Rafael Sanchez Concha - Virreinato. Instituciones y Vida Cultural PDF
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I
LA CABEZA Y LOS BRAZOS DEL REINO
VIRREINATO
universal, haban heredado la misin de los Reyes
Catlicos de divulgar el cristianismo y de mantener-
lo y expandirlo como una de las fuentes de su po- Esta pintura, fechada aproximadamente en 1725 y que se
der. Ese sentimiento providencial fue inicialmente encuentra en el museo religioso de la catedral de Lima,
asumido por la casa reinante de Habsburgo y termi- muestra a los emperadores espaoles como continuadores de
los incas, reyes del Per.
n con el proyecto de monarqua nacional de los
Borbones. Justamente los reyes, por haber librado a
la pennsula de los invasores musulmanes, conta- coya en seal de sumisin. La efigie del soberano
ban con el privilegio del regio patronato que los era bajada por los alcaldes ordinarios y el alguacil
facultaba para proponer al Papa el nombramiento mayor de la ciudad. En la plaza mayor estaban for-
de prelados en sus dominios. mados doce capitanes con sus compaas de infan-
Los monarcas espaoles estaban ligados a una tera y ocho compaas de jinetes ms dos escuadro-
larga tradicin poltica y jurdica que encuentra sus nes de milicias indias. Al asomarse el virrey, se ha-
orgenes en Las partidas de Alfonso X El Sabio. can las salvas de rigor y la multitud gritaba: Viva
Aquel cuerpo de principios del derecho castellano el rey nuestro seor!. Despus se sacaba del cabil-
mencionaba que la potestad del rey resida en el se- do el estandarte de la ciudad y era entregado al vi-
oro y ste le facultaba para gobernar y juzgar a cesoberano. Entonces los heraldos voceaban tres
los sbditos de su reino. Con la conquista del Nue- veces: Od, od, od, el virrey exclamaba en voz al-
vo Mundo, el seoro del rey se extendi sobre el ta: Castilla, Len y el Per, por el Rey Nuestro Se-
territorio ganado por Francisco Pizarro. De esta ma- or, que viva muchos aos, y el pueblo responda:
nera, el Per se convirti en un reino ms dentro Viva, viva muchos aos!.
del imperio, al igual que el de Mxico, tambin co- Estas solemnes ceremonias acontecieron en la
nocido como el de la Nueva Espaa. Ciudad de los Reyes durante la proclamacin de Fe-
El reino del Per mantuvo su condicin de seo- lipe II en 1557, de Felipe III en 1599, de Felipe IV
ro bajo la autoridad directa del emperador de las en 1622, y del desdichado Carlos II en 1666. Los re-
Indias, en cuya persona se una tambin el ttulo de yes de la casa de Borbn fueron reconocidos con el
rey de Castilla. El soberano era reconocido por sus mismo ritual. En 1701 se jur obediencia a Felipe V,
vasallos al proclamrsele como monarca en todos y en 1725 fue proclamado su hijo Luis I. De igual
sus reinos. As, en una ceremonia oficial que se rea- manera se rindi ceremonial a Fernando VI en
lizaba en Lima, se colocaba un trono junto al pala- 1748. El rito continu con Carlos III en 1760, con
cio virreinal bajo el cual destacaba un retrato del Carlos IV en 1789 y con su hijo Fernando VII en
rey, entre esculturas que representaban al inca y a la 1808 (Lohmann 1993).
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La presencia del rey se haca sentir por medio de gn lo refiere una tradicin oral que ha llegado has-
sus reales cdulas, pero no slo a travs de dichos ta nuestros das.
documentos de gobierno. Para los habitantes del
Per era un gran padre al que recurran como la l- EL CONSEJO DE INDIAS
tima instancia de justicia, y como aquella persona
que unificaba todo el reino catlico en la defensa de La principal institucin de gobierno de estos te-
la Eucarista. As lo demuestran la pintura y la ora- rritorios y sus gentes fue el Real y Supremo Conse-
toria sagradas del siglo XVII (Rodrguez Garrido jo de las Indias, creado en 1511 por Fernando El
1994a). El soberano era considerado el padre de la Catlico y reorganizado por Carlos V. Adems de
patria, y el patriotismo slo poda ser entendido a aconsejar y asesorar al rey en lo referente al gobier-
travs de la fidelidad y lealtad al rey. Los sbditos no de Amrica y las Filipinas, tuvo a su cargo el di-
del virreinato estaban pendientes de sus decisiones seo de una legislacin especial para esas partes del
polticas, de sus triunfos militares, de su salud y del imperio.
momento de su deceso, para el cual levantaban t- El Consejo de Indias se involucraba en casi to-
mulos en las iglesias y oficiaban sus exequias. Fue dos los ramos del gobierno. Desde el punto de vista
de tal importancia la imagen del monarca que en poltico, propona al monarca nombres de posibles
Huanta (Ayacucho), a finales del siglo XIX, en ple- candidatos para ocupar los cargos de virreyes, go-
no perodo republicano, se rezaba despus de la mi- bernadores, oidores, corregidores, y durante el siglo
sa un Padre Nuestro por el rey nuestro seor, se- XVIII intervino en la designacin de intendentes.
En el campo judicial oficiaba como el ms alto
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Fachada principal de los Reales Consejos en donde sesionaba y desempeaba sus tareas administrativas el Consejo de Indias en
Madrid, siglo XVIII.
pilaba y escriba la historia de los reinos del Nuevo desembarcar en Portobelo y luego dirigirse a Pana-
Mundo. Todos los miembros deban cumplir con los m. De all era conducido a Paita y continuaba su
VIRREINATO
requisitos de ser hombres de costumbres, nobleza, viaje por tierra hasta la Ciudad de los Reyes, don-
y limpieza de linaje, temerosos en Dios y escogidos de era recibido con gran solemnidad, muestras de
en letras y en prudencia (Lohmann 1993). jbilo e innumerables fiestas que duraban das en-
teros, y en las que participaban todos los estamen-
EL VIRREY DEL PER: tos de la sociedad.
UN PROCNSUL DEL IMPERIO Una vez que prestaba juramento, el virrey inicia-
ba su gobierno con el apoyo de un letrado, que lo
El virrey, visorrey o vicesoberano encarna- asista en su labor legisladora. Como mxima
ba el otro yo del rey, por lo cual su con- instancia poltica, presida las sesiones de la
dicin no era exactamente la de un fun- Real Audiencia y las ceremonias pbli-
cionario, sino ms bien una suerte de cas, nombraba corregidores de indios y
vicario del rey-emperador. Personifi- resolva litigios jurisdiccionales entre
caba a su majestad, al grado de ves- audiencias. Entre sus funciones se
tir la misma indumentaria que l; el estipulaba tambin la organizacin
oidor Juan de Solrzano y Pereyra, de las colonizaciones y la amplia-
recurriendo a la historia del impe- cin de la frontera agrcola, ade-
rio romano, lo comparaba con la ms de velar por el orden pblico
figura del procnsul (Altuve-Fe- y levantar censos.
bres 1993). Desde el punto de vista mili-
Los virreyes fueron persona- tar, el virrey desempeaba el car-
lidades cuidadosamente escogi- go de gobernador y posea el ran-
das entre la nobleza, la milicia y go de capitn general, por lo tan-
el clero espaoles. El rey, a suge- to deba cuidar las fronteras del
rencia del Consejo de Indias, virreinato y fortificar las costas
nombraba a sus vicesoberanos con la edificacin de baluartes.
por un perodo de cuatro aos, Tambin nombraba jefes de mili-
aunque en algunos casos su gobier- cias, organizaba los cuerpos de tro-
no se extenda por un tiempo ma- pas, despachaba armadas y ordenaba
yor. Con todos los ttulos y las ins- la construccin de barcos.
trucciones provedos por el monarca,
el virrey se embarcaba hacia el Per en Antonio de Mendoza (c. 1493-1552), segundo
Sevilla o en Sanlcar de Barrameda, para virrey del Per, proceda de la nobleza peninsular.
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CHUQUISACA
eclesistica el nombra- noviembre de 1542, tras
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religiosas, vigilar la las Casas. El captulo
construccin de conven- SANTIAGO
diez de aquellas normas
tos y el desarrollo de los ordenaba que: en las
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BUENOS AIRES
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concilios. provincias y reinos del
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En un principio, las Per resida un visorrey
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Snchez-Concha
nistracin anterior en los campos poltico, econ- do por su alta investidura para ejercer la presiden-
mico, castrense y espiritual. Gracias a estos textos cia de este tribunal, pero en su ausencia poda ser
burocrticos podemos reconstruir gran parte de los reemplazado por el oidor decano, el magistrado de
logros, dificultades y sucesos acaecidos durante el mayor importancia y antigedad. Adems de los oi-
perodo hispnico. dores, se haca sentir la presencia de un fiscal que
Finalmente los vicesoberanos, antes de partir a defenda los intereses del rey, el alcalde del crimen
Espaa, deban ser sometidos al juicio de residen- que contemplaba en primera instancia asuntos cri-
cia para rendir cuenta de sus actos en el manejo de minales ocurridos cerca de la sede de la Audiencia,
la cosa pblica. No podan abandonar el Per hasta y el personal auxiliar.
que finalizara la investigacin, pues a lo largo de di- Las leyes promulgadas por la Metrpoli preten-
cho proceso se fiscalizaba su conducta y se poda re- dieron aislar a los miembros de la Audiencia de las
cibir denuncias en su contra. sociedades donde vivan. Por ejemplo, dispusieron
que ninguno de ellos ni sus hijos o hijas se ca-
LA REAL AUDIENCIA DE LIMA sara en el distrito en el que ejercan la magistratura.
Igualmente estaban impedidos de asistir a bodas y
La ms alta autoridad despus del virrey recaa entierros, y no se les permita tener casas, chacras,
en la Real Audiencia de Lima, creada por las Leyes estancias, huertas y tierras. Aquellas disposiciones
Nuevas de 1542 e instalada solemnemente en 1544 no siempre se cumplieron, pues se dieron casos de
por el virrey Blasco Nez Vela. Su funcin primor- vinculaciones familiares y compromisos de los oi-
dial fue instaurar el imperio de la ley y consolidar la dores con los vecinos y residentes de la ciudad de
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autoridad real en los convulsos territorios conquis- Lima (Puente Brunke 1990).
tados, adems de permitir a los litigantes del Per La Audiencia asesoraba al virrey en materias le-
un acceso ms fluido a la justicia (Honores 1993). gales y tomaba las riendas del gobierno del Per tras
La Real Audiencia de Lima obr como un tribu- la muerte o enfermedad de la mxima autoridad. El
nal con jurisdiccin en primera instancia y como encargado de reemplazar al virrey en estos casos era
corte de apelaciones de sentencias inferiores dicta- el oidor decano. Slo en contadas oportunidades un
das por los corregidores y alcaldes ordinarios de las oidor criollo desempe la ms alta posicin de go-
urbes del reino. En este sentido, la Audiencia cum- bierno, siendo el primero de ellos el doctor lvaro
pla con lo estipulado por el doctor Juan de Solr- de Ibarra y Merodio, natural de Lima, quien tuvo
zano y Pereyra: castillos roqueros dellas donde se que encargarse interinamente del reino en 1672, a la
guarda justicia, los pobres hallan defensa de los muerte del conde de Lemos.
agravios i opresiones de los poderosos. En palabras La Audiencia era una institucin creada para
ms modernas, el profesor Cla- buscar cierto equilibrio de pode-
rence H. Haring sostiene que res, ya que fiscalizaba a la buro-
fue la institucin ms intere- cracia estatal, empezando por el
sante y de mayor importancia en mismo virrey. La Corona desig-
el gobierno de las Indias espao- naba a un oidor para iniciar el
las. Fue el centro, el alma del juicio de residencia al viceso-
sistema administrativo y el freno berano y a los corregidores. De
principal contra la opresin y la esta manera, los oidores logra-
ilegalidad de los virreyes y otros ban conocer los problemas en
gobernadores (Haring 1958). cada regin del Per y detectar a
La Audiencia limea con sus los funcionarios corruptos (Loh-
dos salas, civil y criminal, estu- mann 1993).
vo conformada por jueces cono- Adems de la Audiencia virrei-
cidos como oidores, pues nal de Lima, hubo otras de ca-
oan, vale decir, reciban los rcter subordinado. Ellas fueron
testimonios de las partes en liti-
gio. El nmero de sus integran-
tes vari entre cuatro y doce de Los miembros de la Audiencia de Lima
acuerdo con el signo de los presididos por el virrey, quien ocupa
tiempos. El virrey estaba faculta- una posicin de honor.
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Panam en 1564 y la de Buenos Aires en 1661. Ms Castro, las jurisdicciones bajo su mando eran vast-
tarde, a raz de la insurreccin de Jos Gabriel Con- simas, hacindose imposible administrar justicia
dorcanqui (Tpac Amaru II), se cre la Audiencia con eficacia. A esta deficiencia debemos aadir los
del Cuzco en 1787.
dos aos. SA A
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MOYOBAMBA Corregimientos
L mite de T rminos
Los corregidores de espaoles, conocidos como
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administrativos de sus circunscripciones, impartan
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justicia con la asistencia de un letrado, a la vez que
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ejercan la mxima autoridad en las ciudades. Por
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agresiones de corsarios. Los corregidores no slo 9
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15 CANTA
los indios que residan en las ciudades y en los si- 16
17
CAJATAMBO
LUYA Y CHILLAOS
Potos
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Snchez-Concha
abusos que los mismos curacas cometan usando en sugerencias para mejorar la situacin de los nati-
sus comunidades y en su beneficio formas primiti- vos. Oficiaban ante las autoridades virreinales co-
vas del derecho consuetudinario y el exceso de lu- mo consultores para legislar sobre la repblica de
cro de los encomenderos que afectaba a la pobla- indios (Ruigmez 1988) y estaban ligados a la
cin andina a su servicio. Para frenar aquellos atro- Iglesia, al ejercicio del derecho y a la universidad.
pellos de la ley y resolver los litigios entre aborge- Entre los protectores destacaron fray Vicente de
nes, se implantaron los corregimientos de indios Valverde en el siglo XVI, Leandro de la Reinaga Sa-
(Lohmann 1957). lazar y Diego de Len Pinelo en el siglo XVII.
Adems de las funciones judiciales y de tutela,
los corregidores de naturales tambin tenan atri- EL DERECHO Y EL MANEJO DE LA LEY
buciones econmicas, como cobrar el tributo a los
nativos y recolectar la mano de obra para los traba- Entender el derecho durante el virreinato no es
jos de la mita. En el desempeo de estas labores una tarea fcil, pues nos obliga a introducirnos en
frecuentemente se corrompan y distaban mucho un sistema jurdico muy distinto al de nuestros
de ser esos ngeles custodios de los indios, como das. En aquel entonces se parta del principio se-
los calificaba el doctor Solrzano y Pereyra. Mu- gn el cual las leyes no eran exactamente el nico
chos corregidores no tuvieron escrpulos en cobrar medio para alcanzar la justicia. El derecho indiano
doble tributo y enviar indios a las minas fuera de que pretenda regular la vida de las posesiones es-
turno. Sin embargo, el delito ms generalizado fue paolas de Amrica y por ende del Per, no era un
la imposicin del reparto de mercancas para as ordenamiento legislativo sistemtico o codificado
VIRREINATO
aumentar sus ingresos. Mediante la venta forzosa al alcance de los funcionarios y magistrados, y en
de artculos que no utilizaban, como por ejemplo ms de una ocasin las normas tenan un carcter
peines, anteojos, libros, hebillas y abanicos, se en- particular, extensibles por analoga en su aplica-
deudaba a los naturales. El odioso reparto de mer- cin. De esta manera, una vez que las leyes llega-
cancas fue una de las causas de la rebelin de Jos ban a su destino, los legisladores contemplaban la
Gabriel Condorcanqui (Tpac Amaru II) en posibilidad de aplicarlas o no. El concepto la ley
1780, y aunque las reformas borbnicas se encarga- se obedece pero no se cumple termin as convir-
ron de abolir los corregimientos en 1784 para dar tindose en uno de los principios fundamentales
paso al sistema de las intendencias, la medida lleg del derecho (Tau 1992).
demasiado tarde. En el Per virreinal, las normas tenan una na-
turaleza meramente referencial, lo que permita a
EL PROTECTOR DE INDIOS los jueces cierto arbitrio, ya que ellos podan elegir,
de acuerdo con su conciencia y a la luz de los tex-
Los aborgenes, considerados por la legislacin tos clsicos del derecho romano y los cuerpos nor-
espaola como seres miserables, es decir dignos mativos del derecho espaol medieval (las Partidas
de conmiseracin, debido al poco nivel de civiliza- alfonsinas, el Fuero juzgo, el ordenamiento de Al-
cin y a la rusticidad de sus costumbres, estaban cal, etc...), los cuerpos doctrinarios ms pertinen-
expuestos a una serie de abusos de parte del poder tes para resolver sus casos. Ello daba pie para que
estatal y de los pobladores hispanos. Por todo ello los corregidores suspendieran la aplicacin de una
se cre la institucin del protector de indios, un ley promulgada por la Corona en atencin a cir-
funcionario especial que defenda los derechos de cunstancias locales y excepcionales.
los naturales acogiendo sus quejas en materia de Aquel que deseaba convertirse en letrado u
justicia. La labor de estos funcionarios, residentes hombre de leyes deba estudiar en la universidad
en Lima y en las provincias del virreinato, supona las doctrinas del derecho romano expuestas en los
su presencia en los juicios relativos a la posesin y Instituta, Digesto, Cdigo y Novellae, como tambin
medicin de las tierras de indios, al justo pago del la tradicin cannica, para de esta manera trabajar
tributo, y al cuidado de su salud e integridad en las en tribunales eclessticos. El derecho enseado en
minas. Para lograr estos fines elevaban recursos las universidades constitua un instrumento de for-
ante el virrey, y en algunos casos, hasta la misma macin humanstica, antes que un saber profesio-
Corona. nal. La forma de ejercer la abogaca se aprenda le-
Los protectores de indios eran informantes de jos de las aulas y a travs de la experiencia profe-
los problemas indianos y redactaban proyectos con sional asimilada ante los tribunales.
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VIRREINATO
Carlos II en 1680 e impresa pecial para los indios, cuyos
el ao siguiente. Este trabajo principales objetivos fueron
comprende la resea de un una legislacin que respetara
conglomerado de normas de los propios estatutos legales
diversas materias de la poca de los nativos y una protec-
de los Habsburgo. Sus cuatro cin que los defendiese de
tomos estn compuestos por los elementos perturbadores
nueve libros que se subdividen a su vez en ttulos y de la vida social. Para conseguir estos fines el Esta-
leyes. La Recopilacin observaba muchsimos pun- do separ jurdicamente a los indios en una repbli-
tos, pero no abarcaba el derecho civil, ya que en esa ca aparte, con normas especficas. El instituto par-
rama rega para el Per el derecho castellano. Du- ticular de los indios necesitaba crearse, pues las le-
rante el siglo XVIII se tuvo que aadir nuevas dis- yes generales en las que se inclua a los indgenas
posiciones legales. En 1755 el Estado juzg conve- producan efectos nocivos sobre ellos. El mismo
niente publicar un volumen complementario en Gaspar de Escalona descubra: ...todo lo que se or-
forma de Adiciones. Tambin en esa centuria se hi- dena en su bien (de los naturales) se convierte en su
cieron nuevas reimpresiones en 1756, 1774 y 1791 dao y lo que se previene en su alivio se tuerce en
(Basadre Ayulo 1993). su ruina (Garca Gallo 1972: 382).
Adems de las leyes de Indias, hubo en el Per
intentos interesantes por establecer un orden tem- LOS LETRADOS: LA JUSTICIA DEL
tico a las normas. El legista criollo Gaspar de Esca- MONARCA
lona y Agero (Lima 1598-Santiago de Chile 1659)
prepar un Proyecto de cdigo peruano, donde Los letrados u hombres de derecho fueron los
pretenda recopilar los aspectos fundamentales del agentes ms directos del proceso de consolidacin
derecho virreinal vigente. Slo lleg a escribir la in- poltica y jurdica del virreinato del Per. Despus
troduccin y el ndice de sus cuatro libros, los que de haber estudiado un promedio de diez aos y de
fueron enviados al Consejo de Indias para su obser- optar los grados de bachiller, licenciado o doctor en
vacin, pero la huella ya estaba sealada. leyes por alguna universidad espaola o por San
Tanto la Recopilacin como el proyecto de Esca- Marcos, estaban aptos para servir al Estado encar-
lona surgieron de una preocupacin por la legisla- nando la justicia viva del rey (Vigil 1991). Por lo
cin indgena. Desde comienzos del siglo XVI, era general solan ser hijos segundones de familias hi-
evidente que su aplicacin total e indiscriminada no dalgas; en otras palabras, procedan de un sector so-
era la poltica ms correcta, pues erosionaba la or- cial intermedio entre la nobleza titulada y la gente
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VIRREINATO
obstante, reconoca en los aborgenes el carcter de
seres miserables debido a su humilde, servil y ren-
dida condicin. Los indios, por tal razn, merecan
la especial proteccin de la Corona.
Pero los naturales no son la nica preocupacin
del oidor. A los criollos tambin les caba ocupar un
lugar en el imperio, y por ello se atrevi a sugerir su
incorporacin al Consejo de Indias. No en vano el
historiador ingls David A. Brading dice que este ju- Juan de Solrzano y Pereyra (1575-1655), considerado el ms
rista lleg a figurar dentro de la tradicin poltica representativo tratadista del Derecho indiano.
del patriotismo criollo como un gran defensor de
los derechos polticos de los espaoles de Amrica
(Brading 1991: 254). go de Aguiar y Acua, a quien se le haba confiado
El conocimiento de la realidad peruana dio al el trabajo de recopilar las leyes que regan en Am-
doctor Solrzano la autoridad de un especialista en rica. Len Pinelo colabor con denuedo para Aguiar
los asuntos indianos. Su obra se convirti en una en la titnica labor de compulsar ms de seiscientos
fuente de consulta a la que recurran presurosos los volmenes manuscritos de normas (Brading 1991:
legistas, urgidos de conocer los asuntos jurdicos de 239). Al morir Aguiar, Pinelo continu con su tarea
los reinos americanos de ultramar. en forma solitaria. En 1635 termin la misin enco-
Contemporneos de Solrzano fueron los her- mendada y a lo largo de siete meses se reuni casi
manos de ascendencia juda Antonio de Len Pine- diariamente con el doctor Juan de Solrzano y Pe-
lo (Lisboa ca. 1590-Madrid 1660) y Diego de Len reyra, para revisar y depurar la obra. El Consejo de
Pinelo (Crdoba del Tucumn 1608-Lima 1671). Indias acept la recopilacin, pero la muerte le al-
Antonio, el mayor de ambos, se haba formado en canz antes de que obtuviese la aprobacin oficial
los derechos civil y cannico en la Universidad de (Basadre Ayulo 1993: 308).
Lima, y desempe una serie de cargos como el de A pesar de la suerte corrida en esta empresa,
alcalde mayor de minas en Oruro y el de corregidor Len Pinelo leg dos textos importantes para la his-
en Potos. Pero sus inquietudes no se redujeron al toria del derecho indiano: el Sumario de la recopila-
mbito burocrtico, pues tambin fue profesor uni- cin de leyes para las Indias (1628) y el Tratado de
versitario y regent la ctedra de Decreto en San confirmaciones reales de encomiendas, oficios y casos
Marcos en 1619. Dos aos ms tarde viaj a Espaa en que se requiriesen para las Indias occidentales
donde trabaj al lado del consejero de Indias Rodri- (1630).
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II
LA IGLESIA Y EL TRIUNFO DE LA FE
VIRREINATO
cristiano y musulmn, a lo largo de casi ocho siglos. (Regalado 1992b).
La lucha contra los moros arraig la fe de cada his- La evangelizacin fue adquiriendo perfiles cada
pano y el mismo Estado impuls la religin como vez ms precisos luego de las resoluciones de los
un elemento cohesionador. Los reyes dirigieron to- concilios celebrados en Lima, especialmente de los
dos sus recursos al servicio de un ideal y de una em- tres iniciales. El Primer Concilio Limense (1551-
presa de carcter sobrenatural: la conversin de los 1552), convocado por el arzobispo de Lima, el do-
infieles. De esta manera, los intereses de la Corona minico Jernimo de Loayza, se propuso alcanzar la
espaola se confundan con los de la Iglesia. Lo unidad de la doctrina, decretar el fin de la idolatra
temporal y lo espiritual se comprometen prctica- y una distribucin proporcional de los religiosos en
mente en las mismas aspiraciones (Armas 1953). el Per. Lamentablemente, Loayza no obtuvo los lo-
En la conquista del Per parecen proyectarse los gros que esperaba, pues la ausencia de varios obis-
mismos principios que guiaron la reconquista, ge- pos rest prestancia a la asamblea eclesistica.
nerndose el llamado cristianismo militar, esto es, Gracias a las disposiciones legales del rey Feli-
un gran sentimiento religioso que hace conscientes pe II, inspiradas en el Concilio de Trento, y a la te-
a los espaoles de su protagonismo como agentes nacidad de fray Jernimo de Loayza, fue posible la
de Cristo frente a los indios. El cristianismo mili-
tar robustece en los soldados la esperanza de su
salvacin, por oficiar de mensajeros de la verdadera
religin. De este modo, los expedicionarios pudie-
ron ver al apstol Santiago cabalgar por los cielos
durante las batallas contra los indgenas, y a la Vir-
gen Mara desviar las flechas de los naturales.
Esta forma de religiosidad, por cierto compren-
sible para su tiempo, supona que los conquistado-
res deban mantener viva la llama de la fe. Los reyes
procuraron, entonces, que en cada ejrcito explora-
dor hubiese hombres de Iglesia, tanto del clero se-
cular como del regular. Los clrigos y frailes presen-
tes en las huestes celebraron misa, confesaron y ab-
solvieron a los conquistadores y bautizaron y con- Iglesia de San Juan Bautista, en Vilcashuamn, Ayacucho.
virtieron a los indios. A la espada se sum la cruz de Esta iglesia temprana del siglo XVI ha sido construida sobre
la evangelizacin. los cimientos de un templo incaico.
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la vida mundana de algunos sacerdotes, pero sobre Santo Domingo: fray Jernimo de Loayza. El prela-
todo tuvo una serie de aportes que fueron definiti- do tom posesin de su cargo en 1543. Por la im-
vos para la posteridad, pues cre un seminario para portancia que cobraba cada da la capital del virrei-
formar adecuadamente al clero secular, se interes nato, el Papa Paulo III elev la sede de Lima al ran-
por la defensa de los naturales y precis la forma co- go de dicesis metropolitana, desmembrndose de
mo deban administrrseles los sacramentos, consa- esta forma de la arquidicesis de Sevilla en 1546. A
gr el estudio de los idiomas indgenas como un ve- partir de entonces Lima tuvo como sufragneos a
hculo para llegar a ellos y prepar, con las sugeren- los obispados de Quito (erigido en 1546), Popayn
cias y observaciones del padre Jos de Acosta, el Ca- (1546), Ro de la Plata (1547), Charcas (1551), San-
tecismo (1584) redactado en castellano, quechua y tiago de Chile (1561), La Imperial (1563), Tucu-
aymara, el primer libro editado en Sudamrica. mn (1579) y a las antiguas dicesis de Nicaragua
El santo arzobispo de Lima fue un gran promo- (1534) y el Cuzco (1537). Durante el siglo XVII
tor de la catequizacin y sobre todo un hombre in- fueron fundadas las dicesis sufragneas de Trujillo
fatigable que pas la mayor parte de su ministerio (1609), Arequipa (1609) y Huamanga (1609) (Var-
emprendiendo visitas pastorales. Antes del concilio gas Ugarte 1959).
se dio tiempo para conocer las condiciones de su
dicesis, llegando por el sur hasta Nazca y por el LAS RDENES RELIGIOSAS: AGENTES DE
oriente hasta Hunuco. Finalizada la asamblea de LA EVANGELIZACIN
prelados, parti hacia Chachapoyas y luego, desa-
fiando la terrible geografa peruana, enrumb hacia No podemos hablar de la evangelizacin al mar-
VIRREINATO
Yauyos y Huarochir. En 1593 recorri la costa nor- gen de la labor del clero regular. Cada orden religio-
te hasta Lambayeque y cruz los Andes para arribar sa desde su propia vocacin particip en la cristia-
a Cajamarca y visitar nuevamente Chachapoyas. En nizacin con sus propios mtodos misionales, su
1601 inici otro viaje por los lugares antes recorri- prdica, la fundacin de casas y monasterios, y par-
dos. Cansado y rendido muri en Saa en 1606 ticulares crnicas conventuales, que narraban las
(Nieto 1992a). virtudes de sus varones ilustres y la historia de sus
Dentro del tema de la evangelizacin cabe desta- congregaciones.
car la presencia de las doctrinas o parroquias de in- La primera orden que llega al Per es la de los
dios creadas a lo largo del territorio virreinal, para Predicadores o de Santo Domingo. Los dominicos
impartir el catolicismo entre los naturales. Los doc- estn presentes desde la conquista con fray Vicente
trineros, que podan ser miembros del clero dioce- de Valverde, capelln de la hueste de Francisco Pi-
sano o del regular, enseaban los principales enun- zarro, y ms tarde obispo del Cuzco y protector de
ciados de la fe, los mandamientos, los sacramentos los indios frente a los abusos de los conquistadores,
y todo aquello que el cristiano deba esperar y pedir lo que no impidi que muriera trgicamente en la
a Dios (Regalado 1992b: 28). Los prrocos de indios isla de la Pun mientras llevaba la palabra de Dios a
estaban llamados a poner en policia a los indge- los indgenas. Pero Valverde no fue el nico fraile
nas reunindolos en grupos para educarlos en el ca- dominicano que form parte de esta etapa histrica.
tolicismo y erradicar el culto idoltrico. Hubo otros que destacaron por su sensibilidad reli-
Para poder llevar a cabo su tarea cristianizadora giosa como Juan de Olas, Rodrigo de Ladrada,
la Iglesia tuvo que organizar sus labores en torno de Francisco Martnez Toscano, Agustn de Ziga, Je-
los obispados. La primera dicesis en el Per fue la rnimo de Loayza arzobispo de Lima y Gaspar de
del Cuzco y para ella en 1537 se eligi obispo a fray Carvajal, quien acompa al capitn Francisco de
Vicente de Valverde, antiguo capelln de la hueste Orellana en el descubrimiento del Amazonas.
de Francisco Pizarro. Este dominico, que muri Los religiosos de la orden de los Predicadores di-
martirizado en la isla de la Pun, destac por la de- fundieron la cultura escolstica y establecieron cen-
fensa de la humanidad de los indgenas. Su dicesis tros de enseanza. El mejor ejemplo lo puede brin-
comprenda un territorio vastsimo: desde la Nueva dar el Estudio General que funcion a partir de
Granada (con excepcin del Darin) hasta los con- 1551 en el convento dominico de Lima, sobre el que
fines del reino de Chile, el Tucumn y el Ro de la luego se creara la Universidad de San Marcos, en
Plata. 1574. Su fundador, fray Toms de San Martn, sen-
Posteriormente, en 1541 se cre la dicesis de sibiliz con su prdica a los encomenderos, a fin de
Los Reyes, cuyo primer pastor fue otro sacerdote de hacerlos renunciar a las tierras e indios mal gana-
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Snchez-Concha
dos. Su aprecio por las cosas del intelecto y del es- Adems de los conventos en Los Reyes y el Cuzco,
pritu queda expresado con la fundacin de la Uni- haba casas de religiosos en el Callao, Yauyos, Chin-
versidad de Chuquisaca en 1552, el mismo ao en cha, Arequipa, Huamanga, Parinacochas, Castrovi-
que asumi la dicesis de Charcas. rreyna, Huancavelica, Huancayo, Hatun Jauja, Con-
El inters por la educacin y los conocimientos desuyos, Chuquisaca, Potos y Tarija. Las misiones
de este grupo de religiosos tambin lo podemos ha- selvticas de la orden de Santo Domingo cristianiza-
llar en la obra del obispo de La Plata fray Domingo ron las tribus orientales de Cochabamba, y el Cerro
de Santo Toms, quien desde un primer momento de la Sal (Nieto 1980).
se volc hacia el estudio del antiguo Per. El resul- La orden de San Francisco llamada la orden se-
tado de sus investigaciones en el campo lingstico rfica por las virtudes anglicas del Santo de Ass,
fue el Lexicn o vocabulario general del Per llamado era tambin mendicante como la de Santo Domin-
quichua (1560), texto que sirvi para explicar en el go y arrib al Per en el perodo conquistador con
medio acadmico los secretos conceptuales del que- fray Marcos de Niza, procedente de La Espaola
chua y su estructura gramatical (Tauro 1988). Fray (aunque otras fuentes afirman que vino de Mxi-
Domingo de Santo Toms intercedi por el buen co). Luego llegaran Pedro Rodeas, Pedro Gosseal
trato a los indios frente a las autoridades, y desde y fray Jodocko Ricke, este ltimo de Flandes y uno
el plpito habl directamente a la conciencia de de los ms entusiastas evangelizadores francisca-
los encomenderos. nos. El cristianismo que imparta a los indios no se
Los dos grandes historiadores de la orden domi- limitaba nicamente a la enseanza del catecismo,
nicana fueron fray Reginaldo de Lizrraga y fray pues capacitaba a los aborgenes en la forma euro-
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VIRREINATO
Fray Buenaventura de Salinas y Crdoba y su
hermano Diego de Crdoba y Salinas, ambos natu-
rales de Lima, escribieron las crnicas ms impor-
tantes de la orden serfica. El primero es autor del
Memorial de las historias del Nuevo Mundo Pir
(1630) y el segundo de la Cornica de la religiossi-
ma provincia de los Doce Apstoles del Per (1651).
