Cromatografia
Cromatografia
Cromatografia
La cromatografía de gases (CG) es una técnica que permite trabajar con muestras
sólidas, líquidas o gaseosas, siempre que sean volátiles y estables térmicamente.
En un cromatógrafo gas-líquido la mezcla de solutos a separar, una vez volatilizada,
se hace pasar a través de una columna, que contiene la fase estacionaria, con ayuda
de una fase móvil gaseosa (gas portador). Esquemáticamente:
Debe ser químicamente inerte y no interaccionar con las moléculas de analito ni con la
columna.
Debe obtenerse en un grado de pureza alto (debe estar libre de contaminantes que
pueden interaccionar con la muestra, degradar la columna o dar señal en el detector) y a
un precio razonable.
Debe ser compatible con el sistema de detección empleado.
El gas portador más comúnmente empleado es el helio, pero también se usan el argón,
el nitrógeno o el hidrógeno. Se suministran desde un recipiente o bombona a
presión, por lo que es necesario incorporar al sistema medidores y reguladores de
presión, así como un sistema regulador de flujo y un filtro o tamiz que elimine el
agua y otras impurezas.
Aunque la naturaleza del gas portador no sea determinante, la velocidad de flujo de
la fase móvil es un factor que afecta a la duración del proceso cromatográfico y a
su resolución.
SISTEMA DE INYECCIÓN DE LA MUESTRA
Para obtener una alta eficiencia se requiere que la muestra sea de un tamaño
adecuado y que la inyección sea rápida, pues en caso contrario se produce una
mayor dispersión de las bandas y una menor resolución. La elección del sistema de
inyección en CG viene dictada por el tipo de columna empleada (empaquetada o
capilar) y por la naturaleza de los solutos a separar.
En columnas empaquetadas el sistema de introducción de la muestra (0’5 a 20 μL)
consiste simplemente en la inyección empleando una microjeringa calibrada en un
bloque o cabeza de inyección.
En columnas capilares (volúmenes unas 100 veces menores) la inyección es un
aspecto crítico y puede realizarse de tres formas: