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Economía Comunitaria

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Otra Economa - Volumen III - N 5 - 2 semestre/ 2009 - ISSN 1851-4715 - www.riless.

org/otraeconomia

La economa comunitaria en la nacin aymara. Una tica


para la reproduccin de la vida

Sandra Milena Muoz


Colombiana. Economista, candidata a la Maestra en Economa Social de la Universidad Nacional de
General Sarmiento. Investigadora del Grupo de Estudios Sociales y Comparativos (GESC) Colciencias
Categora A. Miembro del Equipo Editorial revista Otra Economa. Investigadora del Grupo de
Investigacin del Centro Cultural de la Cooperacin (CCC) dependiente del Instituto Movilizador de
Fondos Cooperativos -Departamento de Economa Poltica y Sistema Mundial; rea de Economa
Social. Amplio trabajo con organizaciones civiles, con especialidad en comunidades campesinas e
indgenas, sobre desarrollo rural, economas comunitarias y sociales. E-mail: milenam20@hotmail.com

Henry Anthony Chiroque Solano


Peruano. Egresado de la Maestra de Economa Social de la Universidad Nacional de General
Sarmiento (Argentina), Becado por la Cooperacin Tcnica Belga. Licenciado en Trabajo Social por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Per). Especializado en temas de Diseo, Ejecucin y
Evaluacin de Proyectos de Inversin Pblica, Cooperacin Internacional, Investigacin, Gestin de
proyectos y programas sociales, Promocin de la Infancia, Polticas Sociales y Cultura Andina.
Diplomado en Psicopedagoga. E-mail: henrychiroquesolano@gmail.com

Resumen
Este artculo aborda la
economa de los pueblos
originarios de Amrica Latina,
destacando a la Nacin Aymara
como un pueblo soberano que
trasciende las fronteras
geopolticas de occidente y se
constituye en un sistema
econmico instituido desde una
tica de reproduccin de la
vida. En primer lugar,
intentamos mostrar las Artista: Jorge Pinzn
diversas definiciones sobre
pueblos originarios, como un concepto aun en construccin, desde donde se
interpretan las problemticas y contextos actuales de los indgenas en Amrica
Latina. En los apartes posteriores, mostramos la organizacin comunitaria de
esta sociedad ancestral y la forma en que reproducen su sistema desde la
produccin, la circulacin y el consumo incorporando una tica en el trabajo, el
conocimiento y la naturaleza a partir de la institucin del Ayllu como unidad
social.

Trminos clave: reproduccin, tica, pueblos originarios, Ayllu, economa


comunitaria, organizacin, produccin, vida, Nacin Aymara, comunidad.

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ABSTRAC
"This article get onto the community economy of the people coming from Latin
America, more particularly onto the Aymara nation, which like a sovereing
population, transcend the geopolotical frontiers of the West and is constituted in a
system build up on a life reproduction ethic. First of all, we are trying to show the
various definitions about the original population, whose the concept is still in
development, hence can be interpreted the current problems and contexts of the
natives in Latin American. In the following parts, we will show the community
organization of this ancestral society as well as the form used to reproduce this
systems of production, movement and consumption, incorporating an ethic in
work, knowledge and nature since the institution of "Allyu" as a social unit,
transcending space and even time."

Keywords: Reproduction, ethics, native people, community economy,


organization, production, life, community, Aymara Nation, Ayllu.

1. Punto de Partida, Que entendemos por Pueblos Originarios?


Pueblos originarios es la denominacin con la que se conoce a los indgenas
americanos, como forma de reivindicar su cultura y sus intereses en el actual
continente. Generalmente, tambin se utilizan los trminos "indio" e "indgena"
que reflejan la idea equivocada de los europeos que pensaron haber encontrado
en Amrica la costa occidental de India. Se busca representar a partir del trmino
a todas las naciones, etnias, grupos y tribus que fueron conquistados como parte
de la expansin mercantilista y capitalista europea, sobre todo desde el
descubrimiento de Amrica a fines del siglo XV.
Esta definicin de pueblos indgenas, originarios, aborgenes, oriundos, es
un tema complejo que parte desde los planteamientos de Estados Nacin, de la
propia lengua, de las costumbres y prcticas como grupo, de la relacin con los
territorios ancestrales, con los recursos naturales, pasando desde las visiones de
los organismos internacionales hasta la autopercepcin y autodefinicin propia
(Plant- Hvalkof; 2002).
Por un lado, los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), definen a los pueblos originarios a
partir de su diferenciacin con los afrolatinos de la regin, grupo que llego a
America como esclavo. En el Seminario Todos contamos, realizado en Colombia
en el ao 2000, se buscaba lograr un consenso para introducir a esta poblacin
en la medicin demogrfica de los diversos pases de la regin. Exista una
problematizacin sobre la conceptualizacin del BID, ya que se hablaba de etnia
y raza (Alonso; 2005); el primer trmino se utilizaba para los pueblos indgenas
y el segundo, entendido como la pertenencia o identificacin de un grupo que se
distingue del resto de la poblacin slo con sus rasgos fsicos (Alonso, 2005, p.
2), se utilizaba para las comunidades de origen negro, es decir, aquel grupo que
se diferencia no slo por sus rasgos fsicos, sino ms bien por su idioma y
tradiciones, que lo identifican como poblacin indgena (Alonso, 2005, p. 2). Para
el BID, el concepto central es Pueblos Indgenas e indica que debe generarse
una definicin instrumental que no se hunda en el mundo de lo poltico, pero que
responda a las situaciones especficas de cada uno de los pases de la regin
(Alonso, 2005, p. 2).

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Por otro lado, en 1992, el Convenio Constitutivo del Fondo Indgena39,


define a los Pueblos Indgenas como los pueblos que descienden de poblaciones
que habitaban en el pas o en una regin geogrfica a la que pertenece el pas, en
la poca de la conquista o la colonizacin o del establecimiento de las actuales
fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situacin jurdica, conservan
todas sus propias instituciones sociales, econmicas, culturales y polticas, o
parte de ellas (Alonso, 2005, p. 2). Existe para esta clase de organismos una
discusin irresuelta en torno al concepto de indgena, muchas veces abordado con
las expresiones grupo tribal, grupo tnico o aborigen.
El Convenio N 169 sobre pueblos indgenas y tribales en pases
independientes, aprobado en 1989 por la Organizacin Internacional del
Trabajo (OIT) organismo parte de Naciones Unidas (ONU)40, representa el
reconocimiento por esa instancia internacional de las aspiraciones de esos
pueblos a asumir el control de sus propias instituciones y formas de vida y
de su desarrollo econmico y a mantener y fortalecer sus identidades,
lenguas y religiones, dentro de los estados en que viven. (OIT, 1989; p.
1).
El 13 de septiembre de 2007 la ONU aprob la Declaracin de Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas41, que tiene propsito
esencial acordar proteccin de los derechos de los pueblos indgenas del
mundo, reconociendo su diversidad, as como sus derechos individuales y
colectivos. Estos ltimos son esenciales e indispensables para su
existencia, bienestar y desarrollo integral como pueblos.
La Declaracin de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos
indgenas establece tambin detalladamente las acciones y medidas que deben
tomar los Estados con la finalidad de hacer efectivo cada uno de estos derechos,
por lo que se constituye en una gua privilegiada para el establecimiento de una
poltica indgena por parte de cada Estado y de una nueva relacin con este
sector de la sociedad que tanto contribuye a la diversidad y riqueza de las
civilizaciones y culturas.
Despus de realizar esta revisin de los distintos conceptos sobre los
pueblos originarios y las tensiones existentes entre ellos, podemos indicar que
este se encuentra en permanente construccin. Creemos que frecuentemente se
aborda desde miradas etnocentristas por lo que creemos conveniente revisar la
concepcin a la luz del planteo de los propios pueblos.

