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Iniciación a la

LINGÜÍSTICA
JUAN LUIS JIMÉNEZ RUIZ

Iniciación a la

LINGÜÍSTICA

2001
EDITORIAL CLUB UNIVERSITARIO
Título: Iniciación a la Lingüística
Autor: © Juan Luis Jiménez Ruiz

I.S.B.N.: 84-8454-100-Z
Depósito legal: A-1173-2001

Edita: Editorial Club Universitario


www.ecu.fm

Printed in Spain
Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87
C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)
www.gamma.fm
gamma@gamma.fm

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede


reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de
información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los
titulares del Copyright.
A Mari Ángeles, mi esposa, por su
paciencia y comprensión ante las
múltiples horas robadas.
Introducción

INTRODUCCIÓN

A pesar del largo período de tiempo transcurrido desde que el hombre


comenzó a reflexionar sobre lo que era el lenguaje hasta nuestros días, la
respuesta a este interrogante no sólo no ha encontrado la unanimidad deseada a
lo largo de la historia sino que en la actualidad todavía persiste la creencia de
que esta unanimidad de criterios y escuelas no es oportuna.
Ello justifica también que esta diferenciación existente en la concepción de
nuestro objeto de estudio vaya unida inevitablemente a una dispar concepción
de la disciplina que ha de encargarse de la descripción y explicación del mismo.
Obviamente, una reflexión más objetual y empirista del lenguaje exige una
formulación lingüística también más empirista —y, por ello mismo, más
formalizada e inmanente— muy lejana de esa otra formulación más
hermenéutica y trascendental de la Lingüística que pretende aprehender el
carácter sujetual del lenguaje.
Si a la disparidad tanto en la concepción de lo que es nuestro objeto de
estudio como de lo que es el método que debemos aplicar para su análisis,
unimos también la falta de unanimidad a la hora de considerar las
características que deben guiar la reflexión tanto sobre el objeto como sobre el
método de nuestra disciplina, comprenderemos fácilmente la dificultad que
entraña el estudio de nuestra disciplina.

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Juan Luis Jiménez Ruiz

Objeto de estudio, método de aprehensión del mismo y reflexión


globalizante sobre el proceso de conocimiento que la aplicación de este método
produce de nuestro objeto son pues los tres pilares fundamentales que deben
guiar nuestro discurrir para que la respuesta a la problemática que plantea el
estudio del lenguaje y la precisión de los pilares fundamentales que rigen la
disciplina que lo estudia sea lo más exhaustiva y correcta posible.
En este sentido, Iniciación a la Lingüística pretende ser una guía que
oriente a los alumnos en el estudio riguroso del fenómeno llamado lenguaje.
Para ello, ofrecemos en sus páginas una serie de reflexiones sobre las cuestiones
planteadas anteriormente, proponiendo tres vías para realizar el estudio de
nuestro objeto: la Teoría del lenguaje, la Teoría de la lengua y la Teoría de la
Gramática.

Así, nos acercaremos al lenguaje de forma ontológica (en la IIª parte del
libro), es decir, presentando en primer lugar una caracterización general del
lenguaje como objeto de estudio e investigación —con lo que abordaremos la
primera parte del sintagma Lingüística general (Capítulo 4)— y después
estudiando sus peculiaridades desde distintos puntos de vista: el social
(Capítulo 5), que nos permitirá abordar la diversidad lingüística; el punto de
vista simbólico, que nos permitirá ahora estudiarlo desde el ámbito semiótico
(Capítulo 6); y, finalmente, el punto de vista neuropsicológico (Capítulo 7).
Con ello quedaría cubierta una de las tres vías de estudios lingüísticos que
hemos propuesto (la Teoría del lenguaje), pero no lo conoceríamos
completamente. Por ello, proponemos la segunda forma de hacerlo. Se trata de
una aproximación metodológica ya, es decir, al análisis lingüístico de nuestro
objeto (IIIª parte del libro). Y, puesto que no podemos aprehender el lenguaje a
través de los sentidos, lo haremos ahora a través de las lenguas como objetos
materiales que actualizan nuestra capacidad de lenguaje (con lo que
culminaremos el segundo miembro del sintagma Lingüística general). Así,
iniciamos la segunda vía de estudios lingüísticos (la Teoría de la lengua),
precisando primero los distintos niveles de análisis que se pueden realizar

8
Introducción

(Capítulo 8), y elaborando después un análisis de la Lingüística desde una


perspectiva intradisciplinar (Capítulo 9), es decir estudiando las distintas
divisiones de la Lingüística (Fonética y Fonología, Morfología y Sintaxis,
Lexicología y Semántica). Continuaremos, tras ello, con el análisis de la
Lingüística desde una perspectiva interdisciplinar, estudiando en este caso tanto
las ramas de la Lingüística teórica (Capítulo 10) como las de la Lingüística
aplicada (Capítulo 11).
Ya sólo nos quedaría por cubrir la tercera vía de estudios lingüísticos; a
saber, la que reflexiona sobre el propio conocimiento del objeto lingüístico. Se
trata de la Teoría de la gramática que adopta la perspectiva epistemológica y
que estudiaremos en el capítulo 12.
Todo ello queda caracterizado de manera global en la Iª parte del libro, en
la que, además de una serie de puntualizaciones sobre las técnicas de
investigación lingüística (Capítulo 1), reflexionamos sobre la Lingüística en el
conjunto de las ciencias humanas (Capítulo 2) y sus fundamentos como campo
del saber (Capítulo 3), revisando el aparato epistemológico que proponemos
para el análisis (ontológico y metodológico) de nuestro objeto de estudio e
investigación.
Para ello, estructuramos los capítulos del libro en una serie de apartados
que ayudan a su comprensión y aprendizaje. En primer lugar, la presentación de
los objetivos que deben conseguirse al final del proceso de enseñanza y
aprendizaje, con objeto de que el alumno oriente el estudio de los contenidos. A
continuación señalamos las palabras clave, o nociones más relevantes sobre las
que el alumno debe dirigir su atención cuando estudie el capítulo. Después,
presentamos un índice de los contenidos, con objeto de que el alumno sepa la
estructura u organización que los contenidos presentan a lo largo del capítulo y
tenga así una visión panorámica de los mismos. Tras ello, explicamos ya los
contenidos del capítulo desarrollando los distintos epígrafes en los que lo hemos
estructurado con anterioridad. En este apartado hemos evitado las referencias
bibliográficas con objeto de posibilitar la lectura fluida y facilitar el estudio.

