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Resumen Evangelii Gaudium

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BREVE RESUMEN DE LA EXHORTACIN APOSTLICA EVANGELII GAUDIUM

MONS. ESTEBAN ESCUDERO, Obispo de Palencia

INTRODUCCIN La pastoral en clave de misin. Hay que abando-


nar el criterio pastoral del siempre se ha hecho
La alegra del Evangelio. En esta Exhortacin as. Invito a todos a ser audaces y creativos en
quiero dirigirme a los fieles cristianos para invi- esta tarea de repensar los objetivos, las estructu-
tarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada ras, el estilo y los mtodos evangelizadores de las
por esa alegra, e indicar caminos para la marcha propias comunidades (33).
de la Iglesia en los prximos aos (1).
Jerarqua en las verdades reveladas. Algunas ver-
Alegra que se renueva y se comunica. El Evange- dades reveladas son ms importantes por expresar
lio donde deslumbra gloriosa la cruz de Cristo, ms directamente el corazn del Evangelio. En
invita insistentemente a la alegra... Por qu no este ncleo fundamental lo que resplandece es la
entrar tambin nosotros en ese ro de alegra? (5). belleza del amor salvfico de Dios manifestado en
Jesucristo muerto y resucitado (36).

CAPTULO I. LA TRANSFORMACIN
MISIONERA DE LA IGLESIA CAPTULO II. EN LA CRISIS DEL
COMPROMISO COMUNITARIO
Una Iglesia misionera. Es vital que hoy la Iglesia
salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los A) Los signos de los tiempos
lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin
asco y sin miedo. La alegra del Evangelio es para Algunos desafos del mundo actual. No a una
todo el pueblo, no puede excluir a nadie (23). economa de la exclusin (54). No a la nueva idola-
tra del dinero (55). No a un dinero que gobierna
El concilio y la renovacin de la Iglesia. Toda la en lugar de servir (57). La economa y las finanzas
renovacin de la Iglesia consiste esencialmente a favor del ser humano (58). No a la desigualdad
en el aumento de la fidelidad a su vocacin. Cris- que genera violencia (59). Relativismo y subjeti-
to llama a la Iglesia peregrinante hacia una pe- vismo en la bsqueda de la verdad (61). Los me-
renne reforma, de la que la Iglesia misma, en dios de comunicacin social y los valores tradicio-
cuanto institucin humana y terrena, tiene siem- nales (62). El fundamentalismo de algunos movi-
pre necesidad (26). mientos religiosos (63). La secularizacin tiende a
reducir la fe y la Iglesia al mbito de lo privado
La renovacin de las parroquias. La renovacin (64). La crisis de la familia y del matrimonio en la
de las parroquias todava no ha dado suficientes sociedad actual (66-67). Debilidades en las culturas
frutos en orden a que estn todava ms cerca de populares de pueblos catlicos (69). Formas de
la gente, que sean mbitos de viva comunin y piedad basadas en supuestas revelaciones priva-
participacin, y se orienten completamente a la das (70). Nuevas formas culturales en las pobla-
misin (28). ciones urbanas (73). El trfico de drogas, el abuso
y la explotacin de menores y el abandono de
La renovacin en las dicesis. Cada Iglesia parti- ancianos y enfermos en las grandes urbes (75).
cular, porcin de la Iglesia catlica bajo la gua de
su obispo, tambin est llamada a la conversin B) Tentaciones de los agentes pastorales
misionera. Ella es el sujeto primario de la evange-
lizacin, ya que es la manifestacin concreta de la S al desafo de una espiritualidad misionera.
nica Iglesia en un lugar del mundo (30). Puede advertirse en muchos agentes evangeliza-
dores, aunque oren, una acentuacin del indivi-

