Encuentros Con Cristo 5
Encuentros Con Cristo 5
Encuentros Con Cristo 5
5 de Educacin Primaria
Objetivo:
El objetivo de este encuentro es que los chicos tengan una experiencia de Dios,
personal y colectiva, rica y feliz. Se trata de que comprendan que Dios es el creador
de todo, el sabio ordenador del universo y que muestra su voluntad al hombre a travs
de la conciencia.
Que comprendan tres pruebas sencillas de la existencia de Dios. Que vean su
conciencia como voz de su creador y Seor, del ordenador del hombre y su mundo.
Que vean su conciencia como un centro integrador de imaginacin, sentimientos,
reflexin, fe, etc.
Mensaje a transmitir:
Qu es la conciencia y cmo Dios a travs de ella nos hace ver y sentir el bien y el
mal. La conciencia como gua de nuestros actos. Nos ayuda a discernir el bien y el mal
en lo concreto del comportamiento, en el Colegio y en casa.
Modo de hacerlo:
Unos das antes del Encuentro se enva una circular a los padres. Se les pide que
escriban una carta al nio para que la lleve al Encuentro y en ella le motiven para que
aproveche bien el da y le digan lo importante que es para ellos.
COLEGIONUESTRASEORADELRECUERDO
PLAZADUQUEDEPASTRANA,5
28036MADRIDTEL.3022640FAX.3839668
Pastoral de 4E.P.,5E.P.,6E.P.
Queridos amigos:
Este curso queremos continuar los das de retiro que iniciamos en aos
anteriores. Como sabis seguimos una metodologa largamente probada en colegios de la
Compaa de Jess. Fue creada por el P. Eduardo Levi S.J. con el nombre de: "Encuentros
con Cristo" y eso es lo que deseamos que sean.
Necesitamos que al menos 5 ( padres/madres) NOS AYUDEN ESE DA. Los que podis,
comunicarlo por medio de vuestros hijos.
Con esta ocasin nos gustara que escriban una carta dirigida a vuestro hijo.
La leer en el Encuentro mismo y despus os la contestar. Algunas de estas cartas podrn ser
ledas en pblico de modo voluntario por parte de los nios y los padres que la escriben. En un
clima de respeto suele hacer mucho bien a todos. De qu le podis hablar? Dganle que lo
quieren, que desean que sea una persona capaz de superarse, de amar y ser hombres para
los dems.
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AUTORIZACION DE LOS PADRES
ENCUENTROS CON CRISTO FECHA:_____________ Cur _____Sec__
N____
AUTORIZO A MI HIJO:___________________________________
(Nombre y apellidos del alumno)
Horario
09:15 h Salida de Madrid.
10:30 h Llegada y distribucin de aulas y madrinas.
10:40 h * Introduccin en el Saln grande. (15 )
11:00 h 1 REUNIN DE EQUIPOS. (Lectura de las cartas) 15)
11:15 h DESCANSO (30)
11:45 h * Conferencia en el Saln. (Orientacin del trabajo de 30)
12:30 h 2 REUNIN DE EQUIPOS: 7 tiempos: Dibujos, presentacin,
sensibilidad, reflexin, oracin, compromiso y contestar a 7 preguntas.
*
13:30 h Reunin en el Saln. Puesta en comn
14:00 h COMIDA
Lector: Seor nuestro Jesucristo, nos hemos apartado a esta casa buscndote a ti.
Todos: Ven, Seor, queremos encontrarnos contigo.
Lector: Seor, nuestro corazn es egosta, pobre en luz y amor.
Todos: Ven, Seor, a nuestras almas; llnalas con tu presencia.
Lector: Nos cuesta reflexionar, poco pensamos en ti.
Todos: Ven, Seor, a nuestras almas; aydanos a recibirte con entusiasmo y
seriedad.
Lector: Seor, nos gusta estar contentos y alegres con nuestros amigos.
Todos: Ven, Seor, queremos estar felices contigo.
Lector: Nuestro espritu, lleno de vida, quiere encontrar algo que le llene plenamente.
Todos: Ven, Seor, queremos amarte para siempre; apodrate de nuestro
corazn.
Lector: Seor, la vida nos sale al encuentro con todos sus valores; descbrenos ahora
quin eres T, para que jams nos separemos de ti.
Todos: Ven, Seor, a nuestras almas. Descbrenos el misterio de tu amor.
Lector: Nuestro espritu es dbil, camina en la oscuridad.