9
Juan Luis Jiménez Ruiz

Precisamente este deseo didáctico mencionado es el que justifica que junto


a los contenidos mencionados, articulemos también une serie de actividades
sugeridas, que se desarrollarán dependiendo de cada curso en concreto y de los
principales aspectos que interesen o preocupen al alumnado. Este carácter
abierto de la planificación de las actividades explica también el que puedan ser
muchas más y distintas las actividades que puedan llevarse a cabo, según la
idiosincrasia específica de los alumnos de cada curso.
En el apartado de las lecturas recomendadas, ofrecemos una serie de
referencias bibliográficas que ayudarán a profundizar en el contenido de cada
capítulo; y en el de los ejercicios de autoevaluación presentamos una serie de
preguntas, cada una de ellas con tres alternativas de respuestas, orientadas a que
el alumno pueda comprobar en qué medida va progresando en el aprendizaje y
reorientar el estudio en función de los ejercicios realizados.
Finalmente, junto a una bibliografía general sobre el tema, ofrecemos un
glosario de las principales nociones lingüísticas aparecidas en el capítulo. La
razón es que una de las grandes dificultades que conlleva la enseñanza y
aprendizaje de nuestra disciplina estriba precisamente en el carácter
excesivamente hermético de su terminología. Para paliar en lo posible la
incomprensión que este hecho pueda suponer, presentamos estos glosarios en
los que explicamos aquellos términos que puedan suscitar más dificultad,
precisando el sentido con el que aparecen en el capítulo, con el fin de que el
alumno pueda localizar rápidamente la aclaración pertinente. Puesto que a veces
las nociones se repiten a lo largo de los capítulos y puede ser difícil su
localización, ofrecemos al final del libro un glosario general en el que situamos
las nociones lingüísticas que aparecen definidas en los glosarios que figuran en
los distintos capítulos del libro, indicando el número del capítulo o capítulos en
los que pueden consultarse las distintas acepciones de las mismas.
Junto a este glosario general, el texto concluye con una bibliografía básica.
En ella renunciamos a las largas listas de obras, carentes de sentido, para
adoptar una perspectiva más razonable y eficaz que tenderá, no ya al

10
Introducción

conocimiento pormenorizado de las obras, sino de las directrices fundamentales


del pensamiento lingüístico entre los que se mueven los hilos del entramado
bibliográfico, todo ello dirigido desde una actitud de justa objetividad en la que
no cabrán ni el dogmatismo excluyente ni el eclecticismo enciclopedista
indiscriminado. Presentamos, por tanto, el complemento bibliográfico de los
repertorios generales (bibliografía general sobre Lingüística, enciclopedias y
panorámicas de la Lingüística y diccionarios terminológicos), que servirán de
orientación al alumno en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Finalmente, el índice temático, en el que damos una visión general de todos
los contenidos del texto; y el índice general ponen fin al libro.
Sería el momento ahora de agradecer a todos los que de una forma directa o
indirecta nos han ayudado a la realización de este trabajo, ya sea mediante sus
obras respecto al tema, consejos o aportaciones teóricas en las que nos basamos.
Pero serían tantos que preferimos no hacer una larga lista. Sin embargo, sí
queremos en su lugar recordar aquí que somos quienes somos gracias a los
maestros que nos enseñaron y a los cuales nunca les estaremos lo
suficientemente agradecidos.
Finalmente, sólo nos queda señalar que si con este libro el proceso de
enseñanza y aprendizaje de la Lingüística general llega a buen fin, nos
sentiremos satisfechos. Aunque, de todos modos, si en algo hemos ayudado a
nuestros alumnos a mejorar este proceso, el esfuerzo habrá valido la pena. Sin
lugar a dudas.

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PRIMERA PARTE
PRELIMINARES TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS.

13
Técnicas de investigación lingüística

TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN LINGÜÍSTICA.


Capítulo 1
A. Objetivos.

1. Conocer las técnicas instrumentales para la investigación lingüística.


2. Adquirir las destrezas para la utilización de estas técnicas.
3. Construir fichas bibliográficas de los principales textos sobre Lingüística.
4. Elaborar fichas temáticas organizando diversos tipos de materiales.
5. Construir un fichero bibliográfico y temático.

B. Palabras clave.

– Ficha bibliográfica. – Elementos de identificación.


– Ficha temática. – Elementos de ubicación.
– Fichero. – Elementos conceptuales.

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Juan Luis Jiménez Ruiz

– Sistema de clasificación. – Técnicas procesales.

