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1984 Resumen Final

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1984

 El libro fue escrito entre 1498 y 1949 por el inglés George Orwell.
 Es una historia lineal y su narrador es omnipresente
 Es una obra política de ficción distópica que presenta un futuro en el gobierno totalitario
y omnipresente, interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que
resulta imposible escapar de su control.
 Para entender la distopía se entiende como lo opuesto a la utopía, por eso, primero hay
que entender qué es la utopía:
 Las obras utópicas describen un estado feliz de la humanidad, en el que cada
persona tiene satisfechas sus necesidades y existe un gobierno benévolo que
provee de todo lo necesario. El nombre procede de la obra Utopía de Tomás
Moro.
 Por contraposición, las obras distópicas describen una sociedad opresiva y
cerrada sobre sí misma, generalmente bajo el control de un gobierno autoritario,
pero que muchas veces es presentada como una utopía.
 Tiempo: La historia transcurre en el mismo año que se indica en el título. El gobierno
que se encontraba en el poder se había instaurado luego de la Revolución, durante los
años 60
 Espacio: El mundo que presenta la obra está dividio en tres grandes superpotencias.
 Oceanía: Aquí es donde se centra la historia, comprende los territorios de
América, Gran Bretaña y el sur de África
 Eurasia: es el resultado de la absorción de Europa por parte de la Unión
Soviética.
 Estasia: comprende China, Japón e Indochina.
 El resto del planeta padece una guerra interminable que enfrenta a las tres potencias en
un cambiable ir y venir de las alianzas y quebramientos de alianzas.
 Al iniciarse la novela, Oceanía estaba unido con Eustasia en contra de Eurasia. Sin
embargo, el protagonista recordaba que la guerra había sido en un principio entre
Oceanía y Estasia, pero la historia había sido reescrita y los documentos decían lo
contrario.

Resumen de la trama

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La historia se centra en Winston Smith, un miembro del partido y trabajador del Ministerio
de la Verdad, que se encargaba de falsear la realidad y manipular la opinión pública. Sin
embargo, se encontraba secretamente disconforme con sus tareas y era consciente de que la
realidad no es más que una farsa expuesta por el partido con el único objetivo de obtener cada
vez más poder y suprimir cualquier intento de oposición.

Para ejercer el poder utiliza una estructura basada en Ministerios (Su nombre se refiere
exactamente a lo contrario de las tareas que desempeña). Estos son:

 Ministerio del Amor : Se encarga de los castigos, torturas, represiones, etc.

 Ministerio de la Paz : Encargado de todo lo relacionado con la guerra.

 Ministerio de la Abundancia : La economía y racionalización de los bienes.

 Ministerio de la Verdad : Manipulación / alteración de documentos a discreción.

El partido es representado por la figura de “El Gran Hermano”, persona imaginaria capaz
de observar y escuchar absolutamente todo lo que sucede en Oceanía. La telepantalla es el
medio por el cual se observa a la gente y se le ordena qué hacer y qué no. La telepantalla se
encontraba en todos lados, dentro de los hogares y en los lugares de trabajo, por lo que no había
prácticamente ningún lugar donde un ser humano no pudiera ser observado y condenado si
aparentaba estar en contra del Partido. Todos los medios son controlados. Hasta las mentes de
los individuos son controladas.

Los tres lemas que representan al partido y que también es necesario invertir para entender
su significado son los siguientes:

1. La Paz es Guerra: Mientras haya guerra con otro país, la gente tendrá suficiente miedo
como para revelarse contra el partido, por lo tanto, habrá paz.
2. La Libertad es Esclavitud: Si siempre has sido esclavo no conoces otra cosa por lo
tanto a tus ojos eres libre.
3. La Ignorancia es la Fuerza: Si el proletariado es ignorante no tiene motivos para
cuestionar al partido, por lo tanto, el partido es fuerte.

