Caldeos0 !ero, !or otra !arte, con esta misma e1!resin se desi*na
un !er4odo de tiem!o mucho ms lar*o, de die2 o doce mil a7os !ara los rie*os y los Persas.
sto au4, sin embar*o, no tiene im!ortancia, ya ue no se trata de calcular la duracin real de
nuestro mundo, lo ue e1i*ir4a un estudio !roundo de la teor4a hind de los Manvantaras !ero
como no es esto lo ue au4 nos !ro!onemos3 baste con uedarnos con el "alor simblico de
estas di"isiones. &7adamos tan slo ue ui2 se trate de seis ases indeinidas y, !or lo tanto,
de duracin indeterminada, ms una s!tima corres!ondiente a la terminacin de todas las
cosas y a su restablecimiento en el estado !rimero /0.

(ol"amos a la doctrina cosmo*nica de la Kbala tal como se e1!one en el #13er 7etsir V?e
trata, dice P. (ulliaud, del desarrollo a !artir del Pensamiento hasta la modiicacin del ?onido
/la (o20, de lo im!enetrable a lo com!rehensible. ?e obser"ar ue estamos ante una
e1!osicin simblica del misterio, ue tiene !or obeto la *nesis uni"ersal y ue enla2a con el
misterio
sentidos de
!orlamedio
unidad. n otros
de l4neas /J0 !asaes, sesetrata
y ue slo del com!rehensible
"uel"e +!unto+ ue se desarrolla en todos
!or el +Palacio los
interior+.
s en el ina!rehensible ter / vir0, donde se !roduce la concentracin, de donde emana la lu2
/or0W /<0.
n eecto, el !unto es el s4mbolo de la unidad es el !rinci!io de la e1tensin ue slo e1iste
*racias a su irradiacin /uedando el V"ac4oW anterior en !ura "irtualidad0, !ero slo se hace
com!rensible situndose l mismo en esta e1tensin, de la ue entonces ser su centro, tal
como lo e1!licaremos ms detalladamente a continuacin. La emanacin de la lu2, dea su
realidad a la e1tensin, Vcon"irtiendo al "ac4o en al*o y lo ue no era en lo ue esW, es una
e1!ansin ue sucede a la concentracin ah4 estn las dos ases de ins!iracin y e1!iracin de
las ue se habla tan a menudo en la doctrina hind, corres!ondiendo la se*unda a la !roduccin
del mundo maniestado a este res!ecto, tambin hay ue destacar la analo*4a ue e1iste con el
mo"imiento del cora2n y la circulacin de la san*re en el ser "i"o. Pero si*amos3 VLa lu2 / or0
brot del misterio del ter / vir0. l !unto oculto se maniest, es decir, la letra odW /;F0. sta
letra re!resenta ero*l4icamente el Princi!io y se dice ue de ella se ormaron todas las
restantes letras del /;;0.
mundo maniestado alabeto hebreo,
@ambin ormacin
se dice ue elue,
!untose*n el #e3er
!rimordial 7etsir, simboli2a
ina!rehensible, la no
ue es el del
no maniestado, orma tres ue re!resentan el Comien2o, el Medio y el $in /;>0, y ue estos tres
!untos reunidos constituyen la letra od, ue tambin es el no maniestado /o, ms
e1actamente, airmado en tanto ue !rinci!io de la maniestacin uni"ersal0 o, dicho en len*uae
teol*ico, #ios hacindos e VCentro del MundoW !or medio de su (erbo. VCuan do la od ue
!roducida, dice el #e3er 7etsir, lo ue ued de este misterio o del vir /ter0 oculto ue or
/lu20W en eecto, si uitamos la od de la !alabra vir ueda or!
& este res!ecto, P. (ulliaud cita el si*uiente comentario de Moiss de Len3 V#es!us de
recordar ue el ?anto, bendito sea, inco*noscible, slo !uede ser ca!tado a tra"s de sus
atributos /middoth0 !or los ue ha creado los mundos, /;=0 em!ecemos !or la e1*esis de la
!rimera !alabra de la +or3 Bereshit /;N0. %es!ecto a este misterio, al*unos autores anti*uos nos
han ense7ado ue est oculto en el *rado su!remo, el ter !uro e im!al!able. ste *rado es la
suma total de todos los es!eos !osteriores /es decir, e1teriores con relacin a este mismo
*rado0 /;50. stos !roceden de l, !or el misterio del !unto, el cual, l mismo, es un *rado oculto
ue emana
oculto del misterio
/es decir, del ter !uro
no maniestado0, y misterioso
no !uede /;0. /;0.
ser ca!tado l !rimer *rado, ue
&simismo, est totalmente
el misterio del !unto
su!remo aunue est !roundamente escondido /;J0, !uede ser ca!tado !or el misterio del
Palacio interior. l misterio de la Corona su!rema / 9ether, la !ri mera de las die2 #e3irot0
corres!onde al del !uro e inalcan2able ter / vir0. s l la causa de todas las causas y el ori*en
de todos los or4*enes. s en este !rinci!io, ori*en in"isible de todas las cosas, donde nace el
V!untoW oculto del ue todo !rocede, Por esto se dice en el #13er 7etsir3 V&ntes del no, Qu
!uedes contarRW s decir3 &ntes de este !unto, Qu !uedes contar o com!renderR /;<0. &ntes
de este !unto no hab4a nada sal"o in, o sea, el misterio del ter !uro o ina!rehensible, as4
denominado /con una sim!le ne*acin0 a causa de su ina!rehensibilidad />F0. l comien2o
com!rensible de la e1istencia se encuentra en el misterio del V!untoW su!remo />;0.A dado ue
este !unto es el Vcomien2oW de todas las cosas, se le denomina, VPensamientoW /Mahasheba0
/>>0. l misterio del Pensamiento creati"o corres!onde al V!untoW oculto. s en el Palacio
inerior donde el misterio unido al V!untoW oculto !uede ser com!rendido, ya ue el !uro e
inaseuible ter !ermanece siem!re misterioso. l V!untoW es el ter hecho a!rehensible /!or
medio de la VconcentracinW, !unto de !artida de toda dierenciacin0 en el misterio del Palacio
interior o ?anto de los santos />=0. @odo, sin e1ce!cin, !rimero debe ser concebido en el
Pensamiento />N0. A si al*uien diera3 V(ed, hay al*o nue"o en el mundoW, haced ue se calle,
ya ue ue anteriormente concebido en el Pensamiento />50. l santo Palacio interior emana del
V!untoW oculto /!or las l4neas salidas de este !unto si*uiendo las seis direcciones del es!acio0.
l ?anto de los ?antos, el uincua*simo a7o /alusin al jubileo, ue re!resenta el retorno al
estado !rimordial0 />0, tambin se denomina (o2 ue emana del Pensamiento />0. Por lo tanto,
todos los seres y todas las causas emanan !or la uer2a del V!untoW de arriba. sto es todo !or
lo ue se reiere a los misterios de las tres #e3irot su!remasW />J0.

