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Poesía Esoterica

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como se ádorá á Dios ánte su áltár,

como yo te he querido..., desengáá nñ áte:


Volveráá n lás oscurás golondrinás
¡ásíá no te querráá n!
en tu bálcoá n sus nidos á colgár,
y, otrá vez, con el álá á sus cristáles
Gustavo Adolfo Bécquer
jugándo llámáráá n;
pero áqueá llás que el vuelo refrenábán
Ropás con su olor,
tu hermosurá y mi dichá ál
pánñ os con su áromá.
contemplár,
Se álejoá en su cuerpo,
áqueá llás que áprendieron nuestros
me dejoá en sus ropás.
nombres...
eá sás... ¡no volveráá n!
Lecho sin cálor,
Gustavo Adolfo Becquer
sáá báná de sombrá.
Se áusentoá en su cuerpo,
se quedoá en sus ropás.
Miguel Hernandez
Volveráá n lás tupidás mádreselvás
de tu járdíán lás tápiás á escálár,
y otrá vez á lá tárde, áun máá s
Cántá, me dices. Y yo cánto.
hermosás,
¿Coá mo cállár? Mi bocá es tuyá.
sus flores se ábriráá n;
Rompo contento mis ámárrás,
pero áqueá llás, cuájádás de rocíáo,
dejo que el mundo se me fundá.
cuyás gotás miráá bámos temblár
Suenñ á, me dices. Y yo suenñ o.
y cáer, como láá grimás del díáá...
¡Ojáláá no sonñ árá nuncá!
eá sás... ¡no volveráá n!
No recordárte, no mirárte,
Gustavo Adolfo Becquer
no nádár por águás profundás,
no sáltár los puentes del tiempo
háciá un pásádo que me ábrumá,
no desgárrár yá máá s mi cárne
Volveráá n del ámor en tus oíádos
por los zárzáles, en tu buscá.
lás pálábrás árdientes á sonár;
tu corázoá n, de su profundo suenñ o
Cántá, me dices. Yo te cánto
tál vez despertáráá ;
á ti, dormidá, frescá y uá nicá,
pero mudo y ábsorto y de rodillás,

1
con tus ciudádes en rácimos, Secretámente, entre lá sombrá y el
álmá.
como pálomás suciás,
como gáviotás perezosás Te ámo como lá plántá que no florece
y llevá
que hácen sus nidos en lá lluviá,
Dentro de síá, escondidá, lá luz de
con nuestros cuerpos que á ti vuelven áquellás flores,
Y gráciás á tu ámor vive oscuro en mi
como á uná mádre verde y huá medá.
cuerpo
El ápretádo áromá que áscendioá de lá
Erás de vientos y de otonñ os, tierrá.
erás de ágrio sábor á frutás,
erás de pláyás y de nieblás, Te ámo sin sáber coá mo, ni cuáá ndo, ni
doá nde,
de már reposándo en lá brumá,
Te ámo directámente sin problemás
de cámpos y álbás ciudádes, ni orgullo,
Asíá te ámo porque no seá ámár de otrá
con un grán corázoá n de muá sicá.
mánerá,

José Hierro Sino ásíá de este modo en que no soy


ni eres,
Tán cercá que tu máno sobre mi
Quiero llorár mi pená y te lo digo
pecho es míáá,
párá que tuá me quierás y me llores
Tán cercá que se cierrán tus ojos con
en un ánochecer de ruisenñ ores,
mi suenñ o.
con un punñ ál, con besos y contigo.
Pablo Neruda
Quiero mátár ál uá nico testigo
No seá coá mo mirár párá encontrárte,
párá el ásesináto de mis flores
horizonte de ámor en que me excito,
y convertir mi llánto y mis sudores
distánciá sin medidá donde hábito
en eterno montoá n de duro trigo.
párá mátár lás ánsiás de tocárte.
Que no se ácábe nuncá lá mádejá No seá coá mo gritár párá llámárte
del te quiero me quieres, siempre en medio de mis siglos de infinito
árdidá donde náce el silencio de mi grito
con decreá pito sol y luná viejá. movido por lá sángre de buscárte.

Que lo que no me des y no te pidá Mirár sin que te álcánce lá mirádá


seráá párá lá muerte, que no dejá sángrár sin lá presenciá de uná
ni sombrá por lá cárne estremecidá. heridá,
llámárte sin oíárme lá llámádá;
Federico García Lorca
y átádo ál corázoá n que no te olvidá,
No te ámo como si fuerás rosá de sál,
topácio ser un muerto que tiene por morádá
O flechá de cláveles que propágán el un cuerpo que no vive sin tu vidá
fuego,
Te ámo como se ámán ciertás cosás
oscurás, ELIAS NANDINO

2
Es cierto, El viento de lá noche girá en el cielo y
no toqueá timbre. cántá.
no golpeeá .
Supuse que esperábás mi llegádá. Puedo escribir los versos máá s tristes
Lo siento. está noche.
Si prejuzgueá , Yo lá quise, y á veces ellá támbieá n me
fue sin málá intencioá n, quiso.
debes creerlo, En lás noches como eá stá lá tuve entre
Como seá, estoy áquíá: mis brázos.
prepáá ráte. Lá beseá tántás veces bájo el cielo
Raquel Garzón infinito.

Si me quieres, quieá reme enterá, Ellá me quiso, á veces yo támbieá n lá


no por zonás de luz y sombrá... queríáá.
Si me quieres, quieá reme negrá Coá mo no háber ámádo sus grándes
y bláncá. Y gris, y verde y rubiá, ojos fijos.
y morená... Puedo escribir los versos máá s tristes
está noche.
Quieá reme díáá, Pensár que no lá tengo. Sentir que lá
quieá reme noche... he perdido.
¡Y mádrugádá en lá ventáná ábiertá!... Neruda

Si me quieres, no me recortes: Cuándo te tengo y me tienes,


¡Quieá reme todá... O no me quierás! somos lá eterná párejá,
somos lá formá indivisá,
Dulce María Loynaz somos islá en lás tinieblás.
Cuándo návego fundido
por tu espesádá indolenciá,
Puedo escribir los versos máá s tristes cuándo, ábrázáá ndose, encuentro
está noche. lá redondez del plánetá,
Escribir, por ejemplo: «Lá noche estáá somos á muerte lá vidá
estrelládá, que en míá tiemblá, que tuá encierrás.
y tiritán, ázules, los ástros, á lo lejos.» Alláá fuerá quedá el mundo

3
con sus relojes á vueltás, ¡que yá mánñ áná ál descender ál ríáo
sus fároles álienádos, lá que besáste lleváráá hermosurá!
sus timbres siempre de urgenciá.
Aquíá dentro, tuá y yo juntos Gabriela Mistral
completámos lá concienciá.

Gabriel Celaya (1911-1991) Deá jáme ácáriciárte lentámente


deá jáme lentámente comprobárte,
ver que eres de verdád, un
Si tuá me mirás, yo me vuelvo hermosá continuárte
como lá hierbá á que bájoá el rocíáo, de ti mismá á ti mismá extensámente.
y desconoceráá n mi fáz gloriosá
lás áltás cánñ ás cuándo báje ál ríáo. Ondá trás ondá irrádián de tu frente
y mánsámente, ápenás sin rizárte,
Tengo verguü enzá de mi bocá triste rompen sus diez espumás ál besárte
de mi voz rotá y mis rodillás rudás; de tus pies en lá pláyá ádolescente.
áhorá que me miráste y que viniste,
me encontreá pobre y me pálpeá Asíá te quiero, fluidá y sucesivá,
desnudá. mánántiál de tuá de ti, águá furtivá,
muá sicá párá el tácto perezosá.
Ninguná piedrá en el cámino hálláste
máá s desnudá de luz lá álborádá Asíá te quiero, en líámites pequenñ os,
que está mujer á lá que levántáste, áquíá y álláá , frágmentos, lirio, rosá,
porque oíáste su cánto, lá mirádá. y tu unidád despueá s, luz de mis
suenñ os.
Yo cálláreá párá que no conozcán
mi dichá los que pásán por el lláno, Gerardo Diego
en el fulgor que dá á mi frente toscá
y en lá tremolácioá n que háy en mi
máno...
Te esperáreá ápoyádá en lá curvá del
Es noche y bájá á lá hierbá el rocíáo; cielo
míáráme lárgo y háblá con ternurá,

4
y todás lás estrellás ábriráá n párá lá finá miel que formá tu epidermis,
verte ni el águá que lá ábráce con su
sus ojos conmovidos. espumá
ni el viento que lá bese
Te esperáreá desnudá. y ágite sus cábellos.
Seis tuá nicás de luz resbálándo ánte ti
deshojáráá n el áá mbár moreno de mis Soá lo quiero pedirte que no dejes
hombros. que el beso y lá cáriciá
de lá árená y lás olás,
Nádie podráá mirárme sin que ázote de lá luz y del áire,
sus páá rpádos destruyán lá huellás de los míáos
un láá tigo de nieblá. ni mi recuerdo que te sigue
Soá lo tuá lográráá s cenñ ir en tus pupilás como mudá presenciá inevitáble.
mi sien álucinádá
y mis mános que ofrecen su cáá liz Angel Augier
entreábierto
á todo lo inásible.

Te esperáreá encendidá.
Mi ántorchá despejándo lá noche de
tus lábios
libertáráá por fin tu esenciá creádorá.
¡Ven á fundirte en míá!
El águá de mis besos, ungieá ndote, diráá Tengo miedo de verte
tu verdádero nombre. necesidád de verte
esperánzá de verte
Ernestina de Champourcin desázones de verte
tengo gánás de hállárte
No te voy á decir preocupácioá n de hállárte
que quiero ser lá árená certidumbre de hállárte
que tus pies desnudos ácáricie, pobres dudás de hállárte
ni los ráyos del sol que bájen jubilosos
á dorár máá s áuá n tengo urgenciá de oíárte

5
álegríáá de oíárte Y estáá s como quejáá ndote, máriposá
buená suerte de oíárte en árrullo.
y temores de oíárte Y me oyes desde lejos, y mi voz no te
o seá álcánzá:
resumiendo Deá jáme que me cálle con el silencio
estoy jodido tuyo.
y rádiánte .
quizáá máá s lo primero Deá jáme que te háble támbieá n con tu
que lo segundo silencio
y támbieá n cláro como uná láá mpárá, simple como
viceversá. un ánillo.
Benedetti Eres como lá noche, cálládá y
consteládá.
Me gustás cuándo cállás porque estáá s Tu silencio es de estrellá, tán lejáno y
como áusente, sencillo.
y me oyes desde lejos, y mi voz no te .
tocá. Me gustás cuándo cállás porque estáá s
Párece que los ojos se te hubierán como áusente.
voládo Distánte y dolorosá como si hubierás
y párece que un beso te cerrárá lá muerto.
bocá. Uná pálábrá entonces, uná sonrisá
. bástán.
Como todás lás cosás estáá n llenás de Y estoy álegre, álegre de que no seá
mi álmá cierto
emerges de lás cosás, llená del álmá
míáá. Neruda
Máriposá de suenñ o, te páreces á mi
álmá,
y te páreces á lá pálábrá meláncolíáá.
. Yo no te pido que me bájes
Me gustás cuándo cállás y estáá s como uná estrellá ázul
distánte. solo te pido que mi espácio
llenes con tu luz.

6
Yo no te pido que me firmes Sángre que es míáá en tus pupilás árde
diez pápeles grises párá ámár y entre tus lábios pone cádá tárde
solo te pido que tuá quierás lás uvás dulces con que pán convidá.
lás pálomás que suelo mirár.
Y en tánto; flor sin áire, flor en grutá,
De lo pásádo no lo voy á negár me exprimo todá en ti como uná frutá
el futuro álguá n díáá llegáráá y entre tus mános se me vá lá vidá.
y del presente
que le importá á lá gente Alfonsina Storni
si es que siempre ván á háblár.

Sigue llenándo este minuto


Dáme lá máno y dánzáremos;
de rázones párá respirár
dáme lá máno y me ámáráá s.
no me complázcás no te niegues
Como uná solá flor seremos,
no hábles por háblár.
como uná flor, y nádá máá s...
El mismo verso cántáremos,
Yo no te pido que me bájes
ál mismo páso báiláráá s.
uná estrellá ázul
Como uná espigá onduláremos,
solo te pido que mi espácio
como uná espigá, y nádá máá s.
llenes con tu luz.
Te llámás Rosá y yo Esperánzá;
pero tu nombre olvidáráá s,
Benedetti
porque seremos uná dánzá
en lá coliná, y nádá máá s...
Lá vidá tuyá sángre míáá áboná
y te ámo á muerte, te ámo; si pudierá
GABRIELA MISTRAL
bájo los cielos negros te comierá
el corázoá n con dientes de leoná.
Libre te quiero
como árroyo que brincá
Antes de conocerte erá ládroná
de penñ á en penñ á,
y áhorá soy menguádá prisionerá.
pero no míáá.
¡Coá mo luce de bien mi primáverá!
¡Coá mo brillá en tu frente mi coroná!

7
Gránde te quiero como puede tu risá
como monte prenñ ádo volár el muro opáco de lá tristezá.
de primáverá, Uná solá pálábrá tuyá quiebrá
pero no míáá. lá ciegá soledád en mil pedázos.
Si tu ácercás tu bocá inágotáble
Buená te quiero hástá lá míáá, bebo
como pán que no sábe sin cesár lá ráíáz de mi propiá
su másá buená, existenciá.
pero no míáá.
Pero tuá ignorás cuáá nto
Altá te quiero lá cercáníáá de tu cuerpo
como chopo que ál cielo me háce vivir o cuáá nto
se desperezá, su distánciá me álejá de míá mismo
se desperezá, me reduce á lá sombrá.
pero no míáá. Tuá estáá s, ligerá y encendidá,
como uná ántorchá árdiente
Bláncá te quiero en lá mitád del mundo.
como flor de ázáháres
sobre lá tierrá, No te álejes jámáá s:
pero no míáá. Los hondos movimientos
de tu náturálezá son
Pero no míáá mi solá ley.
ni de Dios ni de nádie Retenme.
ni tuyá siquierá. Seá tuá mi líámite.
Y yo lá imágen
Agustín García Calvo de míá feliz, que tuá me hás dádo.

Jose Angel Valente

Sonñ eá que tuá me llevábás


por uná bláncá veredá,
Tu cuerpo puede
en medio del cámpo verde,
llenár mi vidá,

8
háciá el ázul de lás sierrás, AÁ máme áhorá que tengo en el cuello
háciá los montes ázules, el resplándor de los lirios quemádos.
uná mánñ áná serená. AÁ máme áhorá que corre por mis
hombros
Sentíá tu máno en lá míáá, el torrente divino del deseo.
tu máno de compánñ erá, AÁ máme áhorá que tengo el pecho
tu voz de ninñ á en mi oíádo ebrio
como uná cámpáná nuevá, como uná flor de vino.
como uná cámpáná virgen
de un álbá de primáverá. Ahorá y no luego, áhorá y no mánñ áná,
áhorá que besá mi álmá todo tu
¡Erán tu voz y tu máno, cuerpo
en suenñ os, tán verdáderás!... confundiendo su áliento ál de mis
Vive, esperánzá, ¡quieá n sábe lábios.
lo que se trágá lá tierrá!.
Ricardo Molina
Antonio Machado

Amáme áhorá que tengo los cábellos


negros
Los invisibles áá tomos del áire
y uná coroná de junco
en derredor pálpitán y se inflámán,
y el perfume del águá y de lá járá
el cielo se desháce en ráyos de oro,
en los brázos desnudos.
lá tierrá se estremece álborozádá,
oigo flotándo en olás de ármoníáás
AÁ máme áhorá que tengo en los ojos
rumor de besos y bátir de álás,
lá suáve llámá de lá tárde
mis páá rpádos se cierrán... ¿Queá
y lá gráciá de lá sonrisá
sucede?
y lá leve frescurá de los mánántiáles.
—¡Es el ámor que pásá!

AÁ máme áhorá que tengo en los lábios


Bécquer
el fuego deslumbránte del Mediodíáá
y lá serenidád del cielo en lás mejillás.

9
un válle misterioso
donde cádá viento es un suspiro,
un ríáo de ámores
cuyá muá sicá fráá gil es tu nombre.

¿No son nuestros estos díáás tán


bellos?
¿No es hermosá lá tierrá bájo el sol y
Beá sáme áhorá que es primáverá lá luná?
y el chámáriz cántá y vuelá en un ¿No háblá todo de ámor desde el álbá
áá rbol, á lá tárde?
áhorá, ámor míáo, que estámos en
máyo ¡AÁ máme!
y zumbán en el áire lás ábejás, ¡Ahorá y no mánñ áná; áhorá y no
áhorá que todo es hermoso y feliz, luego!
áhorá y no mánñ áná,
áhorá y no luego. Ricardo Molina

Beá sáme los lábios, el cábello, los —Yo soy árdiente, yo soy morená,
hombros yo soy el síámbolo de lá pásioá n,
áhorá que en los huertos florecidos de ánsiá de goces mi álmá estáá llená.
es tán dulce lá flor primerá del ¿A míá me buscás?
gránádo. —No es á ti, no.
—Mi frente es páá lidá, mis trenzás de
Dáme todo tu ámor áhorá, ámor míáo, oro,
¿no ves que soy en lá tierrá dichosá, puedo brindárte dichás sin fin.
dulce como el áá rbol del páráíáso? Yo de ternurá guárdo un tesoro.
¿A míá me llámás?
Ahorá que soy un mánántiál virgen —No, no es á ti.
donde cádá ondá es uná cáriciá, —Yo soy un suenñ o, un imposible,
uná coliná verde váno fántásmá de nieblá y luz.
donde cádá florecillá es un lábio Soy incorpoá reá, soy intángible,
encendido, no puedo ámárte.

10
—¡Oh ven, ven tuá !
Lá álegríáá viváz que vierten en lás
Becquer venás
rubiá es támbieá n,
Dos cuerpos frente á frente ideá nticá á lá piel que ásomán;
son á veces dos olás no les dejeá is márchár porque sonríáen
y lá noche es oceá áno. como lá libertád sonríáe,
luz cegádorá erguidá sobre el már.
Dos cuerpos frente á frente
son á veces dos piedrás Si un márinero es már,
y lá noche desierto. rubio már ámoroso cuyá presenciá es
cáá ntico,
Dos cuerpos frente á frente no quiero lá ciudád hechá de suenñ os
son á veces ráíáces grises;
en lá noche enlázádás. quiero soá lo ir ál már donde me
ánegue,
Dos cuerpos frente á frente bárcá sin norte,
son á veces návájás cuerpo sin norte hundirme en su luz
y lá noche reláá mpágo. rubiá.

Dos cuerpos frente á frente Luis Cernuda |


son dos ástros que cáen
en un cielo vácíáo.

Octavio Paz

Los márineros son lás álás del ámor,


son los espejos del ámor,
el már les ácompánñ á, Síá. Cuándo quierá yo
y sus ojos son rubios lo mismo que el lá soltáreá . Estáá presá,
ámor áquíá árribá, invisible.
rubio es támbieá n, iguál que son sus Yo lá veo en su cláro
ojos. cástillo de cristál, y lá vigilán

11
—cien mil lánzás— los ráyos hoy llegá ál fondo de mi álmá el sol,
—cien mil ráyos— del sol. Pero de hoy lá he visto...,lá he visto y me há
noche, mirádo...
cerrádás lás ventánás ¡hoy creo en Dios!
párá que no lá veán
—guinñ ádorás espíáás— lás estrellás, Sábe si álguná vez tus lábios rojos
lá soltáreá . (Apretár un botoá n.) quemá invisible átmoá sferá ábrásádá,
Cáeráá todá de árribá que el álmá que háblár puede con los
á besárme, á envolverme ojos
de bendicioá n, de cláro, de ámor, purá. támbieá n puede besár con lá mirádá.
En el cuárto ellá y yo no máá s, ámántes
eternos, ellá mi iluminádorá Gustavo Adolfo Becquer
musá doá cil en contrá
de secretos en másá de lá noche
—áfuerá—
descifráremos formás leves, signos,
perseguidos en máres de bláncurá
por míá, por ellá, ártificiál princesá,
ámádá eleá ctricá. No te olvides, tempráná, de los besos
Pedro Salinas un díáá.
De los besos áládos que á tu bocá
Los invisibles áá tomos del áire llegáron.
en derredor pálpitán y se inflámán, Un instánte pusieron su plumáje
el cielo se desháce en ráyos de oro, encendido
lá tierrá se estremece álborozádá. sobre el puro dibujo que se rinde
Oigo flotándo en lás olás de ármoníáás entreábierto.
rumor de besos y bátir de álás; Te rozáron los dientes. Tuá sentiste
mis páá rpádos se cierrán... ¿Queá su bulto,
sucede? En tu bocá látiendo su celeste
¿Dime?...¡Silencio!¡Es el ámor que plumáje.
pásá! Ah, redondo tu lábio pálpitábá de
dichá.
Hoy lá tierrá y los cielos me sonríáen,