2. Realidades y situaciones de los Pueblos Originarios en Amrica


En la actualidad, existen cerca de 400 millones de integrantes de los
pueblos originarios a nivel mundial, conformando ms de tres mil pueblos
(Toledo; 2005) con su propia forma de ver el mundo, sus particularidades
culturales, lingsticas, sociales y de organizacin poltica y econmica para la
reproduccin de la vida de sus integrantes. Cada vez ms existe la voluntad de
reivindicarlas y de sentirse orgullosos de ellas, a pesar de siglos de opresin y

39
El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas de Amrica Latina y El Caribe, Fondo Indgena,
es el nico organismo multilateral de cooperacin internacional especializado en la promocin del
autodesarrollo y el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indgenas. Se cre en 1992,
mediante Convenio Constitutivo, en la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno
celebrada en Madrid, Espaa. De esta forma, es uno de los Programas de Cooperacin
Iberoamericana. Ms informacin disponible en: http://www.fondoindigena.org/quees.shtml
40
Disponible en:
http://www.oit.org.pe/intranet/index.php?option=com_content&task=view&id=1380&It
emid=1152
41
Disponible en: http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/es/drip.html

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dominacin cultural, poltica, econmica y social por parte de grupos


socioeconmicos ms fuertes.
Cuando abordamos la situacin de los pueblos originarios en Amrica
Latina, es importante indicar su cuanta y ubicacin espacial, entendiendo esto a
partir de la concepcin exgena y moderna de Estado Nacin, limitado por el
territorio actual. De acuerdo a diversas estadsticas, los pueblos indgenas
alcanzan entre 33 a 35 millones de personas y se encuentran subdivididos en 400
grupos lingsticos diferentes (Bello; 2002), conformando aproximadamente el
10% del total de la poblacin y alrededor del 40% de la poblacin rural de
Amrica Latina (Plant- Hvalkof; 2002).
Si revisamos su distribucin especifica, podemos encontrar que representan
al 81% de la poblacin total en Bolivia, el 50% en Guatemala, 40% en Per, 35%
en Ecuador y 13% en Mxico (Bello; 2002). Ello nos indica que en el rea andina
se concentra el 55% de la poblacin, de la cual el 90% vive en slo tres pases:
Per que tiene la mayor poblacin indgena en trminos cuantitativos, Bolivia
y Ecuador. En cambio, en los Andes del norte y del sur, el porcentaje de
indgenas es bastante menor (menos del 2% en Venezuela y Colombia, 7% en
Chile y 1% en Argentina) (Pajuelo; 2006).
Segn diversos estudios, principalmente de organismos internacionales
(Bello; 2002, Pajuelo; 2006, Toledo; 2005), la mayor parte de esta poblacin
viven en condiciones de extrema pobreza, de exclusin y de desigualdad. Esta
situacin, sumada a la discriminacin racial que sufren estos pueblos, se atribuye
a las reformas liberales del siglo XIX, que deterioraron las condiciones de vida y
afectaron los lazos sociales de estos pueblos, al generalizar la propiedad privada
de sus tierras, la organizacin de los modos de produccin asalariados y
capitalistas, y de insertar la divisin por clases sociales. En este sentido, la
prdida progresiva de la superficie de los territorios que posean, ocupaban y
utilizaban para proveerse sustento, ha significado un quiebre importante en sus
economas comunitarias. Estos procesos fueron agravados an ms por la
migracin campo-ciudad y la escasa insercin laboral de los migrantes en su
nuevo lugar de residencia (Psacharopoulos Patrinos; 1994)42.
Quienes se incorporan en el mercado laboral, se enfrentan a condiciones
laborales difciles, ante lo cual desarrollan un conjunto de estrategias en las que
combinan ocupaciones propias de la ciudad con la venta de productos agrcolas a
pequea escala o el empleo estacional en predios agroindustriales. Los problemas
de insercin en el mercado laboral se deben a que la idiosincrasia propia de estos
pueblos muchas veces no es compatible con los regmenes occidentales de
trabajo asalariado. Adicionalmente, se caracterizan por contar con una menor
escolaridad relativa, lo cual determina condiciones de mayor precariedad e
informalidad laboral (Bello; 2002).
Otro aspecto de la cotidianeidad de estos pueblos es la discriminacin tnica
que es una de las principales causas de la inequidad en el acceso a los servicios
de salud, lo que resulta en una situacin de desigualdad, exclusin, extrema
pobreza, precariedad sanitaria y deterioro de las condiciones de alimentacin y
culturales. Por otra parte, la discriminacin de la medicina tradicional en favor de
la medicina occidental ha hecho descuidar o negar durante dcadas la posibilidad
de contar con la rica tradicin mdica que ellos poseen.

42
En Ciudad de Mxico, Bogot, Santiago o Lima se han formado verdaderos barrios indgenas que
reciben sucesivas oleadas de nuevos migrantes. All, se constituyen redes formales e informales,
organizaciones vecinales, culturales, polticas y productivas cuyo ncleo aglutinador es un sentido de
pertenencia o identidad colectiva. En pases como Bolivia, Colombia, Per, Chile, Guatemala y Mxico
existen complejas redes comerciales indgenas que articulan espacios lejanos y diversos, incluso ms
all de las fronteras nacionales (Benencia, 2006).

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En este sentido, encontramos que el choque desigual de culturas produjo


significativas consecuencias al interior de los pueblos aborgenes. Por un lado, se
deterior profundamente la calidad ambiental, a travs de la deforestacin y la
contaminacin del agua y el suelo, lo que afecta a la diversidad biolgica y
cultural de sus territorios. Todos estos cambios fueron acompaados por el
aumento de la morbilidad, la aparicin de nuevas enfermedades.
Existe un conflicto real y consecuente, por los resultados en la
sostenibilidad y sustentabilidad para la vida, una confrontacin entre las
racionalidades instrumental y reproductiva, debiendo ser el criterio clave la
garanta del circuito natural de la vida humana, por el cual el ser humano es
natural, necesitado y depende de otros seres como l, con derechos ms que
opciones; una racionalidad reproductiva. (Hinkelamert; 2003). Actualmente, la
amenaza de la racionalidad instrumental en la cual todo es mercanca atenta
sobre la vida en todas sus manifestaciones, tambin sobre la diversidad social,
econmica, cultural y ambiental a merced de un Estado Nacin existente quien
legitima esta perspectiva unidimensional del sujeto y del territorio; por ejemplo a
utilizar la energa que proviene de los recursos naturales ubicados en los
territorios ocupados ancestralmente por los pueblos indgenas.
Frente a esta situacin, los pueblos originarios no han permanecido pasivos,
han desarrollado y articulado, a partir de la dcada de los 80, diversos
movimientos indgenas, incidiendo simblica, poltica y sustantivamente en la
legitimacin de una nueva agenda en la sociedad y en el Estado, creando nuevos
marcos de sentido y lenguajes, e instalando temas como: derechos indgenas,
territorio, autonoma, medioambiente, etc. Numerosas organizaciones indgenas
se han movilizado para alcanzar el reconocimiento de sus culturas, sus derechos,
su territorio. Ejemplos en este sentido es posible encontrar en el Ejrcito
Zapatista de Liberacin Nacional (EZLN) en Mxico, los Kichuas en Ecuador, la
nacin Aymar en Bolivia, La Minga en Colombia, entre otros. Es decir, a pesar
del avance del capitalismo, los pueblos originarios se pronuncian en los siguientes
asuntos43: (a) hacerse visibles a la sociedad, en el pas y en el mundo; (b) luchar
por recuperar sus territorios; (c) mantener vigentes sus lenguas y costumbres;
(d) se organizan para resistir y mejorar sus condiciones de vida; (e) reclaman
una educacin y salud que respete su identidad y conocimientos; (f) impulsan
leyes en defensa de sus derechos; (h) continan su relacin espiritual con a la
tierra y la naturaleza; (i) intentan rehacer sus lazos tnicos an superando
fronteras nacionales.
Las consecuencias generadas a partir de estas movilizaciones, acompaadas
de puntos trascendentales en la agenda poltica, incidieron directamente -entre
otros avances- en el diseo y aprobacin44 (en algunos casos con
implementacin) de diversos instrumentos polticos para la construccin de un
Estado Plurinacional. Al respecto, Bolivia con el gobierno actual es un Estado
unitario, social, de derecho plurinacional y comunitario. En Ecuador, segn
fuentes oficiales45 el Presidente de la Repblica, Rafael Correa, durante la Primera
Cumbre de Movimientos Sociales del ALBA-TCP46, destac que la nueva
Constitucin reconoce al Estado ecuatoriano como plurinacional e intercultural.
Esta disputa y reivindicacin indgena se resume en dos cuestiones
fundamentales:
el reconocimiento del valor histrico de sus comunidades y la libertad poltica de