/;0. ste Hombre consta de cuatro letras, od he vav he, !ero slo hay tres distintas ya ue la he se re!ite
dos "eces.

/>0. ?e trata de las VcolumnasW del rbol seirtico3 columnas del centro, de la derecha y de la i2uierda
"ol"eremos sobre esto ms adelante. Por otro lado, con"iene obser"ar ue el VterW del ue au4 se
habla, no slo debe entenderse como el !rimer elemento del mundo cor!oral, sino ue tambin hay ue
darle un sentido su!erior obtenido !or trans! osicin anal*ica, tal como ocurre con el 5sha de la
doctrina hind /"er El hombre su devenir segUn el $edanta, :::0.

/=0. #13er 7etsir, :(, 5.

/N0. #i3r di+seniuth3 .ohar, ::, ; b.

/50. %ecordemos la sentencia b4blica3 VMil a7os son como un d4a !ara el ?e7orW.

/0. ntig<edades judaicas, ;, N

/0. ste ltimo milenio sin duda corres!onde al Vreino de mil a7osW del ue se habla en el pocalipsis.

/J0. n la tradicin hind, estas l4neas estn re!resentadas !or los Vcabellos de ?hi"aW.

/<0. La 9abbale &uive, t. :O, !. >N.

/;F0. :bid., t. :O, !. >;.

/;;0. La VormacinW / 7etsir0 debe !ro!iamente entenderse como la !roduccin de la maniestacin en


estado sutil la maniestacin en estado *rosero se denomina si, mientras ue Beri es la maniestacin
inormal. Aa se7alamos en otra !arte la e1acta corres!ondencia ue hay entre los mundos considerados
!or la Kbala y el +ribhuvana de la doctrina hind /El hombre su devenir segUn el $edanta, ca!. (0.
/;>0. Bao este !unto de "ista, estos tres !untos !ueden eui!ararse a los tres elementos del monos4labo
um /Pm0 en el simbolismo hind, y a los del anti*uo simbolismo cristiano /"er El hombre su devenir
segUn el $edanta, ca!. (:, =] ed., y El %e del Mundo, ca!. :(0.

/;=0.ncontramos au4 el eui"alente a la distincin ue hace la doctrina hind entre Brahma Vno
cualiicadoW /nirguna0 y Brahma VcualiicadoW /saguna0, es decir, entre el V?u!remoW y el VHo-?u!remoW,
corres!ondiendo este ltimo a IshTara /"er El hombre su devenir segUn el $edanta , ca!. l y 0. Mid
literalmente si*niica VmedidaW /c. con la snscrita m5tr50.

/;N0. s la !alabra !or la ue comien2a el libro del G1nesis3 VIn "rincipioW.

/;50. (emos ue este *rado corres!onde al V*rado uni"ersalW del esoter ismo islmico, y es en el ue se
totali2an sintticamente todos los dems *rados, es decir, todos los estados de la 1istencia. sta misma
doctrina tambin se sir"e de com!araciones con el es!eo y otras similares3 de este modo, si*uiendo una
e1!resin ue ya hemos citado en otra !arte / El hombre su devenir segUn el $edanta, ca!. 0, la nidad
considerada en tanto ue contiene en s4 misma todos los as!ectos de la #i"inidad / sr5r rabb5niah o
Vmisterios dominicalesW0, es decir, todos los atributos di"inos, e1!resados !or los nombres >i3atiah /"er
El %e del Mundo , ca!. :::0, V!ertenece al &bsoluto /al +?anto+ inalcan2able uera de ?us atributos0 la
su!ericie re"erberante de innumerables caras, ue ma*ni ica a toda criatura ue se mira en ella
directamenteW a!enas es necesario ad"ertir ue au4 se trata !recisamente de los sr5r rabb5niah!

/;0. l *rado re!resentado !or el !unto, ue corres!onde a la nidad, es el de ?er !uro /: shTara en la
doctrina hind0.

/;0. & este res!ecto, nos !odr4amos reeri r a lo ue ense7a la doctrina hind a !ro!sito de lo ue se
encuentra ms all del ?er, es decir , del estado incondicionado de tm5 /"er El hombre su devenir
segUn el $edanta, ca!. (, =] ed. rancesa, donde indicbamos las ense7an2as de las otras tradiciones0.

/;J0. l ?er tambin es no maniestado, !ero es el !rinci!io de toda maniestacin

/;<0. n eecto, la unidad es el !rimero de todos los nmeros no hay nada antes de ella ue !ueda ser
contado au4 se toma la numeracin como s4mbolo de un modo de conocimiento distinti"o.

/>F0. Corres!onde al Cero meta4sico, o al VHo ?erW de la tradicin e1tremo-oriental, simboli2ado !or el
V"ac4oW /c. +ao te 9ing, :0 ya hemos e1!licado en otra !arte !or u ra2n las e1!resiones de orma
ne*ati"a son las nicas ue an !arecen a!licarse a lo ue est ms all del ?er / El hombre su devenir
segUn el $edanta, ca!. (, =] ed.0.

/>;0. 8 sea, en el ?er !rinci!io de la 1istencia, ue es lo mismo ue la maniestacin uni"ersal, as4


como la unidad es el !rinci!io y el comien2o de todos los nmeros.

/>>0. Puesto ue todas las cosas deben ser concebidas !or el !ensamiento antes de reali2arse
e1teriormente3 esto debe entenderse anal*icamente transirindolo del orden humano al orden csmico.
/>=0. l V?anto de los ?antosW estaba re!resentado !or la !arte ms interior del @em!lo de Ierusaln,
constitu4a el @abernculo /mishn0 donde se maniestaba la #hein, es decir, la V!resencia di"inaW.

/>N0. Constituye el (erbo en tanto ue :ntelecto di"ino, el cual, se*n una e1!resin em!leada !or la
teolo*4a cristiana, es el Vlu*ar de los !osiblesW.

/>50. s la V!ermanente actualidadW de todas las cosas en el Veterno !resenteW.

/>0. (er El %e del Mundo, ca!. :::3 notaremos ue 5F ` > ;. n hebreo y en rabe, el "alor numrico de
la !alabra ol, VtodoW, es 5F. C. tambin las Vcincuenta !uertas de la :nteli*enciaW.

/>0. @ambin se trata del (erbo, !ero en tanto ue Palabra di"ina !rimero es Pensamiento en el interior
/es decir, en ?4 mismo0, des!us Palabra al e1terior /es decir, con relacin a la 1istencia uni"ersal0, ya
ue la Palabra es la maniestacin del Pensamiento la !rimera !alabra !roerida es Iehi or 8*iat Lu@A, en
el G1nesis.

