Augusto PDF
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60. Roma, la
capital del mundo
Juan José Sayas
66. Un Imperio La Gemma Augustea, camafeo que representa la apoteosis del Princeps (Viena, Kunsthistorisches M.).
para la eternidad
Manuel Salinas
E
l 21 de febrero del año 4, con
la muerte prematura de Cayo
César, se esfumó para su abue-
lo Augusto la esperanza de po-
der transmitir el poder a un miembro de
su familia de sangre. Se abría el cami-
no de la sucesión para el hijastro del
Princeps, Tiberio Claudio Nerón, así co-
mo la definitiva consolidación de un ré-
gimen pacientemente creado sobre las
ruinas de una república agonizante.
Tras la victoria de Accio, que acabó
con trece años de guerra civil, César Oc-
taviano, el hijo adoptivo y heredero del
dictador Julio César, hubo de enfrentar-
se a la difícil tarea de dar a su poder per-
sonal una base legal. La normalización
de la vida pública y los problemas in-
mediatos que esta normalización con-
llevaba apuntaban a una única solución:
la creación de un nuevo régimen. Su
construcción, en un largo proceso que
maduró lentamente, dio lugar a uno de política, lenta, prudente, pero extraor- determinaciones legales, paulatinamen-
los edificios políticos más duraderos dinariamente hábil, de Octaviano en la te construidas a lo largo de su dilatado
de la Historia: el Imperio romano. construcción de su delicado papel a la gobierno.
Este régimen debía ser el fruto de un cabeza del Estado, que él mismo califi-
múltiple compromiso entre la realidad có en su testamento político –las Res ges- Acto teatral
de un poder absoluto y las formas idea- tae– con el nombre de Principado. En el año 27 a.C., en un teatral acto cui-
les republicanas, entre las exigencias y El término Princeps designaba en épo- dadosamente preparado, el joven César,
tendencias de los diferentes estratos de ca republicana al personaje que, por que había incorporado a su nombre el
la sociedad, entre vencedores y venci- acumulación de virtudes e influencia, título de Imperator, con el que los sol-
dos. Este compromiso explica la acción ocupaba un lugar preeminente en el or- dados aclamaban a su general victorio-
denamiento político y social. Octaviano so, devolvió al Senado y al pueblo los
JOSÉ MANUEL ROLDÁN HERVÁS es catedrático lo utilizó para definir su posición sobre poderes extraordinarios que había
de Historia Antigua, UCM. el Estado, a través de un conjunto de disfrutado y declaró solemnemente la
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AUGUSTO CREA EL IMPERIO
Busto de mármol
del emperador
Augusto, que
incorporó a su
nombre el título de
Imperator en 27 a.C.
(Munich, Staatliche
Glyptotek). En la
página opuesta,
Julio César adopta
a Octavio, tapiz
de la serie Historia
del emperador
Octavio, del siglo XVI
(Patrimonio Nacional).
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EL CÍRCULO DEL PODER restitución de la res publica. El Senado, convocar asambleas, proponer leyes y
en correspondencia, le suplicó que ejercer el derecho de veto.
Marcelo aceptara la protección y defensa del Es- Imperium proconsular y tribunicia po-
Marco Claudio Marcelo fue el hijo de Octa- tado y le otorgó nuevos honores, entre testas, renovada anualmente, fueron los
via, hermana de Augusto, escogido por el
Princeps para casarlo con su hija Julia en
ellos, el título de Augustus, un oscuro dos pilares del Principado desde el año
25 a.C. El gesto parecía término de carácter estrictamente reli- 23, que venían a dar legalidad al poder
indicar que Augusto pen- gioso, que elevaba a su portador por en- real del Princeps, basado en el ejército
saba en él para la suce- cima de la dimensión humana. La pro- y el pueblo. Los nuevos instrumentos de
sión y en dos años fue tección del Estado autorizaba al Impe- gobierno no eran magistraturas, sino po-
acumulando honores y rator Caesar Augustus a conservar sus deres desgajados de las magistraturas co-
cargos. En el año 23, sin
poderes militares extraordinarios, el im- rrespondientes, sin las limitaciones esen-
embargo, el joven falle-
ció prematuramente. perium, sobre las provincias no pacifi- ciales del orden republicano: la cole-
cadas o amenazadas por un peligro ex- gialidad y la anualidad. Así, con el res-
terior, es decir, aquellas que contaban peto de la legalidad republicana en el
Agripa
Marco Vipsanio Agripa (63-12 a.C.) era un con la presencia estable de un ejército. plano formal, se producía una sustancial
senador amigo de Augusto. Tras la muerte El acto no significaba, ni podía ha- centralización de poderes, mediante una
de Marcelo, casó con Julia y el emperador cerlo, una restauración de la res publica utilización sui generis de las institucio-
adoptó a sus dos hijos, como gobierno de la nobilitas, de la aris- nes ciudadanas.
