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Estudios de Cultura Náhuatl 22

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ESTUDIOS

DECULTURA
22

11 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTúNOMA DE MEXICO


1-05

ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

Revista fundada por Angel Ma. Garibay K. y Miguel León-Portilla ESTl


Publicación del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacio­
nal Autónoma de México, destinada a sacar a luz fuentes documentales de toda
DEC
índole, códices y textos indígenas de importancia histórica, etnográfica, lingüís­
tica o genéricamente cultural, en relación con los distintos pueblos nahuas, en
los periodos prehispánico, colonial y de México independiente. Asimismo incluye
NAHl
Volumen 22
en sus varios volúmenes trabajos de investigación monográfica, notas breves sobre
historia, arqueología, arte, etnología, sociología, lingüística, literatura, etcétera,
de los pueblos nahuas; bibliografías y reseñas de libros de interés en este campo.

/
;

Toda correspondencia relacionada con esta revista, dirigirla a:

Estudios de Cultura Náhuatl


Instituto de Investigaciones Históricas
Ciudad de Investigación en Humanidades
3er. Circuito Cultural Universitario
Ciudad Universitaria UNIVERSIDAD
04510 México, D. F. INSTITUTO
ESTUDIOS
DE CULTURA
NAHUATL
Volumen 22 1992

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS

-----"

Primera edici6n: 1992

CARMEN AOUILERA (1m


JosÉ ALCINA FRANCH (

ARTHUR J. O. ANDERSC

GEOROES BAUDOT (Unh


GoanoN BROTHERSTON

KAREN DAKIN (Instltutc


CHARLES E. DmBLE (U
JACQUEUNE DE DURAN
Científica, París)
FRANCES KARTTUNEN (

JORGE KLOa DE ALVA (

H.
ASCENSIÓN DE LEÓN.
UNAM)
JANET LONG-SOUS (Insl
EDUARDo MATOS MOCTE
toria)
HANNS J. PREM (Univc
FREDERICK. SCHWALLER

RUDOLF VAN ZANTWIIK

DR© 1992 Universidad Nacional Aut6noma de México


Ciudad Universitaria, 04'510 México, D. F.

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS

Impreso y hecho en México


ISSN 0071-1675
I
CONSEJO EDITORIAL

CARMEN AGUILERA (Instituto Nacional de Antropología e Historia)


JosÉ ALCINA FRANCH (Universidad Complutense)
ARTHUR J. O. ANDERSON (Universidad de San Diego, California)
GEORGES BAUDOT (Universidad de Toulouse, Francia)
GORDON BROTHERSTON (Universidad de Essex)
KAREN DAKIN (Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM)
CHARLES E. DIBBLE (Universidad de Utah)
JACQUEUNE DE DURAND-FoREST (Centro Nacional de la Investigación
Científica, París)
FRANcEs KARTTUNEN (Universidad de Texas, Austin)
JORGE KLOR DE ALVA (Universidad de Princeton)
ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA (Instituto de Investigaciones Filológicas,
UNAM) .
JANET LONG-SoLIS (Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM)
EDUARDO MATOS MOCTEZUMA (Instituto Nacional de Antropologia e His­
toria)
HANNs J. PREM (Universidad de Munich)
FREDERICK SCHWALLER (Universidad de Florida)
RUDoLF VAN ZANTWIJK (Universidad de Amsterdam)
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SIMBOLISMO DE
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Los colores, núm


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Las observacione!
miento y Religión,
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,
ESTUDIOS DE CULTURA NAHUATL
PUBLICACIÓN EVENTUAL DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS
DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Editor: Miguel León-Portilla

Editora asociada: GUadalupe Borgonio

SUMARIO

Volumen 22:
Dos conmemoraciones 11
Encuentro de Dos Mundos
Miguel Le6n-Portilla 15
Yaocuicatl: cantos de guerra y guerra de cantos
Patrick johansson 29
{.

The Noblewomen of Chaleo


Susan Schroeder 45
Las brujas de las peregrinaciones aztecas
Michel Graulich 87
The Thirtheen Volatiles Representation and Symbolism
jonathan Kendall 99
Arqueología urbana en el centro de la ciudad de México
Eduardo Matos Moctezuma 133
Peintures faciales de la femme mexica: sysreme chromatique des
cosmétiques
Edith Galdemar 143
Angel Ma. Garibay K. (1892-1992), en el centenario de su naCi­
miento
Miguel León-Portilla 167 .

El archivo Angel María Garibay Kintana de la Biblioteca Nacional


Alberto Herr Solé 181
Las lenguas americanas y la teoría del tipo lingüístico en Wilhelm
von Humboldt
Eréndira Namen Díaz 223

Las primeras biografías de Bernardino de Sahagún


Ascensión H. de León-Portilla 235

En el lugar de las águilas


Librado Silva Galeana 253

Econonúc Dimension oI Precious Metals, Stones, and Feathers:


MIGUEL LEÓN-PORTIL
the Aztec State Society
Nacional Aut6noma (
Frances F. Berdan 291
Interamericano y del
Documentos de Tezcoco. Consideraciones sobre tres manuscritos en Actualmente es invest
mexicano del Ramo de Tierras la Facultad de Filoso
gio Nacional. De su
Pilar M áynez 325
estudiada en sus lue
El discípulo de Silo. Un aspecto de la literatura náliuatl de los y crónicas de la ani
jesuitas del siglo XVIII Cristiana de fray Bel
Daniele Dehouve 345 EDU ARDO MATOS M(
la Escuela Nacional d
The Evolution of the Indian Corporation of the Toluca Region, Escuela. Tuvo a su c~
1550-1810 Su bibliografía incluy
Stephanie Wood 381 ellas las más reciente~
rector del Museo del
Levels of Acculturation in Northeastern New Spain: San Esteban
MICHEL GRAULICH.
Testaments of the Seventeenth and Eightee~th Centuries
PATRICK ]OHANSSON.
Leslie S. Dllutt 409
París, Sorbona. Ha p
Manejo de los recursos naturales renovables en una comunidad tlan"; La civilización
indígena náhuatl Berra; "Circonstance!
José González Rodrigo 445 textes litteraires nahu
SUSAN SCHROEDER. 1\
In xochitIahtolcuicapihqui ilnamiquiliz Carlos López Ávila (1922­ dad de Wisconsin. De
1991) Kingdoms 01 Chalco.
Francisco M orales Baranda 461 ]ONATHAN KENDALL.

Publicaciones recientes sobre lengua y literatura nahuas Vale University.


Ascensión H. de León-Pol'tilla 467 ASCENSIÓN H. DE Ll
dad Complutense de
Antonine Tibesar, O.F.M., 1909-1992 Investigaciones Filoló¡
Francisco Morales 495 mencionarse: Alguna
nahuas; Tepuztlahcui
Reseñas bibliográficas 497
ALBERTO HERR SOLÉ.
e investigador. Elabo
Garibay de la Bibliot!
COLABORADORES
·i
,

MIGUEL LEÓN-PORTILLA. Mexicano. Doctor en filosofía por la Universidad


Nacional Autónoma de México. Ha sido director del Instituto Indigenista
Interamericano y del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
Actualmente es investigador en el último de estos institutos y profesor de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad. Miembro de El Cole­
gio Nacional. De su bibliografía pueden citarse: La filosofía náhuatl
estudiada en sus fuentes; Native Mesoamerican Spirituality; Cartografía
y crónicas de la antigua California y editor de Coloquios y Doctrina
Cristiana de fray Bernardino de Sahagún.
EDUARDO MATOS MocTEzuMA. Mexicano. Maestro en arqueología por
la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Ha sido director de dicha
Escuela. Tuvo a su cargo los trabajos de excavación en el Templo Mayor.
Su bibliografía incluye aportaciones en el campo de la arqueología, entre
ellas las más recientes sobre el citado Templo Mayor. Actualmente es di­
rector del Museo del Templo Mayor, en México.
MICHEL GRAULICH.
PATRICK ]OHANSSON. Francés. Doctor en letras por la Universidad de
París, Sorbona. Ha publicado: "El Templo Mayor de México-Tenochti­
tlan"; La civilización azteca,' Antología de textos de Manuel Orozco y
Berra; "Circonstances de communication ayant présidé au recueil des
textes litteraires nahuatl".
SUSAN SCHROEDER. Norteamericano. Doctora en historia por la Universi­
dad de Wisconsin. De su bibliografía puede citarse: C himalpahin and the
Kingdoms of Chalco.
]ONATHAN KENDALL. Norteamericano. Maestro en arqueología por la
Vale University.
ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA. Mexicana. Doctora por la Universi­
dad Complutense de Madrid. Actualmente investigadora del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la UNAM. Entre sus publicaciones pueden
mencionarse: Algunas publicaciones recientes sobre lengua y literatura
nahua5,' Tepuztlahcuilolli. Impresos nahua5, historia y bibliografía.
ALBERTO HERR SOLÉ. Mexicano. Filósofo por la ENEP. Acatlán. Maestro
e investigador. Elaboró un Banco de datos con el Archivo Ángel Ma.
Garibay de la Biblioteca Nacional.
10 COLABORADORES

STEPHANlE WOOD. Norteamericana. Doctora en historia por la Univer­


sidad de California, Los Angeles. Actualmente es maestra en el Departa­
mento de Historia de la Universidad de Maine, Estados Unidos. De su
bibliografía pueden citarse: Corporate Adjustements in Colonial Mexican
In.dians Towns: Toluca Region 1550-1810; "Pedro de Villafranca y Juana
Gertrudis Navarrete: falsificador de títulos y su viuda (Nueva España,
siglo XVIII)".
DANIELE DEHOUVE. Francesa. Doctora en historia. Investigadora del CNRS. DC
Ha realizado investigaciones entre grupos nahuas contemporáneos y pu­
blicado varios trabajos sobre etnohistoria náhuatl.
Varios son los centeru
PILAR MÁ,YNEZ. Mexicana. Maestra en lengua y literatura hispánicas. más recordado -por
Maestra e investigadora de la ENEP-UNAM-Acatlán. Ha publicado:
siglos transcurridos a 1
Religión" magia. Un problema de transculturación lingüística en la obra
de Bernardino de Sahagún. Es editora de Los jardines botánicos de don isla de Guanahaní. De
Francisco del Paso " Troncoso. inicio del proceso qué
se ha dicho y escrito, '
FRANCES BERDAN. Norteamericana. Maestra en antropología por la Mi­ Frente a la tradid
chigan State University. Entre sus publicaciones se cuentan: The structure de América", México,
01 economic exchange in the Aztec Empire; A comparative anabysis of p61ogos, adopt6 un ex
Aztec tribute documents; Mesoamerican mone,,: problems 01 equivalenc,,; para dar su lugar a te
The Aztecs 01 Central Mexica: an imperial sadety.
han seguido innumer.
EDITH GALDEMAR. Francesa. :n°s Mundos" implica
ferio, a los europeos,
LESLIE S. OFFUTT. Norteamericano. Maestro en Vassar College, Depart­ vieron envueltos en la
ment of History, Poughkeepsie, New York.
entre gentes de cultun
ERÉNDIRA NANSEN DÍAZ. Mexicana. Con estudios de posgrado en la La iÍlvasi6n, las COI
Universidad de Tubinga, Alemania. Ha escrito diversos articulos acerca celebrarse. Importaba,
de la lengua purépecha y los referentes a las lenguas de México. que tan de raíz afect6
nente y del mundo er
LIBRADO SILVA GALEANA. Mexicano. Maestro. Ha realizado diversas in­
conmemorar -no cele
vestigaciones de carácter lingüístico. Ha publicado: Estudios gramaticales
de la lengua náhuatl, así como diversos artículos en náhuatl publicados en ~aloraci6n- el gran ce
N ezcaliliztlahtoani (El mensajero del resurgimiento). obvio además que, ent
encuentro, estabaasirr
FRANCISCO MORALES BARANDA. Mexicano. Maestro normalista. Cultiva culturas 'mestiias; pon
la lengua náhuatl, que es suya materna y lucha por la supervivencia de herencia de' las civiliza
este idioma en el ámbito regional en que trabaja: la Delegación de Milpa En lo que conciem
Alta.
que en México son cer
JOSÉ GoNZÁLEZ RODRIGO. Mexicano. Licenciado en biología por la de, cuarenta, había de!
UNAM. Maestro en antropología por la UIA. Entre sus publicaciones al pasado de este med
se pueden citar: Ecología en una comunidad náhuatl (en prensa); de los pueblos origina¡
"Notas sobre etnomicología náhuatl"; "Medicinal plants nanagement in desde muchos' milenios
a nahuatl peasant community". preservado vivas hasta 1
VOLUMEN 22

DOS CONMEMORACIONES

Varios son los centenarios que en este 1992 se cumplen. De ellos, el


más recordado --por no decir traído y llevado-- es el de los cinco
siglos transcurridos a partir del desembarco de Cristóbal Colón. en la
isla de GuanahanÍ. De este Quinto Centenario, en el que se evoca el
inicio del proceso que trajo consigo la globalización del mundo, mucho
se ha dicho y escrito, con frecuencia en tono de polémica.
Frente a la tradicional perspectiva de "celebrar el Descublimiento
de América", México, a propuesta de diversos historiadores y antro­
pólogos, adoptó un enfoque distinto. La intención fue abrir la mira
para dar su lugar a todos los participantes en ese proceso del que se
han seguido innumerables consecuencias. Hablar de "Encuentro de
Dos Mundos" implica tomar en cuenta a los indígenas de este hemis­
ferio, a los europeos, a los africanos y, en suma, a todos cuantos se
vieron envueltos en la larga secuencia de dramáticas confrontaciones
entre gentes de culturas muy distintas.
La invasión, las conquistas y sojuzgamientos obviamente no podían
celebrarse. Importaba, en cambio, reflexionar sobre el largo proceso
que tan de raíz afectó no ya sólo al ser de México sino de este conti­
nente y del mundo en su plenitud. Se reconoció así que había que
conmemorar -no celebrar, sino traer el recuerdo para su análisis y
valoración- el gran conjunto de implicaciones del V Centenario. Era
obvio además que, entre las incontables consecuencias del proceso del
encuentro, estaba asimismo el surgimiento de pueblos, de rostros y
culturas mestizas~ portadores ellos mismos, de no poco de la rica
herencia de las civilizaciones indígenas.
En lo que concierne a los descendientes de los pueblos originarios,
que en México son cerca de diez millones y en el continente son más
de cuarenta, había ciertamente una razón más para volver la mirada
al pasado de este medio milenio. Admirable es que los descendientes
de los pueblos originarios, es decir los que habitaban este hemisferio
desde muchos milenios antes del encuentro con los europeos, hayan
preservado vivas hasta hoy sus lenguas, concepciones del mundo, hondo
12 VOLUMEN 22

sentido comunitario y visión del mundo ancestrales. Estudios de Cultura H~ce cerca de ve
N áhuatl ha ofrecido en sus 22 volúmenes un gran número de testi­ nación de Humanida
monios tanto de la antigua palabra como de las nuevas formas de por el doctor Mario I
expresión, arte y pensamiento de hombres y mujeres que mantienen tóricas dedicó a Ánge
viva la lengua náhuatl, hablada por más de millón y medio de per­ el conjunto de aporl
sonas. Lo que ha ocurrido entre los nahuas, se ha dado también entre Estudios de Cultura 1
otros muchos grupos de nuestro país y de fuera de él. Cabe mencionar de don Ángel, querell
al menos a los distintos pueblos mayenses, a los zapotecas, mixtecas, se incluyen aquí una
otomíes, t~rascos, mixes, coras, huicholes, tepehuanes, yaquis, tarahuma­ tado de los trabajos
ras ... En otra publicación periódica, editada también por la Univer­ Biblioteca Nacional d(
sidad Nacional Autónoma de México, Tlalocan, Revista de fuentes La obra de Garibay,
para el pensamientO' de las culturas indígenas de México, se ha dado incluye lo náhuatl, l(
acogida a testimonios antiguos y modernos de esos otros pueblos que en su enfoque ecumé
mantienen vivas sus lenguas y culturas. aspecto el más positi
Se ha alcanzado ya que en otros muchos ámbitos, dentro y fuera como acercamiento de
de México, instituciones oficiales y privadas, así como organismos Rendir homenaje
internacionales, se abrieran al fin a la perspectiva del "Encuentro de también el deseo de 1
Dos Mundos" para dar su lugar, con la plenitud de su significación, sus obras. En homen
a los protagonistas indígenas, descendientes de quienes hace quinientos ricas tiene en prensa
años se vieron invadidos y despojados. Hoy la palabra indígena vuelve por él e intitulados Pe
a resonar vigorosa. Así, como una muestra, la UNESCO ha invi­ el manuscrito de "Rf
tado a no pocos indígenas a participar en reuniones en las que pre­ parte de "Cantares n
cisamente el tema central ha sido reflexionar sobre la situación con­ En este volumen, I
temporánea de sus comunidades, quinientos años después del encuentro se ofrecen diversos tra
original. Estudios de Cultura N áhuatl conmemora con este mismo incluyen también ape
criterio el V Centenario. Un artículo introductorio se incluye aqui in­ cantos, maestros nahu
vitando a la reflexión. En él se apela en última instancia a la sabi­ a quinientos años del
duria de Mesoamérica para repensar y reescribir esta historia que sino que continúa sienl
tanto nos concierne. dinariamente rica y (
Decíamos al principio que son varios los centenarios que se cum­ luchó el maestro que :
plen en este 1992. Aqui mencionaremos tan sólo otro. Es el del
primer centenario del nacimiento de don Ángel María Garibay K.,
fundador, con quien esto escribe, de Estudios de CultU'l'a N áhuatl y
maestro que mostró para siempre el profundo humanismo, raíz y flo­
ración de las culturas de Mesoamérica. Su estudio acucioso de los
textos nahuas de la tradición indigena, sus versiones en las que trans­
vasó al castellano la poesía náhuatl, su producción copiosa en la que
sobresale su Historia d'l! la literatura náhuatl, obra que ha sido guía
para muchos y, en suma, su labor de maestro dan testimonio de que
Ángel María Garibay fue hombre que, como pocos, ha contribuido
a enriquecer sustancialmente la cultura patria.
DOS CONMEMORACIONES 13

Hace cerca de veinte años, en 1963, por acuerdo de la Coordi­


nación de Humanidades de nuestra Universidad, presidida entonces
por el doctor Mario de la Cueva, el Instituto de Investigaciones His­
tóricas dedicó a Ángel María Garibay K., como libro de homenaje,
el conjunto de aportaciones con que se integró el volumen IV de
Estudios de Cultura N áhuatl. Ahora, en el centenario del nacimiento
de don Ángel, queremos evocar su figura y obra. Con este propósito
se incluyen aquí una biografía del mismo, así como el índice comen­
tado de los trabajos suyos, varios de ellos inéditos, que conserva la
Biblioteca Nacional de México, en su sede de la Ciudad Universitaria.
La obra de Garibay, abierta hacia tantos rumbos de cultura, y que
incluye lo náhuatl, lo otomí, 10 hebraico, lo grecolatino y español,
en su enfoque ecuménico apuntó ya a lo que puede tenerse como
aspecto el más positivo del Encuentro de Dos Mundos, entendido
como acercamiento de pueblos y cultura.
Rendir homenaje a la memoria del maestro Garibay conlleva
también el deseo de propiciar el acercamiento a la rica herencia de
sus obras. En homenaje suyo el Instiuto de Investigaciones Histó­
ricas tiene en prensa la reimpresión de los tres volúmenes dispuestos
por él e intitulados Poesía Náhuatl. En ellos volvió asequibles Garibay
el manuscrito de "Relación de los señores de la Nueva España" y
parte de "Cantares mexicanos".
En este volumen, dedicado a la memoria de don Ángel, así como
se ofrecen diversos trabajos sobre el pasado de los pueblos nahuas, se
incluyen también aportaciones de algunos modernos forjadores de
cantos, maestros nahuas contemporáneos. Dan ellos prueba de que,
a quinientos años del inicio del encuentro, el náhuatl no sólo perdura
sino que continúa siendo medio de expresión de una literatura extraor­
dinariamente rica y que, día a día, sigue acrecentándose. Por esto
luchó el maestro que aquí recordamos y cuyas huellas aquí seguimos.
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
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en que se logra la a
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y su razón de ser, )
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parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

MIGUEL LEÓN-PORTILLA *
Muchos de nosotros -allá por los años cuarentas y cincuenta&- para
estudiar historia universal teníamos como texto un libro de dos autores
franceses llamados Albert Malet y J. Isaac. Nos proporcionaban ellos
información sobre todo acerca de los aconteceres históricos del Viejo
Mundo y en particular de Europa. Cuanto alli se exponía se nos
presentaba desde una perspectiva francesa. Así hubimos de acercar­
nos al tema intitulado "Los descubrimientos de los portugueses y
de los españoles".
Los autores, hasta donde puedo recordarlo, ofrecían un cuadro
de la situación prevalente en Europa. Dedicaban amplio espacio,
como debió parecerles natural, a Francia. De España y Portugal,
señalaban que, no obstante su atraso, había en ellas hombres arries­
gados, dispuestos a lanzarse a la aventura. Un personaje aún más
esforzado, el genovés Cristóbal Colón, venciendo dificultades, había
logrado convencer a Isabel la Católica y, con su patrocinio, se adentró
en el Atlántico. i A Colón correspondía la gloria de haber descu­
bierto el Nuevo Mundo!
De lo que existía en ese otro continente, nada habían dicho Malet
e Isaac hasta llegar a ese capítulo de su Historia. Ésta, aunque in­
titulada universal, se centraba en Europa y los antecedentes cultu­
rales de ella. Por eso habían tratado de los egipcios y los mesopotamios.
Los indígenas del continente que había permanecido desconocido para
los europeos, sólo entran en escena cuando ocurre que "son descu­
biertos", "son conquistados", "son cristianizados" y son "colonizados".
De lo que antes habían sido, Malet e Isaac -así me parece recor­
darlo- sólo decían que la gran mayoría eran gentes primitivas cuya
requerida conversión abría al cristianismo nuevo campo.
Algunos de los que estudiábamos en el dicho libro de Malet e
Isaac, tuvimos la buena suerte de que otro de los maestros nos reco­
* Este trabajo, con algunas variantes, fue presentado en la Conferencia Inter­
nacional: Reescribiendo la Historia, San Antonio del Mar, Baja California, 8 de
febrero, 1992.
2
16 MIGUEL LEÓN-PORTILLA EN(

mendara por ese mismo tiempo que leyéramos la Historia antigua Acudir a los fil6s0fOl
de México, de Francisco Xavier Clavijero. Comparar lo que éste genas de las Américas y
decía sobre los pueblos nahuas con lo expresado por Malet e Isaac tanteo Jorge Guillermo F
nos dejó perplejos y perturbados. Y, sin embargo, para responder al eulturas del Nuevo Mun
maestro y pasar los exámenes, teníamos que recitar lo que había traba aún más radiCal. A
escrito Malet. La Histon'(]; de Clavijero nos interesó mucho por su sentenci6:
claridad y por la forma como mostraba las creaciones culturales de "América ha estado
los pueblos prehispánicos. No podíamos explicarnos el contraste que ha deBalTOllado la histor
había entre las obras de Clavijero y de los señores Malet e Isaac. dido en ella es sólo eco
Por mi parte, en lo escrito por Clavijero encontré luego una pista al Nuevo Mundo y a la
para entender ese tan radical contraste. Clavijero aludía varias veces mos en el Viejo Mun<
al inglés William Robertson y al prusiano Cornelius de Paw. Los dos escenario verdadero de
se referían a los indígenas de México y en general de América pintán­ De este modo, no :
dolos como seres primitivos, casi carentes de cultura. De Paw decía el pasado prehispánico <l
entre otras cosas que los indios de México sólo podían contar sin francés y alemán, Kant .
equivocarse hasta tres. Y curiosamente Robertson y De Paw critica­ muy de su agrado, no ~
ban también mucho la acción de españoles y portugueses en el Nuevo trabajo, de procrear y al
Mundo. animales". Y, en tanto
Sonaré tal vez pedante, pero tengo que decir que la filosofía me de las curdilleras y de
América describía con :
ha atraído mucho y que Kant dejó honda huella en mí. Como otros
y en su Ensayo político
muchos, estudiándolo, creo haber captado las limitaciones del cono­
promisorio para Méxic(J
cÍmiento racional en los seres humanos. Algún tiempo después me historia a todo el conti:
enteré de que Kant también había dicho algo sobre los indígenas Leyendo años despu
del Nuevo Mundo. En su obra Ciencia del hombre o antropología disputa del Nuevo M Ul
filos6fica según las prelecciones manuscritas, entre otras cosas afirma­ los germanos, sucedió t
ba que "los indígenas americanos no hacen suya cultura alguna ... , gleses como en Robem
carecen de afectos y pasiones... , no sienten amor y debido a ello Joseph de Maistre. Ést(
no son fecundos ... , casi no hablan ... , no se preocupan de nada, verdad en la primera ,
son perezosos".~ Más drástico aún se mostró Kant al referirse otra siglo de Colón reconDCe!
vez a los nativos del Nuevo Mundo en sus Reflexiones sobre la Antro­ dados que poblaban el
pología. ''Toda una parte del mundo [es decir América] --escribió-­ El desconocimiento .
está mal poblada y es medio animal".'2 Tales afirmaciones hasta to de las trayectorias
ahora me dejan asombrado. Lo dicho por él contrasta con la admira­ Mundo se vio luego ac
ción que no mucho después mostró Alejandro de Humboldt ante las las colonias que allí se
culturas de Mesoamérica y el área andina. alcanzaron la independ
Estados Unidos de Am
~ Immanuel Kant, Menschenkunde oder philosophische Anthropologie nach
handschriflichen vorlesungen, herausgegeben von Friederich Ch. Starke, Leipzig, 8 G. W. F. Hegel, "Vor]
1831, p. 353. tUche Werke, Stuttgart, 196
2 Immanuel Kant, "Reflexionen zur Anthropologie", Gesammelte Schriften, ~ El pensanllento de J~
Akademie der Wissenschaften, G. Reimer und W. de Gruyter, Berlin und Leipzig, por AntoneIlo Gerbi en Lo.
22 vols., 1900·1942, vol. xv, p. 635. Econ6mica 1960, p. 358-364
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 17

Acudir a los filósofos en busca de juicios sobre los pueblos indí­


genas de las Américas y sus culturas me empezó a parecer desconcer­
tante. Jorge Guillermo Federico Hegel, al referirse no solamente a las
culturas del Nuevo Mundo, sino a todo su devenir histórico, se mos­
traba aún más radical. Así en sus Prelecciones sobre Historia Universal
sentenció:
"América ha estado separada del campo en el que hasta hoy se
ha desarrollado la historia universal. " Lo que hasta ahora ha suce­
dido en ella es sólo eco del Viejo Mundo ... Dejando así a un lado
al Nuevo Mundo y a las fantasías que están ligadas con él, nos fija­
mos en el Viejo Mundo, básicamente en Europa, es decir en el
escenario verdadero de la historia universal ... " 8
De este modo, no mucho después de que Clavijero ponderaba
el pasado prehispánico de México y su Hl~toria se traducía al inglés,
francés y alemán, Kant negaba a los indígenas, con un juicio a priori
muy de su agrado, no sólo afectos y sentimientos, sino capacidad de
trabajo, de procrear y aun de hablar, y los tildaba además de "medio­
animales". Y, en tanto que Humboldt en obras suyas como Vistas
de las cMdilleras y de los monumentos de los pueblos indígenas de
América describía con admiración el arte y cultura de los nativos,
y en su Ensayo político sobre la Nueva España apuntaba un destino
promisorio para México, Hegel de un plumazo situaba fuera de la
historia a todo el continente americano.
Leyendo años después el precioso libro de Antonello Gerbi, La
disputa del Nuevo Mundo, me enteré de que lo que ocurrió entre
los germanos, sucedió también con algunas diferencias entre los in­
gleses como en Robertson y entre los franceses desde Buffon hasta
Joseph de Maistre. Éste llegó a escribir que "no hubo sino excesiva
verdad en la primera actitud de los europeos que rehusaron en el
siglo de Colón reconocer como a sus semejantes a los hombres degra­
dados que poblaban el Nuevo Mundo".4
El desconocimiento y desdén de no pocos de los europeos respec­
to de las trayectorias culturales de los pueblos nativos del Nuevo
Mundo se vio luego acompañado de su desinterés por la historia de
las colonias que allí se implantaron y de las naciones que más tarde
alcanzaron la independencia. Una excepción fue la historia de los
Estados Unidos de América que, sobre todo a partir de la primera
8 G. W. F. Hegel, "Vorlesungen über die Philosophie der 'Geschichte", Siim­
tliche Werke, Stuttgart, 1961, v. 1I, p. 129.
4 El pensamiento de Joseph de Maistre acerca de los amerindios es presentado
por Antonello Gerbi en La disputa del Nuevo Mundo, México, Fondo de Cultura
Económica 1960, p. 358-364.
18 MIGUEL LEO N-PORTILLA

guerra mundial, interesó ya a los europeos. En los Estados Unidos El acontecer que
vieron ellos el trasplante exitoso de la cultura occidental, en parti­ relación con la histor.
cular en su versión anglo-germánica. La historia americana, así sin se ha escrito y reescri
adjetivos, se presentó a sus ojos como prototípica de lo que el trasplante celebrarlo y festejarlo,
de europeos nórdicos podía realizar: la creación de un gran país. tema en torno al cua:
Éste había surgido y se ensanchaba haciendo a un lado a los con pasi6n, innumera
indios. Nada menos que George Washington hizo notar esto escri­ y al presente.
biendo a James Duane el 7 de septiembre de 1783. La expansión
de los establecimientos angloamericanos -le decÍa- "provocará cier­
tamente que el salvaje [es decir el indio] como el lobo se retiren, Los cecumplecentenarit
ya que ambos son bestias de rapiña aunque puedan diferenciarse en
apariencia". 5 Creo que será de
Ciertamente que los pareceres de Cornelius de Paw, Kant, Hegel, empezó a hablarse d
De Maistre y Washington hablando acerca de los amerindios, se pre­ nente? Obviamente 11
sentaban como del todo contrarios no ya sólo a lo expuesto por Clavi­ costumbre", pero tam
jero y Humboldt, sino también a lo que en el siglo XVI escribieron corresponde a los fra
muchos de los frailes cronistas. Quienes han leído a Motolinía re­ importante al que se
cordarán cómo alaba el ingenio de los indios. En el caso de Sahagún, la Academie Fran~ais
empeñado en conocer las tradiciones y la perspectiva de los nahuas Revolución Francesa,
acerca de sí mismos, y que recogió un impresionante conjunto docu­ pondiera a esta pteg1
mental, bastará con evocar un juicio suyo: los indios "echan el pie sobre la política, el e
delante a muchas naciones que tienen gran presunción de políticas". Los varios trabajO!!
y no será necesario citar aquí a Bartolomé de las Casas que, de haber zas a Co16n- puede1
podido escuchar a Cornelius de Paw, Kant, Hegel, De Maistre y cía de España en el :
Washington, hubiera arremetido contra ellos como lo había hecho con aquellos otros que de
Juan Ginés de Sepúlveda. Europa más bien COI
bajo galardonado, cll1
Interrumpiré un momento estas reflexiones para preguntarme por
como influencia mu)
qué las estoy expresando. Nos hallamos no en un año cualquiera
Europa y al mundo
sino en el de 1992. Por todas partes se habla de que en este año
recordar que, además
alguien muy importante cumple años, o mejor, aunque dicen que conoció por mucho t
no es viejo sino nuevo, que cumple centenarios. Me refiero a nuestro Es posible que el ané
continente que, hasta donde sé, es el único que tiene este feliz o conmemoraci6n de los
triste privilegio. Nadie ha hablado del cuarto, décimo o vigésimo cen­ su trabajo el prestigi<l
tenario de Europa o de Asia o África, ni siquiera de Oceanía. En Del cuarto centen
cambio, las Américas cumplen en este 1992 su quinto centenario. España a la cabeza, ¡
americanos, y tambié
5 "The gradual extension of our settIements will cause the savage as the wolf
to retire; both being beasts of prey though they differ in shape." exposiciones, congreso
"Letter to James Duane, 7 September, 1783", Writings o[ George Washington, merables 10 que se pr
edited by George C. Fitzpatrick, v. 27, p. 140. (Citado por N. Delanoe y J. Rost­
kowski, Les indiens dans t'histoire américaine, Nancy, Presses Universitaires de 6 Exponen esto con D
Nancy, 1991, p. 52.) morule ftOflvetzUt, París, I
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 19

El acontecer que se evoca en el V Centenario no sólo guarda


relación con la historia sino también con las varias formas como ella
se ha escrito y reescrito. Precisamente por esto mientras unos quieren
celebrarlo y festejarlo, otros hablan de execrarlo. Nos hallamos ante un
tema en tomo al cual se plantean, con razón o sin ella y casi siempre
con pasión, innumerables cuestionamientos que conciernen al pasado
y al presente.

Los cumplecentenanos" de este continente


<C

Creo que será de interés preguntar: ¿por qué, dónde y cuándo


empezó a hablarse de cumplecentenarios a propósito de este conti­
nente? Obviamente no fueron los indígenas los que empezaron "la
costumbre", pero tampoco se debi6 ello a los españoles. La primacía
corresponde a los franceses. Teniendo como un acontecimiento muy
importante al que se designa como "el descubrimiento de América",
la Academie Fran~aise, sólo un par de años después del inicio de la
Revolución Francesa, cre6 un premio para el trabajo que mejor res­
pondiera a esta pregunta: ¿Cuál ha sido la influencia de América
sobre la política, el comercio y las costumbres de Europa?
Los varios trabajos que se presentaron -aparte de algunas alaban­
zas a Colón- pueden distribuirse entre los que condenan la presen­
cia de España en el Nuevo Mundo en tono de "Leyenda Negra", y
aquellos otros que describen la influencia ejercida por América en
Europa más bien con colores sombríos. Extraño sonará que el tra­
bajo galardonado, cuyo autor opt6 por permanecer anónimo, destaca
como influencia muy significativa de América haber regalado a
Europa y al mundo entero nada menos que la sífilis. De ella cabe
recordar que, además de tenerse como "enfermedad vergonzosa", se
conoci6 por mucho tiempo como "morbo gálico" o "mal francés".
Es posible que el an6nimo vencedor en el concurso que inaugur6 la
conmemoración de los centenarios americanos, quisiera reivindicar con
su trabajo el prestigio de su patría.6
Del cuarto centenario cabe decir que fue ya celebración ruidosa.
España a la cabeza, asimismo la gran mayoría de los países hispano­
americanos, y también Italia y los Estados Unidos, festejaron con
exposiciones, congresos, monumentos, publicaciones y discursos innu­
merables lo que se present6 como acontecer asombroso del "Descubrí.:.
6 Exponen esto con más amplitud Bartolomé y Ludie Bennassar en 1492, Un
monde nouveau?, París, Perrin, 1991, p. 50-55.
20 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

miento de América". Mas, como en la tierra nunca hay felicidad Ileyes' Heroles y otro,
perfecta ni cabal convergencia de opiniones, ya entonces se dejaron ifcda,. me pidieron un
sentir algunos descontentos que hicieron dura crítica de los entuertos pmp6sito del famoso O
que habían traído consigo las conquistas. Un ejemplo de esto lo dio te metas en esto; es u
el peruano Ricardo Palma que, representando a su país durante los flIltOnces a algunos colq
festejos en España, se sintió indignado con los ditirambos de algunos berto Moreno de los ),
oradores y optó por retirarse de una particular ceremonia. sumó el también record
Ahora estamos en 1992 y puesto que los cumple centenarios de
nuestro continente se tienen como cosa natural, nos encontramos con
que ha llegado ya el Quinto. Aunque muchos recordarán aquello En busca de una. pers~
de que "no hay quinto malo", en éste hay más de un problema. De
manera mucho más amplia, las cuestiones que evoqué en mi reflexión DeliberamoS iargarne
inicial, y otras muchas más, se han tornado presentes, reencendién­ que se inici6 con el de
dose con gran fuerza la que llamó Gerbi "disputa del Nuevo Mundo". mismo sino por SUS inn
Entre las cuestiones materia del debate mencionaré éstas: ¿por la humanidad entera, de
qué se dice que Colón deseubrió a América? ¿No la habían descu­ esta. . palabra para señáI
bierto mucho antes los propios indígenas que, a través de milenios necesario era traer a' L
la habían poblado y habían creado en ella culturas como la teotihua­ dual sino colectivament
cana, la maya, la mexica, la incaica? ¿Cómo es posible hablar de de él y sobre todo de 8
descubrimiento si Colón nunca tuvo conciencia de lo que eran las la distinci6n entre com
tierras a las que llegó? tejar). Para mostrar SÜl
Atendiendo a las consecuencias del proceso que se desencadenó y debe conmemorar la
en 1492, enfocan otros de modos radicalmente diferentes la cuestión. no celebrarla.
Mientras unos sostienen que en 1992 debe celebrarse el V Centenario Entre las consecuenl
de la introducción de la cultura occidental en el hemisferio antes en no' pocas de génerCl
aislado, otros lo execran como el medio milenio de las invasiones y comienzo el proceso de
genocidios perpetrados por los europeos en tierras de indígenas. Y en dos hemisferios antes ai:
tanto que unos reiteran la idea de celebración como V Centenario aHá de las aguas inmen
de la predicación del Cristianismo en América, otros lo condenan en secuencia que no podfa
cuanto imposición de creencias y prácticas ajenas en detrimento de indígenas como invasiÓl
las religiones nativas que fueron perseguidas y, en muchos casos, muertes sin número, en
aniquiladas. y en otros situaciones d
El debate no circunscrito ya al campo de solas las ideas, se ha ces cuando los europeo!!
encendido y levanta' llamas muy grandes. Ojalá que éstas, en vez holandeses.- dieron al,
de quemar, arrojen nueva luz que ilumine a quienes con ardor parti­ mentó además, como nl
cipan en la disputa y también a los que piensan en las significaciones Pero las invasiones ~
que puede tener reescribir la historia tocante a tan controvertido ron lugar en las Améri
proceso. á. cabo los romanos m
Fue a principios de 1984 cuando, como dirían los nahuas, entró germanos y eslavos, tl
en mi tonalli o destino verme abocado a la temática del V Centena­ Entre ellas están la fu
rio. Dos secretarios de estado, el de Educación, el recordado don Jesús todas clases. En este ca:
I
¡
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 21

Reyes Heroles y otro, el de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúl­


veda, me pidieron un parecer acerca de lo que podía realizarse a
propósito del famoso Centenario. Hubo amigos que me dijeron: "No
te metas en esto; es un asunto conflictivo y hasta riesgoso". Invité
entonces a algunos colegas para discutir sobre ello. Nos reunimos Ro­
berto Moreno de los Arcos, José María Muriá y yo. Más tarde se
sumó el también recordado Guillermo Bonfil Batalla.

En busca de una perspectiva diferente

Deliberamos largamente. Coincidimos en que el proceso histórico


que se inició con el desembarco de Colón en 1492, no tanto en sí
mismo sino por sus innumerables consecuencias, que han afectado a
la humanidad entera, debía ser objeto de conmemoración. Empleamos
esta palabra para señalar expresamente que lo que considerábamos
necesario era traer a la memoria -con-memorar- no sólo indivi­
dual sino colectivamente, ese acontecimiento para reflexionar acerca
de él y sobre todo de sus consecuencias. Había que dejar muy clara
la distinción entre conmemorar (traer al recuerdo) y celebrar (fes­
tejar). Para mostrar sin rodeos la diferencia, dijimos que uno puede
y debe conmemorar la muerte de un ser querido, pero obviamente
no celebrarla.
Entre las consecuencias de lo que se inició en 1492 nos fijamos
en no pocas de géneros muy distintos. Una es que, entonces tuvo
comienzo el proceso de globalización de la humanidad. Gentes de los
dos hemisferios antes aislados empezaron a tener noticia de que, más
allá de las aguas inmensas, había otros pueblos y naciones. Otra con­
secuencia que no podía soslayarse fue la que hoy describen muchos
indígenas como invasión de sus tierras, pérdida de su libertad, con
muertes sin número, en algunos casos desaparición de etnias enteras,
y en otros situaciones de culturas en peligro de extinción. Fue enton­
ces cuando los europeos -españoles, portugueses, ingleses, franceses y
holandeses-- dieron alcances universales al colonialismo. Se incre­
mentó además, como nunca antes, la trata de esclavos africanos.
Pero las invasiones y, sojuzgamientos que, a partir de 1492 tuvie­
ron lugar en las Américas, como las que en Europa habían llevado
a cabo los romanos trastocando pueblos y culturas de iberos, celtas,
germanos y eslavos, trajeron también consigo otras consecuencias.
Entre ellas están la fusión de pueblos y culturas e intercambios de
todas clases. En este caso a escala universal, de lo que en uno y otro
22 MIGUEL LEÓN-PORTILLA E

hemisferios existía y se producía. Mientras en la América anglo-sajona, miento de América? «


como tan concisamente lo expresó Washington, los establecimientos indígenas del continenl
europeos rechazaron e hicieron apartarse a los lobos y a los indios, ron, conquistaron, colo
en la América invadida por españoles y portugueses, hubo mezcla de Era necesario adoF
pueblos, con todos los abusos que se quiera, pero en fin de cuentas todos los participantes
con fusión de culturas y de gentes. Si no fuera por esto, no existiría­ ferencia a las gentes d
mos hoy más de treseientos millones de latinoamericanos que hablamos también a los africanc
español, a los que deben sumarse los treinta millones de hispanos en este otro hemisferio. 1
los Estados Unidos y cerca de ciento sesenta millones más que, en Brasil, y un Nuevo Mundo. :
se expresan en portugués. partir de 1492 no fue
Realidad insoslayable es que hoy, desde las Californias hasta la encuentro". "Encuentre
Tierra del Fuego, casi la séptima parte de la superficie de las tierras ñola; o en el caso del i
emergidas del planeta, como consecuencia del proceso que se inició y en el del francés, 18
en 1492, más allá de diferencias, ostenta rasgos fundamentales en "acto de coincidir en
común. Además de las lenguas primas hermanas --español y por­ mismo lugar, por lo (
tugués-- sobresalen las creencias en las que muchas veces es visible contradicción", "choqUt
el sincretismo entre elementos de las religiones indígenas, las africanas eombaten con sus ene
y el catolicismo ibérico. También está el sentido del arte, en el que reunión, convergencia ;
sobresale la explosión de vida del barroco, modelado con frecuencia Una expresión que
por la mano del aborigen. Éste de muchas formas ha enriquecido la de los vencidos, como
cultura de los grupos mayoritarios, haciendo a la vez suyos no pocos flexión, era la de "En
elementos de lo traído por aquellos al Nuevo Mundo. simos para dar con ell~
Es verdad que en esta historia de fusiones e intercambios ha nano, hicimos primera
habido y perduran las confrontaciones, los sojuzgamientos y otra amplia reunión que de varias
gama de injusticias. De ello dan fe no ya sólo los relatos históricos lugar en Santo Domin¡
sino también la presencia y la palabra de cuarenta millones de indí­ que algunos de los pa
genas que, en medio de adversidades, hasta hoy mantienen vivas sus interpretando la propu«
lenguas y sus identidades étnicas. Colón la gloria del d(
Sobre esto, y otras cosas más, reflexionamos y discutimos los cole­ solicitaron se hiciera al'
gas consultados acerca de si era pertinente y cómo, conmemorar el ante el monumento a .
V Centenario. La conmemoración, no había duda, la exigían los Reacción "encontra,
hechos y procesos que habíamos analizado. Concernía ella de modo fue después la de otros
especial a los pobladores nativos del continente y a aquellos otros se pretendía solapar la
que luego se establecieron en él. Todos, de un modo o de otro, eran millones de indígenas.
antepasados de nosotros, que no tendríamos la cultura en la que quisieron ver, la que lli
participamos los pueblos de Iberoamérica, y que ni siquiera existiría­ es la de acercamiento. l
mos si tal proceso no se hubiera producido. Resultaba impensable incluso las primarias, pi
que nosotros, con los indígenas y africanos, los más concernidos, nos y significa asimismo el
desentendiéramos de la coyuntura del V Centenario. Pero, ¿cómo La perspectiva pro¡
conmemorarlo? ¿Ibamos a seguir asumiendo, como en el IV Cente­ la gran mayoría de 101
nario, la perspectiva unilateral de quienes hablaban del descubri- Japón, Rusia, Polonia
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 23

miento de América? ¿íbamos a invitar a los cuarenta millones de


indígenas del continente a decir "conmemoramos que nos descubrie­
ron, conquistaron, colonizaron y sojuzgaron"?
Era necesario adoptar una perspectiva que tomara en cuenta a
todos los participantes en el proceso. Había que hacer, por tanto, re­
ferencia a las gentes del Viejo Mundo (no sólo a los europeos sino
también a los africanos y asiáticos) y también a los pobladores de
este otro hemisferio. Metafóricamente se ha hablado de un Viejo
y un Nuevo Mundo. Lo que ocurrió entre gentes de uno y otro a
partir de 1492 no fue un mero "yo te descubrí", sino "tuvimos un
encuentro". "Encuentro", según el Diccionario de la Academia espa­
ñola; o en el caso del inglés encounter, según el Webster y el Oxford,
y en el del francés, rencantre, según el Littré y el Robert, significa
"acto de coincidir en un punto dos o más cosas o personas en un
mismo lugar, por lo común chocando unos con otros", "oposición,
contradicción", "choque, por 10 general inesperado, de las tropas que
combaten con sus enemigos". Pero también significa acercamiento,
reunión, convergencia y aun fusión.
Una expresión que había empleado yo antes, al editar la Visión
de los vencidos, como portadora de una perspectiva abierta a la re­
flexión, era la de "Encuentro de Dos Mundos". Quienes la propu­
simos para dar con ella título a la Comisión Mexicana del V Cente­
nario, hicimos primera presentación en público de la misma en la
reunión que de varias comisiones latinoamericanas y de España tuvo
lugar en Santo Domingo el 9 de julio de 1984. Ni más está decir
que algunos de los participantes reaccionaron con notorio disgusto,
interpretando la propuesta como un intento de negar a España y a
Colón la gloria del descubrimiento. Tanta fue su indignación, que
solicitaron se hiciera al día siguiente una ofrenda floral y una guardia
ante el monumento a don Cristóbal.
Reacción "encontrada", es decir opuesta por motivos contrarios,
fue después la de otros que afirmaron que, con la idea de encuentro,
se pretendía solapar las violencias de la invasión y las muertes de
millones de indígenas. Quienes así reaccionaron sólo vieron, o sólo
quisieron ver, la que llamaré "connotación positiva" del vocablo, que
es la de acercamiento. Hicieron caso omiso de las otras connotaciones,
incluso las primarias, puesto que encuentro guarda relación con contra
y significa asimismo choque, enfrentamiento y lucha.
La perspectiva propuesta y adoptada por México, y luego por
la gran mayoría de los países latinoamericanos, la Unesco, Francia,
Japón, Rusia, Polonia y aun, en parte, por España, así como por
24 MIGUEL LEÓN-PORTILLA
E

varios colegas historiadores, la presentamos no como una teoría sino existir. Inquirían los J
como un marco para tomar en cuenta en plan de igualdad a todos del presente vivido p
los participantes y para dar entrada a connotaciones que van desde en la que podría ser h
el choque, o encontronazo y confrontación violentos, hasta la conver­ a su vez hablaban COI
gencia, diálogo y acercamiento.' Tal perspectiva se abrió así a la ciaciones las dirigían
reflcxión y al debate. Al adoptarse por la Unesco, ella ha propiciado lo que estaban viviend(
lo que, auque parezca increíble pocas veces había ocurrido, el diálogo de causa y efecto en
y debate con representantes de grupos indígenas contemporáneos. Bajo suceder lo contemplat
el rubro de "Amerindia-92" varias reuniones se han tenido en Canadá, tiempo sin rupturas, etJ
México, Guatemala, Chile y otros lugares en los que el V Centenario En nuestro caso, in
se vuelve ocasión para escuchar la palabra indígena que, si evoca podrá dirigirse al proc
500 años de injusticias, hace planteamientos de cara al presente y al palabras de los que p
futuro. Tales planteamientos han llegado al menos a la atención de los gananciosos, sino tal
todos los jefes de Estado iberoamericanos que, en la junta cumbre tabinos-arabuacos de
que tuvieron en Guadalajara en julio de 1991, se comprometieron a 10 que fue para ellos
tomarlos en cuenta. relatos de quienes se el
teJnala y en el mund
notaron los frailes cron
¿Otra forma d'C historiografía? atiendan al testimonio
que fueron su lucha y
Al llegar a este punto, creo que debo preguntarme: y, ¿todo esto detendrá en los relatos
del V Centenario, qué relación tiene con la idea, conveniencia o nece­ luego para atender al
sidad, mera posibilidad acaso, de reescribir la historia, hurgando en historia de lo que dice
la significación del proceso que se inició en 1492? Desde luego que ilumina escuchando las
existe una relación. La coyuntura es propicia para salir de arraigados existencia diferentes COI
etnocentrismos y tomar en cuenta al otro. Y también es favorable el de hace siglos. Present
momento para imaginar siquiera una cierta forma de historiografía fh-.ura, se presentan así I
abierta plenamente a cuantos piensan que sus vidas tienen que ver Los indígenas de h
con lo que en ella se relata. Los mayas, creadores de un arte extraordi­ ción oral y con la viver
nario y descubridores del concepto del cero, practicaron ya de algún en gran parte de lo 4
modo una semejante historiografía.
nuevos participantes en
Implicó ella abrir al máximo la mira para abarcar y valorar las y también podrán hace
significaciones de los tiempos, no ya sólo las del pasado, sino también de quienes fueron arra:
las del presente y las que podían vislumbrarse en el porvenir, ya que
flexión y el diálogo m
pasado, presente y futuro se conciben como flujo ininterrumpido del
fusiones de gentes, invO:
TSe han publicado ya asimismo varios libros con titulas como estos: sus antepasados fueron
María del Carmen Martín Rubio, En el Encuentro de Dos Afundos: los Incas tes, al expresarse se im1
de Vilcabamba, 2 v., Madrid, Ediciones Atlas, 1988. Es cierto que la hU
S. Lyman Tyler, Two W01'lds, The Indian Encounter with the European,
1492-1509, Salt Lake City, University of Utah Press, 1988. idos. Pero, en cuanto t(
Daniel Levine (editor), La Rencontre de Deux Mondes, Paris, Musée de de un tal acontecer, b
I'Homme, 1992. el de quienes inquieren
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 25

existir. Inquirían los mayas acerca del pasado desde la perspectiva


del presente vivido por la comunidad entera y pensando también
en la que podría ser la influencia de ese pasado en el futuro. De éste
a su vez hablaban con enunciaciones de tono profético. Tales enun­
ciaciones las dirigían unas veces hacia lo ya ocurrido, otras hacia
lo que estaban viviendo, como señalando por medio de ellas relaciones
de causa y efecto en el devenir temporal. Cuanto sucede o va a
suceder lo contemplaban así desde una atalaya que abarcaba un
tiempo sin rupturas, en función del cual todo había de comprenderse.
En nuestro caso, inspirándonos en la sabiduría maya, la reflexión
podrá dirigirse al proceso que se inició en 1492, acercándonos a las
palabras de los que participaron en él, no sólo en las crónicas de
los gananciosos, sino también en los testimonios de los vencidos. Ya los
tahinos-arahuacos de Haití dejaron dichas algunas palabras sobre
lo que fue para ellos el encuentro. Y mucho más amplios son los
relatos de quienes se enfrentaron luego en tierras mexicanas, en Gua­
temala y en el mundo andino, con los hombres de Castilla. Bien
notaron los frailes cronistas Motolinía y Torquemada que quienes no
atiendan al testimonio indígena jamás comprenderán cabalmente lo
que fueron su lucha y la imposición española. Pero la reflexión no se
detendrá en los relatos de vencidos y vencedores sino que se reabrirá
luego para atender al presente y desde éste retornar al pasado. La
historia de lo que dicen los testimonios que ocurrió cobra vida y se
ilumina escuchando las voces de quienes afirman vivir en su propia
existencia diferentes consecuencias de ese acontecer, aun cuando sea
de hace siglos. Presente y pasado, en una especie de dialéctica sin
fisura, se presentan así como campo abierto al diálogo y al debate.
Los indígenas de hoy, con la memoria reanimada por su tradi­
ción oral y con la vivencia cotidiana de su dramático existir, derivado
en gran parte de lo que ocurrió a sus antepasados, entran como
nuevos participantes en el relato que así se reanuda y se prosigue.
y también podrán hacerlo los tantas veces discriminados descendientes
de quienes fueron arrancados de sus tierra'! africanas. En fin, la re­
flexión y el diálogo interesan a cuantos, fruto o no de mezclas y
fusiones de gentes, involucrados en un transcurrrir histórico en el que
sus antepasados fueron agentes o pacientes, lejos de sentirse indiferen­
tes, al expresarse se implican en la secuencia misma del proceso.
Es cierto que la historia como acontecer pertenece a los tiempos
idos. Pero, en cuanto toma de conciencia y búsqueda de significación
de un tal acontecer, la historia sólo existe en un presente, que es
el de quienes inquieren, reflexionan, escriben o simplemente se ente­
26 :MIGUEL LEÓN-PORTILLA

ran acerca de ella. Ahora bien, en un presente que cambia sin cesar, referida por {
inevitablemente surgen nuevas perspectivas de comprensión de esos ese pasado y
tiempos idos. De modo particular interesan aquí las de quienes medi­ y atisbar siqui
tando sobre los viejos documentos y cualquier otro vestigio del pasado, sólo de erudit
sintiendo que viven en su propia existencia consecuencias de los acon­ memoria, vida
teceres objeto de su atención, confrontan pasado y presente, y expresan tal vez, algún
la necesidad de introducir cambios en lo que ahora es, concebido entera.
como fruto de lo que fue. Sus deseos, imágenes, pronósticos o qui­ Misión m~
meras acerca del futuro se toman elemento inseparable del presente formado ya eE
que se nutre del pasado. Ese pasado no habrá de descifrarse ya mera­ presente, se val
mente en los viejos papeles. Adoptando, en suma, otras perspectivas, nicación masiv:
como en un caleidoscopio de figuras antiguas y nuevas, se busca es­ cumentos y la
clarecer el pasado atribuyéndole significaciones en función de las blemente vincu
que aparecen como sus consecuencias en el presente y con el enun­ presente, quierCJ
ciado de destinos que se anticipan para el futuro. quehacer, diríaE
La historiografía maya de los chilames, como el Chilam Balam será abrirse de
de Chumayel, el de Tizimín o de Maní, se reescribió sin cesar de ella con sus an
esta manera.8 El registro de aconteceres pasados, de experiencias pre­ interesará profur
sentes y de profecías se hizo en papeles que se iban deteriorando con es ir sin cesar er
el uso continuo a través de los años. Quienes cuidaban de ellos, les tal vez en medio
hacían añadidos. Atendiendo a su presente, al de la comunidad entera, fuentes de posibl,
modificaban los relatos acerca del pasado, y expresaban nuevas pro­ Quizás todo
fecías. Según éstas se cumplían o parecían posponerse, volvía a modi­ practicaron. De l{
ficarse la interpretación de los hechos. Cuando los viejos papeles se V Centenario pU(
desgarraban ya, por haber sido leídos y reescritos en innumerables veniencia de atina
ocasiones, la antigua palabra se copiaba en hojas nuevas. Así se pro­ ellas de estar abi.
cedió a través de los siglos, hasta fechas muy recientes. Probablemente los unos y a los
aún hoy existen comunidades mayas en las que se guarda y acrecienta que han sido y le
este género de papeles. Éstos, como el tiempo mismo, se renuevan y venir y querrán g¡
reescriben. Al rehacerse con añadiduras y variantes, se toman porta­
dores de nuevas significaciones. La comunidad que escucha su lec­
tura, participa en las enmiendas, sugiere cambios, reescribe la historia,
que es su vida, transcurrir de su tiempo y de su ser.
¿Es acaso una locura, en ocasiones como ésta, diría yo que emble­
mática del V Centenario, imaginar siquiera una forma tal de historio­
grafía, si es que puede designarse así a este modo de proceder?
Apoyado estaría el mismo no ya sólo en el documento testimonio
del pasado, sino también en la experiencia del presente, sentida y

8 Sobre la significaci6n de los libros de Chilam Balam, véase; Miguel Le6n­


Portilla, Literaturas indige1l6S de México, Madrid, Editorial Mapfre, 1991, p.
183-190.
ENCUENTRO DE DOS MUNDOS 27

referida por quienes se piensan a sí mismos consecuencia ViVIente de


ese pasado y quieren saber más acerca de él, para conocerse mejor
y atisbar siquiera algo de lo que podrá ser su futuro. Historia no ya
sólo de eruditos sería ésta, siempre en proceso de ser reescrita, sino
memoria, vida, imaginación y debate de un pueblo, una nación y
tal vez, algún día, para mejor entendernos todos, de la humanidad
entera.
Misión más grande será entonces la del historiador, a la vez trans­
formado ya en sabio, filósofo y profeta. Situado plenamente en su
presente, se valdrá quizás de la informática y de los medios de comu­
nicación masiva. Encenderá entonces el diálogo entre los viejos do­
cumentos y la palabra de quienes en su presente se sienten inexora­
blemente vinculados con su pasado y, a la luz de su pasado y su
presente, quieren atisbar su porvenir. Practicar esta extraña forma de
quehacer, diríamos que "al aire libre" y, por tanto con aire fresco,
será abrirse de lleno a la comunidad con conciencia de que, siendo
ella con sus ancestros el agente mismo de su devenir histórico, se
interesará profundamente en él. Reescribir así la historia dialogando,
es ir sin cesar en busca de ideas y vivencias, significaciones recogidas
tal vez en medio del debate y la confrontación pero, por ello mismo,
fuentes de posibles nuevas formas de comprensión.
Quizás todo esto no es sino una quimera, aunque los mayas lo
practicaron. De 10 que sí no hay duda es que coyunturas como la del
V Centenario pueden llevarnos a pensar, entre otras cosas, en la con­
veniencia de atinar con nuevas formas de reescribir la historia. Habrán
ellas de estar abiertas al diálogo y al debate: tomarán en cuenta a
los unos y a los otros, los que ya estaban y -los que llegaron; los
que han sido y los que son, sin desentenderse de los que habrán de
venir y querrán saber también acerca de sí mismos.
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
y AOCUICATL: CANTOS DE GUERRA
Y GUERRA DE CANTOS

PAT~CK JOHANSSON

La expreslon oral de los aztecas, cualquiera que sea su modalidad,


se caracteriza por su alta "funcionalidad" dentro del marco estruc­
tural de la comunidad. El verbo y el acto, en circunstancias orales
prehispánicas de enunciación están sin duda alguna más estrecha­
mente vinculadas con los textos, que en nuestras literaturas escritas.
Fuera del uso prosaico de comunicación interindividual, el verbo
náhuatl no es un simple referente lingiiístico de una realidad, es reali­
dad, tiene una presencia sonora y está preñado de sentido mágico.
Este elemento verbal está además integrado a una totalidad expresiva
polidimensional de la que no constituye más que un elemento consti­
tutivo. De hecho, el verdadero texto circunstanciado es una hipóstasis
de la dinámica gestual o de la danza, de la música y del verbo en la
"epifanía" de un ritual espectacular. El valor semántico de la palabra
se encuentra aquí mermado y diluido en la totalidad expresiva, y a
su vez el sentido del acto de enunciación oral brota verdaderamente
de esta totalidad motora, y se confunde con la circunstancia espacio /
temporal que lo generó. La palabra náhuatl es fruto de circunstancias
y no puede ser aprehendida fuera de su marco circunstancial y del
papel específico que éste le imparte.
En tiempos precolombinos, sólo la palabra lírica y la palabra
lúdica podían elevarse fuera de un espacio-tiempo funcionalmente
determinado. La primera, expresión suprema de la ambigiiedad onto­
lógica del hombre, brotaba espontáneamente en la soledad irreversible
del ser pensante; la segunda aparecía casualmente en los intersticios del
edificio sociocultural, cuando se relajaban los lazos vitales de la adap­
tación del hombre al mundo.
Ahora bien, en el curso de la recopilación de los textos, los reli­
giosos españoles, con afán de comprender la cultura objeto de su
estudio, aplicaron los criterios taxonómicos propios del momento en
Europa y dividieron el material recopilado según criterios preestable­
cidos, muchas veces heterogéneos, que si bien podían echar un poco
30 PATRICK JOHANSSON YAOC

de luz (occidental) en los "arcabucos breñosos" que eran los can­ del dinamismo psico-mo
tares, desgarraban el texto (tejido) expresivo náhuatl en harapos ve definido en su estruct'
taxonómicos poco pertinentes. La clasificación de los cantares es a Para tener una ideá
veces verdaderamente "borgesca", en cuanto a la heterogeneidad de funcional de guerra es
los criterios clasificatorios: cantos de Chalco, de Huexotzinco, cantos tiempos prehi~tó1~a; ~
tristes, cantos de tambores, cantos floridos, cantos de guerra, can­ expedición dé cacena (
tos verdaderos, etcétera. Ningún criterio funcional preside a la pers­ gestos que tenían come
pectiva adoptada. El cuadro cognoscitivo del vencedor se aplica in­ la cacería o de la bat
discriminadamente al vencido, y 10 ordena según sus valores propios una imitación previa de
dejando escapar el sentido profundo del texto recopilado. expedición cinegética o 1
En esta babel taxonómica, una de las confusiones más claras es tico teatral realizaba, ere
la que asimila el "Canto de guerra" Yaocuicatl, expresión sumamente Con la adquisición 1
funcional dentro de la colectividad náhuatl, al "canto lírico", X ochi­ vieron más complejos y
cuicatl, sobre el tema de la guerra. Pero, el canto lírico es ante todo función mágica de indu
"canto" mientras que el canto de guerra es primordialmente "guerra". el antagonista humano. j
En el primer caso el tema de la guerra modula el canto, en el segundo importancia más grande
el canto brota de los determinismos agonísticos '1 del mundo indígena el aspecto gestual de el!
prehispánico. que nos interesa aquí, el
Si buscamos más profundamente hacia las raíces de ambos géneros "teatral" y funge, 10 v
vemos que éstos se distinguen radicalmente por su origen. El canto victoria.
Con el afán de estal
lírico (sobre el tema de la guerra o cualquier otro tema) brota del
lírico sobre el tema de
desgarre primordial del hombre entre el llamado de la esencia y los
integrante del acto be1i(
imperativos de la existencia, entre el cielo y la tierra, la luz y las ti­ expresan modalidádbr;iriJ
nieblas. Es el grito primordial angustiado de una conciencia que se a los dos primeros, rev
percibe fuera de la intimidad del mundo, que se vislumbra en su irre­ Yaocuicatl en el último.
versible dualidad ontológica.
Con la evolución del hombre, el "grito" se va modulando en 1. Un canto lírico (.
canto y se tiñe de colores existenciales. El lirismo ontológico original Chalchihuitl
'se aplica a los valores de la vida: amor, muerte, destino, tristeza, teocuicatl O()
guerra ... pero esta mutación adaptativa del canto lírico en los dis­ moxochiuh
tintos rubros afectivos que distingue la existencia, no debe hacer 'Ohuaya~ma
olvidar que el canto como tal, es presencia, es voz preñada de matices , :' ..

"Zel1: yiL mone


(. (¡

existenciales, pero cuya funcionalidad radica en la materialidad ca­ ipáznem(jlí~'at


tártica del canto en sí, más allá de las modalidades temáticas de su in. itzmiquíxG
expresión. Por 10 tanto el canto de guerra, en su versión lírica, es yaomiquiztli
voz de las profundidades del hombre, voz que adquiere en el camino, Ohuaya ayya
las tonalidades temáticas que la caracterizan.
Yaomiqüidic
En cambio el canto "funcional" de guerra Yaocuicatl es ante todo am hon mixi:
"guerra", es parte integrante de los mecanismos de la guerra. Nació
Yaotemptm'íl
'1 De Agonía: "combate" en griego. am hon. ixim,
YAOCUICATL ~ ,pAN;~S, l?~, GUERRA 31

del dinamismo psico-motor q-ue impJ.jca,p ,la,~';¡l.ctiy~daqes bélicas y se


ve definido en su estructura \por, sus: ,determinismos ,e:;~íicos.
Para tener una idea más clara de los:~pectos ;modales del canto
funcional de guerra es preciso remontar'a,; sus.ongenes: desde los
tiempos prehi;>tóri,sos¡, ~n, efect?J, J?S
pombt:es ~arites d<:', salir a una
expedición de cacena o de guerra, reproduClan ritualmente ciertos
gestos que tenían como función anticiparmágicamente el éxito de
la cacería o de la batalla. Generalmente consistía en' una mimesis,
una imitación previa de las distintaS secuenciaS que componían una
expedición cinegética o bélica. La 'analogía motora' (pie él acto mimé­
tico teatral realizaba, era el inductor mágico de una victoria.
Con la adquisición progresiva del lenguaje, estos rituales se vol­
vieron más complejos y sobre todo más espectaculares sin perder la
función mágica de inducción a la victoria sobre el animal o sobre
el antagonista humano. Con el tiempo el aspecto verbal adquirió una
importancia más grande sin desplazar totalmente, sin embargo, todo
el aspecto gestual de expresión mim~tica. En la época prehispánica
que nos interesa aquí, el canto de guerra tiene todavía esta estructura
"teatral" y funge, lo veremos adelante, como induCtor mágico de
victoria. "
Con el afán de establecer una, distinción "radicl:\l" entre el canto
lírico sobre el tema de la gueJ;1ia' y el canto funcional como parte
integrante del acto bélico,. aducimos a continuación tres textos que
expresan modalidades inher~ntes' alx ochicuicatl en laque concierne
a los dos primeros, revelándose a sí mismos la estructura de un
Yaocuicatl en el último.
1. Un canto lírico (Xochicuicatl) s,obre el tema de la guerra:
Chalchihuitl Ohuaye
teocuicatl 00 .

moxochiuh yehuan Ahuaya

Ohuaya p;yya a.ya ohu'ay'a;

. , .,: ."' .'

. Zen ye Tftonecuiltonol
ipaJnem'oh~~ni •' ,
in itzmiquixochití '

'yaomiquiztli Aya yahuya

O huaya ayya aya ohuaya.

Yaomiquiztica Yehuaya

am han miximatitiyazque.

Yaotempan ín tlai:hi1wln~huác'

am hon iximati. '

j
32 PATRICK ¡OHANSSON

Ckimalteuhtli moteea Yehuaya


Chal:chi1.
tlacoeheayahuitl zan moteea Yehuaya. huaya a:

In euix ce nelli
jade, on
on neiximaehoyan
Zan ye ¡
in quenamican Yahohuaya yehuaya yaohuaya. itzmiqu~
Zaniyo in teyotl
ayya aya
(tla)tocayotl Aya
Tu rique
yaomilco,hua Yehuaya de obsidi;
achi in ihuic XimQhuaya

a in Ohuaya Ohuaya. 2
U nas repeticion
Esmeraldas, oro Yaomiqui
tus flores. Yacnempa
Sólo tu riqueza

oh por quien se vive, o de rima:

la muerte al filo de obsidiana,

Chimaiteuhtli mo
la muerte en guerra.
Tlacochcayahuitl
Con muerte en guerra
... enfatizan los
os daréis a conocer.
Polvo de escudos se tiende, Por fin un esqt
niebla de dardos se tiende. con carácter existen.
por su oposición PI
¿ Acaso en verdad es lugar a darse a conocer este suspiro en fonn
el sitio del misterio?
5610 el renombre 2. Un canto elej
el señorío Ya tic ehi
muere en la guerra: a in teepi1l
un poco se lleva hacia
el sitio de los descorporizados. 3 Niman ye
in timoXCOl
En este primer canto sobre el tema de la guerra, el lirismo es iea tonyaz ·
manifiesto en el alto grado de "musicalización" del texto. Las voca­ O anca ye
lisas: Okuaya ayya aya ohuaya ... enmarcan melódicamente el canto in Tlaeahu
y determinan Iíricamente el orden de las palabras, cargadas de sen­
tido, que tienen que conformarse al patrón dis-táctico 4, así esta­ In camacp
blecido. muz on yG
in tototl JI
Los sustantivos sin verbo se suceden, se yuxtaponen como en un
mapipitzo
largo suspiro:
in Quen01i
2 Romances de los señores de la Nueva España, fol. 36r y v. O eeloicuilil
8 Traducci6n de Ángel Ma. Garibay.
40 Distáctico: Con poco rigor sintáctico. euauhintzei
'YAOCUlCATL: CANTOS DE GUERRA 33

Chalehihuhl teoeuieatl moxoehiuh yehuan


huaya ayya aya ohuaya.
jade, oro, tus flores ...
Zan ye moneeuilton'ol ipalnemohuani in
itzmiquixoehitl yaomiquiztli aya yahuaya okuaya.
ayya aya ohuaya.
Tu riqueza, tú por quien se vive, flor de muerte
de obsidiana, muerte en guerra ...

Unas repeticiones, ya sean anafóricas:


Yaomiquiztica . .. con muerte en la guerra
Yaotempan ... al borde de la guerra.

o de rima:
Chimalteuhtli moteca yehuaya . .. polvo de escudo se tiende
Tlacoeheayahuitl zan moteea yehuaya . .. niebla de dardos se tiende .
. . . enfatizan los movimientos del alma.
Por fin un esquema típico del X ochicuicatl: pregunta/respuesta,
con carácter existencial que vale tanto por su valor semántico como
por su oposición prosódica: subida/bajada; prótasis/apódosis, cierra
este suspiro en forma de canto.

2. Un canto elegíaco (Xochicuicatl) sobre el tema de la guerra:


Ya tic chimalicuiloa toeontlacoehicuiloa

a in teepi1lotl a in tlachinollo Aya.

Niman ye onean timolPotonia tizatiea


in timoxeonoa ha in Tlaeahuepan H uiya
iea tonyaz Quenonamiean Huiya ayyahue ayya aya.
O anca ye tipantiuh in teteuetin a

in Tlacahuepam Huiya.

In earnacpa tontlatoa Yehuaya

mitz on ya manqu~lia cuauhinqueehol,

in tototl Yehuaya Maeeuhqui ya

mapipitzo Aya oncan ye onean

in Quenonamiean. Ohuaya Ohuaya.

Ocetoicuiliuhqu,¡ a Mocuie

euauhintzetzeliuhtoe moxochiuh A:va

r
YAOCÜI'

¿ En tu interior :
in ti nopiltz~rr y,ch.wJ,ma,c;euhqui Ay~ ', .. , ¿ N o te atreVes?
chimalcocoma ye mohuehuey,/¡. .tic, ya, huel.. m ¿No irás en verd
tzotzona. Ayahue. ¡Vete hacia allá
Allá es deleitade
Zan tic cuahuixochilacatzoa" re huaya.
in tecpillotl inicniuyotl,' .;', . "
y eh'uan Maceúhqur'Ayaéacáhúaoctli En este canto, elevadj
ye onteihuintia on tequimiloa. Aya yehuaya: punto de salir a una expe
ficatoria 7 el yo encuentra
Yehuaya 'incuic yehuaya inxochiuh elegíaco teñido de épica. :
in conmochiuhtia QuenlOnamican "
verdadera exhalación. líric
in mach ehua in mexica, in.
. talla en el lenguaje mism
11-[t>yolic zan timahui noyollo ,semántico-verbales, ,que tej
ah tonmotlapaloa ye oncan alhuiltilo in teotl de flechas y escudose El
realidad bélica, permanec
Ca nel atonyaz im ompa Ximoa
ye oncan xon micuani ye oncan ahuiltilo m teotJ.5 y se conforma con recle:
tablecida.
Ya con escudos pintas la nobleza,
El campo de batalla 1
y con dardos escribes la batálla.
bellísimas imágenes metal
Ya te aderezas luego con plumas
y a tic chimalil
y con greda te tiñes el, rostro,
a in tecpillotl ,
oh Tlacahueparr,porque te itás al Lugar del Misterio.

Te adelantas a los ptíncipes,


Ya con escudos
. ,.
~

oh "Thicahuepan.
con dardos escr
Ya a boca llena gritas
o celoicuiliuhqul
y te responde el águila r,oja,
cuauhintzetzeliu
oh Maéeuhqui, ya silba con 'la mano

en el Lugar del Misterio.


Pintado de tigI
cual Aguila qu
Pintado de tigre está tu canto,

cual águila que se estremece es tu flor,


Chimalcoooma
oh tú, príncipe maceuhqui
tic ya huelin
-tu tambor es escudo, tú lo tañes.

Tu tambor es
Con las flores del Aguila:
tú lo tañes.
ya ciñes la nobleza y la amistad:

son un licor precioso que embriaga y amortaja

a los hombres.
El canto lanza un
intimidad natural.
Sus cantos y sus flores

van a adornar el Lugar del Misterio:


6 Traducci6n de Ángel ?>
allá quizá los cantan los mexicanos.
7 El .hecho de que se eng
eí sacrificio.
s Perfonnativa: Que real
"5 Colección de Cantares Mexicanos, faL 2Sv.
YAOCUICATL: cANTOS mí GUERRA

¿ En tu interior lo temes, oh' mi Corazón?

¿No te atreves? ¡Allá; es deleitado el Dios!

¿ No irás en verdad allá, al lugar de los Descarnados?

i Vete hacia allá!

Allá es deleitado el Dios. 6

En este canto, elevado probablemente en aras de un guer,rero a


punto de salir a una expedición bélica, o quizás. de una víctima sacrÍ­
ficatoria 7 el yo encuentra otro yo dando al lirismo patente un tono
elegíaco teñido de épica. Mientras que el primer canto constituía una
verdadera exhalación lírica, este segundo texto sitúa el campo de ba­
talla en el lenguaje mismo. La voz se somete ahora a las estructuras
.semántico-verbales, .que tejen, dentro del referente lingüístico, un poema
de flechas y escudos; El canto no se "derrama", sin embargo, en la
realidad bélica, permanece sin vínculos performativos s con la guerra
y se conforma con reciclar indirectamente la ideología guerrera es­
tablecida.
El campo de batalla 10 constituye aquí el referente lingüístico con
bellísimas imágenes metafóricas:

Ya tic ehimalicuiloa tocontlaeoehieuiloa


a in teepillotl a in tlachinollo Aya.

Ya con escudos pintas la nobleza,

con dardos escribes la batalla.

Oeeloieuiliuhqui a mocuie

euauhintzetzeliuhtoe moxochiuh Aya.

Pintado de tigre está tu canto,


cual Águila que se estremece en tu flor.

Chima!coooTna in mohuehueuh

tie ya hu.elin tzotzona.

Tu tambor es un escudo,

tú 10 tañes.

El canto lanza un llamado de reintegración del guerrero a la


intimidad naturaL

6Traducci6n de Ángel Ma. Garibay (con algunas modificaciones).


>. 7 El .hecho de que se engreda, nos hace pensar que puede ser una víctima para
el sacrificio.
s Performativo: Que realiza lo que enuncia.
36 PATRlOK JOHANSSON YAO

In camacpa tontlatoa Yehuaya En verdad la lógic~


mitz on ya nanquüia cuauhinquechol, más coherente, puesto
in tototl Yehua:ya ... gozar de la fragancia
A boca llena gritas
que el campo de gue
te responde el águila roja, el pájaro ...
confrontación, es un e:
aparato de valores que
El diálogo entre el guerrero que va a morir "al filo de la obsi­ Sea como fuere, esl
diana", y el ave quechol que de hecho no es más que la representa­ el ámbito representath
ción mítica del alma del guerrero muerto en el combate o en sacri­ la palabra en la tisis pe
ficio, instaura una simultaneidad, una ubicuidad entre el presente y mantienen vínculo algu
el futuro, la vida y la muerte, ayudando así al guerrero a salir al en esto del siguiente a
encuentro de la muerte florida, xochimiquiztli, en el campo de ba­ cuicatl, en toda la ace
talla Yaoixtlahuacan, o a la víctima a subir los escalones del templo
que conducen al Techcatl, la piedra de sacrificios. 3. El canto de gu
Este canto elegíaco se eleva probablemente en la víspera de una
Los cantos antes e'
expedición guerrera o de un sacrificio, y no tras la muerte de Tlaca­ cados como "cantos d
huepan como 10 expresa la traducción que nos dio de él Garibay, e
la guerra, mas no Cal
indica los estrechos lazos que deben unir la muerte y la vida en la palabra.
mente o el corazón del guerrero antes de que vaya: ... ye oncan
En efecto, el canto
ahuiltilo in teotl ... donde es deleitado el Dios, el campo de batalla. una funcionalidad de ~
La traducción de Garibay de de los motores del dese
que unen la guerra al
Oncan ximicuani ye uncan ahuiltilo in teotl
Deja la tierra y vete allá, allá es deleitado el Dios directamente con lo dh
florida, xochiyauyotl, 1
no me parece del todo justa. Ximicuani significa "muévete", "vete", y busca proveer la na
y además el vocablo "tierra" no aparece en el texto náhuatl. N o se sacrificio.
trata por 10 tanto de un canto post mortem (a manera de oración Sin extendernos aq
cristiana) sino de un canto elegíaco ante mortem en el que se reduce nahuas debemos subra
la zanja que divide vida y muerte, a la vez que anima ideológica­ pectos esenciales:
mente al guerrero a ir al combate para regocijar al Dios. 1. T euatl, Tlachin
Mientras que un bardo occidental podría haber enfatizado las tivas, comunes a todos
probabilidades de victoria y por lo tanto de vida del guerrero antes socio-existencial.
del combate, este canto considera esencialmente la perspectiva óptima 2. X ochiyaoyotl,'o
(dentro del marco teórico cósmico-religioso) y lo cuenta anticipada­ mano el principio cósn
mente entre los muertos, la tímida duda al respecto: eminentemente religi0S4
Es muy probable (
c'Ca nel atonyaz in ompa ximoa(yan)? circunstancias, pero el
¿No irás en verdad allá, al lugar de los descarnados? manera distinta y el
variar sensiblemente.
no pesa mucho frente a la estructura global del canto que encara la De hecho, la guen
muerte de Tlacahuepan y la valoriza de antemano. portancia en la epistel
YAOCUICATL: CANTOS DE GUERRA 37

En verdad la lógica lírica elegíaca náhuatl es en este caso mucho


más coherente, puesto que pennite al combatiente todavía vivo de
gozar de la fragancia de los cantos que lo honran. Muestra además
que el campo de guerra, cualquiera que sea el resultado de una
confrontación, es un espacio que pertenece a la muerte y a todo el
aparato de valores que conlleva.
Sea como fuere, estos dos primeros textos se sitúan totalmente en
el ámbito representativo y si bien las imágenes y metáforas anclan
la palabra en la tisis por medio de la sensibilidad poética, los cantos no
mantienen vínculo alguno con el acto de guerra en sí, y se distinguen
en esto del siguiente canto, que constituye un canto de guerra, Yao­
cuicatl, en toda la acepción funcional del ténnino.

3. El canto de guerra: Yaocuicatl.


Los cantos antes evocados, recopilados por los españoles y clasifi­
cados como "cantos de guerra" son cantos líricos sobre el tema de
la guerra, mas no cantos de guerra en el sentido funcional de la
palabra.
En efecto, el canto de guerra tenía dentro de la episteme náhuatl,
una funcionalidad de alta importancia puesto que la agonía, era uno
de los motores del desempeño existencial del mundo. Los lazos íntimos
que unen la guerra al principio existencial de la agonía, la vinculan
directamente con 10 divino. La guerra es sagrada y más aún la guerra
florida, xochiyaoyotl, mediante un combate que tiene algo de ritual
y busca proveer la nación mexica (u otra) con prisioneros para el
sacrificio.
Sin extendernos aquí sobre las modalidades bélicas de los pueblos
nahuas debemos subrayar sin embargo, que la guerra tenía dos as­
pectos esenciales:
1. Teuatl, Tlachinolli, guerra de conquista o expediciones puni­
tivas, comunes a todos los pueblos del mundo y que tienen un carácter
socio-existenciaL
2. X ochiyaoyotl, o guerra florida que transpone en el ámbito hu­
mano el principio cósmico de agonía,_ de combate y tiene un carácter
eminentemente religioso.
Es muy probable que los cantos de guerra se elevaban en sendas
circunstancias, pero el sentido global del combate era percibido de
manera distinta y el aparato ceremonial que le correspondía debía
variar sensiblemente.
De hecho, la guerra florida es un aspecto cultural de suma im­
portancia en la episteme náhuatl y representa una articulación vital
PATlUCKJOHANSSON
YAO(

delóS grupos humanos nahuas a tal grado que Tlacaelel, éscasós días Su práctica ausenci;
.después de la catastrófica expedición de Axayacatl' contra los tarascos españoles se comprende
que cóstó la vida a miles de mexicas, no dudó en establecer un en­ donde la guerra babia
cuentrobélico con' el pueblo de Tliliuhquitepec . a fin de proveer las vidad cultural con ella
solemnidades correspondientes a la "inauguración" de la piedra del cualquier intento de ele,
sol, con víctimas sacrificatorias: bélico, aun iüe'Pa de cin
tigado por las autoridad
Acabada la ceremonia y el llanto de la ciudad y echado ya el lloro
fuera de. ella, envió Tlacaelel a decir al rey que no hubiese descuido Creemos haber enco:
en lo que convenía a la estrena de la piedra y semejanza del sol, que recopilados por Sahagún
aunque había sucedido mal, que no por eso se le había de dejar de tenemos de un canto de
hacer la fiesta y solemnidad que convenía; que diese orden de ira
otra entrada para traer hombres para sacrificar otra gente, si no' era VitzPfZoa& l'tl
habida en guerra. 9 Ahviat Tlac(
ivi in nocaql
La guerra florida tampoco resulta muy exitosa para Axayacatl ya tlacatl ya ne
que si bien el agresor consigue los prisioneros deseados, pierde mu­ ca oomati ni
chos hombres en manos de los de Tliliuhquitepec que tienen así su AhvioJ Aya.
dotación de víctimas para sacrificios. Ambas partes se conforman con Oc italoc
el resultado y los señores de Tliliuhquitepec dirigiéndose al tlatoani Tlacochca.lco
mexica le dicen: in vetzca tia.
Ihiyaqu.etl te
Señor poderoso, ya hemos jugado y recreáqonos un poco en esta cuaviquemitl
escaramuza, y si vosotros vais llorosos, nosotros lo quedamos más. huitzelan.
Empero, consolémonos que no ha sido sino por vía de hecho de hom­
bres; cesen por ahora vuestras espadas' y andad, íos norabuena. El HuiyoJ Ohol
rey lo vio con mucho amor y le dijo que le placía hasta otra vez que iviyoc in 1W7I
los dioses tuviesen necesidad de ellos. 1Q ye nimavia )
iviyoc in n01
Como consuelo para esta nueva hemorragia del potencial humano Huiya! In 1
mexica, 11acaelel subraya el carácter sagrado de estas expediciones iviyac i.n nO!
y la satisfacción del astro rey: ye nimavia )1
iviya<; in nop:
Callad hijos, que el sol es que ha
querido comer de ambas partes Y V itznavac ttrl
machiyotlan ,
En este contexto el canto de guerra es un' himno sagrado con Ahvia! O ya
variantes de· estimulación psico-motoras con carácter paroxístico que machiyotlan
busca inducir mágicamente una victoria y estimular los guerreros T acuilitlan t~
antes de la batalla. machiyotlan ¡
AhvioJ O ya
.9 Durán, n, p. 290•.
machiyotlan ,
10 ¡bid., p. 291.

11 ¡bid.

12 Sahagún, p. 173."
Su práctica ausencia en el material recopilado por los religiosos
españoles se comprende ppt las nuevas circunstancias socio-culturales
donde la guerra había sido erradicada, nulificando así toda la acti­
vidad cultural con ella vinculada. Además, es muy· probable que
cualquier intento de elevar un éltnto sospechoso· de tenér un carácter
bélico, aun fue'l'a de circunstancias corresp6ndientes, hubiese sido fus­
tigado por las autoridades españolas.
Creemos haber encontrado sin embargo en los himnos sagrados
recopilados por Sahagún un texto que corresponde a la noción que
tenemos de un canto de guerra: el huifznah.uac yaotl icuic:

V itznaoac yautl icuie


Ahvia! Tlacochcalco notequiva
ivi in nocaquian
tlacatl ya nech ya pinavia A~'a
ca nomati ni tetzavitli Aya
Ahvia! Aya. Ca nomati niya yauhtlan
Oc italoc
Tlacochcalco notecjuiva
in vetzca tlatoa Aya nopilchan.
Ihiyaquetl tacuil excatl
cuaviquemitl nepapanoc
huitzelan.

Huiya! Ohalopan telipuchtlan


iviyoc in nomalli
ye nimavia ye nimavia
iviyoc in nomalli
Huiya! In Tzicotlan telipuchtlan
iviyac in nomalli
ye nimavia ye nimavia
iviyoc in nomalli.

Vitznavac teuaqui
machiyotlan tetemoya
Ahvia! O ya tonac huia, o ya tonac Aya
machiyotlan tetemoya
Tocuilitlan teuaqui
machiyotlan tetemoya
Ahvia! O ya tonac huia, a ya tonac. Aya
machiyotlan tetemoyaYJ

12 Sahagún, p. ] 73.
40 PATRICK JOHANSSON YAO

1. Parte: El canto de guerra


i Ahuial En la casa de las flechas como lo hemos dicho,
mis guerreros siguiente, una estructur
llega el momento de escucharme como parte de un todo
los hombres me avergüenzan Aya El texto aquí aduC:
yo soy el Tetzahuitl Aya les: Una parte estrucu
i Ahuic! Aya yo sé que voy a la guerra situación. Un esquema
ya se dijo quema iterativo que ll2
En la casa de las flechas
mis guerreros
1. El drama liminar
Se burla Aya de mi linaje
el guerrero Tocuilexcatl Para justificar el ri
Se reúnen las capas de plumas de águila,
establece en su primen
los dardos.

el acto de guerra: el I
2~ Parte: Los dos cuadros de
frase que no deje luga:
i Huiya! joven de Oholpan
tido exhortativo:
mi prisionero, está emplumado.

Ahora tengo miedo (nimahuia).

Mi prisionero de plumas, está emplumado

i Huiya! joven de HuÍtznahuac

Los guerreros que


Mi prisionero, está emplumado.

este texto se dirigen al


Tengo miedo (Ya Nimahuia)

ción de armas.
Mi prisionero está emplumado.

Un actor represent~
i Huiya! joven de Itzcoatlan
pués expresar el sentim
Mi prisionero está emplumado

LO!
tengo miedo (ya Nimahuia)

Mi prisionero está emplumado.


Esta frase genera I
sentimiento de culpabi
3\1 Parte:
bélica: redimirse a los
Guerreros de Huitznahuac los signos aparecen
la situación se presenl
es el momento de bajar i Ahuia!
redundancia:
Es el día ya i AhuÍa! El día llegó.

Los signos ya están


Yo sé ...
Es el momento de bajar.
a la guer

El segundo cuadro
Guerreros de Tocuillan

los signos aparecen i Ahuia!


sentimiento correspond
Es el momento de bajar
los mexica y consecue
Es el día i Ahuía!, el día llegó ¡Huía!
presa el enemigo (aqu
Los signos ya aparecen
Los polos de la teIl
Es el momento de bajar (a combatir).
de uno contra la burla
YAOCUICATL: CANTOS DE GUERRA 41

El canto de guerra como todos los "cantos de cuerpo" proviene,


como lo hemos dicho, de los rituales miméticos. Presenta por 10 con­
siguiente, una estructura dramática en la que las palabras se integran
como parte de un todo.
El texto aquí aducido se puede subdividir en tres partes esencia­
les: Una parte estructurada dramáticamente en la que se define una
situaci6n. Un esquema repetitivo a carácter mágico. Por fin otro es­
quema iterativo que llama al enemigo al combate.

1. El drama liminar
Para justificar el ritual mágico propedéutico al combate, el canto
establece en su primera parte, una situaci6n psicol6gica que justifica
el acto de guerra: el Dios está humillado.
Los dos cuadros de este micro-drama están articulados sobre una
frase que no deje lugar a duda, a nivel paradigmático, sobre su sen­
tido exhortativo:
En la casa de las flechas
Mis guerreros...

Los guerreros que integran la instancia coreográfica-dramática de


este texto se dirigen al arsenal (TlacQchcalco) donde reciben su dota­
ci6n de armas.
Un actor representando al dios o sacerdote adivino pretende des­
pués expresar el sentimiento del dios.
Los hombres me avergüenzan.

Esta frase genera en los guerreros que reciben este mensaje un


sentimiento de culpabilidad que será también un motivo de acci6n
bélica: redimirse a los ojos del dios por medio del combate. Además,
la situaci6n se presenta como un hecho ineludible a través de la
redundancia:
Yo sé... yo el Tetzah uitl. .. sé que voy
a la guerra, ya se dijo.

El segundo cuadro reproduce en paralelismo con el primero, el


sentimiento correspondiente a la vergüenza resentida por el dios de
los mexica y consecuentemente por ellos mismos: la burla que ex­
presa el enemigo (aquí los de Tocuilan) hacia ellos.
Los polos de la tensi6n bélica están así establecidos: la vergüenza
de uno contra la burla del otro.
'YAOC

tos' gUéfretos están listos'para la guerra: "Sé reúnén las capas de 3. El llamado al COl
águila, los, dardos ... '" • ',' ,'
Esta primera parte fingió dramáticamente una vergiienza del dios La tercera parte se
tribal, y una burla de los enemigos para establecer Una trama in­ podrían multiplicarse se
mediata ytrear un espacio/tiempo en el que se va á realizar el ritual al enemigo al combate
sagrado de la guerra. '
Los
2. Ritual mimético mágico
La segunda parte representa el meollo funcional del canto de
guerra, puesto que aquí se sitúa el ritual mágico que busca anticipar Conviene recalcar ta
teatralm~nte la derrota del enemigo. Para ello, los "actores" fingen el cosmos, es decir con
los preparativos pára el sacrificio del prisionero. El fingir,que ya está dentro del marco de la
emph.lmadQ su prisionero implica haber logrado la victoria. La hipó­ Para a preciar a su
tesis según la cual un guerrero representa dramáticamente al enemigo mados en cuanto a su e
se colige de lá expresión nimahui "tengo miedo" P Pues es muy im­ manuscritos, conviene al
probable que un combatiente manifieste su miedo antes de salir al en­ global de la producción
cuentro. En este yaocuicatl un guerrero representa ritualmente al enemi­ del alma, y un canto
go y capta así la energía mágica que busca debilitarlo por analogía cuerda sensible de la d
mimética anticipatoria. en el ámbito de la "Cll
La repetición casi obsesiva de las expresiones "Mi prisionero está los distintos temas del s
emplumado" revela también el carácter de trance que adquiere la guerra funcional, tal y
pala1:>ra mágica en acción. , tructura existencial agol
, És probable además que distintos guerreros evoquen enemigos de de Anáhuac, y por lo t
los diferentes pueblos enemigos. guerra tiene, en la men
La acción mimética es doble: que el arco o la flecha;
- Debilita mágicamente al enemigo haciéndole decir que tiene Las particularidades
miedo por medio del guerrero que lo representa.
Anticipa mágicamente la victoria, reproduciendo una escena
preparación al sacrificio de ,un prisionero identificado con precision
,* ción circunstancial, es (
de maquillajes, de atuen
un lugar exiguo en el
(Oholpan, Huitznahuac, Itzcoatlan). breñoso" según la exp1
diablo, sino que la dime
Todos los pueblos enemigos se veían representados así en este ritual mente vinculada con l.
antes de la batalla, y triturados en, las mandíbulas mágicas: rreros y que su linear
Mi ,prisionero está emplumado nulific6 totalmente la re
Nimahuia (tengo miedo) performativo que le era
'Mi prisionero está emplumado. El hecho de reubic.
prehispánica no restituy
13 Nimahuia: significa de hecho "masturbarse". que ríos parece fuera de 'conO. por lo menos, permite
,texto ,aqui. No se' descarta tampoco una 'travesura por parte del recopilador
-'indígena al juntar una onomatopeya (ya) al verbo (mahui), para crear esta reina en la transcripciól
ambigüedad. acertadamente el esplen
YAOCUICATL: CANTOS DE GUERRA 43

3. El llamado al combate

La tercera parte se compone de dos estrofas en paralelo (que


podrían multiplicarse según el número de antagonistas) que incitan
al enemigo al combate y asimismo estimulan los guerreros:
Los signos aparecen
· .. es el momento
· .. llegó el día ...
· .. es el momento de bajar.

Conviene recalcar también los laros que vinculan esta guerra con
el cosmos, es decir con los dioses y que integran la guerra florida
dentro del marco de la agcmía cósmica.
Para apreciar a su justo valor los textos orales náhuatl ya mer­
mados en cuanto a su expresión por su transcripción alfabética en los
manuscritos, conviene ante todo situarlos funcionalmente en el marco
global de la producción verbal prehispánica. Un canto lírico, gemido
del alma, y un canto elegíaco con su receptor potencial, tocan la
cuerda sensible de la dimensión afectiva, pero ambos se mantienen
en el ámbito de la "ex-presión" humana que modula sobre su lira
los distintos temas del ser y de la existencia. En cambio el canto de
guerra funcional, tal y como lo definimos aquí, es parte de una es­
tructura existencial agonística en la cual está sumergido el hombre
de Anáhuac, y por 10 tanto lo determina culturalmente. El canto de
guerra tiene, en la mente indígena prehispánica, la misma eficiencia
que el arco o la flecha; es parte constitutiva del acto bélico.
Las particularidades expresivas del canto de guerra en su enuncia­
ción circunstancial, es decir, con todo el aparato gestual, dancístico,
de maquillajes, de atuendos, de música y de ritmos, deja a la palabra
un lugar exiguo en el acto ritual. Si el canto parece un "arcabuco
breñoso" según la expresión de Sahagún, no es que lo inspiró el
diablo, sino que la dimensión propiamente lingüística estaba estrecha­
mente vinculada con la presencia dramática de varios actores gue­
rreros y que su linearización posterior en el manuscrito alfabético
nulific6 totalmente la resonancia polidimensional y el carácter mágico­
performativo que le eran propios.
El hecho de reubicar el canto en el cuadro de su funcionalidad
prehispánica no restituye la voz viva en su expresión original, pero
por lo menos, permite explicar frecuentemente el caos sintáctico que
reina en la transcripción gráfica que tenemos de él, e imaginar más
acertadamente el esplendor de lo que fue.
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
THE NOBLEWOMEN OF CHALCO

SUSAN SCHROEDER

Sorne years ago Kent Flannery speculated about the development of


the "early Mesoamerican village", proposing that young noblewomen
were the onIy commodity anywhere equal in value that could be traded
for precious jade. 1 1 remember wondering if that might have been
the very thing seventeenth-century Nahua historian Chimalpahin
(writing ca. 1600-1631) was referring to in his accounts about dy­
nastic lineages and royal marriages in his home regíon of Amaqueme­
can (Amecameca) Chaleo.'! After aH, Chaleo means "place of jade
or precious green stone".8
Now, much later, after sorting through Chimalpahin's references
to noblewomen in what are known as bis "Relaciones" and "Diario",*
it appears the motive for marriage among indigenous aristocracy was
primarily political, not economic. This essay will examine elite mar­
riages and other aspects of noblewomen's roles in preconquest and
early colonial times, as revealed in Chimalpahin's accounts.~
1 Quoting Flannery, "In that case, says the Motagua Indian, 'if you don't
mind, 1'11 head on up to the Kaminaljuyú area, where the chief is offering 10,
maybe 12 girls froro elite lineages for every hundredweight of jade'. And that,
O Best Beloved, is how the Great Jade Boulder got to KaminaljuYÚ." Kent V.
Flannery (ed.), The Early Mesoamerican Village, New York, 197&, 28&.
11 Today's Amecamecll. de Juárez, located on the southeastern edge of the
Va11ey of Mexieo.
, Rémi Siméon, Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, Méxieo City,
1977. See p. 46-47 íor an abbreviated glossary oí Nahuatl-English terms.
"Original manuseripts located in Bibliotheque Nationale de Paris, Fonds
Mexicain 74 and 220, respectively. Two other manuscripts recentIy discovered,
one in London, the other in Yurna, Arizona, have not been inc1uded in this study.
Because a good number oí researchers do not bother to reíer to Chimalpahin's
original Nahuatl text (but instead make use oí an inexact presentation and poor
translation in Spanish), they are unaware that Chimalpahin's annals were sorted,
arbitrarily eollected ¡nto separate texts, and given the name "Relación" by sorne­
one else (probably don Carlos de Sigüenza y Góngora in the late seventeenth
eentury). The Nahuatl annals themselves are rnany times Chimalpahin's notes, and
since he made use oí a wide range oí sources, they reflect a range oí iníormation,
which, as we would expeet, duplicates and reflects different opinions.
5 Chimalpahin says nothing about roles assigned strictly on tbe basis of sex;
in faet, he seldom speaks oí ordinary routines or even ordinary people. Fortunately,
46 SUSAN SCHROEDER

Chimalpahin's is an extraordinary treatise about early Mexico.


Bringing together what he could of extant indigenous pictorial and
written manuscripts, his interviews with oldtimers in Indian towns,
and his study of numerous published and unpublished works by
Spaniards, he wrote a history in his native Nahuatl for Indians, so
the generations to come would', knew ,oí theg~~ndness of the people
and places in central Mexico.6 His purpose was to exalt his town,
Amecameca Chalco, but in so doing he included a history of Indian
Mexico, covering' the period 670-1631.
Chimalpahin was a compiler and copyist ,as well as a historian.
Hisaceounts mostoftenare in the form bf annals;that is, reports
df'miscellaneous events organized only :byyear, the: indigenous 'method
for record keeping .. His annals are thepródu:ctof his transcriptions"
translations, ándinterpretations oI a widé variety of' sources.1 'rhus,
information about a particular topie' occurs 'aS, bits and' fragmerits,
scattered over nearly one thótisalld pages(see Figu're 1 for an example
of Chimalpahin's annalsrecord). Th~ corpus of his' récords consti­
tutes the most comprehensive Nahuatl account by aknoWn author,'
affording insight into the authentic thought and personál perspective
of someone of the Nahua world." ' " "
, Another key aspect' is that Chimalpahinfocused much oí his 're-'
search on one particular region, Chalcó,providing a wealthof infor­
matibn about the social and' polítical árganization of á middle-Ievel
entity in central Mexico ~nof the large, much-studiéd empire" of the
Mexica Tenothca: (popularIy but erroneou~ly caHed the "AzteCs") nor'
sueh 'lnformation ean bé found in the "H~ehuetla,toIH";, see 'partieularly Franees
Karttunen and James Loekhart(eds.), The Art ol Nahuatl Speeek: The Bancrojt,
Dialogues, Los Ángeles, 1987, and Charles E"Dibb)e and Arthu¡: J. O. Anderson,
Plorentine Codex, Book 10 - The Peeple, Santa }<'e, 1961. Reeent' ethnologieal
studies reveal Httle change in the tiaining oI 'girls and' young women, at least
among sorne groups like the Isthmus Zapatee. Bever1y Chiñas reports,"during,
these years girls spend most of their time lean.ring the ,more intrieate household
arts sueh as cooking and making tortillas and totopos, sewing, and embroidery".
Chiñas, The, Isthmus Zapotees, Wom.en's Roles in Cultural Context, Prospeet
Heights, n, 1983, 54.
6 1-173-15. Unless stated otherwise, al! references from ChimalpahIn's text are
from Günter Zimmermann, Die Relationen Chimalpakin's zur Gesehichte Mexico's,
Teil 1: Die Zeít bis zur Conquista, 1521 (Hamburg, 1963) and Teil2: Das'
Jahrhundert naeh der Conquista, 1522-1615 (Hamburg, 1965). Roman numerals 1
and II correspond to Zimmermann's Teil 1 (1963) and Teil 2 (1965) respectively;
the first of two Arabic numbérs refers to the page number in the appropriate
volume; and the seeond Arabíe number indicates 'the line on that page.
'1 For discussíon of Chimalpahin's annals style, see "In Search of the 'Annal
X': Annals as Authentic Thought in the Nahuatl Writings by Chimalpahin". Figure 1. Third Relación, f
Paper presented at the Fourteenth Annual Conferenee on Mesoamerican Arehaeo­ ginales de los reynos de CuJ
logy and Ethnohistory, North Central College, Illinois, March 16, 1991. Det Bel
F·19ure.1 Th·Ird Relacl·ón,fol.103r
,
from Ernst Mengin, Diferentes
.• Chistorias
hori.
.
ginales de los reynos de Culhuacan, y Mexico,. y de otras provtncJas. open agen.
Det Berlingske Bogtrykken, vol. 3, 1949.
48 SUSAN SCHROEDER

the small, parochial, much puzzled-over unit, the calpulli, but a full­ Kings, portrays "qul
fledged confederation of Indian kingdoms in operation for nearly four nflSties?4. This may i
centuries. From his sources Chimalpahin was able to construct a that most of the M
dynastic history of the kingdoms of Amecameca Cha1co, tracing the attribution and/or t1
origins of the royal houses back to 1261, when Cha1co was perma­ they were ennoblers
nently settled.B Intending to glorify Chalco's tlatocatlacamecayotl whether they were a
"kingly lineages" to show what a great place his home was, he lated specifie Nahua
occasionalIy would inelude information about other places as well. corroborate the offict
He demonstrates continuity of several royal lineages through the six­ useful; for example,
teenth century. installed as rulers (
Elsewhere I have made an exhaustive study of the Chalca kings icpaUi) and wore ero
and their kingdoms. 9 The lists of kings are many and long; only caitl) and passed tha
twice over a period of nearly four hundred years did women have To be certain, in
actual authority in Chalco, and then, Chimalpahin says, it was only yet undetermined,'16 v
because there were no suitable men at the time.'1O To distinguish these maintaining political ;
two women, Chimalpahin uses the Nahuatl cihuatlatoani (pI. cihua­ because of Chimalp~
tlatoque) and cihuapillatoani "woman-ruler", "noblewoman-ruler", or, basis for female autl
perhaps, "queen". The significance of the two cihuatlatoque to the endure. Because no e
study of Mesoamerican dynastic histories cannot be overstated, for any region exists, wh
there is little other direct, detailed evidence about women with execu­ pahin's accounts warr
tive authority?'1 As noted, I have
In general, Chimalpahin tends to say little that is explicit about sociopolitical structurt
the importance of females in political and interdynastic machinations. as Chimalpahin portr
His interest, definitely, is in promoting the leadership of men.t 2 At one in information,18 it is
point he goes so far as to state that shortly after the Spanish con­ well serve as the mode
quest a young, sole-surving nobleman was judged ineligible to succeed To summarize as bril
as ruler in his kingdom because his only elaim was through his Nahuatl term altepetl
mother's line.U! On the other hand, Susan D. Gillespie, in The Aztec a federation of four
14. Susan D. GilIespie
8 1-31-30.

9 Susan Schroeder, ChímalPahin and the Kíngdoms 01 Chalco, Tucson, 1991.

Mexica History, Tucson,


111 Nor was it GilIespi
10 ¡bid., 183-185.

as interpreted in pre-Span
11 It may be that Spanish histories and patriarchal rulership inIluenced Chimal­
authority but "wife of a
pahin. Certainly he was familiar with Spain's background and even translated large below, p. 42). See GilIes]
sections pertaining to the subject into Nahuatl frem Spanish, incorporating al! of 16 Schroeder, ChimalJ
it right into rus annals (el. Fig. 1, fifth line up from the bottom). But he lauds 11 Of aH, the Nahu:
Spain's and Portugal's female rulers as well, 1-175-178. closest in genre to Chim
12 This is my perception which comes from, among other things, Chimal­ been considered Tezozom(
pahin's facility in listing the names of kings and other important male figures. too is in ChimaIpahín's b
Thls is not to say he does not name women as welI, but if one were to quantify Ms. 374, vol. 3. Also, th,
them, it would be immediately apparent that his sources and his own record s to that by Chimalpahin,
come up short. It is common for him to say "her (or their) name(s) is/are not infonnation on the precOl
known", where the men's names, for some reason, are more readiIy available; 18 _RonaId Spores's pu
see the tables in this artiele for numerous examples. p1ete. See especialIy Rona
13 1-172-18.
1967, and The Mixtecs il
NOBLEWOMEN OF CHALCO 49

Kings, portrays "queens" as intrinsic to [MexicoJ Tenochtitlan dy­


nastíes.1.4- Thís may indeed be the case, but close examination reveals
that most of the Mexica Tenochca women were queens by dívine
attribution andjor their marriage relationships with kings. As such,
they were ennoblers for their consorts and offspring. Evidence as to
whether they were actual cihuatlatoque is slim. Consideration of re­
lated specific Nahuatl terminology about the "queens" that would
corroborate the office and elaborate upon their status would be most
useful; for example, if the Mexiea Tenochca women were formally
installed as rulers (tlatocatlalia), if they oceupied thrones (petlatl
icpalli) and wore crowns (copilli), and if they were entitled (teuhcto­
caitl) and passed that title to their heirs.1 5
To be eertain, in spite of Chimalpahin's omission, for reasons as
yet undetermined,1.6 women were crucial to establishing dynasties and
maintaining political allianees in Chaleo and elsewhere. But in Chalco,
because oí Chimalpahin's extensive Nahuatl record, we know the
basis for female authority and power, and we see how it carne to
endure. Because no other eomparably detailed N ahuatl history about
any regíon exists, what can be gleaned about women from Chimal­
pahin's accounts warrants as complete an exposition as possible.17
As noted, 1 have already earried out a thorough analysis of the
sodopolitical structure and organization of the kingdoms of Chalco
as Chimalpahin portrayed them. Sinee there are few sources as rich
in information,lS it is likely that Chimalpahin's Chalco example may
well serve as the model for studies about other areas in central Mexico.
To summarize as briefly as possible: Using Chimalpahin's preferred
N ahuatl term altepetl "kingdom", the altepetl of Chalco represented
a federation of four smaller, ranked altepetl (Tlalmanalco, .t\meca­
14- Susan D. GiIlespie, The Aztec Kings: The Construction 01 Rulership in
Mexica Histc>ry, Tucson, 1989.
::15 Nor was 1t Gillespie's intention to do so. Unfortunately, the term "queen",
as interpreted in pre-Spanish as well as modern usage, most often does not connote
authority but "wife of a king", as did cacica in eighteenth-century Mexico (see
below, p. 42). See Gillespie, Aztecs, 1989, 18.
16 Schroeder, Chitmalpahin, 185.
17 Of aH, the Nahuatl writings by Fernando Alvarado Tezozomoc are the
closest in genre to Chimalpahin, but only copies existo In 1983, what has long
been considered Tezozomoc's "Cr6nica mexicayotl" was located in London, but it
too is in Chimalpahin's handwriting; British and Foreign Bible Society Collection,
Ms. 374, vol. 3. AIso, the history of the Tlaxcalan Zapata is perhaps comparable
to that by Chimalpahin, though it is later, much shorter, and not as rich on
information on the preconquest periodo
18 Ronald Spores's publications on the Mixtecs are the c10sest and most com­
plete. See especially Ronald Spores, The Mixtec Kings and their Peopl8, Norman,
1967, and The Mixtecs in Ancient and Colonial Times, Norman, 1984.
50 s U SAN SCHROEDER N

meca, Tenanco, and Chimalhuacan, in order), each of which was


further subdivided into ranked altepetl tlayacatl "large subdivision
within a complex altepetl", as seen on Table 1. Each altepetl tlayacatl
was ruled by a titled tlatoani (pI. t!atoque) "king", living in a palace
who was assisted by teuhctlatoque "lord-kings", who had a uthority

over probably ranked calpultlaxilacalli "subdivisions within an altepetl

tlayacatl". The data are richest for the altepetl of Tlalmanaleo and •
Amecameca, though there is enough information to construct a fairIy
complete portrait of greater Chaleo.
The altepetl, over time and in its various forms, was fundamental
to indigenous sociopolitical organization. Yet somewhat confusingly,
Chimalpahin revealed the altepetl as malleable, even destructible, but
always viable, as long as the tlatocayotl "kingship", "rulership", was
intacto Thus the altepetl could be compromised or relocated or con­
quered, and the entity continued as long as the kingship, meaning
the traditional, dynastic-based lineage and polity-specific royal office
and titIe, was operative. A house can bum, but the home is not
necessarily destroyed.
Chimalpahin conceived Chalea society as composed of two basic
groups -the pipiltin "nobles" and the macehualtin "commoners", with
lineal-descended rulers or kings (the tlatoque) the most important
segment of the nobility. He was almost singly preoccupied with the
tlatoque. Women, of course, were part of both social spectra.19
What factors contributed to the durability of the Chalca king­
doms? Chimalpahin's history, essentially, is that of kings, i. e., male
rulers, and centuries oí their rule. He says little, if anything, about
ordinary life, and he constantly overIooks the role of women, even
noblewomen. But careful study of his writings reveaIs numerous excep­
tions to official pmcedures. 20 In spite of what he would like us to
believe, women were critical to the integrity of the altepetl, and they
were key agents in the preservation of the rulerships. Thus while
Chimalpahin consciously champions Chal ca kings, he subtly reveals

19 June Nash describes the early Aztec calpulli as kinshlp based and egalitarian
regarding gender activities. In the Nahuatl record by Chimalpahin there is no
evidence about such kinship organization. Instead, the royal lineages (tlatocatla­
camecayotl) of the altepetl are the basis for all social and political relations. June
Nash, "Aztec Women: The Transition from State to Class in Empire and Colony",
in Women and Colonízation, edited by Mona Etienne and Eleanor Leacock, New
York, 1980, 134-148.
2() Chimalpahin idealizes adherence to tradition while subtly revealing practices

of accomodation which aIlowed continuity of the rulerships and altepetl for


centuries and even well through the sixteenth century.
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TABLE 1
CHALCO ORGANIZATION CA. 15TH-EARLY 16TH CENTURY

::t'::;~ c41tvUi,caJ~U" c"'MmUl, etc. and


associ4úd :ilús that noblewomen, tl
local and extended

t
DpochllUIICan Colilico
(teohua teuhctli) Quacuilco Concepts of po,,"
(tetzauhquacuilli) pahin's reporting, l
Itzcotlan
? (xochpoyan, tIacochcalcatl, teuhctli) kings. 21 Chalca worr
the title of office al1
Tlalmanalco T/iJcochcalco ltu:ahuacan

i
XiCocaICO
(tlatquic teuhctli) Cabnimilolco
noblewomen definit(
? (teuhcxolotl) for royal marriages,
Tzaqualco
?(tlaCateuhctli, cac<;ole)
and subjects; as wi,
? (aquetzqui),? (xocotecatl) privileged successiol1
Acxotlan of maximizing their
? Chalchiuhtepec
(tecuachcauhtli) ?Xicco positions capitalized
{ ?Calnahuac Cochtocan offspring.
?Cihuateopan
Increasingly, the
lt%llaco,auhcan
(Chichimeca teuhctli)
{? both the past and
women were stereol
(
{? nation and the like

~
TlailctlacclI
(teohua teuhctli)
torical evidence to
Amaguemecan TzaquaUitlan Tenanco Tecpan TIailotlacan independent, as auth
(tlailotlac teuhctli) AtlaUbtlan and private spheres.
(atlauhtecatl teuhctli, Amilco
ofdubiousstatus) (amilcatl teuhctli) cause of the source, .
11acatecpan
(tlacateuhctli)
Teuhctipan
Tepaman Women's Roles
Tequanipan {HuiXtoco In the course e
(Chichiinecateuhctli) Tzompahuacan ?same
(tzompahuacanteuhctli) Pochtlan women in several w¡
?teohua teuhctli roles. In the earliest
Panohuayan women accompanied
(tlamaocatl teuhctli) place.2 4. '''omen als<
(Tenanco TepopoUa Amilco
21 For more on the
(tlailotlac teuhctli) (amilcatl teuhctli)

1
Coamilco N. Adams (eds.), The,
Tenanco Tepopolla ?TenancoAtencoAyotzinco (coamilcatlteuhctli) 22 For example, M
TeXQcpalco (?) Thcatecpan Colonization, New York,
(tlacateuchtli) 1deologies and Class in
?Xochitepec TIailotlacan "lndian Women 01 El
(?) (tlailotlac teul1ctli) Americas, 1988, 46(3):
? (tepaltochtlitequihua)
Tepaman (eds.), Women of the .
23 For the developl
(tepamecatl)
"A Note on the Divi
XOChimilcO { ? (xochpoyon) 72: 1073-1078.
(teohua teuhctli) 24 1-13-39; 1-21-28;
ChimalhUIICan Schele and Mary Eller
Tepelli:cpan Ma.'Ya Art, Fort Wortl
{ tecpanecatl teuhctli) vessels show "emotiona
NOBLEWOMEN OF CHALCO 53

that noblewomen, through their various roles, are the matrices of the
local and extended altepetL
Concepts of power, authority, and prestige were built into Chimal­
pahin's reporting, but they were not the exclusive province of the
kings.21 Chalca women, especialIy, had authority --once they assumed
the title of office and a given rulership. And, due to their birthrights,
noblewomen definitely had prestige- as daughters, with the potential
for royal marriages, creating new political allianees and wealth in land
and subjects; as wives, with primary wives accorded high status and
privileged succession for their children, and secondary wives capable
of maximizing their particular situations; and as mothers, with their
positions capitalized to ensure rulerships for themselves and their
offspring.
Increasingly, there is new scholarship about indigenous women of
both the past and the present. 22 Until fairly recent times, too often
women were stereotyped, fixed in theories about universal subordi­
nation and the like.23 There is considerable archaeological and his­
torÍc::t1 evidence to the contrary, however, that reveals women as
independent, as authoritative, and as having initiative in political, social,
and private spheres. This paper, although focused on noblewomen be­
cause of the source, by no means necessarily excludes other women.

Women's Roles

In the course of bis history of Chalco, Chimalpahin refers to


women in several ways, giving specific Nahuatl terms to identify their
roles. In the earliest accounts of the preconquest period he notes that
women accompanied their husbands as they migrated from place to
place.24 Women also figure among ~he elders or huehuetque as ila­

21 For more on the concept of power, see Raymond D. Fogelson and Richard
N. Adams (eds.), The Anthropology ol Power, New York, 1977.
22 For example, Mona Etienne and Leonor Leacock (eds.), Women and
Colonization, New York, 1980; Irene Silverblatt, Moon, Sun, and Witches: Gender
Ideologies and Class in Inca and Colonial Peru, Princeton, 1987; Frank Salomon,
"Indian 1Vomen of Early Colonial Quito as seen through their Testaments",
Americas, 1988,46(3): 325-341; and Susan C. Bourque and Kay Barbara Warren
(eds.), Women of the Andes, Ann Arbor, 1981.
23 For the development of some theoretical attitudes, see Judith K. Brown,
"A Note on the Division of Labor by Sex", American Anthropologist, 1970,
72: 1073-1078.
2+ 1-13-39; 1-21-28; 1-62-58. From the ceramic record, in particular, Linda
Schele and Mary Ellen Miller, in The Blood of Kings - Dynasty and Ritual in
Maya Art, Fort Worth, 1'986, observe that elite women as portrayed on Maya
vessels show "emotional and intimate relations with men", p. 143. Among some
N(
54 SUSAN SCHROEDER

matque "old women" /5 tonanhuan, and tocihuan "mothers", "grand­ example, however, is not
mothers", "aneestors",2<l surely among the keepers of the huehuetlatolli is considerably smaller.
"ancient histories", "oral traditions" of their people. 27 And women fact, in many cases we 1:
were given as prizes in eonquest (between the Chalca and Mexica Chalca women, their sta
in 1465 28 and the Chalea and Spanish in 1519).29 But most often, we have for the other a
as we would expeet in the writings of Chimalpahin, we see women Tables 2, 3, and 4
first of all as mothers, wives, eonsorts, sisters, and daughters of kings. marriages in central Me
Then, regardless of what Chimalpahin intended, we find mothers and and continues through .
daughters as cihuatlatoque, establishing or maintaining their own royal report all weddings (ne
lineages and becoming respected rulers. We find daughters and sisters for Chalco. But of the
as tlatocacihuapipiltin "prineesses", and cihuapipiltin (sing. cihuapilli) we see the trend is defin
"ladies" or "noblewomen", marrying rulers within and beyond their instances of female nobh
kingdoms and securing political alliances with other dominions. These in groups with an ind
unions produced royal offspring who confinned the political associa­ alIiances with dite womt
tion and consolidated the dynasties. As well, there is information on fathers' towns, becomin~
polygamy, succession, a possible dowry, and even love and sensuality traced from the mothers
between royal couples. We will first examine the all important role These noblewomen ,
that daughters and sisters enjoyed as brides. Because of the annals' ships. For example, tht
style and Chimalpahin's purpose, often there is nowhere near the marriage of a royal lad
infonnation and explanation that we would prefer; nevertheless, in and the birth of their S(
most cases, it is more than we have had before. Table 2a). Unfortunatel
his sisters were killed in
The surviving Mexica
Royal M arriages lineage with female dt'1
huacan. Here, again, (
In 1984 Pedro Carrasco published his important analysis of royal noblewomen in the po]
marriages in Mexico Tenochtitlan and TexcocoYo This study of Chal­ Mexico. There ¡s, how(
co was initiated, in part, to eomplement that by Carrasco. The Chalco one shows the genealol
Mexica commoner and
Maya, royal togetherness included bloodletting rituals. Bishop de Landa wrote least two generations of
"The ruler. and rus wi.fe ~ould emerge from within a building rugh above th;
court, and In full pubhc Vlew, he would lacerate rus penis, she her tongue, with and Culhua noblewome
ropes drawn through the ~ounds carried the flowing blood to paper strips." marriage of a Culhua ki
Quoted from Schele and Mdler, 178. And from the Spanish chronic1es Francisco
L6pez de G6mar~ w~ote that In~ans refused to accompany the Spaniard's cam­ 31 Research by Pedro e
pa¡gn,s unless ~he¡r Wlves and mlstresses :vere taken along, Lesley Byrd Simpson,
Mixtec Kings, 1967 and
Cortes, The Lt/e 01 the Conqueror by HIS Secretary, Francisco L6pez de G6mara,
Berkeley, 1966, 313. Polítical Integration of Mixt
25 II-47-2.
316, details marriages amon
2>6 1-32-6; 1-146-19; 1-153-22; n-65-50.
contradicting their studies !
tices wruch were employed
21 Karttunen and Lockhart, The Art 01 Nahuatl Speech, 7.
Z2 n-21-39. See GilIespi
28 1-106-27.
29 Chirnalpahin says two Chalca kings gave Hernando Cortés forty fine, well­
and relationships of certa
dressed, and well-adorned women, 1-164-3. Gillespie misinterprets Chil
30 ~edro Carrasco, "Royal Marriages in Ancient Mexico", in Explorations in:
understanding the nature 01
33 1-60-28; r-76-40; r-79
Ethnohmory, Herbert R. Harvey (ed.), Albuquerque, 1984, 41-81.
NOBLEWOMEN OF CHALCO 55­

example, however, is not only very different in nature, but the sample
is considerably smaller. That does not invalidate its significance. In
fact, in many cases we have a more complete social history about the
Chalea women, their status, their marriages, and their progeny than
we have for the other areas.
Tables 2, 3, and 4 illustrate what can be gleaned about royal
marriages in central Mexico and Chaleo. The record begins in 987
and continues through the sixteenth century. Chimalpahin does not
report all weddings (nor was it his intention to do so), not even
for Chaleo. But of the near eighty royal marriages in his history,
we see the trend is definitely within the nobility.31 There are only four
instances of female nobles marrying commoners; here, two were males.
in groups with an inchoate stage of political development, seeking
alliances with elite women of superior polities -their offspring, in the
fathers' towns, becoming founding tlatoque of noble lineal dynasties
traced from the mothers' side.
These noblewomen were crucial to the establishment of the ruler-­
ships. For example, the first Mexica royal lineage began with the
marriage of a royal lady from Tzompanco and a Mexica commoner
and the birth of their son, the first tlatoani, Huehue Huitzilihuitl (see
Table 2a). Unfortunately, the line died out because Huitzilihuitl and
his sisters were killed in a conflict at Chapultepec (ca. 1272-1298).32­
The surviving Mexica moved on and later founded another royal
lineage with female descendants of the prestigious kingdom of Cul­
huacan. Here, again, Chimalpahin demonstrates the importance of
noblewomen in the political development of the altepetl of centraL
Mexico. There is, however, a discrepancy in Chimalpahin's sources:
one shows the genealogy starting with, as before, the union of a
Mexica commoner and a Culhua princess; 33 the other reveals at
least two generations of interdynastic marriages between Mexica men
and Culhua noblewomen, with the heir apparent the product of the
marriage of a Culhua king and his aunt, a Mexica "cihuapilli" (th~)Ugh

31 Research by Pedro Carrasco, "Royal Marriages", 1984, and Ronald Spores,


Mixtec Kings, 1967 and The Mixtecs, 1984, and "Marital Alliances in the­
Political Integration oí Mixtec Kingdoms", American Anthropologist, 1974, 76:297­
316, details marriages among the elite only. Chimalpahin's iníormation, while not
contradicting their studies speciíically, shows sorne exceptions to traditional prac-­
tices which were employed in Chalco and probably other places as well.
32 u-21-39. See Gillespie, Aztec Kings, íor a thorough analysis oí the unions
and relationships oí certain women and the Mexica Tenochca kings. Here,
Gillespie misinterprets Chimalpahin's annals as Spanish "relaciones", thus mis-­
understanding the nature oí these important sources.
33 1-60-28; 1-76-40; 1-79-17. And see Gillespie, Aztecs, 1989, 14-18,22, 2'5-56._
Tab1e 2a
1
Interdynastic Marriagcs in and around Central Mexico according te Chimalpahin , ca. 987-1615

Royal......" as EacIl _ ' s Provenience S}xlw;e: NanE Seat _ Date 1l'..,ir Children Reference
Mife or <:onsart and Dynastjc Affiliation and Status ar of Ru1ership
Nar:re _ Status Title

Mario (?sic) Tototepec ~tztitlan Rueimac, becane 'l\1l1am 1-3-13


daughter cf 'leton tlateani (ca. 993-1029)

Atotoztli,2 CU1huacan, daughter oE Huetzin, tlatoani, CU1huacan


cihuapilli l\chitcmetl, tlatocapilli, originally fran ( 1130-1150)
later tlateani (1151-1171) Coatlichan

Cha1chiuhcihuatzin 3 1-18-30, 41
Tlailot1acan l\mecameca Quiyauhtzin, Ruexotla
daughter of Ruehue Cacamatzin tlatocapi 11i (ca. 1204)
tlateani, and COhuaxochtzin

T1aquilxochtz1n, Tzarpanco, dallghter of na.w not known, ~,<ica, still Huehue Huitzilihuitl 1-20-45
cihuapilli Tlahuizcalpotonqui teuhctli, macehualli traveling first t1ateani of the n-21-36
tlateani (ca. 1227) ~xica (1272-1298)

CUauhoihuatzin. ?Texcoco Quihnatzin Pechatl 'le= 'lechot1allatzin Coxcox­ 1-36-5, 54


cihuapillí Tla1tecatzin, l\coltruacan tzin, became tlatoani 1-68-16
tlatoani (1272-1331) or Texcoco (ca. 1331)

NaIre not known. CU1huacan, daughter of Il1ancueitl atlatih­ At1auhtlan Coxcoxtli, 4 grandson, 1-38-1;
cihuapilli Huehue 'l'eI;;Cx;CmX:tli, tlato­ tecatl teuhctli, Tzaqua1titlan tlatoani of CU1huacan 1-44-49;
capilli of CU1huacan tlatoani (1273-1290) Tena.nco l\mecameca (1281-1307) 1-46-16
(at Ateneo) Itzquauhtzin l<OCOyOtl,
son of l11a'1Cl.leitl,
tlatoani of Atlauhtlan
(1290-1341 )

Xicanoyahualtzin, Texcatepec !1alina1co, C1lauhtlequet zgue,


Mexica, stÚ1 Cohuatzootli 1-44-25;
cihuapilli daughter of a::pil, teyanqui
traveling 1-45-35
tlaciuhqui (ca. 1281-1285)

(M)atotoztli,2 CU1huacan of Opochtli 1ztabuatzin, ~:dca l\camapi'§htli tlle 1-60-28;


tlatocacihuapilli Coxcoxtli
4 1-76-40;
rn'lcehualli seoond, tlatoani
(1281-1307 ) léxico Teoochtit1an 1-79-17
(1367-1389 )

1. l'tlate'Jer informaÍ:ion Chima1pahin has provided Ils to date (or approximation), title, rank, polítical affiliation, and successioll has
been inc1uded. Marriages with incarp1ete information have not been Usted.
2", t-.lote of fCP'lale narleS in Culhuacan.
3. 'I11ere a discrepancy, because T1ailot1acan ('I'eohuacan) was not formally establlshed as an alte¡>etl tlaya.catl until 1335, and,
accot-ding to Chima1pahin, Huehue Cacamatzin did not officiate until 1352-1367, cL 1-74-31; 1-76-33.
4. Coxcoxtli had three children: Huet,ue TeIyo<;aroctli, tlatocapilli and later t1atoani of Azcapotza1co, Huehue l\camapichtlí, who became
tlateani of CU1huacan, and Matotztli, rrother of the first t1atoani of ~xico Tcnochtitlan.
5. l\camapichtli the second established the ru1ership and royal lineage tll..,t endured in ~xico 'leoochtitlan. NOte the discrepancy in tlle
sources (3, 5, and 7 Relaciones) regarding his par"ntage, and see p.12.

'l'able ¿l;¡

1nterdynastic Marriages in and around Central M!!xico according to Chima1pahin, ca. 987-1615 (continuedl

EadI _ . B Pru\IenÍeIlCC Seat aro !).ate 1beir Uuldren lli"..fe.rence


~, NanE
~,,1 I",.,.,m: as of Rulership
and oynastic Affiliation and status ar
Wife ar Con::..art Tille -•.._~-----_._--- ._.,_..- ..~ .._...:..-...:..-...;..:......----.._-­
_._Status
C,oatlichan1 daughter of
Techolla1atzin Coxcox- 'fexcoco Hu,,,,,,,, 1xtlílxochit1 1-74-7
Tozquentzin tli. tlatoani (1351- ?l
l\co1rniztli, t.latoani

l\cxoquauhtli, tlatoani CU1huacan CoxcoxtU and 1-77-28


Azcaxot'Zin, ~xico Tenochtitlan t ltihuitl Talo:: , both
. daughter of Huitzilatl son of l\chitcmetl,
cihuatl tlateani of CUlhuacan became t1at<Jq\lE! of
CUlhuacan

Huehue l\camapichtli, cu1huacan l\camapichtli the 1 - 77 - 3O


l""""hitl, MeXico TeilOChUtlan, second, tlatoani of
daughter of Teuhtlehuao, tlatoani of CU1huacan,
cihuapilli son of l\chitcmet1 Mexico 'lenochtitlan
grandilaughter of Hui tzilatl
.... '*-". __ t....~_ ... _~ _
'J'able 2b

Interdynastic Mc:.rríages in and <:lround Central f.ot:!xico according to Chitniilpuhin,. ca. 967·~1615 ((""Ofltinued)

Rny<ll iII':man: as &;¡eh _ ' 6 ProIIeniCIICC ~: 11M'" Sed!. and Oatc 'ltle i. Children n",f"""""""

Wife "" ~ and D¡maatie AffiUatian and Statt.!S oc of lrulen3hip

_ a n d Status... _..•________.___ .•_______.___ Ti9_"________..__________.____ ._...

n:>zquentzin cOdtlich<:m, daughter (jf 'I{x::hollalatzin Coxcox­ r.rexcc"co Eu"¡",,, Ixtlilxochitl 1-74-7
Acolmiztli. tlateani tU. tlatean! (1351- ?)

Azcaxotzin, Me:xico Tencchtitlan, Acxoquauhtli, tlateani Cu1huacan Coxcoxtli and 1-77-28


eihuatl . <laughrer of Hui tzilatl son of J\chitcmetl, Xihuitl TeIOOC, both
tlatoani of CuIhuacan became tlatoque of
Culhuacan

1lOCOChit1, M8xico Tenochtit1an, Huehue Acamapichtli, CuIhuacar: J\camapichtli too 1-77-30


cihuapilli daughter of Teuhtlehuac, tlateani of Culhuacan, secand, tlatoani of
gran<klaughter of Huitzílatl son nf Achitcmetl M8xico Tencchtitlan

Nane110t k.n.c1Nri, AZcapotza1co CuauhcaItitlan J\camapichtli too second, M8xico Teno::h­ 1t""ahuatzin,1 1-96-39
eihuapilli tlateani ti tlan tlatoani of Mexico
(1367-1389) Tenochtitlan (1427-1440)

IlIancuei t l CuIhuacan. daughter Acamapichtli too second, M8xíco Tenoch­ 1-77-42


nf Xihuitl Teno::, t1atoaní t1atoani (s€e abave)

Xilloxochtzin, fullan, daughter of CUetlachtzin (one ef 1\>11an, esta­ Mi. zquixahual t zin
cihuapilli CuetlachihuitI, tlatoani several sons of J\cama- blíslk."<l first
pichtli), originally frcm tlatocayotl
M8xico Tenochtitlan (ca. 1389)

Matlalxochtzin M8xico Tenochtitlan, Cuateotzin tlatquíc, Itzcahuacan (in TIahuancaxochitl, 1,,99-7


daughter of J\camapichtli t latoani T1almanaIco Teoquizqui, aud
the second, tlatoani Chalco) Huetzin

Míyahuaxiuhtzin. Cuauhnahuac Huitzilihuitl the t-Exícv Huehue M:>teuhc- 1-79-58


eihuapilli (Cuernavaca) second J tlatoani Tenochtitlan <;ana Ilhuicamina
( 1391-1415) (b. 1398), tlatoani

cacamacihuatzin, Teoc:aIhuiyacan Huitzilihuitl (soo ~xico T1acaeleltzin 1 -80-3


cihuapilli iJrmediate1y ahove) Tenochti tlan (b. 1398)

Ayauhcihuat1 AZCapotzaIco, daughter


Huitzilihuítl (see M8xico Chimalpepocatzin. r -88-7. 28
of Huehue 'l'e909"""",tli,
abo",,) Tenoc:hi tlan tlatoani, ~xico 90 <1
tlateani
Ter.ochtitlan (1417-1426)

Matla1eihuatzin Mexíco Tenochtit)~, .daughter llueh"", Ixtlilxochitzin Tcxcoco Ne<;nhualcoyotl J\co1- 1-94-36
of Huitzilihuitl the second. Nopa1tel~let1i, tlatoani miztli Yoyontzin, tla­
tlateani ' toan! TexcOCO (1431- ?)

1. Chima1pahin identifies Itzcohuatzin as "bastardo,· but adds that Acamapichtli too secorld left 23 legitimate children. SL'e 1-79-17.
Tab1e 2c

Interaynastic Karri4ges in and dround Central Kexico accordinq to Chima.1pahin, ca. 987-1615 (continued)

Royal MomalU a8 Bach Woman' s Provenience 6pouse: Kaae S&at aOO Date Their Children Iteference
Wlfe or COnsort lUId oynastic Affiliatlon aOO Status or of Ru1ership
N_ and Status Tit1e

Maquiztzin Itzt1aco<;auhcan, ln Amecat'lleca, Tlacaeleltzin, Hexico Tenochtitlan 1-84-50


daughter of Huahue Quetzalma­ tlatocapilli 1 son ol
c;atzin, tlatoani Huitzilihuitl (see
above)

:iaocihuatl ?MéXico Tenochtit1an, Toyaot1ancatzin. t1atoca- coatlichan Huehue Tepo11o- 1-88-)6


dauqhter of Huitzilihuit1 pilli, son of Huehue mitzin, went te
(above) cuixtecatl, tlatoani 11ve near his uncle,
HoteuhQijoma Ilhuicamina

Hui tzilxochi tzi n, Tlacopan, daughter ol Huehue Itzcohuatzin J tlatoani Mexico Tenochtitlan Huehue Te904Womoc- 1 1-97-10
cihuapilli Cuitlahuatzin, tlatoani of tzin, tlatocapilli
Tiliuhcan Huehue CUi t1ahuatz in f
tlatoanl, It&tapallapan

Mot known Hexico Tenochtitlan, dauqhter Name not known, mace­ Atotonilco, esta- Itzcohuatzln. becaae 1-97-5
of Itzcohuatzin. t1atoani hualli f ("tlatoque") b1ished rulership tlatoani of Atotonilco
?joint rule

Kuitzilxochtzln Mexico Tenochti tlan~ dauqhter Ne~ahuaIcoyotl Texcoco "e~ahualpilli 1-106-3B


Temictzin f tlatocapilli, Acolmiztli, tIatoani Acamapichtli 1-108-26
(neplte.. of Ne~ahualcoyotl) (b. 1464)

Xiuhtoztzin, Huixtoco Tequanlpan (in Tlilpotoncatzin, Mexico 'l"enochtitlan Mlccacalcatl 1-119-25


cilluapilli Amecameca) f daughtar of tlatocapilli, Tlaltetecuintzin ¡-128-44
Yaopaintzin, tlatocapilli. cihuacoat1 Chicbimeea teuhetli I-161-10
quauht1atoa n i tlatoanl f Huixtoco
(1492-1519)

Hizquixahual tzin t Tullant daU')hter of Cuet1ach- Axayacatzin,2 tlateani Hexico Tenochtit1an Ixt1i1cuechahuac, 1-117-25, 55
cilluapilli tzin, first tlatoani, (son of tlatoani of Tullan
Acamapichtli the second) Huehue Tlacahuepontzin

Not known f Cuit1ahuac Axayacatzin,2 t1atoani (above) Te<;ogomoctli 1-118-9


cihuapilli (1469-14Bll Acolnahuat1

Not Jcnown, Itztapallapan Axayacatzin,2 t1atoani (above) Hoteuhc<;oma xocoyotl 1-118-12


cihuapilli Cuetlahuatzin

Acallan Axayacatzin,.2 t1atoani (above) Matlatzincatzin 1-11S-14


Not kno1fm,
cihuapilli

Not known, Hexico dauqhter Not stated, t1atoani Ocui11an ¡-1l8-21


cihuapi11i ol Axayacatzin, tlatoani

1. Ooes not rule, but three sons~ A)(ayacatzin, Tis:oc. and Ahuitzotl (q:randsons o~f ltzcohuatzin) all rule Kexico t'enochtitlan.
2. NumerOUfi children ara listad by Chima1pahin. 1 have 1ncluded only those whose mar" Llqes are noted.

to Chi...lpahin. CA. 9111- 1615 (continuad


lIaCh _ ' . ~e _Date
1ot'IIl..... .. Tbeir Children Referenca
IIU. ex _ t
_ _ IItIot...
_ IlpUt.l.c Affilietion _
8_,_ Statua or
'1itle
_t
of Ilulerahip

11.... unk_. lledeo Tenochtitlan, l\oquantzin the .econd It,.tl..c~auhc..n Cihuailacatzin ¡-110-1
tlatocaclhuapilli 4auqhter ofAxayacatzin, Chichilleca teuhctli, (in Amecameca) Chichimeca teuhctli,
older aiBter of tlatoani (1499-15111 tlatoani. inetallad
IIot.. uhc~""", Xocoyotl ..hile oti11 An infant
1 PaRohuayan (in Amecameca). 1 tZQu!yauhtzin tlacOC:h­ Caltecoyan
Atototl.in Acacitzin, Bonifacio Il-35-49
daU9hter of Quauheececui­ caIcatl, tIatoani Quauhcececuitzin,
tzin, tlatoani (14I1B-1519) Martín Anunciaci6n

Na_ unknown, Mexico Tenochtitlan. "e~ahualpilli Texcoco No children 1-118-22


cihuapill1 (pot to da\l9hter ofAxayacatzin, Aca....piehtli
death by Ne~ahualpil1U Uatoani
2. Numerou& chil¿h:.,n Il:ro listed by chimlllPah1n~ 1 hllve incluéled only· tho8e Wh09E1 marriaqea are nQtcd.

Tab1e 2d

Interdynastíc Marriaqes in and around Central Mexico accordinij to Chimalpahin f ca~ 9B.7- 1615 (continued

Royal 1Ik:aan; as Kach 1k.laIan' s Provenience Spouso: N(I.IIIe Seat a.nd Date Tbair Child.ren Referenc.e
vito or COJlsort an4 Dynastic Aftiliation aB4 Status or nf Rulership
NaJIMIt a.nd Status '1'it1..
Name unknown, Mexico Tenochtitlan, Aoquantzin the second Itztlac~auhcan Cihuai1acatzin 1-170-1
tlatocacihuapilli dau'lhter afAxayacatzin. Chiehimeca teuhetli, (i n Amecameca) Chichímeca teuhct1 i,
older sister of t1atoani (1499-1511) tlatoani# lnstal1ed
Moteuhc¡;ama Xocoyotl while stíl1 an infant
1
Atototzin Panohuayan (in Amecameca). ltzquiyauhtzin t1acoch­ Caltecoyan Acaeitzin. Sonifaeio 11-35-49
dauqhter of Quauhcececui­ ealcatl J tlatoani Quauhceceeuitzin,
tzin, t1atoani (l48B-1519) Martín Anunciaci6n

Narne unknown I México Tenochtit1an, Ne<;ahua1pi 11 i


Texcoco No chi1dren 1,,118-22
cihuapi11í (put to daughter ofAxayacatzin¡ Acamapicht1 i

death by Ne~ahua1pilli) tlatoani

Name unknown .Ecatepec. dauqhter of Moteuhc¡;oma xocoyot1


Mexico Tenochtit1an r-131-35
Matlaccoatzin, tlatoani t1acateccatl, later

11477-1499) t1atoani (1502-1520)

Name unknown Ecatepec (see imrnediately Te90~omoct1i Mexico Tenochtit1an don Diego de A1varado 1-133-39;
aboye) Aco1nahuacat1,
Huanitzin, t1atoani 11-12-10
t1atocapi11i
of Eeatepee, and first
qovernor of Mexieo
Tenochtitlan (ca. 1538)

Tomiyauhtzín 1tzt1aco<;auhcan (in Ameca­ Chiauhcoatzin~ Chiauhtzineo (in Aoquantzin the r-133-55
meeal., daughter af Huehue t1atoani (ca. 1499) Huexotzinco) second, tlatoani of r-134-1
AoquanU:in. tlataani 1 tztlacot;3uhcan,
11411-1465) Totoltecat1 4 and
Huehuetzín

Name onk noWfI , Mexico Tenochtitlan, Necuametzin teohua


opochhuacan 'in r-137-49
cihuapil1i daughter of Hoteuhct;oma teuhct1i s tlatoani
T1a1mana1co Chaleo)
Xocoyot1 1 tlatoani (1504-1520)

Na~ not known Ecatepec Ahuitzotzin¡ tlatodni Mexíco Tenochtit1an the 1-133-20,
(1486-1502) t1atoani ol 1-142-40
Ecatepec 11498-1520)

Q'Jet,za1petlatzln,2' Mexico Tenochtitlan, Quetzalmac;atzin Chich i­ Itztlaco¡;auhcan (in don ,Juan de Santo n-4-49
c ihuapilli daughter of Tlilpoton­ teuhctli. t1atoani Amecameca) Domingo de Mendoza
catzin, cihoacoat1 (1522-1547) T1aeaeleltzin, tlatoani
Df Itzt1aco<;auhcan
11548-1563)

L See Tab1e for a more complete 1isting of Quauhcecec:uitzin's progeny.


2. See Tab1e 7 for additiona1 information about Qoetza1ma9atzin's wive!>.
Tdble 2e

Interdynastíc Marridges in and around Central Mexico according to Chimdlpahin. ca. 987-161S (eontinued)

Royal .aman; 48 Bach ""'n's Provenience Spouse: HAlle Seat and Date Their Children Reference
Wife or COnaort arad Dynaatic:: Affiliation and Status or of Jtulership
r!a.JIIIe &nd Status Title ~ ___ . _ _

Mame unltnown f 1 Kexico Tenochtítlan, Quetzalmac;atzin (see Xtzt1acoc;~uhcan don Martín 14oc;o­ lX"'4-56
cihuapilli daughter of Totomochtzin above. 'rable 2d) (in Amecameca) quinellohuatzin

Name unknown,l Quauhtitlan Quetzalmagatzin (see Itztlacoc;ahcan don Tomás II-5-1


cihuapilli aboye) Chichinca11ehuatz in

doña Juana, Cuitlahuac don Juan aautista Toyao- Tequanipan (in II-16-1S
cihuapilli (he tzin Chichimeca teuhct1i, Amecameca)
kiUed her) tlatoani (1548-1555)

Ilhui~lcihuatzin TlailotlAcan (in AmecA­ 'l'elpochteuhct1i, Yacapicht1an r-137-3


xocoyotl, cihuapilli meca), daughter of Caca­ t1atoani
matzin teohua teuhctlí f
tlatvani (1486-1519)

doña FranCé$ca de" la spain don Diego Luis de Moteuhc- Hexico Tenochti tlan eix mestizo II-63-45
cueva, cihuapilli goma Ilhui t1 temoctzin, children; four
española t1atocapllli. (grandson 80n&. two
of tlatoani Hoteuhco;om.a da\l9hters
Xocoyotl

doña 1 sabel de Hexico Tenochtitlan, Huehue don Antonio Mexico Tenochti tlan qrandson, don XI 101-44
Alvarado, cihuapilli dauqhter or don Diego de Valeriano. juez gobernador, Antonio Valeriana
Alv,¡¡rado Huanitzin, orlginally from AzcaflOtza1co the aecond (see below)
tlatoani

40ña s.árbara f Itztapall1:pc1, dauqhter don Antonio Va1eriano Azcapotza1co II-91-14, 25


cihuapilli of don Alonso Axayaca the second, juez qober­ Ir-U)l-49
(d. 1611) lxhuetzcatocatzin, nador, was fiscal in
tlatoaní Me-xico Tenochtitlan (ca. 1610)

doí'ia Mar La Cerón, Xochimilco t daughter don Hernando de la Cerda, T1almanalco don Alonso de la II-66-3
eihuapilli ol don Martín Cerón, tldtocapilli Cerda, pi1tzint1i
(d. 1608) tlatoani

doña A9ust ina de Coyoacan don Constdntino Chacalli. Michoacan I1-136-J2,42


Guzmán, cihuapill i t13toani (ca. 16l4)
(d. 1614)

doña Isabel Tecui ch­ ,'ecafttiln. ?Mexico Tenoch- Gonz;~ 10 Cano, conque}: or I frofU Spain dcña Isabel de I r~143-20
pot~in dé Hot&uhct;orna, titloln, daq~;rhtf:'r of Hotenhc­ HoteuhcC;OW;l, e ihua­
t littocacihuapi11 i ¡;;orna Xocoyot 1, t latoanl ¡¡tt~::.t iza,

l. -see--a-boV:-~-Ta!")ie-2d 'a~d-Td~¡;-i1or addit::io-naT~infQ-l-mati;r;"a~~t t~l-,¡;u:;I--Que~ti~-im"u;atzin' s wiv;;:---·~

1
Interdyna8tic Marriaqes in Chaleo accordinq to Chimalpahin

Royal _A... . .011 _ ' • •1.'0veftJ.ance Spouset lIIa.e s....t and Date Thei r Children Reference
Mite 01.' CoI-.:t ud DyD.utic Affilutioa a.nd Status or of Itulership
11...., ud Stat... 'fiUe

Tomiyauhtzin" Tzaqualtitlan Tenaneo (in Ecaxayaca:tzin (or) Itz:omi­ 1tzcahuacan Tlacoch­ r-61-50
cihuapil1i Amecameca)" dau9hter of ten~4lyacatzin t1atquic 1 ca1co/Tlalman4l1co
Quahuitzatzin tlailotlac teuhc­ Uatoani (1317-1322)
tH, tlatoani 11238-1338)

(doria catalina) 1 tzcahuaean Tlacochcalcol Huehueyotz.intlí tlai1o­ Tzaqualtít1an don Josef del 11-5-19
ctüma1IDoílnt!in, Tlalmanalco. daughter of 1szca" t1ac teuhctli, tlatoani Tenilnco (in Amecdmeca) Cast.illí Ecaxoxeuh­
cihuapi11i huatzin tlatqulc. t1atoani {l468-1520l qui. tlat04ni ef
(1486-1520) Tzaqualtít1an Tenanco
(1 548-1576)

Not known 1 tzcahuacan '1"lacochealcol Tlaco •• ~. tlailotlac Tenanco xoyac don Juan Itzt1iten­ 11-6-6
(aeeond daughter) T1almanalcol se. l&Mtediately teuhetli, tlatoani (? in Tenaneo ttin. t1at04n1 at
Aboye '1"e~ocpalca) "Tenanco chaleo"
( 7-1550)
Table 3
1
1nterdynastic l'larriages in Chalco aecording to Chimalpahin

Royal lItO.ala:: a. &&eh w..an •• Provenien.ce Spouae: N...... fZeat a.nd Date Tbeir Children Reference
vife Or Cor$Ort _ DyoaBtiC Affiliatioa i!Uld Statlia OE oí Ru1erahip
!I...... _ Status Tit1..

TOl'l1iyauhtzin. Tzaqualtitlan Tenanca (in Ecaxayacatzin (or) Itzomi- Itzcahuacan Tlacoch­ 1-61~50
cihuapilli ~cameca), daughter of tenxayacatzin tlatquic t calco/Tla1manalco
Quahuitzatzin tlailotlac teuhc­ t1atoani (1317-1322)
tIi, t1atoani (1238-1338)

(doña Catalina) Itzcahuacan T1aeaehca1co/ Huehueyot2.intli tlailo­ Tzaqualtitlan don Josef del 11-5-19
dñimalmant in, Tlalmana1co, daughter of tlac teuhctli, tlatoani Tenanco (in AttlecaaecaJ Castilli Ecaxoxouh'"
cihuapilli
2 huatzin tlatquic. (1488-1520) qui, tlatoani of
(1486-1520) 1'zaqualtitlan Tenanco
(1548-1576)

Not known 1tzcahuacan Tlacochcaleo/ Tlaco. • •• tlailotlac Tenanco Xoyac don Juan Itztliten­ 11-6-6
(second daughter) Tlalmana1coI sea immediately teuhctli f tlatoani '"¡ i n Tenanco tzin t tlatoani of
above Te1Cocpalco) "Tenanco Chaleo"
( 7-1550)

Not known Itzcahuaean Tlacochcalco/ Not k,nown, l'lama1huazilohuacan don Carlos, tlatoani 11 6-1Q
(third daughter) Tlalmanalco¡ aee aboye tlatoani (1in Chimalhuacan) of Mamalhuaz~ocan

doña Haría Tenanco Texocpalco Tepopolla, don Josef del Castillo Tzaqualtitlan Tenanco n-24-)2
1 tzmiquilxochi tzin, daughter of don Juan Itztliten- Ecaxoxouhqui tlailotlac (in Mecameca)
cihuapilli tzin tlailotlac teuhctli, teuhctli, tlatoani (1548-1576)
t1atoani ( ? - 1550)

~apaloxoch¡zin, Panohuayan (in Amecameca), don Hernando de Guzmán Opochhuacan Tlacoch­ don Juan de Ojeda Il-35-29
cihuapilli daughter Qf Quauhcacecuitzin teohua teuhctli, tlatoani calco/Tlalmanalco Quauhcececui tzin
tlamaocatl teuhctli, tlatoani (1521-1534)
(1488-1519)

doña Catalina 1 tzcahU3can T.1.acochcalco/ don Tomás de San Martín ltz.tlaeo~auhcan don Gregorio de 11-6-43
chimalmantzin, Tlalmanalco; see aboye Quetzalma<;atzin Chichimeca Amecameca los Angeles Tepoz­
cihuapilIi, v~dowed teuhctli, tl.toani (1522-1547) tlixayacatzin, tla­
siater-in-Iav toani of 1tztlaco­
~auhcan (1564-1580)
Two other children,
but neither ruled.

doña Marta de 'l'cnanco r,'exocpalco ,"e:P<lI""u, dOA Ul>r:.in¡;;;o Hernández. Tzaqualtitlan Tenanco II-59-18
Santiago Amaxoch­ J.aughtcr oE don Juan pi1li and (in Amecamúca)
tzin, cihuapil1i ~oto:int Fill i t;randlather
(d. 1606)

l. chaleo i5 comprised al four ranked f loosely confaderated altepetl: (in order) Tlacochcalco/Tlalmanco. Amecameca, Tenanco Te1Cocpalco
'l'lipopolla,. and Chimalhuacan.
2. See P ... ~ for dlscussion abou~ Chimalmantzin's husbands, both of whom ori9inated from Totaqualtitlan Tenanco.
3. Tlacochcalco/T1almanalco vas also affiliated with Kexico Tenochtitlan oocau'!:e !tzcahuatzin became a co-parent in-law wlth Hoteuhcc;oma
XO¡;oyotl whan the latter gave one of his daughters to Necuametzin teohua teuhctli, tlatoani of Opochhuacan Tlacochcalco,
ltzcohuatzin's son, who vas also the older brother of (doña Catalina) Chimalmantzin, listed twice above.
4. This represents only the first generation offspring of who had interdynastic marital affiliations in cha1eo.
Howlitver~ suusequent generations continued to tlayacatl as well as with the Cha1eo a1tepetl of
'flalrnanalco and 'l'enanco. See Tabla 6 and information about the famil}' of tlatoani Quauhcececuit:dn..
'tab1e 4a

Interdynastic Marriages in Amecameca acconHng to Chimalpahin


1

Royal Ik:Jmanl as "'eb Ik:Jman· e Provenience Spo\lse: Hamo Seat a.nd Date Their Children Reference
tlife 01' conaort. and DynasUc Affil1ation and Status or of Rul.,uh i p
11.... andStatWl Tit1e
bihuacxotzin ChicOl1lOztoc, daughter of~~ChI:': Huehue teuhct,li formative- It?!tla­ Tliltecatzin. Xoch- Il-157-28
cahuaztli Chichimeca teuhctli coqauhcan (ca. 1174)

Referred to as 11 in­ traveling about, of Tliltecatzin Chichi­ I tz:t1acoqauhcan Tziuhte<:atzin f be­ 1-47-58,
hueltiuh Tequanipan Tziuhtlacauhqui meca yaotequihua carne tlatoani of 1-48-50
t1aca u (older sister of the people of ·'·e<,ua.n'IDan (second-in-rank tlatoani) Tzompahuacan
of the Tequanipan peoplel Tequanipan (1304- 1)

Cilcuetzin, Not stated Quahuitzatzin tlailotlac Tzaqualtitlan Cilcuetzin Matlal­ 1-58-18


cihuapilli teuhctli, tlatoani Tenanco (1238-1338) tzin, Xiuhclhuiltzin
(<lied). and X~uhto.t:;ln
the younqest, became
cihuatlatoani of Tzaqual­
tiUan Tenanco (1340-1348)

Xiuhtoztzin, Tzaqual t itlan Tenanco, ?Nochhuetzin tlailotlac Tzaqua1tit1an ItztlQtzin r became 1-73-32
cihuatlatoani dauqhter of Quahuit:zatzin: teuhctli f tlatoani Tenanco tlatoani of Tzaqual­
see aoove tit1an Tenanco (l348-l417)

Ci.l.cuetz in Matlal tzin, Tzaqualtitlan Tenanco, Tziuhtecatzin tzom­ Acoltzin, Tzillin- 1-58-1
cihuapill1 daughter of pahuacan teuhctli f tocatzin, Xonecuiltzin,
tlailotlac tlatoani and Hiztliyauhtzin
(1218-1318)

Tlacocihuatzin, (the Not stated Huehue Quetzalmaqatzin Itzt1ac0<;3uhcan Tomiyauhtzin, Huetzin- 1-84-46
first), cihuoIlpilli Chichimeca teuhctli f (1392-14101 tzín. Haquiztzin (marcied
tlatoani Tlacaelel tzin), and
Cohua,<;acatzin, who viII 6
be designated te succeed.

l. Original rank and order ol altepetl tlayacatl in Amecameca: Itztlaco<;auhcan, Tzaqua1tit1an Tenanco, Tequanipan, and Panohuayan.
Tlailotlacan Teohuacan will la ter be established and eventually displace Tzaqualtitlan Tenanco as the second-in-rank altepetl tlayacat1.
2. These ehildren are listed in order of their birth and with their tit1es~ Tli1tecatzin Chichimeca yaotequihua, Xochitzin cohua
yaotequihua, and Atonaltzin Chichimeca teuhetlL These three men and an uncle, Mapihuat:zin, f'ounded the altepetl of AmecaJ1\Gca and the
Son, Atonaltzin, vas insta11ed Aa tlatoani of the first and highest-ranked a1tepétl tlayacatl ItztlacO<¡l1uhcAn.
3~ notes that tlatoani Quahuitzatzin had children with Cilcuetzin as well AS his consorts (icalpanpilhuan). He liata ol\ly
these three daughters by his legitimate wife, two of which will be responsible for establishinq royal genealO9'ies~
4. Since Quahuitzatzin had only dauqhters, Nochhuetzin probably was brought in te succeedw As tlatoanl, he lived only six months, and th.
t.h!!'>?t\. f'~n::G:o:d t'.:~ xiur.t'.:o!ft'.:.in.
5. Royal genealoqy tor Tequanipan formally established \lith this marriaqe, I-58-32.
6. Cohuac;acatzin's father íthe tlatoani of ItztlacoyauhcanJ died when the hoy was an infant and his mother served as regent~ Te ensure
that the office of Chichirneca teuhct1i was occupied, Coa¡;;acatzin exchanged rulerships and titles with the branch kingdom, Tlailotlacan
Teohuacan, and hecame teohua teuhct1i there.

Table 4b

Interdynaatic Harriaqes in Aaec..-eca Accordin<j to Chimalpahin (continued)

ROYAl Wouft, as "cb W<D1n I s Provenlence spouae< ..... aeat &lid Dato 'ftIeir Cld14r.n . .r .......,..
"ife or Consort iIlId oynaatic Affi11aUon and Status o'" of lINle",ship
N...... and Status Titls
MiiiIryautitzin, Tzolllpahuacan Tequan1pan, Iztlotzin tlailotlac T..aqualtit1an Quauhtlehuanltr.fn. I-SS-55
cihuapl1li dauqhter of Tziuhtecatzin l teuchtli. tlatoani Tenanco {1348-1417) !>ec....... Uatoani of TZa­
tlatoani of Tzol'Jlpahuacan qual.titlan Tenanco
Tequanipan (1304 - 1) (1418-1465)

T1ailotlacan Teohullcan, Popocatzin at1auhtecat1 Atlauhtlan Tzac¡ual­ Cacamatzin xocoyotl, ¡-9S-JOt


Cohullnentzin,
tlatocacihuapllli dauflhter of Coa1¡acatzin teohua teuhctli, macehua11i, titlan Tenanco beca.... tlatoani ol 1-l50-25
teuhctlí. tlatoani (1411-1465) tlatoani (1441-1465) Tlailotlacan Teohuacan
(1486-15l9) throuqh hia
IIIOther And hia m.arriage
, ____ u __~, __ , _ 1 .. __ ..............-, ............ a ........... "'...... ,. .....a ...... 'ltin vnt!nvnt:l Tl,a,11ot:lacan Teo- Huehuévotzintli 1-154-17
TaLle 4b

Int~rdyna5tic M3rri~qes in Amecameca accordin9 to Chimalpdhin. (cuntiw¡edj

R0)'41 Woma.R: as: &lch Woman I s Vcovenience Spouse: N4.IDe Seat and Dato Theic Ch11dren Reference
wiía oc COnsort and oyn.;aUe Affiliation and Status oc of Rulecohip
N~ anc:l Status 'l'itle
ioÜ z t1iyauhtzin, I:ttlotzin tiáilotlac -­ Tzaqua1 ti t lan Qua·ühtlfJhUanitzin, X-S8-55
cihuapilli teuchtli f tlatoaoi Tenoneo (1348-1417) became tlatoani of Tza­
tlatoani of Tzompahuacan qualtit1ao Tenanco­
Tequanipdn {1304 - ?} (1418-1465)

Cohuanentzin 1 T1ai lot1acall Teohuacan I Po¡;:.ocatzin atlauhtecatl Atlauhtlan 'l'zaqual­ Cacamatzin xocoyotl. 1-98-30.
t latocac ihuapU 1 i daughter of Coa~acatzin teohua teullct1i, macehualli. ti t1 ao Teoao(:o became tlatoani of 1-150-25
teuhctli. tlatoani (1411-1465) tlatoani (1443-1465) Tla i lot lacan Teohuacan
(1486-1519) through his
mother and hit) marriag6

lztdc Xochitzin f 1 Tentzon¡;:.olccan Panhuacan cacamatzin xocoyotl Tlailotlacan Teo­ Huehueyotz intl i 1-154-17
cihuatzintli (?nedc oc in Amecamecal , 2 teoltua teuhctll ~ hm.lcan (originally (adopted). tlatoani
"daughter oC the Panhuaque'l t latoani from Tzaqual ti tlan in Tzaqualtitlan
Tenanco (1486-1519) Tenanco (1488-15211)

Teoxut.tin, T.taqualtitlan Tenanco, cacamatzin xocoyotl See aboye don Alonso Gregor io 1-161-58
cihuat.:dntl i daughter of Quauhtlehuani tzin teohua teuhctli 1 see Quauhtlehuanitzin
tlailotlac teuhctli I tlatoani imme:diately aboye tlacochcalcatl teuhctli
(1418-1465)

T1acocihuatzin¡ Itztlaco~auhcant daughter Cacamat zin xocoyot 1 See aboye Quetzalnul:f;atzin I tla­ 1-113-24,
tlatocacihuapil1i of Toyaotzin Chichimeca teohua teuhctli; see toani of ItztlacOliauh­ 40,
teuhct1i, tlatoani aboYe con 11522-1547), 1-142-31,
(1486-1499) Tequanxayacatzin , tla­ 1-164-56
toani of T1allotlacan
Teohuacan (1525-1S65) J ond
Ilhuü;01cihua tzin

S',a;quantlapal tzin Panohu,a;yan, dauqhtec of Tzihuacatzin tlamaocatl ?Panohuayan Miguel de San Mateo II-35-36
Quauhcece~uitzin tlamaocatl teuhctli Mateo ticometl
teuhctli. tlatoani (1488-1519) teuhctli

Chimalmantzin Panohuayan, dauqh5er of Chimoltzin, tiyacauh 1Panohuayan don Pedro Tlahuanca­ U-35-45
Quauhcecccui tzin; !iee above tzin tlar.::aocat1 teuhc­
tli ( tlatoani of (lano­
hua¡lan (1520-153C?)

womc.n, a ancestral 1lne (Table 5) ~

Possibly same situation as while not identiflerl as "wives,H did produce 50ns that will assumc

rulerships in kingdoms in Amecameca.


3. !:Ice Tabla 6 for additional infornw:lion alJout the descendants of tlato.lni Quauhcececuitzir.
1.<,
NODL

the latter is puzzling, sinC4


have a noble line(ige establi
the child is named Acama!
founding tlatoam (1367-1
Tenochtitlan.
A third male commonc
wife from Mexico Tenoc'
Their son became tlatoani
In Amecameca, another
named Popocatzin, mame,
toani, had his eye on POI
Popotatzin, for he received
Tzaqualtitlan Tenanco, wl
throne. The couple's son,
of tlatoani ID his mother's
which was higher in rank.3
macehualtin marrying high
fonnative years of altepetl
not common, the existence
regarding marriage exc1usi'
Without exception, the
uruons of individuals frol
quite beyond the immedial

S4, x-77-28. We are reminde

often reflect noncritical data.


