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ESCUELA DE ECONOMÍA
FORO ACADÉMICO:
AULA: 46
Objetivos Específicos
Investigativos:
Comprender la Teoría Económica de la Escuela de Viena o Austríaca los fundamentos
y su aporte a la Economía.
Investigar sobre las políticas e impacto social provenientes de la aplicación de la
Escuela Austríaca.
Académicos:
Ampliar aptitudes en la expresión oral durante el desenvolvimiento del panel.
Desarrollar capacidades de análisis que sirvan para la presentación del trabajo y para
futuros compromisos.
2. Introducción
La escuela de Viena o Escuela Austriaca tuvo sus comienzos en 1871 cuando Carl
Menger catedrático de la Universidad de Viena, la fundo con su libro “Principio de
Economía”, luego uno de sus alumnos Eugen von Bohm-Bawe desarrollo las ideas de
esta escuela con su obre “Capital e interés", “Ambos autores, partiendo de su análisis
fundamental de la evaluación, acción y elección individuales, explicaron los aspectos de lo
que hoy se conoce como "microeconomía": la utilidad, los precios, el intercambio, la
producción, los salarios, el interés y el capital” (MANCERA, 2000, pág. 1100).
El pensamiento de la Escuela Austríaca de Economía ha penetrado en el mundo
académico muy recientemente. De las tres escuelas que produjeron la revolución
marginalista a fines del siglo XIX, la austríaca es la menos divulgada. Esto, tal vez, se
debió en parte al idioma alemán, poco conocido, y en parte a la persecución nazi que
obligó a las principales figuras a abandonar Viena a mediados de 1930, provocando de
esta manera su dispersión. (Cachanosky, 2009, pág. 1)
Ludwig von Mises otro gran representante de la Escuela Austriaca de tercera generación
aplicando el método austriaco “el individualismo metodológico” aporto con su obra “La
teoría de la moneda y del crédito” sirvió para aclarar puntos fundamentales del campo
macro del dinero y los precios.
Mises llegó a sostener en sus primeros escritos que la diferencia entre las escuelas
austriaca, marshalliana y walrasiana es el modo de expresar ideas fundamentalmente
similares y que las dividía más su distinta terminología y su peculiar forma de presentarse
que los aspectos sustantivos de sus enseñanzas de la teoría subjetiva del valor
(Cachanosky, 2009).
3. Marco Teórico
La escuela austriaca fue fundada por Carl Menger, catedrático de teoría económica de la
Universidad de Viena, a partir de la publicación en 1871 de su obra “Principios de
economía”. Más tarde, Eugen von Bohm-Bawerk, alumno y sucesor de Menger en la
Universidad de Viena, desarrolló las ideas de este último a partir de los años ochenta del
siglo pasado en sucesivas ediciones de su obra titulada “Capital e interés”. Ambos
autores, partiendo de su análisis fundamental de la evaluación, acción y elección
individuales, explicaron los aspectos de lo que hoy se conoce como "microeconomía": la
utilidad, los precios, el intercambio, la producción, los salarios, el interés y el capital.
Ludwig von Mises perteneció a la tercera generación de pensadores austriacos, habiendo
sido estudiante destacado de Bohm-Bawerk en la primera década del siglo XX. Para la
escuela austriaca, el gran aporte de von Mises lo constituye su obra “La teoría de la
moneda y del crédito” (publicada en 1912 en alemán, en Austria), en la que su autor aplicó
el método austriaco, denominado por Schumpeter como el individualismo metodológico,
para llenar una gran laguna en la teoría austriaca: el amplio campo "macro" del dinero
y los precios.
Aportes Fundamentales
En esa misma línea Friedrich von Wieser perfeccionó la teoría de Menger introduciendo
una definición de costo compatible con la teoría de la utilidad marginal Wieser subrayó
que los modelos idealizados clásicos y neoclásicos descuidan aspectos fundamentales,
por ejemplo, la aparición de poderosas empresas en gran escala que no necesariamente
se asocian con la visión de monopolio puro. Pero más importante aún, es que combina la
teoría austríaca de la utilidad con una teoría evolutiva de las instituciones, proponiendo
soluciones a la paradoja predominante entre la propiedad privada y la maximización de la
utilidad.