C. Organización de los contenidos.

1. Técnicas instrumentales para la investigación lingüística: las fichas.


1.1. Definición.
1.2. Clasificación de las fichas.
2. Elementos constitutivos de las fichas bibliográficas.
2.1. Elementos de identificación.
2.2. Elementos de ubicación.
2.3. Elementos de utilización.
3. Modelo de ficha bibliográfica.
4. Elementos constitutivos de las fichas temáticas.
4.1. Elementos de identificación.
4.2. Elementos de clasificación.
4.3. Elementos conceptuales.
5. Modelo de ficha temática.
6. Técnicas instrumentales para la investigación lingüística: el fichero.
6.1. Sistema de clasificación alfabético.
6.2. Sistema de clasificación temático.
6.3. Sistema de clasificación numérico ordinal.
6.4. Sistema de clasificación numérico decimal.
7. Técnicas procesales para la construcción de la ficha bibliográfica.

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Técnicas de investigación lingüística

7.1. Preliminares.
7.2. La elaboración de los elementos de identificación.
7.3. La elaboración de los elementos de ubicación y utilización.
7.4. Recomendaciones finales.
8. Técnicas procesales para la construcción de la ficha temática.
8.1. Preliminares.
8.2. La elaboración de los elementos conceptuales.
8.3. La elaboración de los elementos de identificación.
8.4. La elaboración de los elementos de clasificación.
8.5. Recomendaciones finales.
9. Técnicas procesales para la construcción del fichero.
9.1. La construcción del fichero bibliográfico.
9.2. La construcción del fichero temático.
9.3. Recomendaciones finales.

D. Desarrollo de los contenidos.

1. Técnicas instrumentales para la investigación lingüística: las fichas.


Cualquier investigación que se pretenda mínimamente organizada debe
partir de una previa organización coherente de sus materiales de estudio para, a
partir de éstos, plantear las hipótesis necesarias para el análisis de su campo
teórico.
En este sentido, una de las técnicas instrumentales más eficiente de las que
dispone el lingüista para realizar la organización de sus materiales es la ficha.
Veamos en qué consiste.

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Juan Luis Jiménez Ruiz

1.1. Definición.
Las fichas son trozos de papel de dimensiones variables que, por
lo general —aunque no necesariamente—, suelen ser de un grosor
mayor al del papel estándar, que se utilizan para:

– acumular grandes cantidades de información relativa


tanto a nuestro ámbito de estudio como a las fuentes de
las que disponemos para seguir recabando información;

– organizar esta información para que nuestro trabajo no


consista simplemente en un resumen de materiales
bibliográficos que se suceden de manera lineal en fichas
en lugar de en otro tipo de papel (folios, cuadernos…);
– y, finalmente, usar en futuros proyectos de investigación,
puesto que contienen los datos que necesitamos para
realizar un buen trabajo.
Como podemos ver, son variadas y diferentes las utilidades que podemos
dar a las fichas. Por ello podemos distinguir, principalmente, entre dos tipos de
fichas que nos ayudarán en nuestro trabajo intelectual.

1.2. Clasificación de las fichas.


Dependiendo del uso que vayamos a darle a la ficha, la podemos
clasificar en dos grandes grupos:
– Ficha bibliográfica: aquella que contiene datos generales
sobre un libro o revista de investigación. Estos datos son
los que nos permitirán en un futuro dilucidar la
adecuación o no de la consulta del libro o revista, ya sea
para un trabajo de investigación o para el estudio de
nuestra materia.

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Técnicas de investigación lingüística

– Ficha temática: en este caso se trata de la que refleja los


datos específicos sobre el contenido de capítulos de libros
o artículos publicados en revistas de investigación, que
será usado tanto en nuestros estudios como en los trabajos
que realizaremos a lo largo de nuestra vida académica.

2. Elementos constitutivos de las fichas bibliográficas.


La ficha bibliográfica está formada por tres tipos de elementos, según sea
la utilidad que se le vaya a dar a los mismos.

2.1. Elementos de identificación.


Son aquellos que nos permiten precisar los datos relativos al libro
o revista que estamos fichando. De mayor a menor importancia son los
siguientes:
– Datos relativos a la autoría del texto: precisaremos los
apellidos y el nombre del autor o autores que han escrito
el texto objeto de nuestra ficha.
– Datos identificativos del texto: consignaremos ahora el
título del libro o nombre de la revista (en este caso, junto
al número o volumen del que se trate) que vamos a fichar.
– Datos sincrónicos sobre la edición del texto: nos
fijaremos, en este caso, en la editorial que produjo el
texto, en la ciudad en la que se publicó y en el número de
páginas de las que consta la edición.

– Datos diacrónicos sobre la edición del texto: añadiremos,


finalmente, los datos relativos al año de la primera edición
y al de la edición que estamos manejando, consignando,
además, el número de esta edición.

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Juan Luis Jiménez Ruiz

2.2. Elementos de ubicación.


Son aquellos que nos permiten precisar ahora los datos relativos al
lugar en el que se encuentra el libro o revista que estamos fichando,
con objeto de facilitarnos la consulta de los mismos en caso de que
posteriormente queramos elaborar fichas temáticas. Son los siguientes:

– Datos relativos a la biblioteca en la que se encuentra el


texto: precisaremos aquí los datos generales sobre este
lugar, señalando tanto el nombre de la biblioteca, como el
de la entidad a la que pertenece y la ciudad en la que se
ubica.
– Datos relativos al lugar en el que se encuentra en texto
dentro de la biblioteca: señalaremos ahora la signatura
que tiene el texto en la biblioteca, puesto que es ésta la
que nos permitirá su pronta localización.

2.3. Elementos de utilización.


Son aquellos que nos permiten consignar las observaciones
personales que podamos hacer sobre el libro con objeto de orientar su
posterior consulta para la realización de fichas temáticas. Los datos
que anotaremos son los siguientes:

– Datos formales sobre el texto: aquí precisaremos, entre


otras, cuestiones relativas al aparato crítico del texto,
cuadros, gráficos, bibliografía, etc.
– Datos conceptuales sobre el texto: finalmente
observaremos los aspectos relativos al contenido del texto,
prestando una principal atención al índice, señalando las
partes o capítulos en los que se estructura el texto así

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Técnicas de investigación lingüística

como los números de las páginas que ocupan.

3. Modelo de ficha bibliográfica.


Todas las fichas bibliográficas deberán llevar los diferentes elementos
señalados anteriormente, según el modelo propuesto.
Los elementos de identificación estarán en la parte superior delantera de la
ficha bibliográfica, separados los de mayor importancia (datos de autoría y de
identificación textual) de los de menor importancia (edición) mediante dos
líneas que suelen ser de color rojo o azul. Situaremos los primeros por encima
de las dos líneas y los segundos por debajo:

AUTOR:

TÍTULO:

Editorial: Ciudad:
Año (1ª ed.): Edición: Nº págs:

Los elementos de ubicación estarán situados en la parte derecha de la ficha


bibliográfica, consignados a partir de las dos líneas divisorias y separados del
resto de la ficha por una sola línea vertical. Situaremos los datos relativos a la
biblioteca en la que se encuentra el texto debajo de las dos líneas y los relativos
al lugar en el que se encuentra en texto dentro de la biblioteca, por debajo,
según el siguiente modelo:

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Juan Luis Jiménez Ruiz

Ubicación:

Signatura:

Los elementos de utilización estarán situados a continuación de los


elementos de identificación ocupando tanto la parte delantera de la ficha
bibliográfica como la trasera.

Observaciones:

Finalmente añadiremos en la esquina inferior derecha de la ficha el nombre


y los apellidos de la persona que realiza la ficha, con lo que el modelo final de
ésta quedaría de la siguiente manera:

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Técnicas de investigación lingüística

AUTOR:

TÍTULO:

Editorial: Ciudad: Ubicación


Año (1ª ed.): Edición: Nº págs:
Observaciones:

Signatura:

Autoría:

4. Elementos constitutivos de las fichas temáticas.


La ficha temática está formada por tres tipos de elementos, según sea la
utilidad que se le vaya a dar a los mismos.

4.1. Elementos de identificación.


Son aquellos que nos permiten precisar los datos relativos al
capítulo del libro o artículo de la revista que estamos fichando. Puesto
que los datos generales están contenidos en la ficha bibliográfica, en la
ficha temática solo consignaremos los siguientes:
– Datos relativos a la autoría del texto: precisaremos aquí
también los apellidos y el nombre del autor o autores que
han escrito el capítulo del texto objeto de nuestra ficha.

– Datos relativos al texto que estamos estudiando: en este


apartado identificamos, cuando se trata de un libro, tanto
el título del capítulo como el del libro al que pertenece

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Juan Luis Jiménez Ruiz

éste; y cuando se trata de un artículo de investigación, el


título del artículo y el nombre de la revista en el que se ha
publicado.
– Y, finalmente, los datos relativos al lugar exacto en el
que se encuentra la información dentro del texto: en este
caso consignamos el número de las páginas en las que se
desarrolla el capítulo del libro o el artículo de la revista
que estamos fichando.

4.2. Elementos de clasificación.


Son unos de los elementos fundamentales de la ficha temática
puesto que serán los que nos van a permitir organizar la ficha en el
interior del fichero. Estos elementos son los siguientes:
– La materia: se trata del área de conocimiento a la que
pertenece el texto que estamos estudiando. Son saberes
generales establecidos arbitrariamente por la comunidad
científica y que sirven para englobar los contenidos
temáticos. Puede identificarse, en algunos casos, con las
asignaturas de los distintos planes de estudio.

– Tema general: dada la amplitud que presenta el ámbito


anterior, el tema general pretende establecer un área más
restringida dentro de la materia que, en este caso, puede
identificarse con los temas que constituyen el grueso de
una asignatura. Se trata, por tanto, de identificar el tema
del que trata el texto que estamos estudiando y ubicarlo
dentro de la materia correspondiente.

– Tema específico: constituye un tercer grado de abstracción


sobre los contenidos del texto que estamos estudiando.
Puesto que, como hemos dicho, la utilidad de la ficha

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Técnicas de investigación lingüística

temática es la de ser usada en posteriores estudios o


investigaciones, el tema del que trata ésta debe ser
enunciado lo más específicamente posible. Por ello,
consignamos también en la ficha, además del tema amplio
en el que puede englobarse, el tema puntual y específico
que constituye el contenido de la ficha. Podría
identificarse con los epígrafes que aparecen en los temas
de las asignaturas de un curso académico.
– Código de clasificación: se trata de un conjunto de dígitos
que sirven para ubicar la ficha dentro del fichero. Este
código nos va a permitir localizar con rapidez un conjunto
de fichas y, al contrario, localizar el lugar en el que se
deben ubicar las nuevas fichas que estemos elaborando.
– Finalmente consignaremos la fecha en la que hemos
realizado la ficha temática, dato éste tanto para nuestro
control personal como para evaluar la pertinencia o no de
su uso en posteriores trabajos de investigación.