S5 x-97-5. There is another
rule of some sort in Amecamecl
for her young son, went to live
as "tlatoque", held sway until
us that the mother served as
passed through her side. He do
gardener, 1-84-15; x-85-47.
3<1 1-150-9 to 38.
31 For example, among th
with commoners, Mixtec Kings,
"Royal Marriages", 1984, notl
Texcoco.
!lS Among the Mixtecs and
and Ronald Spores reveal the
political affiliations and con solí
Marcus (eds.), The Cloud Peo,
Civilizations, New York, 1983,
Flannery, "Sixteenth-Century 1
PeofJ16, 339-342; and Ronald
Maya, Joyce Marcus has ¡dent
morate women. Usually the Wj
NODLEWOMEN OF CHALCO 65

the latter is puzzling, since the Mexica supposedly did not, as yet,
have a noble lineage established) .84 In both cases (Tables 2a and b),
the child is named Acamapichtli the second, and is recognized as the
founding tlatoani (1367-1387) of the great kingdom of Mexico
Tenochtitlan.
A third male commoner (Table 2c) shared joint rule wÍth his
wife from ]\·:fexico Tenochtitlan in his home region, Atotonilco. 35
Their son became tlatoani (probably the first) in his father's town.
In Arnecameca, another macehualli (Table 4b), an affluent one
named Popocatzin, married a cihuapilli because her father, a tla­
toani, had his eye on Popocatzin's wealth. The time was right for
Popocatzin, for he received the title and office of king in Atlauhtlan
Tzaqualtitlan Tenanco, which was without a legitimate heir to its
throne. The couple's son, however, succeeded to the title and office
of tlatoani in his mother's altepetl tlayacatl, l1ailotlacan Teohuacan>
which was higher in rank. 36 It is significant that the practice of male
macehualtin marrying high-status women usualIy occurred during the
formative years of altepetl development, or in times of crisis. While
not common, the existence of such unions chalIenges traditional notions
regarding marriage exclusivity arnong royalty.S1
Without exception, the marriages listed on Tables 2a-e represent
unions of individuals from differing altepetl (interdynastic ) , sorne
quite beyond the immediate Mexico Tenochtitlan realm. 3s Most often

3~ 1-77-28. We are reminded that Chimalpahin's annals are annals per se and
oíten reflect noncritical data.
35 1-97-5. There is another although somewhat confusing reference to joint
rule of some sort in Amecameca. Apparently, a widowed mother, serving as regent
Ior her young son, went to Uve with her xoehipixqui (flower gardener), and they,
as "tlatoque", held sway until her son was installed as lcing. Chimalpahin assures
us that the mother served as íull-fledged queen and the royal lineage and title
passed through her side. He does not elaborate on her relationship with the flower
gardener, 1-84-15; 1-85-47.
3~ 1-150-9 to 38.
31 For example, among the Mixtec cacicazgos, Spores reports no marriages.
with commoners, Míxtee Kings, 1967, and The Míxtees, 1984, nor does Carrasco.
"Royal Marriages", 1984, note any in his study oI Mexico Tenochtitlan andl
Texcoco.
38 Among the Mixtecs and Zapotecs, studies by Joyce Marcus, Kent Flannery,.
and Ronald Spores reveal the importance oí marriage arrangements to optimize:
polítical affiliations and consolidate royal hegemony, Kent V. Flannery and Joyce
Marcus (eds.), The Claud Peaple, Divergent Evolution ai the Zapatee and Míxtee
Civilizations, New York, 1983, 191-197, 301-308; Ronald Spores and Kent V.
Flannery, "Sixteenth-Century Kingship and Social Organization", in The Cloud
People, 339-342; and Ronald Spores, ''Marital Alliances", 302, 306-307. For the
Maya, Joyce Marcus has identified 36 monuments which were carved to comme­
morate women. Usual1y the women are paired with men and are believed to be.
66 SUSAN SCHROEDER

the marriage was politieally advantageous for one partner or the other Operating at an I

-the royal offspring (usually only sons are noted) inheriting the offiee plexity of rank, royal
of tlatoani in either the mother's or the father's kingdom. Tlalmanalco was linke
For the altepetl of the Triple Allianee, Carrasco's (1984) study both kings became v
is exeellent, with detailed sehema on hyper-, iso-, and hypogamous parents-in-law". Motel
marriages. He gives numerous examples for this regíon and period ters to Neeuametzin te
of reeurring marriage allianees based on dynastic rank. Chimalpahin calco jTlalmanaleo, an
is much broader, both in time and space, but less detailed. The wed­ Tlacochealco kingdorr
dings that he noted range over the centuries and the Valley of Mexico. mantzin;U a young 'Yo
Henee, precise eorrelation with Carrasco's model is not possible, consí­ eventualIy bear kingl}
dering that the rank and status of many polities fluetuated over the Her two sisters would
extensive period of time that he eovered. 39 Certainly, Tables 2a-e altepetl, fanning the 4
corroborate Carraseo's general findings; however, Chimalpahin does trend of a superordim
not elaborate about the rank and order of the Mexico polities that subordinate kings and
he lists, the kings' wíves, or their ehildren, or give specifics about as brides went from :M
existing conditions that would determine why at given times an heir There is also an i
would succeed in his mother's altepetl and not his father's, and vice the higher-ranked alt{
versa. There are numerous examples oI both. Considering Chimal­ altepetl tlayacatl in A
pabin's preoeeupation with rank and prestige in the kingdoms of that both Tenanca grc
Chaleo, about which he furnished a wealth of informatíon, it may be occurring way back ir
that parallel data from other regions are not available. traditional ligature wel
In the altepetl of Chaleo (Table 3), which was made up of Iour As noted on Tabl~
separate kingdoms, there were interdynastic marriages within the fede­ outside the altepetl of .
ratíon as well as beyond (as already noted on Tables 2a-e). The the altepetl tlayacatl (
sample is limited to eight marriages, but, nevertheless, there is a altepetl tlayacatl in P
definite tendency toward interdynastie hypogamy (royal daughter of Tzaqualtitlan Tenanco,
a higher-in-rank king and kingdom marrying a ruler from a lower­ genealogy of highest-rar
ranked dynasty) /(J revealing what was likely a typical pattern of of TIailotlacan Teohua
royal daughters oI highest-ranked Tlalmanaleo marrying tlatoque in resulted in a change it
other Chaleo altepetl with an affinity toward eonneetions between never quite addressed, 1
the two leading kingdoms, Tlalmanalco and Ameeameca. was definitely displaee(
While Chimalpahin
either mothers or wives. Inscriptions show that most women were nonlocal, Joyce of the kingly lineages,
Marcus, Emblem and State in the Classic Maya Lowlands, An EPigraphic Approoch
.to Territorial Organization, Washington, D. C., 1976, 157, 166, and 192; Schele unions between two o
and Miller, Blood 01 Kings, 3, 128, report similar findings for numerous Maya
:groups. 4,1 Women named Chi
89 An altepetl could "be established", "move", "be abandoned", "disappear", Amecameca; within the la1
<and "be conquered". See Schroeder, ChimalPahin, for díscussíon about Nahuatl Table 6. The repetition (
terminology relatíng to altepetl organization and location. provide enough informatiorl
4() According to Carrasco, interdynastíc hypogamy "relates two dynasties of 41! Carrasco, "Roya! M

'unequal rank: the superordinate ruler gives a daughter in marriage to a subor­ 4,a See Schroeder, Chim

.dinate king or other ruler oí lower status", "Royal Marriages", 1984, 45. altepetl of Tenanco.
NOBLEWOMEN OF CHALCO 67

Operating at an even higher lcvel, and to underscore the com­


plexity of rank, royal marriages, and the political alliances, prestigious
Tlalmanalco was linked to more prestigious Mexico Tenochtidan, and
both kings became what Chimalpahin refcrs to as huexiuhtli "co­
parents-in-Iaw". Moteuhc~oma Xocoyotl had given one of his daugh­
ters to Necuametzin teohua teuhctli, tlatoani of Opochhuacan Tlacoch­
calco jTlalmanalco, and son of Itzcahuatzin, the tlatoani of the other
Tlacochcalco kingdom. Necuametzin was older brother to Chimal­
mantzin/1 a young woman especially prized as a bride who would
eventually bear kingly sons for two different Amecameca husbands.
Her two sisters would marry tlatoque in each of the remaining Chalco
altepetl, fanning the confederation while maintaining the downward
trend of a superordinate tlatoani sending daughters off to designated
subordinate kings and lords, a pattern already observed by Carrasco
as brides went from Mexico Tenochitlan to Texcoco to Teotihuacan.42
There is also an interesting repeating affiliation with women 01
the higher-ranked altepetl Tenanco Texocpalco and men from the
altepetl tlayacatl in Amecameca's Tzaqualtitlan Tenanco. It is likeJly
that both Tenanca groups were of one original Tenanco, the schism
occurring way back in 1267, with the splinter group maintaining a
traditional ligature well into the sixteenth century.43
As noted on Tables 2 and 3, there were interdynastic marriages:
outside the altepetl of Amecameca and interdynastic marriages among
the altepetl tlayacatl (Tables 4a-c). The original rank and order of
altepetl tlayacatl in Amecameca were as follows: Itzt1aco~auhca~
Tzaqualtitlan Tenanco, Tequanipan, and Panohuayan. A split in tlle
genealogy of highest-ranked Itztlac~auhcan in 1336 and the formatioru
of Tlailotlacan Teohuacan, a new tlayacatl which took second place,.
resulted in a change in the sociopolitical hierarchy that Chimalpahin
never quite addressed, for his home kingdom of Tzaqualtitlan Tenanco
was definitely displaced.
While Chimalpahin repeatedly stressed the purity .and separateness:
of the kingly lineages, his own geneaiogy (Table 5) shows repeating
unions between two of Amecameca's five altepetl tlayacatl over the

4.1 Women named Chimalmantzin occur in two altepetl, Tlalmanalco and


Amecameca; within the latter, they appear twice in the same íamily, as seen on
Table 6. The repetition oí names may be coincidental. Chimalpahin does not
provide enough information to determine a pattem.
4Z Carrasco, "Royal Marriages", 1984, 45-56.
43 See Schroeder, Chimalpahin, Pt. 2, for specifics about the formation of the
.altepetl of Tenanco.
68 SUSAN SCHROEDER

course of cight generations, íirst cousins marrying on four occasiOns.44 were named Chimalman
Compounding an already complicated situation, one oí these king­ ccicalpanpiltzin", but ne
doms, Tequanipan, became official as the product of a "marital" good marriages, the ele
affiliation with Itztlaco¡;auhcan (the highest-ranked unit), which at manalco. But since her
almost the sarne time was in the process oí íorming the above­ is likely she was not ti
mentioned dynastíc branch (as another altepetl tlayacatl), Tlailotlacan to have married men of
Teohuacan. The data are most complete for Chimalpahin's town ing the title by various
TzaqualtitIan Tenanco, but intermarriage among other Amecameca quest, until all royal !in
altepetl tlayacatl occurred and was probably preferred íor thc integrity in 1548.w At that tirnt
oí the altepetl. Indeed, marrying outside the kingdom may have becn centrated in one daugh
a special polítical or economic circumstance. The íiíth and last tIaya­ the deaths of many mIel
catl in Amecameca, Panohuayan, seems to be an exception,45 with for that reason, the mI
most oí the reported marriages contracted within the polity, probably to her son, maintaining
among the subunits, or calpultlaxilacalli (Tables 4b and c). judgment causing consÍ
In addition, Chimalpahin provided a detailed genealogy 46 of the mantzin married a mal
royal lineage oí Panohuayan (Table 6), \vhich is unusual, for other­ good marriages were Ir
wise he has the least to say about this oí all Amecameca's altepetl doza) at least, and aut
tlayacatl:n The genealogy is noteworthy because the king's lineage over two hundred and
continues well into the colonial period, and, especially, it shows the teenth century, Chimaln
regal title and authority oí the polity being passed through royal great-grandchildren even
daughters. as noted by the absence
This is the genealogy of tlatoani Quauhcececuitzin, who was mling or doña. Even so, most
Panohuayan when Hemando Cortés arrived in Mexico. The king had tlayacatl, Chimalpahin hi
at lea"t nine children, seven of whom were daughters, two of which
48 Neither of the two
44 Barbro Dahlgren de Jordan, La mixteca: su cultura e historia prehispánica, relationship to the Chimab
Mcxico City, 1954, 149-151, has observed a long series of close-cousin marriages Tzaqualtitlan Tenanco and ]
among some Mixtec kingdoms, and Rebecca Rom, "Postconquest Coyaacan: in identifying the recurrence
Aspects of Indigenous Sociopolitical and Econonllc Organization in Central Mexieo, dynastic rulership cycles.
1550-1650", Los Angeles, 1989, 90, reports at least one first cousin union in .9 Even so, when called
Coyoacan. of tlatoani in 1548, he refus1
45 According to Chimalpahin, the people of Panohuayan were the last to so AH the kingships in A
arrive in Amecameca. Unlike the other groups, they did not have a "Chichimeca" who held 5way until Vicetoy
background, but instead had an earlier affiliatíon (though not exp!ained) in TuJa, of aH rulerships to rightful •
with a market and the Iike. See Schroeder, Chimalpahin, 65-71, for information u The husband's title wa
about the altepetl tlayacatl of Panohuayan. merit rather than hereditary
46 Once thought unique to Chimalpahin's writings, Arthur J. O. Anderson has pilli", 1-172-3, 14, 20; 1-173.
identified additional genealogies by Chimalpahin in the British and Foreign BibJe . great lengths to find an he
Society Ms. 374, vol. 3, but they have nothing to do with Chalco. It is unfortunate father's sides. But Spanish 1
that we do not have genealogies for other Chalco poli ti es; they would enrich the ditional practices, the churc
marriage data about Amecameca considerably. commoners marrying, see '\\
41 Of all the Amecameca altepetl tlayacatl discussed by Chimalpahin, Pano­ and Legitimacy in Mexican
huayan is the only place that exists today. Long a working hacienda, as noted in Review, 1966, 54:946-1008.
the testament of Sor Juana Inés de la Cruz's mother, it is also today one oí six lI:2 The arch over the 1
districts (Panohaya) in the municipality of Amecameca. A translation oí Sor dicated in 1781 and bears
Juana's mother's wil! (11 January, 1687) can be found in DorÍs M. Ladd, de Amecameca d(on). Luis]
Me;¡¡;ican Women in Anahuac and New Spain, Austin, 1979, 62-64. cipal, agosto de 1781" •
NOBLEWOMEN OF CRALCO 69

were named Chimalmantzin. 48 Two 80ns are noted, one by a eoneubine


uicaipanpiltzin", but neither is distinguished. Most of the girls made
good marriages, the eIdest wedding the king of highest-ranked Tlal­
manalco. But sinee her son did not sueeeed to the rulership there;'9 it
is likely she was not the primary wife. The other daughters seemed
to have married men of sorne distinetion in their own polity, maintain­
ing the title by various means through the early years after the eon­
quest, until all royal lines in Ameeameea were formally re-established
in 1548:'iO At that time the Panohuayan title and office were eon­
eentrated in one daughter's line, the seeond Chimalmantzin. Due to
the deaths of many rulers after the eonquest, rightful heirs were searee;
for that reason, the rulership of Panohuayan was officially awarded
to her son, maintaining the dynastie lineage via the mother's line, a
judgment eausing considerable eonsternation at the time. (Chimal­
mantzin married aman not equal to her station.) 51 Subsequently,
good marriages were made, for the official farnily (Páez de Men­
doza) at least, and authority remained in the same royal hands for
over two hundred and fifty years. 52 However, further on in the six­
teenth century, Chimalmantzin's siblings' ehildren, grandehildren, and
great-grandehildren eventually married non-nobles and non-Spaniards,
as noted by the absence of indigenous royal titles and the Spanish don
or doña. Even so, most unions were still among Ameeameea altepetl
tlayaeatl, ChimaIpahin himself having a sister-in-law from Panohuayan.

48 Neither of the two Chimalmantzins of Panohuayan seem to have any


relationship to the Chimalmantzin of Tlalmanalco, who married tlatoque in
Tzaqualtitlan Tenanco and Itztlaco;;auhcan; see p. 32. Gillespie, in Aztecs, 1989,
in identífying the recurrence of kings' or "queens'" names, posits direct lÍes to
dynastic rulership cycles.
49 Even so, when called upon to return to Panohuayan to assume the office
of tIatoani in 1548, he refused to do so.
50 AH the kingships in Amecameca were taken over by two ambitious brothers
who held sway until Vicetoy Mendoza called for an investigation and restoration
of all rulerships to rightful kings in Amecameca.
51 The husband's titIe was "tequi quauhpilli", indicating status distinguished by
merit rather than hereditary nobility; later he is identífied as "macehualli quauh­
pilli", 1-172-3, 14, 20; 1-173-33. The Indian judge in charge of the case went to
great lengths to find an heir with noble affiliations on both the mother's and
father's sides. But Spanish poliey was directed toward compromising these tra­
ditional practiees, the church intending to end restrictions against nobles and
commoners marrying, see Woodrow Borah and Sherburne F. Cook, "Marriage
and Legitimacy in Mexican Culture: Mexieo and California", California Law
Review, 1966, 54: 946-1008.
52 The arch over the main highway passing through Amecameca was de­
dicated in 1781 and bears the inscription, "siendo gobernando de este pueblo
de Amecameca d[on]. Luis Beltrán Páez de Mendoza Zitlalpopoca, cazique prin­
cipal, agosto de 1781",
Table 5
Chimalpahin's Genealoqy (Il-26-J¡a

!zaqualtitlan Tenanco T~~i~n Itztla~auhcan

Totoltecatl T%ompachtliA".Xiuhtoztzin Yaopol TZiUhtlacaUhqUil=¡ ltuehueteuhctUl= .7


.7
tlailotlac teuhctli 1 (1-14-48) tzompahuaca teuhctl1 Chichimeca teuhbtl¿
(tlatoani, 1162-1197) (tlatoani, 1295- 7 ¡ (tlatoani, 117411241)
11-14-48) !l-"-'~! I
QuahUitzaUinl,••CilcueUin "lnhueltluh".=ITlidecatzin Xochi tzin Atonai tzin
tlailotlac teuhctli (cihuarilli) (1-47-36)~ Chichimeca (1-24-44) Chichimeca
(tlatoani, 1238- (1-58-19) yaotequihua teuhctlí
1338) (1-24-44; 1-48-8; (tlatoaní,
1-58-38) 1241-1306)
(1-24-44)
Xiuhtoztzin.·lNochhuetzin Cilcuetzin Mat1atzin.=lTziuhtecatl
tlailotlac tlailotlac teuhctli (1-58-39) tzompahuaca teuhctlí
teuhctli {t1atoani, 1339- (tlatoani of Tzom­
(cíhuatlatoani, 1340) pahuacan Tequanipan,
1340-1346) 1304- 7 (1-58-39)

Itztlotzínl =="'=========.HitztÚyauhtzin AcoÚzin Tzilint'ocatzin xoneculItzin


tlaílotlac teuhctli I (cihuapílli) (1-58-51) U-58-51) (tlatoaní of
(tl.toanl, 1346-1417) (1-58-51) Tzompahuacan,
1304- 1 1-58-51)

1. =ÁHuehue 'Chimalpahin Quauhtlehuanitzin tlaUotlac teuhctli&,= . ?


I (tlatoaní, 1418-1465) -'
? 4Huehue Coxdnatl teuhctli Iztac Xochitzin _ ;l!:ulu•• ~,nu:.;;:=;::t=.;;:;:r;;¡;;;;;g;;;;;;;&=;::¡===-==-;;;;;;1xiuhtzin tlatquic' tlailotlac teuhctli
Itlatocapllli) (cihuapilli) 1 (teuhctlatoalni)

Ion Luis 'JXpintzin don Diego Hernández Moxochintze-I;:; don B~ltas¡)r don Franciscd Cuet:z.paltzin
(tl.tocapilliJ tzeloatzin I .1 Ahuili<;atzin tlailotl"" teuhctli
1I-155-4ij) (1-155-4a)
~.«o,_" i. , ••, ~ ,,- ,. ,".".,00 .1 ,"o -,~. ,,' ;,.,., ','"",,,'"''
tzín {quauhpilli Am""ochtzin (cihuapillill Xiuhtezcatl (tlatocapilli)

·r tlacochcalpilli (Il-59-18)

Juan Agustín Jxpintzin 1 .Mar ia' Jerónima don Dieqo' HcrnÁndez don Cris'tóbal de
(teuhctli) Xiuhtoztzin (1-15L-2S) Castañeda
(!I -Sij-54) (I-156-25)
(don) Doainqo ~lancisco de San An~MUfi&~Chi. .lpahin Quawltlehuanitzin Lucas MiqUfJ 1 Castañeda=~ Haría'
(Il-2U-47) (U-35-41¡
Il-34-41)
a. Unless otherwise noted, all infocmation (exceptinq periods of rulership) is contained in this
one citation. Rulerships dre found on the appropriate dynastic tables.

Table 6

Descendants of Quauhcececuitzin, tlatoani of Panohuayan, 1488-1519


(1I-35-29, to 36-28)

Order and Mame Spouae, Ra.nk, Their Children


Their Grandchildren Tbeir Great Grandchildren
Gender and Provenience
and Great Great Grandchlldren

1st Papaloxochtzin don Hecnando de don Juan de Ojeda don Alejo de Ojeda Antonia, mattied Juan ftoa
Daught:er Guz~án Omacatzin Quauhcececuitzin Quauhcececuitzin Mihuacan, macehualli

teohua teuhctli"

tlatoani (1534- don Luis de Ojeda

'l'lal....na1co telpochtlí, í.e., the

younqer, Quauhcececuitzin

Tab1e 6

Descendants of Quauhcececuitzin, tlatoani of Panohuayan, 1488-1519


(11-35-29 to 36-28,

Order and H""", Spouse, Rank., 'l'heir Children 'l'heir Grandchil~ren 'l'heir Great Grandchildren
Gender and Provenience and Great Great Grandchildren

1st Papaloxochtzin don Hernando de don Juan de Ojeda don Alejo de Ojeda Antonia, married Juan from
Daughter Guzmán Omacatzin Quauhcececuitzin Quauhcececuitzin Mihuacan, macehualli
teohua teuhctli,
tlatoani (1534­ don Luis de Ojeda
Tlalmanalco telpochtli, i ~e .. I the
younger, Quauhcececuitzin

2nd Caquantla­ Tzihuacatzin tla­ Miguel de San Mateo Petronila María, Dominga María,
Dau'lhter paltzin maocatl teuhctli, ticomecatl teuhctli, married Migu~l de San married Lucas de Castañeda, a
?Panohuayan married María, daugh­ Juan of Itztlac~auhcan " nobleman'* of Tenanco (Chi­
ter of Cristóbal Tlal- r.telpahin's brother}
pitzatzin, great Name unknown, married
warrior from Tlal- Juan Crisóstomo Castro
tecahuacan Tlalmanalco of Tequanipan

3rd Chimalmantzin Chimoltzin, don Pedro Tlahuanca­


Dau'lhter warrior, tzin tlamaocatl tcuhctli¡
?Panohuayan succeeded his grand­
father, Quauhcececui­
tzin, ruled 10 years

4th Atototzin Itzquiyauhtzin Acacitzin,


Dauqhter tlacochcalcatl, Bonifacio QUduhcece­
tlatoani oí cuitzin, and Martín
Caltecoyan Anunciación Sebastián Anunciación
telpochtli, i.e., the younqcr

5th Unknown Topaltzin tlaca­ Cornelío Ramirez Diego Ramíre:r.


Dau'lhter teuhctli, nobleman Hateo Ramírc:
of Panohuayan, des­
cendant 'of Totec
Nochhuetzin, who was
the first (tlatoani)
~o com~ to Panohuayan
Tab1e 6

Descend4nts ol Quüuhcececuitzin, tlato~ni oí' Panohuayan, 1488-1519 (continued)

III-)S-29 to )6-20)
Order and _ S¡k')use, Rank, Tbeir Chlldren Their Grandchildren Tbeir Grea\; Grandchildren
GeDder and Provenieoce aDd Great Great Grandchildren

6th Chimalmantzin Chalchiuhecatzin don Jasef de Santa don Felipe Páez de don f'rancisco Páez de
Oauqhter (second oí tequihua quauh­ María Teuhctlaco~auh­ Mendoza tlamaocatl Mendoza
this name) pilli J macehualli catzin tlamaocatl teuhctli, tlatoani don Pedro Páez de
teuhctll, tl.~toani of (1564-16041 and governor Mendoza
Panohuayan (1548-1564), (1583) af Panohuayan, don Diego Páez de
u:arried doña Maria de married doña Mendoza
Castilla Tzonatzin, Petroni la de Torcia don Felipe Fáez de
dauqhter Df Icnoixtzin Hendoza
grandaughter of Quauh­
cececuitzin

7th Not known Quahe10tzin t1a­ Bonifacio de San Beatriz, married Diego Quahalotl,
"Oaughter cochquencatl Denito ¡"rancisco de San Juan, ("he 15 living")
teuhctli nizquitecatl; both resi­
dents af 'tlaltecahuacan
7Tlalmanalco

8th Papayohua- Not stated Harcos


Son Uin tlacoch­ Mi,uel Maldonado María M::\ldonado, Petronil.. Juana Bautista,
calcatl married Juan, both concubine of Juan Sánchez,
teuhctli from Panohuayan a Spaniard. 'l'heir children:
Anica and Dieguillo, from Puebla

9th Juan •. a~anotl Not stated Servador (,Sal­ Miguel de San


Son by a vador) de San Fabián (d. 1613.
concubine, FabUn
(icalpanpiltzin)
'!f

table 1
the Wives Gf don Tomás de San Martín Quetzalma9atzin, ca. 1529
(11-4-44)

Orear Mame and Rank Provenience and Children


Royal Affiliation

1st Quetzalpetlatzin, Mexico Tenochtitlan, don Juan de Santo Domingo de


cihuapilli daughter of Tlilpotoncatzin, Mcndoza Tlacaeleltzin, tlatoani
cihuacoatl (second in rank of Itztlaco9auhcan (1548-1563),
to tlatoani) will succeed Quetzalma9atzin

2nd doña Magdalena de Tzaqualtitlan Tenanco, don Juan Ma1donado Mii9ahuitzin,


de San pedro xiuh- daughter of Huehueyotzintli tlatoani of Itztl&c09auhcan
':table 1

The wives of don Tomás de San Martín Quetzalma9atzin, ca. 1529


(rr-4-44)

OeSer Name and Ranlt Provenience and Children


~al Affi1iation

1st Quetzalpetlatzin, Mexico Tenochtitlan, don Juan de Santo Domingo de


cihuapilli daughter of Tlilpotoncatzin, Mendoza Tlacae1e1tzin, tlatoani
cihuacoatl (second in rank of Itztlaco9duhcan (1548-1563),
to tlatoani) will succeed Quetzalma9atzin

2nd doña Magdalena de Tzaqua1titlan Tenanco, don Juan Maldonado Mii9ahuitzin,


de San Pedro xiuh­ daughter of Huehueyotzintli tlatoani of Itztlac09auhcan
caca1tzin, tlailotlac teuhct11, tlatoani (1591- 1)
cihuapilli. (1488-1520) Also a daughter, name unknown
his niece

3rd Name unknown, Mexico Tenochtitlan, don Martín M090quine110huatzin


, cihuapilli daughter of Totomochtzin

4th Name unknown, Quauhtitlan don Tomás Chichincalehuatzin


cihuapilli

5th doña catalina Itzcahuacan Tlacochcalco don Josef del Castillo Ecaxoxouhqui,
l
Chimalmantzin
(Tlalmanalco), daughter of tlatoani oE Tecpan Tlailotlacan
cihuapilli, his
Itzcahuatzin tlatquic Tzaqualtitlan Tenanco (1548-1576) ,
sister-in-law
tlatoani (1486-1520), a stepson
widow oE Huehueyotzintli
tlailotlac teuhctli, tlatoani don Gregorio de los Angeles
in Tzaqualtitlan Tenanco Tepoztlixayacatzin (born to Chima1mantzin
(1488-1520) and Quetzalma9atzin before their marriage
was formalized by the church), t1atoani of
Itztlac09auhcan {lS64-15BOI

don Luis Cohuaxayaca


doña Agata María xocoyotl (l.e., tha
youngest), married a Spaniard

Others, names unknown

1. Quetzalma9atzin' took doña Catalina Chimalmantzin as his legal wife, II-6-28.


74 SUSAN SCHROEDER NOB

Thus, the hypogamous pattern that Carrasco has so ably shown except lor one pa.ssage in
for Mexico Tenochtitlan and Texcoco exists but is contained within Xocoyotl bad just taken o,

, the Chaleo eonfederation, there being no need, apparently, to go


beyond the greater altepetl for marriage allianees with any regularity.
Rather, we see marriages among local noble women and men for the
integration and reintegration of dynasties at various levels of Chaleo
alteped organization over the centuries.
as a dowry or in recompf
teuhctli, Moteuhc<;oma ga
"wards", "groups" of Ote
For tbe colonial perie
namictli "spouse" soon pn
In review, Tables 2-6 demonstrate that elite Indian women in in part to the presence of
central Mexico were regarded wÍth much prestige, sorne aetually sought come to Mexico, fray MaI1
after by men wishing to improve their loto It is eertain, by means of meca in 1529. While tb<
their distinguished affiliations, whether serving as brides and vehicles tlatoani of Itztlac~auhca
to thrones for husbands, assuming rulerships themselves, or bearing ma~tzin, to give up bis m
royal ehildren to found new altepetl or invigorate old ones, that noble­ of holy matrimony with jl
women played key roles in establishing and perpetuating official allian­
ees both within and beyond eaeh royal polity. Whether the initiative In this year [1529] nen:
for marriage carne from the would-be groom, the noblewoman herself, San Martín Qlletzalm~
or her kingly father can be determined by examining the Nahuad tlatoani of Itztlac~uh
terminology used to seeure a spause. ladies [cihllapipiltin] wl
palace.5óI

Marriage Terminology Chimalpahin then names j

The Nahuatl term that Chimalpahin used to describe wives is the There were other cihUl
possessed form of the noun cihuatl "woman", icihuauh "his woman", names are not known.s'
"his wife". The marriage arrangement terminology is usually limited
to just three verbs: ana "to take", itlania "to ask for", and maca "to (ed.), The Conquistadores, Ne'
give". The first two refer to a nobleman's method for getting a wife; of this head wife they have
weddings of others".
the third, maea, describes the aet of fathers giving daughters to nobl~ l>I I-137-49, and see aOOve
in marriage. A typical entry might be: (cihuatlal, "woman's" or "wif«
and Polities in Aztee Texcoc,
In this year [1508] cihllapilli Ilhui~olcihuatzin xocoyotl "the yOllngest" Proskouriakoff notes that a bw
was born. She is the daughter of Cacamatzin teohua teuhctli, the may indicate that she is a IIllU
tlatoani of Tlailotlacan Teohllacan Amaqllemecan Chaleo. Later, tbis or bride price, Proskouriakoff,
PrlJ'-CBlumbian Art and ArchD
cihllapilli was asked for by tlatoani Telpochtellhctli of Yacapichtlan. bridge, 1961, p. 90.
She went there to have children. 53 58 n-4-44. Similar pressure
"Marital Allianees", 1974, 303,
Chimalpahin says nothing about the wedding ceremonies per se,s" in extensive litigation. We kn
and we know Httle of what a bride might bring to the marriage, except for the presence of 1m
in celebration of the great d
53 1-137-3. Among more reeent TzeItal groups in Chiapas, June Nash reports. account of the court of the M
that regarding the selection of a mate, the interest and intent of males pre­ 117 n-5-7. The Anonyrnous
domina te. She say8, " ... although there is no term for romantic love, the closest as they ean support .•• , but
approximation being "want" or "ask for" a woman. June Nash, In thc Eyes of children inherit whereas the
the Ancestors, Belief and Behavior in a Maya Community, New Haven, 1970, 272. considered as bastards", in FUI
l>4. That there were formalities and eeremonies, see Karttunen and Lockhart~ practiced among the Maya a
Art 01 Nahuatl Speeeh, and the Anonyrnous Conqueror in Patricia de Fuentes.. 9f the lings' most important
NOBLEWOMEN OF CHALCO 75

except for one passage in which the Mexicatl tlatoani Moteuhc~oma


Xocoyotl had just taken over much of the land o TIalmanalco. Either
as a dowry or in recompense to the local ruler, Necuametzin teohua
teuhctli, Moteuhc~oma gave him a daughter and two Tlaxilacaltin
"wards", "groups" of Otomi to serve her. 55
For the colonial period the terminology begins to change and
namictli "spouse" soon predominates. This probably can be attributed
in part to the presence of the leader of the first twelve Franciseans to
come to Mexico, fray Martín de Valencia, who went to live in Ameca­
meca in 1529. While there fray Martín was able to convince the
tlatoani of Itztlac~auhcan, don Tomás de San Martín Quetzal­
ma~atzin, to give up his many wives and enter into the Christian state
of holy matrimony with just one of them. Chimalpahin states:

In this year [1529] nenamictiliztli "marriage" began. Don Tomás de


San Martín Quetzalma<;atzin Chichimeca teuhctli, who became eleventh
tlatoani of Itztlac~auhcan Amaquemecan Chalco, had many noble
ladies [cihuapipiltin] who became his wives. He kept thero in his
palace.5<.>

Chimalpahin then names five of them (Table 7) and concludes:

There were other cihuapipiltin that Quetzalma~atzin had, but their


names are not known. 57

(ed.), The Conquistadores, New York, 1963, 181, who reported "at the wedding
oí this head wife they have certain ceremonies that are not observed at the
weddings of others".
¡j¡j 1-137-49, and see aboye, pp. 23-24. Plots of land were given as dowry
(cihuatlal, "woman's" or "wife's-land") in Texcoco, see Jerome A. Offner, Law
and Politics in Aztec Texcoco, Cambridge, 1983, 126. At Bonampak, Tatiana
Proskouriakoff notes that a bundle carried by a young girl in a subordinate place
may indicate that she is a marriageable daughter, the bundle signifying· her dowry
or bride price, Proskouriakoff, "Portraits of Women in Maya Art"" in Essays in
Pre-Cf!)lumbian Art and Archaeology, ed. by Samuel Lothrop and others, Cam­
bridge, 1961, p. 90.
!le n-4-44. Similar pressures were put on Mixtec kings, according to Spores,
"Marital Alliances", 1974, 303, which confounded succession practices and resulted
in extensive litigation. We know little of the culture of a Nahua king's court,
except for the presence oí rnany wives and the occasional singing of war songs
in celebration of the great deeds of the rulero See 1-115-22 for. Chimalpahin's
account of the court of the Mexica tlatoani Axayacatl.
.57 11-5-7. The Anonymous Conqueror wrote, "they have rnany wives, as rnany
as they can support ... , but as 1 have said, one is the principal wife and her
children inherit whereas the others do not, since they cannot since they are
considered as bastards", in Fuentes, The Conquistadores, 1963, 181. Polygamy was
practiced among the Maya as well, and nurnerous inscriptions bear the narnes
pf the kings' most important wives. In Yaxchilan, title passed to the son of a
76 SUSAN SCHROEDER N'

Of all rus women Quetzalma<;atzin chose the widow of his half­ male descendants throug
brother, Huehueyotzintli, late king of Tzaqualtitlan Tenanco. Huehue­ catlachihualtin (derived
yotzintli had married Chimalmantzin, the daugther of the tlatoani of "male kingly creations"
higher-ranked Tlalmanalco [Itzcahuacan TlacochcalcoJ when shc was heirs were to officiate iI
seven years old. The marriage was not consummated until she was with SO much else in (
mature. Of this marriage, one child was bom, don Josef del Cas­ Actual kingships were e:
tillo Ecaxoxouhqui, who later ascended the throne at Tzaqualtitlan occasion, and some men
Tenanco (1548-1576). Chimalpahin states tlatoani Quetzalmac;;atzin women of rugher station
selected Chimalmantzin because of love; it may have been the levirate, their wives' kingdoms, b
but it was most likely politically smart since Tlalmanalco was higher right was not forgotten.
ranked and would be designated the colonial cabecera.~8 And Chimal­ An example of the l~
pahin adds umoch iuhque catea y ye huecauh tlatoque miecacihuahua­ the Atlauhtlan Tzaqualtil
que catea" "all the rulers of long ago werc that way, with many Tlacocihuatzin, daughter
wives".S9 With Quetzalmac;;atzin Chimalmantzin had three more chil­ <;auhcan, and was install
dreno The eldest, don Gregorio de los Ángeles Tepoztlixayacatzin, who higher-ranked polity tba!
was bom befo re the offidal marriage, became Chichimeca teuhctli and camatzin had three childr
tlatoani of Itztlacoc;auhcan in 1564. The othcr two children, although importantly in the politi(
baptized by Hemando Cortés, seem not to have hcld office. Of par­
alter the conquest.61 The
ticular interest, showing adherence to pre-Spanish tradition, the first
above) and T equanxayac
of all to inherit the tlatoani throne and title for Itztlacoc;;auhcan was
Quetzalmac;;atzin's son by his primary wife, the \Voman from Mexico to die, he admonished the
Tenochtitlan. Nothing at all is said as to the fate of the rest of Tzaqualtitlan Tenanco, al
Quctzalmac;;atzin's wives.
Come here my sons an
our home at Tzaqualt
Succession altepetl and to rule the.
home; it is only our
Chimalpahin idealizes descent practíces and always stresses the
mother]. Our horne is :
importance of patrilineal patrilocal tradition. And, in the course of is traced through the 1
tracing the rulerships in Amecameca Chalco, it becomes apparent that
sons usually do succeed fathers.oo The term used to describe legitimate Quetzalma~atzin and 1
third wife, who honored his mother upon his installation, Schele and Miller, went to their patrimonial
Blood of Kings, 1986, 28, 143. Barbro Dahlgren reports plural wives among the with the elders of Itztlaco
Mixtecs as well, but first wives always ranked highest and their children inherited
their tides, La mixteca, 1966, 135-136. In Quito, Frank Salomon, "Indian matrilineal affiliation and
Women", 1988, 327, notes plural wives existing among both the nobility and kingdom, exchanged rule
commoners. usurped the rulerships of
58 Not atypical, the levirate was practiced in Yanhuitlan when the Mixtec
cacique's brother died, the ruler mamed his sister-in-law, Dahlgren, La mixteca,
they then held for 25 yea
1966, 136-137.
59 n-6-26. While surely restricting the alliance options for the kings, as we their houses", La mixteca 196
would expect, Chimalpahin provides no specific information other than what has ''Yax-Pac, last king of Copan,
'
been included on the tables. See, especially, the discussion about Panohuayan, had come from Palenque", Blc
p. 25-26, 28-29. 61 They were alIies of He
00 Demonstrated in the dynastic lists for Chaleo; Schroeder, Chimalpahin. even serving as compadre for •
For the Mixtecs, Dahlgren reports that "Mixtec caciques brought the women to 6! 1-165-5.
NOBLEWOMEN OF CHALeo

male descendants through the male Hne is tlatocapipiltin oquichtlato­


catlachihualtin (derived from chihua "to engender"), "kingly nobles",
"male kingly creations" or "descendants". In addition, these royal
heirs were to officiate in the kingdoms of their fathers. However, as
with so much eIse in Chimalpahin's accounts, there are exceptions..
Actual kingships were exchanged fairIy frequently, women ruled on
occasion, and sorne men eagerly left their own kingdoms and married.
women of higher station. These men assumed the title and office in
their wives' kingdoms, but their original affiliation with their birth­
right was not forgotten.
An example of the latter is Cacamatzin, who was a nobleman of
the Atlauhtlan Tzaqualtitlan Tenanco royal lineo Cacamatzin married
Tlacocihuatzin, daughter of a king and a cihuapilli from Itztlaco­
<;auhcan, and wa'.! installed as tlatoani of Tlailotlacan Teohuacan, a
higher-ranked polity than that of his own. With Tlacocihuatzin Ca­
camatzin had three children. Two of these were sons who wouId figure
importantly in the polítical history of Amecameca in the early years
after the conquest.~1 They were Quetzalma<;atzin (already mentioned
aboye) and Tequanxayacatzin, and in 1521, as Cacamatzin prepared
to die, he admonished these two sons to return to his original kingdom,.
Tzaqualtitlan Tenanco, and rule there when it was time. He said:

Come here rny sons and listen to me. When 1 die you are to go tÜ'
our horne at Tzaqualtitlan Tenanco. You are to take care of the
altepetl and to rule there ... This [Tlailotlacan Teohuacan] is not our
horne; it is only our wornan's horne [the place of rny wife, your
rnotherJ. Our horne is in Tzaqualtitlan Tenanco where the genealogy
is traced through the rnale line."'2

Quetzalma<;atzin and Tequanxayacatzin did as their father said and


went to their patrimonial home, but not for long. Through politicking
with the elders of Itztlaco<;auhcan, the young men capitalized on their
matrilineal affiliation and returned to their mother's more influential
kingdom, exchanged rulerships with the incumbent tlatoani, and
usurped the rulerships of all the remaining altepetl tlayacatl, which
they then held for 25 years.

their houses", La mixteca, 1966, 137, and in Copan, Schele and MilIer note that
"Yax-Pac, last king of Copan, recorded that his mother, the previous king's wifc,
had come from Palenque", Blood of Kings, 1986, 143.
.(11 They were allies of Hernando Cortés and benefitted greatIy, the Captain,

even serving as compadre for one of the brothers, I-168-3.


6Z 1-165-5.
NOB:
78 SUSAN SCHROEDER

offspring of the kings" wive


Earlier, their father, tlatoani Cacamatzin had taken as one of his
those outside traditional e
wives a young woman called Iztac Xocmtzin "White Flower", who
cates that these women ha
unbeknownst to mm was already pregnant by another man. ChimaI­
Above-mentioned Hueyhue
pahin says, "u:mo nel ahfo qualli mahuiztic cihuatl" "she was not
Yet in spite of their me
realIy a good or honorable woman".~3 Obviously a woman on her
bastardy, both men sat on
own and in spite of her affair,M Cacamatzin was so taken with
gene pools, and were succ(
her that he married her anyway and even adopted her son, whom he
mate heirs.
named Huehueyotzintli "Outsider" .(;5 Later, Cacamatzin will go out
of his way to petition Ahuitzotzin, great tlatoani of Mexico Tenoch­
titlan, to secure the office and title of the kingship of Tzaqualtitlan Royal M others
Tenanco for Huehueyotzintli --even displacing the rightful heir."H¡
When it was time for tlatoani Huehueyotzintli to choose a wife, it Chimalpahin speaks of
was rumored that his bride too secretly cohabited with another man.~7 not having full authority, F
and maintenance of rulen
was crucial, and often it
Secondary Wives and Consorts the townships of theÍr rr
CharacteristicalIy, Chimalpahin stridently objects when irregularities hegemony of their father:
occur in succession routines. Inevitably it appears that it is a woman but seldom furnished any
of seemingly i1l repute or one without official connections that he malpilli became tlatoani ÍI
blames, even though the tlatoque also Iacked discretion. An example from there. His father, g
is Itzcohuatzin, great tlatoani of Mexico Tenochtidan (1427-1440), ruler.?O Ixtlilcuechahuac, s
who Chimalpahin calls "bastarda", but fails to adequately explain why Tula (1481) to become
this particular son of Acamapichtli, who had at least 23 children, In Amecameca, Miccacal<
warranted such a label when others did not.68 Although he used a old) became tlatoani in Ir
Spanish term to describe hijos naturales "illegitimate children" Nahuatl was Tlilpotoncatzin, the ci
had ~ts coun.terparts, ichtacaconetl, ichtacapiltontli, ichtacapilii, usually in Mexico Tenochtitlan. 1
assocl~ted wIth some form of huehueyotl or huehuentzin, the meanings
cad on the Tequanipan
of whlch are not completely clear. These terms distinguished certain with the high office of Oh
meca, the infant son of the
63 1-154-21. We cannot be certain whether Chimalpahin's comment reflects teuhctli and tlatoani of It
moral in~ulcations from ~is colonial Church associations or if he is taking this
op~orturut);' to cas.t asperslons on Huehueyotzintli. The latter is more likely, since the daughter ofAxayacal
ChImalpahm consIdered Huehueyotzintli a usurper, outside the traditional ge­ Xocoyotl. Moteuh~oma 1
nealogy. last example, even though
M A c1assic example oí the erotic thoughts and sensuality attributed to Chalca
noblewomen can be found in Miguel León-Portilla "The Chalca Cihuacuicatl of ~auhcan, the Mexicatl king
Aquiauhtzin. ~rotic Poetry of .the Nahuas", New'Seholar, 1984, 5(2), 235-262.
~

69 Although probably of Ji
Schele a~d M¡JI~r, Blood 01 Kmgs, 1986, 1'53, find Jaina figurines showing Maya Partidas} of the colonial perlad
women (m partIcular, the courtesans) with "all sorts of mates from Underworld macy". See W oodrow Borah a
dei ties to oversized rabbits". Fray Bernardino de Sahagún disc~sses the courtesans
Ín Mexican Culture: Mexico a
or women of passion, but does not usually deal with them kindly Anderson and
946-1008.
Dibble (eds.), Florentine Codex, Book IO-The People. ' 70 1-142-42.
'65 This i8 the same Huehueyotzintli mentioned aboye p 32. 71 1-117-26.
6'6 I-154-1 to 42. ' .
72 1-108-1; 1-119-25; 1-128-<
67 1-155-l.
73 1-170-5.
'68 1-79-17 and 1-96-41, and el. Carrasco, 1984, 59-61, 63-65.
NOBLEWOMEN OF CHALCO 79

offspring of the kings" wives and consorts (other than incalpanpilhuan) ,


those outside traditional class boundaries. Chimalpahin's usage indí­
cates that these women had been impregnatedby .men of low rank. 69
Above-mentioned Hueyhueyotzintli would surely fit the same category.
Yet in spite of their mothers' bad personal reputations and their
bastardy, both men sat on thrones, contributed to their respective royal
gene pools, and were succeeded by what carne to be considered legiti­
mate heirs.

Royal M others

Chimalpahin speaks of women who as royal mothers, even while


not having full authority, played an important role in the establishment
and maintenance of rulerships. The provenience oí the noblewoman
was crucial, and often it seems that young sons went to officiate in
the townships of their mothers in order to maintain the political
hegemony oí their fathers. Chimalpahin offers numerous examples,
but seldom íumished any explanation. In Mexico Tenochtitlan, Chi­
malpi1li became tlatoani in Ecatepec (1498) because his mother was
írom there. His íather, great tlatoani Ahuitzotzin, installed him as
ruler.?O Ixtlilcuechahuac, son oí Mexicatl ruler Axayacatzin, went to
Tula (1481) to become king because it was his mother's town.1l.
In Amecameca, Miccacalcatl Tlatlecuintzin (though OIUy nine years
old) became tlatoani in his mother's Tequanipan in 1492. His father
was Tlilpotoncatzin, the cihuacotl [royal office, second to the tlatoani]
in Mexico Tenochtitlan. Mexica king Ahuitzotzin installed Miccacal­
cad on the Tequanipan throne.'72 And to maintain the connection
with the high office oí Chichimeca teuhctli in Itztlac~auhcan Ameca­
meca, the infant son of the late Aoquantzin was installed as Chichimeca
teuhctli and tlatoani oí Itzdacoc;auhcan. The child's grandmother was
the daughter ofAxayacatzin and the older sister of Moteuhcc;oma
XocoyotL Moteuhc~oma himself installed the child-king.111 (In this
last example, even though the child's mother was not írom Itztlaco­
c;auhcan, the Mexicatl king capitalized upon the original marital affilia­
69 Although probably of Httle influence in this instance, Spanish law (Siete
Partidas) of the colonial period as well recognized numerous categories of "illegiti­
macy". See Woodrow Borah and Sherburne F. Cook, "Marriage and Legitimacy
in Mexican Culture: Mexico and California", California Law Review, 1966, 54:
946-1008.
70 1-142-42.
71 1-117-26.
72 I-I08.1; I-119-25; I-128-44; I-161-15.
78 I-170-5.

6
80 SUSAN SCHROEDER NOE

tion and immediately installed the dynastic heir, who was his nephew aIready. with rulers, a deit
as well.) finally reached Amecamec
Later, and tragically for the wife, in 1548, don Juan Bautista de they· were in the area. 1
Sandoval Toyaotzin became tlatoani of Pochtlan Tequanipan because .Tequanipan tIaca "the 01
bis mother was a cihuapilli from there. 74 His father, don Juan de Later we leam that inhue1
Sandoval Tequanxayacatzin teohua teuhctli, had been ruling as supreme to serve as sorne sort of :
tlatoani of all Amaquemecan altepetl tlayacatl, and installed his son recognize the newcomers
on the Tequanipan throne. Toyaotzin married a cihuapilli from Cui­ tú settle in Amecameca. .
tlahuac, but killed her after a short while. 75 But then, upon his father's preliminary exchanges Tlil
death in 1565, Toyaotzin retumed to Tlailotlacan and assumed the in-rank tlatoani of Itztla
important title and rulership held previously by his father. 76 people. He then took "t1
It should be noted that a mother's political affiliation could also pregnated her. The peop
have devastating effects on her son's aspirations to high office. Huehue stay and establish their
Chimalpahin, whose name Chimalpahin took as one of his own, may .Amecameca. The leader
well have become a tlatoani had it not been that his mother was from ruler, and he and bis da'
a town [Atlauhtlan Tzaqualtitlan TenancoJ where the royal genealogy union with Tliltecatzin. ~
was de1iberately terminated. His candidacy was rendered ineligible and in the kingship of TequaI
the tlatoani office and title passed to a brother (Quauhtlehuanitzin), of the then second-in-ral
whose mother presumably was from a different town. n (see Chimalpahin's gene.
The -hueltiuh of the
Sisters and Consorts wife of Tliltecatzin's, OIl
a term Chimalpahin se1c
Another term that Chimalpahin used to describe women 18 huel­ hueltiuh" is not explainl
tiuhtli "older sister", which is found in the possessed form, i-, inhueltiuh, We have just looked
"his", "their older sister". Most often it indicates sibling relationships, lnothers, daughters, and I
i. e., Acolnauatl, son of Huehue Huitzilihuitl, had three older sisters/ 8 pbvious that the roles o:
or the tlatocacihuapilli from Mexico Tenochtitlan, who was the older portant than Chimalpahi
sÍster of Moteuhcc;oma Xocoyot¡:r9 position of high responsit
There is one instance, however, where hueltiuhtli takes an entirely of bis family. It is at tl
different meaning; it is when Chimalpahin speaks of the establishment :88 males definitely ruled
of a rulership during the formative years of Amecameca. In this case
the people of Tequanipan have been traveling about for many years, The first cihuapillatc
toztzin, who was installf
74r-I71-50; n-14--22. her father, Quahuitzatzi
75Chimalpahin tells the exact period of the marriage, one year, six months, Quahuitzatzin, the foun
and twenty days, but gives no reason for the murder, u-16-15; II-19-43.
76 Looking back, we are reminded that these men were descendants of tIa­
8ucceeded by a Nochht
toaru Cacamatzin, whose lineage was of the Atlauhtlan Tzaqualtitlan Tenanco ;X¡uhtoztzin immediately
dynasty. But it was 1565, many kings had died, and rightful rulers were hard to ·that there was no one eh
come by. No one seemed to challenge Toyaotzin's assuming the Tlailotlacan throne
by this time, although there had been much unhappiness with his father's rule. 84) 1-47-36.
n r-98-44. 81 Pedro Carrasco report
78 1-54-36.
that "if there were no malc
79 1-170-7.
c:ould succeed to the rulershi¡
NOBLEWOMEN OF CHALCO 81

already with rulers, a deity, and a teomama "godcarrier". When they


finally reached Amecameca, the leader and a woman let it be known
they were in the area. The woman is identified only as inhueltiuh
Tequanipan tlaca "the older sister of the people of Tequanipan".80
Later we learo that inhueltiuh is the daughter of the leader and seems
to serve as sorne sort of inducement to prompt the local tlatoque to
recognize the newcomers and then perhaps grant them permission
to settle in Amecameca. That is exactly what transpired. After sorne
preliminary exchanges Tliltecatzin Chichimeca yaotequihua, the second­
in-rank tlatoani oí Itztlacoc;auhcan, went to greet the Tequanipan
people. He then took "their older sister" as his concubine and Ím­
pregnated her. The people of Tequanipan were given permission to
stay and establish their altepetl, becoming the third tlayacatl in
Amecameca. The leader (and father of inhueltiuh) was installed as
ruler, and he and his daughter raised her son, the child born of her
union with Tliltecatzin. This child will later succeed his grandfather
in the kingship oí Tequanipan and marry the daughter of the tlatoani
oí the then second-in-rank altepetl tlayacatl, Tzaqualtitlan Tenancc
(see Chimalpahin's genealogy, Table 5).
The -hueltiuh of the Tequanipan people is never identified as a
wife of Tliltecatzin's, only as ymecauh "his consort", "concubine" ~
a term Chimalpahin seldom uses. The significance oí the term "in­
hueltiuh" is not explained.
We have just looked at sorne of the ways in which royal wives,
mothers, daughters, and sisters appear in Chimalpahin's writings. lt is.
obvious that the roles of these and other women are far more im­
portant than Chimalpahin would have us believe. There is one more
position oí high responsibility that manifests when Chimalpahin speaks
of his family. It is at this point that we learn that females as well
as males definitely ruled in Amecameca.
The first cihuapillatoani (or cihuatlatoani) in Chalco was Xiuh­
toztzin, who was installed in 1340, maintaining the royal lineage of
her father, Quahuitzatzin, who supposedly had ruled íor 101 years.
Quahuitzatzin, the founding tlatoani of Tzaqualtitlan Tenanco, was
succeeded by a N ochhuetzin, who died shortly aíter taking office.
Xiuhtoztzin immediately assumed the throne -Chimalpahin explaining
that there was no one else to rule.Sl. Nochhuetzin's background is never
80 1-47-36.
81 Pedro Carrasco reports from a probanza during the early colonial period,
that Hif there were no males who were cIose relatives and most worthy, females
could succeed to the rulership". Cited from Carrasco, "Royal Marriages", 1984, 44.
82 SUSAN SCHROEDER

revealed, for he is not listed among Quahuitzatzin's progeny, although


at one point Chimalpahin identifies him as Xiuhtoztzin's husband, and Colonial N oblewomen
it may be that he was brought in as a male successor to the throne.
Xiuhtoztzin was invested with the royal title of her office and WeH after the cor
occupied the throne for eight years. 82 Chimalpahin commends her joyed prestige, by the:
rulership and states that her heirs were Índeed the rightful successors with or without the "d
to the throne, even though the descent was matrilinea}.83 He goes to received Christian nam
great trouble to justify the rulership of the que en ; however, it should names and clung to ti
be taken into account that Xiuhtoztzin was Chimalpahin's grand­ Indian noblewomen ha
work needs to be dom
mother seven times removed, and that the rulership might just have
notes a cacica· "wife of
come to an end if the noblewoman had not taken office.
influence in the earIy
There are two other cihuatlatoque mentioned in Chimalpahin's re­
in distant Quito, Fran~
cords. One, in an in complete reference, an Illancueitl, is noted as woman who married ~
noble queen of Acolhuacan and the daughter oí Huitzilihuitl, Mexica From her widowhood I
leader in 1365, but there is no more information. 84 The second cihua­ of her own lineage, he
tlatoani was the widow 11acocihuatzin, who, upon the death of her both, [doña] Beatriz 1
husband, the tlatoani of Itztlaco~auhcan, assumed the throne because sovereign to the repubU
their son was too young to rule. As regent she was vested with full still coveted as brides ú
authority, receiving the title of the rulership and the crown as well kett gives the example ¡
( 1410-1419). When her son was grown, he ascended the throne. who married a Cuerna
Chimalpahin says the line passed through the mother's side. as able to secure the gove
sons married Indian v
82 1-173-'55. Miller and Schele, Blood 01 Kings, 1986, 143, emphasize that served to secure the farr
amol'l~ the Maya women also ruled and Jist important queens for the late Classic
period: Lady Ahpo-Katun of Piedras Negras, Lady Ahpo-Hel of Palenque, and brought both wealth aIJ
the Lady of Dos Pilas of Naranjo. Irene Silverblatt, "Andean Women under Elite mestizas (still
Spanish Rule", in Women and Colonization, ed. by Mona Etienne and Eleanor Moteuhc~oma Xocoyotl,
Leacock, New York, 1980, 149-185, demonstrates good evidence for wornen ruling
in their own towns, and that sorne were queens or "principal rulers" along the
Chimalpahin refers to tl
north coast of Peru, 153. Believing that Inca wornen's authority originated in "women-priests" .89 1 ha'
religious cults, which evolved into c1ass institutíons and political offices, the women in Chimalpahin
Andean queen (eoya) and her female associates contríbuted greatly toward con­ period, elite or otherwis
solidating the ernpire, 155, 157-158.
83 r-174-1-9. Ronald Spores excellent analysis of Mixtec rnarriage and descent
practices will be discussed below. Beyond Middle America, Irene Silverblatt, &!I Robert S. Haskett, '

"Andean Wornen", 1980, 152, 157, observes parallel lines of descent were the Persistence, Adaptation, and
order arnong prehispanic Andean groups, and Frank Salomon, "Indian Women", 1987, 203-231.
1988, 327, c1airns that parallel descent and inheritance practices are stilI in 87 Salomon, "Indian W(
operation today in Quito. 88 See Haskett, "Living
84 n-165-54; n-166-3; or el. Carrasco, "Royal Marrlages", 1984, 57. Carrasco among Cuernavaca's Colonia
notes that the names of nobility often recur in a given lineage, 69. See Gillespie 34..159, for a careful and th4
fot additional information on Illancueitl as a possible female ruler, Aztecs, 1989, accrued by means of succe
19-21, 28-56. Unfortunately, details about the content of rulership are lacking in Cuernavaca.
once again. 89 u-19-5; rr-22-32. For

85 1-84-12; 1-89-21; 1-174-20. See Schroeder, Chimalpahin, 184.185, for addi­ pahin, see Susan Schroede:
tional discussion. Colonial Mexico", in India"
by Susan Ramírez, Syracuse,
NOBLEWOMEN OF CHALCO 83

Colonial Noblewomen

Well alter the conquest royal wive3, daughters, and mothers en­
joyed prestige, by then recognized by the Spanish honorific "doña",
with or without the "cihuapilli" in the Nahuatl accounts. These women
received Christian names upon baptism, but they retained their ludian
names and clung to their political affiliations. There is evidence that
lndian noblewomen had authority during the colonial period, but more
work needs to be done in tbis area. In Tepoztlan, Robert S. Haskett
notes a cacica "wife oI a cacique" o "ruler" with considerable political
influence in the early years of the eighteenth century.~ Even earlier,
in distant Quito, Frank Saloman tells oI [doña] Beatriz Ango, a noble­
woman who married Topatauchi Atahualpa, son of Atahualpa Inca.
From her widowhood to the time of her death (1583-1601), because
oI her own lineage, her marriage, and the wealth and prestige froID
both, [doña] Beatriz Ango was considered at least "symbolically a
sovereign to the republic of Indians".87 And lndian noblewomen were
still coveted as brides in the colonial periodo In another instance, Has­
kett gives the example in the sixteenth century oI a mestizo (perhaps)
who married a Cuernavaca lndian woman oI bigh position and was
able to secure the governorship oI the polity for thcir two sonso Both
sons married lndian women with the title doña, which may have
served to secure the family's prominence in local politics. These women
brought both wea1th and political influence to their marriages. 88
Elite mestizas (still "cihuapipiltin"), notably the descendants of
Moteuho;oma Xocoyotl, distinguished themselves by entering convents.
Chimalpahin refers to them as monjastin or cihuateopixque "nuns" or
"women-priests".89 1 have Iound no pre-Spanish counterpart for these
women in Chimalpahin's history. lndian women of the early colonial
period, elite or otherwise, did not become nuns, and Asunción Lavrin.

8~ Robert S. Haskett, "lndian Town Government in Colonial Cuernavaca:


Persistence, Adaptation, and Change", Hispanic American Historical Review, 67 (2) ,.
1987, 203-231.
87 Salomon, "lndian Women", 1988, 33!.
88 See Haskett, "Living in Two Worlds: Cultural Continuity and Change
among Cuernavaca's Colonial Indigenous Ruling Elite", EthnohistoT)', 35 (1), 1988,
34J 59, fOl" a careful and thorough exposition of political and material advantages
accrued by means of successful marital ties with local indigenous elite females
in Cuernavaca.
89 II-19-5; II-22-32. For more infonnation about mestiza nuns from Chimal­
pahin, see Susan Schroeder, "Chimalpahin's View of Spanish Ecclesiastics in
Colonial Mexico", in Indian-Religious Relations in Colonial Spanish America, ed.
by SUBan Ranúrez, Syracuse, 1989, 21-38.
84 SUSAN SCHROEDER

reports there were no convents for lndian women until the eighteeenth date for marriage. 9tl Thf
century.90 Another mode of self-assertion and independence is seen in and enjoyed being re4
sixteenth-century testamentary practices by lndian women who went territories.
to great lengths to assure that their personal property went to pre­ To succeed to officc
ferred heirs. 91 birth of the noble das
through direct deseent j
Any deviation from the
Comparisons and Conclusions One way that could h
claBS, which may carry
We have already noted the similarities between interdynastic
have happened at sorne
marriages in the Triple Alliance and what Chimalpahin records for
In spite of what he W4
Chalco. However, of all recent scholarship on Mesoamerica, the Mixtec
parents, his brother, nor
cacicazgo "kingdom", upon comparison, comes closest to the Chaleo
the Spanish "don" tm
altepet1 in both its social and polítical composition. Headed by heredi­
especially for the Mixte
tary rulers who apparently stuck to traditions much better than the
natives; hence, its dural
Chalca kings, Ronald Spores has been able to trace líneages in nume­
IOUS Mixtec cacicazgos that endured for centuries, even through the
Keeping in mind al"
colonial period.92 He believes the success of cacicazgo operations can tive and his bias, neve
be attributed to strict adherence to marriage and succession procedures, survivals of social and
which ensured survival for the políty.93 Charles Gibson too attributes but continuity at least
the persistence of many lndian towns in central Mexico to traditional 10nger. 99 His failures to
leadership and interregional associations.94 to altepetl and rulership
Most of Spores's information concern the nobilíty. What is unique bility exists that the Na
about the Mixtecs, though, is that women seem to have equal standing to reflect the feminine (
with meno Kings married queens who brought their own titles and be attributed to concert4
inheritance to the marriage, and then passed them intact to specific procedures for inheritan
offspring, depending on the marriage arrangement.95 Kings purpose­ Mixtecs. Distinguishing
fully sought entitled women of high status (and perhaps vice versa), 906 Spores, Mixtec Kings,
and were advised by cacicazgo nobles about an appropriates candi­ huehuetque, as town elders
Quetzalmac;atzin politicked t
90 Asunción Lavrin, "Female Religious", in Citíes and SDciety in ColDnial and succeeded, 1-167-4 to
Latín America, ed by Louise Sehell Hoberman and Susan Migden Socolow, camatzin's promoting an ado
Albuquerque, 1986, 176. Ameeameca elders CIllmalpa
91 See especialIy S. L. Cline, CDlonial Culhuacan, 1580-1600, A SDcial HistDry no right to act as he did al
DI an Aztec TDwn, Albuquerque, 1986; Susan Kellogg, "Aztec Inhentanee in altepetl tlayacatl rulerships
Sixteenth-Century Mexico City: Colonial Patterns, PreIllspanic Influences", Ethno­ concerted effort by colonial <
hisfory, 33(3), 1986, 313-330; and Frank Salomon, "Indian Women of Early meea rulersIllps to proper he
Colonial Quito as seen through their Testaments", Americas, 46(3), 1988, 97 Spores, The Mixtecs,
325-341. . 98 CIllmalpahin is very
112 See Ronald Spores, Mixtec Kings, 1967, "Marital Allianees", 1974, and marriage to a secondary· wi
The Mixtecs, 1984. along the lineo Originally ca
93 Spores, Mixtec Kings, 1967, 29. himself "don Domingo de :
9~ Charles Gibson, "The Aztec Aristocracy in Colonial Mexíco",CDmparotive he did not aetually take tl
Studies in Society and History, 2, 1960, 169-196. privately, when he was writiJ
95 Spores, "Royal Marriage", 1974, 303-304, reports, "daughters were eligible 99 Chimalpahin stopped
and could succeed even when they had malesiblings". "Diario" and his "La conqu
NOBLEWOMEN OF CHALCO 85

date for marriage. 96 These women he1d sway over their own cacicazgos
and enjoyed being recognized as the supreme authority in their
territories.
To succeed to office or inherit title one had to be a member by
birth of the noble class, wbich, according to Spores, "was attained
through direct descent from titled-royal class parents and ancestors". 97
Any deviation frorn the norm meant permanent loss of royalty status.
One way that could happen was by marrying someone out of your
class, which may carry over to the Nahuas, for that is what must
have happened at sorne point in Chimalpahin's own family (Table 5).
In spite of what he would like us to believe, neither Chimalpahln's
parents, his brother, nor he himself have legitimate indigenous titles or
the Spanish "don" that appeared earlier in the family line.9s But
especially for the Mixtec cacicazgo, there were no exceptions or alter­
nativesj hence, its durability through the colonial periodo
Keeping in mind always that bis bistory reflects his mental perspec­
tive and his bias, nevertheless, Cbimalpahin demonstrates not only
survivals of social and polítical practices in the kingdoms of Chalco,
but continuity at least to the end of the sixteenth century, if not
longer. 99 His failures to acknowledge the significan ce of noblewomen
to altepetl and rulership conservation need not be overstated; the possi­
bility exists that the Nahua perspective of bis time lacked the facility
to reflect the feminine dimensiono Surely much of the persisten ce can
be attributed to concerted efforts by the nobility to follow established
procedures for inheritance and succession, as we have seenwith the
Mixtecs. Distinguishlng Chalco, however, and perhaps typical of

00 Spores, Mixtec Kings, 1967, 115. In Chalco there is sorne evidence' that
huehuetque, as town elders, had a say in succession procedures al! when
QuetzaImat;;atzin politicked to exchange his kingdom for a more prestigious one
and succeeded, 1-167-4 to 50. But sorne kings acted independently, i. e., Ca­
camatzin's promoting an adopted son to his rulership (see above, pp. 34-35). The
Amecameca elders Chimalpahin interviewed maintained that Huehueyotzintli bad
no right to act as he did and that his half-brothers who usurped all Amecameca
altepetl tlayacatl rulerships were never considered legitimate rulers. In 1548, a
cQncerted effort by colonial and Indian authorities was made to restore all Ameca­
meca rulerships to proper heirs, 1-155-35 to 157; II-14-4.
97 Spores, The Mixtecs, 1984, 65.
98Chimalpahin is very up front about this. lt may have been due to a
marriage to a secondary wife, or the absence of a titled royal heir somewhere
along the lineo Originally called just "Domingo Francisco", but eventually calling
himself "don Domingo de San Ant6n Muñ6n Chimalpahin Quauhtlehuanitzin",
he did not actually take the "don" or his many other names until late and
privately, when he was writing his history (ca. 1610-1620).
99 Chimalpahin stopped writing abruptly, leaving at least two works, his
"Diario" and his "La conquista de México", in midsentence, unfinished.
86 SUSAN SCHROEDER

Nahua central Mexico,wereroyal dynastic traditions coupled with an


extraordinary capacity for accommodation and change that were
standard long before the arrival of the Spaniards. In addition, delibe­
rate networking by means of interdynastic marriages, whether within
Amecameca to reaffirm altepetl tlayacatl bonds generation after gene­
ration, or beyond Amecameca but within Chalco to maintain the BRUJAS DE 1
federation, or farther still, bringing in or sending off royal offspring.
to transfer prestige, polítical influence, and probably wealth, vitalized
the dynasties and rulers' prerogatives in their dominions. Needless to
say, none of it would have been possible without the noble women. 'después de su sali¿
~1II1iCr~mlS'.
caminaban haci
los aztec
ABBREVIATED GLOSSARY OF NAHUATL TERMS USED
una hech
WITH SOME FREQUENCY*

de su dios. TI
altepetl kingdom, city state
y mala que el
altepetl tla:yacatl kingdom, large subdivision within a.
eón muchos agravi,
eomplex altepetl ~~e usava para después
calpulli "barrio", see ealpultlaxilaealli 'Ji A los sacerdotes qui(
calpultlaxilacalli barrio, distriet, jurisdietíon; subdivisioTh . .iÍWtzilopochtli respondi6
within a tlayaeatl
Chichimeca teuhctli * Chichimeca lord (royal title) ~;, aquella
noche al prime
cihuapillatoani noblewoman-ruler, queen ayos y señores la dele
cihuapilli, pI. cihuapipiltin noblewoman, lady _¡ quien le pudiesse dar J
cihuatl; poss. icihuauh woman; his wife voluntad porque su Ve]
cihuatlatoani, pI. cihuatlatoque woman-ruler, queen nes, trayéndolas a SUI
huehuetlatolli ancient story, hístorical accounts de coraz6n y brazos,
hutlhuetque elders, ancestors nombre y levantar la
hueltiuhtli "elder síster" ? itéñores del oro y de 1:
huexiuhtli co-parents-in-Iaw plumas ricas [ ...].
icalpanpilhuan ehildren of a eoncubine
rruu;ehualli, pI. macehualtin eommoner Malinalx6chitl y los s
mecatl; poss. imecauh cord, rope; his eoneubine . ' Malinalco, que vino
pilli, pI. pipiltin noble, nobleman taMes fueron temidos ce
tcohua teuhctli * divinity-possessor lord (royal title> . el' Siglo XVI. Más tarde
teuhctlatoani lord-king; subordinate ruler acercarse a la Tierra PI
tlatoani, pI. tlatoque king, ruler una coalici6n de poblac
tlatocacihuapilli kingly noblewoman, queen Malinalx6chitl.:1
tlatocatlacamecayotl royal genealogy

tlatocayotl
El incidente, a prim
kingship, rulership

tlaxilacalli see calpultlaxilacalli


nes que intentaban desl
'1 Tovar, 1972: 14. Las f

*
Nahuatl tenns following personal names of nobles often indicate a royal title­ 1878: 23-24, 26, 225-227; 'I
or office; unfortunately, literal translations seldom convey exact meanings. 37-38; parecen todas depend
LAS BRUJAS DE LAS PEREGRINACIONES AZTECAS

MICHEL GRAULICH

Poco después de su salida de la tierra de origen mítico, Aztlail, y'


mientras caminaban hacia la tierra prometida por su dios tutelar
Huitzilopochtli, los aztecas mexicas tuvieron graves problemas con
Malina1xóchitI, una hechicera tanto más temible cuanto que era la
hermana de su dios. Tovar escribe al respecto: "era tan grande
hechizera y mala que era muy perjudicial su compañía, haziéndose
temer con muchos agravios y pesadumbres que dava, con mill mañas
que usava para después hazerse adorar por dios".
A los sacerdotes quienes le comunicaron las quejas del pueblo,.
Huitzilopochtli respondió en sueños que
aquella noche al primer ~ueño, estando ella durmiendo, con todos sus
ayos y señores la dexasen allí y se fuesen secretamente sin quedar
quien le pudiesse dar razón de su real y caudillo, y que ésta era su
voluntad porque su venida no fue a enhechizar y encantar las nacio­
nes, trayéndolas a su servicio por esta vía, sino por armas y valentía_
de corazón y brazos, por el qual modo pensava engrandecer su
nombre y levantar la nación mexicana hasta las nuves, haziéndoles.
señores del oro y de la plata, y de todo género de metales y de las;
plumas ricas [ ... ].

Malinalxóchitl y los suyos fueron pues abandonados y se asentaron


en Malinalco, que vino a ser una ciudad muy poderosa, cuyos habi­
tantes fueron temidos como grandes hechiceros y magos incluso en
el siglo XVI. Más tarde, al penetrar en el Valle de México y al
acercarse a la Tierra prometida, los mexicas tuvieron que vencer a
una coalición de poblaciones locales alborotadas por C6pil, hijo de
MalinalxóchitLl.
El incidente, a primera vista dio lugar a múltiples interpretacio­
nes que intentaban descubrir algún hecho hist6rico como base del
l. Tovar, 1972: 14. Las fuentes más importantes son: Tezoz6moc, 1949: 28-31;
1878: 23-24, 26, 225-227; Tovar, 1972: 14-17, 128-132; Durán, 1967: 2: 30-32~
37-38; parecen todas dependientes de un mismo manuscrito original.
88 MICHEL GRAULICH LAS BRUJ}

suceso. En el siglo pasado, Orozco y Berra indicó el camino: se tra­ se mencionaría en la


taba de una escisión religiosa con el fin de excluir a las mujeres del grupo de textos relaci
ejercicio del culto mexica. Más recientemente, Zantwi jk habló de un pronto se presentará, !
conflicto por el poder "a un lado, la autoridad máxima en el sis­ de la escisión de un 1
tema interno que es una persona que pertenece a un principal li­ dos en relatos de pe!
naje maternal de algún otro calpulli" y, al otro lado, la autoridad aztecas, relatos en los (
máxima en el sistema externo que es una persona que pertenece el análisis de los porm
a un principal linaje paternal de algún otro calpulli. Sin embargo, hoy, sugiere una inter]
tuvo el mérito de identificar a MalinaIxóchitl con diosas tierra-madre Examinemos pues é
como Cihuacóatl (Mujer-serpiente), Itzpapálotl (Mariposa de obsi­ seguro, el único redact:
diana), o T cteo innan (Madre de dioses) y de hacer de ella la repre­ se conforma con dfS(
sentante de los chalmecas, considerados ellos como los más antiguos pero en términos esc~
habitantes del Valle de México. La "malvada" (ta
La mayoría de los investigadores concuerdan más o menos con descrita como "teyo/lo
Zantwijk. Uchmany por ejemplo interpreta el episodio como una cochmamani tecohuaq:
lucha contra restos del poder matrilineal mientras que Klein insiste petlazolcohuatl in toca
justamente en la asinúlación de la bruja con los autóctonos e incluso En el siglo XVI, Mo
la califica de "enemiga por excelencia". Duverger se inclina por un la sangre" o "hechicer
conflicto entre chamanes y jefes militares deseosos de romper con y teixcuepani por "en~
costumbres heredadas del pasado nómada. 2 ¿Estaremos pues en pfi
Es indudable que pueden efectivamente haber ocurrido escisiones ficado? Tres de ellos (
durante la peregrinación azteca. Pero eso no es motivo suficiente "clases de magos" iden
para conceder una base histórica al acontecimiento. En primer lu­ guas, "magos" cuyas a
gar, para los aztecas mexicas, cuya historia se confunde cada vez conocidos.5
más con el mito, según se remonta en el tiempo, tales escisiones tuvie­ Con respecto a ma
ron necesariamente que producirse. En efecto, si los mexicas preten­ en Coyuca, lograron lJ
dieron haber salido de Aztlan al mismo tiempo que los otros pueblos rrado cerca de un all
de México, dijeron sin embargo también que el Valle estaba ya densa­ infierno.e Sus actividad
mente poblado cuando llegaron. Era importante presentarse como rey de Azcapotzalco ti
hermanos menores recién llegados que consiguieron imponerse a sus el juego de pelota rin
mayores ya asentados y usurpadores, yeso de conformidad con un tecotzquanime, a vece
tema constante en la mitología mesoamericana. Desde luego la pre­ de matarlas y de apodt
sencia de habitantes en la Tierra prometida no podía explicarse sino panime y teettlaxiliani1l
por escisiones que permitieron a ciertos pueblos oriundos de Aztlan los epítetos del hechio
preceder a los mexicas ... 3 era posible aplicarle la
Hay otros elementos que permiten dudar de la historicidad del
~ Molina, 1970: 93, 95
conflicto. Si la escisión con MalinaIxóchitl hubiera ocurrido realmente, IIL6pez Austin, 1967.
6 Ruiz de Alarcón, 19f
2 Orozco y Berra, 1960: 3: 70; Zantwijk, 1963: 193; 1977: 46-47; González 7 Chimalpahin, 1965:
de Lesur, 1968: 175-190; Davies, 1980: 180, 247, 339; Monjarás-Ruiz, 1980: 8 L6pez Ausun, 1967:
67; Uchmany, 1978: 229; Klcin, 1980; Duverger, 1983: 297. 9 Sahagún, 1950-1969:
3 Graulich, 1981. 10 Ixtlilx6chitl, 1975: :
LAS BRU J AS DE LAS PEREGRINACIONES AZTECAS 89

se mencionaría en la mayoría de las fuentes y no solamente en un


grupo de textos relacionados entre sí. Luego, en una variante que
pronto se presentará, sí se trata de una bruja pero en ningún modo
de la eseisión de un grupo. Además se encuentran episodios pareci­
dos en relatos de peregrinaciones de pueblos muy anteriores a los
aztecas, relatos en los cuales éstos se inspiraron profusamente. Por fin,
el análisis de los pormenores del episodio, no tenidos en cuenta hasta
hoy, sugiere una interpretación totalmente diferente.
Examinemos pues algunos pormenores basándonos en el texto más
seguro, el único redactado en náhuatl, la Crónica mexicáyotl. El autor
se conforma con deseribir la actividad maléfica de MalinaIxóchitl
pero en términos eseogidos con esmero.
La "malvada" (taueliloc), "que no era persona humana", está
descrita como Uteyolloquani tecotzanani teixcuepani teatlaxiliani, te­
cachmamani tecohuaqualtian, tecaloqualtiani ca machi quinatza in
petlazalcohuatl in tocatl".
En el siglo XVI, Malina traduce teyollaquani por "bruja que chupa
la sangre" o "hechicera", tecotzquani y teotlaxiliani por "hechicero"
y teixcuepani por "engañador o embaucador, burlador o hechizero".4
¿Estaremos pues en presencia de cuatro términos con el mismo signi­
ficado? Tres de ellos designan en todo caso algunas de las cuarenta
"clases de magos" identificadas por López Austin en las fuentes anti­
guas, "magos" cuyas actividades y procedimientos específicos son mal
conocidos. 5
Con respecto a magos como el teyolloquani sabemos que un día,
en Coyuca, lograron hacer morir a varias personas por haber ente­
rrado cerca de un altar cenizas recibidas de buhos mensajeros del
infierno.~ Sus actividades no eran necesariamente siempre nefastas: un
rey de Azcapotzalco tenía algunos a su servicio y jugaba con ellos
el juego de pelota ritual para interrogar el hado.7 En cuanto a los
tecotzquanime, a veces enviaban enfermedades a sus víctimas a fin
de matarlas y de apoderarse de sus bienes. 8 Por último, de los teixcue­
panime y teotlaxilianime no se sabe mucho: 9 teixcuepani es uno de
los epítetos del hechicero malo que, como sabemos por otra fuente,
era posible aplicarle la pena de muerte.:lO .

4 Molina, 1970: 93, 95, 10l.


5 López Austin, 1967.
6 Ruiz de Alarcón, 1982: 6'5.66.
7 Chimalpahin, 1965: 96.
B L6pez Austin, 1967: 92.
9 Sahagún, 1950-1969: 10:31.
10 IxtIi1x6chitl, 1975: 2:102.
LAS BRUJAS
90 MICHEL GRAUUCH

tomarlo todo al pie d4


Como tales, aquellos términos nos enseñan mucho. me~os acerca
teniendo en cuenta el
de Malinalxóchitl que si los interpretamos en su sentido literal, en­
y los juegos de palabn
tonces nos damos cuenta de que no fueron escogidos al azar en el
.mece a la gente y la II
repertorio de "magos" y de que son perfectamente apropiados a las
se las echa, o torna ala
. Recordemos
circunstancias, es decir la situación de los mexicas errantes. . tQales con ellos --es p
que Malinalxóchitl hace estragos entre hombres que canunan sm cesar,
dicho pasaje-o En cm
valientemente afrontando peligros sin fin, hombres que deben estar al
acecho del ~enor signo anunciador de la Tierra prometida. Pero­
Sustrae literalmente de
de su glorioso destino
la hechicera es teyoUoquani, literalmente "la que devora el corazón
.:;:omer culebras y piojo:
de la gente'" en comiendo el corazón les quita a los migrantes el
órgano mism~ del movimiento. "Corazón", yóllotl en náhuatl, tiene
más sombrías de su hi
los ciempiés que pulula
la misma raíz que ollin, "movimiento". Es con los corazones con ~()
purar y entre las araña
que se alimenta al sol y se le permite proseguir su marcha haCia
MalinaIxóchitl es dI
el cielo. Sin este alimento permanecería inmóvil.
éstos están estrechament
El corazón es igualmente el órgano que orienta y dirige la fuerza
amor, de la impurificac
del tonalli, de esa chispa de vida, ese calor que anima al ser, esa­
fantasmas, la luna, las
fuerza vital que es el blanco preferido de los manipuladores de poten­
cias ocultas. Es él también el que contiene el fuego divino de los,
las culebras.u Se sitúa
curidad y la muerte, tal
hombres inspirados, de las personalidades excepcionales, de los guias.
Su nombre, "Flor de h
de pueblos en migración.11 En cua~to devor~d?ra de .co~azones, Ma­
hierba seca ( malinalli )
linalxóchitl priva pues a sus companeros de Viaje de Vitalidad, fuerza"
calavera con hierba y ~
ánimo y voluntad. El que no tiene corazón olvida u y pierde pue~
telúrica Cihuacóatl Qui
de vista la tarea que ha de cumplir. Además, cabe preguntarse SI.
de la hechicera}'l
los mexicas todavía pueden caminar, puesto que la hermana de su
dios es una tecotzanani, "que quita las pantorrillas de la gente".
Así pues, si la hen
mexicas se pararían, se
Si bien tuvieran corazones y piernas, ya no encontrarían la Tierra
mentablemente adoránd
prometida porque se les "trastornó la cara" (teixcuepa) , concebida
pasiva, de la tierra y d
corno la sede de las percepciones y sensaciones. 13 Tezozómoc precisa
Mas las intenciones del
en su Crónica mexicana que eÍ que miraba un monte o un río creía
tas a las de MalinaIx61
ver algún animal grande u otras cosas espantosas.14, Por u'lt'l InO -~ n.cr
contesta sin ambiglüeda1
se puede ser más claro-- Malinalxóchitl es también una teotlaxlanz,
vantar los reales incon1
"que hace errar [a la gente], o les desvía de su camino".
la guerra, la conquista
Veamos ahora la continuación del citado pasaje de la Crónica:
sus instrumentos son Sll
mexicáyotl. La bruja «lleva a cuestas a la gente dormida" (tecoch­
que él dará de comer st
mamani), es "la que hace comer culebras" (tecohuaqualtiani) y ':que
hace comer buhos, o piojos" (tecoloqualtiani), "convoca cuanto ciem­ Según la Cr6nica "'
hualli. El término desigr
piés y araña" (ca n;ochi quinotza in pet~azolcohuatl ~n tocad). ¿Se
terlzados por su faculta
tratará aquí de técmcas de encanto, de figuras de estdo, o hay que
15 Sahagún, 1950-1969:
11 L6pez Austin, 1980: 1:236-243, 256. 16 Seler, 1902-1923: 4:.
III Ibidem, 1980: 2:240.
11 'Ibíd,m, 1902-1923: ]
13 Ibídem, 1980: 1:214.
:lB Tez0z6moc, 1878: 22!
u Tezoz6moc, 1878: 225.
LAS BRUJAS DE LAS PEREGRINACIONES AZTECAS 91

tomarlo todo al pie de la letra? Probablemente los tres a la vez,


teniendo en cuenta el gusto de los aztecas por los dobles sentidos
y los juegos de palabras. En cuanto practicadora de su arte, ador­
mece a la gente y la lleva cargada a cuestas y hace venir víboras y
se las echa, o toma alacranes, ciempiés o arañas para hacer muchos
males con ellos --es por lo menos así como Tezozómoc parafrasea
dicho pasaje-o En cuanto mistificadora les hace "tragar culebras".
Sustrae literalmente de su dios a los mexicas paralizados. En lugar
de su glorioso destino encontrarán la pobreza, serán condenados a
comer culebras y piojos, lo que les ocurrirá en efecto en las horas
más sombrías de su historia. Se pudrirán en el mismo lugar, entre
los ciempiés que pululan en la basura y cuyas picaduras hacen su­
purar y entre las arañas que hacen hincharse las cames.1S
Malinalxóchitl es dueña de arañas y escolopendras: ahora bien,
éstos están estrechamente relacionados con las diosas de la tierra, del
amor, de la impurificación y aquéllas con la muerte, las tinieblas, los
fantasmas, la luna, las diosas de edad, lo mismo que los buhos y
las culebras.U! Se sitúa pues claramente del lado de la tierra, la os­
curidad y la muerte, tanto más cuanto que es bruja nefasta y mujer.
Su nombre, "Flor de hierba seca", corrobora estas connotaciones. La
hierba seca (malinalli) está representada glíficamente por una media
calavera con hierba y se la asocia a la luna, la ebriedad y la diosa
telúrica Cihuacóatl Quilaztli de quien es indudablemente un aspecto
de la hechicera.u
Así pues, si la hermana de Huitzilopochtli debiera triunfar, los
mexicas se pararían, se asentarían en el mismo sitio y vegetarían la­
mentablemente adorándola a ella, la representante de la feminidad
pasiva, de la tierra y de las tinieblas, de las artes mágicas insidiosas.
Mas las intenciones del dios tutelar mexica son diametralmente opues­
tas a las de Malinalxóchitl. Cuando :;u pueblo viene a quejarse, él
contesta sin ambigüedad: deben abandonarla sobre el terreno y le­
vantar los reales incontinenti, marchar, porque la tarea del dios es
la guerra, la conquista del universo, el ganar toda clase de riquezas;
sus instrumentos son su corazón y su brazo, y no las brujerías; 10
que él dará de comer serán el cacao y las preciadas espigas de maÍz.18
Según la Crónica mexicana, Malinalxóchitl era también una na­
hualli. El témlÍno designaba una clase de brujos muy conocidos carac­
teriEados por su facultad de transformarse en animal según su gusto
15 Sahagún, 1950-1969: 11: 87-88.
U! Seler, 1902-1923: 4:741, 744.
17 Ibídem, 1902-1923: 1:430; 2:916-923, 1049-105'5.
18 Tezozómoc, 1878: 225-226; 1949: 29-30.
LAS BRUJAS D
92 MICHEL GRAULICH

(jaguar, serpiente, lechuza, murciélago ... ) o en cualquier otra enti­ meneas se asimilan a su
y le acompañan en su im
dad animada, por ejemplo en fuego. Si el buen nahualli era conside­
arrancarse del seno de }¡
rado como un sabio, un consejero, un depositario de conocimientos
cambio representa la ascur
un auxiliar preciado, el nahualli malvado en cambio era temido po;
sus hechizos, en particular cuando obraba como "hombre-buho", "des­
de la laguna simboliza 1
porque está dominada por
tructor de gente ... que los mata con pociones, que hace imágenes
de madera de la gente, que se sangra sobre ellas".~ll Las metamorfosis dominada por la tierra )
llanuras áridas del norte,
c~racterísticas del nahualli juegan un papel importante en una va­
tierra irrigada por los agl
nante del episodio de la bruja transmitida por Torquemada.20 En
Para los mexicas, el :
lugar de MalinaIxóchitl es Cihuacóatl Quilaztli la que Torquemada
sobre los autóctonos son (
pone en la escena, una diosa de la tierra, de los nacimientos mons­
nes son un viaje durante .
truosos y de los partos, de la cual decían que era también la hermana
mundo. La época del val
de Huitzilopochtli. Un día, dos capitanes de los mexicas errantes
M~cóat.l y Xiuhnel en,::ontraron durante una cacería a la bruj~ tiempo de los orígenes del
reinaba sólo la oscuridad,
Quilazth que, para enganarlos, apareció transformada en águila sobre
única en recibir tributo (
un n?pal. Los cazadores quisieron tirarle sus flechas cuando Quilaztli
Desde luego no ha de eJ
les. d1Jo que ~ra su herr;tana y de su pueblo y que quiso burlarles.
armas son la brujería y .
Mlxcoatl y Xmhnel enopdos contestaron que era digna de muerte y
servar solas el poder, iml
se fueron.
los migran tes. Son la ine
Los estudiosos no se han preocupado mucho con este episodio ya
mexicas penetran en el V~
que no se puede reducir en ningún modo a un hecho histórico. Sin
zando una coalición de :
embargo el acontecimiento es extremadamente revelador. 'Qué es lo
fuerzo por prohibirles a }<
que en Quilaztli, cuyos talentos de hechicera y sus transformaciones
parte, siglos más tarde f
repentinas no debían de sorprender a nadie -sabemos que el nahualli
sedentarios ricos y opulent
P?ede ser bueno -y q~iso engañar a los mexicas hasta el grado de ser
llegados particularmente vi
dI?na de muerte? Al IgUal que MalinaIxóchitl quiso detenerles en el
hizo Moctezuma? ¿qué p1
nusmo lugar, hacerles abandonar su búsqueda, esta vez persuadién­
valor, es decir a los hech
doles de que habían llegado ya a la Tierra prometida. Un águila
sus "grandes encantadore
sob:e un nopal era en efecto el signo de la Tierra prometida. Donde
como la tierra que procur
tUVIera lugar esta visión debía fundarse México Tenochtitlan. Si la
superchería hubiera salido bien, los migrantes se hubieran asentado que nunca les pudiere
s?~re el terr:no, el sol. no hubiera nacido nunca y la Tierra y las nes íque cemer. .. ] y 1
tlmeblas hubIeran contmuado reinando. con esto otros, los que
El bien conocido emblema de México Tenochtitlan hoy emblema poco les pudieron emp1
de la nación mexicana, representa el águila devorando u~la culebra y pantorrillas, y tampo<
sobre un nopal que surge de la laguna. Simboliza el triunfo del a la postre los que ene
sc:l sobre las tinieblas así como el triunfo de los migrantes o de los despeñar ( ... ] y jamá:
nomadas sobre los autóctonos agricultores. El águila es el sol Huitzilo­ 21 Graulich, 1984.
pochtli, que jamás se para, al igual que los migrantes. Al s~guir1o los 22 En la mayorla de las. I
ilustran mejor los esfuerzos dI
una isla en medio de una lagt
19 Sahagún, 1950-1969: 10:31; López Austin 1967: 95-c.;c.;.
estuvieron convencidos de que
2Q Torquemada, 1975: 1: 80-81. '

LAS BRUJAS DE LAS PEREGRINACIONES AZTECAS 93

mexicas se asimilan a su dios, "corazón del pueblo" y astro del día,


y le acompañan en su irresistible ascenso. Como el sol levante, deben
arrancarse del seno de la tierra y de las tinieblas. La culebra en
cambio representa la oscuridad, los seres telúricos. El nopal que emerge
de la laguna simboliza la temporada de secas -asimilada al día
porque está dominada por el que vence a la estación de lluvias,
dominada por la tierra y el agua. El nopal es un "árbol" de las,
llanuras áridas del norte, recorridas por los nómadas; la laguna es la
tierra irrigada por los agricultores.
Para los mexicas, el arribo a la Tierra prometida y la victoria
sobre los autóctonos son como la aparición del día; las peregrinacio­
nes son un viaje durante la noche, identificada a la tierra y al infra­
mundo. La época del vagabundeo es en todo punto equiparable al
tiempo de los orígenes del mundo, antes de la creación del sol, cuando
reinaba sólo la oscuridad, cuando la monstruosa diosa Tierra era la
única en recibir tributo de corazones de hombres para devorarlos. 21
Desde luego no ha de extrañar que las fuerzas de la noche, cuyas
armas son la brujería y la magia, hagan todo lo posible para con­
servar solas el poder, impidiendo la salida del sol, sedentarizando a
los migran tes. Son la inercia y la autoctonidad. Incluso cuando los
mexicas penetran en el Valle, el hijo de Malinalxóchitl, Copil, encabe­
zando una coalición de sedentarios, hará un último pero vano es­
fuerzo por prohibirles a los mexicas la llegada a su destino. Por otra
parte, siglos más tarde fueron los aztecas mexicas los que, vueltoS'
sedentarios ricos y opulentos, tuvieron que enfrentarse a errantes recién
llegados particularmente violentos: los conquistadores españoles. Y ¿qué
hizo Moctezuma? ¿qué pudo hacer sino acudir a medios de probado
valor, es decir a los hechiceros? El desdichado soberano mandó pues
sus "grandes encantadores" contra los invasores, actuó exactamente
como la tierra que procura absorber los migrantes, mas en vano:
que nunca les pudieron empecer, porque no les hallaban corazo­
nes fque cerner ... ] y les pareció a ellos no tener corazones: fueron
con esto otros, los que echaban culebras ponzoñosas y alacranes; tam­
poco les pudieron empecer; fueron los hechiceros que comían corbas
y pantorrillas, y tampoco pudieron hacer nada con ellos [... J: fueron
a la postre los que encantaban con sueños y los llevaban a cuestas a,
despeñar [ ... J y jamás pudieron empecerles.22
21 Graulich, 1984.
:t2 En la mayoría de las fuentes son los acontecimientos de Coatépec los qUe"
ilustran mejor los esfuerzos de la Tierra por detener los migran tes. Coatépec era
una isla en medio de una laguna, como México o Aztlan. De.de luego los mexicas.
estuvieron convencidos de que habían llegado a la Tierra prometida. Coyolxauhqui

'94 MICHEL GRAULICH LAS BRUJAS DE

Tenemos aquí un raro ejemplo histórico de tentativas de reactuali­ histórica, lo demuestra am]
zación de datos míticos. que no fue seducido y de,
Los nombres de los jefes mexicas que vieron a Quilaztli sobre el Venado, que se sedentarizé
nopal, Mixcóatl y Xiuhnel, fueron sacados por los mexicas de mitos pálotl poco después.21
más antiguos relativos a los toltecas, pueblo glorioso del pasado. De la Xiuhnel se inmovilizó 1
misma manera que los demás pueblos mesoamericanos, los toltecas radora de sus amantes. Lo
tuvieron igualmente que errar por mucho tiempo antes de encontrar a los toltecas y triunfaba
una tierra favorable. Y en los mitos tocantes a los toltecas también mujer que se presentó del
hay relatos acerca de brujos que confirman las interpretaciones suge­ luego hizo el amor con e
ridas y dejan entrever un aspecto de la brujería en el pensamiento energía y su vivacidad y
·del México antiguo. seductora le había quitado
Durante una cacería dos jefes de los toltecas peregrinan tes, Xiuhnel suceso equiparable ocurri!
y Mimich, vieron caer del cielo dos venados bicéfalos. Los persiguie­ quichés.29 Narran pues las
ron bastante tiempo tirándoles flechas. De pronto los venados se contento el ambo a Guatel
transformaron en mujeres. Xiuhnel las llamó: "venid, hermanas ma­ llegados. Deseosos de tempc
yores". Una de ellas le invitó a beber una copa de sangre.23 Xiuhnel a sus hijas más hermosas
10 hizo y luego se acostó a su lado. Al instante la mujer se acostó que les animaba. Pero lru
sobre él, le horadó el hígado y se lo comió. En cuanto a Mimich en vano: al contrario de
que había desconfiado, fue perseguido durante horas por la otra dejaron seducir.
mujer, Itzpapálotl. Por fin, tras varias peripecias consiguió matar a En todos estos mitos ~
la "diablesa" y quemarla con la ayuda de las deidades del fuego. grantes, de transformarles
Itzpapálotl estalló en pedernales de diversos colores. Mixcóatl, jefe que dominen a los autóctl
principal de los toltecas errantes, cogió el pedernal blanco y lo llevó ello porque son ellas las ~
en adelante a cuestas a guisa de diosa protectora.\!4­ la noche, la pasividad, las
En un himno náhuatl muy antiguo Itzpapálotl aparece como están del lado del cielo,
la que se mostró a Xiuhnel y Mimich bajo el aspecto de un ve­ ora la brujería, ora su feIl
nado, "Nuestra Madre", "Madre de dioses", la "Diosa Tierra" .25 eficaz. La mujer disoluta
En el mito, su compañera y ella misma están calificadas de "perver­ su gusto por devorar con;
sas", al igual que Malinalxóchitl, ya que ellas también utilizan mala­ anhela por tonalli. so Ya I
mente sus poderes de nahualli. Después de metamorfoseadas se hacen pozos sin fondo en los (
.seductoras para devorar luego el hígado de sus víctimas. Para los encuentra en "las enaguas
antiguos mexicanos el hígado era una sede de la energía y de la dad,u como entre los bru}
razón: el que estaba privado del hígado se volvía perezoso y como tierra" (itechnaci in Tlalt.
10co.26 Aparentemente, las fuerzas telúricas intentan otra vez detener La mujer es pues sierr
a los migrantes en el mismo lugar. Otro texto, de apariencia más brujería parece ser más bJ
-por supuesto una. hennana de Huitzilopochtli-, quiso asentarse sobre el terreno
mas fue muerta con los partidarios de su hennano. El episodio es muy rico en 21 Muñoz Camargo, 1892:
connotaciones de toda clase y merece un estudio por sí mismo. 28 Leyenda de los Soles, 1
23 Ver los consejos de un padre a su hijo: no se puede aceptar la copa ofre­ pinturas, 1965: 37.
<cida por una. prostituta. Sahagún, 1950-1969: 6: 125. 29 Título de los señores de
24. Leyenda de los Soles, 1938: 358-362.
80 López Austin, 1980: 1: ~
25 Seler, 1902-1923: 2:994-1003.
S1 Sahagún, 1956: 2:146.
26 López Austin, 1980: 1 :209-210.
32 L6pez Austin, 1980: 1: ~
LAS BRU J AS DE LAS PEREGRINACIONES AZTECAS 95

,,lli­'
histórica, lo demuestra ampliamente ya que dice acerca de Xiuhnel,
que no fue seducido y devorado sino que se asentó en el Cerro del
el Venado, que se sedentarizó allí mientras que Mimich mató a Itzpa­
tos pálotl poco después.!21
la Xiuhnel se inmovilizó porque fue embaucado por la mujer devo­
;as
radora de sus amantes. Lo mismo ocurrió después a MixcóatL Guiaba
rar a los toltecas y triunfaba continuamente hasta que encontró a una
én mujer que se presentó desnuda ante él. Primero le tiró sus flechas,
~e­
luego hizo el amor con ella. A partir de este momento perdió su
ltO
energía y su vivacidad y poco después fue vencido y muerto. 28 La
seductora le había quitado su fuego interior, como 10 comprueba un
lel suceso equiparable ocurrido en las peregrinaciones de los mayas
le­ quichés. 29 Narran pues las fuentes que los autóctonos vieron con des­
se contento el arribo a Guatemala meridional de aquellos belicosos recién
la­ llegados. Deseosos de temperar su ardor mandaron a los guías quichés
Id a sus hijas más hermosas a fin de que les quitasen el fuego divino
tó que les animaba. Pero las "hijas infernales" se mostraron desnudas
eh en vano: al contrario de Mixcóatl o Xiuhnel, los quichés no se
ra dejaron seducir.
a En todos estos mitos se trata pues siempre de paralizar a los mi­
o. grantes, de transformarles prematuramente en sedentarios para evitar
fe que dominen a los autóctonos. Son mujeres las que se encargan de
'ó ello porque son ellas las que representan la autoctonidad, la tierra,
la noche, la pasividad, las diosas telúricas; los hombres por su parte
10
están del lado del cielo, de la luz, de la energía. Sus medios son
e­ ora la brujería, ora su feminidad desbordante, al parecer igualmente
25
eficaz. La mujer disoluta se caracteriza por su falta de corazón y

su gusto por devorar corazones; al igual que las deidades telúricas,
Il­
anhela por tonalli. so Ya son insaciables las mujeres ordinarias, son
m pozos sin fondo en los que se agotan los hombres.31 Lo que se
~
encuentra en "las enaguas, la camisa" no es sino muerte y enferme­
la dad,s2 como entre los brujos. Además, morir es "copular con la diosa
10 tierra" (itechnaci in Tlaltecuhtli), la tierra que lo devora todo.
La mujer es pues siempre un poco hechicera. Si en los mitos la
brujería parece ser más bien su dominio es porque en el sistema de
10
11 21 Muñoz Camargo, 1892: 40.
28 Leyenda de los Soles, 1938: 363-365; Historia de los mexicanos por sus
pinturas, 1965: 37.
29 Título de los señores de Totonicapán, 1950: 220-222.
:lQ López Austin, 1980: 1: 248; 2: 228.
31 Sahagún, 1956: 2: 146.
32 L6pez Austin, 1980: 1: 331.

7

96 MICHEL GRAULICH LAS BRUJAS DE

opOSiCIOnes característico del pensamiento azteca, sistema que en mu­ IXTLlLXÓCHlTL, Don Fernalll
chos aspectos recuerda el )in y el yang, está indudablemente del lado 1975-1977 Obras históricas,
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ration, which in tum WOV(
beautiful. Since the Spanú
system has beeo tom, and i
wovenwith those of Westel
interpreted together, can p
With this larger purpo:
theme in this essay. On p
and one butterfly are sho~
Tonatiuh (see color fig. 1
they are referred to collecti
appear in the Codex Borgil
they are numbered from OI]
Seler proposed that these v
day, with the first volatile 1
over midday, and the lasl
this may be true, it is me
with the trecena, the thi
H. B. Nicholson has sug
heavens, as well, giving t
space (1971 :407).
The C odex Borgia is a
is certainly a pre-Conques
of the volatiles are not tai
that these representations ar
their identification very d
Mexican ritual-calendrical (
THE THIRTEEN VOLATILES
REPRESENTATION AND SYMBOLISM

JONATHAN KENDALL

Introduction

The few codices, or native pictorial books, left behind by the Aztecs
are remnants of a much larger tapestry of symbolism and philosophy
which, before European contact, was passed on to every new gene­
ration, which in tum wove more onto it, making it richer and more
beautiful. Sine e the Spanish Conquest, the fabric of this ideological
system has beep tom, and íts disintegrating threads have become inter­
woven with those of Westem thought. N evertheless, small pieces, when
interpreted together, can provide a glimpse of the whole.
With this larger purpose in mind, 1 will focus on one particular
theme in this essay. On page 71 of the Codex Borgia, twelve birds
and one butterfly are shown around a central image of the sun god,
Tonatiuh (see color fig. 1). Since not all of them are strictly birds,
they are referred to collectively as the thirteen volatiles. These volatiles
appear in the Codex Borgia and other codices in a certain order, and
they are numbered from one to thirteen. Early in this century, Eduard
Se1er proposed that these volatiles represent the thirteen 'hours" of the
day, with the first volatile presiding over the hour of dawn, the seventh
over midday, and the last over dusk (1963, 2:237-243): Although
this may be true, it is more likely that these volatiles are associated
with the trecena, the thirteen-day "week" of the ritual calendar.
H. B. Nicholson has suggested that they symbolized the thirteen
heavens, as well, giving the volatiles symbolism of both time and
space (1971 :407).
The Codex Borgia is a most valuable and reliable source, since it
is certainly a pre-Conquest document, whose detailed representations
of the volatiles are not tainted by Spanish influence. The problem is
that these representations are not naturalistic, but rather stylized, making
their identification very difficult. Even though about forty Central
Mexican ritual-calendrical codices are known to exist (Glass, 1975: 39),
,

100 JONATHAN KENDALL TH

the thirteen volatiles appear in only three other codices -the Codex the study of the Aztec ch
Borbonicus, the Codex Tudela, and the Aubin Tonalamatl. The Aubin in N ew S pain was writt
T onalamatl is a screenfold book which may be of pre-Conquest origino specificalIy refer to the
Unfortunately, its representations of the thirteen volatiles are crude cribes plants and animals
and not useful, and it is not used in tms essay. The background in­ nomenclature.
formation on the other two codices is important to the interpretation Seler wIOte his comme
of the thirteen volatiles, so 1 will briefly describe their merits and ago. It still stands as thf
liabilities. puts the thirteen volatiles
Although the Codex Borbonicus is a sereenfold book and was un­ His article, "The Anima
doubtedly painted by a native artist, it was probably made in the first Manuscripts" (1939), is :
two deeades after the Conquest (1521-1541) (Glass and Robertson, the scientific knowledge tl
1975: 97), making it less authoritative than the Borgia. lt shows the nor did he have access
tmrteen volatiles on each of what used to be the first twenty pages publication of Sahagún's (
(the first two have been lost). lt depicts each volatile with a numbered discovery was announced
day of the trecena and one of thirteen gods called Lords of the Day. For this reason, his identi
Although these associations are useful, the representatíons of the volatiles his intuitive interpretatio
are not readily identifiable, since they are crudely drawn and in­ revised.
consistent, varying from page to page. Martín del Campo's
The Codex Tudela is dated 1553; it was made on European paper Biología is an interpretat
and bound like a European book (Glass and Robertson, 1975: 172). quotes Sahagún's entries
lts late date indicates that it is not very authoritative, since over thirty birds with scientific nom
years had passed since the Conquest. For example, the gods shown the reasoning bemnd his •
with the tmrteen volatiles in the Codex Tudela are not the Thirteen nized.
Lords of the Day, as would be consistent with earlier codices, but 1LJhe interest 1 take in
rather the Nine Lords of the Night, with the first four repeated tencies that exist among t
(Nicholson, 1971: 406). Although the discoverer of this codex, for presentations of the volat
whom it is named, wants to attribute both the written text and the greatIy, and scholars disagl
pictorial work to Roman Catholic missionaries (Tudela, 1980:40,49), flicts warrant closer examÍl
it is more likely that the Spanish author was working in collaboration thirteen volatiles with the
with a native artist, since the illustrations display Aztec artistic con­ conflicting arguments and
ventions. The representations of the thirteen volatiles on pages 98v and Of course, these identific,
99 of this codex are much more naturalistic than those of the other sentations in the codices d
codices, and aboye the volatiles appears a Nahuatl gloss, naming earh and since the Aztec religi,
volatile (see fig. 2). Although Nicholson (1971) lists these names as inconsistent. Having estat
the names of the thirteen volatiles, the integrity of this information 1 will then examine its sy
is questionable and must be used in conjunction with other sourees. of the thirteen volatiles, bl
By and large, the seholarship on the thirteen volatiles is brief and than present every conneet
sketchy, and only a few sources are useful in tms study. The most only its major symbolism, I
important of these are works by Bernardino de Sahagún, Seler, and attributes like coloration a
Rafael Martín del Campo. Sahagún, a missionary who lived in Mexico
from 1529 until his death in 1590, created a corpus fundamental to
THE THIRTEEN VOLATILES 101

the study of the Aztec civilization. His General History 01 the Things
in New Spain was written in Nahuatl, and although it does not
specifically refer to the thirteen volatiles, the eleventh volume des­
cribes plants and animals from the Aztec point of view, with Nahuatl
nomenclature.
Seler wrate his commentary on the Codex Borgia almost a century
ago. lt still stands as the chief interpretation of that codex, and it
puts the thirteen volatiles in the larger context of Aztec iconography.
His article, "The Animal Pictures of the Mexican and the Maya
Manuscripts" (1939), is also of great help. N evertheless, Seler lacked
the scientific knowledge that has been gathered over the past decades,
nor did he have access to sources such as Dibble and Anderson's
publication of Sahagún's General History or the Codex Tudela, whose
discovery was announced in 1947 (Glass and Robertson, 1975: 172) .
For this re asan, his identifications of the volatiles are unreliable, and
his intuitive interpretation of their symbolic significance must be
revised.
Martín del Campo's 1940 article in the Anales del Instituto de
Biología is an interpretation of Sahagún's descriptions of birds. He
quotes Sahagún's entries and identifies the Nahuatl names of the
birds with scientific nomenclature. Unfortunately, he does not give
the reasoning behind his assertions, so his conclusions must be scruti­
nized.
The interest 1 take in writing this essay stems fram the inconsis­
tencies that exist among the codices and the scholarIy works. The re­
presentations of the volatiles differ from codex to codex, sometimes
greatly, and scholars disagree on their correct identification. These con­
flicts warrant closer examination. 1 will attempt to identify each of the
thirteen volatiles with the greatest certainty possible, by synthesizing
conflicting arguments and presenting evidence from outside sources.
Of course, these identifications cannot be definitive, since the repre­
sentations in the codices do not lend themselves to exact classification,
and since the Aztec religion varied geographically and was intemally
inconsistent. Having established the probable idrntity d a volatile,
1 will then examine its symbolic significan ce, not only in the context
of the thirteen volatiles, but also in Aztec religion as a whole. Rather
than present every connection a volatile may have, 1 prefer to analyze
only its major symbolism, especially symbolism derived fram its natural
attributes like coloration and behavior.
102 JONATHAN KENDALL THl

extinct. More likely, how{


VOLATILES I AND 11: HUMMINGBlRDS some reason.
The prefix xiuh-, whi.
Representation and identification meanings. It can indicatt
the element of fire, such
The first and second volatiles are shown in the Codex Borgia with
Fire". Both Se1er and Sa
long, straight, yellow bills, with no division between the upper and the color turquoise, whid
lower bill. The first is painted dark gray and is identified by Seler codices. Whereas the gree
as xiuhuitzilin, or the "blue hummingbird", and the second is a Bargia has faded due t<
brownish color, which he identifies as quetzalhuitzilin, or the "green xiuhuitzilin was probably
hurnmingbird" (Codex Bargia, 1973: 71). The representations of these . only do the Codex Barbo
birds in the Codex Tudela and the Codex Barbonicus are very similar'
bird as gray, but these CI
to those in the Borgia, although in these two sources, the gray of the
the same page which di
xiuhuitziZin is lighter, and the green of the quetzalhuitzilin is brighter.
is therefore a gray humrr
Above the depictions of the first two volatiles in the Codex TudeZa
Many hummingbirds,
(n. d.: 98v) are the glossed words "xuitzil" and "quetzal huitzil",
If the prefix xiuh- really
which agree with Seler's identifications. markings of Costa's Hun
Sahagún writes a general commentary on the hummingbird and
bolize flame, and its gr.
its béhavior, as well as brief descriptions of eleven varieties. The first Sahagún may have beeo
two varieties Usted are quetzalhuitzilin and xiuhuitzilin (1963, 11: 24) :
tzilin, he specifica1ly dese
[Quetzalhuitzilin] bird and three varieties
25). The fact that the (
Its throat is chili-red, its wing-bend ruddy. Its breast is green. Its wings Xiuhtecuhtli as Lord of
and its tail [feathers] resemble quetzal feathers. points to the interpretatic
[Xiuhuitzilin]
It is entirely, completely light blue like a cotinga, pale like fine tur­ Symbolic significance
quoise. It is resplendent like turquoise, fine turquoise.
The hummingbird ·in
On the basis of these descriptions, Martín del Campo suggests that ways. Not only is it the
xiuhuitzilin is the species Calypte costae, Costa's Hummingbird, and that beak and the highest met
quetzalhuitzilin is Selasphorus platycercus, the Broad-tailed Humming­ any bird -up to seVeJ
bird (1940: 391 ). These identifications, however, are q uestionable. The Furthermore, the bright
Broad-tailed Hummingbird does have red throat markings and long and makes them beautiful a
green tail feathers, but its breast is white, not green (Tyrrell and attributes are reasen en
Tyrrell, 1985: 18). N evertheless, this species is the best can di date for Aztec mythology and its
the quetzalhuitzilin, since no other hummingbird so closely matches The hummingbird sy
Sahagún's description. Costa's Hummingbird, with its gray plumage cholson, 1971: 405 ). 00
and magenta markings (Tyrrell and Tyrell, 1985: 21 ), does not even as well as in Codex Van,
come close to the completely turquoise blue coloration that Sahagún Borgia (1963: 51), a t.
emphasizes. In fact, no hummingbird has plumage of that color. It is of the West (SeIer, 1939
entire1y like1y that such a bird once existed but has since become also linked to the Tezcal
THE THIRTEEN VOLATILES 103

extinct. More likely, however, Sahagún's description is inaccurate for


sorne reason.
The prefix xiuh-, which is added to the stem huitzilin, has several
meanings. lt can indicate a solar year, the color turquoise blue, or
the element of fire, such as in Xiuhtecuhtli, which means "Lord of
Fire"..Both Seler and Sahagún seem to interpret this prefix here as
the color turquoise, which is inconsistent with the depictions in the
codices. Whereas the green hues of the quetzalhuitzilin in the Codex
Borgia has faded due to pigment instability, the depiction of the
xiuhuitzilin was probably always gray, not simply a faded blue. Not
only do the Codex Borbonicus and the Codex Tudela also show this
bird as gray, but these codices also have other illustrations, often on
the same page which display unfaded blue hueso The first volatile
is therefore a gray hummingbird.
Many hummingbirds, including Costa's, have chiefly gray plumage.
If the prefix xiuh- really referred to fire instead of turquoise, the red
markings of Costa's Hummingbird (or a similar species) could sym­
bolize flame, and its gray feathers could signify ash. Even though
Sahagún may have been mistaken in his description of the xiuhui­
tzilin, he specifically describes the plumage of the general humming­
bird and three varieties of hummingbird as "ashen" (1963, 11: 24,
25). The fact that the Codex Borbonicus pairs the first volatile with
Xiuhtecuhtli as Lord of the Day (Nicholson, 1971: Table 2) also
points to the interpretation of xiuhuitzilin as "fire.;hummingbird".

Symbolic significance

The hummingbird in general is a superlative creature in several


ways. Not only is it the smallest bird, but it also has the narrowest
beak and the highest metabolism, and it can beat its wings faster than
any bird -up to .seventy-nine times per second (Skutch, 1973) .
Furthermore, the bright and varicolored plumage of hummingbirds
makes them beautiful and highly conspicuous. These extraordinary
attributes are reason enough for the hummingbird's prominence in
Aztec mythology and its complex symbolism.
The hummingbird symbolizes the cardinal direction of West (Ni­
cholson, 1971:405). On the first page of the Codex Fejervary-Mayer,
as well as in Codex Vaticanus B (1896: 18) and possibly in the CQdex
Borgia (1963: 51), a hummingbird is shown perching on the Tree
of the West (Seler, 1939:39). To a minor degree, the hummingbird is
also linked to the Tezcatlipoca of the West, QuetzalcoatL The second
104 J0N'A'fHAN KENDALL

volatile, quetzalhuitzilin, is connected to this god by name. The Codex stops and hovers at thl
M agliabecchiano shows a hummingbird sucking a flower connected it returns once more te
to Quetzalcoatl's headdress (1903: 61). In two instances, the Codex Light and color irr
Borgia (1963: 40, 44) portrays Quetzalcoatl without his usual Ehecatl ween the hummingbifl
mask, looking out oí the bill of a hummingbird, instead. Both images ( 1899: 34) depicts Hl
occur in the cnigmatic section of the Borgia which Seler labels "The symbolic of the daytim
Voyage oí Venus through the Underworld", and the meaning of huitzilin, and Sahagún'
thc association between bird and god is not readily apparent. like fine turquoise". ]
The hummingbird's chicf symbolic association, however, is with commonly have a met
the Tezcatlipoca of the South, Huitzilopocht1i. The name oí this god in the sunlight (Skutd
can be broken down into its components, huitzilin, or "humming~ Sahagún mentions ha..
bird", and opochtli, which can mean either "south" or "leít"; they the feathers oí the R
are usually read together as "Hummingbird-on-the-Ieft" (Davies, 1973: fire. They glisten, they l
17). As part of his na me, the hummingbird was symbolically linked symbolize the dawning
to Huitzilopochtli through his three divine roles: ( 1) as migratory Sahagún specifies: "\\i
tribal god, (2) as the god oí the morning mn, and (3) as god oí blood-colored, bright rl
war and sacrifice. Thirdly, the hummi
First of aH, the hummingbird bears important similarities to Huitzi­ his role as god of war
lopochtli in his role as the migratory tribal godo As shown by the and sacrifice were intÍ!
to capture enemy warr
Codex Boturini (1944), Huitzilopochtli led the Aztecs from their
hearts offered to the
homeland, Aztlan, and guided them on more than a dozen migrations
the heart provided the
before finally reaching Mexico-Tenochtitlan. Notably, this codex does
journey across the sky. ~
not depict Huitzilopochtli anthropomorphically, but rather as the head
recipient of such sacrif
of a hummingbird. Like this god, the hummingbird is migratory, too.
waged war on other ¡:
During the day, the bird "migrates" from flower to flower, and during
10gists to be quite wal
the year, it migrates north and south. Most species mentioned by
that hummingbirds we
Sahagún spend the summer months in the Valley of Mexico, and then
long, sharp bilis as we
fly to warmer latitudes for the wintertime (Montes de Oca, 1963:
belligerent and hostile
15-40). context, the bill is also
Secondly, the hummingbirds symbolically connected to Huitzilo­
The hummingbird's
pochtli by way of his role as god of the morning sun. To begin with, represent a thorn, whi
the hummingbird is diurnal, awake and flying only during the day, and draw blood, or it (
just as the sun 'flies" only at daytime (Hunt, 1977: 68 ). Humming­ used to extract the he:
birds were believed to be the souIs of dead warriors who accompanied "black, slender, small a
the new sun across the morning sky (Davies, 1973: 18). Interestingly 11 : 24). The root of tI
enough, Eva Hunt suggests that the hummingbird's unique method of derived from huitztli,
flying is analogous to the movement oí the sun across the seasons. The horst, 1985: 143), so 1
hurnmingbird can fly forwards, stop and hover, and fly backwards, too. "thorn bird". With its
Hunt reasons that the sun exhibits the same behavior through the of two important thon
ecliptic: it hovers at the summer solstice, "flies backward" until it cactus, which is part (
THE THIRTEEN VOLATILES 105

stops and hovers at the winter solstice, and then "flies forward" until
it retums once more to the summer solstice (Hunt, ibid.).
Light and color imagery also help to explain the assocÍation bet­
ween the hummingbird and this solar godo The Codex Borbonicus
(1899: 34) depicts Huitzilopochtli with his en tire body painted blue,
symbolic of the daytime sky. This recalls the blue hummingbird, xiu­
huitzilin, and Sahagún's description of it: "resplendent like turquoise,
like fine turquoise". Hummingbirds' throat, crest and tail feathers
commonly have a metallic sheen which makes them glint and shine
in the sunlight (Skutch, 1973: 17, 30). Several hummingbirds which
Sahagún mentions have strong, red metallic markings. He describes
the feathers of the Ruby-throated Hummingbird as "flaming, like
fire. They glisten, they glow" (1963, 11: 26 ). These red markings could
symbolize the dawning sun, since it was often the same color, as
Sahagún specifies: "When [the sun] issued forth, sometimes he was
blood-colored, bright red, ruby-red" (1953, 7: 1 ).
Thirdly, the hummingbird is also linked to Huitzilopochtli through
his role as god of war and sacrifice. In the mind of the Mexica, war
alld sacrifice were intimatcly connected. The purpose of warfare was
to capture enemy warriors, so that they could be sacrificed and their
hearts offered to the sun. Symbolically, the pulsating movement of
the heart provided the sun with the energy it needed to continue its
joumey across the sky. Since Huitzilopochtli was a solar deity, he was a
recipient of such sacrifices, and it was in his name that the Mexica
waged war on other pcop1es. Hummingbirds are known by omitho­
logists to be quite warrior-like, which provides reason for the belief
that hummingbirds were the souls of dead warriors. Males use their
long, sharp bilIs as weapons to defend their territory, and they are
belligerent and hostile to outsiders (Johnsgard, 1983: 56). In this
context, the bill is also like the xiuhcoatl, Huitzilopochtli's weapon.
The hummingbird's bill is also a symbolic sacrificial too1. It can
represent a thom, which the Mexica used to pierce their own skin
and draw blood, or it can represent itztli, an obsidian sacrificial blade,
used to extract the hearts of captives. Sahagún describes the bill as
"black, slender, small and pointed, needle-pointed, needle like" (1963,
11: 24). The root of the Nahuatl word for hummingbird, huitzilin, is
derived from huitztli, which means "spine, point, or thom" (Bier­
horst, 1985: 143), so the Mexica thought oí the hurnmingbird as the
"thom bird". With its thomy bill, the hummingbird is the pollinator
of two important thomy plants. It ia the sole pollinator of the nopal
cactus, which is part of the aymbol of Mexico-Tenochtitlan (Gibson,
106 ]ONATHAN KENDALL

1968: 219-220). With the bat it pollinates several species of the agave, hummingbird would
which is the source of the sacred drink oclli (Grant and Grant, hearts.
1968: 24). The hummingbir4
A variant form oí huitzilin is huilzitzilin (Macazaga, 1982: 56), lopochtli at first ap
which ineludes the root oí itztli. This makes the bill of the humming­ creatíon myth. After
bird an "obsidian thorn". There is a strong analogy between the and Huitzilopochtli
man and woman, anc
narrow bill as it enters a flower and draws nectar from it, and
must have required t
the thin obsidian knife as it enters the body oí a captive and draws
birds are metaphoric~
blood from it. Coincidentally, most flowers pollinated by hummingbirds
symbolically connecte
are red, because the birds have developed a color preference for red
through natural selection (Grant, 1968: 77, 78) -a fact which rein­
forces the idea that flowers (of any color) "represented Uve or sacri­
ficial blood" (Hunt, 1977: 92). These symbolic associations may have
roots in other Mesoamerican cultures. The Olmec had jade perforators Representatíon and il
carved in the shape of hummingbirds, so that the beak would be the
The third volatill
wounding instrument (Michael Coe, personal communication). The his commentary on t:
hummingbird even appears in the Maya Codex Dresden (5b, 6b) this bird appears in t
"with Íts beak boring out the blood of a victim" (Davies, 1973: 18; else; so there are no
Seler, 1939: 41). 1t has brown plumag4
The hummingbird can represent the sacrificed heart of a captive, apparently raptorial. 1
as well, which is held up to the sun still beating. The hummingbird is Seler does refer to i
somewhat smaller than an adult's heart. lts high metabolism makes Mexican and the M
it very warm -up to 108°F (Skutch, 1973: 39), and the beating volatileJ is distinguísl
of its wings would be like the frenzied beating of a captive's heart characterístic of man)
during sacrifice. The Nahuatl word for heart is yollotl, derived from drawn elearly too Ion!
ollin, which in general means pulsating or undulant motion. One can Seler believes that tht
apply this term to the beating of a heart, the sun's cyclical journey head "alIude to its n
across the sky, or a bird's wingbeat. Interestingly enough, a bird listed itztli blades may also
directly after the hummingbird section in Sahagún is the yollototOll, possible identification
or "heart-bird" (1963, 11: 25 ) : itztli is the second sy}
from all, or "water",
It lives there in [the province of] Teot1ixco, toward the southern sea. It paíring of the third 1
is quite small, the same as a quail. As for its being called yollotototl, standing water.
the people there say thus: that when we die, our hearts tum into Nicholson (1971),
[these birds] ... is a raptor. He refers
above the third volati
Martín del Campo suggests that this is the species Hedymeles ludo­ honorific form of coce
vicianus, but there is a chance that the yollotototl is simply another 11 :48):
reference to the hummingbird. The myth of hearts transforming into
these birds seems quite similar to the myth of the souls of warriors It is small and squa
turning into hummingbirds. The identification of the yollotototl as a Iike quail, smooth..
THE THIRTEEN VOLATILES 107

re, hummingbird would affirm the analogy between hummingbirds and


It, hearts.
The hummingbird's dual symbolism with Quetzalcoatl and Huitzi­
lopochtli at first appears inconsistent, but may have its roots in a
ereation myth. After the birth of the four Tezcatlipocas, Quetzalcoatl
and Huitzilopochtli collaborated to create the first fire, the first
man and woman, and a half-sun (Nieholson, 1971: 398). This creation
must have required the gods to perform autosaerifice. Sinee humming­
birds are metaphorically the tools of autosaerifice, they may have been
symbolieally eonneeted to this aet of ereation.

í- VOLATILE 111: THE DOVE

rs Representation and identification


le
¡e The tbird volatile is the only volatile left unlabeled by Seler in
bis eommentary on the Godex Borgia (1963, 2:242). Unfortunate1y,
'. this bird appears in the Godex Borgia only on page 71 and nowhere
"
else¡ so there are no other eontexts to use in guessing its identity.
It has brown plumage and blaek wingtips, and its beak is yellow and
apparently raptorial. Although he does not label it in his eommentary,
Seler does refer to it in his article, "The Animal Pictures of the
Mexiean and the Maya Manuseripts". He writes that "[the third
volatileJ is distinguished by a very round head, whieh in faet is a
eharaeteristie of many species of faleons and hawks, but the beak is
1 drawn clearly too long and as usual is eonventionalized" (1939: 48).
Seler believes that the itztli blades whieh projeet from its wings and
head "allude to its nature as a raptorial bird" (1963, 2: 242). The
itztli blades may also be a mnemonic clue, pointing to this bird's
possible identifieation as the aitzcuauhtli, or osprey, sinee the root for
itztli is the seeond syllable in its name. The first syIlable, "a", comes
from atl, or "water", and this eonneetion to water might explain the
pairing of the third volatile with the Chalchiutlieue, the goddess of
standing water.
Nicholson (1971), however, rejeets the idea that the third volatile
is a raptor. He refers instead to the Godex TudeZa, in which the gloss
aboye the third volatile reads "eoeotzin (n. d.: 98v). Gocotzin is the
honorifie form of cocotli, which appears in the works Sahagún (J963,
11 :48):
It is small and squat, near the ground. The wings are spotted like chía,
like quail, smooth. The legs· are chili-red, short. And it is from its song
108 JONATHAN KENDALL THl

that it is called cocotli; its song says coco, coco. " When [its mate] dies, "zolin" (n.d.: 97v) Saha~
it always goes about as if weeping, saying coco, coco . .. tions -tecuzolin and oua.
traits and habits (1963, 1
From the information in this entry, Martín del Campo proposes
that the cocotli is Scardafella inca, the Inca Dove (1940: 405). Such [Zolin]
an identification would agree with the Codex Tudela's illustration of Its bill is pinted, ashen É
this volatile as the smallest of the thirteen volatiles, with a innOcuouS are called chia-spotted.
nib instead of the predacious hooked beak.
[Tecuzolin]
Symb()lic significance ... I t is large, smoky-bn

Besides using it as food, the Mexica believed it had medicinal [Ouat()n)


value; according to Sahagún , eating it "destroys one's grief, .. , one's . . . It is small, quite ash
tonnent and affliction" (1963: 11 :48). This superstition probably
stems from the sounds of "grieving" that the dove makes. With this information
Interestingly enough, cocotli can also be used to mean "throat" z()lin "certainly designated
(Karttunen, 1983: 38). The reason for this may be that the Inca name means "lordly quail
Dove was sacrificed in the same manner a quail is, by wringing its is probably the male of tJ
neck and pulling its head off. In fact, Father Diego Durán mentions tezuma Quail (1940: 40~
two rituals in which doves were sacrificed at the same time as quail spots that the depictions il
(1971: 227, 422). The Inca Dove is a small bird, somewhat re­ 1974: pI. 8).
sembling the quail; it may have been paired with the quail, the fourth
volatile, because they were both regarded by the Mexica as sacrifi­
dal birds. Symbolic significance
The third volatile looks entirely different in the Codex Tudela and
. The quail is calendricaI
the Codex Borgia. The most likely explanation for this difference is
that the Codex Borgia does indeed portray the cocotlí, but with a of the Day paired with th
"conventionalized" curved beak, as Seler notes. Clearly this is the case which the quail oversees, :
with the quail, the turkey and the quetzal bird, on the same page, Table 2). In addition, the
whose short and unmenacing beaks were traded for the uniform rap­ since the quail is the fourt
torial beak pictured. The most important COl
by the central scene of the
Borgia (1963: 71). This 1
VOLATILE IV: THE QUAIL streaming from its beheadl
human sacrifice, the sacrifi
Representation and identification tinue its movement throul
of much greater worth, it .
In the Codex Borgia, the fourth volatile has gray plumage with a high officials could perfor
pattern of white circles on the wings and around the eye, as well as purchase or raise quail fo:
the uniform raptoríal beak, and Seler identifies it as the zolin, or quail household could make an
(1963,2:242). The corresponding depiction in the Codex Tudela is rituals that required quail
similar but lacks the large, conventionalized beak, and it, too, is labeled (1981,2:198):
THE THIRTEEN VOLATILES 109

s, "zolin" (n.d.: 97v) Sahagún describes the zolin and two of its varia­
tions -tecuzolin and ouaton- writing extensively on its appearance,
traits and habits (1963, 11: 49 ) :
:s
h [Zolin]
If
Its bill is pinted, ashen green. lts breast is spotted with white; its wings
L'I
are called chia-spotted. lt is a runner. ..

[Tecuzolin]
... 1t is large, smoky-breasted, well spotted, much spotted, crested.

1 [Ouaton]
s ... It is small, quite ashen, only a little spotted ...

With this information, Martín del Campo states that the term
zolin "certainly designated all quails", a1though the tecuzolin, whose
name means "lordly quail" (Michael Coe, personal communication),
is probably the male of the species Cyrtonyx montezumae, the Mon­
tezuma Quail (1940: 405). This species is clearly marked with the
spots that the depictions in the codices suggest (Peterson and Chalif,
1974: pI. 8).

Symbolic significan ce

The quail is calendrically linked to the sun god, Tonatiuh. The Lord
of the Day paired with the quail is Tonatiuh, and the fourth heaven,
which the quail oversees, is the heaven of the sun (Nicholson 1971:
Table 2). In addition, the day name of Tonatiuh is Four Ollin, and
since the quail is the fourth volatile, it governs over that day, as well.
The most important connection between quail and sun is illustrated
by the central scene oí the page of the thirtcen volatiles in the Codex
Borgia (1963: 71). This picture shows a sacrificed quail, with blood
streaming from its beheaded body into the mouth of Tonatiuh. Like
human sacrifice, the sacrifice of quail gave energy to the sun to con­
tinue its movement through the sky. Although human sacrifice was
of much greater worth, it was also highly sacred, and only priests and
high officials couId perform one. On the other hand, anyone could
purchase or raise quail for sacrifice; in this way, even the humbIest
household could make an offering to the sun. Sahagún tells of many
rituals that requircd quail sacrifice, and he even describes the act
(1981, 2: 198):
110 JONATHAN KENDALL TI:.

. . . when they twisted the necks of small birds. .. They cast [the body] thers are completely bla<
there before the devil. There the body of the small bird lay beating a Golden Eagle.
its wings. N evertheless, the sha
fifth volatile is not the G
Here the sacrificed quail is equivalent to the sacrificed human heart,
1963, 2:242). The appal
which was he1d up to the sun, still beating and streaming blood, until
are a frequent attribute (
it stopped. The name zolin might even be derived from oUin, the term
described by Sahagún is 1
for the pulsating motion of the heart.
This, along with its dark
According to Se1er, the conspicuous spots on the quail represent
volatile (Sahagún, 1963,
the stars of the night sky, which seems odd, given its obvious solar
symbolism. Seler explains, however, that the pictured beheading of . .'. It is namecl "reed
the quail for Tonatiuh is like the beheading of Coyolxauhqui, the quite long and nart"O\\I
lunar goddess, for Huitzilopochtli (1963, 2: 238). That is, the death smoky, dark. And its
of the starry-plumed quail symbolizes the defeat of night in the face of blackJ.
;
the dawning sun.
Martín del Campo u
in his !nterpretation. Ne'\
VOLATILE V: THE RAVEN OR THE BLACK EAGLE known great raptors. 11
crested head feathers 3Jl
Representatíon and identification white band on the tail (1
bird is the Black Hawk
The identity of the fifth volatile is ambiguous and controversia!. underside, and which also
In the Codex Borgia (1963: 71), this bird is pictured with black Even though these birds
plumage. Its head feathers project outwards, as if in a crest, and itztli before the Conquest and
blades surround the bird, attached to its wings and head. Although In the Codex Tudela
most of the bird's head is effaced in this representation, the same bird plumage, but it posse1!8 a
appears again, in full, on page 18, where it is shown with a yellow and the Nahuatl gloss ah
99r). The description Sá
raptorial beak. Seler wants to identify this bird as the cuauhtli, or
cacalotl, which matches t:
eagle, which is described by Sahagún (1963, 11: 40) :
black, rea1ly charcoal-colc
The eagle is yellow-billed - very yellow; the bill is yellow, very feathers glisten" (1963,.
yellow. The bill is thick, curved, humped, hard. The legs are yellow, cacalotl as Corvus corax, 1
an intense yellow, very yellow, exceedingly yellow ... The claws are .is a viable choice, since il
curved, hooked. The eyes are like coals of fire. It is large, big ... spread, occurring as far
It is ashen, brown ... 1973: 162), and the "(
present the raven's conspi
Even though cuauhtli may have been a broad term for "eagle", .As in the case oí the 1
Sahagún himself writes that it refers specifical1y to the Golden Eagle Borgia and the Codex 7
(1963, 11 :40). The fifth volatile does indeed have the intensely yellow one distinct bird -a n
markings Sahagún mentions, but judging from the other depictions of manners, or do the codi(
birds in the Borgia, the yellow beak and legs must be another artistic all likelihood, the Codel
convention rather than a diagnostic attribute. Furthermore, its fea- conventions such as the ~
THE THIRTEEN VOLATlLES 111
r] thers are completely black, not ashen or brown like the plumage of
g a Golden Eagle.
Nevertheless, the sharp itztli blades indicate that, although the
fifth volatile is not the Golden Eagle, it might still be a raptor (Seler,
1963, 2: 242). The apparent crested head feathers of the fifth volatile
11
are a frequent attribute of raptorial birds, as well. One of the raptors
described by Sahagún is the itztlhotli which includes the root of itztli.
J

This, along with its dark plumage, make it a candidate for the fifth
t
volatile (Sahagún, 1963, 11: 45 ) :
r
f ... It is named "reed faleori" or "obsidian faleon" because its bill is
quite long and narrow like an obsidian point. Its feathers are quite
smoky, dark. And its tail is somewhat long, white mingled [with
black].
I

Martín del Campo unfortunately does not mention the itztlhotli


in his interpretation. Nevertheless, this bird may well be one of two
known great raptors. Though rare, the Solitary Eagle has slightly
crested head feathers and completely black plumage, except for a
white band on the tail (Peterson and Chalif, 1973: 32). Another rare
bird is the Black Hawk-eagle, which has touches of white on its
underside, and which also has a prominent crest (Edwards, 1972: 37).
Even though these birds are rare now, they may have been plentiful
before the Conquest and easily observed.
In the Codex TudelaJ too, the fifth volatile has completely black
plumage, but it possess a large curved bill instead of a raptorial beak,
and the Nahuatl gloss above it identifies it as the caca/otl (n.d.: 98v,
99r). The description Sahagún offers emphasizes the darkness of the
caca/otlJ which matches the coloring of the fifth volatile: "It is really
black, really charcoal-colored, a well-textured black: very black. Its
feathers glisten" (1963, 11:43). Martín del Campo identifies the
caca/otl as Corvus coraxJ the Common Raven (1940: 402). The raven
is a viable choice, since its habitat is in the highlands, and it is wide­
spread, occurring as far south as Nicaragua ( Peterson and Chalif,
1973: 162), and the "crest" shown in the Codex Borgia may re­
present the raven's conspicuous ruffled collar.
As in the case oí the third volatile, the conflict between the Codex
Borgia and the Codex Tudela poses a problem. Is the fifth volatile
one distinct bird -a raven- simply represented in two different
manners, or do the codices depict two different birds altogether? In
all likelihood, the Codex Borgia does depict a raven, simply using
conventions such as the yellow markings and the raptonal beak that
8
112 JONATHAN KENDALL THI

appears on the other birds. That notwithstanding, the possibility still kltently, only allowing hin
exists that, with its itztli blades and raised crest, the fifth volatile is basasymmetrical outer eal
a raptor such as the Black Hawk.eagle. 80 that it constantly cocks
better to the intruder (An
Since there are obvioUl
Symbolic significance tenth volatiles, they must 1
The upper register on page 18 of the Codex Borgia is the only volatile tecolotl and the te
place this bird appears, other than on the page of the thirteen volatiles. iocludes in his writings
In that scene, the fifth volatile and the turkey are shown on either (1963, 11: 42,46) :
side of the moon, suspended or descending in the night sky. The [Tecolotl]
turkey is holding a severed arm in its beak, and the fifth volatile is
1t is round, like a hall. .
touching a large itztli blade. The itztli blade, besides indicating the
whorls; shiny. It has h(
possible identity of this bird as itztlhotli, is a symbol of Tezcatlipoca, j;
the feathers thick, heavy
who often appears as a deified itztli knife. Tezcatlipoca is also associa· well in the dark. I t ha:
ted with the color black and with the night. It is highly possible, then, tecolo, 0, o.
that the fifth volatile, being a black bird and associated in this scene
with the night, is a representative of Tezcatlipoca.
[Chicuatl~
It has thick feathers, ey
VOLATILES VI AND X: THE OWLS kempt, fluffy. Its feather
headed, stuhhy.tailed, r
Representation and identification are weak by day. It is ;
it lives by hunting ...
As with the two hummingbirds, the codices portray two varieties
of owls among the thirteen volatiles. Unfortunately, the sixth volatile From these descriptioIl
is partially effaced in the Codex Borgia, and it does not appear again corred names for the tw
in the codex. Its ruffled head feathers project outward, and itztli feathers, should be the '
blades are attached to these feathers and to the wings. The tenth .volatile, which has "horos
volatile cIear1y has "horns" or "ears" and is depicted here with a are, in fact, the identifica
skull-face and ear ornaments. This owl appears many times through­ birds in the Codex Tudelt
out the Codex Borgia, and except on pages 71 and 14, it is pictured Martín del Campo re.
with the normal face of an owl. . tuatli indicates the species
The Borgia representations of these two owls have two unusual 404). Corroborating tbis,
attributes in common. FirstIy, their faces are depicted in full frontal Barn Owl (1971: Table
view, whereas all other birds are shown in profile, without exception. upon the tecolotl, and Dib
The Codex Borbonicus, although inconsistent, also depicts the heads term for owl (Sahagún,
of owls in this fashion. Secondly, the owls' heads are tilted to one described as having hom
side, at about a forty-five degree angle. Perhaps the reason for these group oí horned owIs, tt
conventions is that the face of an owl is shallow, and a profile view Screech Owl and the Grea
would not show good detail. In addition, this representation may show The Great Horned is twi(
the mast common view of an owl -when someone encounters an Screech Owl, and its ca]]
owl in nature, the owl regards him as a threat and watches him Owl's call is a varied "ass
THE THIRTEEN VOLATILES 113

ill intently, only allowing him a frontal view of its head. AIso, the owl
is has asymmetrical outer ears which help it locate the source of sounds,
so that it constantly cocks its head from side to side in order to listen
better to the intruder (Angell, 1974: 17).
Since there are obvious physical differences between the sixth and
tenth volatiles, they must be distinct birds. Seler simply labels the sixth
Iy volatile tecolotl and the tenth chicuatli (1963, 2: 242; 243). Sahagún
s. includes in his writings revealing descriptions for both these birds
:r (1963, 11 :42,46):
le
is [Tecolotl]
le It is round, like a ball. The back is rounded. The eyes are like spindle
whorIs; shiny. It has horns of feathers. The head is ball-like, round;
l,
1-
the feathers thick, heavy. " It feeds by night, because it sees especially
well in the dark. I t has a deep voice when it hoots; it says, tecolo,
1,
tecolo, o, o.
;e

[Chicuatl¡J
It has thick feathers, eyes like spindle whorls, a curved bill. It is un­
kempt, fluffy. Its feathers are ashen, blotched like a quail's. It is round­
headed, stubby-tailed, round-winged. The eyes shine by night; they
are weak by day. It is a night traveler which sees at night; it feeds,
it lives by hunting, ..
s
e From these descriptions, it appears that Seler has transposed the
correct names for the two owls. The sixth volatile, with its ruffled
feathers, should be the "unkempt, fluffy" chicuatli, and the tenth
volatile, which has "horn3 of feathers", should be the tecolotl. These
are, in fact, the idcntifications which appear in the gloss aboye these
birds in the Codex Tud'(da (n. d.: 97v, 98).
Martín del Campo reasons that Sahagún's description of the chi­
cuatli indicates the species Tyto alba, the Common Barn Owl (1940:
404). Corroborating this, Nicholson identifies the fifth volatile as a
Barn Owl (1971: Table 2). Martín del Campo does not comment
upon the tecololl, and Dibble and Anderson suggest that it is a generic
term for owl (Sahagún, 1963, 11: 42). Nevertheless, the tecolotl is
described as having homs, which limits the possibilities to a small
group of homed ow1s, the onIy likely candidates of which are the
Screech OwI and the Great Horned OwI (Peterson and Chalif, 1973).
The Great Horned is twice as tal} and several times as heavy as the
Screech Ow1, and its caH is a "throaty hoot", whereas the Screech
Owl's call is a varied "assortment of hoots, whistles, and high-pitched
114 10NATHAN KENDALL

cackles" (Angell, 1974: 27, 33). The "tecolo, 0, o", íor which the Tezcatlipoca means
tecolotl is named, is more likely the consistent hoot oí the Great god appears in the COI
Horned, rather than the highly varied call oí the Screech Owl. The mirror pectoral, and o
tenth volatile is probably the Great Horned OwI íor the íurther reason Although they are dar
that it is much Iarger and more conspicuous, although this identifica­ reflect light very well; t
tion is still speculation. which can eerily reflect
Sahagún's description (
Symbolic significance
recognizes tltis attribute.
eyes, with a special lay
1t seems slightly odd that the owl would be a bird oí the day, tapetum lu.cidu.m, whid
sínce it is basically nocturnal. Nicholson states that the Lords .oí the the retina (Sanders, 19
Day paired wíth the sixth and tenth volatiles are Mictlantecuhtli and retina' to gather as much
Tezcatlipoca, respectively, both oí whom are also lords oí the night but it also reflects light
( 1971: Ta[¡le 2). The owl appropriate1y appears on page 14 oí the owls 'eye's appear to
the Codex BQTgia with Mictlantecuhtli in his role as íiíth Lord oí the
Night. Owls also appear on page 42, in Chiuhcuauhnmictlan, the deep­ YOLA
est level oí Mictlantecuhtli's underworld domain, and on page 52,
an owI is shown inside a temple oí bones, drinking the blood oí a Representation and idel
sacriíiced captive which Mictlantecuhtli is holding. Not seldom do
owls appear in the cocHees, such as the Fejervary-Mayer, with skull­ The depiction of ti
heads, connecting them to the skull-headed god Mictlantecuhtli. The iJorgia is highly stylized
Mexíca thought oí the owls as messengers oí the underworld, and to sti11 identify. it as a bu
encounter one was abad omen, as illustrate the íollowing descriptions ~d . painted white wit:
írom Sahagún's fiíth volume, on omens (1979, 5: 161, 163): itztli ,blades surrounding
its wings. :'i'
They said that when [the tecolotl] was heard, it signiíied death or It is interesting tp nc
sickness; it was an omen oí death. fly. with birds, as the .:
among other insects,. Be
It was thought that this [chicuatli] was the messenger, the envoy of brief notes on eight Val
Mictlan tecutIi and oí MictecacÍuatl. 1t knew the land of the dead ...
because it was the one who caBed and summoned people for Mictlan
18 described as having tlJ
tecutli and MictecacÍuatl. descriptioQ is neverthe
(1963,.11 :49) :
The owl also has strong symbolic connections with Tezcatlipoca, .. ~ Itis fuzzy, like fa
who ís not only a god of the night, but he can also roaro íreely between a constant flyer, a fll
our world and the world of the dead. The conspicuous itztli blades of liquido 1t is fu~
on the sixth volatile are symbols oí Tezcatlipoca. Furthermore, one of constantIy mes, ..
Tezcatlipoca's epithets is "The Night, the Wínd", a difrasismo which
refers to bis imperceptibility (Sahagún, 1969, 6: 1 ). The owl is also Symbolic significance
imperceptible, since it can hide in the darlmess, and since its specialized
fringed feathers allow its nearly soundless flight before striking prey .' Much of the butte
(Angell, 1974: 19). oruy do butterflies lan(
THE THIRTEEN VOLATILES 115

le
Tezcatlipoca means "Smoking Mirror" in Nahuatl, and when this
at god appears in the Codex Borgia, he is represcnted with an obsidian
le
mirror pectoral, and obsidian mirrors in his head and at his foot.
111
Although they are dark, such mirrors have glassy surfaces and can
t-
reflect light very well; the same can be said of the black eyes of owls,
which can eerily reflcct the beam of a flashlight or the light of a Hre.
Sahagún's description of the owls' eyes as "spindle whorls; shiny",
recognizes tRis attribute. Nocturnal animals such as the owl have large
eyes, with a spedal layer of tissue lying behind the retina called the
r, tapetilm lucidum which reflects any light entering the eye back over
J

e the retina (Sanders, 1988: 144 ). Not only does this layer allow the
d retina to gather as much light at possible, so as to see better in the dark,
but it also reflects light back out of the eye, as a mirror, often making
f the owlseye's appear to glow in the dark (Sanders, 1990: 103).
e
VOLATILE VII: THE BUTTERFLY

Representation and identification

The depiction of the scventh volatile on page 71 of the Codex


lBorgia is highly stylized, though its symmetrical shape and antennae
still identify it as a butterfly. The wings and body are unarticulate
and painted white with red spots, and where other volatiles have
itztli blades surrounding them, the butterfly has feathers attached to
its wings. .
lt is interesting to note that Sahagún does not categorize the butter­
fly with birds, as the Mexica might have done. Rather, he lists it
among other insccts. Besides .supplying a general description,' he gives
brief notes on eight varieties of butterfly, yet novariety of butterfly
is described as having the red spots of the seventh volatile. The general
description is nevertheless important to the butterfly's symbolism
(1963, 11:49):
... It is fuzzy, like fat; winged. Its wings are twofold ... It is a flyer,
a constant fIyer, a flutterer, a sucker of different fIowers, and a sucker
of liquido It is fuzzy. It trembles, it beats its wings together, it
constantly fIies ...

Symbolic significance

Much of the butterfly's symbolism has to do with flowers. Not


only do butterflies land on flowers and drink their nectar, but the
116 ]ONATHAN KENDALL TH

Mexica conceived of them as "moving flowers". Evidence is given by The butterfly is assoc:
Sahagún, who apparent1y groups the omate varieties of butterflies Xochipilli and Xochique1
under the heading xochiPapalotl, or "flower butterfly" (1963: 11: 95) : paired with the butterfl~
(1963: 242), and Nich(
Sorne are large, sorne srnall. Many kinds of colors are on thern, so that tecuhtli, whose name me
they are varicolored, rnuch like flowers, of very intricate design, and poetic reference to maize
truly sought after, truly wonderful. They are of intricate design, sought
fly may have been high
after, flower-like.
which were the staple of
The butterfly appears in the iconography of the two flower By way of its name,
deities, Xochipilli, the "Flower Prince", and Xochiquetzal, the goddess the "Obsidian Butterfly".
of love. Xochipilli, the Lord of the Day paired with the butterfly has clawed hands and fee
l Seler, 1963, 2: 242), is consistently depicted with a butterfly design Itzpapalotl as part of ti
painted around his mouth. Throughout the Codex Borgia, but most deities (1971: 420-421).
clear1y on page 9, stylized butterflies are sucking nectar from the voracious earth monster, '
flowers in Xochiquetzal's headdress (see fig. 3a). Her lunar nose inspired ollin symbol in tlJ
omament, too, is modified to make it butterfly-like. ing hearts in its fists (sel
The butterfly symbol and the oUin day-sign symbol are very much characteristically carved (
alike. This ollin symbol, which is the visual representation of the con­ that side faces the earth
cept of motion, is pictured in two different ways in the Codex Borgia are sometimes painted on .
(see figs. 3b and 3c). One example of the ollin symbol which bears One stone relief carving
remarkable resemblance to the butterfly symbol. The similarities are butterflies in Xochiquetza:
obvious in the Codex Magliabecchiano (1903). The "mande of the just as the earth monster
butterfly" on page 10 shows a stylized butterfly with four squarish comrnents that Itzpapalo
wings and a large eye in the middle of its body (see Hg. 3d). The (eodex Bargia, 1963: 11
oUin day-sign on page 13 aIso has four squarish appendages and an ween Itzpapalotl and the
identical eye in the center (see fig. 3e). Furthermore, the two bulbs literary support in the SOl
on either side of the ollin symbol, the triangular point on top, and
the pendant on the bottom are all repeated in the butterfly symbol The goddess on the baJ
Is our, mother
on page 9 of the Borgia.
The obsidian butterfly I
¿ Why should the butterfly and the oUin symbols appear so similar?
Michael Coe (personal communication) suggests that since earlier Let us find her
oUin and butterfly symbols were quite unlike each other, their later In the ninefold steppes
sirnilarity is a product of convergent evolution. That is, at sorne point She'll be feeding on de
the Mexica must have mentally linked the two and then began drawing She our mother
their symbols more and more alike. There is good reason for the She the goddess of the I
butterfly and oUin to be linked ideologically. The butterfly exemplifies
ollin, pulsating, undulant movement. As Sahagún writes, it is a "con­ This passage basically
stant flier", which "trembles" and "beats its wings together". Like cuhtli. This may simply J
the hummingbird, it sucks the "blood" of flowers for sustenance to goddesses, or perhaps that
fly, just as the sun sucks the blood of sacrificed humans in order The butterfly's strong
sustain its ollin, its daily movement across the heavens. young gods of vegetation,
THE THIRTEEN VOLATILES 117

y The butterfly is associated with several important deities besides


:s Xochipilli and Xochiquetzal. Seler notes that the Lord of the Day
paired with the butterfly can also be Centeotl, the "Maize God"
(1963: 242), and Nicholson lists the Lord of the Day as Tonaca­
.t tecuhtli, whose name means ''The Lord of Our Flesh", which is a
d poetic rcference to maize (1971: Table 2). As a pollinator, the butter­
,t
fly may have been highly important in the success of corn crops,
which were the staple of Mexica society.
r By way of its name, the butterfly is connected to Itzpapalotl, or
s the "Obsidian Butterfly". This macabre and poorIy understood deity
y has clawed hands and feet and a skull for a head. Nicholson classifies
1 Itzpapalotl as part of the Teteoinnan complex, a group of female
t deities (1971: 420-421). It is possible that Itzpapalotl is the same
voracÍous earth monster, Tlaltecuhtli, that emerges from the butterfly­
inspired olUn symbol in the center of the great Calendar Stone, clutch­
ing hearts in its fists (see fig. 4a). Reliefs of the earth monster are
characteristically carved on the underside of many monuments, since
that side faces the earth (Townsend, 1979). Analogously, butterflies
are sometimes painted on the bottom of ceramic bowls (Franco, 1959).
One stone relief carving clearly shows Itzpapalotl, inverted like the
butterflies in Xochiquetzal's headdress, grasping a heart in each hand,
just as the earth monster of the Calendar Stone (see fig. 4b). Seler
comments that Itzpapalotl is the Chichimec goddess of the earth
(Codex Borgia, 1963: 11), which would support the connection bet­
ween Itzpapalotl and the earth monster. 1;urthermore, Sahagún offers
literary support in the Song of Teteo innan (1981, 2: 226) :

The goddess on the barrel cactus


. Is OUT mother
The obsidian butterfly [itzpapalotl].

Let us find her


In the ninefold steppes
She'll be feeding on deer hearts
She our mother
She the goddess oí the earth [tlaltecuhtli].

This passage basically equates the deities Itzpapalotl and Tlalte­


cuhtli. This may simply mean that Itzpapalotl is one of many earth
goddesses, or perhaps that she is an aspect of a single Tlaltecuhtli.
The butterfly's strong connection to Xochipilli and Centeotl, both
young gods of vegetation, also links it to Xipe Totec, "Our Lord the
118 JONATHAN KENDALL

Fliyed One". This god was highly symbolic of spring, and during his
feast, warriors would impersonate him and wear the flayed skins of
human sacrifices, which 'signified that when spring arrives, the earth
must cover itself with a new coat oí vegetation" (Caso, 1953: 51).
These Xipe impersonators were honored with garlands of flowers
(Sahagún, 1963, 1: 40). The priests wore flayed skins for weeks, while 11. 1M. IIL .... LA LUIIM.
they rotted, and the eventual removal was also symbolic of renewal.
Tbis is like the metamorphosis of abutterfly, which encases itself in
a skin-like chrysalis, to be reborn weeks later, in beautiful colors like
the flowers of spring.

VOLATILE VIII: THE EAGLE

Representation and identification

The eagle is by far the most frequently illustrated bird in the Codex
Borgia. Whether only its head is depicted or it appears in full figure,
the conventions of its representation are consistent. Its raptorial beak
and its legs are yellow. Its plumage is painted in a pattern which
Seler eloquently describes as "chestnut and white transvetse stripes"
(1963,2:242), although the overall effect produced is a mottled gray.
It has the same crested head feathers as the fifth volatile. The itztli
blades which surround the eagle on page 71 appear only in full-figure
representations; the head shown by itself ríever ineludes them.
Other codices in the Borgia Group, sucli as tlie Fejervary-Mayer
and Vaticanus B contain very similar representations of the 'eagle, with
crested head and mottled plumage. Mixtec sources, too, show the same
conventions. Tbe eagle in the Codex Borbonicus is inconsistently· de­
picted, but recognizably the same bird. The Codex Tudela (n. d.: 98),
on the other hand, shows for the eighth volatíle a raptorial bird
without a crest and with even greenish plumage, and the gloss aboye
it reads ((tlot!i", which is Nahuatl for "faleon" (Martín del Campo,
1940: 402). In this case, the Codex Tudela depicts a bird completely
differcnt from the bird in the Codex Borgia, not simply a different
representation of the same bird .. Tbe eighth volatile in the Borgia ....."."'.
I

......1 ....
must be an eagle; the only question, howcver, is what kind of
eagle it is.
Many scholars believe the Mexican day-signs to be denved from
the Maya calendar. The monkey, the· jaguar, and the King Vulture,
three of the twcnty day-sign symbols, are certainly indigenous to the
Maya tropics, not found naturally in the Central Highlands of Mexico.
71. M a. ... LA LUM, IL LUCillO DlL ALIA Y L.OS TIIICE , Á.IMOa
(LAS HOIIAS DlL. DíA)

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Fig. 3b : ollin symbol Codex
Borgia
§ Fig. 3a : Xoch iqll!!lzal wilh IJUtterflic, Codcx
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o Borgia p. 9
..c:
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Z

Fig. 3c : oUin symbol Codcx


Borgia

Lit i le
Fig. 3d: Butterfly mantle Codex Fig. 3e: ol/in day-sign Codex
Magliabecchiano p. 10 Magliabecc hi ano p. 13
Top ofthe
directional
poimer.

1-Tecpad.

It is possible, then, th~


and the eighth volatil,
Guatemala and ChiaF
the eodiees "suggests
4-Ehcc.:ul.
4..o Ce!otl. feathers at baek of h.
conspieuous" (1939: 4­
not the eagle of the e
its p1umage is not mOl
are a uniform dark gra
57). These marks are (
Seler also suggests1
_ _ _ 4- .
--~tii~~'®I the Harpy Eagle, a 1
~t-

4-Quauhuíd. Atl
r-1¡..;;:;;;...-;....".~\ possibly an immature
Bottom ta.ssel Blaek Hawk-eagle. As r
of che direc­ the adult Blaek Hawk-e
tional pointer;
X..maped 4­
a round chalchi­
form has streaked bro'
OHin glyph.

modífled 10
hui¡/ separa tes the eighth volatile's "eh!
endose the
1-Quiahuitl and If this is the eorrect bi
dawed exuem­ ¡tieso
7..ozomatli. be the younger and 01
ities.
the Blaek' Hawk-eagIe i
Fig. 4a: The earth monster (Calender Stone) into the highIands (Pet
after Townsend (1979) nificanee that the Mexil
to a more eommon speci
As with the third al
the eagle may have bu
this reasan, Seler Iabels ti
eagIe" (1963,2:242).
(1963, 11: 41 ) :

It Ís large... The l
itzcua.uhtli because th
beautiful; they glisten
are blotehed with whit
of a faleon. And it is el
It prays on, it slays th

Martín del Campo u


as Aquila chrysaetos, the
that the GoIden Eagle l
digenous to the Central ]
eonsidered rare in that r
general term cuauhtli (se
Fig. 4c: the Teocalli after
Fig. 4b: Itzpapalotl after Beutelspacher (1989) Townsend (1979)
THE THIRTEEN VOLATILES 119

It is possible, then, that the eagle, whieh is both the fifteenth day-sign
and the eighth volatile, is the Harpy Eagle from the rain forests of
Guatemala and Chiapas. Seler states that the erect erest shown in
the eodices "suggests the Harpy Eagle... on which the elongated
feathers at back of head forming a long, wide erect crest are very
conspicuous" (1939: 44). In spite of this, the Harpy Eagle is probably
not the eagle of the Codex Borgia. Its beak is black, not yellow, and
its plumage is not mottled; the upper chest, wings, and tail feathers
are a uniform dark gray, and thelower chest is white (Burton, 1983:
57). These marks are quite inconsistent with the Borgia depiction.
Seler aloo suggests that the mottled pattem might indicate, if not
the Harpy Eagle, a member of the gerius S pizaetus (1939: 44) ,
possibly an immature specimen of Spizaetus tyrannus,· the crested
BIack Hawk-eagle. As mentioned in the discussion of the fifth volatile,
the adult BIack Hawk-eagle has very dark plumage, but the immature
form has streaked brown and white plumage, which is much like
the eighth volatile's "chestnut and white" pattem in the Codex Borgia.
If this is the correct bird, the fifth and eighth volatiles eould simply
be the younger and older versions of the same bird. AH thesame,
the Blaek Hawk-eagle is a rain-forest dweller which seldom ventures
into the highlands (Peterson and Chalif, 1973: 36). The great sig­
nificanee that the Mexiea plaeed on the eagle seems· to point instead
to a more common species, one indigenous to the Valley of Mexico.
As with the third and fifth volatiles, the itztli blades surrounding
the eagle may have been a. mnemonic clue to its name. Perhaps for
this reason, Seler labels the eighth volatile itzcuauhtli, lite rally "obsidian
eagle" (1963, 2:242). Sahagún's account of this bird is quite useful
(1963,11:41):
-.
It is large... The bill is yellow; its legs are yellow.· It is called
itzcuauhtli because the feathers of its breast, of its back are very
beautifuI; they glisten as if blotched with gold. .. Its wings, its tail
aI:'e blotched with whité. .. they are some>yhat goIden like the feathers
of a fálcon. And it is caIled itzcuauhtli because it is a great bird of prey.
It prays on, it slays the deer, the wild beasts.

