S. Sambursky (El Mundo Físico de Los Griegos, Cap - Ii)
S. Sambursky (El Mundo Físico de Los Griegos, Cap - Ii)
S. Sambursky (El Mundo Físico de Los Griegos, Cap - Ii)
SAMBURSKY)
A este respecto, debería también subrayarse la importancia del rico legado científico que los
griegos heredaron de Egipto y Babilonia, especialmente en matemáticas. Pitágoras, que estuvo
durante varios años en esos países, estaba, sin duda, muy al corriente de los grandes
descubrimientos realizados por los babilonios en aritmética, unos quinientos años antes de él, y
adquirió gran maestría en la geometría egipcia, que se retrotrae a épocas todavía más
antiguas.
Más de cien años después de su muerte, algunos de sus alumnos dejaron de respetar la orden
del maestro de guardar secreto. De ese modo, la enseñanza oral originaria fue gradualmente
complementada con textos escritos, algunos de cuyos fragmentos han sobrevivido. A partir de
éstos y de los comentarios de Aristóteles y los filósofos posteriores -especialmente los
neoplatónicos-, es posible llegar a conocer las líneas básicas de la doctrina pitagórica.
Así, los cuerpos perfectos son simplemente una idealización de los modelos físicos del
cosmos, de ahí que pueda decirse que el número subyace a todos los objetos físicos y es el
comienzo de todo. Este es el origen de la filosofía de los números de Pitágoras cuya tendencia
esotérica y mística la convirtieron en un credo. Aristóteles trató de describir
desapasionadamente los supuestos básicos, aun desaprobando esa religión pitagórica y su
influencia en su maestro Platón.
En términos de Kant, es dominio de la ciencia cualquier cosa que pueda ser expresada en
términos matemáticos.
Cada unidad es representada por una partícula separada de las otras por un cierto intervalo;
ese aislamiento es 10 que da lugar al número, bien sea a la unidad o al número compuesto de
varias unidades. En este sentido, los pitagóricos postularon la existencia de espacio vacío
Ese énfasis puesto sobre la interconexión de número y mundo sensorial -tal como aparece por
primera vez en la doctrina de Pitágoras- pudo haber sido el origen de la explicación matemática
del mundo físico en la línea de la teoría moderna, pero Platón interrumpió ese desarrollo,
abandonando la creencia en que la armonía cósmica pudiese revelarse a través del contacto
con el mundo sensible.
Las leyes de la armonía musical fueron deducidas a partir de series de experimentos, que, a la
vista de la escasez de explicación sistemática en todo el período de la Antigua Grecia. El
cuenta que Pitágoras y sus discípulos llevaron a cabo experimentos con cuerdas de varias
longitudes y grosores y que también variaban la tensión de éstas, con vueltas a los tornillos a
los que estaban atadas. Igualmente se hicieron experimentos con instrumentos de viento de
varias longitudes y con vasijas idénticas en tamaño y forma, que fueron llenadas con diferentes
volúmenes de agua, con lo que se conseguía la vibración de columnas de aire de diferentes
longitudes.
Arquitas deja claro que el principio del número consiguió tanto reconocimiento como cualquier
teoría científica moderna se refería casi con certeza aquí al número y la medida por las que es
controlado el universo.
Mediante un desarrollo natural, la universalidad del número condujo a Pitágoras a proyectar los
hallazgos de su teoría de la armonía musical, a los cielos. Esos hallazgos mostraban que el
cosmos era un sistema ordenado que podía expresarse en razones numéricas y que se había
revelado parcialmente en la conexión existente entre las longitudes de las cuerdas vibrantes y
las notas emitidas. Los planetas giran en círculos en el cielo a diferentes distancias del centro y
con velocidades distintas, lo que fuerza en nuestra mente una analogía con la música: los
movimientos de los planetas en sus cursos podrían ser comparados con las vibraciones de las
cuerdas, y sus velocidades angulares con las frecuencias de tales vibraciones.
Kepler le proporcionó un nuevo aliento al introducir la armonía, de las esferas en sus conjeturas
sobre la relación de las órbitas planetarias y los cuerpos platónicos. A diferencia de los
pitagóricos, sin embargo, no aceptó en sentido literal la música de las esferas, osando
plantearse el problema que ya se había planteado a la escuela pitagórica: ¿por qué no oímos el
sonido de los astros en su curso?
32