Cómo Vivenciaron La Conquista Los Vencidos
Cómo Vivenciaron La Conquista Los Vencidos
Cómo Vivenciaron La Conquista Los Vencidos
"Yo, fray Marcos de Niza, de la orden de San Francisco, comisario sobre los frailes de la misma
orden en las provincias del Perú, que fui de los primeros religiosos que con los primeros
cristianos entraron en las dichas provincias, digo, dando testimonio verdadero, de algunas
cosas que yo con mis ojos vi en aquella tierra, mayormente acerca del tratamiento y
conquistas hechas a los naturales. Primeramente, yo soy testigo de vista, y por experiencia
cierta conocí y alcancé, que aquellos indios del Perú es la gente más benévola que entre indios
se ha visto, y allegada y amiga a los cristianos. Y vi que aquéllos daban a los españoles en
abundancia oro y plata y piedras preciosas y todo cuanto les pedían que ellos tenían, y todo
buen servicio, y nunca los indios salieron de guerra sino de paz, mientras no les dieron
ocasión con los malos tratamientos y crueldades, antes los recibían con toda benevolencia y
honor en los pueblos a los españoles, dándoles comidas y cuantos esclavos y esclavas pedían
para servicio.
"Ítem, soy testigo y doy testimonio que, sin dar causa ni ocasión aquellos indios a los
españoles, luego que entraron en sus tierras, después de haber dado el mayor cacique
Atahualpa más de dos millones de oro a los españoles, y habiéndoles dado toda la tierra en su
poder sin resistencia, luego quemaron al dicho Atahualpa, que era señor de toda la tierra, y en
pos dél quemaron vivo a su capitán general Cochilimaca, el cual había venido de paz al
gobernador con otros principales. Asimismo, después de éstos, dende a pocos días, quemaron
a Chamba, otro señor muy principal de la provincia de Quito, sin culpa ni haber hecho por qué.
"Asimismo quemaron a Chapera, señor de los canarios, injustamente. Asimismo a Luis, gran
señor de los que había en Quito, quemaron los pies y le dieron otros muchos tormentos
porque dijese dónde estaba el oro de Atahualpa, del cual tesoro (como pareció) no sabía él
nada. Asimismo quemaron en Quito a Cozopanga, gobernador que era de todas las provincias
de Quito. El cual, por ciertos requerimientos que le hizo Sebastián de Belalcázar, capitán del
gobernador, vino de paz, y porque no dio tanto oro como le pedían, lo quemaron con otros
muchos caciques y principales. Y, a lo que yo pude entender, su intento de los españoles era
que no quedase señor en toda la tierra.
"Ítem, que los españoles recogieron mucho número de indios y los encerraron en tres casas
grandes, cuantos en ellas cupieron, y pegáronles fuego y quemáronlos a todos sin hacer la
menor cosa contra español ni dar la menor causa. Y acaeció allí que un clérigo que se llama
Ocaña sacó un muchacho del fuego en que se quemaba, y vino allí otro español y tomóselo de
las manos y lo echó en medio de las llamas, donde se hizo ceniza con los demás. El cual dicho
español que así había echado en el fuego al indio, aquel mismo día, volviendo al real, cayó
súbitamente muerto en el camino y yo fui de parecer que no lo enterrasen.
"Ítem, yo afirmo que yo mismo vi ante mis ojos a los españoles cortar manos, narices y orejas a
indios e indias sin propósito, sino porque se les antojaba hacerlo, y en tantos lugares y partes
que sería largo de contar. Y yo vi que los españoles les echaban perros a los indios para que los
hiciesen pedazos, y los vi así aperrear a muy muchos. Asimismo vi yo quemar tantas casas y
pueblos, que no sabría decir el número según eran muchos. Asimismo es verdad que tomaban
niños de teta por los brazos y los echaban arrojadizos cuanto podían, y otros desafueros y
crueldades sin propósito, que me ponían espanto, con otras innumerables que vi que serían
largas de contar.
"Ítem, vi que llamaban a los caciques y principales indios que viniesen de paz seguramente y
prometiéndoles seguro, y en llegando luego los quemaban. Y en mi presencia quemaron dos: el
uno en Andón y el otro en Tumbala, y no fui parte [capaz] para se lo estorbar que no los
quemasen, con cuanto les prediqué. Y según Dios y mi conciencia, en cuanto yo puedo
alcanzar, no por otra causa sino por estos malos tratamientos, como claro parece a todos, se
alzaron y levantaron los indios del Perú, y con mucha causa que se les ha dado. Porque
ninguna verdad les han tratado, ni palabra guardado, sino que contra toda razón e injusticia,
tiranamente los han destruido con toda la tierra, haciéndoles tales obras que han determinado
antes de morir que semejantes obras sufrir.
"Ítem, digo que, por la relación [informe] de los indios, hay mucho más oro escondido que
manifestado, el cual, por las injusticias y crueldades que los españoles hicieron, no lo han
querido descubrir, ni lo descubrirán mientras recibieren tales tratamientos, antes querrán
morir como los pasados. En lo cual Dios Nuestro Señor ha sido muy ofendido y su Majestad
muy deservido y defraudado en perder tal tierra que podía dar buenamente de comer a toda
Castilla, la cual será harto dificultosa y costosa, a mi ver, de la recuperar".
Todas estas son sus palabras del dicho religioso, formales, y vienen también firmadas del
obispo de México, dando testimonio de que todo esto afirmaba el dicho padre fray Marcos.
12 DE OC TUB R E , E L "D E SC UB R I M IE NTO" DE A M É R ICA Y LA HISTOR IA OF ICIA L. . .
Caras y caretas
por Eduardo Galeano