Martín del Campo uses this description to identify the itzcuauhtli


ás Aquila chrysaetos, the Golden Eagle (1940: 401). It makes sense
that the Golden Eagle would be the eighth volatíle, sinee it was in­
digenous to the Central Highlands of Mexieo, and even today it is not
J considered rare in that region (Peterson and Chalif, 1973: 35). The
general term cuauhtli (see above) was identified by Sahagún himself
120 JONATHAN KENDALL

as the Golden Eagle, as wel1. It is possible, then, that both cuauhtli as well, with sacrificial
and itzcuauhtli are names for this species. ( 1963: 50). In additio:
The Golden Eagle does not have a crest, nor is its plumage mottled of an eagle-skin mat al
gray like that of the eagle in the Codex Borgia. However, the less 123). The eagle and j
conventionalized, more naturalistic representations of the eagle in the specific sense, these two
post-Conquest sources, such as the Codex Borbonicus (1899: 11 h Aztec sta te that providl
the Codex Magliabecchiano (1903: 8), and the Codex Mcndoza (n. Jaguar Order was loyal
d.) clearly display an eagle with brown plumage and yellow beak and night, whereas the Eag
legs, unmistakably the Golden Eagle. Possibly the most authoritative who was a solar deity
depiction of the eagle, although unfortunately without color, is the in the C odex Borgia in
image carved on the back of the Teocalli of Sacred Warfare, which beak. According to Sel
shows the symbol of Mexico-Tenochtitlan (see fig. 4c). Not only is badge of the spirit of 1
the eagle crestless, but it also perches atop a cactus, identifying it as well with the eagle as a
a bird native to the arid highlands. The eagle and the
The troubling conflict between the depiction of the eagle in the creation of the sun and
Borgia Grou p and depictions from other sources leads to the following throw themselves on th
hypothesis: The codex prototypes of the Borgia Group carne from a moon, the eagle and th
southern region where the Black Hawk-eagle is indigenous. When 1953, 7:6). This can 1
new codices were made, the depiction of the immature Black Hawk­ the eagle represents the
eagle was copied faithfully and passed on. These new cocHces made The eagle's affiliatior
their way into the Central Mexican Highlands, duplicated by Mixtec in Sahagún's descriptiol
and Aztec copyists, who continued to follow the traditional depiction the yellow legs and bill
of the Black Hawk-eagle as a model, even though that eagle did not disk of the sun, which i
live in the highlands. It was simply understood that this conven­ The rising sun was calJ
tionalized image represented "the eagle" -Í. e., the eagle with which while the setting sun Wé
they were familiar, the Golden Eagle. 1958: 33).
The eagle appears in
Mayer (n. d.: 42), Valí
Symbolic significance In this motif; and eagl
their jaws, and they apF
The importance of the eagle in religious symbolism cannot be the rabbit (or the lizar,
emphasized enough. To the Mexica, it was the greatest and most "celestial serpent" (196~
powerful creature of the sky, and it could "kill whatever kind of bird sun, this motif probably I
flies in the air" (Sahagún, 1963, 11: 41 ). The eagle, then, represented such as sunrise and the
supremacy, and its predatory nature also gave in the connotations of The eagle, with its i
war and sacrifice. the direction of the risin:
The eagle's supremacy in the air was matched only by the jaguar's of the fifteenth day-sign:
supremacy on land, and the two are often paired. In the Codex (Seler, 1939: 45), who
Borbonicus (1899: 11), for example, the eagle and the jaguar are the eagle's chief directic
represented as warriors, with rope on their backs for tying the limbs in the Codices Fejervary
of captured enemies. They are shown together in the Codex Borgia, and Borgia (1963: 50),
THE THIRTEEN VOLATILES 121

as well, with sacrificial blood flowing from their decapitated bodies


( 1963: 50). In addition, the throne of the Aztec emperor was made
of an eagle-skin mat and a jaguar-pelt backrest (Sahagún, 1981, 2:
123). The eagle and jaguar are symbols of power, but in a more
specific sense, these two animals signify the two warrior orders of the
Aztec state that provided captives for sacrifice to the sun godo The
Jaguar Order was loyal to Tezcatlipoca, the god most associated with
night, whereas the Eagle Order affiliated itself with Huitzilopochitli,
who was a solar deity (Soustelle, 1964: 43). The eagle is depicted
in the Codex Borgia in two places (1963: 2, 50) with a blue-tipped
beak. According to Seler, blue nose ornaments can be "a familiar
badge of the spirit of the dead warrior" (1939: 45), which fits in
well with the eagle as a symbol of warriors.
The eagle and the jaguar also appear in Sahagún's story of the
creation of the sun and the moon, after Nanauatzin and Tecuciztecatl
throw themselves on the blazing pyre and become the sun and the
moon, the eagle and the jaguar also leap into the flames (Sahagún,
1953, 7: 6). This can be interpreted as a symbolic repetition, where
the eagle represents the sun, and the jaguar symbolizes the moon.
The eagle's affiliation with the sun is supported by the light imagery
in Sahagún's descriptions. The feathers, "blotched with gold", and
the yellow legs and bill liken the Golden Eagle to the brilliant golde n
disk of the sun, which is painted bright yellow in the Codex Borgia.
The rising sun was called cuauhtehuanitl, or the "ascending eagle",
while the setting sun was cuauhtemoc, the "descending eagle" (Caso,
1958: 33).
The eagle appears in an important motif in the Codices Fejervary­
Mayer (n. d.: 42), Vaticanus B (1896: 27), and Borgia (1963: 52).
In this motif: and eagle and a snake have a rabbit or a lizard in
their jaws, and they appear to be fighting over it. Seler proposes that
the rabbit (or the lizard) symbolizes the moon, and the snake is a
"celestial serpent" (1963, 1: 57). Since the eagle is the avatar of the
sun, this motif probably represents some 80rt of astronomical occurrence,
such as sunrise and the fading of the moon's brightness.
The eagle, with its solar connotations, is affiliated with the East,
the direction of the rising sun (Nicholson, 1971: 405). As the symbol
of the fifteenth day-sign, the eagle is also associated with Xipe Totec
(Seler, 1939: 45), who is the Tezcatlipoca of the East. Nevertheless,
the eagle's chief directional orientation is the North, and it appears
in the Codices Fejervary-Mayer (n.d.: 1), Vaticanus B (1896: 17),
and Borgia (1963: 50), sitting on top of the Tree of the North. This
122 JONATHAN KENDALL TE

is the same, Iamous image as is shown on the Teocalli of Sacred War­ instead the Ocellated Tu
fare, the symbol of Mexico-Tenochtitlan head and iridescent gre
Tudelá. This species, whi
red warts on its head, 01
VOLATILE IX: THE TURKEY the dewlap oc chest "be.
ChaliI, 1973: 48). It aF
Representation and identification dividual varieties 01 turk,
Because of the conspicuous wattle aboye its beak, it is easy to
identify the ninth volatile as a turkey, although determining which Symbolic significan ce
variety of turkey is more complexo Its depiction on page 71 of the
Codex Borgia is so small, and it is more helpful to work from the large, The term chalchiuht(
highly detailed version on page 64. In this picture, the turkey's head of Tezeatlipoca's (Nichol
is painted red, with blue circles, and the scalloped outline of the head
this symbolism. On page
suggests featherless skin. A long wattle with a blue tassel hangs in as patron of the eight(
front of the beak, which is black except for a white tipo The wings Tecpatl sign has an eye ¡
appear to be painted a mottled pattem 01 bluish gray and white. of Tezcatlipoca. The Co
It wears loase medallions on its plumage and a necklace 01 medallions Tezeatlipoca in the guise
around its neck, and it has the stylized chest "beard" of a turkey.
bird's beak, and the sme
This depiction is inconsistent with those 01 the Codex BiJrbonicus
·jll8ignia. Furthermore, thl
(1899: 14, 15) and the Codex Tudela (n.d.: 98), in which the
( 1896 : 65) with smoke
ninth volatile has a blue head with red spots and green body feathers.
Tezcatlipoea. It is ínter
Seler labels this bird huexolotl (1963, 2: 243), the male turkey
(Sahagún, 1963, 11: 53), and the gloss aboye the Tudela depiction described by Sahagún a
reads "chalchi totoli", a misspelling of chal¿hiuhtotolin, which means of Tezcatlipoea's appella
"jade turkey"( n. d.: 98). Although no entry appears for either of (Sahagún, 1969, 6:1). }
these birds per se, Sahagún writes a very long entry for the totoUn, original-Nahuad, the idea
a general term for turkey (1963, 7: 53) : and the god together.
The medallions which
It is a dweller in one's homé, which can be raised in one's horne, lo be stylized. quíneunx .
which livesnear and by one. The feathers are thick, the tail rounded. cious stone or jade. This
It has wings; it i5 heavy, not aflyer. It is edible. It leads the rneats; it Besides indicating jade, e
is the master. It is faí, savory ... Sorne turkeys are srnoky, sorne quite is blue-green. The ehaleh
black, sorne like crow feathers, glistening, sorne white, sorne ashen, ash­ "One Water", for that re:
colored, sorne tawny, sorne srnoky. .. The stalky neck has a necklace, plumage is even painted
a neck-coral. The head is blue; it is dewlapped; it has a dewlap. The blue-gray stripes.
turkey hen is of average size, of mediurn size, low, low-bácked. She has
a neeklaee; she is coral-headed, with a coraI[-colored] head. In several ways, the t
C odex Fejervary-M ayer I
Martín del Campo identifies this bird as Meleagris gallopavo, the eoatl, who is holding a
Common Turkey (1940: 408), which has the dewlap and "neek­ (n. d.: 6). Quetzalcoatl
lace" which Sahagún mentions. This is the species whieh the Borgia the Day in the Codex BOJ
representation illustrates, as well. The other two codices probably show As the nínth volatile, the
THE THffiTEEN VOLATILES 123

¡nstead the Ocellated Turkey, Agriocharis ocellata, whose bright blue


head and iridescent green plumage is unmistakable in the Codex
Tudela. This species, which today lives in the Yucatan Peninsula, has
red warts on its head, only a small wattle above the beak, and lacks
the dewlap or chest "beard" of the Common Turkey (Peterson and
Chalif, 1973: 48). It appears, then, that the codices present two in­
dividual varieties of turkey, but in the same symbolic contexto

Symbolic significance

The term chalchiuhtotolin, or "jade turkey", is a known epithet


of Tezcatlipoca's (Nicholson, 1971: Table 3), and the codices reflect
this symbolism. On page 10 of the Codex Bargia, the turkey appears
as patron of the eighteenth day-sign, Tecpatl, "Flint-knife". This
Tecpatl sign has an eye and a mouth, which designate it as a symbol
of Tezcatlipoca. The Cadex Borbonicus (1899: 17) actually shows
Tezcatlipoca in the guise of a turkey. His head is coming out of the
bird's beak, and the smoking mirror above his ear is undeniably his
insignia. Furthermore, the turkey is shown in the Codex Vaticanus B
(1896: 65) with smoke emerging from its head, again indicating
Tezcatlipoca. It lS interesting to. note that the domestic totolin is
described by Sahagún as living "near and by one", since another
of Tezcatlipoca's appeIlatives is "Lord of the Near, of the. Nigh"
(Sahagún, 1969, 6: 1 ). Although these phrases are not similar -in the
original·Nahuatl, the idea of proximity is still conveyed, tying the bird
and the god together.
The medallions which the turkey wears in the CQdex B01'gia appear
to be stylized quincunx signs, indicating preciousness, especially pre­
cious stone or jade. This reinforces the idea that this is a jade turkey.
Besides indicating jade, chalchiuhuitl can also refer to water, since it
is blue-green. The chalchiuhtotolin is patron' of the trecena 1 Atl, or
"One Water", for that reason (Codex Borgia, 1963: 64). The turkey's
plumage is even painted like the depiction of water, with black and
blue-gray stripes.
In several ways, the turkey is connected to Quetzalcoatl, too. The
Codex Fejervary-Mayer shows a turkey sitting across from Quetzal­
coatl, who is holding a staff with the Ehecatl mask attached to it
(n. d.: 6). Quetzalcoatl is paired with the turkey as ninth Lord of
the Day in the Codex Borbonicus, as weIl (Nicholson, 1971: Table 2).
As the ninth volatile, the Turkey even presides over the day 9 Ehecatl,
124 JONATHAN KENDALL

or "Nine Wind", which is the name-day oi Eheeatl, the wind god 390). The name ior ti
aspect oi Quetzalcoatl. which litera1ly means
Because oi this afiiliation between the turkey and Quetzalcoatl, referring to the Scarj
there is a possibility that the head oi the turkey is the model ior the plumage. The artÍst (
Ehecatl mask, described by Caso as "a red mask in the iorm oi a with these colors, but
bird's beak, which in sorne representations is also set with the iangs to show scales; he paí
oi a serpent" (1958: 22). The beak oi the mask is straight and he depicts its eye wit
pointed, probably out oi eonvention. There is also an appendage aboye wrinkled skin that Sea
the beak, sometimes drawn with a scalloped outline, as if it were and Chalii, 1973: PI.
rubbery or flexible, which possibly represents the fleshy wattle oi a the Maya representati,
turkey. There is no way to prove this point, however, and it can only oi circ1es. Not only i
be ofiered as a hypothesis. macaw, mo'o in Yuca
The quetzaltototl a
VOLATILES XI, XII AND XIII: THE TROPICAL BIRDS This entry is long and
feathers this precious J
Representation and ldentification [Quetzaltototl]
The last three volatiles are grouped together here because they 1ts bill is pointed, ye
are all exotic irom the rain iorests oí Guatemala and much oi the [The feathers] on its
turquoise-colored. TI
symbolism linked to each bird is common to aH. The artist oí the Codex
quetzal spines, of qu
Tudela (n. d.: 98) painted these three birds in bright eolors: the very glistening... A
e1eventh volatile is green, the twelfth is red, and the last is yellow. reddish - well colol
Above their respective pictures are the glossed Nahuatl words "quetzal breeding place of tht:
totod", "chiconcuetzali" and "toznene". The Codex Borgia and the
Codex Borbonicus, on the other hand, depict these birds in a difierent Tecolotlan, meaning
order, with the red bird as the e1eventh volatile, the green bird as again by Sahagún, but
the twe1ith, and the yellow as the thirteenth. Seler identiiies them c10ud forests oí Guat
respective1y as the ala, the quetzaltototl and the cocho. The quetzaltototl is idel
A description oí the ala appears in Sahagún's work (1963, 11: 23) : mocinno, the Resplendc
(1940: 388). The cod
[A lo] long tail feathers, alth
It lives especialIy in (the province oi] Cuextlan, in crags and in the the length oí its body (1
dense foresto lt is tamable. Yellow, curved is its bill; rough are its feet, Borgia does not show th,
with callosities,.. Flaming red are its eyes; yellow are its breast be, probably because ti;
[and] belly. although plain to see ir
Its back is dark; its wing [feathers] are ruddy, reddish, a well-textured the Codex Borgia, eith,
even color... The wing coverts and tail coverts are blue, becoming
ruddy, reddish, bright reddish, orange.
The cocho, too, is d
[Cocho]
Cuexdan, according to Sahagún is the Gulf Coast homeland oi the It resembles the [toZll
Huaxteca (1961, 10: 185). Martín del Campo identifies the ala, on 1ts feathers are dark ~
the basÍs oi its plumage, as Ara macao, the Scarlet Macaw (1940: 1t is a singer, a consu
THE THIRTEEN VOLATILES 125

i 390). The name íor this bird in the Codex Tudela was chiconcuetzali,
which literalIy means "bird oí seven colors" (Tudela, 1980: 168) ,
referring to the Scarlet Macaw's very bright red, yelIow and blue
plumage. The artist oí the Codex Borgia not only pictures the alo
with these colors, but he also draws its rough íeet with crosshatching
to show scales; he paints its beak white, as it appears in nature; and
he depicts its eye with a sectioned ring around it, to represent the
wrinkled skin that Scarlet Macaws possess around their eyes (Peterson
and Chalií, 1973: PI. 13). This depiction oí the eye is analogous to
the Maya representations, which show the macaw's eye with a ring
y oí circ1es. Not only is this glyph the diagnostic logograph oí the
macaw, mo'o in Yucatec Mayan, but aloo the phonetic syllable mo'.
The quetzaltototl appears first among Sahagún's bird descriptions.
This entry is long and preoccupied with the many different types of
feathers this precious bird has (1963, 11: 19) .
[Quetzaltotot~
Jts bill is pointed, yellow; its legs yellow. Jt has a crest, wings, a tail ...
[The feathers] on its tail are green, herb green, very green, fresh green,
turquoise-colored. They are like wide reeds. . . This bird is crested; of
quetzal spines, of quetzal thread feathers is its erest, very resplendent,
very glistening... About its throat, and its breast [the feathers], are
reddish well eolored, even eolored, well textured, chili-red... The
breeding place of these birds is [the provinee of] Tecolotlan .
.e
tt Tecolotlan, meanÍng "Place of the Horned Owl", is not mentioned
lS again by Sahagún, but it must be a region of the tropics, such as the
n doud forests of Guatemala, where the quetzal bird lives today.
The quetzaltototl is identified by Martin del Campo as Pharomachrus
mocinno, the Resplendent Trogon, commonly called the quetzal bird
( 1940: 388). The codices depict the quetzal bird with its crest and
long tail feathers, although in actuality, its tail feathers are twice
e the length of its body (Peterson and Chalif, 1973: PI. 21). The Codex
1, Borgia does not show the quetzal bird as being the vivid green it should
;t be, probably because the hues have faded over time. The red breast,
although plain to see in the Codex Tudela, does not really appear in
d the Codex Borgia, either.
g The cocho, too, is described by Sahagún (1963, 11: 23) :
[Cocho]
,e
It resembles the [toznene]. Jt has a yellow, curved bill; it is crested .. .
n Its feathers are dark green; its coverts are dark red [and] dark yellow .. .
Jt is a singer, a constant singer, a talker, a speaker, a mimic ...
126 JONATHAN KENDALL TE

Martín del Campo states that this bird is Amazona albifrons, the in the same category, and
White-fronted Parrot. This parrot, though, has no yellow plumage The directions of South
whatsoever, and so could not possibly be the yellow bird whieh is Mexica would have to 1
pictured in the codiees. Since the description of the cocho and the the lands in which these
gloss of the Godex Tudela both indieate the toznene, it should be The brilliant coloring
worthwhile to examine Sahagún's description of that bird ( 1963, to their symbolism. Se1er
11 :22): feathers with blue tips are
(1939: 34), and the Ma
[Toznene]
Xiuhtecuhtli (Seler, 1963
It has a yellow, curved bill, like that of the [cocho]; the head is crested.
ing also represented blood
Its breeding place is especially [the province of] Cuextlan. These are its
a sacrifieed heart and a
chick feathers - herb-green, dark, dark green on its back, and about
The red breast of the o
its neck, and its tail, and its wings. And those at the tip of its wing­

bend are green [and] yellow; they cover its flight feathers. And on its
symbolize the red rising Sl
breast, on its belly, its feathers are yellow, dark yellow ... And its tail
chest of a sacrificed capti'
and its wings are ruddy.
to sacrifiee and is often I

receive the extracted hear


The toznene, according to Martín del Campo, is Amazona oratrix, quetzal bird, as Sahagún
the Yellow·headed Parrot (1940: 290). This is the only parrot whieh very green, fresh green";
has conspicuous yellow plumage, and so is the only viable candidate The yellow-headed parrot
for the thirteenth volatile (Edwards, 1972: PI. 5). connotations, was most li

Symbolic significan ce
Conclusion
Since these birds are jungle dwellers, they were only known to
the Mexica by way of long-distance trade. The Godex Fejervary-Mayer In this essay, the con
frequently depicts the quetzal bird on top of a backpack, carried by on the thirteen volatiles I
a person with a long staff, and the Godex Borgia has a similar re­ them have been solved, b
presentation (1963: 55). Both the backpack and the staff are symbols synthesis of knowledge on
of the pochteca, the long-distance traders of the Aztec Empire, who a topie, is that by the ca
would venture into the tropics and retum to Tenochtitlan with, among of the whole becomes sli
other riches, quetzal birds and their feathers. greater corpus of codices
AH three tropical birds appear in the codices as birds on the better understood.
directional trees. The codices Borgia (1963: 49), Vaticanus B (1896: The danger of the stul
17) and F ejervary-Mayer (n. d.: 1) depict the quetzal bird sitting fundamental scholarship
on the Tree of the East (Seler, 1939: 37). This is consistent with the heavily. For example, Se1~
pairing of the quetzal bird with the twelfth Lord of the Day, Tlahuiz­ the Codex Borgia has be(
calpantecuhtli, god of the Morning Star, which rises in the East in the century since its PI
before dawn (Nicholson, 1971: Table 2). On the Tree of the South, can, and should, be don
the Godex Borgia depicts the Scarlet Macaw (1963: XI, 52), while the search, the discovery of th
other two codíces show the Yellow-headed Parrot. This apparent con­ lation of Sahagún's Nahl
tradiction simply shows that the Mexica conceived both birds to be sources and others must 1
THE THlRTEEN VOLATILES 127

.e in the same category, and that directional associations are not universal.
e The directions of South and East may have been chosen because a
is Mexica would have to travel in those directions in order to reach
e the lands in which these birds are found.
e The brilliant coloring of these tropical birds is highly important
to their symbolism. Seler notes that the Scarlet Macaw's "long, red
feathers with blue tips are called by the Mexicans cuezalin [or] "flame"
( 1939: 34), and the Macaw was also the avatar of the old fire god,
XiuhtecuhtIi (Seler, 1963: II, 243). Needless to say, this bird's color­
ing also represented blood; one depiction of the Macaw shows it with
a sacrificed heart and a stream of blood (Codex Borgia, 1963: 6).
The red breast of the otherwise vividgreen quetzal bird could well
symbolize the red rising sun in the turquoise sky, or equally the bloody
chest of a sacrificed captive. The quetzal bird was certainly connected
to sacrifice and is often depicted in the Codex Borgia descending to
receive the extracted hearts in an eagle vessel. The tail feathers of the
quetzal bird, as Sahagún notes, are "like wide reeds", "herb-green,
very green, fresh green"; this plumage easily symbolizes vegetation.
The yellow-headed parrot, whose otherwise green plumage has similar
connotations, was most likely symbolic of the daytime sun.·

ConcluJÍon

In this essay, the conflicts and inconsistencies among the sources


on the thirteen volatiles have been presented and weighed. Sorne of
them have been solved, but others might never be. The point of this
synthesis of knowledge on what is apparentIy an esoteric and specific
a topic, is that by the careful examination of a small part, the :view
of the whole becomes slightly more visible. Thatis,. hopefully, the
greater corpus of codices and the Aztec culture i:q general can be
better understood. .. .
The danger of the study of Aztec iconography is thát much of the
fundamental scholarship that has come before is relied· upon . too
heavily. Far example, Seler's brilliant but far-outdated commentary on
the Codex Borgia has become dogma .. So much work haS been done
in the century since its publication that a revision of his commentary
can, and should, be done. For example, intensive ornithological re­
search, the discovery of the Codex Tudela, and the furidarnental trans­
lation of Sahagún's Nahuatl work, was not known to Seler. These
sources and others must now be used, and compared to Seler's work
9
128 JONATHAN KENDALL TI

so that tomorrow's scholars can more easily understand the Codex DAVIES, Nigel
Borgia, one of the greatest artifacts left by the Aztec civilization. 1973 The Aztecs:
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SIMBOLISMO DE
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El simbolismo de
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exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
.

ARQUEOLOGíA URBANA EN EL CENTRO

DE LA CIUDAD DE MÉXICO

EDUARDO MATOS MOCTEZUMA

Con el nombre de Programa de Arqueología Urbana (PAU), iniciamos


a mediados de 1991 una investigación que tiene como objetivo fun~
damental el analizar el proceso de desarrollo de un área específica
a través de siete siglos de ocupación constante. Nos referimos al es~
pacio que ocupó el recinto o plaza principal de la ciudad mexica de
Tenochtitlan, la que según investigadores como Ignacio Marquina
tenía aproximadamente 500 metros por lado y comprendía el perí­
metro de lo que son hoy las calles de Moneda por su lado sur; Correo
Mayor y El Carmen por el este; al norte limitaría con San lldefonso
y González Obregón y al poniente con Brasil y Monte de Piedad,
antigua calle del Empedradillo. Actualmente sabemos que por el lado
este el recinto no se extendía hasta las calles antes señaladas, ya que
con nuestras excavaciones del Templo Mayor hemos podido precisar
que el límite del recinto ceremonial tenochca corría por ese lado a
lo largo de la calle de Licenciado Verdad, más bien por debajo de la
fachada principal de Santa Teresa la Antigua, de alli el desplome
que este edificio tiene al asentarse en parte sobre la plataforma pre~
hispánica. Aunque lo anterior deberá confirmarse con mayor precisión,
en principio hemos tomado como punto de partida el perímetro antes
señalado.
En relación a lo anterior, tenemos entonces que nuestra área de
estudio cubre siete manzanas o bloques actuales del corazón de la
Ciudad de México. Esto constituye el espacio a investigar. En cuanto
al tiempo, consideramos que nuestra investigación cubrirá 700 años
de ocupación constante de dicho espacio, de los. cuales 200 corres­
ponden a la presencia prehispánica mexica (1325-1521); alrededor
de 300 años de Colonia además del siglo XIX y lo que va del xx.
De esta manera, las dos categorías fundamentales de la arqueología
-tiempo y espacio- se conjugan para ver el proceso de desarrollo
cultural a lo largo de siete siglos en los que el espacio mencionado
fue cambiando sus características. Así, durante la presencia mexica,
.

134 EDUARDO MATOS MOCTEZUMA ARQUEOLOOí

éste tuvo un carácter esencialmente sagrado. Fue el asiento que albergó etapa y cómo devim
a los 78 edificios de que nos habla Sahagún en su Historia de las dato arqueológico, al
cosas de la Nueva España,l es decir, el espacio sagrado por excelencia, están preparando pla:
tal como lo ha definido León-Portilla recientemente. 2 El centro lo tura correspondientes
ocupaba el Templo Mayor, corazón y ombligo del universo mexica. a lo largo de varios
Por él se ascendía a los niveles celestes o cielos y se bajaba al infra­ con los siglos que ce
mundo. De él partían los cuatro rumbos del universo y se constituía las casas y monumeI
en el centro de centros, el lugar de mayor sacralidad en donde con­ perímetro, para lo cm
vergían todos los puntos de su cosmovisión. A esto se une la dis­ tos preparado por la :
posición de los otros edificios que correspondían en buena medida a Se están recopilando
esa concepción universal:'! etapa prehispánica ha
Al momento de la conquista española, no dudamos que los con­ que nos permita sabe
quistadores, a través de sus informantes indígenas, conocieron este trascendentales que }
carácter de sacralidad y lo que simbolizaba el Templo Mayor y los A todo lo anterior se
otros edificios del recinto ceremonial. La reacción no se hizo esperar espacio, en donde la f,
y trajo como consecuencia la destrucción violenta de todos ellos. Se das como auxiliares 1
logró así borrar por varios siglos lo que había sido este espacio sa­ ~o será acompañado
grado. El conquistador lo convierte en espacio profano y construye uso del suelo y otros a
las primeras casas coloniales. Sólo la esquina suroeste va a conservar varios aspectos inter~
su carácter de sagrado al asentarse en ella la catedral cristiana. nalmente hemos denoll
Al paso del tiempo lo que fueron solariegas mansiones se convir­ lar qué es lo que se ,
tieron en nuevas casas de gente pudiente que habitaron el centro más adelante, en el e
de la ciudad. El siglo XIX fue testigo de ello. Sin embargo, en la hoy en la Ciudad de :
primera mitad del siglo xx este espacio empezó a cambiar radical­ vez para ver algunos
mente. La ciudad se extendió de manera notoria especialmente hacia cuando nos referimos ¡¡
el poniente, en donde surgieron colonias como la Roma, Condesa, Como puede verse
Cuauhtémoc, Polanco, las Lomas ... y nuestro espacio se transformó bicioso y cubre diferel
en un área de pequeños comercios, hoteles de poca monta --o mucha­ dispensable contar con
y las casonas del siglo pasado y de principios del xx se convirtieron de cada una de ellas. ,
en vecindades. Actualmente, la presencia de un comercio callejero ha historiadores, antropólc
invadido de manera impresionante el antes orgulloso espacio sagrado para lograr que el est
del pueblo mexica. algunos arqueólogos de
El Programa de Arqueología Urbana pretende, por lo tanto, el 1991 en varias excava
estudio de las transformaciones ocurridas en este espacio; porqué y arqueológico de difem
cómo se desarrolló; los cambios cualitativos y cuantitativos de cada Cuentan con la ayuda
Académicos del mismo
1 Fray Bernardino de Sahagún, Historia de las cosas de la Nueva España, Ed. lugares que, en el aspe
Porrúa, México, 1956 (cuatro tomos).
2 Miguel León-Portilla, México-Tenochtitlan: su espacio y tiempo sagrado,
de investigación:
INAH, México, 1978. 1. Justo Sierra 33.
3 Eduardo Matos Moctezuma, Vida y muerte en el Templo Mayor, Ed. Océano,
México, 1986. Ver la nota que salió en Tinta negra y Toja, Instituto de Inves­ de Justo Sierra ;t escWl
tigaciones Antropológicas, número 13, México, 1991. como estacionamiento I
ARQUEOLOGÍA DEL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 135

etapa y cómo devino en 10 que ahora es. Para ello acudiremos al


dato arqueológico, al estudio de archivos, leyendas y tradiciones. Se
están preparando planos con la ubicación de los objetos y arquitec­
tura correspondientes a la etapa prehispánica que se han localizado
a 10 largo de varios siglos en el lugar. Lo mismo se está haciendo
con los siglos que corresponden a la Colonia, con la ubicación de
las casas y monumentos que aún se encuentran dentro de nuestro
perímetro, para lo cual será de gran ayuda el catálogo de monumen­
tos preparado por la Dirección de Monumentos Históricos del INAH.
Se están recopilando los mapas y planos que se conocen desde la
etapa prehispánica hasta nuestros días, sin olvidar la fotografía aérea
que nos permita saber, ya en este siglo, de algunos de los cambios
trascendentales que han ocurrido en nuestro universo de estudio.
A todo lo anterior se une el análisis actual de las características del
espacio, en donde la fotografía y aun la videograbación serán emplea­
das como auxiliares para la toma de fachadas, ambientes, etcétera.
Esto será acompañado de un recorrido en el que se va a detectar el
uso del suelo y otros aspectos de actualidad. De aquí se van a derivar
varios aspectos interesantes de la investigación, como el que provisio­
nalmente hemos denominado "arqueología futurista", es decir, especu­
lar qué es lo que se va a preservar de aquí a quinientos o mil años
más adelante, en el caso de que hubiera un cataclismo el día de
hoy en la Ciudad de México. Esto, a manera de ensayo, servirá a la
vez para ver algunos de los criterios que actualmente empleamos
cuando nos referimos a sociedades de quinientos o mil años atrás.
Como puede verse por lo que hemos referido, el Programa es am­
bicioso y cubre diferentes gamas del conocimiento. Para ello es in­
dispensable contar con diversos especialistas que se aboquen al estudio
de cada una de ellas. Así, arqueólogos, biólogos, químicos, arquitectos,
historiadores, antropólogos, etcétera... deberán conjuntar esfuerzos
para lograr que el estudio llegue a feliz término. Por el momento,
algunos arqueólogos del Proyecto Templo Mayor-INAH están desde
1991 en varias excavaciones obteniendo una información de rescate
arqueológico de diferentes lugares en que ha sido preciso intervenir.
Cuentan con la ayuda de especialistas de la Subdirección de Servicios
Académicos del mismo INAH. A continuación vamos a enumerar los
lugares que, en el aspecto de arqueología de rescate, están en proceso
de investigación:
1. Justo Sierra 33. El predio se ubica en eilado sur de la calle
de Justo Sierra a' escasos metros de la esquina de El Carmen. Sirvió
como estacionamiento desde hace varios años. El propietario deseaba
136 EDUARDO MATOS MOCTEZUMA ARQUEOLOGÍA 1

construir por lo que conforme a la ley tuvo que pagar la labor de efectuar las labores de rl
rescate correspondiente. El trabajo se le enc~mendó a Francisco Hino­ se comisionó al P. A. D
josa, del Proyecto Templo Mayor, quien contó con la colaboración Los trabajos se cono
de fotógrafos, dibujantes, restauradores y biólogos de la Subdirec­ tanto en el interior coml
ción de Servidos Académicos (INAH). Vimos la necesidad de cua­ así como en la Puerta
dricular el terreno en unidades de 2 por 2 metros, a partir del límite se accede. Las calas d
con la banqueta hacia el fondo empleando números, y del límite prácticamente se llegó, :
oeste al este con letras. Se marcó el nivel "O" para las referencias más recientes. Entre los
de profundidad. El trabajo de excavación se desarrolló entre los monedas, entierros, un
meses de mayo y agosto de 1991. No pretendemos en esta nota mentas, etcétera... ade
agobiar al lector con aspecto técnicos que serán incluidos en su mo­ se pudo obtener una ese
mento en los informes correspondientes, por lo que de manera somera un enorme tecpatl o cue
paso a mencionar algunos de los hallazgos interesantes. ceso y esperamos en bI
Se localizó un piso prehispánico de lajas similar al de la plaza datos recabados.
principal encontrado en nuestras excavaciones del Templo Mayor.
Catedral. El trabajo
Hay un muro grueso que corre de norte a sur y que conserva recubri­
Catedral Metropolitana.
miento de estuco, muro que se ubica casi a la mitad del terreno.
este importante edificio
Un dato interesante es la utilización de este muro con la primera
ha visto afectada de man
presencia colonial, consistente en los restos de una casa asentada
que en 1975-76 la enb
directamente sobre los vestigios prehispánicos y haciendo uso de ellos.
pilotes -alrededor de·
Así, el muro de la casa muestra varios vanos o entradas que daban
1942 ya se había practi
a habitaciones. Se llegaba a ellas por un patio empedrado que es­
que según los pormenor
taba de la mitad del terreno hacia el este. No dudamos que estos
por SEDUE han afectac
restos correspondan al siglo XVI.
a) Abatimiento del
Superpuesto a 10 anterior tenemos varios niveles de ocupación
coloniales hasta llegar al siglo xx, en donde vemos un cambio radical porte de SEDUE: "La.
el agua de los estratos 1
en la construcción. Muros delgados de tabiques dividen cuartos pe­
queños, indicándonos que ahora se trata de habitaciones para una mental del hundimiento
sola familia y el carácter de vecindad es evidente. mente establecido duran
Nabar Carrillo, Leonafi
Los materiales están en proceso de estudio y no es de dudar que
adelante agrega el infor
se obtenga información importante. Monedas, cerámica, cuentas de
das de emergencia par¡
collares, restos de madera. .. todo ello nos dará el panorama de quie­
perforaron nuevos pozo
nes habitaron aquel lugar a lo largo de los años. De la parte que
ubicada al sur del Vall(
parece ser la cocina se obtuvieron diferentes materiales que segura­
"El efecto de esta n
mente ampliarán el conocimiento en lo que se refiere a la alimenta­
cremento de la velocidac
ción, una vez que los biólogos realicen el análisis respectivo.
entre 1982 a 1986." 4
2. Palacio N aciana!. Es de sobra conocido el problema que desde b) Cajón del Metr
hace muchos años enfrenta la estructura del Palacio Nacional. Sin mas actúan como drenes
querer entrar en pormenores del caso, sólo mencionaremos que actual­ deración en su estudio.
mente la SEDUE lleva a cabo trabajos de cimentación para darle soli­ al nivel freático: "La in
dez al inmueble. Desde el mes de octubre de 1991 intervenimos para todo el Interceptor Sem
ARQUEOLOGÍA DEL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 137

efectuar las labores de rescate arqueológico correspondientes. Para ello


se comisionó al P. A. Diego Badillo Jiménez.
Los trabajos se concentraron en el ala norte de Palacio Nacional,
tanto en el interior como en el exterior que da a la calle de Moneda,
así como en la Puerta Mariana y los tres patios a los que por ella
se accede. Las calas de cimentación no fueron muy profundas y
prácticamente se llegó, fundamentalmente, a niveles coloniales y aún
más recientes. Entre los hallazgos dignos de mencionarse está el de
monedas, entierros, un barril de madera para desperdicios de ali­
mentos, etcétera... además de restos arquitectónicos.. Recientemente
se pudo obtener una escultura prehispánica incompleta, que parece ser
un enorme tecpatl o cuchillo de sacrificios. Los estudios están en pro­
ceso y esperamos en breve poder dar a conocer pormenores de los
datos recabados.
Catedral. El trabajo de rescate más intenso se lleva a cabo en la
Catedral Metropolitana. Es de sobra conocida la situación que guarda
este importante edificio en relación a su precaria estabilidad que se
ha visto afectada de manera alarmante en los últimos años. Recordemos
que en 1975-76 la entonces SAHOP se dedicó a la colocación de
pilotes -alrededor de 383- ya que la situación era grave, y en
1942 ya se había practicado una primera recimentación. Los factores
que según los pormenorizados estudios llevados a cabo recientemente
por SEDUE han afectado la estabilidad del importante inmueble son:
a) Abatimiento del agua de los estratos profundos. Dice el re­
porte de SEDUE: "La identificación del abatimiento de la presión en
el agua de los estratos profundos del subsuelo, como la causa funda­
mental del hundimiento regional en el Valle de México, fue clara­
mente establecido durante la década de 1940 por investigadores como
Nabor Carrillo, Leonardo Zeevaert, Raúl Marsal y otros ... " Más
adelante agrega el informe: "La presión demográfica obligó a medi­
das de emergencia para aumentar el caudal de agua potable y se
perforaron nuevos pozos en los basaltos de la Sierra Chíchinautzin,
ubicada al sur del Valle, que entraron en operación en 1978."
"El efecto de esta medida se refleja en la Catedral como un in­
cremento de la velocidad del hundimiento regional, a 10.4 cm. anuales
entre 1982 a 1986." 4
b) Cajón del Metro o Interceptor Semiprofundo. Ambos siste­
mas actúan como drenes, por lo que SEDUE los ha tomado en consi­
deración en su estudio. Así, en las Recomendaciones dice al referirse
al nivel freático: "La influencia que tienen el cajón del Metro y sobre
todo el Interceptor Semiprofundo como drenes del agua del subsuelo
138 EDUARDO MATOS MOCTEZUMA ARQUEOLOOÍA [

de la Catedral, fue tomada en cuenta en el análisis de asentamien­ lada por la SAHOP, Il


tos del capitulo 10.":; dente el bufamiento pt
Finalmente, es interesante resaltar lo que se señala en las Conclu­ del Templo sobresalían I
siones y Recomendaciones en cuanto _al origen del fracturamiento: menÜ' era al revés, con:
"Los fracturamientos observados en la Catedral son el resultado de áreas aledañas se hundí
asentamientos diferenciales de la cimentación, acumulados a través ignorantes que llegaron
de su historia, desde el inicio de la construcción hasta nuestros días. yor causaba todo el mm
Actualmente, se registra un desnivel máximo de 2.4 metros entre el con ello no sólo 'su ign<
altar mayor y la torre poniente; aproximadamente el 60% de este ,que I hasta el mismo D
desnivel ocurrió en el período comprendido entre el inicio de la cons­ biera envidiado ... !
trucción y el final del siglo pasado y fue producido por la consolida­ ,Con: el fin de trata:
ción desigual de las arciIlas del subsuelo bajo el peso propio de la uniforme, SEDUE ha ÍI1
Catedral, cuya cimentación quedó apoyada parcialmente sobre las lo cual es necesario per:
antiguas cimentaciones de construcciones aztecas." el interior del inmueble
"Las zonas previamente consolidadas por los monumentos aztecas comenzaron los trabajo
sufrieron menores asentamientos bajo el peso de Catedral que aquellas La obra contrató a Al
donde no hubo construcciones precoloniales, causándose así una parte nretaViart y Juan Cerv
importante del asentamiento diferencial. El 40,% restante del desnivel intervinieron Francisco·]
actual se produjo durante el presente siglo y continúa, según las nive­ supervisor de la obra, J
laciones de precisión realizadas durante los últimos siete meses, a una ciembre de 1991, .todos
velocidad de 21 mm. por año ... Esta aceleración del asentamiento Los hallazgos mássc
diferencial está íntimamente vinculada al desarrollo del hundimiento y medio de trabajos ~O<:
regional de la dudad de México, el cual se inicia en la última década .Vestigios arq uittetóIl
del siglo pasado y se intensifica, a partir de 1930, con' el aumento tintas profundidades re
considerable del número de pozos de bombeo profundos para el sumi­ teresante se localizó en
nistro de agua potable a la creciente población del Valle de México."'¡¡ :~atro. ,metros, de profw
Queda claro, pues, las causas fundamentales del problema que se .cPrrí~ de norte. a sur J
presenta. Funcionarios de la misma SEDUE habían mencionado antes pbservar , que se, .respla
de que se realizaran estos estudios recientes, que las excavaciones del un piso qe laj¡¡.s, lo qu~
Templo Mayor eran una causa más, por el bombeo que allí se hacía. .terior de' .1;1n juego. de'.·.
Los estudios demostraron que, por el contrario, en el Templo Mayor oeste·· y. que . p~a . C or
se enc.uentran los niveles más altos de nivel freático, y que las bombas a. la banqueta .m~ncioll
allí colocadas están por encima de él/ También se habló de bufa­ terior deÍ' cabezal.' Se
miento de terreno por la descarga del peso de las construcciones que ét~pas,constru~ti\1as .'d~
se desmontaron para realizar las excavaciones, cosa que fue contra­ este-oeste: res~ltó ser .•~
,q.esde n.iv.e}es m1.lY Pf;Ofl
4, 5 Y (j Ver el interesante análisis de Sedue, Estudio de las cimentaciones de la
Catedral y el Sagrario Metropolitanos de la Ciudad de México, s/f, México. que. se trata. del d'1,leg~
También puede consultarse el articulo de Mazari, et al., "Los asentamientos del d~bió. de: eneontrarse p
Templo Mayor analizados por la mecánica de suelos", en Estudios de Cultura :Cisaf loapterior..
Náhuatl, número 19, México, 1989.
7 Sobre esto puede leerse el libro de Maria Luisa Franco, La conservación del
. Otras lum"9reras: en .
TemPlo Mayor de Tenochtitlan, INAH, México, 1990. son la. L6, en donde.]
ARQUEOLOGÍA DEL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 139

lada por la SAHOP, no faltando quien argumentara que era evi­


dente el bufamiento pues era claro que los vestigios arqueológicos
del Templo sobresalían del nivel peatonal actual, siendo que el fenó- ,
meno era al revés, como se citó antes: lo que ocurría era que las
áreas aledañas se hundían más aceleradamente. No faltaron voceros
ignorantes que llegaron a declarar públicamente que el Templo Ma­
yor causaba todo el movimiento del centro de la ciudad, demostrando
con ello no sólo su ignorancia, sino que lo decían tan solemnemente
que i hasta el mismo Don García en La verdad sospechosa los hu­
biera envidiado ... !
Con el fin de tratar de que el hundimiento de la Catedral sea ,
uniforme, SEDUE ha implementado la aplicación de un sistema para
lo cual es necesario perforar lumbreras tanto en el exterior como en
el interior del inmueble. Así, desde octubre del año pasado en que
comenzaron los trabajos, se implementó el rescate correspondiente.
La obra contrató a Agustín Ortega~ Álvaro Barrera, Maria. Anto­
'nieta Viart y Juan Cervantes, en tanto que por parte del PAU-IN'AH
intervinieron Francisco Hinojosa, quien continúa hasta la fecha como
supervisor de la obra, y Cecilia Urueta, quien sólo trabajó hasta di­
ciembre de 1991, todos ellos bajo mi coordinación.
Los hallazgos más sobresalientes durante los primeros cinco meses
y medio de trabajos (octubre de 1991-15 de marzo de 1992) fueron:
Vestigios arquitectónicos. En diferentes lumbreras salieron a dis­
tintas profundidades restos de' edificios prehispánicos. Uno muy in­
teresante se localizó en la Lumbrera 1 (Ll), en donde cerca de los
cuatro metros ,de profundidad empezó a salir un muro .en. talud que
corría de norte a sur ,Y otro de este a oeste. En el primero ~e pudo
observar, que se. desplantaba de una banqueta y ésta a. su. vez de
un piso de lajas, lo que nos .hizo pensar en que podría tratarse del in­
terior de. un juego de pelota, si bien el muro que corría de este a
oeste y. que. podría corresponder al cabezal sur estaba muy cercano
a. la banqlleta ,me,ncionada, dejando muy poco espacio para el in­
terior del caQ.ezal. .Se siguió profundizando y se detectaron varias
etapas constructivas del piso" banqueta y muro, en. tanto que el muro
este-oeste. resultó ser el ll1uro de un basamento que se desplantaba
desde niveles muy profundos, por lo que no hemos podido confirmar
que se trata del juego de. pelota, pese a que por varios datos éste
debió de encontrarse por ese lugar. Esperamos ver si se puede. pre­
cisar lo anterior .
. Otras lum~reras. en las· que han aparecido vestigios arquitectónicos
son la L6, en donde pueden verse dos etapas constructivas. La L7
140 EDUARDO MATOS MOCTEZUMA ARQUEOLOGÍA DJ

en donde se detectó el núcleo de un edificio, consistente en un re­ y como parte de las v.


lleno de piedra de tezontle y lodo. En la LB se localizó un muro y panteón mexica, asociadl
banqueta. También en la L9 apareció núcleo o relleno de un edificio. concha y una mano de 1
En la Lll se encontró un edificio circular con dos etapas o super­ das debajo de una estru
posiciones. Un hallazgo interesante es el de un enorme muro casi ver­ madera, huesos de mano,
tical que se localizó en la L12, en el exterior de la Catedral en su ría, sellos cajetes miniat
lado este, muro que corre de norte a sur y que tiene la particularidad roja, miniaturas, malatatl
de tener una decoración consistente en círculos de piedra con restos de machete de telar en mad
pigmento rojo, de los que hasta el momento se han obtenido tres maguey y en la L19 se (
de ellos. En la L13 salió núcleo y en las LI5, LI9 Y L23, se encontró tillas, de cadera, etc ...
un canal, en tanto que en la L26 hubo restos de un basamento circu­ y más recientemente se
lar y un muro. gular perfectamente eIlSl
De· lo anterior se desprende la gran cantidad de edificios, tanto su uso.
circulares como de posible planta cuadrada o rectangular que se en­ Nos hemos concretad
contraban hacia la esquina suroeste del recinto ceremonial. Cabe datos de asociación, COOI
agregar que todos estos vestigios se han encontrado, más o menos, entre material está en proceso
los 4 y 11 metros de profundidad. Por otra parte, las distintas super­ dos Académicos (INAR
posiciones indican, al igual que como lo habíamos hecho notar en diferente tipo. La anteril
el Templo Mayor, que hubo una gran obra constructiva con todo lo aunque sea de manera
que ello implica, seguramente provocado por los problemas derivados de nuestra ciudad, ya qu
del medio lacustre en que se construyó Tenochtitlan, las inundaciones que rigen nuestra investig
que sufría la ciudad y el interés de cada nuevo gobernante en acre­ algunos de los encargado
centar el Templo Mayor y el recinto ceremonial, para lo cual se materiales y su contextc
echaba mano de los grupos tributarios. de ellos como tesis profe:
algunos de los hallazgos.
Ofrendas. Aunque muchas de las ofrendas detectadas en estos
que se obtenga, para po
cinco meses están evidentemente asociadas a algunos de los edificios
nitivo sobre la relación al
mencionados o bajo pisos, hemos preferido reseñarlas aparte. Así tene­
tructivos de algunos de
mos que en la Ll salió una caja de piedra que contenía un cuchillo,
. que sea factible incorpc
una bola de resina o hule (está analizándose) y cuenta de concha.
fue el antiguo recinto ce
En la L2 se encontró un conjunto de púas de maguey posiblemente
utilizadas para el autosacrificio. Interesante es el hallazgo en la L3
de una cista grande en cuyo interior había tres esqueletos de infantes,
restos de ave y comales, además de cajetes, uno de ellos con pigmento
azul. En la L5 se está excavando en todo el diámetro de la lumbrera
(3.40 m. de diámetro, ya que todas son circulares), una ofrenda con­
sistente en una capa de carbón entre 10-15 cm. de espesor y la
presencia de huesos humanos, navajas y puntas de obsidiana, mala­
cates de barro y fragmentos de sahumador. La L 7 resultó ser particular­
mente importante. Se encontró una caja de piedra con paredes en
color rojo que había sido saqueada en la época prehispánica. Debajo
se encontró otra con cinco vasijas de cerámica en cuyos extremos
ARQUEOLOGÍA DEL CENTRO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 141

:­ y como parte de las vasijas, hay figuras de diversas deidades del


y panteón mexica, asociado a copal, punzones de madera, collar de
J. concha y una mano de madera. En la L11 se encontraron dos ofren­
'. das debajo de una estructura circular. La primera tenía tierra roja,
'. madera, huesos de mano, cerámica, restos de lo que parece ser ceste­
1 ría, sellos cajetes miniatura. La otra ofrenda también tenía tierra
roja, miniaturas, malacates, una vasija con cuerpo de rana, olla y un
e machete de telar en madera. En la L 15 salieron cráneos y puntas de
s maguey y en la L19 se encontraron debajo del piso huesos como cos­
tillas, de cadera, etc... al parecer de niños. Cerca hay un canal
y más recientemente se localizó una estructura de madera cuadran­
gular perfectamente ensamblada desconociéndose hasta el momento
su uso.
Nos hemos concretado a dar una idea muy general sin mayores
datos de asociación, coordenadas, dibujos, etc... en virtud que este
material está en proceso de estudio y en los laboratorios de Servi­
cios Académicos (INAH) están llevándose a cabo algunos análisis de
diferente tipo. La anterior reseña sólo pretende mantener informado,
aunque sea de manera muy general, a los interesados en el centro
de nuestra ciudad, ya que una publicación formal sobre los principios
que rigen nuestra investigación está en proceso de elaboración. Además,
algunos de los encargados de la excavación y que han obtenido estos
materiales y su contexto, han expresado interés en utilizar algunos
de ellos como tesis profesional, dado lo importante que han resultado
algunos de los hallazgos. Así pues, falta el estudio formal de todo lo
que se obtenga, para poder estar en posibilidades de decir algo defi­
nitivo sobre la relación arquitectura-ofrenda, simbolismo, sistemas cons­
tructivos de algunos de los edificios... en fin, toda la información
que sea factible incorporar para el mejor conocimiento de lo que
fue el antiguo recinto ceremonial de los mexicas.
Foto 1

Catedral. Restos del piso de lajas y la banqueta del posible juego de pelota (cabezal su r ) .

Lumbrera I

e

:..:
~.,
Foto 2
Catedral. Re.~tos del edificio (posible juego de pelota) de la lumbrera I

Foto 3

Catedral. Caj a de ofrenda con cuchillo y adorno. Lumbrera I (LI)

Fot 4

Entierros de infante. de la lumhrera :1 (L :~), asociado a comale. y \'asijas de uarro

Foto 6

Escalinata con alfarda en la lurnhrera 6 (1.6)

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PEINTURES FAC]
SYSTE ME CHRO

Dans les textes du seizi' ID


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tendait a réagir contre le
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Néanmoins, le lecteur qu
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et la Femme Azteque (
maquillage (identification
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teme ... ) . .
PEINTURES FACIALES DE LA FEMME MEXICA:
SYST€ M E CHROMATIQUE DES COSMÉTIQUES

EDlTH GALDEMAR

Dans les textes du seizieme siecle, le maquillage et l'usage des cosmé M

-
Lt")

tiques faisaient l'objct d'une reglementation stricte qui pouvait aller


jusqu'a l'interdiction (Sahagún, 1988, 1: 371). La mode a México
tendait a réagir contre le goút "barbare" de se peindre le corps et le
visage, coutume répandue chez les peuples voisins. Généralement, la
.!l femme mexica ne se peignait ni le corps ni le visage.
III
0"0 Toutefois, l'existence de certaines femmes fardées, dans des con M

- t.t
...O·!::
S textes bien précis, est bien attestée dans les sources anciennes. Les
&'f documents ethnohistoriquesJ textes des chroniqueurs et codices nahuas
e coloniaux, constituent notre seule source d'informations. En effet, le
~ matériel archéologique (textiles, céramique, sculptures etpeintures
t.t
..c: murales) n'a pa,s foumí d'indications a ce sujeto '
~
..c: Pour étudier les peíntures faciales de la femme. meX1ca et plus
.
os
os particulierement le systeme chromatique des cosmétiques, noos nous
o fondons sur l'hypothese suivante: les couleurs formaient ul(1 .éode
cohérent et signifiant, et fonctionnaient comme un langage. La' valeur
sémantique d'une couleur pouvait etre liée 1) a sa position sur l'échelle
chromatique: valeur et teinte, 2 et/ou a l'origine des cosmétiq~es,
animale, végétale et minérale (Galdemar, 1987).
Cet article a pour objectif de caractériser le systeme chromatique
des cosmétiques de la femme mexica, en s'intéressant uniquement a
ses deux composantes principales ( teintes et origine des fards) et
d'aborder plus généralement le probleme des couleurs chez les Nahuas:
Néanmoins, le lecteur qui souhaiterait avoir une idée complete du
sujet, peut se reporter a mon mémoire de maitrise: Le Maquillage
et la Femme Azteque (1987), qui traite de tous les aspects du
maquillage (identification des produits tinctoriaux, des femmes far M

dées, localisation des cosmétiques, motifs peints, signification du s~


teme ... ).
10
PEINTUR
144 EDITH GALDEMAR

L'ethnohistoire a permis aussi bien d'identifier les noms des cou­ (Sahagún, 1988, 11: 623).
leurs que l'origine des fards. Les noms des couleurs des chroniqueurs couleur jaune de Naples,
ont été comparés a la terminologie contemporaine et a la charte des brillant" ou "jaune des fleu
~ouleu:s ?e .Mu~sell \1969). Une fois le systeme chromatique défini, de Munsell; et le "jaune tr
11 a fa~t lobJe.t d u~e etude détaillée, avec l'analyse des peintures facia­ foncé, Y 7/8 a y 7/10, Y
les qm pouvalent etre de deux couleurs ou d'une seule couleur. égalementtrois termes pOI
millon" (Oviedo, 1977: :
(Codex Florentino, 1975-:
NOMS DES COULEURS ET ORIGINE DES COSMÉTIQUES
1971: 53). Le vocabulair(
correspondre a la terminO
, L,es text~ d~s chronique~~s espagnols qui mentionnent des cas précis venuillons, R 5/5 et R 5
ou 1 on UtIhsalt les cosmetIques, en indiquant leurs couleurs avec R 6/13 de Munsell. POUI
éventuelIement la teinte, et leur origine sont les suivants: le Codex d'un "noir brillant" (COl
Florentino (1975-1982,1, n, VI, VIII, x), I'Historia General de las Cosas
"noir avec des reflets blonl
de Nueva España, de Sahagún (1988, 2 tomes) et l'Historia de las tres noir" (Oviedo, 1977:
Indias de Nueva España, de Durán (1967,1), Oviedo (1977), Vetan­ tenues correspondent a la
curt (1971), Hernandez (1959-1960, 3 tomes) et Gómez de Orozco Les couleurs des peinl
.( 1~45) nous renseignent de fac;on beaucoup plus fragmentaire ou codices peuvent etre mises
mdlrecte. queurs. Nous retrouvons
1980, f. 21r). Pour la COl
, Les. données i~onographiques, peu nombreuses, proviennent pour
moyen, y 9/4 a y 9/8
1 essentI~l? des C odzces M endcza (1964), M atritens~ (1905), del Museo
dans le Codex Mendoza (
de A~erzca ou Tudela (198?), Tellerzano-Remensls (1964) et M aglia­
becchzano (1970). Ces COdlCes appartiennent au groupe nahuatl, du
"jaune brillant" ou "jaum
haut plateau mexicain et sont postérieurs a la Conquete. S'ils nous avons également des peint
tense, 1905: 7; Codex Va
renseignent sur les norns des couleurs, il n' en est pas de meme pour
Magliabecchiano, 1970, f.
l'origine des fards. En effet, les produits tinctoriaux des manuscrits
Codex Mendoza, 1964: I
indigenes pris en compte ici, comme d'ailleurs l'ensemble des codices
du groupe nahuatl, n'ont fait l'objet d'aucune analyse micro-chimique chroniqueurs.
Nous obtenons ainsi
a ce jour, a notre connaissance. terminologie des coloristCli
jaune de Naples, du jaur
rouges: du vermillon et
1. Noms des Couleurs des Cosmétiques
cette derniere couleur, les
de noir. Cette distinctior
Les cosmétiques .
.Jaunes, utilisés
, par les femmes mexicas étaient blancs, nous avons donc décidé
rouges et nOlrs. Hernandez (1959-1960; nI: 410) parle d'un cette couleur, afin de ne
fard "tres blanc", que Molina (1977: 113) qualifie de "blanc" ces
termes correspondent a' la couleur blanche, 10 de Munsell. Les chroni­
'
queurs distinguent trois jaunes: un "jaune blanchatre" (Codex Floren­ 2. Origine des Cosmétiql
tino, 1975-1982, XI: 286), un "jaune brillant" (Codex Florentino,
1975-1982, n: 242) ou "jaune des fleurs de mais" (Codex Florenti­ Les cosmétiques étai,
no, 1975-1982, n: 86) et un "jaune tres jaune doux et chaud" colorants, ou des produi
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 145

:ou­ (Sahagún, 1988, II: 623). Le "jaune blanchátre" correspondrait a la


mrs couleur jaune de Naples, Y 9/1 et Y 9/2 de Munsel1; le "jaune
'des brillant" ou "jaune des fleurs de mais" au jaune moyen, Y 9/4 a y 9/8
mi, de Munsell; et le "jaune tres jaune doux et chaud" au jaune cadmium
cia- foncé, Y 7/8 a y 7/10, y 8/8 a y 8/12 de MunselI. Nous possédons
éga1ementtrois termes pour désigner les rouges des fards: un "ver­
millon" ( Oviedo, 1977: 166-168) , un "vermillon fin et lumineux"
(Codex Florentino, 1975-1982, JI: 98) et un "carmin" (Vetancurt,
1971: 53). Le vocabulaire des chroniqueurs du seizieme siecle semble
correspondre a la terminologie actuelle pour cette cou1eur avee deux
ecis vermillons, R 5/5 et R 5/10 de Munsell, et un carmin, R 4/11 a
vec R 6/13 de MunselL Pour la couleur noire, les chroniqueurs parlent
iex d'un "noir brillant" (Codex Florentino, 1975-1982, XI; 237), d'un
'sas "noir avee des reflets blonds" (Vetaneurt, 1971: 52-53) et d'un "noir
las tres noir" (Oviedo, 1977: 165-166); pour les contemporains, ces trois
ílI1- termes correspondent a la couleur noire, O de Munsell.·
tco Les couleurs des peintures faciales des femmes mexicas dans les
ou codices peuvent etre mises en parallele avee certains termes des ehroni­
queurs. Nous retrouvons du blane (Codex del Museo de América,
mr 1980, f. 21r). Pour la couleur jaune, les peintures faciales d'un jaune
reo moyen, Y 9/4 a y 9/8 d'apres Munsell, dont on a une illustration
ia­ dans le C odex M endoza (1964: 61), peuvent ctre rapprochées du fard
du "jaune brillant" ou "jaune des fleurs de mais" des chroniqueurs. Nous
ms avons également des peintures faciales rouge vermillon (C odice M atri­
mr tense, 1905: 7; Codex Vaticanus 3738, 1979, f. 43v), et noires (Codex
its Magliabecchiano, 1970, f. 39r; Codex Telleriano-Remensis, 1964: 11;
res Codex Mendoza, 1964: 61), couleurs également mentionnées par les
ue chroniq ueurs.
Nous obtenons ainsi la gamme chromatique suivante, d'apres la
tenninologie des coloristes contemporains: du blanc; trois jaunes: du
jaune de Naples, du jaune moyen et du jaune cadmium foncé; deux
rouges: du vermillon et du carmin; et du noir. En ee qui con cerne
cette derniere couleur, les chroniqueurs eux, ont mentionné trois teintes
:8, de noir. eette distinction nous parait ctre importante et signifiante,
m nous avons done décidé de garder les termes des textes anciens pour
es cette couleur, afín de ne pas perdre d'éventuelles informations.
ú­
n- 2. Origine des C osmétiques
0,
:J­ Les cosmétiques étaient des produits de nature organique: des
I" colorants, ou des produits de nature inorganique: des pigments. Les
146 EDITH GALDEMAR

colorants sont des substances solubles dans l'eau, d'origine animale et


végétale. Les pigments, non solubles dans l'eau, sont généralement a6no.x a.x:>o
d'origine minerale. Noua avons identifie douze fards: deux d'origine
animale, cinq d'origine végétale, et également cinq d'origine minérale.
L'axin, matiere grasse extraite du corps des femelles de l'insecte
Llaveia axin, et la cochenille, corps de l'insecte femelle Coccus cacti L.,
constituaient les deux seuls fards d'origine animale. Les cosmétiques
d'origine végétale provenaient des graines d'une herbacée, l'amarante
n=no.x
(famille des Amarantaceae), et d'un arbuste, le rocouyer (Bixa ore­
llana L.), de la pulpe du génipa (Genipa americana, arbre de la
famille des Rubiaceae), de la fumé e de torche de pin et de la résine
de l'arbre a caoutchouc (Castilla elastica, famille des M oraceae). Les
cinq minéraux qui servaient de cosmétiques étaient la marcassite, le
chapo pote ou bitume de Judée, l'oxyde de fer sous sa forme hydratée:
la limonite ou ocre jaune, et sous sa forme non hydratée: l'hematite
ou ocre rouge, et le carbonate de ca1cium ou craie.
La craie donnait un fard blanc, d'origine minérale (Durán, 1967,
1: 144-145). Pour le jaune il y avait trois cosmétiques: l' axin, jaune
cadmium foncé (Sahagún, 1988, n: 607), les graines d'amarante,
jaune de Naples (Sahagún, 1988, 1: 222) et l'ocre jaune, jaune moyen
(Codex Florentino, 1975-1982, n: 86). On utilisait également trois
fards rouges: la cochenille, carmin (Sahagún, 1988, n: 607), le roucou
(Codex Florentino, 1975-1982, n: 104) et l'ocre rouge (Codex Flo­
rentino, 1975-1982, n: 63), tous deux vermillon. Les fards noir pur
provenaient de la fumée de torche de pin (Sahagún, 1988, 1: 120), ....o
du caoutchouc (Sahagún, 1988, 1: 41) ou du génipape (Oviedo, ••
"'el ..
1977: 165-166). Le chapopote donnait un noir aux reflets blonds et
la marcassÍte un noir brillant.
..
!ti &
....!
ll,-;
~
',a

Les documents ethnohistoriques semblent faire una distinction entre


les couleurs aussi bien au niveau de la teinte que de l'origine des fards.
s
Le cas du jaune est a ce propos tres significatif: a trois teintes bien
distinctes correspondaient trois produits d'origine différente, animale,
végétale et minérale. Les cosmétiques utilisés par la femme mexica
1! ·4
~
,a

..c. '~
constituaient done un ensemble cohérent et complexe, limité a quatre
.U.
.
couleurs principales -blanc, jaune, rouge et noir-, qui pouvait
correspondre a un marquage sexué.
I ..

p
.3
=1 B
~
Le tableau 1, ci-dessous, présente les noms des couleurs et l'origine
des cosmétiques, d'apres les documents ethnohistoriques, avec la corres­
¡ it • M
'lIJe Iii
pon dance des termes des couleurs dans le vocabulaire des spécialistes
contemporains et le code M unsell (1969).
Voyons a présent comment fonctionnaient ces couleurs, comment '.'
w it""" n ~ .;-" ~ ;:::¡ 7 e P;;"' ~ ...." ñ ""'~ R' ~ a ~ ~ , ~ ~ ',r-' R" "S;> ~ ;a "~

'l'ABLBAU 1. ..... lID· oow .-.s .. OIUGJII& DII8 ClalllTXQUBS DE LA FEHME MEXXCA

ORIGINE AtlIMALE VEGETALB MINERAL!!:

COSMETIQUES

NOMS
!lI aJ aJ !lI
....aPo
..... g aJ ~ t¡>
PES COULEURS NOMS ..... !lI !lI aJ ~ .~ §
~ 'ti en 1\1 5¡.¡
....a a
.8t.> ~ ;:l 8. en .,..,
1\1 ~ QI Po aJ 1\1
¡.¡ 'Q) .~ o aJ !lI
.... ot.>
d'A~$ le. ehroniques
11 ~ 1\1 k k ¡.¡
d'apr~s les contem 5 .<: ¡.¡ t.>
.t. . (odie••. porains et Munsell ~I § a ~t.> ...~ "'a" t¡> ¡.¡ t.> U 3 o g
M
BLANC pur, tréa blanc blanc: 10
V
blanchltre jaune de Naples
IY 9/1, y 9/21
M
JAUNE brillant ou jaune moyen
des fleurs de mala 119/4, y 9/81

trés jaune doux jaune cadmium foncé


A
et chaud IY 7/8, Y 7/101 et
IY8/S, y 8/121

vermillon vermillon M
R 5/5 et R 5/10
ROUGE vermillon fin V
et lumineux

carmin carmin
IR 4/11, R 6/131 A

M
brillant-
NOIR reflets blonda no1r: :) M
,v V V
purl tras noir

A: cosmétique d'origine animale, V: cosmétique d'ori9ine végétale, M: cosmétique d'origlne minérale


[XI y1: intervalle chromatique
PEINTt
148 EDITH GALDEMAR

elles s'articulaient, s'organisaient et ce qu'elles signifiaient. Les sources comme par exemple Tlal4
mentionnent deux types de peintures faciales: bichrome et mono­ les Tepicton (ibid.: 47).
chrome, le second type étant le moins fréquent. posait done d'un jaune
d'origine végétale. Pend.
femme-déesse llamatecuhl
PEINTURES FACIALES BICOLORES
en noir pur et la partie
un noir d'origine végét
Nous possédons quatorze exemples de peintures faciales bicolores: (Sahagún, 1988, 1: 169)
cinq jaunes-noires, quatre jaunes-rouges, trois blanches-noires et deux qui allaient au tlaloean, 1
rouges-noires. du jaune de N aples sur
Les peintures faciales sont étudiées d' apres le schéma suivant: (Codex Florentino, 1975
présentation des données avec le nom des couleurs et de leurs teintes, Le jaune était la co
le nom des cosmétiques pour connaitre leur origine, l'identité des (Codex Borbonicus, 197'
femmes fardées; la signification des couleurs, ou nous exposons brieve­ Codex Tellenano-Remen
ment les différentes notions qui étaient généralement associées a une de la planche 40 du COl
couleur, en se fondant sur les documents ethnohistoriques; l'inter­ l'élément cihuan-, de dI
prétation, qui a consisté a replacer chaque peinture faciale, considérée est représenté par une t¡
comme un ensemble cohérent, dans son contexte; et les conclusions. Jltoyen. Le jaune était «
excellence (Codex Flor~
bcmieus, 1974). Ces del
1. Peintures Faciales ¡aunes-Naires dans le Popol V uh (in
s'appelle Xk'anil, "la f
Pour les paires jaunes-noires, nous avons identifié les assoclatlOns (1967, 1, pI. 34), la rt
suivantes: jaune moyen-noir brillant, jaune moyen-noir pur et jaune la couleur jaune (el. n<
de ~aples-noir puro Le jaune moyen provenait de l'ocre jaune, teco­ Les Mexicas et d'u
zauztl, le noir brillant de la marcassite, apeztli, le noir pur du caout­ biennes de Mésoamériqu
chouc, ulti, et le jaune de Naples de l'amarante, huautli. Le jour Dans le Codex B01'gia (
de son mariage, la femme mexica avait tout le visage peint en jaune ténebres, l'intérieur de 1
moyen, avec sur chaque joue une barre en noir brillant, soit· deux que le centre de l'infr
fards d'origine minérale (Codex M endoza, 1964: 61; identification des hispanique n' appartient
cosmétiques d'apres Sahagún, 1988, 1: 389). Lors des f(~tes de la utilisé comme référence,
veintena uei tecuilhuitl, les femmes qui dansaient seules avaient elles associé a la fertilité et
aussi le visage peint de ces deux couleurs, le noir recouvrant le jaune végétaux, des dieux et
(Sahagún, 1988, 1: 140). Dans le Codex Telleriano-Remensis (1964: 1976: Sr, 16r, grotte n
7), la divinité du sel Uixtocihuatl, que l'on fétait lors de la septieme sept peuples toltéco-chi(
:eintena, tecuilhuitontli, a le visage, ainsi que tout le corps, peint en Pour comprendre la
Jaune moyen, avec sur les joues et les tempes des éclaboussures noires. mexica, il nous faut S~
D'apres le Codex Florentino (1975-1982, 11: 91), la femme qui in­ la vie de cette femme.
carnait cette divinité avait le visage recouvert d'ocre jaune. En temps les personnes agées de 1
que soeur ainée des dieux de la pluie (ibid.), le fard noir devait etre au nombre des femmes
du caoutchouc liquide, qui était utilisé par les divinités de ce groupe, commences a i!tre vieiU
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 149

urces eomme par exemple Tlaloe (Codex Florentino, 1975-1982, 1: 47) et


lono- les Tepieton (ibid.: 47). La peinture faciale de Uixtocihuatl se com­
posait donc d'un jaune moyen d'origine minérale et d'un no ir pur
d'origine végétale. Pendant la célébration de la veintena tititl, la
femme-déesse llamateeuhtli avait la partie inférieure du visage peint
en noir pur et la partie supérieure en jaune moyen, soit également
un noir d'origine végétale associé a un jaune d'origine minérale
Ires: (Sahagún, 1988, 1: 169). D'autre part, le visage des femmes mortes
:leux qui allaient au tlaloean, paradis terrestre, était peint en noir pur, avec
du jaune de Naples sur les joues, soít deux fards d'origine végétale
ant: (Codex Florentino, 1975-1982, n: 155).
ntes, Le jaune était la couleur de la femme mexica dans les codices
des (Codex Borbonieus, 1974; Codex del Museo de América, 1980: 74r;
eve- Codex Telleriano-Remensis, 1964). Le glyphe de lieu Cihuateopan,
une de la planche 40 du Codex M endoza (1964), contient la meme idée:
Iter­ l'élément cihuan-, de eihuatl, femme en nahuatl (Molina, 1977: 22)
érée est représenté par une tete de femme qui a le visage peint en jaune
llloyen. Le jaune était également la couleur du mais, nourriture par
excellence (Codex Florentino, 1975-1982, n: 86, 226; CoJex Bor­
bonieus, 1974). Ces deux notions étaient d'ailleurs étroitement liées:
dans le Popol Vuh (in Seler, 1900-1901: 10), la diviníté du mais
s'appelle Xk'anil, "la femme jaune". D'autre part, d'apres Durán
lons (1967, J, pI. 34), la région occidentale de l'univers était associée a
une la couleur jaune (ef. notre ouest).
tco­ Les Mexícas et d'une fa¡;on générale, les civilisations précolom­
lut­ biennes de Mésoamérique, attribuaient a l'infra-monde la couleur noire.
our Dans le C odex Borgia (1963), par exemple, le tlillan, le royaume des
lOe ténebres, l'intérieur de la terre, est peínt en noir (pI. 18), de meme
que le centre de l'infra-monde (pI. 29). Certes ce manuscrit pré­
des hispanique n'appartient pas au groupe nahuatl, toutefois il a été
la utilisé comme référence, dans certains caso L'infra-monde est lui-meme
Hes associé a la fertilité et indiquait d'une fa¡;on générale l'origine des
me végétaux, des dieux et des hommes (ef. Historia Tolteca-Chichimeca,
14: 1976: 5r, 16r, grotte noire aux sept cavités, représentant l'origine des
me sept peuples toltéco-chichimeques).
en Pour comprendre la signification de la peinture faciale de la mariée
es. mexica, il nous faut savoir ce que représentait cette cérémonie dans
in­ la vie de cette femme. Sahagún (1988: 1: 389) nous rapporte que
ps les personnes agées de la famille du mad disaient: "désormais te voila
:re au nombre des femmes agées, tu as cessé d'etre une jeune fille, et tu
le, commences a etrc vieille". La femme mexiea, par le mariage, accédait
150 EDITH GALDEMAR PEINTU

done au monde des adultes, en devenant la compagne d'un homme. -du \fOUCOU, achiotl;' BOít mi
Sa peinture faciale devait la caractériser comme un étre responsable, .tfGrigine végétale: Le jalJ
e'est..a-dire id comme épouse (jaune moyen d'origine minérale) por­ ,le rouge la parti.e' supériet:
teuse de la semence humaine (noir brillant d' origine minérale). Elle .eertaines femmes de la di
traduisait donc le nouveau statut de cette femme dans la société quotídíennement le visage
mexica. Lors de la veintena uei tecuilhuitl on célébraÍt les jeunes Y':i:Qf;hetrille,; nQéke~tli (il
pousses de mais et la croissanee du végétal. La peinture íaciale des Pe,'lllÜ\ér~e' associé aun
fcmmes qui dansaient seules semblait mettre en valeur la rapport du JMUt: eo"-rtisanes, 0).1 (luiani
maisadulte (jaune moyen d'origine minérale) aux graines de mais :II~t r~n, cosmétiqul
(noir brillant d'origine minérale), c'est-a-dire la croissance de la plante. .w.agc el: la cochenille pou
Uuixtocihuatl, que l'on célébrait lors des fétes de la septieme veintena, ..¡: ',La~ cou1eur rouge était
était une divinité porteuse des' grains de sel et soeur des dieux de la i)q.ns ltCodex Borgia(l
pluie, associée a la nourriture et a l'infra-monde. Sa peinture faciale ?dii'ectement: a:ssociés a .ce
la présentait comme une divinité terrestre de lanourriture (noir pur -al :fbrme d~ coutean de s;
d'origine végétale et jaune moyen d'origine minérale). La peinture ..(pLdil},. Macuilxóchitl !
faciale d'Ilamatecúhtli, patronne de la veintena tititl, devait indiquer dDinité du' péché (pL31
que cette divinité appartenait a l'infra-monde, a la terre (noir pUf ~ de l'amour chame
d'origine végétale) etqu'elle était associée au mais' adulte (jaune eoJll~me ordre d'idées, ..le
moyen d'origine minérale). Elle pouvait aussi traduire le rapport du ~ .étaientpeints en
mais a l'infra-monde, c'est-a-dire id la croissance de la plante. Le aaduisait par: ailleurs la
mais adulte dépendait· de la divinité terrestre Ilamatecuhtli. Pour les ~tés avaientdespein
femmes mortes qui allaient au tlalocan, le fard noirpur d'origine comme c'était le cas par
végétale de leur peinture fadaJe pouvait représenter !'infra-monde et ~ (CoJes Borbpniot;
le fard jaune de Naples d'origine végétale, la végétation abondante ~). ·,Cettedlvinité pen
(Sahagún, 1988, 1: 222). lIs indiquaient par conséquent le lieu de _~ce dé la. végét
résidence funéraire de ces femmes, auttement dit leur appartenance au '*imóÍlie qe l'écorcheme:
tlalocan (el. statuffunéraire). lIsl:=pehu.aliztli, inSalu
Durán (1967, 1, pI. 34:
UIOCiée a la couleur rouf
2. Peintures Faciales jaunes-Rouges La peinture fadale (
fcmme, épouse destinée i
Nous avons identifié trois couples de couleurs jaune~rouge: un "arighie~minérale et rOll
jaune moyen-rou.ge vermillon, un jaune moyen-rouge carmin et un jaune ... _~te;·.d·apres leurs
cadmium foncé-rouge carmin. Dans la partie inférieure de la plan­ ~e .7des épouses: qúi II
che 61 du Codex Mendoza (1964), nous voyons unernariée avec " ' e moyen d'origine
le visage peint en jaune moyen, il s'agirait de l'ocre jaune,selon le .~e le maquillagl
Codex Florentino (1975-1982, VI: 130), et le tour de la bouche en flaC&..qúe ces femmes OCI
rouge vermillon, l'origine de ce fard demeurant inconnue. Par contre, ~':les 'éOmpagnes ofj
nous savons que pour la peinture faciale de la femme-déesse Xilonen 1J(ai.ea~.:une .véritable in!
et de ses proches, pendant les fétes de la veintena uei teeuilhuitl, le "'t)" Lel;trpeiriture ,faci
fard jaune moyen provenait de l'ocre jaune et le fard rouge verrnillon Ciabine et de "femmes q
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 151

duroucou, achiotl, soit un jaune d'origine minérale associé a un rouge


d'origine végétale. Le jaune occupait la partie inférieure du visage,
le rouge la partie supérieure (Codex Florentino, 1975-1982, n: 104) .
Certaines femmes de la classe dirigeante, les cihuapipiltin, s'enduisaient
quotidiennement le visage avec de l'ocre jaune et les dents avec de
lacochenille, nocheztli (ibid., vm: 47) -un fard jaune moyen d'ori­
gine minérale associé a un fard rouge carmin d'origine animale. Quant
aux courtisanes ou auianime, elles se fardaient amsi quotidiennement,
utilisánt l'axin, cosmétique cadmium foncé d'origine animale, pour le
visage et la cochenille pour les dents (ibid., x: 55-56).
La couleur rouge était liée a l'amour charnel, aux relations sexuelles.
Dans le Codex Borgia (1963), par exemple, les éléments ou divinités
directement associés a ces notions étaient peints en rouge: un signe
en forme de cou\eau de sacrifice, qui indiquaít l'acte charnel lui-meme
(pl.. 61), Macuilxóchitl comme divinité de la volupté (pI. 72), la
divinité du péché (pI. 31), qui n'est pas sans rappcler la Tlazolteotl,
déesse de l'amour charnel du Codex Borbonicus (1974: 13). Dans
le meme ordre d'idées, les masques de la Malinche, la maitresse de
Cortes, étaient peints en rouge (in Cordry, 1980). La couleur rouge
traduisait par ailleurs la notion de jeunesse, de croissance. Les jeunes
divinités avaientdes peintures faciales etcorporelles de cette couleur,
comme c'était le cas par exemple pour le dieu de la végétation Xipe­
Totec (Codex Borbonicus, 1974: 14; Codex Vaticanus 3738, 1979:
43r). Cette divinité personnifiait l' éveil de la nature, le. dé9ut de
la croÍssance de la végétation, c'est-a-dire le printemps lui-meme (ef.
cérémonie de l'écorchement des captifs, . les xiPeme tototecti, veintena
tlaeaxipehualiztli, inSahagún, 1988, 1: 107-108). D'autre part, selon
Durán ( 1967, I, pI. 34), la partie septentrionale de l'univers était
associée a la couIeur rouge (ef. notre nord).
La peinture faciale de la mariée mexica indiquait son statut de
femme, épouse destinée a avoir des relations sexuelles (jaune moyen
d'originemínérale et rouge vermilIon). Certaines femmes de la classe
dirigeante; d'apre.s leurs peintures faciales étaient égalem~nt définies
commedes épomes qui avaient des relations sexuelles avec leurs maris
(jaune moyen d'origine minérale et carmin d' origine animalc). Pour
comprendre le maquillage des courtisanes, il nous faut d'abord voir la
place que ces femmes occupaient dans la société mexica. Les auianime
étaient les compagnes officielles des guerriers du telpochealli et consti­
tuaient une. véritable institution chez. les Mexicas (Motolinía, 1970:
141 ). Leur peinture faciale pouvait donc indiquer leur statut de con­
cubine et de "femmes qui donnaient du plaisir ayec leur corps" (in
152 EDITH GALDEMAR PEINT

León-Portilla, 1967: 30), qui satisfaisaient les désirs charnels de leurs La couleur blanche é
compagnons. Le couple de couleurs jaune cadmium foncé-carmin, du panthéon mexica, co
d'origine animale, devaít traduire lestatut particulier de ces femmes, (Codex Ixtlilxóehitl, 19i
lié a une conception fonctionnelle des prostituées dans la société mexica porelles de cette coulem
(ej. Gruzinskí, 1979). pret a etre récolté (cf.
La similarité de ces trois types de peintures faciales nous amene 1982, n: 226). D'autre
a certaines conelusions: le jaune était la Couleur de la femme mexíca empaqueté dans un ling
adulte qui avait sa place aux cotes de l'homme; le jaune moyen codices (Codex del Mu
d'origine mínérale semblait marquer plus précisément un statut d'épouse traient qu'il existait un 1
(mariage), tandis que le jaune cadmium foncé d'origine animale sem­ générale, la couleur blaI
blait indiq uer un statut de concubine (non mariage). La couleur d'un eyele.
rouge était associée a l'amour charnel, le vermillon pouvait se rapporter La femme-déesse To
plus particulierement aux rapports sexucls qui avaicnt pour finalité terre ou de l'infra-monc
la procréation (fécondation), tandis que le carmin pouvait se référcr sa peinture faciale du
a un autre aspect de la sexualité: aux plaisirs charnels (pas de fécon­ arrivé a maturité était
dation). A ce propos et compte tenu de la ressemblance des peintures l'infra-monde pouvant
faciales de certaines femmes de la dasse dirigeante et des courtisanes, est possible d'établir un
qui ne différaient que par la teinte et l'origine du fard jaune, nous Toci et la fin du cycle
nous demandons si les femmes de la elassc dirige ante fardées ne pour­ fard noir sur la partie
raient pas etre d'anciennes courtÍsanes épousées. Les deux jaunes l' élément dé du coupl<
pourraient alors matérialiser un lien chronologique entre ces deux séquent id de privilégier
groupes de femmes. noire-jaune d'Ilamateeu
Les peintures faciales de la femme-déesse Xilonen et de ses pro ches, ches). Selon d'autres se
a l'occasion des fetes de la veintena uei teeuilhuitl, indiquaient que 21r; Cadex Magliabect
ces femmes représentaient la croissance, la jeunesse du mais, c'est-a­ en blanc, avec la boucl
dire les pousses de malS aux stigmates rouges (un jaune moyen d'origine portant dans ce cas-Ia.
mínérale associé a un verrnillon d'origine végétale. devait les présenter con
a-dire comme de probal
Elle définissait done es.'!
3. Peintures Faciales Blanehes-Noires

Pour le couple de couleurs blanc-noir, le fard blanc venait de la 4. Peintures Faciales 1


craie, tizall, et le fard noir du caoutchouc, soít un blanc d'origine
minérale associé a un noir pur d'origine végétale. Durán (1967, 1: Nous possédons deu
144-145) nous rapporte que pendant les fetes de la veintena oehPa­ noir aux reflets blom
niztli, la femme d'environ quarante a quarante-cinq ans qui repré­ femmes de la dasse e
sentait la divinité Tod avait "le visage peint la moitié en blane, du (ej. fard jaune mentia
nez en haut et l'autre moitié en noir, du nez en bas". D'autre part, pour le visage et de 1:
le visage des femmes mortes des suites de lcurs premieres couches, les 1978-1982, VIII: 47), 1
cihuateteo, était recouvert de eraie, avcc du caoutchoue par dessus rouge d'origine animal
(Cadex Florentino, 1975-1982, 1: 10). tena, uei tazoztli, les '
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 153

'S La couleur blanche était associée a la vieillesse: les vieilles divinités


1, du panthéon rnexica, cornrne par exemple Huehueteotl, dieu du feu
1, (Codex Ixtlilxóehitl, 1976: 98), avaient des peintures faciales et cor­
a poreHes de cette couleur. Elle indiquait aussi que le mais était mur,
pret a etre récolté (cf. hymne de Toci, in Codex Florentino, 1975­
e 1982, ll: 226). D'autre part, les os, de couleur blanche, et un corps
a empaqueté dans un Unge blanc, qui représentait un cadavre, dans les
[} codices (Codex del Museo de América, 1980: 52v, 58r-60r), mon­
e traient qu'il existait un líen entre cette couleur et la mort. D'une fa<;on
générale, la couleur blanche marquait done la partie finale ou la fin
r d'un cyde.
r La femme-déesse Toci est définie comme une vieille divinité de la
é terre ou de l'infra-monde. Par ailleurs, on peut également rapprocher
r sa peinture faciale du mais: a cette époque de l'année le végétal
arrivé a maturité était mis a mort, le rapport de la plante mure a
s l'infra-monde pouvant désigner la récolte elle-meme. Selon nous, il
est possible d'établir un parallele entre la vieille divinité de la terre
s Toci et la fin du cyde du mais. Il semblerait que la localisation du
fard noir sur la partie inférieurc du visage faisait de cette couleur
l'élément dé du couple chromatique et qu'il conviendrait par con­
séquent ici de privilégier l'aspect de l'infra-monde (ef. peintures faciales
noire-jaune d'Ilamatecuhtli et jaune-rouge de Xilonen et de ses pro­
ches). Selon d'autres sources (Codex del Museo de América, 1980:
21r; Codex Magliabecehiano, 1970: 39), Toci avait le visage peint
en blanc, avec la bouche et la joue noircies, l'idée de vieillesse l'em­
portant dans ce cas-Ia. Quant aux cihuateteo, leur peinture faciale
devait les présenter comme des mortes associées a l'infra-monde, c'est­
a-dire comme de probables divinités terrestres (Sahagún, 1988, 1: 42).
Elle définissait done essentiellement le statut funéraire de ces femmes.

4. Peintures Faciales Rouges-Noires

Nous possédons deux peintures faciales rouges-noires: rouge carmin­


noir aux reflets blonds et rouge vermillon-noir brillant. Certaines
femmes de la classe dirigeante qui utilisaient différents cosmétiques
(cf. fard jaune mentionné ci-dessus) se servaient aussi du chapopote
pour le visage et de la cochenille pour les dents (Codex Florentino,
1978-1982, VIII: 47), soit un fard noir d'origine minérale et un fard
rouge d'origine animale. A l'occasion des fetes de la quatrieme vein­
tena, ud tozoztli, les proches de Chicomecoatl avaient le visage re­
154 EDITH GALDEMAR

couvert d'ocre rouge, tlauitl, et les joues de marcassite (Codex Floren­


tino, 1975-1982, TI: 63).
La couleur noire pouvait également représenter la guerreo Dans
les codices, les guerriers (Codex Mendoza, 1964: 65-67 ... ; Codex
Ixtlilx6ehitl, 1976: 95r) et les divinités guerrieres (ef. Tezcatlipoca,
in Codex Ixtlilx6ehitl, 1976: 96r, 98r) se reconnaissaient a leurs
peintures faciales et corporelles noires.
Les femmes de la classe dirigeante étaient des épouses de grands
guerriers mexicas. Leur peinture íaciale pouvait les caractériser comme
compagnes de guerriers ou bien comme ceHes qui portaient la se­
menee humaine, ainsi que comme des prostituées. Cet ensemble ueihua­
pipiltin~compagnes de guerriers-prostituées", permet de rapprocher a
nouveau ces' femmes des courtisanes. En effet, se10n Torquemada
(1969, TI: 299), "les femmes publiques allaient a la guerre avec les
soldats. " elles s'aventuraient sur les charups de batailles et nom­
breuses étaierit celles qui périssaient". Les peintures faciales de cer­
taines femmes de la classe dirigeante et des courtisanes pourraient done
,­.."
8.
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bien attester l'existence d'un lien chronologique entre ces deux femmes ~
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et par conséquent entre les couleurs. Pour en revenir a la veintena uei >~

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tozoztli, c'était a ce moment la de l'année que ron semait les graines


de mais (Sahagún, 1988, 1: 115). Les femmes qui accompagnaient
Chicomecoatl, divinité du mais, pouvaient représenter les gtaines de la
plante, qui allaient devenir des jeunes végétaux, et faire done référence
avant toute chose a la croissance du mais (deux fards d'origine i
minérale) .
Le tableau 2, ci-dessous, présente un résumé des peintures faciales
IS
bicolores de la femme mexÍCa. 11

5. Peintures Faciales Bicolores: Conclusions


I
La lecture des peintures faciales bicolores de la femme mexica i
semblait s'effectuer de la fa<;on suivante: une couleur dé ou couleur
principale traduisait une idée centrale (ef. surface du visage occupée)
et une couleur secondaire donnait un complément d'information.
Vorigine des cosmétiques pouvait également faireréférence aux
I
notions qui étaient attribuées aux couleurs rles maquillages. Ceci
apparaít clairement quand deux fards d'une meme origine étaient
associés. Ainsi,' deux produits qui provenaient de la terre, d'origine
minérale, se rapportaient au mais, aux différentes étapes de la vie
de la plante (cf. couple rouge-noir), deux produits d'origine végétale
¡;¡- l'V- C'O :::;: tl. i<' ~ --:;;..:::; f¡; -~-
~ (i' ~ ~ ~ ~. ~ ñ 7" ~ ~ ~ Pl' 7' Cí" (ti ~ ¡z J" ~ !ñ '1

TABLEAU 2. l>EIN"rtJ'R.ES FacXALES .1COLOltBS OIJ . . P'EI9m MEXICA

COOL2URS COSHE'l'IQUES ",><MES LOCIILIM't'ION NO'l'IONS ItrrER.PRETATIONS


FACIAL!! ASsoel1llZS
nom, telntes oriqine
II
no"" I
------­
J moyen M ocre jaune Jtarlées J v1saqe 3 fetlSlll.-adulte épouse porteuse de l';~~~
teco%Aultl N joueo N ori9ine semane. huma ine
a statut social

N brUlont M marcassite fell'J:Des qui J "fuge J mais ~ls en c:t'oissance


J ap etzli dansaient seulas N V!sa94!! t par nourrlture .. eyele du maIs
A Qme veintena dessus
U
N J moyen M ocre ;laune Uixtocihuatl J villa,ge divlnlt4i terrestre de la
E lit proches N j oues, te¡ppes nourrltUMII (gra1ns de seU
7éme veintena .. eyel. du mals
N
O N pur V caoutcbouc IlamatecuhtH J partie supo N or1qine dlvinit' terrestre de qui
I .!!.ll!. 17_ veintena N pan1e inf• infra.....,nde .s'penda1t le ma19 mur
R fertllit' .. c~cle du mals
J de N.pl"s V amarante fetll.1'lles mortes J joue. infra-monde COIlI2le lieu
hUAuhtli du~ N visag. fertilez tlalo<:::an
Npur V ~uc • etatut ~e
i--­
J 1&Oyen H ocre jaune ma.r1ée J v1so9. épouse et feume !'écondée
J R v.millon ? ? R boucha • statut soc1al
A J re.....-..dul te
U ~én M ocre jaune femmes d. la J visa,e 6pouses et prostitu4es
A coch.l'ILlle classe diriqeante R denta a statut social
N :R carmln
E nocheztli c1huA2121l tin ~n?
k sexualité
R J ca.dmium foneé A ..xi n courtisanes J visaq• concubines et prostltu~~
O R carmin A cochen1l1e ~ R dento • statut social
U
Xilonen et proches J partie in!. J ma.-fS-­ jeunesee, eroissance du mIs
G -J moyen M ocre jaune
E R verm1l10n V roucou 86me veintena R part1e .up. a jeunesse • cycle du mala
~ eroislance

S Spur M erale Toe 1 B partie sup. B vi81Ilesse viellle dlvinlté terrestre


L tizatl lléme veintena N partie inf. ....turlU aasociée au vieux _ta OU
>
mort ..u .... t. IIIOrt Cr6eolte)
A
N B vlsaqe • cycle du -male
C M bouche, jou••

N Npur V caoutchouc telllDeS mortes B v1"ge 11 lnfra-tllOnde feanea fIOrtes de 1 "1nfra­


O .r. CQuchal .. viea9., lIOnde f divinit'a terrestres
I c1huateteo par d••ou. - ata.tut funúaire
R
R R carmin A cochenl.Ue f ...... d. la R dente 11 ori,i"e porteueea de la aemenee h\llDolk1mt
O N reflota blond, M cMpc¡pc¡te claeee dlriqeante H vl.aqe guerre ou compaqnea de querri.era?
U R ••"ual1t4 et proIUtu6••
G - Itatut social
..L
N R verml110n M ocre rouq. proche. de R v1..q. Ji! jeWle plante .se la qrain• .se .... to Á la
O tlau1tl Ch1comeco..tl N jou•• 11 orlqine jeune plante;, croiaaanc.
I N brillant M ~1te 4fte veintena. • eyal. du _II
R ---­ -----­
156 EDITH GALDEMAR PEIN1

faisaient allusion au paradis terrestre comme lieu ou la végétation qui se mariaient avaient
abondait (ef. couple noir-jaune). D'autre part, les peintures faciales 1: 389), de meme que
associées au cycle du mais, se composaient d'un cosmétique d'origine mecoatl, a l'occasion de
minérale, qui désignait la plante comme un produit de l'infra-monde, rentino, 1975-1982, n;
et d'un cosmétique d'origine végétale, qui faisait référence a la fer­ pote sur les joues des je'
tilité associée a l'infra-monde (ef. couples jaune-noir, jaune-rouge et la veintena uei tozoztli
blanc-noir) . (ibid.: 63), soit deux fe
Les notions attribuées aux couleurs des peintures faciales bicolores La peinture faciale
renvoyaient a deux themes principaux: la femme et sa place dans pouvait caractériser la f¡
la société mexica, et le mais et son cycle végétal. Le jaune était la qui portait la semence
couleur de la femme adulte, entrée dans l'ige de la maturité, et du célébrait la récolte du
mais, de la nourriture en général. La couleur jaune moyen d'origine Chicomecoatl, in Codex
minérale désignait plus particulierement, a la fois la femme adulte semailles du nouveau n
comme épouse et le mais comme plante adulte, arrivée a maturité, qui étaient chargées de
la couleur jaune cadmium foncé d'origine animale la femme adulte La peinture faciale de
comme concubine, et la couleur jaune de Naples d'origine végétale indiquer qu'elles repr~
l'abondance de plantes. Pour la couleur noire, il semblerait que le noir ment dit le recommenc
brillant d'origine minérale marquait l'origine par rapport a la femme de la veintena uei tozo;
(femme porteuse de la semence humaine) et au mais (naissance de Chicomecoatl pour y di
la plante, graines de maIs), tandis que le noir pur d'origine végétale arrivées, elles jetaient 1
pouvait représenter l'infra-monde, c'est-a-dire le lieu de la fertilité. motif en chapopote de
Dans ce cas, la valeur sémantique de la couleur était attribuée essen­ les graines de mais (cf
tiellement en fonction de l'origine des cosmétiques. Le rouge était la présentaient les graines I
couleur des relations sexuelles des femmes et de la fertilité des plantes.
La couleur vermillon d'origine non identifiée était associée plus précisé­
a
ment l'acte charneI a but procréatif, d'origine végétale a la fécon­ 2. Peintures Faciales Ji
dation et a la croissance du mais, la couleur carmín d'origine animale
aux plaisirs charnels. En ce qui concerne la couleur blanche, le fard A l' occasion de la
d'origine minérale désignait la vieillesse et la mort des femmes, des mecoatl avait le visage
femmes-déesses et du mais. (ibid.: 65; Codice Ma
342r) mentionne que les
elles aussi le visage far¿
PEINTURES FACIALES MONOCHROMES
rouge. La courtisane se
Nous avons relevé huit peintures faciales d'une seule couleur, qui le nom du fard n'étant 1
pouvaient étre noires (trois cas), rouges (trois cas) ou jaunes Florentino, 1978-1982,
(deux cas). la femme-déesse Chico]
vermillon sur les joues
déesse Xochiquetzal, lO!
1. Peintures Faciales Noires (ibid.: 154). Ces fards
Pour les peintures faciales noires, nous savons que les femmes Apres avoir semé le:
mexicas utilisaient la marcassite et le chapopote. Les femmes igées a travers Chicomecoatl,
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 157

qui se mariaient avaient le visage omé de marcassite (Sahagún, 1988,


:s 1: 389), de meme que les prétresses attachées au service de Chico­
e mecoatl, a l'occasion des fetes de la veintena oehpaniztli (Codex Flo­
, rentino, 1975-1982, ll: 125). On dessinait un cercle avec du chapo­
"

'. pote sur les joues des jeunes filles qui participaient a la célébration de
:t la veintena uei tozoztli, et on mettait de la marcassite par dessus
(ibid.: 63), soit deux fards d'origine minerale.
La peinture faciale de la mariée "qui n'était plus une enfant"
pouvait caractériser la femme mexica en tant que personne responsable
qui portait la semence humaine. Lors de la onzieme veintena, on
célébrait la récolte du mais (el. la décapitation de la femme-déesse
Chicomecoatl, in Codex Florentino, 1975-1982, ll: 120) ainsi que les
semailles du nouveau mais. C'étaient les pretresses de Chicomecoatl,
qui étaient chargées de disperser les graines de mais, geste de semaille.
La peinture faciale de ces femmes, également de marcassite, devait
indiquer qu'elles représentaient les graines de mais elles-memes, autre­
ment dit le recommencement du cycle du végétaI. Pendant les fetes
de la veintena uei tozoztli, les jeunes filIes se rendaient au temple de
Chicomecoatl pour y déposer le mais qui devait ctre semé. Une foís
arrivées, elles jetaient les graines aux quatre vents (ibid.: 63). Le
motif en chapopote devait indiquer la fécondation et la marcassite
l­ les graines de mais (el. peinture facial e précédente), ces femmes re­
a présentaient les graines de mais fécondées, la naissance de la plante.
l.
,
~.

l­ 2. Peintures Faciales Rouges


e
d A l'occasion de la veintena uei tQzoztli, la femme-déesse Chico­
s mecoatl avait le visage ainsi que tout le corps recouverts d'ocre rouge
(ibid.: 65; Codiee Matritense, 1905: 2). Gómez de Orozco (1945:
342r) mentionne que les jeunes filIes du cortege de Chicomecoatl avaient
elles aussi le visage fardé en rouge, il devait également s'agir de l'ocre
rouge. La courtisane se maquillait tout le visage ou les joues de rouge,
IÍ le nom du fard n'étant pas mentionné, et les dents de cochenille (Codex
:s Florentino, 1978-1982, x: 55). Pour les fetes de la onzieme veintena,
la femme-déesse Chicomecoatl avait deux traits verticaux de couleur
vermillon sur les joues (Durán, 1967, 1: 136, pI. 23) et la femme­
déesse Xochiquetzal, les levres et les joues également peintes en rouge
(ibid.: 154). Ces fards n'ont pas été identifiés.
IS Apres avoir semé les graines de mais, on invoquait la jeune plante
iS a travers Chicomecoatl, pour clóre les fetes de la quatrieme veintena,
PEINTl
158 EDITH GALDEMAR

L'origine des cosmétit


uei. tozoztli .( Gode ~~orenti~o, 1975-1982, n: 64-65). La peinture
7
faclale vermdlon d ongme mmérale de la femme-déesse Chicomecoatl
ce qui conceme la signif
la femme mexica.
et de ses proches devait représenter le jeune mals, la jeune plante. La
Les notions associées
couleur carmin d'origine anímale de la courtisane faísait référenee a
chromes et bicolores se (
la sexualité particuliere de cette femme, a son statut fonetíonnel de
Le tableau 3, ci-desso
prostituée. Par ailleurs, lors de la veintena ochpaniztli, les femmes­
monochromes de la feml
déesses Chicomecoatl et Xochiquetzal portaíent des recipients peints
en rouge et en vert, qui contenaient les semences de malS (Durán
1967, 1: 154). Les peintures faciales de ces deux divínités devaien~
sans doute s'apparenter a la fertilité teITestre, préoccupation majeure
des Mexicas a ce moment précis, le mais mur venant d'etre récolté
La valeur sémantiqu
et le nouveau malS allant etre semé.
these de départ, était d<
cosmétiques, qui semble
3. Peintures Faciales ¡aunes peut mentionner que lf
férenee qu'a une seule
Les tres jeunes mariées mexicas, la femme qui incarnait la divínité végétale a la fertilité ter:
du sel Uixtocihuatl, et ses proehes, les Uixtoci, avaient le visage re­ d'origine minérale au n
couvert d' ocre jaune. .
Les notions mises el
. La peinture faciale jaune moyen de la tres jeune mariée caractéri­
principaux: la femme t
Salt cette femme en tant que personne qui entrait dans le monde des
son eycle végétal. Les
adultes (Godex Florentino, 1975-1982, VI: 63), alors que si l'on se
pondaient a une procéd
rappelle de la peint~re... faciale. ~oir brillant de la mariée plus agée,
de féminíté, cihuayotl)
ce~te femme semblalt etre déflme eomme une génétrice. La compa­
eompagne de l'homme,
ralSOn de ces deux maquillages suggere l'existence d'un lien chrono­
IO?ique entre le jaune moyen et le noir brillant, tous deux d'origine dans la société mexica
mmérale. D'autre part, la peinture faciale de Uixtocihuatl et de ses La femme incarnait aro
proches, lors des fetes de la septieme veintena, indiquait que ces mere, elle seule pouvait
femmes .incarnaient la divinité du sel, porteuse de nourriture vítale, du groupe mexiea (cf·
ce condlment accompagnait le mais et tenaÍt une place importante présentait par ailleurs 1
dans la vie économique mexica (ibid., n: 86' Godiee Matritense Le mais se définissait
1905: 2). " minérale des fards), q'
(el. noir), jeune plante
et plante seche, vieille t
4. Peintures Faciales MonoehroTneS: Gonclusions faciales de la femme
la place de la femme I
En résumé, pour la couleur noire, le noir brillant d'origine minérale
tableaux 2, 3, 4). No
marquait l'origine par rapport a la femme (porteuse de la semence
noir-rouge-jaune-blanc
humaine) et au mais (graines de mais, plante fécondée). La couleur
végétale, la couleur rol
verrn~llon, d:o:igine .minéral? . défi.nissait le jeune mais, tandis que le
tre et la jeunesse du D
carrnm d ongme ammale deslgnalt la sexualité particuliere des courti­
adultes, et la eouleur
sanes. La couleur jaune moyen d'origine minérale caractérisait la
femme-adulte, et la nourriture en général. et du mais.
PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 159

!re L'origine des eosmétiques s'avere etre un élément détenninant en


ad ce qui eoncerne la signification des eouleurs des peintures faciales de
La la femme me~ea.
la Les notions associées aux couleurs des peintures faciales mono­
de ehromes et bicolores se eorrespondaient done dans l'ensemble.
t:S­ Le tableau 3, ci-dessous, présente une synthese des peintures faciales
lts monochromes de la femme mexica.
n,
nt
re CONCLUSIONS

La valeur sémantique d'une couleur, pour reprendre notre hypo­
these de départ, était done bien liée a la teinte etjou a l'origine des
cosmétiques, qui semble ctre l'élément le plus significatif. Ainsi, on
peut mentionner que les couleurs d'origine anímale ne faisaient ré­
té férence qu'a une seule femme: la eourtisane, les couleurs d'origine
e· végétale a la fertilité terrestre, a l'abondanee de plantes, et les eouleurs
d' origine minérale au mais, aux différents ages de sa vie.
¡. Les notions mises en valeur par les couleurs avaient deux themes
~ principaux: la femme et sa place dans la société me~ca, le mais et
le son eycle végétal. Les peintures faciales de la femme mexica corres­
..,J pondaient a. une procédure de marquage sexué (el. le eoneept nahuatl
de féminité, cihua:yotl). Elles earaetérisaient la femme en tant que
eompagne de l'homme, épouse ou concubine, qui ne trouvait sa place
e dans la société me~ca que par rapport a. l'homme (el. les jaunes).
11 La femme incarnait aussi les plaisirs charnels et la fécondité. Elle était
s mere, elle seule pouvait donner la vie humaine et assurer la permanenee
du groupe mexica (el. les eouleurs noire et rouge). La femme re­
présentait par ailleurs la vie divine: le mais, et la fertilité en général.
Le mais se définissait comme un produit de l'infra-monde ( origine
minérale des fards), qui se présentait sous différentes formes: graines
(el. noir), jeune plante (el. rouge), plante adulte ou mOre (el. jaune),
et plante seehe, vieille ou morte (el. blane). Les couleurs des peintures
faciales de la femme m~ca permettent d'établir un paralleIe entre
la place de la femme dans la société mexica et le cyc1e du mais (voir
tableaux 2, 3, 4). Nous obtenons la séquenee ehromatique suivante:
noir-rouge-jaune-blanc, la eouleur noire pour la semence humaine et
végétale, la couleur rouge pour la sexualité féminine, la fertilité terres­
tre et la jeunesse du mais, la eouleur jaune pour la femme et la plante
adultes, et la couleur blanehe pour la vieillesse, la mort de la femme
et du mais.
11
TABLEAU 3. PEINT'JRES FACIALES MONOCHROMES DE LA FEMME MEXlCA

COULEURS COSMETIQUES FEMMES LOCALIS1;TION NOTIONS INTERPRETATIONS


nOllls teintes origine noms FACI1;LES 1 ASSOCIEES

mariée &gée femme porteuse de la


semenee hu.maine
.. statut social

N brillant M marcassite visaqe origine


O pr3tresses de fertilité semailles des graines du
1 Chicomecoatl ma15= eyele du mals
R lleme veintena

brillant et M ~rcASS!te jeunes fiIles 'joues graines de mals fécondées


M e apopo e
reflets blonds 4ene veintena - eyele du mals

vermHlon M ocre rouge Chicomecoa tl visaqe jeunes plantes 1eunes pousses de mals=
et proches cycle du mals
4l!a1e veintena

R ? ? ? ccurtisanes visaqe ou joues sexualiU¡ prostituées


O carmin A cochenille dents ,. statut social
lJ
G ? ? ? Chicomeeoatl joues fertil1té fertil1té
E Xochiquet:r.al joues et lilVres .. cyele du mals
1léme veintena

femme-adulte épouse
J j eune rroriée = statut social
A moyen M ocre jaufle visaqe
lJ Uixtocihuatl divinité de la nourriture
N maís tgrains de sell
et LJixtoci nourriture
E 7eme veintena = cyele du mals

1

s' g. G" il e.
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PEINTURES DE LA FEMME MEXICA 161

L'association couleurs des cosmétiques et différentes parties de l'uni­


vers n'a pas pu etre prise en compte dans le cadre de cette étude, car
nous possédions trop peu d'éléments pour tirer des conclusions valables.
Cela ne veut pas díre que cet aspect n'entrait pas dans la signification
des peintures faciales de la femme mexica.
Le tableau 4, ci-dessous, présente de fa«;on synthétique le systeme
des cosmétiques de la femme mexica.
On note enfín l'absence de la couleur bleue, dont les spheres
d'activités principales étaient le monde religieux et politico-guerrier,
alors qu'elle semblait constituer avec le blanc, le noir et le rouge, les
quatre couleurs fondamentales chez les Mexicas (ef. codices du groupe
du haut plateau central). La comparaison de ces deux systemes chro­
matiques, bleu-blanc-noir-rouge pour l'homme mexica et jaune-blanc­
noir-rouge pour la femme mexica, pourrait montrer qu'il existait une
complémentarité des couleurs. Et bien qu'une étude approfondie des
peintures faciales et corporelles de l'homme mexica s'avere indispen­
sable, iI semblerait que la couleur bleue était réservée a l'homme et
la couleur jaune a la femme. Ainsi les peintures faciales et corporelles
pourraient refléter les deux aspects fondamentaux de la société mexica:
la base politico-guerriere (ef. la couleur bleue) et la base agricole
(ef. la couleur jaune). Nous retrouvons la meme symbolique avec le
Templo Mayor de Tenochtitlán, matérialisation du systeme écono­
mique, social et religieux mexicas.
Le systeme chromatique des peintures faciales et corporelles pou­
rrait également codifier l'origine meme de la civilisation mexica, c'est­
a-dire l'antériorité de la femme sur l'homme, les guerriers nomades
mexicas (ef. le systeme chromatique masculin) n'ayant pu revendiquer
leur double origine, guerriere et agricole, que par le mariage ou le
rapt de femmes des populations agricoles installées dans la vallé e de
México (cf. le systeme chromatique féminin).
Nous étudions actuellement les peintures faciales et corporelles des
enfants, des femmes, des hommes et des personnes qui incarnaient
des divinités lors des fetes rcligieuses des dix-huit veintenas, dans le
cadre d'un doctorat de troisieme cyc1e, afín de vérifier et de compléter
cette premie re approche des couleurs chez les Mexicas.
PEIN'

REFERl
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El simbolismo de
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parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992), EN EL CENTENARIO

DE SU NACIMIENTO

Nuestra revista Estudios de Cultura Náhuatl nació bajo la inspiración


y la sabia directiva del maestro Garibay. Pudo él ver impresos los
siete primeros volúmenes de ella en todos los cuales se incluyó una
colaboración suya. Ahora, a veinticinco años de su muerte y cien de
su nacimiento, queremos recordarlo. La perspectiva del tiempo nos
confirma en la persuasión de que fue él un genuino humanista que
redescubrió con sentido crítico el valor universal y la gran riqueza
del legado literario de los pueblos nahuas. Al evocar la memoria del
maestro, constatamos con alegría que, como él 10 deseó, son hoy ya
muchos los que en México y en otros lugares de la tierra siguen por
la senda que él abrió.
y también podemos adelantar que se conservan en repositorios
como la Biblioteca Nacional de México algunos manuscritos suyos
que están en proceso de ser editados por estudiosos de la lengua y
cultura nahuas. Ángel Ma. Garibay se tomará así presente entre
nosotros de esta nueva forma. Para quienes lo conocieron y asimismo
para los que no tuvieron esa suerte, traeré aquí al recuerdo algo de
10 más sobresaliente en la vida de don Ángel, a quien tuve la fortuna
de frecuentar a lo largo de muchos años.

Infancia y juventud
Ángel María Garibay Kintana nació en la ciudad de Toluca el
18 de junio de 1892. Fue segundo hijo del matrimonio formado por
don Manuel Garibay y doña María de la Soledad Kintana. La fami­
lia Garibay vivió siempre en forma sencilla. "Mi padre -así se expre­
saba don Angel- era hombre de condición modesta; era un obrero,
un mecánico, aunque, eso sí, de grande habilidad." La familia inte­
grada por el matrimonio, una hermana mayor, María de la Luz,
Angel María y Natalia, la más pequeña, se había establecido en el
pueblo de Santa Fe, en las orillas del Distrito Federal. Allí pasó su
ÁNGEL
168 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

infancia el padre Garibay. De ese tiempo data la siguiente anécdota al mundo de los clásico
que será como un símbolo en su vida. Ángel María tenía aproximada­ y de la historia, de la
mente cinco años. Curioso e interesado por saberlo todo, recogía cuanto taron en él los ideales
papel impreso veía a su alrededor. Iba luego en busca de su hermana En el seminario fue n
mayor para pedirle que le leyera 10 que decía el papel. Tantas veces pasaba largas horas ley
importunaba con esto a su hermana, que un día la madre le dio un los meses en que se SUS]
consejo válido para el resto de sus días: traían consigo los hecl
por ese tiempo comenzc
No ande preguntando, le dijo, aprenda a leer y usted mismo sabrá y la cultura náhuatl. ~
lo que dicen los papeles. realmente conocer alg<
En la biblioteca del seI
Angel María aprendi6 a leer y, por cierto, en una escuela oficial. nos c6dices y de mam
En sus años posteriores habría de dar sentido universal al consejo Garibay comenz6 a pOI
materno, y para no andar siempre preguntando, que a esto viene a vez al caso del náhua
reducirse fiarse de comentarios y versiones ajenas, el padre Garibay los manuscritos.
aprendi6 también a leer latín, griego, hebreo, francés, italiano, alemán, Durante estos años
inglés, náhuatl y otomÍ. Leyendo por sí mismo algo de lo que en esas ci6n de humanista. Pe
lenguas está escrito, iba a convertirse con los años en humanista, superiores quisieron en
hebre610go y helenista y, por encima de todo, en descubridor del tudios. La respuesta d
legado literario de los antiguos mexicanos.
Don Manuel Garibay, el padre y sostén de la familia, muri6 Estar en Roma sig¡
cuando Ángel María tenía sólo seis años. La familia quedó en condi­ forzar su libertad. .A
la carrera eclesiást
ciones bien difíciles y tuvo que pasar a vivir con la tía Romualda
afectaran su deterrr
Garibay, que tenía un pequeño rancho en las cercanías del Molino
de Bezares. Angel María continuaba yendo a la escuela primaria y De hecho, el padre
ayudando a su familia en los trabajos del rancho. otro país, ya que sieI
A mediados de 1906, cuando contaba catorce de edad, el joven viajar no le faltaron.
Garibay decidi6 seguir la carrera eclesiástica. Bastante enfermizo, tuvo países de Europa, in
que ser examinado por un médico. La sentencia del galeno fue que que no se alej6 nunca
si entraba al seminario, se volvería loco. Angel María desoy6 el con­ siempre en Prusia, el
sejo y a los setenta años de edad lo comentaba con regocijo: cientos kil6metros de
Con su pensamiento ~
Loco ° no, aquí me tiene usted trabajando. El consejo que a mí cido en los más dist:
mismo me di y que siempre he practicado, ha sido el de que si en vez
de trabajar, descanso, más que enloquecer, me muero. siempre sus raíces en

El tiempo de su formaci6n sacerdotal en el Seminario Conciliar Labor de misionero


de México fue para él doblemente fecundo en experiencias. Por una
parte, era ése un momento hist6rico decisivo en la vida de México. El 28 de octubrl
Eran los años de la Revolución. El estudiante Garibay siguió con pro­ tarde iba a comenza
fundo interés los diversos hechos y episodios de la misma. Pero, por neros eximios como
otra, fue también entonces cuando pudo acercarse por primera vez de estudiar y en ci
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992) 169

al mundo de los clásicos griegos y latinos, al estudio de la literatura


y de la historia, de la filosofía y la teología. Fue cuando se desper­
taron en él los ideales que habría de cultivar el resto de su vida.
En el seminario fue nombrado bibliotecario. Aprovechando esto, se
pasaba largas horas leyendo toda clase de obras, en especial durante
los meses en que se suspendieron las clases debido a los trastornos que
traían consigo los hechos de armas de la Revolución. Precisamente
por ese tiempo comenzó el padre Garibay a interesarse por la lengua
y la cultura náhuatl. Su actitud primera fue la duda: ¿sería posible
realmente conocer algo del legado intelectual del México antiguo?
En la biblioteca del seminario se conservaban reproducciones de algu­
nos códices y de manuscritos en idioma indígena. Sin auxilio ajeno,
Garibay comenzó a poner en práctica el consejo materno, aplicado esta
vez al caso del náhuatl: comenzó a estudiarlo para ver qué decían
los manuscritos.
Durante estos años de estudiante se cimentó para siempre su voca­
ción de humanista. Poco más o menos a la mitad de su carrera sus
superiores quisieron enviarlo a Roma para que continuara allí sus es­
tudios. La respuesta de Garibay fue decisiva:
Estar en Roma significaría para él una presión exterior que podría
forzar su libertad. Aún no estaba seguro sobre si debía continuar o no
la carrera eclesiástica. No quería que las circunstancias exteriores
afectaran su determinación personal.

De hecho, el padre Garibay no fue nunca ni a Italia, ni a ningún


otro país, ya que siempre permaneció en México. Oportunidades de
viajar no le faltaron. Numerosas veces fue invitado a visitar diversos
países de Europa, incluyendo a Rusia. Pero, al igual que Sócrates,
que no se alejó nunca de su ciudad natal, o que Kant, que permaneció
siempre en Prusia, el padre Garibay no viajó más allá de unos cuatro­
cientos kilómetros de la ciudad de México en cualquier dirección.
Con su pensamiento y sus estudios se acercó a culturas que han flore­
cido en los más distantes tiempos y latitudes, pero físicamente tuvo
siempre sus raíces en la región central de México.

Labor de misionero
El 28 de octubre de 1917 se ordenó de sacerdote. Un mes más
tarde iba a comenzar sus labores, que recuerdan las de varios misio­
neros eximios como Motolinía, Sahagún y Durán, cuyas obras había
de estudiar y en cierto modo emular. Primero fue a Xilotepec, en
170 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

el estado de Hidalgo, en donde estuvo hasta marzo de 1919. Fue Otumba continual
entonces cuando comenzó a aprender el otomÍ y a recoger textos y tos, en los que se I
tradiciones en esa lengua. En 1919 tuvo que interrumpir sus labores Perfeccionó al mil
de misionero al ser nombrado profesor del seminario. Cinco años sarias para el estu
permaneció allí y pudo formar a una generación de estudiantes, ya italiano, el alemáI
que, en vez de enseñar siempre los mismos cursos, acompañó a sus riencia del movirr
discípulos a través de los cinco años, desde los principios de la gramá­ investigaciones mru
tica latina y griega, hasta las humanidades y la retórica. Entre sus Siendo todavía
discípulos se cuentan hombres bien conocidos: don Sergio Méndez revistas. Su prime
Arceo, doctor en historia y obispo de Cuernavaca, el licenciado y es­ de aquella época,
critor Guillermo Tardiff, el académico e historiador padre Octaviano Ozanam, el célebr,
Valdés. Todos ellos guardan grato recuerdo del maestro Garibay. Por varios poemas y al
encima de todo, fue él, y continuó siéndolo en la Universidad Nacio­ dirigía don Julio 1
nal, el hombre que supo despertar vocaciones y que puso siempre el suya un poco más
acento en los valores propios y en las raíces de la cultura en México. la finura y sensibi
De 1924 a 1941 volvió el padre a su vida de párroco misionero. dones en la revis
Primero fue San Martín de las Pirámides, después Huizquilucan, más prematuramente dI
tarde Tenancingo y finalmente Otumba. Al igual que sus predecesores, En Abside dio a
los misioneros humanistas del siglo XVI, él también aunó sus labores poesías y cantares
eclesiásticas con el interés por comprender el alma indígena y el em­ como un símbolo (
peño por introducir mejoras sociales y económicas en las diversas en verdad importt
comunidades donde le toCó trabajar. Abside, México, 19
Muchas anécdotas podrían referirse acerca de su vida de párroco de o restes, de E~
durante diecisiete años. Entre otras, vale la pena recordar las palabras Abside").
de gentes sencillas que decían: Estando en Otu
conocidos, entre el
Parece que este padre no ha terminado sus estudios, porque siempre como los doctores .~
10 encontramos leyendo en sus libros, haciendo preguntas y tomando Yáñez. Gracias a :
notas ... 1940 publicada pe
de su Poesía indíge1
Pero si el padre Garibay estudiaba en los libros y recogía tradi­ muchas reimpresion
ciones y leyendas, todo ello iba dirigido a adentrarse más en la reali­ salió también ese rr
dad y los problemas del mundo indígena. Le preocupaba no sólo su ha servido a muer.
bien espiritual, sino también su mejoramiento material. Estando en lengua de los anti~
San Martín de las Pirámides, no descansó hasta conseguir en bene­
ficio del pueblo la introducción de agua potable. En otros lugares,
reunía también a los campesinos jóvenes para enseñarles diversas Villa de GuadaluP.
técnicas que podrían ayudarlos a mejorar sus cultivos y pequeñas
industrias. Un año más tal
Fue precisamente durante el tiempo de su aCClOn como párroco biar en su aspecto (
misionero, cuando profundizó aún más en el estudio de los idiomas de Guadalupe, tuv 1

otomí y náhuatl. En su aislamiento de lugares como San Martín y tantos años había •
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992) 171
¡ue Otumba continuaba por la noche el estudio de códices y manuscri­
Iy tos, en los que se conserva el legado cultural del mundo precolombino.
[es Perfeccionó al mismo tiempo el conocimiento de otras lenguas nece­
lOS sarias para el estudio de las culturas clásicas. Poseyendo el francés, el
.ya italiano, el alemán y el inglés, a pesar de hallarse apartado en apa­
sus riencia del movimiento científico y literario, estaba al tanto de las
m- investigaciones más recientes, gracias a las revistas y libros que recibía.
IUS Siendo todavía muy joven habían comenzado a escribir en varias
lez revistas. Su primer artículo apareció en 1913 en una publicación
es­ de aquella época, Lábaro. Trataba en él de la figura de Federico
DO Ozanam, el célebre filántropo y pensador francés. Más tarde publicó
'or varios poemas y artículos, entre otras, en la revista El estudiante, que
jo­ dirigía don Julio Jiménez Rueda. En 1932 apareció una publicación
el suya un poco más amplia. Fue el Poema de los árboles, que reflejaba
la finura y sensibilidad de su espíritu. Vinieron luego sus colabora­
ro. ciones en la revista Ábside, dirigida por dos discípulos suyos, los
tás prematuramente desaparecidos Alfonso y Gabriel Méndez Plancarte.
es, En Ábside dio a conocer por vez primera algunas traducciones de
res poesías y cantares del mundo náhuatl. Poco después salieron a luz,
n­ como un símbolo de su profunda actitud humanista, dos libros suyos
Wl en verdad importantes: La, poesía lírica azteca (Bajo el Signo de
Ábside, México, 1937), y su versión directa y en verso de la Trilogía
co de o restes, de Esquilo (publicada igualmente "Bajo el Signo de
as Ábside").
Estando en Otumba recibía el padre Garibay la visita de amigos y
conocidos, entre ellos varios maestros de la Universidad Nacional,
re como los doctores Justino Fernández, Edmundo O'Gorman y Agustín
!o Yáñez. Gracias a las gestiones que realizó este último, apareció en
1940 publicada por la Imprenta Universitaria, la primera edición
de su Poesía indígena de la altiplanicie, obra clásica que ha alcanzado
muchas reimpresiones. Igualmente, y con pie de imprenta de Otumba,
salió también ese mismo año de 1940 su Llave del náhuatl, óbra que
ha servido a muchos estudiosos como instrumento para aprender la
e­ lengua de los antiguos mexicanos.
s,
lS Villa de .Guadalupe y la Universidad
lS

Un año más tarde, en 1941, la vida del padre Garibay iba a cam­
o biar en su aspecto externo. Nombrado Canónigo Lectoral de la Basílica
IS de Guadalupe, tuvo que abandonar las comunidades indígenas donde
y tantos años había pasado. Su oficio principal en la Basílica iba a ser
ÁNGE
172 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

desde entonces el estudio y explicación de la Biblia. Fruto de esa giosa y lírica, los hir
nueva ocupación fueron centenares de lecciones sobre las escrituras formas de prosa, entre
sagradas, así como una versión, desgraciadamente inédita, de varios de los ancianos, los te
textos bíblicos, a partir de las lenguas originales, hebreo, arameo y producción en la mis:
griego. A todo esto hay que añadir los comentarios filológicos e his­ hasta el año de 1750.
tóricos, con apoyo en los autores de la antigüedad clásica, que pre­ con apoyo en fuentes
paró acerca de esos textos de la Biblia. Entre sus comentarios, reunidos ducciones preparadas 1
en más de veinte volúmenes, se encuentran estudios verdaderamente La publicación de
magistrales, como el que se refiere al libro del Eclesiastés, en el que la vieja objeción, hech
analiza el pensamiento del sabio hebreo que supo captar y expresar los gún. Sostenían algunos
problemas del existir humano y del enigma de Dios. antiguos mexicanos era
Pero siendo, como lo repetía el mismo padre, el estudio de la valor literario, pero im
Biblia su oficio principal, encontró siempre tiempo para continuar sus fue mostrar los docun
trabajos acerca del mundo indígena. Alejado de reuniones sociales y traducciones de los to
cocteles, y con supuesta fama de personaje solitario y de trato difícil, pañada de un chispaz'
pero teniendo siempre abiertas sus puertas a sus discípulos y a todo Garibay estas objecion.
aquel que buscaba su consejo o ayuda, pasó los últimos veintisiete
años de su vida, consagrado enteramente al estudio y a la investigación. Ojalá que yo hubier¡
El único contacto que mantuvo permanentemente Garibay a través s610 las he traducide
de todos estos años fue el de su vinculación con la Universidad Na­
cional de México. Como dijimos, desde 1940 empezó a publicar sus Para Garibay trad
estudios sobre el mundo náhuatl en la Biblioteca del Estudiante Uni­ mera empresa de erue
versitario. En 1951, con ocasión del cuarto centenario de la Univer­ En verdad creía y ter
sidad Nacional, recibió, junto con otros cinco mexicanos ilustres, como a todos los rumbos de
justo reconocimiento a sus labores, el grado de Doctor Honoris Causa. romanos o tlahtoUi, la
Un año más tarde fue nombrado Profesor Extraordinario de la Fa­ bra y lagos fue siem:
cultad de Filosofía y Letras y, a partir de 1956, fue director del literaria o mero discur:
Seminario de Cultura Náhuatl, dentro del Instituto de Historia de la y sensato. Era la suya .
propia universidad. vez un poco el velo d.
Academia Mexicana d
ción en tomo a las aIl
Copiosas publicaciones
No suenen iconoclal
Trabajador incansable, publicó varias obras fundamentales. Entre de una facultad, qUE
ellas están su Épica náhuatl (Biblioteca del Estudiante Universitario, constitutivo de la e:
1945); numerosos textos de los infonnantes indígenas de Sahagún, amargo, si se quiere
aparecidos en fonna no interrumpida en la revista Tlalocan, desde zoón logikón, anim.
el año de 1943, hasta el de 1957. Pero, entre todos estos trabajos ginativo...
destaca sin duda la monumental Historia de la literatura náhuatl, ¿ Seguir, quizá, 1
publicada por la Editorial Porrúa, en dos gruesos volúmenes (1953­ téril, aunque raz6n :
1954). Magistralmente estudia en ella Garibay los diversos aspectos será camino que )
de la producción literaria de los antiguos mexicanos: la poesía reli- hombre ...
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992) 173

giosa y lírica, los himnos épicos, la poesía dramática, las diversas


formas de prosa, entre las que descuellan los huehuetlahtolli o pláticas
de los ancianos, los textos históricos e imaginativos, sin descuidar la
producción en la misma lengua náhuatl, después de la Conquista,
hasta el año de 1750. Todo esto presentado con sentido humanista,
con apoyo en fuentes de primerísima mano y sirviéndose de las tra­
ducciones preparadas por él mismo.
La publicación de estas obras vino a desvanecer ya por completo
la vieja objeción, hecha desde el siglo XVI a fray Bernardino de Saha­
gún. Sostenían algunos que los textos y composiciones atribuidas a los
antiguos mexicanos eran en realidad invenciones, si se quiere de gran
la valor literario, pero invenciones al fin. La respuesta del padre Garibay
fue mostrar los documentos mismos y hacer ver la fidelidad de sus
traducciones de los textos indígenas. Con una sonrisa burlona, acom­
pañada de un chispazo de sus ojos de mirada profunda, comentaba
Garibay estas objeciones con las siguientes palabras:

Ojalá que yo hubiera inventado estas composiciones; desgraciadamente


s610 las he traducido ...

Para Garibay traducir, analizar y comentar un texto jamás fue


mera empresa de erudito ni ecuánime exhumación de antigüedades.
En verdad creía y tenía su corazón puesto -como hombre abierto
a todos los rumbos de la cultura- en el lo'gos griego, verbum de los
romanos o tlahtolli, la palabra, de los pueblos nahuas. Pero su pala­
bra y logos fue siempre mucho más que razón pura, elucidación
literaria o mero discurrir para hacerse acreedor a títulos de científico
y sensato. Era la suya un alma atormentada. Él mismo levantó alguna
vez un poco el velo de su propio misterio; así, cuando ingresó en la
Academia Mexicana de la Lengua, al hablar de la verdad de la fic­
ción en torno a las andanzas de Quijano el bueno, expresó:

No suenen iconoclastas mis reflexiones. La negación de la primacía


de una facultad, que en un momento de evasi6n puso Arist6teles corno
constitutivo de la esencial humanidad, no es sino el reconocimiento,
amargo, si se quiere, de la realidad de la vida. No es el hombre un
zoón logikón, animal racional: es un zoón fantastikón, animal ima­
ginativo ...
¿Seguir, quizá, las normas del Can6nigo? Razón, pura razón, es­
téril, aunque razón sensata. Puede ser una meta a qué aspirar: nunca
será camino que recorrer. El menos racional de los seres es el
hombre ...
174 MIGUEL LEÓN-PORTiLLA ÁNGEL lo

No estoy con mi colega, el Canónigo de Toledo, y desdeño sus De la versión de su ~


rígidas limitaciones. a Antígona, ahonda en su
Yo, que siempre he soñado, que alguna vez he combatido, que
jamás ceso de estar anhelante de la inasible belleza, de la remota tI"
Muchos misterios hay;
verdad, apenas entrevista; yo, señores académicos, anhelo estar siem­ hombre.
pre al lado de don Quijote ... 1. Puede él surcar el I
jado por las revueltas
Por eso, de él mismo, diré lo que escribió a propósito de Platón enfurezca el Sol sus ar'
y del autor del Eclesiastés: "Era más poeta que razonador, lo cual pretendía. Hay un ser
es un elogio".2 Anheloso de la remota verdad, encontraba en el mundo Es ella incansable, es ÍIl
de los clásicos la ocasión propicia de hacer de los textos pretextos para cosechas a su labor. P
pensar y sentir más hondo. Pulir traducciones era para él repensar y labra y recoge de ella
revivir en su ser el atisbo ajeno, comulgar como poeta con lo que los caballos.
Pero puede tambié:
otros rostros y corazones dejaron dicho, aquí y allá, sobre el antiguo agitan la cabeza. atrap
y siempre renovado misterio del existir humano en la Tierra. los peces habitantes de
Su logos, palabra y verdad, lejos estuvo de ser un eco. La versión es el hombre ... !
y el comentario de sus antiguos textos traían consigo el hálito de su Y la palabra y el
alma de poeta. Desde su preciada soledad hablaba, convertido en leyes que rígen las ci
nueva manera de profeta, para hacer revelación contemporánea de anti­ y supo hallar tambiéll
guas palabras, plenitud de vida. La sabiduría de los nahuas, de Israel, insoportable, o los du~
Grecia, Roma, Hispania y Anáhuac, afloraron así una vez más, con y remedios. Nada que
la fuerza del mensaje universal en la circunstancia de los hombres U n solo ser resulta
de aquí y de ahora. Olvidar todo esto sería no comprender la obra que lo rehúya. Es el A
del padre Garibay. Y casi tantas muestras podría dar de lo que he para vencer las dole
medicina. 3
dicho, cuantas fueron las páginas que nos dejó.
Para el ingenioso y
sáceo, recoger de la Tiel
Su acercamiento al alma griega
y el pensamiento que vu
el misterio, y de todos,
Quiero sólo traer ahora al corazón unos pocos de. esos textos que Como lo expresó en nue
su afinado repensar rescató para nosotros. A varios años ya de su
él irreductible... es el
partida evocaré las palabras del heleno, el náhuatl y el judío, hechas
Su gran contribuciól
ya carne de su carne y sentimiento de su alma. He aquí un fragmento
es la versión y el estud
del diálogo de voces y tiempos tan distintos. :Él lo vivió en soledad;
Esquilo, Sófocles y Eun
y ésta fue también su poesía y la verdad de su logos. Lo que para él
fanes. Hasta donde ala
fue meditar, para nosotros será reencuentro, porque quien hizo rescate
hablamos castellano, en
del verbo de los sabios, quiso dejárnoslo con la sencillez que sólo el
junto y tan admirable.
amor engendra.
Diversos estudiosos
1. Realidad de la ficci6n, discurso de recepción en la Academia Mexicana de la
do y traducido las oh
Lengua, México, Bajo el Signo de Ábside, 1954, p. 20 y 22.
2 Sabiduría de Israel, tres obras de la cultura judEa, México, POlTúa, 1966, 3 S6focles, Las siete tr,
p. 14. Ángel María Garibay, Méx
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992) 175

, sus De la versión de su Sófocles oigamos al coro que, contemplando


a Antígona, ahonda en su canto sobre la condición de los mortales:
que
)ota
Muchos misterios hay: de todos los misterios, el más grande es el
¡em­ hombre.
Puede él surcar el mar grisáceo y llegar a la opuesta orilla empu­
jado por las revueltas olas. Nada importa que bramen ellas, ni que
It6n enfurezca el Sol sus ardores. Marcha seguro y llega a donde intentar
~ual pretendía. Hay un ser sólo que puede torturarlo. Es la tierra madre.
odo Es ella incansable, es indomable, pues prodiga, año tras año, innúmeras
lara cosechas a su labor. Pero él con su arado, en interminable afán, la
Lfy labra y recoge de ella el don que aviva, y la fatiga con el trabajo de
que los caballos.
guo Pero puede también el ala,do ejército de los pájaros que sin cesar
agitan la cabeza atrapar y encerrar dentro de sus trampas. Como a
los peces habitantes de las aguas, que cautivan en sus redes. ¡Ingenioso
lÍón
es el hombre ... !
: su Y la palabra y el pensamiento que vuelan como el viento y las
en leyes que rigen las ciudades, él solo sin maestro las ha aprendido.
nti­ y supo hallar también defensa contra las flechas que le lanza el frío
ael, insoportable, o los duros azotes de la lluvia. Para todo halla recursos
con y remedios. Nada que traiga el futuro incierto podrá superarlo.
)res Un solo ser resulta para él irreductible. No tiene l1n sortilegio con
bra que lo rehúya. Es el Averno, en que la muerte lo arroja, por más que
he para vencer las dolencias, aun las más reacias, tenga remedio y
medicina. 3

Para el ingenioso y libre griego, preciado era surcar el mar gri­


sáceo, recoger de la Tierra el don que aviva, ser dueño de la palabra
y el pensamiento que vuelan como el viento. Pero él también entrevió
rile el misterio, y de todos, el más grande, el que descubría en sí mismo.
su Como lo expresó en nuestra lengua Garibay: "un solo ser resulta para
has él irreductible... es el Averno, en que la muerte lo arroja ... "
oto Su gran contribución, en lo que se refiere a la literatura griega,
ld; , es la versión y el estudio que hizo de los tres grandes dramaturgos,
• él Esquilo, Sófocles y Euripides, y de las comedias completas de Aristó­
ate fanes. Hasta donde alcanzo a saber, ha sido el único, entre los que
·el hablamos castellano, en realizar individualmente esta empresa de con­
junto y tan admirable.
Diversos estudiosos españoles e hispanoamericanos habían estudia­
, la do y traducido las obras de uno o de otro de estos creadores del
166, 3 S6foc\es, Las siete tragedias, introducci6n y versi6n directa del griego por
Ángel María Garibay, México, Porrúa, 1962, p. 193-194.
12
ÁNGEL MA.
176 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

Alegría de los amigos, sa4


teatro griego, pero el padre Garibay llevó a cabo la versión directa
nera tolteca; pero también
de la totalidad de las obras, tragedias y comedias de los tres drama.
como el griego sabe que su
turgos y de Aristófanes. Es interesante añadir que sus versiones expre­
el náhuatl que, sin flores y (
samente las dedicó a la juventud mexicana, a los estudiantes y al
región de los mr:ertos, el p~
pueblo; por ello rehuyó en sus traducciones cualquier forma de lengua­
fecunda existencIa consagro
je complicado; basta con leer una de las comedias de Aristófanes
las crónicas, los huehue:lah¡
traducidas por él, para ver cómo la obra del genial griego pudo
y asimismo, en forma dIrec1
expresarse para siempre en nuestro castellano popular, anecdótico y
fueron precursores suyos el
cotidiano.
Me refiero a varones tan e)
fray Andrés de Ol:nos, y fr
El legado del México antiguo dones del hombre mdlg~a:
luego en vigorosa expreslól
El hombre de Anáhuac a su modo gustó de lo bueno y lo recto, la riqueza del legado de 1
las flores y los cantos, pero, quizás más aún que el heleno con obse­ afanes dedicó a su magna
sión vivió el misterio del acabamiento de los soles y los mundos, de Fecundos ciertamente fl
los rostros y los corazones. Quien nos volvió asequible la sabiduría
dad Nacional. Como priv.
de los griegos allegó también para nosotros los jades del pensamiento
haber participado con él
náhuatl: Náhuatl, en el Instituto di ~

Vano empeño, ya tomas tu enflorado atabal,


prosiguió allí en su empen
esparces, riegas flores:
se acercaban a él. Por otr;,
i se marchitan!
de singular importancia. :
Nosotros también cantos nuevos
a ofrecer la paleografía y ,
elevamos aquí;
tes de Sahagún, con nota
también las nuevas flores
los nahuas (1958) y Vid
están en nuestras manos:
arte de traficar (1961). O
i Deléitese con ellas el grupo de nuestros amigos,
con criterio a la vez fllo
disípese con ellas la tristeza de nuestro corazón!
poesía náhuatl de la trae
Nadie se deje dominar de la tristeza,
Tal empresa la llevó
nadie ponga su pensamiento en la Tierra:
disponer la edición compll
i Aquí están nuestras flores y nuestros bellos cantos!
tras de la poesía de los
i Deléitese con ellos el grupo de nuestros amigos,
un primer volumen con e
disípese con ellos la tristeza de nuestro corazón!
tellano, de la obra que ~
Prestada tenemos tan sólo la Tierra, oh amigos,
Nueva España, manuscn
hemos de dejar los bellos cantos,
pués en 1965, sumó al l
hemos de dejar las bellas flores.
part~ del texto náhuatl '
canos, manuscrito de la
Por ello me entristezco en mi canto al Sol.
póstuma fue el tercer vol
Hemos de dejar los bellos cantos,

hemos de dejar las bellas flores;'


de poemas relacionados
fiestas. Dicho volumen,
"Ángel María Garibay, Historia de la literatura náhuatl, México, Porrúa, manuscrito de la Bibliot
1953, t. 1, p, 184-185.
ÁNGEL MA. GARIBAY K. (1892-1992) 177

recta Alegría de los amigos, sacrificios a los dioses, simbolismo a la ma­


una­ nera tolteca; pero también tristeza, aflicción desgarradora, porque
'pre­ corno el griego sabe que su destino será el Hades, también entrevé
y al el náhuatl que, sin flores y cantos, tendrá que marchar al Micttan, la
!gua­ región de los muertos, el país de los descarnados. Muchas horas de su
ranes fecunda existencia consagró Garibay al rescate de la poesía náhuatl,
~udo las crónicas, los huehuetlahtolli, testimonios de la "antigua palabra"
00 y y asimismo, en forma directa, a las obras extraordinarias de quienes
fueron precursores suyos en el acercamiento al alma de Anáhuac.
Me refiero a varones tan eximios corno fray Bernardino de Sahagún,
fray Andrés de Olmos y fray Diego Durán. De ellos, y de las crea­
ciones del hombre indígena, rescatadas en su propia lengua y puestas
ecto, luego, en vigorosa expresión castellana, aprendió Garibay a valorar
,bse­ la riqueza del legado de los antepasados indígenas. Por eso, tantos
~ de afanes dedicó a su magna labor de rescate.
luría Fecundos ciertamente fueron los años que laboró en la Universi­
ento dad Nacional. Corno privilegio extraordinario tendré siempre el de
haber participado con él en las tareas del Seminario de Cultura
Náhuatl, en el Instituto de Investigaciones Históricas. Por una parte
prosiguió allí en su empeño de trasmitir sus conocimientos a cuantos
se acercaban a él. Por otra, sacó a luz buen número de publicaciones
de singular importancia. Mencionaré los dos volúmenes que dedicó
a ofrecer la paleografía y versión castellana de textos de los informan­
tes de Sahagún, con notas y comentarios: Veinte himnos sacros de
los nahuas (1958) y Vida económica de Tenochtitlan, pochtecáyotl,
arte de traficar (1961). Opus magnum fue emprender la presentación,
con cliterio a la vez filológico y humanista, de buena parte de la
poesía náhuatl de la tradición prehispánica.
Tal empresa la llevó a cabo a partir de 1963. Su propósito era
disponer la edición completa de cuantos textos pudo allegar con mues­
tras de la poes"ta de los antiguos mexicanos. En 1964 vio publicado
un primer volumen con el texto íntegro, paleografía y versión al cas­
tellano, de la obra que se conoce como Romances de los señores de la
Nueva España, manuscrito de Juan Bautista Pomar. Muy poco des­
pués, en 1965, sumó al anterior otro volumen que incluía la primera
parte del texto náhuatl con traducción castellana de Cantares Mexi­
canos, manuscrito de la Biblioteca Nacional de México. De aparición
póstuma fue el tercer volumen de su Poesía náhuatl, con otro conjunto
de poemas relacionados con las representaciones dramáticas en las
rúa,
fiestas. Dicho volumen, con textos también de Cantares Mexicanos,
manuscrito de la Biblioteca Nacional de México, vio la luz en 1968.
ÁNGEL M,
178 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

Sólo la muerte pudo impedir al maestro Garibay la realización íntegra y se acalle la voz ~~l
y se debiliten las hIjaS
de sus deseos, o sea el rescate completo de la poesía náhuatl.
No siendo propósito de esta recordación ofrecer el largo elenco de Antes que se rompa el
su bibliografía, me limito a mencionar sólo su pennanente interés y se quiebre el vaso, d
y sus siempre valiosas contribuciones en los siete primeros volúmenes y se despedace el canl
de Estudios de cultura náhuatl, publicación en la que también tuve y se precipite la garrw
la fortuna de laborar a su lado. El último de sus trabajos en dicha y vuelva el polvo a 1:
serie fue el comentario y la edición del Códice carolino, con impor­ hálito vital retorne a 1
tantesadiciones a la primera edición del Vocabulario . .. de fray Alonso i Vanidad de vanidadei
de Molina, la de 1555.
Así puso él a nuestro
La sabiduría de Israel la sabiduría de esas tres fo
de pueblo mestizo, indígen¡
El padre Garibay, que así ahondó en creaciones -las de griegos y lo judío ciertamente SOl
y las de nahuas-- tan distintas, aunque afines por humanas, quiso camino, había que volver
acercarnos también a la intuición que llamó "sabiduría de Israel". tales sería tarea imposib~e
Los textos que escogió y tradujo del hebreo al castellano son igual­ sin rodeos, a mundos tan
mente diálogo del corazón, contraste de luz y tinieblas, divinas pala­ cogió para sí la soledad, (
bras y fe· que también es misterio. El mensaje del pueblo escogido, nuevo acercamiento. En !
aunque diferente, no es opuesto a la afinnación del logos griego, de la mensaje de tantas voces.
diké que es la justicia y de la eufrosine, el anhelo de gozo pleno. comunicarlo· fue su poesía
También las flores y los cantos, el deseo de la amistad, el temor a la
muerte, y, por encima de todos los dioses, la figura de Tloque Nahua­ Un atisbo de su proPio p.
que; M oyocoyani, el Inventor de sí mismo y dueño del cerca y del
junto, hubieran tenido un sentido para el seguidor de jah'Ué. Del libro Quien tuvo tanto que (
de Qohélet, que llamamos Eclesiastés, hizo traducción Garibay y para nes lo que llegó a ser el p€
nosotros continuó el diálogo universal y de verdad humano. en sus introducciones Y c,
y profanas, y en multitud I
Dulce es, empero, la luz y grato a los ojos ver al Sol;
pertenecen los poemas qu
aun cuando viviere el hombre muchos años y en todos ellos
gozare, recuerde los días de tinieblas, que serán muchos, quiso publicar. Entre ello
y cuando acaeciere, será vanidad. . de los árboles. Escojo y le
tal vez en él está la metá:
Acuérdate de tu creador
en los días de tu juventud, antes que venga el Patriarca de
tiempo malo y se acerquen los años de los cuales habrás sacudidas pe
de decir "¡ No hay en ellos placer para mí!" asemejan jir
o nupciales,
Antes que se entenebrezca el Sol,
y la luz y la Luna y las estrellas, ¿Quién dirá
y retomen las nubes después de la lluvia ... ¿quién los l
y se cierren las dos hojas exteriores de la puerta
y se amortigüe el son del molino, 5 Sabiduría de Israel •.. ,·
ÁNGEL MA. GARIBAYK. (1892-1992) 179

¡Íntegra y se acalle la voz del pájaro


y se debiliten las hijas del canto ...
neo de
Antes que se rompa el cordel de plata
.interés
y se quiebre el vaso de oro
~menes
y se despedace el cántaro en el pozo
n tuve y se precipite la garrucha en el aljibe.
~'dicha
unpor­ y vuelva el polvo a la tierra, cuál era antes, y el
Alonso hálito vital retome a Dios que lo dio.
i Vanidad de vanidades -decía Qohélet-, todo vanidad! 5

Así puso él a nuestro alcance, vuelta sentimiento de su espíritu,


la sabiduría de esas tres formas de vivir y pensar. En nuestra realidad
de pueblo mestizo, indígena e hispánico a la vez, lo náhuatl, lo griego
,riegos y lo judío ciertamente son raíz y antecedente. Para no extravíar el
quiso camino, . había que volver a los orígenes. Para el común de los mor­
Irael"• tales seria tarea imposible querer llegar por sí solo, con paso firme y
19ual­ sin rOdeos, a· mundos tán distintos de cultura. Pero el sabio que es­
pala­ cogió para sí la soledad, con el trabajo de una vida hizo posible un
jgido, nuevo acercamiento. En su obra tenemos, a la medida nuestra, el
de la mensaje de tantas voces. Repensar el antiguo verbo fue su verdad,
~Ieno.
comunicarlo' fue su poesía.
. a la
'Úlua­
y del Un atisbo de su propio pensamiento
libro
,para Quien tuvo tanto que decir, no rehuyó expresar también en ocasio­
nes lo que llegó a ser el pensamiento suyo propio. Éste aflora sin cesar
en sus introducciones y comentarios, en sus célebres lecciones sacras
y profanas, y en multitud de ensayos. A su obra más íntima y personal
pertenecen los poemas que escribió y de los cuales sólo unos pocos
quiso publicar. Entre ellos están los sonetos que integran su Poema
de los árboles. Escojo y leo aquel en que canta al ahuehuete, porque
tal vez en él está la metáfora de lo que para sí mismo deseaba:

Patriarca de los árboles, tus frondas


sacudidas por vientos milenarios,
asemejan jirones de sudarios
o nupciales, deshechas, blancas blondas.
¿ Quién dirá los recuerdos que tú escondas?
¿ quién los archivos hallará en tus varios

5 Sabiduría de Israel ... ,op,' cit., p. 53-54.


180 MIGUEL LEÓN-PORTILLA

enormes troncos? ¿ quién en los santuarios


penetrará de tus raíces hondas?
Tú guardas el silencio de los siglos,
de mil razas repites el lenguaje
y, año tras año, inconmovible avanzas.
EL ARCHIVO ÁNI
Fingen tus ramas lúgubres vestigios, DE LA]
mas tu florido trémulo follaje
es un plumón cuajado de esperanzas.6

Del maestro que, cumplida con creces su misión en la Tierra, dejó


este mundo el 19 de octubre de 1967, bien puede decirse, aplicando l. En el centenario de su
a su alma su poema, que fue patriarca entre los hombres. Alma de
cristiano, abierta y sacudida por vientos milenario>: del bíblico Israel,
El doctor Angel María G~
de Grecia y Roma, de la Hispania y del Anáhuac. ¿Quién dirá los
recuerdos que allegó? ¿Quién los archivos y santuarios donde estuvo Verdad es que persona!
en busca de raíces? ción, me han atribuido COI
Reanudando, más allá de nuestra temporal miseria, el viejo y que mi curiosidad insaciab
siempre nuevo diálogo Con el maestro, quiero terminar diciendo: pero he sacado menos que
padre Garibay, tu espíritu, ahora en posesión del logos, misterio de en una flor fragante se
verdad y de belleza que a lo largo de tu vida sin cesar buscaste, para de 'recónditas y peregrinas
nosotros sigue repitiendo de muchos pueblos el lenguaje y, año tras la Academia de la Lengu
año, en este mundo que has dejado, tu vida y tu obra permanecerán verso único que quedó de
Homero. Verso que pudit
inconmovibles como ejemplo de realidad henchida de esperanza.
kakOs de 'epístato panta'. "
mal",l

Esta nota traza un re:


eligió uno: la humildad.
Haber registrado y co
forman el Archivo Gariba
toro Ciertamente, sus elaI
nos muestran el trabajo,
es también pionero.

1 Dolores Roldán, Biogra


torial Ori6n, p. 9.
Otras biografías del Dr.
Miguel León.PortiUa, HE
cultura Náhuatl, México, 19E
Octaviano Valdés, Ángel
de Mate.
Mario Colín, Ángel M~
6 Garibay, Poema de los árboles, México, 1932, p. 23. FONAPAS.
EL ARCHIVO ÁNGEL MARtA GARIBAY KINTANA
DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

ALBERTO HERR SoLÉ


dejó
mdo
l de
l. En el centenario de su nacimiento
rad,
Llos El doctor Ángel María Garibay dijo sobre sí mismo:
tuvo Verdad es que personas de ligero juicio, aunque de muy sana inten­
ción, me han atribuido conocimientos casi legendarios. Y no puedo negar
[O Y que mi curiosidad insaciable me ha hecho asomarme a muchos abismos,
Ido: pero he sacado menos que el perfume que se lleva una mariposa cuando
• de en una flor fragante se detiene. Y para calificar estos conocimientos
lara de 'recónditas y peregrinas sapiencias', que dijo un ponderado miembro de
tras la Academia de la Lengua, ya hace mucho tiempo que he escogido el
~án verso único que quedó del Margites, poema satírico que se atribuye a
Homero. Verso que pudiera servirme de epitafio: 'PolI' epistato érga,
kakos de 'epistato panta'. "Aunque supo muchas cosas, mas todas las supo
mal",!

Esta nota traza un retrato psíquico de su autor, entre cuyos rasgos


eligió uno: la humildad.
Haber registrado y conocido -algunos al detalle- los papeles que
forman el Archivo Garibay, me permite corroborar la humildad del doc­
tor. Ciertamente, sus elaboraciones sobre el náhuatl o sobre el griego,
nos muestran el trabajo de un erudito, pero en el náhuatl, el erudito
es también pionero.

1 Dolores Roldán, Biografía de Ángel María Garibay K., México, 1985, Edi.
torial Ori6n, p. 9.
Otras biografías del Dr. Garibay que pueden consultarse:
Miguel León-Portilla, "Bio bibliografía de Ángel María ••• ", en Estudios de
cultura Náhuatl, México, 1963, v. IV. .
Octaviano Valdés, Ángel María Garibay K., México, 1985, Ediciones Las Hojas
de Mate.
Mario Colín, Ángel María Garibay, Toluca, Estado de México, 1979, Ed.
FONAPAS.
--
ARCHIVO I
182 ALBERTO HERR soLÉ

Hay quien critica las traducciones de Garibay, igualmente su ela­ En el Archivo Garibay,
boración como estudioso de la literatura en lengua náhuatl. Estas crí­ burocráticos", no es exacto
ticas suelen ignorar el trabajo invertido en una vasta obra, ejemplo de chos de ellos están UtiliZadl
humanismo, elaborada en condiciones en las que no había anteceden­ igualmente equívoco SUpoI
tes inmediatos dignos de consideración, una labor autodidacta, que exi­ exclusivamente personal, S1.
gió plantear claramente problemas y proponer soluciones, algunas de curiosidad intelectual, de 11
ellas, innovadoras y trascendentes. enciclopedia que reclama
Si bien el joven Ángel María aprendió el latín y el griego escolar­ que guardó Garibay fue:
mente en el Seminario Conciliar de México (1906-1917), la compe­ a) Papeles que servían
tencia lingüística en estas y otras lenguas, la obtuvo por su cuenta. históricos.
Totalmente autodidacta el aprendizaje del náhuatl y del hebreo; hizo b) Sus propios trabajos
estudios de sánscrito, de arameo, de árabe. El autodidacta tiene que e) Una nutrida corresp
construir sus propios andamios, a veces comete errores superados por d) Recortes de periódic
otros. Pero en este caso, el fundador del Seminario de Cultura Náhuatl,
¿ Qué temas ocuparon 2
cuenta con una base, como la de la pirámide del Sol, para cimentar
escuela en el conocimiento del náhuatl: conoce dlrectamente los textos
1.1 CULTURA NÁHUATL (01
de las principales literaturas antiguas fundadoras de Occidente: los
nes, testimonios): 217 refe
Clásicos griegos y la Biblia.
Garibay tuvo el "don de lenguas" sin milagros metafísicos. Lo tuvo 1.2. Lingüística. Náhuatl:
por una labor tenaz: su archivo personal lo demuestra. guos): 317 referencias, 5 91
2.1 EVANGELIZACIÓN BILlNC
11. Composición del Archivo otras Ordenes religiosas):
Parece lógico el que la antigua Biblioteca Nacional guarde en su bó­ 2.2 Guadalupanismo mexic
veda al Archivo Garibay. Es sugestivo el templo de San Agustín para cias, 185 páginas.
suspender el paso del tiempo e imaginar una escena de los años 30's:
el padre Garibay vestido de seglar, escudriñando meticulosamente el 3 TRADUCCIONES:
catálogo (hoy dispuesto en los mismos muebles de madera de entonces).
El hombre venía de Otumba, de manera que aprovecha y pregunta; 3.1 Del griego: 141 refere
describe libros muy peculiares. El padre Garibay investigó en este lugar; 3.2 Del latín: 15 referem
identificó y estudió los documentos en náhuatl de la colección y acreditó
3.3 Del hebreo: 56 refen:
a la Biblioteca citando sus fuentes.
El aprecio que Garibay tuvo por la Universidad se patentizó en la 3.4 Del otoIhÍ: 20 referen
donación de su biblioteca personal y su archivo, los cuales llegaron a 3.5 Estudios de lenguas ir
la Biblioteca Nacional dos años después de su muerte, en 1969. Parte de
este patrimonio ha permanecido mudo desde hace 23 años. Muchos 3.6 Lenguas modernas: 8
años en relación con el ritmo acelerado de los cambios y con un objeto 4.1 RELIGIÓN (Teología y
-como el Archivo--- poseedor de tantos mensajes. ginas.
Tal como ahora se encuentra, el Archivo consta de 37 cajas com­
puesta por 410 expedientes numerados, y una veintena de expedientes 4.2 Praxis religiosa (relac
con papeles localizados después. 1 099 páginas.
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 183

ela­ En el Archivo Garibay, asociar la palabra "archivo" con "papeles


icrÍ­ burocráticos", no es exacto. De los papeles burocráticos existentes, mu­
o de chos de ellos están utilizados al reverso con cuestiones teóricas. Resulta
den- igualmente equÍvoco suponer que el archivo tiene papeles de interés
exi­ exclusivamente personal, subjetivo. Garibay fue un notable ejemplo de
s de curiosidad intelectual, de manera que su archivo es prácticamente una
enciclopedia que reclama en especial a un interlocutor: México. Lo
)lar­ que guardó Garibay fue:
npe­ 1lI) Papeles que servían a sus investigaciones, entre otros, documentos
nta. históricos.
hizo b) Sus propios trabajos: anotaciones, fichas y textos completos.
que e) Una nutrida correspondencia y testimonios de afecto.
por d) Recortes de periódico.
lad,
lItar ¿ Qué temas ocuparon al doctor Garibay y en qué proporción?
!dos
los 1.1 CULTURA NÁHUATL (originales de libros, ensayos, artículos, anotacio­
nes, testimonios): 217 referencias, 2 666 páginas.
uvo 1.2. Lingüístiaa Náhuatl (traducciones, paleografías, manuscritos anti­
guos): 317 referencias, 5 907 páginas.
2.1 EVANGELIZACIÓN BILINGÜE (Olmos, Sahagún, Durán, franciscanos y
otras Órdenes religiosas): 138 referencias, 2009 páginas.
bó- 2.2 Guadalupanismo mexicano (Histórico y contemporáneo): 49 referen­

ara cias, 185 páginas.

''s:

el 3 TRADUCCIONES:
s).

ta; 3.1 Del griego: 141 referencias, 3239 páginas

ar;

3.2 Del latín: 15 referencÍJas, 130 páginas.


itó
3.3 Del hebreo: 56 referencias, 938 páginas.

la
3.4 Del otomí: 20. referencias, 188 páginas .
.a
3.5 Estudios de lenguas indígenas: 24 referencias, 159 páginas.
de

lOS 3.6 Lenguas modernas: 8 referencias, 33 páginas.

~to
4.1 RELIGIÓN (Teología y Hermenéutica bíblica): 50 referencias, 303 pá­
ill­
gmas.
tes 4.2 Praxis religiosa (relación Estado-Iglesia en México): 148 referencias,
1 099 páginas.
184 ALBERTO HERR soLÉ ARCHIVe

5.1 INDiGENISMO (Siglo XX): 59 referencias, 215 páginas.


nI. Documentos hist6riG
5.2 Español de México: 72 referencias, 260 páginas.
Por una suerte de be
5.3 Polémicas: 33 referencias, 101 páginas.
futuro, disponemos en su
6. ENCICLOPEDIA: 199 referencias, 2076 páginas. cos, que de haber queda(
7.1 OBRA LITERARIA (De Garibay): 39 referencias, 238 páginas. oportunidad de conocer}
Tal es el caso de una
7.2 Crítica literaria: 149 referendas, 476 páginas. necieron al caballero dor
Total: 1 734 referencias, 20219 páginas. luchó denodadamente d(
(margen): Despacho del
Esta descripción de conjunto no estaría completa sin mencionar la a coronar a la Sma. Vi1l'
correspondencia; más de 3 000 cartas, y los más de 2 000 documentos
(centro): "Rm. CAPLUl
gráficos de distinto tipo: fotografías, tarjetas postales, dibujos, recor­
VREM EX LEGATO 11
datorios, etcétera. De esta forma podemos calcular que son más de B. M. V.D.D.D. ANNO
25000 páginas las que componen el Archivo Garibay.
No obstante, la calidad de esta colección es inconmensurable. Los Es decir, el oficio ce
números revelan claramente ciertas relaciones, pero al efectuar algunas Roma el 11 de julio de
comparaciones, engañan. y en español.
Indudablemente 10 que más ocupó al doctor Garibay fue el estudio Manuscritos dictado!
de la Cultura Náhuatl. En este sentido la proporción descrita es co­ son los siguientes:
rrecta.
Pero por ejemplo, el tema "2.2 Guadalupanismo Mexicano" está Boturini, Lorenzo, 18 de
compuesto por más documentos de los aquí considerados. Esto se debe 'Reverendissime Patero A
a que algunos de sus textos están clasificados en "Lingüistica Náhuatl" Boturini, Lorenzo, 6 de .
o en "Evangelización". Asimismo, el tema "Lenguas Modernas" está "Sobre aber escarbado 1
desigualmente representado, debido a que las traducciones que Garibay '(2 p.)
hizo del francés no están en el Archivo (entre otras, la del libro "La Boturini, Lorenzo, 3 de
conquista espiritual de México" de Ricard).2 "Illmo.: Sigre. Pre. Col
El Archivo es la muestra más completa de la obra del padre Garibay. Boturini, Lorenzo (sin fl
Sin embargo, no reúne la obra completa. Por ejemplo, muchos textos "Carta del Caballero Bo
de hermenéutica bíblica, escritos para las lecciones que Garibay brin­ Boturini, Lorenzo (sin f.
daba todos los jueves en la Basílica de Guadalupe, no están aquí. Asi­ "M. Yco. y Ven. Son A
mismo, de los artículos juveniles de Garibay, de escritos religiosos y de
los artículos publicados en la revista Abside, sólo disponemos de una En estas cartas Boj
muestra. Virgen de Guadalupe
La investigación en el Archivo Garibay nos ha señalado nuevos ca­
8 Dice el doctor Garil:
minos para indagar el dilatado itinerario intelectual de uno de los hu­ de hallarse en el Archivo
manistas más notables del siglo. pudiera uno dar con algw
gracia para la historia de
2 Robert Ricard, La conquista espiritual de México. Primera Edición, Editorial cerrado y fuente sellada' 1t
Jm, 1947. Edici6n en el Fondo de Cultura Econ6mica, 1986. en revista Abside, IX-2, M,
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GAR~Y K. 185

III. Documentos históricos del Archivo Garibay

Por una suerte de bendición que Garibay efectuó pensando en el


futuro, disponemos en su archivo de una serie de documentos históri­
cos, que de haber quedado en la Basílica de Guadalupe, no tendríamos
oportunidad de conocer.lI
Tal es el caso de una serie de manuscritos del siglo xvm que perte­
necieron al caballero don Lorenzo Boturini. El documento por el cual
luchó denodadamente don Lorenzo está aquÍ:

la (margen): Despacho del Issmo. Cabildo de Sn. Pedro de Roma en orden


lÍOs
a coronar a la Sma. Virgen de Guadalupe.
:oro (centro): "Rm. CAPLUMS. PETRI DE VRBE RANC CORONAM A­
de VREM EX LEGATO ILL. mi COMo ALEXANDRI SFORTIAE HVIC
B. M. V.D.D.D. ~TNO 17",

Es decir, el oficio concedido por el Papa Clemente XII, dado en


Roma el 11 de julio de 1740; un manuscrito de 16 páginas, en latín
y en español.
dio Manuscritos dictados o del puño y letra de don Lorenzo Boturini
co- son los siguientes:
stá Boturini, Lorenzo, 18 de julio de 1738
:be 'Reverendissime Patero Ave millies María" (6, p.)
ti" Boturini, Lorenzo, 6 de marzo, 1740
Itá "Sobre aber escarbado la Iglesia vieja de N. S. de Guadalupe" (sic.),
lay '(2 p.)
La Boturini, Lorenzo, 3 de junio, 1740
"Illmo.: Sigre. Pre. Cohno." (en italiano), (2 p.)
ly. BoturÍni, Lorenzo (sin fecha, siglo xvm)
los "Carta del Caballero Boturini a los reverendos Padres Jesuitas ... " (2 p.)
n. BoturÍni, Lorenzo (sin fecha, siglo xvm)
Jri. "M. Yco. y Ven. Son Abad y Cavildo" (4 p.)
de
~a En estas cartas Boturini fundamenta su petición de coronar a la
Virgen de Guadalupe dada la raíz indígena de su devoción; o bien,

u. 8 Dice el doctor Garibay; "No sé decir con exactitud cuál ha sido el origen
de hallarse en el Archivo Capitular de Guadalupe. Quizá en el mismo Archivo
pudiera uno dar con alguna noticia que orientara la jnvestigaci6n, pero por des.
gracia para la historia de la misma devoción guadalupana, ese Archiv() es 'huerto
¡al
cerrado y fuente sellada' hasta para los de casa." Texto de "Temas Guadalupanos"
en revista Absidc, IX-2, México, abril-junio de 1945, p. 155.
ARCHIVO I
186 ALBERTO HERR SOLÉ

solicita recursos para .llevar a efecto, con gran celebración, la corona­ panas de sumo interés paI
ción que le ha sido autorizada. Garibay- es un ejemplc
Si bien estos documentos no tienen relación directa con la cultura talidad indígena" .
Los anteriores son asp
náhuatl; no debemos olvidar que gracias al vínculo que vio don Lo­
los que el Archivo Gariba
renzo Boturini entre la imagen del Tepeyac y la cultura indígena, co­
menzó su gran labor por recuperar documentos indígenas prehispáni­
coso En el fondo, Boturini trajo a México una concepción' histórica IV. Cultura N áhuatl
vanguardista para su ihiminista época, gracias a la cual, contamos con
documentos de gran valor histórico. .Demos paso ahora, a le
Sin duda alguna, uno de los documentos más valiosos del Archivo va Garibay. Para clasifica
Garibay es un pequeño libro' héC;ho a mano: "Orderianza de un hos­ 1. Paleografías.
pital de indios y de su cofradía." El texto náhuatl fue elaborado por 2. Paleografías con traducl
fray Alonso de Malina; la realización del libro fechada en 1692. 3. Traducciones.
Resulta de gran interés el contar con la paleografía y dos versiones 4. Notas y articulas sobre
del padre Garibay de un libro de Sebastián García llamado exactamen­ 5. Notas y articulas sobre
te igual al anterior, pero de 1584.4 En este libro se describe cómo debe 6. Ensayos, artículos y not
organizarse la wfradía de Nuestra Señora de la Concepción para rea­ 7. Ensayos, artículos y not
lizar beneficencia. El interés de estos documentos es doble, por una 8. Ensayos, artículos y not
parte la descripción del modo en que se organizó la medicina social Además, "GÉNERO"
desde el siglo XVI: por otra parte, demuestra cómo iba floreciendo el ( =BO), un artículo (=
culto mariano en México. (= CA), o un document
En más de un sentidot el ddctor Garibay representa la reconcilia­ expediente en el Archivo.
ción de México con su pasado,' Con su espiritualidad. Los documentos
antes referidos tienen especial valor para la comprensión del Guadalu:.. 1. PALEOGRAFÍAS (y j o tex
panismb mexicano.
Para completar este tópico es preciso mencionar la versión del doc­ Exp. Autor/T
tor al libro llamado: Anales de juan Bautista, un manuscrito náhuatl
del siglo XVI escrito por un indio, vecino del barrio de San Juan en 223 Garibay
"Inscripción de Tzinacant
la ciudad de México. El manuscrito original formó parte de la colec­
ción de Boturini/ actualmente está en el Archivo Capitular de Gua­ 223 Garibay
dalupe. No he podido ver el original. La versión del padre Garibay "Timal icuic"
existente en la Biblioteca Nacional es un borrador que seguramente 241 Garibay
sería la base para una publicación, prometida por él, pero que no se " ... (Sah. lib. IV jMs. R.
llevó a efecto. Probablemente influyó la censura religiosa, lo cual es 241 Garibay
lamentable debido a que el libró brinda muchas noticias no-guadalu­ " ... miquicyatoc. idjtetzo
241 Garibay
4 Sebastián García, "Ordenanza de un hospital de indios y de su cofradra", "(Sah. AC. 158r.)"
también llamado por Garibay "Documento Garibi-Ribera" por haber pertenecido 250 Garibay
a dicho obispo de Guadalajara. Anota Garibay que el documento está en el Archi­ 'Nican ompehua in mot
vo Capitular de Guadalupe.
5 'Inventario y catálogo razonado de la colecci6n de don Lorenzo Boturini". cuicatl. .. "
Manuscrito de la Biblioteca Boturini de la Basílica de Guadalupe.
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 187

[la- panas de sumo interés para la historia nacional, puesto que -apunta
Garibay- es un ejemplo de la "infiltración hispánica en la men­
Ira talidad indígena".
..0- Los anteriores son aspectos cualitativos de uno de los temas para
:0- los que el Archivo Garibay aporta documentación.
ni­
lca IV. Cultura N áhuatl
on ¡

.Demos paso ahora, a las referencias sobre cultura náhuatl del Archi·
VD va Garibay. Para clasificarlas se estableció la siguiente división:
)S­ 1. Paleografías.
or 2. Paleografías con traducción.
3. Traducciones.
.es 4. Notas y artículos sobre códices.
n­ 5. Notas y artículos sobre topónimos y palabras nahuas.
le 6. Ensayos, artículos y notas sobre historia y arqueología.

a­ 7. Ensayos, artículos y notas sobre literatura y arte.

la 8. Ensayos, artículos y notas sobre religión.

al

el Además, "GÉNERO" indica si el documento es parte de un libro


( =BO), un artículo HO), una nota (- N O), una carta personal

(= CA), o un documento gráfico ( FA). "EXP." es el número de
)S
expediente en el Archivo.
l~
1. PALEOGRAFÍAS (y¡o textos en Náhuatl) :
.

" Exp. Autor/Titulo Gen. Fecha Pp. Reg.