Los dos frailes dan cuenta de las glorias eclesisticas
y los logros de la evangelizacin por los francisca-
nos en el territorio virreinal, as como de las virtu-
des de San Francisco Solano. En el caso de fray Bue- Caete, Ica, Nazca y en varios pueblos de Chile. En
naventura, hay un reconocimiento a la condicin 1586 los agustinos se hicieron cargo del santuario
humana de los indgenas y a sus tribulaciones, asu- de Copacabana a orillas del lago Titicaca, desde el
miendo que eran seres con iguales posibilidades de cual cristianizaron a los indios de esa regin.
santidad que los blancos. Uno de los grandes xitos de la orden agustina
Otro escritor notable de la orden, y criollo como fue la conversin en 1568 del inca Titu Cusi Yupan-
los anteriores, fue el huamanguino fray Luis Jerni- qui por parte de los padres Marcos Garca, Juan de
mo de Or, quien se interes por la prdica en que- Vivero y Diego Ortiz, el ltimo de los cuales ocupa
chua a los nativos y la recopilacin de informacin un lugar especial en la historia de la Iglesia en el Pe-
sobre las lenguas andinas. Las obras de este sacer- r, pues soport el dolor del martirio. Tras la muer-
dote son: el Symbolo catlico indiano (1598), el Ri- te de Titu Cusi, los indios de Vilcabamba acusaron
tuale seu manuale peruanum (1607), una Relacin de a fray Diego de haber envenenado al Inca, por lo
los mrtires de la Florida, adems de sermones, un que fue flagelado y humillado al no poder resucitar
tratado sobre las indulgencias y una biografa de al soberano, como se le peda. Fue empalado y en-
San Francisco Solano. terrado cabeza abajo.
La orden de San Agustn, instituto religioso ms Entre los cronistas agustinos ms importantes
antiguo que el de los franciscanos y el de los domi- podemos mencionar a fray Antonio de la Calancha
nicos, lleg al Per en 1551, y nueve aos ms tar- y Benavides, quien naci en Charcas, y al huaman-
de contaba con monasterios en el Cuzco y Trujillo. guino Alonso Ramos Gaviln. El padre Calancha,
A fines del siglo XVI existan conventos en Cota- considerado por Antonio de Len Pinelo como:
bambas, Omasuyos, Potos, Paria, Chuquisaca, La docto escolstico, gran positivo, elegante predica-
Paz, Tarija, Arequipa, Hunuco, Guadalupe, Saa, dor, y erudito en las letras humanas, public en
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y la disciplina cristiana, ciones de los naturales,
y cortar sin estrpito los pues afirmaba de ellos
ritos supersticiosos y sa- que: Tienen una pacien-
crlegos y los hbitos de cia incansable en apren-
brbara fiereza; mas en der nuestros oficios, que
Portada de ingreso (finales del siglo XVI) al atrio cercado de
los puntos en que sus la iglesia de la Asuncin de Nuestra Seora, en Juli, Puno es causa de que salgan
costumbres no se opo- (Tomado de Los vestigios de un sueo, catlogo de tan aventajados artfices
nen a la religin o a la exposicin sobre misiones jesuticas en Amrica Latina. como salen... Por eso hay
justicia no creo conve- Unin Latina 1995). ya tantos indios extrema-
niente cambiarlas; antes dos oficiales de todas las
al contrario, retener todo lo paterno y gentilicio, artes y oficios, sealadamente de los ms dificulto-
con tal que no sea contrario a la razn.... No era sos y de curiosidad, pero no de trabajo corporal,
extraa tal posicin de tolerancia en un acucioso in- que a stos son muy poco inclinados.
vestigador de las civilizaciones del Nuevo Mundo. En lo referente a la evangelizacin, los jesuitas
En la Historia natural y moral de las Indias (1590) llevaron a cabo grandes empresas como la doctrina
ofrece a los lectores europeos una buena sntesis de de Juli organizada a partir de 1576. La razn que es-
la naturaleza y cultura americanas. El mismo cro- griman los ignacianos para adoctrinar a los indios
nista expone sus motivaciones para escribir el libro: de esa localidad tena una naturaleza estratgica.
Mas hasta ahora no he visto autor que trate de de- All se podra aprender e investigar la lengua ayma-
clarar las causas y razn de tales novedades y extra- ra que se hablaba desde el Cuzco hasta el Tucumn
ezas de naturaleza, ni que haga discurso ni inqui- y tambin era la puerta de acceso a otros pueblos de
sicin en esta parte; ni tampoco he topado libro cu- la regin del lago Titicaca, convirtindose Juli en un
yo argumento sea hechos o historia de los mismos lugar destinado a la formacin de misioneros (Mar-
indios antiguos y naturales habitadores del nuevo zal 1992). Vale la pena recordar que fue en esa loca-
orbe. lidad del Collao donde el padre italiano Ludovico
El nombre de Acosta est asociado al de otros Bertonio se inspir para preparar el Arte de la lengua
cronistas de su congregacin como Blas Valera, aymara (1612), el Vocabulario de la lengua aymara
Anello Oliva y Bernab Cobo. El mestizo Blas Vale- (1612) y el Libro de la vida y milagros de Nuestro Se-
ra fue misionero en Huarochir, Juli y Potos. Su co- or Jesucristo en dos lenguas, aymara y romance
nocimiento del quechua le permiti comprender ca- (1612). Este jesuita aymarista, junto con Diego
balmente el pasado peruano. El padre Valera, que Gonzlez Holgun, es uno de los pioneros del estu-
haba nacido en Chachapoyas, escribi una Historia dio de las gramticas andinas.
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Serie de retratos y escudo de la orden bethlemntica hechos por Jos de Pez, en 1768, en Cajamarca.
manga, Chumbivilcas, Mojos, Tarija y Santa Cruz tinado a convalecientes. Estos frailes, adems del
de la Sierra. Su voz lleg hasta las agrestes tierras de cuidado de los enfermos, impartieron la enseanza
los indios chiriguanos. Fray Diego de Porres cre de las primeras letras y divulgaron los belenes o
un mtodo misional interesante que consista en la nacimientos de Cristo, uno de los cuales, ubicado
enseanza del catecismo haciendo uso del quipu, lo en la casa de los betlemnitas en Lima, se hizo muy
que supona la cercana colaboracin de los caciques famoso, ya que el Nio Dios, la Virgen y San Jos
e indios cultivados. Esta modalidad de enseanza podan moverse debido a un mecanismo articulado.
fue sugerida en su Instruccin para sacerdotes Los habitantes de Lima asistan masivamente a su
doctrineros y fue extendida por los frailes merceda- morada en tiempos de Navidad para observar este
rios para propagar la fe entre los nativos (Aparicio sorprendente espectculo. Por su aspecto barbado,
1991a). los betlemnitas fueron apodados cariosamente los
VIRREINATO
Otros miembros como fray Martn de Mura, padres barbones. La congregacin tuvo casas e
con afn evangelizador, se abocaron al estudio del iglesias en Cajamarca, Trujillo, Huamanga y el Cuz-
pasado incaico. Este mercedario vasco conoca el co. Los betlemnitas desaparecieron en 1830, tras la
quechua y el aymara y haba recorrido casi todo el disolucin de la orden.
territorio peruano. Mura dej manuscrita una cr- No menos importante fue el aporte de otros ins-
nica en 1616, en la que describe las costumbres y vi- titutos religiosos que arribaron al Per como los
da familiar de los soberanos quechuas. Este trabajo, trinitarios, en 1560; los carmelitas, en 1592; los be-
de valiossimo inters para los historiadores con- nedictinos, en 1599; los mnimos de San Francisco
temporneos, recibi el ttulo de Origen y descen- de Paula, en 1644; los oratorianos de San Felipe
dencia de los incas y es una pieza fundamental para Neri, en la segunda mitad del siglo XVII; y los cru-
el estudio de la elite cuzquea. cferos de San Camilo o padres de la Buena Muerte,
Durante el virreinato tambin llegaron rdenes en 1709.
hospitalarias, dedicadas al cuidado de los enfermos,
los ancianos y los pobres desheredados. Por su im- LA PRDICA Y LA ORATORIA
pacto a travs de obras de caridad y bienestar social SAGRADAS: EL PODER DE LA PALABRA
recordamos a los hermanos de la orden de San Juan
de Dios, que apareci en el Per en 1593 con el her- El perodo virreinal coincide con la poca del
mano Luis Pecador (u Hojeda). Los juandedianos misticismo militante de la Contrarreforma que en-
trabajaron intensamente por los enfermos y funda- fatizaba el poder de la palabra escrita y hablada. La
ron hospitales y casas de reposo para menesterosos, palabra fue un instrumento eficientemente emplea-
lo que conquist el aprecio de los habitantes del rei- do por los evangelizadores para cristianizar a la po-
no. Para 1610 ya contaban con varios sanatorios en blacin indgena, a los espaoles y a los miembros
el Callao, Pisco, Huamanga y el Cuzco (Vargas de castas.
Ugarte 1959: II, 377). Los clrigos y frailes optaron por superponer y
Otro grupo de religiosos hospitalarios, aunque adaptar el cristianismo al sustrato de la religiosidad
de menor resonancia, fue la orden Betlemnita, or- nativa. Fray Domingo de Santo Toms en la Plti-
den del Bethlem o Compaa Bethlemntica, funda- ca para todos los indios, incluida en su Gramtica
da en Guatemala por fray Pedro de San Jos Betan- (1560), llama a los ngeles sirvientes o yanaccona
court en 1660, siendo la primera congregacin crea- de Dios, y a los demonios mana allisupay. Lo mismo
da en Amrica. Los betlemnitas llegaron al Per en sucede cuando pretende referirse al mundo terre-
tiempos del virrey conde de Lemos, quien les asig- nal, recurriendo al trmino Cay pacha como deno-
n la administracin del Hospital del Carmen, des- minacin del mundo presente. El paraso es iden-
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rios aos para que su difusin se oficializara, gracias do totalmente.
al padre Alonso Messa Bedoya, quien escribi su Los doctrineros fueron los primeros en reparar
opsculo Devocin a las tres horas de agona de sobre este mal. El doctor Francisco de vila, a car-
Cristo nuestro redentor (Lima 1737). Esta prctica go del curato de San Damin de Huarochir, dio
se convirti as en una institucin dentro de la ora- cuenta del problema al entonces arzobispo de Lima
toria sagrada (Nieto 1992b). Bartolom Lobo Guerrero. En 1610, gracias a su ce-
Igualmente, a fines del XVII, el padre Jos de lo apostlico, vila recibi el nombramiento de vi-
Aguilar aplic la teatralidad a sus penetrantes dis- sitador de idolatras para iniciar la bsqueda de
cursos para conmover y enmendar la conducta de imgenes paganas y huacas, las que deba estudiar y
los cristianos proclives al pecado. Para mantener luego destruir, adems de reprimir a los sacerdotes
cautivo al auditorio finga entablar un dilogo con andinos, a quienes se les consideraba hechiceros.
ste tocando temas que invitaban a la conversin Tras su nombramiento, recorri Yauyos, Huarochir
inmediata, como el desencanto de la vida mundana. y otras comarcas, descubriendo supersticiones que
El sacerdote convenca de lo efmero de la existen- incluso los frailes y clrigos desconocan.
cia humana con las siguientes palabras: Passad los El visitador deba ser una persona sensible e in-
ojos por este hermoso templo, y numeroso concur- fluyente y, sobre todo, poseer el don de convenci-
so. Nobles, magistrados, sabios, ignorantes, plebe- miento. Hablaba la lengua de los naturales y realiza-
yos, ricos, pobres, damas, hermosas, afeadas, seo- ba su misin acompaado de sacerdotes predicado-
ras, esclavas y matronas, con distincin de estados res, un notario y un fiscal.
y personas. Qu diversidad en los trages, lugares, El mtodo de extirpacin fue sistematizado por
adornos, y respetos! Abrid esos sepulcros, entros el jesuita Pablo Jos de Arriaga, quien sugiri los
por esas bvedas. Qu confusin de huesos descar- pasos que deba seguir todo visitador para eliminar
nados, horror a la vista! Montones de ceniza, en- los embustes del demonio. Arriaga particip de
jambres de gusanos, repasando el estrago (Vargas varias visitas y como resultado de su experiencia es-
Ugarte 1942: 46). cribi La extirpacin de la idolatra en el Per
Desde los plpitos de las iglesias, las plazuelas y (1621), donde compendiaba y describa las fiestas y
en los lugares improvisados dentro de las reduccio- creencias de los andinos, e indicaba la forma correc-
nes indgenas, los predicadores con sus gestos y su ta y prudente de desterrar el mal. Una vez que el vi-
palabra poderosa procuraron la felicidad eterna pa- sitador llegaba al pueblo sujeto de examen, los reli-
ra los indios, blancos, mestizos y negros, evitando giosos acompaantes predicaban a los indios luga-
que las cosas del mundo, la hereja y la ignorancia reos a fin de que perdieran temor a la autoridad
los alejaran del buen camino. eclesistica y los invitaban a reunirse al da siguien-
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Snchez-Concha
te para or una misa con sermn. Despus de llevar que se estableci en Castilla en 1478, fue instaura-
a cabo esta ceremonia, que deba concluir hacia las do en el Per por una real cdula de Felipe II, del
ocho de la maana, el visitador proceda a la bs- 25 de enero de 1569. Su instalacin oficial en Lima
queda de huacas e dolos. Luego iniciaba un preci- se produjo el 29 de enero de 1570, dentro del esp-
so interrogatorio a los hechiceros y curacas sobre ritu de la Contrarreforma. Fue su primer magistra-
las caractersticas de los demonios que los naturales do don Servando de Cerezuela y se ubic en el local
tenan por dioses. El cuestionario supona pregun- de la plaza de la Merced. Ms tarde se trasladara a
tas sobre ritos, momias, fetos, bailes, etc., vincula- la llamada plaza de la Inquisicin. La jurisdiccin
dos a sus divinidades. Todas las respuestas deban del Tribunal afincado en Los Reyes abarcaba Quito,
ser registradas minuciosamente por el notario y, ac- Charcas, Chile, La Plata y el Paraguay.
to seguido, el visitador ordenaba destruir las hua- El Santo Oficio velaba por la pureza del cristia-
cas, destrozar los dolos, quemarlos o echarlos al nismo y reprima cualquier actitud que distorsiona-
ro. En los antiguos lugares de adoracin se coloca- ra la verdad de la doctrina, como la hereja (donde
ba una cruz en representacin del triunfo del cris- inclua al luteranismo), la lectura de libros prohibi-
tianismo sobre las supercheras. Si se descubra en dos, la brujera, la quiromancia, la blasfemia, el ju-
los curanderos y los seores tnicos la intencin de dasmo y el islamismo encubiertos, la inmoralidad
ocultar informacin al visitador, eran trasquilados y en sus formas de sodoma, pederastia y bigamia, y
obligados a retractarse de sus errores y a llevar una tambin la indisciplina eclesistica. La Inquisicin
cruz al cuello, adems de salir en procesin con un estaba dirigida a todos los hombres y mujeres del
cirio en la mano y coroza (especie de mitra que reino, con exclusin de los indios, ya que ellos eran
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
habilitacin en oficios y dignidades y, finalmente, el ban a la plaza precedidos de religiosos que portaban
denigrante trabajo en las galeras (Medina 1887). una cruz negra, signo de su excomunin. Aquellos
Con el paso de los aos, la Inquisicin fue sua- acusados que haban sido absueltos eran paseados
vizando sus mtodos. En 1736 dict su ltima con- sobre caballos blancos y portando una rama de pal-
dena a muerte, ochenta aos antes de su desapari- ma. Los que reciban penas leves vestan el sambe-
cin (Hampe 1989). Las Cortes de Cdiz, de clara nito y llevaban un cirio encendido. En cambio,
influencia liberal, dictaminaron en 1813 la aboli- quienes iban a morir, adems de estar ataviados con
cin del Santo Oficio en todas las posesiones espa- el sambenito y la coroza, eran montados en as-
olas aunque, una vez en el poder, Fernando VII in- nos con las manos amarradas a la espalda. La cere-
tent sin xito reinstalar los tribunales. En el Per monia se realizaba en presencia del virrey, los oido-
la Inquisicin funcion hasta 1814 y fue definitiva- res, el arzobispo, el cabildo eclesistico y los veci-
mente abolida por el gobierno del general don Jos nos de la capital. Una vez acomodados todos los
de San Martn. dignatarios, el secretario lea las sentencias, y acto
seguido se proceda a su ejecucin (Acosta Vargas
Los autos de fe 1979).
Para los habitantes del virreinato, los autos de fe
tenan un gran contenido simblico pues a travs de Algunos procesos inquisitoriales
ellos podan presenciar el triunfo del catolicismo Procesos inquisitoriales muy sonados fueron los
sobre el pecado y, al mismo tiempo, la victoria del de fray Francisco de la Cruz, la complicidad gran-
Estado sobre los enemigos del imperio. Todos esta- de de los judos y el caso de la iluminada nge-
VIRREINATO
ban de acuerdo en que los penitenciados por el San- la Carranza.
to Oficio eran traidores a Dios y al rey, y por lo tan- El primer gran caso es el del dominico Francis-
to, merecan el peor castigo. co de la Cruz, telogo moralista, rector de San Mar-
Entre 1570 y 1820 se celebraron cuarenta autos cos y asesor de obispos y virreyes. Gozaba de fama
de fe. Estas ceremonias, destinadas a purificar las al- de santidad hasta que se amanceb con la limea
mas de los penitencia- Leonor de Valenzuela
dos, se realizaban en la (con quien tuvo un hi-
plaza de Armas de Lima, jo). Empez a presentar
frecuentemente en las alucinaciones que lo
cercanas de las festivida- condujeron a la hereja,
des importantes como siendo procesado y con-
Navidad, el onomstico denado a la hoguera en
del virrey y el primer do- abril de 1578, acusado
mingo de Adviento. Para de traidor sedicioso,
que todos estuvieran en- fautor de conjuras y al-
terados, los autos de fe zamientos contra la Pa-
se anunciaban con anti- tria, el Rey y la Iglesia.
cipacin. El da anterior, Sostena que las Indias
a las cuatro de la tarde, conformaran el Nuevo
los representantes de las Pueblo de Israel y que
rdenes religiosas y los Lima sera la Nueva Je-
oficiales del Santo Oficio rusalem. En ese mundo
salan de la capilla de la ideal, segn crea erra-
Inquisicin y se reunan damente, no habra ne-
con el vicario general de cesidad de concilios. Es-
Santo Domingo. Estas tas visiones de carcter
autoridades paseaban apocalptico se comple-
una cruz verde, smbolo mentaban con su propia
de la esperanza en el eleccin como Sumo
arrepentimiento de los Pontfice y Rey del Pe-
Un condenado de la Inquisicin con hbito penitencial y
condenados. Al da si- coroza (sombrero en forma de cono), en una acuarela limea r (Saranyana y Zaballa
guiente, los reos entra- del siglo XIX. 1995).
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Snchez-Concha
Durante la segunda mitad del siglo XVII, el caso noza 1985: 9).
de ngela Carranza fue muy comentado en todo el Todos los aos, despus de la fiesta del santo pa-
virreinato. Haba nacido en Crdoba del Tucumn y trono, los cofrades reunidos en cabildo y bajo la
lleg a la Ciudad de los Reyes para llevar una vida presidencia del capelln elegan a sus autoridades.
virtuosa. La Carranza, que gustaba de llamar la Los ms altos cargos eran ejercidos por dos mayor-
atencin, describi una serie de revelaciones que domos quienes se responsabilizaban de la celebra-
inexorablemente la condujeron a la hereja. Afirma- cin de las fiestas patronales y de la administracin
ba que le haba dicho Dios, que deca el Espritu de las cuotas pagadas por los miembros. Tambin se
Santo: que ella era hija del Padre, madre del Hijo y designaba a dos diputados cuya funcin consista
esposa del Espritu Santo, y sagrario de la Santsima en apoyar a los mayordomos procurando la concu-
Trinidad. Y que por por ser ella madre de sacerdo- rrencia de los hermanos a las procesiones; un alf-
tes, ttulo que Dios le haba dado, el hijo mayor era rez o secretario que tena a su cargo el depsito de
el Sumo Pontfice (Snchez 1993). Aquellas pala- la limosna; un procurador encargado de escoger se-
bras disparatadas convencieron a muchos habitan- manalmente a dos personas para el recojo de la li-
tes de Lima, quienes acudan a verla como si se tra- mosna; un contador y un tesorero. La cofrada esta-
tara de un orculo. Ms tarde pretendi probar el ba constituida por los hermanos veinticuatro, re-
misterio de la Inmaculada Concepcin. En 1690 el presentantes del grupo de los cofrades fundadores y
Santo Oficio la detuvo y estudi detenidamente los entre los que se designaba a las autoridades; y final-
largusimos escritos donde aseguraba estas patra- mente los hermanos menores, que aportaban eco-
as. Los inquisidores, como era de esperar, conclu- nmicamente pero estaban eximidos de ocupar car-
yeron que sus proposiciones eran unas injuriosas, gos en la cofrada (Garland 1994).
escandalosas e impas, y otras arrogantes y presun- Las cofradas de mayor importancia se ubicaban
tuosas. El parecer del tribunal influy en el pueblo en Lima. A mediados del siglo XVII existan sesen-
limeo y la supuesta beata cay en descrdito. Fue ta y dos cofradas, de las cuales veinticinco eran de
condenada en diciembre de 1694 a salir en auto con espaoles, dieciocho de indios y diecinueve de ne-
coroza, a reclusin perpetua en el recogimiento gros y mulatos (Snchez-Arjona 1981). Las ms an-
de Nuestra Seora de las Mercedes y a abjurar p- tiguas fueron la del Santsimo Sacramento (1539) y
blicamente de todo cuanto haba manifestado en el la de la Veracruz (1540) fundada por Francisco Pi-
convento de Santo Domingo. Para cumplir con la zarro. Luego se fundaron la de San Jos de carpinte-
ltima penitencia, debi ser protegida por las auto- ros (1560), la de la Virgen del Rosario (1564), la de
ridades, pues la multitud que se senta defrauda- San Crispn y San Crispiniano de indios zapateros
da quiso lincharla. (1577), la de Nuestra Seora de la O (1588), la de
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
LAS MONJAS
VIRREINATO
y porque podan salir de sus casas, aunque hubo ca-
sos en que grupos de beatas se convirtieron en mon-
Retrato de sor Mara Bernarda, quien fundara en Lima, en
jas regulares y fundaron conventos (Lockhart 1710, el monasterio de Jess, Mara y Jos, de hermanas
1982). clarisas capuchinas.
Hacia finales de la dcada de 1560, ya existan
conventos de monjas que permitan el acceso a una habitar en celdas cmodas, a veces de dos plantas,
vida recoleta. A estos cenobios ingresaban mujeres con recmaras y antecmaras amobladas de sillones
de todos los estratos sociales necesitadas de paz o y escritorios, y ornamentadas con cuadros, alfom-
de algn medio de subsistencia. Frecuentemente, el bras y macetas. Dichas habitaciones contaban ade-
padre era quien elega una o varias de sus hijas pa- ms con un bao y un pequeo huerto (Snchez
ra el enclaustramiento. Otras veces la reclusin con- 1993).
ventual permita encubrir escndalos familiares o Los conventos femeninos llegaron a ser, en pala-
huir de la mala fortuna y la maledicencia social. s- bras del virrey conde de Superunda, pequeas re-
te fue el caso por ejemplo de doa Menca de Sosa, pblicas (Basadre 1980: 89). A pesar de las diferen-
esposa del rebelde Francisco Hernndez Girn, y de cias sociales, todas las monjas estaban de acuerdo en
su madre doa Leonor de Portocarrero, quienes es- adorar a Cristo a travs de la oracin y en trabajar
cogieron el retiro religioso para escapar del oprobio. para obras de bien como la educacin de las nias.
Doa Menca, apodada la bella mal maridada, La vida econmica de los cenobios dependa de
fund en Lima el monasterio de la Encarnacin en las dotes en metlico, tierras y casa que entregaban
1561, el primer convento del Per. las religiosas al elegir el matrimonio mstico, pero
Los monasterios fueron diseados como ciuda- tambin de sus labores, es decir, de la venta de sus
des dentro de la ciudad virreinal. El trazo de sus ca- trabajos de bordado y de la preparacin de dulces,
lles, la estructura de sus edificios y la suntuosidad que en algunos casos fue la principal fuente de in-
de sus capillas, hacan los monjos semejantes a una gresos y en otros la nica (Olivas 1990).
urbe en miniatura. Cada convento posea su propio Los conventos de mayor fama durante el virrei-
gobierno que recaa en la priora o abadesa, pero nato fueron los de La Encarnacin, El Prado, La
existan adems una serie de cargos como los de te- Concepcin, Descalzas de la Concepcin, Santa Ro-
sorera, bibliotecaria y sacristana. Al otro lado de la sa de Santa Mara y Las Nazarenas en la ciudad de
escala monacal las freilas menos favorecidas cum- Lima; Santa Clara y Santa Teresa en el Cuzco; Santa
plan con las funciones propias del servicio doms- Catalina en Arequipa; el de las Carmelitas Descalzas
tico. Aquellas que ingresaban con una buena dote en Trujillo; y el de Santa Clara en Huamanga (Puen-
gozaban de ciertos privilegios como los de poder te Candamo 1962).
605
Snchez-Concha
El 2 de octubre de
1580 se efectu la
ceremonia
solemne de la
fundacin del
monasterio
dedicado a Santa
Catalina de
Siena, en
Arequipa, con el
nombre de
VIRREINATO
Nuestra Seora
de la Gracia. En
la imagen, la
denominada plaza
de la fuente.
LOS SANTOS DEL PER Los santos y beatos aparecen en el Per a fines
del siglo XVI. En esta poca, y durante la primera
Los santos, beatos y siervos de Dios, y las mlti- mitad del siglo XVII, coexisten varios, por cierto en
ples expresiones de santidad del Per virreinal, se distintas generaciones. Los ms renombrados fue-
enmarcan dentro del espritu del catolicismo mili- ron los peninsulares Santo Toribio de Mogrovejo,
tante de la Contrarreforma que buscaba imgenes San Francisco Solano, San Juan Masas, el venerable
vivas que alentaran la fe. De esta manera, los san- Pedro Urraca de la orden de la Merced, el mrtir
tos que vivieron en el reino del Per no slo lleva- agustino Diego Ortiz, el franciscano fray Juan G-
ban una vida de tribulaciones personales, defen- mez, los siervos de Dios Diego Martnez y Juan Se-
dindose de las tentaciones mundanas, ayudando a bastin de la Parra ambos de la Compaa de Je-
los necesitados y profetizando sucesos; ellos deban ss, los limeos Santa Rosa de Lima y San Martn
obrar milagros en vida y despus de muertos. Los de Porras y la beata arequipea sor Ana de los n-
milagros formaban parte de la vida cotidiana y esta- geles Monteagudo.
ban destinados a la comunidad donde vivan y ha- Posteriormente, despus de 1650, florecieron
ban nacido (Brading 1991: 366). En tal sentido los hombres entregados a la santidad, como los crio-
hombres o mujeres de vida virtuosa eran tambin llos jesuitas Francisco del Castillo y Juan de Alloza,
figuras pblicas, un ejemplo a seguir por la socie- los espaoles Francisco Camacho de la orden Hos-
dad para alcanzar su salvacin. Eran conocidos y pitalaria de San Juan de Dios y el indio chiclayano
escuchados por los habitantes de las ciudades quie- Nicols de Aylln. Con sus vidas ejemplares logra-
nes asistan a sus prdicas y colaboraban con sus ron demostrar que la salvacin estaba al alcance de
trabajos piadosos. Su fama de virtud era tan grande todos.
que a sus exequias concurran desde el virrey hasta
los esclavos, y la multitud pugnaba por arrancar Santo Toribio de Mogrovejo
un fragmento de sus vestidos para guardarlo co- Toribio Alfonso de Mogrovejo y Quiones, natu-
mo reliquia. ral de Mayorga (Len) y nacido en 1538, era un
606
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
tlica. Fue canonizado en 1726 por Benedicto XIII,
quien lo compar, por su labor, con San Carlos Bo-
rromeo, arzobispo de Miln. En 1983 el Papa Juan
Pablo II declar a Santo Toribio de Mogrovejo Pa-
trono de todos los obispos de Amrica Latina.
607
Snchez-Concha
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
chor de indgenas, negros y blancos pordioseros. con los rigores del ayuno y la penitencia. El gran
Por su fama de excelente enfermero, las autoridades empeo que puso en el trabajo conventual motiv a
civiles y eclesisticas lo buscaban para pedirle cura- que el obispo de Arequipa, Pedro de Ortega Soto-
cin. Dicen sus contemporneos que coma muy mayor, la nombrara priora de Santa Catalina. Cuen-
poco y que se flagelaba los muslos, pero lo que ms ta su bigrafo, el padre Alberto Clavell, que sor Ana
llam la atencin fue la intensidad de sus oraciones, muri como lo haba previsto, esto es, en absoluta
en medio de las cuales, se dice, ascenda y permane- soledad en 1686. Los habitantes de la Ciudad Blan-
ca suspendido en el aire por varios minutos. Falle- ca acudieron al monasterio para orar por ella. Diez
ci en 1639. Su velatorio fue multitudinario. El gen- meses despus se abri su atad y para sorpresa de
to, que inclua a las dos repblicas y a las castas, todos, el cuerpo de la religiosa se hallaba fresco e in-
ansiosos todos de verle por ltima vez, reuni al vi- corrupto. El Papa Juan Pablo II la beatific en 1985
rrey, los oidores y al arzobispo de Los Reyes. Varios en la ciudad de Arequipa, durante su estada en el
de los concurrentes atestiguaron que el cuerpo del pas.
donado mulato exhalaba una fragancia tan grande Tambin gozaron de fama de santidad, aunque
que embelesaba a los que se acercaban (Busto Du- no han sido an elevados a los altares:
thurburu 1992). En 1945 fue proclamado por Po
XII Patrono de la Justicia Social y recibi la cano- Francisco del Castillo
nizacin de manos de Juan XXIII en 1962. Francisco del Castillo, conocido como el aps-
tol de Lima, naci en la capital del virreinato en
San Juan Masas 1615. Perteneci a la Compaa de Jess. Al igual
VIRREINATO
El extremeo Juan Masas naci en 1585 en Ri- que San Pedro Claver, dedic su vida a la prdica
bera del Fresno. Despus de vivir una infancia y del Evangelio a los negros en la plazuela del Barati-
adolescencia pobres pas al Per para dedicarse al llo, mercado cercano a la ribera derecha del ro R-
cuidado de ganado en las afueras de Lima, aunque mac. All, con una cruz y con unas lminas y cua-
segua cultivando la vocacin religiosa. En la Ciu- dros del cielo, el purgatorio y el infierno, invitaba a
dad de los Reyes vio la oportunidad de ingresar a la los negros a la conversin. Denunci el abuso de las
vida conventual y fue aceptado como lego de la or- autoridades en torno de algunas sentencias injustas
den de Santo Domingo, donde desempe la labor que afectaban a los indios, a pesar de la posibilidad
de portero del convento de la Recoleta dominicana. de su expulsin del reino. Fue amigo personal del
San Juan Masas era amigo personal de San Martn virrey conde de Lemos y padrino de tres de sus hi-
de Porras y su forma de actuar lo asemejaba a l, jos. Muri en Lima en 1673. A este jesuita peruano
pues una de sus principales virtudes fue la caridad, se le atribuye la primera iniciativa del sermn de
que no slo la practicaba entre los seres de este las siete palabras o de las tres horas, difundido
mundo sino tambin frente a las almas del Purgato- en Hispanoamrica hasta el da de hoy (Nieto
rio, por las que rezaba sin cesar. La vida de este ms- 1992b: 115).
tico, de constantes ayunos y privaciones de sueo,
se extingui en 1645. Sus funerales convocaron al
virrey don Pedro de Toledo y Leiva, marqus de
Mancera, y al arzobispo don Pedro de Villagmez.