La facultad de cambiar de idea al compás de las consignas del Partido se conoce como
doblepensar. Un objeto blanco puede ser negro si el Partido dice que es negro, y la tarea del
buen miembro del Partido (y, por ende, del buen doblepensador) estriba en adquirir la habilidad

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mental necesaria para convencerse a sí mismo de cuándo un objeto blanco es negro. El
doblepensar es sólo un estado mental conducente a afianzar una concepción inmutable de la
Historia; una herramienta intelectual, en resumen, que encuentra su plasmación en la
“neolengua”. Esta pretende eliminar del diccionario todas las palabras que puedan representar
el pensamiento contrario a su doctrina. Por ejemplo, la palabra “libertad” no existe o en caso
de existir quedaría absorbida por una nueva identidad llamada “ideadelito” que contiene toda
aquella acción o pensamiento contrario al partido.

En el ministerio de la verdad, Winston se ocupa de cambiar y corregir papeles y quemar


los originales. Allí se modificaba el pasado todos los días, para conveniencia del Gobierno, del
Partido. A veces, Winston tenía que inventar historias él mismo para hacer ver bien al Partido,
las cuales, luego de ser procesadas y publicadas, eran la nueva verdad innegable.El mayor y
aparentemente único placer de la vida de Winston era su trabajo. Aunque gran parte era tediosa,
a veces había tareas complejas y las veía como si fueran complejos problemas matemáticos, en
los que se perdía resolviendo, con gusto.
En ese entonces era común que la gente desapareciera de un día para otro, lo cual se
llamaba vaporización. Ocurría cuando alguien era sospechoso de pensar o de hacer cosas
contrarias al partido. Nunca más se sabía de estas personas, y su nombre era borrado de todos
los documentos, por lo que nunca habían existido. En las escuelas, a los niños y niñas se les
insertaban en la cabeza los principios del Partido, y era común que los hijos denunciaran a sus
padres a la Policía del Pensamiento por decir algo o hacer una expresión que indicara traición,
y como consecuencia, eran vaporizados esos padres. También era cotidiano ver morir gente:
una o dos veces por semana, prisioneros de guerra eran ahorcados en la vía pública, y había
personas que disfrutaban observar a estos extranjeros agonizar y morir.
El Partido trataba de borrar todos los impulsos y placeres de la vida. El propósito del
Partido no sólo era impedir que hombres y mujeres establecieran vínculos incontrolables. El
objetivo real y no declarado era suprimir el placer del sexo. Se educaba a los jóvenes para que
vieran el sexo como un simple procedimiento para reproducirse, así impidiéndose el erotismo.
Incluso existían organizaciones como la Liga Juvenil Anti-Sexo, que deseaban impedir la
existencia del matrimonio. Al parecer, el Partido prohibía el sexo para que las personas tuvieran
toda esa energía acumulada y no estuvieran satisfechos ni felices.
Winston estuvo casado, pero su esposa, Katherine, fue vaporizada unos once años atrás. Él
detestaba que ella odiara el sexo, ella lo veía como un simple procedimiento para multiplicarse.