223 Garibay NO 45-00..00 4­ 10


"Inscripción de Tzinacantepec"
t· 223 Garibay NO s-f 1 23
f "Timal icuic"
e 241 Garibay BO ~f 1 90
e " ... (Sah. lib. IV¡Ms. R. P. f. 189v. y ss.)"
s 241 Garibay NO s·f 5 93
.­ " ... miquicyatoc. id ¡ tetzonoitec" (manuscrito)
241 Garibay NO sf 9 96
"(Sah. AC. 158r.)"
250 Garibay NO s-f 9 113
'Nican ompehua In motenehua Melahuac
cuicatl. .. "
Al
188 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Reg. Exp.A

271 Anónimo/Garibay BO s-f 36 145 316 Sahagún


"Romances de los Señores de la Nueva "Plantas. Textos de
Esparña" gún (Ms. Ac. f.
275 Pomar, Juan de - Garibay BO s-f 89 148 334 Garibay
"Romances de los Señores de la Nueva Es­ "Tlacamecayo amatl
paña" (texto final) 335 Anónimo/Garil
"Manuscrito de Mo
286 Sahagún/Garibay NO
s-f 2 164
335 AnónimojGaril
"Agüeros. Pal. f. 85r."
"Xochicuicatl cuecu

290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 5 173
337 SahagúnjGarib

"Metales (cap. 22)"

"Hijo pródigo" (2

290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 5 174
1833)
"Sah. col. 2 (f. 321r)"

337 SahagúnjGarib
290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 3 175 "Culto a los dioses.
"Arte gemario (Ms. Ac. f. 45v.)"

y ss."
290 Sahagún
BO
s-f 6 176 337 Sahagún/Garib
"Orfebrería (Ms. Ac. f. 44v.)"
"Insignias de los te:
290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 10 177 ed. 1949)
"Amanteca intlatollo" (Ms. Ac. f. 46v.)
338 Anónimo/Garil:
290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 13 178 "2-Texto Náhuatl"
"Atavíos de los dioses" (Ms. Pal. 261r. ss.)"
389 Anónimo/Garil:
290 Sahagún/Garibay
BO
s-f 68 179 "Manuscrito núm. 6
"Plantas y árboles (Ms. Ac. f. 200r.)"
395 Garibay
309 Sahagún/Garibay
BO
s-f 54 205 'Ms. 1576" (nota ro
"Mitos y ritos" (R. Pa!' f. 132v.)
66 Olmos, Fr. And
310 Sahagún/Garibay
BO
s-f 78 206 "Tratado sobre hec
"Botánica"
(fotografías )
313 Sahagún/Garibay
BO
s-f 82 209 66 An6nimo
"Botánica"
'Credo deo patre
fotografías)
314 Sahagún/Garibay
BO
62-00-00 16 210
97 Garibay
"Enfermedades y remedios" (Ac. f. 69r.)

"Salemo in izazanil'
314 Sahagún/Garibay
BO
s-f 5 211 101 Anónimo/Garil
"Cortesía" (Ac. f. 70r.)
"Anales de Cuauhul
315 Anónimo/Garibay
NO
s-f 1 214 malpopoca"

"Huexotzincayotl" (Cant. Mex. f. 6v.)


110 Anónimo/Gari
315 Anónimo/Garibay
NO
s-f 218 "Cantares cristiano
"Cantares mexicanos f. 62" (seis renglones)
de México"

ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 189

~g. Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Reg.

45 316 Sahagún NO s-f 11 236


"Plantas. Textos de los infonnantes de Saha­
gún (Ms. Ac. f. 201)"
48 334 Garibay NO s-f 8 268
"Tlacamecayo amad"
335 AnónimojGaribay NO s-f 6 272
64 "Manuscrito de Mons. Lunardi"
335 AnónimojGaribay NO s-f 3 277
73 "Xochicuicatl cuecuechdi"
337 SahagúnjGaribay NO s-f 2 298
74 "Hijo pródigo" (2 textos. Bagster Londres,
1833)
75 337 SahagúnjGaribay BO s-f 17 300
"Culto a los dioses. Doc. Sah. Ms. 3. 254v.
y ss."
76
337 SahagúnjGaribay NO 51-00-00 7 302
"Insignias de los tetecutin" (Ms. Ac. f. 68r.
n ed. 1949)
338 An6nimojGaribay NO s-f 1 309
78
"2-Texto Náhuatl"
389 An6nimojGaribay BO s-f 14 394
79 "Manuscrito núm. 6"
395 Garibay NO s-f 1 442
05 'Ms. 1576" (nota manuscrita)
66 Olmos, Fr. Andrés BO s-f 21 960
06 "Tratado sobre hechicería y supersticiones"
(fotografías )
09 66 Anónimo BO s-f 3 961
'Credo deo patre filis espiritu santo" (ms.
10 fotografías)
97 Garibay NO s-f 1 1085
"Salemo in izazanil"
11
101 AnónimojGaribay BO 45-00-00 17 1100
"Anales de Cuauhutitlan y ( ... ) Códice Chi­
14 malpopoca"
110 AnónimojGaribay NO s-f 1 1162
18 "Cantares cristianos del Ms. de la Bib. N.
de México"
ARCHIVO
190 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. Autor/Tlt
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Reg.
172 Anónimo/Garibay
110 An6nimo/Garibay NO s-f 14 1163 "Un poema sobre el sentid(
"Manuscritos de Tepepulco. Pal." (fs. 283 y f. 35 r.*CM)
-301 ) 177 Olmos Fr. A./Gariba~
113 An6nimo/Garibay BO s-f 9 1171 "Huehuetlatolli. Ms. de Fr.
"Romanses de los señores de la Nueba España" 177 Olmos Fr. A./Gariba
(sic) (Ms. de García, G.) "Huehuetlatolli. Ms. de Fr.
115 An6nimo/Garibay NO s-f 8 1178 177 Olmos (?) /Garibay
"Cantares Mexicanos. f. 7v. ss." (*CM) "Huehuetlatolli. Documenb
115 An6nimo/Garibay BO s-f 1 1180 188 Anónimo/Garibay
"Cantares Mexicano. f. 62r." (*CM) "Documento 'Carrillo y Gl
117 An6nimo/Garibay BO s-f 1 1192 182 Olmos, Andrés Fr./G
"Poema de Yohyontzin" (f. 64v. y f. 68r.) "Tratado de las hechicería
154 An6nimo BO s-f 12 1246 187 Garibay
"Documento de Santa María Flaitaya" "Antología de textos en Ni
155 García, Sebastián/Garibay BO s-f. 40 1247 192 Garibay
"Ordenanza de un Hospital de indios y de su "Zoología de la documen
cofradía" Sahagún"
156 Garibay NO s-f 2 1251 199 Garibay
"7/32 Yecoc xochitl! Man nequimilolo, man "Tonac. Zan no ... "
necuiltonolo" 199 Garibay
163 An6nimo/Garibay BO 43.06-11 22 1265 (lista de palabras Nahuas~
"Huehuetlatolli de la Biblioteca Nal. de 204 McAfee, B.
México" "Quequa pitzoy nuaambe:
163 Garibay BO 61-05-22 17 1266 (C6dice Huichapan)
"Paleografía del Huehuetlatolli de la B. N. 204 Alba IxtlixochitI, B.
de México" "Auto sacramental de D. I
165 Anónimo/Garibay BO s-f 4 1273 ESP
"Himnos litúrgicos" (Sahagún, primeros me- "Sellos qvarto, vn qvartil
moriales, f. 48 Y ss.) y 63"
170 Alameda, Fray Juan de TO s-f 2 1300 ESP Nolasco, Pedro
"Aztec proclamation 1554 at Huexotcingo" "Sello qvarto, vn qvartill
(1554, fotografías) y (83)"
172 Sahagún/Garibay NO s-f 3 1318
"El hombre ante Dios"
172 Sahagún/Garibay NO s-f 1319 Alguien podrá critica
"Destino del hombre" rece excesiva e innecesal
172 Sahagún/Garibay NO g....f 3 1321 crítico debo responderle:
"Cód. Flor. Lib. IV pal/78" mite significación a un tj
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 191

:eg. Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem

172 An6nimojGaribay NO s-f 1 1322


163
"Un poema sobre el sentido de la vida" (f. 5
Y f. 35 r.*CM)
177 Olmos Fr. A.jGaribay BO 55-01·06 18 1355
171
"Huehuetlatolli. Ms. de Fr. Andrés de Olmos"
177 Olmos Fr. A.jGaribay BO s·f 4 1356
"Huehuetlatolli. Ms. de Fr. Andrés de Olmos"
178 177 Olmos (?) jGaribay BO s-f 5 1357
"HuehuetlatoIli. Documento B."
180 188 An6nimojGaribay TO 47·00-00 15 1360
"Documento 'Carrillo y Gariel'"
192 182 Olmos, Andrés Fr.jGaribay BO 49-04·00 50 1365
"Tratado de las hechicerías y abusiones"
!46 187 Garibay BO 39-00-00 50 1372
"Antología de textos en Náhuatl"
:47 192 Garibay BO 49-06-17 19 1382
"Zoología de la documentación Náhuatl de
Sahagún"
~51
199 Garibay NO s-f 1 1396
"Tonac. Zan no ... "
199 Garibay NO s-f 11 1399
65 (lista de palabras Nahuas)
204 McAfee, B. NO s-f 2 1440
"Quequa pitzoy nuaambelto anvixuy ... "
66
(C6dice Huichapan)
204 Alba Ixtlixochitl, B. BO 49-00-00 20 1442
"Auto sacramental de D. Pedro Calderón ... "
73
ESP CA xvm 2 1634
"Sellos qvarto, vn qvartillo años de (1762)
Y 63"
00 ESP Nolasco, Pedro CA XVIII 3 1695
"Sello qvarto, vn qvartillo, años de ( 1782)
Y (83)"
18

19 Alguien podrá criticar la presentación de una bibliografía que pa­


rece excesiva e innecesariamente fragmentada. Pues bien, al presunto
crítico debo responderle: el Archivo Garibay es un contexto que trans­
mite significación a un texto~ por ejemplo, hay fragmentos que se repi.
n
ARCHIV
192 ALBERTO HERR soLÉ

ten, hecho que implica versiones o citas que Garibay tuvo que efectuar; Exp. Autor/
problemas o soluciones.
No puedo comentar algunas de estas referencias por no entretener 315 Garibay
la marcha aún pendiente. Destacan aquí, documentos de los siglos XVII "Cant posth.-2"
y XVIII, diversos en aportaciones informativas: el "qvartillo" de Pedro 315 Anónimo/Garibay
Nolasco, y un documento en náhuatl de la región de Honduras: "Ma­ "Icuic don Remando d,
nuscrito de Monseñor Lunardi" un testimonio para el litigio de tierras. 50r.)
315 Anónimo/Garibay
"Poemas de evocación d
2. Estas son las traducciones acompañadas de paleografías: tos" (CM. f. 17v.)
330 Garibay
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item "Saga de Iztac tototl"
331 Garibay
240 Garibay y McAfee, R. BO 57-00-00 42 86 "Poema de Cuacuahtzh
"Libro VII de Sahagún" 335 Garibay
242 Garibay NO 57-00-00 1 100 "Castillo y Piña" (pror
"Texto de Chimalpain" 335 Garíbay
242 SahagúD /Garibay BO 57-00-00 2 101 ''Documento del Exmo
"Documentos del Pal. 268r." 335 Manso y Zúñiga,
252 Garibay NO s-f 116 "Confesionario mayor
"15 reglas" mexicana ( ... ) y (
259 Garibay NO s-f 11 127 335 Garibay
"Tlapapal Cuextecayotl" (CM. f. 36) "Vivir aquí y evocacíé
263 Garibay NO s-f 139 132 337 Garibay
"Poemas de Tlaxcala y Ruexotzingo de los "Anales de Tecamach;;
C. M." 387 Garibay
265 Garibay NO s-f 53 133 "Nahuatlatol Nemach
"Materiales para la poesía indígena posterior 389 Ruiz de Alarcón,
a la conquista ... " "Tratado de las super
266 Garibay NO s-f 27 140 389 Anónimo/Gariba·
"Texto acerca de Quetzalcoatl" "Anales de Tecamacl
282 Pomar, Juan de - Garibay BO 61-00-00 28 157 de Tenochtitlan")
"Romance de los Señores de la Nueva 392 Garibay
España" "Cocoliztli" (f. 163r.)
283 Pomar, Juan de - Garíbay BO 61-00-00 28 158 393 Garibay
"Romance de los Señores... ESTUDIO" "Códice de Metepec'
286 Sahagún/Garibay NO s-f 12 163 393 Garibay
"Muerte. Sahagún, Academia f. 84" "Chimalpain. Textos
307 Sahagún/Garibay BO s-f 15 203 395 AnónimojGarir
"Proverbios" (fichas) "Documento Alamec
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIllAY K. 193

tuar;
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

tener 315 Garibay NO


s-f 8 216

XVII
"Cant posth.-2"
ledro 315 Anónimo/Garibay NO
s-f 12 217

'Ma­ "Icuic don Remando de Guzmán" (CM. f.


:rras. 50r.)
315 Anónimo/Garibay NO s-f 5 220

"Poemas de evocación de los guerreros muer­


tos" (CM. f. 17v.)
330 Garibay NO s-f
32 256

Item "Saga de Iztac tototl"


331 Garibay NO s-f
2 265

86
"Poema de Cuacuahtzin"
335 Garibay NO 47-00-00
4 271

100
"Castillo y Piña" (probable 1650)
335 Garibay NO 44-00-00
14 275

101
"Documento del Exmo. Sr. Lunardi"
335 Manso y Zúñiga, F. y de Alua. B/G NO s-f
4 276

116
"Confesionario mayor y menor en lengua
mexicana ( ... ) y contra supersticiones
127
335 Garibay NO s-f
4 278

"Vivir aquí y evocación" (2 poemas)


132
337 Garibay BO s-f
7 299

"Anales de Tecamachalco"
387 Garibay BO s-f
100 390

133
"Nahuatlatol Nemachtilamatl"
389 Ruiz de Alarcón, Br./Garibay BO 54-00-00
40 392

"Tratado de las supersticiones"


140
389 Anónimo / Garibay BO s-f
34 393

"Anales de Tecamachalco" ("La conquista


157
de Tenochtitlan")
392 Garibay NO
48-00-00
46 418

"Cocoliztli" (f. 163r.) /Plantas medicinales


158
393 Garibay BO
44-00-00
43 421

"Códice de Metepec"
163
393 Garibay NO
s-f
4 429

"Chimalpain. Textos referentes a Otumba"


203
395 Anónimo/Garibay NO
s-f
94 34

"Documento Alameda (1554)"


194 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVt

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/1

395 Garibay NO s-f 6 440 115 AnónimojGaribay


"1 Ayotl ihua Cuauhlti (Sullj1)" "Cantares Mexicanos. Me
395 AnónimojGaribay NO s-f 64 15 CM)
"El viaje de los muertos" 115 AnónimojGaribay
398 SahagúnjGaribay BO s-f 62 457 "Cantares Mexicanos. Ce
"Manuscritos de la Academia f. 82 R" (CM)
399 AnónimojGaribay NO s-f 3 459 115 AnónimojGaribay
"Cantos Nahuas del siglo XVI (CM f. 43)" "Cantares Mexicanos f.
401 AnónimojGaribay NO s-f 5 472 115 AnónimojGaribay
"Manuscrito Lunardi" "Nezahualcoyotl icuicayo
53 Anónimo BO 63-02-00 11 867 23)
"Anónimo Mexicano" (relación de los pri­ 116 Anónimo jGaribay
meros mexioanos en Tenochtitlan) "Cantares lvIexicanos. f.
57 SahagúnjGaribay BO s-f 6 890 (CM)
"Ms. del fondo infonnativo de fr. Bernardino 116 Anónimo jGaribay
de Sahagún ... " "Cantares Mexicanos. f.
57 Garibay jSahagún BO 53-01-00 3 891 116 AnónimojGaribay
"Calendario Mágico" (Ms. Pal. f. 184r. ed. "Cantares Mexicanos. TI
p. 269) (CM)
107 AnónimojGaribay BO s-f 25 1157 116 AnónimojGaribay
"Cantos de Tlaxcala". ("Boturini 3") (ms.) "Cantares Mexicanos. f.
110 Anónimo j Gariba y BO s-f 1 1161 116 Anónimo jGaribay
"Ms. de 1528 Documento [" (Ms. 22 B "Cantares Mexicanos. f. !
de la Bi. N. de París) 117 AnónimojGaribay
112 AnónimojGaribay BO s-f 3 1168 "Cantares Mexicanos. le
"Tercera Sección" (la tr. de los poemas de 14" (CM)
CM poemas de Huexotzinco) 117 AnónimojGaribay
112 AnónimojGaribay BO 64-00-00 93 1169 "Cantares Mexicanos. f.
"Tercera Sección" (poemas de los CM, (CM)
traduc. y paleografía) 117 AnónimojGaribay
113 AnónimojGaribay BO s-f 2 1170 "Cahcuahtzinj7" (f. 26 ,
"Cant. Mex. f. 19 Rj2" 117 AnónimojGaribay
113 AnónimojGaribay BO s-f 132 1172 "Cantares lvfexicanos. f. (
"Romanses de los Señores de la Nueba Es­ 117 AnónimojGaribay
paña" (sic) "Cantares :Mexicanos. f. j
115 AnónimojGaribay BO 58-10-10 14 1174· 117 Anónimo jGaribay
"Cantares Mexicanos" f. 16, 17, 18 (CM) "Yaocuicatl" (f. 65 Y 66
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 195

-
,em
¡.ro
Exp. Autor/Título

115 Anónimo jGaribay .


"Cantares Mexicanos. Mexicayotl" (f. 37, 62,
Gen. Fecha

BO 59-03-25
Pp.

8
11cm

1175

'44­ 15 CM)
115 AnónimojGaribay BO s-f 10 1176
t57 "Cantares Mexicanos. Cozcacuicatl" (f. 37v.
(CM)
f59 115 AnónimojGaribay BO s-f 1179
"Cantares Mexicanos f. 61, 27 ss." (CM)
:72 115 Anónimo jGaribay BO 57-09-25 4 1181
"Nezahua1coyotl icuicayo" (Romanses. 19v.
67 23)
116 AnónimojGaribay BO 56-12-03 . 4 1182
"Cantares Mexicanos. f. 9r." '(l~3j3)'
90 (CM)
116 Anónimo jGaribay BO s-f 4 1183
"Cantares Mexicanos. f. 21r." (CM)
91 116 Anónimo jGaribay BO s-f 5 1184
"Cantares Mexicanos. Triple alianza. f. 21"
(CM)
57 116 Anónimo j Garibay BO 56-10-26 37 1185
"Cantares :Mexicanos. f. 23, 24, 25" (CM)
51 116 Anónimo / Garibay BO s-f 10 1186
"Cantares Mexicanos. f. 9, 10" (CM)
117 Anónimo jGaribay BO s-f 29 1187
58 "Cantares Mexicanos. Icnocuicatl. f. 12 a
14" (CM)
117 Anónimo jGaribay BO s-f 5 1188
59 "Cantares Mexicanos. f. 52v. lin 18 ss."
(CM)
117 Anónimo j Garibay BO s-f 1 1189
/O "Cahcuahtzinj7" (f. 26 v-6)
117 Anónimo jGaribay BO s-f 1 1190
'2 "Cantares lvIexicanos. f. 61r y v" (CM)
117 Anónimo / Garibay BO s-f 2 1191
"Cantares Mexicanos. f. 62r y s. (n. 6)"
4 117 Anónimo jGaribay BO 56·08-25 12 1193
"Yaocuicatl" (f. 65 Y 66. CM)
196 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem, Exp.,

117 Anónimo/Garibay BO s-f 2 1194 172 AnónimojGar¡


"Occe Yaotlatocuicatl. Cantares Mexicanos. "Textos religioso-fi
f. 66" (CM) (CM)
117 Anónimo/Garibay BO s-f 7 1196 175 Garibay
"Melahuac xopan cuicatl. f. 68v. y 69" "Huehueüatolli" (d
(CM) 177 Anónimo / Gari
117 Anónimo/Garibay BO s-f 14 1197 "Huehuetlatolli. Te
"Chichimecayotl. f. 69v. a 71r." (CM) 1901"
117 Anónimo/Garibay BO 56-05-24 4 1198 204 Garibay
"Tlalpan temoc in xochitl. f. 68v." (fI. 69 "Lo que dijo Cuauj
Y 70. CM) 204 Boturini, L/G,
118 Garibay NO 36-10-00 125 1199 "Foja 2/b: 6a capí
"Analítica de los Cantares Mexicanos". noyoliol za tiyan
(Cant. ano XXVIII, 18-25) (CM) 208 SahagúnjGarib
119 Garibay NO 36-10-00 139 1200 "Brujos y brujería"
"Analítica de los Cantares Mexicanos".
('Cant. ano XXVII, 28-33' CM) 3. Traducciones:
143 Anónimo/Garibay BO s-f 7 1202
"Chalcalyotl. Xochicuicatl f. 61 r." (CM) 165 Anónimo/Garib
143 Anónimo/Garibay BO 51-08-11 13 1203 "Himnos litúrgicos"
"Chalcayotl Xochicuicatl. (f. 33r., v. CM)" 115 Anónimo/Garib
143 Anónimo/Garibay NO 45-10-17 15 1204­ "Himnos rituales" I
"Tetlepanquentzanitzin icuic" (notas explica- ff. 273-81)
tivas) 114 Anónimo/Garib,
143 Anónimo/Garibay BO s-f 39 1205 "Cantares Mexicanos.
"Poemas de Chalco. Sección 2da. Xochicui­ de. ," (CM)
catl" (f. 33v. *CM) 204 Garibay
143 AnónimojGaribay NO s-f 53 1206 "Tamoanchan" (Sah~
"Cantares mexicanos (f. 31v. 13-27)" (CM) 97 Garibay
170 Sahagún j Garibay NO 40-00-00 7 1299 "El culto a la lluvia"
"Primeros memoriales" 401 Anónimo/Garib,
172 Anónimo/Garibay NO s-f 1311 "Manuscritos de la 1
"Cantares Mexicanos. f. lOr." (CM) (14269) "
172 Sahagún/Garibay NO s-f 3 1312 152 García, Sebasti~
"Cód. Flor. Lib. VI vers." "Ordenanza de un J
172 Anónimo /Garibay NO s-f 3 1314 su cofradía"
"Textos de Canto Mex. acerca del hombre 337 Sahagún/Garibz
ante Dios" "m Arte Plumaria"
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 197

'/cm, Exp. Autor/TítulQ Gen. Fecha Pp. [tem

194 172 Anónimo f Garibay NO s-f 12 1323


"Textos religioso-filosóficos de Canto Mex."
(CM)
196 175 Garibay BO s-f 23 1351
"Huehuedatollí" (de Fr. Juan Bautista, 1599)
177 Anónimo /Garibay BO 40-00-00 22 1358
[97 "Huehuetlatolli. Texto de la ed. de Peñafiel,
1901"
198 204 Garibay NO s-f 2 1432
"Lo que dijo Cuaujtemoc a Cortés" (sic)
204 Boturini, L/Garibay NO s-f 2 1434
199 "Foja 2/b: 6a capítulo -Mach titlaneltoca
noyoliol za tiyanemiz ... "
208 SahagúnfGaribay BO s-f 12 1491
!OO "Brujos y brujería" (Ms. de la Academia)

3. Traducciones:
02
165 Anónimo/Garibay NO 3&-11-12 20 1274
03 "Himnos litúrgicos"
115 Anónimo /Garibay BO 37-03-05 13 1177
04 "Himnos rituales" (Ms. del Real Palacio
ff. 273-81)
114 Anónimo/Garibay BO 37-10-27 223 1173
05 "Cantares Mexicanos. Versión literal del Ms.
de .. ," (CM)
204 Garibay NO 38-00-00 2 1429
D6 "Tamoanchan" (Sahagún 1938)
97 Garibay NO 40-02-21 1 1083
~ "El culto a la lluvia"
401 Anónimo/Garibay HO 43-05--00 61 470
11 "Manuscritos de la Biblioteca Bancroft
(14269) "
12 152 García, Sebastián/Garibay BO 47-00-00 23 1236
"Ordenanza de un hospital de indios y de
:4 su cofradía"
337 Sahagún/Garibay/McAfee BO 50-00-00 15 304
"IIl Arte Plumaria"
ARCHIVO E
198 ALBERTO HERR soLÉ

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/Tílu

223 McAfee, B.
110 Anónimo/Garibay BO 53-00-00 38 1160
"Poemas Nahuas contempor
"Cantares Mexicanos"
223 Anónimo/Garibay
239 Garibay y McAfee, R. BO 54-00-00 9 82
"Poemas cortos de los canta
"Adagios de los manuscritos del palacio real
223 Garibay
de Madrid"
"Chaloadhuatl"
239 Garibay y McAfee, R. BO 54-00-00 26 83
223 Anónimo/Garibay
"Libro de los agüeros de los Ms. del Palacio
"Cantares ... (f. 55r.) [In
Real de Madrid"
223 Garibay
337 Anónimo/Garibay BO 56-00-00 19 303
"Tiempo segundo"
"Anales de Tlatelolco" ("Relatos de la
223 Garibay
conquista")
"Versión xIX-Curandera"
172 Zantwijk, Rudolf A. CA 56-06-15 2 1332
223 Garibay
(Informa sobre la traducción de un libro
"Tlapapal cuextecayotl" (f
en honlandés)
223 Garibay
54 Garibay NO 56-12-00 22 874
"Reconstrucción probable '
"Cap. 32. L148R." (t radUCClon
., m·anuscrlta
. )
tzalcoatl (Ms. de Cual
241 Garibay NO 60-00-00 1 94
228 Garibay
"Visión de los vencidos" (traducción al ná­
" . .. quequa pitzoy nUaII
huatl)
233 Garibay
60 Garibay NO 60-05-00 3 921
"Sahagún. Suplemento Mi
"Fórmulas primarias de la doctrina" (traduc.
244 Garibay
al náhuatl)
"Personas, animales y cos;
273 Pomar, Juan - Garibay BO 61...QO-OO 83 147
Nahuas" (fichas)
"Romances de los Señores de la Nueva Es­
277 Garibay
paña"
"Notas explicativas a los
198 Anónimo/Garibay NO 61-01-08 1 1391
279 Pomar, Juan de/Gal
"301 R. Esta 13a. se llama 1 lagarto ... "
"Relación de Juan de p(
(ms.)
280 Garibay
198 An6nimo/Garibay NO 61-01-25 1390
"Opúsculo acerca< de las
"Esta 13na. no dias buenos. Se decía signos
(Códice Badiano)"
feroces"
311 Sahagún/Garibay
276 Garibay BO 63-00-00 57 149
"Introducción notas y apéndices a los 'Ro­ "Botánica"
m·a,nces ... ' " 312 Sahagún/Garibay
"Botánica"
112 Garíbay BO 64-00-00 9 1166
"Cantares Mexicanos. Historia y descrip­ 315 Garibay
ción del Ms. de ... " (CM) "Cantares mexicanos. 2~
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 199

ltem Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

1160 223 McMee, B. NO s-f 2 14


"Poemas Nahuas contemporáneos"
82 223 Anónimo/Garibay NO s-f 6 15
"Poemas cortos de los cantares mexicanos"
223 Garibay NO s-f 1 16
83 "Chaloacíhuatl"
223 Anónimo/Garibay NO s-f 1 17
"Cantares ... (f. 55r.) [In teotatl ... ]"
303 223 Garibay NO s-f 1 25
"Tiempo segundo"
223 Garibay NO s-f 1 26
1332 "Versión xIX-Curandera"
223 Garibay NO s-f 15 30
"Tlapapal cuextecayotl" (f. 36r.)
874 223 Garibay NO s-f 15 31
"Reconstrucción probable del poema de Que~
94 tzalcoatl (Ms. de Cuautitlan)"
228 Garibay NO s~f 12 43
" . .. quequa pitzoy nuambetto anvixuy ... "
921 233 Garibay NO s-f 1 61
"Sahagún. Suplemento MictIan 3"
244 Garibay NO s-f 65 106
147 "Personas, animales y cosas. Sustantivos
Nahuas" (fichas)
277 Garibay BO s-f 65 150
1391 "Notas explicativas a los poemas de Pomar"
279 Pomar, Juan de/Garibay BO s~f 80 152
"Relación de Juan de Pomar"
1390 280 Garibay BO s-f 56 153
"Opúsculo acerC8! de las hierbas medicinales
(eódice Badiano)"
149 311 Sahagún/Garibay BO s-f 87 207
"Botánica"
312 Sahagún/Garibay BO s-f 85 208
.166 "Botánica"
315 Garibay NO s-f 1 215
"Cantares mexicanos. 29/2 (f. Ur.)"
200 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ¡tem EXJ

335 AnónimojGaribay NO s-f 3 273 175 Olmos, Fr.


"Título de tierras" "Plática de los v:
336 Garibay NO s-f 3 294 175 Juan Bautis
"Por los de Matlazineo" "Plática al joven<
150 Garibay NO s-f 54 1234 176 Garibay
"Fichas de DIFRASISMOS" "Huehuetlatolli. T
156 Garibay BO s-f 2 1249 203 Garibay
"Épica. Soles" (Ms. de Cuauh. 16 p. 2) "Acocozazalic (fie:
156 Garibay NO s-f 3 1252 204 Garibay
"Náhuatl. Estilística. Difrasismos" "Complementos"
163 AnónimojGaribay BO s-f 3 1267 204 Garibay
"Huehuetlatolli (Ms. de la B.N. ut in introd.)" "Señor 1falinche,
163 AnónimojGaribay BO s-f 2 1268 estaba obligado
"Huehuetlatollí. (Primera. plática en el Ms. 204 Gariroy
de la B.N.... )" "Náhuatl. Frases n
168 Garibay BO s-f 28 1283 206 Garibay
"Versión muy literal de los trozos clásicos de "37j2. .. Te envie
mi Llave del Náhuatl" 2 la Sra. 2" (~
170 Garíbay NO s-f 1 1291
"Canto de las mujeres de Chalco" 4. Estos son los te!
170 Garibay NO s-f 4 1296 Códices:
" ... akmo ayoema ( ... ) EClljlljp.
735" (Ms.) 173 Dibble, Charle
172 AnónimojOlmosjGaribay NO s-f 1313 "The page arder 01
"¿ Es aeaso verdad que se vive en la tierra? Congreso americ
(Olmos Ms. f. 116r.)" 399 Garibay
172 SahagúnjLeón-Portilla NO s-f 2 1315 "Códice Borgia (PI.
"Del libro sexto de la Historia de Sahagún ... 336 Garibay
el libre albedrío" "Notas sobre el Cód
J72 SahagúnjLeón-Portilla NO s-f 1316 336 Garibay
"Del libro VI. Atributos de Dios" "Notas sobre el CÓl
172 SahagúnjLeón-Portilla NO s-f 1317 380 Garibay
"Del libro VI. El hombre ante Dios" Códice Borgia
172 SahagúnjGaribay NO s-f 2 1320 380 Garibay
"Xiuhtecutli" (Cód. Flor. f. 7Iv s. Lib. VI, "Notas sobre el a
aap. 17) Esteban Borgia)
172 SahagúnjGaribay NO s-f 2 1333 20 Garibay
"Lib. IV/r" "Hito al pasado" (
ARCHIVO DE ÁNGEL ~IARÍA GARIBAY K. 201

'tem Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

273 175 Olmos, Fr. A./Garibay BO s-f 10 1352


"Plática de los viejos"
294 175 Juan Bautista/Garibay BO s--f 9 1353
"Plática al jovencito" (Juan Btpa f.23r.)
234 176 Garibay BO s-f 20 1354
"Huehuetlatolli. Texto versión y notas." (ms.)
203 Garibay NO s-f 6 1423
"Acocozazalic (fichas de palabras nahuas)"
152 204 Garibay NO s-f 2 1425
"Complementos" (Ms. palabras)
!67 204 Garibay NO s-f 2 1430
"Señor Malinche, he cumplido con lo que
!68 estaba obligado ... "
204 Garibary NO s-f 1 1437
"NáhuatL Frases metafóricas"
:83 206 Garibay NO s-f 2 1447
"37/2. .. Te envió acá tu m. tu p., el Sr.
2 la Sra. 2" (Ms.)
91
4. Estos son los textos relacionados con la lectura e interpretación de los
96 Códices:

173 Dibble, Charles HO 47-00-00 3 1341


13 "The page order of the Codex Xolotl" (28
Congreso americanista)
399 Garibay NO 60-00-00 4 467
15 ('Códice Borgia (PI. 33 Y 49)"
336 Garibay NO s-f 4 286
"Notas sobre el Códic:e Aubin"
[6 336 Garibay NO s-f 13 287
"Notas sobre el Códice Sierra"
380 Garibay NO s-f 1 372
Códice Borgia
!O 380 Garibay NO s-f 1 373
"Notas sobre el autor (Lino Fábregas y
Esteban Borgia)
13 20 Garibay HO s-f 4 643
"Hito al pasado" (documento maya)
202 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIV

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem Exp. AutoT/:l

20 Garibay HO s-f 4 645 399 AnónimojGaribay


"Presunciones" (documento maya ib.) "Creación del Quinto &1
20 Garibay HO s-f 3 646 399 Garibay
"Sugerencias" (documento maya ib.) "Tlaloc"
43 Garibay HO s-f 3 802 399 Anónimo/Garibay
"Doble triunfo" (Códice Bodley) "Canto de Cuacuatzin. f
47 Garibay HO sf 3 837 48 Garibay
"Pueblos con Historia" (Códice Bodley), "Resonancias" (crítica a
Caso, Alfonso Schultze Jena)
63 Garibay HO s-f 3 952 108 Anónimo/Garibay
"Títulos de nobleza" (Ediciones modernas "Cantares Mexicanos" (:
de los Códices) 109 Garibay
337 Sahagún/Garibay EO s-f 2 297 "Notas preparatorias de
"Capítulo 11: de los afectos ( ... ) a los xicanos"
dioses" (Ms. Pal. 27Ov.) 111 Garibay
337 Sahagún/Garibay NO s-f 8 301 "Comentario Lingüístico
"Fiestas del año" (Ms. de Tepepulco) Cantares Mexicanos"
337 Sahagún/Garibay EO s-f 4 305 112 Garibay
HU GematÍstica" "Introducción general .2
337 Sahagún/Garibay EO s-f 6 306 xicanos"
"(6) . .. orf." (Orfebrería. Adiciones al 112 Garibay
Libro IX) "Segunda Sección" (df
338 Garibay EO s-f 6 307 de Chalco f. 31v.)
"Transcripción paleográfica de la versión de 79 Garibay
Chimalpopoca G." "Ecos renacentistas" (C~
321 Garibay NO s-f 1 321 81 Garibay
"Versión al Náhuatl del poema de m/31 "Médicos de antaño" (
325." (Ms.) 208 Anónimo
389 Anónimo IGaribay EO s-f 1 395 "L' H ymne de teteu
"Anales Tecpanecas" L'arf: Précolombien)
390 Garibay NO s-f 1 410 208 Anónimo
"Canto de Macuil Xochitl" "Chant D'uitzilopochtli
391 Garibay NO s-f 1 415 lombien)
"Títulos: Xinantecatl. .. " Garibay
395 SahagúnjGaribay EO s-f 15 448 "Cotejo con Plinio (del
"Ms. de la Academia de Madrid, f. 146r" 399 Anónimo
(partes del cuerpo) Foto: Tlaltecutli en la I
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARlBAY K. 203

ftem Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

645 399 AnónimojGaribay NO s-f 1 462


"Creación del Quinto Sol"
646 399 Garibay NO s-f 1 463
"Tlaloc"
802 399 AnónimojGaribay NO s-f 1 464
"Canto de Cuacuatzin. f. 26 y 49"
837 48 Garibay HO s-f 3 843
"Resonancias" (crítica a los "Cantares ... "
Schultze .Tena)
108 AnónimojGaribay BO s-f 54 1158
"Cantares Mexicanos" (Segunda versión)
109 Garibay BO s-f 6 1159
297 "Notas preparatorias de los Cantares Me­
xicanos"
111 Garibay NO s-f 228 1164
~01 "Comentario Lingüístico y execegético de los
Cantares Mexicanos"
105 112 Garibay BO s-f 59 1165
"Introducción general a los Oantares Me­
xicanos"
112 Garibay BO s-f 1 1167
"Segunda Sección" (de los CM) poemas
i07 de Chaleo f. 31v.)
79 Garibay HO s-f 3 984
"Ecos renacentistas" (Códice Badiano)
121 81 Garibay HO s-f 3 1013
"Médicos de antaño" (Códice Badiano)
208 Anónimo BO s-f 1 1491
95 "L' Hymne de teteu ynah" (tomado de
L'art Précolombien)
iO 208 Anónimo BO s-f 1 1492
"Chant D'uitzilopochtIi" (de L'art Préco­
15 lombien)
Garibay NO s-f 1154-280
l8 "Cotejo con Plinio (del Códice Badiano) "
399 Anónimo FA s-f 1 465
Foto: Tlaltecutli en la base de Coatlicue
204 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVO

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/Tí

241 Valdez/Garibay HO 60-00-00 21 87 18 Garibay


"Glifos de los arcos de Otumba" "Toponimias"
393 Garibay /Solís M., Raúl NO 59-00-00 7 421 9 Garibay
"Petroglifos de y,autepec" "Necaxa"
164 Garibay NO 5&-00-00 4 1271 35 Garíbay
"Historia de la Interpretación" (de los glí­ "Mitos negros" (etimologí,
fos mayas: Knorozov) "Lava")
173 Martínez Paredez, D. FA 59-07-00 1338 50 Garibay
"Códice Mendoza.-Fundación de México­ "Zacula" ( toponimios)
Tenochtitlan" 60 Garibay
83 Garibay HO s-f 3 1030 "ECR. 2/79" (ms.)
"Ajeno y propio" (Dibble y Anderson Códice 63 Garibay
Florentino) "Toponimias"
72 Garibay
VOCABULARIO de las p
5. Éstos son los textos referidos a topónimos y palabras nahuas: náhuatl que usa Saha~
97 Garibay
227 Garibay NO s-f 10 37 "Topónimos" (solicitados I
"Nombre de animales mexicanos" (fichas) 170 Garibay
230 Garibay NO s-í 59 47 "Tenixtepec"
TOPONIMIOS (fichas) 208 Garibay
241 s/a NO s-í 88 "Los tzompanteteuctin de (
"Zoyatzingo" (etimología) les de Cuauhtitlan)
261 Garibay NO s-í 15 129
"Lexicografía" (fichas)
317 Garibay BO s-f 24 237 6. Ensayos, artículos y not
"Glosario de voces Nahuas" (de la "Historia
de la Literatura ... ") 242 Garibay/Molera, E..
386 Garibay NO s-f 608 388 "Arqueología. (resumen se
"Palabras derivadas del Nh. a otras lenguas" Sol) "
(fichas) 213 Reed, Alma
399 Garibay NO s·f 458 "Aztee dreams, ideas pa
"Especies biológicas mencionadas en el Mich­ other civilizations"
cuicatl (CMf. 43)" 213 Carmona, J.
5 Garibay HO s-f 3 540 "El centro histórico de TI
"Por una L" (topónimos) 189 Garibay
7 Garibay HO s-í 3 589 "Manuscritos en Náhuatl
"Chilaquiles" (etimología) Nacional"
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 205

Item Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

87 18 Garibay HO g..f 4 623


"Toponimias"
421 9 Garibay HO s~f 4 627
"Necaxa"
1271 35 Garibay HO s-f 3 746
"Mitos negros" (etimología náhuatl de
"1ava")
1338 50 Garibay HO s~f 4 863
"Zacula" (toponimios)
60 Garibay NO s-f 1 947
1030 "ECR. 2/79" (ms.)
63 Garibay HO s--f 3 953
"Toponimias"
72 Garibay BO s-f 108 969
VOCABULARIO de las palabras y frases en
náhuatl que usa Sahagún
97 Garibay NO s~f 2 1079
37 "Topónimos" (solicitados por de la Maza)
170 Garibay NO s-f 1 1293
47 "Tenixtepec"
208 Garibay BO s-f 5 1490
88 "Los tzompanteteuctin de Cuitlahuac" (Ana­
les de CuauhtiJ.lan)
129

237 6. Ensayos, artículos y nota'S sobre historia y arqueología náhuatl:

242 GaribayjMolera, E. J. NO 57-00-00 1 103


388 "Arqueología. (resumen sobre la Piedra del
Sol) "
213 Reed, Alma HO 57-06-09 2 1583
458 "Aztec dreams, ideas parallel other Eras,
other civilizations"
213 Carmona, J. HO 62-07~01 1573
540 "El centro histórico de Tll3:telolco"
189 Garibay HO 65-00~OO 17 1374
589 "Manuscritos en Náhuatl de la Biblioteca
Nacional"
206 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVO I

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/Títu

213 Lobsinger, George HO 65-05-30 1 1570 45 Garibay


"Les conquis racontent la conquete" (sobre "Hacia la unidad" (López,
Miguel León-Portilla) federación de los nhs.)
260 Garibay NO s-f 48 128 48 Garibay
"Personas mencionadas en los Romances de "Régimen dual" (formas,
la N. E. Y en C. M." tecas)
285 Garibay NO s-f 1 161 49 Garibay
"Sincronía de los años en el calendario cris­ "Tesis magistral" (López Au
tiano y Náhuatl" constitución de Tenochti
391 Garibay NO s-f 2 411
50 Garibay
"Relaciones indígenas de la Conquista" "Un paso más" (Séjourné,
7 Garibay HO s-f 3 567 en la cd. de los dioses";
"Tula y sus enigmas"
78 Garibay
18 Garibay HO s-f 607
"Valiosa guía" (Guzmán, ]
"Reko" (BIas Pablo Reko) investigaciones en Europ
18 Garibay HO s-f 3 608
99 Garibay
"Plantas y mitos"
"Obra histórica de Don F.
20 Garibay HO s-f 657
Ixtilixochitl, tomo 1"
"Signo de contradicción" (libros extranjeros
204 Garibay
sobre Mesoamérica) I
"Estaciones de la peregrina.
20 Garibay HO s-f 658
"Mientras Ud. fuma" (tabaco y hierbas pre­ 204 Garibay
hispánicas) "D. Luis Cortés Calozita"
20 Garibay HO s-f 659 213 Anónimo
"Historia social" (Katz, Friederich " ... (az- "Nueva carta inédita de H(
tecas) ") 207 s-a
20 Garibay HO s-f 4 660 "Edad de los monumentos
"Las dos manos" (Katz, F.)
20 Garibay HO s-f 4 663
"Tlaxcoaque" (Juego de pelota) 7. Ensayos, artículos y not.
26 Garibay HO s-f 3 689
"Magia y medicina" (Aguirre Beltrán) 213 Méndez Plancarte, G
27 Garibay HO s-f 3 713 "La poesía azteca"
"Deduccioses" (el juego de pelota prehis­ 237 Garibay
pánico) Tres conferencias: (forma
35 Garibay HO s-f 3 741 pervivencia) "
"Raíces económicas" (Chellet Díaz, derecho 239 Garibay
tributario azteca) "Ámbito de la poesía Náh
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARillAY K. 207

~. ltem Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem

I 1570
45 Garibay HO s-f 3 814
"Hacia la unidad" (López Austin, tesis con­
federación de los nhs.)
128
48 Garibay HO s-f 3 839
"Régimen dual" (formas de gobierno az­
tecas)
161
49 Garibay HO s-f 3 852
"Tesis magistral" (López Austin, Alfredo "La
constitución de Tenochtitlan)
411
50 Garibay HO sof 3 859
"Un paso más" (Séjourné, L. "Un palacio
567
en la cd. de los dioses")
607 78 Garibay HO s-f 3 977
"Valiosa guía" (Guzmán, Eulalia "Guía de
608 investigaciones en Europa")
99 Garibay NO s-f 11 1098
657 "Obra histórica de Don Fernando de Alva
Ixtilixochitl, tomo 1"
204 Garibay NO s-f 1 1435
658 "Estaciones de la peregrinación azteca"
204 Garibay NO s-f 1 1436
"D. Luis Cortés Calozita"
659 213 Anónimo HO s-f 1 1575
"Nueva carta inédita de Hernán Cortés"
207 s-a HO 29-07-20 1 1482
660 "Edad de los monumentos arqueológicos"

663
7. Ensayos, Mtículos y notas sobre Lite'ratura y Arte:
689
213 Méndez Plancarte, G. HO 46-01-14 1 1578
713 "La poesía azteca"
237 Garibay CO 55-DO-DO 25 76
Tres conferencias: (formación, influjo, su­
741 pervivencia) "
239 Garibay CO 55-DO-DO 31 81
"Ámbito de la poesía Náhuatl"
1--­
14
ARCHIVO DI
208 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/Títull

237 Garibay
145 Nícholson, Irene CA 56-03-25 3 1216
"Dos conferencias" (poesía
(La BBC realizará un programa de Lit. Nh.
genas)
pide poemas y notas)
238 Garibay
262 Garibay ca 57-00-00 21 130 "Poesía Náhuatl"
"Poetas de Anáhuac"
241 Garibay
315 s-a Ha 57-00-00 235 " ... a pág. 35, después de
" ... sobre Samuel Martí" N ezah ualcóyotl ) "
213 Anónimo Ha 57-03-04 1 1581 242 Garibay
"Se establece un seminario sobre la cultura "Temas de estudio de la cul
Náhuatl" 253 Garibay
213 León-Portilla, Miguel Ha 57-04-15 1585 "Poetas del Anáhuac"
"El Arte Náhuatl" 257 Garibay
376 Garibay BO 58-00-00 71 366 "Proyecto de lecciones: prol
"El Arte de Anáhuac. I ­ Artes dinámicas" ratura Náhuatl"
377 Garibay 80 58-00-00 25 368 257 Garibay
"Esquema del 'Arte de Anáhuac' " "Problemas de la literatura
377 Garibay BO 58-00-00 3 369 ciones y anexos"
"El arte de Anáhuac" 315 Gómez de Orozco, F.
378 Garibay BO 58-00-00 68 370 "Apostillas al tema del ala}
"El Arte de Anáhuac. JI Arquitectura" 315 Garibay
213 León-Portilla, Miguel Ha 58-02-00 1 1584 "La Épica Azteca"
"Visión indígena de la cultura Náhuatl" 77 Garibay
215 León-Portilla, Miguel Ha 58-05-05 1 1674 "El Arte de Anáhuac. IV
"El cuadro de kt escritura Náhuatl" ("No­ 93 Garibay
vedades") "Proemio de estudios de la
393 Zavala, Silvio CA 59-00-00 1 423 2 Garibay
(Informa de la traducción al francés de "Lope en Náhuatl"
la "Historia ... ") 2 Garibay
393 Garibay NO 59-00-00 10 426 "Dos barrocos"
"La música como medio de formación de 2 Garibay
los niños" "Teatro híbrido"
393 Garibay NO 59-00-00 3 427 5 Garibay
"Las pinturas mexicanas y sus relaciones; "Mensaje a colores"
de Alcina Franch, J." 5 Garibay
235 Garibay Ha s-f 41 74 "Tesoros dilapidados" (U1
"Perfiles de la cultura Náhuatl" sic-a prehispánica)
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARlBAY K. 209

Item Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

1216 237 Garibay CO s-f 45 7


"Dos conferencias" (poesía literatura indí­
genas)
130 238 Garibay BO s-f 6 78
"Poesía Náhuatl"
235 241 Garibay NO s-f 1 92
" ... a pág. 35, después de 113r. .. (sobre
Nezahua1cóyotl) "
1581
242 Garibay NO s-f 1 98
"Temas de estudio de la cultura Náhuatl"
253 Garibay BO s-f 30 117
1585
"Poetas del Anáhuac"
257 Garibay NO s-f 1 123
366
"Proyecto de lecciones: problemas de la lite-
ratura Náhuatl"
368
257 Garibay NO s-f 33 124
"Problemas de la literatura Náhuatl. 7 lec­
369 ciones y anexos"
315 Gómez de Orozco, F. HO s-f 2 228
370 "Apostillas al tema del alabado"
315 Garibay HO g..f 27 229
. 1584 "La Épica Azteca"
77 Garibay BO s-f 22 367
1674 "El Arte de Anáhuac. IV Pintura"
93 Garibay HO s-f 3 428
"Proemio de estudios de la cultura Náhuatl"
423 2 Garibay RO s-f 3 480
"Lope en Náhuatl"
2 Garibay RO s-f 3 481
426 "Dos barrocos"
2 Garibay HO s-f 3 482
"Teatro híbrido"
427 5 Garibay RO s-f 3 533
"Mensaje a colores"
5 Garibay RO s-f 3 541
74 "Tesoros dilapidados" (un mal libro de mú-
sic<ll prehispánica)
ARCHIVO 1
210 ALBERTO HERR SOLÉ

Exp. AutoT/Títu
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item
84 Garibay
6 Garibay HO s-f 3 555 "De afuera" (ediciones ale
"Poesía de México" ("Les Poesías Mexicai­ prehispánicos)
nes" de Lambert, J. C.) 98 Garibay
18 Garibay HO s-f 4 609 "El alma del Anáhuac. la.
"Contrastes" (traducción al inglés de la poe­ grama de radio)
sía náhuatl) 98 Garibay
18 Garibay HO s-f 4 612 "Tenochtitlan revivida" (~
"Música, Maestro ... " (Vicente T. Mendoza) programa de radio)
18 Garibay HO s-f 4 613 99 Garibay
"Mirada de águila" "Apuntes de Barlow. Cant:
41 Garibay HO s-f 3 789 145 Garibay
"Arte y letras" "Ropas de"MéXICO ' "( ms..'e
41 Garibay HO s-f 3 790 156 Garibay
"Arqueología con alma" (Alcina Franch, ('Versos de seis sílabas y se
José "Las pintaderas mejicanas y sus re­ 170 Garibay
laciones" "Günter Zimmermann, 1
47 Garibay HO s-f 4 831 ( ... ) Chimalpahin"
"Pequeñez y grandeza" (Alcina Franch, ar­ 172 s-a
queología) "First draft. Book IV. On
42 Garibay HO s-f 3 793 telling"
"La cabra y el monte" (Nicholson, Irene 196 Garibay
"FirefIy in the night") "Poesía Náhuatl"
62 Garibay HO s-f 3 915 197 Garibay/tr. Nicholso
"Simb6lica de México" (Beyer, Hermann "(Náhuatl Poetry) (?)"
"Símbolos prehispánicos") 206 s-a
63 Garibay HO s-f 3 955 (incompleto) " ... the Pr
"U n caso típico" (Chimalpahin) have ... " (p. 14)
78 Garibay HO s-f 3 981 208 Garibay
"Viejas raíces" (s/vol. 5 del Seminario de C. "Proyecto del Libro par.:
Náhuatl) cación"
84 Garibay HO s-f 3 1042 387 Garibay

"Coronamiento" ("Flor y Canto" edición del "Xochimapictli"

gob. de López Mateos) 223 Garibay

84 Garibay HO s-f 3 1044 "Mexicanismos"

"Danza sin fin" (Martí, Samuel y Kurath,


Gertrude s / danza)
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 211

ltem Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

84 Garibay HO s-f 3 1045


555
"De afuera" (ediciones alemanas de libros
prehispánicos)
98 Garibay CO 8-f 80 1095
609
"El alma del Anáhuac. la. serie 1-16" (pro­
grama de radio)
98 Garibay CO s-f 21 1096
612 "Tenochtitlan revivida" (2a. serie. XELA,
programa de radio)
613 99 Garibay NO s-f 11 1097
"Apuntes de Barlow. Cantares"
789 143 Garibay NO s-f 1218
"Ropas de México" (ms. 'Sah. 8/8')
790 156 Garibay NO s-f 1 1250
"Versos de seis sílabas y seis acentos"
170 Garibay NO s-f 2 1297
"Günter - Zimmermann, Hamburg. Obra de
831 ( ... ) Chimalpahin"
172 s-a BO s-f 14 1331
"First draft. Book IV. On the art or fortune
793 telling"
196 Garibay BO s-f 146 1387
"Poesía Náhuatl"
915 197 Garibay Itr. Nicholson, Irene BO s-f 119 1388
"(Náhuatl Poetry) (?)"
206 s-a HO s-f 11 1445
955 (incompleto) " ... the Prehispanic past, we
have ... " (p. 14)
208 Garibay NO s-f 8 1496
"Proyecto del Libro para la Sría. de Edu­
cación"
1042 387 Garibay BO 59-00-00 95 389
"Xochimapictli"
223 Garibay NO s-f 3 11
"Mexicanismos"

¡
'--­
212 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVO

En este apartado han sido suprimidas las referencias de la Historia Exp. AutOf'/Tí
de la Literatura Náhuatl para no abultar más la lista. Naturalmente,
la documentación del Archivo brinda mucha información para inves­ 170 Garibay
tigar cómo se proyectó y elaboró la obra más importante del doctor "Lugares mencionados en
Garibay, e incluso, el impacto que causó su publicación. 208 Garibay
"Ideas religiosas de los N¡;
208 Garibay
8. Ensayos, artículos )' notas sobre Religión náhuatl: "Reglas para determinar
el sistema Náhuatl"
213 Avilés Solares, José
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem
"Los glifos cronográficos (
399 Garibay NO s-f 466 214b Seminario de Pro
"Mitología Náhuatl a base de textos" y ... FA
35 Garibay HO s-f 3 761 (Invitación a la conferer
"Abismos del alma" (Díaz Infante, Fernando janza de Conceptos ..
"Quetza1cóatl ... ") 214b Garibay
35 Garibay HO s-f 3 762 "El espejo de Quetzalcóa1
"La: selva oscura" (Díaz Infante ... ) 190 Niza, Fray Marcos d
40 Garibay BO 58-00-00 2 778 "Mitografía náhuatl"
"Prólogo" (a la Tesis de Estrada S., Geor­
gina)
44 Garibay HO s-f 4 807 V. Evangelizadores
"En el misterio" (Hvidtfeldt, Arild. Nahua- La bibliografía anter
tlólogos europeos) bay, no estaría completl
44 Garibay HO s-f 5 809 bilingües.
"El espejo de Quetzalcóatl" Las ediciones que prt
46 Garibay HO s-f 3 823
y de Durán son muy COI
"Misterios cósmicos" (sobre "Coatlicue ... "
ratura, el Archivo contif
de Justino Fernández)
ediciones; no voy a cit~
46 Garibay HO s-f 3 824
cionales.
"Mitos y ritos" (Hvidtfeldt)

55 Garibay HO s-f 3 878 Exp.Autor/


"Pórtico" (análisis del mito de Quetzalcóatl)

117 Garibay BO s-f 2 1195 Sobre Sahagún:

"Quenamican" 315 Garibay

151 Garibay 13 1235 "Prólogo a la Psalmodia


"Dioses del Tonalamatl" 45 Garibay
165 Garibay NO 57-11-17 1276 "Fuentes sin sello"
"Quenonamican" (Crítica a Schultze Jena, 47 Garibay
texto en alemán) "Problemas inversos"
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARlBAY K. 213

doria Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem


lente,
nve,s... 170 Garibay NO g...f 1 1285
.octor "Lugares mencionados en fiestas"
208 Garibay HO s-f 5 1488
"Ideas religiosas de los Nahuas"
208 Garibay HO s-f 1489
"Reglas para determinar el día del año en
el sistema Náhuatl"
ltem 213 Avilés Solares, José HO s-f 1 1582
"Los glifos cronográficos de Xochicalco"
466 214b Seminario de Problemas Científicos
y ... FA 58-11-00 1628
761 (Invitación a la conferencia de G. "Seme­
janza de Conceptos ... ")
214b Garibay HO 51-04-00 1 1644
762 "El espejo de Quetzalcóatl"
190 Niza, Fray Marcos dejGaribay NO s-f 13 1375
778 "Mitografía náhuatl"

807 V. Evangelizadores
La bibliografía anterior, que concierne a la Nahuatlología de Gari­
bay, no estaría completa sin considerar el tema de los evangelizadores
809
bilingües.
823 Las ediciones que preparó el Padre Garibay de las obras de Sahagún
y de Durán son muy completas. Al igual que de la Historia de la Lite­
ratura, el Archivo contiene los originales que sirvieron a estas generosas
824 ediciones; no voy a citar tales referencias a continuación sólo las adi­
cionales.
878 Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. ltem

[195 Sobre Sahagún:


315 Garibay BO s-f 2 212
:235 "Prólogo a la Psalmodia de Sahagún"
45 Garibay HO s-f 3 811
.276 "Fuentes sin sello"
47 Garibay HO s-f 3 834
"Problemas inversos"
214 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVO

Exp. Autor/Titula Gen. Fecha Pp. Item Exp. Autor/Ti

83 Garibay HO s-f 3 1036 79 Garibay


"Ardua labor" (Dibble y Anderson sobre la "Formaci6n completa" (V
ed. de Sahagún) 102 Garibay
431 Garibay HO s-f 4 1807 "La obra de los Agustinos
"Vieja novedad" (edición de Sahagún por G.) 204 Garibay
431 Garibay HO s-f 4 1808 "Informes de 1565"
"Engarces" (edición de Sahagún) 223 Garibay
" ... comentario de ValerÍ!
En los apartados anteriores están descritos algunos textos de Saha­ 223 Garibay
gún que aparecen separados de los textos para su edición. Si bien el " ... comentario (?) de A
motivo no es siempre el mismo, cabe conjeturar su uso para elucidar 257 Garibay
cuestiones particulares. Probablemente es el caso de las siguientes refe­ "Fray Alonso de la Ver
rencias: gráfica)
393 Garibay
Exp. Autor/Titula Gen. Fecha Pp. Item "¿ Motolinea, MotolinÍa o
308 Sahagún /Garibay NO s-f 9 204 430 Garibay
"Plantas medicinales" (fichas) "En lenguas de indios" (E
287 Sahagún/Garibay BO s-f 15 170 430 Garibay
"El más allá" (R. Pal. f .129v.) "Botón de muestra" (Biol
de Gaona)
Muy distinto es el caso de la edición de Durán; realizada después 430 Garibay
de la de Sahagún, el trabajo de Garibay para la Historia . .. de Durán "Vestigios" (fray Martín
parece muy fácil, no hay notas o textos accesorios, sólo el texto defi­ Kempis al náhuatl)
nitivo que parece conseguirlo con un trazo diestro. La edición es muy 430 Garibay
completa, contempla el estudio biográfico de Durán y estudios sobre "Múltiples intentos"(fr
el castellano que él utilizó. Además de los textos para esta edición el traduce Kempis)
archivo cuenta con otros. 430 Garibay
He citado ya los textos de fray Andrés de Olmos, a quien mucho "El P. Castillo" (biog. (
admiró Garibay. Con los textos del archivo podría realizarse una edi­ Castillo)
ción sobre el franciscano. 430 Garibay
Para terminar este apartado, aparecen las referencias sobre otros "Sin segundo" .< fray AlOl
misioneros del siglo XVI y sobre las vicisitudes de la evangelización: 431 Garibay

Exp. AutlYl'/Título Gen. Fecha Pp. Item


"Miradas hacia atrás" «(
vier. Humanismo del
35 Garibay HO s-f 3 739 431 Garibay
"Derecho y tributo" (Chellet Díaz, Eugenio "Valores formativos" (C
sobre B. de las Casas) ibidem)
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 215

Item Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item

1036 79 Garibay HO s-f 3 994


"Fonnación completa" (Vasco de Quiroga)
102 Garibay HO 55-00-00 14 1102
1807 "La obra de los Agustinos en México"
204 Garibay NO g...f 1 1438
1808 "Infonnes de 1565"
223 Garibay NO s-f 1 6
" ... comentario de Valeriano" (ms.)
;aha­ 223 Garibay NO s-f 1 12
:!Ilel " ... comentario (?) de A. Valeriano" (ms.)
ciclar 257 Garibay NO s-f 1 125
refe­ "Fray Alonso de la Veracruz" (nota bio-
gráfica)
393 Garibay NO 59-00-00 2 425
Item
"¿ Motolinea, MotolinÍa o Motolinia?"
204 430 Garibay HO s-f 4 1745
"En lenguas de indios" (Boecio en náhuatl)
170 430 Garibay HO s-f 4 1746
"Botón de muestra" (Biografía de fray Juan
de Gaona)
pués 430 Garibay HO s-f 4 1749
~rán "Vestigios" (fray Martín de León traduce
defi­ Kempis al náhuatl)
muy 430 Garibay HO s-f 4 1750
obre "Múltiples intentos" (fray Luis Rodríguez
n el traduce Kempis)
430 Garibay HO 55-??-?? 4 1757
Jeho "El P. Castillo" (biog. de fray Martín del
ecli- Castillo)
430 Garibay HO 55-??-?? 4 1773
)tros "Sin segundo" Jfray Alonso de Molina)
431 Garibay HO s-f 4 1833
"Miradas hacia atrás" (Gómez Robledo, Xa­
ftem
vier. Humanismo del XVI)
739 431 Garibay HO s-f 4 1834
"Valores fonnativos" (G6mez Robledo, x.
ibidem)
216 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHI'i

En 1937 elaboró ve
Exp. Autor/Título Gen. Fecha Pp. Item
(280 a. de J.C.), de M
4 Garibay HO s-f 4 505 J.C.). De Herondas (m
"Núcleos culturales" zas teatrales. A esta el
4 Garibay HO s-f 4 506 poetas bizantinos como
"Desfile de blancuras" Esta labor preludió
4 Garibay HO s-f 4 508 quilo, editada por la re'
"El enigma Chacala" ( cristianismo "prehis­ Durante la década
pánico") nes del náhuatl, de mal
4 Garibay HO s-f 3 509 gunos artículos.6 No de
"En la otra banda" estrofa bella, al griego, a
35 Garibay HO s-f 3 729 namente analogar la eu:
"Acotaciones" (Palomera, sobre Valadés: tras académicos, despre
"Retórica Cristiana") De 1956 el Archive
35 Garibay HO s-f 3 733 intelectual de Garibay:
"Mestizos triunfantes" (Palomera, Esteban gico que compara texte
sobre Diego de Valadés) evangelios. Asimismo en
nos de los poetas antes
neos como Kabafis y N
V. Garibay políglota En la década de los
Las sorpresas reservadas al consultar algunos de estos documentos tante; elaborará las veI
son múltiples; a veces una broma muy académica) otras veces luz o fanes, las cuales -tal c
misterio. Es düícil renunciar a comentar algunos de los documentos lación popular.
anteriores) pero la diversidad temática del Archivo Garibay nos merece Dichas obras han n
atención. como de personas que:
A continuación reseño, por cada tema) algunos de los textos dispo­ es la del maestro SalVli
nibles que a mi entender son los de mayor interés. griego con la traducciól
el "helenismo" de Gari
Traducciones del Griego (3.1) : basándose exclusivamer
aún mínimamente, un
Desde joven) Ángel María se entusiasmó por el griego. A lo largo ha quedado descrito.
de su vida realizó traducciones que abarcan distintas etapas de la lite­
ratura en esta lengua.
El Archivo conserva algunas de las traducciones juveniles de Gari­ Traducciones del HebI'4
bay realizadas en el Seminario: del Evangelio de San Juan, del texto Del hebreo, al igua
griego de los "Salmos mesiánicos" y de las "Homilías de Juan Crisós­ de instrumentos de tra
tomo", uno de los padres de la Iglesia) célebre retórico. Tal es el caso de "O<
A finales de la década de los veintes, como párroco en Otumba)
6 Ángel María Gariba
Garibay realizó algunas traducciones muy importantes y prácticamente
Eros", Abside, v. XI, núm,
desconocidas: una versión en verso de la Odisea, así como otros poemas 1 Salvador Díaz Cinto
atribuidos a Homero. Instituto de Investigacionel
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARlBAY K. 217

ltem En 1937 elaboró versiones a los poemas de Asclepiades de Samos


(280 a. de J.C.), de Meleagro (140 a. de J.C.), de Mosco (150 a. de
505 J.C.). De Herondas (m a. de J.C.), el padre tradujo algunas de sus pie­

zas teatrales. A esta etapa corresponden también las traducciones de

506 poetas bizantinos como Pablo Silenciario (s. VI) Y Agatías (536-582).

Esta labor preludió la publicación de la Trilogía de Orestes de Es­

508 quilo, editada por la revista Abside en 1939.


Durante la década de los 40's, Garibay se concentra en traduccio­

nes del náhuatl, de manera que sólo tratará a la cultura griega en al­

509 gunos artículos.(¡ No dejan de deslumbrarnos las traducciones de una

estrofa bella, al griego, al náhuatl y al español. Garibay intenta muy dig­

729 namente analogar la eufonía de las lenguas (cosa que algunos de nues­

tros académicos, desprecian).


De 1956 el Archivo guarda un ensayo representativo de la talla
733 intelectual de Garibay: "Fuentes de los evangelios", un análisis filoló­
gico que compara textos en griego y en hebreo aprovechados en los
evangelios. Asimismo en esta década él realizó nuevas versiones de algu­
nos de los poetas antes mencionados y también de poetas contemporá­
neos como Kabafis y Nkalfis.
En la década de los 60's Garibay emprende una tarea muy impor­
ltos tante; elaborará las versiones de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristó­
~ o fanes, las cuales -tal como él 10 anheló- han sido ediciones de circu­
ltos lación popular.
'ece Dichas obras han merecido críticas adversas, tanto de especialistas,
como de personas que aparentan serlo. La crítica mejor fundamentada
po- es la del maestro Salvador Díaz Cintora/ quien ha cotejado el texto
griego con la traducción de Garibay. Sin embargo, no es válido juzgar
el "helenismo" de Garibay -tal como dicho autor titula su artículo-­
basándose exclusivamente en la versión de Aristófanes, sin considerar,
aún mínimamente, un trabajo de traducción tan amplio como el que
rgo
ha quedado descrito.
te-

Traducciones del Hebreo (3.3):


Del hebreo, al igual que del griego, el Archivo conserva una serie
de instrumentos de trabajo que Garibay utilizó para sus traducciones.
Tal es el caso de "Caracteres hebreos" un catálogo de 119 tarjetas
la,
lte 6 Ángel María Garibay K., "Notas sobre el alma griega. Las travesuras de

tas Eros", Abside, v. XI, núm. 4, p. 471-484.


1 Salvador Díaz Cintara, "Garibay helenista", Nova Tellvs, México, UNAM,
Instituto de Investigaciones Filo16gicas, 1987, v. 5.
218 ALBERTO HERR SOLÉ ARCH

con la palabra hebrea, sus significados y la referencia a la fuente de Entusiasmado por


donde procede, los artículos : "Voces d
Asimismo, tanto el hebreo como el griego fueron aprendidos por bras históricas" (sobn
Ángel María en el Seminario, de modo que la primera traducción del col" (sobre los "DOCUl
hebreo y también del griego; datan de 1916. "Los grandes salmos me­ De las lenguas ind
siánicos", da su literatura pero a
Del Antiguo Testamento Garibay trabajó las siguientes versiones: esta lengua. Intentó a
"Libro de Job", "Jeremías. (Texto vertido y dispuesto lógicamente)", De las lenguas ID<
"Estrófica de Isaías", "El siervo de Yahwe" (texto hebreo y traduc­ y el francés; tradujo
ción) . alemán lo entusiasmó,
Destaca un libro prácticamente listo: ""mós, el pastor de Tecoa", apreció en su lengua (
compuesto por un estudio preliminar, la versión al texto, abundantes A pesar de que nu
notas e incluso un par de mapas elaborados por Garibay para explicar procedente de Europa,
las profecías de Amós, quien entre otras predicciones acertó al vaticinar cionar el interés que
un terremoto ocurrido a mediados del siglo vm a, de J.C. Este texto fue en la ciudad; hizo vi
trabajado en dos ocasiones distintas, la elaboración definitiva (1947) Latina, con el departa
está muy bien hecha, no me explico porqué no se publicó, o bien, por­ la asociación cultural
qué no se cita en bibliografías. terés que mostró Garil
También del Antiguo Testamento, Garibay realizó versiones a los el siguiente apartado.
Salmos, en las cuales aparece el texto hebreo escrito con letra romana
y su traducción. De esta serie de trabajos, titulados "Horae Hebraicae",
VII. Garibay historia
en el Archivo hay sólo una parte.
De la Literatura Judía posterior al Antiguo Testamento, el Archivo
¿ Corre más de pr
cuenta con los textos que componen la obra "Sabiduría de Israel"
carrera una percepció¡
(Pirque Aboth y Cien parábolas y apólogos del Talmud). También está
da crítica? ¿Hay s610 .
la versión de un poemade Constantino Shapiro (1841-1900) llamado
A estas cuestiones
"La tumba de David" y una de las últimas obras preparadas por Ga­
quien como historiadc
ribay: "Libro de Sem Tob".
que muy atento de su
Cabe aquí mencionar algunos de los artículos en los que Garibay hechos que considera
analiza aspectos de la cultura y la lengua hebrea: "Zona de nadie" Dos serán las cues1
(Humanismo hebreo), "Hebraismo en México", "Gramáticas hebreas
del historiador y los te
en lengua vulgar" y finalmente, "Por tres pesos" donde narra gozoso
el Archivo Garibay.
la compra del "Arte hebraispánico", una gramática de 1676, adquiri­
Como científico de
da en el tradicional mercado de "la Lagunilla".
damentales; decifró d
se ocup6 de la antigiil
Garibay, políglota: lenguas orientales, indígenas y modernas: tigó la historia nacion
cada en el Diccionari,
Hay constancias de que Garibay aprendió algo de sánscrito. Pero Archivo conserva mUí
su acercamiento a otras lenguas orientales fue literario; el padre pre­ e incluso, textos crítil
paró una antología de literaturas orientales, puestos errores del n
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 219

: de Entusiasmado por las novedades literarias, el doctor las reseña en


los artículos: "Voces de Oriente" (sobre el "Tao te Ching"), "Penum­
por bras históricas" (sobre Lao-Tse), "Hacia el oriente" y "Entre col y
del col" (sobre los "Documentos de Elefantina 500 a.C.". "Egiptología").
me- De las lenguas indígenas Garibay habló y escribió el otomí, apre­
cia su literatura pero advierte las dificultades para escribir correctamente
les: esta lengua. Intentó aprender el mazahua.
- ",
,) De las lenguas modernas el doctor utilizó muy seguido el inglés
luc- y el francés; tradujo más del francés pero escribió más en inglés. El
alemán lo entusiasmó, por su ciencia y especialmente por su poesía que
la" , apreció en su lengua original. Hizo un intento por aprender polaco.
ntes A pesar de que nunca salió del país, Garibay recibió mucho correo
icar procedente de Europa, de Estados U nidos y de Sudamérica. Cabe men­
,nar cionar el interés que tuvo por las comunidades extranjeras residentes
fue en la ciudad; hizo vida social en el Instituto Francés para América
n) Latina, con el departamento cultural de la embajada de Holanda y con
lOr- la asociación cultural judía "Bene Berith". Estas son evidencias del in­
terés que mostró Garibay por su entorno, motivo que analizaremos en
los el siguiente apartado.
ana
le",
VII. Garibay historiador
uvo
id" ¿Corre más de prisa la historia del siglo xx? ¿Es el ritmo de su
~tá
carrera una percepción equivocada resultado de la falta de una distan­
ulo
cia crítica? ¿Hay sólo un hilo conductor de la historia?
A estas cuestiones nos enfrentamos al analizar la obra de Garibay,
ia­
quien como historiador, no estuvo sólo embelesado por el pasado sino
que muy atento de su presente, elige documentar y pronunciarse sobre
'ay
hechos que considera de significación para el futuro.
le"
Dos serán las cuestiones que nos ocuparán a continuación: la labor
eas
del historiador y los testimonios de la historia contemporánea legados en
bso
iri- el Archivo Garibay.
Como científico de la historia, las aportaciones de Garibay son fun­

damentales; decifró documentos primordiales de México. Pero no sólo

se ocupó de la antigüedad prehispánica o de la historia literaria, inves­

tigó la historia nacional en su conjunto. Parte de esta labor fue publi­

cada en el Diccionario de historia, biografía y geografía de México. El

ero Archivo conserva muchas de las pequeñas monografías que él elaboró,

k'e- e incluso, textos críticos de los lectores que marcaban omisiones o su­

puestos errores del Diccionario. Pero discurrió también sobre aspectos

220 ALBERTO HERR SOLÉ ARCHIVI

muy variados de la historia mexicana en un tono más personal, ameno Lengua, la coordinación 1
y a veces polémico, en sus artículos periodísticos. o bien, las nuevas ediciOI
En dos tópicos: el español de México y la historia del catolicismo, ces polémicamente, en e
el Archivo aporta información suficiente para trazar una línea continua tuvo Garibay por la cm
desde siglos pasados hasta años recientes; consecuciones interesantes y Mexicana de la Lengua
provechosas. Gracias a que el sal
El Padre vivió momentos muy distintos en la relación del Estado monios muy variados d
y la Iglesia. No es usual que el Estado reconozca aportaciones de miem­ ¿ Cómo fue el ambiente
bros del clero; Garibay recibió felicitaciones personales de parte del monos a la respuesta a tI
presidente López Mateos y el Premio Nacional de Literatura (1966) vivio aparece un esplénc
entregado por el presidente Gustavo Díaz Ordaz. postre, tal como si fuer<
La otra cara de la moneda, la persecución religiosa, está docu­ hubiera disfrutado de }¡
mentada en el Archivo; de 1928, un comunicado del Vicario general con el documento. Valg:
intitulado: "Normas sobre el uso de los privilegios que la Santa Sede ne vehículo en la memc
se ha dignado conceder a la Iglesia en México." Hay documentos si­ aquí y el ahora; pedag(
milares, en latín, firmados por el arzobispo José Mora y del Río, quien las diferencias con la ac
murió en el exilio suscitado por la persecución. Garibay escribió una Tres son los aspectos
"Demanda de amparo" contra el gobierno por la prohibición del culto. tes en el Archivo Garil
Fechada en diciembre de 1930, ignoro si procedió ante los tribunales. tura. A ésta le reservam
Como sacerdote Garibay fue célebre, gozó del aprecio de muchas digenismo.
personas de muy distinta condición, con muchas tuvo trato individual. Garibay trabajó COI
Fue muy solicitado para misas, para impartir sacramentos o como pa­ Piránúdes, HuizquilucaIl
drino; siempre cumplió con sus deberes religiosos. Algunos de sus ser­ fue una mera simpatía
mones fueron objeto de comentarios periodísticos, otros fueron publi­ riodísticas de esta probl
cados. Dos escritos muy poco conocido nos muestran el cuidado de fue: "Algunos aspectos
Garibay en materia de culto: "Sacra Himnodia", acerca del uso de la la actualidad" publicade
música en la iglesia, y "Ejercicios para varones" dirigido a los futuros Destaca también: "
sacerdotes. los pioneros de la arque
El otro tópico de interés por su consecutividad histórica es el espa­ por las causas indígena.!
ñol de México. Como ya ha sido mencionado, Garibay analizó el es­ El indigenismo de I
pañol de Durán, pero también comentó algunos de los términos ya inu­ vínculos que guardan 1<
suales empleados por Sahagún -en un artículo de título peculiar: tinente y apreció sus ro:
"Cuestión de pelos". 8 núsma locura" (sobre (
Han sido localizados 70 artículos periodísticos en los que Garibay "Raza de bronce" (sob:
trató distintos aspectos: los mexicanismos y el diccionario de Santa­ América" ), "Mosaico Íl
maría; las palabras árabes y sefaradís incorporadas al español; los neo­ tres indios" (sobre el '
logismos; las formas incorrectas de pluralizar o acentuar palabras. lo~o de Garibay a la 01
Muchas de las cuestiones discutidas por la Academia Mexicana de la Para terminar este
en que Garibay particip
8 Ángel María Garibay K., "Cuesti6n de pelos", expediente 6 de Archivo Ga­
ribay. ración entre Oriente y l
ARCHIVO DE ÁNGEL MARÍA GARIBAY K. 221

leno Lengua, la coordinación entre las respectivas academias latinoamericanas,


o bien, las nuevas ediciones de la Real Academia, son comentadas, a ve­
mo, ces poIémicamente, en estos artículos. Es pues evidente el interés que
nua tuvo Garibay por la cuestión aunque en su relación con la Academia
~ y
Mexicana de la Lengua tuvo varias desavenencias.
Gracias a que el sabio no fue un anacoreta, disponemos de testi­
ado monios muy variados de los años del llamado "milagro mexicano":
em­ ¿Cómo fue el ambiente de los intelectuales en esta etapa? Aproximé­
del monos a la respuesta a través de un ejemplo; en la invitación a un con­
66) vivía aparece un espléndido menú detallado desde el entremés hasta el
postre, tal como si fuera el programa de un concierto. Sí Garibay no
)cu­ hubiera disfrutado de la reunión y la comida, quizá no contaríamos
eral con el documento. Valga esta minucia para advertir que el placer tie­
roe ne vehículo en la memoria y que ésta puede compartirse más allá del
: si­ aquí y el ahora; pedagogía de la experiencia que pone de manifiesto
uen las diferencias con la actualidad.
una Tres son los aspectos principales del México contemporáneo presen.
ato. tes en el Archivo Garibay: el indigenismo, las polémicas y la litera­
lles. tura. A ésta le reservamos el apartado siguiente, pasemos ahora al in­
:has digenismo.
ual. Garibay trabajó con indígenas en Jilotepec, San Martín de las
pa­
Pirámides, Huizquilucan y Otumba, de manera que su indigenismo no
ser­ fue una mera simpatía ideológica. Portavoz en sus colaboraciones pe­

bli­ riodísticas de esta problemática, uno de los artículos mejor trabajados


de fue: "Algunos aspectos de la obra indigenista de la iglesia católica en
e la la actualidad" publicado en 1955.
]fOS Destaca también: "Indigenismo de Gamio", homenaje a uno de
los pioneros de la arqueología mexicana, pionero tambíén en la lucha
pa­ por las causas indígenas de la etapa moderna.
es­ El indigenismo de Garibay tuvo dos cualidades: comprendió los
nu­ vínculos que guardan los grupos indígenas en diversas partes del con­
ar: tinente y apreció sus manifestaciones literarias. Algunos ejemplos: "La
misma locura" (sobre el libro de Jesús Lara "Literatura Quechua"),
bay "Raza de bronce" (sobre el libro: "Guía de la población indígena de
lta­ América"), "Mosaico indiano" (ediciones en lenguas indígenas), "Los
leo­ tres indios" (sobre el "indio mítico"). Cabe aquí mencionar el pró­
ras. lo~o de Garibay a la obra de Natalicio González "La poesía guaraní".
; la Para terminar este apartado mencionare algunas de las polémicas
en que Garibay participó a través de su trabajo periodístico: la compa­
Ca-
ración entre Oriente y Occidente, el feminismo, el psicoanálisis, la tec­
222 ALBERTO HERR soLÉ

nología moderna, el deterioro de la ciudad de México y finalmente,


criticó las inconsistencias de José Vasconcelos.

VIII. Garibay literato


No deseo abusar más de la atención del lector, ni del espacio ama­ LAS LENGUAS N
LINGUISTICa
blemente concedido por esta revista de Estudios Nahuas. 9
Un breve comentario respecto a los trabajos sobre filosofía del doc­
tor Garibay: Su filósofo preferido fue San Agustín y, más allá del ám­
bito religioso, apreció a Kant.
La relación de Garibay con la literatura fue apasionada en el me­
jor de los sentidos; una relación vital, profunda y duradera.
Sólo publicó un libro de poemas: "Poemas de los árboles" (1932),
el cual mereció muchos elogios. No obstante, él escribió poemas a lo
largo de su vida sin intención de publicarlos; evidencias de un talento
poético extraordinario, el cual cultivó para sÍ.
Emparento la prosa de Garibay con la de alguien por quien él tuvo
gran admiración: Martín Luis Guzmán. El discurso preciso y las pala­
bras exactas son un modelo prosístico plasmado de manera radical en
el último Garibay; de joven su lenguaje es más florido. Virtudes de su
prosa son también la amenidad y el ingenio.
La labor del doctor como crítico literario es muy prolifera. Para dar
una idea; si pudiésemos editar un libro con los textos que hay en el Antes de abordar el ten:
Archivo, el volumen, de más de 600 páginas, comprendería todas las la importancia de los
etapas de la Literatura Mexicana en español -una especie de tomo México, es necesario ex
complementario a la Literatura Náhuatl- con especial énfasis en la foque que se debe dar .
primera mitad del siglo xx. Brindaría comentarios de un bibliófilo ex­ una mejor evaluación d
perto, sonetos desconocidos de Salvador Novo y textos inéditos de Ga­ actualmente presentes e
briel y de Alfonso Méndez Plancarte. En suma, la investigación lite­ cana, con sus aportado
raria cuenta con una veta muy rica en el Archivo Garibay. general.
Ante todo, cabe for
hasta dónde debe estuc
La respuesta a lo a
implica una profunda
el lenguaje humano, to
los diferentes modelos
tiempo, para explicar le
reflexión sobre las pre:
9 Publicaré en fecha pr6xima la investigaci6ncompleta del Archivo Garibay Coseriu (1981: 15).
1

con el patrocinio del Colegio Mexiquense para conmemorar el centenario del na­ 2 La ponencia que siI1
cimiento de Angel María Garibay. Memorias de la XX~ Reuní
lente,

ama­ LAS LENGUAS AMERICANAS Y LA TEORíA DEL TIPO

LINGtHSTICO EN WILHELM VON HUMBOLDT

doc­
ám­ ERÉNDIRA NANSEN DÍAz

me­
Para ofrecer una imagen cabal de la lingüística
moderna es necesario, ante todo, situarla en su
'32), contexto histórico, tanto inmediato como mediato
a lo y, tras haber buscado qué motivos e intuiciones
ento del pasado son fundamentos de teonas y orienta­
ciones actuales, presentar una síntesis orgánica de
éstas que permita formular una serie de propues­
tuvo tas satisfactorias con respecto al problema básico:
>ala­ ¿Cómo se entienden hoy día y cómo cabe entender
J en el lenguaje y las lenguas?
esu Eugenio Coseriu 1

dar
n el Antes de abordar el tema central de este trabajo,2 que es el de resaltar
: las la importancia de los estudios sobre la historia de la lingüística en
)mo México, es necesario exponer algunas consideraciones en tomo al en­
1 la foque que se debe dar a un estudio de este tipo, con el fin de lograr
ex­ una mejor evaluación de las diferentes corrientes teórico-metodológicas
Ga­ actualmente presentes en 10 que podemos llamar la lingüística mexi­
Iite- cana, con sus aportaciones al conocimiento del lenguaje humano, en
general.
Ante todo, cabe formular la siguiente pregunta: ¿qué significa y
hasta dónde debe estudiarse la historia de la lingüística?
La respuesta a lo anterior es, sin duda, que estudiar esta historia
implica una profunda evaluación acerca del desarrollo de lo que es
el lenguaje humano, todo ello desde luego, con el fin de reconstruir
los diferentes modelos teóricos y metodológicos creados a través del
tiempo, para explicar los fenómenos lingüísticos. También implica una
reflexión sobre las presentes condiciones histórico-científicas que han
Ibay 1Coseriu (1981: 15).
'na· 2La ponencia que sirvió de base al presente trabajo será publicada en las
Memorias de la XX'1- Reunión de Mesa Redonda de la SMA.
15
LAS LENGUAS AMEF
224 ERÉNDIRA NANSEN DÍAZ

producido las distintas corrientes, sus resultados, la repercuslOn de mundo son: el aislamiento
éstos y las principales líneas de influencia de estas corrientes entre ci6n' este último, vendría
los lingüistas. Á lo largo del trabajo
Definitivamente, hacer historia de la lingüística no consiste en la lo anteriormente expuestc
simple observación de una cadena interminable de éxitos y avances lingüístico?, 2) ¿De qué n
de escuelas o individuos, ni tampoco basta con integrar una colec­ miento del náhuatl?, es d
ción de momentos o hechos monumentales acerca de los descubri­ porante, tan característic(
mientos sobre algunas lenguas; ni sobre los logros de los autores. ricanas.
Por todo lo anterior, el objetivo principal de este trabajo, es
mostrar cómo se puede hacer la síntesis de las aportaciones de un
lingüista a la teoría del lenguaje en general, mediante el examen El tipo lingüístico en Ht
de su obra. En este caso, se ha tomado como ejemplo a \Vilhelm von
Humboldt. Para ello, también se seleccionó un aspecto específico de Efectivamente, Humb
su obra, la parte que trata sobre la noción de tiPo lingüístico. También puesto por los Schlegel, Al
se verá que la teoría de Humboldt sobre el tipo lingüístico se cons­ ruptura todavía no ha ~
truyó a partir de sus observaciones de los fenómenos estructurales sido interpretada a partr
característicos de las lenguas indígenas de América, en particular del de Humboldt, sino que 1
náhuatl, que le sirvió como modelo especial para explicar el fenómeno Por ejemplo, en la (
de la incorporación verbal como tipo lingüístico particular. en el apartado anterior
mismo problema:
a) Parecería que un
El tipo lingüístico ci6n de lenguas;
b) Como consecuen
Una de las definiciones más generalizadas sobre la nOClOn de tipo o característico de una .
lingüístico es la siguiente: con junto de rasgos estructurales -morfo­
lógicos y sintácticos- propios de una lengua, independientemente de
tituir, casi por sí mismo
c) Todo lo antenol
.
su situación geográfica o de sus condiciones histórico-genéticas.3 tipo lingüístico como 1
Tal definición evidencia algunos de los problemas de concepción rasgos distintivos, perfecl
acerca de lo que es un "tipo" -y por ende, una tipología lingüís­ las cuales se clasifica y 1
tica- a los que, actualmente, se enfrenta la parte de la lingüística dolas así a unos cuanto
que se ocupa de esta rama del saber. Estos problemas, sin embargo, una de las clases establ
tienen un origen histórico, del que se hablará a continuación. mente excluyente.
De Humboldt se ha dicho que, junto con los hermanos Schlegel, Sin embargo, es ne
es el iniciador de la tipología lingüística moderna. Entre otras cosas, se como sus antecesores ­
le atribuye, el haber seguido la clasificaci6n tripartita de las lenguas, establecer clases y géne:
postulada por los Schlegel y, también, el haber definido, aunque en damentales los proceso
forma negativa," el cuarto tipo de funcionamiento estructural. de cada una de ellas,
Así pues, tenemos que los cuatro tipos generales de procesos es­ conglomerado de conjt
tructurales, bajo los que se agrupan hoy en día todas las lenguas del excluyentes, bajo los •
Bussmann, 1983 y Conrad, 1981.
3 del mundo.
Coseriu, Robins y Mounin, entre otros, mencionan este dato en sus respectivos
4
trabajos sobre historia de la lingüistica. 5 Coseriu, 1977b.
LAS LENGUAS AMERICANAS Y WILHELM VON HUMBOLDT 225

~n de mundo son: el aislamiento, la aglutinación, la flexión y la incorpora­


entre ción; este último, vendría a ser la aportación de Humboldt.
A lo largo del trabajo se examinan dos cuestiones en relación con
en la lo anteriormente expuesto: 1) ¿Cómo entiende Humboldt al tipo
rances lingüístico?, 2) ¿De qué manera lo caracteriza, a partir de su conoci­
colec­ miento del náhuatl?, es decir, cómo concibe al tipo lingüístico incor­
cubri­ porante, tan característico de la mayor parte de las lenguas ame­
ricanas.
0, es
le un
amen El tipo lingüístico en Humboldt
1 von
:o de Efectivamente, Humboldt rompe con el modelo clasificatorio pro­
obién puesto por los Schlegel, al incluir un cuarto tipo. Sin embargo, dicha
.cons­ ruptura todavía no ha sido cabalmente comprendida, ya que no ha
.rales sido interpretada a partir del contexto de la propia teoría lingüística
r del de Humboldt, sino que retomada sólo en forma aislada.
neno Por ejemplo, en la definición general de tipo, que se transcribió
en el apartado anterior, se aprecian tres aspectos distintos de un
mismo problema:
a) Parecería que una tipología es lo mismo que una caracteriza­
ción de lenguas;
tipo b) Como consecuencia de lo anterior, cualquier rasgo distintivo
rnfo­ o característico de una lengua podría postularse como "tipo" y cons­
ff de tituir, casi por si mismo, la base de una tipología de lenguas, y
c) Todo lo anterior tiene como consecuencia que se conciba al
lCión tipo lingüístico como un conjunto reducido de clases estáticas de
~ís­ rasgos distintivos, perfectamente delimitadas, finitas e inamovibles, bajo
I!tÍca las cuales se clasifica y tipifica a todas las lenguas conocidas, reducién­
ITgo, dolas así a unos cuantos grupos cerrados, que corresponderían a cada
una de las clases establecidas, confiriéndoles una calidad casi mutua­
:gel, mente excluyente.
1, se Sin embargo, es necesario destacar, que aunque tanto Humboldt
uas, como sus antecesores -los hermanos Schlegel y otros 5 - intentaron
: en establecer clases y géneros de lenguas, tomando como indicadores fun­
damentales los procesos característicos de funcionamiento estructural
es­ de cada una de ellas, ni Humboldt, ni ellos las concebían como un
del conglomerado de conjuntos estáticos de rasgos distintivos mutuamente
excluyentes, bajo los cuales habían de clasificarse todas las lenguas
del mundo.
:ivos
5 Coseriu, 1977b.
LAS LENGUAS AME]
226 ERÉNDIRA NANSEN DÍAZ

Tampoco puede decirse que la finalidad de Humboldt, a diferen 4


discurrir por sí mismos er
cia de la de sus antecesores, haya sido la de construir una teoría del vada de manera científica
lenguaje a partir de la clasificación tipológica de las lenguas conocidas. del propio pensamiento, CI
En primer lugar, en la concepción que Humboldt tiene de la de éste.
lengua, su organización y el funcionamiento de su estructura no cabe Aunque Humboldt no
hablar de ella como algo estático. A diferencia del tipo "tradicional", lingüístico, sí formuló too
el de Humboldt presupone que cada lengua es un individuo con carac 4
torno a la forma interna
terísticas orgánicas propias. En la definición tradicional, cada lengua de la que es posible ente]
es únicamente una parte integrante de un determinado conjunto de hablar de los tipos.
géneros de lenguas que tienen rasgos generales de estructura com­ Sin embargo, su ensa~
partidos. neral" permanece aún iné!
Precisamente porque Humboldt las trata como individuos con rasgos de sus grandes editores l(
y procesos particulares, su tipificación no tendría la intención de servir, "Obra sobre la lengua K
primordialmente, a los fines de la clasificación lingüística. Para Hum­ Otra diferencia entre
boldt, una clasificación solamente sería válida después de definir qué cesares con respecto a la
es lo que constituye la suma de las relaciones que existen entre lo de que, aun cuando se :
diferente y lo semejante de las lenguas a clasificar. Por ende, para Schlegel, no considera qu
él la suma de semejanzas y diferencias es en sÍ, lo que constituye el de un desarrollo o evaluó,
verdadero carácter de una lengua, es decir, aquello que verdadera­ menor a mayor grado d{
mente la distingue de las demás y lo único relevante para establecer lingüística. Por el contrar
diferentes tiPos de lenguas. dividual de cada lengua,
Sin embargo, esto último jamás fue su meta fundamental, ya que estructurales que la comp
su quehacer lingüístico siempre estuvo orientado a servir como herra­ Además, consideraba que
mienta en la búsqueda de 10 que constituye el carácter nacional de menor proporción, todos 1
los grupos humanos, que se expresa a través de su lenguaje. mismo, no se les puede c:
Es decir, que sus conocimientos lingüísticos fueron sólo un aspecto ción de rasgos aislados.
de su esfuerzo por llegar a la explicación del desarrollo del espíritu Por todo 10 anterior,
humano y al conocimiento de la diversidad de manifestaciones de éste una descripción exhaustiv;
que, entre otras cosas, se refleja en la diversidad de recursos con que nifiestos en cada lengua,
cada lengua cuenta para estructurar el significado de su discurso. ciones que éstas manific
También en este sentido Humboldt difiere de los Schlegel -y, en unidad de aparición en :
sÍ, de la mayor parte de los lingüistas- ya que manifiesta una clara Precisamente, en la
intención antropológico-filosófica, en la que no cabe el estudio de la Kawi",8 al referirse a la
lengua por sí misma, como un fenómeno desvinculado del hablante turación de una lengua,
colectivo que la origina. Aunque, probablemente por ser la evidente entiende por tipo lingüíst
manifestación oral o escrita del pensamiento con todas las caracterís­
ticas de organización inteligente de éste, a la vista parece ser un 6 lbidem, 1977a.
fenómeno con inteligencia propia que se reproduce de manera auto­ 1 El famoso 'Kawi-Werk',
des menschlichen Sprachbaues
suficiente e independiente del hablante que 10 produce. Y, como final­ Menschengeschlechts", en HUl
mente el hombre tiende, a la manera divina, a crear entes o apartados 8 Se trata del ensayo titu1

del saber a imagen y semejanza propia, que parecen cobrar vida y Sprachbaues", en Humboldt (
LAS LENGUAS AMERICANAS .y WILHELM VON HUMBOLDT 227

Iiferen~ discurrir por sí mismos en torno a su objeto, la lengua al ser obser­


ría del vada de manera científica, aparece como algo ajeno e independiente
.<>cidas. del propio pensamiento, con reglas insondables, que están por encima
;de la de éste.
o cabe Aunque Humboldt no escribió una definición puntual sobre el tipo
jonal", lingüístico, sí formuló toda una reflexión -bastante conocida- en
icarac~ torno a la forma interna y la forma externa de la lengua,e a través
lengua de la que es posible entender lo que él considera como relevante al
lto de hablar de los tipos.
com~ Sin embargo, su ensayo titulado "Acerca del tipo lingüístico ge­
neral" permanece aún inédito en su versión completa, ya que ninguno
rasgos de sus grandes editores lo incluyó en sus respectivas ediciones de la
servir, "Obra sobre la lengua Kawi"/ de la cual forma parte.
Hum­ Otra diferencia entre la posición de Humboldt y la de sus ante­
Ir qué cesores con respecto a la clasificación lingüística, radica en el hecho
~re lo de que, aun cuando se sirve de la nomenclatura postulada por los
. para Schlegel, no considera que los tres tipos de lenguas sean el producto
l1ye el de un desarrollo o evolución lineal que va de menos a más, es decir, de
ldera­ menor a mayor grado de evolución en la "perfección" de la forma
blecer lingüística. Por el contrario, para Humboldt, la forma o carácter in­
dividual de cada lengua, está constituida por la suma de los rasgos
11 que estructurales que la componen y las relaciones que existen entre ellos.
llerra­ Además, consideraba que todas las lenguas contienen, en mayor o
al de menor proporción, todos los procesos estructurales conocidos y, por lo
mismo, no se les puede caracterizar en términos de una simple detec­
pecto ción de rasgos aislados.
píritu Por todo lo anterior, una tipología en Humboldt tendería hacia
~ éste una descripción exhaustiva de los diferentes procesos estructurales ma­
1 que nifiestos en cada lengua, pero también, a la descripción de las rela­
ciones que éstas manifiestan entre sí, para finalmente explicar su
y, en unidad de aparición en la lengua.
clara Precisamente, en la "Introducción a la Obra sobre la lengua
:le la Kawi",8 al referirse a la forma lingüística como principio de estruc­
¡ante
turación de una lengua, Humboldt esboza, a grandes rasgos, lo que
fente entiende por tipo lingüístico:
terís­
~ un
6 lbidem, 1977a.
lUto­ 7 El famoso 'Kawi-·Werk', cuyo titulo completo es "Ueber die Verschiedenheit
inal~ des menschlichen Sprachbaues und ihren Einfluss auf die Geistige Entwicklung des
Menschengeschlechts", en Humboldt (1979: 368-756), Flitner y Giel, Eds.
ados 8 Se trata del ensayo titulado: "Ueber die Verschiedenheiten des rnenschlichen
la y Sprachbaues", en Humboldt (1979: 144-367), Flitner y Giel, Eds.
228 ERÉNDIRA NANSEN DÍAZ LAS LENGUAS AMl

La forma característica de las lenguas se encuentra en cada uno de De este modo, el chino
sus elementos -hasta el más pequeño-, y cada uno está determinado todas las lenguas conoc
por ella en alguna forma, por más insignificante que éste sea. Por cuaóón al desarrollo d
otra parte, es casi imposible encontrar puntos de los cuales pudiera coherencia interna y, ~
decirse que dependa la lengua, sobre todo si se les mira en forma dientes. Las lenguas i
aislada. Así, cuando uno observa detenidamente una determinada extremos; debido a St
lengua, se encuentra con muchas cosas que indican que, sin detri­ agruparse en la misma
mento de la organización de su forma, uno pudiera concebirla de otra demás lenguas puedel
manera y se ve forzado así, a recurrir una vez más a la manifesta­ enmedio de los dos e:
ción del conjunto, a fin de comprenderlas en su manifestación par­ del chino donde las p:
ticular. ble" de sus relaciones
Así pues, se entiende que en el concepto de la forma de las adjunción? de los elen
lenguas, no se debe tomar a las particularidades como un hecho aisla­ las lenguas incorporanl
do, sino que solamente se les habrá de tomar en cuenta en tanto sea dición, ya que la me
posible descubrir en cada una, un método para su construcción lin­ deben servirse de partí
güística 9 (Humboldt 1979: 420). separadas (Humboldt,

Humboldt considera que el tipo lingüístico es una estructura obje­ Como se puede oh
tivamente dada, es decir, un nivel de funcionamiento de un método noción de "perfección" I
de construcción de la expresión en las lenguas o, lo que Coseriu ha vada del pensamiento de
denominado una "técnica de habla".10 Además, el método puede y como un desarrollo linCl
debe detenninarse perfectamente para cada una. Sólo después de ha­ a ciertas lenguas como 1
berlo hecho de esta manera, cabe la posibilidad de establecer una los ejemplos de dos len~
tipología lingüística. dominantes y, a medio
Sin embargo, para Humboldt una tipología de procesos de estruc­ medio, constituido por 11
turación sería precisamente eso, y no una tipología de lenguas. Y aun­ aunque para él no ten~
que considera que los procesos generales de aislamiento, aglutinación, clase separada. Más bit
flexión e incorporación se encuentran todos presentes -aunque en rando que las fronteras
distinta proporcÍón- en todas y cada una de las lenguas, admite que demostración de que tod
siempre hay uno o varios de ellos que son los que predominan, y sentes -en mayor o me
sobre ello dice: A continuación se ex
Humboldt define a las
En la mayoría de las lenguas se encuentran rasgos más o menos de las lenguas americaIl
débiles o fuertes de los tres métodos... Como ejemplos del más náhuatl.
fuerte predominio de cada uno de los mismos, se pueden aducir el
sánscrito, el chino y ... la lengua mexicana (Humboldt, 1979: 529).
Las lenguas incorpcrantl
Más adelante, explica cómo concibe al funcionamiento de este
predominio: Aun cuando algunO\'!
9 Para el desarrollo del trabajo se tomaron como fuentes básicas los ensayos
que Humboldt en realid
mencionados en las notas 7 y 8; además, en vista de que no han sido traducidos en una forma negativa
aún al español, se tradujeron las citas. También se presentan ejemplos de su "Gra­
mática Mexicana" aún inédita (v. Bibliografía, Nansen Díaz [1984]). n En su trabajo titula­
10 Coseriu (1970) y (1973). (1977b: 142-184).
LAS LENGUAS AMERICANAS Y WILHELM VON HUMBOLDT 229

() de De este modo, el chino y el sánscrito constituyen dos polos fijos entre


nado todas las lenguas conocidas, polos semejantes no en cuanto a su ade­
Por cuación al desarrollo del espíritu, sino sólo en lo que concierne a la
diera coherencia interna y, a la realización cabal de los sistemas correspon­
)rma dientes. Las lenguas semíticas no pueden ubicarse entre estos dos
nada extremos; debido a su marcada orientación hacia la flexión, deben
letri­ agruparse en la misma clase que las sanscríticas. En cambio, todas las
otra demás lenguas pueden considerarse dentro del espacio que queda
esta­ enmedio de los dos extremos, ya que, o bien se acercan al sistema
par- del chino donde las palabras se ven privadas de toda expresión "visi­
ble" de sus relaciones gramaticales, o bien, se acercan a la rígida
~ las adjunción? de los elementos fónicos que expresan esas relaciones. Aun
lisIa­ las lenguas incorporantes cOmo la mexicana se encuentran en esa con­
, sea dición, ya que la incorporación resulta insuficiente y estas lenguas
lin­ deben servirse de partículas que pueden ser aglutinadas o permanecer
separadas (Humboldt, 1979: 529).

bje­ Como se puede observar, aunque Humboldt conserva aquí la


:odo noción de "perfección" en el desarrollo de la fonna lingüística, deri­
ha vada del pensamiento de sus antecesores, y aun cuando no lo propone
e y como un desarrollo lineal de menos a más, esto le penníte postular
ha­ a ciertas lenguas como parámetros de comparación. Por ello presenta
una los ejemplos de dos lenguas que claramente muestran dos tipos pre­
dominantes y, a medio camino entre ellas, ubica a un grupo inter­
~uc­
medio, constituido por lenguas del tipo incorporante como el nábuatl,
un­ aunque para él no tenga nada que pennita distinguirlo como una
ión, clase separada. Más bien se trata de un grupo intennedio conside­
en rando que las fronteras entre grupos prácticamente se diluyen ante la
~ue demostración de que todos los tipos de procesos funcionales están pre­
, y sentes --en mayor o menor grado- en todas las lenguas.
A continuación se examinará con mayor detalle la forma en la que
Humboldt define a las lenguas incorporantes, es decir, a la mayoría
nos
de las lenguas americanas, tomando como ejemplo la estructura del
nás
. el náhuatl.
9) .

:ste Las lenguas incorporantes

Aun cuando algunos autores, en especial E. Coseriu,n mencionan


yos que Humboldt en realidad no llegó a definir al tipo incorporante sino
:los en una forma negativa al describir qué es lo que sí pertenece a los
ra­
11 En su trabajo titulado "Sobre la tipolog~a de Wilhelm von Humboldt"
(1977b: 142-184).
LAS LENGUAS A:
230 ERÉNDlRA NANSEN DÍAZ

El sánscrito marca e
otros tres tipos, es necesario observar su descripción de los procesos parte constitutiva de
de la lengua mexicana o náhuatl contenida en la "Obra sobre el sino que cuando no 14
Kawi", con el fin de percibir con claridad que, en realidad, sí define surgir desde el centro
al tipo incorporan te. direcciones orientackn
En la obra Humboldt señala que, en estas lenguas, todo gira en de las partes (de la
torno al verbo como elemento medular de la expresión y esto consti~ 1979: 536).
tuye el método de estructuración de la misma. Así pues, al verbo se
adosan todas las partes rectoras y regidas, lo que hace de la expresión En fin, la incorpor
nahua un conglomerado fónico homogéneo de una complejidad sin­ nida como para constit
táctica impresionante. Este conjunto de relaciones complejas que se la estructura, del order
expresa como un todo dificulta su explicación mediante el método mando en cuenta que S1
de análisis tradicional en partes de una oración, ya que aparentemente, cia con otros procesos
éstas no están claramente definidas como tales. De este modo, Hum­ Pero, el análisis dI
boldt se ve forzado a proceder en otra forma, con el fin de formular objeto de otro estudio
una explicación, ya que de la manera tradicional le es imposible esta­ dedicado exclusivament
blecer un límite preciso para lo que es la palabra nahua. guidos por Humboldt
Su explicación de la incorporación verbal partió pues, de la des­ menos de la estructUl
cripción de los principales fenómenos del verbo, ya que éste es el contexto de su concep(
núcleo de la expresión nahua. Finalmente, Y com
que hacer algunas cor
El más importante de ellos consiste en la distinci6n que esta lengua tiende como "carácter'
hace entre dos clases de formas perfectamente definidas, para que se fin de ubicar a su e
manifiesten las categorías gramaticales que se incorporan al núcleo
verbal. La lengua mexicana, dice Humbold t, se sirve de dos formas, amplio de su reflex~ó~
una absoluta y otra incorporada y, tanto sustantivos como pronombres del espíritu o colectlVlI
tienen dos formas léxicas que aparecen bajo determinadas condicio­ Si se considerase al
nes. Tiene dos series distintas de pronominales para sujeto y objeto, o colectividad se corrí:
que aparecen en forma absoluta (libres) o incorporada (ligados). dal; de aislar a la lenl
Además, los sustantivos manifiestan una pérdida de marcadores fun­ de lo que el mismo
cionales cuando tienen que acoplarse al núcleo verbal. Este procedi­ ficial". Además, habr
miento de funcionamiento estructural es común con otras lenguas de lógico-filosófico de est:
este tipo, a las cuales denomina "de partículas". Efectivamente, en
La diferencia de formas léxicas sirve al propósito de evitar la in­ todo un apartado a dI
una lengua. El prime
comprensión o agramaticalidad de la expresión nahua.
Con este ejemplo Humboldt hace evidente que en esta lengua léxica de ésta. El sel
existen, o más bien coexisten, dos tipos de procesos y que, en general, lengua a expresar el /
Al establecer esta
en las lenguas incorporantes se combinan ambos: el aislamiento y
la incorporación, con el evidente predominio de esta última; ya que la dos tareas esenciales d
frecuencia de aparición de las formas absolutas en náhuatl le parece parte, la necesidad d
infinitamente menor que la de las formas incorporadas. Y para ahondar 12 Las principales fue:
en la explicación del proceso de incorporación advierte, con lo que tioa Mexicana fueron el
parece un dejo de criterio posicional-distribucional: V ázquez Gastelu y Vetan
LAS LENGUAS AMERICANAS Y WILHELM VON HUMBOLDT 231

icesos El sánscrito marca en forma fácil y natural a cada palabra, como


re el parte constitutiva de la oración. El método incorporante no lo hace,
!efine sino que cuando no le es posible fundir las partes en un todo, las hace
surgir desde el centro de la oración, corno si fuesen las puntas de las
direcciones orientadoras sobre las que deberemos buscar a cada una
'a en
de las partes (de la oración) y su relación COn ella. 12 (Humboldt,
lnsti­
1979: 536).
)o se

esión
En fin, la incorporación verbal en Humboldt está bastante defi­
. sin­ nida como para constituir un tercer grupo de procesos funcionales de
le se la estructura, del orden del aislamiento o la aglutinación, siempre to­
!todo mando en cuenta que sus límites se traslapan a lo largo de la coexisten­
ente, cia con otros procesos de la' misma lengua.
[um­
Pero, el análisis detallado de su método de trabajo, sería en sí
lular objeto de otro estudio mucho más extenso que éste, que estuviera
esta-
dedicado exclusivamente a ello. Porque, para precisar los criterios se­
guidos por Humboldt para el análisis e interpretación de los fenó­
'des­
menos de la estructura de la lengua es necesario ubicarlos en el
~ el
contexto de su concepción general del lenguaje y el espíritu humanos.
Finalmente, y como tercer planteamiento de este trabajo, habrá
ngua que hacer algunas consideraciones en torno a lo que Humboldt en­
le se tiende como "carácter" y "carácter nacional" de una lengua, con el
ícleo fin de ubicar a su concepción del tipo lingüístico en el contexto
~as, amplio de su reflexión sobre el lenguaje como vehículo de expresión
lbres del espíritu o colectividad del pueblo que lo habla.
icio­ Si se considerase al tipo lingüístico como algo ajeno a este espíritu
jeto, o colectividad se corría el peligro de incurrir en una explicación par­
[os) . cial; de aislar a la lengua de sus hablantes, convirtiéndola en el centro
fun­
de lo que el mismo Humboldt calificaría como "explicación super­
~i­
I de ficial". Además, habrá que examinar también el contexto antropo­
lógico-filosófico de esta reflexión.
Efectivamente, en la "Obra sobre el Kawi", Humboldt dedica
in- todo un apartado a definir el carácter externo y el carácter interno de
una lengua. El primero, el externo es la organización gramatical y
gua léxica de ésta. El segundo, es la profunda fuerza que mueve a la
:ral, lengua a expresar el espíritu del pueblo que la habla.
[) y Al establecer esta distinción, Humboldt no hace sino delinear las
ela dos tareas esenciales del estudio del lenguaje y de las lenguas. Por una
~ece parte, la necesidad de conocer exhaustivamente su forma externa, es
dar
12 Las principales fuentes que Humboldt usó para la elaboración de su GrQ,má·
i ue tioa Mllxicana fueron el Diccionario de Malina y las .Artlls de Tapia Zenteno,
Vázquez Gastelu y Vetancurt
LAS LENGUAS AMER
232 ERÉNDIRA NANSEN DÍAZ

CONRAD, Rudi Ed.


decir, su organizaclOn, funcionamiento y estructura. Por la otra, la 1981 Kleines w,oertert
necesidad de conocer. las manifestaciones de la cultura de un pueblo a Bibliographisches
través de sus formas de expresión oral o escrita.
De hecho, Humboldt pretendía orientar el enfoque de los estudio­ COSERIU, Eugenio
sos del lenguaje en relación con su objeto particular de estudio. 1973 T coria del lengu
Y, puesto que en este trabajo se pretende evaluar la importancia que 1977a "Adam Smith y
Tradición y novl
el pensamiento de un lingiiista puede tener para la ciencia en sí, dos, p. 117-130.
y también de medir la repercusión que sus ideas puedan tener en la
1977b "Sobre la tipol~
lingüística de nuestros días y en otras disciplinas afines, y aquí hay Tradición y noVI
que llamar afín a la antropología, habrá que recurrir una vez más dos, p. 142-184.
a la memoria histórica, con el fin de comprender, con ayuda del 1980 "Partikeln und l
pasado, 10 que puede ser el futuro de nuestra disciplina: gestellung in del
forschung, G. N
Con el estudio de la organización gramatical tal y como la hemos
visto hasta ahora, es decir, como el de la estructura externa del GIPPER, H. Y Schmitter, P.
1979 Sprachwissensch
lenguaje, no considero agotado aún el de su ser (el del lenguaje), ya
Romantik, G. l'
que, su propio y verdadero carácter, el de su ser, descansa sobre algo
todavía más sutil y profundo, que por 10 mismo es más accesible a HUMBOLDT, Wilhelm v.
la simple disección de su forma... Para contemplar, con mayor pre­ 1968a Ueber die Vel
cisión, el carácter de las lenguas, en oposición a su organismo, debere­ Buschmann, J.1
mos contemplar el estado de perfección de su organización. Con ello, 1968b Gesammelte Sd
la feliz contemplación de la lengua como producto constante del mo­ 1979 Werke, Flitner
mento, pierde importancia. La verdadera actividad de una nación
se expresa más bien en el uso que hace de la lengua misma, y este MOUNIN, Georges
uso, junto con el espíritu característico de un pueblo, siguen una 1974 Historia de la 1
ruta en la que ninguna de estas partes pueden ser independientes Gredos, Madric
entre sí, sino que cada una se complace yendo en auxilio de la otra ... NANSEN DÍAZ, Eréndira
Las canciones, las oraciones, los dichos, los cuentos, despiertan un 1984 Die "Mexicani.!
anhelo por rescatarlos de la fugacidad del habla. Así se conservan, se Tesis Doctoral,
enriquecen y se reproducen. Se convierten en las bases de una litera­
tura y ésta, va de la colectividad de fa nación, hacia los individuos ... ROBINS, R. H.
Las individualidades que coexi$ten al interior de una misma nación 1980 A Sh01't Histo
y que, sin embargo, son absorbidas por la homogeneización nacional ...
Cada lengua concibe una característica propia que es la marca de la
nación que la habla y, a su vez, ejerce una función integradora y
determinante sobre ésta. De esta homogeneidad, y de todo 10 que
caracteriza a cada lengua, de esto se compone su carácter (Humboldt,
1979: 394).

BIBLIOGRAFíA

BUSSMANN, Hadumod

1983 Lexikon der Sprachwissenschaft, Kroner, Stuttgart.

LAS LENGUAS AMERICANAS Y WILHELM VON HUMBOLDT 233

'a, la CONRAD, Rudi Ed.


bIo a 1981 Kleines w.oerterbuch Sprachwissenscahftlicher Termini, VEB
Bibliographisches Institut, Leipzig.
udio­ COSERIU, Eugenio
udio. 1973 Teoría del lenguaje y lingüística general, Madrid, Gredos.
. que 1977a "Adam Smith y los comienzos de la tipología lingüística", en
n sí, Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Madrid, Gre­
:n la dos, p. 117-130.
hay 1977b "Sobre la tipología lingüística de Wilhelm von Humboldt", en
más Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Madrid, Gre­
del dos, p. 142-184.
1980 "Partikeln und Sprachtypen. Zur strukturell-funktionellen Fra­
gestellung in der Sprachtypologie", en Wege zur Universalien­
forschung, G. Narr Verlag, Tübingen, p. 1-203.
~mos

del GIPPER, H. Y Schmitter, P.


, ya 1979 Sprachwissenschaft und Sprachphilosophie im Zeitalter der
algo Romantik, G. Narr Verlag, Tübingen.
le a
pre­ HUMBOLDT, Wilhelm v.
Ifre­ 1968a U eber die Verschiedenheit des Menschlichen S prachbaues,
ello, Buschmann, J. K. E. Ed., Dümmlers Verlag, Bonn.
roo­ 1968b Gesammelte Schriften, Leitzmann, H. Ed., De Gruyter, Berlín.
:i6n 1979 Werke, Flitner y Giel Eds., J. G. Cotta, Stuttgart.
este MOUNIN, Georges
una 1974 Historia de la Lingüística. Desde los orígenes hasta el siglo xx,
ntes Gredos, Madrid.
un NANSEN DÍAz, Eréndira
, se 1984 Die "lvfexicanische Grammatik" von Wilhelm van Humboldt,
!ra- Tesis Doctoral, Universidad de Tübingen, Tübingen.
ROBINS, R. H.
i6n 1980 A Short History of Lingüistícs, Longmans.
la
iy
(ue
dt,
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
LAS PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE BERNARDINO

DE SAHAGÚN

ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

No es tan raro en la historia encontrar grandes hombres que en su


época no merecieron una biografía hecha por alguno de sus coetáneos.
De algunos incluso nos cuesta trabajo aceptar que se haya perdido el
recuerdo del dónde y cuando nacieron. Si enfocamos nuestra atención
en las órdenes religiosas, a menudo encontramos en ellas figuras desta­
cadas de las cuales poco se sabe, sobre todo de la etapa anterior a
la entrada en la propia orden. No son muchos los que como fray
Junípero Serra contaron con un biógrafo, Francisco Palou, amigo y
hermano de orden; antes bien es frecuente que los miembros esclare­
cidos sean recordados brevemente. en cromcas y menologios, y, en el
mejor de los casos, con datos más precisos y abundantes que los
miembros del común.
Así ha sucedido con varios franciscanos que brillaron en el si­
glo XVI, entre ellos fray Bernardino, quien en su tiempo no tuvo un
biógrafo; justo es reconocer sin embargo que, al ser tan grande dejó
gran recuerdo. Su memoria de religioso distinguido ha tenido siempre
una presencia viva, primero entre sus hermanos de orden y, más
tarde, entre los historiadores y bibliógrafos de los siglos XVII y XVIII.
Pero no fue sino hasta el siglo pasado cuando se empezaron a publi­
car las primeras biografías propiamente dichas, los primeros estudios
dedicados específicamente a delinear su figura y a deslindar paso a
paso, los diversos manuscritos que integran su obra.
En las dos últimas centurias mucho se ha escrito sobre la vida
y la obra de Sahagún. Parecería como si los historiadores modernos
quisieran recuperar al hombre que por siglos estuvo medio olvidado
y, de esta manera, ganar un tiempo perdido para el saber etnohistó­
rico y antropológico del México antiguo. A tal grado interesa hoy la
figura del franciscano que casi se puede afirmar que cualquiera que
utiliza sus escritos cae en la tentación de ofrecer algunos datos sobre
su vida, algunos rasgos de su personalidad. De manera que contamos
con un panorama amplio en lo que a biografias de Sahagún se re­
236 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

fiere, desde las amplias, analíticas, destinadas a detallar todos los Muy macizo crÍsl
momentos de su vida, hasta las breves, sintéticas, compendiosas, a avisado y afable
sesenta y un años
veces presentadas como introducciones a ediciones de sus obras; tene­
de Santa Cruz, ~
mos también las biografías que podríamos calificar como "monográ­
ficas", las que tocan exclusivamente un aspecto del quehacer sahagun­ Respecto de su
tino o un periodo concreto de su vida. comentar algunos d
Las páginas que siguen son una presentación de los principales nes doblados de toe
estudios publicados acerca de Sahagún siguiendo una secuencia crono­ gelios dominicales,
lógica desde el siglo XVI hasta fines del XIX. A través de ellas, el tratados de escogidí
lector percibirá cómo se va perfilando y engTandeciendo la figura Sobre la Historij
del religioso tomando como punto de partida los escritos de sus com­ la pena comentar. :
pañeros de orden, quienes nos han legado los primeros rasgos de
su personalidad, las primeras pinceladas firmes y profundas del retrato y como hombre (
del franciscano. puso un Calepino
marca mayor, los
todas las maneras
Las primeras noticias sobre Sahagún y su obra ser cosa tan larga
Fue en vida del propio Sahagún cuando se recogieron los datos La segunda, aun
más sobresalientes acerca de él y de su quehacer en la orden. Sus rencias dignas de ser
compañeros, sus discípulos coinciden en señalar que fue "mancebo
de buen ver, de natural manso y humilde, dueño del donde la for­ Yo tuve en mi po
taleza, de la obediencia y, junto con Alonso de Molina, la mejor tenían, en curiosÍsi
lengua mexicana entre los españoles".1. las materias de lal
De entre los hermanos de orden que lo recuerdan vale la pena puso con intento (
traer el testimonio de fray Jerónimo de Mendieta y fray Juan de toda la lengua me
Torquemada, en cierta manera, sus discípulos; y ya, muy entrado el
Como vemos, en .
siglo xvn, de otro franciscano que se preocupó por conservar viva
que "no se pudieron
la historia de su orden, fray Agustín de Vetancurt.
de "curiosísima lengu
De todos ellos fue Mendieta el primero que lo recordó a 10 largo
Mendieta a dos disti
de su Historia Eclesiástica Indiana terminada seis años después de
citado con poca pre
la muerte de Sahagún, en 1596. Incluso le dedicó un esbozo biográ­
llamamos Códices M
fico bien trazado, lo que hoy nos parece una semilla de biografía.
sacada en blanco" t
En este esbozo fray Jerónimo resalta los hechos principales de su vida:
fuentes coetáneas no!
sus estudios en Salamanca, su venida a la Nueva España, su labor
pensemos que las obr
en conventos del centro de México y su aprendizaje de la lengua
radas como repositori
mexicana. Destaca su lectorado en el Colegio de Santa Cruz de Tlate­
Fray Juan de Te
loleo desde su fundación, en 1536, hasta el final de su vida. Veamos
lo cita repetidament~
su retrato.
l! Jerónimo de Mendi
1. Como en resumen, así lo expresa Joaquín García Icazbalceta en Bibliografía
Mexicana del siglo XVI. Catálogo razonado de libros impresos en México de 1539 vez Joaquín García Icazb.
3 ¡bid., p. 551 Y 66~
a 16QO, México, 1886. Nueva edición por Agustin Millares CarIo, México, Fondo
4. El primer texto con
de Cultura Económica, 1954, p. 328.
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGÚN 237

los Muy macizo cristiano. .. manso, humilde, pobre y, en su conversaClOn


¡, a avisado y afable a todos... amó mucho el recogimiento... se ocupó
ene­ sesenta y un años en predicar, confesar, doctrinar y mejorar el Colegio
grá­ de Santa Cruz, a enseñar latinidad y buenas costumbres ... 2
¡un- Respecto de su obra es también quien primero se preocupa por
comentar algunos de sus escritos. Y así nos dice que escribió "sermo­
ales nes doblados de todo el año, elegante postilla sobre epístolas y evan­
IDO­
gelios dominicales, las pláticas de los doce primeros padres y otros
,el tratados de escogidísima lengua. 3
:ura Sobre la Historia general Mendieta nos ofrece dos citas que vale
)m-
la pena comentar. En la primera escribe:
de
'ato y como hombre que más inquirió los secretos de esta lengua. .. com­
puso un Calepino (que así lo llamaba él) de doce o trece cuerpos de
marca mayor, los cuales yo tuve en mi poder, donde se encerraban
todas las maneras de hablar que los mexicanos tenían... Éstos, por
ser cosa tan larga, no se pudieron trasladar.
LtOS
)US
La segunda, aunque similar a la primera, contiene algunas dife­
rencias dignas de ser notadas:
~bo
or­ Yo tuve en mi poder once libros de marca de pliego en que se con­
jor tenían, en curiosísima lengua mexicana declarada en romance, todas
las materias de las cosas antiguas... los cuales libros también com­
:na puso con intento de hacer un Calepino en que se diese desmenuzada
de toda la lengua mexicana que es de maravilloso artificio:'
el
iva Como vemos, en un lugar habla de doce o trece cuerpos de libros
que "no se pudieron transladar" (al castellano); en otro, de once
de "curiosísima lengua mexicana declarada en romance", ¿Se refiere
'go
de Mendieta a dos distintos traslados de la Historz'a general, o es uno
rá­ citado con poca precisión? Y si son dos, ¿aludía a los que hoy
la. llamamos Códices Matritenses, o a la copia final, "de buena letra,
a: sacada en blanco" en 1569? Quizá la lectura detallada de otras
IOr
fuentes coetáneas nos ayudaría a una aclaración. Por el momento
ua pensemos que las obras del franciscano fueron consultadas y conside­
te­ radas como repositorios de la antigua sabiduría.
lOS
Fray Juan de Torquemada, que también convivió con Sahagún,
lo cita repetidamente en su Monarquía indiana, obra que terminó

fía 2 Jer6nimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana. La publica por primera


39 vez Joaquin García Icazbalceta, México, 1870, p. 664.
do 3 Ibid., p. 551 y 663.
4 El primer texto corresponde a la p. 551; el segundo a la 663.
238 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PRIMJ

de redactar hacia 1612. En ella dedica un breve capítulo "al vene­ nardino: "uno de los Cl
rable padre fray Bemardino de Sahagún"; sigue casi textualmente a en escribir y curioso en
Mendieta aunque añade algunos datos nuevos como los de la descrip­ explícito es en la desCl
ción del entierro "con los colegiales de Santa Cruz con hopas y becas del Calepino, "que era
haciendo sentimiento de su muerte".:; la Conquista, "cuyo OI
Respecto de las obras de fray Bemardino, Torquemada repite las de Montemayor, presÍ<
enumeradas por Mendieta; de alguna otra como el Vocabulario tri­ España .. , y del que te
lingüe, en latin, castellano y mexicano, nos dice "que yo tengo en bién un Arte, Sermone,
mi poder". Las noticias que aporta acerca de la Historia general, y Epístolas "donde he
son también las de Mendieta. Como fray Jerónimo, habla de los once vale la pena recordar
libros acerca de "todas las materias que los indios usaban en su in­ escribió acerca de ella.
fidelidad. .. Los cuales compuso con idea de hacer su Calepino". hace comentarios de iI
y termina el capítulo sobre Sahagún con una larga lista de escritos padres en dos libros", I
de Índole religiosa que no han llegado hasta nosotros pero que varios que de hombre escritas;
bibliógrafos registran. Vale la pena reproducirla y pensar que quizá la Vida de San Bemar,
algunos de los títulos de ella eran variantes de un mismo tema: tellano y mexicano, que
Declaración parafrástica y el símbolo de quicumque vult; Declaración
del mismo símbolo por manera de diálogo; Plática para después del Sahagún en las obras d
bautismo de los niños; La vida y canonización de San BernardinQ; de los siglos XVII y XVIn
Lumbre espiritual; Leche espiritual; Bordón espiritual; Regla de los
casados; Fruta espiritual; Impedimento del matrimonio; Los manda­ Los historiadores de
mientos de los casados; Doctrina; para los médicos; Tratado de siete en sus crónicas y meno'
colaciones, muy doctrinales y morales.fJ nardino admirado como
Importa destacar que Torquemada, por encima de seguir fiel­ y en las antiguallas de
mente a Mendieta, conoció la obra de Sahagún y a menudo aduce el nombre permaneciera ,
testimonio del franciscano como autoridad en la materia que está bibliógrafos destacados
tratando, sobre todo cuando quiere dar veracidad a un suceso o a por varios eruditos ilustr
una realidad singular del México antiguo. Sirvan como ejemplos las los primeros hallazgos d
descripciones del templo mayor de la ciudad de México y la narra­ Los tres bibliógrafos
ción de los sucesos de la Conquista. 7 nelo, Lucas Wadding y
De considerable valor es el testimonio del tercer cronista francis­ te, fray Juan de San .Al
cano, fray Agustín de Vetancurt porque a través de él se nos hace cisco Xavier Clavijero, J
presente el recuerdo de Sahagún a poco más de un siglo de su muerte, A través de todos ellos
en 1698. En este año fray Agustín publicó su Teatro mexicano, en ese particular mundo
obra en la que se recoge copiosa información sobre la historia de la se lograron tantos halla
Nueva España. Al hablar de los varones ilustres nos dice de fray Ber­ Antonio de León P
grafo que vio impresa
5 Fray Juan de Torquemada, J\{onarquM indiana, edici6n preparada por el
"Seminario para el Estudio de Fuentes de Tradici6n Indigena", bajo la coordina­
famoso Epítome de la
ci6n de Miguel Le6n-Portilla, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Hist6·
ricas, 1975.1983, v. 6, p. 26B. 8 Fray Agustín de Veta
6 [bid., v. 6, p. 268. México, Editorial Porrua, l!
7 [bid., v. 3, p. 219 Y v. 6, p. 266. hecha en México por doña :
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGÚN 239

,vene­ nardino: "uno de los cuatro primeros lectores de llatelolco, incansable


nte a en escribir y curioso en investigar las cosas y casas de la tierra". Más
scrip­ explícito es en la descripción de sus obras. Habla, en primer lugar
becas del Calepino, "que era de doce cuerpos" y de la segunda versión de
la Conquista, "cuyo original vide en poder de don Juan Francisco
te las de Montemayor, presidente de la Real Audiencia que 10 llevó a
~ tri­ España ... y del que tengo en mi poder un traslado", Registra tam­
¡O en bién un Arte, Sermones para todo el año, Postilla de los Evangelios
rteral, y Epístolas "donde he aprendido muy elegantes periodos". Y aquí
once vale la pena recordar que Vetancurt cultivó la lengua mexicana y
u in­ escribió acerca de ella. Otras obras de Sahagún de las que Vetancurt
ino". hace comentarios de interés son las "Pláticas de nuestros primeros
mtos padres en dos libros", que más parecen del Espíritu Santo reveladas
rarios que de hombre escritas; la Psalmodia, la Vida de Cristo y los santos;
}uizá la Vida de San Bernardino y un "Vocabulario trilingüe en latín, cas­
:ma: tellano y mexicano, que destrozado, tengo en mi poder".8
zción
f del
:lin(); Sahagún en las obras de los bibliógrafos y eruditos
e los de los siglos XVII y XVIll
'nda­ Los historiadores de la orden franciscana fueron sin duda los que
siete en sus crónicas y menologios guardaron la memoria de un fray Ber­
nardino admirado como gran evangelizador y como sabio en la lengua
fiel­ y en las antiguallas de los indios. Ellos hicieron posible que su re­
re el nombre permaneciera vivo y que su obra fuera reseñada por tres
,está bibliógrafos destacados del siglo xvn y, ya en la centuria siguiente,
o a por varios eruditos ilustrados, quienes tuvieron la fortuna de presenciar
I las los primeros hallazgos de los manuscritos de nuestro franciscano.
Lrra- Los tres bibliógrafos a que me refiero son Antonio de León Pi­
nelo, Lucas Wadding y Nicolás Antonio; los eruditos del siglo siguien­
IlCÍs­
te, fray Juan de San Antonio, Juan José de Eguiara y Eguren, Fran­
o.ace cisco Xavier Clavijero, Juan Bautista Muñoz y Angelo María Bandini.
erte, A través de todos ellos podemos apreciar cómo Sahagún va entrando
rmo, en ese particular mundo de la Ilustración y el Neoclasicismo en el que
ela se lograron tantos hallazgos que hoy nos siguen apasionando.
Ber- Antonio de León Pinelo tiene el mérito de ser el primer biblió­
r el
grafo que vio impresa una obra consagrada al Nuevo Mundo, el
lina­ famoso Epítome de la Biblioteca Oriental y Occidental, Náutica y
ist6­
8 Fray Agustin de Vetancurt, "De los varones ilustres", en Teatro llIexicano,
México, Editorial Porma, 1971, p. 139. (Esta edici6n es facsimilar de la primera
hecha en México por doña Maria de Benavides en 1698.)
16
240 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PRIMI

Geográfica, Madrid, 1629.9 Pinelo había vivido en Tucumán y Cór­ adjumento sacrÍs con<
doba y había estudiado en la Universidad de Lima; no es extraño Recuerda sus principale!
que se interesara por dar a conocer los autores en lenguas indígenas. Postilla, Pláticas de los
Jurista destacado y Cronista de Indias, trabajó gran parte de su vida quista de México. Al c
en la RecoPilación de las Leyes de Indias que se publicó en el reinado título la definición de
de Carlos II en 1681. Hombre enamorado de los libros, reunió en los indios usaban en S1.:
Madrid una excelente biblioteca sobre impresos y manuscritos del y ceremonias, como de
Nuevo Mundo, lo cual le facilitó la elaboración de su Epítorru!. Gracias a la obra d
Respecto de las obras de Sahagún, Pinelo reproduce los títulos y Antonio, Sahagún y
que encontramos en Torquemada, lo cual es natural si recordamos que en el gran repertorio 1
la Monarquía indiana, Sevilla, 1615, era, en aquel momento, la his­ monio para los lectore
toria más reciente sobre América. En unas cuantas líneas resume americano mestizado yé
la Historia general, a la que llama "Historia de las cosas antiguas que Pero fue en el sigl(
los indios usaban en su infidelidad, así de sus dioses, idolatrías, ritos obra empezaron a adq
y ceremonias, como de su gobierno, leyes y policía". El título es en otro cronista franciscaI
realidad la descripción que Mendieta y Torquemada habían utilizado autor publicaba en M:
para definir aquellos once o doce libros de Sahagún que llamaron tam­ ella daba noticia de u
bién Calepino. tantes: era, nada mene
El franciscano Lucas Wadding logró publicar la primera biblio­ general de las cosas dt
grafía completa -hasta donde esto es posible- de sus hermanos Tolosa, en el País V¡
de orden. Intitulada Scriptores Ordinis Minorum, Roma, 1650, en Juan José de Eguiara
ella aparece la Historia general bajo el título de "Dictionarium serviría para estimular
copiosissimum. .. q uod aliqui... Ca1epinum vocabant". La presen­ Bautista Muñoz, Croni
cia de Sahagún en esta obra ayudó a que fuera conocido en un A México, la notil
nuevo país y por un nuevo grupo de lectores. en un momento en qu
salió a la luz en 1755
El tercer bibliógrafo del siglo XVII, Nicolás Antonio es uno de los
virorum. Escrita en la
grandes autores que, dentro del humanismo de su tiempo, logró pe­
concebida con erudici<
netrar en el conocimiento de la riqueza cultural que se encierra en Ernesto qe la Torre e!
los libros. Si León Pinelo fue el precursor con su Epítome, Nicolás facsimilar. l1 Sahagún
Antonio es el gran bibliógrafo del Barroco que integra un universo es el estudiante que d
de autores y de obras y a través de ellos nos muestra la capacidad de der una gran aventura
creación de un pueblo. Su obra está concebida en dos partes, Biblia­ de latinidad en el esc
theca hispana vetus, 1696 y Bibliotheca hispana nova, 1672, ambas TlateIolco. Es también
publicadas en Madrid; es precisamente en esta última, aunque pri­ nas, escritor en náhu:
mera en salir a la luz, donde cobran vida los escritores del Nuevo valor de ellos, EguiaJ
Mundo y desde luego, nuestro Sahagún. De él afirma que es perito mismo dice ha tomad
en la lengua mexicana y escritor de libros "qui maximo sunt hodie
:10 Nicolao Antonio H

Fue tal el interés que despertó el Epítome que un siglo después, en 1737,
9 torum, 2¡¡. edición, Matriti
salió una segunda edición muy ampliada, por el erudito Andrés González Barcia, 11 Juan José de Egui;

cofundador de la Real Academia Española. Ernesto de la Torre Villa


PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGÚN 241

y Cór­ adjumento sacris concionatoribus atque animarum pastoribus".1íl


!Xtraño Recuerda sus principales obras: Arte, Diccionario trilingüe, Psalmodia,
ígenas. Postilla, Pláticas de los primeros padres de Nueva España y La Con­
u vida quista de México. Al citar la Historia general vuelve a utilizar como
'einado título la definición de Mendieta "Historia de las cosas antiguas que
nió en los indios usaban en su infidelidad, así de sus dioses, idolatrías, ritos
os del y ceremonias, como de su gobierno, leyes y policía, XI libros".
Gracias a la obra de estos tres bibliógrafos, León Pinelo, Wadding
títulos y Antonio, Sahagún y otros escritores en lenguas indígenas entran
os que en el gran repertorio bibliográfico universal, y pasan a ser un testi­
la bis­ monio para los lectores europeos del desarrollo cultural del mundo
resume americano mestizado ya por los aires del Renacimiento y del Barroco.
as que Pero fue en el siglo XVIII cuando las noticias sobre Sahagún y su
1, ritos obra empezaron a adquirir mayor dimensión y en tal hecho influyó
es en otro cronista franciscano, fray Juan de San Antonio. En 1732 este
ilizado autor publicaba en Madrid su Bibliotheca universal franciscana y en
1 tam- ella daba noticia de una novedad que tendría consecuencias impor­
tantes: era, nada menos que el hallazgo del manuscrito de la Historia
biblio­ general de las cosas de Nueva España en el convento franciscano de
manos Tolosa, en el País Vasco. La noticia fue recogida en México por
iO, en Juan José de Eguiara y Eguren, mientras en España, como veremos,
larium serviría para estimular el nunca satisfecho apetito histórico de Juan
>resen­ Bautista Muñoz, Cronista de Indias.
en un A México, la noticia dada por fray Juan de San Antonio llegó
en un momento en que Eguiara, preparaba su monumental obra que
de los salió a la luz en 1755, Bibliotheca mexicana sive eruditorum historia
ró pe­ virorum. Escrita en latín, era la primera gran bibliografía mexicana
:ra en concebida con erudición y nacionalismo, como ha puesto de relieve
~icolás Ernesto <;le la Torre en su "Estudio preliminar" a la reciente edición
lÍverso facsimilar. 11 Sahagún es figura importante en la obra de Eguiara,
:ad de es el estudiante que deja la Universidad de Salamanca para empren­
9iblio­ der una gran aventura como evangelizador en México, y es el maestro
de latinidad en el escenario del Imperial Colegio de Santa Cruz de
ambas
Tlatelolco. Es también el infatigable investigador de las cosas mexica­
e pri­
nas, escritor en náhuatl de libros eruditísimos. Consciente quizá del
~uevo
valor de ellos, Eguiara no se limita a repetirnos los títulos que él
perito
mismo dice ha tomado de Torquemada y Vetancurt sino que, en la
hodie
lO Nicolao Antonio Hispalensi, Bibliotheca hispana nova sive hispanorum scrip.
1737, torum, 2(1. edici6n, Matriti, apud Joaquimun de Ibarra, 1733, v. 2, p. 219.
Barda, 11 Juan José de Eguiara y Eguren, Biblioteca mexicana, edici6n preparada por
Ernesto de la Torre Villar, México, UNAM, 1986, v. 1, p. CCXCV.
PRIMER.'
242 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

mayoría de los casos, añade un valioso comentario. ;:)lfva de ejemplo crito en lengua mexicana
su descripción del Dictionarium trilingue (Vocabulario trilingüe) del cual se logró, como se pl
cual reproduce unas líneas del "Proemio". Este dato nos revela que sesión de julio del año c
tuvo a la mano algunos escritos del franciscano; además del Vocabu­ visitó al benedictino Mal
lario conoció los Sermones varios de dominicis defunctis idiomate Indias, para mostrarle o
mexicano . .. " quos authographos vidimus ... ad S. Jacobi de Tlate­ señó a Felipe Samaniego
loleo Franciscanorum". manuscrito con el que ¡
Respecto de la Historia general ofrece dos notas de interés. Por esta corporación quiso co
una parte nos habla de los libros "sobre las cosas naturales, civiles, derse de él. Francisco dI:
religiosas, animales, plantas, idolatrías, supersticiones... puleherrima­ balceta, en sus estudios :
que alia". Por la otra, describe el nuevo hallazgo UHistoriam univer­ suceso tomando como p
salem Novae Hispaniae in 12 libros distributam. Mss ... In Tolosanu RamÍrez había reunido d
Conventu Cantabricae Provinciae tomis quatuor".12 Eran, en realidad, De todo esto interesa
dos noticias de una misma obra que Eguiara no tuvo los datos sufi­ de Sahagún -el códiced
cientes para identificar como una sola. venían a constatar la eXÍl
Unos años después que Eguiara publicara su Bibliotheca mexicana, sólo era conocido en ]ru
otro mexicano ilustre, Francisco Javier Clavijero redactaba en su des­ grafías de los eruditos.
tierro de Bolonia la primera historia de México que, escrita por un La atmósfera se hac
novohispano, se haría famosa en Europa. Publicada en Cesena en comenzara el rescate de 1
1780, la Historia antigua de México y de la Conquista, guarda un dos siglos. Tocó esta ta
tardío testimonio de la perduración de la memoria de Sahagún. Clavi­ tiempo, Muñoz vivió pru
jero nos habla del "laborioso franciscano español, de su dedicación brado Cosmógrafo May
por sesenta años en la instrucción de los indios, de su perfección en conseguir el manuscrito I
el conocimiento de la lengua y la historia mexicanas. Como Eguiara, tado en castellano, iba :
conserva el recuerdo de una obra "que contenía todo lo relativo a abrirse. En 1783, con UI
la geografía, a la religión, y a la historia política y natural de México", el citado manuscrito, q'
a la cual nombra Diccionario universal de la lengua mexicana y Historia, en la que desp
ha~la del hallazgo de fray Juan de San Antonio, al que llama His­ Si bien es verdad q\
torza general de la Nueva España. El ilustre jesuita tampoco tuvo ninguna tarea en relacié
datos para establecer una correspondencia entre ambas obras ni supo ,de su obra, su acción
quizá que algunos de los cronistas que él consultó, particularmente consecuencias important
Torquemada y Herrera, habían bebido en aquel "Diccionario uni. como veremos, fueron 11
versal" del laborioso franciscano español. de la Histeria general
Si volvemos los ojos a España, veremos que la noticia dada por fray tiempo, fuentes importru
Juan de San Antonio despertó grande interés en los círculos académi· U n último hecho val
cos, y contribuyó a que se empezara a formar un ambiente muy re­ Me refiero a la publica
ceptivo para todo lo que se relacionaba con Sahagún y su obra. Pocos theca M ediceae Palatin
años después, en 1762, otro hecho vino a reforzar este ambiente. Angelo María Bandini.
Suce.dió que un miembro de la Academia de la Historia, Felipe Sa­ trabajo más logrado de.
mamego, supo que el librero madrileño Antonio Sanz vendía un manus­
13 Las aportaciones de

12 Ibid., p. 214. serán analizadas en las sigui


PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAOÚN 243

nplo crito en lengua mexicana. Los académicos decidieron comprarlo, lo


del cual se logró, como se puede leer en el acta de la Academia de la
'que sesión de julio del año citado. Pocos días después el mismo librero
lbu­ visitó al benedictino Martín Sarmiento, que había sido cronista de
rtate Indias, para mostrarle otro manuscrito en mexicano, quien lo en­
ate- señó a Felipe Samaniego. Ambos reconocieron el parentesco de este
manuscrito con el que acababa de adquirir la Academia. Aunque
Por esta corporación quiso comprarlo, el librero Sanz se negó a despren­
iles, derse de él. Francisco del Paso y Troncoso y Joaquín GarcÍa Icaz­
ma­ balceta, en sus estudios sobre Sahagún, cuentan detalladamente este
ver­ suceso tomando como principal información la que José Fernando
mu Ramírez había reunido durante su estancia en Madrid.:L3
Iad, De todo esto interesa resaltar que los hallazgos de los manuscritos
ufi- de Sahagún --el códice del convento de Tolosa y el de la Academia­
venían a constatar la existencia de las obras de aquel franciscano que
Ina, sólo era conocido en las crónicas de sus hermanos y en las biblio­
les- grafías de los eruditos.
un La atmósfera se hada cada vez más propicia para que alguien
en comenzara el rescate de la obra de Sahagún que ya llevaba esperando
un dos siglos. Tocó esta tarea a Juan Bautista Muñoz. Erudito de su
lvi­ tiempo, Muñoz vivió para reunir papeles y organizar archivos. Nom­
ión brado Cosmógrafo Mayor de Indias en 1770, pronto se avocó a
en conseguir el manuscrito guardado en Tolosa, el cual, por estar redac­
Ira, tado en castellano, iba a facilitar el nuevo camino que empezaba a
•a abrirse. En 1783, con una Real Orden, Muñoz logró llevar a Madrid
o" el citado manuscrito, que quedó depositado en la Academia de la
,
, y
'
Historia, en la que después se llamó Colección M uñoz.
ris­ Si bien es verdad que don Juan Bautista nunca pudo emprender
IVO ninguna tarea en relación con la vida de Sahagún ni con la edición
IpO de su obra, su acción respecto del códice hallado en Tolosa tuvo
!lte consecuencias importantes ya que se sacaron dos copias de él, que,
ni- como veremos, fueron los textos matrices para las primeras ediciones
de la Histeria general de las cosas de Nueva Espama y, al mismo
ay tiempo, fuentes importantes para conocer la vida del franciscano.
01- Un último hecho vale la pena recordar dentro del siglo de las luces.
re­ Me refiero a la publicación en Florencia, en 1793 de la obra Biblio­
:os theca M ediceae Palatinae in Laurentianam translatae Codices... de
te. Angelo María BandinÍ. Por vez primera, en ella aparecía descrito el
trabajo más logrado de Sahagún, el famoso Códice Florentino. Bandini
ISo­
13 Las aportaciones de estos tres investigadores, Paso, Icazbalceta y Ramírez
serán analizadas en las siguientes páginas.
244 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTIl,LA PRIMERA

reproduce fragmentos de algunos prólogos de los doce libros del Có­ fundizar en las raíces dt
dice, y la dedicatoria, en latín, antepuesta al libro VI, dirigida a fray conducían al pasado pre
Rodrigo de Sequera. en donde sustentar la raz~
La descripción de Bandini era como un faro de luz en el oscuro a poco, a medida que ('
camino hacia Sahagún y su obra. Un nuevo manuscrito, verdadera­ corriente historiográfica
mente espectacular, era dado a conocer. De manera que, a lo largo nista.15
del siglo XVIII se habían localizado tres grandes códices de la Historia Dentro de este Rena
general: el de Tolosa, el Matritense de la Academia de la Historia y consideradas como las fU(
el Florentino. 14 Una minoría ilustrada en Europa y México, podía todas ellas, la Historia g,
ya editarlos y comenzar a reconstruir la vida del hombre que los a ser un hallazgo único,
ideó. Tal realidad no tardó en suceder como veremos a conti­ lengua y la cultura del 1>.
.,
nuaClOn. la figura de su autor, e
vida estaba por ser invCl
Las primeras biografías de Sahagún: siglo XIX Alfredo Chavero, FranCÍl
Icazbalceta dedicaron pa
Al terminar la tercera década del siglo XIX, concretamente entre ciscano. Fuera de MéxiCl
1829 y 1831, aparecieron las dos primeras ediciones de la Historia ge­ Rémi Siméon y Eugene
neral de las COJas de Nue'va Espa1ña, según el texto del Códice de Tolosa.
tura en tomo a Sahagún,
Por una parte Carlos María de Bustamante, en México y por la otra
José Fernando Ram'
Sir Edward King, vizconde de Kingsbourough, en Londres, habían
riador, fue el primero qu
obtenido copias del manuscrito que tuvo en sus manos Juan Bautista
que proyectó acometer t
Muñoz. Por fin, la comunidad académica podía leer la famosa obra
de las ediciones de Bust.
que contenía "todo lo relativo a la geografía, a la religión y a la
Es posible que su agitad
historia política y natural de México". Y si bien ninguno de los dos
que entorpecieran sus tra
escritores incluyó biografía ni estudio introductorio a sus ediciones,
les hubiera algunos sobre
los prólogos que el mismo Sahagún antepuso a cada uno de los doce
compró su biblioteca, lo
libros, eran reveladores de la personalidad del franciscano. En resu­
valioso sobre el tema q\
men, la obra era un acicate para ahondar en la vida de su autor,
Es el relativo a los Códi
reconocido ya como el historiador que nos había legado la cosmovi­
demia de la Historia y
sión de una de las altas culturas de la humanidad.
de Fray Bernardino de S
Ahora bien, la nueva valoración de Sahagún no sería completa
la citada Academia, t. '
si no recordamos el contexto en que se produjo. Es necesario traer
trabajo fue de gran pr(
a la memoria el gusto por la historia que se desató desde fines del
Paso e Icazbalceta.
siglo XVIII y que culminó en un sentimiento de intensa historiofilia Alfredo Chavero, m:
en el seno de la vida cultural de Europa y América. Es la época del
del grupo de "los cien1
nacimiento de la egiptología, la asiriología y, tímidamente, del ameri­
monografía sobre la vid.
canismo. Respecto de México hay que recordar también otro factor
que ayuda a perfilar este contexto del que venimos hablando y es, 1ll Sobre este Renacimi.
concretamente el nacionalismo alentado vivamente a raíz de la Inde­ TeplI.ztlahclI.illoli, Impresos I
16 Así lo piensa Howar
pendencia. Investigadores y aficionados se lanzaron a la tarea de pro­
H andbook of Middle Ame:
14 El C6dice que se conserva en el Palacio Real fue dado a conocer más tarde, Wauchope General Editor, .
en la segunda mitad del siglo XIX. Vid, García Icazbalceta, op. cit., p. 357. p. 375.
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAG{;N 245

lel CÓ­ fundizar en las raíces de México, particulannente en aquellas que


. a fray conducían al pasado prehispánico, para buscar la herencia propia
en donde sustentar la razón histórica del México independiente. Poco
OSCUro a poco, a medida que el siglo avanzaba, se iba consolidando una
ladera­ corriente historiográfica que culminó en un Renacimiento mexica­
~ largo nista.15
ristoria Dentro de este Renacimiento, las crónicas del siglo XVI fueron
tona y consideradas como las fuentes genuinas que había que conocer. Entre
podía todas ellas, la Historia general de las cosas de Nueva España venía
ue los a ser un hallazgo único, un manantial inagotable de datos sobre la
conti­ lengua y la cultura del México antiguo. Ante tal tesoro, cobró interés
la figura de su autor, el franciscano de Sahagún de Campos cuya
vida estaba por ser investigada y valorada. José Fernando Ramirez,
Alfredo Chavero, Francisco del Paso y Troncoso y Joaquín García
entre Icazbalceta dedicaron parte de su tiempo a perfilar la vida del fran­
ia ge­ ciscano. Fuera de México, el español Cayetano Rosell y los franceses
'olosa. Rémi Siméon y Eugene Boban también entraron en esta gran aven­
~ otra tura en torno a Sahagún.
abían José Fernando Ramírez, político destacado y distinguido histo­
utista riador, fue el primero que enfocó la atención sobre Sahagún. Sabemos
obra que proyectó acometer un estudio acerca de él y corregir los errores
a la de las ediciones de Bustamante y Lord Kingsbourough. No lo logró.
~dos Es posible que su agitada vida, sus exilios en Europa, fueran factores
ones, que entorpecieran sus trabajos. Es posible también que entre sus pape­
doce les hubiera algunos sobre fray Bernardino y que Alfredo Chavero, que
resu­ compró su biblioteca, los consultara. loS Conservamos de él un trabajo
utor, valioso sobre el tema que nos ocupa, redactado en Madrid en 1865.
novi- Es el relativo a los C6dices Matritenses, particularmente al de la Aca­
demia de la Historia y al de Tolosa. Lo tituló "Códices Mexicanos
~leta de Fray Bernardino de Sahagún" y se publicó en 1885 en el Boletín de
traer la citada Academia, t. 4, p. 85-124. La infonnación reunida en este
del trabajo fue de gran provecho, como veremos, para las biografías de
Ifilia Paso e Icazbalceta.
del Alfredo Chavero, ministro de Porfirio Díaz, y miembro destacado
leri­ del grupo de "los científicos" es el primero que logra publicar una
ctor monografía sobre la vida y la obra del franciscano. La tituló "Apuntes
es,
15 Sobre este Renacimiento mexicanista vid, Ascensión H. de León-Portilla,
Ide­ Tepuztlahcuilloli, Impresos nahuas, México, UNAM, v. 1, p. 104 Y sigs.
lro- 16 Así lo piensa Howard F. Cline en su trabajo "Sahagún and his Works",
Handbook 01 Middle American Indian. Guide to Ethnological Sources, Robert
roe, Wauchope General Editor, Austin, University of Texas Press, 1973, v. 13, part 2,
p. 375.
246 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PRH

sobre bibliografía mexicana. Sahagún", Boletín de la Sociedad Mexi­ Cayetano Rosell, e


cana de Geografía y Estadística, México, 18i7, V. VI, p. 54. En ella de Madrid una nota
Chavero logra reconstruir los momentos más importantes de su vida cosas de Nueva Espai'
en correlación con la redacción de sus escritos. Toma como punto de Ese mismo año fue p
partida los datos proporcionados por los cronistas novohispanos, y, v. 2, p. 181-185. Aun
desde luego, los que el propio Sahagún antepone a los doce libros de de atención sobre la
la Historia general. Para Chavero, como para la mayoría de los bió­ mente sobre los códice
grafos de fray Bernardino, es precisamente la Historia la obra más niencia de patrocinar
interesante, aunque también la más difícil de estudiar. Al tratar de manuscritos conocidos
comprender la génesis de su elaboración, el erudito mexicanista llega Estos tres autores (
a distinguir diez traslados e incluso trata de reconocer la letra de en sus respectivos país(
algunos de los colaboradores del franciscano. El trabajo de Chavero bIes investigadores estu
es un meritorio intento con logros estimables en lo que se refiere a cano. Me refiero a De
periodización e identificación de manuscritos. Finaliza su estudio Francisco del Paso
exhortando a las instituciones oficiales a que se interesen por propiciar estos primeros biógraf(
las ediciones de las obras de Sahagún. él no publicó ninguna
Al mismo tiempo que en México cuajaban los primeros estudios das a García Icazball
biográficos, en Francia y España salían a la luz tres escritos sobre este sobre la vida del fran
mismo tema, debidos, como ya se dijo, a Siméon, Boban y Rosell. publicadas hasta que 1
Rémi Siméon, mexicanista destacado y autor, entre otras obras, Ignacio Bernal, deseenl
de un valioso Dictionaire de la langue nahuatl o mexicaine, publicó y obra de fray Bernar(
la traducción al francés de la Historia general con el título de Histoire Joaquín García Icazt
générale des eh oses de la Nouvelle Espagne, Paris, G. Masson Editeur, Náhuatl. Escritas en 1:
1880, LXXIX + 898 p., ils. En esta magna empresa contó con la Joaquín afirmó en su
colaboración de David Jourdanet, médico francés que había vivido de Del Paso y su ger
muchos años en México. Ambos elaboraron un amplio prólogo de pensar también en la ~
ochenta páginas con objeto de dar a conocer al lector de habla fran­ grafía debería ir firmac
cesa la geografía de Anáhuac y la historia mexicana del siglo XVI. Las cartas son un (
Jourdanet escribió acerca de la naturaleza del valle de México en que Icazbalceta le babí:
tanto que Siméon centró su atención en la vida de Sahagún y sobre biografía de Sahagún I
todo en el contenido histórico-etnográfico de su obra. Encontró espe­ define a estas respuesta
cialmente atrayente el libro VI y consideró la aportación del francis­ más de treinta, largas,
cano de gran utilidad para el historiador, el fil.slogo y el lingüista. tura complicada. Porqt
Un año después Eugene Boban sacaba a luz en París una obra de ciso, el contenido nos i
envergadura, Documents pour servir a l'histoire du Mexique. Catalogue traslados de Sahagún
raisonné de la collection E. Eugéne Goupil (ancienne Colleetion ]. M. Al leerlas nos percata:
Alexis Aubin) , París, Ernest Leroux, Editeur, 2 vóls. Boban había difícil, tras una pista a
llegado a México como anticuario de Maximiliano de Habsburgo y una labar detectivesca,
se quedó en este país veinticinco años. Parte del Catálogo son bio­ El hallazgo posterior '
grafías breves de historiadores famosos, entre ellas las de Bernardino 17 Francisco del Paso )
de Sahagún. gún", Estudios de Cultura
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGÚN 247

,Mexi­ Cayetano Rosell, en 1882 presentó a la Academia de la Historia


&n ella de Madrid una nota intitulada "Informe. Historia universal de las
u vida cosas de Nueva España por el R. P. Fray Bernardino de Sahagún".
nto de Ese mismo año fue publicado en el Boletín de la propia Academia,
nos, y, v. 2, p. 181-185. Aunque breve, el trabajo de Rosell es una llamada
JI'OS de de atención sobre la grandeza de la obra de Bernardino, concreta­
ps bió­ mente sobre los códices de Madrid y de Florencia y sobre la conve­
a más niencia de patrocinar una edición de la Historia general con los
tar de manuscritos conocidos y con otros que se pudieren descubrir.
l llega Estos tres autores contribuyeron a promover la figura de Sahagún
tra de en sus respectivos países. Pero, volvamos a México, donde dos incansa­
havero bles investigadores estudiaban a fondo la figura del misionero francis­
jere a cano. Me refiero a Del Paso y Troncoso y a García Icazbalceta.
:studio Francisco del Paso y Troncoso cuenta con un lugar destacado entre
lpiciar estos primeros biógrafos de Sahagún. Porque aunque es verdad que
él no publicó ninguna biografía, hoy día conocemos sus cartas envia­
ltudios das a García Icazbalceta que guardan un cúmulo de información
;e este sobre la vida del franciscano. Casi un siglo estuvieron esperando ser
:11. publicadas hasta que por fin en 1982 y 1983 las dio a la imprenta
obras, Ignacio Bernal, descendiente de don Joaquín. Con el título de "Vida
ublicó y obra de fray Bernardino de Sahagún, tema de dos cartas inéditas a
isloire Joaquín García Icazbalceta" aparecieron en Estudios de Cultura
Iiteur, Náhuatl. Escritas en 1884 y 1885, al leerlas confirmamos lo que don
On la Joaquín afirmó en su biografía de Sahagún, "la profunda sabiduría
vivido de Del Paso y su generosidad poco común. Frase que nos lleva a
~o de pensar también en la generosidad de Icazbalceta al decir que su bio­
fran­ grafía debería ir firmada por Del Paso y Troncoso.
I XVI. Las cartas son un cúmulo de respuestas a un sin fin de preguntas
:o en que Icazbalceta le había formulado con objeto de enriquecer la amplia
sobre biografía de Sahagún que estaba terminando de redactar. Aunque él
espe­ define a estas respuestas como "dos o tres noticias",17 en realidad son
mcis­ más de treinta, largas, cargadas de erudición, a veces incluso de lec­
a. tura complicada. Porque si bien el lenguaje de Paso es pulido y pre­
~a de ciso, el contenido nos introduce en la espesa maraña que rodeaba los
logue traslados de Sahagún y que aún hoy no está totalmente clarificada.
r.M. Al leerlas nos percatamos de que Paso se metió en una búsqueda
había difícil, tras una pista a veces perdida, ante la cual, el autor desarrolla
go y una labor detectivesca, no exenta de intuición e incluso de imaginación.
bio­ El hallazgo posterior de documentos confirma o desdice esta labor
:dino
17 Francisco del Paso y Troncoso, "Vida y obra de fray Bernardino de Saha­
gún", Estudios de Cultura Ndhuatl, México, UNAM, 1982, v. 15, p. 250.
248 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTIl.LA PRIM

pero al final siempre quedan datos firmes, atisbos valiosos. Si pen­ de conexión estructurae
samos que los escritos en forma de epístolas constituyen un género todos estos materiales y
importante en la literatura de todos los tiempos, estas cartas pueden ciscano que hoy, un sig
ser vistas como un ejemplo de "epístolas históricas" dentro de la Sin ánimo de emp
moderna historiografía mexicanista. de la biografía que n01
Dado que el contenido de las cartas de don Francisco está tan síntesis de los moment(
aprovechado en la biografía que Joaquín García Icazbalceta redactó los datos e interpretaci
sobre Sahagún, me parece conveniente y justo comentar conjunta­ En primer lugar, Í1
mente 10 aportado por ambos autores sin tratar de deslindar qué corres­ de Sahagún de los cm
ponde a cada uno de ellos, lo cual, además sería muy difíciL a la conclusión que est
Joaquín García IcazbaIceta es, sin discusión, el gran biógrafo vincia de Compostela }
de Sahagún. En 1866 publicó la que se considera obra modelo en a México en la "barc~
su género, Bibliografía Mexicana del Siglo XVI. Catálogo razonado Ciudad Rodrigo y lo~
de libros impresos en México de 1539 a 1600. En ella dedica casi de viaje, tanto de sus
cincuenta páginas a la "vida de fray Bernardino de Sahagún". Por fin genas que Cortés hab
el misionero franciscano, que había consagrado más de sesenta años Este dato es de gran il
a la comprensión de la cultura de los pueblos nahuas, cobra vida nes que Domingo Chi
como el gran etnohistoriador, antropólogo y filólogo dentro de la de la Conquista de M é
historiografía universal moderna. Importa a ambos
¿Cómo logró García Icazbalceta redactar tales páginas considera­ durante sus primeros
das aún hoy de lectura indispensable para cualquier sahagunista? cado a una triple fu:
Creo que no es ir demasiado lejos si consideramos que don Joaquín idas y venidas a los re
quedó atrapado cuando leyó la Historia general por el mundo que en de Puebla, Xochimilcc
ella logró plasmar su autor. Un mundo radicalmente diferente del Sahagún juvenil, dináJ
europeo en un momento histórico singular, en el que los seres huma­ siempre atento a las a
nos, ante un tremendo choque cultural, responden inventando solucio­ 10Ico, del que fue coí
nes para el futuro. Tal fue el siglo XVI novohispano. Icazbalceta ahondó primeros años tuvo la
en ese mundo y en sus protagonistas, particularmente en Sahagún. La reconstrucción
Durante años, busca datos sobre el misionero, establece correlaciones, la etapa siguiente, es (
interpreta hechos y logra estructurar una secuencia bibliográfica rica particularmente aquell
en información, de lectura atrayente y plena de actualidad. Su tra­ partir de 1558. Fue f
bajo es, en síntesis, una minuciosa reconstrucción de la vida de Ber­ se en tregó a la tarea de
nardino y un intento por recuperar los pasos, oscuros y aún perdidos, Años críticos en los q
de sus múltiples escritos y traslados. otros de inactividad i:
Para ello contó, en primer lugar, con los datos proporcionados por dad de los que él llam
el propio Sahagún en la Historia general y en otros escritos y con las 1580, representan el r
noticias de los cronistas, bibliógrafos y eruditos ya citados. Tuvo en su consolidación como
su mano libros y papeles de la rica biblioteca de Alfredo Chavero, Cruz y como el inves
que había pertenecido a José Fernando Ramírez, y desde luego de la la que hoy conocemo
suya propia, no menos rica. Contó con el artículo de Chavero y sobre España.
todo utilizó magistralmente el contenido de las cartas de Paso al dotar 1& Francisco del Paso
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGÚN 249
pen­ de conexión estructurada a las respuestas de don Francisco. Integró
género todos estos materiales y dio vida a la primera gran biografía del fran­
lueden ciscano que hoy, un siglo después, sigue teniendo plena actualidad.
de la Sin ánimo de emprender un análisis detenido sobre el contenido
de la biografía que nos ocupa, vale la pena, al menos, presentar una
:á tan síntesis de los momentos claves de la vida de Sahagún, así como de
~actó los datos e interpretaciones aportados por Icazbaleeta y Paso.
junta­ En primer lugar, interesa a ambos ahondar en los años juveniles
:arres­ de Sahagún de los cuales, hasta la fecha sabemos muy poco. Llegan
a la conclusión que estudió en Salamanca y que perteneció a la Pro­
¡grafo vincia de Compostela y no a la de Cantabria. Reconstruyen su venida
lo en a México en la "barcada de 1529" encabezada por fray Antonio de
mado Ciudad Rodrigo y logran registrar los nombres de sus compañeros
L casi de viaje, tanto de sus hermanos de orden, como de los nobles indí­
Dr fin genas que Cortés había llevado a España y que ahora regresaban.
años Este dato es de gran importancia y lo encontró Paso en las anotacio­
vida nes que Domingo Chimalpahin puso a un ejemplar de la Historia
3e la de la Conquista de México de López de Gómara, hoy perdido.18
Importa a ambos autores delimitar las actividades de Sahagún
dera­ durante sus primeros años de residencia en la Nueva España dedi­
lista? cado a una triple función, pastoral, administrativa y docente, con
lquin idas y venidas a los recién fundados conventos de Tlalmanaleo, Valle
le en de Puebla, Xochimileo y Michoacán. Ofrecen ellos la imagen de un
: del Sahagún juvenil, dinámico, entregado a la tarea misional y, a la vez,
lIIlla­ siempre atento a las actividades del Colegio de Santa Cruz de Tlate­
ucio­ loleo, del que fue cofundador en 1536 y en el que incluso en estos
Dndó primeros años tuvo largas estadías.
gún. La reconstrucción de Icazba1ceta y Paso permite mirar de cerca
Jnes, la etapa siguiente, es decir la de los años de madurez del franciscano,
rica particularmente aquellos que constituyen su etapa de investigador a
tra­ partir de 1558. Fue entonces cuando, por encargo de sus superiores,
Ber­ se entregó a la tarea de ahondar en el pensamiento del México antiguo.
idos, Años críticos en los que alternó periodos de entusiasta actividad con
otros de inactividad involuntaria, consecuencia del disfavor y hostili­
por dad de los que él llamaba sus "émulos". Estos años de madurez, 1558­
das 1580, representan el momento clímax en la vida y obra de Sahagún,
len su consolidación como el maestro por excelencia del Colegio de Santa
'ero, Cruz y como el investigador que, con su equipo, logra dar forma a
e la la que hoy conocemos como Historia general de las cosas de Nueva
)bre España.
>tar 18 Francisco del Paso y Troncoso, op. cit., p. 265.
PRIM:
250 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

Por otra parte ambos autores coinciden en desmagnificar el contro­ más datos y correlaci<
vertido tema de las persecuciones de que fue objeto Sahagún durante explicaciones lógicas, le
estos años de logros. A través de una descripción pormenorizada de que distinguen cuatro
los hechos desmenuzan las circunstancias que rodearon este asunto. la Historia general: el <
Especialmente Paso dedica muchas páginas a buscar el origen y las revisado en San Franci
causas de la enemistad de Motolinía y Sahagún y el ataque que y la copia final "mu
este último hizo al Calendario de fray Toribio, en 1569. Ambos pien­ Sequera.
san que tal ataque fue factor determinante en la actitud de fray Sobre los escritos ¿
Alonso de Escalona cuando en 1570 mandó dispersar los escritos de su paradero. En aquel 1
Sahagún. Concluyen que nuestro franciscano, de natural humilde, en poco después él mismo
aquel momento no se dejó llevar de la mansedumbre; antes bien se En cambio acertaron r,
guió por la pasión y así, dice Paso, "pagó tributo a la humana loleo que correlacionare
miseria". y el Sequera, con el F,
Recientemente, el hallazgo de un documento, ha venido a con­ raciones que hacen ac
firmar las sospechas de Paso e Icazbaleeta. Me refiero a la denuncia España los padres M¡
de fray Bernardino ante la Inquisición de una obra de MotolinÍa entregar a Juan de O
"que anda por esta Nueva España". Conservado en el Archivo Gene­ Preocupó a nuestr<
ral de la Nación de México, ha sido publicado por Georges Baudot. la suerte de estos mam
En él se transluce el final dramático de una enemistad; se dejan ver surgen nuevas dudas y
también, como dice Baudot, "las asperidades que rodean la elabora­ tentes con los que aqul
ción de la Historia General" .19 a España".2 1 Después (
dos: el manuscrito de
Respecto de la recogida de los papcles por Felipe 11 coinciden
cado a fray Rodrigo
también en emitir un juicio complejo en el que entran como culpa­
enredo, creado por fr
bles no sólo el rey sino también los seguidores de Ovando y algún dos virreyes portadorCl
religioso que denunció la obra. Pudo haber miedo, piensan ellos, ante sobrevino al crearse e
un libro en el que se hablaba con inusitada libertad de la Conquista, ViUamanrique, formad!
y que podía afectar la mentalidad de una sociedad que aún tenía de Alvaro Manrique d
presa la memoria en los acontecimientos relatados por Sahagún. Dentro de esta pr~
A estas y otras reflexiones no menos interesantes sobre la vida manuscrito de Tolosa.
de Sahagún se suman las muchas páginas que dedican a la descrip­ y Paso piensan que e1
ción de sus obras. Uno por uno los manuscritos del franciscano son texto castellano del F,
analizados desde sus orígenes hasta el presente, especialmente los que varro y Mendieta. La
constituyen la Historia general de las cosas de Nueva España. Los sus manos Juan Baut
lectores de Sahagún saben que aún hoy día los sahagunistas no han lord Kingsbourough y
llegado a un acuerdo sobre el número de traslados y escritos que a cualquier amante di
integran tal obra; obviamente más difícil era el tema hace un siglo. Para no alargar 1
Pues bien, la tarea de Paso e Icazbalceta consistió en buscar más y ceta y Paso, señalaré
20 No hay que olvid
Georges Baudot, "Fray Toribio de MotolinÍa denunciado ante la Inquisi­
19
ci6n por fray Bernardino de Sahagún en 1572", Caravelle. Cahiers du Monde manos los Códices Matritl
Hispanique et Luso Bresilien, Université de Toulouse - Le Mirai!, 1990, nQ 55, de José Fernando Ramíre
21 Joaquín Garda lea
p. 13-17.
PRIMERAS BIOGRAFÍAS DE SAHAGúN 251

Icontro­ más datos y correlacionarlos mediante posibilidades hasta alcanzar


durante explicaciones lógicas, lo más precisas posibles. Son ellos los primeros
lada de que distinguen cuatro manuscritos cardinales en la elaboración de
asunto. la Historia general: el de Tepepulco; el de Tlateloleo, de "ruin letra",
tl y las revisado en San Francisco de México; el de 1569, de "buena letra"
Ue que y la copia final "muy historiada" entregada a fray Rodrigo de
IS píen­ Sequera.
fe fray Sobre los escritos de Tepepulco ambos opinan que se desconoce
~tos de su paradero. En aquel momento no imaginaba don Francisco que muy
lde, en poco después él mismo los identificarla en los Códices Matritenses. 20
bien se En cambio acertaron respecto de los demás manuscritos: el de Tlate­
turnana loleo que correlacionaron con el Códice de la Academia de la Historia
y el Sequera, con el Florentino. Interesantes son también las conside­
a con­ raciones que hacen acerca del Sumario hoy perdido que llevaron a
~uncia España los padres Miguel Navarro y Jerónimo de Mendieta para
~tolinía entregar a Juan de Ovando.
Gene­ Preocupó a nuestros autores, sobre todo a Icazbalceta, cuál fue
laudot. la suerte de estos manuscritos, y así nos lo hace saber: "en este punto
an ver surgen nuevas dudas y no alcanzo a relacionar bien los códices exis­
labora- tentes con los que aquí se hicieron, ni con los que aparecen remitidos
a España".21 Después de una larga reflexión concluye que fueron sólo
nciden dos: el manuscrito de 1569 llevado por el virrey Enríquez y el dedi­
culpa­ cado a fray Rodrigo de Sequera. Mérito indiscutible es deshacer el
. algún enredo, creado por fray Agustín de Vetancurt de la existencia de
~, ante dos virreyes portadores a España de textos de Sahagún. Tal enredo
quista, sobrevino al crearse el nombre de un virrey imaginario, Martín de
, tenía Villamanrique, formado con el nombre de Martín Enrlquez y el título
de Alvaro Manrique de Zúñiga, marqués de Villamanrique.
l vida Dentro de esta preocupación los autores prestan gran atención al
escrip­ manuscrito de Tolosa. Después de una larga disquisición, Icazbaleeta
y Paso piensan que es una copia coetánea, con ligeras variantes, del
lo son
texto castellano del Florentino, llevada a Tolosa por los padres Na­
l'! que
varro y Mendieta. Las vicisitudes del Códice desde que 10 tuvo en
~. Los
1:) han
sus manos Juan Bautista Muñoz hasta que 10 editaron Bustamante,
lord Kingsbourough y Rémi Siméon es también un relato que atrae
s que
a cualquier amante de la historia.
siglo.
Para no alargar más este comentario a la biografía de Icazbal­
nás y
ceta y Paso, señalaré una última aportación que da luz en el pano­
nquisi­ 20 No hay que olvidar que ninguno de estos autores habl.a tenido en sus
Ilonde manos los Códices Matritenses. Ambos trabajaban con los datos del citado artículo
nQ 55, de José Fernando Ramírez.
21 Joaquín Garda Icazbalceta, op. cit., p. 352.
252 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

rama de los escritos de Sahagún. Me refiero a la rica información que


proporcionan acerca de textos hasta entonces poco conocidos como la
segunda versión de la Conquista, el Kalendario, el Arte Adivinatoria,
el Vocabulario en tres lenguas, la Postilla y otros. La descripción de
tales escritos es un valioso complemento a este primer estudio biográ­
fico sobre fray Bernardino y un paso importante en el conocimiento
del corpus sahaguniano.
Al reflexionar sobre el valor de esta biografía trazada conjunta­
mente por Icazbalceta y Paso cabe considerarla como una piedra
miliar en el largo camino que lleva a Sahagún y a su mundo, a la
vez que un trabajo modelo de erudición, intuición e imaginación, de
búsqueda y reconstrucción histórica. A través de ella, descubrimos un
Sahagún. humanizado, incansable en su búsqueda de la vida y la EN

historia de los pueblos nahuas, sorteando toda clase de escollos pro­


venientes de dentro y fuera de su orden y dueño siempre de voluntad
y fortaleza para realizar su vocación. Ambos historiadores mexicanis­
tas, al profundizar en el conocimiento de Sahagún, nos ofrecen tam­
bién una lección de comprensión histórica calibrando las circunstancias
y miserias humanas que rodean a todo hombre que se echa a cuestas
el logro de una gran tarea. Nosotros, en víspera del siglo XXI, somos
deudores a estas dos figuras de habernos dejado un camino abierto
a Sahagún y a su siglo dentro de un espíritu de humanismo.
En resumen, todos estos investigadores que contribuyeron al Rena­
cimiento mexicanista, emprendieron un rescate a fondo de la memoria
de Sahagún y lograron dar un paso fundamental en el conocimiento de
la compleja obra del franciscano. Ellos fueron también los que trans­
mitieron sus inquietudes y sus afanes a los estudiosos del siglo xx.
Con apoyo en sus aportaciones y también en nuevas formas de
acercamiento a los textos de Sahagún y sus informantes, los bien co­
nocidos investigadores Eduard Seler, Wigberto Jiménez Moreno, Án­
gel Ma. Garibay, Luis Nicolau D'Olwer, Howard F. Cline, Charles
E. Dibble, Arthur J. O. Anderson, Manuel Ballesteros, Miguel León­
Portilla, Georges Baudot, José Luis Martínez y otros vendrían a enri­
quecer considerablemente nuestro conocimiento acerca de la vida y la
obra de fray Bernardino.22
22 Son también de recordar muy especialmente en este contexto los conjuntos
de trabajos acerca de Sahagún, editados por Munro S. Edmonson, Sixteenth Gen­
tury Mexico. The Work of Sahagún, Albuquerque, School of American Research
and University of New Mexico Press, J. Jorge Klor de Alva et alii, The Work of
Bcrnardino de Sahagún, Píoneer ethnographer of Sixteenth Mexico, Albany, The
University at Albany State of New York, 1988.
Ascensi6n H. de León-Portilla (ed.), Bernardino de Sahagún. Diez estudios
acerca de su obra, México, Fondo de Cultura Económica, 1990.
:ión que
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lCÍón de
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COZCACUAUHCO EN EL LUG

LIBRADO SILVA GALEANA

Ahtlamiz noxochiuh,

ahtlamiz nocuic,

yn noconehua, zan nicuicanitL

xexelihui, moyahua.