Otra de las contribuciones relevantes que tuvo la escuela austriaca fue la de Eugen
Böhm-Bawerk misma que fue la introducción del tiempo en el análisis económico. Su
fundamental y sencilla premisa es que la producción de bienes de primer orden requiere
tiempo, y que los métodos indirectos para la producción de estos bienes son más
productivos. Entre las interrogantes que el autor se planteó están: ¿Qué pasa cuando se
alarga el período de producción? ¿Porqué son los períodos más largos los más
productivos? Böhm-Bawerk considera que a medida que aumenta la duración de un
período, se usa más capital y se amplía el producto final, aunque a una tasa decreciente.
En otras palabras, la teoría mengeriana toma al ser humano con sus necesidades,
conocimientos y juicios (valoraciones), para resolverlas; como el centro de la actividad
económica. “Tal vez la expresión más significativa de la importancia de la escuela
austriaca en la historia de las ideas sea el enunciado según el cual el hombre se
encuentra en el centro de los sucesos económicos como actor” (Lachman, 2006). Bajo
esta perspectiva brotan los denominados individualismo y subjetivismo metodológicos,
característicos de la Escuela Austriaca. El individualismo metodológico no implica, de
manera alguna, homogeneizar a todos los hombres bajo la figura de un agente
representativo, como lo hace la economía política inglesa; sino, por el contrario, reconocer
que cada ser humano es único y como tal tiene necesidades específicamente diferentes a
las de sus semejantes y, por tanto, construye sus propios juicios de valor sobre los bienes
que requiere para satisfacerlas.
El subjetivismo metodológico implica que la percepción y el conocimiento, y los juicios de
valor sobre los objetos del mundo exterior, se encuentran limitados y relativizados por el
ser humano mismo. Es decir, se identifica un dualismo en la existencia misma de los
objetos reales: por una parte, existen como objetos independientes con dimensiones
cualitativas y cuantitativas específicas; por la otra, su existencia y valor dependen del
sentido que tienen para el ser humano que los percibe como medios para satisfacer una
necesidad. “Los bienes tienen siempre ’valor’ para unos determinados sujetos
económicos, y, además, para estos sujetos sólo tienen un determinado valor”, precisa
Menger (1986, p. 31).
En síntesis, “es el hombre, con sus necesidades y su poder sobre los medios para la
satisfacción de las mismas, el punto de partida y el objetivo de toda humana economía. El
hombre experimenta en primer lugar la necesidad de bienes del primer orden y convierte
en objeto de su actividad económica aquellos bienes cuya masa disponible es inferior a la
necesidad, es decir, los convierte en bienes económicos, mientras que no encuentra
ningún motivo práctico para introducir a los restantes en el círculo de dicha actividad”
(Menger,1986,p. 96)
Cuando Menger define que “la cantidad de bienes que un hombre necesita para la
satisfacción de sus necesidades lo llamamos su necesidad” sienta las bases de su teoría
sobre la naturaleza de los bienes. El punto de partida es el principio aristotélico de causa y
efecto, al cual no escapará ningún fenómeno ni cosa, y que, llevado a la teoría
económica, le permite afirmar que “a aquellas cosas que tienen la virtud de poder entrar
en relación causal con la satisfacción de necesidades humanas, las llamamos utilidades,
cosas útiles.
Menger desea resaltar una condición esencial para que una cosa útil adquiera el carácter
de bien: el poder de disposición sobre ella por parte del sujeto necesitado; condición
esencial que se encuentra acompañada de otras: la existencia de la necesidad misma, la
capacidad de la cosa para satisfacer esa necesidad, y el conocimiento del sujeto sobre
esa capacidad (relación causal).
De esta manera, puede decirse que el carácter de bien no es una cualidad intrínseca a los
objetos mismos, sino que es una relación entre el objeto y el sujeto, el ser humano;
relación establecida por este último en la medida en que siente una necesidad, conoce un
elemento adecuado para satisfacerla y puede utilizarlo en la solución de su necesidad: “la
presencia de necesidades humanas es un presupuesto o condición esencial de la
cualidad de bien y que en el caso de que desaparezcan totalmente aquellas necesidades
a cuya satisfacción está causalmente ordenado un bien, sin que surjan en su lugar nueva
necesidades de dicho bien, éste pierde inmediatamente su cualidad de tal” (Menger, 1986,
p. 58).
La intervención estatal en la economía, tuvo dos autores que discutían en contra de esta,
Mises así como también Hayek consideraban que la intervención de los gobiernos, al
actuar en contra de la lógica capitalista, generaba consecuencias indeseables y nocivas.
Entre uno de sus ejemplos decían que los controles de precios terminaban ocasionando
perjuicio a la misma gente que se deseaba ayudar. Por ejemplo, si el gobierno creía que
el precio de un bien básico, como la leche o el pan, era demasiado alto y por lo mismo se
excluía a muchos consumidores, el gobierno establecería un precio menor, controlado
administrativamente. El resultado es que el menor precio alentaría aún más el consumo
del bien y restringiría su disponibilidad en el mercado, ocasionando que pudieran
adquirirlo sólo quienes tuvieran la suerte de encontrarlo en las tiendas al precio
controlado.
Al no ser éste el resultado esperado de la intervención del gobierno, en vez de dar
marcha atrás y eliminar el control de precios, el gobierno creerá que es algo más lo que
está fallando y que frustró el resultado deseado, que era poner a disposición de más
individuos el bien básico y a un precio menor.
En la perspectiva austriaca, éste es un camino que se transita por la llamada economía
mixta que paulatinamente se va volviendo totalitaria, , a diferencia de la vía bolchevique
en que el control del gobierno sobre la vida económica se realiza con celeridad. En
cualquiera de las dos modalidades, para von Mises y para Hayek se transita por un
camino de servidumbre.
Para los economistas austriacos, la intervención del gobierno no se justifica, ya que no
existen fallas del mercado, y si acaso las reconocen, consideran que la intervención del
gobierno lejos de ser la solución sólo consigue empeorar la situación inicial.
En el caso de Hayek, éste percibe la necesidad de que parte de los recursos que el
gobierno obtiene de los contribuyentes garantice un ingreso mínimo a los habitantes del
país y que, además, pueda servir para suavizar los efectos nocivos de posibles
catástrofes naturales sobre dicha población.
Hayek fue miembro del Privat-Seminar que Mises realizaba en la Cámara de Comercio
Austríaca hasta 1931, cuando fue contratado por la London School of Economics, donde
permaneció hasta 1960. De aquí pasó a la Universidad de Chicago, hasta 1962. Entre
1962 y 1969 enseñó en la Universidad de Friedburg, para finalmente regresar a Austria,
donde enseñó como profesor visitante en la Universidad de Salzburgo.
Las contribuciones de Hayek a las ciencias sociales pueden dividirse en varias etapas. En
un primer momento su atención se concentraba en temas económicos, y dentro de estos,
en dos puntos en especial. Uno es la explicación del proceso de coordinación del mercado
basada en el reconocimiento del conocimiento imperfecto de la información relevante por
parte de los individuos, y por lo tanto, de errores en las predicciones. Es interesante este
punto porque aquí aparecen bien marcadas las diferencias teóricas con las escuelas de
Cambridge y Lausanne. Estas ideas están brillantemente expuestas en su libro
Individualism and Economic Order, en el cual, además de quedar claras las diferencias
con las escuelas antes mencionadas, Hayek logra también un importante avance para
consolidar el pensamiento de Mises acerca de la imposibilidad del cálculo económico en
el socialismo, ya que: “Los razonamientos de Mises”, dice Hayek, “no siempre eran fáciles
de seguir. A veces era necesario el contacto personal y la discusión para comprenderlos
plenamente”. Es importante señalar que la teoría austríaca del mercado incorporó la
incertidumbre en forma sistemática y coherente en el análisis antes que ninguna otra
escuela. Recientemente los economistas matemáticos creen haber realizado una
revolución al incorporar en sus modelos un factor estocástico. En este sentido podemos
decir que la economía matemática ha progresado mucho más lentamente que la
tradicional deducción lógica sobre la base de prosa.