Pablo VI lo canoniz en 1975.
609
Snchez-Concha
Francisco Camacho
El venerable Francisco Camacho, que vio la luz
en Jerez de la Frontera en 1629, encarna al soldado
y al marino de las galeras de Cdiz; en otras pala-
bras, al aventurero mundano. Estuvo a punto de
morir al ser condenado a la horca, pero a ltimo
momento se le conmut la pena. Pas a Indias co-
mo sargento y lleg al Per donde dej la vida mili-
tar para dedicarse a la administracin de fundos.
Por indicios de desequilibrio mental, fue conducido
a una posada cercana al Baratillo, donde predicaba
el jesuita limeo Francisco del Castillo. Los sermo-
nes del ignaciano le hicieron abandonar su vida li-
bertina e ingresar a la orden hospitalaria de San
Juan de Dios a los 34 aos. Como fraile practic la
humildad y la caridad para con los pobres y enfer-
mos. Su vida de tribulaciones y de amor al prjimo
le granjearon fama de beatitud entre las autoridades
y los habitantes de la Ciudad de los Reyes. Falleci
en Lima en 1698.
VIRREINATO
Nicols de Aylln
Nicols de Aylln o Nicols de Dios representa al
indio piadoso y caritativo con sus hermanos de ra-
za. Haba nacido en 1632 en la reduccin de natu-
rales de Chiclayo, y mostr desde nio inclinacin
Nicols de Dios Aylln (1632-1677) se caracteriz por su al misticismo, lo que llam la atencin de los fran-
misticismo y enorme caridad. ciscanos y particularmente de fray Juan de Aylln,
quien lo protegi y le dio su propio apellido como
demostracin de especial afecto. Con l viaj a Li-
Pedro Urraca ma para vivir varios aos en el convento de San
El padre Urraca naci en Jadraque (Sigenza), Francisco, donde continu cultivando la oracin.
en 1583. Estudi en Quito con los jesuitas. Ms tar- Al morir su protector dej el monasterio para dedi-
de ingres a la orden de la Merced y pas a Lima, carse a la sastrera y no tard en casarse con una
donde se orden sacerdote. Fray Pedro, identificado mestiza mundana a la que hizo enmendar rumbos
con la vocacin mercedaria, sinti a lo largo de su albergando y cuidando mujeres pobres en su propio
vida deseos de contribuir con la evangelizacin de hogar. Tantas eran las ocupaciones que deba cum-
los cristianos cautivos de los moros en el norte del plir, que sus amigos llegaron a creer que posea el
Africa, pero este propsito nunca se realiz, pues su don de la ubicuidad y fue muy respetado por su pa-
destino era el Per. Sufra continuas tentaciones del pel de defensor de indios y negros frente a los pode-
demonio, pero las lograba vencer con sus rezos y ci- rosos. A su muerte, en 1677, se inici un proceso
licios. Se ataba fuertemente una cadena a la cintura. para elevarlo a los altares, pero para desgracia del
Cuentan sus bigrafos que la cadena estaba tan ce- indio virtuoso, la hereje ngela Carranza mencion
ida al cuerpo que la piel comenz a crecer sobre que en una de sus visiones apareca Nicols de Ay-
ella, y que en cierta ocasin el diablo, furioso por las lln. Ello fue motivo para que la jerarqua eclesis-
oraciones y penitencias del fraile, lo persigui por el tica detuviera su causa.
claustro para golpearlo, y milagrosamente, se abri
una pared para que se refugiara en la iglesia conti- EL CULTO A CRISTO
gua. Narran tambin que posea el don de la profe-
ca y que era un ardoroso divulgador del culto a la En un mundo barroco en el que las imgenes re-
Santsima Trinidad. La cruz con la que predicaba es saltaban por sus gestos, la presencia de Jesucristo en
hoy objeto de pblica veneracin. tallas de madera o en cuadros y paredes resultaba
610
Virreinato: Instituciones y vida cultural
un medio eficaz para emprender la evangeliza- en procesin durante el mes de octubre, ha-
cin y mantener la fe entre los espaoles. Las ciendo tres recorridos. Su devocin, siempre
representaciones cristolgicas provenientes creciente, est acompaada de una serie de
de la Metrpoli, y algunas creadas en es- tradiciones como el hbito morado que
tos reinos, generalmente estaban aso- visten las mujeres y el turrn de Do-
ciadas a los movimientos telricos y a Pepa, pastel endulzado con miel
a los siniestros. Luego de una ca- de frutas y grageas que se prepara
tstrofe, Cristo crucificado, fla- para la ocasin. El culto del
gelado o cautivo, era paseado Santo Cristo tambin congre-
en procesin por las calles de ga a los peruanos que residen
las ciudades. Sus imponentes en las ciudades de Nueva York
rayos en la cabeza, sus faldones y Miami, y constituye un sm-
entrecosidos con hilos de oro y bolo de identidad peruana.
su mirada dolorosa invitaban al Al sur de la Ciudad de los
arrepentimiento de los fieles, Reyes, en la villa de Valverde
quienes con su pecado haban de Ica, sus pobladores venera-
hecho sufrir a Jess y enfurecer ban al Cristo de Luren. Segn
a su Padre. la tradicin oral, el culto tiene
La imagen de mayor devo- su origen en una imagen de
cin en el Per es la del Seor madera de Jess crucificado
VIRREINATO
de los Milagros, conocida tam- que los franciscanos de Lima
bin como la del Santo Cristo haban pedido a Espaa hacia
de Pachacamilla, ungido como 1570. La tripulacin de la na-
patrono de la ciudad de Lima. ve que traa la talla, temiendo
En la imagen una talla en madera del siglo
A mediados del siglo XVII, una XVIII de Jess Nazareno, la que se conserva naufragar a causa de una tem-
cofrada de negros angolas que en la baslica de Nuestra Seora de La pestad, arroj al Pacfico la ca-
habitaba en el barrio de San Se- Merced, en Lima. ja que contena la sagrada fi-
bastin, mand pintar en la pa- gura. La corriente habra
red interior del recinto que los cobijaba una imagen arrastrado al Cristo encajonado hasta la costa para
de Cristo crucificado y muerto. En 1655 se produjo que finalmente llegara a manos de los franciscanos.
en Lima un devastador terremoto y el solar se arrui- Un fraile llamado Francisco de Madrigal, que en-
n, pero el muro donde estaba representado el San- tonces oficiaba de sacerdote para los iqueos, com-
to Cristo qued intacto. Los negros y los vecinos de pr la imagen pensando que su estado de deterioro
la capital atribuyeron este hecho prodigioso a un abaratara su precio. Al abrir la caja, se dio con la
milagro, y tras el te- sorpresa de hallar la
rremoto de 1687, la imagen en perfectas
figura del Cristo fue condiciones. Inme-
copiada en un lienzo diatamente despus
y paseada en andas parti a Ica traspor-
por la Ciudad de los tando la efigie a lo-
Reyes. La misma mo de mula, pero en
procesin se repiti el trayecto entre Pis-
despus del gran te- co y la villa de Val-
rremoto de 1746, y verde la bestia se ex-
los limeos recono- travi. La busc de-
cieron en el Seor de sesperadamente has-
los Milagros a su me- ta que fue encontra-
jor protector. La ima- da en Hurin o Lu-
gen del Cristo de Pa- ren. La mula no
El Seor de los Milagros, leo sobre tela por Jorge Vinatea Reinoso
chacamilla se custo- (Lima, 1924). El culto al tambin llamado Cristo de Pachacamilla quiso dar un solo pa-
dia en el templo de se origin en el siglo XVII y en la actualidad su procesin es la de so ms y no hubo
las Nazarenas y sale mayor arraigo y convocatoria del Per. persona que la obli-
611
Snchez-Concha
gara a avanzar. Los habitantes de la villa interpreta- grega fieles que vienen de todas partes del Per, del
ron la terquedad del animal como una seal del cie- Ecuador y de Colombia.
lo, por lo que se levant en aquel lugar una capilla,
que desde entonces se conoce como la del Seor de EL CULTO A MARA
Luren.
En el Cuzco, la poderosa imagen del Cristo de Los habitantes del virreinato del Per fueron es-
los Temblores data tambin del siglo XVI y, segn pecialmente devotos de Mara. Desde la conquista,
la tradicin, fue obsequiada por el emperador Car- los soldados espaoles sentan cercana su protec-
los V. Se sabe que la talla lleg a la Ciudad Imperial cin. No faltaron peruleros que durante el cerco del
desarmada y que anteriormente haba recibido los Cuzco (1535) dijeron haber visto a la Virgen desviar
nombres del Seor de las Tempestades y de la Bue- las flechas y piedras de los indios atacantes. Las ad-
na Muerte. Su aspecto es muy parecido al del Cris- vocaciones e imgenes de la Reina del Cielo son nu-
to de la Veracruz de Potos, un redentor moreno merosas. En todas las regiones haba santuarios des-
clavado en la cruz y cubierto por un faldn similar tinados a ella, y cada uno con su propia historia. Po-
al del Seor de Burgos. Su veneracin se inici du- demos citar algunas manifestaciones de culto que
rante el terremoto de 1650, cuando fue paseado en permanecen hasta el da de hoy: Nuestra Seora de
procesin para aplacar la ira de Dios y desde en- Copacabana en el Alto Per, la Virgen del Rosario,
tonces es conocido como el Seor de los Temblores la de Montserrat, la del Milagro, la de la Soledad, la
o el Taitacha Temblores. De acuerdo con las de los Desamparados, la del Carmen y la Seora de
creencias populares, cuando el Cristo termina su la Merced en Lima. Tambin deben mencionarse la
VIRREINATO
paseo para ingresar a la catedral, escoge con su mi- de Beln, la Linda, la Almudena y la de los Reme-
rada a quienes han de morir ese ao. El Seor de dios en el Cuzco, la de Chinquinquir en Caraz, la
los Temblores, el Patrn jurado del Cuzco, de la Candelaria en Puno, la de Chapi y la de
recibe como ofrenda una flor andina llama- Characato en Arequipa, la de los Dolores en
da ucchu o clavelina del Inca, que se Cajamarca, la de las Mercedes de Paita, la
coloca a sus pies en unos jarrones jun- de Guadalupe en Trujillo, la de la Puerta
to a los cuatro cirios que le iluminan en Otuzco, y la de la Asuncin en Juli
y realzan su figura. (Nieto 1993: 388).
En el norte del Per la devocin El santuario mariano ms cono-
cristolgica ms conocida es la del cido del Alto Per es el de Nuestra
Seor Cautivo de Ayabaca. Ya en Seora de Copacabana. El origen
la primera mitad del siglo XVIII de su devocin se remonta a los
exista una cofrada dedicada a primeros aos de la dcada de
dicho culto en ese pueblo de las 1580, cuando los indios de ese
serranas de Piura. Se sabe que lugar, enfrentados a una mala
la hermandad mand tallar la cosecha, decidieron reconciliar-
imagen a escultores proceden- se con Dios a travs de la funda-
tes de Loja. La figura fue termi- cin de una cofrada dedicada a
nada en 1751 y ubicada en el al- la Virgen bajo la advocacin de
tar mayor del templo de Ayaba- la Candelaria. Relata el agustino
ca. Una vez ms, como ocurre Alonso Ramos Gaviln que un
con varios Cristos y Vrgenes de natural llamado Titu Yupanqui
Hispanoamrica, su origen se se ofreci a labrar la imagen, pe-
atribuye al cuidadoso trabajo de ro el resultado de su trabajo fue
dos ngeles que bajo la aparien- rechazado por considerarse de
cia de artesanos tallaron de tama- muy feo aspecto. Despus de pa-
o natural la efigie del Seor, de sar por una serie de tropiezos, el
pie, vestido con una tnica prpu- indio pudo finalmente presentar
ra y con las muecas atadas. Su mi- una hermosa imagen y se atribuy
rada que refleja tristeza no deja de entonces su belleza a la intervencin
ser imponente y severa. Cada Inmaculada, pieza policromada en del Todopoderoso. El 2 de febrero
setiembre, el Seor Cautivo con- piedra de Huamanga del siglo XVIII. de 1583 la figura entr solemne-
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
Rubn Vargas Ugarte es el ms notable santuario
de la sierra del Per.
Nuestra Seora de Cocharcas en un leo sobre lienzo con
aplicacin de pan de oro de 1767.
III
LA CIUDAD: ESCENARIO DE LA VIDA VIRREINAL
La ciudad era el centro de la vida virreinal y el es- ca servan de puertos; Potos y Huancavelica se de-
cenario donde trascurra todo lo cotidiano, desde el dicaron a la extraccin de minerales; Lambayeque,
diario chismorreo de sus habitantes y el bullicio que Ica, Jauja y Caman fueron ciudades de paso; Caja-
producan mercachifles y negros aguadores, hasta el marca y Santiago de Chile destacaron por la agricul-
terror causado por los movimientos telricos o por tura y ganadera; tambin llamaron la atencin Saa
un posible desembarco de corsarios. Desde las pla- en las cercanas de Lambayeque por sus frtiles
zas de armas, edificios institucionales, templos y campos aledaos; Juli por el trabajo misional de los
conventos, mercados y alhndigas, casonas solarie- jesuitas; y Trujillo y Arequipa que articularon res-
gas, y dems edificaciones, se articulaba la economa pectivamente el comercio del norte y del sur del te-
y el comercio, se administraba la justicia, se propa- rritorio virreinal.
gaba la fe y sobre todo se controlaba el territorio Toda urbe se fundaba en sitios apropiados para
conquistado. La ciudad transform en muy pocos la vida en comunidad, vale decir, tomando en con-
aos las formas de vida en el espacio andino. sideracin buenos vientos, la disponibilidad de
Cada ciudad cumpla distintas funciones. As, aguas y dehesas, bosques cercanos, tierras fecundas,
Lima, Huamanga y el Cuzco eran urbes de ubica- indios proclives al trabajo y un buen puerto, si se
cin estratgica; Paita, el Callao, Pisco, Islay y Ari- eriga en la costa.
613
Snchez-Concha
esta ciudad lambayecana fue prcticamente arrasada en 1720 por una inundacin. llas, alhndiga, rastro y tinguez, y
amplias alamedas (diseadas duran-
Las ciudades del Per se edificaron con la forma te el perodo borbnico), adems de casonas con
de un tablero de ajedrez. Alrededor de la plaza ma- grandes huertos, gozando de los servicios laborales
yor o plaza de armas se ubicaban la casa del cabil- que podan ofrecer los indios de su reduccin de
do, la iglesia mayor o la catedral. En las esquinas del Santiago del Cercado. En suma, era una interesante
cuadriltero desembocaban dos series de calles pa- combinacin de ciudad seorial, soberbia y altane-
ralelas y perpendiculares entre s. Los cruces de es- ra, y a la par jacarandosa y pcara. La razn de este
tas vas daban como resultado espacios cuadrados o interesante fenmeno radicaba en la convivencia de
rectangulares, conocidos como manzanas, cada nobles, grandes dignatarios, arzobispos y magistra-
una de ellas dividida en solares sobre los que se dos, con indios, mestizos y castas, que daban a Los
construan las viviendas. A tajo abierto, en medio Reyes un ingrediente de gracia y a veces de irreve-
de cada calle, haba acequias cuya agua proceda de rencia. Quizs por eso nunca pudo ocultar sus sen-
ramales del ro ms cercano. Los habitantes de las timientos, ya que mostraba su ms profunda alegra
ciudades podan refrescar su vista con las alamedas en las fiestas de recibimiento a los virreyes y en los
o paseos pblicos arbolados, que en das calurosos carnavales, as como su ms sincero arrepentimien-
ofrecan a los moradores un lugar de recreo. to durante la Semana Santa o despus de que acae-
Era tambin una caracterstica de las localidades ca un terremoto.
urbanas del virreino tener en sus cercanas barrios Adems de Lima, la ciudad del Cuzco cumpli
especiales para la repblica de indios o reducciones un papel muy importante. La antigua capital del Ta-
en las que se cobijaba a los naturales que cumplan huantinsuyo constituy el gran centro desde donde
tareas dentro de la ciudad. Estas poblaciones ind- se emprendieron las jornadas de conquista hacia
genas eran ubicadas fuera de las ciudades, pero Chile y los Andes orientales. La Ciudad Imperial
siempre estaban anexadas a ellas. fue edificada de manera singular y casi nica en to-
Por cierto, algunas poblaciones como Lima y da Amrica, pues los espaoles la erigieron sobre el
Trujillo fueron amuralladas para defenderse de las trazado incaico, aunque luego de la rebelin de
temidas insurrecciones de negros e indgenas y de Manco Inca se juzg conveniente modificar la ubi-
las incursiones extranjeras por el litoral (Cspedes cacin de sus casas principales y ampliar sus calles.
1983). Sin embargo, los cimientos y la parte inferior de los
Lima, o la Ciudad de los Reyes, fue la primera edificios pertenecen a la poca de los incas. Otra
gran urbe con una poblacin que super los 50 mil transformacin de su espacio interno fue la concen-
habitantes. Como capital del virreinato era la sede tracin de la poblacin indgena en el barrio de San
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
decapitacin del in-
ca Tpac Amaru I.
Tampoco por el El robo de la Santa Eucarista, leo sobre lienzo (1711) que recuerda un robo sacrlego en la parroquia
descuartizamiento del Sagrario de la catedral de Lima. Cada individuo que circula en la plaza mayor representa un tipo
social de la poca, mostrando la diversidad tnica y social en la Ciudad de los Reyes.
del cacique Jos Ga-
briel Condorcanqui
(Tpac Amaru II). La trayectoria cultural de la vio contra el medio ambiente tambin se agudizaba
antigua capital incaica y su particular mestizaje ar- por las guairas u hornillos de las minas que en
tstico se expresan en su renombrada escuela pict- ciertas ocasiones hacan del aire algo irrespirable.
rica, reconocida en casi toda Sudamrica. Los pinto- Las canchas o casas de paja de los indios que tra-
res de la Escuela Cuzquea gozaron del aprecio de bajaban como peones se ubicaban a cuatro cuadras
los poderosos y los prelados que los contrataban pa- de la plaza mayor, y eran tantos los aborgenes que
ra enaltecer sus casonas y templos, como fue el ca- a veces tenan que dormir a la intemperie.
so del obispo Manuel de Mollinedo y Angulo
(muerto en 1699), quien embelleci la ciudad du-
rante su episcopado y ejerci su mecenazgo sobre
los pintores de este movimiento.
Una ciudad distinta y necesaria de describir fue
la Villa Imperial de Potos, cuya poblacin lleg a
los 100 mil habitantes, aunque algunas fuentes cal-
culan cerca de 160 mil. La extraccin de plata la
convirti en una localidad de incesante trfico, en la
que trajinaban mulas, burros y llamas cargados de
lea o de mineral. Las calles, a diferencia de otras
poblaciones del Per, seguan direcciones arbitra-
rias e irregulares, pues muchos de sus moradores
crean que la riqueza de las minas sera efmera, y
por lo tanto no se preocuparon por disear un tra- La ciudad del Cuzco en un grabado de Antoine du Pinet,
zo definitivo y ordenado. Los suburbios mostraban 1564. Gran parte de los grabados sobre esta ciudad, al menos
cerros de basura tan altos como edificios, que con los correspondientes a los dos primeros siglos de presencia
espaola, estn inspirados en imgenes idealizadas de la
los braseros que encendan los vecinos para abrigar- ciudad, sin mucha correspondencia con su arquitectura y
se durante la noche contaminaban el aire. Ese agra- distribucin espacial.
615
Snchez-Concha
616
Virreinato: Instituciones y vida cultural
dores, quienes por votacin realizada cada primero a Espaa a solicitar alguna merced para su ciudad.
de enero, nombraban dos alcaldes: uno de vecinos y Finalmente, el escribano redactaba y llevaba el libro
otro de ciudadanos. Contrariamente, los regidores de actas, y gracias a este funcionario ha sido posible
podan servir en el cabildo por un tiempo mayor y reconstruir aspectos novedosos de la historia polti-
en algunos casos de por vida, constituyendo el cuer- ca de varias ciudades del virreinato del Per.
po de regidores perpetuos. Esta modalidad de go- Las sesiones del cabildo eran cerradas, pero en
bierno urbano responda a que las ciudades fueron casos de gravedad se declaraba cabildo abierto y
en un principio el lugar de residencia de los con- poda asistir toda la vecindad para discutir y resol-
quistadores victoriosos. ver los problemas citadinos. En los cabildos abier-
Los alcaldes gobernaban la ciudad, pero adems, tos se manifestaba la soberana popular.
con la asesora de letrados, actuaban como jueces
de primera instancia, tanto en lo civil como en lo EL PODER DE LA FIESTA
penal. Sin embargo sus fallos eran apelables ante el
corregidor, quien a fin de cuentas representaba la Las ceremonias oficiales en que se recordaba al
persona del monarca. monarca y a la familia real por su onomstico o
Por su parte los regidores, que en Lima llegaron muerte, el arribo de un nuevo vicesoberano o el
a ser ocho y en otras urbes cuatro o seis, se repar- triunfo de Espaa sobre sus enemigos eran excelen-
tan las labores edilicias mediante cargos especiali- tes ocasiones para recalcar la supremaca del orden
zados. El primero de todos, el alfrez real o regidor virreinal. Desde una ptica religiosa, las festividades
decano, hidalgo de nacimiento, era el que paseaba cumplan una funcin pedaggica y evangelizadora
VIRREINATO
el pendn de la ciudad en su aniversario y durante que consagraba el cuerpo social a Dios, y en las que
el recibimiento del nuevo virrey. El fiel ejecutor, co- todos podan y deban participar. Por su parte, otras
mo su nombre lo indica, ocupaba su tiempo hacien- celebraciones y fiestas de carcter mundano sirvie-
do cumplir las rdenes del cabildo, vigilando el or- ron ms bien para distraer y dar curso a la alegra de
nato pblico, el buen estado de los alimentos y el los habitantes del virreinato.
abastecimiento de los almacenes de grano. Durante el perodo que tratamos, las fiestas reli-
No todos los componentes del cabildo tenan giosas fueron muy numerosas. Adems de los do-
que ser necesariamente regidores. El alguacil mayor, mingos, la Iglesia a travs de sus concilios limenses
custodio del orden pblico, haca las veces de gen- haba establecido para los indios y los espaoles
darme o polica y rondaba la ciudad a partir de las fiestas de guardar como el da de Reyes, la Semana
ocho de la noche para prender malhechores. El al- Santa, San Pedro y San Pablo, la Natividad de la Vir-
calde de la Santa Hermandad cabalgaba en el campo gen, las Pascuas de Navidad, y la fiesta del Corpus
y en los alrededores de las urbes persiguiendo sal- Christi, al parecer la de mayor importancia.
teadores, bandoleros y negros de palenques, evitan- Fue el virrey Francisco de Toledo quien dispuso
do as peligros para los viajeros. El procurador era que los fieles de las dos repblicas e incluso los es-
una suerte de embajador designado por los regido- clavos, conmemoraran cada junio el Corpus Chris-
res para recibir al virrey, y en caso necesario viajaba ti en todo el reino del Per. Los moradores del vi-
Escena de la
procesin del
Corpus Christi en
el Cuzco, en un
lienzo del siglo
XVIII. La fiesta
religiosa del
Corpus Christi
era una de las
ms importantes
del Per virreinal.
617
Snchez-Concha
rreinato eran llamados a formar parte del Cuerpo los abundantes manjares. La fecha era siempre oca-
del Seor y acompaaban al Santsimo Sacramento sin para que repicaran las campanas de los templos
en procesin, siendo ste llevado bajo palio por las y se dispararan salvas de can. Por la noche la ca-
autoridades civiles y religiosas. Segn anota Juan sa del virrey se volva a abrir para ofrecer un refres-
Antonio Suardo (clrigo curioso que refera da a co a los notables de la Ciudad de los Reyes. El re-
da los acontecimientos de Lima en la poca del gocijo por el cumpleaos del rey culminaba con bai-
conde de Chinchn), en las vsperas del Corpus se les y diversiones pblicas como las justas de caballe-
prendan luminarias y muy ricas invenciones de ra, los fuegos artificiales y las corridas de toros.
fuegos en la plaza de Armas. En Potos, dada la ri- Las justas de caballera seducan a la aristocracia
queza de sus vecinos, la fiesta del Corpus Christi citadina trayendo a la memoria contiendas deporti-
destacaba por sus fastos. El escritor criollo Bartolo- vas de origen medieval. El juego de caas fue el tor-
m Arzans de Orsa deca en 1735 que en la ciudad neo ms difundido y congregaba en las calles y pla-
del Cerro Rico la celebracin reuna a las quince zas pblicas a muchsima gente para contemplar c-
parroquias de la villa, cuyos habitantes no escatima- mo dos improvisados jinetes se arrojaban mutua-
ban gastos para financiar el pomposo desfile de su mente lanzas de fibra vegetal seca, protegindose el
cofrada y la imponente elegancia de los santos de cuerpo con adargas. A consecuencia de estas escara-
su devocin. En estas competencias por presentar la muzas, era frecuente que alguno de los contendores
mejor ofrenda a la Eucarista, se lleg a gastar fortu- resultara herido.
nas (Acosta Vargas 1979). Otra manifestacin caballeresca estaba represen-
En el Cuzco, las celebraciones del Corpus fue- tada por los juegos de alcancas y de sortija. Los
VIRREINATO
ron igualmente pomposas tal como la iconografa primeros eran torneos en los que dos competidores
de la poca lo demuestra. En la capital de los incas montados a caballo se lanzaban bolas de barro, re-
esta fiesta representaba a Cristo como vencedor llenas de cenizas o de flores, que tenan el tamao
frente a los dolos andinos. El Corpus cuzqueo te- de una naranja y se destrozaban al estrellarse con-
na como escenario la plaza del Wakaypata en la que tra los escudos. En el segundo juego no se suscita-
desfilaban las imgenes de los santos de mayor ve- ba un enfrentamiento frontal. Cada jinete deba en-
neracin, como el apstol Santiago, San Sebastin y sartar la punta de su lanza en una sortija que pen-
San Cristbal, acompaados de carros alegricos, da de una cuerda haciendo gala de destreza en el
comparsas, danzarines y caciques descendientes de manejo del arma. Tanto para el juego de las al-
los incas ostentosamente vestidos con uncus y dia- cancas como en las justas de sortija, los partici-
demas. El Corpus Christi lleg a su mximo esplen- pantes eran galardonados con laureles, flores y pi-
dor en el ltimo tercio del siglo XVII, durante el as de plata. A imagen y semejanza de las justas
obispado de don Manuel de Mollinedo y Angulo, medievales, los caballeros ofrecan los premios ob-
prelado que mostr un especial inters por la evan- tenidos a alguna dama que se hallaba observando
gelizacin a travs de las manifestaciones artsticas el divertido espectculo.
(Bernales 1982). No faltaron tampoco los fuegos artificiales, que
Las fiestas civiles tuvieron otra finalidad, como daban colorido y magnificencia a las celebraciones,
asegurar la lealtad al monarca de parte de los sbdi- y mucho menos los castillos que se encendan por
tos del virreinato y hacer sentir cercana su presencia el onomstico del rey o en los das de carnaval. Es-
a travs de los vicesoberanos. Por cierto, las festi- tas efmeras estructuras pintaban sobre el oscuro
vidades civiles no excluan aspectos religiosos, ya fondo de la noche figuras de dragones e hipogrifos
que por lo general se iniciaban con misas solemnes que dejaban boquiabierta a la multitud plebeya.
en las iglesias mayores de las ciudades ms impor- Las corridas de toros se llevaban a cabo en con-
tantes. El da del natalicio del rey era festejado de memoraciones especiales y tambin durante la Pas-
acuerdo con esta costumbre, pues comenzaba por la cua de Reyes, San Juan, Santiago, el da de la Asun-
maana con una misa en la catedral de Lima, con- cin de Mara o cuando algn potentado pretenda
tando con la asistencia del virrey, la Real Audiencia, agasajar a sus amistades. Las faenas se realizaban en
los cabildos civil y eclesistico y los vecinos ms re- las plazas mayores, y hubo que esperar hasta bien
nombrados. Luego, en el palacio virreinal se ofreca entrado el siglo XVIII para que se ofrecieran en pla-
un opparo almuerzo durante el cual los oradores zas cerradas. Las corridas eran los lunes y no los do-
que tomaban la palabra elogiaban las virtudes del mingos como en la actualidad, pues la Iglesia no de-
soberano, mientras los convidados disfrutaban de seaba que los fieles faltaran a misa por una diver-
618
Virreinato: Instituciones y vida cultural
sin mundana. Las faenas eran ocasin para que los EL YANTAR Y LA COCINA
indios bebieran en exceso y desafiaran las corna-
mentas de los bravos ejemplares, lanzndose al La ciudad como centro de la vida cotidiana fue
ruedo como espontneos. En 1630 la situacin en- testigo de las artes culinarias de sus moradores
fad tanto al virrey conde de Chinchn, que lleg a blancos, indios, mestizos y negros y de la paulatina
prohibir a los naturales su presencia en la fiesta bra- incorporacin de los distintos aportes, que a la lar-
va so pena de varios azotes. ga dieron nacimiento a la actual cocina peruana.
De todas las fiestas profanas, la que ms alegra- Los espaoles en el Per tuvieron una dieta que
ba a los habitantes de las ciudades virreinales era la inclua todos los alimentos posibles trados de la pe-
celebracin del tiempo de carnaval, perodo en el nnsula y tambin integraron algunos productos
que se inverta el mundo y se liberaban las tensio- originarios. Pero dicha asimilacin no fue inmedia-
nes contenidas a lo largo del ao (Acosta Vargas ta, pues hubo de pasar tiempo para que se eviden-
1979). En los carnavales conflua toda la diversin ciara en los potajes y en el paladar. Los soldados de
y la alegra de la vida. El desfile de carros alegricos la hueste pizarrista vinieron acompaados de algu-
inundaba las calles de gente. La aparicin de mue- nas cabezas de ganado vacuno, porcino, caprino y
cos con enormes cabezas o papahuevos hacan de ovino, el pan cazabe, la harina de trigo, los garban-
esta festividad una ocasin para rer a caquinos. El zos, las habas, el aceite y el vino, adems de frutas
carnaval era la diversin por la diversin, la fiesta como las manzanas, las naranjas y los higos. Pero
por excelencia. Miembros de todas las castas en estos mismos peruleros supieron adaptarse a los ali-
comparsas y enmascarados o con el rostro maquilla- mentos aborgenes como el maz, el charqui o carne
VIRREINATO
do se lanzaban mutuamente alcancas y aguas de llama y las frutas autctonas.
perfumadas, pero no faltaron quienes baaban a sus En 1548 ya se haba multiplicado el ganado que
contrincantes con lquidos malolientes. Frecuente- arrib con los primeros conquistadores inicindose
mente aquellas graciosas contiendas terminaban en la venta masiva de carne de res en el rastro de Li-
batallas campales que dividan a la ciudad en ban- ma, que ms tarde ofreci una gran variedad de pro-
dos, como lo atestigua amargamente un habitante ductos. Las urbes virreinales pronto imitaron a la
de Potos en 1656. El vecino afirmaba que estaba capital, abriendo este tipo de mercados (Valega
impedido de caminar por las calles, ya que las mal- 1939: 330).
ditas carnestolendas, ms son para calladas que pa- Para el siglo XVII se multiplicaron los cerdos y
ra declaradas por las venganzas que en ellas hacan la manteca pudo sustituir al aceite de oliva aun du-
unos y otros, adems de rante la cuaresma. Slo en
jugarse toros y otras in- el valle de Chancay, a
venciones y diversiones, principios de dicha centu-
armaban escuadrones de ria, se llegaron a criar ms
barrios unos contra de cinco mil puercos. La
otros (Lpez Cantos grasa de este animal sirvi
1992: 134). para la preparacin de
Dentro de las urbes, una variedad de frituras
las peleas de gallos en ca- dulces y saladas como los
lles y corrales comple- buuelos, conocidos en
mentaban el cuadro de Lima con el nombre de
los pasatiempos. Las con- picarones.
tiendas gallsticas eran
comnmente anunciadas
por negros propagandis- Detalle que muestra el palacio
de los virreyes y la plaza
tas, que portaban jaulas mayor, en 1680. Este lienzo es
con las aves de pelea en uno de los pocos testimonios
su interior y por indios pictricos sobre la ciudad, tal
que tocaban chirimas y como ella luca en el siglo
XVII, aos antes del
encendan cohetes para
devastador terremoto del 20 de
llamar la atencin de los octubre de 1687. Tomado de
taimados apostadores. Serrera 1992.
