El Compliance Officer
El Compliance Officer
El Compliance Officer
Sin embargo, debe distinguirse del rol del abogado defensor. El Compliance Officer velará
por el cumplimiento de las leyes, pero es recomendable que la representación y defensa
legal de la empresa dependa de otro profesional del Derecho para evitar una confusión en los
roles. Es por ello que muchas grandes empresas han optado por separar su Departamento
Legal de su Departamento de Compliance.
En este sentido, el rol del Compliance Officer deberá velar por que cada quien dentro de la
empresa cumpla con sus funciones, en lugar de interpretar las normas, ejercer o implementar
estrategias defensivas en el caso de incumplimiento.
Es por ello que muchas empresas farmacéuticas optan por designar a ingenieros químicos
como Compliance Officers, o que las TIC se inclinen por un experto en seguridad
informática. En la medida en que las empresas tienen estructuras más amplias, se dará
siempre el caso de un Chief Compliance Officer que aun siendo experto en alguna de las
ramas, deberá confiar en otros profesionales para aquellas que no maneja directamente.
Identificar las obligaciones a que están sujetas las empresas (Hard Law y Soft Law).
Comprender los procesos y procedimientos de la empresa.
Frente a los empleados, el Compliance Officer será el responsable de proveer o
coordinar las formaciones en materia de cumplimiento normativo.
Responderá por la adecuada comunicación del programa de Compliance.
Contribuir en la descripción de las obligaciones de Compliance que sean inherentes
a cada área o cargo dentro de la empresa, como parámetro objetivo en la evaluación
de desempeño del personal.
Actualmente ha surgido con fuerza la figura del Compliance Officer o persona responsable
de supervisar y gestionar todas las cuestiones relacionadas con el cumplimiento normativo.
Sus principales funciones son la identificación de riesgos, analizar cambios estatutarios y
reguladores, determinar medidas preventivas y correctivas, impartir formación a directivos y
empleados para que conozcan y apliquen todas las normas y revisar periódicamente la
actualización de los procedimientos.
En España, la reforma del Código Penal operada en 2010 ha incorporado aspectos novedosos,
como la introducción de la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Está claro que el
nuevo Código Penal ha llevado a replantearse muchos procedimientos y prácticas en las
empresas. El rol del Compliance Officer se está generalizando a raíz de la entrada en vigor
de dicha reforma.
En este sentido, no debe obviarse la posición de garante que incumbe de forma principal al
empresario y cómo este generalmente actuará mediante delegación, mutando sus
responsabilidades (que no desaparecen) a las de supervisión y vigilancia de los empleados
subordinados que hubieran asumido las responsabilidades delegadas.
Los principios que deben regir cualquier actuación de un Compliance Officer deben estar
basados en la independencia de la función respecto del negocio, es imprescindible que exista
una involucración seria, efectiva y real de la Alta Dirección de la Empresa.
Del mismo modo, se hace precisa la existencia de una estructura organizativa que se
encuentre adecuadamente definida a los fines que se pretendan, y con medios económicos
suficientes como para posibilitar la realización de los objetivos que se intenten conseguir. En
la realización de la actividad del Compliance Officer es determinante la existencia de
políticas y procedimientos escritos que regulen la actuación y las pautas a seguir.
a). El Compliance Officer ha de contar con un nivel de formación suficiente, y en todo caso,
ello es especialmente importante con relación al conocimiento que el mismo ha de poseer del
funcionamiento de la organización, de su cultura corporativa y de las normas públicas y
privadas que en cada momento le van a ser aplicables.
d). Debe prestarse una especial atención a la función que el área de Compliance debe tener
con otras unidades de la Entidad. En este sentido, deben destacarse las de Auditoría, Control
Interno, Gestión de Riesgos y cuantas otras desarrollen funciones análogas, conforme a cada
estructura societaria en particular.
c). Historia profesional. Ninguna persona relacionada con la función de cumplimiento deberá
haberse visto involucrada en circunstancias que apunten a un comportamiento poco ético o
de incumplimiento, dentro y fuera de la organización.
Del mismo modo, como elementos a tener en consideración en la creación de la figura del
Compliance Officer, se deben ponderar las siguientes cuestiones:
a). Soft skills. Disponer de una gran capacidad de comunicación, interactuación y networking
con quienes son los destinatarios finales de nuestros servicios, sea el cliente interno (en el
caso del Compliance Officer), sea el cliente externo (en el caso de servicio de Compliance,
inclusive la externalización de la función de Compliance Officer), son imprescindibles. Ante
todo el Compliance Officer debe tener una total empatía con el negocio y con las áreas de
soporte a ese negocio. El objetivo final no es ser tangencial, transversal, paralelo,
perpendicular, al negocio. El objetivo es ser parte del negocio.
b). Ser “la persona/departamento del NO” impide apreciar los riesgos y gestionarlos. La
gestión de cumplimiento deben ser actividades a ayudar a identificar los riesgos asociados a
una determinada actividad, expresados de manera sencilla, clara y directa, para que puedan
gestionarse.
c).Conocer es el primer paso para poder actuar. Vivimos una era en que puede llegar a ser
más importante saber cómo manejar las múltiples fuentes de información que tenemos a
nuestra disposición, que acumular conocimiento en nuestra cabeza.
e). La automatización es esencial para ser más eficiente, mejor y más barato. Más allá de
consecuencias sociales que desde luego hay que gestionar, lo cierto es que actualmente la
tendencia es que siempre que sea posible las tareas se hacen por máquinas y software y no
por personas. Y esa afirmación es extensible a las actividades de cumplimiento normativo.