/>J0. Citado en La 9abbale juive, t. :O, !!. NF=-NF.

n Le #mbolisme de la Croi@, ca!4tulo :(3 DLas direcciones del es!acioE

Dste !unto central y !rimordial es idntico al V?anto PalacioW de la Kbala hebraica en s4, no
se encuentra situado en nin*n lu*ar, ya ue es absolutamente inde!endiente del es!acio, no
siendo ste ms ue el resultado de su e1!ansin o desarrollo indeinido en todos los sentidos y,
en consecuencia, !rocediendo !or entero de l3 V@rans!ortmonos en es!4ritu uera de este
mundo de dimensiones y locali2aciones y ya no e1istir nin*una ra2n !ara uerer situar el
Princi!ioW.
/...0
?e dice ue ll5h Vhace descender la Pa2 a los cora2ones de los ielesW /'uTa elladhN an>ala
es#aNnata 3N -ul6bilm6minin0 la Kbala hebrea e1actamente lo mismo3 VLa #heinah lle"a
este nombre, dice el hebrai2ante Louis Ca!!el, !orue habita /shaUn0 en el cora2n de los
ieles, cuya morada estu"o simboli2ada !or el @abernculo /mishnA, en el ue #ios habitaW
/Critica sacra, !*. =;;, edicin de [msterdam, ;J< citado !or Paul (ulliaud, La 9bala &uda,
t :, !. N<=0. @al "e2 no sea necesario remarcar ue el VdescensoW de la VPa2W al cora2n se
eecta de acuerdo con el ee "ertical3 ello constituye la maniestacin de la V&cti"idad del
CieloW.
n Le #mbolisme de la Croi@ , ca!4tulo (::3 DLa resolucin de las o!osicionesE

DCuando encontramos en un rbol emblemtico una ima*en de la dualidad, !arece correcto "er
en ello una alusin al V[rbol de la CienciaW, mientras ue, desde otros !untos de "ista, el
s4mbolo considerado ser4a incontestablemente una re!resentacin del V&rbol de la (idaW. &s4
ocurre, !or eem!lo, con el Vrbol seirticoW de la Kbala hebraica, al ue se desi*na como
V[rbol de la (idaW, en el ue, sin embar*o, la Vcolumna de la derechaW y la Vcolumna de la
i2uierdaW orecen una ima*en de la dualidad !ero entre las dos se encuentra la Vcolumna del
medioW, donde se euilibran las dos tendencias o!uestas y donde se "uel"e a encontrar la
unidad "erdadera del V[rbol de la (idaW. /J0
La naturale2a dual del V[rbol de la CienciaW no se maniiesta a &dn hasta el momento mismo
de la Vca4daW, ya ue es en este momento cuando se "uel"e Vconocedor del bien y del malW. /<0
@ambin es en este momento cuando se alea del centro, ue es el lu*ar de la unidad !rimera a
la ue corres!onde el V[rbol de la (idaW y es !recisamente V!ara *uardar el camino ue lle"a
al [rbol de la (idaW ue los Ouerubim /los VtetramorosW, ue en ellos sinteti2an el cuaternario
de los !oderes elementales0, con es!ada llameante, han sido !uestos a la entrada del dn.
/;F0 ste centro se ha "uelto inaccesible !ara el hombre ca4do al haber !erdido el Vsentido de la
eternidadW, ue tambin es el Vsentido de la unidadW /;;0"ol"er al centro, !or la restauracin
del Vestado !rimordialW, y alcan2ar el V[rbol de la (idaW, es recu!erar este Vsentido de la
eternidadW.
(---)
(ol"amos ahora a la re!resentacin del VPara4so terrenalW3 de su centro, es decir, del mismo !ie
del V[rbol de la (idaW, !arten cuatro r4os ue se diri*en hacia los cuatro !untos cardinales, con
lo ue tra2an la cru2 hori2ontal sobre la misma su!ericie del mundo terrenal, es decir, en el
!lano corres!ondiente al dominio del estado humano. stos cuatro r4os, ue !odemos relacionar
con el cuaternario de los elementos /;0 y ue sur*en de una nica uente corres!ondiente al ter
!rimordial, di"iden en cuatro !artes, ue !ueden relacionarse con las cuatro ases de un
desarrollo c4clico, el recinto circular del VPara4so terrenalW este recinto no es otro ue la seccin
hori2ontal de la orma esrica uni"ersal, de la ue ya hemos hablado anteriormente.
/...0l V[rbol de la (idaW se "uel"e a encontrar en el centro de la VIerusaln celestialW, lo ue se
e1!lica cilmente cuando se conocen las relaciones e1istentes entre sta y el VPara4so
terrenalW3 se trata de la reinte*racin de todas las cosas al Vestado !rimordialW.
/;0. La Kbala establece una corres!ondencia entre estos cuatro r4os y las cuatro letras ue orman la
!alabra Pa%#e?.
n Le #mbolisme de la Croi@ 3 Ca!4tulo :

- DLa !alabra VnadaW 8in0 de la Kbala hebrea corres!onde al Vno actuarW / TuTei0 de la
tradicin e1tremo oriental.
n Le #mbolisme de la Croi@ 3 Ca!4tulo :(

- D?e !uede en este as!ecto hacer reerencia en !articular al !rinci!io del G1nesis, :, >3 Q!!! el
Espritu 2ivino estaba inclinado sobre la 3a> de las aguasQ! 'ay en este !asae una indicacin
muy clara relati"a a los dos !rinci!ios com!lementarios de los cuales hablamos au4, !ues el
s!4ritu corres!onde a "urusha y las a*uas a "rariti. #esde un !unto de "ista dierente, !ero
sin embar*o relacionad o anal*icament e con el !recedente, el %uahh Elohim del te1to hebreo
es tambin el
Brahm5nda, asimilable a mundo+
+hue"o del el cisne en
'amsa,contenido simblico
las a*uas"eh4culo de Brahm5,
!rimordiales ue incuba
y es im!ortante el
se7alar
ue 'amsa es i*ualmente el +so!lo+ / spiritus0, ue es el sentido !rimero de %uahh en hebreo.
$inalmente, si nos colocamos es!ecialmente desde el !unto de "ista de la constitucin del
mundo cor!oral, %uahh es el aire / $5u0 y si no uera !orue esto nos lle"ar4a a
consideraciones demasiado lar*as, !odr4amos demostrar ue hay una !erecta concordancia
entre la Biblia y el $4da en lo ue concierne al orden del desarrollo de los elementos sensibles.
n todo caso se !uede encontrar en lo ue acabamos de decir, la indicacin de tres sentidos
su!er!uestos, ue se reieren res!ecti"amente a los tres *rados undamentales de la
maniestacin /inormal sutil y *rosero0, ue son desi*nados como los +tres mundos+
/tribhuvana0 en la tradicin hind. stos tres mundos a!arecen asimismo en la 9bala hebrea
con los nombres de Beriah, Ietsirah y siah !or encima de ellos est tsiluth, ue es el estado
principial de no-maniestacinE.

n L('omme et son devenir selon le $4d5nta, ca!4tulo (

- D@ambin !ara el esoterismo islmico la nidad, considerada en tanto ue contiene todos los
as!ectos de la #i"inidad / sr5r %abb5niah o Dmisterios dominicalesE0, D es la super3icie
reverberante del bsoluto en innumerables 3acetas lo -ue magni3ica a toda criatura -ue se mire
all de modo directoX . sta su!ericie es i*ualmente M55 tomada en su sentido ms ele"ado,
como #hati de Brahma, es decir la Domni!otenciaE del Princi !io ?u!remo. #e un modo
absolutamente similar en la Kbala hebre a, 9ether /la !rimera de la s die2 se3iroth0 es la
"estimenta de ?n#oph /l :ninito o &bsoluto0

n L('omme et son devenir selon le $4d5nta, ca!4tulo .