4.3. Elementos conceptuales.


Es la parte principal de la ficha temática puesto que precisa en
forma de resumen las ideas fundamentales del capítulo del libro o del
artículo que estemos estudiando.

5. Modelo de ficha temática.


Todas las fichas temáticas deberán consignar los distintos elementos que
hemos señalado anteriormente. Para ello vamos a seguir el modelo que vamos a
presentar en estas páginas.
Comenzaremos por los elementos de clasificación. Puesto que estos

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Juan Luis Jiménez Ruiz

elementos sirven para organizar la ficha en el interior del fichero, deben tener
una pronta visualización. Por ello, vamos a situarlos en la parte superior de la
ficha temática, separados del resto de los elementos por dos líneas que suelen
ser rojas o azules.
Además, para separar los datos relativos a los elementos del contenido
(materia, tema general y tema específico) de los de clasificación formal (código
y fecha), utilizaremos una línea vertical.
Veamos el esquema que presentamos a continuación en el que se recogen
estas ideas

Materia: Tema específico: CÓDIGO:


Tema general:
Fecha:

A continuación, situaremos los elementos de identificación también en la


cara delantera de la ficha temática y justo debajo de las dos líneas horizontales
que separan los elementos de clasificación del resto de los elementos. Para ello,
seguiremos el siguiente esquema:

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Técnicas de investigación lingüística

AUTOR:
OBRA:
PÁGS.

Los elementos conceptuales son los que necesitan más espacio dentro de la
ficha temática. Por ello, los situaremos tanto en la parte delantera de la ficha,
justo debajo de los elementos de identificación, como en la parte trasera de la
misma, según el siguiente esquema:

CONTENIDO:

Finalmente, el esquema completo de la ficha temática estaría formado por


la suma de los elementos de clasificación, identificación y conceptuales, a los

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Juan Luis Jiménez Ruiz

que añadiremos la autoría de la persona que ha realizado la ficha temática


(apellidos y nombre), que aparecería en la esquina inferior derecha de la parte
delantera de la ficha. Su representación final quedaría tal y como sigue:

Materia: Tema específico: CÓDIGO:


Tema general:
Fecha:

AUTOR:
OBRA:
PÁGS.
CONTENIDO:

Autoría:

6. Técnicas instrumentales para la investigación lingüística: el fichero.


Cuando vamos teniendo gran cantidad de fichas, tanto bibliográficas como
temáticas, es necesario poder ubicarlas en un lugar que nos permita su pronta
localización y su utilización posterior. Para ello vamos a utilizar el fichero.
El fichero consiste en un recipiente que suele tener forma rectangular y
estar hecho de cartón, en el que organizamos nuestras fichas mediante un
sistema de clasificación y valiéndonos de unas tarjetas separadoras que
contendrán las claves de clasificación que utilicemos en él.
Por ello, este sistema de clasificación es lo importante del fichero, puesto
que es el que lo hace operativo. Veamos distintos sistemas de clasificación y la
utilidad que le vamos a dar dentro de nuestro fichero.

28
Técnicas de investigación lingüística

6.1. Sistema de clasificación alfabético.


Es un proceso de ubicación que permite la pronta localización del
material que estemos buscando y que consiste en ordenar las fichas por
orden alfabético.
Lo vamos a utilizar en el fichero bibliográfico ordenando las
fichas atendiendo a los apellidos de los autores (por ello, los datos de
identificación relativos a la autoría del texto eran los que aparecían en
el encabezado de la ficha bibliográfica, favoreciendo así su pronta
visualización para una correcta clasificación).

6.2. Sistema de clasificación temático.


Es otro proceso de ubicación y clasificación que nos permite
organizar nuestras fichas atendiendo a la temática de las que éstas
traten (materia, tema general y tema específico).
Se trata, por tanto, del sistema que vamos a utilizar para organizar
nuestro fichero temático (por esta razón, los elementos de clasificación
—materia, tema general y tema específico— son los que aparecen en
el encabezado de la ficha temática).

6.3. Sistema de clasificación numérico ordinal.


Es un complemento de los dos sistemas anteriores que sirve para
clasificar dos o más fichas temáticas relativas al mismo tema
específico.

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Juan Luis Jiménez Ruiz

6.4. Sistema de clasificación numérico decimal.


Este sistema sirve para organizar grandes cantidades de
materiales. Por ello, lo vamos a utilizar para establecer los códigos de
las fichas temáticas asignando un número del cero en adelante a las
materias, temas generales y temas específicos, separados cada uno de
ellos por un punto.
Así, por ejemplo, el hipotético tema específico «características del
signo lingüístico» que estaría dentro del tema general «el signo
lingüístico» que, a su vez, pertenecería a la materia de «Lingüística
general», podría tener el siguiente código 0.1.1., en el que el primer
dígito correspondería a la materia, el segundo al tema general dentro
de esa misma materia, y el tercero al tema específico que está dentro
del tema general.
Como hemos dicho anteriormente, son los programas de las
asignaturas los que nos ofrecen la orientación pertinente para la
ejecución del sistema decimal de clasificación.

7. Técnicas procesales para la construcción de la ficha bibliográfica.

7.1. Preliminares.
Para elaborar la ficha bibliográfica de manera correcta, primero
debemos tener un conjunto de ellas con los campos relativos a los
elementos de identificación, ubicación y utilización que hemos visto
anteriormente, señalados con tinta de color diferente a la que vamos a
utilizar para consignar todos los datos en el interior de la ficha. Así
podremos diferenciar con rapidez lo que son los campos de nuestra
ficha de lo que son los datos que integran estos campos.
A continuación, procederemos a consignar todos los datos en el

30
Técnicas de investigación lingüística

interior de la ficha bibliográfica siguiendo las directrices que vamos a


precisar a continuación.

7.2. La elaboración de los elementos de identificación.


Comenzaremos rellenando los datos que constituyen los elementos
de identificación según el siguiente procedimiento.
– Los datos relativos a la autoría del texto deben precisarse
escribiendo primero los apellidos del autor, siempre en
letra mayúscula, a continuación una coma (,) y después el
nombre del autor en letra minúscula. Así, por ejemplo, la
autoría del libro Curso de Lingüística general se
escribiría:
SAUSSURE, Ferdinand de.
Puede ocurrir que sean dos o tres los autores; en
este caso irían uno detrás del otro, separados por una
coma y el último de ellos separado por la conjunción «y».
Por ejemplo:
ALVAR EZQUERRA, Manuel y
VILLENA PONSODA, Juan.
Si son más de tres los autores del texto, pondremos
AA.VV. (autores varios) cuando ninguno de los autores
sea responsable de la edición del texto, o los apellidos y el
nombre del autor o autores que hayan sido directores,
editores, compiladores, etc. del texto, situando esta
función en abreviatura y entre paréntesis. Por ejemplo:
ALVAR EZQUERRA, Manuel (ed.).
– El título del texto como otro elemento de identificación se
escribirá siempre en letras minúsculas, subrayado (o en

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Juan Luis Jiménez Ruiz

letra cursiva si se realiza la ficha con ordenador) cuando


se trate de un libro. Así, por ejemplo, el libro de Saussure
mencionado anteriormente lo escribiremos manualmente:
Curso de Lingüística general.
Si lo escribimos mecanográficamente o en un
ordenador lo haremos así:
Curso de Lingüística general.
En caso de que realicemos la ficha bibliográfica de
una revista de investigación, seguiremos el mismo
criterio, subrayando (o poniendo en cursiva) el nombre de
la revista, aunque no los datos especiales (número del
volumen, tomo, etc.). Así, por ejemplo, el número 13 de la
revista Estudios de Lingüística aparecería citado en
nuestra ficha de alguna de las dos formas siguientes:
Estudios de Lingüística, 13.
Estudios de Lingüística, 13.

7.3. La elaboración de los elementos de ubicación y utilización.


El resto de los elementos que constituyen la ficha bibliográfica no
presentan problemas de representación. Se rellenarán siguiendo las
normas ortográficas de la lengua que se esté utilizando.

7.4. Recomendaciones finales.


Las fichas bibliográficas deben hacerse cuando localicemos un
texto que sea de nuestro interés y siempre antes de realizar su lectura
puntual, teniendo en cuenta que sólo debemos realizar una ficha
bibliográfica por texto. De ahí que estas fichas nos remitan a libros

32
Técnicas de investigación lingüística

vistos, aunque no necesariamente leídos, aportándonos la información


oportuna para su posterior consulta en caso de que la necesitemos.
Una vez realizadas, estas fichas bibliográficas pasarán al fichero
bibliográfico en el que se clasificarán, siguiendo el sistema alfabético,
atendiendo a los apellidos del autor del texto en cuestión.

8. Técnicas procesales para la construcción de la ficha temática.

8.1. Preliminares.
Al igual que ocurría con la ficha bibliográfica, el primer paso
consiste en elaborar un conjunto de fichas temáticas ubicando en el
lugar de la misma que le corresponda, sus distintos elementos
constitutivos. Es conveniente que estos ítems estén, igualmente,
escritos en tinta de color diferente a la que vamos a utilizar para
rellenar los campos, con objeto de que se puedan diferenciar
rápidamente de ellos.
A continuación seleccionaremos el texto que queremos fichar
(capítulo de un libro o artículo de investigación) y procederemos a su
lectura crítica. Para ello, subrayaremos con lápiz las ideas principales
del mismo, anotando al margen el título que damos a los temas
específicos que vayamos encontrando.
Tras ello, ya podemos iniciar la consigna de los distintos
elementos constitutivos de la ficha temática.

8.2. La elaboración de los elementos conceptuales.


Comenzaremos escribiendo el contenido de la ficha temática,
puesto que el encabezado de la misma (materia, tema general, tema