El segundo tema económico, por el que Hayek es más conocido, es el monetario y su
relación con los ciclos económicos. Sus aportes se encuentran principalmente en tres
libros: Prices and Production (1931), Monetary Theory and the Trade Cycle (1933) y
Profits, Interest and Investment (1939). Estos libros de Hayek, sobre todo por los años en
que fueron escritos, significaban una respuesta a la teoría keynesiana, pero sin embargo
Keynes terminó prevaleciendo. Aunque conviene recordar que no fue a partir de la
publicación de The General Theory que el mundo se volvió Keynesiano. Lo que Keynes
hizo en realidad fue darle apoyo teórico a las políticas que los gobiernos ya venían
practicando desde algunos años atrás. La tesis keynesiana sostiene que una expansión
de la oferta monetaria cuando hay recursos ociosos pone estos recursos en actividad, con
lo cual se logra una disminución de la desocupación y un aumento del ingreso real.
Según Keynes, esta expansión monetaria no es inflacionaria; ya que la mayor producción
de bienes neutraliza los efectos inflacionarios de la creación de dinero. Por el contrario, la
tesis de Hayek es que cuando se expande la cantidad de dinero y crédito se producen
distorsiones en los precios relativos, lo que lleva a asignar recursos en forma ineficiente.
Hayek demuestra que esta mala asignación de recursos, que responde a señales falsas,
no puede mantenerse a menos que se continúe con una expansión monetaria creciente. Y
aun así, lo único que se lograría es postergar el problema, pero no solucionarlo. De esta
manera, aun cuando el “nivel” de precios se mantenga estable, o inclusive caiga, la
creación de dinero propuesta por Keynes lleva en sí el germen de una recesión futura o la
destrucción del sistema monetario en caso de que se persista en mantener artificialmente
el auge.
Hayek no sólo aplica su teoría de la división del conocimiento al ámbito estrictamente
económico, sino que también la lleva al terreno de las instituciones sociales. En sus dos
obras The Constitution of Liberty (1960) y Law, Legislation and Liberty, en sus tres
volúmenes (1973, 1976 y 1979) demuestra cómo la sociedad es un fenómeno complejo
que ninguna mente individual puede captar en todos sus detalles. Solamente la libertad
individual permite lograr un orden social donde los individuos puedan satisfacer la mayor
cantidad posible de necesidades particulares. En estos libros Hayek analiza también las
instituciones y sistema legal necesarios para una sociedad libre.
Por último, Hayek realizó investigaciones en el terreno de la epistemología y la psicología.
En su libro The Counter-Revolution of Science (1962) demuestra histórica y teóricamente
cómo el método de las ciencias naturales fue introducido en las ciencias sociales sin tener
en cuenta que la naturaleza del problema social es distinta de la del problema de las
ciencias naturales. Llegó a la conclusión de que los científicos sociales, al no darse cuenta
de esta diferencia; terminaron “copiando como monos” (aping) a los científicos de las
ciencias naturales. Las contribuciones en psicología se encuentran en su libro The
Sensory Order (1962). La idea central es que la percepción sensorial es un acto de
clasificación. Y esta clasificación no es el resultado de haber captado un orden existente
en las cosas; por el contrario, es la mente la que a priori ordena los objetos. Las
cualidades que los hombres atribuyen a los objetos no son propiedades de estos sino el
producto de relaciones que realiza el sistema nervioso.
Tanto Menger, Böhm-Bawerk y Mises, Hayek creían que son las ideas y no la fuerza las
que deben triunfar para establecer una sociedad libre. Además pensaban que el ámbito
más adecuado para lograr el cambio de esas ideas es el académico y no el político.
Integrantes:
Arcos Maritza
Cuninghan Elgar
Carrillo Anthony
Moreno Fabián
Quezada Deisy
Suárez Jefferson
b. Reglas para el desarrollo del foro
7. Según Eugen Böhm-Bawerk ¿Por qué son los periodos más largos, los más
productivos?
Porque a medida que aumenta la duración de un período, se usa más capital y se amplía
el producto final, aunque a una tasa decreciente.
10. Según Menger ¿Qué condiciones deben cumplir los objetos para que estos
adquieran el carácter de un bien?
El poder de disposición del objeto por parte del sujeto necesitado, la capacidad del objeto
para satisfacer esa necesidad, y el conocimiento del sujeto sobre esa capacidad
12. ¿Por qué se dice que las cosas no son bienes por sí mismas y tampoco tienen un
valor inherente a su naturaleza?