Cayo y Lucio. Fue el artí- tocracia senatorial. Se trataba de un com-
fice de la victoria sobre promiso político, evidentemente pacta- La difícil transmisión del poder
los cántabros. Mandó ha-
do, no sólo entre Augusto y el Senado, Pero un régimen no puede considerar-
cer un mapa del mundo
que estuvo expuesto en sino entre las distintas fuerzas que bas- se consolidado si no asegura su conti-
Roma, en el Pórtico de culaban entre tradiciones republicanas nuidad. El Principado no podía ser la ex-
Agripa, tras su muerte. y tendencias monárquicas. En él, con cepción y, en la búsqueda de una su-
la restitución de la res publica, se reco- cesión legítima, se manifestó durante to-
Julia nocía legalmente la posición de Augus- da su existencia la auténtica debilidad
La hija de Augusto y Escribonia ha pasado a to sobre el Estado, su auctoritas, un con- de esta construcción política tan pa-
la Historia como una mujer disipada y fue cepto jurídico y moral, que se conver- cientemente edificada. La historia del
siempre una pieza de la política de su padre tiría en la pieza maestra del edificio po- Principado, y del Imperio en suma, es,
en busca de sucesor. Ca-
lítico del Principado, como eje del equi- en no pequeña medida, la historia de la
só primero con Marcelo;
después, con Agripa y, librio estable entre el poder monárqui- transmisión del poder. Los expedientes
tras la muerte de éste, co de Augusto y la constitución formal- diversos utilizados –herencia, adopción,
con Tiberio, hijo de Livia. mente republicana. aclamación militar, elección por el Se-
Fue desterrada a la isla
Pandataria, por su con-
ducta sexual.
la historia del Imperio es en gran medida
producto de los problemas creados por
Livia
Livia Drusila (58 a.C.-29 d.C.) fue mujer la transmisión de un poder casi ilimitado
de Tiberio Claudio Nerón, del que concibió
al futuro emperador Tiberio. Augusto se Pero la ordenación del 27 fue provi- nado, usurpación– muestran hasta qué
enamoró de ella y la obli- sional. En el año 23 a.C., razones no del punto la monarquía de Augusto fue un
gó a divorciarse para ca- todo claras empujaron a Augusto a re- gobierno en solitario, conseguido gra-
sarse con él, en 38 a.C. plantear su posición sobre el Estado, pa- cias a la ilimitada acumulación de au-
Tuvo mucha influencia ra conseguir mayores garantías de po- toridad y poderes en su persona y, por
en la política de su mari- der. Depuso el consulado, que había re- ello, difícilmente transmisible, menos
do y ha pasado a la His-
toria con el perfil de una
vestido ininterrumpidamente desde el aún por su trabazón con legalismos re-
mujer calculadora. año 31, y el Senado, como compensa- publicanos, no por vacíos de contenido,
ción, decretó concederle las competen- privados del todo de efectividad.
cias de los tribunos de la plebe (tribu- Puesto que el Senado podía decidir
Tiberio
El heredero de Augusto nació en Roma el
nicia potestas) a título vitalicio y un im- libremente sobre la forma de Estado y
año 42 a.C. y vivió hasta el 37 d.C. El Prin- perium proconsular maius, superior al sobre el mantenimiento del nuevo or-
ceps le confió misiones en Armenia, Galia, resto de los magistrados, sobre todas las den, era imposible para Augusto desig-
Panonia y Germania y le provincias del Imperio. Aun sin los po- nar de forma vinculante un sucesor. Pe-
obligó a casarse con su deres de cónsul, el imperium le pro- ro sí podía contar con el respeto de su
hija Julia, antes de adop- porcionaba el control sobre las provin- voluntad por parte del Senado y en par-
tarlo formalmente. Tras el
cias y sobre el ejército, mientras la po- ticular podía crear tales relaciones de
desastre de Varo, se con-
virtió en jefe del ejército testad tribunicia le ofrecía un instru- fuerza, fundamentadas jurídicamente,
romano. Sucedió a Au- mento eficaz para controlar la vida po- que la asamblea sólo tuviera que repre-
gusto en 14 d.C. lítica en Roma, con la posibilidad de sentar la apariciencia de una elección.
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EN BUSCA DE UN HEREDERO
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
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Augusto a su sobrino Marcelo había le- hacia su hijastro Tiberio Claudio Nerón,
vantado entre los dos. Y para ello, no el hijo de su esposa Livia. En contra de
dudó en sacrificar a Julia, viuda de Mar- los fervientes deseos de su madre y a
celo, y entregarla en matrimonio en el despecho de sus indudables méritos, Ti-
año 21 al maduro Agripa, tras forzarle berio no había contado nunca con la
a la separación de su anterior esposa, confianza ni la simpatía de su padras-
Marcela, hermana del desafortunado ma- tro y había tenido que soportar con ren-
rido de Julia y, por consiguiente, tam- cor la predilección de Augusto, primero
bién sobrina de Augusto. por Marcelo y ahora por los hijos de
El Princeps podía respirar ahora tran- Agripa. En cualquier caso, al menos co-
quilo, y aún más cuando en los años 20 mo realidad inmediata, Tiberio se con-
y 17 la unión conyugal dio como fruto virtió en el segundo hombre del Estado.
dos hijos varones, Cayo y Lucio. Agripa, Y Augusto, con la ilusoria esperanza de
si no como sucesor, ahora como regen- ligarlo afectivamente con más fuerza a
te de sus hijos, recibió la mayor parte de su nietos, le obligó a separarse de su es-
los poderes de Augusto, que se apre- posa Vipsania, la hija de Agripa, de
suró a adoptar a sus nietos y a mostrar- quien tenía un hijo, Druso, para casar-
los ante el pueblo como sus sucesores. lo con la ya dos veces viuda Julia, ma-
No podía dudar de Agripa que, si siem- dre de Cayo y Lucio. Por tercera vez, la
pre la había mostrado su lealtad, ahora desgraciada Julia tenía que sacrificar su
sería en este proyecto su más ferviente vida a los intereses dinásticos de su pa-
Tiberio. El hijo de Livia tardó mucho en ver y entusiasta defensor, puesto que con dre.
confirmada su sucesión a Augusto (Roma, ello garantizaba al propio tiempo la su-
Museos Vaticanos). cesión en el poder de su propia sangre. Dignidad ofendida
Pero una vez más el destino iba a gol- Pero la componenda familiar no fun-
levantó, a orillas del Tíber, el soberbio pear a Augusto en su entorno familiar, cionó. A pesar de los esfuerzos de Au-
Teatro Marcelo. con la muerte en el año 12 del fiel Agri- gusto por halagar a su hijastro y yerno
Poco después, bajo la presión de una pa. Cayo y Lucio César, de 8 y 5 años de –investidura por dos veces del consu-
grave enfermedad, el Princeps buscó edad respectivamente, necesitaban aún lado, concesión de un triunfo por sus
una solución más directa e inmediata al de una protección, que, en caso de una victorias en Germania, investidura para
problema de la continuidad en la direc- desaparición prematura de Augusto, un período de cinco años de la tribu-
ción del Estado, atando a su persona con mantuviera firmemente sujetos los hilos nicia potestas y de un imperium pro-
lazos todavía más fuertes a su fiel ami- antes confiados al desaparecido Agripa. consulare–, no logró vencer la ofendida
go y colaborador de primera hora, M. Ningún miembro de la gens Iulia estaba dignidad de Tiberio ante las continuas
Vipsanio Agripa, experto militar y efi- disponible para esta delicada misión y, muestras de afecto y preferencias del
ciente administrador, tras superar la en contra de su voluntad, Augusto hubo Princeps para con Cayo y Lucio, ni me-
barrera que la predilección mostrada por de volverse, en su entorno inmediato, nos aún conseguir entendimiento y
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EN BUSCA DE UN HEREDERO
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
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ROMA
La capital del mundo
Reconstrucción ideal de una calle del centro de Roma, en el momento de mayor tráfico y bullicio callejero.
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AUGUSTO CREA EL IMPERIO
E
n el último siglo de la Repú- política, el Senado nombró a César dic-
blica, Roma tenía abiertos va- tador. Aunque con la paz muchos ha-
rios frentes de guerra. Cuando bían olvidado las viejas libertades repu-
los combatientes regresaban a blicanas, la dictadura necesitaba una ba-
casa, tenían serias dificultades para rea- se social para sostenerse. A este fin, Cé-
nudar su vida de labradores. Desespe- sar desarrolló una política de calculado
rados, buscaban en la gran ciudad lo populismo: distribuciones gratuitas de
que sus propiedades ya no les podían trigo y un programa de construcciones
ofrecer. Pero Roma, que dedicaba la ma- El Panteón, el templo de todos los dioses, fue y reformas urbanísticas. Evidentemente,
yor parte de su presupuesto a sufragar construido por Agripa, yerno de Augusto, y la plebe romana seguía viviendo en la
las guerras, no tenía voluntad de pro- ampliado después en numerosas ocasiones. miseria, en sórdidos inmuebles, al igual
porcionar trabajo a todos los inmigran- que sucedió después bajo el gobierno
tes. Por el contrario, la creciente riada ban cobijo a esa masa indigente. A los la- de Augusto. El gigantesco programa ur-
de campesinos romanos, de itálicos y de dos de sus calles tortuosas y estrechas, banístico de César, aunque proporcio-
extranjeros comenzó a resultar moles- crecían por todas partes las insulae, ca- naba trabajo –no viviendas– a la plebe,
ta. Ni siquiera las disposiciones legales sas de varios pisos distribuidos en apar- tenía otras miras, puestas al servicio de
de los cónsules del año 95 a.C. y del tri- tamentos miserables de apenas diez me- la propaganda política del régimen: la
buno de la plebe del 65 a.C. pudieron tros cuadrados. En ellos era imposible lle- Roma de la República agonizante ape-
parar la avalancha de aquellos crecien- var una vida hogareña, tan usual entre nas había rebasado los límites del poe-
tes contingentes que esperaban encon- gentes de procedencia rural. Para ellos el merium, el recinto sagrado de la ciudad,
trar en la ciudad un medio de vida me- verdadero hogar era la calle y la habita- pero la nueva Roma, la dueña del mun-
jor que el que dejaban atrás. ción, un sitio miserable donde cocinar y do y residencia de quien tenía el poder
Para una Roma que se resistía a cre- dormir. El poco sospechoso Cicerón di- de facto, era merecedora de disfrutar de
cer fuera del núcleo urbano, esta inmi- ce de un inmueble que tenía alquilado: nuevos símbolos arquitectónicos de en-
gración masiva elevó el valor de los so- “Se me han hundido dos tiendas (taber- tidad civil y religiosa, y de contar con un
lares para construir. La falta de suelo se nae); en las otras, las paredes están todas proyecto urbanístico. Todas estas obras,
hizo crónica. Ciertamente, los ricos y po- agrietadas; no sólo se van los inquilinos, que debían realzar con su solidez y gran-
derosos nunca estuvieron escasos de te- sino hasta las ratas”. deza la gloria de Roma, cuyo poder se
rrenos. Con sus casas señoriales, ocupa- expandía sin cesar de la misma mane-
ron una parte importante del espacio de Violencia urbana ra que se iba a expandir desde el punto
una Roma que tenía que soportar el pe- El problema de la superpoblación, la de- de vista urbanístico, habrían de enalte-
so de una superpoblación agobiante. Los manda de alojamiento y las deudas nu- cer también al personaje que las esta-
precios del suelo y de la vivienda cre- trieron las agitaciones ciudadanas del si- ba programando.
cieron sin cesar y los especuladores co- glo I a.C. La violencia estuvo presente Tras la muerte violenta de César, fue
mo Craso, que en el decir exagerado de en todas la manifestaciones de la vida su sobrino-nieto y heredero, Octaviano,
Plutarco, se hizo dueño de la mayor par- ciudadana. Bandas armadas reclutadas quien concentró el poder. El primer Au-
te de Roma, obtuvieron abundantes ga- por personajes públicos entre las capas gusto necesitaba también disponer de
nancias con los alquileres y las ventas de bajas de la sociedad intimidaban a los sólidos apoyos sociales. Logró adorme-
solares y viviendas. El alojamiento de los adversarios políticos, incendiaban sus cer la agitación popular con donaciones
pobres en Roma nunca encontró una so- casas, como hizo Clodio con la de Ci- de 400 sestercios a no menos de 250.000
lución definitiva. De forma precipitada cerón en el Palatino, y no era infre- beneficiarios, con repartos excepciona-
y sin ningún control urbanístico, fueron cuente que amaneciera en la Vía Sacra les de grano en varias ocasiones y con
surgiendo los barrios populares, que da- o en la Apia con la sorpresa de cadá- una lista de 200.000 beneficiarios de re-
veres de personas que defendían diver- parto gratuito y regular de trigo.
JUAN JOSÉ SAYAS ABENGOCHEA es catedrático sas opciones políticas. A diferencia de César, que tuvo como
de Historia Antigua, UNED. Presionado por la enrarecida situación base constitucional la dictadura, Augusto
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creó un sistema político nuevo, una re- los reyes de Egipto, que Octavio se tra- de Marte adquiría de esta forma el em-
alidad nueva que precisaba del conoci- jo a Roma. Suetonio dice que tal afluen- paque de un nuevo centro oficial, pero
miento y de la adhesión de las masas. Y, cia de riqueza provocó la caída de los conservaba su fisonomía de zona abier-
en esta tarea, la literatura le prestó una intereses del dinero. Era evidente que ta, amplia, llena de verdor, a donde se
gran ayuda. No parece casual que la li- no convenía a los poderosos ni al Esta- entraba de repente, saliendo de un cen-
teratura latina alcance su máximo es- do una tesaurización excesiva e impro- tro urbano abigarrado. En los espacios
plendor con Augusto. Ya desde la épo- ductiva de dinero. Iba en interés de to- abiertos del Campo de Marte, tan cer-
ca del segundo triunvirato se utilizó la dos hacerlo circular. Augusto necesitaba canos al centro de la ciudad, todos los
literatura como instrumento de propa- contar con una base social y la forma romanos encontraban un lugar relajan-
ganda. El propio Princeps, en las Res ges- más sencilla y eficaz de lograrlo era em- te en donde respirar, y la juventud una
tae y en los mensajes iconográficos que barcarse en una política de grandes zona cómoda en la que realizar sus ac-
transmite el Ara Pacis, y los literatos asi- construcciones, capaz de dar trabajo a tividades deportivas.
duos al círculo de Mecenas proyectaron la masa que quedó desocupada provi-
sobre las gentes un conjunto de ideas sionalmente al paralizarse por la gue- Un nuevo foro
básicas que magnificaban las virtudes de rra las obras comprometidas por César. El carácter de sus construcciones estu-
Augusto o extendían el mito de su mi- Augusto, no obstante, era un exce- vo al servicio de sus ideales políticos y
sión imperial o de la predestinación de lente administrador y quizás por ello no de su propia glorificación. Pese a su ta-
Roma al dominio universal. Horacio re- consideró oportuno ni viable realizar en lante conservador, Augusto pensaba, co-
cuerda varias veces la necesidad de con- aquellos momentos los colosales pro- mo César, que el viejo Foro romano es-
fiar en el gobierno de Augusto, que ga- yectos urbanísticos de César, especial- taba excesivamente congestionado. Es
rantiza la paz y la seguridad. Y Virgilio mente en lo que tocaba a la parcelación cierto que parte de su actividad se ha-
precisa el destino reservado a Roma: del Campo de Marte, al desvío del Tíber bía desplazado al Forum Iulium. Este
“Tú, romano, recuérdalo, debes domi- y a la conversión de la llanura vaticana Foro de César (Forum Iulium) era la
nar a los pueblos”. en un nuevo y amplísimo Campo de plasmación material de un sistema dic-
Marte. Acabó, no obstante, la construc- tatorial, mientras que el Foro Romano,
El tesoro de los reyes de Egipto ción de los monumentos que César ha- con sus estatuas añejas y sus monu-
Al régimen le interesaba reforzar esta bía iniciado en su Foro –Basilica Iulia mentos, pregonaba, a su vez, el pasado
propaganda política ideal y mítica con y Curia Iulia– y en el Campo de Marte republicano de Roma. Ciertamente, Au-
realidades materiales tangibles que li- –las Saepta Iulia y el Teatro de Marce- gusto se sentía muy unido a ese pasa-
beraran a Roma de su corsé urbanístico, lo–. Con la terminación de estos últimos do glorioso y a la herencia de César, pe-
la dotaran de las infraestructuras nece- edificios, recogía, no obstante, la idea de ro quiso que sus monumentos y los sím-
sarias y la ornaran con nuevas edifica- César de descongestionar el centro de bolos que deseaba inculcar se levanta-
ciones civiles y religiosas. Además, dis- Roma y desplazarlo hacia el Campo de ran en otros espacios, donde la ideo-
ponía del dinero necesario, producto de Marte, estrechando la articulación de am- logía del régimen se hiciera más níti-
los botines de guerra, de las confisca- bas zonas con la construcción de un da, sin mezclarse con los valores repu-
ciones y, sobre todo, de los tesoros de nuevo Foro, Forum Augusti. El Campo blicanos. Junto al Foro de César, cons-
De hombre a semidiós
E l primer emperador nació en 63 a.C.,
en Roma. Era hijo de un pretor y una
sobrina de Julio César, llamado inicialmente
sería una de sus principales preocupaciones
en los últimos años.