- D?e*n la Kbala, el &bsoluto, !ara maniestarse, se concentr en un !unto ininitamente


luminoso, deando las tinieblas a su alrededor esta lu2 en las tinieblas, este !unto en la
e1tensin meta4sica sin l4mites, esta nada ue lo es todo en un todo ue no es nada, si se
!uede e1!resar as4, es el ?er en el seno del Ho-?er, la Pereccin acti"a en la Pereccin
!asi"a. l !unto luminoso, es la nidad, airmacin del Cero meta4sico ue se re!resenta
mediante la e1tensin ilimitada, ima*en de la Posibilidad uni"ersal ininita. La nidad, desde
ue se airma, !ara con"ertirse en el centro de donde emanarn como mlti!les rayos las
maniestaciones indeinidas del ?er, est unida al Cero ue la conten4a en !rinci!io, en estado
de no-maniestacin au4 a!arece ya el #enario en !otencia, ue ser el nmero !erecto, el
desarrollo com!leto de la nidad !rimordial.

/...0
?i el @ernario es el nmero ue re!resenta la !rimera maniestacin de la nidad principial, el
Cuaternario i*ura su e1!ansin total, simboli2ada !or la cru2 cuyos cuatro bra2os estn
ormados !or dos rectas indeinidas rectan*ulares stas se e1tienden as4 deiniti"amente,
orientadas hacia los cuatro !untos cardinales de la indeinida circunerencia !leromtica del ?er,
!untos ue la Kbala re!resenta !or las cuatro letras del @etra*rama. l Cuaternario es el
nmero del (erbo maniestado, del dam 9admon, y se !uede decir ue l es esencialmente el
nmero de la manacin, ya ue la manacin es la maniestacin del (erbo de l deri"an los
otros *rados de la maniestacin del ?er, en sucesin l*ica, mediante el desarrollo de los
nmeros ue contiene en s4 mismo, y cuyo conunto constituye el #enario.

n Melanges3 #obre la produccin de los nUmeros

D?e ha !retendido a "eces hacer del nombre de Ierusaln, a causa de su orma *rie*a
'ierosolma, un com!uesto h4brido en el cual entrar4a tambin la !alabra hieros, mientras ue
se trata en realidad de un nombre !uramente hebreo, ue si*niica +morada de !a2+ o, si se
toma !ara su !rimera !arte una ra42 un !oco dierente /ara en lu*ar de arah0, +"isin de la
!a2+. sto nos recuerda tambin la inter!retacin del s4mbolo del *rado de %oal rch, ue es
una tri!le +tau+, como ormado !or la su!er!osicin de las dos letras @ y ', ue ser4an entonces
las iniciales de las !alabras +emplum 'ierosolimaeDy, !recisamente, el hieros domos de ue se
trata ser4a i*ualmente, !ara los ue han considerado esta hi!tesis, el @em!lo de Ierusaln.

n Etudes sur la *rancMaHonnerie; 'eredom

D8tro !unto ue debemos considerar es el si*uiente3 la mayor4a de las "eces la +!alabra


!erdida+ es asimilada al Hombre tetra*ramtico, en concordancia con el simbolismo hebreo, lo
ue de tomarse al !ie de la letra constituir4a un e"idente anacronismo, !uesto ue es cil darse
cuenta de ue la !ronunciacin del Hombre no se !erdi en la !oca de ?alomn y de la
construccin del @em!lo de Ierusaln, sino a !artir de la destruccin inal del @em!lo. ?in
embar*o, este anacronismo no deber4a ser considerado como constituyendo una diicultad real,
ya ue au4 no se trata en absoluto de la +historicidad+ de los hechos en cuanto tales, la cual,
desde nuestro !unto de "ista, !oco im!orta en s4 misma el @etra*rama es mencionado !ura y
e1clusi"amente !or el "alor ue tradicionalmente re!resenta incluso el mismo @etra*rama !udo
!erectamente haber sido en cierto sentido una +!alabra sustituta+, ya ue !ertenece
!ro!iamente a la re"elacin mosaica, y sta, en cuanto tal, como la len*ua hebrea, no !odr4a
remontarse realmente hasta la tradicin !rimordial /;0. ?i hemos aludido a esta cuestin es
sobre todo !ara llamar la atencin sobre un hecho ue, en el ondo, es mucho ms im!ortante3
en el e1oterismo hebreo, la !alabra ue sustituye al @etra*rama ue ya no se sabe !ronunciar,
como diimos, es otro nombre di"ino, donai, ue i*ualmente est ormado !or cuatro letras,
!ero ue se considera menos esencial. 'ay en todo esto una es!ecie de resi*nacin ante una
!rdida considerada irre!arable, ue se trata de remediar solamente en la medida en ue an lo
!ermiten las condiciones !resentes. n la iniciacin masnica, en cambio, la +!alabra sustituta+
es una !re*unta ue orece la !osibilidad de reencontrar la +!alabra !erdida+.

/;0. Con res!ecto al +!rimer Hombre de #ios+ se*n ciertas tradiciones inicitica s, "er La Gran +riada,
ca!. (.

n Etudes sur la *rancMaHonnerie II; "arole perdue et =oms sustitu1s

Dsta conce!cin del #emiur*o, ue es la ue hemos e1!uesto !recedentemente en otro


estudio, corres!onde en la Kbala, al +&dn Proto!lastos+ /!rimer ormador0 mientras ue el
ran &ruitecto, es idntico al +&dam Kadmon+, es decir, al 'ombre ni"ersalE.

n Etudes sur la *rancMaHonnerie II; propos du Grand rchitecte del ]niverse !