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dualismo, una crisis de identidad y una cada del en la Iglesia como en las estructuras sociales
fervor. Son tres males que se alimentan entre s... (103).
No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
(78-80). Sobre el sacerdocio de la mujer. El sacerdocio
reservado a los varones es una cuestin que no
No a la acedia egosta. Muchos laicos sienten el se pone en discusin, pero puede volverse parti-
temor de que alguien les invite a realizar alguna cularmente conflictiva si se identifica demasiado
tarea apostlica, y tratan de escapar de cualquier la potestad sacramental con el poder (104).
compromiso que les pueda quitar su tiempo li-
bre... No nos dejemos robar la alegra evangeli- La configuracin del sacerdote con Cristo Cabe-
zadora! (81-83). za... no implica una exaltacin que lo coloque por
encima del resto. En la Iglesia las funciones no
No al pesimismo estril. Una conciencia de de- dan lugar a la superioridad de los unos sobre los
rrota nos convierte en pesimistas quejosos y de- otros (104).
sencantados con cara de vinagre. Nadie puede
emprender una lucha si de antemano no confa La pastoral juvenil. Los jvenes, en las estructu-
plenamente en el triunfo... No nos dejemos ro- ras habituales, no suelen encontrar respuestas a
bar la esperanza! (84-86). sus inquietudes, necesidades, problemticas y
heridas... La proliferacin de movimientos pre-
S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo. dominantemente juveniles pueden interpretarse
Los discpulos del Seor son llamados a vivir co- como una accin del Espritu (105).
mo comunidad que sea sal de la tierra y luz del
mundo (cf. Mt 5,13-16). Son llamados a dar tes- La pastoral vocacional. En muchos lugares esca-
timonio de una pertenencia evangelizadora de sean las vocaciones al sacerdocio y a la vida con-
manera siempre nueva. No nos dejemos robar la sagrada. Frecuentemente esto se debe a la au-
comunidad! (91-92). sencia en las comunidades de un fervor apostli-
co contagioso, lo cual no entusiasma ni suscita
No a la mundanidad espiritual. Esta mundanidad atractivo (107).
consiste en buscar, en lugar de la gloria del Seor,
la gloria humana y el bienestar personal. Dios
nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes CAPITULO III. EL ANUNCIO
espirituales o pastorales! No nos dejemos robar DEL EVANGELIO
el Evangelio! (93-97).
Jess es el Seor. No puede haber autntica
No a la guerra entre nosotros. Consentimos di- evangelizacin sin la proclamacin explcita de
versas formas de odio, divisiones, calumnias, que Jess es el Seor, y sin que exista un pri-
difamaciones, venganzas, celos, deseos de impo- mado de la proclamacin de Jesucristo en cual-
ner las propias ideas a costa de cualquier cosa, y quier actividad de evangelizacin (Juan Pablo II).
hasta persecuciones que parecen una implacable
caza de brujas. No nos dejemos robar el amor Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio. La
fraterno! nueva evangelizacin debe implicar un nuevo
protagonismo de cada uno de los bautizados.
Clericalismo. Si bien se percibe una mayor parti- Esta conviccin se convierte en un llamamiento
cipacin de muchos en los ministerios laicales, dirigido a cada cristiano, para que nadie poster-
este compromiso no se refleja en la penetracin gue su compromiso con la evangelizacin (120).
de los valores cristianos en el mundo social, pol-
tico y econmico... Tareas intraeclesiales sin La fuerza evangelizadora de la piedad popular.
compromiso social. En la piedad popular puede percibirse el modo en
que la fe recibida se encarn en una cultura y se
Presencia femenina en la Iglesia. Es necesario sigue transmitiendo. En algn tiempo mirada con
ampliar los espacios para una presencia femenina desconfianza... No coartemos ni pretendamos
ms incisiva en la Iglesia. Se ha de garantizar la controlar esa fuerza misionera! (123).
presencia de las mujeres en los diversos lugares
donde se toman las decisiones importantes, tanto