Cohcozahua in xochitl,

za ye oncalaquilo

zacuancalihtic.

Tlahuizcalli moquetza, zacuantototl cuica. In itlayahualiuhcan altepetl,


in tetepeh nezquiani chalchiuhcozcatl icuentaxhuan in ¡pan iquech~
cuauhyo ce cualnezcacihuapilli. In techahchan cihuameh ihcihui in
quichihua in nealmazaliztli inhuicpa in ahquihuan ye onquizazqueh
milla ahnozo cuauhtla. Ce matlalticapoucmixpoyactli mohuihuixoa te~
Se yergue el amanecer, e
~a1ic~ac in ica inyohuahtzincaticacuicauh in totopiltin. In tlahchihqueh
los picos de los montes 9
In tZIncahuahtihuitzeh, ica intzopclic ihuan intetlatlatzilhuiliztlamamal
cuello de una bella princ
iyeccampa in cuauhicpalli, ye mocuepa inchan inic ye quipehualtizqueh
el desayuno para los qu
occe tequitl. Tlahuilcopa in tetepeh Ayohquemmitl, Ometepetl ye quim­
montaña. Una tenue nul
mocuapepetlaquiltilia in totahtzin tonaltzintli. Nohhuian tlecuilco ye
casas al compás del con
cueponi in tlecohcomoctli yuhquin ce coztica ihuan chichiltica xochi­
que han ido a recoger el
mahpictli. Itech in metlad ye caquizti in ica matlaxcaloah in cihuameh
y con su carga dulce y (
ihuan tlacualchihualoyan, tlacualoyan ye tentimani ica in iahhuiyacayo
regresan a sus casas y :
in cozatolli.
donde se desparrama la
rros lucen una corona d
sus sienes. En todos los
II
ramos de flores amarl1lru
Liborio, ce miltequitqui in oc telpocatl, zan cempoalli ihuan ce xihuitl de las manos de las mu
in quipia, ye millatquitl tlatlalia, cahuahcalpa quiquixtia in icahuahyo, medores se inundan cor
EN EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES

NA LIBRADO SILVA GALEANA

No acabarán mis flores,


" no' cesarán mis cantos.
Yo cantor, los elevo,
se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
se marchitan y amarillecen,
serán llevadas allá,
al interior de la casa
del ave de plumas de oro.

(Ms. Cantares mexicanos, Bi­


blioteca Nacional de Méxi­
tepetl, CO, foL 16v.)
[uech­
lui in
~queh I
Ja te­
lqueh Se yergue el amanecer, canta el pájaro zacuán. Alrededor del poblado
namal los picoS de los montes semejan las cuentas de un' collar de jades en el
UJueh cuello de una bella princesa. Las amas de casa se apresuran a preparar
:¡uim­ el desayuno para los que en seguida saldrán a las sementeras o a la
:0 ye montaña. Una tenue nube azul de humo se mece sobre los techos de las
cochi­ casas al compás del concierto matinal que entonan los pajarillos. Los
ameh que han ido a recoger el aguamiel montados en ancas sobre sus bestias
lcayo y con su carga dulce y empalagosa colgando del lado derecho del fuste
regresan a sus casas y se disponen a iniciar una nueva tarea. Hacia
donde se desparrama la claridad, los montes Ayohquerrunitl y Dos Ce­
rros lucen una corona de, luz que nuestro padre el sol ha puesto sobre
sus sienes. En todos los hogares ya abren sus corolas las fogatas cual
ramos de flores amárillas y rojas. Junto al metate se oye el suave golpear
ihuitl de las manos de las mujeres que hacen las tortil1asy las cocinas y co­
lhyo, medores se inundan con el aromático olor del atole amarillo.
17
EL LUGA
256 LIBRADO SILVA GALEANA

quitlapechia ihuan zan quichixtica in icihuauh, in hoca Xochitl, in


quinotzaz iníc almzaloz ihuan zatepan tlahzolcuiti milla, in itocayohcan
Cozcacuauhco, ixpan Ayohquemmitl, intzalan Comaltepec ihuan Oco­
tepetl. Ce tlecohcoyoctic chichi in itoca "Yaotequihua" nohhuian qui­ Líborio, un joven campesin
tocatinemi iníe onyaz milla, quihuicaz in iteco. ros, saca del machero a su
Vece ce tlamatli quitequipachoa, in millahtli can yaz tlahzolcuiti Xochitl, su mujer, lo llaml
no occe yexcan tlacah itech motlaicoltia ihuan quineltoca inyaxca. tura a un lugar del bosque
Quin ahmo huehca, zan ye cequi metztli, yehuatl in Líborio oqui­ al monte Ayohquemmitl, e
chipauh ce tlallí ompa; cenca tequiyo ipampa miec cuauhtapahzoltic to de nombre "Capitán" le
ihuan tecomac. Macihui ipan ocenquizcatequit, yece in ihcuac ye tla­ pañar a su amo.
toquizpan ihuan oc quintlalmomolonizquiani in occehcan tlalli, in Coz­ Pero una cosa lo preo
cacuauhco milli ye oquicahcauh cequi chicueyilhuitl ihuan ihcuac ye pastura forma parte de U]
omocuep ye ipan tequitiz ye tlachiuhtli in tlalli. Zan iuhqui in oquicauh, de otros pueblos las consí
yece quinemiliaya: "¡ Quenin, nehuatl onicchipauh, in onictequixtili, Hacía apenas unos m
onictechinanquechili. Huehyi in tetl in onicquixtili, ihuan mochi onicyec­ en ese lugar, labor muy pe
tlali; oniczacacopinili, ihuan occequi quitoca ihuan za quichixtoqueh in estaba muy pedregoso. N
pixq uiztli !" ya en el periodo de siem1
tuvo que abandonar ésta
ella para prepararla, ya e
III mento, no obstante, pen&
las piedras, le levanté un
Cuicachimal ayahui,
y lo arreglé todo, le arrar
tlacochquiahui tlalticpac,
cosecha!"
in nepapan xochitl on yohualla ica.

Ve tetecuica in ilhuicatl.

Xochitl nien ahmo quimatia in inamic oquíeuic ce tlalli Cozca­


cuauhco, in ye oquíehipauh ihuan ye hue1 cualli in oquicauh in ompa
tlatocoz. Vece ce tonalli oquilhui:

- Ticmatiz, niauh nitlahzolcuiz.


-¿ Can titlahzolcuiti?
-Can otechquixtilihqueh in tlalli.
Occehpa nocue1 oquilhui:
- j Tleica ahmo niaz!
Xochitl ni siquiera e:;
Vece huel nelli ahmo motlapaloaya. Ce tonalli omopachohqueh en Cozcacuauhco un ter
occequi tlacotenca ipan inon tlalli. Ye tlatoctli, mochi ye tlatoctli. Tlein dolo ya totalmente apto
quichihuazquia? Ye momati, in ihcuac ye imman, in ihcuac ye tlato­ -Sabes, voy a recog
quizpan ye axihua inic ye tlatocoz. Oaxihuac ¡huan ye tlatoctli in tlalli. -¿A dónde vas a re
Mochtlacatl tlaocoyaliztica in omocuepqueh, in quinemiliaya hueliz ayc - j Donde nos quita
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 257
nitl, in
yohcan II
10CO­
~n quí- Liborio, un joven campesino de 21 años, recién casado, prepara sus ape­
ros, saca del machero a su mula, le pone el aparejo y s6lo espera que
~olcuiti Xochitl, su mujer, 10 llame a desayunar para después ir a recoger pas­
ca. tura a un lugar del bosque de nombre Cozcacuauhco que queda frente
loqui­ al monte Ayohquemrnitl, entre Comaltepec y Ocotepetl. Un perro pin­
hzoltic to de nombre "Capitán" lo sigue de un lado a otro ya dispuesto a acom­
~e tIa- pañar a su amo.
1 Coz­ Pero una cosa lo preocupa, la sementera a donde ha de ir por la
lac ye pastura forma parte de unos terrenos que están en litigio, pues gentes
icauh, de otros pueblos las consideran también propios.
.ñxtili, Hacía apenas unos meses, él había desmontado su propio terreno
kyec­ en ese lugar, labor muy pesada pues aparte de estar lleno de matorrales
leh in estaba muy pedregoso. No obstante, trabajó en él intensamente; pero,
ya en el periodo de siembra y teniendo que atender sus otras tierras,
tuvo que abandonar ésta durante algunas semanas y, cuando llegó a
ella para prepararla, ya estaba sembrada. Dejó las cosas así por el mo­
mento, no obstante, pensaba: "¡ Cómo, yo desmonté la tierra, le saqué
las piedras, le levanté una cerca. Gran cantidad de piedras le saqué,
y lo arreglé todo,. le arranqué el zacate, ¡ y otros siembran y esperan la
cosecha!"

ozca­ III
~mpa
Envuelve la niebla los cantos del escudo,

sobre la tierra cae lluvia de dardos,

con ellos se obscurece al color de todas las flores.

Hay truenos en el cielo.

(Ms. Romances de los señores de la Nueva Espa­


ña, Colecci6n Latinoamericana de la Universi.
dad de Texas, fol. 6r.)

Xochitl ni siquiera estaba enterada de que su marido había tomado


tueh en Cozcacuauhco un terreno al que ya le había hecho limpieza deján­
1ein dolo ya totalmente apto para la siembra, hasta que un día le dijo:
ato­ -Sabes, voy a recoger pastura.
alli. dónde vas a recogerla?
ayc - j Donde nos quitaron la tierra!
EL L
258 LIBRADO SILVA GALEANA

En otra ocasión nut


ma quemman quincuepilizquiani. TIein huel quichihuazquiani? Ahtle, - ¡ Por qué no he d
immanon ahtlei omochiuh. Pero en verdad no •
Ayac oquihto: "Ma tiacan, ma titotel~~ican, ma tictei::,pan~uic~~ pueblo a aquellas tierra
in topan mochihua, hueliz can techoncueplhzqueh, can. qmhta 10 eJI­ bradas! ¿Qué podían 1
dos." Ihcuac omohtac ohuihtic in itla mochihuaz. i Qumcahcauhqueh
cuando ya estamos en t
in tlatlaltin. Ahmaca oquihto: "Ma tictlalican aca topan tlahtoz", ahtle,
garon ¡ y ya estaban se:
iuhqui mochi omocauh.
como presintiendo que
Ihuan ce tonalli, ipan metztli octubre, Liborio oquihto, quilhui in dían hacer? Nada) en 4
icihuauh. Nadie dijo: "Pues
-Xinechchia, niauh nitlahzolcuiz can onechquixtilihqueh in tlalli. ber 10 que nos ocurre t
Quinihcuac ye miec tlacah oquimatqueh quimmach .ipan in?n m~lli tienen que ver con los
ye quicuitlahuiaya in dotl ihuan mochi inon moneqm mocmtlahmz. ~lgo. ¡ Tuvieron que al
Xochitl oquimauhcanemiliaya: "Ahmo niccahuaz in yaz zan ice1, ahmo alguien que hable por
niccahuaz, ahmo zan icel mohhuanaz." Oquilhui: y un día, en el me~
--Ximochia, nimitzhuicaz. -Espérame, voy a
-Ahmo, quenin nic-huicatinemiz in cihuatl ica ompa. Ticmati qui­ Por entonces ya mI
cuitlahuia inon tlalli, ahhud in nimitzhuicaz. taban siendo vigiladas
-Px ahmo zan mocel in tiaz. de protegerse. Xochitl
Xochitl oquitlati in hozno can ahmo quihtazquia in inamic· ihuan se vaya así, no se lo V(
inic inin ahmo quinextiaya macihui tlaixtemohtínemia nohhuian, oquí­
dijo:
nemili in icihuauh oquitlatili inic quichihualtiz in quihuicaz. In oquih­ -Espera, te acom¡
tac ahhue1 in quitlacahualtiz in yaz, zan niman oquilhui: -No, ¡cómo pued,
-Quema tiaz. Si sabes que cuidan ~
Hue1 nezticatca in icihuauh quinequia huel nelli in quihuicaz:
-Pues no irás solo
-Xihcihui tlaticnequi tiaz ... , xihcihui ... , tonyazqueh, nimitz­
Xochitl escondió la
huicaz.
que pensaba traer, y és
Zan niman in cihuatl ocanato hozno in oquitlati ihuan ye mohui­
caba comprendió que
caqueh. Ocanqueh in ohtli in yauh Zacatlauhco. In~c ah~izq~eh Coz­ viendo que no pouta h
cacuauhco in omohhuanaltihqueh ica Florezco, Techmantdacth. Ompa
-Pues, sí, irás.
oahdto, millihtic, Libario. oquihtiti in icihuauh in tequitl in ompa
Con claridad advi
oquichiuh.
-Nican onicchipauh inin tlalli, nican onictecopinili, onictechinan­ costa.
-¡Apresúrate si q
quechili, xiquihta ...
De inmediato la n
Machi oquihtiti, ixquichcauh in tlamia inon yancuic tlalli, yece ...
ya se acompañaron. 1
¡maciuhqui huel huehyi ihuan atoctli in tlalli ayocmo inyaxca!
Quilhuia: encaminaron para COl
tli. Fueron a llegar al
-Xinechchia, ma nictetequi in tlahzolli.
mostrarle los trabajos
-Quemaca ... , xihcihui.
-Aquí fue donde
Ahmitla oquilhui Xochitl in inamic yece zan niman itenco caquia
dras, le construí una e
omauhcamiquia, omauhcamiquia. No iuhqui cenca oquimahmauhti in
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 259

Ahtle, En otra ocasión nuevamente le dijo:


-¡ Por qué no he de ir!
Pero en verdad no se atrevía. Un día se acercaron otras gentes del
pueblo a aquellas tierras. ¡Ya estaban sembradas! ¡Todas estaban sem~
bradas! ¿Qué podían hacer? Ya se sabe, cuandó ya llega la- siembra,
cuando ya estamos en época de siembra, se llega ya para sembrar. Lle~
garon ¡y ya estaban sembradas las tierras! Todo mundo regresó triste,
como presintiendo que ya las habían perdido para siempre. ¿Qué ~
dían hacer? Nada, en ese momento nada se hizo.
Nadie dijo: "Pues vayamos, hagamos una demanda, hagamos sa~
ber 10 que nos ocurre en donde posiblemente nos las devuelvan, donde
tienen que ver con los ejidos." Entonces se vio que era difícil hacer
¡lIgo. ¡Tuvieron que abandonar las tierras! Nadie dijo: "Pongamos a
alguien que hable por nosotros", nada, así quedó todo.
Y un día, en el mes de octubre Liborío dijo, le dijo a su mujer:
ti qui~ -Espérame, voy a recoger pastura en la tierra que me quitaron.
Por entonces ya muchos se habían enterado de que esas tierras es~
taban siendo vigiladas porque ya había elotes, y todo 10 que era digno
"ihuan de protegerse. Xochitl pensaba con inquietud: "No puedo dejar que
se vaya así, no se lo voy a permitir, no tomará su camino él solo." Le
dijo:
-Espera, te acompañaré.
-No, ¡cómo puedo andar llevando a una mujer por esos lugares!
Si sabes que cuidan esas tierras, no puedo llevarte.
-Pues no irás solo.
Xochitl escondió la hoz con la que su marido cortaría la pastura
que pensaba traer, y éste, al no encontrarla por más que buscaba y bus­
caba, comprendió que lo había ocultado ella para obligarlo a llevarla;
viendo que no podía impedir que lo acompañara entonces le dijo:
ompa -Pues, si, irás.
Con claridad advirtió que su mujer quería acompañarlo a toda
tinan- costa.
- j Apresúrate si quieres ir! Date prisa. .. iremos... te llevaré.
:e ... De inmediato la mujer fue y recogió la hoz que tenía escondida y
lxca! ya se acompañaron. Tomaron el camino que va hacia ZacatIauhco, se
encaminaron para Cozcacuauhco pasando por floresco y Techinantilac­
tli. Fueron a llegar allá, dentro de la sementera, y aprovechó él para
mostrarle los trabajos que había emprendido en ella:
tquia -Aquí fue donde limpié esta tierra, a este lugar le saqué las pie­
tti in dras, le construí una cerca, mira ...
El
260 LIBRADO SILVA GALEANA

oquicac in techic, in tetzauhtototl, in ihtic in ixiuhyo ce cuahuitl otla­ Le mostraba todc


tihtaya ihuan oquieehuaya in itemahmauhticacuic. Opeuh Libono in pero. .. ¡qué importl
quitetequi in tlahzolli; ihcuac otlami, in ye quipiaya mochi in dama­ eran suyas! Le dice:
malli ihuan oquiman in cuauhmecame inic tlalpiz, yuhquin aca ipan - Espérame, debe
- j Sí ... , apúratt
oquitecac in itzticaatl omauhcamic, yuhquin itla ahmo cualli, ahmo
yectli in ipan tlachixtazquiani; quinequia tlachicahuacailpiz yece ahhue­ Aunque no se lo
li, in imahuan ahmo quineItocaya. TIeim mach oquinemili yece ahtIe miedo, mucho miedo.
oquilhui in icihuauh ipampa inin necia ocachi tlamahmauhtilli. Zan chictototl, pájaro agc
lleno de follaje, ente
oquihtlanili ma quipalehui:
Libono a cortar la p
- TIaxinechompalehui, ye nitlachihchihuaz.
carga, y tomó las cue
Ihcuac, in ye otIatilin, ye oquitlehcahui in tIatetemalli, inon in mo­
un ser sobrenatural 11
tlalia nepantla, ihuan ye omochiuh in ye quichicomatia, oquizqueh
mente los mecates pe
cequi tlacah, miec tlacah, mahtlactli ome tIacah oquinyahualohqueh.
fuerzas. Muchas idea
Xochitl in ayocmo huel omolini ipampa in imauhcamiquiliz. Zan ocuauh­
a su esposa porque r
cauhtic. Mahtlactli ome tlacah yuhquin ipan ce temahmauhtiliztemictli
tada. Sólo le pidió qt
ompa onezqueh in quinyahualoah, immac intlacueponaltepozhuan ihuan -Ayúdame a det
in macheteh. y entonces, despu
el que va entre los d(
lieron unos hombres,
IV Xochitl no pudo ya
Doce hombres como !
HueI melahuac in tlalcuihcuiliztlahyecoliztli opeuh in ye huehcauh. dolos, con escopetas ,
Ipampa in tlacotencah quintlahuelihtayah in tepenahuacah, in miaca­
tIantecah ihuan in tecozpanecah. Inintin ocalahqueh tetlatocpan, in
ahmo inyaxcah. Mochi opeuh ihcuac miec tlacatI, in ihcuac oc telpo­
cameh, ocanqueh in tlalli ompa Cozcacuauhco ¡huan oquichipauhqueh,
oquizacacopinilihqueh, ompa in oc ejido, can ye huehcauh oyeya ce
hacienda in axcan in oc mohta ye tlaxitintli.
Ihuan ihcuac ye quimotIamilihqueh, in ye tIachipauhtli in tlalli, in
ye huehcauh, cenca ye huehcauh in ayocmo molnamiqui ye quezqui
xihuitl, yehuantzitzin oquimotoquilihqueh, cehcen xihuitl oquimoto­
quilihqueh yhuan ce tonalli oquimmohtilihqueh cequi tepenahuacah,
miacatlantecah ye ipan ocalahqueh, ye ocalahqueh ipan tlalli in oqui­
chipauhqueh in tlacotencah, mach ica intlapalehuiliz in cequi tepa­
choanime. Miec tlacah, tIacotencatlacah, ompa oquipiayah intlal ihuan En realidad la dispu
oquinquixtilihqueh, miec tIacah ompa oquimehuitihqueh. Con ese motivo emp
In ahmo huehca cequi tIacah nipa oahciqueh ipan inon tlalli in Ana TIacotenco a 1m
quihtazqueh in ompa panoya, ipampa omahmachix quimmach inontin tlán, y San Francisco
quinequiah quimohuaxcatizqueh ihuan omihzahuihqueh in oquihtaqueh su propiedad. Todo I

in tlalli ye tlatoctli, in ihcuac oahcito ihuan oquihtaqueh ye tlatoctli zan tonces jóvenes, tomal
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 261

luid ot1a­ Le mostraba todo, hasta donde terminaban aquellas nuevas tierras,

¡borio in pero. .. j qué importaba que fueran tan grandes y tan fértiles si ya no

n dama­ eran suyas! Le dice:

aca ipan -Espérame, debo cortar la pastura.

Ii, ahmo - i Sí. . " apúrate ... !

e ahhue­ Aunque no se lo dijo, se notaba por el tono de su voz que tenía

~ce ahtle miedo, mucho miedo. Contribuyó mucho a su temor el escuchar al te­

illi. Zan chictototl, pájaro agorero, que escondido entre las ramas de un árbol

lleno de follaje, entonaba un canto pertinaz e inquietante. Empezó


Liborio a cortar la pastura; cuando concluyó cuando ya tenía toda la
1 in mo­ carga, y tomó las cuerdas y ató los tercios sintió un escalofrío, como si
[uizqueh un ser sobrenatural 10 estuviera observando; intentaba amarrar firme­
ohqueh. mente los mecates pero notó con espanto que a sus brazos le faltaban
ocuauh­ fuerzas. Muchas ideas le pasaron por la cabeza pero no le dijo nada
ttemictli a su esposa porque notó claramente que ella estaba mucho más asus­
nihuan tada. Sólo le pidió que lo ayudara.
-Ayúdame a detener el tercio, ya vaya subirlo.
y entonces, después de arreglar los avías, subió los tercios, al final
el que va entre los dos de las orillas, y ocurrió 10 que ya presentía, sa­
lieron unos hombres, varios hombres, doce hombres allí los rodearon.
Xochitl no pudo ya ni moverse de miedo, quedó como engarrotada.
~hcauh.
Doce hombres como salidos de un sueño de terror estaban allí rodeán­
miaca­ dolos, con escopetas y machetes en las manos.
Wl, in
: telpo­ IV
hqueh,
'eya ce En el lugar de los dardos de colores,
de los escudos pintados,
es Tenochtitlan ...
allí, in
Abren aquí sus corolas
uezqui las flores del dador de la vida...
llnato­
(Ms. Colección de Cantares mexicanos,
uacah, Biblioteca Nacional de México, fol.
aqui­ l8r.)
tepa­
ihuan En realidad la disputa por las tierras había empezado hacía mucho.
Con ese motivo empezaron por no ver con buenos ojos los de Santa
illi in Ana 11acotenco a los de San Juan Tepenahuac, San Jerónimo Miaca­
lontin dán, y San Francisco Tecozpa; éstos invadieron tierras que no eran de
aqueh su propiedad. Todo empezó cuando muchos de nuestros ancianos, en­
li zan tonces jóvenes, tomaron un pedazo de tierra, allá en Cozcacuauhco y
262 LIBRADO SILVA GALEANA El

oquihtohqueh: . "ye otechinquixtilihqueh, ye· otechinquixtilihqueh." lo fueron a desmonta:


Ihuan ayoc-hueli in .itla omochiuh. Ipanin xihuitl omonemitiaya Jo­ y justo en las tierras
sehtzin Vilchis in iachcauhtzin Juantzin in ahquin mochantiliaya in cuyas ruinas aún se (
itzalan Tequitlalli ¡huan Teopanixpan can iyeyantzinco Gregoriohtzin y cuando habían
Caballero. Josehtzin ahmo momachitiaya motlapohuiz yece cenca ihciuh­ ya: tanto tiempo, tant
cayotzíntli ihuan zazotlein itechpa mopahcatepalehuiliaya. Izahuactica eso, la sembraron el
mihtalhuiaya: se percataron de qu
-Nehuatl nimechompalehuiz, nehuatl niquihtaz inon, nicmohtili­ habían invadido, ya SI
tiuh yehuátzin Altamirano. con el amparo de cÍ!
Ahmaca quimatia ahquinon Altamirano yece mocbtlacah itech mo­ TIacotenco, tenían su
temachiayah. . echaron de allí.
-Nehuatl niquihtatiuh ihuan y~ téch~miahnamiquiz. Tenía poco que a
.. Cenca cualli tlacatl in Josehtzin Vilchis, yehuatz.in ye qUlmlXlma­ lo que ocurría pues s
chiliaya in huey altepetl Mexihco-Tenocht~tlan. Quiniuhti oma xitito con sorpresa vieron (
ompa in ihcuac motlacohcolhuihtzino. Yehuatzin quimoyectlalilihtaya vieron sembradas sóll
ce techinamitl ihuan ca ce huehyi tetl ipan iyec-icxitzin ohuetz ihuan "Ya nos las quitaron.
ompa Mal3¡cachtepec in tepahti zan oqui motequimaquili ma miti ."<:en­ vivía don José Vilch
xumahtli", ihuan otenehuati ma quimohuiquHican Xochimilco ahnozo media calle entre Té
Mexihco can quimotzopiJ)ilizquia ihuan quimotlalilizquia "zuero" in T eopanixpan. No sal
yehuatl ahmo quipiaya, intlacahmo hueliz ocachi mococolizcuili:l;quiani. ayudar en 10 que fU(
Ce tohuampo ommixquechihtzino in quimomamaliz ixquichcauh aludiendo a alguien iJ
Momozco Malacachtepec. Oquimocuitlapanilpilihqueh ce icpalli <;an -Yo los voy a ay
oquimotlalilihqueh don Jose, immanon oc telpocatzintli, ihuan iuhqui Nadie sabía quié:
omaxitito Momozco. Ompa, in ihcuac ye oquimohtili in tepahti, ye ayuda. .
oquitlaqueuhqueh ce calmimilolzolli in ¡pan omaxiti cocoxcacalco in -Yo 10 iré a ver
ipan San Antonio Abad, ahmo hue! huehcauh in cuepohtli Tlalpan, Don José Vilchis,
ipan huehue ihuan huehyi imaltepeuh in huehue mexihcah. México-Tenochtitlán.
Ahmo cenca oquimomahuizalhui ipampa in cocoliztli yece, nahui accidente. Al andar e
ahnozo macuilli xihuitl ipan oc quimolnamiquiliaya in cenca cuacual­ dra en el pie derech
tzin ihuan mahuiztic huey altepetzintli. después de darle unru;
Opanoqueh cequi xihuitl, muan yehica monequia aca quimohtiliz chimilco o en todo Cll
ce tlanahuatiltlamantli, yehuatzin oquimopehpenilihqueh inic mote­ inyecciones que él nc
yacaniliz. el riesgo de contraer
In altepehuaqueh onenochicoloc, onenonotzaloc ihuan motlatzon­ Un vecino se ofre
tequilihqueh yehuatzin don Jose moteyacanilizquiani. Yehuatzin in tepec. Le ataron al 1
iyollohtzin quimatia in motepanahuiliaya ipampa ye cehpa, ohpa mo­ acomodaron en ella <
yetztito Mexmco. Ahmo monehnequihtzino, motlacualihtili ihuan ye esa manera llegó a
motlayacanilmta. de carga en el que 11<
Yece ye ipan huey altepetl mochi omohuihcamat. Yehuatzin Joseh­ después de la calzadll
tzin zan quimanilizquiani cequi amame in temachiltiaya in ahquihuan Vio muy poco pe
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS,REALES 263

kueh ." lo fúeron a desmontar; le arrancaron el zacate allá donde eso era ejido
ra JQ­ y justo en las tierras en donde mucho tiempo atrás hubo una hacienda
lya in cuyas ruinas aún se conservan.
ohtzin y cuando habían concluido, cuando ya estaba limpia la tierra hace
bciuh­ ya: talÚO tiempo, tanto que ya bien no se recuerda cuántos años haée de
lactica eso, la sembraron ellos, venían sembrándola año con año y un día,
t. se percataron de que algunos tepenahuacas y miacatlantecas ya las
~htili- habían invadido, ya se habían metido en tierras de los tlacotencas dizque
con el amparo de ciertas autoridades. Muchos individuos, paisanos de
~ mo- TIacotenco, tenían sus tierras allá y pues se las quitaron, a muchos los
echaron de allí.
Tenía poco que algunos habían llegado' a ellas allá en' plan de ver
~ma­ 10 que ocuma pues se hablaba de que aquellos intentaban tomarlas, y
txitito con sorpresa vieron que ya estaban sembradas, cuarido llegaron y las
vieron sembradas sólo dijeron: "Ya nos las quitaron." Sólo dijeron:
"Ya nos las quitaron." Y ya no fue posible hacer nada. Por esos añOs
ViVía don José Vilchis, el hermano' de don Juan, el que habitaba a
media calle entre Tequitlalli y la casa de don Gregorio Caballero en
Teopanixpan. No sabía leer pero era decidido y dispuesto siempre a
ayudar en 10 que fuera. Solía decir con su ronca voz' y seguramente
aludiendo a alguien importante:
-Yo los voy a ayudar, yo veré eso. .. Iré a ver a Altamirano.
Nadie sabía quién era Altamirano, pero todos confiaban en su
ayuda. .
-Yo 10 iré a ver y él nos auxiliará.
Dpn José Vilchis, hombre muy. bueno, conocía ya la ciudad de
México-Tenochtitlán. La primera vez que llegó a ella fue a causa de un
accidente. Al andar arreglando una cerca, se le había caído una pie­
dra en el pie derecho y el médico que 10 atendió en Malacachtepec,
después de darle unas "cucharadas", aconsejó que se lo llevaran a Xo­
chimilco o en todo caso a México para que le aplicaran unos sueros e
inyecciones que él no tenía a la mano, porque de lo contrario coma
el riesgo de contraer una grave infección.
Un vecino se ofreció a traerlo a cuestas hasta Momozco Malacach­
tepec. Le ataron al buen hombre una silla sobre la espalda y ya así
acomodaron.en ella a don José, que entonces era un muchacho, y de
esa manera llegó a Momozco¡ ya allí contrataron un viejo camión
de carga en el que llegó a una clínica de San Antonio Abad, un poco
después de la calzada de Tlalpan en la gran ciudad de los mexicas.
Vio muy poco porque los dolores no 11" permitían observar con de­
EL LUGAi
264 LIBRADO SILVA GALEANA

huel nelli tlalaxcahuaqueh campa in ejido yece, yahuatzin ahmo hue1 tenímiento pero, aún así, d
momachitiaya can ocatca in ejido tecpancalli nien ahquin quimmoh­ la memoria el recuerdo de
tlanilizquiani. Habían pasado algunos
Zan ce itlanemililtzin mohuihuixoaya ihtic in itzontecontzin, quem­ legales fue el escogido pan
manían tlahuillo, quemmanian tlayohualtic: Itechcopanin motlapale­ se reunieron a deliberar y
huiliaya ce tlacatzintli in itocatzin Altamirano. vendría guiando a los int(
In icualcealiz ce tlacad ahtenemachpan inic otlayectilico. In ihcuac dría que ser don José; él '
in tlacacentlalilli oahcic in ipan huehuetecpancalli "La Campesina", superior al de sus paisano:
itech in tlacaxauhcuauhtlatzacuillotl oihcataya ce telpocatl, icnotlaquen­ veces, no se hizo rogar, ace
tilli, in otetlahtlani ahquin quitemoaya. Yehuatzin Josehtzin Vilchis in Pero va en la ciudad 1
¡

omihtalhui in oquimanilito cequi amame yece, intla itla ahmo cualli que recoger documentos (
yezquia, quimoyectlalilizquiani yehuatzin Altamirano. Ahmo tetech posesionados de cÍ.ertas ~(
omonec in itepalehuiliz in Altamirano ipampa, no iuhqui, ahmaca ompa las oficinas respectIVas, ro
oquiximatia. Achitzinca oquimmochihualtilihqueh ma mochixtzinocan Una idea flotaba en su ro
ihuan ihcuac in tonaltzintli ilhuicac ye mopilohtzinoaya ye omocuep­ en otras muy difusa: ha
tzinohqueh Tlacotenco, immactzinco in amame. y se llamaba Altamirano.
In iteyo Josehtzin ohuehyiyac iuhquin xiuhquiza ihtic in cuemmitl La buena voluntad de
xupantla. Zazotlein in mihtazquiani ahzo Xochimilco ahnozo Mexihco forma inesperada. Cuand<
oquimonochiliaya ihuan inda ahmo quimonochiliaya, yehuatzin maxi­ C amnesi na", junto a la di
tiaya ihuan mixquechihtzinoaya. Yuhquin opano ipanin tlamantli in vestido en forma mode~ta
ticpouhtihuitzeh. Omixquechihtzino yece, ihcuac zan ieeltzin, quemma­ Vilchis contestó que vení:
nían intloctzinco in occequi tlacah tlein zan mochihuiliaya motetlah­ caso de que hubiera pr<
tlaniliaya itechpa in Altamirano yece ahmaca itechpa inon tlacatl ote­ necesidad de utilizar los
tlamachiltiaya. Axcan, yequene, ahmo zan moteihtIanilizquiani cequi nadie lo conocía allí, los
amame, no iuhqui moteihtlanilizquianí ma motecuepilican in tlalli in día en el cielo pudieron ;
tlacotencah quine1tocaya inyaxca, in ipan yehuan ye omotequipachoh­ La fama de don José
queh, in ipan yehuan ye omitonihqueh inie oquichipauhqueh muan porada de verdor. Para I
axcan occequintzin zan oquitocaqueh ihuan quixotia ihuan ye oquimo­ sea en Xochimilco o en
huaxcatihq ueh. él se hacía presente y se
Opanoc cequi xihuitl. Cehcen xihuitl opapanotaya. Ahtle motlac venimos narrando. Se of!
nopilhui. In tlalli ye quipiayah in sanfranciscocah, in sanjeronimohcah, de otras personas lo úni(
in tetepenahuacah, macihui huel melahuac zan quemmanian oquitoca­ no, de quien por otra P<
yah yehica oquimmahmauhtiaya in tepan tlacuepaliztli; ihuan in tIa­ se trataba de solo recog<
cotencah ahmo quimmelahuacamatqueh. unas tierras que los de T
Immanon motepachilhuiaya Tlacotenco yehuatzin in Macidonioh­ dicho que pertenecían a
tzin Torres. Inintzin ahmo no itIa oquimocnopilhuili. y sudor habían desmont:
Iuhque opanoc miec xihuitl. Ixquichcauh in imman in titlapouh­ tegían como propias.
tihuÍtzeh. Los años iban pasan!
poseían ya los tecozpanl
de Tlacotenco no logran
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 265

10 huel tenimiento pero, aún aSÍ, después de cuatro o cinco años, guardaba en
!mmoh~ la memoria el recuerdo de una ciudad bella e impresionante.
Habían pasado algunos años cuando para el arreglo de unos asuntos
quem­ legales fue el escogido para que encabezara una comisi6n. Los vecinos
:lapale- se reunieron a deliberar y cuando lleg6 el momento de decidir quién
vendría guiando a los interesados, todos coincidieron en que ése ten­
ihcuac dría que ser don José; él consciente de que había adquirido un rango
esina", superior al de sus paisanos por haber estado en la ciudad una o dos
aquen­ veces, no se hizo rogar, accedió de muy buena gana y se puso al frente.
:his in Pero ya en la ciudad las cosas no fueron nada fáciles. Él s610 tenía
cualli que recoger documentos que acreditaban a algunos campesinos como
tetech posesionarios de ciertas tierras ejidales pero, ni sabía d6nde quedaban
ompa las oficinas respectivas, ni sabía a ciencia cierta a quién debía dirigirse.
nocan Una idea flotaba en su mente que en momentos aparecía muy clara y
lcuep­ en otras muy difusa: había un hombre que ayudaba en estos casos
y se llamaba Altamirano.
mInitl La buena voluntad de un hombre vino a resolver el problema en
:xihco forma inesperada. Cuando la comisi6n llegó al antiguo edificio de "La
maxi­ Campesina", junto a la desvencijada puerta de entrada había un joven
di in
vestido en forma modesta que les preguntó a quién buscaban. Don José
nma­
Vilchis contestó que venían a recoger ciertos documentos pero que en
etlah­
caso de que hubiera problemas, los resolvería Altamirano. No hubo
~ ote­
necesidad de utilizar los servicios del tal Altamirano porque además,
cequi
nadie 10 conocía allí, los hicieron esperar un poco y cuando el sol pen­
lli in
día en el cielo pudieron ya regresar a TIacotenco, papeles en mano.
hoh-
La fama de don José creció como la hierba en los surcos en la tem­
lUan
porada de verdor. Para cualquier asunto que tuviera que resolverse ya
lmo­
sea en Xochimilco o en México era llamado y cuando esto no ocurría
:>tlac él se hacía presente y se ofrecía a ayudar. Así pasó en el asunto que
cah, venimos narrando. Se ofreci6 a ayudar pero, ya sea solo o en compañía
oca­ de otras personas 10 único que hacía era ir y preguntar por Altamira­
da- no, de quien por otra parte nadie le daba noticias. Ahora, además, no
se trataba de solo recoger documentos, sino de exigir la devolución de
¡oh­ unas tierras que los de TIacotenco consideraban suyas, porque les habían
dicho que pertenecían a su pueblo, que además ellos con gran esfuerzo
y sudor habían desmontado y que ya otros habían sembrado y las. pro­
tegían como propias.
Los años iban pasando. Pasaba un año tras otro. Nada se logró. Las
poseían ya los tecozpanecas, los miacatlantecas, los tepenahuacas y los
de Tlacotenco no lograron hacer reconocer sus derechos. En aquella épo­
266 LIBRADO SILVA GALBANA EL LUGAl

ca quien ejercía el mando '


v nio Torres. Este señor tan
Xochiticpac cuica
muchos años. Hasta la épo
in yectli cocoxqui,
ye conyatotoma
aihtec.
Zan ye connanquilia
in nepapan quechol,
in yectli quechol
in huel ya cuica.

Quinihcuac Liborio ayahmo monamictiaya itloc in Xochitl, ayahmo.


Cenca cualnezqui ihuan teyolahcocuini inin telpocatl. Quimpiaya miec
iichpocacupixhuan, yece ahmaca itloc oquinemili mocencahuaz inic ye
quinelhuayotiz in icencaltlacayo. Yequene, itech monequia, intla qui­
nemiliz in monamictiz, in quinechicoz in huel huehyi tomin ipampa in
nenamictilizilhuiquixtiliztli, no iuhqui in imiltequitcatlatqui, ichantlat­
qui, ce cahuahyo. .. Cenca ohuihtic inic mochinin quinechicoz.
Vece, no iuhqui, hueliz ayahmo necia in ichpocatl in quiyolehuitiz
iníe mochinon quicohcohuaz. Vece ahmo huehcauhtica in ye onez. Por entonces Liborio no se
lhcuac oyaya Tlalmanco, can itahtzin in mihcatzintli 19anciohtzin qui­ chacho bien parecido y em
mopiliaya cequi tlalli in oquimocahuilihtehuac in icihuaconetzin in bía pensado en ninguna de
oquimopili itloc inic ce icihuahuahhtzin, Liborio opanoya, tlacaltentli, Ha. Tenía además, en caso
in icalixpan ce yehyectzin íehpochtzintli. Miecpan oquihtaya ihuan no el dinero suficiente para lo
miecpan oquinequia in quinotzaz yece ahmo quemman motlapalo ipam­ ros de labranza, una mula
pa in íehpocatl muchipa teixpampa ehuaya. lnin itahtzin, ce huehue No era fácil reunir todo es
temachtiani in ye huehcauh omaxiti ompa Tlacotenco, quimmach Que­ Pero, por otra parte, C
retarohpa omohualehuiti, ye miec xihuitl in omomiquili. Huel nelli que lo hiciera pensar en ~
icnopiltzintli in Xochitl ihuan zan chantia itloctzinco in inantzin J u­ tardó en hacerse presente. ,
liahtzin, ihuan in iteachcauh Gregorio ihuan iteicu Aurelia. su padre, el difunto don l~
lpan inon tonalli ihuan mochipa ye hualpanoya Liborio zan cue­ hi ja de su primer matrÍrn<
lachic, ihuan immanon ye matlapitztiuh itla tlaiximachcuicatl ihuan la salida del pueblo hacia
onehnemia zan iyulic; intla aca iicniuh in quihuicaya cuauhtlahtoaya de nombre Xochitl. La vd
inic quicaquiz in ichpocatl. Calihtic yehuatli ye quimatia tlen cahuitl le pero no se atrevía pOrql
in telpocatl panoz. ella, un viejo maestro de e
In ical in ichpocaton oyeya in itocayohcan Ahuacatitla in ixpan ce gado, según se decía, de
atlauhtli can hualtemoya huehyi atl xupaniztempan. lnon ohtli hual­ muerto. Era, pues, huérfa:
panoya Tecaltitla, ohacia Ahuatlixco, Tlalmanco can oihcataya in hue­ Julia y sus hermanos Aur
hue cuacuauhtin, in huehue tlatzcantin oc tomahua queh ihuan huel Empezó a pasar Libor
huehyi intlalnamiquiliz yuhquin tocoltzitzihuan tochan Tlacotenco. y al hacerlo solía silvar al
Ompa hualpanoya Liborío ihuan inda ahmo quihtaya in ichpoca- lo más despacio que pod
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 267

ca quien ejercía el mando en Santa Ana Tlacotenco era don Macedo­


nio Torres. Este señor tampoco logró nada. Y así habrían de pasar
muchos años. Hasta la época que venimos narrando.

Sobre las flores canta

el hennoso faisán,

su canto despliega

en el interior de las aguas.

'ahmo. A él responden

L miec varios pájaros rojos,

me ye el hermoso pájaro rojo

bellamente canta.

a qui­
npa in (Ms. Romances de los señores
antlat­ de la Nueva España, Colee­
ci6n Latinoamericana, Uni­
versidad de Texas, fol. 38v.)
ehuitiz
onez.
Por entonces Libono no se había casado aún con Xochitl, aún no. Mu­
n qui­
chacho bien parecido y enamoradizo, tenía muchas amigas pero no ha­
dn in
bía pensado en ninguna de ellas como para establecer su propia fami­
[tentli,
lia. Tenía además, en caso de pensar en casarse, la obligación de reunir
an no
el dinero suficiente para los gastos de la boda, y tener sus propios ape­
ipam­
ros de labranza, una mula. .. los muebles más necesarios en el hogar.
uehue
No era fácil reunir todo eso.
,Que­
Pero, por otra parte, quizás aún no había aparecido la muchacha
[ nelli
que lo hiciera pensar en la necesidad de reunir todo aquello. Pero no
n Ju­ tardó en hacerse presente. Para ir a los terrenos de TIalmanco en donde
l eue­
su padre, el difunto don Ignacio, tenía unas tierras que le heredó a una
ihuan hija de su primer matrimonio, tenía que pasar frente a la casa, ya en
ltoaya la salida del pueblo hacia Ahuatlixco, de una joven y bella muchacha
ahuitl de nombre Xoehitl. La veía con frecuencia y varias veces quiso hablar"
le pero no se atrevía porque además, aquella era huidiza. Su padre de
ella, un viejo maestro de escuela y que hacía mucho tiempo había lle~
an ce
gado, según se decía, de Querétaro, tenía ya muchos años de haber
hual­
muerto. Era, pues, huérfana de padre y s6lo vivía con su madre doña
, hue-
Julia y sus hermanos Aurelia y Gregorio.
huel
Empezó a pasar Liborio con más frecuencia frente a la casa de ella
.o.
y al hacerlo solía silvar alguna conocida canci6n y procuraba caminar
poca-
lo más despacio que podía; si iba acompañado por algún amigo ha­
EL LUG.
268 LIBRADO SILVA GALEANA

ton, quiehihuaya yuhquin itla oquilcauhtehuac ihuan necia mocuepaya bIaba con más fuerza par~
in iehan yece ahcia zan Oyametitla ihuan ompa oc huel mocuepaya, terior sabía ya más o men
ihuan intla inemac, oquihtaya. Inin mochihuaya achiuhqui momoztla. La casa de la muchad
In iehpocatl huel quixmahcia mochinin ihuan miecpan oquihtaya rranca por donde bajaba
tlen panoya quiahuac, itla coliniaya inie temachiltiz ompa oyeya i ihuan lluvias, ese camino pasaba
in telpocatl, inda ye yolpachihuitilli in ye oquihtaqueh, ye pahcaone­ a 1.1almanco en donde es
huaya ihuan ihcuac ahcia Ahuatlixco in itlacpacyo quiehieahuacaehuaya robustos y llenos de recuel
ce yehyectzin cuieatl, iuhqui inon in omocuep intetlazohtlalizcuic in Pasaba Liborio y si nI
ichpocatl ihuan in telpocatl inic miec xihuitl ipan oc quilnamiquia. olvidado algo, y como que
gara sino cuando mucho
Cenca cualnezqui in ixtlahuatl que, si tenía suerte, la vd
in ihcuac mani metztli in abril, chacha solía darse cuenta
yece, ocachi nicmahuizihta dija la escena, movía alg
tla ompa quiza nocihuapil. convencido de que había
la parte más alta de Ahl
Hueliz quin opanoc chicuacen metztli in LiborÍo quitocatinemia in bello canto, como aquel (
Xochitl, ye netlahtolcentlaliloc ihuan yei metztli ipan ye monamictih­ de los dos jóvenes y qm
queh. In ipan nenamictilizilhuitl zan nenechicoloc in ich puchehqueh, cardar:
in telpuchehqueh, in teahuihuan, in tetlahhuan, in tenantzitzihuan. In
tetahtzitziuhuan Aureliohtzin ihuan Ignaciohtzin ye mihcatzitzintin. Qué 1
Teixpan yehuatzin J uliahtzin, inantzin Xochitl, omoteilnamictili in mah­ en las
macuilpoalxiuhtiliztlahtolotl, oquimotenehui tocoltzitzihuan intlahtol­ y aún
tzin, omihtalhui: si mi
"Tinocihuacone, nican ye otimochihuaco cihuamontli i In axcan
ca ye intech tompachihui in ilamatqueh; ye tocompehualtia in ilama­ (Can(
nemiliztli. Axcan ye huel huehyi in motlanahuatil i axcan ye ticcenca­
huaz in pipillotl, in coconeyotl. Tlen tlacempanahuia in tiquimmixtililiz Como a los seis mese
in ye omochihuaco mohuanyolqueh, ihuanyolqueh in monamic. Ti­ compromiso formal y trel
quimmotlazohtiliz in momonnantzin, in momontahtzin, in huel itah­ remonia familiar en la q
tzitzihuan in monamic, xiquimmonohnochili, xiquimmixihtili iuhqui in más cercanos del mucha<
nehuatl in tinechixihta. Julia, la madre de ella,
Ma mochipa xiecempalehui in monamic, yehica huel iuhqui nan­ la palabra de nuestros a
quicnopilhuizqueh moch inon totechmonequi inic tinemizqueh. Nochipa "Hija mía, ya te hru
ihuan nohhuian ipan xitlachia in monamic, huel iuhqui yehuatl quihtaz que son mayores. Ahora
in ahmitla in mitzpoloz. Ihcuac tlamiz in yohualli ihuan pehuaz in comportarte como una 1
cemilhuitl, in ihcuac ye timehuaz tlein achto toconchihuaz? Tiquimmo­ con los nuevos miembro
tlahpalhuiz in momontahtzitzihuan ihuan ihuicpatzinco in Ipaltzinco a tu suegro, pues son le
tinemi ticcohcoltiz in moch tequitl, yehiea mochi cualli quizaz, ipampa y respetuosa con ellos ce
in tlapanahuia in ticchihuaz mochi iuhqui in motahtzin, in monantzin a tu compañero, pues sé
omitzihtitihqueh ihuan ica itlateochihualiztzin in TIacat!. la vida, cuidarás de tu
Yohuahtzincatica ticpehualtiz in motequiuh, ticalaquiz tlacual chi- nada. Cuando acabe la .
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 269

:epaya bIaba con más fuerza para hacerse escuchar por la joven que en el in­
~paya, terior sabía ya más o menos la hora en que aquél pasaría.
loztla. La casa de la muchacha se hallaba en Ahuacatitla frente a una ba­
ihtaya rranca por donde bajaba una gran cantidad de agua en la época de
ihuan lluvias, ese camino pasaba por Tecaltitla, llegaba a Ahuatlixco, de allí
:aone­ a Tlalmanco en donde estaban los viejos árboles, los viejos pinos, aún
~uaya robustos y llenos de recuerdos como los ancianos de nuestro pueblo.
üe in Pasaba Liborio y si no veía a la muchacha hacía como que había
a. olvidado algo, y como que se volvía a su casa, aunque en verdad no lle­
gara sino cuando mucho hasta Oyametitla y de allí se regresaba, hasta
que, si tenía suerte, la veía. Esto venía a ocurrir casi a diario. La mu­
chacha solía darse cuenta de esto y a menudo observaba desde una ren­
dija la escena, movía algo que indicara su presencia, y el muchacho,
convencido de que había sido visto ya se iba feliz y cuando llegaba a
..
ua III
la parte más alta de Ahuatlixco entonaba con todas sus fuerzas algún
ictih­ bello canto, como aquel que se volvió algo así como el himno de amor
de los dos jóvenes y que mucho tiempo después habrían aún de re­
lueh,
11. In
cordar:
intin.
Qué bellos se ven los campos
mah­
ihtol­ en las mañanas del mes de abril,
y aún se ven más hermosos
xean si mi morena anda por allí.
~ma- (Canción popular)
~nea-

tililiz Como a los seis meses de haber iniciado su noviazgo ya hicieron su


Ti­ compromiso formal y tres meses después se casaron. Fue una sencilla ce­
itah­ remonia familiar en la que s610 estuvieron presentes tanto los parientes
lllll más cercanos del muchacho como de la muchacha. Frente a todos doña
Julia, la madre de ella, recordando una tradición de siglos, pronunció
nan­ la palabra de nuestros abuelos, dijo:
hipa "Hija mía,. ya te has convertido en nuera, ya inicias la vida de los
htaz que son mayores. Ahora adquieres una responsabilidad, y ya no puedes
~ in comportarte como una niña. En primer lugar tienes que ser respetuosa
mo­ con los nuevos InÍembros de tu familia. Tienes que amar a tu suegra y
ineo a tu suegro, pues son los padres de tu marido, tienes que ser amable
mpa y respetuosa con ellos como lo eres conInÍgo, tienes que ayudar en todo
ltzin a tu compañero, pues sólo así podrán tener aquello que es necesario en
la vida, cuidarás de tu marido, como él cuidará de que no te falte
chi- nada. Cuando acabe la noche y empiece el día, cuando te levantes ¿qué
EL LUGA
270 LIBRADO SILVA GALEANA

hualoyan, ompa ye titlatlatlaliz, tictlaliz in xoctli lmc cuacualacaz in es 10 primero que harás? ~
atzintli, titlapayanaz, titlaxcalchih uaz, tiatolchihuaz; ihcuac mochi ye el trabajo de todos, pues CI
tlachiuhtli ye titenotzaz ma ye nealmazalolo, tiquimmonochiliz in mo­ hay mejor que hacer las c(
montahtzin, in momonnantzin inic no motlaitizqueh. la bendición del Señor.
Ihcuac ticmohtiliz ipan ohtli ahquin ye omochiuhtzinoco in moteo­ En la mañana darás ÍI
ticanantzin iuhquin huel monantzin xicmomatennamiquili; no iuhqui pezarás poniendo orden en
in moteoticatahtzin, no xicmomatennamiquili; ahmo zan axcan inic de hervir el agua, has de n
intechtzinco otitopalhuihqueh, quemen miec in quichihua, in ihcuac el atole, cuando ya todo egI
itIa intech monequi motepalhuia ihuan intla ye oquimpalehuihqueh, zo, llamarás a tus suegros p
ayocmo tenotza, ahnozo za tepanahuihua, nezquiani ahmo teihta. Nien do veas en la calle a quié
tehuatl nien monamic, ayc xicchihuaean inin. Ihuanteh... xitetlaca­ fuera tu propia madre bé
mati, ihuan xicchihua moch in motlanahuatil. Ocyohuac ximehua, xi­ sale la mano, no sólo abor.
tIacohcohuatiuh, xitlacualchihua ... , macahmo xitechhuehuetlaza ma­ como suele ocurrir con mu
.
cahmo xltechilamatlaza, macahmo xiquiht1aco in itlalnamicocatzin ' in protección y cuando ya la
momihcatahtzin ... " dado ya no les hablamos
No yehuatzin oquimolhuili in imontzin: Ni tú ni tu marido hagan
"Axcan, tehuatl, in ye otimochihuaco in ti nomon, xiccaqui: In que te corresponde, levánt
nocenquizcatlaelehuiliz in ma miec nammotlazohtlazqueh, macahmo pras, lava, haz la comida
nammixco, nammocpac xinemican, macahmo pitzotlahtoltica ximoixco­ tu padre finado ... "
macacan; tehuatl oc ticmopilia in monantzin, mochipa xicmoyehyecoltili Al muchacho le dijo le
itechpa in ticchihuaz. Nehuatl, inda oc ninemi, huel notech ximopilo; "Oye, tú, que ya así tI
xitechnonotzacan itechpa in nanquinequi, in nanquichihuazqueh, in yor deseo es que se amen;
nammotlaelehuiliz, itechpa in moch inon in mechyolihtlacoah. TIein malsonantes; aún tienes a
totequiuh in titetahhuan? Tehuan timechohhuanaltizqueh, timechihti­ tengas que hacer. Yo ... ,
tizqueh quenin huel nemoa in tlalticpac. In ihcuac nantechnotzazqueh, blennos de sus proyectos, é
tonahuatil in tihuallazqueh, timechihtaquiuh, timechtlatzahtziliquiuh eso estamos los padres, par
inda itIa ahmo cual1i nanquichiuhticateh. vivir en la tierra. Cuando
Ximotlazohtlacan, iuhqui peoa inic tohhuana in ye tinamihqueh. In nir a verlos, de llamarles 1
cihuatl in quicuitlahuia in in.amic ihuan in tlacatl in quicuitlahuia Ámense el uno al otre
in icihuauh. Nepanotl ma toihtacan. Monantzin mitzmixotili inihcuac en nuestra vida de casado
tipiltzintli, in ihcuac itechtzinco timocehualcaltiaya. Axcan mocihuauh de su mujer. Unos a otf!
mitzihtaz ihuan tehuatl ¡pan titlachiaz. cuidó cuando eras peque
Axcan no ye tinocozcatzin, tinoquetzaltzin. No monequi in nimi­ Ahora será tu mujer la ql
tzilhuiz, ca ayocmo ahuiliyez in moyollo, ca ye centetl in monemiliz, ca Ya eres también hijo 1
ye oticcauh in telpuchtlahuelilocayutl, ca ye titlapaltzintli. holgura tu corazón pues
. Ayaxcan inic nemoa in tlaticpac. Cuix aca zan ixpan huetzi in tienes condición de homb
quicua, in qui? Ahmo, inic ticpiaz in motechmonequi ticmihiyohuiltiz, Con dificultad se vive
in ticmopanahuiliz in atlauhtli, in tepetl, in ixtlahuatl; chichinacaz in sólo cae lo que come, 10 I
moyollohtzin. Ahmo zan iuhqui totech ahci in tlatquitl, in tonacayotl. drás que sufrir, ha de dol€
Cualli xontlachiacan ihuan ma pahea, yocoxca xinemican ... " bienes. Pongan atención (
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 271

lacaz in es lo primero que harás? Saludar a tus suegros y encomendar a Dios


lochi ye el trabajo de todos, pues con su bendición todo saldrá bien, pues nada
'ro mo- hay mejor que hacer las cosas como tus padres te han enseñado y con
la bendición del Señor.
moteo­ En la mañana darás inicio a tus tareas, entrarás a la cocina, em­

I iuhqui pezarás poniendo orden en tus enseres, pondrás la olla en la que se ha

:an inic de hervir el agua, has de moler el maíz cocido, harás las tortillas, harás

ihcuac el atole, cuando ya todo esté hecho llamarás a todos a tomar f"l almuer­

iliqueh, zo, llamarás a tus suegros para que vengan a tomarlo también ... , cuan­

a. Nien do veas en la calle a quién ha venido a hacerse tu madrina, como si


itétlaca­ fuera tu propia madre bésale la mano, a tu padrino igualmente, bé­
ma, xi­ sale la mano, no sólo ahora en que hemos tenido que invocar su ayuda,
~ ma­ como suele ocurrir con muchos que en una hora de necesidad pedimos
ltzin in protección y cuando ya la hemos recibido, cuando ya se nos ha brin­
dado ya no les hablamos o nos pasamos de largo como no viéndolos.
Ni tú ni tu marido hagan nunca esto y tú, obedece y haz todo aquello
ui: In que te corresponde, levántate muy de madrugada, ve a hacer tus com­
Lcahmo pras, lava, haz la comida, no dañes mi ancianidad, ni el recuerdo de
nOlXCO­ tu padre finado ... "
recoltili Al muchacho le dijo lo siguiente:
nopilo; "Oye, tú, que ya así te has venido a convertir en mi yerno, mi ma­
leh, in yor deseo es que se amen; que no se ofendan; que no se digan palabras
llein malsonantes; aún tienes a tu madre, pídele siempre consejo en lo que
:chihti­ tengas que hacer. Yo ... , si aún vivo, puedes también acudir a mí, há.
zqueh, blennos de sus proyectos, de sus anhelos, de aquello que los afecte; para
iquiuh eso estamos los padres, para encaminarlos, para enseñarles cómo se debe
vivir en la tierra. Cuando nos requieran, tenemos la obligación de ve­
¡eh,In nir a verlos, de llamarles la atención en aquello que sea correcto.
:Iahuia Ámense el uno al otro, así es como debe empezar nuestro camino
ihcuac en nuestra vida de casados. La mujer cuida de su marido, y éste cuida
Jluauh de su mujer. Unos a otros debemos darnos protección. Tu madre te
cuidó cuando eras pequeño, cuando estabas bajo su responsabilidad.
'nimi.., Ahora será tu mujer la que verá por ti y tú quien verás por ella ...
liz, ca Ya eres también hijo mío y debo decirte que ya no debe estar en la
holgura tu corazón pues ya dejas las bellaquerías de la juventud, ya
itziin tienes condición de hombre casado.
ruiltiz, Con dificultad se vive en la tierra. ¿Acaso hay alguien frente a quien
::azin sólo cae lo que come, lo que bebe? No, para tener lo que necesitas ten~
:ayotl. drás que sufrir, ha de dolerse tu corazón. No se consiguen sin trabajos los
bienes. Pongan atención en esto y que vivan con alegría y tranquilidad."
18
272 LIBRADO SILVA GALEANA

No teniendo dónc
Inic ahmo quipiaya can chantizqueh in ye cepannemia, omocallotih­ pedir alojamiento
queh in inchantzinco in cihuatemachtihqueh Miranda, imichpochtzi­ vieja casona de '
tzihuan Eulogiohtzin. Omotlalihqueh ipan in huehuecalli ompa Cozman­ la escuela "Franc
co in tlahco ohtli itech in achtopa huehue tlamachtilcalli "Francisco píos de siglo, exa.
del Olmo", in oquiquetzqueh in ipeuhyan in maní macuilpohualxiuh­ La vieja casa,
tiliztIi, huel nelli xihuitl 1905. y su techo de teja
In huehuecalli, in xantepantlachiuhtli, in itlatzacuillo, in itlanexillo en la parte poster
cenca cuauhtic, in ica itlaxamanilcalcua, quipiaya ome ithualli, ce tIa­ Justo al lado I
calixpan, occe tlahtic ihuan miec calcahualtin. bitación grande CI
Huel in iyeccacopa in huey cuauhtlatzacuillotl oyeya ce huehueihton gunas limitaciones
cacalton ica ce tlatzacuillotl in quitztaya in ohtli. Ompa, achiton ohuih­ Se instalaron 1
cayotica, cualli chantizquiani in ahquihuanquin omonamictihqueh. taban de algunos
Otlatlatlalihqueh ce miercoles yohuahtzinco. Mochi intlatqui zan otra pequeña, une
ce metlatl, ome xoctin, ce huey caxitl ihuan occente tzitziquitzin, cequi habían sido traída
cafen ihuan aatolxaxalohtoton, ce tlapechtli in ica ihuapalhuan yancuic des y rectos pinos,
in quin oquinhualhuicaqueh Tozancuacuazcopa, can oncateh huehhueyi Tampoco eran
ihuan melaztiqueh ococuauhtin. a vivir a. su nueva
Ahmo no huel miec in imillatqui in Liborio inic ohualahcic in chantiz
ipan iyancuicacal: ce cahuahyo, no iuhqui ce tlaltepuztli ce hozno, ome
. y
hoz , dos ayates
daba al patIo.
ayad, ihuan ce machete in oquintlati in icuitlapan in tIatzacuillotl in
itztica ithualco.

VI
In cuauhtli ye pipitzca,
ocelotl chocatica.
Tinopiltzin, Macuilmalinalli,
zan ye oncan poctlan.
Tlapallan,
~coyaochihua
o in mexihcah.

Yehuatl Xochitl imac quipiaya ce hozno in ocan zan niman in oquih­ Ella tenía en una
tac ce yehuantin ohualquiztehuac ihticpa in tlacotlahtli. Oc cequi ohual­ de aquellos homb!
quizqueh itzalan in toctlahtli zan iyulic, yuhquin ocomiztin, in ahmo ron de entre las
tlacacapatzqueh. Centetl, nezquianí in teyacana, oquihto temmahmauh­ gatos mont~, SI
tiliztica: los guiaba, diJo C
-Tleica onanquicuico in tlahzolli? -¿Por qué h
No iuhqui occequi otlahtlanqueh: Casi al misml
-¿Tleica onanhuallahqueh? Ye nanquimati oyocmo nammohuaxca -Por qué ha
inin tlalli. Liborío conte
Liborío otetlahuelnanquili:
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 273

locallotih­ No teniendo dónde vivir en sus primeros días de casados, tuvieron que
~hpochtzi­ pedir alojamiento a las maestras Miranda, hijas de don Eulogio, en la
,Cozman­ vieja casona de Cozmanco, a media cuadra del edificio antiguo de
'Francisco la escuela "Francisco del Olmo", cuya construcción databa de princi­
thuaIxiuh­ pios de siglo, exactamente de 1905.
La vieja casa, con sus paredes de adobe, sus puertas y ventanas altas
idanexillo y su techo de tejamanil tenía dos grandes patios, uno al frente y el otro
Ji, ce tIa­ en la parte posterior, y muchas habitaciones que no estaban ocupadas.
Justo al lado derecho del enorme zaguán de madera había una ha­
ehueihton bitación grande con una puerta que daba a la calle en donde, con al­
)n ohuih­ gunas limitaciones, podía muy bien vivir una pareja de recién casados.
lueh. Se instalaron un miércoles por la mañana. Todos sus muebles cons­
Itqui zan taban de algunos trastos, un metate, dos ollas, una cazuela grande y
rin, cequi otra pequeña, unos jarritas para el café y una cama cuyas tablas recién
1 yancuic habían sido traídas de Tozancuacuazco, lugar de la montaña de gran­
luehhueyi des y rectos pinos.
Tampoco eran muchos los instrumentos de trabajo con los que llegó
n chantiz a vivir a su nueva casa Liborio: Aparte de una mula, un azadón, una
mO,ome hoz, dos ayates y un machete, los que guardó detrás de la puerta que
:uillotl in daba al patio.

VI
El águila grita,

el jaguar da gemidos.

Oh, tú, mi príncipe Macuilmalinall.

Allí, en la regi6n del humo,

en la tierra del color rojo,

rectamente los mexicanos

hacen la guerra.

(Ms. Cantares mexicanos, Biblioteca


Nacional de México, fol. 55v.)
n oquih.
ri ohual­ Ella tenía en una mano la hoz, la había tomado tan pronto vio a uno
in ahmo de aquellos hombres salir de entre los matorrales. Otros hombres salie­
lhmauh­ ron de entre las matas de maíz. Lo hicieron tan sigilosamente, como
gatos monteses, sin hacer el menor ruido. Uno, aparentemente el que
los guiaba, di jo con voz temible:
-¿Por qué han venido a recoger pastura?
ohuaxca Casi al mismo tiempo otros preguntaron también:
-Por qué han venido. Saben que ya no es suya esta tierra.
Liborio contestó con enojo:
El
274 LIBRADO SILVA GALEANA

-Quenin ahmo nohuaxca, nehuatl onicchipauh, nehuatl onietec0 4


-Cómo no va a
pinill, oniquimahcocuili. ¿Quenin ahmo nic-hualcuiqui in tIahzol1i? las levanté. ¿Cómo n
Occequi quihtoah: Otros dicen:
-Maciuhqui tehuatl oticchipauh... axcan ayocmo moaxca, ye -Pues aun cuam
toaxca inin tlalli. ya es nuestra esta tie:
- j In titlachtecapul! - j Eres un pinch
-¿Tocniuhtzitzihuan, ahzo zan otitononotzaco? -Compañeros ¿a
-Macahmo zan tlahtolo, ma tiquihtitiean inin cabrontic macahmo -¡Nada de pala'
calaqui can ahmo iaxca. donde no le pertenec
Occequi, ahmo huel cualanqueh, oquihtohqueh ma pahcatlayec 4 Otros, menos agrl
tililo: -Hermanos, ...
- Tocniuhtzitzihuan, quihuieatz in icihuauh ... , ahmo cualli ca. - j Cállate, chillór
-Ahmo xinahuati, in ticihuanacayo, timocahuani mochan tiquin­ a los pollos ... !
tlamacaz in pipioxtin. -Hermanos a la '
- Tocniuhtzitzihuan, tecpancalco, tecpancalco, iuhqui quicencaquiz vendrá a meter más.
in ayc ma quemman hualcalaquiquiuh. -Unos cuantos F
-Manel zan cequi maololli, j ma cualli commati! Palabras soeces, j
Pitzoticatlahtolli, tetelchihualiztli, tetlahhualchilizneatlapitzaliztli, ma­ unos cuantos minutos:
chi omocac, zan achitoncahuitl ipan; quemmanian zan momahyuixco­ tos como estaban por
macaya yehuantin in tetlatzacuilihqueh inic ahmo quimpactiaya tlein Por fin prevaleció
imicniuhhuan quitenehuayah. notorio que algunos q
Tlatzahcan onetlahtolcentlaliloc inie quihuicazqueh Liborío ixpan tal vez herir al atrevi,
in tetlatzontequiliani, yece intech necia in occequi in quinequia tlachih­ realidad nunca nadie
chihuazquiani occetic, in quimacazqueh, ahzo quitepuzhuitequizqueh meses había trabajad.
ipampa in motlapalo in "otlachtequito" ipan inon tlalli, huel melahuac Uno, el más agresivo (
ahmaca iaxca, ihuan campa miec metztli ipan ocenquizcatequit in ro jos por el coraje y e
oquicauh ye cualli in ipan tlatocoz. -Dale gracias a •
Cente tlacatl, hue1 miec in tetlapehualtiani, in omotlapalo in oquil­ de haber venido solo:
hui Liborío cenca cualantica inie ye oixchiehi1euh, ye tempopozocac: sepultado en cualquie
-Xicmotlazohcamachili in totahtzin Dios in omitzhualhuicac in No menos agresiv(
mocihuauh, intla zan moce! otihuallani, ahmo timocuepani, canatimitz­ -¡No creas que'
tlalaquiani i ihuan xictemocan can nanquinequizqueh! partido mi hacha!
No tentlahuelilocatica otlananquili in Liborio: Quisieron ellos tor
-Ahmo tinechmauhcamictia, in omitztzincauh monan, ocachi te­ pezó a reparar, no ql
pitztic cuahuitl ye oquitlapan nocuauhtlateconi. gente. Empezó la b~
hombres. Entonces le
Oquinequia quitzitzquizqueh in cahuahyo ica icamacuammeca ihuan -A ti te conoce '
in yuyulin opeuh motzitzinquetza, ahmo mocahuaya inie ahmo quimi­ -No digas que 11
ximatia inon tlacah. Opeuh motzitzinquetza ihuan quinteliczaya inontin - j Hazle la carga
tlacah. Quinihcuac oquilhuihqueh in Liborio: Cada vez se veía
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 275

Dnicteco­ -Cómo no va a ser mía si yo la limpié, yo le quité las piedras, se


~olli? las levanté. ¿Cómo no voy a venir por la pastura?
Otros dicen:
lxea, ye -Pues aun cuando la hayas limpiado. .. ahora ya no es tuya ...
ya es nuestra esta tierra ...
-¡ Eres un pinche bandido!
-Compañeros ¿acaso Vinimos a hacer pláticas?
lamhmo -¡Nada de palabras! ¡Enseñémosle a este cabrón a no entrar a
donde no le pertenece!
:atIayec- Otros, menos agresivos, proponían· un arreglo pacífico:
~Hermanos, ... trae a su mujer, no está bien· ...
i ca. - j Cállate, chillón, te hubieras quedado en casa el. darle de comer
tiquin­ a los pollos. . . !
-Hermanos a la comisaría, a la comisaría, así escarmentará y no se
neaquiz vendrá a meter más.
-Unos cuantos puñetazos no le quedarán mal.
Palabras soeces, juramentos, silbidos insultantes se sucedieron en
Itli, mo­ unos cuantos minutos, en momentos entre los mismos asaltantes, moles­
Iyuixco­ tos como estaban por las decisiones que unos u otros proponían.
la tIein Por fin prevaleció la idea de llevar a Libono ante el juez; pero era
notorio que algunos querían llevar las cosas más lejos, golpear y hasta
I lXpan tal vez herir al atrevido que había ido a "robar" en un terreno que en
tlaehih. realidad nunca nadie había tenido como propio y en el que durante
uzqueh meses había trabajado ·hasta dejarlo en condiciones de ser cultivado.
~uac Uno, el más agresivo de todos, se atrevió a decirle a Libono con los ojos
luit in rojos por el coraje y espuma en la comisura de los labios.
-Dale gracias a Dios que te haya acompañado tu mujer, porque
oquil_ de haber venido solo, de aquí no hubieras regresado, te hubiéramos
zocac: sepultado en cualquier lugar ¡ y búsquenlo donde quieran!
cae in No menos agresivo contestó Libono:
timitz- -¡No creas que te tengo miedo, hijo de tal, leños más duros ha
partido mi hacha!
Quisieron ellos tomar a la bestia por la nenda, y entonces ella em­
~hi te- pezó a reparar, no quería, no se dejaba porque no conocía a aquella
gente. Empezó la bestia a respingar y a darle de patadas a aquellos
hombres. Entonces le dijeron a Libono:
ihuan -A ti te conoce esta bestia, tú cógela y hazle la carga.
¡uimi­ -No digas que no se la vas hacer porque te va mal.
Ilontin - j Hazle la carga, date prisa, hijo de la chingada!

Cada vez se veían más enojados aquellos hombres. Eran además

EL LUG
276 LIBRADO SlLVA GALEANA

muchos, de haber sido une


-Tehuatl mitziximati inin cahuahyo, tehuatl xicana ihuan xictla­
tado; pero eran muchos )
chihchihuili.
la mano, contemplaba co
-Ahmo tiquihtoz in ahmo tictlachihchihuiliz, tlacahmo ida mopan
pacífico de todos le dijo ~
mochihuaz.
-Mira, no queremos
-¡ Xictlachihchihuili, iciuhca, omitztzincauh monan!
a tu bestia y nos iremos ~
Intech necia ye ocachi tlahuelcuiah inon tlacah. Huel miectin, intla
zan cente, huel nelli Liborío ica omomacani, yece huel miectin ihuan
icihuauh ompa ocatca. Xochitl, imac in hozno, quimauhca ihtaya in
ompa panoya. In ocachi yocoxcatic oquilhui in Liborío:
-Xiquihta, ahmo ticnequi itla timitzchihuazqueh, ahzo timitzma­
cazqueh .. " yece xictlachihchihuili in mocahuahyo ihuan tonyazqueh Tomaron el camino hach
tecpancalco, timitztlatlauhtia xictlachihchihuili ... roan que pasar por Tep
tarde, ya no tardaría en
campanas que anunciaba
VII agitación y ruido de vOCe!
y las aves, ya en su nido
Omohhuanaltihqueh Zoquiatoncacopa. Inic ahcizqueh Momozco achto melancólico.
panozquiani Tepenahuac ihuan Miacatlan. Ye huehca teotlac, zan iciuh­ Caminaban silencios<
ca ye tlapoyahuazquiani. Huehcauhtica ocaquia in ye tlatzilini inic contando las piedras del
temachiltia in ye pehuaz in teotlac teotlatlauhtiliztli. Nepanan neolini:' S610 la voz de personas
loya, tlacacahuanihualoya. In teotlactli <X}uehuatiquetz in ichichiltica­ que ya estaban en las e
pan can monamiqui in ilhuicatl ihuan in tlalticpactli; ihuan totome, toparon con una persona
ye intapahzolpan, quimixnahuatia in nehnenqueh in ica intetlaocolcuic. doña Felipa, a quien 11:
Necahualiztica onehnemoaloya. Tlalpan tlachixtihui, nezquiani quimo de se cruzan los camino
pohpouhtihui in ohteme inic ahmo teciahuitiz in ohtoquiliztli. Zan in­ Tlacotenco. En esa encn
tozcatzin in cequi tlacah ohualnehnemia inhuicpa in oqimmachilti ye hombre:
oyeya tlacaltentli ompa. Tepenahuac. Quinihcuac oquimonamiquilihqueh -Le ruego que aco
ce tlacatzintli in tlaiximachtzintli, Jeronimohtzin Romero, in inamictzin dre ...
Felipahtzin, in quimolhuiliaya "totlahtzin". Oquimonamiquilihqueh can -¡Cómo no ... ! ¡(
monepanoa in oohtin, in ahci Tepenahuac, ihuan in huitz Tlacotenco. . .. y que le diga
Ompa ohmaxac, Liborío oqui motlatlauhtili inon cualli tlacatzintli: -Cómo no, la l1evél
-Nimitzmotlatlauhtilia, xicmohuiquili in nocihuauh in ichantzinco
Ya en la orílla del 4
nonantzin ...
por Miacatlán, por Oh
-¡Quenamo ... , quenamo ... !
Cuauhtenco, nuestro pa
-Ihuan ticmolhuiliz in nonantzin ... ma yuh metzta ...
alli a descansar. y 11el
-Quenamo, nicmohuiquiliz, ihuan nicmonahuatiliz in monantzin.
La bestia también quec:
Tlacaltempa ye omohhuanaltihqueh Tecozpacopa; opanoqueh Mia­
atrás de donde se enceJ
catlan, Ohtenco. Icampa in tetepeh, Oztotepecacopa, Cuauhtencacopa,
ballo con todo y pastur
totahtzin tonaltzintli oquimonextili ce yamazticatlapechtli ihuan ompa
noche y los elotes, segú
omocauhtzino mocehuihtzinoz. Ihuan oaxihuac Malacachtepec. Ompa
los propios policías; ro
ye oquicaltzacqueh in Liborío.
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 277

m xictla- muchos, de haber sido uno sólo con seguridad Liborio 10 habría enfren­
tado; pero eran muchos y además su mujer estaba allí. Ella, la hoz en
la mopan la mano, contemplaba con ojos de miedo lo que allí ocurría. El más
pacífico de todos le dijo a Libario:
-Mira, no queremos hacerte nada, pegarte ... , pero hazle la carga
:tin, intla a tu bestia y nos iremos a la comisaría, te rogamos que se la hagas ...
:in ihuan
ihtaya in
VII
imítzma­
lyazqueh Tomaron el camino hacia Zoquiatonco. Para llegar hasta Momozco te­
nían que pasar por Tepenahuac y Miacatlán. Era ya bien entrada la
tarde, ya no tardaría en obscurecer. A lo lejos se oía el tañer de las
campanas que anunciaban el rosario vespertino. Por todas partes había
agitación y ruido de voces. La tarde izó su bandera rojiza en el horizonte
y las aves, ya en su nido, se despedían de los caminantes con su canto
co achto
melancólico.
ro iciuh­
lini inic Caminaban silenciosos, indinada la cabeza hacia adelante, como
neolini~
contando las piedras del camino, para hacer menos tediosa la marcha.
ichi1tica­ Sólo la voz de personas que venían hacia ellos los hizo percatarse de
totome, que ya estaban en las orillas de San Juan Tepenahuac. Entonces se
:lcolcuic. toparon con una persona conocida, don Jerónimo Romero, el marido de
niquim_ doña Felipa, a quien llamaban "tío". Se encontraron con él en don­
de se cruzan los caminos, el que llega a Tepenahuac y el que viene a
Zan in­
~hi1ti ye
Tlacotenco. En esa encrucijada Liborio le hizo una súplica a aquel buen
ilihqueh hombre:
mtÍctzin -Le ruego que acompañe usted a mi mujer a la casa de mi ma­
ueh can dre ...
cotenco. -¡Cómo no ... ! ¡Cómo no ... !
tltli: - ... y que le diga usted, por favor. .. que no se preocupe ...
mtzinco -Cómo no, la llevaré y le daré el recado a su madre.
Ya en la orilla del caserío se encaminaron hacia Tecozpa, pasaron
por Miacatlán, por Ohtenco. Detrás de los montes, hacia Oztotepec y
Cuauhtenco, nuestro padre el sol encontró un mullido lecho y se quedó
lantzin. allí a descansar. Y llegaron a Malacachtepec. Ya allí lo encerraron.
h Mía­ La bestia también quedó detenida. La caballeriza quedaba justamente
cacopa, atrás de donde se encerraba a la gente. Encerraron a Libario y al ca­
: ompa ballo con todo y pastura. A ésta s~ la comió el animal durante toda la
Ompa noche y los elotes, según contaría después el detenido, se los comieron
los propios policías; consiguieron quién sabe dónde, una olla, y a una
EL LUG"
278 LIBRADO SILVA GALEANA

In cahuahyo no ilpiloc. In cahuahcalli oyeya huel icuitlapan can mujer que estaba allí taro
otecaltzacuihualoya. Oquicaltzacqueh in Liborio ihuan in cahuahyo ica los elotes." No quedaron I
mochi in tlahzolli; inin ica ococh, in cahuahyo, oqtiicua mochi in yo­
hualli. Ihuan in elome, in otenonotz zatepan in tlalpilli, in oquicuah­
queh zan yehuan in topiltin. Ahquimati campa ocanqueh ce xoctli
ihuan ce cihuatl in ompa no ocaltzactaya oquilhuihqueh: "xiquinhuic~
xiti in e!ome". Zan ye in izhuatl ihuan in olod ompa omocauh. Al llegar a Santa Ana 1'1
la casa de su suegra doña
en la casa en donde algun
VIII irse a su casa, se tendría e
senda necesidad de platica
In ihcuac Xochitl oahcic in ompa Santa Ana Tlacotenco, zan niman dejarlo para el día siguieIl
omohhuan in ichantzinco in imonnantzin Juanahtzin Cervantes in mo­ jer, todavía vigorosa y de
callotihtzinoaya in ipan calli can cequi xihuitl ipan omochantihtzino trumentos para tejer en Íll
Benignohtzin Teran. Inda xochitl oyani ichan zan icel mocahuani
.
yece mauhcamlquia, ihuan no quinequia quimomachiltiliz in imonnan­
' labranza; días atrás habi:
punto de terminarlo. XC)(
tzin tlein opanoc, inie ahmo quitemachiltiz moztlatica. In ihcuac oahci­ que había pasado..
to in ichantzinco in ilamatzintli, in oc chicauhtic ihuan chicahuacane­ -¡ N o sabe usted 10 j
milizyo, inintzin quimotecpanilihtaya in iihquiticatlatquitzin xomulco, -¿Qué fue lo que le
can motlalia in millatquitL Ye cue! quezquilhuitl in oquimopehuiti
- j Que se llevaron a
quimihquitilia ce ayatl ihuan ayocmo mohuehcahuitizquiani in quimo­
-¿Cómo, a dónde S€
centlamiliz. Xochitl oquimopohuilili in imonnantzin tlen opanoc:
-A Malacachtepec 1,
-Ahmo timomachitia den topan omochiuh.
que porque fuimos a rol
-¿TIein nammopan omochiuh?
-¡Cómo ... ustedes
- j In oquihuicaqueh in moconetzin? ,
.-:..¡ Pues sí, .,.fuimo
-¿Quenin, campa oqiohuicaqueh?
- TIalpilli oquihuicaqueh Malacachtepec i ica mochi in cahuahyo! Allá, al lado de su s
Quimmach ipampa otitlahzolichtequito. gran preocupación de las
-Quenin, namehuan ahmo onanyahqueh •.. mitió cerrar los ojos con 1
- j Px, quema, otiyahqueh ... !
pagar una multa, y no t
Ompa itloctzinco in imonnantzin ococh. Omoztlati, cenca mote­ gunas cosas que vender,
quipachoaya in ome cihuame. Yohuac in ahmo huel cualli ocochihuac. parte de la mañana par::
Moztla~ica. hueliz quintlaxdahuiltizquiani ihuan yehuan ahmo quipiaya
una carga de leña, lo qu
can qmcmzqueh mane! ce centavo. Quipiaya itla in quinamacazqueh ta el lunes siguiente.
yece, ompa tianquizco, cenca netlapololtilo inic quieencahuazqueh tlen - y ahora, ¿de dóm
monamacaz, in tlaolli, in etl, ahzo ce tlamamalli in cuahuitl ihuan -No 10 tengo.
inin quihuehcatlazazquia in tlayectililiztli hueliz ixquichcauhin occe -Pues tendremos q'
lunes. -¿En dónde? ... ¡1
-¿Ihuan axcan can ticcuizqueh in tomin? ¿Ticpia tomin? -Lo pediremos en J
-Ahmo nicpia. -¿.... Q"? meno
-Px, huel titotlacuizqueh. -Don Cipriano M~
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 279

n can mujer que estaba allí también encerrada le ordenaron: "Pon a cocer

yo ica los elotes." No quedaron más que las hojas y los olotes.

in yo­

icuah­

xoctli, VIII

nhuic-

Al llegar a Santa Ana Tlacotenco, Xochitl se encaminó en seguida a


la casa de su suegra doña Juana Cervantes; que entonces vivía alojada
en la casa en donde algunos años después vivió don· Benigno Terán. De
irse a su casa, se tendría que quedar sola, y aparte de que tenía temor,
Iliman seritía necesidad de platicarle de inmediato a su suegra lo ocurrido y no
tl mo­ dejarlo para el día siguiente. Cuando llegó a la casa de la anciana mu­
ltzino jer, todavía vigorosa y de carácter fuerte, estaba acomodando los ins­
mani, trumentos para tejer en un rincón en donde se guardaban los aperos de
unan­ labranza; días atrás había empezado a hacer un ayate y ya estaba a
)ahci­
punto de terminarlo. Xochitl le contó a su suegra a grandes rasgos lo
.cane­ que había pasado .

lulco, -¡No sabe usted lo que nos ha ocurrido!


~huiti -¿Qué fue lo que les ocurió?
limO- - j Que se llevaron a su hijo!
-¿Cómo, a dónde se lo llevaron?
-A Malacachtepec lo llevaron detenido, i con todo y caballo! Diz­
que porque fuimos a robar la pastura .
- j Cómo. .. ustedes no him ido ... !
--.:..¡ Pues si, ... fuimos!
thyo! Allá, al lado de su suegra pasó la noche. Llegó el nuevo día. La
gran preocupación de las dos mujeres, que durante la noche no les per­
mitió cerrar los ojos con tranquilidad, era que seguramente tendrían que
pagar una multa, y no tenían de dónde tomar un centavo. Tenían al­
note­ gunas cosas que vender, pero en el mercado tendrían que pasar buena
~uac. parte de la mañana para acabar sus productos, maíz y frijol, o tal vez
~iaya una carga de leña, lo que retrasaría el arreglo del problema tal vez has­
queh ta el lunes siguiente.
tlen - y ahora, ¿de dónde tomaremos dinero? ¿Tienes tú dinero?
huan -No lo tengo.
occe -Pues tendremos que pedirlo prestado.
-¿En dónde? ... i Nadie ha empezado a vender su cosecha!
-Lo pediremos en la casa de nuestro compadre.
-¿... QUlen. ., ?

-Don Cipriano Martínez, el de Malacachtepec.

280 LIBRADO SILVA GALEANA EL LUG.

-¿Canin? .. Ahmaca pehua quinamaca in ipixquiz. Fueron a llegar a M:


- Titotlacuizqueh ichantzinco in tocompalehtzin. fueron a entrar a la casa e
-¿ ... Ahquihuatzin? coraz6n:
-Ton Xipiliano Martinez, Malacachtepec. -Vivid con alegría y
Moztlatica omaxitito Momozco Malacachtepec oc yuhuac. Omocala­ -Comadrita, pase po
quito in ichantzinco in tecompalehtzin, ce tlatquihua ihuan cenca cualli prano?
in iyollohtzin. -Por aquí íbamos pa:
-Ma pahca yocoxca ximonemitican, tecniuhtzitzihuan. hemos pasado aquí a su
-Zan no iuhqui nammomahuizotzin; tocomalehtzin, xommopanolti. nero ... ?
- Ica nican otipanoya. .. ma xitechmotlapohpolhuili ... , otihuallah­ - i ... c6mo no! ¿Cl
queh nican mochantzinco ... , huel titechmotlaneuhtiliz cequi tomin? -Pues, haga favor d
-¿Quenamo, quexquich nammonequiltia? pesos. Quién sabe cuánto
-Px, tlaxitechmotlaneuhtili ... , hueliz... mahtlactli peso. Mah­ -Sí, sí. Si esa canti(
tlactli peso. Ahquimati quexquich in monequi inic hualquizaz in no­ más. .. c6mo no, yo les ¡:
cone ... Era todavía muy tem
-Quema, quemaca. Intla inon ticmonequiltia, ihuan intla ocachi gado de paz. Desde un á
monequi. •. , quenamo, nimechmotlaneuhtiliz ocachi, quenamo, yehica que después serian intem
tehuatzin tinechmohtlanilia ... -Ya llegaron ustedes
Oc cualcan ihcuac omaxitihqueh tecpancalco. Itlacaltech in oquich­ -Ya estamos aquí.

pan can quimehuatiquetzaya in ahquihuan quintlatemolizqueh, oihca­ Dijo:

taya Liborio, inin otetlahpalo: -Nada más que venl


- Ye onammaxitico. Y entonces ya acerca:
- ye nican ticateh. -Pues no debiste hal
-Zan ma hualla in tetlatzontequiliani. Itloc titlahtozqueh. te a meterte donde no te
Quinihcuac ye oquihtlanilihqueh Liborio ma mopacho. Oquihtoh­ -Pero, yo desmonté
queh: tenecÍa.
-Px, ahmo tiyani .. " ¿inon tlalli ahmo moaxca tleica oticalaquito -Tú la desmontaste
can ahmo moaxca? entrado a ella, tú 10 sab
-Yece. .. nehuatl onicchipauh inon tlalli ihuan ye huehcauh in tlacotencas. .. son de lo
otechilhuihquehquimmach toaxca. de los de Tepenahuac. i
- Tehuatl oticchipauh... ahnozo tlein tiquihtoz ... , yece ahmo pagar! ... , vas a tener q
ticalaquini ompa, tehuatl cualli ticmati, inon tlalli ayocmo narnmoaxca N o alcanzó el dinero
nemehuan in nantlacotencatlacah .. " inyaxca in san jeronimohcah, san­ sobrepasaba lo que tenía
franciscocah, in tepenahuacah. i Oticalaquito, otitlach tequito, axcan ti­ -¿Pues cómo hemos
tlaxtlahuaz! ... Tiquixtlahuaz mahtlactli yeí peso. -Pues esperaremos.
Ahmo oteaxili in tomin. Inon tlaxtlahuilli in oquinchihualtihqueh Allí permanecieron. I
in quítemacazqueh. Omihtalhuihqueh; a hacer acusaciones. All;
-Axcan ¿quenin ticchihuazqueh? Tanto el hombre como
-Px ma tochiacan. tarde, se hicieron los an
Ompa omocauhtzinohqueh. Quimihta in miec tlacah in ompa cala- Pues más tarde ya le
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 281

Fueron a llegar a Malacachtepec Momozco muy de madrugada,


fueron a entrar a la casa de su compadre, persona de bienes y de buen
corazón:
-Vivid con alegria y tranquilidad, hermanos.
nocaJa­ -Comadrita, pase por favor, ¿qué anda usted haciendo tan tem­
l cualli prano?
-Por aquí íbamos pasando ... tenga la bondad de disculparnos ...
hemos pasado aquí a su casa... ¿sería tan amable de prestarnos di­
iXtnolti. nero ... ?
uallah­ - j . .. cómo no! ¿Cuánto quiere usted?
tomin? -Pues, haga favor de prestarme ... , tal vez... diez pesos. Diez
pesos. Quién sabe cuánto se requerirá para que salga mi hijo ...
Mah­ -Sí, sí. Si esa cantidad es la que usted quiere, y si es necesario
m no­ más. .. cómo no, yo les prestaré más, cómo no, si usted me lo pide.
Era todavía muy temprano cuando llegaron a las oficinas del juz­
ocachi gado de paz. Desde un ángulo del salón, en donde solían parar a los
yehica que después serían interrogados, Liborio las saludó:
-Ya llegaron ustedes.
)quich­ -Ya estamos aquí.
oihca- Dijo:

-Nada más que venga el juez. Con él hemos de hablar.

Y entonces ya acercaron a Liborio. Dijeron:

-Pues no debiste haber ido ... esa tierra no es tuya, ¿por qué fuis­

te a meterte donde no te pertenece?


-Pero, yo desmonté esa tierra, y ya nos habían dicho que nos per­
tenecía.
laquito
-Tú la desmontaste. .. o lo que digas. .. pero no debiste haber
entrado a ella, tú lo sabes bien, esas tierras ya no son de ustedes los
LUh in tlacotencas ... son de los de San Jerónimo, de los de San Francisco,
de los de Tepenahuac. i Fuiste a meterte a robar y ahora tienes que
ahmo pagar! ... , vas a tener que pagar trece pesos.
lOaxca No alcanzó el dinero, aquella cantidad que los obligaron a pagar
1, san­
sobrepasaba lo que tenían a la mano. Dijeron:
ean ti­
-¿Pues cómo hemos de hacer?
-Pues esperaremos.
hqueh
Allí permanecieron. Observan cómo muchos entran allí, salen, van
a hacer acusaciones. Allá estaba detenido Liborio con todo y caballo.
Tanto el hombre como el caballo. Para entonces, ya muy entrada la
tarde, se hicieron los arreglos, se tomaron acuerdos.
. cala- Pues más tarde ya lograron liberar al detenido. A Libono lo pusie­
EL LUG
282

quih, quiza, yahui motelhuizqueh. ¿Ihuan elome? Oquincuahqueh in ron en libertad, pero nUll<
topileme. Ompa tlalpilli in Liborio ica mochi in cahuahyo. In tlacad ron el caballo. S6lo una v(
ihuan in cahuahyo. Quinihcuac in ye huehca teotlac otlayectililoc, otlah­ Juana un policia que esta
tolcentlaliloc. Immanon quihtohqueh: -¿Si ya está en libert
-Cualli in otiyahqueh in oticcuito in tomin inic otitlaxtlauhqueh. Si siguen dando lata, es F
Zatepan ye oquitemaquixtihqueh in tlalpilli. Ye oquicahcauhqueh
in Liborio. Vece aye oquimatqueh inantzin tleica ahmo quimmactih­
queh in eahuahyo. Zan cehpa in iheuac oaxihuac tecpancalco inic quih­
tIanizqueh, oquimmolhuili in topile in calacohuayan oihcataya, oqui­
molhuili yehuatzin in Juanahtzin: .
-¿Intla ye 'temaquixtilli in tlacatI, tleica oc nanchachalacah? Intla
oc nanteyolquixtia, hueliz oc huel quicaltzacuazqueh moeonetzin.

IX

o yohualli ihcahuacan

teuctlin popoca

ahuiltilo in Dios, Ypalnemoani.


Apenas corri6 la voz. en •
Chimalli xochitl in cuecuepontimani.

In mahuiztli moteca, molinia in tlalticpac.


empezaron, primero los j
i Ye xochimÍcoah
a un ajuste de cuentas. E1
in ixtlahuatl ihtec!
y mujeres y hasta j6vene
-Pues no está bien 1
Quin omahmachix nican Tlacotenco Liborio ocaltzacuhtaya opeoac tras, son nuestras.
in techicoihtolo ihuan zatepan temmahmauhtilo ahnozo ye temiquiz­ - j Aquellos holgazaIl
tlalhuilo. Techahchan, tianquizco, ipan ohtli, tlatlacah, cihuame, ihuan -Hermanos, ¿nos va
no telpocame oquicualancatenehuaya: -¿Estaremos sólo m:
---,Px, ahmo cualli in panotoc, inon tlalli toaxca, toaxca. Otros más agresivos
' - j Inontin tlatziuhqueh pixcazqueh ihuan ahmo otequitqueh! - i Sabemos 10 que t
-Tocniuhtzitzihuan ahzo zan iuhqui tiyezqueh, ¿timapilcatazqueh? -De nosotros no se
-iZan titlachixtazqueh iuhquin metoton? - i C6mo los pari6 51
Occequi, ocachi incualancacopa, quihtoaya: Siendo este un puebl
- Ticmati tlein ticchihuazqueh. todas partes se hacian ce
-¡ Ahmo tocahuetzcazqueh! -Pues aquí, Libonc
Oquintzincauh innan! -Dizque porque fu«
In ica Tlacotenco zan tzitziquitzin altepetl, zan niman mochi omah­ -¡Dizque eso ya no
machix, niman. Nepeeanan ye otepeuhtimanca. - i Que lo digan fre¡
-Px nican Libono, caltzacuhtoc. - j Nosotros desmon1
'-Quimmach otlahzolcuito ompa, Cozcacuauhco. - i Pues yo no sé ...
-Quimmach inon tlalli ayocmo toaxca. -¿No conoces lo ql
EL L~GAR DE LAS ÁGUILAS REALES 283

ron en libertad, pero nunca lograron explicarse por qué no les entrega­
ron el caballo. Sólo una vez en que llegaron a reclamarlo, le dijo a doña
Juana un policía que estaba a la entrada:
-¿Si ya está en libertad el hombre para qué tanto están moliendo?
Si siguen dando lata, es probable que vuelvan a poner preso a su hijo.

IX

Hacen estrépito los cascabeles,

el polvo se alza cual si fuera humo;

Recibe deleite el dador de la vida.

Las flores del escudo abren sus corolas,

se extiende la gloria,

se enlaza en la tierra.

¡Hay muerte aquí entre flores,

enmedio de la llanura!

(Ms. Cantares mexicanos, Biblioteca


Nacional de México, fol. 9r.)

Apenas corrió la voz en 11acotenco de que Liborio había sido detenido


empezaron, primero los comentarios, después las abiertas insinuaciones
a un a juste de cuentas. En cada casa, en el mercado, en la calle, hombres
y mujeres y hasta jóvenes, decían claridosamente.
-Pues no está bien lo que está pasando, aquellas tierras son nues­
tras, son nuestras.
- j Aquellos holgazanes van a cosechar sin haber trabajado!
-Hermanos, ¿nos vamos a quedar así con los brazos colgando?
-¿Estaremos sólo mirando, como borregos?
Otros más agresivos decían:
-¡ Sabernos lo que tenernos que hacer!
-De nosotros no se han de reír.
-¡Cómo los parió su madre!
Siendo este un pueblo pequeño en seguida se supo todo, luego, por
todas partes se hacían corrillos:
-Pues aquí, Liborio, está encerrado.
-Dizque porque fue a recoger pastura allá, en Cozcacuauhco.
- i Dizque eso ya no es nuestro!
- j Que lo digan frente a mí esos hijos de tal por cual!
-¡ Nosotros desmontamos, cómq que no es nuestro!
- i Pues yo no sé. .. eso escuché allá ... !
-¿No conoces lo que te pertenece, gallina?
284 LIBRADO SILVA GALEANA EL Lt

- j Ma níxpan quihtocan inontin, in oquintzincauh innan! - j Si yo hubiera sabi


-Tehuan otitlachipauhqueh, quen yeh ahmo toaxca. - i Pero nO lo supisl
-Px nehuatI ahmo nicmati ... , inon oniccac ompa ... - j Cállate, tú qué s:
-Ahmo ticmati tlein moaxca, cuanacatl? AquÍ ya todas las ge
-Intla onicmatini oniyani ihuan onechcaquini inontin ... detenido a Liborio, el vi
- Te1 ahmo oticmat. .. ihuan ahmono tiyani ... tenían algún plan, y el d
-Ximocamatzacua, tIein ticmati? nÍan una parcela en es
Nican ye moch tlacah opeuhqueh monotzah. Ipan jueves oquical­ iban como cuando se v~
tzacqueh in Liborio, viernes ye oquitemaquixtihqueh, ipan sabado itIa Feliciano Varela llevab.
tIanemililli ye itech nepilolo ihuan ipan domingo ye omohhuanqueh no usaba y que tenía C(
miectin, ahmo zan ahquihuan oquipiaya ce tlatIalton ompa no iuhqui los morrales para la res
in ahquihuan ahmo quipiaya; nezquiani yahui tlatequipanozqueh, in que no se había casado,
ohtlayectIalizqueh. Juana Cervantes, don E
Fe1icianohtzin Vare1a quimohuiquiliaya ce escopetahzolli in ye hueh­ y don Fidencio, don Ci
cauh ahmo quimocueponaltiliaya, in opilcataya intech in momorraltin don José Padilla, don A
inic tlahpohualo; oyaya Apolinar Gutiérrez, oc te1pocatl, in ayahmo decían:
mocihuauhtiaya, Jeronimohtzin Romero, Josehtzin Vilchis, Juanahtzin -Pues, vámonos.
Cervantes, Epigmeniohtzin Baranda ic iicniuhtzitzihuan Juantzin ihuan y parecía que algui
Fidenciohtzin, Cirílohtzin Jardines, queznecuilticatzintli; no mohhuan­ los hombres ya seguíaIl
tzinohqueh Gelaciohtzin Rosas, Josehtzin Padilla, Josehtzin Garcia ihuan más como si fueran a d
occequi miec, miec tlacah. Moch inintzitzin zan quimohuiquiliayah
hoznohtin ihuan macheteh, yece no onyeya ahquihuan ornmohuicaya Pero también lleg6 la
zan ica ce cuahuitl immactzinco. Moch inintzitzin zan omihtalhuiaya: algunas personas le hal
-Px, ma tiyacan. - j Pues, te quitaror
Ihuan nezquiani aca oquintlalhui yazqueh tlacanechicolizpan. Moch­ - y además, i te tU'
tlacah ye omohhuanqueh, cequi zan necahualiztica, yece in occequintin -Tú dirás ... , ¡pe:
nezquiani yahui tlamahuizozqueh. -¿Nos quitaron la
Yece no oahcic in tlahtolli inacaztitech in Liborío. Yalhuatica yohualli -Mañana iremos, i
cequi tlacah oquilhuito: - i Allá nos vemos!
- j Px, omitzquixtilihqueh in mocahuahyo! Los contrarios se CI1
-Ihuan, no iuhqui omitzcaltzacqueh. casado con hombres de
-Te tiquihtoz. .. yece tehuan ahmo titocahuazqueh. o algunos de sus famili~
-¿Otechquixtilihqueh in- tlalli ihuan yeca? pueblos, a quienes estab
-Moztla tonyazqueh, tiyazqueh tiquinchiatihui. Quien haya ido a hao
- j Ompa titohtazqueh! Tlacotenco.
In teyaohuan oquimmachiltihqueh. Cequi tlacotencacihuame omo­ Fue a delatar a 105
namictihqueh intloc in tepenahuacan, miacatlantecah, tecozpanecah raron.
ihuan hue1iz aca yehuantin ahnozt;l aca inhuan yolqueh otlanahuatito Cuando fueron a U
ompa ipan inontin altepemeh quenin ompa Tlacotenco ye teyaotlalhui­ ya estaban allá los con1
hualotaya. Ahquin otetelhuito hue1 nelli tlacotencatl. mero discutieron. Para
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 285

- j Si yo hubiera sabido habría ido y me habrían escuchado!

- j Pero no lo supiste y tampoco habrías ido!

- j Cállate, tú qué sabes ... !

Aquí ya todas las gentes empezaron a convocarse. El jueves habían

detenido a Liborio, el viernes lo dejaron en libertad, para el sábado ya


tenían algún plan, y el domingo ya se fueron muchos, no sólo los que te­
nían una parcela en ese lugar sino hasta algunos que no la tenían,
oquical­ iban como cuando se van a un tequio, al arreglo de un camino. Don
bado itla Feliciano Varela llevaba una escopeta vieja que hacía mucho tiempo
uanqueh no usaba y que tenía colgada de un clavo junto a donde se colgaban
o iuhqui los morrales para la resiembra; iba Apolinar Gutiérrez, muy joven y
queh, in que no se había casado, don Jerónimo Romero, don José Vilchis, doña
Juana Cervantes, don Epigmenio Baranda con sus hermanos don Juan
ye hueh­ y don Fidencio, don Cirilo Jardines con su cojera, don Gelasio Rosas,
norraltin don José Padilla, don Andrés García con hoces y machetes. Todos sólo
ayahmo
decían:
anahtzin
-Pues, vámonos.
in ihuan
y parecía que alguien los hubiera invitado a una reunión. Todos
ohhuan­
los hombres ya seguían el camino, algunos silenciosamente, pero los
ia ihuan
más como si fueran a divertirse.
luiliayah
>huicaya Pero también llegó la palabra a oídos de Liborio. U na noche antes
lhuiaya:
algunas personas le habían ido a decir:
- j Pues, te quitaron la bestia!
. Moch­
- y además, j te tuvieron encerrado!
equintin
-Tú dirás .. " j pero nosotros no vamos a dejamos!
-¿Nos quitaron la tierra y ya?
yohualli -Mañana iremos, iremos a esperarlos mañana.
- j Allá nos vemos!
Los contrarios se enteraron. Algunas mujeres tlacotencas se habían
casado con hombres de esos pueblos, y es probable que algunas de ellas
o algunos de sus familiares haya ido a delatar a cualquiera de aquellos
pueblos, a quienes estaban preparándose para la gresca del día siguiente.
Quien haya ido a hacer la denuncia tenía que haber sido alguien de
Tlacotenco.
,e omo­ Fue a delatar a los tlacotencas y los contrarios también se prepa­
>anecah raron.

:huatito Cuando fueron a llegar los de Santa Ana, ya estaban allá los otros,

Itlalhui­ ya estaban allá los contrarios. Ya entonces empezaron las disputas. Pri­
mero discutieron. Para entonces ya era un anciano don Luciano Vare1a
EL LUGA
286 LIBRADO SILVA GALEANA

Temac oquintlazqueh in tlacotencah ihuan teyaohuan no omoyao­ y a pesar de ello iba anim
chihchiuhqueh. Apolinar Gutiérrez a quier
Se juntaron todos CUal
In ihcuac oahcito in tlacotencah ye ompa oyeya in occequintin. Ye tieron a ellas y aquellos ya
peoac in tetlahtzohuililo. Achto omonetechahhuaqueh. Immanon ye­ y los golpes. Empezaron l
huatzin Lucianohtzin Varela ye huehuetzin, tel maciuhqui, oc cenca miedo de nada, puñetazos
yolchicauhtica ihuan tlapalticatzintli. los cabellos a los hombres I
No ompa onyaya telpocame, quemen Apolinar Gutiérrez in ahquin contra todos. Unos corret,
oquilhuihqueh: "Tehuatl titlayacanaz." machetes y las armas de f
Moch tlacah omonechicohqueh in ihcuac ye axihualoya ipan millah­ A don Ludano Varela
di. Mochintin ompa ocalahqueh ihuan in occequintin no ompa oyeya. árbol le restañaban las hel
Opeuhqueh monetechahhua ihuan zan niman ye momacah. Ye pehua un hombro, y trataban de
momacah, achto teimacaxiliztiea, zatepan ahmauhcatica. TemaolQlma­ salía de la nariz.
co, teteliczalo, tecantetlatzinilo. Cequi quintzonhuihuilana in occequin­ Una mujer, doña Ade
tino Mochintin inhuicpa in occequintin. Cequi quintotoca in occe­ tenco, pero después casad
quintín. Ihuan achiuhqui, zan niman ohualquizqueh in macheteh ihuan muchos años viviendo en e
tlacuecueponaltepoztin. tía que espantaba a los p:
Achto oquimomaquilihqueh in Lucianohtzin Varela. !campa ce Como con el demonio
tomahuac cuahuitl oquimopahtilihtaya inie oquimocuatlapanilihqueh, - i Miren, cómo yo nc
no oquimomaquilihqueh in ipan iahcoltzin, ihuan no cequi tlacah qui­ tos malditos!
nequia in quitzacuilizque inie cenca mezquixtihtaya. y del cuerpo de los h
Ce cihuatzintli, Adelaidahtzin Baranda, in omotlacatili Tlacotenco - j Oh, qué bien sabe
ihuan zatepan in omonamictihtzino itloc ce Ibáñez, tepenahuacatl, in bardes, a todos les ha de t
ye miec xihuitl in monemitiaya Tepenahuae, eenea tecuantetic inie
quimmomahmauhtiliaya in tlatlacah.·
Yuhquin ihtietzineo yezquiani in ahmo cualli, in ahmo yectli, mo­
tzahtzitiaya:
--Xiquihtacan, nehuatl abmo nimauhcamiqui ihuan niqui in immez­ Fueron muchos los herid(
zo inintin, in oquintzincauh innan. quienes corrieron cuando
Ihuan itech innaeayo in tlaezyotiltin quimotlaltequiliaya in eztli. Mo­ se habían imaginado. Alg
tlaelpaquitiaya: ron que empezó a correr
-Quenin huelie in immezzo imntín oquintzineauh innan. Xihua­ sive adentrándose más en
Bacan, mauhcazoltiqueh, nannochtin namechezchiehinaz. hacia Comaltepec; otros
Tezompa. Los de Santa j
TIatixhualanca, por TIaq
x catlauhco. Los que se q.
bravura.
Cenca miec in tlacohcoltin oquizqueh in centlapal, in occentlapal. Ihuan
no miectin in ohualcholohqueh in ihcuac oquihtaqueh huel nelli in Fueron en total tres los I
ohuihcan ocalahqueh. Cequimeh, in oc telpocameh in quin oquihtaqueh Varela y el muchacho A
in ye ezquixoaloya zazocampa ye ohualcholohqueh, cequi huel ocachi Ninguno de ellos muri6 e:
EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 287

omoyao- y a pesar de ello iba animoso y esforzado. Iban también jóvenes como
Apolinar Gutiérrez a quien le dijeron: "Tú vas a ir al frente."
Se juntaron todos cuando ya llegaban a las milpas. Todos se me­
Iltin. Ye tieron a ellas y aquellos ya estaban también allá. Empezaron las disputas
non ye­ y los golpes. Empezaron a golpearse; primero con temor después sin
)C cenca
miedo de nada, puñetazos, patadas, cachetadas. Las mujeres jalan de
los cabellos a los hombres o a otras mujeres del bando contrario. Todos
, ahquin contra todos. Unos cprretean a otros. Y casi en seguida salieron los
machetes y las armas de fuego.
, millah­ A don Luciano Varela le pegaron primero. Protegido detrás de un
it oyeya.
árbol le restañaban las heridas que le habían hecho en la cabeza y en
e pehua un hombro, y trataban de detenerle la hemorragia que a borbotones le
lOlolma­ salía de la nariz.
:cequin­ Una mujer, doña Adelaida Baranda, que había nacido en Tlaco­
in occe­ tenco, pero después casada con un Ibáñez de Tepenahuac, y ya con
:h ihuan muchos años viviendo en este pueblo, mostraba tal agresividad y valen­
tía que espantaba a los propios hombres.
mpa ce Como con el demonio adentro, gritaba:
lihqueh, -¡ Miren, cómo yo no tengo miedo. .. y me bebo la sangre de es­
:ah qui­ tos malditos!
y del cuerpo de los heridos sorbía la sangre..
lcotenco - j Oh, qué bien sabe la sangre de estos infelices! i Y vengan, co­
icatl, in bardes, a todos les ha de tocar!
tic iníe

tli, mo- x
irnmez- Fueron muchos los heridos, de uno y de otro lado. Y hubo también
quienes corrieron cuando vieron que la cosa era más seria de lo que
tli. Mo- se habían imaginado. Algunos, sobre todo los muchachos, apenas Vie­
ron que empezó a correr la sangre huyeron por donde pudieron inclu­
Xihua- sive adentrándose más en la montaña como quien se va hacia SalinaIco,
hacia Comaltepec; otros se fueron con rumbo a Tepenahuac o hacia
Tezompa. Los de Santa Ana se fueron allá bajando de inmediato por
Tlatixhualanca, por TlaquiztaIco o por Florezco o de plano hacia Za­
catIauhco. Los que se quedaron, que fueron mayoría, pelearon con
bravura.
. Ihuan
lelli in Fueron en total tres los muertos. Luis Silva de Tecozpa, y don Lucio
ltaqueh Varela y el muchacho Apolinar Gutiérrez de Santa Ana Tlacotenco.
ocachi Ninguno de ellos murió en el campo de batalla. A Luis Silva se lo lle­
19
EL:
288 LIBRADO SILVA GALBANA

ocalahqueh tepetitlan, nezquiani oyaya Salinalco, ahzo Comaltepec; varon herido a su pue
occequintin Tepenahuacacopa ahnozo ica Tetzompa. México en donde desI
In tlacotencah zan niman ohualtemoqueh ica Tlatixhualanca, ica pacto de bala en el pec
Tlaquiztalco, ica Florezco ahnozo ica Zacatlauhco. In ahquihuan omo­ le había disparado, se
cauhqueh oquichyutica omomacaqueh. Era grande el dolo
Yei tlacah omihqueh. Luis Silva, tecozpanecatl, Luciohtzin Varela la tierra pero en ese n
ihuan in telpocatl Apolinar Gutiérrez, tlacotencameh. Ahmaca omic dos de sus compañero
tlahyecolizixtlahuacan. Yehuatl, Luis Silva, oquihuicaqueh ye tlamic. de uno y del otro en t
tilli in ichan Tecozpa ihuan zatepan ipan "Juárez" Cocoxcacalli, Mexih­ que hicieron todo su e
co hueyaltepepan. Ompa, zan ome tonalli ipan ye ornic. Oquicuepo­ Muchos años desp\
nilihqueh, ielchiquiuhpan oquimaquilihqueh, ayocmo huel oquiteneuh dieron a los que murit
nien ce tlahtolli. Intla oquihtac ahquin oquimacac inon ichtacayutl
S610 co
oquihuicac rnictlan. Sólo as
Cenca huey inneyolcocoliz in tlacotencah. Oquintequipachoayah in como u
oquipolohqueh in tlalli yece, den ocachi quimellelaxitiayah, in omomi­ a la qll
quilihqueh omeme imicniuhtzitzihuan. Cenca miec oahcito in inchan s610 COI
a la qu
in mihqueh inic quitemachiltizqueh in tetlaocoliz yuh Xochitl ihuan
Todos !
Liborio ahquihuan ixquich intlapal oquichiuhqueh inic otepalehuih­ al lugaI
queh in ohcan in omicoac. ¿Qué Sí
Miec xihuitl ipan oc molnamiquia in cuicatl in omeuh inhuicpa Asi vivi
in ahquihuan omihqueh, in ipan inon tetlaocolticatonalli: así en '
así nos
Nosotro:
Zan ihui xochitl ypa titechmati a
¿a d6nc
zan toncuetlahui, timocnihuan.

In zan no iuhqui quetzaliztli

(Ms. C
ticxaxamania,
de)
:zan no iuhqui tlahcuilolli

ticpohpoloa.

Ixquich ompa yahui zan no ye mictlan,

can tocepanpoliuhyan.

Tle ypan titechmati, icelteotl?

Yhuin tiyoli,

yhuin ye topolihuian

:zan tompohpolihuitihui

timacehualtin

Can nelpa tonyazqueh?

(Ms. Cantares Mexicanos, Biblioteca Nacional

de México, fol. 12v.)

EL LUGAR DE LAS ÁGUILAS REALES 289


Comaltepec; varon herido a su pueblo, de allí al Hospital Juárez de la ciudad de
México en donde después de dos días murió. Había recibido un im­
ualanca, ica pacto de bala en el pecho y ya no pudo decir una palabra y si vio quiébl
lihuan omo­ le había disparado, se llevó ese secreto a la región de la muerte.
Era grande el dolor de los tlacotencas. Sentían que habían perdido
ltzin Varela la tierra pero en ese momento lo que más les dolía era la pérdida de
Ilnaca omic dos de sus compañeros. Muchos fueron los que llegaron a las casas
: ye tlamic_ de uno y del otro en muestras de solidaridad, como Xochitl y Liborio,
allí, Mexih_ que hicieron todo su esfuerzo para ayudar a los deudos.
Oquicuepo_ Muchos años después aún se recordaba el canto con el que despi­
oquíteneuh dieron a los que murieron, en aquellos penosos días:
ichtacayutl
S610 como a una flor nos estimas.

choayah in S610 así nos marchitamos, tus amigos,

in omomi­ como una esmeralda

in ¡nchan a la que haces pedazos,

sólo como una pintura

:hitl ihuan a la que borras.

tepalehuih- Todos se marchan a la región de los muertos,

al lugar común de perdemos.

I inhuicpa ¿Qué somos para ti, oh Dios?

Así vivimos,

así en el lugar de nuestra pérdida

así nos iremos perdiendo.

Nosotros los hombres

¿a dónde tendremos que ir?

(Ms. Cantares Mexicanos, Biblioteca Nadonal


de México, foI. 12v.)
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
ECONOMIC DIMENSIONS OF PRECIOUS METALS, STONES,
AND FEATHERS: THE AZTEC STATE SOCIETY

FRANCES F. BERDAN

In the spring of 1519, Hernán Cortés and his band of Spanish


conquistadores feasted their eyes on the wealth of an empire. While
resting on the coast of Veracruz, before venturing inland, Cortés was
presented with lavish gifts from the famed Aztec emperor Mocte·
zuma IV- While only suggestive of the vastness of imperial wealth,
these presents included objects of exquisite workmanship fashioned of
prized materials: gold, silver, feathers, jadeite, turquoise.2 There was
an enormous wheel of gold, and a smaller one of silver, one said to
represent the sun, the other the moon. There were two impressive
collars (necklaces) of gold and stone mosaic work: they combined red
stones, green stones, and gold bells. s There were fans and other elabo­

1 Saville (1920: 20-39, 191-206) provides a detailed summary of the many


accounts of the gifts presented to Cortés on this occasion.
2 Up to this point in their adventure, sorne of the conquistadores apparently
had been sorely disappointed in the mainland's wealth. Bernal Diaz del Castillo
repeatedly refers to the gold encountered by the Hernández de Córdova and Gri­
jalva expeditions (1517 and 1518, respectively) as "Iow grade" or "inferior", and
small in quantity (Díaz del Castillo, 1956: 8, 22,23, 25, 28). While Díaz, writing
many years after the events he describes, seems especially critical of the quality of
the gold avaiJable on the coast, the friar Juan Díaz's account of the Grijalva ex­
pedition betrays no such dísappointment. An inventory of "The Barter that was got
by Juan de Grijalva", published by López de G6mara, reveals numerous pieces of
fashioned gold, most of them small and seemingly delicate (Saville, 1920: 14-19) .
Gómara observes that "The work of many of thero (the things brought) was worth
more than the material" (ibid.: 15) and, of course, it was the "material" which
most interested the Spaniards. Díaz del Castillo' s critical posture may also derive
from a rather unfortunate transaction in which the Spaniards bartered for six
hundred shiny axes, thinking they were fashioned of low grade gold. However, the
axes turned out to be copper, and predictably (with sorne embarassment) rusted!
(Diaz del Castillo, 1956: 28).
s Although accounts differ in a few details, the first necklace probably was
composed of eight strings, containing 232 red stones, 183 (or 163) green stones,
27 gold bells, and four large stones set in gold, with pendants suspended from them.
The second necklace had four strings, wÍth 102 red stones, 172 green stones, 26 gold
bells, and ten large stones in gold settings, again with pendants hanging from them
(142 or 140 pendants) (Saville, 1920: 38-39).
ECONOMIC
292 FRANCES F. BERDAN

rate objects created from many-colored feathers, and stone mosaic ing the study of pred
pieces combined with gold and feathers. The artistry of these now-lost empire from an econOII
treasures must have been extraordinary -Cortés' list inc1udes items and functions in the br<
such as first deal with notions I
luxuries in Aztec cultUl
... a scepter of red stone mosaic-work, made like a snake, with its luxuries in their prad
head, teeth, and eyes fram what appears to be mother-of-pearl, and Finally, 1 will offer an
the hilt is adorned with the skin of a spotted animal, and below the these exotic and treas\
said hilt hang six small pieces of feather-work (Saville, 1920: 27). of principIes.

AIso included was


NOTIONS e
... A piece of colored feather-work which the lords of this land are
wont to put on their heads, and fram it hang two ear-ornaments of Cultures vary consi
stone mosaic-work with two bells and two beads of gold, and above highly yet no matter ,
a feather-work [piece] of wide green feathers, and below hang sorne fulfill certain physical ¡
white, long hairs [fibers] (ibid.: 29). attributes. In the physi
These and other objects sent to Spain by Cortés and others were 2) appearance; 3) du
rich in symbolism -religious, social, and política!. The large gold ravages of time; and 4
wheel presented to Cortés, said to be the síze of a cartwheel (Tapia, as long as this does not
1971: 562) /' was elaborate1y worked with religious imagry, perhaps attributes would inc1ud<
resembling the extant calendar stone unearthed in Mexico City's Zócalo 2) restricted control ove
in 1790. Feathered fans and omate wearing appare1 signaled the high lity and aesthetic value
social station of the bearer or wearer; and, collectively, the wealth and 4) requirements of
amassed symbolized the power of the Aztec Triple AIliance 5 over the a relative1y large inves
resources and labor of its conquered peoples:6 material into a valued '
While the symbolic aspects of these luxuries have been treated These are, though o
widely by researchers, studies of their economic dimensions have attrac­ criteria for establishing
ted less attention. This article will attempt to fill this gap by approacb­ society, in a material 81
fitting these criteria (o:
4 The various accounts of this gold wheel, and its size, are handily summarized many kinds (especially
in Saville, 1920: 36-37. The silver wheel, and other items of sil ver, are inc\uded in distinguishable in the e
Cortés' inventory (ibid.: 30).
s The term Aztec should be used with care. The domain ruled by the Aztec it is little documented j
Triple Alliance powers was culturally and linguistically diverse; indeed the three perishable nature), shel
powerful capital dties were themselves associated with different ethnic groups: and, usua11y, resplendeI
Tenochtitlan with the Mexica, Texcoco with the Acolhuaque, and Tlacopan with
the Tepaneca. This Triple Alliance conquered and drew tribute from sorne 38 The importance of t
provinces in central and southern Mexico during its brief lifetime (1430·1521). anything else of value !
$ The "warehousing" of wealth by the sta te, and the wearing of treasures by
of Aztec culture. An UI
the elite certainly symbolized the strength of the empire and the power of the elite.
But while Aztec rulers and other nobles were bedecked in gold, jewels, and fine ("the neckIace, the que
apparel, they do not seem to have been literally "sheathed in gold" in the manner 137, 144). A ruler ah<
of the Incas. According to Helms (1981: 220), " ... the realm of the Inca nobility ... land was addressed: '
was considered as inherently 'golden' in essence, quality, and concept by virtue of
being composed or constructed of goldness". precious green stones, :
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 293

le rnosaic iDg the study of precious metals, stones, and feathers in the Aztec
~ now-lost empire from an economic viewpoint stressing their economic attributes
des items and functions in the broader cultural, social and political milieu. I will
first deal with notioos of wealth and relative value as they pertain to
luxuries in Aztec culture, then present the economic context of Aztec
, with its luxuries in their production, distribution and consumption phases.
)earI, and Finally, I will offer an integrative perspective on the complex life of
below the these exotic and treasured objects through application of a variety
: 27). of principIes.

NOTIONS OF WEALTH AND RELATIVE VALUE


land are
unents of Cultures vary considerably as to the materials they value most
nd above
highly yet no matter what the specific rnaterials are, they normal1y
!ng sorne
fulfill certain physical and cultural "requirements", they share special
attributes. In the physical realm, these inelude; 1) relative scarcity;
lers were 2) appearance; 3) durability or tenacity, the ability to survive the
rge gold ravages of time; and 4) a certain ease of accessibility and extraction,
(Tapia, as long as this does not underrnine the scarcity of the materia1. Cultural
perhaps attributes would inelude: 1) utility, in a material andjor social seose;
's Zócalo 2) restricted control over possession or use of the material; 3) workabi­
the high lity and aesthetic value of the product fashioned from the material;
~ wealth and 4) requirements of specialized skills, sophisticated technology, and
over the a relatively large investment in labor andjor capital to fashion the
material into a valued object.
treated These are, though only ennumerated, general physical and cultural
e attrac­ criteria for establishing what most likely will be deemed valuable in a
?proach- society, in a material sense. In Aztec Mexico, the available materials
fitting these criteria (or a balance of the criteria) induded stones of
IDIrnarized many kinds (especial1y jadeite and turquoise, which are often un­
lCiuded in
distinguishable in the ethnohistoric literature), gold, silver ( although
Ihe Aztec it is Httle documented for pre-Conquest times), feathers (despite their
the three perishable nature), shells, and cotton eloth (but only if finely made,
i groups:
pan with and, usually, resplendently decorated).
sorne 38 The importance of these materials as models of value, against which
.21) . anything else of value might be measured, is reflected in other realms
asures by
the elite.
of Aztec culture. An unbom baby was caUed ce cozcatl, in ce quetzalli
and fine ("the necklace, the quetzal feather"; Sahagún, 1950-1982, book 6: 135,

!manner 137, 144). A ruler about to be installed into the highest office in the
lbility •..
virtue of land was addressed: " ... ye are precious, ye are bracelets, ye are
precious green stones, ye are precious turquoise, ye are that which is
294 FRANCES F. BERDAN ECONOMIC 1

cast, ye are that which is perforated" (ibid.: 57). Exalted rank itself They all point to the san
was symbolized by the regalía of high office - ... the peaked hat, the as a standard, and regar!
turquoise, diadem,' and the earplug, the lip plug, the head band, which rulers, unborn b
the arm band, the band for the calf of the leg, the neklace, the precious be judged.
feather" (ibid.: 44).8 Grand pronouncements, words of wisdom, from
persons of esteemed status were likened to "a precious green stone, THE ECO
a precious turquoise" (ibid.: 248). When such words were spoken, it
was said that "that which is much like precious green stones hath What, then, was the
been spread ... " (ibid.: 249). And the receiver of these pronounce­ and the treasured iteros
ments or admonitions was advised to "Grasp the discourse, the very cured and manufactured:
broad, the deep green, like a precious feather" (ibid.: 252). hands, and what rules s
Songs themselves were similarly graced in Nahuatl poetry:

Ohua ca yuhqui teocuitlatl Production


yuhqui cozcatli [sic]
in quetzalin patlahuac In the area oí procu
in ipan ye nicmatia bors employed clever
yectli ya mocuic (Poesía Náhuatl, 1, 1964: 6). relatively small technol(
raw metaIs, predous anl
Like the gold,
a few problems.
like a rich collar [necklace],
Gold was obtained r
like a broad quetzal plume,
Juan Díaz's account of
1 honor your songo
mainland relates that

The shimmering quetzal feather especially carried with it notions An Indian could lea'li
of spedal value; the word quetzalli was frequently used as an adjective {of the gold] by mid(
to signify "precious", even in combination with other treasured items. thick as a finger. 11
Take the case of quetzalchalchiuitl ("precious stone of blue or green bottom of the water
color"; Molina, 1970: 89).9 Quetzalli and cozcatl (necklace, usually searched for the gr.a
1920: 14).10
of precious stones or stones and gold combined) can both take an
adjectival form, as in quetzalteuh or cozcateuh iPan nimitzmati ("for
The emperor Moctezu
the parent to have great love for his child"), a metaphor found in
that " ... they collected
Molina's sixteenth century dictionary (1970: 89).
and that when the e"
The list of cultural usages of these precious items, from metaphors
mained" (Díaz del Cast
to poetry to the serlous huehuetlatolli (admonitions) is long and varied.
for obtaining gold; apI
7 The turquoise diadem (xiuhuitzolli) was the symbol of nohle status; it is even
As such, the techniqt
found as a glyphie ideograph symbolizing tecutli, noble, in the placename Tecmilcc intensive activity, requir
(in Chaleo province; Matricula de Tributos, 1980: lámina XXI). Probably the thom
8 A similar list appears on page 57 of the Florentine Codex, Book 6, although
it omits the necklace and the precious feathers. acquisition of gold wa
ti According to Sahagún (1950-1982, Book 11: 223), this stone is so named
"because its appearance is like the quetzal feather, so green, so herb-green is it. 10 Original Spanish ver
And its body is a dense as the green stone". Reference cited is on page :
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 295

rank itself They all point to the same conclusion: these items were highly valued,
d hat, the as a standard, and regarded as the most precious in the realm against
ea<J band, which rulers, unborn babies, and even "pearls of wisdom" might
e precious be judged.

[om, from

~n stone,

THE ECONOMIC CONTEXT OF LUXURIES


spoken, it
mes hath What, then, was the economic context of these precious materials
ronounce­ and the treasured items fashioned from them? How were they pro­
the very cured and manufactured, what avenues did they travel as they changed
hands, and what rules surrounded their use and display?

Production

In the area of procurement, the ancient Mexicans and their neigh­


bors employed clever and straightforward techniques requiring a
relatively small technological investment. Overall, the acquisition of
raw metals, precious and semi-precious stones, and feathers posed only
a few problems.
Gold was obtained readily from rivers or streams in Aztec Mexico.
Juan Diaz's account of the 1518 Grijalva expedition to the Mexican
mainland relates that
notions An lndian could leave here [near Veracruz city] and reach the SOurce
tdjective [of the gold] by midday, and have time before dark to fill a reed as
d items. thick as a finger. In order to get the gold they had to go to the
tI" green bottom of the water and fill their hands with sand in which they
usually searched for the grains, which they kept in their mouths (Saville,
take an 1920: 14) .10
ti ("for
n.md in The emperor Moctezuma apparentIy told Cortés and his captains
that " ... they collected it [gold] in gourds by washing away the earth,
taphors and that when the earth was washed away some small grains re­
varied. mained" (Díaz del Castillo, 1963: 265). This seems to be the technique
for obtaining gold; apparently no sub-surface mining was undertaken.
lis even As such, the technique appears as a highly individualized, labor­
recmilcc
intensive activity, requiring Httle in the way of technological investment.
úthough Probably the thorniest problem the Aztecs Caced concerning the
acquisition oC gold was access to, or control over, the areas oC gold
named
:n is it. :lO Original Spanish version found in García Icazbalceta, 1971, vol. 1: 281-308.
Reference cited is on page 299.
296 FRANCES F. BERDAN

production. The most lucrative regions of gold production were to


the south of the Valley of Mexico. While Hernán Cortés wasa
"visitor" in the Aztec capital of Tenochtitlan, he requested information

~
U')

- .e
Il
~ '­
on the gold producing areas of Moctezuma's imperial domain. In ctI
••
response, Moctezuma offered to send sorne guides 11 with a few
Spaniards on an "inspection tour". According to Cortés, four expe­
e...J "O ,~
e
::::1
......o ~
N

ditions left the capital, going to <;o~lan, Malinaltepeque, Tochtepec,


and the realm of an independent ruler, Coatlecamac in the Chinantec
territory (1977: 242-244). Bernal Díaz del Castillo's account, written D..u.
O
C)
&3
(ij
'C
(])
a. c.
-... ­
O
o o
...o
e
1:
o
more than four decades after the Aztec fall, mentions three expe­ <O el)
E a: a:
c.
!I) (
ditions: Malinaltepec and Tochtepec combined, the land of the Chi­ ~
nantecs and Zapotecs, and Zacatula (1963: 265, 268). In terms of
destinations, the two Spanish accounts agree on the "eastern tour",
CI)
W
<l •
but quite disagree on the south coast destination (see Map 1) .12 O
However, both chroniclers do agree that one group of Spaniards had a:
to trek beyond the imperial boundaries in their quest this to the ::J
land of the Chinantecs,13 where the Aztec emissaries were not at all O
CI)
weIcome (see Map 1). Yet Moctezuma claims this to have been one
of his major sources of gold, apparently received through means other ".­
I
than state-controlled tribute (see below). Apparently Moctezuma did I
not show his entire hand, for the Matrícula de Tributos and Codex I
,I ,",.1
M endoza tribute tallies reveal that gold was exacted as tribute from t
\
\
additional provinces; the Relaciones Geográficas of the later 16th I /-, \
, I I \
century provide even more detailed information on tribute in gold
\
J (
-'"
,
I \
' ...
11 Cortés, in his second letter to Charles V, calls them "servants", while Diaz
del Castillo says "chieftains". From the loíty perspective oí the imperial ruler, chieí­ (..... " I l II

,," ,
~
tains were servants.
12 It is somewhat more likely that 9~lan, rather than Zacatula, was the actual
-­ .--/ I

destination. 9~01an was reasonably clase to much gold-producing activity in the


neighboring province oí Coyolapan, and may have had good supplies available to it.
Zacatula, on the other hand, is rather distant írom gold-producing areas (its pro­ ' ............. '"'"--'"
'--\
vince, Cihuatlan, is not registered in the Matrícula de Tributos or the Codex Men­ \
doza as paying tribute in gold; other sources mentíon gold available only in the \
most easterly communitíes oí that province. Zacatula was on the very border oí
Cihuatlan province and the empire; its location was so "borderline", there are some
questions as to its aííiliation with the Aztec empire or the Tarascan (see Brand,
1971: 646). Bernal Diaz's inclusion oí Zacatula may have been influenced by the
areas's post-conquest importance as a mining district.
13 Bevan (1938: 50) has some difíiculty deciding if the Aztecs exercised poli­
tical and military control over the Chinantecs. Actually, it is most likely that some
Chinantecs, such as those at UcHa and Malinaltepec, were indeed incorporated into
Moctezuma's empire and paid substantial tribute, while other Chinantec centers lay
beyond Aztec control. The boundaries 01 Aztec imperial administration did not
always neatly conforro to cultural boundaries -the Chinantec, for example, in­
habited corners oí the provinces of Tochtepec, Coyolapan and Cohuaxtlahuacan, as
well as adjacent districts outside the imperial neto
vere to
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298 FRANCES F. BERDAN

demanded from communities within those and other provinces (see


Map 2).
-
Silver is more troublesome. Little is known of the extraction methods ,...
O> >.

or its pre-Spanish areas of procurement. Sahagún, in one of his ~
massive tomes (1950-1982, Book 11: 233) suggests that gold and ,...
lO
"U
e
silver were obtained by similar procedures: :J
o: ¿a
W

... when the Spaniards had not come, the Mexicans, those oí Anahuac, D..~ c::: ca
the experienced, did not mine the gold, the silver. They just took the
river sand, they panned it.
« 'C ~
W Q)
a. 'O"O
lo.
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Q.
::Ew U E C) O
Q.
o
1- w
Yet elsewhere Sahagún states that
::> ....N ¡f),
lt is said that in times past only gold (was known to) exisí.,.
Silver was not yet in use, though it exlsted; it appeared here and -a:
al
«

there. lt was highly valued (ibid., Book 9: 75-76). 1­


The precious objects obtained and seen by the early Spanish arrivals
inelude many elever objects in which silver plays a part -normally
combined with gold. For example, " ... they can make a piece haH in
,­ ,­
gold and haH in silver and cast a fish with all its scales, in gold I
/
and silver, alternating" (Motolinía, 1950: 242). Clearly silver was ,,./
used by the Aztec artisans, yet whether obtained from sources within , I
\
I \
the imperial bounds or beyond is not clear. In either case, it must I \
have arrived through organized trade or marketing networks, for it f \
\ \
does not appear at all on the administrative tribute mUs. '\

Copper appears on the tribute lists in the form ofaxes and bells ..,/
I ' ..
appears to have been both obtained and fashioned in the imperial
provinces. .. or even beyond the imperial borders. The province of
Tepequacuilco, which provided the copper axes, lay flush with the
Tarascan frontier, where copper was widely manufactured and used.
Indeed one Tepequacuilco community offering copper as a tributary
"gift" to Moctezuma lay close to the Tarascan borden (PNE, 6: 149;
Barlow, 1949: map). The little copper bells were provided from the
Mixtec zone; the copper may have been obtained locally or perhaps
from realms to the south. Pendergast (1962: 533) shows heavy con­
centrations of copper artifacts in west Mexico, the Mixtec-Zapotec
zone, and in western Guatemala.14 Interestingly, peoples called Tepuz­
tecas ("people from a place of abundant copper") inhabited parts oí
northeastern Cihuatlan and southwestern Tepequacuilco (Barlow, 1949:
1\1, Also, Quauxilotitlan in Coyolapan province supposedly gave Httle copper

hoops (necklaces?) in tribute to Moctezuma (PNE, 4: 197).


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is giving off vapor, tbis one is the precious stone (ibid., Book 11:
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221) .

This procedure may be associate with a particular physical property


noted by Sahagún (ibid.: 223) -he mentions that jadeite, chalchiuitl,
"attracts moisture". Hence it may be that moisture that is rising in I
¡

the early morning sun.


If the precious stone were not apparent on the surface, then they ,,,/
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would dig for the prize. And of the other stones, Sahagún informs ,,-"'\ \
us that they were mined: I I \
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From within, it is removed: the fine turquoise, the even, the smoked;
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and that called turquoise or ruby; and then the amber, the rock I I
crystal, the obsidian; and then the flint, the mirror stone, the jet,
the bloodstone. AH are from mines (ibid.: 222).
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The sources of jadeite, are rather vague, aIthough Coe (1968: 94,
102-103) suggests that jadeite was available in the Balsas River
drainage (in Tarascan territory), the Motagua River valley in Guate·
mala, and in Costa Rica. Interestingly, the jadeite given to the Aztecs
in tribute was provided by the more southeasterly imperial provinces
and the northeastern province of Tochpan (see Map 3) -tbis suggests
that it was obtained through trade routes from Central America rather
than from western Mexico (Map 4). Perhaps there is a hint here
that the Tarascan·Aztec border was impermeable where such a luxury
was concerned.
Turquoise presents somewhat different problems. It was offered as
tribute from two quite distant provinces (distant from one another, and
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as Sahagún (1950-1982, Book,
color.
16 This was toward the G\
tepec province. Quetzaltepec h
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 303

from the imperial capitals). While these provinces lie well within im­
perial borders, it is not at all clear if the turquoise was locally available
to the provinces, or whether it may have been imported, especially
from the north (Weigand, 1978, 1980). If it were imported, and
supplies somewhat unpredictable, this may explain why "the Aztecs
also .made use of older turquoise artifacts refitted as mosaic blanks"
(Weigand, 1978: 107). Nonetheless, imperial sources of turquoise in
the two tributary provinces are at this time vague, although Sahagún
(in Noguera, 1971: 259) mentions Toltec turquoise mines in central
Mexico and sources in Chiapas and Guatemala. This would be only
somewhat consistent with the distribution of tribute demands.
Sorne of the other highly-desirable stones carne from localized
sources. Opals were found in Totonacapan, in the northeastern part
of the empire (Sahagún, 1950-1982, Book 11: 222, 230), and amber
was available in Chiapas, beyond direct Aztec contropli The lapi­
..... , daries were faced with other problems of "resource acquisition": not
\
' .... ,.,
, only the stones, but sorne of the materials used in polishing the stones
were available only in distant places. For example, bloodstone was
polished with water and a very hard stone which carne from Matla­
tzinco (ibid., Book 9: 81), in the realm of Toluca to the west of the
Valley of Mexico (Barlow, 1949: 28). Sorne necessary abrasives were
only tenuously available to the artisans, and in one case a distant con­
quest was undertaken under Moctezuma Xocoyotzin (1502-1520):

... the lapidaries oí the city of Mexico, oI Tlatelolco, and oI other


cities heard that in the provinces of Tototepec and Quetzaltepec there
existed a type oí sand good Ior working stones, together with emery
to polish them until they became bright and shining. The stone
workers told King Moteczoma about this and explained the difficulties
in obtaining the sand and emery Irom those provinces, and the high
prices that were asked (Durán, 1964: 229-230).

According to the chronicle, Moctezuma negotiated with the people


of these provinces for the materials; the people took offense at this
gesture, resulting in hostilities and, ultimately, conquest by the Aztecs.16
Many types of glamorous feathers were prized, but none so highly
15 Two major sources of amber have been discovered, one in the vicinity of
Simojovel (Navarrete, 1978: 76), the other c10ser to old Xoconochco province near
Totolapa (Bryant, 1983: 354-357). There probably were multiple sources of amber,
as Sahagún (1950-1982, Book, 11 :22'5) mentions three varÍetÍes, each of a different
color.
1<1 This was toward the Gulf coast, and may have been the Tototepec in Toch­
tepec province. Quetzaltepec has not been located.
20
304 FRANCES F. BERDAN

as the shimmering green quetzal. This now-rare bird lived in sorne


abundance in the forests of Oaxaca, Chiapas and Guatemala, charac­
teristically at e1evations of 4 000 to 7 000 feet (Edwards, 1972: 114).
The male tail feathers were especíally prized, draping sorne 20 inches
beyond the end of the tail (ibíd.). The birds preferred to nest in the
highest trees, and presented sorne problems of "proper feather procure­
ment". According to one account,

... the native Indians [of Verapaz, in Guatemala]... painstakingly


capture [the quetzal birds] alive with sorne Httle nets and other devices
which they have for the purpose. They pull out three or four of the
prettiest tail feathers and release the bird so that they may bear
more of the same froit the following year (Médel, mid-sixteenth
century, in McBryde, 1945-1972).

Other accounts tell of different techniques, luring the birds to places


where they habitually fed, then catching them and plucking the few
treasured feathers. By this means sorne 10 000 feathers were procured
annually in the Vera Paz district of Guatemala.i1
While the flowing quetzal feathers were the most highly valued, l'
I
other exotic feathers from distant parts were also sought and demanded
in tribute. These included the feathers and "skins" of the lovely cotinga ,,,,/
(xiuhtototl) of lowland Veracruz to Chiapas (Edwards, 1972: 140); \
\
the Mexican trogon (tzinitzcan) ranging in highIands from northem \
Mexico to Chiapas (ibid.: 115); the adult yellow-headed parrot \ ,
(toztli) from Cuextlan on the Mexican east coast; and the Roseate
Spoonbill (tlauhquechol), a water-bird ranging especially along the Gulf
coast of Mexico (see Map 5). The documents are sUent on the tech­
niques of acquiring these birds and their Iuxurious feathers.
Once procured, the precious materials werc subjected to e1aborate
and time-consuming processes to form them into glamorous and ex­
quisite objects of spedal value. The specific technologies and proce­
dures have been described in depth e1sewhere (see Noguera, 1971;
Easby, 1961; Bray, 1972 and 1978; Berdan, 1982a). 1 need not e1a­
borate on them here. Rather, it may be more useful to pay particular
attention to more general aspects of the social and economic orga­
nization of these highly esteemed artisans. How were they organized,
or even stratified, within the craft organization? What were their
relations with the state and the ruling elite?
11 This was in 1575; it might be guessed that the annual production in pre­
Spanísh times was greater, assumíng greater demand and probably a generalIy greater
abundance of birds during Aztec times,
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ECONOMIC DI!!1
306 FRANCES F. BERDAN

obtained their raw matE


These artisans oC luxury goods appear to have enjoyed sorne degree feathers were always ~l
oC exc1usiveness in Aztee society. Indeed, they were organized in a chants, their close assocmt
Cashion reminiseent of the eraft guilds of Medieval Europe -they in the colorful marketpla
were set apart from the rest of Aztee society by virtue of their separate
residence in urban centers, control over their membership, internal Information on the metll
control over education and ranking, distinct ethnic origins, commit­ goldsmiths were classed in1
ments to partieular patron deities and religious ceremonies, and special of the eraft: srniths (wb~
privileged relations with the state. finisbers (master craCtsmen.
The most detailed descriptions of artisans feature the feather­ cates tbat tbese two group
workers, or amanteca. These craftsmen were early residents of the were of two kinds, so tbat
Mexiea centers of Tenochtitlan and Tlatelolco -in Tlatelolco they to surmise if tbese groupE
occupied an important "barrio" or calpulli ,18 called Amantlan (hence barnmerers were neopbyte
their name). They also resided in separate residential distriets in rnasters; or if they ~ere.
Tenochtitlan and Texcoco, and probably in other cities as well. quite different ~asks. Like t
Arnantlan, at least, had its own temple and calmecac, or elite school sacrifice to tbelr patron d
for young men -the featherworkers were obviously flirting with high apparently control tbe :an
status. Fundamentally, featherworking was a household enterprise, and workers, sorne metalsmItru
knowledge, skills and standards of workmanship were passed Crom the abundant stores oC tbe
parent to child, and both boys and girls were trained in the craft. with the city of Azcapotzi
But they would also act colleetively, partieularly during religious events Aztee lapidaries used
(Berdan, 1982a: 28). Their guild structure inc1uded a system of fine stones to fasbion lip­
internal ranking, with position and prestige based on the ability to nobles and gods. Tbey a
provide (purchase) human sacrificial offerings and conduct religious stone-encrusted armamenl
ceremonies. AlI oC this was based on wealth. And in wealth, they were organization, it is 1ik~ly
collectively comparable to the professional merehants, or pochteca, their guild organiza~i~n :nJo~1
clase associates. The "employment opportunities" for the featherworkers residence, partlClpatlon u
were two-fold. They four patron deities (es~(
dren and internal rankir
... engaged in both public employ and private enterprise. Those in also ' must bave carried s
the public domain worked specifically for the ruler; they created his quests rnade on tbeir be
attire, they fashioned magnificent gifts for his guests, and they adorned Wbile tbese urban ~
the god Huitzilopochtli with feathered cloaks. These artisans had appearance, the~e must }¡
access to the state treasury which held goods received by the state tion arnong tbelr mernb
through tribute and foreign trade. This included great quantities of
doeurnented or extant,
precious feathers from distant and exotic provinces. In all likelihood,
the royal aviary was also a source of priceless feathers for these one eraft. A magnificen1
artisans. The privately employed feathe1Workers made shie1ds and gold and featberwork.
other plumed devices as a household operation. They must have Europe sbortly after ~
she1ls with greenstones ti
18 Gitíes and towns were generally divided into calpulli, or separate districts. consisting oC tbirty-two
These were not just residentíal zones, but abo social units: each calpulli normal1y
had its own temple, school, patron deity, and even occupational inclination (see 19 Good descriptions are
Berdan, 1982a).
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEe STATE 307

Illle degree obtained their raw materials from either the marketplaces, where
uzed Ín a feathers were always sold, or directly from the long-distant mer­
l>e -they chants, their close associates. In tum, these artisans sold their creations
ir separate in the colorful marketplaces (Berdan, 1982a: 28).
., internal
, eommit­ Information on the metalsmiths and lapidaries is less detailed. Aztec
nd spedal goldsmiths were classed into two groups according to their mastery
of the craft: smiths (who only beat and polished the gold) and
~ feather­
finishers (master craftsmen). Sahagñn (1950-1982, Book 9: 69) indi­
:t8 of the cates that these two groups were quite separate: " ... for their tasks
loleo they were of two kinds, so that they deliberated separately". It is difficult
In (hence to surmise if these groups were arranged in stages where the gold
~triets in hammerers were neophytes and the finishers were the experienced
as welI. masters; or if they were two rather exclusive groups, trained for
¡te school quite different tasks. Like the featherworkers, they would offer a human
with high sacrifice to their patron deity, educate their children in the art, and
~rise, and
apparently control the ranking of their members. Also like the feather­
workers, some metalsmiths were employed at the palace and enjoyed
sed from
the abundant stores of the state treasure. They were strongly associated
, craft.
Ute
with the city of Azcapotzalco, just to the west of Tenochtitlan.
~ events
fStem of Aztee lapidaries used jadeite, turquoise, amber, opals and other
lbility to fine stones to fashion lip-plugs, ear plugs, neeklaces and bracelets for
. religious nobles and gods. They also created intrieate mosaies and the ruler's
bey were stone-encrusted armaments. 19 While Httle is known of their internal
rea, their organizatíon, it is likely that they shared the same basic features of
:rworkers guild organization en joyed by their fellow artisan groups: exclusive
residence, participatíon in collective religious events in honor of their
four patron deities (especially in Xochími1co), education of their chil­
fhose in dren, and internal ranking ultimately based on skill and wealth. They
eated his also must have carried some political dout, as evidenced by the con­
adorned quests made on their behalf (see above).
aIls had While these urban guilds present a very c1osed, even formidable
he state appearance, there must have been considerable interaction and coopera­
ítities of tion among their members -so many of the finished products, either
I:elihood, documented or extant, would have required the skills of more than
:>r these one craft. A magnificent headdress attributed to Moctezuma combines
lds and gold and featherwork. Among the inventories of treasures sent to
st have Europe shortly after the Spanish conquest were "Two white snail­
shells with greenstones tied with gold thread", "A collar of small melons
distncts.
normal1y consisting of thirty-two pie ces of greenstone, made so that they seem
ion (see
19 Good descnptions are in Saville (1920) and Noguera (1971).
ECONOMII
308 FRANCES F. BERDAN

to issue from the flower, the flowers and stalks being of gold", "A face the empire's 90 year :
of gold with the features of stone mosaic", and "A little duck of control areas oC luxury
gold coming out of a stone" (Sa ville, 1920: 71, 82). Indeed, the of sumptuous goods i
prolific sixteenth-century Franciscan friar, Bernardino de Sahagún, ereased rapidly as thl
relates that the gold workers did call upon the featherworkers, especially abundant supplies oC e
in designing works that combined goId and feathers -his statement -through ostentatious
suggests that the featherworkers enjoyed a higher rank than the gold­ Tab1e 1 summarize
smiths: subject to Aztee eontl
semi-worked materials,
The goldworkers join with (and) are instructed by the feather workers Raw materials were e!
who cut all manner of feather work which may come their way skins, and perhaps tb
(Sahagún, 1950-1982, Book 9: 76). items may have arrive
tablets which were UI
OveraIl, the production of precious ornate objects in Aztec society Surprisingly, a considc
appears to have been c10sely tied to highly specialized groups. Yet the in manufactured forn
members of these groups were not the major consumers of the trea­ crystal labrets (lip plll
sures. Through what channels did these materials and objects move to shield, headband, dia
finaIly rest on the exalted head of a noble or around the sacred neck feather headpieces (tlt
of an idol? costumes.21
What is the geogn
were demanded gener
Distribution del Castillo described
whieh was described a
In stratified Aztec sodety, the nobility were the major market for seem that the gold tn
the products of the luxury artisans. As has been seen, the highest ders, although Moete2
ranking personages were adorned in the most glamorous attire and variety of fashioned
accoutrements. Many of the raw materials for these products came Tochtepec suggest we1l
from distant lands, beyond the Valley of Mexico, through three major organization in that 'P
avenues, tribute, foreign trade, and market exchange. of silver as a tribute
the urban artisans. Jac
their native habitats .
Tribute er, the jadeite does E
By 1519, tribute was exacted by the Aztec Triple Alliance powers 20 Polygyny was a PI(
from at least thirty-eight conquered provinces. It was typycalIy paid among commoners. This. ~
on an annual, semi-annual or quarterly basis, and inc1uded foodstuffs, of noble progeny, reqUlnl
them in a style to which ti
building materials, clothing, warriors' costumes, and a wide array of pilli, ruler of Texcoco r
exotic goods. Luxuries were predominately acquired from the most considered legitimate, alth
distant, and most recently conquered areas. This was no accidento rights and wea1th.
21 While this article e
Materials such as jade, copper, gold and precious Ceathers were only ítems were abo in the A
found naturaIly at some distance from the Valley of Mexico. These cacao (an elite beverage ;
regions were, Cor the most part, conquered during the latter haH of embellished garments (see
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 309

, "A face the empire's 90 year history. Coincident with the empire's ability to
duck of control areas of luxury-good production was an increase in the demand
deed, the of sumptuous goods in the urban setting. Numerically, the elite in­
Sahagún, creased rapidly as the empire matured,20 and they required rather
especially abundant supplies of exotic adornments for verification of their status
rtatement -through ostentatious display.
the gold- Table 1 summarizes the tribute in luxuries delivered from provinces
subject to Aztec control. Many of these are in the form of raw or
semÍ-worked materiaIs, probably to be enhanced by palace craftsmen.
r workers Raw materials were especially in the form of gold dust, feathers, bird
heir way skins, and perhaps the bowIs or packets of turquoise. Sorne tribute
items may have arrived partially-worked, like the gold disks and gold
tablets which were undoubtedly hammered, but not yet embellished.
e society
Surprisingly, a considerable quantity of luxury tribute was presented
Yet the
in manufactured form -strings of jadeite or turquoise; amber or
the trea­
crystal labrets (lip plugs) mounted in gold; copper axes and belIs; a
move to
shield, headband, diadem, beads and bells- all of gold; elegant
red neck feather headpieces (tlapiloni); and a multitude of feathered warriors'
costumes.'21
What is the geography of this tribute? Metals, gold (and copper),
were demanded generally from areas which Cortés and Bernal Díaz
del Castillo described as "gold-producing areas" -this includes one
lrket for which was described as beyond the domain of Aztec rule. Yet it does
highest seem that the gold traffic could penetrate these political-military bor­
tire and ders, although Moctezuma's ambassadors dared not. The quality and
ts came variety of fashioned gold objects demanded from the province of
e major Tochtepec suggest well-developed metalworking skills and strong artisan
organization in that province. Curious, however, is the complete lack
of silver as a tribute item. 1t must have followed other avenues to
the urban artisans. Jadeite and turquoise present other difficulties, since
their native habitats have not been concIusively established. Howev­
er, the jadeite does seem to have been given by provinces tbat re­
powers
20 Polygyny was a prerogative of the nobility; it was apparently not permitted
Iy paid among commoners. This rule tended to produce a somewhat disproportionate number
Idstuffs, of noble progeny, requiring a continuous supply of sumptuary goods to maintain
rray of them in a style to which they had become accustomed. By way of example, Nezahual­
pilli, ruler of Texcoco (1472-1'515), fathered 144 childrenj eleven of these were
e mast considered legitimate, aIthough the remaining 133 offspring were granted substantial
:cident. rights and wealth.
re only 2l While this article concentrates on precious metals, stones and feathers, other
items were also in the Aztec luxury category. These included jaguar skins, shells,
These cacao (an elite beverage as well as a form of money), and a variety of beautifully­
half of embeIlished garments (see Anawalt, 1981).
ECONOMII
310 FRANCES F. BERDAN

TABLE 1.
TABLE 1

TRIBUTE IN LUXURIES 22 Tribute Item Form

Tribute Item Form Amount Frequency Province stones **

string of
METALS
stones
Gold dust 20 bowls annually Tlapan mosaic d
dust 20 bowls annually Cohuaxtlahuacan
dust 20 bowls annualIy Tlachquiauco Amber labrets, n:
tablets 10 annually Tlapan in gold
round disks 40 annually Yoaltepec labrets, n:
round disks 20 annually Coyolapan ingold
shield 1 annuaUy Tochtepec labrets, n:
headband 1 annually Tochtepec ingold
diadem 1 annually Tochtepec
beads 1 string annually Tochtepec Crystal labrets, ir
beads & bells 1 string annual1y Tochtepec smalta
setting
Copper axes 100 annually Tepecuacuilco labrets, iI:
axes 80 semi-annually Quiauhteopan smalta
belIs 40* semi-annually Quiauhteopan setting
STONES
FEATHERS ****
Jadeite round & 5 strings annually Tepecuacuilco feathers
Quetzal
oblong stones feathers
round & 2 strings annually Cohuaxtlahuacan feathers
oblong stones feathers
round& 1 string annually Cuetlaxtlan
feathers
oblong stones
round & 4 strÍngs annually Tochtepec Lovely cotinga feathers
oblong stones feathers
round & 2 strings semi-annualIy Xoconochco skins
oblong stones
round & 2 strings annually Tochpan Mexican trogon feathers
oblong stones feathers
round stones 3 strings annually Tochtepec feathers
large beads 3 annually Tochtepec (green
Turquoise stones ** 1 small pan annually Quiauhteopan yeUow

The items, quantities and frequencies are derived froro the tribute section
22 Roseate feathers
of the Codex Mendoza (mainly because of provinces included on that tally that are Spoonbill
not included in the Matricula de Tributos). While the Codex Mendoza cites annual feathers
and semi-annual period5 of tribute collection for luxury goods, the Matricula de
Tributos most frequently claims that 5uch tribute was rendered "every eighty days",
or quarterly. If these latter periods of collection are accepted, then a substantially *** Clark (1938, v
greater tribute results. packets, rather than one,
* These are on a string; it is not clear ir the tribute demanded is 40 bells **** In the Codex ~
or 40 strings of four bells each. fuls. In the Matrícula de
** It is not c1ear if these have been worked in any way. that these numbers refer
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 311

TABLE l. TRIBUTE IN LUXURIES (cant.)