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En orden de jerarquía social, estaba el Partido Interno arriba, luego el Partido Externo,
y abajo los proles, gente sin educación y apenas con dinero. Ellos eran vistos como animales
por el Partido, por lo que muchos no eran controlados y no tenían telepantalla en sus hogares.
Incluso uno de los slogans del partido era “Los proles y los animales son libres”. Por otra parte,
Winston pensaba que la única esperanza de una rebelión en contra del Partido estaba en ellos.
Hay algo llamado Dos Minutos de Odio, en los que todos son obligados a ver a la
telepantalla, y esta comienza a transmitir sonidos horribles junto con la imagen de un hombre
llamado Goldstein, junto con imágenes desagradables, para provocar un sentimiento de odio
hacia él. El sonido era casi insoportable. Goldstein era un traidor del Partido, quien tenía ideas
contrarias a éste, como la verdadera libertad. Esto ocurría a diario. Durante uno de los Dos
Minutos de Odio, Winston vio algo en los ojos de O’Brien que le hizo pensar que él también
odiaba al Partido. O’Brien era un compañero de trabajo de Winston.
Winston de pronto encuentra un punto ciego de la telepantalla, y se sienta en una esquina. Por
primera vez no puede ser observado. Escuchado sí, pero no observado. Luego va a comprar un
libro en una tienda llamada “Weeks”, que tenía unas páginas únicas y hermosas que ya no se
fabrican. Era un libro antiguo. Comenzó a hacer algo que era sancionado con más de veinte
años de trabajos forzados, o, más comúnmente, con la muerte: comenzó un diario de vida allí,
secretamente. En él anota sus pensamientos sobre este mundo sin libertad.
Winston continúa escribiendo su diario, cuidando de que no sea visto, y pronto se da cuenta de
que lo está escribiendo para O’Brien, aunque sabe que éste nunca lo leerá. Algo le decía que
O’Brien era su aliado, aquella mirada.
En el Ministerio de la Verdad, Winston había visto una mujer que parecía ser peligrosa,
quizás un agente de la temida Policía del Pensamiento. Un día, la supuesta espía resbala justo
cuando se topa con Winston. Él le ayuda a levantarse y hábilmente ella le pasa un papel en la
mano, sin que la telepantalla viera. Cuando pudo, Smith vio el papel. Decía “te quiero”. Se
trataba de Julia, quien se convierte secretamente en la novia de Winston. De forma discreta
acuerdan verse en un escondite que Julia conoce, en un parque. Allí por fin ambos pueden verse
a los ojos, conversar tranquilamente y hacer el amor, rodeados por arbustos. Ella era experta
en engañar a los demás para ocultar su odio por el Partido, igual que Winston. Ambos aparentan
ser parte del Sistema, pero Julia es incluso jefa de la tropa de Espías y pertenece a la Liga
Juvenil Anti-Sexo. Decía que es el mejor camuflaje posible. Julia vivía en una pensión, rodeada
de mujeres, y trabajaba haciendo mantención a las máquinas escribenovelas del Departamento
de Ficción Narrativa, dentro del Ministerio de la Verdad. Julia odiaba la pureza y amaba la
corrupción, igual que Winston. Mientras hablaban de cosas del Partido, Winston le comenta

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que le tiene miedo a la muerte, sin embargo, siguen arriesgándose al comunicarse y juntarse en
lugares secretos. Cuando se divisaban en la calle, sólo podían hablar si había suficiente gente
para camuflarse, y siempre sin mirarse, apenas moviendo los labios, de forma muy discreta.
Existía una especie de licor de sabor y olor asqueroso llamado Gin de la Victoria, y un
café igual de espantoso llamado Café de la Victoria. Eran los únicos dos bebestibles que se
vendían en las tiendas. También toda la comida que había sabía mal. Por ejemplo, el pan era
negro y duro. Sin embargo, había cosas geniales que Julia compraba en el mercado negro para
comerlas junto con Winston. También había comida decente en el Partido Interno. Luego de
conocer a Julia, el protagonista no continuó escribiendo su diario.
En la tienda en la que Winston había comprado el libro en el cual comenzó su diario,
llamada “Weeks”, había conocido al dueño, el señor Charington, quien le había mostrado una
habitación en el segundo piso que se veía acogedora, ya que había privacidad, no había
telepantalla. Ahora decidió arrendarla para poder juntarse con Julia allí. Hacen el amor allí, en
una cama de dos plazas (cosa que era imposible de ver, excepto en algunas casas de proles).
La salud de Winston había mejorado notablemente luego de conocer a Julia: su toz matinal
había desaparecido, sus várices en el tobillo se habían reducido muchísimo, dejó de beber Gin
de la Victoria, había engordado. La vida le había dejado de ser tan intolerable. Todo gracias a
Julia y a la habitación arrendada.
Un día en el trabajo, O’Brien le pasa a Winston la dirección de su casa para hablar sobre
el uso de la neolengua. Winston piensa que esto es un pretexto, y que él formaba parte de una
organización que conspiraba en contra del Partido. Existían rumores sobre La Hermandad, y
con esto, Winston creía que realmente podría existir, que no era un invento de la Policía del
Pensamiento. Winston le cuenta a su novia sobre O’Brien, y a ella le parece totalmente normal
juzgar a alguien por su mirada, ella lo hacía todo el tiempo. Entonces, ambos (por caminos
separados) van al apartamento de O’Brien. En cuanto entran, O’Brien apaga la telepantalla,
algo que era imposible para quienes no fueran miembros del Partido Interno. Winston y Julia
confiesan estar contra el Partido, y O’Brien les menciona la existencia de La Hermandad.
O’Brien les rebela que el líder de la conspiración contra el Partido es Emmanuel Goldstein. Sin
embargo, no se les da mucha información, ya que, en caso de ser atrapados, no tendrían mucho
qué confesar. O’Brien les dice a ambos que se les entregará el libro de Goldstein. Esta
conversación sólo toma unos minutos, y luego, cuando ya es hora de irse, O’Brien les dice “nos
veremos en el lugar donde no hay oscuridad”.
Había una especie de sesión o “fiesta” de odio y repudio colectivo hacia Goldstein y
hacia Eurasia, llamada La Semana del Odio. Las personas salían a las calles a gritar de odio y

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a insultar como animales. Sin embargo, durante La Semana del Odio, se informó en la
telepantalla que ahora Oceanía era aliado de Eurasia, y que estaba en guerra con Estasia. Sin
embargo nada cambió, la gente allí afuera simplemente destruyó los carteles en contra de
Eurasia y siguieron gritando. El odio seguía igual, sólo se había redirigido. Sin embargo, era
necesario ahora alterar el pasado para que no haya evidencia de que alguna vez Oceanía estuvo
en contra de Eurasia, por lo que Winston junto con todo el Departamento de Registros estaba
trabajando mucho más de lo habitual. Winston trabajó gran cantidad de horas en 6 días,
quedando totalmente agotado.
A Winston le entregaron secretamente el libro de la Hermandad, que no tenía portada
ni contraportada. En la primera página, se anunciaba su título: “TEORÍA Y PRÁCTICA DEL
COLECTIVISMO OLIGÁRQUICO”, y el autor era Emmanuel Goldstein. Según aquel libro,
estos tres superestados no estaban en guerra por bienes o diferencias ideológicas, ya que todos
eran tan extensos que eran autosustentables. En realidad, luchaban porque querían aumentar su
mano de obra para producir armas para así poder ganar más mano de obra. Era un círculo
vicioso, algo sin sentido. Además, el poder estaba demasiado equilibrado, por lo que un
territorio era conquistado por uno e inmediatamente reconquistado por el otro, y la guerra no
avanzaba nunca. Sin embargo, no se usaban armas nucleares en esta guerra; había una especie
de pacto entre todos para evitar una mortal guerra nuclear, pero todos poseían armas nucleares.
En cuanto a los súbditos cambios de alianza, ocurrían cuando había posibilidad de apoderarse
de una porción de la tierra en disputa mediante una repentina traición. La guerra es una manera
de destruir productos que podrían ser usados para aumentar el bienestar de la gente y, por lo
tanto, de aumentar su inteligencia. Es una forma de utilizar mano de obra sin producir ningún
bien de consumo, sólo armas.
En el libro de Goldstein también se menciona que las condiciones de vida en los tres
superestados son casi iguales: en Oceanía se rige por los principios de “Ingsoc”, en Eurasia por
el “neocomunismo”, y en Estasia por “la adoración a la muerte” o “la desaparición del yo”.
Estos principios de los tres superestados tienen como finalidad instaurar la no-libertad y la no-
igualdad.
Las personas toleran su vida porque no tienen con qué compararla, ya que el pasado es
borrado y reescrito, por lo que nadie sabe con certeza cómo era el mundo antes de la
Revolución, nadie sabe si es que el mundo actual es mejor o peor.
Aquel libro menciona que quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el
presente controla el pasado.

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Un día, luego de encontrarse Winston con su novia en la habitación del sr. Cherrington
y al haber hecho el amor, son sorprendidos por una telepantalla oculta. De pronto una voz les
dice que no se muevan, y entran soldados de uniforme negro que golpean y se llevan a Julia.
Luego entra el sr. Cherrington, con la cara cambiada, casi transformado en alguien más. Él era
un agente de la Policía del Pensamiento. Winston y Julia estaban atrapados, perdidos.
Winston fue llevado a la cárcel, y luego a alguna celda, en donde cree, es el Ministerio
del Amor. No tenía idea si era de día o de noche, porque todo estaba iluminado, incluso las
baldosas eran blancas, y no había ventanas. Entonces comprendió que este era el lugar que
O’Brien le había dicho. Este era el lugar donde no hay oscuridad. Los guardias hacen pasar y
salir a varios otros prisioneros, algunos que Winston conocía. Luego de muchas horas de espera
en esa celda, Winston, ya con mucha hambre y con dolor de estómago, divisa a O’Brien
acercándose a su celda. Él era uno de ellos.
Lo golpean los guardias hasta cansarse, lo azotan, lo torturan de varias maneras. Pero
lo peor de todo, según él, son los innumerables interrogatorios, sin descanso, que le provocaban
confusión, y lo hacían confesar y firmar cualquier cosa que quisieran, la hubiera hecho o no.
Luego, lo llevan a la Pieza 101, en donde lo amarran a una máquina que, tras sólo mover una
palanca, le genera monstruosas cantidades de dolor. Al parecer, aplica una corriente eléctrica.
En la Pieza 101, lo interroga y lo tortura O’Brien a través de ese aparato. O’Brien le dice que
al Partido no le importan los actos de los prisioneros, sino sus mentes. Le dice que los llevan
ahí para mejorarlos, hacerles “recuperar la cordura” (lavarles el cerebro). No sólo destruyen a
sus enemigos, sino que los cambian. Los obligan a amar al Gran Hermano y a creer en el
Partido, y sólo entonces, los matan.
Este método comienza a funcionar cuando O’Brien sostiene cuatro dedos y le pregunta
cuántos veía, diciéndole que debía ver cinco y Winston realmente creía ver cinco. O’Brien
decía que había tres etapas en su “reintegración”: aprendizaje, comprensión y aceptación. Le
mencionó que acababa de pasar a la segunda. Le revela que en realidad fue él quien escribió el
libro de Goldstein (él junto con algunos más). Le dice que el gobierno del Partido es en base
al odio y que, en el fututo, se exterminará cualquier sentimiento o sensación buena. Dejará de
existir el placer y la curiosidad de vivir, no habrá felicidad. Winston se rehusó a creer que un
gobierno así pudiera existir, dijo que es imposible, que la gente se rebelaría, que él creía en el
Espíritu del Hombre.
Luego de eso, le sueltan las amarras y O’Brien le dice que se desnude para que pueda
verse en el espejo. Su propia apariencia le dio terror: su piel se había oscurecido, su cara era
deforme, horrible y desamparada, de frente abultada y cráneo calvo. Sus ojos eran feroces y