Durante su mandato, que ha pasado a de-
Octavio, de inteligencia despierta, que lla- nominarse como Siglo de Augusto, el Imperio
mó pronto la atencion de César. El dictador romano adquirió sus características políti-
lo promocionó políticamente y luego lo cas y administrativas definitivas. Desarrolló
adoptó, convirtiéndolo en su hijo y herede- una ideología imperial que le entroncaba con
ro. Tras el asesinato de César, regresó a Ro- Eneas, uno de los héroes de Troya, y conso-
ma desde Atenas y supo maniobrar para ha- lidó una iconografía del poder que se man-
cerse con el poder en la mitad occidental del tuvo en los siglos sucesores. Suya es la ini-
territorio romano. En 31 d.C., derrotó a su ciativa de que las estatuas del emperador re-
rival Marco Antonio en la batalla de Accio, cibieran culto y se castigara a quien las ul-
lo que le consagró como amo absoluto de trajara, y de su época, la idea de represen-
Roma. Sin embargo, respetó las formas re- tar al emperador en cuatro modalidades: con
publicanas, aunque se hizo llamar Augus- toga, como magistrado; con la cabeza cu-
to, un cargo religioso que le confería una au- bierta, como sacerdote; con coraza, como mi-
reola mítica especial ante el pueblo. Al no litar, y desnudo, como semidiós.
tener un hijo varón, el problema sucesorio Murió en el año 14 d.C. Busto de Octavio (Londres, British M.).
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ROMA, LA CAPITAL DEL MUNDO
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
Mausoleo de Augusto, terminado en 28 d.C., en el Campo de Marte. Reconstrucción de la Curia, en el Foro, donde se reunía el Senado.
truyó otro nuevo, símbolo de la gran- fex maximus, era la misma y compartía que agrupaban varias calles. No conoce-
deza del régimen y de su familia. En él el mismo techo. Poder familiar, poder mos el número total de vici que pudo
levantó el templo dedicado a Marte Ven- político y poder religioso vivían juntos. contener Roma cuando Augusto llevó a
gador, en recuerdo de su padre adop- Augusto encontró en ello un gran filón efecto la reforma administrativa de la ciu-
tivo César, con dos pórticos laterales de propagandístico, del que también hizo dad. A mediados del siglo I d.C., gracias
nichos que contenían las estatuas de los uso cuando en las res gestae menciona a la información de Plinio el Viejo, sa-
personajes ilustres de la gens Iulia, a enfáticamente una amplia lista de edifi- bemos que su número se elevaba a 265.
partir del propio Eneas, como si se tra- cios y monumentos que levantó, re- En la ficción constitucional, Roma se-
tara de proporcionar al espectador una construyó y reparó. guía siendo una ciudad-estado. Los ma-
lectura estética ininterrumpida que re- Augusto hizo de Roma una ciudad gistrados que gobernaban en nombre
del Senado y del pueblo eran también
Cuando Augusto devino PONTIFEX MAXIMUS los administradores de la urbe. El nue-
vo carácter de la ciudad como sede del
creó un recinto sagrado en su casa: poder Princeps y cabeza del Imperio había de
familiar, político y religioso irían juntos afectar por ello profundamente a su ad-
ministración, en la que, con la multipli-
velara la estrecha asociación de su fa- monumental. Autores como Suetonio, cación de los cargos imperiales, el Prin-
milia con los dioses desde la misma fun- Dión Casio y Aurelio Victor afirman que ceps intervino cada vez más en un do-
dación de Roma. Y esta lectura estética, se jactaba de haber recibido una Roma minio en principio reservado al Sena-
cargada de simbolismos asociados al ré- de ladrillo y haberla dejado de mármol. do y a los magistrados. Su pérdida de
gimen, se percibe también en la cons- Pero la intervención de Augusto no se poder político se vio acompañada así
trucción del Templo a Apolo, del que limitó a los aspectos constructivos y ur- también por una pérdida de funciones
Augusto se decía ser hijo. banísticos, sino también administrativos. en la propia Roma, que pasaron a nue-
Esa carga simbólica fue proyectada En este aspecto, Roma fue dotada de vas instancias.
también sobre su casa. Cuando Augus- una nueva organización, que llevó pa- La prefectura del pretorio, creada por
to fue nombrado en el 12 a.C. pontifex reja la incorporación de las zonas peri- Augusto el 2 a.C., era la primera en pres-
maximus, no se trasladó a vivir al edi- féricas. Se rompió el esquema republi- tigio. En la continua conciliación de no-
ficio oficial. Siguió residiendo en su ca- cano anterior de los cuatro distritos (re- vedades y tradiciones, Augusto consi-
sa, pero transformó parte de ella en un giones) servianos –a los que se había deró la oportunidad de contar con un
recinto sagrado. Lo hizo intencionada- añadido el situado al otro lado del Tí- cuerpo militar, distinto a las legiones, no
mente. La persona que tenía por misión ber– y se configuró, desde el punto de tanto como guardia de corps, sino como
gobernar el mundo, cuidar de los lares vista urbanístico y administrativo, una tropa de elite inmediata a la persona del
familiares y velar por el culto de los dio- nueva Roma, una urbs de catorce regio- emperador. Surgió así la guardia preto-
ses patrios en su condición de ponti- nes, o distritos, divididos en barrios (vici), riana, nueve cohortes de soldados –tres
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tes republicanos, tomó con Augusto sus
rasgos definitivos. La administración de
Roma presentaba problemas especiales,
por este doble carácter de ciudad-estado
y de cabeza de un Imperio, a los que el
Princeps trató de acudir con su acos-
tumbrada práctica de compromiso entre
el orden viejo y el nuevo. Con Augusto,
al praefectus urbis le era confiada la ciu-
dad de Roma temporalmente, cuando el
emperador se encontraba ausente de Ita-
lia. Cuando el cargo se convirtió en per-
manente, con Tiberio, se aumentaron sus
poderes y se le dio el mando de tres co-
hortes urbanas, estacionadas en Roma. El
cargo fue puesto en manos de persona-
jes del estamento senatorial, para evitar
susceptibilidades, y constituía el corona-
miento del cursus honorum del orden.
64
ROMA, LA CAPITAL DEL MUNDO
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
Fragmento del Ara Pacis, en el que aparece representada toda la familia de Augusto durante la consagración del monumento.
poco podía ser descuidada por Augusto. Princeps –representaciones teatrales, es- ma. Frente a la peligrosa urbs de fina-
En ella vivía el «pueblo soberano», la pectáculos, juegos, desfiles– incluía tam- les de la República, donde todavía la
plebs urbana, que aunque había perdi- bién un riesgo de concentración de de- plebe politizada constituía un factor de
do todo su papel político tiempo atrás, seos, expresados como masa, que no de- poder, se levantaba ahora la capital del
continuaba sirviendo de fachada y a la jaba de constituir un factor político, ob- Imperio romano: en un imponente es-
que era preciso contentar para obtener jeto continuo de manipulación, pero tam- cenario arquitectónico, esa misma ple-
su favor. En la construcción político- bién en ocasiones de inseguridad para el be se avenía ahora a cumplir, al servi-
constitucional del Principado, Augusto soberano. cio de un protagonista –el emperador–,
basó su ascendencia sobre la plebe en la Cuando Augusto murió en el año 14, un mero papel de figurante a cambio
tribunicia potestas reconocida por el Se- transmitió a su heredero una nueva Ro- de pan y circo. ■
nado, que lo convertía en representan-
te y garante de los derechos del pueblo.
Pero las relaciones de Princeps y plebs El ARA PACIS
no estuvieron privadas de tensiones, que
exigieron de Augusto una auténtica po-
lítica con medidas concretas de control,
organización y propaganda. Augusto lo-
P or muchos conceptos, el símbolo del
Principado de Augusto, el Ara Pacis
Augustae, es un monumento de planta cua-
que junto a Augusto y los principales
miembros de la familia imperial discurren
con solemnidad magistrados, funcionarios
gró organizar la amorfa masa de la po- drada, a cielo abierto, con un altar en el y auxiliares.
blación de Roma y con ello facilitar su centro, levantado en el Campo de Marte en Entre los personajes que pueden reco-
control mediante la regulación de las lis- el año 9 a.C., cerca del propio mausoleo del nocerse se encuentran el propio Augusto,
tas de receptores de trigo gratuito, la Princeps, para conmemorar el final de su yerno y colaborador Agripa, su hija Ju-
plebs frumentaria –los ciudadanos ro- las guerras contra cántabros y astures y las lia, sus nietos, Cayo y Lucio, su esposa Li-
manos de la urbe–, convirtiéndola en un campañas contra los galos. via, con sus hijos Tiberio y Druso...
estamento cerrado y privilegiado frente La construcción es sobre todo importante Tienen también interés los relieves de
al resto de las ciudades del Imperio, pe- y emblemática por la decoración en bajo- ambos lados de los vanos, donde se tratan
ro también la privó prácticamente de su rrelieves que cubre las paredes por dentro en alegorías míticas ciertos aspectos le-
ya sólo nominal derecho de decisión en y por fuera, que une a su gran calidad un gendarios relativos al origen divino de la
la elección de magistrados, con una in- alto valor histórico. ciudad de Roma, y, entre ellos, el sacrifi-
jerencia cada vez mayor en las asamble- Hay que destacar, sobre todo, el gran fri- cio ante un altar campestre de Eneas, el hé-
as. La plebe romana, sin embargo, no fue so externo, en el que se representa el des- roe troyano, ancestro de la gens Iulia. Vir-
reducida por completo al silencio. Su pa- file procesional que tuvo lugar con ocasión gilio, en su Eneida, fue el principal divul-
pel de espectador y comparsa en las ma- de la consagración del monumento, en el gador de esta genealogía inventada.
nifestaciones de poder o liberalidad del
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Un Imperio para la
ETERNIDAD
Augusto trató de buscar límites naturales para un Imperio que prefirió
consolidar a seguir ampliando. Fracasó en Germania, pero concluyó la
conquista de Hispania y, sobre todo, tejió un sistema de reglas
administrativas, prudentes y duraderas, que cohesionaron el inmenso
territorio imperial, estima MANUEL SALINAS
C
uenta Tácito que, en su tes- conjunto, es decir, Italia y Roma, fuese
tamento, Augusto recomendó todavía vulnerable y estuviera expuesto
a su sucesor mantener el Im- a cualquier amenaza exterior. El límite
perio dentro de sus límites; es septentrional del Estado pasaba por la
decir, no ampliar las fronteras del Esta- cordillera de los Alpes, en algunos tra-
do romano. La trascendencia de este mos al sur de ellos, y hacía que Italia y
consejo sólo se comprende si se tiene la capital estuviesen expuestas a cual-
en cuenta que, desde su fundación, los quier ataque de los germanos si éstos
reyes y sus sucesores, los magistrados conseguían atravesar la cordillera.