Tribute Item Form Amount Frequency Province


rouince
stones ** 10 masks annually Yoaltepec
1 packet ***
string oI 1 (w/19 annually Tochpan
an stones stones)
IlIXtlahuacan mosaic disks 2 annually Tochpan
lquiauco
In Amber labrets, mounted 20 annually Tochtepec
epec in gold
lapan labrets, mounted 2 semi-annually Xoconochco
tepec ingold
:epec labrets, mounted 20 annually CuetIaxtlan
:epec ingold
epec
epec Crystal labrets, in blue 20 annually Tochtepec
smalt and gold
uacuilco setting
hteopan labrets, in blue 20 annually Cuetlaxtlan
bteopan smalt and gold
setting
lacuilco FEATHERS ****
Quetzal Ieathers 800 annually Cohuaxtlahuacan
Ktlahuacan feathers 400 annually Tlachquiauco
feathers 80 annually Tochtepec
¡tlan feathers 800 semi-annually Xoconochco
feathers 400 annually CuetlaxtIan
pec
Lovely cotinga Ieathers 8000 annually Tochtepec
chco feathers 800 semi-annually Xoconochco
skins 160 semi-annually Xoconochco
n
Mexican trogon feathers 8000 annually Tochtepec
lee feathers 800 semi-annually Xoconoch.co
leC feathers 4 bunches annually Tochtepec
eopan (green and
yellow)
e sectíon
that are Roseate feathers 800 annually Tochtepec
!S annual Spoonbill
'Ícula de feathers 800 semi-annually Xoconochco
Ir days",
ltantialiy *iUI Clark (1938, vol. 1: 75) also gives this interpretation. However, ten
packets, rather than one, may also have been intended.
40 belis **** In the Codex Mendoza these are always annotated as bunches or hand·
fuls. In the Matricula de Tributos no special units are given. 1 feel it is most Iikely
that these numbers refer to just feathers, not bunches (see Berdan, 1982b).
312 FRANCES F. BERDAN ECONOMIC DIl

TABLE I. TRIBUTE IN LUXURIES (cant.)


Foreign Trade
Tribute ltem Form Amount Frequency Province
Ethnohístoric sources
Adult Yellow- feathers 800 semi-annually Xoconochco
perilous journeys to distan!
Headed Parrot teca) served the Aztec sta
white down
territories beyond the emF
20 bags annually Tochpan
serving as spies for the sta
Quetzal and tlapiloni 1 annually Cohuaxtlahuacan 1982, Book 9: 7-8, 17-19
other (head-piece) with 1,600 large white cot
tlapiloni annually Cuetlaxtlan the pochteca of theÍr neig
OTHER then traded the cloaks for
Spondylus unimproved 800 semi-annually Cihuatlan to the Gulf coast part
shells shells turned with precious fead
Jaguar unimproved 40 semi-annually Xoconochco honeycreeper, yel10w parl'l
skins skins jadeite (some cut), turq
Cacao beans 200 loads annually Tochtepec tortoise-shell cups, and sJ
beans 200 loads semi-annually Xoconochco pochteca seem to be ope
beans 20 loads annually Quauhtochco these same occasions the1
beans 200 loads annually Cuetlaxtlan wares. They carried om
"flor de 80 loads semi-annually Cihuatlan forehead rosettes and eal
cacao" coastal nobility, and WaJ
plugs, rabbit fur, and coe
The Mexican merchants
dan, 1978: 192), althou
ceived this material by virtue of trade with points south (see Map 2). ítems as well.
Weigand (1978, 1980) suspects that the turquoise found in objects In their role as spie!!
in central Mexico did not come from the south at al1, but rather from dangerous, districts, often
northern Mexico and the American Southwest through northern Mexi­ Tzinacantlan ( Chia pas) ,
co tradc-routes. In Aztec times, those routes were, however, effectively their personal inventorle:
blocked by the powerful Tarascan state. Amber was available in the obsidian points, needles
Chiapas area, beyond the Aztec imperial boundaries. It must have (and) strands of rabbit f!
been brought to the three nearby provinces (Tochtepec, Cuetlaxtlan 1982, Book 9: 22). The
and Xoconochco) which presented it as tribute. Fine feathers were quetzal, cotinga, and bIt
provided by provinces where exotic birds were prevalent, or by pro­ skins (ibid.: 21-22).1I4
vinces adjacent to such areas. As with amber and some gold (and Aztec merchants also
perhaps jadeite and turquoise as well), some areas of "quetzal feather of Guatemala to purchasc
production" were not under the polítical umbrella of the Aztec empire.
23 These are called quach
The voluminous production of quetzal feathers in the Vera Paz region in the sources.
of Guatemala is a case in point. Tribute, therefore, was not the only 24 This area of Chiapas

conduít for goods moving from provinces (and extra-provincial regions) for these birds: the quetzal b
acorns of the oak trees. And
to the imperial capitals. here to eat the fruit of the b
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 313

Foreign TraJe
~vince

~
Ethnohistoric sources tell tales of Aztec merchants traveling on
perilous joumeys to distant lands. These professional merchants (poch­
teca) served the Aztec state by trading for the emperor (or state) in
territories beyond the emperor's political and military control, and by
serving as spies for the state. In one specific example (Sahagún, 1950­
b.mh=m 1982, Book 9: 7-8, 17-19), the Tenochtitlan pochteca were entrusted
~tlan
,
with 1,600 large white cotton cloaks 23 which they divided equally with
the pochteca of their neighboring city Tlatelolco. AH these merchants
I then traded the cloaks for finely decorated clothing which they carried
~Ian to the Gulf coast port of trade districts (see Map 6). They re­
tumed with precious feathers (or quetzal, cotinga, red spoonbill, blue
~co honeycreeper, yellow parrot, trogonorus, and unspecified green birds),
jadeite (sorne cut), turquoise mosaic shields, many kinds of shells,

~~:co tortoise-shell cups, and skins of wild animals. In this exchange the

~OchCO
pochteca seem to be operating as diplomatic ambassadors -but on
these same occasions they also energetically traded their own private

r
~tlan wares. They carried omate gold accoutrements (such as necklaces,
forehead rosettes and ear plugs) and rock crystal ear plugs for the
coastal nobility, and wares such as obsidian ear plugs, copper ear
I plugs, rabbit fur, and cochineal for the commoners (ibid.: 8, 17-18).
The Mexican merchants are recorded as retuming with cacao (Ber­
dan, 1978: 192), although they probably traded for other valuable
items as well.
In their role as spies, they penetrated many unfriendly, actually
dangerous, districts, often disguising themselves to avoid detection. To
Tzinacantlan ( Chiapas), for example, the disguised merchants took
their personal inventories of "obsidian blades with leather handles,
obsidian points, needles [copperJ, shells, cochineal, alum, red ochre
(and) strands of rabbit fur not yet spun into thread" (Sahagún, 1950­
1982, Book 9: 22). They exchanged these for amber; feathers of the
quetzal, catinga, and blue honeycreeper; and supposedly wild animal
skins (ibid.: 21-22).24
Aztec merchants also apparently traveled to the Vera Paz regíon
of Guatemala to purchase great quantities of quetzal feathers, especialIy
23 These are called quachtli> and are frequentIy mentioned as a form of money
in the sources.
24 This area of Chiapas offered a very hospitabIe and attractive environment
for these birds: the quetzal birds "carne down when spring set in and here ate the
acorns of the oak trees. And the bIue cotingas (and) the blue honeycreepers came
here to eat the froit of the bIack fig tree" (Sahagún, 1950-1982, Book, 9:21).
ECONOMIC DI!

to adorn their idoIs (MeI


Paz had other outlets for
distance trading activity.
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M arketplace Exchange

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in that marketplace.2tl E,
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I
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and precious stones, fead

l!5 This amount would be


given, as implied by the Codex
numbers of individual feathers
However, these tribute roUs m
periods as short as ayear), a:
years (see Berdan, 1928b).
26 He also includes lead, 1
ECONOMIC DlMENSIONS OF THE AZTEC STATE 315

to adorn their idoIs (McBryde, 1945: 72). Indeed, unless the Vera
Paz had other outlets for its feather production, it needed this long­
distance trading activity. Perhaps as many as 10,000 feathers were
procured annually from this regíon alone, and the stately birds ranged
from Oaxaca through Guatemala (at least). Yet, according to the
extant tribute tallies, only 3280 were demanded annually in tribute
by the Aztec powers.25 There must have been a considerable volume
of prívate trade in this prized commodity. Profit and convenience
surely highlighted the close relationships enjoyed between the pochteca
and the professional featherworkers.
The long-distance merchants, carrying state goods and their own
private wares for sale in distant regions, moved considerable quanti­
ties of luxuries (in unworked or semi-worked condition) from out­
lying areas to the Valley of Mexico centers -especially prized feathers
of many kinds, fine stones, cacao and the skins of wild animals. Also
in terms of luxuries, they seem to have carried manufactured gold
and copper adornments out of the empire as part of their prívate enter­
prises, and fine clothing as the emperor's property.

M arketplace Exchange

In their traveIs, professionaI merchants frequented the numerous


marketplaces which, probably more andent than tribute imposition,
facilitated the greatest amount of traffic in both luxury and utilitarian
goods.
The Tlatelolco marketplace was the largest and most luxurious, and
probably the most expensive, in the empire -it served the most urban
of areas. Hernán Cortés observed that, in the realm of luxuries,
jewels of gold and silver copper, stones, shelIs and feathers were sold
in that marketplace. 26 Except for the gold and silver, his statement
does not specify the form (raw, semi-worked or finely-worked) these
items took (Cortés, 1977: 257). Bernal Díaz del Castillo, viewing the
same marketplace with Cortés, also observed "dealers in gold, silver,
and precious stones, feathers, cloaks and embroidered goods" ( 1963 :

25 This amount would be substantially larger if "bunches" of feathers were


given, as implied by the Codex Mendoza annotations. 1 prefer the interpretation that
numbers of individual feathers were tabulated, following the Matrícula de Tributos.
However, these tribute rolls may have been revised frequently (perhaps applying to
periods as short as ayear), and more feathers may have been demanded in other
years Berdan, 1928b).
also includes lead, brass, zinc and bones in the same listo
316 FRANCES F. BERDAN ECONOMIC 1

232). He also adds "chocolate merchants with their chocolate"; tanned in the lists of tribute an<
and untanned skins of wild animals; axes of bronze (?), copper and by the awed conquistal
tin; and gold dust (ibid.). Conceming the latter, Díaz says place. That grand mark,
feathers and copper gOO(
We saw many more merehants who, so 1 was told, brought gold to Provincial marketpla(
seU in grains, just as they extraet it from the mines. The gold is but sorne carried exotic
plaeed in the thin quills of the large geese of the eountry, whieh are gold, silver and other n
so white as to be transparento They used to reekon their aceounts with clothing and animal sm
one another by the length and thiekness of these little quills ...
(ibid.: 233-234).
1964: 102-105). Tepea
availability of these valu
The Anonymous Conqueror contributes the detail that next to the gold and was a "condition (
sellers were those who sold various kinds of stones mounted in gold, other large and small
resulting in images of birds and animals (1971: 392). This observant Berdan, 1980).
conquistador adds that on another side of the great marketplace were
beads and mirrors; on yet another were sold feathers of a multitude Consumption.
of colors for embellishing "clothing that they use in war and celebra­
tions". Farther on skilled workers fashioned utilitarian stones (certainly The ultimate COnSUIll'
obsidian) into shapes appropriate for weaponry (ibid.: 392-393). the gods, and the elite
It seems that luxury and utilitarian stones were classed quite se­ accumulated in urban l
parately, sine e each type of merchandise was sold in its own area of wealth of the empire.
the marketplace. This apparently was also the case with feathers: feathered wamors' COStl
dealers in precious feathers were grouped closely with fine stone sellers special ceremonies. Othe
and gold dealers; sellers of more ordinary feathers (such as duck and covered by Cortés' men i
turkey) were located near sellers of herbs and dyes. This latter feather wealth -partial1y state
dealer also processed the feathers for sale they were carefully spun The idols of the nn
into a fine thread (Sahagún, 1950-1982, Book 10: 61, 92). It is and gems. Díaz del Casti
possible that fine stones (jadeite, turquoise, jet, opals and pearls) pochtli 29 as having
were also sold separately from necklaces fashioned from obsidian, rock
crystal, amethyst, amber, mirror-stone, and gold (ibid.: 60, 86-87). a very broad face am
Cast gold omaments -neckIaces shaped like shields or shrimp, and his body was covered
bracelels-- were quite separate from copper items such as bells, axes, with seed pearls stucl
needles, awls and fish hooks (ibid.: 61, 87). The accounts seem to by great snakes made
he held a bow and in
support a "hierarchy of trade value" mirrored in the physical arrange­ round his neck sorne
ment of the urban marketplace. Indians, the fonner n
At the great Tlatelo1co marketplace certainly every luxury was precious blue stones.
available, probably in almost any form -although unpolished stones,
fine jadeite and turquoise strung as neckIaces, stone mosaies, un­ In addition, religious e
embellished hammered gold, and finished feather garments are not recent Templo Mayor
specifically mentioned (see below).27 On the other hand, silver, absent
28 AxayacatI was Mocte2
This does not necessarily mean that they were not avaiJable. Díaz, for one,
27 palace was nonetheless mainl
does not describe the gold and silver he observed. 29 Patron god of the MeJ
ECONOMIC DIMENSIONS OF THE AZTEC STATE 317
ate"; tanned in the lists of tribute and professional merchant activity, was reported
COpper and by the awed conquistadores as present in the Tlatelolco market­
!tys
place. That grand marketplace also offered a wider range of stones,
feathers and copper goods than is found in the tribute tallies.
~ght goId to
The gold is Provincial marketpIaces would have been less varied and opuIent,
r, which are but sorne carried exotic items. In provincial Tepeacac, for example,
~COunts with goId, silver and other metals; jewels and stones; feather work; fine
le quilIs ... clothing and animal skins were availabIe in the marketpIace (Durán,
1964: 102-105). Tepeacac gave none of these in tribute, but the
availability of these valuables followed on the heels of Aztec conquest
to the gold and was a "condition of peace". Precious goods circulated through
:d in gold, other large and small provincial marketplaces with regularity (see
lobservant Berdan, 1980).
place were
multitude
Id celebra­ Consumption
(certainly The ultimate consumers of valuable and exotic goods were the state,
393).
the gods, and the elite of Aztec society. State-owned treasures were
quite se­ accumulated in urban storehouses, and symbolized the accumulated
n area of wealth of the empire. Many of these stores, such as resplendent
feathers: feathered warriors' costumes, were presented to valiant warriors at
)ne sellers
special ceremonies. Other caches, such as the glittering treasure dis­
duck and covered by Cortés' men in Axayacatl's palace,28 were a form of dynastic
el' feather
wea1tb -partiaJ1y state property, partiaJ1y personal property.
WIy spun The idoIs of the numerous Aztec gods were bedecked with gold
~). It is and gems. Díaz del Castillo (1956: 219) describes the ido! of Huitzilo­
• pearls) pochtli 29 as having
~an, rock
i 86·87). a very broad face and monstrous and terrible eyes, and the whole of
mp, and his body was covered with precious stones, and gold and pearls, and
~, axes, with seed pearls stuck on with a paste... and the body was girdled
'seem to by great snakes rnade of gold and precious stones, and in one hand
larrange- he held a bow and in the other sorne arrows. .. [Huitzilopocht1i] had
round his neck sorne Indians' faces and other things like hearts of
Indians, the former made of gold and the latter of silver, with rnany
precious blue stones.

In addition, religious offerings were deposited at the temples. The


recent Templo Mayor excavations in Mexico City have uncovered
28 Axayacatl was Moctczuma Xocoyotzin's father; he had died in 1481, hut his
palace was nonetheless maintained.
29 Patron god of the Mexica.
ECONOMIC Dl:N:ENSll

318 FRANCES F. BERDAN


. . is
P erhaps mOst .
surpnsmg
'ng lUXUIl
Vl
.
eighty offerings containing a total of more than 5,500 obiects, though
t o have played .
m mO
btsome
d "
Ol
not all would be classed as "luxurious" (Bonifaz Nuño, 1981: 9). 'ven in tnbute, u .
Fine costumes and accoutrements were the exclusive prerogative of gI 'd 'es From the inventone
lapt an . 1 fr'
the nobility. They wore plain or finely-decorated cotton clothing; 30 lis document on y a ,
they adorned themselves in expensive jewelry: lip plugs, ear plugs, bute ro ar The quetzal i
not even appe 'ff" t to ha!
nose plugs, necklaces, and bracelets. While only persons carrying the rcely su lClen
were sca
. rtant feathers were
proper social credentials could openly display these expensive adorn­
ments, it does appear that anyone with sufficient means could possess ~;:n~~~ade and marketplac
them. Certainly persons who were not nobles visibly sold luxuries in , h treasured mateI
movmg t e s e . is
the marketplaces or presented them as tribute. The professional mer­ . r urban centers. 'I:hlS
maJo 1:' 1 rel
chants, intermediate in status between nobles and commoners, handled , f' d essentially poubca,
tls le . tand'
precious objects in their private trading enterprises; they could dress From an econoIll1~ s of
expensively only on specified ceremonial occasions. 1 :xing. In the amassmg
pe d e between
one correspon ene . d
of exotic materiaIs requlre
CONCLUSIONS organization . Although thehre
. .. ppear to a
ment aetlvltles a A._
In the Aztec economy, three major distributive channels funneled • • • A. ~ snch the n.c.te
aetlvlt1es. n:> ,
luxuries from source to consumer. S1 The process was complex and
sometimes enigmatic.
Precious goods generally moved from outlying areas to the centers
:mm
. the procurement of these
oner, might have ~d
exotic materials by pannm~
of polítical power. Yet the pochteca carried gold ornaments to trade a colorful bird. These sm
beyond the imperial boundaries. thers in marketplaces
Concentrations of artisans in urban centers would suggest an em­ or O S' ce 1
b the commoner. m
phasis in tribute on raw materials. Yet the emphasis was on manu­ t~ese treasures, they were
factured or partially-manufactured luxuries. Gold did arrive in grains, value for goods and prod~
but also as hammered disks, in bars, and fashioned into items such served as a stimulus for t
as a headband or shield. With the possible exception of some tur­ stones and feathers. But,
quoise, precious stones were delivered polished, perforated and strung; of produetion, it seeIllS re
as mosaics and masks; and as lip plugs. Thousands of unimproved the distribution networks
feathers arrived from distant provinces. However, great quantities of changing hands frequent
warriors' costumes -fashioned of feathers-- were provided by pro­ priate noble consumero
vinces doser to the centers of power and population density. This
distribution may renect a greater ease of political control over "proper
style" in the more proximate provinees -an important eonsideration
where eostume style carried specific information abaut the wearer's
ANAWALT Patricia
social status. 1981' lndian Clothl
homa Press.
30Noblemen also did wear maguey fiber capes, but only if exquisitely decorated
(see Anawalt, 1981). Anonymous Conq1f~ror
81 Ornaments oí precious metals and stones. Precious wearing apparel and
adornments also circulated in a system oí "elite reciprocity", a mechanism not
1971 Relacton de
treated in this article.
ECONOMIC DIlIIENSIONS OF THE AZTEC STATE 319

bjects, though Perhaps most surprising is the relatively small role tribute seems
1981: 9). to have played in moving luxuries. Only four kinds of fine stones were
prerogative oi given in tribute, but sorne dozen others were worked by the urban
11 clothing; 30 lapidaries. From the inventories of conquest-period treasures, the tri­
rs, ear plugs, bute rolls document only a fraction of gold objects, and silver does
! carrying the not even appear. The quetzal feathers supplied to the empire annually
~nsive adorn­ were scarcely sufficient to handle the demands of the nobility, and
could possess sorne important feathers were not given in tribute. Interestingly, long­
:f luxuries in distance trade and marketplace exchange provided major networks for
essional mer­ moving these treasured materials and objects into (and out of) the
lers, handled major urban centers. rhis is a small surprise, since the luxuries sa­
could dress tisfied essentially polítical, religious and elite needs.
From an economic standpoint, however, this may not be so per­
plexing. In the amassing of luxuries, there was no necessary one-to­
one correspondence between production and tribute. The procurement
of exotic materials required litde investment in technology and labor
organization. A1though there is no condusive evidence, these procure­
~ funneled ment activities appear to have been individual, rather than collective,
mplex and activities. As such, the Aztec state was probably not directIy involved
in the procurement of these materials. A given individual, a provincial
the centers commoner, might have had sorne small opportunity to acquire bits of
ts to trade exotic materials by panning for gold, digging for stones, or defeathering
a colorful bird. These small lots could be readi1y traded to merchants
es! an em­ or others in marketplaces for products more immediately consumable
on manu­ by the commoner. Since the eommoner could not publically display
in grains, these treasures, they were of greatest use to him in their exchange
tems sllch vaIue for goods and products he eouId use. CertainIy the tribute system
sorne tur­ served as a stimulus for the procurement and trade of precious metals,
l~ strung; stones and ieathers. But, given the documented and proposed styles
llmproved of production, it seems reasonable that they often would have entered
lntities oi the distribution networks through market-places and trade, perhaps
I by pro­ changing hands frequently before reaching an interested and appro­
lÍty. This priate noble consumero
r "proper
lideration
wearer's REFERENCES CITED
ANAWALT, Patricia
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homa Press.
!arel and
nism not Anonymous Conqueror
1971 Relación de algunas cosas de la Nueva España y de la Gran
21
320 FRANCES F. BERDAN ECONOMIC D'

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El simbolismo de
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parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
DOCUMENTOS DE TEZCOCO. CONSIDERACIONES

SOBRE TRES MANUSCRITOS EN MEXICANO

DEL RAMO "TIERRAS"

PILAR MÁYNEZ

Una de las fonnas más frecuentes de aproximarse al México colonial


es mediante los relatos de los cronistas; a través de la descripción de
hechos, lugares y personas, el estudioso o el simple lector participa
de manera amena y vívida de los episodios más relevantes de un
detenninado momento histórico. No obstante, estas obras monumen­
tales, documentadas ampliamente y escritas muchas veces con un estilo
pulido y esmerado, no suelen incorporar los sucesos que acontecen al
hombre común y que resultan tan importantes (como la narración
de una gesta o la descripción de un héroe) para el conocimiento
global de una época. Estos testimonios, que al igual que las crónicas
son una importantísima fuente primaria, se conservan en los archivos
nacionales y estatales de México. En ellos podemos encontrar juicios
civiles y criminales, censos, testamentos, actas de cabildo, etcétera.
De ahí, que sea fácil enterarnos, por ejemplo, del proceso ordenado
por el obispo de Oaxaca, fray Bernardo de Alburquerque contra el
vicario de Ometepec y Yoalapa, Lázaro de Grijalva, por vejaciones y
simonía, o bien del juicio entablado entre Juan Gregorio y José Muñoz
por un terreno en Apantenco.1
En esta ocasión, se presenta un estudio de los documentos en mexi­
cano de un caso del ramo "Tierras", extraído de la galería 4 del
Archivo General de la N ación.
Se eligió pará este trabajo un expediente de dicho grupo, ya que
se consideró interesante analizar el modelo que siguen muchos de los
expedientes que confonnan el conjunto más amplio de esta sección.
El expediente 1 del volumen 2338 que se expone aquí contiene
los "Hechos de pedimento de Simona de los Santos sobre el des­
pojo de un pedazo de tierra'? ubicado detrás de la iglesia de San
Miguel Tocuila en la jurisdicción de Tezcoco.
1 Ramo Inquisición, vol. 1569, exp. 36, fols. 117-174 y Ramo Tierras, vol. 1596,
exp. 7, foI. 7.
2 Este es el título que aparece en la primera foja del expediente.
326 PILAR MÁYNEZ DOC'

En el juicio la demandante solicita, apoyada en los testamentos su hija, Micaela María (n


de su madre y de su tío abuelo, s le sea devuelto el terreno que, por de tierra ubicado detrás d
título de heredad, le corresponde. Por su parte, el fiscal del pueblo, El texto inicia con uru
Pascual Antonio, asegura que la propiedad pertenece en parte al común esta clase de documentos:
y en parte a la iglesia de San Miguel. 4.
Jesus MQ. Y Joseph
El caso, que transcurre entre los años 1737 y 1758, se resuelve a Mamo sen quica ic ten
favor de la primera como se especifica en el folio 36 recto. yn Dios ytlacopiltzin yh1
El expediente, en general, se encuentra en buen estado aunque nelli teotl Dios nieno:
algunas fojas presentan roturas de polilla y pequeñas faltantes; está onechmoyocolilia catzin.
confonnado por 32 folios que miden 31 X 21 cms. y por 3 folios
de 15 X 21 cms.; una de estas fojas de media cuartilla es el mapa Aunque estos enuncia(
que presenta Simona de los Santos en el juicio, a fin de precisar la podido constatar en otro
ubicación del terreno que le fue extraído y lleva por título "Mapa frases introductorias a los
de las tierras nombradas Milnepantla cituadas detras de la Iglecia de Después de estas fom
el Pueblo de San Miguel Tocuila, pertenecientes a Simona de. los otorgante aparece la decl~
Santos". las: en la primera, se e!
El expediente contiene tres documentos en náhuatl de diversa natu­ en la segunda, se declara I

raleza y de distintos espacios cronológicos (siglos XVI, xvn y XVIII) Y dones y a quiénes va de!
son las pruebas que presentan las partes contendientes en el juicio. El escrito concluye ta
El primero de ellos aparece en las fojas 2 recto y 2 vuelto. El cas y léxicas propias de :
manuscrito se encuentra, en general, en buen estado, aunque presenta
pequeñas roturas en el margen derecho; es, al igual que los otros Auh ca san yxquich y r
yn huelneltias yn rucan
documentos que se estudian aquí, de papel de algodón hecho a mano
tzinco noalbaseas yhua
y mide 21 X 31 cms.; la letra es clara pero se advierten algunas
tachaduras en el folio 2 vuelto y exceso de entintado en algunos es­ A 10 largo del docum
pacios de ambas fojas. Fue escrito por Juan Nicolás en 169l. ticos que aluden a cargo
Le sigue su trasunto castellano en el folio 3 recto; también se tigos, albaceas); e inclw
encuentra en buen estado y el papel es de la misma clase que el de algunos prefijos nahu;
manuscrito náhuatl, mide lo mismo que aquél y presenta una letra Asimismo se encuentr
más nítida, aunque con algunas tachaduras. No se especifica el nom­ incorporaci6n del revem
bre del traductor. (Mariatzin, animatzin, y
Este documento es un testimonio fonnulado por Antonio de la
Cruz en el que se establece que su hennana, Diega Maria, deja a 5 S. L. Cline y Miguel LI
the Spanish model for testame
3 El testamento de Micaela María, madre de Simona, dice: " ••• declaro que so}' direct translations from Spal
Casada y Velada segun Orden de Nra sta, Me, IgR. con juan de buendia español, Holy Trinity or Jesus and th
y que dho matrimonio tuvimos y procreamos quatro hijos que son maria pascuala editor James Lockhart, UCL
Juan Pedro Simona de los sanctos juan Ramon. Ittem declaro que en dho Pueblo California, Los Angeles, 19M
(de San Miguel TocuiJa) tengo un pedazo de tierra detras de la yglecia se linda 06 Los testamentarios son
con las tierras de juan chacon ynmediato de ella con las tierras de Diego chacon ••• última voluntad", Real Acadl
estas son propias que erede de mis Padres y antecesores. fols. 1 recto y vuelto". drid, Espasa Calpe, 1984, t ..
El testamento de su tío abuelo, Antonio de la Cruz, es uno de los documentos que 7 Resulta interesante reVJ
se reproducen en este trabajo. de los textos juridicos y admiJ
4. Esta informaci6n está tomada del folio 6 recto del expediente. lengua española, Madrid, Ed
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 327
testamentos su hija, Micaela María (madre de Simona de los Santos) un pedazo
10 que, por de tierra ubicado detrás de la iglesia de San Miguel.
del pueblo, El texto inicia con una serie de invocaciones religiosas propias de
te al común esta clase de documentos:
~ resuelve a Jesus M~ Y Joseph
o. Mamo sen quica ic teneuhtzinco yn itocatzin Dios tetatzin = yhuan
do aunque yn Dios ytlacopiltzin yhuantzin Dios Espiritu Santo yo san setzin huel
:antes; está nelli teotl Dios nÍcnonel toquitta. Ca yehuatzin onechmochihuili
Dr 3 folios
onechmoyocolilia catzinco yn itlaco yes.
~ el mapa
Aunque estos enunciados varían de un notario a otro, como se ha
precisar la podido constatar en otros testamentos, generalmente aparecen como
tIo "Mapa frases introductorias a los designios del testador.li
. Iglecia de Después de estas fonnas convencionales y de la identificación del
g¡a de los otorgante aparece la declaración de su última voluntad en dos cláusu­
las: en la primera, se establece quiénes serán los testamentarios y, ji
lema natu­ en la segunda, se declara el bien que se otorga con todas sus especifica­
y XVIII) Y ciones y a quiénes va destinado.
juicio. El escrito concluye también con una serie de fónnulas fraseológi­
vuelto. El cas y léxicas propias de los textos jurídicos y administrativos."
e presenta
los otros Auh ca san yxquich y niean nictenehua yo sa huel tlatzacan notlatol =
o a mano yn huelneltias yn mean nictenehua ytech y nomemoria testam to yxpan­
:t algunas tzinco noalbaseas yhuantzin testigos axcan ...
19unoses­
Jl. A 10 largo del documento se introducen algunos préstamos lingüís­
mbién se ticos que aluden a cargos públicos y a funciones legales (alcalde, tes­
le que el tigos, albaceas); e incluso, en ocasiones, éstos aparecen acompañados
una letra de algunos prefijos nahuas (noalbaceas).
• el nom­ Asimismo se encuentran términos híbridos, expresados mediante la
incorporación del reverencial a nombres y pronombres del castellano
io de la (Mariatzin, animatzin, yotzin).
" deja a
5 S. L. Cline y Miguel Le6n-Portilla advierten que: "The format follows closely
the Spanish model for testaments, with standard Nahuatl invocations beíng essentially
1'0que soy
direct translations from Spanish formulas. Usually the invocation calls upon the
a español,
Holy Trinity or Jesus and the Virgin Mary", The Testaments 01 Culhuacan, Series
L pascuala
editor James Lockhart, UCLA Latin American Center Publications, University of
110 Pueblo California, Los Angeles, 1984, p. 6.
l se linda
ji Los testamentarios son "las personas encargadas por el testador de cumplir su
:bacon •••
última voluntad", Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, Ma­
r vuelto".
drid, Espasa Calpe, 1984, t. 11, p. 1304.
entos que
., Resulta interesante revisar sobre este aspecto la parte relativa a "El lenguaje
de los textos juridicos y administrativos", en el libro de Abad Nebot, et al., Curso de
lengua eSJN.ñolaJ Madrid, Ed. Alhambra, 1979, p. 269-290.
328 PILAR MÁYNEZ

El documento e.stá escrito en primera persona del singular, de a1ú Se encuentran, soh!
que predominen los prefijos sujeto y objeto ni y nech: ficas como quica por
El segundo docum(
nicchihua, niquitoa; onechmochihuili, onechmoyocolilia, Lockhart -como me
haber leído este trabaj
así como la fonoa pronominal no:
En ese artículo titula.
noyolia, nocihuahuatzin, noernlanantzin. presenta la paleografía
camiento preliminar a
Por lo que se refiere a la ortografía del texto se observa una falta tinuación.
de uniformidad en el empleo de las mayúsculas: Este documento al
Diego chacon, Ju de buendia, Miguel arcangel. del expediente. Se obs
las hojas que no pem
La separación de las palabras, en algunos casos, es caprichosa: vuelto, además, preseIl
yntlaonechmopolhui, caquimocahuililitiuh. hojas 8 recto y 9 rect<
adhesiva; mide 21 X :
Predomina la y como inicial de palabra: enmiendas; fue escrito
Le sigue su trasun1
yxquich, yntla, ynic, ytech, yhuan. 11 recto; se encuentr,
La f se emplea en lugar de la z antes de las vocales a y o: cano; mide lo mismo (
por J oseph Ruiz MOfl
ticon~ahuilisq, tl~o. El manuscrito es u
como prueba de que
Prevalece la fonoa li en los sufijos de algunos sustantivos: son del "común"; en
yoli, tonali. pueblo de San Migue
El texto inicia con
En ocasiones, aparece el signo n sobre alguna vocal sustituyendo para que le permita iI
a la consonante n: tras se resuelve su case
yni.
"Ana vivía en las tieI
de el Pueblo a pedir
La s se usa por e como inicial de palabra:
Juan Miguel acced
nes deciden otorgarle
sen, sihuahuatzin.
pueblo; ahora bien,
Se emplea la tt en antropónimos procedentes del castellano:
tamaño del mismo, só
nica cuix nrn;o nepa e
Anttonio.
.
C;lhuat 1 ma Olca...
. "
Esta imprecisión e
También se observa la alternancia de algunas fonoas:
a Ana dificulta, siglc
yuqui, iuhqui; Diega M''', Diega Mariatzin.
que se litiga; de ahí
al documento que PI
Asimismo aparecen una serie de abreviaturas:

8 En Derecho instruI

Di, Dn, Jup, franCO, aq3.


justifica o prueba algún e:
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 329

~ar, de ahí Se encuentran, sobre todo al inicio del texto, algunas erratas grá.
ficas como quica por qui~a, tlaco por tla~o.
El segundo documento en náhuatl fue dado a conocer por James
Lockhart -como me lo hizo saber Miguel León-Portilla después de
haber leído este trabajo-- en el volumen vm de la revista Tlalocan.
En ese artículo titulado "Y la Ana lloró" el destacado historiador
presenta la paleografía y traducción del manuscrito, así como un acer­
. una falta camiento preliminar al texto, que difiere del que se ofrece a con­
tinuación.
Este documento aparece en las fojas 8 recto, 8 vuelto y 9 recto
del expediente. Se observan en él dos pequeñas faltantes enmedio de
las hojas que no permiten seguir la lectura con facilidad. El folio 8
chosa:
vuelto, además, presenta roturas de polilla en la parte inferior. Las
hojas 8 recto y 9 recto tienen, a lo largo del margen izquierdo, cinta
adhesiva; mide 21 X 31 crus., la letra es menuda y sin tachaduras o
enmiendas; fue escrito por Juan Bautista en 1583.
Le sigue su trasunto castellano en los folios 10 recto, 10 vuelto y
11 recto; se encuentra en mejor estado que el documento en mexi­
Q: cano; mide lo mismo que aquél y la letra es más nítida; fue traducido
por Joseph Ruiz Moreno en 1757.
El manuscrito es un instrumento 8 presentado por Pascual Antonio
os: como prueba de que las tierras que demanda Simona de los Santos
son del "común"; en él Ana solicita una repartición de tierras en el
pueblo de San Miguel Tocuila, Tezcoco.
tituyendo El texto inicia con la petición de Ana a su hermano, Juan Miguel,
para que le permita instalarse en su casa junto con su familia, mien­
tras se resuelve su caso, ya que según se advierte en el folio 20 recto,
"Ana vivía en las tierras anegadas y por estarlo se fue a lo interior
de el Pueblo a pedir vivienda en casa de su hermano ... "
Juan Miguel accede a esta petición y convoca a los tecuhtin quie­
nes deciden otorgarle a su hermana un pequeño terreno en el citado
pueblo; ahora bien, el documento no especifica ni el lugar ni el
no: tamaño del mismo, sólo indica que los tecuhtin dijeron a Ana: "cuix
nica cuix nO\o nepa ca pa ticmonequilti ma xicmitalhui nima no quito
~ihuatl ma nica ... "
Esta imprecisión en los límites de la propiedad que le es otorgada
a Ana dificulta, siglos después, la determinación exacta del terreno
que se litiga; de ahí que, Simona de los Santos advierta, refiriéndose
al documento que presenta el fiscal:

8 En Derecho instxumento es una "escritura, papel o documento con que se


justifica o prueba algún caso", Real Academia Española, ofr. cit., t. 11, p. 77'5.
,
330 PILAR MAYNEZ

El que el papelon presentado de contrario contiene otras tierras La y se usa en lug


distintas y distantes de las que yo demando esta patente, porque es
c;a, no<;o, tla~o, ~e.
de suponer que el pueblo de Tocuila esta cituado serca de la Laguna,
y las tierras que se aniegan en el tiempo de llubias son las inmediatas Ocasionalmente la
a ellas y de estas habla el dho papel, y son las mismas que poseen los
naturales oy, que por la dha razon las siembran de trigo; como lo hotinechmonelili,
manifiesta la asercion de Anna en dho papel que entra diziendo a
su hermano que le de lisencia para estar allí; y que le den para Asimismo, aunqm
hazer una casita, y por esto daría su tierra, anegada a sn Miguel. negación ahmo.
(Follo 20 recto.) Se emplea la q el
El documento concluye con el agradecimiento de los favorecidos chiquase, oniquac.
y con la especificación de la fecha en que se llevó a cabo la reparti.
ción, el escribano que elaboró el manuscrito y los testigos que presen· Aparece s por e e
ciaron el acto. se, chiquase.
El texto, escrito en estilo directo, reproduce el diálogo entre los
personajes; 9 mediante el verbo de comunicación ihtoa en sus varias El reverencial, mI
formas, se repiten las palabras de los involucrados. .zin en vez de tzin.
Asimismo se observa una recurrencia del adverbio de tiempo En el texto tam1
niman que establece una continuidad y agilidad en el relato: propios del español c

" ... nima no quito yn ananzin ma ximocalaquica nima nicocalacola· mo-carochazin, bar
cohuac onitlaliloc nima no quimitalhui yn ananzin ... "
Thelma Sullivan
Según Pelayo H. Fernández "la reiteración de las palabras es transformar los SOnil
síntoma de interés, emoción o énfasis, atrae la atención y hace más náhuatl, en el sonidc
intenso el significado" .10 Esto ocurría sobre te
Por lo que se refiere a la ortografía del texto, se observa una 1
ry,oyu ".
1.;1
.
irregularidad en el empleo de mayúsculas tanto en nombres de per­ . Asimismo, y al 19l
sonas como de lugares: aparecen algunas abt

Jua migelzin, fran<;izco, Sa migel cohoaca. Jua, Sa, Ato.

La separación de las palabras resulta, en algunos casos, capn· Este escrito prese
chosa: poración de un morJ
vocablo castellano:
On qui mi tal hui, mo palzinco, a mech mopialzin.
carochazin.
Predomina la y en el inicio y enmedio de las palabras:
En este texto se ene
yn, yc niteyxtin. algunas personas gt
grafemas; así, las t
9 Graciela Reyes, Polifonía textual, la citación en el relato literario, Madrid, Ed.
Gredos, 1984, p. 78 [Estudios y Ensayos, 340].
11 Thehna Sullivan,
10 Pelayo H. Fernández, Estilística, estilo, figuras estilístioas, tropos, Madrid,
Ed. José Porrúa Turanzas, 1973, p. 40. grafía, traducci6n y no!'
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 331
otras tierras
La ~ se usa en lugar de la z antes de las vocales a, e yo:
te, porque es
e la Laguna, c;a, ncx;o, tla~o, ~e.
as inmediatas
ue poseen los Ocasionalmente la h antecede a la o:
'go; cOmo 10
diziendo a hotinechmonelili, honitlacuilo
le den para
S" Miguel. Asimismo, aunque no regularmente, se indica el saltillo en la
negación ahmo.
Se emplea la q en lugar de la e enmedio de las palabras:
~ favorecidos
chiquase, oniquac.
~ la reparti­
¡ que presen- Aparece s por e en el inicio y enmedio del vocablo:
IgO entre los se, chiquase.
~ sus varias
El reverencial, muy usado en este escrito, se indica con la forma
zin en vez de tzin.
, de tiempo
~ato: .
En el texto también se observa un cambio en algunos sonidos
propios del español corno g por k, y, 1 por r:
nicocalacola­ mo-carochazin, bartezalzin.
Thelma Sullivan advierte que "los escribanos indígenas. solían
palabras es
transformar los sonidos propios del castellano, pero inexistentes en
y hace más
náhuatl, en el sonido equivalente más próximo en su propia lengua.
Esto ocurría sobre todo con los sonidos d y t, b Y p, g y k, f y p,
)bserva una
r y 1, o Y U".ll
)reS de per­
Asimismo, y al igual que los documentos que le anteceden y siguen,
aparecen algunas abreviaturas:
Jua, Sa, Ato.
asos, capri­ Este escrito presenta también términos híbridos, es decir, la incor­
poración de un morfema náhuatl, generalmente un reverencial, a un
vocablo castellano: .
carochazin.
1:
En este texto se encuentran varias erratas tanto en la designación de
algunas personas gramaticales como en el empleo de determinados
Madrid, Ed. grafemas; así, las terceras personas del singular y del plural se ex­
~os, Madrid, 11 Thelma Sullivan, Documentos tlaxcaltecas del siglo XVI, Introducci6n, paleo­
grafia, traducci6n y notas, México, UNAM, 1987, p. 27.
332 PILAR MÁYNEZ

El manuscrito COI
presan en este manuscrito mediante el prefijo sujeto ni: maZtn, nico­
pueblo de San Migu<
calac, respectivamente, y algunos prefijos de posesión referentes a la Resulta important
primera persona del plural se manifiestan con las partículas no y mo:
textos; al igual que
notatzin y motatzin por "nuestro padre". estilo personal en fa,
Asimismo, aparecen algunos grafemas equivocados como xocona que circunscriben el lt
por xicana, maco que por macaque, fe por ce, ne ma o ninma por "Estas fórmulas )
niman, tecauhzin por teicautzin y ticmelehuilia por ticmolehuilia, entre
y la autorid~~ de .qu

otros. miento admUllstrativo

El tercer documento en mexicano aparece en la foja 14 recto del a las disposiciones leg

expediente. El manuscrito presenta un color amarillento con manchas solemne." 18

y roturas de polilla en las partes superior e inferior. Mide 15 X 21 cms., Por lo que se refi<
la letra es clara y sin tachaduras; fue escrito por Juan Salvador en de uniformidad en el
el año 1722.
Le sigue su trasunto castellano en el folio 15 recto que se conserva Sa Miguel thueuill:
en mejor estado; tiene el mismo tamaño que el texto náhuatl y una
letra más nítida; la traducción fue realizada por Joseph Ruiz Mo­ Predomina la y Ct

reno en 1757. yn, ynie, yhuan.


Este documento, presentado por Pascual Antonio como prueba de
que las tierras que demanda Simona de los Santos fueron del común, Ocasionalmente al
es un acta en la que Alejo de Buendía pide prestado al pueblo de do a la consonante n.
San Miguel Tocuila el terreno en cuestión. El documento es censu­ Jua.
rado por la contraparte que arguye, en el folio 20 recto, que "está
desnudo de fee, que ni aun firmado esta de persona alguna, y su En nombres Prol
asercion es falsa porque es notorio que Alejo de Buendía mi tia sembro de T:
dho pedaso de tierra por arrendamiento que le hiso mi Padre". Thueuilla, Thomas
El escrito inicia haciendo referencia al lugar y al modo en que se
lleva a cabo la solicitud: "Yn icampan Altepetl Sa Miguel thucuilla También, y al ig\
ynin itlasotlalzin yn padre Sa miguel... ixpantzinco otisiales, Al­ una serie de abreviat
calde . .. " * fraco, fraca, Sao
Le sigue la enumeración de los testigos que asisten al acto expresada
mediante la conjunción yhuan. Asimismo, aparece
Este documento, al igual que el primero que se presenta aquí, sonas gramaticales; a
incorpora una serie de préstamos del castellano que aluden a los cargos diante el prefijo de ¡:
públicos de las personas que intervienen en la comparecencia (oficia­ Ahora bien, los tI
les, alcalde, regidor, fiscal). Según Thelma Sullivan esto se debe a interferencia lingüísti<
la fuerte injerencia que tuvieron los conquistadores en el ámbito insti­ y gramaticales proce~
tucional,12 de ahí que muchos de los términos legales y judiciales que documento, pertenecl
aparecen en estos textos procedan del español. peculiar forma híbric
* El subrayado es mio.
18 Abad Nebot, op. ¡
'1~ Idem, p. 34.

DOCUMENTOS DE TEZCOCO 333

2iazin) nico­ El manuscrito concluye con la anuencia de las autoridades y del


:rentes a la pueblo de San Miguel al solicitante.
s no y mo: Resulta importante destacar el carácter supraindividual de estos
textos; al igual que el testamento que se presenta, éste rehuye el
mo xocona estilo personal en favor de una serie de expresiones preestablecidas,
ninma por que circunscriben el lugar y el modo en que se lleva a cabo el acto.
luilia, entre "Estas f6rmulas y convenciones adoptadas respaldan el prestigio
y la autoridad de que se reviste el ejercicio de la ley y el funciona­
~ recto del miento administrativo. Confieren al ejercicio de los órganos públicos,
1 manchas a las disposiciones legales y a la práctica jurídica un carácter ritual y
~ 21 eroS., solemne." 13
uvador en Por 10 que se refiere a la ortografía del texto, se observa una falta
de uniformidad en el empleo de las mayúsculas:
: conserva
atl y una
Sa Miguel thucuilla, Alejo de vuhuendia.
tuiz Mo­ Predomina la y como inicial de palabra:
lrueba de yn, ynic, yhuan.
1 común, Ocasionalmente aparece el signo "'"" sobre algunas vocales sustitu­
ueblo de do a la consonante n:
~ censu­
ue "está Jua.
la, y su
t sembro
En nombres propios nahuas y castellanos aparece Th en vez
r'. de T:
Ique se Thucuilla, Thomas.
bucuilla
res) Al­ También, y al igual que los documentos anteriores, se encuentra
una serie de abreviaturas:
presada fraco, fraca, Sao

~ aquí, Asimismo, aparecen algunas erratas en la designación de las per­


cargos sonas gramaticales; así la primera persona del plural se expresa me­
oficia­ diante el prefijo de posesión i: itlasotlalzin.
lehe a Ahora bien, los tres documentos nahuas presentan el fenómeno de
, insti­ interferencia lingüística manifestado en la injerencia de formas léxicas
~ que y gramaticales procedentes del español; así, por ejemplo, en el primer
documento, perteneciente al siglo XVII, se encuentra insertado, en una
peculiar forma híbrida, el pronombre personal castellano yo: yotzin y

13 Abad Nebot, op. cit., p. 275.


334 PILAR MÁYNEZ

varios sustantivos comunes y propios; testamento, espíritu, anima, Dios,


Antonio, Diega María, etcétera. Lo mismo ocurre en el segundo ma­
PRIMER DOC
nuscrito del siglo XVI que introduce topónimos y antropónimos y el
sustantivo garrocha que se pr~nta también en forma sincrética: caro­
chazin. Asimismo, el tercer documento del siglo xvm, incorpora una Jesus MI> Y Joseph.
buena cantidad de antropónimos y de sustantivos castellanos que
aluden a diversos cargos administrativos. Mamo sen quica y ic tene
yn Dios ytlacopiltzin yhuant
Lo anterior confirma una vez más la temprana interacción lingüís­
nelli teotl Dios nicnonel toq
tica entre conquistadores y conquistados. moyocolilia catzinco y~ itlacc
A continuación se presenta la paleografía de los documentos en nehuatl notoca anttomo de u
mexicano así como de sus correspondientes trasuntos castellanos, que nichane ypan Y tlru;o Altep
son, como se puede observar, traducciones literales. En la transcrip­ Onechmotitlanili Y tet1ru;otla
ción se respetó, casi por completo, la forma y el contenido de los nanÍma aq3 moeztica huel 1
escritos originales; esto es, la ortografía, la puntuación, las abrevia­ y nitetlru;otlalis:zin Y noteo~
turas, las incongruencias sintácticas y los errores del escribano o, en ani.matzin y mtlallonocoquI(
su caso, del traductor; 14 sólo se unificó la, en ocasiones, caprichosa yn anima yn itlatocatzin D:
separación de las palabras para facilitar la lectura. Así mismo se marca quimopaca. .. auh y~tla 011
con ... las roturas y los faltan tes que se observan en los manuscritos. nitoctos y notlru;otatzm San
Ynic sentlamantli niquit
Al final de cada uno de los documentos nahuas y de sus respec­
moltitiuh y nosihuahuatzin
tivos trasuntos se presenta la traducción que realicé de cada uno de
Diego chacon alcalde yhm
ellos al español, acompañada de algunas anotaciones. notlatoltisq3 yruc palehuilos
niquitoayn 'tlalli oncan m~
huei otlitlantica Mexico (
Ximenes ticon~ahuilisq Y
motlanahuatilia Dios yn tle
yn onicnonehuili noerm~~~
tlatzintli yn otechmocahUlhli
yntelpochtzin y noermana~
Ynt namic Ju de buend¡a
quilis cahue1 yyolo ca cop
cahuililia yn imontzin qui
nehuantin yn isihuauh.
Auh ca san yxquich y n
yn huelneltias yn nican ni
tzinco y noalbaseas yhuan
meztli agosto 20 yhua xihl
14 Aunque Welleck y Warren advierten que "parece que la reacci6n a favor del
texto diplomático llega demasiado lejos cuando el editor reproduce todas las abrevia­ albasea Don Di
turas y errores del amanuense y los caprichos de la puntuaci6n original", yo preferí testigo Dn diege
trasladar lo más fielmente posible la forma y el contenido del texto, y señalar tanto
en el comentario introductorio como en la traducción al castellano las erratas grá­ escn
ficas y gramaticales que se observan en el documento, a fin de que el lector pudiera Nic~
aproximarse a la versión original. Welleck y Warren, Teoría literaria, versión espa­ san
ñola de José Ma. <]imeno, Madrid, Gredos, 1966, p. 73 {Tratados y Monografías, 2].
anima, Dios,
legundo ma­
ónimos y el PRIMER DOCUMENTO EN MEXICANO
rética: caro­
corpora una Jesus Ma. y Joseph.
rellanos que
Mamo sen quica y ie teneuhtzineo yn itoeatzin Dios tetatzin = Yhuan
ción lingiiís­ yn Dios ytlacopiltzin yhuantzin Dios Espiritu Santo yn san setzin huel
nelli teotl Dios nienonel toquitta. Ca yehuatzin oneehmochihuili onech­
iUlIlentos en moyocolilia catzinco yn itlaco yes yotzin nicchihua y nomemoria testam to
enanos, que nehuatl notoca anttonio de la Cruz noeihuahuatzin Juana Anttonia niean
a transcrip­ nichane ypan y tla¡;o Altepetzin notla~otatzin San Miguel tocuilan =
rudo de los Onechmotitlanili y tetla¡;otlalistzin y notlatocatzin Di auh y noyolia y
nanima aq3 moeztiea huel mopaquiltitica =. Ca sa ixquich nicehixtica
las abrevia­
y nitetla¡;otlalistzin y noteotzin notlatocatzin Di yn iquin quitlal Cahuis yn
bano o, en animitzin y nitlallonoeoquic Ca y sen mactzinco nocontlalia yc yolia
caprichosa yn anima yn itlatocatzin Di Ca ytla ehihualtzin ytla ma quixtitzin ma
10 se marca quimopaca. .. auh yntla onechmopolhuitzino yn Dios ca ye titlantzineo
nanuscritos. nitoetos y notla¡;otatzin San Miguel arcangel. =
sus respec­ Ynic sentlamantli niquitoa yntla oneehmopolhui y Di cahuel nicpia­
!la uno de moltitiuh y nosihuahuatzin Juana anttonia yhuantzin y noalbasea Dn
Diego ehaeon alcalde yhuantzin Dn diego Migel Regidor ynie nopan
notlatoltisq3 yrue palehuilos y nanima yxpantzinco Di. Ynie ontlamantli
niquitoa yn 'tlalli oncan mani yn teopan caltitlan tlalli tlalmelahua ypan
huei otlitlantica MexÍco otli yn oquimocahuilitia yn totatzin franCO
Ximenes tieon~ahuilisq y noermanatzin Diega Ma auh cahuel yuqui
motlanahuatilia Dios yn tle nelli tictenehuasq in iuhqui y tencopatzinco
yn onicnonehuili noermanatzin Diega Mariatzin ca quimocahuililitiuh yn
tlatzintli yn otechmocahuililitia totatzin franCO ximenes Ca quimonemaetilia
yntelpochtzin y noermanatzm = yn itlalnemactzin onean ye mopallehuisq =
YnL namic Ju de buendia ysihuauh Micaela Maria ca mo aquin qui­
quilis eahuel yyolo ca copatzineo y noermanatzin Diega Maria quimo­
cahuililia yn imontzin quixtiani Sr Ju de buendia yc mopalehuisq y
nehuantin yn isihuauh.
Auh ca san yxquich y nican nÍctenehua yn sa huel tlatzacan notlatol =
yn huelneltias yn nican nictenehua ytech y nomemoria testam to yxpan­
tzinco y noalbaseas yhuantzin testigos axcan ypan tonali lunes tlapoa
meztli agosto 20 yhua xihuitl 1691.
a favor del
las abrevia­ albasea Don Diego chacon alcalde

, yo preferí
ñalar tanto
testigo Dn diego migel Regidor

Irratas grá­
tor pudiera escrivano Dn, Ju nicolas
1'lIi6n espa. Nican ypan altepetl
'Sl'afias, 2]. san miguel tocuilan
nocnMEri
336 PILAR MÁVNEZ

Yo hago mi te5tame~to. Me
Juana Antonia. Soy vecmo del
TRASUNTO DEL PRIMER DOCUMENTO digo 10 siguiente: 'nf' 'u
C uan d o Dios , con su '1
1 1Ul'

Jesus Maria Joseph. estará contenta. Ahora so o esp


mi cuerpo. En sus man~s ponl
' . , para que la reCIba y,
Que sea bendito el nombre de Dios Padre, Dios hijo, D", espiritu re d lIDIO, ' d ' ue
Sancto, un solo D", verdadero en quien creo, que me hizo, me crio pr su enterrado a los p1es ~ mI q I
presiosa sangre = Ago mi memoria testam to , Yo llamado AnttO, de la En primer lugar d1go ,que,
, mUJ'er Juana Anton1a, a .
Cruz, mi muger Juana anttonia q soy de aca en el Pu, de mi querido a mI, 'Ml
Padre San Miguel tocuyla = que me Ynbio su querida estimacion, Dios y al Regidor, don DIego
Nsr, mi espiritu ... ma que no esta en alguna forma sino en sanidad q, mi alma. 'e
no es mas que estoy esperando su querida estimacion mi Dios quando En segundo lugar ,dlgo qu
se aparte, mi alma de mi Cuerpo que en sus manos, pongo mi espiritu entronca con el cammo que f
y mi alma Dios N", que es su criatura la Redimio, que lo Reciba, y Francisco Jiménez para .qu~
estando muerto que a sus pies estare enterrado mi querido San Miguel porque así lo dispuso DIOS,
Arcangel. Ahora bien, aquí decla~
Primeram te , Digo, q llevandome D", que le dejo encargado mi muger María dijo, re~lmente qm~, dej
Juana Antta, y el albasea Dn, Diego Chacon alcalde y Dn Diego miguel Francisco Jlmenez a su hija,
que se la dejaba, de todo e
Rejidor lo an de hazer por mi en que sea ayudado mi alma antte,
Dios. Buendía, para que a:n
bos tm:
De'o aquí, en mI testame
En la Segunda Digo la Tierra que esta detras de la Iglecia la tierra ' hoY lune'.
J Y testIgos,
derecho ba llega hasta el camino grande que ba para Mexco, que dejo albaceas
N, P, franCO Ximenes que a de ser p". los dos mi hermana Diega Ma,
y que hazi manda Dios lo q es berdad lo diremos como salio por su boca
dha mi herm", Diega Mil, que le deja la tierra, que nos dejo N, P, franCO, SEGUNDO De
Ximenes, que le endona su hija mi hermana la tierra suya para que de
ella se ayuden su marido Ju, de buendia su Muger Michaela Ma, que Onquimitalhui yn anazi
nadie se lo quite que con todo su corazón mi herma, Diega Ma, le deja , roa quezquihuitl mop:
~oazm ,
su Yerno Español señor J u, de buendia q se ayuden de ella los dos su niquipian nopIlhua ca, ~
muger que nomas aquí Digo mi Ultima palabra sea de executar lo que iteyxtin Y motetzin Y, X1hua
aqui en mi memoria Testam to , antte mi Albacea y testigos = aora dia mochihua .. , tecauhzinne 1
lunes quenta el mes de agto , 20, de 1691, años Albasea Dn, Diego Chacon hualeco y tlen amo ~atnq
Alcalde, Testigo, Dn, Diego Miguel Rejidor, ssno, Don Juan Nicolas en ne chmonelili notla~aZlD r.
, 'tl tia
este Pu, Sn miguel tocuyla. nicnomacehuia y mlXl,
mahuizpoloz yn ipa qUlhual
Conquerda con su original y esta sacado.
* Resulta conveniente destl
esta propiedad pertenecía ;aml
, lt' o alude a la herenCia, q
uun .... " elUC
«otechmocahwltht¡oa; , qu
TRADUCCIÓN DEL PRIMER DOCUMENTO sunto se advierte claramente le
** Cuando dice "yn t (
Bendito sea el nombre de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, mujer Juana Antonia, que al
*~* En el trasunto se de
un solo Dios verdadero, en quien creo, que me hizo, me dio vida, por era español; sin embargo, el I
su preciosa sangre.
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 337

Yo hago mi testamento. Me llamo Antonio de la Cruz, y mi mujer,


Juana Antonia. Soy vecino del pueblo de San Miguel Tocuila y aquí
digo lo siguiente:
Cuando Dios, con su infinita bondad, decida enviar por mí, mi alma
estará contenta. Ahora sólo espero que Él decida apartar mi alma de
mi cuerpo. En sus manos pongo mi alma porque soy su hijo, al que
D·, espiritu
redimió, para que la reciba y, cuando Él decida que muera quiero ser
i crio pr su
enterrado a los pies de mi querido padre San Miguel Arcángel •
.ntr>, de la
En primer lugar digo que, cuando Dios me recoja, le dejo encargado
mi querido
a mi mujer, Juana Antonia, a mi albacea, el Alcalde, don Diego Chacón
acion, Dios
y al Regidor, don Diego Miguel, lo que han de hacer para salvar
sanidad ej,
mi alma.
ios quando
En segundo lugar digo que la tierra que está detrás de la iglesia, que
mi espíritu
entronca con el camino que va hacia México, la dejó nuestro padre
Reciba, y
Francisco Jiménez para que fuera de mi hermana Diega María y mía,
an Miguel
porque así lo dispuso Dios. *
Ahora bien, aquí declaramos ** también que mi hermana Diega
mi muger
María dijo realmente que dejaba la tierra que nos heredó nuestro padre
~go miguel Francisco Jiménez a su hija, Micaela María, para que de ella se ayudara;
Ima antte, que se la dejaba, de todo corazón, a ella y a su yerno,*** Juan de
Buendía, para que ambos tuvieran una ayuda.
a la tierra Dejo aquí, en mi testamento, mi última palabra; aquí delante de mis
que dejo albaceas y testigos, hoy lunes 20 de agosto de 1691.
Diega M'\
>r su boca
P, franco,
ra que de SEGUt\1])O DOCUMENTO EN MEXICANO
, Ma, que
[a, le deja Onquimitalhui yn anazin quimolhuili yn iazin J ua migelin notla­
os dos su ..oazin ma quezqumuitl mopalzinco toyecaca ..a quilhuizintli camo miactin
tar lo que niquipian nopilhua ca <;a yehuatl y noxihuato ca gan i..elto ca ..an
aora día iteyxtin y motetzin y xihuatzin, niman oquimÍtalhui yteatzin ma yuhqui
() Chacon mochihua. .. tecauhzinne ma xiqualmo quanilica y tlen aqui... ma­
~icolas en hualeco y tlen amo tlatnquiz niman otIanaquili y <;ihuatl quito hoti­
nechmonelili notlagoazin nic tIa<;ocamati y motetlrusotlalizin y manel
nicnomacehuia y mixitl tlapatl auh ea niquitohua ea nÍman aye nitla­
mahuizpoloz yn ipa quihuatl yahuali ca nitlamahuiztiliz Auh nica meztiea

* Resulta conveniente destacar que en el manuscrito náhuatl no se explicita que


esta propiedad pertenecía también a Antonio de la Cruz, sin embargo, cuando este
último alude a la herencia que dej6 su padre, lo hace con la forma gramatical
"otechmocahuililitixi', que incluye a ambos hermanos. Por otra parte, en el tra­
sunto se advierte claramente que la tierra era "pa' los dos".
:u Santo, ** Cuando dice "yn tle nelli tictenehuasq", probablemente se refiere a su
rida, por I mujer, Juana Antonia, que aparece nombrada al inicio del testamento, y a él.
*** En el trasunto se destaca que el yerno de Diega María, Juan de Buendia,
era español; sin embargo, el documento mexicano no incluye esa precisi6n.
338 PILAR MÁYNEZ

y no nanllczm y xihuazin ytla quemania ytla yc tlamahuizpoloz ca tel axcan ipa ce ilhuitl
ocan amezticate ca ahmo maczinco nicahua yn oquic aquimopialia yn yei 1583 anoz nehua'
ibarazin y Rein ninman oquimitalhui y Jua migelzin quimolhuili y niten·
eazin yn anazin notecauhzinne Cuix niquixpehualtiz yn otezin ytla quali Jua bauhtizta
yc mehuititaz ca huelipa hotobre ye ce pohuali tlapohua meztli yn amaxocotitla nica
iquac y nica no mezticatca ca huel ce meztli yn oquimochihuilique niman Do Jua Migel 1
oquimitalhui yn anazin macamo huel cenca miac netequipacholi timizto· Do Jua francÍzcc
maquilica ma n~o tepizin tictehuica y tla(;otlalzin y totla¡;otazin y santo Do jua migel
sa migel cahoaca ticqueyazque <,¡e tetl calzintli ytla ontemoc yn azintli pelaxtitla
ytla ohuac ca titemotazque niman oquimitalhui yteixtzin mac niquinolhui
y Jua francizcozin niman yc Juan migelzin y pelaxtitla nima yehuazin y
fralfizco bartesalzin nima yehuazin Ato migelzin teopaquihuac amo ximo­
tequipachozinno notecauhzinne moqueme camo quimonequiltizque ma TRASUN
nima niquihualnanili ma <,¡e tlaxcalzintli xicmomanili tihuazin amo mizmo·
tequiamo mizmotequipachilhuiz caoaca y tlachiczintli comi tiquihua nima Yo Jph Ruiz Moren
nicomohuÍcac quimanilito nima no quimolhuili y nitecazin ca ye hualhui­ del Sr J ues heclico tr
lohuac tecazin ne xihualmonochili nima no quimitalhuique y nahuiti tIaca mento de una rrepar
ma Dioz amechmopialzin no quenohua mo(;emilhuitiltique ca ye onti­ ermana Ana yndios ,
hualaque nima no quito yn ananzin ma ximocalaquica nima nicocala­ desta Ciudad de teSt
colacohuac onitlaliloc nima no quimitalhui yn anazin quimolhuili y niazin tener es el siguiente.
ma xiquimaquili y tIaxcalzintli ma quimoma¡;ahuizin noca nima no tlana. Lo que dijo Ana
quiliquey huehuetque ma tictomacelhuica yn amo totla¡;otlalizin Cuix ... ermano, con tu lisensi
netequipacholzin <,¡ihuapilli nima no quito yn ananzin ca axca aqui mo­ que no tengo muchO!
caqui. .. netequipachol auh y no tlaqualoc ruma nicocalac yn anazin le rrespondio el erm~
quitlauhtia quimil hui <,;a mo de nicon amechnonochilicay catqui y titoc que tienen, que sub~
no ytohua ma n~o tepizin tictotlani ea y tlalzin y totlac;otazin sato sa te lo agradesco quen'
Miguel caoaca ticnequi tictlalizque <,;e tetl xacalzintli ca tel Ca mo miac este bien que algunos
nicpia n~o ne auh ca ga niquixcahuia y noxihuato nochito Cuix tihuel­ nunca te e de desobe(
tizque nima no quimitalhui y Jua fran<,;izcozin ma tel momaca tlen amiqui­ mi marido Juan, que
talhui ma ticmaca ca xihualmohuica Jua migelzin xocomanili y mocaro­ que ay estan ustedes
chazin ca no tica caya noxti yc mota ma chihuaz ma tihuia <,¡ihuapile Bara del Rey, luego d
ma quita ticani ticmelehuilia nima no mohuicaque caní monequiltia cuix y lo e de rrepartir y t
nica cuix n~o nepa ca pa ticmonequilti ma xicmitalhui nima no quito lo digo oy que se (
<,;ihuatl ma nica nima no quitoque y teteuhti ma tel nima no quimitalhui quedaron, y luego dij
y Jua fragizcozin aquí quihua ... ma chihuaz nima no quitoque y tete· una poquita de tiem
cuhti aquinel amo yc yehuatl y tlaocole y Juaze quita ma chihuaz nÍma aremos nuestra casita
no macamo amechmotequipachilhuiz y tezintli ma ochito tihuezin y nico­ A Juan Freo y A JU3
pehuaz. .. micto niman oquito yn anazin mac tihuia ca oc tepizin azintli tanbien Atto Miguel
aquimoma(;ehuizin nozque niman oquitoque y tlatoque tlen oticnequi ca mis mayores, no en :
ye otictomac;ehuique Auh yn anazin mochoquili yhua yn inamic mocho­ se les ara una tortill
quili yn iquac macoque y tlalli ruman oquimitalhui yn anaZÍn ca ye !la que lo emos de rr
polihuiz ca velazin yhua popozintli nicnomaquilitaz y notlac;otatzin y llamados y dijeron 11
Santo Sa Migel ypanpa ca y tlalpazinco y ninocaltia niman oquimitalhui benimos y rrespondio
y Jua migelzin ca oticmonelili y motla(;otazin ma mochipa yuhqui yezcamo y le dijeron A ana (
tenehuatecoc yn iquac yn otlatlatoli mochiti y macuilti tetecuhti = que comerian primeI
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 339

axcan ipa ce ilhuitl viernez tlapohua meztli octobre yhuan' ipaxihuica


yei 1583 anoz nehuatl honitlacuilo nixpa no mochiuh.

Jua bauhtizta
amaxocotitla nica motecpana. y tlatoque
Do J ua Migel Regidor Do bartesal francÍzco
Do Jua francizco
Do Anto, Migel
Do jua migel
teopaquihuac
pelaxtitla

TRASUNTO DEL SEGUNDO DOCUMENTO

Yo Jph Ruiz Moreno ynterpretedel Jusgado hec1esiastico por mandato


del Sr Jues hedi"O tradusi, del ydioma Mexicano al castellano el ynstru~
mento de una rrepartision, de tierra pedida por Juan Miguel y por. su
ermana Ana yndios del pueblo, de Sn Miguel tocuila de la Jurisdision
desta Ciudad de tescuco y aha rrepartision, fue enaho pueblo cullo
tener es el siguiente.
Lo que dijo Ana asu ermano Mayor Juan Migl fue desirle; querido
ermano, con tu lisensia quieres que estemos aquí algunos días, que tambien
que no tengo muchos yjos que solo a· mi juan ques solo y su cuñado y
le rrespondío el ermano, sea horabuena, ermana ben luego, y muda, lo
que tienen, que suba todo lo que es buestro, y luego rrespondio Ana
te lo agradeseo querido ermano, estimo mucho tu favor na que rresibo
este bien que algunos dias estaremos y tanbien te digo que desde luego
nunca te e de desobedeser, me alegro, y lo agradesco, y tanbien esta aqui
mi marido Juan, que si algun tienpo, quisiere, maltratarme que tanbien
que ay estan ustedes que en sus Manos lo dejo mientras que tienen la
Bara del Rey, luego dijo Juan Miguel lo que es de nuestra madre lo dejo
y lo e de rrepartir y e de enpensar, y si prosedieren bien se podra aser y
lo digo oy que se cuentan veynte, del mes de obtubre, que' en esto
quedaron, y luego dijo Ana que no sera para pesadumbre el que les de
una poquita de tierra de Nuestro padre Sn Miguel que ay. saldremos y
aremos nuestra casita si baja el agua y se seca y dijo su ermano ,se lo dire
A Juan Freo y A Juan Miguel de pelaxtítlan y tanbien A fr co Baltasar y
tanbien Atto Miguel de teopan quihuac para que no tengan pesadunbre
mis mayores, no en algun tienpo la quieran quitar Aora 'los yre a traer
se les ara una tortilla no les dado que ay quien 10 aga que es fuersa
na que 10 emos de rresevir de los mayores de los que binieron que fueron
llamados y dijeron los quatro Dios les guarde y les de buenos dias lla
I benimos y rrespondio Ana que entraran, y luego que entraron se sentaron
y le dijeron A ana que les diga lo que quiere na que llegaron les dijo,
que comerian primero una tortilla rrespondieron los biejos que le agra~
,
340 PILAR MAYNEZ

desian mucho el favor le dijeron que si tenia algun cuidado les rrespondio TRADUCCIÓN DEL
Ana que despues se los diria que yrian a ber el cuidado que era despues
que comieron entro Ana y les dijo que no era cosa de cuidado para Ana f ue a decirle a su herro,.
lo que los abian llamado que ay esta lo que tenemos que aunque es Querido hermano, pido tu penm
poquito pidan la tierra del Sto sn Sn Miguel que ay esta y que se rreparta sólo unos pocos días. No tengo
que yo con un jacalito me basta que tanbien que no tengo muchos tres con tu cuñado Juan.
yjos que se les rreparta a los otros yjos del pueblo luego dijo Juan Fro 'y él le respondió: Ven, he
que se les de que disen ustedes bamos dandoselas, ben aca Juan Miguel Y luego la mujer . le por! cont!
coje tu garrocha que se les mida a todos bamos Sa, a ber lo que te te doy las gracIaS
ayuda, b" 1
agrada luego fueron y le dijeron donde quieres a de ser aqui ho alli te he de respetar y tam len .
quieres dislo y rrespondio la muger baIla aqui luego dijeron los señores, , y si algún día llegara ,
que sea ay y luego dijo Juan fro, quien la a de medir rrespondieron los aqUl. . tras tienen
en sus manos, filen .
señores quien lo sepa aser y dijeron los señores Juan la a de medir y le y luego contestó Juan MIl
dijeron ben Juan coje la garrocha en tu mano y mide y dales a seis
q ue están aquí. ,
garrochas y la midieron luego y dijeron solo esto solo les damos para sus Despues , d"1JO Ana': Veras .
casitas luego dijo Ana que agradescan mucho el fabor y dijeron los edazo de la quenda tleI'I
señores que luego comiensen y que 110 tengan cuidado o pesadumbres un P . donde
mos nuestra caSIta ~r:. tU:
que na lo rresibieron pero enpiesen sus simientos luego dijo Ana bamos que 'rtió que se 10 dma a J
ay otra poquita de agua que rresiban y dijeron los señores que mas ad Vl al tanl
Francisco B tasar Y
quieren que lo que an rresevido pero Ana lloro y su marido lloro quando y aa que no se molestaran Y ,
entregaron la tierra y dijeron que nunca an de faltar Velas y saumerio par Ahora, dijo Juan Miguel
lo an de yr dando a nuestro padre Sn Sn Miguel a quien se le a de para presentarles nuest:a sol
agradeser sienpre A nuestro padre señor sn Miguel porque en su tierra
y después Juan Mlgu~\
se abesindaron luego dijo Juan Miguel se lo agradesemos mucho A nues­ taron ante los sobo
tro padre sienpre y se abrasaron quando se acabo de rrepartir y de abIar se p~e~enos Y luego dijo An
que fue el dia Viernes treynta del mes de obtubre del año de 1583. ya Vlntm • •
y le dijeron que les exp~e
daría una tortilla. Los VieJOl
Yo lo escrivi delante de todos.
algún problema. ~ Ana resp
comer se los dma, ,
Juan Bauptista escribano
Más tarde Ana entro y
pusieran de acuerdo para q\
en Amaxocotitlan se juntaros los señores
de San Miguel. La..queren
Dn Juan Miguel Rexidor
no tengo muchos hIJOS, el
Dn Baltasar fr oo
Dn Juan froo Luego propuSo Juan F
Dn Miguel pelaxtitlan demás qué opinaban Y to<
Dn Atto Miguel teopan quiahuac. Miguel: Lleva tu garrocl
Vamos todos a ver lo q~e
Conquerda con su original y esta sacado y tradusido fiel y legalmente Luego llegaron Y dIJe
a mi leal saber y entender sin fraude engaño ni encubierta contra ninguna d IJ aquí y los "señores"
" o
., habrí
de las partes asi lo juro por Da Ntro sr y la señal de la Sta Cruz tescuco preguntó que qUIen
y Agosto 6 de 1757 y lo firma
* A pesar de que la ve'
totalmente literal, no aparece
Jph Ruiz Moreno las hierbas".
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 341

les rrespondio
le era despues TRADUCCIÓN DEL SEGUNDO DOCUMENTO
cuidado para
Ile aunque es Ana fue a decirle a su hermano mayor, Juan Miguel, lo siguiente:
Ue se rreparta Querido hermano, pido tu permiso para quedarme en tu casa algunos días;
engo muchos sólo unos pocos días. No tengo muchos hijos, sólo a mi Juanito. Somos
¡jo Juan Freo tres, con tu cuñado Juan.
Juan Miguel y él le respondió: Ven, hermana menor, traigan sus cosas.
er lo que te y luego la mujer le contestó: Querido hermano, te agradezco tu
aqui ho alli ayuda, te doy las gracias por este favor, y también te digo que siempre
I los señores, te he de respetar y también lo ha de hacer mi esposo Juan, que está
)Ondieron los aquí. Y si algún día llegara a maltratarme, ahí están ustedes, lo dejo
~ medir y le en sus manos, mientras tienen la vara del Rey.
dales a seis y luego contestó Juan Miguel: Hoy, 20 de octubre hace ya un mes
nos para sus que están aquí.
dijeron los Después dijo Ana: Verás que no te pesará mucho el que nos den
¡>esadumbres un pedazo de la querida tierra de nuestro padre San Miguel. Allí hare­
1 bamos que
mos nuestra casita en donde baja el agua y se seca. Y su hermano le
~ que mas
advirtió que se lo diría a Juan Francisco y a Juan Miguel de Pelaxtitla
loro quando y a Francisco Baltasar y también a Antonio Miguel de Teopanquihuac,
y saumerio para que no se molestaran y que algún día se las quisieran quitar.
se le a de
Ahora, dijo Juan Miguel, los iré a traer y se les hará una tortilla
:n su tierra
para presentarles nuestra solicitud, no sea que se molesten.
ho A nues­
y de abIar
y después Juan Miguel fue a llamar a los cuatro "señores" quienes
1583. se presentaron ante los solicitantes diciendo: Dios los salude y los guarde,
ya vinimos. Y luego dijo Ana que entraran y una vez dentro, se sentaron
y le dijeron que les expusiera el asunto y ella les dijo que primero les
daría una tortilla. Los viejos se lo agradecieron y le preguntaron si tenía
algún problema y Ana respondió que no se preocuparan que después de
comer se los diría.
Más tarde Ana entró y les comentó que s610 quería pedirles que se
pusieran de acuerdo para que les dieran un pedacito de tierra en el pueblo
de San Miguel. La queremos, dijo ella, para construir un jacalito, pues
no tengo muchos hijos, el único que tengo es mi Juanito.
Luego propuso Juan Francisco que se les diera y les preguntó a los
demás qué opinaban y todos estuvieron de acuerdo y le dijeron a Juan
Miguel: Lleva tu garrocha para que midas lo que se les ha de dar.
~ga1mente Vamos todos a ver lo que te agrada, mujer. Quitemos las hierbas.*
ninguna Luego llegaron y dijeron: ¿dónde quieres aquí o allá? Y la mujer
~ tescuco dijo aquí y los "señores" estuvieron de acuerdo. Después Juan Francisco
preguntó que quién habría de medir el terreno y ellos respondieron que

... A pesar de que la versi6n castellana realizada por Joseph Ruiz Moreno es
totalmente literal, no aparece traducida la forma gramatical ticmalehuilia "quitemos
las hierbas".
DO
342 PILAR MÁVNEZ

Juan, a quien se dirigieron diciéndole lo siguiente: Ven, Juan, coge tu


TRASUNTO
garrocha en tus manos y mide seis garrochas, pór los cuatro lados .
.. Luego los "señores" dijeron: solamente les damos esta tierra. Y luego
dIJO Ana: se los agradecemos. Y después los señores dijeron que comen­ Aqui en el pueblo de S·
sn Miguel que la pide PI
zaran a construir, que ya podían hacerlo sin pendiente. Y Ana les co­
mentó: Vamos, queremos otro poquito de agua. Y los señores dijeron: jente y de los ofisiales el
confórmense con lo que les queremos dar. . . Atto de la Cruz y de la
.. y Ana lloró y su mar~do también cuando les dieron la tierra y ella toda la jente de la cofrac
dIJO: Yo he de llevar a mI querido padre San Miguel velas y sahumerio; es berdad que buenamenb
sn Miguel el defunto qu
nunca l~ han de· faltar estas cosas, porque gracias a él podremos construir
en su tierra. Melchora fr ea aora en el
Después dijo Juan Miguel: se lo agradecemos mucho a nuestro padre. lo escrivi Juan salvador (
y todos se abrazaron y así quedaron de acuerdo en la repartición los año de 1721.
cinco "señores",* el viernes 30 de octubre del año de 1583. '
Conquerda fielmente
Yo lo escribí delante de todos. del mandato del sr juez
17 a 1757.
Juan Bautista escribano. Jp~
Se juntaron en Amaxotitla los señores: ynt
Don Miguel, Regidor•
. Don Baltasar Francisco .
. Don Juan Francisco. TRADUCCI(
Don Juan Miguel Pelaxtitla.
Don Antonio Miguel Teopaquihuac. Aquí en el pueblo de S:
pide prestada la tierra j
de toda la gente y de los
TERCER DOCUMENTO EN MEXICANO Regidor Mayor, Antonio
domo, don Juan de la el
. Yn i~ru:npan .Altepetl S~ Miguel. thucuilla ynin itlasotlalzin yn padre Sa del Fiscal, don Francisco
mIgue! mIc qmmotlanehmz yn señor Alejo de vuhuendia ynic Mochi
todos los ya mencionade
tlacatl yn ixpantzinco ofisiales, Alcalde. Don Thumas Ramos yhuan Regi­
que dejó a nuestro paro
dor mayor AnttOnio de la Cruz yhuan Santa yg1esia Mayrodomo Do
y su esposa Melchora ]
Juan de la Cruz yhua mochi tlacatl cofrandias yn ixpantzinco fiscal
Do fraco Miguel Auh yn axca ynic huel melauh cayotica tictetIaneuhtia pesos.
Yo, Juan Salvador, (
ca t.ixp~n tomatia ynie oquimo. .. Mactililehuax y padre Sa Miguel ynie
en este año de 1722.
eatzmth ytoea catca Jua Miguel yn inamÍc catca ytoca Merchora fraca
Axcanipa xihuitl.
Año de 1721
Axea nehuatl Oticselique ome pesos
onitlacuillo Jua Salvador
Nicnotlatequipanil y padre ... xihuitl
San Miguel Año de 1722
.. A la presentación inicial de los cuatro "señores" que acoroarian otorgar el
terreno, Juan Francisco, Juan Miguel Pelaxtitla, Francisco Baltasar y Antonio Miguel,
se _sumll; aqui el IRegidor, Juan Miguel. Ahora bien, en el trasunto no aparece el
senalarruento de que en ese momento son cinco y no cuatro los "señores" que
intervienen en dicha asignación. '
DOCUMENTOS DE TEZCOCO 343

.an, coge tu
iados. TRASUNTO DEL TERCER DOCUMENTO
ra. y luego
que comen­ Aquí en el pueblo de sn Miguel tocuila por la tierra de Ntro padre
~ les co­ So. Miguel que la pide prestada sr alejo de buendia delante de toda la
les dijeron: jente y de los ofisiales el Alcalde Dn ttomas Ramos y el Rexidor mayor
Atto de la Cruz y de la Sta yglesia el mayordomo Juan de la cruz y
!erra y ella toda la jente de la cofradia y delante del fiscal freo Miguel y aora que
sahumerio; es berdad que buenamente la prestamos que se la dejo a Nuestro padre
'8 construir So. Miguel el defunto que se llamaba Juan Miguel que era sulla y de
Melchora fr ea aora en el año de 1721 rresevimos dos pesos = aora yo
litro padre. lo escrivi Juan salvador que le sirvo a nuestro padre sn Miguel en este
rtÍción, los año de 1721.
Conquerda fielmente con su original en mexicano y para que conste
del mandato del Sr juez hecleeo, pongo esta Razon tescuco y septiembre
17 a 1757.
Jph Ruiz Moreno
ynterprete

TRADUCCIóN DEL TERCER DOCUMENTO

Aquí en el pueblo de San Miguel Tocuila, el señor Alejo de Buendía


pide prestada la tierra de nuestro querido padre San Miguel, delante
de toda la gente y de los oficiales, del Alcalde, don Tomás Ramos, y del
Regidor Mayor, Antonio de la Cruz, y de la Santa Iglesia; del Mayor­
:padre Sa domo, don Juan de la Cruz, y de toda la gente de las cofradías, y delante
e Mochi del Fiscal, don Francisco Miguel. En este año de 1721 y en presencia de
.an Regi­ todos los ya mencionados, hacemos constar que le prestamos la tierra
omo Do que dejó a nuestro padre San Miguel, el difunto llamado Juan Miguel
co fiscal y su esposa Melchora Francisca. En este año de 1721, recibimos dos
laneuhtia pesos.
ruel ynic Yo, Juan Salvador, que sirvo a nuestro padre San Miguel lo escribí
ra fraca en este año de 1722.

:orgar el
Miguel,
atece el
es" que
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
EL DISCíPULO DE SILO

UN ASPECTO DE LA LITERATURA NÁHUATL

DE LOS JESUITAS DEL SIGLO XVIII '*

DANIELE DEHOUVE

Es poco conocida la literatura de evangelización posterior al siglo XVI.


¿Qué contaba el clero a los indios? ¿Cuál era el contenido de los ser­
mones? Hasta hoy, pocos estudios han tratado de contestar estas pre­
guntas. Es con esta intención que he emprendido el análisis de la
literatura jesuita en lengua náhuatl de los siglos XVII y xvm. Casi
inmediatamente se ha destacado la importancia de un procedimiento
de convencimiento conocido bajo el nombre latino de exemPlum.'*
El exemPlum se puede definir como un relato edificante narrado
a fin de convencer al auditorio. La sorpresa proviene del hecho de que
tal procedimiento es conocido como anterior a la evangelización del
Nuevo Mundo; fue en los siglos XII Y XIII que las órdenes mendicantes
empezaron a introducir en sus sermones narraciones breves presenta­
das como ejemplares. Sin embargo, lejos de caer en desuso, los exempla
formaron parte del discurso edificante católico hasta fines del siglo XIX.
cuando menos, e inclusive sobreviven en la actualidad en la retórica
de ciertos grupos protestantes.
En México, los jesuitas son conocidos por haber puesto un cuidado
especial en redactar una literatura edificante en lengua náhuatl. Lo
que es menos sabido es que su orden fue en los mismos años gran pro­
propagador de exemPla. Desde principios del siglo XVII, los jesuitas
europeos empezaron a redactar compilaciones de dichos relatos en
latín y en lengua vulgar. Desde entonces, asociaron su nombre a la
literatura de exempla, como en épocas anteriores lo habían hecho los
cisterciences y los dominicos.
El padre Garibay fue el primero en llamar la atención sobre la
labor de los jesuitas en México y en publicar un exemplum: "El
* Mi agradecimiento al padre Vital Alonso por su estímulo en los principios de
la investigaci6n, y a mis colegas Michel Launey, Aurore Monod BecqueJin, Alain
Breton y Perla Petrich.
346 DANIELE DEHOUVE

ladrón y la serpiente"/ sacado de una obra publicada por Ignacio LA EVOLUCIÓN


Paredes en 1759. Pero el tema es aun de mayor importancia de lo
que se puede pensar al leer a este autor: varios manuscritos jesuitas Las versiones medie VI
anteriores a él, ubicados en la Biblioteca Nacional de México o en
otros lugares como la Bancroft Library, ofrecen un sinnúmero de El suceso relatado
exemPla copiosamente traducidos en náhuatl. La materia es de gran siglo XII. De todos :
interés, ya que numerosos son los problemas que plantea. En primer quien vivió de 1201
lugar, es legítimo preguntarse si el contenido de las narraciones ha dice, los protagonista
evolucionado al presentarse a un público indígena. Segundo, hay que quo praedicabat Pan
analizar la lengua de traducción y, en especial, localizar en ella las dicaba en París), ~
influencias del náhuatl clásico o eclesiástico anterior. Por fin, la pre­ Voragine que relata
gunta tal vez más importante atañe al posible efecto de tales textos que lo oyó contar p<
en los propios pueblos indígenas, sea en su literatura oral que con­ en la ciudad hacia 1
tiene, como es sabido, numerosos relatos de carácter ejemplar, sea en La tercera mención (
el~so de palabras náhuatl. en el que Jacques c
.Sin querer contestar aquí estas preguntas que requieren un estudio maestro, cuando fue
más extenso que estoy nevando a cabo, se presentará en este artículo El exemplum se
cierto exemplum llamado "el Discípulo de Silo" cuyas versiones (en siglo xm: los de Ro'
latín, español y náhuatl) se compararán. El lector interesado podrá de Vitry (ya citado:
leer dos análisis sobre otros exempla, ya publicados o por publicarse.:! Libro de los Enxemp
El Discípulo de Silo es un relato de origen medieval cuyo tema En todo caso, las
es el siguiente: el discípulo de cierto maestro se muere, y, después dé un maestro de París,
muerto, se aparece a su maestro, envuelto de fuego. Se presenta en SerIan, Silon o Sella,
anexo un texto latino con su traducción, texto 1, representativo de las maestro llamado Ric
versiones medievales: el exemPlum de Jacques de Vitry, .ubicado en avise en qué "estado'
los "Sennones Vulgares" redactados entre 1228 y 1240. El texto 2, tra. Algún tiempo d~
típico de las versiones españolas del siglo XVII es del jesuita Cristóbal de la iglesia St. Ger
de Vega; se encuentra en una compilación llamada "Casos raros de capa de pergamino
la confesión" dada a la prensa en 1653. El texto 3 en náhuatl se el alma contesta que
ubica en las páginas 103 a 106 del Ms. 1461 de la Biblioteca Na­ tumbraba hacer en !
cional de México, manuscrito anónimo cuya redacción se acabó en del Purgatorio; la c
1731 según consta en la advertencia. a Robert de Sorban,
La comparación entre los tres textos se llevará a cabo enfocando transcrito in "B. Hauréal
moyen ftge, Mémoires d~
primero la evolución del relato entre los siglos xm y xvm, y luego las 4 Jacques de Voragin
características propias de la traducción en náhuatl. p. 326.
5 (1) Odo de Cherit

]. El exemplum está sacado del PromPluario Manual Mexicano del P. Ignacio transcrito in B. Hauréau,
Paredes (1759), ver: Angel Maria Garibay, Llave del Náhuatl, México, Porrúa, Les Fabulistes latins, Pax
1961, p. 189-190 Y 323. la BN de paris nQ 1597
2 (1) "Rudingerus l'ivrogne, un exemplum médiéval au Mexique", in Hommage 'fiques, légendes et apolc
a Nicole Percheron, J. P. Berthe, A. Breton, S. Lecoin, eds. (2) "La chasse infer­ du ·xlIIe sihIe, París, 18
nale du Seigneur de Nevers, évolutíon d'un récit édifiant en nahuatl (xvue-xvIlIe' españoles (Don Pascua
siecle)", Amerindia. (CCCLXVI).
EL DIScíPULO DE SILO 347

)r Ignacio
LA EVOLUCIÓN DEL RELATO ENTRE LOS SIGLOS xn y XVIU
Ida de lo
os jesuitas
Las versiones medievales
kÍeo o en
ÚIDero de El suceso relatado en el exemplum se produjo en París, durante el
s de gran siglo Xll. De todos los predicadores medievales, Robert de Sorbon,
~n primer quien vivió de 1201 a 1274, le atribuy6 la mayor antigüedad; según
ciones ha dice, los protagonistas de la narración vivieron tempare B. Bernardi,
I hay que qua praedicabat Parisius (en tiempos de San Bernardo, cuando pre­
n ella las dicaba en París), es decir hacia 1136.a Por su parte, Jacques de
~, la pre­ Voragine que relata el ejemplo en su famosa "leyenda dorada", reza
Jes textos que lo oyó contar por el predicador Pierre le Chantre, quien estudi6
,que con­ en la ciudad hacia 1173 y predicó en ella hasta su muerte en 1197.4
il', sea en La tercera menci6n de una fecha se ubica en el texto 1 (en anexo)
en el que Jacques de Vitry plantea que conoci6 personalmente al
n estudio maestro, cuando fue estudiante en París, lo que ocurri6 en 1190.
~ artículo El exemplum se encuentra en la mayoría de los sermonarios del
ones (en siglo XIII: los de Robert de Sorbon, Jacques de Voragine y Jacques
~o podrá de Vitry (ya citados), Odo de Cheriton, Etienne de Bourbon, El
¡blicarse.~ Libro de los Enxemplas, y otros más.!! .
Iyo tema En todo caso, las versiones medievales siguen un esquema común:
$pués de un maestro de París, inglés de nacimiento según un autor, llamado
senta en SerIon, Silo n o Sella, visita a uno de sus discípulos enfermos (o a otro
;~ de las maestro llamado Ricardus) y le pide que, después de su muerte, le
¡cado en avise en qué "estado" (es decir en qué lugar del más allá) se encuen­
texto 2, tra. Algún tiempo después, el maestro Sella, al pasear de día cerca
Cristóbal de la iglesia Sto Germain, se encuentra al difunto cubierto con una
raros de capa de pergamino llena de escrituras. A la pregunta del maestro,
huatl se el alma contesta que esas escrituras representan los sofismas que acos­
eea Na­ tumbraba hacer en su vida, y que le llevaron a padecer los dolores
cabó en del Purgatorio; la capa le pesa más que si llevara en el cuello la
3 Robert de Sorbon, Mss. latinos de la RN de Paris n Q 15791 (fol. 120 vQ),
Iocando transcrito in "R. Haureau: Mémoire sur les récits d'apparition dans les serrnons du
llego las moyen age, Mémoires de l' Académie, 1875, p. 239-245.
4 Jacques de Voragine, La légende dorée, Paris, Garnier Flammarion, 1967, t. II,·
p. 326.
S( 1) Odo de Cheriton, Mss. latinos de la RN de Paris nQ 2593 (fol. 119),
, Ignacio transcrito in B. Haureau, op. cit., y Odonis de Ceritona Fabulae, L. Hervieux, ed.,
, Porma, Les Fabulistes latins, Paris, 1896, vol. IV. (2) Etienne de Rourbon, Mss. latinos de
la RN de Paris nQ 15970 (fol. 140), y A. Lecoy de la Marche, Anecdotes histo­
rommage riques, légendes et apologues tirés du recueil inédit d'E. de Bourbon, Dominicain
!Seinfer­ du XIIIe siecle, Paris, 1877. (3) El Libro de los Enxemplos, Biblioteca de autores
ne-XVIIre' españoles (Don Pascual de Gayangos), Madrid, Rivadeneyra, 1860, p. 535
(CCCLXVI).
348 DANIELE DEHOUVE

torre de la iglesia Sto Germain, y le quema todo el cuerpo. Para que segunda mitad del siglc
el maestro se dé cuenta de los dolores del Purgatorio, le pide que ex­ atribuya mayor antigiiel
tienda la mano; entonces el muerto deja caer una gota de sudor sus contemporáneos, qm
que quema y atraviesa la mano de! maestro, causándole un dolor se verificó en tiempos
tremendo. El maestro, al reconocer la vanidad de la filosofía, ingresa siglo.
en un convento de cirtercienses, rezando dos versos:
Linquo coax rani., cra corvi. vanaque vanis, Acerca de la invenci6n
Ad logicam pergo quae mortis non timet ergo. La época en que 54
Es decir: dejo el coax a las ranas, e! era a los cuervos y la vanidad que se inició la creenci~
a los vanidosos, persisto en la lógica que no teme el "ergo" de la Es sabido 7 que la soci
muerte. antes no conocía más q\
El exemplum medieval presenta dos aspectos esenciales que lo el Purgatorio. Tal tran:
vuelven doblemente ejemplar: por una parte desarrolla la superiori­ de las grandes mutado
dad de la vida monástica y, por otra, comprueba la existencia del la esclavitud, desarrollo
Purgatorio; tales problemas se encontraban en e! corazón de las dis­ ámbito social, la invenc
cusiones intelectuales de la época, como se expondrá a continuación. ción profunda de las I

del tiempo y el espacie


No es nuestro pro]
Acerca de la fundación de la Sorbona de tal creencia, sino
exempla empezaron a
En el siglo XII, se abren las primeras escuelas urbanas (que aún torio; el esquema más
no se llaman universidades) con seolares y magistri. El más conocido a un pariente suyo (.
de aquéllos, Pi erre Abélard (1079-1142), deja e! convento y abre en viera después de mm
París una escuela en la que enseña teología, sacando de su labor Cada visión de un al
pecunia (un salario) y laus (gloria), lo que suscita críticas por parte prueba más de la exisl
del medio monaca1.6 En 1136, San Bernardo se opone a las escuelas pulo de Silo tiende, pe
urbanas y lucha para que el monasterio sea la única Schola Christi. padecido por las alma.!
Logra que Abélard sea condenado por e! Concilio de Sens en 1140. mino que pesa y quen
Sin embargo, las escuelas urbanas siguen desarrollándose y, en 1253, Tal exemplum, qu
Robert de Sorban funda el Colegio de la Sorbona; las controversias tenía con los debates
no paran por lo tanto, y el siglo XIII termina con una disputa célebre tiempo, no pudo pasa
a inicios del maestro Siger de Brabant, condenado por herejía en 1276. cambios que vamos a
Queda pues clara la función del exemplum estudiado: el maestro
Sella es uno de los tantos magistri que salieron del medio monacal
para enseñar filosofía en escuelas. El relato termina con su arrepenti­ Las versiones moderna
miento: al igual que Abélard, el maestro se reintegra al convento.
A fines de la Edac
Narración tan cercana a la vida y las preocupaciones de .los clérigos
historiadores, el Disdp
parisienses, el exemPlum tiene su origen en un relato conocido en la
la compilación de Jua
6 Sobre estas cuestiones, ver: Jacques Le Goff, "QuelIe conscience l'Université
médiévale a-t-elle eue d'elle meme?, in Pour un autre Atoyen Age, Paris, Gallimard, '7 Jacques Le Golf, La.
1977, p. 181-197. 6 Juan Gobi, Scala. Ca
EL DIscíPULO DE SILO 349

Jara que segunda mitad del siglo XII. El hecho de que Robert de Sorbon le
que ex­ atribuya mayor antigüedad se explica por la memoria, vigente entre
le sudor sus contemporáneos, que la primera disputa a propósito de las escuelas
m dolor se verificó en tiempos de San Bernardo, es decir a principios de
, ingresa siglo.

Acerca de la invención del Purgat07io

La época en que se llevó a cabo este debate también fue en la


vanidad que se inició la creencia en el Purgatorio, "tercer lugar" del más allá.
" de la Es sabido 7 que la sociedad europea de mediados del siglo XII, que
antes no conocía más que dos lugares: el infierno y la gloria, "inventó"
que lo el Purgatorio. Tal transformación teológica se verificó en el momento
lperiori­ de las grandes mutaciones de la sociedad occidental: desaparición de
leía del la esclavitud, desarrollo del dominio señorial y del feudalismo. En este
las dis­ ámbito social, la invención del Purgatorio representó una transforma­
ión. ción profunda de las estructuras mentales tales como la concepción
del tiempo y el espacio, el individuo, etcétera.
No es nuestro propósito detallar las consecuencias del desarrollo
de tal creencia, sino poner de relieve que para reforzarla, varios
ue aún exempla empezaron a relatar visiones de almas dolientes del Purga­
onocido torio; el esquema más corriente fue el siguiente: una persona pedía
~bre en
a un pariente suyo (aquí excepcionalmente un discípulo) que vol­
1 labor
viera después de muerto a decir en qué "estado" se encontraba.
II' parte
Cada visión de un alma del Purgatorio era presentada como una
::scuelas prueba más de la existencia del tercer lugar. El exemplwm del discí­
Christi. pulo de Silo tiende, por su parte, a comprobar el dolor insoportable
1 1140.
padecido por las almas, en este caso por medio de la capa de perga­
1 1253, mino que pesa y quema.
lversias Tal exemplum J que debió su suceso a la relación estrecha que
célebre tenía con los debates importantes del medio urbano intelectual del
1 1276. tiempo, no pudo pasar a los siglos siguientes sin experimentar varios
naestro cambios que vamos a presentar.
lOnacal
'epenti­ Las versiones modernas
Ilvento.
::lérigos A fines de la Edad Media, en la época llamada Moderna por los
I en la
historiadores, el Discípulo de Silo sigue siendo famoso. En el siglo XIV,
la compilación de Juan Gobi llamada Scala Coeli lo menciona. 8 Más
niversité
Jlimard, 'r Jacques Le Golf, La naissancl'J du Purgatoirl'J, Paris, GaIlimard, 1981, p. 14-27.
8 Juan Gobi, Scala Coeli, 1322-1330.
EL
350 DANIELE DEHOUVE

tarde, 10 encontramos de nuevo en el Speculum Exemplorum, com­ Así el exemplum prosi~


pilación anónima de 1481; por esa vía, el exemPlum llega al siglo XVII: dos del siglo XlI, tomado •
el jesuita Juan Major lo publica en latín en 1603.9 todos los países, "revivido'
De ahí en adelante, los jesuitas del siglo xvn lo traducen al espa­ como prueba de la perman
ñol: el texto 2 (en anexo) es del padre Cristóbal de Vega en una dentales. Sin embargo, la e
obra dada a luz en 1653. Se hubiera podido también presentar el sido la misma. En especial
mismo relato según Alonso de Andrade.lo En ambas versiones, que siglo XVII una versión distin
están basa~as en otra más temprana, no hay ninguna diferencia, excep­
to el pasaje sobre las lágrimas de cocodrilo que sólo se encuentra en Confesión e infierno
Vega.
El texto 3 en náhuatl, fue escrito hacia 1731, y es significativo el El texto 2 (español del
esfuerzo por dar a conocer los exemPla en un número mayor de tinto de los de la Edad M.
lenguas. Silo asiste a la agonía de
Aparte de la filiación clerical que hemos trazado, cabe precisar que y la comunión. Sin emb:
el Discípulo de Silo formaba parte de los conocimientos básicos de cubierto con una capa de :
cualquier hombre culto de la época, como 10 demuestra la anécdota por haberse confesado sir
siguiente: en 1627, Jean Prideaux abandon6 un puesto en la Uni­ experimente los dolores di
versidad de Oxford para volverse obispo de Winchester. En el dis­ la mano. El maestro rec
curso solerime que pronunció en tal ocasión, rezó los dos versos del monje.
maest:o Silo, declarando que era superfluo traducirlos, por ser tan Es claro que en este
conoCIdos. 11 problemas nacidos de la fl
escolástica. Por 10 tanto 1:
Además, se inventaron más ejemplos según el mismo modelo. Tal
fenómeno ha sido notado en otro contexto por J. C. Schmitt a pro­ ya no es de pergamino
,.
poSItO de un re1ato 12 sacado de una leyenda oriental antigua. En fuego. La labor del maes
efecto, a pesar de su antigüedad atestada, se señalaron los lugares como el cuidado del alma
donde el mismo evento se verificó varias veces en el transcurso del mentos en su agonía. Po
la existencia del Purgatol
tiempo. Parece pues que los hombres "reviven" el mismo evento que
Animas que se encargan I
forma parte de su imaginación. Es lo que sucede en el caso del Dis­
cípulo de Silo. En sus Anales de 1590, un polaco cuenta la historia libren y los manden a la
de un monje 13 quien vio el alma de un hermano difunto envuelto En cambio, los jesui
en las llamas del Purgatorio. El padre extendió la mano, recibió aspectos básicos: la confe
una gota de sudor y se murió un año después. u la confesión (asociada a
importante de dirección (
9 Juan Major, Magnum Speculum Exemplorum 1603 Conversio XXVII lib 10 en el Nuevo Mundo. A
(8), in Die conmemorationis animarum, según B. H;uréau,' op. cit. " una penitencia pública. 1
10 Alonso de Andrade, Itinerario Historial que debe guardar el hombre para
ción entre un penitente )
caminar al cielo, Madrid, en la Imprenta Real, 1648, p. 323.
11 B. Hauréau, op. cit., p. 245.
junto con la obligación
12 J. C. Schmitt, Le Saint Lévrier, Guinefort, guérisseur d'enfants depuis le
De aht, encontramos el exemp
xIIIe siecle, Paris, 1979.
cuyos libros salen entre 1686
13 Abrahamus Bzovins (Abraham Browski) Annalium ecclesiasticorum 1590
nQ 26. Es la historia del P. Stanislas Kolcockae. ' , , fines del siglo XIX.
15 Cuarto Concilio de L
14> .Ver !ll; compilación .del jesuita V. J. Hautin, Patrocinium Defunctorum,
( 1) Historia de la Iglesia en
Leoddl, Offlcma Typographica Po Mathiae Hovii, 1664, L. I (6), nQ 309, p. 97.
EL DIscíPULO DE SILO 351

Drum, com­ Así el exemPlum prosiguió una vida propia: inventado a media­
1siglo XVII: dos del siglo XII, tomado en ejemplo por generaciones de fieles de
todos los países, "revivido" por un eclesiástico polaco, se presenta
:en al espa­ como prueba de la permanencia de ciertas estructuras mentales occi­
~ga en una dentales. Sin embargo, la enseñanza sacada del relato no siempre ha
)re.sentar el sido la misma. En especial, los jesuitas españoles han iniciado en el
mones, que siglo XVII una versión distinta.
leía, excep­
lcuentra en
Confesión e infierno
lificativo el El texto 2 (español del siglo XVII) presenta un relato bastante dis­
mayor de tinto de los de la Edad Media, y que puede resumirse así: el maestro
Silo asiste a la agonía de un discípulo suyo, otorgándole la confesión
lI'ecisar que y la comunión. Sin embargo, después de su muerte, le ve entrar
básicos de cubierto con una capa de fuego. El difunto relata que está condenado
It anécdota por haberse confesado sin arrepentimiento, y para que el maestro
tn la Uni­ experimente los dolores del infierno, le echa una gota de sudor en
En el dis­ la mano. El maestro recita los dos versos tradicionales y se hace
versos del monje.
or ser tan Es claro que en este siglo se había olvidado por completo los
problemas nacidos de la fundación de las primeras escuelas seglares de
odelo. Tal escolástica. Por 10 tanto la capa en la que está envuelto el discípulo
titt a pro­ ya no es de pergamino cubierto de sofismas, sino sencillamente de
ltigua. En fuego. La labor del maestro no es tanto la enseñanza de la filosofía
OS lugares como el cuidado del alma de su discípulo al que administra los sacra­
ocurso del mentos en su agonía. Por otra parte, ya no es necesario demostrar
:vento que la existencia del Purgatorio. Numerosas ya son las cofradías de Las
o del Dis­ Ánimas que se encargan de otorgar a sus difuntos "sufragios" que los
la historia libren y los manden a la gloria.
• envuelto En cambio, los jesuitas españoles apoyan su enseñanza en dos
0, recibió aspectos básicos: la confesión y el infierno. En efecto, en el siglo XVI,
la confesión (asociada a la comunión) se ha vuelto el medio más
importante de dirección de conciencias en Europa y de evangelización
[VII, lib. 10 en el Nuevo Mundo. A principios de la cristiandad, la confesión fue
1mbre para una penitencia pública. Poco a poco, tomó la forma de una conversa­
ción entre un penitente y su confesor, llevada a cabo una vez al año,
junto con la obligación de comulgar en Pascuas,15 mientras que los
. dejYuis le
De ahí, encontramos el exemPlum en las obras del jesuita Carlo Gregorio Rosignoli,
rum, 1590, cuyos libros salen entre 1686 y 1722, Y están traducidos en todos los idiomas hasta
fines del siglo XIX.
junctorum, 15 Cuarto Concilio de Letrán en 1215. Sobre el tema de la confesión, ver:
109, p. 97. (1) Historia de la Iglesia en España, dirigido por Ricardo GarcÍa Villoslada, Ma·
2J
352 DANIELE DEHOUVE

confesionarios se volvían cada vez más elaborados; en el Concilio de es decir la muerte que 11
Trento, el sacramento de la penitencia fue examinado entre octubre medad. Se demuestra (
y noviembre de 1551. Como era asunto de polémica con la Reforma, momento sobre cualquie
los padres tuvieron mucho cuidado en definir la penitencia: este De ahí, aunque el f
sacramento instituido para los pecados cometidos después del bautizo (el discípulo se aparece
y administrado por el clero tiene tres fases (la confesión, la contri­ timiento), la enseñanza
ción y la satisfacción) detalladas con mucha precisión, y termina por recurrir frecuentemente ;
la absolución. el día de su muerte. H
De olvidarse un requisito en una fase, la penitencia se vuelve encuentra en un sermón
inválida. Así la confesión debe ser oral, y recordar cada uno de los icuiliuhtoc in temachtilli
pecados mortales y sus circunstancias. Numerosos exemPla están pre­ crito el sermón que hab
sentados a los fieles en apoyo a este precepto. El segundo es la con­ Al comparar la ver
trición, es decir el dolor de haber cometido tales pecados y el pro­ europeas del siglo xm,
pósito de enmienda: 16 como ejemplo, los jesuitas presentan, entre identifica por el nombrl
otros, al Discípulo de Silo. Los pasos siguientes son la satisfacción y el antiguo, en la nam
la absolución, y cada uno contiene, a su vez, sus ejemplos detallando en la Edad Media un !
las ocasiones que los invalidan. de que el muerto sea un
las Américas del siglo
dpulo, por serlo, es jovt'
Muerte repentina Confesión y muerte
El texto 3 (en náhuatl del siglo xvm) presenta, a su vez, una de la evangelización je
adaptación interesante del texto 2. Su sentido general y resumen no crónicas editadas por :
difieren de los que presentamos a propósito de la versión española: de ejemplos al apoyo di
el maestro Silo administra la confesión y la comunión a su discípu­ la labor de los jesuita!
lo, el cual se le aparece después de su muerte, condenado por haberse tanto en su mentalida(
confesado sin contrición. Pero se pone el énfasis en rasgos diferentes; una parte, al hecho de
en primer lugar, el predicador abandona el fin del relato: los episodios agonía: "Es grande el
de la gota de sudor y del ingreso del maestro en un convento. En sacramentos para mon
segundo lugar, desarrolla el hecho de que el discípulo es joven y le crónicas.18 Como ejem¡
añade detalles: además de ser joven, es fuerte y muy rico, y por lo como una imagen volc~
tanto, muy apegado a la vida terrestre; no piensa en Dios ni prepara tina llevada a cabo eIl
su vida eterna. Este pasaje (llamado 2a en anexo) es absolutamente A uno, estando bue:
propio de la versión náhuatl. Está seguido por otro (2b : agonía) , del aposento, donde
también específico, que es una descripción de la "muerte repentina", salía una voz, la Qua
tonca, ocachitonca; I
dríd, Biblioteca de Autores Cristianos, La Editorial Cat6lica, t. III (1). (2) Martine poquito. Y él entend
Azoulai, Les manuels de confession espagnols a l'usage de l'Amérique: les Indiens
~ lcurs confesseurs chrétiens aux xvte et xvme s;ecles, These de Doctorat de Troi­
muncha resignación:
sreme Cycle, París, EHESS, mai 1983. plida en mí su volUl
16 "Contritio es dolor pro peccato voluntane assumptus, cum proposito confi­
tendí et satisfaciendi" (Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua Castellana o 17 Ms. 1461, p. 93.
Española. Primer diccionario de la lengua (1611), Madrid, México, Ed. Tumer, 18 Ver: Felix Zubillag
1984, "contrición", p. 3'53). p. 83.
EL DIScÍPCLO DE SILO 353
Concilio de
es decir la muerte que no se puede prever por razón de edad o enfer­
Itre octubre
medad. Se demuestra que el castigo de Dios puede caer en cada
a. Reforma, momento sobre cualquier hombre, causándole un terror tremendo.
encía: este De alú, aunque el fin del relato sea el mismo que en el texto 2
del bautizo (el discípulo se aparece diciendo que se condenó por falta de arrepen­
• la contri­ timiento), la enseñanza que se desprende es distinta: el fiel debe
ennina por recurrir frecuentemente al sacramento de la penitencia sin dejarlo para
el día de su muerte. Hay que notar, además, que el ejemplo no se
, se vuelve encuentra en un sermón sobre la confesión sino sobre la muerte: ((Nican
uno de los icuiliuhtoc in temachtilli in itechPa tlatoa in miquiztli" (aquí está es­
están pre­ crito el sermón que habla de la muerte).u
es la con­ Al comparar la versión náhuatl del siglo xvm con las versiones
I y el pro­
europeas del siglo xm, aparece que si bien el ejemplo moderno se
~tan, entre
identifica por el nombre del maestro Silo, ya tiene poco que ver con
~facción y el antiguo, en la narración, y en su carácter ejemplar; 10 que era
,detallando en la Edad Media un simple detalle sometido a variaciones (el hecho
de que el muerto sea un colega o un discípulo del maestro) se vuelve en
las Américas del siglo XVllI un elemento esencial: en efecto, el dis­
cípulo, por serlo, es joven, y consecuentemente su muerte es inesperada.
Confesión y muerte son los dos aspectos asociados y primordiales
1 vez, una de la evangelización jesuita en México. Cabe leer cualquiera de sus
crónicas editadas por Zubillaga para encontrarse con un sinnúmero
de ejemplos al apoyo de esta afirmación. La confesión, etapa crítica de
la labor de los jesuitas, está absolutamente asociada con la muerte,
tanto en su mentalidad como en la de los indios. Eso se debe, por
una parte, al hecho de que se administra sistemáticamente durante la
agonía: "Es grande el cuydado que los yndios tienen de recivir los
sacramentos para morirse", escribían muchas veces los padres en sus
crónicas.1B Como ejemplo, basta leer el relato siguiente que aparece
como una imagen volcada del Discípulo de Silo: es una muerte repen­
tina llevada a cabo en la forma debida.
A uno, estando bueno, le pareció, una nocbe, que vía, a una parte
del aposento, donde dormía, una luz muy resplandeciente; y deBas
salía una voz, la qual él oya, que le dezÍa. en su lengua: a ser, ocacbi­
tonca, ocachitonca; que quiere dezir: de aquÍ un poquito, de aquí un
poquito. Y él entendiendo, por esto, lo que se le dezÍa, respondió, con
muncha resignación: del Señor soy; quando él fuere servido, sea cum­
plida en mí su voluntad. Y desde aquella hora, le dio una gran calen­

17 Ms. 1461, p. 93.

1B Ver: Felix Zubillaga, Manumenta Mexicana, Rome, 1956-1973, t. nI, 1586,

p.83.
354 DANIELE DEHOUVE E

tura, y se hizo traer a casa y confessó y comulgó. Y, dentro de ocho bra: por ejemplo "in at]
días, se cumplió en él la voluntad del Señor, que él, en tanto, tenía, y pueblo.
con tanta conformidad speraba. 19 El tercer procedimien'
dos frases complementari
Las consecuencias de la asociación entre confesión y muerte apare­ ejemplo:
cen claramente al recordar las epidemias eontinuas que acosaron la
población, especialmente indígena, durante los tres siglos de coloniza­ e hoquiztli 1)

ción española. Así los jesuitas mexicanos hicieron, al traducir el exem­ el llanto se
plum una labor verdadera de adaptación. Lo mismo se puede decir Ye atl chiel
del uso de la lengua náhuatl, como se va a exponer a continuación. el agua es

Otros autores han d(


EL NÁHUATL DE LOS JESUITAS dos términos situados e
Caen en esta categoría (
La verSlOn náhuatl del Discípulo de Silo fue escrita dos siglos goría de Garibay (en lo
después de la Conquista. Es pues importante descubrir la originalidad segunda: ye atl chichix
del estilo usado. Se destaca un procedimiento bien conocido en náhuatl, sido subrayados). En el
que se llama "paralelismo" o "speaking in pairs". son simples sinónimos c
mera: ohuelcuaiztac, 011
teca, ixayotl pixahui). P
El paralelismo clases de procedimientos
y el difrasismo, sabiendo
El padre Garibay ha resumido este complejo de la manera si­
tenues o discutibles.
guiente: "Es como si el náhuatl no concibiera las cosas sino en forma
binaria. Este dualismo de concepción es de los fenómenos más impor­
tantes de la lengua." .20 Para el análisis, propone distinguir tres pro­ Texto náhuatl
cedimientos: la difusión sinonímica, es decir la repetición de palabras
redundantes, por ser de significación análoga. El ejemplo está sacado Son 14 las ocurrenci
de Sahagún: idénticamente repetida:
1. Huel qualnezqui,
Huehueton ipan mocu.ep, ipan mixeuh, ipan moquixti,
muy fuerte.
ohuelcoliuh, ohuelcuaiztac, omocuaztapon.
2. Huellaxcahua, h
En vicjecillo se tornó, en él se transformó, en él se disfrazó, hacienda.
bien encorvado se hizo, bien de caheza blanca se hizo, 3. In iaxca, in itla
bien de cabeza cana. 4. Amo tetla~ocam
(Traducción de Garibay.) agradecido, no
5. In iteotenemachl
Aquí están dos series de tres sinónimos cada una. los dones divino
Otro procedimiento está llamado "difrasismo" por el padre Gari­ 6. 1 n tlalticpaccayc
bayo Consiste en asociar dos vocablos para expresar una tercera pala­ danas, la rique2
19 Ibid. 21 Aurore Monod-Becqu
20 Ángel María Garibay, op. cit., p. 117. Para la descripción de los procedi­ tribution a l'étude du para
mientos, ver p. 114-117. la Société des Américanistes
EL DIscíPULO DE SILO 355
, de ocho
bra: por ejemplo "in atl in tepetl" (el agua, el cerro) significa el
1, tenía, y
pueblo.
,El tercer procedimiento es el "paralelismo" y consiste en aparear
te apare­ dos frases complementarias generalmente sinónimas. Garibay da en
isaron la ejemplo:
coloniza­
Choquiztli moteca, ixayotl pixahui:
d exem­
el llanto se difunde, las lágrimas gotean.
:de decir Ye atl chichix ye tlacual ChíChix:
iCÍón. el agua es amarga, el alimento es amargo.

Otros autores han definido el paralelismo como "la oposlClOn de


dos términos situados en una estructura idénticamente repetida",21
Caen en esta categoría ciertos ejemplos de la primera y tercera cate­
?S siglos goría de Garibay (en la primera: ohuelcoliuh, ohuelcuaiztac; en la
:inalidad segunda: ye atl chic hix ye tlacual chic hix,. los términos opuestos han
náhuatl, sido subrayados). En cambio, entre los ejemplos de Garibay varios
son simples sinónimos careciendo de estructura idéntica (en la pri­
mera: ohuelcuaiztac, omocuaztapon; en la segunda: choquiztli mo"(
teca, ixayotl pixahui). Proponemos buscar en el Discípulo de Silo tres
clases de procedimientos: la sinonimia con y sin estructura repetida,
nera si­ y el difrasismo, sabiendo que las fronteras entre cada una pueden ser
l forma tenues o discutibles.
Impor­
;es pro­
Texto náhuatl
lalabras
sacado Son 14 las ocurrencias de dos términos situados en una estructura
idénticamente repetida:
1. Huel qualnezqui, huel chicauac (3): De muy buena apariencia,
muy fuerte.
2. Huellaxcahua, huellatquihua (3): De mucha riqueza, de mucha
hacienda.
3. In iaxca, in itlatqui (3): Su riqueza, su hacienda.
4. Amo tetlaflocamatíni, amo quimotlaflocamachitiaya (4): no era
agradecido, no le agradecía.
5. In iteotenemachtin, in iteotetlauhtiltzin (4): Las dádivas divinas,
Gari­
los dones divinos.
~ pala­ 6. In tlalticpaccayotl, in tlalticpacnecuiltonoUi (6): Las cosas mun­
danas, la riqueza terrestre.

21 Amore Monod-Becquelin, "¿ Le sang et le corps, ou le blanc et le noir?" Con­


lrocedi-
tribution a l'étude du parallélisme dans la tradition orale des Maya", Journal de
la Société des Américanistes, 1986, p. 7.33, p. 8.
356 DANIELE DEHOUVE

11. Oquicempouh, o
7. Ca oc hueca catea in imiquíz, ca cc miec cahuitl nemizquia nican
tlalticpac (7): Que estaba lejos aún su muerte, que iba a vivir le dijo.
12. Ixayotica, elcicÜi
aún mucho tiempo aquí en la tierra.
13. Omoyolcuiti, otl,
8. Inemilizqualtiliz, in inemilizyectiliz (8): El mejoramiento de su
vida, la rectificación de su vida.
14. Necico, oquimol
15. Omotlalico, <YtlUJ
9. Oncan in itlamian in inemiliz, oncan in ihuehuetian (8): Al fin
16. Omigahui om011
de su vida, en su vejez.
17. Quilhui quicaqu
10. Cenquizca yoleuhcatzintli cenquizca yolyamancatzintli (10): Un
18. In tleica in tlei.
corazón perfectamente elevado, un corazón perfectamente blando.
19. Nichocaya, nelci
11. Amo o'quaiztac, amo ocaxilti in ihuehuetian (13): No se volvió
cabeza blanca, no completó su vejez.
20. Opoliuhtihuetz,
ya no está don
12. Mauhcamiquia, mauhcafonehuaya (15): Se moría de miedo, se
asustaba de miedo.
13. I? oc qua/can, in oc yeccan (31): Cuando es buen tiempo, es Por fin, se distingue u:
tIempo correcto.
14. ItlatlacolcahuaLoca, in itlatlacoltelchihualoca (31): El dejamiento In itlacaquia in itla
de sus pecados, la abominación de sus pecados.
Se puede concluir
Encontramos una frase en la que la sinonimia se produce junto mientos del náhuatl el
con la repetición de una estructura idéntica: sismo (un solo caso).
mente náhuatl de es1
ca gan nimoyalcocoaya inic niquitta'ya ca ya notelpochtian nicpoloaya conclusi6n, hay que p
in nonemiliz, en el español de la é
ca gan nichocaya inic niquilnamiquia ca in miquiztli nechcahualtiaya (30):
sólo me compadecía al ver que en mi juventud perdía mi vida, Texto espaJñol
sólo lloraba al recordar que la muerte me hacía dejar ...
El texto 2 demue
Los demás casos son grupos de sinónimos sin estructura idéntica, que en náhuatl, el e
es decir, simple "difusión sinonímica", según la tipología de Garibay: expresi6n: en casi too
sin estructura idéntio
1. Cahuitltiaya, quinenpo~oaya, quinenquixtiaya (5): jugaba, perdía conjunción "y":
en balde, desperdiciaba.
2. Quimicoltia)'a, itech huetzia in iyollo (6): codiciaba, caía en su 1. Supo y pudo.
corazón. 2. Confesó y COI
3. Quilnamiquia, quinemiliaya (7): se acordaba, pensaba. 3. Turbóse y asu
4. Tetlapopolhuiani, teicnDÍttani (lO): misericordioso, compasivo. 4. Confesaste y 1
5. Ma in telpochtian, manel no~o inin huehuetian (10): sea en su 5. Dolor y arrep
juventud, o en su vejez. 6. Penas, tormer
6. Oquitlapololti, Qquixquaman, oquiztlacahui (13): le desatinó le 7. Dolores y ton
engañó, le burló. ' 8. Sin sentido y
7. Oquimocotonili, oquimoquixtili (14): reventó, puso fin. 9. Llorar y gem
8. Oyolgotlauh, omomauhti (15): se desmayó, se espantó. 10. Memoria y v
9. Otlanahuati, oquintlatlauhti (16): ordenó, les pidió. 11. Lloran y SuS¡
10. Quimanilican, quimonochilican (16): le expongan, le digan. 12. La vida, el «
EL DIscíPULO DE SILO 357

:quia nican 11. Oquicempouh, oquimocuiti, oquilhui (18): le contó, le confesó,


iba a vivir le dijo.
12. Ixayotica, elcicihuiliztica (19): con lágrimas, con suspiros.
nto de su 13. Omoyolcuiti, otlaceli (19) (22): se confesó, comulgó.
14. N ecico, oquimottitico (24): vino a aparecer, vino a enseñarse.
~): Al fin 15. Omotlalico, omoquetzaco (24): se vino a sentar, se vino a parar.
16. OmU¡ahui omomauhti (25): se asustó, se espantó.
(10): Un 17. Quilhui quicaquiti (26): que diga, que dé a oír.
te blando. 18. In tleica in tleipampa (26): porqué, po!: cuál razón.
se volvió 19. Nichocaya, nelcicihuia (30): lloré, suspiré.
20. Opoliuhtihuetz, aocma campa onez (32): de repente se perdió,
miedo, se ya no está donde apareció.

:iempo, es Por fin, se distingue un caso único de difrasismo:

,ejamiento In itlacaquia i:n itlatoaya: el oído y el habla, es decir la vida (20).

Se puede concluir que el texto sigue utilizando todos los procedi­


Ice junto mientos del náhuatl clásico, aunque se haya reducido mucho el difra­
sismo (un solo caso). Parece saltar a la vista la autenticidad propia­
mente náhuatl de este texto. Sin embargo, antes de llegar a una
icpoloaya conclusión, hay que preguntarse si existían los mismos procedimientos
en el español de la época.
tiaya (30):
da, Texto español
El texto 2 demuestra que en efecto, aunque menos desarrolladas
idéntica, que en náhuatl, el español usaba algunas de estas modalidades de
iaribay: expresión: en casi todos los casos, se trata de la "difusión sinonímica"
sin estructura idéntica; las dos palabras están siempre ligadas por la
il, perdía
conjunción "y":
ía en su 1. Supo y pudo.
2. Confesó y comulgó.
3. Turbóse y asustóse.
•asivo. 4. Confesaste y lloraste.
~a en su 5. Dolor y arrepentimiento.
6. Penas, tormentos y dolor.
atinó, le 7. Dolores y tormentos.
8. Sin sentido y como muerto.
9. Llorar y gemir.
10. Memoria y vista.
11. Lloran y suspiran.
gano 12. La vida, el deleite, la honra, el ser estimado y la hacienda.
358 DANIELE DEHOUVE

Se notan además casos de frases paralelas sin repetición de estruc­


tura idéntica:
1. Los ángeles que le sirven, los santos que le asisten. l. La confesión y la
2. El sentimiento que tuve y las lágrimas que derramé.
Oquicempouh, oqUl
En todo caso, el estilo español difiere mucho del latín que des­ otlaceli (19) (22):
conoce cualquier clase de paralelismo.
Para proseguir la comparación entre el español y el náhuatl, hay Estas dos asociaciones
que investigar el significado de las palabras y frases paralelas. ¿Cuáles inventado en las prim
son los campos semánticos cubiertos por los pares en ambos idiomas? tradición ya bien esta
siglos, los confesores u
que, por lo tanto, esti
LOS CAMPOS SEMÁNTICOS mos notar algún em)
palabra yolmelahua (
Texto español
Ixayotica, elcicihuil
En el texto español, la mayoría de las palabras asociadas se refieren
al dolor de la contrición (confesaste y lloraste, dolor y arrepentimiento, El dolor de la contrici
llorar y gemir, lloran y suspiran), otras al dolor del castigo eterno bras estereotípicas de~
(penas, tormentos y dolores, dolores y tormentos), y una al espanto tir que corresponden
(turbóse y asustóse). Aparece, en consecuencia, que tal procedimiento texto español (llorar
estilístico está destinado, en el texto español, a poner el énfasis en dos en consecuencia, que
sentimientos humanos, el dolor y el espanto, presentes en la teología: española que los ec:
en efecto, ya hemos demostrado anteriormente que el sacramento de la medio de un paraleh:
penitc;ncia desde el Concilio de Trento depende de la contrición (es
decir del dolor), mientras que el infierno causa dolor y espanto. 1n tlatlacolcahualo<
Otras asociaciones de palabras tienen un aspecto teológico: "la
vida, el deleite, la honra, el ser estimado y la hacienda" contiene sólo Aquí está, en cambio,
dos sinónimos; en realidad, es una síntesis de lo que los eclesiásticos existen en el Confesio
de la época llaman "los bienes terrestres". "Confesó y comulgó" es para explicitar el sen
una asociación de dos términos no sinónimos sino ligados en la doc­ cados" (tlatlacolcahu
trina cristiana. a pecar"), y "la ab<
Sólo tres asociaciones de palabras no caen en la categoría "teo­ española es la traduc
lógica": "supo y pudo, memoria y vista, sin sentido y como muerto". ficaba en efecto "la <
Se puede decir que tienen una función simplemente narrativa.
22 Ver: Alonso de lv
impr., réimpr. f~c~imilar,
Texto náhuatl 23 TicchoqUlcltoz yn
liztica yntictenehuaz: Di
Al analizar el texto náhuatl, vamos a seguir el modelo puesto en suspiros los declararán, ii
de tales asociaciones de
evidencia con el texto español y distinguir dos conjuntos de pares: Sahagún (por ejemplo 1
las que se refieren a conceptos teológicos, y las que sirven en la et ti la littérature azteq
descripción. (íbid., p. 64 [245]).
EL DIscíPULO DE SILO 359

e estruc­
LOS CONCEPTOS TEOLÓGICOS

L La confesión y la contrición

Oquicempouh, oquimocuiti, oquilhui (18), omoyolcuiti,


¡ue des­
otlaceli (19) (22):
atl, hay Estas dos asociaciones tienen su origen en el vocabulario eclesiástico
¿Cuáles inventado en las primeras décadas de la Conquista. Pertenecen a una
nas?
tradición ya bien establecida a fines del siglo XVITI: desde hace dos
siglos, los confesores utilizan confesionarios basados en este vocabulario
que, por lo tanto, está también difundido entre los indios. Sólo pode­
mos notar algún empobrecimiento del corpus, con el desuso de la
palabra yolmelahua (que también significa "confesar")}2

refieren Ixayotica, elcicihuiliztica (19), nichocaya, nelcicihuia (30):


miento,
eterno El dolor de la contrición, por igual, está expresado por medio de pala­
espanto bras estereotípicas desde el Confesionario de Molina. 23 Hay que adver­
¡miento tir que corresponden exactamente a las asociaciones presentes en el
en dos texto español (llorar y gemir, llorar y suspirar). Se puede concluir,
ología: en consecuencia, que se trata de un aspecto primordial de la teología
o de la española que los eclesiásticos trataron de expresar en náhuatl por
Ión (es medio de un paralelismo calcado sobre el español.
:O.
o: "la In tlatlacolcahualoca, in tlatlacoltelchihualoca (31):
De sólo
iásticos Aquí está, en cambio, una innovación de los jesuitas. Tales palabras no
gó" es existen en el Confesionario de Molina. Parecen ser invenciones tardías
para explicitar el sentido de la contrición: "el dejamiento de los pe­
a doc­
cados" (tlatlacolcahualoca, es decir "la firme propuesta de no volver
, "teo­ a pecar"), y "la abominación de los pecados". Esa última expresión
lerto" . española es la traducción literal del latín detestatio; tal palabra signi­
ficaba en efecto "la acción de tomar a los dioses como testigos (maldi­

22 Ver: Alonso de Malina, Confesionario mayor, México, Antonio de Espinosa,


impr., réimpr. facsimilar, UNAM, 1984.
23 Ticchoquicitoz yn motlatlacol, yromixayotica, mochoquiztica, yhua elcicihui­
liztica yntictenehuaz: Dirás llorando tus pecados, COn lágrimas, con llanto y con
sto en suspiros los declararán, ibid, p. 15. No está aquí el lugar de examinar la formación
lares: de tales asociaciones de palabras en el siglo XVI. Notemos sólo su presencia ya en
en la Sahagún (por ejemplo L. VI (24-25), in Michel Launey, Introduction a la langue
et a la littérature azteque, París, L'Harmattan, 1980, t. n, p. 88 (87) Y Olmos
(ibid., p. 64 [245]).
360 DANIELE DEHOUVE

ción, imprecaclon, execración)", y además "renunciación solemne, ser estimado y la 1


abjuración". Correspondía a un concepto jurídico de la Roma antigua: primeros son cadm
la detestatio sacrorum era la renunciaci6n solemne a los ritos sagrados y se deben merecer
de la gens a la cual se pertenecía antes de una adopción. 24 El concepto en el náhuatl las .
es menos claro en español, en el que se expresa por una serie de verbos Precisamente Saha
careciendo de sentido )'urídico preciso: abominar, maldecir, aborrecer, necuiltonoUi-tlalticp.
huir, ofenderse,25 En las primeras décadas de la Conquista, los es­ nos, dijo Quetzalc6
pañoles buscaron en el náhuatl palabras que expresaran tal idea. tros bienes, nuestras
Encontraron telchiua (de telchitl). El primer sentido de la palabra de tales bienes: las
parece ser: "hacer burla de".26 Sin embargo, Molina ya da otro sen­ resante aún, preser
tido (menospreciar, abominar a otro) 21 que hace hincapié en la labor mujer embarazada
más tardía de los jesuitas: así es que el verbo termina en el siglo xvm cosas del mundo" I
expresando la noción teológica de detestatio de los pecados. ejemplos que el n:
todo 10 que formal:
tento, la reproducc]
2, El espanto Muy distinto es el
OyolfotltIlUh, cm/iOmauhti, mauhcamiquia, mauhcafonehuaya (15) suita: aquí los bien
omifahui, omomauhti (25). textos españoles se
El vocabulario jesuita del espanto ha sido analizado en otro artículo siguientes: "bienes
mío.28 Aquí también comprende el par común en Sahagún y Olmos temporales, riquezas
(mauhtia, izahuia),29 así como palabras compuestas con miqui (morir) opuestas a: "b'lene¡
y zotla~a (desmayarse). Hay que advertir que tales asociaciones, aun­ más, estamos en pl
que eXistentes ya en el siglo XVI, presentan la particularidad de corres­ el español.
ponder exac~amente a la asociación española: "turb6se y asustóse". I-Iuelqualnezqui,
Es un ejemplo más de un paralelismo calcado en el español.
Este par ("de buen
3. Los bienes terrestres asociación típica de

In tlalticpacnecuitcmolli, intlalticpacc~otl (6) (30), huallaxcahua,


huellatquihua, in axca, in tlatqui (3). 4, Lo bueno y lo 1

In inemilizqualti
El concepto español de "bienes terrestres" que da lugar en el texto 2
yeccan (13).
a una larga asociación de palabras (la vida, el deleite, 10 honra, el
24Según Gellius, filólogo del siglo II. La asociación de 1
25Ver: Sebastián de Covarrubias, op. cit., abominar, p. 29. tempranos del siglc
, ~ Alonso de Molina, Vocabula~o náhuatl-castellano, castellano-náhuatl (1571),
MexICO! ed.. C~lofón, 196?, :rlatelchlhualli: escarnecido, y reprochado o reprobado;
(las casas, los obje
tlatelchihuahzth: escarnecuruento o reproche. En S. de Covarrubias (op. cit.) vemos
3{1 In paquiliztli, in
la definición de escarnecer: "hazer burla del próximo que está en la miseria que
puede tenerlo sin culpa, y como está en él, pudiera estar en mi ... " La misma' idea cit., t. u, p. 200 (57).
31 Ibid., n, 224 (7
se encuentra en Olmos (in M. Launey, n, p. 30-33 [92, 96]).
82 Ibid., IX, 132 (1
27 Alonso de Molina (Diccionario, op. cit.), ver: telcMua.
33 A, de Andrade,
28 Daníele Dehouve, "La chasse infernale du Seigneur du Nevers", op. cit.
34 Ibid, p. 211.
29 In Michel Launey, op. cit., t. n, p. 30 y 374-375.
EL DIscíPULO DE SILO 361

¡solemne, ser estimado y la hacienda) se opone a los "bienes espirituales". Los


i antigua: primeros son caducos, y se deben rechazar; los segundos son eternos
s sagrados y se deben merecer. Tal es la razón que llevó a los españoles a buscar
1 concepto en el náhuatl las palabras que les permitirían expresar el concepto.
de verbos Precisamente Sahagún usa frecuentemente dos pares: axca-tlatqui,
aborrecer, necuiltonolli-tlalticpacayotl, muchas veces asociados unos a otros. Vámo­
:a, los es· nos, dijo Quetzalcóatl, y escondan "la alegría, la riqueza, todos nues­
tal idea. tros bienes, nuestras posesiones".8o En otro lugar se detalla el contenido
a palabra de tales bienes: las casas, las tierras, la ciudad.s1 Un texto, más inte­
otro sen· resante aún, presenta un discurso en que los viejos aconsejan a la
11 la labor mujer embarazada y a su marido "que se abstengan de conocer las
siglo XVIII cosas del mundo" (es decir las relaciones sexuales) .32 Resalta de estos
ejemplos que el náhuatl clásico utilizaba estos pares para designar
todo lo que formaba parte de la vida humana: la habitación, el sus­
tento, la reproducción, o dicho de otro modo, la condición humana.
Muy distinto es el sentido que toman estos pares en la literatura je­
(15) suita: aquí los bienes terrestres se conciben de modo negativo. En los
textos españoles se encuentran, frecuentemente asociadas, las palabras
) artículo siguientes: "bienes deste mundo, riquezas y bienes temporales, bienes
yOImos temporales, riquezas y honras temporales, bienes caducos de la tierra",
i (morir) opuestas a: "bienes espirituales, bienes eternos del cielo" }l8 U na vez
nes, aun­ más, estamos en presencia de un paralelismo náhuatl calcado sobre
le corres­ el español.
!lSustóse".
tI. Huelqualnezqui, huelchicauac (3).

Este par ("de buena apariencia, fuerte") corresponde también a una


asociación típica de los textos españoles: "bueno, sano y con fuerzas" .34
laxcahua,
4. Lo bueno y lo recto
1texto 2 In inemil'izqualtiliz, in inemilizyectiliz (8), tn oc qualcan, m oc
IOnra, el yeccan (13).

La aSociación de las palabras cuallí-yectli es corriente en los textos


:1 (1571), tempranos del siglo XVI. En aquel entonces, designaba cosas bonitas
eprobado; (las casas, los objetos hechos por los toltecas, por ejemplo) o prove­
~.) vemos
¡ería, que so In paquiliztli, in necuiltonolli, in ixquich taxca, totlatqui, in M. Launey, op.
¡sma idea cit., t.1I, p. 200 (57).
31 Ibid., II, 224 (71).
32 Ibid., II, 132 (107) .
. cit. 3S A. de Andrade, op. cit., p. 216, 316, 321, 322, 325.
34 [bid, p. 211.
362 DANIELE DEHOUVE

chosas para el hombre (las hierbas medicinales). 35 Ambos parecen 2. Consideraciones


tener el sentido de "bueno" y así es como Molina los traduce. Más
tarde, su traducción evoluciona a fin de expresar la asociación espa­ Quilnamiquia) q,
ñola 'bueno y recto" y adquirir un carácter moral. Esto es un caso
más de evolución semántica debido a la influencia del paralelismo La asociación signi
español. española: "consideI
Sin embargo, e
alguna libertad, y 1
5. La misericordia de Dios
sentar dos ejemplos
Cenquizca yoleuhcatzintli, cenquizca yolyamancatzintli, tetlapopolhuianiJ
teicnoittani (10). 1. La aparición
Las dos asociaciones toman su origen en un concepto teológico 36 que
encontramos de nuevo en el par español: "benigno y misericordioso". 31 N ecico oquimott
J

Parece que las cuatro palabras usadas por los jesuitas son el resultado
Se destaca el heche
de una busca lingüística posterior al siglo XVI.
discípulo difunto. E
No vamos a revisar todos los pares del texto 3; los ejemplos arriba
rece. Todos los verl
expuestos demuestran que gran parte del paralelismo náhuatl toma su
jungación gerundiva
origen en el deseo de los padres de expresar nociones teológicas de im­
la asociación de los
portancia, exactamente como es el caso en su literatura en español.
en la que la proxirr
Además, gran parte de las asociaciones tienen homólogas en español.
duce el sentido. El
, en español.
LA NARRACION

El paralelismo utilizado para dar cuenta de sucesos del relato es 2. La cabeza blane
un poco distinto. Por una parte, se distinguen pares que provienen
Amo ocuaiztac) ,
de la mera traducción de asociaciones españolas. Presentaremos dos
ejemplos de ellos. Las metáforas de la
cabello blanco, Ilegal
1. La memona y la vista son pares corrientes
expresión usada por
Inic niquíttaya... inic niquilnamiquia (30). alguna del español.
Tal par significa: "al ver, al recordar". Se trata de la misma asocia­ Sin embargo, a 1
ción en el español: "la memoria y la vista" (texto 2) que, aquÍ tam­ que parecen deber F
bién, parece influenciar el náhuatl. el contrario marcad!
esta presentación del
35 "Mochi cualli, mochi yectli, mochi mimati, mochi mahuiztic", in M. Launey,
un aspecto muy el
op. cit., n, 214 (10); "in catle cualli, in catle yectli, in catle tlazotli", ibid., n,
218 (32).
36 Alonso de Molina (Confesionario, op. cit.), yntoteyocoxcatzin, yn totetlao­
38 [bid., p. 325.
colilicatzin Dios (p. 8), trad. por: nuestro criador, bienhechor y piadoso señor 39 Horacio Carochi
Dios. 40 In tzoniztaque, i

31 Alonso de Andrade, op. cit.) p. 327. (27); tzoniztlaxtihui, e


EL DIscíPULO DE SILO 363
,i
I parecen 2. Consideraciones y acuerdos
~ce. Más
!ón espa­
Quilnamiqttia, quinemilia (7).
fun caso
¡ralelismo La asociación significa "se acordaba, pensaba", y recuerda la copla
española: "consideras y acuerdas". 38
Sin embargo, en otros casos, el texto náhuatl parece conservar
alguna libertad, y no depender de nociones españolas. Vamos a pre­
sentar dos ejemplos.
folhuiani,
1. La aparición
;0 36 que
dioso".37 Necico, oquimottitico, ixpan omotlalico, omoquetzaco (24).
:esultado
Se destaca el hecho de que en español, el maestro "ve" entrar a su
/S arriba discípulo difunto. En cambio, en náhuatl, el difunto es quien se apa­
~oma su rece. Todos los verbos corresponden a lo que Carochi llama la "con­
f de im­ jungación gerundiva de venir" (con el sufijo 00); 39 es notable también
~pañol. la asociación de los verbos motlalía. (sentarse) y moquetza (pararse)
!ñol. en la que la proximidad de dos palabras aparentemente opuestas pro­
duce el sentido. El procedimiento es propio del náhuatl y desconocido
en españoL

elato es 2. La cabeza blanca.


ovienen
~os dos Amo ocuaiztac, amo ocaxilti in ihuehuetian (13).

Las metáforas de la vejez son clásicas: "los de cabeza blanca, los de


cabello blanco, llegar a la edad de la cabeza blanca, del cabello blanco",
son pares corrientes en Sahagún 40 que parecieran ser el origen de la
expresión usada por los jesuitas, sin que se pueda demostrar influencia
alguna del español.
asocia­ Sin embargo, a pesar de tales expresiones generalmente descriptivas,
tí tam- que parecen deber poco a los jesuitas, la mayor parte del texto está por
el contrario marcado por la mentalidad eclesiástica europea. Al finalizar
esta presentación del paralelismo en náhuatl, que a primera vista ofrecía
Launey,
bid., II, un aspecto muy clásico, podemos concluir diciendo que existe una

otetlao­ 38 ¡bid., p. 325.


) señor 39 Horado Carochi, Arte de la lengua mexicana, México, 1645, p. 428-429.
40 In tzoniztaque, in cuaiztaque (M. Launey, II, 4, (16); 7, (4); 80, (45); 76,
(27); tzoniztlaxtihui, cuaiztaxtihui (ibid., 232, 126).
364 DANIELE DEHOUVE

asombrosa semejanza entre el empleo y la finalidad de los pares en


los textos jesuitas españoles y náhuatl.

CONCLUSIÓN

Para analizar la versión náhuatl del exemplum del Discípulo de Silo,


se debe empezar por explorar los métodos y las metas de los jesuitas
mexicanos. Por una parte, ellos quisieron ser los herederos de la tra­
dición medieval de los exempla: utilizaron estos relatos como lo habían
hecho sus antecesores, traduciéndolos y transformándolos según las nece­
sidades del momento. Por otra parte, popularizaron los grandes temas
teológicos de su tiempo, en este caso la confesión. Al adaptar el Dis­
cípulo de Silo a la evangelización de los indios, los jesuitas se apoyaron,
más aún que en el Viejo Mundo, en el temor de la muerte repentina,
que describieron copiosamente.
Es más sorprendente descubrir que la llave del análisis del texto
náhuatl propiamente dicho también se encuentra en la mentalidad y
en la literatura jesuitas. Examinar el paralelismo náhuatl, no a la luz
de esta lengua, sino a la luz de los textos españoles jesuitas, lleva a
entender el tipo de labor lingüístico que realizaron los eclesiásticos sobre
el idioma. En vez de evangelizar a los indígenas en español, utilizaron
su lengua, transformándola desde un punto de vista europeo. Con los
textos jesuitas, estamos lejos de la Conquista, en el seno de una tra­
dición clerical ya bien establecida que otorgó a los predicadores una
libertad que no tuvieron los primeros evangelizadores. Facilitando por
esa razón, nuestro trabajo de análisis quizás podrá llevar a leer con
otros ojos ciertos textos de Sahagún y Olmos, en los que, tal vez, se po­
drán reconocer en germen las mismas obsesiones teológicas.
En todo caso, el examen de este exemplum a la luz de cinco siglos
de evolución de la Iglesia católica demuestra el peso de la historia
en la literatura edificante en náhuatl. Hasta el momento inédita, ésta
puede ayudar a describir las transformaciones que han afectado las con­
cepciones precortesianas después de la Conquista y que dieron lugar
al sincretismo actual de las culturas indígenas.
pares en

de Silo,
jesuitas
e la tra­
habían

ANEXO

i
~el texto
taJidad y
:a la luz
I lleva a
cas sobre
,tilizaron
Con los
una tra­
)fes una
ndo por
leer con
~, se po­

ca siglos
lústoria
ita, ésta
las con­
n lugar
366 DANIELE DEHOUVE E

Texto 1 Texto 1, traducción


J. de Vitry (Crane) XXXI (f" 32 rO). J. de Vitry (Crane) XXXI

1/ origen 1/ origen
(1) Similiter et Parisius accidit. ( 1 ) Por igual, ocurrió en
2/ muerte 2/ muerte
(2) quod quidam discipulus post mortem. (2) que cierto discípulo,

3/ aparición 3/ aparición
(3) que se le apareció dI
(3) magistro suo de die apparuit, qui indutus videbatur cappa ex parga­
pergamino escrito con letr~
meno minutis litteris conscipta.
4/ diálogo 4/ diálogo
(4) Entonces, el maestro
(4) Cumque magíster Sella, sic elllm magister vocabatur,
4a significado de la capa
4a significado de la capa (5) le preguntó al discípI
(5) a discipulo quereret quid cappa ¡lla et littere sibi vellent,
4b sofismas que pesan
4b sofismas que pesan (6) contestó: "cualquiera
(6) respondit: "quelibet harum litterarum magis me gravat pondere suo el cuello la torre de esta il
quam si turrem hujus ecc1esie super collum portarem", ostensa sibi ecc1esia París, en cuyo atrio se le ;
Sancti Germani Parisiensis in cujus patro discipulus ejus apparuit illi. (7) "Estas letras, dijo, so
(7) "Hec", inquit, "littere sunt sophysmata et curiositates in quibus dies que perdí mis días".
meos consumpsi".
4c la gota de sudor como
4c la gota de sudor como prueba (8) Y añadió: "no te p<
(8) et addidit: "non possem tibi exprimere quanto ardore crucior sub de esta capa, sino por um
hac cappa sed per unas guttam sudoris aliquo modo possem tibi osten­ enseñar".
dere". 5/ la gota de sudor
5 / la gota de sudor (9) Cuando el maestro
sudor, su mano está horal
(9) Cumque magister extenderet palmam ut sudoris exciperet guttam,
perforata est manu ejus a fervente gutta velus acutissima sagitta. agudísima.

6/ el claustro 6/ el claustro
( 10) Poco después, este I
(10) Mox ille magister scolas logice reliquit et ad ordinem Cystercientium el Orden de los Cistercios,
se transferens ait: "Linquo coax ranis, cra corvis, vanaque vanis, ad vos, la vanidad a los vanic
logícam pergo que mortis non timet ergo". de la muerte".
7/ testimonio visual 7 / testimonio visual
(11) Quamdiu autem in ordine vixit manum perforatam habuit et usque (11) Tanto tiempo como
ad tempora nostra, dum Parisius essemus in scolis vixit manus sua foramen hasta nuestros tiempos, cu
cunctis ostendens. enseñando el agujero de SI
EL DISCÍPULO DE SILO 367

Texto 1> traducción


J. de Vitry (Crane) XXXI W 32 rO).
1/ origen
( 1) Por igual, ocurrió en París.
2/ muerte
(2) que cierto discípulo, después de su muerte,
3/ aparición
ex parga­ (3) que se le apareció de día a su maestro, cubierto con una capa de
pergamino escrito con letras pequeñas.
4/ diálogo
(4) Entonces, el maestro Sella, pues así se llamaba el maestro,
4a significado de la capa
(5) le preguntó al discípulo lo que esta capa y sus letras significaban;
4b sofismas que pesan
(6) contestó: "cualquiera de estas letras me pesa más que si cargaría en
¡ndere suo el cuello la torre de esta iglesia", enseñando la iglesia de San Germán de
bi ecclesia París, en cuyo atrio se le apareció el discípulo suyo.
ít illi. (7) "Estas letras, dijo, son los sofismas y las investigaciones vanas en los
uibus dies que perdí mis días".
4c la gota de sudor como prueba
(8) y añadió: "no te podré expresar cual ardor estoy sufriendo debajo
:ucior sub de esta capa, sino por unas gotas de sudor, de algún modo, te lo podré
~bi osten­ enseñar".
5/ la gota de sudor
(9) Cuando el maestro extendió su palma para recibir una gota de
:t guttam, sudor, su mano está horadada por una gota hirviente como una lanza
a. agudísima.
6/ el claustro
(10) Poco después, este maestro dejó la escuela de lógica y, entrando en
~cientium
el Orden de los Cistercios, dijo: "dejo el coa a las ranas, el cra a los cuer­
vanis, ad
vos, la vanidad a los vanidosos, persisto en la lógica que no teme el ergo
de la muerte".
7/ testimonio visual
: et usque (11) Tanto tiempo como vivió en el orden, tuvo la mano horadada, y
L foramen
hasta nuestros tiempos, cuando estuvimos en las escuelas de París, vivió
enseñando el agujero de su mano.
24
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
EL DIscíPULO DE SILO 369

Texto 2

Padre Cristóbal de Vega: casos raros de la confesión, p. 84-86.

Historia de un estudiante que se condenó por falta de este propósito firme.

1/ origen

Cuenta fray Bemardino de Bustos, cap. spec. exempl.,

2/ muerte

que hubo en París un estudiante muy estimado de su maestro el maestro

Silo, el cual murió en la flor de su edad, dejando lastimadísimo á su

maestro, que le ayudó en aquel trance cuanto supo y pudo. Confesó

y comulgó con abundancia de lágrimas, dejando grandes prendas de su

salvación al maestro. el cual oraba por él para que saliese brevemente

del purgatorio: deseaba por estremo saber la suerte que le habia ca­

bido, y qué grados de gloria le habia dado Nuestro Señor.

3/ aparición

3a circunstancias

Pero no fué como él pensaba: porque estando solo

3b aparición propiamente dicha

le víó entrar por su aposento, cubierto con una gran capa ó manto

de fuego, dando lastimosisimos gemidos. Turbóse y asustóse el maestro

Silo con su vista, y estuvo suspenso;

4/ diálogo

4a ¿quién eres?

hasta que preguntándole quién era,

4b tu discípulo

respondió: yo soy el infeliz de tu discípulo.

4c ¿dónde estás?

¿ Que suerte, replicó el maestro, te ha cabido?

4d maldición

Entónces dijo con espantosas voces: ¿Qué me preguntas de mi suerte?

Maldito sea yo, el día en que nací, en que me bauticé y en que te conocí,

y maldito sea Dios que tal castigo me ha dado, condenándome para

siempre al infierno. Malditos sean los ángeles que le sirven, los santos que

le asisten, y cuantos le alaban en el cielo y en la tierra.

4e ¿y tu confesión?

Instó el maestro: ¿ pues cómo? ¿ no confesaste y lloraste tus pecados?

370 DANIELE DEHOUVE

4f falta de arrepentimiento
7/ otro ejemplo
Sí los confesé, dijo, pero no con dolor y arrepentimiento de ellos, ni
Confesóse este desdich¡
con propósito de dejarlos; porque el sentimiento que tuve y las lágri­
lágrimas de cocodrilo.
mas que derramé en el trance de mi muerte no fuéron por mis
este animal, que si enn
pecados sino por ver que se me acababa la vida, y perdia los bienes
ser muy amigo de la c:
de ella y la esperanza de gozarlos. Y quiero que sepas que á la hora de
la calavera entre sus t
la muerte mal se apareja el que lo deja para entónces. O maestro,
llora de ver que no 11
añadió, ¡si supieses los tormentos que padezco con esta infernal capa!
mirase este animal. y lt
Que me pesa más que la más alta torre de París: si lo supieran los
se podria pensar que 11
hombres no pecaran: porque te hago saber que si todas cuantas penas,
bre, y le pareciera qm
tormentos y dolores ha habido en el mundo después que se fundó,
aun entre las bestias e
se amontonaran en uno, no pesaran tanto, ni fueran tan acerbos de
crueldad, de ver que
sufrír, como sola una hora los dolores y tormentos que yo padezco;
lágrimas de algunos a.]
a Dios toman un cruClf
4g la gota de sudor como prueba
me Dios, dicen los qu
y porque esperimentes el menor de cuantos me afligen, estiende la mano, y
¡ Qué lágrimas! Pero a1
aparta una pequeña gota de mi sudor.
lloraba sino de ver qut
5/ la gota de sudor
estimado, y la hadenru
en que si estos cobran
5a su efecto
señal o sospecha que
Estendióla el maestro, y echóle el discípulo del sudor del rostro, y fué
verdadero.
como una bala encendida que le pasó la mano de parte á parte, con tan

vehemente dolor, que perdió los sentidos, y cayó en el suelo medio muerto.

5b desaparición del discípulo

El discípulo desapareció con tremendo ruido, causado por los demonios,

que le volvían al infierno:

5c estado de Silo

y el maestro Silo fué hallado de los suyos tendido en el suelo, la mano

horadada, sin sentido, y como muerto: lleváronle a la cama, diéronle

algunos remedios, con que volvió en su acuerdo.

6/ el claustro

Fue al aula, contó á sus discípulos lo que le había pasado, atestiguando

la verdad con la herida de la mano, y exhortándolos a dejar el mundo,

y escarmentar en cabeza agena. Despidióse de ellos diciéndoles aquellos

dos versos:

Linquo coax ranis, eras oorvis, vanaque vanis,


Ad logicam pergo, quae mortis non Jimet ergo.
Yo dejo el mundo, y me recojo al seguro puerto de la religión; como me
habeis seguido en la vanidad, tomad mi ejemplo, y seguidme por la es­
trecha senda que lleva al cielo. Él se hizo monge, y algunos le siguieron,
y otros se quedáron en el siglo, de quien no se vió fin alguno bueno.
EL DIscíPULO DE SILO 371

7/ otro ejemplo
de ellos, ni Confesóse este desdichado derramando muchas lágrimas, pero fueron
I y las lágri­ lágrimas de cocodrilo. Es cosa rara lo que cuentan los naturalistas de
~:m por mis
este animal, que si encuentra á un hombre le despedaza y le come, por
a los bienes ser muy amigo de la carne humana, y en acabándole de comer, toma
á la hora de la calavera entre sus uñas, y se pone á llorar y gemir: y dicen que
O maestro, llora de ver que no le queda carne que comer ¡Bravo caso! Quien
fernal capa! mirase este animal, y le viese con una calavera llorando, sin duda que
~upieran los
se podría pensar que lloraba de lástima de háber muerto aquel hom­
~ntas penas, bre, y le pareciera que la memoria y vista de la muerte y calavera,
e se fundó, aun entre las bestias enternece: pero él no llora de lástima, sino de
acerbos de crueldad, de ver que no tiene mas carne que comer, Estas son las
padezco; lágrimas de algunos a la hora de la muerte, cuando hartos de ofender
a Dios toman un crucifijo en las manos, y lloran y suspiran. ¡O Válga­
~ la mano, y me Dios, dicen los que lo ven, qué buena muerte ha hecho fulanol
¡Qué lágrimas! Pero ay que temo que eran lágrimas de cocodrilo, no
lloraba sino de ver que se acababa la vida, el deleite, la honra, el ser
estimado, y la hacienda, y no de dolor de sus pecados; y se ve ser así,
en que si estos cobran salud vuelven otra vez á sus malas costumbres;
señal o sospecha que aquella penitencia y aquel propósito no es
~stro, y fué verdadero.
rte, con tan
Idio muerto.
!

s demonios,

b, la mano
a, diéronle

~stiguando
el mundo,
es aquellos

: como me
por la es­
, siguieron,
tueno.
372 DANIELE DEHOUVE

Texto 3, traducción Texto 3


Ms. 1481, p. 103.
Ms. 1481, p. 103. Traducción.
1/ origen
1/ origen ( 1 ) Ca ipan inemilitzin.
( 1) Sobre la vida de un joven de corazón recto, se cuenta este ejemplo mopoa inin tetzauh maco
espantoso. 2/ muerte
2/ muerte 2a circunstancias
2a circunstancias (2) Ca cetzin tlamatili
quipiaya in ce in itlroru
(2) un maestro de sabiduría gran sabio llamado Silo tenía un discípulo
(3) auh in yehuatl ini
que era joven: ihuan huellaxcahua, hu
(3) Y él, este joven, era de muy buena apariencia, muy fuerte y de (4 ) tel yece amo tet
mucha riqueza y mucha hazienda, su riqueza, su hazienda era mucha: toteotzinin izquitlaman1
(4) pero no era agradecido, no le agradecía a Dios todas las clases oquimotlaocolilica:
de dádivas divinas, de dones divinos que se le había otorgado: (5) ye tlatlacolpan n:
(5) vivía en el pecado, jugaba, perdía en balde, desperdiciaba su vida tiaya in itlalticpacneml
terrestre en el pecado: (6) ca r;an qui~icolti¡
in tlalticpacnecudtonol
(6) su corazón codiciaba, caían en él las cosas mundanas, la riqueza
terrestre, (7) r;a yuh pachiuhtic:
bueca catea in imiquiz,
(7) y así se alegraba su corazón, se acordaba, pensaba que estaba lejos
(8) quihuehuecatlar;a~
aun su muerte, que iba a vivir aun mucho tiempo aquí en la tierra,
quimolhuiaya. ca oncal
(8) arrojaba lejos el mejoramiento de su vida, la rectificación de su moyolcuepazquia;
vida, diciendo en sí mismo que al fin de su vida, en su vejez, se arre­
(9) ca ic momaquixti:
pentiría;
ixquich nepapan in itla
(9) así se salvaría, pues Dios le perdonaría todos sus pecadps, (10) yeica ca cenquizl
(10) porque, con un corazón perfectamente elevado, un corazón pero yehuatzin inie cenca te
fectamente blando, él, siendo tan misericordioso, compasivo, recibe con tlacoanime quimmopa(
gusto a todos los pecadores cuando se arrepienten, sea en su juventud, maneI nor;o inin hueh
sea en su vejez: (11 ) ca yuh mononot
(11) así se hablaba este joven pecador: 2b agonía
2/ agonía (12) tel yece huel OCI
(12) sin embargo, le pasó una cosa muy distinta: (13) ca momonomat
tlacahui in itlalnamiq
(13) por su propria mano se desatinó. su pensamiento le desatinó. le huetian;
engañó, le burló, pues no se volvió cabeza blanca, no acompletó su
(14) ca r;an huel in
vejez;
quixtili in itlalticpacI!
( 14) todavía en su juventud, Dios reventó, puso fin a su vida te­
rrestre. * De icoltia: codiciar
EL DIscíPULO DE SILO 373

Texto 3
Ms. 1481, p. 103.
1/ origen
(1) Ca ipan inemilitzin in yeeyoleeatzintli telpoehtzintli itoeatzin Omasta
~te ejemplo mopoa inin tetzauh maehiotl neixeuitilli:
2/ muerte
2a circunstancias
(2) Ca cetzin tlamatiliztemachtiani huei tlamatini in itocatzin Silc, ca

In discípulo quipiaya in ce in itlamaehtli telpochtli catea:

(3) auh in yehuatl inin telpochtli ca huel qualnezqui, huel chicauac,

Ilerte y de ihuan huellaxcahua, huellatquihua, huel miec in iaxca, in itlatqui:

:ra mucha: (4) tel yece amo tetla~ocamatini, amo quimotla~ocamachitiaya i~

toteotzinin izquitlamantli in iteotenemachtin, in iteotetlauhtiltzin inie

las clases oquimotlaocolilica:

.do:
(5) ye tlatlacolpan nemia, cahuiltiaya, quinenpoloaya, quinenquix.

i>a su vida tiaya in itlalticpacnemiliz tlatlacoltica:

(6) ca ~an quimicoltiaya· itech huetzia in iyollo, in tlalticpaccayotl,

la riqueza in tlalticpacnecuiltonolli,

(7) ~a yuh pachiuhticatca in iyollo, quilnamiquia, quinemiliaya, ca oc

taha lejos llueca catca in imiquiz, ca oc miee cahuitl nemizquia nican tlalticpac,

tierra, (8) quihuehuecatla<;aya inemilizqualtiliz, in inemilizyectiliz, inie ittic ~ ,

Ión de su quimolhuiaya. ca oncan in itlamian in inemiliz, oncan in ihuehuetian

:, se arre­ moyolcuepazquia;

(9) ca ic momaquixtizquia, cane! in toteotzin quimopopolhuilizquia in

ixquich nepapan in itlatlaeol,

" (lO) yeica ca cenquizca yoleuhcatzintli cenquizca yolyamancatzintli in

¡zón per­ yehuatzin inie cenca tetlapopolhuiani, teicnoittani, ca mochintin in tIa­

~cibe COn
tlaco anime quimmopacaceliIia, iniquac moyolcuepa ma in telpochtian,

uventud, maneI no~o inin huehuetian:

(11) ca yuh mononotzaya inin telpochtli tlatlac.oani:


2h agonía
(12) teI yece huel occentlamantitica inie o ipan mochiuh,
(13) ca momonomatlapololti, ca oquitlapololti oquixquaman, oquiz.
tinó. le tlacahui in itlaInamiquiliz: canel amo oquaiztac, amo ocaxilti in ihue­
.letó su huetian¡
(14) ca ~an huel in iteIpochtian oquimocotonili in toteotzin, oquimo­
rida te­ quixtili in itIalticpacnemiliz.

* De icol tia: codiciar (M).


