Unidad I Energia Solar
Unidad I Energia Solar
Unidad I Energia Solar
SATCA: 4-2-6
Caracterización de la asignatura.
TEMARIO
UNIDAD I
UNIDAD II
UNIDAD IV
4 Calentadores solares.
4.1-Calefacción solar.
4.1.1-El colector plano de efecto invernadero.
4.1.2-superficie captadora y fluido calo portador.
4.1.3-cubierta transparente.
4.1.4-Carcasa.
4.1.5-Instalación de los colectores.
4.2-Funcionamiento y utilización del calentador solar de agua.
4.2.1-Modos de funcionamiento.
4.3-La bomba de calor.
4.3.1-Principios y funcionamiento.
4.4-Refrigeración por energía solar.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Hay 2 tecnologías básicas para convertir la radiación solar en energía eléctrica utilizable:
Como sabemos, la materia está compuesta por átomos, los cuales a su vez están formados por
dos partes bien diferenciadas: el núcleo, dotado de carga eléctrica positiva y los electrones,
que giran alrededor del núcleo en diferentes bandas de energía, con carga negativa que
compensa a la del núcleo.
A los electrones de la última capa se les ha dado el nombre de electrones de valencia y tienen
la característica de poder relacionarse con otros similares, formando una red cristalina. En base
al comportamiento de los electrones de esta ultima capa (o bandas), se pueden hacer una
división de los materiales eléctricos en: conductores, semiconductores y aislantes.
Dado que el fenómeno FV tiene lugar dentro de un semiconductor, es necesario entender que
hace que un material sea buen conductor, un buen aislante (no conductor) y, por último, un
semiconductor.
La corriente eléctrica es un movimiento de cargas eléctricas. Por definición, es la cantidad de
cargas que circulan por unidad de tiempo. Cuando entre los extremos de un material se aplica
voltaje, se crea un campo eléctrico dentro del mismo. Los electrones pertenecientes a la órbita
exterior de un átomo de este material, la más lejana del núcleo, estarán sometidos a una fuerza
cuyo valor esta dado por la expresión:
F= q x E
Donde:
q=valor de la carga, en culombios.
E= valor del campo eléctrico, en v/m.
Las células o celdas solares son dispositivos que convierten energía solar en electricidad, ya
sea directamente vía el efecto fotovoltaico, o indirectamente mediante la previa conversión de
energía solar a calor o a energía química.
La forma más común de las celdas solares se basa en el efecto fotovoltaico, en el cual la luz
que incide sobre un dispositivo semiconductor de dos capas produce una diferencia del foto
voltaje o del potencial entre las capas. Este voltaje es capaz de conducir una corriente a través
de un circuito externo de modo de producir trabajo útil.
Aunque las celdas solares eficientes han estado disponibles recién desde mediados de los
años 50, la investigación científica del efecto fotovoltaico comenzó en 1839, cuando el científico
francés, Henri Becquerel descubrió que una corriente eléctrica podría ser producida haciendo
brillar una luz sobre ciertas soluciones químicas.
El efecto fue observado primero en un material sólido (el metal selenio) en 1877. Este material
fue utilizado durante muchos años para los fotómetros, que requerían de cantidades muy
pequeñas de energía. Una comprensión más profunda de los principios científicos, fue provista
por Albert Einstein en 1905 y Schottky en 1930, la cual fue necesaria antes de que celdas
solares eficientes pudieran ser confeccionadas. Una célula solar de silicio que convertía el 6%
de la luz solar que incidía sobre ella en electricidad fue desarrollada por Chapin, Pearson y
Fuller en 1954, y esta es la clase de célula que fue utilizada en usos especializados tales como
satélites orbitales a partir de 1958.
Las celdas solares de silicio disponibles comercialmente en la actualidad tienen una eficiencia
de conversión en electricidad de la luz solar que cae sobre ellas de cerca del 18%, a una
fracción del precio de hace treinta años. En la actualidad existen una gran variedad de métodos
para la producción práctica de celdas solares de silicio (amorfas, monocristalinas o
policristalinas), del mismo modo que para las celdas solares hechas de otros materiales
(seleniuro de cobre e indio, teluro de cadmio, arseniuro de galio, etc).
Las celdas solares de silicio se elaboran utilizando planchas (wafers) monocristalinas, planchas
policristalinas o láminas delgadas
Las planchas monocristalinas (de aproximadamente 1/3 a 1/2 de milímetro espesor) se cortan
de un gran lingote monocristalino que se ha desarrollado a aproximadamente 1400°C, este es
un proceso muy costoso. El silicio debe ser de una pureza muy elevada y tener una estructura
cristalina casi perfecta.
Las planchas policristalinas son realizadas por un proceso de moldeo en el cual el silicio
fundido es vertido en un molde y se lo deja asentar. Entonces se rebana en planchas. Como
las planchas policristalinas son hechas por moldeo son apreciablemente más baratas de
producir, pero no tan eficiente como las celdas monocristalinas. El rendimiento más bajo es
debido a las imperfecciones en la estructura cristalina resultando del proceso de moldeo.
En los dos procesos anteriormente mencionados, casi la mitad del silicio se pierde como polvo
durante el cortado.