619
Snchez-Concha
El pescado en sus diversas especies (sardinas, como el man, el huevo moye, las mazamorras sua-
anchovetas y pejerreyes) se consuma mucho en la ves y figuras de almendra en forma de frutas, tam-
poca de cuaresma, acompaado de vinagre, aguar- bin fueron vendidos por las freilas. Lo que ocu-
dientes, mistelas, arrope, pasas e higos secos. rra en los catorce monasterios de Los Reyes se repi-
En un principio no hubo suficiente importacin ti con variantes en los cenobios de Trujillo, Cuzco,
de trigo, y el pan se tuvo que elaborar con harinas Arequipa, Huamanga y Cajamarca (Glvez 1947).
de tubrculos nativos, como papa, yuca, camote y La dieta alimenticia de los indios, sobre todo los
achira. En los primeros lustros del siglo XVII, el tri- de la sierra, inclua tubrculos y cereales, tales co-
go ya era cultivado en los valles de la costa peruana mo papas, olluco, maz, mishua, quinua, y tambin
y se venda en las alhndigas. Debido a pobres co- carne de auqunidos y cuyes. Los aborgenes de la
sechas (atribuidas al terremoto de 1687), los habi- costa recurran a los camotes, yucas, llacn, achira,
tantes del virreinato peruano comenzaron a impor- man, zapallo, arracacha, aj, pallares, pescados y
tar el trigo de Chile. Cierto o no, la dificultad de aves (Romero 1939). Pero todos desde Piura hasta
proveerse de materia prima para el pan se hizo de- el Alto Per coincidan en beber chicha de maz y
finitiva tras el sismo de 1746. despreciar la leche.
En las ciudades del Per se coma tres veces al Los indgenas tambin se adaptaron a la nueva
da. Al desayuno le llamaban almuerzo, al almuer- oferta de ingredientes y combinaron su antigua die-
zo, comida y a la comida, cena. El buen diente de ta con aves de corral y carneros, sin abandonar su
los peninsulares y criollos supona platos abundan- aficin por el olluquito con charqui, las pachaman-
tes. Por ejemplo, el clrigo Juan Antonio Suardo re- cas (original forma de asar los alimentos bajo tie-
VIRREINATO
lata un banquete ofrecido en 1630 al arzobispo Her- rra), el consumo de carne de llama y peces de ro.
nando Arias de Ugarte en el monasterio limeo de En la costa hubo una mayor tendencia a la combi-
la Concepcin, que consisti nada menos que de 64 nacin de comidas, como los famosos picantes, que
diversos platos e innumerables dulces preparados fueron perfilando una cocina mestiza.
por las mismas monjas. La alimentacin de los negros esclavos estaba
Entre los siglos XVII y XVIII se consagr el pu- constituida por las sobras de las comidas de sus
chero como el plato ms contundente de todos. Es- amos, por lo general, vsceras, tripas e hgado y
te potaje inclua carne de vaca, tocino, cecina, coles, otros restos, que permitan con ingenio preparar los
papada de puerco, salchicha, patitas de chancho, re- famosos anticuchos. Estos remanentes de carne se
lleno, yucas, pltanos, membrillos, camotes, gar- ensartaban en palitos de caa, o se les frea en su
banzos, arroz con achiote molido y sal. Todos estos propia grasa, para lograr unos sabrosos chicharro-
ingredientes se hacan cocer en agua y a fuego len- nes. Tambin se asociaba a los negros con los tama-
to, durante un lapso de cuatro a seis horas. Era la les y las humitas, que eran pasteles de harina de
comida ms completa (Fuentes [1867] 1925). maz a los que se aada trozos de puerco y gallina.
Acercndose a la mitad del setecientos, era co- En muchos casos los libertos para proveerse de su
mn que en las mesas de los espaoles y criollos se propio sustento salan a venderlos por las calles de
sirviera la sopa teloga, el puchero, el pato en que- Lima y de otras ciudades de la costa donde predomi-
reque, el pavo relleno, las gallinas asadas, la cara- n la esclavitud africana. Estos platos eran la base de
pulcra, las torrijas, el man y la empanada. Por cier- lo que ellos mismos conocan como el bitute. A
to, todo regado con los aromticos vinos de Pisco, mediados del siglo XVIII en las haciendas costeas
Ica y Moquegua (Valega 1939: 329). los esclavos se alimentaban de frijoles y harina de
A pesar de la existencia de panaderas en Lima maz, que condimentaban a su gusto con un guiso
(cuyos habitantes tienen hasta la fecha fama de dul- llamado zango y con charqui, adems de beber el
ceros), los conventos de monjas monopolizaron du- guarapo o licor de melaza (Dvalos 1932: 192).
rante toda la poca virreinal la preparacin de con- Es importante anotar que los afroperuanos eran
fites, tanto pastillas como mazapanes y pastas de al- sirvientes y cocineros en las casas de la ciudad de
mendras. Cada convento limeo tena su propia es- Los Reyes, Trujillo e Ica y de otras urbes cercanas al
pecialidad y su estilo: las pastas en la Encarnacin; litoral, y se alimentaban mejor que los esclavos de
las nueces en el Prado y el Carmen; las humitas y ta- las haciendas. Las negras citadinas de casonas y mo-
males (reproducciones de las viandas criollas en nasterios tambin coman provechosamente cuando
pastas de almendra) de Santa Catalina; y los frijoles eran estimadas y se las destinaba para vender los
colados de Jess Mara (Olivas 1990). Otros dulces dulces elaborados por las religiosas.
620
Virreinato: Instituciones y vida cultural
IV
LA DEFENSA: EL BRAZO ARMADO DEL REINO
VIRREINATO
proyectos, haba propuesto la creacin de un ejrci-
to del reino, pero dicho plan fracas debido al te-
mor del gobierno metropolitano ante un movimien-
to separatista, a la oposicin de los letrados que no
deseaban competencia profesional, y a la indiferen-
cia de los peruleros que preferan organizar sus
huestes por cuenta propia (Vega J.J. 1981: 260).
En su reemplazo fue organizado un ejrcito pa-
laciego de cuatrocientos miembros conocido como
la Guardia del Reino, conformada por tres cuerpos
con sueldo anual. El primero de ellos era la Compa-
a de Lanceros, que reuna a cien gentilhombres.
El segundo estuvo constituido por la Compaa de
Arcabuceros que se haba creado en tiempos del vi-
rrey Antonio de Mendoza (1551-1552), y el tercero
fue la Compaa de Alabarderos. Con el paso de los
aos los integrantes de dicho destacamento perdie-
ron su sueldo, pero a manera de compensacin fue-
ron gratificados con un asilo de veteranos por el se-
gundo marqus de Caete (1589-1596).
La Guardia del Reino contaba con una sala de ar-
mas que haba creado don Andrs Hurtado de Men-
doza, ubicada en un recinto del palacio virreinal. La
sala, que reuna arcabuces, picas, piezas de artillera
y plvora, fue paulatinamente enriquecida por los
sucesivos virreyes con la adquisicin del ms nove-
doso armamento.
Durante el siglo XVII se constituyeron los cuer-
pos de milicia, que se reunan slo ocasionalmente,
sobre todo cuando los corsarios amenazaban con
desembarcar. Este ejrcito improvisado y temporal Durante la gestin del virrey Jos Antonio Manso de Velasco
(1745-1761), conde de Superunda, se produjo un evidente
no contaba con ningn sistema de adiestramiento. mejoramiento de la organizacin militar.
621
Snchez-Concha
y Junient (1761-1776). Sin embargo, algunas dca- pues los magistrados pensaban que sta dara pie a
das antes del arribo de este gobernante podemos ha- otras mayores.
llar buenos ejemplos, como la creacin del servicio Como se esperaba, en noviembre de 1553 estall
de resguardo de puertos en el tiempo del prncipe una gran rebelin liderada por Francisco Hernn-
de Santo Buono (1716-1720). dez Girn, que se extendi por un buen sector del
Con la llegada del virrey Jos Antonio Manso de sur del territorio peruano, y que termin en diciem-
Velasco (1745-1761) se dejaron ver notables mejo- bre de 1554 con la decapitacin del caudillo, a
ras en la organizacin castrense. Por aquellos aos quien la Audiencia juzg como traydor a la Coro-
ya se pudo hacer ostensible la existencia de un ejr- na Real. La dimensin de las acciones de este re-
cito regular. El primer lugar de esa gran hueste lo belde fue tan grande que la imagen de Girn qued
ocupaba la guardia del vicesoberano y luego el ba- presente por muchos aos en la memoria colectiva
talln de milicias formado por 1 112 soldados dis- de los habitantes del virreinato (Busto Duthurburu
tribuidos en doce compaas. El historiador Juan 1984).
Jos Vega complementa nuestra informacin al ex- Despus de Hernndez Girn, el movimiento in-
plicarnos que la caballera estaba compuesta por surgente que ms llama la atencin es el dirigido
ocho compaas de blancos, con 443 hombres; tres por Lope de Aguirre, quien se autocalificaba como
de indios, con 150; ocho de pardos, con 453 y siete el traidor. La rebelin que dirige contra el rey y
de morenos, con 100 plazas. El comercio tena seis que estalla durante la segunda navegacin del Ama-
compaas, con 299 soldados infantes. La infantera zonas (1561) pretenda desligar el Per de Espaa.
de indios llegaba a los 900 efectivos, repartidos en Por cierto, estos regios sueos separatistas se esfu-
VIRREINATO
dieciocho compaas. Los pardos, en nmero de maron en Barquisimeto, luego de que el capitn
300, formaban seis compaas de granaderos y, fi- Garca de Paredes diera muerte a Aguirre.
nalmente, existan ocho compaas con 392 more- A fines del siglo XVI, cuando el poder de las au-
nos libres, todas de infantera (Vega J.J. 1981: toridades virreinales estaba totalmente consolidado,
282). se produjo una rebelin de caracter antifiscal. En-
tre las instrucciones que recibi el virrey Garca
LAS REBELIONES DE ESPAOLES Hurtado de Mendoza (hijo de don Andrs), mar-
qus de Caete (1589-1596), estaba la de aumentar
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se produjo las rentas reales e implantar la alcabala, adems de
una serie de levantamientos encabezados por miem- pedir a los sbditos un donativo gracioso para
bros de la repblica de espaoles (que inclua a los mejorar la arruinada economa espaola despus de
criollos) contra la autoridad virreinal, y aunque tu- la guerra contra Inglaterra y el desastre de la Arma-
vieron distintas causas, todos coincidan en ser juz- da invencible. La imposicin de este tributo, que
gados como una manifestacin de la tirana contra entr en vigencia el primero de enero de 1592, cre
el orden y el buen gobierno. Las rebeliones de espa- un clima de malestar en Lima y motiv la aparicin
oles constituan un medio para analizar las tensio- de pasquines insolentes.
nes existentes entre la autoridad virreinal y el loca- El desagrado fue mayor en Quito, cuyo cabildo
lismo de algunos seores que sentan violados sus se levant en torno a su procurador Alonso Bellido
derechos y pretensiones. As por ejemplo, desde Moreno. La Audiencia de Quito, que tema las acti-
muy temprano, despus de que el pacificador Pedro tudes de los cabildantes, pidi auxilio al vicesobera-
de la Gasca llevara a cabo el reparto de Huaynarima no. El marqus de Caete inmediatamente envi
y se voceara la supresin del servicio personal de los una hueste de sesenta soldados al mando del gene-
indios, varios descontentos acaudillaron motines ral Pedro de Arana, quien sigilosamente se encasti-
que fueron reprimidos y sus cabecillas ajusticiados. ll en Guayaquil. Curiosamente el levantamiento
En el Cuzco en 1551 se alzaron los vecinos no fue aplacado por Arana sino por un hombre de
Francisco de Miranda, Alonso de Barrionuevo y leyes, el licenciado Esteban Maran, nombrado vi-
Alonso Hernndez Melgarejo; en Lima en 1552 se sitador de la Audiencia de Quito. Maran, letrado
debel el motn de Pedro Alonso de Hinojosa (mal verstil y de sangre fra, aparentando ejercer justicia
conocido como el de Luis de Vargas por ser ste el blanda con los amotinados, permiti a los caudillos
acusado); en Charcas, en 1553, la revuelta de Sebas- hablar sobre sus derechos. Maran supo persuadir
tin de Castilla que fue secundada por la de su ase- al pueblo de Quito para que aceptara las alcabalas,
sino Vasco Godnez atemoriz a la Real Audiencia y una vez logrados sus propsitos, conden a muer-
622
Virreinato: Instituciones y vida cultural
te a los insurrectos con la pena del agarrotamiento. do el juicio cuando se hizo presente en Lima Gaspar
La historia registra este suceso, sofocado en abril de de Salcedo con regalos y tesoros para comprar los
1593, como el motn de las alcabalas (Vargas favores del vicesoberano. Pero la mxima autoridad
Ugarte 1966). orden inmediatamente que se apresara al sevillano.
La manifestacin de rebelda ms desafiante del El conde deseaba conocer a profundidad el proble-
siglo XVII fue capitaneada por los hermanos Gaspar ma de Laicacota y decidi apersonarse a esa locali-
y Jos de Salcedo, naturales de Sevilla. De los dos, el dad, llevando en su squito al corrupto minero.
primero era el ms astuto y gozaba de la populari- Tras un largo viaje que le oblig a pasar por Is-
dad que tienen los ricos benefactores. Haba servido lay y Arequipa, el conde lleg a Laicacota, en don-
en la Armada Real y luego, con gran xito, se dedi- de encontr a Jos de Salcedo ubicado en la fortale-
c a detectar posibles yacimientos mineros en la sie- za, pretendiendo ofrecerle batalla. No obstante, la
rra meridional. Perseverando en sus bsquedas, hueste que acompaaba al virrey era superior al
Gaspar de Salcedo descubri en 1657 las minas de ejrcito que Jos de Salcedo haba conformado y por
plata de Laicacota, que lo convirtieron en un mag- este motivo los hombres del rebelde se negaron a lu-
nate. Los Salcedo fueron a mediados del seiscientos char. Salcedo no tuvo mayor remedio que rendirse.
los hombres ms ricos del Per y posiblemente de Acto seguido, Lemos orden que se ahorcara a los
Amrica. La buena fama de los sevillanos se exten- cabecillas y se desterrara a los revoltosos que le ha-
di cuando contribuyeron con dinero en el debela- ban seguido. Jos de Salcedo fue condenado a mo-
miento del motn de los mestizos de La Paz en rir agarrotado y luego decapitado. Su hermano Gas-
1661. par corri mejor suerte gracias a su fortuna, pues
VIRREINATO
Adems de la amenaza que representaba para logr a travs del soborno a la Corona que sta le
Laicacota la revuelta de los mestizos, exista al inte- conmutara la pena capital de la horca por la del des-
rior de este centro minero un conflicto tnico entre tierro (Busto Duthurburu 1993).
vizcanos y andaluces. Gaspar y Jos de Salcedo Los sucesos militares de mayor importancia que
apostaron por los ltimos. Es- podemos registrar entre los
ta opcin los llev a tomar po- espaoles al ingresar en el si-
sesin del lugar, lo que trajo glo XVIII, son los que acau-
funestas consecuencias. Los dill el magistrado panameo
desmanes obligaron a las au- Jos de Antequera y Castro,
toridades virreinales a enviar quien adems de jurista era
funcionarios que frenaran a caballero de la orden de Al-
los sevillanos, pero stos con cntara y un erudito en litera-
su inmensa riqueza neutrali- tura clsica.
zaban todo acto fiscalizador. En 1721, cuando Anteque-
Su poder econmico los haba ra ocupaba el cargo de fiscal
ensoberbecido tanto que se protector de los indios ante la
creyeron los dueos de Laica- Audiencia de Charcas, se le
cota. Es ms, los Salcedo le- encomend la tarea de investi-
vantaron una fortaleza y ar- gar y juzgar al gobernador del
maron 600 hombres para de- Paraguay, Diego de los Reyes
fender sus supuestos domi- Balmaceda, a quien los comu-
nios. Ello era un insulto para neros y el cabildo de dicho lu-
el rey (Basadre 1945). gar acusaban de corrupto.
El nuevo virrey don Pedro Nombrado juez pesquisidor,
Fernndez de Castro, conde el letrado lleg a Asuncin,
de Lemos (1667-1672), que
arrib al Per para ordenar el
reino, se propuso terminar A Pedro Fernndez de Castro, conde
con esta manifestacin de de- de Lemos (1667-1672), le toc
sobediencia, abriendo un pro- enfrentar la rebelin de los
hermanos Salcedo en Laicacota, y
ceso judicial contra ambos no dud en trasladarse hasta el
hermanos. Ya se haba inicia- lugar de los hechos para debelarla.
623
Snchez-Concha
tom posesin del gobierno de la provincia y apre- donar la lucha. Al doctor Antequera no le qued
s a Reyes Balmaceda para abrirle juicio. No obs- mayor remedio que huir, pedir el amparo de la Au-
tante, el antiguo gobernador no estaba solo, conta- diencia de Charcas y posteriormente viajar a Lima
ba con el apoyo de algunos vecinos y el de los jesui- para explicar a Castelfuerte y a los oidores la razn
tas de las misiones. En pleno proceso contra el des- de su conducta. Al llegar a la Ciudad de los Reyes,
honesto funcionario, el magistrado recibi la noti- en abril de 1726, fue apresado. El caso del magistra-
cia de que deba reponerlo en el mando. Aquellas do tuvo que ser sometido a la decisin del Consejo
malas nuevas le parecieron tan extraas que no las de Indias, cuyos miembros lo hallaron culpable de
lleg a asumir como verdaderas. lesa majestad, y por lo tanto reo de muerte.
Jos de Antequera no dej en libertad a Reyes, En Lima, los oidores, la Universidad de San Mar-
pero ste huy hacia las misiones jesuticas para pe- cos, el cabildo y el pueblo intercedieron por el ma-
dir refugio y utilizar la ayuda de los sacerdotes de la gistrado ante el virrey. Castelfuerte, decidido a eje-
Compaa. Con la poblacin indgena armada, Re- cutar la sentencia del Real Consejo, conden a Jos
yes pudo librarse de la justicia que el legista pana- de Antequera a la pena capital. Finalmente, el 3 de
meo quera ejercer sobre l. Antequera se mostra- julio de 1731 fue decapitado a pesar de los tumul-
ba implacable y hasta cruel con sus vencidos, y lo tos que protagonizaron los limeos contra la intole-
peor de todo era que la orden de reposicin de Re- rancia del vicesoberano (Busto Duthurburu 1993).
yes no se trataba de una falsificacin.
El entonces virrey don Jos de Armendriz, mar- LAS REBELIONES DE INDIOS
qus de Castelfuerte (1724-1736), hombre de ca-
VIRREINATO
rcter duro e intransigente que jams permitira la Al margen de la victoria del virrey Francisco de
tirana de Antequera, dispuso el inmediato movi- Toledo sobre Tpac Amaru I en 1572, triunfo que
miento de las tropas acantonadas en el fuerte de evidenci el predominio poltico y militar de los
Montevideo. Enterados de la proximidad de esta hispanos, hubo en los Andes una serie de movi-
soldadesca, los hombres del jurista decidieron aban- mientos que reclamaban el retorno del soberano In-
ca. Dichas manifestaciones religiosas, conocidas co-
mo el Taqui Onqoy, Moro Onqoy y Yanahuara, ate-
morizaron a la repblica de espaoles y fueron una
clara muestra de resistencia indgena, manteniendo
en alerta a las autoridades virreinales. Estas de-
mostraciones de mesianismo andino, que proclama-
ban el retorno del inca como elemento cohesiona-
dor, fueron perdiendo fuerza paulatinamente has-
ta casi extinguirse (Pease 1992). Sin embargo el
mestizo Ramrez Carlos en 1620 incit a los indios
en la tierra de los chunchos a levantarse y reinstau-
rar el gobierno de los emperadores quechuas.
A lo largo de toda la poca virreinal se produje-
ron sucesivos levantamientos acaudillados por los
curacas contra las vejaciones de los funcionarios,
especialmente los corregidores. Anular el abuso en
Baltazar de el pago del tributo y el trabajo forzoso en las minas
la Cueva fueron las demandas ms generalizadas de estos
Enrquez,
conde de movimientos antifiscales. En 1623 se rebelaron en
Castellar, el Alto Per los indios de Larecaja y Omasuyos, lo
sucedi en el que oblig a la retirada de los corregidores de aque-
cargo al
virrey conde llas poblaciones. En 1632, por causas similares, es-
de Lemos en tall otra rebelin en Tucumn, que tuvo resonan-
1674 y dos cias entre los uros o chocumas que habitaban en la
aos despus
encar una regin suroeste del lago Titicaca (Vega J.J. 1981).
rebelin de Ms tarde, en tiempos del conde de Castellar
los uros.
(1676), los uros volveran a sublevarse.
624
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
le los homenajes propios de un inca, ya que fue car-
gado en andas y reverenciado como un soberano del
Tahuantinsuyo. Esas manifestaciones andinas de
respeto alarmaron a los oidores de Quito, quienes
consideraron a don Alonso un personaje peligroso
que en cualquier momento podra rebelarse contan-
do con el apoyo de los naturales. La sospechosa si-
tuacin de Arenas motiv su traslado al corregi-
miento altoperuano de Paria (Pease 1992).
La muerte del conde de Santisteban en 1666, hi-
zo que el gobierno del Per recayera en la Audien- Diego Benavides y de la Cueva, conde de Santisteban, quien
cia por veinte meses. La incompetencia de los oido- falleciera en Lima en marzo de 1666, agudizando con su
res en el poder permiti el afloramiento de hondos muerte el clima de desgobierno y miedo colectivo causado por
las continuas rebeliones indgenas.
problemas sociales. Como dice Guillermo Loh-
mann: Estaba el virreinato perdido, y la autoridad
tan menospreciada, que no haba camino seguro crueldad. Gabriel Manco Cpac corri mejor suerte,
[], bandas de salteadores salan a los caminos a pues logr huir hacia Huancavelica (Pease 1992).
robar impunemente, y ni aun en las casas se hallaba Las pesquisas que se realizaron al final de esta temi-
resguardo (Lohmann 1946). da rebelin, que nunca lleg a estallar, arrojaron re-
En ese clima de desgobierno y miedo colectivo sultados inesperados: el supuesto armamento con-
se descubri una conspiracin indgena contra Li- sista tan slo en tres rsticas hondas (Nieto
ma, cuyo principal caudillo fue un nativo que astu- 1992b).
tamente jugaba con la simbologa incaica y se haca El curaca campa Fernando Torote, aliado con los
llamar Gabriel Manco Cpac; segn se rumoreaba piros y mochobos, se levant contra los misioneros
haba congregado a ms de tres mil naturales arma- franciscanos, ya que la prdica de estos frailes y su
dos entre Huachipa y Oropesa para matar a los ha- presencia entre los hombres de su pueblo perturba-
bitantes de Los Reyes. Aliado con caciques proce- ban el ejercicio de su poder. El jefe campa sorpren-
dentes de Cajamarca, Lambayeque, Huancavelica, di y dio muerte a un grupo de religiosos de San
Cuzco y Moquegua, dara el golpe de gracia el 6 de Francisco a orillas del ro Tambo, en mayo del ao
enero de 1667, pero las desavenencias entre los in- de 1724.
surgentes frustraron el ataque. Los seguidores del l- En 1730, en la localidad de Oropesa (Cocha-
der no tardaron en ser capturados y ejecutados con bamba), el presunto fraude del visitador Miguel Ve-
625
Snchez-Concha
nero de Valera, a quien se le haba encomendado el moro, supo escabullirse en medio de la selva sin de-
empadronamiento de tributarios, motiv un levan- jar rastro alguno. El levantamiento de Ignacio Toro-
tamiento regional. Venero de Valera fue acusado de te es un antecedente importante de la insurreccin
omitir en su registro a todos los que pagaban un cu- de Juan Santos Atahualpa.
po (Vega J.J. 1981). El odio hacia el burcrata au- En 1739 Juan Vlez de Crdoba, miembro de una
ment cuando corri la voz de que deseaba empa- distinguida familia moqueguana y descendiente de
dronar a los mestizos. La corrupcin del funciona- Huscar, se levant en Oruro contando con el apoyo
rio hizo estallar la ira del platero mestizo Alejo Ca- de varios curacas y personajes de abolengo imperial
latayud, hombre influyente entre los de su condi- como Juan Bustamante Carlos Inca. El mensaje se-
cin racial y entre los indgenas. Calatayud y sus paratista de Vlez de Crdoba que pretenda restau-
amotinados soltaron a los presos y apedrearon las rar el rgimen del Seor de los Cuatro Suyos no
casas de los vecinos ms conocidos por su servilis- se diriga nicamente a los indios, sino tambin a los
mo hacia los peninsulares. Al observar que los des- criollos: deseaba retornar al gobierno de los incas,
manes podran continuar hasta convertirse en un pero con un sistema erigido a imagen y semejanza
movimiento irrefrenable, el dirigente decidi, bajo de las monarquas europeas. El lder arga que los
ciertas condiciones, acordar la paz con el cabildo de naturales estaban tiranizados por los espaoles y vi-
Cochabamba. El virrey Castelfuerte consider la viendo poco menos que esclavos. Al igual que el
aceptacin de dicha tregua un acto de debilidad de movimiento de Gabriel Manco Cpac, la insurrec-
los cabildantes y orden la inmediata captura y eje- cin de Vlez de Crdoba (que debi estallar el 8 de
cucin de Alejo Calatayud, el que fue ajusticiado el julio de 1739) fue reprimida por las autoridades an-
VIRREINATO
31 de enero de 1731 (Busto Duthurburu 1993: tes de que se manifestara (Vega J.J. 1981).
199). La rebelin indgena ms importante anterior a
Ignacio Torote, hijo del ya mencionado Fernan- la de Jos Gabriel Condorcanqui Tpac Amaru fue
do y cacique de Catalipango, continu con las mis- la de Juan Santos Atahualpa. Entre 1742 y 1751, es-
mas fechoras de su padre. Destruy en 1737 dos te caudillo andino, que se haca llamar Apu Inca
misiones franciscanas establecidas en su jurisdic- y era natural del Cuzco (aunque tambin sealan
cin cacical, una en Catalipango y la otra en Sono- algunos historiadores que haba nacido en Amazo-
moro, adems de asesinar a varios miembros de la nas o en Cajamarca), puso en aprietos a las fuerzas
orden serfica. El Per era gobernado en ese enton- de la Corona. Al momento de la rebelin tena cer-
ces por el marqus de Villagarca (1736-1745), ca de treinta aos y su estatura era ms que media-
quien nombr generales de su hueste a los capita- na, color plido amestizado, fornido de miembros,
nes Pedro Milla y Benito Troncoso, gobernadores de el pelo cortado al modo de los indios de Quito, la
las fronteras de Tarma y Jauja, respectivamente barba con algn bozo y su vestido con una cushma
(Valcrcel 1975: 26). Pero el lder indgena fue ms pintada, adems de llevar un crucifijo sobre el pe-
astuto porque a pesar de todas las medidas estrat- cho (Valcrcel 1975). Se sabe que hablaba fluida-
gicas como la construccin de un fuerte en Sono- mente el quechua y varios dialectos selvticos, y
que haba estudiado con los jesuitas,
de quienes aprendi el castellano y el
latn. Tambin gracias a los ignacia-
nos pudo viajar muy joven a Espaa,
Francia, Inglaterra y Angola.
La insurreccin de Juan Santos tu-
vo como objetivo la unin de las tri-
bus de la selva central para luchar
contra la opresin de los espaoles y
la imposicin por parte de los misio-
626
Virreinato: Instituciones y vida cultural
neros de rudos trabajos a los indios. El rebelde bus- segundo dej Oxapampa y tom el camino de Qui-
caba la restauracin del imperio de los soberanos miri, fue sorprendido en Nijndaris y derrotado por
del Cuzco y logr la adhesin de los fieros simirin- los aborgenes (Valcrcel 1982).
ches, piros, campas, shipibos, andes, amages y cori- En 1750 Llamas dirigi una nueva expedicin
bas. Es interesante mencionar que hubo rumores de por Monobamba, que fue paralela a otra que pene-
connivencia entre Juan Santos y los ingleses. tr a la ceja de selva por Tarma. La finalidad de am-
Juan Santos ubic su cuartel general en el Gran bas empresas era la de destruir los contingentes de
Pajonal y asign funciones militares al curaca Ma- Santos Atahualpa ubicados en Eneo. Pero, una vez
teo Assia y a su cuado el negro Antonio Gatica, ms, las emboscadas del alzado tuvieron xito. Las
dictando una serie de normas para organizar los ata- tropas de Llamas sufrieron numerosas bajas. Al ao
ques. Sus primeras vctimas fueron los habitantes siguiente Juan Santos tom Sonomoro y en 1752 sa-
de las misiones franciscanas. Los insurrectos conti- que Andamarca. Ello determin que el virrey con-
nuaron con sus desmanes y destruyeron veinticinco de de Superunda diera fin a todo intento de acabar
pueblos. Los frailes de la orden de San Francisco con esta gran rebelin. El levantamiento, adems de
trataron por todos los medios de dialogar con el desanimar a los evangelizadores, dej un inmenso
caudillo, pero ste hizo odo omiso. territorio en manos de los nativos, que hizo peligro-
El virrey marqus de Villagarca, al enterarse de so transitar en esos parajes, y un sentimiento de
los asesinatos del insurrecto cacique, envi tropas frustracin en los militares y las autoridades polti-
para capturarlo. Las operaciones tcticas de la sol- cas del reino.
dadesca espaola fueron dirigidas entre 1742 y Los ltimos aos del sublevado constituyen has-
VIRREINATO
1745 por los conocidos Pedro Milla y Benito Tron- ta la fecha un misterio, pues se pierden en leyendas
coso, quienes gozaron del apoyo de algunos curacas de corte mesinico. Al parecer muri en Metraro li-
amigos. Ambos deban conducir sus huestes a Qui- brando una batalla contra un cacique adversario,
sopango, pasando por Quimiri y Sonomoro (Valcr- pero los indios de la selva creen que volver algn
cel 1975: 28). De los dos capitanes antes menciona- da a reinar y destruir a sus enemigos (Valcrcel
dos slo Troncoso obtuvo cierto xito en la lucha 1975).
contra los indios. Finalmente debemos hacer referencia a la rebe-
En Quimiri, el ejrcito del virrey levant un lin que conmovi Huarochir en 1750, acaudillada
fuerte y dej en l sesenta hombres al mando del ca- por los indios Antonio Cabo, Pedro Santos, Francis-
pitn Fabricio Bertholi. Enterado Juan Santos de la co Inca y Miguel Surchac. Anteriormente estos re-
existencia de un reducto hispnico, trat de persua- beldes haban recurrido al apoyo del donado fran-
dir a Bertholi para que se rindiera, y como el oficial ciscano fray Calixto de San Jos Tpac Inca, quien
no lo hizo, areng a su gente para atacarlo. El alza- deca descender de Tpac Inca Yupanqui. l haba
do destruy Quimiri el primero de agosto de 1743 llegado a la misma corte del monarca para presen-
y dio muerte a todos los leales a la Corona. tarle su Representacin rendida y lamentable que toda
Luego del triunfo de Quimiri, Santos Atahualpa la nacin indiana hace a la magestad del rey seor de
logr el apoyo de la indiada de la sierra y la ocupa- las Espaas y emperador de las Indias don Fernando
cin del valle de Chanchamayo. Ello trajo como VI. El memorial de fray Calixto peda entre otras co-
consecuencia varios intentos espaoles por nego- sas que los indgenas pudieran poseer y disponer li-
ciar la paz, pero la astucia poltica del supuesto des- bremente de sus bienes, que se cumplieran las leyes
cendiente de Atahualpa fue mayor. de proteccin a los naturales, que se liberara el co-
Al asumir el mando el virrey Jos Antonio Man- mercio andino de las cargas tributarias y que se ad-
so de Velasco (1745-1761) se disearon nuevas es- mitiese a los aborgenes a las rdenes religiosas y
trategias. El vicesoberano orden al general Jos cargos eclesisticos (Pease 1992). Sin embargo, la
Llamas y al antiguo gobernador Benito Troncoso or- finalidad de los conjurados era la de restaurar el im-
ganizar las nuevas operaciones militares. Esta vez se perio de los incas, matar a los espaoles y tomar Li-
buscara el apoyo de los misioneros jesuitas. No ma para convertirla en la capital de ese rgimen. Se
obstante, las entradas para capturar a Juan Santos acord que el 29 de junio se atacara la Ciudad de los
resultaron un fracaso, pues se emprendieron en Reyes, pero varios de los amotinados fueron delata-
tiempos de lluvia, en los primeros das de 1746. Lla- dos, apresados y ejecutados un mes despus. Entre
mas y Troncoso avanzaron paralelamente: el prime- los condenados a muerte figuraban Miguel Surchac
ro parti por Huancabamba al Cerro de la Sal, y el y Antonio Cabo. Pedro Santos y Francisco Inca lo-
627
Snchez-Concha
graron huir. Este ltimo, al observar que los espa- conquistar, poblar y colonizar un rea ignota. Ser-
oles se retiraban y no continuaban las persecucio- van como un excelente medio para abrir paso a las
nes, tom Huarochir, asesin con crueldad al co- misiones evangelizadoras y a la fundacin de ciuda-
rregidor y a todos quienes estaban a su servicio, y des. Los capitanes generales de las huestes explora-
cort los puentes que unan Huarochir con Lima. doras contribuan en este sentido con el ensancha-
Enterado el virrey conde de Superunda de los miento de la cristiandad, detectando buenos cami-
desmanes del indio revoltoso, encarg al marqus nos para llevar la palabra sagrada a los indgenas.
de Monterrico dirigir las tropas del reino, y captu- Desde el punto de vista social, las entradas res-
rar a Inca y sus secuaces. La decisin del vicesobe- pondan a la necesidad de solucionar el problema
rano se complement con una eficaz estrategia: in- del exceso poblacional y el descontento de muchos
dultar a los rebeldes exceptuando a los caudillos. soldados que vean frustradas sus aspiraciones de
As las cosas, la hueste virreinal pudo coger con fa- botn. Despus de cada campaa de guerra civil, las
cilidad al levantisco lder. Francisco Inca y sus pa- entradas se convirtieron en un recurso para gratifi-
niaguados fueron condenados a muerte, y a manera car a los soldados victoriosos y para desterrar a los
de escarmiento para los indios, se les cort las ma- vencidos. Los guerreros de ambos bandos tenan la
nos para que al verlas, se acorte la de los atrevi- oportunidad de tentar riquezas ocultas en pases
mientos (Valcrcel 1975: 32). maravillosos, y contribuir con el reconocimiento de
Por su parte, Pedro Santos que haba podido un territorio hasta entonces desconocido. En pala-
huir, fue capturado en Saa y ejecutado inmediata- bras de la poca estas empresas militares permitan
mente. As termin la rebelin de Huarochir, que desaguar, aflojar, descargar y desencantar la tierra
VIRREINATO
los historiadores relacionan con la de Juan Santos de elementos que podran poner en peligro la esta-
Atahualpa, pues al parecer los cabecillas de este mo- bilidad poltica del gobierno hispnico.
vimiento insurgente deseaban unirse a la gran rebe- Las entradas se iniciaron en el Alto y Bajo Per,
lin selvtica. en 1534, y se realizaron de forma casi continua has-
ta las primeras dcadas del siglo XVII. Dentro del
LAS ENTRADAS: UNA FORMA DE perodo que nos ocupa, debemos mencionar que el
RECONOCIMIENTO TERRITORIAL pacificador Pedro de la Gasca promovi jornadas
como la de Macas, comandada por Hernan-
Las armas iban de la mano con el do de Benavente (1548), la tercera de
control poltico del territorio a Bracamoros por Diego Palomino
travs de las entradas, que con- (1548), la de Yaquiraca por
sistan en empresas militares Alonso de Mercadillo (1549),
de descubrimiento y con- y la segunda del Tucumn
quista, que salan a explo- por Juan Nez de Prado
rar regiones desconoci- (1549). Tambin sabe-
das en las cuatro direc- mos que se llevaron a ca-
ciones cardinales y en bo, bajo el patrocinio de
todas las geografas Gasca, la entrada de
posibles. Las entradas, Mira por Rodrigo de
que tambin recibie- Salazar, el Corcovado,
ron los nombres de y la del oscuro caudillo
jornadas, cabalga- Martn de Mira. Aun-
das o simplemente que no se puede sealar
expediciones, constitu- con exactitud la fecha
yeron ampliaciones me- de aquellas incursiones,
nores de la gran conquis- sabemos que se llevaron a
ta del Per (Snchez-Con- cabo en tiempos de este go-
cha 1991). bernante (Busto Duthurbu-
Las entradas estaban basa- ru 1984).
das sobre una poltica de ocu-
pacin del espacio que escalonada Lope de Aguirre en un apunte de Germn
y paulatinamente buscaba descubrir, Surez Vrtiz (Lima, 1942).
628
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
lvarez Maldonado una expedicin hasta el confn taza y Tigre. Riva-Herrera fund los pueblos de San-
de los Mojos, llanos ubicados al oriente del Alto Pe- tander de la Nueva Montaa, Santiago de las Monta-
r. Maldonado, fundador de El Bierzo, descubri el as, Concepcin de Jivitos, El Rosario, El Triunfo de
ro Madre de Dios en 1568. la Santa Cruz y Lamas (Riva-Agero 1983).
En tiempos del virrey Martn Enrquez de Al- En la dcada de 1680, el virrey duque de La Pa-
mansa (1581-1583), el capitn Martn Hurtado de lata dispuso que los capitanes Antonio de Vera y
Arbieto (que haba sido capitn general en la guerra Diego Porcel de Pineda emprendieran la entrada al
de Vilcabamba contra el inca Titu Cusi Yupanqui y Gran Chaco para pacificar a los indios alzados de
su hermano Tpac Amaru) fue premiado con la en- aquel territorio. La jornada result un fracaso por
trada de Manares y Pilcozones. Fund entre estos la tctica de tierra arrasada que emplearon los na-
ltimos el pueblo de Jess de los Pilcozones. turales.
Entre 1615 y 1616 el capitn Pedro de Leagui
entr por los Andes de Chuquiabo para terminar LA ESCUADRA VIRREINAL
con la resistencia de los indios de esa zona y fundar
los poblados de San Juan del Oro. En 1620 continu La Escuadra virreinal o Armada del Mar del Sur
la conquista Pedro Recio de Len, quien explor la compuesta de navos, galeones, galeras y berganti-
regin del Beni y fund entre los Lecos el pueblo de nes, tuvo su origen en la famosa Armadilla de To-
Santa Mara de Guadalupe (Vega J.J. 1981). Ruy ledo, creada en 1579 por el vicesoberano del mis-
Daz de Guzmn, el conocido autor de La Argentina, mo nombre, para perseguir al invasor ingls Francis
capitane una entrada a los chiriguanos en 1617. El Drake. Las principales naves de esta flota sudameri-
gobernador interino de Santa Cruz de la Sierra, Je- cana, que en un inicio reuni trescientos hombres,
rnimo de Sols Holgun, dirigi una empresa con- eran la Capitana y la Almiranta. La primera iza-
tra los chiriguanos y fund el pueblo de San Fran- ba la insignia de mando que le corresponda al capi-
cisco de Alfaro. Por la misma poca de las incursio- tn general de los ejrcitos o fuerzas de tierra y mar,
nes de Recio, el capitn mestizo Ramrez Carlos en atribuciones que recaan sobre el virrey, pero que
compaa del franciscano Gregorio de Bolvar, in- delegaba a la persona que juzgara ms idnea para
gres a la tierra de los chunchos (Saignes 1985). Je- las correras martimas. La segunda nao estaba su-
rnimo de Cabrera, nieto del fundador de Crdoba, bordinada a la Capitana y llevaba a bordo al almi-
parti del Tucumn para conquistar la mtica tierra rante titular que oficiaba de asesor tcnico en asun-
de los Csares de la Patagonia, y Juan Porcel de Pa- tos de mar y de guerra (Valdizn 1980: 161).
dilla explor la regin de Tarija. Del lado septen- En el siglo XVII la escuadra fue formalizada y su
trional del Per, Pablo Durango Delgado enrumb jefatura suprema recay en el teniente del capitn
629
Snchez-Concha
general, como lugarteniente del virrey. Segn la do- Nuevo Mundo. Los puertos antes sealados paga-
cumentacin, el primero en ocupar dicho cargo fue ron caro el desinters del Consejo, pues se convir-
don Rodrigo de Mendoza, sobrino del marqus de tieron en blanco fcil de los invasores ingleses y ho-
Montesclaros. Ms tarde, en tiempos del conde de landeses. La historia de aquellas urbes registra mu-
Alba de Aliste (1655-1661), la Armada trabajara en chsimos casos de saqueos, pagos de rescate e incen-
coordinacin con la Academia Nutica, creada para dios de barcos surtos y casas principales. A excep-
la formacin profesional de los pilotos (Lohmann cin del Callao, estas ciudades portuarias siempre
1973: 47). Para fines de esa centuria la Armada per- fueron vulnerables y tuvieron que defenderse im-
di su antiguo poder, pero fue paulatinamente recu- provisando plataformas y recurriendo a los auxilios
perndolo gracias a la financiacin de los comer- militares que les eran enviados desde Lima: cao-
ciantes de la Ciudad de los Reyes. nes, balas de can, plvora, cuerdas de mecha, ca-
Los virreyes impulsaron y favorecieron el creci- rabinas, etc.
miento de la escuadra, ya que adems de dedicarse Fue tambin el virrey Toledo quien estableci
a combatir las incursiones extranjeras y patrullar las durante su mandato una guarnicin en la fortaleza
costas de Chile, tambin deba recoger azogue en el incaica de Sacsahuamn (Cuzco). El gobernante ob-
puerto de Chincha, y de all transportarlo a San serv con sagacidad que se podran aprovechar los
Marcos de Arica, donde llenaba sus naves con la antiguos centros estratgicos de los quechuas para
plata extrada de las minas de Potos de paso hacia vigilar cualquier intento de rebelin de espaoles o
las arcas fiscales de la Metrpoli. Con las naves car- de indios (Lohmann 1964).
gadas del metal argentfero regresaba al Callao y El lugar que mereci la mayor atencin de los vi-
VIRREINATO
parta hacia el istmo en marzo. Pasaba por Chrre- rreyes fue el Callao, donde se ubic desde tempra-
pe y aportaba en San Francisco de Paita; finalmente no un destacamento militar. Los continuos ataques
arribaba a Panam donde desembarcaba el precioso de los corsarios ingleses y holandeses obligaron a
cargamento, que ms tarde sera conducido a Porto- los gobernantes del Per a pensar en edificar una
belo y Cartagena de Indias, y llegara a Espaa va fortaleza especial que custodiara la capital del reino.
La Habana (Busto Duthurburu 1996). En 1615 el prncipe de Esquilache orden levantar
En la primera mitad del siglo XVIII, la Armada a manera de rompientes unas barreras, en cuyos ex-
del Mar del Sur era ya una institucin inoperante. tremos se construyeron dos baluartes de cal y pie-
Por esa razn el gobierno metropolitano, para de- dra, uno que miraba hacia la desembocadura del ro
fender las costas del Pacfico de cualquier amenaza, Rmac y el otro cerca de los almacenes reales. Para
decidi enviar embarcaciones de la propia Armada lograr una mejor defensa, el visorrey situ piezas de
espaola. Segn sealan Pablo Prez-Mallana y Bi- artillera entre ambos fuertes. El marqus de Gua-
biano Torres, cuando se promulg un cuerpo legal dalczar, sucesor de Esquilache, temiendo el bom-
en 1753 sobre las milicias y las fuerzas navales del bardeo de Jacques LHermite, mejor la fortifica-
Per, ya no se hablaba de la Armada del Mar del cin de la plaza aadindole otros recintos defensi-
Sur, sino del Reglamento para las dotaciones de la Ar- vos. Pero estas construcciones sucumbieron ante
mada Real que internaren y sirvieren en la Mar del Sur los terremotos de 1630 y 1687. De la misma forma
(Prez-Mallana y Torres 1987: 242). todos los proyectos por modificar y fortalecer el
puerto se desvanecieron con el terremoto y mare-
LAS FORTIFICACIONES moto de 1746. Justamente a raz de aquel sismo, el
virrey Jos Antonio Manso de Velasco inici en ene-
Un importante medio de defensa contra el pilla- ro del ao siguiente la edificacin de una ciudadela
je y el ataque de los corsarios fueron las fortificacio- exclusivamente militar, a la que bautiz como el
nes. Francisco de Toledo, el gran reorganizador del Real Felipe, en honor al rey Felipe V de Borbn.
virreinato, vio desde temprano la necesidad de pro- Manso de Velasco, quien ms tarde sera recompen-
teger los lugares estratgicos de la costa peruana, a sado con el ttulo de conde de Superunda, concluy
los que describa como las principales llaves de es- la construccin de las murallas de este enorme ba-
te reyno: Guayaquil, Paita, Santa, Callao, Chule y luarte, y su sucesor, don Manuel de Amat (1761-
Arica. Este Soln del Per elev al Consejo de In- 1776), se encargara de completar la fortaleza levan-
dias dichas inquietudes, pero los magistrados juzga- tando las casamatas, los torreones, la contraescarpa
ron con indiferencia que no era necesaria la cons- y los cuarteles, lo que convirti al Callao en una
truccin de edificios militares en esa regin del Troya martima (Vega J.J. 1981: 295).
630
Virreinato: Instituciones y vida cultural
En junio de 1684 el
virrey don Melchor de
Navarra y Rocafull,
duque de la Palata, dio
la orden para iniciar la
construccin de las
murallas de Lima. El
VIRREINATO
antiguo deseo de los
pobladores de Los Re-
yes se pudo materiali-
zar gracias al inters
del gobernante por
darle a la capital un es-
cudo protector, enco-
mendndose el trazo definitivo del plano al cosm- puertas y de quince baluartes, estuvo bajo la direc-
grafo mayor Juan Ramn Coninck, y la delineacin cin del fortificador e yngeniero mayor italiano
al ingeniero Luis Venegas Osorio. Para 1687 las Giuseppe Formento, y fue concluida en 1688 (Loh-
obras ya haban terminado. Una gran muralla de mann 1964).
adobe con treinta y cuatro baluartes y cinco
puertas rodeaba la urbe. Las duras crticas
de los virreyes Monclova y Castelfuerte y
del viajero francs Amadeo Frzier en torno
de la capacidad defensiva del cinturn de
barro, llevaron al sabio Pedro de Peralta
Barnuevo a proponer la edificacin de una
ciudadela fortificada, que hara de Los Re-
yes un reducto inexpugnable. Pero los pro-
yectos de Peralta, inspirados en las obras
del mariscal Vauban, no hallaron eco, y mu-
cho menos reconocimiento.
La ciudad de Trujillo tambin fue prote-
gida por murallas. El pnico sembrado por
el corsario Edward Davis que destruy la
cercana localidad de Saa en 1686 dej
siempre abierta la posibilidad de otro de-
sembarco e hizo necesaria la edificacin de
muros. La construccin, toda de adobe co- Plano de la ciudad de Trujillo que la muestra amurallada, tal como luca
en el siglo XVIII. Este plano fue ordenado hacer durante la gestin del
mo la de Lima, de trazo oblongo, de seis obispo Baltasar Jaime Martnez Compan.
631
Snchez-Concha
LAS INCURSIONES EXTRANJERAS: atesorar las riquezas de Espaa y sus posesiones ul-
INGLESES Y HOLANDESES tramarinas. Tal situacin estaba enmarcada en el
contexto de la guerra entre Isabel I Tudor y Felipe II
El virreinato peruano se vio afectado por una se- de Habsburgo, librada en las ltimas dcadas del si-
rie de incursiones de navegantes extranjeros que no glo XVI. La reina virgen se haba propuesto arrui-
reconocan el principio de exclusividad econmica nar el poder del piadoso monarca ibrico, permi-
espaola, y que perturbaron la paz de las ciudades tiendo a sus sbditos abordar las naves hispnicas
de estos reinos. Cada vez que corra la voz de un po- encalladas o en alta mar y destruir urbes, y por lo
sible ataque de ingleses u holandeses, la poblacin tanto sembrar el terror y la ruina.
sin ocultar su miedo deba improvisar la defensa del La fama de las riquezas del Per atrajo a Francis
territorio, conformando cuerpos de milicias con to- Drake, el primer corsario que aparece en las costas
dos los hombres aptos para el combate. Por su par- sudamericanas del Pacfico. Drake, natural de Ta-
te, la clereca haca tocar las campanas de sus tem- vistock (Inglaterra), era un audaz marino y comer-
plos para invitar a las mujeres, a los nios y a todos ciante negrero que le haba jurado odio eterno a Es-
aquellos excluidos de la lucha, a rezar por el triun- paa despus de que este pas le confiscara un car-
fo de los catlicos frente a los aborrecibles angli- gamento que iba dirigido a las posesiones espaolas
canos y luteranos. de Amrica. En 1567 al lado de William Hawkins
El primer ciclo de infiltraciones fue capitaneado incursion en las costas de Mxico, lo que le pro-
por corsarios procedentes de Inglaterra, navegantes porcion la experiencia suficiente para intervenir
independientes que contaban con el visto bueno de ms adelante en otras regiones del Nuevo Mundo.
VIRREINATO
su Corona para bombardear, desembarcar, saquear y En 1572 atac Panam, y al ao siguiente hizo lo
mismo en Cartagena de Indias.
Luego de participar en la campaa contra Irlan-
da, Drake decidi volver a sus tropelas. Al mando
de los buques llamados Pelican (al que ms tarde
rebautiz con el nombre de Golden Hind),
Swan, Christopher, Elizabeth y Marygold,
zarp de Plymouth en diciembre de 1577. Las em-
barcaciones muy bien artilladas recorrieron el li-
toral brasileo, penetraron el ro de la Plata y atra-
vesaron el estrecho de Magallanes. Posteriormente
asalt Coquimbo, Valparaso y Arica para avanzar
luego sobre el puerto del Callao.
El ingls se present frente al Callao la noche del
13 de febrero de 1579, atemorizando a los habitan-
tes de Lima. El entonces virrey don Francisco de To-
ledo orden la inmediata defensa del puerto. Pero la
historia dice que dos criollas, doa Menca y Mara
de Cepeda, hijas del benemrito conquistador Her-
nn Gonzlez de la Torre, plantearon una tctica
exitosa: encender candiles en las ventanas de las ca-
sas del Callao. Drake, imaginando que las luces que
se divisaban a lo lejos eran mechas de can, crey
que la urbe estaba bien dotada de piezas de artille-
ra, y temeroso decidi partir cuanto antes (Busto
Duthurburu 1993).
Una vez que el invasor huy en retirada, el vice-
soberano dispuso que los navos surtos entonces en
el Callao, Nuestra Seora de la Esperanza y el
Retrato de Francis Drake, marino y corsario ingls, uno de San Francisco, persiguieran al ingls. El capitn
los principales adversarios de la Espaa imperial del siglo general de esa improvisada armadilla sera el polifa-
XVI. Tomado de Quinn 1996. ctico Pedro Sarmiento de Gamboa. Los marinos
632
Virreinato: Instituciones y vida cultural
del virreinato lograron alcanzar a los buques de un fracaso, pues Cavendish haba huido hacia Gua-
Drake frente al cabo de San Francisco. All, el temala y Mxico, con el mismo propsito de Drake:
Nuestra Seora fue bombardeado por el Golden retornar a Inglaterra dando la vuelta al mundo.
Hind y posteriormente abordado por los corsarios. La ltima incursin inglesa del siglo XVI se pro-
Francis Drake se apoder de las barras de oro y pla- dujo en tiempos del virrey don Garca Hurtado de
ta que llenaban las bodegas del Nuestra Seora y Mendoza (1589-1596). Hawkins, tratante de escla-
que alcanzaban un valor de trescientos mil pesos, vos como su pariente Francis Drake, parti de Ply-
cantidad que le sirvi de sobra para cubrir los gas- mouth en 1593 en su buque Daintie. A principios
tos de sus operaciones y para alimentar las arcas de de 1594 ya haba cruzado el estrecho de Magallanes
su reina. para enrumbar hacia Valparaso, donde cobr un
Al mes siguiente, el aventurero ingls estaba cuantioso rescate y captur cinco barcos. En Lima
bordeando las costas de Mxico para saquear Hua- la multitud estaba atemorizada ante la proximidad
tulco y aterrorizar a los moradores de Acapulco; ac- del Achines, deformacin castellana del nombre
to seguido pas a California para reparar sus embar- del corsario isabelino. El miedo popular contrasta-
caciones. Desde este ltimo punto decidi empren- ba con la serenidad del vicesoberano, quien
der el mismo viaje de Magallanes. Finalmente, el 13 nombr capitn general de la armadilla a don Bel-
de diciembre de 1580 arrib cargado de honores al trn de Castro y de la Cueva. Richard Hawkins en-
estuario de Plymouth. Su osada marinera al dar la contr las naves del invasor frente a Chincha, pero
vuelta al mundo y los tesoros adquiridos a travs el ingls vir al poniente y eludi el enfrentamiento
del pillaje fueron mritos suficientes para que la naval. Beltrn de Castro lo persigui hasta Ataca-
VIRREINATO
misma reina Isabel I le invistiera caballero en su mes, donde le dio combate y rindi entre el 30 de
propio barco. junio y el 1 de julio, pues la accin dur dos das.
Mientras tanto el virrey Toledo, anticipando El virrey tom, en Lima, bajo su proteccin al cau-
otras posibles incursiones, encarg al antiguo capi- tivo, que se haba rendido bajo la condicin de que
tn de la armadilla Pedro Sarmiento de Gamboa, la se le respetara la vida y enviara a Inglaterra, lo que
exploracin del estrecho de Magallanes con fines de se cumpli despus, salvndolo as de la jurisdic-
colonizacin. En 1584 Sarmiento, nombrado capi- cin del Santo Oficio que reconoca a Hawkins he-
tn general del estrecho, agrup cuatrocientos colo- reje y anglicano (Busto Duthurburu 1993: 147).
nos en dos poblados, pero las inclemencias del cli- Las condiciones del corsario se cumplieron, ya
ma y el hambre diezmaron a los habitantes de dicha que luego pas a Sevilla y posteriormente a su pa-
regin austral. tria. Sabemos que despus de sus desventuradas tra-
En julio de 1586 el corsario Thomas Cavendish vesas por la Mar del Sur, Hawkins fue elegido
zarp de Inglaterra con direccin a Sudamrica al miembro del Parlamento ingls y su amor por las
mando de 123 hombres en tres barcos. Borde el correras marinas le llev a combatir contra los pi-
Brasil y la Patagonia, y ms tarde cruz el estrecho ratas berberiscos en el Mediterrneo hacia 1621. Fi-
magallnico, donde tan slo encontr 22 sobrevi- nalmente, leg a la posteridad un relato escrito so-
vientes de la fracasada colonizacin de Sarmiento. bre sus aventuras por el Pacfico.
Al llegar a Arica bombarde la urbe y apres dos En 1603, con el advenimiento de la nueva casa
fragatas. Luego avanz sobre Pisco, alejndose de reinante de los Estuardo, las relaciones entre Espa-
las costas para no ser divisado desde el Callao. En a e Inglaterra mejoraron notablemente. En 1604 se
Chrrepe logr apresar dos pequeos navos y pro- firm un tratado de paz que legaliz el comercio en-
sigui hacia Paita. El 30 de mayo de 1587 desquit tre las dos naciones. Pero esa tranquilidad fue que-
toda su furia. Al negarse la poblacin paitea a pa- brada por la presencia de los corsarios holandeses,
gar un oneroso rescate, orden bombardear, saquear llamados los pordioseros del mar, quienes apoya-
e incendiar la localidad piurana. El siguiente objeti- dos por la burguesa de Amsterdam, se lanzaron al
vo del corsario fue la toma de Guayaquil, pero en la mar con direccin a las posesiones hispnicas de
isla de la Pun fue sorprendido por ochenta hom- Amrica. Incursionaron en Puerto Rico, Portobelo y
bres procedentes de tierra firme (Gonzlez-Aller La Habana. A principios del siglo XVII se pudo di-
1994). visar naves holandesas desde la costa de Chile, co-
El virrey del Per, don Fernando de Torres y Por- mo la flota de Oliver van Noort en 1600, la que te-
tugal (1585-1589), despach la escuadra para captu- miendo ser derrotada por la escuadra virreinal, pre-
rar a los ladrones del mar, pero la jornada result firi apartarse y dirigirse a las Filipinas.
633
Snchez-Concha
tidumbre en el Per, la de Jorge Spilbergen en 1615 intencin de los invasores era ocupar el puerto de
sembr el pnico. Desde Madrid se inform caute- Valdivia, para fundar all una colonia. Ello sucedi
losamente al virrey marqus de Montesclaros en 1643. Conocedor el virrey del propsito de los
(1606-1615) del ingreso al Pacfico de este invasor intrusos, invisti a su hijo como capitn de la escua-
al servicio de la Compaa Holandesa de las Indias. dra peruana, la que deba buscar al enemigo, pero la
El vicesoberano tuvo tiempo de preparar con antici- pesquisa no tuvo xito. Temiendo otras incursiones,
pacin la defensa del reino, nombrando capitn ge- el vicesoberano orden la fortificacin de Valdivia,
neral de la armadilla a su sobrino don Rodrigo de Valparaso y el Callao.
Mendoza. El 17 de julio al mando de siete embarca- En diciembre de 1670 se intent tomar nueva-
ciones pequeas, Mendoza encontr al invasor fren- mente Valdivia. Los responsables de tal propsito
te a Cerro Azul (Caete). Despus de ocho horas de fueron Charles Henry Clerk, Oliver Belin, John For-
combate Spilbergen hizo huir en retirada a la escua- tisque, Thomas Louis y el mulato Toms de la Igle-
dra virreinal y avanz hacia el Callao, en cuya rada sia, quienes terminaron siendo conducidos a Lima y
le aguardaban los defensores del Per. Los aterrados procesados por la Real Audiencia. Tras encontrar
moradores de Lima organizaron vigilias para orar
por el triunfo de los catlicos y por el pronto aleja-
miento de los luteranos, pues se tema al desembar-
co de los holandeses. Spilbergen no puso pie en tie-
rra, aunque dispar algunas balas de can. Des-
pus de su poco exitosa expedicin prosigui a Pai-
ta. Sabemos que no lleg a incendiar este puerto
norteo y que luego enrumb a las Filipinas (Rodr-
guez Crespo 1964).
La siguiente expedicin holandesa fue dirigida
por Jacques LHermite Clerk, hombre de confianza
de Mauricio de Nassau, prncipe de Orange. Este
gobernante, que deseaba disputarle a Espaa sus
dominios americanos, envi a LHermite para hacer
el reconocimiento de los territorios virreinales, apo-
derarse de cuantas riquezas pudiera y convertir al La flota de Jacques LHermite en el Callao, donde fonde en su
Per en una colonia flamenca. LHermite zarp de rada el 8 de mayo de 1624. LHermite fallecera durante el
Amsterdam a fines de 1623, capitaneando once na- bloqueo y sera enterrado en la isla de San Lorenzo.
634
Virreinato: Instituciones y vida cultural
culpable al primero de los nombrados se le conde- con la aprobacin del vicesoberano: el San Nico-
n a muerte con la pena del garrote, la que se ejecu- ls y el San Jos, cuyo mando recay en los mer-
t en la plaza mayor en 1682. Clerk, natural de caderes vizcanos Dionisio de Artunduaga y Nicols
Saint Mal, era un fiel servidor de la Corona ingle- de Igarza. Los flamantes capitanes se encontraron
sa y su presencia en los mares australes tena por en junio de 1687 con los filibusteros muy cerca de
misin observar lugares propicios para posibles de- la Punta de Santa Elena, donde lograron derrotarlos
sembarcos (Lohmann 1973). y hacerlos huir (Lohmann 1973).
Siendo virrey del Per el obispo de Lima Mel- En 1708 el ingls Roggiers Wodes y su piloto
chor de Lin y Cisneros (1678-1681), hicieron su Guillermo Dampierre zarparon del puerto de Bristol
aparicin en la Mar del Sur los bucaneros ingleses en dos naos bien artilladas. Las fechoras de Wodes
Bartolom Sharp, John Guarlem y Edward Wolmen, en el Pacfico fueron numerosas, pues saque Gua-
quienes cruzaron a pie el istmo de Panam y se apo- yaquil, atemoriz a los habitantes de las urbes de la
deraron de dos navos ubicados en las afueras del costa mexicana y a la altura de California captur el
puerto de Perico, para emprender una travesa de- galen de Manila. El virrey marqus de Castell dos
predadora hacia el meridin. Una efectiva embosca- Rius (1707-1710) orden a la Armada que diera el
da de los lugareos de Tumaco, acaudillada por don encuentro a los ingleses y los capturara, pero las
Juan de Godoy y Prado, termin con la vida de va- medidas fueron tomadas demasiado tarde, pues los
rios invasores y la de Wolmen. Por su parte Sharp y depredadores ya haban emprendido el camino de
Guarlem avanzaron hacia el litoral chileno con la regreso a Inglaterra (Busto Duthurburu 1993).
intencin de saquear Coquimbo y La Serena. Tras la Durante el gobierno de fray Diego Morcillo Ru-
VIRREINATO
destruccin y el asalto de estas ciudades, los filibus- bio de Aun (1720-1724) la paz del virreinato fue
teros se cobijaron en la isla de Juan Fernndez. In- nuevamente perturbada. La flota del corsario ingls
mediatamente despus, el 9 de febrero de 1681, de- John Clipperton y de su segundo George Shelvocke
cidieron atacar Arica, pero la resistencia ofrecida saque e incendi Paita, por negarse los vecinos a
por el maestre de campo Gaspar de Oviedo fue ma- pagar el rescate. Al igual que en tiempos de Castell
yor. En el combate muri Guarlem y diecinueve in- dos Rius, todas las medidas represivas fueron in-
gleses fueron capturados y enviados a Lima en don- fructuosas.
de se les conden a la horca. Para no seguir la mis-
ma suerte, Sharp huy en retirada, pasando por el
estrecho de Le Maire.
Entre 1684 y 1687 se produjo la incursin de
Edward Davis, natural de Flandes. Como casi todos
los ladrones del mar, Davis ingres por el estrecho
de Magallanes y se escondi en Juan Fernndez,
donde se unieron los ingleses Swann, Harris e Ea-
ton, y los franceses Hout, Grogniet y Raveneau de
Lussan. El entonces virrey, duque de la Palata
(1681-1689) nombr a su cuado, don Toms Pala-
vicino, capitn general de la Armada. El improvisa-
do defensor hall las naves extranjeras frente a las
islas de las Perlas donde les ofreci combate, y los
enemigos temiendo ser derrotados huyeron en to-
das direcciones. El patrullaje del hermano poltico
del virrey se frustr, pues en Paita su nave se incen-
di y no pudo continuar. Davis y su gente sacaron
partido de la situacin y saquearon Sechura, Ch-
rrepe, Saa, Casma, Santa, Huaura, Pisco y La Sere-
na. A estas tristes derrotas se sum otro suceso de-
salentador: el francs Jorge de Hout, uno de los so-
cios de Davis, tom la ciudad de Guayaquil en ma- La ciudad de Paita fue saqueada e incendiada por el corsario
yo de 1687. Para terminar con el pillaje, los comer- ingls Clipperton en tiempos del gobierno de fray Diego
ciantes de Los Reyes armaron dos navos de guerra Morcillo Rubio de Aun (1720-1724).
635
Snchez-Concha
En medio de la guerra entre Espaa e Inglaterra, Peralta Barnuevo la defensa de las costas del Per.
iniciada en 1739, se produjo la incursin ms im- Todos los esfuerzos del marqus resultaron inti-
portante del siglo XVIII, dirigida por George An- les. En noviembre de 1741 Anson saque e incen-
son. El almirantazgo britnico haba enviado dos di Paita y cinco barcos comerciales surtos en el
escuadras a Amrica, con el fin de obstruir las acti- aquel puerto. El ingls prosigui su travesa hacia
vidades comerciales entre la pennsula ibrica y sus el norte, pues deseaba reunirse con Vernon para
provincias del ultramar, cerrando el istmo de Pana- coordinar la clausura del istmo de Panam, pero al
m. La primera, al mando del almirante Edward recibir noticias de la derrota de su compaero de
Vernon, enrumb hacia las aguas del Caribe y lleg armas en Cartagena, continu su marcha hasta M-
a tomar Portobelo hasta que fue vencida en Carta- xico. Tras arribar a Chequetn decidi regresar a
gena de Indias, en 1740. Mejor suerte tuvo la es- Inglaterra tomando el camino de la China. Los in-
cuadra comandada por Anson, natural de Staffords- tentos de Villagarca por frenar los desmanes del
hire y antiguo servidor de su Corona en las colo- enemigo siguieron siendo intiles. El vicesoberano
nias de Norteamrica. Este audaz marino, que de- nombr a los expedicionarios cientficos Jorge Juan
tentaba el alto rango de vicealmirante, juzg y Antonio de Ulloa, capitanes de dos fragatas arti-
oportuno avanzar sobre aguas peruanas. Despus lladas, para que inspeccionaran el litoral chileno y
de sufrir la prdida de alguna de sus naves en el ca- la isla de Juan Fernndez. Demasiado tarde, el bri-
bo de Hornos, pas al Pacfico. A pesar de las bajas, tnico era inalcanzable. La Metrpoli, al observar
la flota de Anson segua siendo una poderosa ame- la impotencia de las fuerzas navales del virreinato,
naza. Ello qued demostrado cuando el corsario hizo zarpar una armada en octubre de 1740 desde
VIRREINATO
captur el buque Monte Carmelo que navegaba el puerto de El Ferrol, comandada por Jos Alonso
rumbo a Valparaso. Al enterarse el virrey marqus Pizarro, la cual tampoco pudo hallar al ingls. Por
de Villagarca (1736-1745) de la proximidad del in- su parte, George Anson fue recompensado por su
vasor, improvis un ejrcito con 12 mil hombres y rey con el ttulo de lord y ms tarde ascendido a al-
planific con la asesora del cosmgrafo Pedro de mirante (Lohmann 1973).
V
LA CULTURA EN EL VIRREINATO DEL PER
636
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
ra formar un futuro curaca, pero sobre todo se pro- Lima
curaba instruirlos en la fe, para que ellos mismos se
encargaran de combatir la idolatra en sus pueblos y Po V, y ms tarde, en tiempos del virrey Francisco
divulgar la policia y buen gobierno. Los estudian- de Toledo recibi el nombre de San Marcos. Los co-
tes andinos vivan en comunidad en los colegios re- legios mayores fueron, en varios casos, el origen de
gentados por los jesuitas. Existieron dos centros de las universidades.
instruccin para naturales nobles: el Colegio del Los colegios mayores ms reputados estuvieron
Prncipe en Lima, fundado en tiempos del virrey Es- en la Ciudad de los Reyes y en el Cuzco. En la pri-
quilache (1615-1621) en honor del entonces prn- mera destacaron el de San Felipe (1575) dirigido
cipe don Felipe (ms tarde Felipe IV), y el Colegio por el clero secular; y el de San Martn (1582) re-
de San Francisco de Borja del Cuzco, tambin crea- gentado por los jesuitas. Esta misma congregacin
do a principios del siglo XVII, y donde curs estu- formaba a sus novicios en el Colegio Mximo de
dios Jos Gabriel Condorcanqui (Tpac Amaru San Pablo. Exista tambin el Seminario de Santo
II) (Busto Duthurburu 1981). Toribio fundado en 1583 por Santo Toribio de Mo-
La educacin superior se brindaba en los cole- grovejo para la formacin de presbteros; el de San
gios mayores, luego de terminarse la educacin b- Ildefonso (1608), de agustinos; el de San Buenaven-
sica. Se impartan en primer lugar cursos de filoso- tura (1611), de franciscanos; el de San Pedro Nolas-
fa o artes, a lo largo de tres aos aproximadamen- co (1626), de mercedarios; y el de Santo Toms
te, y se continuaba con las especialidades de leyes (1645), de dominicos. En el Cuzco los ms impor-
y/o cnones o medicina. Los colegios mayores cons- tantes fueron el Colegio-Seminario de San Antonio
tituan una suerte de estudios generales, que fre- Abad del Cuzco, instituido en 1598 para religiosos
cuentemente estaban facultados para otorgar el gra- seculares, y el de San Bernardo (1619) para novicios
do de bachiller y el ttulo de licenciado. Funciona- de la Compaa de Jess (Busto Duthurburu 1983).
ban en las casas de las rdenes religiosas y eran re- Los estudios universitarios no estaban nica-
sidencias estudiantiles; por ello muchas veces se les mente destinados a formar abogados, mdicos y te-
identifica con los seminarios (Monsalve 1994). De logos, sino tambin perseguan el cultivo de las hu-
acuerdo con estos criterios, los frailes del convento manidades a la luz de la verdad. Casi todas las ma-
dominico de Lima, gracias a una real cdula de 12 terias eran dictadas en latn, por ser sta una lengua
de mayo de 1551, administraron en sus propios universal, ya que en ella los graduados de las univer-
claustros el dictado de clases de filosofa a partir de sidades del virreinato podran especializarse y ense-
1553. Posteriormente este centro fue reconocido y ar en otros centros superiores donde no se cono-
confirmado como universidad en 1571 por el Papa ciera el castellano. Tras varios aos de asistencia a
637
Snchez-Concha
los claustros, los alumnos obtenan los grados de ba- ra raz medieval, cuya segunda versin comprendi
chiller, maestro y doctor, adems de la licenciatura. los siglos XVI y XVII, y se prolong hasta mediados
Todo aquel que deseaba incorporarse a la docen- del XVIII. El desarrollo de estas corrientes se inicia
cia universitaria deba someterse al sistema de las desde la creacin de San Marcos. No obstante, la di-
oposiciones, esto es, reidos concursos en los que versidad de universidades menores y colegios fun-
se evaluaba el nivel de los conocimientos de los fu- dados por las distintas rdenes religiosas determin
turos profesores. Ser titular de una ctedra propor- el cultivo y la enseanza de la filosofa desde ngu-
cionaba adems del prestigio intelectual, el recono- los particulares. As por ejemplo, las obras de San
cimiento social, por lo que hubo frecuentes conflic- Agustn fueron divulgadas por los agustinos, las de
tos en torno a su obtencin, que tenan repercusio- San Gregorio y Duns Scoto por los franciscanos y
nes ms all de las aulas. Los religiosos y laicos que las de Santo Toms de Aquino, que fueron las ms
competan por su nombramiento de catedrticos estudiadas, por los dominicos y el clero secular (Sa-
motivaban divisiones y partidos, y algunas veces lazar Bondy 1967: 18). En otras palabras, en la filo-
ocasionaban tumultos y los callejeros. sofa virreinal se ven representadas las principales
La principal casa de estudios del virreinato fue la corrientes de la filosofa medieval (Beuchot 1991).
Universidad Mayor de San Marcos que gozaba de Los ms destacados filsofos del virreinato sur-
los privilegios, franquezas y libertades reconoci- gieron en el siglo XVII. Como una excelente mues-
dos a la Universidad de Salamanca. A ella llegaban tra de esta disciplina, el fraile franciscano Jernimo
estudiantes de todas partes del reino del Per e in- de Valera, natural de Chachapoyas, se aboc a la di-
cluso de la misma Espaa. En San Marcos se forma- vulgacin del pensamiento de Duns Scoto, y escri-
VIRREINATO
ron doctores criollos que dieron brillo a la cultura bi unos Comentarii ac quaestiones in universam
peruana, como Juan Prez de Menacho, telogo de Aristotelis ac subtilissimi doctoris Ihoanis Duns Scoto
la Compaa de Jess; Diego de Len Pinelo, pro- logicam (Lima 1601). Por su parte, la Compaa de
tector general de naturales; Pedro de Peralta Bar- Jess tuvo en los hermanos Alonso y Leonardo de
nuevo, cosmgrafo mayor del reino; Pedro Bravo de Peafiel, naturales de Lima, a sus mejores exponen-
Lagunas, jurista y escritor; Jos Baqujano y Carri- tes. Ambos escribieron tratados basndose en la ex-
llo, precursor de la independencia; Hiplito Una- periencia docente. El primero, regente de la ctedra
nue, mdico y prcer; y otros notables intelectuales de Prima de teologa en la Universidad de San Mar-
nacidos en el Per. cos, reuni sus lecciones en Cursus philosophicus
Durante el siglo XVII se fundaron universidades (Lyon 1653), obra vasta y globalizadora donde pre-
en el Cuzco, Quito, Chuquisaca y Huamanga. En tende compendiar las ideas filosficas universales.
1623, la Compaa de Jess fund la Universidad El segundo fue profesor de los colegios jesuitas del
de San Ignacio de Loyola y posteriormente, en Cuzco y Lima. A diferencia de su hermano Alonso,
1692, el clero diocesano obtuvo el permiso para Leonardo dedic ms tiempo a la teologa que a la
crear, sobre la base del Colegio Mayor de San Anto- filosofa; sin embargo, redact unos comentarios so-
nio Abad, la universidad del mismo nombre. Tal du- bre la filosofa de Aristteles, a la luz de la influen-
plicidad produjo un grave litigio entre jesuitas y cia de Francisco Surez, que merecieron el elogio de
presbteros por diferencias de escuela y por el pre- sus contemporneos por su precisin y claridad
dominio acadmico (Villanueva 1987). (Meja Valera 1963). Los jesuitas se caracterizaron
En 1677 el entonces obispo de Huamanga Cris- por emplear un eclecticismo que conjugaba el to-
tbal de Castilla y Zamora cre en su dicesis la mismo y el nominalismo. Ello motiv algunas dis-
Universidad de San Cristbal. El prelado aduca que putas acadmicas con otras rdenes y el clero secu-
muchos religiosos, por la distancia y por problemas lar, azuzadas por intereses polticos.
econmicos, estaban impedidos de ir a estudiar a las En los ltimos aos ha llamado la atencin a los
universidades de Lima o del Cuzco. San Cristbal filsofos contemporneos el aporte del presbtero
comenz a funcionar a partir de 1682 con cuatro c- cuzqueo Juan de Espinosa Medrano, el Lunare-
tedras (Nieto 1993). jo. Este clrigo posiblemente mestizo ha pasado
a la historia de la literatura virreinal por su ardoro-
LA FILOSOFA Y LA TEOLOGA sa defensa de Luis de Gngora, lo que le vali el
apelativo de Demstenes indiano. Adems de su
Durante el perodo que nos ocupa, predomina- aprecio por el culteranismo, escribi la Philosophia
ron en el Per las doctrinas de la escolstica, de cla- thomistica seu cursus philosophicus (Roma 1688), en
638
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
no. vila arrib a Lima en 1578 para dedicarse a la
enseanza de la teologa en el Colegio de San Pablo
y ms tarde, gracias a sus profundos conocimien-
tos, asumi la ctedra de Prima de teologa en la
Juan de Espinosa Medrano, el Lunarejo, clrigo cuzqueo
autor de obras filosficas y literarias.
639
Snchez-Concha
As como Juan de Solrzano y Pereyra trat de solu- las dolencias producidas por el enfriamiento (res-
cionar la problemtica peruana sobre la base del de- friado), la apoplega (derrame cerebral), la gota
recho, Avendao hizo lo propio recurriendo a la (hinchazn de piernas), el cncer (tumores malig-
teologa. Fue un difusor del probabilismo, sistema nos), la alfombrilla (que era una suerte de saram-
moral que en los casos de duda razonable defiende pin), la perlesa (debilidad muscular), el pas-
la licitud de despreciar la opinin ms probable, en mo (dolor de huesos), la hidropesa (retencin de
beneficio de la simplemente probable. Dicha for- lquidos) y las tercianas y cuartanas (ambas calen-
ma de razonamiento teolgico fue enarbolada por turas); dolencias que causaban casi irremediable-
los jesuitas durante el siglo XVIII. La obra de Aven- mente la muerte.
dao es considerada precursora de la ciencia misio- La medicina no era una profesin exclusivamen-
nal (Meja Valera 1963: 50) te ejercida por los mdicos formados en la universi-
dad, pues las fuentes de poca sealan que los bar-
LA MEDICINA beros, aquellos hombres que afeitaban rostros y cor-
taban los cabellos, oficiaban tambin de recetado-
La medicina obtuvo conquistas importantes en res y sacamuelas. Los barberos tenan fama de
el virreinato, como el descubrimiento de las propie- mdicos baratos que aliviaban dolores recomen-
dades de la corteza de la quina para la curacin de dando ungentos y brebajes, y extrayendo muelas
la malaria. La quina, quinina o cascarilla fue llama- cariadas. Este oficio, que no requera de estudios
da chinchona, en honor a la condesa de Chin- tericos sino del buen tino y la experiencia, fue
chn, esposa del virrey Luis Jernimo de Cabrera y practicado con xito por San Martn de Porras, an-
VIRREINATO
Bobadilla, quien en 1629 cur sus fiebres con este tes y despus de abrazar la vida religiosa.
medicamento peruano. Tambin se logr combatir Es importante recalcar que no todos los mdicos
durante los siglos XVI, XVII y XVIII numerosas epi- recurran a la ciruga pues el desempeo de esta ca-
demias como las de viruela, tabardillo (tifoidea), pacidad no gozaba del reconocimiento social, ya
sarampin y lepra, la que se convirti en un mal en- que desde la Edad Media estaba reservada a los ju-
dmico debido a la ausencia de recursos cientficos. dos y a gente de dudoso origen. En el Per virrei-
Obviamente el papel de los mdicos virreinales era nal hubo tres clases de cirujanos: el cirujano latino,
bastante limitado y se restringi a tratar y aminorar el romancista y el sangrador. El primero haba he-
cho estudios tericos en latn, el segundo tena co-
nocimientos puramente prcticos y el tercero no iba
ms all de picar sangras y aplicar ventosas (Za-
nutelli 1978). A esta triloga de cirujanos debemos
aadir la presencia de las recibidoras o mujeres
encargadas de ejercer el oficio de parteras o coma-
dronas (Arias-Schreiber 1971).
Los mdicos profesionales que trabajaban en las
ciudades del virreinato durante el siglo XVI y los
primeros aos del siguiente, haban estudiado en
alguna universidad espaola o de otro reino euro-
peo. En el Per los estudios cientficos de dicha es-
pecialidad se inician en San Marcos a partir de
1634, tras la fundacin de sus ctedras de Prima y
Vsperas de medicina. La primera se dictaba por las
maanas y era la ms importante, pues inclua lec-
turas clsicas como el Canon de Avicena. Ms tarde,
en 1660, para enriquecer el conocimiento de los
estudiantes, fue aadida la ctedra de Mtodo de
640
Virreinato: Instituciones y vida cultural
No obstante la formacin
mdica que se imparta en
la Lima colonial, eran los
llamados cirujanos
quienes prescriban
recetas y realizaban
modestas intervenciones.
En la imagen un mdico
practica una sangra.
VIRREINATO
Galeno, regentada entonces por el presbtero Fran- A mediados del siglo XVII, sobre la base de una
cisco de Vargas Machuca. experiencia acumulada durante la centuria anterior,
Despus de la fundacin de ciudades, el ejerci- fueron edificados varios centros de reposo, siendo
cio legal de la profesin mdica fue controlado por el ms famoso el Hospital de San Bartolom, erigido
los protomdicos, cuyos ttulos deban ser recono- en 1646 (Lastres 1951). Es importante destacar que
cidos por los cabildos. Los protomdicos vigilaban en las provincias del Per se crearon los hospitales
el quehacer de boticarios, herbolarios, cirujanos y de San Sebastin en Trujillo (1551); el de San Lza-
flebtomos. Con esta finalidad en 1646 se cre el ro (1555) y el de Nuestra Seora de los Remedios
Tribunal del Protomedicato, institucin corporativa (1556) en el Cuzco; uno en Huamanga en 1556 y
que adems de examinar a los que realizaban ope- otro en Arequipa en 1559. El mantenimiento y buen
raciones quirrgicas y a los que sangraban y receta- estado de estos sanatorios fue obra de la sacrificada
ban brebajes, persegua a los que practicaban la labor de la Iglesia, especialmente de las rdenes re-
medicina sin ttulo, imponiendo fuertes multas a ligiosas, entre las que destacaban la del Bethlem y la
los que demostraban ignorancia e incompetencia de San Juan de Dios.
en su especialidad. El Tribunal del Protomedicato Finalmente, cabe sealar que en la Ciudad de los
sobrevivi a los cambios institucionales de la poca Reyes se public una serie de estudios sobre asun-
de la independencia y se extingui a mediados del tos mdicos. Salieron a la luz obras como las de
siglo XIX. Francisco de Figueroa, sobre la difteria (1616); li-
Los primeros hospitales del virreinato funciona- bros como el de Matas de Porres, acerca del consu-
ron en Lima. Sabemos que en 1538 se edific un no- mo de bebidas fras (1621); el del doctor Navarro,
socomio en la Rinconada de Santo Domingo. Ms sobre el momento ms oportuno para sangrar o
tarde, en 1549, se fundara el Hospital de Santa Ana, purgar (1645); el texto de Juan de Figueroa en tor-
destinado a la curacin de los indios. En 1552, el no a la relacin entre la astrologa y la teraputica
caritativo clrigo Antonio de Molina abri las puer- (1660); el de Jos Miguel de Ossera y Estrella que
tas del Hospital de San Andrs, para dar acogida a trata sobre la tica profesional (1691); el manual del
espaoles pobres. En tiempos del conde de Nieva se padre Francisco de Vargas Machuca, concerniente
inici la construccin del hospital de San Lzaro pa- al sarampin (1693); el de Alvarado, acerca de pre-
ra enfermos afectados por la lepra, especialmente venciones sanitarias para combatir las epidemias
para los negros. En 1581, tambin en Los Reyes, se (1694); el de Francisco Bermejo y Roldn sobre el
fund el Hospital del Espiritu Santo reservado a los sarampin (1694); la descripcin de Jos de Rivilla
mareantes. y Bonet, sobre un caso teratolgico o de gigantismo
641
Snchez-Concha
(1695); el estudio de Federico Bottoni sobre la cir- cargo slo terminaba con la muerte. La cosmografa,
culacin de la sangre (1723); los de Pablo Petit so- o descripcin astronmica del mundo, estaba al ser-
bre el cncer de mama (1723) y la sfilis (1730); y vicio del poder.
el trabajo de Jos Eusebio de Llano Zapata sobre la Los aportes de los cosmgrafos mayores Francis-
higiene (1744) (Gnther y Lohmann 1992: 109). co Ruiz Lozano, natural de Oruro, y del religioso
flamenco Juan Ramn Coninck nos pueden ilustrar
LA COSMOGRAFA bien sobre este aspecto de la cultura virreinal. Ruiz
Lozano fue autor del Tratado de cometas (1665),
Para poder ejercer un adecuado control de su es- texto publicado con ocasin de un fenmeno celes-
pacio, el imperio espaol recurri a los cosmgrafos te que se pudo ver en Lima a fines de 1664 y prin-
o eruditos con conocimientos enciclopdicos de as- cipios del ao siguiente. El libro de Ruiz Lozano es
tronoma, navegacin, geografa, astrologa, cons- el primer estudio sobre esta materia publicado en la
truccin de fortificaciones y muelles, el clima, la di- Amrica del Sur. Cuando el virrey conde de Santis-
reccin de los vientos y el manejo de los instrumen- teban cre la ctedra de Matemticas dirigida a los
tos naticos. Ello supona el dominio de las mate- pilotos en el Hospital de Mareantes en la calle del
mticas, disciplina que no era terreno de todos los Espiritu Santo de Lima, la puso en manos del oru-
hombres de saber. rense por sus amplios conocimientos de clculo.
En el Per del siglo XVII, los virreyes, al com- Ruiz Lozano era un cientfico inquieto y preocupa-
probar la necesidad de formar pilotos que navega- do por proponer la construccin de baluartes. Tra-
ran por la Mar del Sur y de reconocer posibles peli- z los planos de las fortificaciones levantadas en Pa-
VIRREINATO
gros de incursiones extranjeras, nombraron cos- nam y Andalin (Chile) que sirvieron de defensa
mgrafos mayores, a imagen y semejanza del fun- frente a posibles agresiones piratas.
cionario que serva en el Consejo de las Indias. El En 1677 el estrellero Francisco Ruiz Lozano
fue sucedido en el cargo por el padre Juan Ramn
Coninck, procedente de Malinas. Coninck mante-
na correspondencia con el jesuita alemn Athana-
sius Kircher, sabio de reputacin universal que lle-
g a sugerir la existencia de seres en el centro de la
tierra y en otros planetas. Sabemos que en Potos en
1655 le dirigi cartas a Kircher en las que haca ga-
la de sus conocimientos y le narraba, con explica-
ciones y comentarios, el trnsito de un cometa apa-
recido en el Per tres aos antes (Dargent 1989). El
intercambio de informacin con el germano demos-
traba que los cosmgrafos de estos reinos estaban al
da con las novedades cientficas de Europa. Cuan-
do en 1678 se cre la ctedra de Prima de matem-
ticas en la Universidad de San Marcos, Coninck fue
nombrado su primer titular. El producto final de
sus investigaciones apareci en su libro Cubus et sp-
haera geometricae duplicata (Lima 1696). En la lti-
ma dcada del siglo XVII dio a luz el resultado de
precisos clculos astronmicos, tiles para los nave-
gantes del Pacfico, que titul Lunario pronstico de
temporales y accidentes particulares de los astros. La
posta de Juan Ramn Coninck fue tomada por el
polifactico limeo Pedro de Peralta Barnuevo en
1709.
Ocuparon sucesivamente el cargo de cosmgra-
Francisco Ruiz Lozano, cosmgrafo mayor del virreinato
fo mayor del reino Francisco de Quirs (1618-
peruano y profesor de matemticas en la Universidad 1641), Diego de Len (1661), Francisco Ruiz Loza-
de San Marcos. no (1662-1677), Juan Ramn Coninck (1678-
642
Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
formaron cenculos de eruditos divertido. Cada lunes, los
y escritores que compartan miembros de la Academia,
ideas y organizaban certmenes mientras escuchaban msica y
poticos. La reunin de estos beban chocolate, competan
grupos formaba parte de la vida en habilidad mtrica, en torno
cortesana hispnica. El primer a diversos temas propuestos
caso es el de la famosa Acade- por el marqus (Snchez
mia Antrtica, nacida hacia la Francisco de Borja y Aragn, prncipe de 1965).
ltima dcada del siglo XVI. Di- Esquilache, decidido partidario del cultivo de A la muerte de Castell dos
las letras en Lima durante su gestin como
cho crculo imitaba el renacen- virrey del Per. Fue muy aficionado al teatro Rius en 1710, don ngel Ven-
tismo espaol, pero su origina- y a la msica y a la realizacin de certmenes tura Caldern Zevallos y Busta-
lidad radicaba en los temas, por literarios. mante, marqus de Casa Calde-
lo general referidos al mbito rn, tom la iniciativa de aco-
americano, con la finalidad de incorporar las Indias ger a los antiguos componentes de la Academia de
a la opinin universal (Tauro 1948). La Academia Palacio. El nuevo cenculo, fundado y presidido por
estuvo integrada por versificadores de la talla de Pedro de Peralta Barnuevo, recibi el nombre de
Antonio Falcn, Diego Meja de Fernangil, Diego de Academia de Matemticas y Elocuencia. Se desco-
Aguilar y Crdova, Pedro de Oa, Diego Dvalos y noce el resultado de sus trabajos, pero se sabe que
Figueroa, Miguel Cabello de Balboa, Diego de Hoje- adems de los viejos bardos amigos del vicesobera-
da y Gaspar de Villarroel. Varios de sus integrantes no, concurran Antonio Sancho-Dvila, Miguel Mu-
pertenecieron a la Universidad de San Marcos. darra de la Serna, Eusebio Gmez de Rueda, Jos
En el palacio virreinal, en torno de los vicesobe- Vernal, Francisco de Robles Maldonado y el canni-
ranos con veleidades bohemias, tambin se form go del Cuzco Diego de Villegas y Quevedo, traduc-
otra Academia. Durante el siglo XVII los aficiona- tor de las glogas de Virgilio y supernumerario de la
dos a la lrica hallaron en el marqus de Montescla- Real Academia Espaola en 1730 (Riva-Agero
ros (1607-1615) y el prncipe de Esquilache (1615- [1921] 1983: 67).
1621), excelentes patrocinadores de las letras. El
crculo palaciego congreg a un escogido nmero LOS ESCRITORES Y LAS LETRAS DEL
de vates, dedicados a la versificacin en alabanza de PER
los funcionarios, las fiestas, los ropajes y los temas
populares. Conformaron esta tertulia Miguel Fer- Podemos decir sin temor a equivocarnos que en
nndez Talavera, Bernardino de Montoya, Antonio el Per los primeros escritores fueron los cronistas,
643
Snchez-Concha
644
Virreinato: Instituciones y vida cultural
Jaquijaguana termin venciendo y ajusticiando a los Cpac. Bautizado con el nombre de Gmez Surez
caudillos Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal. de Figueroa, pas sus primeros veinte aos en su
En las postrimeras de 1550 retorn a Espaa y dos ciudad natal, en medio de la turbulencia de las
aos despus, en Toledo, le present al prncipe don guerras civiles de los conquistadores. Al morir su
Felipe la primera parte de su crnica, la nica que padre en 1560, emprendi viaje a Espaa para arre-
en vida pudo ver impresa (Porras 1986). glar asuntos familiares y de herencia, de donde no
En la dedicatoria al hijo de Carlos V, incluida en volvera jams. Despus de arribar a Sevilla se diri-
la primera parte de su Crnica del Per, Cieza decla- gi a Extremadura para conocer a su parentela pa-
r el plan de su obra. Segn dicha ordenacin el tra- terna y posteriormente a Montilla, poblacin anda-
bajo total constara de la crnica del Per, del seo- luza donde llev una vida acomodada al lado de su
ro de los ingas yupangues, el descubrimiento y to, don Alonso de Vargas. En aquella primera po-
conquista de este reino, y las guerras civiles del Pe- ca pretenda que la Corona reconociera oficialmen-
r, que a su vez se subdividiran en la guerra de las te los servicios prestados por su padre en la con-
Salinas, la de Chupas, la de Quito, la de Huarina y quista, pero tal merced no le fue concedida debido
la de Jaquijaguana. a la intervencin de Lope Garca de Castro, quien
Las fuentes de Cieza merecen especial conside- en ese entonces funga de magistrado del Consejo
racin, pues revelan una serie de observaciones pro- de Indias.
pias de un cronista soldado, testigo de lo que narra. En 1568, al estallar la rebelin de los moriscos
De all su declaracin: mientras los otros descansa- en las Alpujarras de Granada, Garcilaso se enrol en
ban durmiendo, cansaba yo escribiendo. Recons- las huestes que comandaba don Alonso Fernndez
VIRREINATO
truy con su elegante pluma el pasado andino y las de Crdoba, marqus de Priego. Gracias a esta in-
guerras civiles de los conquistadores, haciendo ano- tervencin, el Inca gan el ttulo de capitn, por sus
taciones en el mismo campo de batalla y a lo largo servicios distinguidos. Al finalizar el intermedio mi-
de las expediciones descubridoras. Visit los monu- litar, volvi a Montilla para invertir aos de trabajo
mentos cuzqueos y de otras regiones, y consult la en la traduccin de los Dilogos de amor de Len
informacin de los mismos indgenas. Asimismo Hebreo y en los bosquejos preliminares de sus pri-
aseveraba, en el captulo quinto de su crnica, que meras obras (Mir-Quesada 1994).
en la mayor parte de los puertos y ros que he de- Los ltimos lustros de Garcilaso transcurrieron
clarado he yo estado, y con mucho trabajo he pro- en Crdoba, cultivando la amistad de grandes inte-
curado investigar la verdad de lo que cuento y lo he lectuales como el cronista Ambrosio de Morales, el
comunicado con pilotos diestros y expertos en la jesuita Pineda, experto en sagradas escrituras, y
navegacin de estas partes y en mi presencia han to- Francisco de Castro, autor de un libro de retrica
mado el altura y por ser cierto y verdadero lo escri- que dedic a nuestro biografiado. Por esos aos
bo. Aunque no goz de una formacin acadmica, tambin mantuvo correspondencia con sus amigos
Cieza alude con frecuencia a los autores clsicos y peruanos, y segn el franciscano Luis Jernimo de
es dueo de un estilo gil y seguro (Pease 1986). La Or, reciba la visita de cuantos arribaban a Espaa
versada obra de Pedro Cieza de Len fue utilizada provenientes del Per. Despus de profesar votos
como fuente de primera mano por el cronista mayor religiosos menores, muri en 1616. Fue enterrado
de Indias, Antonio de Herrera y Tordesillas, y tam- en la capilla de las nimas de la mezquita-catedral
bin por el Inca Garcilaso, de quien hablaremos a cordobesa.
continuacin. La produccin literaria del Inca empez en Ma-
El cronista ms apreciado por los estudiosos de drid en 1590 con la publicacin, en las prensas de
las letras virreinales es, sin lugar a dudas, el Inca Pedro Madrigal, de su traduccin de los Dialoghi
Garcilaso de la Vega (Cuzco 1539-Crdoba 1616), damore de Len Hebreo, que revela la fuerte influen-
el primer escritor mestizo de Amrica. Las obras del cia que el renacimiento italiano ejerci en l. De
Inca, escritas todas en Espaa y en excelsa prosa 1596 data su Relacin de la descendencia del famoso
castellana, estn a la altura de los grandes textos de Garci Prez de Vargas, libro en el que intenta demos-
la literatura historiogrfica de la lengua espaola. trar la nobleza y los mritos de la familia a la que
Garcilaso naci en el Cuzco el ao de 1539 y perteneca y realzar a un antepasado suyo casi le-
fue hijo del capitn Garcilaso de la Vega Vargas, na- gendario (Durand 1976).
tural de Badajoz (Extremadura) y de la noble cuz- En Lisboa aparecieron dos de sus obras de ma-
quea Isabel Chimpu Ocllo, sobrina de Huayna durez: La historia de la Florida en 1605 y la primera
645
Snchez-Concha
parte de los Comentarios reales de los incas, en 1609. cronistas espaoles referan del antiguo Per. Agus-
La segunda parte, conocida como la Historia general tn de Zrate, Pedro Cieza de Len, Francisco Lpez
del Per, fue publicada pstumamente en Crdoba de Gmara, Jos de Acosta, Blas Valera, entre otros,
en 1617. La historia de la Florida narra la aventura fueron los autores que consult para la redaccin de
de Hernando de Soto en el sur de Norteamrica en- sus Comentarios. La segunda parte, aparecida como
tre los aos de 1539 y 1542. Para la elaboracin de la Historia general del Per, da cuenta del desarrollo
este relato, Garcilaso pudo revisar varias fuentes de la conquista y las guerras civiles que libraron los
histricas y cont con la ayuda de Gonzalo Silves- peruleros. En dicho volumen el Inca, adems de las
tre, compaero de armas de Soto y residente en las fuentes utilizadas para la primera parte de los Co-
Posadas, localidad cercana a Crdoba (Mir-Quesa- mentarios, se apoya en el Palentino y en Diego de
da 1994). Ercilla.