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Juan Luis Jiménez Ruiz

específico…) depende de éste. Al tratarse de fichas que van a girar en


torno a una idea o tema específico, no nos debe importar que queden
espacios en blanco dentro de ella. Así, si estamos leyendo un trabajo
sobre el signo lingüístico y en éste se nos da la definición del signo,
haremos una ficha temática tan sólo con la definición del signo,
dejando el resto de la ficha en blanco. Esta ficha podría tener como
tema específico «definición de signo lingüístico» dentro del tema
general «el signo lingüístico» y dentro de la materia «Lingüística
general». Así, cuando leamos otros textos en los que aparezca también
la definición del signo lingüístico podremos hacer nuevas fichas
temáticas diferentes sobre el mismo tema específico y ubicarlas en la
misma parte del fichero.
Puede ocurrir también que el tema específico ocupe un espacio
mayor; en este caso escribiremos también por detrás de la ficha
temática, siempre por debajo de las dos líneas separadoras, y si el tema
específico es aún mayor, utilizaremos todas las fichas temáticas que
necesitemos, no olvidando que todas ellas deben llevar impresos sus
distintos elementos constitutivos, que serán rellenados posteriormente.
Además, para saber el orden de todas estas fichas temáticas que
hemos elaborado sobre un mismo texto y con el mismo tema
específico, las numeraremos del uno en adelante, en la esquina inferior
derecha, junto a la autoría de la persona que ha realizado la ficha.
Con objeto de que el contenido de esta ficha temática nos sea
operativo para la realización de futuros trabajos de investigación,
debemos precisar también el número de las páginas del libro o artículo
del que hemos tomado el dato, definición, resumen, etc. que hemos
escrito en nuestra ficha. Para ello, pondremos entre paréntesis a
continuación de los párrafos que estemos escribiendo, el número de
cada página del texto que acabamos de resumir. Esto nos permitirá
saber siempre la página exacta del texto en la que está la información

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Técnicas de investigación lingüística

recogida en nuestra ficha y poder citarla convenientemente en los


trabajos de investigación que realicemos en el futuro.
Para la redacción de los contenidos de la ficha temática, cada uno
utilizará el criterio que le sea más propicio, pudiendo resumir con
palabras propias los contenidos o copiarlos literalmente del texto
original. En este último caso, sabremos que el texto ha sido copiado
literalmente porque lo situaremos entre comillas («»). También la
redacción puede ser analítica (desarrollando pormenorizadamente una
idea) o más sintética (utilizando esquemas clasificatorios),
dependiendo, una vez más, de los criterios del redactor de la ficha.

8.3. La elaboración de los elementos de identificación.


Una vez que hayamos escrito el contenido de nuestra ficha
temática, procederemos a señalar los elementos de identificación,
rellenando los datos de la siguiente manera.
– Al igual que hicimos en la ficha bibliográfica,
señalaremos los datos relativos a la autoría del texto
escribiendo primero los apellidos del autor, también en
letra mayúscula, seguido de una coma (,) y el nombre del
autor en letra minúscula.
SAUSSURE, Ferdinand de.
En el caso de que sean varios los autores, se sigue
el mismo criterio empleado en la ficha bibliográfica.
– Puesto que las fichas temáticas se van a realizar siempre
de capítulos de libros o artículos de investigación, en los
datos de identificación relativos al capítulo del libro que
estemos fichando, debemos consignar tanto el título del
libro como el del capítulo. Lo haremos poniendo primero

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Juan Luis Jiménez Ruiz

el título del capítulo que irá sin subrayar y entre comillas


(«»); a continuación pondremos en, apud o in seguido del
título del libro subrayado (o en letra cursiva). Por
ejemplo:
«Naturaleza del signo lingüístico» en Curso
de Lingüística general.
En el caso de que estemos fichando un artículo de
investigación, pondremos el título del artículo entre
comillas («») seguido de una coma (,), el nombre de la
revista, subrayado (o en cursiva), el número del volumen
y el año en que se ha publicado entre paréntesis. Por
ejemplo:
«El carácter de la ciencia lingüística»,
Verba, Volumen 11 (1984).
Sólo de manera excepcional se podrán realizar
fichas temáticas de apuntes de clase, teniendo en cuenta
que su utilidad es para poder estudiar mejor la materia y
que no podrán usarse en trabajos de investigación. En este
caso, en el apartado relativo a la obra pondremos:
Apuntes de clase.

– En el campo relativo a las páginas pondremos el número


de las páginas que ocupa el capítulo, separadas por un
guión pequeño. Por ejemplo:
20-32.
Puesto que el resto de los elementos de identificación (editorial,
ciudad…) aparecen en la ficha bibliográfica, no es necesario que lo
consignemos en ésta.

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Técnicas de investigación lingüística

8.4. La elaboración de los elementos de clasificación.


Finalmente escribiremos los elementos de clasificación. Puesto
que puede transcurrir algún tiempo antes de que los tengamos fijados,
es conveniente que tanto la materia como el tema general y el tema
específico los escribamos con lápiz, con objeto de que puedan ser
rectificados a lo largo del proceso de elaboración de fichas.
También es recomendable esperar a que tengamos un corpus
amplio de fichas antes de consignar los códigos de clasificación.

8.5. Recomendaciones finales.


Las fichas temáticas deben realizarse durante toda la carrera
universitaria. En el primer ciclo con todas las asignaturas troncales y
en el segundo con las asignaturas de nuestra especialización, por todas
las ventajas que presentan, tanto mecánicas (facilidad para ordenar y
clasificar el material en el fichero, intercalar materiales nuevos sin
necesidad de rehacer lo anterior, consultar cualquier tema con rapidez,
etc.) como intelectuales (abstracción de ideas para incluirlas en las
fichas, comprensión profunda de lo estudiado para poder estructurar
los temas coherentemente, ordenación racional de nuestros materiales
de estudio, etc.).
Una vez realizadas, estas fichas temáticas pasarán al fichero
temático en el que se clasificarán siguiendo el sistema temático,
atendiendo a las materias, temas generales y temas específicos.

9. Técnicas procesales para la construcción del fichero.


Según lo que hemos establecido anteriormente, tendremos dos tipos de
fichero, que pueden ocupar un mismo recipiente. Estos son el fichero
bibliográfico (que contendrá las fichas bibliográficas) y el fichero temático (que

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Juan Luis Jiménez Ruiz

contendrá las temáticas).