El silicio amorfo, una de las tecnologías de lámina delgada, es creado depositando silicio sobre
un substrato de vidrio de un gas reactivo tal como silano (SiH4). El silicio amorfo es una de
grupo de tecnologías de lámina delgada. Este tipo de célula solar se puede aplicar como
película a substratos del bajo costo tales como cristal o plástico. Otras tecnologías de lámina
delgada incluyen lámina delgada de silicio multicristalino, las celdas de seleniuro de cobre e
indio/sulfuro de cadmio, las celdas de teluro de cadmio/sulfuro del cadmio y las celdas del
arseniuro de galio. Las celdas de lámina delgada tienen muchas ventajas incluyendo una
deposición y un ensamblado más fácil, la capacidad de ser depositadas en substratos o
materiales de construcción baratos, la facilidad de la producción en masa, y la gran
conveniencia para aplicaciones grandes.
Un átomo del silicio tiene 4 electrones de valencia (aquellos más débilmente unidos), que
enlazan a los átomos adyacentes. Substituyendo un átomo del silicio por un átomo que tenga 3
o 5 electrones de la valencia producirá un espacio sin un electrón (un agujero) o un electrón
extra que pueda moverse más libremente que los otros, ésta es la base del doping. En el
doping tipo p, la creación de agujeros, es alcanzada mediante la incorporación en el silicio de
átomos con 3 electrones de valencia, generalmente se utiliza boro. En el dopaje de tipo n, la
creación de electrones adicionales es alcanzada incorporando un átomo con 5 electrones de
valencia, generalmente fósforo.
Una vez que se crea una unión p-n, se hacen los contactos eléctricos al frente y en la parte
posterior de la célula evaporando o pintando con metal la plancha. La parte posterior de la
plancha se puede cubrir totalmente por el metal, pero el frente de la misma tiene que tener
solamente un patrón en forma de rejilla o de líneas finas de metal, de otra manera el metal
bloquearía al sol del silicio y no habría ninguna respuesta a los fotones de la luz incidente.
Para entender la operación de una célula fotovoltaica, necesitamos considerar la naturaleza del
material y la naturaleza de la luz del sol. Las celdas solares están formadas por dos tipos de
material, generalmente silicio tipo p y silicio tipo n. La luz de ciertas longitudes de onda puede
ionizar los átomos en el silicio y el campo interno producido por la unión que separa algunas de
las cargas positivas ("agujeros") de las cargas negativas (electrones) dentro del dispositivo
fotovoltaico. Los agujeros se mueven hacia la capa positiva o capa de tipo p y los electrones
hacia la negativa o capa tipo n. Aunque estas cargas opuestas se atraen mutuamente, la
mayoría de ellas solamente se pueden recombinar pasando a través de un circuito externo
fuera del material debido a la barrera de energía potencial interno. Por lo tanto si se hace un
circuito se puede producir una corriente a partir de las celdas iluminadas, puesto que los
electrones libres tienen que pasar a través del circuito para recombinarse con los agujeros
positivos.
Las celdas solares de silicio policristalino en la actualidad tienen una eficiencia de menos del
20% y las celdas amorfas de silicio tienen actualmente una eficiencia cerca del 10%, debido a
pérdidas de energía internas más altas que las del silicio monocristalino.
2
Una típica célula fotovoltaica de silicio monocristalino de 100 cm producirá cerca de 1.5 vatios
de energía a 0.5 voltios de Corriente Continua y 3 amperios bajo la luz del sol en pleno verano
-2
(el 1000Wm ). La energía de salida de la célula es casi directamente proporcional a la
intensidad de la luz del sol. (Por ejemplo, si la intensidad de la luz del sol se divide por la mitad
la energía de salida también será disminuida a la mitad).
La potencia entregada por una célula solar se puede aumentar con bastante eficacia
empleando un mecanismo de seguimiento para mantener el dispositivo fotovoltaico
directamente frente al sol, o concentrando la luz del sol usando lentes o espejos. Sin embargo,
hay límites a este proceso, debido a la complejidad de los mecanismos, y de la necesidad de
refrescar las celdas. La corriente es relativamente estable a altas temperaturas, pero el voltaje
se reduce, conduciendo a una caída de potencia a causa del aumento de la temperatura de la
célula.
Otros tipos de materiales fotovoltaicos que tienen potencial comercial incluyen el diselenide de
cobre e indio (CuInSe2) y teluo de cadmio (CdTe) y silicio amorfo como materia prima.
Las celdas solares de silicio se elaboran utilizando planchas (wafers) monocristalinas, planchas
policristalinas o láminas delgadas.
Los tipos de células de silicio serán diferentes en la medida del tipo de silicio que se utilice:
En los dos procesos anteriormente mencionados, casi la mitad del silicio se pierde como polvo
durante el cortado.
Este tipo de célula solar se puede aplicar como película a substratos del bajo costo tales como
cristal o plástico. Otras tecnologías de lámina delgada incluyen lámina delgada de silicio
multicristalino, las celdas de seleniuro de cobre e indio/sulfuro de cadmio, las celdas de teluro
de cadmio/sulfuro del cadmio y las celdas del arseniuro de galio. Las celdas de lámina delgada
tienen muchas ventajas incluyendo una deposición y un ensamblado más fácil, la capacidad de
ser depositadas en substratos o materiales de construcción baratos, la facilidad de la
producción en masa, y la gran conveniencia para aplicaciones grandes.