DLa !alabra snscrita m5tr5 eui"ale e1actamente a la "o2 hebrea middah en la Kbala, las
middoth son asimiladas a los atributos di"inos, airmndose ue #ios cre los mundos *racias a
ellas, lo ue adems se relaciona !recisamente con el simbolismo del !unto central y de las
direcciones del es!acio /;0. @ambin !odr4amos recordar a este res!ecto la rase b4blica en la
ue se airma ue #ios ha +dis!uesto de todas las cosas en medida, nmero y !eso+ />0. sta
enumeracin, ue se reiere claramente a las di"ersas modalidades de la cantidad, no !uede
a!licarse te1tualmente como tal ms ue al mundo cor!reo no obstante, mediante una
trans!osicin adecuada, tambin !uede leerse en ella una e1!resin del +orden+ uni"ersalE.

/;0. C. Le #mbolisme de la Croi@, ca!. :(.

/>0.QPmnia in mensura, numero et pondere disposuistiQ /?abidur4a, :, >F0.

n Le %egne de la Ouantit1, ca!. :::

DEn a K7=aa he=%ai$a# a f'%a $=i$a $'%%es+'nde# en&%e 's &ephiroth# a 'esod# <.e es
efe$&i,aen&e e f.ndaen&' (5# si a es&e %es+e$&' se n's '=0e&ase <.e'esod# sin
e=a%'# n' es a &ia&ephirah# &end%2a's <.e $'n&es&a% <.e &%as ea s' es&7
Mal(uth# <.e es +%e$isaen&e a sin&e&i6a$in fina en a <.e &'das as $'sas s'n

)- a .n es&ad' <.e# a dife%en&e ni,e# $'%%es+'nde a a .nidad principial de


de,.e&as
Kether

n Le %egne de la Ouantit1, ca!.

D'emos dicho ue las artes o los oicios ue im!lican una acti"idad cuyo obeto es el reino
mineral !ertenecen !or com!leto a los !ueblos sedentarios y ue, como tales, eran obeto de
!rohibicin
!or citar uno!ara
de la
losley tradicional
eem!los msdeconocidos.
los !ueblos nmadas, como
ecti"amente, lo demuestra
resulta la leytales
e"idente ue hebraica,
artes
tienden directamente a la VsolidiicacinW ue alcan2a su *rado ms alto en el !ro!io mineral
dentro del mundo cor!reo tal como se !resenta a nosotros. Por otra !arte, este mineral, en su
orma ms comn ue es la de !iedra, sir"e undamentalmente !ara la construccin de ediicios
estables /;0 !or el conunto de ediicios ue la inte*ran, una ciudad !resenta el as!ecto de una
a*lomeracin artiicial de minerales as4 !ues, como ya hemos dicho, la "ida urbana res!onde a
un sedentarismo ms com!leto an ue el ue ri*e en la "ida a*r4cola, al i*ual ue el mineral es
ms inerte y VslidoW ue el "e*etal. Mas tambin hay otro as!ecto3 las artes ue tienen al
mineral como obeto com!renden tambin la metalur*ia en todas sus ormas ahora bien, si se
obser"a ue, en nuestra !oca, el mineral muestra una tendencia cada "e2 ms decidida a
sustituir a la !iedra en la construccin, de orma anlo*a al !roceso en el ue la !iedra sustituy
anta7o a la madera, nos sentimos inclinados a !ensar ue debe ser ste el s4ntoma
caracter4stico de una ase ms Va"an2adaW dentro de la tendencia descendente del ciclo todo
esto ueda conirmado !or el hecho de desem!e7ar de manera *eneral el metal una uncin
cada "e2 ms im!ortante dentro de la ci"ili2acin moderna Vindustriali2adaW y Vmecani2adaW, y
ello tanto desde el !unto de "ista, di*amos, destructi"o como desde el constructi"o, ya ue el
consumo de metal ue !ro"ocan las *uerras contem!orneas es "erdaderamente !rodi*ioso.
/...0
Por otra !arte, esta ltima obser"acin concuerda a la !ereccin con una !articularidad de la
tradicin hebraica3 desde un !rinci!io, cuando la utili2acin de !iedras estaba autori2ada en
determinados casos, como !od4a ser la construccin de un altar, sol4a es!eciicarse ue tales
!iedras deb4an estar VenterasW e Vintocadas !or el hierroW />0 se*n los !ro!ios trminos
em!leados en este
sido trabaada ue ara*mento, la insistencia
la e1i*encia de no habersesido
reiere menos
tocada !or al
el hecho de sentido
metal en ue la !iedra
literal no
!orhaya
lo
tanto, la !rohibicin reerente al metal era ms ri*urosa, sobre todo !ara cuanto se destinaba a
un uso ms es!ecialmente ritual /=0. Lle*aron incluso a subsistir secuelas de esta !rohibicin
cuando :srael de de ser nmada y construy, o hi2o construir, ediicios estables3 !or eem!lo,
cuando ue construido el @em!lo de Ierusaln, Vlas !iedras ueron lle"adas tal como deb4an ser,
de manera ue al construir el ediicio no se oy ni el martillo ni el hacha ni herramienta al*una
de hierroW /N0.
/...0

Podr4a decirse ue, en un caso como ste, los metales, a!arte de !oder !erudicar
eecti"amente a la transmisin de las Vinluencias es!iritualesW, se toman como re!resentantes
de lo ue la Kbala hebraica llama Vcorte2asW o Vca!ara2onesW 8-lipothA, es decir, de lo ms
inerior ue e1iste en el mbito sutil !or constituir, si se nos !ermite la e1!resin, los Vbaos
ondosW inracor!orales de nuestro mundoE .

H8@&?3

/;0. ?i bien es cierto ue, en muchos !ueblos, las construcciones !ertenecientes a las !ocas ms
anti*uas eran de madera, es e"idente ue tales ediicios no eran tan duraderos ni, !or consi*uiente, tan
ios como los ediicios de !iedra !or consi*uiente, la utili2acin del mineral en la construccin im!lica, en
cualuier caso, un mayor *rado de Vsolide2W en todos los sentidos de la !alabra.

/>0. 2euteronomio, (::, 5-.

/=0. & ello se debe i*ualmente el !ersistente uso de cuchillos de !iedra en el rito de la circuncisin.