43
Material de la Campaa por la Semana de los Pueblos Indgenas: Para continuar cambiando esta
historia, del 19 al 25 de abril de 2008, Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, ENDEPA.
44
El 18 de marzo de 2009, Evo Morales promulgo el Decreto Supremo 48 de la Constitucin Poltica de
Bolivia en el cual ordena la nueva denominacin oficial del pas a Estado Plurinacional de Bolivia
45
Presidencia de la Repblica Viernes, 16 de Octubre de 2009 15:42
46
Alianza Bolivariana para las Amricas-Tratado de Comercio de los Pueblos

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sus miembros, que a pesar de avanzar en una reconfiguracin del orden jurdico
poltico, slo adquiere sentido en relacin a las necesidades propias y a las
posibilidades reales de cada pueblo.

3. Organizacin para la vida: La Economa Comunitaria de los Pueblos


Originarios
La organizacin econmica de los pueblos originarios se fundamenta en
formas de produccin colectiva, comunitaria dentro de un territorio. Entre los
valores y principios que la regulan se destacan: la complementariedad de
espacios, trabajo colectivo, respeto a la naturaleza, intercambio, reciprocidad y
redistribucin de bienes y servicios; manifestadas en diversas practicas
autctonas (minka, ayni, mita, cambio de mano) que perduran en el tiempo,
garantizando la participacin, igualdad y satisfaccin de las necesidades de sus
integrantes (hombres, mujeres y naturaleza) y principalmente la reproduccin de
su sistema y de la vida misma.
Estas formas societales se caracterizan por tener como sujeto principal a la
comunidad, integrada en base a formas de propiedad comunitaria, al trabajo
colectivo y a relaciones de reciprocidad y cooperacin (Razeto, 2003). Esto
puede apreciarse especialmente en su concepcin de la produccin y del trabajo,
donde el mundo no es un conjunto de materiales disponibles separados de los
cuales se apropie el individuo y en los cuales despliegue sus capacidades
transformadoras, sino un todo vivo, un mundo-animal que le exige respeto y
cario (Razeto; 2003; p. 13).
La importancia de la comunidad y la peculiar relacin que establecen con la
tierra, impide el establecimiento de formas de propiedad privada. El sentido
mismo que entre los pueblos originarios adquiere el concepto de propiedad es
muy distinto al que deriva del derecho romano y que se ha difundido en nuestra
civilizacin moderna. Para ellos, la tierra es madre proveedora y no solamente un
factor de produccin. Los animales, los rboles, los cultivos, son elementos
integrantes de la comunidad y con ellos se establecen vnculos de intercambio
vital que impiden su explotacin con fines de enriquecimiento personal (Razeto;
2003).
Como indicramos, son diversos los gobiernos que han asumido y
revitalizado la importancia de recuperar estas formas de organizacin,
encontrando a partir de ello que el Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y
Medio Ambiente de la Repblica de Bolivia, propone la siguiente definicin de
economa social comunitaria:
La economa social comunitaria promueve el acceso de la poblacin
campesina, indgena y originaria a prcticas sociales emergentes de la
produccin, distribucin y consumo de bienes y servicios de perfil auto-
sostenido o autogestionario. Es una economa alternativa, donde priman las
prcticas democrticas directas, es autogestionaria, el trabajo es asociado y
no asalariado, as como la propiedad de los medios de produccin es
colectiva.
Este constructo surge como respuesta a la problemtica de pobreza y
marginacin, vinculada con el desempleo que enfrentan las poblaciones
campesinas, indgenas y originarias en Bolivia. Se hace hincapi que no es una
economa del regalo: la economa comunitaria es una economa del trabajo
colectivo, en funcin de la colectividad, de la solidaridad, del respeto a la
naturaleza, del respeto a los seres humanos, del respeto a las generaciones
futuras (Macas; 2005).

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En este sentido, el concepto de economa comunitaria que tomamos del


Ministerio de Desarrollo Rural, aunque nace de la necesidad de inclusin de
sujetos, valores, instituciones y prcticas ancestrales que se mantienen en tiempo
y espacio, puede constituirse como un eje conceptual para dar forma a un tipo
economa en el mbito local y se constituya en un sistema de organizacin
econmico, social, cultural y poltico, dirigido a las comunidades a fin de
garantizar las necesidades legitimas de todos y todas.
Por otro lado, la economa comunitaria, como sistema comunal puede
apropiarse y mantener su esencia frente a otros entornos sin que esto implique la
transformacin radical del mismo. Dentro de la concepcin de su sistema, la
gestin econmica y poltica comunal (Patzi Paco; 2005), los medios de trabajo y
los recursos naturales son de propiedad colectiva, contando con una distribucin
privada de la posesin, donde los miembros de la comunidad, constituidos en una
asamblea, son los propietarios de los recursos existentes dentro del territorio,
pero usufructuados y trabajados en forma privada y familiar (Patzi Paco; 2005,
p. 172).
Para la economa comunitaria, el control es llevado por la colectividad y no
por una persona o un grupo de elite, tal como ocurre en las sociedades
capitalistas. Asimismo la administracin del poder o la toma de decisiones no est
centrada en un individuo o grupo de personas, sino que es asumido por la
colectividad y se fundamenta en la obligacin y rotacin; es decir, convertirse
en autoridad no depende de la voluntad propia, sino que la persona debe y est
obligada a hacer este servicio a la comunidad, ya que si no, puede perder el
acceso a recursos econmicos (tierra, riego, pastizales y otros). Esta autoridad se
ejerce de forma rotativa (Patzi; 2004, p. 175).
Tomando en cuenta que en las sociedades de los pueblos originarios no se
han generado divisiones, ni esquemas de diferenciaciones entre campos polticos,
econmicos, sociales, culturales, etc., asumimos que su estructura de carcter
comunitario nos permitir desarrollar el anlisis de algunos de los conceptos que
deben incorporarse en esta perspectiva. A continuacin tomaremos diversas
investigaciones sobre la Nacin Aymara, con sus diferentes concepciones de lo
econmico, su relacin con la naturaleza, su cultura, cosmovisin y tica, es un
referente importante a destacar dentro de los pueblos aborgenes para
comprender en la prctica lo que hemos denotado como economa comunitaria.