374 DANrELE DEHOUVE

(15) Ca ce tonaIli, oquitzitzqui, oitechmotlali in miquizcocoliztli, cenca (15) Un día, lo asió.


ic oyol~otlauh omomauhti, mauhcamiquia, mauhca~onehuaya, inie quit­ completo se desmayó, s
taya, ca amo cenca polihuia, inic miquizquia: miedo, viendo que no :
(16) niman ic otlanahuati, oquintlatlauhti cequintin, in ma quimona­ ( 16) Luego, ordenó, )
huatilican in itemachticauh Silo, in quenin huel mococoaya, im ma que era muy enfermo,
quimanilican, quimonochilican; (17 ) Vino el maestro S
(17) ohualmohuicac in temachtiani Silo, ipan in cocoxqui omocalaqui al enfermo:
inic quiyo1cuitizquia in cocoxqui: (18) yel joven empez
(18) auh in telpochtli oquipehualti in ineyoIcuitiliz, ihuan oquicem­ confesor todos sus pecal
pouh, oquimocuiti, oquilhui in teyoIcuitiani mochi in itlatlacol:
(19) Y con lágrim~, e
(19) ihuan ixayotica, elcidhuiliztica omoyolcuiti, otlaceli noihuan, cía muv grande su trIste
necia huel huei in ineyoltequipachol, ie moyoltequipachoaya in ipampa
in itlatlacol: (20) y poco después, 1
(20) auh oc achitonca, oquipolo in itlacaquia in idatoaya, ihuan
3/ aparición
omic:
3/ aparición 3a circunstancias
(21) Cuando ya se 1Il
3a circunstancias
enfermo, al ver como su
(21) Iniquac ye yuh omie: in yehuatzin in temachtiani Silo yoltlaocoxqui
(22) pero su corazón.
omocauh, inic oquittac quenin in itelpochtian omieca in itlalmachtil;
corazón se habia confe
(22) tel yece ic achitzin omoyotIali, inic oquittac quenin neyoltequi­
pacholiztica omoyolcuiti, ihua ca otlaceli: (23) y mientras quería
(23) auh iniquac ye quinequia in quipalehuiz in ianima Missatica ihuan 3b aparición propiamel
neteochihualiztica:
(24) Hé aquí qu~ vin
3b aparición propiamente dicha vino a sentar, se VIno a
(24) Izcatqui. ca necico, oquimottitico ixpan omotlalico, omoquetzaco (25 ) Y se asustó, se f
in telpochtli ye tlateIchihualli:
(25) ic cenca omi~ahui omomauhti in Temachtiani Silo. 4/ diálogo
4/ diálogo 4a razón de su condel
4a razón de su condenación (26) Y lo conjuró qu
(26) ihuan oquintlaquauhnahuati im ma quilhui quicaquiti in tleica habia condenado;
in tleipampa ocenteIchihualoc;
4b confesión sin arrep
4b confesión sin arrepentimiento
(27) el muchacho COI
(27) otlananquili in tlatelchihuaIli telpocatl, inie oquito:
(28) es cierto que me
(28) ca melahuac onicenteIchihualoc, inÍc amo qualli onimoyolcuiti in
nomiquiztempan: (29) porque aunque «
(29) yeica ca immanel mochi oniquito in notIatIacol, yece amo melauhca­ miento no fué verdadel
yotica onimotequipacho:
EL DIscíPULO DE SILO 375
oliztli, cenca (15) Un día, lo asió, se sentó en él la enfermedad de muerte, por
~, inie quit­ completo se desmayó, se espantó, se moría de miedo, se asustaba de
miedo, viendo que no faltaba mucho para que se muera.
la quimona­
(16) Luego, ordenó, pidió que algunos le avisen a su maestro Silo
iya, im ma
que era muy enfermo, que le expongan, que le digan;

omocalaqui ( 17) Vino el maestro Silo, en tró en su casa del enfermo, para confesarle
al enfermo:
n oquicem­ (18) yel joven empezó su confesión, y le contó, le confesó, le dijo al
aco1: confesor todos sus pecados:
j noihuan, (19) Y con lágrimas, con suspiros, se confesó, también comulgó, pare­
'in ¡pampa cía muy grande su tristeza, tanto sentimiento que tenía por sus pecados:
(20) Y poco después, perdió el oído y el habla, y murió:
aya, ihuan
3/ aparición

3a circunstancias
(21) Cuando ya se murió, él, el maestro Silo quedó con el corazón
Waocoxqui enfermo, al ver como su discípulo se había muerto en su juventud;
a.chtil; (22) pero su corazÓn se compuso un poco, al ver con cual tristeza de
leyoltequi­ corazÓn se había confesado y había comulgado:
(23) y mientras quería ayudar a su alma con una misa y con un oficio:
rica ihuan
3b aparición propiamente dicha
(24) Hé aquí que vino a aparecer, vino a enseñarse, delante de él se
vino a sentar, se vino a parar el joven condenado:
oquetzaco
(25) y se asustó, se espantó mucho el maestro Silo.

4/ diálogo
4a razón de su condenación
(26) y lo conjuró que diga, que de a oír, porque, por cual razón se
.in deica
había condenado;

4b confesión sin arrepentimiento


(27) el muchacho condenado contestó diciendo:
)lcuiti in (28) es cierto que me condené, pues no me confesé bien en mi agonía:
(29) porque aunque dije todos mis pecados, sin embargo mi arrepenti­
lelauhca- miento no fué verdadero,
376 DANrELE DEHOUVE

(30) yeica ca immanel nichocaya, ne1cicihuia, amo yehuatl in notla­ (30) aunque lloré, susp
tlacol in nechchoctiaya, ca pn nimoyolcocoaya inic niquittaya ca ye me compadecía al ver qu
notelpochtian nicpoloaya in nonemiliz, ca ~an nichocaya, inic niquil­ al recordar que la muert
namiquia, ca in miquiztli nechcahualtiaya in tlalticpacnecuiltonolli in mundanas:
tia! ticpaccayotl: (31) Yque tu corazón e
(31) ihuan ma yuh ye in moyollo temachtianie (oquito in date1­ quien se alegra (y), cm
chihualli) ca in aquin in oc pactica, in oc qualcan, in oc yeccan, arroja lejos el dejamient(J
quihuehuecatlaztinemi in itlatlacolcahualoca, in itlatlacoltelchihualoca, no se apareja bien en S1
ca amo qualyotica mocencahua in imiquiztempan:
5/ desaparición del discI
5/ desaparición del discípulo (32) Y dicho esto, luel
(32) auh in oquito in, niman opoliuhtihuetz, aocmo campa onez, ~an apareció, se fue allá al 1
ompa oya cendani mictlan.
EL DIscíPULO DE SILO 377
n noda­ (30) aunque lloré, suspiré, no estaba llorando por mis pecados, sólo
a ca ye me compadecía al ver que en mi juventud perdía mi vida, sólo lloraba
. niquil­ al recordar que la muerte me hacía dejar la riqueza terrestre, las cosas
Dolli in mundanas:
(31) Y que tu corazón este seguro, o maestro (dijo el condenado), que
1 datel­ quien se alegra (y), cuando ya es buen tiempo, es tiempo correcto,
yeccan, arroja lejos el dejamiento de sus pecados, la abominación de sus pecados,
~ualoca, no se apareja bien en su agonía:

5/ desaparición del discípulo


(32) Y dicho esto, luego de repente se perdió, ya no está donde se
1leZ, 'ian apareció, se fue allá al más profundo del infierno.
378 DANIEr.E DEHOUVE

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PllS du moyen

IOgraphica Po

latins, Paris,
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
THE EVOLUTlON OF THE lNDlAN CORPORATlON
OF THE TOLUCA REGlON, 1550-1810

STEPHANIE WOOD

The determination of indigenous groups to defend and enhance their


corporate status and autonomy during the colonial period is increasingly
appearing to be a regional constant. The extent to which the indigenous
people were successful in their endeavor, however, seems to have de­
pended on their distance from the center of Spanish activity and
markets, their ecological setting, and their potential as purveyors of
labor and tribute to the colonizers. The application of practices such
as congregacion, land grants, and composiciones, or of laws designed
to ensure the longevity of the self-sustaining lndian town varied in
intensity and effectiveness according to sorne of these same deter­ I
minants, producing predictably divergent results with regard to cor­ 1"
porate autonomy in different regions. The work of Charles Gibson
on the Valley of Mexico and William Taylor on Oaxaca stands out
as most exemplary of these regional variations.1 The purpose here is
to examine the evolution of the lndian corporation as it adjusted to
the colonial situation in an intermediate region, the Valley of Toluca. 2
The Toluca Valley covers a great distance from its southemmost
to its northemmost points. Over that expanse, the landscape changes
from a fertile, irrigated terrain with a dense population in the south,
to a semi-fertile plain -the Sabana Grande- suitable for agriculture
and stockraising, and populated with a scattering of indigenous settle­
ments of various sizes between the larger towns of Toluca, Zinacantepec,
Lerma, and lxtlahuaca. The plain follows the Lerma River north of
lxtlahuaca, becoming increasingly arid and more lightly inhabited as
it reaches to the northem limit of the Valley around Atlacomulco.
The fertile stretches of the Val1ey have been devoted to maize­
growing, aimed in part at the Mexico City market, since prehispanic
1 Gibson, 1964, and Taylor, 1972.
2 Much oí what follows is a distillation oí my dissertation, "Corporate Ad­
justments in Colonial Mexican Indian Towns: Toluca Region, 1550-1810", Uni.
versity oí California, Los Ángeles, 1984.
'\,
,
382 STEPHANIE WOOD
,,,
,
times. In the colonial period wheat also caught on quickly. The
southem and central regions are well suited for grain agriculture, and
TepeoI<Jko. ,,,
these areas together with the drier north were adapted readily to ", ."'1
,,
stockraising upon the arrival of the first encomenderos. The Valley's
,,
numerous pig farms have been famous for their sausage and other Topo<co • ,,
pork by-products since the sixteenth century.
The principal mining centers around the Valley included Zacual­
,,
pan, on the southem slope of the Nevado de Toluca; Sultepec and Son Felipe del Progre,o.
Temascaltepec, southwest of that mountain range; and Tlalpuxagua,
at the northwestem edge of the Lerma River drainage. The popula­
tions at the mines consisted of Spanish mine owners, operators, and
merchants, and mestizo, mulatto, Black, and Indian staff and laborers.
The mines drew labor and produce from communities and estates
in the Valley, thereby acting as an indirect influence on the evolution
of those towns. Ore refineries also had an impact on the few in­
digenous settlements in the mining regions and contributed to the .le Gayia
•• Son Felipe Santiago
Son Jo.e Molocotepee
formation of new towns. 3
The location and the social and economic potential of the Toluca
Valley ensured its place as a major arena for the usual reorganization
efforts instituted by Spaniards all over central New Spain. Adjust­
ments in the status, jurisdiction, and holdings of the Indian cor­
poration as a result of these colonial arrangements are the principal
focus of this study.

Congregación

.Two periods of congregación are general1y recognized in the litera­


ture on the colonial Mexican resettlement programs, the mid-sixteenth
century and 1598-1606. Because the known records are more extensive
for the latter program, it has received more attention. Consequently,
and although the numbers still do not seem great, there were pro­
Hueyotenco.
bably more congregaciones in the mid-sixteenth century than have
Sultepec.

previously been recognized. In the Toluca Valley, several moves to­


ward population concentration following epidemics can be detected
Son H'polito.

for the years 1557 through 1564, during the administration of don
Luis de Velasco. The nature of the congregaciones of that period Po¡ontepe< e

seems limited to the removal of a few communities from highland


sites to the Valley floor, or despenolación, and, more typically, the
collapsing of sujetos in upon cabeceras when the quasi-separate, sub­
.8 Gerhard, 1972. See descriptions of each jurisdiction under these toponyms.
Sultepec is rendered as Zultepec, cIoser to the original Nahuatl spelling.
"",,
I
, lilotepec.

I
I
j4;kly. The I
I Chopo de Mota
ulture, and I eAtotonilco ~ '\
I
readily to ~
\ o Atlocomulco
• Acutzilopan
Ul...5" o
\
!le Valley's \
and other
Topoxco •
\
\
\
\
\
V • Jocoti.lon N
ed Zacual­ \ • Los Reyes

,

\
ltepec and \ Malocota.
Son Felipe del Progre,oo
alpuxagua, \
\
le popula­ ',. .Son 8ortolo

~
_XTlAHUACA •
'ators, and
d laborers. \ ",o,",I~
nd estates
: evolution , Temooyo.

e few in­
ed to the .Lo Gavia
,~ • Tlochioloyo
\
,
\
O~lot..p..
XonocQtlon
c.. ' • HUlIlIt"lopón
MexicoCity
.ChlchlCo,pa.;ir
;;;
'. '"\ Tlamll~.IoI¡~'o

he Toluca
ganization
~. Adjust­
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• TOlUCAD

• •
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¡dian cor­ o
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• • .. e


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• •
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• ••
• y"\ Son froncisco'Tepexoy-uca
~he litera­ rema>ealtepec • Atlotlauco~ •
o Joquicingo .
I-sixteenth San luon Xochiyococ •
; extensive .Ocuilon
Tenancingo.
sequently, .Molinako
were pro­ oChalma

han have Hveyotenco e

Illoves to­ Sultepeco


Ixtapon de la Sal.
detected
San Hipolito.
11 of don MAP I
at period
Pozantepec e o Ayotochco
highland
oZocuolpon
TOLUCA REGlON
cally, the
rate, sub­
. toponyms.
~.
E

INDlAN COl

ordinate units became .


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viable communities.
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5 AGN, Hospital de le,
(\ Quezada Ramirez, 19
1 Colin, 1967a: 145.
8 AGN Congregaciones
9 AGN, Congregacione$
INDlAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlO N 385

ordinate units became too small in the Spaniards' eyes to continue as


viable communities:'
v Until we can ascertain more about the breadth of this early pro­
.! "
a.
gram, generalizations about the degree of disruption in daily life are
o
o
V impossible. But we do know that in the areas where the program was
• >-<
put into effect, there were certain recurring problems. Disruptions
rUJ in landholding pattems is a familiar complaint. Such was allegedly
the case when the hillside community of 11ancingo was brought down
N ......J
~ ......J to the valley fIoor and Toluca was founded under the direction of the
«
:::E ~ second Marqués del Valle (1547-1589).5 There were also allegations
of land loss in 1563 by members of the reinforced community of
«
U Tenango del Valle who had been relocated from somewhere near
!o ::::::> Taxco.e Flight from a nucleated settlement --seen, for example, in the
.
~
......J
case of Zinacantepec in 1564- is another indicator of the dissatis­
'8
K
.!! o· ~ faction of the local people with sorne of the rearrangements. 7
.):!
The final congregación program of 1598-1606, although much
"
-5.
~~ smaller than once imagined, did succeed in at least thirty towns in
.,! ..2.
..g the Toluca Valley and was therefore apparently more far-reaching
than the mid-sixteenth-century program.8 Still, very few truly new
sites were chosen; most rearrangements again seem to have involved
the relocation of sujetos hit especially hard by population loss to the
larger towns. Furthermore, only rarely did a plan succeed without
ad justments and compromises, many of which took into account the
interests of the local people.
Most of the same difficulties cited in the earlier program were
encountered in the first part of the seventeenth century. Resistance to
relocation, to disruptions in land holding or other resource manage­
ment, and to alterations in customary political and religious dominions
was at least equally strong. Calimaya and Tepemaxalco, adjoining
cabeceras with distinct and loyal subordinate towns attached to each,
faced authorities who for a second time misunderstood indigenous
settlement patterns and jurisdictional loyalties. The congregación offi­
daIs mistakenly tried to relocate the survivors of Santa Maria and
Santiago (sujetos of Tepemaxalco) to San Lucas (under the domain
of Calimaya). But protests from these people quickly brought an
alteration in the original order, respecting the age-old system.9
4 Wood, 1984: 26-32.

5 AGN, Hospital de Jesús, 413, exp. 3.

6 Quezada Rarnirez, 1972: 103; Colín, 1967a: 280.

7 Colín, 1967a: 145.

8 AGN, Congregacion'es, torno único; Colín, 1968: 13-14, 76-77, and 154.

9 AGN, Congregaciones, torno único, exp. 184.

,386 STEPHANIE WOOD INDIAN CORl

While Indians usually played an active role in these negotiations, Lana grants in the Mar,
they sometimes opted for a passive one, deserting new sites and re­
occupying former ones. A few abandoned sujetos were reoccupied Often associated wil
immediately after resettlement. In other cases, great periods of time to the preservation of tl
elapsed before deserted communities were reoccupied. One example Spaniards in areas vac~
comes from the distriet of Temascaltepee iJ1 1656 and another from vicinity of Toluca, and:
Almoloya in 1677.10 Despite the ravages of time, the memory of those when most grants were
towns had not died. a decade and the last i
Communities slated to be moved seem to ha.ve been less pleased Additionally, thirty-five
with the program than thosechosen to receive the resettlement of reports of their landhol
smaller towns, as long as the latter had or ,obtained sufficient land complained of insufficieJ
to support the newcomers. The primordial titles ,from Capulhuac shed This is not to say tl
sorne light on such sentiments, providingevidence of the Indian view progress in accumulati
of congregación. In these Nahuatl documents recording the town's Indeed, certain factors 1
history, the congregación' episode of 1604 is remembered with pride torial hold. Ownership
and associated with a time of population growt;h. l1 In that year, 1620s were intended to
Capulhuac was either a cabecera or' wished to .be.l.ll If epidemics had but these were hoIlow
ravaged the town:s populace and then a judgebrought people in from conflicting claims afOSe.
outlying ,settlements torepopulatethe community, making a great cials even when there
j
ceremony of measuring, marking and distributing -lands, ,the leade,rs on a particular parceJ.l
might well have taken pride in the event ,and rememhered ,it as an the Marquesado gran~
act of recognition of the town'scorporate integrity. Further, the, tow,n shows that forty-seven
leaders may haveviewed congregaci6n favorably beca\lse theylooked. caballerías in a hundo
forward to increased tributes and authorityovera gteater number of thirty-five percent had
subjects. and third decades of
The overallextentto which the congregaci6n, prograins hampered amounted to twenty-sh!
continuity and autonomy in the Indian communities is, difficult to cent consisted of land
assesswithout resear.ch basedon newsourcesnot yeí located. Initial Indian corporate holdiJ
investigations into the Toluca example, however, indicate that the at this time, in contras1
Spanish officialsand, more importantly, .the Indians themselves placed The royal investigat
limits on the degree oC alteration made in indigenous territorial orga­ 1636 also reveals that
nization. Resettled Indians also actively defended both their new' and increased slight1y since
their previous agricultural holdings' and traditional forms of liveli­ circa 1618-1620. The ]
hood. 1a a safetv valve for futu
income' was attainable
veness and the cooper
H AGN, Hospital de ],
lQ Colin, 1968: 13-14, 154.
15 AGN, Hospital de ¡
11 AGN, Tierras> 2860, exp. 1, cuad, 2, f. 71v.
16 AGN, H ospitr;.l de ¡
1~ AGN, Congregaciones> tomo único, exp. 95 j Gerhard, 1972: 273.
17 AGN, Hospital de j
13 Fol:. furtheJ: substantiation of these findings, ¡¡ee Wood" ,1984: 24·64, 212­ oI the figures.
237. 18 Taylor, 1972: 132.
INDIAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlO N 387
~egotiations,
ites and re­ Land grants in the Marquesado
, reoccupied
Often associated with congregación as having been detrimental
pds of time
to the preservation of the Indian corporation were the land grants to
Ine example
pother fram Spaniards in areas vacated by demographic loss. In the immediate
vicinity of Toluca, and possibly for the Valley as a whole, the period
~ry of those
when most grants were distributed trailed congregación by more than
a decade and the last major epidemic by more than two decades. 14
leas pIeased Additionally, thirty-five towns in the heart of the Valley gave detailed
~ttlement of reports of their landholding situation in 1635, and not a single one
Jicient land complained of insufficient resources for the support of its population.15
Iillmac shed This is not to say that the Spaniards in the Valley had not made
,rndian view progress in accumulating formerly indigenous corporate holdings.
:the town's Indeed, certain factors had undermined the Indian corporation's terri­
'wlth pride torial hold. Ownership clearances conducted prior to grants in the
[that year, 1620s were intended to ensure that the land solicited was truly vacant,
demics had but these were hollow acts lacking fair arbitratíon when the few
pIe in from conflicting claims arase. Spaniards were favored by Marquesado offí­
~g. a. grj!at
daIs even when there was evidence of current Indian cultivation
the·. leaders on a particular parceJ.16 An investigation into the perpetual leases on
id ~itasan the Marquesado grants conducted by royal officials in 1635-1636, f
t, the. to~ shows that forty-seven private individuals he1d a total of 351 1/3
ti

be;' .Ioo~e<;l caballerías in a hundred different pieces of property. Of this area,


Inumber of thirty-five percent had been granted by the Marqués in the second
and third decades of the seventeenth century. Viceregal grants
t'hampered amounted to twenty-six percent. Interestingly, at most only five per­
ltifficult to cent consisted of Iand purchased from Indians.17 The alienatíon of
~d. Initíal Indian corporate holdings through sale was not prevalent in Toluca
bthat the at this time, in contrast to practices in Oaxata.18
Ives placed The royal investigation of censos held in the Marquesado in 1635­
~rial orga­ 1636 also reveals that the defense of corporate Indian holdings had
r new and increased slightly sin ce the period of the greatest frequency of grants
l·of liveli­ circa 1618-1620. The maintenance of sorne extra territory to serve as
a safety valve for future generations or to rent out for supplemental
income was attainable in certain cases owing to both Indian asserti­
veness and the cooperation of Spanish officials by the 1630s. If a
l4 AGN, Hospital de Jesús, 380, exp. 8.
1:; AGN, Hospital de Jesús, 413, exp. 3, ff. 64v.-7Ov.
16 AGN, Hospital de Jesús, 380, exp. 8.
3.
17 AGN, Hospital de Jesús (vo!.) 15. See Wood, 1984: 88 for a breakdown
24-64:, 212­
of the figures.
18 Taylor, 1972: 132.
INDIAN CORP<
388 STEPHANIE WOOD

community sought a piece of property for itself either in the form mental the earIy progr311
of a grant or purchase, the officials would favor the Indian town's being of the lndian to\'
request over that of a private individuaL For example, the holdings detailed accounts of two '
of the community of La Transfiguración Capultitlan were found to lndian cornmunities in tl
be over ten caballerías, more than twice the amount necessary to sup­ turies. These programs (
port the population according to the local priest. Yet, when royal 1710 through 1720 final
surveyors noted two vacant caballerías in the area, the community tunity to acquire fkm ti
was very anxious to purchase these to add to their holdings. Their list below shows the timir
determination can be seen in the subsequent auction of the vacant corporations and the nun
parcel, when they successfully outbid a private party and paid far title verifications in the
more than the going rate for the land. 19 The town of Santia~
A significant aspect of the investigation of 1635-1636 was this sorne lndian pueblos aggr
type of denunciation and purchase of vacant land. Another, even to considerable territory
more pressing purpose of the investigation, was for individuals to and influential private :
acquire verification of clear title to land obtained from the Marqués town's long list of valua'
or through usurpation. Thus, besides telling much about the fate of of woodland and pastw
the Indian corporation vis-a-vis Spanish land accumulation, the in­ the nearby river. The 1
vestigation serves as a preview of the general composición prograrns in 1716 was reduced to
which followed shortly thereafter in Chalco, Texcoco, Cuautitlan, tions of poverty and a
Teotihuacan, Toluca, and, other developed parts of central New Spain. landholdings was expreSl
Various studies have pointed to composición programs, like congre­ By the beginning o
gaciones and land grants, as contributors to the reduction of corporate porations of the Toluc~
Indian territories. Let us see what' effect can be discerned for not only defending theh
Toluca. alienated in the sixteent
successful. Sorne comp<
Composición cluding contested areas.
large town sites withOl
In Toluca, as elsewhere, the general composición prograrns of the reduced rates. Bargaini
seventeenth century were aimed principally at fees that could be characteristic of the prc
collected from estate owners in exchangc for the confirmation of position into account. .
faulty tides. lndian corporations are conspicuously absent as recipients grants to Spaniards in
o.f such title confirmations at that time. The strengthening of Spanish more of a guiding rulf
tItles and the neglect of Indian ones surely favored the former at The confirmation 01
the expense of the latter. Although there is evidence in law of an
prograrns made a sign
offic~al .concern that the prograrns were having an adverse effect upon
pattern of the gradual
th~ llldigenous commu?ities, general composición prograrns, in reality,
In addition, denuncia
pald almost no attentlOn to whether or not the lands held without
fewer grants to Spani
title had been illegally usurped or had conflicting clairns upon them.
Unfortunately, there are no known records of investigations of land ruling in 1695, anotb
holding in the Valley of Toluca which could tell us just how de tri­ 20 AGN, Tierros, 1872
21 F or substantiation o
19 AGN, Hospital de Jesús (vol.) 15.
INDIAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlaN 389

:he form mental the early programs were to the integrity and continued well­
n town's being oí the Indian towns there. On the other hand, we do have
holdings detailed accounts oí two waves of composición that beneficially affected
:ound to Indian communities in the late seventeenth and early eighteenth cen­
r to sup­ turies. These programs of the 1690s and especially the decade from
en royal 1710 through 1720 finally gave numerous Indian pueblos the oppor­
llmunity tunity to acquire firm title to their sometimes sizable territories. The
's. Their list below shows the timing of the programs that appealed to indigenous
: vacant corporations and the number of pueblos so far known to have acquired
;>aid far title verifications in the greater Toluca region.
The town of Santiago Temoaya provides an example of the way
NaS this
sorne Indian pueblos aggressively and successfully 1egitimized their claims
~r, even
to considerable territory. There, despite the objections of numerous
luals to
and ínfluential private holders, a composición was arranged íor the
rfarqués
town's long list of valuable agricultura! properties, plus 108 caballerias
fate of
of woodland and pasture, and 11 1/3 surcos of water tapped from
the in­
the nearby river. The staggering fee of one thousand pesos assessed
rograms
in 1716 was reduced to six hundred the following year after protesta­
lUtitlan,
tions of poverty and a willingness to compromise On sorne disputed
, Spain.
landholdings was expressed by the Indians' defender. 20
congre­
By the begínning of the eighteenth century, the indigenous cor­
Irporate
porations of the Toruca Valley were becoming incrcasingly assertive,
,ed for
not only defending their lands but trying to reacquire what had been
alienated in the sixteenth and seventeenth. They were still not entirely
successful. Sorne composiciones set limits on corporate holdings, ex­
cluding contested areas. But others generously granted both unusually
large town sites without afee and considerable additional land at
of the

reduced rates. Bargaining and compromise with regard to fees were


uld be

characteristic of the programs and generally took the Indians' financial


ion of

:ipients
position into account. Whereas Indian cultivation had not prevented
¡panish
grants to Spaniards in the early seventeenth century, possession was
ner at
more of a guiding rule by this time.'Zl
of an
The coníirrnation of indigenous claims during the later composición
~ upon
programs made a significant contributÍon toward slowing thc earlier
'eality,
pattern of the gradual but continuous alienation oí corporate holdings.
'Íthout
In addition, denuncia was not much in evidence, and there were
them.
fewer grants to Spaniards by the eighteenth century. Mter a final
f land
ruling in 1695, another law helped slow and even slightly reverse
detri-

20 AGN, TieTMS, 1872, exp. 20.

21 For substantiation of these assessments, see Wood, 1984: 110-153.

390 STEPHANIE WOOD INDJ

COMPOSICIONES SOUGHT BY INDIAN COMMUNITIES


Year
IN OR NEAR THE TOLUCA V ALLEY *
1717 Ocotepe
Year Pueblo Source
1717 Tecoma
1648 Ocoyoacac, S. Martín AGN, Tierras, 1871:8 1717 Temoay
1690 Tecomatepec, S. Pedro 1718 Malacat
(Zacualpan) ** AGN, Tierras, 288: 1 puebh
1695 Metepec, S. Juan Bautista AGN, Tierras, 1421: 7 1718 Metepec
1695 Tlacotepec, Santiago AGN, Tierras, 1873: 2 1719 Calimay
1696 Atlacomulco district 1719 OcotitláJ
(all pueblos) Colín, 1963: 89-90 1720 Tepexoy
1696 Tepezoyuca, Sta. María AGN, Tierras, 2672: 1 1725 Toluca;
1696 Tapaxco, Sta. María Magdalena
(sujeto of Xocotitlan) AGN, Tierras, 1865:6
1710 Tlacotepec, Santiago AGN, Tierras, 2234: 1
1712 Chalchihuapa, S. Francisco Colín, 1963: 269-278 the transfer of h
1712 S. Mateo (Tecualoya parish,
pueblo's right to
Malinalco) AGN, Tierras, 2199:5
1712 Ocuilan (Malinalco) AGN, Tierras, 2207: 1
1712 Tecomatepec, S. Pedro T he town site
(Zacualpa) AGN, Tierras, 1692:6
1712 Tlacotepec, S. Lorenzo Litigation fror
(Atlacomulco) AGN, Tierras, 2722: 15 with Indian com
1713 Amealco, Sta. María firmation of their
(Jilotepec) AGN, Tierras, 1872: 14 the legal site con:
1713 S. Bartolomé avidly pursued. (
(near Xiquipilco) AGN, Tierras, 1464:4 larger than the e.
1713 Malacota, S. Lorenzo Despite this popul
(Jilotepec) AGN, Tierras, 1872:3 of modern scholaI
1714 S. Bartolomé colonial appellatio.
(Ixtlahuaca) AGN, Indios, 70: 120 conceptions.
1716 Jarros, S. Juan de los, and the In Toluca, an
barrio S. Jerónimo AGN, Tierras, 2924: 3
into general usage
1716 María Nativitas, Sta.
not frequently) w
(sujeto of Xiquipilco) AGN, Tierras, 1591:3
when the amount
1717 Almoloya and seven sujetos AGN, Tierras, 2672: 10
en joyed more tha
1717 Malacatepec, La Asunción
and one sujeto AGN, Tierras, 2672: 6
six hundred varas'
legal" in the Te
somewhat across
* This list should not be taken as definitive; there were likely other com­
posiciones that have yet to be located.
** Jurisdiction is given in parenthesis if other than Toluca, Metepec, or 22 Mendietay l'i
Ixtlahuaca, or ir the town bears only a saint's name. 23 Wood, 1984:
lNDlAN CORPORATlON OF THE TOLUCA REGlON 391

!JITIES
Year Pueblo Source
,
-- 1717
Ocotepec, S. Pablo MNAHj AH, Colección
Antigua, 757:B

1717
Tecomatepec, S. Pedro AGN, Tierras, 288: 1

Itf, 1871: 8
1717
Temoaya, Santiago AGN, Tierras, 1872:20

1718
Malacatepec parish: eleven AGN, Tierras, 1676: 7

f'S,288: 1
pueblos and 2712:2

Ir, 1421: 7
1718
Metepec, S. Juan Bautista AGN, Tierras, 1421: 7

rr, 1873: 2
1719
Calimaya and Tepemaxalco AGN, Tierras, 1441: 22

1719
Ocotitlán, S. Andrés AGN, Tierras, 1441: 21

89-90 1720
Tepexoyuca, Sta. María AGN, Tierras, 1716: 1

6-, 2672: 1
1725
Toluca and its sujetos AGN, Hospital de

Jesús, 326: 12

~, 1865:6
tr, 2234: 1

269-278

the transfer of land out of lndian hands. This law guaranteed the
lf,2199:5
pueblo's right to a minimum land base, the town site.1I2
11', 2207: 1

~, 1692:6
T he town site
ii
Litigation from the final century of the colonial period is replete
s, 2722: 15

with lndian communities petitions for the legal possession or con­


s, 1872: 14
firmation of their town sites. Although never large (about 250 acres),
the legal site constituted the heart of an lndian pueblo, and it was
t, 1464:4
avidly pursued. Contrary to popular belief, the town site lcomed
larger than the ejido in customary usage during the colonial periodo
r, 1872:3
Despite tbis popularity and possibly because of the anachronistic focus
of modern scholars on the ejido, the true size, shape, and even the
70: 120
colonial appellation for the town site have suffered from certain mis­
conceptions.
.. 2924:3
In Toluca, and elsewhere, the tenn "fundo legal" did not come

into general usage until the nineteenth century. The term used (though

• 1591:3
not frequently) was "the five hundred varas" from 1567 until 1687,

.2672: 10
when the amount was raised to six hundred. The legal allotment then

enjoyed more than a century of immense popularity as simply "the

,2672:6 six hundred varas". The earliest known appearance of the tenn "fundo

legal" in the Toluca Valley dates from 1799.23 The shape varied

,ther com­ somewhat across New Spain, but the standard figure was a square,

etepec, or :22 Mendieta y Núñez, 1966: 54; TayJor, 1972: 67; Recopilació,n, 1943: 209.

23 Wood, 1984: 156; AGN, Tierras, 1300, exp. 12. .

INDIAN CORPO!
392 STEPHANlE WOOD

not a cirde. Although the size of that square seems to have measured over six decades. The Ac
six hundred varas on a side in the Valley of Mexico and occasionalIy at the expense of lands to
in the Valley of Oaxaca, in Toluca it measured 1,200 varas on a of a cacique and aSpar
side (1,440,000 square varas) .:24, Over sixty years later, OIl
While sorne scholars have argued that the site did not inelude the community five hundr
agricultural lands but only the town itseU, evidence from Toluca area if the people would
shows "the six hundred varas" definitely were intended and used for varas in his direction. TI
cultivation as welI as the municipal buildings, church, and housing ment of the precedence tl
coreo The agricultural lands within the town site were divided among Although the courts
individual families who worked their own plots for subsistence and to properties, litigation was
help meet tribute and religious obligations. The farming plots within stacles to obtaining fulI
the town site were thus no different from tierras de repartimiento "the six hundred varas"
(corporate lands farmed individually).25 Petitions in town site cases of pueblo status, a ranki
constantly referred to the agricultural potential of the designated areas toward replacing the ea
with phrases such as tierras laborías (arable tracts), tierra fructífera community did not have
(fruitful land), or tierras de pan llevar (lands suitable for grain cul­ carion of its town site, bl
tivation) .26 fide pueblo, not just a
"The six hundred varas" usuaUy contained only a portion of the increasing a town's popul
broader extensions elaimed by a given indigenous community, yet goals for its people.
the attainment of the legal town site was a step in the right direction
and was never belittled by the Indians. In fact, its procurement was Pursuit of pueblo status
a serious matter that could lead, as in the case of Santa María Tepe­
zoyuca, to violent demonstrations carried on over many years, par~ Sujetos had graduall
ticularly when a prívate estate intervened. Because the people of coveted cabecera status
Tepezoyuca were dissatisfied with the limited territory alloted to them they wanted independen
by the courts~ they eyed any visits by surveyors as grave threats to but they no longer nec
their remaining holdings. From 1720 through 1728 the Indian men selves.29 To be considere
and (particularly) women of the town assembled in violent demon­ mum territorial base aI1
strations on at least ten occasions to protest such visits, whether that a dynastic ruler sl.
intended to favor themselves or the owner of the neighboríng hacienda The town council with
of Texcalpan, who they elaimed had usurped their best land.ll1 sujetos aspired to, so lo
The struggle with a neighboríng hacienda faced by Tepezoyuca the governor in the nc
was by no means an isolated example, yet in Toluca, as in Oaxaca pedorm special services
(but unlike the Valley of Mexico), the town site generally took Govemors in the ca
precedence over the elaims of neighboring estate owners. The pueblo lands meant for the ce
of Santiago Acutzilapan stands out in this regard as a community which sparked resentme
that successfully defended its corporate territory at least five times jurisdiction of Jilotepe
required to perform m
l24, Orozco, 1895, u: 1110; AGN Tierras, 1499, exp. 10; AGN, Indios, 29, exp.
303. For Toluca, see for example, AGN, Tierras, 1865, exp. 6.
23 Mendieta y Núñez, 1966: 54.
28 AGN, Tierras, 1763,
26 AGN, Tierras, 1865, exp. 6; 2944, exp. 242; and 1506, exp. 1.
29 See Gibson, 1964: :
27 AGN, Tierras, 1716. the evolving process in the
INDlAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGIO N 393

re measured over six decades. The Acutzilapan town site was originally granted
occasionally at the expense of lands to the north, east, and west in the possession
varas on a of a cacique and a Spaniard who owned haciendas there in 1700.
Over sixty years later, one of the neighboring estate owners offered
110t in elude the community five hundred pesos for a "merced" to lands in another
I:lm Toluca arca if the people would relinquish their claim to the six hundred
Id used for varas in his direction. The generous offer serves as an acknowledge­
nd housing ment of the preceden ce the town site took over his private property.28
ded among Although the courts tended to favor corporate over individual
nce and to properties, litigation was a constant, and there were additional ob­
~lots within stacles to obtaining full possession of the town site. The pursuit of
rmrtimiento "the six hundred varas" typically became entangled with the proof
I site cases of pueblo status, a ranking that in the eighteenth century went far
lated areas toward replacing the earlier cabecera-sujeto system. An indigenous
I fructífera community did not have to be a cabecera to gain the legal demar­
grain cul­ cation of its town site, but it increasingly had to prove it was abona
fide pueblo, not just a barrio or sorne huts at a crossroads. Thus
ion of the increasing a town's population, status, and territory became inseparable
IUnity, yet goals for its people .
.t direction
ement was
aria Tepe­ Pursuit of pueblo status "

/ears, par­
Sujetos had gradually begun to seek pueblo status in lieu of the
people of
coveted cabecera status of the sixteenth and seventeenth centuries;
d to them
they wanted independence and all the privileges enjoyed in cabeceras,
threats to
but they no longer necessarily wanted to be called cabeceras them­
man men
selves.'29 To be considered a formal pueblo entailed rights to a mini­
1t demon­
mum territorial base and an independent cabildo; it did not require
, whether
tbat a dynastic ruler should have been present in prehispanic times.
! hacienda
(,21 The town council with alcalde as the highest officer was often all the
su jetos aspired to, so long as they were not subject to the whims of
epezoyuca
the governor in the neighboring larger town and did not have to
!l Oaxaca
perform special services for him or channel their tribute through him.
ally took Governors in the cabeceras allegedly spent tribute monies, usurped
le pueblo
lands meant for the common good, and demanded personal scrvices,
)mmunity
which sparked resentment in the sujetos. The sujetos of Aculco, in the
¡ve times
jurisdiction of Jilotepec, for example, complained that they were
.s, 29, exp. required to perform more personal scrvice than the residents of the
28 AGN, Tierras, 1763, exp. 2; 3672, exp. 5; and 2142, exp. 2.
29 See Gibson, 1964: 32-34, 36, 44, 50, and 53, for a detailed discussion of
the evolving process in the Valley of Mexico during the colonial periodo
lNDIAN COI
394 STEPHANlE WOOD

cabecera itself. They also disliked paying their tributes to the govem~ were, in many cases, !
ors, preferring to de1iver them directly to the alcalde mayor. They Despite the estate's haVI
charged further that the municipal leaders were confiscating maize in the same Nahuatl or O
the sujetos for their own personal use and required subject town community, owners teI
residents to cultivate the grain for them without remuneration.110 and to insist tbat the
Land was one of the major economic issues in separation cases. workers' settlement.
In these cases disputes with neighboring estates were less frequent
than contests with cabeceras over what territory would be designated Estate communities
for the newly independent pueblo. When the community of San
Sebastián (jurisdiction of ToIuca) petitioned in 1791 to "erigirse en An examination of
república separada" from San Juan Bautista, the cabecera objected seventeenth century rey
because the "barrio" did not have any land of its own, only property In the ToIuca district
supposedly loaned to it because of its subordinate status. But the thirty.five haciendas 'Sl
highest Marquesado official decided in the favor of San Sebastián, and their families. The
permitting the separation and granting the 2 1/2 caballerías claimed depended mainIy on tt
by the smaller community, despite protests by the citizens of San their work' force. Pem
Juan.Sl what larger in the rioI'i
Ressettlements induced by congregación programs, which applied and larger, usually, ir.
especially to sujetos, may have stymied the preservation of their auto· estates, but evcn' these
nomy but were apparent1y not a significant detriment in the pursuit the eighteenth century,
of pueblo status for towns that were important before the programs Although, bn the ~
were initiated. The few examples of congregaciones which remained pulation lived on' esta'
intact and eventually sought pueblo status are rare, but this may be teenth century, this' w
because judges had rarely altered the original local arrangements in nificant' force in the' 1
any significant way. Cabeceras, at the heart of most congregaciones, working both for and '3
generally did not require pueblo recognition in the eighteenth century. put the unskilled esta'
The larger communities that had served as congregación sites but nities were less permal1
were not cabeceras may have enjoyed an advantage in the population tes" , since the latter
boost they received during the nucleation programs that helped them skilled, were less likely
eventually obtain the optimum status. were more stable in tbl
Not all sujetos were adversely affected by congregación. Many in the north had fewel
were untouched, and a sizable number of subject communities that In the Ixtlahuaca are<
had been removed to the head towns seem to have quickIy and quiet1y agricultural crisis of:
reoccupied their sites and often later pursued a separation with no sufficient "gañanes 1ra'
mention of their ephemeraI congregación. The slowly regenerating increase in wages:\14
pueblos despoblados (depopulated either through epidemic or re~ Epidemics also ten
settlement), however, 'which gained momentum in the earIy 1700s, rnation on estates." Se:
often came up against the fierce opposition of estate owners when
they tried to establish their old towns again. The community members 32 AGN Hospital de j
Fondo Fran;¡scan¡¡, caja 8
33 Population estimate
llO Colin, 1968: 9, 10.

84 AGN, Tributos, 47,


31 AGN, Tierras, 2857, exp. 4.

lNDIAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlO N 395

I the govern­ were, in many cases, permanent workers on the estates in question.
mayor. They Despite the estate's having absorbed one-time Indian land and assumed
ing maize in the same Nahuatl or Otomí toponym and saint's name as the original
Rlbject town community, owners tended to deny that the town had ever existed
ration.~o
and to insist that the aspiring pueblo was onIy a recently-founded
ration cases. workers' settlement.
less frequent
e designated
lity of San Estate communities
"erigirse en
::fa objected An examination of hacienda labor and Indian communities' of the
nly property seventeenth century reveals that live.:.in workers, or gañanes, were few.
lIS. But the In the Toluca district in 1620-1621, for example, only six out of
1 Sebastián, thirty-five haciendassupported more than seven permanent workers
rías c1aimed and their farhilies. The estates in the southem half of the Toluca Valley
ens of San depended mainly on temporary day-Iaborers from nearby pueblos for
their work' fbrce. Permanent estate workers' communities were some­
ich applied what larger in the northem portion of the Valley and on the fringes,
their auto­ and larger, usually, in the agricultural rather than the stockraising
the pursuít estates, but evcn these generally did not approach pueblo size until
e programs the eighteenth century.82
~ remained Although, dn the average, only about a tenth of the Indian po­
bis may be pulatioh lived on estates across the Toluca Valley duringthe eigh­
gements in teenth century, this was a large enough showing to become a sig­
tregaciones, nificant force in the pursuit of pueblo status. S3 There were factors
th century. working both for andagainst this process. The seasonal nature of work
1 sites but
put the unskilled estate laborer at a disadvantage. Gañán commu­
populatíon nities were less permanent than those composed primarily of "sirvien­
~lped them tes", since the latter workers, being more Hispanized and highly
skilled, were less like1y to be expelled. Gañán communities; however,
,ón. Many were more stable in the north than in the south, because estate owners
lIlÍties that in the north had fewer pueblos from which to draw temporary labor.
md quietly In the Ixtlahuaca area following the epidemic of 1736-1737 and the
1 with no
agricultural crisis of 1739-1740, hacienda owners couId not attract
generating sufficient "gañanes trabajadores" even with the offer of a fifty-percent
~c or re­
increase in wages.3 4,
rIy 1700s, Epidemics also tended to detract from the process of pueblo for­
lers when mation on estates. Sometimes an exodus to other regions followed
r members
32 AGN, Hospital de Jesús, 283, exp. 13,21/. parte; 326, exp. 31; and BNM!FR,
Fondo Franciscano, caja 89, exp. 1377, 11/. parte, ff. 111-112.
83 Population estimate from Tutino, 1976b: 178.
84, AGN, Tributo$, 47, exp. 16.
396 STEPHANIE WOOO
INDIAN ce

population 1088; at other times, survivors, feeling pressure removed from even if it was not tn
the struggle over scarce resources, chose to leave the estate community represented a settlem(
and take up residence in a neighboring pueblo.35 "time immemorial" .
Working against this centrifugal force were factors which contri­ In an effort to d(
buted to the gradual strengthening of the hacienda workers' settle­ permanent workers fr<
ments. Estate owners, particularly in the northem part of the Valley, or creating a "forma
tried to entice workers to stay following epidemics by offering to sorne of the estate pr
increase wages, make laborers' tribute payments, or improve working labor forces in limbo 1
conditions. The lndians may have preferred to farm their own land, lndians, referring to tl
but they were practical and, when there were scarce resources in their they were caIled gañ:
pueblo of origin, they tended to favor life on an estate over continually build up their estate :
migrating in search oI work. independent pueblo.
Hacienda life also offered other economic and social advantages When lndians COl
which lengthened the worker's stay. Debts owed by workers were not ex­ struggle for corporate
tensive, many workers had money coming to them, and it was not to tum to violent den
unusual for workers to leave an estate while accounts had yet to be regíon . were particul
settled. There is no evidence that estate owners employed coercion in hundred lndianmen :
the collection of debts or that they were even overly concemed about del Manto near Tem
recuperating cash outlays. Thus, for the lndian workers, the prospect it into a pueblo. Le,
of increasing a debt by way of easy, emergency loans may have con­ "Plume" and "King'
tributed to a prolonged stay in a hacienda community.36 house and other crOl!
Gañanes also had their own places of worship on estates, erecting and probable cemetl
ermitas and oratorios separa te from the chapel that would serve the Mexico City who w(
needs of the administration. They typically chose their own leaders a1so measured off so
(fiscales) to encourage them in a regular program of worship. lt was future town site. Th<
not unusual for gañán communities to form lay brotherhoods (cofra­ down this uprising ce
días) and choose deputies for these. 37 Occasionally, they also elected sions, including sixty
civil officials, such as alcaldes and regidores, particularly when the donkeys, two horses,
estate settlement had pueblo aspirations. 38 of maize. Such poss<
The larger, the older, and the more permanent the gañán settle­ permanence of this
ment on an estate, the better its chances were for the successful pursuit The jurisdiction
of pueblo status. If there had once been an independent lndian town Temascalcingo at th:
on the site that had been removed for congregación or had lost its dendas del Manto,
entire population to epidemics, the gañanes might use that historical Quaspillasi, El Salto
reality to their advantage. They would also formulate such a story were constantIy put
boring lndian town
S5 AGN, Civil, 109, exp. 6; Criminal, 13, exp. 14; 92, exp. 12; 93, exp. 1;
dent landholdings a
190, f. 438; 229, exp. 11; General de Parte, 18, exp. 160 and Tierras, 2232,
$9 See, for example
exp. 3.
S6 See, for example, AGN, Civil, 246, exp. 6; Criminal, 93, exp. 1; Tierras, exp. 3, fr. 24-57.
4{l See Taylor, 1979
2924, exp. 3; and Wood, 1984: 247-258.
37 See, for example, AGN, Criminal, 130, exp. 14, f. 548v. 41 AGN, Criminal,

as See AGN, Tierras, 3672, exp. 20, and 2924, exp. 3, for examples. 42 See Colín's in<li,
INDlAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlO N 397

noved from even if it was not true, or simply c1aim that the estate cornmunity
community represented a settlement that had existed without interruption for
"time immemorial".
tich contri­ In an effort to defuse either argument and in order to prevent
ters' settle­ permanent workers from either transforming the estate into a pueblo
the Valley, or creating a "formal town" just outside, thereby snatching away
rlffering to sorne of the estate property, rnany esta te owners tried to keep their
re working labor forces in limbo between the status of gañanes and that of pueblo
own land, lndians, referring to them as "labonos" or "arrimados".39 But whether
:es in their they were called gañanes or any other name, workers continued to
continually build up their estate settlements and mold them in the image of the
independent pueblo.
advantages When lndians could not attain a favorable legal verdict in their
:ere not ex­ struggle for corporate autonomy, it was not at all unusual for them
[t was not to tum to violent demonstrations.40 Gañán communities in the Toluca
'yet to be region . were particularly active in this respecto More than three
oercion in hundred lndian men and wornen, largely gañanes, seized the Hacienda
ned about del Manto near Temascalcingo in 1722 with the intention of making
~ prospect it into a pueblo. Led by the lndian Lucas Martín, also known as
have con- "Plume" and "King", they placed a cross on the roof of the main
house and other crosses to mark the future site of the town church
s, erecting and probable cernetery. With the assistance of two women from
serve the Mexico City who were pretending to be local authority figures, they
ID leaders a1so rneasured off six hundred varas in each cardinal direction as a
¡p. lt was future town site. The militia which was called in immediately to put
¡Ig (cofra­ down this uprising confiscated an impressive nurnber of lndian posses­
so elected sions, including sixty head of beef cattle, fifty sheep, sixteen pigs, seven
when the donkeys, two horses, twenty-seven chickens, and about thirty bushels
of rnaize. Such possessions are indicative of the considerable size and
¡án settle­ permanence of this gañán community.41
Wpursuit The jurisdiction of Ixtlahuaca, which reached as far north as
lían town Temascalcingo at that time, was rife with similar at:tivities. The Ha­
d lost its ciendas del Manto, La Fuente Jordana, San Nicolás Tultenango,
historical Quaspillasi, El Salto, Santiago Maxda, and San Francisco Tepeolulco
1 a story - were constantly put on the defensive by agressive laborers and neigh­
boring lndian town dwellers who aimed to secure extensive, indepen­
13, exp. 1; dent landholdings and bolster their corporate autonorny.4!.I Although
nas, 2232,
39 See, for example, AGN, Indios, 65, exp. 339, fí. 281-282; Criminal, 92,
1; Tierros, exp. 3, ff. 24-57.
4() See Taylor, 1979, for ample evidence.
41 AGN, Criminal, 230, exp. 6.
l. 42 See CoIín's índices for numerous references to these and other examples.
398 STEPHANIE WOOD INDIAN CORPO

workeI'! never united in pan-Valley uprisings to achieve their goals, when the refineries were
there is evidence which suggests a kind of chain reaction in the pursuit labor. The cuadrilleros aC
of pueblo status by permanent worker's settlements, particularIy in this renters when the hacienda
northern end of the Valley in the eighteenth century. The idea spread, The cuadrillas' strugg
for instance, from the gañanes of the Hacienda del Manto to the very late in the colonial :
sharecroppers on the ad joining Rancho de San Pedro Potla (owned teenth century or in the I
by the sisters of the owner of El Manto), and eventually to the neigh­ stand out in the cuadrillIU
boring Hacienda de La Jordana. 4S yatenco, and San Hip6lit
tion. Like sujetos seeking
Mining commun!'ties communities desirous of se
settlements in the Inining
A somewhat similar chain reaction is seen in the Sultepec mining decorated church with reg
region, where several worker settlements began to press for pueblo cipal buildings and schooll
status all at about the same time. The mines, like the estates in the held up their capitanes in
northern end of the Valley, had come to dependon a greater amount From the mid. to late
of permanent labor than many haciendas. The gangs ( cuadrillas) cuadrillas had increased,
which originally performed stints in the mines under the supervision their viability as independc
of a capitán gradually became attached to a particular ore refinery 01' were giving up farIning a
neighboring agricultural enterprise." By the eighteenih century, the the hopes of those who J
cuadrilla was often a fixed settlement, although of postconquest origin not entirely dashed, for
and only gradually assurning the characteristics of an Indian pueblo.411 pueblo status with a rema
It often supported a patron saintand bore a Nahuatl placename would continue to build
-which it probably took from the mining estate but which, in turn, attaining that goal.
may have stemmed from some indigenous antecedent. A major dis­
tinction setting the cuadrilla apart from the pueblos of the' Valley, Titles to substantiate clai,
however, was the large non-Indian element in the population.44
Because of the cuadrillas' shallow root8 and uncertain indigenous Population size was e
origins, the Indians and mulattoes in these communities were hard winning case. Mining COIl
pressed when they tried to secure a corporate land base. In a position pueblo aspirants in meetin
similar to the estate settlements, the cuadrillas had to try to wrestle of their territorial rights•.
land away from surrounding private property holders. But unlike the communities discussed he
hacienda communities, the cuadrilla members did not often try to be the decisive factor for
claim to be the descendants of a pueblo despoblado at the particu­ of the legal town site; th,
lar site. Their corporate memory went only as far back as the time F ew pueblos held leg:
43 AGN, Criminal, 230, exp. 6, and 92, exp. 3; and Indios, 38, exp. 32, and
colonial titles which sup!?,
65 exp. 339. ly, even though many c
"44 For a review of the evolution of the mining cuadrilla, see Wood, 1984: holdings in the early eigl
268-271.
45 Cuadrilla as settlement: AGN, Civil, 1627, exp. 18, f. 8; Tierras, 1300, 47 See, for example, the 81
exp. 12, ff. 27-28, 44; 1314, exp. 6, f. 14; 2283, exp. 1, ff. 7-8, 44; 2638, exp. 2, from AGN, Tierras, 1314, exp
doc. 3; and 2640, exp. 4, f. 8. . 48 San Hip6lito Atetzcapl
44 See AGN Inquisición, 937, ff. 265-268, and AGN, Tierras, 2639, exp. 2, 242; and Indios, 71, exp. 11
f. 88. 2283, exp. 1; and 1482, exp.
INDIAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlON 399

fueir goals, when the refineries were in their glory and drew upon temporary
~he pursuit labor. The cuadrilleros admitted being left to fend for themselves as
ttrly in this renters when the haciendas de moler metales had decayed.47
lea spread, The cuadrillas' struggles for pueblo status tended to culminate
nto to the very late in the colonial period, during the last quarter of the eigh­
~ (owned teenth century or in the early nineteenth. Three prominent examples
Ithe neigh­ stand out in the cuadrillas of San Juan Atzumpa, San Sebastián Hue­
yatenco, and San Hip6lito Atetzcapan, all in the Sultepec jurisdic­
tion. Like su jetos seeking independence from cabeceras or hacienda
communities desirous of separating from the estate, these quasi-Indian
settlements in the mining regions concentrated on establishing a fully­
~ mining decorated church with regular religious services and constructing muni­
ror pueblo cipal buildings and schools. They elected fiscales and mayordomos and
ltes in the held up their capitanes in the image of alcaldes. 48
Ier amount From the mid- to late-eighteenth century, the populations of most
'CUadrillas) cuadrillas had increased, but not enough to cOJlvince the judges of
mpervision their viability as independent pueblos. There are hints that sorne people
refinery or were giving up farming and beginning to return to mine work. Still,
ntury, the the hopes of those who persisted toward the goal of autonomy were
Dest origin not entirely dashed, for the justices often qualified their denials of
k pueblo.4/! pueblo status with a remark like "Jor the time being", and the people
placename would continue to build up their communities, perhaps eventually
i, in tum, attaining that goaL
major dis­
be, Valley, Titles ta substantiate claims
~n.~
indigenous Population size was only one of the more decisive elements in a
tvere hard winning case. Mining communities were less well equipped than most
a position pueblo aspirants in meeting the courts' demands for documentary proof
to wrestle of their territorial ríghts. In the cuadrillas or any of the other types of
imlike the communities discussed here, having tides to corporate holdings could
en try to be the decisive factor for attaining pueblo rank and the confirmation
e particu­ of the legal town site; their lack could be a serious hindrance.
i the time Few pueblos he1d legitimate land grant documents or other early
~. 32, and colonial titles which supported their claims to corporate lands. Similar­
ly, even though many communities obtained composiciones of their
!ood, 1984: holdings in the early eighteenth century, confirmations often ignored
rrras, 1300, 47 See, for example, the story of San Sebastián Hueyatenco that can be drawn
¡38, exp. 2, from AGN, Tierras, 1314, exp. 6; 2639, exp. 3; and 2640, exp. 4.
48 San Hip6lito Atetzcapan: AGN, Tierrus, 1300, exp. 12; Indios, 69, exp.
69, exp. 2, 242; and Indios, 71, exp. 11. San Juan Atzumpa: AGN, Tierras, 2638, exp. 2;
2283, exp. 1; and 1482, exp. 3.
26
lNDIAN CORl
400 STEPHANIE WOOD

the disputed properties in or near estates that meant so much to the extension, characteristics
Indian towns. Not many pueblos shared the fortune of Temoaya in tified and verified over
the extension of its legally verified territory. As a result, over the Sorne towns had bot
years many communities maintained their own historical accounts codices to substantiate
which paid particular attention to their claims to corporate boundaries. (and even a few of the
These "primordial tides" were usually centered on a land grant and customized copies of Sf
border survey of the sixteenth century, and were embeHished with more convincing docun
local pre- and postconquest historical events, particularIy those which with fairly good copies
related to the town's foundation, municipal council formation, church from the mid-sixteenth •
construction, and any other enhancement of its status. The lides an occasional map or
often admonish future generations to protect the community and its More than one investig
territory.~9 century traced this typl
There are five sets of tides known to me for the Valley of Toluca.50 tepec, Pedro de Villafr:
Two sets, from Adacomulco and Tepezoyuca, have yet to be located.51 nating details of his tI<
Translations of those from Metepec and Ocoyoacac are still in progress, murder, which occurre{
while an English translation of the fifth, from Capulhuac, is com­ of sorne of rus local acc'
plete.52 in the Toluca Valley w
Since the primordial tides seem to have been made primarily for Of the three types (
a local audience and only secondarily for presentation in the courts, of missing titles, the f~
sometimes other types of tides were acquired for the latter purpose. the courts. Yet even th
Sorne towns acquired titles wruch pretended to be andent and in the for what they were. 1'1
codex tradition -the well-known Tecrualoyan Codices-- and pre­ retention, while import
sented these in land litigation. Of the approximately forty identifiable corporate autonomy, sh
pueblos represented in the Techialoyan group, about one third are in ingenuity they reveal OI
or near the Toluca Valley, and several lie between Mexico City and The indigenous pec
Toluca.J;S While the style and format are strikingly distinct from the victims subjected to a
primordial tides, the content of these Techialoyans is surprisingly by intruding Spaniards.
similar: preruspanic historical phenomena such as the conquering and thereafter they began
settling of the town and its leadership thereafter, colonial history in­ creasingly took the ini
cluding the coming of Christianity, the selection or honoring of the integrity. Smaller entiti
larger communities aH
patron saint, the conferring of office and rights upon the local nobility
the procurement of ce
by Spanish royalty or officials, and aboye aH, the town's territorial
land tides. Even India
49See Gibson and Glass, 1975: 321 and Lockhart, 1982. mer mining estates,
50 A~N, Tierras, 2860, exp. 1, cuad. 2; Menegus Bornemann, 1979: 53-64; communities after the
AGN, TIerras, 2998, exp. 3 and 3 bis; Garibay K., 1949; and McAfee Collection, fill all the polítical, ce
VCLA/SC.
51 Colín (1963: xv-xviii) described having obtained the Atlacomulco title for
pueblos.
study. Primordial titles from Tepezoyuca are described along with the Techialoyan
from that town in AGN, Tierras, 1716, exp. 1, cuad. 1.
112 See Wood, 1984: 325-330 for a detailed recapitulation of the contents of 54 AGN, Criminal, 24,
the latter. attributed to don Josef dE
53 See Robertson's catalog, 1975. the name of the notary JOI
INDIAN CORPORATION OF THE TOLUCA REGlON 401
It so much to the
extension, characteristics, and divisions, as they were variously iden­
e of Temoaya in
tified and verified over time.
, result, over the
Some towns had both their own primordial tides and Techialoyan
istorical aCCOunts
codices to substantiate their corporate claims. Other Indian pueblos
>Orate boundaries.
(and even a Iew oI these same communities) also bought forged and
l land grant and
customized copies oI Spanish-language grants in their zeal to present
embellished with
more convincing documents to the courts. These documents, replete
lady those which
with Iairly good copies oI the viceroy's signature, included mercedes
[)llnation, church
lrom the mid-sixteenth century, border surveys, acts oI possession, and
tatus. The titles
an occasional map or schematic plan oI the territory in question.
nmunity and its
More than one investigation in the Toluca Valley in the eighteenth
century traced this type oI Iorgery to an Indian cacique Irom Jilo­
L1ley of Toluca.51l tepec, Pedro de Villalranca (inconsistently called "don"). The Iasci­
~ to be located.51
nating details oI his trade were mainly uncovered at the time oI his
still in progress, murder, which occurred in Toluca in 1761, apparently at the hands
ulhuac, is com­ oI some oI his local accomplices. He had serviced at least eleven towns
in the Toluca Valley with his Iraudulent land grants.54
le. primarily for OI the three types oI documents made or acquired to Iill the gap
t m the courts oI missing tides, the Ialse mercedes seem to have Iared the best in
. Iatter purpose: the courts. Yet even these were sometimes discovered and denounced
!ent and in the Ior what they were. The various tides' possible effectiveness Ior land
:es- and pre­ retention, while important in the overall picture oI the resilience oI
-rty identifiable corporate autonomy, should be weighed equally with the purpose and
le third are in
ingenuity they reveal On the Indians' parto
~co City and
The indigenous people of the Toluca Valley were hardly passive
tinct from the victims subjected to a total destruction oI their way oI lile induced
is surprisingly by intruding Spaniards. Epidemics dealt them their greatest blow, but
onquering and thereafter they began to hone their defense mechanisms and in­
~aI history in­ creasingly took the initiative to rebuild and reaflirm their corporate
illoring of the integrity. Smaller entities, expressing an age-old micropatriotism, and
:local nobility larger communities alike entered into the pursuit oI the town site,
m's territorial the procurement oI composiciones, and the creation or purchase oI
land titles. Even Indians living on agricultural, stockraising, and Ior­
• 1979: 53.64.
mer mining estates, entered into such activities, patteming their
'lee ColJection', communities alter the prehispanic provincial unit, and striving to Iul­
Iill all the political, economic, and religious Iunctions oI independent
Illulco title íor pueblos.
le Techialoyan

le contents oí
54 AGN, Criminal, 24, exp. 5. Similar forgeries from other provinces have been
attributed to don Josef de León y Mendoza and to another man who borrowed
the name of the notary José de Montalbán; see Dyckerhoff, 1979.
402 STEPHANIE WOOD INDIAN ce

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)f Mexico

'urbaniza­

ano, des­
eña, " sus
1 edition,
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SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
LEVELS OF ACCULTURATION IN NORTHEASTERN

NEW SPAIN; SAN ESTEBAN TESTAMENTS OF THE

SEVENTEENTH AND EIGHTEENTH CENTURIES

LESLIE S. OFFUTT

The last two decades have witnessed a dramatic increase in the


number of works examining the Indian world of central Mexico in
the colonial period, examinations based on analysis of Indian-language
documents and presenting, for the first time, an unabashedly Indian
perspective on the experiences of the indigenous world as it carne
into contact with, and was penetrated by, the Spanish. Much of the
focus has been ún the first century of contact, when that contact was
most keenly felt by the indigenous community as it underwent chal­
lengeS to its culfural integrity posed by the hispanic presence and con­
fronted the tremendous demographic impact of European diseases. The
collaborative effort of Frances Karttunen and James Lockhart/ the con­
tributions of Frances Berdan, alone and in conjunction with both
Arthur J. O. Anderson and Lockhart,lI Lockhart's individual work
on central Mexican Indians,3 Susan M. Kellogg's examination of kin­
1 Franees Karttunen and James LQCkhart, Nahuatl in the Middle YeaTS: Lan­
guage Contact Phenomena in Texts 01 tf¡e Colonial Period, Berkeley and Los
Angeles, University of California Press, 1976; Karttunen and Lockhart, eds., The
Art 01 Nahuatl Speech: The Bancrolt Dialogues, Los Angeles, UCLA Latin
American Center Publications, Nahuatl Studies· Series Number 2, University of
California, Los Angeles, 1987; "Textos en Nahuatl del siglo XVIII: un documento
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Lockhart, eds., Beyond the Codices: The Nahua View 01 Colonial Mexico, Berkeley
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Compendium 01 the Records o{ the Cabildo o{ Tlaxcala (1545-1627), Salt Lake
City, UT, University of Utah Press, 1986.
8 "Views of Corporate Self and History in Sorne Valley of Mexico Towns:
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lloro: cesi6n de un sitio para casa, San Miguel Tocuilan, 1583", in Tlalocan,
THE SAl
410 LESUE S. OFFUTT

ship and inheritance in sixteenth-century Tenochtitlan/ S. L. Cline's Unlike the Nahuat


studies of colonial Culhuacan,5 and J. Jorge Klor de Alva's work on Esteban de la Nueva.
the religious aspects of contact,1l all help to enrich and deline the other settlements of N
canon for other scholars. One of the most important themes linking been home to nomadi
the work of these various scholars is that of cultural persistence and ments in the late sixtee
in sorne cases resistance, in the face' ol Spanish presence in the world ol the hostile populat
of the Indian. Responding to the earlier view which he1d that the throughout the northe
contact period sawonIy the violent beginning of the inexorable slide the nomadic groups se
toward cultural extinction and oblivion, these more recent studies have in Mexico City in M:
postulated a new, more complex, and more dynamic response on the colonizing groups wen
part of the members ol the indigenous world. While one cannot ration lrom Spaniards
deny the great impact of the Spanish on the Indian world, not least these terms San Esteb
the dramatic demographic decline due to disease" and the to11 taken ceded from the hisp~
on community lile, noneth61ess the workof these scholars establishes lounded sorne lourteer
that the Indiancommunity in central Mexico withstood .these chal­ The existence of ti
lenges to a remarkable degree, and suryived with ·numerous elements little to pacify the nom
ol ,its culture intact far beyond. the contact period.. . ' dedined or disappeare
But what ol, the regions sorne distance lrom the center" where grew. Sorne oí its resi
population density, within both the hispanic, and, indigenpus worlds, settlements further nor
was far less, and both cultures presumably far less finnly rooted? time San Esteban can
What were the· experiences ol the Indian communities in these far­ by Tlaxcala itseU as
flung regions to the north oUhe indigenousheartland?Anexamination dra w exerted by the 1
of the Indian town of San Esteban de la Nueva Tlaxcala,adja~nt to steady growth bf tlte
the Spanish community. of Saltillo" in.. ,the northeasteI1l regi9n of sorne 484 households., '
present-day Coahuila, provides sorne indication of the nature ol that through 1779, San Esl
encounter, ove¡ a period ol a century ,and one-:halL kept a Nahuatl-speakiJ
residents of that comm
vol. VnI, 1980, p. 21-33; "SómeNáhua Conceptsin Post.Conquest ·Guise"', History ments, spanning the yl
of European Ideas, vol. 6, n Q ' 4;' 19S5, p. 465-482.' . .. " . of this study.
4. .Susan M. Kellog~, "~ec Inh~ritance in Sixteenth-Century Mexico- City:
Colomal Patterns, Pre"hlSpamc Influences"; in Ethnohistory 33: 3Summer 1986
7 Vito Alessio Robles, j
p. 313·330; ''Kinship and Social Organizátion in Early' Coloni~ Tenochtitlan'"
in Handbook 01 Middle. Amer!ean Indians,stipplementaryvolume, Ethnohistory; Porma, 1978, p. 123-136.
8 See Alesio Robles, p.
Ronald Spores, ed., Austm, Umversity of Texas Press 1986p. 103-121. .
9 This total is yielded I
5 S. L. CUne, Colonial qulh~a~an, 1580-1600: l Social History 01 an Azotee
census for San Esteban pro]
Town, Albuquerque, NM, Umvemty of New Mexico Press 1986' and with Miguel
particular section of the CI
Le6n:Portilla, eds., The Testaments 01 Culhuacan,LO'S' AngeÍes, UCLA Latín
Amencan Center Publications, Special Studies volume 2 Nahuatl Series Number 1 taker(s) apparently assume
University of California, Los Angeles, 1 9 8 4 . ' , such generalized assumptioI
. Il "Spiritual Conflict and Accommodation in New Spain: Toward a Typology
possessed distincttly Indian
names, suggests that such.
of Aztec Responses to Christianity", in Collier, Rosaldo, and Wirth, eds:, The Inca
and Aztee States, 1400-1800, p. 345-363; with H. B. Nicholson and Eloise Quiño­ manuscript census fOl Salt
excluding San Esteban, yie
~~s }(eber, eds., The Work .01 Bernardino de Sahagún: Pioneer Ethnogmpher 01
greater precisión in labelli
Slxteenth-Century Aztec MeXICo, Albany, N. Y. Institute for MesOIlmerican Studies
was greater. Archivo MunÍ
Studies on Culture and Society, volume 2 The University at Albany State Uni:
versity of New York, 1 9 8 8 . ' , 1791, padrón.
THE SAN ESTEBAN NAHUATLTESTAMENTS 411

L. Cline's Unlike the Nahuatl-speaking cornrnunities of central Mexico, San


's work on Esteban de la Nueva Tlaxcala existed in a region nearly devoid of
define the other settlernents of Nahuatl speakers. The northeast had historically
nes linking be en horne to nornadic groups, but the erection of hispanic settle­
istence and rnents in the late sixteenth century created a need for the pacification
, the world of the hostile popuIations. The creation of colonies of TIaxcalans
d that the throughout the northeast as rnodels of sedentary agriculturalists for
)rabIe slide the nornadic groups seemed the answer. The capitulaciones published
tudies have in Mexico City in March, 1591, provided for the privileges which
use on the colonizing groups were to enjoy, in particular a guarantee of sepa­
me cannot ration from Spaniards both in residence and .in government; under
1, not least these terms San Esteban was established in that same' year on land
to11 taken ceded from the hispanic comrnunity of SaItillo, which had been
establishes founded sorne fourteen years earlier. 7
these chal~ The existence of the several Tlaxcalan coIonies in the north did
18 eIernents little to pacify the nomadic populations, and many of the comrnunities
dec1ined or disappeared cornpletely. But San Esteban survived and
lter" where grew. Sorne of its residents on occasion chose to rnove on to newer
Jll,Sworlds, settlernents further north and west of the Saltillo region, so that in
~y: rooted? time San Esteban carne to playa role similar to that earlier played
, these far~ by Tlaxcala itself as the souree of new colonists; 8 nonetheless, the
Karnination draw exerted by the outlying colonies did not inhibit the slow but
idja~nt to steady growth of the lndian town. By 1792 San Esteban contained
region of sorne 484 households, with a total population of 2,009.9 And at least
Ire of that through 1779, San Esteban, rnaintaining its municipal independence,
kept a Nahuatl~speaking notary who recorded the testaments of the
residents of that comrnunity in the indigenous language. Those testa­
~se"; History ments, spanning the years 1611-1779, provide the docurnentary basis
of tbis study.
fexico City:
mmer, 1986,
ienochtitlan", 7 Vito Alessio Robles, Coahuila y Tejas en la época colonial, México, Editorial

li:thnohistOTY, Porma, 1978, p. 123-136.


21. 8 See Alesio Robles, p. 283, 370, 389, 40l.
01 an Aztec 9 This total is yielded by a hand count of aH residents Usted in the manuscript
with Miguel census for San Esteban proper. It should be noted that none of the residents in this
JCLA Latin particular sectíon of the census was assigned any specific ethnic label; the census
I Number 1, taker(s) apparently assumed all who resided in San Esteban were Indian. While
such generalized assumptions are often risky, the fact that all Sqn Esteban residents
'a Typology possessed distincttly Indian names, i. e. Christian names or saints' names as sur­
S;, The Inca names, suggests that such an assumption is probably safe. A hand count of the
,loise Quiño­ manuscript census for Sal tillo proper and its surrounding haciendas and ranchos,
wgmpher 01 excJurung San Esteban, yields 514 individuals designated by the term indio; such
¡can Studies, greater precisi6n in labelling would be necessary in areas where ethnic díversity
, State Uni- was greater. Archivo Municipal de Saltillo (hereafter cited as AMS), Carpeta 43,
1791, padrón.
4.12 LESLIE S. OFFUTT THE SAN

The collection of Nahuatl wiUs fram San Esteban offers an unusual that, while the use of tl
opportunity to examine elements of acculturation to the hispanic world status within the comID'
over an extended periodo From the relatively "pure" Nahuatl of the the terms were somew
earliest seventeenth-century testaments, by the 1770's, the last decade residents who bore thes
from which indigenous wiUs survive, one sees a Nahuatl so full of parable in size and ap
Spanish elements that one may assume that the testators were fully of the town. The grea
familiar with the Spanish language. The changes within the testa­ in the eighteenth centur
ments over time suggest changes in the community of San Esteban of the terms in that er
itself, changes having to do with its increasing exposure to, and What follows here
integration into, the hispanic world. testaments, drawing 0\
The testaments have survived housed in the municipal archive of three specific periods (
Saltillo, where they are bound interspersed with Spanish-Ianguage testa­ teenth century, 1670 th
ments spanning the years 1617-1779. Fifty-two seventeenth-century and commentary on w:
Nahuatl wills have survived, the earliest dated 1611 (misfiled by society at specific poin
date in the Spanish bundles, as so many are; whoever in later years cluded transcriptions :
organized the testaments for binding was apparently unfamiliar with Xochicuetzin, 1627, I
Nahuatl and unable to comprehend the dates on the various Jndian­ Ramos, 1776) to allow
language documents). For the purposes of this study, J have examined and language use of tl
twenty-five of those fifty-two, these chosen on the basis of the physical the more general discl
quality of the documents themselves (i. e. how well-preserved), and, they are sufficiently re)
following on that point, the ease of transcribing a particular docu­ its development to be
ment. 10 An additional fourteen testaments dating from the period The format of the
1748-1779 have also been examined for this study. Of the twenty-five century central Mexicl
seventeenth-century testaments examined, thirteen are praduced by Nahuatl testaments beg
women. Curiously, while the terms of the establishment of the commu­ invoking the Trinity,
nity provided that all Tlaxcalan colonists would be considered as name an residence test
caballeros and hidalgos, entitled to the use of the title don, only two A phrase follows whicl
of the earlier testators bear that title (don Pedro Clemente, d. 1685, the body is consigned
and don Juan Diego, d. 1687); none of the women in the seven­ nicpohua yntlalli yehu.
teenth-century sample was called doña. Three of the eighteenth-century 11 AMS, Inventarios y
Clemente, 1685; carpeta 2
male testators surveyed bore the title (don Andrés Pascual, d. 1772, 1761-1763, will of don e
don Félix Martín Ramos, d. 1776, and don Cristóbal Ramos, d. doña María Rosa, 1775 j ca
1748) ; two of the female testators were labelled as doñas (doña María don Felix Martín Ramos,
María, 1774. The infrequel
Rosa, d. 1775, and doña Antonia María, d. 1774). Jt is worth noting do with a generally strlct,
Dones are found in San
10 The Nahuatl materials in the SaltilIo municipal archives are in far worse members of the communi
condition than their Spanish counterparts, to a great extent, it appears, beca use mayores who appear regul
those charged in later years with the responsibility of organizing the material s had so labeIled. And by the !
no knowledge of Nahuatl, and therefore no understanding of, or respect for, the don or doña.
materials they handled. One sees, for example, far too frequently Nahuatl docu­ 12 For examples of (
ments used as covers for bundles of Spanish language materials j in other instances Anderson, Berdan, and Lo
they are placed more carelessly in the bundles than are Spanish materials, with work of S. L. CUne and
consequent greater damage to the documents. can, passim.
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 413

L unusual that, while the use of the titles don and doña generally suggests higher
lic world status within the community, even when, as by the eighteenth century,
tI of the the terms were somewhat devalued, the estates of the San Esteban
:t decade residents who bore these tides were, in the main, rather modest, com­
) full of parable in size and apparent wealth to estates of nontitled residents
'ere fully of the town. The greater number of testators who bore these titles
he testa- in the eighteenth century sample probably reflects the looser application
Esteban of the terms in that era.u
to, and What follows here is a general examination of these thirty-nine
testaments, drawing out common characteristics of testaments from
rchive of three specific periods (early seventeenth century to 1627; later seven­
1ge testa­ teenth century, 1670 through the 1690's; and mid-eighteenth century),
l-century and commentary on what those characteristics reflect of San Esteban
¡filed by society at specific points in its development. Additionally, 1 have in­
ter years c1uded transcriptions and translations of three testaments (Justina
liar with Xochicuetzin, 1627, Diego Sánchez, 1682, and don Félix Martín
: lndian­ Ramos, 1776) to allow the reader to observe more directly the content
:xamined and language use of the wills; while not all the elements treated in
physical the more general discussion are to be found in these sample texts,
d), and, they are sufficiently representative of the genre at particular stages in
ilr docu­ its development to be useful to the reader.
e period The format of the San Esteban testaments derives from sixteenth­
'enty-five century central Mexican models.l~ As do Spanish wills, each of the
uced by Nahuatl testaments begins with sorne variation of the standard phrase
commu­ invoking the Trinity, then identifies the person making the will by
:iered as name an residence testator (inc1uding both town and neighborhood).
:>nly two A phrase follows which asserts the testator's soundness of mind; then
d. 1685, the body is consigned to the earth (auh in notlac yn nonacayo ytech
le seven­ nicpohua yntlaUi yehua ca ytech oquiz ochihualoc, in the 1683 will
l-century :l1 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 1, 1617-1708; will of don Pedro
Clemente, 1685; carpeta 2, 1709-1726, will of don Juan Diego, 1687; carpeta 8,
d. 1772, 1761-1763, will oI don Cristóbal Ramos, 1748; carpeta 10, 1772-1777, will oI
imos, d. doña María Rosa, 1775; carpeta 13, 1789-1799, wills of don Andrés Pascual, 1772,
la María don Felix Martin Ramos, 1776; carpeta 14, 1800-1807, will oI doña Antonia
María, 1774. The inlrequency oI the tide in the seventeenth century may have to
h noting do with a generally stricter applícation of these honorific tides in that periodo
Dones are found in San Esteban in this period; many oI the politica!ly active
far worse members oí the community -the governors, alcaldes, regidores, and alguaciles
, because mayores who appear regularly among the witnesses oI the testaments- are oíten
!rials had so labelled. And by the 1770's a substantial number of the testators are called
: for, the don or doña.
atl docu­ 12 For examples oí central Mexican testaments the reader should consult
instances Anderson, Bernan, and Lockhart, eds., Beyond the Codices, passim and the recent
als, with work oI S. L. Cline and Miguel León-Portilla, eds., The Testaments of Culhua­
can, passim.
414 LESUE S. OFFUIT THE SAN

of Elena Francisca).J.3 The care of the soul is then taken u p, often speakers made use of cel
with detailed provision made for burial and the saying of masses. be rendered in no otheJ
There follows a section treating bequests to specific charities; in San Santo, Santa Yglesia, mi
Esteban these charities are firmly established by the early seventeenth vigilia, rendered here a
century and survive through the 1770'S.14 are found in all the e:
Following this formulaic beginning, the testators proceed to the common elements in ce
substantive portion of their wills. Here one sees most clearly the details So too do nouns comm­
of the lives of San Esteban residents where they treat their possessions, into the early San Estebl
name their heirsj itemize their debts. This section is indeed the core escribano, all appearing
of the testaments, reflecting most clearly the more personal aspects of sessive prefix attached, ~
the lives of the members of this community. It is "flesh on the testaments inelude certa
skeleton" in many respects, allowing us (and most certainly them) which Karttunen and
to differentiate one from another on the basis of individual charac­ N ahuatl from at least
teristics. After this most personal section, the wills then revert to dictable loans, represent
formula with the naming of executors, the identification of witnesses, the Spanish world wh
and the dating and signing of the documento These conventions are world. Candles, chests,
essential1y those of the hispanic model, to which Nahuatl speakers hoes, hatchets, and lat
adapted so readily early in the post-contact era, and preserved with poultry such as chickeru
little deviation throughout the colonial period. 15 What concerns us ban residents counted
now are the elements of the substantive sections of the wills,and what Spanish, in their testaJ
they suggest about the nature of the community in the seventeenth and period are few. By far 1
eighteenth centuries. three earliest wills are J
The three earliest wills, dated 1611, 1621, and 1627 respectively, in pre-contact sodety: 1
are, not surprisingly, truest to the indigenous language. Indeed, two ing stone; comalli, a gl
of the three testators are called by Nahuatl names (Bonaventura is tlalli, and in sorne Cal
Xuchitlanemi, d. 1621, and Justina Xochicuetzin, d. 1627); the third The earIy residents of S
is named in a fashion typical of Indians in the colonial world, taking
traditional context, witl
two Christian names rather than adopting a more standard Spanish
allowed to intrude.
surname. These wills are not untouched by Spanish; each contains
A elose examination
certain standard loanwords typical of central Mexican testaments of illustrates many of th~
the same period.16 From the earliest Nahuatl testaments Nahuatl
level the will illuminatl
13 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 2, 1709-1726, will of Elena Fran­
We learn that she W~
cisca, 1683. residing in the neighb.
14 The charities in question are the Casa Santa de Jerusalem yhuan redenci6n Esteban de la Nueva 1
de los cautivos, and the cofradias of Nuestra Señora del Rosario and Animas.
15 Cline and Le6n-Portilla suggest that froID at least the 1540's central Mexican
or simply bore childret
Indians had adopted the practice of written wills. See Cline and León-Portilla,
The Testaments 01 Culhuaoan, p. 4. 11 The wills included ÍI
1~ Indeed, one would expect that the language of these early seventeenth­ León-Portilla provide numel'l
century testaments should reflect quite c\osely the language of Tlaxcala in the 18 Karttunen and Lockh
same perlod, reflecting the same linguistic changes that Tlaxcalan Nahuatl had 19 See AMS, Inventarlo
experlenced, since the community oI San Esteban de Nueva Tlaxcala had been so Xochicuetzin, 1627; carpeta
recentJy created by residents oI Tlaxcala proper. Bonaventura Xuchitlanemi,
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 415

Ip, often speakers made use of certain Spanish testamentary language that could
i masses. be rendered in no other way. Spanish religious terms (Dios, Espiritu
: in San Santo, Santa Yglesia, míssa, Santissimo Sacramento, anima, porgatorio,
eIlteenth vigilia, rendered here as they appear in the documents themselves)
are found in all the earliest San Esteban testaments, as they were
t to the common elements in central Mexican wills in the sixteenth century.
e details So too do nouns commonly associated with testaments find their way
~ons,
into the early San Esteban wills -memoria, testigos, testamento, firma,
the core escribano, aH appearing in the documents with the appropriate pos­
qx:cts of sessive prefix attached, as in notestigos, "my witnesses".11 San Esteban
ion the
testaments include certain other Spanish loan words as well, most of
r them)
which Karttunen and Lockhart have located in central Mexican
! charac­
Nahuatl from at least the late sixteenth century.18 These are pre­
bvert to
dictable loans, representing household items, tools, and livestock from
ritnesses,
the Spanish world which were early adopted into the indigenous
lous are
world. Candles, chests, certain kinds of cloth, implements such as
speakers
hoes, hatchets, and lathés, livestock such as sheep and mules, and
~d with
poultry such as chickens were among those items that early San Este­
:erns us
ban residents counted among their posse.."Sions and described, in
~d what
Spanish, in their testaments. But generaHy the loans in this early
nth and
period are few. By far the greatest number of possessions listed in the
three earliest wills are rendered in Nahuatl, and were items existing
ectively,
in pre-contact society: totolin, or turkeys; metlatl, a metate or grind­
ed, two
ing stone; comalli, a griddle; pitzome, or pigs; cueytl, a skirt. Land
lventura
is tlalli, and in sorne cases the term cuemitl, furrowed land, appears.19
~e third
The early residents of San Esteban were still firmly based within their
,taking
Spanish traditional context, with only selected elements of the Spanish world
tontains allowed to intrude.
tents of A close examination of the wiH of Justina Xochicuetzin (1627)
illustrates many of these characteristics of earIy testaments. On one
~ahuatl
level the will illuminates the general circumstances of Justina's life.
~a Fran­ We learn that she was an unmarried woman of unspecified age
residing in the neighborhood of Santa María Purificación of San
ledenci6n Esteban de la Nueva Tlaxcala. Whether she had ever been married
lIlaS.
Mexican or simply bore children out of wedlock cannot be determined pre­
t-Portilla,
17 The wills included in Anderson, Berdan, and Lockhart, and in Cline and
mteenth­ León-Portilla provide numerous fine examples for comparison.
1 in the 18 Karttunen and Lockhart, Nahuatl in the Middle Years, passim.
~atl had 19 See AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 1, 1617-1708, will of Justina
been so Xochicuetzin, 1627; carpeta 2,1709-1726, wil! of María Jacoba, 1611; wiII of
Bonaventura Xuchitlanemi, 1621.
27
416 LESLIE S. OFFUTT THE SAN 1

cisely; while she mentions two children specifically identified as legi­ the preterite third person
timate, missing from her testament is any reference to a spouse, either plus -tia) in Justina Xo
living or deceased, while nearly all other wills surveyed do make J ustina Xochicuetzin'~
such mention. She appears not to have been particularly well-off in early seventeenth-century
a material sense; her estate includes no real property and she owns society; Spanish goods h,
only sorne few household goods and livestock. Esteban residents, and S
On another level, that of language, her will reveals much about But the traditional preva
the larger community and its relation to the surrounding Spanish woman operating in a T
world. The standard intrusions of Spanish religious and testamentary now part of a larger hil
language are there, an essential part of the formula followed by Nahuatl the outside are limited ti
testators of both the center and the periphery. Certain Spanish nouns their way into her testam
are found as well; Justina's possessions include a small chest with a The earliest wills pro
key (centetZ caja tepitzin quiPia llave) bequeathed to the steward of the later seventeenth
(mayordomo) of one of the local cofradías, or charities. She also eighteenth century. Both
mentions five chickens (macuilli pollo), a large blanket (fresada), a the wills reflect the inc
the Spanish. Regarding h
saddle (ce silla), which she holds in hock for someone, and serge and
Spanish loans representu
woolen cloth measured in Spanish units (varas of sayal and pano).
which had no equivalel
These loan words are entirely in keeping with what studies of central
language, objects of the
Mexican testaments have led us to expect; these are iterns of the life early on), by the la
hispanic world absorbed into the world of the Indian fairly soon after numerous noun loans of
contacto In the main the language of the will, and the goods included original Nahuatl but fo
in her estate, suggest that J ustina remains firmly a part of the ludian equivalent (mortaja, a s
context. Mast of the household items are rendered in Nahuatl and Nahuatl cahuitl; corral, ;
are part of daily Indian life -a metlatl, or metate, metlapilli, a late seventeenth-century
rolling pin, tepozcomitl, an iron pot, tochomitl, a rabbit skin, otlachi­ we can locate the earliesl
quihuitl, a reed basket, huexolotl, a tom turkey. What few iterns of relationships (hermano,
clothing she mentions are of indigenous origin, and are described materials in 1674; comp
in Nahuatl- tilmaili, a piece of cloth, huipilli, a blouse; she refers the more linguistically se
at one point to a white huipil made in the Tonallan style, ce huipilli verbs into Nahuatl by the
yztac tonaltecayotl, and a green Mexica-style skirt, ce cueitl mexicayotl finitive begins to appeal
xoxouqui. of María Elena (d. 16
A primitive Spanish verbal intrusion of sorts also appears in quicobrarosque noalbaset
Justina's testament, in the phrase yn testigosme oquifirmati yn Fran­ this one peso", with thl
cisco M arcos can no testigo, "of the witnesses Francisco Marcos also in this fashion. 23 Other 1
signed", with oquifirmati based on the Spanish noun firma, "signa­ 20 AMS, Inventarios y te

ture". As Karttunen and Lockhart have noted, sixteenth-century cuetzin, 1627.


21 AMS, Inventarios y
Nahuatl speakers had no convention for incorporating verbs. Only Andrés, 1695.
in the late seventeenth century does one see the practice of inserting 22 AMS, Inventarios y te
lena, 1674, Elena Francisca,
the suffix -oa to the Spanish infinitive; the earlier practice was to 23 AMS, Inventarios y tI
add the derivational suffix -tia to a noun. Hence the oquifir11Ulli, 1688.
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 417

.ed as legi­ the preterite third person singular form of firmatia (firma, signature,
)use, either plus -tia) in Justina Xochicuetzin'g wilpo
do make Justina Xochicuetzin's will, brief though it is, tells us much about
well-off in early seventeenth-century San Esteban. It clearly was not an insular
I me owns society; Spanish goods had found their way into the daily life of San
Esteban residents, and Spanish nouns followed closely in their wake.
lUch about But the traditional prevailed as well; Justina was clearly a Tlaxcalan
19 Spanish woman operating in a Tlaxcalan context, which itsclf was admittedly
:stamentary now part of a larger hispanic contexto Nonetheless, the intrusions of
by Nahuatl the outside are limited to basic items; of the two worlds which find
nish nOuns their way into her testament, the traditional is by far the stronger.
test with a The earliest wilIs provide good points of comparison for the wills
le steward of the later seventeenth century, and certainly íor those of the late
. She also eighteenth century. Both in terms oí material context and in language,
Fresada), a the wills reflect the increasing penetration of the Indian world by
. serge and the Spanish. Regarding language, while the earlier documents contained
nd pa.no). Spanish loans representing in the main introduced iteros or concepts
of central which had no equivalent in Nahuatl (religious terms, testamcntary
ms of the
language, objects of the Spanish world that became part oí Indian
life early on), by the late seventeenth century the wilIs reveal more
soon after
numerous noun loans of items which could have be en rendered in the
Is induded original Nahuatl but for which testators have chosen the Spanish
the Indian equivalent (mortaja, a shroud, in Nahuatl quimilli; tiempo, time, in
lllUatl and Nahuatl cahuitl; corral, a fenced-in area, in Nahuatl tepancalli, in one
etlapilli, a late seventeenth-century testament),21 Further, in this middle period
:n, otlachi­ we can locate the earliest intrusion of Spanish words identifying family
N' iteros of relationships (hermano, or brother, appears first in thc San Esteban
described materials in 1674; compadre, or godfather, in 1683).22 By the 168D's
she refers the more linguistically sophisticated practice of incorporating Spanish
ce huipilli verbs into Nahuatl by the addition of the -oa ending to the Spanish in­
mexicayotl finitive begins to appear in the San Esteban documents. In the will
of María Elena (d. 1688) is the phrase yhua, Lazaro se peso ynin
lppears in quicobrarosque noalbaseas, "and as for Lázaro my albaseas will collect
, yn Fran­ this one peso", with the Spanish verb cobrar, to collect, conjugated
[arcos also in this fashion. 23 Other late seventeenth-ccntury testaments demonstrate
:a, "signa­ 20 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 1, 1607-1708, wiJI oí Justina Xochi­
,th-century cuetzin, 1627.
21 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 2, 1709-1726, will oí Francisco
Tbs. OnIy Andrés, 1695.
f inserting 22 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 2, 1709-1726, wills oí Maria Mada­

:e was to lena, 1674, Elena Francisca, 1683.


23 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 1, 1617-1708, wilI oí Maria Elena,
l uifirmati, 1688.
418 LESUE S. OFFUTT THE

this as weH, though it should be noted that there was no wholesale his occupation on t:
adoption of this standard for verb incorporation. Even in the will know that he has 1
referred to aboye, the notary reverts to the older practice of adding three children survi
-tia to the noun to give the sense of the verbal (auh ynic neltocos seeond. He is a pr<
noypa timofirmatia, "with this belief we sign in front of me") .24 pieces of land of u
Indeed, while the language of these later seventeenth-century docu­ pressed in his instrm
ments reveals a greater intrusion of Spanish elements, these intrusions away from San Est!
occurred slowly and haltingly, and in the case of nouns in particular, children. Diego Sán!
they represented borrowed items. One should note as well that these is quite typical of ti
intrusions occur in an order general1y following that which Karttunen oí the seventeenth ti
and Lockhart discerned in central Mexico, with a time lag of sorts. írom that century 11
This time lag, and the slowness in the rate of intrusion, may be not uncommon íor t
attributed to the less intense contact between the northeast and the (as Diego Sánchez (
center (although parish records for San Esteban suggest continued his obligatory bequ
migration from Tlaxcala to San Esteban throughout the seventeenth Mexican Nahuatl 'Y
century), and the re1atively less intense contact between indigenous directions east and ,
and hispanic worlds in the northeast. The Nahuatl of the late seven­ íacing where the SUJ
teenth century in San Esteban, at least that revealcd in the testaments, on the west, facing
is not so very much different from that found. there in the first few sampling of norther
decades of the century. Few things that were of indigenous origin or elaboration in desee
that were shared between the two worlds were renamed. supply oí land existec
The contention of a steady but slow adoption of Spanish elements prevailing throughou
by the lndian world is illustrated by the 1682 testament of Diego demand was not sigr
Sánchez. On fírst reading one is struck by the similarities in language In the area oí ob
use between this will and Justina Xochicuetzin's a half-century earlier.25 as a fairly typical ex<
The same noun loans appear -testamentary language, religious terms, teban, practices whic
borrowed objects- aH which were amply attested in wills of the earlier communities whose w
periodo It is in the material realm that the Sánchez will distinguishes líes in the manner ÍI
itself from the earHer example. The richness of detail in Sánchez' oí these bequests. TI
testament offers a far more reveaHng window into late seventeenth­ alms or oí íulfilling .
century San Esteban life than allowed us by Justina Xochicuetzin's time the San Esteb.o
testamento This is likely no more than a question of relative wealth Mexico, testators fre
--it may have no greater significance than simply to reveal the different items to yield cash í4
perspectives on the community offered by the differential distribution San Esteban wills 2
of wealth among its members. Nonetheless, it makes for interesting, Diego Sánchez' case,
and revealing, reading. oí corn or chile, tUl
In this material sense, Diego Sánchez appears to lead a far more organization. These
comfortable existence than Justina. While it is difficult to establish vities oí the testatol
24 See the discussion of verb incorporation in Karttunen and Lockhart Nahuatl
2'8 AMS, Inventarios
in the Middle Years, p. 29-30. ' 1676.
27 See the collectiol1
25 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 1, 1617-1708, will of Diego Sán­
chez, 1682. and Cline and León-Pon
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 419

ClO wholesale his occupation on the basis of what is included in his estate, we do
in the will know that he has been married twice, that one child has died, that
:e of adding three children survive from his íirst marriage, and four from his
mic neltocos second. He is a property holder, owning a house and three separate
me") .24 pieces oí land oí unspecified size. His concem for his family is ex­
entury docu­ pressed in his instructions that one oí those pieces of land, apparentIy
se intrusions away írom San Esteban proper, is where his wife should raise their
rJ. particular, children. Diego Sánchez' treatment of his landed property in his will
II that these is quite typical of the treatment found generally in San Esteban wills
n Karttunen oí the seventeenth century. OnIy one of the twenty-five wills surveyed
lag of sorts. írom that century measured land in areal terrns,26 and while it was
>n, may be not uncommon for testators to mentíon whose land theirs bordered on
ast and the (as Diego Sánchez do es in the case oí the piece he sets aside to pay
:t continued his obligatory bequest), the traditional manner íound in central
seventeenth Mexican Nahuatl wills of describing land relative to the cardinal
indigenous directions east and west (tonatiuh yquicayampa itziticac, on the east,
: late seven­ facing where the sun comes up, or tonatiuh ycal'aquiyampa itziticac,
: testaments, on the west, íacing where the sun goes down) is absent fram this
he first few sampling of northern Mexican wills fram this periodo The lack oí
lIS origin or elaboration in descriptions of landholding suggests that a sufficient
supply of land existed for the community, and that, unlike the situation
lsh elements prevailing throughout much of central Mexico, external pressure or
tt of Diego demand was not significant.
in language In the area of obligatory bequests Diego Sánchez' testament stands
lry earlíeL2l! as a fairly typical example of seventeenth-century practices in San Es­
5ious terms, teban, practices which differs in sorne respects from central Mexican
f the earlier communities whose wills have been examined elsewhere. The distinctions
listinguishes lies in the manner in which local residents provided for the payment
n Sánchez' of these bequests. The practice of setting aside sums for the giving of
:eventeenth­ alms or of fulfilling charitable obligations was well established by the
IChicuetzin's time the San Esteban testaments began to be generated; in central
tive wea1th Mexico, testators frequently made provisions for the sale oí certain
he different items to yield cash for their donations. 27 But most seventeenth-century
distribution San Esteban wills actually specify that the goods themselves -in
interesting, Diego Sánchez' case, chickens, in other cases almudes of wheat, fanegas
of corn or chile, turkeys, and the like- be given to the charitable
1far more organization. These donations rnight well reflect the economic acti­
o establish vities of the testator arranging payment with whatevcr provided a
art, Nahuatl $ AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 2, 1709-1726, will of Francisca,
1676.
Diego Sán- 27 See the collection of wills presented in Anderson, Berdan, and Lockhart,
and Cline and Le6n-Portilla, for examples of this practice.
THE SAN
420 LESLIE S. OFFUTT

living. Or it might simply be that every farnily maintained such items yl1ave yhuan yaladau01
as part of the household economy, and therefore had tbem readily rooms, one with its do
available to disburse to the chanties in question when death in ter­ a single door and its I

vened. The practice of payment in kind suggests a lack of involvement with its metal plate anc
in a money cconomy. Whatever the reason, this practice distinguishes The passage is nearly t
seventeenth-century San Esteban testaments from those of the center. such Spanish passages i
Fourteen eighteenth-century testaments dating from the ycars of houses suggests tbat
1748-1779 have been examined for the purposes of this study.28 This into disuse by the latte
eightecnth-century sample is in many respects quite similar to the As Spanish seems 1
seventeenth-century collection. The general conventions remain the same houses, so too does it al
-the format of the testaments, for example- and many of the testators who own lane
tendencics noted in tbe earlier sample have simply become more a substantial intrusion (
pronounced. But two trends in particular stand out to differentiate speaks of se tlali mal
these wills from those of an earlier penod: the remarkable intrusion planted); Tomasa Canl
of Spanish into the wills and, somewhat paradoxically, the reversion to tlaocoli caxtoli baras ,
certain Nahuatl usage more characteristic of an earlier phase of central [yJtechuic nohermanita
Mexican Nahuatl testaments. with its fruit trees on tl
One is struck immediately by the profusion of loan words in these By the late eighteenth
later documents -nouns, verbs, partic1es, idioms. In virtually every also made use of the
section of these wills Spanish intrudes, replacing the Nahuatl equi­ by the amount of seed
valents, from the initial invocation of the Trinity, where six of the will to ome almun tlaoJ
fourteen opt for the Spanish padre and hijo in place of the Nahuatl se carga de trigo de se
tetahtzin and ypiltzin, to the dating of the documents, where Spanish merous mstances of SU(
number words have in many instances replaced the Nahuatl. The Spanish forms.
substantive sections of the wills in particular, where possessions are Curiously, eighteentl
itemized and distributed, reflect a strong familiarity with the Spanish freq uently than tbeir SI:
language. more traditional manne
One finds in many instances in these core sections of the testa­ of property relative to
ments passages which are nearly completely Spanish with Nahuatl formulaically (tonatiuh
used only as linkages, enumerators, or possessors (e. 'g. se yunta de itziticac; see aboye, pal
bueyes yca yapero, a yoke of oxen with their equipment; se sacabroca leaves an orchard next
de zapateros, a [pair oí] shoemaker's pincers).'29 Descriptions of dwell­ para canpic quisa tonaJ
ings are most frequently cast in Spanish as well; consider the calsintli Joaqmn Ramos (an 01
owned by don Andrés Pascual (d. 1772), which contained a sala yca Hernández toward the
ome aposentos se yca marco sin puerta yhuan oc ce yca puerta de ce ing to don Joaquín Ra
mano yhuan sahuan yca marco yhan puerta de sala yca ychapa yhuan 30 AMS, Inventarios y
Pascual, 1772.
al AMS, Inventarios y
28 No Nahuatl wills dated after 1779 were found in Saltillo's municipal archive
although José Cuello remarks that Nahuatl wills were being drawn up as lat~ Candelaria, 1774.
32 AMS, Inventarlos y
as 1793. See Cuello, Saltilla in the Seventeenth CentuTy Unpublished Ph. D.
dissertation, University of California, Berkeley, 1981, p. 385: n. 19. la Cruz, 1774.
liS AMS, Inventarios y
21l AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 13, 1789-1799, wil! of don Andrés
Pascual, 1772; 9, 1764-1771, wiII of Juan Pedro Ramos, 1771. de los Santos, 1771.
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 421

items yl1ave yhuan yaladauon yhuan yca CQsina... (a hall with its two
:eadiIy rooros, one with its door frame without a door and the other with
inter­ a single door and its entryway with its doorcase and hal1way door
ement with its metal plate and key and knocker and with its kitchen ... ). so
;Uishes The passage is nearly completely Spanish, and the preponderance of
:enter. such Spanish passages in all the testaments which inelude descriptions
years of houses suggests tbat the equivalent Nahuatl terminology had fallen
¡ This into disuse by the latter eighteenth century.
o the As Spanish seems to have become ubiquitous in descriptions of
: same houses, so too does it appear in descriptions of real property. AH those
.f the testators who own land discuss their holdings in terms which reflect
more a substantial intrusion of Spanish. The will of Francisco de los Santos
ntiate speaks of se tlali alahuerta ca mochi planteado (an orchard all
rusion planted); Tomasa Candelaria notes that don Domingo García onech­
on to tlaocoli caxtoli baras de ttali yca frutales ompa: mani ranchos ca
entral [y]techuic nohermanita Maria (García left me fifteen varas of land
with its fruit trees on the rancho next to [that of] my sister María) .31
these By the late eighteenth century the Nahuatl speakers of San Esteban
every also made use of the standard Spanish practice of measuring land
equi­ by the amount of seed sown; Matiana de la Cruz refers in her 1774
If the will to ome almun tlaoli tlatoctli (two almudes of com planted) and
J1Uatl se carga de trigo de sembradura (a load of seed wheat) .32 The nu­
lanish merous instances of such phrases suggest a generalized acceptance of
The Spanish forms.
s are Curiously, eighteenth-century San Esteban residents tend far more
anish frequently than their seventeenth-century counterparts to opt for the
more traditional manner of describing the location of specific pieces
testa­ of property relative to cardinal directions east and west expressed
huatl formulaicalIy (tonauuh yquicayampa itzincac, tonatiuh ycalaquiyampa
a de ítziticac; see aboye, page 20). Francisco de los Santos, for example,
7roca leaves an orchard next to one pertenencia don Marcos H ernandez yc
lwell­ para canpic quisa tonate yhuan para canpic calaquí tonate ytech don
'sintli Joaquin Ramos (an orchard next to one belonging to don Marcos
: yca Hemández toward the east, and toward the west next to one belong­
re ce ing to don Joaquín Ramos) .33 Similarly, Nicolás Asencio in 1764 leít
~uan 30 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 13, 1789-1799, will of don Andrés
Pascual, 1772.
:hive, 31 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 13, 1789-1799, will of Tomasa
late Candelaria, 1774.
.. D. 32 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 12, 1787-1789, will of Matiana de
la Cruz, 1774.
1drés 33 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 12, 1787-1789, will of Francisco
de los Santos, 1771.
422 LESLIE S. OFFUTT THE SAN

ytlalo alaguerta de barios xochihcualcuahme yhuan quiPia de patla­ The testament of d


guac siento y dos varas para yc sur desde ytechcuic don Gregorio characteristics of eightel
Antonio catea yhuan para yc norte asta ytechcuic ytlal Bisente va the will tells Us nothin~
para canPie quisa tonati ahsi ytech yalala don Francisco Rogelio own a house and sorne 1
yhuan para canpic calaqui tonate asta ytech ytlal don ]oaquin de los married, the father of f
Santos (an orchard with various fruit trees; it measures 102 varas writes his will. Ramos
wide; on the south it goes as far as the property of the late don about the fate of his sou
Gregorio Antonio, on the north as far as the land of Vicente Ventura, of his obligatory beques
on the east as far as the orchard of don Francisco Rogelio, and on the payment, the practicc
the west as far as the land of don Joaquín de los Santos). Note that additional masses beyon
these two examples, while revealing a reliance on older conventions, unlike most other testatol
exhibit at the same time a solid intrusion of Spanish particles. The with Spanish than earli
Spanish para is present in its meaning "toward" (para yc sur); eIse­ nouns and particles, and
where one sees it used in its meanings "for" (mochinin para yehuatl over, and conponer, to
conetzin, all of it for my child, in the 1765 will of Mariana Valverde) -oa to the Spanish infin
and "in order that" (nicahua para monamacas, 1 leave it in order and measurement noted
that it will be sold, in Francisco de los Santos' 1771 testament) .34 west (where the sun el
Hasta appears in its meaning "as far as" (asta ytech ytlal don ] oaquin to the quarter vara, an
de los Santos, as far as the land of don Joaquín de los Santos), in may be sown. HOllSes a
Nicolás Asencio's testamento The more specific locational references described by size. In e
in eighteenth-century testaments suggest that San Esteban residents mid-eighteenth century
were more aware of potential challenges to their holdings; but why What do the chang
those testators would opt for thetraditional Nahuatl phrasing instead to us about the state
of the equally detailed Spanish at the same time that other Spanish eighteenth century? Fir
elements intrude so noticeably into the testaments can only for the and the greater attent
moment be remarked upon. In other descriptions of property, specific­ landed possessions, sug~
ally of houses, the' local residents do opt for the Spanish, with a Esteban residents of th
seeming obsession for detail. While in seventeenth-century testaments examination of the nar
one rarely saw references to measurements of land or houses, by the testators' land is bounc
mid-eighteenth century the detail in such areas is remarkable. And the population of the CI
perhaps it was because San Esteban testators had no tradition of figures for 1793, as not
recording such information in the indigenous language that they opted original 250 or so cole
for Spanish phrasing. Houses, and parts of houses, are described by to the community. PI
the number of beams (morillos) they possess (tze calsintli quipia landowner operating w
matlactli yhuan ome morillos), doors by their width as measured in community itself. And
hands (ypuerta de dos manos, a double door) .35 residents of the hispan

34 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 9, 1764-1771, will of Nicolás Asen­ 3j) AMS, Inventarios y

cio, 1764; 8, 1761-1763, will of Mariana Valverde, 1765; 12, 1787-1789, will of Martín Ramos, 1776.
Francisco de los Santos, 1771. 37 Alessio Robles notes

35 AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 10, 1772-1777, will of doña Maria for the settlement of San :
Rosa, 1775; 14, 1800-1807, will of doña Antonia María, 1774. Coahuila y Tejas en la épo
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 423

'de patla­ The testament of don Felix Martín Ramos exhibits many of the
~ Gregorio characteristics of eighteenth-century testaments noted aboye. While
Bisente va the will teIls us nothing specific about Ramos' occupation, he does
:0 Rogelio own a house and sorne land suitable for the cultivation of corno He is
ruin de los married, the father of four children, three of whom are alive as he
102 varas writes his will. Ramos is a concerned as any San Esteban resident
t late don about the fate of his soul, as he sets out the arrangement for payment
~ Ventura, of his obligatory bequests (note he bequeaths goods, not money, for
0, and on the payrnent, the practice typical of an earlier period); he also arranges
Note that additional masses beyond his funeral mass for the sake of his soul,
mventions, unlike most other testators of the periodo Ramos seems far more familiar
iieles. The with Spanish than earlier testators; his testament is fuIl of Spanish
sur); else­ nouns and particles, and two verbs appear (sobrarJ to exceed or be leít
rOl yehuatl over, and conponerJ to comprise, both formed by adding the ending
Valverde) -oa to the Spanish infinitive). Evident as well is the detail in location
: in order and measurement noted aboye, from his traditional way of defining
tament).34 west (where the sun enters, goes down) to land measurement exact
n Joaquín to the quarter vara, and land described in terms of how much seed
antos) , in may be sown. Houses are measured by numbers of beams, doors are
references described by size. In every way his will seems in keeping with the
residents mid-eighteenth century testamentary norm for San Esteban.3JJ
I but why What do the changes over time in the San Esteban wills suggest
19 instead to us about the state of affairs in that community by the later
:r Spanish eighteenth century? First, the increased complexity in the testaments
y for the and the greater attention to detail, specifically where it relates to
r, specific­ landed possessions, suggests a growing awareness on the part of San
1, with a Esteban residents of their place in relation to others; and while an
testaments examination of the names of adjoining landowners indicates that the
=s, by the testators' land is bounded by the land of other Indian proprietors,
tble. And the population of the community had increased over time (the census
tdition of figures for 1793, as noted aboye, reveal over 2 000 residents, from the
bey opted original 250 or so colonists) ,31 with no increase in the land allotted
cribed by to the community. Pressure had to be greater on the individual
tU quipia landowner operating within the original boundaries of the indigenous
:asured m community itself. And pressure was brought to bear as well by
residents of the hispanic community of Saltillo, as contemporary ob­

tolás Asen­ 3j¡ AMS, Inventarios y testamentos, carpeta 13, 1789,1799, will of don Felix

89, will of Mart!n Ramos, 1776.


31 Alessio Robles notes that 245 colonists left Tizatlan barrio in 1591 destined
toña María for the settlement of San Esteban. No other figures are provided. Alessio Robles,
Coahuila JI Tejas en la época colonial, p. 125.
424 LESLlE S. OFPUTT

server fray Juan Agustín de Morfi noted in 1777.38 In short, San


Esteban residents were well aware of the spatial confines of the
community, and the far greater care they took hy the mid-eighteenth
century to specify the limits of their own holdings was in all likeli­
hood a response to this phenomenon.
The language of the testaments reflects the increasing awareness
of the surrounding hispanic world. The tradition of recording wills in
Nahuatl appears to die by the late 1770's in San Esteban, despite
the fact that the community continued to maintain its separate
existence until the late 1820's. And the pcrmeation of those last testa­
ments by Spanish elements suggests that in many respects the commu­
nity was on the verge of becoming part of the larger hispanic whole.
The overwhelming presence of Spanish elements in the documents
may indicate widespread bilingualism within the Indian community;
as their language had been permeated by elements of the hispanic
world, so too had their community been permeated. Yet there were
elements of persistence -retention of certain Nahuatl phrases in the
wills, for example, and an ethnic coherence reflected in the census of
1792- which suggest that the people of San Esteban straddled both
the Indian and the hispanic worlds, adopting those elements from
each which seemed best suited to their particular cÍrcumstances. The
San Esteban testaments, in presenting a view of the Indian world
through Indian eyes, at once provide a statement of Indian adapta­
bility and persistence in the larger Spanish context.

38 See Alessio Robles, p. 398-400, for excepts from Morfi's reporto


TEXT 1

TEXT 1

WILL OF JUSTINA XOCHICUETZIN, 1627

(From AMS, Inventarios y Testamentos, carpeta 1, 1617-1708)

Yn ica ynitocatzin Dios tetatzin yhuan dios tepiltzin yhuan dios espu In the name of God
santo nicpehualtia in notestamento. spirit 1 begin my testa
Ma quimatican in ixquichtin quitazque ynin amatl ca in nehuatl in May all know who
notoca J ustina xochicuetzin in nican nochan San estevan Tlaxcallan cuetzin, whose home i
itechtzinco nipohui yn yehuatzin Sancta Maria purificacion nicchihua fthe barrio of] Santa M
notestamento macoyhui mococohua in nonacayo yece in noyollo in ~y body is sick, yet
nocializ in notlalnamiquiliz in notlacaquia aquen ca can pactica auh memory, and understa
nicchixtica in miquiztli yn ayac huel yxpapa yehua yn ayac huel quitlal­ 1 am awaiting deaj
cahuiya ic nictlalia notestamento in ca tlatzacan notlanequiliz ynic 1 am issuing my test~
mochipa mopiaz ¡nic ayac quitlacoz ca yehuatl in yz catqui ye nicpe­ observed and no one
hualtia huel achto yehuatl in nanima imactzinco nocontlalia yn tote­ beginning.
cuyo dios ca oquimochihuili yhuan nicnotlatlauhtilia inic nechmo­ First of aH, 1 place
tlaocoliliz nechmopopolhuiliz in notlatlacol ma ncchmohuiquiliz in created it, and 1 pray
ixpantzinco in ilhuicatl ytec yn iquac nanima oquitlalcahui nonacayo sins. Let him take me
yhuan nicnotlatlauhtilia yn cemicac ychpochtli Sancta Maa ynic nopan whcn my soul has aba
motlatoltiz in ixpantzinco in itlacoconetzin yn iquac nomiquiztepan Saint Mary to speak
noyehuatzin in san pedro in san pablo yhuan in san francÍsco inic 1 am at the verge of •
nopan motlatoltizque in ixpantzinco dios auh in nonacayo itech nicpo­ San Francisco to spea
hua in tlalli ca ytech oquiz ca tlalli ca coquitl yhuan nicnequi can ce body 1 assign it to th
tilmatli ynic moquimiloz inic motocaz in campa nimotlaliaya can day, and 1 wish only
oncan motocaz in nonacayo yhuan nicnequi in ipampa nanima in be buried. My body is
ipalehuiloca ynic amo ompa huecahuaz porgatorio ce vigilia yhuan myself (sit in church?
ce tetl missa ic motocaz nonacayo auh intlacamo huelitiz iquac ma it not be for a long ti
quin imoztlayoc au (sic) nictlalia macuilli pesos tomines ypampa ce body is buried, and if
tetl missa yhua ce vigilia tlacpac oniquito auh in oc no macuilli pesos And 1 provide fivf
tomines ma yca ame missa nechmotlaocoliliz totlacotatzin yhuan nicpia above.
ce huipilli yztac tonaltecayotl yhuan ce cueitl mexicayotl xoxouqui And for another f
(sic) yhuan ce canpech yehuatl nechhuiquilia nicolas itemiloztin quitla­ priest) grant me two
tlanizque in quimocuitlahuizque inin notestamento ma no yca ome And 1 have a wJ
08)

os espu In the name of God the father, God the son, and God the holy
spirit I begin my testamento
matl in May all know who see this document that 1, named Justina Xochi­
IXcallan cuetzin, whose home is here in San Esteban Tlaxcala, belonging to
::chihua [the barrio of] Santa Maria purificacion, make my testamento Although
10110 in
my body is sick, yet there is nothing wrong with my soul, will,
.ca auh memory, and understanding, but they are sound.
quitlal­ I am awaiting death, which no one can flee or evade, wherefore
iz ynic 1 am issuing my testament and last will so that it will always be
: nicpe­ observed and no one will violate it; here it is, what 1 am now
'n tote­ beginning .
.echmo­ First of aH, 1 place my soul in the hands of our lord God, for he
Iiliz in created it, and 1 pray him to grant me the favor of forgiving me my
macayo sim. Let him take me into his home to God's house in the heavens
nopan when my soul has abandoned my body; and 1 pray the eternal virgin
iztepan Saint Mary to speak on my behalf befare her percious child when
co ¡nic 1 am at the verge of death. Also (1 ask) San Pedro, San Pablo and
nicpo­ San Francisco to speak on my behalf before God. And as for my
can ce body 1 assign it to the earth, for it carne from it and is earth and
ra can cIay, and 1 wish only a cloth with which it will be shrouded so to
ima in be buried. My body i8 to be buried in the same place where 1 place
yhuan myself (sit in church?). And 1 wish for the aid of my soul, so that
~ac ma
it not be for a long time in purgatory, a vigil and a mass when my
opa ce body i8 buried, and if it is not possible then, then the next day.
i pesos And 1 provide five pesos for the mass and vigil that 1 mentioned
nicpia aboye.
Kouqui And for another five pesos in cash, let our precious father (the
quitla­ priest) grant me two masses.
a ome And 1 have a white huipil in the Tonallan style and a green
428 LESLIE S. OFFUTT THE SAN

missa nechmotlaocoliliz intotlacotatzin yhuan chiquace candela tlatlaz Mexica-style skirt and <
ipa tonpa auh ipa altar ma quimotlaliliz yntodacotatzin. owes me. Those who VI
Auh in itech nicpohtiuh (sic) santissimo sacramento centetl caja from him.
tepitzin quipia llavi quimacazque mayordomo. Let our precious f:
Auh in totlaconantzin imayordomo quimacazque macuilli pollo. things) .
Auh ini nocal ome yhuan in tlalli ypan mani nicmaca Ana Joana And six candles will
yhuan ce metlad yhuan metlapilli nicmaca in teoyotica notelpoch our precious father put
frandsco cantor yhuan ce fresada nican tlachihualli yhuan nicpia ce And 1 assign to the
tepozcomitl tepitzin nicmaca nochpoch Joana delgado catca ynamic chest with its key; they
ca teoyotica nochpoch yhuan ca onechmocuitlahui yhuan ce torno And they will give
nicmaca Maria J acoba ynamic Bartolomeu Hernandez. Precious Mother five d
Auh in nechhuiquilia yehuantin Ana idhuau Diego sebastian ce And my two house
canpech no yhuan nechhuiquilia diego ramirez ce huexolotl yhuan Ana Juana.
nechhuíquilia bernardino garcia ome peso yhuan nechhuiquilia Joan And a metate and rl
Miguel yei bara sayal yhuan nechhuiquilia Maria J acoba inamic Cantor and a large bla
Nicolas martín ce huexolotl yhuan nechhuiquilia Joan de Menchaca And 1 have a small
chiquacen bara sayal ipatiuh cecen bara cecen peso yc otimononotzque late daughter Juana D
yhua ce tilmatli yztac ka matlac tomin otimononotzque auh in yehua­ she took care of me.
tzin don antonio nechhuiquilia ce huexolotl onicmacac yei bara sayal And 1 give a lathe t
nican tlachihuaHi auh yn ome bara pano onicmacac ya hue1 huecauh And Ana, the wife
nictlapopolhuiya amo quixtlahuaz yhuan nechhuiquilia bartolome her­ (skirt?) and algo Diegc
nandez chiquace peso yhuan nicmaca dona ynes ome costal yhuan ce dino Garcia owes me tv
pesotica tochomitl yhuan ce otlatl chiquihuitl yhuan ce cacaxicalli of serge, and Maria Ja
huey yhuan dapopoehhuiloni yhuan nicmaca noxhuitzin Joana garcia tom turkey, and Juan d
ce peso tochomitl yhuan ce cacaxiealli chichiltic yhuan ce otlaehiqui­ one peso per vara as w
huid yhuan niepia ce silla prenda ye omoeauh oquicauhtehuac Joan we have agreed on ter
fanfanron [?] ypampa onicmacae ce huipilli yhuan ce cacaxicalli turkey; 1 gave him thl
huey yehuatl oquitlatlan intla huallaz quixtlahuaz conanaz inon silla two varas of woolen d
yntlacamo monamacaz auh in quexquich in tlacpac onicteneu in nech­ 1 forgive it to him; h
huiquilia quitlatlanizque in quimocuitlahuizque inin notlatlalil no­ Hernandez owes me sil
testamento quitazque in capa monequiz au no nichuiquilia Ana Joana And 1 give Dona 11
ce campeeh moxtlahuaz yhuan ce huipilli onicehiuh niemaca maria a heavy reed basket al
yxpopoyotzintli ranehiria [?] yane [?]. incenser. And 1 give II
Auh iz eatqui niquinteneuhtiuh in quimoeuitlahuizque in notesta­ worth a peso and a n
mento ie ce ytoea franCO marcos inie omentin yn quipalehuiz itoca And 1 have a saddle 11
antonio ramirez yehuatin niquintlatlauhtitiuh ma ypaltzinco yn dios cause 1 gave him a hl
quichihuazque ma quitequipanozque inie mochi neltiz inin notzon­ them. If he comes ba
quizcatlanequiliz in izqui tlamantli nictlalitiuh in itech [?] in notesta­ saddle; ir not, it will '
mento auh intla yciuhca mochihuaz inic niquinnotlatlauhtilia yehuatzin And as to aH 1 ha'
in toteeuiyo dios quinmotlaxtlahuiliz inie no yuh inpan moehihuaz in who will take care of
iquae miquizque auh in onicchiuh niean altepetl ypan san esteban ask for it; they will s(
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 429

~la tlatlaz Mexica-style skirt and a campeche (skirt?) which Nicolas Temilotzin
owes me. Those who will take care of this testament will request it
rltetl caja from him.
Let our precious father also grant me two masses for (these
illi pollo. things) .
na Joana And six candles will be burned on the tomb and on the altar; may
notelpoch our precious father put them in place.
nicpia ce And I assign to the [cofradia of] Santissimo Sacramento one small
:t ynamic chest with its key; they will give it to the mayordomo.
ce torno And they will give to the mayordomo of [the cofradia of] our
Precious Mother five chickens.
astian ce And my two houses and the land on which they lie I give to
ItI yhuan Ana Juana.
ilia Joan And a metate and rolling pin I give to my legitimate son Francisco
l inamic Cantor and a large blanket made here .
.:fenchaca And I have a small iron pot which I give to the husband of my
lonotzque late daughter Juana Delgado; she was my legitimate daughtert and
n yehua­ she took care of me.
ara sayal And I give a lathe to Maria Jacoba, wife of Bartolome Hernandez.
huecauh And Ana, the wife of Diego Sebastian, owes me a Campeche
ome her­ (skirt?) and algo Diego Ramirez owes me a tom turkey, and Bernar­
yhuan ce dino Carcia owes me two pesos, and J ose Miguel owes me three varas
acaxicalli of serge, and Maria Jacoba, the wife of Nicolas Martin, owes me a
la garcia tom turkey, and Juan de Menchaca owes me six varas of serge worth
:lachiqui­ one peso per vara as we have agreed, and one white cloak for which
lac Joan we have agreed on ten tomines. And don Antonio owes me a tom
lcaxicalli turkey; I gave him three varas of serge made here. And as to the
non silla two varas of woolen cloth I gave him, it was a very long time ago;
in nech­ I forgive it to him; he does not have to repay it. And Bartolome
lalil no­ Hernandez owes me six pesos.
la Joana And I give Dona Ines two sacks and rabbit skin worth a peso and
:a mana a heavy reed basket and a big straw container [cacaxicalli] and an
incenser. And I give my grandchild Juana Carcia [rabbit fur, cloth]
notesta­ worth a peso and a red [straw container] and a heavy reed basket.
liz itoca And I have a saddle left in hock; Juan Fanfarron left it behind be­
yn dios cause I gave him a huipil and a big straw container; he asked for
notzon­ them. If he comes back heis to pay for them and take back his
notesta­ saddle; if not, it will be soldo
'ehuatzin And as to all I have mentioned above that is owed to me, those
ihuaz in who will take care of this my testament that I have ordered are to
esteban ask for it; they will see where it is necessary. And I also owe Ana
430 LESLIE S. OFFUTT THE SAN 1

tlaxcalla imixpan testigosme in huel ipanpa onotzaloque inic ce tlacatl Juana a Campeche (skir
itoca nicolas martín inic omet 1 sebastian hemadez inic yeintin franCO 1 give to Maria the blinl
marcos inic nahuintin antonio ramirez auh in nehuatl notoca domingo shack.s) .
de ramos scriuano oniquicuilo onecht1atlauhti yn cocoxcatzintli imtoca And here 1 name th(
Justina Xochicuetzin in tlacpac omoteneuh axca ypan caxtolli yhuan first is named Francisco
ome tonalli maní metztli henero 1627 anos. names Antonio Ramirez. :
work so that all this m)
Jhustina Juchiquetzín ordering in my testament
testico Nicolas mm testico And if what 1 ask of
testico them so that the sarne,
Sabastia hemadez And 1 made thisheI
the presence of witnesses
The first one is named;
marcos nandez, the third Frané.
testico antonio ramirez And 1 the notary, nameo
yn testigosme oquifirmati yn franCO marcoz can no testigo ihuan mentioned sick person J1
niquito .......... niquixmati yn Justina xochicuetzin in quichiuh seventeenth day of. the. 1
testamento nixpan.
Domingo de ramos scrivano
Witness: Nicolas Martin.
Witness: Sebastian Herru
Witness: Francisco de SI
Witness: Antonio Ramir!

Of the witnesses (01


signed; and 1 say that.1
who made her testament
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 431

inic ce tlacatl Juana a Campeche (skirt?); it is to be paid. And a huipil 1 made


yeintin franco 1 give to Maria the blind person (who lives?) in the rancheria (the
toca domingo shacks) .
,tzintli imtoca And here 1 name those who wiIl take care of my testament; the
:axtolli yhuan first is named Francisco Marcos; the second, who will help him, is
names Antonio Ramirez. 1 ask thero to do it for God's sake; may they
work so that all this my last will will be realized each ítem 1 am
ordering in my testament.. . '
And if what 1 ask of them is quickly done our lord God wiIl pay
them sothat the same will be done with them when theydie.
hernadez And 1 made this here in the town· of San Esteban Tlaxcala in
the presence of witnesses who they were caBed for that very reason.
The first one. is named Nicolas Martin, the second Sebastion Her­
nandez, the third FranCisco Marcos, the fourth Antonio ;Ramirez.
And 1 the notary, named Doming~ de Ramos, wrote it as the above
testigo ihuan mentioned sick. person Justina Xochicuetzin asked me, today on the
in quichiuh seventeenth day of the month oí January, 1627.

J ustina Xochicuetzin.

Witness: Nicolas Martin.

Witness: Sebastian Hernandez.

Witness: Francisco de San Marcos.

Witness: Antonio Ramirez.

Of the witnesses ( only) Francisco Marcos,. likewise a witness,


signed; and 1 say that 1 am acquainted with Justina Xochicuetzin,
who made her testament in my presence.

Domingo de Ramos.
Notary

28
TEXT 2

WILL OF DIEGO SANCHEZ, 1682

(From AMS, Inventarios y Testamentos, carpeta 1, 1617-1708)

y ca yn itocatzin Dios tetatzin Dios tepiltzin Dios espiritu Sancto. In the name of GOl
Ma mochintin quimatican yn aquihque quitazque ynin amatl yn Spirit, may all know w
nehhuatl notoca Diego Sanchez nican nochan San esteuan yancuic Sanchez, and my horne :
tlaxcalan ytech nipouhtica yn tlaxilacalli San Buenabentura macihui to the barrio of San B
mococotica yn nonacayo Auh yn notlamachiliz yn notlaazicacaquiliz Although my body
yn notlalnamiquiliz aquen ca ca zan huel pactica ycatzinco yn Dios understanding, and rneIl
yehhica ynaxcan niquihtohua ca hue1 nicnozenne1toquitiya yn zan ce fore now I say that I
huel nelli Dios yn toteotzin totlahtohcatzin yn ixquich yhelitzin (sic) our God and lord, the
Dios tetahtzin Dios ypiltzin Dios Espiritu Sancto yhua nicnoneltoqui­ God the Holy Spirit, ane
tiya yn yxquich quimoneltoquitiya tonantzin Santa yglesia Catolica Catholic Church believl
Romana Auh ca yehhuatl ynin tlaneltoquiliztli yp (sic) nimomiquiliz­ now I very much impl
nequi yehhica yn axcan cenca nicmotlatlauhtiliya yn totlazomahuiz­ forever truly virgin, tb.
nantzin Santa Maria In mochipa hue1 nelli ychpochtli ynic nopanpa child our Lord Jesus el
quimotlatlauhtiliz yn itlazomahuizconetzin totecuiyo Jesu Christo ynic to his lordly horne [in ]
nehmopopolhuiliz yn ixquich notlatlacol auh quimohuiquiliz yn nanima testament and last wiIl,
yn itlahtocachantzinco y[lhuiJcac yehhica yn axcan nicchihua nictec­ Now first of all I :
pana notestamento yn za tlatzacan notlanequiliz ca yehuatl ynin ~ ChIist, since he hirnself
yn axcan huel achtopa ymactzinco nicnocahuilia yn nanima yn note­ blood through his deatt
cuiyo Jesu Christo yehhica ca huel yehhuatzin oquimochihuili oquimo­ the earth, since from il
maquixtili yca yn itlazoesotzin miquiliztica ytech yn Santa Cruz auh Also 1 order that wl
yn notlac yn nonacayo ytech nicpohua in tlalli yehhica ca itech oquiz will be buried in the d
yc ochihualoc ­ I also declare that :
No nitlanahuatiya yn iquac Dios quimonequiltiz nimomiquiliz yn will be sold and a pie
notlalnacayo ompa motocaz yteopanchantzinco Santo San froo ­ Cie1d oC Nicolas Vasque
No niquitohua ypalehuiloca noanima monamacaz ze Reja yancuic cushion.
yhuan ce tlalli cuentlalli ompa mani alaguna ycuentechhuic Nicolas 1 also declare that
Basquez yhua ce caballo manzo monamacaz yhua ze cojinillo ­ Jerusalem of one chic!
yhua niquitohua nictlalia limosna Casa Santa de Jerusalen ce pollo Sacrament 1 also make
yhua inahuac cofrandia SantiSsimo no nictlalia limosna - ce pollo yna- día oC) our precious h
7-1708)

Sancto. In the name of Cod the father, Cod the son, and Cod the Holy
n amatl yn Spirit, may all know who see this document that my name is Diego
¡an yancuic Sanchez, and my home is here in San Esteban New Tlaxcala; I belong
Ira macihui to the barrio of San Buenaventura.
IZicacaquiliz Although my body is sick, nothing is wrong with my intelligence,
.co yn Dios understanding, and memory, but they are sound through Cad, where­
yn zan ce fore now I say that I believe completely in the one very true Cod,
~litzin ( sic ) our Cod and lord, the allpowerful Cod the father, Cod his son, and
~noneltoqui­ Cod the Holy Spirit, and I believe all that our mother the Holy Roman
~a Catolica Catholic Church believes. And in this faith I wish to die, wherefore
momiquiliz­ now I very much implore our precious revered Mother Saint Mary,
lazomahuiz­ forever truly virgin, that on my behalf she ask her precious revered
ic nopanpa child our Lord J esus Christ to forgive me aH my sins and take my soul
~hristo ynic to his lordly home [in heaven], wherefore now I make and order my
.yn nanima testament and last will, which is the foHowing.
hua nictec­ Now first of all I leave my soul in the hands of our lord Jesus
ltl ynin ­ Christ, since he himself made it and redeemed it through his precious
la yn note­ blood through his death on the holy Cross. And my body I assign to
aili oquimo­ the earth, since from it it carne and of it it was made.
L Cruz auh Also I order that when Cod wishes that I die that my earthly body
itech oquiz will be buried in the church of Saint San Francisco.
I also declare that for the benefit of my soul a new ploughshare
miquiliz yn will be sold and a pie ce of cultivated land at the lake next to the
fr co _
field of Nicolas Vasquez, and a tame horse will be sold, and a little
eja yancuic cushion.
uic Nicolas I also declare that I make a donation to the Holy House of
illo ­ .J erusalem of one chicken, and to the cofradia of the Most Holy
len ce pollo Sacrament I also make a donation of one chicken, and to (the cofra­
~ pollo yna- dia of) our precious honored mother of the Rosary I also make a
434 LESLIE S. OFFUTT TBE SAN ES

huactzinco totlazomahuiznantzin del Rosario no nictlalia ce pollo donation of one chicken,


ynahuac Redencion de los Cauhtibos ce almud trigo ­ almud of wheat.
No niquitohua nehhuiquilia Diego Phelipe nahui pesos 1 also declare that Die
No niquihtohua nechhuiquilia Pazqual martin chicuacen tomin 1 also declare that Pas
yhua Pedro cano nehhuiquilia nahi tomin Cano owes me four reales
No niquitohua nichuiquilia níeolas de agirre ome pesos yhua ome 1 also declare that 1
tomin ­ tomines.
No niquihtohua nichuiquilia Dn me1chor cazarez ce peso yhua 1 also declare that 1
nahui (reales?) .
yhua niquitohua nichuiquilia ce quixtiano ytoca medina media 1 also declare that 1
fanega trigo - yhua niquitohua nichuiquilia Matias de San miguel fanega oí wheat and 1
ze carga trigo yhua niquitohua mochi ynin notehuiquililiz ytla Dios load of wheat and 1 d
quimonequiltiz mopixcaz tlaoltzintli oncan quizaz yc moxtlahuaz God should wish (allow)
No niquihtohua niquinpia yeintin nopilhuá. ytech yn. achtopa nozi­ them back will come íroIl
huatzin octaca ytoca fransisca - ome zihuatzintzintin yhua ze oquich­ 1 also declare tbat 1 h
tU :le itoca catalina oc ze itoca asensia oc ze itoca Domingo . name was Francisca, two
No niquitohua niquinpia nahuÍntin nopilhua catepan nozihuatzin another named Ascencia,
ytoea elena de, la cruz dios oteehynmomaquili ce. itoca Juan oc ze 1 also declare that 1
itoca Josep oc ze ytoca elena oc ce itoca antona. yhua niquitohua named Elena de la Cru:
nicpia nochan nocal conanazque nopilhua yn achtopa oniquinteneuh another named Joseí, ano
tlahco Auh yn oc tlaco conanazque yn mahuintin nopilhua zatepan 1 also declare that 1 h
oniquinteneuh ZafiO yoqui ytlallo ynin calli no mon¡;:pantlatequiz yc whom 1 first mentioned
tlacpaehuic ytechhuic solar conanazque yn achtopa [no?jpilhua auh 1 mentioned later will t,
yníe tlatzintlahuic conanazque zatepan nopilhuan- no niquitohua be divíded in the middle,
nipia zec cuentlalli ompa izquiztla niquinmaca mochi ynin chicome the top of the 10t, and rn
nopilhua yn achtopa yhua zatepan quimoneneuhcahuizque 1 also declare that 1 1
Yn oc ze tlalli ompa mani aeomo1co nicmaca nozihuatzin elena these seven children of n
de *** ~:mcan quinhuapahuaz topilhua ­ ít equally.
No niquihtohua oc ze nopiltzin ytoca maria ye dios oquimohuiquili And another píece oí
[onie Jmacac ome tlalli ze ompa mani tlatzintla ycuentenco ysabel te­ de la Cruz; there she wil
resa - [oc zeJ ompa mani ycuentenco lasaro ­ 1 also declare that
No niquitohua nicpia se silla yca freno espuelas nicmaca nopiltzin whom God took [1 gave]
Domingo ­ edge of the field oí Ma
No niquihtohua nicpia se metlat! ze caso comalli yhua ze torno yhua of Lazaro.
ome asadon yhua ze acha yhua ce candado .mochi nicmaca nozihuatzin 1 also declare that 1 }
yca quinpalehuiz nopilhua ­ it to my child Domingo.
No niquihtohua nicpia ome burras ce nicmaca nopiltzin Domingo 1 al so declare that 1
oc ze monamacaz ypalehuiloca yez noanima - lathe, and two hoes and
Ynic huel neltiz mazicachihuaz ynin no testamento yn ixquich ypan to help my ehildren wi
onicteneuh niemotlatlauhtilia fransisco de la corona yhua Sebastian 1 also declare tbat 1
fransiseo ypapa Dios ypa motlatoltizque niquimixquetza yc yehuatzi- child Domingo; the otheI
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 435

; nictIalia ce pollo
~o ­ donation of one chicken, and to the Redemption of Captives one
~ui pesos ­ almud of wheat.
chicuacen tomin 1 aIso declare that Diego Felipe owes me four pesos.
1 also declare that Pascual Martín owes me six reales, and Pedro
pesos yhua ome Cano owes me four reales.
1 also declare that 1 owe Nicolas de Aguirre two pesos two
ce peso yhua tomines.
1 also declare that 1 owe don Melchor Cazarez one peso four
(reales?) .
1 also declare that 1 owe to a Spaniard named Medina a half
fanega of wheat and 1 declare that 1 owe Matias de San Miguel a
load of wheat - and 1 declare that as to all these debts of mine, if
God should wish (allow) the corn to be harvested, the means to pay
them back will come from there.
1 also declare that 1 have three children from my first wife, whose
name was Francisca, two female and one male, one named Catalina,
another named Ascencia, another named Domingo.
1 al~o declare that 1 have four children with my second wife
named Elena de la Cruz that God gave to us, one named Juan,
another named Josef, another named Elena, another named Antonia.
1 also declare that 1 have a house which is my home; M Y children
whom 1 first mentioned wiIl take half, and my four children whom
1 mentioned later will take the other half, likewise, this house will
be divided in the middle, my first children will take the part toward
the top oí the lot, and my later children will take the lower parto
1 also declare that 1 have a field in Izquiztla (?); 1 give it to all
elena
these seven children of mine, the íirst and the later; they will share
it equally.
And another piecc of land in Acomolco 1 give to my wife Elena
de la Cruz; there she will raise our children.
1 also declare that to another child oí mine named Maria,
whom God took LI gave], two pieces oí land, one there below at the
edge of the field of Maria Isabel (and another), next to the field
oí Lazaro. >

1 also declare that 1 have a saddle with is bridle and spurs; 1 give
it to my child Domingo.
1 also declare that 1 have a metate, a [cazo?], a griddle, and a
lathe, and two hoes and an axe, and a Iatch; 1 give it all to my wife
ixquich ypan
to help my children with.
Sebastian
yc yehuatzi­ 1 also declare that 1 have two íemale burros; one 1 give to my
child Domingo; the other will be sold íor the benefit of my soul.
436 LESLlE S. OFFUTT THE f

tzin noalbaseas yomextin ypapa Dios químocuitlahuizque ynin in onic­ So that everytbÍn¡
teneuh onictecpan notlatlatil omochiuh nican ypa altepetl San esteuan and completely done
yancuic tlaxcalan yc ome tonalli maní metztli agosto xihuitl 1682 a 3 Francisco for God's
ymixpa yey testigos omochiuh ynin notestamento ­ executors. For God's
ytlatlatlauhtilitica cocoxqui onictlalili ytoca yfirma nehhuatl es­ 1 have dec1ared and
criuano nictlalia ytoca cocoxqui Diego Sanchez New rnaxcala on t
before three witnesse
ttesO Diego Ramos.
At the request of
ttesO Juan Grabiel.
1 the notary set dow
tesO freo marcos.

Witness: Diego 1
ymixpatzinco omochiuh ze alcalde D Juan Diego yhua yey Regi­ Witness: Juan G
dores yhua alhuasil mayor Diego cazeres Sabastian froo nicolas Ramos Witness: Francis
D fr OO de la corona Rejidores.
lt was done befo:
Noyxpan nehhuatl
and the alguacil ma
Diego Raphael
colas Ramos, and de
escrivano.

THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 437

ynin in onic­ So that everything 1 have said in this my testament will be realized
l San esteuan and completely done, 1 request Francisco de la Corona and Sebastian
~uitl 1682 a" Francisco for God's sake to see after it; 1 elect them both as my
executors. For God's sake, they are to take ca re of these arrangements
nehhuatl es- 1 have declared and ordered. Done he re in the town of San Esteban
New TIaxcala on the second day of the month of August 1682;
befare three witnesses this my testament was made.
At the request of the sick person 1 set down his name and rubrico
1 the notary set down the name of the sick person, Diego Sanchez.

Witness: Diego Ramos.


la yey Regi­ Witness: Juan Gabriel.
colas Ramos Witness: Francisco Marcos.

It was done befare the alcalde don Juan Diego and three regidores
and the alguacil mayor Diego Cacerez, and Sebastian Francisco, Ni­
colas Ramos, and don Francisco de la Corona, regidores.

Befare me,
Diego Rafael, notary.
TEXT3

WILL OF DON FELIX MARTIN RAMOS,· 1776

(From AMS, Inventarios y Testamentos, carpeta 13, 1789-1799)

y ca ythocatzin Ssma trinidad Da pe D" hijo y DS espiritu Santo In the name of the 1
Amen. God the Holy Spirit,
Ma mochintin quimatican yn aquiqe quítasque ynin noamatlacuilol May all know who
memoria ypan pohui notestam to yn nehuatl notoca Dn feIis Martín is don Felix Martín 1
Ramos nican nochan ypan ynin Altepetl San Estevn yancuic tIax" Esteban New Tlaxcala
Saltillo yteh nicpohua Barrio de la Limpia Consepcion Auh masoyhui Concepcion. Although·
yn mococotica yn nonacayo Auh nomacuilitlamachilis ca huel pactíca through the graceóf ot
yca ygraciatzin ttO Dios yhuan tonantzin sta yglecia Catholica Romana the Holy Roman Catb
be1ief. For tbis is it[m
ca no yxquich nicneltoca yhuan ynin tlaneltoquilistli ypan nimomi­
The very first thin
quilisnequi ca yehuatl ynin hueI ahto ymactzinco nicnocahuilia noanima
God, for it is truly lili
yn ttO D" ca neli ytlachihualtzin yhuan miquilistica oquimomaquixtili ít on the Holy Cross.l
yteh Sta cruz Auh notlalnacayo yteh nicpohua yntlali ca yteh ochí­ for from it ít was made
hualoc ­ I also declare that
No niquitoa ycuac DS quimonequiltis nomiquilis nictlatlani tocos my earthly body willb
notlalnacayo yteopanchantzinco ttO D" Sto Su fran yc ixpantzinco Altar San Francisco in frónt
totlazomahuisnantzin de la Consepcion canpic yes lugar noquimilica the concepéion wherev
mochihuas de istac tilmatzintli ye mochua (sic) noconetzitzihuan a white shawl already
nehmacasqe noentierro yesqui yca cruz tepitzin huel yoqui notlanequilis M y funeral will be a lt
yhuan pa ydros noteopixcatzin nicahua se burrito pardo monamacas the fees of my priest
pa motlaxtlahuas. for them. I also declar
No niquitoa modaxtlahus nolimosnas mandas forsosas casa sta de bequest to [the cofrad
Jerusalen redencion de los cautivos a dos reales las cofradias ssmo redemptíon of the capti'
yhuan totlatzomahuisnantzin del Rosario Animas sesen tomin de yehuatl Holy Sacramento and
DS quimotemaquuilis yc nicahua se capote usado pa yteh quisas yhuan it will be given to Gc
de yehuatl mosobraros yesqui pa ypalehuiloca noanimatzin ­ from it, and what is le
No niquitoa qename yehuatzin UO DS onehmomaquili yca ytehuio­ I also declare as te
tzin nonamictzin ytoca Mathiana Fran" yhuan durante sto matrimonio legitimate wife named )
Dios otehmomaquili nahui topilhuan yehuatl huey tlacatl ytoca Xptobal God gave us four chil
6

¡tu Santo In the name of the Holy Trinity God the father God the son and
God the Holy Spirit, Amen.
natlacuilol May all know who see thís document my testament that my name
is Martin is don Felix Martin Ramos, my home is here in the town of San
cuic tla"D Esteban New Tlaxcala Saltillo, I belong to the barrio of the Limpia
masoyhui Concepcion. Although my body is ill, my five senses are very healthy,
;el pactica through the grace of our lord God and 1 believe in all that our mother
l Romana the Holy Roman Catholic Church believes and 1 wish to die in thís
I nimomi­
belief. For this is it [my will].
1 noanima
The very first thing, 1 leave my soul in the hands of our lord
maquixtili God, for it is truly bis creation and through his death he redeemed
ít on the Holy Cross. As for my earthly body, 1 assign it to the earth
yteh ocbi­
for from it it was made.
1 also declare that when God should wish my death 1 ask that
:lani tocos my earthly body will be buried in the church of our lord God Saínt
meo Altar San Francisco in front oI the altar of our precious revered virgin of
oquímilica the concepdon wherever there will be a place. M y shroud will be
!tzitzihuan a wbite shawl already made by my children; they wiIl give it to me.
Itlanequilis My funeral will be a low mass. This is very much my wish; and for
lonamacas the fees of my priest 1 leave a gray burro; it will be sold to pay
for them. 1 also declare that 2 reales will be paid for an obligatory
ISa Sta de bequest to [the cofradia of] the Holy House of Jerusalem and the
días ssmo redemption oí the captives, and a real each to the cofradias oí the Most
de yehuatl Holy Sacramento and our precious mother of the Rosaryand Souls;
gag yhuan it will be given to God, for this 1 leave a used coat, it wiIl come
from it, and what is kft over will go for the sake of my soul.
1 ytehuio­ 1 also declare as to in what manner our lord God gave me my
latrimonio legitimate wife named Matiana Francisca, and during our holy marriage
1 Xptobal God gave us four children very much grown, named Cristobal Feli­
440 LESUE S. OFFUTT THE SAlI

Felisiano yhuan Juana Andrea, Ant O Nicolas, yhuan Josepha de Jesus ciano and Juana Andn
ye Dios oquimohuiquili. already took her.
No niquitoa ynin caltzin canpa nimotlatolchialiticate yehuatzin ttO 1 also declare this 1
D8 moconponeroa de beinte morilos a.xcan nosoatzin Da Mathiana oí 20 beams. Now [to:
íran a nicahuilia ypan ynin caltzin macuili morillos p" tlacpac yca mochi this house íive beams
tepantli yhuan marco puerta de dos manos yca ychapa yhuan llave and doorway, a doubl~
hoc sequi noconetzitzihuan niquincahuilia sa no yaqui momacuili mo­ to my children, also íi
rillos yca mochi tepantli noyhuan tlali alahuerta moconponeroa de orchard land composel
quinse baras y uno qta yc patlahuac yca mochi en corralado de tepantli surrounded by a wall. •
axcan sa no yoqui ninemactia nosoatzin de inin tlaltzintli seis ba­ wHe, six and one-quart
ras yhuan se quarta p" canpic calaqui tonati ytehhuic Dn Jquin Ramos Joaquin Ramos and tb
yhuan lo demas yehuatl mocahua de inin tlali huel nicmotlatlatilia p" that my children will d
yehuatzin quinyecxexelhuis noconetitzihua por iguales partes - noyguan 1 leave to my wiíe don
nicahuilia nosoatzin Da Mathiana fran" se burrito se caso yhuan metlal metate, a pair oí card!
se pares cardas yhua quatro b" de tlali ompa ma tlacpac ychancalalatzin the top in the house (
catca ytehhuic Dn Jquin Ramos p" tlatzintlan. oí don J oaquin Ramos
No niquitoa nicahuilia noconetzin Xptov 1 Felisiano se tlali de la 1 also declare that 1
B" ompa mani quilhuia chihuagua calaqui dos almudes yhuan se ing ...... varas he sa
rasado de tlaoli tlatoctli ytehhuic Dn Andres Pascual catca para a ...... oí com is se
tlatzintlan. Pascual toward the bOl
No niquitoa noconetzin AntO Nicolas nicnemactia se tIal yehual­ 1 also declare that 1
tzintli nican mani ychan Andres Ramos catca p" canpic quisa tonati in the home oí the latl
ye ca mojoniado. marked (mojoniado ­
No niquitoa cosinita yehuatl ca nican canpa ticmotlatolchialia quipi 1 also declare [tbat
dase morillos ynin quimoyecxexelhuisqe entre nosoatzin yhuan nopil­ it has 12 beams; this m
huan parejos. 1 also declare tbat 1
No niquitoa nitehuiqui se missa resada ynahuactzinco totlasomahuis­ (íor?) our precious rCVf
nantzin de Guadalupe oc se ynahuactzinco Ntra S" de la - - - - ­ Our Lady oí VillasecaJ
oc se ynahuactzinco Ntra S" de Billa seca ynahuactzinco Senor de la a recited mass and a su
Capilla nitehuiquilia se missa resada yhuan se missa cantada, tla De [out oí the land?], it 11
nehquixtis ypan ytIaltipactzinco ye mocagua noconesisihua p" quichi­ to do, God will pay thc
huasque De quinmotlaxtlahuilis 1 also declare that ]
No ni quito a Ju Joseph de Aguirre nicuiquilia quatro pesos mo­ here in the villa.
chantia nican Alavilla. 1 also declare 1 OW€
No niquitoa acmo aquin nicuiquilia acmo aquin nehhuiquilia yhuan whocver will appear UI
tia aquin nesis Juramentotica nicuiquilia panpatzinco D" motlaxltlahuas. oí God he wiIl be paid,
Auh neltis masicachihuas yn yxquih onictecpancatlali ypan ynin Let everything 1 ha
noamatzin za tlazaca notlanequilis niquinmotIatIautilia noalbaseas mo­ will, be verified; 1 ask :
chihuasq" huel ahtopa nosoatzin Da Mathiana Fran" yhuan noconetzin dona Matiana Francisca
Xptoval Felisiano ca huel niquinmotlatlautilia mochihuasque ypanpa­ pray oí them that they
tzinco Dios yhuan yrnixpantzinco ome tt" nican chaneque ypan ynin oí two witnesses who li,
THE SAN ESTEBAN NAHUATL TESTAMENTS 441

de Jesus ciano and Juana Andrea, Antonio Nicolas, and Josefa de Jesus, Goa
already took her.
llatzin ttO 1 aIso declare this house, where 1 am awaiting God, is composed
Mathiana of 20 beams. Now [to] my wife dona Matiana Francisca 1 leave in
ea mochi this house five beams toward the top through [with?] all the wall
uan llave and doorway, a double door with its lock and key, another 1 leave
Lcuili mo­ to my children, also five beams through [with?] aIl the wall. Also
Ineroa de orchard land composed of fifteen and a quarter varas wide, a1l
.e tepantli surrounded by a wall. Now also 1 give a portion of this land to my
. seis ba­ wife, six and one-quarter varas toward the west next to that of don
.in Ramos J oaquin Ramos and the rest of this land remaining 1 very much pray
ltlatilia p" that my children will divide it among themselves in equal parts. Also
-noyguan 1 leave to my wife dona Matiana Francisca a Httle burro, a case and
tan metlal metate, a pair of cards [for wool] , and four varas of land there at
lcaIalatzin the top in the house of .......... catca (the late?) next to that
of don Joaquin Ramos toward the bottom.
lali de 10 1 also declare that 1 leavc my son Cristobal Feliciano land measur­
yhuan se ing ...... varas he says it is there in Chihuahua; two almudes and
atea para a ...... of com is sown next to the land of the late don Andres
Pascual toward the bottom.
al yehual­ 1 also declare that 1 give to my son Antonio Nicolas land it is here
llisa tonati in the home of the late Andres Ramos toward the east it is already
marked (mojoniado - mojon = landmark, pile, heap?).
lialia quipi 1 also declare [that there is] a little kitchen he re where we await,
uan nopil­ it has 12 beams; this my wife and my children wiIl divide equally.
1 also declare that 1 ...... [owe?] [tehuiqui] a recited mass near
asomahuis­ (for?) our precious revered mother of Guadalupe, another near (for?)
Our Lady of Villaseca, near (for?) the Lord of the Chapel, 1 owe
,enor de la a recited mass and a sung mass, let God take it from me on the land
lda, tIa Da [out of the land?], it has already been leít to my children for them
p" quichi­ to do, God will pay them.
1 also declare that 1 owe Juan Josef de Aguirre 4 pesos, he lives
pesosmo­ here in the villa.
1 also declare 1 owe no one, no one owes me, and let it be that
uilia yhuan whoever will appear under oath [and say] that 1 owe him, because
laxItlahuas. of God he will be paid.
ypan ynin Let everything 1 have arranged here in this document, my final
baseas mo­ wiIl, be verified; 1 ask my albaseas that they will do it, first my wife
noconetzin dona Matiana Francisca and my son Cristobal Feliciano 1 very much
lle ypanpa­ pray of them that they will make this because of God and in front
ypan ynin of two witnesses who live here in this town of San Esteban. And now
THE SAN
442 LESLIE S. OFFUTT

altepetl Sn Estev n yhuan axcan veinte y siete de mayo de mill sete­ the 27 of May 1776 1
cientos setenta y seis a" Auh nehuatl AntO Basilio pr ocupacion de don Josef Ventura 1 is.!
sor escriv" Dn Jph Be nictemaca melahualistli qename·oquimochihuili person made hís docurr
this reason no longer di
c~~xcat~intli y~atzin yca yen tero juicio yhuan panpa acmo quimo­
pIaha chlcahualis ypan ymatzin yca ytlatIautilitzin nictlalilia ytocatzin prayers 1 place his nar
yhuan yfirma.
An tonío Basilio
f'elis Martín Ramos
Anta Basilio Through his request wi1

y ca ytlatlautilis tt"
don Bernardino de
Dn Bernardino de Sena .
Antonio Basilio
yhuan Dn Ju Estev n Maldonado

Ant O Basilio and for the witnesses

Antonio Basilio

y pr ttO
J osef Martin Ventu:
Ant O Basilio escribano publico d€

Joseph Mm Be
esso ppoo de Cauo
TRE SA:Il ESTEBAN NARUATL TESTAMENTS 443

mill sete­ the 27 of May 1776 1 Antonio Basilio by occupation of senor notary,
,acion de don Josef Ventura 1 issue this document honestly as to how the sick
lochihuili person made his document (it was) through full judgement and for
o quimo­ this reason no longer does he have strength, by his hand through his
ytocatzin prayers 1 place his name and his sign Felix Martin Ramos.

Antonio Basilio

Through his request witnesses

don Bemardino de Sena and don Juan Esteban Maldonado


Antonio Basilio

and for the witnesses

o Antonio Basilio

Josef Martín Ventura

lasilio
escribano publico de cabildo.

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
MANEJO DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES

EN UNA COMUNIDAD INDíGENA NÁHUATL 1

JOSÉ GONZÁLEZ RODRIGO

Introducción

En este trabajo se asume que el manejo de los recursos naturales


forma parte del conjunto de las estrategias llevadas a cabo por las uni­
dades económicas campesinas para lograr su reproducci6n. En este sen­
tido, es importante destacar que en este esfuerzo de reproducción, la
familia indígena campesina se encauza a través de dos vías: la produc­
ci6n de mercancías y la venta de fuerza de trabajo (Palerm, 1980: 208­
215 ).
Además, las relaciones hombre-ambiente en una comunidad indí­
gena campesina no s610 están prescritas por la relación entre el individuo
aislado de la comunidad y el medio natural, sino que es la interacci6n
recíproca entre una poblaci6n humana, compuesta por un conjunto de
unidades económicas campesinas y su medio natural.
De esta manera podemos postular tres premisas para el análisis de
las relaciones hombre-ambiente en comunidades indígenas campesinas.
Primero, la unidad fundamental de la comunidad campesina, la uni­
dad econ6mica familiar, es el elemento que interacciona recíprocamente
con el medio natural, y con el sector externo de la sociedad. Segundo,
el sector capitalista de la sociedad establece una serie de pautas en la
conducta de la unidad económica campesina que influyen tanto en su
estructura, como en la utilización de los recursos naturales, haciéndose
evidente estas influencias a través de la demanda de cierto tipo de
productos y de fuerza de trabajo. Tercero, para la unidad econ6mica
campesina, la opción por la mejor estrategia en la utilización de su
medio está dada en base a su estructura, a la disponibilidad de recursos

1 Una versión de este trabajo fue presentada en el Coloquio Etnia y Sociedad


en Oaxaca; ENAH, Departamento de Antropología, UAMI, Museo Regional de
Oaxaca, Oaxaca, mayo 15-17, 1991.
446 JosÉ GONZÁLEZ RODRIGO
MAPA (1)­
dentro de su medio natural y al conocimiento en el manejo de estos
recursos.
Esta investigación se llevó a cabo en el pueblo indígena náhuatl
de Santa Catarina del Monte, del municipio de Texcoco, en el Es­ . •
tado de México, localizado en la ladera oeste de. la Sierra de Tláloc,
dentro de la cuenca del Valle de México.

Tenencia de la tierra y recursos naturales

Es a partir de la Revolución Mexicana (1910) cuando se inician


.T
una serie de cambios dentro de la región de Texcoco, los de mayor im:'
portancia son: la recuperación de las tierras agrícolas, de los recursos
forestales, y del agua de los manantiales, por parte de las comunidades ••
indígenas. Pero a diferencia de lo que sucedía en épocas. anteriores, la
recuperación a través de restituciones y dotaciones agrarias, provocó
que la región de Texcoco se fragmentara en una multitud de comuni­
dades campesinas que adquirieron características particulares a partir
de los recursos que recuperaron (González, 1991: 2).
En el espacio circunscrito por los límites ejidales y comunales, es
en donde se llevan a efecto las interacciones ambientales de la comu­
nidad (Diario Oficial de la Federación, 1927 y 1966). Dentro de estos
límites se pueden hacer subdivisiones verticales desde el punto de vista
altitudinal, y que corresponden a comunidades vegetales bien definidas,
que para los fines de este trabajo se consideran como microambientes;
así, en cada uno de éstos se encuentran una serie de recursos que son
utilizados por la población ecológica bajo estudio, y son, precisamente,
los recursos utilizados, el patrón que sirve para definir las relaciones
ecológicas (Coe y Flannery, 1964). Estas relaciones, se establecen fun­
damentalmente por factores económicos externos a la comunidad, en
base a la oferta y la demanda de productos en el mercado nacional,
en este sentido la utilización de la gama de recursos naturales disponi­
bles, es el reflejo de un conjunto definido de estrategias adaptativas que
están condicionadas por la cantidad y calidad de los recursos dentro del ~.

ecosistema, y por factores socioeconómicos ajenos al ecosistema.2


De esta manera encontramos de acuerdo a los gradientes altitudina­
les, diferentes tipos de vegetación y diferentes usos del suelo. Hacia el ••
extremo oeste (entre los 2500 y 2600 m.s.n.m.), en la parte inferior
del somontano alto existe una franja de suelos altamente erosionados ••• $o;"
I

2 Ver mapa 1 y esquema 1.


MAPA (1)- USO DEL SUELO DE LAS TIERRAS EJIDALES y COMUNALES DEL PUEBLO DE STA. CATARINA DEL MONTE.;MPIO.DE TEXCOCO,EDO.DE MEXICO.

¿
S I lA 8 o L s lA o

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500
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"tA IlI-,.I. ['CAI..A ¡ ,o,ooe Afl'/.fOXIMADA.

52
PLANO BASE Y DE CONTROL

CARTA' TOIPOGRA"CA!Ii TE.coce 'f C4LC'O tOtUNAL.1


PR01!CCIO.. ~TRAIIII'''U~5 Ol MA"CATO~
tI tUAO'tltULA UTM.A tAO,;. 1000 m

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MAPA(ll- USO DEL SUELO DE LAS TIERRAS EJIDALES y COMUNALES DEL PUEBLO DE STA. CATARINA DEL MONTE; MPIO.DETEXCOCO,EDO.DE MEXICO.