Veamos la construcción de cada uno de ellos.

9.1. La construcción del fichero bibliográfico.


Para construir un fichero bibliográfico primero debemos
seleccionar el material que podemos fichar para acometer
posteriormente la revisión bibliográfica y la elaboración de las fichas
pertinentes.
Este material lo obtendremos principalmente de los programas de
las asignaturas (que son los que nos ofrecen una bibliografía general de
cada materia) y de la consulta de manuales de referencia que existan
en la biblioteca que usemos con asiduidad. Éstos nos suministrarán una
amplia bibliografía de partida, que intentaremos localizar.
También, por razones exclusivamente operativas, consultaremos
en los ficheros de la biblioteca, ya sea manualmente o a través del
ordenador cuando se pueda, los textos existentes en la misma relativos
a la materia que deseemos fichar.
Tras esta operación comenzaremos la localización de ejemplares y
su revisión para la elaboración bibliográfica.
Todas las fichas que realicemos las introduciremos en nuestro
fichero bibliográfico ordenadas alfabéticamente por los apellidos de
los autores, separadas las de cada letra por fichas guías que tendrán en
la pestaña que sobresale por su parte superior una letra del alfabeto,
desde la A hasta la Z.

9.2. La construcción del fichero temático.


En él introduciremos todas las fichas temáticas que vayamos

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Técnicas de investigación lingüística

realizando, separándolas por materias, temas generales y temas


específicos.
En este fichero utilizaremos también fichas guías de distintos
colores, que nos servirán las de un color para separar las materias y las
del otro color para separar los temas generales. Estas fichas guías
llevarán en las pestañas que sobresalen unas el código de la materia y
otras el del tema general, además de contener ambas la indicación
expresa ya sea de la materia o del tema general.

9.3. Recomendaciones finales.


Para que el trabajo de consulta de nuestro fichero sea lo más
rápido y operativo posible, es recomendable elaborar en una hoja un
listado tanto de las materias como de los temas generales que contiene
nuestro fichero. Esta hoja la sujetaremos en el lomo de nuestro fichero
para su pronta visualización y consulta.

E. Actividades sugeridas.

— Realice una ficha bibliográfica de los siguientes textos:


– SAUSSURE, F. de, Curso de Lingüística general, Losada, Buenos Aires,
1945.
– FERNÁNDEZ PÉREZ, M., Introducción a la Lingüística, Ariel,
Barcelona, 1999.
– MORENO CABRERA, J. C., Curso universitario de Lingüística
General, I y II, Síntesis, Madrid, 1991, 1994.
— Lea el texto siguiente: HJELMSLEV, L., «El estudio del lenguaje y la teoría
del lenguaje» apud Prolegómenos a una teoría del lenguaje, Gredos, Madrid,

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Juan Luis Jiménez Ruiz

1980, pp. 11-17. A continuación, organice el texto en unidades temáticas y


realice las fichas que crea convenientes.
— Con las lecturas que le recomienden a lo largo del curso realice un fichero
temático sobre Lingüística.

F. Lecturas recomendadas.

ADLER, M., Cómo leer un libro, Claridad, Buenos Aires, 1983.


Útil trabajo para saber enfrentarse a la lectura comprensiva de un
texto.
ECO, U., Cómo se hace una tesis, Gedisa, Barcelona, 1991.
Manual ya clásico en el terreno del trabajo intelectual que sigue siendo
recomendable por su claridad expositiva y rigor.
GÓMEZ TORREGO, L., Manual del español correcto, Arco/Libros, Madrid,
1989.
Muy recomendable para la consulta de errores y para la adquisición de
las destrezas para una correcta redacción.
HERNÁNDEZ DÍAZ, F., Métodos y técnicas de estudio en la Universidad,
McGraw Hill, Bogotá, 1988.
Excelente trabajo para conocer tanto las técnicas instrumentales como
procesales del trabajo intelectual que se realiza en el ámbito universitario.

G. Glosario.

Código de clasificación: Conjunto de dígitos que sirven para ubicar la ficha


dentro del fichero.

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Técnicas de investigación lingüística

Elementos conceptuales: Aspectos constitutivos de las fichas bibliográficas y


temáticas, que permiten reflejar el contenido del texto que estemos
fichando.
Elementos de clasificación: Aspectos constitutivos fundamentales de la ficha
temática que nos van a permitir organizar la ficha en el interior del
fichero.
Elementos de identificación: Aspectos constitutivos de las fichas
bibliográficas y temáticas que nos permiten precisar los datos relativos al
libro o revista que estamos fichando.
Elementos de ubicación: Aspectos constitutivos de las fichas bibliográficas
que nos permiten precisar los datos relativos al lugar en el que se
encuentra el libro o revista que estamos fichando.
Elementos de utilización: Aspectos constitutivos de las fichas bibliográficas
que nos permiten consignar observaciones personales.
Ficha: Trozo de papel de dimensiones variables, que se utiliza para acumular y
organizar grandes cantidades de información.

Ficha bibliográfica: Aquélla que contiene datos generales sobre un libro o


revista de investigación.
Ficha temática: Aquélla que refleja los datos específicos sobre el contenido
principalmente de capítulos de libros o artículos publicados en revistas
de investigación.
Fichero: Recipiente en el que organizamos nuestras fichas mediante un sistema
de clasificación y valiéndonos de unas tarjetas separadoras que
contendrán las claves de clasificación que utilicemos en él.

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