12
¿Quieá n no besá esos páá járos cuándo El viento de lá noche girá en el cielo y
llegán, escápán? cántá.
Entreábiertá tu bocá vi tus dientes
blánquíásimos. Puedo escribir los versos máá s tristes
Ah, los picos delgádos entre lábios se está noche.
hunden. Yo lá quise, y á veces ellá támbieá n me
Ah, picáron celestes, mientrás dulce quiso.
sentiste En lás noches como eá stá lá tuve entre
que tu cuerpo ligero, muy ligero, se mis brázos.
erguíáá. Lá beseá tántás veces bájo el cielo
¡Cuáá n gráciosá, cuáá n finá, cuáá n infinito.
esbeltá reinábás!
Luz o páá járos llegán, besos puros, Ellá me quiso, á veces yo támbieá n lá
plumájes. queríáá.
Y oscurecen tu rostro con sus álás Coá mo no háber ámádo sus grándes
cálientes, ojos fijos.
que te rozán, revuelán, mientrás ciegá Puedo escribir los versos máá s tristes
tuá brillás. está noche.
No lo olvides. Felices, mirá, ván, Pensár que no lá tengo. Sentir que lá
áhorá escápán. he perdido.
Mirá: vuelán, áscienden, el ázul los
ádoptá. Oíár lá noche inmensá, máá s inmensá
Suben áltos, dorádos. Ván cálientes, sin ellá.
árdiendo. Y el verso cáe ál álmá como ál pásto el
Gimen, cántán, esplenden. En el cielo rocíáo.
delirán. Queá importá que mi ámor no pudierá
Vicente Aleixandre guárdárlá.
Lá noche estáá estrelládá y ellá no estáá
Puedo escribir los versos máá s tristes conmigo.
está noche.
Escribir, por ejemplo:"Lá noche estáá Eso es todo. A lo lejos álguien cántá. A
estrelládá, lo lejos.
y tiritán, ázules, los ástros á lo lejos." Pablo Neruda (Fragmento)

13
Aunque eá ste seá el uá ltimo dolor que
ellá me cáusá,
y eá stos seán los uá ltimos versos que yo
le escribo.
Pablo Neruda (Fragmento)

Como párá ácercárlá mi mirádá lá Desmáyárse, átreverse, estár furioso,


buscá. áá spero, tierno, liberál, esquivo,
Mi corázoá n lá buscá, y ellá no estáá álentádo, mortál, difunto, vivo,
conmigo. leál, tráidor, cobárde y ánimoso;
Lá mismá noche háce que blánqueen no hállár fuerá del bien centro y
los mismos áá rboles. reposo,
Nosotros, los de entonces, yá no mostrárse álegre, triste, humilde,
somos los mismos. áltivo,
enojádo, váliente, fugitivo,
Yá no lá quiero, es cierto, pero cuáá nto sátisfecho, ofendido, receloso;
lá quise. huir el rostro ál cláro desengánñ o,
Mi voz buscábá el viento párá tocár su beber veneno por licor suü áve,
oíádo. olvidár el provecho, ámár el dánñ o;
De otro. Seráá de otro. Como ántes de creer que un cielo en un infierno
mis besos. cábe,
Su voz, su cuerpo cláro. Sus ojos dár lá vidá y el álmá á un desengánñ o:
infinitos. esto es ámor, quien lo proboá lo sábe.
Lope de Vega
Yá no lá quiero, es cierto, pero tál vez
lá quiero.
Es tán corto el ámor, y es tán lárgo el
olvido. ¿Queá es poesíáá? --dices mientrás
Porque en noches como eá stá lá tuve clávás
entre mis brázos, en mi pupilá tu pupilá ázul.
mi álmá no se contentá con háberlá ¿Queá es poesíáá? ¿Y tuá me lo
perdido. preguntás?
Poesíáá... eres tuá .

14
Gustavo Adolfo Bécquer Gracilaso de la vega

Te sentiráá s ácorráládá,
te sentiráá s perdidá o solá,
tál vez querráá s no háber nácido.
Yo seá muy bien que te diráá n
que lá vidá no tiene objeto,
que es un ásunto desgráciádo.
Entonces siempre ácueá rdáte
de lo que un díáá yo escribíá
En tánto que de rosá y ázucená pensándo en ti como áhorá pienso.
se muestrá lá color en vuestro gesto,
y que vuestro mirár árdiente, Tu destino estáá en los demáá s,
honesto, tu futuro es tu propiá vidá,
enciende ál corázoá n y lo refrená; tu dignidád es lá de todos.
Otros esperán que resistás,
y en tánto que el cábello, que en lá que les áyude tu álegríáá,
vená tu cáncioá n entre sus cánciones.
del oro se escogioá , con vuelo presto,
por el hermoso cuello blánco, Entonces siempre ácueá rdáte
enhiesto, de lo que un díáá yo escribíá
el viento mueve, espárce y desordená: pensándo en ti como áhorá pienso.
Agustín Goytisolo (Fragmento)
coged de vuestrá álegre primáverá
el dulce fruto, ántes que el tiempo
áirádo
cubrá de nieve lá hermosá cumbre;

márchitáráá lá rosá el viento heládo.


Todo lo mudáráá lá edád ligerá
por no hácer mudánzá en su
costumbre.
Nuncá te entregues ni te ápártes

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junto ál cámino, nuncá digás me sonábá en el oíádo
no puedo máá s y áquíá me quedo. como uná piezá de sedá
rásgádá por diez cuchillos.
Lá vidá es bellá, tuá veráá s Sin luz de plátá en sus copás
como á pesár de los pesáres los áá rboles hán crecido
tendráá s ámor, tendráá s ámigos. y un horizonte de perros
ládrá muy lejos del ríáo.
Por lo demáá s no háy eleccioá n Federico García Lorca (Fragmento)
y este mundo tál como es
seráá todo tu pátrimonio.

Perdoá náme, no seá decirte


nádá máá s, pero tuá comprende
que yo áuá n estoy en el cámino.

Y siempre siempre ácueá rdáte


de lo que un díáá yo escribíá
pensándo en ti como áhorá pienso. Pásádás lás zárzámorás,
los juncos y los espinos,
Agustín Goytisolo bájo su mátá de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Y que yo me lá lleveá ál ríáo Yo me quiteá lá corbátá
creyendo que erá mozuelá ellá se quitoá el vestido.
pero teníáá márido. Yo el cinturoá n con revoá lver.
Fue lá noche de Sántiágo Ellá sus cuátro corpinñ os.
y cási por compromiso. Ni dárdos ni cárácolás
Se ápágáron los fároles tienen el cutis tán fino,
y se encendieron los grillos. ni los cristáles con luná
En lás uá ltimás esquinás relumbrán con tánto brillo.
toqueá sus pechos dormidos; Sus muslos se me escápábán
y se me ábrieron de pronto como peces sorprendidos,
como rámos de jácintos. lá mitád llenos de lumbre,
El álmidoá n de su enáguá lá mitád llenos de fríáo.

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Aquellá noche corríá
el mejor de los cáminos,
montádo en potrá de náá cár Te digo que te quiero,
sin bridás y sin estribos. pero no te suená
Federico garcía Lorca (Fragmento) bien.
Vuelvo á intentárlo
con máá s eá nfásis,
No quiero decir por hombre, pero támpoco te convence.
lás cosás que ellá me dijo. Nos mirámos
Lá luz del entendimiento un ráto,
me háce ser muy cometido. en silencio...,
Suciá de besos y árená y rompemos á reíár
yo me lá lleve ál ríáo. á cárcájádás.
Con el áire se bátíáán Pero en queá estáríáá
lás espádás de los lirios. pensándo.
Que se váyán ál cárájo
Me porteá como quien soy. lás pálábrás.
Como un gitáno legíátimo. Te ácáricio lárgámente
Lá regáleá un costurero lás piernás,
gránde, de ráso pájizo, y te beso en lá bocá,
y no quise enámorárme y te muerdo lá náriz,
porque teniendo márido y... tuá
me dijo que erá mozuelá me dices que ásíá síá.
cuándo lá llevábá ál ríáo.
Karmelo C. Iribarren
Federico García Lorca
Me gustá cuándo dices tonteríáás,
cuándo metes lá pátá, cuándo
mientes,
cuándo te vás de comprás con tu
mádre
y llego tárde ál cine por tu culpá.

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Me gustá máá s cuándo es mi
cumpleánñ os
y me cubres de besos y de tártás,
o cuándo eres feliz y se te notá,
o cuándo eres geniál con uná fráse
que lo resume todo, o cuándo ríáes
(tu risá es uná duchá en el infierno),
o cuándo me perdonás un olvido.
Pero áuá n me gustás máá s, tánto que
cási
no puedo resistir lo que me gustás,
cuándo, llená de vidá, te despiertás
y lo primero que háces es decirme:
«Tengo un hámbre feroz está mánñ áná.
Voy á empezár contigo el desáyuno.»

Luis Alberto de Cuenca

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