4. Trascendiendo al tiempo: Practicas de reproduccion de la vida desde


la nacion Aymara

La Nacin Aymara est localizada en Bolivia, Per y el Norte de Chile y


Argentina, en los seoros Pakasas, Lupazas, Omasuyus y los Kollas, desde las
orillas del lago Titicaca y la cordillera de los Andes hasta el noreste argentino.
Conformaron y aportaron la base de imperios tales como Wari y Tiahuanacu,
fueron conquistados y anexados por los incas en el ao 1450; a partir de 1535 los
espaoles conquistaron el Altiplano y en 1542 el virreinato del Per lo incluira en
la totalidad de su territorio. De acuerdo a los censos de Bolivia y Chile (1992) y
del Per (1993) existen 1.237.658 de origen boliviano, 296.465 peruano y 48.477
chileno (Valdivia; 2006).
El Aymara es un pueblo dedicado al pastoreo y a la agricultura que tiene
una economa complementaria en la que se generan relaciones de intercambio de
productos entre pastores y agricultores. Esta forma de subsistencia se basa en el
principio del Ayni, que se refiere a la reciprocidad entre los Aymaras: la peticin
de ayuda en el presente, ser correspondida en el futuro. Estas comunidades se
dividen en unidades en Ayllus que pueden ser originarios o bien ser fracciones

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provenientes de reducciones de otras colonias. Bajo el dominio Inca, algunos


indgenas siguieron viviendo en sus tierras, manteniendo la capacidad de
autosostenerse y de contribuir al tributo exigido por este Estado.
El Ayllu se constituye como la unidad social andina, ncleo de las relaciones
sociales, de parentesco, poltico, econmico y religiosas. Es decir, representa la
estructura bsica de las relaciones en el mundo andino, es el elemento de
cohesin social en donde se nuclea a un grupo de la comunidad bajo relaciones
rituales, econmicas, sociales, parentales, etc. Cada de uno de ellos tiene como
lder a un Jilakata, elegido anualmente por los miembros ms prestigiosos.
(Arnsdorff; 2006)
Dentro de este sistema conviven tres comunidades: de los seres vivos de la
naturaleza (Sallqa), de las divinidades (Huacas) y de los seres humanos (Runas).
Estas comunidades se integran en armona y equilibrio en el territorio que es su
vida, su sustento, parte de su religin, su imaginario popular, en sntesis, toda su
existencia.
Originalmente, la economa Aymara es ecolgica, es eco-crianza; el valor
ltimo es la vida que fluye, es decir, -utilizando los trminos de van Kessel- la
crianza de la vida. Sin embargo, en la actualidad, producto de la conquista
occidental y del avance del desarrollo del capitalismo, estos valores se han ido
modificando a travs de la interrelacin del mercado. An as, se mantiene cierta
distancia con la economa de mercado que es unidimensional y eco-agotadora,
cuyo valor ltimo es: el capital que crece (Van Kessel; 2003).
En los apartados que siguen se desarrollarn los conceptos bsicos de la
economa andina Aymara, definidos como crianza de la vida.

5. El proceso de produccin en las comunidades Aymaras

La vida es el valor central, supremo y meta-econmico de los Aymaras. La


meta final de la actividad econmica no es incrementar o acumular capital y
poder, sino criar una sumaq kawsay (una vida dulce, armoniosa, vigorosa). La
produccin es la regeneracin del sumaq kawsay mediante siembra,
procreacin, gestacin, nacimiento, crianza, cosecha. El ciclo econmico andino
Aymara es el resultado de tres ciclos biolgicos que integran el sistema
econmico andino: vital humano, ganadero y climtico, vegetativo y agrcola.
(Arnsdorff; 2006)
Los pueblos originarios cuentan con una forma de produccin comunal; esto
implica que no existe una apropiacin privada sino que existe un reparto
equitativo entre todos sus miembros. Es decir, al excedente no se lo apropia
cada familia en particular, le pertenece a la comunidad y una parte se destina a
un fondo comn para redistribucin en situaciones desfavorables (sequas, etc.),
ceremonias, obras de bien pblico e incluso para solidarizarse con otras
comunidades que se encuentren en situaciones difciles.
En este sentido la propiedad, as como la produccin, exceden a la unidad
domstica tradicional: las familias producen en comunidad, la tierra pertenece a
todos los miembros de la colectividad y, a la vez, a ninguno en particular: el
indgena Aymara o quechua, por ejemplo, usufructa las tierras en calidad de
posicin privada, pero no son propietarios privados de esas tierras. El verdadero
propietario es la comunidad (Patzi Paco; 2005, p. 173). En este contexto, existe
una fuerte dependencia de los distintos individuos hacia la comunidad: la unidad
domstica no puede ser en s misma autosuficiente, depende de la comunidad,
tanto en la posesin de la tierra como en la produccin de cultivos comunes.

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5.1. El trabajo

Los pueblos originarios entienden al trabajo como la energa del ser


humano-pueblo47 que permite la transformacin de la naturaleza para resolver
las necesidades humanas. ste los pone en relacin con la tierra y les permite
producir lo que se necesita. Si bien el trabajo se realiza desde la individualidad
de cada persona, adquiere su expresin mxima cuando se trabaja
cooperativamente, cuando adquiere carcter colectivo. As, por su trabajo cada
persona es co-creador de una construccin colectiva logrando, a la vez, la
satisfaccin de las necesidades.
Bajo la forma de produccin comunal, el trabajo no es alienado: el producto
del trabajo no se presenta a los Aymaras como algo ajeno, sino como algo que
les pertenece. Esto ocurre porque el individuo o la familia son dueos de sus
trabajos, no hay otro propietario que enajene su trabajo como ocurre en las
sociedades organizadas sobre la base de la propiedad privada (Patzi Paco; 2005,
p. 173).
As, a diferencia del modo de produccin capitalista en donde existe la
propiedad privada de los medios de produccin y existe una apropiacin de
trabajo ajeno, en la forma de produccin comunal existe una propiedad colectiva
de los recursos y una apropiacin del trabajo en forma familiar/individual. En
sntesis, esta economa comunal no niega la economa privada basada en el
trabajo individual y familiar pero su lmite est en que esta entidad econmica
no crezca a costa del trabajo ajeno y que de lugar a la superacin de gente que
trabaja y no a la gente que vive a costa del trabajo de otro (Patzi Paco; 2005, p.
175).

5.2. La naturaleza

Las relaciones del hombre andino con su medio evidencian una conducta de
hermandad con su medio ambiente: la naturaleza es el medio donde vive el
hombre, pero no le pertenece a l; no es propiedad de nadie. El hombre andino
mantiene una relacin espiritual muy fuerte de respeto y cuidado con los astros,
las plantas, los animales, los hombres, la tierra y otros elementos de su vida
cotidiana.
Es as como este ser humano-pueblo se recrea y transforma, porque al
transformar la naturaleza se transforma a s mismo para mejorar cada vez ms.
El profundo respeto hacia la naturaleza se expresa en un control ecolgico:
produccin responsable, no abuso de los recursos, produccin biodegradable,
etc., y tambin en distintas manifestaciones ceremonias, ritos, etc. que se le
rinden ah donde el hombre habla con la tierra, le pide proteccin y le brinda
homenaje.
Se establece esa relacin porque la tierra es vida, es procreacin, es
fertilidad, es alimento y es nacimiento permanente. La relacin con la tierra es
diversa, tiene sus particularidades o especificidades como en los casos de los
vnculos con el agua, aire, etc.48. Esta correspondencia espiritual no es una
relacin de idolatra.