republicanos, juraban en la toma de po-
sesión de sus cargos ampliar indefini- Medio siglo de guerra civil
damente las fronteras del pueblo roma- Ello se había producido solamente se-
no. El consejo de Augusto a Tiberio, por tenta años antes, cuando los cimbrios
consiguiente, constituía una auténtica y teutones fueron una auténtica amena-
Camafeo romano que representa a un águila
ruptura con toda la tradición histórica de con los símbolos de la Victoria (Viena, za que pudo ser conjurada por el talen-
Roma en su política exterior, ruptura ba- Kunsthistorisches Museum). to militar de Mario y al coste de una se-
sada probablemente en la conciencia de rie de reformas que tuvieron como con-
que el Estado había llegado al límite de del que había recibido al hacerse con el secuencia más de medio siglo de guerra
sus posibilidades de expansión en lo poder al término de las Guerras Civiles, civil. Por Oriente, por otra parte, el po-
que respecta al número de hombres mo- tanto en extensión como en su organi- deroso reino parto, heredero de los per-
vilizables y a los recursos materiales pa- zación, y hay que decir que, lo mismo sas, constituía una auténtica amenaza
ra hacer la guerra. que en política interior, la obra de Au- que llegaba hasta casi las riberas del Me-
Este consejo fue seguido en lo esen- gusto en este sentido fue inmensa, sen- diterráneo. Y en el año 53 a.C., los par-
cial y, salvo la anexión de las peque- tando las bases de la estructura de po- tos habían arrollado al formidable ejér-
ñas provincias de Comagene y Capado- der más grande que conoció la Anti- cito de Craso, segando de paso la vida
cia, Tiberio no aumentó la extensión te- güedad, cuya imagen y cuyo recuerdo del general. En Occidente, los cántabros
rritorial del Imperio. Las anexiones pos- habría de pesar poderosamente en la y astures eran todavía independientes y
teriores más importantes serían la de Bri- Historia universal. constituían una amenaza para la esta-
tania, con Claudio, y luego las de Da- El Estado romano en 30 a.C. era un bilidad del gobierno de las Hispanias,
cia y Mesopotamia, con Trajano. vasto dominio territorial que se extendía algo nada deseable, ya que, como se ha-
Sin embargo, el Imperio que Augusto desde la Península Ibérica hasta Palesti- bía demostrado durante la precedente
legaba a sus sucesores era muy diferente na y desde la desembocadura del Rin guerra civil, estas provincias tenían un
hasta el Norte de África, pero en el que gran peso dentro de la organización ge-
MANUEL SALINAS DE FRÍAS es profesor titular había numerosos estrangulamientos que neral del Estado. La suma de todos es-
de Historia Antigua, U. de Salamanca. hacían que el elemento fundamental del tos factores explica las reacciones de
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AUGUSTO CREA EL IMPERIO
Monumento funerario de Marco Caelio, legionario romano que pereció en la matanza de Teutoburgo en 9 a.C. (Bonn, Rheinischeslanden Museum).
pánico y la sensación de inseguridad y económicamente, financieramente en- que le otorgaba el imperium proconsu-
de hostilidad de los romanos e italianos deudado con los prestamistas romanos lar, que lo convertía en el hombre más
hacia el debilitado Estado ptolemaico y cuya casa real se hallaba debilitada por poderoso en Roma, y, por otra parte, de-
cuando la reina de Egipto se convirtió en continuas conjuras de palacio. bidamente manipulada por la propa-
la amante de César o, peor aún, cuan- Pero la realidad es que tal sentimien- ganda política, servía para cimentar su
do hizo alianza con la facción de Anto- to existía y Augusto, al hacerse con el prestigio, dentro de la vieja tradición re-
nio durante la última guerra civil. Visto poder, estimó que una de sus misiones publicana que teóricamente continuaba
desde nuestra perspectiva, puede pare- esenciales era proporcionar a Roma unas existiendo, a la vez que ofrecía, a tra-
cer desproporcionado que los romanos fronteras seguras. Una política exterior vés de los comandos militares, posibili-
temieran a un lejano pueblo del norte de activa, por otra parte, era la premisa dades de promoción y encumbramien-
Hispania o al Egipto lágida, consumido indispensable del poder extraordinario to a aquellos hombres que lo habían
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Agripa, el yerno de Augusto, terminó la
Cicerón se dirige a sus colegas en el Senado romano. Augusto manejó a su medida esta conquista del norte de Hispania (París,
institución republicana (fresco de Cesare Macarri, Roma, Palazzo Madama). Museo del Louvre).
