Zama
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Zama
De Lucrecia Martel
Las dos o tres crecientes que cada ao hace el arroyo tambin gastaron el camino.
El agua mueve troncos, camalotes y hasta bloques de costa arrancados; cuando empieza
a bajar, todo eso vara contra el camino, y entre tanto junco, rama y camalote seco,
empiezan a brotar los yuyos y los cardos y parece que el campo estuviera entrando en
el camino, como una vez, hace ya mucho tiempo, el camino fue de a poco metindose
en el campo.
Los dos espacios, el espacio ntimo y el espacio exterior vienen, sin cesar, si
puede decirse, a estimularse en su crecimiento. Designar, como lo hacen con todo
derecho los psiclogos, el espacio vivido como un espacio afectivo no llega, sin
embargo, a la raz de los sueos de la espacialidad.
No es el exterior una intimidad antigua perdida en la sombra de la memoria?
http://www.haciendocine.com.ar/content/la-dama-de-oro
Pero si pensramos una campana desde el sonido, una campana en las tinieblas, como un
ejercicio para sonidistas, qu tenemos para ofrecer? Algunos pjaros, algunos insectos, nada
demasiado particular. Y la voz humana. Aqu si hay particularidades. Por ejemplo Salta, mi provincia
de origen, tiene para ofrecer los variados tonos del castellano que pods encontrar bajando desde los
Andes hacia las llanuras chaqueas del Este. Pero adems Salta tiene otras lenguas, que segn los
estudiosos son ms de una decena con sus dialectos. Por dar ejemplos que pods encontrar en Zama,
el pilag que habla una viejita en la escena de los indios ciegos, el qom que hablan los hombres
pjaros y los pintados de rojo, el guaran, que en la pelcula lo hablan varios personajes pero en su
versin mas mesopotmica. Como Emilia, la mujer de Zama, que habla el mbya guaran. En mi
provincia adems pods encontrar el wich en las zonas ms torridas, o el quechua en ciertas
serranas. Una nutrida variante de lenguas solo en una provincia argentina.
Adems de las circunstancias de lectura, le debo a El eternauta una profunda meditacin sobre
el tiempo. Sobre la representacin de un tiempo (pasado en un caso, futuro en otro) que no
conocemos; sobre la extensin, el espacio.
TEASER
ACTO I
Al formular que no hay banda sonora, queremos decir, pues, de entrada, que los
sonidos de la pelcula no forman, tomados aparte de la imagen, un complejo dotado en
s mismo de unidad interna, que pueda confrontarse globalmente con lo que se llama
banda de imagen. Pero queremos decir tambin que cada elemento sonoro establece
con los elementos narrativos contenidos en la imagen personajes, accin, as como
con los elementos visuales de textura y decorado, relaciones verticales simultneas
mucho ms directas, fuertes y apremiantes que las que ese mismo elemento sonoro
puede establecer paralelamente con los dems sonidos, o que los sonidos establecen
entre s en su sucesin. Es como una receta: aunque mezclramos aparte los
constituyentes sonoros antes de verterlos sobre la imagen, se producira una reaccin
qumica que des-solidarizara los sonidos y los hara reaccionar a cada uno
individualmente en el campo visual. La relacin ms sencilla y ms intensa, la de su
fuera de campo, supone por ejemplo la confrontacin del sonido con la imagen que lo
establece como fuera-de-campo, al tiempo que lo hace resonar en su superficie.
Suprimid la imagen, y los sonidos fuera-de-campo, que se mantenan aparte de los otros
sonidos, por el puro efecto de la exclusin visual de sus fuentes, pasan a ser como los
dems. La estructura global se derrumba y los sonidos redisean juntos otra
completamente nueva.
No hay, pues, en el cine una banda de imagen y una banda de sonido, sino un
lugar de la imagen y de los sonidos
Hombres y aninales
Descendientes de Irala
Corrieron a los indios, pero ahora piden encomienda porque si no quin trabaja
Las lenguas extraas son como sonidos, porque el contexto no nos deja saber
qu se dice (cf. La teta asustada y Magallanes)