La primera parte de los Comentarios reales de los El aporte de Garcilaso se puede hallar en su tem-
incas se divide en nueve libros donde aborda la his- prana y precoz visin del Per y en el reconoci-
toria prehispnica del Per. Para escribirla, Garcila- miento de la peruanidad como sntesis de dos cul-
so recurri a todos los impresos que pudo hallar so- turas y dos lenguas. La conciencia de ello le llev a
bre el mundo andino, a la correspondencia con al- dedicar su Historia general, a los indios, mestizos y
gunos de sus condiscpulos de escuela y gramti- criollos de aquellos reinos y provincias del grande y ri-
ca, y sobre todo a su propia memoria. En todo mo- qusimo imperio del Per, el Inca Garcilaso de la Vega,
mento el mestizo hace gala de su conocimiento del su hermano, compatriota y paisano, salud y felicidad.
quechua, del que deca: lo mam en la leche mater- En cuanto a los escritores indgenas, debemos
VIRREINATO
na. Aquella actitud estaba destinada a autorizar su rescatar los legados de Titu Cusi Yupanqui, Felipe
mensaje histrico y a mejorar las versiones que los Guaman Poma de Ayala y Juan de Santa Cruz Pa-
chacuti. De los tres, el que mejor aprovecha la cul-
tura letrada del virreinato es Felipe Guaman Poma
de Ayala (San Cristbal de Suntutu, Lucanas-Lima
1615?). Desde todo punto de vista, El primer nue-
va cornica y buen gobierno es un precioso docu-
mento sobre el pasado andino, escrito por un abori-
gen. Es tambin una joya grfica por las originales
ilustraciones de sus pginas.
El estado actual de las investigaciones no permi-
te preparar una biografa integral de Guaman Poma.
Sin embargo, sobre la base de datos que l mismo
incluye en su obra, podemos asegurar que naci en
San Cristbal de Suntutu (provincia de Lucanas, ac-
tual departamento de Ayacucho) y que era indgena
por ambos lados de su familia. Se presentaba como
descendiente de los Yarovilca Allauca Guanuco por
la lnea paterna, y por su madre de los mismos in-
cas. En una carta enviada al rey de Espaa el 14 de
febrero de 1615, mencionaba tener entonces ochen-
ta aos. Pero la interpretacin ms reciente sugiere
que no se trata de una edad real sino ideal, motiva-
da por la intencin de ganar el respeto de su regio
lector (Pease 1994).
Guaman Poma fue testigo de una serie de suce-
sos histricos como las guerras civiles entre los con-
quistadores, el movimiento del Taqui Onqoy (cabe
recordar que en su condicin de hombre bilinge
Escudo de armas del Inca Garcilaso de la Vega. Su clebre
Primera parte de los comentarios que tratan del origen de fue intrprete del extirpador Cristbal de Albor-
los incas (Lisboa, 1609) fue por mucho tiempo la principal noz), y los conflictos sociales originados por las or-
fuente para los estudiosos del pasado andino. denanzas del virrey Toledo. Tuvo estrecho contacto
646
Virreinato: Instituciones y vida cultural
con frailes y sacerdotes de las distintas rdenes reli- ola y cmo sta afect a la elite incaica. La Ynstruc-
giosas, algunas de las cuales alaba; as por ejemplo, cin es un valioso testimonio y, sobre todo, una bue-
los jesuitas son llamados rrebrendos perlados y na versin de la invasin perulera desde el lado in-
predicadores y letrados coligiales maystros de artes dgena (Regalado 1992a).
y latines y predicadores lenguaraces de la lengua El curaca collagua Juan de Santa Cruz Pachacu-
ynga quichiua aymaras chinchaysuyo deste rreyno; ti (cercanas de Canchis ?), cuyo nombre comple-
los franciscanos no tiene cosa suya toda da limos- to era el de Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui
na a los pobres; los dominicos son grandsimos le- Salcamaygua, fue autor de la famosa Relacin de an-
trados y predicadores en el mundo, etc. Por lo de- tigedades deste reyno del Pir (ca. 1613). La obra de
ms declaraba haberse criado en los palacios del vi- este escritor nativo de oscuro itinerario biogrfico,
rrey y de los obispos, lo que hasta ahora no se ha incluye un conjunto de cantares de las hazaas de
comprobado. En los primeros folios de su manus- los incas y una exhaustiva descripcin de las reli-
crito se nombra a s mismo como autor don Felipe giones andinas, acompaada de himnos litrgicos,
Guaman Poma de Ayala seor y capac apo ques por lo que se convierte en una crnica original. San-
prencipes. ta Cruz Pachacuti pretendi ensamblar las tradicio-
Su manejo del castellano y del quechua lo ads- nes religiosas indgenas con el catolicismo, pues su-
cribe a la categora cultural de los ladinos, gracias giere que el mitolgico Tonapa (una de las divinida-
a la cual desempe los oficios de intrprete y escri- des identificadas con Wiracocha) es uno de los dis-
bano. Demuestra estar al tanto de la cultura escrita cpulos de Cristo que lleg al Per despus de la
de la poca, y no le son desconocidos Francisco L- crucifixin. Escribe el cronista: Pues se llam a es-
VIRREINATO
pez de Gmara, Agustn de Zrate, fray Martn de te varn Tonapa-Viracochampanchacan, no ser
Mura, Miguel Cabello de Balboa, fray Domingo de este hombre el glorioso apstol Santo Toms? (Po-
Santo Toms, fray Luis Jernimo de Or, fray Luis rras 1986).
de Granada y los documentos doctrinales del Tercer Los cronistas letrados eran profesionales del de-
Concilio Limense. Por otro lado, consigna fragmen- recho interesados en el estudio de las instituciones
tos de canciones en quechua y aymara que nos per- polticas y sociales del pasado indgena, que busca-
miten conocer una antigua tradicin oral nativa. ban en la medida de las posibilidades incorporar es-
Su extenso memorial El primer nueva cornica y te legado al mundo virreinal. Algunos, basados en el
buen gobierno fue escrito en forma de carta al rey de derecho de gentes, encontraban en el gobierno de
Espaa y enviado con el ruego de su publicacin. El los incas orden y concierto, a pesar de su infideli-
conjunto de la obra sigue los requisitos destinados dad, y otros creyeron advertir en los soberanos del
para la impresin, vale decir, numeracin de pgi- Tahuantinsuyo tirana y opresin. Los licenciados
nas, tablas de contenido, etc. El trabajo se divide en Polo de Ondegardo, Hernando de Santilln y Fran-
dos partes. La primera, la Nueva cornica, compren- cisco Falcn trataron de rescatar los aspectos posi-
de una versin de la historia andina y otra de la his- tivos de la organizacin andina. Por el contrario,
toria europea. La segunda, el Buen gobierno, es un Juan de Matienzo acus a los incas de usurpadores.
repaso de la situacin social en las provincias del vi- Esta ltima opinin se convirti en el discurso ofi-
rreinato, una crtica a las instituciones espaolas y cial durante la gestin del virrey Francisco de Tole-
una descripcin de la triste condicin de los indios, do, para consagrar definitivamente el nuevo orden y
de la que se lamenta a cada paso con la muy citada desacreditar las antiguas formas de gobierno de los
expresin: y no hay rremedio. incas.
Titu Cusi Yupanqui (Cuzco 1526?-Vilcabamba En la lnea de este pensamiento crtico frente a la
1570), hijo de Manco Inca, vivi encerrado en Vil- organizacin incaica ubicamos a Pedro Sarmiento
cabamba, ltimo bastin de la resistencia cuzquea. de Gamboa (Alcal de Henares 1532-Sanlcar de
All escribi, a travs de la pluma del agustino Mar- Barrameda 1592), cronista aventurero, autodidacta
cos Garca y del escribiente Martn de Pando, una y multifactico. Estaba familiarizado con la navega-
relacin dirigida al gobernador del Per Lope Gar- cin, los astros y la cartografa, lo cual le llev a al-
ca de Castro en 1570. El texto, que lleva por ttulo canzar fama de cosmgrafo. Sirvi al virrey Francis-
Ynstruccin del Ynga don Diego de Castro Titu Cusi co de Toledo, de quien recibi varios encargos, co-
Yupanqui, es una de las mejores fuentes para cono- mo perseguir al corsario Francis Drake y colonizar
cer y comprender lo que aconteci en el Tahuantin- el estrecho de Magallanes, empresa que le trajo mu-
suyo inmediatamente despus de la conquista espa- chas tribulaciones. Sus andanzas lo condujeron an-
647
Snchez-Concha
miento de Gamboa recopil la tradicin oral, mane- ejecucin en 1572. En medio de tales menesteres el
jada por los quipucamayocs del Cuzco, para escri- cuzqueo se dio un tiempo para abocarse al estu-
bir una historia del Imperio incaico y de los incas, dio de los viejos ritos andinos. As, con pluma ele-
pero a la luz de la antigua tirana. De la Historia n- gante describe las fiestas solares, ageros, hechice-
dica slo se conoce la segunda parte. El valioso tra- ras y huacas, y rescata oraciones a los dioses, como
bajo de este Nuevo Teseo, como lo califica Pedro aquella con la que los indios invocaban al astro rey:
de Peralta Barnuevo, escapa a una lectura unilateral Sol! padre mo, que dixiste aya Cuzcos y tambos;
y solamente poltica, pues recoge con fidelidad, to- sean vencedores y despojadores estos tus hijos de
no pico y elegancia retrica la historia del Tahuan- todas las gentes; adorote para que sean dichosos si
tinsuyo (Porras 1986). semos estos yncas tus hijos y no sean vencidos ni
Tambin algunos hombres que abrazaron el esta- despojados sino siempre sean vencedores, pues pa-
do de vida religioso contribuyeron desde esta con- ra esto lo hiciste.
dicin con la recopilacin histrica en torno del pa- El primer grupo orgnico de poetas en el virrei-
sado peruano, la conquista y la poca que les toc nato peruano es el reunido bajo la solera de la Aca-
vivir. Aquellos que pertenecieron a alguna orden re- demia Antrtica que tuvo un interesante influjo en-
ligiosa trataron de probar a travs de sus trabajos el tre la ltima dcada del siglo XVI y la primera del
protagonismo de su instituto en la historia del Per XVII. La caracterstica principal de este conjunto de
y sus logros evangelizadores. En tal sentido cada or- vates fue rescatar, a la luz del espritu del renaci-
den y congregacin tuvo sus cronistas: dentro de miento, los elementos ms interesantes y bellos del
Santo Domingo destacaron Juan Melndez, Reginal- orbe indiano, y de esta manera proyectar una ima-
do de Lizrraga y Gregorio Garca; en la orden de gen propia y original frente al resto del mundo.
San Francisco los hermanos Buenaventura de Sali- Existe en los poetas de la Academia Antrtica un
nas y Crdoba y Diego de Crdoba y Salinas; en la atisbo de identidad americana y en tal sentido las
de San Agustn, Antonio de la Calancha, Alonso Ra- obras de sus miembros llevan ttulos alusivos a la
mos Gaviln y Bernardo de Torres; en la de la Mer- Amrica del Sur, como: Parnaso antrtico, Miscel-
ced, Martn de Mura; en la Compaa de Jess fi- nea antrtica, Armas antrticas y Miscelnea austral
guran Jos de Acosta, Bernab Cobo, Blas Valera y (Cornejo 1993).
Anello Oliva; y en la del Carmen, Antonio Vsquez Dentro de la Academia Antrtica el mejor imita-
de Espinoza. Estos cronistas, tambin calificados dor de Ovidio y difusor de la poesa toscana fue Die-
como conventuales, fijaron particularmente la go Meja de Fernangil (Sevilla 1565?-?), comer-
atencin en los aspectos religiosos, sin descuidar ciante de libros y autor del Parnaso antrtico. Dicha
claro est los sucesos sociales y polticos. Sus obras obra fue editada en dos partes, la primera en 1608
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
de las artes, refleja el seo- mo de Clarinda, pero existen varias
ro de las concepciones hu- hiptesis al respecto. Algunos se inclinan
manistas y del estilo clsico a pensar que no fue una dama quien escri-
(Tauro 1948: 107). El Discur- bi el Discurso, pues en esa poca era po-
so constituye el primer docu- co comn que las mujeres tuvieran acceso a
mento potico del Per y es una una cultura tan elevada. Se llega a mencionar
fuente en la que aparecen reunidos los nombres del mismo Diego Meja de Fernan-
los nombres de los componentes de es- gil y de Diego Dvalos y Figueroa como sus posibles
te cenculo intelectual (Cornejo 1993: 441). Sus creadores. Tambin se sugiere como responsable a
versos poseen un ritmo seguro, destreza y un buen sor Leonor de la Trinidad y a la enigmtica autora
manejo del endecaslabo (Silva-Santisteban 1984). de la Epstola de Amarilis a Belardo, de la que ha-
As lo podemos notar en la parte inicial que presen- blaremos a continuacin.
tamos, a manera de ejemplo: La Epstola de Amarilis a Belardo constituye
otro enigma, pues la identidad de Amarilis es hasta
La mano y el favor de la Cirene, ahora un misterio. Existen diversas hiptesis que
a quien Apolo am con amor tierno; apuestan por los nombres de Jernima de Garay,
y el agua consagrada de Hipocrene, Mara Tello de Lara y Mara Alvarado, pero no es s-
te el lugar para tratar de despejar la incgnita. La
y aquella lira con que del Averno Epstola que aparece en La Filomena de Lope de
Orfeo libert su dulce esposa, Vega, es un poema de dieciocho estrofas y dieciocho
suspendiendo las furias del infierno; versos, que adopta la forma libre de la silva (Corne-
jo 1993). El poema, entre varios aspectos, relata c-
la clebre armona milagrosa
mo su autora se convirti en admiradora del Fnix
de aquel cuyo testudo pudo tanto,
de los ingenios sin haberlo conocido personalmen-
que dio muralla a Tebas la famosa;
te. El discurso de la Epstola se caracteriza por su
el verso con que Homero eternizaba platonismo amoroso y por la perfeccin formal de la
lo que del fuerte Aquiles escreba, cancin petrarquista, introducida en el Per por el
y aquella vena con que lo ditaba, lusitano Enrique Garcs (Oporto 1525?-Madrid
1596?), traductor de Los lusiadas de Luis de Ca-
quisiera que alcanzaras, Musa ma, moens.
para que en grave y sublimado verso Segn el profesor Ricardo Silva-Santisteban: el
cantaras en loor de la Poesa. poema de Amarilis es un hito que marca los lmites
649
Snchez-Concha
en que comienza en el Per una nueva poesa (Sil- Pero vuestra beldad pura y divina
va-Santisteban 1984: 197). El fragmento que pre- priva de vista, ser, de seso y tino,
sentamos nos sirve de ejemplo para mostrar la cali- en la nieve hiriendo de ese pecho
dad potica de la Epstola:
y buscarle reparo o medicina
Tanto como la vista, la noticia es loco imaginar, es desatino,
de grandes cosas suele las ms veces pues queda el que la ve ceniza hecho.
al alma tiernamente aficionarla,
que no hace el amor siempre justicia, Un escritor que cultiva la misma temtica de la
ni los ojos a veces son jueces Academia Antrtica es el soldado y poeta Juan de
del valor de la cosa para amarla, Miramontes y Zuzola (Espaa 1560-?), gentil-
mas suele en los odos retratarla hombre que haba participado en los enfrentamien-
con tal virtud y adorno, tos contra los corsarios Francis Drake y Richard
haciendo en los sentidos un soborno Hawkins y que posteriormente fue nombrado capi-
(aunque distinto tengan el sujeto, tn de la Compaa de Lanzas y Arcabuces. Mira-
que en todo y en sus partes es perfecto), montes es conocido por su extenso poema pico Ar-
que los inflama todos, mas antrticas que se divide en veinte cantos y posee
y busca luego artificiosos modos, mil seiscientas noventa y ocho octavas reales. La
con que puede entenderse obra, adems de ser un poema compuesto por versos
el corazn que piensa entretenerse meldicos, contiene una fluida narracin sobre los
VIRREINATO
con dulce imaginar para alentarse, amores de Cusi Coyllur y Calcuchimac, un tema si-
sin mirar que no puede milar al de Ollantay. El autor realza el relato con ele-
amor sin esperanza sustentarse. mentos descriptivos y visuales, muy originales para
la poca. Por todas estas razones es el poema mejor
Otro destacado miembro de la Academia Antr- logrado de la poca virreinal (Silva-Santisteban
tica fue Diego Dvalos y Figueroa (Ecija 1552-Lima 1984: 56). Algunos fragmentos del canto cuarto que
1608), poeta a quien la supuesta autora del Discur- describen la noche y el amanecer en la selva, nos
so en loor de la poesa alabara como el honor de ilustran sobre la maestra potica de Miramontes:
la poesa castellana. Dvalos lleg al Per atrado
por las riquezas de Potos, y aunque su xito no lo Toman licencia y van por la verdura
encontr en las minas, s lo pudo hallar en las le- hasta do ms el monte el paso cierra;
tras. Escribi la famosa Miscelnea austral (1602) rompen del arcabuco la espesura
que comprende 44 coloquios en verso y prosa, de- y suben a la cima de una sierra.
dicados al amor y dems tpicos renacentistas. La Mas como no descubren, de la altura,
segunda parte lleva por ttulo Defensa de damas y seal, rumor ni rastro de la guerra,
es un poema en octavas dividido en seis cantos bjanse, cuando ya la noche fra
(Tauro 1988). La potica de Diego Dvalos y Figue- sus confusas tinieblas esparca.
roa se deja influir por la escuela italiana, y tambin Al pie de un fresco mirto recostado,
tiene el tono de la escuela sevillana de Garcilaso. Es- el uno da al ocioso sueo rienda
te ltimo aspecto se hace notar con su idealizacin y el otro vigilaba con cuidado
de la mujer y los efectos del amor (Silva-Santisteban si alguno hay por all que los ofenda.
1984): Esparce su cabello plateado
la esposa de Titn, cuando una senda
De modo hieren en la nieve helada toman los dos siguiendo su viaje
del sol los rayos con su fuerza ardiente, entre la amenidad de aquel boscaje.
que del reverberar tan vehemente
queda la vista de vigor privada. El criollo chileno Pedro de Oa (Angol 1570-
Cuzco? ?) es otro destacado exponente de la Aca-
Mas la grave dolencia es reparada, demia Antrtica. Su infancia haba transcurrido en
mudando objeto, porque el accidente medio de la lucha contra los indios araucanos, a los
de all procede que es pena evidente, que record durante toda su vida como gente fiera
de aquella color cndida cansada. y difcil de vencer. Oa estudi en la Universidad de
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
se vino con su palla mano a mano;
merece tal visita el verde llano,
por ser de tanta gracia y hermosura,
que all las flores tienen por floreo
colmalle las medidas al deseo.
Pedro de Oa, criollo nacido en Chile, autor del poema pico
La historia erudita de la poca que pretenda in- El arauco domado (Lima, 1596).
cluir al mundo andino dentro de la historia univer-
sal tiene su mejor representante en el clrigo Miguel Miguel Cabello de Balboa tambin cultiv la
Cabello de Balboa (Archidona, Mlaga 1535-Cama- poesa y a ello debe su acercamiento a la Academia
ta 1608), quien haba oficiado de sacerdote en dis- Antrtica. Es autor de un soneto laudatorio de ar-
tintos lugares del virreinato como Quito, Los Qui- moniosas formas que aparece en los preliminares
jos, Ica y Camata. A lo largo de su vida en el Per se de El Maran de Diego de Aguilar y Crdova (Sil-
dedic a recopilar informacin histrica sobre el pa- va-Santisteban 1984). Citamos su soneto:
sado indgena y entre 1576 y 1586 se aboc a la re-
daccin de un verdadero tratado, recogiendo datos La casta abeja en la florida vega,
muy importantes sobre las tradiciones incaicas de con susurro suave y bullicioso,
Quito y la cultura Chim. El resultado final de su para su laberinto artificioso
indagacin fue la Miscelnea antrtica en la que re- de varias flores el manjar congrega.
curre a la historia de la humanidad para averiguar el
origen de los pobladores americanos y de esta ma- No menos a la adelfa el gusto allega,
nera poder incorporarlos a la opinin mundial. Su que al romero y al crdamo oloroso,
vastsima erudicin le lleva a comparar los desarro- porque todo lo vuelve provechoso
llos culturales del Viejo Mundo y de Amrica, lo despus que a su sutil boca se apega.
que complementa con varias ancdotas y curiosas
anotaciones, en las que recurre a la lgica de la his- Igual te juzgo, cordobs ilustre,
toria clsica. Entre sus fuentes figura desde el cal- despus que renaci de tu memoria
deo Beroso hasta su contemporneo Benito Arias El Maran, de sangre y muerte lleno.
Montano. Esta misma perspectiva histrica con
ciertas diferencias, atravesar los trabajos de fray Que de su oscuridad sacaste lustre
Gregorio Garca, Fernando de Montesinos y Anto- y de su vituperio tanta gloria
nio de Len Pinelo (Patrucco 1993). que en blsamo conviertes su veneno.
651
Snchez-Concha
El iniciador de la stira en el Per fue Mateo Ro- En la primera dcada del siglo XVII, el domini-
sas de Oquendo (Sevilla 1559-?), personaje de aza- co Diego de Hojeda (Sevilla 1571-Hunuco 1615)
rosa vida que haba recorrido el Tucumn, Per y escribi La Cristiada (Sevilla 1611), libro que dedi-
Mxico. Se sabe que permaneci en Lima diez aos, c al virrey marqus de Montesclaros, y en el que
entre 1588 y 1598, tiempo que le sirvi para cono- refiere, a lo largo de doce cantos, la pasin y muer-
cer la psicologa y las actitudes de los habitantes de te de Jesucristo en octavas reales. La Cristiada es
la tres veces coronada villa. Estuvo al servicio del una obra pica de tema religioso, con indudable in-
virrey Garca Hurtado de Mendoza y posteriormen- fluencia de la literatura renacentista italiana. Des-
te por problemas personales parti a la Nueva Espa- cribe con irresistible dolor la agona del Seor, co-
a. Dej Rosas de Oquendo una Stira de las cosas mo lo demuestran los siguientes versos:
que pasan en el Per donde se toma la libertad de
burlarse de la sociedad virreinal, con mucha agude- Yo pequ, mi Seor, y T padeces;
za. El soneto compuesto en romance refiere la incli- Yo los delitos hice, y T los pagas;
nacin limea por el boato, la ostentacin y la vida Si yo los comet, T qu mereces
disipada: Que as te ofenden, con sangrientas llagas?
Mas, voluntario, T, mi Dios te ofreces;
Un visorrey con treinta alabarderos; T del amor del hombre te embriagas;
por fanegas medidos los letrados; Y as, porque le sirva de disculpa,
clrigos ordenantes y ordenados; Quieres llevar la pena de su culpa.
vagabundos, pelones caballeros.
VIRREINATO
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
doctor Suardo, que lleva por ttulo formal: Relacin moto de 1655. Despus de muerto, el Diario fue
diaria de lo sucedido en la ciudad de Lima desde 15 de continuado por su vstago Francisco de Mugaburu
mayo de 1629 hasta mayo de 1634, privilegia el dato (Lima 1647-?), quien se haba formado en la vida
cortesano, esto es, todo lo que pasaba en torno del religiosa con los franciscanos. l contina hasta
vicesoberano, como sus enfermedades, sus visitas 1694 el trabajo iniciado por su padre (Romero
institucionales y sus disgustos con las tapadas. 1935). A manera de reflexin debemos decir que
Pero tambin hay en este religioso con vocacin pe- tanto Suardo como los dos Mugaburu son los pre-
riodstica, inters por la noticia que podramos con- cursores del periodismo en el Per.
siderar policial, como por ejemplo asesinatos perpe- Durante los siglos XVII y XVIII el pensamiento
trados por negros, y sodomitas cometiendo el peca- barroco en el Per tuvo en la literatura notables ex-
do nefando. Gracias al Diario es posible tener una ponentes. Esta ideologa y esttica en la que convi-
idea de las fiestas civiles y religiosas, de la defensa ven el tradicionalismo y la bsqueda de novedades
del honor caballeresco, de los concursos de oposi- se presenta como el brazo cultural del imperio, y en
ciones en la Universidad de San Marcos, y de los li- otros casos como una manifestacin de la identidad
tigios callejeros entre los catedrticos (Vargas Ugar- criolla. Bajo su manto rene a valiosos escritores co-
te 1935). mo Antonio de Len Pinelo, Juan del Valle Cavie-
Jos de Mugaburu y Hontn y su hijo Francisco des, Juan de Espinosa Medrano y Pedro de Peralta
de Mugaburu y Maldonado toman la posta de Juan Barnuevo.
Antonio Suardo, pues ambos redactaron otro Diario Dentro del grupo de autores del barroco, el pri-
de Lima. Jos de Mugaburu (? 1601?-Lima 1686) mero que nos llama la atencin es Antonio de Len
VIRREINATO
fue, a juzgar por su apellido, de origen vasco, y ha- Pinelo (Lisboa-1590?-Madrid 1660), de quien ya
bra nacido hacia 1601. De lo que s tenemos certe- hemos hablado anteriormente. Adems de jurista
za es de su carrera militar y especficamente de su fue un fino y erudito escritor, y desde sus cargos de
rango de capitn. Jos de Mugaburu inici sus relator y cronista en el Consejo de Indias se ocup
apuntes sobre lo que aconteca en Lima entre 1640 de reunir informaciones detalladas y abundantes so-
y 1686. Las descripciones de este recopilador de no- bre el Nuevo Mundo, convirtindose de esta forma
ticias son un verdadero tesoro para imaginar las en el primer gran bibligrafo sobre Amrica. Sus
fiestas religiosas, los disturbios producidos a raz obras, de variados temas, van desde las recopilacio-
del dogma de la Inmaculada Concepcin y el terre- nes legales hasta la hagiografa, y desde los textos
moralistas hasta las bibliografas. Entre sus escritos
de inters literario podemos citar los siguientes ttu-
653
Snchez-Concha
los: Eptome de la biblioteca oriental y occidental, histrico ms serio para la reconstruccin del pasa-
nutica y geogrfica (1629); Cuestin moral, si el do, esto es, desde los quipus y las narraciones ind-
chocolate quebranta el ayuno eclesistico (1636); Fa- genas hasta los libros de cabildo y escribanos. Los
ma psthuma, a la vida y muerte del doctor frey Lope Anales nos permiten reconstruir escenas del mundo
de Vega Carpio (1636); Velos antiguos y modernos en virreinal, como las entradas de los virreyes a la ca-
los rostros de las mujeres, sus consecuencias y daos pital, apuntes sobre minas y tesoros, y observacio-
(1641); Vida del ilustrsimo y reverendsimo don Tori- nes sobre personajes de la poca que le toc vivir
bio Alfonso de Mogrovejo (1653); y El Paraso en el (Porras 1986).
Nuevo Mundo (1656), libro pstumo editado por El introductor del gongorismo en el Per fue
Ral Porras Barrenechea en 1943. fray Juan de Aylln (Lima 1604-? 1662), de la or-
En El Paraso, Len Pinelo sostena que Amrica den de San Francisco. Su vida transcurri lejos del
haba sido el antiguo Jardn del Edn, escenario de mundanal ruido, y en sus obras hace ostensible el
los sucesos del Gnesis, y que los restos de la tierra protagonismo de su congregacin recurriendo al hi-
perdida podan encontrarse en la Amazona a juzgar prbaton y a los artificios de la lengua castellana. Su
por su exuberante naturaleza. Este escritor de as- principal trabajo es el Poema de las fiestas que hizo el
cendencia sefardita arga que los grandes monu- convento de San Francisco de Jess, de Lima, a la ca-
mentos de Mxico y del Per haban sido edificados nonizacin de los veintitrs mrtires del Japn (1630).
por los descendientes de Adn, antes del diluvio En la ciudad del Cuzco durante la segunda mi-
universal, y que los indios, por su adiccin a la gue- tad del siglo XVII se dej escuchar la voz autoriza-
rra, eran brbaros recin llegados al Nuevo Mundo da del cannigo Juan de Espinosa Medrano, apoda-
VIRREINATO
(Brading 1991). Pinelo plantea un encuentro entre do el Lunarejo (Calcauso, actual provincia de An-
la erudicin barroca y la utopa de Amrica, tierra tabamba 1632-Cuzco 1688), cuyos aportes en el
concebida como lugar de regeneracin de la huma- campo de la lgica ya hemos reseado. Este escritor
nidad. A pesar de no haber nacido en Indias, esbo- presumiblemente mestizo, de quien se han tejido
za un claro anhelo de reivindicacin criolla al reva- varias ancdotas, era profesor de teologa y filosofa
lorizar el espacio indiano. en el entonces seminario de San Antonio Abad del
Las referencias veterotestamentarias de Len Pi- Cuzco. Gozaba de fama de elocuente predicador y
nelo nos permiten hacer un parntesis para recordar era tan bien considerado por el mundo intelectual
la obra del licenciado Fernando de Montesinos que se le lleg a comparar con oradores clsicos co-
(Osuna ?- Sevilla 1644), sacerdote del clero secu- mo Demstenes, Tertuliano y San Juan Crisstomo.
lar que vino al Per con el squito del virrey conde Juan de Espinosa Medrano ocupa un lugar espe-
de Chinchn. Aunque su pluma no tena la misma cial en la historia de la literatura peruana por su
elegancia que la del consejero de Indias, sus traba- Apologtico en favor de don Luis de Gngora (Lima
jos permiten observar el pasado andino con un en- 1662). Este texto constituye un estudio de la retri-
foque en el que se relaciona a los incas con la histo- ca de Luis de Gngora y Argote, y a la vez una eru-
ria del Antiguo Testamento. Pretende demostrar a dita rplica a los cuestionamientos que hiciera el
travs de su obra el arribo de Ofir a Amrica y el co- portugus Manuel de Faria y Sousa sobre el gran
nocimiento de la escritura por parte de los incas. poeta culterano. De esta manera el Lunarejo se
Montesinos, clrigo trajinante y reflexivo, lleg a convierte en el fundador de la crtica literaria en la
ocupar el cargo de prroco de la iglesia de Nuestra Amrica espaola (Roggiano 1978).
Seora de las Cabezas de Lima y dej manuscritos En el Apologtico, Espinosa se presenta como un
que fueron publicados con los ttulos de Memorias autor de pluma elegante, bella y fluida, adems de
antiguas, historiales y polticas del Per, en donde la encomistica. A manera de ejemplo citamos un pa-
historia se confunde con la fantasa. El documento saje de su obra en el que despliega las caractersti-
consiste en una extraa recopilacin de informa- cas sealadas: No invent Gngora las transposi-
cin sobre dinastas incaicas inexistentes y tambin ciones Castellanas, invent el buen parecer, y la
sobre el supuesto sistema de escritura andino. La hermosura de ellas, invent la senda de conseguir-
impresin de otro de sus manuscritos ha salido a la las... oh prodigios del ingenio de Gngora! levant
luz con el nombre de los Anales del Per y cubre la a toda superioridad la elocuencia Castellana, y sa-
historia del espacio conquistado desde 1498 hasta cndola de los rincones de su Hispanismo, hzola de
1642. Contrariamente al anterior, en este ltimo corta sublime, de balbuciente facunda, de estril
texto Fernando de Montesinos rene un material opulenta, de encogida audaz, de brbara culta.
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
de Aquino y por lo tanto su postura era contraria a mente conocidos como el Diente del Parnaso (Lima
la de los jesuitas, varios de cuyos miembros postu- 1689) (Silva-Santisteban 1984). La vena quevedes-
laban el resurgimiento del nominalismo, oponin- ca le permiti reproducir con sarcasmo las distintas
dose a la fundacin de una universidad sobre la ba- formas de hablar de los estamentos y grupos socia-
se del colegio-seminario de San Antonio Abad. En les del virreinato, parodiando incluso el castellano
La novena maravilla se pueden observar ciertos ras- de un indio, en un romance titulado A un corcova-
gos de dicha pugna y el inters por realzar al autor do que cas con una mujer larga dotada en plomo:
de la Summa teolgica. Fray Ignacio de Quesada ca-
lific al Lunarejo de telogo de anglica escue- Parici osti jonto al novia,
la, y dijo de su obra: Bien podemos assegurar de tan ridondo y ella larga,
este libro, ser un maravilloso pilago de maravillas como en los trocos di juego,
thomsticas, de milagros anglicos (Rodrguez Ga- taco, bola in misma cama.
rrido 1994b).