Todos: Ven, Seor, queremos seguirte; s luz para nuestros ojos y fuerza para
nuestros pasos.
Lector: Nuestro mundo, sin fe, se pierde sin ti.
Todos: Ven, Seor, a nuestras almas; encindenos con tu fuego, lo queremos
transmitir.
Lector: Queremos hacer con nuestras vidas algo grande, algo que valga, algo eterno.
Todos: Ven, Seor, a nuestro grupo, recibe nuestro deseo de encontrarte.
Queremos cambiar de actitud para contigo; queremos tomarte en serio.
Queremos conocerte ms, amarte de veras, comprometernos contigo. Queremos
escucharte con corazn abierto. Unirnos a ti, entregarnos a ti, gozar contigo.
Ven, Seor, a nuestras almas. Queremos encontrarte, queremos conocerte,
queremos amarte. Ven, Seor, ven.
Pasamos a los grupos pequeos en los que, acompaados de uno o dos padres (que
no lo sean de ningn nio del grupo), cada uno lee en silencio su carta y subraya lo
que ms le ha gustado. Si no entienden la letra se les ayuda y se cuida el respeto a los
padres.
Si algn nio no tiene carta, l escribe a sus padres. A continuacin, el que quiera,
puede leer al grupo su carta o parte de ella, y se comentan.
Leemos alguna carta que voluntariamente han dejado los chicos. No se dice a quin
va dirigida para mantener el anonimato, y se comentan algunas ideas.
Despus, con ayuda de un tapiz puesto en la pared y unos dibujos que se adhieren a
l, se les narra la vida de Scrates.
En esta conferencia vamos a comprender mejor que Dios existe y que se nos da a
conocer a travs de todas las cosas que ha hecho y a travs de nuestra propia
conciencia. Os voy a contar la historia de un hombre muy sabio que vivi cuatro siglos
antes de que viniera Cristo al mundo, se llamaba Scrates. Scrates vivi en Atenas.
Sabis dnde est Atenas?... En Grecia. Sabis dnde est Grecia?... Bueno,
Scrates era sabio y descubri a Dios sin que nadie se lo dijera. Al contrario, cuando
l era pequeo le dijeron que haba muchos dioses, y l vea estatuas de Jpiter,
Atenea y otros, que los mayores le decan que eran sus dioses.
Cuando Scrates creci y vio tantas cosas maravillosas, como el sol, el mar, las
plantas y los animales y lo ms maravilloso, el mismo hombre, con su cuerpo y su
mente, se dijo a s mismo que esos dioses no podan haber hecho todo eso. Scrates
vea el maravilloso orden de las estrellas, y de su mismo cuerpo que poda caminar,
mirar, or, trabajar y hablar, y se deca a s mismo: tiene que haber un Dios sabio,
bueno y poderoso que haya hecho todo esto, tan bien y tan ordenado.
Scrates se juntaba con las gentes, con los mayores y con los muchachos, y les
empez a preguntar si las cosas podan hacerse solas. Les pregunt:
- Un gran templo se pudo hacer solo?
- No, lo construyeron arquitectos y multitud de trabajadores.
- Bueno, les dijo Scrates, una casa s se pudo hacer sola.
- No, Scrates, aunque sea pequea, necesit albailes que la hicieran.
- Ya s, mis sandalias, tan pequeas, esas s se hicieron solas.
- No, Scrates, ninguna cosa se hace sola.
- Estis seguros?
- S, Scrates, estamos seguros.
Scrates pregunt:
- A los hombres, quin los hizo?
Le contest uno:
- Sus padres.
- Muy bien, dijo Scrates, t vienes de tu padre, y tu padre? De mi abuelo, y tu
abuelo? De mi bisabuelo, Y tu bisabuelo? De mi tatarabuelo (se van colocando las
caritas). As podemos seguir, dijo Scrates, pero tuvo que haber unos primeros
hombres, A esos quin los hizo? No se pudieron hacer solos, pues ya dijimos que las
cosas no se hacen solas y menos algo tan complicado como un hombre que puede
correr, pensar y hablar, no es as?
- S, Scrates, le dijeron los muchachos, pensamos que tienes razn que tiene que
haber un Dios supremo que haya hecho todo y que haya hecho al hombre.
Algunas personas se empezaron a ir, pero los jvenes estaban muy
interesados. Scrates les pregunto:
- Si yo tomo unas tablas y las lanzo hacia arriba, saldr una mesa?
- No, Scrates, no seas tonto.
- Lanzando piedras y madera, saldr una casa?