/N0. :, %ees, (:, . Ho obstante, el @em!lo de Ierusaln conten4 a *ran cantidad de obetos metlicos, si
bien su utili2acin se reiere al otro as!ecto del simbolismo de los metales ue, como diremos ms
adelante, es, eecti"a mente, doble bao otro !unto de "ista, !arece ue la !rohibicin ha !odido lle*ar a
ser, di*amos, Vlocali2adaW, sobre todo en cuanto se reiere a la utili2acin del hierro ue, de todos los
metales, es !recisamente auel cuyo !a!el es ms im!ortante en la !oca moderna.

n Le %egne de la Ouantit1, ca!. ::3 l si*niicado de la metalur*ia


DMientras los resultados !ositi"os de la maniestacin c4clica uedan Vcristali2adosW !ara


VtransmutarseW !osteriormente en *rmenes de las !osibilidades del ciclo uturo, constituyendo
as4 el estado inal de la VsolidiicacinW considerada bao su as!ecto VbenicoW /ue im!lica
esencialmente la VsublimacinW coincidente a su "e2 con la Vre*resinW inal0, lo ue no !uede
ser utili2ado de esta orma, es decir, en deiniti"a todo cuanto constituye solamente una serie de
resultados ne*ati"osde
el sentido alu4mico delaesta mismaenmaniestacin,
!alabra, V!reci!itaW
las ms ineriores en orma dedecaput
V!rolon*acionesW mortuum,
nuestro estadoen
de
e1istencia, o bien en esa !arte del mbito sutil ue "erdaderamente !uede ser caliicada como
Vinracor!oralW. Es&' es +%e$isaen&e ' <.e# $'' 5a he's di$h'# desina a K7=aa
he=%ea $'' e .nd' de as $'%&e6as )*lam +lippoth; a<.2 es d'nde $aen 's
an&i.'s %e5es de Ed'# en a edida <.e %e+%esen&an 's %esid.'s in.&ii6a=es de 's
Manantaras +%e&"%i&'s-

n Le %egne de la Ouantit1, ca!. :(

D&simismo, el carcter es!ecial de la tradicin hebraica !uede e1!licar la re!robacin ue se


relaciona con ciertas artes u oicios es!ecialmente ada!tados a las condiciones de la "ida
sedentaria, y sobre todo cuando se reiere a la construccin de "i"iendas ias eso ocurri al
menos hasta la !oca en ue :srael de de ser una nacin nmada durante "arios si*los, es
decir, hasta el tiem!o de #a"id y de ?alomn, !ues debe recordarse ue, !ara la construccin
del @em!lo de Ierusaln, hubo ue recurrir a los ser"icios de obreros e1traneros. l
asen&aien&' de +.e=' he=%e'# +'% '&%a +a%&e# de+end2a de ane%a esen$ia de a +%'+ia
e;is&en$ia de /e+' de Je%.sa"n4 a +a%&i% de 'en&' en <.e "s&e es des&%.id'# e
n'adis' ,.e,e a s.%i%# %e,is&iend' es&a ,e6 a f'%a es+e$ia de di7s+'%a-

n Le %egne de la Ouantit1, ca!. :3 DCa4n y &belE

D&!untemos de !asada3 Q!or u los !rinci!ales re!resentantes de las nue"as tendencias, como
instein en 4sica, Ber*son en iloso4a, $reud en !sicolo*4a y muchos otros an de menor im!or-
tancia, son casi todos de ori*en ud4o, si no es !orue hay ah4 al*o ue corres!onde
e1actamente a la "ertiente DmalicaE y disol"ente del nomadismo des"iado, el cual
or2osamente !redomina entre los Iud4os des*aados de su tradicinE.
n Le %egne de la Ouantit1, ca!. :(3 DLos desmanes del !sicoanlisisE.

Dn el #peculative Mason de abril de ;<N;, "ale la !ena se7alar un resumen de las anti*uas
tradiciones concernientes a la &tlntida, al*unas consideraciones *eol*icas ue
!arecer4an conirmarlas, y un estudio sobre las relaciones de la Kbala y la Masoner4a
ue !rosi*ue en los nmeros de ulio y octubre. ste ltimo trae una cantidad de
curiosas indicaciones, sin embar*o ciertos !untos son bastante discutibles, y no todos
los ensayos mencionados son i*ualmente con"incentes, ni todas las uentes citadas
i*ualmente "lidas. Consideramos ue no debe !ensarse ue e1ista una "erdadera
inluencia ms o menos directa de la Kbala sino en auellos casos donde se
encuentren detalles muy !recisos, y no slo semean2as ue se dan normalmente entre
todas las tradiciones iniciticas. Con"iene destacar adems ue la ciencia de los
nmeros est bien leos de ser asunto e1clusi"o de la Kbala hebreaE.

%ese7a en Etudes +raditionnelles, diciembre de ;<N5. %etomada en Etudes sur la *rancMaHonnerie II

Dste mismo !unto es tambin, en la Kbala hebrea, auel donde est sus!endida la balan2a de
la ue se trata en el #iphra di+seniutha, !ues sobre el !olo re!osa el euilibrio del mundo y
este !unto es desi*nado como +un lu*ar ue no e1iste+, es decir, como lo +no-maniestado+, lo
ue corres!onde, en la tradicin e1tremo-oriental, a la asimilacin de la strella !olar, en tanto
ue +hecha de Cielo+, al lu*ar del Princi!io mismo esto est i*ualmente en relacin con lo ue
hemos dicho antes de la balan2a a !ro!sito de la 8sa Mayor. Los dos !latillos de la balan2a,
con su mo"imiento alternati"o de subida y de baada, se reieren naturalmente a las "icisitudes
del in y del ang la corres!ondencia con el in de un lado y el ang del otro "ale adems, de
manera *eneral !ara todos los s4mbolos dobles ue !resentan una simetr4a a1ialE

n La Grande +riade3 DLa Ciudad de los ?aucesE


Caras

DPrimero, si el doble trin*ulo es llamado D?ello de ?alomnE, es !orue ?alomn ten4a, se dice,
un anillo sobre el cual estaba *rabado ese si*no, y cuya !osesin le daba el !oder de ordenar a
todas las uer2as de la naturale2a esta tradicin es comn a los ud4os y a los Musulmanes. l
mismo si*no tiene an otros nombres, es!ecialmente el de Dscudo de #a"idE, y tambin el de
Dscudo de Mi)aelE, esta ltima desi*nacin es !articularmente interesante a causa de su
uncin com!letamente es!ecial ue se atribuye en la an*elolo*4a hebrea Mi)ael /Mi*uel0, el
arcn*el solar, !or uien se maniiesta la *loria di"ina.

n cuanto al trin*ulo en el cual est inscrito el nombre de / Y)? P Q Q , no creo ue se


!ueda decir ue sea un emblema "ac4o de sentido en las i*lesis cristianas su si*niicacin
contina siem!re "i*ente. Por otra !arte, no !ienso tam!o co ue se trate de ello en las
!rescri!ciones litr*icas de la Biblia, ni ue i*ure actualmente en las sina*o*as, donde el si*no
habitual es el doble trin*ulo con el nombre /?hadda`el @odo!oderoso03 Por lo dems, sabis
ue los Iud4os son muy reser"ados en el em!leo del nombre tetra*ramtico / Y)? P Q Q ,
ue ellos escriben lo ms raramente !osible, y ue no !ronuncian ams, reem!la2ndolo !or
dona? /l ?e7or0 en la lectura del te1to sa*rado. ?e dice ue anta7o slo el ran ?acerdote
ten4a el derecho de !ronunciarlo una "e2 al a7o en el ?anto de los ?antos. s !robable ue el
trin*ulo conteniendo ese nombre debiera ser un si*no reser"ado, ue no se e1!on4a
!blicamente, !orue ten4a un carcter !articularmente sa*rado hay al*o anlo*o en la :ndia
!ero la !alabra ue est inscrita en el trin*ulo es um.
/...0