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vigilantes. Le pareció que había cambiado más por fuera que por dentro. Las emociones de ese
rostro eran distintas de las que sentía. Según él, lo peor era su extrema delgadez. Había bajado
25 kilos desde que lo atraparon.
A Winston ahora lo habían puesto en una celda mejor, con un colchón, una almohada,
un asiento y hasta agua caliente. Le llevaban alimento tres veces al día, y con comida buena.
Estaba recuperando peso, pero no sabía si su cara era la misma que vio en el espejo. Pensaba
en el Partido y estaba de acuerdo. Aceptó todo lo que le habían dicho.
Sin embargo, una vez, mientras dormía, despertó gritando “¡Julia!”, comprendiendo que aún
amaba a Julia. Luego entró O’Brien a la celda y le preguntó si odiaba al Gran Hermano, y
Winston respondió que sí. Por lo que se lo llevaron otra vez a la Pieza 101. O’Brien sabía que
a todas las personas les resulta intolerable algo, una cosa con que no pueden luchar ni escapar.
En el caso de Winston, eran los ratones. Lo amarran fuertemente a una silla, y O’Brien le coloca
una rejilla en la cabeza, luego le muestra unos ratones que lentamente acerca para metérselos
allí, en su cara. Este comienza a desesperarse y, antes de que le pongan los ratones en la cara,
dice que se lo hagan a Julia y no a él, que no le interesaba qué le pasara a ella. Eso es lo que
querían que dijera y que sintiera.
Finalmente sueltan a Winston. Sigue trabajando en el Ministerio de la Verdad, pero,
sobre todo, pasa el tiempo en un café bebiendo Gin de la Victoria y resolviendo problemas de
ajedrez. Por un momento, en la calle y de casualidad, se encuentra con Julia, y de forma fría y
distante se dicen “te traicioné”. Luego se van y no se vuelven a ver.
Finalmente, tal como imaginó que ocurriría mientras estaba siendo torturado, se
encontraba caminando en un pasillo, con un guardia armado siguiéndolo, y lo matan con un
disparo por atrás, en la cabeza. Pero eso no importa, por fin amaba al Gran Hermano.

Personajes
o Winston Smith: Protagonista. Hombre de 35 años. Usa lentes. Su hermana pequeña y su
madre habían desaparecido cuando él tenía 12 años. Vivía en los Edificios de la Victoria y
trabajaba dentro del Ministerio de la Verdad, en el Departamento de Registros. Se enamora de
Julia. Él no olvidaba los sucesos del pasado cuando habían sido borrados o reescritos, a
diferencia de los demás; y se horroriza de esta modificación del pasado, tildándola de
monstruosa.

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o Julia: Novia secreta de Winston. Tenía 23 años. De cara pecosa y de pelo corto oscuro. No
era hermosa, pero su boca sí. Su abuelo había sido vaporizado cuando ella tenía 8 años.

o O’Brien: Era todo lo contrario a lo que Winston había deducido de su mirada. Un hombre
inteligente. Un par de veces Winston siente admiración por su aspecto de invencible y su gran
inteligencia, incluso al haberlo torturado.

o Señor Cherrington: Es el dueño de la tienda “Weeks” y es quien le arrienda la habitación a


Winston. Era viudo, de 63 años y había vivido en su tienda por 30 años. Finalmente se descubre
que es un agente de la Policía del Pensamiento.

o Katherine: Esposa del protagonista. Era alta, rubia, muy erguida y de movimientos
espléndidos. Fue vaporizada. Era la mujer más estúpida, vulgar y vacía que había conocido
Winston.

o Syme: Compañero de trabajo de Winston. Trabajaba dentro del Ministerio de la Verdad, en


el Departamento de Estudios. Era un especialista en la neolengua y trabajaba en la nueva
edición del Diccionario de la Neolengua. Era pequeño, de pelo negro y ojos prominentes, tristes
y burlones. Era muy inteligente: había leído mucho y hablaba mucho. Winston sabía que sería
vaporizado porque sabía demasiado, y así fue.

o Señora Parsons: Mujer del vecino del protagonista. Tenía unos 35 años, pero aparentaba
tener mucha más edad, y su casa era inmunda. Tenía polvo en las arrugas de la cara.

o Tom Parsons: Esposo de la señora Parsons y compañero de trabajo de Winston en el


Ministerio de la Verdad. Tenía 35 años, era rubio, de estatura mediana y gordo pero muy activo,
y apoyaba al Partido, según decía. Siempre tenía un fuerte olor a sudor porque siempre
transpiraba. Sus hijos pertenecían a la tropa de Espías y les gustaba ver a los extranjeros ser
ahorcados. Es apresado luego de que su hija lo delatara a la Policía del Pensamiento al
escucharlo decir “¡Abajo el Gran Hermano!” mientras él dormía.

o Ampleforth: Mujer pasiva, ineficaz, de orejas peludas y con talento para la rima y la métrica.
Era poeta. También trabajaba en el Ministerio de la Verdad.

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