- Menos, Scrates.
- Vosotros creis que el sol, la luna y las estrellas estn bien ordenados?
- S, Scrates, no sabes astronoma?
- Las plantas y los animales, son organismos ordenados?
- S, Scrates, no sabes Botnica y Zoologa?
- Decidme, y el organismo del hombre est bien ordenado?
- S, Scrates, por eso podemos comer, ver y construir mesas y casas.
- Quin orden el sol, la luna y las estrellas y el cuerpo de una abeja? (se ponen la
luna y las estrellas).
Le contestaron:
- el Dios que t dices.
- Muy bien, les dijo Scrates, si las cosas no se hacen solas y las cosas no se ordenan
solas y hay tantas cosas tan bien ordenadas, las tuvo que ordenar un Dios al que hay
que admirar y buscar.
Haba en Grecia muchos sabios, les gustaba hablar y que la gente los
escuchara, les gustaba tener muchos discpulos; pero los jvenes empezaron a seguir
a Scrates y los otros casi no tenan discpulos.
Qu sintieron esos sabios? Enfado y envidia. Entonces decidieron invitar a Scrates
a su lugar de reunin. Queran enredarlo y dejarlo callado. Scrates era bajo de
estatura y humilde.
- Scrates, le dijo uno de los sabios, qu andas enseando? Qu hay un Dios que
no es ninguno de los nuestros y que ese Dios tuyo hizo todo, lo orden y nos hizo
tambin a nosotros?
- S, les dijo Scrates y les repiti sus razonamientos.
Ellos queran comprender o no?... No queran porque eran orgullosos. Un
sabio le dijo a Scrates:
- Dime, Scrates, t has visto a ese Dios? Nosotros tenemos nuestros dioses, sus
grandes estatuas. T has visto a tu Dios?
Scrates dijo:
- No, no lo he visto nunca.
El sabio le volvi a preguntar:
- Conoces alguna persona que haya visto a tu Dios supremo?
Scrates dijo:
- No.
El sabio le dijo a Scrates:
- Mira, si nadie ha visto a tu Dios, tu Dios no existe. Las cosas que no se ven no
existen.
Un sabio le pregunt a Scrates:
- Has visto una sirena?
Scrates dijo:
- No, no la he visto.
El sabio le dijo:
- Las sirenas son slo imaginaciones, no existen. Por eso nadie las ha visto, as es tu
Dios: pura imaginacin.
Scrates no saba qu contestar y los sabios le dijeron que se fuera y que no
anduviera enseando falsedades.
Scrates se fue caminando solo, sali de Atenas y se fue rumbo al mar que est
cerca, all se sent junto a una palmera y se puso a ver el mar y a pensar cmo iba a
probar que su Dios exista, aunque nadie lo hubiera visto. Eso estaba pensando
cuando se desat un fuerte viento, las olas reventaban furiosas, la arena volaba y su
palmera se doblaba (palmera doblada).
Entonces Scrates encontr la solucin. Ya saba qu les iba a responder a los sabios.
Dio un salto muy contento. Sabis qu se le ocurri? Muy bien, que podemos saber
que el viento existe por lo que hace, por sus efectos, aunque no se vea. Scrates
esper a que amainara un poco el viento y con paso rpido se fue hacia Atenas,
sujetando su tnica, pues todava haca viento. Al llegar al lugar de reunin de los
sabios, entr feliz y le pregunt al sabio que le haba preguntado si haba visto a Dios.
Seor sabio, qu acaba de pasar en Atenas?
l le contest: Hubo un gran viento, Scrates, no te has dado cuenta de cmo ha
quedado la ciudad?
Scrates le dijo: No, seor sabio, siento decirle que no pas nada.
Ya te deca, Scrates, que ests loco, no pas nada! Hubo un gran viento y todos lo
saben.
Seor sabio, usted ha visto el viento? Conoce a alguien que lo haya visto?
El sabio se dio cuenta de que Scrates lo iba a dejar sin respuesta y se empez a
enojar.
Seor sabio cmo sabe que existe el aire y el viento? No es porque vemos lo que
hace? S, seor sabio, hay cosas que no se ven y existen. Ha visto usted la msica?
De qu color es? Ha visto usted el aroma de un perfume? Es cuadrado o es
redondo? Ha visto el fro o el calor? No me diga usted que se abriga para protegerse
de algo que no existe.
Mucha gente que haba visto salir a Scrates triste y que lo haba visto volver
contento, se asom a ver qu pasaba y ahora estaban alborotando a favor de
Scrates. Los sabios estaban enojados; al que le estaba preguntando estaba furioso.