47
Entienden que el ser humano no existe solamente en sentido individual sino como pueblo.
48
Ese respeto hacia la naturaleza se observa en las ceremonias rituales dedicadas a la lluvia, truenos,
granizo y otros fenmenos meteorolgicos, donde predomina esencialmente el dilogo con los

133
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5.3. El conocimiento

El concepto de economa se inserta en la cosmovisin Aymara para van


Kessel como la feliz Crianza de la Vida, e implica una triple actitud: tcnica,
ritual y tica. La actitud tcnica est relacionada con el conocimiento, y significa:
habilidad, prudencia y experiencia emprica en la Crianza de la Vida (Van
Kessel; 2003).
El conocimiento y las tcnicas de produccin cumplen un rol central en estas
comunidades; son la condicin bsica para la gestin de las bases locales
ecolgicas y espirituales del sustento y resolucin autnoma de las necesidades.
El conocimiento se transmite de generacin en generacin a tiempo de
colocar a los individuos de una comunidad en una condicin equitativa en cuanto
a capacidad, destreza, identidad y cosmovisin, establece tambin valores
imprescindibles para los procesos productivos y de resolucin autnoma de
necesidades, como la solidaridad y reciprocidad, lo cual es evidente por ejemplo
en la Minga (Gualinga; 2000, p. 2). Esta trasmisin se realiza en base a la
cosmovisin que permite crear organizaciones propias.

6. La circulacin de los bienes

La organizacin social de la economa se basa en el sistema de parentesco,


sustentado en el intercambio de miembros del grupo para generar unidades
productivas y compensar las diferencias de productividad y la variabilidad
climtica. A partir de ello se generan diversos tipos de intercambio: intercambio
con familiares; intercambios con vecinos, que promueven la paz y la convivencia;
e intercambios ritualizados, que sostienen o modifican el territorio como
contraparte de la reproduccin social.
Las comunidades indgenas desde pocas remontadas a sus orgenes
ancestrales instauraron como practica los intercambios, en gran medida
ligados a relaciones de parentesco extendidas a lo largo de la geografa de
sus territorios con lo cual garantizaban el autoconsumo familiar, pero
adems la consolidacin de lasos familiares y la reproduccin continua de su
identidad, trasmitida en cada trayecto del viaje, donde el adulto se
acompaaba de uno o dos de sus hijos (Cadena, O & Muoz, M. 2008;
107) .49

6.1. La administracin domstica: la autarqua

Como dijimos, la autarqua no se presenta a nivel de las unidades


domsticas ya que stas dependen de la comunidad y, en tanto la produccin es
colectiva, abarca a todos los miembros de la comunidad.
Polanyi define a la administracin domstica como la produccin para uso
propio (Polanyi, 1989; p. 98) y encuentra que independientemente de las

espritus ancestrales para que, mediante su intermediacin, se consiga el equilibrio del hombre con los
fenmenos.
49
El Trueque en el Cauca: Un sistema alternativo frente a las polticas de globalizacin? Hacia una
mirada desde lo poltico econmico. Facultad de Ciencias Contables, Econmicas y Administrativas,
Universidad del Cauca. Revista Porikan 2008. Vol. 9 fasc.12 ISSN: 0124-0528

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entidades que formen la unidad autrquica -familia, tribu, aldea, etc.- el principio
es el mismo: la produccin y el almacenamiento para satisfacer las necesidades
del grupo.
Como su propio nombre lo indica, la economa comunitaria es la
administracin de la casa, de la comunidad y de la casa de los pueblos. Es la
manera de realizar actividades para satisfacer las necesidades humanas de
manera integral. La autonoma y la economa comunitaria ocupan un rol central y
estn relacionadas con la capacidad de decidir y producir con el fin de satisfacer
las necesidades econmicas.

6.2. La reciprocidad y la redistribucin

El sistema socioeconmico est basado en la solidaridad, la reciprocidad y la


redistribucin. Estos ltimos dos principios no son antagnicos, por el contrario,
se complementan: se practica una ayuda real muy concreta y la redistribucin no
es un acto paternalista y justo, sino el resultado de un acuerdo conjunto e
igualitario entre los miembros de la comunidad.
Las diferencias no son de clase sino de prestigio social ante las
comunidades, pero sin un poder desmedido, sino rotativo y responsable. As, la
movilidad social depende de si las funciones que cumplen los miembros
benefician a la comunidad, es de esta manera como adquieren proteccin social.
De esta forma, los miembros del Ayllu van ascendiendo jerrquicamente
pudiendo alcanzar las funciones de mayor casta.
La relacin del hombre con el hombre (Jaqi), para los Aymaras, es una
relacin complementaria como la que existe en la naturaleza. En la antigedad
era ms significativa, hoy da si bien siguen teniendo vigencia la reciprocidad y la
complementacin permanente, no son tan intensas por el avance del mercado50.
Las instituciones socioeconmicas que permiten dar cuenta de esos
principios son los siguientes (Arnsdorff; 2006):
Ayni: Ayuda recproca con beneficio por igual para ambas partes. Ejemplo: El
hecho del telar de la casa en el cual participan todos los miembros del Ayllu,
llevando telas, tejiendo, etc. Esta ayuda es devuelta con el mismo valor,
materialmente o en trabajo.
Mink'a: ayuda alternada, (tierra cultivada por ciclos rotativos). Su traduccin
sera: Hoy por ti, maana por m.
Jayma: trabajo colectivo en beneficio de todo el Ayllu, se puede realizar en
una, dos o tres jornadas.
Waki: aporte de reciprocidad complementaria con beneficios recibidos por
igual.
Laki o partida: distribucin recproca y alternada de tierras nuevas y de las
cra de ganado.

6.3. El intercambio

50
En la poca precolombina, la reciprocidad y la redistribucin eran categoras universales de estas
culturas. El concepto Jaqi, segn Simn Yampara, se refiere a la pareja, donde confluyen dos
parcialidades que hace una totalidad parcial que es una familia. As, la organizacin del trabajo entre
una o ms personas, facilit el crecimiento de una sociedad de abundancia. Donde un Ayllu
suministraba, por ejemplo, oro y el Inca en sus escuelas produca y devolva utensilios decorativos,
etc.

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Los pueblos originarios poseen una teora objetiva del valor: las cosas valen
en funcin del trabajo que requieren. Cuando se producen los intercambios, se
realizan en funcin de los esfuerzos dedicados para elaborar los productos. Al
exterior de la comunidad, los pueblos originarios presentan dificultades para
adecuar sus mecanismos internos a la lgica del capitalismo.
En este sentido, se parte de la idea de que hay que lograr un equilibro entre
la democracia y el mercado: se deben determinar los precios de los productos en
funcin a la voluntad o deseo colectivo (en Asamblea) ya que el mercado posee
otras reglas ajenos a ellos- y que no se muestran interesados en
implementarlas, tan solo en aprovechar algunos espacios disponibles.
Los problemas que se les presentan bsicamente son dos: por un lado,
como responder a las demandas de los mercados (muchas veces no pueden
producir los volmenes demandados) y, por otro lado, el problema de las
prdidas de ganancia a travs de los intermediarios.
Para resolver esto ltimo, deben avanzar hacia la comercializacin directa
de sus insumos y semillas, para lograr la menor intermediacin posible. Sin
embargo, esto requiere del control de factores que muchas veces no estn en
condiciones de manejar (almacenamiento, distribucin, fletes, etc.). En
consecuencia, recaen en un acopiador para comercializar sus productos.
Si bien la comercializacin de los productos puede ocupar un lugar
importante en algunas comunidades aborgenes, hay que destacar que siempre
ocupa un lugar subordinado, pero cada vez ms importante. En primer lugar, se
privilegia el autoconsumo, la reproduccin social de la comunidad. Es decir, el fin
de la produccin no es la venta en el mercado, sino garantizar la satisfaccin de
las necesidades de la comunidad y solamente comercializar el excedente.