Ho recuerdo haber "isto i*uras asociando la cru2 a la *ranada, !ero no me sor!rende ue


e1istan, !ues la *ranada es un s4mbolo totalmente anlo*o a la rosa, ue tiene tambin entre sus
di"ersos sentidos el de ecundidad. se s4mbolo no es solamente enicio, es tambin hebreo,
!uesto ue i*uran *ranadas en los ca!iteles de las columnas del tem!lo de IerusalnE

1tracto a Louis Charbonneau-Lassay del >5 de ebrero de ;<>5

Dn cuanto a las relaciones entre el Cristo y Meluisedec, la manera en ue las considera es


totalmente e1acta !ero, de hecho, no !ienso ue las cosas !uedan uedar tan claramente
se!aradas como dice. 8bser"e, en !rimer lu*ar, ue la Kbala establece entre el Mes4as y la
#heinah una relacin tan estrecha ue a "eces lle*a hasta la identiicacin y lo ue es tambin
im!ortante al res!ecto, es ue, en la misma tradicin cristiana, muchos s4mbolos se atribuyen a
la "e2 al Cristo y a la (ir*en /el ?r. Charbonneau-Lassay me ha mostrado, en los documentos
ue ha reunido !ara los trabaos ue tiene en !re!aracin, cosas totalmente caracter4sticas
sobre este !unto0. Por otra !arte, usted sabe cules son tambin las relaciones de la #heinah
con Metatron, en el cual hay adems una !luralidad de as!ectos ms an, la tradicin islmica
asimila a Metatron con Er%6h, es decir +el s!4ritu+ en el sentido +total+ del trmino, y tambin,
de un modo ms !articular, de donde !roceden todas las maniestacionesE.

1tracto a (asile Lo"inescu del < de no"iembre de ;<=5. En #mbolos, uatemala, ;<<<.

Dl tema de la !iedra an*ularf y de su relacin con el diamantef es bastante im!ortante y


di*no de inters !ara ue se le dediue un art4culo como su*er4s3 tambin ace!to con *ran
satisaccin "uestro orecimiento de en"iarme una co!ia de la ilustracin mencionada !or el
Pro. Panos)y3 S*racias tambin !or esoT QCmo se e1!lica ue la !alabra Ec)steinf, en
alemn, ten*a tambin el sentido de diamantefR s necesario ue os se7ale una !eue7a
ine1actitud /de la ue me !re*unto !or otra !arte si no es debida sim!lemente a un error de
im!resin0 en lo ue concierne a las !alabras hebreas3 la !alabra ue si*niica Dn*uloE es
D!innahE en sin*ular, y es D!innothE en !lural esa !alabra est em!arentada con D!njE, ue
si*niica Da2E. Para la cuestin de ue se trata, son em!leadas como sinnimos las dos
e1!resiones Deben !inahE, D!iedra de n*uloE, y Drosh !innahE, Dcabe2a de n*uloE. s
sor!rendente ue la se*unda no haya im!edido la conusin ue se da corrientemente entre
esta D!iedra de n*uloE y la D!iedra de undacinE, conusin ue es tanto ms curiosa, en la
tradicin cristiana, cuanto ue si*niica Snada menos ue conundir a ?an Pedro con CristoT

1tracto de carta a Coomarasamy del > de abril de ;<=<.

DPara ?)anda, hay con se*uridad as!ectos mlti!les, !ero la relacin con &*ni !arece dar la
si*niicacin undamental. s interesante obser"ar ue la !alabra hebrea ue es el eui"alente
e1acto del snscrito Kumraf es a!licada !or los Kabalistas a Metatron3 ste tiene el atributo

de De"erlastin* youthE, ue es tambin el sentido mismo del nombre de ?anat)umraE.


1tracto del ;; de no"iembre de ;<=J a &nanda Coomarasamy

De $'+%'=ad' .5 %e$ien&een&e .na $'sa <.e n' ha=2a 0a7s &enid' '$asin de
se@aa% has&a a<.2# 5 <.e e +a%e$e &'&aen&e dina de des&a$a%? se &%a&a de a his&'%ia
=2=i$a de J.di&h 5 ''fe%nes# <.e +%esen&a .n s'%+%enden&e +a%aeis' $'n a .e%&e de
%i&%a +'% Ind%a- Mi a&en$in ha sid' a&%a2da a es&e %es+e$&' +'% .n a%&2$.'# +'% ' de7s
anni'# de .na n.e,a %e,is&a Die. i,an&# e a.&'% insis&e +a%&i$.a%en&e s'=%e 's
+.n&'s 7s sinifi$a&i,'s s'=%e es&e as.n&'# ' <.e es &an&' 7s $.%i's' $.an&' <.e " n'
sa=e .5 +%'=a=een&e nada s'=%e e si='is' ,"di$'# 5 <.e en &'d' $as' n' ha$e a
"s&e a en'% a.sin-
'oloernes +mantiene las a*uas en reser"a+ como (ritra /cito el art4culo te1tualmente0, +!ara ue
sea a!a*ada la sed de Bthulia /lu*ar ^situado en lo alto^0, har alta ue Iudith corte la cabe2a
del de!ositario de las a*uas y la !orte en triuno a la ciudad+. &dems, el nombre de 'oloernes
es un nombre !ersa ue !asa !or si*niicar +la ser!iente+ y 'oloernes, considerado lo ms
recuentemente como +la ima*en del #iablo+, es sin embar*o considerado al contrario !or
al*unos /es!ecialmente ?an $rancisco de ?ales0 como +el s4mbolo de la #i"inidad+ /!ues la
ser!iente es ambi"alente histricamente0 es, !ues, e1actamente el &sura bao sus dos as!ectos
o!uestos. &hor a, !odr4a !re*untarse u relacin !uede tener Iudith con :ndra, !ero eso
tambin me !arece bastante claro3 su nombre es una orma emenina del de Iud, la tribu real
ue tiene !or emblema el len, re!resenta el +Kshatra/R0+ en la tradicin hebrea en suma, la
nica dierencia es !or tanto ue :ndra /o al menos su eui"alente0 es re!resentado au4 como
actuando !or su #hati, lo ue e"identemente no cambia nada la si*niicacin del +mito+.

1tracto del > de octubre de ;<N5 a &nanda Coomarasamy

V ... s muy cierto ue la Masoner4a no est li*ada a nin*una orma e1otrica determinada y
ue, consecuentemente, no es incom!atible con nin*una !ero, !or otro lado, ella constituye de
!or s4 una orma inicitica bien deinida en la cual no se !ueden, sin desnaturali2arla, introducir
elementos !ertenecientes a otras iniciaciones... Ho se !uede decir ue la orma hebrea sea
enteramente e1tra7a a la Masoner4a dado el as!ecto +salomnico+ de esta ltima hay tambin
un as!ecto +!ita*rico+ ue, aun siendo menos a!arente, ui2s no es de nin*n modo menos
im!ortante, sobre todo !or lo ue concierne a la iliacin inicitica.