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Evangelizar de persona a persona. Llevar a los presarse y desarrollarse en toda accin evangeli-
otros el amor de Jess... siempre recordando el zadora (178).
anuncio fundamental: el amor personal de Dios
que se hizo hombre, se entreg por nosotros y est La inclusin social de los pobres. De nuestra fe
vivo ofreciendo su salvacin y su amistad (128). en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los
pobres y excluidos, brota la preocupacin por el
Los carismas al servicio de la evangelizacin. Un desarrollo integral de los ms abandonados de la
signo claro de la autenticidad de un carisma es su sociedad (186).
eclesialidad, su capacidad para integrarse arm-
nicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios La atencin espiritual a los pobres. La peor dis-
para el bien de todos (130). criminacin que sufren los pobres es la falta de
atencin espiritual... La opcin preferencial por
La preparacin de la homila. Hay una forma los pobres debe traducirse principalmente en una
concreta de escuchar lo que el Seor nos quiere atencin religiosa privilegiada y prioritaria (200).
decir en su Palabra y de dejarnos transformar por
el Espritu. Es lo que llamamos lectio divina, Cuidar la fragilidad. Prestar atencin a los sin
para despus conectar el mensaje del texto bbli- techo, los toxicodependientes, los refugiados, los
co con la situacin humana del pueblo (152 ss.). pueblos indgenas, los ancianos, cada vez ms
solos y marginados, las mujeres maltratadas y los
La catequesis. Anunciar a Cristo significa mostrar nios por nacer, que son los ms indefensos de
que creer en l y seguirlo no es slo algo verda- todos (213).
dero y justo, sino tambin bello, capaz de colmar
la vida de un nuevo resplandor y de un gozo pro- La cuestin del aborto. ste no es un asunto suje-
fundo, aun en medio de las pruebas (167). to a supuestas reformas o modernizaciones.
No es progresista pretender resolver los proble-
La propuesta moral en la catequesis. Conviene mas eliminando una vida humana. Pero hemos
manifestar siempre el bien deseable, la propuesta hecho poco para acompaar a las mujeres que se
de vida, de madurez, de realizacin, de fecundidad, encuentran en situaciones muy duras (214).
bajo cuya luz puede comprenderse nuestra denun-
cia de los males que pueden oscurecerla (168). El bien comn y la paz social. La paz se construye
con la instauracin de un orden querido por
Evangelizacin y Palabra de Dios. Es fundamen- Dios... Una paz que no surja como fruto del desa-
tal que la Palabra revelada fecunde radicalmente rrollo integral de todos, tampoco tendr futuro y
la catequesis y todos los esfuerzos por transmitir siempre ser semilla de nuevos conflictos y de
la fe... De ah la necesidad del estudio de la Biblia variadas formas de violencia (219).
y de promover su lectura orante personal y co-
munitaria (175). El dilogo social para la paz. La Iglesia no tiene
soluciones para todas las cuestiones particulares.
Pero junto con las diversas fuerzas sociales,
CAPTULO IV. LA DIMENSIN SOCIAL acompaa las propuestas que mejor respondan a
DE LA EVANGELIZACIN la dignidad de la persona humana y al bien co-
mn (241).
Repercusiones comunitarias y sociales. El keryg-
ma tiene un contenido ineludiblemente social: en
el corazn mismo del Evangelio est la vida co- CAPITULO V. EVANGELIZADORES
munitaria y el compromiso con los otros. Tiene CON ESPRITU
una inmediata repercusin moral cuyo centro es
la caridad (177). Evangelizadores abiertos al Espritu. Jess quiere
evangelizadores que anuncien la Buena Noticia
Confesin de fe y compromiso social. Desde el no slo con palabras sino sobre todo con una vida
corazn del Evangelio reconocemos la ntima que se ha transfigurado en la presencia de Dios
conexin que existe entre evangelizacin y pro- (259).
mocin humana, que necesariamente debe ex-

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Para un nuevo impulso misionero. Desde el pun-
to de vista de la evangelizacin, no sirven ni las
propuestas msticas sin un fuerte compromiso
social y misionero, ni los discursos y praxis socia-
les o pastorales sin una espiritualidad que trans-
forme el corazn (262).

La Iglesia necesita imperiosamente... que se mul-


tipliquen en todas las instituciones eclesiales los
grupos de oracin, de intercesin, de lectura
orante de la Palabra, las adoraciones perpetuas
de la Eucarista (262).

La accin misteriosa del Resucitado. La resurrec-


cin de Cristo provoca por todas partes grmenes
de ese mundo nuevo... porque Jess no ha resuci-
tado en vano. No nos quedemos al margen de
esa marcha de la esperanza viva! (278).

La accin del Espritu. Permitir que l nos ilumi-


ne, nos gue, nos oriente, nos impulse hacia don-
de l quiera. l sabe bien lo que hace falta en
cada poca y en cada momento. Esto se llama
ser misteriosamente fecundos! (280).

Mara, la madre de la evangelizacin. Rogamos a


Mara que con su oracin maternal nos ayude
para que la Iglesia llegue a ser una casa para mu-
chos, una madre para todos los pueblos, y haga
posible el nacimiento de un mundo nuevo (288).

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