7. El consumo
Los Aymaras plantean un consumo responsable de acuerdo con sus
necesidades, que conforman un catlogo finito. Hay una divisin sexual, etaria y
por especializacin del consumo.
Dado que para los Aymaras producir es regenerar la vida, el destino de la
produccin, entendida como siembra, fertilizacin, procreacin; gestacin y
paricin, es la Crianza de la Vida; sta se dirige a satisfacer necesidades
diferentes de las que se observan en el sistema moderno occidental (Van Kessel;
2003).
El Aymara define entonces su tica laboral y su sistema de consumo a partir
de la Vida como supremo valor (valor meta-econmico). La economa de la
crianza nunca permite un manejo violento, autoritario o autocentrado, ni un
derroche del producto, por cuanto se trata del alimento para la Vida. La economa
de la crianza Aymara es pachacntrica (centrada en la Vida), no
antropocntrica. Significa que el andino se considera como hombre criador; no
como homo economicus (van Kessel; 2003).
Dussel puntualiza, desde la cosmovisin de los mayas, que el conocer
prctico por excelencia de los pueblos originarios es una racionalidad donde el
consumo debe dar cumplimiento a la reproduccin de la vida, reiteradas veces
negada a estas comunidades por las autoridades gubernamentales. As dice el
autor: Todo el tema de la pobreza, la miseria, es una manera de no nombrar la
no-posibilidad (la imposibilidad) de reproducir la vida del indgena (Dussel;
2007).

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Este criterio plantea entonces que los pueblos originarios son sujetos
(individuales y colectivos) histricamente negados, no reconocidos, sino
conocidos, y esto en forma de catalogacin, por parte de los gobiernos locales y
los organismos internacionales con poder de decisin sobre ellos, sus vidas y la
reproduccin de sus vidas. Aqu es donde, dira Mounier, el Otro ya no es aquel
Otro que integra el Nosotros, sino que ese Otro es ajeno, distinto y lejano de
m; alter se torna alienus (Mounier; 1984). Este conocimiento, a modo de
taxonoma de los excluidos, difiere, y mucho, del principio de comunitariedad
presente en la tica de los pueblos originarios.
El respeto por la Vida y por el Otro que se integra en el Nosotros es la
mxima de la tica Aymara, que se resume en la Crianza de la Vida (van Kessel;
2003).

8. La tica de los pueblos originarios

En la tica de la organizacin de la Nacin Aymara, los llamados recursos


naturales representan un factor activo de la produccin, al lado del hombre; una
accin viva y un modo de Crianza de la Vida; el hombre es su hermano, no su
dueo. La idea de una oposicin jerarquizada entre espritu y materia, entre el
hombre y la naturaleza, o creacin (idea que permite desarrollar una ideologa
occidental de control y dominacin sobre el medio natural y los recursos) no entra
en el pensamiento andino Aymara.
La tica del pensamiento andino Aymara incluye entre otros los siguientes
conceptos:
1. La relacionalidad, por la que el individuo est inserto en un sistema de
relaciones mltiples. Es un principio trascendental que se manifiesta en todos los
niveles -de diversas maneras- y es garanta para la vida. Va unida a las diferentes
formas de reciprocidad que hacen posible el bienestar y la fertilidad.
2. La conciencia ecolgica: el cosmos es un sistema de relaciones mltiples y
una perturbacin de estas relaciones tiene consecuencias csmicas que afectan la
salud y la vida de toda la comunidad y de todo el universo, inclusive la vida de la
chacra, y el clima.
3. La complementariedad: a cada ser y cada accin corresponde un elemento
complementario y se constituye de este modo un todo integral. Es lo que ocurre
con el cielo y la tierra, el sol y la luna, el varn y la mujer, el da y la noche.
4. La reciprocidad: es la complementariedad en el terreno de lo moral y
prctico. Cada accin recin cumple su sentido y fin en la correspondencia con
una accin complementaria, logrando un equilibrio. El orden csmico es un
sistema balanceado de relaciones. Cada relacin tiene que ser bidireccional, es
decir, recproca (Valdivia, 2006).
Hay en esta postura tica dos aspectos fundamentales: la lucha por la
identidad y la lucha cultural, que en realidad son una sola lucha. Luchar por la
identidad es una forma de luchar polticamente, es otra resistencia al poder, a los
discursos de la globalizacin. Es una expresin poltica en tanto los pueblos
indgenas puedan cambiar la forma de pensar, la conducta homogeneizadora que
hoy se pretende imponer. Los pueblos de las economas comunitarias apelan al
mundo de la comunidad, la solidaridad, la reciprocidad, en contradiccin con el
mundo del capital y la acumulacin; el mundo indgena as puede convertirse en
un aporte fundamental para un cambio histrico (Macas, 2005).
En lo que a lucha cultural se refiere, sta requiere el reconocimiento de
la diversidad y del Otro. Es una lucha que confronta a las

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racionalidades divergentes con la dominante; es una construccin


epistemolgica, dado que los saberes le pertenecen a quienes han
participado en su construccin, y los conocimientos construidos y
heredados no han sido entonces una imposicin. Es por eso que la
identidad cultural se manifiesta fuertemente en la conviccin de que la
globalizacin debe ser resistida recuperando para la economa el
espacio de realizacin y actualizacin de los valores y fuerzas de la
solidaridad. Dussel dice al respecto que lo que se cuestiona es la
conceptualizacin de Estado Nacional, en el sentido de que
institucionaliza una sola nacin (Dussel, 2007), o sea la clase
dominante homogeneizadora, y no contempla, dentro del rico mosaico
que nos depara Amrica Latina, las diversas naciones-pueblos
originarios que forman parte de ese pretendido ser nacional.
Estas ideas estn presentes en la perspectiva de un Estado
Plurinacional, como sociedad intercultural, que responda al Estado
Colonial y su invisibilizacin del Otro, incorporando otras racionalidades
a la racionalidad econmica imperante. Por ello es necesario aclarar,
desde la epistemologa construida, que la Economa Comunitaria no es
una economa del regalo, tal como se la clasifica desde categoras de
anlisis occidentales, sino del trabajo colectivo y en funcin de la
colectividad (Macas; 2005), con una racionalidad reproductiva que
apela a la solidaridad orgnica. La solidaridad orgnica genera un
desarrollo territorial y en ella la iniciativa y la creatividad de unos
requieren e inducen las de los otros, incorporando una dimensin de
desarrollo local, de desarrollo desde lo cotidiano compartido por las
comunidades complejas (Coraggio; 2004).
Esto conlleva una redefinicin del concepto de equilibrio econmico y de la
racionalidad econmica. La lucha cultural es poltica (Macas; 2005) porque desde
la recuperacin de los saberes ancestrales basados en la mutualidad, la
participacin y la naturaleza se recupera un universalismo distinto del de la
globalizacin. Esto significa repensar la epistemologa.
Repensar la epistemologa es re-nacionalizar los saberes. Los saberes
ancestrales son de carcter colectivo, contribuyen al bien comn y no son
propiedad privada para uso privado. En la cosmovisin Aymara los conocimientos
ancestrales parten de la Pacha (Arnsforff; 2006).
La Pacha es una categora del pensamiento andino que expresa una
dimensin global de la vida, donde el tiempo y el espacio no tienen principio ni
fin. La Pacha tiene tres dimensiones profundamente imbricadas: una dimensin
humana, una dimensin natural y una dimensin csmica.
En la dimensin humana de la Pacha, la mujer y el hombre se definen como
semejantes y diferentes a la naturaleza y el cosmos. Son semejantes, por su
condicin natural y csmica; son diferentes, por su condicin humana de
racionalidad y conciencia. Los Aymaras no dividen a la naturaleza y al cosmos en
fracciones; ningn elemento natural constituye un mundo aislado para ellos. El
mundo vital y, valga la redundancia, el de la vida, constituyen una unidad
inseparable.
Esta es una de las razones por las que los indgenas y campesinos reclaman
un territorio, y no solamente la propiedad de la tierra. El territorio es expresin
de una totalidad que incluye al ambiente como relacin hombre-naturaleza, y a
las prcticas cotidianas de territorializacin, entendida sta como recorte, en un
espacio percibido y concebido, aplicando las categoras de un espacio vivido
(Soja; 1996). El espacio vivido es mbito de la cotidianeidad y mundo de la vida,
y en el ser humano del mundo andino remite a la idea de que el hombre no es un
sujeto que vive fuera de la naturaleza, para destruirla y para acumular riqueza, al