1tracto con desconocido destinatario del ;F de no"iembre de ;<N. n +%i"ista di ?tudi @radi2ionaliE, nO
5N-55.

Dl Khidr no es e1actamente el mismo ue Meluisedec /Mel)i-@sede)0 bien ue hay entre


ellos una relacin bastante estrecha la dierencia es la ue e1iste entre la "4a inicitica ue
sur*e del DPoloE y la de los 3r5d, siendo esta ltima adems e1ce!cional. n la Kbala, hay
al*o similar con los dos hermanos Ddotados de !er!etua u"entudE, Metatron y ?andalonE.

1tracto a Cattiau1 del >F de ebrero de ;<5F


(ADDENDUM)

Dn la i*ura del Drbol seirticoE de la Kbala, la Dcolumna de la derechaE y la Dcolumna de la


i2uierdaE son las ue se tienen res!ecti"amente a la derecha y a la i2uierda al mirar la i*uraE.

n La Grande +riade3 DCuestiones de orientacinE.

Ds im!ortante subrayar ue decimos /ue la uncin Ddemir*ica es0 DormadoraE y no


DcreadoraE esta distincin tomar su sentido ms !reciso si se considera ue a los cuatro
trminos del cuaternario !ita*rico se los !uede !oner res!ecti"amente en corres!ondencia con
los Dcuatro mundosE de la Kbala hebreaE.

n La Grande +riade3 D?!iritus, &nima, Cor!usE.

D#estauemos al res!ecto ue el @etra*rama hebreo es considerado como constituido


*ramaticalmente !or la contraccin de los tres tiem!os del "erbo +ser+ #e este modo, desi*na el
Princi!io, es decir, el ?er !uro, ue en"uel"e en s4 mismo los tres trmi nos del +ternario
uni"ersal+, se*n la e1!resin de $abre d98li"et, como la ternidad ue le es inhere nte
en"uel"e en s4 misma el +tri!le tiem!o+.

n La Grande +riade3 Dl tri!le tiem!oE.


D@erminaremos con una obser"acin, ue creemos no se ha hecho toda"4a en nin*n sitio, sobre
la concordancia de los centros de los ue au4 se ha tratado con las #ephirot de la Kbala, las
cuales, en eecto, deben necesariamente tener, como todas las cosas, su corres!ondencia en el
ser humano. ?e !odr4a obetar ue las #ephirot son en nmero de die2, mientras ue los seis
cha)ras y sahashr5ra no orman ms ue un total de siete !e ro est obecin huel*a si se
obser"a ue, en la dis!osicin del +rbol seirtico+, hay tres !areas em!la2adas
simtricamente sobre las +columnas+ de derecha y de i2uierda, de suerte ue el conunto de las
#ephirot se re!arte en siete ni"eles dierentes solamente considerando sus !royecciones sobre
el ee central o +columna del medio+, ue corres!o nde a sushumn5 /las dos columnas laterales
estando en relacin con id5 pingal5A, se encuentra !ues reconducido al se!tenario /;0.

Comen2ando !or arriba, no hay !rimeramente nin*una diicultad en lo ue concierne a la


asimilacin de sahashr5ra, +locali2ado+ en la coronilla de la cabe2a, a la #ephirah su!rema,
9ether, cuyo nombre si*niica !recisamente la +Corona+. & continuacin "iene el conunto de
'omah Binah, ue debe corres!onder a 5jn5, y cuya dualidad !odr4a incluso ser re!resentada
!or los dos !talos de ese +loto+ !or otro lado, ambas tienen !or +resultante+ a 2aath, es decir,
el Conoc imiento, y hemos "isto ue la +locali2acin+ de 5jn5 se reiere tambin al +oo del
Conocimiento+ />0. La !area si*uiente, es decir 'esed Geburah, !uede, se*n un simbolismo
muy *eneral concerniente a los atributos de +Misericordia+ y de +Iusticia+, ser !ue sta en el
hombre en relacin con los dos bra2os /=0 estas dos #ephirot em!la2arn !or lo tanto en los dos
hombros, y !or consi*uiente en el ni"el de la re*in *utural, corres!ondiendo as4 a vishuddha
/N0 n cuanto a +iphereth, su !osicin central se reiere maniiestamente al cora2n, lo ue
entra7a inmediatamente su corres!ondencia con an5hata! La !area de =etsah 'od se
colocar
Geburah en
en las
los caderas,
hombros,!untos de suecin
son !untos de lossu!eriores
de suecin miembros ahora
ineriores,
bien,como los de estn
las caderas 'esed
en el
ni"el de la re*i n umbilic al, lue*o de manip6ra! n in, !or lo ue hace a los dos ltimos
#ephirot, !arece ue haya ue considerarlos una in"ersin, !ues Iesod, se*n la si*niicacin
misma de su nombre, es el +undamento+, lo ue res!onde e1actamente a m6l5dh5ra! 'abr4a
entonces ue asimilar Maluth a sT5dshth5na, lo ue la si*niicacin misma de los nombres
!arece adems ustiicar , !ues Maluth es el +%eino +, y sTadhishth5na si*niica literalmente la
+!ro!ia morada+ de la #hati!

/;0. ?e obser"ar la similitud del simbolismo del +rbol seirtico+ con el del caduceo, se*n lo ue hemos
indicado !recedentemente, !or otra !arte, loa dierentes +canales+ ue li*an a los #ephirot entre ellos no
carecen de analo*4a con los n5dis /esto, bien entendido, en lo ue concierne a la a!licacin !articular ue
!uede hacerse al ser humano.

/>0. La dual idad de 'omah Bina h !uede adems !onerse en relacin simblica con los dos oos
derecho e i2uierdo, corres!ondencia +microcsmica+ del ?ol y de la Luna.

/=0. (er lo ue hemos dic ho en el %e del Mund o, del simbol ismo de las dos manos, en relacin
!recisamente con la #heina /de la cual mencionaremos de !asada la relacin con la ? hati hind0 y el
+rbol seirtico+

/N0. s tambin en los dos hombros donde se mantienen los dos n*eles encar*ados de re*ist rar
res!ecti"amente las acciones buenas y malas del hombre, y ue re!resentan i*ualmente los atributos
di"inos de +Misericordia+ y de +Iusticia+. &notemos an, a este res!ecto, ue se !odr4a +situar+ tambin de
modo anlo*o en el ser humano la i*ura simblica de la +balan2a+ de la ue se habla en el #iphra di
+seniutha!
n Etudes sur l('indouisme3 DKundalini-yo*aE.

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