Calipso y La Inmortalidad Rechazada
Calipso y La Inmortalidad Rechazada
Calipso y La Inmortalidad Rechazada
4
Ibdem, 63-74).
5
Cit. por O. G. Ramos, op. cit., p. 100.
6
La acentuacin irregular de esta palabra constituye una licencia tomada por el traductor por razones de
mtrica.
7
Ibdem, 129-145.
8
Ibdem, 203-214.
Ulises, humildemente, reconoce que la ninfa en superior a su esposa
Penlope, ya que sta es mujer y mortal y Calipso ni envejece ni muere:
9
Ibdem, 219-234.
10
El poema de Ramos no tiene ttulo. En el captulo "La vejez de Odiseo" de su ya citado libro La
Odisea Un itinerario humano, coloca su poema al final, pp. 163-166, despus de imaginar que el hroe,
anciano ya, cuando muchos personajes han muerto, el viejo hroe relata a Femio sus peripecias. As, es l
el primer cantor de su propia vida y su relato llegar ms tarde a ser insertado en la epopeya por un poeta
itacense, Homero.
11
Lefteris Alexu (1890-1964), intelectual y poeta, miembro de una destacada familia de intelectuales y
escritores de Creta, hermano de Galatea Kazantzakis, escritora, primera esposa del autor de la Odisea.
Nada veo ni escucho. Como abejas
el antiguo recuerdo me circunda.
Odiseo a Calipso
12
Luciano: Una historia verdadera 2, 35.
El pasaje sobre el encuentro de Odiseo con Calipso, su convivencia y
la separacin, abarca en el poema homrico los primeros 176 versos de la
quinta rapsodia. Es el poeta quien lo narra; no Odiseo. En la poema de
Kazantzakis, es Ulises quien relata sus penurias a su familia en la segunda
rapsodia, y en esa relacin los versos dedicados a esa "tentacin" son 121.
Pero esos restos del mundo terreno que los sueos todava
conservaban terminan por borrarse del todo. El corazn de Ulises deja de
recordar, de sufrir, de preocuparse por las penalidades de los humanos,
pierde la memoria de lo terrenal. Se detiene "cadver en serenidad divina",
y
19
La descripcin del cristal en el cual todo se ve simultneamente acaso recuerde en alguna medida al
Aleph y el intento borgiano de expresar en palabras la visin simultnea del todo: "Vi el populoso mar, vi
el alba y la tarde, vi las muchedumbres de Amrica..." J. L. Borges: "El Aleph", El Aleph,
Alianza/Emec, Madrid, 1988.
20
Odisea, III, 601-611 y 612-617.
21
Ibdem, XXI, 570-574.
22
Ibdem, XXI, 807-811.
y golondrinas-de-las-piedras que gorjean-en-celo,
y en torno la luz verde y una grande dulzura,
su mente se extravi y no puede recordar dnde est.
Lejos revolotea el pensamiento en la gruta de Calipso,
cuando hora tras hora aguardaba para ver la blonda cabeza
y aquel cuerpo inmortal en la sombra destellar;
pero tardaba en aparecer y se meti el entendimiento
en otras profundas cavernas de gozares, en otros mares azules,
igual que un crustceo que atraviesa chapuzando por las
/ piedras.
Poco a poco el pensamiento serense y volvi a su lugar 23.
23
Ibdem, XXII, 325-335.