Porque la presencia de necesidades humanas es un presupuesto o condición esencial de
la cualidad de bien y que en el caso de que desaparezcan totalmente aquellas
necesidades a cuya satisfacción está causalmente ordenado un bien, sin que surjan en su
lugar nueva necesidades de dicho bien, éste pierde inmediatamente su cualidad como tal.
Por otro lado, su valor depende del conocimiento que el hombre adquiere sobre la
capacidad de la cosa para satisfacer sus necesidades, por lo que, si el objeto no cuenta
con tal capacidad, no tiene valor.
14. ¿Por qué se dice que el valor y la utilidad “son dos caras de la misma moneda”?
Porque la utilidad se refiere a la apreciación subjetiva de los objetos, y depende del valor
que se le otorgue a los objetivos o metas que busca cumplir el actor. Es así que, el valor
subjetivo que el actor concede a su meta, se proyecta en los medios o los objetos que
considera adecuados para alcanzarla.
15. ¿Por qué la Escuela Austriaca se opone al método matemático empleado por la
mayor parte de los economistas?
Porque según aquellos, el lenguaje verbal es más apropiado que las matemáticas para el
estudio de la economía, ya que permite capturar más perfectamente la esencia de los
fenómenos económicos. El formalismo matemático no permite incorporar la realidad
subjetiva del tiempo y mucho menos la creatividad humana.
16. ¿Por qué los economistas austriacos rechazan la intervención del Estado?
Porque para estos economistas no existen fallas del mercado, y si acaso las reconocen,
consideran que la intervención del gobierno lejos de ser la solución sólo consigue
empeorar la situación inicial.
18. ¿Por qué las necesidades humanas vienen a ser la fuerza propulsora del sistema
económico?
Porque, desde un punto de vista puramente económico, una economía no es más que un
sistema de precios dependientes, de modo que todos los problemas específicos no son
más que casos especiales de un único proceso repetido constantemente y todas las
regularidades económicas pueden deducirse de las leyes de formación de los precios, los
cuales son directamente influenciados por una demanda que, a su vez, es dependiente de
las necesidades de los individuos.
Aportes Fundamentales
La aportación principal de Menger es su refutación de la teoría clásica del valor y su
afirmación de que el valor depende de la utilidad marginal y, en general, que los
fenómenos económicos pueden explicarse por una introspección psicológica.
En esa misma línea Friedrich von Wieser perfeccionó la teoría de Menger
introduciendo una definición de costo compatible con la teoría de la utilidad marginal
Wieser subrayó que los modelos idealizados clásicos y neoclásicos descuidan
aspectos fundamentales, por ejemplo, la aparición de poderosas empresas en gran
escala que no necesariamente se asocian con la visión de monopolio puro. Pero más
importante aún, es que combina la teoría austríaca de la utilidad con una teoría
evolutiva de las instituciones, proponiendo soluciones a la paradoja predominante
entre la propiedad privada y la maximización de la utilidad.
Otra de las contribuciones relevantes que tuvo la escuela austriaca fue la de Eugen
Böhm-Bawerk misma que fue la introducción del tiempo en el análisis económico. Su
fundamental y sencilla premisa es que la producción de bienes de primer orden
requiere tiempo, y que los métodos indirectos para la producción de estos bienes son
más productivos.
6. Conclusiones
La escuela austríaca fue el menos popular de las tres escuelas que pertenecen al
marginalismo, sin embargo en la actualidad esta escuela económica es mucho más
conocida pero todavía se puede observar un claro predominio del pensamiento de las
escuelas de Cambridge y Francesa, donde existe una diferencia sustancial entre estas
teorías y una de ellas tal vez la más importante es la manera de exponer la teoría de
la utilidad marginal y la formación de precios.
La Escuela Austríaca formula teorías que explican las conexiones casuales y exactas
entre los fenómenos económicos, en lugar de dejar de lado su importancia,
acogiéndose a la concepción de la mutua determinación, misma que fue inspirada en
la física.
La escuela Austriaca observa al individuo como un ente racional que busca satisfacer
sus necesidades, cuya satisfacción está determinada directamente con el aquel y su
grado de consciencia con respecto a su nivel de malestar, siendo esta sus propias
necesidades, y, al mismo tiempo, identificar los medios para alcanzar el bienestar
deseado.
7. Bibliografía
Cachanosky, J. C. (2009). LA ESCUELA AUSTRÍACA DE ECONOMÍA.