El presbtero Juan de Espinosa Medrano tambin A travs de sus versos nos es posible reconstruir
escribi autos sacramentales en quechua y castella- algunos rasgos de la vida cotidiana de la Lima de fi-
no. Fue autor de Amar su propia muerte, drama ba- nales del siglo XVII. El Poeta de la Ribera no pre-
sado en las tribulaciones de Jael; y tambin de El hi- tenda dar una imagen del Per como totalidad, si-
jo prdigo y El rapto de Proserpina, piezas que vere- no revelar la presencia de la calle: una literatura ur-
mos ms adelante cuando nos refiramos al teatro vi- bana con una perspectiva netamente limea. En es-
rreinal. te sentido podemos considerar a Juan del Valle Ca-
La literatura satrica del barroco en el Per en- viedes uno de los precursores de la literatura cos-
cuentra en Juan del Valle Caviedes (Porcuna, Anda- tumbrista en el Per, junto con Mateo Rosas de
luca 1652?-Lima 1695) a su mejor cultor. Este Oquendo y Juan Mogrovejo de la Cerda.
hombre de vida inestable, que al parecer trabaj en El siglo XVIII se anuncia con la figura del nota-
minera y luego se convirti en mercachifle, ven- ble erudito Pedro de Peralta Barnuevo Rocha y Be-
diendo artculos en los famosos cajones de Ribe- navides (Lima 1664 - Lima 1743), considerado el
ra, supo conjugar el ejercicio de las letras con la ms renombrado polgrafo y polglota del perodo
aventura. virreinal. No en vano los estudiosos de la historia de
La produccin literaria de Caviedes cubre el tea- la literatura peruana lo han llamado el Doctor
tro y la poesa devota y circunstancial; pero el gran Ocano, ante el mar de conocimientos que posea,
aporte de su obra, dentro de lo potico, est en el sin haber salido jams de los muros de la ciudad de
hallazgo de conceptos satricos muy parecidos a los Los Reyes.
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Snchez-Concha
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
riplos lo llevaron hasta el Brasil. Una de las ms primer corral limeo abri sus puertas en 1583,
fuertes motivaciones que le impulsaron a publicar en la calle Polvos Azules cerca al ro Rmac, y para
estaba en la refutacin a los europeos que desprecia- la siguiente centuria ya se haban multiplicado y re-
ban la capacidad de los americanos para el estudio. presentaban principalmente las obras de los grandes
Sus trabajos son una muestra sutil de reivindicacin autores del siglo de oro. Lo mismo sucedi con
criolla. Su obra principal, aunque de publicacin in- otras ciudades del reino como el Cuzco, La Plata y
completa, est constituida por las Memorias histri- Potos, urbes que con la ciudad de Los Reyes haban
co-fsicas-apologticas de la Amrica Meridional, cuya establecido un itinerario de giras de compaas c-
redaccin inici en Cdiz en 1756. All rescata, con micas de gran aceptacin popular hasta bien entra-
rigor cientfico, el valor de la naturaleza, la geogra- do el siglo XVIII (Stevenson 1976). Cabe sealar
fa y la historia de Sudamrica, y describe con minu- que en el gnero cmico destac la actriz y cantan-
ciosidad las minas, los volcanes, los lagos y lagunas, te huanuquea Micaela Villegas y Hurtado de Men-
y las antigedades peruanas. Justamente con respec- doza, la Perricholi, de quien se tejieron varios en-
to al pasado prehispnico, Llano Zapata se aboca al redos galantes con el virrey don Manuel de Amat y
estudio y descripcin de los templos, caminos y Junient.
puentes, y llama la atencin sobre el abuso en la La comedia pblica coexista con las funciones
bsqueda de tesoros enterrados. Por ello se le puede palaciegas o privadas ofrecidas en patios de casonas
considerar un precursor de la arqueologa peruana. o salones del palacio virreinal de Lima, desde el si-
Las Memorias constituyeron una fuente tan im- glo XVII. La comedia tuvo su mejor poca durante
portante para la documentacin cientfica sobre la dcada del setenta del seiscientos, cuando se es-
VIRREINATO
Amrica, que el mismo Jorge Juan consult sus ori- trenaron comedias escritas por autores locales como
ginales para complementar informaciones en torno Santa Rosa (1670), Amor en Lima es azar (1675).
al Per. Jos Eusebio de Llano Zapata fue adems Por esta poca se pusieron de moda las comedias de
autor de numerosas publicaciones eruditas de di- vuelo y escotillones, recurso mediante el cual los
versos temas como: la Resolucin en consulta sobre la actores volaban con la ayuda de tramoyas o desapa-
irregularidad de las terminaciones exiet y transiet recan bajo pisos mviles. Dentro de palacio se ofre-
(1743), Higiasticon o verdadero modo de conservar la can tambin zarzuelas. En 1689 fue presentada en
salud (1744) y la Carta o diario (1748) donde deta- la casa del virrey la primera zarzuela de Hispanoa-
lla el terremoto de Lima de 1746 y sus conse- mrica Tambin se vengan los dioses, del poeta lime-
cuencias. o Lorenzo de las Llamosas y cuya msica, se pre-
sume, fue compuesta por Toms de Torrejn y Ve-
EL TEATRO lasco. Durante el perodo borbnico continuaron
657
Snchez-Concha
las representaciones de piezas teatrales en palacio son obras que persiguen un fin proselitista. Justa-
hasta 1749. El virrey escritor Castell dos Rius estre- mente la ltima, a pesar de recrear una tradicin pa-
n una Comedia armnica y El mejor escudo de Per- gana, incluye elementos cristianos, como la presen-
seo; y el polifactico Pedro de Peralta Barnuevo pu- cia salvadora de la Eucarista que libra a Proserpina
do ver representadas sus obras Afectos vencen fine- del infierno (Cornejo 1993).
zas y Triunfos de amor y poder. El teatro virreinal tambin refleja la visin de
En el Per tambin se cultiv el teatro conven- los vencidos. Es el caso de la Tragedia del fin de
tual, que tuvo en los jesuitas a sus mejores expo- Atahualpa y Ollantay, dos piezas distintas a las ante-
nentes. Este gnero divulg piezas religiosas y mo- riormente reseadas. La Tragedia pretende recordar
ralizadoras en los conventos, casas del clero regular el cautiverio y muerte del ltimo soberano indge-
y atrios de las iglesias. La defensa del catolicismo na, y revivir los posibles dilogos entre ste y Fran-
por los hijos de San Ignacio se hizo notar con sin- cisco Pizarro. El desenlace final es moralizador: el
gular xito con la puesta en escena de Mara Estuar- rey de Espaa se indigna con el conquistador del
do, reina mrtir de Escocia, representada en 1590 en Per por su crueldad y concluye elogiando al Inca.
un saln del colegio de San Pablo con ocasin del En torno al Ollantay existe una serie de discu-
recibimiento ofrecido al virrey marqus de Caete siones histrico-crticas. Algunos estudiosos se in-
(Lohmann 1945). Frecuentemente el teatro conven- clinan por atribuirle un origen prehispnico ante la
tual abordaba historias hagiogrficas y bblicas, co- inexistencia de alusiones al cristianismo. Los que
mo el Coloquio de la historia del patriarca Jos, que creen que fue escrita en el perodo hispnico argu-
gust muchsimo a los habitantes de Lima en 1610, mentan que la obra tiene la estructura del teatro
VIRREINATO
y el Arca de No representada en 1672 a pedido del clsico espaol. Sin embargo, se postula una opi-
virrey conde de Lemos, gran aficionado al teatro y nin intermedia referida a que la historia es verda-
amigo de la fe (Cantuarias 1989). deramente incaica pero que la redaccin del texto
Para todas las manifestaciones histrinicas se teatral se hizo durante el siglo XVII. Segn el pro-
utilizaba el acompaamiento musical de coros y or- fesor Teodoro Meneses, este drama habra sido es-
questas dotadas de chirimas, clarines, pfanos, tam- crito por el erudito cuzqueo Vasco de Contreras y
bores, violines y trompetas bajo la direccin de fa- Valverde, a quien tambin se le atribuye la autora
mosos maestros como Toms de Torrejn, Jos de Usca Pucar.
Daz, Roque Ceruti y fray Esteban Ponce de Len, El Ollantay narra las tribulaciones de Ollanta, un
entre otros. general al servicio del inca Pachactec, quien lucha
Durante el virreinato destac tambin el teatro por el amor de la usta Cusi Coyllur, a pesar de la
quechua, tanto en su versin popular destinada a la oposicin del Seor de los cuatro suyos, pues
cristianizacin de los naturales, como uno ms eru- Ollanta no era noble. Luego de muchos sufrimien-
dito, escrito a la manera clsica espaola (Meneses tos, el general consigue finalmente la mano de la hi-
1983). Las obras mejor logradas de este gnero tea- ja de Pachactec para desposarla (Cornejo 1993).
tral aparecieron en el Cuzco y fueron dirigidas a mo-
ralizar a los indgenas. Entre ellas cabe mencionar LOS LIBROS, LAS LECTURAS Y LOS
Yauri Tito Inca, drama del siglo XVII, donde el pro- INICIOS DEL PERIODISMO
tagonista principal es defendido y librado de las
fuerzas de Satn por la intercesin de la Virgen Ma- Los habitantes cultos del virreinato mostraron
ra y la ayuda de su ngel de la Guarda; y Usca Pu- especial inters por los libros. Desde muy tempra-
car, auto sacramental de la misma centuria que no, en 1544, ya podemos encontrar a Juan Antonio
aborda un tema muy similar al de Yauri Tito Inca, Mussetti, librero de origen italiano procedente de
pues el prncipe empobrecido Usca Pucar vende su Medina del Campo, quien se haba dedicado a la
alma a Luzbel o Yunca Nina, y una vez arrepentido venta de publicaciones castellanas de los poetas
logra su salvacin con la ayuda de la Reina del Cie- Boscn y Garcilaso. Para fines del quinientos el co-
lo. mercio de obras impresas haba crecido notable-
En la misma ciudad, el presbtero Juan de Espi- mente, al igual que su importacin directa desde
nosa Medrano, el Lunarejo, escribi en lengua Europa.
quechua El hijo prdigo y El rapto de Proserpina. Por cierto, el pblico lector era bastante restrin-
Ambas piezas, la primera sobre un relato del Evan- gido. El alto precio de los libros limitaba la posibili-
gelio y la segunda sobre una narracin mitolgica, dad de la lectura para el comn de la gente. As por
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
VIRREINATO
sultos espaoles Alfonso Daz de Montalvo, tonio de Guevara, Juan Luis Vives, Baltazar Casti-
Diego Lpez de Salamanca, Gaspar de Baeza, Diego glione y Andrs Alciato. La lexicografa y las lin-
de Covarrubias y por supuesto Juan de Solrzano y gsticas castellana y latina tuvieron en el clebre
Pereyra. Antonio de Nebrija al autor ms vendido, pues sus
En cuanto a los textos de carcter teolgico ms estudios constituyeron una herramienta fundamen-
consultados, destacan las obras de Santo Toms de tal para los cultores de las humanidades.
Aquino, fray Domingo de So- En las bibliotecas virreina-
to, fray Luis de Granada y el les tambin se encontraban ro-
Malleus maleficarum (general- mances caballerescos y poesa
mente traducido como El mar- lrica como la de Garcilaso de
tillo de las brujas) de Kraemer la Vega, adems de novelas co-
y Sprenger, libro til para la mo La Celestina de Fernando
deteccin de hechiceras y para de Rojas y el Quijote de don
la extirpacin de las idolatras. Miguel de Cervantes. Por su-
Esta categora englobaba tam- puesto nunca faltaron las co-
bin los catecismos y las com- medias y poemas de Lope de
pilaciones de sermones. Vega, as como los ensayos y
Los eruditos atrados por stiras de Francisco de Queve-
los studia humanitatis incluan do y Villegas.
en sus bibliotecas algunas La historia universal se vio
obras de Erasmo de Rotterdam, representada por Gonzalo de
cuyas ideas se acercaron a la Illescas y Pedro Meja, y la de
heterodoxia, y tambin las de Espaa por Florin de Ocampo
escritores clsicos como Ovi- y Hernando del Pulgar (Hampe
dio, Plauto, Flavio Josefo, Au- 1993). Vale la pena mencionar
lio Gelio y Tito Livio, adems
de aquellos autores del renaci- Los libros de los humanistas clsicos
miento italiano que abrazaron de la cultura grecolatina ocuparon
la filosofa neoplatnica. En un lugar privilegiado en las
cuanto a la literatura de conte- colecciones de los lectores del Per
colonial. En la imagen, Libros de
nido moral llama la atencin la Marco Tulio Cicern que tracta...
presencia de los escritos de An- (Alcal, 1549).
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Snchez-Concha
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
tes acaecidos en Europa y en Espaa y sus posesio- de Juan Antonio Suardo, y Joseph y Francisco de
nes. Informaban acerca de triunfos militares de la Mugaburu, precursores del periodismo peruano.
monarqua catlica, las beatificaciones y las canoni- Gracias a ellos es posible reconstruir varios aspectos
zaciones, las fiestas oficiales, los procesos inquisito- de la vida cotidiana de la capital durante el siglo
riales, las incursiones de piratas, los terremotos, etc. XVII. La diversidad de asuntos que abordan estos
Gracias a este medio de informacin los moradores escritores nos permite compenetrarnos con las for-
de las ciudades del virreinato llegaron a enterarse de mas de vida en el Per del seiscientos.
las ltimas noticias mundiales de gran trascenden-
cia como el incendio de Constantinopla (1618) y la LA MSICA
rendicin de Breda (1626)(Gargurevich 1987). No
todos estos textos informativos procedan de otros Los peruleros en sus largas marchas sobre los
reinos. A manera de muestra debemos mencionar Andes encontraron en la msica y el canto una gran
que en Lima Antonio Ricardo imprimi en 1594 la compaa ante la vasta soledad que los rodeaba. Sa-
Relacin del correo mayor Pedro Balaguer de Salce- bemos que las ambiciones monrquicas de Gonzalo
do, sobre la entrada del corsario Hawkins por el es- Pizarro le llevaron a fundar una capilla y reunir seis
trecho de Magallanes, y en la misma urbe Alonso ministriles para que realzaran su imagen con cnti-
Bravo de Saravia Sotomayor mand publicar en cos y composiciones religiosas.
1610, la Relacin de las fiestas que en la ciudad de Li- Los virreyes que llegaban al Per incluan msi-
ma se hizieron por la Beatificacin del Bienaventura- cos en sus cortes, cuya labores divertan al vicesobe-
do Ignacio de Loyola. Algunos aos ms tarde este rano y su gente. El caso ms ilustrativo es el de To-
VIRREINATO
impreso fue utilizado como molde por el obispo del ms de Torrejn y Velasco (Villarrobledo 1644-Lima
Cuzco Fernando de Vera y Padilla para relatar los 1728), quien arrib al Per con el virrey conde de
homenajes que se rindieron al fundador de la Com- Lemos, y fue autor de varias cantatas (como Si el al-
paa de Jess en la vieja capital incaica (Vargas ba sonora) y una misa cantada. Su fama se extendi
Ugarte 1952). con la musicalizacin de La prpura de la rosa del
Otro gnero del periodismo inicial cultivado en clebre Pedro Caldern de la Barca, estrenada en
el Per fue el de los Noticiarios, que a diferencia de Los Reyes en 1701. Las repercusiones que lograron
las Relaciones reunan varias nuevas. Probablemen- las obras de este msico barroco fueron tan gran-
te el primer Noticiario fue uno impreso por Francis- des, que sus composiciones se escucharon en el
co del Canto en 1618 que daba cuenta de los acon- Cuzco, Charcas y Guatemala (Estenssoro 1989).
tecimientos polticos de las ciudades italianas, y de Con el advenimiento de la casa de Borbn, el
Inglaterra, Francia, Alemania y Malta. El Noticiario gusto musical de la alta nobleza espaola se torn
de mayor divulgacin de mediados del siglo XVII hacia las piezas italianas. Fue as como el virrey
fue el de las Cartas de Andrs de Almansa y Mendo- marqus de Castell dos Rius, que haba servido co-
za, a quien se le considera el primer reportero de mo embajador espaol ante la corte de Luis XIV,
Espaa (Gargurevich 1987). En la Ciudad de los ejerci el mecenazgo en favor del msico Roque Ce-
Reyes en 1701, apareci en forma de peridico el ruti (Miln ?-Lima 1760), quien difundi la forma
Diario de noticias sobresalientes en esa corte de Lima operstica italiana y el nuevo estilo armnico del
y otras habidas en Europa, que catorce aos ms tar- violn (Sas 1972). Ceruti supo adaptar estas nuevas
de es sustituido por la reimpresin de la Gaceta de tcnicas del barroco a las exigencias del pblico li-
Madrid. En enero de 1744 sale a la luz la Gaceta de meo y, sin salir de su estilo original, recurri a la
Lima, publicada sin interrupciones hasta la dcada comicidad. La obra del violinista milans fue una de
de 1780. Fue ste un noticiario oficial cuyos direc- las ms difundidas y varios archivos conservan sus
tores eran nombrados por el virrey. La Gaceta de Li- partituras (Estenssoro 1989).
ma se divida en dos secciones, una referente a las Toms de Torrejn tuvo un discpulo muy cerca-
noticias de Europa y de Espaa, y otra exclusiva pa- no en el presbtero Jos de Orejn y Aparicio (Hua-
ra la capital del vicerreino, que brindaba abundante cho 1715-Lima 1765), maestro de capilla de la cate-
informacin sobre los nombramientos, los movi- dral de Lima. Haba heredado del maestro de Villa-
mientos telricos, el arribo de las naves al Callao y rrobledo la habilidad contrapuntstica, y de Roque
acontecimientos cotidianos (Gargurevich 1987). Ceruti las formas italianizantes. Orejn y Aparicio
Finalmente, no debemos dejar de mencionar los compuso una Pasin segn San Juan y cantatas co-
silenciosos aportes de los detallados diarios de Lima mo Ah del gozo, dedicada a la Virgen Mara. A su vez
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Snchez-Concha
1790), igualmente religioso, fue un gran difusor del dej notar la gran influencia flamenca, alemana e
estilo logrado por el msico huachano. italiana; en la segunda es crucial la preponderancia
Casi coetneo de Torrejn, el presbtero espaol francesa. No obstante, en ambos espacios tempora-
Juan de Araujo (Villafranca 1646-La Plata 1712) al- les hay cierta combinacin de las danzas que llegan
canz el xito por saber combinar la msica culta del extranjero con la msica criolla primitiva y los
con el humor del folklore negro; por ejemplo, Arau- ritmos africanos.
jo, en el villancico Los negritos, introduce la gra- La corte de los virreyes fue determinante para el
ciosa forma de hablar de los afroperuanos. A dife- cultivo de la danza europea en el Per. El conde de
rencia de los msicos antes mencionados, Juan de Nieva (1560-1564), que tena fama de gobernante
Araujo no pas toda su vida en Lima. Ejerci la pro- frvolo y libertino, reglament la etiqueta palaciega
fesin musical en Panam, Guatemala, el Cuzco para las recepciones y especialmente para los bailes.
(donde fue maestro de capilla) y finalmente en La Doa Teresa de Castro, esposa del segundo marqus
Plata, donde le sobrevino la muerte. de Caete don Garca Hurtado de Mendoza (1590-
En el Cuzco, durante la primera mitad del siglo 1596), inici los saraos cortesanos que incluan
XVIII, destacaron los maestros Ignacio Quispe y danzas. A fines del quinientos, en tiempos de este
fray Esteban Ponce de Len. El primero era un com- ltimo vicesoberano, se bailaba en Lima el totar-
positor mestizo, conocido por la cantata Ah seores que, el puertorrico, la chacona, la valona, la
los del buen gusto, en la que se burlaba de manera churumba y la gallarda (Vega C. 1981).
sutil de la reglamentacin musical. Ponce de Len Durante el siglo XVII, los miembros de la rep-
fue maestro de capilla de la catedral del Cuzco y ha- blica de espaoles bailaban la pavana, la aleman-
cia 1750 estren una pera-serenata titulada Venid da, la cadeneta, la zarabanda y la courante,
deidades, que ironiza las sempiternas rivalidades en- gneros de danza que se combinaron con los ritmos
tre las ciudades de Arequipa y el Cuzco (Wuffarden antes mencionados; en estos movimientos se dejaba
1993: 643). sentir la influencia germano-flamenco-italiana.
La msica tambin estuvo al servicio de la evan- A partir del dieciocho, con el cambio de dinas-
gelizacin de los indios. Un buen ejemplo es Hanac ta, se impone paulatinamente la moda francesa.
Pachap, pieza annima con letra en quechua, que As aparecen el minuet y la gavota. Tambin en
musicaliz bellamente el doctrinero y terciario fran- esta centuria irrumpe el zapateado (de origen an-
ciscano Juan Prez Bocanegra y cuya partitura se daluz), que llam la atencin en 1713 del viajero
public en Lima en 1631. Hanac Pachap es la prime- francs Amadeo Frzier, y que puede considerarse
ra obra polifnica coral aparecida en Amrica y, cu- un antecedente de la zamacueca y de la actual
riosamente, rene la influencia de la pentafona an- marinera.
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Virreinato: Instituciones y vida cultural
BIBLIOGRAFA
LA CABEZA Y LOS BRAZOS DEL REINO nal de la Inquisicin de Lima (1569-1820) de Jos Toribio Los temas de la Escuadra espaola y las incursio-
Medina, y las investigaciones de Pedro Guibovich Prez: nes extranjeras, especficamente las de ingleses y holan-
Para el captulo referido a las instituciones y autoridades Proyecto colonial y control ideolgico. El establecimiento deses, han sido excelentemente abordados por el ya men-
virreinales existe abundante informacin. Sin embargo, de la Inquisicin en el Per (1994), y de Teodoro Hampe cionado doctor Lohmann en la Historia martima del Per
hemos procurado basarnos generalmente en los ltimos y Martnez: Control moral y represin ideolgica: la Inquisi- (1973); por el profesor Pedro Rodrguez Crespo (1964); y
ms actualizados trabajos historiogrficos como El go- cin en el Per (1570-1820) (1989). Asimismo, ha sido por los investigadores espaoles Pablo Prez-Mallana y
bierno y la administracin de Guillermo Lohmann Villena consultado el trabajo del padre Josep Saranyana y Ana de Bibiano Torres (1987), quienes son los que conocen con
y Virreyes y gobernadores de Jos Antonio del Busto Zaballa en torno de Joaqun de Fiore y Amrica (1995), y mayor amplitud la historia de la Armada del Mar del Sur.
Duthurburu. Ambos estudios forman parte del libro El vi- la tesis de Jimena Pizarro Baumann que estudia a Los
rreinato, tomo V de la Historia general del Per (1993). Len Pinelo: una familia de cristianos nuevos en el siglo LA CULTURA EN EL VIRREINATO DEL PER
Tambin nos han resultado tiles las tesis de dere- XVII peruano (1993). Todos dan nuevas luces sobre las
cho de Fernn Altuve-Febres Lores, De la naturaleza jur- actitudes del Santo Oficio con respecto a sus procesados. Las distintas manifestaciones de la cultura virreinal han si-
dica de los reinos del Per y de Renzo Honores Gonzales, El subcaptulo que aborda el tema de las cofradas do tomadas de una bibliografa especializada para cada
Litigiosidad indgena ante la Real Audiencia de Lima, am- se basa en las publicaciones de Beatriz Garland Ponce tema. El subcaptulo que aborda la educacin encierra
bas de 1993; y el sugerente artculo de Jos de la Puente (1994) y de Anthony de la Cruz (1985). Ambos autores lo- monografas recientes y novedosas, como la de Martn
Brunke sobre los vnculos de parentesco entre los magis- gran resumir todo lo escrito sobre hermandades y su fun- Monsalve (1994) que logra distinguir las fases del sistema
trados de la Audiencia y los vecinos de Lima (1990). Todos cin social dentro de las ciudades virreinales. educativo.
ellos nos aportan una nueva perspectiva sobre el papel so- Para la historia de la vida conventual femenina, la La filosofa y la teologa cultivadas durante el virrei-
cial de esta corporacin judicial. El libro Una poltica indi- santidad, y los cultos cristolgico y mariano hemos consul- nato son tpicos poco estudiados. No obstante existen al-
genista de los Habsburgo: el protector de indios en el Pe- tado una multitud de fuentes que van desde los libros ha- gunos trabajos esquemticos que dan cierta luz sobre el
r (1988), de Carmen Ruigmez Gmez, nos ha ampliado giogrficos y biogrficos hasta los estudios de interpreta- particular, como los de Augusto Salazar Bondy (1967) y
el panorama para referirnos a los protectores de naturales. cin histrica. En estos subcaptulos volvemos a utilizar, Manuel Meja Valera (1963). Un caso distinto por lo riguro-
Sin embargo, la consulta de bibliografa novedosa en varios casos, la bibliografa citada con anterioridad co- so de su anlisis es el de Walter Redmond (1972), quien
en torno a las instituciones virreinales no excluye la revi- mo por ejemplo el libro Orbe indiano de David Brading ha investigado a profundidad la lgica de Juan de Espino-
sin de libros clsicos sobre este aspecto histrico. Tal es (1991), quien analiza el papel social de la santidad en el sa Medrano y los aportes de este presbtero cuzqueo a la
el caso de El imperio hispnico en Amrica (1958) de Cla- virreinato del Per. filosofa moderna.
rence Haring y El corregidor de indios en el Per bajo los Para la medicina hemos recurrido principalmente al
VIRREINATO
Austrias (1957) del profesor Guillermo Lohmann Villena. LA CIUDAD: ESCENARIO DE LA VIDA VIRREINAL libro de Juan B. Lastres (1951), que nos ha servido como
Adems hemos juzgado oportuno vincular al tema una pieza fundamental para introducirnos en este campo.
de las instituciones el concepto de derecho y legislacin vi- El tema de las ciudades virreinales ofrece una multitud de Por cierto, el subcaptulo ha sido complementado con las
rreinales, y el de los letrados y agentes de la ley. Para es- fuentes, sin embargo hemos utilizado las ms autorizadas, monografas del doctor Jorge Arias-Schreiber (1971) y del
ta parte la mejor visin y el marco general del espritu de como los trabajos de Guillermo Cspedes del Castillo polgrafo Manuel Zanutelli Rosas (1978).
la legislacin son proporcionados por el profesor argentino (1983) y Jos Luis Romero (1976), que ofrecen un ade- Los estudios histricos sobre la cosmografa en el
Vctor Tau Anzotegui, con su monografa La ley en Am- cuado marco general de la historia urbana de la Amrica perodo virreinal no se pueden hallar con facilidad, menos
rica hispana. Del descubrimiento a la emancipacin espaola, necesario como punto de partida. Esta informa- an con una explicacin ordenada y coherente. En este
(1992). Para el caso estrictamente peruano Jorge Basa- cin ha sido complementada con los estudios de los pro- subcaptulo hemos consultado la monografa de Jorge Or-
dre Ayulo, autor del manual universitario Historia del dere- fesores Franklin Pease (1992) y Guillermo Lohmann Ville- tiz Sotelo (1992), que logra sintetizar las caractersticas
cho (1993), rene la ms reciente informacin sobre la na y Juan Gnther (1992), para describir algunas de las centrales de esta disciplina.
aplicacin de la ley durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Es- caractersticas de las ciudades principales del Per, don- Para la descripcin de los crculos intelectuales y la
tas observaciones histricas se complementan con los cl- de incluimos el gobierno del cabildo. vasta obra literaria de los escritores virreinales existe una
sicos Estudios de historia del derecho indiano (1972) del Para las fiestas religiosas y civiles se ha recurrido al multitud de estudios sintticos que nos han resultado de
historiador espaol Alfonso Garca Gallo, y el Biographical completo estudio de Rosa Mara Acosta Vargas (1979), gran utilidad. Sin embargo hemos tomado como punto de
dictionary of Audiencia ministers in the Americas 1687- que ilustra con minuciosidad sobre la diversidad de festivi- partida la historia de la literatura peruana de los siglos XVI,
1821 (1982), de Burkholder y Chandler. dades durante la poca virreinal. El trabajo de la historia- XVII y XVIII de Jorge Cornejo Polar (1993). Es importante
dora Acosta ha sido tomado como un excelente esquema, aadir que el recuento de la vida y obra de cada escritor ha
LA IGLESIA Y EL TRIUNFO DE LA FE al que le hemos aadido algunas informaciones del estu- sido tratado basndose en su mejor especialista. As por
dio del investigador espaol ngel Lpez Cantos (1992), ejemplo, para el Inca Garcilaso nos basamos en las obser-
Este extenso captulo que aborda el papel de la Iglesia y quien analiza las diversiones en Hispanomerica. vaciones de Aurelio Mir-Quesada (1994) y para Pedro de
sus logros en el campo de la evangelizacin, la santidad y La alimentacin y las comidas han sido muy poco Peralta en el libro de Luis Alberto Snchez (1967).
la religiosidad se ha apoyado en trabajos de corte general tratadas por los historiadores. Por este motivo hemos teni- En el subcaptulo referente a la cultura del libro nos
como Cristianizacin del Per (1953) de Fernando de Ar- do que unir informacin dispersa en distintos trabajos en hemos apoyado en el extenso artculo de Teodoro Hampe
mas Medina, La historia de la Iglesia en el Per (1959) de torno al mundo virreinal, como los de Manuel Atanasio Martnez (1993), as como el clsico texto de Irving Leo-
Rubn Vargas Ugarte, y las obras del padre Armando Nie- Fuentes, Jos M. Valega, Emilio Romero y Rosario Olivas nard (1979) sobre las lecturas preferidas por los habitan-
to Vlez S.J.: La Iglesia catlica en el Per (1980), que for- Weston, esta ltima especialista en dulces virreinales. tes del Per, la venta de publicaciones, la historia de la im-
ma parte de la coleccin de historia peruana editada por prenta y la fiscalizacin de algunos ttulos por parte del Tri-
Juan Meja Baca; La primera evangelizacin en el Per. LA DEFENSA: EL BRAZO ARMADO DEL REINO bunal de la Inquisicin. En esta misma seccin abarca-
Hechos y personajes (1992); La Iglesia (1993), captulo mos el periodismo inicial peruano, aprovechando las sn-
del tomo V de la coleccin Historia general del Per de la Para este captulo se ha utilizado como fuentes varios tra- tesis bibliogrficas del padre Vargas Ugarte (1935) y las in-
Editorial Brasa. Todos estos textos brindan un buen pano- bajos sintticos como el de Juan Jos Vega, que logra ex- dagaciones de Juan Gargurevich (1987).
rama del desarrollo del cristianismo en el Per virreinal. poner con claridad la historia de la organizacin militar del Los teatros espaol y quechua desarrollados en la
Cada aspecto religioso ha sido complementado con virreinato y de las fortificaciones en su libro en torno al poca que nos interesa, tienen en las investigaciones de
monografas especficas. As por ejemplo, al abordar el ejrcito peruano (1981). Justamente para este ltimo tema Guillermo Lohmann Villena (1945) y Teodoro Meneses
tema de los jesuitas y mercedarios en la evangelizacin, el texto de partida ha sido el del profesor Guillermo Loh- (1983), los estudios mejor logrados. El tema del teatro se
recurrimos a las investigaciones del padre Manuel Marzal mann Villena, titulado Las defensas militares de Lima y acerca a la msica, y es ste el lugar para hablar de sus
S. J. y monseor Severo Aparicio O. de M., respectiva- Callao, (1964), que a pesar de su antigedad sigue siendo fuentes. Las particularidades de las composiciones de los
mente. Para la prdica y oratoria sagradas es fundamen- una monografa de consulta obligatoria. maestros y los estilos musicales, su funcin dentro de la
tal el trabajo del padre Vargas Ugarte en torno a la elo- Las informaciones sobre rebeliones de espaoles e sociedad, as como los diversos bailes, han sido analiza-
cuencia sacra (1942) y la publicacin de Juan Carlos Es- indios las hemos extrado de la mencionada recopilacin dos por Andrs Sas (1972), Robert Stevenson (1976),
tenssoro sobre la predicacin a los indgenas incluida en de Vega, de la sntesis histrica del Per virreinal de Fran- Juan Carlos Estenssoro (1989), y cabalmente esquemati-
La venida del reino (1994). El mismo criterio ha guiado el klin Pease (1992), y del recuento de la labor de los virre- zados por Luis Eduardo Wuffarden (1993).
acpite referido a la extirpacin de las idolatras con los yes de Jos Antonio del Busto Duthurburu (1993), lo que
aportes de Pierre Duviols (1986) y Pedro Guibovich permite adquirir una comprensin cabal y exacta de cada
(1993). motn. Juan Jos Vega y Jos Antonio del Busto tambin
Para describir el funcionamiento y la ideologa de la nos abren la posibilidad de acceder a un panorama de las
Inquisicin hemos consultado la clsica Historia del Tribu- entradas militares de los siglos XVI y XVII.
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