Scrates le pregunt: Seor sabio de Grecia Qu diferencia hay entre un sabio y un
burro?
El sabio, molesto, le dijo: Un sabio tiene mucha inteligencia y un burro no tiene
inteligencia.
Scrates entonces le dijo: Siento decirle, seor sabio, que segn lo que usted dice, la
inteligencia no existe, porque nadie la ha visto. Ha visto usted la inteligencia? Me
puede decir si es larga o corta, si es redonda o cuadrada? Si la inteligencia no se ve,
no existe. Por tanto, usted seor sabio es igual que un burro, porque se distingue por
algo que no existe.
Cmo estaban los sabios? Qu decidieron una vez que se fue Scrates? Muy bien,
eso decidieron, matarlo.
Los sabios dijeron que no deban asesinarlo, sino hacerle un juicio y acusarlo de
corromper a la juventud, ensendoles que haba un Dios supremo y eso era negar
los dioses griegos.
Le hicieron un juicio, Scrates se defendi con un gran discurso que se llama la
Apologa, pero 501 jueces, presionados por los que odiaban a Scrates, lo
condenaron por 281 contra 220 votos. Lo condenaron pero no se dijo el castigo. Le
dijeron a Scrates que l se impusiera un castigo. Pensaban que para salvarse de la
muerte pedira el destierro. Scrates dijo que lo que haba hecho no mereca castigo.
l siempre haba tratado de comprenderse a s mismo y a los dems, siempre haba
buscado y dicho la verdad y obrado conforme a su conciencia. Por qu iba a
imponerse un castigo?
l iba a seguir enseando la verdad y el bien haciendo ver los errores a los que los
tuvieran y eso era un bien para Atenas. A qu pena voy a condenarme por haber
dicho cosas buenas? Mi meta ha sido procurar para todos en Atenas la verdad y el
bien. Qu merece un hombre por vivir y actuar bien?
Un gran bien: tiempo para seguir hablando, as que lo que pido es alimentacin
gratuita durante el resto de mi vida. Soy inocente y merezco, no un castigo, sino un
premio. Si nunca he hecho un mal a nadie, cmo voy a hacrmelo a m mismo. Si no
me dejan libre, condnenme, pero sepan que van a cargar con una infamia para las
generaciones futuras.
Sus enemigos se enfadaron ms y votaron pena de muerte, beber la cicuta (copa de
cicuta). La cicuta era un veneno que cuando alguien lo tomaba se iba enfriando de los
pies y de las manos hacia arriba, y cuando el fro llegaba al corazn, esa persona
mora.
Pero a Scrates no lo podan matar en ese momento, por una tradicin que haba
entre los griegos. Cada ao un barco iba a una isla que se llama Delos a recibir un
orculo o mensaje del dios Apolo. Mientras el barco iba y volva no podan matar a un
condenado a muerte, si no, el mensaje era malo. Mientras el barco volva, llevaron a
Scrates a una prisin. En la prisin estaba Scrates esperando la muerte y hablando
con sus discpulos.
Sus parientes, sus amigos, sus discpulos y muchas gentes estaban muy tristes,
porque iban a matar a Scrates, que era muy sabio y muy bueno.
Scrates tena un amigo, se llamaba Critn. Ese seor era rico. Un da antes de que
volviera el barco, muy de maana se levant, cogi una bolsa de dinero y se fue a la
crcel. Cuando lleg le dijo al carcelero:
Quiero hablar contigo, quiero que dejes salir a Scrates porque es muy sabio y bueno.
El carcelero dijo: No.
Critn sac unas monedas de oro y le dijo: Yo creo que lo debes dejar salir, no es
justo que lo maten.
El carcelero cogi las monedas y dijo que s.
Critn cogi la llave y entr en la celda de Scrates.
Critn dijo: Scrates, puedes escapar.
Scrates se levant, Critn le cont cmo haba comprado al carcelero y que ya poda
irse y l lo hara salir de Grecia, para que en otra tierra no le hicieran dao.
Scrates se puso de pie frente a su ventana y se qued viendo el amanecer. Despus
de un rato le dijo a Critn: Amigo Critn, no me voy a escapar. No quiero desobedecer
la sentencia del Gran Jurado de Grecia, porque eso va contra mi conciencia: sera
desmentir lo que he dicho y desorientar al pueblo. Los jvenes no deben tener en m
un ejemplo de despreciar al Gran Jurado.
Critn le dijo: Dile a tu conciencia que te diga que puedes escapar y escpate. Si no,
te van a matar.
No, Critn, dijo Scrates, yo no mando a mi conciencia (letrero conciencia). Mi
conciencia me la puso Dios, es como su voz. Es superior a m, no le puedo dar
rdenes, sino que ella me las da a m. Por eso s que Dios me la puso; as estoy ms
seguro de que hay un Dios que hizo todas las cosas y me puso mi conciencia.
Critn se sali, le dijo al carcelero que Scrates no quera salir. El carcelero estaba
admirado, no lo poda creer. Critn le dijo que iba a volver al da siguiente y sacara a
Scrates. Al da siguiente volvi. Sabis a quin trajo para convencer a Scrates de
que escapara...? Trajo a la esposa de Scrates, Jantipa, a dos de sus tres hijos, uno
en brazos y otro mayorcito.
Entonces su esposa comenz a pedirle que escapara. Decidme, qu le deca? Qu
le deca su hijo? Y Scrates qu les dijo? Que su conciencia no se lo permita, que
traicionara a su Dios y su Dios era primero que todo; no quiso escapar; quiso morir
antes que traicionar su conciencia.
Volvi el barco de Delos y lleg el momento en que Scrates deba beber la cicuta. El
carcelero entr con la copa, se la dio, le pidi que la tomara toda, que luego le
convena caminar un poco. Scrates estaba con alguno de sus amigos hablndoles de
que haba otra vida despus de la muerte. Scrates calm a sus amigos, tom la copa
en sus manos, dio sus ltimas recomendaciones y bebi la cicuta.
Empez a sentir fros los pies... las rodillas... y se sent en su cama. Record que
deba un gallo y le encarg a uno que lo pagara. Luego sinti fro en las piernas y en
el estmago, y se acost. Todos estaban mudos y muy conmovidos. El fro lleg a su
corazn.
Entonces Scrates muri. Todos tenan sus ojos llenos de lgrimas, y lo vean como al
sabio que haba descubierto a Dios, como el hombre recto que haba muerto por no
desobedecer su conciencia. All estaba Scrates, ante ellos, muerto, pero su sabidura
y ejemplo no murieron. Por eso ahora sabemos la historia de Scrates. Un discpulo
muy sabio de Scrates, que se llam Platn, escribi todo como un ejemplo.
Scrates, al descubrir que Dios hizo todas las cosas, nos ensea que Dios es nuestro
Seor y dependemos de l. Al descubrir que l orden todo, nos ense que l es el
ordenador, y debemos obedecer sus leyes buenas para nosotros.
Luego se les hace una breve reflexin. Scrates descubri, sin que nadie se lo dijera,
que Dios existe, porque las cosas no se pueden hacer ni ordenar solas y porque l
nos puso la voz de nuestra conciencia. Scrates se lo explic a sus discpulos, pero
ellos tenan dudas, algunos se preguntaban (interrogacin) si exista de verdad el Dios
de Scrates y si Scrates fue tonto en morir por obedecer su conciencia. Cul es la
diferencia entre lo que Scrates saba de Dios y lo que podemos saber nosotros? A
nosotros Dios nos ha hablado por su Hijo Jesucristo, y nos dijo que Dios existe y es
nuestro Padre, por eso nosotros no podemos dudar como ellos.
A continuacin se hacen algunas dinmicas de grupo: si hay algn nio nuevo (si no,
de alguno que tenga poca autoestima) decir todas las cualidades que hemos
descubierto en l; subir un nio a una mesa y decirle que se tire de espaldas, su
equipo le recoge cuando se tire, es un ejercicio para probar la confianza en el grupo;
hacer entre todos una mquina de tren, cada uno hace un movimiento sin estorbar a
nadie, siguen el ritmo que se les marca, as vemos si todos en la clase siguen el ritmo
o alguno va a su aire. Otro ejercicio consiste en dar a cuatro nios un vaso y echarle
agua, dicindole que son las cualidades que Dios le ha dado. El monitor tambin se
echa agua en un vaso. Luego se les pide que compartan todo lo que tienen con los
dems vaciando el agua de su vaso en una jarra de cristal. El monitor tambin lo hace,
pero antes ha disuelto pimienta negra en su agua, de modo que al echarla en la jarra,
ensucia el agua limpia que all haba. Para recuperarla hay que filtrarla con un filtro e
caf y ponerla en otra jarra. El agua no termina de quedar clara, como antes. Se hace
la siguiente reflexin: cuando alguien, en un grupo, no comparte sus cualidades, sino
que aporta lo negativo que hay en l, esto repercute negativamente en todo el grupo,
lo daa, crea mal ambiente, y despus es difcil restaurarlo. El perdn sana y
reconstruye, pero el mal que hacemos a los dems deja una marca que no siempre es
fcil de eliminar.
Un helado de chocolate
El idioma secreto
Haba una vez una nia que slo saba hablar al revs. Sus padres la haban llevado a
los mejores mdicos del mundo, a los mejores maestros de lenguaje. Pero nada, la
nia segua igual. Todas las palabras las deca al revs. Era normal escuchar
conversaciones como:
-Qu quieres para cenar?
-Tastapa tasfri, responda ella.
-Dnde quieres que vayamos esta tarde?
-La neci, contestaba ilusionada.
No tena amigos. Nadie la quera por el defecto que tena. En la escuela
siempre estaban burlndose de ella por su forma de hablar. Ningn nio quera jugar
con ella.
Ella intentaba ser amable con todos. Si vea que un nio se haba hecho dao,
ella lo acompaaba a la enfermera. Si alguien no traa bocadillo, ella le daba la mitad
del suyo. Y as, muchas cosas ms. Esta era la nica manera que tena de
comunicarse con los dems sin hablar. Era su idioma secreto: el de la amistad. Pero
tampoco parecan entenderla as.
Un da un compaero de clase tuvo un grave accidente en el recreo. Ella fue la
primera en ir a pedir ayuda. Rpidamente lo llevaron al hospital.
Cuando acab la escuela fue a ver cmo estaba. Lo encontr en una
habitacin donde haba muchos mdicos. Decan que haba perdido mucha sangre y
para salvarse, necesitaba una transfusin. Pero en el hospital no quedaba sangre de
nio. Entonces la nia, estirndole la bata verde a uno de los mdicos, dijo:
-Denpue gerco im gresan.
-Pero qu dices nia?, dijo sorprendido el mdico.
Pronto los dems mdicos comprendieron lo que quera decir aquella nia.
Gracias a la sangre que dio, el nio pudo salvarse. Cuando sus compaeros se
enteraron de todo, reconocieron que no se haban portado bien con ella. Se sentan
avergonzados. Por ello, decidieron ir a su casa a pedirle perdn y darle las gracias por
todo o que ella haba hecho por ellos sin merecerlo. Le dieron todos un beso y un gran
ramo de flores con una tarjeta que deca:
A partir de ahora, comenzaremos a usar ese idioma sin palabras que t nos has
enseado
Cuando escuch todo esto, se emocion tanto que se le hizo un nudo en la
garganta. Y con lgrimas en los ojos les dijo:
-Gracias, amigos.
Lector: Qudate con nosotros, Seor, ahora que nos vamos de esta casa donde te
hemos conocido un poco ms.
Todos: qudate con nosotros, Seor, nos vamos de tu casa, pero queremos
llevarte en nuestro interior.
Lector: Aqu nos hemos encontrado contigo.
Todos: Qudate con nosotros, Seor, te queremos seguir conociendo cada da
ms.
Lector: Qudate con nosotros, Seor; aydanos a conservar tu amor; protgenos en
las tentaciones, no queremos pecar ms; ahora sabemos lo que es separarnos de ti.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; queremos comprender tus deseos sobre
cada una de nuestras vidas; s luz para nuestros ojos en los momentos de
peligro; recurdanos tu amistad si te volvemos la espalda.
Lector: Seor, t quieres que salgamos de aqu a vivir una vida de mayor amistad
contigo.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; queremos comprender tus deseos sobre
cada una de nuestras vidas, sobre cada uno de nuestros actos.
Lector: Seor, queremos ser como T.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; queremos pensar como T, queremos
sentir como T, queremos ser como T.
Lector: Seor, ensanos a orar como enseaste a tus apstoles.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; haznos sentir tu presencia, queremos
hablar contigo, ensanos a suplicar, ensanos a orar, a vivir contigo.
Lector: Queremos amarte con hechos, no slo con palabras y sentimientos.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; ensanos a comprometernos contigo y
con los dems.
Lector: Que este encuentro contigo no se termine en este momento.
Todos: Qudate con nosotros, Seor; para que este encuentro contigo se
prolongue en la Comunin; nosotros iremos a recibirte. T vendrs a nosotros,
no nos separemos ahora; qudate para siempre, Seor.