apoyado durante la guerra civil o a por el este y por el sur, por los desier- diéndose de nuevo la guerra. Augusto
aquellos otros de la oposición a quienes, tos sirio y el Sáhara. Si contemplamos confió entonces la dirección militar a su
de esta manera, intentaba atraerse. En las anexiones territoriales que realizó, más estrecho colaborador, Agripa. La re-
definitiva, la mejor manera de consoli- vemos, efectivamente, que hubo cierta presión de éste fue brutal: ejecutó o cor-
dar interiormente una dictadura militar conciencia de ello. tó las manos a todos los varones en
–pues eso y no otra cosa era el régimen edad militar, vendió a las mujeres y los
establecido por Augusto, aunque man- Campaña en Hispania ancianos, obligó a estos pueblos a aban-
tuviera la fachada republicana– era pro- En Hispania, el enfrentamiento con los donar sus castros en la montaña y es-
porcionarse un enemigo exterior contra cántabros y astures comenzó inmedia- tablecerse en los valles, más fácilmente
el que canalizar las fuerzas sociales. tamente tras el fin de la guerra civil. Des- controlables, y estableció guarniciones
Se ha supuesto que la política exterior de el 29 a.C., los legados de Augusto ha- militares de vigilancia y fuertes impues-
de Augusto, en general, estuvo presidi- bían comenzado las hostilidades con- tos. En 19 a.C., Agripa ahogó los últimos
da por el deseo de alcanzar unas fron- tra ellos. En el año 27, sin embargo, Au- vestigios de insurrección y volvió a Ro-
teras estables que vendrían dadas por gusto declaró formalmente la guerra y ma, rehusando el triunfo ofrecido por el
unos límites naturales del Imperio. Esos vino a la Península para dirigir las ope- emperador. Terminaba así la conquista
límites naturales serían, por occidente, raciones militares. Lo arduo de la guerra romana de Hispania, que se había ini-
el océano Atlántico; por el norte, la lí- contra estos pueblos de montaña y una ciado doscientos años antes, en 218 a.C.,
nea marcada por los ríos Rin y Danubio; enfermedad hepática le obligaron a re- durante la guerra contra Aníbal, y las
tirarse al año siguiente a Tarragona, con- fronteras de Roma, que ya dominaba la
Los cántabros, tinuando las operaciones sus legados
Antistio y Carisio.
Galia desde la época de César, tocaron
efectivamente el Océano.
domados En el año 25 a.C. se logró la derrota En África y en Asia, Augusto prefirió
de cántabros y astures. Augusto fundó consolidar las fronteras por medios di-
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UN IMPERIO PARA LA ETERNIDAD
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
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cionales para reemplazar las tres uni-
dades perdidas. Tiberio corrió a reforzar
las defensas de la orilla izquierda del
Rin. Arminio, por su parte, no llegó a
cruzar el río; y, aunque en los años si-
guientes algunas expediciones romanas
se dirigieron hacia el interior de Ger-
mania, de hecho la frontera entre ro-
manos y germanos quedó definida por
los cursos del Rin y del Danubio.
Si la obra de Augusto de consolida-
ción de fronteras fue importante, lo es
mucho más la reorganización del go-
bierno provincial que llevó a cabo. Las
oligarquías de las provincias, junto con
las de los municipios de Italia y la ple-
be de Roma, habían sido las bases so-
Relieve de la tumba del prefecto Tiberio Flavio, de mediados del siglo I a.C. Tiberio añadió al ciológicas del partido de César, prime-
Imperio las pequeñas regiones de Comagene y Capadocia (Estambul, Museo Arqueológico). ro, y el de su hijo político, Octaviano,
después. Es lógico que, al término de las
9 a.C., en una expedición de reconoci- El mando de Germania había sido guerras civiles, los provinciales espera-
miento que debía preceder a la gran confiado, en el año 9, a Quintilio Varo, sen del nuevo gobernante una atención
ofensiva, pero al regreso de este reco- emparentado con la familia de Augusto. a sus problemas y medidas en favor de
nocimiento murió. Su hermano Tiberio Su pésima administración consiguió su promoción social y política.
asumió el mando y, tras vencerlos, de- exasperar a los germanos. Arminio, un Durante las últimas décadas de la Re-
portó en masa a los catos y sicambrios. joven aristócrata querusco enrolado en pública, algunos políticos especialmen-
Cuando Tiberio, en el 4 de nuestra el ejército romano, tramó una insurrec- te inteligentes –Sila, Pompeyo, César–
era, fue asociado de nuevo al gobierno, ción, cuya amenaza Varo ignoró hasta el habían promovido leyes que tendían a
retomó el proyecto original de extender último momento. Cuando estalló la su- controlar mejor la administración de los
la frontera del Weser al Elba. Al año si-
guiente, avanzó hasta el río, obteniendo Con Augusto, las provincias dejan de ser
incluso el reconocimiento de los sem-
nones, en la orilla derecha del Elba, territorios para esquilmar y se convierten
aproximadamente junto a Berlín. Sólo
quedaba asestar el golpe final sobre la
en partes integradas de la ROMANITAS
depresión de Bohemia, poniendo fin al blevación, Varo intentó replegarse con gobernadores provinciales y a evitar
reino de Marbod. En ese momento, la su ejército hacia el Rin. Sorprendido por los abusos de su poder. Estas leyes se
sublevación de Panonia y Dalmacia Arminio y sus aliados en el bosque pan- basaban en la conciencia de que Roma
(6 d.C.) obligó a aplazar este proyecto tanoso de Teutoburgo, fue aplastado y, tenía un deber de tutela sobre los pue-
para restablecer el orden interior. Cuan- con él, tres legiones enteras. Cuando la blos sometidos; pero, también, en el he-
do se quiso hacer, tres años después, ya noticia llegó a Roma, la opinión pública cho de que cada vez eran más los pro-
era tarde. El desastre de Varo en el quedó conmocionada. Augusto clamó vinciales que descendían de colonos o
bosque de Teutoburgo puso fin a las as- varios días: “¡Varo, Varo, devuélveme las militares romanos y de que algunos te-
piraciones de expansión romanas. legiones!”. Se tomaron medidas excep- rritorios habían asimilado cada vez más
las formas de organización económica,
social y cultural representadas por Ro-
¡Varo, devuélveme las legiones! ma. En este sentido, la obra de Augus-
to marca la culminación de un proceso
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UN IMPERIO PARA LA ETERNIDAD
AUGUSTO CREA EL IMPERIO
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