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contrario; este sujeto es una persona en equilibrio consigo misma y con su medio
social, natural y csmico. Esta estrecha relacin con la naturaleza niega que la
sostenibilidad y desarrollo sean compatibles con un sistema mercantilista y
mercantilizador.
Para los pueblos originarios la sustentabilidad es el proceso que absorbe y
retribuye el alimento para todos los vivientes del espacio geogrfico en que
habitamos en la naturaleza, con la fauna y la flora de nuestros territorios. Las
condiciones son: la sabidura, el equilibrio y las aspiraciones sociales, la
valoracin del potencial humano y natural, los conocimientos ancestrales y el
acervo sociocultural. (Leff; 2002).
Tomamos el criterio de sostenibilidad socioecomica para complementar esta
perspectiva de economa comunitaria. Para ello citamos a Coraggio, resaltando el
rol del Estado como garante de los derechos no slo en lo normativo sino en
cuanto a facilitar el acceso efectivo a las bases materiales para ejercerlos,
cualquiera sea la forma de ejercer esa garanta (Coraggio, 2008:5).
Por la dimensin natural de la Pacha, la Naturaleza es la fuente de este
conocimiento, y revela al ser humano cada uno de sus procesos que son
asimilados para su buen uso. La Naturaleza no es propiedad de nadie,
contrariamente a lo que la lgica capitalista establece, mediante la destruccin
del medio natural a travs de la imposicin de un individualismo que convierte a
la expoliacin como expresin de una racionalidad medio-fin absoluta.
Por la dimensin csmica de la Pacha, el cosmos se desenvuelve en
expansin y contraccin, con leyes de identidad, complementacin, equilibrio y
consenso. Esto remite al concepto del Nosotros, presente en todos los aspectos
de la tica de las economas comunitarias. El Nosotros incluye un elemento bsico
que es la pluralidad (Lenkensdorf; 2005).
La pluralidad hace que cada individuo sea contenido, confortado e integrado
desde la niez en la familia, y en el entorno no familiar inmediato. Esto determina
una apertura hacia la diversidad de costumbres que exceden a la familia, y
abonan la predisposicin hacia el dar y recibir, o la reciprocidad. En este dar y
recibir se espera el cuidado de los mayores por los menores, desde los hermanos
entre s, obligacin que alimenta todo el tiempo el Nosotros omnipresente en la
cosmovisin de los pueblos originarios.
El Nosotros implica tambin coordinarse, no subordinarse; se trata siempre
de llegar a consensos y de reincorporar a aquellos que estn escindidos o por
escindirse del Nosotros. Es por eso que la tica del Nosotros no consagra la
competencia, sino la integracin. No premia al vencedor; le da a la competencia
una connotacin negativa, distinta de la preeminencia dada a la competitividad
por la cosmovisin occidental no originaria, que no coordina, sino subordina,
ejerciendo siempre alguna forma de violencia, tanto fsica como simblica. La
tica comunitaria es entonces intersubjetiva; no es una relacin entre sujeto y
objeto de prcticas. Se potencia en esta tica a la bidireccionalidad y a la
multidireccionalidad, donde es significativo el aporte a lo poltico en las asambleas
comunitarias (Lenkensdorf; 2005).
El t individual est incorporado al Nosotros, a El saber por Nosotros, lo
que remite al pensamiento personalista de Emanuel Mounier. Mounier (Mounier;
1984) no habla de la tica de la economa comunitaria, pero las categoras que
desarrolla como actos originales de la persona contribuyen a explicar este t-
Nosotros. Estas categoras son:
Salir de s: la persona es capaz de descentrarse para llegar a ser disponible
para otros y lograr consensos.
Comprender: abrazar las singularidades que forman el Nosotros.

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Tomar sobre s: sobrellevar comunitariamente los problemas de los T


insertos en el Nosotros, como es en este caso la reproduccin ampliada de la
vida.
Dar: se trata del don, pero como ya se dijo, no se trata de una economa del
regalo.
Ser fiel: una fidelidad creadora hacia s, hacia los otros que forman el
Nosotros, presente en la solidaridad orgnica.
Se trata de ser con los Otros que forman el Nosotros, no de disolverse en
los otros. Hinkelammert y Mora (Hinkelammert y Mora; 2003) desarrollan esta
postura cuando establecen que la opcin por la vida del otro es la opcin por la
propia vida, afirmando la vida como principio material y universal, con la vida
humana como criterio de verdad prctica y terica.
El pensamiento econmico andino Aymara parte de la vida biolgica como
criterio de verdad, donde la opcin es por la vida de todo, como organismo
universal. Los conceptos bsicos hasta aqu desarrollados son parte de una
cosmovisin y una pacha-vivencia basadas en el concepto de un mundo vivo y un
organismo universal nico - el mundo como mega-organismo, o mega-cuerpo-.
De este modo se logr un sistema econmico de produccin-distribucin-
consumo-reproduccin que ha sido capaz de criar, vigorizar, asegurar y
reproducir la buena vida (sumaq kawsay) del Aymara y de su mundo. Es una
actitud ritual, porque tiene una dimensin simblico-religiosa, expresada en los
rituales de produccin que acompaan la Crianza de la Vida. Actitud tica de
cario y respeto, responsabilidad y solidaridad.

9. Elementos desde la organizacin del sistema aymara y su relacion con


la economia social

El sistema de produccin y reproduccin de la Nacin Aymara presenta el


desarrollo de la economa comunitaria a partir de organizar de manera comunal
la administracin de los recursos de acuerdo a sus usos y costumbres. Desde este
lugar, vamos a destacar no slo las formas de redistribucin y reciprocidad -como
innegables maneras de integrarse y reproducirse- sino tambin las formas de
intercambio, y la manera de producir comprendiendo que no son sociedades
homogneas. Es decir, no tienen una identidad nica y unitaria, sustentada desde
el etnocentrismo y el indianismo como una mirada que no supera a lo local (Patzi
Paco; 2005), pero se reivindican como un sistema econmico vlido para superar
los antagonismos del capitalismo.
El concepto de identidad nos remite a la pertenencia a un grupo social y no
a otro, como sera el capitalismo como sociedad de mercado, ya que a lo largo de
la argumentacin se evidencia cmo la economa de la Nacin Aymara contiene
elementos contradictorios con los intereses del sistema globalizador capitalista.
Por tanto, la construccin del sujeto y de las relaciones econmicas es ajena a la
identidad mercantil.
La reivindicacin de la Nacin Aymara se manifiesta en la participacin
dentro de la Guerra del Gas, desde el enclave territorial de El Alto, que
exigieron la nacionalizacin de los recursos petroleros bolivianos, como uno de los
elementos para contribuir a darle un giro a la historia de Bolivia. Esto convierte a
los Aymaras en uno de los principales grupos contestatarios de los intereses
internacionales que buscan extraer otra de las principales riquezas de su pas a
costa del empobrecimiento nacional, como ocurri con la plata y el estao hace
siglos.

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Reivindicarse implica tambin, un acercamiento hacia la construccin de un


lenguaje propio, ms all de la modernidad/colonialidad/capitalista de sesgo
espacial (Escobar; 2006), en tanto no releva las particularidades locales que
aporten en la construccin de un proyecto identitario que seran: reivindicacin
del indgena; reivindicacin de una manera peculiar de ser, diferente de los pases
ms desarrollados; la no intervencin de estos pases en Amrica Latina y una
reivindicacin de la independencia y la libertad (Arnsdorff; 2006, p. 45).
Desde la modernidad/colonialidad/capitalista la construccin de nacin,
distribucin territorial, relaciones de produccin, trabajo y estructuracin social se
hizo a partir de la emergente Europa del siglo XVIII (Escobar; 2006, Postone;
2006), por tanto no podemos hablar de reivindicacin de los pueblos originarios
sin mencionar a la modernidad como el discurso hegemnico totalizante que
pretende ocultar otros modelos de sociedad. En este sentido, el concepto de
economa comunitaria, se plantea un sistema estructural de produccin que
vincula todos los niveles del circuito econmico (produccin, circulacin,
consumo), a partir del vnculo de la naturaleza y el ser humano pueblo, con un
proyecto poltico de respuesta contra hegemnica a la lgica dominante del
sistema capitalista de mercado.
Nail Smelser51 postula la modernizacin como una transicin compleja y
multidimensional que para el campo econmico significara: 1) unir las
tecnologas como conocimiento cientfico, 2) pasar de la agricultura de
subsistencia a la agricultura comercial, 3) sustituir la fuerza humana y animal por
energa inanimada y produccin mecanizada.
Frente a ello podemos mencionar que el Ayllu -comunidad originaria base de
las relaciones sociales de la Nacin Aymaras- se erige como forma de cohesin
institucional de un orden social bsico que centra las estructuras de integracin
desde grupos organizados en diversas esferas, desde donde la redistribucin, la
reciprocidad, la participacin democrtica y el orden social coexisten con otro
mundo en dilogo y confrontacin.
Los pueblos indgenas, al refuncionalizar la reciprocidad andina, toman
ventaja de las jornadas laborales y del no pago de proteccin social,
caracterizndose por el trabajo asociado, lo cual distingue uno de otro pueblo o
Ayllu. Sin embargo al insertarse y compartir los elementos propios con los del
sistema, desde los trminos de clase y econmicos, asimilan la presencia de
estructuras organizativas modernas y la globalizacin misma, generando
desestructuraciones, as como tambin nuevas formas de relacin social y
econmica. A partir de ello Patzi indica que existen trabajadores manuales
ocupados en diversas actividades productivas, profesionales, comerciantes,
transportistas y hasta empresarios de gran envergadura. Estos ltimos se han
convertido por ejemplo en una verdadera burguesa que acumula capital (Patzi
Paco; 2005; p. 161).
Si bien esta realidad forma parte de un marco importante de estructura
social, la reciprocidad en forma de trabajo asociado y no asalariado es una
caracterstica en la forma de organizacin, desarrollado continuamente en un
marco de lucha por la primaca del elemento comunitario y de solidaridad dentro
del trabajo y su apropiacin en forma familiar, en tanto la propiedad de los
medios de produccin es colectiva.
Esta postura es posible dentro de un contexto de participacin democrtica,
donde los miembros y trabajadores son al mismo tiempo quienes deciden los
cambios, rumbos y gestiones comunitarias a seguir. En este sentido, se parte de
la idea de que hay que lograr contrarrestar el mercado determinando las
relaciones de intercambio, el control de precios, la produccin de valores de uso

51
Citado en Arnsdorff, 2006.

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por sobre valores de cambio, en tanto el escenario capitalista no responde a estas


formas econmicas.
La economa comunitaria, debe superar sus espacios de intervencin local,
aunque ha tenido la habilidad de articular operacionalmente tecnologas y
sistemas de administracin desplegados por la lgica mercantil; en algunos casos
afecta las estructuras internas, pero en otros hace de l un sistema complejo. Si
bien, los retos a los que se enfrenta hoy en da la Nacin Aymara son altos, a
travs de la construccin de una economa comunitaria, se precisa superar el
principio bsico del Ayllu y elevarlo a formas de mayor alcance no slo para el
mbito rural, sino tambin para el urbano. En este ltimo es an ms visible la
ausencia de estrategias y acciones estatales que den cabida a los pueblos
originarios en espacios de participacin ciudadana y tambin como sujetos de la
planificacin de acciones y polticas de reconocimiento a su diversidad cultural.
Es clave avanzar en el reconocimiento de los derechos de estos pueblos a la
diferencia, a la participacin en la vida nacional sin renunciar a su identidad
particular y a la integracin con autonoma. Esto significara que los Estados-
Nacin acepten por primera vez su condicin de entidades multitnicas. El
desconocimiento de los Estados nacionales hacia los pueblos originarios es
persistente. Si bien muchas veces este reconocimiento aparece en documentos
escritos elaborados por organismos nacionales e internacionales, no se concreta
finalmente en voluntades manifiestas ni en la apertura de espacios de consulta,
opinin y participacin en la toma de decisiones.
Esto tambin llevara a replantear los enfoques metodolgicos por los que
muchos antroplogos estudian el tema de tierras y territorio en pueblos
originarios, como la posibilidad de una conquista en los marcos de la legislacin
estatal, sin considerar que hablar del territorio implica referirse a la sociedad que
gestiona los recursos y organiza el poder. Este replanteo tambin implicara
cuestionar los criterios de los Estados para delimitar territorios indgenas, a
saber: cultura comn, idioma, espacio territorial. Esta delimitacin surge de la
concepcin occidental referida a la consolidacin de los territorios nacionales, que
considera determinada su esencia en la gestin de recursos en forma de
propiedad privada y produccin mercantil, por lo que la gestin comunitaria de
recursos es un tema relegado, o ignorado, por los Estados (Patzi Paco; 2005).
Esta gestin comunitaria de los recursos obedece a una visin holstica,
porque la alegora bsica de la economa andina Aymara es la Vida en todas sus
formas: vida humana y animal, vida vegetativa y espiritual, la actividad de los
muertos y del clima, y la vida de los cerros, las aguas, la tierra misma, la vida del
universo mismo, llamada Madre Tierra, Pachamama.
Esta cultura tradicional muchas veces no es comprendida por las sociedades
europeas. Peor an, tampoco por las sociedades urbanas locales. Esta
incomprensin de su cultura se refleja en malas interpretaciones y
tergiversaciones del sentido originario.
Frente a estas circunstancias, que datan de tanto tiempo, Jos Quiroga,
dirigente y profesor rural Aymara, argumenta que la cuestin andina sobre la
base de la cosmovisin aymara ha sobrevivido y sobrevivir a las grandes
civilizaciones, debido al respeto que este pueblo siente por su cultura, y con el
que espera enfrentar, toda vez que se produce, a la depredacin perpetrada por
una sociedad de libre mercado y consumo (Quiroga; 1994).
En un contexto global donde las relaciones de explotacin, la maximizacin
de los beneficios individuales, la mercantilizacin de la vida y la tica del mercado
tienen un amplio dominio dentro de la sociedad, es donde surge con la fuerza de
la alternativa la propuesta sustentada milenariamente por los pueblos originarios.
Pueblos que como otros tantos sectores organizados solidariamente, cumplen un

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rol determinante en la construccin de estrategias para la formacin de otra


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