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MANEJO DE RECURSOS NATURALES 447
O. DE MEXICO.
("el tepetatal"); esta zona, hacia la época de contacto, estuvo aterra­
zada y densamente poblada y en donde se practicaban sistemas agrícolas
intensivos. En la Colonia, fueron dedicadas a la producción ganadera y
forestal, actividades que aceleraron el proceso de pérdida de suelo (Pa­
L S M O
lerm y Wolf, 1972: 146). Recientemente, entre 1980-1981 estas tierras
fueron terraceadas dentro del programa de regeneración de suelos y
aguas, que el Gobierno del Estado de México llevó a cabo en esa enti­
E L O
dad; los terrenos así recuperados se dedican a la agricultura de tempo­
ral. Por otra parte, las tierras restantes no recuperadas, se utilizan como
Bp
pastizales de ganado menor (ovejas y cabras), y en donde además se
Ba recolectan plantas medicinales.
Bq En la franja inmediata superior (entre los 2600 y 2700 m.s.n.m.),
Ar en la parte superior del somontano alto y dentro de los límites de las
Al tierras comunales, se encuentra el pueblo de Santa Catarina. En la
alOMADOS Em
zona poblada encontramos una serie de rasgos característicos que con­
viene mencionar. Primero, el patrón de asentamiento, al igual que to­
DNAOOI E.
dos los pueblos serranos localizados en la región de Texcoco, es disperso.
Z
Segundo, dentro de esta zona las terrazas de cultivo tienen riego, y su
fuente de agua son tres manantiales localizados en la parte alta del pue­
blo y dentro de los límites comunales. Tercero, las casas y los terrenos
de cultivo a ellas asociados forman una unidad agrícola indisoluble de
propiedad privada, en donde cada casa y sus terrazas circundantes re­
ciben un nombre específico (11ashuilanco, Buena Vista, San Antonio,
Atzoyatla, etc.). 3
El siguiente piso altitudinal, entre los 2700 y 3000 m.s.n.m., en las
tierras con pendiente muy marcada se localizan los bosques de Quercus
y Abies, de donde se extrae madera, leña, hongos comestibles y plantas
medicinales; mientras que las tierras con pendiente relativamente suave
están dedicadas al cultivo de temporal. En relación con el tipo de pro­
piedad, los terrenos de cultivo que se encuentran arriba de la cota de
los 2700 m.s.n.m. y dentro de los límites de las tierras comunales, son
de propiedad privada; mientras que las parcelas de cultivo dentro de
los límites de las tierras ejidales están poseídas como unidades de dota­
ción ejidal (Diario Oficial, 1977).
En el siguiente piso altitudinal, entre los 3000 y 3500 m.s.n.m., se
encuentra el bosque de Abies y la pradera de Potentilla candicans; del
primero se extrae principalmente madera, hongos comestibles y leña.
La pradera, y no más arriba de los 3200 m.s.n.m., se utiliza como pas­
tizal de ~anado menor (ovino y caprino), mientras que las praderas
ZALll ltI o o 111180
3 Ver esquema 2.
29
448 JosÉ" GONZÁLEZ RODRIGO MANEJI

localizadas a mayor altitud, son utilizadas como pastizales de ganado La creciente importan
mayor (bovino, caballar, mular). economía de la comunida
Por último, en la franja ubicada a mayor altitud (entre los 3500 y cuarentas, con la construcc
los 3800 m.s.n.m.) está el bosque de Pinus, del que se extrae madera, blo de Santa Catarina del
hongos comestibles y leña. Y el zacatonal asociado al bosque de Pinus, pan y de esta manera se
se dedica como pastizal de ganado mayor. ciudades de Texcoco y M
cultivo de estas especies. ,
nidad conocer la demand
Actividades económicas y adaptación ponibles dentro de su ent<

Es a partir de la desaparición de las haciendas, de la revolución


mexicana y concretamente de la reforma agraria, cuando se observan Agricultura
dos cambios muy rápidos en la economía de la comunidad y por ende
en la utilización de los recursos. El primero de estos cambios, ocurre Es necesario aclarar q
hacia la época entre ". .. 1900 a 1930 ... que representa el paso de ral, los cultivos "tradiciOl
la concentración de la producción en las haciendas a la pequeña explo.. factores que se encuentrar
tación campesina ... y el paso de la venta de fuerza de trabajo a cam­ estrategias y alternativas q'
pesinos con una agricultura de autoabasto ... " (J. Palerm, 1979: 160). la de los habitantes de la
De esta manera, en Santa Catarina se observa una intensificación en Así, el factor que esta!
la apertura de tierras para la agricultura de temporal, en la zona que ta Catarina, es el problen
actualmente es el ejido y que antes estaba ocupada por la Hacienda lluvias tardía y/o de hel.
de Chapingo. En este periodo, predomina la agricultura de autoabasto, cultura del maíz; de aqt
ya que la presencia de tierras desocupadas aptas para la agricultura de helada es el riego presem1:
temporal permitió absorber aquella mano de obra, que antes de la de que empiecen las lluvi
Revolución, estaba destinada al peonaje en las haciendas. Según el Dia­ der de la precipitación (S
rio Oficial (1927), diez años antes de la publicación de la resolución Por otra parte, la ZOI
presidencial, los habitantes de Santa Catarina ya habían tomado pose­ indirectamente la introdu
sión de los terrenos que se iban a dar posteriormente en dotación. vee de un área para la 1
El segundo cambio en la economía de la comunidad de Santa Ca­ este desplazamiento está •
tarina dél Monte tuvo su base en el acceso al riego y a la existencia de lidad de los cultivos para
las tierras ejidales de temporal; estos recursos permitieron plantear nue­ De una manera esquel
vas alternativas y estrategias agrícolas. Si en un principio el acceso al de los cultivos "tradicion:
riego permitió una cosecha segura de maíz, a partir de la década de los debido a la limÍtante del
40's;' la alternativa a seguir es el cultivo de flores, plantas medicinales zona poblada (con riego
y frutales; es decir, permitió la introducción de cultivos de carácter por la humedad (entre 11
comercial. A su vez, la existencia de terrenos agrícolas de temporal es­ años muy húmedos por ~
timuló el tipo de estrategia seguida, al permitir el desplazamiento par­ nuevas tierras en la franj:
cial del maíz y del trigo dentro de esa zona de tierras. 5 En la región de Texco
vos, que se expresa en un ft
<1 Es en esos años cuando se abre el camino de terracena que une al pueblo Así los cultivos "tradicional,
de Santa Catarina con la ciudad de Texcoco. malz, son: el trigo, la cebad
MANEJO DE RECURSOS NATURALES 449

es de ganado La creciente importancia de la agricultura comercial dentro de la


economía de la comunidad se vio estimulada, hacia la década de los
re los 3500 y cuarentas, con la construcción del camino de terracerÍa que une al pue­
rtrae madera, blo de Santa Catarina del Monte con el pueblo de San Miguel Tlaix­
¡ue de Pinus, pan y de esta manera se logró tener una mejor comunicación con las
ciudades de Texcoco y México, esta obra de infraestructura impulsó el
cultivo de estas especies. Ya que permitió a los habitantes de la comu­
nidad conocer la demanda de productos y capitalizar los recursos dis­
ponibles dentro de su entorno natural.

la revolución
) se observan Agricultura
d y por ende
Illbios, ocurre Es necesario aclarar que las tierras de riego, las tierras de tempo-­
ta el paso de ral, los cultivos "tradicionales" 5 y los cultivos comerciales; son todos
~queña explo.. factores que se encuentran en una interacción constante, a través de las
abajo a cam­ estrategias y alternativas que conforman el proceso de adaptación agrÍco­
. 1979: 160). la de los habitantes de la comunidad de Santa Catarina del Monte .
nsificación en Así, el factor que establece el patrón de riego en el pueblo de San­
I la zona que ta Catarina, es el problema lluvia helada. Es decir, una temporada de
la Hacienda lluvias tardía y/o de heladas tempranas puede ser fatal para la agri­
le autoabasto, cultura del maíz; de aquí que, la solución actual al problema lluvia
19ricultura de helada es el riego presembrado, en otras palabras, regar y sembrar antes
: antes de la de que empiecen las lluvias, y después de esto, el cultivo puede depen­
5egún el Dia,.. der de la precipitación (Sanders, 1976: 66-67).
la resolución Por otra parte, la zona de agricultura de temporal ha favorecido
tomado pose­ indirectamente la introducción de los cultivos comerciales, porque pro­
dotación. vee de un área para la recepción de los cultivos "tradicionales", pero
de Santa Ca­ este desplazamiento está regulado fundamentalmente por la susceptibi­
existencia de lidad de los cultivos para adaptarse a esas condiciones ambientales.
plantear nue­ De una manera esquemática podemos decir que la distrihución actual
, el acceso al de los cultivos "tradicionales", es como sigue: el maíz (Zea mays L.),
década de los debido a la limitante del factor lluvia helada, se cultiva dentro de la
is medicinales zona poblada (con riego); en las zonas de temporal más favorecidas
! de carácter por la humedad (entre los 2750 y 2900 m.s.n.m.) y eventualmente en
i temporal es­ años muy húmedos por abajo de los 2600 m.s.n.m., hacia las zonas de
~miento par- nuevas tierras en la franja del tepetataL El trigo (Triticum sativum L.),
ti En la regi6n de Texcoco existe una continuidad de ciertos cultivos no nati­
vos, que se expresa en un fuerte sincretismo con el cultivo de plantas extranjeras.
une al pueblo Asi los cultivos "tradicionales" para el pueblo de Santa Catarina, además del
maiz, son: el trigo, la cebada, el haba y la papa (Palerm, J., 1979: 174).
450 JosÉ GONZÁLEZ RODRIGO MAN

se cultiva por lo general a partir de los 2750 m.s.n.m. rebasando los (Tagetes erecta L.), y ,
límites altitudinales del maíz en los claros abiertos del encinar y del mans).
oyametal, y ocasionalmente dentro de la zona poblada. La cebada
(Hordeum vulgare L.) se siembra generalmente en las tierras de tem­ C) Plantas medicin
poral localizadas en el "tepetatal"; en los claros del bosque mixto de La importancia del
encino y oyamel, y eventualmente, en la zona de riego dentro de los si comparamos el núme
limites de la zona poblada. El haba (Vicia faba L.) y el alverj6n (Pi­ y el número de especie!!
sum savitum L. varo arvense (L.) Poir), al ser cultivos que se asocian las especies de plantas :
al maíz lo encontramos dentro de las zonas indicadas para este último. tarin del Monte. Otro
El cultivo de la papa, por soportar una mayor altitud lo encontramos de plantas medicinales
generalmente en la zona de temporal arriba de los límites altitudinales individuos de estas espc
del maíz.6 tinua durante la mayor
Con respecto a los cultivos comerciales existen 3 tipos, éstos son: los
árboles frutales,. las flores y las plantas medicinales.
Recolección
A) Árboles frutales
Como vimos, a pm
Debido a la falta de capital de las unidades de producci6n este tipo a comerciar con las fl(
de cultivo no ha tenido gran éxito entre los agricultores. Debido a que partir de los contactos
las variedades cultivadas no tienen la calidad ni los rendimientos para mentalmente con los m
competir con la fruta que se vende en los centros de comercio. Las es­ tantes de la comunidad
pecies más exitosas son el durazno (Prunus pernea (L.) Sieb. y Zucc.) dad de vender especies
y la pera (Pyrus communis L.) La recolección imp:
B) F~ores ornamentales rial dentro de la comu:
miento de las diferente
Actualmente, este cultivo juega un papel muy importante en las es­ donde se les puede enc
trategias econ6micas y adaptativas dentro de la comunidad de Santa vidad gira en tomo a .
Catarina, esto lo decimos en relaci6n al espacio y la cantidad de trabajo
que requiere su cultivo, que es de carácter más intensivo. A) Plantas medicir
Podemos decir que aunque el cultivo de las flores tiene bastante En el área de estudi
importancia dentro de la economía de las unidades campesinas, el de­ tas medicinales no cult
sarrollo de esta actividad se ve frenado por la falta de capital, además sionada ("el tepetatal"
de que es claro, que las técnicas utilizadas en el cultivo de las flores no En la zona poblada
aseguran un alto rendimiento y una mayor productividad en cuanto a tadas en la literatura
este rubro se refiere; también es claro, que la introducción de varie­ 1979; Villegas, 1969;
dades más finas de flores no es posible dadas las condiciones econ6micas Con respecto a la
,de las unidades de producci6n. lectadas de plantas me
Las flores que se cultivan preferentemente, son: la bola de hilo dos en la literatura con
{Chrysanthemum frutescens L.), el margarit6n (Chrysanthemum leu­ que otros son del OOsql
.canthemum L.), la dalia (Dahlia pinno.ta Cav.), la flor de muerto anterior, aunque el nÚJ
6 Ver mapa 2. 7 Ver mapa 2.
MANEJO DE RECURSOS NATURALES 451

rebasando los (Tagetes erecta L.), y el agapando (Agapanthus africanus (L.) Hoff­
encinar y del mans).
a. La cebada
ierras de tem­ C) Plantas medicinales
¡que mixto de La importancia del cultivo de plantas medicinales se hace patente
dentro de los si comparamos el número de especies cultivadas de árboles frutales (5)
alverjón (Pi­ Y el número de especies de flores ornamentales (14) con el número de
lue se asocian las especies de plantas medicinales (24) que se cultivan en Santa Ca­
:-a este último. tarin del Monte. Otro aspecto que resalta la importancia del cultivo
) encontramos de plantas medicinales con fines comerciales, es que la mayoría de los
:s altitudinales individuos de estas especies se encuentran en una producción casi con­
tinua durante la mayor parte del año (González, 1990: 3).
éstos son: los

Recolección

Como vimos, a principios de la década de los cuarentas se empieza


:ción este tipo
a comerciar con las flores y las plantas medicinales cultivadas, y es a
Debido a que
partir de los contactos comerciales con la ciudad de Texcoco y funda­
imientos para
mentalmente con los mercados de la ciudad de México, como los habi­
lercio. Las es­
tantes de la comunidad de Santa Catarina se percataron de la posibili­
iieb. y Zucc.)
dad de vender especies no cultivadas, en esos centros de comercio.
La recolección implica un amplio conocimiento del espacio territo­
rial dentro de la comunidad, asimismo, cierta especialización y conoci­
miento de las diferentes especies de carácter comercial y de los lugares
mte en las es­
donde se les puede encontrar y recolectar. En la comunidad, esta acti­
:l.ad de Santa
vidad gira en tomo a plantas medicinales y hongos comestibles.
ad de trabajo
A) Plantas medicinales
tiene bastante En el área de estudio se detectaron tres zonas de recolección de plan­
)eginas, el de­ tas medicinales no cultivadas, a saber, la zona poblada, la franja ero­
lpital, además sionada ("el tepetatal") y el bosque de encino. 7
~ las flores no En la zona poblada, la mayoría de las especies colectadas son repor­
I en cuanto a tadas en la literatura como planta,> arvenses o rudera1es (Rzedowski.
~6n de varie­ 1979; Villegas, 1969; Sánchez, 1980).
~ económicas
Con respecto a la recolección en "el tepetatal", las especies reco­
lectadas de plantas medicinales pertenecen a géneros que son reporta­
:bola de hilo dos en la literatura como peculiares de los matorrales xerófilos, mientras
~hemum leu­
que otros son del bosque de encino (Rzedowski, 1978: 1979). Por lo
Ir de muerto anterior, aunque el número de especies de plantas medicinales recolec­
7 Ver mapa 2.
452 JosÉ GONZÁLEZ RODRIGO MANE

tadas es bajo, el número de individuos por especie y por área es alto, tan en esas comunidades
rasgo que deja ver la importancia de esta zona para la recolección de índices.
plantas medicinales no cultivadas de valor comercial.
Por último, de las especies recolectadas como plantas medicinales
en el bosque de encino, una parte de los géneros, según la literatura, Extracción
son característicos de los encinares; mientras que otros géneros, según
La extracción de re!
las fuentes, son parte de las comunidades de Abeto y de Pino (Rze­
dicional para el pueblo
dowski, 1978; 1979). Un punto importante a destacar es la amplia
antecedentes de esta acti'
gama de formas vegetales que se recolectan en esta zona, entre los que
se menciona a la extracci
encontramos formas arbóreas, arbustivas y herbáceas.
rubros económicos a los
De esta manera, las unidades económicas que se dedican a esta ac­
del Monte y otros en su '
tividad tienen un aprovisionamiento continuo de plantas medicinales,
mente, los recursos fores1
que está condicionado por las características fenológicas de cada una
económico de la comuni
de las especies de plantas medicinales. (González, 1990: 5).
rabIe de unidades domé
B) Hongos comestibles nómicos proviene de los
ducción de madera; en
La recolección de hongos se realiza fundamentalmente en el bosque dedican a esta actividad
de Pinus ("ocotal") y en el bosque de Abies ("oyametal"), y eventual­ actividades agrícolas sea]
mente, en los pastizales con Poten tilla, 8 correspondiendo a cada una Ahora bien, de las a
de las dos zonas, diferentes periodos de colecta, teniendo cada una de­ económica tiene es la ext
terminadas especies de hongos como indicadores, que corresponden domésticas que practica]
a los hongos de mayor valor comercial. de ella para su subsisten!
La temporada anual de recolección de hongos puede dividirse en morillo y tejamanil es e
tres periodos. El primero, en los meses de abril a junio, el interés por ticas, mientras que las
la recolección se centra en la búsqueda de los hongos de las especies considerar marginales. P
Lyophyllum decastes (Fr.) Sing. ("quiacomo") y RodoPhyllus ("Te­ vidad que comparten la
cuananacatl"), en el zacatonal del bosque de pino. este producto es indisper
El segundo, en los meses de junio a agosto el interés de la recolec­
ción se centra en la especie Boletus pinicola Vitt ("quetaspananacatl")
en el zacatonal dentro del bosque de Pino. Ganadería
El último periodo, de septiembre a octubre, la recolección de hon­
Por orden de import
gos se desplaza paulatinamente desde el bosque de Pinus hacia el bos­
aves de corral, el ganad
que de Abies donde el objetivo de la recolección son las especies M or­
bovino, ganado porcino
chella conica y M orchella esculenta, hongos que se conocen con el
los animales más comull
nombre local de "olonanacatl" (González, 1982: 181-186).
crían en la mayoría de
Es oportuno aclarar que las especies de hongos mencionados, por
carne y de huevo, que :
tener un mayor valor comercial sirven de índices para los recolectores
de estos animales corre a
de hongos, porque les señalan el lugar y el tiempo de la recolección, de
se les dan son mínimos,
aquí que se omitieran otras especies de hongos que también se colec­
que se encuentran en l(
8 Ver mapa 2. tación.
MANEJO DE RECURSOS NATURALES 453

rea es alto, tan en esas comunidades vegetales de manera simultánea a las especies
()lección de Índices.

medicinales
: literatura, Extracción
eros, según
~ino (Rze­
La extracción de recursos forestales representa una actividad tra­
la amplia dicional para el pueblo de Santa Catarina del Monte, ya que existen
tre los que antecedentes de esta actividad hacia mediados del siglo XVIII en la que
se menciona a la extracción de madera y la producción de carbón como
a esta ac­ rubros económicos a los cuales se dedica el pueblo de Santa Catarina
ledicinales, del Monte y otros en su vecindad (Villaseñor y Sánchez, 1952); actual­
cada una mente, los recursos forestales ocupan un lugar importante en el sistema
económico de la comunidad, en cuanto que para un número conside­
rable de unidades domésticas, la fuente principal de sus ingresos eco­
nómicos proviene de los productos forestales, específicamente de la pro­
ducción de madera; en estos casos las unidades económicas que se
el bosque
dedican a esta actividad carecen de suficiente tierra como para que las
r eventual­
actividades agrlcolas sean el eje de su economía.
cada una
Ahora bien, de las actividades forestales, la que mayor importancia
a una de­
económica tiene es la extracción de madera, en cuanto que las unidades
Tesponden
domésticas que practican esta actividad, dependen fundamentalmente
de ella para su subsistencia; en este caso, la elaboración de tabla, cinta,
:vidirse en
morillo y tejamanil es el eje de la economía de esas unidades domés­
nterés por
ticas, mientras que las actividades agrícolas, en este caso se pueden
as especies
considerar marginales. Por otro lado, la extracción de leña es una acti­
~us ("Te­
vidad que comparten la mayoría de los habitantes del pueblo, ya que
este producto es indispensable en la preparación de alimentos.
a recolec­
anacatl" )
Ganadería
1 de bon­
ia el bos­ Por orden de importancia, el tipo de animales que se crían son: las
cies Mor­ aves de corral, el ganado ovino, los animales de tiro y carga, ganado
n con el bovino, ganado porcino y por último el ganado caprino. En el pueblo,
los animales más comunes y numerosos son las aves de corral, que se
ados, por crían en la mayoría de las unidades económicas como productores de
colectores carne y de huevo, que se destina para el consumo doméstico. La cría
:cción, de de estos animales corre a cargo de las mujeres, aunque los cuidados que
se colec- se les dan son mínimos, generalmente se les alimenta de maíz y de 10
que se encuentran en los terrenos de cultivo aledaños a la casa habi­
tación.
454 JosÉ GONZÁLEZ RODRIGO HA

Los lugares de pastoreo del ganado ovino se pueden localizar en


doo zonas claramente definidas dentro de los límites de las propiedades La familia
del pueblo. Estas son, por una parte, loo pastizales localizados en la
franja del "tepetatal", y por otra, las praderas de Poten tilla candicans Se pueden caracte!
localizadas en el bosque de encino.9 Conviene mencionar que la cría de las unidades domé;
de ganado ovino se encuentra asociada al cultivo de cebada, en la ma­ racterización que prop
yoría de las unidades domésticas que entre sus actividades económicas se mer tipo sería aquel e
encuentra la cría de borregos, dedican una parte de sus tierras de riego dad, la superficie de
o de temporal al cultivo de la cebada, gramínea que utilizan como temporal, sea suficiente
complemento a la engorda de este ganado. dedor del cultivo de <:
M uy importantes para el traba jo en el campo, son los animales de dad de tierra permite,
tiro y de carga que se utilizan, tanto en las labores agrícolas como en de la zona de tierras I
el transporte de diferentes productos, entre los que se cuentan: madera, para la introducción di
leña, canastos con hongos, plantas medicinales, etcétera. rras de riego. Además,
Durante la mayor parte del año, estos animales son mantenidos en a este tipo de unidad,
el corral anexo a la casa habitación, donde se les alimenta con el ras­ sale por el número de
trojo de maíz, trigo y cebada. Sólo cuando la pastura escasea hacia los estas unidad~ se encut
meses de junio, julio y agosto, estos animales se llevan a pastar al "mon­ El segundo tipo, i
te", esto es, a los zacatonales localizados en el bosque de encino lO en principalmente alrededc
donde son dejados para que pasten libremente. gos comestibles, mientl
El ganado bovino, por su parte, sólo se cría por su carne, que ven­ una posición secundario
den los propietarios dentro del mismo pueblo; el número de animales y En estas unidades,
de propietarios no es muy importante. Durante la mayor parte del año, tanto de temporal COffii
este ganado se le encuentra pastando en los zacatonales del bosque de zamiento total de los c
pino; 11 s610 durante los meses de noviembre a enero, los animales se plena de especies cultiv
bajan al pueblo donde son mantenidos en los corrales de las unidades se destinan, casi tOtalffii
domésticas y alimentados con el rastrojo del maíz, trigo y cebada recién ficie relativamente peq
cosechados. ces, las alternativas paJ
El ganado porcino, numéricamente no es muy importante, sin em­ medicinales, actividad 1
bargo, para las pocas unidades domésticas que se dedican a su cría, la
colección de hongos y b
economía de ellas gira alrededor de esta actividad, lo peculiar de esto
nado en estas unidade
es que las parcelas de riego de estas unidades son a las que les toca
tipo, ocupa un lugar s.:
su tanda de riego hacia mayo o junio, fecha en la que el riesgo de per-i
der la cosecha de maíz por una helada temprana, es muy alto, de aqul El tercer tipo, abar,
que se prefiera sembrar cebada únicamente y aprovecharla como ali­ camente disponen de p
mento para este tipo de ganado; en este caso, los mismos criadores de perficie para la siembn
puercos hacen la matanza y venta de carne que se realiza dentro del rácter comercial; de ac
ámbito del pueblo. el maíz. Así pues, nos
de enfocar sus esfuerzc
• Ver mapa 2.
1~ Ver mapa 2.

a la utilización de los
11 Ver mapa 2.
comercialización de los
MANEJO DE RECURSOS NATURALES 455

:alizar en
opiedades La familia
los en la
candicans Se pueden caracterizar las diferentes formas que adoptan cada una
le la cría de las unidades domésticas, utilizando en este caso el factor tierra, ca­
:n la ma­ racterización que proponemos en base a la siguiente tipología: un pri­
ómicas se mer tipo sería aquel en que dado el número de integrantes de la uni­
; de riego dad, la superficie de terrenos de cultivo, tanto de riego como de
an como temporal, sea suficiente para que las actividades económicas giren alre­
dedor del cultivo de e..<>pecies comerciales. En este caso, la disponibili­
males de dad de tierra permite, el desplazamiento de los cultivos tradicionales
como en de la zona de tierras de riego hacia las zonas de tierras de temporal,
madera, para la introducción de especies de valor comercial en las zonas de tie­
rras de riego. Además, la cría de ganado es otro rasgo que caracteriza
~nidos en a este tipo de unidad, en ella encontramos, ganado ovino, que sobre­
In el ras­ sale por el número de cabezas; ganado mular y asnal; además, entre
hacia los estas unidade~ se encuentran los propietarios de ganado bovino.
al "mon­ El segundo tipo, incluye aquellas unidades domésticas que giran
:ino 1.{) en principalmente alrededor de la recolecta de plantas medicinales, de hon­
gos comestibles, mientras que el cultivo de especies comerciales tiene
que ven­
una posición secundaria dentro de la economía familiar.
limales y
En estas unidades, la superficie de terrenos de cultivo disponibles,
del año,
tanto de temporal como de riego, no permiten, por un lado, el despla­
osque de
zamiento total de los cultivos tradicionales, y por otro, la introducción
¡males se

plena de especies cultivadas comerciales. Las tierras de cultivo irrigadas


unidades
se destinan, casi totalmente, al cultivo de maíz, dejando sólo una super­
:la recién

ficie relativamente pequeña al cultivo de especies comerciales. Enton­


ces, las alternativas para estas unidades son: la recolección de plantas
sin em­

medicinales, actividad paralela al cultivo de especies medicinales; la re­


l cría, la

colección de hongos y la extracción de recursos forestales. La cría de ga­


. de esto

nado en estas unidades,. en comparación con las unidades del primer


les toca

,de pero;'
tipo, ocupa un lugar secundario.
de aquí
El tercer tipo, abarca todas aquellas unidades económicas que úni­
)mo ali­
camente disponen de parcelas de cultivo en la zona de riego, y la su­
lores de
perficie para la siembra no es suficiente para introducir cultivos de ca­
ntro del
rácter comercial; de aquí que, el cultivo básico de estas unidades sea
el maíz. Así pues, nos encontramos que este tipo de unidad, además
de enfocar sus esfuerzos en la agricultura de subsistencia, los dedican
a la utilización de los recursos forestales, es decir, en la extracción y
comercialización de los productos maderables.
FRANJAS ECOLOGICAS (ESQUEMA DE SU VEGETACION CARACTERISTICA 1)
t
C1)

ZocotQJtDl
o/pro
ESTE~OESTE

Bosque de
Pinus

Postizol dI:

Post;,ol
dI Pot,nt;llo Hiiorio c,ncIlroides
PostiZGi sin .....
composición O
fior;stico d.linj"do tIJ
4. (XX) mts. tI!'
BOS4l!f: d. Postizot d. Yeq.tocfon
Hilorio ctMchroides Acuotica G'l
O
80squ. Mido Z
de Qu,rcus N
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PinuJ y Abilfs Boaqul$ de t""
Qú,fCUS ti!
N
f".l$tizo! sin
compos;c-i6n ::o
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VeQ6toeiól'l 6
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2100 mts.

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MAlS
458 JosÉ GONZÁLEZ RODRIGO
- - - - - " "Capítulos
Por último, en el cuarto tipo de unidad económica, la disponibili­ dowski (ed. ), 'Flon
dad de tierra no es factor limitante, sino que, por la ubicación de los México, 1979, p. ll·
terrenos de riego dentro de la zona poblada, las tandas de riego llegan
en una fecha tardía para sembrar maíz o especies cultivadas comer­ SÁNCHEZ, O., La flora
519 p.
ciales, la alternativa entonces, para estas unidades, ha sido dedicarse
al cultivo exclusivo de cebada, que se destina a su vez a la cría de ga­ SANDERS, W., "The nat
nado porcino. Wolf (oo.), The Va
Alburquerque, 1976a
VILLASEÑOR y SÁNCHE~
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econoci­ MAPAS Y PLANOS


a Cata­
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" Méxi­ ría de Programación y Presupuesto.
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Monte, Municipio de Texcoco, Estado de México", Escala 1 :20 000.
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peasant
pueblo de Santa Catarina del Monte, Municipio y Exc-Dto. de Tex­
>.Baga­
coco, Estado de México", Comisión Nacional Agraria, Escala 1: 15 000.
Laguna,

[magen, FOTOGRAFíAS AÉREAS

posicio­ CETENAL. 1973. Zona 19 AA; línea B (19-22), línea 9 (4-5), línea 7
teóricos (3-5) .
1 (Trf1.s CETENAL. 1977. Zona 19 AB; línea 7 (17-19), línea 8 (13-15), línea
!ricana, 9 (6-8).
DETENAL. 1978. Vuelo especial ciudad de México; línea 4 (17-19),
1 AcolL línea 5 (1-3).
1,. Sep-.

432 p.
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SIMBOLISMO DE
1
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Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
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prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
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y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
IN XOCHITLAHTOLCUICAPIHQUI ILNAMIQUILIZ

CARLOS LÚPEZ AVILA (1922-1991)

IN XOCHITLAHTOLCUICAPIHQUI ILNAMIQUILIZ
EVOCACIÓN 1
CARLOS LÓPEZ ÁVILA (1922-1991)

Ipaltzinco: FRANCISCO MORALES BARANDA

Otomahuiznamihqueh in miecpan ipan toaltepeuh ohtin, Ton Carlos Nos encontrábamos co


Avila "Tomaxco", quemen mochintin tlacah oquirniximachilihqueh, Carlos López Ávila ",
noyuhqui niémoilnamiquilia quenin omotlaquentihtzinohuaya, ica ce con respeto y cordiali<
ayohxochiquiltlapaltilmahtli ihuan izoyacuatlacecahuiltzin. tía a menudo con un
Zan mochipa omononohtzinohuaya intloc tochantIacah ica totec­ lores de la flor de cal
pilIahtol, noyuhqui ihcuac omohuicatzinohuaya in tianquizco ompa Siempre platicaba
Malacachteticpac Momozco, inic motlanamaquiliz in milxinachtin. de nuestros ancestros, (
Yehuatzin omotemahuiztili, ¡huan ¿quenin ahmo zan mahuiztic Milpa Alta; a vender·
inemilihtzin? ipampa omotlacatili ihuan omotlacahuapahuiti in tzalan cordial, y ¿cómo y Cl
quiyocuauhxochimemetla, ohtaca nepapa rniyahuaxochitla ompan Te­ porque nació y creció
poztlan, Cuauhpitzco nozo Tlailacatziquia canin texihuitl omotlate­ los surcos y espigas d(
en Tepoztlán, Cuauhp:
quilli.
bas que suelen nacer )
Cehpa yhcuac oniyeya in iyeyantzin, onicmocaquiti quenin oquin­
U na ocasión, cuan!
motenehuili in itIamachtilpilhuantzitzihuan itechpan in tleinquihtozne­
ción la explicación y e
qui in HuehuehtIahtolli ihuan cequeh teotIahtolli, noyuhqui oquinmol­
a sus estimados alumn
huili ¿quenin ornotzintihqueh in Malacachteticpac altepeme in ye mundo rnexica, tambi,
achtopan, ihuan miec xochitlahtoltin. Delegación de Milpa ~
Yehuatzin zan ica imahuizticatzin, omoteixpanhuiliaya in tlacotenca :Él, con su forma di
tlacatzitzintin, ihuan chanehqueh ica cernpahpaquiliztli. los de Tlacotenco, sino
Axcan rnÍec tlacotencah, Malacachteticpac tlacatzitzintin ihuan tlein Ahora los tlacotem
huehcauh chahchantihua, ahic ticmoilcahuilizquen, ipampa yehuatzin lugares nunca lo olvid
ica occequi tlacah omotemaquixtili in techquixtiliani in cuauhtlahtli cotenco, hicieron posib
ipan mani metztli febrero 1974 xihuitl, ihuan ocachi itechpan ticrnoil­ en el mes de febrero d
namiquilizqueh, quenin omotemachtili in tonahualIahtol, xochitl in su dedicación a la ense
cuicatl ¡huan tomexicah ne1huayo. tro de nuestras raíces.
Noyuhqui zan nic-elehuia nammechmotemachiltililiz, nammehuan­ También deseo da]
tzitzin amapouhqueh, omocepantequitilihqueh rniec xihuitl Ton Car­ el poeta don Carlos Lé
lohtzin López Avila ihuan in Temachticatzintli Joaquín Galarza orn- quín Galarza durante
JILIZ EVOCACI6N A UN POETA: CARLOS L6PEZ ÁVILA
(1922-1991 )

ARANDA FRANCISCO MORALES BARANDA

ron Carlos Nos encontrábamos con frecuencia por las calles de nuestro pueblo, don
.chilihqueh, Carlos López Ávila "Tomaxco" y yo, como toda la gente lo conoció,
.ya, ica ce con respeto y cordialidad, también lo recuerdo cómo con sencillez ves­
tía a menudo con un gabán adornado en grecas que asemejaba los co­
ica totec­ lores de la flor de calabaza y su sombrero tejido de palma.
izco ompa Siempre platicaba con las personas del pueblo en la lengua noble
lachtin. de nuestros ancestros, esto mismo hacía cuando se dirigía al mercado de
mahuiztic Milpa Alta; a vender las semillas producidas por el campo. tI fue muy
i in tzalan cordial, y ¿cómo y cuál era la razón de su carácter?; sencillamente
)mpan Te­ porque nació y creció entre las flores hermosas de los magueyales, entre
los surcos y espigas de maizales de matices diferentes, producidos allá
omotlate­
en Tepoztlán, Cuauhpitzco o en TIailacatziquia donde cortaba las hier­
bas que suelen nacer y crecer entre las cercas.
nin oquin­
Una ocasión, cuando me encontraba en su casa, escuché con aten­
Iquihtozne­
ción la explicación y el significado de la palabra de nuestros ancianos
oquinmol­
a sus estimados alumnos, asimismo la importancia de la mitología del
:me In ye
mundo mexica, también les expresaba el origen de los pueblos de la
Delegación de Milpa Alta hace muchos años, así como de la poesía.
tlacotenca tI, con su forma de ser tan característico, orientaba no solamente a
los de TIacotenco, sino a los de otras partes siempre con mucha alegría.
ihuan tlein Ahora los tlacotenses, los de Milpa Alta y quienes viven en otros
yehuatzin lugares nunca lo olvidaremos, ya que él, junto con el pueblo de Tia­
uauhtlahtli cotenco, hicieron posible la defensa de la tierra comunal y los bosques
Ul ticmoil­ en el mes de febrero del año de 1974, y más aún lo recordaremos por
xochitl in su dedicación a la enseñanza del idioma náhuatl, la poesía y el encuen­
tro de nuestras raíces.
mmehuan­ También deseo darles a conocer a ustedes estimados lectores, que,
Ton Car­ el poeta don Carlos López Ávila trabajó en compañía del maestro Joa­
~arza om­ quín Galarza durante muchos años, allá en el pueblo de TIacotenco
10
464 FRANCISCO MORALES CAR

pan TIacotenco altepetl, yehuantzitzin omihcuilhuihqueh In amoxtin dedicándose a la inve


quemen: como:

- Malacachtepec Momozco - Malacachtepec.A


Historia legendaria de Milpa Alta Carlos López A,
Carlos López Ávila y Joaquín Galarza Ed., 1982. - Dibujos tradici01
- Dibujos tradicionales. - Método para la
Tejidos de Santa Ana TIacotenco, 1982. 1984.
Método para la enseñanza del náhuatl a base de ilustraciones - Tlamachzazanilli
(México, CIESAS, 1984). - Tlacotenco Ton.
TIamachzazanilli ihuan tecuicame itloctzinco.. por 1
México, CIESAS, 1984. - T exallatzcatetlan
~ TIacotenco Tonantzin Santa Ana, inin amoxtli omiihcuilhuilli
intloc Michel Launey. París, 1985. Don Carlohtzin Ló
- Texalatzcatetlatemollo 1922, en Tlacotenco M
"La cacería de honnigas" (tlaquetzalli). Mata y Secundino LÓI
L6pez Avila. Don Cal
Ton Carlohtzin López Avila "Tomaxco", omotlacatilli ipan ome en Tlacotenco Milpa P:
tonalli in chicome mani metztli 1922 xihuitl, ompan TIacotenco Ma­ dose el día 2 del misffii
lacachteticpac, itahtzitzihuan: J uanitahtzin Avila Mata, ihuan Secun­ Quienes lo conocim
dino López Martínez. Quilmach nemi iicniuh Romualdo López Avila. en nuestro corazón, y q
Ton Carlohtzin Avila "Tomaxco", omomiquili ompan ichantzinco TIa­ donde resplandece el :
cotenco Malacachtepec Momozco, ipan ce tonalli nahui mani metztli xochitl, entre flores col(J
1991 xihuitl ihuan omotocatzino ipan ome tonalli 1991 manixihuitL Ahora los colibríes
Ahquihuan timitzmoiximachilihqueh, ayc timitzmoilcahuilizqui, mo­ ción física, sin embargo
chipa timitzmiquilizqueh in toyollohco, ihuan mah cemihcac in Ipal­ Tlacotenco, seguiremos
nemohuatzin ye mitzmopielia canin catca in Tonatiuh, nepapan enseñanza de la lengua
cenpohualxochime, chalchiuhcahcapolxochiuh ihuan nepapan tlahcuilol­ bará) nunca se perderá
tototzitzin.
Axcan huitzitziltin ihuan xochimeh tlaocoxticateh, ipampa timo­
cenpolihuiti yehce quilmach timoyollitiz itecheopa ín toilnamiquiliz,
ihuan tehuantin titlacoteneah tochihchicahuazqueh ipampa in moehipa
otimotequipachohtzino, in temaehtiliztli in totecpillahtol ihuan totlama­
tiliz ipampa aye tlamiz, ayc polihuiz in inetimaloliz Mexihco Tenoeh­
titlan.
CARLOS LÓPEZ ÁVILA (1922-1991) 465
,
I

~eh ID amoxtin dedicándose a la investigación; ellos escribieron algunas obras tales


como:

- Malacachtepec Momozco. Historia legendaria de Milpa Alta, por


Carlos López Ávila y Joaquín Galarza, 1982.
Dibujos tradicionales. Tejidos de Santa Ana Tlacotenco, 1982.
Método pam la enseñanza del náhuatl a base de ilustraciones,
1984.
de ilustraciones - Tlamachzazanilli ihuan tecuicame. México, 1984.
- Tlacotenco Tonantzin Santa Ana, inin amoxtli omoihcuilhuili
itloctzinco.. por Michel Launey. París, 1985.
T exallatzcatetlamollo. La cacería de hormigas (tlaquetzalli).
¡ omiihcuilhuilli
Don Carlohtzin López Ávila "Tomaxco", nació el 2 de julio de
1922, en Tlacotenco Milpa Alta, D. F., sus padres fueron: Juana Ávila
Mata y Secundino López Martínez. Aún vive su hermano Romualdo
López Ávila. Don Carlos López Ávila "Tomaxco", murió en su casa
ratilli ipan ame en l1acotenco Milpa Alta, D. F., el día 1 de abril de 1991 (sepultán­
TIacotenco Ma­ dose el día 2 del mismo mes y año).
l, ihuan Secun­ Quienes lo conocimos, jamás lo olvidaremos, siempre lo llevaremos
do López Avila. en nuestro corazón, y que El Dador de la Vida eternamente lo tenga en
ichantzinco Tla­ donde resplandece el Sol de los guerreros, entre flores de cempoal­
ID mani metztli xochitl, entre flores color jade de capulín y el trinar de los pajarillos.
manixihuitl. Ahora los colibríes y las flores se han entristecido por tu desapari­
Cahuilizqui, mo­ ción física, sin embargo vivirás en nuestros recuerdos, y nosotros los de
mrncac in Ipal­ Tlacotenco, seguiremos esforzándonos por lo que tanto te preocupó, la
atiuh, nepapan enseñanza de la lengua y cultura náhuatl, porque ésta nunca se aca­
;¡apan tlahcuilol­ bará, nunca se perderá la fama y la gloria de ~,:[éxico Tenochtitlan.

, ipampa timo­
l toilnamiquiliz,
opa in mochipa
! ihuan totlama­
lexihco Tenoch-
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
ALGUNAS PUBLICACIONES SOBRE LENGUA

Y LITERATURA NAHUAS

ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

Como en los números anteriores de Estudios de Cultura N áhuatl, tam­


bién en éste doy noticia de algunos títulos que versan sobre la lengua
y cultura de los pueblos nahuas. Dado que el número de publicaciones
sobre el tema es muy grande, las aquí reunidas son sólo las que han
llegado a mis manos. En números sucesivos de la revista intentaré reu­
nir otros títulos con objeto de mantener informados a los lectores de las
nuevas aportaciones en este campo, cada vez más cultivado por mexi­
canos y extranjeros.

Tres hallazgos de importancia singular

En primerísimo lugar quiero dar a conocer tres nuevos escritos en


náhuatl que se han encontrado en las últimas fechas. Dos de ellos son
libros impresos; el tercero es un texto manuscrito.
Los dos impresos, del siglo XVI, han sido dados a conocer por Luis
Resines y se guardan en la biblioteca de la Universidad de Salamanca.
El primero es una obra de Alonso de Molina que se consideraba per­
dida, la Vida del Bienaventurado Sant Francisco . .. Agora nuevamente
traducida en la lengua mexicana por. .. En México, en casa de Pedro
Balli, 1577. En breve saldrá una reproducción de ella preparada por
Luis Resines.
El segundo impreso se describe a continuación:

PAREJA, Francisco de, Doctrina cristiana muy útil y necesaria, México"


1578. Edición y estudio al cuidado de Luis Resines, Salamanca, 1990,.
140 p. X 16 fojas, r. y v. de facsímil. (Acta Salmaticensia 2.)

En la portada de la edición original, en la cual no consta el nom­


bre del autor, aparece el título siguiente: Doctrina christiana, muy
468 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTll..LA PUBLICACIONES

útil y necessaria, assi para los españoles como para los naturales, en nuestra saluacion que t
lengua castellana y mexicana. Ordenada por mandado del Ilustrissimo Jesu Christo de su ben,
y Reverendissimo señor don Pedro Moya de Contreras ... en México, rusalen. Esta pieza escé
en casa de Pedro Balli, 1578, 16 fojas, r. y v. XVI y XIX. Ofrece la au
En la edición presente, Luis Resines ofrece una descripción del escrito en "quintillas"
ejemplar que se encuentra encuadernado con tres libros de Alonso cambios y adaptacione
de Malina, la ya citada Vida de Sant Francisco} el Confessionario acercarlo a la cultura y
(mOyor de 1578 y el Confessionario breve de 1577. Hace un análisis llazgo y estudio de una
de la estructura de la obra y valora su significado no sólo en el con­ el teatro de evangelizac
texto de los catecismos en lenguas indígenas del siglo XVI sino también
en el de las doctrinas que se editaron en España en ese mismo siglo.
Artes, gramáticas y voc
Busca el modelo que pudo servir de inspiración a la doctrina estudiada
-en forma de diálogo como la de fray Melchor de Vargas impresa GARcÍA DE LEÓN, Raú
también por mandato de Moya de Contreras-- y concluye que guarda lajara, Jalisco, 199(
gran similitud con la famosa de Gaspar Astete de 1576 y también con
la anterior de Juan de Ávila 1554, ambas impresas en España. Piensa La parte corresponc
Resines que las tres siguen la orientación de un catecismo muy leido mero es un glosario d~
en el siglo XVI, el Catecismo de Castilla. Respecto del autor, después cada uno, el autor ex]
de una búsqueda entre los misioneros de fines del siglo XVI considera El segundo es un vocal
Resines que la escribió el franciscano Juan de Pareja. Natural de la buen número de palab
provincia de Toledo, Pareja se distinguió por su labor pastoral en Flo­
rida y por su conocimiento de la lengua timuquana, en la cual im­ MUNGUÍA MARTÍNEz, :
primió varias obras religiosas y gramaticales que hoy podemos consultar. ducción al estudio ,
El tercer hallazgo es un manuscrito que está estudiando Louise M. tural Mascarones, 1
Burkhart. Se describe a continuación.
A lo largo de veil
BURKHART, Louise M., "A Nahuatl Religious Drama of 1590", Latín reglas gramaticales COI
American India n Literatures Journal, Pennsylvania State Univer­ oración y a ciertas nOl
sity, 1991, v. 7, n. 2, p. 153-171. tica. Cada lección in
y un buen número de
Es este articulo el esbozo de un estudio amplio que la autora pre­ que el estudiante pued
para de un auto sacramental en náhuatl. Descubierto recientemente
por el conocido librero de Filadelfia David Szewczyk, fue comprado por TUGGY, David T., Lec
la Universidad de Princeton. El texto del auto forma parte de un bla, Universidad d~
manuscrito que contiene escritos diversos, fechado en 1588. La autora
sugiere que fue elaborado en Santa Cruz de Tlatelolco por Pedro de Serie de once leec
Gante o Agustín de la Fuente, ambos colaboradores de fray Juan Bau­ cales más importantes
tista. Trata de la visita que hizo Jesús a su madre, en Betania, con Delgado, población di
objeto de despedirse antes de ir a Jerusalen y sufrir su pasión. Louise ción del autor, expresa
Burkhart busca los orígenes del drama y piensa que está inspirado en lecciones el estudiante
un auto del escritor valenciano Ausias Izquierdo titulado Luzero de estructura retórica de
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 469

~turales, en nuestra saluacion que trata del despedimiento que hizo nuestro Señor
Ilustrissimo Jesu Christo de su bendita madre estando en Bethania para ir a /líe­
~n México, rusalen. Esta pieza escénica se reimprimió varias veces entre los siglos
XVI y XIX. Ofrece la autora algunos fragmentos del auto de Izquierdo,
ripción del escrito en "quintillas" y sus equivalentes en náhuatl, mostrando los
de Alonso cambios y adaptaciones que los autores de Tlatelolco hicieron para
tfessionario acercarlo a la cultura y a la sensibilidad literaria de los nahuas. El ha­
un análisis llazgo y estudio de una pieza como ésta es de gran valor para conocer
en el con­ el teatro de evangelización del siglo XVI.
10 también
~smo siglo.
l estudiada
Artes, gramáticas y vocabularios
as impresa GARCÍA DE LEÓN, Raúl, Diccionario náhuatl, latín y griego, Guada­
¡ue guarda lajara, Jalisco, 1990, 124 p.
mbién con
ma. Piensa La parte correspondiente al náhuatl incluye dos apartados. El pri­
muy leido mero es un glosario de topónimos dispuestos en orden alfabético. De
)r, después cada uno, el autor explica la etimología y el significado en español.
[ considera El segundo es un vocabulario náhuatl-español en el que se registra un
ural de la buen número de palabras de uso frecuente en la lengua mexicana.
ral en Flo­
1 cual im­
MUNGUÍA MARTÍNEZ, Jorge, Manual práctico y simPlificado de intro­
; consultar. ducción al estudio del idioma náhuatl, Cuernavaca, Asociación Cul­
Louise M. tural Mascarones, A.C., 1990, 247 p., ils.

A lo largo de veintitrés lecciones, el autor explica una serie de


90", Latín reglas gramaticales concernientes a la naturaleza de las partes de la
te Univer­ oración y a ciertas normas para el mejor conocimiento de la aritmé­
tica. Cada lección incluye un glosario amplio de términos nahuas
y un buen número de frases, tanto en náhuatl como en español, para
.utora pre­ que el estudiante pueda dominar la traducción.
ientemente
lprado por TUGGY, David T., Lecciones para un curso del náhuatl moderno, Pue­
rte de un bla, Universidad de las Américas, 1991, 132 p.
La autora
Pedro de Serie de once lecciones que versan sobre las estructuras gramati­
Juan Bau­ cales más importantes del náhuatl tal y como se habla en Rafael
tanía, con Delgado, población de la Sierra de Zongolica, Veracruz. La inten­
>n. Louise ción del autor, expresada en la "Introducción" es que a través de estas
pirado en lecciones el estudiante pueda penetrar en "la sintaxis, el léxico y la
:uzero de estructura retórica de los textos". Cada lección se articula alrededor
PUBLICACIONES
470 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

Entre las modalidadl


de un tema capital como por ejemplo el sustantivo, las estructuras
señala varios rasgos me
básicas verbales, etc., y se complementa con un glosario de términos
fluencia de la lengua n
usados, un vocabulario de palabras comunes y algunos ejercicios ade­
género equivocado, el di
cuados. Termina el curso con seis breves apéndices; la mayor parte
preposiciones. Alcalá A
de ellos son glosarios -de raíces, de afijos, etcétera- que facilitan la
de Horacio Carochi y )
comprensión gramatical. Importante es señalar que en estas lecciones
se recogen rasgos propios de la variante náhuatl de Rafael Delgado.
Algunos de ellos nos muestran la evolución de la lengua ante la pre­ CANGER, Una, "Una n
sión del ".habla"; sirva de ejemplo el uso del prefijo se, "uno", como un cambio fundame
marcador de sujeto, posiblemente, apunta el autor, debido a la in­ naje a Jorge A. SUál
fluencia del español. ción de Beatriz Gan
de México, 1990, p
URBANO, Alonso, Arte breve de la lengua otomí y vocabulario trilift­
güe Español-náhuatl-otomí. Edición de René Acuña, México, Partiendo del artÍcll
UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas, México, 1990, pañol en la estructura
cxx 64 p. + facsímil de xv + 422 p. r. y v. [Gramáticas y México 1977, la autora
diccionarios, 6J. Se fija en la desaparici
y explica el proceso que
Reproducción facsimilar del manuscrito conservado en la Biblioteca punto de referencia el n
Nacional de París, signatura "Américain 8" y cuyo contenido corres­ a la influencia del esp~
ponde a la materia que se expresa en el título. En la introducción sión de las variantes Ir
René Acuña hace un estudio del manuscrito y esboza la biografía
del autor, el franciscano Alonso Urbano, natural de Mondéjar en DAKIN, Karen, "Tepito
Toledo, quien vivió en México de 1577 a 1605. Señala el editor que
a Jorge A. Suárez.
el Vocabulario, que ocupa 422 folios r. y v., sigue de cerca el de
de Beatriz Garza e
Alonso de Malina de 1555 y que incluso existe un ejemplar de este
México, 1990, p. l'
último en la Biblioteca Nacional de México anotado de la mano del
propio Urbano con los términos correspondientes en otomÍ. En cuanto
Tomando como pUl
al Arte, de xv folios, r. y v. se puede considerar inspirado en las Ins­
ga" en varias lenguas
tituciones latinas de Nebrija. El hecho de que sea tan breve, piensa
en náhuatl clásico) la
Acuña que puede deberse a una iniciativa del copista. La presente
encuentra en el protO)
obra es la única que se conoce acerca del otomí elaborada en el si­
la / e / entre las conso
glo XVI; el valor del Vocabulario es grande, ya que, señala Acuña,
proviene de la raíz te/!
contiene más de setenta mil voces.
comienzan con la prot
Tanto el estudio como
Estudios de índole lingüística dos dentro de un gran
nahua y llega hasta la
ALCALÁ ALBA, Antonio, "El español de Huauchinango, Puebla"., en
Homenaje a Jorge A. Suárez. Lingüística indoamericana e hispánica.
LÓPEZ, Juan, Mexicar.
Edición de Beatriz Garza Cuaron y Paulette Levy, México, El
Guadalajara, Gobi(
Colegio de México, 1990, p. 85-98.
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 471

estructuras Entre las modalidades del habla propio de Huauchinango, el autor


e ténninos señala varios rasgos morfosintácticos en los cuales se advierte la in­
dcios ade­ fluencia de la lengua náhuatl como son el escaso uso del artículo, el
:tyor parte género equivocado, el doble posesivo y la omisión de pronombres y de
:acilitan la preposiciones. Alcalá Alba apoya sus apreciaciones en las gramáticas
;¡ lecciones
de Horacio Carochi y Ángel María Garibay.
Delgado.
lte la pre­ CANCER, Una, "Una nueva construcción en náhuatl: un préstamo o
10", como un cambio fundamental bajo la influencia del español", en H ome­
I a la in­ naje a Jorge A. Suárez. Lingüística indoamericana e hispánica. Edi­
ción de Beatriz Garza Cuarón y Paulette Levy, México, El Colegio
de México, 1990, p. 137-142.
'trio trilin­
, México, Partiendo del artículo de Jorge A. Suárez "La influencia del es­
:co, 1990, pañol en la estructura gramatical del náhuatl", Anuario de Letras,
l.máticas y México 1977, la autora ahonda en el tema objeto del citado artículo.
Se fija en la desaparición del prefijo tla en algunos verbos transitivos
y explica el proceso que llevó a este cambio lingüístico tomando como
Biblioteca punto de referencia el náhuatl clásico. Concluye que tal cambio se debe
do corres­ a la influencia del español y señala su importancia para la compren­
~roducción sión de las variantes modernas del mexicano.
biografía
ndéjar en
~ditor que
DAKIN, Karen, "Tepito y el origen de kp'- en náhuatl", en Homenaje
rca el de a Jorge A. Suárez. lingüística indoamericana e hispánica. Edición
:tr de este
de Beatriz Garza Cuarón y Paulette Levy, México, El Colegio de
mano del México, 1990, p. 175-196.
~n cuanto
n las Ins­ Tomando como punto de partida las palabras cognadas para "pul­
ve, piensa ga" en varias lenguas yutonahuas ( tepkim en protonáhuatl, tecpin
t presente
en náhuatl clásico) la autora busca el origen de la asociación kp y lo
en el si­ encuentra en el protoyuto-azteca sureño donde ocurre la pérdida de
a Acuña, la lel entre las consonantes k y p. Muestra cómo la forma -kp'­
proviene de la raíz tep y estudia la fonnación de varias palabras que
comienzan con la protofonna tepa-, entre ellas tepiton, "pequeño".
Tanto el estudio como el apéndice que lo complementa están concebi­
dos dentro de un gran marco espacio-temporal que arranca en el yuto­
nahua y llega hasta las variantes actuales del mexicano.
ebla"4 en
l.ispánica.
éxico, El LÓPEZ, Juan, Mexicanismos en el Diccionario de la lengua española,
Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, 1988, 126 p.
472 ASCENSIÓN H. DE LEÓ~-PORTILLA PUBUCACIONE

Descripción, en orden alfabético, de los mexicanismos que se en­ Estudio diacrónico


cuentran en el Diccionario de la lengua española, vigésima edición, españoles y nahuas e
Madrid, 1984. Entre ellos se cuenta un cierto número de nahuatlismos. yuto-nahua. Cinco son
De cada uno de ellos, el autor reproduce la descripción contenida texkiíl-li, tortilla; tekip¡
en el propio Diccionario. El autor explica la natl
rico-lingüística que se '
considerados como ele
LOPE BLANCH, Juan M., Investigaciones sobre dialectología mexicana, pronunciación del sigl4
segunda edición, México, UNAM, Instituto de Investigaciones de los préstamos estudi
Filológicas, 1990, 197 p.

Segunda impresión de la obra aparecida en 1979. En ella Lope MOLINA MOLINA, Flav
Blanch reunió diversas monografías que había publicado en años an­ al español, Herma
teriores. Tres guardan estrecha relación con la lengua náhuatl como
a continuación se verá: Trabajo en el que
1) "Leporino, sobre geografía lingüística de México", p. 133-144. cuatro lenguas sonorel
Trabajo publicado en las Actas del II Congreso de la Asociación pima, tarahumara y
Lingüística y Filológica de la América Latina, San Juan de Puerto que aparecen con los
Rico 1976, p. 167-178. En él, Lope analiza las diferentes palabras que indígenas de Sonora"
se usan en sesenta y siete poblaciones de la República Mexicana para apéndices completan la
expresar el concepto de labio leporino. Incluye la variante náhuatl tellanizadas, topónimrn
tencua y sus derivados así como la forma camacotoctic, usada en locales ópatas y nomhl
algunas poblaciones de Veracruz. taso El autor da tradw
2) "Indigenismos americanos en la norma lingüística culta de para ello se ha basad
México", p. 147-160. Publicado anteriormente en Estudios Filológicos Pimentel, Eustaquio B
y Lingüísticos. Homenaje a Angel Rosemblat, Caracas, Instituto Pe­
dagógico, 1974, p. 323-336. El autor estudia cincuenta y cinco nahua­ MONZÓN, Cristina, "Ji,
dismos usados comúnmente en el habla de México. Especifica el en Homenaje a Jo
empleo que de ellos se hace en la conversación así como de otras voces pánica. Edición de
españolas sinónimas de estos nahuadismos. El Colegio de Méx
3) "Léxico marítimo en México: indigenismos e hispanismos",
p. 171-181. Aparecido en las Actas del V Congreso Internacional de Explicación de la:
Estudios Lingüísticos Mediterráneas, Málaga-Madrid 1977, p. 47-56. palabra nahua para '
Analiza el autor un buen número de americanismos, entre ellos ocho Estas cuatro variantes,
nahuatlismos. realizaciones registradf
estudio, la autora tien
nahuat de las que ten
MILLER, Wick R., "Early Spanish and Aztec loan words in the Indi­
la Huasteca hasta el p
genous Languages of Northwest Mexico", en Homenaje a Jorge
formas para la palabr
A. Suárez. Lingüística indoamericana e hispánica, edición de Bea­
en la estructura silábic
triz Garza Cuarón y Paulctte Levy, México, El Colegio de México,
1990, p. 351-365, 1 map.
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 473

que se en­ Estudio diacrónico acerca de la incorporación de varios préstamos


na edición, españoles y nahuas en once lenguas de la rama sonorense, tronco
lhuatlismos. yuto-nahua. Cinco son los préstamos del mexicano: teoo-pan, iglesia,
1 contenida texkal-li, tortilla; tekipanoaa, "trabajar"; tooto-lin, pollo y tenes-tli, cal.
El autor explica la naturaleza de los préstamos y las implicaciones histó­
rico-lingüística que se derivan de ellos. Señala también que pueden ser
considerados como elementos que nos aportan datos para conocer la
~ mexicana,
pronunciación del siglo XVI, época en que se introdujeron la mayoría
estigaciones
de los préstamos estudiados.

ella Lope MOLINA MOLINA, Flavio, Nombres indígenas de Sonora y su traducción


n años an­ al español, Hermosillo, 1972, 187 p., 1 map.
lUatl como
Trabajo en el que se registran diversos glosarios de palabras de
l. 133-144. cuatro lenguas sonorenses, todas ellas del tronco yuto-nahua: ópata,
Asociación pima, tarahumara y cahita. Los glosarios más importantes son los
de Puerto que aparecen con los nombres de "Diccionario de algunos nombres
!.labras que indígenas de Sonora" y "Vocabulario indosonorense español". Siete
icana para apéndices completan la obra. Estos versan sobre palabras indígenas cas­
te náhuatl tellanizadas, topónimos originales, nombres ópatas de contar, adverbios
usada en locales ópatas y nombres de hierbas y raíces medicinales también ópa­
taso El autor da traducción de cada una de las palabras y afirma que
. culta de para ello se ha basado en las obras de Natal Lombardo, Francisco
Filológicos Pimentel, Eustaquio Buelna, y de varios lingüistas contemporáneos.
stituto Pe­
ICO nahua­ MONZÓN, Cristina, «Wiptala: su reconstrucción y variación fonémica",
pecifica el en Homenaje a Jorge A. Suárez. Lingüística indoamericana e his­
otras voces pánica. Edición de Beatriz Garza Cuarón y Paulette Levy, México,
El Colegio de México, 1990, p. 381-388.
panismos" ,
.acional de Explicación de las cuatro variantes fonémicas modernas de la
p. 47-56. palabra nahua para "pasado mañana" (viP#a en náhuatl clásico).
ellos ocho Estas cuatro variantes, /wikta/, /wihla/, /wiptla/ y /wiwta/, son las
realizaciones registradas en los dialectos del náhuatl moderno. En el
estudio, la autora tiene en cuenta las principales zonas de náhuatl y
nahuat de las que tenemos información fonológica, desde el habla de
the lndi­
la Huasteca hasta el pipil salvadoreño. Explica el porqué de las cuatro
r a Jorge
formas para la palabra estudiada y concluye que se deben a cambios
1 de Bea­
en la estructura silábica que afectan la secuencia consonántica pe.
e México,
474 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBLICACIONES

simposio "The 1
Estudios de contenido filol6gico 17th Century E
náhuatl, traduc(
BAUDOT, Georges, La pugna franciscana por México, México, Consejo sismos que se ene
Nacional para la Cultura y las Artes y Alianza Editorial Mexicana, de fray Bernaré
1990, 338 p. ejemplo de la ap
del pensamiento
Conjunto de doce ensayos originales de Baudot y de doce docu­ plasmado en los
mentos del siglo XVI provenientes del Archivo de Indias, del Histórico
de Madrid y del General de la Nación de México. Tanto los ensayos BURKHAT, Louise M.,
como los documentos versan sobre franciscanos ilustres y sobre diversos interpreting a Nahu
asuntos relacionados con la historia de la orden seráfica. La mayoría Natiue American L
de ellos ya habían sido publicados. Los cuatro siguientes contienen and London, Smitfu
textos nahuas.
En el contexto de
1) "Apariciones diabólicas en un texto náhuatl de fray Andrés enfoca su atención en
de Olmos", p. 133-141. Publicado en Estudios de Cultura publicada en 1583. Pre
Náhuatl, 1972, v. X, p. 349-357. Paleografía náhuatl, traduc­ de cuatro cantos relativ
ción al español y estudio del folio 400 r. y v. del Tratado de los conceptos que en elle
hechicerías y sortilegios que Olmos redactó en 1553 y que se de los términos nahuas.
guarda en la Biblioteca Nacional de México. Contiene el relato salmos y resalta la pres
de varias apariciones del tlacatecolotl a gentes contemporáneas
prehispánica palpable e
a Olmos. de los cantos prehispán
2) "Fray Andrés de Olmos y su Tratado de los pecados mortales "entre dos mundos cul
en lengua náhuatl", p. 143-171. Publicado en Estudios de Cul­ los colaboradores nahua
tura Náhuatl, 1976, v. 12, p. 33-59. Paleografía náhuatl, versión cultural, lo cual nos p
al español y estudio de los folios 341 v. y 347 r. del Tratado de la "experiencia colOJ
citado de Olmos que se guarda en la Biblioteca Nacional de
México. El fragmento corresponde a las diferentes clases de
LWN-PORTILLA, Migue
lujuria.
Andent Word?", en
3) "Los huehuetlatolli en la cristianización de México: dos ser­ tures, Edited by Br
mones en lengua náhuatl de fray Bernardino de Sahagún", nian Institution Pre
p. 267-289. Publicado en Estudios de Cultura Náhuatl, 1982,
v. 15, p. 125-145. Paleografía náhuatl, traducción al español Análisis riguroso de
y estudio de los folios 9 v. - 13 v. del manuscrito nQ 1482 que e históricos que tenemili
lleva el título de Sermones en mexicano, el cual se guarda en del autor es ofrecer um
la Biblioteca Nacional de México. Contiene el sermón referente presentado en las últim
a la víspera de Navidad y a la primera misa de esta festividad. gativas del paso de la (
4) "Imagen y discurso del México antiguo en la fundación novo­ un conocimiento altera
hispana: el pensamiento náhuatl contemplado por la evange­ de la tesis de los profe
lización franciscana", p. 291-304. Ponencia presentada al pecto del mundo grieg
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 475

simposio "The Image of the Indian in 16th and First Half of


17th Century Europe", Sevilla-Estrasburgo, abril 1987. Texto
náhuatl, traducción al español y comentarios de varios difra­
:0, Consejo sismos que se encuentran en los Coloquios y doctrina cristiana . •.
Mexicana, de fray Bernardino de Sahagún. El autor los muestra como
ejemplo de la apropiación por los franciscanos de algunos rasgos
del pensamiento del México antiguo, especialmente del discurso
ioce docu­ plasmado en los huehuetlatolli.
:1 Histórico
los ensayos
BURKHAT, Louise M., "The Amanuenses have appropiated the text:
Ire diversos
interpreting a Nahuatl song of Santiago en On the Translation 01
,a mayoría Native American Literatures, edited by Brian Swann, Washington
contienen and London, Smithsonian Institution Pre&'>, 1992, p. 339-355.

En el contexto de los autores religiosos del siglo XVI, la autora


ay Andrés
enfoca su atención en la Psalmodia de fray Bernardino de Sahagún
~e Cultura
publicada en 1583. Presenta el texto náhuatl y su traducción al inglés
,tI, traduc­
de cuatro cantos relativos a la festividad de Santiago Apóstol. Analiza
r'ratado de
los conceptos que en ellos se contienen a través de un examen lingüístico
: y que se
de los términos nahuas. Observa la forma del lenguaje, el estilo de los
le el relato
salmos y resalta la presencia de un revestimiento literario de tradición
mporáneas
prehispánica palpable en las metáforas, figuras poéticas y otros rasgos
de los cantos prehispánicos. Concluye que en el proceso de traducción
IS mortales "entre dos mundos culturales", los amanuenses de los frailes, es decir
os de CuI­ los colaboradores nahuas, supieron conservar su sensibilidad lingüística y
ad, versión cultural, lo cual nos permite hoy recobrar algunos aspectos perdidos
~l Tratado
de la "experiencia colonial de los nativos americanos".
acional de
clases de
LWN-PORTILLA, Miguel, "Have we real1y Translated the Mesoamerican
Ancient Word?", en On the Translation 01 Natiue American Litera­
: dos ser·
tures, Edited by Brian Swann, Washington and London, Smithso­
Sahagún",
nian Institution Press, 1992, p. 313-338.
tatl, 1982,
al español Análisis riguroso de las diversas clases de testimonios arqueológicos
1482 que e históricos que tenemos sobre el pensamiento del México antiguo. Meta
~arda en del autor es ofrecer una re"lpuesta al reto que algunos historiadores han
referente presentado en las últimas décadas concerniente a las consecuencias ne­
festividad. gativas del paso de la oralidad a la escritura alfabética, lo cual acarrea
ión novo­ un conocimiento alterado de la antigua palabra. León-Portilla parte
~ evange­ de la tesis de los profesores John A. Goody y Erick A. Havelock res­
ntada al pecto del mundo griego y su aplicación por mexicanistas actuales al
PUBLICAClONEI
476 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

analizadas. Esto lo He\


mundo Mesamericano. Concluye, después de examinar los testimonios
cultan la comprensión
citados, que los pueblos mesoamericanos cultivaron ampliamente la
oralidad y la escritura como parte de su educación formal y de su
memoria histórica; que este cultivo continuó fim1e después de la Con­ HERNÁNDEZ, Natalio, J
quista y quepervive hasta nuestros días. Gracias a él, concluye el autor, Carlos Montemay(
sabemos que "en verdad hemos traducido partes de la antigua palabra de Cultura y Dir,
mesoamericana" . 223 p.

Antología en la que
Literatura náhuatl clásica y moderna las creaciones literarias
Está distribuida en dc
BAUDOT, Georges, "Nezahualcoyotl. Vingt-deux chants tristes du Mexi­ mayas. Los nahuas pn
que précolombien". Ordonnés et traduits du náhuatl par Georges tomados del libro de
Baudot, Poesie, Revue trimestrielle publiée avec le concours du Cen­ azteca, además de la '
tre National des Lettres, París, Librarle classique Eugene Belin, pre­ y León-Portilla traduje
mier trimestre, 1984 n 9 28, p. 41-69. año 1959. La segunda,
se encuentran narracio
Antología de composiciones poéticas de Nezahualcóyotl en náhuatl Natalio Hernández, 1saJ
y francés. Diecinueve de ellas provienen del manuscrito de Cantares Ángel Tepole Rivera e
Mexicanos conservado en la Biblioteca Nacional de México. Otras tres ción", Montemayor re
están sacadas de los Romances de los Señores de las Nueva España. quecida por las much
Todas ellas son de "inspiración elegiaca y filosófica según la tradición conceptos sobre la gan
de los icnocuicatl", como hace notar Baudot. El trabajo va prece­ versas lenguas de Mb:
dido de una biografía del rey de Tezcoco en la que el autor pondera
sus rasgos como gobernante y pensador. LEÓN-PORTILLA, Migue
d'amitié. Introductil
GINGERICH, Willard, "Ten types of ambiguity in Nahuatl Poetry, or phie par Georges
William Empson among the Aztecs", en On the Translation 01 nahuatl (Mexique)
Native American Literatures, edited by Brian Swann, Washington 127 p. (Orphée).
and London, Smithsonian Institution Press, 1992, .p. 356-367.
Antología de creac:
Expone Gingerich, a lo largo de su artículo la dificultad de traducir dos, otras anónimas, I
los textos nahuas. Toma como punto de partida el pensamiento del . primeras se incluyen val
inglés William Empson quien en 1930 publicó un famoso libro titulado Xayacamach. Tochihui
Seven Types 01 Ambiguity. En él reiterpreta a los clásicos ingleses estas poesías provienen
-Chaucer, Shakespeare, Milton, Donne y otros-- desde nuevas pers­ tema, los Cantares M el
pectivas de la filología y la historia. Gingerich retoma los planteamientos va España. En la "Intr
de Empson y analiza dos tipos de ambigüedades, una textual y otra francés una visión de 1
contextual, y dentro de cada una diferencia varios subtipos. Pasa revista generales, sus trazos esti
a varios de los más conocidos traductores de poesía náhuatl y se fija Termina con una bre'
en ciertos textos en los cuales encuentra ambigüedades dignas de ser logados.
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 477

lar los testimonios analizadas. Esto lo lleva a señalar determinadas deficiencias que difi­
1 ampliamente la
cultan la comprensión de la poesía náhuatl.
1 formal y de su
espués de la Con­ HERNÁNDEZ, Natalio, Literatura indígena, ayer y hoy. Introducción de
concluye el autor, Carlos Montemayor, Ciudad Victoria, Instituto Taumaulipeco
.a antigua palabra de Cultura y Dirección General de Culturas Populares, 1990,
223 p.

Antología en la que se presenta en forma bilingüe una muestra de


las creaciones literarias de las principales lenguas indígenas de México.
Está distribuida en dos partes. La primera incluye textos nahuas y
:s tristes du Mexi­ mayas. Los nahuas provienen de autores del México antiguo y están
lUatl par Georges tomados del libro de Miguel León-Portilla Trece poetas del mundo
concours du Cen­ azteca, además de la "Historia del Tohuenyo", que Sahagún recogió
Eugene Belin, pre­ y León-Portilla tradujo y publicó en Estudios de Cultura Náhuatl el
año 1959. La segunda, se refiere a la literatura contemporánea y en ella
se encuentran narraciones de Delfino Hernández, Luis Reyes García,
lcóyotl en náhuatl Natalio Hernández, Isaías Bello Pérez, Román Güemes Jiménez, Miguel
erito de Cantares Ángel Tepole Rivera e Ildefonso Maya Hernández. En la "Introduc­
~éxico. ()tras tres ción", Montemayor resalta el valor de la literatura mexicana enri­
I:r Nueva España. quecida por las muchas lenguas que la integran y expone algunos
segUn la tradición conceptos sobre la gama de creaciones literarias modernas en las di­
trabajo va prece­ versas lenguas de México.
el autor pondera
LEÓN-PORTILLA, Miguel y Georges Baudot, Poésie nahuatl d'amour el
d'amitié. Introduction de Miguel León-Portilla. Choix et paleogra­
[ahuatl Poetry, or phie par Georges Baudot et Miguel León-Portilla. Traduit du
~e Translation of nahuatl (Mexique) par George.'i Baudot, Paris, La Difference, 1991,
~ann, Washington 127 p. (()rphée).
"p. 356-367.
Antología de creaciones poéticas nahuas, unas de autores conoci­
.cultad de traducir dos, otras an6nimas, presentadas en mexicano y francés. Entre las
, pensamiento del . primeras se incluyen varias de Netzahualcóyotl, Tlaltecatzin, Ternilotzin,
naso libro titulado Xayacamach. Tochihuitzin, Cuacuauhtzin, etcétera. Una gran parte de
s clásicos ingleses estas poesías provienen de las dos fuentes más import;antes sobre el
lesde nuevas pers­ tema, los Cantares Mexicanos y los Romances de los Señores de la Nue­
los planteamientos va España. En la "Introducción", Miguel Le6n-Portilla ofrece al lector
na textual y otra francés una visión de con junto de la literatura náhuatl, de sus rasgos
ttipos. Pasa revista generales, sus trazos estilísticos y los diferentes géneros de composiciones.
náhuatl y se fija Termina con una breve biografía de cada uno de los autores anto­
des dignas de ser logados.
478 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBLICACIONES S

LEÓN-PORTILLA, Miguel, "¿Una nueva aportación sobre literatura ná­ expresión literaria tan val
huatl: el libro de Amós Segala?", Cuadernos Americanos, nueva salta la importancia de J
época, México, UNAM, mayo-junio de 1991, v. 3, p. 11-26. México. Respecto del ru
escogidos de la antología
Comentarios críticos acerca del libro Literatura náhuatl. Fuentes,
floridas, que fue prepara.
identidades, representaciones, de Amós Segala aparecido en Roma en
por la Universidad de 'TI
1989 y traducido al castellano en 1990. León-Portilla señala las mu­
mados por Rosa Hemánc
chas deficiencias del trabajo de Segala tales como equivocaciones en
Anastasia López Bautista
la información, datos, vocablos nahuas, traducciones. Entre los argu­
ofrece el texto náhuatl
mentos que aduce para apoyar las críticas abundan los textos en náhu~tl.
Hernández.
Varios vocablos de esta lengua están explicados desde un punto de Vista
lingüístico.
REYES GARCÍA, Luis y
Anneliese Monnich y
LEÓN-PORTILLA, Miguel, Litn'aturas indígenas de México, Madrid, oraciones, cantos y e
Editorial MAPFRE, 1992, 365 p., ils. [Colección América 92]. de Veracruzy Pueb¿
do de Cultura Eeon
En este trabajo se describe y valora un extenso corpus de testimo­
Superiores en Antrop
nios en los que se guarda la expresión de los principales pueblos que
bla, 1990, 133 p., 8
integran el ámbito cultural mesoamericano, desde el primer milenio
a.d. C. hasta nuestros días. A 10 largo de siete capítulos, el autor analiza Segunda edición, en
múltiples testimonios de diversa índole -arqueológicos, libros de pin­ mismo título apareció e¡
turas, libros de escritura alfabética y narraciones de tradición oral- lo en 1976 editado por G.
cual le permite reconstruir una continuidad histórica de tres mil años. se incluyen cuatro traba:
Algunos capítulos del libro están dedicados al estudio de los textos de ellos es la "Introducción'
los pueblos de habla náhuatl. Aunque la mayoría de tales tex~os se pre­ una visión de conjunto
sentan sólo en español, no faltan frases y vocablos en meXIcano que Veracruz y Puebla." Di.
ayudan a profundizar en la sensibilidad de los nahuas a través de la sica de los nahnas"; ,Al
lengua. Tres Índices, de ilustraciones, onomástico y toponímico, com­ antiguas representacione
pletan la obra. nahnas" y Gisela Beutlt:
folklórico de los textos r.
MONTEMAYOR, Carlos, "Una antología de la actual literatura indígena La segunda parte, ·eIJ
de México. Presentación y selección de Carlos Montemayor", Tie­ de la tradición .oral re<
rra adentro, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, los Reyes y Sierra de 'lo
noviembre-diciembre de 1991, n. 56, p. 45-74. de la capital del Estadc
el cultivo del maíz o el
Precedida de una introducción, Montemayor presenta una expresiva sentimiento lírico en for
muestra de la actual literatura en siete lenguas mesoamericanas: ná­ a narraciones en las qUl
huatI, maya, zapoteca del Istmo, mazateca, tzeltal, tzotzil y ñahñu. En texto más importante es
la "Introducción" el antólogo puntualiza varios conceptos referentes de Zongolica y en él !
a la confusión que existe entre lenguas y dialectos; niega la superioridad llevado al Tlalocan. Al
de unas lenguas respecto de otras y define a la tradición oral como una y le regalan un anillo
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERi\.TURA NAHUAS 479
e literatura ná­ expresión literaria tan valiosa como la literatura escrita. Por último re­
mearnos, nueva
salta la importancia de la narrativa moderna en diversas lenguas de
p. 11-26. México. Respecto del náhuatl, Montemayor presenta cuatro poemas
huatl. Fuentes, escogidos de la antología titulada Xochitlajtolkskatl, Collar de palabras
[) en Roma en floridas, que fue preparada por Joel Martínez Hernández y publicada
señala las mu­ por la Universidad de TIaxcala en 1987. Los cuatro poemas están fir­
uvocaciones en mados por Rosa Hernández de la Cruz, Demetria Hernández Méndez,
~ntre los argu­
Anastasio López Bautista y Martiniano Hernández. De todos ellos se
ctos en náhuatl. ofrece el texto náhuatl y su versión al español hecha por Natalio
punto de vista Hernández.

REYES GARCÍA, Luis y Dieter Christensen, con la contribución de


Anneliese Monnich y Gisela Beutler, El anillo de Tlalocan. Mitos,
fxico, Madrid,
oraciones, cantos y cuentos de los nawas actuales de los Estados
mérica 92J.
de Veracruz y Puebla. Prefacio de Gerdt Kutscher, México, Fon­
~s de testimo­ do de Cultura Económica, Centro de Investigaciones y Estudios
es pueblos que Superiores en Antropología Social y Gobierno del Estado de Pue­
)rimer milenio bla, 1990, 133 p., 8 láms., ils. [Colección Puebla].
1 autor analiza
Segunda edición, en castellano y náhuatl del libro que con este
libros de pin­
mismo título apareció en tres lenguas, náhuatl, castellano y alemán
ición oral- lo
tres mil años. en 1976 editado por G. Mann Verlag, Berlin. En una primera parte
e los textos de se incluyen cuatro trabajos elaborados por los editores. El primero de
~ textos se pre­
ellos es la "Introducción" a cargo de Luis Reyes García; en ella ofrece
mexicano que una visión de conjunto sobre las comunidades nahuas modernas de
a través de la Veracruz y Puebla. Dieter Christensen escribe "Acerca de la mú~
onímico, com­ sica de los nahuas"; Anneliese. Monnich sobre "La supervivencia de
antiguas representaciones indígenas en la religión popular de los
nahuas" y Gisela Beutler presenta "Comentarios al fondo literario y
folklórico de los textos nawas".
ltura indígena La segunda parte, está integrada por una rica colección de textos
emayor", Tie­ de la tradición oral recogidos en Veracruz (Huasteca, Amatlán de
ra y las Artes, los Reyes y Sierra de Zongolica) y Puebla (Sierra Norte y alr~dedores
de la capital del Estado). Los textos evocan temas vitales como son
el cultivo del maíz o el más allá. También los hay que eXpresan el
una expresiva
sentimiento lírico en forma de coplas y no faltan los que se refieren
tericanas: ná­
a narraciones en las que se tocan temas del Viejo Mundo. Quizá el
. y ñahñu. En
texto más importante es el que da título a la obra. Procede del área
.tos referentes
de Zongolica y en él se narra la aventura de un cazador que es
1 superioridad
llevado al Tlalocan. Allí aprende a cuidar y querer a los animales
lral como una
y le regalan un anillo mágico que les proporciona a su esposa y a.
]1
480 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBLICACIONE!

él mucho dinero. Un día la esposa lo cambia por un anillo de oro décadas. Analiza las f
a unos mercaderes y el esposo tiene que recuperarlo. Lo logra al fin, de los antropólogos de
con ayuda de varios animalitos, entre ellos un ratón y vuelven a ser Adolph Bandelier y fir
ricos. La moraleja es que nuestra riqueza procede del Tlalocan y que de nuestra centuria, me:
sólo cuidando a los animales la conservaremos. Carrasco, en éste taml
cana con su traducciór
Obras de conjunto de interés lingüístico GONZÁLEZ TORRES, Ye
canos", p. 575-597.
La antropología en México. Panorama histórico, coordinador Carlos
García Mora. Liminar, Enrique Florescano Mayet, México, Insti­ Análisis de los estu
tuto Nacional de Antropología e Historia, 1987-1988, 15 vols. .gora se han preocupad
autora utiliza un buen
En quince volúmenes y con la colaboración de más de trescientos dida del tiempo y los e
investigadores, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ofrece
a la comunidad académica un estudio amplio y profundo sobre los
autores que, durante varias centurias, se han preocupado por com­ Vol. 4: La antropolog.
prender la vida, el pensamiento y las creaciones de los pueblos meso­ medulares. Etnolo~
americanos. En la presentación Florescano advierte que la presente ANZURES BOLAÑOS, ~
obra se articula alrededor de nueve partes en las que se estudian las p. 227-260.
diversas disciplinas que integran la antropología. Afirma también que,
aunque la serie tiene carácter enciclopédico, cada volumen constituye Panorama histórico
una totalidad en sí mismo. cado a indagar sobre
A continuación se describen los trabajos que guardan relación con acerca del saber médic
la lengua náhuatl atendiendo al volumen donde aparecen. remedios curativos. La
la Cruz-Badiano y nO!
Vol. 3: La Antropología en México. Las cuestiones medulares. Antro­ ción de los autores qU1
pología física, lingüística, arqueología y etnohistoria textos de médicos en le
a enfermedades ya fal
DAKIN, Karen, "Las lenguas yuto-nahuas, p. 247-310".
VoL 6: La antropolog
Visión de conjunto sobre las aportaciones que se han hecho desde
técnico
el siglo XVI hasta nuestros días en el estudio de las lenguas del tronco
yuto-azteca o yuto-nahua. Dedica especial atención a los lingüistas de ESCALANTE, Roberto, '
nuestra centuria y expone las motivaciones que los llevaron a realizar
sus tareas. El trabajo está acompañado de una bibliografía copiosa, Se preocupa el aut,
en muchos casos comentada. estudios de tipología d
Schlegel hasta nuestros
CARRASCO, Pedro, "La organización social de los nahuas en la época estructura morfológica,
prehispánica", p. 465-531. do la atención de los
logía fonológica y sint
En poco menos de cien páginas, el autor aborda uno de los temas más se tienen en cuent
que más han captado la atención de los historiadores de las últimas de oraciones.
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 481

1 anillo de oro décadas. Analiza las fuentes novo hispanas, se detiene en el estudio
:.ologra al fin, de los antropólogos del siglo XIX, en particular de Lewis Morgan y
f vuelven a ser Adolph BandeIier y finaliza con las aportaciones de los mexicanistas
TIalocan y que de nuestra centuria, mexicanos y extranjeros. Corno en otros estudios de
Carrasco, en éste también abundan los términos de la lengua mexi­
cana con su traducción al español.

GONZÁLEZ TORRES, Yolotl, "Los astros y los calendarios mesoameri­


canos", p. 575-597.
~dinador Carlos
México, Insti­ Análisis de los estudiosos que, desde Carlos de Sigüenza y Gón­
SS, 15 vols. gora se han preocupado de explicar el calendario mesoamericano. La
autora utiliza un buen número de vocablos nahuas referentes a la me­
IS de trescientos dida del tiempo y los explica en español.
Historia ofrece
lmdo sobre los
pado por com­ Vol. 4: La antropología en México. Panorama histórico. Las cuestiones
¡ pueblos meso­
medulares. Etnología y antropología social
lue la presen te ANZURES BOLAÑOS, María del Carmen, "La medicina tradicional",
se estudian las p. 227-260.
a también que,
unen constituye Panorama histórico de los hombres e instituciones que se han dedi­
cado a indagar sobre los conocimientos de los antiguos mexicanos
an relación con acerca del saber médico y las cosas de la naturaleza utilizadas corno
~cen.
remedios curativos. La autora abre su disertación con el Códice de
la Cruz-Badiana y nos ofrece, en un estudio diacrónico, la descrip­
~dulares. Antro­ ción de los autores que se han sentido atraídos por el tema. Incluye
textos de médicos en los que abunda la terminología náhuatl referente
a enfermedades y a farmacopea.

Vol. 6: La antropología en México. Panorama histórico. El desarrollo


1m hecho desde
técnico
guas del tronco
ps lingüistas de ESCALANTE, Roberto, "La tipología lingüística", p. 29-52.
raron a realizar
?grafía COpIOsa, Se preocupa el autor de mostrar el origen y la evolución de los
i estudios de tipología desde Guillermo de Humboldt y los hermanos
Schlegel hasta nuestros días. Además de la tipología clásica según la
~ en la época estructura morfológica, el autor analiza otras tipologías que han atraí­
do la atención de los lingüistas de nuestro siglo, tales como la tipo­
logía fonológica y sintáctica. La lengua náhuatl es una de las que
ko de los ternas más se tienen en cuenta en este estudio y de ella se ofrecen ejemplos
Ide las últimas de oraciones.
PUBLICACIONE~
482 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

YONEDA, Keiko, "Los proeedimientos analíticos para el estudio de los señala la escasez de es1
tante precisión los tralJ
manuscritos pictográficos de la tradición náhuatl, p. 497-527, ils.
especialmente en las ú
Visión histórica de los mexicanistas que se han interesado por el al artículo es amplia y 1
estudio de los manuscritos pictográficos desde el siglo XVI hasta nues­ huasteco y el náhuatl.
tros días. La autora se fija en aquellos estudiosos que se sintieron atraí­
dos por copiar documentos nahuas, por coleccionarlos y catalogarlos y Vol. 14: La antropoj
asimismo toma en consideración los eventos científicos y políticos que pología en el centr;
propiciaron las aportaciones en torno a este tema. Parte importante
del trabajo de Yoneda es la explicación de la escritura que se encuen­ DAKIN, Karen, "La lin
tra en los códices y de los métodos y procedimientos que los diversos Estado de México"
tratadistas de este tema han desarrollado para su estudio.
Descripción de las
HUERTA RÍOS, César, "Las técnicas genealógicas", p. 529-555. desde el siglo XVI hast:
Descripción de los principales autores que se han preocupado por históricas, la época ca
estudiar la organizaci6n familiar y comunitaria de los pueblos meso­ ellas distingue varias '
americanos. El autor comienza su exposición con Lewis Morgan y Resalta los rasgos fon<
Adolph Bandelier. Se detiene en las aportaciones de Manuel Moreno, estilísticos de las difereIJ
Arturo Monzón, Alfonso Caso, Gonzalo Aguirre Beltrán, Paul Kirch­ tes lingüísticas en las q
hoff, Pedro Carrasco, Alfonso Villarrojas, Ricardo Pozas, Robert Red­ acompaña al estudio e
field y otros más j6venes como Mercedes Olivera y Hugo Nutini. Usa ción temática.
y explica abundante terminología náhuatl.
GUZM/\N BETANcouRT,
Vol. 13: La antropología en, México. Panorama histórico. La antro­ 170.
pología en el occidente, el Bajío, la Huasteca y el oriente de
México Como introducci6n
nificado de la lengua
VALIÑAS, Leopoldo, "La lingüística en el occiderite", p. 35-36. más concretamente de 1
Visi6nde conjunto de los estudios que, desde el siglo XVI se han la dialectología del nál
realizado acerca de las lenguas habladas en el occidente de México, po la existencia de un
concretamente en los territorios que hoy corresponden a los estados koiné entre las distinta
de Nayarit, Durango, Colima, Jalisco, parte de Michoacán, México y autor que los impresos
Guerrero. Varias de las lenguas habladas en esta zona son yuto-nahuas, de Tezcoco, Tenochtitb
entre ellas el náhuatl. El autor describe las principales aportaciones los habitantes de lo qt
que existen sobre ella. El artículo se complementa con una amplia dema, resalta la existe¡
bibliografía. Morelos y pondera la
Robelo, Mariano Jacol
OCUOA, Ángela, "La lingüística en la Huasteca", p. 317-355. Townsed y otros lingüi
De entre las varias lenguas habladas en la Huasteca, la autora mentaria está dispuesta
centra su atenci6n en dos, la huasteca y la náhuatl. Acerca de ésta gorla en orden cronolé
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 483

udio de los señala la escasez de estudios en la época colonial y describe, con bas­
527, ils.' tante precisión los trabajos que se han realizado en nuestra centuria,
especialmente en las últimas décadas. La bibliografía que acompaña
;ado por el al artículo es amplia y registra un gran número de aportaciones sobre el
hasta nues­ huasteco y el náhuatl.
ieron atraÍ­
talogarlos y Vol. 14: La antropología en México. Panorama histórico. La antro­
olíticos que pología en el centro de México
importante
se encuen­ DAKIN, Karen, "La lingüística del náhuatl en el Distrito Federal y el
los diversos Estado de México", p. 15-38.

Descripción de las aportaciones hechas por filólogos y lingüistas


>55. desde el siglo XVI hasta nuestros días. La autora distingue dos etapas
:upado por históricas, la época colonial y la moderna. Dentro de cada una de
:blos meso­ ellas distingue varias categorías según una clasificación temática.
Morgan y Resalta los rasgos fonológicos, morfosintácticos, léxicos, semánticos y
el Moreno, estilísticos de las diferentes obras descritas, y señala las diversas corrien­
aul Kirch­ tes lingüísticas en las que fueron gestadas. La amplia bibliografía que
ohert Red­ acompaña al estudio está presentada también siguiendo una clasifica­
lutini. Usa ción temática.

GUZMÁN BETANCOURT, Ignacio, "La lingüística en Morelas", p. 157­


La antro­ 170.
oriente de
Como introducción al tema, el autor hace una síntesis sobre el sig­
nificado de la lengua náhuatl dentro del gran tronco yuto-azteca y
·36. más concretamente de la familia nahuatlana. Aborda puntos tales como
{VI se han la dialectología del náhuatl antes de la Conquista y al mismo tiem­
le México, po la existencia de un náhuatl general, que desempeñaba el papel de
los estados koiné entre las distintas zonas del extenso imperio mexica. Señala el
México y autor que los impresos novohispanos, redactados conforme a la norma
lto-nahuas, de Tezcoco, Tenochtitlan o Tlaxcala, eran totalmente apropiados para
>ortaciones los habitantes de lo que hoy es Morelos. Respecto de la época mo­
Ila amplia derna, resalta la existencia de estudios que se ocupan del náhuatl de
Morelos y pondera la obra de estudiosos tales como C~cilio Agustín
Robelo, Mariano Jacobo Rojas, Benjamín Whorf, William Cameron
55. Townsed y otras lingüistas de nuestros días. La bibliografía comple­
la autora mentaria está dispuesta según once categorías, y dentro de cada cate­
:a de ésta goría en orden cronológico.
PUBLICACIONES
484 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA

CARRASCO, Pedro, "Thl


Vol. 15: La antropología en México. Panorama histórico. La antro­ p. 93-112.
pología en el sur de México
El autor va más a
WELLER, Georganne, "La lingüística en Guerrero", p. 23-40. azteca ya que estudia
en el seno de otros puel
En unas cuantas páginas G. Weller pasa revista a temas importan­ con el consiguiente estal
tes sobre las cuatro lenguas habladas en Guerrero, entre ellas el mexi­ tégicas, y, las alianzas 1
cano. Describe los trabajos llevados a cabo por lingüistas y filólogos formas de control. Bas~
desde el siglo XVI hasta nuestros días agrupándolos en cuatro etapas Usa y explica los vocab
históricas. De cada etapa se señalan los intereses más comunes y las sión del tema.
aportaciones más logradas. Como en otros artículos de esta serie se
ofrece al final una bibliografía amplia sobre el tema. HODGE, Mary, "Land
politics of Aztec prc
Land and Politics in the Valley 01 Mexico. {1 Two Thousand Year Análisis de los caml
Perspective. Edited by H. R. Harvey Albuquerque, University of Valle de México a medi
New Mexico Press, 1991, xm +
325 p., iIs. centra su atención en el
por nuevas élites tenoel:
Conjunto de doce ensayos sobre varios temas relacionados con el
que de ello se derivare
valor social, económico y político de la tierra en el México antiguo.
y dedica varias notas a
El editor, Herbert Harvey hace notar que el libro tiene sus raíces en el
simposio que sobre "Tierra y políticas" tuvo lugar en el 45 Congreso
SCHROEDER, Susan, "In
Internacional de Americanistas en Bogotá, 1985.
pabin", p. 141-162.
Varios de los ensayos aquí reunidos contienen apreciaciones lingüís­
ticas sobre el náhuatL A continuación se describen anteponiendo el Estudio de la organi
nombre del autor. Amaquemecan, como S(
sos textos nahuas de e
HARVEY, Herbert A., "Preface", p. XI-XIII. ya que en la etimologí
tos de gran importancl
Síntesis sobre la vigencia actual del mexicano y sus diferencias con Toma muy en cuenta la:
el clásico, tanto fonológicas como gráficas. mann han hecho de lru
de sUS propios estudios.
EVANS, Susan, "Architecture an authority in an Aztec village: form las que se resume, grá
and function of the Tecpan", p. 63-92. ñorÍo de Chalco-Amec:

Explica la autora los conceptos lingüísticos relacionados con su HARVEY, Herbert R., "
tema, principalmente con las palabras tecpan, cihuatecpan y teuctli. p. 163-185.
Analiza los diversos significados presentes en los autores el siglo XVI
y en lingüistas modernos. El artículo va acompañado de bastantes Como introducción,
ilustraciones entre las cuales destacan aquellas que se refieren a los documento elaborado (
glifos de tecpan en varios códices del XVI (Mendoza, Osuna, etc.). la Biblioteca del Cong¡
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 485

CARRASCO, Pedro, "The territorial structure of the Aztec Empire",


'. La antro­ p. 93-112.

El autor va más allá de una definición de límites del imperio


40. azteca ya que estudia los enclaves que la Triple Alianza establecía
en el seno de otros pueblos, los desplazamientos de poblaciones nativas
LB importan­ con el consiguiente establecimiento de colonias mexieas en zonas estra­
1as el mexi­ tégicas, y, las alianzas matrimoniales con señoríos conquistados como
y filólogos formas de control. Basa su estudio en diversas fuentes del siglo XVI.
latro etapas Usa y explica los vocablos nahuas pertinentes para la mejor compren­
aunes y las sión del tema.
sta serie se
HODGE, Mary, "Land and Lordship in the Walley of Mexico: the
politics of Aztec provincial administration", p. 113-139.
usand Year
'niversity of Análisis de los cambios que se sucedieron en las comunidades del
Valle de México a medida que los mexicas las conquistaban. La autora
centra su atención en el proceso de desplazamiento de las élites nativas
Ldos con el por nuevas élites tenochcas y las consecuencias políticas y económicas
,co antiguo. que de ello se derivaron. Usa un buen número de vocablos nahuas
raíces en el y dedica varias notas a explicar con detalle su significado.
5 Congreso
SCHROEDER, Susan, "Indigenous sociopolitical organization in Chimal­
nes lingüís­ pahin", p. 141-162.
IOniendo el
Estudio de la organización social y política de la región de Chalco­
Amaquemecan, como se indica en el título. La autora se fija en diver­
sos textos nahuas de Chimalpahin y analiza su significado lingüístico
ya que en la etimología de las palabras se guardan muchos concep­
tos de gran importancia para la comprensión etnohistórica del tema.
rencias con
Toma muy en cuenta las ediciones que Silvia Rendón y Günter Zimmer­
mann han hecho de las Relaciones de Domingo Chimalpahin, además
de sus propios estudios. El trabajo se complementa con dos tablas en
lage: form las que se resume, gráficamente, la organización sociopolítica del se­
ñorío de Chalco-Amecameca a fines del siglo XVI.
,os con su HARVEY, Herbert R., "The Oztoticpac Lands Map: a reexamination",
~ y teuctli.
p. 163-185.
1 siglo XVI
! bastantes Como introducción, Harvey describe los principales rasgos de este
eren a los documento elaborado en papel de amate hacia 1540 y conservado en
etc.) . la Biblioteca del Congreso, en Washington. Recuerda su valor ya que
486 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBUCACIONES

contiene infonnación para conocer el catastro de Oztoticpac, villa cer­ HASKETT, Robert, lndi
cana a Tezcoco que pertenecía a D. Carlos Ometochtzin. Contiene ment in Colonial I
además glifos topónimos y antropónimos y glosas en náhuatI. Meta MexÍco Press, 1991:
principal del estudio es el desciframiento de los glifos numéricos que
son, según el autor, "la llave para conocer muchos datos acerca de Obra de conjunto se
las parcelas y sus posesores". En las notas explica la etimología de varios la época prehispánica h
vocablos nahuas. El trabajo se complementa con tres mapas relativos di zar en las consecueIl
al tema. Conquista y que se m~
en la adaptación y otro
y sociales. Destaca el g
WILLIAMS, Barbara J., "The lands and political organization of a rural hoy se guardan en dif,
tlaxilacalli in Tepetlaoztoc, c. a.d. 1540", p. 187-208. Jesús (Marquesado de
Examen detallado de algunos aspectos concernientes a los límites comprensión del tema.
y la organización territorial contenida en el Códice de Santa María en mexicano explicadOl
Asunción, uno de los documentos más importantes para conocer la pro­
piedad y el funcionamiento de la tierra del área de Tepetlaoztoc, locali­ SCHROEDER, Susan, Chl
dad cercana a Tezcoco. La autora estudia varios textos nahuas del The University of A
propio Códice y los traduce al inglés. Con los datos extraídos de ellos
y de otras fuentes complementarias ofrece un estudio etnohistórico En cuatro capítulo
integral del tlaxilacalli, unidad territorial formada por varios asenta­ pahin y su obra. El pr
mientos rurales. sus escritos, las fuentes
Además de estos artículos, el libro incluye seis trabajos más debi­ bres de letras que frecu~
dos a Jeffrey R. Parsons, Elizabeth Brumfield, W oodrow Borah, Tho­ Amaquemecan, patria
mas H. Charlton, Susan L. Cline y Teresa Rojas Rabiela. Todos ellos pormenorizada de las
son aportaciones valiosas para el conocimiento de la tenencia y la un sistema jerárquico,
función de la tierra, tema de importancia capital dentro de la cultura visión de conjunto sob:
de los pueblos nahuas. al reino de Chaleo denl
El trabajo está apoya
según paleografía de I
Trabajos de contenido histórico hechos con perspectiva lingüística inglés.

DÍAz CÍNTORA, Salvador, X ochiquetzal. Estudio de mitología náhuatl, SPENCER, Herbert, ÚJ~
México, UNAM, 1990, 89 p., ils. Genaro García, M
p. VI p.
En nueve capítulos, el autor analiza la identidad de Xochiquetzal,
sus atavíos, su papel en la vida religiosa y social de los nahuas y su Edición facsimilar
importancia en la cosmovisión mesoamericana. Reconoce en esta divi­ cina Tipográfica de la
nidad a la diosa madre y trata de probar, con múltiples argumentos, que tradujeron y edi~
la perduración de su culto bajo la advocación de la Virgen de Guada­ titulado Descriptive S,
lupe. A lo largo de su estudio Díaz Cíntora utiliza abundante tenni­ Chibchas and PeruviQ.fl
nología náhuatl e incluso algunos textos breves en mexicano. y 1881. En este libro,
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 487

:, villa cer­ HASKETT, Robert, lndigenous Rulers. An Ethnohistory Town Govern­


i. Contiene ment in Colonial Cuernavaca, Albuquerque, University of New
uatl. Meta Mexico Press, 1991, XII, + 294 p., ils.
léricos que
acerca de Obra de conjunto sobre la historia de la región de Cuemavaca desde
:a de varios la época prehispánica hasta la Independencia. Interesa al autor profun­
15 relativos dizar en las consecuencias que se sucedieron como resultado de la
Conquista y que se manifestaron unas veces en la persistencia, otras,
en la adaptación y otras, en el cambio de las organizaciones política..
y sociales. Destaca el gran número de papeles escritos en náhuatl que
of a rural
hoy se guardan en diferentes archivos sobre todo el del Hospital de
jesús (Marquesado del Valle) y que son esenciales para una cabal
los límites comprensi6n del tema. A lo largo del texto aparecen términos y frases
nta María en mexicano explicados en inglés.
cer la pro­
:toc, locali­ SCHROEDER, Susan, Chimalpahin and the Kingdoms o/ Chalco, Tucson,
lahuas del The University of Arizona Press, 1991, XXII + 264 p., 9 maps., iIs.
:lS de ellos
nohist6rico En cuatro capítulos se distribuye esta monografía sobre Chimal­
los asenta­ pahin y su obra. El primero abarca su vida, en Chalco y en México,
sus escritos, las fuentes donde se informó y asimismo el círculo de hom­
más debi­ bres de letras que frecuent6. El segundo la historia del señorío de Chaleo­
,rah, Tho­ Amaquemecan, patria de Chimalpahin. El tercero es una descripci6n
~odos ellos pormenorizada de las unidades políticas que, organizadas dentro de
:ncia y la un sistema jerárquico, integraban el reino de Chaleo. El cuarto es una
la cultura visi6n de conjunto sobre el importante papel que Chimalpahin asigna
al reino de ChaIco dentro de la historia de la regi6n central de México.
El trabajo está apoyado en textos nahuas del propio Chimalpahin
según paleografía de Günter Zimmermann, traducidos todos ellos al
:tica inglés.

z náhuatl~ SPENCER, Herbert, Los antiguos mexicanos. Traducci6n por Daniel y


Genaro García, México, Editorial Innovaci6n, S. A., 1983, 229
p. + VI p.
hiquetzal,
mas y su Edición facsimilar de la aparecida en 1896, publicada por la Ofi­
esta divi­ cina Tipográfica de la Secretaría de Fomento. En realidad el trabajo
(umentos, que tradujeron y editaron los hermanos García es parte del libro in­
~ Guada­ titulado Descriptive Sociology o/ the M exicans, Central Americans,
te terrni- Chibchas and Peruvians que Spencer publicó en Nueva York entre 1873
y 1881. En este libro, el famoso positivista inglés ofrece un panorama
488 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBLICACIONES

de la historia social y cultural del México antiguo. Una sección está Alatrícula de Tributos.
dedicada a la descripción de varias lenguas indígenas mesoamericanas, cienda y Crédito Púl
entre las cuales se encuentra el náhuatl. p., iIs., 8 maps.
Reproducción facsin
C6dices y documentos pictográficos documento conservado e
México, signatura 35-5:
DIBBLE, Charles E., Codex Hall. An andent Mexican hieroglyphic papel de amate. En ell
Picture Manuscript With a Silk Screen facsimile reproduction of pueblos que integraban
the Codex by Louie H. Ewing, Santa Fe, University of New Mexico y signos glíficos y contie
Press, 1947, 15 p. + facsimile. especialistas piensan que
americana y que fue eh
Reproducción facsimilar en colores del Códice Hall, manuscrito quista, o también que
pictórico del siglo XVI que lleva el nombre de su propietario el señor En la "Presentación", ]
ManIy P. Hall, de Los Angeles. La reproducción va precedida de un importancia del códice :
"Commentary on the Codex Hall" de Charles Dibble. En él, el autor logo" corre a cargo di
describe los rasgos físicos del códice elaborado en dos tiras de papel quien subraya el valor e
de maguey y ofrece una interpretación de su contenido. Versa éste el pasado de la Triple
sobre la ceremonia del xiuhmolpilli y los ritos y sacrificios que se que la integraban. En la
hacían en tal ocasión. Dibble ofrece una lectura de los glifos que en él la Matrícula en el rico e
aparecen y explica su valor silábico. y enfatiza la importanci
interés econóInico, es w
pectos de las fonnas de
LEÓN-PORTILLA, Miguel, Le livre astrologique des marchands. Codex El estudio del códic
Fejérváry-Mayer. Edition établie et presentée par... Traduit de En él se hace una dese
l'espagnol (Mexique) par Myriam Dutoit, Paris, 1992, La diffé­ historia y de las ediciom
rence, 255 p. + XLIV láms., + 1 map. + 1 tabla. por el Arzobispo de Mé
La parte principal del
Traducción al francés del libro de Miguel León-Portilla que apare­ una de las láIninas COI
ció en México en 1985 con el titulo de Tonalámatl de los pochteca¡). el M endotino, y asimis
Este códice, uno de los pocos que se conservan elaborados antes de náhuatL Este investi~
la Conquista, se guarda en el Museo de LiverpooL La presente edición trícula en ia Historia (J
incluye una "Introducción" en la que León-Portilla describe su natura­ Miguel León-Portilla.
leza e historia, contenido y los estudios y ediciones que hay de él. El último capítulo (
La monografía que sigue a la Introducción incluye un amplio comen­ titula "El Tributo Real
tario a cada una de las láminas, reproducidas en colores. En el ofrece una explicación 4
comentario se ofrece una interpretación de la correspondiente lámina mexica según las fuente
en relación con otros códices y con diversas fuentes históricas y arqueo­ tísimo para el sostenir
lógicas del México antiguo, en particular los textos nahuas del Floren­ análisis de los procluct
tino, que llevan a mostrar que este manuscrito constituyó un tona­ que el tributo era part
lámatl consultado por pochtecas o mercaderes. el eje de la economía I
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 489

~ción está .Matrícula de Tributos. Nuevos estudios, México, Secretaría de Ha­


mericanas, cienda y Crédito Público, 170 Aniversario (1821-1991), 1991, 153
p., ils., 8 maps.

Reproducción facsimilar, hecha con gran fidelidad y belleza, del


documento conservado en el Museo de Antropología de la ciudad de
México, signatura 35-52. Consta de 16 folios, r. y v., elaborados en
ieroglYPhic papel de amate. En ellos se registran los tributos que aportaban los
duction of pueblos que integraban el imperio mexica. Está escrito con pinturas
ew Mexico y signos glíficos y contiene además glosas en náhuatl y castellano. Los
especialistas piensan que es un códice de la más pura tradición meso­
americana y que fue elaborado poco antes o poco después de la Con­
manuscrito quista, o también que podría ser copia de otro documento anterior.
io el señor En la "Presentación", Pedro Aspe, Secretario de Hacienda, resalta la
lida de un importancia del códice y de los nuevos estudios acerca de él. El "Pró­
~l, el autor logo" corre a cargo de Roberto García Moll, director del INAH,
¡ de papel quien subraya el valor de los datos que contiene el códice para conocer
Versa éste el pasado de la Triple Alianza y el desarrollo cultural de los pueblos
íos que se que la integraban. En la "Introducción", Miguel León-Portilla enmarca
: que en él la .Matrícula en el rico contexto de los libros de pintura mesoamericanos
y enfatiza la importancia de su contenido; afirma que más allá de un
interés económico, es una fuente primordial para conocer muchos as­
pectos de las formas de vida de los pueblos mesoamericanos.
~s. Codex El estudio del códice es obra de Victor Manuel Castillo Farreras.
rraduit de En él se hace una descripción de la naturaleza del documento, de su
La diffé­ historia y de las ediciones de que ha sido objeto desde la primera, hecha
por el Arzobispo de México, Francisco Antonio de Lorenzana en 1770.
La parte principal del estudio es el análisis e interpretación de cada
que apare­ una de las láminas comparadas con las de otro códice muy similar,
pochtecas. el Mendocino, y asimismo la transcripción y lectura de las glosas en
s antes de náhuatl. Este investigador ya había publicado tln estudio de la M a­
[lte edición trícula en ia Historia de México de Salvat en 1974, coordinada por
su natura- Miguel León-Portilla.
hay de él. El último capítulo corre a cargo de María Teresa Sepúlveda y se
i
lio comen­ i
I titula "El Tributo Real en la Matrícula de Tributos". En él la autora
1
'CS. En el ofrece una explicación detallada de 10 que era el tributo en el imperio
lte lámina mexica según las fuentes del siglo XVI y de su destino final, importan­
y arqueo- tísimo para el sostenimiento del citado imperio. Hace también un
le! Floren- 1 análisis de los productos que aparecen en la Matrícula y concluye
un tona-
l
I
1
que el tributo era parte esencial del sistema político prehíspánico, era
el eje de la economía de un pueblo en plena expansión.
1
490 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA
PUBUCACIONI

El "Epílogo", elaborado por Luis Barjau, cierra la edición. El autor Por último, respel
hace consideraciones sobre la importancia de los amoxtli y señala otro al describir pormenori
aspecto valioso de la Matrícula: su valor artístico y la capacidad de mante incluye enca})(
los tlahcuilos que lo pintaron. versión al castellano.
Vale la pena recordar que este importante documento histórico
fue editado en el siglo pasado por Antonio Peñafiel, 1890 y en nues­
tra centuria por José Corona Núñez, México, Secretaría de Hacienda, LEÓN-PORTILLA, Migt
1968; contamos además con la ya citada edición incluida en la His­ gún", en Ciudad I

toria de México de Salvat. nal, 1980, p. 9-1l

Con motivo de ser


de Ciudad Sahagún
Textos de Sa'hagún y sobre Sahagún relato de lo que en
cuando cerca de allí,
BUSTAMANTE GARCÍA, Jesús, Fray Bernardino de Sahagún. Una revi­ Bernardino de Sahagl
sión crítica de los manuscritos y de su proceso de composición, y de sus afanes por ca
México, UNAM, 1990, 516 p. Enumera sus principa
rentino, su trabajo lt
En cuatro partes se distribuye este denso estudio, valiosa obra de
consulta, en el que se recogen multitud de testimonios y datos sobre SAHAGÚN, Fray Berna
los escritos que salieron de las manos de Sahagún y de sus colabora­ cultuur. Toegelich
dores nahuas. La primera parte titulada "La formación de un autor" terdam, Kritak. L
es una exposición de sus primeros cuarenta años de vida y de sus
tareas en el seno de la orden. La segunda trata de su etapa de elabora­ Con el título de 1
ción de trabajos doctrinales desde 1540, año del Sermonario de la los profesores Lechnet
Colección Ayer. Paralelamente a estos escritos, Sahagún elabora sus de la Historia generaJ
trabajos de índole etnohistórica, los cuales son el objeto de estudio de no de Sahagún. Loh:¡l
la tercera parte. En ellos Bustamante se centra en la génesis de la de Ángel María Gari
Historia general de las cosas de Nueva España. (Aquí aparece con su el libro VI contiene u
nombre original de Historia universal de las cosas de Nueva España.) que se recogieron en
En el cuarto y último capítulo se recogen las conclusiones sobre el retórica y filosofía. m.
"proceso de composición de la Historia y su relación con los demás cosas muy curiosas t(
escritos del autor".
delicadas tocantes a 1
Mérito de la obra es, además de la cuantiosa información recogida
como ya se dijo, el analizar uno a uno de los escritos de fray Bernar­
dino acompañados de los datos que sobre ellos nos aportan las fuentes Estudios sobre hÍstori,
del siglo XVI y de los comentarios y reflexiones de los sahagunistas
modernos. Esto permite tener a la vista las muchas opiniones, a veces GARZA CUARÓN, Dei:
encontradas, que han suscitado los escritos de Sahagún y asimismo cana", en Home~
conocer detalles muy concretos sobre la vida y la obra de fray Bernar­ e hispánica.. Edi<
dino y el mundo de investigación que se ha edificado en torno a él. México, El Cole~
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 491
ión. El autor
Por último, respecto de la lengua náhuatl hay que resaltar que,
f señala otro
al describir pormenorizadamente los manuscritos del franciscano, Busta­
:apacidad de
mante incluye encabezados y fragmentos en la citada lengua con su
versión al castellano.
nto histórico
~ y en nues­
~e Hacienda, LEÓN-PORTILLA, Miguel, "Ciudad Sahagún y fray Bernardino de Saha­
a. en la His­ gún", en Ciudad Sahagún y sus alrededores, México, Diesel Nacio­
nal, 1980, p. 9-13, ils.

Con motivo de señalar la importancia del moderno centro industrial


de CiudadSahagún nacido en 1951, Miguel León-Portilla hace un
relato de lo que en aquella región sucedió cuatrocientos años antes,
cuando cerca de allí, en Tepepulco, empezó sus investigaciones fray
r. Una reví­ Bernardino de Sahagún. Hace una síntesis de la vida del franciscano
'composición, y de sus afanes por conocer y analizar la cultura de los pueblos nahuas.
Enumera sus principales obras y destaca el significado del Códice Flo­
rentino, su trabajo más logrado.
¡osa obra de
; datos sobre
SAHAOÚN, Fray Bernardino de, De Azteken. Kroniek van een verdwenen
IuS colabora­
cultuur. Toegelicht door J. Lechner en RudoIf van Zantwijk, Ams­
'e un autor" terdam, Kritak Leuven, 1991, 284 p.
pa y de sus
~ de elabora­ Con el título de Los Aztecas. Crónica de una cultura desvanecida,
~ario de la los profesores Lechner y Van Zantwijk traducen al holandés el libro VI
: elabora sus de la Historia general de las cosas di! Nueva España de fray Bernardi­
~ estudio de no de Sahagún. Lo hacen a partir del Códice al! Tolosa, según la edición
~nesis de la
de Angel María Garibay, Editorial POITÚa, 1975. Como se recordará,
!trece con su
el libro VI contiene una de las mejores colecciones de huehuetlahtolli
rVll España.)
que se recogieron en el siglo XVI. El título exacto del libro es De la
~es sobre el
ID los demás
retórica y filosofía m.oral y teología de la gente mexicana, donde hay
cosas muy curiosas tocante a los primores de su lengua y cosas muy
delicadas tocantes a las virtudes morales.
i6n recogida
fray Bernar­
D las fuentes
Estudios sobre historia' de la lingüística
sahagunistas
mes, a veces
GARZA CUARÓN, Beatriz, ."Francisco Pimentel y la lingüística mexi­
'y asimismo
cana", en Homenaje a Jorge A. Suárez. Lingüística indoamericana
fray Bernar­
e hispánica. Edición de Beatriz Garza Cuarón y Paulette Levy,
mo a él.
México, El Colegio de México, 1990, p. 229-250.
492 ASCENSIÓN H. DE LEÓN-PORTILLA PUBLICACIONES

Reflexiones sobre la obra de Francisco Pimentel y su significado piente panorama lingüÍSl


en la historia de la lingüística de dentro y fuera de México. La auto­ americanas, panorama q
ra parte de las conclusiones de Jorge Suárez y Wigberto Jiménez Mo­ epiclásico y postclásico.
reno, quienes se acercaron a la obra de don Francisco y ahonda otras y los reacomodos q\
en el análisis del Cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas el papel del náhuatl an
indígenas de México, 1862 y 1865. De esta y de otras obras, Garza días. El artículo se com
Cuarón extrae y valora los conceptos lingüísticos más importantes de el número de hablantes
Pimentel, en virtud de los cuales es hoy considerado como uno de los y con un cuadro sinópt
lingüistas más destacados de su época en toda América. Resalta sus que se registran las ap
logros en la clasificación de las lenguas indígenas de México hecha en Berra hasta el día de hj
función de categorías tipológicas y reproduce, en el "Apéndice", el
famoso "Catálogo general y clasificación de las lenguas indígenas de
México".

GARZA CUARÓN, Beatriz, "Los estudios lingüísticos en México", en


Estudios de lingüística de España y México, editores Violeta de
Monte y Beatriz Garza Cuarón, México, UNAM, El Colegio
México, 1990, p. 35-80.

Visión de conjunto sobre los principales lingüistas y sus aporta­


ciones desde el siglo XVi hasta nuestros días. La autora comienza su
trabajo presentando la situación lingüística de México a principios
del XVI, cuando el náhuatl era lengua franca del imperio de los mexicas.
Describe las consecuencias lingüísticas que se derivaron de la Conquista
y la posterior coexistencia del náhuatl y el castellano durante casi tres
siglos de vida novohispana. Resalta el nacimiento de la lingüística mo­
derna a mediados de la pasada centuria, dentro de un espíritu de forta­
lecimiento del nuevo estado nacional y examina el significado de los
organismos oficiales que han favorecido el cultivo de la antropología
y la lingüística, ya en nuestro siglo. Concluye destacando la riqueza
de los estudios lingüísticos en México desde el siglo XVI, y la necesi­
dad de un intercambio entre los estudiosos de las lenguas mesoameri­
canas y del español.

MANRIQUE CASTAÑEDA, Leonardo, "Pasado y presente de las lenguas


indígenas de México", en Estudios de lingüística de España y
México, editores Violeta de Monte y Beatriz Garza Cuar6n, México,
UNAM y El Colegio de México, 1990, p. 387-420.

Reconstrucción de una especie de "Atlas lingüístico diacrónico de


México". Con ayuda de la arqueología, Manrique parte de un inci-
PUBLICACIONES SOBRE LENGUA Y LITERATURA NAHUAS 493

r su significado piente panorama lingüístico en los albores de las altas culturas meso­
éxico. La auto­ americanas, panorama que se va perfilando más y más en el clásico,
o Jiménez Mo­ epiclásico y postclásico. Explica cómo se superponen unas lenguas a
:isco y ahonda otras y los reacomodos que han sufrido con el devenir histórico. Resalta
de las lenguas el papel del náhuatl antes y después de la Conquista hasta nuestros
lS obras, Garza días. El artículo se complementa con una tabla en la que se indica
importantes de el número de hablantes de lenguas indígenas según el censo de 1980
)mo uno de los y con un cuadro sinóptico con la clasificación de las lenguas en el
ca. Resalta sus que se registran las aportaciones logradas desde Manuel Orozco y
éxico hecha en Berra hasta el día de hoy.
"Apéndice", el
lS indígenas de

!l México", en
!fes Violeta de
d, El Colegio

y sus aporta­
a comienza su
o a principios
de los mexicas.
le la Conquista
!rante casi tres
lingüística mo­
píritu de forta­
micado de los
la antropología
Ido la riqueza
11, y la necesi­
las mesoameri­

de las lenguas
de España y
Jar6n, México,

diacr6nico de
:e de un inci-
t

SIMBOLISMO DE
1
Dibl
FOtOgI

Los colores, núm


mordíal en los co
mágico del nativo
una función precis~
prema trinidad del
días, la fusión de 11
La vida materia
antoja un mural CI
en que se logra la a
y cada uno de los
y su razón de ser, )
dad y belleza al co:
dad indígena. No CI
armoniosa y total I
base de la integrid
El simbolismo de
\¡ sado en observaciol
parte esencial de lo
exotéricas: el canto
Las observacione!
miento y Religión,
turas clásicas mesol
ANTONINE TIBESAR, O.F.M.
1909-1992

IN MEMOlUAM

En este año los amantes del mundo indígena americano han perdido
un gran amigo. Fray Antonine Tibesar, O.F.M., director durante
muchos años de la Academy of American Franciscan History (Wash­
ington, D.C.), y de la revista The Americas, murió de un ataque al
corazón el 4 de marzo en la ciudad de San Antonio, Texas.
Hijo de un emigrante de Luxemburgo, fray Antonine nació en
Quincy, Illinois, el 9 de marzo de 1909. En 1927, ala edad de 18 años
tomó el hábito franciscano en la provincia norteamericana del Sagrado
Corazón, y recibió la ordenación sacerdotal siete años después, en 1934.
En 1935 inició su sólida formación intelectual en el campo de la
historia en la Catholic University of America (Washington, D.C.), de
la que obtuvo la maestría (Master's Degree) en 1937. Su interés por la
historia de América vino unos cinco años más tarde, cuando otro fran­
ciscano norteamericano amante del mundo latinoamericano, fray Ma­
thias Faust, delegado general de la Orden para Norteamérica, empe­
zaba a buscar franciscanos interesados en el campo de la historia con
el objeto de fundar en Washington, D.C., un centro de investigacio­
nes histórico-americanas. Fray Antonine, uno de los escogidos para esta
empresa por su Ministro provincial, regresó en 1942 a la Catholic
University of America para enrolarse en el programa de doctorado,
esta vez con la especialidad en América Latina.
Su interés por las misiones franciscanas del Perú lo llevó a pasar
dos años de investigación en los archivos franciscanos y estatales de ese
país, 1945-1946. Durante este tiempo tuvo su primer contacto con las
altas culturas indígenas de América, experiencia que dejaría profundo
impacto en su formación intelectual y daría lugar posteriormente a
un considerable aprecio yapayo a las investigaciones de estas culturas.
Desde su cátedra, como profesor de Historia de América Latina, en
los programas de maestría y doctorado de la Catholic U niversity of
America, 1948-1974, y desde su oficina, como director de la Academy
of American Franciscan History, 1954-1963 y 1970-1979, promovió
los estudios de estas culturas. La revista, The Americas, de la que fue
32
496 ANTONINE TIBESAR, O.F.M., IN MEMORIAM

director por cerca de veinte y cinco años, de 1954 a 1964 y de 1970


a 1935, muestra este influjo americanista. Bajo su dirección se publi­
caron artículos de distinguidos investigadores de las culturas indígenas,
como los de Ralph L. Roys, "The Franciscan Contribution to Maya
Linguistic Research in Yucatan" (vro, 417-429), Wigberto Jiménez
Moreno, "The Indians of America and Christianity" (XlV, 411-431), RE
Mary Cline, "Ancient and Colonial Zapotec and Mixtec Calendars:
A Revisionist View" (XXXI, 272-288) Y Miguel León-Portilla, "New
Bernardino de Sahagún
Light on the Sources of Torquemada's Monarquía Indiana (xxxv, ducd6n de AscensÍ
287 -316), por nombrar unos cuantos. de Cultura Econ6mi
Las aportaciones históricas de fray Antonine versaron principal­
mente sobre las actividades de los franciscanos en el Perú. Algunas de Muchos han sido los t
ellas abrieron campo en la investigación, por ejemplo su obra Franciscan dino de Sahagún se h
Beginnings in Colonial Perú (1953), recientemente traducida al es­ que comienza a difun
pañol con el título de C()mienz()s de los Franciscanos en el Perú (1991). Estudiosos de divel
Hay que aclarar, sin embargo, que sus preocupaciones académicas cu­ del franciscano desde
brieron campos más amplios. Su interés por las culturas indígenas se lógicas y lingüísticas. ~
puede ver en la amplia cobertura que les dio en diversos artículos de chos casos detalladas
la New Catholic Encyclopedia, cuyas secciones sobre América La­ incógnitas que resolve
tina le fueron encargadas. Gracias a él y a insignes colaboradores que constituir en su totali(
buscó con paciencia verdaderamt"nte franciscana, como el padre Ángel
El trabajo que en
María Garibay, Ángel Palerm y Wigberto Jiménez Moreno, entre
León-Portilla contribu
otros, esta obra hace una digna presentación de los temas indígenas
grandes dudas de la 1
de México.
Ascensión Hernán
La "hermana" muerte visitó a fray Antonine sin permitirle ver
Cultura Económica d
reimpresa la obra sobre la que trabajó por más de diez años: Symbolo
de los cuales son prál
Cath()lico Indiano de fray Jerónimo Oré, símbolo -valga la redun­
religioso y académico
dancia- de los esfuerzos franciscanos por presentar en idiomas indí­
"padre de las investíg
genas la doctrina cristiana. Esta obra, publicada originalmente en
Lima, Perú, en 1598, contiene uno de los raros textos trilingües, caste­ La editora nos in1
llano, quechua y ayrnara, impresos en la época. virreinal. Poseedor tarios en los que pon
de uno de los pocos ejemplares de la edición original, fray Antonine el tema. Sus reflexione
dedicó sus últimos años a preparar su reimpresión, tarea que cumplió porcionar una visión
unos meses antes de morir. Su reciente publicación en la ciudad de trabajos que integran
Lima, Perú, es el mejor homenaje que se puede dar a este singular El estudio introdu
franciscano, digno seguidor de aquellos frailes que se esforzaron por de ellas, titulada Las
preservar las antiguas culturas de América. y la búsqueda y reCOl
contexto histórico en
Fray Francisco MORALES, O.F.M. nes filólogos Joaquín
coso durante la estan
Centro de Estudios Bernardino de Sahagún, A.C. ampliamente a su COI
164 Y de 1970
:ción se publi­
uras indígenas,
.tion to Maya
;berto Jiménez
XlV,411-431), RESE~AS BIBLIOGRÁFICAS
:ec Calendars:
Portilla, "New
~diana ( xxxv,
Bernardino de Sahagún, Diez estudios acerca de su obra, Edición e intro-:
ducción de Ascensión Hernández de León-Portilla, México, Fondo
de Cultura Económica, 1990.
ron principal­
Algunas de
:lÍ.
Muchos han sido los trabajos que sobre la vida y obra de fray Bernar­
bra Franciscan
dino de Sahagún se han realizado desde el siglo pasado, momento en
lducida al es­
que comienza a difundirse su inigualable: producción.
¡Perú (1991).
Estudiosos de diversas especialidades han abordado la magna obra
lcadémicas cu­
del franciscano desde las perspectivas históricas, antropológicas, etno­
IS indígenas se
lógicas y lingüísticas. Sin embargo, a pesar de las numerosas y, en mu­
os artículos de
chos casos detalladas y rigurosas investigaciones, quedan aún grandes
América La­
woradores que incógnitas que resolver e importantes lagunas que llenar para poder
constituir en su totalidad el gran corpus sahagunense.
~l padre Ángel
Moreno, entre El trabajo que en esta ocasión presenta Ascensión Hernández de
mas indígenas León-Portilla contribuye, en buena medida, a esclarecer muchas de las
grandes dudas de la biobibliografía del fraile.
permitirle ver Ascensión Hernández incluye en esta publicación del Fondo de
IDOS: Symbolo Cultura Económica diez estudios de ocho diferentes autores, algunos
:tIga la redun­ de los cuales son prácticamente in conseguibles, relativos al desempeño
idiomas indí­ religioso y académico del que con justa razón ha sido considerado el
ginalmente en "padre de las investigaciones antropológicas del Nuevo Mundo".
ilingñes, caste­ La editora nos introduce a ellos con una serie de nutridos comen­
:inal. Poseedor tarios en los que pone de manifiesto sus amplios conocimientos sobre
fray Antonine el tema. Sus reflexiones trascienden el mero recuento histórico para pro­
a que cumplió porcionar una visión profunda, y en algunos casos crítica, sobre los
la ciudad de trabajos que integran esta afortunadísima selección.
l este singular El estudio introductorio está dividido en tres partes: En la primera
esforzaron por de ellas, titulada Las cartas del Paso y Troncoso: La vida de Sahagún'
y la búsqueda y reconstrucción de su corpus documental, se expone el
contexto histórico en que se originó la correspondencia entre los insig­
ALES, O.F.M. nes filólogos Joaquín GarcÍa Icazbalceta y Francisco del Paso y Tron­
coso durante la estancia de este último en Europa. Asimismo se alude
iahagún, A.C. ampliamente a su contenido y al significado de la misma en el renaci­
498 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

miento mexicanista decimonónico representado por José Fernando Ra­


mírez, Manuel Orozco y Berra y Francisco Pimentel, entre otros, y a se explica por la imp<
operativos del cuerpo, .
su perspectiva actual.
temente a los tegumenl
Estas "epístolas históricas", como las ha llamado Ascensión Her­
nentes de la cabeza.
nández, son eruditos comentarios de don Francisco del Paso a las
El estudio introduc
dudas planteadas por García Icazbalceta cuando trabajaba en su incom­
cantes a la biobibliogr~
parable Bibliografía mexicana del Siglo XVI. En ellas Del Paso pro­
por uno de sus más prc
porciona detalladas noticias sobre la procedencia del fraile, el año de
ha destacado la labor I
su llegada a México, su estancia en TIalmanalco, su desempeño como
de la "visión de losveJ
guardián en Xochimilco y definidor de la Provincia del Santo Evan­
gelio, su muerte, etcétera. Maestro infatigaQle;
En la segunda parte que presenta con el título Nuevas luces en la humilde pero que D
tarea sahaguntina.. Estudios sobre diversos textos de fray Bernardina, para defender a los
Ascensión Hernández se refiere a los traba jos que de carácter religioso, al mundo un rico le
etnohistórico y lingüístico eligió para conformar su compilación. Así te­ . nas mexicanas, son
nemos La; enciclopedia doctrinal de Sahagún, de Arthur J. O. Ander­ español renacentista
son, La historicidad de los Coloquios de Sahagún, de Jorge Klor de Alva
y el Tlauculcuicatl. de Sahagún. Un lamenta en náhuatl, de Louise M.
Burkhart.
Tres estudios de carácter etnohistórico debidos a Miguel León-Por­
tilla: La erótica Historia del Tohuenyo; Los huaxtecos, según los infor­ Miguel León-Pprtilla,·1
mantes de Sahagún, y Un testimonio de Sahagún aprovechado por Ch;'" Conquista, UniversÍ<
malpahin, y dos de orden lingüístico: La olografía de fray BernardinOl 220 p. [Biqliote~a . d
de Sahagún, de Charles E. Dibble y Norma B. Mikkelsen y El inventa­
ria anatómico sahaguntino, de Spencer L. Royers y Arthur J. O. An­ Con esta edición,; ~a
derson. En este último, los autores establecen una correlación de las Relaciones indígenfllS d
voces que aluden a las diversas partes del cuerpo humano entre cuatro labra de los pueblos ni
lenguas (antiguo inglés, antiguo escandinavo, antiguo· alto alemán y española, a quinIentOs
noruego) pertenecientes al norte de Europa y el náhuatl clásico. Las La introduúión, selett
conclusiones a las que llegan, por demás interesantes, avalan la teoría León~Portilla, la vetsié
del relativismo lingüístico que pone de relieve las interrelaciones lengua­ desáparecido Ángei M.
pensamiento, lengua-cultura. Royers y Anderson advierten que, a pe­ son del artista Alberto
sar de pertenecer al mismo espacio temporal (la época medieval), el unos mapas, otroicrn
léxico de las cinco lenguas comparadas que hace referencia a la anato­ apéndice una breve (
mía del hombre presenta marcadas diferencias. Así tenemos por ejemplo antiguo.
que el total de voces nahuas registradas en el inventario sahagunense Aparecido originah
asciende a uh total de 343; en tanto que las del antiguo alto alemán alemán, italiano, póla<
no rebasan las 179 y las pertenencientes al inglés antiguo las 376. y portugués, con o~
N o conozco ningún o
Ahora bien, mientras la mayor parte de los vocablos amerindios alu­
difusión ni que se' ha
den a las extremidades (mano, brazo, pierna) lo que según los autores
suman cientos de rnile
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 499
mando Ra­
! otros, y a
se explica por la importancia de estos constituyentes como miembros
operativos del cuerpo, las voces del noruego hacen referencia preferen­
~nsión Rer­ temente a los tegumentos y las del antiguo inglés a los diversos compo­
Paso a las nentes de la cabeza.
n su incom­ El estudio introductorio finaliza con una serie de apreciaciones to­
1 Paso pro­ cantes a la biobibliografía sahagunense. Aquí reproducimos la dictada
, el año de por uno de sus más profundos conocedores: Miguel León-Portilla quien
lpeño como ha destacado la labor del fraile en lo que él ha considerado el rescate
¡anto Evan­ de la "visión de los vencidos".

Maestro infatigable, pobre en bienes materiales, de natural manso y

luces en la humilde pero que más de una vez hizo suyo el clamor de los profetas

Bernardino, para defender a los indios, Bernardino de Sahagún dejó a México y

ter religioso, al mundo un rico legado de· cultura. Su presencia y su trabajo en tie­
:ión. Así te­ . rras mexicanas son perenne testimonio de lo mejor del humanismo

, O. Ander~ español renacentista. Su legado, siendo nuestro, es también universal.

Uor de Alva PILAR M"YN EZ


e Louise M.

!l León-Por­
1n los intor~ Miguel Le6n-}>ortilla,. Visión de los vencidos. Relaciones. indígenas de la
rJo por Chi­ Conquista, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1992,
, Bernardino, 220 p. [Bibliotec.adel Estudiante Universitario 81].' .
, El inventa­
r J. O. An­ Con esta edición,: la décima tercera, de La visión de los' vencídós.
ición de las Relaciones indígenas de. 10} ccmquista, vuelve a hacerse presente la pa­
entre cuatro labra de los pueb~os nahuasacercade lo que fue para ellos la invasión
;0 alemán y española, a quinientos años del inicio del Encuentro' de Dos Mundos.
clásico. Las La introducción, selección y notas son del insigne historiador Miguel
tan la teoría León-Portilla, la versión de los textos nahuas son del ilustre nahuatlato
ones lengua­ desaparecido Ángel María Garibay K., y las iluStraciones de los códices
. que, a pe­ son del artista Alberto Beltrán. Desde la segunda edición se añadieron
ledieval), el unos mapas, otro icnocuícatl o canto triste de la conquista, y como
, a la anata­ apéndice una breve exposición de la evolución cultural del México
por ejemplo antiguo.
sahagunense Aparecido originalmente en 1959, se ha traducido al inglés, francés,
alto alemán alemán, italiano, polaco, sueco, húngaro, serba-croata, hebreo, catalán
las 376. y portugués, con otras ediciones en castellano, en Cuba y en España.
erindios alu­ No conozco ningún otro libro mexicano que haya alcanzado mayor
difusión ni que se haya publicado en tantas lenguas; sus ejemplares
1 los autores
suman cientos de miles. Esto es la mejor prueba de su valor.
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 499
mando Ra­
! otros, y a
se explica por la importancia de estos constituyentes como miembros
operativos del cuerpo, las voces del noruego hacen referencia preferen­
~nsión Rer­ temente a los tegumentos y las del antiguo inglés a los diversos compo­
Paso a las nentes de la cabeza.
n su incom­ El estudio introductorio finaliza con una serie de apreciaciones to­
1 Paso pro­ cantes a la biobibliografía sahagunense. Aquí reproducimos la dictada
, el año de por uno de sus más profundos conocedores: Miguel León-Portilla quien
lpeño como ha destacado la labor del fraile en lo que él ha considerado el rescate
¡anto Evan­ de la "visión de los vencidos".

Maestro infatigable, pobre en bienes materiales, de natural manso y

luces en la humilde pero que más de una vez hizo suyo el clamor de los profetas

Bernardino, para defender a los indios, Bernardino de Sahagún dejó a México y

ter religioso, al mundo un rico legado de· cultura. Su presencia y su trabajo en tie­
:ión. Así te­ . rras mexicanas son perenne testimonio de lo mejor del humanismo

, O. Ander~ español renacentista. Su legado, siendo nuestro, es también universal.

Uor de Alva PILAR M"YN EZ


e Louise M.

!l León-Por­
1n los intor~ Miguel Le6n-}>ortilla,. Visión de los vencidos. Relaciones. indígenas de la
rJo por Chi­ Conquista, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1992,
, Bernardino, 220 p. [Bibliotec.adel Estudiante Universitario 81].' .
, El inventa­
r J. O. An­ Con esta edición,: la décima tercera, de La visión de los' vencídós.
ición de las Relaciones indígenas de. 10} ccmquista, vuelve a hacerse presente la pa­
entre cuatro labra de los pueb~os nahuasacercade lo que fue para ellos la invasión
;0 alemán y española, a quinientos años del inicio del Encuentro' de Dos Mundos.
clásico. Las La introducción, selección y notas son del insigne historiador Miguel
tan la teoría León-Portilla, la versión de los textos nahuas son del ilustre nahuatlato
ones lengua­ desaparecido Ángel María Garibay K., y las iluStraciones de los códices
. que, a pe­ son del artista Alberto Beltrán. Desde la segunda edición se añadieron
ledieval), el unos mapas, otro icnocuícatl o canto triste de la conquista, y como
, a la anata­ apéndice una breve exposición de la evolución cultural del México
por ejemplo antiguo.
sahagunense Aparecido originalmente en 1959, se ha traducido al inglés, francés,
alto alemán alemán, italiano, polaco, sueco, húngaro, serba-croata, hebreo, catalán
las 376. y portugués, con otras ediciones en castellano, en Cuba y en España.
erindios alu­ No conozco ningún otro libro mexicano que haya alcanzado mayor
difusión ni que se haya publicado en tantas lenguas; sus ejemplares
1 los autores
suman cientos de miles. Esto es la mejor prueba de su valor.
500 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

¿Por qué, entre la copiosísima bibliografía de Miguel León-Portilla, mundo que habían cone
este libro en particular ha despertado tan extraordinaria acogida? El del hombre americano
mismo León-Portilla apunta algo al respecto en el prefacio de la se· de la conquista, eran
gunda edición, dice: "el conocimiento de los textos indígenas muestra sola de sus caras. Con
la otra cara del espejo para contemplar la conquista de Anáhuac". Se hizo posible una valora
trata de un libro fundamental que provocó un cambio definitivo en la frontación de dos mUlle
apreciación y valoración de la historia americana. Abrió una puerta de El creciente desam
luz, en las tinieblas del conocimiento del pasado precolombino. Para arqueología americana,
ello se valió León-Portilla de la propia voz indígena, con su lenguaje las obras y hechos de n
rico y florido a base de símbolos y de metáforas. Y nos hizo conscientes ciudades prehispánicas
de las incertidumbres, de las luchas, y de las amargas reflexiones de los les las obras de arte cu~
indígenas, en los duros episodios que vivieron antes, durante y después y entusiasmo de desta(
de la conquista española. como testimonio inapre
En esto reside su valor histórico, su interés humano y el que haya cana, maya, tolteca o m
rebasado fronteras y lenguas y culturas. El meollo de tal valor, se en­ glíficos mayas, ha cont
cuentra, a mi modo de ver, en la revelación a base de testimonios do­ mundo maya clásico. 1
cumentales que apoyan una posición histórica, que se opuso y redujo chas durante muchos a
el eurocentrismo que había dominado la historia americana a partir siempre en documentos
del impetuoso encuentro entre las dos culturas. sofía y de la sublime (
Es cierto, que las crónicas, noticias y relaciones de los descubrido­ ción, nos encontramOs :
res y conquistadores del Nuevo Mundo, fueron recibidas por los euro­ el excepcional universo
peos de los siglos XVI y XVII con "el más vivo interés"; y que algunos Pero si el conocimie
sabios y humanistas de occidente, basándose en la información de quie­ mentado de manera n
nes primero tuvieron contacto con los habitantes de lo que hoy llama­ de la conquista, cambié
mos Mesoamérica, intentaron "forjarse imágenes de las realidades físi­
La visión de los vencil
cas y humanas existentes en el Nuevo Mundo".
historia del hombre en
En efecto, a partir de las Cartas de Relación de Cortés, o de la
a las narraciones recog
Historia verdadera de Bernal Díaz del Castillo, se advierte, por una
Dice éste, que no 1
parte, la incomprensión o el rechazo abierto hacia las formas de vida y
cabal respuesta en los t
las creencias de los antiguos mexicanos. Sin embargo, también, desde
pa. ¿Qué pensaron los
la inigualable obra de Bernardino de Sahagún, se hace presente el con­
cepto humanista, que intenta inquirir y comunicar, acerca de las obras descubridores y conquil
y de la naturaleza misma de los nativos. ¿Qué sentido dieron a
Muchas son las historias que han sucedido en el tiempo, a las pri­ Han pasado muchos aí
meras que se forjaron inmediatamente después del choque entre las los vencidos. No conoC:
culturas, y no son pocas las que enaltecen valores y costumbres de los tad y de sus enseñanz~
indígenas. Todas se han visto inevitablemente determinadas por la vi­ riencia que ahora, que
sión occidental, que apreciaba tan sólo una cara de la realidad. Esta prenden de los textos,
realidad estaba mutilada, y tales historias no podían sino dar cuenta percibir y entender lo
de la percepción europea de la conquista, y de los que habitaban el se propuso en este libr<
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 501

León-Portilla, mundo que habían conquistado. La perspectiva de la milenaria historia


a acogida? El del hombre americano y el panorama de las décadas, antes y después
racio de la se· de la conquista, eran unilaterales. La historia se iluminaba en una
~enas muestra sola de sus caras. Con La uisión de los vencidos se alumbró la otra, e
Anáhuac". Se hizo posible una valoración más certera y objetiva de la violenta con­
tefinitivo en la frontación de dos mundos.
~na puerta de El creciente desarrollo de la antropología, y en particular de la
lombino. Para arqueología americana, ha propiciado un mayor acercamiento hacia
~n su lenguaje las obras y hechos de nuestros antecesores indígenas. Numerosas son las
izo conscientes ciudades prehispánicas descubiertas y estudiadas, y se cuentan por mi­
lexiones de los les las obras de arte cuyas formas y significados han suscitado el interés
lnte y después y entusiasmo de destacados americanistas. Unas y otras permanecen
como testimonio inapreciable de la cultura olmeca, zapoteca, teotihua­
el que haya cana, maya, tolteca o mexica. El avance en la lectura de los textos jero­
rvalor, se en­ glíficos mayas, ha contribuido, también, a una mejor comprensión del
estimonios do­ mundo maya clásico. Las investigaciones de Miguel León-Portilla, he­
puso y redujo chas durante muchos años, con asiduidad, amor y sabiduría, apoyadas
cana a partir siempre en documentos indígenas, han probado la existencia de la filo­
sofía y de la sublime espiritualidad de los pueblos nahuas. En resolu­
i)S descubrido­ ción, nos encontramos ahora con recursos más sólidos para penetrar en
por los euro­ el excepcional universo Il1esoamericano.
r que algunos Pero si el conocimiento acerca de las viejas culturas se ha comple­
kión de quie­
mentado de manera notable, la estimación acerca del hecho preciso
lle hoy llama­
de la conquista, cambió en lo fundamental después de la publicación de
'ealidades físi-
I La uisión de los vencidos. Ese hecho de relevancia contundente en la
historia del hombre en la tierra, se transformó y engrandeció gracias
~rtés, o de la
a las narraciones recogidas y ordenadas por León-Portilla.
rrte, por una
Dice éste, que no todas las preguntas que se planteó encontraron
nas de vida y
cabal respuesta en los textos por él recopilados en el libro que nos ocu­
Fbién, desde
pa. ¿Qué pensaron los indios al ver llegar a sus costas y pueblos a los
FSente el con­
~ de las obras
descubridores y conquistadores? ¿Cuáles fueron sus primeras actitudes?
¿Qué sentido dieron a su lucha? ¿Cómo concibieron su propia derrota?
po, a las pri­ Han pasado muchos años desde que leí, por primera vez, La visión de
[ue entre las los vencidos. No conocía al doctor León-Portilla, ni gozaba de su amis­
~bres de los tad y de sus enseñanzas, pero recuerdo bien que tuve la misma expe­
las por la vi­ riencia que ahora, que la he vuelto a leer. Las imágenes que se des-­
realidad. Esta prenden de los textos, cautivaron mis sentidos y mi mente, y pude
p dar cuenta percibir y entender lo que León-Portilla se preguntó y qué fue lo que
I habitaban el se propuso en este libro: ver la otra cara del espejo. Creo firmemente
502 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

que esa experiencia la he compartido, sin saberlo, con miles, acaso Cuando hubo oí,
millones, de lectores en lengua española y en lenguas extranjeras. y como que se le a.tJ
Para terminar, transcribiré, a manera de comprobación de lo arriba abatió con la angus'
expresado, algunos de los textos nahuas que tienen especial significado
Varios son los texto
entre los incluidos en este libro.
por Pedro de Alvaradc
Cuando regresaron los mensajeros de Motecuhzoma, a darle noticia
nor de Huitzilopochtli
de lo que vieron, dicen los informantes de Sahagún, en el Códice Flo-'
un realismo comparabi,
rentino, lo siguiente:
dad clásica, lOs más dr:
y cuando él hubo oído lo que le comunicaron los enviados, mucho se rado". Cito aquí, una
espantó, mucho se admiró. Y le llamó a asombro en gran manera su Códice Florentino:
alimento.
También mucho espanto le causó el oír cómo estalla el cañón,
cómo retumba su estrépito, y cómo se desmaya uno; se le aturden a
uno los oídos.
y cuando cae. el tiro, una como bola de piedra sale de sus entra· Pues así las cosas, n:
ñas: va lloviendo fuego, va destilando chispas, y el humo que de él ya es el canto, ya se
sale, es muy pestilente, huele a lodo podrido, penetra hasta el cerebro un estruendo de ola
causando molestia. determinación de. n:
Pues si va a dar contra un cerro, como que lo hiende, 10 resque­ vienen en armas' de
braja, y si da contra un árbol,. lo destroza hecho astillas, como si fuera Vienen a cerrar..
algo admirable, cual si alguien le hubiera soplado desde el interior. Águila, en el palac:
Sus aderezos de guerra son todos de hierro: hierro se visten, hierro caña"), la de "Tezc
ponen como capacete a sus cabezas, hierro con ,sus espadas, hierro sus bieron cerrado en t4
arcos, hierro sus escudos, hierro sus lanzas. Dispuestas .así ,la
Los soportan en sus lomos sus "venados". Tan altos están como para matar a lager.
los techos. gunos los llevan de
Por todas partes vienen envueltos sus cuerpos, solamente aparecen Inmediatamente
sus caras. Son blancas, son como si fueran de cal. Tienen el cabello atabales: dieron,' un
amarillo, aunque algunos lo tienen negro. Larga su barba es, también zos. Luego lo decap
l'!Jllarilla; el bigote también tiene amarillo. Son de pelo crespo y fino, Al momento tod
-un poco encarrujado. con las espadas los ]
En cuanto a sus alimentos, son como alimentos humanos: grandes, diatamente cayeron
blancos, no pesados, cual si fueran paja. Cual' madera de caña de maíz, garraron la cabeza:
y como de médula de caña de maíz es su sabor. Un poco dulces, un quedó su cabeza.
poco como enmielados: se comen como miel, son comida dulce. Pero a otros les .
Pues sus perros son enormes, de orejas ondulantes y aplastadas, de rrados quedaronsul
grandes lenguas colgantes; tienen ojos que derraman fuego, están en las pantorrillas,' :
echando chispas: sus ojos son amarillos, de color intensamente ama­ trañas cayerop.por
rillo. iban arrastrando lo
Sus panzas, ahuecadas, alargadas como angarilla, acanaladas. Anhelosos de poner.
Son muy fuertes y robustos, no están quietos, andan jadeando, an­ Pues algunos in
dan con la lengua colgando. Manchados de color como tigres, con apuñalaban. Otros
muchas manchas de colores. Otros se metieron e
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 503

es, acaso Cuando hubo oído todo esto Motecuhzoma se llenó de grande temor
ras. y como que se le amorteció el corazón, se le encogió el corazón, se le
lo arriba abatió con la angustia.
gnificado
Varios son los textos nahuas que se refieren a la matanza preparada
por Pedro de Alvarado, durante la fiesta de Tóxcatl, celebrada en ho­
le noticia
nor de Huitzilopochtli. Dichos textos dice León-Portilla "pintan con
dice Flo-"
un realismo comparable al de los grandes poemas épicos de la antigüe­
dad clásica, los más dramáticos detalles de la traición urdida por Alva­
mucho se rado". Cito áqUÍ, una vez más, a los informantes de Sahagún en el
lanera su Códice Florentino:
el cañón,
lturden a Los españoles atacan a los mexicas

¡us entra­ Pues así las cosas, mientras se está gozando de la fiesta, ya es el baile,
c¡ue de él ya es el canto, ya se enlaza un canto con otro, y los cantos son como
~l cerebro un estruendo de olas, en ese preciso momento los españoles toman la
determinación de matar a la gente. Luego vienen hacia acá, todos
[o resque­ vienen en armas de guerra.
o si fuera Vienen a cerrar las salidas, los pasos, las entradas: La Entrada del
¡terior. Águila, en el palacio menor; la de "Aeatl iyacapan" ("Punta de la
en; hierro caña")' la de "Tezcacoac" ("Serpieritede' espejos"). Y luego que hu­
hierro sus bieron cerrado en todas ellas se apostaron: ya nadie pudo salir.
Dispuestas así las cosas, inmediatamente entran al Patio Sagrado
tán como para matar a la gente. Van a pie,llevan sus escudos de madera, y al­
gunos los llevan de meta1y sus .espadas. '
aparecen Inmediatamente 'cercan a los que bailan, se lanzan al lugar de los
el cabello atabales: dieron un tajo al que estab-a tañ'endo: le cortaron ambos bra­
" también zos. Luego lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada.
:>0 y fino, Al momento todos acuchillan, alancean a la gente y les dan tajos,
con las espadas los hieren. A algunos les acometieron por detrás; inme­
: grandes, diatamente cayeron por tierra dispersas sus entrañas. A otros les des­
l de maíz, garraron la cabeza: les rebanaron la cabeza, enteramente hecha trizas
:lulces, un quedó su cabeza.
llce. Pero a otros les dieron tajos en los hombros: hechos grietas, desga­
stadas, de rrados quedaron sus cuerpos. A ¡lquellos hieren en los muslos, a éstos
~, están en las pantorrillas, a los de más allá en pleno abdomen. Todas las en­
!!lte ama­ trañas cayeron por tierra. Y había algunos que aún en vano corrían:
iban arrastrando los intestinos y parecían enredarse los pies en ellos.
ladas. Anhelosos de ponerse en salvo, no hallaban a dónde dirigirse.
:ando, an· Pues algunos intentaban salir: allí en la entrada los herían, los
¡gres, con apuñalaban. Otros escalaban los muros; pero no pudieron salvarse.
Otros se metieron en la casa común: aHí sí se pusieron en salvo. Ot1"06
504 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

se entremetieron entre los muertos, se fingieron muertos para escapar. Miguel León-Portilla,
Aparentando ser muertos, se salvaron. Pero si entonces alguno se po­ cional, transmite el dr.
nía en pie, lo veían y lo acuchillaban. blos antiguos.
La sangre de los guerreros cual si fuera agua corría: como agua A treinta y tres añe
que se ha encharcado, y el hedor de la sangre se alzaba al aire, y de ya un "clásico" de nt
las entrañas que parecían arrastrarse. permanente por su inl
y los españoles andaban por doquiera en busca de las casas de la
comunidad: por doquiera lanzaban estocadas, buscaban cosas: por si
alguno estaba oculto allí; por doquiera anduvieron, todo lo escudriña­
ron. En las casas comunales por todas partes rebuscaron.

El final que da León-P&rtilla a La visión de los vencidos es "la Emma Martinell Gifre
transcripción de unos icnocuícatl, cantares tristes, verdaderas elegias, conquista, Consejo
obras de los cuicapicque o poetas nahuas postcortesianos". 1988, 223 p.
A continuación transcribo el primero de ellos que proviene de la
colección de Cantares Mexicanos: El USO de la palabra e
en múltiples momento
medio de ella, en un.
Se ha perdido el pueblo mexicatl ocasiones, cuando obs
cuando intentamos ap
El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en TIatelolco.
persona que no domil
Por agua se fueron ya los mexicanos;
que implica la lengm
semejan mujeres; la huida es general.
mana.
Por ello resulta m
¿Adónde vamos? ¡oh amigos! Luego ¿fue verdad?
se presenta el enorme
Ya abandonan la ciudad de México:
tantes y los descubrid
el humo se está levantando; la niebla se está extendiendo ...
mer momento de COI
Con llanto se saludan el Huiznahuácatl Motelchiuhtzin
tan diferentes y sus Cl
el Tlailotlácatl TIacotzin.
E. Martinell, basa
el Tlacatecuhtli Oquihtzin ...
de esta etapa históric
rastrea las referencias
Llorad, amigos míos,
comunicación --extra
tened entendido que con estos hechos
bos grupos para inici;¡
hemos perdido la nación mexicana.
en' distintas regiones (
i El agua se ha acedado, se acedó la comida!
Venezuela, Chile, Rí{
Esto es lo que ha hecho el Dador de la vida en TIatelolco.
glo xv hasta mediadc
Sin recato son llevados Motelchiuhtzin y Tlacotzin.
mentó un periodo tan
Con cantos se animaban unos a otros en Acachinanco,
mer encuentro de Cale
ah, cuando fueron a ser puestos a prueba allá en Coyoacán ...
encuentros similares, 1
drÍan algo más de ide
Entre las publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de
México destaca con brillo singular La visión de los vencidos. En ella, 1 En los que se refle
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 505

>ara escapar. Miguel León-Portilla, uno de los grandes creadores de la cultura na­
19uno se po­ cional, transmite el dramático mensaje de la derrota de nuestros pue­
blos antiguos.
: como agua A treinta y tres años de distancia de la primera edición, este libro es
al aire, y de
ya un "clásico" de nuestra historia, y una obra de valor universal y
I casas de la
permanente por su intenso contenido humano.
::osas: por si BEATRIZ DE LA FUENTE
lo escudriña­

&idos es "la Emma MartinelI Gifre, Aspectos lingüísticos del descubrimiento y de la


,eras elegías, conquista, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid,
1988, 223 p .
•viene de la
El USO de la palabra es una constante en el ser humano; todos los días,
en múltiples momentos, nos comunicamos con nuestros semejantes por
medio de ella, en una forma natural y automática. S610 en algunas
ocasiones, cuando observamos a un pequeño que aprende a hablar o
cuando intentamos aprender otra lengua o intercambiar ideas con una
I
Fl°lco. persona que no domina nuestro idioma, nos damos cuenta de todo lo
que implica la lengua, el sistema más perfecto de comunicación hu­
mana.
Por ello resulta muy interesante la lectura de este libro, en el que
se presenta el enorme problema al que debieron enfrentarse los habi­
tantes y los descubridores y conquistadores de América desde su pri­
mer momento de contacto: ¿cómo comunicarse, si hablaban lenguas
tan diferentes y sus culturas eran radicalmente distintas?
E. Martinell, basada en veinte textos donde se narran los hechos
de esta etapa histórica (diarios de navegación, cartas y relaciones) /
rastrea las referencias que hacen sus autores a las distintas formas de
comunicación --extraverbal y verbal- que fueron empleadas por am­
bos grupos para iniciar y continuar sus contactos. Los textos se ubican
en' distintas regiones de América: el Caribe, México, Perú, Colombia,
Venezuela, Chile, Río de la Plata, etc. Abarcan desde finales del si­
glo xv hasta mediados del XVIII, pero no se explica por qué se docu­
mentó un periodo tan amplio; supongo que no fueron lo mismo el pri­
mer encuentro de Colón y sus gentes con los aborígenes americanos, que
encuentros similares, pero posteriores; por lo menos los españoles ten­
drían algo más de idea de las situaciones a las que se iban a enfrentar
lItOlrlO1l1la de
1 En los que se refleja en general el enfoque de los vencedores.
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 505

>ara escapar. Miguel León-Portilla, uno de los grandes creadores de la cultura na­
19uno se po­ cional, transmite el dramático mensaje de la derrota de nuestros pue­
blos antiguos.
: como agua A treinta y tres años de distancia de la primera edición, este libro es
al aire, y de
ya un "clásico" de nuestra historia, y una obra de valor universal y
I casas de la
permanente por su intenso contenido humano.
::osas: por si BEATRIZ DE LA FUENTE
lo escudriña­

&idos es "la Emma MartinelI Gifre, Aspectos lingüísticos del descubrimiento y de la


,eras elegías, conquista, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid,
1988, 223 p .
•viene de la
El USO de la palabra es una constante en el ser humano; todos los días,
en múltiples momentos, nos comunicamos con nuestros semejantes por
medio de ella, en una forma natural y automática. S610 en algunas
ocasiones, cuando observamos a un pequeño que aprende a hablar o
cuando intentamos aprender otra lengua o intercambiar ideas con una
I
Fl°lco. persona que no domina nuestro idioma, nos damos cuenta de todo lo
que implica la lengua, el sistema más perfecto de comunicación hu­
mana.
Por ello resulta muy interesante la lectura de este libro, en el que
se presenta el enorme problema al que debieron enfrentarse los habi­
tantes y los descubridores y conquistadores de América desde su pri­
mer momento de contacto: ¿cómo comunicarse, si hablaban lenguas
tan diferentes y sus culturas eran radicalmente distintas?
E. Martinell, basada en veinte textos donde se narran los hechos
de esta etapa histórica (diarios de navegación, cartas y relaciones) /
rastrea las referencias que hacen sus autores a las distintas formas de
comunicación --extraverbal y verbal- que fueron empleadas por am­
bos grupos para iniciar y continuar sus contactos. Los textos se ubican
en' distintas regiones de América: el Caribe, México, Perú, Colombia,
Venezuela, Chile, Río de la Plata, etc. Abarcan desde finales del si­
glo xv hasta mediados del XVIII, pero no se explica por qué se docu­
mentó un periodo tan amplio; supongo que no fueron lo mismo el pri­
mer encuentro de Colón y sus gentes con los aborígenes americanos, que
encuentros similares, pero posteriores; por lo menos los españoles ten­
drían algo más de idea de las situaciones a las que se iban a enfrentar
lItOlrlO1l1la de
1 En los que se refleja en general el enfoque de los vencedores.
506 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

de tierra caliente, en :
y SU previsión de los hechos y sus actitudes deben haber sido diferentes,
pero nada de esto se menciona. eficaz" ¿cuál es la relal
falta poner un mayor·
La obra se estructura en cinco capítulos precedidos por una breve
considerado todas las ]
introducción y una relación de los textos analizados, en donde se pro­
nanos.
porciona la ficha bibliográfica y un~ breve reseña sobre el a;:tor y el
contenido de cada uno de ellos; al fmal tenemos una conc1USlOn gene­ Los cincó capítulos
ral, dos glosarios ("temático" y "de nuevas denominaciones") y una cinco etapas progresiva
bibliografía bastante amplia dividida en dos secciones (fundamental y nos y van de lo más 1
complementaria) . intitula "Gestos y seña
instrumentos utilizados
Señala E. Martinell que elaboró el glosario temático con la inten­
tóbal Colón viajaba Ll
ción de proporcionar una ayuda a quienes se interesen en profundizar
algo de árabe, pero sm
sobre algún aspecto en especial y deseen consultar directamente en las
nuestro continenté. An
fuentes. Así, los términos que se refieren a distintos gestos y señas, obse­
empiezan a hacer uso I
quios y rescates y las diferentes formas de nombrar a los intérpretes apa­
tificar, pedir, mostrar
recen en este índice acompañados del título y página del texto o textos
de no entender o de se:
donde áparecen mencionados. ..
"a cada cultura le con
En el glosario de nuevas denominaciones se Incluyen todos los té~­ tos, fuera de esas posib
minos que, con €;sta característica, pudo acumular. la autora ~ partlr no reflexivas, que son
de su corpus. La mayoría son indigenismos de las dIferentes reglOn;s. de menciona Colón· que' e
América casi todos sustantivos y se presentan en orden alfabetIco, saltar y a bailar en sel
acompaflados de su significado y la refere~ciaal t~xto y pá~ina donde que se trata de ~na da
se documentan. En algunas ocasiones renute a varIantes regIstradas en
En el segundo capí
diccionarios especializados y, aquí si, hay que hacer alguna~ precisio­
tralingüística que acm:r
nes, pues la consulta de estas obras no es muy. ex~cta. Por eJemp:o, ,la miento o intercambio d
palabra nagua se define como ropa y luego se m~Ica que en el Di:cw­
braban en tiempos pre
nario general de americanismos de F. J. SantamarIa aparece la vanante
muestra de paz, cqrtesí
nahoa, cosa que me sorprendió· muchísimo. Revisé este. diccionari~ 7
dieron a cambio de ::tI
allí se dan dos acepciones del término nagua. En la prImera es smo­
alianzas políticas y ~
nimo de nahoa pero la segunda nos remite a enaguas, q~e es la ~ue
Como. podemos orn
corresponde a 'ropa' pues se trata de una pren~a de vestIr femeDIna,
den estrictamente al tít
especie de falda. Por 10 tanto, nahoa no es varIante de nagua ~n la
comunicación lingüístic
acepción que se maneja en el glosario. Nagua.7 n~,hoa ~n varIan:es
po de la semiótica o sel
de nahua, nahuatl, que es el nombre de una naclOn antIgua de m­
capítulo 2: "Finaliza a(
dios" , de su lengua y de todo lo relativo a ellas. Pisco.
,
se define
. como
~ lingüístico, pero en del
pájaro y está tomado de un texto de Cieza, del Peru; se remIte a pzs~ua
en Santamaría que nos dice que es "en Venezuela, un páparo de pICO En el tercer capitul
largo", pero en Santamaría también aparece pisco, de e:!mología qui­ tacto lingüístico: el in
intérpretes, "lengua",
chua como uno de los nombres del guajolote, que tambIen es un ave.
El término centli se define como 'pan' y luego se remite a cenclina en este papel, la estima en
Santamaría, donde se indica que éste es el nombre "de una planta labor, su actuación con
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 507

de tierra caliente, en Méjico, que los indios emplean como febrífugo


liferentes,
eficaz" ¿cuál es la relación entre ambos? Considero que hubiera hecho
falta poner un mayor cuidado en la elaboración del glosario y haber
ma breve
considerado todas las posibilidades que ofrecen los textos y los diccio­
,e se pro­
nanas.
utor y el
Los cinco capítulos que constituyen el núcleo del trabajo, reflejan
ión gene­
cinco etapas progresivas de la comunicación entre europeos y america­
') y una
nos y van de lo más rudimentario a lo más elaborado. El primero se
lmental y
intitula "Gestos y señas" pues precisamente éstos fueron los primeros
instrumentos utilizados para establecer contacto. Se sabe que con Cris­
la inten­
tóbal Colón viajaba Luis de Torres, que conocía el hebreo, el caldeo y
ofundizar
algo de árabe, pero sus conocimientos lingüísticos de poco sirvieron en
íte en las
nuestro continente. Ante la imposibilidad de comunicarse verbalmente
iias, obse­
empiezan a hacer uso de gestos y señas, para indicar, preguntar, iden­
retes apa­
tificar, pedir, mostrar buenas· intenciones, etc., siempre con el riesgo
) o textos
de no entender o de ser mal entendidos pues, como señala E. Martinell
"a cada cultura le corresponden diferentes costumbres y diferentes ges­
)S los tér­
tos, fuera de esas posibles señales de carácter sintomático y, en general,
. a partir
no reflexivas, que son comunes a todas" (p. 22). Así, por ejemplo,
:giones de
menciona Colón' que' en un determinado lugar sus gentes se ponen a
tlfabético,
saltar y a bailar en señal de amistad y alegría y los aborígenes creen
na donde
que se trata de una danza guerrera y los atacan.
tradas en
En el segundo capítulo se analiza otra forma de comunicación ex­
precisio­
tralingüística que acompañó a la primera y que consiste en el ofreci­
emplo, la
miento o intercambio de regalos, prádica que los indígenas ya acostum­
~l Diedo­
braban en tiempos prehispánicos. La función de los r~galos fue como
l variante
ionaria y
muestra de paz, cortesía, reverencia, aunque también muchas veces se
. ,
l es smo­
dieron a cambio de alimentos o presos o ,se utilizaron para ~blecer
alianzas políticas y militares, '
es la que
Como podemos observar, 10.8 dos primeros capítulos no correspon­
femenina,
den estrictamente al título de la obra, pues no se rdieren a formas de
'ua en la
comunicación lingüística sino extraverbal, ubicadas más bien en el. cam­
variantes
po de la semiótica o sermología. La misma autora lo señala al final del
la de in­
capítulo 2: "Finaliza aquí la presentación de un tipo de intercambio, no
ne como
lingüístico, pero en cierta medida comunicativo ... " (p. 57).
a piseua
) de pico En el tercer capítulo se revisa, ahora sí, la primera forma de con­
)gía qui­ tacto lingüístico: el intérprete. E. MartineU analiza la figura de los
intérpretes, "lengua", "farautes", etc. Indica quiénes desempeñaban
un ave.
este papel, la estima en que se les tenía, la trascendencia política de su
¡clina en
labor, su actuación como "puente entre dos culturas" (p. 61).
a planta
508 ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL

En el siguiente apartado, "La lengua de los indios", la autora nos


comenta que los españoles no sólo tomaron conciencia de que los indios
hablaban diferente sino de que eran muchas las lenguas que existían en
América: "no se trataba sólo de que los españoles no entendieran a los
indios, sino de que tampoco los indios se comprendían entre sí. Creo
que esto debió sorprender a los españoles, al menos al principio ... "
(p. 107). Esta pluralidad representó un gran problema para la comu­
nicación y sobre todo para la tarea evangelizadora. De aquí resultó
el uso de las "lenguas generales", lenguas que estaban muy extendidas
Estudios
desde antes de la conquista (náhuatl, quechua, guaraní, etc.) y que se termi
alcanzaron, después de ella, aún una mayor extensión, pues se fomentó DINA, R
su enseñanza y uso e inclusive se crearon cátedras en las recién funda­ Obrero
das universidades del Nuevo Mundo para su conocimiento y cultivo. México,
Su com
Poco a poco, español y lenguas indígenas van entrando en contacto;
de 11:]
en los textos se habla de "corrupción", pues hay elementos de una consta (
que pasan a las otras y viceversa, lo que para Martinell representa "la do de (
mejor prueba de la fusión entre españoles e indios" (p. 165).
En el último capítulo se trata un aspecto también interesantísimo:
"La denominación de lo nuevo". Aquí se plantea el problema de dar
nombre y describir la nueva realidad, teniendo en cuenta que los des­
tinatarios de los textos desconocían completamente la realidad ameri­
cana. Por ello tantas comparaciones, símiles y detalladas descripciones,
para que aquellos que no habían visto las cosas por sí mismos, las pu-<
dieran traducir a su mundo conceptual. Martinell hace una minuciosa
clasificación de los distintos procedimientos de denominación que van
desde el uso de nombres genéricos (al principio) como árbol, pája­
ro, etc., hasta largas paráfrasis, pasando por equivalencias, compara­
ciones, indigenismos con o sin traducción, neologismos, acumulación
de varios términos, uso de hiperónimos, etc. Señala la autora: "No me
he encontrado ante una pobreza de términos designadores, sino ante
una opulencia redundante. No hay duda de que los que escribieron se
esforzaron por dejar constancia de todos los detalles que pudieran ayu­
dar al lector a reconstruir por sí mismo la imagen de una realidad nue­
va, el continente americano" (p. 165).
En conclusión Aspectos lingüísticos del descubrimiento y de la con­
quista es una obra útil, muy interesante y bellamente editada, donde se
reúne un buen cúmulo de información y se analizan minuciosamente
los diversos procedimientos comunicativos utilizados por españoles y na­
tivos en los inicios de sus contactos interlingüísticos e interculturales.
MA. ÁNGELES SoLER ARECHALDE
autora nos
le los indios
existían en
:lieran a los
tre sí. Creo
incipio ... "
:a la comu­
LqUÍ resultó
extendidas
Estudios de Cultura Náhuatl, vol. 22, 1992,
~c.) y que
se terminó de imprimir en la IMPRENTA AL­
se fomentó DINA, Rosell y Sordo Noriega, S. de R. L.,
cién funda­ Obrero Mundial 201, Col. del Valle, 03100.
) y cultivo. México, D. F., el 31 de agosto de 1992.
1 contacto;
Su composición se hizo en tipos Baskerville
de 11: 12, 10: 11 y 8: 9 puntos. La edici6n
tos de una consta de 2 000 ejemplares y estuvo al cuida­
Iresenta "la do de Guadalupe Borgonio y Ram6n Luna S.
).
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A ngel M a. Garibay K. (1892-1987).
Conmemoració n del centenario de
su nacimiento.
Gra bado de Alberto Beltrán
Diseño de portada: Ramq n Luna S.

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